de paciente e insistente ‘explicación’, que se adapte a las necesidades prácticas de las masas (9) (9).. Ahí aparece expuesta, en líneas generales, la táctica bolchevique para el tránsito de la democracia más consecuente al establecimiento del gobierno obrero con el que culmina el proceso revolucionario anterior, tras una etapa de acumulación de fuerzas y de preparación de las mismas para ejercer el poder. El que este proceso se diera en un país y en unas circunstancias particulares, que puede que no se repitan, no resta validez a esa táctica, sobre todo, en lo que se refiere a su aspecto estratégico , a la necesidad de observar las etapas o fases por las que atraviesa todo el proceso. Esto resulta importante a la hora de determinar las consignas u objetivos políticos que corresponden a cada una de esas etapas, especialmente en lo que se refiere a la preparación política de las masas.
¿Puede, acaso, considerarse que el partido debe asumir la iniciativa y la dirección en la organización de las acciones decisivas de las masas -escribe Stalin- basándose sólo en que su política es, en general, acertada, si esta política no goza aún de la confianza y del apoyo de la clase, a causa, pongamos por ejemplo, del atraso político de ésta, si el partido no ha logrado convencer aún a la clase de lo acertado de su política, a causa, pongamos por ejemplo, de que los acontecimientos no estén todavía lo suficientemente maduros? No, no puede. En tales casos, el partido, si quiere ser el verdadero dirigente, debe saber esperar, debe convencer a las masas de lo acertado de su política, debe ayudar a las masas a persuadirse por experiencia propia de lo (10).. Stalin abunda en esta idea fundamental de la táctica comunista en la acertado de su política (10) que venimos insistiendo recordando algunos pasajes de las obras de Lenin que no dejan lugar a ninguna duda sobre este aspecto: Si no se produce un cambio en la opinión de la mayoría de la clase obrera, la revolución es imposible, y ese cambio se consigue a través de la experiencia política de las masas [...] La vanguardia proletaria está conquistada ideológicamente. Esto es lo principal. Sin ello es imposible dar ni siquiera el primer paso hacia el triunfo. Pero de esto al triunfo hay todavía un buen trecho. Con la vanguardia sola es imposible triunfar. Lanzar sola a la vanguardia a la batalla decisiva, cuando toda la clase, cuando las grandes masas no han adoptado aún una posición de apoyo directo a esta vanguardia, o al menos de neutralidad benévola con respecto a ella... sería no sólo una estupidez, sino, además, un crimen. Y para que realmente toda la clase, para que realmente las grandes masas de los trabajadores y de los oprimidos por el capital lleguen a ocupar esa posición, la propaganda y la agitación, solas, son insuficientes. Para (11).. ello se precisa la propia experiencia política de las masas (11) IV En España, como señala el proyecto de Programa de nuestro Partido, Partido, no existe ninguna etapa revolucionaria intermedia, ningún peldaño de la escalera histórica anterior a la revolución socialista . El desarrollo industrial, la transformación capitalista del campo, etc., la entrada, en suma, del capitalismo en la fase monopolista, imperialista, última de su desarrollo, ha terminado hace ya tiempo con los remanentes del régimen semifeudal y ha creado las bases económicas y sociales que hacen posible y necesario el paso al socialismo. Por consiguiente, el objetivo estratégico que persigue el partido es la expropiación de la oligarquía financiero-terrateniente, la demolición del Estado fascista e imperialista y la implantación de la República Popular . Como vemos, aquí queda claramente establecido que en España no queda más revolución pendiente que la socialista, y en consonancia con ese objetivo estratégico se avanzan algunas de las medidas que van a permitir acercarnos a ese periodo de comienzo de la reestructuración socialista . Para ese comienzo, no pueden ser lanzadas consignas netamente socialistas, tales como poder obrero o dictadura del proletariado, que ni serían comprendidas ni aceptadas por las grandes masas. A esa etapa corresponden consignas de carácter democrático-revolucionario que pueden ser compartidas por amplios sectores de la población, no sólo por el proletariado, aunque, ciertamente, sólo la clase obrera está interesada y luchará por llevarlas a cabo de manera consecuente hasta el final, es decir, hasta propiciar el salto de la cantidad de democracia a la nueva cualidad socialista una vez que se