Gramáticas de identidad y alteridad: una aproximación estructural
Si se considera cierto que las invocaciones a la identidad, colectiva o individual, se hallan ligadas de forma inevitable a las exclusiones de la alteridad y que cada “nosotros” excluye a un “ellos”, entonces poco hay que decir; a menos que se especifiquen las circunstancias históricas o las peculiaridades etnográficas de los casos que se quieran analizar Sin embargo, no tiene mucho sentido que se proclame la identidad como una de las necesidades universales y,su corolario, la otredad, como una tendencia perversa !l consenso sobre esta cuestión es de carácter moral y constituye una reminiscencia incómoda de la doctrina del “pecado original”, tal como la conocemos en diversas religiones !se acuerdo trata de buscar la definición de la propia identidad colectiva como una necesidad incontrovertible e, incluso, trata de buscar su inevitable corolario, la exclusión de aquellos que son “diferentes”, como una maniobra c"nica, como una aberración moral o como una aberración psicológica universal Sin embargo, si identidad y otredad presentan una dependencia mutua, entonces se tratar"a de indagar si es posible que existan diversos rasgos o modos de operar que distingan unas identidades # otredades de otras identidades # otredades
!ste marco de diferenciación y de comparación se va a presentar, aunque quizás de modo muy rápido, con la forma o bien de estructuras cognitivas compartidas socialmente, denominadas aqu" “gramáticas”, “gramáticas”, o bien mediante la aplicación de identidad y alteridad a quienquiera que sea $na de estas gramáticas es muy conocida para todos% la gramática binaria del “nosotros somos buenos, as" que ellos son inferiores” $na división tan categórica se puede completar como se prefiera pref iera%% noso nosotros tros cazam cazamos, os, ellos cose cosechan chan;; noso nosotros tros cultiv cultivamo amos, s, ello elloss past pastorea orean; n; noso nosotros tros somos puros, ellos contaminan &unque las combinaciones no tienen que ser siempre tan tangibles% nosotros somos tolerantes, ellos son represivos; nosotros somos serviciales, ellos son ego"stas; nosotros discutimos las propuestas, ellos imponen dogmas 'a simplicidad de esta gramática binaria, a la que nadie se puede sustraer, sustraer, es probablemente probablemente tan antigua como el ser humano y, seguramente, perdurará tanto como el mismo ser humano Sin embargo, la cuestión que aqu" se plantea es si cabe la posibilidad de identificar gramáticas de la identidad
y
de
la
otredad
mucho
más
comple(as
Objetivos •
&pre &p rehe hend nder er lo loss se sent ntid idos os de la lass gr gram amát átic icas as de id iden enti tida dad d y ot otre reda dad d en el ma marc rco o contemporáneo
•
!studiar los modelos estructurales que representan las gramáticas del “nosotros” y del “ellos” “ellos”
•
)iferenciar la noción entrecomillada de otredad que excluye la diversidad, a trav*s de las gramáticas del orientalismo, la segmentación y la asimilación
Esquema de conceptos básicos
!ste marco de diferenciación y de comparación se va a presentar, aunque quizás de modo muy rápido, con la forma o bien de estructuras cognitivas compartidas socialmente, denominadas aqu" “gramáticas”, “gramáticas”, o bien mediante la aplicación de identidad y alteridad a quienquiera que sea $na de estas gramáticas es muy conocida para todos% la gramática binaria del “nosotros somos buenos, as" que ellos son inferiores” $na división tan categórica se puede completar como se prefiera pref iera%% noso nosotros tros cazam cazamos, os, ellos cose cosechan chan;; noso nosotros tros cultiv cultivamo amos, s, ello elloss past pastorea orean; n; noso nosotros tros somos puros, ellos contaminan &unque las combinaciones no tienen que ser siempre tan tangibles% nosotros somos tolerantes, ellos son represivos; nosotros somos serviciales, ellos son ego"stas; nosotros discutimos las propuestas, ellos imponen dogmas 'a simplicidad de esta gramática binaria, a la que nadie se puede sustraer, sustraer, es probablemente probablemente tan antigua como el ser humano y, seguramente, perdurará tanto como el mismo ser humano Sin embargo, la cuestión que aqu" se plantea es si cabe la posibilidad de identificar gramáticas de la identidad
y
de
la
otredad
mucho
más
comple(as
Objetivos •
&pre &p rehe hend nder er lo loss se sent ntid idos os de la lass gr gram amát átic icas as de id iden enti tida dad d y ot otre reda dad d en el ma marc rco o contemporáneo
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!studiar los modelos estructurales que representan las gramáticas del “nosotros” y del “ellos” “ellos”
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)iferenciar la noción entrecomillada de otredad que excluye la diversidad, a trav*s de las gramáticas del orientalismo, la segmentación y la asimilación
Esquema de conceptos básicos
+ res res modelos estructurales adaptados libremente para representar las gramáticas del “nosotros” y del “ellos”
'os tres siguientes apartados tienen como finalidad presentar las tres gramáticas que, seg-n propongo, se encuentran en la base de los procesos de identidad, as" como de los procesos de otredad Se trata de una tarea delicada, ya que tales gramáticas se fundamentan en las teor"as sociales clásicas y de ning-n modo se manifiestan como gramáticas que sistematicen esos procesos de diversidad e identidad tan extendidos !n este sentido, debo disculparme ante mis predecesores, cuyo traba(o se ha utilizado y se ha adaptado aqu" sin demasiada consideración anto !d.ard Said /+0123 como !d.ard !vans45ritchard /+0673 y 'ouis )umont /+0273 se rebelar"an contra sus propias ideas, al verlas combinadas de la forma en que aqu" se propone Sin embargo, esta combinación presenta un gran inter*s actual y los clásicos permanecen lo suficientemente fuertes como para sobrevivir a esta reinterpretación de sus presupuestos o, si se prefiere, a este canibalismo
++ 'a orientalización% de una clasificación binaria al refle(o en el espe(o
'a investigación sobre la gramática de oposición binaria del blanco y negro, llevada a cabo por !d.ard Said /+0123, supuso un gran avance Said reconoció esta gramática binaria mientras traba(aba en el largo proceso histórico de cómo los occidentales conciben “lo oriental” 'o cierto es que, incluso la versión de Said acerca del
orientalismo puede parecer, a primera vista, la gramática de un beb*% un sistema que sólo hace uso de las oposiciones más simples y que las explota hasta el máximo )el mismo modo que un beb* balbucea “yo y no yo” para distinguir los dos polos de su sociabilidad egoc*ntrica, as", el orientalismo parece balbucear “nosotros” y “ellos” para articular la diferenciación menos precisa de todas las posibles &unque el parecido es enga8oso, desde mi punto de vista, lo que está en (uego en el orientalismo no es solamente una oposición binaria, sino una oposición binaria su(eta a una inversión !sto no siempre está tan claro como deber"a, sin embargo, parece encontrarse de manera impl"cita cuando Said reconoce que los occidentales no sólo menospreciaban lo que llamaban “oriental”, sino que al mismo tiempo lo deseaban !l orientalismo, tal y como Said lo ha analizado, no constituye una especie de t*cnica primitiva de inversión, preferida por alg-n est-pido o perverso; por el contrario, se trata de una sofisticada disciplina desarrollada por las *lites acad*micas y art"sticas )e este modo, la gramática del orientalismo no se limita al% “nosotros somos buenos, as" que ellos son malos” 'a *lite de intelectuales y creadores que implantó el discurso orientalista en la teor"a pol"tica y en la econom"a, en la poes"a, la novela, la filosof"a y la m-sica nunca se habr"a de(ado enga8ar por una simpleza tal & los o(os de los miembros de esa *lite, muchos de ellos cansados y ale(ados de sus propias culturas milenarias, lo que transformó esas ideas caricaturizadas en algo interesante intelectualmente y estimulante est*ticamente fue la autocr"tica cultural que hizo posible una orientalización del otro y, sobre todo, que permitió comunicar esa orientalización 9amos a utilizar un diagrama para mostrar tanto la imagen negativa de la gramática orientalista como
su
refle(o
positivo
&s" pues, el orientalismo no consiste en una simple oposición binaria del “nosotros : buenos” y “ellos : malos”, sino en un refle(o invertido muy preciso de% “lo que es bueno en nosotros, /incluso3 es malo en ellos; lo que se ha torcido en nosotros, /incluso3 ha permanecido recto en ellos” &l revisar esta idea, cualquiera puede darse cuenta de que la expresión que aparece entre par*ntesis recuerda al rechazo de la contemporaneidad que abian /+02<3 ha analizado como estrategia crucial en la transformación de los otros en el otro &l mismo tiempo, sin embargo, el sentido de superioridad occidental implica tambi*n un sentido de p*rdida% “nosotros” ya no somos tan espontáneos, exuberantes o m"sticos !l distanciamiento de ese otro, elaborado desde la perspectiva occidental, constituye tambi*n un distanciamiento de una idea del yo poco comple(a De hecho, algunas de las oposiciones orientalistas (previsión frente a espontaneidad, racionalidad frente a misticismo, sociedad frente a comunidad no constituyen !nicamente un enfrentamiento entre lo bueno y lo malo en un sentido simple" #ejos de ser una inversión fácil, la gramática del orientalismo puede implicar la autocr$tica, aun%ue bajo los auspicios de ese &otro', %ue fue formulado desde la visión occidental"
