PRACTICA ANTROPOSOFICA 74
Práctica antroposófica - Diálogos, Iniciativas, Esbozos: Libros de bolsillo que no sólo conciben al mundo como existente, sino que quieren anticiparse con el pensamiento a su desarrollo. Sobre el libro : En lugar del Yo es una una exposición amplia, amplia, fundada, muy interesante interesante sobre las drogas: en forma clara Ron Dunselman describe describe de donde provienen y las característica característicass propias de las drogas de borrachera. Narra los antecedentes históricos del actual consumo de drogas, relaciones histórico-cultura histórico-culturales, les, mitológicas, como así también también los testimonios testimonios de ex adictos a las drogas permiten dar una imagen vívida de las distintas sustancias tóxicas, su efecto sobre la conciencia y el organismo del ser humano. Gracias al uso de conocimientos antroposóficos sobre la constitución del ser humano el autor abre nuevas dimensiones para la comprensión del efecto del LSD, la Marihuana, la Heroína, las Drogas Sintéticas Sintéticas y el Alcohol. Sobre el autor: Ronn Du Ro Duns nsel elma mann es ps psic icól ólog ogoo y co cola labo bora rado dorr de dell AR ARTA TA,, ( Ce Cent ntro ro te tera rapé péut utic icoo pa para ra drogadictos en los Países Países Bajos) El ARTA procura una terapia basada basada en cuatro pasos y en conocimientos antroposóficos destinados a fortalecer la iniciativa personal y la fuerza del Yo del paciente) El libro de Dunselman surgió luego de años de trabajo con drogadictos gracias a la ayuda de médicos, amigos y terapeutas.
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Ron Dunselman
EN LUGAR DEL YO (In Plaats Van Ik) Efectos Tóxicos de las Drogas
Con prólogo de la Dra. Michaela Glöckler
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Ron Dunselman
EN LUGAR DEL YO (In Plaats Van Ik) Efectos Tóxicos de las Drogas
Con prólogo de la Dra. Michaela Glöckler
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Editorial Freies Geistesleban
Indice Agradecimiento Prólogo Dra. Michaela Glöckler
1. Introducción ¿Qué son drogas? ¿Qué significa adicción? ¿Qué significa adicción a las drogas?
2. Sobre la historia del consumo de drogas El retorno a los dioses En camino a la tierra El efecto estimulante Drogas como medicamentos
3. El consumo de drogas en la actualidad 4. LSD El cornezuelo de centeno Sobre la historia del cornezuelo de centeno El altar de Isenheim El descubrimiento del LSD La revolución psicodélica El efecto del LSD 3
La pérdida de los límites Experiencias cósmicas El espejo que distorsiona El “ mal viaje” (Bad (Bad trip) Sueños en estado de vigilia Flashback Otras drogas emparentadas con el LSD
5. Marihuana y Hachís Historia de la Marihuana y Hachís El efecto de la Marihuana y Hachís El proceso de una toma de Marihuana y de Hachís El cambio de la percepción de los sentidos El cambio del pensamient pensamiento, o, del sentimiento y la voluntad El cambio de la experiencia del espacio y del tiempo La tendencia a soñar y a estar cansado Dormir La resaca El consumo crónico de Marihuana y Hachís y sus consecuenci consecuencias as
6. Opiáceos El cuento de la amapola La historia de los Opiáceos Opio Morfina Heroína El efecto de los Opiáceos El efecto del Opio El efecto del Opio sobre el cuerpo etérico El efecto del Opio sobre el cuerpo astral El efecto del Opio sobre el Yo Euforia La Resaca Síntomas de privación El efecto de la Morfina El sistema de metabolismo El sistema rítmico El sistema nervioso El efecto de la Heroína Metadona 4
7. Alcohol La historia del Alcohol Cómo se produce el Alcohol El efecto del Alcohol El Alcohol en la juventud
8. Cocaína y Anfetamina Cocaína Contexto histórico La planta de Coca Cocaína en Europa Coca cola El fin del siglo XIX La Cocaína en el siglo XX Después de la 2º Guerra Mundial Crack El efecto de la Cocaína El efecto narcotizante El efecto estimulante La euforia La resaca La adicción Las consecuencias en el cuerpo físico del consumo crónico de la Cocaína Anfetamina (Speed) Contexto histórico El efecto
9. Éxtasis (XTC) Contexto histórico El efecto del éxtasis Riesgos
10. Drogas sintéticas 11. Consumo de drogas y adicción a las drogas Notas Literatura 5
Agradecimiento Sin la ayuda de las siguientes personas este libro no hubiera sido posible: Marcel Koopman fue el colaborador permanente e inspirador, el que acompañó el crecimiento del todo desde el contenido, el lenguaje, y lo artístico. Ate Koopmans, Marko van Gerven y Joop van Dam me dieron indicios valiosos en el campo antroposófico, humano, psiquiátrico, y médico. A Frank Wijnbergh le agradezco una conversación que me esclareció mucho, a Michaela Glöckler le agradezco su interés estimulador y a la Fundación Talenta le agradezco su aporte financiero para este proyecto. Simultáneamente le agradezco profundamente a la población de ARTA que me apoyó moralmente, como también a los colaboradores que en momentos cruciales me dieron el espacio interior que necesito para trabajar en este libro. Sin su ayuda generosa y cálida no hubiera podido ser terminado.
