EL HIPOTÁLAMO Y EL PROCESO EMOCIONAL. EL HIPOTALAMO Y SU PARTICIPACIÓN EN EL PROCESO EMOCIONAL DEL SER HUMANO. PEDRO ZAVALA VIVAS Publicar
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RESUMEN. El hipotálamo, forma parte del sistema límbico del cerebro. Las emociones como un proceso psicológico del ser humano tienen su raíz en este sistema. Las emociones no se generan específicamente en el hipotálamo, pero éste tiene una participación importante en su manifestación. El objetivo del estudio que aquí se expone es el de evidenciar de qué manera participa el hipotálamo en el proceso emocional del ser humano. PALABRAS CLAVE. Cerebro triuno. Sistema límbico. Tálamo. Hipotálamo. Hipófisis. Hipocampo. Amígdala cerebral. Lóbulo frontal. Área septal. Giro cingulado. Cortex. Neocortex. Emoción. Proceso emocional. INTRODUCCIÓN. Las emociones juegan un papel fundamental en la psicología del ser humano. Sin ellas, no podríamos ni sabríamos cómo reaccionar ante una situación de amenaza, de ahí que se diga que las emociones, como un resabio animal, son nuestro equipo natural primitivo para la supervivencia. Asimismo, las emociones son la base del estado anímico, de tal manera que la tristeza, la ternura, el temor, la compasión, y otros tantos sentimientos, se derivan de una u otra manera de las emociones primarias como la furia, el miedo, o la euforia. Sin embargo, la psicología como ciencia de tantas tendencias, métodos y técnicas, se encontraría extraviada si no tuviera como base netamente científica la neurociencia. Es aquí donde encuentra los elementos biológicos para explicar y explicarse el origen, los procesos y las consecuencias físicas y fisiológicas del funcionamiento del ser humano. En el caso de las emociones, y para el objeto de este estudio, la psicología ha ido encontrando importantes pistas y manifestaciones con base en los hallazgos de la neurociencia. Cabe destacar que el tema de las emociones es tan vasto que intentar exponerlo en un ensayo como tal, requiere de un espacio más amplio, y un estudio más profundo. En este particular nos limitaremos a presentar la ingerencia que tiene la parte cerebral humana en la cual se han encontrado las manifestaciones que
evidencian que las emociones tienen su asiento en el sistema límbico del cerebro.
DESARROLLO. El sistema límbico es considerado como el cerebro mamífero dentro del concepto de cerebro triuno. Dentro de este concepto, recordemos que el cerebro triuno está integrado por el cerebro reptiliano compuesto por el cerebelo y el tronco encefálico; el cerebro mamífero; y el cerebro humano que contiene el cortex y el neocortex, o corteza cerebral. El cerebro reptiliano tanto en los reptiles como en el ser humano se encarga básicamente de funciones motoras. El cerebro mamífero que caracteriza a los animales de este orden, está básicamente compuesto por el llamado sistema límbico, que a su vez se encarga de las funciones emocionales, hormonales, funciones homeostáticas como la temperatura y la tensión arterial, mecanismos del apetito, saciedad, sueño, vigilia y aspectos del placer y displacer. El cerebro humano se distingue por tener la certeza cerebral que contiene las funciones del intelecto y el raciocinio. Es evidente que ya en suma el cerebro humano propiamente dicho contiene estos tres aspectos cerebrales. El sistema límbico está compuesto fundamentalmente por el tálamo, el hipotálamo, la hipófisis, el epitálamo con la glándula pineal, el hipocampo, la amígdala cerebral, y el área septal. Involucrado con este sistema está el neocortex, pero la corteza prefrontal es la más directamente relacionada con las funciones del sistema límbico, mediando con el llamado giro cíngulado que conecta estrechamente con el tálamo. Cada una de las estructuras que integran el sistema límbico tienen por sí mismas funciones específicas que las diferencian unas de otras. Sin embargo, al ir estudiando cada una va resaltando la peculiaridad de que ciertas funciones se reproducen en algunas de ellas, como por ejemplo la reacción de furia y agresividad que se observa en el hipotálamo, en la amígdala, y en el área septal. No obstante, todas estas estructuras están interconectadas unas con otras de tal manera que constituyen una unidad funcional (Papez, 1937). En el ejercicio de la Psicología, tanto como en el proceder del individuo, el aspecto emocional es parte medular de la conducta humana. De hecho, es a partir del concepto de Inteligencia emocional que los psicólogos ha vuelto su atención con mayor énfasis en la investigación y el estudio de este aspecto para determinar que elementos emocionales se encuentran interactuando en los problemas psicológicos que perturban a la persona. Pero precisamente, en la medida en que el concepto de emoción desde el punto de vista psicológico es subjetivo y muy diverso, se hace imprescindible que la neurociencia ubique de una manera más concreta la naturaleza y origen de la emoción en el
