6
CULTURA Y
CUIDADO DE LA SALUD Natividad Pinto Afanador. Profesora Asociada. Asociada . Beatriz Sánchez Herrera. Profesora Asociada. Asociada . Facultad de Enfermería Universidad Nacional de Colombia Material utilizado solo con fines didácticos
Cultura viene del latín y significa cultivar. Hace referencia a los valores intrínsecos de la sociedad. Este término fue empleado por Spengler para definir a una civilización en su periodo creador. Puede hacer también referencia a los medios, es decir, a los instrumentos, costumbres o instituciones de los grupos sociales o utilización de tales medios. Aunque para algunas culturas puede significar civilización, dicho término, según Feibleman, hace más referencia al efecto que causan sobre el desarrollo y la expresión individual (arte, ciencia, religión) las instituciones, y cultura se identifica más con las conquistas materiales y la organización social. La cultura también ha sido definida como el fondo común de una nación o de un grupo social más restringido, compuesto principalmente de su lengua, de su folklore, de su arte, de su escala de valores y de elementos tomados de su pasado. Por el contrario, contracultura refleja el rechazo por un grupo minoritario de los rasgos más característicos de la cultura nacional y proposición de nuevos valores con el objeto de acabar con la sociedad establecida. Subcultura, en cambio, significa una distinción introducida en el seno de la cultura nacional por un grupo humano que aporta elementos propios sin ser contradictorios. Para este mismo autor cultura puede ser sinónimo de sabiduría, erudición, e instrucción y antónimo de ignorancia e incultural. La salud por su parte es concebida por algunos como la ausencia de enfermedad, otros la ven desde un punto de vista biologista como el estado en que el ser orgánico ejerce todas sus funciones, la ausencia de dolor o la capacidad de ejecutar las tareas esperadas. Para otros es una dimensión del ser humano y percibida subjetivamente como una sensación de bienestar. Hay quienes la ven como un don divino y también quienes la han concebido como un aspecto esencial del desarrollo humano, una dimensión en donde salud y vida ocupan un mismo espacio y donde la enfermedad es solo expresión de esta misma dimensión. En esta última concepción salud es un aspecto esencial del desarrollo humano, es el logro y mantenimiento de una calidad de vida esperada de acuerdo a una cultura dada.
Concepto Operativo de Cultura de la Salud La cultura de la salud es todo lo que el hombre ha hecho y hace para cultivar la vida humana en sus potencialidades físicas, mentales y sociales. Hablar de cultivo de la vida humana incluye el cultivo de la relación con otras formas de vida y con la vida del planeta gracias a las cuales ella es posible. Como parte de la cultura general, la cultura de la salud permite al hombre obtener certezas de supervivencia, vivir la necesidad, transformarla o satisfacerla, imaginar el futuro y proyectar cambios, reelaborar el sentido social, manejar la conciencia de la aparición de la muerte, orientar sus relaciones consigo mismo, con los demás y con el entorno, determinar sus modos de desarrollo y prolongar sus expectativas de vida creativa y disfrutarla. Como producción y territorio social, la cultura es e] eje vital de la cotidianeidad individual y colectiva, no sólo a nivel de la supervivencia material, sino por la construcción de imaginarios y significantes que impulsan los deseos de la vida de los hombres. Así mismo por la cultura se construye la primera identidad como persona o como pueblo, se establecen las nociones de nación y desarrollo fluyendo hacia los sueños y utopías. La cultura de la salud no está excluida 1
de este universo en la medida en que tiene como puntos cardinales, los reales, los imaginarios, los símbolos o las praxis de la vida y de la muerte. La cultura de la salud como querer hacer, saber-hacer cultivo de la vida, atraviesa todo el continuo de la experiencia de cada hombre y generación desde su parto-nacimiento, crianzainfancia, aprendizaje-enseñanza, creación-destrucción, transformación real y simbólica, hasta vejez, agonía, muerte y trascendencia. Como producción social específica de un grupo, la cultura de la salud crea y recrea unos modos:
• • • • • • • •
Modo de concebir. Modo de parir y un modo de nacer. Modo de alimentar Modo de cuidar y de cuidarse Modo de trabajar Modo de agonizar y de morir Modo de festejar y hacer el duelo Modo de amar
• • • • • •
•
Modo de vivir preñez. Modo de criar Modo de educar y de aprender Modo de conocer Modo de envejecer Modo de divertirse o de divertir, de aburrirse y de aburrir Modo de comunicar y expresarse
