Sobre la teoría.
¿Qué? Y ¿Cómo?
“El centro de interés específico consiste en qué y cómo hacer para ayudar a solucionar de manera efectiva problemas problemas humanos persistentes” persistentes”. (Fisch, Weackland, y Segal, 1984, pág. 19. La táctica del cambio) Teoría “Toda conducta humana intencionada depende en gran medida de las opiniones o premisas que posean las personas, ya que dichas opiniones son las que rigen su interpretación de las situaciones, los acontecimientos y las relaciones” (Fisch, Weackland, y Segal, 1984, pág. 23. La táctica del cambio) cambio) “En el especifico universo de conducta que denominamos psicoterapia, esto significa que las ideas o premisas que defienda una persona con respecto a la naturaleza de los problemas y del tratamiento influirá notablemente en el tipo de datos sobre los cuales centrara su atención, la clase de personas que tratara, lo que dirá y hará –e –e igualmente, lo que no dirá ni hará- con el paciente y las demás demás personas personas
implicadas, y lo lo que es más importante, como como evaluara los
resultados resultados de tales acciones” (Fisch, Weackland, y Segal, 1984, pág. 23. La táctica del cambio) cambio ) Hay dos vías por las que la teoría puede llevar a dificultades y equivocaciones: 1) “La teoría puede estar elaborada en exceso o puede tomarse con demasiada seriedad cosificándola hasta el punto de que obstaculice la observación directa y la interpretación simple de la conducta” “la teoría *ha+ de ser… únicamente un conjunto de ideas u opiniones relativamente generales que resultan útiles para integrar elementos particulares de observación y acción en una forma sistemática y comprensible” “nuestra teoría no es más que el mapa conceptual de nuestro enfoque para entender y tratar la clase de problemas problemas que se les plantean a los terapeutas en su práctica cotidiana…. En tanto que q ue una herramienta, un mapa nunca debe confundirse con la realidad, es siempre algo provisorio y hay que juzgarlo por el resultado que dé” (Fisch, Weackland, y Segal, Se gal, 1984, pág. 24-25. 24-25. La táctica del cambio) cambio) 2) “el otro peligro de una teoría surge cuando no se hace explicita” “Todos tenemos ideas generales que forman el contexto de nuestro pensamiento y conducta particulares, y que así guían a estos últimos. Pero tales opiniones generales pueden ser algo algo implícito y darse por supuestas. Estas hipótesis, se convierten en las más influyentes de todas, puesto que son las menos dispuestas dispuestas a revisión, cuestionamiento cuestionamiento y posible replanteamiento” (Fisch, Weackland, y Segal, 1984, pág. 24-25. La táctica del cambio) cambio ) “solo estamos hablando de opiniones, no de la realidad realid ad ni de la verdad, porque creemos que todo lo que tenemos, y lo que siempre tendremos, son opiniones. Tampoco se trata de que las opiniones sean más o menos reales o verdaderas, o de que se acerquen paulatinamente a la
verdad. Algunas opiniones quizás resulten más útiles o efectivas que otras para lograr la finalidad elegida, pero este es un criterio pragmático, no un criterio de realidad” ” (Fisch, Weackland, y Segal, 1984, pág. 29. La táctica del cambio)
Sobre la terapia estratégica:
“Consideramos que estos principios representan una continuación y desarrollo ulteriores de algunas de las ideas más esenciales en terapia familiar, si bien algunos quizás también las puedan considerar
como una desviación de esta” (Fisch, Weackland, y Segal, 1984, pág. 28. La táctica
del cambio) “Aunque pueda parecer un enfoque superficial, posee las ventajas de la sencillez, la concreción y la reducción al mínimo de las presuposiciones y las inferencias. [Un] observador advertiría una: 1.
Un cliente expresa preocupación acerca de una conducta –acciones, pensamientos o sentimientos- desarrollada por el o por alguna otra persona con la que se halla significativamente comprometida.
2.
Dicha conducta es descrita como a) desviada, infrecuente
o inadecuada, o incluso
anormal, y b) aflictiva o dañosa, inmediata o potencialmente para el sujeto (el paciente) o para los demás. 3.
