OBRAS
Colección de Autores Clásicos Dominicanos Volumen II Dirigida por Cayo Claudio Espinal
Vigil Díaz Zacarías Espinal
OBRAS Prólogo y notas: Diógenes Céspedes Compilación: Diógenes Céspedes Andrés Blanco Díaz
Colección de Autores Clásicos Dominicanos Volumen 11 Dirigida por Cayo Claudio Espinal
CONSEJO PRESIDENCIAL DE CULTURA SANTO DOMINGO,
R.
D.
2000
Con el auspicio de:
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UNtSCO Consejo Presidencial de Cultura
Colección de Autores Clásicos Dominicanos Volumen II Dirigida por Cayo Claudia Espinal
Título de la obra: Obras Nombre de los autores: Vigil Díaz - Zacarías Espinal Primera edición: Agosto de 2000 Prólogo y notas: Diógenes Céspedes Compilación: Andrés Blanco Díaz Diagramación: Puro Fajardo Tejada Diseño de portada: Stanley Gráficas & Asociados Impresión: Talleres de Editora Búho
ISBN 99934-0-122-6
Impreso en República Dominicana Printed in Dominican Republic.
Santo Domingo, R. D.
ÍNDICE
Presentación
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Vigil Díaz y Zacarías Espinal: Dos poetas del siglo XX 1. Vigil Díaz 2. Manuel Zacarías
7 7 43
VIGIL DÍAZ GÓNDOLAS •••••••••.••••.•••••••••••••••••.••••••••••.•.•••••••••••••••• 71
En el propileo j Sed triste! Terno lírico Vade-mécum El elogio de la gitana Pastilla de opio Antifisonomía salomónica Palimpsesto Lesbia
75 79 81 83 85 87 91 97 99
GALERAS DE PAFOS •••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••• 101
Palabras Sonetos bárbaros Salmización Esperita Estancia salomónica................................................... Silvana Señores feudales......................................................... Lunófila La muerte del trovador............................................... El retorno a la heredad Zaratustrana Visión lunática Unter vier augen Rosa Marta Berceuse V
105 109 109 109 110 110 111 112 112 113 113 114 114 115 116
VI
VIGIL DIAZ - ZACARÍAS ESPINAL Fiesta circense............ Frenos , Profesión de fe............................................................ Gabriel........................................................................ Estío Portrait. Prerrafaelista Fragmento Esquema panteísta Romería solemne Rapsodia...... . El retrato de Petronio Augurio
116 117 118 118 119 119 120 121 122 122 124 125
PROSAS .•.••.•.•.•..••.....•......•.........•.•....•....•.•.••.••.•.••. El ávaro La cárcel..................................................................... El responso de San Nicolás........................................ Janondio
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DEL SENA AL OZAMA PRIMERA PARTE: A ORILLAS DEL SENA El rey de la Bohemia La morgue Gaby Deslys En Notre Dame El Cardenal Richelieu En el Panteón.............................................................. El museo del Louvre Calimánticas De regastronómicas El bosque de Bolonia Mademoiselle Regina Weis........................................ Otro Bolo Pachá......................................................... Landrú El Museo de Luxemburgo La chifonnier El tigre francés SEGUNDA PARTE: A ORILLAS DEL OZAMA Jacinto Silvestre Neurosis de cristal Reliquias históricas de La Española
137 137 139 141 145 149 151 155 159 163 167 171 173 175 177 179 181 185 185 193 197
VII
OBRAS Mensaje La cabeza de Monsieur Faure Diapalismo y postumismo Estalactistas Una caricatura Pro-psiquis Mi libro de cuentos
201 205 209 215 219 223 229
ORÉGANO, CUENTOS CRIOLLOS
El delegado Carvajal Cándido Candela El secretario Saramagullón Chan Meturao no puedo La desocupación Saitaneja El faculto Oveja bebiendo O témpere O moves La coronela Saltitopa
239 247 255 259 265 271 277 281 287 295 303 311 317
MÚSICA DE AVER ••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••• 321
Nocturnos Otros poemas LILÍS y ALEJANDRITO
Al lector LILÍS •••••.•••••.•••..••••••••••••••••...•••..•••...••...••.•••..••.••••••••.•••.••••.
El cabao El combate De los seis años Un calambour La revolución de Moya Una vocación frustrada El fiao El General Cuyaya Las píldoras del Zocató La espada de honor
333 339
349 353 357 357 361 363 367 369 373 377 383 387 391
VIII
VIGIL DIAZ - ZACARÍAS ESPINAL La prudencia El oraguato El tramojo : Un consejo Una fábrica de sombreros No meneallo Una caldera Un cochero El general Barba Cufá ¿Expedición punitiva? El último viaje ALEJANDRITO
Candé Timoteo ¿Quién vive? Un espejismo Una polka Un matrimonio Un oficio Ron Toribio Bayahonda El miedo de arriba Un brumelle El Vaticano Golarrodona Una asamblea Una vice-presidencia El pleito de Moca Una montería Las presentaciones Una jubilación Un sombrero El Eclesiastés Una gripe Un consejo honrado Un cuadrao El picapleitos Patente El talento Un genio
393 395 397 399 401 403 405 407 409 411 415 417 417 421 425 427 429 431 433 435 439 ,.441 443 445 447 449 451 453 455 457 461 463 465 467 469 471 473 475 477 479
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IX El último adiós
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FATAMORGANAS
Bajo el cielo de la Habana En el consulado. Don Basilio La macorina El Chicago El águila empechada Los poetas Lamarche y Bazil. Pedrito Martin canonizado El asesinato de una hetaira. Tragedia pasional. Bombas y petardos Frente al Cabo Finesterre. La bete toujours la bete Frente al cielo del Cantábrico. La mano de los ordenables Bajo el cielo del Cantábrico. Las glándulas Bajo el cielo de París Un presidente en pijama La esmeralda Isadora Duncan En el cementerio del padre Lachaise El ruedo La capital es un garage indecente Trabajemos y comamos Cayo Lucio Pilato Somrnnel Uell, Procónsul de la República Los representantes d~l Congreso de la Prensa Una foto en calzoncillos Otra carta de Alma El gallo afloja la batida, está siempre perdido para siempre Ampliación del Sermón de la Montaña
537 539 543 547 549 551 553 555 557 559 563 567 569 571 573 577 583 589 595 60 l 605 611 615 619
POEMAS NO INCLUIDOS EN SUS LIBROS
Motete vedrinista Tímpano de la montaña
625 627
ZACARÍAS ESPINAL POEsíAS ••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••.•.•••••••••••••••••••••.•• 631 Ofertorio 633
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VIGIL DIAl - ZACARÍAS ESPINAL Los ojos negrísimos de "Buke" Horóscopo La huella fraternal Arambeñes " Desde muy adentro La canción de tres collares Tus ojos Los epanismos Paso a los héroes máximos La glicera Ramón Antonio Abad Méndez Zaida Nivar Una desconocida Arquímedes Pérez Cabral Simón A. Campos Para ti Exultación La bestia
634 634 635 636 636 637 638 638 639 640 640 641 642 642 643 644 647 647
POEMAS VEDRINISTAS
Agonías de distancia Le Bheikh el peled Tus ojeras El sueño de Atalanta Verso L'eterna Dimora La lección de Butí Utema-Toska Tesina universitaria escrita en 1926/27
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POEMAS NO INCLUIDOS EN LIBROS
La bebedora de morfina La negra canción de la distancia El poema de la tarde errante Versos vhedrinhistas Ber-belismo Krelim El sueño de Atalanta Ramón Antonio Abad Méndez Rosa y Ondina
701 703 707 709 711 712 714 715 716
Presentación Cayo Claudia Espinal
E l Consejo Presidencial de Cultura, con la edición de su Colección Autores Clásicos Dominicanos, ini, ciada con la recopilación, estudio y publicación de las obras literarias de Manuel de Jesús Galván, de Vigil Díaz y Zacarías Espinal (reunidas en el contexto del Vedrinismo); de Do, mingo Moreno Jimenes, Rafael Augusto Zorrilla, Andrés Avelino, y otros autores (en el contexto del Postumismo), y la de Tomás Hemández Franco; encargadas todas a los escritores Manuel Núñez, Diógenes Céspedes, Manuel Mora Serrano y José Enrique García, respectivamente, busca, des, de el punto de vista institucional, consolidar tres aspectos fundamentales: primero, ampliar el registro, la conserva' ción y la difusión del patrimonio cultural dominicano; se' gundo, propiciar la investigación y análisis de las expresio, nes culturales más importantes producidas por nuestra sociedad, y, tercero, dar los primeros pasos para la creación de la futura Editora Nacional. Esta colección de libros se suma a otras valiosas publi, caciones del Consejo Presidencial de Cultura, realizadas por reconocidos intelectuales y escritores nacionales, algunas de ellas sin precedentes bibliográficos en nuestro país, las cuales abarcan pioneramente materias disímiles que van 1
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VIGIL DIAZ - ZACARÍAS ESPINAL
desde lo sociológico y antropológico, hasta el folklore, la literatura y los aspectos técnicos y conceptuales de la di, mensión cultural del mundo contemporáneo; entre las que podemos citar las siguientes: Hacia un programa de desa, rrollo cultural para la República Dominicana, en tres volú, menes; Relatoría de los encuentros con el sector cultural; Compendio de legislación cultural; Análisis del diagnósti, co participativo del sector cultural, y Elementos para una política cultural en la República Dominicana. Asimismo Cultura popular e identidad nacional (volúmenes 1 y Il); Los coco10s de Nada1 Walcot; La cultura en los barrios, Nivel 1 y Il; Los murales dominicanos, Diagnóstico de la arte~ sanía dominicana y las dos revistas Umbral y Ba1sié; y la Colección Fin de Siglo, que ya reúne veinte volúmenes de los más importantes escritores dominicanos de los últimos treinta años. Con la entrega de estas primeras ediciones de la Co~ lección Autores Clásicos Dominicanos, podrá ser conoci, da la obra literaria de algunos de los escritores nacionales más trascendentes de los últimos dos siglos, las cuales mar, caron estéticamente su tiempo y repercuten todavía sobre nuestra contemporaneidad como una recia y sólida produc, ción de la espiritualidad dominicana. Estas ediciones constituyen un verdadero rescate de nuestro patrimonio cultural, pues ayudan a vencer el cono, cimiento fragmentario y de segunda mano que poseemos de nuestros autores, a veces sujeto sólo al clima impreciso de la tertulia, sustituyendo la volátil cultura de la oralidad
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por la autoridad permanente del libro, ya que la mayoría de los textos compilados y editados en la Colección se encon~ traban dispersos, o agotados durante décadas, o no habían sido publicados en el país, o eran desconocidos en su con~ junto, incluso por el lector especializado dominicano. Ahora podremos revalorar la dimensión literaria de Ma~ nuel de Jesús Galván, el más importante novelista domini~ cano del siglo XIX, y un clásico del movimiento romántico latinoamericano y mundial, cuyo teatro, ensayos y novelas cortas ya no podrán ser desconocidas en su propio país. Podremos igualmente escrutar con mayor profundidad el Vedrinismo y el Postumismo, los dos movimientos litera~ rios dominicanos iniciadores del canon de nuestra moder~ nidad y de nuestro propio proceso de ruptura vanguardista en el siglo XX. Asimismo podremos situar con mayor justi~ cia histórica la obra poética, narrativa y ensayística de To~ más Hemández Franco, uno de los poetas dominicanos más importantes del siglo XX, y, además, uno de los mejores exponentes de nuestra narrativa corta. La presente colección constituye, por su enriquece~ dor aporte bibliográfico, y por el vacío de la herencia cul~ tural que llena, un imprescindible referente histórico para el mundo académico, y un trascendente instrumento para el análisis y goce general de la literatura nacional y del Caribe.
Estudio
Vigil Díaz y Zacarías Espinal:
Dos poetas del Siglo XX Diógenes Céspedes
1. Viga Díaz 1.1 El verso libre
Aunque he postulado que Ricardo Sánchez Lustrino l fue, desde 1912, con sus poemas "Embrujos 1, 2 Y 3", el introductor del poema en prosa, y por lo tanto del verso libre al romper con la métrica y la rima al estilo de los Spleens de París, de Baudelaire, otro estudio -el del poeta Manuel Rueda-2 sostiene que fue Vigil Díaz el introductor de dicha novedad con su poema "Arabesco" publicado ella de noviembre de 1917 en la revista La Primada de América (año 1 # 2). l. Cfr. Ideas filosóficas, discurso sindical y mitos cotidianos en Santo Domingo. Santo Domingo: Editora Taller, 1984, p. 71-80. 2. Cfr. Dos siglos de literatura dominicana (siglos XIX-XX). Poesía 1. Colección Sesquicentenario de la Independencia Nacional. Vol. X. Santo Domingo: Editora Corripio, 1996, p. 335. 7
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Otro estudioso -Manuel Mora Serran03- apoya, en cambio, la tesis de que fue Domingo Moreno Jimenes, con su poema "Aspiración", de 1916, el primero en introducir el verso libre en el país. En otras investigaciones posteriores el propio Mora Serrano encontró poemas anteriores al de Moreno Jimenes que respondieron a los requisitos del verso libre, e incluso, encontró una referencia de Max Henríquez Ureña en la cual este último asegura haber ensayado el metrolibrismo al estilo Jaimes Freyre en 1901 5 • En otro text0 6 hice un análisis de "Aspiración" y concluí en que se trataba de un intento -no logrado del todo- por romper con el metro y la rima y que el poema no hacía lo que decía que haría. Otro problema de este poema de Moreno Jimenes -según Rueda- es que no fue publicado en 1916, sino en 1918 en el libro Vuelos y duelos, aunque se lo fechó previamente para hacer creer que había sido escrito con anterioridad al poema "Arabesco". Sin embargo, en lo que no reparó Rueda -teniéndolo a la vista-, fue en el hecho de que el primer libro de Vigil Díaz -Góndolas-, que el propio Rueda fecha en 1913, está escrito en su totalidad en prosa, o sea, con 3. Cfr. "Las superaciones líricas de Vigil Díaz". El Siglo, Santo Domingo, 18 de junio de 1999, p. 11. 4. Esos poemas son, según este autor, "Sobre unas nubes blancas", e "Invitación al dolor", localizados en p. 35 Y 37 del libro de Moreno Jimenes Del gemído a la fragua. Obras poéticas. Santo Domingo: Editora Taller, 1975, y en las p. 16 Y 62 de Vuelos y duelos, de 1916. Estos dos ejemplos están, sin embargo, sujetos a medida de 11 y 7 sílabas en "Invitación al dolor", con rima asonantada: y 16 Y 12 sílabas en "Bajo unas nubes blancas", con rima asonantada también. 5. Ver su Breve historia del modernismo. México: Fondo de Cultura Económica, 1954. Cito la reimpresión de 1978, p. 451, nota l. 6. Escritos críticos. Santo Domingo: Editora Cultural Dominicana, 1976, p. 208-213.
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ruptura de la métrica y la rima. lo cual es lo específico del verso libre y del poema en prosa. La diferencia entre poema en prosa y verso libre es puramente tipográfica. ópticamente hablando. es decir. líneas cerradas y justificadas versus líneas discontinuas. En ambos. la organización del sentido es el valor. o sea. el ritmo. totalmente ajeno al metro y a la rima. aunque puede incluirlos. Incluso si. por conveniencia. la teoria tradicional confunde el ritmo con la métrica y la música o con algún concepto empirista y sicológico como el de la emoción? Una idea de época. con vigencia todavía hoy. es que la novedad de un poema está en la emoción que suscita en el lector. El propio Moreno Jimenes decía que la novedad de sus poemas radicaba en el acento emocional y no en la forma entendida como metro y rima. Eso mismo escribía Balaguer en su Historia de la literatura dominicana en 19568 • 7. En la poética de Meschonnic. la noción de verso libre carece de pertinencia. Sólo el poema libre se opone radicalmente a la métrica y la rima y cualesquiera de sus sucedáneos. Para que se vea cuáles son esos sustitutos (ritmo confundido con métrica. métrica invisible. armonía universal. etc.), he aquí una definíción precisa de la teoria tradicional extraída de la obra de Tomás Navarro Tomás en donde la palabra ritmo es sinónimo de métrica: "El único elemento tradicional que el versolibrismo acepta como indispensable es el ritmo. Por lo menos en este punto se reconoce que el verso libre no es enteramente libre. No se trata. sin embargo. del mero ritmo acentual y silábico producido por la proporcionada regularidad de los tiempos marcados. En el verso libre el factor que coordina artísticamente las palabras en sus grupos respectivos se funda en la sucesión de apoyos psicosemánticos que el poeta. intuitiva o intencionalmente. dispone como efecto de la armonía interior que le guía en la creación de su obra". Métrica española. Barcelona: Editorial Labor. 7 a ed .. 1986. p. 454. Para más detalles ver p. 453 Y 488 Y para la taxonomía. además. 451. 487 Y 524-25. 8. Año de la primera edición. Corregida y aumentada en años sucesivos al ser libro de texto de la enseñanza media. cito la séptima edición. Santo Domíngo: Editora Corripio. 1987. p. 302. al enjuiciar a La Poesía Sorprendida.
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Para Navarro Tomás en particular y para cualquier metrista en general, la prosa es la ausencia de menor o mayor regularidad de los apoyos acentuales y ausencia, por lo tanto, de organización de tales apoyos "bajo proporciones semejantes de duración y secesión". (Obra citada, p. 35) Aunque el llamado versolibrismo, nacido en Francia en el último cuarto del siglo XIX, fue importante para el entierro de la métrica, los efectos de su práctica en América Latina, yen Santo Domingo en particular, contribuyeron, al igual que el influjo de Whitman, a saltar de aquí al poema en prosa y al poema libre tal como se verificó con sistematicidad en La Poesía Sorprendida y en Incháustegui Cabral, Hernández Franco y Manuel del Cabral. La práctica de Sánchez Lustrino, Vigil Díaz y Moreno Jimenes posibilitó, desde el inicio del segundo decenio del siglo XX, la práctica del poema libre, ajeno a computo de sílabas, a rimas terminales y a emoción sicosemántica, sino obediente a la organización del sentido en contra de una o varias ideologías de época: Mieses Burgos contra la historiografía oficial en "Paisaje con un merengue al fondo"; Incháustegui Cabral contra la versión oficial de la ausencia de miseria en Poemas de una sola angustia; Hernández Franco contra el mito de una sociedad blanca e hispánica sin negros ni mulatos; Manuel del Cabral contra una ideología historicista del campesino dominicano y así, sucesivamente, otros poetas hicieron su escritura. Por ejemplo, Aída Cartagena Portalatin, contra la ideología que acantonaba a la mujer en el seno del hogar. Manuel Rueda, que dirige su combate a afincar el sincretismo racial y religioso que se da en la frontera y que los discursos oficiales escamotean; Gatón Arce, que orienta la política de sus poemas hacia la revelación de la pobreza nacional. Fernández Spencer, que se ocupa en combatir las ideologías totalitarias que se anidan en este siglo como mesianismos redentores de la miseria y la falta de libertad que padecen los seres humanos.
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1.2 La escritura de Vigil Díaz En MúSica de ayer, Vigil Díaz se encerró en un programa poético mínimo que había inaugurado en 1912 y del cual no pudo salir jamás: "Mi Musa es dominicana. Mi Cornamusa es griega". 9 Este epígrafe y colofón inscritos en el último libro de poesía que publicó en vida, son quizá una pequeña concesión al medio: cantar a la vida y a la naturaleza dominicanas, como lo hizo Moreno Jimenes y como lo postulaban los sorprendidos y su lema "poesía dominicana con el hombre universal", consigna más amplia que el simple acantonamiento en el clasicismo griego. La limitación más grave de Vigil Díaz reside en el hecho de que su sacralización de lo griego le impide transformar el sentido de lo antiguo en novedad del presente en el cual escribe. La conciliación entre lo dominicano y lo griego como repetición debilita el primer término y reproduce la ideología de un mundo arcaico estable y que para el poeta criollo es insuperable. La política de la escritura de Vigil Díaz radica en el elogio y reconocimiento de todo aquel que abrace el ideal griego de la poesía y la belleza eternas. De ahí la profusión de dedicatorias a los hombres y mujeres que en su época compartieron ese credo poético, el cual era a su vez un credo político: el control del poder del Estado y sus instancias por parte de la aristocracia intelectual, tal como lo teorizó Rodó en Ariel, obra que se publicó en Santo Domingo en 1901, en edición de la Revista Literaria de Enrique DeschampslO. El paso del elogio al lilisismo como continuidad del elogio al trujillismo es algo natural en Vigil Díaz. Es la brecha 9. Editora Montalvo. Ciudad Trujillo. 1952, p. 47. 10. Aristides Incháustegui: "El ideario de Rodó en el trujiIlismo". Estudios Sociales, año XVIII número 60. abril-junio de 1985. p. 51. Santo Domingo.
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abierta del arielismo al totalitarismo como posibilidad de cristalización social. En 1956, el poeta dedicaba su libro Lílís y Alejandrito a Trujillo. Es el arielismo en funcionamiento: la Grecia de los tiranos, no la del ideal democrático de Perides y Clístenes: "Dedico este libro al Generalísimo Trujillo, porque como el águila caudal de las orillas del Rubicón: vino, vio, y lo venció todo y a todos. No hay verdad más inconcusa y profundamente leal y sincera". II El elogio como mecanismo de reproducción de la vida material y espiritual es una estrategia que Vigil Díaz y los intelectuales pequeños burgueses de aquella sociedad republicana practicaban a manos llenas para sobrevivir. Es cierto que hasta el golpe del 23 de febrero de 1930 la 11. Editora Montalvo: Ciudad Trujillo. 1956. Anteriormente. en 1949. Vigil Díaz había dedicado también su cuento "Chan" al coronel Pedro Trujillo Malina. Editora Montalvo: Ciudad Trujillo, 1949. p. 67. Para más detalles. ver mi libro Lenguaje y poesía en Santo Domingo en el siglo XX. Santo Domingo: Editora de la UASD. 1985. p. 15-31. donde estudio el movimiento "vedrinista". Estoy de acuerdo con la proposición de Manuel Mora Serrano en el sentido de que el vedrinismo jamás existió como movimiento literario y que tal denominación fue un invento de Pedro René Contín Aybar. a quien seguimos los demás sin hurgar más a fondo en el asunto. Esta es una investigación pendiente. La posición de Mora Serrano tiene lógica y sentido, aunque le falta la prueba documental sobre el origen del mito de modo que muestre contundentemente el origen histórico de la asociación del aviador Emile Vedrines con la teoría y práctica poética de Vigil Díaz. Ver su serie de artículos en El Siglo, del 15 de mayo al 23 de junio de 1999 (sábados y miércoles). Hasta que no hallemos en periódicos. revistas. libros o cartas algún tipo de discurso en donde Vigilo Zacarias u otro sujeto defina con claridad qué fue el vedrinismo. tal disputada queda aplazada. Lo único cierto que tenemos tanto en Vigil como en Zacarías es el uso de vedrinista en función de adjetivo. Más definido en Zacarias que en Vigilo como veremos en el estudio sobre Espinal. Contrariamente a lo que dice Mora Serrano. Vigil sí usó el término vedrinista. Lo hizo en 1929 cuando publicó su poema "Motete vedrinista" en la revista Cromos. aúo III n° 36. Santo Domingo. octubre de 1929. dedicado a su amigo. posiblemente cubano de Matanzas o La Habana. el doctor Carlos Marlote. Este poema aparece reproducido en la página 625 de este libro.
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práctica del elogio estaba revestida de cierta espontaneidad y obedecía al espíritu de campanario de una sociedad aldeana que creía en el mito de que Santo Domingo era la Atenas del Nuevo Mundo gobernada por una aristocracia de apellidos y donde todos sus miembros estaban de una u otra forma emparentados y la élite intelectual se sentía parte de esa familia oligárquica o aspiraba a que esta la legitimara. Ese espíritu de capilla se fundaba también en una conciliación entre los mismos miembros de la elite intelectual aunque, sin embargo, debe reconocerse que la división política entre dos bandos irreconciliables en apariencia -horacistas y jimenistas- no llegó nunca, en el plano artístico y literario, a los excesos que se cometían en el campo de las escaramuzas. Los miembros de esos dos bandos pertenecían a la misma clase social: la elite política e intelectual de la pequeña burguesía que pugnaba por apoderarse del Estado, pues esta instancia era el único medio de acumular riquezas, ya fuera a través de una cargo burocrático, ya fuera a través de las ventajas y privilegios que otorga el tráfico de influencia. Hasta 1930, la sociedad dominicana -y la clase política- era muy pobre. El proceso lento de industrialización comenzado con algunas familias bajo Lilís, sería asumido por Trujillo, su familia y algunos allegados, limitando con férreo control un desarrollo burgués que pudiera, con su independencia, poner en peligro al grupo trujillista que pasó a controlar, poco a poco, toda la vida de la nación. Nuestro poeta -Vigil Díaz- heredó y debió administrar, en compañía de su hermano Oscar -residente en Hato Mayor- el hato de Pringamosa, ubicado en el paraje del mismo nombre. Por falta de investigación catastral, no sabemos la extensión del hato en cuestión. En Lílís Y Alejandrito hay referencias constantes a los viajes del poeta a su finca y de los trotes a caballo desde la capital, así como otras alusiones a los pueblos circunveci-
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nos a Hato Mayor: El Seibo, Los Llanos y San Pedro de Macorís 12 • También existen referencias al rol social y político del poeta con la cúspide del poder del Estado. Pero jamás se nos dice cuántas cabezas de ganado tenía el hato, qué cantidad de tareas, a quién se vendía el ganado o la leche y en qué cuantía, adónde iba la carne, los cueros, las aves, los viveres. El poeta tenía responsabilidades familiares en la capital, pero ni siquiera en las fatamorganas da detalles concretos. La casa del poeta estaba situada en la actual calle José Reyes (ver acta de defunción), más próxima a la Arzobispo Nouel, pero salvo la dedicatoria que aparece en Góndolas, son pocas las alusiones que atañen a familiares: "A mi abuela Mariana Alfonso de Díaz, porque hacía versos.. ". y esta otra: "A Mademoiselle Aída Babot Díaz, mortalmente enferma de misteríos azules.. ". Sabemos por el acta de defunción que Vigil Díaz estaba casado con la francesa Marie Lacaze. Pero no sabemos si se casó con ella cuando estuvo en Francia en el verano de 1921. No sabemos si la conoció en Santo Domingo, en Cuba o en París. No sabemos nada de su ahijado Edgar Bourthe, la única persona con la cual vivia a la hora de su muerte en 1961. Ninguna referencia al padre -Francisco Vigil- y a la madre -Isabel Díaz-. Es cierto que Vigil fue un espíritu refractario a la política y a ocupar posiciones públicas. No es que fuera un espíritu radicalmente libre. Los elogios contradicen esa libertad. No era un crítico radical de su época y la sociedad que le tocó vivir. Era ácido y denunciador de los males ocasionados por la montonera. 12. No he encontrado referencias de Vigil Díaz a viajes en goleta desde la capital hasta la Sultana del Este. La navegación de cabotaje era el medio más expedito y seguro hasta 1930, en razón de que era imposible que los salteadores de camino atraparan a los víajeros. Es posible que en algunas fatamorganas aparezca semejante alusión.
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Pero no la veía en las propias barbas de Alejandrito, su paradigma moral: "Al ilustre estratego y apolónida Alejandro Woss y Gil, hombre de guerra, de ciencia y de arte .. "., reza la dedicatoria del poema "Pastilla de opio" de Góndolas. La mayoría de los elogios contenidos en las dedicatorias son hiperbólicos y el destino de aquellas glorias del arte lo fueron solamente de un abrir y cerrar de ojos de Vigil Díaz. ¿Cuál ha sido, transcurridos los casi cien años necesarios para que hubiese resplandecido el valor literario, el destino histórico y cultural de estos personajes a quienes Vigil elevó a un sitial en su época de elogios y bohemias: Ricardo Sánchez Lustrina, Luis Armando Abreu (conde Danilo), Rafael O. Galván Velázquez, Enrique Henríquez, Osvaldo Bazil, Juan Salvador Durán, Primitivo Herrera, Rafael Damirón, Eurípides y Ricardo Pérez Alfonseca, Arquímedes Cruz Álvarez, artista ateniense; el orientalista Arturo Logroño (en otros países se llama orientalista a los especialistas en lengua, cultura y literatura del Oriente), Quiterio Berroa, Federico Bermúdez, Miguel Ángel Garrido, Horacio Vicioso, Eduardo Vicioso y Alcides García Lluberes, a quienes dedicó las composiciones de Góndolas? La vida social de casi toda esta gente relacionada con Vigil Díaz tenía una significación para la cultura de los salones y la prensa escrita, pero su peso muerto estaba en el prestigio de los cargos burocráticos, sobre todo después del golpe del 23 de febrero de 1930, donde a la fuerza Trujillo hizo una unidad de horacistas y jimenistas. La prestancia social catapultaba un falso prestigio literario desde el momento mismo en que todos pasaron a ser correligionarios en la unidad del Partido Dominicano, dos años después del golpe de Estado. El origen político de la montonera quedó atrás. Casi todos serían, de ahora en adelante, fieles y leales trujillistas. Los que se fueron al exilio pasaron a ser los traidores. Los opositores internos pasaron a formar parte del club
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de los apestados. Los que se levantaron contra el nuevo orden dejaron su cabeza en las picas, en las fosas secretas o en el vientre de los tiburones. Así se formó la intelectualidad trujillista desde 1928 hasta la noche del 30 de mayo de 1961. Lo demás fue bulto y publicidad entre miembros de una misma clase intelectual. Vigil Díaz no sale indemne de su política del elogio, sino que Galeras de Pafos le libra de esa pequeñez. a sea, lo libran los cinco o seis poemas que con un pie en Grecia y otro en su cultura logra, mal que bien, entrar a la historia de la literatura dominicana con "Tímpano de la montaña", "Profesión de fe", "Visión lunar", "Rapsodia" y "Jonondio". Música de ayer es una regresión completa con respecto a Góndolas y,peor aún, con respecto a Galeras de Pafos. De manera paradójica, es en los discursos en prosa de Orégano (cuentos criollos)13 y en el informativo-ideológico de Lilís y Alejandritd 4 , en las fatamorganas que van de 1915 hasta antes de su muerte y en Del Sena al Ozama 15 donde Vigil Díaz, habitante de este país y no de Grecia, se ve obligado a dirigir una mirada a todo lo que le rodea, desde la capital hasta el hato de Pringamosa, aunque lo dominicano lo ve siempre a través del filtro de lo griego, no como transformación sino como repetición culturalista. Apelar a los grandes poetas y escritores griegos y romanos de la Antigüedad no tiene nada de malo; es su sacralización, junto con la de Grecia y Roma, la que limita el análisis crítico de la historia y la cultura de ambos imperios e, impide, cambiar lo que sus poetas y escritores hicieron. En Del Sena al azama, de 1922, Vigil vuelve a las dedicatorias empalagosas. Pienso que él no tenía necesidad 13. Ciudad Trujillo: Impresora Dominicana. 1949. 14. Ciudad Trujillo: Editora Montalvo. 1956. 15. Santo Domingo: Editora de la Vda. García, 1922.
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de hacer eso. En Galeras de Pafos hizo lo mismo, sólo que los recipiendarios fueron personajes lejanos: el poeta bengalés Ramacharaka, el músico Ricardo Wagner y el monje Guido de Arezzo. Del Sena al Ozama guarda, como título, alguna reminiscencia del libro de Eliseo Grullón titulado Del Mediterráneo al Caribe (1905), toda vez que los dos personajes vivieron en París, aunque la estancia de Vigil apenas duró menos de seis meses, mientras que la de Grullón fue más dilatada y de estudios. La dedicatoria de esta obra de Vigil a Jorge Juan Serrallés y Fidelio Despradel tiene la misma motivación griega que muchas de las anteriores. La primera parte del libro contiene las estampas del París visto y vivido por Vigilo De esa estancia rememora Ricardo Pérez Alfonseca en el prólogo a Galeras de Pafos lo siguiente: "Epígono de Alcibíades, adviértense en los escritos de Vigil Díaz los mismos másculos contrastes que en su vida; hombre es este a quien después de encontrar, a la hora meridiana de uno de esos días de verano antillano, frente a un grupo de mercenarios que hacen posible la mensura de un predio suyo, radicado en lugar aterrorizado por gavillas que van siguiendo al grupo, como buitres, en asecho de que alguno, por fanfarronería o descuido se quede rezagado, le encontraréis, luego, en el invierno del mismo año, en París, con su vestido hecho en Londres, tomando Jerez n° 13, en La Bodega, en casa de John, esquina de las Calles de Rivoli y Castiglioni". (p. 5-6) Para rematar el paisaje, sólo le faltó agregar a Pérez Alfonseca: primer distrito, desde esa esquina se domina la vista del Jardín de las Tullerías, la plaza de la Concordia y la estación de Orsay. El prólogo de Pérez Alfonseca es un vivo retrato de cómo una parte importante de la juventud dominicana abrazó el decadentismo y el dandismo de la belle-époque -los años locos- después de la Primera Guerra Mun-
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dial en los cuales el mundo occidental pareció paralizarse en el tiempo porque los caminos del "progreso" no llevaban a ninguna parte. Es curioso, pero los personajes poéticos favoritos de Vigil son los del decadentismo: Verlaine, Jean Lorrain y Oscar Wilde, "majestades paganas", como él les llama, pero en contraste, este decadentismo festejado con ajenjo, opio, morfina, prostitución y burdeles ante el inalcanzable ideal de la belleza y el amor eternos del mundo griego sacralizado, escamoteaba en la bohemia las frustraciones políticas, sexuales y el horror a la miseria. Por contraste, también Pérez Alfonseca califica a Vigil de epígono de Alcibíades, es decir, de amante -¿ideal?de Sócrates, el ideal de la homosexualidad griega, la cual se alcanza cuando el sujeto ha logrado el dominio de sí mismo o continencia -enkrateia- y el dominio sobre los placeres o temperancia l6 -sophrosune-. No es extraño que a este dominio controlado de sí mismo y de los placeres que se observa en Vigil corresponda un grado de libertad personal y creativa al cual nunca abdicó y que a tal libertad correspondiera, en su práctica poética, el verso libre que ya había sido impuesto por Whitman, uno de los ídolos de Vigil, según lo hace constar Pérez Alfonseca en el prólogo a Galeras de Pafos. He planteado en otro lugar que los poetas y escritores dominicanos -y extiendo ahora la afirmación a los intelectuales que no son ni poetas ni escritores- cuando han tenido la oportunidad de entrar en contacto con alguna vanguardia en particular o la han rechazado de plano o han escogido de ella la parte más conservadora para adaptarla, en un gesto de conciliación, a las ideas 16. Para un estudio detallado de este problema, ver Michel Foucault. Historia de la sexualité 2. Usages des plaisirs. Paris: Gallimard, 1984. sobre todo los capítulos 1 y V. Hay traducción española.
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tradicionales que predominaban en ese momento en nuestra cultura-sociedad. Una sola mención del cubismo por parte de Vigil Díaz basta para probarlo. sin recurrir a los ejemplos de poetas como Hernández Franco. Balaguer. Fernández Spencer y críticos como Pedro Henríquez Ureña. los cuales estuvieron en Europa bastante tiempo como para ver lo que ocurría con el cubismo. el surrealismo. el dadaísmo y el futurismo. Dice Vigil en una de sus fatamorganas: "Este titulo. [el es consecuencia de la escribología o rebuscamiento cubista. no. esto. como las hóplicas falanges romanas. obedece a un plan. a un orden profundo..... y Ahora corresponde a los lectores y las lectoras emprender el ejercicio de actualizar de nuevo estas obras escritas por Vigil Díaz. 1.3 Perfil biográfico de Vigíl Díaz
Hijo de Francisco Vigil e Isabel Díaz. el nmo que a principio del siglo XX se le conocería por el nombre literario de sus dos apellidos paterno y materno eludió la carga del santoral católico. ya que le correspondió la combinación de cuatro nombres muy pesados: Otilio Andrés Marcelino Celestino. venido al mundo en la ciudad de Santo Domingo el 6 de abril de 1880. 17. Listín Diario. año XXVII n° 7882. 6 de septiembre de 1915. p.
l. Cuando uno lee todas las fatamorganas escritas por Vigilo semejante plan profundo -más importante que el cubismo. según él- no aparece en parte alguna. Estas pretensiones de nuestros intelectuales son siempre deudoras de la teoría del atlante y el aguaje. No pasaron a la historia universal de la literatura y el arte ni Vigil Díaz ni Muley Despradel ni todos los que. juntos. rechazaron en bloque el cubismo. el creacionismo. el futurismo. el surrealismo y el dadaismo. sino que esta gloria se la ganaron Apollinaire, Picasso, Huidobro. Marinetti, Breton y Tzara.
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Longevo, murió en la capital de la República el 20 de enero de 1961, según el acta de defunción l8 • Publica a los 32 años su primer libro: Góndolas (poemas en prosa), aunque desde antes de 1912 venía publicando poemas en periódicos y revistas. pero su actividad escritural comienza. en verdad y sin tregua. a partir de 1913 en las revistas La Cuna de América, Cromos y Letras. encontrando su clímax a partir de 1915. fecha en la cual inaugura en el Listín Diario su columna titulada Fatamorgana, que mantendrá, luego del cierre del referido periódico por la dictadura de Trujillo, en el vespertino La Opinión. sustituido el 19 de febrero de 1940 por el oficialista La Nación. Luego las colaboraciones de Vigil tendrán cabida en las siguientes revistas: Renacimiento, Cosmopolita, Bahoruco, El Día Estético y Blanco y Negro. A veces utilizó el seudónimo de Petronio y. sospecho, también que el de El Marqués de Gil en el poema "Medallón", en obsequio de la señorita Adela López. salvo que se trate de un imitador empedernido de Vigil Díaz. Dicho texto aparece en la revista Renacimiento del 23 de septiembre de 1917. aunque fue escrito exactamente un año antes. Estos medallones estampados en los álbumes de las Venus de la época son un revelador del tipo de belleza y volumen corporal tolerados por la estética de la sociedad. ya que las bellas de entonces rivalizaban con las madonas regordetas de Rubens. Escribir un perfIl biográfico de cualquier escritor que no haya sido generala político. es sumamente difícil en la cultura dominicana. Exceptuando las fechas de publicación de libros. los periódicos y revistas no llevaban registro de nada. En las universidades no hay tradición de investigación ni el país ha conocido lo que Will y Ariel Durant llamaron la "era de la razón". expresión que in18. A Manuel Mora Serrano doy las gracias por haberme facilitado fotocopias de las actas de nacimiento y defunción de Vigil Díaz, así como de otros documentos usados en este ensayo.
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terpreto como un período de sometimiento de las prácticas y discursos a la más radical de las operaciones críticas y a las dudas más severas. Esta ausencia de sistema y método explica la presencia abrumadora del elogio. la condena. la blasfemia y la rebeldía. cuando no un silencio masivo, en los discursos de los intelectuales dominicanos cuando tienen que enjuiciar o comentar obras de sus compatriotas o de autores extranjeros. Ni siquiera desde las universidades se incentivó en el pasado -ni se incentiva hoy- a los estudiantes a hacer tesis de licenciatura o de 10 que llaman doctorado en derecho o medicina acerca de la vida -ni siquiera exijo que toquen las obras- de nuestros grandes escritores. poetas. juristas y médicos. Y en las ocasiones raras en que esto se ha hecho. el autor de tal tesis carece de una metodología con sus conceptos defmidos sobre la materia. Esto explica que para trazar un breve perfil sobre la vida de Vigil Díaz no aparezca en las bibliotecas del país una sola tesis o un solo libro biográfico sobre el poeta. Razón por la cual debe uno contentarse con esbozar algunas conjeturas que se desprenden de los discursos laudatorios de los contemporáneos de Vigil. Atenerse a estas conjeturas es pisar en falso, pues no hay nada más escurridizo que la subjetividad de los escritores, poetas e intelectuales dominicanos. quienes viven una vida anclada estrictamente en el dominio de 10 particular privado, incluso si esa vida ha sido dedicada total o casi totalmente al espacio de 10 público. El clientelismo y el patrimonialismo como formas de hacer política en el país desde 1844 hasta hoy, operan como una pantalla opaca que vela los compromisos de clase y las acciones políticas de los sujetos. así como su vida amorosa. la cual sólo tiene interés en la medida en que está imbricado con 10 político y 10 poético. Aquí reside la dificultad de saber a cada tramo de la vida de Vigil Díaz qué lugar ocupaba su familia en las re-
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laciones de producción de la época, es decir, los modos de reproducción de la vida material, el pago de impuestos, el tipo de propiedad del hato de Pringamosa en Hato Mayor, las relaciones del padre de Vigil -o de la madre- con el pueblo de Hato Mayor 19 , cuáles eran las relaciones políticas del poeta con el jimenismo, el horacismo y finalmente con el trujillismo. Pero más interesante que esto sería conocer la subjetividad del poeta, su fortuna personal que le posibilitó ir a Nueva York, La Habana y Paris. Luego de su regreso al país en 1922, ¿cuál fue el tipo de vida que llevó el poeta? ¿Cuándo y cómo se casó con la francesa Marie Lacaze? ¿o Lacase? ¿Cuál era su relación con los demás familiares y cómo se repartían los ingresos provenientes del hato de Pringamosa? ¿Cómo resolvió el poeta, dentro de la sacralización del mundo griego, la cuestión de su relación concreta con la mujer dominicana? ¿Por qué su rebeldía y espíritu sarcástico, burlador del estatus quo, encuentra una recepción unánime en revistas y periódicos de la época hasta tal punto que F. Elio Alcántara llegó a llamarle "Arzobispo de las Fatas, cuyas (sic) leen con voluptuosa deleitación sus feligreses"? (Bahoruco, 26 de noviembre de 1932). Sin embargo, políticamente -siguiendo el hilo del artículo de Alcántara- ¿a qué personas del gobierno de Horacio Vásquez ha atacado Vigil Díaz en 1929 antes de que el político mocano cayera vencido por la mascarada del 23 de febrero de 1930? ¿Valió la pena ese ataque? Alcántara no lo cree y se felicita de que el poeta no haya mencionado luego a esas personas. Mas, ¿qué beneficios le reportó al poeta este ataque? Alcántara dice: "No odia a nadie. Sólo insulta y quiere estrangular, de19. Según Mora Serrano un hermano del poeta, Osear, vivía en el pueblo de Hato Mayor. Posiblemente este se encargaba del cuidado de la finca en ausencia del bardo: "Rebelión rural de Vigil Díaz", El Siglo, 29 de abríl de 1999.
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vorarle las entrañas como el buitre de la fábula, a Prometeo, a la buitraquia imperante (...) contra la cual se ha ensaftado más abiertamente en estos días, intuyendo el triunfo no sabemos de quién (fueron estas palabras proféticas) y no para derivar ventajas de ello, sino para orientar a sus feligreses, como buen Arzobispo". (Art. citado). ¿Se infiere de esto que Vigil Díaz profetizó la caída de Horacio y apoyó a Trujillo, aunque no sacó provecho de la nueva situación? No sacaría ventajas en cuanto a cargos públicos, que no los desempeñó nunca, pero las dos dedicatorias a Pedro y Rafael Trujillo Malina son lo suficientemente elocuentes para que gozara, durante la dictadura, de un respeto y una patente de tranquilidad para su vida y sus bienes. En el período de colaboración literaria en el ListÚl Diario, ese bastión del horacismo, ¿significó esto que Vigil Díaz suscribía la actuación política de Horacio Vásquez? Su amistad y leal admiración para su padre político Alejandro Woss y Gil, ¿significaba que avalaba las ideas y prácticas políticas de este político mediocre, logrero y diletante literario? ¿No tenía Vigil suficiente capacidad para saber que su padre político no era más que un reproductor del c1ientelismo y las prácticas del equilibrismo político después de la caída de Lilís?20 ¿No sabía el poeta que Alejandrito no pasaba de ser un causeur de salón y un cultivador de anécdotas sobre la forma de sobrevivir en situaciones políticas difíciles? Yen cuanto al jimenismo, ¿cómo lo sorteó Vigil Díaz tanto en el primer gobierno de Jimenes (1899-1902) como en el segundo (1914-16)? En el Este -sobre todo en San Pedro de Macorís y Hato Mayor- el jimenismo te20. Sobre este personaje. Cfr. de Pedro C. Novas La batuta de AZejandrito. Cocolo Editorial: Santo Domingo, 2000 y de Rufino Martínez su Diccionario histórico-biográfico dominicano. Editora de la UASD: Santo Domingo, 1971. Entrada Woss y Gil, Alejandro.
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nía influencia notable y la propiedad del poeta no estaba lejos del influjo de Enrique Jimenes, abogado y propietario de colonias en la Sultana del Este durante el período de la Danza de los Millones. Tal era su influencia que logró detener, como Ministro de Interior del gobierno de su hermano, la hostilidad del gobernador y el comercio local contra la importación de braceros cocolos en 191521 • Los investigadores de la vida de Vigil Díaz deberán aclarar con precisión cuánto tiempo duró el primer viaje del poeta a Nueva York y cuándo regresó al país. En segundo lugar, ¿cuánto tiempo pasó en Cuba y cuáles ciudades visitó, con cuáles personalidades literarias entró en relación y si de ahí -abril a junio de 1920, según se anuncia en la revista Letras del 4 de abril-, ¿cuándo salió para Paris y qué tiempo dura en aquella capital y por qué regresa a Santo Domingo en 1922? Creo que estos itinerarios, así como la posición política de Vigil Díaz, pueden rastrearse a través de las fatamorganas del Listín. Hay algo resbaladizo, huidizo o a veces difícil de determinar en la conducta política o en la vida moral del poeta. Esto lo deja traslucir una carta que Federico Henríquez y Carvajal-quien se autotitulaba ya en esa época como el Maestro- le dirige a Vigil Díaz (revista Panfilia, 15 de marzo de 1924), al final de la ocupación militar yanqui. La misiva tiene el propósito de dar cuenta ¿del envio? del libro Del Sena al Ozama, el cual vio la luz pública en 1922. Sólo en la oralidad de la época es posible establecer cierta veracidad en la conducta y los hechos, bien escamoteados en los discursos informativo-ideológicos, como este de don Fed. La pregunta que hay que desbrozar, tal vez de la carta que acompaña el envío del libro, es por qué don Fed rechaza la filiación con Ariel y Sócrates en 21. Orlando Inoa. Azúcar. Árabes, coco los y haitianos. Santo Domingo: Editora CoIe/FIacso. 1999, p. 112-113.
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cuanto a disciplinas morales que Vigil Díaz cree adornan al Maestro. Don Fed, en esa ocasión, le recuerda a Vigil Díaz que se cumplen siete años de la ocupación militar y que sus fuerzas morales las ha sacado de "Duarte, Martí y Hostos y otros iluminadores [que] han solido estar a mi lado en esas horas... ". (Revista citada). Hay en don Fed una casi reprimenda del libro a "tendencia a lo exótico, a lo raro, a lo novedoso" y que esa "tendencia lo lleva a penetrar en el futuro, a ir al encuentro de lo que habrá de venir, aunque generalmente ocurra que lo entrevisto o lo soñado se esfume a lo lejos y en las lontananzas del espíritu". (Ibíd.) Al término de la carta el Maestro previene a Vigil Díaz que debe cuidarse de "las extravagancias o aberraciones de los débiles de espíritu. Cuídese de echar sus perlas a la piara que se refocila en el lodo de la pocilga... ". (Ibíd.) Severa advertencia si se la parangona con el penúltimo párrafo de la carta en el cual el Maestro censura ese estilo evanescente y evasivo de "aquel sibarita del placer mundano y de la belleza femenina, orífice de la frase ática, el mundólogo levita que fue en el mundo el Canónigo, Comendador Gabriel Benito Moreno del Christo... ". (Ibíd.) Justamente, lo que le celebraban a Vigil Díaz sus amigos es lo que el Maestro advierte como peligro. El nerviosismo y la voluptuosidad -dice comprensivamente don Fed- con su fenómeno psicofisiológico, "parece ser la característica del siglo XX. De impresiones fugaces como de penumbra, se vive en esta centuria de celeridades vertiginosas". (Ibíd.) La revista Letras del 4 de abril de 1920 decía que Vigil era "un parisién sin haber vivido en la capital de Lutecia". Esta abdicación de lo dominicano es la huida de un comportamiento político entrevisto por don Fed como enervamiento del espíritu en aquella hora de lucha. La historia de la oralidad de aquel periodo podrá situar en
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su justo lugar a los intelectuales faltos de carácter en aquella hora aciaga. 1.4 Recepción de Vigil Díaz
En aquellos años iniciales del siglo XX en que la personalidad literaria de Vigil Díaz está cristalizando con obras poéticas, se puede rastrear brevemente la recepción que tuvieron algunos de sus libros. Ya vimos -a propósito de lo político- cómo recibió don Fed el libro Del Sena al Ozama. Si uno examina detenidamente las revistas, periódicos de la época y el mundo literario -no el de la montonera- el país era una Arcadia idílica donde nadie se quedaba sin su elogio hiperbólico. La escritura tenía el mismo carácter de un acto social en el Club Unión, en los casinos de la Juventud o en los salones de damas adineradas, aficionadas al cultivo de la amistad de los poetas y escritores como objetos de adorno que prestigiaban a los dueños del hogar22 • Ya se 22. La profusión de títulos nobiliarios usados como seudónimos por muchos escritores y poetas dominicanos es deudora de la ideología del arte como aristocracia del pensamiento. Esta ideología. que está en Platón, se haya elaborada para nuestra época por Rodó y Dario, aparte de los pujos de superioridad con que las clases altas de nuestro país se han autopercibido en sus pretensiones sociales. Otra explicación adicional a esta con relación al uso abundante de seudónimos versa sobre la literatura y el arte como futílidad que no merece que "hombres y mujeres de alcurnia" rubriquen con su verdadero nombre, productos de tan baja calidad como un poema o un lienzo. El arte es, en esta ideología, unjuego de salón en el cual cada autor lleva una máscara. Por demás, en un país tan pequeño y aldeano, ningún escritor o poeta. autor de una diatriba o un libelo contra el gobierno de turno, podía escapar. amparado o no en un seudónimo, a la ira del gobernante. Eugenio Perdomo, Arturo Freites Roques, Santiago Guzmán Espaillat. Alejandro Román. Rufino Blanco Fombona. José Ramón López, Víctor M. De Castro. Juan Isidro Ortea y otros como ellos dejaron sus huesos en el paredón o sus miserias en el exilio a causa del uso de la palabra contra la injusticia.
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trate de un suelto o de un comentario, la recepción de la obra es siempre un elogio cumplido y una alabanza a las cualidades personales del autor (sean falsas o verdaderas, lo mismo da, puesto que se trata de una convención social inviolable). Al dar cuenta del opúsculo Miserere patricieJ23 (Santo Domingo: Editora Montalvo, 1915), la revista La Cuna de América (6 de julio de 1915) escribió: "Tal es el título de un opúsculo con que nos ha obsequiado el dilecto amigo Vigil Díaz: hombre sincero, leal y enérgico, cualidades que triunfan siempre, no obstante los obstáculos que se le opongan". Y de inmediato la revista emite el juicio siguiente sobre la obrilla: "Miserere patricio es una lápida esculpida serenamente por este artífice de la palabra, que espiga en los campos de la literatura dominicana la rica parvada del idioma". Nada podemos sacar en claro como juicio iluminador de la obra. Si no fuera porque figura como jefe de redacción del Listín Diario, se diría que Alfonso C. Tapshire es, sin duda un seudónimo de los que se les olvidaron a Rodríguez Demorizi. Tapshire reseña por partida doble, encomiásticamente en el Listín Diario del 17 de mayo de 1921, a Galera de Pajos: "La manera de Vigil no me espanta ni me alarma (quédese eso para los gramáticos y los recién salidos de las aulas) sino que sencillamente me encanta y me maravilla. No es él ciertamente un poeta, si se comprende por poeta al que se encharca en la Poética y no se aparta del metro; pero no es tampoco un prosista con ese su modo de saltar por sobre las reglas de Retórica. Por eso yo creo que este espíritu extraño dentro de este
23. Hice esfuerzos inauditos en bibliotecas públicas y privadas de la capital y del interior por obtener esta publicación para incluirla en estas Obras, pero los esfuerzos fueron vanos. Como siempre. luego de publicado este libro, las ofertas aparecerán. El ejemplar registrado en la biblioteca central de la UASD "desapareció" y sólo queda el cascarón vacío de la ficha.
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siglo, a más que un precursor del ultraísmo en Santo Domingo como dice Pérez Alfonseca en el Prólogo, es un creador de sistema tan simbólico y tan breve (fuera de los dominios de la prosa y el verso) que, para comprenderlo hay que tener en el espíritu idéntica visión que la que dominara al escritor en el momento de la concepción". (p. 8) El cronista reproduce la ideología literaria que coloca al poeta como único poseedor de la clave del sentido de su obra. Y Tapshire, por supuesto, también posee esa clave y se siente superior a los demás mortales. Más adelante, el articulista cree elogiar a Vigil Díaz al asegurar que es un cultor de "palabras raras", es decir, "voces poco manoseadas de nuestro idioma". (Ibíd.) Otra recepción entusiasta es la de Lorenzo Despradel en el Listín Diario del 7 de abril de 1921: "Refiriéndome a Galeras de Pajos, del esteta Vigil Díaz, no podemos decir, como es de rigor en tales casos: un libro más, porque realmente no es un libro lo que nos ha ofrecido la munificente prodigalidad de su cálido cerebro, sino una revolución, una nueva tendencia que sin quererlo su propio autor, ha venido a pugnar con otras tendencias no menos atrevidas que van flanqueando sigilosamente el campo del dogmatismo literario". El nombre o ismo con que fue bautizada esta tendencia es lo que está pendiente de investigación a fin de descubrir si el vedrinismo fue una etiqueta más -y cómo se definió conceptualmente- y quién o quiénes dieron esa definición. El gran Muley -Lorenzo Despradel-, hombre de experiencia, fogueado en Cuba, participa de la misma ideología conservadora que la clase intelectual criolla, la cual ha execrado siempre las novedades vanguardistas: "Ha salido a la luz ese libro en los mismos instantes en que en los más notables centros culturales de Europa libran ruda batalla los corifeos de escuelas nuevas que nacen y se desarrollan en un día, y que en una hora se hunden en el estrépito de los más grandes ridículos". (Ibíd.)
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El reduccionismo del arte y la literatura a la verdad y la belleza ya está en Platón y Despradel sigue este dogma sin discutirlo. En esta ausencia de criticicidad, que la teoría del signo apoya, consiste la teoría tradicional de la literatura y el lenguaje. Despradel es de los pocos informados sobre las vanguardias literarias, pero a la distancia lee sus resultados al revés y al parecer no tiene otro conocimiento que el periodístico acerca de las tendencias que rechaza. La teoría tradicional ha sido siempre el ariete con que los intelectuales criollos han repudiado cualquier novedad. No leen directamente a los poetas vanguardistas: "El futurismo del impertérrito Marinetti, el cubismo del complicado Picasso, el dadaísmo de Tristán Tzara, el creacionismo de Huidobro y Reverdy, no es más que el ansia que aguijonea al intelectualismo contemporáneo de buscar dentro de la verdad y dentro de la belleza, que son los más esenciales atributos del Arte, formas nuevas de expresión que se armonicen con la visión subjetiva en que diluyen los espírítus cultivados todas las cosas y los más complicados sentimientos". (Ibíd.) Para Muley Despradel, Vigil Díaz es lo contrario de lo que busca este intelectualismo europeo: "En sus creaciones poemáticas no flotan esas imágenes contrahechas, confusas, enigmáticas que forman el acervo de la literatura de esos innovadores de la hora actual. A él no se le ha ocurrido hablar de horizontes cuadrados, como Huidobro, para ser consecuente con el doctrinarismo rectilíneo de la escuela cubista; si acaso le daría a sus horizontes una forma ondulosa, grácil, llevado de esa tendencia que lo hace huir de las aristas y de las asperezas, tanto en las palabras como en las ideas". (Ibíd.) He ahí el rechazo que nuestros intelectuales hacen siempre de las vanguardias, de las cuales -lo he sostenido en diversas ocasiones- toman la parte más conservadora y anodina, como esta que acoge Despradel del cu-
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bismo, del futurismo y del creacionismo. En 1916-20, horizontes cuadrados era una transformación de una figura, es decir, era un sentido nuevo para el discurso poético y no una repetición de una metáfora agotada, pero los amigos obsecuentes de Vigil no podían digerir esto, ni el poeta tampoco, el cual opina lo mismo que Despradel sobre tales vanguardias. Hubiese sido un salto gigante que Vigil hubiese introducido en nuestro país el ultraísmo como vanguardia; tal como lo hizo Borges en Argentina al regresar de Europa. Pero ese ultraísmo del cual habla Pérez Alfonseca en el prólogo a Galeras de Pafos es moda, caricatura. El horizonte onduloso y grácil es un cliché; lo desconocido, en ese momento que se ha vuelto historia, es el horizonte cuadrado. Vigil no crea nada que se adelante al ultraísmo. Otra recepción entusiasta es la de Vigilante, seudónimo olvidado por Rodríguez Demorizi en su libro sobre esta materia, aparecida en la columna "Días que pasan" de la revista La CWla de América: "Vigil Díaz nos ha enviado su interesante libro Galeras de Pafos. Es un primoroso joyel su encantador libro. De Vigil no pueden esperarse sino raras sorpresas, que nunca pagaremos con creces. Su simpatía, y su talento, conquistan aplausos, como roban cariño". (Abril de 1921). En la revista La Opinión de enero de 1926, Julio A. Cuello escribió en la columna "Perfiles literarios" un perfil sobre Vigil Díaz, medio artículo, medio entrevista. El poeta vuelve con dos temas importantes: la negación que sea postumista y que tal tendencia literaria no existe. Para Vigil es una etiqueta, un rótulo. Al parecer, para el bardo los ismos son rótulos. El cree sólo en los temperamentos, es decir, en los creadores individuales. Creía en Moreno Jimenes como creador, no como postumista. El segundo tema tratado por Vigil es el referente a Galeras de Pafos en París y su vinculación con el ultraísmo del cual Pérez Alfonseca le cree deudor. Vigil es más tolerante con este ismo, pero no por eso deja de ser un des-
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creído: "A propósito de mi libro Galeras de Pafos, recibí cartas estimables de Europa y América; de París -en donde funraducido al francés durante una velada literaria- me escribe un distinguido hombre de letras: "El poeta Pérez Alfonseca, al proclamarlo a Ud. Precursor del Ultraísmo en Santo Domingo, sufre un error cronológico; Ud., antes que en España, ya escribía así". y el poeta Vigil responde: "No sé hasta dónde pueda haber sinceridad y certeza en todo eso; pero, cual que sea la denominación, ultraísmo u otro ismo cualquiera, veinte años atrás yo escribía en ese tono. Pero, primero que conste, desde ahora y para siempre, que nunca he creído en Postumismo y sí en temperamentos más o menos intensos y sinceros, poetas y escritores que, ya en la Puerta del Solo en Villa Francisca, el (sic) Acrópolis del Postumismo, si continúan !caros del Arte, serán de gloria a los ideales del Arte, serán de gloria y sospecho para nuestra desmedrada República liliputiense". (Ibíd.) En primer lugar, lo de la traducción al francés de Galeras de Pafos es una ocurrencia salonífera que llena de vanidad al poeta; segundo, habrá que indagar en los textos escritos entre 1900 y 1906 para ver si prueban que Vigil fue ultraísta avant la lettre; y, tercero, su opinión sobre el postumismo o cualquier otro ismo es justa en la medida en que sean etiquetas y, además, que una tendencia literaria se mide por los poemas individuales de cada poeta, los cuales dicen y hacen lo que la teoría dice que es el movimiento o vanguardia, lo atraviesan y no se quedan en la ideología de dicha tendencia o de cualquier otra de su época, sino que la transforman. Luis Yépez escribe un comentario en el mismo tono ditirámbico de las recepciones anteriores. Ligado a la capilla de Letras de los Blanco Fombona, venezolano como ellos, Yépez, cónsul de Venezuela en nuestro país, abre su artículo con estas ideas sagradas de la teoría
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tradicional: "En arte, lo mismo que en la vida, lo único que conmueve es la verdad". (La Cuna de América, 1 de junio de 1921, p. 36). Más adelante le añadirá la belleza platónica. El articulista dice: Vigil Díaz en estas Galeras de Pafos viaja con las velas hinchadas de un viento egregio. Leyéndolo pienso en Stambul (sic) y en el Cuerno de Oro. O bien creo que sigo la ruta de un viaje a Grecia donde espera el macedonio invicto con un mirtho en la diestra". (Ibíd., p. 37). No es extraño que sea con las ideas clásicas en materia de poesía que Vigil sea leído por sus contemporáneos. Lo que sugiere que su poesía no tiene valor o, si lo tiene, sus lectores no supieron verlo. Lo más lejos que Yépez llega es a ver en cada poema el "canto helénico" y a sacar a Vigil Díaz de las tendencias literarias de su época, en nombre de la originalidad: "Esta labor de Vigil-Díaz no ha sido ni combatida ni comprendida. Él está fuera de todas las escuelas. Es calumniarlo (sic) el señalarle una etiqueta: ni es ácrata ni es parnasiano". (Ibíd.) Si Vigil está fuera de todas las escuelas, también lo está quizá de toda sociedad. Su concepción de lo social está más cerca del ideal anarquista al estilo Proudhon y Nietzsche, pero con una dosis de Rodó y un poco de blasfemia a lo cínico griego, con una pizca de sal a lo Vargas Vila. Al responder a la pregunta de qué entiende por sociedad, Vigil contestó en la revista Letras, columna "Mariposas con alfileres", del 23 de febrero de 1919, con la siguiente ocurrencia: "Para los convencionales, los idiotas y los pobres de espíritu, es una divinidad máxima que les flagela las espaldas esclavas con un(os) rebenques. Para los hombres superiores, para los convencidos, para los fuertes, es algo despreciable: una meretriz enferma que pasa la vida haciéndole zalemas al "becerro de oro", por no decir que es detrictus (sic) que se escurre por las gargantas de las cloacas de los lupanares ...... (p. 102).
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Con semejante concepción condenatoria y moralista de la sociedad como un absoluto, el sujeto está ya predispuesto a aceptar un modelo totalitario que ubique a una elite iluminada directamente en el control del poder politico, pues los ignorantes jamás podrán gobernar, incapaces como son de acceder a las excelsitudes intelectuales y morales. 1.5 Mito y mística del viqje a París
Nada más contradictorio que las glosas de las revistas literarias y los periódicos de la época sobre el tantas veces anunciado viaje de Vigil Díaz a París. El 4 de abril de 1920 la revista semanal Letras publicó en portada una foto de Vigil Díaz con el siguiente pie: "Ultimo retrato de Vigil Díaz, colaborador de "Letras", que embarcó para Europa recientemente". Un mes después, se hizo eco de que el viajero estaba varado en Cuba: "Aún no ha continuado su viaje para el Viejo Mundo nuestro estimado colaborador Vigil-Díaz, quien goza actualmente de las delicias de la metrópoli antillana: la capital de Cuba. Pero en breve, nos informa, embarcará para Burdeos". (Ibíd., 4 de mayo de 1920). ¿Cuál es la situación monetaria de Vigil Díaz que le permite incurrir en los gastos de semejante viaje a París y quedarse en Cuba un mes antes de proseguir hacia su destino el 11 de mayo de 1920? ¿Sufragaba de su propio peculio tan larga travesía, así como el viaje que emprende a Nueva York en septiembre de 1916 a bordo del vapor Algonquin? (Fatamorgana del 11 de septiembre de 1916, Listín Diario, p. 4). En la fatamorgana que envía el 30 de mayo de 1920 a bordo del vapor Chicago, ya "bajo cielo del Cantábrico", y con el título de "La mano de los ordenables", la cual se publicó en el Listín Diario del 22 de julio de 1920, p. 2, Vigil Díaz confiesa 10 siguiente: "No tengo realmente motivos para escribir y sin embargo [tengo, D.C.] necesidad,
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deseo y obligación de escribir porque para eso me paga Arturito el dinero del Listín que dirige". Pero, ¿es suficiente este pago para sufragar los gastos del viaje a París? Históricamente, en nuestro país nadie ha vivido del dinero recibido por ser columnista de periódico. Aunque la revelación de Vigil Díaz lo sugiere. esto no es creíble. Que se sepa, Vigil Díaz nunca estuvo en la plantilla del Listín o en la del gobierno. Es posible que esta referencia al pago sea uno de sus tantos sarcasmos con que se burlaba de la sociedad. ¿Cuántos meses duró la estancia de Vigil en París? Por la fatamorgana publicada en el Listín del 29 de julio de 1920, p. l. se sabe que llegó a la estación de Orsay el 6 de junio de ese año a las 6 de la mañana. Lean y oigan esta ocurrencia con que abre su fatamorgana ya citada: "Las dos fechas que debe uno apuntar en el libro de su vida son: el día que dieron libertad a la tierra donde nació y cuando llegó por primera vez a París; lo demás no tiene importancia". El mito de este viaje le servirá a Vigil durante 40 años para alimentar a una clientela ávida de aventuras románticas lejanas. La mayoría de las fatas que hablan de la estancia en París están en la primera parte del libro Del Sena al Ozama. Ahora bien, por una glosa publicada en la revista Letras el 14 de noviembre de 1920, nos enteramos que nuestro poeta se encuentra en Cuba en ese mes y año: "Vigil Díaz. nuestro querido colaborador, nos escribe desde Cárdenas, Cuba. Llegó de Europa y es probable que retorne a la Patria en breve". En la comunicación de Vigil a Letras. el poeta le remitió un artículo -y foto- de Fermin Goussard, un francés que vivió 40 años en el país y que según la pluma ditirámbica de Vigil prestó eminentes servicios a la República Dominicana. Habría que indagar en qué consistieron esos servicios y cuál fue su valor. A no dudarlo, aunque no haya una fata explícita al respecto, este Goussard ha debido ser anfitrión del poeta en París.
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Es posible que la velada literaria a que alude Vigil en la entrevista que le hizo Julio A. Cuello tenga alguna relación con Monsieur Goussard. Incluso es casi seguro que la traducción de uno que otro poema de Galeras de Pafos haya sido una hechura de Goussard o de algún contertulio. Cuando se recupere algún día la correspondencia cruzada en Vigil y Goussard y los socios parisienses. podrá establecerse la verdad de esta aventura vigiliana. y a propósito de la entrevista de Cuello al poeta. por la descripción de la casa donde habita en la calle José Reyes y por la compra que hace Vigil en un ventorrillo. no puede afirmarse que el codueño del hato de la Pringamosa era rico o de posición holgada: "Tan fácil asiste, de irreprochable indumento, a la extática contemplación de un Museo de Obras Maestras en París (oo.) como lleva, desde la pulpería de la esquina hasta su modesta habitación. una petaca de carbón sostenida sobre la palma de la mano derecha y una botella llena de petróleo, meticulosamente asida con la siniestra". (Revista La Opinión. ya citada). Añádase. además. esta vívida descripción de los hábitos del poeta: "Una mañana fui a visitarle temprano. Apenas pude reconocerle. envuelta la cabeza en un amplio pañuelo de Madrás anudado detrás por dos puntas y otras dos cayendo sueltas sobre las espaldas, un gabán. que la edad ya había liberado y un típico cachimbo de barro criollo. en el cual humeaba una fuma de puro tabaco de andullo. penetrante y morboso". (Ibíd.) El entrevistador le pregunta: "¿Estás enfermo, Vigil? y él poeta responde -y nos libera parte de sus hábitos y de su amor por las costumbres campesinas del Este: "-No, hijo. En estos tiempos fríos. madrugo vestido como ves. con estos abrigos y mi cachimbo. como los viejecitos vecinos de mis predios rurales de Hato Mayor del Rey. invoco en la fresca serenidad de la madrugada el puro ambiente de los rústicos bohíos, la dulce paz lugareña, en donde he vivido los más intensos momentos de mi vida"." (Ibíd.) ¿Mixtificación? No,
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sacralización de la vida campesina concebida como lo único puro que queda en este mundo frente a lo absurdo de las ciudades. El hombre atrapado en su cotidianidad, ¿pudo llevar una vida opulenta? No creo que en esta hora suprema de la sencillez, Vigil fuera capaz de adoptar poses. Era un hombre como el común de los dominicanos, practicante del allante cuando le convenía, sobre todo frente a los ricos ignorantes. Héle aquí, según su propia confesión, en pleno tigueraje barrial, practicando un rito de nuestro sincretismo étnico-culinario: "La vida es una perfecta "Fata Morgana". 24 El 11 en la noche, comiendo frito(sic) con Mesa y Babá Henríquez, el virtuoso negro ataúd de alma de acero, donde el lento y bondadoso Dimbo, y hoy día 20 en la noche, frente al temible Cabo Hatteras". (ListÚ1 Diario, 11 de septiembre de 1916, p. 4). 24. A partir de la escritura de Vigil Díaz. la columna se escribe Fata Morgana. Pero conviven con él varias grafías: Fatamorgana, fatamorgana. Fata. Contra Fata. contrafata y otros derivados. El propio Vigil define así su columna y la palabra: "Fatamorgana escrita así, significa miraje. ilusión. espejismo. desgracia; y como la escribo. significa lo mismo y algo más que el tiempo ha de mostrar. Este título. lector o lectora. no es consecuencia de la escribología o rebuscamiento cubista. no. esto. como las hóplicas falanges romanas. obedece a un plan, a un orden profundo". (ListÚl Diario. 6 de septiembre de 1915. p. 1). Ampliando más la definición mítica de Fata Morgana. Néstor Contín Aybar en Historia de la literatura dominicana. Santo Domingo: Universidad Central del Este. t. 111. 1984. nota 17. p. 34. dice: "Fata Morgana es hechicera del cielo arturiano. Algunos la consideran hermana del Rey Arturo. en los romances carolingeos medievales. De orígenes inciertos. no obstante se la relaciona con las leyendas célticas. Se la nombra. por primera vez. en la Vita Merlini (hacia 1150). Fata quiere decir Hada. En italiano. pues. es Hada (sic) Morgana. Se llama así. también al espejismo que se ve en ciertos lugares costeros. particularmente. en los de Sicilia. cerca del estrecho de Messina. De esto último. seguramente. tomó el nombre Vigil Díaz. para darlo a sus escritos. Fata Morgana es. además el nombre de las islas árticas que algunos atlas sitúan cerca de la Tierra de Peary (Groenlandial. pero su existencia es muy dudosa".
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1.6 La malajugada del aviador Vedrines
El 30 de mayo de 1914 la revista La Cuna de América (p. 640) traía una crónica titulada "El aviador Vedrines", en la cual daba cuenta de la muerte de Emile Vedrines en un accidente. En la citada crónica se cuentan las prodigiosas hazañas de este pionero de las piruetas aéreas peligrosas y vuelos de larga distancia por Asia Menor, Egipto y Arabia. Se proponía Vedrines dar la vuelta, antes del fatal accidente, al mundo, mucho antes de que Linbergh llegara a Europa. Lo que interesa para la literatura dominicana y su historia es una posible práctica poética que desde 1943, con lo escrito por Pedro René Contín Aybar en su Antología poética dominicana, ha sido confusamente vinculada con Vigil Díaz y Zacarías Espinal. Sobre todo con el primero, c:. quien el conocido crítico atribuyó la creación del movimiento o tendencia literaria llamada vedrinismo, en franca alusión a las modernas piruetas aéreas que alegadamente hacía Vedrines en su avión. Esta especie fantasiosa (pues no tenía ninguna prueba, texto o declaración explícita de Vigil Díaz sobre lo que afirmaba Contín), fue seguida por los literatos de la época. Es con el finado Manuel Rueda (1921-1999) que este mito cobra mayor fuerza 25 • Manuel Mora Serrano le ha salido al paso a esta mitología que no se funda en ninguna prueba. Incluso el nombre de Vedrines en Rueda es Jules y en La Cuna de América es Emilio. Pero en Rueda el apellido es Vedrin y en la citada revista Vedrines. Reina la confusión. 25, Ver Antología panorámica de la poesía dominicana contemporánea (1912-1962), Santiago: Universidad Católica Madre y Maestra. 1972. p. 418-19 Y 415 para la pretendida introducción del verso libre en el país por parte de Vigil Díaz con su poema "Arabesco",
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Por de pronto, la hipótesis de Mora Serrano es que el movimiento llamado vedrinista es un invento -una mala novela- de los defensores a rajatabla de Vigil Díaz para oponerlo al postumismo, es decir, al Vigil Díaz culterano, helénico y esotérico versus el Moreno Jimenes rústico, criollo, utilizador del lenguaje común. La segunda hipótesis de Mora Serrano se funda en que la única utilización de la palabra vendrinismo (y veedhrinismo con h intercalada por la ideología cultista de Contin Aybar)26 no fue recuperada con el titulo original de "Poema vendrinista" de El Día Estético n° 2 cuando Vigil publica Música de ayer en 1952, ya que cambió dicho título por el de "Poema n° 4". Arguye Mora Serrano que si Vigil hubiera tenido conciencia de que había fundado un movimiento literario supuestamente recibido como superadar de la poesía que encontró en su tiempo, no es verdad que el poeta se iba a privar de esa tremenda oportunidad de autorreconocimiento. Queda el problema, cambiado ya el título, de la semántica de vendrinismo. Ni remite a Vedrin ni a Vedrines, ni mucho menos al libro de los Vedas, con h intercalada o sin ella, como quería Contín Aybar. ¿A qué remite, entonces? Sin la n, remitiría inequívocamente a Vedrin o Vedrines. Pero cómo probarlo si Vigil no definió el término? ¿Metió el cajista una n demás a vedrinista? Difícil de creerlo, ya que esto hubiera implicado una errata o una protesta de Vigil en el siguiente número de El Día Estético o una aclaración en Música de ayer, tan celoso como era Vigil con lo que escribía. Véase los mensa26. En la introducción a la primera edición de la Antología poética dominicana (Santiago: Editora El Diario, 1943), Contín Aybar dice. en el acápite "El manto de la originalidad", lo siguiente: "Los cauces [de nuestra poesía. D.C.] fueron normales hasta cuando Vigil Díaz "organizó" el VEDHRINISMO, modalidad poética propia de una rareza singular. con nomás un seguidor estimable, Zacarias Espinal. y de la que arranca. discutiblemente, el Postumismo de Domingo Moreno Jimenes". (p: N-V).
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jes que continuamente remite desde el exterior al cajista Flores para que no cometa errores en los escritos que envía al Listín y obsérvese la respuesta del interpelado que niega haberlos cometido. Semejante introducción permaneció en la segunda edición conceptualmente sin cambios. Lo único que cambió fue la tipografía: cursiva en la primera edición; redonda en la segunda. La nota 1 de la primera edición pasó a ser la 3 en la segunda y la paginación en la primera edición tiene números romanos, mientras que en la segunda son arábigos. Otra modificación: en la primera edición vedhrinismo fue escrito en mayúsculas; en la segunda, en cursivas. La nota 1 que se refiere a vedrinismo quedó igual en ambas ediciones: "Anterior al ultraísmo en España, y su semejante". Esta nota es una mixtificación que busca vanamente colocar dicho "movímiento" como anterior al ultraísmo, emparejándolo con un vanguardismo que tuvo una resonancia internacional. Pero al mismo tiempo Contín Aybar comete un dislate: dice que el vedrinismo es semejante (o similar) al ultraísmo. ¡Tremendo contrasentido! Que se sepa, Vigil Díaz jamás utilizó la palabra vedrinismo para designar ninguna tendencia o vanguardia literaria encabeza por él. El vocablo vendrinista en un poema, abandonado como título en la segunda edición de Música de ayer no prueba nada 27 • Incluso si en la historia de la oralidad llegara a probarse (cosa harto difícil ya, pues los contemporáneos de Vigil están todos bien muertos, muchos incluso antes que él) que el poeta explicó alguna vez en reunión de amigos intelectuales lo que era el vedrinismo como tendencia literaria, tampoco eso probaría nada. Incluso si tal cosa fuera cierta, una tendencia sin seguidores que la hayan atravesado con sus creaciones, no tiene ninguna pertinencia histórica. 27. Remito de nuevo al poema de 1929 titulado "Motete vedrinista", que figura en la página _ de esta obra.
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Hasta prueba en contra, el invento del término vedrinisTTW con h intercadala o sin ella es una mixtificación de Contin Aybar para colocar a Vigil Díaz en contra de Moreno Jimenes y con esto subordinar el postumismo al pretendido movimiento literario encabezado por el autor de Góndolas. Todos repetimos, sin crítica, el término y su componente ideológico hasta el día de hoy. Mora Serrano ha sido quien ha venido a llamarnos la atención sobre este desaguisado. y hoy llamo la atención para que se continúe la investigación. La disputa sigue pendiente de solución. Luego de exponer el tema del vedrinisTTW en la introducción, Contín Aybar lo repite en las sucesivas ediciones de su Antología. En el apartado consagrado a Vigil Díaz (2 a edición, p. 72), se lee esto: "Crea el vedhrinismo, estilo poético modernista, anterior al ultraísmo de España, y que fue el predecesor del postumismo de Domingo Moreno Jimenes, aunque el postumismo no naciera de él". Esta aclaración contradice un poco la expresión de esa misma segunda edición que afirmaba más atrás que "discutiblemente" el postumismo de Moreno Jimenes "arranca" de la modalidad poética propia creada por Vigil Díaz (p. 18). El "discutiblemente" introduce la ambigüedad en el discurso, pues el sujeto no se siente seguro de su propio conocimiento o tambalea para no admitir las críticas que en tal sentido les fueron hechas a la primera edición por el reseñador anónimo de La Poesía Sorprendida28 •
1. 7 El círculo abierto-cerrado de una vida Es mucho lo que falta por escribir sobre la obra de Vigil Díaz. Mucho más, sin duda, que sobre su vida. Fue un hombre nacido bajo el signo de la ambigüedad. Sus largos nombres sacados del santoral no los usó nun28. Ver la revista La Poesía Sorprendida n° VII, año 1955, p. 107108.
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ca. El nombre literario opacó y aniquiló el nombre público, es decir, el nombre oficial que figura en el aeta de nacimiento. Más aún: el apellido paterno aparece en el acta de nacimiento con), tal como lo exigía la ortografía vigente en 1880. Él cambia la) por la 9 cuando se aprueba oficialmente la nueva ortografía a principio del siglo XX. Incluso el aeta de defunción (documento que acepto como oficial, pero que puede estar errado), asegura que Vigil Díaz murió "en el hospital San Francisco de Asís, de 82 años de edad, de ocupación pensionado, dominicano, de este domicilio, nacido en esta ciudad, de estado viudo de la señora Maria Lacaze"29. ¿Quién fue María Lacaze? La esposa francesa que Vigil trajo de Francia cuando estuvo en Paris entre junio y noviembre de 1920. Todo un mundo por investigar. Por otra parte, el acta de defunción dice que murió a los 82 años. Sin embargo, del 20 de enero de 1960 al 6 de abril de 1880 son 81 años y 57 ó 58 días. Incluso el 20 de enero de 1961, Ramón Lacay Palanca da la noticia en La Nación de que Vigil Díaz agoniza (calza la crónica con las iniciales R.L.P.). Al día siguiente -21 de enero, en la p. 2- El Caribe trae la noticia de la realización del sepelio del poeta, acto efectuado "ayer a las 5 de la tarde", es decir, el día 20, puesto que el referido periódico circulaba en la mañana. y La Nación, que también era un diario matutino, trae la noticia del sepelio el 21 de enero de 1961 en la tarde. Por lo que el sepelio fue el día 20 de enero de 1961 en la tarde. ¿Pero es verdadera esta fecha de defunción del 20 de enero tal como está consignada en el aeta de defunción? Si fue el 20 de enero, no hubo velatorio, sino que del hospital se fue directamente al cementerio de la avenida Tiradentes (hoy avenida Máximo GÓmez). El Caribe del 21 29. Agradezco una vez más a Manuel Mora Serrano el haberme suministrado copias de las actas de nacimiento y defunción del poeta Vigil Díaz, las cuales se reproducen en este trabajo.
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de enero de 1961, en la página 2, segundo párrafo, dice: "Vigil Díaz falleció anteanoche ... ". Anteanoche significa, con relación al día 21, el 19 de enero de 1961. ¿Dónde está la verdad? Francisco Álvarez Castellanos, autor de la crónica de El Caribe, dice: "Al carecer por completo de familiares, según se informó, el poeta y escritor pasó los últimos días junto a un ahijado e hijo de crianza, el señor Edgard Dourthe, en la calle José Reyes n° 33, donde ocurrió su muerte". Muy ambigua esta última frase, que si no fuera por el contexto-situación del hecho, cabría atribuir el deceso al señor Dourthe. Pero resulta y viene a ser que con esta afirmación del periodista Alvarez Castellanos, cuyo apellido paterno ha sido mutilado por el corrector de estilo y reemplazado por la letra A, queda cabalmente contradicha la afirmación del acta de defunción en el sentido de que Vigil Díaz murió en el hospital San Francisco de Asís. El periodista y hombre ducho Lacay Palanca reproduce en su crónica de La Nación del 21 de enero de 1961 el error inicial de Contín Aybar, al afirmar que Vigil Díaz hacía "malabarismos de frases como aquel Monsieur Vedhrin bordaba arabescos con su avión en el cielo de Francia". He ahí la h intercalada de Contin, la cual no existe en el apellido del aviador de marras, cuyo apelativo aparece en la crónica de su muerte publicada en La Cuna de América del 30 de mayo de 1914, como ya se vio más atrás. Lacay hojeó, al vuelo, Del Sena al Ozama o la Antología de Contín Aybar para embutir los datos de Vedhrin y los de Gaby Deslis, los cuales aparecen con otra ortografía en el conocido libro de Vigil Díaz, Para concluir, exhorto a los investigadores poéticos a que recojan los datos aportados en este ensayo para que, en otra carrera de relevo, aclaren la vida y la obra de Vigil Díaz con más contundencia que la mostrada en este estudio por encargo.
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2. Manuel Zacarías Espinal o el vhedrínhismo soy yo. mientras tanto 1. Defensa del poema
Hasta donde Pedro René Contin Aybar y Manuel Mora Serrano hurgaron en torno a la afirmación del primero de que Vigil Diaz fue el creador del movimiento literario llamado "vedhrinismo" y la del segundo que rechaza esto como un invento del primero para empequeñecer el postumismo de Domingo Moreno Jimenes. lo cierto es que, hasta prueba en contrario quien ha usado más el término y hasta ha tratado de definirlo ha sido Manuel zacarias Espinal. 1 En efecto, puesto que en los trabajos de Mora Serrano discutidos más arriba y en el análisis de la entrevista que Julio A. Cuello hizo a Vigil Díaz este rechazó que fuera postumista o que siguiera un ismo cualquiera, también es cierto que cuando Contín Aybar hizo su afirmación, aunque no aportó ninguna prueba, algo de la palabra vedrinista con h intercalada debió quedarle en el inconsciente como remanente de algún tipo de lectura. También es cierto que quedó discutida, en la parte de este estudio sobre Vigil, la posición de Mora Serrano en cuanto al término y agregué lo del artículo sobre la muerte de Vedrines en La Cuna de América, así como el titulo de "Poema vendrinista" aparecido en El Día Estético -suprimido luego en Música de ayer- por parte del alegado creador del movimiento o tendencia vedrinista. Puesto que el propio Vigil Díaz abomina de los ismos, no se puede. a confesión de parte, retorcer los hechos l. A pesar de que en 1929 Vigil Díaz lo usó en el poema titulado "Motete vedrinista", tal como lo consigné en el ensayo dedicado más arriba a este poeta, hasta que no se encuentre la definición de vedrinismo o lo que es un poema vedrinista, tanto en Vigil como en Espinal, el debate sigue abierto ante esta incógnita literaria.
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histórico-literarios y hacerle aparecer como el creador de un movimiento o tendencia al cual ni siquiera se refirió en vida -hasta donde llegan mis conocimientos-o Pero en el caso de Manuel Zacarías Espinal sí existe la prueba documental de que escribió. en la revista La Opinión volumen 19 n° 192 del 9 de octubre de 1926. teoria y práctica como acto inseparable. tres poemas que tituló "Versos vhedrinhistas". no con una. sino con dos h intercaladas. y aunque hasta el momento de mi investigación de archivo no he encontrado ningún trabajo suyo dedicado a explicar conceptualmente qué entendía por vhedrinhismo -término que no aparece como sustantivo. sino siempre como adjetivo aplicado a un tipo de poema y que más tarde llevará a vehedrinista2 y finalmente a vedrinista-. existe sin embargo un ensayo suyo consagrado a valorar el libro de poemas que Julio A. Piñeyro publicó en París con el título de Rutas estelares en donde Espinal esboza dos veces lo que. con un poco de esfuerzo. podría entenderse como vedrinismo. En dicho texto. fechado en agosto de 1929. publicado con toda seguridad en La Opinión. donde escribía con regularidad desde su salida de Páginas SelectaS. no se sa2. Usado en el prólogo al libro Cantos líricos del poeta Lázaro Manuel Monteagudo. por salir de la imprenta en esos días. pero que Espinal publicó en La Opinión (precisar la fecha). Hemos buscado en las bibliotecas públicas de la capital este libro y no apareció Es probable que. como ocurría con frecuencia durante la primera mitad del siglo XX. muchos de los libros anunciados por su respectivo autor nunca llegaron a publicarse. 3. Revista de tendencia horacista fundada el 3 de junio de 1926 por Diego Henríquez Valdés. director-administrador. E. Pla Miranda. sub-administrador y Manuel Zacarías Espinal, redactor. En el número 3 de la publicación, Zacarías Espinal sale de la revista hay que indagar por qué- y es reemplazado por un personaje. Tulio H. Pina. que tendrá larga vida política -por su parentesco con Trujillo-, durante la larga noche de la dictadura. Me propongo también esbozar algunas ideas políticas de Espinal en
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be por cuáles razones. Espinal afirma lo siguiente al referirse a que Piñeyro no pertenece a ninguna escuela literaria de las existentes en ese momento. pero "de todas estas orientaciones literarias [romántica. modernista, decadente. futurista, ultraísta, dadaísta. marmóreo o parnasiano, D.C.]. domina poderosamente la poliformia de todas estas manifestaciones estéticas, y escribe con igual maestría una emocionante Oda Magistral que un simple y complicado poema vedrinista". (Art. citado). ¿En qué consiste ese simple y complicado poema vedrinista? ¿Es ese poema vedrinista semejante a la emocionante oda magistral que es capaz de escribir Piñeyro siguiendo las poliformas de las "orientaciones literarias" citadas por Espinal y puestas entre corchetes en el párrafo anterior? El poeta Espinal explica esa capacidad de Piñeyro: "La razón no es quizás muy difícil de encontrarla; sencillamente porque persuadido como está de que el verso es la viva expresión del sub-conciente, y es además la sugerente condición de ese algo superior, que es el Psiquiatra Fursat y el no menos Psicólogo Dostoyesky (sic), han solido llamar akoasmas 4 de la virtualidad como un recurso de la condición intelectiva; domina con encantadora maestría todo el cordaje de la lira fadika 5 • no haciendo en todo ello, sino derramar en un torrente singular el elevado sentimiento de su concepto supraestético". (Ibíd.) Párrafo denso y libresco, pero hay, aunque con el término de subconciente repudiado por Freud desde 1905. un reconocimiento de la poesía como "viva expresión" del inconseste contexto histórico que le correspondió vivir y que ideológicamente está emparentado con el arielismo democrático. el cual se alejaba del régimen fuerte que pregonaron los partidarios de la regeneración. los cuales creyeron encontrar en Trujillo la encarnación del ideal que salvaría a la patria de la barbarie de la montonera. 4. No he encontrado el significado de esta palabra. 5. No he encontrado el significado de esta palabra.
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ciente, lo cual acerca a Espinal y al propio Piñeyro al surrealismo de aquellos años, aunque el término no esté evocado, pero lo está a través de la alusión a lo onírico. Y Freud a través de la referencia a la siquiatría y la sicología y el monólogo interior a través de la referencia a Dostoievski. En el mismo articulo sobre la obra de Piñeyro hay un primer intento de defInición del vedrinismo: "Su maravilloso pensamiento de fIno artista del verbo, tanto en verso como en prosa está por encima y por fuera de su voluntad; por eso precisamente, a pesar de su enérgica y vigorosa mentalidad poética, un tanto vedrinista en el puro sentido estético de la concepción, su fina sensibilidad no se ha contagiado nunca de hermosura exótica ni ha tratado de trasplantar a sus versos como la mayoría de los poetas contemporáneos esa florescencia de procedimientos extraños que embotan dolorosamente el temperamento y coartan la maravillosa capacidad de la expresión". (íbíd.) Por aquí vamos acercándonos poco a poco a nuestro objeto de indagación. ¿Qué es, en el puro sentido estético de la concepción -es decir, de la teoría- una mentalidad poética vedrinista? Piñeyro es un tanto vedrinista. Y ha de entenderse por tallo cabalmente contrario a lo que hizo Vigil Díaz y muchos contemporáneos: la hermosura exótica, los procedimientos extraños que coartan la maravillosa capacidad de expresión, es decir, la libertad de creación. Vigil y sus epígonos, con su imitación y apego absoluto a lo griego y romano, embotaron el temperamento y castraron su libertad. Es ni más ni menos la crítica que le dirigió el Maestro don Fed a Vigil en la carta que hube de analizar en la primera parte de estos estudios. Finalmente, en el artículo citado más arriba, al referirse a la personalidad poética de Piñeyro, existe un pequeño pasaje que contríbuye a defInir lo que es "ser un tanto vedrinista" o la especificidad del vedrinismo, si bien hasta ahora Espinal no ha escrito ese sustantivo: "no: su espírítu hiperbórico, volatinero y vertiginoso, conciente (sic) de la generalidad de todas estas orientaciones literarias,
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domina poderosamente la poloformia de todas estas manifestaciones estéticas... ". En los términos "volatinero" y "vertiginoso" creo encontrar el eco de la identificación del vedrinismo con el aviador Vedrin tal como aparece en Manuel Rueda. quien jamás citó de dónde extrajo el nudo de esta afirmación: "Junto con la publicación de 'Góndolas', en 1912, y a raíz de la muerte de Jules Vedrin. aviador francés que había adquirido fama en su vuelo París-Madrid por haber creado las peligrosas piruetas aéreas del 'looping the loop'. nace en Vigil Díaz la idea. como un homenaje de admiración a ese humorista del espacio, de bautizar su propio concepto del arte con el nombre de vedrinismo"6 También está usado por el poeta dicho adjetivo en el primer verso de un poema sin titulo que comienza con "Volatinera Amadriada" (Ligia. p. 59. fechado en San Cristóbal en 1930F. Y otra referencia al vedrinismo en el poema titulado "Ramón Antonio Abad Méndez": "La sensibilidad del veedrinista". (Ligia, p. 32. fechado en agosto de 1932). Mas. es en los tres poemas titulados "Versos vhedrinhistas"8 -el primero no tiene titulo, el segundo se titula "Ber-Belismo" y el último "Krelim"- donde se pone a prueba la teoría y la práctica del vedrinismo. Contín Ay6. Antología panorámica de la poesía dominicana contemporánea
(1912-1962). Santiago: Universidad Católica Madre y Maestra, 1972, pp. 418-19. Cuando alguien me muestre de qué texto escrito u oral Rueda sacó esa información, entonces creeré que Vigil Díaz fue el creador del vedrinismo en el sentido en que Rueda lo define en la cita de más arriba. Por de pronto, hay más pruebas escritas de que fue Espinal. Y ni siquiera sabemos a ciencia cierta a qué contenido nocional remiten los términos vhedrinhista, vedhrinista, vendrinista y vedrinista. De seguro que no tienen nada que ver con los Vedas, de la India. 7. Ligia Espinal recopiló y publicó Poemas de Manuel Zacarias Espinal en 1961, edición privada siL A este libro nos remitimos cuando demos la referencia Ligia, seguida del número de la página. 8. Los referidos versos se reproducen en el espacio correspondiente a los poemas de Manuel Zacarias Espinal.
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bar debió leer. sin duda. estos poemas cuando contaba apenas con 19 años en 1926. Pero su memoria no retuvo el nombre de la revista ni la grafía cuando en 1943 publicó su Antología poética dominicana y confundió la ortografía de la palabra escrita por Espinal y no pudo o no quiso encontrar lo que el poeta había dicho al intentar definir el poema vedrinista. En el primer poema hay un rechazo de las teorias, de las fórmulas, de los problemas inútiles, de la ciencia. del derecho y del discurso racionalista de Occidente con sus grandes figuras: Beccaria, Dalloz. el Repertorio, Boitard. Ferri, Gorófago. Lombroso y las tearias crimínalistas. Pero también. filtrado como de contrabando. hay un rechazo a la Orden Ejecutiva 664 del invasor yanqui. El poema termína con una exaltación de la poesía y de algunos poetas: "1 pensar que Nervo no sabía versos jurídicos/Rubén Daría tampoco; l/Que Moreno Jiménez 9 no los sabrá jamás /¡Oh!. la fatiga inaguantable de los libros/de Ciencia / ¿En dónde están/El campo,fEl Sol/La luna, /Las estrellas? / Allá, muy adentro, en el alma/de los hombres que no saben condenar . Hay en este poema. no es de extrañar. una apología de Moreno Jimenes. justamente lo contrario de lo que hizo Contín Aybar al sobrevalorar a Vigil Díaz por encima de Moreno Jimenes, el cual representaba la renovación del lenguaje común opuesta a la operación de Vigil que se quedó. casi masivamente. en las vetustas veleidades helénicas. "Ber-belismo" es un poema surrealista por su humor negro y "Krelim" es pura exaltación del lenguaje postumísta: "Esa muchacha es bonita; / ¿Por qué?/Porque tiene la cara llena de pecas;/El cabello oliente a aceite de higuereta;/Es tuerta:/I exhala de abajo de los brazos/Un olor penetrante de grajo y de loción/Señor:/Esa muchacha es bonita,/¿Por qué/Porque tiene el alma como un pedazo/de algodón... ". 9. Escrito así en el original en vez de Jimenes.
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Una observación: tanto en los poemas y los comentarios críticos que comenzaron a aparecer en revistas y periódicos a partir de 1925. Espinal va conformando poco a poco una especie de diccionario de sustantivos propios y comunes y de adjetivos que serán usados masivamente al final de su vida en los poemas de la etapa de adicción crónica a la morfina y que fonéticamente remiten -habría que estudiar ese asunto- a lenguas eslavas o quizá nombres propios de personajes. a lugares geográficos y a términos usados en las novelas rusas que tratan de aventuras en Siberia y otras regiones lejanas de aquel imperio. Para Espinal el libro de Piñeyro "es incuestionablemente el simbolismo representativo de la independencia. de la libertad y de [lal autonomía del poeta". Que en 1929 fuera cierto o no lo que dice Espinal sobre Piñeyro es otra cosa. pero lo importante fue que. en el contexto de la época. alguien pensara que estas tres cualidades eran imprescindihles para ser poeta. Es todo lo que les faltó a los contemporáneos que Espinal criticó acerbamente.
2. Política del poeta
La intervención militar norteamericana fue la única referencia de poder político fáctico que conoció en su adolescencia y adultez el joven Manuel Zacarías Espinal. De 1915 hasta donde abarca su recuerdo. quince años de guerras fratricidas constantes desde el asesinato de Ulises Heureaux:. El país despedazado entre caciques regionales y. finalmente. la dictadura militar del interventor. De 1887 a 1899. hasta donde les alcanzó a los mayores la memoria. el joven Zacarías no aprendió otra cosa de la historia oral que la violencia y el asesinato. acompañados de la corrupción y la bancarrota del país 10. Si la 10. Su abuelo Zacarias Espinal fue Jefe de Serenos en la capital y conoció las amenazas directas de Lilís. según cuenta Ligia Espinal
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historia fuera una línea recta que marcha en forma indetenible hacia el progreso, al joven bachiller en ciencias y letras, acabado de entrar en la carrera de derecho en la Universidad de Santo Domingo le hubiese esperado un porvenir brillante en las dos ramas del saber por donde orientó su vocación. Pero la historia personal o colectiva es significativa cuando los hechos individuales o sociales lo son y estos se presentan, casi siempre, de forma discontinua en razón de las contradicciones e intereses intersubjetivos o colectivos que pugnan, según las estrategias, por abrirse paso y hacer triunfar, por la fuerza, los objetivos que los grupos o los sujetos se han trazado para alcanzar sus deseos, aspiraciones, planes y metas. Esa lucha es encarnizada, cotidiana. donde los sujetos y los grupos de interés no duermen, vigilan a los demás y se vigilan a sí mismos, ajustan tácticas y estrategias según las últimas informaciones llegadas a los cuarteles generales. Zacarías Espinal escogió la poesía como vocación y la abrazó sacerdotalmente: la sacralizó y en la vida práctica abrazó la ideología más mortífera para un poeta: los paraísos artificiales del alcohol primero y de la morfina, después. Hay que añadir también que otra sacralización operada por Espinal fue el amor. Un análisis de las dedicatorias a las jóvenes a quienes pretendió, nos revela un rechazo por parte de las cortejadas. Se debe tener siempre presente que estamos intentando indagar en la vida y la obra de un joven de 25 a 30 años, provisto de una gran inteligencia y alta sensibilidad. enmarcado en un contexto histórico de gran desprecio por la literatura, el arte y la cultura. ¿Qué le hizo fracasar en las tres metas visibles que se propuso en la vida: ser poeta, ser amado y ser abogado? Volveré con este tema más adelante. Mota en Vínculos. Crónica de dos familias dominicanas en los albores del siglo veinte. Bossum. Holanda: First Hand. 1997.
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La tesina universitaria de Espinal ll , al igual que las ideas de Abigaíl Mejía y un grupo de intelectuales jóvenes de la época. consistió en invocar el hispanoamericanismo o el hispanismo para oponerlo a la ideología que implantó en el país la intervención militar norteamericana. Es en este contexto que debe analizarse esa política que buscaba tender un puente práctico y retórico con España para que ella y su intelectualidad se solidarizaran y apoyaran la lucha del pueblo dominicano a fin de lograr la salida sin condiciones de las tropas norteamericanas del suelo patrio. Esta táctica se entiende porque luego de la derrota de los ejércitos españoles entre 1863-65 a raíz de la anexión a España. quedó un sedimento antiespañol tan fuerte que incluso todavía hoy, aunque con menos vígor. este perdura en la sociedad dominicana y que algunos libros de texto de historia o de ensayos históricos se encargaran de encaminar para elevar el sentimiento de la nacionalidad. Este antihispanismo decayó en la era de Trujillo y resurgió con cierto vigor luego del asesinato del dictador. antihispanismo impuesto por una parte de la intelectualidad marxista llegada del exilio. Pero es en el contexto de 1901-32, es decir. en el apogeo del arielismo. que adquiere significación la tesina de Espinal y a ese período me circunscribo. 11. Un ejemplar en mal estado fue encontrado en la oficina de Federico Velázquez y Hernández. en cuyo papel con membrete fue escrita. La misma está en posesión de Ligia Espinal Mota. La hemos publicado aquí, incluso con las correcciones de nombres comunes y propios, títulos de libros y artículos hasta donde he podido hacerlo. He preferido publicar dicha tesina porque las ideas de Espinal acerca del artelismo, filosofía moral y política que adoptó, al igual que lo hizo la mayoria de la intelectualidad joven de la época. es un testimonio de los límites a que podía llegar un estudiante con la sensibilidad social y artística del poeta Espinal. Agradezco a Ligia Espinal Mota toda la ayuda que me ha prestado en el curso de la redacción de este pequeño estudio.
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Ligia Espinal cree que la tesina fue escrita entre 192627. Pienso que si fue escrita en papel con membrete de la oficina de Federico Velázquez y Hernández, alguna relación debió tener el joven estudiante de derecho con quien fuera Vicepresidente de la República en el mandato de Horacio Vásquez entre 1924 y 1926. En este último año se produce la ruptura entre los dos políticos a causa de la aprobación de la nueva Convención Dornínico-Americana. 12 Esto prueba que si Espinal frecuentaba esa oficina es muy probable que usara el papel y la máquina de escribir de ese despacho para mecanografiar la tesina y que al ocurrir la renuncia de Velázquez a la vicepresidencia, en muy malos términos, Espinal también tuviera que suspender esas visitas y olvidó la tesina en alguna gaveta. Esta conjetura coincide con la intensa actividad periodística y literaria de Espinal en el diario horacista La Opinión l3 • Para frecuentar la oficina del vicepresidente Velázquez, Espinal no necesariamente tenía que ocupar un empleo público. Es muy posible que siendo amigo y simpatizante de la causa horacista, se distanciara un poco de la política pro americana de Vásquez y su denuedo en aprobar la nueva Convención. Este rechazo renovó los brios antiimperialistas de los intelectuales, ya que algunos de los colabo12. Para estudiar la sinuosa trayectoria política de Velázquez y Hernández véase el Manual de historia dominicana de Frank Moya Pons, el tomo II del Diccionario enciclopédico dominicano, así como los libros La viña de Naboth, de Sumner Welles, Los responsables, de Víctor Medina Benet y el Diccionario histórico-biográfICo dominicano, de Rufino Martínez. 13. En la correspondencia que he mantenido con Ligia Espinal, sobrina de Zacarías y editora del único libro que ha recogido hasta ahora la mayor parte de su producción poética, ella dice que el poeta frecuentaba la oficina del vicepresidente Velázquez, se instalaba en una máquina de escribir a copiar su tesina, pero que no fue nunca empleado público, que únicamente lo fueron sus hermanos Andrés Julio y Virgilio. Los tres hermanos fueron, como es el caso de las familias de pueblos, "amigos de Virgilio Trujillo y no tanto de Rafael que era bastante mayor que ellos". (Comunicación personal, 27/3/2000).