organismo humano. No ha sido tarea fácil. Todo el descubrimiento y la experimentación, que hasta nuestros días se ha venido resaltando en materia neurológica, tiene sus limitaciones dada la rigurosidad con que el método científico justifica y aprueba los resultados obtenidos. En el caso específico del aspecto emocional y su examen a la luz de los resultados obtenidos en investigaciones y experimentos neurocientíficos, lo que se tiene hasta la fecha nos lleva sin mayor extravío al sistema límbico y de manera particular a la zona del hipotálamo. Pero antes de explorar las funciones de cada estructura del sistema límbico y cómo participan en el proceso emocional, es importante considerar que si bien el aspecto anatómico de cada estructura es fundamental, para efectos del ejercicio profesional del psicólogo, es más substancial distinguir de qué manera tal función arroja la perspectiva de una disfunción que explique la naturaleza orgánica del diagnóstico preliminar de un posible paciente. Porque significativamente, el estudio neurocientífico ha ido descubriendo las funciones de las diversas áreas del cerebro en virtud de las lesiones del mismo. Esto nos ubica perfectamente para la visión más clara de un problema terapéutico donde nos es posible distinguir entre una lesión cerebral y un aspecto psicosomático. Cada experimento y búsqueda de repuestas científicas han llevado a los investigadores a reunir pruebas y resultados que nos acercan un poco más al origen de algunos aspectos del funcionamiento humano. En el caso específico del sistema límbico, se han descubierto mecanismos relacionados con los impulsos como aspectos energizantes de la motivación (Hull, 1943). Bajo este supuesto, se descubrió que el impulso es un aspecto energizante no direccional y que el aprendizaje es el que le da dirección (Brown ,1961). Esto es importante porque, desde el punto de vista psicológico los impulsos son indicativos de un proceso emocional. Asimismo, el impulso es la base de estimulación en la experimentación. Y aunque la motivación es un término que causa muchas polémicas, es aceptado como un factor ligado al estímulo y al proceso emocional, de tal modo que la experimentación que incide en las pruebas de respuestas emocionales ha descubierto por ejemplo que la conducta emocional de temor, en el caso de miedo condicionado, puede ser utilizada como fuente de motivación (Mowner, 1939). En el hecho concreto de la estimulación o la lesión causada directamente en una estructura específica del sistema límbico, tenemos que en el caso de la amígdala cerebral las lesiones producen un síndrome conductual conocido como Síndrome de Kluver-Bucy, mismo que manifiesta respuestas compulsivas orales, pérdida del temor o de la agresividad, hipersexualidad, e incremento de la actividad motora. Específicamente se descubrió que la extirpación de la amígdala provoca furia e hiposexualidad. Pero también produce lo contrario, mansedumbre e hipersexualidad. Por otro lado, el hipocampo está implicado en
la emoción y la actividad visceral, en la memoria inmediata, y como parte depresora de la conducta (Milner y Penfield, 1955). Las hipótesis que relacionan al hipocampo con la conducta emocional están basados en experimentos de estimulación y de lesión. Asimismo, la llamada área septal incluye una porción de la corteza límbica y las lesiones de esta área producen una respuesta de sobresalto exagerado y un aumento en la agresividad, así como un debilitamiento de las respuestas emocionales. “El hipotálamo es uno de los pocos lugares dentro del sistema nervioso central, en que la estimulación produce configuraciones de conducta emocional” Richard F. Thompson, 1973. Fundamentos de Psicología fisiológica (2009), p. 649. Todos los experimentos que se han realizado en el hipotálamo confirman el hecho de que los resultados tienen toda la configuración de respuestas emocionales. La parte que está delante del fornix, llamada región prefornical es la región crítica de furia. Las lesiones de la región ventromedial del hipotálamo hacen que los animales se tornen salvajes y feroces. Sin embargo cuando se estimula eléctricamente el hipotálamo la furia, llamada ficticia, no puede ser condicionada (Masserman). Se han detectado tres tipos de reacción por estimulación hipotalámica: ·
Alarma.
