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FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO CENTRO ULADECH CAÑETE ASIGNATURA
DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA 1 EL MISTERI O PASCUAL & LOS SACRAMENTOS DE LA INCIACION CRISTIANA DOCENTE PBRO. LIC. GREGORIO TRINIDAD RAMOS
AUTORES RIVERA DEL RISCO; Miriam Lisset NEIRA QUIROZ; Luis Felipe YACTA YACTAYO YO CASTILLO; CASTILL O; Christia Christ ia Re! QUIS"E TE#EDA; Cristia E$is% VALDERRAMA VALDERRAMA LE&N; C%suel% C%suel % RAMOS CA'UANA; Na() CORDOVA CAYC'O; Ste**a) Mila+r%s Mila+ r%s 'UAYTA ANC'ANTE; Aa Ma+%lia Ma+%l ia
CAÑETE- 2016
DEDICATORIA
Conn much Co muchaa grat gratit itud ud a Dios Dios,, crea creado dorr de todas las cosas, el que me ha dado fortaleza para conti continu nuar ar cuan cuando do he esta estado do a punt puntoo de caer; por ello, con mucha mucha humildad dedico dedico este logro a Él.
A mis padres: por su apoyo incondicional, y por las grandes lecciones de vida vida que me han dado hasta el día de hoy.
SUMARIO
I. INTRODUCCIÓN II. EL MISTERIO PASCUAL EN LA VIDA DE ES!S 1. La vida de Jesús en el misterio de la cruz. 2. La vida de Jesús a la luz de la resurreccin.
III , EL MISTERIO PASCUAL EN LA VIDA DE LA IGLESIA IV. EL MISTERIO PASCUAL EN LA VIDA DEL CRISTIANO 1. Misterio pascual y fundamento de la salvación. 2. Misterio pascual y efusión del Espíritu. 3. Misterio pascual y vida sacramental. 4. Misterio pascual y crecimiento espiritual.
V. ES"UEMA DE LOS SACRAMENTOS DE INICIACIÓN CRISTIANA VI. NOCIONES DE LAS CATEGORÍAS FUNDAMENTALES EN TEOLOGÍA SACRAMENTA SACRAME NTAL L VII. LOS SACRAMENTOS DE INICIACIÓN CRISTIANA 1. El autismo nos !ncorpora a "risto y a su !#lesia mediante $l %on del Espíritu 2. La "onfirmación se &rdena a la 'dultez del "ristiano en la !#lesia
3. La Eucaristía
VIII. LA EUCARISTÍA ES EL MEMORIAL DEL SACRIFICIO DE CRISTO# AL "UE LA IGLESIA SE INCORPORA I$. ES!S SE HACE PRESENTE EN LOS DONES DE PAN PAN Y VINO A TRAV%S TRAV%S DE LA TRANSUBSTANCIACIÓN $. NOCIONES DE LAS CATEGORÍAS FUNDAMENTALES EN TEOLOGÍA SACRAMENTAL 1. (acramentos 2. (ím)olo (acramental 3. Memorial 4. *ito
$I. CRISTO AUTOR INSTITUTOR DE LOS SACRAMENTOS $II. II. ESU ESUCR CRIS IST TO# EN LA VISI VISIBI BILI LIDA DAD D DE SU HU HUMA MAN NIDA IDAD# ES SACRAMENTO DE DIOS.
$III. LOS SACRAMENTOS DE CRISTO Y DE LA IGLESIA $IV. LOS SACRAMENTOS SIGNOS DE FE Y DE GRACIA 1. E+presan La ,e %e La !#lesia 2. E+presan La ,e %el (u-eto ue Los *eci)e La (uponen 3. /utren 0 *o)ustecen La ,e %el "reyente
$V. NECESIDAD Y EFICACIA DE LOS SACRAMENTOS $VI. LOS EFECTOS DE LOS SACRAMENTOS 1. La racia (antificante 2. La racia (acramental 3. El "arcter (acramental
$VII. RE"UISITOS PARA ADMINISTRAR LOS SACRAMENTOS $VIII. DISPOSICIONES DISPOSICIONES PARA PARA RECIBIR RECIBIR LOS SACRAMENTOS $I$. DIVERSAS DIMENSIONES DEL SÍMBOLO SACRAMENTAL $$. EL MINISTRO DE LOS SACRAMENTOS $$I. LOS SACRAMENTOS DE INICIACIÓN CRISTIANA $$II $$II.. EL BAUT BAUTIS ISMO MO NO NOS S INCO INCORP RPOR ORA A A CRIS CRISTO TO Y A SU IGLE IGLESI SIA A MEDIANTE EL DON DEL ESPÍRITU 1. /os !ncorpora ' "risto 2. /os !ncorpora ' (u !#lesia 3. Mediante El %on %el Espíritu (anto
$$III. LA L A CONFIRMACIÓN SE ORDENA ORDEN A A LA ADULTE' ADULTE' DEL CRISTIANO EN LA IGLESIA $$IV.DIMENSIÓN ECLESIAL EST( EN LA MISMA LÍNEA "UE LA DIMENSIÓN ECLESIAL DEL BAUTISMO. $$V. LOS EFECTOS DE LA CONFIRMACIÓN 1. Enriuecidos "on na ,uerza Especial 2. 5inculados 5inculados Ms Estrec6amente ' La !#lesia
3. 7ara %ifundir 0 %efender La ,e "omo 5erdaderos 8esti#os %e "risto
$$VI. LA EUCARISTÍA 1. 8iene (u &ri#en En Las "omidas %el Jesús 9istórico: (i#no 0 'nticipación %el anuete %el *eino
!. "iene #u $rigen %n &a 'ltima Cena Antes De #er %ntregado, %n &os (elatos De &as Comidas Con %l (esucitado
$$VII. LA EUCARISTÍA ES EL MEMORIAL DEL SACRIFICIO DE CRISTO# AL "UE LA IGLESIA SE INCORPORA 1. "arcter (acrificial %e La %imensión "ristoló#ica;7ascual %e La Eucaristí a 2.
$$VIII. LA EUCARISTÍA# SACRIFICIO EN EL NT. $$I$.ES!S SE HACE PRESENTE EN LOS DONES DE PAN Y VINO A TRAV%S DE LA TRANSUBSTANCIACIÓN 1. *eal 2. 8ransitoria 0 7ermanente
$$$.EL ORDEN SACERDOTAL $$$I.REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
E L M I S T E R I O P AS C U A L & L O S SACRAMENTOS DE LA INCIACION CRISTIANA "Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda clase de bendiciones espirituales, en los cielos, en Cristo; por cuanto nos ha elegido en él antes de la creación del undo, para ser santos e inaculados en su presencia, en el aor; eligiéndonos de anteano para ser sus hi!os adoptios por edio de Jesucristo, seg#n el benepl$cito de su oluntad, para alaban%a de la gloria de su gracia con la que nos agració en el &ado" '() *,+-./
I.
L
INTRODUCCIÓN
a voz ) MISTERIO PASCUAL) no est* recogida, que sepamos, en ninguno de los diccionarios +í+licos o teolgicos. or otra parte, la #agrada %scritura slo ha+la de )misterio de Dios) -Col !,!, de )misterio de Cristo) -Col /,0; %f 0./; en cuanto a la espiritualidad cristiana, en su refle1in so+re la o+ra
salvífica de 2es3s, ha puesto alternativamente el acento unas veces en la primacía de la cruz, otras veces en la de la resurreccin. &a tradicin de la 4glesia occidental, por diversos motivos, ha su+rayado la funcin de la cruz, siguiendo so+re todo la doctrina soteriolgica de san Anselmo, quien, al presentar la redencin realizada por el 5i6o de Dios hecho hom+re, prescinde por completo del papel de la resurreccin. 7uchas de las rdenes y congregaciones religiosas se han inspirado para su formacin espiritual en la cruz y en la pasin de nuestro #e8or -asionistas, #ociedad de la reciosísima #angre de 2es3s, %stigmatinos, etc. y casi
ninguna en la resurreccin. %n cam+io, en la 9poca inmediatamente anterior y posterior al at. 44, encontramos un florecimiento de las investigaciones so+re la resurreccin, y, tanto en la liturgia como en la vida de la piedad, se ha hecho resaltar casi e1clusivamente la fiesta, la alegría, la vida. ues +ien, est* claro que el misterio pascual, en su integridad, a+raza la muerte y la resurreccin de Cristo, como los dos e1tremos del misterio de Cristo, los momentos culminantes de su misin salvífica y redentora. Durante los tres primeros siglos, los cristianos cele+ra+an una sola fiesta, o sea, la vigilia pascual, durante cincuenta días, conmemorando al mismo tiempo el 6ueves, el viernes, el s*+ado santo, el domingo de ascua, la Ascensin y entecost9s, es decir, el misterio pascual en su fase completa. ara san 2uan, el misterio pascual es la consumacin de la +a6ada del er+o a la carne, y la muerteresurreccin de Cristo constituyen dos momentos o dos etapas de un 3nico acontecimiento, que se condicionan y se interpretan mutuamente. %s raro que el anuncio de la muerte de 2es3s no contenga tam+i9n el de su resurreccin -&c <,//; 7t !=,!. %n las tres solemnes predicciones de la pasin que nos refieren los sinpticos, el programa de la vida de 2es3s se cierra con la resurreccin -7t >=,!>; >?,!!; !@,>? y par.. #i solamente tuvi9ramos el signo de la muerte, el amor se revelaría como don, pero no como vida eterna; la muerte de Cristo seria un testimonio de la )6usticia), pero no una victoria so+re la muerte. %n cam+io, si Cristo hu+iera manifestado slo su poder mesi*nico, el amor de Dios no se ha+ría manifestado en nuestra condicin. Así pues, la muerte y la resurreccin son la epifanía del misterio de Dios en la condicin humana. "ras ha+er presentado la muerte y la resurreccin como las dos caras del mismo misterio de la salvacin, veamos ahora cmo se vivi este misterio en la e1periencia de 2esucristo -44, en la vida de la 4glesia -444 y en la vida del cristiano -4. or otro lado; LOS SACRAMENTOS DE LA INICIACIÓN CRISTIANA son el autismo, la Confirmacin y la %ucaristía. %l autismo nos incorpora a Cristo y a su 4glesia mediante el don del %spíritu #anto. &a Confirmacin se ordena a la adultez del cristiano en la 4glesia y le capacita para su misin en el mundo. &a %ucaristía tiene su origen en las comidas del 2es3s histrico, signo y anticipacin del +anquete del (eino; en la 3ltima Cena cele+rada antes de ser entregado; en los relatos de las comidas con el (esucitado. %s memorial del sacrificio de Cristo, al que la 4glesia es incorporada. 2es3s se hace presente en los dones de pan y vino a trav9s de una conversin que la teología ha denominado transu+stanciacin.
%l tema lo vamos a desarrollar en cinco partes: en la primera parte, se e1ponen las nociones de las categorías fundamentales en la teología sacramental, para luego pasar a una e1plicacin +reve de por qu9 se llaman a estos sacramentos, de iniciacin cristiana. %n la tercera parte, desarrollamos el sacramento del autismo que es el primer sacramento que reci+imos y necesario para reci+ir los dem*s sacramentos. %ste sacramento , por su propia naturaleza, requiere el aca+amiento del sacramento de la Confirmacin y la culminacin con el sacramento de la %ucaristía. %n la cuarta parte, el sacramento de la Confirmacin, que como su misma denominacin indica, confirma el autismo reci+ido. B en la quinta parte, trataremos el sacramento de la %ucaristía, sacramento principal, porque a 9l se refieren, con 9l concluyen y sin 9l no tendrían sentido, los dem*s sacramentos.
II.