!sta observación puede arro(ar alguna luz sobre los dos excesos nacidos de la misma b-squeda cultural 5or un lado, la versión xenófoba consiste en buscar la superioridad en cualquier m*rito que uno considere como propio; por otro lado, la versión “xenófila” se basa en buscar la redención desde un “otro” que es refle(o, a su vez, de su contrario !l xenófilo que busca una sabidur"a especial en los mon(es tibetanos o en los amerindios de la selva amazónica y que descubre una “gracia natural” especial en los ni8os de color o en los atletas del ercer =undo no es menos orientalista que el xenófobo que considera >ccidente democrático, razonable y secular, y >riente /sea la zona que sea3, despótico, fanático y fundamentalista &unque esta gramática pueda parecer simplista, en realidad es cualquier cosa menos sencilla, y todos sus riesgos, tanto intelectuales como pol"ticos, son más visibles cuando los discursos acad*micos y tradicionales de la otredad convergen en la sintaxis de los refle(os invertidos /9an )er 9eer, +0063 'uego, la gramática pueril del “nosotros somos buenos y ellos son malos” se ha transformado en orientalismo, en un arma de doble filo potencialmente sutil y, a veces incluso, en la dial*ctica de transformar en yo al mismo yo y de convertir al otro en el extra8o Sin esta doble posibilidad de criticar al propio yo, al tiempo que se sigue considerando extra8o e inferior al otro, esta gramática apenas habr"a satisfecho a orientalistas como laubert o 9erdi o ?ide
#o %ue nosotros consideramos como el otro, en la gramática de la orientaliación consiste, por tanto, en una operación de inversión de una imagen reflejada: identidad y otredad se condicionan rec$procamente tanto en sus rasgos positivos como en los negativos, es decir, están concebidas para reflejarse una a otra de forma invertida"
+@ 'a segmentación% de una “anarqu"a ordenada” al “desorden federal”
'a gramática de la alteridad más antigua que ha alcanzado el estatus de teor"a antropológica es el modelo del sistema de lina(e segmentario propuesto por !vans45ritchard /+0673; aunque por razones de exposición, este hecho es secundario !vans45ritchard estudió a la tribu nuer, una comunidad de alrededor de un millón de personas, que se extend"a a lo largo de los vastos pantanos del sur de Sudán Aada miembro de la tribu forma parte de una pirámide de identificaciones que recorre de cuatro a seis niveles genealógicos, desde las familias más insignificantes a los clanes más importantes y, en -ltima instancia, cada miembro de la tribu se siente dentro de una identidad tribal compartida como nuer &s" pues, esta gramática segmentaria de la identidad determina las identidades y las otredades conforme a un contexto !n el contexto de una disputa de sangre por cuestiones de lina(e, un nuer debe transformar en “otro” a un vecino suyo que est* implicado, hasta el punto de amenazarlo con la muerte por venganza !n cambio, en una situación de conflicto entre clanes Bo de amenaza de conquista colonial, como suced"a en la *poca de !vans45ritchardB el mismo vecino se convierte en su aliado 5or este motivo, !vans45ritchard acu8ó el t*rmino paradó(ico “anarqu"a ordenada” 5ara comprender cómo se produ(o el descubrimiento de este sistema, o quizá me(or, para entender cómo fue elaborada esta teor"a por parte de este antropólogo, es -til conocer una de
las parado(as que pretend"a resolver 'os nuer parec"an encontrarse en guerra entre ellos de forma constante, especialmente en peleas de sangre por cuestiones de todo tipo, desde las más insignificantes a las de mayor envergadura Sin embargo, se afanaron por resistir unidos frente a las interferencias británicas durante casi cuarenta a8os 5or desgracia, desde los a8os cincuenta a los setenta, el modelo se aplicó a una gran variedad de sociedades que, supuestamente, tambi*n estaban basadas en una división de lina(es y clanes !sta aplicación indiscriminada fue mucho más que algo bueno, ya que el modelo se convirtió en el ob(eto central de la cr"tica etnográfica desde los a8os setenta en adelante /v*ase Cuper, +02@3 Sin embargo, lo que puso en peligro este tipo de cr"tica fue la utilización de ese modelo para hacer predicciones sobre la forma de tomar decisiones en la pol"tica actual; y, en este sentido, de(ó de considerarse fiable un modelo pol"tico cient"fico que analizaba las estructuras de organización en la toma de decisiones, al comparar tal modelo con la forma en que se cierran los acuerdos actuales% en las trastiendas y en los pasillos del poder !l modelo segmentario de fisión y fusión, es decir, de identificación y otredad, no supone más que lo siguiente% el postulado de “tan lógico como que” > sea, un modelo o gramática que, si se aplica a las decisiones más inmediatas, confiere a tales decisiones alguna consistencia lógica, aunque bastante imperceptible, en el vaiv*n diario de las maniobras y manipulaciones pol"ticas #a gramática social de un sistema segmentario constituye una lógica de fisión u hostilidad en un nivel bajo de segmentación %ue se encuentra dominada por una lógica de fusión o neutraliación del conflicto en un nivel de segmentación más alto"
!n el siguiente diagrama se representan cuatro niveles de segmentación, numerados del + al 6 Aada nivel produce sus propios segmentos que se han numerado del ++ y +@, @+ hasta el @6, <+ hasta el <2, etc, y que, a medida que van descendiendo de nivel, se van haciendo más peque8os
'a estructura resultante se parece a la liga de f-tbol% en el nivel inferior de segmentación, se encuentran los aficionados de los clubes de dos pueblos peque8os que manifiestan su entusiasmo unos contra otros !n el siguiente nivel, los aficionados del club perdedor animan a sus antiguos rivales cuando estos (ugadores se enfrentan a los campeones de distrito Aualquier equipo que gane el campeonato de distrito puede confiar en los aficionados de todos los demás equipos de ese distrito cuando se celebre el campeonato provincial; y, al final, el equipo vencedor de la provincia ++ se ganará la lealtad de los pueblos 6+ a 62 cuando compitan contra el equipo +@ que, cuando llegue su turno, será aplaudido por los seguidores de los clubes de los pueblos 60 hasta 6+D 'a diferencia fundamental con esta metáfora de la liga de f-tbol se basa en que los partidos de todos los niveles se (uegan simultáneamente 5or consiguiente, se trata de una cuestión de contexto, de qui*n es enemigo y amigo de qui*n, en qu* momento y en qu* lugar
Seg-n esta gramática, hemos excluido de la liga de f-tbol de los nuer el campeonato EnacionalF% en un sistema ac*falo como el de la tribu nuer Bun sistema en el que no existen oficinas formales de la autoridad pol"tica o del poder coercitivoB el nivel más alto de igualdad, es decir, de identidad *tnica como nuer puro y simple, sigue vacante !n efecto, queda vacante, a menos que aparezca un contendiente con una fuerza igual o superior, que en el caso de los nuer era el Gmperio Hritánico y su maquinaria militar Auando las tropas británicas invadieron el territorio nuer, tal y como presenta el modelo, los miembros de la tribu se encontraban enfrascados en distintas rivalidades y alianzas con diversos clanes y en diferentes niveles de segmentación Sólo cuando todos los intereses de los nuer se unieron, en el nivel superior de segmentación, para ser dirigidos contra la amenaza británica que se cern"a sobre ellos, las divisiones internas se fundieron en una sola resistencia 'a belleza intelectual de esta gramática segmentaria de identidad # alteridad se encuentra en su conciencia contextual !l otro puede ser mi enemigo en el nivel 6, pero puede ser mi aliado en el nivel < o, cuando menos en el nivel @, y como tal, podemos compartir una identidad en el nivel de fusión apropiado usión y fisión, identidad y diferencia, no constituyen criterios absolutos en esta gramática, sino que se trata de funciones de reconocimiento del nivel adecuado de segmentación )or tanto, en la gramática segmentaria, la gente puede otorgarse a s$ misma una identidad determinada y transformar en otro a los otros en función del contexto, o lo %ue es lo mismo, en función del nivel estructural de conflicto o lucha, de coalición o cooperación, con el %ue se encuentre en un momento dado" *sta situación, sin embargo, es imposible en un sistema %ue no sea ac+falo, como en el caso de los nuer, es decir, un sistema sin estructuras de poder pol$tico institucionaliadas ni oficinas pol$ticas formales"