·
Huida.
·
Furia.
También se encontró que a los gatos que se les había extirpado el tejido cerebral por arriba del hipotálamo provocaba furia ficticia. El hipotálamo y la hipófisis, por otra parte desempeñan un gran papel en el control de la conducta sexual. Asimismo, el hipotálamo es importante en la función homeostática de la temperatura y el balance hídrico lo efectúa en función de la hipófisis. Cabe destacar que el hipotálamo y la hipófisis tiene una función de control conjunta con otras hormonas de las demás glándulas endocrinas. Algo que es importante también para el psicólogo es el hecho que la relación hipotálamo e hipófisis tienen qué ver con la respuesta al stress. Estas estructuras, tanto la amígdala como el hipocampo, el área septal, y el hipotálamo, están en estrecha comunicación con el cortex y el neocortex por medio del tálamo y a través del giro cingulado. En el cortex, la corteza prefrontal se relaciona con procesos emocionales y sus lesiones producen también variaciones en la conducta agresiva. Se ha encontrado que lesiones en
la corteza del giro cingulado aumenta la conducta agresiva y la estimulación eléctrica produce paro respiratorio y caída de la presión arterial.
CONCLUSIÓN.
De todas las estructuras del sistema límbico, el hipotálamo parece ser la única estructura en la cual la estimulación produce con mucha frecuencia configuraciones integradas de conducta emocional. Los resultados experimentales, donde existe evidencia de reacciones emocionales, como furia, huida, agresividad, nos da la certeza de que esta estructura cerebral es parte fundamental en el conocimiento científico de la naturaleza y configuración de las emociones. Su participación en el proceso emocional del ser humano, como parte integral del sistema límbico, es garantía de un conocimiento concreto para identificar las diferencias y precisiones de las emociones hasta donde es posible este discernimiento. Desde luego, como señala R. Thompson (1973), es de proceder con gran prudencia para llegar a conclusiones generales acerca de las funciones del sistema límbico en la conducta emocional, ya que todas las estructuras nerviosas se ven envueltas en los patrones conductuales más integrados, entre ellos los emocionales. No obstante, el hipotálamo tiene un significado especial para la conducta emocional, y el psicólogo debe tenerlo en cuenta, ya que como lo dijo Stellar (1954), “Es la vía final común” para la expresión emocional.
REFERENCIAS.
1. Thompson, R. F. (2009). Fundamentos de Psicología fisiológica. México.: Trillas. 2. Rosenzweig, M. R. y Leiman, A. I. (2003). Psicología fisiológica. México.: Mc Graw-Hill. 3. Ardila, A. y Rosselli, M. (2007). Neuropsicología clínica. México.: Manual moderno.
4. Smirnov, A., Leontiev, A., Rubinshtein, S., y Tieplov, B. (1969). Psicología. México.: Grijalbo. 5. Gross, R. (1997). Psicología. La ciencia de la mente y la conducta. México.: Manual Moderno. 6. Smith, K. y Smith, W. (1972). La conducta del hombre. Buenos Aires.: Eudeba.
AGRADECIMIENTO ESPECIAL: Mtro. José M. Cárdenas Delgado