NELSON MANDELA Sudáfrica en la década de los cincuenta era un país rico en oro y diamantes. Con preciosos paisajes, grandes casas muy cómodas y buen tiempo, los sudafricanos tenían todo lo que necesitaban para una maravillosa vida, si se era blanco. Como un joven abogado, Nelson Mandela conoció muy pronto la dificultad de la vida de los sudafricanos negros, una vida con casa y escuelas pobres, donde la gente no podía votar o viajar sin una autorización. Entonces, muy pronto, él decidió que esa también era su lucha. Vinieron años difíciles, años en los que tuvo que esconderse de la policía o separarse de su familia, del dolor y la justicia. Pero, aquellos años hicieron a un hombre que al final llegó a ser el presidente de una nueva Sudáfrica. Un país donde la gente de todos los colores tiene los mismos derechos políticos. Esta es la historia de un hombre que es considerado uno de los grandes líderes de nuestro tiempo, amado por millones de personas alrededor de todo el mundo. 1. LOS COMIENZOS (1918-1941) El 18 de julio de 1918 nació un niño en la familia Mandela en una pequeña aldea del sur de Qunu, en la provincia de Transkei en Sudáfrica. Al niño lo llamaron Rolihlahla, que significa alborotador en la lengua de los Xhosa. Transkei es una de las zonas más preciosas de Sudáfrica, con colinas y muchos ríos, preciosas flores en primavera y verdes árboles a lo largo de todo el año. Rolihlahla, fue uno de los 13 hijos del jefe de los Thembu. Durante su infancia jugó en los campos de Qunu con los otros niños de la aldea, cuidaba de las ovejas y las vacas y nadó en las frías aguas que bajaban de las colinas. A la edad de 7 años, Rolihlahla fue a la escuela, el único de sus hermanos que lo hizo. Fue en el primer día de clase en el que su profesora, la Srta. Mdingane, le dio el nombre inglés de Nelson, nombre con el que más tarde se haría famoso mundialmente. Cuando tenía 9 años, el padre de Nelson murió y su madre lo llevó a vivir con su tía, el jefe Jongintaba, el rey de los Thembu. Muy temprano, una mañana, Nelson y su madre dejaron Qunu. Un día entero caminando por ásperos caminos hasta llegar a su nuevo hogar. Nelson y su madre no hablaron durante el camino, pero años más tarde él escribió: el silencio entere el corazón de la madre y el hijo no es soledad. Mi madre y yo no solíamos hablar mucho, pero nunca lo necesitamos. Al final, cuando se estaba oscureciendo, Nelson y su madre llegaron a la aldea de Mqhekezweni. El jefe Jongintaba vivía en una gran casa con jardines de manzanos, verduras y flores. Este era el Gran Lugar de los Thembu donde Nelson vivió con sus tíos y sus primos. Nelson vio cómo debía comportarse un líder. Veía y escuchaba como su tío recibía a la gente en orden para discutir los problemas que tenían en sus vidas, la falta de lluvias o las nuevas leyes creadas por el gobierno blanco, entre otros.
De su tío, Nelson aprendió la historia de los africanos y la llegada de los blancos. Los Thembu forman parte de la nación Xhosa. Los Xhosa son campesinos que migraron del centro de África al sur y que habían vivido en las zonas del sudeste en Ciskei y Transkei desde el siglo XIILos primero blancos europeos llegaron a la costa más al sur de África en 1652. Durante los siguientes 200 años los africanos que vivían allí (los Zulo, los Xhosa, los Sotho, entre otros) lucharon contra los blancos que invadieron su tierra. Dos grupos de blancos vivían en Sudáfrica: los ingleses y los holandeses que se hicieron conocer como Afrikaners y hablaban Afrikaans, una variedad del alemán. Aunque los ingleses y los Afrikaners se odiaban entre ellos mismo, aprendieron a trabajar juntos contra los africanos. En 1910, los estados afrikáner de Transvaal y el Estado Libre de Orange se unieron a la provincia del cabo Británico y natal para convertirse en las Cuatro Provincias de la Unión Sudafricana, una nación gobernada por blancos aunque alrededor del 70% de la población era negra. El descubrimiento de los diamantes en la ciudad británica de Kimberley en 1867 y el descubrimiento del oro en la provincia afrikáner de Transvaal en 1886 habían cambiado la historia de Sudáfrica los africanos fueron forzados a trabajar en las minas de diamantes y de oro, pero el dinero del oro y de los diamantes iba a parar a los propietarios blancos de las minas. Los mineros africanos vivían en condiciones de pobreza: casi 50 hombres tenían que vivir en una misma habitación. Cada trabajador negro tenía que llevar un permiso, un papel firmado por un funcionario blanco, que indicaba que al trabajador se le permitía estar cerca de la mina. En los años 20, nuevas leyes impedían a los africanos conseguir trabajos bien pagados y ser propietarios de tierras y casas. En los 30, los trabajadores blancos ganaban cinco veces más que los negros. En 1936, mientras Nelson estaba en la escuela, el parlamento blanco en Ciudad del Cabo quitó el derecho de votar a algunos africanos que lo tenían. Una nueva ley forzó a todos los hombres africanos a llevar un permiso en regla para viajar, conseguir trabajo o salir de casa a altar horas de la noche. Si cogían a un africano sin el permiso, lo encarcelaban. El gobierno también decidió que el 87% de las tierras en Sudáfrica debían ser para los 2 millones de blancos, la mayoría de esas tierras era las mejores del país. El otro 13%, la mayoría eran áridas, se las dejaron a los 8 millones de africanos. En 1939, el jefe Jongintaba, envío a Nelson a la Faculta de la Universidad de Fort Hare (la mejor en Sudáfrica para estudiantes negros) estaba a unos 100Km, cerca de la pequeña ciudad de Alice. Había 150 estudiantes africanos en la facultad. Nelson se hizo amigo de otros chicos de otras partes del país, incluyendo a un estudiante llamado Oliver Tambo. Tambo era un año mayor que Nelson y ellos siguieron siendo amigos amigos de por vida. En Fort Hare, Hare, Nelson disfrutó de los deportes, jugó al fútbol, hizo atletismo, pasaba horas por las tardes escuchando música y bailando junto a otros estudiantes. En ese momento, el sueño de Nelson era construirle a su madre una nueva casa en Qunu después de acabar sus estudios. Pero sus días en Fort Hare terminaron antes de lo que él esperaba. Al final del segundo año, Nelson fue seleccionado para el comité de estudiantes y se unió a otros estudiantes que protestaban por la comida de la Facultad y le pedían a los profesores que escucharan las opiniones del comité. La facultad le dijo a Nelson que a menos que cambiara su manera de protestar, no podría volver a su último año.
Durante las vacaciones, el jefe Jongintaba le dijo a Nelson que debía obedecer a la facultad. El Jefe también le dijo que había concordado matrimonio para Nelson y su hijo, Justice. Por aquellos tiempos era costumbre que los padres acordaran con quien se iban a casar sus hijos, pero ni Justice ni Nelson querían casarse con las chicas que les habían escogido. No fueron lo suficientemente valientes para decirle al Jefe que no estaban de acuerdo con lo que él había hecho, entonces, decidieron irse de Mqhekezweni a escondidas e ir al norte, a Johannesburgo, una de las más grandes ciudades de Sudáfrica, a unos 600Km de distancia 2. JOHANNESBURGO (1941-1952) Para poder pagar el viaje, los jóvenes vendieron dos vacas del Jefe. Los hombres africanos tenían que llevar un permiso para poder viajar, pero, aunque Nelson y Justice no tenían los papeles necesarios, ellos viajaron primero al norte en tren y, después, en coche a Johannesburgo. Hacia las diez de la noche vieron las luces de la ciudad. Vi el final de un viaje que parecía que nunca terminaría, escribió Mandela años más tarde, pero ese sólo era el principio de un viaje mucho más largo en el que obtendría mucho más. Nelson comenzó a trabajar de guardia en una mina de oro en Johannesburgo, pero las noticias de su huída lo siguieron desde su casa y perdió el trabajo. Un primo suyo le presentó a Walter Sisulu, un hombre de negocios mucho mayor que Nelson. Walter Sisulu había tenido muchos trabajos diferentes, había trabajado en las profundidades de una mina de oro, en la cocina de una familia blanca y en una fábrica, solía pasar las tardes estudiando. Fue Walter quien le encontró un trabajo a Nelson en la oficina de un abogado blanco llamado Lazar Sidelsky quien estaba interesado en las escuelas africanas y le enseñó a Nelson mucho sobre derecho. Johannesburgo era la ciudad más rica de Sudáfrica, con las minas de oro más grandes del mundo. Los sudafricanos la llamaban La Ciudad del Oro. En 1939, más de 320.000 africanos trabajaban en las minas de oro de Johannesburgo. Había 43.000 trabajadores blancos, quienes ganaban alrededor de siete veces más que los negros. Entre 1933 y 1966, 19.000 trabajadores de las minas de oro murieron en un accidente, el 93% de ellos eran africanos. En Johannesburgo, Nelson vio más coches y más edificios altos de los que había visto en toda su vida, pero también vio por primera vez la injusticia de la vida en Sudáfrica. Él vivió en el municipio africano de Alexandra, lejos de las casas grandes y hermosas donde los ricos blancos vivían y disfrutaban de la riqueza de las minas. Los municipios que se encontraban en las áreas de la periferia de las ciudades era donde tenían que vivir las personas negras. No había agua corriente ni electricidad y las casas eran pobres y atestadas de gente. Nelson era tan pobre que solía caminar 10Km para ir a trabajar y lo mismo de vuelta, durante cinco años vistió la misma ropa de trabajo. Otro africano trabajaba en la oficina en Sidelsky. Gaur Radebe le interesaba la política y a la hora de comer hablaba con Nelson sobre la historia de África y las condiciones de vida de los africanos negros. Nelson y Gaur siguieron la marcha de 10.000 personas por las calles de Alexandra. Estaban protestando por la subida del precio de los billetes de autobús. Los
autobuses fueron vacíos durante nueve días, entonces la compañía de autobuses bajó los precios otra vez. En 1941, el jefe Jongintaba visitó Johannesburgo. Nelson estaba preocupado por el aspecto de su primo por primera vez desde que habían huido de Mqhekezweni, pero el Jefe fue bueno con Nelson y sólo hablaron sobre su futuro, no sobre su pasado. Algunos meses más tarde le jefe Jongintaba murió y Nelson y Justice volvieron a su casa en Mqhekezweni. Justice quedó en el Gran Lugar y se convirtió en el nuevo rey de los Thembu, pero Nelson volvió a Johannesburgo. Aunque el corazón de Nelson estaba con su familia y su gente, sabía que quería una vida diferente para él mismo. Nelson comenzó a estudiar derecho por las tardes en la Universidad de Witwatersrand, donde por primera vez estudiaba con blancos. Fue aquí donde se hizo amigo de Joe Slovo, Ruth First y Bram Fischer, el hijo del presidente de una de las provincias Afrikaner de Sudáfrica. Sin embargo, la mayoría de los estudiantes blancos no querían ni hablar ni sentarse al lado de un estudiante blanco. Nelson a menudo se pasaba por la casa de Walter y Albertina Sisulu, iba a comer, a tener largar conversaciones sobre los derechos y las condiciones de vida de los negros africanos en Sudáfrica. Allí fue donde Nelson conoció y se enamoró de una chica muy guapa llamada Evelyn Mase quien estaba haciendo prácticas para enfermera y trabajaba con Albertina. Al poco tiempo se casaron y se mudaron a su propia casa, el número 8.115 de Orlando occidental (un municipio africano que más tarde se convertiría en parte de Soweto). En 1946 nació su hijo Thembekile, seguido de su primera hija en 1947. La niña solía enfermarse y, muchas noches, Nelson y Evelyn se quedaban despiertos para cuidarla. Cuando tenía nueve mese la niña murió, lo que los entristeció mucho. Nelson y Oliver Tambo (en ese momento estaba viviendo en Johannesburgo) comenzaron a ir a las reuniones del Congreso Nacional Africano con Walter Sisulu. El Congreso Nacional Africano (CNA) se creó en 1912 por cuatro abogados africanos. Querían cambiar Sudáfrica, hacer que los africanos fueran elegidos en el parlamento y ser propietarios de tierras; ellos creían que los africanos debían trabajar juntos para conseguir mejores condiciones para los negros en Sudáfrica. Nelson pronto se metió más en el trabajo de la organización y por 1947, cuando fue elegido por el CNA para el comité de la provincia de Transvaal, él se sintió preparado para entregarse con todo su corazón al trabajo de la CNA. Las elecciones de 1948, en las que sólo los blancos podían votar, las ganó el Partido Nacional Afrikaner, liderado por D. Daniel Malan. El Partido Nacional no quería que los negros disfrutaran de las riquezas del país o participaran en la vida política de Sudáfrica. D. Malan introdujo un sistema político llamado apartheid: una nueva palabra, pero una vieja idea. Habían leyes para separar a los blancos de los negros en todos los lugares: escuelas, trabajos, hospitales, casas, área de las ciudades e, incluso, matrimonio. Desde 1948, sólo las firmas de los blancos aparecían en muchos lugares: taxis, ambulancias, autobuses, restaurantes, hoteles, parques e, incluso, playas. En los deportes, también, los blancos y los negros no podían jugar juntos.