Ron Duselman
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Prólogo
Cuando Ron Dunselman me preguntó si estaba dispuesta a escribir un preámbulo para la edición alemana del libro “En lugar del Yo”, me alegré ya que sé de la gestación de este libro desde hace muchos años a través de conversaciones que se dieron en la Escuela Superior para temas de drogadicción en la sección del Goetheanum en Suiza. A pesar de que Ron Dunselman en primer lugar trabaja como psicólogo en la terapia de drogadictos, su interés se dirige especialmente al efecto farmacéutico de las drogas y el efecto sobre los distintos organismos del ser humano. Esta constitución de los organismos que estudió Rudolf Steiner como complemento a la ciencia natural no debe entenderse como un paralelismo psicofísico. Debe entenderse que la actividad vital anímica y espiritual del ser humano actúa formando sustancias y también debe considerarse que sustancias que entran en contacto con los organismos humanos actúan sobre los mismos, en el caso de las drogas, pueden producir dramáticos cambios de conciencia. La conciencia normal cotidiana, generada a asimismo por los procesos de asimilación de los alimentos es apoyada mediante la formación de sustancias. ¿Adónde están los límites entre los procesos de alimentación, el uso y abuso de drogas, dónde están los límites con respecto al uso terapéutico de sustancias? A estas preguntas se les da respuesta en forma diferenciada en este libro. Ron Dunselman describe en su libro con gran empatía la toma de drogas y la adicción como un acontecimiento cercano al hombre moderno que está en la búsqueda de sí mismo y de su patria espiritual. Es una aspiración del autor señalar que las drogas tienen el poder de brindar experiencias que de otro modo sólo son posibles a través de un arduo adiestramiento espiritual. Desde ese punto de vista la droga hoy en día aparece a menudo en lugar del Yo Humano activo, ya que puede brindar experiencia espiritual, riqueza anímica y realización de cualidades humanas amorosas, diáfanas, experiencias de visión panorámica, vigilia, luz interior, colores, calidez, la sensación de estar inmerso el contexto cósmico de la naturaleza y de la humanidad. Todo eso puede proporcionarlo ciertas drogas, pero si sucede esto la personalidad humana se condena, la droga llega a ocupar el lugar del Yo, por lo tanto la experiencia anímica y espiritual se sumerge en la esfera de la falta de libertad. Aparece de forma coaccionada lo que de otro modo sólo es el resultado del esfuerzo propio y de la lucha consecuente. En el consumo de drogas que actualmente ya llega a niños de nueve años de edad, en el consumo de Alcohol, que en Alemania abarca a más de dos millones de personas, se expresa algo que pertenece a lo más valioso y vulnerable del hombre moderno: el anhelo de encontrarse a sí mismo como un ser espiritual creativo, y a partir de ahí trabajar a favor de soluciones sociales. El libro “En lugar del Yo” 7
de Ron Dunselman pretende por un lado comprender el consumo de drogas pero también quiere ayudar a que la droga sea reemplazada por la voluntad, la independencia personal, y el anhelo de realizar lo humano como consecuencia de un trabajo personal y no como una experiencia pasiva a través de la droga. Espero que este libro no sólo ayude a comprender la adicción a las drogas como un fenómeno de nuestro tiempo, sino que estimule la comprensión del secreto de la transformación de las sustancias en el organismo humano como un acontecer psicofísico. Sección Médica del Goetheanum Dornach, 28 de agosto de 1996