'o más parecido a un sistema segmentario de identidad y otredad en un mundo de centros de poder y de periferias pol"ticamente d*biles es el sistema federal% en una ocasión se me pide tomar partido como ciudadano de mi ciudad, en otra se me pregunta como ciudadano de un !stado federal, en una tercera como ciudadano de un !stado nacional y en una cuarta, quizá, como ciudadano de la $nión !uropea =uchas de las pol"ticas que se ponen en marcha constituyen una dramatización silenciosa de distintos niveles segmentarios de creación de identidad y de insistencia sobre la otredad !s posible que los movimientos pendulares entre fisión y fusión sean más sutiles y ágiles entre los nuer ac*falos de !vans45ritchard, pero todav"a no nos hemos olvidado del todo de ellos odos los argumentos para la descentralización, en oposición a la unificación o federación Btambi*n llamada globalizaciónB son argumentos en apoyo de los órdenes segmentarios de identidad y otredad odos los argumentos a favor de la federación o “globalización” constituyen llamamientos que invocan las elites particulares para erigirse en v*rtice de la pirámide más alta y más ancha de poder &l aplicar esta gramática segmentaria a la identidad y la otredad practicadas en la pol"tica actual, se puede ver de forma más clara que en el caso de la tribu nuer, que el aspecto crucial de esta controversia es qui*n define el v*rtice de la pirámide y qui*n define los niveles de clasificación que intervienen Aomo e(emplo de sentido com-n, quizá se puedan comparar dos modelos para la $nión !uropea !l primero, que existe en la actualidad, es la !uropa de estados nacionales que segmenta las estructuras de poder en estados4nación !l otro, una !uropa de regiones, es
un modelo que se saltar"a el nivel de los estados4nación y segmentar"a las estructuras de poder en metrópolis regionales en oposición a las capitales de los estados nacionales &l saltarse el nivel de clasificación de las capitales de los estados4nación, una !uropa de regiones, por un lado, eliminar"a los problemas territoriales de los estados nacionales /tales como los flamencos y valones en H*lgica; catalanes, vascos y otras nacionalidades dentro del !stado espa8ol; escoceses y norirlandeses ba(o el dominio ingl*s3, lo que ayudar"a a neutralizar la situación de violencia interna que supone una plaga para los estados4nación con fuertes movimientos regionales o movimientos nacionalistas secesionistas, puesto que se elude el nivel de segmentación problemático del !stado nacional 5or otro lado, por supuesto, se rescribir"a la gramática de las identidades europeas de acuerdo con criterios etnolingI"sticos potencialmente represivos *l ejemplo muestra %ue los sistemas segmentarios sólo pueden funcionar sin estructuras de poder centraliado, en oposición al sistema ac+falo de los nuer, cuando existe un consenso sobre los niveles de clasificación" *ste consenso tendr$a %ue definir no sólo el v+rtice de la pirámide, sino tambi+n cual%uiera de los niveles de intervención de la segmentación"
@ 'as gramáticas en interacción y en competición
Si las tres gramáticas pueden ayudar a distinguir y a sistematizar tres modos diferentes de e(ercer las identidades y las otredades, entonces la siguiente cuestión debe consistir en comprobar hasta qu* punto tales gramáticas permiten la comparación 5ara ello, el me(or punto de partida es establecer la comparación dentro del mismo contexto etnográfico Será -til, por lo tanto, esbozar las diferentes gramáticas en territorios de identidad y otredad donde el problema esencial /qui*nes somos nosotros y qui*nes son ellos3 sea el mismo, pero donde existan distintos grupos que eligen gramáticas diferentes para establecer sus propósitos Se puede decir con bastante seguridad que hay muy pocos territorios de identidad y otredad en los que gente distinta no har"a elecciones diferentes, como suceder"a si se tratara de una gramática u otra 9amos a intentar, por tanto, analizar las gramáticas en algunas situaciones de enfrentamiento gramatical, es decir, situaciones en las que las diferentes gramáticas ofrecen diferentes soluciones a gente diferente o, de hecho, como puede suceder, a la misma gente en diferentes contextos
@+ !(emplos procedentes de la pol"tica
'os e(emplos de carácter pol"tico en las tres gramáticas, al mezclarse en una competición y rivalidad mutuas, se pueden analizar en la lucha pol"tica de individuo contra individuo, partido contra partido, pa"s contra pa"s Aada uno de estos e(emplos debe construir su “otro” y tiene que hacer una elección en cuanto a si considera este “otro” como un refle(o especular orientalizado, un aliado o adversario segmentario en un contexto espec"fico u otro, o un “otro” que exagera su diferencia mientras que, en realidad, sólo es una parte asimilada de un “nosotros”
5odemos considerar brevemente el e(emplo de &lemania para mostrar esta competencia de gramáticas )urante las dos primeras d*cadas /alrededor de +062 a +0D03 en que existieron los dos estados alemanes, el >ccidental y el >riental, los gobiernos de &lemania >ccidental reclamaban el “)erecho de Jepresentación Knica” conocido como la )octrina Lallstein !sta situación establec"a una gramática de asimilación &unque de facto hab"a dos estados alemanes, uno occidental y democrático, y el otro que pertenec"a al bloque comunista del !ste; el argumento se presentaba de una forma tan profunda, no sólo de iure sino moralmente, como *sta% los alemanes orientales eran realmente alemanes occidentales privados de su ciudadan"a y nacionalidad verdaderas !n las dos d*cadas siguientes /entre +0D0 y +0203, las gramáticas segmentarias, propuestas durante mucho tiempo por las *lites del !stado de la &lemania del !ste, fueron lentamente reconocidas por la Ostpolitik de la &lemania >ccidental% el canciller Hrandt y sus sucesores nunca reconocieron la versión oriental de la segmentación /“dos naciones en suelo alemán, una capitalista y otra socialista”3, pero admit"an la realidad de la situación gracias a la doctrina segmentaria de% “una nación alemana, dos estados alemanes soberanos”
Auando ambos estados se reunificaron en +020, muchos ciudadanos de la &lemania del !ste deseaban una solución segmentaria% dos estados alemanes que mezclaban lo me(or de cada uno de ellos con un nuevo v*rtice reci*n creado% una &lemania que era tan democrática como socialista 'a solución histórica, sin embargo, fusionó de forma efectiva la antigua &lemania del !ste con el poderoso estado occidental, reafirmando la cultura pol"tica de corte occidental, sus leyes y su sociedad civil como -nico orden leg"timo Grónicamente, esta descarada solución occidental pareció tan irreal e imperialista que la capital del !stado unificado tuvo que trasladarse desde Honn en la antigua &lemania >ccidental hasta Herl"n en la antigua &lemania >riental !xactamente igual de irónico es el hecho de que tanto los antiguos alemanes occidentales como los antiguos alemanes orientales continuaron pensando de forma mutua en clave de una gramática orientalizante% la mayor"a de los occidentales se consideraban a s" mismos como emprendedores, independientes y tolerantes, pero tambi*n materialistas, ego"stas y sin principios; mientras que consideraban a los orientales faltos de iniciativa, dependientes del !stado e intolerantes, pero más sociables, más solidarios y con más principios 'a mayor"a de los orientales, sin necesidad de a8adir nada a tal espacio de orientalización mutua, corresponden con una serie de refle(os negativos parecidos “!llos”, los ego"stas materialistas, contra “nosotros”, gente con valores sociales y solidarios; pero tambi*n “nosotros”, los provincianos intolerantes de alguna manera, contra “ellos”, los via(eros sofisticados y cosmopolitas =uy brevemente se puede aludir a otro e(emplo de la pol"tica, el caso del !stado espa8ol demuestra de forma muy clara cómo un elemento de lucha es inherente a la misma gramática Aon la supresión de todas las identidades regionales por parte del general ranco, desde lo pol"tico a lo lingI"stico, el centro de poder en =adrid reclamó la asimilación de las demás provincias del !stado Aon las reformas constitucionales y gubernamentales de la transición hacia la democracia, se podr"a ver de forma plausible la aparición de una estructura segmentaria, que erig"a al !stado espa8ol en el v*rtice y situaba a las comunidades autónomas, tales como Aatalu8a, 9alencia, &ndaluc"a, en un segundo nivel de la estructura segmentaria, cada una de las cuales se subsegmentaba en unidades pol"ticas y administrativas más peque8as 'a cuestión, sin embargo, que surge en tantos sistemas segmentarios es simple% Mqu* unidad es el v*rtice leg"timo del sistema y cuántos niveles de segmentación se reconocen y por qui*nes son reconocidosN Oosotros ya hemos abordado este asunto brevemente en relación con una “!uropa de estados nacionales” y una “!uropa de regiones” alternativa 5ara ilustrar aqu" esta cuestión, se pueden comparar las siguientes posibilidades de una gramática segmentaria, seg-n la cual es posible concebir las identidades y las otredades de las comunidades autónomas
espa8olas de manera alternativa% o bien como naciones autónomas de !spa8a o bien como naciones regionales autónomas de !uropa
!stá claro que el primero de los tres órdenes de segmentación concede mucho menos reconocimiento a las diferentes regiones que el segundo, y que el tercer orden segmentario eleva cada región al estatus de !stado miembro de la $nión !uropea, por el hecho de una simple operación% situar el v*rtice en el nivel más alto y saltarse el nivel intermedio del !stado nación 9olveremos a esta operación de combatir los niveles clasificatorios de los sistemas segmentarios cuando, en la sección <, discutamos las implicaciones binarias y ternarias de cada gramática
@@ !(emplos procedentes de la religión
