"LA FALSA MEDIDA DEL HOMBRE" de STEPHEN JAY GOULD
Desde la medición de los cráneos hasta el uso y abuso de los test de inteligencia, el libro es un alegato a favor del igualitarismo y en contra del determinismo biológico que pretende mantener y justificar el estatus dominante del mundo por ciertos sectores (razas, sexo, naciones, clases sociales…! "n algunas ocasiones suele adentrarse en detalles que hoy en d#a nadie cuestiona (incluso disecciona los cálculos que en su momento pudieron hacer los craneometristas, lo cual resulta casi tan pesado como la explicación del análisis factorial, pero que el autor justifica no solo por inter$s histórico, sino porque tarde o temprano el mismo tipo de argumentación se repite cuando hay un retroceso en las libertades pol#ticas! %or culpa de las constantes intentonas pseudocient#ficas el libro permanece actualizado, y se lee a la luz de un marcado activismo y compromiso moral que compensa sus momentos más t$cnicos! &a introducción revisada del libro a los quince a'os de su primera publicación es una advertencia triple! %or una parte avisa reiteradamente al lector de que no se trata de un libro que aspira a refutar todas las falsedades que defienden la base gen$tica de las desigualdades sociales) sino que se centra en tan solo una de ellas* la de una teor#a de la inteligencia innata, unitaria y linealmente clasificable (algo as# como que el que es tonto siempre lo será, y que se puede determinar su tontura incluso en una escala num$rica que cuantifica de manera milagrosa la inteligencia humana! De otra parte avisa del contexto pol#tico+conservador en el que se publicó el libro, cuando el trabajo de &a urva de -ell ofrec#a al p.blico conclusiones cient#ficas que justificaran recortar gastos sociales en perjuicio de los más necesitados que no ten#an solución en nuestra sociedad! %or .ltimo se defiende la idea de que el cient#fico sin ning.n inter$s socio+ pol#tico en su objeto de estudio no existe, y que de existir no ser#a bueno para la ciencia porque ese inter$s es el motor que a menudo salva muchos obstáculos en la carrera de la investigación cient#fica! CAPÍTULO PRIMERO. INTRODUCCIÓN A LA EDICIÓN REVISADA Y AMPLIADA: REFLEXIONES A LOS QUINCE AÑOS.
/ntroduce el determinismo biológico moderno que consiste en la idea de inteligencias innatas en razas, sexos o clases! %ero la mejor introducción es un valioso y orientativo resumen por cap#tulos! 0ambi$n contiene una presentación particularmente brillante de la ciencia, como una hija de su tiempo, llena de influencias culturales, como cualquier actividad humana! CAPÍTULO SEGUNDO. LA POLIGENIA Y CRANEOMATRÍAS NORTEMARICANAS NORTEMARICANAS ANTES DE DARWIN
0ras algunas oportunas citas de ilustres intelectuales de los siglos 12/// y 1/1, se contextualiza la opinión generalizada a favor de las jerarqu#as sociales y raciales en una $poca en donde la igualdad no estaba en el horizonte intelectual ni mucho menos en el pol#tico! %ero 3ould s# que diferencia entre n.cleos duros y blandos! %or ejemplo, los que defend#an la esclavitud y los que no* aunque todos partieran del com.n punto de vista de que los negros eran inferiores, la diferencia era que algunos pensaban que pod#an elevarse de su condición de primitivos o que el nivel de inteligencia no determinaba el derecho a la libertad de las personas, y otros que no pensaban lo mismo! &as jerarqu#as raciales se justificaban con el monogenismo y el poligenismo, que ven#an a coincidir con esos n.cleos blandos y duros respectivamente! "l monogenismo ser#a la unidad de todos los pueblos porque venimos de 4dán y "va, lo que sucede es que habr#amos ido degenerando y alejándonos de esa unidad e igualdad generación tras generación! "l poligenismo ser#a más impopular en la $poca, porque no recurr#a a la -iblia y establec#a una mayor diferencia entre las razas ya que no habr#an estado hermanadas en ning.n momento anterior, por tanto, cualquier discriminación estar#a justificada al pertenecer a naturalezas completamente distintas! 4unque los esclavistas no necesitaban de argumentos innovadores ni de nuevos datos emp#ricos sobre las diferencias entre las razas para justificar la imposición de los unos sobre los otros5 la religión siempre hab#a sido suficiente! %ero una vez que Dar6in hizo acto de aparición, las justificaciones de las jerarqu#as necesitaron más que nunca presentar sus justificaciones como cient#ficas! CAPÍTULO TERCERO. LA MEDICIÓN DE LAS CABEZAS: PAUL BROCA Y EL APOGEO DE LA CRANEOLOGÍA.
