Recuerdo A mis padres, que ya n o están, y que me quisieron tanto. Ofrendas
Dedicatorio A Fany, mi entrañable mujer, compañera inagotable de todas las horas. Sin ella nada hubiera sido posible. A mis hijos y mis nietos pedazos de amor colgados en mi vida.
A mi cuñado Domingo Orozco, añoso algarrobo, bajo cuya sombra crecí. A mi hermana Amabilia que lucho con toda su alma “sus nos, sus todavías, sus hambres y sus pedazos”, por mi libertad. A mi noble y tierna hermana Ruby, que costeó todos mis estudios universitarios. universitarios. A mi hermano Edmundo y la buena Edna que siempre me llevaron el plan a las prisiones. A mi hermano Manuel, inteligente, generoso, cabal y gran compañero de todas las horas. A mis hermanos Artemisa, Antonio, Cristina y Elsa, con inagotable amor. A Merry, el menor de todos, que ayer no más se quedó dormido, dejándome solamente con el recuerdo de sus grandes ojos verdes.
Homenaje A mis coetáneos de Partido, maestros en la lucha, grandes en la adversidad y que lo dieron todo por el Aprismo.
Agradecimiento A mi querido amigo Juan Cuadrado, por su aliento y apoyo para la publicación de este libro
INTRODUCCION En pleno mandato de Alan García, en 1988 escribí y publi publiqu quéé unas unas crític críticas as al gobie gobierno rno que titulé titulé “Carta “Carta de la Esperanz Esperanza”. a”. Con este motivo recibí recibí adhesio adhesiones nes de muchos muchos compañeros de Partido y de amigos de otras tiendas políticas. Posteriormente, en 1990, publiqué otra carta que titulé “Carta de la Fraternidad” que, aparte de llevar el mensaje de saludo a Haya de la Torre con motivo del 22 de Febrero, también contenía severas críticas al gobierno de Alan García. Una y otra publicación fueron muy bien recibidas por la militancia. Muchos me aconsejaron que me extendiera en las críticas y contara mi experiencia en el Partido. Diría hasta me obligaban a ello.
Estas razones, más el diario de confrontar la azarosa vida que vivieron centenares de compañeros durante los duros años de persecución, prisión y destierro, con los tiempos actuales, me animaron a esta tarea, para mi difícil, de contar la historia. No sé si lo he logrado. En todo caso me he ceñido a los hechos que recuerdo. Perdónenme, Perdónenme, eso sí, el sentimiento que he puesto en ellos. A manera de prólogo, va mi “Carta de la Esperanza”, pues considero que el relato que sigue, es el desarrollo de esa Carta. Como apéndices van la “Carta de la Fraternidad”, la “Carta a un Terrorista” y algunas notas recordatorias que he publicado en diarios y revistas de Lima. Resumiendo diré que los hechos que se relatan en primera persona son comunes, y acaso de mayor relieve, a decenas de miles de apristas.
CARTA DE LA ESPERANZA Lima, 28 de setiembre de 1988 Armando Villanueva Secretario General del Partido Escribo esta carta con profunda pena porque lo que te diré más adelante es duro, pero alguien tiene que hacerlo. He dejado pasar muchas cosas, doliéndome el alma, porque mi aprismo me mandaba callar. Ahora no puedo. Me ahogo y siento que me estoy acercando a la muerte. Te escribo agotado en este oficio de la política, cansado de batallar entre la gente del pueblo por los ideales apristas. En la campaña electoral de 1985 fui de puerta en puerta buscando votos para nuestro candidato. Ahora, después del triunfo, la gente del pueblo me reclama el cumplimiento de la palabra empañ empañad ada. a. Ellos Ellos no piden piden puesto puestoss de traba trabajo, jo, no piden piden preb prebend endas. as. Piden Piden solam solament entee que el Apra Apra cumpl cumplaa con su promesa. A mi, Armando, me duele el alma cuando veo la promesa incumplida, porque yo me di íntegro al triunfo aprista
y ahora no sé qué decirles. Esa gente se siente traicionada, porque es gente que no da brillo, ni fama. Da sencillez, amor del bueno. En suma dan, sin saberlo, aprismo del mismo que aprendimos cuando nos iniciamos en estas lides. Yo pensé, y así lo sentí siempre, que un gobierno aprista sería distinto a todo cuanto se conocía como ejercicio de gobierno. Y así les dije y les enseñe a mis hijos. Así pedí votos en la campaña. Yo vivía orgulloso de mi aprismo. Y vino la victoria de 1985 y las cosas siguieron igual. La misma fiereza en el trato al ciudadano Desdén por los compañeros apristas de base. El c. Ministro, senador o diputado se ponía ufano e insolente. ¡Ya no querían votos¡ ¡Ya tenían el puest puesto¡. o¡. Qué Qué triste tristeza za compro comproba barr tanta tanta soberb soberbia ia con con tanta tanta pobreza intelectual y moral. He visto como los traidores, exhibiendo una gran destreza para la adulación y el acomodo, han arribado a puestos de confianza. Yo he escuchado a cc. Renegar del Apra y del Jefe. Para muchos de éstos el Apra había terminado. Hoy son Ministros y nos refriegan en el rostro que de nada vale la honradez y la integridad partidarias. Hay mucho dolor en el militante de base, lo han herido y casi lo están obligando a morir. Sería muy largo relatar todo esto esto en una una cart carta. a. LO TENG TENGO O EN BORA BORADO DOR R PARA PARA PUBLICARL PUBLICARLO O MAS TARDE. Ahora Ahora quiero quiero ser preciso y puntual
Por qué se nombró y se mantiene en embajadas a conocidos enemigos del Partido? Por qué se nombra, ahora, como como Embaj Embajad ador or en Panam Panamáá al conoc conocido ido traido traidorr Castro Castro Arenas?. No recuerdas, acaso, que éste ingresó al Partido en una coyuntura favorable pensando en tu triunfo de 1980 y cuando se contaba el último voto y se sabía nuestra derrota, este hombre, como las ratas, abandonó la nave y después te atacó públicamente. Nombrarlo Embajadores es justo, es honesto, es proceder apristamente; apristamente; es decir, con limpieza y moralidad.? No. Firmemente no. Es triste para el aprista verdadero comprobar estas liviandades. Es triste para el aprista sentir que se ha perdido en el seno del Partido de la solidaridad. Ver también, como se ha desvanecido ese hermoso cariño que soldó la persecución, la prisión y el destierro. Da pena ver, ahora envanecidos a los jóvenes del gobierno, otrora sencillos y buenos compañeros. Ver como el cargo de diputado, senador o ministro los ha puesto arrogantes y despe despecti ctivos vos.. Todo Todo lo saben saben.. Y pregu pregunta ntamo moss llenos llenos de asombro: Y cómo antes no eran así? Armando:¿esto es el Apra?. Por esto luchaste tanto desde tu adolescencia; por esto enfrentaste a la Corte Militar en 1948 y asumiste valientemente la defensa de nuestro Partido?. Acaso por esto te ganaste tiempo?. Por esto Haya de la Torre te otorgó su confianza. Por esto tu le diste la firmeza de tus convicciones convicciones.. Por esto fuimos al combate, por esto la novia amada sin saber si la noche que quedaba atrás sería la última?. Por esto nos
jugábamos la vida en la desigual contienda. Por esto murieron miles de fusilados acribillado a balazos en el camino. Por esto quedó quedó corta cortada da la juven juvenil il figura figura de Juan Juan Macle Maclean an.? .? No. Rotundamente no. El Aprismo es otra cosa. Es la escuela de la lucha por la felicidad del hombre sobre la base del amor y la justicia. Aprismo es moralizar, es combatir la injusticia social. Es dar al humi humilde lde,, al traba trabajad jador, or, al camp campesi esino no un mund mundoo nuevo nuevo de seguridad y alegría. Es combatir la desigualdad económica sin lesionar lesionar las herramie herramientas ntas del desarrol desarrollo. lo. Aprismo Aprismo es crear crear riqueza para el que no la tiene sin quitar la riqueza al que la tiene. Aprismo no es arrogancia, no es acomodo, no es traición. Armando: Creo que debemos ser consecuentes con nuestros ideales y con el Jefe y Fundador. Creo con nuestros ideales y con el Jefe y Fundador. Creo que el ejemplo de Víctor Raúl es camino luminoso para cumplir nuestras propuestas. Por tanto, compañero, no permitas que echen lodo y miseria al Partido. Vuelve a calzar las botas de 1948 y echa del gobierno y del Partido a los oportunistas, a los cobardes, a los que huyen, a los traidore traidoress y así serás serás y serem seremos os digno dignoss del del recue recuerdo rdo favorable de la Historia. Orestes Romero Toledo Militante de Base Sct. 8
como se les llamaba. Esta situación marcaba, notablemente, la vida en los pueblos. Los traba trabajad jadore oress expres expresab aban an en su rostro rostro,, triste tristeza za.. Angustia. Comprendían que, de seguir igual, no habría para ellos ni para su familia un futuro promisorio.
EL APRA CRONICAS DE UNA ESPERANZA Relato de una militante Los pasos iniciales Al norte del Perú, en la zona petrolera, petrolera, está Negritos, un pequeño pueblo edificado con casas de madera sobre inocentes cerros que, cadenciosamente, llegan a la playa. Un mar bravo, iracund iracundo, o, cuyas cuyas inm inmensa ensass olas engendra engendrann espumas espumas eternas, eternas, baña sus costas. Pueblo de obreros donde la vida transcurría en la mas calma monotonía monotonía que que solamente rompían rompían los pitos y sirenas que convocaban al trabajo. La international Petroleum Company, subsidiaria de la Standard Oil de EE.UU., era la Explotadora Explotadora de esos asientos petrolíferos. Ellos habían dividido a los pueb pueblos los petro petroler leros os en dos sector sectores, es, separa separado doss por por alambradas. Los nacionales de un lado y del otro los gringos,
Los pueblos petroleros por los años treinta, eran pueblos mine minero ross ruti rutina nari rios os daba dabann la impr impres esió iónn de una una quie quietu tudd inacabable. Hasta que en 1931 el pueblo, víctima de tanta injusticia se estremeció. Cambio su rostro de tristeza. Rompió el duro silencio y le grito al “gringo” con toda su fuerza que tenía hambre, que le pagaban poco y que quería cambiar ese fatal destino de vivir para morir, sin un intermedio de paz, alegría y felicidad. Vino la huelga petrolera, los trabajadores salieron a las calles a reclamar sus derechos, decididos a no dar un paso atrás. Zumbaron las balas y el olor a pólvora rivalizaba con el olor a petróleo. Cayeron obreros vencidos por el plomo, con un saldo doloroso de sangre la huelga seguía, seguía…. A la sazón yo era un niño y presencie de cerca las imágenes de tal suceso. Recuerdo que los trabajadores, en la desigual contienda, gritaban: !Viva el Apra!..!viva el Apra!, como un llamado a la lucha y el triunfo. En mi escaso entendimiento de niño yo intuía que ese grito de ¡Viva el Apra! Era la salvación de los obreros. Que iba a romper para siempre con el sometimiento del pueblo al gringo y que un día, no muy lejano, mis padres, mis hermanos, mis amigos, los hombres y mujeres de mi pueblo se acercarían a la alegría y borrarían la tristeza de sus rostros.
Pasó la huelga y yo terminé mi primaria el 37. De aquel pueblito petrolero, muy metido en mi vida, tuve que salir. Mis padres, que apenas ganaban lo justo para subsistir, lograron, con con la ayuda ayuda de mis hermano hermanoss mayo mayores res,, realiz realizar ar la casi casi homérica proeza de mandarme a estudiar la secundaria a 130 kilómetros del lugar. Por el 38 llegue a Piura, una ciudad muy distinta a mi pueblo, esta tenia arboles, plazuelas, iglesias, colegios clubes, cinem cinemas, as, autom automóv óvile iless de lujo. lujo. Tambié Tambiénn había había callec callecita itass transitadas por burritos y por carreteras tiradas por caballos. Un rio serpe serpente nteaba aba la ciuda ciudad. d. Un puent puentee la unía unía con con castil castilla, la, pueblito aledaño de típica conformación costeña. Una hermosa Plaza de Armas donde una parvada de adolescentes correteaba alegremente alrededor de su glorieta. Sus retretas, sus vetustos tamarindos. Su estatua de la libertad con los nombres de los precursores. Todo esto le daba el aire singular de una linda ciudad tropical. Para mi esto era totalmente inusitado. Jamás había visto una ciudad o algo parecido. Me llene de asombro. Estaba en una gran ciudad. Sin embargo, me llamó mucho la atención cuando comprobé que en Piura cocinaban con leña o carb carbón ón y que que comp compra raba bann el agua agua que que los los pint pintor ores esco coss “aguateros” traían del río en dóciles burritos con cuatro latas a cuestas. cuestas. Esto contrast contrastaba aba con mi humilde humilde pueblo pueblo petroler petroleroo dond dondee las calles calles no eran eran ruido ruidosas sas ni extens extensas as ni habían habían edifi edificio cios. s. Pero Pero eran eran asfalt asfaltada adas, s, había había agua agua corri corrient ente, e, luz eléctr eléctrica ica y gas para cocina cocinar. r. No conoc conocíam íamos os la leña leña ni el carbón. Yo no distinguía entre civilización y cultura. Por aquellos años había que dar examen para ingresar a secun secundar daria. ia. Me some sometí tí a la prueba prueba e ingres ingresee al Coleg Colegio io Saleciano de Piura en 1938. Eran los tiempos de pre-guerra mundial. En 1939 el mundo se estremeció con el duro tronar de
los cañones en Europa. Los pueblos latinoamericanos sufrieron el rigor rigor de la escase escasezz por motivo motivo de la guerra guerra y nuest nuestra ra adolesc adolescenci enciaa caminó caminó por senderos senderos riesgoso riesgososs de viol violenci enciaa mundial. A pesar de nuestra corta edad vivíamos preocupados por esa conflagración. Gobernaba el Perú, por esos años, don Manuel Prado Ugarteche, hombre perteneciente a esa laya de gente que cobra importancia importancia ora adoptar posturas personales personales antes que por ideas o posiciones políticas. Prado, en verdad, representaba a los banqueros. Su gobierno fue impopular. Igual que Benavides, persiguió a los apristas. Deje el Colegio Salesiano y fui al Colegio San Miguel por por el años años 40. Mis recue recuerdo rdoss de niño, niño, cuan cuando do la huelg huelgaa petro petroler lera, a, carco carcomí mían an mi pensa pensamie miento nto.. Una Una mañan mañanaa tibia, tibia, pajarina, en uno de los recreos, un compañero de clase me entregó entregó,, furtivam furtivamente ente,, unas hojas hojas impresas impresas con caractere caracteress diminutos. Mi amigo, cuando me entrego las hojas, estaba demu demudad dado. o. Tenia Tenia los ojos ojos desor desorbit bitad ados. os. Su mirad miradaa era era de asombro. Sin embargo, parecía feliz. Al recibir las hojas, tuve miedo miedo.. Mi cuerp cuerpoo tembló tembló.. Sentía Sentía curios curiosida idadd por por leer leer los los papeles. Me aleje del lugar y fui a leer a solas. Al abrirlo vi que era un periódico. Su titulo: “La Tribuna”. Contenía denuncias cont contra ra el gobi gobier erno no de Prad Prado. o. Defe Defend ndía ía a los los obre obrero ross y campesinos. Hablaba de Justicia Social. A lo ancho de todo el periódico se leía: EL APRA LUCHA POR LA FELICIDAD DEL PUEBLO. Aquí encontré la respuesta a mi curiosidad de niño. niño. Con Con esa lectura lectura entend entendíí el porqu porquee del del grito grito de los trabajadores petroleros de mi pueblo. Ese grito que era su esperanza.
Busque a mi amigo y le dije que estaba de acuerdo, que ese era mi lado en la lucha por la Justicia Social. Y pensar que este compromiso me iba a acompañar por toda la vida.
Resaltaban los nombres de los fundadores que, para nosotros, se convertirían en héroes. Nos llenamos de mística e hicimos de nuestra conducta política una religión.
Fue, pues mi viejo Colegio San Miguel de Piura cuando yo tome contacto real con el Apra. Pinté paredes, grité en las calles. calles. Repartí Repartí secretam secretamente ente “La Tribuna” Tribuna” y sentí sentí que era pro prota tago goni nist staa de la mas mas herm hermos osaa hist histor oria ia de luch lucha, a, de solid solidari arida dad, d, de amor amor y de pueb pueblo lo de la humil humillac lación ión y el despotismo. Yo no entendía de filosofías ni de doctrinas ni de principios, mis quince años no daban para tanto. En Piura los adolescentes apristas nos juntábamos para planificar nuestras tareas políticas. Destacaban entre el grupo de los hermanos Varillas, Laureano Carnero Checa, Vilela, estudioso y buen agitador, mi gran amigo Ruperto Rodríguez “Callitas” hijo del capit capitán án Rodrí Rodrígu guez ez Manfu Manfur, r, un milit militar ar que que estuv estuvoo en la Revolución de Trujillo al lado de “Búfalo” Barreto y tantos mas muchachos que después continuaron en la misma línea.
Nuestro trabajo de la adolescencia consistía en pintar paredes, repartir “La Tribuna” y colaborar con los adultos en todas las campañas. La labor era riesgosa porque la persecución contra los apristas se había convertido en una cacería humana. El gobierno no distinguía edades y la represión era tanto para el adolescente, como para su familia. Corríamos con alegría el riesgo, pues la obra valía la pena.
En el interior del país se vivía un clima de desesperanza, los únicos privilegiados eran los ricos, mientras los pobres vivían olvidados por el gobierno. Era la época del poder de los terratenientes del azúcar cara y el cholo barato. Es decir una sociedad sobajada, con deberes y sin derechos. Contra esta sociedad y contra este estado de cosas el Apra dirigía dirigía su prédica prédica revoluciona revolucionaria. ria. La juventud juventud de mi tiemp tiempoo iba tras tras ideale idealess nuevo nuevoss que que echa echaran ran por por tierra tierra los carcomidos cimientos de la vieja sociedad plutocrática. En lo poco que entendíamos sacábamos en claro que el Apra era el nuevo credo. La propaganda aprista estaba dirigida a difundir sus ideales y contra el gobierno oligárquico de Manuel Prado.
Juventud Aprista 1945 Entre a mi primera juventud al finalizar la segunda guerra mundial entusiasmado por la derrota del nazismo. En el Perú soplaban vientos de fronda que dejaban atrás las sombras del oprobio. Los partidos políticos se unieron y formaron el Frente Frente Democr Democráti ático co Nacio Nacional nal con con el objet objetoo de ganar ganar las elecciones e instaurar la democracia. Hasta antes de 1945 el Partido Partido Aprista había había vivi vivido do en la clandest clandestinid inidad. ad. Su Jefe perseguido, perseguido, sus líderes presos o desterrados. Pocos meses antes del 10 de junio, fecha de las elecciones, elecciones, Manuel Prado permitió la partic participa ipació ciónn legal legal del Apra. Apra. Por Por esta esta época época,, 1945, 1945, me inscribí formalmente en el Partido. Once duros años de persecución, de prisión y destierro contra el Apra terminan, pues, en 1945 Víctor Raúl sale a hablar con su pueblo y el 20 de mayo de ese año, Lima es testigo de la más fervorosa y multitudinaria manifestación que recuerda la historia política del Perú. Hombres y mujeres desde tempranas horas salen por las calles vitoreando el nombre del
Conductor. Confeti y flores adornan las calles. La plaza San Martin se viste de gala para recibir al pueblo limeño que, convocado por la presencia del Líder, llegará hasta ahí. El ambiente es de fiesta. Los sones de las bandas se escuchan en las calles. Todos van hacia la Plaza San Martin. Al promediar el día termino el desfile que voluntariamente voluntariamente el pueblo se había impuesto. Se colmó la plaza. Aquí, en uno de los balcones de los edificios que la rodean, se ve a un hombre fornido, parado, muy seguro de si mismo, de neto perfil aguileño, o diremos mejor, parecía un águila. águila. Su mirada mirada penetran penetrante te dominab dominabaa toda la escena. escena. El pueblo pueblo rugía. Aplaudía Aplaudía sin cesar. cesar. Levantab Levantabaa muy alto sus pañuelos blancos y el Hombre, tranquilo, brillantes sus ojos, miraba la grandeza de la presencia ciudadana. Cuando la masa se calmaba, el Hombre, atento, para mantenerla mantenerla alerta, abría los brazos y agitaba su blanco pañuelo. La masa volvía a rugir: ¡Víctor Raúl! ¡Víctor Raúl!. Durante cerca de veinte minutos la plaza fue una algarabía. Se hizo el silencio, Haya de la Torre recorrió con su mirada el gigantesco escenario, saco medio cuerpo del balcón, apunto con su brazo izquierdo al infinito y con voz grave, firme y rotunda dijo: “Compañeros: Este es para nosotros un día jubiloso de reparación y de reencuentro. En esta Plaza, ágora de asambleas inolvidables, volvemos a juntarnos bajo la égida del Protector del Perú, que nos legara con los colores de la Patria la consigna sagrada de que la libertad es entre nosotros, expresión de la voluntad de los pueblos y de la justicia de su causa que Dios defiende”. Tronó la plaza ante tan bello bello párra párrafo fo inicia inicial. l. El resto resto del del discu discurso rso fue una pieza magistral del enjuiciamiento de la realidad peruana, hizo un llamado a la unión nacional y reafirmo la fraternidad aprista como sostén infaltable del gobierno.