EL MISTERIO PASCUAL EN LA VIDA DE ES!S
1. L) V*+) +, , ,/ , M*,*3 +, ) C45 &a vida terrena de 2es3s es el cumplimiento de un programa o de una misin en una dimensin de o+ediencia radical -2n /,0/; ,><: ,0: ,; >!,/<. &a aceptacin sin condiciones con que 9l cumple esta misin le enfrenta primero con la contradiccin y, finalmente, con la oposicin activa -7c 0,. #in em+argo, 2es3s permanece fiel a su misin y se identifica con ella incluso cuando la resistencia a su mensa6e y a su accin se convierte en oposicin a su misma persona y se manifiesta en la supresin violenta -7e >!,=. &a cima de esta e1istencia o+ediencial, que se tradu6o en un sí decisivo a la voluntad del adre, es para Elp !, la muerte en la cruz, esto es, una muerte in6uriosa e infamante. 2es3s camina y llega hasta la muerte en la cruz no por causa de alg3n incidente y mucho menos por un fracaso en su misin, sino dentro de los designios eternos del adre: )A 9ste, entregado conforme al conse6o y previsin divina, lo matasteis, crucific*ndolo por manos de los inicuos) -5e !,!0. %l agente original sigue siendo Dios adre, ya que )todo viene de Dios, que nos reconcili con 9l por medio de Cristo y nos confi el misterio de la reconciliacin) -! Cor ,>. 2es3s es consciente de su destino y desde el principio vive en virtud de la hora; m*s a3n, mide toda su accin seg3n la distancia de esa hora -2n !,/; ?.0@; ,!@; >!,!0; >0,>; >=,0!; >?,>. &a cruz, que 9l no anticipa, cuyo conocimiento de6a al adre -7c >0,0!, es la medida de su e1istencia. redi6o varias
veces a sus discípulos la pasin -7t >=,!>; 7c ,0>; &c <,!! y la necesidad de pasar a trav9s del sufrimiento para llegar a la gloria -&c !/,!=. &a respuesta a los hi6os del Fe+edeo so+re el c*liz y so+re el +autismo que les aguarda+an; la par*+ola de los vi8adores homicidas -&c >!,/<@; algunas circunstancias de su ministerio, como la violacin del s*+ado -7c !,!0! y la acusacin de +lasfemia -7c !,?, manifiestan claramente que 2es3s era consciente de que i+a al encuentro de una muerte cruel y un destino doloroso. ero es necesario se8alar que el lengua6e y el comportamiento de 2es3s no es el de un vidente que descifra un porvenir que est* para desarrollarse en su presencia, sino el de un enviado del adre, consciente de su misin y del resultado que va a o+tener. or consiguiente, su e1istencia no es la anticipacin de la pasin, ya que la )hora) conserva en todas las circunstancias de su e1istencia terrena su aut9ntica temporalidad. rivar a 2es3s de la posi+ilidad de confiarse al destino de Dios y hacerlo avanzar hacia un fin conocido de antemano y distante solamente en el tiempo equivaldría a despo6arlo de su dignidad de hom+re. %l huerto de Getsemaní con el )caer en tierra) -7c >/,0, con su )terror y a+atimiento) -7c >/,00, constituye el comienzo de la verdadera pasin de 2es3s y la entrada del pecado del mundo en la e1istencia corporal, psíquica y personal de nuestro )representante) y mediadorH . %n el huerto de Getsemaní ocurri lo que A+rah*n no tuvo necesidad de hacer con 4saac: Cristo fue a+andonado con a+soluta premeditacin por el adre al destino de la muerte; Dios lo puso en manos de las fuerzas de la corrupcin, lleven 9stas el nom+re de unos individuos o de la misma muerte; lo maldice, lo hace pecado -! Cor ,!>. Así pues, Dios entrega por amor a su 5i6o 3nico -(om ,0!; ! Cor ,!>, y 2es3s asume activamente a su vez con amor nuestros pecados y nuestra maldicin -G*l 0,>0; Col !,>0 en la e6ecucin del 6uicio divino so+re el )pecado). %n efecto, ante el rechazo de su anuncio del reino de Dios, centro de su predicacin y de su o+ra, 2es3s prev9 que de+er* tomar so+re sí el 6uicio de Dios, en el sentido 6udío de la muerte. %s precisamente la concepcin +í+lica de la muerte, entendida como salario del pecado, signo de la re+eldía del hom+re contra Dios y, por tanto, acompa8ada siempre por la separacin del hom+re de Dios, lo que e1plica el miedo de 2es3s ante su muerte física, en contraste, por e6emplo, con la calma que #crates mostr ante la muerte. &a concepcin griega de la muerte veía en ella la li+eracin del alma inmortal y divina de los lazos de la materia mortal y terrena, la salida de la c*rcel del cuerpo para poder llegar a la inmortalidad +ienaventurada. 2es3s siente todo el peso del 6uicio de Dios
contra 4srael, o+6eto de la ira divina, y en 9l el 6uicio contra toda la humanidad, orgullosa y pecadora; ve que so+re su muerte en la cruz, medida original de la fe cristiana y línea divisoria de toda antropología e ideología, se dividir*n los hom+res de todos los tiempos; algunos ver*n en ella el esc*ndalo o la locura y preparar*n así el 6uicio de su propia condenacin, mientras que otros ver*n en ella un don de Dios a los hom+res y anticipar*n el 6uicio de su propia salvacin. 2es3s es el primero en aceptar su propia muerte sin dudar de Dios ni escandalizarse de 9l, sino asegurando incluso a los discípulos que el se8orío de Dios se realizaría plenamente y prometi9ndoles continuar con ellos el +anquete en el reino de los cielos -&c !!,>/>.
2. L) *+) +, , ) ) L45 +, ) R,4,77*8/ &a misin del 5i6o, que viene del adre y ha de volver a 9l, queda sellada por el adre mismo, que e1alta al 5i6o el día de pascua. %ste día, que contiene el acontecimiento m*s decisivo de toda la historia humana, se indica y se representa por medio de categorías 3nicas; en el lengua6e y en la e1periencia humana no e1isten analogías que sirvan para se8alar el misterio de la resurreccin, que es algo muy distinto de la reanimacin de un cad*ver. or otra parte, tanto el comienzo como la conclusin del itinerario terreno del #alvador se realizan en una total ausencia de testigos humanos. &a resurreccin de 2es3s indica el paso de una forma de e1istencia mortal -(m =,>@ a otra forma de e1istencia en la gloria eterna del adre -> e 0,>; es la respuesta de Dios, que declara redentora la muerte de 2es3s, iluminando y dando sentido a la cruz y al sepulcro. 2es3s, a diferencia de David y de cuantos 9l mismo resucit, es preservado de la corrupcin -5e >0,0/, vive para Dios por los siglos de los siglos y tiene las llaves de la muerte y del 5ades -5e >,>?. %l crucificado est* vivo y ha asociado al movimiento de su e1altacin tam+i9n su cuerpo, que se convierte así en un cuerpo que ha sufrido y es glorificado, haciendo posi+le el reconocimiento de la continuidad entre el resucitado y 2es3s de Iazaret. uede decirse, efectivamente, que la cruz documenta la resurreccin. %n el evangelio de &ucas dice 2es3s: )ed mis manos y mis pies. #oy yo mismo) -&c !/,0<; y en el de 2uan: )"rae tu dedo aquí, mira mis manos; trae tu mano y m9tela en mi costado) -2n !@,!?. A pesar de que 2es3s resucita por su propia virtud y se manifiesta a unos testigos elegidos de antemano li+remente, la iniciativa del acontecimiento salvífico se le
atri+uye siempre al adre como la manifestacin m*s conspicua de su poder -)... cu*l es la e1celsa grandeza de su poder para con nosotros, los creyentes, seg3n la fuerza de su poderosa virtud, la que e6erci en Cristo resucit*ndolo de entre los muertos): %f >,>< !@ y de su gloria -)Cristo fue resucitado de entre los muertos por la gloria del adre): (om =,/, y al %spíritu #anto como instrumento de la resurreccin y como canal por el cual se distri+uye su eficacia en la 4glesia y en el cosmos. &a resurreccin supone en Cristo la transfiguracin de siervo doliente en mesías glorioso, que tiene todo poder en el cielo y en la tierra -7t !,> y en todas las riquezas del %spíritu -5e !,00; en #e8or de vivos y de muertos -(m >/,< y principio del cosmos -Col >,>>?; en 5i6o de Dios con poder, que no conoce ya o+st*culos de ning3n g9nero y que supera las leyes de la naturaleza y de la misma razn -> Cor >/; en sacerdote eterno, que est* sentado 6unto al adre e intercede por nosotros con slo su presencia -5e+ <,!/, convertido en principio de salvacin eterna. &a circuncisin de su muerte y resurreccin lo ha e1altado so+re su nacionalidad 6udía y lo ha constituido hom+re universal, so+re el que podr* construirse la 4glesia mundial, cuyos miem+ros no son ya ni 6udíos, ni griegos, ni +*r+aros. 2es3s es el mismo; y, sin em+argo, la li+ertad de que goza le hace distinto. %s el mismo, porque no es slo espíritu, sino que conserva las llagas de su pasin y est* vivo con todo su ser total. %s distinto, porque no est* ya sometido a nuestros condicionamientos y su iniciativa es a+soluta. 2es3s se encuentra con los discípulos y ese encuentro es puro don en la pala+ra y en el signo, en el saludo y en la +endicin, en la invitacin, en la alocucin y en la instruccin, en el consuelo, en la e1altacin y en la misin, en la fundacin de una nueva comunidad. %l encuentro pascual no constituye solamente una alegría pascual pura -2n !@,!>, sino que lleva tam+i9n consigo reproche -&c !/,!; 7c >=,>/, tristeza -2n !>,>?, una mezcla de temor y de alegría -7t !,; &c !/,/>, y, para edro, proyecta en el horizonte de su vida, no slo el servicio, sino tam+i9n el sufrimiento -2n !>,>. A los discípulos, enriquecidos ya ahora con su misin y, so+re todo, con su %spíritu, les confía la tarea de continuar su misma o+ra de salvacin, de predicar el reino de Dios a todas las criaturas. &o que antes de pascua se llama+a seguimiento, se llama ahora, despu9s de pascua, misin a todos los hom+res: )%l apostolado cristiano primitivo no depende de la misin histrica de los discípulos reci+ida del ra+ino de Iazaret, sino que se +asa en las apariciones del resucitado). A trav9s de la muerte y de la resurreccin de Cristo, el mundo ha quedado reconciliado con el adre -Col >,><, y la 4glesia tendr* que continuar esta o+ra de reconciliacin mediante su ministerio de comunin. Aun cuando la gloria de este ministerio se contiene
en los vasos de +arro de una e1istencia llena de de+ilidades y de miserias humanas, rodeada por toda clase de tri+ulaciones y de preocupaciones, e1puesta siempre a la muerte -! Cor /,?>!, sigue en pie el hecho de que el que vive en Cristo, encarnacin de la nueva y eterna alianza, es partícipe de una nueva relacin con Dios. %l que est* animado del espíritu del resucitado tiene la 6usticia de Dios, goza de la paz y armonía entre Dios y el mundo e introduce en el mundo, con su testimonio, m*s a3n que una doctrina, una presencia viva y operante, ya que )la vida de 2es3s se manifiesta tam+i9n en nuestra carne mortal) -! Cor /,>>.
III.