Mandela terminó sus estudios en 1952 y se convirtió en abogado. Junto a Oliver Tambo abrió el primer buffet de abogados africanos en Johannesburgo en un pequeño edificio cerca del centro de la ciudad. Multitud de personas fueron a la nueva oficina porque sabían que los abogados negros les darían buenos consejos. Mandela y Tambo escucharon hablar de las tierras que les fueron quitadas a los africanos y se las dieron a los blancos. Escucharon de las personas que eran pateadas y golpeadas por los policías. Estaban ocupados los días enteros y por las tardes iban a mítines políticos. El 26 de junio de 1952, después de muchos mese de planearlo cuidadosamente comenzó el Desafío de la Campaña. La CNA, el Partido Comunista y el Congreso Indio trabajaron justos en esta campaña. Los africanos trabajaban con indios (traídos a Sudáfrica en la década de 1860 por el gobierno británico como trabajadores baratos) y los mestizos (hijos de parejas en las que cada miembro era de distinta raza). La idea que iba detrás de la campaña era desafío, negarse a obedecer las leyes que no eran justas. En toda Sudáfrica, todas las personas que no eran blancas usaban las entradas de las estaciones de tren destinada sólo para los blancos, iban a las oficinas y viajaban por los municipios sin permisos. Durante la campaña Mandela viajó en coche por todo el país para explicar por todo el país el objetivo de la campaña por distintos municipios africanas. Trabajaba con mucha entre que su hijo Thembekile le preguntó a su madre: ¿Dónde vive papá? La campaña continuó seis meses más y durante ese tiempo la policía arrestó a más de 8.000 personas. Mandela y Walter Sisulu fueron arrestados junto a otros miembros de la CNA. Entre los indios arrestados estaba Ahmed Kathrada, un joven de veintiún años que muy rápido se convirtió en otro gran amigo de Mandela. Estuvieron en prisión dos días y los soltaron. La campaña fue una nueva experiencia para Mandela. Se volvió más confidente porque la campaña mostraba a los blancos que a los africanos no les asustaba el luchar contra el apartheid y no tenían porqué perder su dignidad. 3. TRABAJANDO PARA LA CNA 81953-1960) Ciudad Sofía era un municipio que se hallaba a sólo 6Km al oeste de Johannesburgo. Era uno de los pocos lugares donde los africanos podía comprar casas y muchos habían vivido allí durante más de cincuenta años. Debido a que Ciudad Sofía estaba apartada del centro de la ciudad, varias familias vivían en una misma casa, hasta cuarenta personas tenían que recibir agua de un mismo cuenco. Ciudad Sofía estaba rodeada de pueblos donde vivían trabajadores blancos y el gobierno quería que los trabajadores blancos se mudaran a Ciudad Sofía. En 1953, el gobierno empezó a desalojar por la fuerza a los africanos de sus casas en Ciudad Sofía a otro municipio a unos 20Km de la ciudad. Esto formaba parte del plan del gobierno en el que controlaban donde podía vivir y trabajar los africanos. La CNA organizó reuniones durante muchos meses en Ciudad Sofía mientras ellos intentaban evitar el plan del gobierno en el que destrozarían la ciudad. Mandela habló en esas reuniones hasta 1953 cuando fue suspendido por dos años por una ley creada en 1950. Esta ley permitía
al gobierno evitar que cualquier persona fuera a las reuniones, se fuera de la ciudad, perteneciera a organizaciones políticas o quedara con amigos. Aunque Mandela no estaba acusado por ningún crimen, durante dos años se tuvo que olvidar de ir a reuniones o salir de Johannesburgo e, incluso, ni pudo ir al cumpleaños de su hijo. Fue forzado a dejar la CNA. (La mayoría de los líderes de la CNA fueron suspendidos por muchos años). Mandela no pudo ir a la reunión nacional de la CNA en septiembre de 1953, y otro miembro de la CNA tuvo que leer su discurso por él. Mandela decía que los africanos debían prepararse para una manera de luchar diferente. Él creía que la verdad ganaría y que la injusticia sería derrotada. Pero les dijo: Ningún camino es fácil para alcanzar la libertad. Muchos de nosotros hemos tenido que atravesar una y otra vez el valle de las sombras y la muerte hasta que hemos podido ver la cima de nuestras montañas de anhelos. Esta cita ha pasado a la historia. Mandela había leído sobre las dificultades y la valentía del líder indio Pandit Nehru (18891964), y él tomó las palabras Ningún camino es fácil hasta alcanzar la libertad de Nehru. A comienzos de 1955, 4.000 policías y soldados llegaron a Ciudad Sofía y comenzaron a desalojar a las personas y destrozar sus casas. La CNA falló en salvar Ciudad Sofía y Mandela comenzó a darse cuenta que el gobierno no oiría sus protestas pacíficas. En 1953, el gobierno creó una ley que separaba el sistema escolar africano del sistema para los blancos con la idea de enviar a los niños africanos a las escuelas más pobres. El Dr. Hendrik Verwoerd, quien era ministro de educación de las escuelas africanas, dijo que el único lugar para los africanos era sólo algunos tipos de trabajo en Sudáfrica. Con lo que quería decir que los africanos sólo necesitarían escuelas pobres porque sus trabajos serían los más aburridos y los más dolorosos. La CNA organizó protestas contra esta ley y Mandela quería que los africanos establecieran sus propias escuelas. En los años 50, el gobierno gastaba 44 libras cada año por cada estudiante blanco y 19 por cada estudiante mestizo y asiático, y menos de 8 libras por cada estudiante africano. (Después de 1959, todas las universidades se negaban a admitir estudiantes negros sin el permiso del gobierno, en 1978 el 80% de los estudiantes universitarios eran blancos). En junio de 1955 un Congreso de las Personas fue organizado por la CNA y muchos otros grupos que luchaban también por la libertad. El congreso fue organizado para hablar sobre la Libertad de Carácter, cada grupo llevaba una lista de ideas. Tuvo lugar en Kliptown, una aldea a algunos kilómetros de la periferia de Johannesburgo. Mandela y Walter Sisuslu tuvieron que ir en secreto porque estaban suspendidos. Durante dos días unas 3.000 personas debatieron sobre la Libertad de Carácter. La Libertad de Carácter ganó importancia en la lucha de la libertad porque describía los deseos de los africanos por una Sudáfrica libre. Decía que cada hombre y mujer debería poder votar en la elección del gobierno, que todos los grupos nacionales debían tener los mismos derechos y que la tierra y la riqueza de la nación debían ser repartidas igualitariamente para todos los habitantes del país. La mayoría de los congresistas eran negros, pero también había mestizos e indios y más de una centena de blancos. En la tarde del segundo día, la policía con armas de fuego rodeó el lugar de reunión y apuntó cada uno de los nombres de las personas que se hallaban en ese lugar. Pero Mandela había visto la llegada de la policía y rápidamente volvió a Johannesburgo.
En septiembre de 1955, la suspensión de Mandela terminó y podía viajar al fin. Había estado esperando salir de la ciudad y volver a las colinas de su infancia. Estuvo en Qunu y en Mqhekezweni por primera vez en trece años. Estaba feliz de ver a su madre, a su hermana y a viejos amigos, viajar por los campos donde había jugado cuando era pequeño y mirar las estrellas durante la noche. Le pidió a su madre que se viniera a vivir a Johannesburgo con él, pero ella no quería dejar su tierra. Mandela entonces viajó a Ciudad del Cabo, Puerto Elizabeth y otras partes de Sudáfrica para visitar a miembros de la CNA, antes de volver a Johannesburgo, a lo largo de las preciosas playas del océano Índico. Una temprana mañana de diciembre de 1956, a Mandela lo despertaron unos fuertes goles en la puerta de su casa en Orlando occidental. Era la policía que estuvo buscando en la casa durante más de una hora para arrestar a Mandela y llevarlo a la vieja prisión de Johannesburgo, Fort. Allí, Mandela descubrió que la policía había arrestado 156 personas, miembros de la CNA y otros grupos liberales que habían estado en Kliptown. Los obligaron a todos a quitarse la ropa y quedarse de pie durante más de una hora bajo el aire frío, antes los tuvieron dos semanas en dos grandes celdas. Al final los llevaron a juicio y fueron acusados de traición. El gobierno dijo que las ideas de Libertad de Carácter eran comunistas. De este resultado dijo el gobierno que los grupos liberales estaban planeando destrozar el gobierno. Los 156 acusados se les permitió salir de prisión pero tenían que reportarse a la policía una vez a la semana y se les prohibió ir a reuniones políticas mientras esperaban a que empezaran los juicios. Cuando Mandela volvió a casa, se dio cuenta que Evelyn se había ido a vivir con sus hijos a casa de su hermano. Su matrimonio había acabado. El trabajo de Mandela con la CNA le permitía muy poco tiempo con su familia. Evelyn había ligado más y más su vida a la iglesia y ellos habían empezado vidas separadas. Todos sus hijos estaban dolidos por esto, Mandela continuó visitándolos a menudo. Él seguía siendo su padre, aunque ya no fuera el esposo de Evelyn. Bram Fischer y otros abogados prepararon el juicio durante muchos meses. Durante este tiempo Mandela conoció a una joven encantadora en la oficina de Oliver Tambo, él supo desde el primer momento que se quería casar con ella. Winnie Madikizela recientemente había terminado sus prácticas y estaba en un hospital africano en Johannesburgo. Se casaron en 1958. Con los difíciles tiempos que se le venían encina, el amor de Winnie fortalecería a Mandela. El juicio comenzó en agosto de 1958. Al final 30 de los acusados comparecieron. Cada día, Mandela, Walter Sisulu, Ahmed Kathrada y los demás iban en autobús con sus abogados a los juzgados en Pretoria, dos horas de viaje. A la hora de comer iban al jardín de un amigo y comía lo que cocinaban sus amigos indios. Por la tarde Mandela volvía a Johannesburgo para ponerse al día con el trabajo en el buffet e ir a las reuniones de la CNA. En 1958, mientras el juicio continuaba, D. Hendrik Verwoerd se convirtió en Primer Ministro. Él quería que los africanos estuvieran aún más separados de los blancos que antes, por eso una de las primeras cosas que dijo como Primer Ministro fue que todos los africanos debían ser llamados Bantus. En 1959 creó ocho bantustanes donde los negros tenían que vivir con sus jefes. Los negros no tenían esperanza de obtener algún derecho en Sudáfrica en las zonas controladas por blancos.