En 1964, después de tres años de haber terminado mi secundaria, secundaria, ingrese a la facultad de Letras en la Universidad de Trujillo. Formé parte de la legendaria Juventud Aprista de 1945. 1945. Nos Nos tocab tocabaa afianz afianzar ar el Parti Partido, do, organ organiza izarlo rlo en la univ univer ersi sida dad, d, cate catequ quiz izar ar,, hace hacerr una una labo laborr efec efecti tiva va de proselitismo. proselitismo. Todo lo hacíamos con entusiasmo, con amor, con alegría alegría porque porque sabíamo sabíamoss que estábam estábamos os construy construyendo endo una nueva sociedad libre del dolor y la miseria. Porque de esta manera manera estábam estábamos os cumplie cumpliendo ndo con el mandato mandato de nuestras nuestras conciencias. Existía entre nosotros un secreto vinculo que nos empujaba a trabajar sin jamás pedir nada. A darlo todo por el Apra que, en esencia, era darlo todo por la patria. Fue la época en que tuvimos que defender rectorado de Antenor Orrego. Allí lo conoc conocíí perso persona nalme lmente nte:: bajo bajo de estatu estatura, ra, ralos ralos castañ castaños os cabello cabelloss desafian desafiando do al viento, viento, ojos diminutos diminutos y penetra penetrantes ntes como como si habl hablar aran an,, labi labios os apre apreta tado doss insi insinu nuan ando do su temperamento. temperamento. Orrego era un escritor de solida cultura, honesto y decidido. Al maestro Orrego la Universidad de Trujillo le había otor otorga gado do el títu título lo de Doct Doctor or Hono Honori riss Caus Causaa por por sus sus merecimientos intelectuales. Orrego en su juventud había sido el eje y motor de la cultura en Trujillo. Cuando el Consejo Univer Universit sitari arioo lo eligió eligió Rector Rector de la Casa Casa de Bolíva Bolívar, r, los enemigos del Partido cuestionaron su elección, alegando que Orrego no tenía título académico. Yo escuche de un profesor universitario lo siguiente: “yo soy doctor en Letras, doctor en Derecho, doctor en Filosofía y daría todos mis títulos por algo de la sabiduría del maestro Antenor Orrego”. La Universidad que fundara Bolívar ostento el orgullo de tener a Antenor
Orrego como Rector hasta 1948 en que se produjo el golpe militar. En Trujillo conoci compañeros de todas partes del país, ahí estaba Celso Becerra fogoso orador político y principal dirigente de los estudiantes trujillanos, Julio Galarreta González que tuvo una connotada participación en el famoso Grito de Mans Mansic iche he cuan cuando do los los estu estudi dian ante tess de la Univ Univer ersi sida dadd se pronunciaron contra el Rector Manucci, provocando una gran crisis universitaria. Manucci cayó. También estaba Rumualdo Biaggi con quien trabé íntima amistad que, desgraciadamente, se fue ensombreciendo por las actividades parlamentarias de Biaggi. Rumualdo ha sido parlamentario durante muchos años. A Luis de la Puente Uceda lo trate con mucha frecuencia, frecuencia, pues, con el coordinábamos la estrategia en la Universidad. Lucho era un hombre sereno, cauto, tenaz, insobornable; de ideas definidas y acciones rápidas. Cuando ambos vivíamos fuera del país mantuvimos una ligera correspondencia sobre la vida de los desterrados apristas. Después, a la vuelta del destierro, nos vimos en lima en una circunstancia muy especial. Comandando Comandando las guerrillas de 1967 lo mataron las tropas del ejército cuando estaba en su trinchera de combate. De la Puente murió en su ley. Conocí, también, a Alfonso Barrantes, estudiante de años inferiores y que hizo gran amistad con un profesor de sicología arequipeño llamado Rivera Paredes y quien lo llamaba con el diminutivo de “corito” que, al parecer es el modo en que los arequipeños llaman a los chicos. Barrantes, por la época, no tenía ningún cargo ni mayor trascendencia en la militancia. Más tarde, fuera de las filas del Apra, este viejo conocido mío se convertiría en el líder máximo de las agrupaciones de izquierda, llegando a ser Alcalde de Lima. Otros compañeros de la época que recuerdo: Eliecer Gutiérrez, Fernández Gasco, Luis Pita
Chávarri, Niceforo Espinoza, Fidel Lamadrid, Pita Díaz, María Julia Luna, Humberto Vera Gutierrez Ilma López, Rosita de la Vega, Carlos Castillo Ríos. Algunos nombres se me quedan en el tintero. Testimonio del paso de los años. Por esa época entre los 45 y el 48, el trabajo partidario fue silencioso y de alerta. El Presidente Bustamente, que había sido elegido en el Frente Democrático con todo el apoyo del Apra, Apra, estaba estaba mostr mostrand andoo el cobre cobre torpe torpedea deand ndoo inicia iniciativ tivas as apristas y sirviendo intereses de la oligarquía. Y es que no se podía podíann hacer hacer cambio cambioss radica radicales les en un Frente Frente dond dondee los intereses eran diametralmente opuestos. De un lado la derecha, con todo el podre del dinero, dispuesta a no dar un paso atrás en sus privi privileg legios ios.. Del otro, otro, el Partid Partidoo Apris Aprista ta que que querí quería, a, justamente, justamente, terminar con esa sociedad caduca. caduca. Y es que el Apra aportaba a la vida política peruana ideas nunca antes expuestas. Incitaba a los trabajadores para que luchen por sus derechos hasta la muerte. Les dijo a los campesinos que la tierra les pertenecía. El Apra proponía la Reforma Agraria. Todo esto significaba una Revolución, una pérdida de poder de los ricos. Esta Esta Bustam Bustamant antee que había había inclui incluido do en su Gabin Gabinete ete tres tres ministros apristas los saco del Gobierno y nombro un gabinete totalmente contrario al Apra. Bustamante y Rivero dicto un úcase convocando a una Constituyente. Esto provoco un rechazo unánime de la ciudadanía. El país vivía un clima de tensión. Los militares acechaban. Frente a esta actitud del gobierno presidido por Bustamante, el comando del Partido del Pueblo intento tomar el gobierno para impedir que la clase dominante lo hiciera.
3 de Octubre, la Clandestinidad El 3 de octubre de 1948 se levanto la Armada Peruana Peruana a las órdenes del comandante Aguila Pardo, valiente y honesto marino que se inmolo por sus ideales. Al fracasar la tentativa se disparo un tiro en la sien. Hay muchas versiones sobre ella. No es mi propósito, en estas páginas, hacer critica alguna, tan solo diré que los apristas nos hicimos responsables de aquel suceso y que la juventud aprista, de una o de otra manera, participo en la tentativa. Como resultado de los hechos, Bustamente y Rivero nos pone fuera de la ley y ordena la persecución persecución contra los apristas. Otra vez la ignominia. Haya de la Torre dirige al partido desde sus bases clandestinas. Los dirigentes perseguidos se asilan en emba embaja jada dass y son son cond conduc ucid idos os al dest destie ierr rro. o. Dece Decena nass de comp compañ añer eros os van van a pris prisio ione nes. s. Pers Persec ecuc ucio ione ness brut brutal ales es y despiadadas. El Apra reordena sus cuadros y echa mano a la Juventud Aprista (JAP) para diseñar la oposición a la nueva dictadu dictadura. ra. De esta suerte la direcció direcciónn del Partido acuerda acuerda conspirar contra el gobierno. Como primer paso ordena a su militancia universitaria la toma de las universidades. Procurar que los obreros hagan lo propio, para, con el apoyo del ejército, tentar la toma del poder el 27 de octubre. Así las cosas, se decide cerrar las universidades el 25. San Marcos lo hace con lo mejor de su juventud en su interior bajo las ordenes de Carlos Delgado Olivera. Bustamante ordena el sitio de la Universidad. Les corta la luz y el agua. Los sanmarquinos resisten. Se espera el pronunciamiento de los sindicatos, este no vino y el gobierno ordena tomar “la plaza” a como diera lugar. El día 26 una dotación de soldados y tanques
de guerra derriban las puertas de la Casona. Los estudiantes estaban desarmados y fueron conducidos presos a la Quinta Comisaria de la calle Cotabambas. En la Unive Universi rsidad dad de Trujil Trujillo, lo, dond dondee fui elegid elegidoo Presidente del Comité de Huelga, tomamos la vieja Casa de Bolívar el 25 de octubre. Más de cuarenta estudiantes nos quedamos quedamos en su interior entre los que se encontraban Luis de la Puent Puentee Uceda, Uceda, Carlos Carlos Casti Castillo llo Ríos, Ríos, Gonz Gonzale aless Ferná Fernánd ndez ez Gasco. Resistimos con valentía el ataque de los pelotones de soldados y policías. Hubo amenazas de muerte y se nos disparo al cuerpo. Nada nos amedrentó. Seguimos en nuestros puestos hast hastaa que que la fuer fuerza za de los los fusi fusile less y las las bayo bayone neta tass nos nos doblegaron. Los universitarios apristas de una y otra universidad mostraron gran valor y coraje. Jamás dieron paso atrás. Ni los tanques de guerra, ni los fusiles, ni las bayonetas pudieron intimidar tanta gallardía juvenil. A los trujillanos nos trajeron a Lima Lima severa severame mente nte custo custodia diados dos y nos nos repart repartier ieron on entre entre el famoso famoso SEXTO SEXTO y la Quint Quintaa Comisa Comisaría ría donde donde estaba estabann los sanmarquinos. sanmarquinos. Mientras esto ocurría contra las universidades el 26, el día 27 el General Manuel Odría Ministro de Gobierno del Gabinete de Bustamante, se levantaba en armas en la ciudad de Arequipa y derrocaba el melifluo Bustamante. Odría redobló el ataque. En la “Quint “Quinta” a”,, en meno menoss de 40 metro metross cuadr cuadrado adoss estuvimos encerrados encerrados más de 120 apristas, dormíamos casi uno encima del otro, pero nunca nos sentimos tristes ni abatidos. Hacíamos planes para el trabajo partidario, nuestro principal propósito era huir e la prisión para combatir a la tiranía. Por
ratos cantábamos nuestros himnos, nuestras marchas y en otros momentos momentos conferencias, conferencias, lecturas y distracciones. Que hermosas nuestras fiestas en la prisión!, como diría el inolvidable inolvidable Vallejo: “jamás nos falto la tonada.” Algunos compañeros pasaban por el frente de la puerta de la prisión con intención de asaltarla. Jorge Delgado Olivera llevaba la batuta. A la prisión nos vino a ver, ver, más más de una vez, vez, nuestr nuestroo VICERR VICERRECT ECTOR OR Dr. Sergi Sergioo Bernales, viejo militante, esculpido en sabiduría y valor. La gesta estudiantil de 1948 es una muestra de cómo un hombre portando una fe y una esperanza es capaz de enfrentar las más desiguales contiendas. De cómo se ofrece la vida a cambio de un futuro promisorio para el pueblo. De cómo se defiende un ideal sin más interés que la grandeza de la Patria. Todos los estudiantes nos sentíamos protagonistas de la más hermosa epopeya histórica. Odría, presionado por las fuerzas populares y la opinión internac internaciona ional,l, nos dio libertad libertad escalona escalonada, da, entre entre noviemb noviembre, re, diciembre de 1984 y enero del 49. Por los primeros días de diciembre, salí en libertad y junto conmigo Juan Maclean Bedoya. Pero antes de ver la luz de la calle, en una especie de patio interior de aquella siniestra prisión, Juan Maclean Bedoya nos decía: “hoy a las 9 de la noch nochee nos nos vemo vemoss en el Parq Parque ue de la Expo Exposi sici cion on”” ¡Qué ¡Qué formidable!; no habíamos pisado un centímetro del umbral de la calle y ya Maclean nos citaba para una reunión partidaria y seguir en la pelea. Este era nuestro destino. Nuestra sagrada misión. Los años entre el 48 y el 50 que nos tocó trabajar por el Parti Partido, do, antes antes de ir al destie destierro rro,, fueron fueron años años treme tremend ndos, os,
durísimos. Se nos había encargado mantener viva la llama de la insurg insurgen encia cia popul popular ar porqu porquee la mayo mayorr parte parte de nuest nuestros ros dirigentes adultos, o estaban presos o habían sido desterrados. Haya de la Torre era buscado intensamente, se puso precio a su cabe cabeza za.. Fren Frente te a esto esto,, todo todoss los los coma comand ndos os del del Part Partid idoo acordamos el asilo del Jefe. Este ocurrió rápidamente en la Emba Embaja jada da de Colo Colomb mbia ia.. Poco Pocoss días días desp despué uéss esta esta sede sede colombiana sufre el asedio mas ignominioso que recuerde la hist histor oria ia dipl diplom omát átic icaa del del mund mundo. o. En el perí períme metr troo de la resi reside denc ncia ia colo colomb mbia iana na se cava cavaro ronn fosa fosass para para evit evitar ar se const construy ruyan an túnele túneless y fugue fugue el “pelig “peligros rosoo pensa pensado dor”. r”. La Embajada de Colombia se convirtió en una casa sitiada. La Lucha, La Mística Con el Jefe del Partido asilado, con muchos dirigentes desterrados y otros presos, la juventud aprista tuvo que asumir su responsabilidad. Armamos nuestros comandos, tuvimos que aprender sobre el mismo terreno nuevas tácticas de lucha. La clandestinidad clandestinidad reclamaba otros métodos: hermetismo, sigilo, astucia, total entrega. A pesar de ello caían comandos por ataques policiales; pero ahí estaba el toro para reemplazarlo. Recuerdo haber escrito en uno de los muros de “San Quintín”, siniestra prisión donde éramos hacinados, “que en la lucha por la libertad y la justicia de los pueblos, la persecución, persecución, la prisión y el desti destierr erroo son son peque pequeñe ñeces ces”. ”. Realm Realment entee así así lo sintió sintió el militante aprista. Solamente quería la libertad para volver a la lucha. lucha. Cada Cada aprista aprista de aquellos aquellos tiempos tiempos tiene tiene una hermosa hermosa historia historia que contar, contar, íbamos íbamos al combate combate presidid presididos os por las hermosas frases de Julius Fusick, aquel formidable combatiente combatiente checo cuando marchaba al patíbulo: “por la alegría he vivido,
por la alegría he marchado al combate, por la alegría muero, que nunca la tristeza sea unida a mi hombre”. Algunas veces la fiereza de la lucha hacia mella en los combati combatiente entes, s, cansado cansadoss pedían pedían relevo relevo en el cargo. cargo. Pero no había lugar para ellos. Teníamos que cumplir con el deber. Laureano Carnero me refirió que Negreiros Vega, frente a una solicitud de relevo, respondió “...lo que pasa es que en esta contienda todos quieren ser sobrevivientes”. Nunca más hubo solicitu solicitudd de relevo. relevo. El cumplim cumplimient ientoo del deber estaba estaba por delante. Luis Negreiros Vega fue uno de los últimos Secretarios Genera Generales les del Parti Partido do en la clande clandesti stinid nidad ad que que yo traté. traté. Hombres Hombres sin palabras palabras escondid escondidas, as, granític granítico, o, trejo, trejo, maestro maestro incomparable incomparable de la lucha, del valor y la moralidad. Murió en su ley, cuando regresaba de una base de impartir directivas. Lo acribillaron acribillaron a balazos en la esquina de la Av. 28 de Julio y Petit Thouars. Y cuando estaba caído volvieron a dispararle todas las balas de todas las metrallas del tirano. Fue necesario todo el plomo de todos los fusiles para acallar el alma generosa de ese valiente militante aprista. Pero Negreiros no nos dejo nunca. Su ejemplo presidió todas nuestras reuniones clandestinas. Loor al combatiente. Era la époc épocaa de dar, dar, de sacrif sacrifica icarno rnoss para para maña mañana na cuand cuandoo el aurora aurora diera diera su prime primera ra clarid claridad ad,, estar estar ahí ahí para para edificar una nueva sociedad basada en la justicia y la libertad, sobre sobre los ideale idealess eterno eternoss de la solida solidarid ridad ad,, del amor, amor, la honradez, la moralidad y el trabajo.
Desp Despué uéss del del ases asesin inat atoo de Negr Negrei eiro ross Vega Vega,, la persecución persecución se hizo más dura, los comandos comandos juveniles caen uno tras otro, las prisiones se pueblan de apristas, no nos daban ni dábamos tregua. Nunca sabíamos si la noche que quedaba atrás seria la ultima y si el día siguiente veríamos la aurora. Pero jamás dejamos de estar en nuestra línea de fuego. Las torturas eran la respuesta a nuestra lucha. Por esta époc época, a, 1949 1949,, es deteni detenido do en una base de combate Juan Maclean Bedoya. Ya he dicho que con el había compartido la primera prisión en los sucios calabozos de la “Quint “Quinta” a”.. Juan Juan era un compa compañer ñeroo excep excepcio ciona nall de innata innata simpatía, inteligente y tenaz. Generoso en la entrega. Daba la impresión que a este compañero de un poco mas de veinte años, la vida vida part partid idar aria ia y su amor amor por por la caus causaa lo habí habían an engrand engrandecid ecido. o. Su sola presenc presencia ia nos congrega congregaba, ba, nos hacia hacia marchar sonriendo al combate. El no sabía de retrocesos, de dejar las cosas para más tarde. Ahora y ya. Y así se hacía. Los esbirros esbirros nos perseguí perseguían an brutalme brutalmente nte y especial especialment mentee a él porque era nuestro organizador. Una mañana pálida, mustia, cuando el invierno limeño asomaba con tímidas garuas, los soplones de Odria, armados hasta los dientes, cayeron en la base donde estaba Juan y Gritaron: ¡…a Maclean,! a Maclean..!. Al oír los compañeros los gritos del a policía buscaron huir llevándose a Juan, pero estaban rodeados, nada se podía hacer. Los soplones se lanzaron sobre Maclean y lo maniataron. Resistió valientemente, les increpo su conducta vitanda pero todo fue inútil. Ellos eran muchos. Esta fue la última prisión de Juan Maclean porque después lo iba a ganar la muerte.
Lo ll llev evar aron on al SEXT SEXTO O lo some someti tier eron on a crue cruele less interrogatorios, lo injuriaron, lo torturaron. Ellos querían saber de toda la organización. No consiguieron nada. Los labios de ese hombre incomparable, héroe civil de la resistencia aprista, no se abrie abrieron ron nunca nunca para para la delaci delación ón.. Así, Así, maltr maltrech echo, o, lo arrojaron al calabozo en el frío de la noche, sin pan ni abrigo. Maclean enfermó, fue conducido al FRONTON, tétrica isla donde pagábamos un alto precio por la libertad de todos los peruanos, y cuando estaba al borde de la muerte, deshecho, llagado, lo condujeron a un camastro del hospital Dos de Mayo con vigilante en la puerta. Al poco tiempo murió acribillado por el terrible mal que contrajo en la isla. Se apago así la vida de un gran militante, de un noble combatiente. De un hermano. Su recuer recuerdo do nos nos llena llena de triste tristeza za porqu porquee ya no esta esta con nosotros, porque sus claros ojos se han apagado. No importa. Nosotros continuábamos continuábamos con él como estandarte vital de lucha. Al llevarlo hasta su última morada aquel triste mes de julio, desafiando las balas de los asesinos, le dijimos con nuestra marcha: “Paso… paso a los caídos… que derramaron su sangre y su valor…. Paso… paso a los valientes…” por la Justicia y la libertad. Una legión de militantes con su brazo izquierdo en alto, empuñando empuñando sus pañuelos pañuelos blancos y, jurando seguir su ejemplo, le dio el último último adiós. adiós. Nos Nos qued quedóó su nomb nombre re como como faro faro luminoso para seguir en el combate. Loor al héroe.
Así se vivió la vida por esos años. Con entrega, con sacrificio. Hombres y mujeres formando un ejército de valor y coraj coraje. e. Mucho Muchos, s, como como Juan, Juan, cayero cayeronn en la conti contien enda. da. Es necesario realzar aquí la presencia de la mujer aprista sin cuya participación participación ningún acto heroico hubiera sido posible Tengo el recuerdo recuerdo freso freso de compañe compañeras ras como como Elena Elena Orozco, Orozco, Ivonne Ivonne Young, Ernestina la Torre, Frida Manrique, Zoila Sánchez, Rosita Rosita de la Vega, Vega, Gracie Graciela la Martí Martínez nez Meriz Merizald alde, e, Nareid Nareidaa Barahona, Barahona, Juanita la Torre. Ellas, igual que nosotros, estuvieron en todos los frente, fueron perseguidas, apresadas y desterradas. Pelearon de igual a igual. He aquí el relato apretado de Ivonne Young Young de Trenema Treneman: n: “Madres “Madres,, hijas, hijas, novias, novias, esposas esposas todas todas formaban parte de las brigadas de asistencia social en todos los sectores, en todas las casas apristas, las mujeres con ternura y valen valentía tía se unían unían en herm hermosa osa frater fraternid nidad ad para para apoya apoyarr al comp compañe añero ro perse persegu guido ido que llega llegaba ba en busca busca de refug refugio io y apoyo. Madres heroicas heroicas que aun viven impulsadas por la fuerza del ideal por el que vieron partir y morir a sus hijos iluminados de esperanza y fe aprista.” En 1950 se convoca a elecciones estudiantiles en la Universidad de San Marcos y el Comando Universitario me designa candidato a la presidencia de la Federación (FUSM). Ganamos Ganamos las eleccion elecciones es y ello representab representabaa mayor mayor trabajo trabajo partida partidario. rio. Teníamos Teníamos por delante delante el cuatrice cuatricenten ntenario ario de San Marcos. Las elecciones generales, el asilo de Haya de la Torre, la libertad libertad de nuestros nuestros compañ compañeros eros presos. presos. Organiza Organizamos mos la protesta pública para impedir que Odría legalice su dictadura y defendim defendimos os la candidat candidatura ura del General General Ernesto Ernesto Montagn Montagne. e. Odría logro su propósito a sangre y fuego. Más de una vez fuimos a la prisión. Al recobrar la libertad nos propusimos participar con presencia física y aprista en los festejos del
cuat cuatri rice cent nten enar ario io sigu siguie iend ndoo las las dire direct ctiv ivas as del del Part Partid ido. o. Evidentemente que la represión del gobierno se redobló y nos persiguieron a sol y a sombra, vivíamos a salto de mata. La solid solidari arida dadd apris aprista ta se puso puso de manif manifies iesto. to. Comp Compañ añera erass y compañeros en todo momento nos dieron protección y apoyo. Gente a la que ni siquiera conocíamos nos abrían las puertas con cariño, con amor, sentían ellos que cumplían con un deber de su conciencia. Y es que para entender esto es necesario comprender comprender cuan hondo es el sentimiento de una mujer o de un hombre que abraza un ideal de justicia. Cómo la lucha por la libertad adquiere caracteres sublimes y como la muerte no es sino un escalón de la vida. La lucha contra el gobierno en 1950 se hacía cada vez más difícil y nuestro propósito de impedir al Rector Pedro Dulanto hacer los festejos en la Universidad de San Marcos tropezaba con situaciones insospechadas. San Marcos se había llenado de “soplones” nos era casi imposible organizamos. Sin embargo hacíamos la pelea, caían compañeros, salían nuevos para reemplazarlos. reemplazarlos. En mi caso la orden, por el cargo que tenía, era: “a como diera lugar.” Una mañan mañanaa de diciem diciembre bre cuan cuando do el estío estío limeñ limeñoo calentaba tímidamente tímidamente el día y las típicas vendedoras de fresas, con sus canastitas al hombro ofrecían la rica fruta, me dirigí a casa de mi hermano Edmundo, en el barrio de La Victoria. Cuando entré vi un cuadro desolador: todo en desorden, las camas camas destendi destendidas, das, los muebles muebles arrincon arrinconados ados,, mis sobrinos sobrinos llenos de miedo. Mi cuñada me miró fijamente, tenía pena, me volvió a mirar y compasivamente me dijo: te ha unido a buscar la policía armada hasta los dientes, han asustado a mis hijos. Nos han amenazado a todos. No han respetado nada, dijeron
que volvieran. Y agregó, llorando desesperadamente, ¡Huye, huye. Esta vez no te soltarán.! ¡Qué hacer! Yo tenía por delante el deber de enfrentar a Dulanto, que era el Rector de San Marcos, e impedir que este presentara al mundo una Universidad libre, democrática, feliz. Sabía que mis días estaban contados pero yo quería estar libre para abril del 51 que era el mes de las celebración. Disf Disfra raza zado do de mecá mecáni nico co viaj viajéé a Piur Piuraa a casa casa de Amabilia, mi hermano mayor, mi gran apoyo fraterno. Cuando llegue ya la policía había estado antes que yo. Felizmente fue así, porque ello me permitió refugiarme en al chacra de unos amigos de mi hermana. !Qué año tan terrible ese de 1951!. Una sequía feroz azotó el Departamento de Piura, ni una gota de agua en el río ni en los pozos. El calor era insoportable. La habitación que estos buenos amigos me dieron en el campo, como es de imaginarse, era muy precaria. Los techos eran de lo que, en Piura, se llamaba “torta”, barro con paja. El piso de tierra. Por las noches las ratas cruzaban a discreción por el cuarto. En el techo, se oía un ruido infernal. Eran las ratas que peleaban. A lo lejos unos tristes pajaritos, muertos de sed, apenas piaban. Todo un cuadro de desolación. Para mí eso era espeluznante. espeluznante. Nada de agua, casi ni para beber imposible tomar una ducha o, siquiera, bañarse a poquitos. Así pasé casi 15 larg largos os días días.. Reco Record rdéé a Jean Jean Valj Valjea ean, n, aque aquell pers person onaj ajee extraordinario de “Los Miserables” de Víctor Hugo. Pero estas condiciones para mí eran insoportables. Entonces dije: desde aquí no hago nada y más bien me estoy consumiendo en mugre y desesperación; si logro evadir a la policía en Piura, viajo a Lima y prosigo mis tareas.