EL MISTERIO PASCUAL EN LA VIDA DE LA IGLESIA
Con el cumplimiento del misterio pascual la 4glesia ha adquirido una nueva vida -(om ,<, un nuevo conocimiento -Elp 0,>@, una nueva moral -(om ?,>=. ero mientras que Cristo se ha convertido ya en vencedor del mundo -2n >=,00 y ha sometido a su dominio a todas las potencias, la 4glesia vive a3n inmersa en el mundo, siendo al mismo tiempo reino de Dios y signo e instrumento de ese reino. Aunque ella es el cuerpo del Cristo glorioso y vive del %spíritu, gime a3n +a6o el peso de una e1istencia mundana y en la fatiga de un camino en la fe, no iluminado completamente todavía por la visin -! Cor ,/. %n la 4glesia, comunidad redimida, siguen a3n las tensiones entre la carne y el pecado, por una parte, y el espíritu y la gracia, por otra; y, aunque sus miem+ros no tienen ya que conformar su conducta con las e1igencias de los elementos del mundo, de hecho permanecen +a6o su tiranía y su influencia mal9fica. 7*s a3n, )desde que el 2es3s histrico venci y fue elevado a #e8or del mundo, est* el cristiano mucho m*s implaca+lemente reclamado por la cruz histrica de Cristo, hecho 6irones entre la posesin anticipada de la ciudadanía celeste -5e+ >!,!! y la e1igencia de iniciar lo que allí est* ya realizado, en un mundo esencialmente desprovisto de las condiciones para lograr tal realizacin y dotado de unos instintos de conservacin que le hacen ponerse a la defensiva contra la irrupcin del (eino escatolgico de Dios). %l tiempo de la 4glesia, tiempo de la paciencia de Dios y del hom+re, tiempo de la cele+racin de la eucaristía hasta que 9l venga -> Cor >>,!=, tiempo del ya y del todavía no, est* colocado entre la resurreccin inicial que la hace nacer a la historia y la resurreccin final que la hace nacer a la eternidad. 7ientras no se afirme la caridad en la
posesin eterna de la vida misma de Dios, ha+r* un estado de vida, lavirginidad, que atestiguar* ante el mundo la presencia del misterio pascual en la 4glesia y la relativizacin de todas las situaciones humanas frente al poder del reino de los cielos. B ha+r* una virtud, la esperanza, que, partiendo de la posesin actual del %spíritu, alimentar* los deseos de li+eracin y de redencin total de la humanidad -(om ,!0. &a 4glesia sufre la falta de plenitud de su resurreccin en Cristo cuando soporta la persecucin de sus miem+ros, incomprendidos en su fe y pisoteados en su dignidad de personas humanas, cuando se ve sometida a la de+ilidad y a la incoherencia en su testimonio de comunidad de salvacin y de amor, cuando sufre la tentacin de un poder am+iguo y se olvida de servir a Dios crucificado. %sta 4glesia, que en su dimensin histrica lleva los contrasignos de las dos condiciones antit9ticas de un destino celestial y de una realidad humana, encuentra el equili+rio entre el des*nimo y el optimismo, entre el cansancio y el arro6o, entre el sufrimiento y el gozo solamente en Cristo, el 3nico que ha alcanzado la identidad de la cruz y de la resurreccin. &a 4glesia se hace realmente lo que ella es cuando se e1propia de su e1istencia y se sumerge en Cristo 2es3s: )Iinguno de vosotros vive para sí, y ninguno muere para si. ues si vivimos, para el #e8or vivimos; y si morimos, para el #e8or morimos. Así que, vivamos o muramos, somos del #e8or. orque por eso muri Cristo y resucit: para reinar so+re muertos y vivos) -(om >/,?<.
IV.
EL MISTERIO PASCUAL
EN LA VIDA DEL
CRISTIANO 1. M*,*3 P)74) 9 F4/+):,/3 +, ) S))7*8/ 2es3s, en su muerte y resurreccin, llev a cumplimiento la o+ra de salvacin que le ha+ía confiado el adre: la redencin humana y la perfecta glorificacin de Dios -D /. %n efecto, )muriendo destruy la muerte y resucitando nos ha devuelto la vida) -#C ? y prefacio pascual del misal romano; uniendo a sí la naturaleza humana y venciendo la muerte con su muerte y resurreccin, ha redimido al hom+re y lo ha transformado en una nueva criatura -G*l =,>; ! Cor .>?; ef &G ?; con su muerte y resurreccin complet en sí los misterios de nuestra salvacin y de la restauracin universal -AG ; en la cruz llev a ca+o la o+ra de la redencin, con lo que adquiri para los seres humanos la salvacin y la verdadera li+ertad -D5 >>. Así pues, el
misterio pascual es el fundamento de la salvacin cristiana, ofrecida a todos los hom+res indistintamente, incluso a los que est*n fuera de los confines 6urídicos de la 4glesia. %n efecto, incluso 9stos, de una manera que Dios conoce, tienen del %spíritu #anto la posi+ilidad de entrar en contacto con 9l -G# !!. &a muerte y la resurreccin forman un +loque completo e insepara+le en la o+ra de amor del adre, del 5i6o y del %spíritu #anto. #on dos aspectos del 3nico acontecimiento salvífico o dos elementos de un solo misterio. %n la #agrada %scritura la salvacin se atri+uye a menudo directamente a la muerte de 2es3s en la cruz -(om 0.!; ,<; G*l !,!@=; %f .!=; "it !,>/; otras veces, a la resurreccin -5e !=,!0; > e>,0; 0,!>, y otras a am+as, como en el te1to de san a+lo: )%l -2es3s fue entregado por nuestros pecados y fue resucitado por nuestra 6ustificacin) -(om /,!. %n el desarrollo del pensamiento paulino so+re el significado de la muerte y resurreccin de Cristo en la historia de la salvacin, se pueden se8alar claramente tres etapas, resumidas en tres te1tos fundamentales. %n > "es .>@, donde la atencin se centra en la parusía, se considera la muerte y resurreccin en sí mismas, es decir, independientemente del influ6o que e6ercen en la vida cristiana. %n ! Cor ,> y (om =,0, que recuerdan cmo la pasin y la resurreccin est*n ya presentes en la vida terrena del +autizado, am+as se hacen historia de la salvacin. %n (om >/.< y /,!, que consideran la resurreccin asociada a la causalidad redentora de la muerte de Cristo, los dos acontecimientos se convierten en fases complementarias de la salvacin. &os padres de $riente consideran la muerte y la resurreccin como concausas de la salvacin. #an 2uan Crisstomo escri+e que )2es3s muri y resucit para que nos hici9ramos 6ustos) -G =@, /=?; y san Cirilo de Ale6andría resume las dos efectos salvíficos en la frase )hemos sido 6ustificados en Cristo) -G ?, >/@. &o mismo piensan los padres latinos, aunque entre ellos se muestra frecuentemente la tendencia a considerar la resurreccin como algo puramente )moral). *stenos recordar a san 5ilario: )Ios ha redimido por medio de su sangre, de su pasin, de su muerte y de su resurreccin. %ste es el alto precio de nuestra vida) -& <,??=; y san Agustín dice: )&o mismo que en su muerte se nos siem+ra, así en su resurreccin germinamos. Con su entrega a la muerte cura el delito; con su resurreccin nos trae la 6usticia) -& 0?, >0!>. %l at. 44 ha situado la cruz, comprendida dentro de la totalidad del misterio pascual, en el centro de la teología y de la moral. ara el concilio, el misterio pascual constituye la cima de la revelacin: )or tanto..., so+re todo con su muerte y gloriosa resurreccin y
con el envío del %spíritu de la verdad, lleva a plenitud toda la revelacin y la confirma con testimonio divino; a sa+er, que Dios est* con nosotros para li+rarnos de las tinie+las del pecado y la muerte, y para hacernos resucitar a una vida eterna) -D /. Cristo en su muerte en la cruz se manifiesta como el siervo de Bahv9 que ama a su pue+lo, como el +uen pastor que ha venido no a ser servido, sino a servir -7t !@,!; 7c >@,/ y dar su vida por sus ove6as -2n >@,>> -&G !?. Desde un punto de vista m*s estrictamente teolgico, se puede ha+lar con santo "om*s de causalidades diversas: la muerte tiene una causalidad meritoria, redentora, reparadora, sacrificial; la resurreccin tiene slo una causalidad instrumental, intencional ad modum signi: la resurreccin física de Cristo, sacramento primordial de salvacin, es en su fieri un gran sacramento, cele+rado una vez para siempre, que significa -en virtud de la humanidad y produce eficazmente -en virtud de la divinidad nuestra resurreccin espiritual y tam+i9n nuestra resurreccin física del cuerpo en la escatología. )%n razn de la eficacia que depende de la virtud divina escri+e el doctor ang9lico, tanto la muerte de Cristo como 6untamente con ella la resurreccin son causa no slo de la destruccin de la muerte, sino de la reparacin de la vida. ero en razn de la e6emplaridad la muerte de Cristo, por la cual se separ de la vida mortal, es causa de la destruccin de nuestra muerte; la resurreccin, en cam+io, mediante la cual comenz su vida celestial, es causa de la reparacin de nuestra vida. &a pasin de Cristo es, adem*s, causa meritoria).
2. M*,*3 P)74) 9 E;4*8/ +, E<=*4 Durante su e1istencia terrena 2es3s estuvo presente entre los hom+res; pero, como un peque8o grano solitario, permaneci e1tra8o a todos ellos, incluso a su propio am+iente, llevando como nosotros una e1istencia en la carne, cerrada por completo en sí misma en la autonomía de su de+ilidad. %n el misterio de la pascua 9l muri a la carne y a sus limitaciones y vive en el %spíritu, que es fuerza divina, apertura infinita y efusin total. %l grano se convirti en espiga granada que se do+la por el peso de su fecundidad. De esta nueva e1istencia es principio el %spíritu, que lo resucit de entre los muertos y que ha+ía sido el signo de su santidad filial y de su misin: )#o+re el que veas descender y posarse el %spíritu, 9se es el que +autiza en el %spíritu #anto. B yo lo vi y he dado testimonio de que 9ste es el 5i6o de Dios) -2n >,00. B es ese mismo %spíritu el que 2es3s da a los apstoles el día de su resurreccin: )(eci+id el %spíritu #anto) -2n !@.!!, uniendo a ese don la comunicacin de su santidad y la transmisin de su misin y de su
poder. ara los apstoles, como para 2es3s, el principio vital no es ya la psich9 en su de+ilidad, sino el pneuma en su poder. Al comienzo de la e1istencia carnal est* el soplo vital que transforma al primer Ad*n en un ser viviente -Gen !,?; al comienzo de la nueva e1istencia hay una nueva accin del %spíritu, que transforma el cuerpo de Cristo resucitado en verdadero espíritu vivificante -> Cor >,/. #e contraponen dos humanidades: la de nuestra vida terrena y la de la resurreccin gloriosa. &a primera se relaciona con la creacin de Ad*n, la segunda con la accin del %spíritu so+re el segundo Ad*n, convertido en principio y prototipo de la nueva estirpe; humana; en un ser celestial, que vive de la vida del %spíritu. %l %spíritu que se adue8a de Cristo, resucitado por nosotros, por nuestra 6ustificacin, produce tam+i9n en el cristiano una nueva e1istencia, ya que todos los que se encuentran en 2es3s han resucitado en 9l. "am+i9n al cristiano se le ha destinado el %spíritu de la resurreccin, que act3a al mismo tiempo en Cristo y en nosotros. Desde ahora: el %spíritu nos transforma y desde ahora es en nosotros santidad, poder y gloria al mismo tiempo, como el día de la resurreccin. Él nos hace li+res de toda esclavitud, incluida la de cualquier tipo de ley moral que no sea la de la nueva vida, y nos capacita para acciones y manifestaciones carism*ticas que desafían las leyes naturales y de la misma razn; -> Cor >/. &os que son movidos por el %spíritu ya no est*n realmente +a6o la &ey -G*l ,>, pues el %spíritu es el principio de la moral de los 3ltimos tiempos, regida por el misterio pascual, es decir, por una ley de sacrificio durante toda la vida. %sta nueva ley regula la actividad moral, de acuerdo con el paso verificado en el fiel del dominio de la carne al del espíritu -(om ,!; Col 0,>. &a vida cristiana se presenta como una muerte y una novedad; es renuncia a los vicios que caracterizan al hom+re carnal, el li+ertina6e, la idolatría, el odio; y es entregarse a la 6usticia, a la +ondad, a la pureza -G*l ,><!0. )&os que son de Cristo crucificaron la carne con las pasiones y concupiscencias. #i vivimos en espíritu, en espíritu tam+i9n caminemos) -G*l ,!/!. %l ideal moral al que tienden los fieles no es el de la sa+iduría o el de la mística griega, que encuentra su 3ltima perfeccin en la gnosis divina, ni consiste en la pr*ctica heroica de las virtudes humanas; aunque poseyera toda la gnosis y todas las virtudes heroicas, el fiel no sería todavía nada -> Cor >0,>0. %l ideal tampoco consiste ya en la 6usticia conferida por la ley. %l ideal es Cristo muerto y resucitado, fundamento de la 3nica 6usticia, la de la 6ustificacin de la vida -(om ,>, y la participacin del %spíritu de amor que anima a Cristo. or otra parte, la cruz
proclama que no es el hom+re el que construye la caridad, con sus decisiones y con sus planes, sino que es la caridad de Cristo la que construye al hom+re nuevo.
