EL APRA Y MANUEL PRADO UGARTECHE 1956
El APRA en un principio consideraba al sector oligarca junto al imperialismo con un enemigo del Perú y que ambos eran obstáculos para la verdadera democracia y la construcción de un orden justo y moderno. Estas ideas por las cuales el partido aprista se había ganado el odio de este sector quienes creían que el APRA era un partido comunista y que atentaría contra sus intereses, se fueron transformando con el correr del tiempo y con el transcurrir de los hechos que fueron afectado la historia del APRA. LA ILEGALIDAD DEL APRA
En 1948 el APRA, preparo y dirigió un movimiento movimiento revolucionario revolucionario en el Callao, Callao, lo que causo numerosas muertes, y además se consideró habían realizado una campaña “disolvente de estímulo de las bajas pasiones, de odio y de incitación a la lucha de clases que amenazaba quebrar la unidad nacional y perturba el desarrollo normal de las actividades públicas y privadas , todo esto hizo sea ”
considerado como un partido partido subversivo por lo que el entonces entonces presidente J. L. Bustamante Bustamante y Rivero declarara al partido Aprista como ilegal, y se comienza comienza con una persecución que que llevara a Víctor Raúl Haya de la Torre Torre a pedir asilo en la embajada embajada de Colombia. (Decreto que que declara declara fuera de la Ley al Partido Aprista Peruano, 4 de octubre de 1948, Decreto Supremo nº 28) A los pocos días de la ilegalización del APRA, el General Manuel Odría daría el Golpe de Estado que sacaría definitivamente a Bustamante y Rivero del Gobierno. Y se desataría una brutal represión contra el APRA, la cual fue catalogada como organización terrorista y sus líderes como peligrosos terroristas internacionales. ALIANZA APRO – PRADISTA
Para 1954 Víctor Raúl Haya de la Torre ya había decidido decidido que él no sería candidato candidato en las próximas elecciones, la sabia que su partido no podía presentarse por lo que decidió que Ramiro Priale1 buscara la mejor alianza que los favoreciera y los sacara de la ilegalidad que tanto daño había causado a sus partidarios. Lo primero que hizo Ramiro Prialé fue regresar al Perú en agosto de 1955 fue asumir la conducción del Partido Aprista, esto con el objetivo buscar la amnistía política, el cese de la persecución, la
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Dirigente aprista, Senador de la Republica
liberación de los presos y el regreso de los partidarios deportados a diversos países. Con este objetivo claro el APRA busco aliarse con alguien que les ofreciera la tan ansiada legalidad que habían perdido. Las elección se acercaban y los partidos necesitaban votos lo que provocaba que los dirigentes políticos empezaran a buscar al APRA, cuyo apoyo era imprescindible para ganar las elecciones, porque a pesar de todo contaba con el apoyo de un gran sector de norte del país. Ramiro Priale considero que Manuel Prado sería un candidato ideal para apoyar ya que les había prometido la tan ansiada amnistía y legalidad, mientras que los otros dos candidatos no estaban muy seguros de esta decisión lo que luego les costaría perder las elecciones.
Según lo describe
Ramiro Priale, Prado había prometido la ansiada amnistía y legalidad: «El aprismo quería montarse en el carro de la legalidad y de los tres candidatos el único que nos compró el boleto fue Prado. Eso explica nuestro apoyo» (Bohemia 1956). Para Priale, Prado era el candidato en quien se podía
confiar a pesar de ser más conservador que los otros. La imagen que tenían de los otros candidatos no era buena, por ejemplo Fernando Belaunde 2 era visto como una mala opción ya que posiblemente no les daría lo que ellos esperaban y no tenía la suficiente fuerza para poder defender las elecciones como si lo haría Manuel Prado quien contaba con el apoyo por su posición económica y vinculaciones militares por pertenecer a una de las familias más importantes del país. Belaunde también opto por alejarse del APRA al enterarse que Priale se había reunido varias veces con el Manuel Odría y empezó a atacar también al APRA, denunciando sus negociaciones. A Hernando de Lavalle no lo consideraron porque este tan poco mostro una decisión fuerte con respecto a la legalidad del APRA. Pero esta alianza tuvo otro participante, este fue Manuel Odría quien favoreció al APRA para que pudiera permitir el retorno consentido de Ramiro Prialé y Armando Villanueva al Perú entre otros acuerdos que favorecieran a ambos. Este pacto entre el APRA, Manuel Prado y Manuel Odría fue llamado por los opositores como el Pacto de Monterrico, en alusión al barrio donde vivía el dictador Odría, en cuya casa se desarrollaron las reuniones para organizar la transferencia de poder. El APRA ha negado siempre vehementemente la existencia de tal acuerdo. Con este pacto Manuel Odría se aseguraba la
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Presidente del Perú en 1962 – 1968 y 1980 – 1985
impunidad y se comprometía «a prestar todo el apoyo oficial al doctor Prado, y el APRA convino en impartir una consigna secreta a sus militantes para que votaran por él, a cuya trasmisión el Gobierno cooperó eficazmente» (Manrique, 2009) En 1955 también se iniciaban otras alianzas en otra del APRA como el intento de promover la candidatura de la derecha excluyendo al APRA, que era promovida por el director de El Comercio, Luis Miró Quesada de la Guerra, uno de los más grandes anti apristas del país. Miró Quesada y Augusto N. Wiesse3, un poderoso banquero conservador, convocaron a una reunión de notables en el Convento de Santo Domingo, donde esperaban construir un consenso electoral.
