LA PREGUNTA FILOSÓFICA Todos nos formulamos preguntas flosófcas y todos, en ciertos momentos, intentamos conseguir respuestas más o menos razonadas a preguntas flosófcas, mostrando una personal concepción del mundo. Buena parte de las preguntas de la flosoía son preguntas fundamentales fundamentales, es decir, preguntas últmas o que apuntan a la ra!" de una #uest$n. ¿Cómo hemos de vivir? o vivir? o ¿qué sentido hemos de dar a nuestra vida? son preguntas undamentales. Preguntas que han interesado a todos, en todo tempo y en todo lugar. Peguntas que son especialmente generales; preguntas sore los presupuestos y los #on#eptos ásicos de la ciencia; preguntas sore las normas que nos deen guiar,.... !as preguntas flosófcas no son preguntas #ent!%#as; pero la mayoría de las flosófcas, por no decir todas, re&ueren datos #ent!%#os. "iícilmente se puede hacer metaísica, ir más allá de la ísica, si se desconoce la physis o physis o naturaleza, incluida en #sta los mismos humanos. $n determinadas áreas del conocimiento, pero, las fronteras entre ciencia y flosoía son dfusas y aiertas. Toda %ilosoía %ilosoía aspira a responder preguntas; de hecho, las preguntas son precisamente una parte muy importante en %ilosoía, más incluso que las respuestas en sí. &l contrario que en la ciencia, las respuestas no tienen la intención de ser autosufcientes, uní'ocas y, dentro de los límites lógicos, 'álidas. Pretenden ser (tiles, ser'ir para continuar me)orando el camino hasta llegar a la 'erdad, y aunque algunos flósoos crean que han llegado a esta ella, lo cierto es que pronto se dan cuenta de tal imposiilidad. !as respuestas flosófcas no son más que pasos hacia la meta, pero la meta en sí está a(n muy le)ana. *orprende la gran cantidad de preguntas preguntas que uno puede plantearse acerca acerca del del mundo, de la propia 'ida humana o de algunas de sus características. Pero deemos dierenciar entre las respuestas que puede aportar la ciencia y las que hace la propia %ilosoía. %ilosoía. Por e)emplo, no es lo mismo para un astrónomo que para un flósoo cuestionarse sore el uni'erso o la e+istencia de un principio del espacio y el tiempo; cada uno tiene su perspecti'a, su procedimiento mucho más 'ago en el caso del flósoo- de acercarse a encontrar una respuesta a tales cuestiones. ay que comprender que la ciencia tiene su parcela dentro del conocimiento humano aunque jamás hay que aceptarla como el único m#todo para otener dicho conocimiento-, y que por tanto el flósoo dee atenerse a preguntas que la oser'ación empírica no pueda, por ella misma, responder. responder. "e lo contrario, el flósoo estaría haciendo ciencia, no n o flosoía, y a menudo no con'iene entrometerse en campos a)enos.... &sí pues, hay una serie de preguntas preguntas o prolemas típicamente típicamente flosófcos que son, podría podría decirse, uni'ersales, porque han interesado a todas las generaciones de pensadores y orman ya parte de la (squeda humana del saer. &hora ien, es curioso que la respuesta actual a algunas de ellas sea tan incierta y parcial como lo era en tiempos de los presocráticos, hace /.011 a2os pero esa es otra cuestión, de la que en re'e escriir#...-. $stas cuestiones o prolemas son3 4- Cosmol$g#os3 acerca de la 5aturaleza, el 6osmos, el origen, e'olución y destino del 7ni'erso, etc. distinguiendo de las preguntas que la ciencia tami#n ormula en relación a estos mismos temas/- Epstemol$g#as 3 acerca del conocimiento, su 'erdad, el m#todo para conseguirlo, sus límites, certezas, etc. 8- 't#as3 acerca del ien y del mal, la )usticia, la conciencia, los 'alores y la 'irtud, la elicidad, el deer, etc. 9- (etaf!s#as3 acerca del ser, en general, "ios, la inmortalidad, el alma, etc. :- Antropol$g#as3 acerca del origen y destino del ser humano, la fnalidad de la 'ida, la cultura, la cone+ión almacuerpo, etc. 0- So#o)pol!t#as3 acerca de la sociedad, el homre, el poder, las desigualdades, la propiedad, los con
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Los m*todos de la %losof!a Para contestar las grandes o peque2as- preguntas flosófcas las personas que hacen flosoía tratan de usar un m#todo. 7n m#todo es la orma sistemática de realizar una acti'idad. $n consecuencia, un m#todo flosófco será la orma sistemática en la que ser intenta contestar las preguntas flosófcas. 5o e+iste un m#todo (nico para contestar preguntas flosófcas. Pero se puede encontrar puntos en com(n de di'ersos m#todos flosófcos3 1.