>. M*,*3 P)74) 9 V*+) S)7):,/) "oda la vida sacramental del cristiano es un recuerdo del misterio pascual, ya que, seg3n el at. 44, casi todos los acontecimientos de la vida de los fíeles +ien dispuestos son santificados por medio de la gracia divina que fluye del misterio pascual, de la pasin, muerte y resurreccin de Cristo, de donde o+tienen su eficacia todos los sacramentos y sacramentales -#C ?>. &a relacin de los sacramentos con el misterio pascual y con el sacrificio se deduce tam+i9n de las ense8anzas del concilio, cuando invita a conferir la confirmacin en el curso de la misa -#C ?>, cuando dispone que el matrimonio se cele+re ha+itualmente dentro de la misa -#C ? y ala+a la pr*ctica de emitir tam+i9n durante la misa la profesin religiosa -#C @. &a 4glesia, identificada con Cristo, encuentra la salvacin en la resurreccin, porque es incorporada al #alvador no en un instante cualquiera de su e1istencia, en el9n, en Iazaret, por los caminos de alestina, ni tampoco en una e1istencia celestial posterior al acto redentor, sino porque se le une en el acto mismo de la redencin; es el cuerpo de Cristo en un instante concreto y ya eterno, en el instante en que se cumple la redencin, en el instante de la muerte en la cruz, en que Cristo es glorificado por el adre. %l que vive en Cristo lleva una e1istencia pascual, recorre el camino hacia el adre que 2es3s a+ri en la cruz, en su carne -5e+ >@,!@. %l comienzo de este camino de salvacin, de este vado ad atrem cristiano, es el +autismo. %l +autismo introduce en el misterio de la redencin al fiel, que permanece en 9l de modo esta+le y no cesa de cele+rar su unin con Cristo en la muerte y en la glorificacin hasta el día en que se complete cuando se duerma con Cristo en la muerte -! "im !,>> y resucite con 9l en el día final -(om =,. #eg3n el rito antiguo del +autismo, sumergirse en el agua era morir y ser sepultado con Cristo, morir al hom+re vie6o, a los vicios y a las concupiscencias. #alir del agua era resucitar con Cristo. or eso san a+lo escri+e a los fieles de (oma que )fuimos sepultados 6untamente con 9l por el +autismo en la muerte, para que como Cristo fue resucitado de entre los muertos por la gloria del adre, así tam+i9n nosotros caminemos en nueva vida) -(om =,/; cf %f !,; Col 0,>; ! "im !,>>. #an Cirilo de 2erusal9n escri+ía a sus fieles: )Cuando os sumergisteis en el agua esta+ais en la noche y no visteis nada, mientras que al salir del agua os encontrasteis como en
plena luz. %n el mismo acto moríais y nacíais: este agua saluda+le era para vosotros al mismo tiempo sepultura y madre) -G 00, >@@c. &a vida del cristiano es un desarrollo del +autismo y del sacerdocio universal reci+ido en 9l. &os +autizados tienen que )anunciar el poder de aquel que los llam de las tinie+las a su admira+le luz) -cf > e !,/>@. or ello todos los discípulos de Cristo, perseverando en la oracin y ala+ando 6untos a Dios -5e !,/!/?, ofr9zcanse a sí mismos como hostia viva, santa y grata a Dios -(om >!,>, y den testimonio por doquiera de Cristo, y a quienes lo pidan, den tam+i9n razn de la esperanza de la vida eterna que hay en ellos -> e 0,>) -&G >@. %ste nuevo principio de vida redimida est*, sin em+argo, encerrado en una naturaleza da8ada por el pecado y sometida a la incoherencia y a la de+ilidad de la carne. or eso se nos ha asegurado un alimento, que es el cuerpo de Cristo en su acto redentor: )"omad y comed; 9ste es mi cuerpo que se entrega por vosotros). "am+i9n la eucaristía es un sacramento que nos hace entrar en contacto con la muerte y la resurreccin, en cuanto que une al fiel con la muerte de Cristo, asoci*ndolo a su resurreccin. &as pala+ras de la institucin la enlazan con la cruz; el rito de la fraccin del pan la acerca a la resurreccin. &a fraccin del pan prolonga en la intimidad del +anquete de los discípulos la e1periencia de la presencia de Cristo glorificado, mientras que la cena y su conmemoracin se presentan ante todo como el +anquete sacrificial de la cruz. #an 4gnacio define la eucaristía como )la carne... que sufri por nuestros pecados y que el adre ha resucitado por su +ondad) -Ad #myrn, ?,>. &os elementos mismos de la eucaristía significan en cierto modo la simultaneidad y la implicacin recíproca de la muerte y de la resurreccin. %l cuerpo y la sangre, en las pala+ras de 2es3s: )%sto es mi cuerpo..., 9sta es mi sangre), en cuanto sím+olo de unos elementos separados, son un signo de la inmolacin y, por tanto, de la muerte. ero son al mismo tiempo una comida y una +e+ida, es decir, un principio de vida. Antes incluso de ser memoria del sacrificio y de la muerte, son en sí mismos un alimento, un medio de crecimiento y, en consecuencia, un signo de la vida y de la continuacin de esa vida. &a eucaristía es un +anquete sacrificial. &os alimentos que esta comida sacrificial produce so+re todo en la 4glesia son diversos. %n primer lugar, cimenta la unidad de la 4glesia, la comunidad mesi*nica de la nueva alianza -&c !!,!@; > Cor >>,!, ya que todo +anquete sacrificial esta+lece unos vínculos indisolu+les entre los comensales, lo mismo que la cena del cordero se8ala+a en otros tiempos la unidad del pue+lo de Dios -%1 >!,/0/. &os fieles que comen el 3nico pan, que es el cuerpo de Cristo, forman un solo cuerpo, es
decir, el cuerpo de Cristo. Adem*s, este +anquete introduce la plenitud del sacrificio de Cristo en el cuerpo terreno, la 4glesia, que ofrece tantos sacrificios en su historia cotidiana de lucha y de sufrimiento para hacer que triunfe la verdad y el amor. Einalmente, la comida sacrificial eucarística, en cuanto festín final de los tiempos, produce la parusía, es decir, realiza la presencia de Cristo que 6uzga a los hom+res y purifica de todas las escorias del mal los elementos de verdad y de gracia presentes en el mundo -AG <. uede afirmarse que la eucaristía une a los creyentes con los dos e1tremos de la historia: con la pascua, que inaugura la redencin, y con la parusla, que le da cumplimiento. &a 4glesia no se siente escindida en dos por esta orientacin hacia los dos puntos e1tremos de su historia, ya que en el origen de su e1istencia y de su fuerza tiene un 3nico acontecimiento, que recuerda una pasin y garantiza una glorificacin futura. )Comer9is el cordero todo entero, ha+ía recomendado 7ois9s, Jdesde la ca+eza hasta las patasH -%1 >!,<; es decir, comulgar9is con Cristo en su misterio total, con el Cristo de los dos e1tremos del tiempo) K4n ascha !; G <, ?!>. Iaturalmente, la eucaristía no es tan slo un gesto ritual, un canto, un signo, en una pala+ra, un culto e1terior, sino una participacin de Cristo en su muerte al mundo y en su vida de gloria. 2es3s no ofreci un sacrificio e1terior a 9l mismo, sino que con su propia sangre entr de una vez para siempre en el santo de los santos -5e+ < >! y, e1pirando en la cruz, derri+ el templo del culto terreno. Del mismo modo, tam+i9n el sacerdote de6a de e6ercer el sacerdocio cristiano si se limita a ofrecer un sacrificio e1terior a su persona, una hostia que est9 slo en sus manos. %l cristiano no cele+rar* aut9nticamente la eucaristía sin una comunin con el cuerpo y un compromiso personal en el misterio redentor de Cristo. %l que no se asocia personalmente al acto redentor no pasa de ser un ministro del signo, de lo que en el culto cristiano es imperfecto y terreno; es seme6ante al sacerdote del Antiguo "estamento, que ofrecía una víctima e1terior. Así pues, la cele+racin eucarística no puede separarse de la vida y va m*s all* del tiempo del culto sacramental. #an a+lo no slo afirma que )muere con) y )resucita con) Cristo en el sacramento, sino en toda su vida: )%stoy crucificado con Cristo y ya no vivo yo, pues es Cristo el que vive en ml) -G*l !,><!@. or eso la 4glesia cele+ra el sacrificio de Cristo tam+i9n fuera de la accin lit3rgica; lo cele+ra en sus fieles, que mueren a sí mismos, por o+ediencia, con Cristo en la cruz; en los que luchan por un amor celestial, que se elevan de este mundo hacia la pureza y la po+reza del corazn con Cristo, que
est* 6unto al adre; en todos sus fieles que tra+a6an y sufren por la salvacin de los dem*s. &o mismo que la eucaristía, tam+i9n la penitencia, segundo +autismo, es una participacin en la muerte y en la resurreccin de Cristo. ara que quede +orrado su pecado, el hom+re tiene que participar de la inmolacin de Cristo; es menester que tome parte en su mismamuerte, que haga descender so+re 9l )la preciosa sangre de Cristo, el Cordero sin tacha ni defecto) -> e >,><. %l reconocimiento de la propia miseria pecadora, la contricin, la confesin, la penitencia son los actos que sumergen al cristiano en Cristo redentor. %n la medida en que el cristiano penitente participa de la muerte de Cristo, participa tam+i9n de su resurreccin, al quedar transfigurado, renovado en sus fuerzas, lanzado de nuevo al cumplimiento de su misin en la 4glesia y en el mundo.