Con respecto al pacto para algunos autores como Francisco Belaunde, la actitud del Apra fue motivada por las ventajas que se le ofrecían, por la competencia con el nuevo movimiento popular representado por el entonces joven arquitecto Fernando Belaunde y Frente Nacional de Juventudes y por el enorme poder que tenía Manuel Prado debido a la procedencia de su familia. Quizás la alianza que hubiese resultado más coherente con los planteamientos e ideología aprista hubiese sido con el arquitecto Fernando Belaunde y el Frente Nacional de Juventudes ya que esta representaba a los sectores medios de la sociedad como los estudiantes universitarios, profesionales y técnicos; se presentaba como un partido anti oligárquica y nacionalista, e incorporaba la necesidad de reformas urgentes como la reforma agraria y la nacionalización del petróleo algo que se había convertido en un clamor nacional. Este parecido lo que hizo fue que el APRA viera con recelo a este grupo ya que consideraba que eran una copia del partido aprista y que buscaba convertirse en un APRA sin un líder como Haya de la Torre. En un principio el APRA pensó en Hernando de Lavalle como un posible aliado para esta contienda electoral, dado que Haya de la Torre no simpatiza con Manuel Prado a quien trataba despectivamente como el hijo del traidor, por la historia de su padre el presidente Mariano Ignacio Prado hubiese huido del país en plena guerra con Chile. Como se puede ver a Haya de la Torre no le simpatizaba un alianza como esta, pero debido a las circunstancias no tenía más aceptarla para poder lograr los objetivos que el partido se había propuesto.
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Fundador del grupo Wiesse junto a su hermano Fernando
En una entrevista en 1971, en la revista Caretas a Haya de la Torre se le preguntó ¿por qué el APRA acepto una alianza con un candidato tan distante de la ideología aprista? Haya respondió: “El APRA no tuvo representantes en el Parlamento de Prado. Lo pusimos ahí cuando él
ofreció garantías y libertad, la convivencia es una cuestión ambiental que él ofrece ¿no? El otro candidato era Hernando de Lavalle. Yo he estado con Lavalle en la Universidad. Hay muchas relaciones con él de orden familiar. Yo me apresuré a telefonearle desde Fráncfort. Yo estaba desterrado. Le dije: ofrece libertad, hombre. Ofrece reconocimiento del APRA. Ofrece. Y entonces votan por ti. Es lo lógico. Prado y Lavalle eran los dos iguales. Lo que se quería era una puerta de entrada a la legalidad. Por eso se votaba. Eso lo han hecho todos los partidos del mundo”. (Caretas, N° 431, marzo 3 – 12 – 1971 y N°
432, marzo 22 – 31 – 1971). Para inicios del año 1956 ya se habían dado las conversaciones con Manuel Prado, y este pacto contaba con el apoyo de dirigentes como Ramiro Priale y Luis Alberto Sánchez. Lo que se dijo fue que la decisión de apoyar a Manuel Prado se tomó en la Convención Nacional del Apra, realizada el 3 de marzo de 1956, cuando en realidad no se hizo así sino que solo se concedieron facultades a Ramiro Prialé para «concertar alianzas o pactos con cualquier fuerza política con el fin de conseguir la legalidad del partido» manteniendo «el decoro y la dignidad de las banderas programáticas e ideológicas del aprismo redentor». A cambio de su apoyo electoral, los apristas exigían, «el retorno a la legalidad, la libertad de sus detenidos, el regreso de los deportados, la devolución de los bienes incautados y el respeto a los actos ciudadanos». Pero esto luego les costaría grandes pérdidas al APRA, ya que esta alianza con Manuel Prado no cumplió con mantener “el decoro y la dignidad de las banderas programáticas e ideológicas del aprismo redentor , porque el APRA se tomando el rumbo distinto al de sus orígenes y es algo que pago ”