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Pro+o#ar dudas. &ristóteles decía que la flosoía nace de la admiración de las cosas más comunes. Pero no es una admiración de tipo est#tico necesariamente. !a admiración nos puede producir desencanto o dudas acerca de las cosas. Por e)emplo, podemos 'er una planta muerta y preguntarnos que signifca que algo tenga ='ida>. $sto a su 'ez puede remitirnos a preguntarnos por nuestra propia 'ida, y preguntarnos por que tenemos que morirnos. !a flosoía nos oliga a cuestionar nuestras creencias y a dudar sore aspectos por mas simples que parezcan. $so es precisamente lo que &ristóteles quería afrmar. !as dudas nos lle'aran al segundo paso. Formular preguntas , pro-lemas. 6uestionar las creencias constituye el n(cleo de lo que signifca hacer flosoía. $sta parte del m#todo no es ácil3 la tarea es ormular la duda en orma de pregunta. !a flosoía puede preguntar acerca de nuestros presupuestos por más apreciados que sean para nosotros. Por e)emplo, tradicionalmente la flosoía ha cuestionado el concepto de liertad que tenemos los seres humanos, es decir, nuestra intuiti'a sensación de decisión en lo que hacemos para sugerir que nuestra conducta en enteramente determinada por ineludiles causas anteriores. Propor#onar una solu#$n. *ore esto no hay consenso, pero muchos flósoos y flósoas proponen soluciones a las preguntas que ormulan. Por e)emplo para ?ant, actuar correctamente es cumplir un deer uni'ersal. Podemos discrepar con su solución pero #l cumplió la tarea de ormular la pregunta, @qu# hace que un acto sea uenoA, y proporcionó una solución. /ust%#ar los pasos para la solu#$n. 5ue'amente 'emos el rigor flosófco en la )ustifcación. !as soluciones deen estar lógicamente )ustifcadas. $sto es lo que se llama =argumento>. $n un argumento una serie de proposiciones llamadas =premisas> constituyen la =e'idencia> para llegar a una =conclusión>. "esde una perspecti'a netamente lógica se dice que en un argumento la conclusión se sigue de las premisas. Por ello, esperamos en toda solución flosófca sea correctamente argumentada. 0s#utr las solu#ones. %elizmente la empresa flosófca es una tarea social. !os flósoos no son pensadores aislados. *us oras están escritas para ser e'aluadas y sometidas al escrutinio de todos nosotros. 5o hay pues un flósoo que sea la autoridad incuestionale del conocimiento. Todo traa)o flosófco está creado como una in'itación a la re, es decir, una conrontación entre distintos puntos de 'ista, una con'ersación en la que algunas 'eces podemos estar de acuerdo y otras discrepar. %ue Platón precisamente el flósoo que empleó la t#cnica del diálogo para e)emplifcar la dial#ctica presente en la ormulación y solución de todo prolema flosófco. $n sus llamados ="iálogos> leemos a los dierentes persona)es que simolizan las dierentes posturas y la incesante dial#ctica presente. oy, por supuesto, no hemos camiado ese m#todo, aun cuando son contados los flósoos que escrien en orma de diálogos.
