PHI4054 – Hume Disertación final Fecha: 15/12/14 Daniel Esteban Quir! "s#ina
$a sim#at%a cm mecanism & el #rblema 'e la intersub(eti)i'a'
1* Intr'ucción*
Exis Existe tenn vari varias as ideas ideas esboza esbozada dass por por Hu Hume me en el Trata Tratado do que ayudan a comprender el problema que muestra el título de esta disertación: por un lado, en la Introducción, el filósofo afirma que sus ideas sobre el entendimiento y sobre las pasiones constituyen una cadena entera de razonamientos; desde ya se nos advierte que estos dos temas no pueden tomarse por separado. Esto desde un punto de vista eneral. !a en forma particular, sobre el tema que nos convoca, Hume Hume insist insistee en el car"cte car"cterr analói analóico co de ambas ambas reflexi reflexiones ones,, o en palabra palabrass suyas: suyas: “Lo más notable de todo este asunto es la decisiva confirmación que estos fenómenos proporcionan al sistema precedente relativo al entendimiento y, por consiguiente, al presente sistema relativo a las pasiones, dado que ambos son análogos” #$.%.&.&&.'(.
El autor afirma esto lueo de exponer las principales características del mecanismo de la )simpatía*. +or qu- afirma esto odríamos afirmar que la simpatía constituye, en el sistema de Hume, una suerte de eslabón fundamental en la cadena de razonamientos que -l se/ala al inicio de su obra: las pasiones son posibles en el entendimiento racias a un mecanismo por el cual la imai imainac nació iónn act0 act0aa en este este sent sentid ido. o. Esto Esto nos perm permit itee preu preunt ntarn arnos os po porr la simp simpat atía ía como como mecanismo. or otro lado, Hume introduce este concepto y su funcionamiento lueo de un an"lisis de las características del orullo y la 1umildad, y lueo de que advierte que estas pasiones no n o marc1arían marc1ar ían de la misma manera, o no serían ser ían posibles, si el individuo no tuviese una vida en sociedad. En otras palabras, el orullo y la 1umildad sólo se dan en la vida comunitaria puesto que es ella la que proporciona el campo de acción posible de la simpatía, pues -sta consiste consiste en recibir recibir los sentimientos sentimientos de los demás, tener una idea de ellos y convertirla en su impresión #$.%.&.&&.%(; -sta y la intersub2etividad est"n mutuamente implicadas, por lo que se 1ace necesario pensar tambi-n este problema. Esto nos dice alo de suma importancia, lo cual ser" el tema central de esta disertación: la simpatía, simpatía, que funciona a partir de los principios principios de la mente, 1ace posible la intersub2etividad, y esta 0ltima forma la personalidad de cada individuo, su
sub2etividad. 3a simpatía conecta el entendimiento del individuo con los dem"s y contribuye a formar su )yo*&, y con ello se convierte en la base de la sociabilidad y, por ende, de la moral. 4i bien Hume afirma esto 0ltimo en el tercer libro, no es alo que se 1aa evidente, pues la simpatía tiene muc1os matices que es necesario destacar; sin embaro, el problema y la 1ipótesis ya est"n dados y es lo que vamos a mostrar en este texto. 5sí, la preunta que nos uiar" es: +cómo es posible que el mecanismo de la simpatía sea la base de la intersub2etividad 3o responderemos en tres pasos: &( 6escribiremos el funcionamiento de la simpatía a partir de las relaciones naturales. %( 5nalizaremos este mecanismo con respecto a la relación del )yo* con los )otros*; mostraremos su papel en la creencia del individuo en la existencia de otras mentes. 7( 6escribiremos las consecuencias de lo anterior en la intersub2etividad y miraremos cómo la simpatía es una )influencia social*. 2* El mecanism* +im#at%a & relacines naturales*