.Es decir, todos los modos de hacer y sentir que un grupo cultural asume como propios en el diario vivir y que están dotados de representaciones, símbolos y sentidos que son comunes a cada grupo humano que los reviste de diferenciación. Como cualquier hecho cultural, el cultivo de la vida y sus modos son a la vez simbólicos y económicos, estos dos elementos interactúan entre sí de manera positiva y negativa y pueden garantizar u obstaculizar los deseos de calidad de vida o muerte que posee un grupo social. La cultura de la salud produce Y reproduce sus modos de manera espontánea en la vida cotidiana de las gentes y sus costumbres y de manera específica a través del arte, la ciencia, la tecnología, la ideología, la política, la cosmogonía, la educación, la comunicación, la publicidad y evoluciona a la par de la cultura general, con sus conocimientos, sus instituciones o aparatos, sus sueños, ideas y deseos. Todos los hombres por el hecho de nacer en una sociedad son partícipes de una cultura. Las necesidades son innatas y son universales, sin embargo la manera de satisfacerlas varía, por ejemplo, la forma de alimentarse, dormir, etc. Para Lintón, "la cultura es la configuración de comportamientos aprendidos y de sus resultados cuyos elementos componentes son compartidos y aprendidos por los miembros de una sociedad determinada” . La cultura es entonces un conjunto de valores, de forma de vivir y de pensar de todos los miembros de una sociedad. Su noción como la de salud es vinculada con la de totalidad pero con interpretaciones diferentes. Una de estas pretendiendo ser concreta, ha realizado inventarios tan ricos de los rasgos culturales observables que hacer una síntesis era imposible puesto que el conjunto se perdía en un funcionalismo automatizado. Una segunda más cualitativa se relaciona con los sistemas de creencias y con los símbolos. La sociología considera la cultura como el resultado de un aprendizaje y de una suma de conocimientos. Acá una vez más se hace evidente que las palabras no tienen definiciones sino usos, por ello en un sentido amplio es necesario concebir la cultura no solo como la posesión de un patrimonio artístico y cultural sino como una jerarquía de valores. La cultura desde el punto de vista de la ciencia política po lítica y sociología se pregunta si hay una cultura para el pueblo o del pueblo,
2
si puede existir una cultura popular en una sociedad de masas industrializadas, y si la creación es compatible con la vida de un proletario. Grawitz (1990), establece que para Sapir (1924), la cultura está hecha de experiencias vividas con frecuencia inconscientemente y que los miembros del grupo la atribuyen a los medios natural, humano y social. Así mismo se considera al hombre como un agente social, tendencia que se desarrolla en la escuela psico-culturaI. De acuerdo con Lintón (1962) lO el estudio de las relaciones entre el individuo, la sociedad y la cultura es un gran progreso del entendimiento del hombre hacia sí mismo. En el se reúnen varias disciplinas y profesiones como la psicología, el trabajo social, la antropología, y la medicina entre otras y se confirma una vez más que es en la suma de estos entendimientos y bajo una "sombrilla" interdisciplinaria y con el apoyo de un lenguaje común, que fenómenos como estos se lograr comprender mejor. Para este autor, uno de los primeros en abordar el tema, toda sociedad participa de una cultura, la perpetua y modifica; pero en últimas toda sociedad no es más que un grupo de individuos que constituyen la incógnita de toda ecuación cultural, es decir, las modificaciones de la cultura no pueden perdurar sin la aceptación previa de las nuevas ideas por parte de los miembros de una sociedad. El hombre es un inventor en lugar de un ser pasivo portador de la cultura que puede aceptar o rechazar una innovación. Hay muchos casos en los que no puede establecerse una relación entre las actividades de un hombre inventor y las necesidades evidentes y conscientes de su sociedad. En la misma forma, ocurre que la aceptación o repulsión con que una sociedad responde a una cosa nueva no puede explicarse en términos mecanicistas de integración cultural sino mas bien de que las cosas congenien o no con la personalidad de estos individuos teniendo en cuenta que algunos factores ambientales condicionan a su vez dicha personalidad. Muchos de los factores que actúan en nuestra cultura se dan por admitidos de manera tal que jamás forman parte de los cálculos del investigador. Tampoco es posible comprender y delimitar los derechos y deberes culturalmente adscritos al individuo sin tomar en consideración este sistema y a la inversa. La estructura de toda sociedad es por si misma una parte de la cultura de la sociedad de modo que muchos de sus rasgos no podrán entenderse sino en relación de la organización de esa cultura como un todo. De acuerdo con Quevedo (1993), el interés por las relaciones existentes entre las condiciones sociales y la salud es bastante antiguo. El concepto de medicina social existe desde 1848 y señala que la enfermedad está relacionada con problemas sociales y que el Estado debería intervenir activamente en la resolución de los problemas de salud. En 1847, Neumann plantea que la mayor parte de las enfermedades no provienen de condiciones naturales sino de causas sociales y por lo tanto para poder elaborar un modelo integral del proceso salud enfermedad se requiere un abordaje más amplio del problema de la realidad histórica, social y cultural humana. Recientemente se ha revaluado el concepto de enfermedad mirándolo más en términos de