Se informa que el paciente o que los demás han realizado esfuerzos para detener o para modificar esta conducta, pero que no han te nido éxito.
3) En consecuencia, el paciente o los otros implicados buscan la ayuda del terapeuta para cambiar la situación, que no han sido capaces de cambiar por si solos” ”
(Fisch,
Weackland, y Segal, 1984, pág. 29-30. La táctica del cambio)
Sobre el problema:
“Dicha conducta es descrita como a) desviada, infrecuente o inadecuada, o incluso anormal, y b) aflictiva o dañosa, inmediata o potencialmente para el sujeto (el paciente) o para los demás”. (Fisch, Weackland, y Segal, 1984, pág. 30. La táctica del cambio) “… pensamos que los problemas consisten
en una conducta presente indeseada”
(Fisch,
Weackland, y Segal, 1984, pág. 30. La táctica del cambio) “Concedemos importancia… a una clara identificación de la conducta problemática: que es, en que aspecto es considerada como problema, y por quien. También otorgamos importancia al funcionamiento y a la persistencia de la conducta problemática.” (Fisch, Weackland, y Segal, 1984, pág. 30. La táctica del cambio) “Para que constituya un problema, una conducta tiene que realizarse de un modo repetido (…) este, por definición, es una dificultad que se prolonga en el tiempo” (Fisch, Weackland, y Segal, 1984, pág. 30. La táctica del cambio)
Sobre redundancia, reiteración de las conductas
La aparición de conductas específicas, y en especial su reiteración, es un tema importante que necesita una explicación. En nuestra opinión toda conducta ya sea normal o problemática, y sea cuales fueren sus relaciones con el pasado o con los factores de la personalidad individual, resulta configurada y conservada (o cambiada) de manera continuada, primordialmente mediante reiterados esfuerzos que tienen lugar en el sistema de interacción social del individuo
que
manifiesta aquella conducta. En otros términos, la conducta de una persona instiga y estructura la conducta de otra persona, y viceversa. Si ambas se hallan en contacto a lo largo de cierto tiempo, surgirán pautas repetitivas de interacción.
Origen o formación. Soluciones ensayadas
“A continuación, nos encontramos con la cuestión básica de la persistencia de los problemas… a pesar de la insatisfacción que producen y de los intentos de cambio. … para que un problema exista y permanezca como tal, debe haber conductas problemáticas y que se lleven a cabo de forma repetida dentro del sistema de interacción social del paciente+”
(Fisch, Weackland, y
Segal, 1984, pág. 31. La táctica del cambio). “Por irónico que pueda parecer, esta experiencia nos ha indicado una y otra vez que en las soluciones ensayadas por la gente, en los modos específicos con que intentan rectificar un problema, existe algo que ayuda en gran medida al mantenimiento o a la exacerbación del problema” (Fisch, Weackland, y Segal, 1984, pág. 32. La táctica del cambio) Podemos resumir así nuestro punto de vista relativo al origen y persistencia delos problemas: estos comienzan con motivo de alguna dificultad de la vida cotidiana, dificultades que jamás suelen escasear. Tal dificultad puede surgir de algún a contecimiento desafortunado o fortuito. Con más frecuencia sin embargo, es más probable que su comienzo este en una dificultad corriente, vinculada con alguna de las transiciones que se experimentan periódicamente en el transcurso de la existencia – el matrimonio, el nacimiento de un hijo etc. (véase Weackland y colaboradores, 1974; Haley, 1973) la mayoría de las personas hacen frente a estas dificultades de una forma razonablemente adecuada en la mayoría de los casos , razón por la cual no las vemos aparecer por nuestras consultas. Para que una dificultad se convierta en un problema, tienen que cumplirse solo dos condiciones: 1) que se haga frente de una forma equivocada a la dificultad; 2) que cuando no se soluciona la dificultad, se aplique una dosis más ele vada de la misma <>. Entonces queda potenciada la dificultad original mediante un proceso que sigue un círculo vicioso, convirtiéndose en un problema que puede llegar a adquirir unas dimensiones y una naturaleza que se parezcan muy poco a la dificultad original. (Fisch, Weackland, y Segal, 1984, pág. 32. La táctica del cambio)
Por qué el individuo que conoce sus comportamientos disfuncionales no los cambia?