3a importancia capital del concepto de simpatía para explicar los fenómenos de las pasiones y la moral se de2a entrever, en primer luar, cuando Hume afirma que la reputación y el buen nombre son consideraciones de ran peso en la vida de cada ser 1umano. 5dem"s, la tendencia a tener en estima las opiniones de las personas cercanas a nosotros y no de todas en eneral de2a entrever tambi-n que el fenómeno de la simpatía tiene una cercanía fundamental con las relaciones naturales y espont"neas del entendimiento 1umano. ara explicar esto 0ltimo 1ay que de2ar supuestas alunas cosas que a0n no son evidentes en la lectura de este problema en Hume y que trataremos m"s tarde, como la creencia del individuo en la existencia de estados mentales a2enos; sin embaro, esperamos poder explicar el papel capital que 2uean estas relaciones espont"neas de toda mente a la 1ora de tener ideas de los sentimientos a2enos y sus posteriores impresiones, y tambi-n el 1ec1o de que, se0n la fuerza de estas relaciones, tambi-n se puede 1ablar de rados de fuerza de la simpatía, lo cual se confirma en 7.7.&. 6esde el principio de %.&.&&., Hume de2a ver que sin la relación de seme2anza el fenómeno de la simpatía no sería pr"cticamente nada: “hombres de gran juicio y entendimiento encuentran muy difícil seguir su propia raón e inclinaciones cuando !stas se oponen a las de sus amigos y
1 “Yo” que no es sustancial o perceptible como una impresión particular, tal como lo muestra Hume en T.1.4.6, sino una personalidad formada por el conjunto de pasiones, emociones y sentimientos morales del indiiduo.
compa"eros habituales” #$.%.&.&&.%(. 3as opiniones de mis cercanos son importantes al punto de
influenciar las propias sólo porque 1ay una relación fuerte de seme2anza acompa/ada de la conti8idad que implica su parentesco o cercanía; sin embaro, 1ay relaciones m"s d-biles de seme2anza que no requieren m"s que el 1ec1o de que el otro que me comparte sus sentimientos sea tambi-n un ser 1umano al iual que yo. $al seme2anza, con lo simple que es, tiene dos consecuencias fundamentales: forma primero alo tan importante y bien ponderado por Hume en otros textos como el )car"cter de una nación*: “# esto se debe la gran uniformidad que puede observarse en el carácter y forma de pensar de las personas de una misma nación” #Ibíd.(. or
otra parte es lo que permite la formación de sentimientos morales que permiten 2uzar el comportamiento de todos sin que sea necesaria una cercanía de parentesco o amistad; racias a ello, la simpatía permite concebir un )bien de la 1umanidad* y nos proporciona la posibilidad de aprobar naturalmente las acciones de los otros #$.7.7.&.&9(. 5sí, para responder emocionalmente a los dem"s, como lo afirma 5nnette aier, nos formamos ideas de sus pasiones y emociones #aier y aldo<, %99', p. =%(, y ya que el mecanismo de la simpatía implica la posibilidad de convertir dic1as ideas en impresiones, podemos decir que la fuerza de este mecanismo aumenta a medida que el individuo encuentra m"s cosas en com0n con quienes simpatiza: “vemos que allí donde e$iste, además de la semejana general de nuestra naturalea, una peculiar similitud en nuestra forma de ser, carácter, país o lenguaje, todo ello facilitará la simpatía” #$.%.&.&&.>(.
4in embaro, donde se nota m"s la fuerza de la simpatía, cambiante de persona a persona, es en la relación de conti8idad. 4i bien el individuo es capaz de formarse la idea de la pasión de otra persona y convertirla en la impresión correspondiente, por e2emplo, el placer y orullo de un adinerado por sus posesiones #$.%.%.>(, este proceso es m"s notorio y poderoso si la persona que me comparte sus emociones tiene una cercanía especial. “Los sentimientos de los demás tienen poca influencia2 cuando esas personas no tienen relación con nosotros% es necesaria la
contig&idad para poder comunicar los sentimientos en toda su integridad” #$.%.&.&&.=(. 3a
diferencia fundamental de esta seunda relación natural estriba en la influencia que pueda resultar de la simpatía; aunque pueda recibir los sentimientos de cualquiera y comprenderlos, si el otro sólo tiene en com0n conmio el 1ec1o de ser 1umano, es m"s difícil que -stos influyan en el propio car"cter; sin embaro, es claro que la posibilidad existe, pues de lo contrario no se podría concebir un )bien de la 1umanidad* que enere sentimientos con los cuales 1ao 2uicios morales ! "ubrayado nuestro.