'as identidades y las otredades de carácter religioso se expresan con mucha frecuencia en las gramáticas orientalistas !l siguiente diagrama alude a tales posiciones orientalistas, que se advierten con facilidad en católicos y protestantes, aunque
tambi*n se pueden encontrar sin dificultad, con muy pocos cambios, en las identidades y otredades de los suf"es frente a los poderes antisuf"es del Gslam o, por e(emplo, en Gnglaterra, en las identidades y otredades de los altos cargos de la Gglesia frente a los estamentos más ba(os o frente a los anglicanos “evang*licos” Sin embargo, cuando el yo y el otro, constituidos a trav*s de la gramática de orientalización, son ob(eto de presiones compartidas desde fuera debido BdigamosB al secularismo o al agnosticismo que los rodea, sus diferencias mutuas se relativizan con frecuencia a trav*s de una gramática segmentaria !stas gramáticas segmentarias se encuentran a menudo impl"citas en procesos dirigidos a un “diálogo de fe” o a “iniciativas ecum*nicas”, y pueden elegir de nuevo muy diversas opciones sobre dónde colocar la c-spide de la estructura segmentaria &qu" tambi*n se encuentra la posibilidad de elegir ese v*rtice y#o la posibilidad de elegir uno o más niveles clasificatorios que vayan a intervenir /“las religiones de &braham” o en t*rminos musulmanes% “el pueblo del libro” /ahal al-kitaab3, que especifiquen la inclusión de identidades y otredades
Sin embargo, las identidades y las otredades de carácter religioso tambi*n pueden dar un giro hacia la gramática de asimilación de forma plausible para hacer hincapi* en su propia superioridad sin deslegitimizar del todo aquellas a las que desean asimilar Lemos mencionado ya la afirmación de los hinduistas en 'ondres que, cuando se sienten amenazados por el nacionalismo religioso si(, protestan diciendo% “los si( son hind-es” /Haumann, ?, +00D, Contesting Culture. Discourses of Identity in Multi-Ethnic London Aambridge% Aambridge $niversity 5ress, págs ++D4+@@3 !strategias parecidas de asimilación se pueden apreciar en 'ondres cuando un hind- explica que% “Pes-s no es más que una reencarnación de Hrama” o cuando un Gmam musulmán declara% “más de la mitad de los obispos anglicanos de Inglaterra dice ue los cristianos no están obligados a creer ue !esucristo es Dios "...#. De hecho$ el ue podamos recibir hoy d%a apoyo por parte de destacados cl&rigos "cristianos#$ en cuanto a la consideraci'n real de !esucristo supone una (usta recompensa a los incansables esfuer)os y a la concien)uda predicaci'n positi*a y racional de los te'logos musulmanes /3” /Hana, +022, pág @3
!s evidente en todos estos casos, aunque quizá sea importante volver a destacarlo aqu", que los diferentes yoes y otros no necesitan, de ninguna manera, enca(ar con una u otra gramática 5or el contrario, las asimetr"as en el uso de las gramáticas son las que convierten tales gramáticas en herramientas argumentativas Auando un grupo argumenta que asimila al otro, el otro grupo a menudo responde reivindicando una gramática de segmentación; cuando un grupo quiere
excluir al otro de un orden segmentario potencialmente compartido, a menudo recurre a la gramática de orientalización para hacer hincapi* en la alteridad del otro #as gramáticas proveen un repertorio de estructuras a trav+s de las cuales se pueden emplear argumentos sobre el yo y el otro pero es crucial poner el acento en %ue todas las gramáticas se encuentran siempre a disposición de todos los agentes sociales, y son precisamente las invocaciones y revocaciones de cada gramática, en constante cambio, las %ue importan en los procesos sociales de la identidad y del otro, como se puede observar emp$ricamente"
@< !(emplos procedentes de la est*tica
'as producciones est*ticas, ya sean óperas o culebrones, ya sean folletines o novelas, canciones populares o revistas de moda, todas ellas deben crear una identidad con la que el lector, el espectador o el oyente se pueda identificar )el mismo modo deben crear un “otro” que el consumidor o descodificador de la obra pueda entender como polo opuesto 'a ópera y el drama clásicos, la novela y la poes"a son precisamente clásicos en aquello en que exponen los extremos de identidad y de alteridad en su forma orientalizante clásica !l don Puan descarriado de =ozart necesita al polo opuesto de su sirviente 'eporello que tiene los pies en el suelo; al igual que el don Qui(ote de Aervantes necesita al polo opuesto de su criado Sancho 5anza Su caracterización inicial hace hincapi* en la yuxtaposición orientalizante del “asombroso h*roe con t"tulo” frente al “criado presumiblemente ingenuo”, pero el desarrollo de la historia dramática abre los o(os del oyente o del lector a la inversión de este contraste orientalista% es don Puan quien acaba en el infierno y 'eporello quien vive para contar la historia del castigo divino; del mismo modo que es don Qui(ote quien finalmente sucumbe a sus fantas"as y Sancho 5anza quien vive para proferir el -ltimo comentario cuerdo sobre las vicisitudes de las fantas"as qui(otescas & propósito de los e(emplos de estructura orientalista que se acaban de mostrar, a menudo encontramos un (uego entretenido o excitante con niveles segmentarios Su forma clásica es la de la comedia o la del error% cuando una persona es confundida con otra y viceversa, cuando el amor que se espera que se produzca entre el h*roe y la hero"na y el criado y la criada amenaza con convertirse en una combinación errónea entre el h*roe y la criada, el criado y la hero"na 'as
fisiones y las fusiones de las estructuras segmentarias se agotan tanto en sus formas más plausibles como en sus formas más inveros"miles con el fin de volver a una reafirmación feliz de las combinaciones y fusiones amorosas que socialmente son posibles &mbas estructuras, tanto el lento descubrimiento de una gramática orientalizante como el (uego con todas las posibilidades de una gramática segmentaria, presentan una difusión sorprendente% la ópera, desde =ozart hasta 9erdi o Strauss; la novela, desde Aervantes hasta las hermanas HrRnte y homas =ann; el drama y la comedia, desde Aalderón a =olire y Ahe(ov; la cultura popular o de masas, desde las novelas polic"acas hasta las fotonovelas o los culebrones !l surtido parece infinito y es bastante posible que tambi*n las secuencias pornográficas est*n (ugando, ni más ni menos, con el lento descubrimiento de la gramática orientalista y con todo tipo de fisiones y fusiones segmentarias, tanto esperadas como inesperadas )e cualquier forma, al revisar los usos est*ticos de las tres gramáticas, los e(emplos más sutiles del (uego con las gramáticas se pueden encontrar en la m-sica Aomo primer e(emplo se puede considerar la relación de la m-sica occidental con “otras m-sicas”, tal como se desarrolló en la est*tica musical del primitivismo, exotismo y, más recientemente, en las “m-sicas del mundo” !l primitivismo musical considera la m-sica occidental sofisticada y “la m-sica primitiva” poco refinada Seg-n la inversión orientalizante, sin embargo, la m-sica occidental tambi*n se califica como excesivamente culta y cerebral, mientras que la m-sica primitiva se (uzga como refrescantemente esencial y elemental !l resultado es una est*tica de la composición que se caracteriza t"picamente por la calidad fren*tica y angulosa de los sonidos “primitivos” que se lanzan para interrumpir y contradecir, para amenazar y, a veces, para preguntar a las l"neas armónicas y cantabile de los elementos occidentales !l exotismo musical, tal como lo encontramos en las obras de Javel o )ebussy o en las innumerables rapsodias espa8olas escritas por compositores franceses, alemanes y americanos, trata de de(ar atrás las l"neas divisorias puras del orientalismo y se dirige hacia una fusión mutua entre los mundos de sonidos exóticos y familiares Se puede concebir como el intento de combinar distintas m-sicas por parte de una gramática segmentaria 'os resultados clásicos son, por e(emplo, las fusiones de HartoT o Codály entre las escalas occidentales y los ritmos exóticos, a menudo de origen campesino; de manera alternativa, las obras de )ebussy con escalas exóticas chinas o de la isla de Pava, se encuentran dentro de las ideas occidentales tradicionales sobre el ritmo y la forma; o de hecho, la fusión que hace ?eorge ?ersh.inde elementos del (a)) en su propósito de crear una “m-sica verdaderamente americana”, tal como declara *l mismo Soluciones similares se pueden escuchar en lo que desde entonces se han denominado “m-sicas del mundo” &qu" tambi*n, la idea que se subraya es la de una gramática segmentaria en la que cada tradición musical del mundo se pude fusionar con muchas otras o con otras seleccionadas, pero los resultados a menudo muestran una división bastante previsible del traba(o% las escalas occidentales combinadas con ritmos africanos cruzados, los ritmos occidentales combinados con t*cnicas vocales orientales, o los ritmos o timbres no occidentales vertidos en las r"gidas formas occidentales ternarias &4H4& 'as permutaciones son numerosas, pero los resultados desde las Dan)as esla*as de )voráTa las danzas sudafricanas de 5aul Simon inspiradas en los “+racelands” normalmente comparten el mismo dilema% los compositores occidentales critican su falta de unidad est*tica, los m-sicos no occidentales critican su falta de autenticidad M5ueden las gramáticas ayudar a esclarecer este enigmaN