Michaela Glöckler
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1. Introducción
El consumo de Alcohol y de drogas ha crecido enormemente en el siglo XX. En un Concejo para el problema del Alcohol aparecido en 1993 se establece que: “la cifra de alcohólicos en Alemania se estima en 2,5 millones. También se podría decir que para cada tres docenas de ciudadanos corresponde un alcohólico. Para que no haya un malentendido. Esos 2,5 millones están enfermos. Mediante la dependencia del alcohol y el abuso del mismo mueren 42.000 personas por año en Alemania. Además en Alemania hay alrededor de 1,4 millones de personas dependientes de medicamentos. Se considera que hay cerca de 5,8 millones de fumadores (con un consumo de 20 cigarrillos diarios). La cifra de víctimas de la Nicotina en Alemania se estima anualmente entre 110.000 y 140.000. En toda Europa mueren entre 750.000 y 1.000.000 de personas por el consumo de Nicotina. Simultáneamente en Alemania hay entre 210.000 y 300.000 personas que consumen drogas fuertes como Heroína, Cocaína, y Anfetaminas. Especialmente en los que concierne a la Cocaína y el Crack, el número de consumidores creció vertiginosamente en los últimos años. En EEUU se estima una cifra de más de 2.000.000 de personas que consumen las mencionadas drogas. El número de consumidores regulares de Cannabis está entre los 270.000. Más allá de esto las drogas sintéticas gozan de una creciente popularidad. Se parte de la suposición de que actualmente en Alemania entre 500.000 y 1.000.000 personas consumen Éxtasis, cuando en 1992 se confiscaron 18.245 unidades, en el 2001 ya eran 4.576.504. Si contemplamos estas cifras podemos llegar a la conclusión de que se expande una epidemia de adicción. El pronóstico es macabro: ¡Si este desarrollo continúa, alrededor del 2100 en el mundo industrializado el número de drogadictos (entendiéndose por drogadictos a aquellos que consumen alcohol y otos medios de alterar la conciencia) sobrepasará a los no adictos! ¿Qué se entiende por adicción? ¿Qué es lo que hace atrayente a las drogas para que tanta gente encuentre su refugio allí?, Sintetizando: ¿Qué son las drogas realmente?
Que son las drogas? De acuerdo a su naturaleza y utilización las drogas son sustancias o medios que pueden producir un cambio en la conciencia. Pueden ser cambios de conciencia de la más diversa naturaleza: empezando con beber una cerveza con el fin de apartar, aunque sea momentáneamente, una preocupación, siguiendo con fumar marihuana para relajarse y tomar píldoras de Éxtasis para sentirse más acivo, abierto y comunicativo, hasta el consumo de Heroína, que calma la sensación de miedo y tristeza. Lo característico en 9
estos casos es el hecho de que el cambio de conciencia no acontece gracias a la propia actividad, sino desde afuera a través del efecto producido por el medio escogido. No es uno mismo el que cambia la conciencia, sino que se delega esa tarea a la droga, el cambio de conciencia es la meta, no es un efecto colateral del consumo. Podríamos precisar la definición: drogas tóxicas son sustancias o medios que se utilizan a propósito porque producen una alteración de la conciencia .