adaptación al medio y además se ha reconocido que las formas de adaptación también cambian. Los estudios han mostrado que la respuesta de los individuos ante un mismo proceso de cambio no es siempre la misma. Para Pedersen (1993), en la salud y la enfermedad son determinantes la condición económica, el ambiente natural, las bases biológicas y la red de intervenciones servicios y tecnologías médicas modernas o tradicionales disponibles. En realidad, si bien ninguno de estos conjuntos factoriales explica por si mismo la salud enfermedad como resultante todos en alguna medida explican algo de este fenómeno. La cultura se puede mantener como un todo indiferenciado con la misma textura y color de un telón de fondo y por lo tanto como parte neutral en la descripción del fenómeno o se puede entender la cultura como un conjunto de significados y en ese caso como un vector con atributos propios y con un rol central en la construcción de la salud y de la enfermedad, es decir en un sentido en el cual la cultura y los estilos de vida tienen distintas dimensiones, efectos y valores,
3
ya sea como productores de salud o determinantes de enfermedad o bien como modeladores de la experiencia, es decir que la modifiquen continuamente y le adjudiquen sentido y significado. Como ilustración de estos marcos referenciales Pederson cita a Tylor quien en 1871 definió la cultura como un todo complejo que incluye conocimientos, creencias, arte, moral, leyes, costumbres y cualquier otra destreza o hábito adquirido por el hombre como miembro de la sociedad. Desde hace casi cien años Camero define la cultura como algo que el hombre interpone entre sí mismo y su ambiente para asegurar su seguridad y su supervivencia. Poco después Geertz, en 1973, propone entender la cultura como un conjunto de significados encarnados en símbolos o un sistema de concepciones heredadas, expresadas en forma simbólica y transmitidas históricamente por las cuales los hombres comunican, perpetúan y desarrollan sus conocimientos y actitudes hacia la vida. Para Pederson, la cultura en la primera mitad del siglo equivale a comportamientos, hábitos y costumbres. En la segunda mitad a información compartida, ideas y conocimientos codificados en símbolos. Según él, el concepto de cultura pasa de un paradigma conductual a uno cognoscitivo y hoy surge un nuevo paradigma de lo cultural que incluye una dimensión cognoscitiva individual, reconociendo la importancia del contexto sobre las percepciones, los valores y los comportamientos del grupo social más amplio. Las representaciones sociales a nivel colectivo adquieren valor en la construcción de un nuevo paradigma que se ha desarrollado en tres etapas: 1. El análisis se aparta del modelo biomédico convencional para centrarse en el discurso popular sobre salud enfermedad. Es decir, sobre las formas en las que la sociedad identifica, describe, denomina, percibe y maneja sus problemas de salud lo que básicamente constituye un sistema de signos. 2. Interés no solo por la explicación sino a la interpretación que la gente hace de la situación salud enfermedad, es decir el significado que el grupo ha elaborado históricamente en la interpretación que la gente hace de la situación salud enfermedad, lo que se denomina el sistema de significados. 3. Adquiere importancia la forma en la que el contexto inmediato y en última instancia el contexto global interactúa modelando y construyendo la experiencia de salud enfermedad e induciendo a cambios comportamentales relacionados con la salud. Este es el llamado sistema de acciones. El análisis de la cultura como lo propone Geertz debe hacerse desde una ciencia interpretativa que busque significados con cuatro grandes funciones: 1. Una función representacional. 2. Una función constructiva por la que se construyen o crean entidades culturales. 3. Una función direccional que induce al hombre a adop tar ciertos comportamientos en función de la cultura del grupo. 4. Una función evocativa por la cual los significados evocan ciertos sentimientos. El nuevo paradigma se construye a partir d estas ideas y proposiciones alejándose de lo personal para buscar el espacio socio cultural como resultado de la interacción entre los sistemas de signos, significados y acciones colectivos13. El fenómeno de la cultura se puede abordar siguiendo tres posibles sistematizaciones: La cultura como cultivo de las relaciones del hombre; la cultura como proceso de exteriorización y objetivación de la interioridad y la cultura como proceso histórico-social. 1.1 Cultura como cultivo de las relaciones del hombre. Este cultivo de las relaciones se puede perfilar así:
4
•
•
•
Crecimiento de la persona en relación consigo mismo, mediante las acciones de dinamización del conocimiento, desarrollo y perfeccionamiento de las potencialidades como ser humano. Acción transformadora en sus relaciones con la naturaleza a través del conocimiento, la ciencia, el trabajo y la técnica. Humanización de la vida social en la familia y la sociedad civil, mediante la adecuación de las costumbres e instituciones a conceptos cambiantes del hombre y del sentido de su existencia.