'a m-sica exótica, la m-sica americanista y la m-sica del mundo comparten el mismo dilema gramatical Se trata del dilema entre una fisión y una fusión segmentaria de los estilos a-n reconocibles y una gramática de la asimilación que fuerza los elementos exóticos u “otros” elementos con el fin de que enca(en en un marco est*tico que les es a(eno 9amos a concretar y a arriesgarnos al declarar las reacciones de “otros m-sicos” !s dif"cil pensar en un campesino bohemio reconoci*ndose a s" mismo en los plagios musicales de )voráT; es imposible encontrar a un m-sico de (a)) que no acuse a ?ersh.in de “robar o usar nuestra” m-sica; y supondr"a una sobredosis de hegemon"a cultural encontrar un m-sico sudafricano o hind- que aplaudiera la forma en la que “nosotros” somos representados en “sus m-sicas del mundo” &l mismo tiempo, y aqu" llega la maravilla del enfoque de las tres gramáticas, no es posible encontrar un m-sico popular ruso que proteste porque StravinsTy robara su integridad est*tica y muy pocos m-sicos populares h-ngaros reprender"an a HartoT por el algo más que un simple uso de la est*tica musical popular en sus obras !n un primer momento, lo que estas consideraciones est*ticas a8aden al argumento parece una diferencia intangible 5or un lado, encontramos una identidad y una otredad que reclaman la gramática de segmentación, pero luego subsumen su exotizado “otro” por medio de una asimilación (erárquica o hegemónica 5or otro lado, encontramos una nueva forma de identidad, la creación de un nuevo v*rtice est*tico, /“HartoT”, “StravinsTy”3 que establece el impacto emocional y la integridad est*tica para unir el yo y el otro en las siempre cambiantes relaciones de fisión y fusión !s este compromiso dialógico con el otro, esta conciencia de cada momento musical, lo que crea un nuevo contexto en el que el yo y el otro pueden acentuar la fisión o la fusión, la unión o el contraste !so permite que algunas obras de arte vayan más allá del exotismo, es decir, que consigan una gramática segmentaria y no vuelvan sobre la gramática autoafirmativa de la asimilación #uego, el reconocimiento dado al &otro' en un principio es mayor %ue el &reconocimiento' del %ue habla -harles .aylor en su famoso ensayo &/ulticulturalismo' (0112" 3a no tiene %ue ver tanto con el reconocimiento de los as$ llamados &otros' como otros leg$timos o ileg$timos, sino %ue ahora tiene %ue ver con el reconocimiento de &otros' como fuentes de un nuevo yo para uno mismo (v+anse 4ppiah,0112 5aumann, 6770, págs" 089 02;"
< !l desaf"o ternario% todas las gramáticas son ternarias, aunque cada una a su manera
'as tres gramáticas parecen ser, a primera vista, gramáticas binarias que crean un yo y un otro como polos que se excluyen mutuamente% “lo que es m"o no puede ser tuyo, y lo que es tuyo no puede ser m"o” !sta observación, si es correcta, constituye un vie(o problema peliagudo% el desaf"o más antiguo de las formas de pensamiento estructuralismo !l estructuralismo, tal y como apunta ese reto, consiste en una forma de ver el mundo en blanco y negro% “divida la página en dos con una l"nea y puede representar a '*vi4Strauss”, tal y como me confió uno de mis profesores de bachillerato al llegar al estudio del estructuralismo de '*vi4Strauss 5ero incluso el estructuralismo de '*vi4Strauss se daba cuenta en aquel momento de que las divisiones binarias del mundo ten"an pocas posibilidades de captar la riqueza y la sofisticación de las taxonom"as de la “otra” gente !stos tres e(emplos pueden sintetizar aqu" este desaf"o ternario
<+ !l desaf"o ternario% Henveniste, '*vi4Strauss, =róz 5osiblemente, el hecho de construir el mundo en t*rminos de estructuras binarias constituye el modo de clasificación más antiguo, a la vista de la clasificación en hombres y mu(eres, (óvenes y vie(os Gncluso, esta clasificación puede existir entre los primeros hom"nidos de este lado del r"o como opuestos a los de la otra orilla &l mismo tiempo, una división en dos suscitará intr"nsecamente la dif"cil pregunta de qu* puede haber en medio" #os binarismos provocan de forma inevitable la posibilidad de la tripartición y los antropólogos tienen una larga tradición en el reconocimiento de este hecho Se puede pensar en el clásico de 9an ?ennep /+0703, el descubrimiento de que todos los ritos de transición se insertan directamente dentro de la grieta que supone un “antes” y un “despu*s” en la fase de transición, un umbral o una fase fronteriza 'os antropólogos posteriores Bentre los más conocidos se encuentran =ary )ouglas /+0DD3 y 9ictor urner /+0UD3B han elaborado una verdadera escuela de reconocimiento de las triparticiones de fondo o más bien, seg-n parece, entre las estructuras binarias !ntre los no iniciados y los iniciados, los ritos de transición de los ciclos vitales introducen al neófito en un nuevo espacio !ntre la vida y la muerte, los ritos insertan la presencia próxima del ser no animado /aunque todav"a no muerto3 en el territorio del que se considera ya antepasado /aunque sin ser todav"a esp"ritu puro3 'os ritos de transición de las estaciones
marcan de forma similar los periodos lim"trofes entre la primavera y la Auaresma con la antiestructura del Aarnaval, o el paso de la estación seca y la estación lluviosa queda marcado, normalmente, con un tercer d"a de festival de invocación de la lluvia Gncluso los ritos de transición para periodos más cortos establecen espacios de tiempo l"mite entre el “antes” y el “despu*s”, como atestigua la nov"sima y casi omnipresente costumbre de “insertar” un “minuto de silencio” oficial como protesta colectiva contra la muerte /sea por un (efe de !stado o por la masacre del Vorld rade Aenter3 y la necesidad de volver a la rutina y al traba(o diarios 'a cuestión se pone incluso más interesante, sin embargo, cuando la tercera parte implicada no constituye una frontera entre ambos lados y cuando su definición depende, aparentemente, de las dos situaciones autodefinidas del antes y el despu*s, aunque asuma un estatus de definición id*ntico !n la definición de esa tercera parte es dif"cil lograr una autonom"a en secuencias de carácter temporal, desde el mismo momento en que tenemos tendencia a estructurar nuestras órdenes temporales en t*rminos de “antes” y “despu*s”, con un “intermedio”, aunque sólo se trate de un momento breve, ya sea un a8o de duelo, un periodo de cuarentena, un permiso de tres d"as o, incluso, un minuto de vac"o 5ese a todo, la gramática tripartita es más visible y autónoma cuando ordenamos el mundo social no desde el punto de vista del tiempo, sino desde el punto de vista de las relaciones interactivas" )os formas de este orden tienen aqu" un especial inter*s $no es el orden de interacción por estructuras lingI"sticas, el otro es el orden de interacción por estructuras conyugales 5or sorprendente que parezca, la evidencia es suficientemente simple en ambos casos 5ara el primero, las estructuras lingI"sticas, es más instructivo volver hacia el estructuralismo lingI"stico de Wmile Henveniste /+01+ X+0DDY3 y aplicarlo con la ayuda del sociólogo 'ech =róz /+0263 5ara el segundo caso, es más interesante volver a la antropolog"a estructuralista de Alaude '*vi4Strauss y aplicarla con vistas a descubrir las implicaciones tripartitas de cada una de las tres gramáticas binarias recogidas con anterioridad
tercera persona y de este modo implica que hay una tercera persona que es parte, al parecer, del sistema dialógico de signos Aada uso de los pronombres “yo” y “t-”, por tanto, implica una tercera persona, un “*l, ella o ello”, y cada uso del pronombre “nosotros” y “vosotros” silencia el uso de “ellos” o “a ellos” que constituyen una parte del diálogo, aunque no se diri(a a ellos 'a teor"a de Henveniste sobre los pronombres alberga, por tanto, el postulado de que todas las gramáticas binarias son, en su ra"z, gramáticas ternarias Aon el propósito de adoptar esta idea de la lingI"stica y aplicarla al dominio de las relaciones sociales vivas, el sociólogo 'ech =róz /+0263 eligió el e(emplo etnográfico de los gitanos en 5olonia =róz estaba insatisfecho con el vie(o binarismo de% “nosotros somos polacos, ellos son gitanos”, y de este modo decidió observar el binarismo desde el punto de vista de los gitanos !l resultado fue una llamada a las armas de todos los ternaristas en contra de todos los binaristas 5ara resumir su argumento, =róz utilizó el punto de vista de los gitantos y dise8ó su mundo *tnico con la ayuda de tres c"rculos conc*ntricos !l c"rculo interior describe nuestra identidad o nuestro propio ser% el cac' roma, que quiere decir “el aut*ntico gitano rom"”, que pertenece a los subgrupos conocidos como 'ovara, Calderasha y 5olsTa /cc@3% todos *stos son nómadas, tal como conviene a un verdadero gitano rom" !l c"rculo central describe al “otro” rom", entre los que se encuentran los rom"es afincados en los pueblos de los montes Aárpatos e incluso en la ciudad industrial de Oo.a Luta !l c"rculo exterior, el tercer participante no dialógico en palabras de Henveniste, son los extran(eros, la gente con la que no se puede dialogar y con la que uno de ninguna manera deber"a casarse% es decir, los polacos no gitanos y todos los demás gad(os, o sea, los no gitanos