muy caro con el transcurso del tiempo. Esta alianza a pesar de no ser aun oficial para nadie ya estaba causando problemas dentro de las filas del APRA, lo se pudo observar en una crisis con dos de sus aliados José Gálvez y Raúl Porras Barrenechea, quienes encabezaban la lista parlamentaria por Lima que apoyaba el APRA. Ellos querían retirarse si se insistía con esta alianza. Si ellos se retiraban significaba una gran pérdida para el APRA debido a la fama y prestigio que tenían, y que resultaba importante para el APRA. Es entonces que Manuel Prado salva la situación, haciendo uso de su experiencia política, les dice al APRA que no proclame el apoyo a su candidatura sino que solo de a entender eso al pueblo. Es por eso que el día 14 de junio en un mitin, Armando
Villanueva, uno de los máximos dirigentes de Apra, llamó a los apristas a emitir un voto de conciencia para quien prometiera la legalización y la amnistía para el Apra, sin mencionar a Manuel Prado, para no provocar la renuncia de Gálvez y Porras, que serían una gran pérdida para el partido a tan pocas horas del proceso electoral. ELECCIONES DE 1956
En las elecciones de 1956 inicialmente existían ocho candidatos: Manuel Prado, Hernando de Lavalle, Carlos Miró Quesada Laos, el general Zenón Noriega, Héctor Boza, Fernando Belaunde Terry, el general Carlos Miñano Mendocilla y Luciano Castillo, pero algunos de los “candidato s pequeños” no lograron reunir las firmas que necesitaban y otros renunciaron a favor de Prado.
Entre los renunciantes estaba Miró Quesada Laos, fascista en los años treinta y embajador del gobierno de Odría en los cincuenta. Miró Quesada rompió con el régimen de Odría, debido a su anti aprismo, cuando este obedeció la sentencia de la Corte Internacional de La Haya que reconocía el derecho de Haya de la Torre de acogerse al asilo que le brindó Colombia. Por lo que decidió apoyar a Manuel Prado quien durante su primer gobierno había perseguido a los apristas y le prometió que no legalizaría al APRA, esta decisión luego le costaría caro puesto que Manuel Prado prefirió darle la tan ansiada legalidad al APRA. Por lo que solo quedaron tres candidatos fuertes el primero Manuel Prado, ex presidente apoyado por el Movimiento Demócrata Pradista fundado a iniciativa de Manuel Cisneros Sánchez; Hernando Lavalle candidato oficialista quien luego sería traicionado por Odría quien daría más apoyo a Manuel Prado por el partido de Unificación Nacional; y por ultimo Fernando Belaunde Terry que era un joven arquitecto poseedor de un gran carisma que estaba en contra del régimen por lo que atrajo grandes simpatías del pueblo, por el Frente Nacional de Juventudes. Las elecciones se realizaron sin contratiempos el 17 de junio y resultaron exitosas para el APRA y sus aliados. Efectuados los cómputos, Manuel Prado obtuvo 568.134 votos; Fernando Belaunde, 457.638, duplicando la votación de Hernando Lavalle (222.323 votos). En Lima, Prado ganó a Belaunde por menos de siete mil votos. En Áncash, La Libertad, Lambayeque, Cajamarca lo que se denomina el “solido norte” Prado venció con amplia ventaja. En cambio, en los departamentos del
sur, donde el Apra nunca ha conseguido victorias fue Belaunde quien venció. Y quien resulto el gran perdedor fue Lavalle. Odría consiguió lo que quería, es decir no ser investigado ni acusado de corrupción, Prado fue elegido presidente, el APRA consiguió la legalidad que tanto ansiaba y
Belaunde a pesar de su corta campaña se convirtió en un gran líder a nivel nacional y luego conseguiría ganar en dos oportunidades las elecciones (1963 y 1980). Resultados elecciones de 1956 CANDIDATO
AGRUPACIÓN
VOTOS
%
Manuel Prado Ugarteche
Movimiento Democrático Pradista
568.134
45
Fernando Belaúnde Terry
Frente de Juventudes Democráticas
457.638
37
Hernando de Lavalle Vargas
Movimiento de Unificación Nacional
222.323
18
Votos Válidos
1,248,298
94
Votos Nulos y Blancos
75,931
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Fuente: Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE). Las elecciones del 17 de junio de 1956 concluyeron con la elección Manuel Prado Ug arteche, como Presidente de la República y la elección de ciento ochenta y dos Diputados, de los cuales ocho fueron damas, y de cincuenta y tres senadores, obteniendo una dama la senaduría. ¿QUÉ GANO Y QUE PERDIÓ EL APRA?