en eneral. En este orden de ideas, la relación de conti8idad se encara de 1acer m"s vivo y notorio este mecanismo para el individuo, pues el )yo*, idea fundamental, est" muc1o m"s liado a la idea del otro con quien me comunico; la imainación, dice Hume desde &.&.?, act0a con m"s facilidad cuando la relación es m"s estrec1a. 51ora bien, estas dos relaciones anteriores no tendrían asidero sin la relación de causalidad. En efecto, tal relación es considerada por Hume como la m"s fuerte y la m"s extensa; que dos ideas sean liadas por la imainación a trav-s de la relación causa@efecto constituye la mayor parte de nuestros razonamientos, pues la mente une una idea o impresión a otra que, se0n su percepción, le siue constantemente; la experiencia nos muestra la conexión una y otra vez y la imainación la concibe como necesaria #$.&.7.&.&(. Esto se 1ace fundamental para el mecanismo de la simpatía a partir de dos aspectos: el primero tiene que ver con la seme2anza m"s simple entre dos personas, consiste en que, en el proceso de la simpatía, lo primero que percibimos son los efectos del sentimiento en la otra persona; si, como Hume afirma sobre las distintas mentes, “no hay ninguna que sea movida por una afección de la que, en alg'n grado, est!n libres las demás” #$.7.7.&.A(, el efecto proyectado por la otra persona puede ser comparado
con aluna idea seme2ante en mí mismo y concebir una causa; por otra parte, cuando yo comprendo la causa de esa emoción del otro, mi imainación concibe el efecto con m"s vivacidad, lo cual facilita tanto la conversión de la idea en impresión como la comprensión de que tal fenómeno puede producir tal emoción. El e2emplo que 5niB aldo< en su conversación con aier refle2a muy bien este proceso comple2o #aier y aldo<, Cp. Dit., p. A%(: sabemos que un 1ombre, de ninuna manera, puede sentir el dolor de una mu2er en un parto, pero si -l ve la expresión de su rostro, su anustia y sus ritos, podr" saber que ella est" viviendo alo que le causa un ran dolor; si busca en su mente al0n dolor que -l pueda considerar equiparable al del parto de la mu2er y puede liar las ideas de las causas, podr" de aluna manera simpatizar con lo que ella est" viviendo, sin necesidad de 1aber sentido nunca el dolor exacto; toma alo que sea seme2ante y lo 1ace representar como lo que se vive en un parto. Este e2emplo refle2a claramente la afirmación de Hume: “(inguna pasión ajena se descubre directamente a la mente) sólo percibimos sus causas o sus efectos* +or estas cosas es por lo que inferimos la pasión y son ellas3 , en consecuencia, las que dan origen a nuestra simpatía”
#$.7.7.&.A(. 3a causalidad es
fundamental para la simpatía porque las ideas liadas por esta relación son las que permiten a la # "ubrayado de Hume.