omienza con otra ampl#a muestra de citas inolvidables) de los grandes de la $poca, para reiterar el contexto en el que se desarrollaban esas teor#as! "ran tiempos en los que se idolatraban los n.meros y muchos cient#ficos se dejaban llevar por cuantificaciones compulsivas pero sin apenas m$todo cient#fico que las respaldase, más bien con una carencia absoluta de autocr#tica, cuando no dejándose arrastrar hasta el fraude cient#fico! %or eso cuando se encontraban casos que contradec#an la corriente mayoritaria de la craneometr#a, o bien se elud#an directamente o bien se falseaban (por ejemplo el cerebro grande de los alemanes, los hombres eminentes con cerebro peque'o, los criminales con cerebros grandes, los cerebros femeninos incómodos)…!! CAPÍTULO CUARTO: LA MEDICIÓN DE LOS CUERPOS (DOS ESTUDIOS SOBRE EL CARÁCTER SIMIESCO DE LOS INDESEABLES
"l primero de ellos es la recapitulación5 el cuerpo, conforme se va formando, adopta diferentes formas y fases que representan una recapitulación del pasado evolutivo del ser humano! 7i antes de humano el hombre fue pez y reptil, esos estadios se reflejar#an en los fetos humanos ese mismo orden! "l segundo es la antropolog#a criminal5 los criminales tienen rasgos atávicos y
criminales que resultan identificables, y por tanto predecibles, y que brotan con más fuerza que en otros individuos normales (que tambi$n los tienen y que producen las conductas criminales! "l máximo exponente de esta teor#a fue &ombroso, a quien 3ould acusa de plegarse en una retirada enga'osa cuando la gran controversia que causó su teor#a fue paulatinamente refutada! 8o obstante 3ould no duda en manifestar el origen progresista de &ombroso y de sus seguidores5 “Los antropólogos criminalistas lombrosianos no eran abyectos sádicos, ni protofascistas, y ni siquiera simpatizaban con ideologías políticas conservadoras. Eran más bien partidarios de una política liberal e incluso socialista, y se consideraban personas modernas, ilustradas por la ciencia.” CAPÍTULO QUINTO. LA TEORÍA !EREDITARISTA DEL COEFICIENTE DE INTELIGENCIA: UN INVENTO NORTEAMERICANO.
9n 7tephen :ay 3ould indignado nos cuenta la tergiversación de que ha sido objeto 4lfred -inet, inventor del coeficiente de inteligencia! uando 4lfred -inet recibió el encargo del ;inisterio de "ducación para tratar a ni'os con problemas de aprendizaje, ya intentó poner freno a las malinterpretaciones que se pudieran sacar de sus teor#as, pero dichas cautelas no fueron suficientes! %ara desarrollar este encargo ideó el coeficiente de inteligencia como una herramienta para detectar a tales ni'os y que pudieran recibir una educación especial! 7in embargo los test que se desarrollaron posteriormente tergiversaron esta intención original y sirvieron para estigmatizar y limitar a determinados ni'os, no para brindarles ayuda! -inet advirtió, desde el principio, del peligro de creer que la inteligencia es medible de manera lineal, como la altura, y de que su escala se sacara fuera de contexto! %ara ello estableció tres principios, que paso a enumerar de manera literal tal y como los describe 3ould, junto con un resumen de los tres autores que tergiversaron a -inet5 “!" Las puntuaciones constituyen un recurso práctico# no apuntalan ninguna teoría del intelecto. $o definen nada innato o permanente. $o podemos decir que midan la %inteligencia& ni ninguna otra entidad cosificada. '!" La escala es una guía apro(imada y empírica para la identificación de ni)os ligeramente retrasados y con problemas de aprendiza*e, que necesitan una asistencia especial. $o es un recurso para el establecimiento de *erarquía alguna entre ni)os normales. +!" ualquiera que sea la causa de las dificultades que padecen los ni)os, el -nfasis debe recaer en la posibilidad de lograr me*orar sus resultados a trav-s de una educación especial. Los ba*os resultados no deben usarse para colgarles el rótulo de la incapacidad innata. /0 En el presente capítulo se analizan las principales obras de tres precursores del 1ereditarismo en $orteam-rica2 3. 3. 4oddard, que introdu*o en $orteam-rica la escala de 5inet, y cosificó los resultados que -sta permite