Que significa adicción? Muchas personas comienzan el día con un cigarrillo y el periódico, ¡Fenómeno! a lo largo del día se suman las distintas tazas de café aromático, más cigarrillos para la relajación, un aperitivo antes de la comida, el vaso de cerveza o de vino para acompañar la comida, y antes de irse a dormir la agradable horita delante del televisor, eventualmente se redondea el día con una tableta para dormir... Observando detalladamente este ejemplo podemos afirmar que esas comodidades se diferencian de las actividades cotidianas como comer, beber, y dormir que tenemos que realizar durante toda nuestra vida para mantener nuestro cuerpo sano. Estas actividades son necesidades básicas que hacen posible nuestra existencia y desarrollo sobre la Tierra, si no las satisfacemos, descuidamos nuestro cuerpo y finalmente morimos. A pesar de eso no somos adictos con respecto a las mismas, sería absurdo decir que somos adictos a la respiración, tenemos que respirar ya sea que lo queramos o no; pero no por eso somos adictos al respecto. Las distintas tazas de café, los cigarrillos, el traguito de aguardiente, el vaso de cerveza o de vino naturalmente nos gustan mucho pero en realidad no los necesitamos. Es más: ¡cómo protestó nuestro cuerpo cuando fumamos nuestro primer cigarrillo o cuando tomamos nuestro primer vaso de Alcohol! Nos sentimos mal, lo que no deja de ser una reacción sana de nuestro cuerpo que muestra claramente que esas sustancias tóxicas más bien lo dañan. El hecho de que muchos de nosotros a pesar de eso proseguimos con el mencionado hábito, que proviene de la experiencia placentera que nos quedó en la memoria después de repetidos intentos. Pero no somos tan conscientes de que esas sustancias no son benéficas para el restablecimiento de nuestro cuerpo, los utilizamos como medios de placer no como alimentos. Además después del consumo reiterado nuestro cuerpo se acostumbra a estas sustancias placenteras y tenemos que consumirlas tomando dosis cada vez mayores (hasta un límite tóxico, o sea mortal) para lograr el mismo efecto. En este caso hablamos de la tolerancia que se genera. Si por ejemplo al principio bastaba con un vasito de Vino para lograr una leve embriaguez, después de un año eventualmente ya se requieren cuatro vasos... La gestación de la tolerancia va a la par de síntomas de abstinencia que nos acosan y atormentan cuando terminamos abruptamente con el consumo. Si nos acostumbramos al alcohol, estos síntomas se traducen en forma de sudor, intranquilidad, hipersensibilidad, temblor, insomnio, vómitos, calambres, miedos, estados depresivos, fases de confusión, e incluso alucinaciones. 10
De manera que se generó una situación en la que nuestro cuerpo depende de la sustancia placentera y sin ella no puede funcionar de manera normal. Nosotros definimos ese estado como acostumbramiento, con esto nos referimos a la adicción del cuerpo que se muestra en ambos factores: la tolerancia y los síntomas de abstinencia. Lo que se acaba de exponer con respecto a la dependencia física también vale para la dependencia psíquica. Las lecturas matutinas, la hora frente al televisor antes de dormir, pero también el uso de los servicios de información telefónica, las noticias de la bolsa, las páginas pornográficas, la adicción al trabajo no son necesarias para nuestra salud, pero nosotros nos entregamos a las mismas porque nos brindan experiencias placenteras. Tal como en el caso de la dependencia física, la diversión que experimentamos puede ser la causa para buscar la repetición de ese placer. Pero cuando después de un tiempo reclamamos en forma tan intensiva esas experiencias placenteras y hacemos todo tipo de cosas para volver a experimentarlas, entonces ha llegado al punto en que nos volvimos psíquicamente adictos a esos medios de placer, incluso por miedo al vacío, al desgano, al desasosiego por falta de otra satisfacción. Ha surgido un anhelo en nuestra alma, cuando ya no respondemos a él, cuando ya no le podemos oponer resistencia, cuando el deseo es más fuerte que nuestra individualidad, que nuestro Yo, entonces estamos “enganchados” y nos convertimos en adictos. Resumiendo podemos decir que mediante las sustancias alimenticias que consumimos por necesidad en la medida justa y necesaria para la constitución de nuestro cuerpo