imainación el individuo buscar en su mente alo con lo que pueda comparar la pasión del otro; la conversión de la idea en impresión implica que la simpatía del individuo es una suerte de imaen que representa la pasión del otro; no puedo sentir exactamente lo que siente el otro, sino que siempre me baso en mi propia experiencia. Este aspecto de la causalidad en la simpatía, viendo el e2emplo esbozado, 2uea el papel de convencer a la imainación de la realidad de lo que siente el otro #$.%.&.&&.'( y de 1acer de la idea impresión se0n una imaen basada en nuestra experiencia. 4euiremos 1ablando de ello m"s tarde. or otro lado, el seundo aspecto en el que la causalidad 2uea un papel fundamental para la simpatía tiene que ver con la doble relación de impresiones e ideas que posibilita que los seres 1umanos tenamos pasiones indirectas. En pocas palabras, dic1a relación doble consiste en que la idea de la causa de la pasión produce una impresión placentera o dolorosa; tal sensación produce la impresión propia de la pasión y -sta se dirie a su ob2eto #otra persona o yo( que a su vez est" liado a la idea de la causa de la pasión. +u- pasa cuando la pasión indirecta es causada por el eloio o la censura de aluien m"s Hume razona teniendo en mente el orullo y la 1umildad. uien realiza el eloio simpatiza con el orullo de la persona a causa de alo; lueo dirie el encomio 1acia -l y -ste simpatiza a su vez con lo que siente el otro al eloiarlo. Esta simpatía le enera un placer adicional y refuerza su orullo. En este caso la doble relación de impresiones e ideas en el orullo se ve reforzada por otra causa: el eloio del otro, que a su vez proviene de la simpatía de quien alaba 1acia el orullo primario del individuo. “s cierto, pues, que si una persona se contemplase a sí misma desde igual perspectiva en que aparece ante su admirador, obtendría en primer lugar un placer singular, y luego un orgullo o satisfacción propia, seg'n la hipótesis antes e$plicada” #$.%.&.&&.F(. 3a doble relación que primero produce la pasión se ve
complementada con otra relación doble que consiste en la simpatía 1acia la emoción y el placer que siente el otro cuando eloia, lo cual produce una sensación placentera, y un orullo mayor, iualmente diriido al yo, pero esta vez liado a la simpatía por el eloio. 5sí, se puede ver el papel fundamental que 2uean, primero, la causalidad en la simpatía, y lueo -sta en las pasiones indirectas. $ambi-n 1ablaremos de esto m"s tarde. 3o que se puede decir a1ora es que el papel de las relaciones naturales en la simpatía se 1a 1ec1o clara; se puede decir que la seme2anza y la causalidad la posibilitan, mientras que la conti8idad le da m"s fuerza y vivacidad en la mente 1umana. ,* $a sim#at%a & la cnce#ción 'e tras mentes*
Guestra explicación de las relaciones naturales en la simpatía de2ó por supuesto que el individuo le concede una identidad a los dem"s y que concibe sus emociones, pasiones y comportamientos producto de ellos como estados mentales pertenecientes a ellos. 51ora vamos a mirar de qu- manera la simpatía es la encarada, en la imainación de la persona, de 1acer que -sta conciba la existencia de otros )yo*. Haremos esto resolviendo dos problemas que se presentan a esta posibilidad de la simpatía: &( 4i ya Hume demostró que la identidad personal no es m"s que una ficción de la imainación, +cómo concebir a1ora que se pueda otorar existencia a otras mentes %( 4i la simpatía no sinifica que sentimos las mismas pasiones de los otros, sino que nos 1acemos la idea y posterior impresión de -stas a partir de nuestra propia experiencia, +cómo saber que efectivamente son experiencias de los otros en otras palabras, +de qumanera la simpatía nos saca de nosotros mismos y nos 1ace ver a los dem"s como otros Duando Hume piensa en alo así como el )yo*, no encuentra alo sustancial como 6escartes; no 1ay, se0n el escoc-s, una impresión duradera que se pueda identificar como el )yo*, sino que lo que se piensa siempre es una percepción cualquiera que se 1a tenido o se est" teniendo, pero que no permanece todo el tiempo en la mente; el )yo* no es m"s que una colección de percepciones liadas por la imainación, y nos atribuimos una identidad racias a la confusión de la sucesión de percepciones seme2antes con la invariabilidad y unidad #$.