Casi al morir la tarde un día de enero de 1951, me acerqué a los dueños de casa. Les dije que me iba. Les agradecí con amor todas sus atenciones y emprendí, a pie, el camino de vuelta a la ciudad. Ellos comprendieron. Se quedaron tristes. Ya nos habíamos hecho amigos. Como a las ocho de la noche vi, a lo lejos, las primeras luces. Qué alegría. El paisaje, seco, agreste quedaba atrás. La noche, también, quedaba quedaba atrás. Por el camino me había cruzado con con noble nobless campes campesino inoss que que iban iban de vuelt vueltaa a su chacr chacra. a. Saludaban con respeto. Eran otros tiempos. Las luces de la ciudad se multiplicaron. Llegué a casa al promediar las nueve. El guardia que merodeaba se había retirado, pude entrar sin cuidado a casa de mi hermana. Apenas me vio con la barba crecida y la ropa muy sucia, se lanzó sobre mi cuello y me besó eternamente. Lloramos. Sosegados, le pregunte por mamá y papá a quienes hacia mucho que no veía y ella respondió: no saben nada. Inmediatamente me di la ducha más reconfortante de mi vida. A la mañana siguiente, salí a hurtadillas pretendiendo llegar a casa de otra de mis hermanas a quien no veía muchos años; de pronto escuche mi nombre en el camino y vi, en la vereda de enfrente, a un hombre rechoncho, de tez blanca que me hacía señas como que lo esperara. No recordaba para nada ese rostro pero el hombre insistió y vino hacia mi. Me hablo con soltura y confianza y me recordó pasajes de un pasado próximo en San Marcos, sin embrago yo tenía desconfianza, el asunto me olía mal: -Oye, le dije, tengo un asunto urgente que hacer y nos veremos por la tarde
-Mira..esté..la verdad es que tengo orden de capturarte. El ladino creyó que me había engañado. Me dio asco su actitud vitanda y le grite con ira: tendrás que llevarme a la fuerza porque te hare tal escándalo que todos en Piura sabrán que eres un odioso soplón. No me importa, respondió. Pediré ayuda y de todas maneras te llevaré. Me di cuenta que estaba perdido y que todo lo que hiciera después me lo “cobrarían” adentro Volví, pues, a la prisión en mi propia tierra natal. La policía tenía orden de detenerme y enviarme a Lima. En Piura estuve treinta días en la cárcel y tan pronto los amigos se enteraron del hecho me fueron a ver. Recibí de ellos calor humano, humano, fraternidad, alegría. ¡ Y tanta falta me hacia todo esto! Por ese mes de febrero febrero cumplí cumplí 26 años! Qué lugar, la cárcel, para cumplir años!. La única persona que fue a verme ese día fue mi padre.!Era la primera vez que mi pare iba a una cárcel y, justamente, a ver a un hijo. Lo vi al entrar, caminaba con dificultad porque una vieja infección reumática le había menoscabado el andar. Mano ligeramente puesta en el bolsillo. Amplia frente surcada por el tiempo, su mirada era firme y expresiva. Su cabeza redonda, estaba adornada por finísimos cabellos ligeramente ondulados. Frondoso bigote, retorcido en las puntas a la usanza medieval, blanco ya por el paso de la nieve. El venia hacia mí “con su bendición y su llanto”. Mi padre padre no era de mucha muchass palabr palabras, as, me abraz abrazóó y me besó besó tiernamente, sus ojos se enjugaron, pero no lloró. El no lloraba nunca, primó su temple de viejo hachero. Volvió a ponerse la mano en el bolsillo, se dio vuelta y se fue con el mismo andar
que cuando entró. No me dijo palabra alguna ni volvió su rostro para mirarme. Mi padre estaba triste. Esa fue la última vez que lo vi antes de ir al destierro. Mi madre, tiernísima, jamás tuvo fuerza para verme en una prisión. Yo siempre vivía con su recuerdo y la luz de sus vivísimos ojos verdes. No la veía desde 1950. Solamente volví a ver a mi vuelta de Buenos Aires a fines de 1956. Los primeros días de marzo fui trasladado a Lima a un “hot “hotel el que que ya cono conocí cía: a: San San Quin Quintí tín” n”.. Pero Pero ante antess me incomunicaron incomunicaron durante tres días, de tal manera que mi hermano Edmundo, el único familiar que yo tenía en Lima, no pudo encontr encontrarme arme.. Comí paila. Qué horror. horror. Yo había había jurado jurado no comer paila nunca. Pero aquel viejo refrán, que tanto se repite, “para buen hambre no hay pan duro”, se cumplió conmigo. A las seis de la tarde, en la penumbra de un invierno esquiv esquivoo se apare apareció ció,, en mi calab calabozo ozo,, acom acompa paña ñado do de un guardiá rdiánn, un negro jov joven, muy suc sucio y soez. ez. Con amaneramientos amaneramientos que lo retrataban de cuerpo entero gritó: “paila güevo güevone nes”. s”. Vi de cerca cerca los cilin cilindro dross en los que traían traían la comida. Terriblemente sucios con una capa negra de mugre en su interior formada por todo el sebo de alimentos. En uno de los cilindros había arroz hecho un masacote; en el otro, una suerte rte de frij frijooles. les. Nada de carne rne ni ning ingún otro tro acompañamiento. Me estremecí, pero tenía hambre. Como no tenia cacharro para recibir los alimentos atiné a buscar unos periódicos para recibir la comida y con voz estentórea, porque así tenía que hacerlo, le dije al reo:! Ponme un poco de arroz y frijoles! frijoles!.. Entonces Entonces aproximé aproximé directam directamente ente la comida comida a mis labios sin tocar el papel. De esta manera pude comer un poco. Al día siguien siguiente. te. Al clarea clarear, r, me llevar llevaron, on, junto junto con con otros otros
compañeros, a tomar desayuno. Tuvimos que pasar por “El Buque” siniestro calabozos donde estaba lo peor del hampa: asesinos, ladrones, violadores, casi todos homosexuales. Estos hampone hampones, s, con gestos gestos perverso perversos, s, estiraba estirabann sus brazos brazos para tocarnos. Nosotros ya estábamos curtidos, pero con todo nos irritaba la situación. El desayuno consistía en un pan de tropa del día anterior y un poco de te con alcanfor. Diz que el alcanfor para contener los deseos sexuales Al tercer día terminó mi incomunicación y me pasaron a “San “San Quintí Quintín” n”.. Cuando Cuando caye cayeron ron las tranca trancass de la puerta puerta metá metáli lica ca de la tétr tétric icaa pris prisió ión, n, escu escuch chéé el grit gritoo de los los compañeros compañeros que decía: “!vapor del norte!”. Esto significaba, significaba, en nuestra nuestra semántic semántica, a, que llegaba llegaba un nuevo nuevo compañe compañero. ro. Ahí encontré a viejos amigos con quienes antes había compartido prisión. También estaban unos chinos opiómanos, un francés “macró”, que es lo mismo que un tratantes de blancas, y un judío estafador. Normalmente los presos políticos estábamos aislados de los presos comunes. Pero esta vez, no sé por qué razón encontré encontré ahí a esa gente. Seguramente, Seguramente, para el gobierno, tenían una situación especial y no eran peligrosos. La vida en la prisión es tremenda para el preso político, porque se está en ese lugar sin haber dañado a la sociedad. Paradójicamente se está ahí pagando alto precio por el amor al hombre y su destino. Porque se vive por ideales. Verse así, hacinado en una lúgubre prisión, es como morir en vida. Sin embar embargo go supim supimos os sobrep sobrepone onerno rnoss a todo todo ello ello sin odios odios ni rencores. Tratábamos de hacer las horas placenteras. Leíamos. Jugábamos, nos divertíamos. Y eso que muchos compañeros estaban años en las prisiones. Eran doctores en adversidad y
sacrificio. Como diría Haya de la Torre todo esto no es sino “el mudo testimonio del paso brutal de la barbarie”.
prisión también estaba César Solís, Juan Bravo Gandulia, que murió en el destierro en Venezuela y Wilfredo Huayta
En San Quintín nos hacíamos el desayuno - “quaquer” con cascara de naranja-en una vieja cocina de querosene que había sido decomisada y arrumada en ese lugar. Compartíamos el almuerzo almuerzo y la cena con las vianda viandass que que nos nos traían traían los familiares. !Qué momentos tan hermosos!. Todos querían dar, nunca nunca alguien alguien negó negó algo. algo. Para mi son gestos gestos inol inolvida vidables bles.. Cuantas veces comí de la vianda de los compañeros porque no tenía la mía.
El núme número ro de preso presoss siemp siempre re estuv estuvoo entre entre doce doce y catorce, dos por celdas. Teníamos que dormir con las cabezas opuestas para poder entrar en el rectángulo de 0.90 x 2.00 mts. Nos Nos cambia cambiaba bann de prisió prisiónn según según las conv conveni enienc encias ias de la policía, de tal suerte que nunca estuvimos los mismos. Cuando escuchábamos el grito del custodio que decía:
San Quintín era una prisión que estaba en el local de la Prefec Prefectur turaa de Lima, Lima, dando dando la vuelt vueltaa al prime primerr bloqu bloquee de cemento del edificio. No era una prisión especial, sino que había sido acondicionada para esos fines. Por fuera era una puerta ancha de metal trancada con barrotes de hierro. Al abrirse la puerta, un pequeño lugar de no más de dos metros cuadrados servía de vestíbulo para el vigilante este era el jefe interior de la mazmorra, después otra puerta de hierro con rejas que, al abrirse, daba acceso a los calabozos. Había como seis o siete calabozos de 90 centímetros de ancho por dos metros de largo con puertas de rejas de hierro. Entre los calabozos y el límite del local un corredor de no más de un metro de ancho. El largo del presidio no era más de siete metros. Jamás entraba el sol. sol. Tenía Tenía un peque pequeño ño baño baño que se comu comunic nicaba aba por por una una ventanilla, en lo alto, con el de la prisión contigua. Por ahí nos comunicábamos con Fausto Vinces, entrañable compañero y paisano. A Laureano y a mí nos mandaba “cigarritos” y uno que otro bocadillo piurano que preparaba su buena esposa Chela. Fausto nos veía como sus hermanos menores. En esa
“…con todooo”, todos corríamos hacia la puerta grande porqu porquee ello ello signif significa icaba ba dos dos cosas cosas,, o que que te cambia cambiaban ban de mazmorra, o que salías en libertad. Mañana tarde y noche vivíamos con ese grito pegado en los oídos. Otra cosa terrible del a prisión era la cuenta nocturna. Cada cambio de guardia, el policía, linterna en mano, iba de celda en celda contando a los compañeros. Al final decía: conforme. La mercadería estaba bien. Jamás respetaron nuestro sueño. En San San Quint Quintín, ín, me encon encontré tré con Jorge Jorge del del Prado Prado,, Secre Secretar tario io Genera Generall del del Parti Partido do Comun Comunist istaa del del Perú. Perú. Nos Nos hicimos hicimos amigos. Jorge es un hombre hombre inteligente. inteligente. Un poco nervioso, tenaz y obsesivo, diría, más bien fanático. En la prisión no hizo mayores amigos. Se retraía mucho. Lo volví a ver en el destierro, en Buenos Aires. Los chino chinoss que que encon encontré tré allí allí eran eran de tres tres “clase “clasess sociales” los burgueses, que vestían con sus elegantes batas chinas con dragones, estos eran los consumidores consumidores del opio puro en pipa. Otros, diríamos la clase media, fumaba las cenizas de los ricos que quedaba en la pipa. Y los terceros, los proletarios, proletarios, que se inyectaban el jugo de la ceniza que quedaba de estos
últimos. Para evitar los estragos que produce el corte súbito de la droga, por tres o cuatro días, se les suministraba opio en pequeñas cantidades. Pasados estos días los chinos soportaban los efectos de la forzada abstinencia pero ocurrió que uno de ellos, de los que se inyectaban, había llevado escondida la droga en la punta de una frazada de tal suerte que, mientras le duró duró el opio opio,, la pasó pasó muy muy bien bien.. Un día, día, al come comenz nzar ar la madru madruga gada da,, escuch escucham amos os en la prisió prisiónn gritos gritos de dolor dolor y desesperación, estos venían de las celdas de los chinos. Nos alarmamos alarmamos y fuimos a investigar las cosas. Julio, así se llamaba el chino, sentía que la pierna se le desprendía del cuerpo y lloraba de dolor y angustia. Seguidamente le venia vómitos. Daba pena ver a Julio en ese estado. Gritaba a todo pulmón: “shata la pena, yo mele”. La pierna que sentía que saltaba, era la pierna donde se inyectaba el jugo de ceniza. Veía muy cerca al a muerte. Así estuvo tres o cuatro días hasta que pasaron los estragos. Junto con estos chinos de origen, había un peruano de ascendencia china de aspecto respetable, muy bien hablado y que había sido empleado del viejo Estanco del Opio. Hablaba chino o, por lo menos, lo entendía muy bien. Los chinos lo respetaban. Don Pedro, este era su nombre, nos enseño a contar en chino y algunas palabras de ese idioma. Y aprendimos a contar porque cuando jugábamos quina con los chinos, había uno, muy pobre, que era cocinero en la calle Capón, solamente “cosu “cosumil milol” ol” y no conoc conocía ía los núme números ros.. Por Por esto esto es que catábamos la quina en chino. Con estos chinos, que resultaron ser gente muy amable y gener generosa osa,, proba probamo moss los mejor mejores es manja manjares res de la cocin cocinaa oriental. No hemos vuelvo a comer chifa tan sabroso porque a ellos les preparaban bocados especiales.
El francés, “macro”, era un hombre delgado, buen mozo de fino trato. Estaba ahí por asunto de faldas y porque tenía, como dicen los argentinos, un entripado con Esparza, Director de Gobierno. El judío era un hombre atormentado pero simpático, lo había habíann deten detenido ido porqu porquee las autori autoridad dades es ecuato ecuatoria rianas nas lo solicitaban por estafa en Guayaquil. El era el dueño de la peletería “El Tigre”. Por las tarde en San Quintín nos asaltaba el tedio, la nosta nostalgi lgia, a, el recue recuerdo rdo de la famil familia. ia. Algun Algunos, os, estan estando do en prisión, perdieron a los seres más queridos. Para romper este estado de ánimo solíamos reunirnos en torno a una mesita de madera de tres patas para hacer la “cumbiamba”; o sea una suerte de espiritismo. Cuántas cosas ocurrieron al lado de esta mesa. Nos acercábamos a ella con unción, como si esa fuera una tabla de salvación. La sola mesa era casi un templo. La invocación era:. “si hay algún espíritu presente que de un golpe…por favor…por favor”. De repente la mesita se movía y daba un golpe. Nos mirábam mirábamos os triunfado triunfadores, res, las cosas cosas iban bien. Ya teníamo teníamoss “espíritu”. Un compañero ansioso se adelantaba en la pregunta al “espíritu”: ¿Cuándo voy a salir en libertad?. Pronto?...un golpe, por favor…, por favor, la mesa daba un golpe de aceptación. El rostro del compañero brillaba de sudor sudor frío, frío, se ponía ponía conte contento nto,, sonreí sonreía. a. Otro Otro compañ compañero ero
preguntaba preguntaba lo mismo y el otro también y todos lo mismo. Era la pregunta infaltable para los espíritus y estos, bondadosos, nos engañaban con una pronta libertad. Siempre había lugar para una broma. Recuerdo que mientras el francés dirigía una sesión de espiritismo dijo la invocación de siempre:
Una noch nochee fría, fría, lúgubr lúgubree endiab endiablad ladaa de oscuri oscurida dad, d, cayeron toscamente los barrotes de hierro de la puerta y una tenue proyección de luz permitía ver el rostro del cancerbero que gritaba: Ese Aldanaaa…!
..si hay algún espíritu presente que dé un golpe….Todos golpe….Todos esperábamos el movimiento de la mesita, cuando se escuchó una voz escondida, socarrona que dijo:… y si no hay que de dos…Reímos.
Julio Aldana, nuestro nuestro entrañab entrañable le compañe compañero, ro, era un hombre entrado en años, bajo de estatura, morrudo, rostro firme y curtido como de un viejo mochica, sereno y noble aprista. Cuando escucho su nombre a las 12 de la noche, él sabía para lo que era. Y nosotros también. Lo quisimos retener, pero ellos fueron fueron más más fuerte fuertes. s. Se lo llevar llevaron on a rastr rastras, as, lo golpe golpearo aronn duramente, dañaron su cuerpo, pues esos chacales no podían penetrar su alma. Cuando saciaron su hambre de ferocidad, trajer trajeron on a Julio, Julio, lo tiraro tiraronn en su celda celda,, incons inconscie ciente nte.. Nos Nos acercamos acercamos a él y, con amor entrañable, acariciamos su rostro de bronce. No estaba vencido. Estaba herido. Abrió sus ojos y con su voz entera nos dijo: “yo sé manejar a estos soplones, hay que darles sangre para que se aquieten como los chacales. Les he dado sangre por mis heridas, pero mis labios no se abrieron nunca”.
El más entusiasta de las sesiones era el judío. Su gran preocupación preocupación era saber si iba o no a ser extraditado. Siempre le salía que sí. El judío se oponía como el diablo de enojado y me preguntaba: “abogado, abogado, me mandaran a Guayaquil”. Yo lo miraba sentenciosamente. Pero en el fondo reía. Al final lo extra extradit ditaro aronn a Ecuad Ecuador. or. Lo desped despedimo imoss con con cariño cariño.. El francés arreglo su asunto de faldas con el Director de Gobierno y viaj viajóó a Guay Guayaq aqui uil. l. Los Los chin chinos os sali salier eron on en li libe bert rtad ad y quedamos solamente presos políticos. Llegó vapor del norte y se completó la plaza. Julio Aldana Entre los nuevos, llego un compañero de unos cincuenta años. No pertenecía a nuestra generación. Nos dijo que habías sido chofer del jefe y que lo habían detenido muchas veces en su larga vida de aprista. La policía quería saber el escondite del Secretario General porque suponían que este compañero lo movilizaba. Su situación era grave.
Aldana era trejo, valiente, hecho de una sola pieza como bue buenn nort norteñ eño. o. Curó Curó sus sus heri herida dass y el gobi gobier erno no optó optó por por desterrarlo. desterrarlo. Julio mientras hacia sus trámites de deportación deportación era acom acompañ pañad adoo por un sopló soplónn y en esas esas corre correría ríass veía veía a un hermano zapatero. Una tarde de regreso de esas gestiones me dijo: “le he dejado un par de zapatos a mi hermano y le he pedido que en los tacos me ponga unos papeles que yo le voy a dar. Tú, que eres Presidente de la FUSM, envía un mensaje a los estudiantes chilenos y yo lo entregaré cuando llegue ahí”. Aldana tenía metido el Aprismo hasta lo tuétanos. Escribí el
mensaje en el reverso de unas cajetillas de cigarrillos Lucky Stri Strike ke que que habí habían an deja dejado do los los chin chinos os opió opióma mano noss y se lo entregué. Aldana salió al destierro en junio del 51 rumbo a Chil Chile. e. Entr Entreg egoo el mens mensaj ajee a los los estu estudi dian ante tess y ésto éstoss lo entregaron al diario “El Mercurio” de chile. Se publicó. La diplomacia diplomacia peruana que para adular es eficiente y rápida, envió el recorte periodístico a Lima el mismo día. Al día siguiente, a las 12 de la noche volvieron a caer las trancas de hierro de San Quintín y volvió a sonar el grito macabro del custodio: “….ese Romeroo”… Se cerró la noche y conté toda la historia del mensaje. Yo era el único responsable y a nadie podía perjudicar de tal suerte que les allane el camino. Firmé mi declaración y los dejé con los crespos hechos. No me torturaron. Volví a ver a Aldana desp despué uéss de much muchos os años años,, nos nos abra abraza zamo moss con con tern ternur uraa y recordamos, recordamos, recordamos… Hace algún tiempo que la muerte le gano la partida a este Cholo incomparable. Sobre el mensaje, de cuyo texto no me acuerdo, el compañero Raygada Cauvi, que fue Embajador en Venezuela, me dijo que lo vio en una vitrina en la Universidad de Nicaragua. Qué cosas tiene la vida. El Destierro Alejandro Esparza Zañartu fue el ejecutor de todas las torturas torturas,, de todas todas las iniq iniquida uidades, des, de todas todas las inju injustic sticias. ias. Esparza, que había sido vendedor de vinos, era un hombre pequeño, enteco, labios delgados, “apretados como el rencor” simulaban simulaban una raya en el rostro, mirada siniestra, acomplejado, sin cultura, macabro, gozaba, se regodeaba cuando perseguía y castigaba. castigaba. Sentía placer en humillar a los familiares. Porque era usual que nuestros padres, achatándose las narices, imploraran
de reja reja en ceja ceja nuest nuestra ra libert libertad. ad. Contr Contraa estos estos desal desalma mados dos teníamos que batallar. Mi hermano mayor, que siempre cargó con todas mis culpas, gestionó mi libertad golpeando mil puertas. Una vez, mi herma hermana na me contó contó que que este este voraz voraz carni carnice cero ro le dijo: dijo: “su hermano no saldrá más en libertad, se pudrirá en la prisión”. Sin embargo ella siguió golpeando puertas y logró que se me deportara a Argentina. Previamente tuve que ver a Esparza. Brevísima entrevista, desagradable y punzante. El habló: “su hermana ha venido con un Senador repetidas veces. Yo le he dicho que para Ud. No hay libertad. Lo deportaremos a Buenos Aires. Aires. Pero Pero sepa sepa una cosa, cosa, evite evite hacer hacer declar declaraci acione ones, s, nosotros tenemos buena relaciones con Perón y no olvide que aquí quedan sus padre. Puede irse”. Salí de esa oficina lleno de ira por la impotencia de no poder estrellar mis puños contra su repugnante rostro. El gobierno dispuso mi deportación a argentina. Por esa época la compañía Faucett inauguró un vuelo directo a Arica. Pedí que me permitieran tomarlo, pues mi hermano Edmundo trabajaba como ingeniero de vuelo y podía rebajar los pasajes. Me lo permitieron. Los primero días de julio salí a tramitar todo lo conc concer erni nien ente te a mi depo deport rtac ació ión. n. Para Para efec efectu tuar ar esto estoss menesteres se nos asignaba un agente de investigaciones-creo se llamaba Beltrán-. Pasé la mar y morena en la Embajada Argentina porque el Rector Dulanto, muy “preocupado” por mí, había llamado al a Embajada haciendo gestiones para que se me otorgue otorgue la visa rápidamente rápidamente.. Cuando Cuando llegué llegué al consulad consuladoomucha muchach choo provin provincia ciano no y tímido tímido-el -el cónsu cónsul, l, alto, alto, blanc blanco, o, engomin engominado ado y apuesto apuesto me dijo dijo:: “..porqué “..porqué tanto interés interés del Rect Rectoo de San San Marc Marcos os para para que que se le otor otorgu guee la visa visa....””
Tartamudeé, al responder. Me puse nervioso y atiné a contestar: quiero estudiar Derecho Penal. En Argentina están los mejores penalistas de América y, para impresionarlo mencioné a don Eusebio Gómez. El Cónsul sonrió, no se tragó la píldora y a reglón seguido me dijo:” ...mire muchacho, sabemos quien es Ud. Y le voy a dar la visa, pero sepa algo, en Argentina camb cambiam iamos os las cosas cosas los argent argentino inos, s, revolu revolucio cionam namos os los arge rgenti tinnos y si resp respeeta esto sto no le irá irá mal. Luego ego, cariñosamente, agregó: “en la Av. Mayo hay bueno hoteles y barat baratos, os, vaya vaya por ahí”. Despu Después és me tocó tocó ir al Consul Consulado ado chileno para mi visa de tránsito, la misma cosa y al final me dieron 15 días para pasar a Buenos Aires. Completé los trámites y se fijó la fecha: 19 de julio. Se quedaban mis amigos, mis viejos y nobles compañeros de todas las horas. La buena y noble mesita de tres patas sin clavos que nos anunciaba la libertad y los espíritus burlones. Se quedaban, quedaban, también, los barrotes infernales infernales de la prisión. La tenue luz del a ventana, los calabozos y el macabro conteo del a madrugada. El momento de la despedida fue difícil para mí, saber que se quedaban esos valientes hacinados en la prisión ¡quién sabe cuánto tiempo!, Meses, años… Qué duro y tremendo momento. momento. Pensé en todos los apristas de todas las prisiones. En las madres dolidas y dolientes que diariamente aplastaban su nariz en los barrotes. En los que murieron en la contienda. En los que estaban en las calles peleando por la dignidad del hombre, por su libertad, por sus derechos. Caerían unos y otros saldrían en libertad para seguir luchando. Ese era el destino. El Aprista solamente así entendía la historia. Vinieron los abrazos, las miradas llenas de tristeza, el recuerdo de tantos meses junto juntos, s, las lucha luchass que libram libramos os en las misma mismass trinch trinchera eras. s.