El juicio se detuvo de repente el 21 de marzo de 1960. Aquella mañana, hubo un terrible desastre en Sharperville, un pequeño municipio a unos 55Km al sur de Johannesburgo. El Congreso Panafricano (CPA), una nueva organización africana, había organizado una protesta contra las leyes creadas. Como parte de esta protesta, una multitudinaria marcha de miles personas hacia la estación de policía en Shraperville sin sus permisos. La multitud esperaba silenciosamente, pero la policía se iba preocupando según iba aumentando la multitud. De repente, la policía comenzó a golpear a la multitud. La gente se volvió e intentó huir, pero la policía continuaba golpeándolos. Cuando dejaron de golpear, sesenta y nueve personas habían muerto. Las protestas en contra de las muertes venían de todo el mundo, incluyendo las Naciones Unidas (de hecho, esta fue la primera vez en la que las Naciones Unidas hablaba de lo que estaba ocurriendo en Sudáfrica). Miles de africanos, incluyendo el jefe Luthuli, Mandela y otros miembros de la CNA, quemaron sus permisos como muestra de protesta en contra del apartheid, el terrible sistema del gobierno, la policía arrestó a 18.000 personas. En estos difíciles tiempos, la CNA decidió que Oliver Tambo debía irse de Sudáfrica para organizar la CNA en el extranjero. La oficina de Mandela y Tambo se cerró y Tambo escapó de Sudáfrica. La policía golpeó la puerta de la casa de Mandela e investigó nuevamente. Mandela fue llevado a la prisión de Pretoria junto a otros treinta acusados. Los tuvieron en celdas sucias y pequeñas, y le juicio aún continuaba. En agosto de 1960, Mandela finalmente habló en el juicio. Lo interrogaron sobre sus distintas ideas. Mandela le dijo a la corte que la CNA lo que quería era el sufragio universal en toda Sudáfrica. Estaban preparados para organizar protestas hasta que el gobierno dijera:Vamos, habla. Entonces, ellos hablarían. En marzo de 1961, después de más de cuatro años de los primeros arrestos el juicio terminó. Usted es declarado inocente, le dijo el juez, se puede ir. Fuera la multitud bailaba y cantaba la canción nacional de la CNA, Nksi Sikelel iAfrika. El nombre de la canción significa Dios bendiga África, pidiéndole a Dios que proteja a los africanos, fue compuesto en 1867 por Enoch Sontonga, un profesor de Johannesburgo. Fue escrito en Xhosa y cantada como una canción protestante durante los años del apartheid. Ahora es conocido como el himno nacional de Sudáfrica y es cantada en muchas lenguas sudafricanas, incluyendo Afrikaans. Mandela no volvió a casa esa noche. Después de muchas reuniones, los líderes de la CNA decidieron seguir trabajando en secreto. Mandela fue interrogado por viajar secretamente alrededor de todo el país y organizando protestas. El hijo mayor de Mandela, Thembekile, estaba lejos de la escuela, pero fue a decir adiós a sus dos hijos que estaban viviendo en Orlando occidental con su madre Evelyn. Después fue a su casa y se despidió de sus dos hijas pequeñas Zenai (Zeni) y Zindiziswa (Zindzi). Estaré lejos durante mucho tiempo, le dijo a su esposa Winnie. Su nueva vida de incógnito había comenzado.
4. LA LANZA DE LA NACIÓN (1961-1962) Mandela continuó trabajando para la CNA, sabía que podía ir a prisión si la policía se daba cuenta de su trabajo. Mandela se desplazó entre distintos lugares durante algunos meses. Se vestía con gafas, un sucio uniforme azul con sombrero de chófer mientras conducía para ir a las distintas reuniones en municipios y aldeas. Empezó a organizar a los trabajadores africanos para que hicieran una huelga en la que se quedaban en sus casas para así forzar al gobierno a hacer una reunión nacional para todos los sudafricanos. Muchas veces la policía estuvo a punto de cogerlo. Un vez paró en un semáforo y vio en el coche de al lado a un jefe de policía. Otro tarde en Johannesburgo un policía africano caminó hacia él. Mientras pasaba el policía le sonrió y le dio la señal del dedo hacia arriba del CNA. Durante algunas semanas Mandela se quedó con Wolfie Kodesh, un periodista, en su pequeño piso en una zona de la ciudad de blancos. Se quedaba durante el día en el piso y por la noche salía a las reuniones. Cada mañana se levantaba temprano y corría en la pequeña sala de estar durante una hora para mantenerse en buena forma física. Es costumbre de los Xhosa beber leche espesa, Mandela mantenía una botella en la parte que daba hacia afuera en una ventana. Un día, mientras Mandela estaba sentado en la sala de estar, escuchó a dos africanos hablar mientras pasaban por en frente del piso. Era extraño, dijeron, ver una botella de leche Xhosa en la ventana del piso de un hombre blanco. En ese momento Mandela decidió que tenía que dejar el piso de Wolfie. La policía hizo muchos arrestos en ese tiempo con el objetivo de prevenir las huelgas en las que se quedaban en sus casas. El 29 de marzo de 1961, miles de africanos (apoyados por los trabajadores indios y mestizos) se quedaron en sus casas en vez de ir al trabajo en Durban, Ciudad del Cabo, Puerto Elizabeth y Johannesburgo. Pero, la quedada en casa no tuvo éxito en todo el país y el gobierno no escuchó la petición de hacer una reunión nacional. En 1961, B.J. Vorster se convirtió en ministro de Justicia. Le dijo a la policía que podían olvidarse de los derechos de los africanos. Después del juicio, el gobierno determinó que las cortes y los juzgados no iban a hacer todo lo que las cortes querían y los policías podrían golpear y torturar a quienes arrestaran. El Día de la Libertad de junio de 1961 Mandela escribió una carta a todos los periódicos. Nuevamente le pedía al gobierno que hicieran una reunión nacional para hablar sobre la libertad que los africanos querían. Prometía que iba a continuar su lucha contra el apartheid. No me iré de Sudáfrica. Esta lucha es mi vida. Continuaré luchando hasta el final de mis días. Pero el gobierno se negó a escuchar y Mandela creyó que la violencia era necesaria para poder cambiar las ideas del gobierno. Después de discutirlo con Walter Sisulu, Mandela fue a una reunión secreta de los líderes de la CNA en Durban. La reunión duró toda la noche. Durante cincuenta años la CNA no había sido violenta, pero al final de la reunión Mandela pidió organizar un nuevo grupo. Este estaría separado de la CNA y se llamaría Umkhonto we Sizwe (La Lanza de la Nación) o MK. MK iba a usar la violencia en contra del gobierno. El arma de lucha en el nombre del grupo, la lanza, mostraba que una forma de luchar diferente iba a empezar.
Mandela le pidió a Joe Slovo que se uniera a su nuevo grupo, un viejo amigo, él era miembro del Partido Comunista que había decidió que la violencia iba a ser necesaria para conseguir el cambio en Sudáfrica. En octubre, Mandela se mudó a la Granja Lilliesleaf in Rivonia, a algunos kilómetros al norte de Johannesburgo y consiguió papeles falsos: ahora se llamaba David Motsamayi, trabajaba de cocinera y conductor de los miembros blancos de la MK. Winnie visitaba a Mandela los fines de semana con sus dos hijas, Zeni y Zindzi. En Lilliesleaf vivían juntos los miembros de la MK y planeaban el trabajo del grupo. Decidieron que la MK destrozaría las centrales eléctricas y las estaciones de tren, una cosa después de la otra para ponerle las cosas más difíciles al gobierno. Se les advirtió que nadie debía resultar herido o muerto. El 10 de diciembre de 1961 el Jefe Luthuli recibió el Premio Nobel de la Paz por su trabajo como líder de la CNA y por el largo historial de la CNA de actuar pacíficamente. El jefe Luthuli (1898-1967) fue el primer africano en recibir el Premio Nobel de la Paz. El gobierno le dio un permiso especial para ir a Noruega a recibirlo. Una semana más tarde, el 16 de diciembre de 1961, las primeras bombas de la MK explotaron en las centrales eléctricas y las oficinas del gobierno en Johannesburgo, Puerto Elizabeth y Durban. La época de la no violencia había acabado. En enero de 1962, Mandela huyó de Sudáfrica para ir a la reunión de los líderes africanos en Addis Adaba, Etiopía. Se fue conduciendo ocultamente entrando a Bechuanaland (actual Botswana) y tomó el vuelo a Dar es Salaam, donde se encontraría con Julius Nyerere, el primer presidente de Tanganika. Despés fue a Addis Ababa, donde conoció al emperador Haile Selassie y, por primera vez, vio soldados africanos comandados por un líder africano. También conoció a Kenneth Kaunda, quien más tarde se convertiría en el presidente de Zambia. En esta reunión de líderes africanos Mandela le agradeció a los países africanos que estaban ayudándoles en la lucha contra el apartheid. Oliver Tambo, que estaba viviendo y trabajando para la CNA en Dar es Salaam, viajó con Mandela por otros países africanos. Organizaron los entrenamientos para los miembros de la MK y conocieron a luchadores por la libertad de otros países de África. Mandela también se vio con su viejo amigo Gaur Radebe que ahora era miembro de la CPA. En Dar es Salaam, en su viaje de vuelta a Sudáfrica, Mandela estuvo con el primer grupo de miembros de la MK que viajaban para entrenarse en Etiopía como soldados. Mandela se sintió orgulloso de conocer a estos hombres valientes. A todos los lugares de África a los que iba Mandela se dada cuenta que era su carácter el que importaba, no el color de su piel. Por primera vez se sentía libre del injusto apartheid. Al final, Mandela tomó el vuelo de vuelta a Botswana y condució de vuelta a Sudáfrica durante la noche con Cecil Williams, una miembro blanca de la MK. Nuevamente, él se convirtió en David Motsamayi. Volvieron a la Granja de Lilliesleaf en Rivonia y después de hablar de sus visitas a los otros países africanos con los miembros de la MK, Mandela y Cecil se fueron de Lilliesleaf a las reuniones secretas con la CNA en Durban. Cuando estas reuniones terminaron, Mandela y Cecil retomaron nuevamente el recorrido de los 700Km a Johannesburgo. Mandela lleva su uniforme de conductor, iban hablando sobre sus
planes políticos mientras dejaban tras de sí las aguas del océano Índico y conducían a través de las preciosas montañas de Natal. Sólo habían conducido uno cien kilómetros cuando Mandela se dio cuenta que delante de su coche había otro lleno de hombres blancos que iba frenando y miró hacia atrás y vio otros dos iguales. Si intentaba salir del coche y corree hacia el bosque la policía lo mataría. Entonces puso su pistola y sus papeles debajo del asiento del copiloto, allí los policías nunca los encontrarían. Era agosto de 1962. Después de su arresto llevaron a Mandela a la prisión de Fort en Johannesburgo y lo encerraron solo en una celda. A Winnie le permitieron ir a visitarlo. Hablaron sobre qué amigos ayudarían a Winnie y cómo podría ella llevarlo todo. Mandela le pidió que les contara a los niños la verdad sobre por qué lo habían arrestado. Multitud de personas protestaba por el arresto de Mandela cuando el juicio comenzó en Pretoria, la multitud esperó fuera de los juzgados. Winnie estuvo en el juicio vistiendo coloridas ropas Xhosas. Cuando Mandela entró a la sala, también vestía ropas Xhosas, la multitud se puso de pie y gritó Amandla! Ngawethu! (¡El poder para el Pueblo!). Mandela estaba acusado de organizar las huelgas en las que se quedaban en cada de los trabajadores africanos. También tenía cargos por haber salido de Sudáfrica sin papeles. Mandela le contó a la corte sus sentimientos sobre el apartheid. Odio el apartheid. He luchado durante toda mi vida, lucha ahora y seguiré luchando hasta que mis días se den por terminados. Dijo que no era culpable de ningún crimen y que cuando saliera de la prisión continuaría su lucha contra la injusticia. El día anterior a que anunciaran la sentencia, las Naciones Unidas les pidieron a todos los países que se negaran a comprar productos de origen Sudafricano. En noviembre de 1962 Mandela fue sentenciado a cinco años de prisión. Mandela se giró a la multitud y les gritó Amandla! tres veces. La gente empezó a cantar el precioso himno de la CNA Nkosi Sikelel iAfrica y Mandela seguía escuchándolos mientras la policía se lo llevaba detenido en sus coches. Mandela estuvo en la prisión de Pretoria durante seis meses. En ese momento era un prisionero, no alguien esperando a ser juzgado, tenía que vestir el uniforme de los presos africanos, que eran unos pantalones cortos y una camisa. La comida eran cachas frías, dos veces al día. Durante muchas horas al día los prisioneros tenían que sentarse en el suelo del exterior y cosían bolsas para la oficina de correos. Mientras trabajaba, ocasionalmente, podía hablar con otros presos políticos como Robert Sobukwe, el líder la CPA. Sobukwe estuvo prisionero durante tres años, pero en cuanto salió lo volvieron a arrestar. A diferencia de Mandela, Sobukwe se negaba a protestar por las condiciones de la prisión. (La CPA no estaba de acuerdo con la Libertad de Carácter y no permitía el acceso a blancos, indios ni comunistas). Una noche a finales de mayo, le dijeron a Mandela que recogiera sus cosas. Lo llevaron durante toda la noche en un camión de la policía sin ventanas junto a otros tres prisioneros políticos a Ciudad del Cabo (a unos 1.500Km de distancia). Los prisioneros fueron llevados en un viejo barco de madera a Robben Island.