1.2 Cultura como proceso de exteriorización y objetivación de la interioridad: El proceso de conciencia colectiva de la realidad histórica, se funda en el deseo de compartir sistemas de percepción y organización del mundo y se continua en la expresión y comunicación de experiencias vividas, de aspiraciones de futuro sobre sí mismas, la naturaleza, la sociedad y de las utopías; se concreta en instituciones y estructuras de convivencia social como formas con fuerza objetivante que determina las costumbres y la ética de las comunidades. 1.3 Cultura como proceso histórico social: Brota de la actividad creadora del ser humano. Todo ser humano nace en el seno de una cultura determinada y, por consiguiente, al mismo tiempo enriquecido y determinado por ella, pero su actitud no es meramente pasiva, no se reduce a "recibir", sino que, si las condiciones lo permiten, tiene una capacidad inmensa de crear y transformar. Para Pedersen (1993), desde la perspectiva de la epidemiología tradicional la cultura tiene una connotación de símbolos, una mirada conductual. Esta perspectiva individualista de los estilos de vida tiene limitaciones obvias para entender las relaciones causales, o asociaciones entre estilos de vida y salud. Al mismo tiempo las propuestas de cambio de comportamiento nocivo para la salud no pueden abordarse desde un plano individual para que más que una elección individual se dé en un contexto global, político y económico, modelados por poderosas fuerzas sociales y culturales que operan a nivel de la sociedad, del grupo y del espacio doméstico familiar. El autor propone que los enfoques investigativos para no llegar a tener errores tener errores deben incluir al menos: 1. Que se entienda la experiencia de enfermedad tal como es evidenciada y que permita describir el sentido (significado) que este tiene para el enfermo y sus pares en su propio lenguaje y desde su perspectiva. 2. Que disminuya la parcialización reduccionista en la transformación de lo cultural a simples hábitos o comportamientos. 3. Que facilite la articulación de datos biológicos con biográficos, sociales, culturales, integrando al análisis las interacciones entre el contexto muy cercano y el micro y macro contexto. Para la próxima década, según Pedersen, más allá de un cambio de paradigma habrá un cambio de perfil epidemiológico que convoca a una nueva agenda de investigación en la relación sociedad-cultura-salud y/o enfermedad. Para Quevedo (1993)14, aunque los aspectos sociales fueron vinculados a la salud desde la Roma imperial (año 150 D.C.), estas ideas de "medicina social", cedieron a las nuevas concepciones de la "medicina científica", impulsada por los descubrimientos de la bacteriología.
5
Los adelantos de la ciencia causaron suspensión del empleo de criterios sociales que se venían aplicando tradicionalmente y el problema de la relación entre condiciones de vida y salud quedó relegado a un segundo plano por un largo período. En el s. XX, según Quevedo surge la sociología médica y luego la medicina social que relaciona nuevamente las condiciones de vida y salud. Con la demostración de las limitaciones de la epidemiología tradicional reconstruyendo el objeto de estudio y reconociendo el carácter histórico social del proceso salud enfermedad colectivo y su articulación con el conjunto de los procesos sociales. Esta evolución se ha dado por dos caminos: el estudio de la enfermedad y el proceso productivo y de las clases sociales o proceso de reproducción social. Para Quevedo el estado actual de conocimiento en el área lo resumen dos corrientes. Por una parte, una corriente biologista que ve a la enfermedad como materialización biológica de unas condiciones de vida y trabajo en una sociedad y en un momento dados y por otra parte quienes privilegian una interpretación económica, es decir parten de los análisis de teorías económicas y del trabajo y reproducción social para entender el proceso histórico social de conformación de grupos humanos. Estas conceptualizaciones parciales hacen buscar mayor comprensión de la dinámica de este proceso. Una explicación que señale cómo el contexto social interactúa con lo genético y lo biológico en el proceso de organización de las formas mismas de presentación y modificación de los procesos vitales del hombre. No obstante, se ha podido concluir que el contexto social no sólo determina las formas de existencia y adaptación del hombre sino también las formas de representación que el hombre se hace de dichos procesos. Por ello, la enfermedad en sí, es una realidad conceptual que no existe sino de un contexto social y cultural amplio en el cual adquiere determinadas formas, se explica y se trata. La salud y la enfermedad han pasado de ser conceptualizadas como estados a procesos resultantes de múltiples determinaciones articuladas al proceso social.