&.?.=.=(. Esta unión de percepciones, dice Hume, se da por seme2anza y causalidad, y su punto de partida es la memoria. 4uren pues las preuntas: si la identidad no es m"s que un c0mulo unido por la imainación con base en la memoria, +cómo aqu-lla une unas percepciones a2enas, de las que no tiene plena conciencia como suyas, y las atribuye a otro individuo sin tomar como base su memoria, pues no puede penetrar en ella odemos responder que, en primer luar, cuando la imainación de un individuo 1ace que -ste se otorue una identidad, no se limita al con2unto de las percepciones pasadas que puede recordar, a su memoria. 5sí, Hume afirma: “+ero una ve que hemos adquirido por la memoria esa noción de causalidad, podemos e$tender ya la misma cadena de causas y, en consecuencia, la identidad de nuestra persona más allá de nuestra memoria, y comprender tiempos, circunstancias y acciones que hemos olvidado y que sólo suponemos que han e$istido” #$.&.?.=.%9(. 5sí como nos damos identidad m"s all" de lo que
recordamos, no necesitamos limitarnos a los recuerdos y percepciones actuales de la otra persona para saber que ella 1a tenido una 1istoria y que es la misma persona desde que nació. 4in embaro, en este caso ya se supone que las percepciones, actuales o no, son de ese otro. or lo
cual, otra forma de responder es a trav-s de la existencia corporal, es decir, las percepciones son asinadas a un cuerpo determinado que corresponde a la persona a quien identificamos; unos seres cuyos cuerpos se aseme2an a los nuestros y se comportan de formas seme2antes a nosotros debería bastar para otorar identidad a los dem"s fuera de mí; pero eso sería como admitir que el )yo* es sustancial y est" en el cuerpo, y dic1o cuerpo 1umano, es tanto o m"s cambiante que cualquier ob2eto externo, lo cual lo 1undiría en las mismas dificultades y confusiones que Hume le atribuye a la existencia de los ob2etos externos. 3o 0nico que queda es lo que $ony iston explica: “+or un lado, -ume parece aceptar que el contenido de la mente de otra persona no es inmediatamente percibido por nosotros y sólo es conocido por sus “signos” o efectos” #iston,
&FF=, p. %>'(. En efecto, como se afirmó m"s arriba, uno de los momentos claves de la simpatía es que sólo podemos percibir los efectos de la pasión en la otra persona; dic1os efectos se refle2an en sus expresiones y su comportamiento. 4i bien el cuerpo no es el yo, ni es lo que atribuye directamente la identidad, es en -l en quien vemos esos efectos. or tanto, 1ay una conexión causal que va desde los sinos que son efectos de la pasión, el comportamiento del otro, a la atribución de estados mentales que vendrían siendo propios de esa persona y que se representan a trav-s de dic1os sinos #Ibíd.(. 3a imainación concibe unas causas para esos efectos del comportamiento; es por esto que iston concluye: “l punto crucial parece ser este) que en aras de justificar la adscripción de estados mentales a otros con base en su comportamiento debemos haber descubierto una conjunción constante entre estos tipos de causa y efecto.” #Ibíd., p. %=9(.
$odo esto responde a los dos problemas planteados al inicio de este apartado; racias a que la imainación concibe la con2unción constante de los efectos de las pasiones en el comportamiento e infiere unas causas de ello, podemos 2ustificar la atribución de unos estados mentales a otros )yo*, con todos los problemas que implica 1ablar de una identidad personal, tanto propia como a2ena. racias a esta creencia es posible la simpatía. 51ora bien, +cómo se refle2a esto la interacción 1umana Es lo que vamos a tratar a continuación. 4* $a intersub(eti)i'a'* $a sim#at%a cm -influencia scial.*
Jna de las consecuencias m"s fuertes de todo lo anterior es que la identidad 1umana, la identificación de estados mentales en uno y otro individuo, siempre se da con relación a las emociones de cada quien; ese con2unto de percepciones que se refle2an en efectos del comportamiento, y no alo así como un )eo* sustancial o trascendental, es la base de la identidad propia y de los dem"s. 3a mente se considera como “un sistema causalmente interrelacionado de percepciones” #aier, &FF&, p. &%F(; entre ellas, las percepciones de la