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radores del Presidente de la República que aglutinaban núcleos intelectuales, como fueron Rafael Estrella Ureña y Luis C. Del Castillo, también se distanciaron de Vásquez y renunciaron los altos cargos burocráticos que ocupaban l4 • Si no era empleado público, la única explicación de las idas y vueltas de Zacarias a la oficina del vicepresidente Velázquez se explica porque al no tener una máquina de escribir, iba allí a usar la existente. Como hizo después con el papel y la máquina de la oficina de su amigo Virgilio Truji110 Molina, a la sazón diputado al Congreso Nacional, en cuyas hojas con membrete del cargo mecanografiaba Espinal algunos poemas (comunicación personal, 27/3/2000).15 Debido a la caída en el alcoholismo y la droga, a Espinalle era muy difícil mantener una estabilidad en cualquier puesto público o privado. La vida bohemia era incompatible con esas responsabilidades y menos a la subida de un régimen como el de Trujillo que entraba en la escena política con el pretexto de acabar con el desorden y los males de la montonera y con una ideología muy militante como banderilla de combate: modernizar el país y sustraerlo de la barbarie en la cual se encontraba l6 • 14. En su comunicación personal ya citada, Ligia Espinal precisa que efectivamente la familia [Espinal] era amiga de muchos líderes horacistas (Lico Castillo, etc.) pero más bien -o titre personnel-. Simpatizaban y eran amigos personales de Don Federico Velázquez, pero sin participar en la política, tampoco a nivel local [en San Cristóbal, DC]. Las únicas excepciones a esa actitud apolítica son, a mi entender, Andrés Julio y Virgilio que fueron empleados públicos". 15. Para un estudio de la relación de Andrés Julio Espinal, hermano de Zacarias, con Trujillo. ver su libro Tnyillo, Bosch y yo y el desafIO República Dominicana: democracia representativa versus dictadura con respaldo popular. Santo Domingo: Arte y Cine. 1970. 16. En este contexto. Ligia Espinal (comunicación personal, 27/3/2000) no piensa que Andrés Julio tratara de incorporar a su hermano al trujillismo. dado su compromiso y la influencia que le daba el cargo de secretario nacional del Partido Dominicano. Sin embargo. Ligia piensa que dadas las dotes de excelente orador que acompañaban a Zacarías. es posible que tanto Andrés Julio
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zacarías y la familia Espinal no se vieron privados de medios de vida al fallecer el padre -Rodolfo- en 1925. Andrés Julio asumió esa responsabilidad. Sin embargo, el 1926 es critico para su vida. pues ya se advierte en la redacción de la tesina y en sus artículos de critica literaria un desequilibrio sintáctico. léxico y semántico que le conduce a lirizar. con nombres estrambóticos y presumiblemente de fonética eslava. japonesa o de lenguas indoeuropeas, los discursos puramente ideológico-informativos y los poemas que publica en la prensa. Sin embargo. a partir de la sintaxis de los poemas se deduce que el desequilibrio entre escritura y pensamiento es cíclico. pues los poemas de los años 1930 al 1933. poco antes de su muerte. no presentan tantas incoherencias semánticas ni tanto empleo de palabras raras y, en su mayoría. con mayúsculas. En el capítulo 1 de la tesina. Espinal escribe: "Al mencionar a Aríel, invoco necesariamente el nombre del Maestro; del consagrado y taumaturgo apóstol del idealismo Hispano-Americano... ". y más adelante: "Invoco a José Enrique Rodó, el pensador. el Ruskin americano. argonauta que surcó en galeras mentales los mares cuajados de visiones y de horizontes imposibles... ". El poeta había peinado el Ariel de Rodó, publicado por Enrique Deschamps y su Revista Literaria en 1901: "Inspicomo Virgilio Trujillo le "estimularan a compartir la tribuna cuando estuviera "campos mentis". Esta era gente muy amistosa y leal. Pero no creo que Andrés Julio intentara convencer a Zacarias de que asumiera un rol político permanente; pienso que nunca tuvo ningún empleo real; su estilo de vida desorganizada lo impedía; ya antes de 1930 llevaba la vida de bohemio (alcohol). empeorada posteriormente por su creciente adicción a la morfina. Parece que fue una amiga francesa quien le enseñó a usar la morfina y él. admirador de Herrera y Reissig (también morfinómano) se metió de lleno en esa adicción. Creo, lamentablemente. que a partir de aproximadamente 1930 vemos un caso clásico de deterioro de un drogadicto. Lo curioso es que el inicio de la drogadicción coincide con el comienzo del trujillismo. Pero no veo relación causal".
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rada el pensador. el glÚa de almas en romper con el pico formidable del ideal las capas petrificadas de nuestro prehistórico subsuelo. aspira a hacer la renovación de los surcos viejos para plantar la simiente de una vida nueva a fm de obtener el resultado de flores nuevas y de frutos nuevos. Rodó sabe firmemente que sangre ilustre de soñadores corre a torrentes por nuestras venas; pero que allá dentro de los dominios poderosos de Calibán. Mercurio tiene las alas en los pies y aspira y lucha por el entronizamiento de la mediocridad que no conoce de belleza en la vida ni en el Arte". También Espinal sabía por haberlo estudiado muy bien en Rodó que las compuertas de la sociedad dominicana se habían abierto de par en par. con la ocupación militar norteamericana. a los designios de Calibán y Mercurio: "Sabe Rodó. que así como en la Ciencia. las leyes y los principios de mecánica han hecho posible los inventos en el industrialismo moderno. democratizando la humanidad y nivelando los hogares en igualdad de proporciones. ha despertado en el hombre ese sentimiento aurívoro libertando procaces ambiciones y siniestros apetitos para hacer materiales los afectos. vender las ideas, cotizar el sentimentalismo y quebrantarle las alas al espíritu". Entre 1926 y 1930. fecha en que Espinal escribía con plena conciencia estas líneas directrices de su posición política, esta situación de denuncia no hizo más que agravarse y los grupos intelectuales que adversaron al horacismo creyeron llegado el momento de la aparición de un mesías que. con mano fuerte, enderezara y regenerara el país, sin necesidad de abolir las libertades públicas. Luego de una mascarada en la cual los intelectuales creyeron que dominarían y domarían la Bestia de Rodó. Trujillo les hizo el juego y se quedó con el poder absoluto, les aplastó y duró 31 años en el poder: "Sabe también [Rodó] que la incipiente autocracia del dallar, hija legítima del mercurialismo moderno desdeña amargamente al lirismo y a la inteligencia. rompiendo con el férreo tacón de sus botas el prisma tornasolado de la Estética. Todo
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eso lo sabe Rodó; sabe el porvenir de la América Latina; sabe que espesas nubes de siniestra negrura amenazan con desaparecer la radiante fulguración de su cielo impecable; que inmensas ráfagas se acercan con bridas [¿bríos? DC] de aquilón; que la lucha será gigantesca y el embate [¿combate?, DC] decisivo porque en su invocación a Ariel, desde la cúspide escarpada de un remoto Athasy, le habla como a un nuevo David la voz profética anunciando el lugar que ha predestinado el porvenir para los pueblos hispánicos". Espinal manifiesta, en el último párrafo del capítulo 1de su tesina, el racionalismo optimista del sentido de la historia y su ideología del progreso: "Cierto que los pueblos de América. no obstante haber tenido su momento de duda harnlética; su abatimiento y sudor de sangre en la agonia redentora de Gethsemaní; de haber soportado con resuelta abnegación el bárbaro sacrificio que los indujo a ser fácil plasmo maleable a todo género de expoliación, han condensado 'en un siglo de vida varios siglos de historia' y gracias a la remadelación colectiva que ha efectuado con vertiginosa rapidez la civilización. la paradoja de su conturbado espíritu se abre hayal porvenir, como una rosa de aurora en su horizonte de luminosas perspectivas". Nadie duda que la redacción de estas ideas no es el producto de una mente lúcida. Sin embargo, postulo que el sucedido del 23 de febrero de 1930 hundirá al poeta Espinal en el abismo de la noche negra de la cual no pudo salir porque las expectativas políticas de respeto a la supremacía de las excelencias morales, políticas y artísticas trazadas en esta tesina sufrieron un colapso total con la llegada abrupta de Trujillo al poderl?o 17. El echarse en brazos de la vida bohemia con el círculo vicioso que implica el trípode alcohol, droga y prostitución no se explica única y exclusivamente a través de la sacralización de la literatura. sino que hay también anejo un rechazo del mundo político y social imperante. el cual se rechaza en bloque como imposibilidad de materialización de los ideales de justicia. igualdad y felicidad.
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Es posible que el poeta se sumiera en una profunda depresión que solamente el alcohol y la morfina podían traerle, de vez en cuando, a la realidad de la vida, para luego, volver a caer en el estado cíclico de esa depresión en que perdió los objetos más sagrados para él: la poesía, el amor y el derecho. No solamente en los poemas y artículos se observa esta sacralización de la poesía y del arte. Ligia Espinal (comunicación personal del 27/3/2000) confirma que Zacarías abrazó la poesía como un sacerdocio." Zacarías escribe que "se ejerce un sublime apostolado" al querer renovar la literatura. Me parece que antes de la droga, Zacarías se consideraba parte de la "juventud que [presume] de intelectual en el país" y aspiraba a un papel influyente en la vida literaria. En sus ensayos y críticas lo encuentro combativo y buscando la polémica en revistas literarias. Después de la droga... se calla su voz en el debate literario escrito". Ligia Espinal (comunicación personal, 28/3/2000), me confirma que hubo, en la vida de Zacarías, una "historia de amores truncados. Efectivamente muy jovencitos, se enamoraron él y una mucha de San Cristóbal de familia amiga. (oo.) Ya se perfIlaba el estilo de vida bohemio y desorganizado de Zacarías y los padres (¡de ambos!) se opusieron a los amores. (oo.) La pareja se resignó, y después la joven se casó con otro señor y llevó una vida muy cóAunque Andrés Julio. hermano de Zacarías, se aviniera desde el mismo 1930 a respaldar el proyecto de Trujillo -y ocupó de inmediato el cargo de "prímer secretario del Partido Dominicano a nivel nacional" (comunicación personal ya citada), eso no invalida lo que está sucediendo en el consciente e inconsciente de Zacarías, quien llega a sacralizar el ideal arielista y a su creador Rodó, colocándose en posición privilegiada de iluminado junto a dos intelectuales más: "estoy profundamente persuadido [de] que sin la palanca de Julio A. Cuello, sin la de Prats-Ramirez y sin la mia, la juventud que presuma de intelectual en el país, salvo una que otra acepción (sic), fuera errante caravana perdida en el desierto de la ignorancia y la desolación". (Art. citado, en La Opinión).
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moda y normal. Zacarías siempre la siguió queriendo". En efecto, un primo de Zacarías. Tomás EspinaL actualmente residente en San CristóbaL me ha suministrado el nombre de esa novia: Rosa Angélica Pereyra Saladín Nunga-. Pero Tomás difiere de su prima Ligia en cuanto a que por acuerdo de los padres de los novios. aquellos amores terminaron en razón de la vida bohemia de Zacarías. En conversación personal por teléfono, Tomás Espinal me aseguró que existió un cuaderno de poemas dedicados por Zacarias a Rosa Angélica. pero al parecer dicho cuaderno desapareció o está extraviado desde la muerte del poeta, ya que le fue entregado a la novia. En el libro de Ligia Espinal no hemos encontrado ningún poema dedicado a esta novia sancristobalense. Tomás Espinal me asegura, no obstante, que Zacarías dejó descendencia. Cuando le formulé a Ligia Espinal mi conjetura de este triple fracaso. respondió que su padre Andrés Julio y Zacarías fueron los únicos que hicieron estudios universitarios. En efecto, Zacarías estudiaba derecho y "en un papelito muy manoseado escribe muchos años después (creo que en 1933) con una letra rara e irregular que indica la influencia de la droga: "Por lo visto doy perdido este segundo año. y primero a la vez. del Derecho Torcido, porque me sobró 'dinero' al decir de Tolstoy". (Comunicación ya citada).
3. Las ideas literarías
Si se siguiera a pie juntilla la evolución de las lecturas del joven Espinal a través de los comentarios que sobre diferentes libros que a su edad consideró como valiosos, se comprobará no solamente el tipo de literatura que él leía, sino también los libros que circulaban en nuestra sociedad para aquella época. Incluso, muchos de los autores que Espinal cita, aparecen deformados en su ortografía cuando salen publica-
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dos nombres y obras en revistas y periódicos. También puede tratarse de una tipografía de época, ya que no había homologación internacional de nombres propios, tal como aparecen hoy en los manuales de estilo para periodistas, publicados por los grandes diarios del mundo. Nombres de escritores y titulas de obras citados en los articulas escritos por Espinal merecen por sí solos un trabajo de rectificación y de explicación cultural a fm de mostrar hasta dónde podía o no llegar la juventud intelectual y estudiosa en los primeros treinta años del siglo XX 18 • Los prólogos de Espinal al libro de Pedro L. Vergés Vidal titulado Suspiros líricosl 9 y el del libro de Monteagudo ya citado, así como el artículo sobre el libro de Piñeyro forman, en torno a la literatura y su valor, una unidad de ideas supeditada a las nociones tradicionales sobre la poesía. La diferencia con los autores eruditos radica en que Espinal pone en operación una estrategia retórica de barricada cabalmente asimilada al discurso de Vargas Vila. Ese desfogarse en el ataque es propio de la rebeldía de la juventud que desea hacer tabla rasa del poder literario emplazado y no atina a dar en el blanco. Es una rebelión que refuerza el poder literario, ya que Espinal y sus adversarios tienen las mismas concepciones literarias, pero cada cual ignora al otro. La retórica grandilocuente empleada por Espinal para valorar a sus amigos poetas es la misma que usan sus ad18. Para conocer los planes y programas de estudios autorizados por la ley de 1895. bajo los cuales estudió. sin duda, Espinal, véase la lista de materias que debió cursar desde primaria hasta bachillerato -salvo que no se agregaran asignaturas nuevas bajo la intervención militar norteamericana de 1916-24-: en Ramón Morrison. Historia de la educación en la República Dominicana. Desde sus más remotos orígenes hasta 1900. Santo Domingo: Editora Taller. s.f.. pp. 235-51. 19. Publicado en La Opinión, volumen 15 No. 133 del 22 de agosto de 1925.
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versarios para valorar a los parciales. Se trata de un protocolo de época. Si se compara la diatriba de la Tebaida líTica de Balaguer contra sus adversarios, se comprueba que es, también en Espinal, el mismo discurso irreverente, infatuado y muy seguro de sí mismo; deseoso de llevarse el mundo de encuentro. pero completamente ajeno a la especificidad literaria y el combate parece situarse en el terreno de lo político. pero sin decir su nombre. Son los señores dueños de los altos puestos burocráticos quienes dominan el terreno de lo literario y la juventud pugna por desplazarles y les hace objeto de la condena más enérgica y de la más amarga ira. incluso de un odio visceral. El cuerpo de nociones tradicionales se haya también en artículos como "El canciller y poeta Daría Galvao"20, en el cual Espinal reproduce un soneto y dos fragmentos de otros poemas en francés. lo que prueba que si no hablaba ese idioma al menos lo leía muy bien. Aunque el poema no tiene título, uno supone -sería absurdo que fuera de otro modo- que pertenece a Galvao. al igual que los otros dos ejemplos. Pero también si es brasileño. ¿por qué están en francés y no en portugUés? Manuel Zacarías Espinal no vivió el tiempo necesario para madurar intelectualmente, tanto desde el punto de vista conceptual como desde el punto de vista de la práctica poética. Los acontecimientos sociales que se produjeron en 1930 hundieron aquella vida en el abismo de una noche oscura de la cual no pudo salir jamás. Como no maduraron los poetas que a su muerte se dolieron amargamente de su partida y que le reconocieron como a su inspirador más preparado. 21 20. Publicado en La Opinión, volumen 18 No. 181 del 24 de julio de 1926. 21. También publicados en La Opinión. Estos artículos y poemas son de T. Adán Lapaix Valdés. Nilo H. Soto. A. Felino Vicioso. Salvador E. Suazo, hijo. Hungría Lovelace y Hernani García Alardo.
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4. El amor dentro y fuera del poema En algunos poemas de Espinal, y fuera de ellos -lo que denomino discurso extraliterario, es decir, las dedicatorias. los epígrafes o exergos- existe una concepción del amor. Como el yo biográfico del autor y el yo de la escritura no son idénticos. sino que existe una relación inextricable entre ellos. difícil de identificar -yen el caso de que tal asunto pudiera hacerse. no tendría pertinencia puesto que entonces el poema sería ideología-o el estudio del amor como biografía del poeta Espinal podría encararse a través de las dedicatorias y el auxilio de la historia oral sobre su vida. transmitida por la tradición familiar. Sin embargo. el estudio acerca de la concepción explícita o implícita del amor en los sentidos de los poemas pertenece a una dimensión del imaginario social. En este imaginario se entrecruzan ideologías. creencias, deseos, sueños. ¿Cómo cristaliza el amor en los poemas de Espinal y cómo pasan al poema las prácticas y experiencias amorosas en tanto dominio de la biografía del poeta? Como dominio vital. están las dedicatorias de poemas a varias mujeres de carne y hueso. En el libro de Ligia EspinaP2. sobrina del poeta, el primer ejemplo se encuentra en el poema "Ofertorio", fechado en la capital, crepúsculo del día 2 de julio de 1927 (p. 21) Ydice: "A Sirena... la imposible". Un nombre cambiado por una metáfora ictiológica. tan vieja como Homero y la mitología griega. pero en la oralidad perdida sólo el poeta y la amada despreciativa conocen su respectiva identidad. Recopilados por Ligia Espinal de Hoetink. Ilustraciones de Eligio Pichardo. Edición privada, 1961. En esta obra se da como fecha de nacimiento del poeta. el año 190 l. En su comunicación personal, Ligia corrige el año. dando el 1902. y el de la muerte queda sin cambio. 1933. 22. Manuel Zacarías Espinal: Poemas.
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En "La huella fraternal" (p. 24), la dedicatoria es un llamado insistente para que la amada sepa que a ella. y sólo a ella, están dirigidos esos versos llenos de angustia: "A toi, Juliette, a toe. Y en francés, según el mito romántico que afirma que ese es el idioma del amor. En "Desde muy adentro". fechado en abril de 1931 (p. 26), la dedicatoria dice así: "Para la inteligentísima y culta Nuestra Señora de las hondas susceptibilidades estéticas, María Luísa Alemany. Muy devotamente. M. Z. E.". En agosto de ese mismo año, el poeta vuelve a la carga con otro poema "La canción de tus collares", p. 27. dedicado a María Luísa Alemany: "Con tu atavio pavoroso, /lleno de piedras, /brazaletes y collares. J.H.R."23. Esta dedicatoria contrasta con la anterior, donde la dama es valorada hiperbólicamente, mientras que en este último poema la desvaloriza como proclive a lo falso y la insensibilidad: "mientras que en el vellón de tu garganta/tu azulado collar suspira y canta/la canción de la vida y de la ausencia... ". Hay un ciclo de poemas escritos en San Cristóbal y otro ciclo de poemas escritos en la capital. El que lleva por título "zaida Nivar" es el primero en el libro de Ligia Espinal. Es un nombre y un homenaje. sin necesidad de dedicatoria. Similar a los medallones de los álbumes de las señoritas elegantes. alaban tales poemas las virtudes y la belleza de la dama cortejada o admirada: "zaida: por todo eso yo te ofrezco / el lirio de mi sueño siempre fresco/y el perfume sutil de mi poesía." El texto de ciclo San CristóbaL "Para ti", dedicado a Rebeca Sarinas, es distinto a la levedad expresionista de las dedicatorias galantes. Aquí el poeta se siente herido por la amada que no llevó hasta las últimas consecuencias la promesa de amarle hasta la muerte: "Oh, Rebeca, y si el alma triste/del poeta doliente, a quien le diste/un amargo desdén, cantar pudiera,/fOljara para ti suaves 23. Iniciales de Julio Herrera y Reissig, el poeta sacralizado por Zacarias Espinal.
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canciones,/un arpegio ideal, una quimera/en el hilo de muchas ilusiones." El canto a este amor no es igual a los anteriores. El yo es biografía, ideología del amor-pasión, donde parece encontrarse el desengaño amoroso. El trovador hubiera esperado su salvación en un gesto de la bella, el cual no se produjo porque la realidad es más fuerte que la ficción. Y la realidad manda poblar los caminos y con un poeta desorganizado y dado a la bohemia eso no se puede. Aquí empalma entonces la profundización del amor vivido como tragedia por el poeta. El poeta va de una dama a otra. En "Exultación" (p. 42), la dedicatoria es a Anayberka 24 , nombre de un personaje de novela rosa de los años 30 y que se hizo muy común en Santo Domingo. El texto no supera la ideología clásica del amor (mitología griega), pero forma parte de la exaltación de las virtudes y la belleza de las mujeres que, de una forma u otra, entran en relación con el poeta. Un poema, titulado "Tus ojeras", escrito en el parque Colón un 9 de agosto de 1931 a las 9:20 de la mañana, revela el deterioro cerebral del poeta. Dedicado en francés con las tres veces "A toi, Any.. .", no existe razón para creer que se trata de alguna dama distinta a Anayberka. Los nombres raros, con vaga fonética oriental, asuelan el soneto, forma preferida del poeta. En "La lección de Buti", pequeño poema en prosa al estilo de los esplines de Baudelaire al igual que "Verso l'eterna dimora" (título italiano que puede traducirse por "Hacia la morada eterna", un poco Dante y Petrarca), o, "Ulema-Tosska", asisitimos a la última dedicatoria del poemario de Ligia Espinal: "A la dulce Ivonne". ¿Es esta la francesa que le inició en el mundo de la morfina? ¿O fue la Juliette de la dedicatoria de "La huella fraternal?" Mi conjetura se inclina a Ivonne, puesto que la experiencia amorosa es pura descripción de las acciones de Juliette. En cambio, en "La lección de Butí" hay una ex24. En ocasiones he visto ese nombre escrito como Anaibelca.
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periencia intersubjetiva entre el poeta y la amada. Pero, ¿hasta dónde es válido ir, en la ficción, del yo de la escritura al yo biográfico para extraer afirmaciones tan concluyentes? Se puede entrar en este terreno si se demuestra que el yo del poema y el yo del autor son la misma cosa, o sea, que pueden ser cambiables. En esta situación, el poema es ideología, lo cual implica que no transforma las ideologías de época: no está escrito contra el yo del autor, contra la poesía que encontró en su tiempo ni contra las ideologías de su época. En estos poemas amorosos de Espinal el concepto del amor es el fundado en Occidente por los trovadores: el amor-pasión. Existen zonas de incomunicación enorme al usar, progresivamente, una cantidad exagerada de combinación de palabras raras de vaga procedencia eslava u oriental. A veces tales combinaciones producen la impresión de que el poeta inventó una jerga para uso personal. Aunque nada hay dentro del discurso que no tenga sentido, con lo que el analista tiene que dar es con la lógica que usó Espinal para fundar dicha jerga, si es que no estamos en presencia de un idiolecto construido conforme a retruécanos, juegos de palabra y trabalenguas cuyas sílabas se combinan entre sí en un momento de delirio producido por la morfina. Pero también, y habría que probarlo, el poeta pudo crear ese idiolecto como un procedimiento lúdico propio del estadio infantil donde los niños inventan palabras combinando sílabas que les quitan a diferentes vocablos. Esa pudo ser una forma de huir a la realidad tan agobiante frente a su triple fracaso. Me lleva a formular esto como hipótesis el hecho de que no hay en la escritura de Espinal un punto de no retorno en su "locura" narcótica. Escribió poemas de gran lucidez y sin usar palabras de la jerga o del idiolecto tanto en los años 20 como al final de su vida entre 1930 y 1933. Siguiendo el texto de 1961, examino ahora los epígrafes o textos externos al semantismo de los poemas don-
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de aparecen. Para Jean Ricardou, un epígrafe no es un adorno cultural, sino que anuncia "una clara función productora" en la escritura25 o una transformación prosódica, en términos de Henri Meschonnic 26 • En "Horóscopo", de abril de 1928, tal texto está escrito en francés: "Les poetes surtout s'intimídent. lorsque je me déshabi-
He... ! ¡Los poetas se intimidan sobre todo cuando me desnudo! Habla, por supuesto, un sujeto femenino. La referencia de su discurso está en Hugo. Él escribió que la mujer desnuda es la mujer armada. ¿Y quién, inerme, no le tiene miedo al arma de la desnudez? En "Los epónimos", escrito para un concurso en tomo a la batalla del 19 de Marro de 1844, el lema inscrito en el poema es: Pero la Historia habla apasionadamente. En "Paso a los héroes máximos", también escrito con igual motivo, el lema fue: Yo sentí las angustias de la Patria. Ambos textos están fechados el 19 de marro de 1932. Ni una sola referencia a mitologías orientales o eslavas, contrario a lo que sucede en "La glicera", escrito en mayo de 1932 Si Espinal hubiera utilizado su idiolecto o jerga mitológica para cantar, en un concurso cuyos jueces eran los guardianes del trujillismo, se hubiera visto en problemas al blasfemar contra una fecha tan "sagrada" como la que apuntaló en Azua la independencia de 1844. De ahí que postulo que no hubo ni siquiera inicio de locura en Espinal, sino abandono total de su persona ante la pérdida de los objetos de amor que significaron, en un momento, su propia vida. En el poema "Ramón Antonio Abad Méndez", fechado en agosto de 1932, el epígrafe dice lo siguiente: Sus palmas abrió para el cifl.igído, y sus manos extendió para el menesteroso. Muy emparentado con un versículo del Evangelio, el texto desarrolla, con el léxico orientalista 25. Pour une théorie du nouveau romano París: Colección "Tel
Que}" au Seuil. 1971, p.124. 26.
Critique du rythme. Anthropologie historique du langage.
Lagrasse. Francia: Verdier. 1982.
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-Ramayana, haggo bizantino y otros vocablos construidos ex profeso- una semblanza de la personalidad de Abad Méndez, al parecer un mecenas provincial. Dos poemas de 1933, apenas cuatro meses antes de morir, el que tiene el título baudeleriano de "A una desconocida", escrito en San Pedro de Macoris, y "Arquímedes Pérez Cabral", que rinde homenaje al poeta de esa ciudad, carecen completamente de la jerga mitológica. En cambio, en "La bestia", sin fecha, el poeta reinicia su jerga. Pero lo que interesa, ahora, es el epígrafe: El pecado te asecha y te condena. Un pequeño programa que desarrolla la escritura poética: cantar al abismo y hundirse con él, tal como está dicho en "Agonías de distancia", escrito en la capital en abril de 1928. Su epígrafe está en francés: PZonger au fond du gouIfre, / enfer ou ciel, qu'importe... ?/ Au fond de Z'inconnu pour/trouver du nouveau? Firmado: Paul Verlaine. 27 Pacta del gusto de los parias sociales, sobre todo de los excluidos del mundo a causa de su arte. Que el poema que Espinal está escribiendo en ese momento en que usa conscientemente el epígrafe de Verlaine, esté lleno de los términos de su idiolecto mítico y místico prueba que él creía que renovaba la poesía de su tiempo con el empleo de este procedimiento. ¿Es nuevo el sentido del sinsentido de ese idiolecto? Que no hayamos sido capaces de descifrarlo, como hizo Champollion con los jeroglíficos inscritos en la piedra de Roseta, es un reto y ese desafío nos dice que hay una incapacidad. El tono de "Verso l'eterna dimora" es el mismo de "Para ti" (dedicado a Rebeca Barinas). Es el llanto por el amor perdido, al cual el amante seguirá amando hasta la 27. Por una confusión de Zacarías Espinal, este epígrafe aparece como de Paul Verlaine, siendo en realidad de Charles Baudelaide y se encuentra en la estrofa final del poema "La muerte de los artistas", incluido en LasjIores del mal, Obras completas. t. 1. París: Plei:ade. Ed. Gallimard, 1975, p.134.
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eternidad. Poema publicado en La Opinión del 20 de febrero de 1926, la dedicatoria está en italiano: Torna indiestro o impaziente Poeta, / Perché non ancore ni tono ornata dei miei colori pui belle... Regresa incapaz oh impaciente poeta, /Porque todavía no puedes adornarme con mis colores más hermosos-. Es la amada quien habla, Laura o Francisca de Rímini, poco importa. Aquí es el poeta que ha sido herido por el desdén de la bella: "Nuestras vidas discurren a la misma distancia; ... sí, bien que nos abrace una misma tierra y nos queme un mismo sol... Ella quizá no sabe, ni sospecha aún que yo la amo; ... es verdad; pero para ella, el amor mío durará lo que dura mi existencia... " [Ligia, p. 85) ¿No es el dolor causado por el amor no declarado del poeta a otra mujer? En "Ulema-Tosska", escrito en la capital en 1925, el título contiene dos palabras extrañas, propias del idiolecto del poeta. Está escrito en el mismo tono de "Hacia la morada eterna", llanto y súplica del amado a la amada a fin de que atienda el llamado que le hace desde la desnudez de amor en que se encuentra en plena calle. El epígrafe es reminiscencia del posmodernismo: RE de Alto-Azul. Es como si el poeta dijera "poema sinfónico en re desde lo más alto del azul, es decir, del Empíreo. El gusto del poeta por las palabras raras viene de lejos, actividad que no cesará hasta su muerte.
Vigil Díaz
GÓNDOLAS 1
l. Imprenta La Cuna de América - Vda. de Roques y Cía. Santo Domingo. 1912.
Para ti, ebúrnea risa de los mares de "Chipre", donde la epifanía de la "Belleza" }Ue... A las paganas Majestades de Paul Verlaine, Jean Lorrain y Osear Wilde. A la finísima y transparente copa espiritual del eminente Doctor Salvador B. Gautier, cuyas facetas }Ulgen como lapidada rosa de Germania. A Monseñor el "Deseo".
A la fina garra de tus hechizos, que como despiadada rosa, me sangra y perfuma... Al enigma de luz de tus ojos, que son estrellas en noche primaveral; a la gloria de la sonrisa ingrávida, única, que saben tus bellísimos y perfumados labios en flor. .. A Mademoiselle Aida Babot Díaz, mortalmente enferma de misterios azules...
EN EL PROPÍLEO A Ricardo Sánchez L.. mi hermano en bordón y azul de "Pro Psiquis ..... y al sutil cuentista Luis A. Abreu (Conde DaniloJ. múltiple y exquisito.
Amo la vida. que me hace tangir la dicha en la rruyer; y deseo la mI4er; francamente. humanamente. y mi amor inconmensurable. hierve y se expande al soplo candente del genio de la especie.
L.A.A.
Si eres de aquellos que suplicaban en el atrio del templo. les dejasen negociar el vino simbólico y los panes ácimos por pedazos de carne corrompida. ¡márchate!. .. no vayas a manchar el marmóreo pavimento. con la sangre que destila de tus garfios... Como el exergo de una medalla cesárea. grabada tienes en la frente cretina: ¡mercader!. .. márchate... si no 75
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quieres que te sangre el dorso fajedéntico, con la recta cordatura de mi verbo indignado: ¡retírate, carroña! ¡carrona.... Por todos tus rebaños no cambiaré el más amorfo de mis mármoles; guarda tu oro, con él no podrás comprar la menos bella de mis estatuitas... Si eres bárbaro, político o guerrero, aviéntate también, pues debes tener hediondo el velludo cuerpo y corrompida el alma: en Esparta y Roma adoraban a Marte, en Atenas le odiaban por grosero y brutal!. .. mas, si eres capaz de ofrendar a la Emperatriz inmortal, blancas palomas y ánforas de perfume, cálzate las azules sandalias, yarrodíllate en el peristilo: -¡vaya oficiar!. .. Arrodíllate, que abierto está el áureo tabernáculo que guarda en sus pánidas entrañas, la helénica oblación espiritual; nada te importe que la hora sea propicia o no a la perpetración del exquisito gesto apolíneo, pues mientras la flauta tiemble emocionada bajo el labio votivo, las melodías dilatarán sus ondas exultatorias. Para ti, "Mujer~, ágiles cariátides, sostienen, como una ofrenda, sobre la firmeza de sus pálidas testas, el templo bajo cuyas serenas arcadas, zumban las polícromas cantárides del "Deseo~; el "Amor~ teje guirnaldas de mirtos y bosques de pámpanos en los corintios frisos de las pentélicas columnas, en cuya complicada urdimbre, enardecidas cantan las melómanas cigarras su cálida canción estival, fermenta la rubia vid, y "Baco~, el pandémono, flagela con tirsos florecidos, al grito de ¡evohé! ievohé~ . los armónicos flancos de las ebrias y jocundas bacantes . Para ti, Diosa inmortal, arden y crepitan en los enjoyados pebeteros, con ansias de aromarte en columnas vaporosas, las más embriagantes resinas del Oriente; y en las cinceladas cráteras ávido aguarda el perfumado mosto, las ledas caricias de tus purpúreos labios... Todo para ti, bellísima Samaritana, porque tienes para el "Zíngaro~ extraviado, en las pupilas jettatoras de la
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"Quimera", sedátil rapsodia que calma su honda e incurable tristeza, su divina locura ... todo para ti, amable "Samaritana", porque tienes siempre para los altos y complicados quebrantos del poeta, cálices plenos de miel y de perfume, la misericordia de un letárgico y solitario remanso, o el bálsamo uncitiva de una sonrisa y de un beso... Tú, que como el "Jano Bifronte" que se erecta en las colinas del "Janículo", miras con unos ojos hacia Oriente, hacia la vida dionisíaca y luminosa, hacia el amor loco y nephente; y con los otros fijos en el Occidente, asombrada y estática, anestesiada en la inconsciencia perdonable de tus daños, me señalas la agonía melancólica del crepúsculo, a la "Esfinge" que, contraído el ceño pétreo, encabritados los erectos pechos, hundida la tibia grupa, las despiadadas zarpas en la candente arena, lamiéndose las fauces insaciables, sombría y misteriosa, vela yacente a la entrada de la muerte! Para ti, Afrodita, que como Ganimedes, el precioso copero de la fábula mítica, me brindas en el festín de la vida, la copa del licor luminoso y turbador que atenúa las asperezas de la lucha: las ondas miríficas y piadosas de armiño y rubí, donde poder reclinar la fatigada cabeza cargada de brumas; yen el trance doloroso, me alentarás, perfumándome el espíritu y la mano que entregue el óbolo al "Barquero fatal"! ... Por todo esto y más... que guardan mis labios, te amo y adoro intensamente, raramente! ... Nada me inquieta saber de dónde vienes, ni hacia dónde vas. Si eres almizclada rubia, bronceada bayadera o rubia Walkiria de las orillas del azul romántico Rhin. Si eres casta panatglia o loca Astartea: si eres de Corinto o de Amatontes. Para mí lo mismo es Santa Teresa de Jesús que Safo; la arrepentida de "Magdala", que Belkis o la sádica Salomé, musicando sus crótalos y ajorcas, al compás de la danza lúbrica, bajo el plafón azul del "Tetrarca" de Galilea. Solo ambiciono la euritmia preclara y
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triunfadora de la diabólica Frine, la belleza impecable de Rodopa o la frágil gracilidad, la perversidad juvenil de la innúbil Melitta de Pathfos... Te adoro, Afrodida, porque el Espíritu Santo está hecho a imagen de tus inmortales distintivos; te adoro, en fm, porque Jesucristo tuvo para ti una predilección gloriosa, divinizando tu sexo!. .. ¡Magdalena... ! ¡Magdalena... ! el poema de tu amor, exquisitmente enfermo, nació en la mística palidez del divino lirio galileo!. ..
¡SED TRISTE!. .. A este perfumado trébol lúico: Rafael O. Galván, Enrique Henríquez y Osvaldo Bazil... y a Juan Salvador Durán, verdadero evocador de las empenachadas leyendas medioevales.
Sobre la onda misteriosa de la Tristeza, boga la espuma azul del Ideal!. .. Amo las tardes, porque sus crepúsculos son tristes! ... La negra góndola que se desliza suavemente sobre los glaucos canales de "Venecia"; la garza que a la hora del tramonto, en el letárgico remanso medita sobre un junco, y los restos mortales de las naves, sobre el blanco sudario de la playa: también son tristes! ... Triste es la noche, la luna, las estrellas, la infinita serenidad del espacio, y el deseo torturador del "Imposible!" Triste es la queja del poeta, y el beso del amante al partir. Melancólico es el canto del búcaro en la dilatada pampa solitaria, y enigmáticamente triste es el cisne: eterno enamorado del tranquilo estanque! ... Si queréis que os ame, Señora, sed triste!. .. 79
TERNO LÍRICO A la virtuosidad apolÚlea del gran líróforo Primitivo Herrera.
Cuando posó -gentilmente- su fina y pálida mano de Lorelay. en mi mano. sentí la caricia tibia y leda de las plumas más tiernas que se abrigan bajo las alas de los cisnes adolescentes. y dije al Poeta: -¡son lirios!. .. y toda Ella. un blanco nenúfar dormido en el fondo de una copa nielada.
* * * y vi bogado. en las enigmáticas lejanías de las raras esmeraldas de sus ojos. góndolas ducales. desbordantes de ensueños y melancolías. y dije al Poeta: -¡es ambrosía!. .. y su voz. el tono de un bandolín en re menor. en una noche de románticas fiestas. de rayos de luna y citas de amor.
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* * * El poeta hizo un signo de negación, e inclinando los párpados bajo el peso lírico de algo más bello, que súbitamente su fantasía creó, díjome: -Ella es divina, olímpica; es la estela sutil de un ánade en las aguas tranquilas de un estanque; es un filtro hecho de sangre de fUbíes y zafiros de estirpe real; es el ala fugitiva de un ensueño, rozando un alma de poesía; es mi religión, es mi Dios! ...
VADE-MECUM Todo deseo es un dolor. Buda el sabio. (Imitación de Baudelaire)
a Rafael Damirón, poeta, escritor y novelista; y a Arquímedes Cruz Álvarez, artista ateniense.
¡Déjame mirar largo tiempo. muy largo tiempo tus negros y profundos ojos, y saciar a la sombra de sus largas pestañas. toda la sed que tengo de ellos!. .. ¡Si supieras todo lo que veo. todo lo que presiento. todo lo que adivino en su honda obscuridad!. .. Mi alma cruza lentamente sobre el negro cristal misterioso de tus ojos. como el alma del divino da Vinci cruzaba sobre el enigma del color; ¡lentamente. intensamente!. .. Tus ojos son mares, cuyas olas me llevan a blandas riberas de ensueños... y de esperanzas!. .. 83
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Son soles plenos de fuego, soles que me abrasan... y a veces, frescas cisternas donde abreva la sitibunda y fatigada caravana de mis infinitas tristezas!. .. Tus ojos son el torrente bordado y el suave remanso. Yo veo en ellos expandirse el calor: en su raro nerviosismo, persigo las corzas fugitivas de tus desdenes: languideces enigmáticas, voluptuosidades exquisitas! ... Ódiame si te place -mi bello marfil enlutado- ódiame si te place, pero déjame mirar largo tiempo, muy largo tiempo... tus negros y profundos ojos!. ..
EL ELOGIO DE LA GITANA A los mirrados espíritus de Pérez Alfonseca y Julio A. Piñeyro. Al orientalista Arturo Logroño.
¡Gitana... ! Tu boca es una grana perfumada... Tu boca embriaga como ánfora de añejo Chipre perfumado! Tu boca es un coágulo de púrpura tiriana; y tus labios destilan un jugo más mortal que el veneno de los escporpiones. ¡Gitana... ! Tu cuerpo moreno aroma como cedros y caobas milenarios... ; cuando besan tus labios empozoñan como crótalos tus besos... Tus labios son dos malditos claveles impregnados del fresco rocío de la aurora. dos capitosos deseos salomónicos!. .. ¡Gitana... !
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Tu voz polífona, melódica, trágica, sedátil, es recio malestrón o murmullo de estanque en noches de amores misteriosos y románticos... Cuando el venenoso reptil de tu cuerpo bronceado. se estremece y ondula en espasmos voluptuosos, qué bellamente silba, el áspid de Cleopatra, su imperativo reclamo!; cómo musicaliza el blando céfiro, su tierna canción en las sedas azules de tus velámenes! ... Cómo croan tus amuletos, talismanes y falsos relica. nos.... Cómo rutilan tus brazaletes y pesados collares! ... Cómo se hincha tu garganta suave y torneada como un ánfora jónica!. .. Cómo tiemblas. desbridada, cuando te acaricio los dorados copones palpitantes -que cual Ledala del Mitobrindas a tu cisne enamorado! ... Cómo se desmayan y agonizan mis ojos. embriagados en la penumbra nigromántica de tus ojos berberiscos... todo ... por las hábiles caricias de tus ambarinas manos enjoyadas!. .. Cómo se arden en la plancha cadente del connubio. las rojas cintas de tus labios de gitana!. .. ¡Gitana... ! Tus labios dan la muerte cuando besan. déjame morir mil veces, por la muerte de tus labios!. .. ¡Camelleros... ! ¡Camelleros... ! ... en marcha. que ya amanece.
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PASTILLA DE OPIO Al ilustre estratego y apolonida Alejandro Woss y Gil, hombre de guerra, de ciencias y de arte... ya Fabio FiaUo, Aeda.
Soy como la sensitiva, que se desmaya y torna a desmayarse, cuando cruza una nube sobre su breve corola perfumdada: así decía Rubí, tendida de bruces, fina y mórbida como un animal de placer: en esa postura voluptuosa, incitante, felina, con que Krisis, la galilea, en su lecho perfumado, perforaba el mullido almohadón con un alfiler de oro. Con el pelo en desbordante tropel de ondas rutilantes y sedosas, sobre el paro impecable de la espalda, y la nariz dilatada y palpitante al aspirar el perfume capitoso de las rosas y lirios que se desmayaban, eclosionados en los ágiles y polícromos búcaros chinescos, con detención intensa y somnolenta, observaba el tono azul de los estucos, o la columna de humo, del alcaloide crepitante, que ascendía, para morir en funambulescas contorsiones, al besar las curvas espumosas del mosquitero, recogido con gracia y abandono fe87
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menino, por dos anudados y hermosos lazos rojos ... y pensaba: La humanidad es vulgar, hiriente. ¡Nada nuevo, siempre lo mismo!. .. Amemos vidas desconocidas, egoístas, si se quiere, pues no es el fariseísmo o la hipocresía, sino el superior instinto quien reclama el secreto de la voluptuosidad... Amar como todos es bochornoso. Alcibíades le mutiló la felpuda cola a su hermano perro, por el placer de extraviar la opinión: la elegancia de su exquisita sensibilidad le impedía disfrutar nada que fuese del agrado del público... ¿Y por qué no ser así, ya que todos aman por necesidad orgánica, yo por refinado y extraño placer? .. Por el placer y para el raro placer vivo... ¡Soy epicúrea!. .. En esto lloró su hijo, que era sonrosado y precioso como un caracol; tendióle los lácteos y torneados brazos, maternalmente; y él, junto al ebúrneo seno izquierdo, y ella, hundida como una perla, en la blancura pascual de los frescos almohadones de lino, se quedaron dormidos... y soñó: -Con el apasionado cisne de "Leda", he gozado la sensación guaté de su eucarístico cuello, en el terso ópalo de mi vientre, y el purpúreo rubí de su pico, en el fresco cáliz de mis labios. Con Cleopatra, la egipcia incomparable y fatal, la ruda caricia del etiope tan negro como el azabache y tan fuerte como el roble ... Con la rubia Desdémona, las zarpas de los celos brutales, en la pálida camelia de mi grácil garganta; con Santa Teresa -la de Jesús- el delirio místico; junto a la sedátil escala del gallardo y romántico Romeo, la lírica alborada y los arrullos de la alondra enamorada. Con la bruna princesa nubia, las incestuosas caricias paternas. Con el neurótico y caquéctico marqués de Sade, las torturaciones refinadas... y también me he entregado bajo el arco formidable de un centurión, hasta palpar mi delicado cuerpo, sangrado por sus bestiales cari-
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cias. En Lesbos, con Andrómeda y la histérica y diminuta Safo, el regocijo en la penumbra solitaria... Necrofilómana, en el cementerio de una aldea, exhumé el cadáver de un bellísimo pastor adolescente para beber en sus labios el vibrión de la fermentación pútrida. Fetichista, he sido obsesada hasta el delirio, por la nuca broncínea de un flautista frigio; y he flirteado -ambiguamente- con leopardos y panteras en los jardines zoológicos. He cabalgado, ebria como bacante, en el asno del cínico y peludo "Sileno"; con "Monsieur Phocas" he tomado absintio. He corrido siempre con vehemencia el velo de lo futuro y de lo incognoscible, pero... no estoy conforme, quiero algo exótico, único! ... Así, desnuda como una estatua, tentadora como un abismo y sublime como un poema, atrajo una enorme serpiente que le envolvía cautelosamente el perfumado cuerpo, con la húmeda y almizclada fusta de su lamoso vientre, cubriéndole con el hociquillo lo que le plenaba de mórbida belleza y néctar materno, mientras hundía con intermitencias, la punta trepidante de su cola, en el áureo montículo de su cuerpo petalinamente rosa, a la par que abultaba los ojillos impúdicos, como una rata comprimida por la nuca... Rubí, que era una bellísima y refmada flor capitosa, se estremecía rimando contorsiones. El asqueroso reptil la comprimia, la comprimía sádicamente, mientras ella, con sus gentiles manos de nácar y lirio, acariciaba la lúbrica cabeza de la bestia; y, hundiendo sus labios candentes en los retintos bucles, en los frescos y seráficos labios de su hijo -que era sonrosado y precioso como un caracol- gritó: ¡Yokanaan! ¡Yokanaan! ... besa, besa a tu desdichada Salomé! .. ¡Despertó!. .. ¡Maldita pastilla de opio! .. y rompió la pipa.
ANTÍFONA SALOMÓNICA A la diabólica amatista que rutiló en los plateados muslos de la macabra Salomé:
a la castidadfatal del pálido Bautista, a tu leprómana voluptuosidad. "¡Los ojos! Ellos nos enseñan todos los misterios del amor, porque el amor no está en la carne, ni en el alma, el amor está en los ojos". ¡En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Pagano de Ella! ... Amén. Escúchame: -¡Sembrado tengo en tus ojos en mi cerebro, como dos enormes pústulas malignas, incurables!. .. Tus ojos silban como lenguas de serpientes en coraje: son dos tubérculos fagedénicos que contagian y matan; ¡por eso son terriblemente bellos tus ojos! ... 91
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Tus ojos son dos gemas extrañas, infernales, engarzadas en un eurítmico mármol del Pireo; dos estrofas verlenianas, que ritman afrodisíacamente. Tus ojos fulgen como las prístinas facetas de la enorme esmeralda egipcia del neurótico temible "Emperator", cuando contemplaba cínicamente los lagos de sangre que empurpuraban la blanca arena del circo trágica; las zarpadas de las bestias en los flancos eucarísticos de las dolorosas vírgenes cristianas, las euritmias impecables, los rosados caracoles de los tiernos y turbadores efebos orientales, las ancas lácteas de la histérica "Papea", reclinada en su perfumado tridinium de sándalo y marfil.
* * * ¡Tus ojos abren sus alas, clavan sus lacerantes garras, en mi incurable quebranto, como el águila simbólica que corona el casco guerrero de Alejandro -el heroico macedonio-: tercamente, triunfalmente! ... ¡Tus ojos rutilan en el fondo porcelana de sus cuencas, como las armaduras aceradas de los gladiadores, al contorsionarse heridos, moribundos, bajo el flagelar candente del sol romano! ... ¡Tus ojos acobardan a los que intentan mirarlos, como las pupilas de las hienas en celo, que se arrastran ululantes, durante la noche, en los espesos jarales: déjame rezar la oración de mis besos infernales, bajo los arcos triunfales que los sombrean! ... ¡Tus ojos son dos cantáridas anestesiadas, en un revuelto lecho de húmedas algas napolitanas: por eso deliro tanto con tus ojos!. ..
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* * * Cuando poso mis anhelantes labios en la dulce, roja y perfumada opiata de tus labios, tus ojos me envenenan como dos finas dagas florentinas. ¡Tus ojos!, congestionados por la fiebre de la lujuria más extraña, fingen en la penumbra del crepúsculo, dos vientres de molúsculos enfermos, pútridos, en el fondo de un mar inquieto... mas yo los amo así!. .. ¡Tus ojos hieren como ágiles cimitarras turcas, o tajan como recios yataganes de Basara: yo he visto en ellos un suntuoso desfile de bárbaros guerreros de enjoyados arreos: ávidos de sangre y de entrañas!. .. ¡Tus ojos perfuman y queman las finas sedas de mis ternuras, como las llamas de los broncíneos pebeteros de los templos pompeyanos; crepitan como hirvientes cráteras babilónicas; embriagan tus ojos como añejo vino de Cécuba, o alegran como fiestas dionisíacas!...
* * * ¡Tus ojos, asombrados en la contemplación de lo desconocido, en el voluptuoso remanso de las caricias exóticas, inmóviles bajo el negro paladium de sus sedosas pestañas, son dos acres mandrágoras que dan el vértigo y la muerte! ... Cuando te curvas, propicia, blanca y leda como un cuello de cisne, a recibir en el perfumado surco la húmeda simiente, en holocausto a la perpetuación omnipotente de la especie: tus ojos son dos finas copas mirrinas en cuyo fondo se mezclan y reverberan la amarga cicuta de Sócrates, los filtros diabólicos de Abrak, y los tósigos mortales de Locusta... después, bellísima mujer, son tus divinos ojos dos románticos canales venecianos dormidos en la agonía litúrgica de la tarde.
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* * * ¡Tus ojos son dos bronces istriados que plañen macabramente, a la hora de la epilpsia siniestra: déjame escuchar sus ecos eternamente!. .. Tus ojos son áureos lampadarios que iluminan el marmóreo templo de tu cuerpo pagano, en cuyo fondo danzan, ebrios de mosto y brama, ninfas y silenos, sátiros, hieródulas y bacantes. Tus ojos son dos bruñidas ánforas bizantinas, plenas de espeso y arcaico Falerno. Yo me reconcentro en su recuerdo, y los veo tatuados en los mios como dos cánones paganos, como dos locas terquedades, como dos riberas infernales, como dos malditos aquelarres, como dos melódicas sirenas tentadoras, como dos amables martirios, como dos espasmos infinitos... eternales!. .. *
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* ¡Tus ojos son dos esmeraldas tísicas, moribundas, en cuyo fondo vaga un extraño silencio, un elocuente enigma, un profundo misterio que solo yo comprendo; y es por eso que deliro tanto con tus ojos!. .. Tus ojos son un gran órgano maravilloso de polífona trompetería, que afinan como viejos estradivarius, o roncan como bestias enfurecidas; añoran y se lamentan; protestan y persuaden. Ondulan sus líricas melodías como víboras domesticadas, o se hirsutan como crines de leopardos acosados: -lamen tus ojos como lenguas de sedas, o desgarran como zarpas de panteras y chacales! ...
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* * * ¡Tus ojos son dos claras cisternas, dos límpidas fontanas donde musita su siringa nostálgica y ambigua. mi viejo pan lascivo. hiperestético y tenaz!. .. ¡Tus ojos son una lumínica teoría de luciérnagas, en un bosque de tirsos florecidos; son tus ojos dos puentes de luz tentidos sobre el Nilo azul de mis locuras: en las riberas de Hécate y Astartea!. .. ¡déjame rezar la oración de mis besos sádicos, bajo los arcos triunfales que los sombrean! ...
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Para ti, fina flor de "Suburra", vientre de Ciprys y alma de "Cleopatra", este ruego (¡tú lo sabes!): déjame dormir en las melancólicas necrópolis de tus ojeras, embriagado con toda la caricia plateada de tus ojos. una noche de arte, de amor, de mirras. de lujurias, de alcaloide... de muerte!. ..
PALIMPSESTO Para Quiterio Berroa, Federico Bermúdez y Miguel Ángel Garrido. Poetas y escritores.
¡Pensando en ti, en el alto silencio de la noche, recordé la tarde aquella, luminosa y perfumada, cuando puse el ramo de rosas y camelias muy blancas! ... las flores que amas, en tus manos raramente pálidas; cuando las espinas -mis deseos- el ámbar transparente de tus dedos hincaron, y juntos, muy juntos... tus labios y mis labios, en un beso infinito y sádico se desmayaron! ... ¿Lo recuerdas? .. ¡Como un símbolo, reclinada voluptuosamente en el sofá, cóncava recibías, lo que mis morbosos refinamientos en tu fina copa destilaba! ... -Crear necesito -te dije- al leit-motiv de un cuerpo de euritmia preclara, de una mujer que ame mi cerebralismo malsano, que goce hasta el delirio mis exóticas beldades!. .. -Yo te comprendo, poeta, me dijiste toda plena de mirras y halagos, tus rarezas me taladran!. .. yo lo deseo ¡todo! y no puedo nada!. .. 97
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¡Fátima!... ¡Fátima!... te imploré, déjame entonar un salmo, cq.be la capilla sixtina de tus paganos encantos!... y genuflexo, aspiré todo el perfume de la enjoyada custodia de tu cuerpo plateado, naufragando en un tropel de ondas malignas . ¿Recuerdas la tarde aquella. luminosa y perfumada? .. -Dame un beso. -¡No!. .. ¡porque temo matarte!. ..
LESBIA
(Camafeo rojo) A la armonía panida de los juriconsultos Horacio y Eduardo Vicioso, y a la más joven e intensa de nuestras mentalidades: Alcides García Lluberes.
El plenilunio se levantaba rotundo de luz, besando el lomo gris del lejano monte, prendiendo una amable penumbra en los florecidos rosales del jardín. En los bruñidos venecianos que exornaban el regio camarín oriental, quebrábanse plateados rayos de luz. En los gráciles flancos de los jarrones chinescos, en una como budística tranquilidad, unípedamente, meditaban blancas cigüeñas y rosados flamencos ... La brisa tibia y perfumada susurraba en los polícromos tapices, insinuando ondas de púrpura en los mórbidos cortinajes pérsicos. En la vetusta panoplia curvaban sus medias lunas, recios yataganes de Basara, finos alfanjes moriscos y enjoyadas cimitarras turcas, j7.irtiando, la fauna exótica de sus arrepujadas empuñaduras, con una láctea y felpuda gata de Angora, que se distendía 99
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somnolienta y nerviosa, sobre la floresta sedátil de los regios alquetifes damasquinos. "Esmeralda" estaba sola, triste, displicente, cerca a un caprichoso estante japonés: extendió un lirio, y aprisionó en sus breves y tersos pétalos, un libro bello, voluptuosamente bello: "Esmeralda" lee... Las estancias próximas, ebrias de luz y de armonía... Las últimas notas, de una melodía romántica, escapándose casi moribundas del duro marfil, agonizaban acariciándola, tenuemente, dulcemente... Súbito, como si una pantera le hubiese dormido la nuca, se incorporó felina, y acariciándose los olímpicos relieves de los pechos, que se habían violentado al desperezarse, murmuró: te amo "Melita", porque eres ritímica, impúber y bella como un efebo griego!. .. : por el cristal misterioso de sus rarísimas pupilas, cruzó una onda de voluptuosidad exquisita, remota! ... : "Esmeralda" estaba alegre!. .. El plenilunio derramaba toda la palidez de su luz, sobre las fragantes rosas del jardín, que, desperezadas por la caricia nigromántica de la hora, insinuaban sus capitosos y sutiles perfumes, en el regio camarín a la oriental...
GALERAS DE PAFOS 1
l. Santo DOllÚngo, 1921.
Dedicatoria Al transparente y severísimo poeta bengalés Ramacharaka. A Don Ricardo Wagner, el divino maestro de las bandas holandesas.
y al monje Guido de Arezzo, ilustre benedictino de Pomposa que vivió en el siglo Xl, dedico estos sonetos bárbaros.
PALABRAS
Yo he tendido, por supervisión instintiva, a realizar la ambición de que habla el divino poeta Baudelaire a Arsenio Haussaye: a la ambición de soñar con una prosa poética, musical, sin ritmo ni rima, bastante flexible y bastante trunca para adaptarse a los movimientos líricos del alma, a las ondulaciones del sueño y a los sobresaltos de la conciencia.
* * * Peter Altemberg aconseja: "ante todo, escúchate a ti mismo; da oídos en ti, a tu propia voz; no tengas vergüenza de ti mismo; no te dejes asustar por tus sonidos, aunque sean desacostumbrados, con tal de que sean tuyos; ten valor para tus desnudeces, pinta un hombre en una frase; un suceso del alma en una página; y un paisaje en una palabra".
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* * * Siempre me he empeñado en no perder el pensamiento y la palabra que me da con lealtad y exactitud la medida de mi sensibilidad. mi música intima, la conservación intacta de mi yo: y por lo demás y los más, que derrame su veneno el crótalo y su baba el caracol.
* * * Por lo que toca a la estética del futuro, ésta será amétrica. astringente y wagneriana, por no decir que será la divina armonía del desorden...
* * * Es pertinente advertir que mis poemas. aquellos que adoro de hinojos. venidos de profundidades misteriosas. los más complicados. los que piden la camisa de fuerza. y que conservo inéditos. para desleírlos más tarde en el azul, a través de mis "Flautas de París". unos fueron escritos en Francia; otros, los más. hace dos lustros. sin in-
fluencias ni calcomatismos.
* * * ¿"Galeras de Pafos"? .. Mroditas, Melitas. Lesbias, Hetairas y Pallakas. Íncubos y Súcubos. Sadismos y Masoquismos. Sátiros y Bacantes coronados de pámpanos. Eurítmicos efebos desojando rosas. Lechos de sándalo y marfil. Simiente. Palomas blancas y vasos de perfumes. Turíbulos de crepitantes y embriagadoras sandáracas.
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Cráteras de hidromiel. Liras y flautas. Ánforas de vino color de sangre y de topacio. Esclavos. remos de plata. y velámenes rezumando púrpura sobre las ondas azules y espumosas del ponto que arrulla y refresca la isla maldita de Chipre. Pues nada de esto; el título de este libro, nada tiene que ver con el alma de este libro. que es casi inofensiva. transparente y sencilla como una campiña; es simplemente el cumplimiento de un canon parnasiano: todo título debe de ser bello. poco importa que no diga nada.
* * * Réstame glosar algo de "Deprofundis": cuando Jesús de Galilea le dice a los ricos: repartid vuestras riquezas a los pobres. no les da tal consejo por el bien material de los pobres, sino para el bien del alma de los ricos; esto es: un camino fácil y sencillo para llegar al reino del Señor. Cuando yo te digo: lector, este libro no se vende. se compra, no te doy tal fórmula por especulación mercuria!, pues jamás me han arrojado del templo a latigazos: no he manchado la aristocracia etolia de mi alma en los muelles de Cartago. ni en los prostíbulos de Bizancio; es que necesito ir a Athenas. a Roma. y pasearme de nuevo por el único camino líquido lírico. de los caminos líquidos de que habla Homero: el Sena, de cuyas orillas luminosas y soñadoras. te pagaré tus discos de plata, con mis discos. cincelados en el oro purísimo de mis sensaciones armoniosas. Vigil-Díaz.
SONETOS BÁRBAROS
SOLMIZACIÓN Do-cn a mi Re-clamo, la blonda Margarita toca en el piano, Mi-sonata favorita. Fa-llece un lirio gigante, Sol-o en una mesa de sándalo; La-luna se muestra esquiva, Si-lena se oculta en los tapices y súbito salta, Do-mina, muerde una manzana y se fuga por la penumbra de los jardines...
ESPIRITA A las nueve tocó ánimas la iglesia del pueblo; una luna exangüe y fuegos fatuos que se encienden y apagan es la triste luminaria del cementerio; un ruido grimoso y profundo de alguien que danza sobre un lote de huesos; de las fosas nasales del lúgubre hasario saltó un escarabajo monstruoso, metálico y sucio, y en un lirio de 109
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seda, muy pálido, fue transformánáose el coleóptero carnina del cielo; paseó el Empirio, visitó las estrellas, y a la una en punto, bajó con el Dante y Beatriz en una litera de brocados etéreos; luego, se esfumó como un lirio de seda, muy pálido, por las fosas nasales del carnero macabro.
ESTANCIA SALOMÓNICA
Qué horas tan cristalinas aquellas horas que pasamos junto a la fuente de San Sulpicio y sus leones: mis serpientes respetaron tus panales, y tus nidos respetaron mis cóndores... sin una queja, sin un reproche que marchitara la aristocracia sutil de mis quebrantos, intactas aceptaste las estancias perfumadas del Pasado; las estrellas derramaban su oro sobre las sombras del parque ya dormido cuando, súbitamente, al contacto mental de mis caricias, como una fatal palingenesia, el Futuro humedeció los lánguidas topacios de tus ojos. Qué horas tan cristalinas aquellas horas que pasamos junto a la fuente de San Sulpicio y sus Leones; mis serpientes respetaron tus paneles, y tus nidos respetaron mis cóndores...
SILVANA
Esta tarde tiene la misma paz de la tarde aquella que te besé los ojos garzos. Las campanas de la ermita dan al viento sus tonos de copólogo...
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Las muchachas que rezan y piden novios a San Antonio, ya casi todas han pasado, jocundas y cargadas de cintas estridentes. La mula de la noria, achacosa y filosófica ha dejado de dar vueltas. En el cielo, que es de un azul finísimo, hasta el mismo sol se muere alegre; Solo aquel árbol sonoro, sedante y yo, estamos tristes; Esta tarde tiene la misma paz de la tarde aquella que te besé los ojos garzos.
SEÑORES FEUDALES
El Cura y el Alcalde son dos pailas de bullente lodo, que hace tres lustros se derraman sobre la placidez cretina de la Aldea. A penas el viajero -garzón de paso o Alguacil de leguas- pone pie a tierra tintineando espuelas, como un murciélago maléfico en la oreja del señor Cura se le posa, haciéndole recuento de falsas escrituras y rapaces palimpsestos... Añagaza de coger duendes, le grita el Alcalde, que en la taberna de la esquina a Baca lámparas prende. Tejiendo chismes, suspicacias y enredos pasa el sacristán a repicar su misa; mientras el Presbítero, remangadas las faldas, medio a medio de la plaza hace una pirueta y en nombre de la Iglesia su excomunión batea: sabandija prevaricadora, sapo venenoso, Satanás contigo se las vea!. ..
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LUNÓFILA
Seda en los contornos; música en el alma: fuego en las pupilas; y en los dobleces: sombra, sombra, sombra... Pálida, soñadora, suave como una música lejana, y profunda como un misterio, tejiendo tus hechizos patológicos cruzaste por la avenida del parque -que era de plata- y al esfumarte en la penumbra de los tilos, prendiste en mi tristeza una flor de cicuta, negra y amarga. Seda en los contornos; música en el alma, fuego en las pupilas; y en los dobleces: sombra, sombra, sombra...
LA MUERTE DEL TROVADOR
Aquella noche lanzaba la peste su onda neumónica en la ciudad enferma: el viejo y ceremonioso palacio archiepiscopal se había transformado en un vientre grávido de angustias, de dolor y de muerte; en el fondo de los amplios jardines, llenos de sombras, dos catafalcos aguardaban su fúnebre carga: entre Caronte y Caronte embarcaron una meretriz muy joven y muy bella en uno: en el otro, a un gran trovador: y mientras un fraile bisbisaba los versículos de ruta, por la callejuela estrecha, que el instinto de conservación dejó desierta, rodó hacia el cementerio la simbólica pareja libertada...
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EL RETORNO A LA HEREDAD La campiña está gárrula y cargada de esencias de Pomona;
el sol avanza con torpeza hemiplégica; el río se queja como una tórtola herida, monte adentro; sobre los pajonales pálidos, la niebla finge la tristeza de una Verónica sudada; mi caballo reconoce la heredad y relincha de alegría; en los ranchos los perros me dan la bienvenida; mugen los terneros achicados, y las madres compasivas, les pasan y repasan por los lomos y las ancas, sus ásperos pinceles; en los morros amarillos y pulidos como cráneos vagabundos de cementerios olvidados, los negros en cucIilla, le hacen cantar a las turgentes ubres la blancura de sus chorros tibios.
ZARATUSTRANA
Creada fuiste por Fidias como la concepción fundamental de Zaratustra: a seis mil pies sobre el nivel del hombre, del tiempo, del bien y del mal... mientras tu cuerpo aromaba como una rosa el altar solitario de la noche, brindaba melodías de cítara tu boca, y tus anhelos cítaras también; cargado del virus de las Galias ganamos el plinto de Verlaine; interrogamos al maestro, y juntos tus ojos y mis ojos, y juntos tus labios y mis labios, el silencio, como antorcha de un lampadóforo perverso, iluminó la vendimia púber de tu ingravidez.
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VISIÓN LUNÁTICA
Señora luna yo te he visto: sobre las cumbres altivas: sobre las cataratas bravias: sobre los ríos musicales y errabundos; sobre el mar veleidoso y pérfido: sobre las lagunas extáticas; sobre las envergaduras de las naves perdidas: Señora luna yo te he visto: sobre los caminos polvorientos y sabios: sobre las ruinas solitarias: sobre el plumaje de los cisnes dormidos: sobre la pampa inmensa; sobre las tristezas de las necrópolis: sobre los campamentos bárbaros: sobre el marfil de los cadáveres: sobre los charcos de sangre: sobre las carroñas de las bestias; sobre los jardines solitarios; sobre el espejo de las fuentes olvidadas; sobre el dolor de los hospitales: sobre el arabesco de los frailes: sobre los pámpanos de las fiestas: Señora luna, yo tengo un anhelo exótico y profundo: quiero verte dormida, sobre las gemas de sus ojos y sobre las pálidas ojivas de sus manos góticas.
UNTER VIER AUGEN
(A la manera de Arthur Rimbaud) Era una noche de estío, quemante: "Las Sirtes" de Juan PAPA DIAMANTOPULUS, con voz confidencial y tierna me leía: La aristocrática Pompadour -su felina favorita- fiel a
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una democrática cita en los laberintos del jardín, de las indiscretas estrellas se quejaba. se quejaba!. .. Exógama, ese etíope no es de tu estirpe, exclamó la bella dama indignada; ¿después?... después un compás: besos y menta para los labios, mientras le recito Vocales a la manera de Arthur Rimbaud: A, negra: tus trenzas de seda negra que cual serpientes domesticadas sobre tus senos se duermen. E, blanca: blanca como tus manos y tu garganta, lacti-pujanza de lirios tiernos. 1, roja: tan roja como el rubí partido de tu boca. U, verde: misteriosa y verde como los heliotropos de tus ojos. O, azul: es tu quimera; son tus caprichos y tus caricias tan azules como las sedas del triclinium donde agonizas... mientras en el extremo de la estancia un severo bronce de Zaratustra deslíe un rictus efingio...
ROSA MARTA Rosa Marta, flor de Galilea, portas. a la manera de las Gracias, sobre la línea del apéndice dos rosas blancas; tienes beleño, opio. morfma. y sus acólitas tus manos: camelias exangües vistas en un espejo de plata... la flauta de seda de Filomena en tu garganta, yen tus labios, dos chorros de púrpura para las ágiles lenguas de mis chacalas... Rosa Marta, flor de Galilea, portas, a la manera de las Gracias, sobre la línea del apéndice dos rosas blancas, y en la nuca, la histérica palidez de Salomé, la de Herodes el Tetrarca...
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BERCEUSE Entre los picachos lejanos, muestra el plenilunio su faz ridícula de payaso obeso: del otro lado del rio, ladran los perros: las ranas, con sus palúdicos sonsonetes, llaman agua: en los estanques plácidos, los cisnes con el alabastro de sus cuellos interrogan el enigma de las aguas: en los surcos, tibios aún de sol, los grillos noctívagos tocan y tocan sus agrios violines; en la estancia vecina, un potro relincha su urgencia primaveral; el céfiro nocturno acaricia el cáliz de los jazmines y las rosas de cien hojas; mientras tú, indiferente a mis eróticos reclamos desfloras tus instintos maternales durmiendo en los mórbidos brazos, con lánguido berceuse, un estúpido gato de Angora...
FIESTA CIRCENSE Bajo la carpa torturada de parches, mugrienta y vagabunda: perrubia, bostas, perros famélicos, incensarios afros de monos sabios, almizcles, esencias nómadas, promiscuidades futuristas de fetideces trashumantes... Sobre la carpa torturada de parches, mugrienta y vagabunda, vierte la luna el ámbar de su luz como una campana de pascuas. Bajo la carpa torturada de parches, mugrienta y vagabunda, brinca Ninón de barra a barra, carga torres humanas sobre la nuca, da saltos mortales o se escurre por entre aros, como una sierpe. Sobre la carpa torturada de parches, mugrienta y vagabunda, vierte la luna el ámbar de su luz como una campana de pascuas.
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Bajo la carpa torturada de parches. mugrienta y vagabunda. perpendicular o unimismada en la grupa del caballo que finge en la O de la pista, una fuga en la pampa. Ninón: ecuestre, malabarista. volatinera. atlética y gimnasiarca. por tus ritos de exótica farándula. por tus ojos de faisán. metálicos y lúbricos. y por el temblor de tus mórbidos senos y tus ancas. en el delirium tremens de la admiración. el Alcalde y yo, Emperatriz de la aldea te proclamamos. Sobre la carpa torturada de parches. mugrienta y vagabunda. vierte la luna el ámbar de su luz como una campana de pascuas.
TRENOS No hay visión. Señor. no hay visión... ayer fue Athenas y Esparta esta vieja ciudad legendaria: hoyes una dolorosa intermitencia de Sibaris. Bizancio y Cartago; Judas y sus treinta denarios; Longino y su lanza; Don Sancho. su burro y su panza; la púrpura y el Capitolio, con la úlcera de Tiberio. el vientre de Vitelio y las entrañas de Nerón: la bestia hiperbórea hemofágica y rampante; el mal africano. glosina palpalis, la mosca tse-tse en perenne succión; pero. mientras los páncreas de los eunucos laboran emulsiones. sigamos los viriles. la pauta de las constelaciones mayores. el vuelo de las estinfálidas. los palanquines de laca. las naves de Toga y la uva del Rhin... No hay visión, Señor. no hay visión.
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PROFESIÓN DE FE Cansado de alambicar mi arte y mi vida, aspiro a simplificar mi vida y mi arte; quiero realizar este milagro sin reducir mis desequilibrios ni suprimir mis cálcinomas interiores; hacer la cifra sin contarla; tener lo mismo: uno, cien, mil,
que un millón o nada; vivir cerca de los animales, y muy lejos de los hombres; tener por música, la música del mar, la música de las estrellas y la música de mis clavicordios interiores...
GABRIEL Gabriel, paraninfo gentil y excelentisimo, por quien conocí la categoría de la menta y el ajenjo; los moluscos, los crustáceos y sus salsas hipománicas, que prenden en los raudos himeneos fulguraciones de cantárida; y las frescas y sombrías catacumbas donde reposa, enfrascada, la sangre de Dionysos, que es el alma de Francia... Gabriel, Luis Catorce de las genuflexiones y Creso de las sonrisas, más ilustre y más grande que Plutarco, porque has visto, en el pórtico de la Sorbonne, bacantes hepilépticas y satiresas en brama... Gabriel, sutil y excelentisimo corrector de torpezas y de embarazos, porque sabes de la potencia mara-
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villosa del franco, yo te cumpliré lo que te ofrecí la última noche que cené en tu taberna con aquella miraculosa flor de Montmartre: seguir viviendo en Paris, a despecho del Trópico de Cáncer... Paris 1920.
ESTÍO
A la una de este áureo día, el sol se derrama sobre la tierra con un flagelar volcánico; el ganado, a la sombra piadosa de los copudos mangos, y de las señoriales y quejumbrosas palmeras, atacado de cefalalgia, somnolento, rumia y babea; en los verdes y tupidos pastos, las cigarras, con los bronces wagnerianos de sus élitros, exaltan el bochorno, el amor y la vida; en los ranchos, los peones fuertes y sencillos descansan, mientras unas mozas desaliñadas, trajinan, rien, platican y apestan; yo, tendido en mi hamaca, comento a Maquiavelo y a intermitencias registro el cielo, ávido de que se vuelque el carro de Poseidón.
PORTRAIT. PRERRAFAELISTA
Heliófila es una itifálida en funciones dionisíacas; tiene una delgadez aciaga; ritmica, inquieta; tiene la inquietud de aquellos lebreles que adornaban los nobles salones venecianos; todafauve;
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oro de dogaresa en la piel, y fuego en el cabello; su melena es hirsuta como la de una bestia que se escapa de un incendio, o la llama de un sacrificio retorciéndose sobre un tripode de bronce; Heliófila tiene la misma mirada húmeda de nuestra señora de Cnido; unos ojos inmensos, de una humedad tuberculosa; ojos que miran a la eternidad, y descansan en unas ojeras tristísimas, tan tristes como dos necrópolis completamente sembradas de violetas; los labios de Heliófila, son sensuales, carnosos, casi africanos; rojos, de un rojo exquisitamente artificial, de un rojo cruel, de un rojo bárbaro, de un rojo de hecatombe; y sus manos son florentinas, como inarticuladas, casi extáticas y color de ámbar; Heliófila es una concreción de Judit, Medea, Cleopatra y Mesalina; una cruel floración de estirpe cesárea; una ágil sembradora, capaz de sembrar rosas de sangre en las arenas de un circo trágico, y en un jardín de ensueño, rosas de ensueño; Heliófila es un áureo Titón de vino excelentísimo, tocado de un recóndito olor a maderas preciosas.
FRAGMENTO La luna, como una enorme rosa de Pestho, vierte la caricia de su luz pálida, en la fronda, en los juncales y en la corriente casi inmóvil del rio. De la vetusta torre medioeval se derraman sobre la ciudad dormida doce campanadas que riman armoniosamente con la profunda tristeza de mi alma. En la dársena, como monstruos destripados, como esqueletos de megaterios, reposan su quebranto las viejas
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naves enfermas, huérfanas de las caricias de las algas, del frío beso de las aguas, y del dulce canto del Patrono a la amada. Junto a ellas como un bandada de gaviotas al posarse, al impulso de la marea, tiemblan las pequeñas naves, las de las rutas breves, las que no dicen nada porque sus almas son alegres. y más allá, prísioneras de las férreas áncoras, elevando sus mástiles errabundos, como brazos suplicatorios, a las estrellas indiferentes, taciturnas como águilas nostálgicas, inmóviles sobre el cristal de las aguas, reposan las grandes naves, las de la rutas largas.
ESQUEMA PANTEÍSTA La tarde se deslíe en un tono magnífico; el crepúsculo, que no es sanguíneo ni clorótico casi está tocando a su fin; la brisa, un terral adolescente y discreto, besa la maravillosa turquesa del mar; ni un solo penacho de alba y musical espuma, baña el tibio acantilado; como si le hubieran partido la aorta a un cíclope, de los lamosos flancos del suplicio bovino, emerge con premura, un chorro de sangre espesa; sobre el viejo y destartalado torreón, algunos solípedos pastan indiferentes a las miserias de la tierra y a los misterios del mar; la naturaleza está tocando en mi alma con pedal celeste; llega la noche; las alimañas en celo, inician sus reclamos con eróticos chirridos; en el vientre de las luciérnagas, eróticas luminarias... En un ríspido peñasco esta simbólica dualidad: una náyade latina y una germana interrogando el horizonte, el más allá...
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ROMERÍA SOLEMNE Para Luis Armando Abreu
La laguna roja y casi agostada, parece la cuenca de un ojo saltado violentamente. Mi perro, blanco como un cisne, con las gemas de los ojos dilatadas y rutilantes; fatigoso y sediento, con la lengua chorreándole, reseca y bella como una cinta de púrpura, cayó de un salto en el chaparral inmundo. Los cerdos que urgaban con sus trompas las orillas donde el lodo fermentaba como un lugar, partieron a trote, rezongando. Una mujer, erguida y bella como un bronce, con el seno casi desnudo, y los labios impregnados de una sonrisa vaga y tristísima, de una de esas sonrisas que tienen los muertos que se mueren, llevándose con el alma un recuerdo muy feliz, nos indicó el atajo que pronto nos pondría en el camino real. Ya en el fIrme de la loma, la brisa húmeda y cariñosa, nos trajo un acre olor a majadas y surcos recién abiertos. Un bandada de tórtolas morenas que surgió bruscamente de la hondonada, pasó rozando los tirsos florecidos de un maizal. -Qué bueno es el campo para los que tienen el alma y el pensamiento enfermos: es un ambrosía.
RAPSODIA Para Guillermo González
Árboles de la villa blanca de San Carlos: uno, dos, tres,
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cuatro, cinco; cinco aortas llenas de sangre; cinco basílicas de misteriosas sombras donde descansa mi ánimula desgarrada por las zarpas atorrantes de la hora; cinco ánforas de perfumes que lactan las blancas y azules serpientes de mis sueños y mis quimeras; cinco jarrones de verdes y perfumados aceites de frescura; lámparas piadosas, jocundas a veces y a veces tristísimas; estáticas a veces, y a veces movibles como velámenes; a veces repujadas de oro de estrellas o de plata lunar; ¡estradivarios metafísicos, simbólicos violencelos!. .. al pasar el viento sus crines por la urdimbre de vuestros ramazones, he sentido el misterio de las selvas solitarias; las arengas de Matatías, el guerrero bíblico; las quejas de Leopardi; las lágrimas de Kociusco; los siete sellos de Emerson y las crueldades de Marte; Árboles de la villa blanca de San Carlos; en la armonía pitagórica de la alta noche, he sentido los festines de Nínive y Babilonia; he visto los estercoleros de Job y los círculos candentes del Dante; a Mercurio y Schiarlock pesando oro; a Moloch y Nernrod bebiendo sangre: a Artel y el Marqués de Lafayette estribando en el pegaso alado... Árboles de la villa blanca de San Carlos: cipos fantásticos de mi nostálgica necrópoli ideal, yo he cincelado en vuestras cortezas y en mi alma: no hay que perder la esperanza...
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EL RETRATO DE PETRONO Junto con las mil quinientas burras negras traídas de Egipto. cuya leche opalina sería ordeñada la próxima luna en áureas cráteras repujadas de piedras preciosas y líbicos marfiles. leche destinada a perfumar y lubricar el cuerpo aún armonioso de Papea. llegaron bronceados gladiadores. púgiles negros como la noche. algunas bestias de presa que se necesitaban para el circo; leones. leopardos. panteras aterciopeladas y nerviosas como hembras histéricas. un par de torpes y pesados hipopótamos. algunos filósofos y un buen número de esclavas. Estas. junto a la cisterna principal de los jardines del Palatino. maculadas las mórbidas espaldas. los torsos voluptuosos de violáceos lamparones hechos al golpe de las traíllas groseras de los crueles bestiarios y demás peones que las habían arreado por los candentes y polvorientos caminos que conducen de Oriente a la Ciudad Cesarea. hediondas. mugrientas. apena cubiertos los rizados púberes y los riñones por incultas y asquerosas pieles de lince. hacinadas como una piara. roncaban. lloraban. cantaban. bostezaban. se urgaban las espesas. sedosas y ríspidas cabelleras. A la orden de un brusco mastigóforo restallaron dos. cinco y diez y más veces los látigos de pellejo de hipopótamo. y lentamente fueron desperezándose e incorporándose aquellas columnas de carne humana. más o menos eurítmicas y preciosas: columnas blancas como el mármol, columnas negras como el ébano. y columnas pálidas como el ámbar: desde el panóptico de pórfido azul, Petronio y Nerón seleccionaban las esclavas. Estas. para las termas a purificarse. ordenó el neurótico Emperador. contemplándolas lúbricamente al través de su pálida y rutilante esmeralda... ¿Y aquellas? .. interrogó un centurión. cuyo escudo besado por el sol, fulgía como una onza nueva. Esas...
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contestó con desprecio el Arbiter Elegantiarum: a esas, que las ahoguen en el Tíber...
AUGURIO La noche que precedió a la batalla de Pidna, una algarabía bárbara inquietó, súbitamente, a los legionarios romanos que acampados en las llanuras de este nombre, reposaban de la recia labor de fortificacinoes y de los ejercicios bélicos con los cuales el severo Paulo Emilio se proponía matar el sibaritismo y la molicie asiática que ya principiaba a relajar a los centuriones. Al resplandor de las hogueras que iluminaban y perfumaban las regias y purpúreas tiendas del enemigo, se veía a Perseo y su séquito de rutilantes armaduras contemplando el cielo en cuya comba brumosa un mago caldeo señalaba algo fatal para el Rey y para la humanidad... El viejo Cónsul mandó a los heraldos que tocasen silencio. Las bronceadas gargantas de las trompetas con sus estridentes sones bélicos derramaron la orden sobre el ejército, que levantados los escudos y las armas, imprecaban aprestándose al combate; y entonces, el Tribuno Sulpicio Galba con palabra clara y reposada, explicó a los legionarios el fenómeno físico que había alarmado a los macedonios... Bebed, le decía sonreído el austero General triunfante, al ilustre y desdichado prisionero, tendiéndole un hermoso vaso de Corinto, de finas y exquisitas cinceladuras, lleno de un vino perfumado y dulce como el amor; bebed y tened confianza en la clemencia del Senado romano: somos fuertes, generosos y sencillos... Después, el héroe magnánimo remontaba las turbias y serenas aguas del Tíber, tendido en el puente de la galera real de sedosas velas, y adornada con los escudos de bronce tomados a las falanges macedonias, y Roma le vio
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V1GIL DÍAZ
pasar en estrepitoso triunfo hacia las columnas del Janículo. llevando uncido a su carro de guerra, mugriento. descalzo y bañado en sus propias lágrimas, al último representante de las grandezas del omnipotente y deiforme conquistador Alejandro...
PROSAS
EL AVARO Se nace generoso, espléndido, como se nace músico, poeta, honrado, traidor o canalla. La munificencia es un blasón distinguidísimo. Haciendo el recuento de las figuras centrales de la humanidad tenemos constatado que Jerjes, Alejandro, Perieles, Sócrates, Jesús, César, Napoleón, Bolívar, Washington y algunos altos varones más, tenían este don precioso. Yo no podría jamás -aunque los apologistas me lo afirmaran- yo no podría jamás figurarme a Esquilo, a Homero, a Simónides de Ceas, a Virgilio, a Juvenal, al Dante, a Goethe y a Chopin, sentados en la barra asesina de un prestamista o dentro de la jaula mercurial de un banquero, tal como un tigre, una hiena o un vampiro. ¡El avaro!. .. ¡qué alimaña más despreciable y digna de lástima! Para el tahur, la vida está en la felpa verde del tapete: una esmeralda le trastorna, le obsesa. Para el borracho todo está subordinado al cuerno de Baca. Ambos son dignos de lástima, pero no despreciables; pecan a intermitencia o consuetudinariamente, pero no con delibera127
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ción benedictina. Para el avaro solo hay un dios: el maldito tanto por ciento. La sociedad debe vigilar más severamente al avaro, que al ladrón, al incendiario y al asesino, porque el asesino. el incendiario y el ladrón aman a sus padres, sus hijos, su esposa. sus amigos, y rara vez comercian con su Patria, o con la Patria de otros, que es lo más doloroso. El avaro no conoce sino de una manera muy vaga y muy brumosa estos sentimientos. Para él, estos valores son valores de carnaval, valores que mueven a risa: su lira y su plectro, su dios y su altar, sus amores y su Patria, están en la asquerosa pezuña del áureo ternero nacido y criado en los tenebrosos breñales de Schyrlock.
LA CÁRCEL La cárcel es a manera de aquel dios bifacial que ilustró las sagradas colinas de Roma. Cuando mira a Oriente. es Sócrates, Jesús, Aristides y el mismo Osear O'Flahertiel Wilde, el maravilloso y desdichado cisne azul de Dublin, que supo en la sombría galera de su presidio de Reading. cantar la ~Balada" y "De Profundis": exaltación, luz, armonía, purificación. Si mira al Occidente es sombra: es Caín. Judas. Paussanias, Alcibiades. Esfiialtes y sus malditos congéneres. La cárcel puede ser bálsamo purificador y sedante, vitriolo que quema, o tósigo que envenena el alma para siempre. Ahora bien; si no has matado a tu padre ni a tu madre; si no has delatado a tu hermano, y no has ofendido a tu Patria, vendiéndola o alquilándola, como se vende o se alquila una esclava o una mula de noria, levanta la frente y di muy alto, gritándolo: yo estoy en la cárcel, porque he sentido con mi corazón. y he pensado con mi propio pensamiento. Y tú, mujer, levanta también tu frente blanca, bella y armoniosa, y grita: yo estoy en la
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cárcel, porque le partí la carótíde a mi amante que me engañó y yo odio la mentira y la simulación. Para eso, en pleno arroyo y en plena florescencia, cuando eran colinas de armiño y de rubíes mis senos, hice de mis manos un sonoro caracol para decirle al mundo, en voz alta, a gritos: no quiero engañarte, yo soy una hetaira, cuando amo, amo de veras, y cuando no amo, vendo mi cuerpo, que es una mariposa, un vaso de perfumes, una caja de música rosada y sabia, al mejor postor.
EL RESPONSO DE SAN NICOLÁS
San Nicolás. ¡Oh, San Nicolás! ... sacros vestigios: basílica destartalada: paladión magnífico para soñar y evocar épocas preteridas, porque estás huérfana de imágenes, de cómplices, de tartufos y barraganes. Yo he visto cruzar en el conticinio de una clara noche de primavera, sobre las pálidas estelas funerarias; por entre los restos mortales de tu lamosa arquitectura, impregnada aún del perfume sacro de las orobias: por entre la muda protesta pétrea de tus mutilados leones heráldicos: por entre tus frisos floridos, tus fustes truncos y tus graciosos capiteles, al aventurero Don Cristóbal Colón, al inocuo Don Diego, a Doña María de Toledo -la de sensuales relieves- y toda su corte linajuda y frivola. A sanguinarios Capitanes y Caballeros de áureos espolines; a complicados juristas y teólogos simoníacos; al Comendador de Lares y su criado Don Juan de Espinal: al impudoroso tesorero Don Miguel de Pasamontes, y aquel aventurero de Nicolás de Ovando asesino y rapaz: Himalaya de cinismo, Niágara de crueldad! ... He visto a fray Antonio Montesinos, aquel varón estoico, de inmenso valor y palidez aciaga, que a la bestia humana flageló hasta sangrarla con su fusta verbal inexorable: Ego vox clamanti in deserto...
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Apoyado en su báculo de rustico palo de los bosques de América, he visto al Jesús de las Indias, al pastor de los bronceados y sedosos rebaños: al ruiseñor azul de Castilla, que en las tierras de guerra y venganzas de Tuzulatlán puso en metro y cadencia. los fundamentos cristianos y todo el tren ético de nuestro divino Señor: al hermano de Lincoln. de Bolívar. de Duarte y de Martí: al seráfico Bartolomé de las Casas, llevando en sus hombros noventa y dos años de vida y cuarenta y nueve de escarnios: yen su moral de peregrino: De su único vocatione modo -divino evangelio de la igualdad humana- y los diez y seis ungüentos con que hubiera podido curar la Sacra Católica, Cesárea Majestad de Carlos V. la lepra que trajeron de España los conquistadores: como escolta de columnas viriles. le seguían Caonabo, Guaroa y Enriquillo: ¡aquel gran profesor de energías! ¡Templo de San Nicolás!. .. paladín solitario y propicio para soñar y evocar épocas preteridas: benditas sean tus sagradas piedras, tus sabios y mudos vestigios; y piedad para las almas montaracaes e impías de aquellos césares sanguinarios y traidores, y para aquellos mercaderes iconoclastas que con insólita crueldad intentaron derrumbarte para siempre.
JONONDIO La muerte, y la soledad de la muerte es la única certeza común.
Federico Nietzche.
En la agonía del crepúsculo, la necrópolis es un mar misterioso y triste. Los sepulcros. naves de los muertos, bogan en las olas polvorientas de la realidad. Las pequeñas, las humildes. las anónimas. fingen mugrientos es-
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quifes de pescadores destartalados por la tempestad. Otras, pintarreadas, o con franjas negras y blancas, son a manera de barcas de cabotaje. Las tumbas mayores se destacan como barcas de alto porte, con verónicas pueriles; con severos mascarones familiares, con raudos ángeles y núbiles pamaglias; con estatuas simbólicas de pórfido o de mármol; con abigarradas coronas de abalorios en las bordas; con ánforas de terracota y de porcelana; con mudas arpas y luminosos candelabros. Algunas, leprosas, con vagos epitafios y tercas parásitas, con raíces que le rompen las entrañas, resquebrajadas, a la sombra piadosa de los viejos pinos musicales, o de los sauces melancólicos son a manera de focas nostálgicas que bogan sobre el témpano glacial de la indiferencia... Así van las naves de los sepulcros, las tumbas de los muertos. Sin penachos de combate, sin banderas de vampirismos; timoneadas por el viejo piloto de las barbas de plata y ojos color de esmeraldas, claros y dulces como la esperanza; con las proas hacia occidente, hacia las húmedas y dolorosas fauces del Aqueronte; con las pupilas rostrarias fijas en la Eternidad... en la Nada... Así van las tumbas de los muertos, las naves de los sepulcros: orgullosas, humildes, tristes o alegres. Unas, con las bodegas llenas de horripilantes y hediondas carroñas. Otras, llenas de polvo, de cenizas de vanidad, de cenizas de amores, de cenizas de ensueños, de cenizas de orgullo, de cenizas de pensamientos, de cenizas de virtudes, de cenizas de maldades, de áureas mitras, de púrpuras cesáreas, de jorobas de bufones, de visceras de cortesanos, de las zarpas de los avaros, de cráneos vacíos, de médulas huecas, sin inquietudes ya, de tórax: abiertos como jaulas olvidadas. Así van las naves de los sepulcros, las tumbas de los muertos.
DEL SENA AL OZAMA
A Jorge Juan Serrallés: Esta obra, si es que la critica eunuca y vermiforme me permite este califiatur audaz, se la dedico a Ud. porque tiene la gentileza y respeto para aquellos que piensan y sienten por encima de la piara humana; y porque ha sabido ocultar con suma discreción los atributos de Mercurio, cuando nos hemos paseado por los "Propilios" aristotélicos o por los jardines de "Academus", al suave y dulce son de las cítaras. A Don Fidelio Despradel, mentalidad platónica, intensa y muy generosa. A Madame Pobreza, la cruel y leal esposa del democrático y casto Meser San Francisco de Asís, por muchísimas cosas que solo Ella y yo sabemos. Alfilósofo Monsieur de Homais, porque advirtió, oportunamente, con suma experiencia y suma bondad, a León, el amante de la histérica Ema de Bovary, que en este mundo hay buena y mala literatura, como hay buena y mala farmacopea, malgré tout.
PRIMERA PARTE A ORILLAS DEL SENA
EL REY DE LA BOHEMIA
En la Terraza del D'Harcourt, conocí anoche al Vizconde de Cheraldine, el Rey de la Bohemia del Quartier Latino Me lo presentó un japonés corresponsal de un importante rotativo de Tokio. El Vizconde de Cheraldine es el más fiel representante de la bohemia zarrapastrosa, hambreada, que inmortalizó a Rodolfo, a Chaunard y a Colline. Alto y fornido, las mandíbulas fuertes y la cabezota de melena leonina; perennemente envuelto en flamas alcohólicas y en desmedrado y pestilente redingote guarnecido de pieles que fueron árticas, ambula de taberna en taberna y de crepúsculo en crepúsculo, el pintoresco y noble parásito, altanero, fanfarrón, lanzando corrosivos insultos, aéreos e hipotéticos puntapiés al tranquilo burgués que se le ocurra pasar a menos de dos varas de distancia de su sangrada y fermentada persona. El Vizconde de Cheraldine fue de la famosa escolta de Verlaine. Conmilitó líricamente, y combebió con el Maestro, cuando el Maestro trenaba su anquilosis pontificia y sifilítica, del café "Procope" al "Soleil d'Or", y de este al "Vachette", transformado hoy, cruelmente, de templo 137
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apolíneo. en guarida de Mercurio. Al fauno mágico de patas aduncas debe el mugriento y democrático Conde. haber perdido su carrera, que auguraba ser triunfal, porque era un brillante estudiante de derecho. Al sonido de la siringa del fauno maudit, se fugó de la "Sorbonne", para gozar. junto con Arturo Rimbaud. el Conde Robert de Montesquieu Ferensac. noble y refinado esteta. yaquellos efebos finiseculares, de labios frescos, de largas y oleosas cabelleras y uñas betuminosas. las fIestas galantes y las bacanales ambiguas que dirigía el más ilustre jerarca lírio de Francia. A las dos de la mañana. después de haber cenado opíparamente y bebido como una esponja, a cargo de mi cartera, me dijo. en la boca del estrecho y peligroso cuadrivium de "Noctámbulos": -Adiós, mi amigo. pronto nos veremos por Haití, su bella patria. siento dejarle. pero tengo que ir inmediatamente a la Cité, a esperar la luna. con la que tengo que hablar bellas cosas de amor; y luego descendió, dando tumbos, hasta perderse en las sombras, el último representante de la escatofílica bohemia del siglo XIX, el residuo doliente, la síntesis báquica de aquella canalla genial y parasitaria que se hartaba al azar, en la table d'hotel del inmortal "Bachet" y cuyo pescuezo mugriento está pidiendo a gritos el piadoso corbatín de cáñamo que por poco liberta al excelso vagabundo Maese Fram;ois Villon.
LA MORGUE Las primeras lecturas, las de la adolescencia, dejan en el espíritu y en el cerebro huellas tiránicas. Nunca hablaba o leía algo en París, sin sentir en mi cerebro asociarse la imagen de La Margue; pareciame, inmediatamente, ver a Lorenzo buscando, a través de las vidríeras, el cuerpo túmido y roído de Camilo, el hijo de Teresa Raquin, o el cuerpo pálido y bellísimo de alguna Mimí decepcionada, víctima de las aguas del Sena, el más bello camino líquido líTico del mundo.
La Margue es la barca sombría de la muerte que, anclada en las Orillas del Sena, aguarda, sempiterna, su horrible carga de ahogados, de cráneos partidos, de gargantas estranguladas, los despojos mortales de los suicidas, de los vencidos por el dolor de la vida, o por la miseria, ese monstruo sin entrañas. Cuando se le contempla a distancia, agazapada a espaldas de "Notre Dame", su tono barroco, su arquitectura chata, da la repugnante sensación de una hiena himplada, acechando el paso de un cadáver arrastrado por las aguas, para devorarlo ... Cuando salvé la pesada puerta de hierro que franquea la entrada del macabro establecimiento, tuve que hacer 139
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un esfuerzo sobrehumano para no volver grupas. Un ambiente nauseabundo, rarefacto a carne podrida, de masa encéfálica fermentada y de tercos antisépticos, me dio un zarpazo en la boca del estómago, tan fuerte, que poco me faltó para vomitar. Era muy temprano, apenas las nueve de la mañana; frente a las vidrieras se paseaban, azorados, algunos turistas. En el salón donde se alinean las piedras grises, que es donde exponen las piezas recogidas el día o la noche anterior, sólo estaba un matrimonio inglés con su inevitable cámara fotográfica, y yo. Sobre una de las piedras estaba tendido el cuerpo de una mujer con el rostro completamente desfigurado, pero de senos mórbidos, frescos, fuertes y pálidos como dos escudos de plata; junto a ella, en el piso, un montón de ropa sucia y unos zapatos burdos manchados de sangre, unas pulsas y un pesado collar. En otra, un anciano casi desnudo; por las barbas espesas y torrenciales, casi blancas y rizadas, y por la semítica nariz que se le había perfilado, y violentado fuertemente, parecía la estatua de Moisés cincelada por Augusto Rodin. Uno de los mozos de trajín del establecimiento, coloradote y satisfecho de su animalidad, adivinando instintivamente mi interés artístico y mi piedad a las insensibles carroñas, puso en el pavimento las cubas de agua que llevaba, sacó una pipa y una bolsa de tabaco, la cargó, raya un fósforo, y después de lanzar una espesa bocanada de humo, le hizo un gesto burlesco al anciano, y dirigiéndose a mí díjome: "c'est papa Dieu" ... y vomitó una carcajada bestial.
GABY DESLYS
Gaby Deslys, cuyo nombre verdadero era Gabriela Caire, ha muerto en una de las principales clinicas de este Paris, a consecuencia de un tumor saturnino próximo a la carótide, que le opriIIÚa el vaso máximo, impidiéndole respirar. Los grandes cirujanos que la atendían, determinaron operarla; pero Gaby, obedeciendo a un mandato trágico, se negó rotundamente, y prefirió el suicidio a que un despiadado bisturí desfigurara con un costurón grosero el cáliz armonioso y terso de su garganta. Después de la unípeda Sarah Bernhardt y de la trágica y desdichada Mata Hari, la informadora C. A. 42 javanesa, en estos últimos tiempos, Gaby fue la mujer que metió más ruido, la más estrepitosa maraca de la Ville Lumiere, no por su arte que valía muy poco, sino por sus amores escandalosos, sus aberraciones y sus gustos helénicos. Primero se enamoró del hijo de Amelia y del turbio inconsciente y rechoncho Don Carlos. Después secuestró un Duquesito de apenas diez y siete años; y cuando ya estaba en la puerta del juez civil, la duquesa madre le arrebató el adolescente de entre las garras: la megalómana Gaby protestó, lloró, pero no pudo ser duquesa. 141
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Gabriela estaba atacada de efebismo. De buenas a primera desaparecía de Paris. y cuando volvía. era con un Ganimedes o con un Antinoo. moreno como uva o rubio como trigo. que había pescado en los muelles propicios de Nápoles. en las orillas del nebuloso Támesis o en el Cuerno de Oro. Su último querido fue el célebre bailarín norteamericano Harry Pilser. el primer profesor de tango argentino del mundo. Gaby le dejó en su testamento una buena renta anual y un collar de perlas valorado en doscientos mil francos. regalo de un rajah o de un ex-presidente hispanoamericano: no sé si Don Porfirio. el viejo tigre azteca. o de Don Cipriano Castro. el jagualato andino cacoquimio y danzómano. Pilser tiene en la Butte de Montmartre. una academia coreográfica en la que cobra doscientos francos por media hora de lección de tango. que las snóbicas parisinas pagan con sumo gusto por tal de sentirse comprimidas por los fornidos brazos del atlético danseur. que estrechó el cuerpo armonioso de la desdichada Gaby. La última vez que apareció Gabriela en escena. tal vez para hacer saber a sus admiradores que la vida es una eterna mueca simiesca. o si quizás impulsada por alguna recóndita tara calimántica. danzó con un asqueroso chimpancé entregándole. al terminar la danza erótica. la garganta grácil y los labios sensuales a la repugnante alimaña para que los acariciara con bestial lubricidad. Sin embargo. esta maldita y encantadora joya babilónica. al sentirse próxima a la tumba. tuvo un gesto noble que le ha colmado de póstumas simpatías. Ordenó. que sus joyas valoradas en dos millones de francos. joyas que en verdad no ganó con su voz ni con sus danzas. sino con los encantos y virtuosidades de su cuerpo. con las esmeraldas de sus ojos. y con el venenoso rubí de su boca. fue distribuido entre los obreros pobres de su pueblo natal. Su mágica quinta sibarítica de Corniche. en los
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alrededores de Marsella, fue donada para un hospital de niños tuberculosos. Sus últimas palabras, al morir, fueron estas: tengo treinta y ocho años, y aún estoy bella y fresca: pero, es un momento oportuno para morir, ya que he vivido dominando a los hombres y a París, como una reina. A la verdad. después de Petronio, nadie se ha retirado más ecuánime y dignamente. Que Júpiter la haya acogido en sus brazos olímpicos. con la misma ternura y febril anhelo que dispensó a Leda. la adorable y armoniosa esposa de Píndaro...
EN NOTRE DAME
Cuando llegué a la Cité, sentí la dicha inefable del que está próximo a cumplir una promesa largo tiempo ofrecida: oír una misa en la vieja Basílica de San Luis, la maravillosa sinfonía pétrea, que dijo el inmortal autor de la "Leyenda de los siglos". Al instalarme en la nave central, junto a una de las columnas, en cuyos fustes y capiteles el astro todopoderoso fundía sus rayos en rica policromía, el órgano Cliquot, de cinco clavicordios y seis mil tubos, registró un re mayor, miré a las naves y a las bóvedas laterales, buscando a Dios, a Esmeralda, a Cuasimodo y al gran Emperador: a los quinientos músicos y sesenta mitrados que entonaron el Tu es Petrus, la mañana glacial y serena del dos de diciembre. Poco después principió la tragedia cantada del Divino Redentor de la humanidad; y parecíame, al conjuro evocativo, ver al Papa Pío VII, al anciano prisionero de Fontainebleau, intentando colocar, con trémulas y arrugadas manos, las coronas imperiales sobre la amplia y armoniosa frente del corso olímpico y tonante, y sobre los rizados bucles de Josefina, la criolla sensual, capitosa y estéril, en nombre de Jehová, Dios de Is145
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rael y Padre del mundo; a la nobleza podrida, libando hiel bajo la bota del despiadado y sanguinario taumaturgo que con la punta de su espada había exhumado la ensangrentada corona del idiota Luis XVI, perdida en los fermentaderos de París; y sentía, por el mismo poder evocativo, los clarines, el redoblar de los parches y el batir de los cacos del fogoso y cabriolante caballo del Coq Empenaché dufaubourg Saint Germain, martilleando el pavimento de la explanada de Notre Dame; la voz del fastuoso Joaquín Murat, a la sazón Gobernador de París, comandando la suprema parada de los grisáceos, heroicos y roñosos veteranos de Marengo y de Rivoli, que hicieron guardia de honor en la coronación del César armipotente, y el ronco bramido de los ciento un cañonazos lanzados por las piezas de fuego que habían rodado sobre las llanuras pantanosas y heroicas, y que, a manera de un estilo bélico, subrayaron las más gloriosas páginas de la historia de Francia, escritas por las garras rampantes de Napoleón, el águila caudal máxima. Cuando el coro salpicado de voces blancas y celestiales, entonaba el último salmo litúrgico, abandoné el interior de la Basílica Mater, y fuera, mientras una muchacha rubia y estrepitosamente grávida me pedía limosna para un viejo que parecía ciego, que con morral de cuero y saxófono en bandolera, comía con voracidad pan y morronga dorada y grasosa; y un granuja sarcomatoso, de nariz tan exageradamente dilatada que se le vislumbraban los sesos, me insinuaba medallas y relicarios, fincaba mi atención en el frontis, donde los reyes de Judea y de Israel muestran, en bajos relieves, solemnes y severos, sus barbas pétreas y torrenciales; sus mítras y sus báculos pastoriles; saludé con reverencia y honda pena a San Dionisia, el areopagita, que sostiene entre sus manos sarmentosas, su propia cabeza infantil y de lánguidas guedejas. La estatua de Carlomagno, el hijo de Pepino el Breve y de Berta la de los grandes pies, Empereur á la barbe jleu-
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ríe, besada por el sol, que todo lo alegra y enluce, pren-
día en sus espesas gualdrapas que cubren las ancas de su corcel de guerra y en su espada erecta y prócer, un tono sepia, suave y bello; y parecíame oír también entre los botareles de la Basílica los vagidos del expósito D'Alembert, y la voz del Mariscal Pedro Francisco Carlos Angereaux. el Duque héroe de Castiglione, que le decía al peripotente Capitán: Sire, para coronar esta coronación.
dignamente. solo faltan los quinientos mil cadáveres tendidos por vuestra ambición, en los campos de batalla.