Nuestros ojos se llenaron de lágrimas y el 19 de julio de 1951 a las seis en punto de la mañana se escuchó el grito: “..ese Romeroo con todo”. Salí al exilio, triste, colmado de pena y no miré hacia atrá atrás. s. Inm Inmedia ediata tame ment ntee un miemb iembro ro de la poli policí cíaa de investigaciones se puso a mi lado y en un auto policial me llevaron al Aeropuerto de Limatambo. El policía me acompaño hasta el propio asiento. Ya estaban todos los pasajeros en sus respectivos lugares. Me miraron con desconfianza y, tal vez, con pena. Desde la ventanilla del avión yo miraba el hermoso rostro de medallón de mi hermana Amabilia. La mayor, casi mi madre. Su rostro estaba bañado en lágrimas. Se iba el hermano menor quien ella más de una vez hizo dormir en su regazo. Se le iba el pequeño halcón herido de ausencia y libertad. Tan Tan pron ronto el avión ión surcó urcó los los aire ires, entab tablé conversación con mi vecino y le dije quien era y por qué me acompañaba la policía. Dos señoras que iban en el asiento posterior escucharon mi conversación con el francés, que era mi vecino, y directamente me preguntaron: usted es aprista?. Resp Respon ondí dí,, orgu orgull llos osam amen ente te,, que que sí. sí. ¡Nos ¡Nosot otra rass tamb tambié ién, n, replicaron alegres.! El apellido era Aizcorbe Riós. El viaje se tomó, tom ó, de esta esta maner manera, a, placen placenter tero. o. Ademá Ademáss mi herma hermano no Edmundo, que era el Ingeniero de vuelo, a cada instante venía a verme. Me llevó a la cabina a conocer al capitán. Bajé en el aeropuerto de Arequipa y tan pronto pisé tierra, se acercó un hombre y me mostró un carnet de policía: “debo acompañarlo hasta que vuelva a tomar el avión”. Todo lo tenían controlado. En Tacna no bajé. El descanso fue breve y el avión de Faucett enfiló a tierras chilenas. De Tacna a Arica no más de 10 minutos de vuelo. Bajamos todos, el francés, las compañeras y
yo. Me quede parado frente a la puerta del avión y, a mi lado, la humilde maletita de cartón que me había acompañado en todos los años de mi vida estudiantil. Un fuerte ventarrón agitaba mis cabellos negros. Y mi hermano mayor, parado en la puerta, parecía que no quería cerrarla. Tenía estrujado el corazón. Me dejaba solo, en un país extraño, con poco dinero. Cayeron, copiosamente, lágrimas de mis ojos. Entre mi hermano y yo, había más de doce años de diferencia. Mi mente se llenó de recuerdos: recuerdos: él me hacía las cometas, las pelotas de trapo. Afilaba las púas de mis trompos, y más de una vez me quedé dormido en sus brazos. Mi hermano era muy bueno, noble, generoso. El mandaba a sus pequeños hijos, a las prisiones con sabrosa comida piurana para mí. Como olvidarlo, como no quererlo tanto. Cuando mi hermano cerró la puerta del avión sentí que se me iba la vida. vida. Despu Después és de mucho muchoss años, años, vuelto vuelto ya del del destierro, mi hermano murió casi en mis brazos.! En Arica no pude tomar avión a Santiago y hube de viajar en automóvil hasta Iquique. Narraré, aquí, una anécdota simpática. Una mañana, mientras me desayunaba en el hotel, desde otra mesa me miraba un hombre joven de aspecto varonil y agradable. Las personas que atendían a los parroquianos parroquianos eran mujeres y se les llamaba meseras. La que me atendía era una linda chica de cabellos rubios y ojos claros. Yo la miraba insinuantemente. Antes de terminar el desayuno se acercó a mi mesa el hombre joven y me dijo: - Tu no eres de aquí... - No, le respondí. Soy peruano - Y qué haces aquí, te veo preocupado
Le narré toda la historia. Y yo que estaba con ganas de hablar. Me escuchó muy atentamente y cuando le dije mi nombre nombre y apell apellido ido,, se inquie inquietó tó y sus ojos se abrie abrieron ron grandem grandemente ente y me pregunto pregunto:: “tu mandast mandastee un mensaje mensaje desde la prisión a Chile”, sí, le dije, y cómo lo sabes. Me contó que su hermano, a la sazón, era Presidente de la Federación de Estudiantes y que él había leído el mensaje. ¡Qué pequeño es el mundo! Su apellido era Corvalán era ingeniero sanitario y controlaba la higiene en los hoteles. Me recomen recomendó dó mucho mucho cuidado. cuidado. Corvalán Corvalán me regalo regalo un peso chileno de plata y me dio direcciones en Santiago. Viaje por avión a la capital chilena. Hacía mucho frío y como yo veía caminar a la gente con sobretodo, me decidí a comprar uno. Pregunte donde vendían los más baratos y me mandaron por las inmediaciones del río Mapocho. Compré el primero que me probaron. Era un abrigo largo y ancho que me bailaba en el cuerpo; pero como yo jamás en vida había usado cosa igual, pensé que estaba a la moda. Al final mi abriguito fue fiel, me duró todo el destierro. Después de tres días de estada en Santiago, Santiago, fui por tren a Buenos Aires. En Mendoza subió un muchacho de más o menos 20 años, era de ascendencia italiana. Rubio de ojos azules y me dijo que venía de hacer el servicio militar. Yo lo miré de pies a cabeza y me pregunté, en silencio, éste haciendo el servicio militar?. Por la noche, cuando nos ganaba el sueño, empezó a llorar un niño en el camarote contiguo que, realmente, no dejaba dormir. Mi compañero de camarote saco la cabeza por la ventanilla y con voz sonora gritó: ¡porque no le apretás el pescuezo al nene!. Reí, de tal ocurrencia, y más tarde comprobé las salidas ingeniosas de los argentinos. El Comité de Buenos Aires
Llegue a la estación retiro a las seis de la tarde del 27 de julio y Vinatti, así se llamaba el argentino que me dio la direc direcció ciónn del del Hotel Hotel Savoy Savoy que que queda quedaba ba en “Calla “Callaoo y Cangallo”. El nombre de las calles me resultaba familiar y decidí ir ahí. Tomé un “mateo”, que es un coche tirado por caball caballos, os, y que que en otros otros lugare lugaress los llama llamann Victor Victoria. ia. Orondamente le dije al auriga: Hotel Savoy entre Callao y Cangallo, hablé como si fuera un baquiano. Me cobró lo justo. Es misma noche, la de mi llegada, decidí dar una vuelta para tener una idea de la ciudad. Al salir del hotel caminé hacia la mano derecha y llegue al a calle Sarmiento. Luego vino vino la otra otra esquin esquinaa y la gente gente en tum tumult ultoo camin caminab abaa rápidamente. Me asombré y estaba por preguntar qué fiesta era, cuando tonta y provincianamente dije: ¡claro, mañana 28 de julio!. Estaba en la calle Corrientes, como dicen los argentinos, la calle que nunca duerme. El Hotel Savoy era muy caro para mi y yo solamente tenía en mi bolsillo 150 dólares. En la última prisión, en “San Quintín”, estuvo Ernesto Pérez León, detenido por ser hijo de un compañero compañero aprista. Salió rápidamente en libertad y viajó a Buenos Aires. Me dejó su teléfono. Lo llamé y en el término de la distancia estuvo en mi hotel. Me ayudó mucho y con cariño. Al día siguiente me instalaba en una pensión, muy barata- y no podía ser de otra manera- por el barrio de Palermo. En esa pensión estaba un compañero, Alci Alcibí bíad ades es Arce Arce,, que que estu estudi diab abaa medi medici cina na y era era una una conocida familia de Huancavelica. Nos hicimos amigos. Pero vivir pobremente pobremente en Buenos Buenos Aires era muy duro,
porque si en verdad la alimentación era buena y barata en esos tiempos, el asunto de la vivienda era tremendo. El cuarto que me tocó en la pensión lo compartía con tres personas de la más diversa procedencia. Mis compañeros de habitación eran: un chileno que le gustaba empinar el codo más más de la cuen cuenta ta,, muy suci sucio; o; un corr corren enti tino no de la constr construcc ucción ión civil civil y un estudi estudiant antee boliv bolivian iano. o. Todos Todos teníamos teníamos diferentes diferentes horarios horarios de trabajo trabajo y, por supuesto supuesto diferentes costumbres. La pieza no tenía roperos. En mi casa, guardaba la ropa en mi humilde maletita de cartón, que todavía me acompañaba como recuerdo de mis años estudiantiles..Pero estudiantiles..Pero la cárcel era peor. Rápidamente busqué a mis compañeros de Partido que me habían precedido en el destierro y, a los pocos días de mi ll lleg egad ada, a, cons conseg eguí uí trab trabaj ajoo en una una bode bodega ga de vino vinos, s, relativamente relativamente cerca de mi pensión. El sueldo me alcanzaba, justito, justito para sobrevivir. Pero ya tenia trabajo. Ahora sí, otra vez a la política. En Buenos Aires existía e. Comité de Desterrados Desterrados Apristas, al que también podían pertenecer otros militantes aunque no fueran desterrados. De esta manera lo hicieron compañeros que cursaban estudios en la Universidad de Buenos Aires. En la capital argentina encontré a muchos compañeros con quienes habíamos trabajado juntos en cosas del Partido. Esta Estaba bann ya Héct Héctor or Cord Corder eroo Guev Guevar ara; a; Víct Víctor or Raúl Raúl Montesin Montesinos, os, Juan Chang, Chang, Manuel Manuel Gonzáles Gonzáles,, Guillerm Guillermoo Mercado, Víctor Cárdenas, Juan de Dios Merel. Presidía el Comité Comité el egreg egregio io c. Enriqu Enriquee Corne Cornejo jo Koest Koester. er. El Dr. Enrique Enrique Cornejo Cornejo Koester Koester era el aprista aprista más antiguo antiguo en Buenos Aires. Fundador del Partido y amigo personal de
Haya Haya de la Torre Torre.. Hombre Hombre fino fino de tipo tipo germ germano ano con vivísimos ojos azules, cordial, fraterno. Amante fervoroso de la músic música. a. Cuand Cuandoo llegab llegabaa la prima primaver veraa su espos esposaa viajaba a Mendoza huyendo del polen de las flores. Cornejo Koester, por el contrario, gozaba la estación. Llamaba a los apristas a su casa y con un viejo cepillo raspaba hielo que nosot nosotros ros tom tomába ábamo moss record recordand andoo nuest nuestra ra pueble pueblerin rinaa y peruana raspadilla. Don Enrique estuvo por Lima en los años sesenta. Murió pobre y olvidado. A Héctor Cordero Guevara solamente lo conocía solamente lo conocía de nombre, pues había tenido una participación notable como dirigente estudiantil en San Marcos y como brillante periodista de La Tribuna. Tan pronto llegué me buscó buscó acomp acompañ añado ado de Franc Francisc iscoo Campo Campodón dónico ico.. Nos Nos juntamos en el café Richmond de Florida. Me puso al tanto de la marcha del Comité y apenas crucé dos palabras con ellos me di cuenta de que estaba en frente de dos hombres singular singulares. es. Héctor, Héctor, delgado delgado,, muy delgado, delgado, de mediana mediana estatura, gruesos lentes sobre inquisidores ojos, voz grave y segura, castaño y leve bigote. Hablaba no muy fluidamente, pero sí con certeza y dominio de lo que decía. Un hombre culto muy enterado del marxismo. Héctor escribió ensayos replicando las teorías de Haya de la Torre. Fueron muy leído leídoss sus ensay ensayos. os. Paco Paco Camp Campod odóni ónico, co, llego llego con su “funyi” verde, gastadito, cubriendo una amplia y hermosa calva calva,, ojos ojos expre expresiv sivos os que domin dominab aban an una una nariz nariz casi casi perfect perfecta, a, voz apagada, apagada, chillona chillona.. Incisivo Incisivo en el diálogo, diálogo, diría, más bien, lapidario. Paco es de una simpatía innata, inteli intelige gente nte como como pocos pocos.. Es otra otra cosa. cosa. No era aprist apristaa inscrito. O tal vez, era aprista. O nunca lo fue. Jamás se supo ni se sabe la afiliación de Paco. Lo que si se sabe es
que es un hombre de nobles inquietudes. Nunca medró a la sombra de nadie. Como Héctor nos reuníamos frecuentemente y dirigíamos nuestros refuerzos a darle al Comité de Buenos Aires una tónica auténticamente revolucionaria. revolucionaria. Cordero, por aquellos tiempos, estaba muy inficionado de marxismo y empujaba el carro por esa dirección. dirección. A pesar de las coincidencias a mi me cost costab abaa segu seguir ir el mism mismoo rum rumbo. bo. Si Sinn emba embarg rgoo caminamos juntos en el CAP de Baires y formamos un grupo grupo compact compactoo de oposición oposición a la corrient corrientee oficial oficial del Comité. La opinión más clara e inteligente en el sector oficial del Comité la representaba Víctor R. Montesinos. Con él nos conocimos en la “Quinta”, era junto con Carlos Delgado, Guillermo Barca y David Tejada los dirigentes más connotados de la juventud aprista limeña. Inteligente, honesto y combativo. Al mes de estar en Buenos Aires llegó, Laureano Carnero Checa en las mismas condiciones que yo. Tuve una alegría impar, porque con él yo venía caminando por el mundo desde 1983. Empezamos la secundaria junta. Por el mismo año ingresamos a la Universidad. Estudiamos la misma carrera. Fuimos repetidas veces juntos a la prisión y, ahora, hermanados hermanados en el destierro. Toda una vida. Laureano, Laureano, poeta y periodista, procedía de una honorable familia piurana, de poetas y escritores: Genaro, Miceno. Su hermano Luis fue poeta laureado en San Marcos. Su hermano Luis fue poeta laureado en San Marcos. Laureano siempre estuvo en las primeras líneas de la militancia por su clara inteligencia y combatividad.
El Comité Aprista de Buenos Aires gozaba de un buen pre predi dica came ment ntoo dada dadass sus sus acti activi vida dade dess y el tipo tipo de propo proposic sicion iones. es. En su seno seno se discu discutía tía ideolo ideología gía y se expresaban discrepancias con el Comité de Desterrados, bajo la dirección de Manuel Seosane. Cuando nos integramos oficialmente al Comité, Laureano y yo, yo, nos nos alin alinea eamo moss en lo que que dio dio en ll llam amar arse se “el “el ala ala izquierda”. Duras y largas batallas por lograr darle un corte marxista a la organización. Los que constituíamos el sector izquierd izquierdista ista estábamo estábamoss muy influidos influidos por las ideologí ideologías as socialistas, muy en boga por la época. Por esos mismos tiempos 1952 ó 53 llego Armando Villanueva a Buenos Aire Aires. s. Ahí Ahí lo trat tratéé de cerc cercaa y nos nos hici hicimo moss amig amigos os.. Villanueva gozaba de la simpatía de todos. Era en cierto modo, la esperanza nueva del Apra. Un líder joven, con talento y decisión. Mas las cosas no fueron tan así porque rápidamente fue ganado por el sector del Comité liderado por Cornejo Koester y Montesinos. Los sectores en pugna mantenía manteníamos mos una clara y firme firme discrepa discrepancia ncia dentro del Comité Comité.. Pero Pero jamás jamás rompim rompimos os la unida unidadd partid partidari ariaa ni llevamos los asuntos políticos por el lado personal. Primó la gran fraternidad. Así las cosas, se convoca al II Congreso Postal Desterrados Apristas. En ese certamen expresamos nuestras opiniones que resumimos en un folleto que redactó Héctor Cordero y que firmamos Laureano Carnero Checa, Víctor H. Cárdenas y yo, Este folleto lo titulamos “El Apra y la Revolución”. En esencia lo que proponíamos proponíamos era que el Apra no olvidara sus orígenes del partido Frente Unico en que los trabajadores ocuparan una posición dirigente. En otras palabras no dejamos arrastrar por corrientes pequeño burgu burguesa esas. s. El follet folletoo causó causó gran gran revue revuelo lo y sacud sacudió ió el avispero. Propuestas de expulsión, separación, ataques por
doquier. A todo eso hicimos frente con altura, disciplina y fraternidad. fraternidad. Pasó el certamen partidario. Fueron rechazadas nuestr nuestras as propue propuesta stass y siguió siguió la batall batallaa en el Comité Comité.. Vill Villan anue ueva va tomó tomó el coma comand ndoo ofic oficia iall del del grup grupoo de “derecha”. Continua Continuamos mos con nuestra nuestra prédica prédica izquierd izquierdista ista y, entre entre desterrados y estudiantes, logramos aumentar adherentes. Las fuerzas estaban compartidas y presentamos candidatos a la directiva del Comité. Villanueva presidía una lista y yo la otra. Producido el escrutinio arrojó nuestro triunfo por un voto. Esto significaba los ¡Evangelios en tierra!. Se armó tal bochinche en el Comité que terminó en la rectificación de la votación. Diestros en estos manejos, por arte de magia o algo parecido, aparecieron dos compañeros más. Ganaron por un voto. Nosotros proseguimos dando la pelea durante todo el destierro. En todas estas discusiones discusiones fueron notables las intervenciones de Cordero, Urrunaga, Carnero Checa y Víctor Cárdenas. Argentina, por el año 51 celebró elecciones generales. Perón se presentó a la reelección y puso en su plancha presidencial presidencial como vicepresidenta vicepresidenta a Eva Perón. Todo estaba preparado: Evita renunciaría y luego se nombraría a su sustituto. Pero asistiríamos al más grande acto político que se regi regist stra rara ra en la hist histor oria ia arge argent ntin ina: a: el día día del del renunciamiento 22 de agosto de 1951. El escenario fue la Av. 9 de Julio, la más ancha del mundo, según dicen los arge argent ntin inos os.. Más Más de dos dos mill millon ones es de pers person onas as-a -así sí lo publicaron los diarios- se dieron cita en la Avenida para testimoniar su admiración y respaldo a la Primera Dama de
la Nación. Vibrante y conmovedor conmovedor acto político, insuperado insuperado en la Historia. Much Muchos os de nosot nosotros ros nos nos vincu vinculam lamos os con con notab notable le teóric teóricos os marxi marxista stas, s, como como Sil Silvio vio Frond Frondizi izi,, asisti asistimo moss a conferencias y fórums. Aprendimos mucho. Silvio Frondizi, hermano de Arturo, Presidente Argentino, era un hombre culto, apasionado de Filosofía y escritor de nota. En la época del terror argentino fue asesinado cobardemente por grupos paramilitares. Por los años de 1951, 52, 53 y 54 que trabajé en Bodega Bodegass y Viñedo Viñedoss Giol Giol de las calles calles Godoy Godoy Cruz y Paragua Paraguayy frecuen frecuenté té mucho mucho al maestro maestro Alfredo Alfredo Palacios Palacios,, singular personaje de la Historia Argentina y Americana. El vivía a dos cuadras de mi trabajo, de tal manera que al salir era mi escala obligada ver al Maestro. Palacios gozaba del respeto de todos los argentinos. Primer diputado socialista de Améri América, ca, infati infatigab gable le lucha luchador dor social social.. Era enemi enemigo go acérrimo de Perón. Brillante y fogoso orador político, bajo de estat estatura ura,, rostr rostroo sonro sonrosad sadoo marca marcado do por los años. años. Mostacho Mostachoss mosquet mosqueterile eriless muy negros negros como como su cabello cabello lacio. La figura de don Alfredo era familiar en la política argentina por su gran afición a la esgrima. Más de una vez se batío a duelo. Cuando lo conocí, hablé y discutí con él – acaso ya septuagenario- vivía orgulloso de su pasado. Vivía en una antigua casa de la calle Charcas en cuya sala se apreciaba un hermoso cuadro de Cristo. Desde mi punto de vista su socialismo estaba un poco descolorido. A pesar de todo yo tenía admiración y respeto por el viejo político argentino. Siempre me atendió con cariño y bondad. Entre charla y charla me habló de Heysen, de Townsend. Por
Haya de la Torre tenía especial deferencia: “fue mi alumno en 1919 y ahora es un gran estadista”. En 1954 Haya de la torre deja la embajada de Colombia en Lima Lima y es expu expuls lsad adoo a Méji Méjico co.. Desp Despué uéss vien vienee a Mont Montev evid ideo eo en dond dondee se prod produc ucee una una reun reunió iónn de desterrados a la que concurre Manuel Seoane, Villanueva, algunos exiliados en Buenos Aires, de Chile y otros países. La reunión fue con el objeto de precisar la línea partidaria, pues la tendencia era izquierdizar más al Apra. No se logro nada concluyente y Víctor Raúl, solo, levantó su estandarte de combate al comunismo y lo mantuvo hasta su muerte. El tiempo le dio la razón al más preclaro pensador de la república. En 1955 1955 cae cae Perón Perón y comie comienz nzaa una una era militar militar en Argen Argentin tina, a, dura dura y difíci difícil. l. Para Para los perua peruanos nos vivir vivir en Argen Argentin tinaa no fue fácil, fácil, no teníam teníamos os docu docume menta ntació ciónn adecuada adecuada ni tampoco tampoco el trabajo trabajo abundab abundaba. a. Fany Fany estaba estaba conm conmig igoo desd desdee 1954 1954,, la cono conocí cí un año año ante antess en un homena homenaje je a un intele intelectu ctual al paragu paraguay ayoo a donde donde yo fui, fui, designado por el Comité, para decir la palabra del Partido. En esa ocasión Fany recitó un hermoso poema sobre el Paraguay. Era muy fácil percatarse que tenía escuela. Más tarde lo demostró en los muchos recitales que dio en teatros argentinos. La volví a ver el 21 de febrero de 1954 en el día de la Fraternidad Aprista. Ella había sido invitada por el Comité integrando la comisión de desterrados paraguayos. Recitó excepcionalmente excepcionalmente a Vallejo y se ganó la simpatía de la conc concur urre renc ncia ia.. Desd Desdee aque aquell día día 21 no volv volvim imos os a separarnos más y creo que sin ella no hubiera resistido los largos años de destierro. Hermosa, inteligente, solidaria.
