ESTUDIOS JUNGUIANOS
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Sobre el Zaratustra de Nietzsche……………………………………………………3
Ánima /-us………………..…………………………………………...………………32
Sincronicidad. Sobre psicología y religión…………………………………………60
Seminarios……………………………………………………….……………………86
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C. G. JUNG SOBRE EL ZARATUSTRA DE NIETZSCHE (FRAGMENTOS)
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“Soy plenamente consciente de que el texto de estos seminarios contiene un cierto número de errores y otras insuficiencias que necesitan corrección. Desafortunadamente nunca me ha sido posible llevar a cabo este trabajo yo mismo.
Por tanto, quiero pedir al lector que lea estas comunicaciones con la crítica necesaria y que se sirva de ellas con prudencia.”
(C. G. Jung)
“Zaratustra es una gran tragedia psicológica, y de alguna manera es la tragedia del hombre moderno. Por supuesto nunca se ha entendido como tal, porque la gente que lo lee no tiene los conocimientos necesarios sobre simbología para darse cuenta, pero con la psicología analítica uno puede realmente llegar a conseguirlo.”
(C. G. Jung, Visiones, 11 de marzo de 1931)
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A MODO DE PRÓLOGO
“La Fundación Philemon –heredera de la Fundación Bollingen- pretende publicar todos los inéditos de Jung –las 10.000 cartas, los seminarios no editados hasta ahora, los cursos dados en la Escuela Técnica Federal de Zúrich y otros documentos-, que se calcula componen otros 30 volúmenes, a sumarse a los 20 de la OC y los dos suplementarios en la edición inglesa (Transformaciones y símbolos de la libido, Conferencias Zofingia); ofrecer además una nueva traducción de esta versión, las Collected Works, debida al amigo de Jung R. F. C. Hull, por descubrirse lagunas respecto a los textos originales y algunas otras deficiencias; por último, una nueva edición de Recuerdos, sueños, pensamientos, ampliada con el abundante material no utilizado por A. Jaffé. Una labor de largo aliento planificada para ser realizada a lo largo de tres décadas y que permitirá producir las Complete Works of C. G. Jung en inglés y alemán.”
(Enrique Galán Santamaría, Una aproximación a El Libro Rojo; en: La voz de Filemón)
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“La biografía de Nietzsche es una maravillosa anticipación de nuestro tiempo.”
(C. G. Jung, Dream interpretation ancient and modern, Discussion of the dreams of the renaissance scholar Girolamo Cardano)
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“`Es tiempo de que el hombre fije su propia meta. Es tiempo de que el hombre plante la semilla de su más alta esperanza.’ [F. Nietzsche, Así habló Zaratustra, Prólogo de Zaratustra]
“¿Cómo entenderías esto? (…) Aquí tenemos la idea de que el hombre debe estar listo para desechar o cambiar su anterior actitud externa con el fin de dar nacimiento a un nuevo ser. (…)
`Yo os digo: es preciso tener todavía caos dentro de sí para poder dar a luz una estrella danzarina. Yo os digo: vosotros tenéis todavía caos dentro de vosotros.’ [F. Nietzsche, Así habló Zaratustra, Prólogo de Zaratustra]
Obviamente aquí habla (…) de la gente de nuestro tiempo, que todavía permanecen en un estado de caos. El inconsciente no es todavía una síntesis; es decir, hay todavía una especie de crisol en el que los elementos pueden ser formados otra vez, en el que se pueden crear figuras nuevas y nuevos órdenes.
La vieja filosofía alquímica intentó hacer esto. La condición original del hombre se representaba mediante caóticos pedazos de elementos que estaban juntos, sin orden, de forma totalmente accidental; y entonces a través de un proceso mediado por el fuego los pedazos se fundían juntos, produciendo, se asumía, un nuevo desarrollo espiritual.
Esto era debido a la idea fundamental de la filosofía alquímica que se expresaba a sí misma con los símbolos de la química. Los alquimistas no podían usar términos filosóficos o psicológicos, porque la Iglesia hizo demasiado peligroso hablar de tales cosas. (…)
Este movimiento, sin embargo, que es en realidad igual a la psicología moderna, tuvo que moverse en la clandestinidad. Tiene que expresarse mediante intrincados símbolos, igual que el cristianismo temprano usaba términos misteriosos. (…)
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`¡Ay! Llega el tiempo en que el hombre no dará ya a luz ninguna estrella. ¡Ay! Llega el tiempo del hombre más despreciable, el incapaz ya de despreciarse a sí mismo
¡Mirad! Yo os muestro el último hombre.’ [F. Nietzsche, Así habló Zaratustra, Prólogo de Zaratustra]
Aquí tenemos de nuevo el símbolo de la estrella danzarina. (…) Esta semilla de la más alta esperanza es la estrella. (…) Esta es también un símbolo de individuación. (…)
Nietzsche habla aquí del último hombre que no es capaz de individuarse, que no tiene el caos dentro de sí y que por lo tanto no tiene motivo para dar nacimiento a una estrella.
Este podría ser el hombre que está completamente agotado, que está totalmente satisfecho, y que no conoce ninguna evolución más, por eso pregunta:
`¿Qué es amor? ¿Qué es creación? ¿Qué es anhelo? ¿Qué es estrella?´ - así pregunta el último hombre, y parpadea.
La tierra se ha vuelto pequeña entonces, y sobre ella da saltos el último hombre, que todo lo empequeñece. Su estirpe es indestructible, como el pulgón; el último hombre es el que más tiempo vive.”
`Nosotros hemos inventado la felicidad’ – dicen los últimos hombres, y parpadean.’ [F. Nietzsche, Así habló Zaratustra, Prólogo de Zaratustra]
¿Qué es esto? ¿Qué clase de actitud describe en este último hombre? (…) Describe al hombre colectivo de nuestra época. (…) Lo que describe es simplemente el ideal de hombre, un ideal racionalista o el ideal del hombre oportunista. (...)
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`Y ahora me miran y se ríen: y mientras ríen, continúan odiándome. Hay hielo en su reir.´ [F. Nietzsche, Así habló Zaratustra, Prólogo de Zaratustra]
Esto muestra la actitud de Nietzsche. Siente una tremenda división entre él mismo y el hombre colectivo. (…)
El capítulo finaliza con el reconocimiento de una divergencia casi incurable entre él mismo y el hombre colectivo de su tiempo. (…) No hay calor, no hay conexión, no hay nada que pueda servir de puente. (…)
Y en ese momento aparece el volatinero; en ese momento el volatinero está cruzando por un puente sobre el abismo. (…)
La acción mostrará que esto quiere decirle a Nietzsche que establezca una conexión entre el superhombre y el hombre colectivo – en otras palabras, esto es lo que quiere decir individuación.
`¡Mira! Esta copa quiere vaciarse de nuevo, y Zaratustra quiere volver a hacerse hombre.’
- Así comenzó el ocaso de Zaratustra.’ [F. Nietzsche, Así habló Zaratustra, Prólogo de Zaratustra]
(C. G. Jung, Sobre el Zaratustra de Nietzsche, vol. 1, 13 de junio de 1934)
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“Un símbolo nunca es algo inventado. Es algo que sucede.
Ya sabes, lo que llamamos por ejemplo ideas dogmáticas son todas hechos muy primitivos. (…) Dios es solamente la formulación de un hecho natural –no importa cómo lo llames, Dios o instinto o cualquier cosa que quieras.
Cualquier fuerza con un poder superior dentro de tu psicología puede ser el dios verdadero, y no puedes decir que este hecho no existe.”
(C. G. Jung, Sobre el Zaratustra de Nietzsche, vol. 2, 18 de mayo de 1938)
“Podemos sentir con propiedad únicamente lo que le sucede al hombre Nietzsche, pero no podemos ponernos en su situación. Y también podemos entender lo que él dice sobre Zaratustra, pero lo que siente Zaratustra sobre esto mismo es divino y está más allá de nosotros.
Es como si me acercara a ti para ponerte a prueba y te dijera: `Tienes un complejo, quizá un complejo de inferioridad, que es un ser con autonomía dentro de ti mismo porque va y viene cuando quiere y no cuando quieres tú. Un complejo te tiene poseído.
Ahora por favor, dime, cuál es la historia de tu complejo: ¿cómo se siente él en tí? ¿Y qué siente sobre tus experiencias?’. Te verías en un serio apuro para responder; pues esto es lo que pasa con Zaratustra.
Está claro que Zaratustra es un complejo de superioridad en Nietzsche, si quieres decirlo sin rodeos y sin usar la imaginación. Es todavía más injusto decir que su complejo de superioridad es el dios o su genio. Estas son palabras técnicas que simplemente están fuera de lugar cuando se tratan hechos reales, aunque psicológicamente los términos son adecuados. (…)
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Zaratustra es por supuesto un alma superior, una intensidad superior, y debemos manejar a Zaratustra muy cuidadosamente y con respeto porque es la experiencia espiritual de Nietzsche.”
(C. G. Jung, Sobre el Zaratustra de Nietzsche, vol. 2, 13 de junio de 1937)
“Nietzsche podría haberle dado cualquier otro nombre, pero eligió `Zaratustra’. (…)
Nietzsche podría haber dicho: `Aquí aparece una figura; ¿la he creado yo? ¿Lo tenía premeditado? ¿Me he propuesto yo crear una figura llamada `Zaratustra’? Entonces tendría que llegar a la conclusión de que él nunca había soñado con hacer tal cosa –tal cosa sucedió. (…)
Nietzsche no pudo evitar el descubrimiento de que algo había sucedido ahí: yo no lo he creado, se ha creado a sí mismo definidamente; es una experiencia mágica, por lo tanto le doy un nombre. Incluso le doy una forma. Quizá esta figura habla, quizá tiene vida propia, ya que yo no la he inventado: se ha hecho a sí misma. (…)
¿Es en algo Zaratustra diferente del concepto de Dios? De ningún modo. A Dios se le ha entendido bajo la concepción del anciano sabio. (…)
Nietzsche podría haber descubierto este tremendo error de su época, la idea de que Dios fue inventado por el hombre.
Dios nunca fue inventado, fue siempre un suceso, una experiencia psicológica –y recuerda, todavía es hoy la misma experiencia.”
(C. G. Jung, Sobre el Zaratustra de Nietzsche, vol. 2, 13 de mayo de 1936)
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“Dios es una suposición. (…) ¿Podríais vosotros crear un Dios? - ¡Pues entonces no me habléis de dioses!”
(F. Nietzsche, Así habló Zaratustra, En las islas afortunadas)
“Por supuesto uno no puede crear un Dios, así que ¿por qué suponer un Dios? Este argumento por supuesto está basado en la suposición de que tales cosas únicamente existen porque el hombre las crea.
Pero si dejas abierta la posibilidad de que Dios exista y no sea una invención del hombre, todo este argumento naturalmente es vano, porque el hombre no tiene nada que hacer con él; Dios existe o no existe: está fuera del alcance del hombre.
Efectivamente, la idea de Dios o la imagen de Dios está muy influenciada por la disposición que tenga hombre en el tiempo y en el espacio, por su temperamento, etc., pero es un hecho universal que en todo lugar encontramos ciertas ideas que son equivalentes a esta experiencia básica del hombre: a saber, que más allá de su propia voluntad, o además de su propia voluntad, todavía hay otra voluntad, sea lo que sea.
Por ejemplo, si uno trata de ser agradable, se encuentra con que está de mal humor; si quiere decir algo bueno, dice algo malo; si quiere decir la verdad, miente. Algo que no es su propia voluntad constantemente interfiere con sus intenciones.
En este tipo de experiencias, es como si uno estuviera poseído por fantasmas o por influencias demoniacas –o por Dios, el último receptáculo, se podría decir, de toda oposición mágica a los propósitos individuales del hombre.
Ahora bien, esta experiencia básica no es una invención del hombre, sino simplemente un hecho, un hecho que uno vive cada día; y si quieres ver cómo fue que la gente lo llamó finalmente `Dios’, estudia la vida de los primitivos. (…)
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Si estudias la historia de las religiones y analizas cuidadosamente lo que está en el fondo de todas esas ideas [sobre Dios], verás que consiste en algo psicológico, que no es el yo, que ejerce influencia sobre el hombre. (…)
Ciertas peculiares cualidades o hábitos no humanos han sido siempre atribuidos a esa otra voluntad y ha sido imaginada con una apariencia no del todo humana –por ejemplo un animal que ayuda, un animal sanador, o un hombre dotado con poderes de hechicero, una suerte de superhombre. (…) Estos fueron los más tempranos símbolos de la deidad. (…)
[Pero] Dios nunca fue inventado, fue siempre un suceso, una experiencia psicológica –y recuerda, todavía es hoy la misma experiencia.”
(C. G. Jung, Sobre el Zaratustra de Nietzsche, vol. 2, 13 de mayo de 1936)
“Así, cual higos, caen estas enseñanzas hasta vosotros, amigos míos: ¡bebed su jugo y su dulce carne! Nos rodea el otoño, y el cielo puro, y la tarde. (…)
En otro tiempo decíase Dios cuando se miraba hacia mares lejanos; pero ahora yo os he enseñado a decir: superhombre.”
(F. Nietzsche, Así habló Zaratustra, En las islas afortunadas)
“Puesto que el superhombre es otro término para el self [= sí-mismo], es posible que la idea de la deidad pueda transmigrar de una forma a otra, porque en todos los tiempos al hecho que se expresa con la palabra `Dios’ se le ha llamado de todas las maneras. (…)
Cuando tomas lo que dice la Biblia como si fuera la autoridad absoluta, la palabra de Dios, esto es exactamente igual que si estuvieras prohibiéndole a un escritor la publicación de cualquier otra obra.
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Durante dos mil años Dios ha estado bajo la censura de los sacerdotes. Él no podía publicar un nuevo libro, ni podía hacer nada, porque Él había dicho en la Biblia lo que tenía que decir y nada podía cambiar nunca.
Esto es una catástrofe porque se trata de una usurpación de los derechos divinos, y además es absolutamente contrario a la psicología, puesto que el factor divino cambia.
Considerando que el factor divino no cambia, Dios permanece siendo él mismo y entonces el libro sagrado es la autoridad absoluta, la verdad, porque captura los hechos inconscientes y los expresa. (…)
Pero desde el momento en que el hombre cambia, o desde el momento en que Dios cambia, la verdad del libro sagrado ya no es su verdad –no le expresa- y la autoridad de las nociones que prevalecían hasta el momento llega a su fin. (…)
Si eres una persona piadosa dirás que Dios ha cambiado, y si eres una persona mundana dirás que el hombre ha cambiado y que, con el fin de satisfacer al hombre, Dios se vio obligado a decir algo nuevo.
Pero no importa qué es primero, si el huevo o la gallina: el cambio se produce y la vieja verdad deja de ser una verdad. (…)
Toda esa verdad que hizo a la Iglesia, que hizo al dogma (…) Toda esa autoridad está en el inconsciente, y desde luego que entonces la tienes en tu propio cuerpo y tú te conviertes en lo más importante.”
(C. G. Jung, Sobre el Zaratustra de Nietzsche, vol. 2, 6 de mayo de 1936)
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“Nietzsche es en realidad un psicólogo moderno. En nuestros días, podría haberse hecho un famoso analista, pues poseía una chispa brillante para vislumbrar fondos oscuros y secretas motivaciones; Nietzsche se ha anticipado en una buena medida a Freud y a Adler.”
(C. G. Jung, Sobre el Zaratustra de Nietzsche, edición abreviada, 20 de junio de 1934)
“Nietzsche estaba solo, sin nadie que comprendiera sus experiencias. (…) Un analista es esa persona que se supone que comprende lo que está pasando en un caso semejante. (…) Ésta es la tarea del analista; si él puede sostener [= hold] la realidad humana mientras su paciente está bajo la experiencia del inconsciente colectivo, será de ayuda. (…) En el análisis todo el mundo toca el destino de Zaratustra.”
(C. G. Jung, Sobre el Zaratustra de Nietzsche, vol. 2, 26 de octubre de 1938)
“Dr. Jung: Zaratustra no es en absoluto una figura meramente metafórica o poética inventada por el propio autor. [Nietzsche] Una vez escribió a su hermana que Zaratustra ya se le había aparecido en un sueño cuando era un niño (...)
Zaratustra como la representación de la figura arquetípica del anciano sabio (...)
`¿Qué sería de mí si no estuviera con vosotros, yo con mis animales, mi águila y mi serpiente?´ [F. Nietzsche, Así habló Zaratustra] Ahora, ¿qué significa eso?
Sra. Schlegel: Los instintos.
Dr. Jung: Sí, los animales significan instintos, pero ¿que sería el águila? - ¿Y la serpiente?
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Sra. Schlegel: El águila sería la intuición, y la serpiente sería los poderes ctónicos.
Dr. Jung: ¿Qué entiendes por poderes ctónicos?
Sr. Allemann: El espíritu de la naturaleza, la sabiduría ctónica .
Dr. Jung: Se podría decir espíritu, pero hay que saber qué significa ctónico (...) ¿Qué es psicológicamente?
La señorita Hannah: Si el águila es la intuición, supongo que es una sensación.
Dr. Jung: Eso es cierto; también se puede tomar de una manera muy general como ser aéreo. Así el águila sería el espíritu y la serpiente sería el cuerpo, ya que la serpiente es el representante secular de los mundos inferiores, del vientre con su contenido y los intestinos, por ejemplo. Es el movimiento peristáltico, es la personificación del sistema simpático, por así decirlo.