Proceso de Creación de Cultura: Desafío de los l os Pueblos La cultura parte de la toma de conciencia colectiva de las situaciones históricas que desafían a los pueblos. Surgen nuevas expresiones y símbolos que ayudan a los pueblos. Esta toma de conciencia atribuye significados nuevos a la realidad, que modifican los valores a conseguir. Surgen nuevas expresiones y símbolos que ayudan a los pueblos a diseñar proyectos históricos para responder a tales desafíos y modificar la realidad histórica en los caminos de nuevas utopías. La cultura como proceso de conciencia colectiva que el pueblo toma de todas sus relaciones tienen su semantización cuando el pueblo los "nombra" tanto "nombra" tanto a nivel crítico de verdad y realidad, como de moral. La conciencia colectiva impulsa cosmovisiones, representaciones y sistemas de valores con su correspondiente ethos cultural, lo cual da lugar a la creación de significados. La cultura parte también del pueblo como sujeto colectivo en relación con su mundo. Estas relaciones asumidas por la conciencia colectiva, desencadenan todo el proceso cultural y son el fundamento objetivo y ontológico de éste. En dichas relaciones no solamente se "adapta" a su mundo propio también del proceso animal también lo asume, lo encarna y lo transforman en la perspectiva de proyectos históricos hacia las utopías. Los imaginarios sobre el futuro cierran el ciclo y al mismo tiempo se abren a realidades nuevas que vuelven a desafiar la posibilidad de nuevos procesos culturales. El juego de hechos de adaptación y transformación pertenece al fenómeno "civilización" en "civilización" en el que el hombre utiliza instrumentos para recrear el mundo. Esa civilización tiene que estar al servicio de proyectos culturales con respuestas convertidas en planes de acción, mediados por la ideología y las políticas, gestados y gestionados por grupos humanos.
6
La Cultura de la Salud en la l a Vida Actual 1. Desarrollo y cultura de la salud. A pesar de lo que pueda contradecir, los perfiles de nuestra mortalidad y morbilidad en nuestro país como en otros países latinoamericanos, se dan características culturales óptimas para el cultivo de la vida como son: el gusto por los niños, la persistencia de familias extensas consanguíneas lo mismo que redes amplias de amistades y vecindarios, la permanencia de los ancianos dentro del grupo familiar, la expresividad, la alegría, la espontaneidad; la creatividad para vivir con mínimos recursos, todas ellas características que no poseen otros países con modelos de desarrollo económico exitoso, que han aumentado la calidad y la expectativa de vida, pero que no han podido, fácilmente, volver a despertar su fertilidad, con problemas intensos de suicidio juvenil y con una población de ancianos aislados en instituciones. Lo paradójico de la situación arriba mencionada nos hace reflexionar en las vías y modelos de desarrollo, ofrecidos como alternativas que resaltan la deducción de que desarrollo económico no es lo mismo que desarrollo social o que un modelo de desarrollo económico puede conducimos a vivencias humanas que tampoco deseamos, suprimiendo nuestras formas cálidas de relación. La dimensión cultural en la salud puede hacer aportes importantes a los lineamientos de desarrollo para que éstos puedan expresar nuestro modo propio de cultivar la vida tomando los aportes de la cultura universal. 2. Problemas complejos en el manejo de la salud. Uno de los problemas complejos del manejo de la salud lo constituye la situación en que las patologías propias de la pobreza, particularmente todas las infecciosas, fácilmente prevenibles con medidas de saneamiento básico, inmunización y educación. Por otra parte, está también el problema de todo el grupo de las enfermedades cardio-cerebro-vasculares y el cáncer, asociados al modo de vida individual y colectiva con sus perfiles de estrés, abuso del alcohol, tabaco, aditivos de alimentos procesados industrialmente, sedentarismo, incorporación de materiales cancerígenos en las construcciones, contaminación medio-ambiental de aire yaguas. En conjunto estas dos áreas problema están conformando un terreno cultural unificado universalmente, creado y perpetuado por la mundialización de la economía. 3. Desconcierto cultural y baja calidad de vida en las ciudades. Un terreno propicio a los problemas mencionados lo conforma el desconcierto y la vulnerabilidad cultural de grupos amplios de población que mi gran del campo a la ciudad, en condiciones extremas de pobreza, para conformar cinturones de miseria, donde la mortalidad infantil es alta no solo debido a las precarias condiciones de ingreso, vivienda y disponibilidad de servicios básicos, sino también por la sustitución de la lactancia materna por la lactancia artificial, mediada por la publicidad y que conduce a desnutrición e infecciones, al igual que el consumo de comidas empaquetadas y procesadas, situaciones que concentran al riesgo en hijos y mujeres solas sin redes familiares de apoyo. El hombre es el elemento base de la sociedad, vive en grupos para satisfacer el sin número de necesidades que tiene y por las cuales acude a la relación con otros hombres aportando sus conocimientos y beneficiándose de los conocimientos de los demás, constituyendo así una civilización que puede definirse como el conjunto de conocimientos y costumbres que forman la cultura o estado social de una raza) siendo la cultura el medio por el cual el hombre puede satisfacer sus necesidades entre las cuales se encuentra el cuidado de la salud.