Ella proviene de una vieja raza de campesinos rusos que vinier vinieron on a Améri América ca a princ principi ipios os del del siglo. siglo. Nacida Nacida en Paraguay y heredera del tesón y coraje de ese pueblo guaraní. Con ella me encontraba en la mañana de setiembre de 1955, cuando cuando la revolución de Lonardi Lonardi derrocó a Perón. Los aviones aviones se escuchab escuchaban an por los aires, aires, las metrallas metrallas vomitaban fuego y las esquirlas caían cerca de nosotros en la Avenida de Mayo. Yo quería ir al centro del conflicto y ella me tiraba del brazo para sacarme de ese infierno y tomar el último tranvía que nos llevara a Liniers, muy lejos de los acontecimientos. A fines de 1954 fui elegido delegado sindical de los empleados en mi centro de trabajo. Esto me trajo muchos problemas porque yo tomé muy en serio mi cargo. Además era lo que que me gusta gustaba ba.. Bodega Bodegass Giol Giol fue vendida vendida al Gobierno peronista peronista y mi gestión sindical caía muy mal a los nuevos empresarios. Me hicieron la vida imposible y me echaro echaronn del del traba trabajo, jo, pero pero me pagaro pagaronn mis mis bene benefic ficios ios social sociales, es, por por despe despedid didaa intemp intempest estiva iva.. El sindic sindicato ato era peronista, no me defendió. 1955 fue año muy difícil para mi, no tenía trabajo seguro, andaba de tumbo en tumbo. Un tiempo trabajé en una casa de remates de un amigo mío. Trabajaba de “grupín”, lo que aquí se le llama “gancho”; es decir la persona a la cual se le adjudicaba todo lo que no había alcanzado el precio del cliente ¡Qué iba a hacer!. No contaba con documentos buenos para trabajar y tenía que acep acepta tarr lo que que hubi hubier era. a. A la dist distan anci ciaa me acue acuerd rdoo risueñamente de aquel trabajo. Las cosas no iban tan bien en Argentina desde que tomaron el poder los militares. Much Muchaa inseg inseguri urida dadd social social,, inesta inestabil bilida idadd econó económic mica, a, represión y cierto temor en la población. La casa de remates
quebró a fines de ese año y me quedé sin trabajo. Algo me defendí con el dinero que había cobrado con la despedida intem intempes pestiv tiva. a. Al poco poco tiemp tiempoo conse conseguí guí trabaj trabajoo como como vendedor de libros en una editorial de mi amigo Saleño, un argentino muy inteligente y culto, amigo de los apristas del “ala izquierda”. Jamás, en mi vida, había vendido algo ni había portado maletín de ventas. Me moría de vergüenza. Me daba la impresión que apenas pisara el umbral, el dueño me gritaría “fuera, fuera!. Pero había que afrontar la vida. Hablé con Fany y le conté mi temor. Rió a carcajadas y me dijo: vamos, yo te acompaño. Fuimos, ella entró primero y el dueño dueño nos nos recib recibió ió atenta atentame mente nte:: “qué “qué título títuloss nuev nuevos os tiene”. Le mostré lo que tenía. Deme dos de estos, dos de esto estoss e iba iba sepa separa rand ndoo los los libr libros os.. Le hice hice la guía guía,, temblá temblándo ndome me las manos manos,, y salí salí de la libre librería ría alegre alegre,, abrazando abrazando tiernamente a Fany. Debo decir, de paso, que los libreros en Argentina son gente muy entendida a quienes no hay que convencer de nada. Ellos saben lo que compran. La vida vida en el Comi Comité té apri aprist staa no cesa cesaba ba era, era, para para nosotros, como el agua para el pez. A fines de 1955 pasó por Buenos Aires Manuel Seoane, lo había hecho en otras ocasio ocasione ness pero pero esta esta vez traía traía cosas cosas más más delica delicada das. s. Se acercaban las elecciones generales en 1956. Manuel Seoane tenía, tenía, para para mi, mi, un atract atractivo ivo especi especial. al. Yo lo record recordaba aba cuand cuandoo en 1945 1945 aparec apareció ió por mi puebl puebloo hacie haciend ndoo la campaña electoral. Habló en el estadio. No me perdí una palabra de su discurso; elegante, sonoro, vibrante, poético, inigualable. De ahí venía mi recuerdo y ahora lo tenía a mi alcance. Fui a verlo al hotel Claridge, donde se hospedaba. Esa mañana Seoane estuvo muy cordial. Me hizo recordar cierto cierto comprom compromiso iso revoluci revolucionar onario io que tuvi tuvimos mos con él,
Guillerm Guillermoo Carnero Carnero Hoke, Luis de la Puente, Puente, Laureano Laureano Carnero y yo. Yo escuché a Manolo. Hablaba fluidamente y traía una propuesta para las elecciones de 1956. Buscaba respaldo. A mi me convenció y mi posición en el Comité fue de apoyo a la proposición de Seoane. Esta consistía en apoyar a Prado porque éste garantizaba la amnistía política. La Amnistía, el Retorno Así llegamos al 1956 época en que el gobierno de Manuel Odría estaba llegando llegando a su fin. Por Buenos Aires se respiraba un clima de esperanza y todos los desterrados abrigá abrigába bamo moss la seguri segurida dadd que que el retor retorno no estaba estaba cerca cerca.. Algunos compañeros, compañeros, como Héctor Cordero, se animaron a volver por finales del 55 y él y lo hizo por Bolivia donde recibió la ayuda de muchos compatriotas que lo hicieron pasar la frontera clandestinamente. En el Perú sucedió lo que esperábamos los desterrados: Prado y el Apra llegaron al acuerdo del apoyo del Partido a cambio de una amnistía general. El triunfo de Prado fue abrumador abrumador y apenas tomó el comando del poder dictó la ley de amnistía el 28 de julio de ese año. Sea como fuere el retorno se nos hacia duro o, tal vez, triste. Ahí teníamos ya una forma de vida, amigos, familia. Pero también también sentíamo sentíamoss la necesida necesidadd de volver volver porque porque queríamos queríamos demostrar que nuestra estada en Argentina había sido originada por un cobarde y vil acto de un tirano. Decidí volver. Alisté maletas. Arregle cuentas, me quedaba algo de la indemnización mas una buena comisión que gané al vender un departamento. Esto era suficiente para mí y para
Fany. Nos pusimos de acuerdo y ella dijo: Ve tu primero, mira como están las cosas y luego me llamas. Había ya una hija de por medio. Fijé el retorno para agosto del 56 y lo haría por tren vía Bolivia. Comuniqué mi decisión al Comité y a mis amigos. Y ahora el retorno. Creo que fui el primer desterrado en volver volver de Bueno Buenoss Aires Aires con con visa visa al Perú, Perú, porqu porquee por por aquell aquellos os tiemp tiempos os se neces necesita itaba ba visa visa para para regres regresar ar a su propia tierra. El 20 de agosto subía las escalinatas del tren par paraa veni venirr al Perú Perú.. Volv Volvía ía con con más más años años y algu alguna na experien experiencia. cia. El año anterior anterior había había cumplid cumplidoo 30 años y recordaba la celebración que se hizo en casa de mi cuñado Jaime cuando recitó: “30 años, quién diría que al cabo de ellos, tuviera sino blancos mis cabellos el alma conturbada y fría…” Quedaban, por un tiempo mi mujer y mi hija. Fueron a despedirme todos, parecía parecía una fiesta y yo estaba triste. En el andén, mi mujer, Jaime y su mujer, mis compañeros, mis amigos. Buenos Aires se había metido bastante en mi vida. Sentía que la iba a extrañar. Hay una hermosa frase que se repite mucho, pero que aquel día de agosto, al atardecer, me exprimía las entrañas: “Partir es como morir un poco”. Así me había sucedido cuando cuando mi hermana hermana agitaba tiernamente tiernamente su brazo brazo para decirm decirmee adiós adiós en Limata Limatamb mbo. o. Lo mismo mismo cuand cuandoo mi herman hermanoo Edmun Edmundo do se quedó quedó parad paradoo en el avión avión en el aeropuerto de Arica siendo yo apenas un jovencito.
Partió el tren y me parece que escuchaba las notas de ese hermoso tango: “ya parte el tren… el humo pinta el cielo… y el andén…se agitan los pañuelos… ruedas que rechinan…con la angustia de un adiós…”. Volv Volvíí tris triste te,, “con “con la angu angust stia ia del del adió adiós” s”,, pero pero espera esperanz nzad ado. o. Paso Paso a paso, paso, rodan rodando, do, rodand rodandoo por por las hermosas llanuras argentinas, llegué a La Paz donde el Ilimani, hermoso picacho andino cubierto de nieve, parece abrazar a la ciudad. Tres días en La Paz, ansioso ya de llegar a casa, tomé un transporte terrestre que bordeando el bello bello Titicaca Titicaca me llevó llevó hasta hasta Copacaba Copacabana, na, una hermosa península en pleno lago. Ahí me desayune frente a un espe espejo jo bril brilla lant nte, e, de colo colorr azul azul inte intens nso. o. Pais Paisaj ajee incomparable. Una débil barcaza transportó por el estrecho al ómnibus en que yo viajaba. A la otra orilla, ¡tierra peruana! Al quebra quebrarse rse la tarde tarde e insinu insinuan ante te una una bella bella noche noche serran serrana, a, llega llegamo moss a Yungu Yunguyo yo,, prime primerr suelo suelo patrio patrio que que pis pisab aba. a. Hici Hicimo moss los los trám trámit ites es de adua aduana na y segu seguim imos os caminando rumbo a Puno a donde llegamos vencida la noche. Mientras tanto, desde que subí al ómnibus en La Paz, Paz, hablab hablabaa conmig conmigoo mismo mismo,, no se si estab estabaa triste triste o ansios ansiosoo de llega llegar. r. Record Recordab abaa a mi mujer mujer,, mi hija, hija, mis mis amigos y, mirando hacia adelante, recordaba a toda mi larga familia a los otros amigos que había dejado antes de partir
al destierro. Así se me fue la noche y al amanecer llegamos a Arequipa. Aquí descansamos y esto me permitió dar una vuelta por esta hermosa ciudad sureña. El Misti, coronado de blanca espuma, parece un celoso vigilante de la hermosa amada. amada. Los demás volcanes: volcanes: bellos, bellos, la ciudad ciudad limp limpia ia y generosa. Llegue a Lima cuando languidecía una tarde de agosto. Y no habí habíaa pisa pisado do la vere vereda da de la call callee cuan cuando do vi extendid extendidos, os, cariñoso cariñosos, s, abiertos abiertos los brazos brazos de mi amigo amigo Aníba Aníball Quijan Quijano. o. Cómo Cómo si nos hubié hubiéra ramo moss puest puestoo de acuerdo. Nos abrazamos con ternura y todo me parecía mentira, un cuento. Otra vez en Lima. Me hospedé en el Hotel Colmena, a unos pasos de la agencia de transporte y casi frente a mi viejo San Marcos. Tan pronto desempaqué no se cómo y por qué llegó a mi habitación Guillermo Vari Varill llas as Cast Castro ro,, quer querid idís ísim imoo amig amigoo de la infa infanc ncia ia,, compañero de Partido, de correrías juveniles, de prisión, de inolvida inol vidables bles partidos partidos de basquetb basquetbol. ol. Éramos, Éramos, como como con Laureano, inseparables.! Que hermosa vista!. Yo traía unos discos de música paraguaya que Fany me había dado como recuerdo. Por esa época casi no se conocía esa música. Conseg Conseguim uimos os un tocad tocadisc iscos os y escuc escucham hamos os las bella bellass guaranias. Guillermo, que es un enamorado de la música, gozó con la música paraguaya y revivimos nuestros viejos tiempos juveniles. Al día siguiente busqué a mi hermano Edmundo, aquel que me había dejado en Arica cuando partí. Lo encontré. Era el primer contacto con mi sangre después de muchos años. Lloramos de alegría. Se me aja el alma al recordar aquel encuentro. Después busqué a Paco Campodónico y a
Héctor Cordero. Con ellos me había comunicado desde Buenos Aires. Al vernos nuevamente repetimos el abrazo y el cariño. Otra vez juntos, pero en el Perú. Paco conducía una de las imprentas más prósperas de Lima y Cordero trabajab trabajabaa con él. Como Como era de esperarse esperarse,, conocien conociendo do a Campodó Campodónico nico,, me ofreció ofreció trabajo para el día siguient siguiente. e. Todo mi problema resuelto por este gran amigo. Aliviado de la preocupación del trabajo viajé a Piura para ver a los míos. Viaje toda la noche y llegué a mi tierra al promediar la mañana. Llamé por teléfono a mi hermana Amabilia, la mayor, la que siempre había andado tras de mi y logró mi destierro. No termine de hablarle y colgó el teléfono y partió a buscarme a la agencia. La vi venir como rompiendo el viento, sus brazos se abrían como queriendo abarca abarcarr el mund mundo. o. Corría Corría desesp desespera erada da,, parec parecía ía que que no llegaba a mis brazos. Corría más y yo hacia ella y juntamos nuestros nuestros abrazos abrazos intermin interminable able,, eterno. eterno. Me besaba, besaba, me apretaba, me volvía a besar. Yo me sentía un niño premiado con el más grande cariño. Entre mi hermana y yo más de 16 años de diferencia. Ella podía ser mi madre. Y así lo fue siempre. Llegué a casa y mi madre cayó en mis brazos casi desvan desvanec ecida ida.. Le parec parecía ía menti mentira ra tener tener otra otra vez vez en sus sus brazos el cachorrito perdido. Cuando sentí el cuerpo de mi madre a mi lado y cuando la besé con ternura inigualable, creí que vivía un sueño, me parecía mentira volver a ver su limpio limp io rostro rostro de noble noble campesi campesina na ecuatori ecuatoriana. ana. Muchas Muchas veces en mis noches de desterrado yo lloré porque ella no estaba conmigo, porque la sentía lejos, porque me parecía que la perdía. Junto a mi madre estaba mi padre con sus grandes grandes bigotes bigotes totalmen totalmente te blancos blancos como como cubierto cubiertoss de nieve, testimoniado el paso imperturbable de los años. Me
abrazó y, seguramente, en ese momento recordó cuando nos vimos por última vez en la cárcel de Piura. Nos miramos fijamente a los ojos y nos dijimos todo, todo lo que nos queríamos. Ahí estaban casi todos mis hermanos: Manuel, Artemisa, Antonio, Elsa y Merry, mi entrañable hermano menor. Para ver a dos hermanas que faltaban: Hortensia y Cristina Cristina viajé viajé unas horas y las encontré encontré.. Indescri Indescriptib ptible le alegría el reencuentro con mis hermanos. Nosotros, los 10 hermanos, siempre hemos constituido un núcleo familiar íntimamen íntim amente te unido. unido. Sin fisuras. fisuras. Siempre Siempre con entraña entrañable ble cariño. La mayor fue el símbolo y nos dio la mano a todos. Solamente tres días permanecí con mi familia y volví a Lima para hacerme cargo del trabajo. El sueldo era bueno y me permitía vivir decentemente. Escribí a Fany y se reunió conmigo por le mes de noviembre de 1956. Convivencia y Coalición La situación política del Perú era buena. Había paz social, entendimiento entendimiento político y se instauró el régimen de la Convivencia, que no era otra cosa que la alianza del Apra con el Pradismo. Desde 1956 época en que comienza la Convivencia hasta 1980 yo no tuve ninguna participación política. Durante este período, más bien, nos dedicamos a trabajar duramente para mejorar nuestra magra economía, Fany, Fany, aparte aparte de sus inquie inquietud tudes es intele intelectu ctuale ales, s, había había real realiz izad adoo curs cursos os de cort cortee y conf confec ecci ción ón.. Con Con esto estoss conoc conocimi imient entos os y la firme firme decisi decisión ón de salir salir adelan adelante te comenzamos los trabajos de lo que más tarde sería una fábrica de confecciones a la que le pusimos el nombre paraguayo de “Anahi” y que hasta ahora continúa en el campo industrail. Esta fabrica nos dio holgura económica,
permitié permitiéndo ndonos nos hacer hacer un patrimo patrimonio nio respetab respetable. le. Por mi parte deje la imprenta en que trabajé con Campodónico, porque él, también salió de ahí. Entonces fui a trabajar con mi entrañable amigo Manuel Scorza en los Festivales del Libro que él había ideado. Scorza solía decir que había hecho leer a todos los peruanos. Y eso era absolutamente cier cierto to.. Con Con Paco Paco Camp Campod odón ónic icoo fuim fuimos os test testig igos os de excepción cuando propuso la idea de los Festivales del Libro. Editó libros baratísimos y los vendió en los kioscos, almacene almacenes, s, farmacia farmacias, s, supermer supermercad cados os y todo aquel que quisiera venderlos. La idea era que el libro fuera fácilmente adquirido por el pueblo. Y así fue. La convivencia política duró todo el gobierno de Prado. Hubo representantes representantes apristas en el Parlamento. Parlamento. Igualmente Igualmente embajadores y funcionarios. Los oportunistas y logreros, que nunca faltan, gozaron mucho de este régimen. En 1962 se convoca a elecciones generales y el Apra inicia su campaña con la fórmula electoral: Haya de la Torr Torree-pr pres esid iden ente te;; Manu Manuel el Seoa Seoane ne y Arca Arca Parr Parróó vicepresidentes. La convivencia había hecho mella en la popularidad aprista, pues mucha gente no había visto, con buen buenoo ojos, ojos, aque aquell pacto pacto.. Es que que antañ antañoo Prado Prado fue un adversari adversarioo muy duro. duro. Además, Además, siempre siempre sirvió sirvió interese interesess contrarios a los del Partido. Los resultados de dicho proceso fueron insospechados. Odría gano las elecciones en Lima, Bela Belaun unde de en segu segund ndoo luga lugarr y el Apra Apra terc tercer ero. o. Los Los resultados en provincia cambiaron ligeramente ese orden y el resultado final fue un magro triunfo aprista con no más de 18 mil votos de diferencia. El antiaprismo, con Belaunde a la cabeza, difunde la idea de fraude electoral y el hombre
de la lampa, pintorescamente, se va a Arequipa, saca unos cuantos ladrillos de las calles y proclama una sublevación. Realmente esto fue risueño pero tuvo sus consecuencias porque los militares tuvieron, en ello, la oportunidad para impedir que el Apra asuma el gobierno. Antes del 28 de julio de 1962 arrojaban a empellones a Prado del Palacio de Pizarro. Otra vez los militares en el gobierno. Duraron poco y prepararon un clima electoral adverso al Apra para 1963. Las elecc eleccion iones es de ese año dieron dieron amplio amplio triun triunfo fo a los partidos de derecha unidos en un frente que llevo como candidato a Belaunde Terry. Con el triunfo de la alianza electoral Bedoya-Belaunde se inicia una etapa de desorden político ya que estos no alcan alcanza zaron ron la mayorí mayoríaa parla parlame menta ntaria ria.. Frente Frente al Pode Poder r Ejecutivo dirigido por Belaunde se opuso un Parlamento mayorita mayoritario rio conform conformado ado por apristas y odriístas odriístas.. A este pacto político se le llamó la COALICION. En el interior del Partido Aprista este pacto con los odriístas cayó como un acto de traición o, por lo menos, como un pacto infame. La dirección partidaria lo hizo sin consultar a las bases. Es probable que todo esto tuviese una explicación política, pero todavía no habían sido restañadas las heridas del gobierno de Odría. Y si a esto se agrega la campaña abierta contra ese pacto por parte de la izquierda comunista se tiene claro el panorama de la inquietud de la militancia. Como quien quiere limpiar todo y ofrecer cierta libertad para para elegir elegir,, la direc direcció ciónn apris aprista ta optó optó por un jubile jubileo. o. Convocó Convocó a una reinscri reinscripció pción. n. Previam Previamente ente,, un número número
consid considera erable ble de milita militante ntess y dirige dirigente ntess publi publica caron ron un docum document entoo en que que expre expresab saban an su desac desacuer uerdo do con la Coalición. La reinscripción se produjo. Muchos dirigentes y militantes lo hicieron. LA COALICION daño la imagen del Partido. Este perdió el respeto ciudadano y la simpatía del pueblo se iba inclinando hacia la izquierda marxista. El gobierno de Belaunde fue desastroso. La representación parla parlamen mentar taria ia compue compuesta sta por apris apristas tas y odriis odriistas tas fue mediocre. El país vivía en un caos político. Contra ese caos tuvo lugar la primera insurgencia guerrillera dirigida por Luis de la Puente Uceda. En 1967 fuerzas del ejército y la policía aniquilaron, despiadadamente a las guerrillas. Luis de la Puente murió acribillado a balazos en su puesto de combate. Los otros jefes guerrilleros fueron abatidos.
aprista y con no más de veinte años fue miembro del Comité Comité Ejecu Ejecutiv tivoo Nacion Nacional. al. Dueño Dueño de una una apreci apreciab able le cultura. Imaginativo. Sincero en sus actos, apasionado en sus afectos. Fue secretario privado de Haya de la Torre. Se hizo y fogueó dirigente al lado del Maestro. Dejó de ser apristaaprista- o acaso acaso nunca nunca dejó de serloserlo- por discrepanc discrepancias ias formales formales o de táctica. táctica. Carlos Carlos nunca nunca tuvo discrepanc discrepancias ias ideol ideológi ógicas cas con el Apra Apra ni con con Haya Haya de la Torre. Torre. El Gobierno de la primera fase de Velasco llevó o tuvo un sello de ideología aprista con palabras de Carlos Delgado. A raíz de su muerte escribí un artículo que se publico en una revista y que ahora incluyo al final de este relato.
Entre 1963 y 1968 el Apra había experimentado una cierta recuperación a raíz del mal gobierno de Belaunde y todo parecía indicar que ganaría las próximas elecciones. Estas nunca se realizaron porque el ejército decidió tomar el poder. El 3 de octubre de 1968 el general Juan Velasco Alvarado depone a Belaunde.
Una grave dolencia postro al jefe del gobierno militar y su posterior incapacidad física lo hicieron perder el poder, siendo reemplazado por el general Morales Bermúdez; éste, menos radical que su antecesor, concluye su mandato en 1979, convocando antes a una asamblea constituyente.
Con el gobierno militar de Velasco Alvarado se inicia en el Perú una etapa de reformas sociales que levantan gran polvareda. polvareda. Se hablo de llevar a la práctica las ideas apristas. De esta manera se recorrió el camino de la reforma Agraria y de las nacionalizaciones. La primera etapa del gobierno del general Velasco estaba más a tono con mi manera de pensar de esa época. Pero no participé, a pesar de las múltiples invitaciones que me hizo mi entrañable amigo Carlos Delgado Olivera, verdadero motor intelectual de ese gobierno. Delgado fue un gran dirigente de la juventud
Asamblea Constituyente
Hay Haya de la Torr Torree cond conduc ucee la cam campaña paña para para las las elecciones a la Constituyente y el Apra logra la primera mayoría. De esta suerte Víctor Raúl es elegido Presidente de la Asamblea Constituyente. De alguna manera se hacía just justic icia ia con con el Fund Fundad ador or del del Apra Apra.. El sigl sigloo vein veinte te,, políticamente hablando, esta signado por la presencia de Haya Haya de la Torre. Torre. El movió movió la conc concien iencia cia ciudad ciudadan anaa enseñando enseñando al peruano cuáles eran sus derechos. Víctor Raúl presento en su verdadera dimensión el problema del indio y del campe campesin sino. o. El enfre enfrentó ntó,, desde desde sus años años mozos mozos,, al marxismo teóricamente y planteó para el Perú y América
Latina, Latina, una teoría teoría continen continentalis talista ta revoluci revoluciona onaria ria cuyos cuyos alcance alcancess explica explican, n, claramen claramente, te, lo que sucede hoy en el mundo. Haya de la Torre planteó, con claridad, la política inte intern rnac acio iona nall basa basada da en un “int “inter eram amer eric ican anis ism mo Democr Democráti ático co sin Imperi Imperio”. o”. El dijo dijo que la maner maneraa de avanzar y lograr grandes cambios en el ámbito nacional era a través del postulado aprista de “no quitar la riqueza al que la tiene, sino crear riqueza para el que no la tiene”. El mundo camina hoy por estos lados y que le pensamiento avizor del Jefe Aprista previó. Esto indica el pensamiento moderno del Gran Líder. Acaso por aquí habría que buscar un poco poco el origen origen de los grande grandess cambi cambios os social sociales es y políticos que han ocurrido en el mundo. Hoy, estas ideas, son monedas corrientes en el lenguaje de las naciones del mundo que buscan la paz y el progreso. En agosto de 1979 se apaga la vida de Víctor Raúl. El pueblo peruano tributo al Fundador del Apra su más grande homenaje. Con la muerte de Haya de la Torre el Partido recibe un fuerte golpe y comienza, lo que podríamos llamar, la lucha por el poder. De un lado Armando Villanueva Villanueva y del otro lados Andrés Townsend. La Convención Aprista de octubre de 1979 designa como candidato a la Presidencia de la República Armando Villanueva. Townsend Ezcurra fue aclamado primer vicepresidente. El Apra, los hombres, el Gobierno Por esta época, pocos meses antes de las elecciones de 1980, casi al anochecer, vino a casa una compañera del sector octavo, portando en sus manos un folleto “Apra y la Revolución”, que fue la ponencia que presentamos al II
Congreso de Desterrados Apristas de 1952. Conocía el tema y me proponía volver a la militancia. Es, pues, en 1980 que me reintegro al Partido. O sea en los tiempos de dar, no de recibir. Armando Villanueva había sido proclamado por le Apra candid candidato ato a la Presi Presiden dencia cia de la Repúbl República ica.. Desde Desde el gobierno del General Velasco yo tenía discrepancias con la conducción del Partido y, al anunciarse la candidatura de Villanueva, las borré. Jamás me ha gustado trabajar a medio corazón. Sin embargo, yo opinaba que Armando era un mal candidato. Del Villanueva que yo había conocido en 1953 en Buenos Aires sólo quedaban sombras. Nada le importaba las severa severass crític críticas as que se le hizo hizo dentro dentro del partid partido. o. Tampoco la pertinaz campaña-injusta, pero certera- que la oposic oposición ión presen presento to contr contraa sus sus expec expectat tativa ivas. s. Le falto falto gran grande deza za.. Pare Parecí cíaa que que habí habíaa ll lleg egad adoo a su máxi máxima ma aspiración: ser candidato a la Presidencia de la República. Los Los resu result ltad ados os de esas esas elec elecci cion ones es ll llev evar aron on a la Presidencia a Belaúnde, por segunda vez. El golpe político contra el Apra fue muy duro. Desapareció el mito de la gran mayoría nacional. Con Villanueva el Apra no obtuvo más del 20% del electorado. Y si a esto agregamos agregamos que la magra representación representación aprista solamente solamente hizo labor obstruccionista, obstruccionista, tenemos el cuadro de un partido político en decadencia. El Congreso Nacional de agosto de 1980 fue turbulento y marco los primeros síntomas de la pequeña escisión: pero gracias a la presencia del viejo y carismático líder Fernando Townsend quedó afuera Luis Alberto Sánchez y Ramiro Prialé, al poco tiempo se reincorporo al Ejecutivo Nacional.