Una vez a Ramiro Prialé se le pregunto si habían obtenido en esa elección algunos escaños de senadores o diputados, a lo que contestó que el APRA no había ganado un solo escaño, porque no le dieron la oportunidad de presentar listas electorales. «Lo que sí tenemos son amigos y simpatizantes. Nosotros no podíamos votar por candidatos propios, pero sí votamos por los que ideológicamente se encuentran más cerca del Partido» (Bohemia 1956). El mismo 28 de julio de 1956, apenas Manuel Prado fue proclamado presidente, el Congreso de la República promulgó la Ley de Amnistía y devolvió la legalidad al APRA. Manuel Prado había cumplido así la promesa que había hecho a los apristas. Con esto se inició lo que se llamó el gobierno de “la convivencia”
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lo que no constituyó una presencia formal del aprismo en el
gobierno, pero sí fue notoria su influencia en el Congreso, donde los parlamentarios aliados del APRA se aliaron con los del Movimiento Democrático Pradista, el partido de Prado. La figura 4
“La convivencia es el dialogo en que el pluralismo de los intereses y de las opiniones, la expresión de los
desacuerdos, se consideran legítimos con la solo condición de que el juego sea pacifico, civilizado. La convivencia es la coexistencia pacífica”. Bourricaud, Francois. Poder y sociedad en el Perú contemporáneo.
Buenos Aires: Editorial Sur. 1967
principal de la Convivencia fue el dirigente aprista Ramiro Prialé, quien decía : “Conversar no es pactar”; en la práctica actuó como un superministro, reuniéndose frecuentemente con Prado para
coordinar las acciones del gobierno. La Convivencia permitió al aprismo participar libre y activamente en la política. Haya de la Torre permaneció en Europa, visitando anualmente el Perú solo para presidir el tradicional mitin del Día de la Fraternidad Aprista. Para el aprismo representado por Ramiro Prialé la alianza fue favorable ya que el APRA creció como partido porque entre el 56 y el 62 se ganó electorado en la República en vez de perderlo; porque ganaron las elecciones del 62, pero con menos del tercio que exigía la ley contrario a lo que pensaba Haya de la Torre que bajo la democracia su triunfo seria grande, esto fue duro para quien en 1955 creía que el APRA bajo su liderazgo lograría llegar al poder. El APRA no pudo gobernar al golpe de Estado que se produjo días antes de la salida de Manuel Prado ya que los militares y ciertos sectores económicos tenían a un recelos con el aprismo. En cambio para Armando Villanueva del Campo, el APRA tuvo que pagar un precio muy alto, especialmente con la juventud que espera otra cosa y especialmente con los acontecimientos que se venían dando en el mundo con el surgimiento de Fidel Castro y de la revolución Cubana. Al cambiar las ideas fundacionales, el APRA fue perdiendo a amplios sectores de la población que ya no sentían representados por ellos y fueron en búsqueda de un partido que los representara como lo fue el partido de Fernando Belaunde que surgió como el nuevo líder de los sectores medios y la juventud que lo llevaron a la presidencia en dos oportunidades 1963 y en 1980 ganándole a Haya y a Villanueva del Campo, respectivamente. También surgieron nuevos como la Democracia Cristiana. El partido Aprista ya no era más el partido de las mayorías nacionales, un título que lo hacía sentir tan orgulloso. Gran parte de la militancia aprista aceptó las explicaciones de la dirigencia, que justificaba el pacto como una necesidad dictada por la táctica política, pero había quienes prefirieron salir del partido y luchar por los ideales en los que creían en su mayoría jóvenes estudiantes que estaban descontentos con la colaboración con el gobierno de Prado, insatisfechos con las decisiones que habían tomado los dirigentes y que afectaba la ideología con la que había nacido. Entre estos jóvenes se encontraba Luis de la Puente Uceda, Gonzalo Fernández Gasco, Carlos Malpica Silva Santisteban y Javier Valle Riestra respaldaron abiertamente la rebeldía.