obtener asignándoles el valor de una inteligencia innata# L. 6. 7erman, que elaboró la escala de 8tanford95inet, y so)ó con una sociedad racional donde la profesión de cada persona se decidiera sobre la base de su :# y ;. 6. ?@.@@@ 1ombres a un test de inteligencia en la primera guerra mundial, *ustificando así la supuesta ob*etividad de unos datos que confirmaban las tesis 1ereditaristas, base de la :nmigration ;estriction Act promulgada en B'C, por la que se restringía el acceso de aquellas personas procedentes de regiones gen-ticamente desfavorecidas. La teoría 1ereditarista del : es un producto puramente $orteamericano. 8i esto parece paradó*ico tratándose de un país de tradiciones igualitaristas, recordemos tambi-n el nacionalismo *ingoísta de la primera guerra mundial, el miedo de los norteamericanos afincados desde 1acía muc1o tiempo frente a la marea de mano de obra barata Dy a veces políticamente radicalizada" que inmigraba de la Europa del sur y del este, y, sobre todo, nuestro persistente, y autóctono, racismo.” CAPITULO ". EL VERDADERO ERROR DE CYRIL BURT. EL ANÁLISIS FACTORIAL Y LA COSIFICACIÓN DE LA INTELIGENCIA.
"ste cap#tulo no me lo le# por su aparente complejidad, pero me parec#a llamativo que en su t#tulo se hable de error y no de fraude al referirse a yril -urt! "n realidad 3ould conoce los fraudes de -urt, pero no le interesan demasiado! 7e concentra en el error de usar el análisis factorial para cosificar la inteligencia! %ara una visión en contra de 3ould puede verse este erudito art#culo! De todos modos, en mi opinión, el art#culo de
&as sociedades humanas cambian por evolución cultural, y no como resultado de alteraciones biológicas! Desde hace unos =>!>>> a'os el cerebro del ?omo 7apiens no ha sufrido ninguna transformación, todos los logros tecnológicos que el hombre ha desarrollado desde entonces se deben a la evolución cultural! “La evolución biológica Ddariniana" continua en nuestra especie# pero su ritmo, comparado con el de la evolución cultural, es tan desmesuradamente lento que su influencia sobre la 1istoria del 3omo 8apiens 1a sido muy peque)a. En el tiempo en el que el gen de la anemia falciforme 1a disminuido de frecuencia entre los negros norteamericanos, 1emos inventado el ferrocarril, el automóvil, la radio, la televisión, la bomba atómica, el ordenador, el avión y la nave espacial.”
"n este cap#tulo 3ould tambi$n aborda una famosa dicotom#a bizantina entre biolog#a o cultura! @Aui$n es la responsable de que el ser humano sea tan especial de entre todos los animales, la que explica la existencia de algo as# como una cultura general humana) construida por conductas adaptativas espec#ficasB 3ould opta por limitar el papel preponderante que la biolog#a se ha venido atribuyendo en dicha tarea, sobre todo de la sociobiolog#a! 7u cr#tica de la sociobiolog#a coincide con las dudas que me han surgido al leer libros como @%or qu$ amamosB) de 7arah Cischer, psicóloga evolucionista! &os sociobiologos, y por lo visto los psicólogos evolucionistas, tienden a coger una ventaja adaptativa que explica que un animal haya llegado hasta el presente como una suerte de opción que sus antepasados eligieron para perpetuar sus genes, seguramente de manera inconsciente! %or ejemplo, las mujeres tienen mayores habilidades lingu#sticas porque se quedaban con sus ni'os mientras los hombres sal#an de caza, y les contaban historias a sus ni'os! uando esos ni'os crec#an se hac#an l#deres porque pod#an comunicar mejor, y eleg#an como compa'eras a mujeres comunicativas y afectivas para que cuidasen de sus hijos, de esa manera los genes de aquellas mujeres se han ido perpetuando hasta nuestros d#as, donde la mayor#a de las mujeres comparte esas habilidades como as# lo demuestran los estudios que se han hecho! "sto es un argumento circular, sin base probatoria ninguna! ualquiera podr#a imaginar otro parecido o incluso contradictorio con el .nico l#mite de la imaginación y cierta coherencia interna! 3ould lo explica mejor5 “La sociobiología comienza con una moderna lectura de la selección natural2 el -(ito reproductivo diferencial de los individuos. 