?. M*,*3 P)74) 9 C,7*:*,/3 E<**4) &a madurez cristiana consiste en la consecucin del estado de hom+re perfecto -%f /,>0, en el revestimiento del hom+re nuevo, creado seg3n Dios en la 6usticia y en la santidad verdadera -%f /,!/, en respuesta total a Cristo, don personal de Dios a la humanidad. "odo el que sigue a Cristo, hom+re perfecto, en el misterio redentor de muerte y resurreccin, )se hace tam+i9n 9l m*s hom+re) -G# />,>, ya que se hace m*s seme6ante a 2es3s y se acerca a 9l no slo en lo que tiene de divino, sino tam+i9n en lo que tiene de humano. ues +ien, 2es3s alcanz la perfeccin de su humanidad en la )donacin) suprema de la cruz, pues lo que nos hace hom+re o mu6er es precisamente el amor, el dar. %l hom+re, que es en la tierra la 3nica criatura a la que Dios ha querido en sí misma, no puede reencontrarse plenamente m*s que a trav9s de su autodonacin desinteresada -G# !/, 0. %l que dice amor, en el sentido aut9ntico de la pala+ra, dice cruz; y el que dice cruz sino se trata de una cruz cualquiera, sino de la cruz del #e8or dice necesariamente amor: la cruz es verdaderamente la epifanía del amor. Despu9s de la pasin de Cristo, el camino del dolor se presenta insepara+le del camino del amor, o sea, de la capacidad de sacrificarse por los dem*s, con la conviccin cristiana de que todo amor humano que no es don de sí y no va seguido al menos implícitamente del signo y de la sangre de la cruz, no es m*s que una caricatura del amor. %l cristiano muere con 2es3s en la cruz cuando reconoce la de+ilidad radical de su naturaleza, marcada por la triste realidad del pecado, y su po+reza humana hasta la raíz del ser. onerse +a6o el signo de la cruz quiere decir seguir un ritmo de crecimiento, que a
menudo va marcado, en contraposicin con los valores mundanos del poder y de la gloria, por la percepcin intuitiva de que la lucha, el esfuerzo, el control, el empe8o y hasta la frustracin son necesarios para un desarrollo armnico de la propia personalidad. %l primer Ad*n se perdi al querer elevarse por encima de su propia naturaleza. Al contrario, Cristo adquiri la salvacin aceptando su propia de+ilidad de hom+re hasta la suprema impotencia de la muerte. %st* claro que la cruz no de+er* ser nunca un sacrificio in3til del entendimiento humano o del hom+re en general. por una falaz a+solutizacin del dolor de+ida a la malicia humana o por la atri+ucin inde+ida al cristianismo de un alma o de un espíritu de renuncia. %n efecto, la cruz no fue una necesidad impuesta desde fuera por una divinidad deseosa de compensar su propio honor ofendido; histricamente es tam+i9n el resultado de la lucha de 2es3s contra los opresores. #i es verdad que el humanismo de la cruz es la cruz de los humanismos, tam+i9n es verdad que todo dolor humano que sea vivido en el )dolor de Dios) no permanece est9ril o encerrado egoístamente en la pasin masoquista de sí mismo, sino que desencadena una fuerza de li+eracin para el hom+re mismo y contiene la garantía divina de una promocin verdaderamente integral del hom+re. &os grandes testigos de la fe cristiana, los santos, que se conformaron en su e1periencia espiritual con Cristo doliente, no permanecieron pasivos ante el cam+io del destino del hom+re, sino que personificaron valores nuevos y originales y sem+raron g9rmenes fecundos de una nueva vitalidad. aste pensar en el mensa6e revolucionario de un san Erancisco de Asís, de un san 4gnacio de &oyola, de un san 2uan de la Cruz, y en todo ese florecer de hom+res y de instituciones en la 9poca moderna que se glorían de servir a Cristo en los po+res y en los peque8os. 2unto a los místicos que se sienten )víctima por los pecados) -santa Gema Galgani o que se quieren )sumergir en la sangre de Cristo) -santa Catalina de #iena, tenemos otros místicos que no se contentan con ser víctimas de reparacin, sino que se entregan sin reserva a los po+res y a las muchachas a+andonadas -santa artolomea Capitanio, santos fundadores que a los votos tradicionales a8aden el de ser )víctimas), pero cam+i*ndolo en )forma personal de puro amor) -padre 2uan &en Dehon;. #lo una fe que ha madurado en la e1periencia de la cruz ser* capaz de arro6ar un rayo de luz so+re el misterio del sufrimiento humano en todas sus formas, y de modo particular el de los inocentes; so+re el misterio del mal moral o del pecado con que el hom+re se opone li+remente a Dios en nuestro mundo secularizado, que ha perdido el
sentido de la trascendencia y que por medio de una crítica corrosiva y despiadada pulveriza todas las concepciones morales y religiosas. Iaturalmente, la cruz es un camino, no el t9rmino de un camino, ya que el o+6etivo del plan divino es que los hom+res sean partícipes de la vida y de la felicidad eterna de la "rinidad -)Cognitio "rinitatis in unitate est finis et fructus totius vitae nostrae): santo "om*s, > #ent.,d. !, q. >, y el Iuevo "estamento no separa nunca el Calvario de la ma8ana de pascua, ni la elevacin de Cristo en la cruz de la e1altacin a la gloria. #o+re el cristiano que participa en la resurreccin del 5i6o de Dios se posa la fuerza de Cristo, y la de+ilidad se troca en fortaleza -! Cor >!,<, el fracaso en 91ito, la muerte en vida -! "im !,>>. %n 9l se inaugura la humanidad nueva del Apocalipsis, en donde ya )no ha+r* m*s muerte, ni luto, ni clamor, ni pena, porque el primer mundo ha desaparecido) -Ap !>,/@. %l fiel, resucitado en Cristo, adquiere el dominio pleno de su propia personalidad, ya que logra esta+lecer con sus seme6antes y hasta con el universo unas relaciones de comunin. %l %spíritu, lo mismo que el día de pentecost9s, transforma a los hom+res resucitados en una )comunidad), signo y anticipacin de la comunidad celestial, en la que cada uno se hace transparente a los otros y a Dios.
V.
ES"UEMA DE LOS SACRAMENTOS DE INICIACIÓN CRISTIANA
%l crecimiento y el itinerario espiritual del cristiano no son una empresa solitaria, sino que tienen lugar en la 4glesia, la gran comunidad en camino hacia el santuario celestial, hacia la gran liturgia de la eternidad. %s en la 4glesia, ciudad nueva, guardi*n y matriz del universo nuevo, aunque operante dentro de nuestro mundo terreno y perecedero, donde Dios recrea y reforma al g9nero humano. B ser* en la 4glesia donde el cristiano d9 testimonio ante el mundo del misterio de muerte y resurreccin de Cristo, que ha inaugurado el )octavo día), sustituyendo la sucesin de los valores histricos por la comunin de los valores eternos, revelando al hom+re que ha sido destinado a un mundo superior, a una patria en la que ha+ita la 6usticia -! e 0,>0.
VI.
NOCIONES DE LAS CATEGORÍAS FUNDAMENTALES EN TEOLOGÍA SACRAMENTAL
• • • • • • • • • • • •
VII.
#acramentos #ím+olo, memorial y rito Cristo autor institutor de los sacramentos &os sacramentos de Cristo y de la 4glesia &os sacramentos: signos de fe y de gracia 7ateria y forma de los sacramentos Iecesidad y eficacia de los sacramentos &os efectos de los sacramentos (equisitos para administrar los sacramentos Disposiciones para reci+ir los sacramentos Diversas dimensiones del sím+olo sacramental %l ministro de los sacramentos
LOS SACRAMENTOS DE INICIACIÓN CRISTIANA
reve refle1in so+re su significado, su importancia, su preparacin para reci+irlos, etc. C4C >!!<>!00 1. E B)4*:3 /3 I/73<3) ) C*3 9 ) 4 I@,*) :,+*)/, D3/ +, •
E<=*4 Ios incorpora a Cristo • • • •
%l sím+olo +autismal %l memorial del sacramento del autismo %l rito +autismal C4C >!=?
Ios incorpora a su 4glesia •
Dimensin eclesial, incorporados a la 4glesia, pue+lo sacerdotal, real y prof9tico.
7ediante el don del %spíritu #anto •
Dimensin neumatolgica: inmersin en la #antísima "rinidad.
2. L) C3/;*:)7*8/ , O+,/) ) ) A+4,5 +, C**)/3 ,/ ) I@,*) a Eundamento +í+lico del sacramento + Dimensin eclesial c &os efectos de la Confirmacin -C4C >0@!
%nriquecidos con una fuerza especial inculados m*s estrechamente a la 4glesia Difundir y defender la fe como verdaderos testigos de Cristo >. L) E47)*=) • • •
"iene su origen en las comidas del 2es3s histrico, signo y anticipacin del +anquete del reino: •
&a dimensin escatolgica
"iene su origen en la 3ltima cena antes de ser entregado, en los relatos de las comidas con el resucitado: • •
&os relatos de la institucin de la %ucaristía &a dimensin cristolgica pascual: ala+ras de 2es3s so+re el pan y el c*liz.
VIII.
LA
EUCARISTÍA
ES
EL
MEMORIAL
DEL
SACRIFICIO DE CRISTO# AL "UE LA IGLESIA SE INCORPORA CIC 1>62 . a Car*cter sacrificial de la dimensin cristolgicapascual de la %ucaristía + L%n qu9 consiste el sacrificioacontecimiento de CristoM • • • •
I$.
%l sacrificio e1istencial de Cristo &a ofrenda y el sacrificio %l sacrificio sim+olizado, ritualizado en la %ucaristía &a %ucaristía, sacrificio en el I".
ES!S SE HACE PRESENTE EN LOS DONES DE PAN Y VINO A TRAV%S DE LA TRANSUBSTANCIACIÓN
• •
• •
$.
&a presencia real, verdadera y su+stancial de Cristo en la %ucaristía &a presencia su+stancial de Cristo en la %ucaristía: en el I". y en los #antos adres legarias eucarísticas %l t9rmino transu+stanciacin y las sagradas especies.
NOCIONES DE LAS CATEGORÍAS FUNDAMENTALES EN TEOLOGÍA SACRAMENTAL
Al iniciar nuestra refle1in so+re este tema es necesario aclarar desde el principio el significado de los t9rminos m*s usados:
1. S)7):,/3 #on un encuentro dual personal y comunitario a la vez con Cristo, qui9n a trav9s de ellos nos comunica su gracia. -#on siempre comunitarios porque la 4glesia es el primer sacramento por medio del cual se nos da la gracia. #on signos eficaces de la gracia, instituidos por 2esucristo y confiados a la 4glesia, para la santificacin de los hom+res. ara que haya sacramento se tiene que dar: sím+olo, memorial y rito
2. S=:33 S)7):,/) %s un signo, es decir, la unin de un SIGNIFICANTE Y SU SIGNIFICADO. ero en el sím+olo sacramental: el significado es tam+i9n significante, por eso se trata dela unin de dos significantes que por analogía significan lo mismo: uno invisi+le y otro visi+le. #iempre el invisi+le -o imperecedero ser* Cristo que act3a a trav9s de lo visi+le -o perecedero. &a unin de los dos significantes es a REAL de manera que el significante invisi+le transparece en el significante visi+le -epifanía y es recognosci+le -por la fe. + DIN(MICA es la unin de una accin visi+le y de una accin invisi+le. %6emplo: en el sacramento del +autismo la accin visi+le es la accin del ministro visi+le de introducir en agua y sacarlo del agua, y la accin invisi+le es la accin del ministro invisi+le: Cristo, de meter a alguien en Nel aguaO del acontecimiento de sí mismo, de su vida, del momento culminante de su vida -muertesepultura, para sacarlos consigo mismo -resurreccin. #on dos acciones que significan lo mismo: 4DA, pero a distinto nivel: vida perecedera y vida imperecedera. >. MEMORIAL <"ómo #arantizamos la presencia real del si#nificante invisi)le=
%sta presencia real del
significante invisi+le, Cristo, en los sím+olos sacramentales, es posi+le gracias a la decisin so+erana del mismo Cristo; decisin que 9l ha condicionado a la
CONMEMORACIÓN NmemorialO que hagamos de Él, de su persona, de su vida, realizando la accin significante visi+le, por Él instituida. %s la EVOCACIÓN - no se trata de Nun recuerdoO sino de hacer presente Naquí y ahoraO con Npala+ras y con gestosO de la persona de Cristo, del acontecimiento de su vida salvífica, de modo que el evocado, conmemorado, se hace real, aunque invisi+lemente presente en la accin visi+le del sím+olo sacramental. B dado que el NevocadoO e1iste para siempre y es el futuro, la evocacin del pasado es simult*neamente evocacin del futuro, la evocacin del pasado incluye la s3plica eficaz del futuro, que se anticipa. %l memorial sostiene la accin sim+lica y actualiza el misterio de Cristo.