Las llamadas izquierdas marxistas tomaron cuerpo. Un desconocido profesor universitario, formó un movimiento que, que, por por el cami camino no del del terr terror or,, come comenz nzóó su hist histor oria ia sanguinaria. Nada hizo el Apra para contener esa siniestra organización. Vegetó en el Parlamento. Todo este comportamiento de la dirección del Apra, así como la inoperancia parlamentaria iban mellando al viejo León de la política peruana. El snobismo juvenil político se orientaba por el lado del izquierdismo. Estos alcanzaron un cuerpo. Visto así el panorama, era fácil colegir que el país ya no cifraba sus esperanzas en el partido de Haya de la Torre. No creía en sus dirigentes. Estos, con Luis Negreiros Criado a la cabeza, hijo de aquel inconmensurable luchador luchador social, jamás estuvieron a la altura de su responsabilidad histórica. Este Negreiros Criado, hombre de poca monta, congeló congeló las activida actividades des apristas apristas.. Esta comprob comprobació aciónn era dolorosa para el viejo militante pero era realidad. Los que habíamos constituido la Juventud Aprista de 1945 quisimos, en esa oportunidad, intervenir para retomar viejos caminos que nos llevaran a la recuperación histórica de nues nuestr troo movi movimi mien ento to.. Nada Nada fue fue posi posibl ble. e. Se habí habíaa enqu enquis ista tado do en la dire direcc cció iónn part partid idar aria ia un grup grupoo de compañeros sin visión creadora que, solamente, apuntaban a un porcentaje de las bancas parlamentarias. Esto se había convertido en una profesión de algunos apristas. Por eso era corrient corrientee escucha escuchar: r: “mi gran experie experiencia ncia parlame parlamentari ntaria” a” como si ello fuera, en esencia, la razón de ser del Partido. Todo esto nos fue colocando al margen de la contienda política.
Sin embargo, la política presenta, a veces, situaciones insondable, inexplicable, que escapan a un juicio racional. Entre Entre los años 80 y 85 apare aparece ce públi públicam cament ente, e, en las manifestaciones del Partido, un hombre joven, con un poco más más de treint treintaa años, años, dinám dinámico ico,, inteli intelige gente nte,, culto. culto. De radiante simpatía, apuesto y vital. Su nombre, Alan García Pérez. Oscar Wilde habría dicho de él “…los Dioses se lo han dado todo..” Este hombre joven, con las condiciones excepcionales de un líder sabía lo que quería. Comenzó su trab trabaj ajoo con con tesó tesónn e hizo hizo vale valerr los los años años que, que, cuan cuando do adol adoles esce cent nte, e, estu estuvo vo al lado lado de Hay Haya de la Torr Torre. e. Rápidamente se ganó la confianza de la militancia. Buscó polemizar con izquierdas y derechas. Siempre salió airoso. En el interior del Apra fue escalando posiciones, primero Secretario de Organización, después Secretario General. En el escenario de la política nacional Belaunde no daba pie en bola. Día que pasaba de su gobierno, era un día de alivio para los pobres. La delincuencia terrorista avanzaba ante la irresponsable conducta del mandatario. El llamó a esos asesinos “simples abigeo”. La inflación alcanzo límites terribles. La desocupación y el hambre eran el cuadro de nuestra sociedad. Este mal gobierno de Belaunde Terry preparo el terreno para la insurgencia de Alan García. Frente a un país asolado por el hambre, sumido en el miedo por el terrorismo; frente a la indolencia del gobierno accionpopulista, el hombre peruano buscaba una tabal de salvac salvación ión que que dejas dejasee atrás atrás ese pasado pasado ignomi ignominio nioso so y planteara soluciones soluciones favorables favorables para el Perú. La campaña campaña electoral del Apra dirigida por Alan García, ofrecía todo aquello que el país reclamaba. Por lo demás, si la vieja
dirección, había desilusionado, desilusionado, la presencia juvenil de Alan presa presagia giaba ba un Perú Perú difere diferente nte.. Enton Entonce cess los perua peruanos nos vuelven los ojos al viejo partido de Haya de la Torre. Recuerdan la pureza del Fundador del Apra y depositan su confianz confianzaa en el joven joven líder. líder. Alan García fue candidat candidatoo aprist apristaa a la Presid Presidenc encia ia de la Repúb Repúblic licaa en 1985. 1985. Los resultados de esas elecciones fueron contundentes. García ganó abrumadoramente. El pueblo aprista y no aprista le dio su confia confianz nzaa abriga abrigando ndo la espera esperanza nza que que este este joven joven Presidente haría realidad los viejos y certeros ideales del movimiento. movimiento. Que con un gobierno del Partido del Pueblo el Perú se enrumbaría por el sendero del progreso. Igualmente el hombre peruano pensó que un partido, como el Apra, enfrentaría con ventaja al terrorismo y lo exterminaría en breve plazo. En fin confió el pueblo que la inmoralidad inmoralidad y el vicio vicio queda quedaría ríann atrás atrás y para para siemp siempre. re. Sesen Sesenta ta años años de predica aprista eran la garantía. Cuan Cuando do Alan Alan Garc García ía asum asumee la Pres Presid iden enci ciaa de la República el 28 de julio de 1985, el Perú vive, acaso, el instan instante te mas mas fervo fervoros rosoo de sus últim últimos os años. años. Améri América ca,, esperanzada, aplaude la presencia de un pueblo ávido de Justicia Social. El nuevo Presidente peruano sorprendió a los centro de poder cuando apenas iniciado su discurso inaugural dijo “que no pagara más del 10% del monto de las exportaciones como amortización de la deuda externa”. Y luego agregó: tenemos que cumplir primero con pagar nuestra dolorosa deuda interna que carcome los cimientos de nuestr nuestraa socie sociedad dad.. Esto Esto halag halagóó a los perua peruano nos, s, pero pero espantó el avispero de los acreedores. Nadie, antes, se había expres expresad adoo en esta esta forma forma.. Los perua peruano noss nos nos sentía sentíamo moss orgullosos de nuestro Presidente. El inauguro una forma de
gobierno gobierno popular: popular: caminab caminabaa por las calles calles de Lima sin escolta, dialogaba con el transeúnte, tomaba café al paso. Era agradable verlo verlo en la televisión u oírlo por radio. O en los balcones de Palacio. Sus Sus dos prim rimeros años de gobi obierno erno fuer fueron on excep excepcio cional nales. es. La indust industria ria perua peruana na se recup recuperó eró.. El producto bruto interno creció. En el orden administrativo administrativo se dictó normas de simplificación. Todo parecía una nueva vida. Sin embargo, en el interior del partido Alan cojeaba. No cumplía con nuestros ideales. Daba rienda suelta al fulgor de la fama. Menospreciaba al militante de base, procura procuraba ba eludir eludir nuestros nuestros himnos himnos y nuestros nuestros símbolos símbolos.. Olvidaba nuestra fraternidad. Poco a poco se fue rodeando de un círculo de áulicos que, al final, lo embaucaron. Formó sus gabinetes con gente que él llamaba mis “secretarios”. Elig Eligió ió,, entr entree los los apri aprist stas as,, a algu alguno noss sin sin nomb nombre re ni predicamento. Solamente adictos a él. De esta manera se explica la falta de vuelo e iniciativa de muchos ministros. Tengo la experiencia de dos Ministerios en los que estuve estuve colabora colaborando ndo ad – honorem honorem y que, que, segurame seguramente, nte, muestran la línea de lo que pudo ocurrir en los otros. Yo lo contaré. Una mañana de setiembre de 1985, mientras departía con m hermano Manuel y unos amigos, recibí una llamada del Minist Ministeri erioo del Interi Interior or Abel Abel Salina Salinas. s. Por razon razones es generacionales y haber vivido muchos años en el destierro, yo no conocía mayormente a Salinas. Lo había visto y tratado en dos o tres oportunidades. Me extraño la llamada, pue puess mi vida vida polí políti tica ca no era era noto notori riaa en los los cuad cuadro ross
parti partida dario rios. s. Algún Algún amigo amigo,, segura segurame mente nte,, le sugiri sugirióó mi nombre. Fui a verlo. Me trato con cordialidad y afecto. Me pidió que lo ayudara en el trabajo. ¡Qué gran oportunidad, dije yo, para servir a mi Partido y justo en el puesto que yo hubiera escogido para trabajar!. Me vino como anillo al dedo. Sin embargo, no conversamos sobre temas políticos relacionados con el terrorismo. No me dio chance para hacerlo. A pesar que el sabía que yo había escrito una carta abierta al terrorismo en 1981, en la Revista “Equis”. Daba impresión que el se consideraba un experto. Casi, casi dejo las cosas en su lugar, pero, al volver a casa, mi mujer me dijo: si eso es, justamente, lo que te gusta. Hazlo a pesar de él. él. Así Así fue fue y le puse puse mis mis cond condic icio ione nes: s: mi trab trabaj ajoo es totalmente ad-honorem, ad-honorem, no quiero automóvil, ni gasolina ni nada remunerado. El aceptó. Así quedaron claras las cosas. El VICEMINISTRO era Agustín Mantilla, vale decir la voz cantante del Presidente. Aparentemente un buen hombre, a pesar que conmigo no tenía gran trato. El se encargaba del aspe aspect ctoo estr estric icta tame ment ntee poli polici cial al.. Abel Abel Sali Salina nass era era un compañero correcto, sin grandes luces políticas. El mismo lo admitía, muy pegado a sus amigos y colegas. Salinas es ingeniero electricista. A mi me prodigaba mucho afecto, pero no me daba poder. Yo me lo procure solo y me quede porque sentí, interiormente, que faltaba en ese ministerio hacer aprismo. Es decir comunicar confianza y trato cordial al ciudada ciudadano. no. Cuando Cuando llegué llegué encontré encontré unos compañe compañeros ros jóven jóvenes, es, que que colab colabora oraban ban con Manti Mantilla lla armado armadoss con con revólveres o pistolas. Tenían el estereotipo de las películas policiales. Me propuse cambiar eso. Y lo logré. Otra cosa que hice fue tratar con todo aquello que salinas no quería ver. Atendí a alcaldes alcaldes de pequeño pequeñoss distritos distritos de nuestra nuestra serran serranía, ía, tenien tenientes tes gobern gobernad adore oress con ojotas ojotas,, humild humildes es
ciudadanos que venían preguntando por su ministro y que no eran atendidos por nadie. Yo partía de la consideración que el gobierno se inicia en esos pequeños caseríos y que ese humilde alcalde alcalde o teniente teniente gobernado gobernadorr tiene, tiene, en su momento, una gran responsabilidad histórica. Ni idea tenía el ministro de cuanto sirve al país oír la voz de los pequeños pueb pueblos los.. En cuan cuanto to a la llama llamada da Reorga Reorganiz nizaci ación ón de la polic policía ía pude pude compro comprobar bar que se hizo hizo sin conv convicc icción ión ni racionalidad. Los jefes de cada cuerpo o estamento policial presentaban una lista de los candidatos a la “purga”. Esta lista era confeccionada con buenas dosis de odio y de envidia. Cuando un jefe policial era joven, instruido y con amor amor al unifo uniform rme, e, se conv convert ertía ía en un enem enemigo igo de los mediocres. Esto explica el porqué de muchas injusticias. El caso del coronel Antonio Ketín Vidal, que conocí de cerca porque tuve todos sus datos personales y de trabajo en mis manos, fue una clamorosa injusticia. Este policía que no tenía ni siquiera una llegada tarde en toda su carrera. Que había obtenido grados en el exterior, era el más joven coronel a la sazón y patrocinaba la idea de que en la Policía perua peruana na había había mucho muchoss genera generales les y que era necesa necesario rio adoptar una política para evitar este crecimiento anormal. Es decir decir,, iba contra contra sus sus propio propioss intere intereses ses en aras aras de conformar un cuero policial eficaz. El Coronel Vidal fue pasado al retiro por reorganización. Abogué por él ante Salinas y Barsallo. No tuve suerte. Casi en las postrimerías del gobierno de Mantilla fue reincorporado al servicio. Se hizo justicia. Coomo el caso de Ketín Vidal, muchos, el General Teófilo Aliaga de la entonces PIP, el coronel Ames de la Republicana.
Me extraño mucho en Abel Salinas ver que su gran consejero era un ingeniero en minas sin convicción política, pero pero amigo amigo de él. Igualmen Igualmente te tenía tenía como como consejero consejero de prim primera era línea línea a un veter veteran anoo perio periodis dista, ta, que trabaj trabajóó en “Jornada” periódico antiaprista. Pero lo peor fue encontrar allí allí a un sini sinies estr troo suje sujeto to ll llam amad adoo Augu August stoo Rázu Rázuri ri Seminario. Este gozaba de toda la confianza del Ministro. El manejaba teléfonos de tres cifras, vale decir teléfonos especial especiales. es. Este indeseab indeseable le sirvió sirvió a todos todos los gobierno gobiernoss como como soplón soplón.. Fungi Fungióó de period periodist istaa en “La Crónic Crónica”. a”. Recuerdo una vez cuando los sanmarquinos protestábamos en las calles contra el dictador y corríamos por le jirón Carabay Carabaya, a, donde donde estaba estaba “La Crónica” Crónica”,, este Rázuri nos señalaba a la policía para que nos capturen. Y este malvado estaba en primer plano en el Ministerio y en Palacio de Gobierno. Su muletilla era: “Yo seré aprista cuando lleguen al gobierno.” Y así fue. De esta laya de gente se rodeó el gobierno de Alan García.
como Presidente del Seguro Social. Por ahí paso sin pena ni glor gloria ia.. Se habl hablab abaa de inmo inmora rali lida dadd en el Segu Seguro ro.. De burocratismo. De incapacidad. Lo cierto es que mientras él estu estuvo vo diri dirigi gien endo do la Segu Seguri rida dadd Soci Social al,, las las cosa cosass no cambiaron en lo sustantivo. José Barsallo Burga pasó por el Ministerio del Interior de la misma manera que lo hizo en el IPSS., sin pena ni gloria. Demás está decir que yo deje de colaborar en ese Ministerio, pues no tenía ningún vínculo laboral con el gobierno.
Cuando Salinas fue removido del cargo de Ministro del Interior, llego al ministerio, nombrado nombrado Ministro, un hombre con quien yo había compartido una vieja amistad. De por medio había destierro y prisiones. Pensé que este era el momento de hacer realidad mis ilusiones, las ilusiones del Partido. Pocos días antes de su nombramiento él había conversado conmigo sobre el gran tema de la pacificación del país y me había expresado su acuerdo. A mi no me importaba el cargo. Lo importante era hacer las cosas. Sin embargo, ocurrió todo lo contrario. Me dio la espalda, no planifico nada con respecto a la lucha antisubversiva, no entendió que la grandeza espiritual es una forma bella de gobierno. Llegó al Ministerio después de haber servido
Debo decir que entre Alan García y yo nunca hubo una estrec estrecha ha amista amistad. d. Solam Solament entee nos nos tratam tratamos os en pocas pocas oportunidades. Pero él conocía mi historial partidario. Y esto es explicable por razones generacionales generacionales y por mi terca e indeclinable actitud de no andar tras los faldones de nadie. Menos de los que tienen poder. Ahora recuerdo lo que me dijo dijo José José Barsal Barsallo, lo, segun segundo do Minist Ministro ro del del Interi Interior or de gobierno de García: “ tu no serás nombrado nunca Ministro porque no soportarías ni un minuto al lado de Alan. Y él lo sabe.” sabe.” Le respo respond ndíí al Minist Ministro, ro, aquel aquella la vez, vez, que que me interesaba más la realización de los ideales apristas que un cargo de Ministro de Estado y que defendiendo mis ideales yo no daba nunca un paso atrás.
Cuando yo había cerrado valijas políticas, una noche de octubre de 1987, una llamada telefónica me despertó. Era Alan García. La conversación conversación fue cordial y simpática. Hizo uso de térmi término noss procac procaces es para para referi referirse rse a la Homb Hombría ría porque, según él, para lo que me llamaba se necesitaba much muchoo geni genioo y deci decisi sión ón.. Yo resp respon ondí dí con con el mism mismoo vocabulario. Mi experiencia política me ha enseñado que no hay que dar ni un solo paso atrás con hombre como García.
La llamada de Alan García fue para pedirme lo ayudara en el asunto de la nacionalización de la Banca. Me agarró en un momento sentimental y la manera como me lo pidió me hizo morder el anzuelo. Fui como interventor en el Banc Bancoo de Créd Crédit ito. o. La gest gestió iónn fue fue un frac fracas aso. o. Su planific planificació aciónn muy mala. mala. Los otros otros interven interventore tores, s, gente gente cordial, amable, generosa, pero sin ningún criterio político. La siguiente anécdota pinta las cosas de cuerpo entero: La transferencia de las acciones a los trabajadores se había hecho mediante un cheque bancario que todavía no había sido cobrado, de tal suerte que si ese cheque no era cobrado la tran transf sfer eren enci ciaa no se real realiz izab abaa y el proc proces esoo de nacionalización tenía las puertas abiertas. El cheque cayó en nuestras manos ¡Qué mejor oportunidad que ésa para anular el cheque e impedir su circulación!. Mi opinión, solitaria, fue de anular el cheque y cursar una nota a la Bolsa manifestando las razones de nulidad. Con esto se term termin inab abaa el prob proble lema ma.. Todo Todoss los los inte interv rven ento tore ress se levantar levantaron on como como leche leche hervida. hervida. Califica Calificaron ron mi solicitud solicitud como una locura. El asesor legal del a Comisión, llego a hablar de delito de apropiación ilícita. Qué barbaridad!. Total el cheque fue devuelto a la Bolsa, con una burocrática nota. Qué pasó?. El cheque llego a manos de los banqueros e hicieron la transferencia transferencia de las acciones. Por consiguiente consiguiente era imposible hacer la nacionalización. Menudo problema para el gobierno. Todo producto de la improvisación. Al poco tiempo renuncié a la Comisión de la nacionalización, no sin antes haber tenido duros cambios de opinión con el Presidente.
A la par que colaboraba con el Ministerio del Interior, también lo hacía, como Director, en la Beneficencia Pública de Lima. Lima. Lo hice mientras mientras fueron fueron presiden presidente te Floro Floro Barreto Barreto e Ivonn Ivonnee Young Young de Trene Trenema man. n. En la époc épocaa de Barre Barreto to fui encar encargad gadoo de la Direc Direcció ciónn de Patrim Patrimon onio. io. Qué Qué triste tristeza za comprobar comprobar como se había llevado al garete el patrimonio patrimonio de los pobres y los humildes. En los regímenes anteriores se tomo el cargo como algo decorativo y de usufructo personal. Encontré alquil alquilere eress irriso irrisorio rios. s. Era eviden evidente te que que las cosas cosas se había habíann manejado según el interés de las personas y no según los fines de la Sociedad de Beneficencia. Hasta ahora no puede volver al país, porque tiene pelitos pendientes con el gobierno, el que fue el último Presidente de la Beneficencia Pública de Lima en el gobierno de Belaunde Terry. De otro lado esta institución se había convertido en el asilo de los puestos de favor. Reventaba de empleados. Floro Barreto es un compañero de gran tradición aprista. Honesto y sincero. sincero. Pero no tenía experiencia experiencia empresarial. empresarial. Ni carácter para poner las cosas en su sitio. En mis conversaciones conversaciones los con los compañeros yo siempre había expresado que el Perú es un enfermo tan grave que cualquier remedio le hace bien. En este cargo tomé al toro por las astas. Manu militari revisé los contratos de alquiler. Los inquilinos saltaron hasta el cielo. Estaban acostumbrados a vivir del dolor humano. Recuerdo que un conocido café-restaurant, frente a la catedral, pagaba una suma increíblemente baja. Los llamé. Eran unos árabes, los mismo mismoss dueño dueñoss de la antig antigua ua Casa Casa Ode. Ode. Tamb También ién de la Beneficencia. Loes dije: se acabo la ganga, a partir de este mes pagaran cien veces más. Los árabes hablaron en todos los idiomas, vociferaron, imploraron; pero al final pagaron. Cómo sería de bajo el alquiler que pagaron la nueva suma. No usé
para nada el Reglamento ni leí los Estatutos. De haberlo hecho, nada se hubiera logrado. Como este caso, muchos. Pero en general el problema de la Beneficencia debe ser encarado de otra manera. Con autonomía y libertad. Y esto no se puede hacer porque la Beneficencia depende del Ministerio de Salud y con con cada cada camb cambio io de mini minist stro ro,, tamb tambié iénn hay hay camb cambio io de Directorio. Mi labor en esta época recibió aplausos, aplausos, aplausos. No se hizo ningún plan de trabajo para el futuro.
complacencia integraba el primer Directorio Ernestina la Torre de Fowks, compañera estupenda, valiente, inteligente, capaz e inflexible. Con ella no había ni hay medias tintas. Abandono sus empre empresas sas para para colabo colaborar rar ad-hon ad-honore orem m con con el gobier gobierno no aprista. Jamás se impuso un horario de trabajo. Lo dio todo a cambio de conseguir limpieza, moralidad, justicia. Creo que sin su presencia en el Directorio, más de una vez hubiéramos caído por error.
En la época de Ivonne Young de Treneman fui elegido Presidente del Comité Ejecutivo de la Caja de Ahorros de Lima. Con Ivonne tenemos una hermosa amistad bañada con cariño y admiración. Ella es una mujer de temple, cuajada en viejas viejas lucha luchass partid partidari arias, as, inteli intelige gente ntess y culta cultas. s. Noble Noble y generosa. generosa. Su experiencia experiencia como ejecutiva en Naciones Unidas y en el Banco Mundial hicieron de ella una Presidenta eficaz. Por estas razones acepté, otra vez, colaborar en la Beneficencia. Ivonne le ponía al cargo, además de conocimientos, corazón, mística, desde de triunfo.
De mi experiencia en la Caja de Ahorros dos casos para relata relatarr como como nuest nuestra: ra: Vino Vino al Direc Director torio io una una solici solicitud tud de crédito de un diputado aprista de apellido Herrera por UN MILLON DE DOLARES. El diputado de marras aprovechando que el Director Directorio io estaba estaba totalmen totalmente te integrad integradoo por apristas apristas presiono a su íntimo amigo y compañero de Cámara el Ministro de Salud Paúl Caro Gamarra para aligerar trámites. El Director rechazó el crédito del Diputado porque no ofrecía ninguna garantía de devolución y porque, además, las garantías reales que ofrecía ofrecía eran insufici insuficiente entes: s: propieda propiedades des tuguriza tugurizadas das e hipotecadas. Este hombre quería hacer el negocio del siglo en complicidad con el Ministerio Caro Gamarra. Cuando Yvonne Treneman y Tina Fowks pusieron al descubierto la estafa y se denegó la solicitud de crédito, se presentó, irritado, el Ministro Caro Gamarra en los salones de la Beneficencia y exclamó: “o este crédito se aprueba o se van”. No termino el Ministro de gritar, cuando en la misma forma se escucho, por parte de Ernestina Fowks, el grito sonoro! NOS VAMOS!. El Ministro dio pasó atrás. Cogido en culpa no tomó, por ese momento, las medidas medidas pertinen pertinentes. tes. Realment Realmentee jamás jamás nos explicam explicamos os de donde saco Alan García este Ministro. Su avidez por controlar los créditos en la Caja de Ahorros en lugar de preocuparse por los problemas de salud lo retratan de cuerpo entero.