Por lo tanto, siempre es la personificación de todo lo que viene del cuerpo, la sexualidad y cada función física fundamental; también todos los hechos de la realidad, que las cosas cuestan dinero o que la habitación está caliente, que tu cama es dura, que tus ropas son caras (…) todas estas cosas son ctónicas (…)
Por otro lado, el águila vuela alto, está cerca del sol. Es un hijo del sol maravilloso. El pájaro de la luz, es el altísimo pensamiento (...)
Ahora, ¿qué significa que (…) estos dos animales simbólicos aparezcan a tu lado? (...)
Cuando estás acompañado por un animal en un sueño, ¿qué significa? Esto sucede con mucha frecuencia.
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Sr. Allemann: Significa que tus instintos están contigo.
Dr. Jung: Sí, y ese no es siempre el caso, ya sabes; muy a menudo vamos en contra de los instintos o estamos en una posición oblicua hacia ellos.
Así que cuando el texto dice que Zaratustra está con su serpiente y su águila, significa, como en los sueños, que camina en paralelo a sus instintos; está en lo correcto, tanto desde un punto de vista espiritual, como desde un punto de vista ctónico.”
(C. G. Jung, Sobre el Zaratustra de Nietzsche, vol. 1, 2 y 9 de mayo de 1934)
“El águila y la serpiente significan simplemente la unión de los opuestos, y Zaratustra es el señor de lo que está más allá de los opuestos.”
(C. G. Jung, Sobre el Zaratustra de Nietzsche, vol. 2, 15 de junio de 1938)
“Prof. Jung: El propio héroe tiene cualidades de serpiente. El dragón, por ejemplo, se supone que tiene una piel invulnerable, y en la saga de Sigfrido el héroe tiene que bañarse en la sangre del dragón con el fin de adquirir la misma piel.
Y una saga nórdica dice que se puede reconocer a los héroes por el hecho de que tienen ojos de serpiente, esa peculiar rigidez, una expresión mágica en los ojos. Pero se trata de un verdadero símbolo de interpenetración. […]
En El libro de los muertos encontramos la eterna lucha del dios sol Ra con la gran serpiente Apofis. Se trata de la repetición día tras día del mito del héroe. [...] El sol se eleva en el momento en que el héroe sale del vientre del monstruo. […] Aquí tenemos un claro símbolo de la interpenetración.
Srta Hannah: ¿No es Cristo como una serpiente? 16
Prof. Jung: Él es el héroe una vez más. La serpiente siempre significa resurrección debido a la muda de su piel. […] Se ha asociado siempre a la serpiente con la muerte, pero la muerte de la que nace una nueva vida. Pero ¿qué símbolo bien determinado es éste? […]
Srta von Franz: El uróboros
Prof. Jung: Exactamente. El que se devora la cola, o los dos animales que se devoran el uno al otro. En la alquimia se representa en la forma del dragón alado y el dragón sin alas que se devoran el uno al otro. […]
También se ha expresado la misma idea a través de dos animales, el perro y el lobo, devorándose el uno al otro, o el león con alas y el león sin alas, o el león macho y el león hembra. […] Ambos destruyen y ambos son destruidos. Y esto expresa la idea de que una vez el héroe se come a la serpiente y otra vez la serpiente se come al héroe. […]
Como la operación del Ying y el Yang chinos, la transformación de uno en otro, concebidos y nacidos cada uno del otro, el uno comiéndose al otro, y muriendo cada uno convertido en la semilla de sí mismo dentro de su propio opuesto.
Este símbolo del Taijitu expresa la idea de la esencia de la vida, porque muestra la operación de los pares de opuestos.
En el corazón de la oscuridad, el Yin, yace la semilla de la luz, el Yang; y en la luz, el día, el Yang, yace asimismo la oscura semilla del Yin.
Este símbolo a menudo se representa en el Este en la forma de dos peces en esa posición, con el significado de los dos lados o los dos aspectos del ser humano, la consciencia y el inconsciente.”
(C. G. Jung, Sobre el Zaratustra de Nietzsche, vol. 2, 8 de junio de 1938)
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“Detrás de tus pensamientos y sentimientos, hermano mío, se encuentra un soberano poderoso, un sabio desconocido – llámase sí-mismo [Self]. En tu cuerpo habita, es tu cuerpo.”
(F. Nietzsche, Así habló Zaratustra, De los despreciadores del cuerpo)
“El self es por definición la totalidad de todos los hechos y contenidos psíquicos (…)
El yo es el self visible. Por su puesto, en el yo el self sólo llega a ser tenuemente visible (…)
Una deidad es simplemente una visión proyectada del self (…)
Por lo tanto, el término self a menudo se mezcla con la idea de Dios (…)
Cristo es hombre, también es Superhombre, el hombre-Dios (…)
Por esto, deberíamos reservar el término `Dios’ para una deidad remota a la que se le supone como característica la absoluta unidad de todas las singularidades.
El self sería la etapa anterior, un ser que es más que un hombre y que definitivamente se manifiesta; éste es el pensador de nuestros pensamientos, el hacedor de nuestros actos, el fabricante de nuestras vidas, sin embargo está todavía dentro del alcance de la experiencia humana (…)
El self contiene todos los arquetipos: se podría decir que una experiencia arquetípica es una experiencia del self (…)
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Es como si el self estuviera intentando manifestarse en el espacio y el tiempo (…)
El self consiste, entonces, por un lado en las más recientes adquisiciones del yo consciente, por otro lado en material arcaico (…)
Zaratustra es el arquetipo del anciano sabio, el `nous’ o el `pneuma’ (…)
Zaratustra representa el self.”
(C. G. Jung, Sobre el Zaratustra de Nietzsche, vol. 2, 22 de enero y 12, 19 de febrero de 1936, 25 de enero de 1939)
“Esta frase sólo es aceptable si uno asume que Zaratustra representaba el Superhombre como sí-mismo [self] de cualquier persona. (…)
Bien, en la medida en que Zaratustra es el Superhombre de Nietzsche, o el símismo de Nietzsche, y en la medida en que aceptemos la idea de que el ser humano tiene un sí-mismo y que `Zaratustra’ es una expresión apta para el símismo, podemos decir que `Zaratustra’ podría simbolizar el sí-mismo de cualquier persona. (…) Podemos decir que es el Dios de cualquier persona.”
(C. G. Jung, Sobre el Zaratustra de Nietzsche, vol. 1, 19 de junio de 1935)
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“¿Qué es el sí-mismo [el self]?
Naturalmente, nuestro sentido común podría decir: el sí-mismo, es decir, yo mismo. ¿Y quién soy yo mismo? El yo, yo mismo. Y respondiendo así estarías completamente equivocado.
Este es el motivo por el que la gente llama Nietzsche individualista o egotista. Sin embargo es perfectamente claro que él es dos, Nietzsche y Zaratustra. Nietzsche es el `yo’, su ego, y el sí-mismo es presumiblemente Zaratustra;
hemos visto con frecuencia en las sesiones anteriores que en realidad Zaratustra está en el lugar de, o representa, el sí-mismo.
Zaratustra, que es la imagen arquetípica del anciano sabio, naturalmente contiene el sí-mismo, como en todos los casos en los que esta figura llega a ser una experiencia psicológica.
Así como el ánima en el caso de un hombre contiene el Sí-mismo.
El ánima es algo distinto del ego. Si uno se identifica con el ánima se verá en problemas, será neurótico. (…)
Por eso, si dijeras `yo soy mi Sí-mismo’, serías neurótico, como Nietzsche de hecho lo fue, ya que se identificaba con Zaratustra.”
(C. G. Jung, Sobre el Zaratustra de Nietzsche, vol. 2, 5 de mayo de 1937)
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“Llega hasta mí un dulce aroma que desata el corazón y las lágrimas. En verdad, ese aroma conmueve y alivia el corazón al navegante solitario.”
(F. Nietzsche, Así habló Zaratustra, La canción de los sepulcros)
“Profesor Jung: ¿Qué es esto?
Sra Fierz: Su sentimiento inferior [el de Nietzsche]
Prof. Jung: Sí, ahora los sentimientos van hacia él, ¿y porqué inferior?
Sra Fierz: Porque en su vida nunca los ha vivido de forma más avanzada.
Prof. Jung: Exactamente, por ese motivo nunca se han desarrollado. ¿Pero por qué se caracterizan esos sentimientos?
Sra Crowley: Por su insistencia.
Srta Welsh: Por su emocionalidad.
Prof. Jung: Son lo suficientemente emocionales, seguro, ¿y cuál es la cualidad general de las emociones?
Observación: La compulsividad.
Observación: Tienen una cualidad arquetípica.
Srta Welsh: Le poseen. 21
Prof. Jung: Exactamente, son posesivas e insistentes, toman posesión del sujeto como si fuera una pieza de su propiedad. Una emoción te atrapa, se sienta sobre ti; no puedes deshacerte de ella. […] Puedes decir que tienes una emoción, pero generalmente la emoción te tiene a ti –ése es el problema. […]
Aquí llega de nuevo el aspecto ánima de la función inferior. […] En una personificación.”
(C. G. Jung, Sobre el Zaratustra de Nietzsche, vol. 2, 23 de junio de 1937)
“El ánima sería la personificación de la función inferior [ya sea ésta el sentimiento, el pensamiento, la sensación o la intuición]; el ánima se alimenta principalmente de la función inferior, en este caso el sentimiento inferior,
por eso la función inferior y el ánima son una misma cosa bajo dos aspectos distintos; una es la formulación científica y la otra la fenomenológica.”
(C. G. Jung, Sobre el Zaratustra de Nietzsche, vol. 1, 9 de mayo de 1934)
“Prof. Jung: Esta Sabiduría (con mayúscula) seguramente no es el ánima corriente, que es vida. ¿Qué clase de ánima podría ser?
Mrs. Fierz: Sofía.
Prof. Jung: Esta podría ser la forma más elevada de ánima.
Sofía ha sido representada siempre como una especie de virgen, hermosa, con las más elevadas cualidades de virtud y conocimiento.
Ella es una forma de ánima, pero es increíble que haya que entender aquí tal figura, porque hay una que está mucho más cerca, y que vemos en el hecho de 22
que el anciano sabio se combina con el ánima; entonces el ánima aparece como sabiduría, se podría decir, debido a la identidad, pero la sabiduría es en realidad Zaratustra.
Ves, ella no ha alcanzado la más elevada sabiduría. La enseñanza que ella le da no es precisamente la más elevada sabiduría, sino sólo una observación muy inteligente, que podría ser digna por ejemplo de Diótima, el ánima de Sócrates, que le hizo observaciones de la misma agudeza.
Lo que ella dijo en este famoso diálogo sobre Eros suena exactamente como el pasaje que estamos tratando. Por esto debemos asumir que es precisamente el ánima la que habla aquí, y su aspecto de sabiduría se debe a la identidad que tiene con Zaratustra.”
(C. G. Jung, Sobre el Zaratustra de Nietzsche, vol. 2, 16 de junio de 1937)
"La mitología es el libro de texto de los arquetipos, por supuesto no racionalmente dilucidados y explicados, sino simplemente representados como un cuadro o un libro de cuentos. Pero todos los arquetipos fueron originariamente situaciones reales.”
(C. G. Jung, Sobre el Zaratustra de Nietzsche, edición abreviada, 9 de mayo de 1934)
“Se puede decir cualquier cosa del sí-mismo [= self]. Puedes decir que es un demonio, un dios, o que no es nada más que la naturaleza. Es tu peor vicio, o tu más fuerte convicción, o tu mayor virtud. Es precisamente todo eso –la totalidad. Incluso puedes decir que es el Espíritu Santo. […]
Debería llamar `Espíritu Santo’ a esto: a lo que da el pensamiento que ayuda, personificado de muchas formas en muchos lugares. […]
Todas estas personificaciones diferentes son siempre una y la misma cosa, la revelación de un pensamiento que existe antes de que el ser humano tuviera el 23
pensamiento; y en la medida en que este pensamiento sirve de ayuda, en la medida en que reconcilia una necesidad vital del hombre con las condiciones absolutas de los arquetipos, uno podría decir convenientemente, `Este es el Espíritu Santo’.
El Espíritu Santo crea aquel símbolo, aquella situación, o aquella idea o impulso, que representa una feliz solución a los postulados de los arquetipos por un lado, y a las necesidades vitales del ser humano por otro. […]
Esta sería mi definición de la función que ha sido personificada en la Antigüedad cristiana como el `Espíritu Santo’.”
(C. G. Jung, Sobre el Zaratustra de Nietzsche, vol. 2, 3 de junio de 1936)
“El espíritu es también un fenómeno psicológico definido. (…)
La única cosa que podemos establecer con seguridad es que la percepción empírica de la revelación del self [= sí mismo] tiene el carácter de una `experiencia mana’ y por lo tanto ésta podría ser llamada el Espíritu Santo. (…)
Sofía como sabiduría es la personificación del Espíritu Santo, y el Espíritu Santo ha sido entendido como la madre de Dios.”
(C. G. Jung, Sobre el Zaratustra de Nietzsche, vol. 2, 10 de junio de 1936 y 19 de mayo de 1937)
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“[Los] símbolos de individuación o del self, su hallazgo, o su venida, su autorevelación [self-revelation], fueron tomados por los filósofos herméticos como un `donum spiritus sancti’, el don del Espíritu Santo. (…)
Por lo tanto ellos dicen que nadie puede llegar a una solución en su arte sin la ayuda de Dios, `Deo adjuvante’, o solamente `per gratiam Dei’, a través de la gracia de Dios.
De esta manera puedes unir las dos cosas.”
(C. G. Jung, Sobre el Zaratustra de Nietzsche, vol. II, 10 de junio de 1936)
“Esta es la filosofía hindú, que simplemente muestra que la condición de la redención está en ser consciente de lo que haces.”
(C. G. Jung, Sobre el Zaratustra de Nietzsche, vol. 1, 8 de mayo de 1935)
La consciencia es (…) absolutamente indispensable para el sí-mismo [self] porque este es el órgano de conocimiento del sí-mismo. (…)
El sí-mismo está mejor expresado por el punto creativo `bindu’.”
(C. G. Jung, Sobre el Zaratustra de Nietzsche, vol. 1, 27 de febrero de 1935)
“Mrs. Fierz: (…) El sí-mismo [el self] es también peligroso.
Dr. Jung: ¿Y por qué es también peligroso?
Mrs. Fierz: Porque él [Nietzsche] no le ha reconocido, como debería. Ha estado apartado de la sombra, predicando el superhombre. (…) 25
La sombra es indispensable para la realización de la personalidad completa; nadie está completo sin cualidades negativas. Decimos esto con ligereza, pero en realidad es un enorme problema, visto desde un punto de vista ético.”
(C. G. Jung, Sobre el Zaratustra de Nietzsche, vol. 1, 20 de junio de 1934)
“La crucifixión es también un desmembramiento, la clásica muerte del dios, como la muerte de Osiris y Dionisos; a través de este desmembramiento el dios se distribuye a sí mismo en todas las partes de la creación.”
(C. G. Jung, Sobre el Zaratustra de Nietzsche, vol. 1, 13 de marzo de 1935)
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APÉNDICE: Más sobre Nietzsche
“Zaratustra saca a la luz los contenidos de lo inconsciente colectivo de nuestro tiempo en general.”
(C. G. Jung, Tipos psicológicos, O. C. vol. 6, parágrafo 318)
“Cuando Nietzsche dijo `Dios ha muerto’, pronunció una verdad válida para la mayor parte de Europa.
Las naciones europeas no fueron influidas por ella porque Nietzsche lo afirmara así, sino porque esta declaración es la consignación de un hecho psicológico de difusión universal. (…)
¿No es muy similar a aquella declaración antigua -`El gran Pan ha muerto’- que levantó acta en su momento de la muerte de las divinidades naturales? (…)
Nietzsche no era ningún ateo, pero su Dios había muerto.
El resultado de esa defunción fue una escisión en su propio interior, y Nietzsche se sintió obligado a personificar su otro yo en `Zaratustra’ o, en otras épocas, en `Dioniso’.
Durante su fatal enfermedad firmaba sus cartas como `Zagreo’, el Dioniso desmembrado de los tracios. (…) Aquél para quien `Dios muere’ es víctima de una `inflación’. (…)
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En realidad, `Dios’ es la posición anímica efectiva más poderosa. (…) El factor que a la postre es el más poderoso y, por tanto, decisivo, en una psique individual, arranca de ella, en efecto, la misma fe, el mismo temor, y la misma sumisión y entrega que un dios reclamaría del ser humano. (…)
Rara es la persona que no se ve dominada en muchos casos, o incluso en la mayoría de ellos, por inclinaciones, costumbres, impulsos, prejuicios, rencores y todo tipo de complejos.
Todos estos fenómenos naturales se comportan como un Olimpo lleno de dioses que quieren ser propiciados, servidos, temidos y adorados, y ello no sólo por el propietario individual de esta cohorte divina, sino también por su entorno personal.
Con el fin de ocultarnos este hecho real, pero extraordinariamente desagradable, por un lado, e infundirnos ánimos para ser libres, por otro, nos hemos acostumbrado a hacer uso de expresiones que en el fondo poseen un carácter apotropaico, como, por ejemplo, `tengo tal costumbre’, `poseo tal inclinación’, o `abrigo tal rencor’; en lugar de ser fieles a la verdad y decir: `tal costumbre me tiene’, `tal inclinación me posee’, `tal rencor me domina’. (…)
Lo que hacemos es identificarnos de inmediato con cada uno de esos impulsos, en lugar de darle `otro’ nombre, lo que, cuanto menos, nos permitiría mantenerlo a distancia de un brazo y evitar que se adueñara de inmediato de la ciudadela del yo.