Robben Island es una pequeña isla plana a unos 11 Km de la costa de Ciudad del Cabo. En 1819 un famoso líder Xhosa, Makana, fue puesto en prisión por el gobierno británico, pero él dibujó cómo había conseguido escapar de la isla. La isla solía ser usada como una prisión por el gobierno del apartheid y se volvió famosa por todo el mundo a causa de todos los prisioneros famosos que tuvo. Cuando Mandela y los otros prisioneros llegaron a la isla, los guardias los llevaron del barco a la prisión. Los obligaron a quitarse la ropa, los guardias tiraron las prendas las ropas al suelo y echaron agua fría sobre el suelo. Después los obligaron a ponerse las prendas frías y mojadas. Mandela sabía que la vida en Robben Island iba a ser difícil, pero sólo estuvo allí tres semanas antes de que lo llevaran a Pretoria nuevamente. El 11 de julio la policía rodeó la Granja de Lilliesleaf y arrestó a Walter Sisulu y a otros ocho miembros de la MK. Volvieron a llevar a Mandela a los juzgados, esta vez acusado de sabotaje. 5. EL JUICIO DE RIVONIA (1963-1964) En julio de 1963 comenzó el juicio de Rivonia. En 1962 una nueva ley le daba el poder a las cortes de dar sentencias de muerte por crímenes de sabotaje, y cualquiera poseyera un arma podía ser acusado de sabotaje. En la sala estaban Mandela y Walter Sisulu acompañados de Govan Mbeki, Ahmed Kathrada y Lionel Bernstein (los tres miembros del Partido Comunista y la CNA), Raymond Mhlaba (líder la CNA y la MK en la provincia del Cabo), Elías Motsoaledi y Andrew Mlangeni (ambos miembros de la CNA) y Dennis Goldberg, el acusado más joven. Durante la década de los 60 la policía comenzó a torturar a los prisioneros para interrogarlos. En 1963, Looksmart Sowandle Ngudle, miembro de la CNA, fue el primer prisionero político en morir mientras la policía lo interrogaba. Bran Fischer fue uno de los miembros de la MK que no estaba en Lilliesleaf cuando la policía rodeó la granja. Había evitado el arresto y podía liderar los equipos de los abogados. Cada día el acusado se veía con sus abogados para preparar el juicio. Bram le dijo a su amigo que estaban acusados de sabotaje y que los abogados del gobierno iban a pedir la sentencia de muerte. Como acusado, Mandela, al principio, tenía que estar en todo los juicios vistiendo su uniforme de prisionero. (Más tarde se le permitió vestir un traje en su lugar). Al principio a Winnie no le permitían ir al juicio, pero más tarde le permitieron ir sin ropas Xhosa. Ni Albertina Sisulu, ni Caroline Motsoaledi podía ir a los juicios de sus esposos porque estaban en prisión, noventa días de detención por ley. Esta ley permitía a la policía arrestar a cualquier persona por sospechosa de crimen político y mantenerlos en prisión por un máximo de noventa días sin cargos de ningún crimen y no pueden ver a ningún abogado. Los policías encontraron cientos de papeles en la Granja de Lilliesleaf, mapas que señalaban las centrales eléctricas y las estaciones de tren, pero no encontraron armas. La persona más importante de los acusadores que hablaba era Bruno Mtolo. Mtolo había sido miembro del CNA y de la MK, pero en ese momento estaba ayudando a la policía. A Mandela y a los demás
les era difícil de creer que alguien que había trabajado con ellos estuviera ayudando a enviarlos a la cárcel y, posiblemente, a morir. Desde el principio los acusados decidieron aceptar los cargos de sabotaje. Querían usar el juicio para explicar sus ideas y continuar su lucha contra el apartheid. Mucho más tarde, Kathrada recordó durante todo el proceso, desde el primer día, nos llevó, y nos ha guiado. Desde el primer día, dijo "Este es un juicio político". Mandela fue el primero en hablar en el juicio. Le dijo al jurado que era una de las personas que habían organizado la Umkhonto we Sizwe. Le explicó al jurado que aunque él no era comunista, Partido Comunista era el único grupo en Sudáfrica que creía en la igualdad de los africanos. Mandela habló sobre las diferencias entre la vida de las personas negreas y la vida de los blancos en Sudáfrica. A causa del Apartheid los africanos habían experimenta la falta de dignidad en sus vidas, pero los africanos querían un reparto justo en toda Sudáfrica. Sobre todo, queremos los mismo derechos políticos, dijo. Esto es por lo que la CNA lucha. La lucha de todos los africanos. Mandela habló durante cuatro horas. Después le dio la vuelta a sus papeles y se giró hacia el juez, Justice de Wet. Él dijo que a lo largo de su vida había entregado su vida por la lucha de los africanos. Él creía en una nación donde todas las personas vivían juntas con los mismos derechos. Si era necesario, él moriría. En Londres, Joe Slovo, que había escapado de Sudáfrica justo antes de que la policía descubriera Lilliesleaf, preparó una marcha que protestaba en contra del juicio. (Sin poder volver a su país, Joe Slovo vivió durante veintisiete años en Reino Unido, Mozambique, zambia y Angola). Las Naciones Unidas también le pidió al gobierno sudafricano que detuvieran el juicio. El 11 de junio de 1964, los acusados fueron declarados culpables, excepto Lionel Bernstein que fue liberado. Esa noche se prepararon para la sentencia de muerte. Al siguiente día entraron al juzgado por última vez. Unas 2.000 personas estaban esperando fuera del juzgado. La madre de Mandela había viajado desde Qunu y sentado con Winnie en la multitudinaria sala. Mandela y los otros acusados se colocaron de pie delante del juez. El rostro de Justice de Wet era serio y habló lentamente: La sentencia para todos ustedes será una vida entera de encarcelamiento. El juicio de Rivonia había terminado. Los acusados podían escuchar a la multitud cantar Nkosi Sikelel iAfrika mientras los llevaban de vuelta a la prisión de Pretoria. En la calle estaba esperando Winnie con las dos niñas para ver por última vez a Mandela, pero la multitud no se lo permitió porque era demasiado grande. Ella condujo de vuelta a su casa en Orlando y acostó a las niñas. Sólo entonces se sentó y lloró. Los prisioneros fueron llevados de vuelta a la prisión de Pretoria. Cada noche en la prisión, los prisioneros africanos cantaban canciones sobre la libertad. Antes de ellos dormirse siempre había alguien que gritara Amandla! y cientos de voces respondían Ngawethu! Esa noche no fue distinta, pero en mitad de la noche a Mandela, Sisulu, Mbeki, Mhlaba, Motsoaledi, Mlangeni y Kathrada los despertaron y los sacaron de prisión. Volaron en un viejo avión de la
armada hacia Robben Island para empezar su sentencia. Sólo se llevaban a los prisioneros negros a Robben Island, por eso al prisionero blanco Dennis Goldberg lo liberaron en la prisión de Pretoria. 6. ROBBEN ISLAND (1964-1970) Era invierno cuando los prisioneros llegaron a Robben Island y el frío viento del invierno atravesaba los finos uniformes de los prisioneros. Los guaridas de la cárcel los llevaron a un nuevo edificio para políticos prisioneros, separado de los prisioneros africanos ordinarios. Había alrededor de mil prisioneros africanos en Robben Island, no todos prisioneros políticos. En un lado de la prisión había una pared de seis metros de altura. Guardias con armas y perros caminaban a lo largo de lo alto del muro. Todos los guardias eran blancos y los prisioneros negros. Las celdas eran de unos dos metros cuadrados (cuando Mandela se acostaba su cabeza tocaba una de las paredes y sus pies el que se encontraba en el lado contrario). Las paredes eran por lo menos de unos sesenta centímetros de espesor y siempre estaban húmedas. Los prisioneros dormían en el suelo. Les habían dado finas manta, pero en invierno hacía tanto frío que no se quitaban ni la ropa para dormir. Cada celda tenía una pequeña ventana cubierta con barras de metal y doble puerta. Durante el día las puertas de metal estaban con seguros; durante la noche la pesada madera las aseguraba también. A cada prisionero se le daba un número que se colocaba en la puerta de su celda. Mandela era el 446º prisionero en Robben Island del año 1964, así que su número era 466/64, un número que más tarde se haría mundialmente famoso. Los guardias despertaban a los prisioneros a las 5.30 a.m. Después de limpiar recoger sus celdas salían a desayunar, tenían gachas de avena. Los prisioneros indios y mestizos tenían también azúcar y pan, no fue hasta 1979 que todos los prisioneros recibieron la misma comida. Si la celda no estaba ordenada, los prisioneros eran castigados. Después los prisioneros salían a trabajar a romper piedras sin parar hasta las doce que uno de los prisioneros ordinarios les traía algo de comida. El trabajo continuaba hasta las cuatro, cuando los guardas volvían a llevar a los prisioneros negros dentro. Se duchaban con agua fría, era el único momento en el que los prisioneros podían hablar entre ellos. A las 4.30 p.m. los prisioneros volvían a sus celdas donde cenaban ellos solos (otra vez gachas de avena con, quizás, algo de verdura). Cada noche a las ocho el guardia de la noche comenzaba a pasear por arriba y abajo en la prisión. Miraba a cada prisionero a través de una pequeña ventana. Nunca se encendía la única bombilla eléctrica que había en cada celda. Más tarde, los prisioneros podían estudiar por las noches de 10 a 11 p.m. las familias de los prisioneros tenían que pagar los libros, pero muchos de ellos no eran permitidos por los oficiales de la prisión.