7
Es así como en cada cultura las concepciones sobre aspectos sociales son diferentes dependiendo del entorno en que se desenvuelva viéndose afectada por el medio ambiente, la situación política y la economía como factores principales. Con respecto a la salud y teniendo en cuenta los planteamientos de Gutiérrez de Pineda y Vila de Pineda (1985), sobre la tipología de la medicina tradicional colombiana y la caracterización de los sistemas médicos'6, puede aseverarse una vez más que la realidad para cada individuo, familia o grupo es multidimensional y es relativa y su interpretación depende en gran medida del contexto y de la historia de cada sociedad. Al mirar cada una de las estructuras sociales que componen nuestro país se ve en ellas la condición de cada persona y grupo como cuidador de la salud y en esta visión confluye el patrimonio de una medicina facultativa y una tradicional con componentes de curanderismo y mágico-religioso producto de un mestizaje y adaptación cultural. Según Pinzón y Suárez (1989)17, en este proceso influye la concepción del cuerpo en las sociedades no occidentales. La creación de un modelo unificado que permita comprender las bases fundamentales sobre las que se cimienta la teoría y la práctica del quehacer médico no occidental surgió de una propuesta basada en una investigación sobre curanderismo y medicina tradicional en el área cultural del altiplano Cundiboyacense en la cual se vio que: 1. Las terapias curanderiles eran efectivas cuando las expectativas de los pacientes en relación con el diagnóstico y tratamiento coincidían con las realizadas por el curandero o un pensamiento de consenso aportado por la comunidad respecto al origen, clasificación diagnóstico y tratamiento de las enfermedades y una reiteración de este consenso en el médico y el paciente. 2. Este conocimiento médico era el producto elaborado a través de etapas socioculturales del saber médico. El problema para resolver era el de determinar la forma como actuaba lo aprendido sobre el ser biológico, lo que nos remitía al viejo problema del dualismo naturaleza-cultura, de lo heredado y lo aprendido. Las culturas no occidentales aunque no poseen un conocimiento estrictamente anatomofisiológico, tienen una concepción del cuerpo de su origen y de su funcionamiento. Se propone la categoría de cuerpo cultural para comprender las construcciones que estas culturas hacen de los procesos y estructuras que condicionan la naturaleza de la vida humana.
Algunos Aspectos del Estudio de la Medicina Tradicional en Colombia Vila de Pineda, explica un poco mejor el fenómeno expuesto anteriormente. Según ella, la medicina tradicional es el acervo cultural alrededor de la salud y la enfermedad. En nuestro país se desprende de tres raíces de conocimiento y prácticas disímiles que se fueron mezclando entre los indios los negros y los blancos proporcionando un saber popular fundamentado en las experiencias de cada grupo de región. Este saber se incorporó en los procesos de socialización transmitidos a través de las generaciones. El conocimiento sobre la salud y la enfermedad y las experiencias tradicionales forjaron la medicina tradicional creando un cuerpo articulado de comportamientos que cumple una función específica en pro de la curación física, síquica y cultural de quienes la practican. La medicina tradicional se caracteriza por:
8
1. Conocimiento y prácticas populares transmitidos por la cultura. 2. Un ajuste permanente al ritmo tecnológico y científico científic o imperante ensu en su entorno social. 3. Una creencia y fe individual y colectiva en sus principios que fundamenta, estimula y dirige su acción. 4. Innovar e incorporar al cúmulo de conocimientos con préstamos médicos foráneos. 5. Renovarse con descubrimiento o hallazgos propios. 6. Dar respuesta permanente a interrogantes de sus creyentes y extraños culturales, derivando un cuerpo médico integrado de pensamiento y acción. 7. Demostrar la cultura manifiesta por medio de ceremonias y prácticas por el contenido encubierto de fe y creencias individuales y colectivas. La medicina tradicional actual es un producto de las tres influencias iniciales, se apoya en la magia, elemento común en estos tres aportes. Su desarrollo obedece a innovaciones, préstamos ajuste y cambios entre ellas y con relación a la medicina científica. Tanto la medicina tradicional con todas sus variaciones étnicas regionales como la científica constituyen sistemas médicos. Un sistema médico es un complejo de ideas acerca de las causas y curas de la enfermedad, ninguna de las cuales es enteramente racional ni completamente irracional. Sus prácticas y la mayoría de sus procedimientos curativos son comprensibles lógicos a la luz de la naturaleza de la salud y de las causas de la enfermedad. Son partes integradas de la cultura y por lo tanto interactúan con otras instituciones u ordenes. Todo sistema sistema médico tiene aspectos preventivos preventivos y curativos y una de sus funciones más importantes es restablecer la salud. Las creencias del comportamiento que generan estas actividades están influidas por instituciones sociales particulares, por las características propias de los roles que generan diversas relaciones interpersonales y establecen redes de relaciones sociales en diversos escenarios. En los sistemas médicos se distinguen dos partes fundamentales: la teoría de