`Señores y `poderes’ nunca faltan. Nosotros no podemos crearlos.”
(C. G. Jung, Psicología y religión; en: Acerca de la psicología de la religión occidental y de la religión oriental, OC vol. 11, parágrafos 142, 143 y 145)
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Jung: “Nietzsche habla a través de sí mismo a quienes necesitan más libertad, pero no a quienes han tenido un duro encontronazo con la vida y sangran por las heridas que se hicieron en el trato con las cosas de la realidad.
Bibliotecario: Pero Nietzsche también da a tales hombres un precioso sentimiento de superioridad.
Jung: No lo puedo negar, pero conozco hombres que no necesitan la superioridad sino la inferioridad. (…)
En el cristianismo parece haber toda suerte de cosas que quizá uno haría bien en conservarlas. Nietzsche es demasiado su opuesto.”
(C. G. Jung, El libro rojo, La locura divina)
“Sólo los domingos podía leer a Kant. Leía también con interés a E. von Hartmann. Nietzsche estuvo por algún tiempo en el programa, pero dudaba en leerlo porque no me sentía suficientemente preparado.
Se discutía entonces mucho sobre Nietzsche, pero se rechazaba casi siempre, con mayor viveza por los estudiantes de filosofía `competentes’, de lo que yo sacaba mis conclusiones sobre la oposición reinante en las altas esferas. (…)
Además existían algunos que habían conocido personalmente a Nietzsche y por ello eran capaces de informar acerca de toda clase de curiosidades sobre él, y no precisamente las más simpáticas. La mayoría no había leído nada de él. (…)
No fueron estas cosas las que me sirvieron de excusa para aplazar la lectura de Nietzsche –por el contrario, fueron para mí el máximo incentivo-, sino que se trataba de un miedo secreto a que quizá yo era semejante a él, por lo menos en lo referente al `misterio’ que le aislaba en su ambiente. (…)
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Pese a mis temores, sentía curiosidad y me decidí a leerle. (…) Quedé fascinado por completo y no tardé en leer Así habló Zaratustra. Constituyó, como el Fausto de Goethe, una fuerte conmoción. Zaratustra era el Fausto de Nietzsche, y la número 2 era mi Zaratustra. (…)
Mientras que Fausto me abrió una puerta, Zaratustra me cerró otra de modo radical y por mucho tiempo. (…) Comprendí que no se llega a ninguna parte cuando no se habla de cosas que son conocidas por todos. (…)
Yo había comprendido que una nueva idea o incluso una opinión insólita sólo puede divulgarse a la luz de los hechos.”
“Las fantasías que se me presentaban entonces las escribí primeramente en el Schwarzes Buch (Libro negro) y posteriormente las trasladé al Rotes Buch (Libro Rojo), el cual amplié también con ilustraciones.
Me era vitalmente necesario llevar también una vida evidentemente racional, como contrapeso al extraño mundo interior. La familia y la profesión continuaron siendo para mí la base a la que siempre podía regresar y que me demostraba que era un hombre corriente que existía realmente. (…)
Me demostraban día tras día que existía realmente y no sólo como una hoja movida por el soplo del espíritu como un Nietzsche.
Nietzsche perdió el suelo bajo sus pies porque no poseía más que el mundo interior de sus ideas, que además le poseían a él más que él a ellas. Estaba desarraigado y volaba sobre la tierra y por ello cayó en la exageración y en la irrealidad. (…)
Muy paulatinamente se perfiló en mí un cambio.”
(C. G. Jung, Recuerdos, sueños, pensamientos)
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SELECCIÓN Y TRADUCCIÓN DE TEXTOS POR JOSÉ MEDINA
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ÁNIMA /-US (G. G. Jung y otros)
RECOPILACIÓN DE FRAGMENTOS POR JOSÉ MEDINA 32
“El inconsciente (…) se muestra a la conciencia en forma de imágenes personificadas.” (Christine Downing, Espejos del yo)
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“Para el psicólogo el anima no es un ser trascendental, sino completamente experimentable, como lo muestra también con claridad la definición china: los estados afectivos son experiencias inmediatas.
Pero ¿por qué se habla entonces de anima y no simplemente de humores? La razón para ello es la siguiente: los afectos tienen carácter autónomo, debido a lo cual la mayoría de los hombres les está sometida.
Los afectos son, empero, contenidos delimitables de la conciencia, partes de la personalidad.
Como partes de la personalidad tienen carácter de personalidad; pueden por tanto ser fácilmente personificados y lo son aún hoy en día, como los ejemplos anteriores han mostrado.
La personificación no es invención ociosa, por cuanto el individuo afectivamente excitado no muestra ningún carácter indiferente, sino uno completamente determinado, que es distinto del común.
Se muestra, mediante la investigación cuidadosa, que en el hombre el carácter afectivo tiene rasgos femeninos. De ese hecho psicológico proviene la enseñanza china del alma po, así como mi concepción del anima.
Una introspección más profunda, o la experiencia extática, revela la existencia de una figura femenina en lo inconsciente, y de ahí la denominación femenina anima, psique, alma.
También puede definirse el anima como imago o arquetipo, o sedimento de todas las experiencias del hombre con la mujer. Por eso también la imagen del anima es por regla proyectada sobre la mujer. Como se sabe, la poesía ha descrito y cantado a menudo el anima”
(C. G. Jung, El secreto de la flor de oro)
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“Llega hasta mí un dulce aroma que desata el corazón y las lágrimas. En verdad, ese aroma conmueve y alivia el corazón al navegante solitario.”
(F. Nietzsche, Así habló Zaratustra, La canción de los sepulcros)
“Profesor Jung: ¿Qué es esto?
Sra Fierz: Su sentimiento inferior [el de Nietzsche]
Prof. Jung: Sí, ahora los sentimientos van hacia él, ¿y porqué inferior?
Sra Fierz: Porque en su vida nunca los ha vivido de forma más avanzada.
Prof. Jung: Exactamente, por ese motivo nunca se han desarrollado. ¿Pero por qué se caracterizan esos sentimientos?
Sra Crowley: Por su insistencia.
Srta Welsh: Por su emocionalidad.
Prof. Jung: Son lo suficientemente emocionales, seguro, ¿y cuál es la cualidad general de las emociones?
Observación: La compulsividad.
Observación: Tienen una cualidad arquetípica.
Srta Welsh: Le poseen. 35
Prof. Jung: Exactamente, son posesivas e insistentes, toman posesión del sujeto como si fuera una pieza de su propiedad. Una emoción te atrapa, se sienta sobre ti; no puedes deshacerte de ella. […] Puedes decir que tienes una emoción, pero generalmente la emoción te tiene a ti –ése es el problema. […]
Aquí llega de nuevo el aspecto ánima de la función inferior. […] En una personificación.”
(C. G. Jung, Sobre el Zaratustra de Nietzsche, vol. 2, 23 de junio de 1937)
“El ánima sería la personificación de la función inferior [ya sea ésta el sentimiento, el pensamiento, la sensación o la intuición]; el ánima se alimenta principalmente de la función inferior, en este caso el sentimiento inferior,
por eso la función inferior y el ánima son una misma cosa bajo dos aspectos distintos; una es la formulación científica y la otra la fenomenológica.”
(C. G. Jung, Sobre el Zaratustra de Nietzsche, vol. 1, 9 de mayo de 1934)
“Es necesario conocer bien a la gente antes de lograr saber cómo se trata en realidad a sí misma. ¿Se toma en serio? ¿Se trata como si fuera un niño? La manera en que alguien se siente con respecto a su propio y profundo ser interior es lo que caracteriza su actitud anima/us”
“La actitud interna se correlaciona con un complejo funcional [pensamiento, sentimiento, intuición, sensación] tan específico como la actitud externa”
“El anima/us es una actitud que rige la propia relación con el mundo interno del inconsciente: la imaginación, las impresiones, ideas, estados de ánimo y emociones subjetivas”
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“La definición esquemática habitual consiste en decir que el anima es lo femenino interno en un hombre y el animus es lo masculino interno en una mujer”
“Por ejemplo, se dice de un hombre que frecuentemente se encuentra malhumorado que tiene `un problema de anima’. Su anima, en lugar de ayudar en el manejo de sus emociones, desata un estado de ánimo que se expande como un gas en la consciencia del yo y lleva consigo, pegada por así decirlo, una cantidad de emociones primarias e indiferenciadas. Es sabido que esto interfiere con el funcionamiento del yo, si no algo peor. El yo de este hombre se identifica con la personalidad anima que, por lo general, es hipersensible y está saturada de emotividad. Su anima no está desarrollada y, en lugar de ayudarle a lidiar con un estado de ánimo abrumador, le envuelve y le hunde aún más en ese estado”
“De manera similar, una mujer con un `problema de animus’ también está abrumada por su inconsciente, generalmente por pensamientos y opiniones que tienen una carga emocional considerable que la controlan más de lo que ella logra controlarlos.
El efecto no difiere mucho en relación al hombre poseído por el anima, sin embargo en el caso de la mujer el acento suele ser más intelectual.
Estas ideas y opiniones autónomas terminan por perturbar su adaptación al mundo externo porque se expresan con la energía emocional de un camorrista.
Con frecuencia estas emociones terminan causando estragos en sus relaciones porque aquellos que la rodean se sienten impelidos a crear escudos protectores cuando está con ella. Se sienten incómodos y a la defensiva en su presencia. (…)
Se vuelve abrasiva, dominada por un ansia inconsciente de poder y control.
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Esto es lo que Jung llamó posesión por el animus. El animus es una personalidad poderosa y no congruente con el yo o la persona deseada. Es `otro’.
Cuando los hombres están en las garras del anima adoptan la tendencia a aislarse dentro de sus sentimientos heridos; cuando las mujeres están en las garras del animus tienen tendencia a atacar.
Esta es una distinción convencional entre los géneros, por supuesto sujeta a revisión a la luz de los recientes desarrollos culturales.
Sin embargo, en ambos casos, sea cual sea el contenido de la `posesión’, el mundo interior inconsciente no está suficientemente refrenado, contenido, y la necesidad emocional e irracional irrumpe perturbando las relaciones normales con los otros y con la vida en general”
(Murray Stein, El mapa del alma según Jung)
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“De igual manera que la experiencia cotidiana nos autoriza a hablar de una personalidad externa, así nos autoriza también a admitir la existencia de una personalidad interna.
La personalidad interna es el modo y manera como uno se comporta con los procesos psíquicos internos, es la actitud interna, el carácter con que se vuelve hacia lo inconsciente.
A la actitud externa, al carácter externo lo designo con la palabra persona; a la actitud interna, con la palabra anima, alma.
En la misma medida en que es habitual una actitud, en esa misma medida es un complejo funcional [funciones: pensamiento, sensación, intuición y sentimiento] más o menos consistente, con el cual puede identificarse más o menos el yo.”
(C. G. Jung, Tipos psicológicos, parágrafo 762)
“Jung distingue ocho grupos tipológicos: dos actitudes de personalidad introversión y extraversión- y cuatro funciones o modos de orientación pensamiento, sensación, intuición y sentimiento-, cada uno de los cuales puede operar en forma introvertida o extravertida. (…)
La función de pensamiento se refiere al proceso de pensamiento cognitivo; la sensación es la percepción mediante los órganos físicos de los sentidos; el sentimiento es la función de evaluación o juicio subjetivo; y la intuición se refiere a la percepción por medio del inconsciente (por ejemplo, receptividad a contenidos inconscientes) (…)
Ninguna función es mejor que las otras.
La función superior es, simplemente, la que una persona tiende a usar más. (…) Una de las cuatro funciones está invariablemente más desarrollada que las otras. Esta es la función primaria o superior. (…) 39
Asimismo, inferior no significa patológica, sino meramente no utilizada (o al menos no tan usada en comparación con la función preferida) (…)`La esencia de la función inferior’, escribe Jung, `es la autonomía’: es independiente, ataca, fascina y nos enreda. (…)
En la medida en que una persona funciona en forma demasiado unilateral, la función inferior se torna correspondientemente primitiva y problemática, tanto para uno mismo como para los demás. (…)
`En cuanto la función superior se desgasta (…) si las personas logran virar a su función inferior, redescubrirán un nuevo potencial de vida. (…) El mundo es, por decirlo así, redescubierto a través de la función inferior’ [Marie-Louise von Franz]. (…)
La gran dificultad para diagnosticar los tipos se debe al hecho de que la actitud consciente dominante es compensada o equilibrada inconscientemente por su opuesto. (…)
En rigor, no hay una `actitud del inconsciente’ demostrable, sino sólo formas de funcionar que están teñidas por la inconsciencia. Es en este sentido que podemos hablar de una actitud compensatoria en el inconsciente. (…)
Lo que sigue en los próximos capítulos es en gran parte una destilación de los escritos de Jung sobre el tema, observaciones de Marie-Louise von Franz y mi propia experiencia.”
(Daryl Sharp, Tipos psicológicos junguianos)
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“En el desarrollo de la conciencia masculina, el lado femenino se deja a un lado, por lo que permanece en un `estado natural’. Lo mismo sucede en la diferenciación de las funciones psicológicas: la supuesta función inferior permanece detrás y, en consecuencia, es indiferenciada e inconsciente. En el hombre, por tanto, suele estar relacionada con la asimismo inconsciente ánima. La redención se logra reconociendo e integrando esos elementos inconscientes del alma.”
(Emma Jung, Animus y Anima)
“El ánima inicialmente se corresponde con la imagen de la madre personal, pero después se supone que se separa de esta imagen. El mecanismo preciso de esta separación no se ha descrito. Tampoco podía describirse, dado que las características adscritas por Jung al ánima son aspectos -dentro de la fantasía del niño- de la madre pre-edípica y también, hasta cierto punto, de la madre edípica, que han permanecido preservadas en su inconsciente.
Las imágenes parentales se retienen durante todo el tiempo como estructuras estables.
Hay, sin embargo, un inacabable número de facetas de las imágenes parentales según lo experimentado por el niño en la realidad, en la fantasía, en los procesos defensivos, en los diferentes estados afectivos, en las diferentes etapas de la vida, etc.
A lo largo del tiempo, estas imágenes internas y sus correspondientes imagos son además enriquecidas y reforzadas con representaciones objetales internalizadas. Tiene lugar una interacción dinámica entre las estables estructuras parentales y las nuevas experiencias (Kernberg, comunicación personal)”
(Anita von Raffay, Why it is difficult to see the anima as a helpful object: critique and clinical relevance of the theory of archetypes; en: JOURNAL OF ANALYTICAL PSYCHOLOGY, Oct. 2000, vol. 45, p.541)
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[El complejo materno] Podría conducir a la más fuerte posesión por el ánima. Cuanto más se aferra alguien a la `madre’, más dependiente es de los procesos que tienen lugar en su inconsciente, más fuerte llegará a ser su poder arquetípico y su poder demoniaco.
En las niñas sucede algo parecido. En su caso, sin embargo, es el padre el que puede llegar a tener tal poder demoniaco, mientras que la madre juega un papel diferente, aunque no menos importante.”
(C. G. Jung, Sueños infantiles, Interpretations of dreams, 1939/40)
“Descubrí símbolos del sí-mismo [=self] en los sueños y fantasías de niños pequeños. Esto ocurrió durante la Segunda Guerra Mundial y no fue hasta que los canales de comunicación con Jung fueron restablecidos que descubrí que él mismo había llegado a la misma conclusión a partir de su estudio sobre los sueños infantiles. (…) Es fácil mostrar que hay formas arquetípicas activas en la primera infancia. Las figuras parentales son frecuentes y la sombra, el ánimus, el ánima y las representaciones del sí-mismo pueden ser encontradas mucho antes del principio de la adolescencia.”
(Michael Fordham, Children as individuals)
“Mientras el ánima sea inconsciente, estará siempre proyectada, porque todo lo inconsciente lo está. La primera en portar la imagen del alma es sin duda alguna la madre; posteriormente, lo son las mujeres que despiertan las pasiones del hombre, bien sea en un sentido positivo o negativo. (…)
Así como a los efectos de la individuación, de la autorrealización, es indispensable saber diferenciarse de lo que se aparenta ser a ojos de los demás y de uno mismo, es igualmente necesario que uno tome también consciencia de su sistema invisible de relaciones con lo inconsciente, es decir, del ánima, para poder así diferenciarse de ella.”
(C. G. Jung, Las relaciones entre el yo y lo inconsciente; en: Dos escritos sobre psicología analítica) 42
“Por los trabajos de Freud y de Jung, sabemos que cualquier contenido reprimido en el inconsciente se vuelve tanto más negativo cuanto más intensa es la represión.
Todo `sucede como si’ este contenido que se exaspera al no poder expresarse a su antojo se volviese contra su agresor, tal como un bello animal salvaje que se torna, poco a poco, rabioso si lo privan de su libertad.
Primero, veamos el juego del ánima. Si el hombre ahoga a su ánima, entre otras cosas, ¡es por pánico de perder el control de su pensamiento frío y lógico, en el caso de que éste se dejase sumergir (o solamente influenciar) por pulsiones emocionales, irracionales, lunáticas, desordenadas, a veces ciegas, muchas veces explosivas y de vez en cuando en contradicción con sus cogitaciones intelectuales `impecables’! Pero el ánima reprimida va a `vengarse’ y se manifestará a despecho de todo.