Desde el primer día Mandela protestaba por las condiciones en Robben Island, por ejemplo no le gustaba los pantalones cortos que tenían que vestir los prisionero africanos. (A Ahmed Kathrada le dieron pantalones largos porque era indio). Unas semanas después de su llegada a Robben Island, los guardias llevaron a dos periodistas británicos. Ellos observaron a los prisioneros como trabajaban y les hacían fotos. Después, un guardia llamó a Mandela y un fotógrafo le hizo una foto a Mandela y a Sisulu. Estas fueron las únicas fotografías de los prisioneros durante los años en Robben Island. Los prisioneros políticos podías escribir y recibir una carta (de 500 palabras) cada seis meses. A veces los guardias les decían Tenemos una carta para ti, pero no te la podemos dar. A menudo los oficiales de la prisión les quitaban algunas palabras a las cartas que recibían los prisioneros. Esperar durante seis mese y después no recibir ninguna carta era terrible. Una carta era como la lluvia en verano, escribió Mandela. Así como la lluvia podía volver hacer crecer las flores en la tierra más seca, una carta podía traerte nuevas esperanzas. Los prisioneros también podían recibir una visita cada seis meses. Las familias de muchos de los prisioneros vivían muy lejos y era difícil y muy caro para ellos viajar hasta Robben Island. Algunos hombres pasaban diez o más años en Robben Island sin recibir ninguna visita. Para su primera visita en Robben Island, un viaje de unos 1.600Km, Winnie y Albertina Sisulu viajaron juntas. Mandlea habló con Winnie a través de una ventana de vidrio grueso que tenía algunos agujeros. Mientras tanto un guardia se quedaba de pie detrás escuchándolos. Las conversaciones tenían que ser en inglés o en afrikaans, tenían que olvidarse de hablar en lengua Xhosa, y sólo se les permitía hablar de problemas familiares. De repente, el guardia gritaba: ¡Tiempo finalizado! Habían pasado los treinta minutos, la visita había terminado y Mandela volvía a su celda. Hasta dos años después Mandela no volvió a ver a Winnie. Llegaron más prisioneros políticos a Robben Island. Algunos de ellos eran hombres de la MK, como Mac Maharaj quien empezó sus doces años de condena por sabotaje en 1965. Había también miembros de otros grupos liberales como Zephania Mothopens, miembro de la CPA, y Eddie Daniels, un miembro mestioa del Partido Liberal. Eddie vio a Mandela por primera vez cuando él comenzó su condena de cincuenta años en Robben Island en 1964. Eddie se convirtió en uno de los grandes amigos de Mandela en prisión. Mandela es uno de los hombres más grandes del mundo dijo Eddie después. Él contó que cuando estaba enfermo en Robben Island Mandela era quien cuidaba de él y recogía su celda. Entre 1961 y 1991 (cuando salieron los últimos prisioneros políticos de Robben Island) había más de 3.000 prisioneros políticos africanos en Robben Island. El último prisionero africano ordinario se fue en 1996. Una mañana los guardias llevaron a los presos políticos a una cantera de cal que se había hecho en una colina cercana a la prisión. Los prisioneros políticos trabajaron en la cantera de cal los siguientes treinta años. Tenían que picar las rocas en la cantera y, luego, extraer la roca blanca, empaquetarla y echarla a los camiones. Los guardias iban armados, observaban a los prisioneros mientras los guardias hablaban entre ellos y gritaban a los presos. A las doce los
presos bajaban de la colina y se sentaban a comer sus gachas de avena. Muchas aves marinas volaban alrededor mientras comían. Al final del día los prisioneros estaban cubiertos de polvo blanco. Las lágrimas se deslizaban por sus rostros porque la luz del sol se reflejaba y brillaba sobre la cal blanca. Una y otra vez los prisioneros pidieron gafas de sol y no fue hasta tres años después que un médico estuvo de acuerdo en que necesitaban gafas de sol para proteger sus ojos. De camino a la cantera los prisioneros pasaban por un pequeña casa blanca, acompañados de un guardia delante, donde a Robert Sobukwe (el líder de la CPA) lo obligaron a vivir durante seis años solo. Los prisioneros no podían ni verlo ni hablar con él. Estuvo tanto tiempo sólo que al final él se olvidó de hablar. Al principio los prisioneros cantaban canciones Xhosa sobre la libertad mientras trabajaban en la cantera, pero los guardias muy pronto se lo prohibieron. Sin embargo, en la cantera los prisioneros podían trabajar en grupos y hablar entre ellos. Poco a poco, los prisioneros organizaron una escuela para ellos mientras trabajaban y Robben Island se empezó a conocer como la universidad. Por ejemplo, Walter Sisulu enseñó la historia de la CNA y Kathrada enseñó la historia de la lucha de los indios. En 1965, algunos oficiales de un grupo internacional visitaron Robben Island y entre todos los prisioneros escogieron a Mandela para conocerlos. Mandela protestó por las condiciones de la isla y les pidió una ropa y comida mejor. También les pidió que pusieran escritorios en las celdas para que los prisioneros pudieran leer y estudiar mejor. Al final, los oficiales de la prisión estuvieron de acuerdo en darles unos pantalones más largos y escritorios (sin sillas). Mandela continuó pidiendo mejores condiciones y, más tarde, les dieron sillas. Mientras tanto, Mandela se hacía conocer en la prisión con el nombre de los Thembu, Madiba. Debido a su dignidad y su confianza en la manera de hablar, Mandela se convirtió en el portavoz aunque siempre lo comentaba todo con Sisulu. Fikile Bam, quien estuvo en Robben Island con Mandela durante diez años, más tarde dijo, A él no le asustaba nadie. Incluso cuando llevaba el uniforme de prisionero pensaba que él era igual a cualquier otra persona. Mandela daba consejos de abogado a los prisioneros ordinarios para ayudarlos con sus problemas. Le pasaban notas en cajas de cerillas o escondidas en la comida y él escribía cartas sobre los problemas de los presos a los oficiales de la prisión y a las cortes. Mandela no conocía a los hombres a los que él ayudaba, pero, a veces, uno de los prisioneros que les llevaba comida le susurraba: Gracias. Los prisioneros que iban saliendo de Robben Island escondían mensajes de otros presos en sus ropas y los hacían llegar a sus casas. A los prisioneros políticos les estaba prohibido leer periódicos, pero, a veces, en secreto cogían los periódicos de los guardias. En una ocasión pillaron a Mandela leyendo un periódico en su celda, lo castigaron colocándolo en una celda más pequeña durante tres días solo y sin comida. A menudo castigaban a los prisioneros colocándolos en celdas más pequeñas sin apenas comida, sólo arroz y agua, los castigaban así, si, por ejemplo, no se ponían de pie cuando un guardia entraba en sus celdas.
Los prisioneros ordinarios obtenían más noticias sobre lo que estaba ocurriendo en Sudáfrica que los presos políticos. Informaban a los presos políticos pasándoles notas escondidas en la comida. De esta manera, Mandela y sus compañeros se enteraron que Bram Fischer se había muerto. Durante casi un año Fischer había evitado que lo arrestaran, pero al final lo cogieron y lo acusaron de sabotaje. Se unió a los otros presos políticos blancos en la prisión de Pretoria. En septiembre de 1966, mientras los presos caminaban hacia la cantera de cal, los prisioneros ordinarios que les traían la comida les susurraban Verwoerd ha muerto. Un empleado de las oficinas del Parlamento había matado al Primer Ministro en ese mismo lugar. Las condiciones en Robben Island se volvieron más difíciles porque estaban enfadados por la muerte del Primer Ministro. John Vorster fue elegido Primer Ministro y continuó con las leyes de Verwoerd del apartheid. Cuando a Vorster le preguntaron sobre Mandela en 1975, él dijo: Quien quiera hablar conmigo (pensando que)Mandela es el líder de la Sudáfrica negra que se puede olvidar. En la primavera de 1968, la madre de Mandela fue a visitarlo a Robben Island. Viajó más de 1.000Km desde Qunu junto con la hermana de Mandela y Makgatho y Makaziwe, su primer y segundo hijo con Evelyn. Sus hijos ya eran jóvenes adultos, pero su madre estaba delgada y envejecida. Unas semanas más tarde, Mandela recibió la noticia de que su madre había muerto. A Mandela no le permitieron ir al entierro, lo que aumentó su tristeza. Durante los siguientes meses Mandela recordaba las dificultades y sufrimientos de la vida de su madre. Había puesto en primer lugar la lucha por la libertad y por eso él no se había preocupado por hacer su vida más fácil. En mayo de 1969, la policía despertó a Winnie en su casa de Orlando y la sacaron a la fuerza de su casa mientras Zeni y Zindzi se agarraban a ella. Winnie (junto a otros veintiuno) estaba acusada de intentar recrear la CNA. Fue cuestionada durante cinco días y noches y después la enviaron a una celda sola durante diecisiete meses. Finalmente fue liberada sin explicación. Después de escuchar noticias sobre el arresto de su esposa, Mandela pasaba las noches en vela a menudo preocupado por qué le estaba ocurriendo a Winnie y a sus hijas. Algunas semanas más tarde, una fría mañana de junio, llamaron a Mandela de la oficina de la prisión y le dijeron que su hijo mayor, Thembekile (de veinticinco años) había muerto en un accidente de coche. (Nuevamente, a Mandela no le permitían ir al entierro.) Mandela volvió a su celda y se acostó. Después de la muerte de su madre y la preocupación de su propia vida, estas terribles noticias lo llenaron de una terrible tristeza. Se crea un agujero en mi corazón que no puede volver a ser ocupado. Escribió Mandela años más tarde. 7. PRISIÓN Y SEPARCIÓN (1971-1984) La vida era dura y solitaria para los presos de Robben Island, muy lejos de sus amigos y familiares. Mandela dijo que la cárcel era como el fuego que probaba al hombre: algunos se hacían más fuertes y otros se debilitaban. En la década de los setenta, a veces llevaban a los prisioneros a trabajar en la playa. Recogían largas y pesadas algas que venían del mar, después las dejaban secar y las empaquetaban para echarlas a un camión. En verano el mar era
agradable, pero en invierno era frío como el hielo. Sin embargo, los prisioneros se alegraban de ver los altos edificios de Ciudad del Cabo desde la otra costa y observaban como las nueves y el brillante sol se movía detrás de la Gran Meseta que se levantaba más de mil metros de altura por detrás de la ciudad. La isla también era el hogar de grupos de pingüinos africanos y a los prisioneros disfrutaban observando a los gordos pájaros blancos y negros en la playa. A los presos se les permitía pescar y cocinar lo pescado. En 1975, la hija de Mandela, Zindzi, vino con Winnie a visitarlo en Robben Island. La última vez que la había visto era una pequeña niña de tres años. Ahora era una jovencita de quince años. Era tímida con su padre porque no lo recordaba, pero Mandela hablaba con ella de cuando era una bebé. Nelso y Winnie decidieron enviar a sus hijas a estudiar en una escuela en Swazilandia, donde podrían estar seguras de la policía. A Mandela le preocupó esto porque sabía que el amor de sus hijas la ayudaría a sobrevivir. Ese año, Mandela decidió escribir su biografía. Durante cuatro meses dormía solo unas pocas horas porque escribía la mayor parte del tiempo por la noche. Cada día, Kathrada y Sisulu escribió notas comentarios en las notas que él había escrito. Otro prisionero, Laloo Chiba, copiaba lo escrito a una letra muy pequeña, colocaba diez páginas de Mandela en una misma hoja y Mac Maharaj escondía las pequeñas copias en los libros que él estudiaba. (Cuando Maharaj salí de la prisión en 1976 se llevó estas hojas con él y las mantuvo seguras hasta después de salir de Sudáfrica. Mandela usó estas páginas para escribir su biografía completa, E l Largo Camino hacia la Libertad , en 1994.) Los presos en secreto quemaron las quinientas páginas que Mandela había escrito, con las notas de Sisulu y Kathrada, en tres lugares distintos del jardín de la prisión. Sin embargo, unas semanas más tarde cuando se construyó el muro del jardín se descubrió un paquete de páginas por uno de los guardias. Los oficiales de la prisión castigaron a Mandela, Sisulu y Kathrada: se les prohibió estudiar durante cuatro años. Los prisioneros pensaban todo el tiempo en cómo escapar de la prisión y en 1974 Maharaj y Mandela planearon escaparse cuando fueron a una cita médica en Ciudad del Cabo, pero todo el tiempo estuvieron rodeados de policías armados y se tuvieron que olvidar de su plan. Los presos siempre pensaban en que alcanzarían la libertad y Mandela mucho más que los demás. Fikile Bam dijo que Mandela pensaba que iba a jugar un papel muy importante en alcanzar la libertad de Sudáfrica. Mientras en Robben Island, Mandela aprendía a hablar afrikaans. Quería entender a los afrikáner porque pensaba que ellos también eran parte de Sudáfrica. En los años sesenta y setenta, un 26% de los africanos estaban en paro. Los mineros blancos ganaban más de veinte veces de lo que ganaban los mineros negros. Los 70 fueron años de cambio en Sudáfrica, aunque los presos no tuvieron noticias de esto inmediatamente. En 1972 se creó el Movimiento de la Conciencia Negra por Steve Biko y otros líderes negros. El Movimiento de Conciencia Negra se volvió muy popular entre los profesores y estudiantes. Sus jóvenes líderes querían que los negros estuvieran orgullosos de su historia y ayudaran a que todos trabajaran unidos. En 1976, 15.000 escolares negros hicieron un protesta en Soweto contra la ley que obligaba a que los profesores de las escuelas africanas debían usar la lengua africanas. La policía comenzó