'a cuestión está clara 5ara entender las identidades y las otredades de los gitanos en 5olonia se necesita una gramática ternaria, precisamente como la postulada por Henveniste, y no una gramática binaria Sin embargo, Mexiste, de hecho, la posibilidad de elegir entre una o más gramáticas binarias y una -nica gramática ternaria de asimilación totalN 'a respuesta propuesta por Henveniste y aplicada por =róz nos conducir"a hacia la -ltima dirección Sin embargo, la respuesta propuesta por '*vi4Strauss parece ser diferente Oos eximir"a de tener que hacer una elección binaria entre una gramática “binaria o ternaria” y abrir"a el camino hacia una solución integrada 9amos a intentarlo Aomo suele suceder, tanto =róz como '*vi4Strauss consideran los l"mites del matrimonio como las l"neas fronterizas que rodean las tres categor"as de Henveniste del “nosotros”, “vosotros” y “ellos” &s" que, perm"tanme examinar brevemente los argumentos de '*vi4Strauss que son contrarios a los de Henveniste y =róz
&unque '*vi4Strauss represente a menudo al binarista por excelencia, ha dedicado a las implicaciones ternarias de las estructuras binarias uno de sus análisis estructuralistas mas ingeniosos 'a pregunta que formuló fue casi provocativa% “>rganizaciones duales% MexistenN” !l argumento requiere una gran cantidad de detalles t*cnicos acerca de los sistemas de intercambio matrimonial que, a primera vista, pueden parecer incomprensibles /cc<3 y ante los que pocos de nosotros constituimos una excepción Sin embargo, el resultado en el contexto presente no podr"a ser más inevitable% organizaciones duales )e este modo, la elegante respuesta de '*vi4Strauss a la pregunta de su t"tulo sólo puede existir en virtud de sus implicaciones ternarias !ste es un buen punto de partida para resolver el problema de las gramáticas binarias frente a las gramáticas ternarias
-ada gramática binaria, de acuerdo con lo %ue propongo a trav+s de los autores %ue se acaban de revisar, es una gramática ternaria, ya sea intr$nsecamente, impl$citamente o de una forma más profunda de lo %ue sus defensores admitir$an" 4l mismo tiempo, no obstante, cada una de las tres gramáticas binarias %ue se proponen a%u$ tiene su propia manera de convertirse en ternaria"
<@ 'a segmentación y la asimilación como estructuras ternarias impl"citas
&unque, con el fin de organizar nuestra argumentación de forma adecuada y clara, dediquemos una sección a este tema, podemos ser muy breves odos los e(emplos que hemos visto, desde los nuer hasta los e(emplos de órdenes federales europeos, alemanes y espa8oles, as" como las gramáticas segmentarias en los campos de la religión y de la est*tica, muestran claramente cómo cambiando el v*rtice superior o inferior se crea una delineación diferente de un tercer grupo, es decir, de un grupo que no se encuentra dentro de la ordenación segmentaria del yo y del otro Se trata de un grupo de “ellos” que, como =róz ha expresado, siguiendo a Henveniste, no forma parte del diálogo entre el “nosotros” y el “vosotros” !sos “ellos” no son compa8eros de la gramática segmentaria de la identidad y la otredad, sino que se trata precisamente de aquellos que franquean o son expulsados de los l"mites de aplicabilidad de esa gramática
&simismo, con la gramática de la asimilación la implicación ternaria es evidente !l hecho de decir que “los si( son hind-es” implica que los musulmanes no lo son y, por tanto, son excluidos como participantes de este diálogo o, como en este caso, de este monólogo 'a noción de asimilación de la (erarqu"a de castas no emplea el concepto del tercer grupo% los sin casta; del mismo modo que la noción de asimilación de “negro” como color pol"tico excluye a los blancos 'a asimilación es siempre selectiva y, por lo tanto, excluye por necesidad una categor"a de “ellos” que no es ni “nosotros” ni “vosotros” y que no puede participar en el diálogo de qui*n es qui*n !l -nico caso de duda acerca de las implicaciones ternarias parece corresponder a la gramática orientalista, ya que su operación de refle(o negativo parece ser binaria restrictivamente Aon el fin de abordar este caso aparentemente dif"cil, me van a permitir pedir ayuda de forma improvisada a Joland Harthes /+01
8"8 #a orientaliación como estructura ternaria vacilante (5arthes
Joland Harthes /+01
cubierta de una revista semanal popular y patriótica establece un segundo nivel de sentido que Harthes denomina “significación” y que aqu" se identifica como el mensa(e m"tico de que “0rancia es un gran imperio$ en el ue todos sus hi(os$ sin ninguna discriminaci'n de color$ sir*en fielmente ba(o una misma bandera$ y no e1iste me(or respuesta para los detractores de un presunto colonialismo ue el entusiasmo mostrado por este negro sir*iendo a sus llamados opresores” /Harthes, +01<, pág ++D3
)e acuerdo con Harthes, este paso desde el signo ob(etivo hasta la significación ideológica puede teorizarse como un sistema semiológico vacilante% “/3 se puede *er ue en el mito coe1isten
dos sistemas semiol'gicos$ uno de los cuales *acila con relaci'n al otro2 un sistema ling3%stico$ el lengua(e "o los modos de representaci'n ue se asimilan a &l#$ ue llamar& lengua(e ob(eto $ porue es el lengua(e al ue el mito se acoge con el fin de construir su propio sistema4 y el sistema del mito mismo$ al ue llamar& metalengua(e, porue constituye un segundo lengua(e$ con el que uno habla acerca del pri mero” /Harthes, +01<, pág ++U3
&hora vamos a investigar la t*cnica de “la vacilación al estilo Harthes” en la gramática de la orientalización, la que parece limitada a ser una estructura binaria simple, y vamos a comenzar con un e(emplo tópico 'a mayor"a de los holandeses, como muchos ciudadanos naturales de todos los !stados europeos, define la alteridad de sus poblaciones “inmigrantes” a trav*s de una gramática orientalizante muy previsible% “nosotros funcionamos mucho me(or que ellos, aunque ellos /a-n3 mantienen algunos valores pasados de moda /como las estructuras familiares fuertes, las fiestas lu(osas y la generosa hospitalidad3 que nosotros hemos perdido” Sin embargo, cuanto más crezcan estos grupos de inmigrantes afincados en el pa"s, debido a las recientes oleadas de gente, el colectivo “ellos” aplicado a “los inmigrantes” en su totalidad da paso a una estructura vacilante de una gramática orientalizante que se puede mostrar con el siguiente diagrama
)e manera inconfundible, las caracter"sticas negativas que se atribuyen a los inmigrantes afincados desde hace tiempo en el pa"s se relativizan debido a la idea de que, finalmente, cabrá la posibilidad de asimilarlos o integrarlos; mientras que las caracter"sticas negativas de los inmigrantes reci*n llegados se acent-an cuanto más de cerca se comparan con los inmigrantes asentados desde hace tiempo & veces, los yoes nativos nacionales quitan importancia a la
combinación% “>tros antiguos 4 # >tros nuevos Z”, por este motivo la he puesto entre par*ntesis Sin embargo, en todos los casos la vacilación ternaria de la gramática orientalizante permite a los naturales del pa"s, desde el punto de vista ideológico, enfrentar a un grupo de inmigrantes contra otro !n el caso holand*s, la l"nea divisoria afecta a los inmigrantes ya establecidos en el pa"s frente a los reci*n llegados; en otros casos la diferencia afecta a los inmigrantes de las antiguas colonias frente a los inmigrantes que no presentan v"nculos históricos con el nuevo pa"s de residencia; en otros casos incluso la distinción afecta a los inmigrantes de carácter religioso, que se pueden localizar en el “cristiano asimilable” frente a los inmigrantes musulmanes que no se pueden asimilar 'os conocid"simos casos de gente que hace excepciones individuales de los pre(uicios colectivos /no me gustan los (ud"os, pero mi vecino &braham es simpático3 se adaptan con facilidad a una estructura ternaria vacilante de la gramática de la orientalización $na gramática de la orientalización vacilante de este tipo establece, de hecho, tres categor"as, B Harthes la denomina estructura tridimensional /+01<, pág ++63B, entre las que se pueden distinguir la categor"a de un “nosotros”, la categor"a de “inmigrantes tolerables” y la categor"a de “malos inmigrantes” !n opinión de Henveniste y =róz se tratar"a de un “nosotros”, un “vosotros” /compa8eros potenciales en un diálogo3 y un “ellos” que quedan excluidos del diálogo )or lo tanto, podemos concluir %ue los tres argumentos de identidad = otredad constituyen estructuras ternarias, pero cada una logra su potencial ternario a su manera"
&hora el reto que nos queda consiste en exponer nuestra propuesta acerca de las tres gramáticas
6+ !l problema de Lume, la propuesta de 5opper y la necesidad de una respuesta cognitiva
Si uno reconoce que las tres gramáticas interact-an y compiten en una ilimitada variedad de circunstancias y contextos, entonces nuestra aproximación estructural plantea un serio problema Oo importa cuántos miles de casos propongamos para “probar” nuestra teor"a, el