8egFn el imperativo dariniano, los individuos son seleccionados para ma(imizar la contribución de sus propios genes a las futuras generaciones# esto es todo. /0 Los sociobiologos e(aminan luego nuestra conducta aplicando ese criterio. uando identifican una conducta que parece adaptativa porque favorece la transmisión de los genes de un individuo, e(plican su origen por la selección naturla que 1abría actuado sobre la variación gen-tica influyendo sobre el acto específico mismo. DEstas reconstrucciones rara vez tienen el respaldo de otra prueba que no sea la mera inferencia basada en la adaptación"”. 8o obstante 3ould no opta por la tabula rasa de los empiristas del s! 12///, sino por una posición intermedia y honesta en una dicotom#a tan compleja, aunque como biólogo evolutivo sit.e formalmente la pugna dentro del terreno de la biolog#a… al menos dentro de una definición de biolog#a amplia que engloba las capacidades humanas para modificar conductas y construir culturas, en contraposición a una biolog#a determinista y gen$tica que quiere encontrar un gen para cada conducta humana! “ &$ada más que& un animal es una afirmación tan falaz %como creado a imagen y seme*anza de Gios&. /0 En cierto sentido la pol-mica entre los sociobiólogos y sus críticos es una pol-mica acerca de la amplitud de la gama de variación posible”. itando a "! ! Eilson que cree que la agresividad de los seres humanos es
innata, como se deduce de las guerras de la historia, y del hecho de que las tribus más pac#ficas de hoy han sido a menudo las más destructoras de ayer, y probablemente volverán a producir soldados y asesinos en el futuro), 3ould contra argumenta lo siguiente5 “Hero si algunos pueblos son a1ora pacíficos, entonces la agresividad misma no puede estar codificada en sus genes2 solo puede estarlo su potencialidad. 8i innato solo significa posible, o incluso probable en determinadas circunstancias, entonces todo lo que 1acemos es innato y la palabra carece de sentido”. "%F&3!
haber confiado en la ingenua igualdad de todos! "ste apocalipsis resultar#a humor#stico si no fuera por la repercusión de &a urva de -ell, y por la preocupante similitud que encuentra el autor entre los razonamientos de ;urray y ?errnstein, y los de 3obineau, prominente racista acad$mico del siglo 1/1 que tuvo una influencia considerable en las teor#as de la pureza de la raza que terminaron en manos de los nazis! &os escritos de 3obineau ten#an un gran potencial pol#tico, al igual que &a urva de -ell, y aunque no se aborda directamente la responsabilidad (o irresponsabilidad, o incluso el fraude cient#fico del intelectual por avivar el fuego en determinado contexto histórico+pol#tico, algunas afirmaciones se parecen tanto que 3ould cree que se trata de la teor#a del p$ndulo histórico* de cuando en cuando, sobre todo en $pocas de crisis, salen teor#as que toman como chivos expiatorios a sectores de la sociedad, y con el tiempo, seg.n se van cayendo, estas teor#as van siendo sustituidas por otras similares o bajo formatos diferentes! De esta manera 3ould cree que las máximas que se suelen escuchar todav#a, como por ejemplo, que los jud#os o los negros huelen mal, que los negros están más capacitados para el deporte, que los irlandeses beben, que las mujeres adoran el visón, que los africanos no piensan etc… deben ser desterradas, entre otras razones porque no es posible conforme un grupo uniforme dentro de esas categor#as, y mucho menos en la raza africana, pues si hay una raza original) esa es la negra, ya que el hombre ha estado durante mucho más tiempo en Ifrica que en ning.n otro lugar del planeta5 “En otra palabras, puede que toda la diversidad racial no africana Iblancos, amarillos, cobrizos, todo el mundo desde los 1opi 1asta los noruegos y los fi*ianos9 no tenga más antigJedad que un centenar de miles de a)os. Hor el contrario, 3omo 8apiens 1a vivido en Kfrica más tiempo. En consecuencia, puesto que la diversidad gen-tica viene a estar correlacionada apro(imadamente con el tiempo de que se 1a dispuesto para los cambios evolutivos, la variedad gen-tica e(clusiva de los africanos supera la suma total de diversidad gen-tica que e(iste en todo el resto del mundo *untoM Hor lo tanto, Ncómo podemos englobar a todos los %negros africanos& en un Fnico grupoO” &as dos .ltimas partes del ep#logo son valoraciones, desde la óptica del presente, de dos asuntos que se suelen admitir sin cuestionarse y que el autor desea puntualizar! "l primero ya se ha mencionado anteriormente! 