a golpear a la multitud y muchos niños murieron. Durante los siguientes años miles de niños se negaron a ir a la escuela. Más de 600 niños murieron a manos de los policías en las calles de los municipios y miles de niños fueron arrestados. Winnie Mandela fue una de las líderes negras que ayudó a los padres y a las familias de los distintos municipios en esa época. Ella fue arrestada en 1976, mientras sus hijas estaban en Swazilandia, y la enviaron a Fort, Johannesburgo, durante cinco meses. En mayo de 1977, después de ser liberada, llegaron los policías a su casa en Orlando Occidental, Zindzi estaba en casa con Winnie, y la policía comenzó a meter sus muebles y sus ropas en un camión. Ellos llevaron a Winnie y a Zindzi a un municipio africano llamado Brandfort a unos 500Km de distancia. Dejaron a Winnie y a Zindzi en una pequeña casa sin agua ni electricidad y winnie tuvo que permanecer en Brandford durante siete años. La gente del municipio hablaban una lengua llamada Sesotho que Winnie no conocía, pero mientras estuvo allí creó una escuela para jóvenes niños y ayudó a crear un hospital para africanos. En los años 60 y 70 el gobierno obligó a más de seis millones de africanos a mudarse a los bastuntanes, donde no había tierra suficiente para cultivar alimentos. Nos trajeron con armas y policías Nos trajeron aquí, no conocemos este lugar ¿Qué podemos hacer ahora? No podemos hacer nada. Estas fueron algunas de las palabras de las personas obligadas a mudarse a bastuntanes. En la década de los 70, los hombres blancos tenían una media de vida de sesenta y cinco años en Sudáfrica, mientras los hombres africanos apenas aspiraban a llegar a los cincuenta. En septiembre de 1977 Steve Biko fue arrestado en Puerto Elizabeth y duramente golpeado por la policía. Mientras se iba quedando inconsciente en el camión, la policía lo llevó a más de 1.000Km de la prisión de Pretoria donde murió. Durante las siguientes semanas, la policía arrestó a cada uno de los líderes del Movimiento de Conciencia Negra. Algunos de esos presos fueron llevados a Robben Island y, por primera vez, Mandela tuvo contacto con los nuevos jóvenes líderes africanos. Entre ellos enviaron mensajes y algunos de estos jóvenes se unieron a la CNA. En 1977, el trabajo en la cantera terminó. Se necesitaron más guardias para controlar a los jóvenes presos. A Mandela y a su grupo se mantuvieron en sus propias celdas donde podía leer, estudiar y escribir cartas. Mandela también trabajó en un huerto que él mismo había hecho. Cultivó tomates y verduras y les dio algunas a los guardias de la prisión. A Mandela siempre le habían gustado los deportes, y mientras estuvo en prisión, corría cada mañana en su celda durante cuarenta y cinco minutos. En ese momento uno de los guardias hizo una pista de tenis y Mandela empezó a jugar al tenis con otros prisioneros. En 1978 Zeni, la hija de Mandela, se casó con el príncipe Thumbumuzi Dlamini, el hermano del rey Mswati III de Swazilandia. Se habían conocido en la escuela. Al siguiente año, Zeni visitó a su padre acompañada de su esposo y su hija recién nacida. Era la primera vez que la prisión le permitía la visita de Zeni desde hacía catorce años. Les permitieron verse cara a cara y Mandela pudo besar a su hija y sostener a su nieta en brazos. No creo que hubiera un hombre más feliz que yo sujetando a un bebé es día que de lo que era yo ese día, escribió después. Eligió el nombre de Zaziwe para la bebé que significa esperanza. Ese nombre tenía un significado especial para mí, escribió Mandela, durante mis años en prisión la esperanza
nunca me abandonó, y ahora nunca lo haría. Él creía que esta nueva niña podía formar parte de una nueva Sudáfrica y para ella el apartheid sería parte de la historia. En 1980, se les permitió a los prisioneros leer algunos prisioneros. Sin embargo, los oficiales de la prisión leía primero los periódicos y cortaban aquella historias que no querían que los prisioneros vieran, incluyendo noticias de la campaña Liberad a Mandela. El líder de la CNA, Oliver Tambo, que continuaba viviendo fuera de Sudáfrica comenzó esta campaña. Un periódico sudafricano publicó el artículo ¡Liberad a Mandela! y fotografías en las que colgaban fotos de Mandela en ciudades de todo el mundo como Londres. Habían pasado veinte años desde la masacre en Sharpeville y Zindzi Mandela dijo en una concentración de estudiantes: Yo no he unido a vosotros como una hija que pide la liberación de su padre. Me he unido a una generación que nunca ha conocido lo que es la vida normal. Las Naciones Unidas también hicieron una petición a Sudáfrica de que liberara a Mandela y a los otros presos políticos. Un día de marzo de 1982 la dijeron a Mandela que recogiera sus cosas: se iba de la isla. Sin tiempo a decirle adiós a sus compañeros durante dieciocho años. A Mandela, Walter sisulu, Raymond Mhlaba y Andrew Mlangeni los llevaron en un barco a Ciudad del Cabo. No tenían ni idea de adónde los llevaban. Mandela miró hacia atrás, hacia la isla, mientras el sol se ponía. No era un lugar que le gustara, era un lugar que conocía. Le preocupaba si lo volvería a ver otra vez. Sacaron a los prisioneros del barco y los llevaron en coches a la prisión de Pollsmoor, a algunos kilómetros de Ciudad del Cabo, allí se les unió unos meses más tarde Ahmed Kathrada. La prisión de Pollsmoor era una cárcel moderna. Mandela junto a los otros eran los únicos presos políticos. Les dieron una gran habitación para compartir en la tercera planta con camas de verdad y cuartos de baño separados. En el techo tenía una gran terraza al aire libre en la que podían hablar durante el día. Mandela pronto empezó a hacer un huerto en el que trabajaba cada día. Cultivó verduras que le daba a los cocineros y a los guardias de la prisión. A pesar de que las condiciones en Pollsmoor eran mucho mejores que a las de Robben Island y les daban mejor comida, era un mundo sin árboles. Habían perdido sus propias celdas, sus otros compañeros y el mar y las aves de Robben Island. En mayo de 1984 Winnie lo visitó en Pollsmoor, el guardia la llevó hasta la sal de visitas donde Mandela la estaba esperando. No había ningún vidrio entre ellos. Por primera vez en veintiún años, Mandela podía besar a su esposa y abrazarla con sus brazos. 8. CAMINANDO HACIA LA LIBERTAD (1985-1994) Mandela y los otros hombres estuvieron durante más de veinte años en la cárcel y muchos de sus amigos ahora están muertos. Bram Fischer enfermó cuando estaba en prisión, lo liberaron en 1975 y murió poco después. Robert Sobukwe murió en 1975 a la temprano edad de 54 años. Griffiths Mxenge, un abogado que formaba parte de la campaña Liberad a Mandela, fue asesinado en 1981. En 1982, Ruth First (la esposa de Joe Slovo) murió por una bomba en
Maputo, Mozambique, donde ella estaba viviendo. Joe Gqabi, que había estado en prisión en Robben Island durante muchos años con Mandela, también fue asesinado en 1981. Había más y más violencia en Sudáfrica. El sabotaje de la MK en las línea de tren y las oficinas de apartheid habían incrementado su número. El gobierno sugirió un parlamento separado para los indios y los mestizos, pero más del 80% de los votos de los indios y los mestizos fueron votos nulos en estas elecciones. Las opiniones en contra del apartheid en todo el mundo iban aumentando. En 1984, al arzobispo Desmond Tutu, el famoso líder de la iglesia sudafricana, se le dio el Premio Nobel de la Paz. El arzobispo Tutu nació en Transvaal en 1931, el hijo de un profesor. En 1975 comenzó a hablar en contra del apartheid cuando se convirtió en el primer líder africano del Consejo de las Iglesias de Sudáfrica. Pedía la igualdad de derechos para todo el mundo y las protestas sin violencia por los sudafricanos negros. Les pedía a otros gobiernos que no compraran nada de Sudáfrica, así forzarían al gobierno al cambio. En EE.UU., Jesse Jackson y otros líderes blancos hablaron en contra del sistema del apartheid. Edward Kennedy, el hermano de John F. Kennedy, fue a Sudáfrica a conocer a Winnie Mandela en Brandfort (aunque no le estaba permitido ir a visitar él mismo a Mandela). Pero el Ministro de Justicia Kobie Coetsee permitió a Lord Bethell (miembro del Parlamento Europeo) y al profesor Dash (un conocido abogado americano) visitar a Mandela en prisión, con la misión de probarle al mundo entero que Mandela tenía un buen estado de salud. Mandela les dijo a ambos visitantes que él quería un país con libertad e igualdad, donde existiera el sufragio universal. Les explicó que si el gobierno cambiaba, la CNA dejaría de usar la violencia. Después de volver a Europa, Lord Berthell les pidió a los gobiernos europeos que persuadieran al gobierno africano para que liberaran a Mandela. En enero de 1985, el presidente P.W. Botha se puso de pie ante el parlamento y le ofreció a Mandela la libertad si dejaba de usar la violencia. Mandela escuchó esto en la radio e inmediatamente respondió. Cuando W innie lo visitó le entregó a ella el discurso que había escrito y su hija Zindzi lo leyó ante todo el público que se hallaba en el estadio de Soweto. Por primera vez, después de más de veinte años la gente de Sudáfrica estuchaba palabras de Mandela. Soy miembro del Congreso Nacional Africano, comenzó. Siempre he sido miembro del Congreso Nacional Africano y seguiré siendo miembro hasta que muera. Él le ofrecía al presidente Botha que dejarían la violencia si le ponían fin al apartheid y no aceptaría su libertad como sí le había ofrecido el presidente. ¿Cómo podría él ser libre si la organización del pueblo, la CNA, estaba prohibida? ¿Cómo podría estar libre si él, ni nadie más, no tenían un pase? Él se negaba a hacer promeses. Sus palabras finales para el pueblo fueron:Vuestra libertad y la mía no se puede separar. Volveré. Un año después, mientras Mandela estaba enfermo en el hospital, Kobie Coetsee (1931-2000), quien parecía ser un nuevo tipo de líder afrikáner, fue a visitarlo. Desde el principio Coetsee lo había visto como el futuro presidente. Aunque Mandela era un prisionero, y vestía ropas de
hospital, él era un líder natural y lleno de dignidad. Desde ese momento, él quiso que todos supieran que él era valioso. Pero cuando Mandela volvió a la prisión de Pollsmoor, lo pusieron en otro lugar diferente de la prisión. Mandela les protestaba a los oficiales porque su nueva celda era oscura y fría. Si Mandela quería ver a los otros presos políticos tenía que pedir cita y los veía en la sala de visitas, donde los guardias escuchaban sus conversaciones. A principios de 1986, un grupo de importantes líderes mundiales, liderados por el general Obasanjo de Nigeria y Malcolm Fraser de Australia que llegaron a Sudáfrica para contarles a sus gobiernos la situación del país. Por primera vez desde 1964, Mandela se puso un traje en lugar de su uniforme de prisionero. Kobie Coetsee se unió a la reunión entre Mandela y el grupo. Mandela le dijo que el tiempo de negociar había llegado. Sin embargo, un día antes de que el grupo fuera a ver a Mandela por segunda vez, el presidente Botha ordenó que cayeran bombas sobre los soldados de la CNA en Botswana, Zambia y Zimbawe. El grupo se fue de Sudáfrica in mediatamente, pero Mandela comenzó a tener conversaciones secretas con Kobie Coetsee. La violencia en Sudáfrica iba cada vez a peor. En los años 80, Sudáfrica tenía el índice de asesinatos más alto del mundo. Casas multitudinarias y batustanes causaron la muerte de muchos africanos por serias enfermedades. Por ejemplo, en la década de los ochenta, el 70% de los enfermos de tuberculosis (una enfermedad mortal traída a Sudáfrica hacía más de 100 años de Europa) eran africanos y, sólo el 1% eran blancos. En los ochenta había un doctor por cada 300 blancos. Para los africanos la situación era muy diferente: había un doctor para cada 90.000 personas. En julio de 1988, el septuagésimo cumpleaños de Mandela fue recordado por todo el mundo con más llamadas de libertad. Pero eran tiempos difíciles para Mandela. Supo que su casa en Orlando occidental había sido quemada. Muchas viejas fotos y otras valiosas, cosas personales se habían quemado. Una multitud de 80.000 personas en Soweto dio la bienvenida los prisioneros que habían vuelto a casa. Cantaron el himno prohibido de la CNA, Nkosi Sikelel iAfrika.