no nos tornamos en adictos. Cuanto más disfrutamos de los mismos tanto mejor, ya que de ese modo experimentamos más su efecto benéfico, podría decirse que somos reyes que administramos el reino que nos fue confiado, nuestro cuerpo, de la mejor manera posible. Los roles cambian totalmente cuando ingerimos sustancias que sólo tienen importancia para nosotros porque nos brindan experiencias placenteras, por otro lado una “experiencia placentera” es un concepto muy flexible, en este sentido también puede ser el no querer aguantar una experiencia displacentera (como el vacío interior, el desasosiego, el miedo, la tristeza, y los síntomas de privación) Si buscamos esas experiencias placenteras en forma reiterada, entonces el deseo en nuestra alma—eventualmente sobre la base de las necesidades de nuestro cuerpo como en el caso de la dependencia física—se puede convertir en un tirano insaciable que está rabioso y triste cuando no se le concede a tiempo su deseo. Cuando no podemos ofrecer resistencia a aquello y decir NO, la fuerza de nuestro Yo no alcance, entonces el deseo se adueña de nosotros, perdimos nuestra independencia, nuestra realeza y nos convertimos en esclavos. La palabra holandesa para adicción es: “ verslaving” con razón contiene el concepto de esclavitud. La adicción es una dependencia psicológica originada por un deseo irresistible . Ese deseo tiene la tendencia a ser cada vez más dominante de manera que al final sólo pensamos en el medio que nos puede satisfacer, quedando nuestros sentimientos totalmente dominados porque no queremos más nada que ese medio o sustancia. J. H van Epen escribe al respecto: “La vida del alcohólico gira alrededor del Alcohol, el drogadicto piensa continuamente en la sustancia. El consumidor que no es adicto puede dedicarse a su tarea diaria después del uso del medio de su elección; el adicto queda
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prendido con sus pensamientos a su adicción, por eso los adictos a menudo dan la impresión de vivir una existencia reducida”. Arie Visser en su novela Het vangen van de draak (La captura del dragón) deja decir al protagonista adicto: “ La vida de un drogadicto está dominada por el anhelo y la satisfacción... El anhelo es la obsesión de su existencia y es tan fuerte que lo domina todo... La necesidad es tan absoluta que todos los otros sentimientos comparados con este anhelo empalidecen, así como no se puede ver las estrellas cuando brilla el sol, recién bajo la cúpula nocturna de la amapola los sentimientos normales resurgen en la conciencia... ¿Cómo se puede vivir así? Sufriendo semejante existencia de esclavo, noche y día delante de la producción en serie de tu adicción al placer”
Que es la drogadicción? Cuando uno es drogadicto entonces después de un tiempo se produce un cambio interior. Al principio sólo se trataba de una vivencia del placer, la euforia del cambio de conciencia, después de la adicción se necesita la droga para evadir sentimientos que atormentan, que surgen cuando uno está sin el efecto de la droga. El que es adicto en forma crónica no toma la droga para sentirse mejor sino que la toma para apartar el doloroso tiempo sin droga. Aquello que siente el que no es adicto como conciencia cotidiana, eso se convierte en un tormento para el adicto. Un adicto al Opio se expresa de la siguiente manera: “La primera vez es un sueño, algo paradisíaco, increíble, un encuentro con los dioses, las primeras veces son hermosas. ¡Te reconcilian con la vida!, - Perdonas, ¡Podes respirar plenamente!, -Luego viene el tiempo en el que tomas heroína y apenas sentís algo, entonces tomas más, y por algunos días eso funciona. Posteriormente viene el día en el que ya no sientes nada después de una triple dosis. Incluso cuando te drogas en forma inmediata dos veces seguidas no sientes mucho. Ahí todo recibe un vuelco: sólo sientes algo cuando no tomaste droga. Entonces sientes dolores y todo lo desagradable y nauseabundo que puede ofrecer este mundo, pero ahora llegaste al punto de tener que pagar un precio de locura simplemente para sentirte bien. ¡Sangras sólo para sufrir, entonces vas y cometes toda clase de delitos perseguido por la policía y te inyecta esa porquería en la sangre hasta sentirte con el suficientemente coraje para volver a robar, etc., etc.!”