mente, las pasiones se convierten en las que posibilitan la concepción de una personalidad individual, y como todas las percepciones son cambiantes e inestables, dic1a personalidad tambi-n es cambiante. “l yo es complejo, cambiante, dependiente de otros para poder ser, para su vida emocional, su autoconciencia y sus autoevalua ciones” #Ibíd., p. &79(. ! si es dependiente
de otros, se puede decir que 1ay una interdependencia, pues la simpatía no es alo unilateral, al menos no necesariamente, sino que los 1ombres est"n compartiendo sus sentimientos en todo momento y los est"n recibiendo para comprenderlos y entender las emociones, el comportamiento y la personalidad de sí mismos y de los dem"s. Go es ratuito que Hume afirme que los 2uicios acerca de nuestro propio car"cter “están siempre acompa"ados de pasión” #$.%.&.&&.F(, pues -stos, por lo eneral, expresan el amor o el odio de los dem"s 1acia nosotros; si uno es el ob2eto de una pasión a2ena, nuestra imainación realiza el proceso de la simpatía 1acia esa emoción expresada por el otro, lo cual enera placer o dolor y, como el ob2eto de ello somos nosotros mismos, produce orullo o 1umildad se0n el caso, tal como lo mencionamos cuando 1ablamos acerca de la doble relación de impresiones e ideas. 3as pasiones, al menos las indirectas, sólo pueden ser percibidas a partir de una vida en comunidad, ya que, sea la causa o el ob2eto de la pasión, siempre 1ay una persona involucrada, sea uno mismo o aluien m"s; y si estas pasiones son las que permiten identificar y atribuir una identidad a uno mismo y a los otros, se puede decir que -stas son la base del reconocimiento, la sociabilidad y la propia personalidad a trav-s de su comunicación por la simpatía. ! si -sta comunica eminentemente placeres y dolores de distintas clases, tambi-n se puede decir que es la base del sentimiento moral. Hay bastantes afirmaciones concluyentes en lo anterior, por lo que es bueno mirar cómo se refle2a esto en el texto 1umeano; el apartado 7.7.& nos mostrar" todo lo anterior a trav-s de un seundo tratamiento del concepto de simpatía. 4e0n Hume, lo que se califica en un 2uicio moral son los caracteres o las cualidades mentales, y no tanto las personas como tal #$.7.7.&.=( #aier, Cp. Dit., p. &7?(. $ales cualidades, como ya 1emos mencionado, son las que constituyen la personalidad y se forman a trav-s de la comunicación de sentimientos, la simpatía. Esta se basa en la seme2anza de las mentes 1umanas, lo que permite que quien reciba la emoción de otro pueda 1acerse una imaen de ella a trav-s de los efectos que enera en quien est" sintiendo, ya que no es posible sentir la pasión del otro #$.7.7.&.A(. 3a simpatía, como ya lo explicamos m"s arriba, tiene m"s influencia cuando la persona que comunica tiene una relación m"s estrec1a con el receptor; sin embaro, dos o m"s
personas extra/as pueden comunicar sus sentimientos y 1acer de sus ideas impresiones, la diferencia es que la posible influencia sea menor. Es por esto que dice Hume que “el placer de un e$tra"o con quien no tenemos amistad nos agrada sólo por simpatía” #Ibíd.(. 51ora bien, si
es posible la simpatía entre extra/os?, es posible de cualquier forma entre cualesquier personas. 5 partir de esto, Hume afirma que el mecanismo de la simpatía es el principio de los sentimientos morales #$.7.7.&.'(. 4i como dice aier, el libro dos del Tratado comienza encar"ndose de las pasiones sobre las que se basan los 2uicios sobre uno mismo #aier, Cp. Dit.(, el libro tercero se encara de las evaluaciones entre los dem"s y uno mismo mutuamente. “(uestras evaluaciones morales son generales, y hechas desde un punto de vista general, mientras que las evaluaciones sobre las que se funda el amor propio son más particulares y directamente hedónicas” #Ibíd., p. &7>(. $al eneralidad posibilita virtudes como la 2usticia y la