Para 1959, la militancia aprista empezaba a mostrar un abierto rechazo al llamado gobierno de la “convivencia” es en ese contexto que se convoca en Lima a la IV Convención Nacional del partido
aprista, en el intento de la dirigencia de poner orden en la casa. La importante delegación de Trujillo, plaza histórica del aprismo, traía a la Convención una Moción titulada “La realidad Nacional y la línea política de la Convivencia”. La suscribían Gonzalo Fernández, Luis Ibérico,
Manuel Pita, Luis de la Puente Uceda, Walter Palacios, etc. La Moción comprendía un análisis político, una abierta crítica a la línea implementada por la dirigencia aprista y una propuesta para retornar a los postulados presentes en “el Antiimperialismo y el APRA”. La moción decía: “El APRA sirviendo a los intereses de la oligarquía está defraudando las más caras esperanzas del pueblo”.
Después de doblegar la voluntad de algunos de los firmantes (los que retiraron su firma) fueron expulsados de la Convención cerca de una treintena de dirigentes que se mantuvieron firmes y formaron posteriormente el APRA REBELDE. Un delegado limeño que cumplía la función de relator, también fue expulsado de la Convención era Luis Olivera Balmaceda, padre de Fernando Olivera. Este APRA REBELDE con el tiempo se transformaría en el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), que estaba liderado por Luis de la Puente Uceda, que tuvo como ejemplo la revolución cubana (ocurrida en 1959). Su distanciamiento con el APRA se convirtió en enemistad. ¿QUE GANÓ Y QUE PERDIÓ LA SOCIEDAD PERUANA?
El gobierno de Manuel Prado constituyo el apogeo final del gobierno oligárquico directo en el siglo XX el presidente tuvo poca oposición militar y únicamente se produjo un intento de golpe a comienzos de 1958. La total integración del Perú en el mercado internacional durante su periodo ayudo a que existiera gran flujo del capital extranjero. La bonanza en la producción de harina de pescado y las exportaciones impulso la economía pero como siempre los principales beneficiados por esta época de este crecimiento fueron los sectores urbanos costeños y modernos. La creciente diferenciación y las desigualdades sociales ocasionaron el descontento rural y la movilización campesina que repentinamente estallo a finales de la década de 1950, esto debido al problema de la tenencia de la tierra. Para solucionar este problema creo el Instituto de Reforma Agraria y Colonización, cuyos estudios tomarían los gobiernos siguientes. Los estudiantes universitarios en la UNMSM, UNI, San Antonio Abad (Cusco), San Cristóbal de Huamanga (Ayacucho), etc., organizados en la Federación de Estudiantes del Perú protestaron en contra del régimen de la Convivencia. En 1958 impidieron el pronunciamiento de un discurso en la casona de la UNMSM a Richard Nixon (vicepresidente de EE.UU.).
En 1959 producida la REVOLUCIÓN CUBANA los EE.UU. promovieron la expulsión de Cuba de la Organización de Estados Americanos , pero nuestro diplomático Raúl Porras Barrenechea no acató la presión norteamericana y voto en contra, esto incomodó a Manuel Prado, quedando fuera del gabinete y rompiendo relaciones diplomáticas con Cuba. En el aspecto económico se eliminó todo tipo de subsidio a los alimentos, puso el precio de gasolina a niveles internacionales y redujo la dirección del Estado en la política económica, se produjo el dominio de las empresas extranjeras en el sector minero (petróleo, hierro y cobre) mientras que la oligarquía dominaba la agricultura de exportación (azúcar y algodón), en el caso de las exportación de la Harina de Pescado que se vendía como fertilizante, pero luego tuvo mayor demanda como alimento de animales de granja. Destacó el empresario Luis Banchero Rossi.