Caída en el inconsciente del hombre, éste, contrariamente a sus ilusiones, ya no la controla, y así sus impulsos femeninos lo dominarán, invasores y tiránicos, surgiendo esporádicamente –como bocanadas- en forma de ideas obsesivas, malos humores desconsiderados, injusticias obvias, reivindicaciones pueriles; en resumen, en forma de descargas emocionales caprichosas, egocéntricas e incomprensibles, es decir, sin mucha relación con los datos correspondientes de la vida cotidiana. Al límite, andará crispado y lleno de tics nerviosos o puede irse a pique en la neurosis. Dirán que `está poseído por su ánima’.
Si, además, el ánima está fuertemente sometida a la influencia de la imagen materna, `ésta, dice Jung, va a ser proyectada en bloque en la mujer’ (…)
Gracias a Dios, el inconsciente del hombre encierra también, en potencia, las eventualidades positivas de un acuerdo con su ánima. Si quiere perfeccionar su personalidad y proceder a su realización total, deberá vencer al Dragón diabólico de sus resistencias internas y liberar su función femenina, su ánima, su `alma-hermana’, prisionera de las tinieblas temibles del inconsciente.
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Es el tema eterno –arquetípico- del Héroe que fulmina al monstruo (símbolo de su terror del inconsciente) para conquistar a la jovenzuela (el ánima), tal como Teseo que libera a Ariadna del Minotauro, San Jorge que mata al dragón para liberar a la jovenzuela, o Roger, de Rolando Furioso, que arranca a Angélica de las garras del monstruo marino.
En literatura, el ánima aparecerá bajo la forma de la bruja o del hada benefactora de los cuentos de hadas, de la `Gata Blanca’ que se transforma en princesa, de Mme d’Aulnoy, de Beatriz que lleva a Dante al mundo del más allá, de la Aurelia de Gérard de Nerval o de la Antinea de Pierre Benoît. (…)
El complejo se puede definir como un conjunto de tendencias inconscientes dotadas de fuertes cargas emocionales idénticas.
Las principales características de un complejo son la autonomía, la independencia y la libre circulación en el seno de la psique hasta que surja en la conciencia como le parezca.
Los complejos serían comparables a regimientos que, en el seno del ejército, actuarían por su propia cuenta, a espaldas del Estado-Mayor y de los demás regimientos. Cuando un complejo, con su fuerte carga emotiva, invade al consciente puede suceder que ya no sea el ego el que decida sino el complejo. Los principales complejos corresponden a los arquetipos y se expresan por medio de imágenes oníricas simbólicas (…)
Jung llamó `imágenes del alma’ a las representaciones del sexo opuesto que aparecen en los sueños en el curso del `proceso de individuación’. Pudo demostrar que si el hombre se vivía como masculino en el plano consciente, su inconsciente poseía un indicio femenino, mientras que si la mujer se vivía como femenina en el plano consciente, su inconsciente poseía un indicio masculino.
Llamó `ánima’ a la esfera inconsciente inconsciente de la mujer (…)
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del hombre y `animus’ a la esfera
Si el ánimus permanece fuertemente reprimido en el inconsciente, según si carece de desarrollo o si su poder es excesivo, tendremos los siguientes comportamientos:
- o “la mujer niña”, encantadora por lo general, pero con carencia de personalidad por falta de carácter y de función intelectual;
- o la mujer avinagrada, agresiva, que maneja sistemáticamente la contradicción, hasta el punto de que es más importante para ella tener razón que reconocer una evidencia que se le escapa;
- o la mujer intelectual del tipo `pedante’, en quien un ánimus nebuloso provoca, por reacción, dice Jung, “razonamientos y argumentos que quisieran ser lógicos y críticos pero que, en lo esencial, se limitan la mayor parte del tiempo a esto: un punto débil y secundario será transformado en la tesis esencial al precio de un contrasentido. O, incluso, una discusión clara en sí se verá complicada hasta el extremo por la adjudicación de numerosos puntos de vista que, si llega el caso, no tienen nada que ver con la discusión en curso (…)
En los sueños, el ánimus tomará las formas más variadas según el grado de evolución de la soñante. Puede aparecer bajo la imagen de malhechores, ladrones, violadores, incluso de asesinos; bajo la imagen de animales viriles o monstruosos (`La Bella y la Bestia’ de Mme de Beaumont); bajo la imagen del `Príncipe Encantador’; bajo la imagen del `Viejo Sabio’, poseedor de la Verdad suprema, etc., pasando por la gama de los sueños eróticos, más o menos logrados, durante los cuales el ánimus intenta comunicar a la mujer esta fuerza apacible que le permite adaptarse a la vida con la seguridad confiada que caracteriza a las personas equilibradas.
De todas maneras, la `imagen del alma’, tanto ánimus como ánima, juega en el seno de la psique el rol de mediador entre el consciente y el inconsciente y de guía a través de los dédalos del mundo interno, tales como Hermes, que lleva a Hera, Atenea y Afrodita ayudadas por Paris o, repitámoslo, Ariadna que conduce a Teseo fuera del laberinto con la ayuda de su famoso hilo.”
(Jacques de la Rocheterie, La simbología de los sueños : el cuerpo humano) 45
“Se puede ver el género como una característica secundaria del anima/us.”
(Murray Stein, El mapa del alma según Jung)
“Uno de los importantes hechos psicológicos del caso era que [Christiana] Morgan, como Jung, era un tipo intuitivo-intelectual y tenía su sentimiento y su sensación en el inconsciente. (…)
[Jung] y su audiencia estereotiparon a Morgan como una mujer que funcionaba solamente a través del sentimiento y la relación, mientras que su ánimus era un modo de pensamiento inferior para ella.
Jung ignoró aquí lo que su propia teoría podría haberle permitido apreciar con facilidad: que eran las figuras masculinas de sus visiones las que guiaban a Morgan hacia el desarrollo de su función de sentimiento. (…)
Jung –al menos en el seminario- no pudo aceptar lo que las visiones le estaban mostrando claramente. (…)
Si Jung hubiera mantenido en mente a Morgan como una pensadora intuitiva que estaba desarrollando su sentimiento a través de sus visiones, podría no haberla agrupado en la categoría de mujer tradicional, extravertida y de sentimiento. El hombre que escribió Tipos psicológicos sin duda lo sabía mejor.”
(Claire Douglas, Introducción a: C. G. Jung, Visiones)
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ESQUEMA 1:
ÁNIMA/US NO DIFERENCIADO (INCONSCIENTE)
Yo (lo consciente) ----------------------------------- Ánima (lo inconsciente) [ANIMA = mujer interna, personalidad interna, portadora de un Eros/Logos inferior, arcaico, poco desarrollado e infantil]
Yo (lo consciente) ---------------------------------- Ánimus (lo inconsciente) [ÁNIMUS = hombre interno, personalidad interna, portador de un Eros/Logos inferior, arcaico, poco desarrollado e infantil]
“El alma, para Jung, es un complejo funcional de la psique que actúa como una personalidad mediadora entre la totalidad de la psique, que es principalmente inconsciente, y el Yo común.
La imagen de la personalidad del alma, en tanto opuesta a este Yo habitual, es contrasexual; por eso, empíricamente, en el hombre esta `alma’ es femenina, es decir, es el ánima.
El alma, sin embargo, presenta ciertos aspectos que van más allá de la feminidad inconsciente del hombre, como indican su relación con la personalidad interior y su conexión con una serie de figuras oníricas femeninas de las que se sirve como imágenes predilectas. (…)
El alma en tanto ánima, como personalidad interior, recogerá todos los aspectos desestimados por la persona exterior.
En un primer nivel, estos aspectos son necesariamente inconscientes, delicados y afeminados, y poseen los rasgos típicos del ánima descritos por Jung.
Pero [:]
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ESQUEMA 2:
ÁNIMA/US DIFERENCIADO (CONSCIENTE)
Ánima (consciente) --------------------------------------- Ánimus (consciente) [ÁNIMA = Estructura de la conciencia: función de relación/función de discriminación] [ÁNIMUS = Estructura de la conciencia: función de relación/función de discriminación]
una vez conducidos internamente, vividos y fantaseados, adquieren un carácter psicológico cada vez más pronunciado, proporcionando intuiciones, símbolos y conexiones.
Y, de hecho, estamos obligados a desarrollar esas diferenciaciones psicológicas si queremos mantener nuestro equilibrio en medio de las obsesiones del ánima.
A través del interés en esos aspectos femeninos, mediante el diálogo y el trato con ellos, algo psicológico acaba emergiendo del ánima. En otras palabras, el ánima se convierte en psique, proporcionándonos un sentimiento del alma cada vez mayor a medida que se realiza esa transformación. (…)
El arquetipo del ánima no puede quedar limitado a la peculiar psicología masculina, puesto que los arquetipos trascienden tanto al hombre como a la mujer, así como sus diferencias biológicas y sus papeles sociales.
Las representaciones del ánima en la mitología griega, donde este arquetipo aparece bajo la configuración de ninfas, ménades, amazonas, nereidas, etc., o en las formas divinas, más numinosas y articuladas, de Perséfone-Coré, Afrodita, Artemisa, Hebe o Atenea, se refieren a una estructura de la consciencia relevante tanto para la vida de los hombres como de las mujeres. (…) Por esta razón, la creatividad psicológica no se limita al hombre, ni el arquetipo del ánima es una prerrogativa masculina.”
(James Hillman, El mito del análisis) 48
“Cuando están poseídos por el ánima [= por lo inconsciente, por la personalidad interior], o sea cuando su ánimus [= ánimus como estructura de la conciencia] se ha transformado en ánima [= lo inconsciente, la personalidad interna]…”
(C. G. Jung, Aion)
“El ánima aparece en primer lugar en las figuras oníricas, las emociones, las quejas sintomáticas y las proyecciones y fantasías obsesivas. (…)
`Es normal que un hombre oponga resistencia a su ánima, porque ésta representa lo inconsciente, junto con todas las tendencias y todos los contenidos que hasta ese momento se han visto excluidos de la vida consciente’ [Jung, OC, XI, par. 129] (…)
El término `Ánima’ delimita una región problemática de la psique, que no se presta fácilmente a cualquier tipo de examen. (…)
`Ánima’ ha sido definida de diferentes maneras por Jung. Estas definiciones se pueden considerar como diferentes niveles de distinción, que se pueden separar antes de intentar comprender la interrelación. (…)
La fenomenología del Ánima no está limita al sexo masculino. (…) La gama de emociones del Ánima no puede quedar limitada al sexo masculino. (…)
`Ánima (…) es la personificación de las funciones inferiores que relacionan (…) con lo inconsciente colectivo. (…) [Cuando] se les presenta en forma masculina (…) lo llamo ánimus. (…) En tanto que personificación de lo inconsciente colectivo, aparece[n] una y otra vez en los sueños.’ [Jung, OC, XVIII, par.187] (…)
`[En el sueño] la mujer desconocida, el ánima, representa la llamada función inferior, esto es, la función indiferenciada, y, en el caso de nuestro soñante, pues, el sentimiento.’ [Jung, OC, XII, par. 50] (…) 49
`Pensamiento y sentimiento (…) están por definición en conflicto. Quien se identifica con un punto de vista intelectual se encuentra a veces de frente como un enemigo al pensamiento.’ [Jung, OC, IX, 2, par. 58] (…)
`Esta inflación espiritual es compensada por una marcada inferioridad del sentimiento, un verdadero y propio estado de destrucción de nuestro otro lado, el lado femenino, terrestre (Yin), el lado del sentimiento.’ [Jung, Cartas, 25 de agosto de 1928, al conde Hermann Keyserling] (…)
`Ella [el Ánima] consiste esencialmente en un tipo inferior de relación con el entorno.’ [Jung, OC, XVIII, par. 429]
`El ánima inconsciente es un ser autoerótico, carente por completo de relaciones, que no quiere otra cosa que poseer por completo al individuo, lo cual afemina al varón de una manera extraña y perjudicial.’ [Jung, OC, XVI, par. 504]
`El ánima, a través de su integración [a la consciencia], se convierte en el Eros de la conciencia (…) El ánima presta a la conciencia (…) relación y conexión.’ [Jung, OC., IX,2, par. 33] (…)
`Eros es relación.’ [Jung, OC, XIII, par. 60]
`Los complejos autónomos de ánima y ánimus son esencialmente una función psicológica, que ha usurpado, o mejor, conservado, una `personalidad’, por el simple motivo de ser autónoma e indiferenciada. (…) Debido a que no la usamos deliberadamente como función, permanece como complejo personificado.’ (…)
Un estado en el que el ánima y el ánimus se han convertido en funciones de relación con lo inconsciente (…) En este punto el fenómeno del ánima ha terminado.’ [Jung, OC, VII, 339 y 387]
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ÁNIMA COMO RELACIÓN designa la configuración que media entre lo personal y lo colectivo, entre la realidad inmediata y lo que va más allá, entre el horizonte de la consciencia individual y el reino primordial de lo imaginal, de sus imágenes, ideas, figuras, emociones. Aquí el alma actúa como mediadora y psicopompo. (…) La cualidad de la relación será determinada por esta función. (…)
EL SENTIMIENTO COMO RELACIÓN es otra historia. Se refiere a la función que pone al sujeto y al objeto en una conexión basada en un juicio de valor. (…) Mediante tal proceso se establece una relación entre la consciencia y el contenido y entre los diversos contenidos. (…)
De la confusión entre Ánima y sentimiento se nutre en parte aquel jardín de las delicias de la psicoterapia analítica, en el cual la cura del ánima sería una forma particular de cultivo el Ánima, a saber, el desarrollo del sentimiento.
Pero cultivar el Ánima, o hacer alma, por usar una idea más amplia, es en primer lugar un complejo proceso de producción de fantasías y de comprensión, que sólo coincide en parte con el afinamiento y desarrollo del sentimiento.”
(James Hillman, Ánima)
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“El ánima (…) es un `factor’ en el sentido propio de la palabra. No se la puede hacer, sino que ella es el a priori de estados de ánimo, de reacciones, de impulsos y de todo lo que hay en el campo de las espontaneidades psíquicas.
Es algo que vive por sí mismo y que nos hace vivir; una vida detrás de la consciencia, que no puede ser integrada totalmente en ésta, sino de la que, por el contrario, proviene la consciencia.”
(C. G. Jung, Sobre los arquetipos de lo inconsciente colectivo; en: Los arquetipos y lo inconsciente colectivo, OC 9/1, parágrafo 57)
“En diversos pasajes `ánima’ se refiere a la personalidad contrasocial e inferior. Existe oposición en el rol externo que uno desempeña en la vida social y la vida interior del alma, menos consciente.
Este aspecto menos consciente, dirigido hacia el interior y experimentado como la propia interioridad personal, es el ánima `como imagen del alma’.
Cuanto más se identifica un hombre con su rol biológico y social en cuanto hombre (persona), más domina interiormente el ánima.”
(James Hillman, Ánima)
“Ha de entenderse por `yo’ ese factor complejo al que refieren todos los contenidos de la conciencia. (…) He definido el ánima como la personificación del inconsciente.”
(C. G. Jung, Aion)
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“El ánima en su aspecto negativo (es decir, cuando se oculta en el sujeto y permanece inconsciente) ejerce una influencia posesiva sobre él (…)
De ahí que el aspecto negativo del ánima signifique una forma especial de inadaptación psicológica que o está compensada por la consciencia o compensa a ésta, con una actitud contrapuesta igualmente incorrecta (…)
El ánima que corresponde a ésta actitud es una persona intrigante que seduce al yo cada vez más para que represente su papel mientras va cavando a sus espaldas todas las trampas en que está destinado a caer el enamorado de su papel. (…)
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[Una] actitud más distinguida significa también un ascenso de rango del ánima desde su papel de seductora al de guía.
A la transformación de la sustancia regia de león a rey le corresponde la transformación de lo femenino de serpiente a reina.
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La coronación, la apoteosis y las bodas significan la equiparación factible de la consciencia y lo inconsciente en el nivel máximo, una liberadora coincidentia oppositorum. (…)
El ánima media entre la consciencia y el inconsciente colectivo.”
(C. G. Jung, Mysterium coniunctionis)
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“El `alma’ es pues una función de relación entre consciente e inconsciente.
Es la nueva personalidad interna que se ha forjado en el sujeto, el modo en que éste se vive interiormente a sí mismo.
[`Entiendo por alma un complejo funcional determinado y circunscrito, al que la mejor manera de caracterizarlo sería llamarlo `personalidad’.’ (Jung, Tipos psicológicos)]
El ánima, en cambio, es la personificación, la figura en la que el protagonista ha proyectado lo desconocido de sí mismo, y el principio femenino inconsciente.
Mientras sus contenidos sean autónomos y se vivan de modo inconsciente, siendo sólo reconocidos en la proyección externa, estamos ante el ánima como `fuente de ilusiones de toda especie y origen de inacabables confusiones en los hombres y las cosas.’ (Jung, La psicología de la transferencia).
A medida que esos contenidos se diferencian de las proyecciones externas y se integran con el yo consciente se disuelven y se transforman en `alma’, en componentes de la psique, mediadores entre lo consciente y lo inconsciente.
Gracias a la nigredo y a la purificación que implica, los valores inconscientes del ánima son reconocidos e integrados en la conciencia, se transforman en “alma”; puede hablarse entonces del `alma’ a diferencia del ánima.
Es evidente, como advierte Jung, que este peculiar concepto de `alma’ no tiene nada que ver con el concepto cristiano.