la enfermedad y el cuidado o atención en la salud. El primero constituye el cuerpo teórico, es una construcción intelectual parte de la orientación cognoscitiva de los miembros de la cultura. El segundo tiene como función utilizar y movilizar los recursos del enfermo, su familia y su sociedad para dirigirlos a la solución del problema. Con base en este se determinan las acciones y decisiones por tomar. La aplicación de las recomendaciones preventivas y curativas del subsistema médico para restablecer la salud dependen en buena medida de la capacidad de movilización de recursos de los pacientes y las instituciones que q ue forman parte de los proveedores del servicio. Los sistemas médicos predominantes en el país durante los últimos siglos han sido la medicina científica o facultativa y la medicina tradicional dividida según la etiología de la enfermedad en mágico-religiosa y curanderismo. El sistema mágico-religioso se basa en el principio de un poder sobrenatural que cura o produce el mal a través de un agente intermediario. Es religioso sólo cuando opera en esas premisas y mágico cuando se apoya en estos principios animistas o animalistas y es mágicoreligiosa cuando hay una acción participante de religión y magia. El curanderismo como medicina casera y el curanderismo propiamente dicho, constituyen el saber popular resultante de un proceso de asimilación de la medicina científica o de descubrimientos propios signados por la realidad natural de los planteamientos teóricos de sus prácticas. Teniendo en cuenta que de una parte el público corriente desconoce muchos de los principios del sistema médico científico y que además en este sistema no existen apoyos sociológicos para
9
reducir la incertidumbre del enfermo y sus familiares es necesario buscar una mejor comunicación entre la cultura y los funcionarios de los sistemas de salud. Es necesario integrar las perspectivas biológicas y culturales en el estudio del sistema médico-científico al que recurre actualmente la mayoría de la población del país a través de enfoques interdisciplinarios, estableciendo canales de comunicación entre los funcionarios especializados de instituciones burocráticas médicas y los usuarios del servicio puede contribuir a ser el sistema científico de la salud más efectivo y potencialmente más redistributivo en sus beneficios18. El reconocimiento del origen de la práctica y las creencias sobre salud en Colombia son fundamentales, sin embargo, en el medio profesional los cuidados etnológicos ritualizados que reportan muchas veces beneficios terapéuticos para los pacientes son por lo general mal conocidos y poco valorados. La desatención de estas diferencias de valores puede generar signos de conflicto cultural19, lo cual no beneficia el fortalecimiento de las personas con quienes interactuamos en el cuidado de la salud, ni nuestro propio conocimiento profesional de enfermería basado en el cuidado. Estos conceptos culturales son inherentes al cuidado de la salud y le dan una naturaleza distinta, dominante y unificadora20. Para abordar la experiencia del cuidado de la salud humana es importante llegar al mundo del otro a quien se puede ver como un cuidador para conocerlo en esa dimensión y a partir de ello fomentar su crecimiento en el cuidado de su salud. En este sentido, la cultura es el medio más amplio y holístico de conceptualizar, entender y ser eficaces para las personas. Cada sujeto, familia o grupo, busca un cuidado de calidad cuando acude al "conocedor" de salud y son los cuidados culturalmente congruentes los que dejan al paciente convencido de que ha recibido unos "buenos cuidados". Este convencimiento, según se ha documentado, constituye una poderosa fuerza sanadora para la salud.
El Cuerpo Humano, La Medicina y la Cultura El contexto del trabajo que como facultad realizamos diariamente, se desarrolla principalmente en la ciudad de Santa fe de Bogotá y sus alrededores, que en conjunto forman parte del complejo Andino pero que a su vez se han caracterizado por la gran concentración de grupos indígenas e inmigrantes como es el caso de los llamados en otros contextos pueblos emergentes21. Este mestizaje se hace evidente en el de área la salud donde existe gran influencia de las prácticas aborígenes y/o tradicionales de diferentes regiones en lo que respecta a la curación física, mental y espiritual y espiritual de los individuos. Cuando hablamos de cultura inmediatamente nos imaginamos algo común dentro de un grupo social, pero debido al proceso de mestizaje tanto racial como social se ha producido una interculturización de las comunidades que ha llevado a una combinación del lenguaje, las inclinaciones religiosas, la educación y otras. Un aspecto determinante en esto ha sido la política de globalización de la economía que impone un modo de actuar y de pensar dados por las potencias, influyendo relativamente en colectividades de menor desarrollo que toman como base los modelos implantados por estas. Sin embargo, aún existen ciertas regiones y grupos determinados que conservan prácticas culturales propias de su civilización y cuyos resultados están inclinados más hacia lo subjetivo y con vigencia hacia el interior de estas. Actualmente, estos grupos "marginales" con fuertes convicciones culturales, están influyendo a las sociedades urbanas en donde se buscan métodos alternativos propiamente naturales.
