Aproximaciones a la creatividad
Psicología de la Creatividad Pablo Colado
¿Están locos los Artistas? Corre en Roma el año 1506, Julio II, papa
Por otra parte, razones debía de tener Aristóteles para unir el temperamento que goza de tanta fama de guerrero como de melancólico a la productividad en el mundo intransigente mantiene un entredicho con de las ideas, o Séneca para un artista acogido a considerar que cualquier Extravagantes, bohemios, excéntricos, su mecenazgo. Se trata de Miguel narcisistas, depresivos, exaltados… obra poseedora de genio Ángel Buonarroti. Los ha habido de todas las clases y tiene un cierto toque de Éste, harto de para todos los gustos. En torno a su locura. Pero estas razones soportar los desaires figura se han creado demasiados sólo se tomarán como del pontífice, no tópicos. Ahora los psicólogos argumentos de auténtica durante el titubea en huir de la ahondan en su vida y obra para saber altura Renacimiento, cuando la capital de la por qué son precisamente ellos los sociedad se empapa de cristiandad hacia elegidos por las musas. individualismo y descollan Florencia. El caso personalidades como las está a punto de de Leonardo da Vinci o el mismo provocar un incidente bélico y Julio II toma Buonarroti. El muy influyente filósofo del una decisión sorprendente: acepta las siglo XV Marsilio Licinio sentencia: “Los exigencias del entonces escultor y, a hombres de letras y los artistas reciben el condición de que regrese, promete que “no
será perjudicado ni injuriado y le restableceremos el mismo favor apostólico que gozaba antes de abandonarnos”,
haciendo así caso omiso de la ofensa de su dignísima persona. Miguel Ángel entra en la leyenda y, de esta forma, nace también la figura del artista como ser excepcional. Y es que todo un papa del siglo XVI se había despojado del peso de la púrpura para tratar como igual a quien, en el fondo, no era sino uno más entre sus empleados. Bien es cierto que mucho antes, en tiempos del escritor latino Horacio (siglo I a.C.), ya se documentan el desaliño, la larga melena y el incumplimiento de las normas de conducta como señas inconfundibles de la condición indómita de los poetas, que entonces se consideraban mensajeros de la divinidad.
ascendiente de Saturno, signo bajo el que nacen los melancólicos y exaltados”.
Retrato de Michelangelo Buonarroti (1540) Jacopino del Conte. 1
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El rincón de la mesa — Henri Fantin-Latour. El artista bohemio irrumpió con fuerza a finales del siglo XIX. Los escritores simbolistas, como los franceses Verlaine y Rimbaud —los dos primeros de la izquierda-, llevaron, en efecto, existencias muy desordenadas.
Estos tópicos serán especialmente gratos a partir del siglo XIX. La imaginería romántica se complace en evocar a un Miguel Ángel trabajando durante cuatro años sin descanso a la luz de las velas en los frescos de la Capilla Sixtina, rodeado de la soledad y de la miseria más absolutas. Los acólitos de la vida bohemia, por su parte, se inspirarán en personalidades como las de Caravaggio, creador del tenebrismo pictórico. Se cuenta de este pintor lombardo que tenía tan presta la espada como el pincel, lo que le hizo conocer muy bien durante su breve vida las cárceles de su tiempo. Fue a partir de estas y otras biografías como se fraguó mas tarde el mito de la diferencia, ya que el arquetipo del creador desarrapado y antiburgués empezó a cobrar auténtica fuerza sólo a partir del Romanticismo.
Caravaggio como Baco - Autorretrato 2
Aproximaciones a la creatividad Hay quien dice que esto es así debido a la profundidad. El psiquiatra italiano Cesare desaparición de la figura del mecenas que Lombroso figura como pionero en este impuso el rigor del campo, gracias al sistema capitalista La supresión del mecenazgo pudo enorme éxito de su obra nacido tras la influir en la aparición de la figura del “Genio y Locura”, escrita Revolución Francesa. bohemio. en el año 1864. Como reacción surgirá Lombroso enlaza la una ideología que permite hacer más insania mental, y particularmente la llevaderas unas duras condiciones de vida y epilepsia, no sólo con el arte, sino en general preservar la autoestima. La provocación con la grandeza humana. En su relación de bohemia sería entonces una especie de ilustres epilépticos incluía a Julio César, agresión simbólica frente a la marginación — Mahoma, Napoleón, Dostoievsky, Flaubet… material, incluso— a la que los artistas se ven Según él, los músicos son muy propensos a ahora abocados. Antes lo tenían, sin duda, los trastornos psíquicos y entre éstos más fácil: disponían de un sueldo fijo e destacaba especialmente a Mozart y incluso tenían derecho a una pensión de Beethoven. ancianidad para ellos y para sus viudas, de haberlas.
