2 Creo en Jesucristo, J esucristo, Su único hijo, Nuestro señor
“Cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer” (Gal 4:4)
CUADRO 2 Inicio de las reuniones La 1. Colocar en lugar destacado el texto: “ La Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros y contemplamos su gloria ” ”.
2. Debajo una Biblia abierta con un cirio siempre encendido. 3. Cantar un canto apropiado como el “Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor” Cuando llegó el tiempo “En múltiples ocasiones y de m uchas uchas maneras habló Dios antiguamente a nuestros padres por los Profe- tas. Ahora, en esta etapa final, nos ha hablado por su Hijo … por él había creado los mundos… El es r e- e- flejo de su glo ria” ria” (Heb 1:1) “Al principio ya existía la Palabra… y la Palabra era Dios… mediante ella todo se hizo… y la Palabra acam- pó entre nosotros… y contemplamos su gloria” (Jn
1:1; 1:14)
Estos textos sagrados son una muestra, entre muchos, de la fe de nuestros primeros hermanos cristianos sobre el Señor e- Jesús. Porque nos hablan desde su fe cuando ”lo vieron y crey e- ron” (Jn 20:8). Para ellos fue claro que lo anunciado desde antiguo, ahora se les l es estaba cumpliendo “en la etapa final” . Sin lugar a dudas comprendieron también que Jesucristo era la presencia de Dios con ellos, que era el mismo D ios creador del cielo y de la tierra. Del que “vieron la gloria” , según lo anunciado por Juan cuando dijo: “Este es de quien yo dije… que exi stía antes que yo” (Jn 1:15). Y le reconocieron finalmente en el hijo de María. “José… subió a la ciudad de David que se llama Belén... con su esposa María que estaba encinta. Estando allí le lle- gó en tiempo del parto y dio a luz a su hijo primogé nito” nito” (Lc 2:4)
¿Qué sabemos por la historia? En primer lugar el nombre. El nombre
propiamente hablando es “Jesús -Cristo” y está compuesto de dos partes. La primera “Jesús” se refiere al maestro de Nazaret y la
segunda “Cristo” a su papel de salvador. Al juntar las dos partes
estamos proclamando la fe en que el maestro que vivió en Palestina es el mismo que resucitó al tercer día. A partir de ahí podemos también llamarle “el Señor”, o “o el Señor Jesús” y sie mpre sabremos lo que queremos decir. Y ahora los datos históricos. El maestro de Nazaret nació, siendo emperador de Roma Augusto (30 a.C.-14 d.C. ), según los mejores cálculos entre los años 6 y 4 antes de nuestra era. Las fechas que fijaron los monjes de la Edad Media no fueron correctas, pero eso ahora no importa. Jesús fue para todos un desconocido la mayor parte de sus 34 o 36 años hasta que apareció por los caminos de Palestina predicando y reuniendo a su alrededor a grupos de seguidores. Esto tuvo lugar durante el reinado del emperador Tiberio (14-37 d.C.). Y en los años de Herodes como rey de Galilea (4 a.C.-39 d.C.). “En el año quince del emperador Tiberio, sien do do Pon- cio Pilato gobernador de Judea; Herodes, virrey de Galilea; su hermano Filipo, virrey de Iturea… bajo el sumo sacerdocio de Anás y Caifás” (Lc 3:1)… “c omen- omen- zó la buena noticia de Jesús” (Mc 1:1)… cuando “llegó Jesús desde Nazaret de Galilea y Juan lo bautizó en el Jordán” (Mc 1:9)
Por lo que nos permite suponer el evangelio de Juan, ese tiempo de predicación duró algo más de dos años -Juan se refie-
re a tres Pascuas: (2:13); (6:4);(11:55)- al cabo de los cuales fue detenido, sentenciado a muerte y ejecutado en la cruz. Esto debió acontecer en la Pascua del año 30 según nuestro calendario, siendo Poncio Pilato procurador en Jerusalén (Pilato fue relevado de su cargo el 36 d.C.). Los evangelios también hablan de su resurrección en los días siguientes. El credo dice: “Creo en Jesucristo… nuestro Señor que fue concebido por obra y gracia del Espíri- tu Santo; nació de santa María Virgen, pa- deció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos ”. ”.