?. RITO %s la misma accin sim+lica sacramental, considerada en su dimensin social -eclesial. %s la accin sim+lica, propia de un grupo religioso, 4glesia, en la cual el grupo religioso, 4glesia, se e1presa; e1presa su creencia, fe: una sola creencia -Ee en todos los tiempos y lugares. %ntonces el rito por su naturaleza es repetitivo, tiene que ser repetido -Ncuantas veces hag*is esto... N y, por tanto, tiene que ser fi6o, fi6ado. %n el caso de las acciones sim+licas -ritos sacramentales, lo esencial de las mismas ha sido fi6ado -Nhaced esto...P por Cristo, que las ha instituido; y no hay autoridad humana -eclesial, que pueda alterarlo. #alvo lo esencial de cada sacramento, todo aquello que en las acciones sim+licas sacramentales ha sido fi6ado -instituido por la 4glesia, por la autoridad competente de la 4glesia, 9sta puede cam+iarlo. •
&a pala+ra N MISTERIOSO -en plural, como sinnimo de sacramentos, es equivalente a sím+olo sacramental. "odo lo que hemos dicho del #ím+olo #acramental, dígase del 7isterio, sinnimo de #acramento.
or misterios entendemos tam+i9n los diversos momentos de la vida salvífica Cristo, la encamacin, el nacimiento, la pasin, la resurreccin. -4mposi+le enumerarlos todos aquí podemos entonces decir que en los misterios -sacramentos, sím+olos sacramentales se rememoranactualizan los misterios -la vida de Cristo; en el fondo el misterio -tal como se define en las Cartas aulinas.
%l don de la salvacin, en la economía actual querida y esta+lecida por Dios, le viene al hom+re por medio de Cristo y en Cristo, sacramento de Dios, a trav9s de la 4glesia, sacramento de Cristo, mediante los signos sacramentales, los sacramentos de Cristo y de la 4glesia.
$I.
CRISTO
AUTOR
INSTITUTOR
DE
LOS
SACRAMENTOS Dado que NsacramentoO significa revelacin y don de la salvacin de Dios en y a trav9s de una forma e1terna y visi+le, Cristo con su encarnacin es el primer gran sacramento. Cristo realiza en sentido a+soluto la presencia de Dios entre nosotros. &a humanidad de Cristo es el misteriosacramento 3nico, singular y e1traordinario del encuentro salvífico del adre con los hom+re en el %spíritu #anto. Dios ha querido salvar al hom+re mediante la carne de Cristo asumida por la divinidad.
$II.
ESUCRISTO#
EN
LA
VISIBILIDAD
DE
SU
HUMANIDAD# ES SACRAMENTO DE DIOS. &a o+re de la salvacin realizada por Cristo de una vez para siempre en su misterio pascual se sigue ofreciendo hoy a todo creyente a trav9s de los sacramentos. 2es3s instituye los sacramentos: a de forma e1plícita -+autismo, eucaristía y penitencia y + de forma implícita -los dem*s, porque desde el principio hay indicios rituales, gestos sacramentales que refieren la intencin de Cristo, la 4glesia e1plicitar* estos gestos sim+licos de 2es3s que manifiestan la salvacin.
$III.
LOS SACRAMENTOS DE CRISTO Y DE LA IGLESIA
Despu9s de Cristo, e insepara+lemente ligada a Él, la 4glesia es tam+i9n misterio de salvacin para todas las gentes. &a iglesia tiene como fin mostrar a Cristo, conducir a Él y comunicar su gracia -mediante el anuncio de la pala+ra, los sacramentos y el testimonio. Así como Cristo es el sacramento de Dios y la iglesia lo es de Cristo, del mismo modo los sacramentos son Nsacramentos de Cristo y dela 4glesiaO.
%n los sacramentos act3a Cristo, de forma invisi+le pero directa, Lcmo lo haceM A trav9s del %spíritu #anto en la 4glesia. %n los sacramentos de la 4glesia es el %spíritu el que realiza en nosotros lo que se consum en Cristo; interioriza su misterio y nos aplica sus frutos y hace que se convierta en Nmisterio nuestroO. &os sacramentos est*n ordenados a la santificacin del hom+re: transmiten la eficacia de la salvacin, comunican la gracia, rinden culto a Dios, ponen en contacto con el plan salvífico incorporando a Cristo y edifican la 4glesia estructur*ndola como cuerpo de Cristo; adem*s, en cuantos signos, tienen tam+i9n la funcin de instruir. -#C <
$IV.
LOS SACRAMENTOS SIGNOS DE FE Y DE GRACIA
&os sacramentos, seg3n el C 44 -#C <, son signos de fe que:
1. E$PRESAN LA FE DE LA IGLESIA orque los sacramentos son signos sacramentales que la 4glesia realiza en el nom+re y con la autoridad de Cristo. !. E$PRESAN LA FE DEL SUETO "UE LOS RECIBE LA SUPONEN #in la fe en Cristo y en su o+ra salvífica no se da la accin sacramental salvífica -7t >=, >; 5e , 0?s; "odos los sacramentos son una profesin y una confesin de fe en Cristo #e8or. 0. NUTREN Y ROBUSTECEN LA FE DEL CREYENTE #in la fe, los sacramentos no podr*n indicar el acercamiento al que es inaccesi+le siempre en sí mismo y nunca plenamente comunica+le. &os sacramentos a su vez, son signos de la gracia, porque en ellos Dios se da totalmente al hom+re para elevarlo, transformarlo e introducirlo en la comunicacin de su naturaleza divina. %sta gracia, es 3nica -Qgracia santificante, aunque cada sacramento la confiere seg3n su modo propio -Qgracia sacramental. &os sacramentos, como signos de la gracia, poseen una profundidad tridimensional:
• • • •
#on AIA7I%#4# y memorial de la ascua de Cristo. #on %RC&%#4# y actuacin, porque colman el alma de gracia. #on AI"4C4$ y prenda de la gloria futura. 7ateria y forma de los sacramentos
&os sím+olos sacramentales son sím+olos NhistorizadosO, en ellos se revela, trasparece, el acontecimiento histrico salvífico de Dios en Cristo, para ello han de ir acompa8ados de la pala+ra reveladora; la pala+ra de la revelacin de Dios en la 5istoria.
$V.
NECESIDAD Y EFICACIA DE LOS SACRAMENTOS
&os sacramentos son los medios necesarios N ORDINARIOSO para la salvacin, pero los hay Ne1traordinariosO, ya que est* fuera de duda que Dios puede otorgar su gracia a los hom+res por caminos e1tra sacramentales. #in em+argo los sacramentos constituyen los instrumentos ordinarios de la gracia, que santifica, transforma y deifica al hom+re.
$VI.
LOS EFECTOS DE LOS SACRAMENTOS
&os sacramentos ante todo confieren: >. LA GRACIA SANTIFICANTE Com3n a todos los sacramentos, que es Nla íntima comunin de vida con Cristo y, con ello, la participacin en su naturaleza divinaO -! e >,/.
2. LA GRACIA SACRAMENTAL Sue es propia y específica de cada sacramento. Ésta a8ade a la anterior una ayuda divina determinada, a propsito para hacer conseguir el fin propio de cada sacramentoO, porque cada sacramento confiere una especial configuracin con Cristo y da frutos específicos.
>. EL CAR(CTER SACRAMENTAL %s producido por tres de los siete sacramentos -+autismo, confirmacin y orden, se trata de una relacin indele+le con Cristo y con la 4glesia. %l car*cter se trata de un signo:
•
• • • •
CONFIGURATIVO 4mprime los rasgos del ver+o encarnado, su misma imagen. DISTINTIVO Distingue de todos los dem*s al que lo reci+e. DISPOSITIVO Dispone a la gracia. DEPUTATIVO destina al culto, a la caridad, a la misin. E$IGENTE requiere la gracia y el de+er de cumplir las o+ligaciones reci+idas mediante el car*cter sacramental.
$VII.
RE"UISITOS PARA ADMINISTRAR LOS SACRAMENTOS
ara la validez las cualidades e1igidas en el ministro son: •
IDONEIDAD %s estar en posesin de la necesaria potestad
•
generalmente la ordenacin y la misin cannica por parte del $+ispo. INTENCIÓN DE HACER LOS "UE HACE LA IGLESIA orque el ministro es una persona llamada a insertarse en la voluntad salvífica de Cristo y dela 4glesia. ara la validez no es necesaria de suyo la fe y la santidad del ministro porque los
•
sacramentos son por sí mismos cosas santas,
independientemente de los hom+res. FE# SANTIDAD Y COMUNIÓN CON LA IGLESIA orque en los ministros de+e refle6arse la santidad de la 4glesia, lo mismo que en el rostro de la 4glesia se refle6a la santidad de Cristo. uede ocurrir que se cele+ren sacramentos administrados de forma v*lida, pero no lícitamente -por e6emplo en los sacramentos administrados por cism*ticos.
$VIII.
DISPOSICIONES
PARA
RECIBIR
LOS
SACRAMENTOS &as cualidades son: ara reci+ir v*lidamente los sacramentos: FE , INTENCIÓN DE
RECIBIRLOS ara reci+irlos dignamente se requiere: FE# INTENCIÓN# LA CONVERSIÓN Y EL ESTADO DE GRACIA. A los pastores se les pide que preparen a los que piden los sacramentos con la de+ida evangelizacin y formacin catequ9tica. -C4C /0.
$I$.
DIVERSAS DIMENSIONES DEL SÍMBOLO SACRAMENTAL
&os sacramentos presentan varias dimensiones que se correlacionan:
>. D. CRISTOLÓGICA PASCUAL# porque en los sacramentos se sim+oliza -se significa y se hace presente el 7isterio de Cristo, de su ascua; misterio que purifica, renueva, transforma, diviniza. !. D. PNEUMATOLÓGICA# manifiestan la presencia del %spíritu #anto 0. D. ECLESIOLÓGICA a trav9s de los sacramentos la 4glesia es engendrada y santificada, crece, se ro+ustece, se perfecciona, se purifica y realiza su misin. /. D. ESCATOLÓGICA porque en los sacramentos se nos anticipa el NeschatonO Q el final, lo definitivo, nuestro futuro en Cristo.
$$.
EL MINISTRO DE LOS SACRAMENTOS
>. EL MINISTRO O AGENTE PRINCIPAL de los sacramentos es Cristo
toda la #antísima "rinidad la que o+ra en los sacramentos -en cuanto que el 5i6o es insepara+le del adre y del %spíritu #anto: E P)+,, porque da su voluntad salvífica al 5i6o encarnado, E H*3, mediador y redentor que realiza esta o+ra con el misterio de su • •
•
pascua. E E<=*4, porque es el santificador y continuador de la o+ra de Cristo en la 4glesia. or 9l Cristo se apodera del hom+re en los sacramentos y lo introduce en su o+ra de salvacin. B tam+i9n la 4glesia, en cuanto a que Cristo resucitado o+ra a trav9s de ella.
%1iste pues, un SUETO MINISTERIAL de los sacramentos, ya que Cristo y su 4glesia o+ran por medio de los ministros; ellos est*n llamados a o+rar IN
PERSONA CHRISTI Y EN NOMBRE DE LA IGLESIA -en nom+re y con la autoridad de Cristo y de la 4glesia %n la persona del ministro visi+le trasparece Cristo. B esto es así, en virtud del poder otorgado por Cristo al ministro visi+le.
$$I.
LOS SACRAMENTOS DE INICIACIÓN CRISTIANA
reve refle+ión so)re su si#nificado: su importancia: su preparación para reci)irlos: etc. >"!" 122?;1233@
Desde los tiempos apostlicos, para llegar a ser cristiano se sigue un camino y una iniciacin que consta de varias etapas. %ste camino comprende siempre unos elementos esenciales: el anuncio de la pala+ra, la acogida del %vangelio que lleva a la conversin, la profesin de fe, el +autismo, la efusin del %spíritu #anto, y el acceso a la comunin eucarística. Cuando se ha+la de los tres sacramentos de la 4niciacin cristiana, se entienden los sacramentos del +autismo, Confirmacin y %ucaristía en la primera comunin; las posteriores participaciones en el sacramento de la %ucaristía, evidentemente, no son ya 4niciacin cristiana. #e llaman sacramentos de la 4niciacin cristiana porque: a %n estos tres sacramentos culmina y se e1presa la 4niciacin cristiana, en la que consiste el catecumenado de adultos o de ni8os en edad catequ9tica. %n el caso de los ni8os sin uso de razn, el autismo es tam+i9n sacramento de 4niciacin cristiana virtualmente, supuesto el compromiso de los padres de educarlos en la fe de la 4glesia. + %n estos tres sacramentos somos NiniciadosO, introducidos, en el misterio de Cristo.
$$II.