EL CARDENAL RICHELIEU Hoy he visitado la tumba de Armand Juan Duplesis, Duque de Richelieu, el famoso Ministro corta pescuezos de Luis el Justo, el que llevó en hombros, con talento y sumo carácter, el trono, la corona y las intrigas del bondadoso y aburrido rey cinegeta. Los mármoles que guardan los despojos del grande hombre, están en una de las capillas laterales de la pequeña iglesia de la Sorbonne, edificada por él mismo;, y representan al ilustre levita, in extremis, mientras una mujer joven y bella llora de hinojos sobre los armoniosos pliegues de la cauda cardenalicia, y otra, joven también, yen la que yo, por mente pecaminosa, creo reconocer a su complicada maitrisse Madame d'Arguillon, le sostiene, afligida, la armoniosa testa, en ritmo mortal. El cicerone de la Capilla, ceremonioso, ambiguo de líneas y andares, que junto a las barbas del ilustre prelado vende postales del panfilosófico establecimiento, me dice que las compungidas mujeres que acompañan al Cardenal, son sus sobrinas. -¿Sus sobrinas... o sus hijas? -¡Oh, no, Monsieur... ! El Cardenal no podía tener hijas, acaso sobrinas -me dijo, y se sonrió picarescamen149
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te; luego supe que las hembras bellas y tristes simbolizaban la Religión y la Ciencia. Sobre la tumba, como una lámpara votiva tallada en un rubí, asido a la comba del techo, pende el capelo rojo de terciopelo que cubrió por última vez última vez la felina cabeza del gato montés, como le llamaba Monsieur de Treville, el heroico capitán de Mosqueteros de su Majestad. No teniendo más nada que ver, salí del pequeño templo de la más grande basílica mental de Francia, llevando en el bolsillo trasero del pantalón, una copia fotográfica de la mascarilla macabra de su Eminencia, del soberbio aguilucho de Luzón que por tantos inviernos se anidó en el nido tibio y voluptuoso de María de Médicis, y que el cicerone de decires y andares ambiguos, me indicó comprara como curiosidad indispensable para mi álbum de viajero. Fuera, me llamó la atención el numeroso público que rodeaba el busto de Augusto Comte, que adorna y prestigia la plazoleta de la Sorbonne. - 6'Q ue- pasa....? -¡Oh, mon Dieu! Los estudiantes del Quartier, habían hecho una de sus travesuras: le habían puesto al ilustre jefe del positivismo, bigotes a lo Kaiser, yen la boutonniére de la filosófica levita, una flor de forma lúbrica y algo más grave aún: le apocoparon el apellido. ¡Oh, mon Dieu... !
EN EL PANTEÓN
Antes de salvar el pórtico donde Angers ha cincelado a la Patria entre la Libertad y la Historia, repartiendo coronas a sus hijos predilectos: los políticos célebres, los sabios, los artistas, los soldados de la República y los del primer Imperio; y Santa Genoveva, patrona de París. suplica al implacable vergajo bíblico, al dragón apocalíptico. al martillo del mundo, al férreo y brutazo Atila. respete su amada ciudad; y San Remigio. con la redoma del cisma que le trajo la paloma paracléctica y milagrosa. unge la frente del heroico Clodoveo, Rey de las Galias, nos descubrimos frente al potente y maravilloso bronce de Augusto Rodin: el Penseur que, apoyada la barba en el dorso de la diestra, contempla la humanidad que pasa por los albañales de la vida. Dentro ya del templo. cuando contemplábamos el armonioso tambor. listos del goce de los frescos que ilustran el establecimiento, sentí una voz ronca y subterránea que salmodiaba aux cryptes, aux caveaux, aux tombeaux les visitants. Los salmos profundos y quejumbrosos. provenían de un viejo gordo con el pecho chorreando cruces y medallas, yen la diestra. un copioso llave151
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ro, al que seguía un tropel de visitantes que forcejeando por tomarle la delantera, se dirigía hacia el ábside del templo. -¿Qué pasa? -le pregunto a mi piloto. -Nada, sígueme, hemos llegado a tiempo, vas a conocer la cripta. El viejo apoplético una puerta, pequeña y fuerte como la de un presidio medieval, y principiamos a descender por una escalera penumbrosa que desprendía un fuerte y raro olor a murciélago y orin de gato. Cuando llegamos al término, el cicerone, con la barba descansando en la grasosa sotabarba, mirando siempre al pavimento, principió a darnos una conferencia sin puntuación, automática, sobre las particularidades de la más ilustre bodega de huesos ilustres de Francia. -Esas columnas, señores visitantes, no están hechas de cal y canto como seguramente piensan Uds., sino de piedra sobre piedra, separadas por una lámina de acero, y es por esto, señores visitantes, que Uds. no sienten la humedad, a pesar de la profundidad a la que estamos; y contraía el rostro apretando los ojos como si hubiera dicho la última palabra respecto a la casualidad y finalidad del Cosmos, limpiándose la frente cretina y roja, por la que destilaba sudor y ajenjo como un filtro. Después, fue deteniéndose frente a las tumbas de Juan Jacobo Rousseau, Voltaire, Víctor Hugo, Lamartine, Zolá y otros grandes hombres de ciencia y de arte, haciéndoles sus correspondientes y mecánicos panegíricos, hasta que llegamos a la galería de los célebres anónimos (si me permite la paradoja); en ella reposan el famoso químico Berthelot y su amorosa y honorable esposa, madame Berthelot, la única mujer que duerme en el templo nacional de la sagrada colina de Santa Genoveva. Tal distinción la hizo el Gobierno Francés, para honrar la lealtad conyugal: Madame Berthelot murió el mismo día que murió el ilustre profesor de termoquimia, debido a la profunda pena, al cruento dolor que experimentó su alma de An-
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drómaca cuando le dijo adiós para siempre, al que había sido dueño y señor de su corazón. En una píxide vimos el hermoso ;-ubí que animó el alma gloriosa y vehemente del león tuerto de la Alsacia: el corazón de León Gambetta. Cuando el viejo rechoncho y sudoroso terminó sus conferencias, ascendimos por la escalera, precipitadamente, tocamos el temor de quedarnos en aquella bodega gloriosa, en aquel sombrío y maloliente hipogeo. El mecácino Demóstenes de colocó, discretamente, en la puerta principal, sosteniendo entre sus espesas y velludas manos la mugrienta gorra de estrepitosa cucarda y rutilantes galones, esperando, con los ojos cerrados, los francos que tan digna y sabiamente se habían ganado, francos que él contó con los ojos completamente abiertos y la boca cínicamente sonreída.
EL MUSEO DEL LOUVRE De este maravilloso cofre del Louvre. solo me interesan. por hoy. las dos diosas máximas: la de Milo y la de Florencia. En la capilla de nuestra Señora de Milo. la diosa de centelleante carne marmórea, recordé lo que dijo Teófilo Gautier "Bajo las Bombas Prusianas": -"Esta diosa no será jamás alemana". Y continúa. "Cuando las hordas kantiskas y hegelianas avanzaban sobre París. quitaron de su pedestal a la Venus asombrada. y metieron el divino cadáver de mármol en una caja de encina. en forma de féretro acolchado con algodón en rama. de modo que ningún contragolpe o rozamiento alterase los puros contornos de aquel luminoso cuerpo. De noche. unos hombres de absoluta confianza bajaron la preciosa carga por una puerta secreta del Louvre. para depositarla en el subsuelo de la Prefectura de Policía. donde habían preparado una fosa para la gloriosa resucitada. de quien iban a apoderarse, por un momento. las tinieblas. después de haberla guardado tantos siglos. Cuando iban a volverla sobre su pedestal, ara de la belleza. para entregarla de nuevo al amor de los artistas y 155
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los poetas, desventurados con su ausencia, sobrevino la Commune con su nube de bárbaros, no descendidos de las tinieblas cimbrias, sino brotados por entre los adoquines de París como impuro fango; se salvó también, el día en el cual, queriendo hacer funerales dignos de ella, hizo arder como trípodes, al paso de su séquito funerario, los monumentos de París, inundados de petróleo". y la espada de Gallieni, la salvó el año terrible de mil novecientos catorce, cuando las hordas gépidas de Guillermo, bajo el comando de Van Kluck amenazaban pasar a saco y cuchillo la más luminosa ciudad del mundo, y la salvarán siempre, porque escrito está, en los libros apolónicos de "Delfos", que la carne de mármol coralítico de la Diosa no fue cincelada para calmar la lujuria brutal de las bestias hiperbóreas, que dijo Nietzsche. De la túnica que al ras de las crestas ilíacas cubre, a medias el pubis, ascendí por la armonía pentélica de los senos, hasta el deseo de violarla y de repetir con el desdichado Marqués de Targuini: "un alma agotada por haber soñado durante una hora frente a la belleza de una Venus desnuda, o casi desnuda, no tiene aliento, siquiera, para encarar un par de botas"; y con Verlaine, interrogar: "¿es de mármol o no, la Venus de Milo"? De la capilla de la Diosa Cipria, pasé a la capilla de nuestra Señora de Vinci. Diez años estuvo Leonardo buscando con los pinceles una sonrisa que se le había perdido en los labios de un discípulo predilecto, muerto a destiempo. La verdad es que la sonrisa de la Mona Lisa fue su obsesión estética. La encontramos en Un estudio para la cabeza de una virgen; en la Adoración de los Magos, en La Virgen de las rocas; en la Virgen de las balanzas; en una cabeza de Cristo; en la bella Forronniere; en su San Juan Bautista, aparece siempre la misma sonrisa. Esta predilección no me sorprende. Fidias y Praxiteles tomaban como arquetipo, como único modelo para sus estatuas venustas, el cuerpo armonioso de sus queridas. Ticiano Vicelli de Cador,
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el ilustre Caballero de la Espuela de Oro y gentilhombre de la Cámara de Carlos V, pintó a su amante, la bella Violante, como sacerdotisa de la lujuria, como bacante, junto al satirillo Pampino, en su famosa "Fiesta báquica"; y el Sanzio, en epístola estimable, afrrmaba a Baltasar de Castiglione, que para pintar una mujer bella y hermosa, había que tener una mujer más bella y más hermosa, cuando menos. Dante en el "Convito", en un libelo de amor, refiriéndose a la Portinari, dice: "para que se aparte todo pensamiento impuro, recuerde quien la vea, que ya he escrito, que el saludo de esta mujer, operación de su boca bella, fue mi supremo deseo mientras pude recibirlo, y cuando lo recibía, no sólo me hacía olvidar a mis enemigos, sino más aún, una llama de caridad me obligaba a perdonarlos"; y agrega: "en dos partes del rostro humano se manifiesta el alma: en los ojos y en la boca: la boca es el término del amor".
CALlMÁNTICAS Estaba un dandy de provincia contemplando la exposición veraniega de las "Galerías de La Fayette", cuando se acercó a las vitrinas un matrimonio de mala catadura que llevaba sujeto a una cadenilla un Lulú, blanco como un copo de algodón, que se permitió el irrespetuoso capricho de tomar los pantalones del elegante, de columna mingitoria. Cuando el acicalado espectador se sintió tibiamente humedecido, buscó la fuente y le propinó un par de bastonazos en el lomo. El dueño del falderillo sacó la pistola y le partió el cráneo al petimetre, con la tranquilidad con que se hubiera tomado un Pernod. Pero bien, me decía yo, que, atraído por esa curiosidad trágica inexplicable, me había trepado en un banco a ver agonizar al interfecto; pero bien, ese salto incivil, más que incivil, indecente, ¿es acaso descendiente de la jauría mitológica de Diana; o del fIlántropo Barry, aquel San Bernardo cuyo monumento está a la entrada de la Necrópolis canina de Amiers? ¿Es acaso de la estirpe del celoso y fiel lebrel de "Kordofán", que acompañaba a Cleopatra en su galera de oro y marfIl por las sagradas aguas del viejo y famoso Nilo? ¿Tendrá acaso sangre del 159
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imperial "Penitas", a quien el ilustre Macedón elevó una ciudad en recompensa a sus zalamerías; o del consular "Fortuné"; aquel lanudo favorito de Josefina, a quien el general Bonaparte, desde las ensangrentadas y victoriosas llanuras de "Marengo", la misma noche trágica en que perdió a su querido Desaix, y en la misma epístola en la cual comunicaba a la sabrosa criolla la derrota del Barón de Melas, enviaba cariños para el travieso "Fortuné", a quien conspiraba más feliz que él; Fortuné, que tantas veces durmió en el cesáreo redingote del Petit Caporal y jugó al escondite con el Gran Emperador entre los bronces, estatuas y gobelino de las Tullerías? ¿O nieto, siquiera de Bárbara, aquella linda perra de aguas, de verdes ojos fosforescentes, que en la urna de mwfil de Brujas, la mística y priápica ciudad de los canales muertos, impregnada de bergamota yagua de Portugal, prendía monstruosas bramas y lujurias hipotéticas en los cerebros de sus queridos, aquellas dos carroñas finiseculares, el ceremonioso Señor de Brouguelon y el bifurcado y vesánico Señor de Mortimer? Pues nada de esto; el culpable del grosero homicidio de las Galerías de La Fayette, es 10 que los ingleses, con mucha propiedad, llaman un dung hunter... La prensa ha comentado el crimen llamando la atención al Prefecto de la Policía, sobre la necesidad que tiene París de un reglamento perruno, que marque hasta dónde y cómo se debe amar y castigar a los perros, porque es muy posible que esta zoofilia aguda le traiga un lamentable conflicto internacional a Francia. ¿Si el dandy, en vez de haber sido un mozo bretón, como se identificó después, hubiera sido el Príncipe de Gales, de incógnito? .. El caso de histerismo canino que presencié hace algunas tardes en un café aristocrático deljaubourg, está pidiendo reglamento, no; estricnina a pasto. Una bella dama rubia y estival (esto es trascendental para el pronóstico), estival, y de porte muy gentilísimo, daba de comer
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a un dogo viejo, rechoncho y asqueroso, pedacitos de bizcocho humedecidos en un vino color de topacio, limpiándole a intermitencias, con vaporoso diminuto pañuelo, y marcada ternura, los ojos húmedos, pedigüeños y rojos como los de un viejo Sultán atacado de tracoma. El artrítico dogo se lamia y relamia los belfos lúbricos y colgantes con una virtuosidad que me puso en ascuas. ¡Para esos perros, estricnina a pasto, y para esas histéricas, estivales y calimánticas, el Juez Civil a tiempo... !
DE RE GASTRONÓMICA El arribo nocturno a las ciudades me encanta, porque sus luces me evocan la trémula luminaria macabra de las noches de noviembre en la vieja ciudad colonial donde nací; noches llenas de encanto luctuoso, engalanadas de azucenas, de gavillas de rosas y de gavillas de lirios; impregnadas de fuerte olor a incienso y a cera quemada, y del fúnebre lamento de los catorce campanarios de las catorce iglesias, pidiendo a los vivos oraciones para la paz eterna de los muertos. Para bisbisear un soneto sobre los huesos del pauvre Lelian, ya conocí el cementerio de Batignolles; para rezar una oración satánica sobre los mármoles que cubren la carroña torturada de Baudelaire, y otra en la del funambulesco Theodore de Bamville, conocí la de Montparnasse, la necrópolis más lírica, la que guarda en su seno los locos más sublimes. Mi devoción por el desdichado Cocoricó del Androginismo, Reading 33, y por Alfredo de Musset y su ardiente y bella querida y cuñada, la noble Aimée lrine d'Alton, ya he conocido también al Pére La Chaise que es el cementerio que guarda más cabezas sabias, tales como la de La 163
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Fontaine y Moliere. sus primeros huéspedes, y los corazones sensitivos de La Martine, y los de Abelardo y Eloísa en sus nupcias póstumas. Esta tarde, impulsado por mi necrofilia. paséome por los silenciosos boulevares del cementerio de Montmartreo cementerio que a mí se me antoja una pequeña ciudad liliputiense. En busca de tumbas ilustres me acompaña Monseñor Goussard: disertábamos con filosófico recogimiento sobre la inmensa realidad de la muerte y sobre la ridícula falsedad de la vida, y súbitamente, con marcada alegría en los ojos infantiles y azules. mesándose con nerviosa voluptuosidad las espesas y rubias barbas. golpeó con la contera del paraguas una tumba diciendo: -¡Aquí está mi hombre! -¿Cómo. descansa aquí su padre? -No. quien descansa aquí es el gran Brillat de Savarin. Efectivamente, la estela fúnebre me aseguraba que en el fondo de aquella tumba reposaban los restos del autor de la Fisiología del gusto. del refinado gourmet que había proclamado. que un pueblo civilizado no podía vivir sin buen café y vinos viejos. El hombre que daba más importancia a un faisán ahogado en salsa a la Santa Alianza. que a un honrado período legislativo. El que había asegurado. sinceramente, que era más difícil rellenar un pavo con huevas de lamprea. que dirigir un imperio. Que valía más un buen cocinero. que un buen senador; que Vate!, el heroico suicida de Versalles. era mil veces superior a Luis XIV: que una mujer sin apetito era un animal despreciable: que el descubrimiento de una nueva salsa brindaba más felicidad al género humano. que el descubrimiento de un nuevo astro: y por último. que la cena era el acto más voluptuoso de la vida. y lo demás pura representación impertinente. Luego, recorriendo las ringlas macabras. encontramos las tumbas de Heine, de Offembach; la de Murger. la del mariscal Lannes, la del duque de Montebello, la de Alejandro Dumas hijo. y la de su inolvidable camelia tísica:
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la del enorme y armonioso Theo. Gautier, en cuya lápida, lívida ya por el tiempo y destartalada por los mandobles de la intemperie, leí unos versos que me conmovieron por lo tiernos y sencillos. Con la amarga realidad de la muerte a cuestas, y la profunda tristeza de dejar en húmedo y estrecho nicho al pontífice máximo de la table francesa, al exquisito sibarita, al hombre distinguido en las ciencias y las letras de su época, al decir de Hosstman, abandonamos la ciudad del silencio para entrar en una tumultuosa y aristocrática taberna de Montmartre, a tomar sendas copas de ajenjo y cenar con el apetito y la devoción que recomendaba el más ilustre artífice de las voluptuosidades sápicas.
EL BOSQUE DE BOLONIA Para el histérico y artificioso Don Juan de Floressans, la naturaleza no es otra cosa que un monótono almacén de árboles, y una banal agencia de montañas, ríos y lagos. Para mí, en cambio, es un elixir que me tonifica el pensamiento, el alma y la médula. en los ríos musicales y errabundos, gozó la lira de Orfeo; en las aguas estancadas, presiento el alma de Calipso, reina del silencio y de la isla de Oggia; y en cada árbol, un maestro de la bondad, un filántropo, un higienista y un profesor de ternura y de inocencia. El excelentísimo Dominus Byron sintetizaba la belleza de una nación, por la belleza de sus mujeres, para mí, la cultura de una ciudad y de una raza, depende de su amor y respeto por las plantas. Y nada tengo de común con el émulo de Leandro. Mauricio Barrés, el ilustre cultivador del yo afirma que el hermoso filosofar bajo los árboles, esos tristes albergues de las llanuras donde gimen las hienas sentadas como grandes gatos sobre tumbas; y agrega, que atravesando JeIjes con el inmenso ejército que conducía contra Grecia, encontró un árbol tan bello y tan hermoso, 167
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que sintió por él tanto amor y admiración, que le colocó collares y brazaletes en sus ramas, y luego le puso a su servicio un hombre inmortal, un centinela perpetuo, esto es: que muerto uno, le reemplazaría otro. De la rama de los sauces melancólicos se colgaron las arpas bíblicas. Con la carne de los cedros más preciosos, se hicieron los puentes de las liras y las cítaras más armoniosas y perfumadas. Alejandro ofreció una taurobolia blanca a una encina de las rumorosas orillas del Termodonte, porque a su sombra había platicado de cosas de amor y de guerra con la amazona Telestres. Cabe el árbol de la ciencia del bien y del mal, se comíeron la primera fruta del pecado, que indigestó el alma de Adán y el alma y el cuerpo de Eva. De la sangre de la vid, hizo Baca la escala que conduce a la felicidad. En el rudo leño del calvario, exhaló su último aliento el Redentor del Mundo; yen los brazos de una higuera vengativa, pagó Judas su traición. Cuando llegué al corazón del Bosque de Bolonia, no pude menos que saludar a la más civilizada selva del mundo, con la oración breve y sencilla que acostumbrada a rezar Beethoven, cuando se recogía a concebir sus maravillosas pastorales bajo los abetos floridos, o de los pinos quejumbrosos: "¡Arboles, santos árboles, bendíganme y préstenme vuestra inocencia para seguir siendo bueno en este mundo! ..... Atraído por mi otra predilección, la de las aguas tranquilas, híceme conducir a los grandes lagos por mí compañero, y banquero centroamericano color de café con leche, oscuro, que delira con el rojo lacillo de la "Legión de Honor", las mujeres rubias, las sortijas de complicados camafeos y las corbatas de estrepitosas tonalidades. Sobre el moaré verde putrefacto, ligeramente lisado de las aguas, parejas de amantes bogaban en pequeñas falúas; ellas desnudos los brazos y los cuellos, más blancos y satinados que los cuellos de los cisnes que con olímpicos gestos escoltan las navecillas citéreas y en cu-
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yas pupilas metálicas, adivinaba el deseo perverso, la lúbrica travesura acuática de Júpiter, la de hundir sus proras heráldicas y celosas en los núbiles regazos y las rosadas colinas de sus senos muelles y capitosos. Una barca timoneada por un caronte rechoncho y jocundo. nos llevó a uno de los islotes que están en el gran lago. donde tomamos un té a la inglesa que me supo sinceramente, a infusión de cañafístolas. Más tarde, occiduo. el crepúsculo de suaves oros y discretos azules. mientras pasábamos rodando vertiginosamente sumergidos en el vientre de un hipogrifo próximo a los armoniosos flancos del "Arco de Triunfo", del más grande y solemne catafalco del mundo. porque bajo su comba, al decir del genial meteco Daría, se veló el cuerpo del papa Hugo. rumbo a la orilla izquierda del Sena, sentía la nostalgia de no haber podido aspirar durante toda la tarde virgiliana, como lo había bautizado el banquero centroamericano color de café con leche. oscuro el almizcle de nuestras majadas. el aroma sensual de nuestras selvas tropicales que embalsama con urgencia de cantárida. si no un polvo supercivilizado. sagrado. si se quiere. pero más peligroso que un Simoun.
MADEMOISELLE REGINA WEIS Junto a la fuente de María de Médicis, la fuente donde las palomas blancas y las palomas rosadas refrescan sus gargantas sitibundas, y los gorriones bañan sus plumajes grises, he conocido a esta mujer altamente interesante y rara. Mademoiselle Regina Weis no es la fiera sinfónica y sensual de que habla el exquisito poeta, ni la hiena que no perdona ni a los vivos ni a los muertos. Regina es el lirio semítico, el canoro Embajador que ha presentado credenciales de Filomela en el voluptuoso "Santuario de Dione", templos cargados de esencias exquisitas, de complicados misterios. Su alma y su violín pueden cantar sobre la tumba de Orfeo, hacer su nido en el corazón de Alfredo de Musset, o en el Apolo, el divino liróforo del Olimpo. Mademoiselle Regina Weis es un espíritu altísimo, es el mismo espíritu de la música, la potencia excelsa que transforma la tristeza en alegría. La armonía plástica; las formas frágiles y gráciles de su cuerpo; la melena leonina, tempestuosa, de heroico corte beethoveniano; las mieles inocentemente turbado171
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ras de sus labios y de sus profundos ojos jetatores, y sus manos virtuosas y perfectas, me asedian con la terquedad y la violencia de una deidad perversa, o de un filtro maldito. Ya principiaba a conocer en Paris a la encantadora violinista de los ojos negros, rutilantes y arcanos. Los estudiantes del QUARTIER LATIN la idolatran y van a ella, como las fieras al conjuro de la cítara órfica. El célebre Emilio Tavan le ha augurado un radiante porvenir, un fulgor de estrella; el "Conservatorio de Música de París", ha adornado su frente virginal, pálida y noble, con el laurel triunfador. Junto a la fuente, el rumor de la fuente, buscando la doble voluptuosidad de la armonía y de la penumbra, tal vez para escribir, un soneto verlainiano en el pétalo ya marchito de una rosa, la conoció el poeta, y la conocí yo por gracia del poeta. Ella le enseñó, luego, a amar la música, porque amando la música, la amaba a ella; y la huella que dejó su sandalia azul en el espíritu hastiado de él, es profundísima, ineludible. El aeda ha escrito un libro de carácter muy íntimo, "Ave Regina", y Regina lo llena todo; pronto escribirá otro libro, y también lo llenará Regina, porque su alma es de Regina, y solamente de Regina. Una noche en que se hallaba ebrio de inspiración, oí que le dijo a la "Venus Azul", a la "Venus Gris", a la "Venus Blanca", a la "Venus Roja", a la "Venus Negra", y a la "Venus Rosa", estando en su Harem fabuloso, inverosímil: "vosotras sois las fieras sinfónicas y sensuales, las hienas que no perdonan ni a los vivos ni a los muertos;
pero Regina es y ha de ser siempre, para mí, la eterna sustancia pía, la criatura inmaculada y excelsa en la poesía y en la realidad", la hermana menor de la ideal y mística Bice Portinari, que por devoción del divino y rebelde panfletista florentino, vivirá, sempiternamente, en el Empíreo.
OTRO BOLO PACHÁ Essad Pachá. general turco. ex comandante de la fortaleza de &utari y Caballero de la Legión de Honor. fue muerto hoy en la mañana en momentos en que salía de su residencia del hotel Continental, acompañado de su bellísima y joven querida. Colvet. su agresor. le dio dos balazos: uno leve y otro mortal en el corazón. Cuando el homicida fue llevado a la primera estación de policía. declaró llamarse Colvet, y ser estudiante de pedagogía. que había venido de Albania. de donde era natural, a Roma. y de Roma a París a terminar sus estudios; que no había premeditado agredir al Pachá; que habiendo venido a buscar a su secretario, y al verle tan altanero. insolente y satisfecho, paseándose del brazo de su cocotte. después que había asesinado a tantos albaneses y de haber comerciado con su patria. una ola de indignación le subió al corazón y dominándole el cerebro le había perdido; que no era un asesino vulgar. sino un caballero y un patriota. ¿La justicia francesa que sacó en libertad al asesino de Jaurés, el gran orador socialista encontrándole atenuación al crimen. por haber sido de haber sido éste realiza173
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do a impulso de un sentimiento patrio, éste llevado a en momentos de exaltación, condenará a este joven patriota, por la agresión llevada a cabo en la persona del jaguar Essad Pachá? El caso de Jaurés es distinto: era un apóstol, un convencido: su vida fue consagrada enteramente a la redención de los oprimidos. Detrás del fragor de la guerra él veía estas ruinas: hogares sin amparo, huérfanos obligados a mendigar la subsistencia, la juventud tronchada en flor y caída en el surco trágico. Si era un anti-militarista, lo era por el bien de la humanidad. el general Essad Pachá era el reverso de la medalla: ignorante, ambicioso, asesino, corrompido, cruel, traidor, no sabía sino de sus egoísmos y de sus ambiciones. Para satisfacer su fiebre de oro y de poder, era capaz de las más dolorosas combinaciones por monstruosas que fueran. Había ofrecido su patria, primero a los alemanes. después a los ingleses: pero ya, anteriormente, había servido como instrumento de crueldad a los turcos. París, que vio sus sibaritismos asiáticos y sus ridículos rastacuerismos, ha contempaldo esta mañana su cuerpo de traidor ahogado en su propia sangre. Será Colvet un alucinado o un moderno Bruto que ha querido castigar con su propia mano el iscariotismo, las villanías y crueldades del ex comandante de la fortaleza de Scutari?
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Hace año y medio que este moderno Barba Azul ocupa la atención de Paris. Los hombres que hicieron la Victoria y que se empeñaron en hacer la Paz están en cuanto a resonancia muy por debajo de Landrú. Cuando su nombre aparece en los diarios, no se habla de otra cosa más que del refinado asesino, sobre todo las mujeres que son masoquistas por idiosincrasia por un hombre cruel que las sangra moral y fisiológicamente, dan la vida y la libreta de cheques: a un esposo bondadoso, fiel y gentil, lo transforman en un Anteo o en un reno de cornamenta tan esplendorosa, que la incapacita a pasar bajo el "Arco de Triunfo". Monsieur Landrú está acusado de haber destripado once mujeres, un perro y tres gatitos de Angora. Su táctica era realizar las propiedades de sus amantes y ya liquidados sus intereses, las invitaba a pasar la luna de miel en su ya legendaria quinta de "Gambais", una pequeña Arcadia en los aledaños de Paris: una vez que entraban a la mirifica trampa, previamente insensibilizada bajo la piadosa bajo mascarilla del éter, las descuartizaba con la tranquilidad con que un carnicero descuartiza 175
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su ternera, quemando los rosados y voluptuosos trozos se carne femenina en un hornillo crematorio. Hace meses que la policía trabaja tesoneramente por descubrir los crímenes del vampiro Landrú y sólo ha conseguido estas pruebas: un carnet con los nombres floridos de once mujeres y una pijama de seda ilustrada por una horripilante fauna asiática, y una ligera mancha de sangre cuyo origen no se ha podido determinar. En el último interrogatorio, Landrú hizo derroche de serenidad, de humorismo y de cinismo repugnante; entre otras cosas dijo: esas mujeres son mis amigas, yes bueno que sepan los señores jueces, que cuando me determiné a matar, mataré hombres y no infelices mujeres e indefensos animalitos, y paseó una mirada sádica, y una sonrisa felina y húmeda, de marcado impudor, por toda la sala. La jascies de este malvado Mariscal Gil de Rais, delatan al asesino, al ladrón y al satánico, y tales estigmas me aseguran que no tardará mucho sin que le rompan a balazos el cráneo dolicocéfalo en los pozos de Vincennes, o que su cuello reciba el beso frío e inexorable de Luisita, ya que como el maldito carnicero sodomita del castillo de Tiffauges, ha venido a este mundo bqjo la influencia de una estrella que lo guía a hacer monstruosidades que horripilan a los demás hombres.
EL MUSEO DE LUXEMBURGO Las obras de arte, antes de aposentarse definitivamente en el Louvre. que es donde reciben la consagración inmortal, tienen que soportar en el Luxemburgo los dardos de la crítica y el beso del tiempo. ese viejo severo que mejora el vino, destruye los césares y sus imperios. De la galería de mármoles y bronces, me llamó la atención un pantélico que simboliza el dolor: un joven ciego lleva a hombros a un anciano paralítico, que me recuerda a Eneas salvado a cuestas, del incendio de Troya, a su paso Anquises. El esfuerzo del desdichado mozo y la torpeza filosófica del viejo paralítico, están representados sin exageraciones ni violencias, con perfecta medida. Un Narciso de suave euritmia. precioso como una flor, pero que conserva. a pesar de su delicadeza, su fondo varonil. Una Salomé con una serpiente envuelta en el torso; el oficio, con la lengua afuera asoma la cabeza por la delicada axila ojival buscando el seno núbil y turgente donde poder atarle el néctar de la vida. Los hechizos de la elástica y cruel hija de Herodías me exaltó el deseo cruel de poner a sus pies, breves y finos como una centauresa, la cabeza de todos los Juanes. 177
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Un mármol más. Pan. niño aún. inocente. tendido de bruces, da de comer panales de miel a dos cachorros de oso; en la tensión de las orejas y el rabillo. y en toda la expresión caprina se ve la fatalidad genésica de la velluda divinidad. que en el futuro, ha de llenar la selva con los sones de su siringa y sus deseos incontenidos. De las ricas pinacotecas, un retrato de Paul Verlaine, por Carriere, que es el mejor retrato del olímpico bohemio, donde con mayor grandeza está representado el pecado y el arrepentimiento, dualidad que hizo inmortal al fauno divino y maldito. "El éxodo de Caín" es una verdadera sinfonía de dolor, que al contemplarla. nos inclina al bien por temor a un castigo igual. El desgraciado homicida de Abe!, el ambicioso Caín. dilatadas las pupilas sanguinolentas, parece como si tiembla su cuerpo casi desnudo al peso de su remordimiento y de la maldición del señor mientras marcha a largos trancos por el camino polvoriento de su interminable éxodo. Una alegoría de Gustavo Moreau: una sirena a horcajadas en un león alado y yacente en una isla del Adriático. verde, suave y bella como una esmeralda. El retrato de una empingorotada dama. que supongo española. por las manos finas y espatuladas. por la piel mate. por los cabellos azules por lo negrísimos y por los ojos como los de Lady Falkland vistos por Claudia Ferrere al amparo de un crepúsculo del Cuerno de Oro.
LA CHIFONNIER Yo siento una predilección morbosa por esos seres estiercofílicos. De vuelta de la orgía, cansado y avergonzado de la orgía, a muy altas horas de la noche, los he observado y seguido discretamente, hasta sus guaridas. El trapero, a plena luz, pierde su personalidad, en cambio en la noche, hurgando y oteando en las sombras como una hiena, se magnifica. Mezcla de Job y de Pirrón, con la misma impasibilidad, con igual amor recoge su guano en el hospital donde el cáncer corroe la entraña que junto a la mansión donde desborda el champagne, la música y los placeres. Para él, tanto vale la liga de seda que ciñó la pierna o el encaje que adornó el pecho mórbido y aristocrático, como la venda impregnada de podre, que cubrió la pústula maligna. Hay entre estas escorias humanas, doctores, abogados, comerciantes, filósofos, y hasta monjas y curas de jroqués, que la mano de Dios ha arrojado al fango, como un castigo. Diógenes, grandes apasionados, artistas, grandes decepcionados, rebeldes que no han querido someterse a la maldita camisa defuerza social, que necesitan su libertad a outrance; a que tal vez, si obedeciendo 179
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a taras que ni el ambiente ni el tiempo han podido extirpar, prefieren soportar con estoicismo los vapores nauseabundos de los detritos en fermentación, a la mentira, a la falacia, al mimetismo, a la intoxicación perfumada del mundo y de la sociedad. En un muelle próximo a Notre Dame, tal vez si en el mismo sitio donde el Chijfonnier de Charpentier, al rayar el alba entonaba su himno, no a Molic, ni a Mercurio, el de los pies de níquel, sino a Dios, en la creencia de que todos los poderosos han de cruzar su mismo camino de podredumbre y de tristezas, dos bambinos engurriñados, andrajosos, bellos y pálidos como dos lirios, profundamente dormidos, mezclando sus espesas y rizadas tomusas en el mugriento regazo de la bruja noctívaga de tristes ojos azulencos que los acaricia con maternal ternura, amodorrada junto al muelle, mientras el viejo curvado sobre su estercolero trashumante, clasifica su asquerosa mercancía que exhala un repugnante vaho de excrementos fermentados, y canta una triste canción, bajo el peso del sol, que todo lo purifica.
EL TIGRE FRANCÉS Me he cansado de pasar y pasar frente a la casa donde vive Clemenceau, en la rue de Franklin, en la misma calle donde le agredió Cottin, y nada, que no he podido ver al ilustre y sangriento felino. Algunas veces 10 único que he podido enfocar es a un jardinero, algo reumático con una pipa en la boca, que lleva un perro del cabresto, que riega las flores con indecencia, y cumple su necesidad imperativa, muy cínica y tranquilamente, en los arriates del jardín. A Clemenceau por 10 que he podido recoger, no 10 consideran por acá como un político de genio, ni siquiera de talento, sino más bien como un instrumento de destrucción, como una catapulta formidable, como una de esas divinidades panc1ásticas, dispuesto a destruir todo 10 que haya que destruir, necesario para ciertos momentos, y nada más. Podrá ser todo 10 panc1ástico y sangriento que se quiera el ex jefe de la extreme gauche, de los judíos, de los meteques, como le han llamado sus enemigos, pero Clemenceau es un carácter, como un valor más grande que sus pasiones, que no tienen límite. 181
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No hace mucho, precisamente, al anunciar la prensa su viaje a Egipto, el jefe del movimiento nacionalista de orilla del Nilo, que estaba a la sazón en Suiza, le cablegrafió aconsejándole que no fuera al Cairo, porque le mataban. Clemenceau le dio las gracias por su gentileza, pero salió antes de la fecha indicada públicamente, para las sagradas tierras de los lotos, de los ibis y de los Faraones. Lo visitó todo, y hasta dicen entre otras cosas, que almorzó dátiles y leche de camella, al pie de las pirámides, en el mismo sitio donde hace más de un siglo, el general Bonaparte arengó sus invencibles legiones. Cuando regresó a Paris, uno de sus viejos amigos, el corresponsal de un periódico inglés, le preguntó: ¿qué piensas hacer ahora? Y él le contestó, acariciándose los espesos y lánguidos mostachos celtas: "Sencillamente, esperar la muerte". Es París tan veleidoso e inconforme, le susurra la badana de lo lindo. Entre otras cosas graves, le acusan de haber hecho política inglesa para los ingreses. Dicen, que cuando la catástrofe de los imperios Centrales, disponiéndose el ejército aliado, bajo el comando supremo del mariscal Foch, a marchar sobre la Viena, a romperle las alas al águila negra y bifronte austríaca y golpear con el puño de su espada la tumba de Federico el Grande, y despertar a culatazos las viejas divinidades bélicas dormidas en el Walhalla; cuando se proponía emular el gran emperador Napoleón, el taimado leopardo inglés le pasó la cola por las ancas al tigre francés y le paró el avance. Por otra parte, le acusan de haberle faltado talento para conocer que si la guerra había principiado en Oriente, en Oriente debió de haber terminado, pero con beneficio para Francia, que fue la que dio mayor cantidad de sangre, de vidas y de heroísmo. El mundo entero sabe, que esta paz tan marqueada, ha sido una paz inglesa, para los ingleses: que por entre las sombras que arrojan los diez millones de cruces pasan hambrientos, famélicos y ridículos el águila tudesca,
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el oso ruso. el águila bifronte austriaca y el estrepitoso gallo galo. mostrando las garras y las espuelas nostálgicas y tintas de sangre. mientras el leopardo les contempla desde la inmensa colina de sus ganancias, lamiéndose tranquilamente las zarpas al compás de la cola: Para eso el cerebro inglés es la máquina política más perfecta del mundo.
SEGUNDA PARTE A ORILLAS DEL OZAMA
JACINTO SILVESTRE .. , ¡es un malvado, un lúbrico, un cínico, un sátiro, un íncubo maldito, sin alma y sin conciencia... ! Nada de esto, señora mía, nada de esto, le diré: Con el remoquete de Gerineldos, es un paje galante y travieso, capaz de conquistar el corazón de la Reina y Azafatas de una corte medieval. Como Jacinto Silvestre, ya es otra cosa; es una liliácea venenosa ahogando su corola en la fuente de sus refinadas voluptuosidades, un croniqueur muy principio siglo veinte; un modisto de almas como dicen ahora. Ni moral, ni inmoral: amoral, y muy discreto a pesar de ser el más fiel representante del impenitente Don Miguel de Mañana. Lo raudo y lo placentero de su vida no le da tiempo para odios y venganzas, a lo sumo para vagos e inofensivos desdenes, desdenes a flor de ojos y de labios. Para Uds. tiene, -yo os aseguro señora- el corazón transido de ternuras y dispuesto siempre a sangrar y hacerse trizas, y el cuerpo en potencia proclive, y todo entero, a los flagelos, desde el beso -que según él, es el más cruel de los flagelos- a los cruentos zurriagazos del desdén, que es el más pueril e incitante. -Con Monseñor James Sandy Rose aprendió. 185
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-¿Qué aprendo? -Pues aprendió. que toda fémina es buena. porque toda fémina es sexo (Jorge Sand despreció el dulce y romántico bandolín del desdichado Alfredo de Musset, por el esplendor másculo y los potentes riñones de su médico el Doctor Pagello). Que se debe perdonar a los hombres por amor a las mujeres. Que se debe venir al mundo más que para amar. para ser amado. Pertenecer a todas y a una si fuera necesario. Que el ocio y la molicie. es la conquista más grande y más honrosa del hombre. Que las criaturas humanas más nobles son aquellas que se adoran a sí mismas. Que sólo tiene una vida y ésta es limitada. y una sola hora para vendimiarla. Que no debe malgastarse el tiempo llorando el pasado y el porvenir. cuando se está gozando el presente. Que todo animal es un festín y todo animal un comensal. Que las alegrías son flores que agosta la lluvia y deshoja el Invierno (Invierno que ya muestra sus garras despiadadas. salpicando la endrina y rizada melena con indiscretas volutas de plata). Que no debemos preocuparnos por el reino de la igualdad ni por el reino de la santidad. ambos reinos estúpidos y pueriles. Que el sabio sólo tiene una creencia. él mismo. y una sola patria. él mismo. -Con Lucrecio. amar sin hipocresía. -Con Rafael Octavio Augusto Galván y Velázquez. ilustre emperador de Sibaris. que es más saludable para el cuerpo. el alma y el pensamiento. vagar y dialogar tendido junto a la euritmia ebúrnea de Rodopa o de Friné. la querida de Ptolomeo. en una litera repujada de marfIl y oro y cubierta por brocados. mullida a pétalos de rosas. tersos y húmedos. que dormir a la intemperie sobre la mugrienta y áspera piel que ha llevado fajada a los riñones y con la que cubre el lecho de ríspidos guijarros un Pacomios o un Pafnucios. en los breñales de la Tebaida. -Con Montaigne. que el arrepentimiento es una asquerosidades la conciencia. Con el secretario del refinado y paralítico Duque de Guido. que no hay corte en el
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mundo, por grande que sea, que tenga esplendor y alegría sin mujeres, y caballeros con gracia y osadía sin el amor y el favor de las damas. -Con San Epicuro, gozar y hacer gozar, vencer el dolor. -¡Con él mismo, que todos los vicios son necesarios. y la mayoría de las virtudes, perjudiciales: que rico tesoro, Dios mío!. .. Para Uds. no tiene la droga del dolor, que dicen que todo lo cura, sino dulces y sutiles fIltros de placer que curan, paradójicamente, matando; y después de muertas, las amortaja ricamente, como tiernas y seductoras canéforas que fueron de las pecaminosas fiestas de su alma idoratriz en una corta Primavera cargada de mieles pánicas y melómana cigarro, o de un corto Estio pasional, con esplendorosos cendales, tan inmaculados, castos y blancos como el armiño. signándoles, como pábulo sacramental las candorosas frentes y los senos turgentes y armoniosos, con las amargas cenizas que dejaron los carbones de sus arrepentimientos; y saboreándose, mezcla agradecido, el recuerdo de las mieles, que sólo para él, acendraron las pomas morenas y los dorados panales, y que quedaron vagamente retenidos en sus labios de virtuoso catador, labios atrevidos. insaciables y sensuales, con estas siete antífonas lustrales y malditas de su divino maestro Remigio, el Obispo espúreo, satiriásico y leproso, cambiando, gentilmente, el tiempo del verbo ser de presente a pretérito: -Que tus senos sean benditos, porque fueron impuros. -Que tus ojos sean benditos, porque fueron homicidas. -Que tus pechos sean benditos, porque fueron sacrílegos. -que tu boca sea bendita, porque fue adúltera. -Que tus pies sean benditos, porque fueron deshonrados. -Que tu alma sean bendita, porque fue corrompida. . -¡amen..... -Se persigna reverente, con ceremoniosa unción, y es muy posible que abandonando la basílica que guar-
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da el cofre de sándalo que contiene el alma y el cuerpo armonioso y bello de la última novia que tuvo la inocencia de amarle. con cuerpo y alma. y a quien él juró. de rodillas. adorar toda la vida; con su fabuloso cobujón verde y cabalisco, especie de universal sortija nupcial y morganática. talismán erótico en cuyas transparentes aguas. se bañan sus tres mil dos ninfas; y como emblema de su incurable martirio priápico, como un cilicio cruel y sempiterno, la cantárida de coruscantes pupilas de rubí posada sobre un dardo. y vagamente oculta entre las sedosas grietas de su abullanada y espectaculosa corbata. regalo de un burgués craso y creso que pretendió. imbécilmente, conquistar su pluma y su corazón desde el lejano y noble Picadilly. Radiante de insolencia y de jocundo bienestar. con alba y meticulosa vestimenta. si es que ha amanecido ese día con el alma limpia y buena. y si trasnochada y perversa. con combinaciones estrepitosamente cubistas. mortificantes; irónico. falsamente anquilosado, con alarmantes e hipotéticos quebrantos renales. y tan jiboso como el Vizconde de Rassy. aquel corrompido y fiel memorándum de las liviandades de París en el siglo diez y ocho; con una pipa de legítima espuma de ámbar y de topacios, apoyada en un bastón de áurea y discreta rapetera, recuerdo de su abuelo. un ilustre y docto magnate venezolano. señor de sedosa gorguera. de horca y cuchillo; ceremonioso y obeso como un príncipe asirio; bamboleante y plácido, como el que jamás ha cometido un pecado. como quien tiene la conciencia limpia de remordimientos. es muy posible. os digo. que se encamine hacia el palacio archiepiscopal, porque él se siente un Monsignore. -¿In partibus? -No señora. efectivo, puesto que confirma y da consagraciones. Hacia el palacio archiepiscopal, a puntualizar, descaradamente, temas de casuística, de martirologio y de complicadas y solemnes liturgias. o a presidir, con sorprendente beatitud. con un relicario de platino
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ricamente repujado. y envuelto como una víbora domesticada en la grácil y torneada muñeca; salpicado el pecho. blanco y terso como el marfil. de amuletos y escapularios. y la cartera de piel de Rusia preñada de laminitas. de vírgenes lindísimas. de capitosos querubines de eucarísticas plasticidades. rubias como onzas; a presidir la cofradía de Jesús flagelado en la columnas. hacerse sangre las rodillas junto al severo tribunal de un confesionario, como llamaba a estos artefactos Sor Juana Inés de la Cruz, la mística golondrina de las faldas frígidas del Popocatepetl; o a pautar el ritmo de nuestro pequeño gran mundo social y frívolo. después de haberse desayunado con un par de sapos, como aconseja Madame Chamfort. Sólo le preocupa una cosa: la muerte, y también la manera como debe ser guardado para siempre. -Deseo. me dijo una noche. con mayestática solemnidad. tal como si le dictara a su Procurador o a su Notario, puestas las manos femeninas y pálidas como dos pátenas de aluminio, manos bellas delicadas y perfectas como las de César Borgia, sobre la copa de Champagne, porque era una noche de vinos, moluscos, crustáceos. salsas afrodisíacas y otros placeres mórbidos y complicados; deseo, me dijo, con cruel regocijo carnal, morir cuando todas ellas hayan muerto. y reposar, para in aeternum en un sarcófago tallado en maderas preciosas, que sea a manera de un acúbito romano, de profunda e indiscutible comodidad. -¿In puribus? .. -No, me contestó. llenos los ojillos tagalos y centelleantes, de un cinismo encantador; no. envuelto en mi batín azul, calzado con sandalias de púrpura ilustradas de amatistas, rodeado perennemente de aromantes turíbulos y flamígeros lampadarios. coronado de pámpanos, de rosas y de canas como el viejo fauno Anacreonte; teniendo por cabezal su último billete impregnado de Coty (billete que bien puede ser una ninfómana. de una les-
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bia, o de una calimántica Condesa de Garmany; de una hermanita de la Redención, de una jamona de hermosura mistica y suculenta; de alguna diablesa del diabólico Barbey D'Aurevilly; de una funambulesca bailarina rusa o de alguna histérica y hermafrodita cortesanías, que es un rico incunable de la época del munificente y piadoso Quirite Mecenas, y mis brevarios favoritos: Kempis, "El Príncipe" de Maquiavelo. "El Marqués de Bradomín", de Don Ramón del Valle Inclán, el más docto refinado y lúbrico cabrón de España, y mi vademecum: "El arte de amar" de Publio Ovidio Nasón. Quiera el Altísimo que su deseo se cumpla, porque es un justo y estimable deseo; pero, mientras llega del Vaticano su santa beatifICación equipotente, tan necesarias al alma de este Don Juan Tenorio Jr. ilustre pirata de almas y de cuerpos de la romántica ciudad de Santo Domingo de Guzmán, y la hora dolorosísima de derramar las lágrimas rituales que han de humedecer la tumba del más gentil y distinguido de nuestros croniqueurs, roguemos al práctico Mercurio y a la fecunda Dioni, madre universal de todas las Afroditas, madure para su hucha, frutos d'argent contant, que tan necesarios son para su buen vivir. Nadie mejor que yo y Juan Pablo -su cochero- conocemos este super-urbano, mundano y pontificio Jacinto Silvestre; hemos sido sus más íntimos camaradas y sus más desconfiados confidentes, y también sus eternos y resignados Cirineos , al peso de dos cruces: una, la de sus pluriformes y arquitectónicas fantasías eróticas, y otra toda llena de punzantes y crueles espinas. (1) "De Domingo a Domingo", es un manojo de cintas polícromas, que se deslíen y se tienden de Domingo a Domingo, como venenosas y sonoras serpientes de cascabel: léala, Señora; y lea también, yo os lo agradeceré, esta fotopsiquis, escrita como aconsejaba Tácito en sus "Anales", que se escribieran los acontecimientos y las vidas de los santos varones: sine ira et studio.
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(2) Este trabajo corresponde al prólogo del libro de Jacinto Silvestre próximo a publicarse. intitulado "De Domingo a Domingo".
NEUROSIS DE CRISTAL
Tres prólogos he cometido la debilidad de escribir desde que, obedeciendo a mis espectros azules, cambié el caduceo y la balanza de Hermes por la Cebra azul de Ariel, que más de una vez me ha volcado en recios atascaderos de complicadas inopias. El primero lo escribí para un rebelde, valiente y sincero; para un noble y generosos amigo que hace tiempo -y a destiempo- le dio las nueves vueltas rituales a la laguna sombría, rumbo a las fauces inexorables del Aqueronte, para nunca más volver. Para un visionario cargado de ensueños, de espejismos libertarios, de nihilismos, de malvadas y perturbadoras filosofías nórdicas, de los filtros inquietantes del desdichado profesor de Basilea, y los filtros rojos de Stilners, de Bakounine, Kouropatkine, Gorky y demás mandibularios moscovitas que destriparon al monje lúbrico y feroz de Rasputine, y abollaron para siempre, a orillas del Neva glacial, la corona y el cetro de los últimos descendientes de Iván el Terrible, y en la aldea de Ekaterinenburgo, enclavada en las vastas y vengativas estepas, le trituraron a balazos el cráneo y la médula roída por el tripanosoma pálido, al omnipotente 193
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y divino idiota Nicolás Romanoff, dueño y señor de todas las Rusias. El segundo, para un simulador de oficio, para un pseudo-panfletista que exprimió, para él, de mis sinceridades y de mis adjetivos másculos y casi mortales, por el veneno fulminante y la fuerza con que los lanzó mi arco de sagitario indignado y colérico, una canongía grasosa y bien salpimentada; y para mi, una persecución inexplicable y bárbara, un grillete que me sangró las tibias, y el odio más hotentote y soez de parte de aquella satrapía bituminosa que había descendido de los intrincados breñales norteños, de aquel despotismo iscariote y cuartelario, que, ebrio de crímenes, de vejámenes, de traícíones patricias y de rapiñas, haciendo ostentación brutal de sus colmillos y sus garras ensangrentadas, y almizcladas pelambres de bestias carníceras, se trepó en la rídícula tarima del pretorio de la ya, para entonces, pseuda-República. El tercero lo burilé con entusiasmo y amoroso interés para uno de nuestros más jóvenes y cultos letrados, el cual prólogo, por una perdonable debilidad mía, y una casi imperdonable debilidad de él, lo colocamos después del índice su libro. En resumen: una satisfacción, un peIjuicio y un desprecio: una rosa de fragante devoción y dos orquídeas venenosas. Pero tal cosecha, no ha esterílizado la gentileza feraz de mis pensiles, ni ha decapitado mi bondad seráfica y mi resignación filosófica, porque para eso aprendí, hace tiempo, en el "Diario de Amiel" -que no es una brizna del pensamiento humanoque Napoleón con los brazos cruzados sobre el puente del Belerofonte, es más expresivo que Hércules, furioso, blandiendo en el aire sus atléticos puños; y con el opulento y profético emperador Darío, que el Dolor y la Fatalidad tienen diversas denominaciones. y rigen la vida del 1wmbre, desde el espermatozoide a la podredumbre, del
riñón paterno al sepulcro. Ya está Ud. complacido, mi caro y complicado poeta; aquí tiene el prólogo que convinimos, moderno, de cinco
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pulgadas de longitud a lo sumo. Ahora, bien está. que prepare convenientemente las antípodas glúteas de su rostro varonil y simpático. con sendos y piadosos apoitos de éter. morfina u otro anestésico. para soportar las cuchilladas y cauterios de la crítica ilustrada y donosa, y de los cacoquimios de la crítica, una especie de diablillos microcefálicos y simiescos. que atacados de coprofagia y coprofilia. se entretienen en lanzar esputos retóricos. para solaz y contentamiento de las piaras docentes. de los viejos búhos estériles. artríticos enemigos irreconciliables de todo brote nuevo, raro y armonioso; y unas bilitas que son la antítesis del ámbar, y que al petrificarse. puede romper -porque manejan la honda con la crueldad y precisión de un legionario de las encantadoras islas Pituisas- la dorada y frágil vitrina donde el poeta. con suma curiosidad y suma audacia, muestra sus primogénitos malabarismos teratológicos, las mentas de su quintaesenciada neurosis psico-cerebral en pomos laboriosamente cincelados, o los aterciopelados estuches de sus plateados bombones cubistas y abracadabrantes. muy propios para endulzar los menúes peptonizados y el paladar invertido del histérico y artificioso. del aberrante y desdichado Duque Des Esseintes, los galimatías de su nieto Monsieur Phocas. o el agudo esplín que debe estar sufriendo en el Olimpo, el satánico Conde Lautreamont y el funambulesco morfinómano Julio Herrera y Reissig. a quien idolatra el poeta. de una manera asaz peligrosa. para su independencia y su futura gloria. Por otra parte. quiero que se comprometa Ud. formalmente. a no trocar sus montañas, tan majestuosas y armónicas, sus arroyuelos musicales. sus verdegales praderas cargadas de odorantes limoneros. los tirsos de virginales azucenas, y las gavillas de campánulas. amapolas y mirtos que sangran en las candorosas manos de las encantadoras muchachas de su pueblo natal, las tardes de doctrina, y en los anocheceres de jocundas novenas; a no cambiar su plácido y sencillo San Cristóbal, donde
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el almo sol nace y muere prolífico, benéfico y venerable como un Sultán; ese San Cristóbal que a pesar de estar principiando a untarse de una civilización pecaminosa y ridícula, es un refugio propicio a la sofrosine y a las digestiones abstractas del pensamiento; a no dejar -y esto es lo más importante- la fulgurante y funambulesca mirada de la sobrina del Vicario. por venir a nuestras ágoras. cenáculos y pórticos. ciénagas perfumadas, grávidas siempre de sapiencia infusa y difusa, donde no devengará Ud. Ventajas. pero si encontrará más de un vanilocuo. y de un parásito simpático, de maligno snob, que con sorprendente y pérfida virtuosidad florentina le zampe en la transparente alberca de su alma. un sapo asqueroso y repugnante, que además de corromperle la linfa cristalina, le marchite los más azules lises de sus ensueños primaverales, y sus entusiasmos ingenuos y muy plausibles o que a fuerza de hacerle oler tanta pintura negra, amarilla y verde. le proporcionarían un derrame bilioso, o cuando menos un cólico saturnino. yesto es muy peligroso. amigo mío, mientras no se llega a esa serenidad alejandrina, y a esa discreta voluptuosidad de pirroniana en que me adormezco aspirando a una relativa entelequia. sin contrariar las saludables exigencias del instinto. como me parece que dijo. a propósito de los estoicos y otros virtuosos, sin alma y sin movimíentoo la encantadora Ninón de LencIos. la más rica flor de voluptuosidad y armonía que aromó la época bella y ga1ante del Rey Sol.
RELIQUIAS HISTÓRICAS DE LA ESPAÑOLA
Yo siento por los libros y por las ruinas arquitectónicas una devoción sagrada, un profundo respeto. Los libros guardan entre sus páginas, y las ruinas en sus corroídos vestigios, el pensamiento, el dolor, la alegría, el esfuerzo y el alma, por así decirlo, de las generaciones dormidas para siempre. Ningún refugio más propicio, ningún paladión es más misericordioso para el hombre que tiene alas en el pensamiento y en el alma, para aquel que tiene urgencia de soñar, que una ruina arquitectónica o un libro. A la sombra de los desmantelados arquitrabes, junto a los fustes truncos y los carcomidos capiteles de las venerandas ruinas de este Santo Domingo de Guzmán, he evocado, con orgullo, la grandeza, las audacias y heroísmos insólitos de mi noble y fuerte estirpe conquistadora y civilizadora. En su regazo pétreo he podido soportar, con estoicismo, con viril resignación, la garra de la moderna bestia hiperbórea, el chasquido de la tralla de los áureos mastigóforos cartaginenses. Bajo la comba de sus bóvedas asonaras he visto los jeroglíficos de los insaciables vampiros y la luna dormida en las finas metopas. 197
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"Reliquias históricas de La Española" es un bello cofre histórico cincelado por la docta y ágil pluma del distingUido hombre de letras Don Bernardo Pichardo. Es un libro de exaltación, de verdadero civismo, de estímulos, necesario, casi urgente, si es que nos detenemos a pensar en la urgencia que hay de reconstruir ahora, el pasado. Este libro es un bosque de gigantescos pinos seculares, que derramaran por lejanas tierras fraternas sus fuertes notas, todo el acervo de nuestro pasado glorioso; las huellas de las garras que dejó el viejo león ibero, del padre león redivivo, cuyo riñón prepotente derramó su simiente en este vasto mundo americano: floración de cachorros que firmes en sus jarretes sobre las pampas ardidas por el sol, en las selvas venenosas, o en los tumultuosos ríos, indignados, enfurecidos, acechan la marcha rampante de las águilas nórdicas. Este libro es noble, preciso en el recuento cíclico, despojado de malsanas inveracundias, sincero, tal como lo impone su espíritu; despojado de exageraciones impertinentes, templado, pero sereno, como si el autor se hubiera empeñado en cumplir el consejo del divino Horacio: mezclar el vino de Chio con el de Falerno: el mosto suave con el mosto fuerte. De los capítulos que ilustran las maquettas, me encantó el del destartalado Monasterio de San Francisco; el de la desgraciada Basílica de San Nicolás, pasto de mandarines brutales y rapaces; el del Convento de los Frailes Domínicos, bajo cuyo domo solemne, se libró la primera batalla del derecho humano contra la injusticia humana; porque sabido está, que desde el ambón de ese templo inmortal en la historia del derecho en América, el verbo candente y másculo de Fray Montesino, trémulo de indignación, increpó al Virrey y a su corte mórbida y cruel, y frente a sus bortareles potentes, empotró, el pérfido, el rapaz, el cruel Nicolás de Ovando, pantera hemofílica nacida solamente para beberse la sangre de los desgraciados indios esclavos, el suplicio, la horripilante
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y despiadada maroma de cuyo ápice pendió el cuerpo estrangulado de la dulce, de la bella, de la armoniosa alondra y reina de Jaragua, y del noble Cotubanamá. El que ilustra el Castillo de "Haina" y "San Gerónimo" antemural glorioso, palestras donde el patriotismo militar y el valor mostraron con tallas dignas de "Ilion", de las Termópilas y Maguncia. - El de "San Miguel", la iglesia con la cual pretendió el malvado avaro Don Miguel de Pasamonte abrirse las puertas del Paraíso, es un magnífico estudio psicopático, donde resaltan con amargos y firmes relieves las taras morbosas de este hombre complicado y sombrío; ese capítulo me ha dado la sensación de una de esas antiguas armaduras de suplicio, que lo mismo sirve para estrangular un malvado del pasado, que a un malvado del presente. "¡El Cercado!" al leer los últimos trenos de esta oración de dolor, de este ex-voto a nuestro máximo epónimo Francisco del Rosario Sánchez, sentí que mi alma caía en un ritmo de perfección y se decidía al sacrificio; cerré los ojos y vi -justa y oportuna visión- a Sánchez, a Mella, a Bolívar, A Washington, a Martí, a Temístocles, a Milcíades, a la falange sagrada de la mañana de Platea, mostrando al sol del Derecho, los escudos, las espaldas y las lanzas retadoras y libertadoras. Reliquias históricas de La Españoala, en edición principesca, es un magnífico breviario de Clio que prestigia nuestras letras y que llevará por el mundo, como el eco vibrante de un heraldo sonoro, la alteza y virilidad de nuestra raza. Para el califa paranoico que destruyó la biblioteca del viejo y sagrado Nilo; o para el jefezuelo inconoclasta, mercurial y deshonesto; o el dedalida inconsulto que derrumba un templo o una columna armoniosa, mi odio inexorable oceánico desprecio.
MENSAJE La vejez como la mujer, ha dicho el ilustre filósofo norteamericano Ralph Waldo Emerson, necesita siempre de apoyo, porque es una gran desgracia y un gran inconveniente para la vida. Cansado, pero útil, sería analizar aquí los motivos éticos en los cuales se afianza, como en un plinto de granito, este bello y alto canon de filantropía del trascendetanl profesor bostoniano: pero no obstante, repetiremos ahora, por ocnsiderarlo muy oportuno, que este sentimiento como el de la piedad, era para los griegos un blasón de Estado: y tanto es así, que las yeguas y demás bestias que acarrearon los materíales con los que se levantó el solemne y armonioso "Partenón", y la que condujeron sobre sus lomos las piezas de marfil y de oro que debían servir para cincelar la eurítmica y protectora "Minerva Atenea", y que más luego guardaría como divino tesoro el "Erection", fueron consideradas sagradas, y tenían el privilegio de pastar libremente en los campos y jardines de la muy noble ciudad de Ateneas, única en el mundo antiguo en cuyo centro elevaron una estatua para la Piedad, tan perfecta y sincera, que al contemplarla un viejo 201
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General esparciata, rompió a llorar. Más aún: el perro que nadando junto a la flota de TeIIÚstoeles, acompañó a Jantipo hasta las revueltas y gloriosas aguas de SalaIIÚna, fue sepultado en un promontorio como un justo homenaje a su lealtad. Ahora pienso: sobre qué hombros soportaria Grecia, Esparta y Roma el dolor de sus respectivas vergüenzas, si hubieran permitido que las espoas de Aristides, Perieles, Leonidas y Epaminondas, el ilustre estratega de "Leutras" y "Mantinea", hubieran mendigado andrajosas a orillas del "Eurotas" o en los suburbios de Atenas? Y qué de las de Escipión, Fabio Máximo y de Cornelia, la madre de los gracos, si hubieran vagado como grandes leonas nostálgicas, desmelenadas y hambrientas bajo los pórticos del Capitolio romano, o echadas como alimañas, enfermas, junto a las eloacas de la ciudad cesárea a la que dieron tanto esplendor con sus raras virtudes? Dónde pondría hoy el rostro la patria de Céspedes, de Julián del Casal, y la del socrático Eugenio Maria de Hostos, el perfecto por la armonía del pensamiento y del alma, y cuyos venerables despojos guardamos con avaricia y orgullo, si la Fatalidad, esa diosa implacable, hubiera llevado a Balbina, la compañera estoica y leal de Francisco del Rosario Sánchez, el máximo varon de nuestra Patria, y en una de ellas hubeira muerto de indigencia? Más, no hagamos hipótesis dolorosas, no acumulemos sombras sobre sombras! La ilustre matrona Doña Simplicia Jiménez Vda. Betances, no es puertorriqueña, ni cubana ni dominicana, es antillana; es una reliquia que ha sobrevivido como un miraculoso designio de la Providencia, para que pueda contar en las alturas todo el acervo de nuestros dolores, y todo lo cruento e injustificable de nuestra desgracia. Cuba, Puerto Rico y Santo Domingo, trébol de martirio, anfictionía indestructible por sus irrevogables aspiraciones, por su ritmo arielano y su amargo concatenamiento; hermanas siameses venidas del mismo riñón re-
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meo y plasmada en la misma matriz castellana, no pueden permitir, por tales virtudse, que termine sus últimos días, la que fue esposa del gran Betances, sni rodearla de un bienesatr, humilde si se quiere, pero cónsono con el tumulto de sus años, de su exquisita educación y rara sensibilidad. Convencida de su próxima descomposición, ha lelgado a orillas del Ozama en busca del bordón que la sostenga, dignamente, hasta el borde de la tumba, que ya la aguarda. Llévame le dijo, en Puerto Rico, bañado el rostro senil de amargas lágrimas a Don Ernesto Pagan y Rosell ex-representante de la Cámara de aquella tierra fraterna y Caballero de la Raza por la bondad de su corazón y la munificencia de su mano, llévame a Santo Domingo donde no me dejarán perecer, porque aquella eE una tierra generosa que ama y respeta la memoria de mj inolvidable Emeterio y donde he ordenado que reposen sus cenízas y las mias. Tales palabras, compatriotas, es un elogio, tal vez inmerecido, pero sí un solmene compromiso de honor. Los que se sientan dignos de llamarse antillanos, y hombres civilizados en el más alto y perfecto sentido del vocablo, quedamos obligados a jurar ante los altares de neustras Patrias, que haremos efectivo el presentimiento y sentimiento de esta matrona nonagenaria y valetudinaria, y con ello, después de haber cumplido un sacratísimo deber, al congratularnos con los venerandos manes de nusetros Epónimos mayores, habremos conseguida la consideración de las generaciones futuras, y sobre todo el respeto y el agradecimiento de nuestros hijos, agradecimiento y respeto, que por una imperdonable indiferencia, muy bien puede transformarse en un crimen moral y material que manchase para siempre nuestra memoria. Yo sé que el Ilustre Cabildo de la ciudad de "Cabo Rojo", guarda bajo sus naves los restos moratels del Dr. Ramón Emeterio Betances, el hermano de Baldorioty, de Martí y Luperón, y que todo Puerto Rico tendió con es-
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pontánea premura su óbolo para la adquisición de los blancos mármoles, que tallados armoniosamente, para siempre han de cubrir sus ínclitos despojos; pero es un error o una vanidad de los hombres pretender reverenciar la memoria de los verdaderos representativos de los pueblos cno estrepitosa y ridícula balumba de pórfidos y bronces. Yo no quiero creer, que haya mano puertorriqueña que se tienda en ceremoniosa espectaculación para arrancar la hopalanda que ha de cubrir mañana el monumento del Ilustre Doctor Ramón Emeterio Betances, mietnras llora por playas lejanas, indigente y trahsumante, la viuda del Prócer a quien desde ahora, por sus virtudes conyugales, llamaré, simbólicamente: Simplicia Andrómaca. Que se pongan en pública subasta los mármoles pentélicos y los bronces florentinos; que se queme la osamenta del perínclito puertorriqueño, con eso le haríamos exequias griegas dignas de su ritmo, puesto que la Historia ha tallado en sus páginas, en altos relieves imborrables las ejecutorias de este varón prestantísimo condigno de los Duartes, de los Fabricios y los Catones, pero no permitamos que perezca acosada por el hambre y la miseria su ilustre e inmaculada compañera.
LA CABEZA DE MONSIEUR FAURE Cuando penetré en la estancia del gentilísimo y refinado esposo lírico de Madame de Cheminade , el vientre de un pequeño elefante de marfil, echado sobre la rica mesa de sándalo, marcaba las cuatro de la tarde. Ah! exclamó el fraterno camarada, abriendo los ojos negros, húmedos y trasnochados, mientras se le derramaba una sonrisa que iluminó su rostro tártaro y simpático. -Seguro que vienes tras la "Cabeza de Monsieur Fauré". Siéntate, y aguárdame un instante; y después de desperezarse como un felino satisfecho, entre los espesos y lácteos almohadones del lecho, se incorporó con la letna majestad y sibaritismo enoque un Sufetta abandona su baño tibio y perfumado. Un rico maletín de piel de cocodrilo mostró uan repugnante promiscuidad de cartas, facturas, giros, planos y rancias escrituras de complicados latifundios, que él rechazó con notable indignación, con la repugnancia que se siente por una alimaña despanzurrada, murmurando: esta es la guarida del insaciable horripilante y cruel Mercurio, aux pieds nickelés; Monsieur Fauré está allí, en la piel de rusia.
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Luego vi vorrer por los labios de Monsieur Fauré la verdad, el dolor y la belleza, cmoo corren las lnifas del Aqueronte, límpidas, serenas y crueles. La decepción, la experiencia -esa amarga cicuta de la vida- saltaba del viejo corazón del filósofo, corazón de bronce, que yo sentía marchar al conjuro del culto y sincero evocador, para destílarse por los labios sensuales del poeta cirnaico, y me decía: pobre estrella perdida en la inquietud tenebrosa de las tempestades interiores. Realmente, el discurso de Monsieur Fauré a su ático discípulo es en la obra, a manera de esos leones de gestas amenazadoras que en actitud rampante, se tienden, custodios, en los vestíbulos de los palacios babilónicos. La fuerza de los pensamientos, los múltiples y sólidos consejos se traban con la petrea firmeza, y se elevan con la majestad sobria y severa de las ofrendas faraónicas que ilsutran las movibles y candentes llanuras egipcias: es la clava de Hércules dejarretando a la implacable fiera remea. "¡La Orgía... Qué orgía! ... Inútil sería remontar las pútridas corrientes que nos llevasen a Nínive, Babilonia o a las no menos turbias de otras edades más próximas, para encontrarle émulo a esta fiesta hiperestésica, de nobles vinos, de ricas púrpuras de rosas y de hembras; de hembras fuertes como las potrancas de que habla Virgilio en sus Geórgicas, que dominan y vencen en los muelles y regios triclinios , básicamente perturbadas, a las núbiles doncellas. y donde los efebos, ágiles y armoniosos como las columnas de un peristilo corintio, brindan en cincelados vasos o armoniosas ánforas, añejo Cécuba o dorado Mariótida. espumosos y turbadores, a jóvenes y viejos filósofos estoicos, eclécticos y alguno que otro socrático... En esta fiesta, no hay liras ni flautas, aquellas reposan mudas, con los ebúrneos plectros dentro de los estrechos vientres. Necesitamos armonía, pero la armonía del silencio; que las curvas y los perfumes suplan las
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dulces vibraciones de las cuerdas, y las quejas melódics de las cañas; que los anhelos sean tímpanos y crótalos, ordea el exquisito discípulo de Monsieur Fauré, y que a mie se me antoja nieto del exquisito Petronio o del desdichado Duque des Esseintes. Y cuando la claridad de la aurora principiaba a profanar la penumbra de la regia mansión donde se daba la extraña y miraculosa orgía; cuando las flamas de los aúreos candelabros principiaban a agonizar y las columnas de humo de los pebeteros moribundos lamían, por última vez, las finas metopas o se enroscaban en los fustes de las columnas, le di un abrazo al apostólico y descepcionado, Monsieur Fauré y otro a su maravilloso discipulo, murmurándole al oído: realmente, si ahora no te coronan, como Eunice coronó a Petronio, con rosas, pídeme un sillón en la Academia de los sinapotumenos. La testa de Monsieur Fauré ha dejado en mi espíritu una huella honda y perfumada. Este último libro del escritor Rafael Octavio Galván y Velázquez, el esposo lírico de Madame de Cheminade, será celebrado, dentro y fuera de nuestra República literaria, como el advenimiento de un porfirogéneto, o como la entrada triunfal de Julio César en la augusta ciudad romulea.
DIAPALISMO y POSTUMISMO Por don de ubicuidad, he asistido. en dos islas bellas y tristes. a dos fiestas extrañas. Con el mago miraculoso Diego Padrá, asistía una fiesta de "Fugas Diapálicas", mientras huía el crepúsculo por la avenida, cmoo un lento fantasma silencioso. -El Mago, mientars la noche fakírica desmentía la teorización de los colores, ordenaba a los entes reclusos que comenzaran la música de siempre: cadáveres de notas en el aire. Un buey ensayó su contrabajo. Se quejó un fagot. En una gruta encantada, soplaron los tritones sus torcidos caracoles cosechados en las playas solitarias. Bramaron las marimbas de los surtidores y fontanas. Viejas brujas, escapadas de algún sábado abracadabrante, a horcajadas en escobas. haciéndoles contrapunto, a los secos cascabeles de las musicanles y venenosas serpientes que se arrastraban paulatinas. lentas, en los enarenados parterres. Sonaba un triángulo que afectaba idéntica forma que aquel que vibra en el anca de Astarfea. Un arpa, un violín con sordina que tocaba el virtuoso Nicola Paganini. mientras pasaba Lorelei seguida de una escolta de rubias y trágicas Walkirias, barba209
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dos y sanguinarios dioses escandinavos y fieros lansquenetes. Luego, me obsequió con una caza, con una real cetrería; palaciegos ilustres de suntuosas casacas, yarmoniosos y repujados alifantes , cabalgando en nerviosos bridones que escoltaban jaurías de ágiles lebreles. Una montaña formada con la cornamenta de ciervos cobrados, y esplendorosas pieles de panteras y leopardos asesinados a mansalva. Un alto en tierras candentes y fecundas como la matriz de una negra, y bajo la púrpura de su tienda, el Rey de Hotentocia obsequia al Mago de Borinquen, la encantadora, con una fiesta lúbrica y sanguinaria: hombres feos y corpulentos como gorilas, y hembras mandingas estrepitosamente enjoyadas y apenas vedados los rispidos sexos cno estrechos taparrabos de incultas pieles de lince, bailaron furiosas y se acoplaron como fieras en brama, al son de los parches de hipopótamos. Un sacerdote sin entrañas pasó a filo de cuchillo a una piara de nodrizas de senos y ancas duras y negras como el basalto. La reina de Hotentocia inquieta y armoniosa como una cítara de ébano, le regaló al Mago de Borinquen, un arco y un manojo de flechas envenenadas, para que les partiera el corazón a aquellas que se empeñaban en esclavizar su patria, su isla de oro, tan triste y tan bella. En la "Colina Sacra", ese calvario del alabicín democrático y libertario de Villa Francisca, cima rebelde desde la cual el mago pontífice Moreno Jimenes, pretende, como el sacerdote de la fiesta de Hotentocia, pasar a cuchicho la vieja estirpe goda del verso y la prosa castellana, he asistido a la más formidable audacia, al bautizo de la "Capilla Hortensia" especie de acrópolis Olímpica desde la cual el Júpiter tonante y sus demás corífeos fulminan a golpe de rayos líricos y rimbombantes descargas de críticas eléctricas a las divinidades mayores, que en acrobacia fundambulesca, rumian en el llano capitalino, aristocrático y autocrático, sus viejos y desvahidos floripondios lírico-mentales.
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Después de la consagración pontificia. mientras la basílica lírica resplandecía congestionada por la luminaria mental de las represetnacinoes de la última y penúltima generación intelectual de neustra república literaria liliputiense. un asitente al solio. impregnado de los encantos esotéricos de la sacerdotisa Hortensia. promulgó los sagrados evangélicos de Moreno Jiménez. evangelios que han de regir el presente y el futuro apolónico; las tablas de los vapores que él considera como el más definitivo. novenoso y panclástico ariete del pensar y del sentir humano; el manifiesto real y definitivo, el plano básico en el cual se apoyan los pioneer of the postumismo. para seguir colocando sus piedras miliarias. y tender sus puentes de armoniosas quimeras. -El Postumismo decía el mirífico acólito, es amérito; su acento final obligatoio contribuye a imprimir gran fuerza de expresión. accento producto de la emoción del poeta, emoción que no debe confundirse con los acentos rítmicos que a veces crean las pautas intencionales. -Las mil facetas de la creación artística ofrecen miles caminos al pensmiento. a la acción y al ensueño. -El Postumismo tiene una lógica. la lógica del impulso. del instinto. que sucede a la lógica de la razón. -Su música es la de sus ideas tangibilizadas; su campo de armonía tangible es vestidura natural de los pensamientos. ideales e intenciones del artista. -Los poetas postumistas miden con cintas interiores. el presente. el pasado y el infinito. y no con los teodolitos. -Nosotros somos los informulados. y ellos los formulados. Nosotros miramos allá muy lejos. y ellos aquí. muy cerca. Para nosotros. las ideas. los instintos y emociones. surgen de las palabras. las imágenes y las cláusulas. Nuestro arte. es un arte en el cual las fuerzas exteriores. o formales. están a expensas de la inspiración. del temblor celeste. de esa divina locura interior. que es el único crisol en el cual se pueden fundir los metales.
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para forjar las armoniosas medallas y los potentes escudos invulnerables y perdurables. -Las cosas no son lo que son. sino lo que nos otros queremos que sean. -Nosotros no somos esclavos de la armonía. sino la armonía es nuestra esclava. Las imágenes y las intenciones del poeta de hoy y del poeta de mañana. deben de surgir del propio espíritu del aeda. tal como brotó la armipotente Minerva del casco de Júpiter olímpico; libre. enteramente libre. He aquí los evangelioas de fuego. recogidos de los labios indignados del heraldo vicariante; y si tales evangelios son sinceros. ya que la sinceridad. después del amor. es la única manifestación humana digna de encimarse al constante rebullier del barro traidor; si siguen sembrando sin observar de cual lado sopla el siroco africano. maligna y pestilente. haciendo como las nubes. que al cargarse. derraman sobre los surcos propicios la lluvia prolífica; si retiran las moscas que caen en sus redomas esenciales. para que no dañen sus perfumes. Si en ellos perdura el conflicto del alma con las visceras inferiores; el culto a la sintaxis y prosodia interior. rítmica y polifónica; tiemplan siempre sus clavicines; sin detenerme a analizar las diferencias eenciales discutidas por Aristóteles. Platón y Dionisus de Alicarnaso. Kloptock. Leopardi, Carducci; ni en la sexualidad de la rima y el metro según el sentir epigramático de Quintiliano. A pesar del inexorable apotegma del voluptuoso abuelo de Schopenhauer. del cruel nil novi sub sale; de su marcada megalomanía lírica; de su impertinente y ridícula egolatría; si cosen las agujeras de su púrpura. a través de los cuales asoman su orgullo de modernos Antistes del arte. yo les seguiré admirando. aplaudiendo y respetando; y hasta es muy posible que le ruegue a Apolo. para que no los sentencien. cual otro Temprando. a saber la amarga cicuta. ya que como el audaz músico de Lesbos. este triunvirato apasionado. desdeñoso y rebelde. se ha permitido la au-
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dacia de romper la encorgadura del viejo y sagrado tetracordio castellano, y el de consagrar una capilla para ellos, sólo para ellos, tan groseros y cruelmente combatidos por los corifeos de una critica asalariada, histrionesca, pedante y pedagógica, que por haber descubierto que tenían dos ojos y dos orejas, se creen cno el derecho de juzgar, insolentemente, las cosas estéticas, como dijo el coloso de Bayreutti.
ESTALACTITAS
Todos, o casi todos, conocemos a Horacio Blanco Fombona, el Director de "Letras", la revista más metnal de la República: he dicho la más mental, y no la más plástica y bonita. La vida de Horacio Blanco Fombona, nos la sabemos de memoria, y estamos obligados a respetarla, porque es una vida llena de silencio creador, de torre de marfil, y de torre de bronce, que es la más difícil de vivir; vida de gran utilidad para nuestra Patria, la que él ama y respeta tanto como a su propia Patria. Nunca le he sorprendido haciéndole zalemas a los césares autóctonos, ni a los modernos césares cartagineses; él no sabe del requiebro mórbido del cortesano, ni del deliquio de la meretriz; es púgil, nació para la palestra y el gladio, de ahí su desprecio por la piruetas del bufón, y los deliquios del gineceo. De aristócrata y orgulloso le han tildado, como queriéndolo macular; y en el alto sentido de los vocablos, sí que lo es, porque él tiene derecho para serlo: cultiva con amor y respeto, su ritmo másculo, mental, ético, yestético; hay, además, apolillados pergaminos que rezan que 215
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un Lucio Munacio Plancus, cuyas hazañas cantó Quinto Horacio Flaco, fue teniente de César y procónsul romano en las Galias y en España; que un Fombonus de ayer, de rancio abolengo, en tierra de Pelayo, fue grande, digno, enérgico y disciplinado señor, de donde son originarios los Fombonas de hoy. Como poeta, el maestro nórdico ha dicho: -Me parece ver en él, el predominio de la idea, del pensamiento, de lo que constituyen íntima proeycción intelectual sobre accidentes formales de expresión artística y de conveniconalismos poéticos. Y agrega. "Parece más un cerebral que un sensitivo". -Parece. no, maestro; Fombona es un cerebral definitivo, con intermitencias sensitivas, escaso de cuerdas, de cobres y de parches. De su libro de versos, pronto a aparecer, y que él intitula, parnasianamente. "Estalactitas", como si dejara filtraciones de pensamientos y de sinceras sensaciones, que se han petrificado en tonalidades bellas en las grutas de sus jardines íntimos y herméticos; libro que García Godoy considera varonil y aconseja ser leído por aquellos que tengan espíritu culto. proclive a las cosas bellas, fuertes y nobles. sólo conozco a "Oración", que no es tal oración en el sentido mistico o ascético del término, sino más bien una voluptuosa sinfonía. muy propia para deleitar a un Aristipo, a un Alcibíades, o a Cayo Petronio Turpiliano, Procónsul de Bitinia. En "Vela", muestra el poeta un sinsabor recóndito, casi oculto, que yo no trato de conocer. para no pecar de indiscreto. "Las manos de la amada", que aseguro son las manos de líneas más aristocráticas, de palidez más soñadora y más crueles de esta ciudad romántica de Santo Domingo de Guzmán; y digo crueles. porque éllas han tejido, con sabia y dulce virtuosidad espiritual. las cadenas que aprisionan bellamente y para siempre. el alma soñadora del culto y fuerte autor de Estalactitas; es una composi-
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ción para Cortes, digna de serrecitada en una noche de fiesta galante del "Trianon" o en el palacio de un Dogaresa. "Alta noche de la sirena", es un poema de perfecta armonía imitativa, de espléndido colorido, de minuciosos detalles, noche vivida con tanta lealtad, y con un ambiente típico tan exacto, que al terminar de leerlo, en una de esas noches coloniales, llenade luna y de fuerte verano, sentí la necesidad urgente de ensillar mi macho de muelles pasos, para cruzar, a trote corto, bajo el conticinio de la noche cargada de luminaria celeste y de misterio, por las calles anchas, rojas y polvorientas, solitarias y enigmáticas de uno de nuestros villorios, insultado por los tercos ladridos de los perros famélicos y noctívagos. ¿Critica? .. yo no he hecho crítica, porque yo no puedo ser crítico ni exégeta; para lo primero me faltan vértebras; para lo segundo o me falta tiempo o me sobra imaginación: detesto los cronómetros, adoro el "Pegaso", la mariposa y la onda. En fin, terminemos ya, porque la brevedad es lisonjera y mejor negociante. Lo bueno, si es breve, es dos veces bueno, y aún lo malo, si es poco, no tan malo, ha dicho el magnífico, laborioso, Baltasar Gracián; y un exquisito, alto y sincero liróforo nuestro: todos los poemas del libro "ESTALACTITAS" de Horacio Blanco Fombona, forman una noble sinfonía sugerente, cargada de sorpresas: y esta opinión hay que respetarla.
UNA CARICATURA La caricatura es la vida misma, desnuda, escueta, vista a través deuna lente de observación, de una lente dara, precisa e inmisericorde, para sacar a flor de linea, lo risible que duerme oculto en el alma de la humanidad, ha dicho nuestro intenso crítico "Tik-Nay".- Agregaríamos, en el almay en el cuerpo; lo risible y lo triste; el dolor y la huella del dolor; la pústula, o la cicatriz de la pústula. El caricaturista Carbuccia se ha convencido de que es preciso estudiar, que hay que ejercitar la vocación y el talento,tal como se ejercitaba el discóbolo para lanzar con precisión el acerado disco en la olímpica palestra, y el púgil, para transformar el músculo mórbido, en máquina estranguladora. El caricaturista Carbuccia, lucha, se empeña en corregir su hiperestesia artístico-gracioso estigma, blasón patológico del talento-; se empeña también en aventar la mecanización, que tanto me repugnaba, de sus primeros trabajos; repugnancia que yo guardaba discretamente, enla confianza de que tenía que desaparecer, como casi ha desaparecido. Su lápiz, entrando ya en disciplina, trata con reposo, creando, con relativa libertad y técnica liberal, estima219
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bIes críticas. Esta vez ha sorprendido al distinguido profesor venezolano, en íntima francachela, despojado del bastón cuatriborlado y dela blanca y severa toga hipocrática: lejos de los crueles y benefactores cachivaches quirúrgicos, de la sádica e impertinente mascarilla de éter, tocado de un jipijapa que le da aspecto jaquetón y mundano: frente a un cocktail aromoso y rosado como los labios de una hembra joven y sana: en un momento de ritmo -como dice él- en el que, exaltado por el recuerdo de una euritmia, de unos senos de armonía perfecta, el suave aroma a sándalo de una nuca, o la espuma de un viejo vino de Italia, salta sobre el lomo del potro olímpico, cabalgando en perfectos, musicales y propios alejandrinos, puesto que sabe manejar las riendas de púrpura que tejió Faetón para el divinal efecbo de"Delfos". En un momento de ritmo, abierto el severo portalón que da franca entrada a sus raros, alegres y perfumados jardines interiores -jardines un poco distantes del vulgo municipal y espeso-- para que no pueda la bestia humana, pretenciosa, vulgar y necia, vejar las rosas, los lirios y las orquídeas: babear y enfangar las claras cisternas, o perturbar los idilos pasionales de las ninfas y los silvanos sabios. En un momento en el que barajaba, con malabarismo sorprendente, el arte, la mujer, sutiles reminiscencias, lejanos perfumes parisinos, hondas nostalgias del Rhin, y qué sé yo cuántas cosas más exóticas, pero todas llenas de gracia y de estimable armonía, dichas de manera alegre y jovial, a despecho dela austeridad pétrea cincelada en el ceño leonino, por e1constatne esfuerzo de investigaciones, de nobles y recónditas inquietudes, de crueles malarias y de estas muecas simiescas: ingratitud, maledicencia, injusticias, que envenenan su vida socrática, platónica y monástica. La posición de la caricatura, al primer golpe de vista, parece falsa; pero esta firme, no bambolea: cae bien y podemos con un ligero esfuerzo imaginativo reconstruir el cuerpo entero asegurándonos de su aplomo. Está
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aceptable la caricatura, puesto que las líneas máximas, las principales líneas, las de fuerza, saltan, dando firmes relieves., dominando triunfalmente, y diciendo: yo soy el doctor Francisco H. Rivera. No obstante, entiendo que el caricaturista Carbuccia pudo hacer una obra, si no perfecta, porque esto es completamente imposible, cuando menos más acabada. Cómo?... , pues, sencillamente: no tomando en consideración el narcisismo recóndito de todo caricaturado, y dominando completamente el miedo a la rizada melena de leó que custodia los nobles, bellos y perfumados jardines de que hemos hablado, tal como se lo he perdido yo, por la virtud de la flauta, y afinidad de quinta-esencia estética, y otros beleños. El artista pudo haber hecho una obra mejor, menos fotográfica, recurso solamente perdonable cuando la víctima dellápiez es adónico o inocuo; pero, en fin, el trabajo está relativamente origínal, psicológico, y sobre todo intencional, pues nos da a conocer, de una manera simbólica, la virtud que tiene este hombre de destruir para crear, de tejer rosas de vida y de esperanzas, de ensueños y de quimeras en los labios mismos de la muerte: noble y bello espectáculo!. ..
PRO-PSIQUIS Un filósofo ha asegurado que nada hay más bello debajo del cielo, que la contemplación de un alma. Contemplemos nosotros la psiquis, la "Pro-Psiquis", la vida, y también la jaula de huesos del más complejo de nuestros escritores: el que tenga trilobitos y orejas largas, que no se asome, porque no verá nada. Apenas ha abandonado la adolescencias Ricarco Sánchez Lustrina, y ya destila como un benedictino, caldos que embriagan. Sensitivo, erudito, cincela impecables camafeos de fuertes y preciosos relieves. Sus labios voluptuosos, plenos siempre de sonrisa infantil, y como si en ellos se encabritara el precioso niño de su alma, dice: Nada que humilde. Nada que llore. Nada que esclavice. Nada que no sea Yo dentro del Yo... ; mostrándonos con tan alambicadas síntesis, su mentalidad anárquica; su bella cebra libertada de prejuicios; limpio de dogmatismo, y de eunuquismos bochornosos; su complejo desdeén para la infecunda híbrida de corto trotar y orejas largas. Nos muestra su ego sum qui sum, y los demás que pacen bovinamente, pasivamente. Las inconoclásticas y purificadoras influencias de Malatesta, Bebel, Ha223
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mon, Reclús, Ferri, y demás magos precursores de Osiris futuro; del Osiris que pronto, muy pronto, destruirá con su fuego los carcomidos altares donde bambolean, empapadas de pigricia y de sangre, las despiadas y repugnantes bestias que oprimen a la humanidad, los sarcófagos capitlinos, los templos babilónicos donde solo se le rinde culto a la mandíbula antropofágica, a la bifurcada y sanguinolenta pezuña del maldito chacal Anubis. Con Aristipo de Cirene, Sánchez Lustrina convencido de las amargas realidades que marca el "Eclesiastés" pisa, con un cráneo de nihilista victimado, sus panfletos incendiarios y panclásticos, sus vengativos apuntes, y el "Catecismo Revolucionario" de Bakounine, el oso siberiano. Reza, antes de tenderse en su camastro, las antífonas perversas de Verlaine, el sátiro de aúreos cuernos y almizclada piel de loto, los versículos del ascético Francisco de Asis y del pálido Kempis. Aprisiona con sus enjoyadas pinzas la fémina, aún libélula, a la potente nubia de etruscas ánforas, o a la gentil dogaresa de nuca de oro, para cantarles canciones de amor. Panteísta, apenas cubierto el torso con una rispida piel de lobo, lo sorprendí una noche, con una zampoña dormido sobre el lácteo vellón de las ovejas, bajo la caricai plateada de plenilunio. Morfmómano, hunde por voluptuoso sadismo, el imperceptible viaducto de Pravaz, en las rosadas y turgentes pomas de una hetarira vesánica, o en los pálidos lirios de una tísica Margarita, y canta triste rapsodias con las brunas y almizcladas gitanas, bajo su tienda de zíngaro refinado y perverso. Asido de la túnica azul del Rabino Galileo, vaga caprichosa y burlonamente por los atajos sensulaes y polvorientos de la decrépita Biblia. Ayuna, después de leerle a las divinas galileas los manuscritos de Monsier de Phocas, las cantáridas de Baudelaire y las estrofas de Samain. Bebe sin escrúpulo, hidromiel y leche de camellas con los leprosos de Capharnaum. Platica con Job en su estercolero. Se recrimina, como estoico castigando su
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naturaleza con despiadadas privaciones; o aspira mirra. incienso y cinamono con las capitosa sulamitas, en las estancias salomónicas del "Cantar de los Cantares". Así, ecléctico. multiforme y raro, cruza por este mundo miserable y se nos presenta siempre sin afeites, sin mimetismos, sin máscaras ni cascabeles, asegurándonos que sólo sabe que no sabe nada; humilde. con amor y en devoción perenne para los cíclpes del pensamiento, o para los gentiles hombres de la palabra hecha música, perfume o símbolo, para todos aquellos que triunfan y dominan como emperadores en la tierra, o como divinidades en el Parnaso. Bate sus potentes remiges de aguilucho atrevido, su recia envergadura por ver de posarse en las cumbres radiantes; para escuchar en las cimas incontaminadas y llenas de luz, la palabra profética, hecha luz, de su Maestro Mayor; para descifrar las musicales y amargas parábolas del taumaturgo zaratustra, o ya para dialogar con Guyan, Ibsen, Emerson, James Schopensauer, Sócrates, Stirner y Platón: desdichado Prometeo condenado a la roca de sus hiperestsicas visiones psicointelectuales. Abiertos sus ojos para la perenne contemplación de sus introhorizontes. que están más allá de 10 reglamentado. Besando las frentes tocadas de locura: a los rimadores de azul con ruiseñores, y a los de corazones con nelumbos y caléndulas. Incomprendido siempre, sumergido en el surco de su "Yo", fuerte y trascendental; fundido completamente en sus elevadas y sutiles especulaciones; incongruente a veces, pero, incatalogado y sincero siempre, ora en astral, paséase por los laberintos e hipogeos del hermetismo; o bien curvado sobre la geroglífica rosa del granPentacle de Salomón, invocando el círculo planetario con Jehová, Enmanuel y Tegramaton, o buscando el alfa y omega de las coas desconocidas e infinitas, y solamente palpables, microsmicamente. por inconsciencia de las ondas en la consciencia del misterio.
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Tildado de nietzchiano, el autor de "Pro-Psiquis" cruza por nuestra estepa literaria, palincéptico, y a veces se adentra hasta las tenebrosas zonas de la nada, o de lo infinito, que muchos y yo no comprendemos, tejiendo y destejiendo la complicada urdimbre del divino loco de Roecken, pero lejos siempre de las tarántulas que emponzoñan la vida, y delas almas incompletas -para élelementales y larvas-: políticos, mercuriales, burócratas, aúlicos, sicofantes, patricidas y eunucos, de esa ralea pestilente que pudre los valores; o ya dialoga de picacho a picacho, con cóndores, con leones y serpientes (nunca con asnos y batracianos) sobre los cánones del superhombre. Apolíneo siempre, henchidas las sedosas velas de su galera de ensueños y poemas, boga con plateados remos en los mares de una bohemia aristocrática o en el glauco canal de la Esperanza: pero a veces, el leviatán de sus nichilismos empuja el golfalón de sus protestas hasta hacerlo trizas en los reductos de nuestras tiranías zomorfas, entonces, trasijado y lleno de lacerias, su cuerpo cae con su libertad en losinstrumentos de suplicio, en los hierros infamantes, único blasón de las monocracias dictatoriales de nuestra seuda-República. Irreductible como Potioff, e inexorable como un Juvenal, castiga conla fusta de su verbo candente y preciso los lomos fagedénicos de nuestros mandarines microcéfalos y ridículos. Misericordiosos con los parias de nuestra Siberia social y política como una bondadosa Samanaritana derrama en sus bocas sedientes la transparente linfa inmaculada, la palabra libertaria, palabra sincera, inespecutaliva; les brinda, sin falsas simulaciones, el rojo vino de su sangre -porque escribe con sangre- en su pluma, en sus venas o en el cráneo candente del apóstol Bakounine: tocado de rayos de sol su bóveda creneana y su alma, cruza por entre el monstruo y sobre el monstruo policéfalo: rara dualidad y difícil triunfo.
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Así va por la ruta tortuosa el pensador solitario, anhelando el nupcial anillo de los anilos, el anillo del retorno, para desposarse con la eternidad en la capilla de las eternidades; escuchando en su claustro de seda y plumas, la sinfonía en re azul, que para su In Se deslíe en el armonium de la naturaleza, bondadosamente, el demiurgo, para después cruzar por el puente que tendió Lamarck, Linneo, Cuvier, Jeoffray, Agassi, Quatrefages y Darwin, en busca del Ubermenesch. -¿Y qué más? .. Pues, enamorado de otros mundos, donde él supone que las almas son más armoniosas que las almas de este mundo fatal. Vibrante su ánimula, y sus neurones a un tono imposible. Interrogando constantemente al monstruo enigmático que finca la grupa en las candentes arenas deldesierto; y con el deseo irrealizable de besar las estrellas o de hacer una pirueta en el disco delsol, tal vez cruce la estigia fatal en el bucentauro azul todo lleno de rosas, de músicas y perfumes, que condujo a Petronio al "Aqueronte". Dios quiera que así no sea, pero si resulta, que no olvide colcoar, en mi nombre, y en de mis otros hermanos de rebeldía, ánforas votivas sobre los blancos mármoles que sostienen su "Pro-Psiquis"; y agradeciso gravaremos sobre el rojo basalto o la tosca piedra del columbario que guarde su osamenta de torturado, este epitafio: vivió enla tierra, amando a los hombres, a la filosofía y el arte.
"MI LIBRO DE CUENTOS"
Al tomar en mis manos los originales del libro de cuentos, que próximamente consagrarán con su admiración los espíritus apolíneos, y que le arrebaté al artista, como arrebataria un acrópata sediento una crátera que contuviera añejo y perfumado vino de Falerno, por un sujestivismo muy mío, sentí una sutil y aristocrática sensación de arte, algo así como si estuviera entre rosas, mirtos, estatuas, mujeres armoniosas, púrpuras; o en un paraje antiguo, de serenidad ática, donde mi espíritu, creyéndose helénico, vivía la vida suave y enorme del Partenón. Al profanar mis pupilas el pórtico del templo, lo primero que me llamó la atención, fue lo sencillo del título de su libro, primera manifestación de su talento. El autopólago yo lo esperaba: ¿Quién podía servir de guái a este gladiador de la prosa, cuyo escudo está cincelado por las más altas divinidades de la ciencia y del arte? De la misma manera que Lúculo invitó al propio Lúculo a su banquete, bien podría este efebo de apenas veinte años, invitar su alma de exquisita sensibilidad, a este banquete mental, y embriagarse con el mismo jugo que escanciaba, en olímpicos copones, el precioso Ganimedes. 229
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No traduce su libro tan sólo entusiasmos juvenil; no es tampoco a pesar de que él lo afirma, un producto instintivo de su temperamento; es algo más que la sonrisa irónicas del filósofo precoz; es la obra reflexiva de una sazonada madurez, que sólo se la pueda explicar, quien haya platicado con él, en una de eass horas conticinias y solitarias de esta ciudad colonial, en la cual sintonía perfecta hace propicio el más bello y alto connubio: el connubio psico-intelectual, o bien ayay tenido la gracia de leer, como he leído yo, sus hondos trabajos de crítica, hijos de una vasta y sólida cultura y de su magnífico talento artístico, que sobrepasa el estrehco círculo de nuestro ambiente estéril, huérfano de escritores de verdadero talento. Literato por imperativa ley de herencia, es en mi concepto, la capacidad más amplia, la mente más cultivada de esta generación, y el temperamento más exótico, a despecho de su libro tan nacional. En la crítica y en el cuento, marcha paralelamente, con esos dos nobles y generosos espíritus: Pedro Henríquez Ureña y Fabio Fiallo. Su arte busca la claridad ateniense y el simbolismo embrujador del itálico O'Annunzio, y de los inolvidables galos Flaubert y Oautet. El procedimiento pictórico de sus cuentos es el mismo del exquisito mago Méndez mezclado, virtuosamente, con el descriptivo de Zola, Balsac, Monpassant y elviejo León Tolstoy. A veces sus estancias y periodos tan tranquilos, tran suaves y tan bellos, despiertan en el lector, las imágenes fantásticas y perturbadoras del diabólico Hoffman y del desfichado Edgar Allan Poe. Su arte es, a veces, de un realismo exagerado, pero tolerable, porque lo moderniza, macerándolo en las esencias de Prud'Hornme, Anatole Verlaine, Pierre Louys; porque lo trepa a ratos en el tablado de Ibsen, lo paseo por el lago de Goethe, o por entre las estatuas, los mirtos, los templos y los dioses de las antiguas ciudades de la Hélade, o lo hace, junto con Sócrates, Platón, Aristó-
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teles, bogar por el espumoso ponto que arrulla el archipiélago Egeo, en regia nave de sedosas velas y romos de plata. En la '~Entrega", resuelve la tesis de uno de los cuentos más bellos que he leído: es un cuento intensamente psicológico, tendencioso y de firme marcha. Las "Visitantes", es el más profundo y serenamente ateniense, en la forma y en el fondo. "Amor", como de amor al fin, es un cuento encantador que tiene mucho de la suave y vaga gracilidad de la Beatriz de la "Divina Comedia". En el sublime sacrificio de la cieguecita que se esfuma plena de un amor celestiaL tiene unsímil conla heroica suicida pasional Eduvige, del maravilloso artista hiperbóreo Enrique lbsen. "Una noche de baile", es uno de los que más fuerte presa hizo en mi, debido al procedimiento, a la psicotecnia con que ha tejido la urdimbre sed á ti!. donde ha dejado su huella el áureo y ágil coturno Eca de Queiroz. "Los dos pecados de la coquetería". es el más moderno e inolvidable, es una perfumada y lejana página de su vida prematuramente agitada. En "La prueba del tonto", hay que meditar, porque el cuento es de meditación: realiza una cita donde concurren su erudición, su temperamento exquisito y sus recónditos dolores. "Confesión", es superior a todo el epistolario romántico escrito por éL para éL para sus muscas y sus predilectos: que inmensamente conmueve el espíritu el dolor de esta confesión revelada. "Los cirios del milagro", es una leyenda de oro, que enciende admirablemente, la poesía del recuerdo, tan difícil de evocar; y tiene para mi el valor de las frase mucial las suaves líneas, la caricia plástica, impecable y firme como los moldes piteos. "Desde un quito piso", es la vida americana, la vida babilónica de la enorme ciudad congestionada de carne de mármoL de carne de bronce, de carne de marfil, de oro,
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de placer y de imbecilidad. El amor libre, grande; la palpitación del instinto sincero, los retorcimientos tetánicos de los celos, del odio y del deseo, no puede tallarse con cincel tan humano y dolorosamente franco como lo ha hecho el artista de "Mi libro de cuentos". Este cuento, aun cuando se lo haya negado a otros estimables compañeros de capilla, es una vibrante página de su vida, envuelta en lechos de brocados y plumas, y en orgías evocadas de edades ya muertas: eterna desgracia para el Arte, y acibar que amarga los labios de aquellos que adoramos a Alcibíades y Petornio. "La dama que fue una vez adúltera", encierra el motivo que más me interesa por ser el más voluptuoso y exquisitamente perverso; leyéndolo, parecíame vagar por jardines preñados de rosas humanas que se entregaban cargadas de perfumes a los sátiros para que las profanaran pétalo a pétalo; y pareciame sentir, también, que la Belleza se me entregaba de un modo cabal, como una misericordia de amor: igual le sucederá, siempre, a aquel que saboree las confidencias indiscretas de las viejas y refinadas historias de liviandades de doña Clara de Altamirano -a quien desde ahora, os juro- amo más que a todas las coquestas del mundo.
ORÉGANO CUENTOS CRIOLLOS 1
l. Impresora Dominicana, Ciudad Trujillo, 1949.
Dedicatoria
Ofrenda afectuosa a la memoria de mi gentil amigo don Abelardo Gurídi. sacerdote del trabajo. de la honradez y del éxito.