obediencia a la ley, ya que 1ay ciertas cosas que en su momento no eneran un bien, pero que aceptamos porque en el fondo es lo me2or y representa un bien para la 1umanidad en su con2unto. $al es el caso de la 2usticia: 1ay ciertas decisiones y 1ec1os en torno a ella que no representan un bien para la persona y que la mayoría 2uza como in2ustos; sin embaro, nadie cuestiona la necesidad de un sistema de 2usticia para arantizar la buena convivencia en una sociedad, pues ello representa un bien para todos; así, Hume afirma que la simpatía tiene la capacidad de ponernos fuera de nosotros mismos para poder 2uzar los actos de los dem"s tal como si -stos nos afectasen a nosotros #$.7.7.&.F(. 51ora bien, la simpatía no sólo posibilita los 2uicios morales desde un punto de vista eneral, sino que tambi-n permite, incluso con m"s facilidad, 2uzar los actos particulares e individuales que representan un bien o un mal; lo que Hume llama )virtudes naturales* #$.7.7.&.&9(. En estos casos el principio de la simpatía es muc1o m"s sólido que en la 2usticia porque los actos que aprobamos siempre y en todo caso tienden a un bien que no es para un con2unto m"s all" de cada caso particular, sino para cada individuo. 3os rados de simpatía difieren cuanto el punto de vista es m"s eneral; sin embaro, esto no cambia el 1ec1o de que tenemos la tendencia a aprobar o desaprobar ciertas cosas. Kinalmente, podemos decir que el mecanismo de la simpatía, al permitir la comunicación de emociones y que da como resultado el 4 $o cual no si%ni&ca necesariamente empat'a, pues si estuieran implicados, no ser'an posibles ciertas pasiones en apariencia contradictorias en este sentido, por ejemplo la enidia. (n ella puedo simpati)ar con el placer del otro, pero la comparación conmi%o mismo *por la doble relación de percepciones+ no me produce ale%r'a sino rencor.
sentimiento moral eneral o particular, es la base de la vida en sociedad, de la personalidad de cada quien, ya que -sta se forma recibiendo impresiones, pasiones, por cuenta propia y por los dem"s; un 1ombre en solitario no podría 2am"s sentir orullo, envidia, 1umildad, etc., pues estas pasiones deben ser comunicables y comunicadas necesariamente. 5* nclusión*
Hemos visto y explicado a lo laro de la disertación el papel fundamental que 2uea el mecanismo de la simpatía, en primer luar, en la comunicación de emociones a trav-s de las relaciones naturales; en seundo luar, en la identificación y asinación de una identidad personal a mí mismo y a quienes me rodean, no como un )yo* sustancial, sino como una personalidad cambiante e inestable, pero que de aluna forma permanece en el mismo individuo; y en tercer luar, en la vida en sociedad, pues al ser la manera de comunicar los sentimientos, es lo que nos permite saber y eneralizar lo que produce placer y dolor tanto a uno mismo como 1acia los dem"s, lo que a su vez posibilita conocer las distintas pasiones y tener sentimientos que nos permiten 2uzar moralmente los actos de los dem"s, sea cual sea la conexión entre esas personas y el individuo. Hemos visto tambi-n que este mecanismo tiene unos rados que varían conforme la cercanía de quienes comunican sus sentimientos 1acia el individuo; sin embaro, Hume afirma que es este mismo mecanismo el que permite saber lo que sienten personas completamente extra/as a uno, por lo que, a pesar de las variaciones, la simpatía es lo que permite 2uzar los 1ec1os, no desde nuestro punto de vista eoísta y particular, sino desde la eneralidad, que no es otra cosa que el bien de la 1umanidad como con2unto. 4e puede decir que la simparía es, abusando un poco de las palabras de Heel, lo que nos permite salir de sí para volver a sí. 5* ibliraf%a*
@ aier, 5nnette. #&FF&(. # progress of sentiments* /eflections on -ume0s Treatise* Dambride: Harvard Jniversity ress. @ aier, 5nnette y aldo<, 5niB. #%99'(. # conversation bet1een #nnette 2aier and #ni3 4aldo1 about -ume0s account of 5ympathy* Hume 4tudies, Lol. 7? #&(, p. =&@'A. @ Hume, 6avid. #&F'&(. Tratado de la naturalea humana* $rad. Espa/ola de K-lix 6uque.
arcelona: rbis. @ iston, $ony. #&FF=(. 5ympathy and other selves* Hume 4tudies, Lol. %% #%(, p. %>>@%A%.