En táctica del cambio: ¿Cómo es posible que gran cantidad de personas no solo cometan tales errores sino que persistan en ellos, a pesar de su propia experiencia de que sus soluciones no
funcionan? En el terreno de la terapia familiar, el énfasis se pone en la homeostasis, en las ventajas interpersonales que se obtienen gracias a las conductas problemáticas, etc. Nuestro punto de vista es bastante distinto. No creemos que la persistencia en una actitud inadecuada frente a las dificultades implique necesariamente la existencia de defectos fundamentales en la organización familiar… Creemos más bien que las personas persisten por inadvertencia en actividades que mantienen vivos
los problemas, y a menudo lo hacen con la mejor de las
intenciones. En realidad las personas pueden verse aprisionadas en esta conducta repetitiva incluso cuando son conscientes de que lo que están haciendo no sirve para nada.
(Fisch,
Weackland, y Segal, 1984, pág. 34. La táctica del cambio)
“Como podemos comprobar, tal persistencia es con muchísima frecuencia cuestión de un mero error lógico, en sentido literal. No se trata de que las personas sean ilógicas, sino de que siguen lógicamente sendas que proceden de premisas incorrectas o inaplicables, aunque estas premisas no funcionen en la práctica.
Se ajustan con mucho cuidado a mapas bastante deficientes, cosa
bastante explicable en individuos que se hallan comprensiblemente ansiosos en medio de dificultades.
La creencia en tales mapas puede servir también para ocultar el hecho de que no
sirven como guías efectivos. Es fácil racionalizar la experiencia directa de los conflictos que siguen estando ahí : <> Además al alcance de la mano hay gran cantidad de mapas deficientes , o de mapas que solo se aplican en circunstancias limitadas y no en otras que solo son semejantes en apariencia. Y lo que es aún peor: muchos de estos mapas parecen bastante lógicos, o se hallan respaldados con fuerza por la tradición y la sabiduría convencional. El más corriente y generalizado de estos mapas tradicionales afecta directamente a lo que aquí estamos exponiendo: <>
(Fisch, Weackland, y Segal, 1984, pág. 36. La táctica del
cambio)
Intervención sobre las soluciones ensayadas.
“Si la aparición y el mantenimiento de los problemas son considerados partes de un proceso que sigue un círculo vicioso en el que las bienintencionadas conductas de <> otorgan continuidad al problema, la alteración de tales conductas debe servir entonces para interrumpir el ciclo e iniciar la solución del problema, es decir la desaparición de la conducta problemática, que ha dejado de estar provocada por otras conductas pertenecientes al sistema. … por lo demás, siempre existe la posibilidad de que un cambio inicialmente pequeño de la interacción en círculo vicioso, dirigido de un modo adecuado y estratégico, pueda hacer que se inicie un circulo beneficioso, en el que un aminoramiento de la <> conduzca a un aminoramiento del problema, y este a su vez en un aminoramiento de la <>, y así sucesivamente”. (Fisch, Weackland, y Segal, 1984, pág. 37. La táctica del cambio)
“En consecuencia, consideramos que el objetivo primordial de un terapeuta no tiene por qué consistir en solucionar todas las dificultades sino en iniciar un proceso de inversión”.
(Fisch,
Weackland, y Segal, 1984, pág. 37. La táctica del cambio)
La labor del terapeuta estratégico.
“… el terapeuta debe de transformarse en agente activo de cambio. No solo debe lograr una visión clara de la conducta problemática, y de las conductas que sirven para conservarla; debe considerar también en que podría consistir el cambio más estratégico en las <>, y dar pasos que estimulen dichos cambios haciendo frente a los compromisos del cliente para continuarlos.” (Fisch, Weackland, y Segal, 1984, pág. 38. La táctica del cambio)