El prime primerr Direc Director torio io de la Caja, Caja, estuv estuvoo forma formado do por por compañeras y compañeros capaces y honestos. En la primera sesión del Director renuncié a mi sueldo como Presidente de la Caja de Ahorros y pedí que ese importe fuera donado a los niños niños abandon abandonado adoss o instituc institucione ioness de ayuda ayuda social. social. Así se aprobó. La labor en el Comité Ejecutivo de la Caja de Ahorros no era fácil. Había que afrontar solicitudes de “líderes”, tarjetazos, amenaza amenazas. s. Todos Todos querían querían préstam préstamos. os. Esto, a nosotros nosotros nos resbalab resbalaba. a. Ivonne Ivonne Trenema Trenemann segurame seguramente nte conserv conservará, ará, como como prueba histórica, histórica, la retahíla de tarjetas tarjetas que llegaban. llegaban. Para mi
El otro caso fue un crédito también por un millón de dólares que solicitaba una empresa que ni siquiera tenía Escritura de Constitución. Presentaba como garantía los mismos ómnibus que iba a importar de Brasil. Curiosa operación de crédito. Detrás de ésta estaba el hermano del Presidente García. En honor a la verdad el Presidente García jamás hizo una gestión sobre este préstamo. Por el contrario sabíamos que Alan se oponía a toda gestión de su único hermano. Pero mientras esto hacia el Presidente, sus epígonos, como Luis Nava y Caro Gamarra, usaban su nombre para cometer inmoralidades. Cuando rechazamos el crédito me llamo por teléfono Luis Nava, a quién jamás en mi vida había visto y me dijo: “Dr., el Presidente Presidente esta como un pichín (sic) de caliente por lo sucedido y quiere iere que se aprue pruebbe la operac ración ión”. Respon sponddí, enérgicamente, delante de Yvonne Young y Ernestina Fowks,! Eso a mi no me importa y el crédito no saldrá!”. Vino después, el Ministro Caro Gamarra, como refuerzo y mi respuesta fue la misma. El crédito no se aprobó por nosotros. Al día siguiente el diario oficial El Peruano publica mi cese como director de la Beneficencia Beneficencia y, por lo tanto, de la Caja de Ahorros. Se cuido de darm darmee las gracia graciass por por los servic servicios ios presta prestado dos. s. Yvon Yvonne ne de treneman y Tina Fowks presentaron sus renuncias irrevocables, en solidaridad conmigo. Antes de terminar el relato de mi tangencial y corta colaboración en el gobierno de Alan García, debo decir que como como miembr miembroo de la Benefi Benefice cenci nciaa Públi Pública ca de Lima, Lima, me nombraron delegado ante la Fundación Canevaro. Nunca antes había oído el nombre de esta Institución, ni sabía a que se dedicaba. A instancias de mi amigo Juan Torres García, que lo
habían nombrado Presidente, Presidente, fui. Encontramos Encontramos un vetusto local con muebles raídos, pisos deteriorados y con olor a petróleo crudo y trabajadores impagos. El gerente era un respetable señor Eduardo Miranda Souza, que había sido ministro en tiempos del General Odría. A manera de información le pregunté al Ing. Miranda Sousa, cuánto cuánto se recaudaba recaudaba para cumplir cumplir con los fines fines en la Fundación. La cantidad resultó irrisoria por lo que no pude menos que hacerle una punzante broma: ¡ Esto no sirve ni como propina en un restaurante!. Después le pregunté por el pat patri rimo moni nioo de la fund fundac ació iónn y me dio dio una una rela relaci ción ón de pro propi pied edad ades es cuyo cuyo valo valorr era era impr impres esio iona nant nte. e. Reco Record rdéé a Shakespeare: algo se pudre aquí. Me gusto el desafío y con Juan Juan Torres Torres Garcí Garcíaa nos nos dividi dividimo moss el trabaj trabajo. o. Juan Juan Torres Torres García García,, ex-ju ex-juez ez Supre Supremo mo y emine eminente nte aboga abogado do dirig dirigió ió la Fundación con acierto y limpieza. El se ocupo de la parte administrativa, administrativa, legal y financiera. De mi parte tomé, como en la Beneficencia, el asunto de los alquileres. De paso diré que la Fundación Canevaro fue instituida por la viuda del General Canevaro, héroe de la guerra con Chile, para ayudar a los ancianos incapacitados, a los niños sordomudos, a los ciegos, a unas iglesias y, también colaborar con la Beneficencia. Sus propiedades son muy importantes. Edificios en el centro de Lima, casas en los barrios y terrenos eriazos. A que se debía, entonces, la magra vida de la Fundación?. Indudablemente que a desidia o sabe Dios a qué contingencias personales de los anteriores directores. Asumí el cargo como lo más importante de mi vida y con la estrecha colaboración de Torres García llamamos a los inquilinos de los inmuebles de la Fundación. Fundación. Los inquilinos, en
su mayoría, eran abogados, notarios, médicos, comerciantes, etc. La renta que pagaban era casi insignificante y no alcanzaba ni para pagar a los empleados. empleados. ¡Increíble, pero cierto!. Yo tenía la experiencia de la Beneficencia. Con éstos hice exactamente lo mismo. Aumente cien veces los alquileres, pero como estos eran abogados y notarios se encabritaron. Me amenazaron con juicios y figurones. Tarjetas venían e iban al canasto y a esos les aumentaba más. Yo me sentía invencible porque lo que defendíamos era tan hermoso, tan justo, tan noble que gozaba con el trabajo y no había horario para nosotros. A las amenazas amenazas de juicios respondí con una frase que resulto lapidaria: “Me ganaron todos los juicios ante los tribunales de justicia, pero el juicio histórico, cuando los denuncie, ante el pueblo, por haber vivido del dolor y la miseria de los niños inválidos, ese juicio no me lo ganaran ganaran.” .” Aumentam Aumentamos os los alquileres, alquileres, sin ley ni decreto, con pura “muñeca”. Los orfelinatos, los niños ciegos, los sordomudos, los ancianos y los religiosos recibieron sus cuotas cuotas aumenta aumentadas. das. Los emplead empleados os cobraro cobraronn sus sueldos sueldos y fueron mejorados. Juan Torres García siempre se preocupó porque esto se cumpliera al milímetro. El otro asunto que quiere narrar es sobre un edificio de propiedad de la Fundación y que está ubicado en la Av. Javier Prado lado este. Encontramos esta propiedad casi terminada, pero que la indolencia, o no se sabe qué intereses, la habían abandonado. abandonado. Esta “negligencia” “negligencia” le mermaba, mermaba, notablemente, notablemente, los ingresos a la Fundación. De otro lado al Consejo de Fundación vivía vivía una una buroc burocrac racia ia finise finisecul cular. ar. Rompim Rompimos os amarr amarras as y decidimos terminar, contra viento y marea, el famoso edificio. En poco tiempo lo conseguimos hoy la Fundación recibe más de veinte mil dólares mensuales de renta por ese lujoso edificio. Gran satisfacción. No sé, ahora, cómo marcha la Fundación en
1989. Cuando Torres García y yo dejamos la Fundación en 1989 1989,, esta esta era era una una inst instit ituc ució iónn muy muy rica rica con con cuen cuenta tass en centenares de miles de dólares y de nuevos soles. He relatado a grandes rasgos mi experiencia experiencia personal en trabajos trabajos,, casi sin imp importan ortancia, cia, durante el gobiern gobiernoo de Alan García. Pero no solamente mi participación en el gobierno, sino mi observación cercana de la política. Vi como los ideales de mi generación se desvanecían. Como más de sesenta años de promesas espolvoreadas por el Apra en el Perú se hacían añicos en los actos de gobierno. Vale la pena recordar el Perú antes de las elecciones de 1985. Se vivía n clima de alegría ciudadana. La juventud y presencia del candidato aprista, aseguraban un país de cambios. La noch nochee del del desg desgob obie iern rno, o, de la inmo inmora rali lida dad, d, de los los oportunistas, nos parecía que quedaba atrás. Los hombres y mujeres de mi generación generación aprista, sentíamos que estaba cerca la hora de la realización de nuestras esperanzas. Que lustros de luchas y sacrificios entregados con amor por la felicidad de nuestro nuestro pueblo, pueblo, no habían habían sido en vano. vano. Imaginá Imaginábamo bamoss y deseábamos un gobierno aprista limpio de alma, equitativo en la justicia, generoso en la entrega, solidario, fraterno, riguroso en el mane manejo jo de los dineros dineros del Estad Estado. o. Seve Severo ro con con los inmorales. El las reuniones partidarias dijimos que el Apra sería un nuevo estilo de vida para el peruano. Todos los apristas nos sentíamos gobierno, tomado esto como el deseo de entregar, nuestras vidas, si fuera preciso, para lograr una sociedad con Justicia Social.
Pero según avanzaba el gobierno de Alan García Pérez los aprist apristas as de base base miráb mirábam amos os con celos celosaa expec expectat tativa iva la conducta del presidente. Se advertían signos de megalomanía y prepotencia, olvido de nuestra fraternidad. Desde el punto de vista partidario notamos en el flamante hombre de Estado una renuncia a usar los símbolos partidarios. Se entregaban con facili facilidad dad a amigo amigoss y pudie pudiente ntes. s. No enten entendía día que, que, como como movimiento social, tenía que revitalizar nuestra mística para soldar con fe nuestras ideas de cambio. La dirección partidaria jamás estuvo a la altura de las circunstancias. No supo ser Partido de Gobierno y, por tanto, responsable de los resultados del régimen de 1985 a 1990. Inexplicable Inexplicable resulta la participación participación de viejos líderes apristas en el gobie gobierno rno de Alan Alan García García.. Hablem Hablemos, os, por por ejemp ejemplo, lo, de Armando Villanueva, hombre formado al lado de Víctor Raúl. Tuvo actuaciones honrosas en las luchas clandestinas de 1934 y 1948 1948.. Su tesó tesón, n, su vale valent ntía ía,, su inte integr grid idad ad apri aprist sta, a, lo convi convirti rtiero eronn en un líder líder histór histórico ico.. A pesar pesar de su fraca fracaso so electoral en 1980, Villanueva tenía cierto predicamento. Las bases partidarias abrigábamos la esperanza de que Villanueva fuera el otro platillo de la balanza. Pero las cosas no fueron así, sino totalmente al contrario. Como parlamentario resultó uno más del montón. Como ministro de Estado fue un desastre total. Pasó sin dejar huella. Jamás planteó una política antisubversiva. Las Universidades y las cárceles parecían locales de Sendero Luminoso. Luminoso. Un hombre incoloro, incoloro, disperso, frívolo. Se nos iba de las manos el Villanueva de 1948. Porque un hombre con esas características no podía ser el freno para un potro desbocado. Alan García no tenía ningún control partidario. El era el Partido. El era el gobierno. La dirección partidaria siempre fue
incapaz de controlar las acciones de García Pérez y, por el contrario, fueron comparsa del Presidente. Por todo esto la militancia aprista se sentía traicionada y veía que todas sus ilusiones se esfumaban. En resumen a mediados de 1988 al Perú vivía en un estado caótico. En el plano económico Alan García optó por el crecimiento sobre la base del consumo, sin enmendar rumbos oportunamente. El resultado de esta política económica genero la inflación más alta que registra la Historia Peruana. Por este camino García nos llevaba al despeñadero. El país repudiaba al gobie gobierno rno y espera esperaba ba ansio ansioso so las elecci eleccione oness de 1990. 1990. Sin embargo embargo,, la direcció direcciónn aprista, aprista, mio miope pe en polí política tica,, abrigaba abrigaba esperanzas de triunfo. El gobierno de Alan García Pérez no fue, desde mi punto de vista, un gobierno aprista porque puso de lado a la direc direcció ciónn y a la milit militan ancia cia,, porqu porquee acabo acabo con con la místi mística ca partidaria, porque llevó al Perú por el camino de la vegetación política política sin siquiera siquiera esbozar esbozar lineamie lineamientos ntos para un cambio cambio sust sustan anti tivo vo en la vida vida de los los peru peruan anos os.. Nada Nada cam cambio bio valederamente en el país. El Presidente García en su discurso inaugural hizo promesas esperanzadoras y en el transcurso de su gobierno las fue olvidando paulatinamente. Todo esto contribuyo a desarticular al Partido Aprista. Todo esto contribuyo a que el peruano sin partido político se hiciera la firme promesa de no acompañar más al Apra en una elección. Se Perdió la fe, se perdieron las esperanzas. El Apra atrav atravies iesa, a, ahora, ahora, una una treme tremend ndaa crisis crisis polít política ica,, sus lídere líderess históricos están vencidos por el tiempo. Una cúpula cerrada impide todo esclarecimiento. La juventud aguarda impaciente
su turno a la espera de un líder. La realidad peruana presenta un esque esquema ma distin distinto to que no pued puedee resol resolver verse se con métod métodos os tradicionales. tradicionales. Un pragmatismo pragmatismo veloz esta supliendo filosofías y principios. El hambre y la miseria no aceptan el discurso ni el verbalismo inútil. Sin embargo, no pensamos que resultados inmediatistas y locales sean la solución a la crisis peruana. El gobi obierno erno de Alan Alan García rcía es resp respoonsabl sablee políticamente de la actual situación del Perú. Alan García debe dar cuentas de sus actos de gobierno y presentarse ante el Partido. Quie Quiero ro,, eso eso si, si, deja dejarr clar claram amen ente te esta establ blec ecid idoo no comparto las acusaciones del gobierno del Sr. Fujimori a Alan García y al Apra sobre supuestos delitos. Ninguno de los cargos formulados por los funcionarios de gobierno o sus seguidores ha sido probados. Una ola de odio contra el Apra se esparce por el ámbito nacional. Todos quieren hacer leña del árbol caído. Con ese pretex pretexto to y, desvia desviand ndoo la atenc atención ión de los graves graves problemas económicos, el gobierno del Sr. Fujimori mantiene una una camp campaña aña costo costosa sa contr contraa el Apra. Apra. Un Pode Poderr Judic Judicial ial designado por el gobierno, amañado, que no respeta la Cosa Juzgada no debe jamás administrar justicia. El revanchismo político es la filosofía del gobierno del señor Fujimori. A casi cuatro años de gobierno antiaprista, ningún representante del gabinete de Alan García ha sido sentenciado. Esto en honor a la verdad histórica. Hasta aquí, a grandes rasgos, el relato del a vida de una generación generación que creció bajo las banderas de la ideología aprista. Que soñó, junto con Haya de la Torre, con una Patria grande, libre, solidaria, justa y feliz. Que lo dio todo sin pedir nada.
Que no medró a la sombra del Presidente ni de los dirigentes; porque creyó que era natural que un gobierno basado sobre ideal ideal de justic justicia, ia, encon encontra traría ría en su milit militanc ancia ia el asider asideroo suficiente para conseguir sus metas. Vivimos, pues, por ideales. Nos entregamos a la lucha por ideales. Jamás Jamás no salto la ambición ambición desesperada. desesperada. Nuestra esperanza era de triunfo para el Perú, de amor, de alegría de paz. Centenares de miles de apristas y millones de peruanos vivimos una esperanza. Al hacer el recuerdo y columbra el pasado nos sentimos, a pesar de errores y fallas humanas, tranquil tranquilos os y orgulloso orgullososs de nuestra nuestra milit militanci ancia. a. Evocamo Evocamoss el ejemplo incomparable incomparable de los compañeros de lucha y abrigamos abrigamos la esperanza de un porvenir mejor para el Partido. Serán nuevas generaciones que levantado y llevando a la práctica los ideales de Haya de la Torre fortifiquen el movimiento. Le inyecten nueva mística y, asimilando errores, proyecten un programa de gobierno de acuerdo al a nueva realidad nacional. Al termina terminarr este este relato relato me asalta asalta una duda duda como aguijón punzante clavado en las entrañas: Todo lo acontecido, las señeras luchas juveniles, la sangre derramada en el camino, la inmolación de Maclean, Arévalo, “Búfalo” Barreto y los miles fusilados en Chan-Chan, habrá sido el sueño de una Gran Ilusión.?
COLOFON Atrás he relatado la historia de un Gran Partido político que, en mucho es la historia moderna del Perú. Víctor Raúl Haya de la Torre, el ideólogo y fundador del Apra, a diferencia de los seguidores del marxismo-leninismo, diseño, para esta parte del mundo una doctrina americanista y revolucionaria. Siguiendo su estandarte centenares centenares de miles de hombres hombres y mujeres se agruparon bajo las banderas del aprismo. Los tiempos modernos le dan la razón al gran pensador peruano. Corres Correspo ponde nde a las las nueva nuevass gener generaci acion ones es echar echar mano mano a su ideario, revisarlo, limpiarlo de malezas, resembrar la mística partidaria y asimilar con ventaja las experiencias de gobierno. Haya de la Torre enseño con el ejemplo de su vida que, además de la claridad de una doctrina, la Justicia Soci Social al se pued puedee alca alcanz nzar ar con con amor amor,, con con honr honrad adez ez,, con con pat patri riot otis ismo mo,, con con esfu esfuer erzo zo crea creado dor, r, con con gran grande deza za y sin sin ambiciones protervas. Solamente así es posible que el Perú llegue a un futuro promisorio de paz y felicidad.
ESQUELA FRATERNA* Lima, 10 de enero de 1994 Amigo, hermano: Me has punzado, me has conmovido, mejor un poco me has desgarrado al leer tu escrito puro corazón, inteligencia y valor. Y es que como el tango-tantas veces lo escuchamos juntos-leerte es volver…Cuarenta y tanto años nuestros no son nada para los viejos viejos amigos verdaderos. verdaderos. El tiempo tal vez nos nos ha marchitado un poco, pero es verde, siempre verde y fresca nuestra amistad. ¡Qué gusto me da decírtelo!. *Mi amigo Héctor Cordero Guevara me envió esta carta después de leer los originales.
Nos separaro separaronn varias varias veces veces distintos distintos enfoque enfoques, s, diferent diferentes es aprec apreciac iacio iones nes;; pero pero siemp siempre re se ha mante mantenid nidoo incólu incólume me y fortalecido, precisamente por eso, el mutuo aprecio personal nutrido en el fondo por los mismo ideales: querer la patria, nuest nuestro ro país, país, la revolu revolució ciónn es decir decir la reivin reivindic dicaci ación ón del hombre, el vallejiano hombre: nuestros padres, nuestros hijos, nuestros nietos.
Diario “La República” 22-02-1990
CARTA DE LA FRATERNIDAD Víctor Raúl: Te escribo desde el plano inacabable de los recuerdos, te traigo el saludo esperanzado del militante de base. La voz de aliento que viene desde el silencio físico de nuestros muertos. También te traigo la mirada triste de nuestra campesina que, allende la cordillera, vive con el eco de tu voz que le prometió un Perú diferente. Recuerda compañero jefe, Hermano, Maestro y Guía que contigo abrimos una nueva etapa de la vida política en el Perú y América. Trajiste el lenguaje nuevo de la revolución, le insuflaste amor a la lucha y le diste color a la esperanza. En torno a esto vivimos y conformamos un partido político en doct doctri rina na popu popula larr y naci nacion onal alis ista ta que que se conv convir irti tióó en el instrumento de la revolución peruana. Contigo, maestro, vivimos con alegría y fe. Lo dimos todo sin pedir nada y con deseo de dar más por el Apra que, en
esencia, era darlo todo por la Patria. De todo esto tu das fe. También le dan nuestros nuestros mártires que cayeron cayeron en la contienda, así como los viejos militantes curtidos en la lucha y sin nombre en las marquesinas, pero con un corazón tan grande como e mundo. Yo quiero decirte c. Jefe que en este gobierno hay hombres muy cuestionados a quienes es difícil probarles todo. Pero son tantos los indicios, es tan angustioso el rumor popular, que todo hace pensar que hay podredumbre. La voz del pueblo lo señala, se habla de latrocinios, de frivolidades, de lujuria. Nuestra fraternidad esta resquebrajada. resquebrajada. De aquel movimiento glorioso que en 1945, después de once duros años de lucha clandestina surgió como la esperanza del pueblo, ahora tenemos un Partido infiltrado de aventureros y cortesanos ávidos del poder. Han olvidado tu sencillez, tu humildad, tu grandeza. Aquí estamos, ahora, sin tu gigantesca presencia, sin tu voz metál metálica ica,, sin tu areng arengaa frater fraterna, na, sin tu risa risa interm intermina inable ble.. Estamos con un gobierno dirigido por un joven Presidente apri aprist staa que que prom promet etió ió segu seguir ir tu ejem ejempl ploo pero pero cuy cuyos colab colabora orado dores res confor conforma mann un entor entorno no borros borrosoo ayuno ayuno de capacidad creadora. Estamos con una militancia desesperada y triste porque las promesas parecen nubes cargadas de ilusión porque el militante ha sido puesto de lado. Porque son los oportunistas y los felones los que ascendiendo por la escalera de la adulación han hecho del Presupuesto Nacional su fuente de riqueza.
Atrás, Víctor Raúl, queda una calle llena de recuerdos que los apristas leales podemos transitar con los ojos cerrados sin temor a tropezar. Podemos ver el pasado con la frente alta. Pode Podemo moss seña señala larr a los los culp culpab able les, s, a los los tí tími mido dos, s, a los los oportun oportunistas istas,, que manchan manchando do tu nombre nombre realizan realizan un seudo seudo aprismo. El 22 de febr febrer ero, o, Día Día de la Frat Frater erni nida dadd Apri Aprist sta, a, saldrem saldremos os de nuestro nuestross hogares hogares cantand cantandoo nuestros nuestros himnos y llegaremos llegaremos hasta la Av. Alfonso Ugarte o hasta Villa Mercedes. Izaremos nuestros pañuelos blancos, oraremos por ti, por la esperanza y juraremos seguir en la lucha hasta lograr nuestros ideales: un Perú libre del dolor y la miseria. Es decir un Perú con Justicia Social. Estas son las palabras finales de recuerdo. De lo que fue el partido contigo, de lo que gozamos en la lucha dejando la sangre en el camino. Morir por el Apra y por ti, Viejo Amigo, es como morir por la alegría, por el amor y por la felicidad del Pueblo. Vendrá Vendránn otros otros Febre Febrero ro para para record recordar ar tu nomb nombre re y centenares de miles de apristas; de los leales, de los que te abrazaron en los más lejanos pueblos de la Patria, de los que, en verdad te quieren y te extrañan, iremos por las calles de todos los pueblos vitoreando tu nombre. Y así lo haremos, como dijera dijera nuestro nuestro entrañab entrañable le compañe compañero ro Manuel Manuel Seoane, Seoane, hasta hasta cuando seamos polvo en viaje a las estrellas. Orestes Romero Toledo Militante de Base-Sector.8 Base-Sector.8
REVISTA “EQUIS” X-1980 Carlos Delgado Olivera El primer conocimiento que tuve de Carlos fue en 1946. En ese año ingrese a la Facultad de letras de la Universidad de Trujillo. El había pasado, fugazmente, por ahí en 1945. Fue Teresa Guerra, lo recuerdo muy bien, quien conociendo mi afiliación me pregunto: “Conoces a Carlos Delgado?. Me hacía la pregunta como si estuviese obligado a conocerlo. Como si se tratara de alguien importante. Pero como el nombre no me decía nada, respondí con un expresivo ademán que no. Teresa Guerra Guerra repuso: repuso: “Procura “Procura conocer conocerlo, lo, es un muchach muchachoo muy inteligente y un gran aprista”. Me sorprendió el hecho de que un paso tan fugaz, hubiera dejado tanta estela. La ardua vida política del 45 al 48 mantenía conectada a toda la juventud aprista. Por estas razones siempre tenía noticias de la actividad de Carlos Delgado. Ora en el trabajo con la Juventud Universitaria, ora con la J.A.P. o en la secretaria privada de Haya de la Torre. Con no más de veinte años de su vida fue elegid elegidoo Secre Secretar tario io Nacion Nacional al de la Juven Juventud tud y, por tanto, tanto, miem miembr broo del del Comi Comité té Ejec Ejecut utiv ivoo del del Apra Apra.. Cuen Cuenta tann los los compañeros que estuvieron cerca de él por esa época, que el Jefe del Partido le tenía gran cariño y admiración. Un húmedo amanecer de octubre de 1948 cuando se abrieron para mí las rejas del calabozo de la Quinta Comisaria de la calle Cotabambas, encontré en su interior a lo mejor y más valiente de la juventud sanmarquina. Allí estaba Carlos Delgado, alto, ligeramente encorvado, tez blanca, cabellos muy ensor ensortij tijad ados os y castañ castaños, os, ojos ojos claros claros,, ampli ampliaa frente frente,, casi casi
desaf desafian iante, te, voz pasto pastosa, sa, jovial jovial,, muy muy alegre alegre.. Al verlo, verlo, al abrazarlo, reconociéndonos en ese instante, sentí la presencia de un hombre hombre cabal, cabal, diáfano diáfano,, muy intelige inteligente. nte. Transmit Transmitía ía cariño. Su imagen era la de un líder. Carlos Delgado supo dirigir a la juventud de su tiempo, fue su líder natural, por consiguiente el exponente más alto de nuestra generación. Hermosos, por singulares, tiempos aquellos cuando la juventud sanmarquina, con Delgado al frente, pus oe lpecho a ls tanques de guerra que envió el gobierno de Bustamente. Igual lo hizo el estudiantado de la Universidad de Trujillo, valiente y ejem ejempl plar ar,, que que fue fue desa desalo loja jado do a punt puntaa de bala bala y gase gasess lacrimógenos. Recuerdo que la “Quinta” que, a pesar de dormir en el suelo, con frío en ese sucio calabozo, jamás nos falto la risa. Nunca nos desesperamos. Al caer la tarde cuando la tristeza asomaba los compañeros animaban una fiesta con dos cucharas en la mano. También estuvieron en ese hacinamiento Juan Maclean a quien la muerte le gano la batalla en la prisión, David Tejada de Rivero, Víctor Raúl Montesinos, Leonardo Pérez Saco, el inteli inteligen gente te y circu circunsp nspect ectoo Guille Guillerm rmoo Baca Baca Aguina Aguinaga ga con Wagner como compañero, Rogelio León, Eduardo de la Flor, Manuel Achante, aquel pintoresco compañero Rengifo de la Amazonía, Amazonía, Guillermo Varillas Castro que le regalo una chalina que Carlos conservo toda su vida. Estaban, también, otros compañeros que todavía permanecen en las trincheras.