10
Otra variable influyente a lo largo del tiempo en nuestro medio es la influencia religiosa, la cual puede considerarse vital dentro del proceso de culturización, repercutiendo en todos los aspectos sociales, lo que también implica una influencia sobre la salud. Durante la época del predominio nativo el tratamiento de la enfermedad era responsabilidad del sacerdote quien acudía a la medicina natural para llevar a cabo la curación en lo que respecta a las dolencias físicas, pero también se apoyaba en lo sobrenatural constituyéndose en un intermediario entre los hombres y la y la fuerza divina, influyendo en la recuperación a través de la súplica hacia ese ser superior. En este proceso luego interviene la medicina extranjera traída por los españoles durante la época de la conquista. De esta manera se comienza a dar el proceso de transculturación trayendo como consecuencia la adaptación de otras formas de ración en combinación con las ya existentes. Luego se deriva una serie de prácticas en la salud hasta desarrollar lo que hoy llamamos medicina moderna. El arte del cuidado que se desarrolla con cada uno de nuestros pacientes y comunidades y comunidades no puede de manera alguna apartarse de estas realidades de prácticas y creencias religiosas que más que ser combatidas deben ser comprendidas y respetadas como características de cada cuidador. En resumen, la visión del cuidado de la salud actual no se reduce únicamente al apoyo para la curación de enfermedades. El cuidado de la salud debe abordar las prácticas culturales de cada persona, sus creencias, sus costumbres y su tradición. El verdadero cuidador de cuidadores necesita comprender el impacto que la economía, la política, la religión, la sociedad y la cultura tienen sobre la persona humana y la forma como interactúan en su experiencia del cuidado de la salud. El desarrollo integral de cada cuidador requiere del reconocimiento de un contexto y una historia y ve a la salud como una expresión cultural de la vida. Citas 1.
Runes, Dagobert . Diccionario de Filosofía. Filosofía. Caracas: Editorial Grijalbo. 1994, pp. 79.
2. Feibleman, K. James". Citado por Runes, Dagobert. Diccionario de Filosofía. Filosofía . Caracas: Editorial Grijalbo, 1994. pp. 79. 3.
Debasch, Charles y Daudet, lvef. Diccionario de Términos Políticos. Políticos .
Bogotá: Editorial Temis, 1985. pp. 88. 4.
Debasch, Charles...” Daudet, lvef. Diccionario de Términos Políticos.
Bogotá: Bogotá : Editorial Temis, 1985. 5 . Diccionario de la Lengua
Española. Madrid: Espasa Calpe, 1970
6. Grupo de Cuidado, Facultad de Enfermería. Memorias de Trabajo del Grupo de Cuidado. Facultad de Enfermería, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 1994-1996. 7. Debasch, Charles y Daudet, lvef . Diccionario de Términos Políticos. Bogotá: Editorial Temis, 1985. pp. 88. 8 . Grawits, Madeleine.
Diccionario de Ciencias Sociales, Sociales , 1990.
Librería Bogotá: Editorial Temis, 1990, pp. 84-85. 9. 10.
Ibid, pags., 84-85. Linton Ralph. Cultura y Personalidad. Fondo de Cultura Económica. Económica. México, 1964.
pp. 10-65, 11 . Quevedo, Emilio. En: Garay Gloria y cols.
Cultura y Salud en la Construcción de las Américas. Américas. Colcultura-CISP, 1993. pp. 231-238.
12.
lbd., pp 241-152
13.
Que vedo, Emilio. "Cultura desde la Medicina Social". En: Cultura y Salud en la Construcción Construcción de la Américas. Colcultura -CISP, 1993. pp. 233-253.
14.
Cáceres, Julio, Diccionario Ideológico de la Lengua Española.
11
15.
Gustavo Gil, S.A. Rosellón, 87-89. Barcelona. Pág. 187 Gutiérrez de Pineda, Virginia y Vila de Pineda, Patricia. Medicina Tradicional de Colombia. Colombia . Vol. II, Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 1985,
16 . Suárez, Rosa y Pinzón, Carlos.
El Cuerpo Humano la Medicina y la Cultura. Quinto Congreso Colombiano de Antropología. Villa de Leyva, 1989. Instituto Colombiano de Cultura y Antropología. 17 . Vila de Pineda, Patricio. Algunos Aspectos de la Medicina Tradicional en Colombia. Quinto Congreso Nacional de Antropología. Villa de Leyva, 1989. Colcultura-Instituto Colombiano de Antropología. 18 . Leninger, Madeleine. Citado por Sánchez, Beatriz en la ponencia Fortalecimiento de Cuidadores Externos de Salud Familiar en el municipio de Funza Cundinamarca, Cundinamarca, presentada en el Simposio Nacional de Enfermería de la Universidad de la Sabana, Chía, 1996. Facultad de Enfermería, Universidad Nacional 19. Memorias de Trabajo del Grupo de Cuidado. Diciembre 1994 - Diciembre 1995. de Colombia. 20.
Colección Universitas. Organización y Promoción de la Comunidad, Comunidad, Bogotá. Búho. 1988, pp. 51
12