lector esc*ptico siempre exigirá más para convencerse !ste problema se conoce, tras los traba(os del filósofo ilustrado escoc*s )avid Lume /+1++4+11D3, como el problema de Lume, cuya “Gnvestigación sobre el entendimiento humano” formula una pregunta que persigue a la filosof"a de la ciencia durante doscientos a8os% no importa cuántas veces /n3 se confirme inductivamente una hipótesis, Mcómo se puede estar seguro de que no existe otro caso más allá /nZ+3 que invalide la hipótesis establecidaN !n otras palabras, una hipótesis no se puede probar cient"ficamente amontonando una corroboración inductiva sobre otra, porque el esc*ptico siempre preguntará por el caso siguiente, el caso “nZ+” que invalidará la hipótesis !ntonces, Mcómo se puede probar cualquier cosa, lo que sea, cient"ficamenteN !l problema de Lume fue resuelto por el filósofo de la ciencia Carl 5opper con una respuesta simple y muy conocida !sa respuesta de 5opper al problema de Lume era ingeniosa por su simplicidad, ya que consist"a en la inversión de la pregunta Oo es la infinita confirmación lo que hace que una teor"a sea cient"fica, sino su capacidad de validación sobre los criterios pre/especificados3 !l cient"fico, desde el punto de vista de 5opper, se diferencia del profeta o del ideólogo en que aqu*l pre/especifica3 las circunstancias ba(o las cuales la hipótesis propuesta será admitida como falsa 'o cierto es que hay un gran n-mero de cr"ticos muy convincentes que han mostrado que la sencilla inversión que propone 5opper es en s" misma normativa e ideológica !n primer lugar, sus propias aplicaciones de la teor"a /5opper, +06U3 fueron empleadas por un pre(uicio ideológico contra el marxismo, el psicoanálisis y la mayor"a de las escuelas de psicolog"a y de todas las ciencias sociales !n segundo lugar, las ciencias naturales tambi*n fueron probadas por homas Cuhn /+01@3 y, con posterioridad, por los sociólogos de la ciencia con el fin de no seguir las propuestas inductivas de 5opper% en lugar de revocar sus hipótesis, tan pronto como se tropezaron con e(emplos falsos, reformularon y recalificaron las condiciones ba(o las cuales sus hipótesis funcionar"an, en oposición a la posibilidad de abandonarlas todas (untas 5opper estableció su (ustificación apelando a unas cuantas grandes “revoluciones cient"ficas” en oposición a la “ciencia normal” tal y como se practica dentro de los “paradigmas” vigentes !n tercer lugar, la antropóloga anya 'uhrmann /+0203 mostró cómo, al parecer, la gente “irracional”, en este caso mu(eres inglesas de clase media que en su tiempo libre practicaban la bru(er"a eran capaces de for(ar vidas racionales e incluso previsibles, independientemente de que fueran capaces de combinar paradigmas contradictorios y paradigmas excluyentes de forma mutua 'a cuestión de la racionalidad, por cierto, fue abordada en primer lugar por el mismo !vans45ritchard a quien le debemos la gramática segmentaria /+0673, aunque esta vez gracias a un traba(o anterior /+0<13
5or tanto, hay mucho que decir en contra del filosóficamente riguroso Baunque demasiado normativo en muchos sentidosB test de credibilidad cient"fica propuesto por 5opper Oo obstante, si el test de 5opper es el más riguroso, entonces vamos a aplicarlo a nuestra propia hipótesis% si establecemos tres gramáticas de la identidad y de la otredad muy diferentes es viable resolver la
apor"a moral imposible de que cada identidad es una otredad y de que cada otredad es igual de negativa &l afrontar el desaf"o de 5opper, no podemos renunciar a invocar “circunstancias excepcionales y extra8as” Oo podemos afirmar que las tres gramáticas siempre funcionen, excepto cuando hay un Litler o un Stalin en el poder o un “e(e del mal” entre ?eorge V Hush, &riel Sharon y algunos otros genocidas democráticamente elegidos 5ara 5opper estas excepciones casuales y de poca importancia no tendr"an valor, ya que tenemos que pre/especificar3 nuestros criterios de invalidación dentro de nuestra propia teor"a )ado que nuestra teor"a de las tres gramáticas constituye, en un -ltimo análisis, una teor"a cognitiva, debemos encarar el desaf"o de ofrecer una respuesta cognitiva a la pregunta nZ+, es decir, la pregunta de pre/especificarnos3 los criterios de nuestra propia capacidad de invalidación 'a respuesta al desaf"o de 5opper debe ser cognitiva y estructural y Mdónde me(or buscar tal respuesta que en la práctica del lengua(eN
6@ Auando el lengua(e falla, las gramáticas implosionan y la violencia estalla
Si las tres gramáticas son verdaderamente -tiles para distinguir los diversos puntos de partida y las consecuencias de las identidades y otredades, entonces debemos buscar casos en los que nuestras tres hipótesis de gramática puedan pre/especificar3 sus propios criterios de invalidación y fracaso odo el mundo conoce tales e(emplos y son fáciles de encontrar ba(o palabras clave como genocidio, exterminio pol"tico, racial o religioso, o aniquilación Aada uno de estos t*rminos revela un fracaso de las tres gramáticas y una vuelta a la no gramática de% “nosotros somos buenos y ellos son malos” con la conclusión genocida% “nosotros debemos vivir, ellos deben morir” Aada una de nuestras tres gramáticas, y as" debe admitirse, depende en cierta medida de una violencia por la que la gente privilegiada contin-a definiendo a “la gente que está por deba(o” de ellos como “otros” 'a -nica gramática verdaderamente pacifista con la que contamos es la trascendente gramática del amor, donde el yo !S el otro y el otro !S el yo, pero esta gramática excepcional trasciende las competencias de cualquier ciencia social emp"rica y normalmente, incluso, las competencias de la est*tica 'as tres gramáticas, por tanto, se mantienen en su lugar, re4afirmadas y re4producidas, por la inyección de alguna cantidad de violencia, aunque a veces sea m"nima Sin embargo, el genocidio o cualquier otro proceso similar son cualitativamente diferentes en cuanto a la violencia se refiere odos estos procesos no sólo dominan al otro, sino que lo destruyen; y, en su camino, tambi*n destruyen al yo previo !sta diferencia entre la violencia inmanente al sistema y el genocidio destructor del sistema tiene razones profundamente filosóficas, as" como razones prácticas repugnantemente banales !ntre las raones profundamente filosóficas, podemos volver a considerar el principio del argumento% si cada identidad implica una otredad, entonces la ani%uilación del otro implica la ani%uilación del yo !ntre las raones prácticas absolutamente insultantes, sólo necesitamos pensar en el fracaso universal de cada
proyecto de aniquilación del otro [a sean los supervivientes de Litler o de 5ol 5ot, ya sean los nativos americanos o los tutsi de Juanda, es imposible la completa ani%uilación del otro entre los5omo sapiens Hien sea la gente que sobreviva f"sicamente como otros, o incluso más, su memoria se construirá para sobrevivir dentro de su propia tradición cultural% despu*s de todo, fuimos “nosotros” quienes hicimos “esto” a “ellos” anto la filosof"a como la puesta en práctica de la aniquilación del otro son, por tanto, imposibles en sus propios t*rminos !l problema, sin embargo, permanece% necesitamos una respuesta cognitiva, en oposición a una respuesta históricamente contingente, al desaf"o de 5opper Oo podemos afirmar que “las gramáticas funcionan bien hasta que de pronto estalla la violencia genocida”; pero, en lugar de eso, debemos buscar casos en los que las tres gramáticas de la identidad y la otredad bien ensayadas se preparen para implosionar Son los usos del lengua(e los que importan más aqu" y deber"amos buscar casos no en un nivel de langue /lengua3, sino en un nivel de parole /habla3 !l e(emplo más famoso y más infame de todas las gramáticas de la identidad y la otredad que implosionó en una no gramática /“nosotros somos buenos, as" que los otros deben morir”3 es, por supuesto, el holocausto nazi Aientos de cient"ficos sociales e historiadores han llenado bibliotecas completas para explicarlo, pero para los propósitos actuales nos podemos limitar a dos o tres puntos clave de sus debates
!l primero fue el argumento sociológico clásico propugnado por &dorno y LorTheimer en su Dial&ctica de la Ilustraci'n /+0603% la Glustración y su *nfasis intr"nseco sobre la racionalidad y eficiencia, as" como su posición, engendraron en s" mismas las semillas dial*cticas de su propia destrucción !sta es una teor"a estupenda y elegante, pero es incapaz de explicar por qu* se practicaron genocidios mucho antes de que cualquiera hubiera o"do hablar de “la Glustración” &simismo, el argumento se malogra en su intento por explicar por qu* algunos proyectos de genocidio encuentran apoyo popular /la &m*rica 'atina del siglo \9G, el comercio de esclavos del \9GG, la colonización del \9GGG, los ind"genas americanos del siglo \G\, los (ud"os en el siglo \\ y los palestinos en el siglo \\G3, al mismo tiempo que otras campa8as de genocidio patrocinadas por el !stado no encuentran tanto apoyo popular $na aproximación me(or, desde mi punto de vista, es la del -ltimo traba(o de !ric Volf /+0003 Su libro tambi*n trata del holocausto nazi, pero lo hace desde una perspectiva comparativa sorprendente Volf /+0003 compara el holocausto nazi con el culto azteca de los sacrificios humanos y la ideolog"a T.aTiult de caer en desgracia para impresionar a los vecinos y rivales !ste es un campo interesante, puesto que compara de manera impl"cita la aniquilación del otro con la aniquilación del yo