Esta diferencia es importante porque el `regreso del alma’, simbolizado por la visión de Beatriz niña, significa el comienzo de la realización, de la actualización consciente de la `unión de los opuestos’:`significa la conjunción de la conciencia con lo inconsciente, es decir, la función transcendente propia del proceso de individuación’ (Jung, La psicología de la transferencia)’. (…)
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¿Qué representa ahora Beatriz? ¿El `alma’ o el ánima de Dante? A mi modo de ver la imagen de Beatriz niña simbolizaría el `alma’, aquello que ha sido estructurado y construido en la conciencia por la unión y síntesis de los opuestos y que se consolida como personalidad propia. (…)
El ánima pertenece pues a lo inconsciente pero está en contacto con el `alma’; modela a su semejanza los componentes de esta última, siendo capaz de abrirle las puertas de lo inconsciente colectivo”.
(Rosario Scrimieri, Despertar el alma : estudio junguiano sobre la Vita nuova)
“La integridad es la meta de la psicología junguiana, realizable como integración de lo disociado, así como balance/balanza de escisiones cointegradas.
A partir de las aportaciones clásicas de Sperry y colaboradores sobre los dos hemisferios cerebrales –izquierdo y derecho-, el junguiano E. Rossi ha elaborado una arquetipología cerebral otorgando a cada hemisferio su equivalencia junguiana:
HEMISFERIO IZQ. ------ HEMISFERIO DER. Extravertido ------------------- Introvertido Pensamiento ------------------ Sentimiento Sensación --------------------- Intuición Egoico -------------------------- Procesos arquetípicos comprensivos del Sí-mismo Analítico-causal -------------- Sincrónico Racional ------------------------ Irracional-mágico
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Se trataría de compensar la dominación de nuestro hemisferio izquierdo por la integración del dominado hemisferio derecho. En su obra Archetypes : A natural history of the self [Este libro tiene una versión actualizada: Archetype revisited : an updated natural history of the self], A. Stevens ha completado el cuadro de correspondencias. (…)
La clave está en la comunicación de ambos hemisferios a través del llamado `corpus callosum’. (…)
En la terminología junguiana, podríamos decir que el inconsciente del varón (el ánima) representa la capacidad `gestáltica’ del hemisferio derecho, mientras que el izquierdo lógico-verbal representa su consciencia cuotidiana, rol o ánimus. (…)
Masculinidad y feminidad, ánimus y ánima, no coinciden con varón y mujer, ya que en cada cual anida un doble principio masculino/femenino.”
(Andrés Ortiz-Osés, C. G. Jung : arquetipos y sentido)
“La dominancia cerebral, como todas las características humanas biológicamente determinadas, es sensible a las influencias del ambiente.”
(Anthony Stevens, Archetype revisited : an updated natural history of the self)
“Por eso Jung podía decir que, sin lugar a dudas, la meta del desarrollo anímico era el proceso de convertirse en uno mismo (la individuación), en cuyo transcurso las grandes polaridades o pares de opuestos de la vida se fusionan en una unidad: lo consciente y (al menos en parte) lo inconsciente, la luz y la oscuridad, lo masculino y lo femenino, y ello en la figura de aquella imagen del alma que en el hombre constituye la femineidad interna (anima) y en la mujer la masculinidad interna (animus).”
(Gerhard Wehr, Carl Gustav Jung : su vida, su obra, su influencia, pag. 194)
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“Mi ánima (…) una parte de mí mismo con un punto de vista diferente del mío propio.”
(C. G. Jung, Psicología Analítica, 27 de abril de 1925)
“A la `personalidad superior’ yo suelo llamarla `sí-mismo’, con lo que trazo una clara línea de separación entre el yo, que como es sabido sólo llega hasta donde llega la consciencia, y la personalidad total, que incluye el elemento inconsciente, además del consciente. (…)
La `personalidad superior’ es el ser humano total, el hombre tal y como es en realidad y no sólo como se lo parece a sí mismo.
A la totalidad pertenece también el alma inconsciente [= ánima/ánimus], que tiene sus exigencias y necesidades vitales lo mismo que la consciencia.”
(C. G. Jung, Acerca del aspecto psicológico de la figura de la Core, parágrafos 315 y 314; en: Los arquetipos y lo inconsciente colectivo, O.C. vol. 9/1)
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SINCRONICIDAD
SOBRE PSICOLOGÍA Y RELIGIÓN
(G. G. Jung y otros)
FRAGMENTOS SELECCIONADOS POR JOSÉ MEDINA
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SINCRONICIDAD
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"Sincronicidad. Este fenómeno consiste en una imagen simbólica constelada en el mundo psíquico interno, un sueño, por ejemplo, o una visión de vigilia, o una corazonada súbita de origen inconsciente, que coincide de forma `milagrosa’, no de forma causal o racionalmente explicable, con un evento de significado similar en el mundo externo."
(Marie-Louise von Franz, Number and Time)
“Hay personas –siempre las ha habido- a las que les resulta imposible no tomar consciencia de que el mundo y la experiencia del mundo poseen una naturaleza metafórica y constituyen en realidad el reflejo de algo que yace oculto en las profundidades más íntimas del sujeto, en la propia realidad transubjetiva.”
(C. G. Jung, Comentario psicológico al Bardo Todol; en: Acerca de la psicología de la religión occidental y de la religión oriental)
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1. POR EJEMPLO
“En ocasiones, un inesperado encuentro con un niño, un animal, un objeto, o la visión de un paisaje, una hoja que cae, una escena de todos los días, o cualquier otro incidente, pueden reflejar el acontecimiento interno en la forma más precisa, y hasta pueden repetir una imagen vista en un sueño. Estas experiencias contemplativas de la significativa equivalencia del interior y exterior están basadas, de la misma manera, en la sincronicidad.”
(Aniela Jaffé, De la vida y la obra de C. G. Jung)
“Un ilustrativo ejemplo de este enfoque autocrítico y compensatorio de la sincronicidad en la propia vida de Jung es el que cuenta Henry Fierz a propósito de un encuentro con Jung en la década de 1950. Fierz había ido a ver a Jung para analizar con él la conveniencia de publicar un manuscrito de un científico recientemente fallecido. A la hora acordada para la cita, las cinco en punto, llegó Firz y la discusión comenzó:
`Jung había leído el libro y pensaba que no debía publicarse, pero yo discrepaba y estaba a favor de la publicación. Nuestra discusión se tornó bastante áspera y Jung miró su reloj, pensando, obviamente, que ya había perdido demasiado tiempo en ese asunto y que podía dar por terminada la reunión. Mirando su reloj, dijo: “¿A qué hora vino usted?”. “A las cinco, como habíamos acordado”, respondí. Jung: “¡Qué extraño! Esta mañana me entregaron el reloj después de una revisión a fondo, y ahora marca las 5.05. Pero seguramente usted ha estado mucho más tiempo aquí. ¿Qué hora tiene?”. “Las 5.35.” A lo que Jung comentó: “Así que el que tiene la hora correcta es usted y no yo. Volvamos a discutir la cuestión”. Esa vez pude convencer a Jung de que el libro debía publicarse’.”
(Richard Tarnas, Cosmos y Psique)
“Lo mismo se puede decir incluso de los sueños premonitorios. El otro día un amigo mío me explicaba que hace muchos años, cuando él hacía mucho montañismo, tuvo un sueño, antes de emprender una expedición, en el que una avalancha de piedras terminaba con su vida. Al despertarse por la mañana 63
estaba muy preocupado y se cuestionaba si debía partir, pero entonces creyó que si no iba se sentiría como un cobarde y se avergonzaría de sí mismo. Probablemente también le picara la curiosidad de descubrir si aquello sucedería o no. De modo que decidió ir, pero contrató a un segundo guía, que no era necesario en absoluto, como pronto podrán ver, pero esa era su idea de tomar precauciones. Se fue a hacer el ascenso y no sucedió nada, salvo que en el camino de vuelta hubo una avalancha de piedras y no les tocó de milagro. El segundo guía no les hubiera servido de nada y todos habrían muerto. El inconsciente no pudo predecir con precisión lo que iba a pasar, pero sí predijo un accidente en las montañas y entonces se produjo una pequeña historia única en un lugar u otro que no se podía prever. En el sueño sólo se predijo una probabilidad.
Por consiguiente, parece como si el conocimiento absoluto de las capas más profundas de la psique no pudiera predecir los acontecimientos sincrónicos o los de otra índole con bastante precisión, sino que tan sólo pudiera bosquejar de un modo más o menos claro una imagen de las posibilidades. Esto es también lo que intentan las técnicas de adivinación: no definen o predicen el posible acontecimiento sincrónico, porque este en realidad es impredecible, sino que sólo bosquejan, con la ayuda de la ordenación acausal, la cualidad de un momento en el tiempo. De modo que podemos decir que si pasa algo recaerá en el área de este campo cualitativo.
Por ejemplo, “accidente en la montaña” en el caso anterior habría sido el lema general y por lo tanto no sería probable que significara un maravilloso encuentro con una gamuza, sino que sucedería algún accidente dentro del contexto de la montaña. La expectativa inconsciente se dirigió a esa zona, pero el hecho real y la forma en que tendría lugar realmente no se podía predecir. Esto es lo que sucede con todas las técnicas de adivinación.”
(Marie-Louise Von Franz, Sobre adivinación y sincronicidad)
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2. SINCRONICIDAD COMO PRINCIPIO DE CONEXIONES ACAUSALES
“Los acontecimientos físicos pueden ser contemplados desde dos puntos de vista: el mecanicista y el energético.
La visión mecanicista es puramente causal y concibe el acontecimiento como consecuencia de una causa, de tal manera que las substancias invariables cambian sus relaciones mutuas en virtud de unas leyes fijas.
La visión energética, por el contrario, es esencialmente finalista y concibe el acontecimiento partiendo de la consecuencia hacia la causa, de tal modo que una energía sirve de base a los cambios de los fenómenos, se mantiene constante precisamente en esos cambios y, por último, provoca entrópicamente un estado de equilibrio general (…)
Ambos puntos de vista son indispensables para comprender el acontecimiento físico.”
(C. G. Jung, Sobre la energética del alma; en: La dinámica de lo inconsciente)
“La sincronicidad supone la simultaneidad de determinado estado psíquico con uno o varios sucesos externos cuyo sentido parece paralelo al estado subjetivo momentáneo”. 65
“El fenómeno de la sincronicidad consta pues de dos factores: 1º Una imagen inconsciente. (…) 2º Con ese contenido coincide una situación objetiva”.
“La sincronicidad en sentido estricto sólo es un caso especial de un orden general acausal, concretamente, concretamente, la homogeneidad de los procesos psíquicos y físicos”.
“Los arquetipos no aparecen única y exclusivamente en el ámbito psíquico, también pueden hacerlo en circunstancias no psíquicas. (Homogeneidad de un proceso físico exterior con uno psíquico)”.
(C. G. Jung, Sincronicidad como principio de conexiones acausales; acausales en: La dinámica de lo inconsciente) inconsciente
“Cuando un contenido psíquico rebasa el umbral de la consciencia, desaparecen sus fenómenos marginales sincronísticos.”
teóricas acerca de la esencia de lo psíquico; psíquico en: (C. G. Jung, Consideraciones teóricas La dinámica de lo inconsciente) inconsciente
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3. ACERCA DE LA SINCRONICIDAD
“Un ordenamiento arquetípico `aparece’ o llega a ser `visible’ en el suceso sincronístico; no lo causa.”
(Marie-Louise von Franz, Psyche and matter, `A contribution to the discussion’)
“Jung describió tres tipos de sincronicidad: En la primera categoría, hay una coincidencia entre el contenido mental (que puede ser un pensamiento o un sentimiento) y el acontecimiento externo ... En el segundo grupo de acontecimientos sincronísticos, una persona tiene un sueño o una visión que coincide con un acontecimiento que está sucediendo lejos de allí (y que ulteriormente se comprueba) … En la tercera categoría sincronística, una persona tiene una imagen (como un sueño, una visión o una premonición) acerca de algo que acontecerá en el futuro, y en su momento sucede.”
(Jean Shinoda Bolen, El Tao de la psicología)
“No hay ni un solo espíritu, ni un solo pedazo de materia que exista individualmente.”
“Von Franz comprendió que todos los fenómenos mentales y físicos son aspectos complementarios de una misma realidad unitaria transcendental. En su propia raíz, existen ciertas formas dinámicas fundamentales denominadas “arquetipos”. Cada proceso específico, ya sea físico o mental, es una representación particular de algunos de estos arquetipos.”
“El concepto de “significado” es, de hecho, el punto focal de la sincronicidad, dado que un acontecimiento sincrónico adquiría sentido solo en la medida en que quien lo experimenta percibe un significado inmediato.”
“La sincronicidad no es más que un espejo de los proceso de nuestra psique, y en ella se verifican los paralelismos entre estos estados interiores y los
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acontecimientos externos. Se trata de un mecanismo que tiene lugar por analogía, y su matriz se encuentra fuera del tiempo y del espacio.”
(Massimo Teodorani, Sincronicidad)
“El suceso sincronístico no es un “signo” que nos diga qué tenemos que hacer, como un semáforo que indica que podemos cruzar la calle. La sincronicidad es más bien un conjunto de símbolos que no siempre implica una respuesta literal al impulso que provoca.
El sentido de un símbolo sincronístico no está, pues, bien determinado en su forma. Se concreta gracias a la experiencia que resulta del encuentro y en la problemática inconsciente que intenta después desarrollar. El sentido de un símbolo nos incita a movernos, a cuestionarnos y a orientarnos, pero sin mostrarnos el destino o el lugar donde se encuentra la respuesta.”
(Jean-François Vézina, Las coincidencias necesarias)
“En último análisis, es la conciencia la que crea el conflicto entre lo interno y lo externo, al proyectar uno de los términos como materialmente real y el otro como psicológicamente real, porque no conocemos la diferencia entre la realidad material y la psique. De hecho, si lo consideramos de un modo imparcial, nos encontramos con algo desconocido que a veces se aparece como materia y a veces como psique, y la forma en que los dos se relacionan no la conocemos todavía.”
(Marie-Louise von Franz, Alquimia)
“El nuevo paradigma de Sheldrake de los `campos morfogenéticos’ también debe ser mencionado aquí, este `campo’ es similar a lo que Jung entendía por arquetipo.”
(Marie-Louise von Franz, Psyche and matter, `A contribution to the discussion’)
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“Es como si la formación de patrones dentro del inconsciente fuese acompañada de patrones físicos en el mundo exterior. Principalmente, cuando los patrones psíquicos están a punto de alcanzar la conciencia, las sincronicidades llegan a su apogeo; por otra parte, tienden a desaparecer cuando el individuo conscientemente se da cuenta de una nueva alineación de fuerzas dentro de su personalidad.
Es por ello que las sincronicidades a menudo se relacionan con periodos de transformación; por ejemplo, nacimientos, muertes, el enamoramiento, la psicoterapia, la obra creadora intensa e incluso un cambio de profesión. Es como si esta reestructuración interna produjese resonancias externas o como si una explosión de “energía mental” se propagase hacia afuera en el mundo físico. El crujido de la estantería de Jung es un claro ejemplo de tal exteriorización. Arnold Mindel ofrece el ejemplo de un paciente psicópata que declaró que era Jesús, el creador y destructor de la luz. En ese mismo instante la instalación de luz cayó del techo dejando sin conocimiento al hombre.”
(F. David Peat, Sincronicidad : puente entre mente y materia)
“El espacio-tiempo y la causalidad llegan a ser así características de la estructura y función del yo y no de la actividad del arquetipo (…)
Podemos esperar que las sincronicidades aparezcan más claramente en el análisis con pacientes menos integrados o psicóticos, o si una o más de las condiciones para un buen análisis no son satisfechas. Por ejemplo, si tenemos dificultades con la contratransferencia, podrían llegar a manifestarse. (…)
Balint afirma [en: Notes on para-psychology and para-psychological healing, 1955] que esta clase de experiencia sucede cuando el analista está preocupado con asuntos ajenos al análisis y no revela su pre-ocupación al paciente aunque debería hacerlo.”
(Michael Fordham, Explorations into the self)
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4. TIEMPO Y MUERTE
“Después de sopesar crítica y detenidamente muchas experiencias y argumentaciones he terminado por aceptar la existencia de estratos anímicos profundos que no pueden ser descritos adecuadamente por medio de nuestro concepto ordinario de tiempo.
Por consiguiente, la muerte del individuo particular tampoco tiene el significado ordinario en estos estratos, los cuales apuntan siempre más allá de la vida personal.
Al carecer de conceptos apropiados, representadas por medio de símbolos.”
estas
regiones
anímicas
son
(Carta de Wolfgang Pauli a Carl G. Jung [23]; en: Carl A. Meier, Wolfgang Pauli y Carl G. Jung : un intercambio epistolar 1932-1958)
5. SINCRONICIDAD, DIOS, TAO
"Jung llama 'Dios' a lo que la mayoría de la gente llama casualidad o accidente. (…) Todas las vicisitudes de la vida interior y exterior tienen un significado y son expresiones de patrones y poderes transpersonales (...)
Tanto para el hombre conectado con el Sí-mismo [= Self], como para el niño y el primitivo, el azar no existe (...) Emerson expresó la misma idea, a saber, que la ley se encuentra detrás de toda aparente casualidad: `El secreto del mundo es el lazo entre la persona y el evento... el alma contiene el evento que ha de venir... El evento es la impresión de tu forma". "
(Edward F. Edinger, Ego and archetype) 70
De acuerdo con el argumento principal de este libro, parece que la materia y la psique son sólo los aspectos internos y externos de la misma realidad trascendental.