En febrero de 1990, el presidente de Klerk dijo en el parlamento que las prohibiciones de la CNA, la CPA y el Partido Comunista iban a acabar y los presos políticos iban a ser liberados. Al fin había llegado el tiempo de negociación. El 10 de febrero, llevaron a Mandela a su cita con el presidente de Klerk que le había dicho que iba a ser liberado el siguiente día. Mandela llamó por teléfono a Winnie ya Walter Sisulu a Johannesburgo e, inmediatamente, tomaron un vuelo a Ciudad del Cabo. Mandela pudo dormir unas pocas horas esa noche. El 11 de febrero de 1990, mientras el mundo entero lo veía por sus televisiones, Mandela caminaba con dignidad hacia la puerta de la prisión Victor Verster. Él era alto, guapo y parecía más joven de lo que era a sus setenta y un años. Sonreía a la multitud mientras caminaba hacia la libertad. Mientras que al final caminaba a través de esas puertas y me metía en un coche al otro lado, escribió más tarde, Siento, incluso a la edad de setenta y un años, que mi vida está empezando de nuevo. Sus días en la cárcel habían acabado.
Mandela fue en coche con Winnie al ayuntamiento de Ciudad del Cabo. La multitud era tan grande que al principio no podían salir del coche. Cuando estaba de pie ante la multitud, levantó sus manos y dijo: Amandla! Amandla! Le dijo a la multitud que el apartheid no tenía futuro en Sudáfrica y que los diálogos entre el gobierno y la CNA habían empezado: Por lo tanto, colocó mi vida en sus manos, le dijo a la multitud. Mandela pasó su primera noche de libertad en cada del arzobispo Tutu en Ciudad del Cabo y, unos días después, tomó un vuelo a Johannesburgo. Miles de personas rodeaban su casa en Orlando Occidental, así que fueron al Estadio Soweto en helicóptero. Le dijo a la multitud que su vuelta Soweto llenaba su corazón de felicidad, pero también sentía una profunda tristeza porque el sufrimiento a causa del apartheid no había terminado. Pero el apartheid pronto terminaría y la violencia en las ciudades también debía hacerlo. Esa noche, Mandela volvió al número 8115 de Orlando Occidental. La gente cantaba y bailaba de felicidad porque Mandela había vuelto a su casa. La casa de cuatro habitaciones había sido reconstruida después del incendio y, por lo menos, Mandela sabía que sus días en la cárcel habían terminado. Poco después fue liberado, Mandela viajó a Lusaka, Zambia, para hablar con los líderes del CNA y, después, viajaría a otros países de África. Fue a Estocolmo a visitar a Oliver Tambo que estaba gravemente enfermo. (Tambo volvió a Sudáfrica poco después, murió en 1993.) Al volver a Sudáfrica, Mandela estuvo hablando con el líder de los Zulu, el jefe Buthelezi, osbre la violencia entre los Inkahta, un grupo del pueblo Zulu, y los miembros de la CNA. Pero, a pesar de los diálogos, la violencia continuó. Mandela viajó por todo el país y la gente decía que la policía estaba involucrada en la violencia. Mandela se reunió con el presidente de Klerk y le pidió que hiciera más paradas a la violencia. Los líderes de la CNA continuaron en las negociaciones con el gobierno sobre cómo crear una nueva Sudáfrica. Las dificultades políticas a las que se enfrentó Mandela estuvieron unidas a las personales. Winnie Mandela, después de muchos años de sufrimiento en Brandford, había vuelto a Johannesburgo en 1984. Ella se había convertido en la líder de un grupo de jóvenes llamado Fútbol Club Mandela United, que se había involucrado más y más en la violencia. En 1989 muchos de estos jóvenes estuvieron involucrados en el asesinato de un chico de catorce años, Stompie Seipei. Los líderes de la CNA intentaron evitar que Winnie se involucrara más con la violencia, pero ella se negó a escucharlos. Después de ser liberado, Mandela descubrió que su esposa se había enamorado de un joven abogado. En abril de 1992, con Walter Sisulu y Oliver Tambo a su lado, Mandela anunció que se iba a separar de su esposa. Su amor hacia Winnie y el de ella hacia él le habían ayudado a sobrevivir a los muchos años de cárcel. No culpaba a su esposa. Él la había amado dentro y fuera de prisión desde el primer momento en que la vio. Le pidió a la gente que entendieran la etapa de dolor que él estaba atravesando. Mandela se dio cuenta que la lucha por la libertad lo habían hecho alejarse de su familia. A finales de 1993, Nelson Mandela y el presidente de Klerk recibieron el Premio Nobel de la Paz por su trabajo por la paz en Sudáfrica. Mandela habló de su sueño sobre una nueva
Sudáfrica. Después, habló sobre el presidente de Klerk. El presidente, dijo, aceptó la terrible verdad del sufrimiento que había causado el apartheid y se dio cuenta que el gobierno necesitaba negociar. Desués, dijo de Klerk, que aunque Mandela había cometido errores, la mayoría de los sudafricanos creían en él como un líder porque conocía el miedo y las esperanzas de la nación. El viaje hacia la libertad no fue fácil y la violencia continuaba, pero el 27 de abril de 1994, tuvieron lugar las primeras elecciones con sufragio universal. Entre los que votaban por primera vez en su vida se encontraba la esposa del ganador del Premio Nobel de la Paz, el jefe Luthuli (murió en 1967). La violencia paró y algunas personas hicieron fila durante ocho horas para poder votar. Una mujer dijo: He estado esperando durante cuarenta y seis años. No me importa esperar un poco más. Llevó muchos días el recuento de los votos. La CNA recibió cerca del 63% de los votos, ganando así 252 de los 400 escaños del parlamento nacional. ¡Libres al fin! Este es el momento de sanar viejas heridas y comenzar una nueva Sudáfrica, dijo Mandela. El 10 de mayo, en un caluroso otoño en Pretoria, Mandela se convirtió en presidente de Sudáfrica, con su hija Zeni a su lado. Prometió obedecer las leyes de la nueva Sudáfrica y entregarse a sí mismo por el pueblo sudafricano. Alrededor de sesenta líderes mundiales estuvieron allí, incluyendo Nyerere de Tanzania y Kaunda de Zambia. Boutros Boutros-Ghali de las Naciones Unida estuvo allí, Hillary Clinto y Jesse Jackson de los EE.UU. estuvieron allí. Una multitud de 60.000 cantó el himno nacional: Nkosi Sikelel iAfrika y Die Stem, el himno afrikaans durante los años del apartheid. Los más de trescientos del gobierno blanco habían terminado. La lucha por la libertad había terminado. 9. LA NUEVA SUDÁFRICA (1994-1999) Mandela había recorrido el camino hacia la libertad, pero había otros viajes detrás de él. Aún no hemos dado el último paso de nuestro viaje, escribió, pero sí el primer paso en un camino mucho más largo y difícil. Mientras Mandela fue presidente hizo muchos viajes difíciles, a menudo más difíciles que otros. El nuevo gobierno mostraba la visión de Mandela de una nueva Sudáfrica, donde todos los colectivos nacionales tenían participación, blancos y negros sudafricanos, indios, mestizos, comunistas, y otros grupos políticos. Era un nuevo tipo de gobierno que ningún otro país había intentado poner en práctica. Katharada y Mlangeni, viejos amigos de Mandela de Robben Island, fueron elegidos para el nuevo parlamento. Entre los nuevos ministros estaban el jefe Butheleze, Ministro del Interior. Mac Maharaj, fue prisionero de Robben Island durante muchos años con Mandela, se convirtió en el Ministro de Transporte. Abdullah Omar, uno de los abogados que habían visitado a los presos políticos de Robben Island, se convirtió en el Ministro de Justicia. Fikile Bam se convirtió en Juez Presidente de la Corte de Reclamaciones de Tierras en 1995. Los miembros del gobierno de Mandela tenían un duro trabajo: cambiar el sistema de gobierno sin tocar los negocios exteriores del país. La gente de todo el mundo quería que
Mandela fuera y los visitara, él viajó a muchos países a reuniones de gobierno y económicas. En sus visitas solía hablar de negocios y pedía que cooperaran con el nuevo gobierno de Sudáfrica. En 1995 Mandela viajó a la India, Japón, Rusia, China, Francia, Nueva Zelanda y EE.UU. Mandela también trabajaba por la paz de África, viajó a Tanzania, Lesotho, Botswana, Uganda, Libia y Mozambique. Jessie Duarte, fue la secretaria de Mandela durante su época presidencia, viajaba con él y se daba cuenta de que a él siempre le sorprendía que la gente lo conociera. A veces ella se asustaba por las grandes multitudes que lo rodeaban. También era difícil, decía ella, porque nunca podía dar un paseo en privado. Mandela resolvía este problema levantándose muy temprano para dar un largo paseo a las 5 a.m. Mientras el nuevo gobierno trabajaba, la violencia en Sudáfrica iba disminuyendo. Mandela quería reconocer la historia de las diferentes gentes de Sudáfrica y conducirlos a todos a una vida pacífica. No pasó mucho tiempo hasta que todos los sudafricanos quisieron a Mandela a causa de la dignidad y el amor que él mostraba a todo el mundo. La mayoría de las veces Mandela se negaba a vestir trajes, en su lugar, él prefería vestir camisas brillantes que se hicieron conocer en Sudáfrica como las camisas Madibas. Quiero estar cómodo, decía. Quiero vestirme como un hombre que está viviendo en África porque allí es donde vivo. En 1990 Sudáfrica necesitaba alrededor de 1,3 millones de casa nuevas, mas en el año 1992 sólo se habían construido 50.000 casas. El nuevo gobierno usó el gobierno para las casa de las personas más pobres, pero esto ocurrió muy lentamente. El gobierno de la CNA planeó construir un millón en cinco años con agua potable a menos de 200m de cada casa y llevar electricidad a todos los colegios y hospitales en dos años. Durante el año 1994, el gobierno llevó la electricidad a más de 250.000 hogares. En 1995, más de 7.000 miembros de la MK se unieron al ejército sudafricano. El gobierno también les dio el derecho a todos los sudafricanos de poseer su propio terreno y planeó devolverle a cada persona los terrenos que habían perdido a causa de las leyes del apartheid. El gobierno sudafricano quería que la gente hablara del sufrimiento que tuvieron que vivir bajo el régimen del apartheid. En 1995 Mandela escogió al arzobispo Desmond Tutu para que investigara los crímenes del apartheid. Durante dos años el arzobispo Tutu y la Comisión de la Verdad y la Reconciliación habían escuchado a más de 20.000 hablar sobre la tortura de la policía y las terribles cosas que ocurrieron durante los años del apartheid. Por ejemplo, la policía le contó a la comisión como habían golpeado a Steve Biko antes de morir en 1977. Los oficiales del apartheid le contaron a la comisión que Botha estuvo de acuerdo en poner la bomba que explotó en la oficina central de las iglesias sudafricanas en 1988. F.W. de Klerk fue uno de los pocos líderes políticos que habló de lo que había ocurrido mientras él fue presidente. Se presentó ante la comisión en agosto de 1996 y pidió perdón por el dolor y el sufrimiento causado por el Partido Nacional. Pero, se negó a responder las preguntas sobre las bombas que se colocaron a los grupos negros en la década de los ochenta. Nelson Mandela creó su Fundación de los Niños en 1995 después de conocer a los niños de las calles de Ciudad del Cabo. Él recordaba: Íbamos conduciendo de vuelta a la casa presidencial