También tenemos otros testimonios históricos del lado romano como el edicto del emperador Claudio expulsando a los judíos de Roma. Claudio, según el historiador Suetonio, los expulsó por las constantes reyertas con los judeocristianos a propósito de (Cristo). Orosio fechó esto en el noveno año del reinado de Claudio (año 49). Esto sucedió no mucho antes de que Pablo llegara allí en la segunda misión: (Hch 18:2). “Allí encontró a un tal Aquila… y a su mujer Priscila; habían llegado de Italia, porque Claudio había decre- tado que todos los judíos abandonasen Roma”.
Y por los escritos Al contrario de lo que ocurre con las otras grandes Religiones (Hinduismo, Budismo, Islam) de las que no conservamos escritos originales, en el Cristianismo se conservan escritos en exceso. Además de los escritos del Nuevo Testamento están los llamados evangelios apócrifos y otros muchos documentos de los siglos primero y segundo. Con todo, podemos considerarnos privilegiados por tener los cuatro Evangelios con su presentación directa del Señor Jesús. En los Evangelios tenemos los recuerdos de primera mano de los primeros discípulos de lo que hizo y dijo Jesucristo. También nos transmiten una información preciosa sobre su persona. ¿Qué son los Evangelios? La palabra (anuncio) no procede, en principio, de medios religiosos y, por lo tanto, cristianos. En efecto, en el mundo griego se refiere a los pregones por las plazas. Posteriormente, entre los romanos pasa a significar los decretos supremos del emperador. Los primeros cristianos heredarán heredarán ambos
usos. Verán en el “ evangelio” el verdadero pregón pregón y ta mbién el
mensaje del supremo emperador, el Señor Jesús. En sus cartas Pablo entiende por “evangelio” el anuncio directo del me nsaje de Jesucristo:“… para que lo anunciara ( a los genti- les” (Gal 1:16). Y, a par tir del siglo II, “evangelio” significará lo mismo que para nosotros en la actualidad. Cuando hablamos a los demás de los Evangelios, lo que estamos haciendo es anunciar al Señor Jesús. Por eso la lectura y la meditación constante de los Evangelios nos hará, no sólo discípulos del Señor, sino también sus misioneros. ¿Qué buscan los Evangelios? En primer lugar, y para entender qué buscan los Evangelios, hay que tener en cuenta que son los Evangelios. Los Evangelios son: Relatos : que, en el sentido de la época, equivale a decir escritos para suscitar admiración en el lector. Relatos religiosos Relatos religiosos : o sea, nacidos al calor del entusiasmo de la fe. No se escriben primeramente para informar (cfr. Jn 20:31). Relatos religiosos sobre Jesús de Nazaret : Jesús es el único centro de la narración.
En segundo lugar, los Evangelios no pretenden transmitir verdades sobre Dios, sobre el hombre, o sobre el mundo. En lugar de esto, los Evangelios nos van a presentar la novedad que supuso la aparición de Jesucristo (Mc 1:26). Se trata en los Evangelios de una proclamación de su persona. En tercer lugar, los Evangelios, tal y como están pensados, no razonan con teorías. No quieren demostrar nada. Simplemente deben de ser creídos. Nos ofrecen la palabra de Jesucristo con el convencimiento de que se abrirá camino por si misma. Las palabras del Señor son palabras con espíritu y vida. ¿Cómo aparecen los Evangelios? Para comprender la aparición de los Evangelios tenemos que leer lo que dice Lucas en (1:1-4): "Muchos han emprendido la tarea de componer un relato de los hechos que han tenido lugar entre nosotros, s iguien- do lo transmitido por los que fueron tes- tigos oculares desde el principio y luego se hicieron predicadores del mensaje. Por eso, yo también, después de investi- garlo todo cuidadosamente desde los orígenes, he resuelto escribírtelo por su orden, para que compruebes la solidez de las enseñanzas que has recibido”.
En el origen, vemos que está la persona misma de Jesús de Nazaret y el impacto que Él causó. Después, con la predicación que siguió se fueron combinando lo que se contaba y diversos escritos cortos que van apareciendo. Posteriormente llega la composición de los relatos que tenemos en los evangelios, a base de aquellos materiales anteriores. Finalmente los evangelios de Mateo, Marcos. Lucas y Juan entran a formar parte del Nuevo Testamento y otros quedan fuera. Son los Apóstoles y sus comunidades quienes deciden qué evangelios expresan bien quién fue el Señor Jesús y cuales no lo hacen (estos recibirán el nombre de “evangelios apócrifos”).