Nos aventuramos a esta conclusión porque los constituyentes últimos de la materia se presentan ante nuestra conciencia observante en formas similares a aquellas formas que representan los fundamentos últimos del factor interno, el inconsciente colectivo. Esta realidad unitaria trascendental (unus mundus) llama a la hipótesis de que la materia está animada.
Sabemos que a la hora de muerte la parte material del hombre se disuelve en constituyentes de material inorgánico, en algo, por lo tanto, que la física moderna definiría como un campo electromagnético, cuyos puntos excitados representan partículas.
Los antiguos textos religiosos mencionados, que tienen como objetivo, por así decirlo, una percepción introspectiva del mismo proceso, describen la muerte como una ascensión al reino de los dioses, es decir, al campo arquetípico de lo inconsciente colectivo (...)
Durante el transcurrir de la vida, esta tendencia a la conciencia debe de construir un cuerpo sutil alrededor de sí mismo, un cuerpo de tipo espiritual que ahora en la muerte la apoya (...)
El núcleo psíquico del alma, que se ha vuelto consciente, y su campo de energía circundante, por lo tanto, también parecen de alguna manera capaces de retener una identidad individual después de la muerte dentro del unus mundus psicofísico.
Hablando psicológicamente, esto significaría que el Sí-mismo, como una mónada psicofísica o núcleo último de la personalidad, no sólo engendra la conciencia del yo dando lugar a ésta en el nacimiento y alimentándola durante el crecimiento de la personalidad del individuo, sino que, al morir, el Sí-mismo también impulsaría al yo a volver hacia el interior de sí mismo y contraerse, igual que la savia de un árbol produce hojas en ciernes en la primavera y luego
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se hunde en el tronco en el otoño, mientras que las hojas producidas por ella son desechadas y se marchitan. "
(Marie-Louise von Franz, Number and time)
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SOBRE PSICOLOGÍA Y RELIGIÓN
“El mundo entero es Dios, y Dios está en el mundo entero desde el principio.”
(C. G. Jung, Respuesta a Job; en: Acerca de la psicología de la religión occidental y de la religión oriental, parágrafo 631)
1.
EL SELF (= EL SÍ-MISMO)
“Los cinco primeros años de vida constituyen el periodo de mayor actividad para el sí-mismo [= self]. En este breve segmento del arco vital se ponen los cimientos que determinarán la estructura futura de la personalidad.
De todos los programas arquetípicos que se activan en esta etapa de la vida, el apego mediador a la madre es el más decisivo. El carácter satisfactorio o insatisfactorio de esta relación primordial influirá en todas las relaciones posteriores con las personas, la sociedad y el mundo.”
(Anthony Stevens, Jung o la búsqueda de la identidad)
“La atención empática y brindadora de cuidados provee al infante de un espejo, por decirlo así, en el cual puede gradualmente llegar a reconocerse y experimentarse como un ser completo, como self [ = sí mismo].
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La figura de la madre que lleva a cabo esta función de reflejo empático es denominada por Kohut `objeto de self´. Él usa este término paradójico para designar a las personas del medio ambiente del bebé que son experimentadas por él como si fueran partes de su propio self.
Esto se da naturalmente en la temprana infancia, cuando `yo y tú’, self y objeto, no pueden ser discriminados ni cognitiva ni emocionalmente. En este sentido la designación `objeto de self’ parecería ser bastante apropiada (…)
Desde el punto de vista científico el self es una hipótesis, cuya existencia no puede ser probada. Pero se hace notar a través de sus efectos sobre la experiencia psíquica, de la cual Jung da algunos llamativos ejemplos en sus memorias.
El self también se manifiesta con gran poder en una amplia gama de símbolos de la divinidad. Esto proporciona la base para la psicología de la religión de Jung, la cual ocupa un lugar central en su obra, ya que desde un punto de vista empírico ciertos símbolos del self no pueden ser distinguidos de la imagen de Dios (…)
Como hemos dicho, el self se manifiesta a través de símbolos del más alto valor, por ejemplo, la imagen de un tesoro difícil de encontrar, la rama dorada, la perla, o el oro filosófico de los alquimistas. El self puede expresarse en símbolos que representan estructuras de orden, tales como el mándala o la cuaternidad. También puede ser personificado por figuras dotadas de cualidades sobrehumanas. Las imágenes religiosas de dioses que han tomado forma humana y la creencia cristiana en Dios como padre y Cristo como hijo son representaciones simbólicas del self.
El self posee una fuerte carga afectiva que, cuando toma expresión en tales símbolos, se siente como algo numinoso.”
(Mario Jacoby, Individuation and narcissism)
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“Detrás de tus pensamientos y sentimientos, hermano mío, se encuentra un soberano poderoso, un sabio desconocido – llámase sí-mismo [Self]. En tu cuerpo habita, es tu cuerpo.”
(F. Nietzsche, Así habló Zaratustra, `De los despreciadores del cuerpo’)
“El self es por definición la totalidad de todos los hechos y contenidos psíquicos (…)
El yo es el self visible. Por su puesto, en el yo el self sólo llega a ser tenuemente visible (…)
Una deidad es simplemente una visión proyectada del self (…)
Por lo tanto, el término self a menudo se mezcla con la idea de Dios (…)
Por esto, deberíamos reservar el término `Dios’ para una deidad remota a la que se le supone como característica la absoluta unidad de todas las singularidades.
El self sería la etapa anterior, un ser que es más que un hombre y que definitivamente se manifiesta; éste es el pensador de nuestros pensamientos, el hacedor de nuestros actos, el fabricante de nuestras vidas, sin embargo está todavía dentro del alcance de la experiencia humana (…)
El self contiene todos los arquetipos: se podría decir que una experiencia arquetípica es una experiencia del self (…)
Es como si el self estuviera intentando manifestarse en el espacio y el tiempo (…)
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El self consiste, entonces, por un lado en las más recientes adquisiciones del yo consciente, por otro lado en material arcaico (…)
Zaratustra es el arquetipo del anciano sabio, el `nous’ o el `pneuma’ (…)
Zaratustra representa el self.”
(C. G. Jung, Sobre el Zaratustra de Nietzsche, vol. II, 22 de enero y 12, 19 de febrero de 1936, 25 de enero de 1939)
“Esta frase sólo es aceptable si uno asume que Zaratustra representaba el Superhombre como sí-mismo [self] de cualquier persona. (…)
Bien, en la medida en que Zaratustra es el Superhombre de Nietzsche, o el símismo de Nietzsche, y en la medida en que aceptemos la idea de que el ser humano tiene un sí-mismo y que `Zaratustra’ es una expresión apta para el símismo, podemos decir que `Zaratustra’ podría simbolizar el sí-mismo de cualquier persona. (…) Podemos decir que es el Dios de cualquier persona.”
(C. G. Jung, Sobre el Zaratustra de Nietzsche, vol. I, 19 de junio de 1935)
"Más específicamente, el término imagen de Dios es sinónimo de un aspecto particular del Sí-mismo [= Self] que podríamos llamar el Sí-mismo colectivo. En otras palabras, es un centro transpersonal compartido por todo un cuerpo de la humanidad y puede tener más de una referencia individual.”
(Edward F. Edinger, The new God-image)
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2.
LA RELIGIÓN
“Las representaciones simbólicas de todas las religiones son modos de conformar de una forma típica, universalmente vinculante, los procesos inconscientes (…)
Las formas que brotan de lo inconsciente del fundador son declaradas universalmente válidas y de ese modo sustituyen a las fantasías individuales de los demás (…)
La forma en que Cristo presentó al mundo el contenido de su inconsciente fue aceptada y declarada vinculante para todos. Con ello quedaron condenadas a la falta de vigencia y de valor todas las fantasías individuales, y fueron perseguidas como heréticas, como lo muestra el destino del movimiento gnóstico y de todos los herejes posteriores”.
(C. G. Jung, Tipos psicológicos)
“Tomemos la eucaristía. Un dios es asesinado, atravesado con una lanza, desmembrado y comido. Hasta el día de hoy, pinchar un pedazo de pan con una lanza de plata es un ritual de la Iglesia griega. En los ritos aztecas, Huitzilopochtli es asesinado y atravesado con una lanza. Su cuerpo está hecho de una pasta compuesta por semillas de plantas, al igual que la hostia está hecha de harina blanca, y los pedazos son distribuidos y comidos. La divinidad unida y dividida. Piense en el uso que se hacía de la cruz en Yucatán. Es la misma cruz que nosotros adoramos. O el mito de Dioniso. (Jung dio varios ejemplos más.)
Los psiquiatras, al tratar sus casos, saben que estas cosas ocurren dentro del alma de sus pacientes. Hay infinitas ideas, imágenes de lo inconsciente, que se han comparado a conceptos mitológicos, pues se probó que eran idénticas”.
(Encuentros con Jung, William McGuire y R.F.C. Hull -eds.)
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“Hay que tener en cuenta que yo me ocupo de los fenómenos psíquicos que son (como se puede demostrar empíricamente) las bases de los conceptos metafísicos y que, cuando digo por ejemplo “Dios”, no puedo referirme a otra cosa que a unos hechos psíquicos constatables y que por cierto poseen una realidad estremecedora. A quien esto le parezca increíble le recomiendo que se dé una vuelta por un manicomio (…) La tarea de una ciencia empírica no es averiguar si ese contenido anímico está causado y determinado por la existencia de una divinidad metafísica. Eso es asunto de la teología, de la revelación y de la fe. Mi crítico parece no ser consciente de que, cuando habla de Dios, está hablando primero desde su consciencia y después desde su presupuesto inconsciente (…) No pongo en cuestión su convicción de estar en relación viva con un tú divino, pero pienso que esta relación se refiere en primer lugar a un contenido anímico autónomo que Buber define de una manera y el Papa de otra”.
(C. G. Jung, La vida simbólica, O.C. vol. 18/2, “Religión y psicología” : una respuesta a Martin Buber)
“`Dios’ es una de las experiencias primigenias del hombre, y desde tiempo inmemorial la humanidad ha hecho inimaginables esfuerzos por conferir una representación a esa experiencia inaprehensible, asimilársela por medio de la interpretación, la especulación y el dogma, o renegar definitivamente de ella.
Y una y otra vez ha sucedido y sigue sucediendo que, de esta suerte, terminan sabiéndose demasiadas cosas del `buen’ Dios, y conociéndosele demasiado bien, hasta el punto de que uno acaba confundiéndolo con las propias ideas y figurándose que estas últimas serían sagradas por el sólo hecho de haber perdurado durante milenios.”
(C. G. Jung, Hermano Klaus; en: Acerca de la psicología de la religión occidental y de la religión oriental)
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3. DIOSES (IMÁGENES) Y EMOCIONES
“Nuestros afectos son la manifestación interna de Yahvé (…) pero es muy difícil captarlo, porque nos identificamos con nuestros afectos. Incluso les llamamos nuestros –`mi afecto’, `mi cólera’, `mi amor’. Sería más exacto quitar el posesivo.
Tendemos a identificarnos con nuestros afectos (…)
Si caigo en cólera o en una pasión de alguna clase, en los términos de este libro que estamos estudiando, estos fenómenos son manifestaciones de Yahvé. Esto no sería difícil de aceptar para ti una vez que aceptes otra ecuación, a saber, Yahvé es igual al inconsciente.
No te sería difícil aceptar que los afectos son productos de lo inconsciente. Nosotros no los generamos –ellos nos suceden. Yahvé = lo inconsciente. Para el propósito de Respuesta a Job, esta es la ecuación que hay que tener en mente.”
(Edward F. Edinger, Transformation of the God-image)
“Los antiguos dioses eran emociones personificadas puestas en el exterior.”
(C. G. Jung, Analytical Psychology, 11 de mayo de 1925)
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4.
TRANSFORMACIONES DEL SELF/SÍ-MISMO (= DE DIOS)
“Si nosotros cambiamos, el mundo cambia.”
(C. G. Jung, Visiones, vol. I, 3 de diciembre de 1930)
“Ciertas tendencias inconscientes delatan su presencia por medio de símbolos, lo que ocurre principalmente en sueños pero también en fantasías de la vigilia y acciones simbólicas.”
(C. G. Jung, Mysterium coniunctionis)
“Los cambios de actitud esenciales suponen renovaciones psíquicas, que, casi por regla general, van acompañadas de símbolos de renacimiento en los sueños y en las fantasías.”
(C. G. Jung, Sincronicidad como principio de conexiones acausales; en: La dinámica de lo inconsciente)
“Dr. Jung: Ella asoció la reencarnación de su padre [en el sueño] con su propio renacimiento y renovación. Esta es una idea arquetípica en los sueños.
En el presente sueño de nuestro paciente nos encontramos con un caso similar. Una deidad es una personificación de un factor autónomo. ¿Qué podría ser cuando la reduces a hecho psicológico?
Dr. Binger: Creo que es la propia alma del hombre, una suerte de ánima. (…)
Dr. Jung: Pero no es una mujer.
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Dr Binger: Puede ser el self [sí-mismo] renovado.
Dr. Jung: Seguramente alguna parte de su psicología, pero presentada como un dios, como un niño.
Dr. Schlegel: Algo que pertenece a su futuro. Es más joven que el soñante, un self más joven.
Dr. Jung: Sí, una parte futura de él mismo representada como un niño. (…)
Puedes ver qué clase de deidad es ésta, un nuevo pensamiento, un nuevo espíritu.
Todos los viejos dioses fueron hechos psicológicos que más tarde llegaron a ser ideas. (…)
Todos los contenidos nuevos son al principio contenidos autónomos. (…)
El dios es todavía un complejo autónomo, aún no es una actitud, o una regla de conducta. (…)
Los paralelos colectivos muestran a este niño conectado siempre con las ideas correspondientes a la época. En la Edad Media este niño es cristiano, es el `Bambino’, Jesús. Ellos no sueñan con él llamándolo Tammuz o Dionisos.”
(C. G. Jung, Análisis de sueños, vol. I, 20 de marzo de 1929)
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5. LO INCONSCIENTE COLECTIVO
“El inconsciente colectivo es el Reservorio de nuestra experiencia filogenética, (…) o de la especie (…), albergando las pautas de nuestros comportamientos y las matrices o moldes de nuestra conducta, tal y como se condensan en delicuescentes imágenes de sentidos virtuales (…)
De este modo, el Inconsciente Colectivo representa, frente al Nomos-ley de la Consciencia Colectiva, la Moira-Destino humano convivido cual destinación individuada (…)
Inconsciente transpersonal o colectivo, en el que se almacena o solidifica la experiencia colectiva de la humanidad en sus delineamientos esenciales (contenidos psíquicos filogenéticos) (…)
Los arquetipos (…) `conformaciones energéticas’ o `configuraciones de la pulsión´ (…) remiten en nuestro desarticulado mundo a una articulación profunda, remota y trascendente, pues que representan el reverso sagrado de lo profano y, viceversa, el anverso profano de lo sacro (…) El arquetipo como forma (espiritual) del instinto (material), es decir, como protoimagen del sentido (…)
En general, todos los dioses y héroes arquetipifican una parte de nuestra psique y su actitud.”
(Andrés Ortiz-Osés, C. G. Jung : arquetipos y sentido)
“Aquí debo aclarar las relaciones entre instintos y arquetipos: lo que propiamente llamamos instintos son necesidades fisiológicas y son percibidas por los sentidos. Pero al mismo tiempo también se manifiestan en fantasías y con frecuencia revelan su presencia sólo por medio de imágenes simbólicas. Estas manifestaciones son lo que yo llamo arquetipos.”
(C. G. Jung, El hombre y sus símbolos) 82
“Los instintos tienen un aspecto dinámico y un aspecto formal. Este último se expresa, entre otros modos, en imágenes de la fantasía que (como cabía esperar) presentan una semejanza sorprendente en todos los lugares y en todas las épocas. Al igual que los impulsos, estas representaciones tienen un carácter relativamente autónomo; son numinosas, por lo que las encontramos sobre todo en el ámbito de las representaciones numinosas, es decir, religiosas. He elegido para este aspecto formal del instinto la denominación arquetipo”
(C. G. Jung, prólogo al libro de Jolande Jacobi Complejo, arquetipo y símbolo)
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APÉNDICE ¿PERO QUÉ ES EL SELF?
“El primer psicólogo en plantear esta cuestión fue James (1890), quien estableció una diferencia fundamental entre el Yo como sujeto consciente y pensante, y el Yo como un objeto que puede ser pensado. Mientras que el Yo como sujeto sería equiparable al yo mismo, es decir, a una entidad mental y subjetiva que representaría el núcleo o la esencia de lo que somos, el Yo como objeto se relacionaría con la idea de “lo que es mío” (…) El Yo como objeto se refiere al conjunto de percepciones, creencias y evaluaciones que el individuo tiene y hace en relación consigo mismo, siendo equivalente a su autoconcepto.
Desde una perspectiva más moderna el Yo como sujeto es entendido como el sí mismo o el self; esto es, como un sistema dinámico y coherente de representaciones cognitivas y afectivas, que, de forma consciente e inconsciente, registra nuestras experiencias; permite darnos cuenta de quienes somos; identifica nuestros pensamientos y sentimientos; es capaz de planificar, ejecutar y observar nuestra conducta en los diferentes contextos sociales; y procesa, construye e interpreta la información proveniente de nuestras interacciones sociales”.
(José Bermúdez Moreno, et al., Psicología de la personalidad)
“Empíricamente el sí-mismo aparece en sueños, mitos y cuentos en la figura de la “personalidad de orden superior”, como rey, héroe, profeta, salvador, etc., o en la figura de un símbolo de totalidad, como círculo, cuadrado, quadratura circuli, cruz, etc.”