Aquel que construya la mejor trampa para ratones. puede predicar el mejor sermón y escribir un libro. Emerson
EL DELEGADO Para Ernesto Von Féliz
El titulado General Cirilo Campusano, alias el Varraco, como le llamaban sus adulones y secuaces, era un producto fidelísimo de nuestra vida política y de nuestro caos social. Campusano tenía para ese entonces la Delegación Especial del Este, del Poder Ejecutivo. cavernario y feroz, que se enseñoreaba en el Pretorio lombrosíano de la República. Campusano era un mulato rechoncho, con unos ojos verdosos, de un verde pútrido, sanguinario como un tigre, ladrón como un gato, lujurioso como un chango, abusador, ultrajante, soez, inmisericorde y crapuloso. Los revolucionarios estaban bien municionados. Habían recibido un convoy de la Línea Noroeste. Después de haber cortado la barca de Zorra Buena, se reconcentraron y atrincheraron, estratégicamente, en el batey del "Ingenio Quisqueya". En la Comandancia de Armas, y en la Gobernación de San Pedro de Macoris hubo un movimiento inesperado y fuerte de a verdad. Al pie del Guaraguao, el corneta, Bejuco, estaba casi al reventarse to239
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cando llamada general. El Jefe de la Revolución le había hablado al Delegado por teléfono, motejándolo de negro entusiasmao, de machín y sinvergüenza, invitándole a venir al pleito, para darle una pela de a calzón quitao. Indignado y ensoberbecido el Delegado, propúsose castigar semejante insolencia, y al efecto, organizó, inmediatamente, lo que nosotros llamábamos una columna, abriendo operaciones fuertes y decisivas sobre los lados del "Quisqueya", tomando el comando personal de las fuerzas, pues a la culebra había que darle duro en la cabeza, de lo contrario, era como untarle jamergo a un muerto o echarle melao a un río. El Varraco quería darle el palo de la gata a esos saltea-
dores de camino. Echarle una manga, y romperle el pescuezo en dos cantos, uno a uno. Con ese pleito, según decía él, diva a dejai la República como él quería, que se pudiera pasear con un fulá perfumado en una mano y una varita en la otra, tratando de reivindicarse, así, de sus carnicerías humanas, de sus incendios, forzamientos, violaciones y depredaciones. Tres veces intentaron las fuerzas legales, las del Gobierno -que son siempre las legales- desalojar a los revolucionarios de sus ventajosas posiciones, y otras tantas fueron rechazadas con considerables pérdidas. Una terquedad del Coronel Cachaenaca, el segundo Jefe de Operaciones, un hombrecito pánfilo, de los lados de Cevico, con el pescuezo lleno de escapularios, unos bigotazas color de cuaba, bravo como abeja de piedra, pero brutísimo e impulsivo como una bestia, el hombre de confianza del Delegado. Pero, por poquito le proporciona un desmandingue completo, definitivo, a la columna, ya que los queria coger a todos con la mano. El último estrujón fue de chemba con chemba, casi dentro de la misma casa de caldera. Fue lo que se dice un pleito de a vagón, como no se había dado otro igual después del Cabao, donde Lilís derrotó al heroico general Cesáreo. La Cacata y sus muchachos estuvieron de
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olor. El Pato, Medio Mundo, Muñingo y Juan Chiquito, cortadores y dichosos. Al primero, le agujerearon dos veces el salakoj, el casco colonial que le había quitado a un jefe de cultivo, a un blanco que volteaba, inspeccionando, los campos de caña del ingenio. Al segundo, a Medio Mundo, le chamusquearon la tusa, de un fogonazo a boca de jarro y le arrancaron, sin él saber cómo ni cuándo, su guarda, un alicornio curao con regla, que había conseguido en el "Principe". Pero, el que se portó como un héroe, como un verdadero Napoleón, fue Tribilín el Búcaro, un muchacho nacido y criado en los "Montones", un pituitario, largo y flaco hasta más no poder, con el hígado y el bazo lleno de paludismo, amarillo como una auyama, espantao como un pollo de guinea, pero guapo como ají tití. Cuando Tribilín el Búcaro supo que la gente del Gobierno venía ya marchando sobre ellos, decididos a tomar a fuego y sangre el batey del ingenio donde estaban atrincherados, gritó de voz en cuello pa que toitico lo ecucharan, en la misma puerta de la bodega, mientras hacía cabriolar el fogoso caballo puertorriqueño del Adminstrador, que había requisado, violentamente, a la brava: -A ese chancho de pascua, ladronazo, abusado y pendejo, lo vaya degollar con ete -y le acarició el mango peludo a un puñal cacha de chivo, lindísimo, que llevaba prendido a la cintura inverosímilmente delgada y flexible. Y por poquito se sale con la suya, pues el Delegado pudo sacarlo de la tabla del pescuezo de su mula Recumina, de un maquinazo certero, cuando Tribilín, enloquecido con el bajo de la pólvora se le fue a la upa, entre el humo. En la retirada, rota la disciplina, casi sin contarlo la tropa, hambreada, irritada por la batida, desmantelado su prestigio de invencible, esa diablera enfurecida que dejaba a su paso por aquella zona laboriosa, pacífica, desarmada y sufrida, una estela de sangre, de llamas, de
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ignominias y de depredaciones. Aniquilaba campesinos inocentes, quemaba ranchos, violaba vírgenes, le daba pela de sable a las mujeres, después de forzarlas. Pescozadas y patadas a los niños. Se pecharon de manos a boca con un anciano, blanco en canas, un pobre viejo anquilosado por la buba. que pedía limosna, casi sin poderse detener en el aparejo de su montura desmedrada, flaquísima. -Párese víejo -le gritó un oficial espiao-. ¿Uté de dónde víene? -¿Yo? De allí mes mito, jefe -le contestó trémulo de miedo--. cerquininga de aquí, de la mesma laguna de Mangantillo.
-Entonces, apéese papá, que uté es enemigo del Gobierno -y paralelo a una frase soez y a una carcajada estrepitosa, le partió el cráneo de un maquinazo. Se oyeron las últimas campanadas del toque de oración en el pueblecito de San José de los Llanos, cuando un toque de corneta. un punto de guerrilla. reventó, inesperadamente, del lado atrás del cementerio, seguido de las hurras de rigor: -¡Viva el General Campusano! -¡Que vivaaa! -¡Que viva el Varraco! -¡Que vivaaa! -¡Que viva el Gobierno! -¡Que viva! Toque y algarabía que prendió súbitamente. el pánico y el cierrapuertas consecuencial. ¡Y cómo no!, si ya tenían noticias detalladas de lo que había pasado en el batey del ingenio. Si ya sabían que al Varraco le habían cortado la retirada a Macorís y con las navajas melladas y la fama a rato. venía derechito a entablonarse en el pueblo, a conseguir muchachitas. a ultrajar ciudadanos inocentes y decentes, a levantar empréstitos forzados, a pasar a saco las pulperías, el Ayuntamiento y la botica. En verbo de hombre toitico el mundo se escondió. Al único
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que se veía era al honorable Juez Alcalde, que solo, esparante, como un símbolo de virtud y de inocencia, parado en la puerta de su destartalado Tribunal, mesándose las barbas de plata torrenciales como las de un profeta, contemplaba con filosófica resignación, a aquella horda salvaje, asesina y ladrona, respondiéndole sin poderlos oír -porque era profunda y definitivamente sordo-, los saludos, las burlas y las rechiflas de aquella soldadesca depravada y soez. El espectáculo era pintoresco y doloroso, daba ganas de reír y de llorar. Soldados grandísimos, montados en burros, a la mujeriega. Un buey viejo y rabón, tirando, a palos, una piedrecita de montaña salvada milagrosamente. Amarradas por los cuernos, guindando de una vara, una chiva con enaguas daba berridos al compás de un acordeón. Los heridos eran muchos, unos cubiertos con yaguas, frisas y cobijas de cuero de puerto sin curtir, apoyados en varejones o de los hombros de los compañeros. Los más graves e importantes en literas, de hamacas, que chorreaban sangre. Otros, a la grupa de la caballería. Uno venía haciéndole contrapeso a unas bandas de cecinas, tocinos y otros cachivaches, maroteados en la derrota. Hundido en un lado de las árganas, con un brazo desflecado y la panza aventada como la de un mero, por la peritonitis progresiva y fulminante, partía el alma con sus lamentos y súplicas de: -Agua, demen agua, mucha agua, poi vía suya, que me mata el padrejón... Ya entrada la prima noche, con el revólver sobre el ombligo y el sable de cabo desenvainado, dando disposiciones y planazos, el Delegado volteaba el pueblo, sin sombrero, porque lo había perdido en el pleito, envuelta la cabeza braquicéfala, lanuda y canosa, en un pañuelo de Madrás color de sangre, cuyas puntas, chorreándole por el cocote apoplético y las orejitas de mono, medio que le cubría un costurón de más de a cuarta, que le chorreaba por una de las mejillas, como un tatuaje salvaje y trá-
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gico. Cuando el Delegado llegó. seguido de sus muchachos. de su Estado Mayor. de sus perros de presa. un atajo de fascinerosos, de delincuentes, de asesinos. de forzadores y ladrones. escogidos en el presidio de Santiago, de Macorís y de la Capital: cuando llegó. decimos. frente a la casa curial, le salió uno que hacía de jefe de un grupito de a caballo que conducían a un preso. y después de un ridículo saludo militar, díjole: --Jefe. a eta porquería lo pechamos y lo escapiamo cerquininga de aquí. estaba espiándonos. -Que lo fusilen, pero ya mes mito -ordenó el Delegado. con voz aguardentosa. El Cura, que cerca del preso le suplicaba a los custodios. que le aflojasen la soga con la que le tenían atrincados los brazos, al oír esta orden siniestra y fulminante, en un impulso. mezcla de misericordia cristiana y de instinto de conservación, allegóse hasta la fiera ejecutiva y casi de rodillas. asido a la estribera y a la crin de la mula. suplicóle: -Perdónelo, General. ¿Usted no ve que es casi un muerto? -Quíteseme de alante. Padrecito, que es de la pinta y no lo salva ni el mesmo Papa... - y avanzando la aguardentosa barriga sobre los faroles acharolados de la silla. clavó a Recumina y la arrendó para los lados de la Comandancia de Armas. .. .Sonó una descarga, luego un grito desgarrador. Al resplandor de las fogatas que la tropa había hecho para los gervíos. se veían los surtidores de sangre que el plomo fratricida había hecho en el pecho huesudo del heroico. del terco y desmedrado Tribilín el Búcaro. atrincado como unjúa. en uno de los postes que sostenían el destartalado campanario de la Iglesia de San José de los Llanos. En la Casa-Escuela. Cuartel General del Delegado del Poder Ejecutivo. en campaña. junto a la misma hamaca donde roncaba. estruendosamente. el Varraco. borracho
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y hediondo como un perro sarnoso, sobre una frisa salpicada de sangre y de lodo, que servía de tapete verde,
en cuclillas unos, echados boca abajo otros, en lamentable y repugnante promiscuidad, jugaban al dao corría, el Coronel Cachaenaca, el Maestro, un normalista, un discípulo del Señor Has tos , el Comandante de Armas, el Alguacil, el Sacristán y algunos oficiales y soldados. En el silencio trágico de la noche, de una oscuridad espesa, se oía una vocecita andrógina, la del Coronel Cachaenaca, que decía: -Paro. -Pinto. Topo. Boyobán en una y media.
y en las afueras del pueblo, las de los centinelas que gritaban espantados y nerviosos: -¡Te veo!. .. -¡Te veo!. .. -¿Quién vive? -¡Del puestol -¡A tu puesto...
CARVAJAL Para el escritor Sócrates Nolasco
Quien no conoció en la Capital a aquel carretero laborioso, honradísimo y pacífico. la máxima confianza del comercio al por mayor y al detalle. Quién no lo vio el domingo. después del medio día. con su pantalón blanco, muy aplanchado. su camisa de fuerte azul. limpísima, su cuchillo cinco clavos. sobre el ombligo. y la siniestra apoyada en la cacha picada, ya completamente jalao, con la cabeza baja, parado en la esquina de Madan ciné, en la esquina de Musié Felípó. en la esquina de el "Gallo" o en la de "Samuel Curiel". en este delicioso soliloquio. preguntándose y contestándose: -¿Dónde nació Napoleón? -¡En Neiba! -¿Y los doce pares de Francia, qué eran? -¡Doce tigres del Cambronal, como yo! - y se golpeaba el pecho, fuertemente. Queremos dejar sentado con este introito. que el valor de nuestro héroe no podía ponerse en tela de juicio ni mucho menos discutirlo. Carvajal, como el valiente y 247
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honrado carretero, había nacido en Cambronal, junto a la guarida del trágico Pablo Mamá. .. .CaIvajal fue bautizado en la iglesia de la Cabecera de la Común de Neiba, a la sombra viril, vengativa y trágica del colín de San Bartola. Allí pasó su infancia y su adolescencia. En su juventud leyó varias veces Los tres mosqueteros, de Alejandro Dumas; La vida y hazaña de Rocambole, el Mártir del Gólgota y las Aventuras de Telémaca. Convencido de la teoría de que uno e lo que e según donde eté, como decía él, se le alojó en el cerebro una ansia loca de aventuras dignas de Simbad del Marino, el famoso viajero que recorrió todos los mares del mundo. El ListÚl Diario -que en paz descanse-, le estereotipó en el subconsciente el fatal espejismo de la Capital, un anhelo migratorio irresistible. Estimulado por estos venenos intelecuales, solía decir, enfáticamente, que él no era hombre de pascuas, de mangulinas, ni de galleras; yen la Capital fue, precisamente, donde a Carvajal se le esfumaron casi todas las virtudes básicas y nobles que caracterizan al hombre del Sur: valeroso, leal, serio y trabajador. Carvajal se inició en la carrera de las armas, donde tuvo un éxito rotundo. Por su valor y disciplina llegó a cabo de la Policía Municipal. El arte refinado de la política y de la diplomacia lo aprendió a fondo, cuando Carvajal renunció de la Policía Municipal, y por recomendación de una de las queridas del Presidente de la República, en ese entonces, pasó a ser Mensajero del Ministerio de Interior y Policía. A la sombra, alternativa, de los bolos y los colúos que ocupaba esa Cartera, llegó Carvajal a conseguir los resortes mágicos, la adaptación, la simulación, la mentira, y el cinismo indispensable en aquella época, para llegar a ser Ministro de lo Interior. Pero el discípulo de Fouché, era un hombre de acción y de gran ambición. Quería y necesitaba hacer carrera, rápidamente, y ninguna provincia más propicia para realizar su deseo, para colmar su justa aspiración, que la de San Pedro de Macorís.
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Una noche, mientras se derramaba el toque de ánima del campanario de la Iglesia de Santa Bárbara, la patrona de los artilleros, y el terral fresco y arrullador batía los velámenes de los balandros listos a zarpar y las linternas sangraban y rutilaban en los mástiles; con un cielo alto y tachonado de estrellas, y con la cartuchera congestionada de recomendaciones ejecutivas, Carvajal puso proa franca al Este, en el "Mario Emilio", que era un balandro raudo como una gaviota. El cocinero, un viejo lobo de "Pititrú", colaba el primer café, el de la boca, cuyo aroma zahumaba deliciosamente la cubierta del balandro, fundiéndose con el son dulce y elegíaco de una mangulina que prendió una fuerte, pero pasajera tristeza emotiva, en el alma de nuestro futuro héroe. Cuando la sangrienta Revolución de la Desunión reventó en el Cibao, ocupaba Carvajal la jefatura de Orden de la desordenada y trágica "Colonia del Jaguar", donde lo había llevado la recomendación especial del Comandante de Armas de la Plaza de San Pedro de Macorís, quien lo llamó inmediatamente a su lado, como una de sus carabinas de confianza, ya que él sabía que se iba a guayar duro de a verdad. Para Carvajal, la única gente gente, eran los capitaleños, los otros, decía él, parecen gentes, pero no son gentes; de aquí, que hiciera tanta liga con nosotros, que para ese entonces redactábamos el diario más importante de la provincia. Todas las mañanas Carvajal y yo tomábamos café donde la bondadosa e inolvidable Manela, donde evocábamos, con sincera tristeza, las delicias del parque de Colón, con el que deliraba el paisano Carvajal. En la tarde, no faltaba en la Redación a coger su número, a leer las noticias del mundo, y a darnos sus noticias, las que él sabía de las batallas que se estaban librando en los cuatro puntos cardinales de la República, batallas en las que siempre derrotaba el Gobierno a la Revolución, desde luego! ...
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-Señores, ¿qué es del paisano Carvajal que hace muchos días que no lo veo? .. -Ni lo verá más -nos contestó Yubí, un negrito medio cocolo, vendedor al pregón, más revolucionario que Pablo Reyes y Perico Lazala. -¿Cómo, mataron a Carvajal? -Qué va, que están acuartelaos y no los dejan salir ni a mear. Parece que uté no sabe cómo es que etá la cosa, hum... ¡Dios quiera! ... Escribíamos esa noche un editorial intitulado El peligra de la demagogia, para el próximo número de "El Diario", en el cuartucho de bohemio donde vivíamos, junto a las oficinas del periodico, cuando sentimos unos golpes en la puerta del patio, que daban a un callejón estrecho, húmedo y hediondo a amoníaco y a sulfatos intestinales. -¡Pan! ... -¡Pan, pan!. .. -(,'Q" Ulen va?.... -Yo, su paisano Carvajal, ábrame. y le abrimos, y realmente, era el paisano Carvajal. -Tenga, guárdeme eso ... paisano. y nos entregó un lío grandísimo, hediondo a monte, a verraco de ciénaga y a grajo, recomendándonos, con sumo interés, que no saliéramos esa noche, porque corríamos un peligro grandísimo, ya que el Gobierno, al que él defendería hasta la muerte, estaba con una mano alante y otra atrás, en el hueso...
Obsedidos por el editorial, no le pusimos atención a la noticia de Carvajal y seguimos redactando El peligra de la demagogia. Cuando terminamos, el reloj de la torre del Cuerpo de Bomberos, partió la noche en dos. El conticinio era profundo. Una lechuza graznó, fatídicamente, en una mata de coco. De pronto, en un traspatio, un perro latió y luego aulló lúgubremente, como viendo muertos. El silencio se acentuó más, se hizo más espeso, augural y trágico. De los lados de la Comandancia de Armas sonó un tiro seco, de máuser, que aulló en el aire como un gato en
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celo. Tras este tiro. vinieron las descargas cerradas, el pleito se generalizó en toda la cortina. que no estaba bien defendida. Los tabicazos de los lados de la Gobernación los sentíamos dentro del cuartucho. Una hora después todo había entrado en calma, la Revolución Reivindicadora había ocupado la plaza, a fuego y sangre. -¡Pan! ... -¡Pan. pan!. .. -¡Pan. pan! ... -¿Quién va? -Yo. su paisano Carvajal, ábrame pronto y apague la luz. Le abrimos. y Carvajal entró precipitadamente, tenía
los ojos como una fiera. cargados de electricidad. Hedía a pólvora. Su carabina humeaba y estaba caliente como un fogón. se le podía freír un par de huevos en la recámara. Carvqjal había peleado. como pelea el hombre del Sur; como un macho, hasta quemar el último cartucho. -Deme el lío que le dejé a prima noche: ¿yo no se lo dije. paisano?... -¡Viva la Revolución. C... ! -gritó un grupo frente a la puerta donde Carvajal se había transformado con rapidez maravillosa. La noche estaba que no se veía ni la palma de la mano. Carvajal se puso a gatas, con la carabina en bandolera. y se tiró a la calle, detrás del grupo revolucionario. Al verlo perderse entre las sombras espesas y trágicas. pensamos que el pobre paisano Carvajal se había vuelto loco; pero. qué va. el antiguo discípulo de Fouché y del Ministerio de lo Interior y Policía. tenía un juicio a prueba de manicomio. El pueblo amaneció revolucio'nariamente enfiestado. El triunfo de los bolos había sido completo. De los valientes y leales colúos no había qué hablar. el que no estaba muerto. estaba preso. escondido o huyendo. -El panorama de los sucesos polítios y bélicos de la hora centelleante y dolorosamente trágica que vivimos, ha cambiado rotundamente. Anulé el editorial que tenía-
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mas para hoy intitulado El peligro de la demagogia, y tenga la bondad de escribirse uno sobre los grandes e inconcusos beneficios de las Revoluciones, cuando estas están arquitectonadas a base de una mística democrática y evangélicamente cristiana -nos ordenó del Director, que era capitaleño, con una prosopopeya y un tono solemnemente cínico. Estábamos inclinados sobre nuestro escritorio, con lacabeza entre las manos, sudando la gota gorda, al tratar de instrumentar y pulir las mentiras socialmente criminales, que me había ordenado el director, que era capitaleño, cuando irrumpió en la Redacción un grupo de revolucionarios armados hasta los dientes y enlodados como carreteras en tiempos de zafra. El corazón se nos fue a la boca, ya que pensamos que venían a hacernos presos y a culatiar la Marinoni, como era costumbre de esos tiempos. Nada de eso. El grupo de libertadores era todo compuesto por muchachos capitaleños cien por cien, y venían capitaneados por el paisano Carvajal; por poco me ahogan abrazándome. Carvajal estaba de comérselo con cucharita, con un atuendo revolucionario genialmente pintoresco pero incoherente y sospechoso. Calzaba soletas con medias escocesas a cuadros. Chamarra y pantalón de fuerte azul, enlodados y ripiados, amarrados con unos curricanes de barriga de yaguas, más arriba de las batatas de las piernas, pero la camisa limpísima y una corbata nueva. Un sombrero de canas, con una cinta azul turquí, símbolo del partido, en el doblez, que le cubría la cabeza de pelo muy bueno, bien peinado y perfumado, con pomada de nardos y aceite de coco. Para celebrar el triunfo de la Revolución Libertadora, el Director, que era capitaleño, sinceramente emocionado, mandó a buscar a la pulpería de la esquina, con cargo al periódico, porque su crédito personal estaba agotado y cancelado, definitivamente, una botella, grande, de ron, del mejor, del más viejo.
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Mientras se preparaba el brindis, Carvajal nos hizo un relato espectacular de la marcha accidentada, forzada y estratégica de la columna, desde la Línea Noroeste a Punta Garza. Nosotros escuchábamos el tumultuoso, rimbombante y onomatopéyico desfile, las picarescas y bélicas mentiras, el prodigio de aquella heroica campaña, con cínico deleite, con una meliflua y automática atención. -Usté, paisano, -nos dijo Carvajal, con tono imperativo- usté, paisano, se ha pasado la vida como ciertosjugadores, pasando, pero esta vez, tiene que aceptarnos man que sea el Consulado de Turquilán, ya que usté es blanco y sabe inglés, que no es una pendejá... Yubí, el negrito medio cocolo y revolucionario empedernido, convencido de que las armas son siempre superiores a las letras, por lo menos entre nosotros, con la bemba coloradísima e inundado de una sonrisa maliciosa, avanzó con una bandeja de vasos espesos y labrados, medios de ron la "Tusa", que era el que estaba de moda, ofreciéndoselo a Carvajal, al héroe de la revolución reivindicadora y a sus muchachos capitaleños, cien por cien, charlatanes y refinadamente sinvergüenzas y cínicos ...
CÁNDIDO CANDELA A Elías Brache hijo y Luis Despradel
En el plácido y pintoresco pueblecito de Jarabacoa -un nido en el corazón de la montaña-o Cándido Espuela era el hombre polivalente. Político de fuste. secretario de todas las secretarias. maestro de escuela, agricultor. orador. curandero. boticario, negociante. corresponsal del Listín Diario, literato. hacedor de charadas. maquiñón. prestidigitador y gallero. Todos estos ejercicios eran circunstanciales y transitorios. y los cambiaba dado su temperamento inquieto, aventurero y guerrero, por las armas, que eran su delirio. su vocación permanente, básica, definitiva. por las ramas reivindicadoras y vindicadoras, como decía él, segUido que estrallaba el primer cojetazo en uno de los cuatro puntos cardinales de la convulsiva República. No se habían cicatrizado aún las heridas profundas que habían hecho en el crédito político. económico y social, y en el mismo corazón de la República, la llamada "Revolución de la Unión". ese amasijo de felonías y fechorías, de ambiciones y de crímenes, en la que tomó 255
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parte activa, activísima y decisiva, el malicioso Cándido Espuela, cuando la llamada Revolución de la "Desunión", la más cruenta y salvaje de todas las habidas, prendió de nuevo la tea de la guerra civil, cuyas llamas iluminaron, trágicamente, a esta tierra nuestra, la más dulce, la más bella, la más fecunda y desgraciada del mundo. Una de esas mañanas alegres, del precioso y canoro valle de La Vega Real -recargado siempe de perfumes bucólicos-, se sintió, de súbito, un ta, ta, ti, ta, un toque de corneta de los lados de la "Cigua", por donde un sobrino del polivalente Cándido Espuela, polivalente y bélico, llamado Turín, un muchacho medio civílizado, honrado trabajador, ajeno por completo a las ventajas y canallerías de la malvada política criolla, que tenía una pulpería buenaza, hecha de hombre a hombre, con honradez, con el sudor de su frente, que es como aconsejó Dios que se haga el dinero, para que no envenene el alma, el pensamiento, la vida y la muerte...
-Esa tropa -murmuró el joven y honrado comerciante- segurito que es de tio Cachito, -como le decía él cariñosamente' y como si le hubieran tocado un botón eléctrico, saltó de la parte afuera del mostrador, en mangas de camisa. Apenas habían desfilado, de uno en fondo, frente al bien surtido establecimiento de Turín, los veinte o treinta infelices campesinos, jocundos y chachareros, regalando saludos y adioses, de boca, de manos y sombreros, cuando irrumpió en la amplia enramada anexa a la pulpería, el Jefe de la columna, que venía a lomo de Caño nga, su mula baya, cañas negras, su ñoña, como él decía, que estaba para ese entonces que se le podía jugar dados en las nalgas, redonditas y lustrosas. Cándido Espuela, venía armado hasta los dientes. Traía un sable de espejitos, un revólver nuevesiningo, cacha e nácar, con dos correas llenas de cápsulas preciosas. Un puñal pata e venao y un brogocito sobre las ingles. En el sombrero, con el ala levantada alante, a lo
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mambí cubano, que le dejaba al descubierto la cara blanca, pero fuertemente tostada por el sol, un lazo grandísimo, de candelón. En bandolera, la porturola, la cartuchera de búfalo, hecha en Santiago, y nuevecita también. -La bendición, tío Cachito. -Dios te bendiga, sobrino, y te haga un santo. -Desmóntese, tío, pa que tome café y se desayune. -Hombre, sí, sobrino, te vaya complacei. poique eta milicia endiablá. me tiene, que a eta hora que tú ve, nome he echao ni un trago de jengibre en el buche. El malicioso, práctico y mentiroso Cándido Espuela.
echó pie a tierrra con dificultad, entorpecido por las armas superabundantemente innecesarias, y poco después de los abrazos, bendiciones y saludos, a familiares y extraños. tío y sobrino, con empalagosa amabilidad foránea, se sentaron a la mesa cibaeaña, siempre oportuna, suculenta, nitrogenada, esa mesa digna de la caverna prehistórica. recargada de viandas humeantes, de huevos fritos con los cebollines y la clara achicharrada, de carne y longanizas fritas, sin estáticas, sin burruqueos inciviles. Ya en el café, en el paladeo de ese aromático y sabroso café de La Vega, en el preciso momento fIlosófico enque Espuela encendía el cigarro, el sobrino. que lo quería y que ya tenía su trompo embollado. le rastrilló a boca de jarro: -Tío. perdóneme la pregunta, ¿pero para dónde va uté con esa tropita? .. -Para dónde vaya dir, muchacho. pamba. pai sitio de la CapitaL
-Dispénseme, tío Cachito, pero dígame, ¿cuándo e que usté va a entrai enjuicio?... Uté no sabe que la cosa pallá arriba etá que arde. A Eliseo y otro General colúo le han rompía la caja dei pceho de un cañonazo. Si a uté lo malogran en una de esas sabanas grandísimas, se lo comen los perros. ahí no entierran a naide. Si uté se muere
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pacá, le llenan la sepultura de clavellinas y es tefanotas , toitico el mundo lo llora, le hacen un rincón bien gritao, y una misa con música. Cómo se le ocurre, cojei ahora parriba, licencie esa tropita en llegando a "Pontón", y vuéivase, que usté es un hombre muy querio, útil, necesario, indispensable, sin usté su pueblo no es pueblo, quédese poi Dió, no vaya a paite. Espuela, con la barba sobre el pecho, afeitadamente
enternecido y agradecido por las cándidas reflexiones del sobrino, le contestó: - Tropita no, sobrino, tropa y de la buenaza, de la caliente, de esas que dejan elsitio pelaíto largando plomo. Pero, después de to, no te preocupe, que yo nunca me adentro mucho en la chispa, yo peleo siempre detrá deljumo, que digamos, -y echándose la porturola, la cartuchera de búfalo sobre el ombligo -ve, le dijo- y fue sacan-
do y poniendo sobre la mesa: Un pedacito de corcho, un cabo de vela de cera, tres cajas de fósforos, dos juegos de barqjas españolas viboreá, dos dados cargados en tres suertes en la carrera, y una panela de dulce de leche. -Sobrino, yo no he matao ni pienso matai a naide. - y hurgando de nuevo hasta el fondo de la porturola de búfalo, sacó y le mostró al sobrino algunas cápsulas, haciéndole notar las condiciones inofensivas. - Ve, sobrino, son de güebo e chivo y mi carabina es un brogocito; -y después de relojear los contornos de la pulpería, por si había moros en la Corte, le dijo casi en el estríbo del oído: -En ei último sitio, en el de La Unión, yo me gané mil pesos. Déjame jacei, que yo no dentro en eta cosas sino poi negocio, poi negocio no má, yo no creo en nada ni en naide.. . - y le echó la pierna a Cañonga, que piafaba en
la enramada, loca por tragar tierra caliente, tierra de guerra...
EL SECRETARIO Para Jaimito Mota y el Lic. Eduardo Read Barrreras
Al cantón general de la revolución libertadora, que estaba en la margen oriental del río Higuamo, en el mismo paso del "Salto", dominando el camino real que va de la Pringamosa a Hato Mayor del Rey, llegó, a eso de medianoche abajo, un dragón reventando chichas. Ese dragón traía la noticia, grave por cierto, de que una fuerza del Gobierno, a príma noche, había atacado y ocupado por asalto, el pueblo de Los Llanos, recuperando así el centro de operaciones del Gobierno. El Comandante de Armas, el Síndico y el Cura estaba en el cepo. El maestro de escuela, un viejito cibaeño llamado don Chucho, buena gente por cierto, pero demasiado metafísico, muy filono, muy chacharero y boca dura, que se pasaba el tiempo discursiando sobre las ventajas de la democracia y el peligro de las tiranías, en el billar de Don Natividad, que era espía y delator temperamental, más amigo del Gobierno que sus armas, ese estaba casi derrengao, de una pela de sable que le dieron. 259
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El Secretario del Jefe de Operaciones, un pepíllito de los lados de San Pedro de Macorís, estribado de necedad y embadurnado de la literatura de los "Girondinos", autoritario, jactancioso, berrinchoso, malcriado, el odio del cantón, nadie lo podía ver por sangruo y parejero como él solo, dormía esa noche en el fondo de la hamaca, cuando fue despertado, bruscamente, por el Botqjumo, su plantón, que le batió los jicos de la hamaca tres veces. -¡JefecitoL .. -¡JefecitoL .. El Jefe grande lo ñama, levántese seguido que dei lao de Los Llanos ha bido la dei diablo y yo credo que vamo a sal~ pero ya, de a valía. -Quiero -le dijo el Jefe de Operaciones, que no era uno de esos generales nuestros, completamente incultos, de sellos de goma y de firme aquí, más bien algo leído, blanco y rubio, de pocas palabras, muy reposado y muy serio, un hombre de mando- quiero, Secretario, que usted acompañe al Coronel La Chancha, que va con todas las fuerzas de caballería y mi Estado Mayor, a una operación rápida, muy delicada, delicadísima, -y le repitió 10 de delicadísima tres veces-. No quiero que se malogre la operación, ni el Coronel, que es un hombre demasiado impulsivo, arrojado y atrabilario. No se le quite de al lado, pie a pie con él, haciéndole las reflexiones necesarias. Procure que no tome un solo trago de ron en el camino. Una vez recuperado el pueblo, al arma blanca sería mejor, porque usted sabe cómo andamos de municiones, y cogido el convoy que está escondido en el billar del vagabundo de Don Natividad, evite violencias, atropellos y fusilamientos, porque esta es una revolución completamente distinta a las otras que se han hecho hasta ahora. Desde ese mometno sintió el Secretario un tiin muy largo, largo y repetido en los oídos, que él consideró que era un aviso del Ángel de la Guarda, que le indicaba no ir a ese pleito, pero que en verdad no era otra cosa que la presión arterial del berrinchoso y jaquetón Secretario, prisión que tenía la violenta gradación de un termómetro
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en el fondo de un caldero de agua hirviendo. El Secretario tenía una absoluta seguridad de que algo muy gordo le esperaba, gordo y trágico, y maldijo la hora en que al Jefe se le ocurrió ponerlo de asesor de un hombre de tanto ácido, tan brutal e irreflexivo como el Coronel La Chancha, que no era un ser humano, sino una fiera y un cerdo, en una sola pieza. La fuerza, como hemos dicho, era toda de caballería, ni un solo hombre a pie, porque la delicada operación de tomar el pueblo de Los Llanos, al arma blanca, tenía que ser rápida, en la madrugada, antes de que rompiera el día. .. .La mejor montura de todas -y las había buenazas, porque los muchachos cuando se fueron al monte arrasaron con las cuadras de las fincas- era la del Secretario. Un caballo hermoso, lindísimo, de siete cuartas de alzada, fino de a verdad, color alazana tostado, con dos patas blancas, las crines blancas también y un lucero en la frente del mismo color: era una bestia de hombre. El Secretario la había cogido a la brava en el "Batey de los Platanitos", era nada menos que "Príncipe", el padrote puertorriqueño de la crianza de Don Nicolás Santoni, quien ordenó entregárselo, indignado, porque el Secretario no quiso aceptar otro, buenazo también, entregárselo con su silla inglesa, su freno y sus espuelas de plata, para que se perdiera todo junto; así es Don Nicolás Santoni. Las órdenes que recibió el truculento, impulsivo y sanguinario Coronel La Chancha, fueron breves y definitivas, no tenían municiones y había que quitárselas al Gobierno. El Secretario ya montado y estribado, haciendo figuras, con su rifle plateado, apoyado en el muslo derecho, las oyó claras y completas: -Coronel, de usted depende la suerte de la revolución libertadora. Ya usted sabe, una sola carrera, un tiro, y al arma blanca, filo con ellos; pero, después, cuidado, mucho cuidado, no se olvide que éste es un movimiento civilista, progresista y democrático, -y le estrechó la ma-
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no encomendándolo a la Virgen de las Mercedes, patrona de la República y del pueblo de Hato Mayor del Rey. El miedo, que es el genitor de todas las debilidades y canallerías humanas y olímpicas, había cambiado como por arte de magia. al fantoche y boconísimo, al grosero, abusador y berrinchoso Secretario, en el hombre más amable y cariñoso del mundo, cambio que notó el Corneta, que era de la Capital, que no lo podía pasar, ni en melao. que es lo más dulce, haciéndoselo notar al Capitán Ledesma. que tampoco lo podía pasar, y trasnochado, venía durmiéndose pierna con pierna con el Corneta: -Capitán. -Capitán, ¿usté se hafyao en el Secretario? Tiene culillo, tiene culillo...
Las sombras de aquella fatídica y memorable madrugada de a fines del lúgubre mes de noviembre, del mes de las Áni:nas del Purgatorio. se retenían tercas y espesas sobre el dilatado lomo de la dilatada sabana del Guabatico, animada. intermitentemente, por la escala 'mística y doliente de los búcaros noctívagos, que ya principaban a esconderse en el fondo de los secos y amarillentos pajonales, fatigados de sus nocturnas correrías, cuando hizo alto. bruscamente. la fuerza de caballería que al mando del Coronel La Chancha, debía tomar al arma blanca, el pueblo de San José de los Llanos, que ya principiaba a desperezarse. El Coronel La Chancha, que había venido durante la travesía. forzando bodeguitas en el Monte Tabila, dándose tabicazos de romo. ya chupao, de a verdad, cerrando y abriendo, intermitentemente, el ojo izquierdo, que era su tic báquico, la señallombrosianamente criminal de que ya no se le podía hablar y mucho menos objetarle nada, porque era un peligro inmenso, echó pie a tierra, se pasó el dorso de la mano izquierda por los bigotazos ríspidos, y las pupilas le brillaron tenebrosas y felinas. Se desmontó con dificultad e impartió la orden de ataque,
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una orden breve, precisa y fulminante, ya con el sable de cabo en la diestra y el revólver sobre el ombligo: -Los de silla -gritó con voz ronca y aguardentosaa la vanguardia conmigo y con el Secretario. Los de aparejo a la retaguardia. Este es un pleito de intilectuales y de gente de coibata -y agregó-: Yo no creo en gente del campo manque tenga zapatos. Ya lo saben, muchachos, una sola carrera, una descarga, y adentro, filo con ellos, y el que baraje o se padée, lo rajo de un machetazo, caraja ... -y miró agresivamente al Secretario, abriendo y cerrando tres veces de seguido el ojo izquierdo, que era su tic criminal, francamente lombrosiano... El malcriado, el berrinchoso y boconazo Secretario, al oír esa arenga truculenta del Coronel La Chancha, más breve y peligrosa que la de Aníbal en el paso de los Alpes y la de Perico Pepín en Moca, cuando fue a buscar el cadáver del General Lilís, casi derrengado de miedo, cayó en brazos de Botajumo, su sufrido plantón, y con voz trémula y entripado de un fuerte sudor cardíaco, le dijo: -¿Qué te parece, Bota -y le apocó el nombre con insólita ternura-, qué te parece, dizque los de silla en la vanguardia y los de aparejo en la retaguardia? ¿Ese hombre está loco?... Por tu madre, Bota, búscame una burra al pelo, aunque esté preñada, que yo la negoceo por mi caballo puertorriqueño con silla, freno y espuelas, de lo contrario dame por muerto... -y fue precipitado, húmedo y maloliente, a aplastarse detrás de unos matojos de yagrumo... ¡Así son por lo regular, los guapos nuestros!. ..
SARAMAGULLÓN Para el Líc. José María Landestoy, Rosa-Cruz.
Su nombre verdadero, porque no tenia patronímico, era Higinio el de Cunda, ya que era hijo de Seña Cunda, una vieja Capellana y plañidera, por más de tres cuartos de siglo, en las salidas de los rincones. Le decían SaramaguHón, por remoquete, y más bien se sentía halagado, por esa recóndita y sincera voluptuosidad de los cínicos, cuando le descubren la manquera. SaramaguHón era el producto quintaesenciado de la rata política de sabana, del sinvergüenza político del campo, que es mil veces más sinvergüenza y más peligroso que la rata política de la ciudad. Durante la paz, vivia de hacer fullerías en los jueguitos y galleras, vendiendo animales ajenos. En las guerras civiles, cuando "Concho Primo", se volvía loco tirando tiros, pillando y matando, se metía en el pueblo, ahí con el Comandante de Armas, buscándole muchachitas, contándole cuentos indecentes. Siempre dormía fuera de la zona militar, o donde una u otra comadre de sacramen265
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too Nunca se le vio hacer una guardia, y mucho menos salir a una operación, pero eso sí, era el primero que cogía su ración, su mamana, como decía él. Con los americanos estaba lo que se dice a su gusto, delatando a todo el vivo, vendiéndole bestias y novillos mostrencos, y recogiendo las sobras suculentas de las cocinas asiáticas en sus campamentos, sobras que él se las vendía al Síndico y al Cura, que nunca le faltaban uno o dos marranos en pocilga, en ceba. Una mañana, ya con los arreboles de la Aurora sobre la testa de la loma de F'iojió, nosotros que íbamos para adentro, y él que venía arreando duro para llegar tempranito al pueblo, a jartarse de noticias y a cumplir con su desdorosa función de espía del Ejército de Ocupación, a llevar a la horca, a la candelada o al patíbulo a algún campesino laborioso y honrado, enenigo personal de él, por pícaro, por mañoso y vagabundo. -Ofrécome, Don, ¿a uté le ha amanecido? Yo sí que jacía tiempo que no lo vida. ¿Uté no etaba qui veidá? Segurito que jandaba poi los jestranjeros, dígame una cosa, ¿poi qué no ha día a casa? ¿Uté ve esa loma azulininga, en esa no, en la que etá atrá, e en la que vivo agora yo. Vaya pa que venga caigao. Cuando yo llegué a ese lugai, Don, llegué lo que se dice inactuai, pelaíto, lo que se dice ai pelo. Pero me enamoré de una muchacha lo que se dice buena de a veidá. Ei Taita me jacía la guerra, pero lo agarré cacho y qU!já, y a lo último, pa no cansailo, ei Taita era el que etaba enamoraíto de mí, y me casé, sí Don, me casé.
Saramagullón apoyó el dedo gordo en la agarradera y descansando en el muslo derecho todo el cuerpo, en la cabeza del aparejo, lista para echar una plática tendida, dispuesto a comerse el barril de sal de Neiba, de hombre a hombre, como decía Lilís, me interrogó así: -Dígame, Don, ¿y qué se dice de política puayá? Hábleme franco, que uté sabe que yo soy un hombre que lo que me dicen, no se me sale dei pecho manque me jusi-
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len. Don, tenga confianza en mí, que uté sabe muy bien que yo soi un hombre dei Gobieino, amigo de la paz y dei oiden.
Queriendo nosotros ponderar la canallería política donde era capaz de llegar. en la zambullía Saramagullón, la cínica y práctica rata política de sabana que teníamos por delante. le contestamos: -Higinio. la cosa por la Capital está complicada e indescifrable. muy indecisa. -Muy ocura y meturá, ¿veidá Don...
-Sí, Higinio. Sin embargo. yo creo que el que se tercia la Mulata es Don Horacio. primero, y si no es Don Horacio es Don Jan, uno de los dos. -Yo le diré. Don. esos viejos bueyes son los que más jalan, y nosotros los dei campo y hasta los mesmos de la ciudad estamos con ellos. Son hombares baibúos. hombres de peso para podei trabajái, y por eso toiticos etamos con ellos en cueipo y aima. ¿Y qué más se dice, Don? -Se dice, Higinio. y es bueno que tú lo sepas. que los americanos. los blancos. blancos. a quien van a poner es a Don Pancho Peynado. -Le diré, Don, si las cosas son jechas a coidei. a ese es el que debían trepai en la silla, ya que ei fue el que nos sacó casi ajogao dei chaico en que etábamos metía. Sí. fue ei que jizo ei documento, y si lo trepan, mejoi pa nosotro los hombres dei campo que necesitamos trabajai. ¿Y qué otra cosa se dice. Don? -Bueno, Higinio. en la Capital aseguran los intelectuales, los sabios. los que quieren orden, cordura. administración, que el blanco que ha venido está decidido por Chicho Vicini. -Don. ese sí es el hombrecito que me guta de a veidá. poi apretao. ese los mide a toiticos con la mesma vara. para él no hay blancos ni prietos. pobres ni ricos, y ademá tiene la muñeca dura, yeso es lo que necesitamos los hombres dei campo. para trabajai. ¿Y qué má se dice. Don?
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-La política. amigo Higinio. tiene sorpresas inesperadas. y te digo esto. porque algunos interesados aseguran que el que se terciará la Mulata. es Don Federico Velázquez. porque es uña y carne del Ministro americano. ¿Qué te parece. Higinio? Si ese flaco coge lajáquima. poi mano dei diablo. se acabaron los mañosos y los jaraganes. yo se lo aseguro. Don. que toiticos etaríamos con ei., poique lo que necesita la República es un hombre recio y organizao de a veidá. -Te puedo decir algo más. Higinio. Hoy hacen precisamente ocho días. cuando pasé por el batey del Ingenio Quisqueya. le oí decir al sereno de la Casa de Calderas. uno que dizque fue Coronel del Estado Mayor del General Desiderio. que él daba papeletas a cabos de túbanos a que el que se terciaba la Mulata era Desiderio. Yo me sonreí de esta monstruosidad. y por poquito. si no me disculpo. si no ando a tiempo. me da un maquinazo. -Le diré. Don. si los que ponen son los blancos. no les falta razón poique pa que este pollo de guinea de La Línea esté de sabana en sabana y de monte en monte. jeringando día y noche. que se la den, y así se acabarán las malditas revoluciones. y toiticos podemos trabajai. que es lo que necesitan los hombres dei campo. Higinio. abatido por la maruIla. el cinismo y el utilitarismo. inclinado sobre el aparejo. apoyado en la aguantadera. miraba para el suelo trazando signos desordenados en la tierra blanda y fresca. humedecida por el rocío. con el varejón de azotar su bestia. aspirando con granujienta voluptuosidad. la onda de mariguana que le poníamos en las narices. -Bueno. mi estimado Higinio. ya te hemos dicho muchas. pero muchísimas cosas. ahora. yo quiero que tu me digas a mí. si las cosas se aclaran o se enderezan. ¿con quién estarás tú? Súbito. como si los fatídicos jinetes del Apocalipsis. hecos instintos. picardía política. sentido práctico. le hubieran pasado por la médula y el cerebro. se reajustó en
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el aparejo. se afianzó en la agarradera. embridó bruscamente la bestia. relojeó de nuevo la dilatada y solitaria sabana. y casi dentro del oído. con el brazo sobre mi hombro. díjome: -Don. si regla vale. mientras eto se aclara de a veidá. yo etoi con la plaza. con los blancos, en cueipo y aima. No
deje de pasai poi casa, cristiano. que nosotros lo queremos lo mesmo que familia. Clavó espuelas. y se perdió. como por ensalmo. detrás de la mata fresca y verdecita como una esmeralda. El negro Martín Fulgencio. mi leal. noble e instintivo escudero. que se había parado a mi grupa. y que había oído nuestra plática. rompió bruscamente su silencio y exclamó en un arranque de indignación. -Ese sí es un hombrecito tupía. yo lo conozco. es más sinvüerguenza y adulón que un perro sato. más ladrón. que un gato barcino. El sol como un payaso obeso. hipertensivo. rojo. irradiaba. sonreído. trepado sobre los picachos de la loma Fiofió. su luz matinal. tibia acariciando los aljófares de la sabana.
e HAN Al coronel Pedro TrujiHo Malina
Corría el año trágico de 1903, el año del "23 de Marzo", que para nosotros es más importante -sociológicamente hablando-- que el "27 de Febrero". Nosotros éramos amigos intelectual y desinteresado del Presidente de la República. Pero no éramos ni podíamos ser amigos de aquella situación política, la que habíamos calificado, ya que habíamos leído a Eugenio María de Hostos -de un festín bizantino y de un erupto babilónico... Los cuantiosos intereses de familia, nos tenían radicados en nuestro gran hato de la "Pringamosa". En un viaje de urgencia, que hicimos aquí, a la Capital, el Presidente nos mandó a decir, con uno de sus edecanes, que nos esperaba en el Palacio de Gobierno. No fuimos al Palacio sino a su casa de familia, después de las tres de la tarde, dando tiempo a que pasara la hora psicológica de la siesta, que es tan voluptuosa y reparadora. Al vernos, nos abrazó con cariño y nos dijo: -Te esperé hasta pasada la una, en el Palacio. 271
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-Gana de usted perder el tiempo -le contesté-o Yo le he dicho más de una vez que a mí no me gusta visitar los palacios, porque a la larga le aflojan a uno los resortes morales. Los palacios y sus poltronas muelles y aterciopeladas, son propicios a la sifosis, a los espinazos siempre en curvatura de los cortesanos y los diplomáticos, que son los especímenes que más nos repulsan, por infidentes, insensibles y utilitaristas. El Presidente se sonrió, y nos dijo: --Ven a mi escritorio, que tenemos que comernos un barril de sal de Neíba, puñao a puñao, como decía elfresíto Lilís, cuando queria confiarle algo de suma importancia a un verdadero amigo. Tú sabes de lo que son capaces los bolos cuando se juntan con los rabúos. Y de lo que son capaces los rabúos cuando se juntan con los bolos. En Hato Mayor me están preparando un movimiento. Quiero que me le pongas el ojo al Comandante de Armas, y seguida que le sientas el bajo al tocíno, avisamelo con un expreso de tu confianza. ¿Cuándo te vas? -Ahorita, ¿usted no me ve las espuelas puestas? -¿En qué caballo andas? -En "Bizcochito", la jaca puertorriqueña que usted le regaló al Viejo, que ha cogido unos bríos estrepitosos y quiero quebrárselos. -¿Tú andas solo? -No, con Chan -Chan era un embyao nacido del otro lado del "Salto", criado de regalón en el batey de la "Pringamosa", bravo y leal como un perro, pero con una vocación lobrosíana que hacía horizonte y que siempre tratábamos de contenérsela-. Antes de despedirnos sacó de un armario una cajeta conteniendo un revólver de nueve, cacha de nácar y pavón plateado, con otra cajeta más pequeña, de cápsulas, que parecían de oro. -Dale este regalo a Chan en mi nombre. -Le estrechamos la mano, efusivamente, y bajamos. Cuando le entregamos el regalo, depués de enseñarle el contenido de las cajetas, Chan se ilusionó de alegría,
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de felicidad y del deseo de usarlo. trágicamente. cuanto antes... -¿ Veidá Coronei, que ese regalo e pa mí? Yo quiero vei ai Presidente. -No. Chan. -le dijimos- los presidentes son hom-
bres divinos, que no se pueden ver cuando uno quiere, sino cuando ellos quieren verlo a uno ... -¿Anjá? .. bueno. entonces vámonos. que no va a cogei la noche. -Me agarró el estribo después de acariciarle el pescuezo y el anca a "Bizcochito", que piafaba, batiendo el suelo. pidiendo leguas. El Presidente -que era loco con los caballos- se asomó al balcón para ver a "Bizcochito". Yo lo arrendé para que se convenciera, que como su caballo alazana "Gladiador" que le regaló un amigo de Puerto Plata. atendía a la rienda contraria. con limpieza y precisión. Le dijimos adiós con la mano, espanté la bestia y si no la aguanta con maña. nos metemos en la Capilla de los Remedios, que estaba abierta. - Viejo Ceraso...
-SeñaL -Dígale al Mayoral que venga acá. que necesito hablaban con él. Óigame, ensílleme seguida el Cubano -el Cubano era un caballo rusio avispao, primero muerto que cansa~ de siete cuartas. de bríos tranquilos. pero ingastables, de un paso y trote. que mataba los mulos. Tenía un balazo en la tabla del pescuezo que se lo dieron en la guerra chiquita de Cuba. -Escójame diez hombes de los mejores del "Sacao" -el Sacao era cuarenta hombres exentos del servicio militar, pero que en el mes de mayo prestaban servicio en el "Herradero" del hato- ármemelos con esas carabinitas nuevas que tengo en mi aposento. refuércele las cartucheras y que monten seguido. que vamos para el pueblo. Ya nosotros le habíamos puesto un espionaje científicamente inglés al Comandante de Armas, que tenía el pecho sucio como un revolcadero de puercos.
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Cuando vinimos a llegar a la sabana estaba frente a la iglesia, donde racionaban la tropa, el comandante vino a mi encuentro, me saludó con el respeto de categoría, que me debía, con el sombrero en la mano. Después de mirar mis hombres, algunos de cara patibularia, me dijo falsamente alegre: -¡Qué bien me viene esa gente tan bien aimá! -Por eso vinimos a ponernos a sus órdenes, porque vamos a salir con usted. -¿Uté etá loco, Don? Un hombe de su sencia no puede dir al peligro, poique lo necesitamos. -Gracias, Comandante, pero yo creo en el destino. A quien necesitamos cuidar es a usted, que es un hombre de guerra, valiente y leaL .. -y le di una mirada que se puso pálido. Al toque de ánimas, se tocó marcha de frente, rumbo al Seibo, para engañar a los espías del pueblo. Dimos un rodeo muy grande y fuimos a acampar algo distante del enemigo, para espiarlo, saber el número y la clase de gente y sobre todo su posición. La noche estaba tan oscura que no nos veíamos unos a otros. El enemigo estaba a la entrada de la Yerbabuena.. en un firme que dominaba la sabana, con un arroyo por delante. A las cuatro de la madrugada levantamos el cantón, sin diana, en silencio. Arengamos la tropa con brevedad, haciéndole resaltar el valor y la lealtad que son las virtudes básicas de los ejércitos. A eso de las cinco, entre dos luces, sonaron unos tiros de máuser, que os pasaron por encima de la cabeza. Poco después sentimos otros cajetazos. Seguido se generalizó un fuego nutrido. La vanguardia, mandada por el Comandante de Armas, que era más valiente que Napoleón, había entrado en franco combate con el enemigo. Nosotros -militares precavidos y cautelosos- estábamos en la extrema retaguardia, al cuidado de las municiones y de nosotros.
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No sabemos si por nerviosismo o por ganas naturales, nos desmontamos para hacer agua. -Coronei -nos dijo Chan, que después del regalo que le hizo el Presidente, nos cuidaba como la niña de sus ojos-, dese pronto que ei fuego e eruzao y muy bqjito, monte que lo puen malograi. Brincamos a la silla y no habían pasado cinco minutos cuando Chan -que sabía muy poco de anatomía humana- me gritó enloquecido: -Yo no se lo dije, Coronei, me han eoitao, y mai eoitao que toL -¿Dónde, Chan? -¿Dónde vaja eei, Coronei? Más abajo de la ingle, me jan atravesao lo do peimones -y se sujetaba la pretina de los pantalones, a dos manos.
METURAO NO PUEDO Para Francisco Svelti hijo. por afmidad intelectual y estética.
Durante la detentadora, cruel y sanguinaria intervención americana, el honorable y bondadoso Coronel Rufus H. Lane. Ministro de Justicia y de Instrucción Pública de la República Dominicana, en el Gobierno Militar. férreo. despótico. pero honesto, del Capitán Knap. cándidamente empeñado en regenerar por medio de la instrucción primaria a nuestra inmensa y desdichada manada de analfabetos, nombró a nuestro querido e inolvidable condiscípulo Pancho Rondón, un capitaleño legítimo. inteligente y festivo. Maestro de la tenebrosa y casi primitiva Sección de Bayona, a pocos kilómetros de la ciudad Capital, donde el Maestro Rondón se pasaba la vida, desburrando granujas. enseñando a ratos, comiendo, procreando patriarcalmente y durmiendo en una hamaca grandísima unas siestas preciosas y extensas. en las que recogía energías para cumplir su patriótico y nobilisimo ministerio. Una tarde de clases -porque ya se aproximaban los exámenes espectaculares y rigidos- llamó el Maestro al piza277
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rrón al señor Arauja. un especimen legítimo del Congo, con una cabeza lanuda y grandísima como la de un hipopótamo, unas narices tan amplias que se le veían los sesos. -Señor Arauja -dijo el Maestro-. coja el puntero y vaya a deletrear la sagrada palabra República. con un tono exageradamente afectado. El señor Arauja. rascándose el ombligo. el inmenso ombligo con viento, y el fondillo cargado de mimes, principió su inmensa y trágica tarea. lentamente. -Erre. rre. pupú. bliblí. cacá. y bajó la cabeza. como si le hubieran dado un guantazo con una mano de pilón entre oreja y oreja. -Señor Arauja -le dijo nuevamente el improvisado pedagogo-. vuelva de nuevo a principiar... - y el infeliz y torturado Arauja levantó la cabezota. y fijó de nuevo los ojos, ya húmedos en el negro y fatídico pizarrón, salpicado por tenebrosos, complicados e indescifrables signos, principiando de nuevo. lentamente. -Errerre, pupú. bliblí, cacá... - y metió la emergencia, sin poder llegar a decir. de corrido, la sagrada palabra República. Indignado el Maestro Rondón con la empecinada torpeza del discípulo. lo agarró. por el pescuezo, obligándolo de nuevo a deletraer la palabra. increpándolo y amenazándolo con un fuerte castigo y una multa de cinco huevos frescos, un pollo tierno que no hubiera pisado gallinas. ya que esos huevos, según el Pedáneo. son los más sanos y sabrosos, debiendo traer la multa el sábado por la mañana, ya que en la tarde, regresaba el Maestro Rondón a la Capital, cargado de diezmos y primicias pedagógicas, permaneciendo en ella hasta el lunes. que era cuando se reintegraba de nuevo a su luminoso y sabio plantel, digno de Pestalozzi, después de despedirse, casi con lágrimas en los ojos, del fornido e inolvidable Martinó, su íntimo y espléndido camarada. El pobre negro Arauja, con los ojos como dos tizones encendidos, entripado en lágrimas, largando dos espesos
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chorros de moco por las amplias narices, cogido por el pescuezo, como una rata en una trampa de golpe, principió de nuevo tembloroso y sudoroso, su cruenta tarea. -Errerre, pupú, bliblL cacá.
-Puerco, imbécil... diga de corrido esa palabra sagrada -gritó el Maestro Rondón, ya fuera de sí, y lo lanzó contra el seto, después de meterle dos fuertes tabicazos en la chemba, húmeda y espesa, al talentoso discípulo Arauja. El señor Arauja se levantó y fue a caer de rodillas, con los brazos abiertos en cruz, medio a medio de la enramada que hacía de plantel, y frente a frente del Maestro Rondón, que lo miraba enfurecido, suplicándole: -Peidóneme, Maetro, pero... e que meturao no pueo, no pueo!...
El Maestro Rondón, rápidamente iluminado por un rayo de justicia, y otro de piedad, le contestó sonreído: -Párese, señor Arauja, está perdonado: tiene más razón que Dios, meturada no puede haber República, ¡qué va!. ..
LA DESOCUPACIÓN Para el Dr. José Amadeo Rodríguez. La familia de seño Alejo vivía en el mismo pueblo, casi pegada al río Maguá, pero donde seño Alejo echaba toda la semana era en su gran conuco que tenía a la entrada de la sección de la "Yerbabuena": alli trabajaba a veces hasta de noche, cuando la luna estaba llena y clara. El lunes, muy de madrugada, era seguro pecharlo, en el camino, cuando iba para su trabajo, envuelto en el humo oloroso de su gran cachimbo, marca Venao. Ese sábado llegó seño Alejo a su casa de familia, como decía él, casi al toque de oración, más temprano que nunca, entre dos luces, con una alegría y una locuacidad inusitadas, ajena completamente a su carácter reservado, de hombre de pocas palabras. Y no era para menos, ya que hasta él llegó uno noticia que le hizo vibrar, la noticia de que los blancos se diban el domingo al amanecer, en un barco grandísimo que estaba echao frente a San Pedro de Macorís. Lo que le dijo Juan el de Mariquita, a José Cortico, en la Bodega de Arquimedo trompaepuerco, como le decían 281
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por mal nombre, era verdad: los blancos se iban para no volver más. El domingo por la mañana amaneció el pueblo de Hato Mayor como el cuartel general de un ejército prusiano en día de invasión. Una manada de panteras rubias, hemofágicas y cebadas, con la sangre pacífica de los pobres dominicanos inermes, lo ilustraba, trágicamente. La fuerza del Ejército de ocupación de los Estados Unidos de Norteamérica, la del democrático profesor Wilson, en el Departamento este de la República, esto es, la de Sabana de la Mar, la de Higüey, la de La Romana y El Seibo, se habían concentrado alli para iniciar la retirada, la desocupación. A las dos de la tarde, el corneta de órdenes tocó llamada general y media hora después, seguída de una enorme impedimenta, digna de un ejército asiático, sibarita, protervo y sanguinario, abundante sobre todo en cachivaches de cocina, marchó de frente hacia San Pedro de Macorís, donde le aguardaba el transporte de guerra que les debía llevar a su patria. Un silencio profundo se hizo en el inmenso público que ocupaba las calles y las bocacalles del pueblo. Ni Gustavo Levón, ni nosotros, que realmente somos psicoanalistas, hubiéramos podido averiguar si ese silencio era de alegría o de tristeza: así son de complicadas las multitudes, a pesar de la simplicidad de sus almas y de sus cerebros. De manos a boca nos pechamos con seña Alejo, que estaba vestido de lo lindo, pero ya con los ojos colorados como dos tizones, por los guantazos, que se había dado para celebrar -introvertidamente, como diría Freudlos preparativos del desfile, de la ida de los blancos. -Qué le parece, Don, el Aicaide y el sangrúo del Síndico andan diciendo poa~ que no nos podemos di hasta que el padre no nos diga un sermón que dizque nos va a decir. -¿El padre de aquí, señó Alejo? ..
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-Qué va. Don. el viejo ese pánfilo que está vestido con una levita larguísima... A las cuatro de la tarde. todavía con el sol alto. colocaron debajo del campanario. una caja grandísima. vacía. que había estado llena de fuerte azul y que debía servir de ambón. de púlpito sagrado al Capellán del Ejército Norteamericano. rubio como una mazorca de maíz nuevo. de ese de hacer majarete. quien había sido encargado por el Comando del Este. para darle al pueblo una explicación satisfactoria de lo civilizadoramente útil que había sido su llegada forzosa a la República y su tristeza al tener que decirles adiós. tal vez si para siempre. El pueblo entero y los campesinos. de a pie y a caballo. que acostumbraban -después de oír misa- pasarse el mediodía en el pueblo. correando. chismeadno. y dándose tragos. ocupaban la sabana. que para ese entonces llegaba desde la puerta de la iglesia mayor hasta la orilla oriental del rio Maguá. que es el armonio fluvial, que musicaliza y refresca el pueblo. SeñóAlejo.jendío enfirme. con la verdad a flor de bemba, dispuesto a vomitar toitico lo que hacía ocho años le apretaba la caja del pecho. se adelantó a la llegada del Reverendo Smith. que acompañado de los notables del pueblo. de los políticos de profesión. de los metecos de los mercaderes. de los Judas. de los Esfialtes y los Caínes. de los traidores fratricidas y patricidas desalmados. de los espíritus menguados. los malditos de siempre. ocupó uno de los postes de capá. que sostenían el campanario. aguantándose en él para no caerse. Cinco minutos después. llegó Bruno. un mulato grandísimo y fortísimo. un leal amigo de los americanos. pues era Pedáneo de una Sección. trayendo una silla de guano. la que con la espalda servil de Bruno. sería la escala para que el reverendo Smith alcanzara su improvisado y sagrado púlpito. El Reverendo Smith. con voz fuerte y bien timbrada. a pesar de sus años. de su delgadez aciaga. de su palidez
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de origen palúdico, inició su famoso sermón con este insólito vocativo en un español muy champuniao: -"Harmanos míos" ... Cuando señó Alejo oyó lo de "harmanos míos", echó un pl.fjío muy profundo y se apretó canta el poste de capá, recordando los atropellos, los vejámenes, las insolencias y los golpes de que había sido víctima él, un hombre tan honrado, tan trabajador y tan patriota. Media hora larga estuvo el Reverendo Smíth hablando sobre las tres virtudes teologales, en un silencio cóncavo y tumbal. Habló sobre la fe, que permite creer sin comprender las verdades que nos enseña la Iglesia. Habló sobre la esperanza, sobre la confianza absoluta e irrestricta que se debe de tener para recibir todas las cosas, por mendaces, por inmundas, malvadas y protervas que sean. Habló de la caridad, esto es, sobre el amor al prójimo, por lo bello del perdón y remisión de las deudas, por la indulgencia, por la misericordia que se debe tener por los hombres... y por los animales, que son más inocentes y buenos que los hombres. Para terminar, el Reverendo Smith, después de bendecir en nombre de Dios, cuya omnisciencia y omnipotencia es inefable, no se puede expresar con palabras, después de bendecir a la multitud, aquella masa humana que le oía con pasividad de esclavo encadenado, azotado y castrado, dijo: -Yo quiero que todos ustedes guarden en lo más profundo de su cerebro y en lo más íntimo de sus corazones, que los americanos y los dominicanos son hermanos. Señó Alejo echó un nuevo pujíó, que le salió de lo más recóndito de sus redaños, se botó fuera del campanario, se corrió hasta el ombligo el cuchillo cinco clavos, escupió por el colmillo, y encarándosele al Reverendo Smith, dijo: -Padre, será de padre, porque de madre no puede ser, porque Uds. nos hanj. .. mucho...
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Cinco minutos después de la grandísima brega para someter a señó Alejo, estaba el laborioso, honrado y patriótico señó Alejo, patas arriba, en el mamey, en el cepo, con cinco agujeros achocaos, espernancado como una res, dando bufidos, echándole maldiciones -no a los americanos- sino a los dominicanos, que por patriotismo los habían ayudado a sus forzamientos, a sus violaciones, a sus incendios, a sus depredaciones, a sus pavorosas correrías de muerte, a nuestro via crucis, tan horrendo como injustificado.
SAITANEJA Para mis dilectos amigos el Lic. José María Nauel y Rabadilla y el Lic. Cordero Infante.
Le decían Saitaneja, porque caminaba levantando los pies, debido al pián, a las bubas que le dieron cuando muchacho. Pero él no se ponía bravo, más bien aceptaba ese remoquete, como un cariño. Su nombre de pila era Baldomero Carela, de los Carela de "Cambita de los Garabitos", que habían emigrado de la común de San Cristóbal a la común de Hato Mayor, huyéndole al chicote, a los abusos y rapacerías de un jefezuelo comunal y criminaL forzador y ultrajante que tenía el Gobierno, del lado allá del río Jaina. La familia Carela se estableció en la Sección de Mata Palacio, donde nació Baldomero. Los Carela eran negros honrados, trabajadores y respetuosos, gente sencilla, pero buena de a verdad. Conocimos al abogado Saitaneja. cuando el abogado Saitaneja estaba en el apogeo de su gloriosa carrera, en lo más esplendoroso de su carrera jurídica. allá por el
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trágico y breve Gobierno del Padre Morales. cuando tuvimos que ir a hacer el herradero. el recuento anual, la capadura y marca del ganado mostrenco del famoso hato de la Pringamosa, el más grande y renombrado de la República para ese entonces. Un domingo del mes de mayo. ya en la tardecita. estábamos impartiendo órdenes para la fajina del lunes. que debía principiar muy de madrugada, porque íbamos a romper la semana arreando y acorralando la "Punta de la Barrenda". la más brava y numerosa de la ganadería. cuando el viejo Ciprián gritó, mientras descargaba de la tasajera donde el sol daba su calor terapéutico. una cecina de novilla. preciosa como un torbellino. y un par de tocinos dibujados. como la casilla de un prelado: -Señorem, señorem, ahí viene el abogai Saitaneja... El abogado Saitaneja había reventado del lado de La Lechuza, cubierto. vagamente, por un nimbo de polvo
rojizo, a pesar de que estábamos en el mes de mayo. A poco flanqueó los altos corrales y vino. con marcada prosopopeya, a echar pie a tierra en el naranjal, dulcísimo y florido. donde amarró a lazo de puerco a Bergantín. su caballo rucio abispao, grande y haragán, pero de un paso y trote sabroso. cómodo, como el sillón de un canónigo. Saitaneja venía a hacer noche entre nosotros, porque quería llegar tempranito al Bote. a casa del Pedáneo, donde se ventilaba el robo de una madeja. Esa tarde tuve la satisfacción espiritual y estética a la vez. de conocer. personalmente, al famoso abogado Saitaneja. a quien yo había oído nombrar muchísimo. Me lo presentó el viejo Pablo Valdez. el mayoral de la hacienda. Saitaneja, era un hombre grande. empinado y amondongado, color joco oscuro, ojos verdosos y saltones como los de una rata. lento como un palmípedo. profesionalmente melifluo y amable, ceremonioso como un diplomático haitiano. Tenía en la mejilla izquierda un antojo plebeyo y lúbrico, un pedazo de chicharrón de barriga. lle-
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no de cerdas canosas. que él se acariciaba a ratos. con delectación. Su indumentaria era pintoresca. Vestía saco de paño verdoso y chaleco del mismo color. Cuello de celuloide muy alto, casi asfixiante, corbata color de sangre de toro, leontina de plata, sin reloj, pantalón blanco. Unos botines de resorte color amarillo mamey, muy folklórico. apretadas y chirreantes. polainas de búfalo charolads , muy altas también. con las crestas más arriba de las rodillas, una cachucha de lana de las que venden en la bodega de "Agua Dulce". Traía en la diestra un paraguas, y bajo el brazo izquierdo unos catálogos de ferretería, un Código Cigil destartalado. y una Constitución de la República, destartalada también. A la esplda, en bandolera. llevaba terciado un cambumbo de hojalata, oxidado, repleto de títulos falsos. hechos con tinta de semillas de aguacate y borras de café para darle el tono secular e indispensable a estos palimpsestos rapaces. Tenía incorporado a este equipo, un bajo muy fuerte, insoportable, a chivo cujata. Confesamos, que seguido que estrechamos, respetuosa y ceremoniosamente. la diestra carnosa, velluda y cargada de sortijas falsas del ilustre abogado Saitaneja, del atrayente. del radioso Saitaneja, nos sentimos inclinados definitivamente a su persona, rendidos a él, en cuerpo y alma. nos cayó lo que se dice livianito de verdad. Mi larga permanencia en la administración general de los grandes intereses de familia radicados en el Este, me brindó la oportunidad, la satisfacción, el orgullo intelectual de ser amigo íntimo del notaple abogado. cuyos servicios profesionales, en travesuras poco heroicas y honestas para mi, llegamos a utilizar, ventajosamente. gracias a su sapiencia y su prestancia y relaciones juridicas... La fama del abogado Saitaneja, cubría un paño de tierra grande de a verdad. ya que Saitaneja lo mismo peleaba en la "Boca de Mojarra", que en el pueblo del "Javero". El viejo mayoral Pablo tenía razón:
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-El abogado Saitaneja, era el único abogado en el mundo que conocía las catorce matemáticas de lajusticia. En el campo del Derecho Civil -que es donde se necesita tener talento de a verdad- Saitaneja le daba mano y muñeca a Potieri, Cambaceres, Dalloz y L'Cantinerie, los precursores y maestros de la escuela francesa. En el Derecho Criminal -donde sólo se necesita imaginación y verbo- Gazón, Eaustine, Helies y Garaux eran unos chivitos jartos de jobos, comparados con el jurisconsulto Saitaneja. Para saber la batida jerenzana que tenía Saitaneja, había que haberlo visto y oído, como lo oí y lo vi yo, por primera vez, cuando se fajó con Chinchilín el Peligroso, un negrito picapleitos de los lados del Ingenio Quisqueya, una de esas sabandijas jurídicas que se traspapelan por los pueblos, un guabá de Alcaldías. El inquieto, el cruel y truculento Chinchilín, en la causa aquella tan ruidosa, de adulterio, de infragante delito, cuando fueron asaltados por el esposo veritable, trepao y embujucao en la barbacoa, en el mismo lecho nupcial los dos perros, impuribusnaturalibus, esto es en cueros en pelota, pidió para el adúltero, una pela de sable y diez años en el mamei, en el cepo, con cuatro agujeros achocaos. Y para la prostituta, para la joven e infeliz Magdalena, ya sinceramente arrepentida, una noche de furor mecánico en la Comandancia de Armas, sanción monstruosa que debía ser ejecutada por los guardias del puesto, más ejecutivos y aventajados. El desafío a que nos vamos a referir, fue casado para la Alcaldía de Ramón Santana. La noticia de que el pollo negro de Quisqueya se diba afqjar con el gallazo Malatobo de Mata Palacio, a quien Chinchilín motejaba, despectivamente y escatológicamente, de mancuenco, de zamuro, de caga galleras, incapaz de aguantarle dos picadas en firme, tenía el pueblo como una feria. Todo el mundo se descargó a oír esa justicia tan sonada, a ver en qué paraba el brollo de los títulos falsos del Jaguar.
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A las ocho en punto de una mañana volcánica del mes de agosto, el Honorable Juez Alcalde, un gato viejo y mañosísimo, que se había puesto casi ciego, y se le habían gastado las uñas robándole a los acusados y acusadores, después de limpiar con su fulá de seda, estrepotisamente perfumado con "Cachemir Bouquet", sus espejuelos ahumados, casi negros, dio un repique de campanilla que apagó bruscamente sobre la mesa. Con ceremoniosa precaución, como si se tratara de una ratonera armada y celosa, del fondo de una funda de prusiana zaraza, principió a sacar el gran número de gacetas viejísimas, que al que se las dejaba caer encima, como decía él, en tono amenazador, lo derrengaba para siempe. Un silencio profundo se había derramado, súbitamente, en la Alcaldía, que estaba de bote en bote, y fuera de la Alcaldía, en la calle, que estaba llena de gente. -En nombre de la República, la Ley y la Justicia, queda abierta la audiencia... y tiene la palabra el abogado Chinchilín, que es acusador -dijo el Honorable Juez Alcalde, y se le quedó mirando con una insistencia que acusaba francamente el oído profundo y sincero que tenía el Juez Alcalde por la gente de toga y birrete, a la que él le hablaba demasiado caracterizado, ya que para él, la sagrada dignidad de su ministerio, estaba en relación directa con su truño, con su seriedad puramente profesional y mecánica. El abogado Chinchilín, después de limpiarse el sudor que le corría a torrentes por la frente acharolada, de un brillo oleaginoso, después de registrarse la caja del pecho, como el que va a atacar una nota muy aguda, y tender la mirada hacia el patio y las puertas que daban a la calle, donde precisamente estaba estratégicamente colocado el mayor contingente de sus admiradores, su dake, los que tenían las instrucciones de aplaudirlo, furiosamente y de aclamarlo, si fuese necesario, cada vez que el verborreico Chinchilín terminara uno de sus largos y elocuentes períodos jurídicos.
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-Honorable Magistrado: Visto el artículo 3, el artículo 5 y el artículo 22. el artículo 44 y el artículo 69 del Código de Procedimiento Civil, -y se quedó por más de una hora vomitando disparates, ya que Chinchilín cuando se calentaba jurídicamente la chemba y rompía a chacharear. se ganaba a la cotorra haitiana que le regaló la Mariscala de Montebello. a la Emperatriz María Luisa, para que la austríaca fresca y casquivana atenuara la nostalgia sexual del Gran Emperador, exilado. por siempre, en la lejana y ardiente isla de Santa Elena. El Honorable Juez Alcalde limpió nuevamente con el pañuelo de fulá de seda, los espejuelos ahumados. demasiado ahumados. casi negros, y señaló con el índice de la diestra. recargada de sortijas preciosas. al gallazo de Matapalacio, y dijo: -Tiene la palabra el abogado Saitaneja. Saitaneja. que había resistido con estoicismo. a pie firme. con las manos cruzadas sobre la pretina de los pantalones. que embridaba una hernia doble, estrepitosa y desbocada. avanzó lentamente, con majestad y definitiva indignación. hasta colocarse frente a frente de los espejuelos ahumados. casi negros del Juez Alcalde. y el crucifijo. que ya principiaba a sudar de calor y de indignación. Conocedor Saitaneja de la venalidad aguda. de la manquera incurable del Honorable Juez Alcalde, había enmarcado. con suma discreción. entre su pulgar y su índice espesos, una onza que cargaba siempre. su talismán, sus Pandectas, la fuente de su milagrosa jurisprudencia, y poniendo el áureo y rutilante disco. casi sobre los ojos. báquicamente irritados y rojos del Juez Alcalde. princpió su réplica trascendental: -Quiero -dijo- que el Honorable Juez Alcalde. hombre de sencia y concencia, se fije bien en mis réplicas y contrarréplicas. -y le ponía la onza casi sobre los espejuelos-. Ffjese bien en toitico lo que le voi a deci -y principió sus argumentos: -El que es causa de la causa. es causa de lo causado. -e hizo una pausa profundamente maliciosa, y prosiguió:
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-La posesión vale título y el título e propiedad. Beato el que posee. Visto el artículo quinientos mil del Código de...
-Protesto -dijo enfurecido el abogado Chinchilínese artículo no está ni en el Código de Procedimiento Civil, ni en el Código de Procedimiento Criminal, y mucho menos en la Constitución, yo me los sé los tres de como -y dio un puñetazo sobre la baranda del pretorio. El abogado SaitaneJa, temperamentalmente sereno, ponderado siempre, siempre eutrapélico, inició su contrarréplica, con un latinazo que dejó temblando de admiración a José Antonio, a Cheché, el Sacristán y Alguacil de Hato Mayor, que había venido a ver pelear a Baldomero, su amigo de infancia, su condiscípulo, su compañero de campanario, de sacristía y de onanismo, y parodiando a Demóstenes, el más ilustre de los oradores atenienses, le rastrilló esta paradoja: -Qui creavit té sine té non salvavi te sine té. Té o no esté, está, ha dicho San Agustín. Hay cosas que son y no son, y son. Yo he notao por otra parte, que en toiticos los tribunales de la República, el artículo más grande J... el más chiquito. Un aplauso estruendoso al abogado SaitaneJa, al Gallazo Malatobo de Matapalacio, por poquito transforma la
audiencia en un Waterloo a las tres de la tarde. El Honorable Juez Alcalde, que había dado franco y sabio viraje, enrumbando hacia la atrayente fulguración de la pelucona, de la onza de oro rutilante, convencido que aquí, como en Marruecos, nunca triunfa la Justicia, sino el que más tiene y el que más da, apoyó su sentencia en el insuflado artículo quinientos mil, creado por el genio maliciosamente jurídico del radioso abogado Saitaneja, una de las glorias auténticas delforo nacional. ..
EL FACULTO Para el Dr. Emilio Rodríguez Oca.
El viejo Eustaquio Babilonio, era nacido y criado en el antiguo fundo de los Babilonio, donde vivia. Haragán como la quijada de arriba, jamás dio un golpe en su vida. El conoco lo tenía limpio como un espejo y productivo, a machete y azada, Eduvirge, una blanca de los lados de San Jerónio, desgarbada como un palo de guayo y flaca y larga como un barejón de espantar perros, pero eso sí, laboriosa como una abeja y dueña de unos ojos galanos y de una crizneja rubia y sedosa, en cuyos hilos de oro se ahorcó, loco de pasión, el señor Eustaquio. Durante los días laboriosos de la semana, metido en el bohío, tocado con una facunda de fuerte azul, que le cubría hasta las orejas, para evitarse los muermos a que era dado por su alopesia de origen específico, cuyas raíces incurables estaban en un tumor luético que tuvo antaño en las ingles, y una fluxión del pijazo, que hacía años le habían pegado en la "Puerta" de la finca Quisqueya, fluxión incurable por la condición internacional de su virulencia, según me explicó él después. 295
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Cuando estaba de purga era impertinentísimo. todo se volvía rezongar, pellizcar y dar mojicones a los muchachos que no aparejaban bien los burros. que no colocaban en su sitio la cincha y atajarías, o que no acudían con rapidez a sus continuas e impertinentes llamadas. Echado patas arriba. en el fondo de una hamaca de fuerte azul, grandísima, y hedionda a verraco de ciénega, con el cachimbazo en la boca. deleitábase con Cunito. un muchacho embyao. nervioso y travieso. fruto póstumo y fantástico de uno de sus amores extrajudiciales. que son los más dulces, oyéndolo deletrear los anuncios terapéuticos de los almanaques que le regalaban en Macorís cuando hacía sus viajes de la cuaresma, en la seca. ya que no podía conseguir esos libros de medicina. en la botica del Jato, por ser enemigo irreconciliable. profesional y comercial del boticario, el hombre más sangrúo del mundo. Cuando sentía tropel de bestias por uno de los caminos que convergían al rancho, se incorporaba en el chinchorro, inquisidor, con la diesta sobre los ojos. murmurando: -Jun.... ahí viene un dragón. a quién le habrá cantao la lechuza. quién se estará diendo. El viejo Eustaquio vino a este mundo para ser doctor. y nada más que doctor. esa era su vocación básica. su sino felizmente hipocrático. Tenía que curar aunque fuera Obispo. Por su vocación a la medicina le echaron en las costillas más leñas que a un horno, le dieron más golpes que a un balsié en pascuas. Siendo muchacho, se pasaba el día como un idiota, casi alzado en el corazón del monte. mirando parriba y pabajo, buscando ráices, castrando palos. recogiendo semillas o mascando hojas como un chivo. Cuando regresaba al fundo, casi perdido entre las bejuqueras y las ramas de sus plantas mágicas. apenas podía pasar por la puerta de la cocina, donde aguantaba los resondos del taita y de la mama. Curando animales, el viejo Eustaquio era una reencarnación de Al-Beitar, el ilustre veterinario musul-
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mán, el notable discípulo de Averroes. El viejo Eustaquio le curaba el dandy a los puercos, el pasmo de sabana y la culebrilla a las bestias. la peste y los gusanos por la huella, a los becerros. En opoterapia y órganoterapia era un coloso, ya que seguía, por divina intuición, al pie de la letra. el aforismo de Hipócrates, el sabio maestro de "Cos": toitico tiene su contra: ei mai hay que curailo con ei maL
Para la mañosería de los abyeos. de los cuatreros y conuqueros. para esa maldita calentura irresistible de cogerse los animales y los víveres ajenos, recetaba como cosa infalible el caldo de las uñas de alante , de un gato alzao y mordía de perro. La picadura de la culebra, con el veneno de la mesma culebra. la dei guabá, con la mesma dei guabá. El mal de la orina, con la piedra de la vejiga del barraca raspá en romo. La manteca del maco, para los picaos dei pecho. La cica dei perro para los dispécticos y la quebradura de fondo de los dos furoles. con la birma crusá. Enseñaba oraciones para quitarse el miedo, para parar un mal golpe acechao, un toro bravo, o sacarse el agua o el diablo dentre ei cueipo. Ensalmaba el padrejón -especialidad que había aprendido con un negro haitiano-, brujo y galipote, de los laos de Juana Méndez, que le decían Telotapo por mal nombre. por sus morbideces, por sus andares ambiguos y las eses muy largas de su dulce vocecita feminoidea. Para destruir y ridiculizar su fama de bacteriólogo, le prepararon una ratonera, que si no es un hombre tan culebra por poquito cae en ella. Un mediquito titular del Seibo. que visitaba cada quince días el Jato, se combinó con un granuja de Pañapaña, quien le llevó al faculto los meaos de una novilla, haciéndole creer que eran de su mujer. muy quebrantada a causa de estar encinta. El viejo Eustaquio. que ya estaba en autos de la travesura. examinó ceremoniosamente el líquido turbio delante de una vela de cera negra y de manera solemne. le dijo:
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-Estos son los melaos más raros que yo he podía vei en mi vida, dispénsame jyo, pero tú pue etai seguro, de que tu mujer o e vaca o ta preñá de toro. Para el dolor de oído, recomendaba, como cosa infalible, tapones de paja de nidos de zumbador mesturaos con cagarruta de chico. El prestigio inmenso como faculto, del viejo Eustaquio, partió del año 81, después de la pelea de la ~Lechuza", que se libró casi dentro del fundo del viejo Eustaquio, cuando el General Lilís le fue arriba al General Cesáreo. En esa jornada actuó como cirujano y clínico, en una sola pieza, curando heridos y cortándoles a algunos muchachos de la Capital, unas diarreas inoportunas, indiscretas, de recóndito y marcado origen nervioso, debido al recio bautizo de fuego; de ahí partió su carrera triunfal y gloriosa en el benéfico e ingrato campo de la medicina. El viejo Eustaquio tenía esa clarividencia que ilumina y da rumbo cierto al que ha nacido para galeno. Tenía un ojo clínico maravilloso, unos aciertos de los cuales doy fe y publicidad, sin reservas mentales, sin escrúpulo, sin vergüenza, más bien con orgullo. Al Alcalde, con pases y oraciones le quitó un bramío que tenía en la cabeza que no 10 dejaba sentenciar en firme. En Manchao, cuando 10 buscaron para que atendiera a su compadre Etenilao, un anciano ya en estado preagónico, a causa de una apoplejía fulminante, no anduvo con rodeos. Entró en el rancho, 10 vio, le tocó el bajo vientre, y 10 llamó tres veces en el mismo tronco del oído: -Compadre Etenilao, eh . -Compadre Etenilao, eh . -Critiano, eh... Salió del rancho, cabizbajo, con los ojos humedecidos por las lágrimas, se metió en la cocina destartalada y le ordenó a la mujer del enfermo que estaba haciendo un jengibre: -Comai Brígida, deje eso y atienda a mi compai Etenilao. que ya ta con el pie en el etribo. téngalo listo que
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se le han cáido las alas del corazón. y en echándose la luna sej...
En la Notaría, un domingo -porque ese día no dejaba de venir al pueblo-. después de pedirle la bendición al cura, oír misa y echar algunas mermuraciones, y darse una docena de jaquimazos, cuando fue a procurar una hijuela, obedeciendo a su empecinada vocación doctoral, le marchó sin previo introito. como decía José Antonio el sacristán, a una muchacha pánfila y barrigona, que trajinaba en la limpieza de la honorable oficina. Le bajó el párpado del ojo izquierdo, le hizo sacar toda la lengua. le puso la oreja, peluda como la de un chango, sobre el ombligo, y después de tocarle y retocarle la panza, con la prosopoyea de un tocólogo dijo: -Don Notario, eta pober muchacha etá anésmida, muy anémisda, jai que daile. de a bolín. los 'Trastos de maite". ei vigoi dei cabello, el Tricófero. remedios que le fortalecan los. nérvoses.
-A mí mismo. debo de ser agradecido, ya que el agradecimiento es la virtud más noble del hombre, a mí mismo, que estaba menoscabao, según él, me curó de una debilidad sospechosa, con el bejuco del pimandé, los ponches de huevos de pato y el pitazo del carei raspao en romo. un infierno para la próstata. Cuando Seño Eustaquio se amarró las borlas del doctorado. fue en los "Dos Ríos". en casa de un ricacho que tenía un hijo de sumo cuidado. Esa tarde. inolvidable en los anales de la medicina, Seño Eustaquio le pasó por encima con la caballería pesada de su ciencia. a Galeno, a Dienlafoy. y al Doctorcito que habían traído de Macorís. El bohío, como casa de ricacho, estaba de bote en bote, había hasta algunos notables del pueblo. Yo también estaba entablonao en una de las cocinas. requiriéndole amor a una prima del enfermo. que me tenía loco, cuando sentí un murmullo y un movimiento inesperado, que me sustrajo de mi melosa y cálida labor erótica:
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-Ahí viene, -decían unos. -Oritica etá bueno -decían otros que tenían una fe ciega en el Faculto. Cinco minutos a lo sumo, y de una quebrada subió nuevamente el esperado, el salvador, seguido de la escolta de honor que lo había ido a buscar. de urgencia. Ya en el batey. Seña Eustaquio echó pie a tierra con la lentitud de una dignidad que desciende de su trono. y amarró su bestia en el trapiche de sangre. que no daba una vuelta desde el día en que cayó enfermo. que era el alma del fundo. Seña Eustaquio venía engualdrapado de a verdad.
Traía una camisa de cuadros colorados en un fondo azul de bolita. con la falda por fuera. La cabezota del mestizo. grandísima, cubierta con un pañolón de Madrás muy aplanchado y anudado en el occipucio. Hipertrofiada la tiroide con un bocio del tamaño de un coco seco. en la garganta. tenía el aspecto de un cebú con la jiba invertida. Pantalones blancos. anchísimos. largos y raídos en los ruedos. Las patas enormes y descalzas y un sombrero de panza de burro, completamente desmedrado y sucio. Apenas pisó el umbral del bohío. solemne y radiante de justo orgullo. puso proa franca al aposento. repartiendo bendiciones, ya que todo el mundo se las reclamaba. Iba seguido del Papacote de la casa y de la vieja Margara. la abuela del enfermo, que compungida. pero oronda. le llevaga un brazo echao por encima de los riñones; y de mí. a quien antes de estrecharme y apretarme la diestra. me amagó por cariñoso gracejo. con un simulacro de espalda castellana, con un golpe sobre el tajo barbero. del que me tapé con precisión y limpieza. Ya en el aposento. el Faculto cerró la puerta. y con labarba en el pecho. haciendo pucheros con la bocaza de cherna. completamente desdentada. procedió a la auscultación e interrogatorio rigurosamente científico. -¿Cuándo cayó?
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-¿En toavía no lo han corrompía? De súbito, por poco se cae el plafón del tosco y pesado lecho de caoba, del sagrado tabernáculo de amor donde se había procreado, prolíficamente y con mecánismo y sencillo instinto, la prole del Papacote y de Seña Margara, ya que Seña Eustaquio, iniciando el tanteo por debajo de la colcha de zaraza, chocó de pronto con algo muy frío, con un pedazo de hielo que había ordenado el Doctorcito de Macorís, colocándoselo al enfermo en el bajo vientre, con la intención terapéutica, de rebajarle la inflamación enorme y dolorísima que hacía días lo tenía tumbao de a verdad ... -Utedes tan loco, curuja -gritó Seña Eustaquio, y dio dos patadas en el piso, que era de tablas. -¿Quién se atrevió a ponerle nive en las turmas a ete critiano, con una calentura que tá girviendo? .. E inmediatamente diagnosticó y recetó: -Lo que tiene ei pobre, e permunia seca con interrumpo, y hay que descaigarlo, pero ya: búqueme una vela de cebo y un tizón de dosjoiquetas. Los gritos y quejidos del interfecto, durante la cruel y truculenta manipulación del Faculto, desgarraban el alma, ya que se trataba de una orquitis infecciosa, doble, complicada, grave. Cuando Seña Eustaquio salió a la sala, adonde 10 esperábamos inquietos, con las manos llenas de mucílago y de cebo, nos aseguró con tono doctoral, que ya no había peligro, que él respondía de la vida y de la salud del enfermo. Yo le felicité ruidosa y cínicamente. Seña Margara, en un arrebato de amor maternal se le colgó del pescuezo, y agradecida le besó los morillos llenos de nacidos. Un granuja, de esos bebedores de leche y de café que nunca faltan en los bohíos, inició un ¡Viva Seña Eustaquio!, que fue ripostado estruendosamente. Solo el viejo Martín, el negro y sabihondo Martín, mi leal y superintuitivo escudero, al pasarle por el lado, preguntándole, discretamente, dónde se había metido Cantalicia, la
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prima del enfermo, que me tenía loquito, con el diablo entre la cabeza, echándome un brazo sobre los hombros, me dijo al tronco del oído, impregnándome un bqjo fortísimo de anís del mono, falsificado y fermentado: -Blanco: a ese pobre muchacho no lo saiva ni la mesma burburaca. Uté lo que quie e chuparse, entablonao en eijundo, los nueve días dei rincón y la misa: ojrécome con el hombrecito, sabio coitador como ei solo.
OVEJA BEBIENDO Para José Antonio Jiménez.
Las pascuas ofrecían quedar de olor. mejor que toiticas las pasadas. De la Boca de la Yeguada al paso del río Brujuelas. que estaba sequecito. aquello era un desposaría. Las fiestas eran tantas. que sin exageración. se podía bailar de una enramada a otra enramada. con la misma música. Pero si vamos a hablar con la regla. la de Pincho el Gambao. un mulato patizambo y tuerto. de la "Ceja del Lodo"; malicioso y píacaro. pero muy busca-vidas. era la mejor de todas. Pincho el Gambao tenía arraigada en la médula el ancetre del mercuríalismo y del servilismo. ya que era hijo de una negra haitiana y de un árabe llamado Pedro Juicio. que murió machetiao y abaliao por la gavilla del Pato. después de haber vivido muchos años por los Ingenos y sabanas del Este. buhonero. a lomo de mula. enfangado y asoleado. con Pincho. su retoño bastardo trepado a la grupa. vendiendo trapos de aquí paUá y de aUá pacá. Sedentario a veces. establecido en bodeguitas en 303
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los cruces de los caminos reales, pero negociando siempre. siempre negociando. De esos elementos subyacentes, de esa aleación diabólica, partía la devoción de Pincho. por los anuncios comerciales y políticos, su febril y patriótica admiración por los caudillos y caciques, que él consideraba y reverenciaba como seres sagrados, hechos con esencias divinas. Por eso se veía en violenta promiscuidad. por los setos de la enramada de Pincho, grandes oleografías. El retrato de don Federico con sus ojillos negros y su perilla a lo Richelieu. El de Horacio, con su cara huérfana de psicología. El del viejito, con su aspecto de comerciante turco. al detalle. en Moca, y al por mayor en Gascue. La de Don Juan con la suya de comerciante fatigado y arruinado. Uno de don Pancho, del Libertador, del "Padre de la Tercera República". El de los futuros gobernadores de Macorís y del Seibo. Anuncios de la Emulsión de Scott. y del Aceite de Hígado de Bacalao. el de la "zandeja". el de las píldoras tocológicaso El almanaque de la Tabacalera. El toro progresista, el miura temible, de largos y afilados pitones, luego transformado en un inofensivo y escandaloso Cucurumú, dócil al yugo. al coral y al cabestro. Los gallos bolos y colúos. símbolos retardados y degradantes de los partidos jimenista y horacista, muertos y podridos ya, pero que. multicolores y retadores, cantaban desde el fondo de sus satinadas cartulinas, sus himnos mendaces a la sangre fratricida. derramada, estérilmente, por más de un cuarto de siglo... En lo más alto del aparador de tablas de palma cepilladas, Pincho tenía colocado a su numen propiciatorio y recóndito. a su Hombre. la vera efigie del gallardo Gobernador de Macorís. con su dormán de paño azul y su cachucha de coruscante escarapela. distintivo inequívoco de su alta graduación. de su suprema jerarquía militar. El gallardo Gobernador de Macorís, a quien Pincho. por un fenómeno premonitorio. de visión y de audición. alternativamente. lo veía superando a Alejandro el Gran-
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de, a Aníbal, a Julio César, a Napoleón, a Bolívar y al calmuco Atila, dando batallas campales. Oía clarito el bramido pavoroso de la artillería pesada, abatiendo rancherías y el tableteo macabro y segador de las ametralladoras, de esas gloriosas ametralladoras por las que el patizambo Pincho sentía una admiración profundamente sincera, ya que con ellas, con las ametralladoras, se restablecería el crédito de la Hacienda Pública en bancarrota, se harían efectivas las libertades públicas, sería una realidad la democracia. Se conquistaría la dignidad nacional e internacional de la República. Por ese mismo fenómeno premonitorio veía Pincho el bombardeo de la Capital de la Caleta de los Frailes y el de la preciosa y veraniega playa de Boca Chica. Entre las botellas de ron, de cerveza negra, para paridas, y de frambuesa, Pincho había colocado un Ánima Sola, vagamente iluminada por una vela de cera negra, ajustada a la boca de media botella vacía. Un Ánima Sola angustiadísima, y un marchito San José de la Montaña, con un chirriante ramo de rosas de papel de seda sobre la pequeña, armoniosa y blonda cabeza y otro en los mismos pies del casto carpintero de Judea, como ofrenda floral y sin aromas al venerable patrón del pueblo de San José de los Llanos, protector de la cantina, de la paz, de la alegría de las fiestas y del futuro triunfo electoral de su divinizado y recóndito candidato. Pincho solo apuntaba cuando le veía las patas al electoral de su recóndito candidato. Y protector también del apoyo incondicional del Sargento Canela, por quien Pincho sentía una simpatía desenfrenada y desvergonzada, esa devoción hiperestésica peculiar de los temperamentos esclavos. El Sangento Canela, a quien Pincho se le había guindado del pescuezo con fines deliberados y ulteriores. Canelita, como lo llamaba caríñosamente Pincho, una especie de gorila con ametralladora al hombro, con unas manazas y unas patas enormes, con una cabezota de hipopótamo, lanuda y peluda a la americana, a quien Pin-
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cho había enfocado con el telescopio de su practicismo político, ya que veía en él, en Canelita, la palanca potente que tenía que ayudarlo en la adquisición de la bodeguita de la cárcel del pueblo de Los Llanos, donde asociados, harían grandes cosas en beneficio de la República, de la democracia y de la sociedad. El Sargento Canela. un mulatón grandísimo, brutísimo y maloliente, salvaje como una fiera y lúbríco como un chango, pero en el fondo, bueno como pan de huevo, un alma de Dios, como afirmaba con marcada y falsa ternura afectiva, el sinvergüenza, el lambe ojos de Pincho, adulón como un perro sato, como un perro de cocina. El viejo Timoteo, de la mismita vera de la verde y palúdica laguna de Mangantillo, era lo que se dice un hombre bueno, trabajador y serio. Cuando no estaba en el conuco dando machete y azada, a veces hasta de noche, estaba agarrado a los jicos de una hamaca, dando unos jipíos tanjondos, que partían el alma de pena, ya que padecía de ajogo seco, cuyos ataques no mancaban para las lunas nuevas y los cuartos menguantes. No caemos en pecado, al asegurar, que Oveja Bebiendo, como le decían los muchachos de Mangantillo, por el constante resoplar a que lo obligaba su constante quebranto asmático, era un hombre de esos que entran muy pocos en libra. Sus únicas manqueras, si de tal pueden llamarse, eran una hernia doble, una quebradura de fondo, de los dosfuroles, como la calificaba el "Vale Checho", un hombrecito estrafalario y médico de los lados del "Chaparral de la vieja María", que se afeitaba con tijeras y se partía las pasas con una navaja. Sus únicas manqueras, decimos, eran esa quebradura doble y las salidas a largas intermitencias, pero seguras, a tirarse tragos por bodegas y caminos, durante sus tempestuosas correrías báquicas, correrías que le habían costado algunos carcelazos, de los que había salido a fuerza de vender madejas de puercos y de reses y hasta su mismo caballo de silla "Dulce Sueño", que no daba
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un trote, y que lo quería más que a la niña de sus ojos, lo vendió también. En sus salidas, como decía él, siempre iba acompañado de su espada de tasa y cruz, ya con los gavilanes oxidados; una espada tal vez si descendiente de la famosa "Durindaina", la espada que el heroico paladín Rolando, el infatigable Rolando, abrió, de un tajo, brecha en "Roncesvalle", ya que el viejo Brígido aseguraba, enfáticamente, con torpe orgullo, que él era nieto de unfrancé, como llaman nuestros campesinos, por ignorancia étnica y antropológica, a los negros haitianos. Su espada sin vaina, pero con un cabo de tusa protector en la punta, afilada a posta, la única arma digna que quedaba por esos lados de la Yeguada, como noble y corajuda representación de la época viril y caballeresca, despojada de alevosías y liquidada para siempre. Espada que prendía tristezas y llenaba de lágrimas los ojos, ya casi apagados, de Seña Rosenda, la esposa, cuando el viejo Timoteo reclamaba su jierro, exhumándolo del soberao, para amarrárselo a la descarnada cintura, atusándose nerviosamente las cortas y lanudas patillas, azafranadas y hediondas, ya que debido al ajogo seco, no probaba agua nunca, sino sus propios meaos. A eso de las cuatro o más de la madrugada, después de haberse despedido de la pulpería del difunto Manuel de Regla, donde se dio los últimos jaquimazos, los de la mortaja, ya enlicorao de a verdad arrendó su yegua panda y gacha, la única montura que le quedaba, para la enramá de Pincho el Gambao, que cuajada de papelitos picados y de gentes, ardía de punta a punta, estaba caliente de a verdad, al son de un merengue juangomero, de jaleo sabroso, de esos de espumita, que trajo la heroica revolución cinematográfica del 23 de febrero, llamada Tabaco Malo. Cuando el viejo Timoteo llegó a la cantina de la enramá de Pincho, dando voces, ya con el diablo entre el cuerpo, un sujeto llamado Tranquilmo Bebe Leche, mordido por un presentimiento fatídico, le dijo a otro sujeto
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por lo bajo, otro sujeto sarapastroso, muy sucio llamado Alquimedo el Júa, por mal nombre: -A ete viejo van a matailo en etapacua,jacen tres días que está chupando y e berrinchosísimo y mal hablao, ¡yo lo conoco!
-¿Hayo no hay?... -gritó el viejo Timoteo, dando un tremendo puñetazo sobre el mostrador, y pidió una toma doble de caramanchei, que era su bebida favorita. Se safó la espada, le quitó el cabo de tusa protector que tenía en la punta, afiladísima, se la atrincó de nuevo a la cintura y dándole una inclinación intencionalmente agresiva, advirtió trujanamente y en voz alta: -Señoren, la punta etá fuera, y el que se dava... e poque quiere. Siga la música, que la pago yo... pero la rabiza la pelo con esta alazana -y le echó mano bruscamen-
te, a la hija de un compadre suyo, de sacramento, una pichona nuevecininga, pelo embijaD y ojos galanos, color de topacio, hermosísima y candorosa, ofreciéndole, con maliciosa y afectada ternura paternal, el resto del babeado caramanchei, que quedaba en el fondo del vaso labrado y sucio, y que ella rechazó con avergonzado recogimiento, mirando al suelo. Todos obedecieron la voz del mando del viejo Timoteo, unos por respeto a sus canas, otros, por tolerancia, algunos por prudencia, por evitarle un bochinche y desgracia a la enramada de Pincho, que era persona querida. Los más, por purgones, ya que el viejo Timoteo era un munificiente báquico, exageramente espléndido cuando estaba chupao. Poco después, dando vueltas, sin ton ni son, tumbos de aquí pa allá y de allá pa cá, casi ahogando entre sus brazos negros, peludos y rijosos, la tierna y sufrida pareja, paladeando de a verdad las delicias del merengue, demasiado caliente y joyao, para un hombre tan mayor como él, babeándola e infectándola con sus patillas y bigatazos, y su bocaza desdentada, hedionda a cachimbo viejo ya reverbero apagado.
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El Chino, un muchacho tremendo, de los lados del Peje, el nieto de la vieja Rosalía, un trueno, un desorejado, que hacía meses que solo vivia día y noche pensando en las ancas hermosísimas y en los senos retadores de Eladia, su lucero, de la desdichada Eladia, de la Alzana, como la llamaba el viejo Timoteo, que sudaba dando vueltas y tumbos al son del merengue caliente yjoyao, demasiado joyao y caliente, rebozado de indignación y de celos, saltó súbitamente, como un tigre, medio a medio de la enramada y agarrando al viejo Timoteo por el pescuezo, lo atrancó con violencia de los frescos y torneados brazos de su adorado tormento, insultándolo, ya con el juicio perdido: -Váyase a acostai ya lavaíse esas baibas, que lejien a culo e vaca, viejo sinvergüenza y dañao... Al romper el día la enramada de Pincho estaba como el mismo Waterloo, después de la derrota de Napoleón. Había un tenderete de muertos de todas las edades y sexos. El bondadoso Sargento Canela y algunos de sus muchachos, cumplidores fieles de su deber y de su honor militar, mientras el reperpero se encendía, y se quería apagar, y volverse a encender, ellos, parapetados, heroicamente, detrás de unos jovillos, a la pica, a mansalva, con una crueldad digna del Marine Corps, su maestro, que es la crueldad más cruel que se conoce, hacían fuego de ametralladoras, abaniqueao para la fiesta y sus contornos, como dijo en el parte que le remitió después el Sargento Canela, al Capitán Guaraguao, el Jefe del Puerto de Macorís, otro criminalote de la misma ecuación lombrosiana que Canela, refiriéndose al asunto de la Boca de la Yeguada, donde no habían tenido un solo herido. Cuando el Sol principiaba a derramar su oro tibio y pálido de enero, la enramada, filtrándose hasta el aparador de la cantina rota a balazos, inundada de ron y de bebidas dulces, iluminando el lúgubre tenderete de muertos, del que se destacaba el triste y ridículo cadáver
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del honrado y desdichado viejo Timoteo, que patas arriba, con las espuelas y las soletas a medio safar, con la bocaza desdentada, completamente abierta, profunda y lúgubre como un abismo, con un cuchillo cinco clavos prendido hasta la cacha en el guarguero, botando sangre negra y espuma, con la espada de tasa y cruz aferrada a la diestra heroica, pero virgen, en esta trágica y fatal jornada de villanos alevosos, victimas del maldito aguardiente: "que hay que saberlo beber..... Cuando Pincho, triste, profundamente preocupado, contemplaba la pérdida casi completa de sus intereses, sintió de pronto que lo agarraban por detrás, fuertemente. Era el Sargento Canela, el criminalote y mostruoso Sargento Canela, que retozón y trujano como siempre, le decía bajito, al oído: -No se apure, valito Pincho, que aquí no ha pasao ná. uté tá con el Gobierno: géchenos unas tomas de ginebra doble, que hace un fiío dei diablo.