$na de las consideraciones importantes establecidas por Volf resulta especialmente productiva para el presente argumento% su detallada atención al uso del lengua(e Sin embargo, hasta !ric Volf comparte una limitación fundamental% el n-mero de fuentes que se pueden comparar /Sternberger et al, +020 X+0U1Y; orgacs, +0063 =ás que centrar su atención en el uso del lengua(e de la gente, en un principio inocente, a la que los nazis convirtieron con *xito en sus cómplices; se concentra en el uso del lengua(e de los mismos que han perpetrado el genocidio, especialmente los l"deres nazis y sus discursos, los libros y la prensa 5ara nuestra argumentación actual, no hay necesidad de probar que los (efes nazis usaron mal y abusaron de la lengua alemana voluntariamente% sabemos que los (efes nazis nunca tuvieron la intención de “convertir en otro” a los (ud"os, eslavos u homosexuales en t*rminos gramaticalmente reconocibles O mejor dicho, lo %ue necesitamos mostrar a%u$ es cómo los modelos del uso ling>$stico pudieron haber contribuido a %ue gente &normal' consintiera o colaborara en un proyecto de ani%uilación en masa, es decir, cómo a%uellos, %ue habiendo utiliado previamente modelos gramaticales de identidades definidas y alteridades, fueron seducidos para abandonarlos"
6< Sobre cómo el lengua(e puede matar% de la &lemania de +0<< a la [ugoslavia de +00@
5ara trazar este proceso de colaboración en el proyecto de aniquilación la me(or fuente no es Mein 6ampf de Litler o los gritos y maldiciones de ?oebbels =ás bien, necesitar"amos una cuidadosa relación por escrito de cómo los alemanes “normales” perdieron su habilidad de convertir en otro a sus otros /(ud"os, eslavos, homosexuales, etc3, debido a una lenta e insidiosa corrupción de su propio uso del lengua(e Sorprendentemente, ha quedado constancia de ese hecho, gracias al testimonio escrito de ?ictor @lemperer /+01U X+0<
0ue poco despu&s de la ascensi'n de 5itler al poder "...#. 78C'mo *an las cosas en la empresa9$ 7pregunt& "a mi hi(o adopti*o#. 7:Muy bien;$ 7respondi'7 ayer tu*imos un gran d%a. En el Okrilla "club# hab%a unos cuantos comunistas insolentes$ as% ue organi)amos una e1pedici'n de castigo. 7:5icisteis u&9 7o de ser humano cristali)' en esta palabra ?e1pedici'n puniti*a@2 sonaba tan colonial ue cualuiera pod%a *er un pueblo africano rodeado de enemigos y pod%a o%r los golpes de látigo de los hipop'tamos /Clemper, +01U, págs
D74D+3
&l notar cómo el t*rmino colonialista y racista de “expedición punitiva” se aplicaba ahora a los conciudadanos del mismo !stado, Clemperer pod"a ver con precisión lo que le estaba ocurriendo incluso a su hi(o adoptivo a trav*s de la aceptación del lengua(e nazi dentro de su propia parole =ediante el hecho de llamar a una pelea pol"tica una “expedición punitiva”, los enemigos pol"ticos son reducidos a “salva(es”, es decir, a gente que debe ser subyugada como ob(etos, que no debe ser vista nunca más como su(etos; y, de hecho, por medio del aceite de ricino, los enemigos son reducidos a salva(es en su propia tierra /cc63 Oótese, en este caso, que el primer mal uso del lengua(e de inspiración nazi que se observa no se dirige contra “extra8os” o, incluso, contra los (ud"os alemanes, sino contra los compatriotas alemanes que eran comunistas
!sta aplicación del lengua(e colonialista hacia los propios conciudadanos tambi*n quedó marcada en la expresión “campo de concentración” Clemperer recordó cómo *l “ s'lo hab%a o%do la e1presi'n cuando era un ni>o y más tarde$ a mi (uicio$ aduiri' una resonancia totalmente e1'tica y colonial$ además de absolutamente anti-alemana ” )espu*s de la guerra de los Hoer
/en la d*cada de +2073 la expresión hab"a desaparecido completamente del uso alemán” /+01U, págs U+4U@3 #o %ue está en juego en ambos casos, seg!n parece, es la exclusión de los enemigos pol$ticos de la grey de la nación: ellos, de ciudadanos dotados al menos de unos m$nimos derechos, pasan a ser transformados en salvajes con%uistados"
!sa misma exclusión desde la propia nación comienza a ser visible en fecha tan temprana como abril de +0<< y, de forma notable, se hizo patente entre la gente culta que trataba de defender a sus colegas (ud"os “ :0ue pat&tica auella conferencia de f%sicos en Aiesbaden; B anota Clemperer en su diario del @7 de abril de +0<< B cuando los doctores insistieron en ue la cuesti'n racial no hab%a sido an completamente estudiada y ue los e1tran(eros tales como Aassermann$ Ehrlich y eisser hab%an obtenido grandes logros” /+01U, pág 6U3
Si incluso los bien llamados defensores de los colegas (ud"os clasifican a estos e(emplares profesionales como “extran(eros”, entonces se ve cómo los modelos nazis de uso del lengua(e prepararon el terreno, mucho antes de que comenzara el genocidio, para excluir a toda una población del organismo de la nación y, por tanto, del estatus de gente con derechos civiles $na exclusión similar desde cualquier gramática de la diferencia, dentro de la misma población, se ha
puesto de manifiesto a trav*s de los neologismos que Clemperer anotó en su diario del @1 de marzo de +0<<%
“urgen palabras nue*as o *ie(as palabras aduieren significados especiales o se forman nue*as combinaciones ue pronto cristali)an "erstarren# en estereotipos. /3 Los (ud%os de los pa%ses e1tran(eros$ especialmente los franceses$ ingleses y americanos$ son llamados una y otra *e)$ ?los (ud%os del mundo@. En cuanto cualuiera usa el t&rmino ?el pueblo (ud%o internacional@$ se supone ue constituye la traducci'n alemana de la e1presi'n ?(ud%os del mundo@ y ?pueblo (ud%o del mundo@. e trata de una traducci'n inuietante2 "dado ue#$ 8acaso en todo el mundo los (ud%os s'lo se encuentran fuera de Flemania9 Entonces$ 8d'nde se encuentran dentro de Flemania9 /+01U, págs 6<4663 'a perspicacia con que 9ictor Clemperer fue capaz de analizar las implicaciones del uso del lengua(e nazi, mucho antes incluso de que el genocidio hubiera empezado, constituye hoy un hecho excepcional 'a implosión de todas las gramáticas de la otredad leg"timas, donde el holocausto contin-a siendo el e(emplo más potente, debe haber tenido algo importante que ver con la degeneración del lengua(e / langue3 y especialmente con sus usos diarios / parole3 )esafortunadamente, no tenemos más espacio para mostrar el asunto con más detalle; pero s" lo tenemos para establecer una escueta comparación Auando la anterior [ugoslavia explotó en una guerra civil en la que lucharon serbios, croatas y bosnios dentro de Hosnia, ya se hab"a producido una implosión del lengua(e Hasta un e(emplo Si los medios de comunicación serbios informaban sobre la destrucción de casas croatas o bosnias, notificaban la destrucción de “casas”; mientras que, si retransmit"an la destrucción de las casas serbias por parte de los guerrilleros croatas o bosnios, no hablaban de casas, sino de “corazones benditos” / *eko*na ogn(ista, literalmente, vie(os corazones centenarios3 que ser"an vengados por “nuestro )ios” / nas
U Jesumen y perspectivas
'a noción de otredad usada como t*rmino entrecomillado para definir la alteridad y excluir la diversidad necesita diferenciarse internamente !sta diferenciación es posible si se distinguen los procesos de identidad # otredad de acuerdo con tres lógicas o tres gramáticas ales gramáticas se basan, o me(or dicho, se han adaptado de una forma bastante libre desde el orientalismo /Said, +0213, la segmentación /!vans45ritchard, +0673 y la asimilación /)umont, +0273 'a orientalización crea un yo y un EotroF como un refle(o negativo del otro, la segmentación define el yo y el otro de acuerdo con una escala resbaladiza de inclusiones y exclusiones, la asimilación define al otro a trav*s de un acto (erárquico de inclusión !stas gramáticas se pueden reconocer, normalmente en interacción mutua y tambi*n como lógicas rivales, en procesos de otredad e identidad muy variados, que abarcan desde las inclusiones y exclusiones nacionales y religiosas hasta las categorizaciones sexuales, est*ticas e, incluso, las conscientemente humor"sticas Aeg!n parece, el carácter binario de las tres gramáticas suscita el viejo desaf$o de las clasificaciones ternarias" -omo respuesta a tal desaf$o, parece %ue cada una de las tres gramáticas binarias es impl$citamente ternaria, pero Bcomo cual%uiera podr$a esperarB, cada una lo es a su estilo" #a segmentación se convierte en ternaria mediante las entradas o las salidas de los niveles de clasificación" #a asimilación es impl$citamente ternaria dado %ue cada adopción jerár%uica tambi+n define una categor$a de no adopción" #a orientaliación se transforma en ternaria a trav+s de la idea t+cnica de &vacilación' con reminiscencias de Coland 5arthes (018 E019F"
$n reto adicional se encuentra en la absoluta e ilimitada variedad de e(emplos etnográficos que se pueden establecer en relación a las tres gramáticas 5ara hacer frente al problema de Lume, el problema nZ+ de la eterna corroboración, se puede seguir a Carl 5opper y preguntarle% Mqu* tiene que ocurrir con las tres gramáticas /o modelos o estructuras cognitivas3N, MOo funcionarN
U+ 5erspectivas% Mexisten gramáticas me(ores y peoresN #os análisis etnográficos e históricos de situaciones relativamente pac$ficas, relativamente violentas y potencialmente genocidas a la lu de las tres gramáticas pueden hacer posible su combinación dentro de un marco comparativo más amplio" #as distintas gramáticas pueden ayudar a mostrar los modos en %ue ellas mismas articulan distintos caminos para tratar con los otros en circunstancias y territorios especiales"