En la película “Amadeus” se resalta el carácter frívolo y libertino de un Mozart que se suponía componía sin esfuerzo.
De cualquier forma, no han faltado los intentos de justificar con razones pretendidamente científicas o psicológicas la secular mala reputación de los artistas. Entre las muchas que se han dado, vale la pena rescatar la de Jonathan Swift, el imaginativo autor irlandés de Los viajes de Gulliver, quien en el siglo XVIII aseguraba que las dotes artísticas tienen su origen en la geométrica acción destructiva que ejercen en el cerebro unos bacilos: “Si los daños se
producen en forma hexagonal, dan lugar a la poesía; si su acción es circular, a la elocuencia”.
Pero fue a finales del siglo XIX cuando empezó a estudiarse el asunto con verdadera
Posteriormente
aparecieron
listas
patológicas de creadores de todos los
tiempos confeccionadas por científicos más modernos, como W. Lange-Eichbaum. Éste basaba su concepto de bionegatividad artística, acuñado en los años 30 y 40, en la 3
Aproximaciones a la creatividad evidencia que, según él, nada menos que el 90 % de una selección de grandes genios se incluían en alguna categoría de psicopatías - anomalías psicológicas -. Además, de éstos casi la mitad entraba de lleno en el status de psicópata; en sus palabras, un sujeto “poco capacitado para la
vida, demasiado irritable y sensible, y que suele sufrir de disonancia crónica (…) Se le encuentra con mucha frecuencia desviaciones sexuales.”
Durante el Romanticismo, Lord Byron representó el pototipo de artista exaltado y escandaloso. La agitada vida amorosa del escritor fue en aquellos tiempos tan famosa como su obra literaria. En una de sus cartas confiesa que en el transcurso de un viaje había estado con 200 mujeres.
Y es que nunca se ha dejado de especular sobre la sexualidad de los artistas. Según épocas, ha estado de moda destacar la promiscuidad y, más recientemente, la homosexualidad del colectivo artístico. Aunque ejemplos hay para todos los gustos: desde el caso de Sandro Botticelli, a quien en una ocasión el haber soñado que estaba con una mujer le produjo tal terror que le obligó a pasear toda la noche por Florencia para ahuyentar tan terribles pesadillas, al de Lord Byron, que en una carta que escribió a un amigo le confesaba que durante uno de sus viajes había mantenido relaciones sexuales con mas de 200 mujeres. Bastante más reciente está el escándalo del cineasta Woody Allen. El gusto por las jovencitas que demuestra en su película Maridos y Mujeres tiene como precedente verdadero el enamoramiento de su hijastra Soon-Yin, de 22 años.
Repetidamente se ha calificado de especial la sexualidad de los artistas. Casos extremos se han dado siempre como Woody Allen que ha escandalizado por sus relaciones con su hijastra.
Por su parte, Leonardo Da Vinci fue un vehemente fustigador de los placeres mundanos y proclamaba que “quienquiera
que no refrene el deseo lujurioso se coloca al nivel de las bestias”. Sigmund Freud eligió
precisamente a Leonardo para acercarse al enigma de la personalidad creativa en un estudio clásico, Psicoanálisis del Arte. El creador del psicoanálisis atribuye su inquebrantable afán creativo a la sublimación de su libido; o sea, a una sexualidad reprimida y acompañada de una probable tendencia homosexual. Por otro lado la enigmática sonrisa de La Gioconda, no es otra, según Freud, que la de la propia madre de Leonardo: este cuadro sería la manifestación -complejo de Edipo- del profundo amor que le profesaba en la infancia. No en vano, otra de las hipótesis del médico vienés era que el arte, como una especie de sueño diurno, supone el cumplimiento de los anhelos frustrados. Freud apunta a la neurosis como causa última de la expresión estética. 4
Aproximaciones a la creatividad Numerosos discípulos del fundador de la psicología moderna no dudaron después en achacar a los artistas narcisismo, inmadurez, bisexualidad y una especial disposición hacia los traumas psíquicos en general o traumatofilia, según la expresiva denominación del psicólogo H. Lowenfeld.