Los únicos que resistieron aquel fuego pavoroso, fueron el pobre Pincho, y el que tocaba el acordeón, que con las piernas cruzadas y la barba sobre los pitones del sabroso instrumento, fijos los ojos adormilados y rojos en la cumbrera de la enramÓ-, reboleando la lengua sobre los bembes coloradísimos, pespuntando otro merengue caliente, intitulado "Tú ere fatulo manque mate", cuyos lúgubres síncopas morian lánguidamente sobre el lomo pajizo y lleno de aljófares de la dilatada y búdica sabana del Guabatico: "Tararari, tararirará, tararari, trarirará".
o TÉMPORE... o
MORES...
Para el Dr. Manuel Martínez Boog. Desde el rancho, abatido por el tiempo y casi destartalado por el viento seco e impertinente de la Cuaresma y los cordonazos cronométricos de San Francisco, se oían las horas del reloj público, del "cencerro del pueblo", como lo había bautizado, irónicamente, el viejo Alberto; un reloj siempre atrasado o siempre adelantado, siempre campaneando de más o de menos. Los repiques y dobles de la Iglesia, esos parecían que los tocaban en el mismo corazón del fundo, enclavado medio a medio de la Sabana de Manchao, la sección más estéril y barcina de la Común. Ese fundo era toda incuria, miseria, completamente improductivo. Vagamente sombreado por una mata de corozo, una de la pestilente bayahonda, dos de limones agrios, dos de naranjas de cocinar, más agrias que el vinagre de Castilla, y una de higuera. En él, nunca se oye el gruñido de un marrano, el reclamo de un becerro, el canto de un gallo, el cacareo de una gallina, ni el rebuzno de un burro. A intervalos, sólo se sentia, como manifestación vital, el 311
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lloriqueo de un muchacho, o el ladrido, intermitente, y casi desvaído de Candela., una perrita de encerrar, que la alquilaba por cualquier cosa, flaca, tan flaca que parecía una interrogación de hambre en el infInito. Sambito era un hombre de muy pocas palabras, temperamentalmente malgenisoo, entruñado siempre, pero eso sí, muy correcto y respetuoso. La color indio oscuro, facciones fInas y pelo muy bueno, pero completamente enmarañado, porque no se peinaba nunca; muy negociante, muy trabajador y muy honrado. Sambito era un hombre de hogar, casado por la Ley y por la Iglesia, como solía decir jactansiosamente. Su mujer, una india rechoncha como una puerca, y prolífIca como una curia, siempre estaba con la barriga a la boca, al romper fuente, como dicen las comadronas del campo. Tenía muchachos de todos tamaños y sexos. Era buen padre y mejor esposo, virtudes dignas de admiración y de respeto por lo escasas que son esas virtudes entre nosotros. Le sorprendimos más de una vez en cuclillas, junto al fogón, 'animando el fuego o repartiendo el jervío, porque así era de amoroso. El pobre Sambito vestía siempre de Pancho el Chino de ajeno, ya que lo poquito que gabana apenas le alcanzaba para comer. Metido en unos pantalones anchísimos y larguísimos, con tres vueltas, y quizás si más, en el ruedo, descalzo, sin camisa ni camisilla, con una chaqueta grandísima también, cerrada al cuello como un dormán, regalo de los Dones del pueblo, pero sobre todo del Alcalde, que llegó a quererlo como cosa suya, con pena, que es el más sincero y hondo querer. Mugriento siempre, pues solo se cambiaba de ropas cuando se veía forzado a abandonarlas, no fueran a dejarlo en cuero, en el pueblo, sus trapos negros y ripiados, cuando conseguía una múa nueva, desde luego, nueva para él. Con un sombrero multicolor, de los llamados panzas de burro, que afectaba, alternativamente, la causa de Jerjes, el petaca de Mercurio, o el bicornio de Napoleón;
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hundido hasta las orejas y las cejas, porque era fotófobo y no podía tolerar el sol, era fotofóbico. Cuando José Antonio, el sacristán, venía a tocar el Ave María, ya estaba Sambito voltejeando el pueblo, con la cabeza baja, embarbao siempre, dando buenos días a babor y estribor, entre dientes. Con un ñango guidando en el hombro izquierdo, amarrado en la boca, con un curricán, porque traía en él pichones de búcaros, de codornices, de rolitas, cangrejos y camarones del Maguá, unos lembos grandísimos, como decía él, mercancía que cambalacheaba por romo y pedazos de carne fresca o salpresas. Siempre sudando como un potro que está machacando, ya que padecía de una diafóresis, de origen alcohólico, porque Sambito era un bebedor consuetudinario, de esos que no se queman nunca, que no se emborrachan completamente, que siempre están a medio palo, que es lo más fatal en esa voluptuosa y dolorosa carrera endiablada de la bebida; diafóresis que se resolvió en una cruel y fulminante cirrosis hepática, que lo despachó en brinco y medio, de a bolío, para el otro mundo, con los redaños y riñones completamente achicharrados. El oficio de Sambito era hacer mandados, llevar y traer bestias de los cercados próximos, acarrear el agua del río y uno que otro viajecito al Seibo y a Macorís, nunca más lejos. Una vez, para que me sirviera de peón, hasta la Capital, tuve que amenazarlo con meterlo en el cepo, que para esa época de pura democracia bola, democracia que estaba en su máximo y cruel esplendor, ya que el Comandante de Armas tenía el cepo, el Mamey, a la mano, en la cocina de su casa de familia, casi siempre lleno de enemigos del Gobierno. El domingo, en época de la calor, cuando la lluvia ponía los caminos intransitables, en un caballo haraganísimo, lleno de mañoserías, manqueras y garrapatas, iba al batey de "Agua Dulce", como llamaban antiguamente
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al Ingenio Consuelo, a buscar la nieve. el hielo para el Paraíso Borincano, el restaurante, fonda y posada de Don Carmelo. un puertorriqueño de Cabo Rojo, chiquito y regordete, muy empipada, simpático y viVÍsimo como él solo. un costal de malicias. más peligroso que una lanza en un cuarto oscuro. Don Carmelo era -es bueno también que se sepauno de los supervivientes de los que vinieron en la goleta de Cabanillas. un boricua cien por cien. que tenía el orgullo patriótico de no saber hablar inglés, y se pasaba la vida maldiciendo a los norteamericanos, evocando el Campante. el grito de Lares y la Silla de Aguilarte, la montaña más alta y heroica del mundo. Sambito iba a buscar todos los domingos, como deci-
mos, dos bloques de hielo que salián intactos, al zarpar Sambito del batey del ingenio de "Agua Dulce", con rumbo franco a Hato Mayor, pero que al dar fondo, al anclar en el patio del Paraíso Borincano. apenas llegaban a media arroba, que el amabilísimo y desinteresadísimo Don Carmelo. nos hacía pagar a nosotros. la mayoría, como llamaba él a los capitaleños y extranjeros, por adularnos y explotarnos. a precio de Radium, a cincuenta centavos la libra. Pero, donde Sambito desplegaba todo su dinamismo personal, su talento y su utilitarismo de hombre mixto, rural y urbano. rayano entre la sabana y el pueblo. entre la civilización y la barbarie. era en los velorios, pero más que en los velorios. en los rincones, y más que en los rincones, en la salida de los rincones; de ahí era de donde él sacaba grandes ventajas. indumentarias nuevas. jarturas de Buquí, y unas quemas muy variadas y muy serias, quemas que hacían eco en un rancho, en su cabeza y en sus riñones. La última vez que vimos a Sambito, fue en el CanCón, un colmado que había en Macorís. Yo que entraba a comprar chuingongs -para entonces tenía la incivilitud, la vulgarísima costumbre yanki de masticar chuingong-
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y Sambito salía con dos quesos de bola en las manos, a decirle al chofei que le ayudara a metéi la compra que tenía sobre el mostrador. Él fue el que me llamó la atención: -Jefe, jefe, ¿uté no me conoce? -¿Quién eres tú? -Yo soy Sambito. -Muchacho... ¿Cómo podía conocerte, si estás más elegante que el bello Brumel? -¿Uté no sabe?, eta noche sacamo dei rincón al papacote, ai viejo aquei richacho, duro como una piedra de rayo, de los laos de Manchao. ¿Uté no se acueida del Taita de la pichoncita que Uté ... se acueida, antes de dirse pa... ? Para atajarlo a tiempo, le cortamos las palabras, evitando así desagradables exhumaciones de mis fechorías donjuanescas, a la voluptuosa y poética traslación del presente al pasado cándido y pintoresco, la creencia que tenían nuestros campesinos, que la salida del alma del difunto del mismo rincón en donde comenzó, la última noche a las nueve un rezado corrido y teso, díjele: -Yo supongo, Sambito, cómo sonarán en ese fundo los pilones majando arroz, el tajo en esas cocinas, debe estar a darle con los pies: ¿cómo cuántos becerros y marranos han tumbado? -Becerros, marranos, jum... ya eso se acabó puallá, cristiano, -y hurgando en el fondo de la faldriquera de su inmensa chaqueta de Pancho el Chino, vea, me dijo, uté que sabe de letra, vea toitico los que e tenía que meicar... y leí: -Dos sacos de arroz dei paitío. -Dos quesos de bola. -Cuatro docenas de cajas de sardinas, pa un locrio. -Cuatro docenas de potes de salmón pa otro locrio. -Diez botellas de aisafaidas. -Cuatro cajas de romo, maica 1Usa, y un fonógrafo aiquilao.
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-¿Fonógrafo. Sambito, y para qué? -Pa qué já de séi, cristiano, pa la salía dei rincón. Ete mundo etá peidío... Vayajefe. quién sabe con lo que uté se pecha puallá; uté es vivísimo y trozón -me dijo maliciosamente sonreído. Y bajando la cabeza para defenderse del sol que le daba en la frente, sobre los ojitos miopes e irritados, se despidió de nosotros para siempre, porque no lo volvimos a ver más. Al verlo partir tan alegre y tan sinceramente feliz, no pudimos menos que repetir llenos de una sincera envidia y de una profunda tristeza. con el elocuente y armonioso Cicerón: "O témpora... o mores.....
LA CORONELA SALTITOPA
Al convite de los buenos van los buenos y aún sin ser convidados, le dijo Sócrates a su discípulo Aristódemo, en el pórtico de la casa de Agatón. A los convites espirituales de La Vega, voy yo, sin ser convidado, porque las cosas que tocan el alma de La Vega le tocan a mi alma. En la columnas de vanguardia de "Santiago", el culto y vibrante hebdomedario del brillante escritor don Tomás Hernández Franco -El Time de Santiago, como lo ha calificado mi gentil amigo Firin Victoria, yafelizmente nacionalizado capitaleño-, hemos tenido la satisfacción de leer la patriótica y justiciera epístola del joven licenciado Cordero Infante -sentido jurídico sereno, certero y eficazen la que le recuerda al Ayuntamiento y la Sociedad Amantes de la Luz, la deuda de gratitud que tiene contraída la ciudad de Santiago de los Caballeros desde el año 1844, con la ciudad de Concepción de La Vega Real. El joven y distinguido jurista, de extracción vegana, le recuerda a la institución administrativa y a la docta y laboriosa instutición del rumoroso rio Yaque, el épico y definitivo suceso de la batalla del 30 de Marzo, la función de fuego y de sangre más importante de la República, sin 317
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la cual no se habría plasmado en realidad la Independencia. Cordero Infante, en bella prosa orgánica, como diría el Profesor Troncoso Sánchez, hace resaltar en alto relieve armonioso, esa jornada básica en los destinos de la Patria, a una hembra máscula -y valga la paradoja por lo vertical- a la Coronela Saltitopa, que con el sable en la diestra aplaneaba y carajeaba a los que se rezagaban en el fuego, atendía a los herídos, les daba agua a los combatientes para calmar la sed irresistible que de la pólvora bien quemada y le refrescaba las gargantas broncíneas a los cañones. Si el valor, decimos nosotros, recordando a Milcíades en las heroicas llanuras de Maratón, a Temístocles en las revueltas y no menos heroicas aguas espumosas y purpuradas de la llanura líquida de Salamina, a Leónidas y sus trescientos cachorros nemeos, disputándoles en el inexpugnable desfiladero de Las Termópilas, el paso de JeIjes y sus persas, groseros, engreídos e insolentes, y al Capitán Máximo Cabral en "Barranquita"; si el valor, repetimos, es la más alta virtud humana cuando se pone al servicio de la Patria y de la Libertad, la Coronela Juana Saltitopa es la hembra más virtuosa que ha tenido el Cibao. Porque el alma vibrante, el alma epónima de la Coronela de Jamo, no se puede pesar por los reclamos de sus glándulas ni mucho menos por sus concubinatos más o menos honestos, ya que la grandeza y la inmortalidad patriótica de esta Pentisilea Vegana está toda en su corazón y en sus ovaríos espartanos. Glorífiquemos a Juana Saltitopa, porque exultar y perpetuar su memoria, es rendirle un justo homenaje de hondo reconocimiento a ese número incontable de heroínas desconocidas, que como fieles émulas de las recias mujeres legendarias, se abrazan con leal valentía en la negra y larga noche de nuestra oprobiosa esclavitud, al duro sacrificio que exige la conquista de los propios derechos conculcados, ha dicho el docto historiador Guido Despradel Batista.
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Glorifiquemos y perpetuemos, decimos nosotros, a Juana Saltitopa, pero ecuestre, a caballo, porque la Coronela Vegana es y será siempre la Reina de las Amazonas del Cibao.
MÚSICA DE AYER1
l. Editora Montalvo, Ciudad Trujillo. 1946.
El instinto, el dolor, la emoción y la música son los elementos que fyan y eternizan el misterio profundo de la poesía pura.
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Seda en los contornos, música en el alma, fuego en las pupilas, en los dobleces sombras, sombras, sombras... Como una orquídea enferma, romántica, soñadora. Suave como una música lejana. Profunda como un misterio, tejiendo sus hechizos patológicos cruzó por la avenida del parque -que era plata- y al esfumarse en la penumbra de los tilos, prendió en mi tristeza una flQr de cicuta, negra y amarga... Seda en los contornos, música en el alma, fuego en las pupilas, en los dobleces sombras, sombras, sombras... 325
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2 ¡Calasal gritaron, alegres, los soldados de Jenofontel ¡Anadiámene1 gritaron, inquietos, los dorados Tritones. Sus ojos entre las verdes linfas eran dos nenúfares enfermos. Pálida luna se derramaba sobre la rosada concha de su vientre, trigo candeal, sembrado en leche, estrecho continente para tanta alegria. Sobre la arena blanca, sus piernas eran más blancas que las de Paulina Bonaparte, la hermana hiperestésica del Gran Emperador. Sus pies eran dos pentapétalos de plata...
3 Ven, Flavonio, besa la cabellera de la deliciosa Mirto, que está en la noche, bajo la caricia de las estrellas apagadas. Pasa por esta selva de rizos, rábale sus sedas finas y su oro húmedo.
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OBRAS
Deja para mis inquietudes místicas los breviarios paganos de sus dulces ojos de Columba. Sus senos astrales, espuma armoniosa que desplazó Afrodita cuando nació en las costas sagradas de Chipre. y su boca prerrafaelita,
sensual y dulce, como un melocotón de Persia.
4
Ella es un enigma sinfónico y fascinante. Devachan, la motivación imperial de mi vida y de mi arte. Misterio, supervivencia, renovación. Paradigma de la euritmia, quinta esencia del Indostán, de Atenas y de Roma. Reminiscencia inaccesible de las reinas lejanas. Una mancha de golondrinas en el horizonte. una vela latina inmóvil y fantástica. La Faunesa descansaba en un banco de piedras. La luna dormía sobre el triángulo fecundo de la vida; como una rosa sembrada en una herida.
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5 El motivo romántico se había esfumado en la agonía del crepúsculo, de un crepúsculo digno de Eugenio Carriére. El mar, de un azul pastel, estaba tremante, insaciable, cruel. ¿Y la luna? .. De la luna no se sabía nada. Por el corso florido pasó resoplando un 40 H. P. que flageló, con el humo que despedía de la grupa, el ambiente sensual y propicio. Cuando Ella llegó, el ojo del cíclope parpadeaba. -¿Es tarde? .. -No, para el amor nunca es tarde... -Yo estaba... -No quiero saber dónde estabas. Profundas sombras violetas en las violetas profundas de sus ojos; sus labios, hechos para una flauta frigia, estaban húmedos, y la nariz dilatada y palpitante. Me asomé a la línea aeriforme del descote, y sus senos parecían dos rosas pálidas y malditas.
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OBRAS
6 La hache histérica, pero cargada de mística fragancia. El silencio completamente cataléptico.
Su dulce recuerdo bogando en mi alma como un copo de espuma en una ola bravía. Del juglar alegre y confiado. no queda nada, absolutamente nada. Con un resplandor de languideces todo ha declinado. El mascarón de proa está ciego... Sólo una luz muy pálida ilumina la estela del pasado...
7 Ya no me sirve de lenitivo la pampa inmensa y su silencio búdico. La floresta plurisonante. ni la montaña solitaria.
El mar, sólo el mar omnisciente y polifónico, enigmático como la Esfinge. con su pecaminoso olor a pubertad, calma mi inmesna y complicada tristeza en la alta noche silente Tristeza... ya me inquietas porque eres, sin duda alguna,
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VIGIL DÍAZ
el signo patognomónica de la decisión de libertarme para siempre de las cosas pintorescas y frívolas de la vida...
8 La llanura ecuórea
era un zafiro dormido en el seno de la Aurora. Los lirios pensa tivos abrían sus cálices con una ternura perfumada, mística. El Céfiro blando y errante había besado los aljófares de las rosas de cien hojas. El alma del mundo era un sepulcro colmado de escarcha. El pensamiento, sin alondras y sin águilas. El sol se levantó de su lecho de púrpuras para fecundar de luz, de vida y alegría a la núbil y ardiente Primavera...
9 En los templos, en el mar, en las selvas, en los ríos,
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en el cielo, en los astros, en los pájaros, en el veneno, en los panales, en las bestias, en las llagas, en el pantano, en el sapo y en la flor quiero vivir mi panteísmo místico; dame tu música callada, sin voces del mundo, beato San Juan de la Cruz. En el sapo y en la flor, en el pantano, en las llagas, en las bestias, en los panales, en el veneno, en los pájaros, en los astros, en el cielo, en los rios, en las selvas, en el mar, en los templos, quiero curarme de mi tristeza metapsíquica y de mis dudas esenciales... Dame tu soledad, tus flautas, tu cítara, tus trinos y tus lirios, beato San Juan de la Cruz.
NOCTURNOS Hay tristezas que para que den toda su fragancia espiritual y dolorosa es preciso cultivarlas como ciertos lirios, en una penumbra inefable.
1
La casa de los muertos es como un patíbulo a las seis.
Apagué la luz que iluminaba su cuerpo frío y pálido como el marfil de un trono antiguo. y su sonrisa arcangelical
y fresca era como un rocío en el cáliz de un lirio muerto. Apagué la luz, esa luz que sólo podía alumbrar su materia inerte. Corté una rosa blanca y una rosa roja;
Rosas que sus manos sembraron para esperar la muerte, para decirme adiós, antes de partir para la vida eterna. 333
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Las coloqué en el lago purísimo de su copa. La besé con sin par ternura en la frente. Hinqué las rodillas en la penumbra de la estancia desierta; sentí un rumor de alas de celestial blancura. El Manas se había desprendido... Se abrieron los ojos del espíritu y se cerraron los ojos de la materia. Entonces recé una oración sin palabras. Oí del misterioso Arcano, una voz sin sonido. pero que era música y esencias. que me dijo: ¡Te aguardo! ...
2 y su Psiquis.
y la mariposa que Palas Athenea colocó en su frente; y mis tribulaciones, y mi adversidad inexorable, y el patíbulo de mi dolor sm Leteo.
El Piloto estaba de pies en la popa. Su mano ruda en el remo empujaba. lentamente. la lúgubre y estrecha barca que conduce las sombras de los muertos.
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Su barba solemne y espesa le daba un sello macabro. Sus ojos de búho, tenebrosos y rútilos, eran dos gemas engarzadas en un témpano de hielo. Le pregunté por las esencias del ser. -Sulfato de cal y de magnesia -me contestó. y una carcajada rizó las aguas del Aqueronte.
3 La oscuridad sin estrellas invadía la majestad del infinito y el pálido mármol de su tumba fría.
El hondo silencio eólico de los pinos inmóviles musicalizaba mi incurable melancolía. Me encontré con el mar, me embriagó con su aliento. El suicidio como un óleo trágico me signó la frente. ¡Conos de sombras! Sentí una pesadumbre desoladora, la horrible pesadumbre de olvidarla porque estaba muerta.
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4 Estoy abrumado de lejanías, de incertidumbre, de desesperanza. de misteriosas desolaciones. Mi orfandad no tiene límites, es infinita, fatal. Me falta su espíritu radiante, los matices delicados de sus sentires, su mirada hechicera. su voz, la elocuencia de su silencio. y la pálida fragancia de los nardos que sembraron sus manos exangües.
5 En el conticinio de la noche el cielo llovía fúlgidos diamantes. Nada perturbaba la soledad de mi tristeza incurable, ni el recuerdo lacerante de la tarde que la sepulté. El Terral, susurraba quejas en el salterio hiperestésico de los pinos melancólicos. El Titiritero frotó sus élitros agudos y monótonos para cantar la metamorfosis de la muerte.
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En el conticinio de la noche el cielo lluvia fúlgidos diamantes.
6 El tedio de los seres y las cosas ensombrece mi vida... ¡Oh Sofrosine! templanza adorable, dulce y sapiente que ayudas al vuelo del pensamiento y le das quietud al alma. Para fecundar el eco de los lirios la noche se inició ahondando el silencio de los caracoles marinos. Estoy solo, con la música de tu recuerdo y con la música del mar. Dos cosas muy fuertes para mi "animula vagula blandula". El tedio de los seres y las cosas ensombrece mi vida.
OTROS POEMAS
1 -¿Un cometa en Oriente? .. ...Julio César me aguarda en los Campos Elíseos ... -France... Tete d'armée... el coloso se desplomó. Su cuerpo. de palidez ebúrnea. estaba envuelto en el manto azul de Marengo. Prendida al cinto. la espada que besó el sol la tarde gloriosa de Austerlitz. Cubriendo la cabeza armoniosa y descerebrada.
el bicornio de la trágica llanura de Waterloo. Sobre el pecho. sin entrañas. un Crucifijo de marfIl. Entre los sauces llorones, la Hiena de Longwood acecha el cadáver del Gran Emperador. 339
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2 El paisaje, áspero como un cactus. El cielo de diciembre, muy bajo; pero florecido de estrellas lívidas. La luna, de una palidez inefable. Monte adentro, el golpe seco de un hacha y el reclamo triste de una tórtola enamorada. Un atajo... en un ángulo del olvido, el cementerio candoroso sin cercas y sin cruces, alumbrado con luciérnagas errabundas, que hacen la noche más triste... Las bestias bovinas, echadas sobre las tumbas, rumian, rumian. Meditan y dormitan en una paz búdica, y lamen y relamen los recentales dormidos. El cielo de diciembre, muy bajo, pero florecido de estrellas lívidas. La luna, de una palidez inefable, sigue su ruta,
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indiferente a la muerte. indiferente a la vida.
3 Quirón, mi caballo favorito, ágil y sabio como el viejo centauro que le enseñó la terapéutica a Esculapio. suda fatigado. descarga los riñones. relincha y humea como un incensario. Luego. levanta los belfos para extasiarse en el dombo cerúleo... y dilatando las narices rojas. húmedas y sensuales, le roba las esencias hipománicas que destilan por las ancas las hípicas beldades. Le recojo las riendas espumosas y le acaricio la grupa fina. el culo de paloma. blanco y suave como terciopelo.
Me deleito con la gama de un ruiseñor que ha poco dormia en un limonero florido soñando con un nido tibio. lejano... En una nube que finge un fino escaparate, el plenilunio es una hoya de jaspe.
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4 La Cordillera Central es como la columna vertebral de una bestia inmensa, apocalíptica. El villorio, antaño, una mancha gris clavada en su ijar. Hato Mayor del Rey, sin par diorama, pretérita Arcadia, Capua lejana y feliz. Sensitivo micrófono de las interrogaciones de los canes famélicos, noctívagos, trasijados y sensuales. Esquilmadas tus selvas -palacios acústicosen el conticinio de las noches hechas de misterios, preñadas de topacios astrales y de lucíferos coleópteros errabundos: he oído la música del silencio, la del Uno en el Todo y la del Todo en la Nada... la que precedió al Cataclismo cósmico... Conciertos de arpas eólicas. Las trompas beethovianas, la lira de Orfeo, la flauta de Pan. Perdidos contrapuntos, motetes capritantes,
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fugas desabridas como las del divino maestro Juan Sebastián Bach. El Oráculo presagia: Duarte interpreta y pronostica. -Inútiles fueron Las Carreras, El Cercado y Barranquitas: el altar de Agraulia es un mito, la gran culpa del pecado original está en la simiente y los ovarios... Ya que no tienes vergeles para tus alondras ni limoneros perfumados para tus ruiseñores; ya que tus maderas preciosas son perchales de aves de presa y de rapiña, ponle un dren al charco infecto de la política. Para endulzarles las fauces, a los minotauros de Cartago, siembra tu caña morena. No abandones el timón del arado; que su queja no se canse de romperle las entrañas a la tierra. Sé rico y feliz en tu doloroso practicismo, ya que la Esfinge no dice nada: ya que la Quimera es viento y polvo de la sabana viento y polvo de la sabana, viento y polvo de la sabana... Mañana cuando la Sacra Vencedora, fria e inexorable, se lleve mi alma, cuando la barca de Caronte enrumbe hacia las fauces del Aqueronte;
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cuando la frágil y asquerosa arcilla que la contuvo indignamente, repose en el más dilatado, solitario y triste de sus llanos. Allí, sobre la estola tumbal que cubra la carroña propicia a las futuras palingenesias. Allí, donde derramen su luz las constelaciones, donde pueda recibir, en la agonía del Ocaso, y el despertar del ortus, como ofrenda purísima, la escala mística y doliente de los Búcaros, esas láminas de metal irritado, esos diapasones de la curva térmica. Los hermanos aciagamente flacos del hermano mayor de la Porciúncula, del pobre y seráfico Francisquito de Asís...
5 Mar de invierno... Mi dolor es una yunta de alma y el pensamiento que rumia sus cactus y retamas en el silencio metapsíquico de las fúnebres esquilas. Mar de invierno sin ondas, sin velas, sin gaviotas, sin espumas;
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dame tu azul magnífico para resignarme a la ausencia eterna del filósofo. Viejo... oye mi clave y no sonrías: la muerte es la suprema armonía, una descomposición para volver a componer... ¡tú lo saves!
6 Apuró con premura los crueles venenos de Schopenhauer y las parábolas fulmíneas de Zaratustra. Buscó en el insaciable y eufórico reverbero azul las llamas azules que le quemaron la voluntad y las neuronas. El maldito Pitón constrictor que se enrosca en la víscera celeste, lo amargó para siempre. Nació bajo el signo de Saturno. Fue un verdadero poeta, un poeta maudit. Solo supo cantar y sufrir sufrir y cantar.
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"Dolor. viejo dolor. mi eterno compañero".
Esa era su imprecación constante y torturante. ¿Sus amigos? Un perro fiel. y una paloma blanca e inocente como su alma. que no sabía de químicas malditas.
RÉQUIEM Por el alma de Maxi Marión, muerto en olor de quintas esencias cristianas y paganas Mi Musa es dominicana. mi Cornamusa es griega. V. D.
Venus... hija de Urano y las espumas armoniosas del Ponto veleidoso Diosa inmortal y única que para la perpetuación de la especie. miel muy dulce y cicuta muy amarga aportas. de la herida fatal que el ritmo de la vida apautas. Anadiómene... al son de los rosados y torcidos caracoles de los tritones. seguidos de un séquito de Delfines. de Sirenas. Náyades y Nereidas. guiando los hipocampos azules y piafantes. tu ilustre palafrenero Poseidón. Yen multicorde lira. Apolo y el viejo rapsoda Homero.
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cantan tu feliz palingenesia en la costa sagrada del amor. Afrodita... Madre proteica que con genésica ubicuidad riges el mundo. En Paphos y Arnatuntes templos tienes para tu devoción erectos. Granos de mirra en los turibulos. De mirto y acanto tirsos floridos. En holocaust9 a tus hechizos. arden maderas del Parnaso. A orillas del sagrado y misterioso Nilo. hecatombe de novillas tiernas. Hemorragia núbil, que al toque litúrgico de la cuchilla del sádico Hierofanta, en el pórtico de oro se derrama. Te ofrezco, si me eres propicia, "Dea Suprema y Magna", Emperatriz del Mundo: antorchas ritones de jugo dionisiaco. Miel. Rosadas palomas. Vasos de perfume. Ponme una estrella en la frente y una lira en el corazón. Ordénale a las Pegásidas, me presten el potro alado, con riendas de púrpura, para cantarle al Poeta, el máximo aconteCimiento pagano; Nefalibata, Uranopeta, Dionisíaco, Proteico, Epimeteico, Ninfoleto y palántida a la vez, que ya está en el Olimpo, a la diestra del Todopoderoso Apolo, iluminado por las estrellas apagadas... El Dodonque de este templo,
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te ofrece un cisne y una cigarra. No le guardes acíbares y desdenes. Muerto en tus ebúrneos brazos. le cincelaré sobre su tumba: tu cinturón ardiente inefente. Tus dulces coloquios. Tus supiros persuasivos. Tu sonrisa deliciosa. Tus deliquios inefables. Tus grutas oscuras y misteriosas. Tu rizado acanto sobre espuma. Tu nectario negro como la noche. Tus silencios profundos y elocuentes... y sobre las cuerdas de su lira criselefantina. de marfil y oro, muda, a ti. Afrodita, completamente desnuda ...
LILÍS y ALEJANDRITO
Dedico este libro al Generalísimo Trujíllo. porque conw el águila caudal de las orillas del Rubicón: vino. vio. lo venció todo ya todos. No hay verdad más inconcusa y profundamente leal y sincera.
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D.
AL LECTOR No recordamos si fue Tucídides, el más grande de los historiadores griegos, o Tito Livio, el patricio ardiente y de elegante estilo, quien dijo: "La historia tiene los labios y el corazón de bronce". Lo que sí recordamos con precisión, fue lo que dijo el íntegro y honorable Cayo Suetonio Tranquilo,el secretario particular del estético y morboso emperador Adriano, a su amigo Plinio el Joven, en elegante epístola, cuando este lo elogió y lo reconvino a la vez, por su Historia de los "Doce Césares: "Clío es una musa fría y exacta como un cálculo matemático, e inexorable como un cadalso". Por eso, no encontrarás en estas páginas autopsias ni disecciones. Este es un libro de anécdotas jocundas, de sonrisas y de risas, de los dos hombres más notables del año tempestuoso y mandibulario de 1881, en la República Dominicana. Donde la sangre de la guerra fratricida, de las hecatombes humanas y de los patíbulos, llegó hasta las cinchas y frenos de los caballos de guerra, inundando, sacrílegamente, los cristianos y pacíficos cementerios. Lilís nació, se crió y murió, peleando como un león, en los linderos de la selva. Cuando la muerte se le enfrentó 353
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vengativa e inexorable, supo recibirla como un Atrida. Cayó, con la augusta dignidad de Julio César junto al plinto de la estatua del desdichado general Pompeyo: sin manchar, ni descomponer la túnica de púrpura, con la que tan virilmente se envolvía. Su gracejo era instintivo y amable, pero a veces peligroso. Era un alfabetoide, que sabía leer y escribir. Alejandrito se educó en el "Colegio San Luis Gonzaga" y se reeducó, intelectualmente, a la sombra de don Juan Bautista Morel, el más virtuoso y culto de los hombres del Este. Lilís no leyó nada. Alejandrito lo leyó todo, por eso, sabía de todo como el filósofo Crisipo de Tarso. Era un erudito, ávido siempre del veneno encantadoramente fatal de los libros. Como Mahoma y Epicteto, el filósofo y esclavo de Heliópolis, no escribió nada, absolutamente nada. Lilís era un irradiante y magnético. Alejandrito era un sugestivo e irresistiblemente atrayente, de una atmósfera personal inigualable. El humorismo de Alejandrito era ático. Viajó por Europa. Vivió y murió -ya integralmente evolucionado- junto a su sabia biblioteca, como Petrarca, con la frente hundida en las páginas de los libros. Buscando las diferencias esenciales del "Cantar de los Cantares", entre el sánscrito y otras lenguas antiguas. Las de Virgilio y Horacio, del griego al latín y del latín al castellano. Murió en el tibio y plácido seno de su hogar, con la serenidad de un viejo filósofo estoico, respetado por todos. Pero, con un recóndito y mortificante remordimiento, con "unas piedrecitas en la badana del sombrero", como solía decir él. En esa depuración de la conciencia, después de haberse deleitado con las músicas de los Jardines de Academus, y recreándose en los raciocinios del Liceo, buscando, inútilmente, como el escéptico Pirrón, la inefable placidez de la ataraxia del Peripato. A la grupa del caballo de guerra del general Luperón, ascendió, combatiendo, Lilís, su lugarteniente. A la grupa del caballo de guerra de Lilís, ascendió, combatiendo,
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Alejandrito, su lugarteniente. Lilís era un valor intrépido, impulsivo. Alejandrito tenía un valor sereno, intelectualizado, reflexivo, eutrapélico. Lilís era el más audaz conductor de tropas, el primer estratega instintivo de su época. Alejandrito había leído en latín, a los diecinueve años, los "Comentarios de la campaña de las Galias", escrita por Julio César, la obra militar más grande del mundo, la que tenía debajo de su cabezal, el general Bonaparte. Lilís era un águila caudal, que tenía que volar en una atmósfera de tempestad, cargada siempre de relámpagos, truenos y centellas. Alejandrito era un cóndor que planeaba en una atmósfera serena, alciónica. Pensamos con René Marán, el autor de "Batuala", que el hombre no vale por el color de su piel, sino por las condiciones de su cerebro, de su corazón y de su masculinidad, esto es, por su talento, su bondad y su valor, que para los griegos de Salamina, Platea, Maratón, y de los heroicos dp-sfiladeros de las Termópilas, era la primera virtud humana. Somos por temperamento, por educación y por cultura, negados a toda preocupación racial, prefiriendo siempre a un hombre de color, dotado de las virtudes de que nos habla el autor de "Batuala", a un blanco, si este es un imbécil, un malvado o un cobarde.
LILÍS
ELCABAO Las lomas del Cabao fueron para Lilis y Alejandrito, lo que fue la llanura de Marengo, para el general Bonaparte. La batalla donde perdió la vida el joven e intrépido general Deseaix, le abrió a Napoleón el camino del trono imperial. El sangriento combate del Cabao, le abrió a Lilis el camino de su satrapía férrea y le dio a Alejandrito, una presidencia plasmada en el mismo ovario teratológico. Derrotado el ejército revolucionario, en el reñido encuentro de "La Lechuza", levantó el general Cesáreo Guillermo, su campamento de Hato Mayor, acompañado de un miedo regolfado en el subconsciente, debido a la derrota del inolvidable "Porquero"; y se acampó de nuevo en el pueblo del Seibo, cabecera de la Provincia, a reorganizarse y atajarle el paso al Gobierno. Informado por el espionaje, de que Lilís marchaba nuevamente sobre él, con la maligna intención de envolverlo, acorralarlo, cogerlo vivo, para traerlo a la Capital, Cesáreo no esperó la nueva embestida, y levantando sus reales, otra vez, fue a acamparse, precipitadamente, al estratégico Cabao, y después de un pequeño tiroteo, las fuerzas del Gobierno, ocuparon el Seibo. 357
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LUís, después de espiarlo bien, intentó atacarlo, en su casi inexpugnable posición. Pero como le quedaban pocas municiones, las necesarias para mantenerse a la defensiva,y no para una operación de esa envergadura, dejó una pequeña guarnición en la plaza, y se salió con todo el grueso de sus tropas, a acamparse en el corazón del Hato del Prado, a esperar el convoy que le había pedido de urgencia al Gobierno, próximo a llegar, según informe del último expreso que recibió. LUís tenía intención de atacar a Cesáreo, de frente, pero Alejandrito, su lugarteniente, con el único que cambiaba impresiones militares y políticas, le hizo ver lo imprudente de su plan, pues Cesáreo estaba atrincherado en una meseta rodeada por el rio Soco. La ventaja estaba en caerle por la retaguardia, de sorpresa, atravesando la loma de los Negros, como hizo Aníbal Barca en los Alpes. -Estoy con Ud., Frercito, pero ¿y los prácticos? -Yo tengo aquí uno que Cortico, el práctico de Cesáreo, le dicen Gato Alzao, porque siempre ha vivido trajinando en los atajos de esas lomas, sin venir nunca al pueblo. Estaba Lilís acostado en una cocina vieja, como a eso de las cinco de la tarde, sobre unas árganas, teniendo como cabezal un aparejo ripiao, hediondo a mataduras y cebo de carreta, cuando entró Alejandrito a encender un cigarrillo, en un fogón medio apagado. Cuando vio a Lilís, que chupaba su cachimbo, con un pañuelo amarrao en la tusa, le preguntó: -¿Qué es eso, Frercito, Ud. está enfermo? -No Frercito, le contestó LUís, lo que tengo es un sueño del diablo, pero no quiero descabezado, hasta que Ud. mismo sea quien organice el servicio de centinelas, pues aquí no puede entrar ni salir un ratón. -Bueno, duérmase y déjeme eso a mí, y salió. Una hora después, regresó a la cocina a encender otro cigarrillo y encontró a LUís, despierto, con los ojos felinos, fijos en la cumbrera del rancho.
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-¡Cómo! ¿Usted está todavía despierto? -Sí, pensando en el jefe Cesáreo y en el día que nos espera mañana. -Esto está -le contestó Alejandrito-- como un papel de música. -Bueno, pero ¿a quién le confió Ud. la imaginaria? -al coronel (no recordamos el nombre). Lilís se incorporó agarrándose la cabeza, y le dijo: -Estamos perdía, Frercito. ¿Por qué? -le contestó Alejandrito--. El coronel es un hombre valiente y serio, Ud. lo sabe mejor que yo. -Yo lo sé Frercito, pero eto no es cuestión de valor y seriedá, eto es cuetión de la color: Ud. sabe que esta pinta -y se pasó un dedo sobre el dorso de la mano ñocacuantico se echa el sol, nos dormimos hasta atravesando un río botao. Póngamele al Coronel un retén blanco, de San Carlos, que no son meturao; si no, no duermo. En ese momento graznó una lechuza sobre la cumbrera del rancho. -¡Acucha esa malvá! Alejandrito sonrió y dijo: -Ese es un aviso del diablo, tenemos que andar con cuidado. Cuando las campanas ladinas de la iglesia del Seibo dieron las nueve, ya estaban revistadas las tropas, por Lilís y por Alejandrito; y media hora después estaban en marcha, advertidas de que no se podía fumar ni hablar. En medio de un silencio grave, Litis, como siempre, ocupó la vanguardia, llevando a su lado al práctico, Evaristo de la Cruz, quien ese era el nombre de pila de Gato Alzao. Le seguía su Estado Mayor de Guerra, quince fieras cibaeñas y la Media Brigada de Neiba, su tropa favorita. El centro, compuesto de una compañía del Batallón Ozama, al mando del valiente capitán Arturo Mota, capitaleño, y la tropa de Azua, al mando del valiente y calmoso general Juan de Vargas, lo comandaba Alejandrito. La Retaguardia, las tropas de San Francisco de Macoris, al mando del joven general José Dolores Pichardo
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Betancourt (Loló) Gobernador de esa provincia. Las del Este. al mando del general Ramoncito Castillo. La extrema retaguardia. los Cazadores de la Vega y medio batallón del Yaque. al mano de los coroneles Polo Balbuena y Bruno Marmolejos. los veteranos del Sillón de la Viuda y de Porquero y de Las Lajas. por si había una retirada forzosa. como las de los Diez Mil. y garantizar el resto del parque. que iba transportado a lomo de bueyes. con aparejos y árganas. por indicación de Alejandrito. ya que los bueyes son más discretos que los caballos. porque no relincha. como le dijo a Lilís.
EL COMBATE Entre dos luces. ya aclarando. la vanguardia atacó la trinchera más peligrosa. por su posición estratégica. defendida por el general Quintín Díaz y el general Vidal Méndez. y los coroneles Vasallo Chalas. y el mulato de Curacao. Yojansen. quien había dicho en El Seibo. que él mataba a ese negro manque fuera brujo y estuviera arreglao. Veinte minutos de fuego. y al coger Lilís la trinchera. el Coronel Yojansen le pegó una de las balas de su rifle en la nuca. entre cuero y carne. Lilís dio dos o tres vueltas. medio dislocado. como un gallo que le dan un golpe de Estebanía. y cayó sobre una piedra grande. Alejandrito al ver la tropa apelotonada. se dio cuenta de que algo gordo pasaba. que Lilís estaba mal herido o muerto. y le gritó al general Juan de Vargas. que se tirara al río. que estaba bajito. y franqueara al enemigo por su ala derecha. Y le ordenó al Capitán mota. que avanzara sobre la trinchera a la carga. con su tropa de línea. Cuando Alejandrito vino a llegar a la línea de fuego ya Lilís estaba parado. con los ojos terriblemente electrizados. fosforescentes. como los de un tigre herido. con el sable en la diestra. dando vueltas y 361
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gritando: ¡Palante, muchachos! ¡Carajo, que ya están derrotados, palantel. .. Una hora más de fuego, y el General Cesáreo -que no estaba personalmente en la acción, porque se había ido a dormir a un conuco lejos, acompañado de su práctico Cortico, se fue a monte, rumbo a la Capital. La revolución, acéfala, sin jefe ya, cogió rumbo a Higüey, donde Lilís capturó a los jefes secundarios, y los pasó por las armas, impíamente. Después de la acción le estar.caron la sangre con excremento seco de vaca, que es un gran hemostático, y lo llevaron a un rancho a ponerle una mecha con los hilos del ñango de un soldado, empapada con su sumo de maguey de bestia, que es un antibiótico formidable. Cuando estaban en esta operación terapéutica, Alejandrito se quitó un fular de seda azul, que tenía amarrado en la cabeza, al estilo de los soldados dellibertador Santana, de los lanceros y macheteros de Seño Pedrito, y le dijo: -Ud ve, Frercito, por poco nos fuñimos, por coger Ud. la vanguardia. Lilís lo miró y le contestó: -Ud. tiene razón, Frercito, pero hay veces que uno mismo tiene que picar su carga de andullos, por grande y pesada que sea... Alejandrito le contestó entonces magistralmente, con gracejo, por si esto tenía alguna intención: -Estando Napoleón Bonaparte acampado a orillas del Danubio Azul, soñó que un gato prieto le había pasado por entre las piernas y esto bastó para posponer la batalla para otro día, y con todo eso, en los primeros tiros lo hirieron en un pie. ¿Ud. no se recuerda del grito de la lechuza en la cumbrera del rancho del Prado? ¡Por poco le rompen la tusa! ...
DE LOS SEIS AÑOS
Cuando el cartaginés Amílcar Barca, ya con los arreos militares puestos para salir a campaña, al despedirse de su hijo Aníbal, que era un niño, este sentándose en las piernas del guerrero, se le colgó del pescuezo, y besándolo, le suplicó llevarlo a la guerra. El General le dijo que no, porque era muy tierno. Aníbal, el vencedor de "Sagunto", rompió a llorar. Cuando Lilís supo que en la Línea del Sur se estaba peleando duro, le dijo al general Luperón: Papá, yo quiero trabajar. Deme una carta para el general Cabral. y Luperón se la dio. Tres días después, salió de loma en loma, y de atajo en atajo, para la Línea del Sur. Un día, a la una, se presentó Lilís en la avanzada del Cantón General, Cabral, requiriendo ver al general Wenceslao Ramirez, Jefe del Estado Mayor del general Cabral, quien le hizo llegar a su presencia, y le preguntó en qué andaba, y en qué podía servirle. -Yo traigo una carta del general Luperón, pero con orden de entregarla personalmente al general Cabral. El general Wenceslao le contestó: 363
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-Ud. no puede verlo ahora, porque el general está durmiendo su siesta. Si Ud. quiere, siéntese hasta que se despierte. Cuando del general Ramírez vio que le llevaban el café' fue a ver al general Cabral, para informarle que unjoven procedente de Puerto Plata quería entregarle una carta del general Luperón. -Dígale que pase. y se incorporó lentamente en su hamaca para recibirlo. -¿En qué puedo servirle, joven? Lilís se cuadró militarmente, y después de saludarlo, hurgando en su chamarra limpísima y aplanchada, le dijo: -General, esta carta le manda papá. El general Cabral, con su calma temperamental, abrumadora, abrió la carta, la leyó y llamando al general Ramírez le ordenó que acotejara bien a ese joven por ahí, hasta segunda orden. Pasó una semana y Lilís, que había nacido para la guerra, como Aníbal Barca, oía el ruido y veía el trajín de las armas, sin poder entrar en acción, sin poderse topar, como diría el general Gallito Palanca. Lilís impaciente por entrar en fuego se dirigió al General Wenceslao, suplicándole decirle al Jefe, que él había venido a pelear y no a estar de ocioso, que le diera una guerrilla. El General Ramírez, a quien le había caído liviano el negrito de Puerto Plata, por limpio y bien plantao, se lo comunicó al Jefe, quien se sonrió imperceptiblemente, diciéndole: -Está bien, el domingo, después de la revista general, ponga bajo las órdenes del Coronel Heureaux veinte y cinco o treinta hombres, para probarlo, ya que es de los muchachos del General Luperón. Tuvo efecto la revista general del domingo. El General Cabral, acompañado del General Ramírez, revistó las tropas, que estaban formadas en la Sabana, y antes de que el cornetín de órdenes tocara rompan filas, el General Wenceslao le dijo a Lilís:
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-Joven, Ud. puede escoger veinte y cinco hombres de la tropa. Lilís lo saludó militarmente y cogiendo una de las cabezas de la columna, mirando a los soldados, al llegar al otro extremo de las fuerzas, regresó más despacio, diciéndole a los soldados: -Salga Ud., salga Ud., salga Ud ... y seleccionó veinticinco fieras. Cuando terminó, se le acercó el General Wenceslao, y asombrado y complacido a la vez, le dijo: -Joven, yo lo felicito, pero, dígame, ¿quién le dijo a Ud. que esos hombres son los más guapos que tenemos? Lilís, que sin duda alguna era un psicólogo y un fisonomista, certero como Bonaparte, le contestó: -Nadie, General, e que los caballos se compran por el color del pelo, y los hombres guapos se conocen por el jilo y por los ojos... Una semana después, toparaon el pollo de la traba del General Luperón. Valentín Báez, el primer estratega de los rojos, se colocó en el paso de Quita Coraza, tratando así de cortarle a la revolución toda clase de aprovisionamientas de los lados de Haití. El héroe de la Sabana de Santomé y de La Canela, se dio cuenta de la intención del Gobierno, y ala efecto, destacó una columna al mando de los Generales Timoteo Ogando, y Andrés Ogando, de quien dijo el General Cabral, que la mujer que pariera otro hombre tan guapo como Andrés, se le secaban los ovarios. El General Andrés Ogando y el Coronel Heureaux, ocupaban la vanguardia. Herido Andrés Ogando, seriamente, el Coronel Heureaux tomó automáticamente el mando y después de una estrategia sorprendente, flanqueó al enemigo y tiro a tiro, y cuerpo a cuerpo, lo desalojó de su inexpugnable posición, restableciendo las comunicaciones...
UN CALAMBOUR Para capear el chicote de los baecistas de Puerto Plata, Lilís abandonó, clandestinamente, su pueblo natal, y fue a parar a Juana Méndez, en uno de cuyos campos se traspapeló completamente, estableciendo una pulpería de víveres y telas de fantasías, la que bautizó con el pomposo nombre del "BON MARCHÉ". Allí conoció a una mulata rayana, de esas mulatas de ojos de venao, hermosa y armoniosa como una Venus cincelada en un trozo de ámbar quemado. Queremos decir también, porque es oportuno, que contrariando las leyes que dominan y rigen el amor, como diría el profesor Segismundo Freud, "el pontífice del álgebra del alma", a Lilís no le gustaban las mujeres pequeñas ni las blancas por rubias que fueran. Estas las utilizaba para complacer su complejo racial, magníficamente disimulado, o para sus intereses políticos o como lujo. En cambio, le encantaban las mujeres grandes, hermosas y de su pinta, que eran las que le daban la libido... Polén, que así se llamaba la mulata hechicera de ojos de venao, era casada con un hombre joven, trabajador, 367
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honrado y serio. a quien Lilís respetaba por sus virtudes y los beneficios que le había prestado. Empujado por una revolución, Lilís liquidó el "BON MARCHÉ", Y con la misma discreción con que vino . con esa misma, se fue una noche oscura. sin saberse dónde fue a parar. Años después, el Presidente de la República Dominicana. asistía en la frontera. a una revista politica con el Presidente de la República de Haití, para amarrarle y apretarle bien los tramojos a sus respectivos enemigos. todo en beneficio de ambos Estados vecinos y hermanos de padre. Al regresar Lilís para embarcar en su buque insignia. anclado en la plácida bahía de Monte Cristi. quiso ver y abrazar a su comadre Polén y a su esposo, a quien tanto respetaba. Cuando llegaba a la puerta del bohío amplio y limpio. rompió un aguacero liviano, que duró más de una hora. El Presidente LUís. que no acostumbraba a beber, se vio obligado a tomar varias copas de cerveza, porque la champaña. según decía él, le apretaba la cabeza y le hacía zumbar los oídos. Le atacaron unas ganas irresistibles de hacer aguas menores tan fuertes que por poco le revienta la vejiga. Gracias a la confianza que le brindaba su comadre Polén. la llamó, discretamente. diciéndole en el tronco del oído. que tenía una gran necesidad de hacer pipí. -Sígame, campé. le dijo. y llevándole al fondo de su aposento. le puso en las manos un pot de nuit. que más que un vaso de noche. parecía la sopera de Luis XIV. pot de nuit muy ramiado. precioso. que Polén había comprado en el marché del Guarico. Cuando se vieron de nuevo en la sala. Polén le pidió excusa por el tamaño desmesurado de su ánfora nocturna. Lilís le contestó muy sonreído_ -Pa per ma come moin conai que soise aux grand desoin nids grands. -¡Oh campé! ... touyour vagabón... y se rió estrepitosamente...
LA REVOLUCIÓN DE MOYA Corrían los acontecimientos del año 1886. El General Casimiro Nemesio de Moya había pronunciado la ciudad de La Vega, donde situó su cuartel militar y político. para esperar a Lilís, con la intención de batido; y al efecto, contaba con el General Cartagena, tenido como la espada más brillante del Cibao:y con los Generales Benito Monción y Félix Tavares, los más prestigiosos de la Línea Noroeste. Lilís por su parte, también concentró y organizó una fuerte columna con las tropas de la Capital, del Este y Sur de la República. Enterado Lilís, por su espionaje de que un diputado --ignoramos cuál provincia representaba- muy moyista. pero amigo particular de Lilís, tenía su caballo ya en el patio, listo para salir muy de madrugada. rumbo a La Vega, Lilís, quien manejaba maravillosamente bien el espionaje y el soborno, sus dos fuerzas favoritas, le mandó decir con un gran amigo moyista, que ya estaba bajeado por el negro, que quería verle después de las nueve de la noche para tratarle un asunto de gran interés, pero que viniera solo, que no dejara de verlo. A la hora indicada se presentó el diputado: Lilís lo abrazó, le brindó un trago de ron de Baní y varios 369
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tabacos de La Habana, pues al diputado le gustaba mucho traquetear y fumar. -Esa botella y esa cajita, llévatelas para el camino, para que pises la tortilla, como dicen los cibaeños al macuto. -¿Qué camino es ese, Lilís, si no vaya parte? -Cómo no, si tú te vas de madrugada; siéntate que nosotros dos aquí solitos, vamos a comernos un barril de sal de Neiba, puñao a puñao, de hombre a hombre -y se sentaron frente a frente. Lilís le puso las manos sobre la rodilla y le dijo: -En política el que se acuesta de un solo lao, se pela; acúchame lo que vaya decirte: si los tuyos ganan conservarás tu diputación; y si yo gano, te doy mi palabra de caballero, de que tú serás diputado. Pero eso sí, tú tienes que hacerme este servicio, poca cosa, casi ná. Cuando tú llegues a La Vega, y te pregunten por mí, tú le dices: Oh, ¿Uds. no saben que ese negro del diablo está marchando sobre nosotros? Cuando ya paseé, por la madrugada, la vanguardia de su columna de como dos mil hombres, estaba en el batey de La Fe; y la retaguardia en el "Esperillón". Las tropas las estaban revisando Lilís y el General Caminero, quien es el Jefe de Operaciones. En la Capital se dice que Lilís trae un cañón de dinamita para fogonearnos con él y salir de todos nosotros juntos, de un golpe. Según me han dicho, trae la media Brigada de Neiba; el batallón Ligero de Azua; tropas de San Juan, de Baní y de San Cristóbal; tropa de línea de la Capital; tropa de San Pedro de Macorís; de Los Llanos, del Seibo y de Higüey; y hasta los cazadores de palomas de Pajarito. Cuando terminó su encargo, el diputado revolucionario le contestó sorprendido: -Pero, bueno Lilís, y qué dirá Casimirito, si llega a saber eso. -No piense caballá muchacho, que en política, el que se acuesta de un solo lao, se pela.
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Estamos en el 27 de febrero de 1887. Esa madrugada y esa mañana, en la calle de Los Plateros, en el almacén de los Pou, los cohetes tronaban como una batalla, la alegría del juramento de Lilís. Los cordeles y papelitos y los bailes, alegraban y musicalizabn la capital, haciéndole contrapunto, los tambores, cornetas y cuyayas militares con sus estridencias. A las nueve de la mañana, el cornetín de órdenes del Batallón Ozama tocó atención y Lilís cruzó el parque Colón,dirigiéndose al Congreso Nacional, a prestar juramento constitucional. En una de las curules estaba repantingado el diputado de Casimirito. Después del juramento, cuando Lilís se encontraba en su casa particular, recibiendo los parabienes de sus verdaderos amigos, llegó el diputado de Casimirito, y le dio un abrazo tan apretado que por poco lo estrangula y le saca la lengua. En eso llegó uno de esos fanáticos intransigentes, y acercándose al Presidente, le dijo, discretamente: -Pero bueno, Lilís, ¿qué hace ese tránsfuga aquí? Lilís le contestó: -Cállate la boca, tú no sabes que cuando uno apareja y aprieta fuertemente el burro, sabe para donde va... y que la culebra, cuando le conviene, larga el cuero.
UNA VOCACIÓN FRUSTRADA
Hay dos clases de vocaciones, la vocación básica y permanente y la vocación circunstancial y transitoria, artificiosa y a veces ridícula. Esta última, por poco nos trae una cana. En casa estaban incomprensiblemente empecinados en que dejase la deshonrosa, estéril y manicomiable carrera de las letras, cambiándola por la sabia, prestante y práctica carrera del noble, honorable y desinteresado Mercurio, patrón de los fulleros y de los ladrones. Que cambiáramos, maliciosamente, al luminoso y armonioso Apolo, al divino Dios de la Poesía, por la deidad de los raudos talares. La lira cricelefantina, de marfil yoro, por la caja registradora del codicioso e implacable Mercurio, el raudo cartero del Olimpo. Y ahora nos preguntamos, qué sería de nosotros, ya viejo, arruinado, casi ciego y medio loco, vencido totalmente por el tiempo, siempre inexorable, traspapelado, específicamente reumático, e los recovecos de un ventorrillo, en el callejón Salsipué, con una cotorra del Bonao en la puerta, meciéndose en un arco de barril de macarelas, llamando agua y diciendo a intermitencia: ¡Vigil Díaz, aquí ar jente! 373
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No podemos, en verdad, dar un diagnóstico de fondo, como diría el notable escritor, crítico y cirujano Dr. Moscoso Puello, sobre la locura sistemática y dolorosamente incurable de Epaminondá, la locura de querer ser sacerdote católico, romano. Solamente sabemos, que el perturbado Epaminondá, era hijo sacrílego del formidable y dulce Fefé, campanero y sacristán y... de Mónica, una beata muy suculenta, que en una hora menguada, de un caluroso día del mes de agosto, cuando la canícula agobiaba a todo animal viviente, violenta e inesperadamente, le demon de midí, de que nos habla el inmortal esteta de la filosofía, Anatole France, los asaltó y los hizo conjugar el verbo... Supimos también que a Epaminonda, lo bautizó, ya zagalejo, el Obispo de Guarico. Parece ser que Epaminondá sufrió una impresión perturbadora al ver la fastuosa y brillante ornamentación, la sotana morada del Prelado. El Pectoral de oro, incrustado de piedras preciosas y la enorme y pálida amatista abacial, que había besado golosamente el cándido Epaminondá. O tal vez si llevaba en lo más recóndito de su tusa enmarañada, acomodado y vigente, un Sacerdote del Congo, que le despertó su vehemente y fatal espejismo, su trastornadora vocación hiperdúlica. Estaba Lilís girando una visita políticamente pastorial cambalachando enemigos por amigos, en la Línea Noroeste. Una mañana llegó a Dajabón, cuna de Epaminondá. El campanario de la Iglesia echó a vuelo sus campanas ladinas haciéndoles contrapunto un mazo de cohetes chinos, quemado por el dueño del tarantín que quedaba frente a la iglesia, para celebrar, espléndidamente, la inesperada llegada del Presidente. Después que Lilís echo pie a tierra en la puerta de la vieja y destartalada Comandancia de Armas, habiendo oído el galimático y pomposo discurso del Honorable Presidente del Ayuntamiento, quien sabía poner su nombre, pero no sabía leer el "Listín Diario", Epaminondá, descal-
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zo y sombrero en mano, se le fue a la upa al General Lilis y sin previo introito le dijo: -Presidente, yo quiero que Ute me lleve pai Seminario de la CapitaL -¿Y para qué, mi hijo? -le contestó Lilís, siempre comprensivo y tolerante. -Poique yo quiero sei padre. -Pero mi alma, si tú puedes serlo aquí, ya que eres joven y fuerte. -No, Presidente, padre de familia no, yo lo que quiero e sei Padre Cura. Lilís se sonrió y le contestó: -Procura cambiar de vocación, muchacho, porque los que como tú y yo hemos salido del horno demasiado quemao, si estudiamos el latín nos volvemos locos.
EL FIAü
Su Majestad Francisco Primero, el Rey Caballero, Protector de las letras, cuando lo hicieron prisionero en la batalla de Pavía, al ordenarle el enemigo que se rindiera y echase pie a tierra, contestó desenvainando y poniendo en alto su espada y con la arrogancia y el coraje dignos de su sangre azul: -"No el caballo de guerra de un Rey, es su verdadero trono " - y agregó--: "Todo se ha perdido, menos el honor". Hay tres cosas que se reverencian en la tierra, en el cielo y en el Olimpo: la mujer, por su divína armonía y belleza; el caballo, por su nobleza y utilidad y el perro, por su gratitud y lealtad, tres condiciones que deben adornar el corazón de todos los hombres de sentido moral. El Arconte y General Temístocles, Comandante en Jefe de la flota ateniense, ordenó a su ejército que levantara y mostrara al Sol, sobre sus bruñidos escudos, proclamándolo simbólicamente sagrado, al perro que le acompañó, nadando junto a su galera en las revueltas y espumosamente ensangrentada aguas durante la batalla de Salamina. 377
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El caballo astur de cascos tentaculares, que llevaba sobre su lomo a Julio César, cuando audaz y decidido atravesó las aguas trágicas, plácidas y exangües del "Rubicón", también fue proclamado sagrado. Cayo Calígula, el loco moral más loco del manicomio del Bajo Imperio, en un arranque de adoración hípica, nombró a su caballo "Incitatus" , Pro-Cónsul y Senador. Le construyó un palacio de mármol y pórfido, le cargó de collares y piedras preciosas y lo ponía a comer en mesa de marfil y oro y a beber vino de Falerno, en ánforas, cinceladas por un artífice corintio. No fue en un Packard de doce cilindros, ni en un raudo Clipper, sino en el lomo del desvencijado y hambriento jamelgo Rocinante, trotando por las enmarañados atajos y vericuetos de La Mancha, donde el inmortal Alonso Quijano, pretendió imponerle al hombre el culto del ensueño, de la lealtad y la caballerosidad, a despecho de Sancho Panza. El Sol cuando recorre las rutas del Zodíaco, es montado en su carro de oro, tirado por una cuadriga de caballos blancos y fogosos, llevando como automedonte a la Aurora, la de los dedos color de rosa como la califica Hesíodo, el poeta historiador griego. ¿Y acaso, no es en Pegaso, el potro alado y rebelde que domó Belerofonte, donde se eleva el numen sagrado del poeta, más allá de la eternidad? Fue, cabalgando en Belerofonte, que Alejandro, el Rey de Reyes, conquistó el mundo. Montando a Palomo blanco, cruzó los desfiladeros de la maravillosa cordillera de los Andes, el Libertador Simón Bolívar, el caudillo máximo de la libertad. Y Boves, el caudillo de la esclavitud, el asturiano valiente como el Cid, cruel y sanguinario como un tigre de la Malasia, lloró cuando vio muerto sobre la pampa trágica, lanceado, a su caballo Antinoe, bello y tan negro como la noche de su alma. Pero, bueno, nos dirán, con razón nuestros tolerantes lectores, ¿a qué viene toda esta bambolla espectacular, toda esta literatura ampulosa y ridícula?
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Les diré. Es que vamos a hablarles de un caballo inmortal también, aunque sea de nuestro tiempo. Vivía en Burende en el camino que va de Santiago a La Vega un viejo General de nuestra Restauración. muy respetado por su valor legendario, bien sentado. en un fundo donde murió trabajando la tierra. Sus únicas pasiones habían sido las mujeres, las armas y los caballos. Llegó a oídos de un maquiñón y tratante de caballos de Santiago de los Caballeros (que son los más ladinos y peligrosos como lanza en cuarto oscuro), que el viejo General Durán tenía interés en comprar un caballo de condiciones. Bañó con jabón de olor el que tenía, que a la verdad era bueno, lo aderezó con unapanó nuevo, lo ensilló y salió en él para Burende. llegando al fundo del General Durán con los claros del día, y allí encontró tomando café. al entonces Coronel Lilís. Se desmontó. saludando al General, sombrero en mano, quien le brindó también una taza de café de pilón, que es el más sabroso, y después que terminó de tomarlo, saborearlo y elogiarlo como es costumbre cibaeña. le dijo: -General, este es el caballo que Ud. necesita, se lo he traído porque es lo que se dice una bestia de hombre. El general sonrió a impulsos de una recóndita previsión. -Yo lo creo, mi hijo, pero a los hombres, a las mujeres y a los gallos, hay que toparlos pa vei si son buenos. Échalo pa allá. que lo quiero ver en el paso laigo. pa vei si es natural o joizao. y después échalo pa acá ai pasito. Mientras tanto el tratante, después de recogerle las riendas y moverlo para que viera que si atendía a la derecha, mejor atendía a la izquierda. lo tocó con las espuelas que estaban empapadas de trementina, para avivarle los brios, que casi los tenía apagados. Salió y cuando volvió puso las riendas sobre el pescuezo del animal y se cruzó los brazos para que él viera que tenía un paso por lo corto tan suave que se podía llevar un vaso de
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agua lleno hasta el borde, sobre los faroles y se botaba ni una gota. Se desmontó y dijo al General que lo registrara. El General le pasó inspección y declaró que tenía la color que a él le gustaba, la color rucio avispao. y el tratante le contestó: -Sí, general, rucio avispao, primero muerto que can-
sao. El General le examinó los cascos, buenos y parados como los de un mulo; las agujas secas, la cabeza. como a él le gustaba seca y huesuda, como la de los ovejas; la oreja chiquita y los ojos saicos. Le abrió la boca, frotándole con el dedo las barras de las encías. luego le retocó los colmillos. encontrándolos muy grandes. medio retorsíos y como limaos aposta. Y haciendo con la boca un signo de disgusto. le dice al tratante: -Mi hijo, puede que sea discosoi mio, pero esta bestia pasa de un cuaito de siglo. El tratante, que había seguido con inquietud toda esa inspección y no esperaba el asalto, le contestó sorprendido y nervioso: -Dispénseme, General, Ud. está equivocado, este caballo es nuevesiningo, es un potringo de náa. vea que todavía no ha pisao bestia. -Bueno... Pero ¿cuánto pides tú por él? -Porque se trata de Ud. se lo vaya dejai en ochenta pesos fueites. -No. mi jijo, yo te daré sesenta. y no de contao. sino de hoy en ocho... -Eso impoita poco. poique a Ud. se le pué vendei fiao hasta la Catedrai de Santiago. sin papeL Deme los ochenta y créame que es regalao. -Si no te lo miecan por ahí, vuelve por aquí, pero en las condiciones que ya hemos hablao y cerraremos el trato. poique uno debeetendeii los pies solo hasta donde le aicanza la coicha. El Coronel Lilís, que se había mantenido silenciosamente capcioso durante todo este diálogo, al ver partir al
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tratante hacia Santiago, se dirigió al General Durán, que en ese momento encendía un cigarro, y le dijo: -Si yo fuera Ud., General. lo cogía fiao, porque fiao, se puede dar hasta mil pesos por un gato flaco, y es barato...
EL GENERAL CUYAYA En la época trágica, pero sinceramente leal del inolvidable "Concho Primo" -que en gloria esté-, había dos arquetipos bélicos: el General de fuego, que se sacrificaba por su causa política. y el General busca-vida, prevenido. granuja. fanfarrón. chaquetero. sin valor personal ni colectivo. pero ricamente equipado para la traición y el utilitarismo. con un instinto de conservación perfecto ya que nunca se le veía pelear en la vanguardia sino allá en la extrema retaguardia. al pacífico abrigo de la impedimenta. donde para alcanzarle una bala tenía que ser buscapié o proyectil dirigible. con su nombre y dirección bien claro y preciso y hasta sin falta de ortografía. El General Cuyaya. que este era el nombre de nuestro hombre, era azul de nacimiento. pero creyendo que la candidatura popular de Casimiro de Moya arrollaría la de Heureaux, se pasó con bagaje. cuerpo y alma, para la de Moya. diciendo que esta candidatura era la de la gente. la de los dones. la de los blancos. ya que estaba cansado de conmilitar con la otra, la del negro Lilís. donde solo había gentuza y gedentina. Para justificar la traición a su partido, a impulsos de su fantasía bélica, solía de383
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cir. jactanciosamente. que cansado de pelear al lado de Lilís. no veía el camino del porvenir. -Le acompañé en el Sillón de la Viuda. en Porquero, en Las Lajas. en Playa Roca-Vía. etc .. ¿y qué he consegUido? Un triste grado de General de brigada. cuando debía ser Ministro de la Guerra y Marina... y hasta poco es... Después del pleito de Huaco Hondo. de _mina. de La Ceiba de Madera y del Guanábano. donde perecieron las primeras espadas de la Revolución. Lilís y Perico, le fueron atrás a Benito. quemándole el fondillo hasta meterlo en Juana Méndez. El General Cuyaya. quien tenía por lema que a los caídos y a los muertos sólo deben acompañarse hasta la puerta del cementerio. siempre previsor y práctico, técnicamente se traspapeló en un campo de Santiago. a esperar el curso de los acontecimientos. las noticias ampulosas y fantásticas. la reacción arrolladora de Casimirito y sus empavorecidos y heroicos conmilitones. Después de media noche. solía meterse en el pueblo a llenar hasta el trancajilo. las árganas de su fantasía y de sus quimeras, para repartirlas en los campos, sabiamente dosificadas. Esta labor subversiva. peligrosa para el Gobierno que tenía urgente necesidad de paz y de confianza política, social y sobre todo económica, llegó a oídos del General Perico Pepín. la más completa máquina de guerra y de lealtad que tenía el Gobierno en el Cibao, quien mandó a buscar al propagandista, amonestándole, amenazándole y advirtiéndole que no se olvidara, "si quería seguir resollando", que él tenía la muñeca muy pesá y era hombre responsable, que le convenía amarrarse la lengua porque un día anochecía en su casa y amanecía en el cementerio. El General Cuyaya se defendió como gato boca-arriba, con notable habilidad política, aparentemente sincera y viril, diciéndole al Gobernador que si era verdad que él era afecto al Gobierno, era sincero y buen amigo del Ge-
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neral Lilís, a cuyo lado había corrido los más grandes peligros: "pues siempre peleamos codo a codo". decía. Apenas pasó una semana, cuando una noche llegó repentina e inesperadamente Lilís a la Gobernación de Santiago, acompañado solamente de dos de sus Ayudantes Militares. entrevistándose con el General Perico, quien le informó detalladamente del clima político de la Provincia bajo su autoridad y de la actitud subversiva del General Cuyaya. -Bueno -le dijo Lilís- mándelo a buscar temprano y dígale que vaya a verme donde Papatón. que quiero hablar con él. y en efecto, apenas aclaró el día. el General Cuyaya fue a ver al Presidente. quien lo recibió con un cálido y sincero abrazo político. digno de Nicolás Maquiavelo, diciéndole: -Cuyaya. dos lomas no se juntan. pero dos hombres sí, y sobre todo sin son amigos como tú y yo. Siéntate que tenemos que hablar. Una vez frente a frente, el Presidente le preguntó: -Dime. Cuyaya. ¿qué te pasa conmigo, que he sabido que tú estás todavia pensando en Casimirito? ¿Tú no sabes que este está muy tranquilo en Turquilán, queriendo entenderse conmigo? Déjate de caballás y no me toques más cuyaya con sordina, porque eso puede causarte un conflicto serio, muy serio. Toma. déjale eso a la Doña, y prepárate. que a mi regreso de Puerto Plata. donde vaya amarrar unos cabos. te vas para la Capital conmigo, porque te necesito. toda vez que tú eres un hombre Leal, Laborioso y útil para todo...
El General Cuyaya, que era más traidor que Judas Iscariote. más complicado que Fouché, más chaquetero que Talleyrand. se había calado para la entrevista con el Presidente, unos espejuelos negros. y Lilis. que era un psicólogo formidable. se dio cuenta de la maniobra. y le dijo: -Pero. Cuyaya. ¿dónde conseguiste esos espejuelos tan prietos y tan bonitos? Este sol me tiene los ojos co-
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mo dos tomates italianos. ¿Quieres prestármelos para ver cómo me quedan y encargar unos similares a Sto Thomas? y calándoselos, dijo: -Ve, si son frescos como la nieve. -Presidente, si a Ud. le gustan y los necesita, quédese con ellos, yo se los regalo con mucho gusto. -Gracias, Cuyaya, muchas gracias, yo encargaré otro de Sto Thomas porque aquí no se consigue esa clase de joyas. y mientras se ponía y quitaba los espejuelos, le metía los ojos de felino, nictálope a los ojos del chaquetero Cuyaya. La madrugada del regreso de Lilís para la Capital, ya listo a montar su mula, mientras daba sus últimas instrucciones políticas al General Perico, este mirando a Cuyaya en su bestia, con un sable de espejito colgado a la espalda, a la manera cibaeña, no pudo contenerse y le dijo a Lilís: -Presidente, ¿en qué quedó Ud. con este vagabundo? -Ya nos entendimos -contestó Lilís. -Pero no olvide que este chaquetero es un traidor. -Sí, pero ahora está de buena fe, en cuerpo y alma conmigo. -¿Y cómo lo sabe usted? -Porque ya yo le quité con maña los espejuelos prietos, para poderle ver el blanquisai del ojo, y lo tiene limpio.
LAS PÍLDORAS DE ZOCOTÓ
Creemos que una ciudad por grande que sea. sin tertulias es como una estatua de platino con ojos de esmeraldas. zafiros y brillantes. pero sin espíritu. Las tertulias son los filtros y drenes de los conglomerados sociales. ya sean estas. serias o jocundas. sabias. frívolas o analfabetas. En el siglo pasado y en una parte del presente tuvimos tertulias pintorescas e inolvidables. Por el Mondongo. como llamaba nuestra aristocracia. al bario donde estaba el antiguo Matadero. teníamos la tertulia de Hilario Espertín. con cuyos miembros se fundó la Benemérita Sociedad la Filantrópica, que tenía como misión piadosa y sagrada. enterrar las víctimas de la terrible pandemia de las viruelas africanas. un azote de la Capital. en el mil ochocientos ochentidós. La tertulia de Periquito Ramirez y la del platero Juan Lamerce. en la Cruz de Regina. La de los bajos del Vivac. integrada por los hombres de más prestancia intelectual. pero que desplazada por circunstancias imperativas del progreso. fue a refugiarse. algo mistificada. en la única librería que teníamos en esa época. la libreria de los honorables Hermanos García. 387
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La tertulia hipocrática de la Farmacia Central, del caballero don José Mieses. presidida por el Doctor Alfonseca de París, el discípulo brillante de Galeno, cargado de rarezas, y de bondad. La del inolvidable barbero Lechuga. tan inconscientemente ingenioso. pero siempre amable y sonreído. La Tertulia de Don Higinio Páez, el laborioso y heroico precursor del néctar soda y la cerveza fría. La del larguísimo y honradísimo Albencí Vinet. el amolador y genial fabricante de los famosos trompos de caoba, el eterno e incorregible cazador. siempre frustrado. La de las Cuevas de las Golondrinas, la del bondadoso y filantrópico puertorriqueño don Ramón, donde anclaban a la caída de la tarde de arribada económicamente forzosa, buscando un puerto propicio. los fatigados por la crueldad de los años y atormentados por la dolorosa miseria de la vida. una humeante taza de café o un jarrita de jengibre con canela, que es un tónico cardíaco de primera calidad. La del no menos bondadoso. laborioso y honesto Papá Juan, que fumando su narguilí, era la bitácora de la colonia siria. quien le daba consejos y rumbos ciertos al templo de Mercurio, el patrón de los buenos mercaderes. La del Petit Riché, integrada por horacistas. mil por mil, pasionales, leales. responsables, por los arquitectos de aquella Era trágica, los que tenían como lema de su bandera de combate, Horado o que entre el mar. La del Parque Duarte. que era un laboratorio infatigable de propagandas geniales. La del Parque Colón, al pie delladino y ya completamente cardíaco reloj público de los tiempos de Buenaventura Báez, integrada por elementos químicamente normalistas. enemigos de Lilís. La otra, en el mismo parque, frente al Palacio Municipal, compuesta por elementos horacistas, patológicamente vehementes y fusilómanos. La tertulia de la fábrica de cigarrillos "El Siglo XX", del inolvidable caballero don Joaquín Peguero. Tertulia que era algo así como una mesa revuelta, compuesta de elementos heterogéneos y policromos.
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de todos los colores y todas las categorías sociales, por galleros, políticos, literatos y propagandistas infatigables e incorregibles. La tertulia de la Farmacia Logroño, integrada por intelectuales, intelectualoides y comerciantes honestos y pacíficos. La del inolvidable amigo Malú, frente a la estatua de Colón, en la cual se promiscuían, en una cordialidad familiar y tropical, aristócratas con demócratas, cabos con sargentos, ministros con gobernadores, todas las tardes a jugar tablero y a tomar café, a comer dulces criollos, de sabor puramente folkórico. Frente al cafetín el inteligente Malú, quien estaba siempre tocando su guitarra anda1uza con supremo arte, sonora como un arpa, adornada con cintas policromas y escandalosas como la de una suripanta. Como hacía muchos días que Lilís no veía a su distingUido compadre Malú, paró su brillante coche en la puerta del cafetín y le preguntó al rechoncho Pié, encargado del jueguito de dao corría: Dígame, Pie, qué es de mi compadre Malú, que hace más de dos semanas que no nos vemos. -Presidente -le contestó Pié- su compadre Malú está mal, pero muy mal de salud, con un paludismo que lo está acabando. LUís se dio cuenta de que el quebranto de su compadre era puramente económico, y le contestó: -Está bien, jefe Pié, dígale a mi compadre, que yo iré a verlo a la salida del Palacio. Apenas el Presidente dobló la esquina del café la Diana y entró en el Palacio, Pié le mandó un expreso urgente a Malú, diciéndole que se preparara, que el Presidente iba para allá como a la una.
Malú colocó un centinela perdid/), de su confianza, en la cuesta de San Miguel, y otro en la puerta de su casa, con instrucciones militares rígidas. Lilís puso proa a la cuesta de San Miguel, en su brillante coche tirado por un fogoso caballo americano lla-
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mado San Marcos, que resoplaba y largaba chispas de sus enormes cascos herrados. Súbitamente perdió su tranquilidad habitual el pacífico y silencioso barrio. El Presidente le preguntó a su comadre, después de saludarla respetuosamente, cómo estaba su compadre Malú. Ella le contestó, notablemente afligida: Asi, así, un poquito aliviado. ¿Ud. quiere verlo? Y pasó al aposento del enfermo. Lo encontró tiritando de calor, y estaba muy sudoroso, como si se hubiese dado un baño turco. Lilís lo llamó y él sacó la cabeza por debajo de la frazada, le cogió el pulso y le dijo con la seguridad de un galeno: está sudando de a verdad. ¿Y quién es su médico, compadre? -El mismo que lo cura a usted, compadre. -Hombre, me alegro, porque ese sí sabe curarnos a nosotros y a los gusanos por las huellas. Yo le traigo aquí unas píldoras de zocotó, que son un cuchillo para esas calenturas con frío; y metiéndose las manos en el bolsillo trasero del pantalón, sacó un rollito de libras esterlinas, nuevecitas, las que colocó debajo de la almohada del enfermo, diciéndole: -Tómese media al día, y si se acaban veremos a ver si es posible repetir la dosis, porque esa clase de píldoras se hacen muy difícil conseguirlas. Apenas salió el Presidente, el enfermo partió en dos el rollito de píldoras de zocotó, las que rodaron refulgentes por el piso. El enfermo votó la frazada, se arrancó el pañuelo que tenía amarrado en la cabeza, las plantillas de sebo y ruda que le habían puesto en los pies y la de sebo con café molío en la frente, por indicación del médico de Lilís, gritándole a su señora: -Mira fulana, coge una de las píldoras de zocotó, y manda a comprar una gallina gorda y en la pulpería de la esquina, media botella de Vermouth, legítimo, que esta misma tarde me voy pa bajo, aunque lluevan burros aparejaos...
LA ESPADA DE HONOR Para William Penson, mi animador y colaborador.
Aquí en la capital, cuna de cortesanía, se constituyó un Comité General, con el propósito de recabar fondos para obsequiar al Pacificador de la Patria una espada de honor, con empuñadura incrustada de piedras preciosas. correspondientes al número de combates librados por el héroe de Porquero y el Cabao. Precisamente en ese mismo año, 1897, de infeliz Loincidencia. el Estado lanzó la memorable y super abundante emisión de los llamados pesos azuanos o clavaos. Ocupaba la Comandancia de Armas de Almacén del Yuna, el valiente General López. amigo íntimo y sincero del Pacificador. El Comité Ejecutivo se dirigió al General López, recabando su valioso concurso pecuniario para llevar a feliz término tan elocuente proyecto; que en espectacular ceremonia debían colocar el joyante acero al cinto del héroe, en una de las fiestas patricias de ese año. ya que el insigne guerrero había llegado al clímax de su tiranía. 391
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El General López contestó al Comité Ejecutivo, en una epístola que calificaremos de tiberiana, no por lo breve, sino por lo concisa y sincera, expresándole en un certero y delicado final, que remitía bajo sobre certificado, cien pesos para la espada y cincuenta pesos para la vaina. ¡Oh! designios inescrutables del destino, como diría Fernando Arturo de Meriño, ese león majestuoso, con bácula y mitra, nacido en Antoncí, que cuando ocupaba el ambón de la cátedra sagrada, conmovía las columnas y el cimborrio de nuestra Basílica; y cuando ascendía a la tribuna política, temblaban Senado y Capitolio. Esta espada de honor, ya sin honor ni piedras preciosas, fue a parar a la gaveta polvorienta y hedionda a cucarachas de una casa de empeño de Puerto Plata, cuna del héroe.
LA PRUDENCIA
La prudencia en el Olimpo griego, es una Diosa alegórica. Fue la primera esposa de Júpiter, el polígamo Júpiter. Se le representa con dos rostros, mirando al pasado y al porvenir. Junto a ella está un pájaro nocturno y un libro que puede ser El Príncipe, de Maquiavelo -un reloj de arena, símbolo de la circunspección. Corrían los primeros meses del gobierno platónico del General y republicano Don Francisco Gregario Billini, de Gallito, como le llamaban sus amigos. Conforme al espíritu de su programa, la capital era un pandemonium político.
Todos los azules, los rojos y los cesaristas estaban tácitamente de acuerdo, en cuanto a lo que había que hacer, esto es, romperle el pescuezo al negrito de Puerto Plata. El único que no pensaba y que no permitiría esa fechoría, era el noble Gallito, quien era tan leal, como valiente, y generoso. Una tarde, a eso de las tres, venía Lilís por la calle del Comercio, de sur a norte y divisó lejos, allá por el viejo Hotel Francés, el de Musieu Philipó, los bigotazos del General Cesáreo, quien se dirigía de norte a sur, acompa393
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ñado del pundonoroso Don Eustaquio Ducoudray, su Jefe de Estado Mayor. Lilís, apenas le vio, se metió en la tienda de su amigo Don Manuel Sánchez. Después de saludarle afectuosamente, Don Manuel le dijo: -Qué extraño, General, ¿Ud. por aquí a esta hora y solo? -Déjeme esconder aquí, que por allá viene el Jefe Cesáreo, que es un hombre de mucho ácido: y si me ve, me mata y yo no quiero morirme por ahora, sino cuando Dios me necesite: aunque puede ser que el Señor lo llame antes que a mí: mis amigos. como Ud. deben cuidarme. Cinco minutos después, pasó el General Cesáreo por la misma acera de la tienda de Don Samuel Sánchez, sin darse cuenta de que tenía el tigre real de Puerto Plata, tan a la mano. tan cerca de sus garras retráctiles y de sus potentes mandíbulas, en las cuales calló para siempre, tan heroico, tan dignamente. suicidándose a las orillas del arroyo Orégano. con la última cápsula que le quedaba a su revólver...
EL ARAGUATO Creo que ya hemos dicho en otra ocasión, que "en la voluntad de perpetuación del genio de la especie", como califica el amor, el filósofo pesimista Arturo Schopenhauer, rige, manda, y domina, la caprichosa y casi siempre ilógica ley del contraste. A los morenos los dislocan las blancas; a las rubias, los mulatos, a los gordos, las flacas como varas de matar gatos; a las flacas, los cebados y atiborrados; a los gigantones, las mujercitas quiquiriquí; a las mujeres virtuosas. los vagabundos redomados; a los catones, las Mesalinas; a las intelectuales. los amentales y animales; a las feas, los Adonis; a los Adonis, las cacatúas. Venus. la hembra más bella y hermosa del Olimpo, la apasionada y ardiente Venus. le entregó su amor, su corazón y su cuerpo armonioso, perfecto. al viejo herrero. feo y cojitranco Vulcano. El ideal y soñador Don Quijote de la Mancha, se volvió loco, pensando en la espesa, grasosa y maloliente maritornes Aldonza Lorenzo, la Dulcinea del Toboso. Y qué nos dicen de la locura de Otelo. el Moro de Venecia, por la dorada veneciana Desdémona. Y de Anatole France. el filósofo-poeta, 395
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matrimoniándose. deslayadamente. con su estúpida ama de llaves. Por el año 1887. cuando la satrapía de Lilís comenzaba a templarse. había cierto Delegado del Gobierno. que más que un ser humano. era Utl Araguato. pálido como la evocación de un sueño lúgubre. color peculiar de quien se ha criado con agua de laguna. tan lúbrico como el simio de las orillas del río ürinoco, que duerme armado, lanza en ristre. en previsión de que le gotee una dulcinea. Para aquel Monocongo analfabeto. cruel y repulsivo. el programa civilizador del Gobierno, consistía en el despojo y plan de su sable; y en cuanto a la moral social, en el derecho medieval de vidas. haciendas, y sobre todo, de pernada. De aquí que se enamorase con la furia de un chimpancé, de una circasiana perteneciente a una familia honesta y virtuosa. de una de las secciones del Departamento bajo su autoridad. La persecución de esta bestia humana fue tan insolente. descarnada y grosera, que obligó al padre de la virgen, a venir a la Capital, a quejarse ante el Presidente. quien le atendió debidamente, prometiéndole poner coto a los desmanes y pretensiones del pálido Araguato; yen efecto. le invitó venir a Palacio, para comunicarle que el Gobierno necesitaba trasladarle a otro Departamento. -Cuando Ud. esté listo, venga a verme antes de partir, porque tengo que aconsejarle algo que nos conviene a los dos; pero no venga a Palacio, sino a mi casa. Cuando el Araguato llegó. Lilís salía de su mansión. y ya en la puerta. le dijo; -Hay tres cosas que nosotros los negros debemos saber. -¿Cuáles son. Presidente? -Saberse enamorar. saber ser viejo y saberse morir, porque de lo contrario, estamos perdidos y nos llevará el Demonio. Buen viaje y cuídese para que no se malogre.
EL TRAMOJO
El General Perico Pepín, Gobernador Civil y Militar de la Provincia de Santiago de los Caballeros. le escribió una carta a Lilís diciéndole que sería bueno que fuera por allá porque había olido un cuencuén entre los dones, y era necesario atajarlo a tiempo. antes de que cogiera cuerpo... Lilís. que consideraba al jefe Perico como su máquina de guerra más completa y más leal, montó a caballo esa misma noche. y sin más compañía que la del expreso y práctico. salió para el Cibao. pensando que se trataría de algo importante o de algo grave... SegUido que llegó a Santiago por sorpresa. conversó con Perico. quien le informó que debido a cierto impuesto. el comercio (¡siempre el comercio!) había delegado su protesta en un don que era amigo leal del Presidente. Lilís le mandó una tarjetita particular. suplicándole lo recibiera al oscurecer en su oficina sin ningún acompañante... Lilís se le presentó solo, y con sombrero en mano lo abrazó y le preguntó por la doña y por los muchachos. -Yo he venido solamente para que usted me diga con franqueza qué es lo que pasa... 397
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El don principió a razonarle y comenzó a excitarse económicamente. que es lo único por lo que se excitan los comerciantes, llegando a un clima demasiado caliente y casi ofensivo para el Gobierno. Lilís guardaba silencio con su característica prudencia. esperando el final de aquel desahogo, y cuando terminó. le dijo: -Bueno. mi Don. sus razones serán atendidas como Ud. merece. porque yo no puedo ni olvidar que Ud. es uno de mis leales y oportunos amigos del 86; usted. en verdad. no me ha dicho perro, pero me ha enseñao el tramoJo...
UN CONSEJO
Don Manuel María Gautier, el único estadista que tenía a su lado Lilís, le aconsejó que al Gobierno había que uniformarlo para darle más dignidad y respeto; de aquí, que el Presidente pidiera a Madrid un sastre militar. A Francia pidió los bastones de concha con puño de oro, ya que el Gobierno tenía en abundancia las llamadas libras esterlinas, tan amargamente recordadas. En aquel 27 de febrero, la Capital entera ocupó las cuatro bocacalles e inundó la plaza de Colón para ver los uniformes de Lilís. Hubo un viejo que en un arrebato de idolatría política, dijo: Mírenlo, si parece un francés... -haitiano... -le contestó un chusco moyista... Más tarde, Lilís -que tenía acurrucado en el subconsciente la invasión de Haiti-le compró, (creo que a Inglaterra) tres cruceros de guerra: "El Restauración", buque insignia, como exvoto de respeto al Gral. Luperón, "El Independencia" y "El Presidente". Don Manuel María, cuando supo que había llegado la flotilla, díjole: -Yo le aconsejé que armara al Gobierno, pero no estoy de acuerdo con la compra de esos barcos, porque 399
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nuestra hacienda es pobre, y usted lo que necesita son fuerzas de tierra. -Así es, Don Manuel; pero eto no epa nosotro, eto epa lo mañese, que en cuantico ven barco junto, se derrotan.
UNA FÁBRICA DE SOMBREROS Para Pichán Vallejo
Tenía el General Lilís un amigo y compadre que él estimaba mucho, por su lealtad, pero que tenía la obsesión de las fábricas, uno de esos imaginativos, un fantaseador, incorregible, pero carente en absoluto del sentido práctico; de aquí que todo lo que emprendía, fracasaba. Esta vez le cogió de lleno con montar una fábrica de sombreros al vapor, para hombres, mujeres y niños, pues tenía la completa seguridad de que dentro de un par de años, a lo sumo, sería multimillonario. Confiado en el éxito de su fábrica, se adelantó a ponerle el nombre de "LA FE Y ESPERANZA". La fe que es la primera de las virtudes teológicas que nos permite creer sin comprender las verdades que nos enseña e impone la iglesia. La esperanza, que nos enseña a esperar, algo vaporoso, inefable e intangible. Cuando llegó el primer vapor (uno de aquellos presidios flotantes de la Compañía Clyde) sacó pasaje con destino a la Capital, para entrevistarse con su compadre LUís, a quien iba a interesar en el fabuloso negocio de la fábrica, como socio comanditario, a fm de que también se hiciera multimillona401
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rio. Apenas llegó al antiquísimo Hotel "Ambos Mundos". don Vicente Fernández, famoso por sus cocidos a la madrileña, muy recargados de los indigestos chorizos extremeños, y sus sabrosísimas tortillas con petit pois. a la francesa, le escribió una tarjeta a su compadre Litis, suplicándole encarecidamente, le concediera una entrevista en su casa particular. a las tres de la tarde. para tratarle de un negocio en el cual se harían muy ricos. Cuando su compadre Lilís leyó la tarjeta, echó un pujío y dijo: qué clase de empresa traerá metido en la tusa mi compadre, y le contestó dándole una cita para las tres de la tarde. A las tres. con una puntualidad digna de la muerte. subía la escalera de la casa presidenciaL el presunto dueño de la fábrica de sombreros. Saludó cariñosamente a Mama. la vieja santomera, cocinera y ama de llaves. suplicándole decir a su compadre Lílís, que él estaba a sus órdenes. Dos minutos después, se presentó Lilís en bata de baño y gorro colorao haitiano. recargado de abalorios y una borla giratoria, de seda azul. Se abrazaron con efusión cibaeña, cándida y ardiente, destocóse como un signo de respeto al sacramento, después de preguntarle por su comadre, y le invitó pasar a la sala de recibo. -Dispénseme dos minutos, mientras me cambio toitico estos estrebejos. Después de un introito muy laborioso y utilitarista. le planteó a su compadre un negocio colosal que sería la fábrica de sombreros FE Y ESPERANZA. en Puerto Plata. Litis, que sabía que su compadre sufría. hacía tiempo, de un fucú ultravioleta, con la cabeza baja. simulando un profundo sentimiento. le dijo: -Yo le vaya ayudar como siempre. porque Ud. es mi compadre, y amigo leal. pero perdóneme que le diga: compadre Ud. tiene una suerte mala. atravesá, que si establece una fábrica de sombreros. los muchachos van a nacer sin cabeza, y figúrese lo que sería eso, cuando con cabeza no pueden aguantarlos en Puerto Plata.
NO MENEALLO
La técnica del espionaje de Lilís, era una cosa maravillosa, casi genial, él sabía lo que pasaba en la República durante el día y la noche, pero de una manera tan discreta y sutil, que nadie podía sabelr quiénes eran sus espías ni sus espiados; en esa materia, le daba mano y muñeco a Fouché, el Camaleón, al ministro de lo Interior del emperador Napoleón Bonaparte. Estaban un 25 de febrero en un cafetín de la capital, dos o tres jóvenes discutiendo acaloradamente, las virtudes y defectos de los padres de la Patria. Esa misma noche se entera Lilís por su espionaje, de aquella intempestiva y antipatriótica discusión, y al día siguiente citó a los muchachos para que comparecieran a su despacho del Palacio de Gobierno. Cuando se anunciaron, el Presidente fue personalmente a recibirlos con su cortesía temperamental, y después de sentarlos en un sofá y sentarse él junto a ellos, les dijo: -Yo no les he citado como Presidente de la República, sino como un buen amigo. Uds. saben, jóvenes, que en mi gobierno todo el mundo tiene derecho a pensar y opinar lo que quiera; pero permítanme darles un consejo 403
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respecto a la discusión amarga e inoportuna que sostenían anoche. antevíspera del día de la Patria; no meneen más el altar. porque se me caen los santos; y Uds. saben que son los únicos que tenemos. No olviden que la madre. la Patria y la religión hay que acatarlas tal como son...
UNA CALDERA En las postrimerías del gobierno de Lilís, se encalló o lo encallaron, en las costas del Este, un vapor llamado EL VESTA, que llevaba para el Continente, de todo, absolutamente de todo, era algo más que el Arca de Noé, no recordamos si era de nacionalidad inglesa u holandesa. Cuando uno preguntaba, por reloj, dónde lo había conseguido, unas cajas de arenque o una máquina de coser, le contestaban, del Vesta. La carga del Vesta lo invadió todo, a tal extremo llegó la cosa, que de un balcón a otro balcón, una señora le preguntó a la madre de otra señora que estaba en trance: ¿Doña Fulana, ya llegó la cosa? Sí, hija, es una niña preciosa y grandísima, se la trajeron en el Vesta. El Vesta inundó de féferes la República. La caravana camino al Vesta era pintoresca e inacabable. Hasta el mismo Presidente fue contagiado de la pandemia del Vesta, y al efecto ordenó que le remataran la caldera para colocarla a un lanchón que estaba anclado en el río Higuamo. El ingeniero mecánico, embarcó en el "Estrella" y vino a ver al Presidente, para informarle del cataclismo de la caldera del Vesta, que era un vapor de miles de tonela405
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das. Que necesitaba dos buzos y no sabemos cuántos hombres y aparatos. El Presidente le oía pacientemente y cuando terminó, le dijo: -Mire Maestro, los que se ahogan vienen a parar a la tierra; dejemos la caldera, que ella es del agua y al agua ha vuelto, ahí está mejor que en la lancha.
UN COCHERO Pavín, el cochero particular y de suma confianza de Lilís, estaba enfermo y con ese motivo, le mandó un suplente. A la una, cuando el Presidente lo dejaba a la puerta de su casa, le dijo: Venga a buscarme a las seis, que tengo qué hacer, no se olvíde, se lo repitió tres veces. Las seis de la tarde, las ocho, las nueve, daban las campanas de la Catedral, cuando se presentó el automedonte, temblando de miedo, pidiendo perdón a Lilís. -Está bien -le dijo el Presidente-, la culpa no es de Ud. sino mía, sabiendo que uno no debe cambiar de bueyes. Yo sé que todos los cocheros no son sinvergüenza, pero que hay sinvergüenza que se meten a cocheros. Váyase y dígale a Pavín, que no lo mande más a mi servicio.
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EL GENERAL BARBA CUFÁ Llegó a la casa presidencial de Lilís, uno de sus gobernadores del interior, muy leal, pero muy nervíoso e impresionable, y después de saludarle, le preguntó Lilís: -Dígame, mi jefe, ¿cómo está eso por allá? -Malo, muy malo, Presidente. -¿Cómo así, mi jefe? -Oh y Ud. no sabe que el general Barba Cufá, le ha dicho a los enemigos del gobierno, que él será el Presidente de cualquier manera. Él está casi, casi, con el sable amarrao... Yo creo que Uté debe irse hoy mismo conmigo, en el vapor "Restauración", con doscientos hombres de tropa de línea, y dos cañones, y llegarle de golpe. -No se preocupe -le dice Lilís- que Barba Cufá, no es un General de tiros, nunca ha asistido a una tirada de palomas, que es la menos peligrosa en materia de carabina, él no es capaz de sacar una gata a mear. Yo sé que a él le gusta mucho ellocrito de cabeza de vaca, pero le tiene un mieo paría a los ojos; y Ud. sabe, jefe, que el hombre que le tiene mieo a los ojos de la vaca, no come locrio de su cabeza. Váyase tranquilo, jefe, que yo lo sé to, que cuando yo vea allá al General Barba Cufá, le voy a dar un susto que va a mal parir... 409
¿EXPEDICIÓN PUNITIVA? .. Algunos de nuestros historiadores afirman que Lilís hacía tiempo que se preparaba para conquistar por medio de las armas, la República de Haití, para convertirse, como lo había hecho el negro emperadorzuelo Soulouque, célebre por sus tonterías, vanidad y sobre todo por su crueldad. De la autenticidad de esos proyectos no se conserva ninguna referencia personal, que se sepa, ni siquiera de expansión en la intimidad en relación con ella, ni un vislumbre tampoco en las anécdotas, según expresa un notable y para nosotros muy admirado historiador. En el año 1899, nos contaba personalmente Don Alejandro: fui llamado por el General Lilís mes y medio antes de su muerte. Apenas hube llegado, dado el estilo, a eso de las cuatro de ese mismo día, montamos en un coche y fuimos a la puerta de la Fortaleza. Después de los honores correspondientes pasamos los dos a visitar las cuadras de los mulos de que disponía para la conducencia de la artillería de montaña. Pasamos luego al Parque y uno a uno me fue mostrando todo su equipo bélico. Al terminar me dijo: 411
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-Frersito, ¿cómo encuentra Ud. esto? -Magnífico. Frer. pero todavía hay que reforzar más. Pensaba yo que se trataba de enseñarnos las mandíbulas y las garras que tenía bien afiladas. a nosotros. Al dejarme en casa y darme la mano. me la apretó y me dice muy bajito. al oído: -Mañana lo espero en casa a las tres. no se olvide, que tenemos que comernos. nosotros dos solitos. un barril de sal de Neiba. puñao a puñao... Cuando llegué, ya hacía minutos que me aguardaba y pasamos seguido a su habitación privada. Nos sentamos frente a frente y principió a hablar. -Yo lo he mandado a buscar. porque tengo la intención de que le vayamos a Haití. Mi propósito es ir sobre el Príncipe. en una operación rápida. y al efecto tengo preparado un plan. Las fuerzas del Sur o sea la Media brigada de Neiba. el batallón azuano. el de Baní, el de San Cristóbal y toda la tropa de línea de la Capital, nos ponemos en cuestión de horas frente al Príncipe; pero. para realizar esta operación, necesito que Ud. y el General Guelito. con toda la tropa del Cibao, me amenacen y pongan sitio al Cabo. Me decía Don Alejandro. que lo había dejado hablar. descargarse. mientras con imperturbable calma encuadernaba. mentalmente, lo que debía contestarle, pues había notado que mientras Lilís hablaba se le iluminaba el rostro de euforia. -Bien. le contesté -sigue diciendo Don Alejandro-. Ud. sabe que yo estoy a sus órdenes. en todo sitio y en todo momento por serio que sea. Pero esto tiene una magnitud que Ud. tiene y debe pensar con calma. dada su índole política. militar. social y económica. Madure este asunto más a fondo, para que no pueda fallar una sola ficha del ajedrez. Y cuando ya esté en su verdadero punto, Ud. me transmite sus órdenes, que serán cumplidas. Lilís aceptó mis razones y me dejó partir. que era lo que yo quería. sacándole así el cuerpo a tan enorme res-
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ponsabilidad histórica, ya que él no intentaba ninguna acción punitiva contra la soberanía de nuestros vecinos, en cuyas venas coma un porcentaje de su propia sangre, ni tampoco deseaba emular al negro emperadorzuelo Su Majestad Faustino 1, porque si era verdad que él era hemofágico como Soulouque, no era en cambio, ni tonto ni mucho menos vanidoso. Su castigo estaba dirigido directamente a la Aduana del Cabo Haitiano, su obsesión, como único medio de solucionar la grave trombosis económica que lo tenia desorbitado, casi loco, al extremo de que poco tiempo después, lo llevó al suicidio, pues no otra cosa fue, la tragedia del 26 de julio del año 1899, en la heroica ciudad de Moca. Terminado de haberse comido el barril de sal de Neiba, puñao a puñao, Alejandrito tomó de la mesa de noche de Lilís, dos libros: El Príncipe, la Biblia de Maquiavelo, y Amalia, la novela histórica de Mármol. Ojeó el primero, encontrándolo bien marginado, y luego la novela Amalia, preguntándole: -¿Para qué lee Ud. este libro? -Para organizar bien el espionaje de los enemigos. Alejandrito le contestó con gracejo: -¿Y también el de los amigos? -Todo pué ser... Y se despidieron para no volverse a ver más...
EL ÚLTIMO VIAJE Estos datos sobre el General Lilís, recogidos por el caballero Don Aníbal Roldán, ex-teniente de artillería del Crucero "Restauración", el buque insignia de la armada nacional, y transmitido por nosotros, los publicamos por considerarlos históricamente útiles; y porque dejan constancia del temperamento, la serenidad y el valor de ese hombre superíor. Habla Roldán: Cuando llegamos a Sánchez, en el Crucero "Restauración", con el General Lilís y su Estado Mayor a bordo, el General no demostró en la travesía de la Capital a la bahía de Samaná, ninguna inquietud por lo que él sabía que estaba pasando, más bien estaba animado, ya que siempre confió en su valor. Cuando el "Restauración" fondeó en la bahía, un poco distante del muelle de Sánchez, el General Lilís se dispuso a bajar del Crucero para ir a Sánchez y seguir por tren expreso para la ciudad de La Vega. Al despedirse del Comandante (que lo era en ese momento, Don Gerardo Jansen, Jefe de la Armada Nacional) le dijo: Comandante, ahí le dejo mi Estado Mayor para que lo lleve a Puerto Plata y me esperen allá. 415
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Después de bajar del Crucero y ya sentado en la Falúa, listo para seguir a Sánchez. divisaron un bote que venía a todo remo, sobre el Crucero. El General, con marcada calma le dijo al Oficial que mandaba la Falúa: No despegue. esperemos la llegada de ese bote, para ver lo que trae. Al llegar al bote con el comandante del Puerto de Sánchez, a bordo. le entregó al Presidente un telegrama urgente. que le dirigía desde La Vega, su compadre el General Zoilo García, gobernador de aquella provincia, el cual decía así: General Heureaux, Sánchez. Procure entrar al Cibao bien resguardado, porque en Moca no están las cosas muy favorables para Ud. -Le abraza su compadre Zoilo García. El Presidente leyó el telegrama dos veces y no pronunció ni una sola palabra, pasándolo a su Secretario Guarín González. quien lo acompañaba junto con Demetrio Rodríguez. Cuando Guarín leyó el telegrama, mostró sorpresa y volviéndose al Presidente le dijo: Pero General, y a pesar de la advertencia que le hace su compadre Don Zoilo, Ud. va a dejar su Estado Mayor. Lilís le contestó, mirándole caracterizadamente: -Sí, ya lo dije. y no vuelvo atrás. Ahora, el que tenga miedo que compre un perro.