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2. Sobre la historia del consumo de drogas
Uno se puede preguntar por qué se usan drogas cuando entrañan semejantes riesgos, aquel que busca una respuesta a esta pregunta debe dirigir la mirada a la antigüedad. Ya en tiempos muy antiguos el hombre buscaba medios con los cuales podía cambiar artificialmente su conciencia. Las drogas realmente son tan antiguas como el mundo, pero ¿cuáles son los motivos de que ya se las empleara en aquel entonces?, Vamos intentar encontrar una respuesta desde un panorama histórico antroposófico. Se pueden hallar cuatro razones básicas para el empleo de drogas. El retorno a los Dioses.
Las drogas en primer lugar se utilizaban para encontrar un acceso al mundo de los Dioses, al mundo que está más allá de los sentidos, ese mundo que en tiempos remotos era una realidad tan indiscutible como lo es para nuestra conciencia actual el mundo visible exterior . En la Biblia, el Bhagavad Gita y en muchos otros documentos religiosos encontramos rasgos de esa conciencia, en los mismos podemos leer acerca del intercambio entre los dioses y los hombres. Aún no había una separación clara entre el mundo de los Dioses y el de los hombres. Los sabios sacerdotes que frecuentaban a ambos mundos organizaban la vida según la voluntad de los Dioses. Pero con el tiempo la vivencia de los Dioses se cubrió con un velo del “Ocaso de los Dioses”, con ello se perdió la original orientación hacia el mundo espiritual y divino. El ser humano consiguió una conciencia cada vez más fuerte de sí mismo, despertó para la realidad de la Tierra y para hacerse cargo en forma creciente de la responsabilidad de sus actos. Para reestablecer la unión con el mundo espiritual y divino en el transcurso de la historia en innumerables lugares del mundo se puso a personas escogidas cuidadosamente en un estado de conciencia que les permitía tener contacto con el mundo espiritual. Las drogas en ese caso podían servir de ayuda. Cuando la persona en cuestión se hallaba en un estado de conciencia superior gracias a ciertas drogas y otros rituales, se esperaba obtener a través de las mismos, explicaciones sobre procesos específicos del mundo espiritual y sobre la voluntad de los Dioses. Pero estos métodos de contactar el mundo espiritual involucraba grandes peligros para aquellos que tomaban las drogas, podían ser presas de confusión y de pánico cuando se hallaban en un estado de conciencia totalmente alterado por la droga. Por eso una toma de drogas sola se permitía a personas que habían pasado por un largo y severo adiestramiento interior para que estuvieran preparados para las consecuencias: iniciados, alumnos de los misterios, intermediarios en los oráculos, sacerdotes, chamanes, etc.
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A medida que seguía el desarrollo el “Ocaso de los Dioses” se profundizaba, el mundo de los Dioses se tornó más silencioso, y el hombre impulsado por el anhelo cada vez fue más osado en el uso de estos medios. Cuando los Sacerdotes entraban en un estado consciente de trance mediante drogas, surgió la pregunta si los fragmentos de una realidad espiritual aún contenían informaciones confiables en el transcurso de los milenios. Los así llamados mensajes de los Dioses se desfiguraban más y más, se tornaban confusos y de múltiple interpretación posible, de manera que era muy riesgoso buscar consejo en esos oráculos, misterios decadentes y tomarlos seriamente. Además los criterios para la selección y preparación rigurosa fueron perdiendo consistencia, lo que trajo como resultado que un creciente número de personas comenzó a usar drogas como medios de placer en rituales, ceremonias y fiestas para excluir la conciencia cotidiana, para transportarse a un estado desencarnado y de éxtasis que proporcionaba experiencias suprasensibles sin preparación. Así estos medios sagrados que permitían ingresar al mundo espiritual, después de un prolongado período de preparación y purificación, se convirtieron en medios de placer con los cuales se podía tener todo tipo de experiencias espectaculares e inesperadas. Hoy en día aún vivimos los últimos restos de esa práctica en el consumo de las así llamadas drogas alucinógenas como LSD, Mezcalina y diversos medios de “viaje” (trip) a un mundo suprasensorial. Aún estas drogas tienen una atmósfera de aquellas