De esa cárcel Carlos fue trasladado al “Frontón” en donde permaneció hasta 1950. Consiguió su libertad con la condición de abandonar el país. Rara libertad. Fue a Estados Unidos y volvió en 1956. Se reincorpora a la lucha partidaria. Colabora en “La Tribuna” con el seudónimo de Juan Diego-en recuerdo de Juan Maclean- su entrañable amigo- y que más tarde le pondrá por nombre al mayor de sus hijos. Publica trabajos de su especialidad y desarrolla gran actividad política. Por esta época es elegido Presidente de la Organización Mundial de Estudiantes y, más tarde, lora una beca beca para para la Unive Universi rsidad dad de Corne Cornell ll en EE.UU. EE.UU. En esa Universidad, con excelentes calificaciones recibe el título de Antropólogo Social. Viene Viene 1962 1962 y los milita militares res en compl complici icida dadd con con los belaundistas anulan el triunfo de Haya de la Torre y el Apra. Carlos Carlos trabaj trabajóó con denued denuedoo en esa campañ campaña. a. En 1963 1963 se produce el entendimiento parlamentario entre el Apra y Odría. Carlos se pronuncia públicamente en contra y no se reinscribe cuando el Partido lo ordena, quedando, por tanto, desde aquel momento fuera del Apra. Más tarde la Fundación Ford le ofrece trabajo en Chile. Allí permanece hasta 1969 en que el gobierno del General Juan Velasco lo invita a participar en el proceso. Carlos ve en los militare s conducidos por Velasco, la fuerza capaz de realizar los cambio cambioss estruc estructur turale aless para para sacar sacar a nuest nuestro ro país país del del subdesarrollo. En otras palabras, hacer el autentico aprismo. Acep Acepta ta la invi invita taci ción ón y lueg luegoo se conv conver erti tirá rá en el moto motor r ideológico de ese proceso.
A la caída caída de Velas Velasco co en 1975, 1975, Carlos Carlos renunci renunciaa a continuar en el Gobierno Militar. Después es contratado por la UNICEF para trabajar en África. Ahí se queda hasta comienzos de este año en que se traslado a Nueva York. Aquí lo encontró mi hija y pasó unos días con él, en su departamento. Cuando mi hija volvió de Nueva York me contó que Carlos estaba enfermo. Un terrible mal pulmonar lo estaba carcomiendo. carcomiendo. Sin embargo, embargo, Carlos tenía la esperanza de volver a Lima. Me dijo que hablaron con Calín de muchas cosas, que recordó, con cariño el año 74 que vivió con nosotros. No olvido nunca nuestra vida familiar. Pregunto por la vieja higuera que tanto celaba y pidió que le guardáramos sus sabrosos higos blancos. Preguntó por Teodora que le preparaba sus potajes favoritos a la chiclayana. Pidió chifles, que tanto le gustaban. Evidentemente Carlos, por lo que mi hija me contó, estaba al borde de la muerte. Aliste maletas para ir a Nueva York y cuando terminaba los tramites, para el viaje, sonó el teléfono y escuche la trémula voz de Paco Delgado que me comunicaba la triste noticia. No supe que hacer. Vinieron a mi mente tantos recuerdos que me sentí vencido. Triste, desolado. Terminaba físicamente la vida de un hombre con quien yo había compartido más de treinta años de amistad y cariño. Se apagaba, pues, la vida de un pensador, pensador, de un ideólogo, de un líder. Moría una esperanza. Yo dejo, en estas líneas mi homenaje y mi ternura. Abrigo la esperanza que mañana la Historia lo coloque en el sitial que le corresponde. Lima, 20 de noviembre de 1980.
Revista “EQUIS” X Enero de 1975 LUIS ALBERTO SANCHEZ Hombre, Escritor, Maestro Es muy común siempre, o casi siempre, escribir sobre personas que han recibido un homenaje reciente, o que ostentan una forma de poder o que los ha ganado la muerte. Esta nota resulta, por tanto, un poco desusada, acaso insólita o fuera de lugar. Corro, con agrado, el riesgo: escribo estas estas cuartilla cuartillass sobre sobre Luis Alberto Alberto Sánchez Sánchez,, hombre hombre cabal, cabal, escritor y maestro. Lo conocí cuando yo apenas bordeaba bordeaba los veinte y él los cuarenticinco, un poco menos de lo que calzo yo ahora. Era la época del retorno del destierro. Luis Alberto venia de chile de pagar alto tributo por su amor a la libertad y la justicia. Venia como un maestro, como lo que realmente es. Lo cono conocí cí en públi público co,, hablán hablándo dole le al pueblo pueblo en el humilde estadio de mi tierra, en la campaña electoral de 1945. Lo conocí yo a él más no LAS a mi. El era un líder. Con el maestro maestro Sánchez Sánchez volviero volvieronn Seoane, Seoane, Cox, Heysen, Heysen, Orrego, Orrego, Muñiz y toda esa pléyade del treinta que fundaron el Partido Aprista y que pagaron muy caro su constancia en la lucha y su lealtad lealtad partidar partidaria. ia. Sánchez Sánchez tiene tiene una oratoria oratoria seca, seca, precisa, precisa, magnética, punzante. No es retorico, pero es conceptuoso. El pueblo lo escucha, lo entiende con facilidad. Luis Alberto Sánchez fue, con justicia, elegido Rector de la Universidad Mayor de San Marcos. Y lo fue tres veces.
Creo que San Marcos es su gran amor. Jamás la Universidad Peruana estuvo mejor dirigida, porque Sánchez es un hombre culto, escritor de renombre y un maestro cabal. Cuando cayó la noche en el Perú en 1948. Luis Alberto Sánchez fue desterrado del país por ser aprista y amar la libert libertad. ad. Otra Otra vez, vez, el maest maestro ro errab errabaa por los camino caminoss de América, llevando su mensaje y su lección. Los desterrados apristas, en Buenos Aires, lo fuimos a ver-1953-al City Hotel en la Av. Sáenz Peña para hablar de cosas del Partido. Por aquel entonces yo estaba un poco teñido de rojo. Lo bombardeamos con preguntas y objeciones. LAS, como un diestro espadachín, y con gran dominio del tema, salió ileso y airoso del bombardeo. Volvimos grupas y recogimos una gran experiencia. Después lo vi en el salón gris de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Dictaba una conferencia sobre sobre políti política ca latino latinoame americ ricana ana.. La juven juventud tud argent argentina ina,, politizada hasta los dientes, lo sometió a un fuego cruzado de peguntas. LAS respondió con tranquilidad y certeza. Volvían las preguntas hasta llevarlas al campo personal. Sánchez, viejo zorro, encontró con inteligencia la salida: “Mire Ud.-le dijo a un estud estudian iantete- la confe confesió siónn en públic públicoo me paree paree que la practican los bautistas. Y yo no pertenezco a la secta.” Cerró la conferencia y un mar de aplausos coronó su intervención. El año 56 volvimos todos a casa por la amnistía política. Solamente, hoy, en 1975 lo he visto y he hablado con él. Acepto almorzar conmigo. Escuchar a un escritor, como el maestro Sánchez, extraordinariamente extraordinariamente culto lleno de humor-del
bueno-, sin rencores, sin odios, sin pena y con una amplia risa que dice mucho de cuánto sabe, y de cuánto es capaz; es para un peruano de nuestro tiempo motivo de satisfacción y orgullo.
IN MEMORIAM “ULTIMA HORA” 18-10-1974
Todavía el Perú oficial le regatea su homenaje, pero la juventud y el pueblo ya lo hicieron en su oportunidad. La juve juventu ntudd lo hizo hizo Recto Rectorr de la más más vieja vieja Unive Universi rsidad dad de América. El pueblo lo llevó a la más alta función pública.
Hace diez años que una bala disparada a quemarropa destrozo la aorta de Fernando Drinot, provocándole la muerte. Cuando me entere de la triste noticia, no supe que hacer. Porque hay cosas que uno no imagina nunca. No espera jamás con con Drino Drinott moría moría un gran gran comp compañe añero, ro, se tronc troncha haba ba una esperanza.
Una mañana caminando caminando con el Maestro por el centro de Lima vi como la gente lo saludaba con unción y cariño. Vi como un viejo cobrador de servicios públicos se acerco a él y casi con lagrimas en los ojos le dijo: “Dr., hace mucho que no lo veo. veo. Déjem Déjemee abraz abrazarl arlo”. o”. Despué Despuéss de hacerl hacerloo le dijo, dijo, emocionado: “Gracias Dr…Gracias”. Yo me sentí conmovido al ver como el pueblo, el común de los peruanos le rinde homenaje a este ciudadano ilustre que ahora no es Rector, ni Ministro, ni Senador, ni Diputado, ni Consejero, ni Alcalde. Y sin embargo, su solo nombre es más que todo eso.
RECUERDO DE FERNANDO DRINOT
Había venido a verme la misma tarde del día de su muerte, como presagiando el fin porque, en verdad, hacia días que no nos veíamos. Como siempre, Fernando estaba alegre, jovial. El era de esa laya de hombres que no se da siempre. Sabía Sabía juntar juntar en su espíri espíritu tu cread creador or e inteli inteligen gente, te, toda toda la simpatía de la tierra. Tenía un imán personalísimo para hacer amigos. Al lado de Drinot no se concebía la tristeza. Lo conocí por los años 49-50 cuando el Perú padecía una siniestra siniestra tiranía. tiranía. Estudiaba Estudiaba Ingenier Ingeniería ía Civil Civil en la vieja vieja Escuela de ingenieros. A los estudiantes apristas de esa escuela se les llamaba “los ingenieros”. Junto con César Solís, Lucho Olivera y Juan Bravo Gandulia, que murió en el destierro solían caer, de tarde en tarde, por el vetusto patio de la Facultad de Derech Derechoo de San San Marco Marcoss y, borde bordeand andoo la histór histórica ica Pil Pila, a, esperaban las directivas para seguir la lucha. Por aquel aquellos los años años la lucha lucha contr contraa Odría Odría era dura, dura, desigual y sin tregua. Toda una generación en estado de guerra. Ellos con todo el poder de la oligarquía coronados de atropellos y muertes. Nosotros, una juventud enardecida, valiente, inerme
pero cargada de emoción emoción de mística y de fe. Nunca dimos paso atrás.
este grupo Manuel Seoane. En este batallar lo encontró la muerte en arte circunstancia.
Duro Duro los los años años del del 49 al 51. 51. Much Muchos os comp compañ añer eros os cayeron en la contienda, Juan Maclean, el primero, el mejor. Otros perseguidos, golpeados, vejados eran conducidos a las prisiones. Campeaba Campeaba el poder del vil Alejando Esparza Zañartu y su brigada de soplones.
Esta recordación, querible por todos sus amigos, tiene el sentido de un homenaje al compañero caído, al noble amigo. Desde Desde aquí aquí le respo respond ndoo a su buena buena madre madre,, doña doña Marce Marcela la Drinot, cuando me dijo: “No lo olviden..fue un buen hijo, un buen padre, y mejor amigo”, diciéndole que la vida de un hombre cabal, inteligente y digno no se olvida nunca y más bien es llama viva de ejemplo y de recuerdo.
Fernan Fernando do estuv estuvoo entre entre esa pléya pléyade de memo memorab rable le que entrelazó generaciones, entre los que estuvieron Luis de las Casas, Casas, Faus Fausto to Vince Vinces, s, Migue Miguell Guerva Guervara ra Morá Morán, n, Carlo Carloss Manrique, Guillermo Carnero Hoke, Gustavo Valcárcel, Luis Carnero Checa. Y los más cercanos Carlos Delgado Olivera, Zoila Zoila Sánch Sánchez ez,, Luis Luis Berna Bernales les Sánch Sánchez ez,, Frida Frida Manri Manriqu que, e, Laureano Carnero Checa, Nareida Barahona, Elena Orozco, Ismael Frías, David Tejada de Rivero, Ernestina y Juanita La Torre, Víctor Raúl Montesinos, Aníbal Quijano, Luis de la Puente Uceda, Héctor Cordero Guevara, Virgilio Roel, Juan Chang, Que murió en las guerrillas bolivianas junto al che Guervara. A la vuelta de mi forzado viaje a Argentina, por el 56, volvimos a juntarnos como mandato irrenunciable para seguir traba trabajan jando do por el Apra. Apra. A la sazónsazón-56 56-57 -57-58 -58,, Ferna Fernand ndoo desempeñaba un cargo en el Comité Ejecutivo del Partido. Su trabajo fue brillante. Fue en 1962 que nos acercamos más. Nos habíamos propuesto, junto con otros compañeros, analizar las causas del fracaso fracaso electoral. electoral. Remozar Remozar la línea línea polí política tica y replante replantear ar la problemática problemática peruana desde un nuevo ángulo de acción. Dirigía
REVISTA “EQUIS X” 29-10-1981 CARTA A UN TERRORISTA* Hermano:
¡No compañero. No! La actitud cobarde de atacar por la espalda y sobre seguro, no es conducta revolucionaria. Militante terrorista: da la cara, di tu verdad y defiéndela. Con ejemplos de entereza y valor, lograras formar legiones de hombres que vayan detrás de ti cantando la batalla.-
Ya han muerto muchos. Ya ha corrido mucha sangre por las calles. Ya hay demasiado dolor en la tierra. No contribuyas, con tu ceguera, a que todo ello se acreciente. Presumo que buscas, buscas, como todos, todos, que encuentras encuentras este mundo mundo inju injusto sto y desigual. Que te duele por todos tus costados la miseria en que están abatidos los trabajadores, los pobres. Estoy contigo en que este mundo debe cambiar que hay soberbia, lujuria y vicio. Que el capitalismo encierra injusticia y crueldad; que por todo esto, hay que cambiar el sistema. Que hay que dar paso a una autentica salida revolucionaria que incorpore al trabajador-eje fundamental en la producción- al sitial de justicia y dignidad que le corresponde. Todo esto comparto contigo. Pero lo que no comparto es el método de lucha, el camino, la actitud criminal de matar a ciega ciegas. s. Tu piensa piensass que derram derramand andoo sangre sangre gener generosa osa de inocentes; destruyendo puentes y servicios de luz y agua, logras resultados positivos. Sin embargo, yo pienso lo contrario. Creo que así degeneras los principios de la revolución y consigues un clima de rechazo total. Creo que así enlutas familias humildes y haces correr, con dolor, la sangre de los niños por las calles. ¡Y qué triste y doloroso, es ver correr la sangre de los niños por las calles!.
*Esta carta se encontró en el archivo personal de Abimael Guzmán, días después de su apresamiento.-
EL “OBSERVADOR” 14-04-1983 LUIS CARNERO CHECA Cando adolescente- entre los 13 y los 16- solía juguetear bajo la sombra cariñosa de los frondosos tamarindos de la añosa y bella plaza de Armas de Piura. Todos los muchachos concurríamos concurríamos ahí y constituíamos constituíamos una parvada de inquietud. inquietud. En esa plaza planeábamos las “guerras de los barrios”; hablábamos de la última película, discutíamos sobre la Segunda Guerra Mundial y preparábamos nuestros partidos de futbol. Una vez entre los años de 39 y 40 uno de los muchachos del barrio se acerco sigilosamente al grupo de la Plaza de Armas. Estaba medio perdido, asustado y convocándonos, nos dijo quedamente quedamente al oído: oído: “Ha llegado Lucho”. Lucho”. Todos Todos nos miramos miramos fijamente. fijamente. Sabíamo Sabíamoss de quien quien se trataba. trataba. Lucho, hermano de Laureano, uno de los nuestros, a la sazón era un joven de menos de 25 años, venia de la prisión en donde lo había recluido la mano tenebrosa de la tiranía. Ese hombre era fogueado en persecuciones y en prisiones; era, para nosotros, como un héroe. Verlo aunque sea de lejos y por breve rato, nos parecía una gran aventura. Nos sentíamos orgullosos como si formáramos parte de su lucha. De su inquietud y también de su fama. Corridos los años entendí el porqué de ese misterio: Luis Carnero Checa, para nosotros Lucho, era un militante aprista, un luchador, un combatiente. Los muchachos de mi tiempo, sabíamos que el Apra era el partido del pueblo, que luchaba por la Justicia Social. Que ser aprista representaba un peligro para el gobierno y, por tanto, había que perseguir a los
apris apristas tas.. Así de simple simple enten entendía díamo moss las cosas cosas y, por por ese, ese, cuando escuchábamos hablar de un aprista o del Apra, nos sentíamo sentíamoss como como partícip partícipes es de ese misterio misterio.. ¡Qué hermoso resutla ahora haber participado de ese misterio! Ganada mi juventud compartí con Lucho las mismas banderas, las mismas trincheras y los mismo ideales. Luis Carnero Checa era de esa laya de hombres nacidos para la lucha política. Formó parte de una generación aprista vibrante y combativa a la cual pertenecieron compañeros compañeros como el poeta Gustavo Valcárcel, Fausto Vinces Zevallos, Miguel Guevara Morán, Ricardo Tello, Carlos Manrique, Guillermo Carn Carner eroo Hoke Hoke y tant tantos os más más que que jamá jamáss dier dieron on treg tregua ua al Dictador. A la par que militante aprista oriundo de Piura, Lucho fue poeta. O acaso primero fue poeta. Escritor costumbrista, hombre de Derecho, orador político y gran conversador. Ya no está con nosotros, ya no habrá más esos sábados inolvidables en su casa junto a su querida Marta. Ya no habrá historia ni anécdota. Ya no están ni mi hermano Manuel, ni Alfredo ni Felipe al lado de ese compañero inagotable para la tertulia. Lo ha ganado la muerte y nos ha dejado llenos de tristeza. Esta nota es mi homenaje al amigo, al compañero, al leal y gran aprista, al que fue nuestro héroe en la juventud. Lucho: mañana gritaremos tu nombre para que las montañas nos devuelvan el eco sonoro de tu ejemplo y recuerdo.
REVISTA “EQUIS X” 19-08-1980 CARTA ABIERTA A LUIS ALBERTO SÁNCHEZ* Voy buscan buscando do en Ud., Ud., comp compañ añero ero Luis Luis Albert Alberto, o, al hombre que durante largos años vimos, blanca su cabellera, izar muy al tope la bandera de la lealtad. Voy buscando al maestro que, en los viejos salones sanmarquinos, nos dio lecciones de respetos a la libertad y a la democracia. Voy buscando al escritor inteligente, culto y valiente para que nos diga el porque de su actitud en el XIII Congreso Nacional del Apra. Para que nos diga dónde está la unidad, que cosa es la disciplina y como se respeta la autoridad. Voy buscando, en fin, Maestro, la fraternidad perdida. Ud., compañero Sánchez, asistió al XIII Congreso de Trujil Trujillo; lo; Ud. Ud. fue ovacio ovaciona nado do con con amor amor y alegrí alegríaa por por los asistentes, Ud. levanto el brazo izquierdo y agradeció a los congresales. Ud. cantó la “Marsellesa Aprista” y juró jamás desertar Ud. pidió un voto de confianza para la Comisión Organizadora del Congreso. Ud. logró la Mesa Directiva de su preferencia. Ud. fundamento su punto de vista sobre *Esta carta fue dirigida a LAS después del XIII Congreso de Trujillo. Sánchez y Prialé se reintegraron al C.E.N.
Si la secretaria del Partido debería ser COLEGIADA o UNICA. En fin Ud. discutió en el Congreso, tomó bando. En otras palabras Ud. participó activamente en ese certamen.
Pero Pero cuan cuando do sus sus punto puntoss de vista vista son discutid discutidos os y rechazados por abrumadora mayoría, se produce lo inaudito: Ud. abandona el recinto para decir después que se trata de un Cong Congre reso so frau fraudu dule lent nto, o, con con agru agrupa paci cion ones es inve invent ntad adas as.. Real Realme ment nte, e, quer querid idoo comp compañ añer ero, o, lo que que Ud. Ud. ha hech hechoo democrática, es disciplinado, es fraterno, va buscando la unidad partidaria?. Si Ud. pensara así, ahora, quiere decir que todo lo que nos enseño en la Universidad fue falso?. Ud. desde la cáte cátedr draa siem siempr pree dijo dijo que que en la demo democr crac acia ia mand mandan an las las mayorías, sin que esto signifique ciego sometido. Recusa Recusarr el Congre Congreso so despué despuéss de haber haber parti particip cipado ado activamente en él es poco serio. Pregunto: si los resultados hubieran sido distintos y Villanueva hubiera abandonado el recinto, Ud. lo habría felicitado?. O le habría parecido esa actitud por lo menos insólita y antidemocrática.? antidemocrática.? Pienso que Ud. recapacitará sobre lo acontecido y que valientemente se presentara en el local del Partido y con el pañue pañuelo lo blanco blanco en alto, alto, nos llama llamará rá para para seguir seguir juntos juntos el camino que todavía falta por recorrer. Yo quiero seguir creyendo en Ud. y centenares de miles de apristas esperan su retorno. Venga con nosotros hermano mayor. Venga con nosotros compañero, aquí lo esperamos con los brazos abiertos. Venga, Maestro, con su pañuelo blanco en alto que aquí están los corazones apristas para aclamarlos. Los que no van detrás del nombre de ningún caudillo. Nosotros somos somos conse consecu cuen entes tes con con los ideale idealess y la condu conducta cta que su entraña entrañable ble amigo amigo y compañe compañero ro Víctor Víctor Raúl nos enseñara enseñara.. Nosotros somos capaces de analizar nuestra conducta, de ver nuestros nuestros errores errores y, corrigié corrigiéndol ndolos, os, trazar trazar un nuevo nuevo camino camino
hacia el porvenir. Y en este compromiso Ud., compañero nos ayudará porque no se borra en un día lo que tanto se amó.