De Sánchez salió para La Vega, de esta ciudad pasó a la de Moca. En esta ciudad terminó su tormentosa carrera política. Allí se enfrentó a la tragedia: sucumbiendo heroicamente, combatiendo con la majestad y el valor de un león.
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CANDÉ
Es bueno que hagamos una biografía sintética de Candé, y así reajustaremos su origen, sus virtudes, bondades, vicios y defectos. Por la línea paterna, era Candé hijo irregular de un negro haitiano llamado DIFÉ, porque comía candela, como un fakir. Difé era grandísimo, patizambo y lúbrico como un gorila y hacía años que vivía regaladamente en los montes del Guanábano, padreando como un burrojechor entre yeguas y potrancas finas, curricaneando de atajo en atajo, tratando de no dejarse ver nunca, porque parece que tenía en la Justicia una soga a rastro. Siempre ripioso y maloliente. Con un bastón bacular en la diestra, con su indispensable petitpot UarritoJ, símbolo de su esotérico sacerdocio, con un collar de tusas secas en el pescuezo y su enorme mitra de pasas amarillas en la cabeza, daba la impresión de un Pontífice del vodou. Por la línea materna, Candé era hijo de una rubia forzada, envfjaá, natural de las islas de Barlovento, feísima por cierto, pero hermosa y armoniosa como una Venus, a quien Difé consiguió durante una de las zafras del In417
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genio de Agua Dulce. De este concubinato antropológicamente estrafalario y libidinoso. vino al mundo el resonante Candé, complicado y peligroso ejemplar del hibridismo tropical. Candé no era propiamente un brujo ni un malvado. sino simplemente un granuja. un haragán. que vivía de rancho en rancho. asechando traguitos de café y sancochos regalados. esperando en los velorios las salidas de los rincones para jartarse como un Buquí. Lo que sí parecía cierto, era que Candé poseía el don de estar en todas partes sin ser visto. y además el don proteico de la divinidad marina. o sea de cambiarse a discreción enjacho encendío o enjacho apagao; en guaraguao o en lechuza; en gato o en perro con peste. Así lo afirmaban todas las secciones. Era costumbre de Alejandrito. pasarse la estación del calor en un fundo que tenía su familia del otro lado del río Soco. Un día a eso de las tres de la tarde. estando Alejandrito acostado en su hamaca releyendo las Vidas Paralelas de Plutarco, le llegó de improviso. por detrás del rancho. el Alcalde de la sección. quien parecía que estaba en zafarrancho de combate. Traía un brogó. con su cartuchera en bandolera. un revólver francés de pistón y argolla de la época de Ferrand. una correa de cápsulas medio mohosas y un cinco clavos por si tenía que irse a la upa. cuerpo a cuerpo. Alejandrito se levantó. sonreído, y después de saludarlo, díjole: -Pero bueno. Alcalde. ¿usted va para las llanuras de Waterloo? -No. señoi. yo en saliendo de aquí voi derechito pai ei pueblo. pero antes quiero que me lea un papei que ma han mandao y que no me ha dejao doimí. y metiéndose la mano entre el cuero y la camisa, sacó un sobre que le entregó a Alejandrito. Este comenzó a leerlo y a medida que iba avanzando en la lectura. fruncía el ceño. demostrando una gran sorpresa.
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-Bueno, Alcalde. -dijo- este sí es un asunto gravísimo para Ud. El Comandante de Armas le ordena que inmediatamente se tope con Candé. quien está acusado de haberse vuelto perro con peste y de haber mordido al Pedáneo del Cuey. el cual murió rabiando y echando espuma por la boca. que lo haga preso y después de amarrarlo bien apretado, como un andullo. lo lleve vivo o muerto a la Plaza. -Pero. bueno. Alejandrito, y agora cómo me jago yo. En esos momentos apareció a unos cuantos metros de distancia. una puerca víeja y sin pelos. grande y flaca. por debajo de una mata de jobos muy dulces, buscando los jobos goteados. Alejandrito miró al Alcalde con ojos desorbitados y llevándose el dedo índice a la boca. le dice: -Shh. cállese, Alcalde. que ahí está el hombre. - y le señala la puerca. El Alcalde jala por su revólver de pistón y argolla, pero Alejandrito le va encima, diciéndole: -No le tire, Alcalde, no le tire, que a los galipotes no les entran las balas: hínquese, hínquese y récele una manifica cruzá, para que la pueda coger, amárrela y llévesela al Comandante de Armas.
TIMOTEO Allá por el año de mil ochocientos setenta y uno. siendo Alejandrito muy joven: para dedicarse al comercio. que por cierto no era su vocación básica. sino muy circunstancial y transitoria. se inició en el culto honorable del comercio, con un tarantín de mala muerte. al cual le puso el nombre bíblico de El Arca de Noé, ya que él se alababa en decir que allí había de todo y para todos los gustos de su tumultuosa y fantástica clientela. No sabemos si Alejandrito había olido que se estaba armando una follisca, una revolución. o que ya se veía en la necesidad imperiosa de surtir El Arca de Noé, puesto que de ella solamente quedaban tres canecas, vacías, una botella de manteca de culebra. llena hasta la mitad y otra de melao de caña. Además se veía. colgando. una ristra de ajos. sin una sola cabeza, y sobre un aparadorcito lleno de telarañas, un cajoncito de los de jabón de cuaba, lleno de tuzas de maíz, que para ese entonces eran de grandísima utilidad para los servicios sanitarios. Lo cierto del caso fue que Alejandrito trató con Timoteo. su peón de confianza, 421
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un viaje a la Capital, de ida y vuelta, pero con derecho al macuto que no era por cierto muy suculento. El domingo por la mañana, Alejandrito se topó con Timoteo, en el pueblo arriba, que traía en la mano derecha, sujeto por los agujeros del jocieo, una cabeza de puerco de esas coloradas y canosas, que era el plato favorito de este Buquí seibano, y sobre el hombro izquierdo, un ñango, casi lleno hasta la boca, de arroz cariaco. Alejandrito consideró oportuno recordarle a su peón que tenía que dormir temprano en El Arca de Noé, porque necesitaban salir muy temprano, para pasar oscuro por Hato Mayor, donde él quería ver un sujeto político, pero eso sí, que no lo vieran a él.
Dando las nueve en la iglesia, Timoteo empujó la puerta del Arca de Noé, y pasando al cuartico donde dormia Alejandrito, en una hamaca de fuerte azul, le menió los hicos y le preguntó: -¿Alejandrito, Alejandrito, y yo dónde me echo? -No, -le respondió Alejandrito, medio somnolientopero coge unas árganas, tiéndelas sobre el mostrador, y como no hay almohada, coge un aparejo banilejo, de medio uso que hay en la cocina. Como estaban en el tiempo de la calor, el obeso y atiborrado Timoteo, se puso in púrribus naturalibus, que traducido al criollo equivale a en cuero en pelotas. Timoteo, con marcada torpeza, y dificultad muy acentuada se trepó en el mostrador, muy alto, altísimo, del Arca de Noé. A eso de las tres de la madrugada, despertó Alejandrito, y desde el fondo de su conejera, le gritó a su peón: -Timoteo, Timoteo, bájate y apareja de abolía. - y se dispuso a asearse. A poco, viendo que transcurría el tiempo y no sentía ningún trajín de aparejar, se llegó hasta el corazón del Arca de Noé y encontró a Timoteo, completamente desnudo, nadando en seco, en el húmedo piso de hormigón, dando unos pujíos profundísimos. Sorprendido Alejandrito, le preguntó -¿Qué te pasa, Timoteo, tú tienes algún dolor?
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-No, Alejandrito, -contestó ingenuamente Timoteoagora si estoy fuñido yo. poique no sé por donde tengo que apiame.
¿QUIÉN VNE?
Se estaba esperando hacía días un movimiento revolucionario en El Seibo, y ya a las siete de la noche no se veía por las calles del pueblo ni un gato, porque la oscuridad era tal y el miedo -su primo hermanotenían a todo el mundo acuartelado. Alejandrito, que era amigo del Gobierno, dormía en la plaza. Esa noche, por circunstancias y reclamos especiales tuvo que salir a una diligencia, 10 que hizo con la cartuchera terciada y el remitín en la diestra. Cuando regresaba sonaron varios tiros salteados del otro lado del río. Apretó el paso y al llegar al pie de la cuesta de la Comandancia de Armas, el centinela que estaba muy nervioso con el ruido de los tabicazos que había oído, de los lados del camino del Cuey, le gritó: -¿Quién vive? Alejandrito le contestó inmediatamente: -¡Del puesto! y el centinela le grita: -jDesmóntesel -¡Pero cristiano, si yo estoy a pie! 425
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-Desmóntese, le digo -y cebó la carabina y el eme, eme rompió el silencio de la noche. Alejandrito midió el peligro, y dijo. -Válgame Dios, pues tendré que desmontarme. -y haciendo el simulacro de que estaba a caballo, echó pie a tierra. El centinela, todavía nervioso, le gritó: -¡A su puesto!
UN ESPEJISMO
Para celebrar el primer veintisiete de febrero del Gobierno del Padre Meriño, en la silla, el Gobierno ordenó la celebración de un baile de etiqueta en los salones del viejo y casi destartalado Palacio haitiano. del General Borgellá; palacio, que dicho sea de paso. en el orden arquitectónico, daba la impresión estética de un morrocoy perdido en el fondo de un basurero abandonado. Como en ese entonces no había luz eléctrica. sino arañas de lámparas de gas. y guardabrisas y velas de esperma. figúrese el lector lo propicio que era aquella catacumba ejecutiva, para un espejismo doloroso, ridículo y trágico. Ese mismo día, llegó atraído por el suntuoso baile de los azules, que estaban en el candelero, un joven diputado del interior, amigo de adolescencia de Alejandrito. pero demasiado horneado, como decía Lilís. Apenas se desmontó en la Estancia de la Primavera, siguió para el llamado Hotel Francés, que para esa época estaba en la casa colonial del Cordón. que era donde se hospedaba la gente de campanitas. y las del gobierno. cuyo propietario era un bretón. colorado como una pitajaya. llamado mu427
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sié Felipó, que jamás usó saco, pero que tampoco se desensilló de su chaleco color de mono viejo, recargado de un bajo impertinente y agresivo, chaleco adornado y prestigiado por un reloj muy grande de níquel y doble tapa, prendido de una cadena de altos quilates, con la que se podía sostener el ancla de un acorazado. El Diputado, quien era viejo curruña de Alejandrito, le mandó a decir a este, que lo esperaba sin falta, para cenar juntos y luego irse para el baile. Que musié Felipó había traído una barrica de vino de Borgoña, el más costoso de Francia. Salieron a eso de las once de la noche con rumbo al baile, ya alumbrados con las luces del auténtico vino de Borgoña. Al llegar al pie de la escalera palatina, se terminaba una danza azuana de Azua, titulada Tu y yo, romántica y ardiente a la vez. Ya a la entrada principal del salón, el diputado que iba del brazo de Alejandrito, con el centro de gravedad completamente extraviado, tuvo la infeliz ocurrencia de verse de cuerpo entero en uno de los grandes espejos que adornaban el salón principal y encarándosele a su amigo le preguntó: -Alejandrito, ¿quién convidó a ese mulato al baile? -Yo no sé, frersito. -¿No lo conoces? -¡No! -Ni yo tampoco y se degolló él mismo...
UNA POLKA Allá por los años de 1881 a 1882, siendo Gobernador Civil y Militar de la provincia de Santo Domingo el joven General Alejandro Woss y Gil. llegó un gran circo zoológico ruso y plantó blanca carpa en la hoy llamada plaza de Cristóbal Colón. Traía además de sus numerosos artistas. lindas mujeres. bellas sílfides. volatineras y rubias como walkyrias ecuestres. y en su orquesta sobresalía una polka. que los que se creían músicos. decían haber sido escrita por el dulce e inmortal Chopin en conmemoración del patriarca rebelde y heroico General Kosciuzko. el del grito inmortal de Finis Polonia. Pero la verdad era que había sido escrita por el padre Alibio Figueiro para ser tocada en las honras fúnebres del imbécil y audaz conde de Abrano. La polka de marras. por su melodía pegajosa y empalagosa, fue tocada tantas y tantas veces en el circo. que tomó el carácter de fatigante y dolorosa pandemia. La tarareaban los panaderos. haciéndole contrapunto en las tapas de hojalata de los barriles. La pitaban los enamorados. los muchachos. los carniceros. Garú, el obeso trompeta de caballería. una mañana. por tocar botasilla. 429
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tocó la polka. En unos funerales, por tocar la tristísima marcha fúnebre de Petrel, tocaron la polka. Y hasta los mismos serenos de aquella época romántica e ingenua, que cantaban las horas de la noche a los ciudadanos profundamente dormidos, anunciando el estado del tiempo atmosférico, ponían en su canto la música de la consabida polka del circo zoológico. A la renuncia del gran repúblico, valiente y pundonoroso General Francisco Gregorio Billini, ocupó automáticamente Alejandrito la primera magistratura del Estado. El ejército estaba formado frente a la Cámara de Diputados, el cornetín de órdenes tocó atención, y pocos minutos después, el jefe que comandaba las tropas gritó con voz clara y fuerte: ¡Presenten armas! El joven Presidente se detuvo frente a la insignia sagrada de la Patria con el bombo de pelo en la diestra sobre el corazón. Acto continuo la banda de música ejecutó la dichosa y torturante polka del circo de saltimbanquis. Después, seguido de su séquito, partió encolerizado a oír el himno jubilar de San Ambrosio, el Tedéum, y a recibir las admoniciones políticas y cristianas del Arzobispo metropolitano. Luego del brindis protocolar de champán en el Palacio, y de regreso ya en su casa familiar, le ordenó al jefe de Estado Mayor hacer comparecer inmediatamente ante su presencia al Director de la titulada banda de música del ejército: y cuando lo tuvo frente a frente, le dijo: -Oiga, ¿quién le dijo a usted que yo soy maromero para que se atreviera usted a tocar en vez de un himno la maldita polka del circo de maromas? Yo quiero que usted sepa una vez y para siempre que si vuelve usted a tocarme esa polka estrafalaria, lo voy a encerrar en el cuarto del Indio con dos pares de grillos al revés. jY puede retirarse!
UN MATRIMONIO Atraído por su devoción al campo. Alejandrito, para descansar del ajetreo político y sembrar una cantidad de sus dulcísimas chinas, fue a pasar él solo, una temporada a su estancia de San Jerónimo. la cual colindaba con la de los Ruiz. ubicada en Mata Hambre, donde había un burro realengo, tuerto. gacho, cargado de garrapatas y mataduras incurables. Muerto el penco que servía para conducir la leche a la capital, y sacar el agua del pozo, muy profundo por cierto, compraron una burra joven, fuerte, hermosa y sana, con unos ojos grandes y aterciopelados. Bobo, que así llamaban al burro viejo, hasta la llegada de Periquíta, discurría a su vez filosóficamente tranquilo, comiendo bejucos de batatilla y mallas; pero apenas le llegó el aura fémina de Periquita. se volvió loco, rompió la cerca. tratando de llegar hasta su adorada Periquita. Ambrosio, el encargado de la estancia, quien después de apaleado implacablemente. le echó un bozal, lo atrincó en un abrevadero. a sol, agua y sereno; así pasó la mañana, de cara al sol, sin conservadores, pensando en la joven y linda Periquita. 431
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La tarde de ese día rompió el silencio casi lúdico de la estancia. el viejo y chirriante coche cítola de Escarrez, tirado por si incansable y resignado caballo rucio avispado, de pura raza latina. como afirmaba el ingenuo automedonte, trayendo a bordo a un viejo amigo cibaeño, de Alejandrito. quien al verlo se volvió loco de alegría. Lo colmó de atenciones y para calentar la tarde de un frío pascual, descorchó una botella de vino Garnache, evocando su primera juventud. -Hace años, -le dijo Alejandrito- me informaron que habías caído en juicio, es decir, que cambiaste de estado y procreaste una numerosa familia. -Sí, pero todas mujeres; no he tenido ningún macho que yo deseaba. Tengo una casada en Nueva York; tengo otra casada en Puerto Rico; la tercera reside casada en México; la cuarta está casada en San Pedro de Macorís; la quinta está casada en La Vega; y la última, se casó hace dos meses, vive aquí, en la capital, que es donde yo estoy parando. Alejandrito se quedó mirando y le dijo: -Señor, Fulano, y aquella muchacha que tú tenías de cocinera, la cual hacía unos sancochos a la manera de Villa Lobos, ¿qué es de ella? -Ah, tú te refieres a Cantalicia. también se casó y vive ahora en Burende adentro. Se despidió el amigo y apenas llegó el coche a la puerta de la estancia, Alejandrito salió a la galería de atrás, llamando en alta voz al encargado: -¡Ambrosio, Ambrosio! -Señor. -Suelta el burro pa que también se case.
UN OFICIO Alejandrito, Gobernador Civil y Militar de la Provincia de Santo Domingo, había pasado la noche en vigilia y ya en horas de la madrugada, se recostó en una hamaca; se presentó el Ayudante de Plaza, quien a nombre del Comandante de Armas, le dijo: que tenía que mandar por expreso un oficio urgente al General Norberto Tiburcio -el hombre fuerte de Jarabacoa- pero el Comandante quería saber si es Ti o Tri. El Gobernador, a quien ya le picaba el sueño, indignado le contestó: "Ti. .. Ti" ...
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RON TORIBrO
Los bárbaros tienen a veces sentencias tan inmortales como el radio y los dioses: que no mueren nunca. Solía decir Macabón, el dueño y señor de la bahía de Samaná, "que dos culebras machos, no podían vivir juntos en un mismojoyo". Y tal sucedía a Lilís y Alejandrito, después del mil ochocientos ochenta y siete. Estos dos hombres, no podían vivir en el mismo escenario político, porque tenían el mismo valor y el mismo equipo para dominar y mandar. Alejandrito, que era un hombre de un sentido aristotélico enorme, sabía que la política era como los calamares que no tienen corazón, de aquí que se le planteó este dilema: O yo tengo que matar a este negro o él tiene que matarme a mí. Y en vez de aceptarle un ministerio que le ofrecía, le manifestó el deseo de descansar. De que le cambiara la cartera por el cargo de Ministro Plenipotenciario en Washington y Cónsul General en NewYork, que para esa época era una canongía supersuculenta, como diria cierto doctor en derecho, de provincia a quien le encantan las superabundancias verbales. Lilís aceptó la proposición, notablemente satisfecho, porque era un 435
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hombre que tenía, sin duda alguna, el culto de la gratitud y no podía olvidar que el Frersito Alejandrito, había sido su hombre de confianza en el Cabao, en su Marengo, como ya hemos dicho. Le alistó y sazonó económicamente el macuto del viaje; y en el primer vapor de la Línea Clyde, partió el diplomático para su sede, esto es, salió Alejandrito de Lilís y Lilís de Alejandrito, como si nada hubiera pasado entre los dos viejos y queridos conmilitones. La Embajada de Rusia en Washington, quiso celebrar las bodas de plata de los Zares. Y al efecto, preparó una fiesta digna por su munificencia de Timan, de Lúculo y de Trimalción. Alejandrito, en su calidad de Ministro Plenipotenciario de la República Dominicana, y de su gran amistad con el Embajador y Embajadora de Rusia, está demás decir que asistió a dicha fiesta. El suceso de aquella inolvidable recepción diplomática, fastuosamente asiática, fueron unos canapés de caviar rojo, del Báltico y unos coctailes, trepidantes y optimistas a base de Vodka, de Scotch Whisky, de Ginebra holandesa, Vermouth y champagne tres sec, preparados por un barman de cordón azul, nacido en Viena y educado en la Costa Azul. Alejandrito salió de esa fiesta quebrantado, seriamente quebrantado del hígado y del estómago, pero eso sí, dispuesto a una represalia. Estábamos a fines del mes de julio y ya próximo al diez y seis de agosto. La Legación Dominicana, se preparó para festejar el magno y sagrado día de nuestra Restauración política; y al efecto, pidió al departamento de Relaciones Exteriores cuatro cajas de botellas grandes de "Ron Toribio" de la Destilería de don Toribio Mieses, uno de los comerciantes más honorables de aquella época. El "Ron Toribio" era destilado de melao de caña de azúcar, pero de una graduación más fuerte que la del Agua de Colonia Imperial, capaz de tumbar a un Cíclope. Pidió además cuatro cajas de vino de cajuil de la fábrica de Estebita Pozo, preparado especialmente para la
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constipación y el cólico miserere, para lo que hoy llama la ciencia de Galeno, apendicitis supurada y su secuela peritonitis fulminante. También pidió cuatro cajas de Caramanchel, e igual cantidad de licor llamado Alzafalda, de la "Jacha", para con este equipo báquico, preparar unos coctailes tóxicamente fulminantes y trágicos. A las tres de la madrugada. al conjuro desorbitador de los coctailes del "Ron Toribio", la Legación Dominicana parecía ni más ni menos que un manicomio bajo la influencia de la luna nueva. Las Embajadoras acompañadas por los Embajadores, y estos apoyados en los sirvientes. con las pieles malogradas. sin zapatillas y algunas casi desnudas. gritaban desaforadamente: ¡Oh my God!. .. no more coctail Toribian!. .. mientras las trasbordaban a una ambulancia. pedida con urgencia. rumbo a una clínica...
BAYAHONDA
Siendo Alejandrito Woss y Gil Ministro Plenipotenciario de la República Dominicana en Washington y Cónsul General en New York, pasaba de su sede a la babilónica ciudad, a firmar los papeles consulares, el viernes de cada semana. permaneciendo ese día y el sábado. después de haber pasado un good time con sus amigos dominicanos. Esta vez se encontró con su cordial e inteligente amigo. Licdo. Leonte Vásquez. con quien hacía buenas migas. y a quien acompañaban otros dos amigos de juventud. que junto con Leonte seguían rumbo a Europa en viaje de placer y de negocio, que es como viajan siempre los comerciantes. Este encuentro trajo el indispensable rendez-vous. en un café antropolágicamente tolerante y estratégico. En esos mismos días corria en las columnas de los diarios. un hecho que conmovió el espíritu de los ciudadanos de aquella gran nación, el linchamiento cruentísimo de dos negros del Sur, casi adolescentes. dos muchachos, porque dizque quisieron violentar y gozar de la carne de una joven hermosa, bella y blanca. pensando sin duda en lo que dijo San Agustín, el "Águila de Hipona", momentos antes de su conversión. 439
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"La carne es buena... " blanca. o negra, agregamos nosotros. Con el whisky y la cerveza fría, se inició el amable simposium. trayendo el tópico palpitantemente repulsivo del linchamiento. Había en el grupito de amigos. un joven de gran talento. de cultura y templado carácter. amigo de Alejandrito. que se derramó en justas y acertadas consideraciones sobre el linchamiento y sobre la severa discriminación de la raza de color en un pueblo como el de los Estados Unidos de América. tan grande, sobre todo por su culto irrestricto a las libertades y garantias humanas. Ud. me conoció de niño. y yo era insospechablemente rubio: pero más tarde se me apareció la tara con violencia e impiedad. Este handicap ha tronchado mis aspiraciones. haciéndome sufrir mucho. No tuvo inconveniente en decirlo a los camaradas, ya que algunos tenían muy poca diferencia en la misma pinta. El tópico cambió de rumbo, y un par de horas después. la cerveza fría y el whisky con soda, principiaron su diurética. Alejandrito pidió permiso, y puso proa franca a los mingitorios. y seguido -obedeciendo al contagio español en estafunción- le siguió Leonte. quien era muy chispeante. y se colocó en el servicio próximo. ¡Leonte" ¡Leconte!.. la tragedia antropológica de este muchacho. está en que cogió para acá. sin esperar que le fermentara la mulatería, para ver en qué quedaba. A él le ha pasado 10 mismo que a la bayahonda azuana: cuando la mata está chiquita. se le puede pasar la mano, pero después de grande. le salen las espinas y no hay quien le entre.
EL MIEDO DE ARRIBA Llegamos al año memorable de 1930. Alejandrito ya no es Alejandrito. sino Don Alejandro. La fe de bautismo y un quebranto mortal, le retienen definitivamente en su hogar. Por cariño y admiración a su talento, preguntaba yo por él todos los días y el domingo permanecía junto a su silla de extensión. desde las nueve de la mañana hasta la hora meridiana. Todos sabemos que Don Alejandro tenía un tacto como el filósofo Demócrito y un escepticismo digno de Pirrón. Él nunca sabía nada. siempre decía. al informársele de algo: "Primera noticia". Conmigo siempre guardaba menos recelo. Esa mañana al yo entrar me preguntó: -¿Hay algo de nuevo? -Bueno. se dice que Tiberio y su corte tienen un culiLLo tremendo.
-El miedo. -me contestó--- es amplificador como una lupa y contagioso como la viruela alfombrilla. El miedo es el genitor de todas las grandezas y miserias humanas. -Bueno, sí, pero yo entiendo que un hombre de su valor nunca debe de haber sentido miedo. 441
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-Sin embargo, -me contestó- te voy a contar una especie: en el año de 1882, era yo Gobernador Civil y Militar de la Provincia de Santo DOIlÚngo y estaba una noche de juerga en compañía de varios aIlÚgos azules, gobiernistas, y algunas muchachas alegres, esperando un sancocho, cuando llegó un expreso y me dijo sotovoce: "General, de parte del Comandante de Armas, que vaya inmediatamente, en el térIlÚno de la distancia, que tenemos a Braulio aquí dentro". -¿Cómo? -exclamé. -Sí, se metió por Santa Bárbara. -Vete y espérame en la esquina, que yo voy a salir por el patio. Cinco minutos después de llegar yo a la Gobernación, casi todos los presentes se pusieron a mis órdenes, pidiéndome que les armase: les había picado el "rrúeo de arribu', que es el más terrible de todos los IlÚedos políticos.
UN BRUMELLE
Don Alejandrito sabía vestir con corrección. elegancia y sobriedad británica. como lo califica el "Sartus Resartus" de Carlyle. A Don Alejandro como el Gobierno dominicano lo nombró ministro en Washington y Cónsul General en New York. donde ancló. más que por lo suculento del puesto. porque llegó a convencerse que Lilís quería ponerle agua salada de por medio. Un año después de su permanencia en esa ciudad. pidió permiso para pasar sus vacaciones pascuales entre los suyos y llegó a fines de diciembre. Demás parece decir. que vino vestido con una elegancia brumélica; traje gris ratón. que es tono de los caballeros de gusto sabiamente refinado. sombrero de fieltro Stetson, una caña de malaca legítima. de los bosques del Quersoneso. guantes de piel de Suecia. y sin una sola prenda rutilante ni epatante.
Dos días después de haber llegado en uno de aquellos presidios flotantes que la compañía Clyde se empecinó en calificar de pasajeros. en vez de carga únicamente. Don Alejandro fue a saludar al Presidente. 443
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Llegó a Palacio, media hora antes del Consejo de Ministros. Lilís se adelantó a recibirle al pie de la escalera. Al verse se abrazaron efusivamente, y con los brazos puestos sobre sendas cinturas entraron al gabinete donde estaban los ministros. -Señores, -les dijo Lilís- vean al frersito Alejandro, yo no le conocía, si lo que parece es un blanco inglé. -Mire, Frersito, deje eso para la noche, ya que Ud. mismo me ha dicho que su envidia la lloran los morenos, de noche. -jY los mulatos, de madrugá -le contestó Lilís- cuá, - cuaca.... cua,
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EL VATICANO Para Pancho Troncoso, talento, cultura y virtud.
Seguro que nuestros amables y tolerantes lectores pensarán que les vamos a hablar del Palacio de los Papas' fundado por San Timaco, edificado sobre la colina de su nombre, de sus Logias y su Capilla Sixtina. Nada de esto, pues nos vamos a referir al caramanchón medio destartalado de la calle Estrelleta, de esta ciudad, del Vaticano gástrico, fundado bajo el pontificado del honorable, laborioso y super tolerante Don Luis Garboso, aquel maravilloso e inolvidable cordón bleu digno de las volcánicas e inapagables cocinas de la Santa Sede, donde se daban cita gástrica los trasnochadores de la Ciudad Romántica, ya desgraciadamente sin romanticismo, ni románticos, más bien superrecargada de practicismo y judaísmo. El Vaticano de Don luis Garbozo, tenía una fama tan sólida y resonante, fama que le venía de sus palomas, carite en escabeche y otros guisos esencialmente folklóricos. Todo extranjero más o menos notable, para poder enorgulle445
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cerse de conocer la República, debía consagrarse bajo sus bóvedas de zinc. Estábamos en la segunda presidencia de Alejandrito, la del épico cuartelazo del 23 de marzo del año 1903. El Presidente, quien era un noctívago, su secretario particular, el brillante escritor y sensitivo poeta, Cayo Petronio Rafael Octavio Galván y Velázquez, y dos o tres jóvenes más haciéndole compañía a un notable poeta centroamericano. A eso de las dos de la madrugada, se puso en pie Alejandrito, y nos dijo: Les invito a que vayamos a visitar El Vaticano, que esta noche no debe estar muy concurrido. Allá formaremos el simposium, como decian los griegos. El poeta, sorprendido le preguntó a Cayo Petronio Galván, ¿qué invitación es esa? Fello le contestó muy serio: Te vamos a consagrar en El Vaticano. Y partimos para la calle Estrelleta, de Ciudad Nueva, ya Don Luis Garbozo, chupando con sibaritismo su sempiterna colilla de cigarrillo, esperaba al Presidente, quien apretándole la mano le preguntó: ¿Dónde está el sargento de artillería, Cuevitas? Dos minutos después, el heroico y diminuto, como Napoleón Bonaparte, sargento Cuevitas, estaba militarmente cuadrado frente al Presidente, quien le ordenó ocupar su puesto. Seguidamente teníamos de frente sendas palomas en escabeche, sus correspondientes plátanos salcochados y las indispensables perseas gratísimas, como llama el ilustre naturalista Lineo a los inciviles aguacates. Al despedirnos, el Presidente, siempre fino y en un retozo democrático, le declaró solemnemente a Don Luis: Si el sabio Pontífice León XIII -el hombre más grande de este siglo- hubiese tenido la gloria de comer unas palomas de coronitas blancas, ahogadas en salsa tutankámica y reahogadas en un jengibre con canela, digno del paladar de Santana, le hubiese nombrado Camarlengo; y sacando un billete de diez pesos, se dirigió al sargento Cuevita y le dijo: -Sargento, guarde eso para que engrase su pieza de artillería.
GOTARRODONA Don Fed. Gotarrodona era un madrileño mil por mil; tenía en Santa Bárbara, un restaurant, especialmente para los trasnochadores. Después del atractivo personal de Gota, como le llamaba Don Alejandro, tenía siempre un frasco de ruedas de carite a la vinagreta y vino Manzanilla frape, delicioso y turbador. Gota era imaginativo, pintoresco y verborreico. Demás está decir que cuando Don Alejandro llegaba, se multiplicaba en atenciones, en cuentos y chistes. Esa noche llegamos al Guadalquivir, que así se llamaba el restaurante de Gota. Acompañaba al Presidente, el pundonoroso y valiente General Miguel Mascaró. Su Secretario Particular, el escritor y poeta, Licdo. Rafael Octavio Galván, y dos o tres intelectuales más, la cual era su escolta predilecta. El Presidente le presentó al General Mascaró, como si fuese un verdadero español, para animarlo y enorgullecerlo. Después de ordenar al sirviente, con voz de mando, un servicio para Don Alejandro, y su escolta, se montó a horcajadas en una silla frente al General Mascaró, haciéndole un recuento pomposo y algo fatigante; le ha447
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bló del Cid Campeador, de Pelayo, de Churruca, y qué sé yo cuántas cosas más. Después que el Presidente terminó de comer su ración de pescado, a la vinagreta, y la pisó con una copa de Manzanilla, frape, pasándose la servilleta por los labios y dirigiéndose a Gotarrodona, le dijo: -Gota, has hablado mucho sobre las cosas grandes de España, pero has olvidado las tres cosas más grandes de España. -¿Cuáles son, Presidente? -El carite a la vinagreta, el Quijote y el Agua de Carabaña.
UNA ASAMBLEA
Alejandrito presidía una Asamblea Constituyente, de la cual era miembro el Presbítero Eliseo Echavarría, representando la provincia de Santo Domingo. sea por fas o por nefas, pasaron días y más días sin que fuera posible integrar quórum. El Padre Echavarría, quien era un hombre serio y de mucho ácido, tenía sumo interés en presentar y tratar de hacer triunfar una moción, que a su noble entender, era profundamente útil, desde el punto de vista político y social. Una mañana traía el Padre la sotana en la cabeza, como dicen, dispuesto a ponerle los puntos a las íes, y pensando que encontraría a sus colegas cumpliendo su noble función, resulta que los encuentra sentados en el patio, uno hablando de política y otros de gallos y de mujeres. Y dirigiéndose -echando chispas- al Presidente de la Asamblea Constituyente, le dijo: -Alejandrito, ¿qué dirán las naciones extranjeras, de nuestra conducta tan desvergonzada e injustificada? Alejandrito, con su calma estoica y sindéresis aristotélica, le contestó: 449
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-Pero padre, si esto no es una Asamblea, sino una reunión de amigos, que tratamos de pasar las horas dentro de la mayor cordialidad sin pretender arreglar el mundo...
UNA VICE-PRESIDENCIA
Ese domingo lo encontramos un poco más animoso, porque le estaban aplicando coramina. Cuando me acerqué a su silla de extensión, me tendió su mano febril y me dijo: ¿qué diton de nuvo? -Sí -le contesté- tenemos alguna novedad. Parece que entre el Presidente y el Vice, hay desacuerdo político, no marchan bien. y con la barba Boulanger sobre el pecho, me contestó: -En política las líneas a seguir son las paralelas. En estas latitudes tropicales e intertropicales, es muy difícil saber llevar el timón de una Vice-presidencia sin volcarse. Nosotros, que sabíamos que él manejaba la dialéctica, ese arte socrático, con método y justicia, le preguntamos: -Ya propósito, ¿cómo se hizo Ud. para guiar y no volcarse, durante la Vicepresidencia de Billini? Fijó sus ojos que fulguraban detrás de los gruesos vidrios de sus espejuelos, y me contestó: -Me puse a releer los doce tomos de la Historia Universal de César Cantú, esperando que Gollito desarrollase su brilante programa de gobierno. 451
EL PLEITO DE MOCA Corría el año trágico que llamaban de los Victoria, porque después de la muerte del General Ramón Cáceres, ocupó la Primera Magistratura del Estado, el bondadoso caballero Don Eladio Victoria (Quiquí) y al frente del Ministerio de Guerra, su sobrino el General Alfredo M. Victoria. Por recomendación de Don Alejandro y un grave quebranto económico mío, fui a parar al equipo técnico para la construcción de la carretera de Moca, bajo la dirección del ingeniero Don Alfredo Scaroina, uno de los hombres más finos y decentes que yo he tratado. El ingeniero Scaroina, comprensivo y generoso, para que no hiciera nada, me entregó un pluviómetro, cuyo artefacto jamás -para bien de la lluvia y descanso mío- jamás lo leí, mejor dicho, lo registré. La revolución había infectado el Cibao. Las lomas de Moca eran un pandemonium; a los revolucionarios ni el gobierno los atacaba en sus guaridas inexpugnables, ni ellos bajaban al llano a atacar al gobierno. Alguien dijo en el cuartel de la Guardia, que ese bucarito capitaleño, era más peligroso que un guabá... y por la mañana fui a 453
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parar a la barra de la Fortaleza, con un proyecto de tumor luético en una ingle y una biblia en el bolsillo... La noche estaba recargada de un silencio auguralmente trágico, a intermitencia solo se oía el quién vive de los centinelas. Cuando en la campana del reloj del Ayuntamiento sonaron las tres de la madrugada, rompió el fuego de fusilería de la Estación del Ferrocarril, de la Gobernación y de la Fortaleza. La Plaza la defendía el pundonoroso, valiente y caballeroso General Don Santos García. El jefe del ataque revolucionario, era el bravo General capitaleño Virgilio Alvarez, quien después de tres horas de lucha, el sable chorreando sangre humana, me sacó de la barra haitiana y del calabozo, más haitiano aún por lo oscuro y fétido. Yo no sé, pero el General Alvarez asegura que ni en la acción, se me apretó el pecho y lo que quería era pelear mucho; pero después de la acción, sentado en la puerta de un bohío que estaba en una loma pequeña, donde me había recomendado mi libertador, gritó un muchacho: Ahí viene el gobierno. Apenas lo vi, dejé el café, saco y sombrero, y salí huyendo, como un gallo que le dan un golpe de Estebanía. -Viejo -le dije a Don Alejandro, que era a quien le contaba la especie, ¿a qué se debe esa vergonzosa permuta? Él me contestó: Eso no fue miedo, tú eres hijo de español y los españoles no tienen miedo. Lo que pasa es que se necesita más valor para huir que para pelear. A ti te pasa lo que le pasaba a Napoleón, quien era un rayo en el ataque; pero siempre se desmoralizaba en la derrota. Para huir se necesita más valor que para atacar.
UNA MONTERÍA Para Mario Abreu Román
Estaban haciendo tertulias en la puerta de la barbería "La Diva", de Panchito Torres, Don Alejandro, Don José
Ramón López, Don Daría Franco, (siempre franco) gerente de una acreditada compañía de seguros de vida, instituciones de tanta utilidad social, y otro amigo íntimo, del que suscribe (como dicen los notarios). Para ese entonces, nuestro gran Daría, no el Rey de Persia, sino gran ciudadano de la ciudad heroica de los treinta caballeros, para esa fecha, ya había tenido la previsión de hacerse ciudadano capitaleño para bien de él, del Cibao, de la civilización y garantía nuestra, de nuestra psicología, de nuestra alma, pero sobre todo de nuestro intelecto. A eso de las 4 de la tarde, pasamos por la acera del frente, y le hicimos un saludo digno de los cortesanos del Rey Sol. Nuestro gran Daría, siempre cortés y sonreído, le gritó a Van Félix: Compay Voy, hoy parece que ha había sangre, y él le contestó: Sí, compay Daría, espesa y buena para una transfusión. 455
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Daría. que admiraba al líder del "Sol del Canadá", por su talento, y su lealtad. su gentileza y exquisito donde gentes, aprovecho el momento psicoanalítico y le dijo a Don Alejandro: Yo quisiera. Don Alejandro, que Uds. me dieran la clave de ese curruñismo de la afinidad entre Van Félix y Vigil Díaz. Van con un sentido comercial, con una armonía del desorden y una vocación literaria demencial, me parecía que jamás podrían marchar en paralela. Don Alejando le contestó: Si tú hubieras asistido a una montería de barracas alzaos, como he asistido yo, te darías cuenta del fenómeno. -Explíqueme eso, Don Alejandro. -En el Este. sobre todo, cuando se va a barraquier (como dicen los monteros) estos llevan del tramojo tres o cuatro perros fuertes; y uno de esos perritos descendientes de los famosos podencos, perros que trajeron los conquistadores, tercos como un cáncer, por 10 regular de color de candela y flacos como una interrogación de hambre en el infinito. Este va siempre suelto, porque su misión es rastrear, levantar y parar el barraca, que casi siempre es en el hueco de una jabilla, cerca de una ciénaga fermentada y hedionda. donde se da sus abluciones. Ya entablonado en la jabilla. tramojan al perrito, y sueltan los perros de orejas (como dicen ellos). Los perros seguidos del toreador, con un ramo de jobillo en la siniestra y en la diestra un colín que corta un pelo en el aire, azuzan los perros, gritando fuerte: Cordón con ei, Almirante. a la oreja, sin míeo a la upa. El barraca, con una mareja de espuma en la trompa, ya convencido de que el pleito es de vida o muerte, se decide abrirse paso, emulando al General Buceta en el sitio de Santiago. El toreador azuza otra vez los perros y dice: Barraca del diablo, sal al claro. El barraca le embiste. ciego ya por la ira y el ramo de jobillo. y entonces el toreador cubriéndose en los cuatro ángulos. le da una puñalada en el guarguero. digna de Van Félix. que en materia de seguros, es un soldado de la Media Brigada de Neiba.
LAS PRESENTACIONES
Es bueno que sepan los seibanos de estas últimas generaciones. que la cuna de Alejandrito Woss y Gil. es la de las suaves faldas y hondonadas de Santa Cruz del Seibo; pero que su niñez y su adolescencia las pasó a orillas del río Yaque. Sus más queridos. los amigos inolvidables eran los de Santiago de los Caballeros. siempre vivía preguntando por ellos. en una querencia emotivamente sincera y sentida. Cuando un capitaleño llega allá, los de su época, los viejos de ahora. le preguntan a Ud. si conoce a Alejandrito. y él cómo está, está bien. Salúdemelo, démele un abrazo en mi nombre. dígale que cuándo viene a vernos. Que se recuerde que él no es búcaro, que él no es de Uds. sino de los de nosotros y muchísimos reclamos más. de puro cariño. Con motivo del primero y único juramento constitucional del Gral Horacio Vásquez, los santiagueros horacistas de aquella época -que en paz descansen- invadieron la Capital. El Hotel Colón estaba tepe tepe. algunos tuvieron que dormir en una enramada que había en el traspatio, pues las aguas siempre buscan su nivel. Su dueño, el gentilísimo y generoso Paquito Ranero, tiene su 457
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cuerpo aquí y su alma y su pensamiento en Santiago. Habla y escribe el cibaeño mejor que el castellano, a pesar de sus complicadas y atrabiliarias raíces de origen árabe, amén de su cocina suculenta y sabrosa, según Brillat de Savarin, el inmortal autor de la Fisiología del gusto, constituye la felicidad de la vida, pero sobre todo del matrimonio. Uno de los viejos amigos de Don Alejandro, después de consumir su opíparo desayuno, super nitrogenado, en la mesa larguísima del comedor, le dijo al dueño del Hotel Colón, que los atendía personalmente, con cariño: -Paquito, ¿dónde vive Alejandrito Gil? -Allí, ven que te vaya enseñar. Al oír la pregunta y la respuesta, tres o cuatro jóvenes, le suplicaron que querían ir con él, porque querían conocerlo y el grupo se dirigió, y como un Gobernador de los tiempos cavernarios del fenecido Concho Primo, invadieron el zaguán de la casa de familia, llamando a voces a Alejandrito. La señora, sorprendida bajó la escalera, azorada, pensando que lo venían a hacer preso, preguntándoles en qué les podía servir. ¿Alejandrito no está aquí? No señor. ¿A qué hora viene? No sé. Dígale que fulano de tal, santiaguero, ha venido a verle, a abrazarle y a presentarle estos jóvenes, que han oído hablar de él y están locos por conocerle. La señora, ya repuesta del susto, le contestó: Muchas gracias, se lo diré. Los jóvenes, urgidos como todos los cibaeños por abandonar cuanto antes la Capital, se fueron por la madrugada. El amigo de infancia y adolescencia de Don Alejandro, no quería irse sin verle, abrazarle y conversar con Alejandrito; y sin esperarle, por sorpresa, se encontró con él y después del riguroso y apretado abrazo, característico de tierra adentro, Don Alejandro le preguntó: -Dime, ¿la gente que andaba contigo se fue, verdad? -Tú no sabes lo contrariados que estaban, porque no te encontramos para presentártelos...
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-Mejor es así -le dijo Don Alejandro. -¿Por qué? -Porque se llevaron el deseo ... y porque nosotros. los viejos. con la gente que conocemos. tenemos ya carga y sobornada. ¿Cuándo te vas? -Por la madrugada. -Abrázame a los muchachos. A Vicentico. el viejo. dile que voy a ir por allá. para darle unas pancadas en el charco de Nibaje. -Ah. Alejandrito. tú no cambias. siempre el mismo. siempre cananero.
UNA JUBILACIÓN Siendo Alejandrito Gobernador Civil y Militar de la Provincia de Santo Domingo, ingresó en la Banda Militar del Batallón Ozama. el estimable joven Fernando Rueda, quien después de veinticinco años de servicio activo, requirió de Don Alejandro un certificado con el fin de obtener del Estado, una merecida jubilación. Don Alejandro aceptó gustoso; pero antes de firmar, con la pluma en suspenso, le dijo: -Mira, Rueda, en estas cuestiones se necesitan tres requisitos indispensables: tener derecho ajubilación, saberla pedir y que quieran dársela.
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UN SOMBRERO Como ya comenzaban a soplar los vientos impenitentes y gripales, de "San Andrés", Don Alejandro quiso cambiar su fino Panamá por un fieltro; y al efecto se dirigió a la antigua y acreditada sombrerería "La Borínquen", de los Menéndez, donde compró un Stetson, pero bastante alón. Cuando se lo mandaron, quiso probárselo nuevamente para usarlo durante todo el invierno. Estaba en la sala frente a un espejo de cuerpo entero, reprobándose el Stetson, cuando pasó su hija, la notable pintora Celeste, se detuvo y fijándose en Don Alejandro, le dijo: Papá, devuelve ese sombrero, que no te queda bien. Más tarde volvió a repetirle lo mismo. Don Alejandro no le dijo nada; pero al día siguiente, estando él leyendo en la mesa de estudio, le dijo nuevamente: Jesús, papá, ya te he dicho que no te pongas ese sombrero, porque te queda muy mal. Él levantó la vista del libro que leía y le dijo: Mira, muchacha, el sombrero no es el que me queda mal, sino soy yo quien le queda mal al sombrero y a todo.
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EL ECLESIASTÉS
Ya para el año de 1927 comenzó Don Alejandro a sentirse amargado por el quebranto que lo llevó al sepulcro. Una mañana entramos en el ex-Convento de los Dominicos, a darnos un duchazo místico y alcanzamos a ver a Don Alejandro sentado en un banco frente al altar de San Rafael Arcángel. Horas después lo encontramos en el anexo del Fausto y confiados en su tolerancia y su cultura, intentamos decirle lo que le dijo Harnlet a su tío: "La oración que no sale del alma no llega al cielo". Pero me limité a darle unas palmaditas de cariño en el hombro repitiéndole con el dulce y armonioso San Ambrosio: "A los hombres se les puede engañar, pero a los santos, no". Y él, siempre filosóficamente tolerante, se sonrió y como buen espadachín, se cubrió en los cuatro ángulos y me ripostó: -Parece que tú no sabes que ya yo cogí iglesia. -¿Qué causa? -Órdenes del subconsciente, que es la Suprema Corte del alma, por un lado, y por otra parte, que cuando no hay necesidad de consultar a Maquiavelo para cuidarse del Demonio, hay que leer el Eclesiastés, para coger el camino franco hacia Dios. 465
UNA GRIPE Ya se nos iba quedando dentro del tintero, una tertulia interesante en el parque Colón; y era aquella que llamaban la del banco donde se sentaba, frente al restaurant Fausto; era de dos bancos, y casi siempre estaba presidida por Don Alejandro, por su mentalidad y experiencia. En esas noches andaba suelta, haciendo estragos, una gripe, que por su carácter parecía una influenza. Como a las ocho, llegó un sujeto que formaba parte del grupo; pero que desde lejos se sabía que tenía un moquillo con bufanda al cuello, tosiendo y descargando la nariz cada minuto. Al verlo acercarse, sacó Don Alejandro su pipa y la encendió como medida profiláctica frente a esa amenaza de catarro. Apenas llegó al banco, me puso una mano en las rodillas y muy afanoso me dijo: compay, échese para allá, para quedar alIado de Don Alejandro, que tengo frío, me siento febril. Don Alejandro guardó silencio, pero no hacía más que echar bocanadas profilácticas de humo de su pipa. El sujeto le miraba con cierta insistencia y al fin le dice: Yo admiro su salud, Don Alejandro, ¿a Ud. nunca le da 467
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gripe? y Don alejandro, inquieto, queriendo irse, lo miró muy serio, y le contestó: A mí nunca me da gripe, a mí me la pegan.
UN CONSEJO HONRADO
Un joven, asiduo concurrente a la tertulia del banco de Don Alejandro, fue agraciado por la Lotería Nacional con un premio de DOS MIL PESOS ORO. El joven era de temperamento alegre y parrandero. Tan pronto como se enteraron del premio, asediaron al afortunado joven, proponiéndole negocios, hipotecas, etc. Él decía a todos, mañana te avisaré, porque tengo que ver a una persona antes de realizar algún negocio. Yen verdad, quería consultar a Don Alejandro, como hombre de experiencia y recabar sus consejos sobre lo que debía hacer con el dinero que le había favorecido la Lotería. Don Alejandro, le aconsejó honradamente: No realices nada, que el dinero que proviene de la Lotería, se evapora; cómetelo y bebétela, que así complacerás a la suerte, y sobre todo, a ti mismo, que es lo que te interesa por ahora.
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ELCUADRAO Al leer nuestros lectores este título, automáticmente pensarían que se trata de un balance de caja: pues nada de esto. La amistad del "Cuadrao" y Alejandrito, tenía su orígen en el colegía "San Luis Gonzaga", fundado por el Padre Billini, donde ambos habían sido clérigos. Cuando la Presidencia del año 1886, fue uno de sus hombres de suma confianza. Después se traspapeló en el Este, y solo de cuando en vez venía a la Capital. Alejandrito le llamaba cariñosamente el "Cuadrao" por su estatura cuadrada, como la del Emperador Vespaciano y la del General Boves. El Cuadrao era guapo, leal, sincero, pero demasiado imaginativo y desconfiado en política e ínquieto como un leopardo. Al día siguiente del 23 de marzo de 1903, se presentó en la Capital en el velero "María Emilío", procedente de San Pedro de Macorís; se amarró el sable, poniéndose al frente de una de las trincheras más peligrosas, dispuesto a morir en defensa de la causa de Alejandrito. "Hace medio siglo que estoy abajo y cansado de trabajar, así es que en esta, 'o cqjo o jqja'." 471
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Ya Don Alejandro en la Presidencia de la República, un día, aún no habían sonado las seis de la mañana en el reloj del Ayuntamiento, cuando el Cuadrao se vio conmigo en mi residencia, y me dijo que tenía mucho interés en que lo acompañara donde el "frersito" Alejandro, porque quería hablar con él algo muy interesante para nosotros. Le contesté que yo tenía los caballos listos en el patio y las espuelas puestas para salir para el Hato de la Pringamosa; que no podía complacerlo dada la responsabilidad de los intereses a mí confiados, y por otra parte le recordé la discreción de Alejandro y la confianza que tenía él de poderlo ver, hasta en pijama. Le advertí también de la índole del asunto que él quería tratar con Alejandro, este lo desviaría debido a mi presencia. Que fuera solo y sería recibido seguida. Oyendo mi consejo salió para la llamada casa de San Pedro, residencia del Presidente. Allí le brindaron café y desayuno junto con el Presidente quien estaba en ese momento a la mesa haciendo lo mismo. -He venido a advertirte porque desde anoche los bolos Y los rabuses están tocando cuyaya con sordina. -¿Y por qué? -Tú no sabes que tenemos la revolución encima: todos están contra nosotros. Tus verdaderos amigos me han encargado decirte, que no te sienten la muñeca, que hay que romperle el pescuezo a media docena de cocotuses, para entonar esta situación. -Óyeme, Cuadrao, yo lo sé todo y estoy tomando mis medidas. Dímele a ellos que ya no es la época de las" calaveritas", que ya ese tiempo pasó para mí. Déjalos que se muevan que tú puedes estar seguro que la caballería pesada prusiana, les va a pasar por arriba. Y agregó esta sentencia pirroniana, por lo escéptica: -Hay momentos en la vida política de los hombres y de los pueblos, que la manera más útil y práctica de gobernar, es no gobernar...
EL PICAPLEITOS Una noche estábamos sentados en el Parque Colón, en agradable compañía de Don Alejandro, cuando se presentó un picapleitos y le dijo: -Como Ud. es un hombre versado en derecho, en leyes y de gran experiencia, deseo que me ilustre y aconseje, porque yo, guiado por mi ignorancia, pienso, etc. Don Alejandro, quitándose la pipa de la boca, le contestó: -No sigas. Si tu ignorancia te aconseja lo que piensas debes hacerlo, actúa de acuerdo con tu célula virgen, en la seguridad de que triunfarás. -Muy agradecido -le dijo el picapleitos; y Don Alejandro le contestó en francés: -11 n'y a pas de quoi (no lo merece). Después de haberse despedido el picapleitos, nos dijo: -Para qué habré leído yo la obra de Voltaire sobre la tolerancia, cuando esta gran virtud es inútil, y por ende, de acción negativa en nuestra tierra.
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PATENTE
Otra mañana de la época de los americanos, en la barbería "La Diva", de Panchito Torres, estaba uno de esos generalotes tragabalas, que antes de llegar los brothers comía carne humana cruda, y que súbitamente se transformaron en ovejitas del redil del manso y dulce San Francisco de Asís. En la mesita de los periódicos, Don Alejandro y el Ministro Americano Míster Russell, hablaban en inglés. El tragabalas se afeitaba tendido en el sillón. Entró un joven y equivocándole con otra persona, se le acercó, diciéndole: Oh, Fulano, quería verte. El tragabalas retiró la mano del barbero e incorporándose un poco en el sillón le contestó con cara patibularia: Yo no soy la persona que Ud. busca; yo soy el General Fulano. El Ministro Russell se sonrió y Don Alejandro le dijo en inglés: "A todo esto, el Almirante Knapp en el Palacio Nacional, patente como el Santísimo Sacramento... "
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EL TALENTO
Al hablar de tertulias del pasado y presente siglo, echamos en olvido una interesantísima, la de la barbería "La Diva", establecida donde está hoy el elegante cine Capitolio, en la planta baja de la casa ocupada por la familia Woss y Ricart. Allí se reunían en la tarde. Don Alejandro Woss y Gil, Don Alito Abreu, Don José Ramón López, Don Aurelio Fernández, uno de los veteranos del Cabao; y a veces dos o tres jóvenes intelectuales, a oírlos con la atención y el respeto debido. Una tarde, no sabemos por qué causa, los jóvenes hablaron del talento de ciertas familias capitaleñas, del talento de los Heureaux, de los Pichardo, de los Garrido, de los Nouel, y otros más. Una tercera persona que a la sazón llegaba, discrepó, morbosamente, diciendo que no estaba de acuerdo, porque X, miembro de una de las familias talentosas, era muy bruto; y dirigiéndose a Don Alejandro, quien estaba junto a la mesita leyendo un periódico, y fumando su pipa, le dijo: Don Alejandro, ¿no es verdad que fulano es muy bruto? - y él le contestó: 477
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-Yo no le conozco, pero he oído decir que es bruto de padre y madre -y continuó leyendo su periódico, como si no hubiese dicho nada, absolutamente nada.
UN GENIO Cuando el Dr. Martínez Boog, siempre con la cara amarrada, pero siempre noble y generoso, me entregó en su laboratorio bacteriológico, un sobre lacrado, y me dijo: Llévde a Chachí, pensé que era mi boleta de defunción. Llegué a la policlínica del Doctor Fiallo Cabral, y le hice entrega del sobre fatídico. El doctor, a medida que leía fruncía el entrecejo y dijo: -Esto es serio, Wasermann y Kant, la alemana y lajaponesa. Las tres cruces y la del cementerio cuatro. -Yo lo presumia. -¿Por qué? -Porque de un tiempo a esta fecha, siento una clarividencia mental y psíquica extraordinaria, una potencia creadora inusitada. Hasta hoy creía que tenía una inteligencia común; pero ya tengo la seguridad absoluta de que soy un genio. Alejandro el Grande, Julio César, Napoleón, Schopenhauer, y Federico Nietzsche, eran francastorianos, y me eché a reír. -Deja tu humorismo, ve segUido al almacén de drogas que está frente al parquecito Padre Billini, procura al Conde de Mondesert, quien ha venido por tierra, y le di479
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ces en mi nombre, que te obsequie dos cajas de muestra de Bismutoido!, que vamos a probar en ti, este último específico. como si se tratara de un conejo. Estábamos de cúbito en la mesa de operaciones, esperando la reacción del inyectazo que me puso. profundamente, en mi antiestética y magra región glútea, cuando sentí en la sala de espera una fuerte discusión filosófica. Nosotros, que tenemos una vocación patológica por la filosofía. nos levantamos y con los pantalones medio caídos, y la faldeta de la camisa toda por fuera, nos incorporamos a la discusión, tratando de aplacarla; pero se fue acalorando más y más. El Licdo. Antonio Garcia, hombre probo, fuerte y apasionado, decía, que no y no. y el Doctor Fiallo Cabra!, que sí, empeñado en sacarle de su error. En esa tesitura. llegaron hasta la acera, en nuestra compañía. Don Alejandro estaba de pies en la puerta del anexo del restaurant "Fausto", atraído por el inesperado y estrepitoso escándalo filosófico. Al vernos nos llamó, y dirigiéndose al Licdo. García, le preguntó: -¿Qué te pasa, Antonio. con el Doctor Fiallo Cabral? -Nada, Don Alejandro. ¡que no los puedo pasar, no los puedo pasar! -¿A quiénes, Antonio, a los bolos? -No, Don Alejandro, ¡a los neo-platónicos. a los neoplatónicos! ...
EL ÚLTIMO ADIÓS Los griegos simbolizan la amistad. en una divinidad preciosa. con la cabeza desnuda y el pecho descubierto del lado del corazón. En el Olimpo latino. representaban la misma divinidad coronada de mirtos y flores de granado entretejidas. llevando en la frente estas palabras: "Invierno y verano"; y en las franjas de la túnica, estas otras: "Hasta la vida y hasta la muerte". Para Pitágoras. el filósofo del silencio. la amistad es el vínculo de las almas delicadas. Para el inmortal trageda Esquilo. la verdadera amistad de los hombres es un regalo de los dioses. Para Sócrates. el Padre de la moral, la amistad es el único encanto inefable que sostiene el mundo. Aristóteles hizo grabar en el frontispicio del Peripato de Atenas. esta admonición: "Que los buenos legisladores se cuiden más de la amistad que de la justicia" . El férreo e indispensable orador Marco Tullo Cicerón solía exclamar: "Sin la amistad verdadera, la vida no vale la pena de vivirla". Baltasar Gracián, el fIlósofo culterano, laborioso y sutil, apunta en su Arte de la prudencia, que todo amigo sabio y bueno es útil y grato. Para Voltaire. el íntimo amigo de Federico el Grande, la amistad intelectual y 481
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espiritual (no tocada ni manchada por el metal argenteo) es el supremo y más dulce de los afectos. En las amistades desinteresadas hay placeres que no pueden alcanzarlos aquellos que nacen mediocres, ya que estos no necesitan amigos sino cómplices, como afIrma La Bruyere. Impulsado por un sueño premonitorio y triste nos dirigimos cargados de preocupación, al hogar del ilustre enfermo a quien creíamos encontrar ya muerto. No fue así, todavía vivía y al vernos nos dijo: -Oh, qué temprano has venido, ¿ya tomaste café? Poco después se presentó la criada con dos tazas muy aromadas. Yo apuré la mía, con delectación y él solo probó ligeramente la suya. Encendió un cigarrillo y lo tiró. -Ya todo me repugna, hasta el café y el tabaco, mis dos grandes animadores intelectuales. ¿Vas a salir lejos de la ciudad? -¿Usted me necesita? -le pregunté, pensando en un sacerdote, ya que ellos tienen en sus manos las llaves que abren y cierran, no los ergástulas inmundos, crueles y malditos de la tierra, sino las del dulce paraíso, como asegura su Santo Padre cristiano. -Todos mis órganos están bien, pero la máquina de púrpura me ha fallado. Y se tocó con el índice, con el dedo omnisciente, como decían los romanos, dos veces el corazón. -Date la vuelta, que me parece que esto se resuelve hoy. Anoche a las dos de la madrugada me sentí grave. Creí que Caronte, el barquero fatal de los ojos de búho, como d~ces tú, me pedía mi pasaporte. Sin embargo, me acomodé bien en la cama, encendí un cigarrillo y cinco minutos después me dormí profundamente. Después de un breve silencio, me preguntó: -¿Qué fue lo que dijiste el otro día respecto de la verdad suprema y armoniosa de la muerte? -Que el hombre -le dije- después de la muerte es lo mismo que antes de nacer. Que la muerte era una descomposición para volver a componer.
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Él sonrió vagamente, y me contestó sin mirarme: -Sí, tú tienes razón, pero la idea de la podredumbre orgánica repugna y entristece. Entonces fuimos nosotros quienes sonreímos y le contestamos para desviarlo de su cándida y triste preocupación: -¿Pero, quién la siente y la ve? y como si evocara el "Stoa Poikile", el pórtigo abigarrado de Zenón de Citium, el Jefe de la escuela estoica, dijo: -Sufre y soporta. Y agregó: -El hombre no puede cambiar su destino. Ya libertado de todas las pasiones perturbadoramente humanas, lo mejor es descansar, sí, descansar. Ya tenía las facies cardio-hepática, mortal, de que nos habla el ilustre clínico Dienlafoy. Me tendió la mano izquierda, la del corazón, ya completamente descarnada y febril y me miró con una mirada irradiante. Nos pusimos de pie, y por un fenómeno de asociación ideológica, recordamos lo que le dijo Sócrates a su discípulo y amigo Critón, momentos antes de apurar la cicuta menor e injustamente fatal: "Abandona este recinto Critón, del que hace poco ordené a todas las mujeres salir, para no verlas llorar". Bajamos lentamente la escalera con los ojos humedecidos por las lágrimas. No quisimos volverlo a ver...
FATAMoRGANAS
El hombre, señora, con el tiempo, se corrompe o se perfecciona, se perfecciona o se corrompe... y es verdad: Nerón, la primera vez que lo presentaron, para que la firmara, la sentencia de muerte de un enemigo del imperio, palideció, lloró, le tembló la mano adolescente, al extremo de caérsele el áureo estilo y se proclamó un desgraciado. Después, con el tiempo, sumergido hasta las rubicundas axilas en una terma de pórfido azul, en un baño tibio y perfumado, contempla sonreído y satisfecho, a la cruel Loocusta, experimentar en un anciano filósofo, el tósigo mortal que debió suprimir al inocente Británico. El hombre, con el tiempo, se corrompe o se perfecciona, se perfecciona o se corrompe, señora.
*** En la reunión conjuncionista que se llevó a efecto e la Sala de la Gobernación de Santiago de los Caballeros,m el distinguido hombre público Don Federico Velázquez y Hernández dijo: "Considero que si un jimenista va hasta el medio de la calle en defensa del gobierno, un velazquista debe ir hasta el extremo de ella en la misma misión. Porque la solidaridad no se fomenta sino dando el ejemplo y echándose a cuesta sin dolor ni protesta o sacrificio..." 487
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Ningún velazquista honrado ignora ese sagrado deber de fidelidad y moralidad política, y segurísimo estoy que ellos están, como han estado presto a cumplirlo; pero me falta hacerle saber a Ud. señor Velázquez, el sagrado deber que tiene de hacer respetar y defender, a toda hora y en toda circunstancia, los intereses políticos de esos amigos, que supieron, en un momento de penumbras y de desmayos, serle fieles ... ¿estamos? ..
*** Enrique Jimenes me dijo esta gran verdad: el pleroma universal radica en los intestinos; este pueblo lo que necesita es comida y buena administración; aquí no hay quien sepa una papa de administración. -Sí, le contesté, yo lo creo, lo que necesita es comida, administración... honradez y baños de ducha con cepillo,porque de las cosas repugnantes, es un político fermentado, un político que no se baña bien, ¿estamos?...
*** Si yo pudiera, con gusto le tomaba el pelo al culto GraL Fidel Ferrer, procónsul de Azua; porque de las cosas que han dado gracia es la botijuela que se encontró en los campos de Luis Felipe, el del Homenaje: el rol dice así: 70,000 fulminantes, alguna pólvora, algunos elementos importantes dellegalismo, alicornio y una corneta; si yo hubiera sido el procónsul Ferrer, lo que es a ese macuto en marte, no le pongo la mano. Don Miguel Febles me dijo anoche al oído: el alicornio es del Dios ülivario... ¿y la trompeta?... La trompeta -¡jum! pa mí esa será la del juicio finaL .. estamos... Al pobre Enrique no lo han dejado echar un respiro, no lo han dejado desmontar de "Pancha" su mula favorita. El muchacho es enlapao pero, de aguante, es de carga y de silla; gracia que ha traído sangre nueva, dinámica y práctica, como diría mi respetable amigo don Federico ... Godoy... Antes de ayer por la mañana en Cambe-
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lén, y anoche cenando chicharrones en los "Chicharrones" con los generales Chachá, Castillo, Presbiterio y el almirante don Paco Catrain, ¡pobre chaucha! Dios quiera que no me la manquen de las agujas... porque, entonces sí que podemos decir que nos quedamos a pie y con el lodo en la barriga, ¿estamos? .. *** Se dice por corrillos y plazas, que aguardan a Velázquez para entregarle la talla y la banca; ¡si se repetirán las palabras del discípulo del Maestro Galileo cuando le levantaron el sudario al pobre lázaro: Domine jam fotet, que traducido al castellano objetivo y sintético de nosotros, quiere decir poco más o menos: Don Federico, no lo toque, porque ese está que hiede.
Año
Listín Diario, No. 7870,
xxvm,
23 de agosto de 1915.
Fatamorgana escrita así, significa miraje, ilusión, espejismo, desgracia; y como la escribo, significa lo mismo y algo más que el tiempo ha de mostrar. Este título, lector o lectora, no es la consecuencia de la escribología o rebuscamiento cubista, no, esto, como las hóplicas falanges romanas, obedece a un plan, a un orden profundo...
*** Se me había olvidado decirles, lectores o lectoras, que el día que el vapor Santiago tomó puerto, le hice una visita al Dr. Bobó, candidato improbable a la Presidencia de la República de Haití y del "Tío Sam". El Dr. Bobó, antropológicamente hablando, es lo que llaman en El Seibo un mulato de piedra chispa, intelectualmente es un hombre culto, un super-hombre, pero un super-hombre haitiano, un poco rasta o rococó y completamente melómano. El Dr. Bobó y yo, no hablamos nada respecto a la tenebrosa política de su país y del nuestro; la causerie tomó un sabor puramente intelectual y civilista, hablamos de Paris; de la diferencia psicológica de la raza latina y la raza sajona, de las mujeres, del Molino Rojo y de música; le pité con sordina el 491
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prólogo de Los Payasos, y él me pitó a toda orquesta la parte aquella de Traviata que dice: María Panchíibida se crió un débido etc. etc. Me confirmó la trágica muerte del valiente Demetrius André, doctor en derecho, hombre de amplia cultura y pesada anatomía otentótea; hace nueve años, cenando con el doctor André, langostas con menta frapé y ostras, en un restaurante de La Habana, le dije a mi trágico amigo: -Doctor, deje la política de su país; porque lo pelan. ***
Yo tengo boca de chivo: a lo que le pego la trompa se seca. Cuando supe por la prensa y por algunos palaciegos, que el honorable Presidente de la República, obedeciendo a honradísimas prescripciones facultativas, abandonaría su residencia de Gascue, para pasar a Montecrísti o a Barahona, me dije para mi capote: este palo tiene jutía, y gorda: las cosas en este mundo no salen nunca como entran, ni entran como salen, y no sé nada... ***
El clima de Montecristi no puede ser propicio al ligero quebranto del honorable Presidente, porque hace mucho viento y mucho calor; y el de Barahona peor, porque hace poco viento y tiene fucú. El honorable Presidente debe reaccionar fisiológica y espiritualmente aquí, cerca, en Cambelén, por ejemplo, la sombra pascual de nuestro pastor Nouel, a pocos minutos del Capitolio y de Mauricio Jimenes. Don Juan, las cosas de este mundo no entran como salen, ni salen como entran: ese palo tiene jutía, y gorda. ***
Ya Enrique está entre nosotros, entre los suyos. Me pareció velo entre los enervantes cojines de un auto; ha venido quemado del sol del Este, y si no me equivoco, ha
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traído el bigote rasurado. ese es un buen síntoma en un profesor de energía. en un energético. como diría Logroño porque el hombre que como él, tiene que estar trajinando de arriba para abajo y de abajo para arriba. debe estar libre de apéndices inútiles. La verdad que el muchacho está dando pruebas de liberalismo. de laboriosidad y de honradez: sino fuera por mi compromiso con Quiquí y el Dr. Bobó. a la hora del desmandingue. como dice un Senador. manque fuera mi voto le daba. Y no sé nada... Don Federico. Desiderio y Enrique están de olor. de chupe usted y déjeme el cabo: ayer por la mañana les vi bajar de palacio. sonreídos. satisfechos. a la manera graciosa de las Gracias. con los brazos echados sobre los sendos riñones. pero Enrique en el medio: no sé. porque me acordé de un refrán de Montecristi que dice: cuando los perros ladran. los chivos se recogen. ***
Escúcheme. Don Nadie: cuando la enzoletada dictadura caserina. preferí el sol candente y el lodo de una carretera. a las muelles otomanas palatinas: no me toque. Don Nadie. porque le hago operación cesárea... ***
No te inquietes. gentilísimo Danilo; lo del boyes una bella falsa del inarmónico Damirón (inarmónico plásticamente) pero no hay que dudarlo. las plasticidades asiáticas tienen una temperatura sedátil: ¿verdad Quiquí?... para Memeco una ginebra con gotas. para mi una menta. doble. La ginebra predispone al sonambulismo y lamenta a las numeraciones ambiguas. deme un idaguiche. doble. dice Mencía... ***
El valor espiritual de una Mujer. con mayúscula. se puede estimar por su amor a las flores. a la poesía y a la
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música, sobre todo a la música, que es capaz de dominar a los tiranos y embriagar a los pastores... Listín Diario, Año XXVII, No. 7882,
6 de septiembre de 1915.
Toda alma grande. genuinamente sincera. se ignora a sí misma. se desconoce. no sabe lo que es. se siente combatida por encontrados afectos, ya remontándose a las más sublimes cimas del pensamiento y el corazón, o ya despeñándose por los más profundos abismos, en pos de la verdad.dice el inmortal Tomás de Carlyle. Bueno. ¿;y a qué viene ese lingote fIlosófico a treinta leguas de distancia de la ciudad romántica. según la tabla signótica del mapa del general Casimiro N. de Moya?... ¡el tiempo dirá!. ..
*** ¡En marcha. Vigil Díaz, por Dios!; no hables más de caballos, de yeguas y de siembras; en marcha. son las siete y tenemos que caminar mucho. Ponle, en el corazón a ese pan un pedazo de jamón frito -que está muy rico-- abraza al bondadoso. gentilisimo Nicolás Santoni. estréchale esa mano franca y ruta de Triptolemo. dale las gracias por su fuerza y honorable locrio de anoche. y dile adiós a los restos de civilización que ves; porque sábete que vamos para la montaña.
*** Cinco horas de pampas. de sol, de fango y de martirio para mí que vengo enfermo de cuerpo y alma. con un in495
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fartamiento del hígado y el desdén de una mujer en el espíritu. ¡Bah! ya estamos en la montaña. me dice mi compañero Giró y Román, que ha vislumbrado la blanca pupila del reloj público; y a pie, porque el rocín se me ha cansado, encapotado, trágico y sombrío. como Napoleón en la trágica tarde de Waterloo. con un frasco de potente hepático que me ha regalado el Doctor Báez hijo. un paquete. doble. de bicarbonato. y una caja. doble también. de comprimidos de Vichy. un tomo de las "Ruinas de Palmira" en el bolsillo izquierdo y el derecho "La vida de Jesús" de Renán y un tomo a la rústica de Bertoldo y Bertoldino. entramos triunfantes en la muy santa y quebrada ciudad de Santa Cruz del Seibo, cuna de Milito Morel y Quiterio Berroa. el magnífico! *** Ahora me dice el poeta de "Blanca de ensueños". ahora un salcocho como el que nos dio Nicolás. en los "Platanitos", un salcocho a toda orquesta, a tres carnes y un contrapunto de longanizas higüeyanas, auténticas. y su poquito de vinagre. un picantico democrático que tengo, superbo. ¡Por los clavos de Cristo, Ledo.! yo no puedo comer carne ni canes. y menos longaniza. ¡pun. eso jamás. y... a ver... creo que he perdido las pastillas. Pastillas, fuera las pastillas y la literatura, después de este menú. un jarro de agua turbia con muchos detritus selváticos. un jarro de agua barrosa, y queda esa barriga como un papel de música. Sí, de música. como un papel de música del viejo Alfonseca. que después de escrito" ni él ni el mismo Wagner lo entendía. *** Sí. ya estamos en la montaña. Yo he venido a la montaña a curarme todos los males: fisiológicos, espirituales y cerebrales; a distanciarme de ese ambiente adorable y malas no del parque "Colón". Quiero paz. trabajo de
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músculo y de neuronas y de sinceridad; he venido a la sierra a todo esto y a aprender latín con el bondadoso y virtuoso Pbro. Alfredo de Peña; porque aunque el sabio y escéptico Schopenhauer recomienda que sólo debe leerse en francés. yo necesito leer a Juvenal y Los Doce Césares por Cayo Suetonio Tarquina, en latín, y ya principié a hacer uso del apotégamo de Tomás Carlyle (q.e.p.d.)
*** Una semana de montaña. una semana con la naturaleza, y ya sé que hay que leer poco y bueno. "La Biblia". "La Divina Comedia" y media docena de libros de los blancos de Europa, y N. América; intertropical y sudamericano. nada, absolutamente nada. pésele a quien le pese. Lo americano es puro alambique, son unos verdaderos alambiqueros: siempre se les siente el sabor a cobre.
*** Atento siempre a los intereses políticos dentro de la más libre dignidad del honorable Presidente de la República y del ex-Presidente del no menos honorable Ayuntamiento de la ciudad capital y hoy. Secretario de lo Interior y Policía. Quiero saber si el honorable presidente lee la prensa diariamente. o si se la leen, cómo se la leen, a qué hora se la leen y quién es que se la lee. porque tengo que delinearle sin rodeos ni paños calientes, muchas cosas de la placenta capitaleña y algunos quesos del Este. Yo estoy lejos -eso es veidá- pero tengo en la romántica un Zahorí, muy práctico en negocios políticos, que un día si y otro también me tiene con las espuelas que me clavo: hay Boyía. de ahora palante es que vaya dar golpes de sangre. de no te menees. Listín Diario, Año XXVII, No. 7911,
11 de noviembre de 1915.
"No acepto pagar privilegio a nada ni a nadie en la tierra ni en el cielo, y menos aún donde tengo un derecho de honor, de lealtad y de carácter intrinsecamente conseguido; por pequeña, por ínfimas que sean mis facultades, yo soy quien soy. Hago lo que a mi personalidad concierne, y no lo que las gentes piensan que tengo obligación de hacer". Cambio de pensamiento cuantas veces me sale en gana; niego en la tarde, lo que afirmo en la mañana; esputo en la noche, a la misma frente que coroné en la tarde, y desnudo al liberto que cubrí con la túnica del elogio, siempre que ese libreto, olvidando su condición de esclavo, se insolente.
*** El escritor debe respetar su pluma más que a su alma, e igual que a su madre. Se puede ser un cartaginés sobre el mugriento lomo del mostrador, sobre la verde esmeralda del tapete y en el laberinto tenebroso del politicastro tartufo y atorrante; pero, para manejar el áureo cincel de la prosa y del verso, sobre el blanco paros, hay que tener las manos limpias de cobre y de sangre y el corazón con alas, con alas blancas, si llevo en los potentes riñones algo que me perpetúe en el futuro, a ese 499
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algo quiero legarle la locura honrada de mis pensamientos! ...
*** Haití sólo tiene para mí una belleza, la belleza de su libertad, política: y he aquí. que esa belleza ha sido manchada por la negra traición de uno de sus hijos. Dartinguenave, borracho de pigricia, ebrio de baratijas, se ha vomitado como un Judas harto, en lo más íntimo del templo del ilustre patricio Francisco Domingo Toussaint Louverture: pero si Haití cae en las garras del enorme y luctuoso buitre nórdico, caerá dignamente, como un aqeuo: sobre el escudo y la pupila fija en la llama, y no como hemos caído nosotros en un de piara castrada, como una traílla dionisíaca, aullando zalemas al fetiche que, borracho también, danza salvaje y grosero sobre la clásica carreta traidora. haití caerá, tiene que caer, la civilización lo impone: pera caerá gritando: yo no me he vendido, a mi me han cazado, me han asesinado, podría mostrar el flanco negro herido por el cuchilolo del matarifle blanco. *** Sólo respeto una aristocracia, la aristocracia platónica del pensamiento y las torsas sedas petronianas. La prensa me anuncia la llegada del Honorable y finísimo caballera Mr. W. W. Russel, Ministro Plenipotenciario de los Estados Unidos en Santo Domingo: grata noticia para mí. El Han. Russell, es un diplomático gentilísimo, correcto y fino y calza No. 38, es de buena cuna. Ya era hora de que nos devolvieran a Russell y aventaran bien lejos al cerdócrata de marras, a quien vi en un Te Deum safarse en plena reunión diplomática, el alfiler de la corbata y hurgarse media hora, larga, la ennegrecida dentadura. Reciba el Han. Russell, mi consideración más distinguida,y cuente siempre que aquí, en las sierras, tiene un amigo que sabe leer -en lengua de Poe, Whitman y Paten.
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Cesáreo Jiménez, Gobernador de Azua, muy bien, Fidel Ferrer, Jefe de la Guardia Republicana, muy bien también, Yo espero que ambos sabrán lo que se debe hacer en sus respectivos puestos: aquél, hacer lo contrario de lo que ha hecho éste, y este hombre completamente activo y militar, organizar debidamente la Guardia Republicana. Ponerla en condiciones de salvar la dignidad, la vida y los intereses de los campesinos y no las parrandas de nosotros, los capitaleños. ***
Un periódico de la capital dice: Debido al valor, la honradez y la actividad militar del Jefe de Operaciones en campaña General Manuel Mercedes y del General Antonio Ramirez; y a las actividades y buen tino político de los Generales Febles y Ricart. respectivamente, el Éste está como un lago leso es verdad), el Este está como un lago, sólo quedan algunos grupitos de asesinos natos y ladrones, poca cosa, casi nada: ojalá yo verte a ti poca cosa acompañado de una mujer bella y hermosa y un revólver, por estos llanos, para que sepas dónde tiene el maco el encuentro! Llamo respetuosamente la atención al Honorable Secretario de Justicia e Instrucción Pública respecto al bandidaje en estas Provincias. Hato Mayor, es el campamento veritable de Procusto, Hato Mayor (dígaselo a su amigo el S. de lo Interior y Policía) Hato Mayor necesita un piquete de tropa de línea, o de Guardia Republicana, con órdenes que yo discretamente puedo comunicarle; yo que tengo un concepto de la moral y del bien público me brindo a la pacificación de este bandidaje (se entiende) y cargo con todas las responsabilidades morales del caso, y no sé nada, no soy guapo. ***
Vigil Díaz, te llaman por teléfono, ¿Quién? El Comandante de Armas, -Yo no salgo a campaña,
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¡Aló!, ¿quién habla? Vigil Díaz. Señor. -Recuerde la conferencia de moral que me ofreció darle en el patio de la fortaleza a los presos, y ya son las 4:30. Muy bien; trin, trino Anjá -Tráigase al Ledo. Giró, que hay un café majado a dos manos y una copla. Listín Diario, Año XXVII, No. 7925,
27 de noviembre de 1915.
Ahora, que se ha terminado la hiperestesia de los juegos florales, y que ha tocado a su fin la temporada de ópera. que dicho sea de paso, entorpecía particulares e íntimas relaciones. quiero deciros algo. pero algo que vibre y se sienta en la médula y el corazón de la República.
*** Decía San Jerónimo. cuando fue a la pecaminosa ciudad de Bizancio: cuando tomo el verbo, bajo las arcadas de la basílica de Santa Sofía, los fieles lloran de entusiasmo, y yo mismo me envanezco; pero después. en lo íntimo de mi celda. lloro. lloro de pena porque veo que es a la música de mi palabra y no al espíritu de mi santa doctrina a la que aplauden...
*** El veinte y cuatro de diciembre del 1915. suscribí en las montañas y en las respetables columnas de este diario. una carta, en la cual no quisieron detener los hombres dominicanos su atención; esa carta no era un capricho de artista: era un deber y un augurio fatídico que muy pronto se ha de cumplir, se cumplirá. Esa carta era la esencia de una correspondencia americana y la co503
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rrespodencia del General Ulises Heureaux y el Presidente Tiresias Simon Sanz, allá por los años 1896. ***
De una consternación de almas y de cerebro, puede surgir una patria, pero, de una promiscuidad de intestinos sólo puede surgir un water-c1oset o un lebrillo de butifarras: es hora de pensar con el corazón y las neuronas y no con el jugo gástrico ... ***
A todo aquel que le ha hecho daño a esta desgraciada República, yo le he perdonado, decía el intruso y severo Catón, y los he perdonado, porque todos han hecho su daño ebrios, ebrios de pasión, de hambre o de vino; pero a ese farsante César jamás lo perdonaré, porque ha hecho su daño fríamente y en ayunas eso, señora, no es una Fata Morgana, es una realidad .. ***
Danilo, qué bien dijiste: del fantástico acoplamiento de la lánguida y bella historia intelectual y el panida boedo, tiene que surgir la amable e inofensiva vagarosidad de una simple hipótesis, la enorme y azulada bruma de la nada, una sonriente abstracción. Listín Diario, Año XXVIII, No. 8053,
28 de marzo de 1916.
El Poder. ah. el poder: ¡qué morbos tan funesto! Cuando Agripina. encinta de Británico. consultó el augur. éste le respondió: el fruto de tu vientre reinará. pero. será asesinado. y la monstruosa y cesárea emperatriz contestó: que reine aunque lo maten... ***
Había un perfume vagabundo en el alma de las cosas. en el céfiro, en las estrellas. en la noche. en tus ojos y en tus manos, cuando posé mis labios en tus labios... y sentí que eras todo en todo y algo más! ... ***
El hombre debe cuidarse más del hombre. individualmente que colectivamente. y valga la jerigonza. El hombre uno es más peligroso que el hombre piara: la piara va al aprisco. a la barraquera; el hombre uno cuando lo estrechan injusta y groseramente faja y mata... ***
Chicho Vicini. el incomparable esteta y eminente financista. me ha sacado de un grave error. y se lo agradezco. Yo creía que los comerciantes. como los políticos 505
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o los abogados, eran todos iguales, más o menos pícaros y más o menos estúpidos; pero resulta que no, según mi compañero el eminente esteta Chicho Vicini (este calificativo le sabe a confituras de menta); según Chicho, hay, dentro de la burguesía, merchan y bisnes mano Bisnes man (yo lo escribo patriótica y estúpidamente mal) Bienes man, es, por ejemplo, el Conde Danilo, Santiago Michelena, Vigil Díaz, Chicho Vicini, y merchan son: Arturito, numéralos tú... es decir, en síntesis: se puede ser artista y bienes man, pero es perfectamente incompatible, el merchan con el artista...
*** Entre Nerón, rompiéndole las vísceras a Popea de un puntapié, deleitándose detrás de su rutilante esmeralda de los espasmos de los gladiadores y los quejidos de las vírgenes cristianas en los jardines de Lúculo y Judas, me decidí por Nerón. Entre el tigre de Caprea, borracho, aspirando el vaho de los cadáveres que fermentaban en las llanuras pavorosas de Betriacum y el infidente. Epafrodito, me decidí por el monstruoso Tiberio. Tengo la fobia, el horror de la inconsecuencia y la traición. Los hombres pueden serlo todo, menos inconsecuentes y traidores. Por eso admiro y respeto a Mauricio Jiménez, Bernardo Pichardo, Cesáreo Jiménez, Desiderio Arias, Arturo Logroño, Doctor Meléndez y odio a ... ¡do, re mi fa so la si do!. .. ListÚ1 Diario.
Año XXVIII, No. 8058, 3 de abril de 1916.
Glosar es vivir: la vida cuando no es un gerundio acabado en ando o en endo, es una glosa; en otra oportunidad explicaré, señora, todo lo que es susceptible de glosarse aquí y allá... *** Barón ütilio Andrés Remigio Vigil Díaz, según las asechanzas de un culto, o de unos cultos y amables camaradas, cumplió ayer 36 años: ¡horror! me enfermo al pensar esto. Vigil Díaz sólo tiene 26 años y mese, apelo a la seriedad de Damirón, el profesor máximo de ebanisterias nocturnas. Lo de los 36 años (me lo dicen ahora mismo) es una estratagema del Ministro de lo Interior, para así, por la edad, poderme amarrar a una poltrona del Senado; menos mal. La guasa me ha ido bien. El Conde Danilo me ha mandado 5 pares de medias a diez colores. Arturito, una pijama casi etérea, y una cofia de dormir, que es un primor. Enrique Ap. Henriquez, candidato futurista a la Presidencia de la República, un ánfora y una cita para el Hotel Francés, y el General M. A. Rocha, otra en estos términos: querido poeta y viejo compañero de exilio y melancolías; este medio día es mío, ven, te esperan unas 507
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hicoteas ahogadas definitivamente en vino jerez y un pescado desmedulado... el coche está pago... Una de Juan José, en estos términos: negrito, me darás este crepúsculo de tus 38: ¡qué horror! ... de Ella, un ramo de rosas frescas como sus labios.
*** Yo no tengo ninguna atraviles con los Diputados y Senadores (en qué arará éto) de la república. Unos me son tan solemnemente indiferentes como una cosa o como un paquidermo. Otros, los quiero casi con tanta debilidad, como acostumbro a querer a las mujeres bellas, inteligentes e histéricas, y a los más los respeto, pero, es el caso que yo digo como la gaga: en qué a rará él tó.) Volví a vísitar el pesebre legislativo, donde, justo es confesarlo, hay algunos pegasos alados. Pegaso en este caso es sinónimo de espiritual), de poeta, de escritor. Volví al pesebre legislativo, llegué cuando se discutía el impuesto de billetes de lotería, atacado rudamente por el proficuo y leal Dr. Aybar, y defendido con entusiasmo por el Ledo. Juan José Sánchez y Tino Malagón. En medio de aquella pugna brillante de razonamientos contrarios, me decía al oído un horacista ortodoxo en la forma y pacifista en el fondo: ¿por qué serán Juan José y Tino, bolos? Porque, después de todo, por más que echen la lengua defendiendo los intereses del Gobierno, no se lo van a agradecer. Yo, pegaíto al estribo del oído, le contesté: esas son bifurcaciones dolorosas de las líneas directrices: y no sé nada, sor un bruto... Listín Diario,
Año XXVIII, No. 8063, 8 de abril de 1916.
El momento de los espejismos. de los palacios encantados. de las quimeras y las líricas neurosis heroicas pasó; ahora estamos frente a frente del abismo. cor a cor con las fauces espumosas dellaberintodonte implacable. Ahora lo que necesitamos es cobre asqueroso. menos mostrador. manejos sin jugo gástrico y mucho cerebro y mucha alma.
*** Medio mes poco o más menos hace que esos hombres desdichados de las Cámaras están por entenderse. y por un tantico por ciento traidor e impudoroso. tienen a la pobre Patria violada y sagrada. patas arriba sobre la inmunda tarima del pretorio. El fruto de la traición se puede utilizar. pero el traidor o los traidores jamás; para Claudia Nabucodonosor. su Corte y sus cortesanos; piedad. mucha piedad. porque después de todo. Magdalena arrepentida. resultó la mejor de las amadas de Jesús...
*** Patrida progenies semper prodixtrix et villana fuit. estamos. Yo no sé ni quiero saber quién tendrá la desgracia de "treparse" la desgarrada banda presidencial sobre 509
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los débiles hombros y desde ahora principio a compadecerlo; pero sí tengo el deber de prevenirle respecto al grave momento histórico. momento en el cual un hombre de talento. de virtudes mayores y de energía. un momento en el cual, despojados de azules puerilidades y vanidades pueriles. puede casi salvarse la Patria. Inicie su vuelo con alas blancas y potentes, reparta responsabilidades entre los distintos jefezuelos de piara: organice un ejército nacionalista para arrollar a los que quiera traicionar la reconstrucción nacional;no dejarse embriagar de esa burocracia encanallecida, parasitaria y traidora que ha dado siempre los traidores, esa burocracia que junto a la banca. el cuartel, el campanario y una que otra mujer, han lanzado graciosamente la República en el caos. Listín Diario.
Año XXVIII, No. 8094. 19 de mayo de 1916.
Oyeme, liberto con una jorobada de Triveulet, discreta las desgracias, los quebrantos de quien te dio la vida; la Patria es la madre común, y un hijo, a menos que esté loco, o desee cometer una monstruosidad, no tiene derecho a mostrar las debilidades y lamparones de aquella que le dio el ser.
*** Hace siete meses más o menos que dije desde las montañas del Seibo: "He venido aquí, a las montañas, como Pirrón , para guardar un lustro de silencio, lejos del rumor de las pezuñas y el almizcle de las fieras, ya ejercitarme en el sufrimiento,porque en un futuro no muy lejano, el deber nos ha de colocar en el exilio o en la palestra, y para ese entonces, bueno es que tengamos ágil el músculo que ha de lanzar el dardo envenenado y fuerte el corazón que ha de defender la madre violada y ultrajada bajo la purpúrea tienda del áureo sátrapa insolente"; y nadie hizo caso...
*** Mañana, sin pretensiones de Dios Liborio, anunciaré otras desgracias y un lío gordo y muy tenebroso respec511
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to a loterías: lío, que de ser verdad, no se salvará ni el gato. Y diré también algo sobre la necesidad que hay de reorganizar la higiene y de poner ese cuerpo en condiciones de prestar sus laudables beneficios. ***
Me dicen que salió una columna de soldados constitucionales a operar por los lados de Monte Plata; y yo digo, como decía el escritor venezolano: cuando aquí gritan:; viva la Libertad, la Constitución y el Orden, el eco se repite en la montaña y sobre la verde sabana: mueran las vacas, abajo los conucos, fuego con las bodegas y candela con el honor. ***
Suplico a mis lectores no tomar en consideración nada de lo que se publique respecto a los acontecimientos que han dado al traste con el honor de la República, hasta no leer el libro que con este título: "Los traidores", verá próximamente la luz pública; así como también fijarse y estudiar siempre los últimos párrafos de las series de "Fatas" que publicaré, tomados de la declaración de Independencia de los Estados Unidos... ***
Todos los hombres son iguales por naturaleza; que a todos los ha áotado el Creador de ciertos e inalienables derechos; que entre éstos está el de vivir, ser completamente libres y procurarse la felicidad ... ListÚ1 Diario,
Año XXVIII, No. 8103,
30 de mayo de 1916.
El amor, el peligro, el dolor y el sufrimiento son las palancas de las vidas superiores, de los hombres fuertes. Cuando se aproximaba la hora fatal en que debía tomar el Divino Maestro Sócrates la amarga cimbia de cicuta, que cual hoz despiadada troncharía su olímpica vida; Fedón, el bello, el divinal efebo, Fedón le dijo: "Maestro, sálvate, aún es tiempo." "... No, caro Fedón, le contestó Sócrates" y levantándole la áurea melena, besándole la tibia nuca, como un adiós lleno de ternura; no, la muerte es el único perfume de la vida, cuando ésta se ha sabido vivir, cuando se ha cumplido bien con la patria y con los hombres...
*** Yo se lo dije, señora: ese reloj , ese xabeque grosero que han puesto en esa torre ridícula y grosera, fatídica y antiestética,es un augurio fatal, es la vanguardia de nuestra presente y futura desgracia. Yo, para mí, que no gasto almanaque, que jamás he contado dinero de mi pertenencia, vivo en las doce menos cuarto, es decir, en la hora que desgraciadamente se me ha parado mi viejo y amado y amado reloj de la catedral (como dice un diplomático); y es por esto que vivo en un anacronismo 513
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adorable y en vez de acostarme a las diez, como me ha indicado el Dr. Gautier, y mi hígado enfermo, casi perdido, me acuesto a las cuatro esperando el femenino y musícal tin tan, tin tan; taan... la una. *** y bien, Gacela, como te decía ayer: así te siento sobre la tumba de mi enorme tristeza, piadosa como una samaritana; tendida y vibrante como una cuerda sobre el alma de mi lira, prendida como una hiedra en la loza de mi enorme tristeza; blanca, lejana, como un símbolo blanco en el adiós de los adioses; refulgente y guiadora como una estrella en el alto silencio de mi noche de tinieblas y congojas...
***
Un personaje me mandó decir que los extranjeros no debían meterse en las cosas que no son de su país, infeliz... y me lo mandó a decir con un guapo; pero es el caso que yo no les tengo miedo a los guapos porque tengo un estado mayor de generales que le hace un hijo Bartola a cualquiera. Otro ex-personaje me mandó un pasquín muy mal escrito y amenazante; si me repite la dosis, por gusto, le echaré por la cabeza un ánfora nocturna de un a cosa que no le va a oler bien... ***
Esta es la tierra de los grandes viceversas; cuando usted vea que a un hombre lo retiran de su puesto, asegure usted que es un serio, cumplidor, honrado; pero como lo vea usted que perdura (hago sus excepciones) debe ser un vagabundo, un enfermo, un quídam. ***
Es bueno recordarle a todo dominicano, sin que esto sea concitar al pueblo a la anarquía; a todo dominicano que no haya perdido definitivamente la vergüenza las
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palabras que dijo el rebelde Caonabo cuando le engrillaron las manos, lGI AYA BüMBE!: primero muerto que esclavo...
*** Tan, tan; quien toca, un frío de Homenaje, partiéndome del coxis, me invadió el neuro psíquico y la zona pálida, la región precordial. Un chauffeur correcto, gorra en mano, militarmente, me entregó un sobre diciéndome: en el campamento constitucional de San Jerónimo me entregaron esto para usted. Tembloroso de coraje rasgué el sobre y leí: "Querido Petronio: Para amargarle los chicharrones a mis enemigos te espero para que almorcemos juntos bucólicamente. Te mando nuestro auto y el menú. Sopa a lo Russell. Pescado sumergido en una salsa oscura a lo Dr. Henriquez. Beefsteak a lo Caperton. Criadillas a lo Pérez Sosa. Jengibre a lo Velázquez. Cigarrillos y Tabacos de la famosa Tabacalera, que son un incensario de sabrosos perfumados. Ya ves, más sobrios no podemos ser, un gladiador esparciata nos admiraría; todo te lo ofrecemos lealmente; ven, no temas un envenenamiento. Tuyo, -Damirón." Yo fui, y con este motivo mañana publicaré una Fata en salsas, de chuparse los dedos, como decia Víctor de Castro cuando quería recomendar sus "Semanales". Cuántas cosas he sabido. Señá Ruperta... Prepárense los patriotas y los honorables de cartulina... ListÚl Diario,
Año XXVIII, No. 8110,
7 de junio de 1916.
El Listín dijo: "La Receptoría es la recaudadora de todas las Rentas internas y externas; y desde esta fecha se encargará de cumplir el Presupuesto de la República:" un apretón de manos, honorable Russell; ¡qué saludable es esto, qué filantrópico y qué ... ! Ya era tiempo; sí, ya era tiempo de ponerle coto a los despilfarros, a los abusos y predilecciones. La orden de quitarle el queso a los ratones, o los ratones al queso; la recibió, fíjense bien, que esto es importantísimo, la Receptoría derechita y caliente del inmenso horno del Departamento Insular de Washington.
*** No se puede pensar en el impudoroso Tiberio, sin recordar la paradisíaca Caprea y su famosa serpiente, alimentada, según la fábula con la casta leche de las impolutas vestales, no. Ayer, después de este descoyuntamiento, después de la francachela bizantina, después del tumulto, después de las cuarteladas contra la Patria indefensa, pasé por el histórico retrete de Cambelén. ¡Cambelén! ¡Cambelén! ¡Cambelén!. .. murmuré cuatro veces, a todo escape, tapadas las narices. Era casi de noche y sin embargo, jarineaba. Un pajarraco negro y 517
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fatídico como un levita, graznó en una jabilla, el automóvil le contestó con un fotutazo; el chauffer gritó; "el infierno por candela y las salinas por mansión... " y yo me persigné, murmurando: ofrézcome a las Tres Divinas Personas...
*** El país necesita saber si la Cámara de Diputados es el "Paladión" protector de la vida y los intereses de la República, o si es la mesa, el mostrador de un rastro o un deyectadero de gatos enfermos. Es pedante ya, reiterarle a los honorables Diputados y a los candidatos, honorables también, que es un crimen de lesa patria, un perfecto matricidio, entorpecer un día más, una hora más, un minuto más la elección presidencial: yo quiero que me digan los hombres de ahora, ¿qué es lo que entienden por amor cívico, por amor materno? El pueblo dominicano, ni los intereses del pueblo dominicano, pueden estar a merced de sórdidas ambiciones, de ambiciones bastardas. Pregunto yo, y digo yo ¿acaso han venido los honorables representantes al sagrado recinto del Congreso, al templo de Duarte, con la finalidad grasosa con que Epicuro lleva los cerdos a sus pocilgas? .. Me parece que no. La República no es de los Diputados ni mucho menos de los candidatos; la República es nuestra, del Pueblo; y si los Honorables Diputados y los candidatos, no se sienten con independencia socrática, con alteza suficiente para recogerla del fangal donde se encuentra, abandonen la palestra, abandonen las mullidas y cebantes poltronas para que sean ocupadas por un consejo de ancianos dignos; honrados, cultos y patriotas... o por un soldado americano. El dilema está sobre los paños del catafalco materno; o ustedes son hombres que se deben a sus valores, o al nombre de sus hijos, o son esclavos sometidos al yugo de bastardas ambiciones mercuriales...
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P. S. -Jacintico, con tu licencia, déjame darte esta oreja, que te conviene: "la fuerza que no se puede vencer de frente, se blanquea, dice mi compinche Napoleón. La manteca de culebra en luna nueva, sirve para el ajogo y el pasmo de sabana." -Mío- Vale. Listín Diano, Año XXVIII, No. 8123, 23 de junio de 1916, p.!.
La vida es una perfecta "Fata Morgana". El 11 en la noche, comiendo frito con Mesa y Baba Henríquez, el virtuoso negro ataúd de alma de acero, donde el lento y bondadoso Dimbo, y hoy día 20 en la noche, frente al temible Cabo Hatteras. Escribo estas lineas a bordo del "cubo flotante", o sea a bordo del vapor Algonquín. Mientras escribí, todo el pasaje ronca o se queja, menos el caballero Harrison, un inglés muy fino, de esos que no tienen para vivir, necesidad tiránica de la sal de frutas. Él toca, interpreto, para alimentar mi espíritu -como él dice-la Sonata No. 2 de león de la música clásica Ludwig van Beethoven: la interpreta maravillosamente, y yo me recuerdo, por afinidad electiva, por meloviana fraternidad, de Bienvenido Ravelo, el culto amateur...
*** Las 12 ha dado la monótona campaña de proa; el pasaje sigue roncando y quejándose, hasta el Senador Pelegrín Castillo -quien me había asegurado que él era un hombre futurista, que del mareo era propio de los preteristas; está más mareado que una mona. Las 12 dije, ¿verdad? sí, me interrumpen amablemente para hacerme una presentación: -Vigil Díaz, el Teniente Theodoro 521
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Porter Kane-. Coronel Kane, el escritor Vigil Díaz-. Él me habló en mal español y yo en pésimo inglés. y definitivamente quedamos buenos amigos. El Coronel Kane. actual Jefe de las fuerzas americanas. es un caballero. un soldado muy fino. Tiene un concepto muy reposado del pueblo dominicano y de la sociedad capitaleña, que es donde más ha residido. -Yo paso a Washington a descansar; dentro de un mes regreso con mi señora a la capital de la República; yo deseo que mi señora viva un tiempo en Santo Domingo, me dijo. y me instó a que le acompañase a la ciudad del Capitolio. Yo traté de hacerle un buceo en el curso de plática. quería entre cocktail y cocktail sacarle algo; pero. él me dijo: -Yo no sé nada. Vigil Díaz. soy simplemente un soldado que pasa a Washington a refrescar la cabeza y descansar los músculos. P.S. -Arturito: dile a Flores que corrija bien esto; si ves a Fello Damirón, dile que me acordaré del retrato del poeta Edgar Poe. de la pijama japonesa y del cachimbo queme encargó. Día 20, en alta mar. -Vale. Listín Diario.
Año XXVIII. No. 8194. 11 de septiembre de 1916.
To know is to lave. Not to know is to hateo ha dicho el gran escritor y sencillo cuanto intruso y alto filósofo americano Crane. "Conocer es amar, no conocer es odiar." Es la verdad,las cosas hay que verlas por todos sus ángulos para estimarlas u odiarlas. Perversos o muy estúpidos son aquellos que hablan mal de la mujer americana y del hombre americano. La americana es una mujer tan honrada. seria y reposada como la latina. japonesa o germana. Los cretinos y corrompidos juzgan a esta mujer dignísima por las docenas de muchachitas que transitan por las avenidas. por los cabarets y por las serpientes. exóticas en su mayoría. que de noche se enroscan en los cuerpos de sus corruptores amantes. Lo que hay en cuestión es que New York es el mejor mercado. y toda enferma moral de provincias. de Europa. de Centro América, etc. viene a parar aquí: igualmente resultaba en Roma. en Pompeya. en Babilonia y hoy en París. No olvidemos, por otra parte..,que son cinco millones de almas. y de ellas. cuando menos la mitad son hembras. y hembras limpias, bellas y frescas como rosas. Vulgar el hombre americano. mentira. y el yanqui menos. que es precisamente el caballero de este país. No he visto en ningún carro, ni elevado. ni sitio alguno, a un 523
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americano limpio quedarse sentado, teniendo próximamente, de pie a una mujer, sea de la edad y del color que sea, nunca permanecen tocados, con el sombrero encasquetado delante de las damas, mentira el que diga lo contrario; por supuesto, la hampa, la canalla es canalla y hampa aquí, en Berlín, en Paris y en Haití, y el caballera, caballero. No escribo esta crónica por adulación, impresionismo o pedanteria, que ya estoy suficientemente evolucionado psicológica e intelectualmente; soy demasiado latino y bastante reposado para entrar ahora de rastacuerismos ridículos, ahora mismo seria capaz de dar cinco pesos por un par de palomas del Vaticano, de esas que prepara don Luis, y que tanto le gustan a Arturo Pellerano , el medio viejo, ni mucho menos aún para halagar a las invasiones (que por nuestras locuras) nos tienen el pie en el cocote, pues nunca, a pesar de chapurrear el inglés y ser ligeramente blanco, jamás he vacilado en el hermoso pesebre, en el ventilado aprisco que está en las alturas de Gascue ... ¿estamos? P. S. -Arturito, me dijo tu antiguo barbero, que la polaca muy amiga tuya, murió el año pasado de ... apéndicis. -Vale. ListÚl Diario,
Año XXVIII, No. 8201, 19 de septiembre de 1916.