El deforme Toulouse-Loutrec decía que sin defectos no hubiera sido pintor. Algunos psicólogos creen que los artistas son más propensos a sufrir traumas. Michael Jackson es un ejemplo.
“Con una estatura normal no me hubiera dedicado nunca a la pintura”, confesaba un célebre acomplejado, el deforme Toulouse-Lautrec, algo fácil de comprender desde este punto de vista. Probablemente el más famoso traumatizado de la actualidad sea Michael Jackson, empeñado en renegar por todos los medios de los tintes oscuros de su piel y evitar el contacto humano rodeado de animales en su mansión de California. Hasta el punto de introducirse en una burbuja de oxígeno. Sin embargo, hay figuras que no encajan en absoluto en estos desequilibrados moldes. Rubens, por ejemplo, alababa y practicaba la pacífica vida familiar, estaba tan orgulloso de su oficio de diplomático como del de pintor; era afable y demostraba tener una gran estabilidad. Tampoco hay que olvidar a los que han llevado a sus últimas consecuencias el prototipo de artista psicológicamente atípico. Entre ellos se destaca el pintor Salvador Dalí. Ferviente admirador del psicoanálisis, se sirvió de el no sólo como materia prima para su obra, sino para actuar en su propia vida. Basta recordar la escenografía que urdió en su primera cita con la que iba a ser en adelante su musa, Gala. El pintor de Figueras apareció en la
Rubens - Autorretrato 5
Aproximaciones a la creatividad playa con un geranio en la oreja, una ropa harapienta y embadurnado con su propia sangre, con cola de pescado, estiércol de cabra y aceite: un aspecto y un olor que él consideraba apropiadamente simbólicos para el momento.
la pose calculada. De esto último ya se le acusó al mismo Salvador Dalí, a quien el surrealista André Breton llamaba “Ávida Dollars” jugando con las letras de su nombre. Igualmente, la irreverencias religiosas y la apología del sexo en casi todas sus vertientes que hace la cantante italoamericana Madonna no se sabe tampoco si son fruto de la sinceridad o de un frío estudio de la mercadotecnia.
Salvador Dalí es el típico ejemplo en el que vida y creación son inseparables.
John Lennon y Yoko Ono fueron una pareja polémica.
En nuestros tiempos, son sobre todo las estrellas de la música los máximos Las investigaciones psicológicas seguidores de este tipo de actitudes contemporáneas prefieren concentrar sus extravagantes o escandalosas. Existen esfuerzos en el estudio de la creatividad, numerosos ejemplos en este sentido, pero que, como señala la psic. M. Romo, es algo quizá uno de los que alcanzó mayor que no tiene nada de extraordinario: “No es resonancia universal fue el de Yoko Ono y ni más ni menos que una forma de pensar, John Lennon, que no dudaron en mostrar su tanto en el artista como en el vendedor de desnudez para cepillos de dientes, en Según algunos psicólogos, los artistas proclamar la pureza un político o en un ama del amor o en dar una suelen tener una especial disposición a de casa. Es una forma de rueda de prensa desde sufrir traumas psíquicos. resolver problemas sin la cama en defensa de una solución fija.” la paz en el mundo. La Administración de Richard Nixon, ofendida, quiso expulsar del Los intentos de aislar las cualidades que país a Lennon y le tachó de “extranjero propician que determinadas personas se indeseable”. muestren más creativas que sus semejantes Pero a veces no se sabe muy bien dónde son muy numerosos. empieza la verdadera personalidad y dónde 6
Aproximaciones a la creatividad Torrance cataloga 84 rasgos psicológicos, entre ellos el altruismo o la autoconfianza, pero también el descontento y la terquedad. Mac Nelly, en cierto modo, lo refrenda. Según él, no hay nada más nocivo que el conformismo: “Es indispensable -asegura- una buena dosis de
sensibilidad femenina y de independencia masculina.”