EL BAUTISMO NOS INCORPORA A CRISTO Y A SU IGLESIA MEDIANTE EL DON DEL ESPÍRITU
1. NOS INCORPORA A CRISTO E =:33 )4*:). Consiste en la unin de dos realidades significantes: Tna visi+le Nel aguaO y otra, invisi+le Cristo NaguaO que en razn de su seme6anza significan lo mismo vida -del agua +rota la vida, pero a distinto nivel. %l significante visi+le -agua significa da, vida perecedera; el significante invisi+le -Cristo U NaguaO que, en su razn de la seme6anza y por decisin so+erana, se hace presente en el significante visi+le, significa da, vida imperecedera.
&a accin sim+lica +autismal visi+le consiste en introducir al +autizado en el agua, mediante el ministro visi+le -por inmersin o por infusin para inmediatamente sacarlo del agua -emersin, VsalvamentoW. %l +autizado es pues, sumergido en el agua -que ahoga, da la muerte y es Nsacado de pilaO, emergido -del agua que da la vida y simult*neamente con la accin sim+lica visi+le del ministro que act3a, acontece la accin sim+lica invisi+le: que consiste en, sumergir, el ministro invisi+le, Cristo, al +autizado en el NaguaO del acontecimiento culminante de su vida salvífica -pasin, muerte y sepultura; para sacarlo -resurreccin con Él a una vida nueva -eterna, gloriosa. A"risto nos sumer#e en el A'#uaB de sí mismo C nos incorporaB "f "!" 12D y ss.
) EL MEMORIAL DEL SACRAMENTO DEL BAUTISMO Eundamento del sím+olo es la presencia de Cristo, ministro invisi+le, que ha condicionado su presencia activa en y a trav9s del ministro visi+le al memorial -conmemoracin, evocacin que se haga de Él, de su vida, de su o+ra salvífica. %l memorial sacramental se hace en el con6unto -cele+racin de la accin sim+lica visi+le -con pala+ras, acciones y gestos y tiene su e1presin t9cnica en la plegaria mayor de la cele+racin +autismal: plegaria de +endicin del agua, en la que evocamos a Cristo -NaguaO: la salvacin de Dios en Cristo a trav9s de -en clave de agua. EL RITO BAUTISMAL %s el sím+olo fi6ado y repeti+le en la 4glesia. %sta accin sim+lica, visi+le, fi6ada por Cristo, consiste en la inmersin en agua y en la emersin del agua siendo por tanto inaltera+le e insustitui+le por ninguna otra accin sim+lica; es la NsustanciaO -esencia del sím+olo visi+le del sacramento del +autismo. 2. NOS INCORPORA A SU IGLESIA CIC 126- SS %l +autismo hace de nosotros miem+ros del Cuerpo de Cristo. %l +autismo incorpora a la iglesia, de 9l nace el 3nico pue+lo de Dios de la Iueva Alianza que trasciende todos los límites naturales o humanos de las naciones, culturas, razas, se1os. A7orue en un solo Espíritu 6emos sido todos )autizados: para no formar ms ue un cuerpoB >1"o 12: 13@.
&os +autizados vienen a ser Npiedras vivasO para edificacin de un edificio espiritual, para un sacerdocio santo. > e !, . or el +autismo participamos del sacerdocio de Cristo, de su misin prof9tica y real, somos Nlina6e elegido,
sacerdocio real, nacin santa, pue+lo adquirido, para anunciar las ala+anzas de aquel que os ha llamado de las tinie+las a la admira+le luz. ->e !, <. %l +autismo hace participar en el sacerdocio com3n de los fieles. B es la entrada en una familia: la 4glesia; la familia de Dios, que es la comunidad de 2esucristo guiada por el %spíritu, enviada a comunicar a las gentes la salvacin, y en la que son acogidos los nuevos hi6os de Dios. -&G >>. %l +autizado ya no se pertenece a sí mismo, sino al que muri y resucit por nosotros. %st* llamado a someterse a los dem*s, a servirles en la comunin dela 4glesia. A su vez el +autizado tiene derecho, dentro de la 4glesia, a reci+ir los sacramentos, a ser alimentado con la ala+ra de Dios y ser sostenido por los otros au1ilios espirituales de la 4glesia. >. MEDIANTE EL DON DEL ESPÍRITU SANTO Dimensin neumatolgica: inmersin en la #antísima "rinidad: or el +autismo entramos en comunin con las tres personas. %n este segundo nacimiento somos enriquecidos con +ienes e1istentes en Dios adre mediante su 5i6o con el %spíritu #anto. %sta dimensin hace en nosotros: %n relacin al adre: hi6os adoptivos de Dios. %n relacin al 5i6o: +autizados en Cristo y revestidos de Él. %n relacin al %spíritu #anto: nos convertimos en templo suyo. • • •
%l sím+olo AGUA# CRISTO# AGUA y el sím+olo AGUA# ESPÍRITU
SANTO# AGUA son equivalentes. Cristo no nos hace nada a nosotros, en nosotros, si no es en, con, por, el %spíritu #anto; y el %spíritu #anto no hace otra cosa que traemos a Cristo.
XX444.
LA CONFIRMACIÓN SE ORDENA A LA ADULTE' DEL CRISTIANO EN LA IGLESIA
a LA CONFIRMACIÓN EN SAMARIA Y %FESO "enemos indicios rituales en 5echos , >/>? y ><, =. %n am+os casos tenemos los dos elementos constitutivos del sacramento: gesto y pala+ra: el gesto de la imposicin de manos so+re la ca+eza a reci9n +autizados, 6unto con la oracin que acompa8a al gesto. Gesto y pala+ra con vistas a la donacin del %spíritu #anto, cuyos efectos carism*ticos se constatan.
+ LA CONFIRMACIÓN DE ES!S EN EL ORD(N Cuando al su+ir de las aguas del 2ord*n se posa so+re Él el %spíritu #anto. CONFIRMACIÓN DE LOS APÓSTOLES c LA
EN
PENTECOST%S Cuando el %spíritu #anto se pos so+re ellos en forma de lenguas de fuego. %s muy pro+a+le que la N+endicinO de 2es3s -imponiendo sus manos so+re los discípulos &c !/, @> tenga relacin con la efusin del %spíritu #anto en entecost9s. &a +endicin con la imposicin de manos en el momento de la ascensin, si tenemos en cuenta el conte1to -el cumplimiento inminente de la promesa de enviarles el %spíritu #anto, es sin duda gesto e1presivo dela comunicacin del don del %spíritu #anto.
$$IV.
DIMENSIÓN ECLESIAL EST( EN LA MISMA LÍNEA "UE LA DIMENSIÓN ECLESIAL DEL BAUTISMO.
or el sacramento de la confirmacin se perfecciona -profundiza nuestra incorporacin a la 4glesia cuerpo de Cristo. &a incorporacin -enraizamiento de los miem+ros en el Cuerpo de Cristo es o+ra del %spíritu #anto. &a incorporacin a la 4glesia se entiende como miem+ros activos, corresponsa+les en la misin de la iglesia, en la triple funcin dela iglesia: real, sacerdotal y prof9tica: todo +autizado confirmado es corresponsa+le de la solicitud pastoral de la 4glesia -funcin real; y est* llamado a vivir y e1presar sacramentalmente el sacerdocio com3n de los fieles -funcin sacerdotal; y a dar testimonio de Cristo ante el mundo con pala+ras y con signos de vida cristiana -funcin prof9tica.
XX.
LOS EFECTOS DE LA CONFIRMACIÓN -C4C >0@!ss
1. ENRI"UECIDOS CON UNA FUER'A ESPECIAL %sa fuerza especial es el don inefa+le del mismo %spíritu #anto. %s una energía divina, que eleva al hom+re por encima de su fragilidad y le introduce en el mundo de Dios. Decimos que es NespecialO porque a pesar de que es por el +autismo se nos ha dado el %spíritu #anto, por el cual somos hechos hi6os de Dios, ahora es una renovada efusin
del mismo espíritu con miras a o+rar de acuerdo con la vocacin de los hi6os de Dios. %s la llamada prof9tica que confirma al +autizado y lo autentifica delante de la comunidad para que pueda conducirse de hecho conforme a su ser de hi6o de Dios, e1istente en 9l desde el +autismo.
2. VINCULADOS M(S ESTRECHAMENTE A LA IGLESIA %l %spíritu #anto que es el principio de la comunin trinitaria, es tam+i9n el principio constitutivo de la comunidad eclesial.
>. PARA DIFUNDIR Y DEFENDER LA FE COMO VERDADEROS TESTIGOS DE CRISTO %stamos llamados a hacer que el evangelio impregne todos los poros de nuestra sociedad. %l %spíritu de la confirmacin nos confiere una misin en el seno de la 4glesia: la de testimoniar con perfecta fidelidad a Cristo y ser heraldo del evangelio, y 9l mismo nos reviste de fortaleza. XX4.
LA EUCARISTÍA
1. TIENE SU ORIGEN EN LAS COMIDAS DEL ES!S HISTÓRICO# SIGNO Y ANTICIPACIÓN DEL BAN"UETE DEL REINO
) LA DIMENSIÓN ESCATOLÓGICA %l +anquete de la eucaristía es siempre anticipacin del +anquete celestial -escatolgico: el reino glorioso, eterno, prefigurado +a6o la imagen del +anquete. %l +anquete es signo de comunin vital en la plenitud de la vida imperecedera, dichosa de Dios. %sta plenitud de vida el #e8or nos la anticipa con sus frecuentes comidas con unos y otros, en la multiplicacin de panes y peces; pero, so+re todo, nos la anticipa en el +anquete de la eucaristía. %n el memorial de la eucaristía, no slo evocamos el acontecimientos salvífico de Cristo, cumplido -ya sí en el pasado histrico, sino que evocamos tam+i9n el mismo acontecimiento salvífico de Cristo, que todavía no se ha cumplido en nosotros definitivamente y en el que consiste nuestro futuro.
2. TIENE SU ORIGEN EN LA !LTIMA CENA ANTES DE SER ENTREGADO# EN LOS RELATOS DE LAS COMIDAS CON EL RESUCITADO ) LOS RELATOS DE LA INSTITUCIÓN DE LA EUCARISTÍA : #on cuatro: 7t.!=, !=0@; 7c. >/, !! U !=; &c. !!, > U !!; > Cor. >>, !0 U !=. B suponen el esquema guin de la cele+racin de la cena -pascual 6udaica, en el curso de la cual el #e8or instituy la eucaristía. &a dimensin cristolgicapascual: pala+ras de 2es3s so+re el pan y el c*liz. %sta es la dimensin principal del sím+olo sacramental. %n la eucaristía se hace presente, en virtud del memorial, la pascua de Cristo; es decir, su vida, toda ella salvífica, que culmina con el acontecimiento de la pascua -aso, para que nosotros, comiendo y +e+i9ndolo a Él, pasemos con Él. %sta dimensin est* e1presada en el I" F Lc. 22: 1?: 1 "or 11: 24F AEste es mi cuerpo >mi persona: mi vida@ entre#ado > a la muerte@ por >a favor de: en provec6o de@ vosotrosB.
%sta preposicin NporO implica la
resurreccin. Mt. 2D: 2G H Mc. 14: 24 Lc. 22: 2I H J "or. 11: 2 AEsto es mi san#re >mi persona: mi vida@ derramada >entre#ada 6asta la muerte@ por >a favor de: en provec6o de@ todosB.
%l t9rmino derramada e1presa
con claridad la entrega de la vida hasta la muerte. 1 "or. 1I: 3 A8odos comieron el mismo alimento espiritual y todos )e)ieron la misma )e)ida espiritualB ,
$$VII.