(C. G. Jung, Tipos psicológicos)
SELF.- “An archetypal image of man’s fullest potential and the unity of the personality as a whole. The self as a unifying principle within the human psyche occupies the central position of authority in relation to psychological life and, therefore, the destiny of the individual. At times Jung speaks of the self as initiatory of psychic life; at other times he refers to its realisation as the goal. 84
One cannot consider the concept of the self apart from its similarity to a Godimage. (…) Symbols of the self often posses a numinosity and convey a sense of necessity which gives them transcendent priority in psychic life. They carry the authority of a God-image (…)
Neumann sees the mother as carrying the image of the baby’s self in unconscious projection or even functioning “as” the baby’s self. Since in infancy the child cannot experience the characteristics of an adult self, the mother reflects or acts “mirror” of her child’s selfhood. The first conscious experiences of the self derive from perceptions of her and interactions with her.”
(Andrew Samuels, Bani Shorter, Fred Plaut, A critical dictionary of jungian analysis)
“El self de Jung, el gran self, es un constructo o concepto metapsicológico. Se refiere a la totalidad de la psique e incluye las áreas conscientes e inconscientes de ésta. Se halla detrás de fenómenos tales como aquellos símbolos que transmiten la totalidad y lo eterno, y detrás de todos esos impulsos que buscan fusión y unión. El gran self es el objeto del proceso de individuación.
El self primario definido por Michael Fordham se encuentra en el bebé al inicio de la vida. Es una forma primitiva del self, vale decir, una simple totalidad, y apenas exhibe algún tipo de diferenciación. Es la matriz de todas aquellas facultades potenciales del organismo que aguardan los procesos de deintegración y reintegración para hacerse operativas y así actualizarse.
El pequeño self está íntimamente relacionado con lo que Jung ha descrito como sistema endopsíquico de la conciencia. Se refiere a la experiencia de uno mismo y a la percatación de nuestra identidad personal. Este self es al que se refieren psicoanalistas como Kohut y Kernberg.”
(Rosemary Gordon, Puentes : metáfora de los procesos psíquicos)
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C. G. JUNG SEMINARIOS
SELECCIÓN DE FRAGMENTOS Y TRADUCCIÓN DEL INGLÉS POR JOSÉ MEDINA
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“Como William McGuire, el editor del Seminario sobre análisis de los sueños, ha señalado, el Instituto C. G. Jung de Zurich en 1954 propuso que un escritor profesional fuera contratado para reelaborar lo que ellos consideraban áreas problemáticas del seminario.
Jung rehusó, y añadió:
`Soy plenamente consciente de que el texto de estos seminarios contiene un cierto número de errores y otras insuficiencias que necesitan corrección. Desafortunadamente nunca me ha sido posible llevar a cabo este trabajo yo mismo.
Por tanto, quiero pedir al lector que lea estas comunicaciones con la crítica necesaria y que se sirva de ellas con prudencia´.”
(Claire Douglas, Introducción a: C. G. Jung, Visiones)
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A MODO DE PRÓLOGO
“La Fundación Philemon –heredera de la Fundación Bollingen- pretende publicar todos los inéditos de Jung –las 10.000 cartas, los seminarios no editados hasta ahora, los cursos dados en la Escuela Técnica Federal de Zúrich y otros documentos-, que se calcula componen otros 30 volúmenes, a sumarse a los 20 de la OC y los dos suplementarios en la edición inglesa (Transformaciones y símbolos de la libido, Conferencias Zofingia); ofrecer además una nueva traducción de esta versión, las Collected Works, debida al amigo de Jung R. F. C. Hull, por descubrirse lagunas respecto a los textos originales y algunas otras deficiencias; por último, una nueva edición de Recuerdos, sueños, pensamientos, ampliada con el abundante material no utilizado por A. Jaffé. Una labor de largo aliento planificada para ser realizada a lo largo de tres décadas y que permitirá producir las Complete Works of C. G. Jung en inglés y alemán.”
(Enrique Galán Santamaría, Una aproximación a El Libro Rojo; en: La voz de Filemón)
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SUEÑOS INFANTILES
"Inconscientemente el niño tiene ya toda la psicología de un adulto. Así las cosas, desde el nacimiento -incluso se podría decir que ya desde antes de nacer- la persona es lo que será.
En la tendencia, el proyecto básico ya está allí muy temprano. Tales sueños tempranos salen de la totalidad de la personalidad, y es por eso que nos permiten ver una gran parte de lo que no hallaremos más adelante en ella.
Más tarde, la vida nos obliga a hacer diferenciaciones unilaterales. Pero es por eso que nos perdemos a nosotros mismos y tenemos que aprender, de nuevo, para encontrarnos a nosotros mismos (…)
Los niños están aún más cerca del inconsciente colectivo. El estado mental de los primeros años de vida no se diferencia de lo inconsciente colectivo (…)
En los sueños infantiles en particular, futuros sucesos cruciales son anticipados de una manera sorprendente.”
(C. G. Jung, Sueños infantiles, `Sobre el método de interpretación de los sueños’ e `Interpretación de sueños 1938/39’)
“En las series de sueños, los sueños están conectados unos con otros a través de su significado, como si estuvieran intentando dar expresión a un contenido central desde ángulos siempre cambiantes. Hallar ese núcleo central es encontrar la llave para la explicación de los sueños del individuo.”
(C. G. Jung, Sueños infantiles, `Sobre el método de interpretación de los sueños’)
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“Profesor Jung: Este proceso de deterioro también ocurre en la alquimia, donde la `putrefactio’ conduce al renacimiento. La putrefacción está relacionada con la `nigredo’, la negrura; como la oscuridad del inframundo, es un estado de completa inconsciencia.
Si aplicamos esto al sueño, podemos decir que la niña simplemente de disuelve en el inconsciente. Esto parece un desenlace negativo pero, todo lo contrario, este final significa algo positivo: es sólo por esto que el soñador puede desprenderse de su apego al ánima.
¿Por qué tiene que tener tal sueño?
Participante: Porque estaba en peligro de ser poseído por el ánima.
Profesor Jung: ¿Qué podría haber significado esto para él?
Participante: Se habría quedado atascado en la imagen del ánima y no hubiera podido desarrollarse en el mundo.
Profesor Jung: ¿Por lo que [el sueño] hace que el niño sufra de modo que tenga que recibir este mensaje? –Esto es un complejo materno; el niño está todavía demasiado apegado a la imagen de la `madre’. Este es el típico sueño de un niño con un complejo materno.
[El complejo materno] Podría conducir a la más fuerte posesión por el ánima.
Cuanto más se aferra alguien a la `madre’, más dependiente es de los procesos que tienen lugar en su inconsciente, más fuerte llegará a ser su poder arquetípico y su poder demoniaco.
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En las niñas sucede algo parecido. En su caso, sin embargo, es el padre el que puede llegar a tener tal poder demoniaco, mientras que la madre juega un papel diferente, aunque no menos importante.”
(C. G. Jung, Sueños infantiles, `interpretations of dreams, 1939/40’)
“Es extraño que no haya muchas clases de ánima en el alma de un hombre, sino sólo un ánima. La mujer, en cambio, tiene una multiplicidad de ánimus que a menudo aparecen en combinación.”
(C. G. Jung, Sueños infantiles, `interpretations of dreams, 1939/40’)
“Los gnósticos ya se dieron cuenta de las transformaciones del ánima. En sus escritos encontramos una especie de desarrollo del ánima, desde su etapa más primitiva hasta la sabiduría. (…)
El ánima más primitiva es Chawwa, la tierra, Eva.”
(C. G. Jung, Sueños infantiles, `interpretations of dreams, 1939/40’)
“Éstas son transiciones, transformaciones en la vida, en las que cambiamos de un estado a otro, de una situación previa a una nueva. Ésta solamente podemos alcanzarla si estamos en armonía con nosotros mismos. Una personalidad dividida tendrá dificultades en todas estas transiciones. (…)
Las personas divididas generan siempre situaciones divididas, situaciones de conflicto. A tales personas en particular, las que no saben quiénes son, les sucede que se ven particularmente confrontadas con decisiones, mientras que otra gente puede seguir viviendo sus situaciones carentes de ambigüedad.”
(C. G. Jung, Sueños infantiles, `interpretations of dreams, 1939/40’)
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LA PSICOLOGÍA DEL YOGA KUNDALINI
“No hay energía para ser observada en la naturaleza; ésta no existe. Lo que existe en la naturaleza es la fuerza natural, como una cascada, o una luz, o un fuego, o un proceso químico. Allí aplicamos el término energía, pero la energía en sí misma no existe (…)
La energía propiamente dicha es una abstracción de una fuerza física, una cierta cantidad de intensidad.
Es un concepto de las fuerzas naturales en su aspecto `sūkṣͅma’, donde ya no hay manifestaciones sino `tattva’, esencia, abstracción.”
(C. G. Jung, La psicología del yoga kundalini, 12 de octubre de 1932)
“El ánima es la [serpiente] Kundalini (…)
Avanzar hacia el segundo chacra sólo es posible si has despertado a la serpiente (…)
La Kundalini, la bella durmiente, es la posibilidad de un mundo que todavía no existe.”
(C. G. Jung, La psicología del yoga kundalini, 12 de octubre de 1932)
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“Los chacras son símbolos de niveles de conciencia humana en general.
Étnica y psicológicamente podemos distinguir tres diferentes localizaciones psíquicas, de las cuales la primera corresponde más o menos al mūlādhārasvādhisͅ tͅ hana, la segunda al manͅ ipūra y anāhata, y la tercera al viśuddha y al ājn͂ ā.
La psicología de los centros más bajos es análoga a la de los primitivos – inconsciente, instintiva y envuelta en la participación mística. La vida aparece aquí como una ocurrencia, por decirlo así, sin un yo.”
(C. G. Jung, La psicología del yoga kundalini, `Comentario de Jung a las conferencias del seminario alemán de Hauer’)
“Mūlādhāra era un símbolo de nuestra existencia consciente terrena y personal. (…)
Siempre que el yo se identifica con la consciencia, es capturada por este mundo, el mundo del chacra mūlādhāra. (…)
Nuestra cultura es una cultura en el mūlādhāra, una cultura solamente personal donde los dioses todavía no han despertado de su sueño. (…)
Mūlādhāra, que significa la raíz soporte, también muestra que estamos en la región de las raíces de nuestra existencia, la cual sería nuestra existencia personal y corporal en esta tierra. (…)
De hecho, podemos desarrollar nuestra conciencia hasta alcanzar el centro ājn͂ ā, pero nuestro ājn͂ ā es un ājn͂ ā personal, y por lo tanto está en mūlādhāra.”
(C. G. Jung, La psicología del yoga kundalini, 19 de octubre de1932 y 2 de noviembre de 1932) 93
“Mientras estás en manͅ ipūra estás en la terrible fogosidad del centro de la tierra, por decirlo así. Existe solamente fuego de pasión, de deseo, de ilusiones. Es el fuego del que Buda habla en su sermón de Benarés, donde dice que el mundo entero está en llamas, tus oídos, tus ojos, por todas partes arrojas fuego de deseo, y éste es el fuego de la ilusión, porque lo que deseas es fútil. Sin embargo, hay un gran tesoro en la energía emocional liberada. (…)
Éste es el alquímico lugar donde las cosas se transforman. Por lo tanto, manͅ ipūra podría ser un centro en el que las sustancias son digeridas, transformadas.”
(C. G. Jung, La psicología del yoga kundalini, 19 y 26 octubre de 1932)
“En nuestro actual desarrollo histórico, a nivel psicológico hemos alcanzado anāhata y desde allí podemos experimentar mūlādhāra, y todos los subsiguientes centros del pasado, a través del conocimiento de los archivos, la tradición, y también a través de nuestro inconsciente.”
(C. G. Jung, La psicología del yoga kundalini, 26 de octubre de 1932)
“El elefante aparece otra vez en viśuddha. (…) Para el hindú el elefante funciona como el símbolo de la libido domesticada, paralelo a la imagen del caballo entre nosotros. Significa la fuerza de la consciencia, el poder de la voluntad, la habilidad de hacer lo que uno quiere hacer.”
(C. G. Jung, La psicología del yoga kundalini, 26 de octubre de 1932)
“En viśuddha los hechos psíquicos son la realidad. (…) La materia es una delgada piel alrededor de un enorme cosmos de realidades psíquicas. (…)
En viśuddha el juego entero del mundo llega a ser tu experiencia subjetiva. (…)
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Entonces el purusͅ a llega a ser realmente el centro de las cosas; ya no es una pálida visión, es la realidad última, por decirlo así. (…)
Para viśuddha significa precisamente lo que digo: un total reconocimiento de las
esencias o sustancias psíquicas como las esencias fundamentales del mundo, y no en virtud de la especulación, sino de los hechos, es decir, como experiencia.”
(C. G. Jung, La psicología del yoga kundalini, 26 de octubre de 1932)
“La primera forma de nuestra existencia es una vida en arquetipos. Los niños viven en esta forma antes de que puedan decir `yo’.”
(C. G. Jung, La psicología del yoga kundalini, 2 de noviembre de 1932)
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PSICOLOGÍA ANALÍTICA
“La libido nunca viene del inconsciente en un estado carente de forma, sino siempre en imágenes.”
“Las personificaciones podrían ser el resultado de esta tendencia de la libido a formar imágenes.”
“Los antiguos dioses eran emociones personificadas puestas en el exterior.”
(C. G. Jung, Psicología Analítica, 23 de marzo y 11 de mayo de 1925)
“Como en lo que respecta al contenido de la represión, no pude estar de acuerdo con Freud. En aquellos días él hablaba únicamente del trauma sexual y de los shocks para explicar la represión. Yo tenía por entonces una considerable experiencia con casos de neurosis en los que los asuntos sexuales eran de importancia completamente secundaria comparados con el papel jugado por la adaptación social.”
(C. G. Jung, Psicología Analítica, 30 de marzo de 1925)
“Lo inconsciente no es del todo exactamente lo opuesto a lo consciente. Puede ser irracionalmente diferente. No se puede deducir lo inconsciente a partir de lo consciente.”
(C. G. Jung, Psicología analítica, 8 de junio de 1925)
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“Tomé las fantasías de la señora Miller como una forma autónoma de pensamiento, pero no me di cuenta de que ella se alzaba como una forma de pensamiento en mí mismo.
Ella se hizo cargo de mi fantasía y se convirtió para mí directora de escena, si uno interpreta el libro [Símbolos de transformación] subjetivamente.
En otras palabras, llegó a ser una figura de ánima, una portadora de una función inferior de la que yo era muy poco consciente.
Yo era en mi consciencia un activo pensador acostumbrado a someter mis pensamientos al más riguroso tipo de dirección, y por lo tanto fantasear era un proceso mental que me frontalmente repelente.”
(C. G. Jung, Psicología Analítica, 13 de abril de 1925)
“Mi ánima (…) una parte de mí mismo con un punto de vista diferente del mío propio.”
(C. G. Jung, Psicología Analítica, 27 de abril de 1925)
“Como soy un introvertido de tipo intelectual mi ánima contiene sentimiento [que es] completamente ciego. En mi caso el ánima contiene no solamente a Salomé, sino también algo de la serpiente, que es también la sensación (…)
Sentimiento-sensación está en oposición al intelecto consciente más la intuición (…)
Elías y Salomé están juntos porque son pares de opuestos.”
(C. G. Jung, Psicología Analítica, 8 de junio de 1925) 97
“Dr. Jung: La batalla de golpes bajos entre las funciones superior e inferior tiene lugar únicamente en la vida. (…)
Dr. de Angulo: ¿Por qué no puede tener lugar la batalla principal en el análisis?
Dr. Jung: Eso puede suceder únicamente cuando el analista pierde su objetividad y llega a tener algo personal con el paciente.”
(C. G. Jung, Psicología Analítica, 18 de mayo de 1925)
“Cuando los pares de opuestos se unen, algo divino sucede.”
(C. G. Jung, Psicología Analítica, 8 de junio de 1925)
VISIONES 98
“Uno de los importantes hechos psicológicos del caso era que [Christiana] Morgan, como Jung, era un tipo intuitivo-intelectual y tenía su sentimiento y su sensación en el inconsciente. (…)
[Jung] y su audiencia estereotiparon a Morgan como una mujer que funcionaba solamente a través del sentimiento y la relación, mientras que su ánimus era un modo de pensamiento inferior para ella.
Jung ignoró aquí lo que su propia teoría podría haberle permitido apreciar con facilidad: que eran las figuras masculinas de sus visiones las que guiaban a Morgan hacia el desarrollo de su función de sentimiento. (…)
Jung –al menos en el seminario- no pudo aceptar lo que las visiones le estaban mostrando claramente. (…)
Si Jung hubiera mantenido en mente a Morgan como una pensadora intuitiva que estaba desarrollando su sentimiento a través de sus visiones, podría no haberla agrupado en la categoría de mujer tradicional, extravertida y de sentimiento. El hombre que escribió Tipos psicológicos sin duda lo sabía mejor.”
(Claire Douglas, Introducción a: C. G. Jung, Visiones)
“La condición original primitiva inconsciente del ser humano es una especie de roca que contiene oro, y si uno somete ese cuerpo a cierto tratamiento químico, o en este caso, psicológico, la roca devolverá el oro; esta es una analogía de la llamada transformación de los instintos.
Uno sencillamente separa ciertos instintos que se encontraban contenidos en el inconsciente original, los trae a la conciencia, y de esta manera uno cambia naturalmente la condición original del ser humano primitivo. Se vuelve consciente.