en Ciudad del Cabo en una fría tarde de invierno cuando vi un grupo de niños callejeros. Nos paramos a hablar con ellos. Me preguntaron por qué los quería. Mandela se sorprendió por su pregunta, pero los niños los niños le dijeron que sabían que él los quería porque cada vez que conseguía dinero del extranjero él lo usaba para ayudarlos. Mandela creó la Fundación de los Niños para ayudar a los niños de Sudáfrica y prometió entregar una tercera parte de su dinero a la Fundación y usó sus visitas a países en el extranjero para crear la Fundación de los Niños en Londres, Nueva York y Toronto. Entre 1996 y 1998, 36 millones de randas (un valor de 6,5 millones de dólares americanos) se recolectó para ayudar a miles de niños. La pasión de Mandela por los deportes continuó mientras fue presidente. Durante la mayoría de los años del apartheid, los equipos sudafricanos no podían jugar contra otros países, pero desde 1994, se demostró que el deporte era lo suficientemente fuerte para curar viejas heridas. Cuando los Springboks (el equipo sudafricano de rugby) ganó el mundial de rugby en Johannesburgo en 1995, Nelson Mandela se colocó la camiseta con el dorsal número seis del capitán, François Pienaar, un afrikaaner blanco, le estrechó la manó a Pienaar cuando le dio la Copa. Más tarde, Mandela dijo que ese había sido uno de los momentos más felices de su vida, cuando Sudáfrica ganaba como una sola nación. Mandela le dijo al capitán del equipo, Gracias por haber hecho tanto por Sudáfrica. Y Pienaar le respondió, Gracias por lo que usted ha hecho. En un momento generoso, los cuatrocientos años de sufrimiento y amargura, de repente, parecía que habían desaparecido. Él fútbol es el deporte más popular en Sudáfrica y en 1992, por primera vez en treinta años, se jugó el primer partido internacional en Sudáfrica. La selección nacional Bafana Bafana, Los Chicos, ganó la Copa Africana de Naciones en 1996 en Johannesburgo. Mandela estuvo entre los 90.000 espectadores que vieron la final y entró al campo cuando el equipo levantó la Copa. En 1998 Bafana Bafana jugó el Mundial de Fútbol por primera vez. Y durante cuatro semanas en 2010, Sudáfrica se convertiría en el centro del mundo, mientras equipos de todo el mundo jugarían el Mundial de Fútbol. En 1997, le empezó a entregar más y más responsabilidad política a Thabo Mbeki. Mbeki era el hijo de Govan Mbeki, que estuvo preso en Robben Island con Mandela. Thabo Mbeki se unió a la CNA cuando tenía catorce años y escapó de Sudáfrica en 1942 a los diecinueve años. Fue a la universidad en Inglaterra y trabajó para la CNA en Inglaterra, la Unión Soviética y Zambia. Volvió a Sudáfrica en 1990 y se unió a los líderes de la CNA que estaban negociando con el gobierno del apartheid. Ahora, como Vicepresidente, Mbeki era el segundo líder político más importante después de Mandela. Los años de soledad de Mandela después de la separación con Winnie se acabaron en 1998 cuando se casó con Graça Machel en su octogésimo cumpleaños. Graça Machel estuvo casada con Samora Machel, el presidente de Mozambique, hasta que murió en un accidente aéreo en 1986. El presidente Machel había ayudado a la CNA durante muchos años y Mandela le enviaba mensajes secretos a Graça Machel después de la muerte del presidente Machel. La conoció por primera vez en 1990 cuando visitó Mozambique. En febrero de 1999, Mandela habló por última vez ante el parlamento. Había escuchado que los métodos de su gobierno estaban ayudando a cambiar muchas vidas. El agua había llegado a
las casa de 1,3 millones de sudafricanos y la electricidad al 58% de la población. ¡Podemos y debemos construir el país de nuestros sueños! dijo Mandela. En junio de 1999 nuevamente hubo elecciones en Sudáfrica. La CNA recibió el 66% de los votos y Thabo Mbeki fue elegido presidente. Líderes de más de 130 países vieron cómo el mandato de Mandela se acaba y el nuevo presidente prometía obedecer las leyes de Sudáfrica. Mandela y Mbeki se estrecharon las manos ante toda la multitud. Este era el principio de un nuevo gobierno, dijo Mbeki, pero también era el día de agradecimiento a aquellos que empujaron el país para salir de apartheid. Este fue el momento para Mandela en el que se alejaba de la vida de la nación y disfruta del tiempo junto a sus hijos y nieto. Se mudó a Qunu, Transkei, donde se había construido una casa parecida a la casa de los guardias donde él vivió en la prisión de Victor Verster. El nuevo presidente le hizo una cena de agradecimiento para decirle adiós a Mandela mientras empezaba su nueva vida. Mandela dijo que no sería fácil descansar mientras millones de personas aún seguían siendo pobres, pero a él lo haría feliz saber que la gente trabajaba junta para continuar el trabajo del pasado. Aunque ustedes no me vean tan a menudo como antes, dijo, seguiré entre ustedes y con ustedes mientras entramos en el siglo de África, trabajando juntos para hacer realidad nuestros anhelos de un mundo mejor. 10. UNA VIDA MÁS SILENCIOSA (2000-2005) Sudáfrica se había vuelto popular entre los turistas de todo el mundo y en 2005 más de millón y medio de turistas estuvieron en el país. El lugar más popular entre los turistas sigue siendo la Meseta en Ciudad del Cabo. Por encima de los 1000m de altura, la Meseta es el preciosos hogar de plantas, animales y unas vistas de las playas y el mar con Robben Island no muy lejos. Muchos turistas visitan Robben Island, para ver la celda donde Mandela pasó muchos años y la cantera de cal donde trabajaban los presos. Los turistas también pueden visitar su antigua casa en Soweto, el número 8115 de Orlando Occidental. Johannesburgo ha crecido y Rivonia es ahora parte de la ciudad. Grandes casas se han construido en los campos cercanos a la Granja Lilliesleaf. Cuando fue liberado en 1990, Mandela observaba las silenciosas calles antes de llegar a su casa donde había vivido como el conductor David Motsamayi. La granja ahora se está diseñando para que sea un museo y centro de visitas. Será un lugar para recordar a los líderes que vivieron en Lilliesleaf y mostrar lo importantes que fueron. El centró ayudará a los visitantes a entender de qué iba la lucha. Muchos turistas visitan la costa salvaje de donde Mandela pasó su infancia, con sus verdes colinas y preciosas playas, viajar hasta Qunu, la pequeña aldea donde pasó su infancia y, en la actualidad, pasa muchos meses del año allí. Los sudafricanos están orgullosos de su país y los africanos son más ricos desde 1994. Muchos tienen sus propios negocios, han conseguido trabajo en el gobierno, y tiene hambre de más éxito. El gobierno ha construido cerca de dos millones de casas y en 2005, muchas casa tenían electricidad, la mitad de las casas tenían teléfonos y las compañías sudafricanas de televisión
producían sus propios programas. Pero había miles de africanos que aún seguían sin trabajo y sin tierra y seguían siendo muy pobres. La parte que tuvo Nelson Mandela en la historia de Sudáfrica no terminó cuando se alejó de la vida nacional. Continuó pendiente del sufrimiento de su gente y de su sufrimiento personal. El VIH/SIDA se había convertido en el problema más grande de Sudáfrica, en 2004 alrededor de seis millones de africanos vivían con SIDA. En 2002, Mandela comenzó su trabajo para ayudar a los enfermos de VIH/SIDA. Con su Fundación de los Niños empezó a construir casa para niños que habían perdido a sus padres por culpa del SIDA, ahora mismo la fundación está ayudando a 150.000 de esos niños. En 2003, Mandela comenzó a organizar una campaña musical para los enfermos del VIH/SIDA. Solía usar su número de la prisión, 46664, para llamar a su campaña. Hubo un gran concierto en Ciudad de Cabo en el que Mandela habló ante todo el público. Los cantantes Angelique Kidjo, Baaba Maal (de África Occidental), Beyoncé (de EE.UU.), Bob Geldof, Bono (de Irlanda), Ms Dynamite (de Reino Unido), Ladysmith Black Mambazo, Yvonne Chaka Chaka (de Sudáfrica) y muchos otros artistas estuvieron involucrados en sacar adelante este concierto. Desde entonces, ha habido conciertos en España y Noruega. El dinero de la campaña se usa para programas de cuidados para los enfermos de VIH/SIDA. La campaña también pide a famosos y no famosos ayudar a los enfermos de SIDA. Por ejemplo, mucha gente ayuda al Ikageng Itireleng Aids Ministry (creado por Carol Dyantyi), en Orlando, Soweto. Este centro de cuidado para más de 300 niños que han perdido a sus padres por culpa del SIDA. Mandela tiene amigos en todo el mundo y, muchos de ellos (por ejemplo, Bill Clinton y Will Smith, de EE.UU., y, los futbolistas, Ronaldo y Luis Figo), colaboran en este proyecto. Mandela ha sufrido la muerte de muchos amigos y familiares. En mayo de 2003, Walter Sisulu murió y Mandela habló en su funeral del dolor que él sentía al ver que sus amigos se iban. Desde el primer momento en que nos conocimos, Walter ha sido un amigo y un hermano para mí, dijo. Y terminó con una frase para el público: La lanza de la nación ha caído Cojámosla ahora y construyamos un país con el ejemplo que nos ha dado Walter Sisulu. En abril de 2004, invitaron a Mandela para hablar en el parlamento sobre los diez años de libertad de Sudáfrica. Recordaba la excitación y la felicidad de esos primeros días de libertad. Le pidió a la gente que no olvidaran el terrible pasado del que habían salido, pero que recordaran lo lejos que habían llegado y lo mucho que habían hecho. Sus deseos, dijo Mandela, era que los sudafricanos nunca dejen de creer en el bien. Sudáfrica se había convertido en un ejemplo para muchos y eso mostraba que el bien podría crecer entre los que estaban dispuestos a trabajar con los demás y creer en la bondad de la gente. Mientras Mandela se iba del parlamento, todo el mundo cantaba Rolihlahla Mandela, la libertad está en nuestras manos, muéstranos el camino hacia la libertad de África. Unas semanas después, Mandela decidió pasar más tiempo con su familia y amigos. Quería una vida mucho más silenciosa y descansar de todo su trabajo. En el cumpleaños de Mandela en 2004, toda su familia fue a visitarlo y en la fiesta Winnie y Graça, ambas, lo ayudaron a cortar su pastel de cumpleaños.
Pero la tristeza en su vida aún no había terminado. En enero de 2005, Mandela le dijo al mundo que su hijo, Makgatho, abogado como su padre, había muerto de SIDA a la edad de 44 años. Los hijos de Makgatho se habían quedado sin padres desde que en 2003 murió su madre de sida. Mandela, que había estado meses visitando a su hijo en el hospital, dijo que era importante hablarle a la gente del SIDA. La única manera para hacer que parezca una enfermedad normal como la tuberculosis o el cáncer, siempre es salir y decir que alguien ha muerto por culpa del VIH/SIDA. (En2004, el jefe Buthelezi también dijo que su hijo había muerto de esta enfermedad.) El presidente Mbeki y el arzobispo Desmond Tutu estuvieron entre las miles de personas que fueron al funeral de Makghatho en Qunu. Nada podía esconder el dolor del rostro de Mandela mientras estaba sentado junto a su esposa, hijas y nietos durante el funeral. Llevó una rosa amarilla en la manó durante el funeral. Aún no se había recuperado, pero Mandela seguía aceptando invitaciones. En febrero de 2005, Mandela fue a Londres a la campaña Hagamos Historia la Pobreza. Bob Geldof lo presentó a la multitud en Trafalgar Square, como el presidente del mundo. Mandela sonreía continuamente mientras hablaba a la multitud de 22.000 personas. Le dije a aquellos líderes, no miréis hacia otro lado, ni vaciléis. Reconoced que el mundo está hambriento por las acciones, no por las palabras. Unos mese más tarde, en junio de 2005, casi a la edad de 87 años, Mandela viajó a Tromsø, Noruega, para el concierto 46664. Esto en realidad ha sido un largo viaje desde Johannesburgo, Sudáfrica, a Tromsø, Noruega. Pero estamos encantados de estar aquí. Esta noche, la gente de Tromsø puede ponerse de pie y estar orgullosos, dijo. Le agradeció a la gente de Tromsø por su trabajo. Después dijo, Os habéis convertido en parte de nosotros, por eso, ahora todos sois africanos. Durante más de cincuenta años, el nombre de Nelson Mandela se ha escuchado primero en Sudáfrica y ha atravesado el mundo entero. Mandela pasó casi treinta años en prisión, pero aquellos años no le hicieron daño. En su lugar, lo hicieron más fuerte y paciente, le dieron experiencia en cómo negociar, trabajar con otras personas y escuchar sus problemas. Mandela sigue siendo uno de los grandes líderes del mundo.