& continuación tienes una serie de preguntas que se han planteado los flósoos3
1. 2Cu3ndo algo es +erdadero4 5. 2la +erdad es s$lo pro-a-le o a-soluta6 7. 2Se podr!a llegar a a%rmar &ue la +erdad es su-8et+a6
9. S la :erdad A-soluta es 0os; 2#u3l es la +erdad a-soluta para los &ue no #reen en 0os6 2
<. 2Cu3les son los medos para ponerse de a#uerdo frente a dstntas opnones6 =. 2C$mo afe#ta el pensamento #ent!%#o moderno> a la #on++en#a , el d3logo #on otras +erdades relgosas6 ?. 2@a, otra +!a aparte de la ra"$n para demostrar la +erdad6 . 2Por &u* Ba, orden , no #aos6 . 2Cu3l es el orgen del un+erso6 1D. 2Cu3l es nuestro puesto en el #osmos6 11. 2Somos los re,es de la naturale"a6
1<. 2:ale la pena la ++r6 1=. 20os este6 1?. 2Este el tempo6 1. 2El un+erso tene orgen6 1. 2Este el mo+mento6 5D. 2Podemos llegar a #ono#er a la :ER0A0 #on ma,ús#ulas6 51. 2Las personas; somos todos guales6
15. 2u* es el Bom-re6 17. 2u* sentdo tene nuestra esten#a6 19. 2Para &u* estmos6
La Conferencia Imposible 5asrudin, saio maestro suí, llegó un día a una aldea en la que antes nunca haía estado. !a gente lo esperaa con gran entusiasmo porque era amoso; y cuando supo que estaa dispuesto a dar una conerencia, una gran multitud se congregó en el lugar del e'ento. 6uando ingresó al recinto, se paró rente al p(lico y ariendo los razos les di)o3 a que se han reunido tantas personas para escucharme, supongo que sarán qu# es lo que 'oy a decirles. Todos contestaron a coro3 5o, maestro, no lo saemos $ntonces #l les respondió3 *i no saen qu# es lo que 'ine a decirles es que no están preparados para escucharlo. "iciendo esto, dio media 'uelta y se ue de)ando a la gente muy sorprendida. *u ayudante, antes de retirarse, le di)o a la audiencia que esa haía sido una gran oportunidad para que todos pudieran aprender una e+celente lección, y los in'itó a solicitarle al saio que diera una segunda conerencia. %ue así que una gran cantidad de gente se organizó para ir a uscarlo y pedirle una nue'a presentación. $l maestro les di)o que todo su saer se podía reunir en un grano de arroz y que una segunda conerencia era in(til, pero esas personas estaan muy decididas a escucharlo e insistieron hasta con'encerlo. $l peculiar comportamiento del saio en la primera conerencia hizo que en esa segunda oportunidad se congregara a(n una multitud mucho mayor, pero antes acordaron preparar una me)or respuesta si se producía otra e'entual sorpresa. 6omenzó 5asrudin su segunda disertación con estas palaras3 *upongo que tanta gente se ha reunido saiendo lo que 'oy a decirles. $ntonces, todos contestaron a coro y a 'i'a 'oz3 *i maestro, lo saemos, por eso 'inimos. &l oír esto, el saio contestó3 Bueno, si ya lo saen no 'eo el moti'o que e+iste para 'ol'er a decirlo. sin decir una palara más, se 'ol'ió a retirar. 5ue'amente los asistentes sintieron gran perple)idad y estupor ante sus re'es palaras, pero admirados por su gran saiduría 'ol'ieron a solicitarle una tercera y (ltima conerencia. Ctra 'ez un gran n(mero de personas ue a rogarle para que les halara al día siguiente; y rente a tanta insistencia no pudo negarse y aceptó de inmediato. Por tercera 'ez el maestro estaa rente al p(lico, que parecía haer crecido consideralemente. *in perturarse en lo más mínimo comenzó la tercera y (ltima conerencia con las mismas palaras que en las anteriores. *upongo que todos ustedes ya sarán lo que 'oy a decirles. !os asistentes, pre'iendo escuchar la acostumrada introducción y haiendo planeado contestarle algo más ingenioso, di)eron a coro3 &lgunos saemos pero otros no. !uego de un largo silencio, se escuchó su 'oz diciendo3 Bueno, si ese es el caso, los que saen instruyan a los que no saen. 3
6on estas palaras dio por terminada su tercera conerencia, dio media 'uelta y se ale)ó.
4. @6ómo se e+cusa el maestro de dar otra conerenciaA /. @Du# trata de ense2ar el maestro a los asistentes a la charlaA 8. @6uál crees t( seria la respuesta que deerían dar para que el maestro d# una charlaA
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