antiguas prácticas como expresa un párrafo de un escrito de Timothy Leary, el gran profeta del LSD de los años sesenta: “Hay tres grupos que provocan la evolución de la droga en los últimos años y que vivimos actualmente: son los comerciantes de drogas, los músicos de rock y los artistas “underground”... de estos tres tipos de héroes o grupos místicos a mi entender los comerciantes son los más importantes. En los próximos años la televisión y el cine van a descubrir a los traficantes de drogas de los años sesenta como un material dramático, va a ser el Robin Hood, el guerrillero espiritual, el agente misterioso que reemplaza la figura del cowboy heroico o del detective de una novela policial. No hay nada nuevo aquí, en el transcurso de la historia humana, desde siempre, la figura poco transparente del alquimista, del chamán, del médico yuyero, del sabio sonriente que posee la llave para sentirse bien, ha sido el centro del impulso religioso, estético, y revolucionario. Yo creo que este es la profesión más elevada, quiero recomendarle a toda persona joven y creativa que esté realmente interesada en su propia evolución y en apoyar el desarrollo de la sociedad, a que examine de cerca esta profesión antigua y honorable. Lo paradójico de un traficante honorable es que te vende un sueño celestial, él es totalmente distinto a cualquier otro comerciante porque la mercadería que ofrece es libertad y regocijo. Tú exiges de tu vendedor de coches que conduzca un buen coche, de un sastre que esté bien vestido; de manera que se sobreentiende que el traficante de drogas debe irradiar regocijo y libertad, aquello que tú buscas en su producto. Por eso el reto del traficante no solo consiste en que su producto sea puro y espiritual, sino que él mismo refleje la luz humana que él encarna. Por eso nunca compres droga ni consigas los sacramentos de alguien que no posea él mismo las cualidades que tú persigues” hasta ahí las palabras de Timothy Leary. Los años transcurridos no obstante mostraron que todo esto es una ilusión, Robin Hood, el traficante honesto, resultó ser un mafioso criminal que no lo libera a uno sino que lo
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esclaviza, es el que a cambio de una corta fase de regocijo suministra una depresión inevitable y un decaimiento físico. No obstante la consecuencia no fue que estas drogas alucinógenas no se consumieran más, al contrario, en nuestro tiempo, en el que Dios para muchos está “muerto”, estos medios se convirtieron en “ascensores” para planos suprasensibles, complacen una necesidad de experiencia espiritual, pero lo hacen llamando a la vida retazos de la antigua conciencia perdida.
En camino a la Tierra Otra causa para el empleo de drogas visto históricamente es lo opuesto : se empleaban medios de borrachera porque daban el primer impulso para la separación descripta entre el mundo divino y el mundo humano, esto vale especialmente para el Alcohol. El Alcohol en la historia de la humanidad se conoce desde hace mucho tiempo como muestran dos párrafos de la Biblia. Así leemos en Génesis: 9, 20-21: “ Noé se dedicó al cultivo de la tierra y plantó una vid, tomó del vino, se embriagó y se desnudó en su carpa” También en Génesis 14: 18 leemos: “Y Melquisedec, el rey de Salem, llevó pan y vino y fue un sacerdote del altísimo Dios.” Aún en tablas de barro, correspondientes al año 6000 AC, que se encontraron en el delta del Nilo, hallan recetas para la preparación de bebidas alcohólicas. El Alcohol (vino) era el medio con el cual, especialmente a partir del período Egipcio—Babilónico (alrededor de 3000 AC) y luego en forma creciente durante el período Griego ( desde 700 AC) fue usado para llevar a la conciencia humana a un estado en el que la unión con el Mundo Divino estuviera interrumpida. El ser humano a través del Alcohol fue guiado en dirección a su estado de conciencia futura, en la cual los Dioses daban lugar a las realidades terrestres, una conciencia en la cual no se soñaba más místicamente, sino que se pensaba racionalmente. La conciencia grupal daba lugar a una conciencia individual, esa nueva conciencia “terrenal y cotidiana” se estimulaba en el caso de ser necesario mediante un consumo del Alcohol rigurosamente reglamentado, ya que se sabía que un consumo permanente e ilimitado de Alcohol albergaba grandes peligros, que con el tiempo llevaría