LA
EUCARISTÍA
ES
EL
MEMORIAL
DEL
SACRIFICIO DE CRISTO# AL "UE LA IGLESIA SE INCORPORA -C4C >0=! ss. 1. CAR(CTER SACRIFICIAL DE LA DIMENSIÓN CRISTOLÓGICAPASCUAL DE LA EUCARISTÍA &a eucaristía memorial de Cristo, de su pascua, entendida en clave sacrificial. %n el I.". no aparece el t9rmino NsacrificioO aplicado a la eucaristía. &a atrística afirma que la eucaristía es sacrificio y tam+i9n memorial del sacrificio. A finales del siglo 4 -ya la Dida69 se afirma+a que la eucaristía es un sacrificio y dos parecen ser las razones: los cristianos son acusados por los 6udíos y paganos de ser una religin sin sacrificios. B el te1to de 7alaquías >, >@ >>, >/ en el que el profeta anuncia el culto aut9ntico en los tiempos mesi*nicos.
2. EN "U% CONSISTE EL SACRIFICIO# ACONTECIMIENTO DE CRISTOJ %l sacrificio e1istencial de Cristo. &a ofrenda y el sacrificio. Ttilizando las categorías ofrenda y sacrificio para un me6or entendimiento vemos que ofrenda se deriva de ofrecer, llevar hacia arri+a. 2esucristo desde el primer instante de su e1istencia, vive su vida incesantemente ofreci9ndola elev*ndola al adre A'uí estoy para 6acer tu voluntadB >(almo 4I@.
#acrificio, sacrificada, hecha sagrada -sacrificar Q hacer sagrado, sacrificar hacer santo. %s pues la vida -humana de Cristo, que se hace santa, sagrada. &a vida de Cristo, que ya era santa, sagrada, por el misterio de la encarnacin, llega a ser santa, sagrada -se santifica, se sacrifica, en, por, su ofrenda -elevacin al adre, pues santo, sagrado es lo que entra en relacin con Dios. %l sacrificio e1istencial de Cristo, sim+olizado, ritualizado en la %ucaristía. %sta ofrenda sacrificio que tiene su momento culminante en la resurreccinascensin gloriosa, llega así a su consumacin. %sta ofrendasacrificio de Cristo realizada una vez para siempre, Cristo en virtud del memorial no las presenta en el sacramento de la eucaristía, sacramento del sacrificio, y así nosotros por el +autismo hemos sido constituidos sacerdotes Npue+lo sacerdotalO cuya ca+eza es Cristo, sumo y eterno sacerdote. %l e6ercicio de nuestro sacerdocio com3n de ofrecer nuestra vida en Cristo, que se realiza día a día, durante nuestra e1istencia, tiene su momento culminante, en el sacramento de la eucaristía, sacramento del sacrificio de Cristo y sacramento de nuestro sacrificio en Cristo.
$$VIII.
LA EUCARISTÍA# SACRIFICIO EN EL NT.
Lc 22: 1?y! "or 1K: 24F AMi cuerpo entre#ado por vosotrosB tiene sentido sacrificial: se trata de una vida: ue es entre#ada para ser provec6osa: porue e+pía los pecados >sacrificio e+piatorio@ o porue da la vida >sacrificio de comunión@. Mc 14: 24 : Mt 2D: 2G : Lc 22: 2I: 1 "or 11: 2 .
%n las pala+ras so+re el C*liz, resuenan casi
literalmente las pala+ras referentes al sacrificio fundacional de la rimera Alianza. AMois$s tomó el resto de la san#re y roció con ella al pue)lo diciendo F Esta es la san#re de la alianza: ue el (eor 6ace con vosotrosB >E+ 24: G@ . Mateo afirma ue se trata de un sacrificio e+piatorio ue purifica.: Aperdona los pecadosB.
"or 1I: 21;22F el apóstol da por supuesto el carcter sacrificial de la eucaristía al comparar Ael "liz del (eorB y Ala mesa del (eorB con las +e+idas y comidas de los
paganos. Jn : 1 F Ael pan: ue 0o os dar$ es mi carne para la vida del mundo O es la frase m*s importante del discurso promesa so+re el pan de vida. or 3ltimo hay que se8alar que 2es3s instituye la eucaristía en el marco de un +anquete sacrificial, en el que se come el cordero pascual, que ha sido inmolado en el templo.
XX4X.
ES!S SE HACE PRESENTE EN LOS DONES DE PAN Y VINO A TRAV%S DE LA TRANSUBSTANCIACIÓN
&a presencia real, verdadera y su+stancial de Cristo en la %ucaristía
1. REAL #e estudia la presencia permanente de Cristo en los dones consagrados, dentro del estudio del sím+olo sacramental de la eucaristía, porque la presencia permanente de Cristo en el pan y el vino consagrados depende de la presencia transitoria de Cristo, ministro invisi+le, en el te1to sacramental del ministro visi+le que act3a Nen persona de CristoO. B una y otra presencia de Cristo, de su vida salvífica, entendida en clave sacrificial una y otras presencias de Cristo reales y verdaderas &a transitoria y la permanente dependen del memorial, condicin instituida por Cristo para hac9rsenos presente en el misterio eucarístico.
2. TRANSITORIA Y PERMANENTE &a presencia permanente de Cristo en la eucaristía no es no lo ha entendido nunca la 4glesiauna mera presencia de Cristo 6unto al pan, ni dentro del pan; no es una presencia de Cristo en el pan por influ6o en Él, de modo que el pan quede lleno de la fuerza o virtud transformadora de Cristo, tanto que puede ser llamado pan, sin de6ar de serlo, Ncuerpo de CristoO. &a presencia permanente de Cristo en la eucaristía es una presencia, que contradice la e1periencia de los sentidos, que es ine1presa+le adecuadamente: m*s all* de todo concepto. %s la presencia, que la 4glesia conocecree por revelacin y que denomina con tres ad6etivos reales, verdaderos y su+stanciales. %l t9rmino su+stancial es clave para me6or inteligencia del misterio.
%s pro+a+le que las pala+ras genuinas, pronunciadas por Cristo so+re el pan y so+re el C*liz, sonaran seg3n esta e1presin: N5e aquí mi cuerpo; he aquí mi sangreO, ale6ando así a3n m*s toda sospecha de entender el pan en sentido metafrico como cuerpo. Io o+stante, manteniendo el pronom+re NestoO -o+s9rvese que no dice este pan el sentido de las pala+ras de Cristo so+re el pan de la eucaristía es el siguiente : N%sto, que v9is y que os parece pan, no es pan, sino mi cuerpo Y personaO, lo mismo referente a las pala+ras so+re el vino. %n este sentido es preciso interpretar otras e1presiones:
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C*3 N%l pan que Bo os dar9 es mi Carne...N Q el pan, que no lo es,
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sino mera apariencia de pan, es mi Carne. S)/ P)3 -> Cor >@, l/y ss. N%l pan que partimos, que no lo es, aunque lo parezca, es la comunin con el Cuerpo de CristoO.
&a persuasin de la 4glesia de una presencia de Cristo en la eucaristía, que contradice la e1periencia sensual, es constante y un*nime. •
S)/ 4*/3 N5emos aprendido que el alimento consagrado con una s3plica al &ogos -la plegaria eucarística que procede de %l -el adre y con Accin de gracias -la legaria eucarística es la Carne y la sangre de nuestro 2es3s hecho hom+re, con cuyo alimento se nutre nuestra carne y nuestra sangre, mediante la transformacin -de nosotros en el alimento reci+ido.
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S)/ 4)/ C*83:3 : NIosotros los sacerdotes tenemos la dignidad de servidores -ministros, pero es Él -Cristo quien santifica y transmutaO.
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EL ORDEN SACERDOTAL
%l $rden #acerdotal es un sacramento que, por la imposicin de las manos del $+ispo, y sus pala+ras, hace sacerdotes a los hom+res +autizados, y les da poder para perdonar
los pecados y convertir el pan y el vino en el Cuerpo y en la #angre de Iuestro #e8or 2esucristo. %l sacramento del orden lo reci+en aquellos que se sienten llamados por Dios a ser sacerdotes para dedicarse a la salvacin eterna de sus hermanos los hom+res. %sta ocupacin es la m*s grande de la "ierra, pues los frutos de sus tra+a6os no aca+an en este mundo, sino que son eternos. &a vocacin al sacerdocio lleva consigo el celi+ato, recomendado por el #e8or. &a o+ligacin del celi+ato no es por e1igencia de la naturaleza del sacerdocio, sino por ley eclesi*stica. &a 4glesia quiere que los candidatos al sacerdocio a+racen li+remente el celi+ato por amor de Dios y servicio de los hom+res. #acerdotes c9li+es para que puedan dedicarse completamente al +ien de las almas, sin las limitaciones, en tiempo y preocupaciones, que supone sacar adelante una familia. %l sacerdote de+e estar li+re para dedicarse, cien por cien, al cuidado de las almas. Aunque es verdad que en alg3n caso una esposa podría ayudarle, tam+i9n es verdad que en otros muchos, una esposa podría a+sor+erle su tiempo por estar enferma física o psíquicamente, o por e1igir de 9l mayor atencin, etc. B por supuesto, los hi6os e1igirían de 9l, no slo tiempo, sino destinos en los que la educacin de ellos fuera m*s f*cil, o evitar atender a enfermos contagiosos, etc. %s decir, el sacerdote sin familia est* m*s li+re para el apostolado; y la 4glesia, en dos mil a8os de e1periencia, así lo ha advertido, y por eso e1ige el celi+ato a sus sacerdotes. ero, so+re todo, el celi+ato sacerdotal tiene un fundamento teolgico: Cristo fue c9li+e, y el sacerdote es )alter Christus), es decir, otro Cristo. %l amor de 2esucristo es universal, igual para todos; sin los e1clusivismos propios del amor matrimonial. Así de+e ser el amor del sacerdote. &a vocacin no consiste en reci+ir una llamada telefnica de Dios. #i un muchacho tiene +uena salud -no es necesario ser un superman, es capaz de hacer estudios -no es necesario ser un genio, puede vivir ha+itualmente en gracia, con la ayuda de Dios -no hace falta ser ya un santo, tiene +uena intencin -no se trata de +uscar el modo de ganarse la vida es decir, +usca su propia perfeccin y la salvacin de las almas, de+e preguntarse si Dios le llama al sacerdocio.
Io se trata de preguntar me gustaría ser sacerdoteM sino, me querr* Dios sacerdoteM %n caso de duda preguntar a persona imparcial y formada. 5ay que pedirle a Dios que haya muchas vocaciones sacerdotales y religiosas, pues hacen falta muchos p*rrocos, muchos misioneros, predicadores, confesores, maestros, etc., y tam+i9n muchas 5ermanitas de los o+res, de la Caridad, en los hospitales, en los asilos, religiosas en las escuelas, colegios etc.; y otras en los conventos de clausura que ala+en a Dios y pidan por los pecadores. or eso es un gran apostolado ayudar econmicamente a la formacin de futuros apstoles, y a los conventos de clausura. "odos de+emos pedir a Dios que sean muchos los 6venes que sigan la voz de Dios, pues hacen falta muchos y +uenos sacerdotes y religiosos. &os padres tienen o+ligacin grave de de6ar en li+ertad a sus hi6os que quieran consagrarse a Dios. ero tam+i9n sería pecado y gravísimo el inducir a sus hi6os, por motivos humanos, a a+razar, sin vocacin, el estado eclesi*stico.
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REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS 4glesia Catlica. Compendio del Catecismo de la 4glesia Catlica. aticano: &i+rería %ditrice aticana, 2un ! de !@@. $+tenido de: http:YYZZZ.vatican.vaYarchiveYcompendium[cccYdocumentsYarchive[!@@ [compendiumccc[sp.html ontificio Conse6o 2usticia y az. Compendio de la Doctrina #ocial de la 4glesia. aticano: &i+rería %ditrice aticana, A+r ! de !@@/. $+tenido de: http:YYZZZ.vatican.vaYroman[curiaYpontifical[councilsY6ustpeaceYdocum entsYrc[pc[6ustpeace[doc[!@@=@!=[compendiodott soc[sp.html\(%#%I"AC4]C0]<0I
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