El hábito es una segunda naturaleza ha dicho Aristóteles, y es verdad, yo vivo en Broadway, y la tranquilidad relativa de los domingos me molesta, me hace falta la trepidación de los carros, la algarabía de los vendedores de periódicos, y muy temprano, con una maleta y una amiguita, por debajo de la enorme estación de Philadelphia, me marcho para la idem. Me han blofeado groseramente, me dije cuando me vi en el corazón de la cacareada ciudad de Philadelphia, es una ciudad muy poco limpia, vieja y ahumada. Acostumbrado (soy tan adaptable) acostumbrado a vérmelas con las muchachas neoyorquinas de la Quinta Avenida, chic, alegres nerviosas y flirteadoras de pura sangre; estas mujeres severamente cuáqueras, seriotas, parsimoniosas, me resultan insufribles, y no puedo menos de preguntarle al Licdo. Medina, i cicerone: ¿estas son mujeres o son monjas? .. no es posible, yo me siento un fraile, y por tanto me marcho para la celda de mi hotel -sólo hay un New York, sólo hay un New York, ¡qué nostalgia!
*** Había determinado marcharme en el tren de las cuatro de la madrugada; pero, me dicen que hay dos cosas 525
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interesantes que ver en la tienda sucursal de Wanameker; una perfumista, una judía de diez y seis años más o menos, que es un colirio, y la casa donde vivió Jorge Washington. A las 6 estaba en pie, dispuesto a ver, primero la judía, la muchachita de la tienda, y después al amigo Washington, es decir, a los cachivaches que le sirvieron a Washigton. La muchachita judía, a quien le compre un jabón de sándalo, porque me olió a sándalo, resultó superba, lo mejor que tiene la ciudad. La casa del héroe, permanece tal como la vivió el grande, el inmenso guerrero; los cachivaches no han sido movidos para nada: hasta el ánfora nocturna, el vaso de las precipitaciones está boca abajo, cabe el solemne y sobrio lecho del titán. La espada conque el divino epónimo guió la Victoria, y le trazó la Libertad a estos hombres, pende junto al cabezal del lecho del inmortal Atrída, del más súper de los hombres americanos, después de Bolívar; yo le supliqué a los gendarmes que custodiaban la estancia, me permitieran pasar y ponerle la mano a la eminente espada: los dos sonrieron, y uno me dijo: -¿Usted es loco? .. ¡eso es sagrado!. .. inconscientemente crucé los brazos, incliné la cabeza y de labio a labio hice esta invocación: Washington, Bolívar, Martí, Franklin, no permitan jamás, que las manadas de sórdidos capitalinos, de asesinos y mercuriales de ambas Américas, degüellen y comercien con la Libertad de los hombres y de los pueblos. En el tren expreso de Philadelphia a New York. Listín Diario,
año XXVIII, No. 8204, 22 de septiembre de 1916.
Hoyes domingo: la ciudad ha aflojado su ritmo vital; parece un monstruo dormido. Partimos de Broadway, que es la aorta de la ciudad: pasamos por la Quinta Avenida y en un 4üH.P. Penetramos en el "Central Park". Me acompaña el Doctor Ernesto Lamarche, hombre en la forma y en el fondo, correcto y grato, todo un perfecto caballero inglés (inglés de Inglaterra), y su novia, es decir, una de sus novias, una muchachita adorable. Es escandinava: color de morrocota, morocota. Oro pálido también en el pelo. Ojos violetas desvaídas. Una boca ligeramente voluptuosa. Nariz de tango argentino, arremangada y palpitante: y un cuerpo magro, ágil y elástico: parece una centaura. ¡Las fieras!. .. siempre he tenido predilección por las fieras, por los jardines zoológicos. Después que leí al sabio Latournée, en cada animal encuentro plástica y psíquicamente a un hombre, y en cada hombre un animal. Lentamente del brazo de la bella y suave escandinava, desde luego, pasamos revista a departamentos. Cuantos monos (fíjense bien, éstos, por lo inquieto y nerviosos le nombran la galería latina, dice el gentil cicerone Lamarche), y seguimos. ¡Las jaulas de las serpientes!... ¡serpientes!... ningún animal más parecido a la serpiente 527
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que una mujer refinada y coqueta: la mirada, la marcha ondulante y suave, la intermitencia de la lengua: flirtea la víctima, al inocente pajarillo. antes de estrangularlo en los verdes y plateados anillos. Hacía tiempo que deseaba ver un manojo de serpientes dormidas. y las vi: un capricho. -Puf, puf, cómo hieden estos leones y tigres, dice la encantadora escandinava (sabe hablar español, el doctor le ha enseñado). -No son ellos. sin ellas, las leonas y tigresas, el almizcle es propio de las hembras, las hembras están muy cargadas de ese acre y voluptuoso olor, le digo yo. Estamos frente a frente a un precioso gallardo tigre siberiano; es un ejemplar admirable. Mi amiguita me confiesa a soto vocee que está enamorada de "él", que desearla verle diariamente. acariciarle el felpudo y rallado lomo. Un sadismo, una crueldad extraña se desenvuelve en mí; y mientras "ella lo contempla, yo domino el voluptuoso diabolismo, el anhelo punzante de levantarla por las crestas ilíacas y tirarla en el centro de la jaula... el bello y nervioso felino brama, braman... no sé por qué. P.S. -Inescrutable designio de la Providencia, como dijo el gran república Meriño: Don Juan, el héroe y mártir del inolvidable Cambelén, está veraneando en las montañas de la Libertad, mientras Uds.. queridos lectores, vegetan en los socavones de la esclavitud: y no sé nada. y soy un hruto. Vale. Listín Diario.
Año XXVIII. No. 8209. 29 de septiembre de 1916.
El Parque Central de New York es una joya de arte: admirable dedalida fue el que dirigió estos trabajos. Una onda generoso de bucólica y romántica impresión se siente en su seno. Una delicia natural en su natural floresta. Una fascinación amorosa y estética invita a todos los amores. En sus avenidas y penumbras, "Eras" hace travesuras. El "Amor" asciende la sedosa y romántica escala de la blonda "Julieta", y entre los juncales, sóliros, faunos y silvanos siguen estelas de armiño y rosa, comen nidos blancos como camelias: en las fontanas, la siringa, la flauta de todos los pecados se lamenta, añora ninfas; el peludo y cínico Pan, con el turífero de sus velludas ancas inciensa las penumbras... que casi se quejan...
*** ¡El estanque de los cisnes! ... al contemplar los cisnes, el alma imperativamente se recoge en un silencio sacramental y olímpico; es que el ave heráldica impone transporte. Parece como que los manes del blondo Sohengoni, sella los labios; con sus dedos de marfil, pone remos alados en la fantasía, abre de par en par las puertas del alma y le dice a Psiquis: ve, asciende, asciende, y cuando aterres frente a una vitrina repleta de jamones, salchi529
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cha y butifarras, te convencerás que la 125 y Broadway se ha hecho para los necios y los grasosos, para los burgueses y los pedantes, para los que piensen que el alma de la nación está en los embutidos y la belleza de New York en los fluxes, en los cabarets y en los elevados. New York, septiembre de 1916. Listín Diario.
Año XXVIII. No. 8210. 30 de septiembre de 1916.
''The cleanst man is the superior man". El hombre más limpio, es el hombre más superior, ha dicho el temible ex-presidente y ex-cazador de fieras. ¡Y es verdad!. .. pueblo que come bien y se baña bien, piensa bien y obra mejor. De todos los hombres bíblicos, Moisés es el que más me simpatiza: era un higienista divino. De los pueblos modernos, los sajones para eso de agua; en la mayoría de los latinos, el agua (hay sus excepciones) el agua es para la garganta y la cocina: ¿lo demás?... ¡que se lo lleve el diablo!. .. Dos semanas solamente con estos americanos, sus llaves y sus duchas, y a fe, que cuando me miro al espejo, me coqueteo yo mismo, me ataca un narcicismo peligroso: ¡a veces dudo yo que soy yo! ¡A veces pienso que de allá de Santo Domingo vinieron dos Vigil Díaz! el Vigil Díaz auténtico, el que está aquí, ahora mismo, recién bañado, y el otro, el que viajó conmigo de incógnito, entre célula y célula alojado. Ya yo había hablado sobre la influencia del agua y los beefsteacks allá, por la época del Presidente Cáceres. En aquel entonces le dije al fenecido mandatario: -vale Mon, hay que hacer termas, muchas duchas; pero eso sí, hay que principiar por sus ministros; agua con ellos, ¡olían tan mal!. .. The cleanst man is 531
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the superior man: no hay que dudarlo: el agua no se ha hecho, señora, para las habichuelas y los plátanos, se ha hecho también para... bañarse... New York, otoño de 1916. Listín Diario,
Año XXVIII, No. 8214, 5 de octubre de 1916.
Encontrar en una ciudad cinco millones de almas a un cicerone como al Dr. Ernesto Lamarche; un amigo de infancia, bachiller en Ciencias y Filosofía, Dr. en medicina, hombre que piensa en inglés de Inglaterra; pero,que conoce todo el movimiento intelectual moderno, y habla de los clásic03, es encontrarse un collar de perlas puras. De manera reposada, lenta, por evolución ascendente, me ha enseñado el fino amigo a casi todo lo noble que hay que ver en New York, con muy poco dinero, por centavos. Hoy, me dice, apretando el puro formidable entre los dientes, es día de ver establecimientos.
*** Macy y ca; este establecimiento se puede comparar a una miríada de mariposas polícromas intentando posarse en una flama de múltiples tonalidades. El cerebro se fatiga y el anhelo de aprisionarlas a todas deprime; yo, que jamás me he cansado de ver mujeres, le he dicho al Doctor: vámonos, me siento mal, ¿no habrá por aquí una botica donde comprar un poco de alcanfor y otra resina que tenga virtualidades pasivas?.. él sonríe y me dice: lo mejor es un vaso de beber... y seguimos... para el topo flor. 533
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Después de un par de cervezas alentadoras entramos en la famosa casa de Johan Wanamaker. Macy y ca es frívolamente bella: pero la casa, el palacio de Wanamaker, es mayestático, solemne y definitivamente encantador. Yo puedo asegurar que Johan Wanameker es todo un artista. El hombre que dentro del ritmo mercurial del negocio paralela al rimo estético como el que tiene cada flor de establecimiento es un supraer man, un hombre superior. Treinta y cinco o cuarenta pisos armónicamente llenos de cosas buenas y bellas, miles de personas tejiendo y destejiendo la urdimbre de sus deseos y curiosidades, bien puede sentirse el aleteo de una mariposa; todo el mundo habla en voz baja, porque la discreción y fineza del ambiente y de sus empleados lo imponen tácitamente. Las plateadas o áureas jaulas de los ascensores engullendo o vomitando gente bien vestida, gente limpia: rosas, camelias, lirios y raras orquídeas. Repito que cada piso es una maravilla. En el salón de los negros ataúdes del alma de acero (pianos, pianolas, etc.) un alemán, sentado a un media cola interpreta una rapsodia; al terminar me le acerco, y en un inglés estupendamente malo, le suplico los Silvanos de Madame de Chamunar; y acepta con una exagerada genuflexión, y después de acariciarse la perilla danunziana se sienta de nuevo ejecutándola con una limpieza de virtuoso. Yo sentía, interpretaba el simbolismo musical, parecíame, al conjuro del teclado,oír el rumor capricante, el rumor y la huella bifurcada de las diabólicas alimañas que amó la inmortal artista... verlas persiguiendo ninfas en la floresta umbría y cómplice. Frota nuevamente Aladino su embrujadora lámpara: un teatro. En el fondo del espléndido Coliseo, un joven, cabe una luz verde muy pálido, negra y brillante melena y romántico perfil, toca un clavicordio, cuyas fibras pasan a herir el alma de un órgano de fuertes y tiernísimas trompeterías. En ese instante interpreta la Estrella de la tarde, la oración olímpica con que quiso el inmortal Wagner probar al mundo entero y princi-
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palmente a los franceses, que él, germano, era el hombre más pitagórico, más simbólicamente armónico y superior del mundo; y he aquí la causa por lo que yo he dicho que tengo que ser franco-germano, perdonándome la intempestividad. La casa Wanameker es el resultado de una lenta y talentosa selección; yo, cuando me miro en su suntuoso floor, pienso que estoy en un Trianón, en un palacio árabe, en un encantamiento, en un sortilegio. Johan Wanameker es un escritor y un brujo adorable, un business man que honra el pueblo donde vive y trabaja. NewYork. Listín Diario, Año XXVIII, No. 8221,
13 de octubre de 1916.
BAJO EL CIELO DE LA HABANA Antes de escribir mi llegada a Santiago de Cuba, mi visita a los Dres. Henrínquez, los solitarios de Santiago; antes de escribir la crónica de la ruta de Oriente a Vuelta Abajo, debo enterarlos de esta desgracia. El martes veinte y seis de abril venía de la universidad una manifestación de estudiantes y al llegar a la alzada de San Lázaro, próximo a la quinta estación de policía, después de haber dejado y despedido a uno de sus más ilustres catedráticos, Dr. Evelio Lendián, el capitán Abreu, jefe de la estación, para y trata de disolverla a golpe limpio de club; ellos se indignan y resisten y aquí fue la debacle: la policía como si se tratara de una cacería de fieras hace fuego sobre aquel grupo de adolescentes que son dueños del porvenir y, tal vez, si de la felicidad de la patria y los repelen hasta el parque Maceo, como queriendo ultrajar más el alma de libertad cubana: algunos cayeron heridos bajo los cascos y junto a la grupa del bronceado corcel que cabalga el titán de Oriente. Yo me encontraba en una casa de familia próxima al teatro de la matanza, pude ver con mis ojos y desde el balcón la caceria estudiantil, murmuré mitad triste y mitad alegre, con la alegría que 537
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transmiten las detonaciones y el olor de la pólvora: Concho Primo cuando volverás. La Habana civilizada está indignada con este gesto propio de cosacos. Hasta Fausto Menocal, el hermano de Mario, el Presidente, que es el hombre que no se le mueren los lechones en la barriga, por eso de tiros y sangre, ha dicho en la prensa de hoy: "Como cubano estoy avergonzado y lleno de indignación por todo lo acaecido en la tarde de ayer; procurándose obtener justicia en favor de esos hombres del mañana, seguramente pensarán que estarían mejor protegidos bajo la dominación española, que en lo que están hoy, en tiempos de la República, que tal vez sus padres conquistaron a cambio de sus vidas." Bellas, hermosas palabras que han borrado -por un momento-, mi odio a los que manda, a los que matan, a los que roban. Fausto Menocal trató, personalmente, de contener a los cosacos, pero no pudo: tenían fiebre de carne y de sangre joven. La Nación, diario importantísimo que redacta y dirige el expoeta Osvaldo Bazil, trae hoy 27, un editorial intitulado Simiente de Odio y de Sangre; hermoso, enérgico, salvo uno que otro eufemismo. Ramón Zaydin, Profesor Agregado de la Facultad de Derecho, suscribe, en la misma Nación, y en puesto de honor, con grandes letras rojas una protesta intitulada Asesino con Uniforme; su fondo y su forma acusan una gran cultura y sobre todo un gran carácter: un hombre. La jornada de sangre y de culatas de la Calzada de San Lázaro y Parque Maceo, ha sembrado en mi alma una rosa de tristeza y de duelo ... Habana, 1920. Listín Diario,
Año XXXI, No. 9301, 24 de mayo de 1920.
EN EL CONSULADO. DON BASILIO El Peje, que dicho sea de paso me ha presentado aquí unas mujeres tan bellas y refinadas que me he quedado enfermo, visitó junto conmigo el Consulado Dominicano hoy en la mañana. Don Basilio. el amable y sonreído don Basilio nos colmó de amabilidades y nos despachó nuestros sendos pasaportes: el del Peje. para la patria inolvidable, el mío para París, mi segunda patria. Don Basilio el amable y sonreído don Basilio, no me cobró honorarios ningunos, al Peje. le cobró un peso oro para la caja de beneficencia. El Peje, entruñado, me dijo: parece que don Basilio se ha olvidado que yo soy un ex-diplomático dominicano. Si, indudablemente. se ha olvidado, es de lamentarse esto, pero. la culpa no es de él ni tuya, la culpa es de la partícula esa pretérita negativa ex. Desengáñate. Peje, en el mundo. y sobre todo en esta hora práctica de la humanidad, las partículas negativas ex, están mandadas a recoger. Yo me rio cuando leo en los periódicos de Santo Domingo. me río a veces y a veces me indigno, cuando leo: Tenemos el gusto etc. etc. de saludar al señor X, ex-presidente, o ex-ministro.o ex-senador. o ex-sinvergüenza, diría yo ... 539
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*** Según noticias de don Basilio, del amable e injusto y cruel don Basilio -injusto y cruel según el Peje- para agosto del año que está en marcha tendremos línea de vapores de carga y pasajeros, vapores cómodos, de mucho andar, entre Santo Domingo. Puerto Rico y Cuba. Tendremos un vapor semanal en el puerto de Santo Domingo, que hará el viaje entre el puerto ese y el de Santiago de Cuba en 36 horas; saldremos a las seis de la mañana y estaremos, o estaría alas cinco o las seis en Santiago de Cuba: será este un perfecto puente entre las dos islas hermanas. Los vapores son ingleses, es decir hechos en Ingla teITa, y los dueños cubanos; once cubanos y un español, don Basilio: luego, no hay que tener reservas mentales y prejuicios, pues no hay necesidad de capitales nuestros; todo se hace con dinero de aquí; que lleguen pronto los vapores, caramba, que mucha falta están haciendo. 8 de mayo de 1920. ListÚ1 Diario,
Año XXXI, No. 9309, 2 de junio de 1920.
Se ha confirmado que el chacal Manuel Estrada Cabrera, el tirano asesino de Guatemala, estaba loco, o por lo menos neurasténico; unos días antes de su caída lloraba como un niño, maldecía, pateaba y abofeteaba a sus familiares y ministros. Un dato curioso del viejo chacal neurasténico es, que entre los documentos privados se encontró un legajo que trata del Estudio del Veneno, sus usos y aplicaciones; en primera línea está el opio, y la manera como debe aplicarse para que tenga efectos mortales;: por estos legajos se han podido descubrir todos los convenios de Locusta y los Borgias; poe medio de la droga voluptuosa, desaparecieron familias enteras. El chacal, el tirano Estrada Cabrera se convirtió en brujo; sus mejores horas, refiere el cronista, era cuando en unión de unos indios salvajes de Memostenango, se encerraba a hacer prácticas cabalísticas y a bailar en cueros cargado de amuletos: pero nada de esto me sorprende, porque un monstruo, una bestezuela enferma como Estrada Cabrera es capaz de hacer todos los salvajismos imaginables. Lo que me llena el alma de profunda pena, es saber que los unionistas de Guatemala acusan al gran poeta Santos Chocano, el autor inmortal de 541
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Alma América de ser el instigador más ardiente,el cortesano malvado que instigaba con más ardor al chacal Estrada Cabrera, para que este cometiera los crímenes mas abominables. Un boletín oficial del nuevo gobierno asegura que en los últimos días, los más sanguinarios de la bestia, era el gran poeta Santos Chocano, quien lo azuzaba y envalentonaba cual moderno Tigelino diciéndole que cayera pero que cayera con orgullo digno de un César, sobre una pirámide de cadáveres, sobre una púrpura de sangre como dueño y señor que era de la desgraciada Guatemala: si esta monstruosa desgracia de Santos Chocano es verdad, cuánta razón tenía el divino maestro de los Jardines Academus. Habana, 10 de mayo de 1920. Listín Diario,
Año XXXI, No. 9320, 16 de junio de 1920.
LA MACORINA Si no hubiera sido por Andrés Caballero, aquel caraqueño noble y cultísimo que entre nosotros paseó su rutilante espíritu, su barba de Nazareno, y su quebranto, aquel diabólico quebranto que afIrman los libros de patología que nació y fermentó en la retaguardia de los ejércitos asiáticos, y que más tarde por mor del despiado general Juan Vicente Gómez, fue a perderse lascivo, virgiliano y rechoncho entre las negreras y cañaverales del ingenio Las Pajas y de cuya almibarada factoría rubricó y promulgo, en un arranque de admiración y de cariño, en nombre de la mentalidad venezolana, un decreto nombrándome Embajador Perpetuo de todos los voulevares y museo de Europa con residencia económica en el tesoro nacional de Venezuela; si no hubiera sido por este encantador Andrés Caballero, me marcho de La Habana sin decir una palabra de la Macorina. La Macorina es la primera y más bella cortesana de La Habana. La Macorina era una muchachita fma y nerviosa como un lebrel, rubia como una estrella, de vida honesta. Pasa una tarde por Obispo y un americano rico y refmado, que dicen se había educado en París, se prende de la 543
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áurea y nerviosa chiquilla, la sigue, investiga, le ofrece a los tutores de la angelical criatura diez mil pesos por un cottage de una semana; aceptan y una semana después la Macorina entra con toda el alma y ritmo singular en la arena candente de la vida pública, se impone y triunfa. La Macorina es una fauneza que goza de insolencia en esta ciudad. Es revolucionaria, gasta revólver y dagas de enjoyadas y ornitofónicas empuñaduras florentinas, monta a caballo, caza venados con su propia y seleccionada jauría, corre,en su cuña, en su máquina blanca y valiosísima, regalo de un amante, timoneando ella a una velocidad que o permite la policía, a quien ella burla. Los martes, las tardes de los martes, tardes de modas, cuando las aristocracias muestran sus blasones y joyas, sus bellezas y sus ácidos únicos, a la caída del crepúsculo es cuando se ve el corso del Malecón, es cuando se puede ver, a la encantadora diablesca. Cuando ella entra, rompiendo la disciplina, parece como que el paseo se exalta, entra el ritmo, y todos los hombres, como si les hubieran puesto súbitamente, en la zona sacra del bulbo raquídeo, una inyección de cantóridas, musican satisfechos: ¡llegó la Macorina! ... La Macorina es el cáliz malvado, dulce y capitoso donde liban rubia miel los poderosos. Ella asume por el poder de la belleza y por la audacia la categoría de un símbolo: el símbolo de la víscera genésica máxima y triunfal de la babilónica ciudad de La Habana. Uncida lleva al carro de sus hechizos, de su inmensa simpatía y sus lineas turbadoras y perfectas, a las barbas más blancas y a las calvas más brillantes, honorables y solemnes de La Habana; y como la androgeria y sáudica danzarina siriaca del macabro festín del tetrarca Herodes, podría pedir, en un arranque cruento, le sirvieran en una bandeja de plata del hotel Sevilla, la nevada y sabia cabeza del espiritista Doctor Desvernine, Ministro de Estado, y una botella de champagne, exponiendo, por un movido capricho, a hacer zozobrar la nave del Estado.
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Para mí, nadie tiene una personalidad más bella y efectiva que la Macorina, y solo espero una de esas tardes en que pasea, ecuestremente en su noble y bello alazán para hacerme presentar y obsequiarla en el peristilo de Miramar con un coctail de ostras y siete tabacos. La Macorina es una encantadora floración de Friné, de Rodopa... y Safo; ¡salve Macorina: estrella y rosa, salve!. .. Contrafata: -Esta Fata es para Damirón y Mameco. Vale. Habana, 16 de 1920. Listín Diario, Año XXXI, No. 9323,
19 de junio de 1920.
EL CHICAGO La trasatlántica francesa me aseguró que el 12 de mayo, a las cinco de la tarde. salía para St. Nazaire el vapor Chicago. de diez y siete mil toneladas, y para él tomé pasaje; hoy estamos a diez y seis, y aún no ha llegado. Protesto por telégrafo. pero un empleado fmísimo me contesta: no se violente monsieur, la culpa no es nuestra: la guerra, la guerra, monsieur. Mentira, no hay guerra ni niños muertos, la culpa la tiene el traidor y ex-presidente y general Venustiano Carranza. Se dice a sotto voce, no sé con qué fundamento, que el Chicago está fondeado en Vera Cruz esperando que pueda embarcar en él el chivato Venustiano Carranza, siempre que pueda romper el cerco que le tienen puesto sus contrarios bajo las órdenes de Obregón, el manco glorioso. Si yo fuera el capitán del Chicago, también esperaba al traidor Venustiano Carranza. pues entre otras cosas estimables trae, o se dice que trae, una impedimenta de veinte millones de soles mexicanos. Este Carranza con su chiva tan larga y tan copiosa y tan sinvergüenza, me ha dejado con un palmo de naricita, pues yo era de los que habrian puesto la cabeza en 547
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un picadero, asegurando que lo que era el chivato mexicano se retiraría del capitolio de Chapultepec dejando una estela luminosa, y lo que ha dejado es un lago de sangre y las arcas nacionales vacías, y me tiene el Chicago amarrado en Vera Cruz: le digo a Ud. que lo que me han hecho sufrir dentro y fuera de mi patria, los tiranos y los traidores, no es para ser contado por boca propia. Listín Diario, Año XXXI No. 9324,
21 de junio de 1920.
EL AGUILA EMPENACHADA El Ministro Morillo, que conoce y trata a la aristocracia del talento y de la sangre, (no la del oro) de La Habana, me ha presentado esta tarde a Don Manuel Sanguily, el ilustre tribuno y patricio cubano. No quiso presentármelo en el Cerro, donde vive y lo visita, como para entonar su espíritu, sino en el Anón del Prado, sencillamente, y donde Don Manuel acude ritualmente de cinco a siete de la tarde. La América conoce a Sanguily: los dominicanos de pensamiento y de alma, le conocen y le admiran. Yo me figuraba al Tribuno un hombre hercúleo, de mostacho espeso, pero es todo lo contrario, es un hombre delgadito, un hombre magro, sin grasa, nervioso, de fisonomía aquilina, de mostachos erectos y que él acaricia a intermitencias, con un moño sedoso en la amplia frente, que evoca las águilas empenachadas de los Andes. Su pluma y su verbo, fueron las catapultas que contribuyeron eficazmente a derrumbar el poderío ibérico en esta isla de oro. Su verbo, el más torrencial, sonoro y candente, como el verbo del hijo del vencedor de Micala 549
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y del contendor de Filipo, permanece impoluto, erguido y blanco como la prora de un cisne: Isaías, Isaías, le llamaría yo. Hablamos de diferentes cosas. Entre otras, pensando imbécilmente que tal vez le halagaban díjele: qué rica está Cuba,es un verdadero río de oro. Como se le hubiera pegado un par de acicates en los ijares, se echó un poco adelante, y clavándome sus pupilas metálicas en mis pupilas, díjome: sí, amiguito, un río de oro, pero un río de oro mefítico, un río de oro corruptor, un río de oro que pudrirá y matará la Patria: ojalá se queme esta noche toda la caña que hay sembrada en la isla desde el cabo maisí hasta la Punta San Antonio. Comprendí que le había tocado, inocentemente, una zona enferma, una zona sensible, y cambié con talento y maestría a rumbo. Poco después le estreché la mano que había sostenido,y que sostiene, la pluma más digna, más varonil de la República de Cuba... y pensé: ahora me explico por qué es que Morillo le ama y le admira tanto: están enfermos del mismo mal, del divino mal del amor y del respeto a la Patria. Listín Diario, Año XXXI, No. 9326,
23 de junio de 1920.
LOS POETAS LAMARCHE y BAZIL. PEDRITO MARÍN CANONIZADO. Ya he tenido el placer de abrazar a estos viejos y queridos camaradas: Lamarche y Bazil. El primero ha hecho y sigue haciendo vida de trabajo, vida honrosa y de patriota: trabaja en el importantísimo diario La Nación, donde es muy querido y respetado. El segundo trabaja también. y lucha por la patria con amor y con coraje: es el Director y Redactor del diario La Nación, periódico de combate. defensor de los intereses políticos liberales propiedad de Pedro Marin, quien aspira a ser Senador por la Provincia de Camagüey. A propósito de Pedrito Marin. Pedrito Marin es un viejo y amable amigo mío a quien yo distinguí con mi amistad sincerisima en épocas de pobreza retrospectiva. Yo he sentido mucho no haber ido a La Nación. porque, en fin, yo le estimo simpático y audaz pero supe a tiempo que un capitaleño -yo no sé quién es, no me han querido decir- le había escrito a Marin diciéndole que se pusiera en guardia contra los dominicanos que venían a Cuba. porque si se descuidaba le transformaban La Nación en un asilo de beneficencia. Yo pienso que el que di551
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jo O escribió es un detraqué o un borracho sempiterno, cuando se olvidó que aquí, en La Habana hay hombres que preferirían morirse de hambre a pedirle a Pedro Marín diez centavos para el café con leche. Que aquí, en la isla de Cuba, hacemos algunos dominicanos con carácter moral suficiente para despreciar el oro, y las minas de donde se extrae el oro de Pedro Marín. He sabido también que mi amigo Pedrito Marín ha enviado un retablo no sé para cuál iglesia de Sto. Domingo. Yo pregunto: ¿se pretende canonizar a Pedrito Marín en Santo Domingo?... Y por qué no, me respondo yo mismo: Pedrito Marín tiene oro como un Nabbah, tiene belleza, y tiene qué sé cuántas cosas más que no recuerdo en este momento. Yo estoy en cuerpo y alma, como decía Don Miguel Febles en sus sabrosos tiempos del último bolismo, yo estoy en cuerpo y alma, mi venerado Monseñor en que se canonice cuanto antes a Pedrito Marín; ya ardo en deseos de verle en una de las columnas del calendario de la Vda. García así: San Pedro Marín, mártir y protector de los dominicanos de La Habana. 6 de marzo de 1920. ListÚl Diano,
Año XXXI, No. 9329, 26 de junio de 1920.
EL ASESINATO DE UNA HETAIRA. TRAGEDIA PASIONAL. BOMBAS Y PETARDOS.
Desde el día primero de mayo La Habana parece que ha comido perro con peste. como decimos nosotros por el Cibao. Esta tarde, en la puerta de mi hotel, un estudiante mata a puñaladas a su querida, una francesita, que no hace tres horas comió frene a mi mesa. Confieso que el espectáculo fue doloroso y bello: una mujer joven, blanco como el cuello de un cisne. delgadísima. una verdadera cocot de raza. una cocot parisina, agonizando en un inmenso charco de sangre. Al momento. me asomé al balcón de mi estancia que queda arriba de donde se consumó el crimen y como dominaba la escena. pude verle las pupilas azules. hermosísimas, casi saliéndose, a flor de rostro, parecían dos nenúfares. inmensos y soñadores. nadando en un mar de duelo: repito, el espectáculo fue trágico y bello. un motivo magnífico para una tragedia...
*** A La Habana. para ser una gran ciudad, solo le faltaba una cosa. y ya la tiene: bombas de dinamita y petardos. En el Ayuntamiento explotó una bomba de dinami553
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ta a las diez de la noche. En un auto otra. En Luyanó se sorprendieron varios petardos de los conocidos por rompe roco. Hay un pánico definitivo: el Gobierno piensa suspender las garantías, y ha destacado fuerzas en los puntos susceptibles a motines, y ha designado un juez especial para que actúe con energía. No es asunto político, es asunto de obreros; los jefes de estos han lanzado una proclama sin pie de imprenta en la que le incita a los obreros a un paro general de sesenta y dos horas y a que realicen desmanes con sus patronos, fustigando a los obreros que no estaban con dicho paro; con tal motivo no tenemos carros, ni hielo... y si dura cuatro días más, creo que nos tendremos que comer unos a otros; y por lo que toca a mi estómago, y a mis molares, si la carpa es joven, rosada y blanca, que venga cuanto antes el momento antropofágico. Contrafata: -Hoy han explotado ocho bombas más, y se han sorprendido otras, sin mechas; por lo que veo, cualquier momento le salta de pedazos a uno el plato de la sopa o el ánfora nocturna. Vale. Listín Diario,
Año XXXI, No. 9330, 28 de junio de 1920.
FRENTE AL CABO FINESTERRE LA BETE TOUJOURS LA BETE
Quisi2ra escribir mucho. y no puedo. a pesar de que el mar está como un plato: parece que el barco está en tierra; y no puedo escribir porque el pasaje esta noche se muestra más imposible que nunca. Espera ver a medianoche el faro de la torre de Hércules: la farola de la Coruña. El puente parece el parque de una aldea en noche buena: risas. discusiones. guasas. apuestas. rechiflas, carcajadas y alguna que otra palabra verde o plebeya. Algunos hombres de tercera, aprovechando la alegría. la fiesta de la noche, porque ya amaneceremos en la bahía, se han permitido subir al sitio de primera y segunda, promiscuidad que permiten los mayordomos y centinelas, porque es lo que ellos llaman la última noche de mar abierta. Súbito, un grito, dos tres y un par de maldiciones: ¿qué pasa?... Bajo el puente de ruta. dos hombres fornidos como osos se acometen sevillanas y daga en mano. ¡Cuidado. cuidado! ... gritamos algunos. ¡Capitán! ¡Capitán!. .. gritaron otros. Ya están cuerpo a cuerpo, dos mi555
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nutos más, y la tragedia finita. El más joven se retuerce en sus propios rebaños: la sevillana alevosa y cruenta. lo despachó a la eternidad; el otro brama como un tigre, herido e insatisfecho. sujeto por dos marinos y varios paisanos; pero chorreando cálida y abundosa sangre del lado izquierdo: le habían partido el hígado; cuando el capitán y dos oficiales acudieron a imponerse revolver en mano; ya conducían a los gladiadores al espoliariumn... Un magnífico asunto para el pintor Gaya, me dijo muy apenado el pintor Menocal. Anoche. le contesté yo. le besé los ojos glaucos la nuca perfumada a mi Aguila Caudal, a la domadora de fieras de la que hace poco le habIaba, y ahora. la una besó el cuerpo joven. robusto y destruido de ese desdichado muchacho: modalidades eróticas... El Chicago aseguró su marcha lenta sobre la linfa plácida. mientras la domadora de fieras. me Aguila. desgranaba en el piano un vals de Strauss, cuyas notas cálidas y voluptuosas morían sobre la mullida alfombra y sobre los charcos de sangre que dejaron las infelices bestias humanas sobre el tablado trágico de la bóveda de estribor... 10 de abril 1920. Listín Diario. Año XXXI, No. 9350.
20 de julio de 1920.
BAJO EL CIELO DEL CANTÁBRICO LA MANO DE LAS ORDENABLES No tengo realmente motivos para escribir y sin embargo necesidad, deseo y obligación de escribir, porque para eso me paga Arturito el dinero del Listín que dirige. Hoy, esta tarde mejor dicho, he cogido un tema interesante, yo lo titulo: la manía de dar órdenes. Esto es tan patológico y tan terrible como el juego, el alcohol, el tabaco, la morfina, el hacchís, el hipismo (las carreras de caballo), el erotismo y ciertos más que no recuerdo en este momento. Yo creí, hasta ahora, que los Almirantes haitianos, los Generales haitianos, el difunto Presidente Morales Lapguasca y nuestro ilustre y casi inmortal ex Almirante y meteorólogo gijonés Paco Catrain, eran los humanos que daban las órdenes en mar y tierra; pero qué va, con estos franceses en materias de órdenes anda uno con el credo en la boca. Tienen una vidriera en el salón intermedio que todos los días llenan y la cambian de avisos: órdenes para esto, órdenes para lo otro, y lo más erótico que son en francés y en inglés de segunda clase, es de557
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cir, en inglés fuerte, en inglés militar, porque sepan ustedes que a última hora he sabido que el Chicago durante la guerra sirvió, por lo aplomo que camina, de buque hospital. Un camarero, el decano de los camareros, un viejo pollú y peludo, que parece un oso ártico recortado, y que hizo el servicio de la guerra, me dijo las otras noches, después de darme una taza de té chino para el catarro y yo a él un franco por feo, por embustero y cortesano: Señores, Monsieur, ese camarote y esa litera mucho pesado, en elle murí un capitan ameriquen, un heróre de la Marné! Anjá, pues que Dios lo perdone, y me cambié a la lira de arriba hasta por la mañana. A bordo del Chicago, 30 de mayo de 1920. Listín Diario,
Año XXXI, No. 9352, 22 de julio de 1920.
BAJO EL CIELO DEL CANTÁBRICO LAS GLÁNDULAS
Cada cosa tiene su época y su queso. En un periódico americano que he encontrado mientras ambulaba fatigado de no hacer nada. en la biblioteca, me he enterado que el notable Doctor Brukley. jefe de un hospital de Kansas, ha descubierto una nueva glándula benefactora para el género humano. desde luego; la glándula es de origen caprino: glándula de chivo. va. para que lo entiendan mejor. Estas glándulas son, según el ilustre Doctor de Kansas, infalibles para las perversiones mentales. para la paresis. la ataxia locomotriz. para el idiotismo. y todos los ismos de origen intertropical. Ya el no menos ilustre Doctor Voronoff, días atrás. descubrió otras glándulas de mono para ayudar al alto.para el impulso y las pasiones juveniles que se encuentren relajadas; y no dudo que ya que estamos en el periodo febril de las glándulas. que Liborio. el dios Liborio, el Taumaturgo de las ríspidas montañas de Enriquillo esté preparando unas glándulas de Ciguapo y de Gorila (el animal más valiente) que servirán para curar nuestro 559
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eunuquismo moral, nuestra perversidad degradante, nuestro relajamiento cortesano. Este medio, en verdad, no es cosa nueva, ya los antiguos, los médicos de la época de Hipócrates lo usaban, es la fórmula aquella que realmente no recuerdo ahora; pero que equivale a lo que nosotros decimos en política de Concho Primo: curarlo con los mismos pelos; y es justo, corriendo tras de las cabras se debilita y desjarreta uno, pues que los chivos lo paguen con sus glándulas, y estamos listos. Yo, a eso de glándulas le tengo mucha fe, se lo juro,sobre todo a las criadillas salpresas que vende el Cabo, el más pasional y sincero de los adados franceses, con la cabeza, por desgracia para él, a la dominicana -las criadillas del ilustre Cabo, digo y las glándulas de reno, otro caprípedo de abundantes cornamentas, que vive en la zona hiperbórea, y que usa con mucho éxito, con éxito estrepitoso y palpable, Memeco,el sutil y soñador Memeca... Y otro sujeto que me reservo, porque es casado. De este asunto de las glándulas de chivos, saco en consecuencia que Azua, la griega, Barahona y Neiba, cuna gloriosa del gran poeta, dramaturgo y prosista Fello Damirón, el Sur todo está aboedo a una súbita palingenesia, a un florecimiento envidiable, al dominio de la República como en la época roja y gloriosa de los Baices, ya esfumada para siempre y para desgracia nuestra. La deducción es lógica, no tiene nada de atrabiliaria: Azua y Neiba tienen dos fuentes susurrantes, retozonas e inagotables: el chivo y el pimandé; el pimandé, que según Fabio y Enriquito, los dos príncipes de la lírica nacional y alben si Vinette primer anclador, hacedor de trompos y de carátulas de la República, el pimandé en punto de huevos de carey con rajitas de jengibre, es un diabólico maso de cohetes en el rabo de un chivo... joven y que esté vivo, ¡digamos! ... Algunos no creen, los escépticos desde luego, no creen que puede revivir aquel que entró en el seno sagrado de
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la muerte, pero yo, a pesar de que sigo creyendo que cada cosa tiene su época... y su queso, tengo fe en las glándulas caprinas, en el pimandé de neiba y de Haití y en los chivos de Azua, la griega y de Monte Cristi, la ínsula hipotética de Desiderio, el ilustre cautivo de Santiago, y de Tavares, el miraculoso trashumante y su benemérita, inmortal y heroica mula prieta. A bordo del Chicago. ListÚl Diario, Año XXXI No. 9356,
27 de julio de 1920.
BAJO EL CIELO DE PARÍs El seis de junio a las seis de la mañana llegué a la Gare d'Orsay. Las dos fechas que debe uno apuntar en ellibro de su vida don; el día que dieron libertar a la tierra donde nación y cuando llegó por primera vez a París; lo demás no tiene importancia. París es la síntesis maravillosa de las tres civilizaciones que han dominado el mundo: la civilización griega, la civilización romana y el Renacimiento. Yo podía repetir aquí, todo lo que han dicho los grandes hombres, y hasta lo que dijo el hombre más galante y de temperamento más exquisito del siglo XIX en Santo Domingo, el Comendador Moreno del Cristo; pero nada de eso me satisface; lo único que me ha llenado, fue lo que dijo nuestro eminente Doctor Alfonseca de París. Le preguntó una vez un amigo de él: ¿Doctor, es verdad que París es la más bella e importante ciudad del mundo? Dicen que apoyándose en el bastón y bajando la cabeza, sin mirarlo le contestó: el que no ha ido a París y se ha marchado, se murió... ¡caguasa! Luego, tomando como verdad inconclusa lo del Doctor Alfonseca, yo no tengo treinta y ocho años como perver563
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samente dijo el Listín, sino a lo sumo doce horas: un recién nacido. Muerto de frío -una ola glacial sorprende a París en verano- muerto de frío, veo que se evapora el pasaje rápidamente; miro a todos lados y no encuentro a los viejos camaradas a quienes les he puesto telegramas diciéndoles que me aguarden en la estación d'ürsay. Entro en un restaran guiado por el perfume de un café recién colado que me aviva el recuerdo de las dos Mocas, la de Arabia y la de Santo Domingo; pido un vaso lleno y lo apuro lentamente, rodeado de mis maletas, pensando reponerme para tomar la ciudad según plano que tengo abierto sobre la mesa sostenido por dos tostadas, cuando siento un auto que pasa por la explanada de la estación y de él se desmonta un joven alto, delgado, distinguido, trigueño, de melena negra y sedosa, de guantes grises y caña india y un libro en la diestra. Pensé por un momento que podía ser el Doctor Cuello; pero no me atreví a llamarle, porque más que un Doctor lo que parecía era el primogénito de un Rajá, que había venido a la estación a recibir a alguna bayadera del golfo de Bengala. Entra, no me encuentra y al salir le grito: ¡Leíto! ... Vigil Díaz, y me dio un abrazo tan fuerte y sincero que por poco ahoga en mí a la Patria. ¿El Doctor Piñeyro, Julito, el solemne y bondadoso Julito, dónde está? No ha venido. ¡Canalla! No, no le culpes, está loco por verte, quedamos en que sería yo quien viniera a recogerte: había una operación importantísima en el hospital de Broca, en el servicio del Doctor Jean Louis Faure, el antiguo servicio del profesor Pozzi, y por nada de este mundo lo hubiera perdido. El Profesor Pozzi, me cuenta el Doctor Cuello, mientras la máquina corre en busca del Barrio Latino, fue muerto trágicamente por un alucinado apenas hace dos años. El infeliz vesánico le atravesó el vientre de un balazo y después se disparó uno en la sien; sus discípulos acudieron a socorrer al maestro; pero él les dijo: no mis
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hijos, no es nada, atiendan a ese desgraciado primero, por quien he hecho todo lo humanamente posible para que no se quitara la vida. Cuando fueron a operar al sabio Pozzi, explicaba a sus discípulos que estaban en el campo de la operación, la técnica que debían seguir, con un estoicismo sorprendente, sonreído, a pesar de saber que había noventa y cinco por ciento de posibilidad fatal; ese es un super hombre que consiguió por el amor a la ciencia, el perfeccionamiento del corazón y del cerebro. Listín Diario, Año XXXI, No. 9358,
29 de julio de 1920.
UN PRESIDENTE EN PIJAMA
Se dirigía el Presidente Paul Deschanel a Monrbrison a inaugurar la estatua del Senador Rayrnound. muerto gloriosamente en el campo del honor. muerto en las líneas de fuego donde había ido voluntariamente. El Presidente Deschanel se acostó en el salón del vagón del tren especial que le conducía: se acostó muy temprano. y habíendose despertado hacia las once de la noche. no se sabe cómo fue a parar a la vía férrea en pijama. Caminó dos kilómetros en este traje asiático y ligero siendo encontrado por un guardián de la línea férrea; Deschanel quiso hacerse reconocer como Presidente; pero este riéndosele en las barbas. y tomándole por un enajenado, díjole: sí, yo lo sé; pero vamos a la estación para que repose y se vista mejor. Cuando llegaron a la estación, el Presidente le explicó al jefe de la oficina telegrafiara al pueblo próximo avisándoles a las autoridades que él estaba en la estación y que viniera inmediatamente el Sub-Prefecto del pueblo a recibir órdenes. El Jefe de la oficina tomando en consideración la manera correcta y firme con que hablaba al mismo tiempo que veía la pijama de seda roja salpicada de monstruosos 567
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dragones verdes y amarillos, se decidió a hacerlo en esta forma: "Un individuo que dice ser el Presidente ha sido encontrado en paños menores e la via férrea; vengan a reconocerlo". El Sub-Prefecto vino y en efecto reconoció, mostrándole sus respetos y poniéndose inmediatamente a sus órdenes. El ilustre Presidente estaba sin medias, y así, envuelto en una frazada, entró en un auto al pueblo vecino el árbitro de la elegancia parisiense; allí esperó su valet de chambre que le trajo un equipo digno de su petroniana personalidad. Con este motivo, los Caricaturistas y Cancionistas han hecho tal derroche de buen humor, que el Prefecto de la Policía en esta ciudad ha tenido que tomar cartas en el asunto, dictando órdenes qlle prohíben terminantemente ridiculizar al Primer Magistrado de la República. Es la primera medida que se toma de esa índole, pues los anteriores Presidentes eran blanco constante de los dardos de la sátira, dardos que recibían con resignación Las complicaciones políticas de una parte, y la brusquedad del accidente, que bien pudo poner fin a su preciosa vida, le han afectado de tal manera, que sus médicos le han ordenado un gran reposo, todo este verano sin hacer nada. París, 1920. ListÚl Diario, Año XXXI, No. 9361,
2 de agosto de 1920.
LA ESMERALDA
La Esmeralda, la Esmeralda, mira la Esmeralda, me dice mi docto cicerone tirándome de la falda del chaqué. La Esmeralda es la belle ferome de Francia: se ganó el primer premio no hace mucho en un concurso que abrió el Journal de París. Le conocí en los momentos en que atravesaba la plaza de la Concordia; iba rumbo a los grandes boulevares, donde de tarde en tarde pasea su belleza fogosa y triunfal: le acompañaba un viejo gomoso de monoc1e y un lebrel negrísimo de ojos de topacio, que le regaló uno de sus admiradores. Un periódico inglés, el Times de Londres, prepara otro concurso: cuál es la mujer más bella del mundo. Me parece que los ingleses están perdiendo el tiempo llamando a concurso para saber cuál es la mujer más bella del mundo; que le manden el collar de ricas perlas que han ofrecido en premio al director del Museo del Louvre, para que éste 10 coloque en la garganta impecable de la Mutilada inmortal de la isla de Milo, y listo. Mientras la Esmeralda -que es su Belleza- se esfumaba como un ensueño, como una música lejana, el le569
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brel negro de ojos de topacio, hundía con voluptuosidad, la cinta roja de su lengua reseca en las clarísimas linfas de la fuente central de la plaza de la Concordia... París, 1920. Listín Diario, Año XXXI, No. 9362,
3 de agosto de 1920.
ISADüRA DUNCAN Isadora Duncan la maravillosa danzatriz norteamericana, la amante de Mr. Singer, el de doble pespunte, dio esta tarde su tercera matinée en el Gran Teatro de los Campos Elíseos, al que asisti en cuerpo y alma, como diría mi amable amigo el ex-senador Don Miguel Febles. Interpretó la primera parte compuesta de tres Preludios de Sebastian Bach. La sonata Claro de Luna de Beethoven, los Funerales, de Liszt. La segunda parte fueron la Cabalgata de las Walkirias, un Poema doloroso a la muerte de Isaías, de Ricardo Wagner y la Estrella de la tarde, del mismo Don Ricardo, todo a base de Pleyel solo especulado por el virtuoso Walter Rurnmel. Las líneas,el talento, el alma y la elasticidad rítmica de esta mujer la capacitan para interpretarlo todo: le capacitan para interpretarlo todo, hasta la Marcha fúnebre de Chopin; pero, yo la sentí feliz solamente en los Preludios de Bach, en los Funerales, en la Cabalgata de las Walkirías que las interpretó de manera sorprendente; por lo que respecta a mí, parecíame estar viendo a las épicas divinidades sobre los sangrientos campos de batalla bebiendo en los cráneos cerveza rubia y espumosa como su 571
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gran melena. El Claro de luna de Beethoven y la Estrella de la tarde de Wagner, no me gustaron. porque no respondió al espíritu exacto de estas piezas inmortales; en cambio, en San Francisco de Asís dándole de comer a los pájaros -que se me había olvidado- estuvo triunfal. Muy poco. por no decir nada, puedo escribir sobre este género de baile. porque ya mi compañero Jacinto Silvestre cuando la temporada de la pareja rusa que danzó en la capital, dijo magistralmente lo que había de decir: agotó el tema; pero en mi próxima crónica, les hablaré algo más, muchísimo más interesante que las interpretaciones de la maravillosa artista Isadora Duncan: le hablaré de la vida griega que pretendo vivir en París. el hermano de la ilustre libélula de ámbar y oro. París, 1920. Listín Diario. Año XXXI No. 9377.
21 de agosto de 1920.
EN EL CEMENTERIO DEL PADRE LACHAISE No se puede pasar impúnemente de una civilización medieval, de un ambiente de sencillez,a una civilización proteica y voraginosa como la de este Paris, sin sentirse a veces molido por la fatiga. Es la una de la tarde y aun no me he levantado, cuando me toca a la puerta el Doctor Richiez, recordándome el compromiso de la noche anterior: visitar el cementerio que fundó el padre jesuita confesor del Rey Sol. Mis células literarias no están preparadas para recibir impresiones. Mi espíritu está laxo y frio como un iceberg. Todavía siento la batahola de los grandes boulevares, la música de los cafés, las mujeres, muchas mujeres, miles de mujeres que siguen pasando de un hemisferio a otro hemisferio de mi cerebro con todos sus perfumes y venenos dulces y armoniosos, con sus miradas obscenas, a veces, y a veces, castas. Me meten en el Metro, corro, corro, paro, bajo,subo escalones, bajo escaleras, vuelvo a correr, salgo del carro, entro a empujones en un ascensor y, por fm, casi meto las narices casi, casi en las mismas barbas macabras del Padre Lachaise. Apenas habíamos caminado veinte pa573
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sos dentro del camposanto, cuando atraído por mi traje blanco, mis zapatos blancos, mi cara pálida y completamente afeitada, y mis inmensos espejuelos de rastacuer americano, se nos vino encima un guía de oficio ofreciéndonos sus servicios; mi cicerone lo despidió con algunas palabras que no entendí porque fueron dichas casi al oído del sujeto. La idea de que aquella tarde visitaría la tumba de Oscar Wilde, el segundo esteta del mundo, me entonó. Abrimos el plano sobe una tumba de noble arquitectura, y que resultó ser la del Duque de Rovigo, a quien Napoleón primero encargó la ejecución del desdichado Duque de Enghieu, y no encontrábamos en él, la tumba del desgraciado Cisne de Dublin, más luego supe que reposa en el cementerio anónimo de Bagneaux. Chopin: ah, bien, primero a la tumba del inmortal pianista; una estatua de la Música, bien cincelada, cubre los despojos del lírico doliente. Ahora Alfredo de Musset; sobre la estela funeraria, pálida y resquebrada ya por el tiempo, estos versos sencillos que yo traduzco en prosa, porque estoy convencido que es la única forma en que se puede interpretar lo que pensó y sintió el poeta: Mis queridas amigas; cuando yo muera plantad un sauce en el cementerio. Yo amo su ramaje doliente. Su palidez me es dulce y cara. Su sombra será ligera a la tierra, donde dormiré; ni una palabra más dijo el Bardo. Después visitamos las tumbas de Abelardo y Eloísa, la de Alfonso Daudet, la de Paul de San Victor, el autor de Las carátulas, la de Balzac, la del Mariscal Messena, ilustrada con un medallón bético, la de Walesuski, el hijo natural de Napoleón y la polaca aquella por quien sintió el Emperador, un amor intenso y complicado, la de Margarita Gautier, la Dama de las Camelias, sola, porque Armando Duval duerme su sueño eterno en el cementerio de Montmartre, y por último la tumba de Félix Faure, quien fue presidente de la República, muerto misteriosamente en los brazos de su joven y bella amante,
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después de una fuerte comida de ostras y jaivas rellenas, que aseguran que pisó, con un vinito de Oporto, digestivo, pero perverso. París, 1920. Listín Diario, Año XXXI, No. 9381,
26 de agosto de 1920.
EL MIEDO En este infeliz país. se juega a todo. E. M. de Hostos Al terminar de leer el artículo de mi respetado amigo el Lic, Don Pedro Pérez -el único hombre público a quien le debo una gentileza de orden burocrático. cuando fue Gobernador del Seibo- artículo que corrió inserto en las columnas de este rotativo. no pude menos de exclamar con el ilustre sociólogo: "Ahora hay que reconstruir la Patria. y maldito sea el que fracase. o haga fracasar a la Patria", El artículo está bien escrito. y sinceramente pensado. pero confieso que al leerlo. vi con pena que el Lic, amigo comete. sin quererlo. una gran injusticia. Dice el Señor Ledo. Pérez. o dijo. lo mismo da: "Estamos acostumbrados a ver con indiferencia. las cosas que más interesan a la Patria. y esa negligencia. sin duda alguna. es la causa de las grandes humillaciones que hemos tenido que sufrir en el doloroso via crucis que ha recorrido nuestra nacionalidad."
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No, mi querido y respetado Don Pedro; es el miedo medular, el miedo atávico que sufrimos, los que tenemos la pretensión de llamarnos intelectuales, eso, y solo eso, es la causa del estancamiento de la República, de su estancamiento moral, social, político, internacional y material. El valor, la falta de miedo, es la más grande demostración del carácter, y sin carácter moral, no puede haber virtud. El carácter, no la insolencia engreída y voluntariosa, como piensan nuestros esclavos. El carácter es la esencia suprema y sutil, pero persistente, de la dignidad. Leonidas resistiendo la insolencia de las legiones asiáticas, en los desfiladeros de las inexpugnables Termópilas, es mil veces más poeta que Homero, el divino ciego de Chío, escribiendo la Ilíada, esa hemorragia de chismes de sangre, de sensualidad, de traiciones, de ambiciones y de hartazgo. El miedo es el padre nutricio, la perenne incubadora de todos los desmanes y crímenes del mundo, de todas las villanías. El progenitor de todas las tiranías que han asolado la tierra y hasta al mismo Olimpo. Al miedo se le deben las grandes injusticias, y no hay que tenerle miedo a nada, ni a nadie, ya que el hombre o el pueblo que se muere e miedo, se muere cien veces, y los pueblos y los hombres que no tienen miedo, si se mueren, se mueren un sola vez, como le contestó julio César al arúspice cuando este le informó: "radiante y divino Señor del mundo, siento decirte que la novilla que sacrifiqué esta mañana, en honor a tus dioses protectores, no tenía entraña." Debido a la cobardía de los intelectuales de los cuatro puntos cardinales de la República, a su cobardía y a su cinismo, a su espléndido relajamiento, fue que fue el desdichado y heroico hatero, lo que fue. Por el miedo de los intelectuales de su época pudieron los azules y los rojos, hacer lo que hicieron. Por el miedo, y solo por el miedo y el impudor, pudo Wilson dominar y vejar a un pueblo entero, ya que el
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único que se le enfrentó fue el ilustre república Eugenio Deschamps, y quedó con las alas rotas a balazos. Por el miedo, y la ambición bastarda de los intelectuales de aquel momento supremo y augusto, el General Ramón Cáceres ~efe del Gobierno más progresista que ha tenido la República, en el orden material- pudo imponerle a la República una Convención con el despojo lúbrico de un toro en la diestra y un sable de cabo desenvainado en la siniestra, que dio origen a la actual esclavitud de la República. Por el miedo, y la ambición desmedida y desmedrada, pudieron imponernos un Plan, cuando ya el momento era propicio a la liberación absoluta y digna, y un gobierno -el más honrado que hemos tenido en el orden económico-- pero que fue el testaferrismo, más ampuloso y ridículo, de nuestros abundantes testaferrismos, una especie de Capua muelle y espúrea, en la que un militarote bondadoso y fantoche, se hacía llamar, insolentemente, Gobernador Militar de la República, digna, en verdad, de mejor suerte. Pero el miedo y el impudor de los que sabemos, o creemos que sabemos escribir, y que hoy rodeamos las facciones que acechan el Poder -para hacer en el Poder, mil veces menos que lo poco que están haciendo hoy, los que están el en Poder, ya que estos siquiera saben respetar el más precioso don de la vida, la libertad- permitieron imponernos un instrumento que nos retiene, que nos ata, que nos avergüenza, en una hora propicia a las libertades públicas y económicas, sonada ya la hora del gran pueblo americano, que está dejando guiarse por los hombres de sano pensar y de sano sentir. Por esa misma cobardía y ambición, veremos, con toda seguridad, cuando el honorable Presidente Vásquez abandone el solio, dócil al mandato constitucional, y a su propio mandato espiritual, ya que así lo ha expresado en documento público, después de haber respetado la libertad, el más rico tesoro del ser racional -porque hoy
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el que o escribe en bien de la Patria es porque es un bruto, un cobarde o un sinvergüenza-los veremos de rodillas postrados ignominiosamente junto a los mármoles y a las botas de un cuarto de legua, de la Casa Blanca, como esclavos agradecidos, ufanos y felices, pidiendo látigo a la Casa Blanca, ya que en honor de la verdad y la justicia, Ella, la Casa Blanca, no es la que ha querido hacernos esclavos, sino nosotros los que en triste y desmedrada caravana, hemos ido a suplicarle de rodillas nos hagan parias, ya que no somos otra cosa que un atajo político, sin fe, sin ideales, sin problemas, bestias pasivas, voluptuosamente propicias al látigo de los eternos mayorales. Por miedo, trajimos la comisión famosa de McIntyre, urticante semilla de mostaza que sirvió y está sirviendo de puente para entorpecer la marcha regular de las funciones que tanta necesidad tenemos de que marche bien, muy bien... Los macheteros groseros de ayer, incultos, bestias con charreteras paradas en dos patas, no son los causantes de nuestra ruina, los culpables somos nosotros, los intelectuales, ya que ellos solo han sido los instrumentos que hemos utilizado para matar y para robar. ¿Los que audazmente, insolentemente, se llaman jefes de partido o de partidos, piensan acaso en algo noblemente jurídico, sociótico, acaso tienen en pie algún programa que cumplir? Ninguno, absolutamente ninguno que yo sepa... Todo está calmadamente como una pantera en acecho, atentos al opio sibilino de la pitonisa de Washington que pronto ha de llegar, a las ventajas políticas, económicas y juridicas. todos están en sus respectivos asuntos de calambucos amaderados, con sus espléndidos y sustanciosos terrosos en el Banco de Canadá. Mientras el pueblo tiene hambre, no de cosas materiales, sino morales. Unos con el "áncora de salvación espiritual" en la diestra. Otros de corredores manumisos, con un código civil
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en la siniestra. Esa Biblia jurídica de las materias nacionales, con la cual se han hecho todos los daños y robos de la República, otras con un ejemplar de Maquiavelo y un tomo ricamente empapado del korn burocrático del presupuesto. El país está fatigado de tantos providenciales, de tantos profetas inmaculados y meritorios, no quieren ya mis dioses liborios. Cansado está de tanta simulación, de tanta cobardía degradante, ahora necesitamos un cándido espiritual, un dictador y un dictador y un conductor catoniano fuerte, vengativo, reivindicador y austero. No queremos máquinas de hacer dinero y de hacer traiciones. La gerontocracia, el gobierno o dirección de los viejos... cuando es sabia, honrada y fuerte, verdad que es preferible, pero cuando es hiel, cobarde, taimada o pobre de espíritu, esta dirección es inútil y despreciable, y en tal caso hay que recurrir a los hombres jóvenes, renovadores e innovadores que sean viriles aseados de alma y mente, porque de qué sirven las luces, los talentos? ¿De qué todo el aparato de la sabiduría humana, sin la bondad y rectitud del corazón? La hora de los santones de Marruecos, que han ocupado desde remotas épocas la dirección de la cosa pública, sórdidos y rutinarios -de la cosa pública que no es cosa privada- para hacerlas pasto propiciatorio de sus mentalidades de cuadrumanos, felizmente ha pasado y creo que no ha de volver. Queremos, repito una y mil veces si fuese necesario, hombres jóvenes, honrados, capacitados y efectivos, que sean haracistas , nacionalistas, izquierdistas, progresistas, postumistas, poco importa. Que no se encariñen con el boato y las carrocerías muelles y rutilantes, a cambio de un vejamen nacional, ya que el deleite, al decir del protector del sanguinario Nerón, cuando está dando más gusto entonces se acaba. Hombres que no se alquilen ni se vendan hora por hora, minuto tras minuto, segundo tras segundo.
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¡Basta. por Dios. de tanto deliquio y de tanta delincuencia! Basta ya de tanta debilidad. de tanto comercio y de tantos comerciantes... ya que el único comerciante honrado ha sido el padre del maravilloso Ruskin, el delicioso poeta de las piedras tristes y cargadas de siglos y de lepra. y conste que mi padre y mis abuelos fueron comerciantes españoles. y en verdad. no he podido saber hasta hoy si fueron honrados o pícaros... No es la indiferencia. ni la negligencia. la causa básica de nuestra desgracia nacional, internacional social, política y material, es el miedo selvático. la cobardía infame. el temblor africano e indígena. Tenemos que repetir como santo y seña. que pase de boca en boca, de corazón a corazón. por todos los ámbitos de la República -ya que tenemos libertad como nunca la habíamos soñado-. el fuerte y saludable apotegma del fuerte sociólogo americano: "Ahora, hay que reconstruir la Patria. y maldito sea el que fracase. y aquellos que por ambición bastarda la hagan fracasar"; y creo que he dicho algo serio. reposado. justo y sobre todo patriótico. Confrafata: Para el Doctor Marchena. Lowesky Monzón. el Gral. Miguel A. Morillo. hombres de virtudes. de ciencia. de espada y de pluma. Vale. Listín Diario.
Año XXXVII, No. 11, 142. 18 de marzo de 1926.
LA CAPITAL ES UN GARAGE INDECENTE En este mundo -cagamba- todo tiene su luna de miel, y sino, pregúntenselo a la Calité q. e. p. d. desposada por detrás de la puerta, morgánaticamente con la Aliancité, porque lo que es hoy. están reventándose los platos vacíos en la cabeza. Hubiera querido comenzar esta Fata, de utilidad social, pidiéndole un servicio para la sociedad. al culto y progresista General Bubul Limardo. Ministro de lo Interior y de Guerra y Marina, mandatario que me simpatiza; pero es el caso. que el General bubul es enemigo a muerte mío, por causa de Arturito. y amigo del Vicepresidente Luis Ginebra, culto y progresista Gobernador de Puerto Plata, la parroquia de judíos bautizados, al decir del ilustre desaparecido José Ramón López. enemigo mío. y amigo de Luis. el Vicepresidente del futuro ... y a propósito de órgano. Yo hubiera querido. más aún, hubiera pagado lo que no tengo. por haber presenciado el famoso abrazo de reconciliación, que llamaremos de Puerto Plata. donde osculizaron judaicamente bajo la bendición y gracia apostólica de Sixto quinto, sin sotana. 583
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Que lástima que no tomaran una instantánea al giorno, porque seguramente que fue a altas horas de la noche, una instantánea, en el gozoso momento de estrecharse cariñosamente y ambos a dos, le guiñaban el ojo, a los ojos al Viejito, como diciéndole desde el fondo de sus profundas y misteriosas almas: es que tú ves, Viejito mío, y las maletas que les guindan a los perros, es la misma cosa, el freír, será el freír. Pero basta ya, dejemos por este momento al progresista y culto General Bubul, Ministro de lo Interior, Guerra y Marina, ya que él está en la luna de miel de su rutilante cartera, o en la miel de luna, como solía decir honorablemente la esposa del Coronel Butt, dama simpatiquísima; sí, dejésmole, porque no hay que olvidar que la miel de luna, por transitoria que sea, es sagrada. El ilustre moralista Sócrates, si mal no recuerdo,solía decir que los viajes eran innecesarios. Yo quiero mucho a Sócrates, y lo admiro, pero esto no deja de ser una aberración, una pose o un capricho del desdichado esposo de Xantipa, que tenía más malas pulgas y era más celosa que una dama que yo conozco, y cuyo nombre no puedo decir, porque me llevaría el diablo. Sí, esto de Sócrates era una pedantería, ya que los viajes son un libro abierto: viajando es como se aprende. Quiero decirle al progresista y activo Síndico de la Ciudad Capital para que cambíe impresiones con el Ministro, o Secretario, como dicen ahora, del ramo, ya que él ha viajado, que la Capital, por la real gana de los señores Chauffers, está convertida en un garage indecente y de indecencias, de escándalos groseros. No tan solo se hace imposible la tranquilidad durante la noche,más aun no se puede trabajar durante el día. Apenas aboca un carro por una calle, cuando rompe la escandalosa bocina a todo pulmón, y como diciendo insolentemente: aquí viene el Alto Comando de la Guardia en urgente servicio militar, quítenseme de alante todo el mundo, o lo despachurro ya, para ya, y vea Ud. un fotin-
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go sucio, asqueroso, con un chauffer hediondísimo y más sucio todavía, con el timón en las manos, que buenas están para una facha vizcaína. ¿En qué ciudad del mundo se ha visto que los transportes de alto peso entran a las ciudades cuando están descansando, a todo meter, de noche, sin respeto al sueño ciudadano,sobre todo de los niños y de los enfermos? Sólo aquí, que es una copia, al óleo, aumentada, del Africa Central. El progresista y activo Síndico Señor Chotten, puede corregir haciendo cambiar, poco a poco, los klasons eléctricos, que son más fáciles al escándalo, por bocinas de las llamadas de pera, de goma, así por lo molestas, se ven forzadas a tocarlas cuando son necesarias, y reglamentar los toques, pues he notado que en el vértigo del loconobismo irrefrenable, los fords, o los carros de familias, pero sobre todo las guaguas del Ejército, no toleran que se les tengan retenidos, ni un solo minuto. El Honorable Presidente, el Honorable Vicepresidente, y el Alto Comando del ejército -pues desde hoy le callo ese nombre indecente, de guardia- que en otro tiempo significó tanto abuso a estos altos funcionarios, los veo caminar en la ciudad con moderación, con respeto, tímidos, y no quiero congratularme con estos magnates del momento.
*** No pretendemos que las cosas nuestras se realicen como en las grandes ciudades civilizadas, porque esto sería ridículo de mi parte, y yo le tengo más miedo al ridículo que a otra cosa, pero, hay que principiar; las cosas en el campo, pueden ser cosas del campo, y para los del campo, pero en la Capital hay que andar de otro modo, la Capital aquí, yen todas partes,es el cerebro y corazón de los pueblos: ¿no es verdad, Tonquín?
*** Qué simpáticos son los ediles honorables del honorable Ayuntamiento cuando tienen lo que ellos llaman se-
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sión, ponen en cada esquina de su ilustre Palacio un policía, con órdenes casi drásticas de no dejar pasar ni al mismo celoso Jefe de la Policía, con el propósito sabroso de que no les interrumpan sus charlas sabrosas, y al pueblo, que es un... que se lo lleve el diablo, para qué es pueblo y... Lo mismo está pasando con los del Senado; que han copiado la del Brigadier Pendletton, la pantera rubia y miope de la Ocupación, que cuando tenía la resaca del whisky revuelta ponía cinturones en la esquina de Samuel Curiel y en la del Listín con esta orden casi insolente: "Paratrás todo el mundo", mientras que ellos duermen, o cacarean en sus muelles y superabundantísimas poltronas, pagadas con superabundancia, por el pueblo, que ya casi casi, no los puede tolerar por... feos y pasivos. *** Hay un mozo, que no sé si es horacista, progresista, o postumista, cosa que en verdad no me interesa para nada, Jefe de la Policía Especial de Carreteras, llamado Alejandro Rodriguez, que es uno de los empleados más eficientes que tiene el Ministerio de lo Interior a quien yo le daría diez mil pesos de sueldo,por su actividad y carácter, bien entendido. Ese joven que, dicho sea de paso, no conozco,le ha hecho más bien, o tanto bien a la ciudadanía, como el Doctor Báez o Lara, ha puesto la insolencia y criminalidad de los choferes de Macoris como un guante. Yo me permito recomendarle al honorable Síndico Chottin el Señor Alejandro Rodríguez, traerlo a la Capital por quince días, y les aseguro que sin groserías, les para esta ciudad como Suiza, y silenciosa, más que silenciosa ciudad de Scutari, tráiganlo seguido. hoy mismo. Contrafata: Los choferes de fotingo se permiten algo más: las señoras no pueden recrearse de noche. viendo las vidrieras solas, porque ellos se les acercan a piropearlas, ya invi-
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tarlas a pasar un good time. Los enamorados de primera, como dicen los necios de aquí, cuando están enamorados, ciegan a todos los vecinos pegándoles el sportlight, los focos de carretera: esto va a traer de un momento a otro, una desgracia, acuérdense que se lo digo, porque estoy queriendo evitar algo desagradable. Vale Listín Diario. Año XXXVII, No. 11,142,
22 de marzo de 1926.
TRABAJEMOS Y COMAMOS
Para Don Quijote, el Caballero de la Triste Figura, el primero y más limpio caudillo espiritual que ha tenido el mundo, el alma residía exclusivamente en el corazón. Para Sancho Panza, el primer caudillo de las picardías y el practicismo, el alma residía en su panza, y a veces, fluctuó en asegurar cuál de los dos tenía razón.
*** Un tomate inmenso, tan rosado e inmenso como la cabeza de mi recordado Monsieur Fermin Gousard, el dominicano más dominicano que tiene la República en el exterior, ya que cuando la recuerda nos pone a llorar. Tres ajices, tres yucas, dos batatas, dos libras de habichuelas, dos de arroz de la tierra descarnado en pilón, y media docena de cebollas sabrosas y diuréticas, más que el artrisel. Esto, en macuto, a manera de un viático gástrico para la semana, he recibido de Monte Cristi, regalo de mi querido compañero en letras -porque es un panfletistaDon Pedro McDougal, el Jefe de la Granja, jefe y Doctor práctico y técnico de la Granja plantío de la cebolla, es589
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casa liliácea, Renovación, que tal es el nombre simbólico e intencional de la finca a que hacemos referencia. Renovación, muy bien, Pedrito, ese es el más noble y oportuno nombre, porque hay que renovarse y limpiarse del pecado fatal y desdoroso de la política sin ideales, sin programa, sin virtud, por medio del culto telúrico, por amor a la azada y al arado. Es hora de que nos pongamos todos en contacto con la madre tierra, ya que ella como he dicho en otra oportunidad, nos lo da todo y no nos pide nada, mientras estamos haciendo picardías en esta tierra, ya que después de muerto, verdad es que nos coge todo entro, no por avaricia estéril, sino para volvérsela a dar a aquel que viene detrás. La política, lo que nosotros llamamos política, esa química infame y perversa que tanto daño nos ha hecho y nos está haciendo, debía imitar al compañero McDougal, quien nos decía hace pocos días atrás, en una como zona astral, tan lejos del ambiente político que súbitamente podían cambiar el Presidente de la República en Monarca, ya que solo estaba atento a su Secretaría de Agricultura, en correspondencia con el Secretario Espaillat -candidato a la Presidencia- quien le mandaba constante envío de semillas, informes, venenos y demás cosas útiles a él y la Patria. Realmente, confieso que cuando pienso en estas cosas y recibo de las cosas gástricas de los buenos amigos, me da pena y vergüenza; considero los haraganes que hemos sido -yo a la cabeza-lo haraganes y despreocupados, lo víctimas que hemos sido de nuestro atavismo afroespañol. Ese precioso macuto de vituallas que me envió Pedrito, para una de esos abundantes poetas de tocador que infectan el pseudo Parnaso Nacional, será un presente ridículo y grosero, pero para mi resultan sonetos escritos por Arquímedes Cruz, metidos en un macuto. Este macuto me prueba una vez más, que en cuatro años que en este País no se roben el dinero del País, con
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cuatro años de administración honrada y efectiva, y de técnicos en todos los ramos de la administración de paz y de vergüenza, estamos del lado de allá; y trae a mi mente, febril y atormentada, los párrafos de una brillante carta que un gastrónomo y sociólogo competitísimo dirigió públicamente a la cultísima dama todo corazón. talento y virtudes Doña Carmen González de Peynado. La honorabilísima esposa del Licenciado Don Fco. Peynado, la que junto con Luisa Ozema Pellerano de Henríquez, la esposa del Maestro de los Maestros, y Leonor Feltz, forman la trilogía, armoniosa y perfumada por sus mentes y sus espíritus, a las cuales en el altar de mi respeto, les rindo devoción perfumada plena y purisima. Sin duda alguna es la pigricia, la ambición política, la corrupción ideológica del medio, el intelectualismo morboso, la plétora de aspirantes a cargos públicos sin capacidad alguna y sin virtud, sin preparación ni disciplina, la abulia nacional, la falta de amor a las instituciones políticas llamadas a conducirnos a la plena libertad nacional, esta es la causa de nuestra desgracia colectiva que ya está llamando con urgencia a la implantación de un régimen práctico y económico agrícola, así, más o menos, expresó en la Carta Pública el distinguido agrónomo y sociólogo. En el método práctico agrícola es que está el basamento de nuestra verdadera República, la de hoy, porque hay que principiar y la de mañana, la que nos dará honra, comida, bienestar y respeto en el orden de las naciones civilizadas, la historia y la realidad desde los tiempos antiguos nos lo han demostrado. Hay que trabajar, pero sobre todo trabajar la tierra, ya que tenemos tanta tierra con capas húmedas y lujuriantes, como la está trabajando el señor Pedro Mac Dougal, los Generales Alfredo Victoria, Luis Felipe Vidal, Manuel Sánchez y otros hombres más de armas, de acción y de política que han llegado a la saludable reflexión de que ha sonado la hora de manera imperativa en la cual debemos respetar y ayudar la
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Patria. ya que por nuestra haraganería. nuestra pigrícia africana y nuestra ambición bastarda y hasta poco práctica. nos moríamos de hambre y de miseria. Contrafata Después del macuto de vituallas o del macuto de sonetos gástricos que me mandó como para darme una lección objetiva, de dignidad nacional mi querido Pedrito, si Fello Espaillat me consigue un arado, semillas, trabajadores, un paraguas de seda genovesa. como la que usa Chicho, una caja de whísky 69 pro del número simbólico. una caja de whiterock de la que vende Mr. Abbes, quien según su práctico sentir debe estar en todos los hogares, como la sal de fruta, una botella termo de primera clase para mantener el agua frígida. otra botella termo para mantener el famoso café Polar a temperatura volcánica. estoy decidido a cultivar la tarea y media del terreno estéril y sinvergüenza del Parque Colón, en bien de Fello Espaillat. y en mi propio bien. Si está dispuesto a aceptar estas proposiciones el Secretario Espaillat, que las considero ventajosas para el Secretario Espaillat y para mí, que se lo avise al inteligente y sutil Santiago. Capitán de Derrota del crucero Independencia que está metido en una de las vidrieras del Ministerio de Guerra y Marina extinto. que se lo avise. y ya nos veremos a la sombra de una botella de cerveza Catedral, que al sentir de cierto cervezómano amigo mío. es tan buena como la marca Caballo. marca vulgar por cierto, pues cuando está apurando. lenta y voluptuosamente para sedar y contener el fuego de algo más fuerte poniendo los ojos en virio al terminar exclama cuando toma este espumante y rubio licor. siento mi cuerpo y mi alma tan curada de pena y satisfecha como si hubiese oído una misa rezada por el obispo de Santiago. el extinto Cardenal Desiderio Mercier. en la Catedral de Notre Dame de París. donde se coronó Na-
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poleón. gran Emperador de los franceses. Rey de Italia e íntimo amigo de Cuchú. Vale Listín Diario, Año XXXVII, No. 11,147.
23 de marzo de 1926.
CAYO LUCIO PILATOS SOMMNEL UELL, PROCÓNSUL DE LA REPÚBLICA En este infeliz país se juega a todo. E. M. deH. Para principiar la serie de articulos que tengo que escribir alrededor de la múltiple y complicada personalidad del Caballero diplomático Sornmnel Vell, quiero invocar el tema de Quinto Horacio Flaco, el ilustre poeta latino, en su bella carta a los Pisones, fíjense que digo a los Pisones y no a los Pinsones, ya que como he dicho, hay que hacer las cosas con verdadero espíritu de justicia, y con la distinción, respeto y gentileza a que es acreedor el distinguido, y muy bien vestido, ex-diplomático americano, suaviter in modo, fortifer in re: blando en la forma, pero invencible en la sustancia.
*** Hace días se cierne en el cielo de la República, en otros tiempos nidal de arcones y de águilas, hoy agujero de raposas y de reptiles cobardes, el último representante que nos manda la democracia americana, la del ilustre y re595
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verenciado Washington, allá por el desdichado y luctuoso año de 1924, con la dolorosa y triste misión de hacer ejecutar el planazo cruel de la Hughes-Peynado, por virtud del cual ha quedado sancionado el zarpazo más cruel que haya dado bestia de presa alguna, sobre un pueblo pequeño, indefenso y humilde en el fondo, propicio a la esclavitud, a arrodillarse, a hincarse delante de los centuriones del ilustre profesor paranoico Wilson, a despecho de sus admiradores. La sociedad politica, y las piaras políticas, viciadas tan íntimamente en el dolo, yen la esclavitud, carente en absoluto de sentimientos nacionalistas, y de pudor cívico, ha visto con indiferencia, qué digo, con amor de esclavo, la llegada de este aguilucho, de este exótico y misterioso ex-diplomático, solo la tierra sacudió varias veces sus entrañas, pero en el fondo de los escasos espíritus que sienten con la patria, y meditan sobre el tenebroso presente, y que ávidos escrutan el porvenir, donde se agita la incertidumbre, y sobre los tristes escombros de nuestra dignidad vencida por la infamia y la cobardía, se abre esta interrogación: ¿A qué habrá venido Cayo Lucio Poncio Pilatos Sornmnel Wel, el Procónsul abracadabrante de la República? .. como le llamaba Tulio Cestero a su íntimo y generoso amigo. ¿Qué nueva misión de dolorosa libertad le trae a esta desamparada y cobarde Antilla, donde sus compatriotas cegaron las mieles de las última cosechas, y agotaron la fuente de la fe, y de la dignidad de ellos, y de nosotros?... Nadie, estoy seguro, solo yo y dos más, sabemos con certeza, cuál es el móvil de su último e inesperado viaje, ya que él no está en la carrera diplomática. Aun cuando el mismo Caballero Sornmnel Wel afirma, que solo obedece a simples voluptuosidades de turista, a mero deseo de descansar en esta cálida tierra tropical, él, tan sajón y tan rubio como el oro, nuestro pueblo, el que no pasea su tristeza y su miseria, su hambre en flamantes automóviles, que es el único que ayer sufrió las bayonetas so-
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bre los riñones, las locuras morales de las panteras rubias y de las alimañas negras dominicanas, seguimos consultando el Oráculo de Dodonte. De todos modos, misionero o mesías, turista, o simple amigo del César ex-diplomático, Procónsul de la República, sea cual sea su misterioso carácter, la presencia de este gentil Caballero, de este exquisito y voluptuoso gentleman, a mi pensar, y al decir de sus lacayos y escuderos, no puede ser grata a ningún dominicano que ame y respete a su Patria, a menos que no sea un vesánico infeliz, un loco moral, que no guarde siquiera, como un triste relente el amargo y horripilante, el recuerdo de los crímenes y vejámenes que durante ocho años sembraron de espanto a loa moderna civilización, a nuestras pacíficas campiñas, a nuestras pasivas ciudades, llevados a efecto, por los perros de presa del Comodoro Caperton, cruel y tozudo. Cierto es, que el caballero Sommnel Wel, Procónsul abracadabrante de la República, no se le ocurrió venir a la República en el curso de la tragedia sanguinaria que llenó de espanto al mundo civilizado, a apoyar las crueldades, las insolencias, y grosera imposición del Comodoro Caperton, y de sus colaboradores nacionales, no nacionalistas, los activos; los vandálicos hechos de Melkel, de Tailor y de Bacalau, para deshonor de las ramas americanas, en los pacíficos campos del Norte y del Este de la República. Su misión fue de paz, pero de paz vejaminasa, de vejámenes nacionales, debido a la cobardía y a las ambiciones bastardas de los titulados representativos, de los que hoy pretenden, desparpajados e insolentes, fungir de epónimos, de libertadores de un pueblo mediatizado, de patrios: fue de paz vejaminosa, y de armonía, pero carente completamente de espíritu de justicia internacional, y de ética diplomática, y hasta personal, ya que la aceptación del famoso planazo HughesPeynado, no fue aceptado por la voluntad espontánea del pueblo, sino debido a una imposición velada, pérfida, de
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la política americana del big stik, en promiscuidad, en doloroso ayuntamiento con la piara de ambiciosos políticos y juridicos bizantinos y florentinos de aquí: Al honorable Caballero Sommnel Wel, en justicia, no le cabe ninguna responsabilidad en los hechos que precedieron su maniobra en el país, pero versado en las añagazas, y emboscadas, que diría el ilustre diplomático Doctor Tulio M. Cestero, de la política norteña, de estos paisitos enclavados en la cuenca milenaria del Caribe, acobardados por el soplo de los representativos, nos obliga a verlo con natural inquietud, más aún, con pánico, obligándonos a abrir un paréntesis de amargas conjeturas, fácil de explicar, si se piensa por un instante, en nuestros errores del pasado, y en la incertidumbre y crimenes morales y políticos del presente. ¿A qué ha venido el Procónsul abracadabrante de la República? .. El tiempo y yo, nos ocuparemos de saberlo y de decirlo, no a los esclavos ufanos del Procónsul abracadabrante, ufanos del desprecio o de la prebenda del Procónsul distinguido y elegante más que Brummel, sino al pueblo desgraciado que siempre es la víctima propiciatoria, escogida para realizar el crimen o los crimenes, lanuda y pasiva bestia de carga de tiro. Y mientras tanto, yo sigo consultando el Oráculo de Dodona, seguro de que doy con el rancho en gestación sombrio y amenazante, ya que como dijo el Poeta maravillosamente, "estamos en una hora de bermellón, en que florece la hortaliza del tanto por ciento. Cuando la tragedia social despliega su cría abrojada de espanto, como una yegua exaltada. Cuando los guijarros del teatralismo, ponen un birrete sobre todas las metáforas de cinismos." Contrafata: Estando visitando el gabinete de trabajo, "cuajado de anaqueles que se siembran bajo el peso de copiosos vo-
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lúmenes del grande e indiscreto sonetista. Don Arquímedes Cruz Alvarez. el más florentino de nuestros artistas. y corno florentino griego. ya que Florencia es una reencarnación de la Hélade armoniosa y eterna corno el mundo en un momento de distracción del artista florentino. le hurté este artículo de entre una pirámide de artículos viriles. pero inéditos. este artículo sincero y fuerte corno su alma y su pensamiento. Recontrafata: Este es un ligero hores d·veure. los platos fuertes vienen atrás. Fuertes suculentos. Esta nueva cinta cinematográfica la llamaré Fataproconsular. y que sean los cotorritos pasquineros de la calle Arzobispo Meriño. escupiéndome invertidamente que a ellos nada les haré nada. pero a los amos. los mataré a palos. que es lo que más le duele a los esclavos impudorosos y serviles. Vale también. Listín Diario.
Año XXXVIII. No. 11.162.
8 de abril de 1926.
LOS REPRESENTANTES AL CONGRESO DE LA PRENSA
Hoy tempranito, he recibido de la fabulosa ciudad del Diablo Amarillo, del oro, y de la limpieza, de New York, una taIjeta de mi querido Arturito, llena de cariñosos recuerdos, y de travesuras. La tarjeta, en el anverso, tiene una manada de bueyes, o de toros robustos y un rótulo que dice: para el Mayoral del Hato Mayor del Rey, yen el reverso esto: a mi querido Vigil Díaz, el Canciller de Hierro, colado, de Listín Diario. ya ven las cotorritas pasquineras, que yo no estoy pegado en el Listín, con la saliva viscosa de esas cotorritas pasquineras. De hoy en adelante, suplícole al público, que tenga que escribirme, ponerme en el sobre, después del nombre, a manera de blasón, el título para mi gratísimo, EL CANCILLER DE HIERRO COLADO, de la Biblia. Luego, cuando paso a dar mis órdenes al Hstín, leo los cables y en ellos me informo, gratamente, que ya mis muchachos están en campaña, de triunfo en triunfo. El Listín, en nombre de la República, ya que el Listín es la República, habló Llaverias, mi admirado y reverenciado Lla601
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verías, habló en presencia del Presidente Coolidge. CHEMBA CON CHEMBA; pero esto, después de todo, es una bicoca para el culto y querido amigo, ya que él es el único en el mundo que ha tenido la hombría de escribirse directamente con el Papa, de tú a tú, y tratarse de tú. Yesos, después de todo, son los hombres que necesitamos en esta tierra de pusilánimes, de cobardes, y de cobardías. Patin Maceo, el PETIT JAPONESITO, peligroso y culto, gramatólogo insigne, Licenciado en Derecho para proceder torcido, como me dijo el mismo y querido compañero de letras y de la infancia, porque es viejísimo, ha sido nombrado Vicepresidente del notable y pintoresco Congreso, de lo que yo me congratulo, sinceramente. De Panchito, no he sabido nada, y lo siento, pero después de todo, él andará en otras cosas más prácticas, ya que por allá hay púdpas exquisitas, y pulpos más bellos que los que tenemos en Boca Chica y en GÜibia. Sinceramente les digo, que me satisface íntimamente, el viaje de estos queridos compañeros, a tierras de Yanquilandia, porque así vendrán más humanos, limpios de odios y de resabios. A Arturito, por lo pronto, buena falta que le hacía este descanso. Patín Maceo EL PETIT JAPONESITO, descansará de una cosa y trabajará en otra, ya que es buen discípulo mío y de Tulio, tal vez si más de lo necesario, para castigo de él. Panchito, el travieso y revoltoso Panchito, será feliz un rato, al dejar, temporalmente este ambiente periodístico y político cargado, hoy más que nunca, de azufre porque ustedes no me negarán que esto huele a azufre; verdad, Sixto quito sin sotana?... Ya solo les agu8Tdamos que regresen cargados de triunfos, y de paquetes de barajitas, como regresaban aquellos diputados de los sabrosos y pecaminosos tiempos de Concho Primo, cuando terminaban sus labores, retornando a sus dehesas, contentos, infantiles. Me parece estar viendo ya a Patín Maceo, nervioso, vestido como un dandi de la Quinta Avenida, regañando
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a Tonquín, porque levanta mucho la voz, a Ramón Jansen, porque mueve demasiado los brazos al hablar mal de Aguiar, o llamando con mucho misterio a Fello, allá, lejos, por los bancos de la Comisaría, y sacar con precaución del bolsillo trasero del diminuto pantalón, un paquetito conteniendo una pluma fuente, de similar, comprada en el cinco y diez, con esta advertencia cruel y vengativa: oye, mulato, te la traje, eso sí, para que le saques las tripas al Cardenal Richelieu, la Eminencia roja de la política dominicana como lo llama el sinvergüenza de la Fatamorgana; Patinsito, no te olvides del precepto del Nuevo Testamento: los últimos pueden ser los primeros sabe Dios, y entonces, guai Naná. Pues nada, que regresen cuanto antes, los cultos y triunfantes amigos, al seno de la Patria, que ya los aguarda, cargados de felicidades, de anécdotas, y de fantásticos triunfos donjuanescos, ya que así hemos sido todos, o así somos todos los tropicales que nos mojamos las asentaderas con agua salada, por primera vez. Yo fui uno de tantos que la primera vez que dejé la bahía de New York, para venirme para acá, solo me preocupaba y hacía pensar mis triunfos de conquistador. al extremo de exclamar, contemplado la estatua de la Libertad, que dicho sea de paso, siempre me ha parecido, vista de lejos, una mulata holandesa vendiendo maní en un tablero; cuánto negocio harán las boticas, porque lo que es ahora. con mi partida,se envenenan, la mitad, cuando menos, de las bellísimas mujeres de New York, por culpa de mis desdenes e infidencias; así somos los tropicales de fantásticos, de imaginativos, y sabe Dios si por eso mismo, es que somos tan inmensamente felices ... Listín Diario.
Año XXXVII, No. 11, 171, 11 de abril de 1926.
UNA FATA EN CALZONCILLOS Una sirena apocalíptica, lanzó en la puerta de mi cueva un lagarto. como llama el inmortal panfletista Juvenallas pobres casas de los artistas, o de los seudo artistas dos gritos fúnebres, a las cinco de la mañana. tan fuertes, que mi maquinilla portátil, marca Remigton, regalo particular de Arturito, tembló como un animalillo asustado. De entre la penumbra, de un inmenso y reluciente Packard. reconocí la voz algo ronca, de mi querido Ramón Figueroa, el único Ramón aceptable que tiene Macons. quien me ordenaba, con el imperativo de un Almirante, un zafarrancho de combate: Vigil Díaz, a bordo inmediatamente, sin objetarme, ni una sola palabra. Y yo, que tengo una voluntad de histérica enamorada, sin responderle nada, por poco me marcho para la heroica Azua de Compostela, y de Renato Soto, en pijama, en mi pijama de fuerte azul, que al decir del eminente poeta y diplomático eminente, doctor Pérez Alfonseca, es un laxante infalible para las constipaciones hepáticas. A las nueve de la mañana. estábamos abrazando, cariñosa y desinteresadamente, a la respetable señora 605
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Rosa Ramírez, la horacista más leal y laboriosa que ha tenido el sur, hoy apartada de toda actividad política, y de todo exaltado cariño, por graves cosas y quesos, que no es de oportunidad traer a colación, ya que todas las cosas están hoy sin colar, ya que he llegado, felizmente, a la edad de las simplificaciones, y no de las complicaciones. Nos desayunamos como personas decentes, ya que decentes y opíparamente fuimos servidos, y veinte y cinco minutos después estábamos tomando puerto en el Central Ansonia. Presentando correctamente, por mi dilecto amigo Figueroa, ya que él es todo corrección y gentileza, al Señor Administrador Mister Talake, el único americano que después de Mister Broun, el ex-secretario del Tribunal de Tierras, a despecho de Quilla, nombraría yo Presidente de la República, para que supiéramos lo que es trabajar, ganarse bien el dinero de la República. Pocas veces he encontrado en mi vida un traveller o voyaguer, un hombre americano, más simpático, corriente, más sencillo, más campechano que Mister Talake. La primera sorpresa del Señor Administrador, fue el formidable capote polar y peludo, en el cual me envolvía, estando, como estábamos en las mismas entrañas de las fraguas del cojo Vulcano, y la decisión mia, de no querer darle la espalda, hasta que Figueroa, violentado por mi situación, se determinó a poner la cosa en limpio, para evitar sospechas e inquietudes. -Lo del sobretodo tan intempestivo, Mister Talake, no es una pose de Mister Fatamorgana: no, él es tan sencillo y corriente como Ud.; la inquietud que tiene de perro con gusano, es otra cosa, y lanzando una carcajada, dijame entorpecido por la risa: explícasela tú, Vigilo Pues le diré Señor Don Administrador, es el caso que me desmonté a hacer aguas menores, como aconseja el letrero que tiene las ruinas de San Nicolás, y no mayores, por desgracia para mí, en el mismo sitio de Britití,
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el heroico campo donde los capados de San Cristóbal se portaron heroicamente, en una descomunal carrera que ha superado a todas las de Maratón por lo larga y fatigosa, y al tomar la máquina nuevamente. la llave de la portezuela. me llevo en banda el fondillo, y mire. cómo me ha dejado. en un traje de verano forzoso, y le mostré mis ilustres y maltrechas asentaderas. Él, sencillísimo. echó a reír hasta correrle las lágrimas por el rostro dignamente quemado por el sol del inmenso y mal remunerado trabajo que le agobia. asegurándome que todo quedaría subsanado ínmediatamente. pues mandaría a repararme el daño, si era que no quería unos pantalones de él que mide como diez varas conuqueras de largo. Acepté la primera proposición. y poco después estaba yo en calzoncillos. paseándome, cual otro Caballero de la Triste Figura en Sierra Morena, perseguida por sus finezas de leal enamorado, paseándome como un demente, por los severos. limpios y espaciosos salones de la oficina del Central Ansonia, rompiendo sin quererlo. con aquella lamentable fecha. Lamentable y dolorosa, las severas disciplinas y el silencio habitual, todo por amor de mis heroicos copados de cribití, luego por amor a la mansión del señor administrador donde pasamos una hora de deleites inolvidables. Apuramos sendos y múltiples cocteles americanos que le cogen a uno la cabeza. sin deber cogérsela. Nos sirvieron hielo higiénico y no peligroso como el de ciertas ciudades. hecho en la misma factoría, de manera económica. higiénica, con agua pura. en una Relcolart movida eléctricamente; trocitos de hielo tallado como diamantes apuntándome. dada mi sorpresa, el administrador. que esas eran unas exquisiteces que él se reservaba para cuando le llegaran huéspedes como Fatamorgana. ya que él a través de mis artículos complicados y jocundos recordaba a cada párrafo a su inmortal conciudadano Max Tueni, haciéndole pensar en su Isla del Diablo, horas verdaderamente felices.
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Yo. flateur siempre. por halagarlo. o por decir algo. tendí la vista por aquel páramo salpicado de carnes. y arriesgué la idea. algo pedante. por cierto. de una granja que pudiera surtir la Capital y a Azua de Compostela, y del inmortal Renato Soto. que surtiera a Azua. a quien un compañero macana -los macanas están en todas partes. y hasta en Azua- bautizó así; el cenicero del Cachimbo del Central Ansonia. El fino y tolerante Mister Talake. sonrió. y después de llenarme hasta los bordes mi copa. por quinta vez. de Whisky. díjome: si ya he ensayado con una hortaliza. pero he tenido que abandonar esta locura. pues al tirar balance. caí en la ridícula cuenta. que cada tomate que me comía.me costaba dos pesos. un rábano tres pesos y medio. y las berenjenas cimarronas. cinco. Mister Talake. como me gozo en repetirlo. es un Caballero encantador, un derasiné. un desarraigado. adaptado pobremente a nuestro ritmo tropical, a despecho de su blancura insospechable, láctea. Ama a Azua -cuánta bondad y heroísmo- como al mismo Estado donde nació. allá lejísimo, por tierras nórdicas. en un Estado que no recuerdo ahora; ama a Azua. donde cada vez que yo tengo que ir, me prevengo en la botica de Juan Cohen. de una bolsa maravillosa llamada termo, de seda. para ponérmela llena de hielo, entre el sombrero y la cabeza. para evitar un tabardillo fulmínante. o una congestión horripilante. Mister Talake es una especie de Monsieur Gousard canijo. perfectamente flaco de cuerpo y abundantísimo en gentilezas. Nuestras cosas le encantan. por picarescas y atrabiliarias. y con la misma facilidad que los cocteles le prenden un amable y festivo daimon, alegria inocente y sencilla cuando tal sucede. se amarrar un trágico sable de cabo a la estrecha y flexible cintura. un sable de cabo. un cucabao que le regalo, en Hato Mayor mi hermano el General Oscar Vigil Díaz, su amigo de los sabrosos tiempos de Melkier, Tailor. Vicentico y Tolete, cuando el
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Alcalde se desayunaba con osmil, regalo americano, y cenaba en el monte con los gavilleros, a la luz de la luna y de un patriotismo apócrifo y proteico; veri guel, como dicen en Moca Don Alcaldo. A las doce y media, repletas las bodegas de whisky con guai roque, me gUindé lleno de ternura, apócrifa también, y de agradecimiento, apócrifo. de los hombres magros del honorable Administrador, mientras alcanzaba a ver por debajo de sus limpios emanadores sobacos, la vetusta casa de calderas formando. por voluntad de los cocteles, de un whisky 69, legítimo, de un cachimbo en el maravilloso palacio de Cheresade. y ya sobre la marcha, le decía adiós con la mano, mientras cantaba: "Costas las de Levantes, playas de Llopel, dichosos los ojos, capital querida, que te vuelvan a ver". que es lo que he notado que viene a la mente de los hombres civilizados y latinos, cuando se tiran más jaquimazos de la cuenta. De regreso, mientras el Packard se deslizaba, precavido y temeroso, por los desfiladeros de las Termópilas, como he bautizado yo al Número, me decía in mente, mineras el fresito Figueroa, el insustituible y querido amigo de los inolvidables y sabrosos tiempos de París en el 22. que es como él marca la jornada inolvidable, con la barba sobre el pecho cabeceaba impulsado por el bochorno bochornoso de la Provincia de Azua, con la seriedad de un Almirante Toga, a bordo del Yamagata, alas seis en la Capital, a las nueve en Azua, a las tres en la Capital, otra vez, y a las cuatro en Macorís. Santana. Cabral, Duvergé, Sánchez, Duarte. Mella, Whisky. Packard, Aeroplanos, Constituciones, glorias, esfuerzos, heroísmos. sangre. civilización, todo se lo ha llevado la trampa por voluntades, debilidades, puerilidades, torpezas y ambiciones bastardas, veri guei, rielai, como dicen en la patria circunstancial y transitoria del eminente cirujano Lara. que vamos a hacer, hay que se-
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guir como el buey de pie, jalando, aguantando, y pujando, que es lo peor.
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OTRA CARTA DE ALMA
Ya las cotorrltas de la calle Arzobispo Meriño parece que no me quieren mandar más pasquines. y lo siento. porque les estaba preparando una camada. que iban a llorar, ya les tenía escrita una hoja pública. una fatamorgana volante, una especie de mariposa con alfileres, con mi firma al pie. Hoy lo que he recibido por conducto del tranquilo, bondadoso y sonreído Cuayito es una carta de Alma, por cierto perfumada con esencia petite fleur bleue, del último perfume de moda, del que su agente. Ureñita, me regaló. el espléndido Ureñita. mi condiscípulo, un frasquito más chiquitico de un tipo de imprenta, y una tarjetita, para que no haga daño. y ahí va la carta de Alma: Poeta: Cuando el olímpico Francisco José Peynado rehusó la seguridad de su triunfo a base de un porcentaje en los cargos públicos de la administración. la mayoría del pueblo dominicano y muy especialmente sus partidarios. lo consideraron como antipolítico. Hombre de amplia visión, conocía las consecuencias funestas para el país so611
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metido a una política de complacencias y de usura en el reparto de los cargos públicos. Sabía que sin libertad de acción no es posible que haya un buen mandatario. Cohibida la función de Jefe del Estado por la disciplina de un TANTO POR CIENTO obligatorio impuesto por la exigencia del caudillo colaborador, tal vez factor determinante del triunfo, se vería obligado por circunstancias y las inconveniencias del momento político, a crear cargos para satisfacer la ambición de la incapacidad insaciable y audaz no a seleccionar hombres capaces para servir los cargos. y el desaire sería la consecuencia inmediata, indispensable de esa forma rutinaría de gobernar. Ahora estamos frente a los acontecimientos. La inconsistente unión política para el éxito, porque no tuvo otra finalidad que la de escalar el poder para luego hacer un reparto de las prebendas, se ha derrumbado con un escándalo que repercutirá en el corazón de la pobre patria atormentada. Tenía que ser así. El cisma estaba escrito. La ciencia de gobierno no es un mito cuando el Jefe del Ejecutivo no tiene plena libertad de acción. Y ahora, deshecho el pacto funesto, los unos y los otros se hacen cargos recíprocos. Ambos se descargan de la responsabilidad que formula el momento político. El Gobierno estaba anarquizado por la obstrucción sistemática del aspirante al poder. No se ha cumplido el convenio de la Noche Triste y el porcentaje que corresponde al uno está en peligro. Gobernar se hace imposible. La crisis es inminente. Pasaba Juan cuando cayó la piedra. Cayó la piedra cuando pasaba Juan. Nadie es culpable; nadie es responsable. Se buscan unos hombres para dejar caer sobre ellos la responsabilidad del momento. Sean los de la patria los más propicios para la resistencia. Siempre ella es la víctima. La Historia lo asegura. Ya está el hombre solo. Surge sin compromisos porque el pacto deshonesto ha sido roto. Ahora puede gobernar sin exigencias. Ya no tiene que crear cargos para satisfacer la imposición del contrato.
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La vía que conduce al triunfo de su gobierno está expedita, franca, recta, iluminada; la que conduce al fracaso es tortuosa y cuajada de zarzas. Selección sin que presida para ello el menguado interés político y las complacencias comadreras. Hombres para los cargos públicos es lo que necesita la República. Ahora está el Honorable Presidente en mejores condiciones políticas que cuando surgió la República del doce de julio. Si tiene tacto, si desoye el abejoneo de los insensatos de todos los tiempos, de los abanicadores traficantes que en todas las actividades de la vida tienen por único afán imprimir impulsos a la gigante rueda de Mercurio con el fin de recoger para su bolsa las ventajas el tanto por ciento, la República está salvada. Tuya admiradora
Alma. Nota: Hoy escribo en prosa fea porque tenía necesidad de decir verdades. Tal vez me reproches esta forma de decir. Tengo una siempre envenenada por la indignación que me rodea el corazón. Muy muchas son las gracias que tengo para el elogio que formulaste para mí en la prensa. En la próxima seré romántica y escribiré una página lírica que sea arrullo de paloma y música de alas, algo que tenga el alma de la monótona sinfonía del atanor... Alma de Alma, el espíritu de tu última carta, bellamente escrita, y mejor pensada, me está oliendo a pantalones, o cuando menos a la mujer de Putifar, el Capitán de la corte de Egipto, amo del desdichado José, que si tú no lo sabes, usaba pantalones, y era la que mandaba en su casa. Por lo que toca al distinguido Jurisconsulto F. J. Peynado, te has equivocado de bola, él tendrá muchas virtudes, yo no quiero, ni tengo derecho a desconocérselas, ya que ese no es mi negocio. POR AHORA, pero eso de olímpico, me parece un tanto exagerado. Pancho no es olímpico, es muy humano. Me parece que detrás de
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tus perfumadas faldas se oculta un bolo, que digo, un coalicionista, cosa enteramente distinta a un bolo. Bolo es sinónimo de dolor, de montañas de oro, de muertos, de exilios, y de mis cosas más que no es bueno recordar, ya que las cosas están como están, y Coalición, q. e. p. d. fue una parranda, una tomadura cruelísima de pelo a los pobres bolos. Yo te suplico que me hables de cosas de interés social, y hasta personal, pero no que andes por el pelillo porque va a ver, o vamos a ver, cosas muy feas, así pues lo mejor es no meneallo. Escríbeme, no dejes de escribirme, sobre todo del asuntico aquel del Procónsul abracadante: tú ves cómo yo, Y LOS OTROS DOS sabemos a lo que vino el Guatiguao. Escribeme pronto, y dime todo lo que tengas que decirme, porque me parece que estas son ya las últimas fatas, pues estoy con el pie en el estribo. De ahora palante, tengo que ponerle atención a los asuntos de la faja del Viejito desde New York, para donde saldré en breve, después de publicado mi último libro, a redactar una revista semanal, en dos lenguas, español e inglés: guai Naná, nos acabamos en Washington, como decía el Viejo, el Otro Viejo, el de nosotros. Listín Diario.