En especial hay coincidencia en constatar una especial flexibilidad del pensamiento. “Es más creativo aquél que mantiene una actitud crítica ante todo, ante el propio trabajo y el ajeno; aquel que tolera y sostiene mejor la angustia hacia la ambigüedad”, apunta Romo. Los tests aplicados por Frank Barron, eminente estudioso de la creatividad, indican que los individuos más inspirados escogen figuras complejas y desequilibradas. Y, además, sugiere que este talante puede tener su origen en un historial de difíciles relaciones interpersonales durante los primeros años de su vida.
En ocasiones , la obra de ciertos creadores se ha tomado como fiel reflejo de su personalidad. Éste es el caso de las pinturas negras de Goya o del tenebrismo de Caravaggio.
Pese a todo, aún continua siendo muy frecuente creer que los mejores frutos estéticos provienen de una región indefinida del alma que sólo poseen algunos elegidos. De ahí el uso y abuso del calificativo de genio para describir la encarnación terrenal de ese intangible talento innato, que generalmente va acompañado de una personalidad nada corriente. Pensemos en un Mozart aficionado a las faldas y procaz, que -para sorpresa nuestra y de sus contemporáneos- apenas maduraba sus insuperables melodías, tal como se lo muestra en la película Amadeus. En el otro extremo nos encontramos con el huraño y ensimismado Beethoven, que pensaba de sus conciudadanos vieneses: “No
valen nada, desde el emperador hasta el último limpiabotas (…) son todos unos
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ladrones.” Pero en opinión de la psicóloga Manuela Romo, para que se produzcan obras de valor es fundamental que exista una motivación fuerte y, por lo tanto, un esfuerzo ineludible:
“Poseyendo un cierto nivel de capacidades como infraestructura, con dedicación es fácil lograr buenos resultados”.
Por otro lado, son muchos los artistas que han concebido el arte como una especie de terapia, como por ejemplo la mexicana Frida Kahlo: “He perdido tres hijos y otra serie de
cosas que hubiesen podido llenar mi horrible vida. La pintura lo ha sustituido todo. Creo que no hay nada mejor que el trabajo.”
Gustave Flaubert
Aproximadamente lo mismo expresaba Gustave Flaubert, el autor de Madame Bobary, en un tono autobiográfico decididamente más dramático: “Llevo una
vida austera, ajena a todo placer externo (…): amo mi trabajo con un amor frenético y perverso, como un asceta al cilicio que le araña el vientre”. Una obsesión por el
trabajo que puede rozar lo grotesco. Por ejemplo, Paolo Ucello, pintor italiano del siglo XV, contestaba así desde su mesa de dibujo a las solicitudes amorosas de una mujer que le esperaba en la cama: “¡Ay, cuán
dulce es esta perspectiva!”.
Que le sorprendieran trabajando, pedía Picasso a las musas. Y, sin duda, éstas no tuvieron más remedio: a su emblemático Guernica, le acompañan más de 40 bocetos previos.
El matrimonio entre los pintores Diego Rivera y Frida Kahlo, estuvo sembrado de infidelidades. A ella, el arte le sirvió de terapia.
Por otra parte, sabemos por su correspondencia, que cuando Paul Gauguin pintaba sus luminosos paisajes tahitianos estaba sumamente enfermo.