a una conciencia demasiada terrenal a través de la cual el hombre perdería su origen espiritual y se endurecería interiormente como un ser solitario y egoísta. Así vemos como ya en el siglo XVIII AC el rey babilónico Hammurabi decretó la primer ley por la cual se limitaba y reglamentaba el consumo del Alcohol. Posteriormente en Grecia y Asia Menor surgió el así llamado culto a Dionisio, en el cual se bebía vino durante las fiestas pero de manera controlada. En estas fiestas se experimentaba el efecto del vino en forma grupal y no en individualmente ya que de haber sido así el individuo hubiese caído en el aislamiento y la depresión. Durante estas fiestas también se realizaban ejercicios de equilibrio por los cuales se podía demostrar que a pesar de haber bebido Alcohol todavía se podía dominar el cuerpo. A través de estos ejercicios el ser humano penetraba más y más en su cuerpo, en su “propio pedazo de tierra”, lo que le proporcionaba una elevada conciencia personal. Otro método destinado a la misma meta era tomar vino hasta la embriaguez, de eso se trataba, se sabía dentro del 15
culto a Dionisio que la conciencia propia provocada de esta manera era necesaria para que el ser humano estuviera en condiciones de retornar en forma autónoma al mundo espiritual, pero en este último caso mediante la libre voluntad y manteniendo la conciencia propia adquirida. De ahí que el cultivo de la vid y la preparación del Alcohol estaba manejado por los antiguos misterios. Esta medida no estaba destinada a los sacerdotes y candidatos a iniciados, que tenían que intentar adquirir la nueva conciencia con su propio esfuerzo, sino que estaba destinado a los miembros de la población en general, los cuales mediante el Alcohol obtenían un impulso para experimentarse más y más como personalidad individual y autónoma. Pero se sabía en estos misterios que esa liberación de las viejas ataduras tenía que acontecer en forma paulatina para que no fuera destructiva. El empleo descontrolado, forzado y sin preparación para el consumo del alcohol hubiese conducido a un prematuro quiebre de la existente estructura social. Luego esto efectivamente ocurrió cuando se forzó a beber alcohol a los indígenas y a muchos otros pueblos. El efecto sobre la estructura social de estos pueblos fue devastador, como sabemos por la descripción de Albert Schweitzer entre otros. En forma paulatina y bajo la guía de ciertos sitios de misterios el Alcohol debía cumplir una misión pasajera. Hace poco (alrededor de 1800) se mantuvo en el mundo occidental el uso reglamentado del Alcohol a pesar de la decadencia progresiva de los sitios de misterio: “Se tomaba Alcohol en momentos determinados y para ocasiones festivas, aún cuando había algunos excesos”. (20) Posteriormente se independizó el consumo y por primera vez surgió el concepto de adicción al Alcohol (21), en el siglo XX finalmente el consumo de Alcohol, especialmente después de la Segunda Guerra Mundial, ha tomado proporciones cada vez mayores. A partir de los años ochenta en muchos países hubo un leve estancamiento. La historia del Alcohol y su efecto, cambian con el correr del tiempo sobre la conciencia humana, se expondrá detalladamente en el capítulo séptimo.
El efecto estimulante Una tercera causa para el empleo de drogas desde la antigüedad fue el anhelo de elevar el rendimiento, tanto en el plano corporal (entre otros el sexual) como también en el plano anímico. Mediante la toma de ciertas drogas uno puede rendir mucho más que en condiciones normales, se cuenta con más fuerzas físicas y anímicas, se puede trascender los propios límites naturales. Calificamos estas drogas como medios estimulantes. Un ejemplo: de acuerdo a una antigua saga incaica en tiempos lejanos (probablemente alrededor del año 3000 AC) el Manco Kapak, el “Hijo del Sol” les regaló a los humanos el arbusto de Coca para alegrarles la vida, brindar nuevas fuerzas a los que están agotados, y para satisfacer a los hambrientos. Muy sorprendido el conquistador Augusto Zárate le relata a su rey que los indígenas que mastican las hojas de Coca pueden permanecer 36 horas en las minas sin comer ni dormir (23) En 1859 por primera vez se aisló Cocaína a partir de las hojas de Coca, y desde entonces en tres períodos consecutivos esta energía llegó a ser un sobrecogedor medio estimulante. El primer período arranca después de 16