Año XXXVII, No. 11,174, 20 de abril de 1926, p. 2.
EL GALLO QUE AFLOJA LA BATIDA, ESTÁ SIEMPRE PERDIDO PARA SIEMPRE Mis tres libros de cabecera son: "El manual del perfecto canalla", que lo vendía la librería de Manuel Emilio Machado, que por cierto se agotó, pero ya pidió por cable cien mil ejemplares más, ya que ha caído en la cuenta de que aquí, todos queremos ser canallas, sin poderlo ser, pues si para algo se necesita talento, como ya he dicho, es para ser un perfecto canalla, y no ir a la cárcel, al contrario, ser reverenciado, y adquirir el blasón de patricio, de honorable; la "Biblia", y "Así hablaba Zaratustra", de este último gloso estos versículos: "Existe en alguna parte todavía, pueblo y rebaño, pero entre nosotros no hay Estado. A lo más fijo se le llama Estado, pero mienten, y he aquí que la mentira se sale por la boca, yo el Estado, soy el Pueblo." No obstante, agrego yo: de la secreción del pólipo ontozuario, nace el coral, y del molusco enfermo. la perla para las gargantas de las Reinas,y la púrpura para los hombros de los Césares. y por qué no ... *** 615
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El que se equivoca conmigo, es porque el da la gana, y en su imbecilidad llevará el castigo. Estoy hasta cumplir sus cuatro años, con la República, que la veo mal, después con el General Vásquez, porque esto es lo que le conviene a la República, óiganlo bien, y de esto no me saca nadie. Después con Sixto quinto sin sotana, cuando se maduren las uvas, si es que no viene uno de esos monos que andan dando saltos por el Olimpo, expuestos a romperse una pata o la crisma, que sería lo mejor. Hay que ser honrado, ya que la honradez no es solamente, no robarse un par de pesos, perfectamente honrado, y sincero, ya no es posible mas simulaciones, e infidencias. VENTAS Y RETROVENTAS; ya pasó la hora de las desintegraciones políticas y ha sonado, y fuerte, la hora de las reintegraciones políticas, cada conmilitón a su puesto, y el que tenga que ahogarse, que se ahogue en silencio, esto, tal que cual, es de los horacistas y hay que dejárselo íntegro a los horacistas, y cuando sea de otros, que sea íntegramente también. Por otra pare, debo confesar que admiro y reverencio al Cardenal Richelieu, la Eminencia Roja de la política, porque además de sus virtudes domésticas, que en él es una religión, posee otra que yo reverencio también, en estos tiempos de infidencias, de VENTAS Y RETROVENTAS, la virtud de la consecuencia, con aquellos que le son leales, digamos.
*** El Progresismo es un partido bien organizado, burocráticamente, como cosa que está bajo la omnipotencia de la Eminencia Roja, pero es un partido, que salvo el mismo Jefe, Cástula, y mi peligroso y talentoso amigo Sergio Vílchez, carece en absoluto de entusiasmo, que es la fuerza propulsora de todas las cosas del mundo, y sobre todo de las humanas. El Progresismo me hace la idea de esas sectas, que primero se separaron del Cristianismo, dizque porque el
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Cristianismo era muy amante del lujo y de la pompa: después de los Metodistas, dizque porque en los momentos de MEDITACIÓN, SE INSPIRABAN... Yo creía que el Progresismo, hubiera hecho como los alemanes en Bélgica que cuando vino a romper las relaciones con la grandiosa Francia, ya tenía en las afueras de Lieja, las plataformas para la artillería de sitio. Creía, que al llegar la tormenta de San Chuchú, ya tendríamos una cosa grandísima, hasta la artillería plumífera, las prensas, y yo APALABREADO , para cargar pesado, rodeado de mi estado Mayor General, el Estado Mayor intelectual del Progresismo, que dicho sea de chanfle, tiene en su seno a la intelectualidad de la República, solo que es una intelectualidad contemplativa, que le gusta los CARAMELITOS SANTOS, y así no se va a nínguna parte, que no sea a Turquilán: lUdes. saben lo que tienen hasta ahora? .. Restos de una imprenta del campo. ¡Ofrézcome!. ..
*** En política, como en gallos, el que afloja la batida está perdido para siempre. Cuando un gallo afloja la batida, es que se quiere huir, porque el gallo que está dando chicote, no se explica cómo el que está abajo, aguanta tanto, y de aquí que los peritos como Fello Ricart, y el General Don Antonio Carbuccia, me gritaban una vez en la gallera del JATO: Fatamorgana, dé diez a uno al que esta aguantando, pero yo receloso, le contesté... ¡Don Antonio, hocee! ... a mí no me gusta el que está arriba, dando chicote, acuérdese de aquello que dijo el Alcalde, cuando le llevaron el difunto, no siendo ya Alcalde: MUERTO, y DEL CAMPO PA MENO. No es que yo quiera marrulleramente, o con gracejos ridículos, o con conismos y falta de piedad, decir que este o el otro gallo está ganado, nada de eso, porque en política, sobre todo en esa inmundicia nuestra que llaman política, pasa lo mismo que con el tifus, que antes de los
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cuarentas y seis días, el médico no puede afirmar que se salvó, porque a veces se presentan peritonitis fulminantes, perforaciones de la tubería. Y NO SÉ NADA, Y SOR BRUTO... Contrafata: Para el sábado, si Dios y las cosas lo permiten, tenemos Fata importante: se trata de la bajada, de la bajada, esto es divino, al llano, de Zaratustra, de largos años, en la montaña solitaria, donde hizo acopio de experiencias, de salud, de marrullería y hermenéutica, y otras cositas más que saben a CARAMELITO SANTO, y ROBINSONIANO, aquellos caramelos tan dulces y tan perfumados del Almirante Robinson, el hombre del Planazo atortado: busquen esa Fata, que estará de chuparse los dedos. Vale Listín Diario,
Año XXXVII, No. 11,176, 22 de abril de 1926.
AMPLIACIÓN DEL SERMÓN DE LA MONTAÑA
Mientras rodábamos hacia San Gerónimo, perfumado y melancólico nido de mi infancia, maculado hoy por la realidad del oro en el fondo de un coche casi destartalado, fugitivos del veneno y de las pedanterias ciudadanas, Rafael Octavio Augusto Galván y Velásquez, nuestro ilustre Emperador de Sibaris, y yo; y como guardara él un silencio que jamás acostumbra a tener cuando está junto a nú, me arriesgué a preguntarle, que le pasaba: -Cómo es posible que hoy no haya Fata Morgana? Esto es completamente desconsolador para nú, porque has de saber que tus Fatas son, a mi espíritu, lo que el bicarbonato de soda a mi estómago superdelicado: sin él, ya sabes que no puedo digerir estos infames alimentos nuestros, y sin ellas, sin tus Fatas-Morganas, no puedo tampoco digerir las cosas nuestras. -¿Pero, es eso tan sólo lo que te hace sentirte tan infeliz? .. y él me respondió con cierto tono de profunda y dolorosa melancolía: -En gran manera, esa es la causa hoy; si bien te confieso, que tengo otros recónditos motivos que se oponen 619
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a que no pueda sentir esa franca y casi desvergonzada alegoria, o satisfacción, que sienten aquí, de si muchas, muchas gentes. -¿Cuáles son esos motivos? -le pregunté, inquietado por el rezago melancólico que advertía en sus palabras, y Rafael Octavio Augusto Galván y Velázquez, ilustre Emperador de Sibaris, vaciló un momento, y después habló de esta noble y espiritual manera: -Tú sabes, porque alguna vez me has permitido, gentilmente, que te llevara a la cámara de mis confidencias, que soy un hombre enfermo de tres grandes amores. El amor hacia las grandes civilizaciones superiores, el amor hacia una Patria engrandecida por la cultura limpia en su exterior y limpia en su alma. Una Patria buena sin sorpresas y sin calumnias, sin intrigas, sin marrullas, sin trampas, sin astucia de gitanos, sin envidia y sin pasiones. Una Patria sin veneno de lenguas, que es peor que todos los puñales florentinos. Una Patria noble, consecuente, leal, sin pedanteria y sin desplantes absurdos y cursis, sin patriotismo mal entendido, de solapadas ficciones. Una Patria, donde los mejores no sean considerados como los peores, y donde los peores no sean estimados como los mejores; una Patria, en fin, como hay otras Patrias, donde se encuentre cierta elegancia espiritual en sus ciudadanos, y donde cada cual pueda vivir su vida tranquilamente, conforme a su ritmo espiritual, mental y estético. y el tercer amor, ah ... este está hecho de otros muchos amores, de mi amor por el arte, de mi amor por el Amor mismo, supremo don que algunos creen atributo de las bestias, de los sensuales , la de los incultos, cuando es tan solo privilegio divino de algunos hombres, de mi amor por el bien -cristiana y discretamente puro-- de mi amor a Dios... - y entonces, como para desintegrarlo de aquella onda amarga que pasaba por su íntimo y filosófico ser moral, preguntéle con cierta frivolidad aparente, pero nun-
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ca real, ¿y sigues en la crueldad de escribir y guardar lo que escribes? Él me respondió: -Sí, todavía este es el descanso, el recodo florido donde se refugia mi corazón cuando hacen tregua las tempestades que pasan sobre él. -Entonces -continué- léeme algo de lo que has escrito; y él me contestó: -Aunque creas que el Carnaval ya ha pasado entre nosotros, para mí sigue todavía; y me recitó esta breve sinfonía en re mayor, la piedra más fulgurante, sincera y armoniosa para la real corona de S. M. la breve y dulcísima Cristiana 1a., reina dos veces: reina por la gracia de su espíritu, y por la herencia mental y artística de su padre Jacinto 10.
Con la genuflexión más cortesana, travestido de raso reluciente, llega mi verso temerosamente ante voz, inefable Soberana. Para ofrecer temblando, en filigrana, la diadema purísima y fulgente de mi soneto que ciña vuestra frente como gajo de luz de la mañana. Mas si el hermoso sueño de concento que por ser para vos ya es más hermoso
no alcanza vuestra gracia cual intento ni mereciere sitio tan glorioso, tórnese al punto un lirio el pensamiento y a vuestras plantas vivirá dichoso. Realmente, al terminar de leer este soneto de Rafael Augusto Galván y Velásquez, el ilustre Emperador de Sibaris, de armonía señorial y ascendente, perfecto dentro de los más estrictos y severos cánones clásicos, fruto es-
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pontáneo y gentilísimo de su admiración hacia la graciosa Cristiana 1a, y por amor filial, por analogías intelectuales, afinidades electivas entre él y el casi viejo y destronado Rey Jacinto 10 , destronado por la herencia hechicera de nuestra última Soberana de la jocunda fiesta, de la locura inocente, que por solo un instante, oculta, o apaga la amarga realidad de la vida debemos exclamar sinceramente, para no ser engañados nosotros mismos, que es el más triste de los engaños: hay cosas que pasan de lo bello a lo sublime, y lo sublime inspira miedo. Porque es muy fácil saber qué es lo que hay que saber, pero lo inmensamente difícil, es saber cómo hay que hacerlo saber, para triunfar; he aquí el secreto del Arte, y de todas las cosas espirituales y materiales de este mundo. Contrafata: Sentida y escrita en el Empíreo con el autoclave a un tono de Fa. Vale. Listín Diario, Año XXXVII, No. 11, 149,
23 de agosto de 1926.
Poemas no incluidos en libros
MOTETE VEDRINISTA
Marchaba a paso lento, de dromedario, completamente cargado de complicadas iniciativas, de esencias y desmayos... Me encontré con el mar, me dio su aliento y me acarició las entrañas... El acre olor de las axilas de la noche me despertó anhelos de crímenes y violaciones: conos de sombras! ... El suicidio, como un jeroglífico, me signó la frente ... Cruzó,
junto a la playa, una máquina oscura, repleta de hombres sucios, fuertes, sencillos y felices ... 625
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y me quedé completamente acompañado,
porque me quedé completamente solo, con la noche y con el Mar... Envío: Para mi dilecto amigo el doctor Rogelio Marlote, culto, muy gente y muy sencillo. Revista Cromos, Año 1 No. 36, octubre de 1929.
TÍMPANO DE LA MONTAÑA
Mi querida, que es una negra retinta, dulce y armoniosa como el cuello de una cítara de ébano, con pulpa de coco en la sonrisa y esencia de mandrágora en los dobleces, me aguardó en la talanquera para decirme: «el cabrón ha muerto)). En un lecho de piedras, junto a los corrales, pulido por su cuerpo velludo y rijoso, está tendido el padre y señor del aprisco. La luna de anoche amortajó su cadáver, y el sol de esta mañana, calentó las esponjas de sus barbas patriarcales.
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En los libros de amor de Publio Ovidio Nasón aprendió el arte de amar, y conquistó mil borregas con la siringa de Pan. Para que no coman de su lúbrica carroña famélicos canes, le haremos exequias griegas en la sabana.
Zoca rías Espinal
POESÍAS
OFERTORIO A Sirena... la imposible! Tú tienes en los ojos la serena tristeza del otoño que declina; y plumaje de enferma golondrina en el olvido gris de tu melena... Eres para mi alma la Sirena que deshoja en mi cuita la divina música de su voz... como una fina lluvia de perlas, en la tarde buena. Como una onda lenta que perfuma con suavidad dulcísima de espuma mis nostalgias dolientes y sombrías; tú pasas por mi vida como una gota de bendición y de fortuna en el rumor de mis melancolías... Capital, crepúsculo del día 2 de julio. de 1927.
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LOS OJOS NEGRÍSIMOS DE "BUKA"
Ojos de San Sebastián, crucificados y buenos, que han inspirado serenos los versos de Ha-ti-Diskán. Bromos de Afganistán, circamayos y agarenos: opiómanos, nazarenos de los países de Us-Khan. Lotos de muerte de la vida insustanciación cumplida de Mande-bells y Djastín. Teósofos de Kokrea, que beben vino y splín en la somaye de Ubéa... Santo Domingo. abril de 1928.
HORÓSCOPO
Les poetes sourtout s'íntimident, lorsque je me déshabille ... ! Junto al estanque, ellilial sosiego de la hora, la sombra del lentisco, se enamoró del caprichoso disco de tu pendiente de azabache griego... Virtualmente, con énfasis fabriego, desnudado el silencio del aprisco
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anestesiaba el náufrago ventisco la neurastenia de tu dulce apego... Me arrodillé de pronto: la campana mortificó a lo lejos la temprana misericordia de oraciones blancas. En la unción de ágatas sencillas la tarde se durmió sobre las francas arrugas de las medias amarillas... Santo Domingo. abril de 1928.
LA HUELLA FRATERNAL Opalo y sangre en cábala suprema de abismática y rara quintaesencia en una negra confusión de Ciencia era la luna su dorado emblema... Haces de pitagórica inclemencia, en el Apocalipsis de un poema, bárbaro y sabio, tu corpiño crema precipitó tu casta adolescencia... Se hipnotizó la noche tu silueta guiño un espectro de imposible oscuro en la solemne paz ultrayioleta del tejado, que áspero y sombrio adormeció con su letargo impuro la hiperestesia musical del río ... Santo Domingo. Abril, 1928.
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ARAMBEÑES
Deshoja Mignon el lis con indulgencia tan buena, como una martha Horgalena de San Francisco de Asís. Viena, Marsella y París, en una noche agarena, pervierten la nazarena de dulce mirada gris. Acecha en tanto furtivo, Bisson determinativo su impenetrable quietud, y en un salto ponentisco
rompe por siempre el arisco túnico de su virtud. 1930
DESDE MUY ADENTRO 1
Cuando sobre los timios de PeKoro, a la luz de la tarde mortecina labraba PaKemán su peregrina Athalanta, en los bloques de PziKoro, Tu juventud, como una Anfijia de oro. lucía en los frisales de higolina, suave, como una inKalia florentina que ausoicia los letimios del GoKoro.
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OBRAS
Alabastro de Bluker.... indecisa visión de alguna errante Monalisa. aneimando los lienzos de Leonardo. Música de Mozart, tu vida entera. que alinta los ensueños de algún bardo con tus ojos de dulce gondolera. Abril. de 1931.
LA CANCION DE TUS COLLARES
Dócil como la paloma mensajera, al peso abrumador de sus collares, trasluce tu garganta los albares de una espléndida albura de quimera. Entonces. como aurora tempranera. que aupició los crepúsculos lunares, añoran sus reflejos estelares en una nívea blancura de Glicera. Como sierpes que acechan intranquilas, la neurastenia gris de tus pupilas adormece su amarga transparencia, mientras que en el vellón de tu garganta tu azulado collar suspira y canta la canción de la vida y de la ausencia... Capital. Agosto de 1931.
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TUS OJOS
Adiviné el misterio de tus ojos porque esta mañana, no son, como han creído, dos diamantes negros, ni dos carburichos raros, Oh,no. son dos copas hemérticas que guardan un veneno amargo, dos glinas esturpefacientes como un narcótico lejano, dos libares de opio o de morfina con bandarra y lieleño de Kampire. Eso no más son tus ojos tan temidos, tan bárbaros y tan asesinos de quienes huyen todos con pavor y miedo como si fueran dos puñales vandalinos. Sin embargo, yo sé que son dos cosas buenas, desde que tuve la ocasión propicia de adivinar por fin esta mañana el profundo secreto de tus ojos. Domingo, Agosto 9, 1931 9.00 A.M.
Parque Colón, Santo Domingo. R.D.
WS EPONIMOS Como rugiente bravura de leones, al vibrar la epopeya en las cornetas, bajo una tenpestad de ballonetas. 1 con firmeza ínclita de atletas despreciado el rugir de los cañones,
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desplegásteis gloriosos pabellones al Himno vencedor de las trompetas. Oh titanes Excelsos... ! La gradeza de vuestra enorme y épica proeza asombró los designios de la Gloria. Cuando pasó la libertad, de día en que en Azua se abrió con hidalguía el libro fulgurante de la Historia... ! Concurso del 19 de marzo 1932.
PASO A WS HÉROES MÁXIMOS
Lema: Yo senti las angustias de la Patria. ¿Dónde encontrar el numen elocuente que dé a mi lira inspiración gloriosa, para cantar la hazaña portentosa de vuestra heroica gesta prepotente... ? Ebrios de ligbertad, en el rugiente fragor de la batalla pavorosa, desdeñásteis la muerte tenebrosa al flamear vuestra espada reluciente. A vuestras plantas la victoria misma se prosterna de júbilo y 5!e abisma como un templo de proezas bellas. Cruzaréis por los siglos venideros, como egregios titanes altaneros sembrando los caminos de epopeyas. 19 de marzo de 1932.
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LA GLICERA Sufriendo su penúltima agonía el áspero crepúsculo andariego, atipló sombre el anko veraniego, el lúgubre punzó de su elegía. Sulfúrico el bridón de pedrerías al yámbico zig-zag de su lentego la rauda hiperestesia de su apego burló la beatitud de la alquería. Así, contra la muerte su Hipolema capitana de Ansonia y de Zilema, claudicó sobre el ampo godeliano: y al lúbrico clamor de su impaciencia, desesperó tu sorba penitencia al vórtice errabundo del arcano... Mayo de 1932.
RAMÓN ANTONIO ABAD MÉNDEZ "Sus palmas abrió para el afligido, y sus manos extendió para el menesteroso."
Su espíritu remanka la ikoliana gravedad de Hipocemio el pagarista: corazón que renace en la idealista visión de algún remoto Ramayana. Poborio, más que Trombo el ugonista, en claro verso de ilusión lejana:
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OBRAS
tiene de Paronkimo y de Hankoliana la sensibilidad del veedrinista. Nada de Poe. Baudelaire infija rojas hiperestesias y prolija entelequia de un "haggo~ bizantino; Verlaine le induce su neurosis fría y condena su vida en el ladino poema de la "Gran Melancolia~oo. Agosto de 1932.
ZAIDANNAR
¿De dónde vienes. peregrina hermosa. cargada de visiones indecisas. con tus grandes pupilas imprecisas y tu garganda de ámbar luminosa? ¿Romera de qué Ansonia milagrosa que a Cármenes risueñas idealizas, con el arpegio de tus claras risas como una primavea rumorosa? Tienes de las princesas de Bekara la helénica belleza, dulce y rara que seduce con gracia y gallardía; zaida: por todo eso yo te ofrezco el lirio de mi sueño siempre fresco y el perfume sutil de mi poesía. San Cristóbal, diciembre de 1932.
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A UNA DESCONOCIDA Una eclosión de perspectivas rojas, manchí los horizontes de la aurora, y un lánguido gemido entre las hojas desgranaba la alondra arrulladora. En ese instante, tu figura airosa, lauta y esbelta, como flor temprana, llenó todo el azul de la mañana con vagos tintes de amapola y rosa. y te fuiste. Mi alma acongojada
sintió bajo la luz de tu mirada la punzante crueldad de las congojas. y hoy, sin embargo, en mi dolor te invoco,
bajo el furor de mi pasión de loco y entre un fulgor de perspectivas rojas. San Pedro de Macorís, 1933.
ARQUÍMEDES PÉREZ CABRAL Bohemio refinado y florentino, artífice de un sueño visionario, flordeliza su canto legendario en quimera de estára bizantino. Espiritual y lírico; en el fino cordaje de su pífano plenario traduce el florilegio silenciario de su blanca ilusión de godarino.
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Ama el arte; y gusta sentitivo de idealizar a solas en furtivo soliloquio de Amor y de Esperanza. Bebe de la pagana gallardía, y como egregio pánida se lanza a la Castalia azul de la poesía. Capital. 16 de mayo de 1933.
SIMÓN A. CAMPOS
Con su egregia apostura condottiera en su áulico ademán de florentino su figura de príncipe agartno se yergue majestuosa y altanera... Bohemio y taumaturgo: a la manera de un complicado artsitat bizantino enhoya en un soneto diamantino su corazón de flor y de quimera... Artífice lejano: patentiza la blanca idealidad que flordeliza en su espíritu azul y verleniano; Teosofa la indulgencia de la vida, regando ámbar y miel sobre la herida enconada y abierta del hermano ...
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PARA TI (A REBECA BARINAS)
Bella y gentil. como una leve rosa, al amor de una bella primavera, eres todo un poema... una hechicera canción de dulce fuente rumorosa. Para tus manos, que la magia airosa de una oriental fascinación hiciera, en alas de una plácida quimera trae de lejos la blanca mariposa. Oh. Rebeca. y si el alma triste del poeta doliente, a quien le diste un amargo desdén. cantar pudiera, foIjara para ti suaves canciones, un arpegio ideal, una quimera en el hilo de muchas ilusiones.
Con tu capricho de Melaine esquiva y tu bondade de "Luason" felina, como una "béte" de Saint-Sée ladina te prodigas, risueña y sensitiva. "Epicier" tu neurosis sibilina de casquivana "forge" vengativa. matas. "agia" y determinativa como una droga torva y asesina... Nékwar y voluptuosa con empeño te abismas en tu sádico beleño que te envenena con placeres bellos:
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porque eres misteriosa y soñadora como una hermosa caja de Pandora que atrae con sus lúbricos destellos.
Lloraban los estanques en la ciega serenidad del ámbito postrero; inmóvil quintaesencia del altero silencio de la huerta solariega. Bajo el misterio de la trompa elega hierático y ritual el altanero prestigio de tu garbo condottiero electrizaba tu belleza griega. Pálida y somnolienta, sobre el blanco regazo de tu pecho, en un franco recogimiento taciturno y frío, me adormecí con híbrido letargo; apurando tu aliento en un tardío beso de fuego, apasionado y largo.
Como una felpa en beatutud unciva, al ínfImo punzó del crisalampo, sobre el ópalo cómico del campo se desangró la tarde fugitiva. Signando su impericia negativa una cabar en la fuente de Kolampo rumiaba bajo el alma de Melampo que enbargaba la hora pensativa.
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Pálida, con su fimbia de gliceras, la noche se acordó de tus ojeras en una vaguedad de terciopelo. y cerca, entre las brechas de su nido
atiplaba con triste desconsuelo un pájaro, el poema de tu olvido.
¿Qué tienes tú, Micaela en tu garganta zilama? Es un raro pentagrama de Paganini y Kadela. Alegre tu canto vuela con inocencia de gama y es un pájaro en la rama de mi florido canela. Porque tu canto, preciosa, huele a nardo, huele a rosa y al heliotropo de Anroro,
y es tan sutil tu canción que finge un chorro de oro en jardín de ilusión.
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AXULTACIÓN Para Anayberka.
Nunca Clepoatra fue tan seductora, como lo eres tú, gentil Sultana; ni más bella que tú lo fue Diana del vetusto boscaje cazadora. No pudo Venus tener la ofuscadora lumbre de tu mirada soberana, ni rimaba cual tú la encantadora Terpsicore su plática pagana. Leda no fue más blanca; nimás bella que tú fue la eucaristica doncella furtiva de los bosques, Athalanta. Como tú no cantaron las palomas de Eros, ni más dulce eran las pomas de Ariadne, que la voz de tu garganta.
LA BESTIA El pecado te acecha y te condena... JOIja: Terca serpiente de la terca Alía, que a Upilea reverbera de erotismo, cuando Agio se promiscua en el abismo de tus ojos de opio y de alegría. Jorja: Como a Gadamia la Glicera fría,
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que mezcla levedad con sensualismo. acrece Pakemone su onanismo después de la abstinencia de su orgía. Sí, Jorja: Eres mefistofélica. narcótica. espectone y sonámbula. hipnóptica oriada de maldición y de impureza. masturba tu sadismo escandaloso engañando a Farón con la frandeza de tu cuerpo enlodado y fatigoso.
Apóstol, orador fuerte y sereno. político de embate decisivo; en montaña de esfuerzo positivo y egregio paladín de luchas lleno. Faro de juventud. irradia pleno. de fúlgido optimismo indicativo; y atrae con su acento persuasivo la inquieta multitud hasta su seno. Dominador audaz. firme y austero. taumaturgo Señor. con el acero de su verbo prosterna las legiones: columna de prestigio se levanta bajo el himno glorioso que le canta la multitud en francas adhesiones.
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Era tarde, tu mano adolescente con el raudo zig-zag del ponentisco en una indiferencia de lentisco desesperaba repentinamente... Con áulico mutismo en el aprisco gemia un corderillo ciegamente y en la sinuosidad de la vertiente el sol ahogaba su dorado disco ... Infija sobre mi hombro atribulado, como un liviano fardo perfumao, tu cabeza evocaba mis anhelos; te dije con solícito embeleso el poema de todos mis desvelos en la música híbrida de un beso.
Siete veces la luna en el tejado agravó sus eqúivocos sencillos; con claros alabastros amarillos topacios de un rosario desgranado. A la puerta del patio abandonado se signaban dos rubios monaguillos, y alzaban a lo lejos los rastrillos, la oración del Convento desolado. Al fin, como un síncope tranquilo, a la grave piedad de mi sigilo te rendiste con púdica indulgencia; y sobre el musgo, sudoroso y frío, apuré tu inefable adolescencia como un licor sacramentado y frío.
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Al último fulgor que reverbera bajo el oro del cielo mortecino, se pierden a lo lejos del camino tus ojos de paloma mensajera... Agua de gema en perla de quimera, al óleo del crepúsculo marino, sueñan con el silencio campesino que aletarga tu negra cabellera. Eso sí, que al verte tan preciosa, crispa sobre mi espíritu vibrante la tentación su garra lujuriosa; el pecado me toca, grave y franco, de juntarte a mi pecho palpitante bajo la sombra del tejado blanco.
Con júbilo de púdicas glicinas esa tarde el crepúsculo andariego, lamentó en el tejado solariego la liturgia incapaz de las neblinas. De súbito tus manos mortecinas signaron el equívoco de un ruego, en tanto que a la sombra de un lentego descuajé mis lujurias masculinas. Pálida y fatigada en la silente convulsión del espasmo consecuente me aferraste con sádica presteza;
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y luego de inmolar tu adolescencia declinaste en mi hombro la cabeza en muda imploración a mi indulgencia. 1930.
Como una corza tímida y arisca, entre una irización de crisolampos, aneimando el silencio de los campos surgiste emperatriz de la ventisca. Al verte taciturna y ponentisca, como egeria risueña de meliampos, hierática, tus ojos de horolampos, embargaban la sombra ponentisca. Cuando la tarde huyó por las hurañas rambalas taumaturgas, tus pestañas se avivaron en éxtasis furtivo; Entonces, bajo el arco del tejado, te di todo mi amor, dulce y esquivo, en un abrazo largo y apretado. 1930.
Siguió tu mano en la quietud tardía del tejado, su equívoco ideario; liturgias de un ritual devocionario determinativo de melancolía.
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Con áspero sigilo el campanario. como un anciano asmático gemía lúgubres "Deprofundis" en la fria piedad del infinito silenciario... Juntos. como en un éxtasis evencio. violando las congojas del silencio. en un recogimiento de cariño. te dije mi pasión; y tú, entretanto. sentías las primicias y el encanto de mi mano perdida en tu corpiño...
Apenas el crepúsculo perplejo lloraba su amarilla penitencia. como una pobre monja en abstinencia. sobre el tejado taciturno y viejo... Era el atardecer. En la oplencia de tu alcoba romántica. el reflejo de tu nerviosidad frente al espejo. embrujaba tu intacta adolescencia. Al fm. como en un salto sibilino. chasqueó mi hiperestesia de felino para unirte a mi ser con quejas tiernas; y luego de oficiar el sacrificio. bajo el apego de mi dulce auspicio.
te sentaste a llorar, sobre mis piernas...
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Así, sobre la ojiva del tejado, lamentando un silencio de amatistas gemía sus congojas idealistas la canción del crepúsculo cansado... Avivando sus blondas idealistas se hinchaba tu corpiño perfumado, a impulsos de tu seno aprisionado como un halam de caprichosas vistas. Al signar la oración en la cercana ermita del poblado, la temprana blancura de tu esquiva adolescencia" Sintió la tentación de mis antojos, violando sobre el musgo sin enojos la equívoca virtud de tu inocencia.
POEMAS VEDRINISTAS
AGONÍAS DE DISTANCIA Plonger auJond du g01fre. enJer ou ciel, qu'ímporte... ? AuJond de l'ínconnu pour trouver de nouveau... ? Paul Verlaíne
Ojos de kandelis... y de gemas. como nebraskas de ultramar. felinos, desnudan avideces hukelinos con el opio de todos los poemas. L. Y H. de ag-gent... emblemas 17 de Aská. Krelim de okinos: vertidos de Hara-dam en mortecinos kaleidoscopios de udraán zemas... Detiene Utilio su tritón: Evencio como histórico juat, en el silencio armoniza con Telll... Horan recelos: 655
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Kologs-Lys desfallece de Critea, mientras tus ojos de rirnmel y tea suprimen la ignorancia de los cielos. Santo Domingo. abril de 1928.
LE BHEIKH EL PELED Hacia un nirvana de hifélida sapiencia CErascas de Diorimas y prigmias de Falea, como en la hiperestesia narcótica de Higea, aneima su impericia de náufraga indolencia. Norya retifa el albio de cárdena indulgencia, melagoantropogénica de Pzirya de Zikrea: y en póstumo rebencio de antigua Galilea, Diotima satisface su lama quintaesencia. Heraklia patentiza la tarde bienhechora: neófila de randia y aspigios de Kandora hierosolimitanan su heráldica pendigia; Brenka de mefistófela atisba su apolema, mientras en la cubernis de firppa Ibadeligia brota como un apelio su yámbico poema. Julio de 1929.
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Volatinera Amadriana de una Hispéride narcótica hiperestésica y gótica Glicera quintaesenciada. Gazé de Hiperioma alada ultra-kocionika erótica, esfinge de Atherva hipnótica en Osquestrión de Arkalada. Leve Diotima de Ankuma, etérea Hikar de Zatzuma que fragua aneimo de Oskin; Eres un taumaturgo "Darko" de Zivio o Panuro en Béter... opio... y splin. San Cristóbal. 29 de octubre de 1930.
Agil Y presta Ninfalia
de Alcione y de Gorikó Diotima de Hitalembó en paradoja de infalia. Atreve un beso en la Onfalia de tu occipucio higankó y eres Nilka o Salambó en una gótica hinfalia... Bulle como Hipagalem Dorka de Jerusalem narcótica Pagarantha,
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Tienes como una Amadriada una boca envenenada con los filtros de Athalanta. San Crtstóbal, 29 de octubr de 1930.
Hipnótica nebraskamia de póstuma hipamenión, absurda y ronca oración de incognocible biskamia... Pathera de Hithalé lúgubre de pariskó funámbulo ponentisco de paradoja Astarté. Aspera y túrbida Henaida apámela taciturna abastracta y acre Zaturna en rambika de Tebaida. Marchita Belerecén opemezalia hifedrín aneibate de krelin en zatzuma de Pedrén. Así, tus ojos Porika anocheceres de Hirán sus crepúsculos de Arkan en rojos cielos de Orika... 29 de diciembre de 1930.
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Yo sé que un eneuroka matonismo, de trágica hipoliefa glaudicana, atipló la liturgia higozzoliana de tu rostro de eurítmico iglokismo. gue un vago tornasol paledonismo viloenta la narcasis podeliana, de tu fúlvea mirada mahometana con ampos de ritual sonambulismo. Así, preciosa Prócris, la opulencia
de tu envenenadora continencia infija la infusión de un Siglo de Oro. Ambares y oventilios de Hipponea caen bajo la llama del tesoro que te ofrece en su luz Pentesilea. 29 de diciembre de 1930.
Junto al bárako euferio que apelista la diápesis narcótica de Hicrea, responza su emperámica Hitorbea la funcia de Kra-Zoma panevista. Zigia-2ü, -Zelé, -Kranimia Hitea Karma Ozoramia de akelión panista que funge su aponema panteísta en zakos de ankoroma y Galilea. ¡Oh! Hiberazuima de Akirón-Retencio, los ásperos responsos del silencio en áulicos aneikos de Kauteja;
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Hiperamant narcómana te infija. como un kromelio de Tebaida vieja en la noche boreal de tu sortija. Capital, 13 de enero de 1931.
TUS OJERAS A toí.
a toí Any.... a toí...
Dos Ominarios de Onke con apio y chippo de Aconia. finge la glansa paponia de tus ojeras de Hanté. Narga y Zatzuma de attonia, glenas de Yfalia y Kanté. aneima en ellas Branké su ika-mukora de Ygonia. Por fm. en ellas Rokale entre albias de jubileo aduerme al rubio Hipopilo. Mientras. celos y ladiho. le asesta Nonigo el filo de su puñal asesino. Parque Colón. domingo. 9 de agosto de 1931. 9:20 a. m.
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En un recogimiento de asfodelo, marquesado de acobias florentinas, bajo un raudo ikrepó de muselinas declaró su fatídico desvelo. Amplio, desde las rukas mortecinas en atisbo de glauco terciopelo, aneima los alborea de su vuelo la luna en las azalias campesinas. Rubia, como una "Ogó" del gosiwara en el oro de Vespero Hidekara la noche se anticipa en su nirvana; Hasta que en la KIofenia ponentisca asoma su cabeza la mañana como una corza tímida y arisca. Santo Domingo. diciembre de 1931.
EL SUEÑO DE ATALANTA
Sobre ampos de salobre parpadeo, en la grave amplitud de los tapices, urgiendo metafísicos deslices, la noche aventuró su lagrimeo. A lo lejos, promiscuo de matices y en atiplo de glauco lampareo, Melampo claudicó sobre un Leteo la terquedad de sus pupilas grises.
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Al ras de la penumbra sobre el combo desorden ideológico del biombo cósmico, Aldebarán siguió su elipsis; en tanto que Hanemélika rotunda, aventuró en la noche furibunda el potro de su rojo Apocalipsis. Junio de 1932.
Recuerdan a Richepin tus negros ojos de Harqué y a Estafane Mallarmé ebrio de ajenjo y de splín. Laponias de Hig-garaté; sueños de Wilde y pzelin: hielos de Phoka y Krelin para Edgar Poe y Therié. En ellos canta su nuncio Luggio Pirado y D'Annunzio Jean Mareas y Breneguel; Verlaine atrae a Daría para ofrecerle el sombrío poema de Baudelaire.
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No sé en qué leyenda hipolena de Ziván. el Rey de Dackel, o en qué poema de Ankel vi tu silueta agarena. Génova... Thenza o Diodema en noches del Penikel, brillan como un Darikel en tus pupilas de Himena. Dice tu claro perfil de dulcamara de Okil que llegas de tierra extraña. pues se reflejan tranquilas auroras de Hopaledaña en tus azules pupilas.
Melómana y zagarena de un declinante obligado. fino esitrión del "Cossado" en arpas de Micarema... Signa tu boca un poema de Glück el endemoniado. y tu garganta es un kado de Liszt en su Opademena. Narcótica ibelemita Satzuma de la infinita neumasika de Krelin.
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tus ojos negros y amisos son como dos páraísos de neurastenia y de splin.
Anforas rebosantes de brakojos y chanzas novalieses de Biskoda toisones de Opomenia visigoda en lauda neurastenia de Kantojos ... Así, como arambeles de Izagoda,
llenos de Kolh y zodiacales pojos atipla la izokenia de tus ojos como unanegra "Squithia" zarpigoda. No sé qué hiperosimia de ventiscos ofician en la curva de sus discos ásperos aleluyas siderales; Yen la aponia de tus ojos grises adormece Libenio sus deslices entre zambos y lirios zodiacales.
Atreve un claroscuro la idealista visión ultra-violeta de tus ojos; Laponias de Ukralen en los narkojos de un Zurema brumoso y fatalista.
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Avivan su nirvana panteísa en noches de Agareba y de Kantojos y auguran en sus lúbricos antojos vértigos de draskan y de Agarista. Te atisba con recelo la más bella Hezubria de Pignon: Estrella que en el cielo te obsede como hermana. Oh... tú, mi Pokemont, Sidérea, que hieres y envenenas con la etérea zurya de tu mirada soberana.
En un descuajamiento de marea las aspas crepitantes del molino, aullaban a lo lejos del camino ahogando la aquiesencia de la aldea. La tarde, como un Dakar de Malea en fimbria de koliapo mortecino, sobre el raudo punzó del torbellino trieló su neurastenia de Hipalea.
Amplia la faya de ondulante Kripo, atipló incongruencias de Hidolipo en lúgubre cortejo kodeliano: y a lo lejos neorókada y exigua rieló su hiperestesia yukiliano el áulico toisón de hipadenigua.
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Glicera de una cólguide ultra-Hozana, que en salobre impaciencia nukarema atiple el metafísico poema de woverant o Atropos de Higoliana. Húmedas tus pupils de Athalanta el beso de los plectros vagabundos, enervas la dureza de tu planta como una Hokrope de lejanos mundos. Sísifü te maldijo mientras tanto en bizcocho de gactia con demiurza impaciencia te dijo el leve canto que te ofreció Zulema taumaturga. Oh, pálida Distinias, ¿de qué brumosa Auronir te escurriste fugitiva y a qué Sicione torva y misteriosa te a(;ercarás hierática y furtiva? ¿Zoudiko de persigue? ¿Te enamora Parvo el indolente? ¿O el zicario Zileno te corteja, oh, soñadora Sílfide capactiosa de Himayario? Vuelve en tu cólguide glicera peregrina síntesis de Kapiar y Hunazomeda, a mostrar tu belleza mortecina en tus palacios de margil y seda.
Hosco y meditativo, bajo el Hiskión de Ikana, añorando aduneidas de Olathia Valkoneda,
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auspició el palimpsesto de Strnnik Zaaloneda. Gregorio Efimovitch. el gricha de Hip-polama. Apodo Bazekori y Korkz de Orkaleda. Chavrat o Rasputín. el lúbrico de Hilama sabio de Boka y Rinco. mujik de Zoledana que ha conmovido a Rusia con su albio Parthakena. El apreveceh alegre a Anne Byronvota y forme con Maklako la nipúdica Agaroba. las creyentes desnudas. que entregan a Chandasa. Hasta que Stepanoff. el Sátrapa cobarde le asesta seis disparos haciendo vano alarde de su oscura alevosia mansalva y asesina.
En el nirvana nocturno de una póstuma aquiescencia aneima su consecuencia mi malandrin taciturno. Lustra el Apión su coturno remilgue su penitencia algún Hipolio de turno. Konka en el copo pestonso su epiléptico responso áspero y tosco Muecín. En tanto absorto y Morquila obserando su splin la dulce malde de Asquila.
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Evorna una grotesca picalia d fumencia entre ámbares rituales y aspérides furtivos, ruterva adacadabra de anambios impretivos en un negro crepúsculo de Gebia o de Florencia. y así, como una hilera de puntos suspensivos
llaneando el horizonte de fúlgida indulgencia, atreven sus rambelas con rauda interferencia los hierosilimitanos luceros pensativos. Gruga obsede a Kanalia, anerma su crolampo desde su abacadabra litúrtico Melampo que trasciendo a Calipso en rútila Himakea. y en tanto Glión respenga su breve cordomiso,
se abre como un sonor y etérero paraíso el rojo apocalipsis de Kubra y Casiopea.
En medio a la maleza que aneima la insensata y lúgubre ventisca que circunda la aldea, la cual en soporífera neurastenia chispea con un acre zig-zag de Uklamenia barata. Nimba su siesta el attopo: respinga su maren zanco que precipita sulfúrica y.beata su mano Capitania, que hace brotar la grata hierosolimitana Ahalan de Galilea. El viento todo en piedra acecha la furtiva y soñadora Prócris a Céfalo que invoca tendido sobre el césped a Auro fugitiva.
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De súbito rechiflan con impasible angustia gritos de la Ooncello que se retuerce loca, herida gravemente sobre la alfombra mustia.
En Rambán estrusco de azambica iranea frente al projulio egregio de Kánbido "el austero", con narga hipolitagia de diaposi agorero medita en ono otonomo el sabio de Huranea. El cuente taumaturgo el diaposi altanero que aneima la dichosa Malieskua de la Aldea, y rueda en su memoria con un rosario entero, el famio de los siglos que atipla su Eukolea. Prymako de Melampo, que en Akidán enago, afimbia en hiesoda ratimba el milagro que de Castor y Polux enfega la Hispania. Dios de la Benedezcia la multitud lo aclama y tiende sabiamente desde Hipokan a Hitia entre un collar de pueblos el puente de su fama.
Remilga su impericia de torva soñolienta en ampados mikarios de frágiles canibos: la torva hiperestesia que frange la violenta narcosis taumaturga de hikrenios sensitivos.
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y a la romesia infrija el acre maledenta,
que aneima los vertigios de obanios fugitivos atisba suponencia de Roleda irredenta la turbia abracadabra de omalidos cautivos. Porque la gracia fácil de Otumbo phalederro como áulico imetismo de Atrombir nazareno, pahumó la hiperestesia remanta de Heponelia. Mientras sobre el anumio de antojos puderiscos la Gumbia podenigia de Máuka Akroponelia demiurza el apotismo brakenio del lentisco.
En el torvo rezongo del bullicio igoletta aneimado de absintio y de kolk gampalea cruza como un getico y flamenco gonea egregio y taumaturgo como un hipadoneta. Vaticanos de ensueños. Su ivanión de poeta úncia. como el Duapo de himacrea sentetiza su "Emilgo" en krosper de hilea hacia un futuro mago de krosper grimaleta. Así Manuel Cabral. Obelisco de hiponia. cruza la pantagruélica vísionaria laponia buscando las Diotimas que sufre la ogarema. Blanco de hiperestesia su entelequio se inicia haciendo pleno día sin pakua ni impericia la altiva independencia de su áulico poema.
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Un obligado confuso en ritmo de inclinación, brota de tu diapasón como un Krokette difusi. Agil recorre la jama tu manecita icamara y atipla música clara del alma del pentagrama. Miusme de lejano Okaza tu pie de figulia akrina es una blanca Ortamina hierática de Himicaya. Volatinera y audaz como una acróbata inquila, eres como una boquilla histérica y perspicaz.
Tienes los ojos de Arcuza hechos de Ag10ma y carbón, y eres la fasinación del principe de Karussa. Adrkat tu boca roja blanca garganta de Abril ojeras de opaneri1 con breves toques de Ataja. Miracu10sa Miñón histérica Higodelinne
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Márgara de Ycranine en raudo Decameron. Rayna drónica de Ycrea princesa de Hiaglaman Emperatriz de Traskan en plipone de Goea. Santo Domingo. República Dominicana.
VERSO L'ETERNA DIMORA Torna indiesto o impaziente Poeta. Perche nón ancora ni tono ornata dei miei colori piu belle....
No te afanes en poner en mi alma los últimos resplandores que guardas y posees... A la verdad. justo es saber que eres bella y tus ojos no pueden abrasarse ya en mi corazón... ¡Vete! Déjame y calla... tú, la pálida y perfumada cabellera... Mi amor pertenece a otra; ya le he entregado como un fmo perfume, como un relicario de oro. todo el aliento triste de mi corazón... No creas ya en mis cálidas y rosadas palabras de pasión si tal vez te las digo; ... no las creas... no las creas... no las creas... no las creas jamás;... serán palabras del momento, amor de un engaño que pasa... ¡Ohl Agmadar Déjame y calla; tú, la de pálida y perfumada cabellera . Mi amor pertenece a otra; ya le he entregado, como un fino perfume, todo mi corazón!
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La muchacha a quien amo ahora, nació en una noche amarga, a la sombra del árbol en que yo nací. .. Lo que siento en el corazón quiero decírselo en un lenguaje extraño, dulce, dulce y sombrío como sus lánguidos ojos de amor... ¡Apártate! oh tú, la de pálida y perfumada cabellera; mi corazón pertenece a otra; lo he dado como un fino perfume, como un blanco relicario de pasión... Nuestras vidas discurren a la misma distancia; ... sí, bien que nos abrace una misma tierra y nos queme un mismo soL .. Ella quizá no sabe, ni sospecha aún que yo la amo; ... es verdad; pero para ella, el amor mío durará lo que dura mi existencia... Apártate ahora, ¡oh! tú, la de perfumada y pálida cabellera; ya mi corazón pertenece a otra ... se lo he dado como un fino perfume; ... como un dorado y dulce relicario de amor... Revista La Opinión, No. 159. 20 de febrero de 1926.
LA LECCIÓN DE BUTÍ A la dulce Ivonne
La lindísima Buti, una adorable muñequita rubia; una
preciosa concha de marfil rosado, me dijo con la dulzura enternecedora de su acento encantador... yo quiero aprender el español. Tu idioma es dulce como una música armoniosa, dulce como la canción perfumada del río, y yo sería muy feliz si pudiera hablarlo como tú. Nada más fácil, lindísima Buti; encantadora muñequita de nácar; y puesto que tus frágiles caprichos son
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mandamintos para mi empezaremos la tarea cuando quieras... Pero he de advertirte que debo de ponerte una sola condición. -¿Cuál? .. Empezaremos por conocer primero todas las partes del cuerpo, así: ojos, mejillas, pestañas, boca, manos,labios, tec. Yo te iré diciendo su equivalencia en francés, y para evitar que se te olvide te daré un beso en cada una de las partes que te vaya diciendo. Butí vaciló un momento, y como suspensa de un suspiro murmuró: -Está bien. y la cátedra empezó. Yeux, (aquí un beso) se dice ojo; joue (y aquí otro beso) se dice mejilla; labio, levre; pestañas, cils; boca, bouche, mano, mains, y así sucesivamente la lección finalizó. Para élmenizar un tanto la clase, y quitarle ese velo de tedio pesado y fatigoso, yo recitaba en español todos los madrigales preciosos y sonoros que los poetas han cantado a sus novias en las ansias caprichosas de sus novelerías románticas. Butí me escuchaba atentamente queriendo con su curiosidad de mujer penetrar en el alma de esos versos hermanos en que brota como una flor de angustia el espíritu delpoeta que sintió abrasarse durante el fuego de la pasión, atado el corazón al más encendido de los entusiasmos. Butí, sin embargo, ha hecho maravillas; su voz armoniosa sabe decir ya con franca claridad todo lo necesario para el comercio de la vida. Pero hay un vocablo, un solo vocablo, un misero vocablo que la pobre Butí ni puede pronunciar jamás... Ppr nada de estemundo mi encantadora discípula, mi muñequita frágil puede retener la palabra boca. y lo que es más aún, todos los días con una elegante y refmada coquetería picaresca me hace la misma pregunta.
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-¿Cornment s'apelle cele? .. y con su dedo pequeño blanco como un jazmín, me enseña su linda boca roja olorosa anaranja y caliente como el soL ..
ULEMA-TOSKA Re de Alto-Azul Oh, doncella, .. que te has dormido con el balcón abierto para oír esta música de amor... ¿No sientes acaso, cómo emerge del alma de los violins quejosos un rosal de notas que se eleva hasa ti como una adelfa de amargura? ... Esa es la voz del enamorado nocturno, peregrino doliente de todas las tristezas, que ha venido en la AltaNoche a deshojar en tu balcón la flor de todas sus nostalgias, en una serenata de dulzura y de melancolía... Es ya demasiado tarde, y sin embargo, el cielo es bien piadoso... No oyes como una voz tristísima que te dice "abre" ... lastimosamente... "Abre" -"abre" repite la voz, y del alma del enamorado doliente, surge, a flor de suspiro, un himno triunfal que se dilata en las sombras de la noche como la inmensa cola de un lebreL .. ! Oh!, doncella, acaso solitaria en el balcón, palpite ahora en tu alma con estremecimientos de dolor el anhelo feliz de prodigar caricias... pero ahora que el amor y la música confunden el Bien y el Mal y el cielo y el infierno en la calladapaz de tu balcón abierto, despierta y corre a las rejas donde la música gemidora prende un joyel de maravilla en la boca entreabierta de la noche. Bella debe de ser ahora la danza que cosquillean los diamantes en tupiel; -bello ha de ser el gesto d tu col-
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lar envuelto como una sierpe en el abultamiento de tu garganta suavísima; -bella la gloria suprema de tu entera desnudez; -bello el orgullo de tu espejo cantando el hinmo de tu cuerpo desnudo; ... bello ha de ser tu cuerpo... blanco, onmipotente; florioso, único, ... triunfal. ..
Pero es ya demasiado tarde, y es necesario que asomes al balcón. La noche avanza y cuanto más avanza la serenata se torna más doliente... ¿No oyes? .. en el reloj dela Torre las dos agujas se han dormido ya un momento junts, y han cantado doce veces su dulce epitalamio de amor. ¡Ven!. .. Te implora el amante; ... ¡Arranca a tu garganta los collares suavísimos; -lanza al espacio tus joyas relucientes; -cierra las puertas; -apaga la luz; -persígnate, -y baja desnuda entre las sombras de la noche a oír esta música triste, ... esta pálida música de amor... ! Capital. 1925.
TESINA UNNERSITARIA ESCRITA EN 1926/1927
CAP. I "Renovarse, transformarse. rehacerse~ para ... con absoluta seriedad el sistema de vida que ... las sombras del olvido, la veleidosa voluptuosidad de las frivolidades humanas, he ahí en breve síntesis la suprema concepción mental que movida a impulsos de una generosa asociación de ideas y de un hondo sentido fIlosófico, vibra con el ardoroso y cálido entusiasmo de un himno purificador en el espíritu glorioso del Maestro. que en una tarde apacible, bajo la serena y transparente beatitud de un hermoso crepúsculo otoñal, pone en boca de Arie!, en reverente postración, frente a la grandeza melancólica del viejo Próspero, para que sea transmitida. para que sea infIltrada mot á moto como el más sublime y conmovedor de los mensajes en el corazón de cada uno de los pueblos que sienten con intensa fruición la vibradora palpitación que despierta el ideal fecundo de la más rigurosa tradición hispana.
Las partes ilegibles están indicadas con ...
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Al mencionar a Ariel, invoco necesariamente el nombre del Maestro; del consagrado y taumaturgo apóstol del idealismo Hispano-Americano; del más decidido batallador de todos cuantos han derramado su espíritu en la inimitable y harmoniosa lengua de Lope y de Fray Luis, anhelante de imprimir un sello de renovación en el Arte y en la vida de los pueblos de una misma comparencia. Invoco a José Enrique Rodó, el pensador, el Ruskin americano, argonauta que surcó en galeras mentales los mares cuajados de visiones y de horizontes imposibles, trasponiendo innumerables derroteros en su tenaz afán de repartir su prédica constante para ir luego a caer en la Ciudad Eterna, en la ciudad de los Césares y las siete Colinas cuando precisamente se preparaba a emprender su campaña definitiva tomando como vértice de iniciación el corazón de la patria de Augusto y de Tiberio. Consagrado con inusitado interés desde muy temprano al estudio de los problemas sociales, y los sistemas y regímenes políticos estabecidos en América, a ello dedicó todas sus energías y la vigorosa potencialidad de su entusiasmo juvenil, no tardando en conocer la causa de sus males ambientes, para los cuales Ariel es la profilaxis y la curación. Inspirado en el reformismo de Merclain; y conociendo antemano que para pasar del aborigen a la perfección es necesario muchos siglos de lucha, se esforzó con ahinco y resuelta abnegación por establecer un método de reforma social que pudiera en corto tiempo si no realizar de una manera efectiva, por lo menos iniciar la remodelación del alma pávida de la colectividad a impulsos de una fuerte voluntad pedagójica que arranque ese marasmo letargoso de las masas tumultuarias inculcando de una manera correlativa y omnilateral, el derecho del hombre y el deber del ciudadano. Esa es la concreción significativa del apostolado laico de Rodó. Caballero del ideal, ajeno a las trágicas torturas del señuelo; con la inflexible tenacidad de su optimismo preservador; sin doblegar la frente, superior a to-
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do abatimiento; sordo a la cálida y entibiada emanación del halago y de la simpatía, ascendió ... yasnaia, los peldaños de la escalinata ajena; regó [ideas de la] pureza y del bien a lo largo de todos los caminos [en su] afán de despertar la conciencia de la multitud al clamoroso llamamiento del fuego solidario del Deber cruzó como un predestinado del Ideal plantando su tienda bajo cualquier cielo. en cualquier lugar. tornándose ciudadano universal para predicar a los treinta y dos vientos el dogmatismo de su evangelio reformador. Inspirado el pensador, el guia de almas en romper con el pico formidable del ideal las capas petrificadas de nuestro prehistórico subsuelo, aspira a hacer la renovación de los surcos viejos para plantar la simiente de una vida nueva a fin de obtener el resultado de flores nuevas y de frutos nuevos. Rodó sabe firmemente que sangre ilustre de soñadores corre a torrentes por nuestras venas; pero que allá dentro de los dominios poderosos de Cáliban, Mercurio tiene las alas en los pies y aspira y lucha por el entronizamiento de la mediocridad que no conoce de belleza en la vida ni en el Arte. Sabe Rodó, que así como en la Ciencia. las leyes y los principios de mecánica han hecho posible los inventos en el industrialismo moderno. democratizando la humanidad y nivelando los hogares en igualdad de proporciones. ha despertado en el hombre ese sentimiento aurívoro libertando procaces ambiciones y siniestros apetitos para hacer materiales los afectos. vender las ideas. cotizar el sentimentalismo y quebrantarle las alas al espíritu. Sabe también que la incipiente autocracia del dallar. hija legítima del mercurialismo moderno desdeña amargamente al lirismo y a la inteligencia, rompiendo con el férreo tacón de sus botas el prisma tornasolado de la Estética. Todo eso lo sabe Rodó; sabe el porvenir de la América Latina; sabe que espesas nubes de siniestra negrura amenazan con desaparecer la radiante fulguración de su cielo impecable; que inmensas ráfagas se acercan con
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bridas de aquilon; que la lucha será gigantesca y el embate decisivo por que en su invocación a Arie!, desde la cúspide escarpada de un remoto Athasy, le habla como a un nuevo David la voz profética anunciando el lugar que ha predestinado el porvenir para los pueblos hispánicos. Cierto que los pueblos de América, no obstante haber tenido su momento de duda harnlética; su abatimiento y sudor de sangre en la agonía redentora de Gethsemaní; de haber soportado con resuelta abnigación el bárbaro sacrificio que los indujo a ser fácil plasmo maleable a todo género de expoliación, han condensado "en un siglo de vida varios siglos de historia" y gracias a la remodelación colectiva que ha efectuado con vertiginosa repidez la civilización, la paradoja de su conturbado espíritu se abre hayal porvenir, como una rosa de aurora en su horizonte de luminosas perspectivas. CAP. U
A las sangrientas guerras de la independencia; a la homérica gesta de la emancipación que bautizó con sangre todo un continente, a las revoluciones internas que han culminado con el predominio del despotismo; con la centralización imperativa del poder; con el reaccionismo de la barbarie; con el absolutismo del caudillaje bastardo, que han excrepado la anarquía histérica del gobenante; dislocado la garantía económica y la fuerza social; relajado la potencia jurídica execrando el principio de toda soberanía, han seguido el desarrollo de unánimes corrientes de ideas patentizadas en el esfuerzo de un desenvolvimiento común, despertando al toque de la civilización las latentes aptitudes de pueblos vigorosos y compactos estimulados por el aliento vivificante de la juventud. No embargante de poseer un ambiente viscoso y enfermizo, como hace observar el erudito sociólogo colombia-
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no Camacho Roldán; de tener en su seno un notable desequilibrio Psicológico que retarda de una manera considerable su evolución ascencional, según afirma Constancia Vigil, en identidad de parecer con el ilustre y eximio Doctor Ricardo Becerra, y lo que es más aun, la circunstancia especial, -que es más peIjudicial que toda posible enfermedad- de no haber pasado aun de la edad de las generaciones sacrificadas, según la minuciosa observación del excelentísimo y sabio poeta belga Maurice Maeterlink, los pueblos de América han adquirido a pesar de toda esta suerte de contradiccions pesimistas, un elevado tipo de progreso en un período de tiempo relativamente estrecho; quizá si por el legado augusto de la Raza, por la fuerte vinculación de ideas y propósitos dignos y generosos, o si por la arraigada convivencia espiritual que les obliga a mantenerse con cierta hegemónica superioridad en los dominios de la cultura. Afirma Leovald Calston, el sabio y laureado profesor de la Universiad de Tubinga, en su reciente libro "Las Enfermedades Sosiales: que en la mayoría de los pueblos de América predomina todavía "una absurda orgía de frivolidades"; este criterio del distinguido profesor, parece ser inspirado por cierto soplo de ráncia y áspera ironía y pudiera aceptarlo un Dimitry Kirillo o un Juan Bautista Leozán cuyas mentalidades hurañas y enfermizas, en armónico consorcio con Calston, parecen ser fáciles al pasmo por el deslumbramiento de la riqueza cegadora. "Si hay puebles que no conocen fronteras en su ambición de prosperidad, dice el elocuentísimo escritor José Melchor Hidalgo, son indiscutiblemente los pueblos de América".En los pueblos de América está el porvenir de la humanidad, dijo el Canónigo Emilie Berscier en la Conferencia religiosa qu se llevó a efecto en los salones del Hotty-Bay, de Trusska, el día 5 de Octubre de 1926. Pero es, sin duda, porque en los pueblos de América se aviva cada vez más, con inaudita fuerza creciente, ese recóndito sentimiento de curiosidad, ese fervor verdaderamente místico
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y excepcional por el resplandecimiento de la Inteligencia, y ese naturlaly vivaz entusiasmo que escala límites de religión por el mantenimiento del "Ideal". No cae duda alguna que el ideal de América, hoy por hoy, no es otro que un ideal eminentemente concentrativo de purificación y de transformación en la vida que realiza su organismo interno. La razón no es muy dificil de encontrarla y seria tanto más fácil si nos damos a la tarea de estudiar el desenvolvimiento político, religioso, histórico y social de los pueblos, desde los dias inmediatamente posteriores a la guerra de la Independencia, en que una vigorosa y nutrida corriente intelectual de principios y postulados brotados a raíz de la implantación del dogmatismo laico, que derribó con hercúlea potencia el pragmatismo imperante del catolicismo conservador; ha ido tomando, como afianzado por el acopio de una voluntad superior, la magnífica concreción que ha imprimido la huella de su característica remodelación en el sistema de la Filosofia, y en las teorías más o menos acertadas de la Literatura y la Política. Jean Jacob Rousseau, el potente filósofo ginebrino, y los enciclopedistas como que ponen en excitante vibración el resorte espiritual de los iniciadores del movimiento revolucionario; el tipo de Carmillot, de Condillac y de Trancy influyen poderosamente en los intelectuales de la guerra; el sensualismo de Calvay de O'golney en perfecto acuerdo con el utilitarismo de Mordock y el tramanismo de Rubeyro Di Cappa , abren espléndidos y dilatados horizontes; inspiran gritos que repercuten en todo el ambiente calcinado, y el eco general encuentra cordial y simpática acojida en la juventud univesitaria de Lima, de Quito y de Guayaquil, yendo a remover a Ocampo y Martinez Lelán en las estremecidas llanuras de Triscoth, que en aquella gesta prócera y gloriosa se adelantan a la Humaniad como admirables actores del Destino. A las ideas de Figueiro y de Beccaria, al iniciamiento en el estudio de la verdadera filosofía cartesiana, que integra el hondo
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conocimiento de Bacon. de Filanghieri y del mismo Lantremont. sigilosamente introducidas a las carcomidas aulas de anquilosado tipo salmantino. impulsan a las masas a la reacción contra la disociadora ignorancia común. sobre todo aquellos que. como Rios en Buenos-Aires. Bogas y Lopez. en Chile. García Pareja y Rocafuerte. en el Ecuador. Guzman y Oquijo en Bogotá. tenían el instinto de la organización y a su robusta y ágil labor administrativa aunaban una fuerte lectura de los utilitaristas ingleses. en el tipo de White y Mercherck. como para cimentar sobre fuertes moles graníticas las columnas inmóviles de su Misión. El liberalismo de Goldshaut v el doctrinarismo de Rizoth. luchan de una manera formidable: vencen obstáculos al parecer inaccesibles y se imponen a su vez de una manera imperativa en los remotos y oscuros confines de todo el continente. como fácilmente se verá luego en Méjico. no muy tardío. al propio tiempo que en Colombia. representados por Rojas y Bilvao. no sin tener una perfecta connivencia con Tavarez y Vicuña. El positivismo y el gelisismo/legitismo contoniano y la profunda filosofía de Spencer aprovechan la oportunidad y gravan una nueva y significativa orientación a los espíritus que coinciden de una manera terminante en todo el continente. con el principio de reacción que inicia con resonancia feliz el radicalismo utópico del 48. como el único non possumos que proyectaba el formidable realismo de su enérgica voluntad imperativa. Así. como las embravecidas olas en el vertiginoso desbordamiento de su percipitada inundación. rompen cuantos diques y valladas se oponen al ímpetu arrebatador de su pasa. y más acrecentarán su furia cuanto mayores y más resistentes son los obstáculos que encuentran. sembrando por doquiera el asombro aterrador de la desolación y de la muerte; así. de la misma manera. la irrupción atronadora de todo un continente joven y potente que siente palpitar en el corazón de sus montañas; contar en el bullen-
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te susurro de sus ríos; trepitar en las tormentas con hórrido pavor el aliento de la Emancipación y de la Libertad, cae un día sobre las huestes enervadas de la Madre Patria; la que fue Señora y Dueña del Mundo y paríó hijos que sobrepujaron en acometida y en valor la templanza mitológica de los Perseos de la fábula no permitiendo ni siquiera que en sus dominios se pusiese el Sol; cae, repito, con tanta fe, con tan denodado arrojo, como que estaba inspirado en el más sagrado de los Deberes y prontamente se ve rodando por el lodo, en su orgullosa representación, el luminoso Trono desde cuyo fondo contemplaron atónitos los siglos. el advenimiento del Cid; las proezas inauditas del ínclito Manchego; el arrojo de Felipe N y de Carlos Bicolo de Barbón; la osadía de Luis Capeta; el desfile conmovedor de los Tercios que ilustraron las gestas de Bilba y San Quintín; el temple heroico de Alfonso V, el taumaturgo. la apostura egregia del acorralado de Mandes; el perfil castellano de Bavardo; la agonía retorcedora de los mártires y poetas de Verona y de Bailén; el brillo antopsido de las lanzas gloriosísimas que devastaron el imperialismo de Karmona; y el sable omnipotente y vengador del caballero Duque León que deslumbró como un acero de Florencia más allá de los horizontes asiáticos. cuando pensaban levantase los Emperadores de la tierra Celeste. en la Kaue Tartaria, secundados por el valeroso Bippelén que cayó en Anzzaquita como un chacal de Numa regando con el borboteo de su sangre el sitio donde un día se levantaron sudorosas y abatidas despues de la jornada de Kalibes, las valientes gurrillas de Farnón que anhelaba plantar antes que el mórkido Papilio su bandera de victorioso Capitán por sobre las frías y tornasoladas nieves de los agrestes Pirineos. Todo aquel monumento, toda aquella obra que la tenacidad y la paciencia españolas habían logrado levantar a expensas de inauditos sacrificios y cruentísimos tormentos. desde el día en que las corrientes emigratorias de castellanos, vascos, extreme-
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ños y andaluces poblaron los estuarios del Plata y las radas fulminenses, despertando. al tomar posesión del suelo nativo, el aletargado aborigen de Kauppelis y del gran Caupulicán, cayó conmoviendo el Universo con el estrépito de su fatal cada, como si la fuerza de una oculta y misteriosa mano portentosa hubiese efectuado de un solo impulso aquel Cabélico y apocalíptico derrumbamiento. Y la torre que atestiguaba a la posteridad estremecida de heroismo legendario de aquella España quattrocentista, repleta de tribunos viriles y de rotundos imperators; que había organizado con Justicia y Equidad las 39 leyes de Judías, glosario inseparable del Gallardo Rey, émulo de Arcipreste y de Juan de Kanes; -reformados los Estatutos ülegarnicos, intencionalmente violados por Portugal en su fingida y ridícula empresa naval, contra el vethismo Británico y la República de Génova, que decidió al fin el Justo laudo de Clemente VIII el cristianísimo papa de Kulturkampf, toda aquella torre cayó en un momento de memorable recordación histórica; pues la madre amantísima. que tenía seco el seno a fuerza de alimentar tantos hijos con la misma leche, era víctima de fuertes embestidas que ejecutaban inmisericorde las naciones de Europa a quienes la prosperidad y la florescencia de la España Augusta, había hecho germinar en las profundidades de su corazón la simiente diabólica del egoismo y la Zizaña pecaminosa de la envidia. Pero. ¿bastó realmente aquel desplome estruendoso; aquella caída colosal provocada por el movimiento libertario de pueblos que habían llegado en su decurso biológico por su evolución social a la adquisición de sus poderes y por su estructura jurídica al irrestrictivo derecho de emancipación; para que cayera también, conjuntamente el ideal de civilización; la comunidad de origen, la afinidad de caracteres, de costumbres, y, sobre todo el paralelismo histórico. que había implantado como un trofeo de grandeza, como un símbolo tradicional, la España inmensamente grande. en el corazón de los pueblos
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del quinto Continente? El espíritu de la Madre, latía con calor en cada uno de sus hijos. Tan magnífica y esplendente era aquella civilización; tan glorioso y digno era el ideal que la mantenía, que pasada la furiosa tempestad sus destrozados restos han servido de modelo, de norma segura y ejemplarizadora en el fundente reconstructivo de las instituciones contemporáneas. Los pueblos americanos se encontraban en el tiempo más adelante de la hora patogénica. Era necesario el reaccionismo. No de improviso sin embargo, se extingue en una nación o en un conglomerado la antorcha vivificante de la cultura que ha iluminado su periodo de apogeo, ni de un solo golpe desaparecen los esplendores de una civilización que ha prevalecido, influyendo poderosamente como un agente primordial en el desarrollo de sus latentes aptitudes. El dolor también posee la maravillosa virtud de soplar sobre la vana frivolidad de toda cosa humana, refrenando el ímpetu colérico y oprimiendo la subversión para asentar el alma sobre la absoluta miseria del hombre, para que, cual un Skoth taciturno, medite acerca del impromovible grillete que para sí misma forja la tremenda naturaleza, y raiga su "podre" sigilosamente, como único deber de autoclemencia. Un escritor contemporáneo, que más que un escritor es un consagrado apóstol del idealismo Hispano-Americano, el erudito y bien documentado Profesor Samuel Guy Inman, en un vibrante y ardoroso estudio sobre el porvenir de Hispano-América, publicado muy recientemente en la Revista "Nouveau Democrate" ha dicho con mucha propiedad que: "Así, como el período de desarrollo más asombroso del Siglo XIX, tuvo su origen en Norte América, los acontecimientos más estupendos del siglo XX se desarrollarán en el escenario de Hispano-América". Cuatro razones importantísimas y fehacientes aduce el distinguido escritor como fundamento preciso de su tésis:
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A) Hay allí campo suficiente para el exceso de población en el Mundo; B) Hay poder para producir el alimento. y materias primas para el Mundo; C) Estas tierras suministran grandes mercados para las industrias del Mundo; D) Poseen un grupo asombroso de adalides intelectuales; Como se vé, estas razones expuestas por el sabio profesor Inman. son razones incontrovertibles; razones tan efectivas en el caso. que a la más clara inteligencia no admiten ni siquiera la más leve discusión. ¡Hispano-Americanismo... ! Elegía trascendental y sagrada que pone a vibrar el corazón con los temblores bíblicos de un arpa davidica. resucitando el glorioso poema que fecundó la Epopeya de la Raza ... Hispano-Americanismo. es el abrazo fecundo. la vigorosa potencialidad de unificación que pone acorde en rítmica palpitación el sentimiento tradicional de un reguero de pueblos levantados bajo una misma égida; al amparo y protección de una misma sombra alentadora, y que llevan en sus venas la misma sangre roja y vivificante. en las almas las mismas pesadumbres. los mismos anhelos. las mismas esperzanzas; yen las testas heroicas y resplandecientes la huella de los mismos enormes sacificios ... ! Nadie mejor que el insigne apóstol uruguayo. el padre espiritual de las juventudes contemporaneas de América, el mago prodigioso. Taumaturgo de la Gran Cruzada contra el Imperio de los falsos valores... urdidumbre del problema hispanoamericano. De ahí, sus teorías sabias, sus fórmulas multiplicadas, sus principios, sistemas y postulados, conducentes a la positiva finalidad de realizar el problema. a base de una verdad indubitable. preconizada por el resplandor místico de su unción evangelizadora. Para España el Hispano-Americanismo es. en esencia. una cuestión que afecta más directamente y de
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una manera general, el dinamismo de su vida interna, que cualquier otra cuestión de pura y significatia internacionalidad. Piensa Cortezza, y lo piensa con sobradísima razón, que la clave necesaria para resolver el problema del Hispano-Americanismo está en España, y que una vez hallada la clave, los demás pueblos solo necesitan a parte limitadas condiciones de pura interioridad poner en evidente acción de práctica enérgica y activa una fuerza superior, coercitiva, que sostenga sobre graníticos pedestales, en armonía perfecta con España, la rigurosa vitalidad de un equilibrio perdurable con esas sublimes concreciones del espíritu que se llaman Derecho, Justicia, Fraternidad y Tradición. Yo creo fIrmemente con toda la potencialidad de mi espíritu que el Hispano-Americanismo, antes de ser la solución de un problema sujeto más o menos a interpretaciones de acomodo, es dentro de la índole característica de su estructura interna, una inaplazable y tradicional necesidad histórica. España, en el hipomedonte de la conquista y la reforma ha galopado desenfrenadamente por toda la Europa, aventando en su trompa secular el canto de la unifIcación y el himno apocalíptico de su vida. Se contempló a si misma, como en el inmóvil y frío cristal de un aqueronte maravilloso, en los brillantes y floridos campos de Flandes; en las rosadas y ondulantes praderas del Condado; en la inmortal Italia; en Venecia, la República cansada de horizontes; en Sicilia, la arrogante y desdeñosa; y en su ardoroso afán de edifIcar la conciencia universal sobre las bases de un depurado sentimiento moral, ha recorrido victoriosa, unas veces, abatida las otras, pero sin experimentar la dolorosa laxitud a que conduce el desmayo -todas las tierras del Universo, como si hubiese sido la predestinada por la Augusta voluntad del Omnipotente para impartir su cariñoso afecto a todas las naciones que integran el planeta. Américo Castro sólo cree en el Hispano-Americanismo, como una sencilla fórmula de "estimulo"; es decir,
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como un problema al cual no se le encontrará jamás la necesaria solución. Bien que parece olvidar, y es pena que se escape a una mentalidad contemporanea tan ilustre y representativa como la de América Catro, el recuerdo de que la América durante tres siglos consecutivos fue sin la más leve sospecha, una segunda Iberia; podríamos decir: la prueba más fehaciente de ello es la costumbre, la lengua; la historia, la religión, sus instituciones políticas, sociales y económicas, y ese remarcado delineamiento que presta tintes de vitalidad a la característica esencial de su etnográfico perfil. Por eso la razón de que para que el extranjero, pudiera dar sin objeción alguna el concurso de su producto material o mental, tenía que Hispano-Americanizarse previa y totalmente, como bien puede observarse en los Martryss del Sur, y en los Cacharas de las regiones árticas y meridionales. Pero con todo y ello, el Hispano-Americanismo no es todavía en definitiva una realidad. El renacimiento de nuestra triste y amortiguada vitalidad nos obliga de una manera imprescindible a despertar los intereses comunes que duermen como narcotizados en el fondo de la conciencia colectiva. Es necesario pues despertar a los pueblos de América de ese atolondramiento soporífero en que yacen desde largo tiempo; pero despertarlo al grito glorioso y redentor del Hispano-Americanismo; que sea ese aliento de vigor, símbolo de fé, presagio de realizables y felices esperanzas y que a su mágico conjuro sea el ideal como antorcha encendida en los más remotos horizontes de la oscuridad. Rodó el divino Maestro, el decidido precursor de esta formidable cruzada que se inicia cuando llegó a empapar su espíritu grandilocuente, repleto de armoniosas cláusulas insuperables en el maremagnum de los problemas más trascendentales que afectan directamente la vida social del Continente; cuando adquirió por indecible prestidigitación el ojo vidente de que habla Carlyle, pre-
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conizó con eficacia de Biblia mahometana el peligro que encubre para los pueblos congéneres de Iberia, el monstruo horroroso de Cáliban cuyos ojos desorbitadamente abiertos tienden su mirada inmóvil y fria, hacia la magnífica esplendidez de los pueblos del Sur.
CAP. IV ¡El imperialismo norteamericano! ... la implacable sombra amenazante; el espectro fatal que llena de espanto y turbación el alma y la vida de los pueblos pequeños. Pero ésta amenaza, ésta turbación, ésta continua presión que efectuan de contínuo los Estados Unidos del Norte, por el apoyo de su propia superioridad potencial; por el apoyo de su propia superioridad económica, sobre los demás pueblos gastados ya á causa de su edad, de su Psicología Común y de su sistema de vida, ¿no debe ser, realmente, el mayor de los estímulos, la condición sine qua non ejemplar y significativa para realizar con mayor interés la obra del Hispano-Americanísmo, como el mejor afianzamiento y la más fuerte garantía, frente a las responsabilidades históricas de todos y de cada uno de los pueblos hispánicos, en el avatar evolutivo de su porvenir? Los Estados Unidos del Norte, que para otros paises puede ser nada más que un sencillo y natural fenómeno de curiosidad, para nosotros hispanoamericanos, en la estrecha capacidad de vida política que contamos, debe ser, no otra cosa que la viviente realidad de un caso palpitante. Su pensamiento quedó expresado desde el mismo momento en que pasó a la Historia con general asombro aquel principio que fuera de todo sentido constitucional e internacional para la comunidad jurídica de los pueblos, establece como cánon de legislación el más absurdo y degenerado de los absolutismos: "América para los Americanos". Es decir, principio de hegemonía continental inclemente y arbitraria. Si desde entonces se
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hubiese luchado por encauzar el ideal de Hispano-Americanismo otorgándole una significación afirmativa en el desarrollo de la vida común, no cesando en ello un solo instante, como no han cesado jamás los Estados Unidos de trabajar con todos los recursos y los medios posibles, en cada etapa de su existencia por el sostenimiento de su ideal de superioridad imperativa, llegando para ello, como observa Román y el Doctor Rogelio Rossas a implantar un régimen de forzada y autoritaria plutocracia, como puede verse en "The Higher Learning in America" de Veblenn - no se hubiera visto España acosada políticamente de América, su hija amantísima, como se vio en mala hora en las postrimerias del pasado siglo. No se hubiera visto Colombia atropellada, cercenado su territorio de Panamá para la apertura del Canal, por virtud del Tratado de Hay-Bunan-Varilla firmado en la Secretaría de Estado de Washington, en la mañana del día 18 de Noviembre de 1903, mediante el cual, a expensas de ulteriores Convenciones, los Estados Unidos pagaban a la República Panamá la suma de diez millones de pesos de contado y doscientos cincuenta mil pesos anuales garantizando la independencia de la República; y en cambio ésta le concedió a perpetuidad la ocupación, uso y control de una zona de terreno de diez millas de ancho, midiendo cinco millas a cada lado de la linea central del trazado del Canal. Este tratado a pesar de la rotunda y airada protesta del Senado de Colombia, y a pesar de la oposición de las Cancillerías consultadas, fue ratificado y protocolado por el Departamento de lo Interior de Washington, el día 23 de febrero de 1904. No se hubiera visto, repito, consumado el atropello de Méjico; la sangrienta barbarie de Cuba colgada al cuello como una medalla de afrenta la antijurídica y ominosa Enmienda Platt que la despoja de las producciones de Calderas y Guantánamo; el imperdonable abuso en Costa Rica; el arruinamiento y la desolación de Guatemala; el injustificable asesinato de Haití; la cruenta y horrorosa devastación de
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Santo Domingo pretextando el incumplimiento de la Convención del 1907, y la garantía de los intereses americanos supuestamente amenazados por los conflictos internos del pais; la piratería ridícula y baja en Nicaragua sujeta a la disposición antipatriótica del Presidente Dias y a la voluntad ejecutiva de Kellogg; y la forzada intromisión actual en el problema internacional que atañe a los territorios de Tacna y Arica, que tan profundamente está preocupando el espíritu jurídico de las Repúblicas continentales de Chile y el Perú. Esto para no hacer mención sino de las Repúblicas hispanas, que de otro modo pudiera significar entre otros el injustificable barbarismo cometido a toda crueldad en las tierras del Martir D'Beglión o en la patria del irreducto y recalcitrante Edmon de Valera. El imperialismo norteamericano es injustificablemente la única amenaza que intimida con la realidad efectiva de su maravillosa y estupenda fuerza material el ánimo un tanto abatido por un extraño desdoblamiento mórbido de los pueblos ibéricos; sobre todo, cuando por acreencias u obligaciones económicas estipuladas por cláusulas de irrestrictiva conveniencia, como ha ocurrido recientemente en la República Dominicana por causa de la Convención antes citada, tienen la indeclinable obligación de corresponder a su primera exigencia, so pena de ser víctima de una prolongada intervención militar, o de perder su Soberanía Nacional, sin más causa legalmente justificativa que una disposición departamental amparada (omni later) por la magestad imperativa de la Fuerza. ¿Pero puede ser ésto, acaso, obstáculo infranqueable para llegar a la positiva finalidad del ideal Hispano-Americano? Por el contrario. Necesariamente es de entenderse que antes de considerar la fuerza y la amenza como obstáculo insuperable deben los pueblos hispánicos considerarlos más bien como un estímulo; por que apropiando la frase lapidaria de uno de los más representati-
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vos asertores hispanoamericanistas que lo es el erudito y reposado Dr. Melchor Curiel, "cuando los pueblos hispanoamericanos realicen, como han de realizar necesariamente, el ideal práctico de su acercamiento y unión, entonces si ya podrán contar con una fuerza moral y material capaz de enfrentarsele a cualquier potencia". V."Observaciones Hisp.Amer.Capit.VI Pags. 75-6". El profesor Mecyer, distinguido sociólogo de Onké en su libro "Las nuevas instituciones Sociales y Politicas de España" afirma también la necesidad del Hispano-Americanismo "como norma segura de tranquilidad y prosperidad en el porvenir". Webberth Lubque "Los Iberos y su lengua", Orstnament Uber-Wiñiggy-Morel Fathio en su libro ejemplar "L'hispanisme dans Victor Hugo", piensa que la realización del ideal hispano no solamente sería digno y glorioso para los pueblos iberos, sino que también aportaría un gran beneficio a Francia, dada la gran afinidad y la reciproca simpatía que por razones históricas existe entre los pueblos iberos y la noble Francia. Escritores insignes, publicistas ilustres, notabilísimos pensadores, y toda una brillante y nutrida pléyade de intelectuales, han derrochado en todas las épocas inagotables caudales de energías por llegar al íntimo acercamiento y la convivencia espiritual de los pueblos hispanos; acercamiento y convivencia que puestos al servicio exclusivo de las ideas, del desarrollo de las ciencias morales y politicas, significa para esa cumbre portentosa en cuyo seno todas las manifestaciones del pensamiento hispanoamericano encontraron cordial y simpática acojida y constituyéndose como por derecho legítimo, a pesar de las contrariedades de su propia existencia-en un sacerdote de la solidaridad común, aventó el polvo de sus ideas lo mismo en Caracas que en Lima, en Bogotá, en Méjico, Buenos Aires y el Brasil, predicando el acercamiento reciproco y espontaneo, la edificación de la conciencia colectiva como el resultado único de las unidades parciales, llegando en el afán de su glorioso cos-
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mopolitismo ideal, a pensar que sobre los turbios y azordos horizontes del imperio del Caballero Monsalve, émulo en la rudeza bélica del ínclito Arzobispo de Vicán, brillaría de nuevo como una resurrección el magnífico y glorioso Sol que jamás tuvo poniente. Hostos, el Herbert Spencer de la América Hispana a quien muy bien puede llamarsele así, la inconmensurabilidad de su apostolado intelectual; por la magnitud de su edificio pedagógico, lejos de toda rancia y atormentada especulación filosófica y científica a quien la seguridad de la inducción y el acerbo de las informaciones generales le llevó a establecer como único medio de salvar el vórtice, el ineluctable dilema de "Civilización o Muerte" porque a las condiciones especiales del ser colectivo que determinan invariablemente la capacidad y organización jurídica de los Estados, corresponde correlativamente la aplicación inmediata de los poderes de Soberanía como norma segura de organizar lo función ejecutiva-electoral. De ahí los términos de su dilema. De otra manera sobreviene la reacción del Estado contra la Sociedad y todo cuanto fue conciencia pública, esfuerzo docente y lucha común, cae de un solo golpe bajo los espasmos del extravio insano o bajo la sanción corruptora de la estulticia colectiva. Hostos es sin duda la voz más repercutiente del ideal Hispano-Americano. Para su realización aportó siempre el vigoroso concurso de su virtualidad intelectual y en el esfuerzo de su incesante labor, constituyose en su mejor propagandista; errante bajo cielos extranjeros, hablando de una patria de Justicia y de Amor, hacia conocer obras y autores intelectuales con tesonero empeño, y la cátedra, y un periodismo serio y dogmáticamente doctrinario, vehículos fueron de su austera misión que llevaron el aliento de su ideal a lo largo del desparramado archipiélago de las naciones hispánicas. Aguatín Alvarez, único pensador argentino, merecedor sin reserva ni restricción del nombre de moralista, preocupado notablemente por el concepto moral de las ac-
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tuaciones políticas, y por la esencialísima virtualidad del Deber en la función del ser social, quizá si resucitando en forma lírica el socio-morfismo de Gumplowizt y J. M. Guyay, bosqueja en "La Crítica" la absurda herencia colonial a la sociedad y a la política; y frente a los ideales levantados que harán del hombre un ciudadano virtuoso, digno y seguro imprime a la presente Sociedad un sello de grandeza moral tan legitima y característica que al pensar del comentarista de "Oddilent" es capaz de fundamentar un credo político impartiendo entre sus varios componentes el régimen de una nueva y definitiva evolución privilegiada (vease "Estudios Sociales de Hispanoamerica"). Habrá C... Juan Bautista Alberdí, el más docto y repesado de los estadistas suramericanos, que ha consagrado la energía de su voluntad y el esfuerzo de su vida al concepto de la solidaridad hispanoamericana, piensa también, y lo afirma como necesidad de un órden superior, en su libro "El Crímen de la Guerra" que dentro del evolucionismo funcional americano el ideal hispano se impone, "no como una necesidad ocasional, sino como el fundente básico de toda evolución reconstructiva". Pero fuera ya de las teorías, de las vagas y múltiples apreciaciones, de las prácticas insuficientes, de las concepciones metafísicas y de esa arraizada filosofía sentimental, puestas en ejecución sin resultado positivo alguno; ¿cuál es, en síntesis general, el medio más fácil para llegar sin perturbación alguna del funcionamiento moral, a la suprema concreción del ideal Hispano-Americano? La educación es la única cierta profilaxis para allegarse a los ideales nuevos. Si tendemos la mirada desde el Hanahuak hasta las desoladas y estremecidad llanuras de la Patagonía, con el afán de contemplar un solo momento la nación española, indudablemente que encontraremos un pueblo sano, ágil, enérgico, vigoroso y repleto de acerva potencia material. "Un emporio de riquezas comunes" dice el Doctor Evaristo Gonzalez. Pero dentro de esta misma contemplación, un tanto subjetiva
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por el idealismo que la mueve, es preciso no olvidar que la táctica inexcusable del mastodonte de Cáliban, tiene como condición especial alejar a España cada vez más de las repúblicas hispanoamericanas. Sobre todo, cuando los que asistimos con atención contemplativa al espectáculo efervescente de la actualidad norteamericana, en ese sentido, hallamos constantes y fehacientes pruebas de cómo aquella nación se empeña con tan resuelto ahinco en romper los eslabones de la cadena espiritual que une por heroismo y tradición la hidalga patria del Cid con el glorioso continente hispano. El Congreso de la prensa, es acaso el ejemplo más real y más patético: cabe aducir aquí la interrogación definitiva del eximio escritor y publicista don José María Salavería, en su famoso y encendido artículo de actualidad 'Una Guerra de Fronteras" publicado recientemente en la "Revista de las Esapañas" No.ll, Agosto, de 1926. ¿"Es por qué tratándose concretamente de prensa americana los españoles nada teníamos que hacer allí?". Sin embargo, el sapientísimo escritor no puede ignorar jamás que Norte América se propone por todos los medios posibles a que los pueblos suramericanos no cuenten en ningun momento con España, y que se consideren únicamente unidos entre sí, por caracter mesolótico, o como diferentes agregados étnicos y geográficos formando un conjunto afín y funcionando correlativamente dentro de un continente separado y autónomo. Esto por una parte, y por la otra, la que es más peligrosa y aúna la tendencia al mismo tiempo de acostumbrar a los pueblos hispanos, por razón de Créditos de Convenciones y de Tratados acomodaticiamente instrumentados a la idea de que los Estados Unidos pueden y deben ser la nación que asuma la tutela de todo un continente, empezando por el vértice de la tutela económica. Pero todo ello, para nosotros hispanoamericanos, conscientes de la austeridad de nuestra misión y del destino de nuestra existencia, seguros de la óptima posibilidad de
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nuestra gloriosa rehabilitación de ... ser punto menos que óbice para realizar con el concurso unificado de nuestros esfuerzos la obra de tan magnífico portento. El ideal Hispano-Americano no debe ser otra cosa que la íntima vinculación de nexos en el plano más elevado de afinidades demográficas y mentales, y despertamiento de viejas tradiciones que aviven con palpitaciones entusiastas la viejas memorias impartiendo energías y potencialidad en el movimiento de atrición creciente que integra la conciencia y la vitalidad de los pueblos de una misma comparencia. Luchar, esforzarse intelectualmente, sobre todo, aplicando las siete leyes naturales de la sociedad: las dos generales de la sociedad y de los medios (materia de la mesología) y las cinco funcionales de que nos habla el sapientísimo autor de la Sociopatía, y que cL.. profunda sabiduria el eminentísimo colombiano, Doctor Carlos Arturo Torres, Maestro y Pensador, en su inimitable conferencia "Hostos" dictada en el paraninfo de la Universidad de Caracas para la Asociación de Estudiantes de Venezuela... "Ley del Trabajo, Ley de la Libertad, Ley del Progreso, Ley de la Conservación y Ley de la Civilización o Ley ... yen su postulado de las capacidades en actuación implicadas en la existencia de la sociedad y de las latentes o potenciales que conducen a lo que la sociedad ha realizado ya o puede realizar en lo ... la prosperidad relativa, por medio de su potencia económica; la Uusticia?] relativa, por medio de su potencia económica; la perfección relativa por medio de su potencia educadora, y el bien relativo por medio de la ciencia moral". Entonces, afirma el eximio autor de "Idela Fori" el ideal del Hispano-Americanismo será desarrollo nuevo, tendencias excelsas, el amor, el interés, el respeto y la comprensión mútua que habrán de l[llenar?] por sí mismos el amplio perímetro de su unidad ideal, en que necesariamente habremos de movernos. No de otra manera podrá adquirir el ideal su capacidad de vitalidad viviente. De no ser puesto en ejecución
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el programa de ... afmes; el sistema práctico de relaciones e intercambios por ... recíprocas y continuas corrientes intelectuales, que arraig... en España el sentimiento americano y tornen a los pueblos de América, unidas del sentimiento español, todo esfuerzo será inútil, todo .,. empeño será estéril ...
Poemas no incluidos en libros
LA BEBEDORA DE MORFINA Aquella boca tan linda había sangrado ya muchas veces a fuerza de tanto reír; ... esa noche la he encontrado muy triste; he tratado de consolarla pronunciando a su oído frases enternecedoras, y la he requebrado cariñosamente para que anduvíeramos junto a la orilla del mar, blanqueado de luna... Ella ha levantado hasta mí sus ojos tímidos, me he mirado con recelos de pájaros ariscos, y dejando gotear una sonrisa seha resignado a mi invítación... Asida a mi brazo, mirando a todas partes como temerosa de que alguien la viera, se ha detenido un momnto para hacerme a la orilla delmar el relato lamentable de su amor... Me ha dicho muy quedo, en silencio, casi gimiendo, frases, frases amargas, versos frívolos y superficiales, que la hizo el artista que la amó. y luego, como para despertar en mí el recuerdo de sensaciones tanto tiempo adormecldas, me ha declarado con suave indiscreción el misterio de su vida revelada dulcemente por las gracias de su único placer. -Bebo morfina, me ha dicho, mucha morfina, morfina perfumada con gots de éter que me provocan una infmita sensación... morfina para sentir el encanto de las 701
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visions lejanas; el deleite de las agonías; yo he vivido un paraíso de beatitut junto a princesas sagradas. He tenido en mi frente diademas rutilantes ofrecidas por Hadas Bordadoras, he dormido largamente sobre albo lecho de espuma arrullada por arpas adormecedoras, y he sentido la canción acompasada de un ángel tutelar que ha logrado poner entre mis manos el dorado vellón de su melena sonrosada. Bebo morfina para sntir la suavidad de los desmayos, para olvidar las crueldades del dolor, y gusto de perfumarla con éter para gozar el deleite de sensaciones inefables... Yo la he escuchado absorto, abismado ante aquel relato conmovedor, y ella aún, queriendo con los ojos desorbitados tragarse todo el mar, ha terminado por decirme que la lleve versos, que la lleve flores; versos y flors que le produzcan sensación. Yo entonces, he prometido llevárselos... Aquella muchacha flaca como si hubiera adivinado mi emoción, hundiendo la mirada en la pesdilla del narcótico, se ha separado sin decirme adiós, perdiéndose a lo lejos como un espectro terrible que estuviese condenado a no volver. Hoy la he vuelto a ver; pero ya aletargada en una cama del hospital. Me ha conocido, su memoria conserva aún las remembranzas de aquella noche inolvidable, y me ha llamado con apagada voz, obligándome a sentarme junto a ella para pedirme sus versos y flores. Yo no he podido resistir y tendiendo mi mano para enjugar su rostro sudoroso, la he oído pronunciar mi nombre, luego se ha deshojado en lágrimas, yo también para complacerla he sentido anhelos de llorar. Aquella muchacha flaca, de la boca tan linda, es llamada, en el hospital, "La Bebedora de Morfina".
LA NEGRA CANCIÓN DE LA DISTANCIA A ti, Lydé. a ti, que llevas en el cielo de tus Qjos el rumor de las ingratitudes...
Ahora que te fuiste, mi amor como un fmo perfume estará siempre a tu lado ... Así, toda mi alma, toda mi alma de viajero humedecida en la blanca palidez de una melancolía perfumada, estará siempre en tu camino como el único velo de sombra que pasa... ; como el perfume errante de una poesía perdida en la distancia. -tal el color de la tarde infinita- enredada en la lejanía cuando muere el soL .. ¡así, un tibio y plateado ramo de estrellas, como un lento y sutil reguero de lágrimas... Si tú vieras: -Esta música de amor que tiembla en las cenizas de mi corazón. como el rumor apagado de un poema... ; esta música que canta y ríe con toda la embriaguez, como un pastor enloquecido en el humo del camino disperso -olor fulgurante de tu perdida palidez; -el destierro de tud ojos cansados-o la indiferencia de tu garganta que se bebió la primavera, y la sombra tristísima de tu amarga melena de rocío, veías cómo pasa el amor en esta tarde cuando canta el otoño su postrera 703
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canción sobre la blanca agonía de tus violetas perfumadas... Ahora parece que me acuerdo: -Quizá- la primera noche la lluvia goteaba sobre los árboles floridos. mansa y buena como una hermana ausente. Entonces -yo pensaba- adorando tus ojeras como serian los crepúsculos que suben al cielo llevando como una franja de humo la embriaguez atormentada de todas las canciones; -y vi entonces- como perdida en lo Imposible la piadosa y lánguida armonñia del más allá. algo frivolo. como torciéndose en el dolor de su propia alegría... ; el aliento que venía para ti; -la nostalgia del sueño que fue tuyo; la flor de tu tristeza ahogada en el rayo de sol, como en el polvo de todos los dolores tu pobre juventud de colegiala enloquecida. Pero ahora te fuiste ... ; y la música de la ausencia. -la única grande y verdadera de la vida, caminará a tu lado como una sombra.... como un triste rumor que te contará a cada paso la tristeza infinita de un recuerdo que murió como un perfume pálido... ¿Quién eres. ¡oh!. mi blanca y perfumada novia ebria de lejanía y de distancia... ? ¡El sueño que me dio la Belleza de la vida; única canción de la Juventud; el tormento sutil y tembloroso como un vaso colmado que cae en el alma y corre y salta con la helada humedad del inseguro amor... ! Por la noche, cuando tu melena se enfríe de plata en la solitaria meditación. frente al rumor enmudecido de las estrellas humanas; -piensa- piensa conmigo, que yo estaré pensando en ti ... , en así, enfermo de tu adolescencia mustia y callada como un lirio sombrío... de todos tus suspiros. y de toda tu perdida palidez aletargada, quién sabe si en el éxtasis aletargada, quién sabe si en el éxtasis caprichoso de tus alucinaciones errantes... Pero ahora. como no habré de verte más. porque amo hasta 10 indecible la blanca misericordia de las ingratitudes. tú serás en la ausencia la plegaria de mi alma fría ... tú serás también las cenizas dispersas en el humo em-
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palidcido de mis recordaciones... Quizá algún día -no lo dudes- viendo declinar todo lo bueno y frágil de la Vida -tal vez- en la distancia, ... en la lejanía, ... en lo imposible quizá, tú pensarás en mí, y yo pensaré en ti, como en el perfume de un ensueño, ... quizá como el tibio y blanco olor de una pasión que terminó... Así, en nuestras almas, como en un suspiro, latirá a las sombras de la ausencia la mansa y buena oración de los recuerdos... La Opinión, Vol. 14 No. 130, 1 de agosto de 1925.
EL POEMA DE LA TARDE ERRANTE A Lhenée, cuyos negros ojos tienen el amargo color de la Indiferencia.
Ivette Gilbert. -Ahora, la tarde se va muypálida como un dolor a la sombra infinita donde cantan las empalidecidas estrellas-o Así, la poesía magnífica y engañadora que trina en el arco de los violines celestes, sacude con desesperada inquietud en mi corazón de viajero perdido, las últimas cenizas de un ensueño disperso; ... el rumor enloquecido de una música lenta y desterrada; -y mi alma se va por el color del espacio como un perfume errante; como el recuerdo de una alegría demasiado leve; así, como una gota de olvido aleteando en el crepúsculo, como una golondrina que trajese en las alas la canción empolvada de la blanca y perfumada distancia... Sí, Ivette; he aquí cómo de nuevo resucita en mi corazón apagado por el polvo de todos los dolores, el recuerdo de aquella blancanoche de diciembre, cuando al amor de la renuncia como una eterna poesía, me enseñaste con tus ojos de almendra doloridos de aurors, la belleza de todo lo que pasa; de todo lo que pudo haber sido y no 707
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fue jamás... Así, tú eras entonces en aquella hora de calma empiadada de estrellas, la adormecida que abrió los ojos para ver morir el sol allá en la distancia roja como el jugo de las granadas de estío: -así, alta y pálida como una flor: con tu melena oscura como una nube de humo: con tu garganta nueva como una primavera- tenue y sutil como un velo prendido en el color del aire distante, buscando en el sentido del dolor el sentimiento de la humana poesía... ! Te dije: -Recuerdo-: alejado del rumor de la vida, y encerrado para siempre en el silencio de las grandes soledades; -te dije-, tú serás el refugio de mi último destierro: la verdadera luz de mi sombra; el sufrimiento eterno que me levante el corazón como una plegaria para hacerme cantar con toda la embriaguez la canción de la juventud y de la vida; doblando mi frente como un monje sobre la dura y fría piedra del camino, para sentir nacer, allá, en el recinto muy sutil, la sublime Belleza de la magnífica Consagración de Dios. Yo entonces en aquella tarde fui un verdadero poeta: sí, Ivette, un poeta que sólo cantaba el color crudo de tu melena errante, cuando la noche la vestía con el aliento de tods las violetas; -poeta que sentía en su corazón de viajero, la viva llama del amor celestial, y cuya poesía única, se convertía en el aliento de un rumor:... de un rumor... de un rumor... cuando veía como una flor en mi camino la sombra de tus ojos allá en el alma, extraviada en el peligro de las dulces alegrías sutiles. Ivette Gilbert: -el recuerdo de aquella blanca y perfumada tarde de diciembre despierta ahora en mi corazón una nostalgia infinita: el recuerdo de tud ojos fríos como la plata, bellos como la crueldad: el aliento de tu boca fresca como el perfume de la primavera, así, algo como el rumor lejano de un ensueño perdido; una sombra vaga, la tristeza de una pasión que terminó... Así, Ivette, ahora palpita muy débil mi corazón... !
VERSOS VHEDRINHISTAS
¡Oh!, la fatiga inaguantable de los libros de Ciencia... -el tedio de las teorías -los problemas inútiles -las fórmulas ... Beccaria Dalloz Repertorie Boitard Una mermelada híbrida de doctrinas confusas, nomenclatura ófrica de postulados imbéciles: ¿Qué es el crimen? Premeditación, asechanza, elemento injusto. ¿A qué se llama gravidez? ¿Cuándo una pena es infamante? y dentro de este laberinto de lánguidas inopias surgen como la eficacia de una aprobación: Ferri, Garófalo, 709
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Lombroso, páginas del Código Penal; veinte años de trabajos forzados; o bien Artículo 22-46-1208... infmis; Orden Ejecutiva 664 absuleto por insuficiencia de pruebas. ¡Oh! la poesía musical de los jueces serenos la acusación: el Ministerio Público; y pensar que Nervo no sabía versos juridico; Rubén Dario tampoco; y,
que Moreno Jimenes no los sabrá jamás... ¡Oh", la fatiga inaguantable de los libros de ciencia... ¿en dónde están el campo, el sol, la luna, las estrellas? .. Allá, muy adentro, en el alma de los hombres que no saben condenar...
BER-BELISMO
Señor: ya yo lo sé todo: soy un sabio; anoche vi la luna .. me monté en automóvil y salí por la ciudad; ¿Y a qué hora viniste? No recuerdo... mi reloj marcaba la de prima; ¿Ves? .. Eres un imbécil; te has olvidado de que no has vuelto todavía.
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KRELIM Esa muchacha es bonita; ¿por qué? Porque tiene la cara llena de pecas; el cabello oliente a aceite de higuereta; es tuerta; y exhala de abajo de los brazos un olor penetrante de grajo y de loción. Señor: esa muchacha es bonita; ¿Por qué? Porque tiene el alma como un pedazo de algodón... La Opinión, Vol. 19 No. 192, 9 de octubre de 1926.
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En un recogimiento de asfodelo. marquesado de acobias florentias , bajo un raudo ikepo de muselinas declaró su fatídico desvelo. Amplia. desde las sukas mortecinas en atisbo de glauco terciopelo aneima los albores de su vuelo la luna en las agalias campesinas. Rubia como un "ajó" del gosiwara en el oro respiro Hidekara la noche al anticipar en su nirvana; hasta que en la klofemia ponentisca asoma su cabeza la mañana como una carga tímida y arisca. Septiembre de 1931.
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EL SUEÑO DE ATALANTA
Soibre ampos de salobre parpadeo en la grave amplitud de los tapices, urgiendo metafísicos deslices la noche aventuró su lagrimeo. A lo lejos, promiscua de matices yen atiplo de glauco lampareo, Melampo claudicó sobre un leteo la terquedad de sus pupilas grises. Al ras de la penumbra sobre el combo desorden ideológico del biombo cósmoco, Aldebara signó su elipsis; en tanto que Hamelika rotunda aventuró en la noche furibunda el patro de su rojo apocalipsis. Junio de 1932.
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RAMON ANTONIO ABAD MENDEZ (Sus palmas abrió para el afligido. y sus manos extendio para el menesteroso) Su espíritu remanka la inoliana gravedad de Hipocemio el pagarista: corazón que renace en la idealista visión de algún remoto Ramayana. Poborio. mas que Trombo el ugonista en claro verso de ilusión lejana: tiene de Paronkimo y de Hankoliana la sensibilidad del vedrinsita. Nade de Poe-Baudelaire infija rojas hiperestesias y prolija entelezquia de un "haggo" bizantino; Verlaine le induce su neurosis fría y condensa su vida en el ladino poema de la gran melancolía. Capital, 3 de agosto de 1932.
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ROSA Y ONDINA Siempre azul, como el celaje inquieto de una tarde serena que agoniza paan con majestad de pitonisa, revelando un romántico secreto. Rosa y Ondina, que el amor discreto. desgranando las perlas de su risa, revelan una aurora que idealiza la música sonora de un soneto. Por que Luis y Carlos han prendido sus almas de bohemios, en elnido, de sus bocas, panales de ambrosía; bellas como dos plácidas mañanas fingen más que rivales, dos hermanas, llenas de evocación y de poesía. 10 de noviembre de 1932.
Esta primera edición de 500 ejemplares del libro Obras completas, de Vigil Díaz y Zacarías Espinal, se terminó de imprimir en el mes de julio del año 2000, en los talleres gráfico de Editora Búho, Santo Domingo, República Dominicana.
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