7e trata de la com.n asunción de que las ideas viven en una torre de marfil, y que no se les debe prestar atención a menos que formen parte de un plan concreto de acción! 3ould toma como ejemplo el origen de la clasificación racial de -lumenbach que actualmente se sigue usando a nivel popular (caucásico, indio americano, malayo, oriental, africano, siendo el criterio original de clasificación la belleza f#sica que tiene como máximo exponente a los caucásicos y que nos ha tra#do tantos problemas y crueldades a la humanidad, porque hemos pensado que tan solo era una metáfora que no traer#a mayores consecuencias
(probablemente en contra del sentir del propio -lumenbach5 “Los estudiosos suponen a menudo que las ideas acad-micas deben perdurar, en el peor de los casos, por ser inofensivas y, en el me*or, por ser más bien divertidas e incluso instructivas. Hero las ideas no 1abitan en la torre de marfil de nuestras consabidas metáforas sobre la irrelevancia acad-mica. Las personas como di*o Hascal, son ca)as que piensan, y las ideas motivan la 1istoria 1umana. NPu- 1abría sido de 3itler sin el racismo, de Qefferson sin la libertadO 5lumenbac1 vivió toda su vida como profesor enclaustrado, pero sus ideas reverberan a lo largo de nuestras guerras, nuestras conquistas, nuestros sufrimientos y nuestras esperanzas.” 3ould se declara partidario la libertad de expresión de manera casi absoluta, as# que más que una censura, lo que se deduce de su preocupación por ese mundo de ideas peligrosas que luego son usadas para discriminar, matar o hacer sufrir al prójimo, es la falsa ingenuidad de sus autores, y en todo caso la conveniencia de sacarlas a la luz p.blica para que puedan ser debatidas y derrotadas, para que no se perpet.en en la historia de la misma manera que se ha perpetuado la clasificación racial de -lumenbach! "l segundo consiste en desmentir la creencia popular de que Dar6in era un ejemplo de igualitarista, creencia basada en algunas citas que demuestran su simpat#a con algunos pueblos que eran despreciados normalmente por los europeos! 7in embargo, se suele olvidar a menudo que hay otras tantas citas que desvelan a un Dar6in al que le dan asco otras razas, y muy seguro de la superioridad racial europea frente a otros pueblos! %ero el juicio al que 3ould somete a Dar6in es más global y justo, y pese a criticar esa costumbre de citar selectivamente para buscar la conclusión prefabricada, reconoce y elogia a Dar6in al ubicar su cr#tica en el contexto de la $poca, donde el igualitarismo no estaba dentro del horizonte pol#tico ni filosófico! "n aquella $poca donde todos part#an de la inferioridad de algunas razas, estaban los que aprovechaban para esclavizar y someter, y los que pensaban que de tal inferioridad no se pod#a inferir una ausencia de derechos! Dar6in se situaba entre los segundos, dando muestras en numerosas textos del fuerte compromiso moral que ten#a para la $poca en la que vivió5 “Aquellos que sienten simpatía por el amo y frialdad de corazón por el esclavo no parecen ponerse nunca en el lugar de este Fltimo2 qu- sombrías perspectivas, sin la menor esperanza de cambioM :magínese a usted mismo ante la posibilidad, siempre planeando sobre su cabeza, de que su mu*er y sus 1i*os Daquellos ob*etos que la naturaleza empu*a a llamar propios incluso a un esclavo" sean arrancados de su lado y vendidos al me*or postor como si fueran ganado. < tales actos son perpetrados y *ustificados por 1ombres que profesan amor al pró*imo tanto como a sí mismos, 1ombres que creen en Gios y que rezan para que se 1aga su Roluntad sobre la 7ierraM Le enciende a uno la sangre, pero tambi-n le encoge el corazón, pensar que los ingleses y nuestros descendientes americanos, con su orgulloso grito de libertad, 1emos
sido y somos tan culpables. %epe respo! "nero de J>>K