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Aproximaciones a la creatividad Pero frente a la ciencia infusa siempre triunfa el aprendizaje. En un estudio reciente sobre Wolfgang Amadeus Mozart -que escribió su primera sinfonía a los ocho años-, John Hayes analizando las grabaciones disponibles en el mercado del músico y los reconocimientos críticos de su obra, comprobó que, aunque Mozart compuso el 12 % de su obra en los 10 primeros años de su carrera, sólo el 5 % de su producción disponible en grabaciones pertenece a ese período. Esto lo lleva a la conclusión de que hasta el aproximadamente duodécimo año de su vida como compositor -cuando tenía 16 y no era ya, en realidad, un niño prodigio- no dio a luz sus primeras obras maestras. Incluso el propio Mozart, por lo tanto, tuvo que aprender música. Pero ¿quién no ha sentido esa sensación misteriosa de comprensión repentina, de que, como las piezas de un rompecabezas, de repente todo adquiere un significado que no habíamos sabido ver hasta entonces? En la antigüedad clásica se invocaba a las musas para que iluminaran al poeta. Luego se acudió al romántico y casi mágico concepto de inspiración. La lamparita que se enciende como por azar, esa lucidez súbita, ha sido atribuida habitualmente a los procesos inconscientes, que van rumiando mientras aparentemente atendemos otros asuntos. Esto es lo que predica, por ejemplo, la teoría de la disociación, según la cual solamente los procesos primarios del intelecto son capaces de conectar de forma no racional dos ideas dispares. Aunque luego el entendimiento tendrá que dar forma a lo intuido.
agosto de 1925, encontrándome a causa de la lluvia recluido en un hotel a orillas del mar, poniendo al azar hojas de papel en el suelo, empecé a restregar encima una mina de plomo. Al mirar los dibujos así obtenidos me quedé sorprendido de la repentina intensidad de mis facultades y de la sucesión alucinante de imágenes contradictorias”. Es el nacimiento de la técnica de frotagge, un buen ejemplo de estos procedimientos libérrimos.
Rudolf Arnheim
Expertos como el psicólogo del arte Ruldolf Arnheim han dado además mucha importancia al pensamiento no consciente por su primitivismo y falta de ideas preconcebidas, imprescindibles en toda labor creativa. Los surrealistas lo tomaron al pie de la letra y llegaron por este camino a la escritura y la pintura automáticas, donde la razón es desterrada y la pluma o el pincel son gobernados sólo por los impulsos recónditos del inconsciente. El pintor Max Ernst relata así su experiencia: “El 10 de
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Aproximaciones a la creatividad Durante la primavera en que estaba escribiendo Cien años de soledad, Gabriel García Márquez no podía soportar el dolor que le producían los “golondrinos” (abscesos muy dolorosos que aparecen debajo de las axilas). Quien haya leído el libro recordará que uno de los Buendía, la saga protagonista de la novela, padece también este mal cuando empiezan los calores. El premio Nóbel colombiano, en cambio, no los volvió a sufrir. Los caminos de la inspiración son inescrutables y, a veces, muy poco sublimes.
¿Es de cuerdos ser original? ¿Es útil se un enfermo mental para ser original? El psiquiatra Lombroso no sólo lo consideraba beneficioso, sino casi imprescindible. Aunque algunos artistas acabaron sus días en el manicomio -como el compositor Schuhmann que decía recibir mensajes musicales de ultratumba de su amigo Mendelsohn-, ha sido Vincent Van Gogh el que más atención popular y clínica ha suscitado por las supuestas concomitancias entre su enfermedad y su obra. Él mismo lo creía así: “Mi triste enfermedad me hace trabajar con un furor sordo”, escribe a su hermano Theo. Los diagnósticos psiquiátricos han sido variados, pero en su fogosa pincelada se quiso ver, sobre todo, la atormentada expresividad de un esquizofrénico. El primero en negarlo fue Gerard Graus, que sólo apreciaba síntomas de insania mental en el que se cree que fue su último cuadro antes de suicidarse, Trigal con cuervos, a su juicio de menor calidad estética. El estudio actual de las obras de los enfermos psíquicos hace pensar así. El propio esquizofrénico deforma grotescamente, tiende a concentrarse en detalles accesorios, tiene una propensión a la rigidez -las pinturas de Van Gogh son un ejemplo de movimiento- y a las reiteraciones. Con similares resultados nos topamos en casos graves de alcoholismo, depresiones profundas y otros trastornos. La conclusión no puede ser otra: los grandes creadores han dado sus mejores frutos antes, después o, por mejor decir, a pesar de sus locuras. §
Colado, Pablo. En Revista Muy Interesante. Editorial Akal, “Colección Arte y Estética”, 1ª Edición 1971 (3ª Edición 1988), Madrid, España, pp.470 (Traducción: Rafael Lassaletta — Francisco de Benito) 10