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La conciencia es el oro que antes se encontraba contenido en el inconsciente, pero distribuido de tal forma que era invisible.”
(C. G. Jung, Visiones, 1933; fragmento citado en: Barbara Hannah, Imágenes psicológicas de la serpiente y el león)
“Si nosotros cambiamos, el mundo cambia.”
(C. G. Jung, Visiones, vol. I, 3 de diciembre de 1930)
“Dr. Jung: La planta simboliza un principio completamente diferente que el animal. (…)
El principio de la planta –hablo ahora del árbol- es el de un crecimiento cada vez mayor. Puede llegar a una edad muy avanzada, hasta que de repente la muerte interviene; en tanto que en el animal se da una especie de cenit seguido de un descenso, generalmente un decaimiento gradual.
Por consiguiente el ritmo de la vida de un árbol obviamente no está impulsado como el de un animal, carece de pasiones violentas, de impulsos, de pánico, tiene sus raíces en el suelo y allí permanece.
Por eso el principio simbólico del árbol es ciertamente diferente que el del animal, es justo el contrario.
Por otra parte, todos los animales en realidad son parásitos de las plantas. (…) Ya que los animales viven de las plantas, desde un punto de vista intuitivo la planta es realmente la madre de toda vida, mucho más vieja que la vida animal y de mucha mayor importancia básica: uno podría decir la vida detrás de la vida.
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Por lo tanto el árbol simboliza siempre aquella cosa sobre la que se basa nuestra vida animal; es también vida, pero remota, más allá de nuestro entendimiento. (…)
Mr. Baumann: (…) La planta es mucho más simbólica [que el animal], conecta la tierra con el cielo; (…) la planta significa al mismo tiempo el espíritu.
Dr. Jung: Completamente cierto.”
(C. G. Jung, Visiones, vol. I, 25 de noviembre de 1931)
“Mucha gente puede incluso ser destruida por un arquetipo [por un arquetipo en sí, no por una imagen arquetípica], quedar su propia existencia aniquilada para siempre.
En la demencia precoz, por ejemplo, a menudo sucede que la persona está marchitada por un arquetipo, hecha pedazos.
Por esto la aparición de un arquetipo en nuestra psicología es siempre un momento de gran peligro así como de gran esperanza.”
(C. G. Jung, Visiones, vol. I, 5 de noviembre de 1930)
“Nuestra psique no es de ninguna manera una unidad. Parece ser una colección de unidades heredadas, probablemente fragmentos de vidas pasadas o ancestrales.”
(C. G. Jung, Visiones; pasaje citado en: Aniela Jaffé, An archetypal approach to death dreams and ghosts)
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Mr. Baumann: ¿Qué significa que Orfeo fuera desmembrado al final de su vida por las ménades?
Dr. Jung: Es lo mismo que el desmembramiento de Zagreo. Orfeo simboliza la facultad del hombre para encantar sus fuerzas inconscientes.
Él hacía tan dulce música que todos los animales salvajes se volvían mansos y se congregaban a su alrededor. Esto significa que nosotros mismos somos capaces de hacer una música tan dulce que podemos congregar a todos nuestros animales salvajes alrededor nuestro, podemos encantar todos nuestros instintos e impulsos.
Entonces parece como si no fuéramos sino azúcar, al noventa y nueve por ciento, al menos; pero esto es magia negra en el camino: tú puedes hacer esto solamente cuando tienes suficiente imaginación para engañarte a ti mismo pensando que eres completamente bueno. Si puedes imaginarlo, parecerá exactamente como si fueras completamente bueno y esto es una gran ventaja –durante un tiempo (…)
Podemos imaginar esto por un cierto intervalo de tiempo, hasta que un suceso desafortunado ocurre, y entonces la imaginación da un chasquido y suben todos los demonios. Esta es la razón por la que Orfeo fue desmembrado por las ménades, y Zagreo por los titanes (…) Es el desmembramiento de la única actitud consciente, la función superior (…)
Todos los mitos de todos los pueblos tienen el punto en común de que enseñan importantes verdades psicológicas.
Así los mitos de Zagreo y Orfeo enseñan que durante un cierto intervalo de tiempo pueden ser producidos efectos casi milagrosos (…) Pero al final perderás tu alma como Orfeo perdió a Eurídice, él no fue capaz de traerla de vuelta del inframundo; por hacer lo correcto siguiendo el buen camino y teniendo una imaginación apropiada, perdió su alma (…)
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Así esta arcana sabiduría muestra las limitaciones de nociones tales como ser perfectamente bueno (…) Cuando intentas ser todo luz naturalmente reprimes la sombra y naturalmente el animus y el anima desaparecen con el resto (…)
Tú pierdes tu alma, pierdes a Eurídice en el inframundo. ¿Y qué significa la pérdida del alma?
Mr. Baumann: ¿Psicológicamente no podría significar esto que el animus o el anima han vuelto a lo inconsciente?
Dr. Jung: Obviamente.
(C. G. Jung, Visiones, vol. II, 14 de febrero de 1934)
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ANÁLISIS DE SUEÑOS
Dr. Jung: “El análisis de sueños es el problema central del tratamiento analítico (…)
El primer sueño contiene todo el problema del paciente y una sugerencia para su solución.”
Dr. Deady (Primera interpretación): “El problema del sueño es un problema con el ánima. (…) Su hermana era su ánima.” (…)
Miss Taylor (Segunda interpretación): “El mensaje del sueño es la conversión, un cambio de actitud.” (…)
Dr. Jung: “En realidad la hermana es el ánima de este hombre en su sueño, no en la realidad. (…) Hasta este momento su ánima ha sido negativa casi por completo (…)
En este caso, lo que no aparece entre las funciones conscientes, o sólo ocasionalmente como fenómeno que uno no puede controlar, es el sentimiento (…)
La función indiferenciada en el paciente tiene un carácter primitivo (…)
El pensamiento y el sentimiento se excluyen el uno al otro debido a su naturaleza opuesta. Cuando se piensa, es mejor que no se sienta, y viceversa, de manera que no haya interferencias entre pensamientos y sentimientos (…)
Sin oposición no hay energía. (…) Donde chocan los opuestos, resulta la energía (…)
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Las funciones son vehículos para las fuerzas, o influencias, o actividades, que emanan de estos dos principios, de estos dos dioses: Logos y Eros (…) Logos es el principio del discernimiento, en contraste a Eros, que es el principio de la relación (…)
Eros reúne, establece una dinámica de relaciones entre las cosas, mientras que las relaciones que Logos provoca son quizá analogías o conclusiones lógicas. Es típico que las relaciones de Logos estén vacías de dinámica emocional. (…)
Algunos de vosotros recordaréis que habéis tenido sueños en los que el 3 y el 4 desempeñaban un papel. Esta es casi una situación arquetípica (…)
Aquí [en el sueño del paciente] encontramos estos tres, y el cuarto que está desaparecido. Es ciertamente posible que las cuatro funciones estuvieran representadas por cuatro personas (…)
La serpiente en la psicología oriental es muy espiritual, simboliza el tesoro de la sabiduría (…)
El proceso de individuación. Siempre es éste, por supuesto, el objeto del análisis.”
(C. G. Jung, Análisis de sueños, vol. I, 7 de noviembre y 5 de diciembre de 1928, 16 de octubre de 1929 y 25 de junio de 1930)
“Dr. Jung: Ella asoció la reencarnación de su padre [en el sueño] con su propio renacimiento y renovación. Esta es una idea arquetípica en los sueños.
En el presente sueño de nuestro paciente nos encontramos con un caso similar. Una deidad es una personificación de un factor autónomo. ¿Qué podría ser cuando la reduces a hecho psicológico?
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Dr. Binger: Creo que es la propia alma del hombre, una suerte de ánima. (…)
Dr. Jung: Pero no es una mujer.
Dr Binger: Puede ser el self [sí-mismo] renovado.
Dr. Jung: Seguramente alguna parte de su psicología, pero presentada como un dios, como un niño.
Dr. Schlegel: Algo que pertenece a su futuro. Es más joven que el soñante, un self más joven.
Dr. Jung: Sí, una parte futura de él mismo representada como un niño. (…)
Puedes ver qué clase de deidad es ésta, un nuevo pensamiento, un nuevo espíritu.
Todos los viejos dioses fueron hechos psicológicos que más tarde llegaron a ser ideas. (…)
Todos los contenidos nuevos son al principio contenidos autónomos. (…)
El dios es todavía un complejo autónomo, aún no es una actitud, o una regla de conducta. (…)
Los paralelos colectivos muestran a este niño conectado siempre con las ideas correspondientes a la época. En la Edad Media este niño es cristiano, es el `Bambino’, Jesús. Ellos no sueñan con él llamándolo Tammuz o Dionisos.”
(C. G. Jung, Análisis de sueños, vol. I, 20 de marzo de 1929) 106
“Por ejemplo, decimos de una mujer con mal carácter que es como un dragón llameante. Esto es un arquetipo [una imagen arquetípica, no un arquetipo en sí], pero no podríamos llamarlo símbolo; es simplemente una metáfora exagerada.
Pero cuando alguien hace el peculiar intento de expresar algo que no puede expresar de otra manera, y al hacerlo usa un arquetipo, entonces puedes llamarlo símbolo.
Esta diferencia ha sido conocida de siempre en filosofía, pero Freud mezcló los dos conceptos, su uso de la palabra símbolo es realmente significativo.”
(C. G. Jung, Análisis de sueños, vol. I, 19 de marzo de 1930)
“Una de las leyes fundamentales de la naturaleza del desarrollo es que se mueve en espiral. (…) Psicológicamente te desarrollas en espiral. (…) Siempre regresas al mismo punto en el que habías estado antes, pero nunca exactamente de la misma manera.”
(C. G. Jung, Análisis de sueños, vol. I, 30 de enero de 1929)
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CONFERENCIAS EN EL CLUB ZOFINGIA
“Jung fue admitido en la facultad de medicina de la Universidad de Basilea el 18 de abril de 1895, dos meses antes de su vigésimo cumpleaños. El 18 de mayo, se convirtió en miembro de la sección de su ciudad de la asociación Zofingia, una fraternidad suiza de estudiantes con miembros en varias universidades.
El programa del club para sus encuentros semanales incluía conferencias y debates serios o simuladamente serios, así como fiestas con cerveza, excursiones y bailes.”
(Nota editorial a: C. G. Jung, Conferencias en el Club Zofingia)
“A pesar de que creo que Jung mismo podría no haberse preocupado de publicar estos escritos juveniles, son altamente interesantes, legibles e importantes. Se trata de las conferencias que dio a sus compañeros de estudios en la Universidad de Basilea cuando tenía entre veintiuno y veintitrés años.”
(Marie-Louise von Franz, Introducción a: C. G. Jung, Conferencias en el Club Zofingia)
“Considero vergonzoso que alguien instruido acepte la idea del poder predominante del dinero.”
(C. G. Jung, Conferencias en el Club Zofingia)
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“La ameba tiene su propio y especial mundo, el gusano tiene su mundo, y el mamífero, y también el hombre. La relación entre estos diversos mundos depende de la calidad de los órganos de los sentidos implicados.
En los casos citados, el mundo de la ameba está contenido -en términos generales- en el del gusano; los mundos de ambos en el del mamífero; y los tres en el del hombre.
Cada mundo al que se corresponde con una más alta diferenciación de los órganos de los sentidos se relaciona con todos los otros mundos a los que corresponde una menor diferenciación de los órganos de los sentidos, como el mundo de la `Cosa en sí’ se relaciona con el hombre.
En el fondo, es decir, en sí mismo, todo lo que existe (…) se mueve dentro de un mismo mundo: aquél mundo de naturaleza insondable bajo el gobierno de una desconocida causa final.
El dominio de lo absoluto no está dividido en dos dominios distintos, la `Cosa en sí’ por un lado y el mundo fenoménico por otro. Todo es uno.
Únicamente para nosotros existe separación, porque nuestros órganos de los sentidos sólo son capaces de percibir áreas específicas del mundo-absoluto.”
(C. G. Jung, Conferencias en el Club Zofingia, `Thoughts on speculative inquiry’, parágrafo 197)
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“Todo lo que se extiende más allá de nuestras categorías conceptuales, es decir, más allá del espacio y el tiempo, es transcendente. (…)
El alma es independiente del espacio y el tiempo.”
(C. G. Jung, Conferencias en el Club Zofingia, `Some thoughts on psychology’, parágrafos 119 y 120)
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DREAM INTERPRETATION ANCIENT AND MODERN
“Profesor Jung: La estrella fugaz es un nacimiento. Un alma que ha caído a la creación. Ésta es una antigua creencia. (…)
Seguramente recordarás otros casos en los que algo cae de la eternidad al tiempo (…)
Participante: La estrella de Belén. (…)
Profesor Jung: Y hay otro maravilloso sueño de la Antigüedad en el que alguien sueña que una estrella había caído: Gilgamesh. (…)
Gilgamesh se las arregló para hacer su amigo al enemigo y unirse con él, esto es, asimilar la estrella en sí mismo. Y por asimilar la estrella en sí mismo, ¿en qué se convirtió? ¿Qué hizo después?
Participante: Se convirtió en el héroe divino.
Participante: Hizo el viaje a la tierra de la muerte.
Profesor Jung: Sí, forma parte del destino del héroe reabrir el acceso al inconsciente, represar ríos y manantiales, para que todo pueda vivir. Esto es lo que hace el héroe. Abre paso a las aguas celestiales, porque el hombre se está alejando de las fuentes. (…)
En astrología Mercurio asume un significado más, el de ser un cuerpo celeste con connotaciones intelectuales. Él en realidad significa nous, también mens o mente, debido a su agilidad y lucidez. Él es un cuerpo celeste brillante y pequeño. (…)
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El nous es una suerte de esfera alrededor de la deidad, o incluso se identifica con la deidad como tal. Por lo que se dice, entre otras cosas: Dios crea el nous, que toma forma de fuego circular o global. (…)
Este nous es como un manto global alrededor de Dios, o incluso el mismo Dios. Y en esta esfera, o quizás fuera de esta esfera, se mueve Mercurio, o Hermes, que encarna la sapientia dei [sabiduría de Dios]. (…)
En la alquimia [Mercurio] juega el papel del espíritu divino que ingresó en el oscurecimiento de la materia (…)
Este Mercurio, que había caído en el cautiverio terrenal, es un motivo central en todos los sistemas gnósticos. Es una tarea principal salvar este nous de las garras de la esclavitud. La alquimia también tiene esta misma meta. (…)
Cardano (…) es idéntico a Mercurio, al nous. Esto es así precisamente porque está tan lejos de lo inconsciente. (…)
Así que este sueño de Cardano es en realidad una secuela de la aparición de esta estrella. (…)
Podemos decir sobre este sueño de Cardano que, si Cardano lo da vida, él es en realidad una estrella que ha caído del cielo, luego el sueño se referirá al pasado, a su propio nacimiento de su madre, pero también que esta estrella está cayendo desde el cielo ahora mismo. ¿Qué significa esto?
Participante: Un renacimiento.
Profesor Jung: Él está siendo creado ahora y renace como una estrella. (…)
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Gilgamesh alcanza su hado supremo porque la estrella se convierte en su amiga. ¿Pero qué ocurre con Cardano? ¿Qué efecto tiene la estrella sobre él? ¿Qué significa psicológicamente?
Participante: Es una iluminación; él es iluminado.
Profesor Jung: Sí.”
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“La biografía de Nietzsche es una maravillosa anticipación de nuestro tiempo.”
(C. G. Jung, Dream interpretation ancient and modern, `Discussion of the dreams of the renaissance scholar Girolamo Cardano’)
[Este seminario junto con el de Sueños infantiles es el primer suplemento que aporta la Fundación Philemon a las Obras Completas de C. G. Jung]
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ETH
“Instinto >
1. Coriente dinámica natural 2. Imágenes-arquetipos-significados
Si siguen por el segundo camino, el de las imágenes, llegarán al significado. (…)
Es el impulso del instinto el que hace a la vida digna de vivirse; sin él, la vida es meramente momentánea y fragmentaria, es este impulso el que da forma y significado a la vida.
Pero a menos que podamos entenderlos profundamente, los instintos espirituales únicamente nos causan preocupación y si tratamos de explicarlos de una manera errónea, no les encontraremos ninguna utilidad.
Es necesario entenderlos de alguna manera para poder sentirnos en armonía con la vida y es por este motivo que existen los rituales de iniciación.”
(C. G. Jung, ETH, 1934-5; fragmento citado en: Barbara Hannah, Imágenes psicológicas de la serpiente y el león)
El seminario ETH de Jung sobre historia de la psicología, sueños, tipología psicológica, yoga, meditación, etc. aún no ha sido publicado. Su publicación está prevista en 8 volúmenes de próxima aparición. Más información sobre este seminario (y sobre otros seminarios, así como sobre el Libro Rojo, los Libros Negros y las cartas de Jung en proceso de edición) en:
https://www.philemonfoundation.org/forthcoming/eth_lectures
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PUBLICACIÓN EN 2015 DEL PRIMER SEMINARIO DE JUNG TRADUCIDO AL ESPAÑOL
Será la editorial Trotta la que a partir del año 2015 comenzará a publicar -por primera vez en español- los seminarios de C. G. Jung. A los 2 volúmenes de la obra completa que Trotta viene publicando anualmente, se le sumará la publicación de al menos un seminario por año. Todavía no está previsto cuál va a ser el seminario que haga su aparición en 2015; sea el que sea, la publicación de los seminarios de Jung en español ya está en marcha.
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