Las fechas aproximadas de composición de los Evangelios parecen ser: el más antiguo sería Marcos hacia el año 63 escrito en Roma. Mateo y Lucas, escrito en Grecia, datan probablemente de los años 75-85. El evangelio de Juan, escrito en Asia Menor sería de los años 90. Esto es aproximado. ¿Por qué se escriben los Evangelios? Después de la Ascensión los discípulos alimentaron su fe con los recuerdos que les quedaban del Señor. Pero aquello no podía durar para siempre. Así, fueron apareciendo necesidades que justificarían la redacción. Serían necesidades como:
1) 2) 3) 4)
La falta de materiales para la catequesis; De materiales para la predicación; Y de textos para las celebraciones litúrgicas. Y esto que fuese algo común para todos.
Pero otras causas también pudieron ser: - La persecución del año 36 (Hc 8:1) con la dispersión que siguió. - También la reunión de Jerusalén del año 49, narrada en (Hc 15), en la que los cristianos se separan separan de los judíos. - Igualmente la circunstancia de las distancias geográficas que aumentan. - Los Apóstoles que van desapareciendo desapareciendo y el paso mismo del tiempo. Todo esto debió provocar la composición de los escritos antes de que desaparecieran los primeros testigos de la vida del Señor. De hecho, el Nuevo Testamento quedará "cerrado" al final del siglo l.
Jesús y de ahí arranca su fe y su misión. No podemos olvidar que los Evangelios están escritos después de la Resurrección y refle jan la fe de quienes creen en ella. “Era verdad: ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón”. (Lc 24:34) “Si Cristo no ha resucitado… vuestra fe no vale” (I Cor 15:18) “Cuestiones sobre un difunto ll amado amado Jesús, que Pablo sostiene que está vivo” (Hch 25:19)
Algo está muy claro desde entonces para los discípulos: en la "Cena del Señor", o en "El partir del Pan", o en "la Misa" después, ya no se trata de celebrar el recuerdo de un alguien que murió, sino de celebrar la presencia de alguien que vive a su lado. En resumen: Con los relatos evangélicos lo que se busca es provocar la pregunta fundamental: "¿Quién es este?" (Mt 8:27), y, una vez grabada en los lectores la inquietud, darle la respuesta con la persona del Señor Jesús resucitado.
La experiencia pascual. Pero todo lo anterior, con ser tan importante, no se entiende sin la Resurrección. La Resurrección descubre de pronto a los Apóstoles quién había sido
¿Cómo están compuestos los Evangelios? Los evangelios no nos dicen las cosas de cualquier manera. Tienen un orden. Ese orden parece que responde a cómo organi-
zaron la catequesis desde los primeros tiempos. Según ese orden dividen su relato en tres partes principales:
crucifixión y muerte. 7- Relato de la tumba vacía. 8- Relatos de apariciones.
Primera parte: Jesús predicando en Galilea. Esta parte se distingue porque muchos siguen a Jesús. Se realizan muchos milagros y el Señor predica a la gente en general. Segunda parte: Jesús se mueve principalmente en Judea y Jerusalén. Pocos están con Él. Hay muchos menos milagros y el Señor se concentra en enseñar y preparar a los discípulos.
Y hay algo más. Los Evangelios dan la respuesta sobre quién es Jesús cada uno bajo su propio punto de vista. Cada evangelista ha elaborado elaborado su imagen propia de Jesús. Por eso será necesario leer y estudiar el conjunto de los cuatro evangelios para así poder tener la imagen completa de quién fue Jesucristo. Esta es la imagen de Jesús que se desprende de cada texto evangélico:
¿Cómo explicar esa diferencia? Se apuntan algunas razones como estas: 1- El Señor desea frenar toda popularidad fácil que desvirtuara lo que pretendía hacer y enseñar (“ No me buscan porque hayan percibido señales, sino porque han comido pan has- ta hartarse ” (Jn 6:27). 2- Las autoridades judías y el partido de
los fariseos presentan una oposición cada vez más fuerte y la (“los fariseos gente ve que no es seguro aparecer como discípulos (“los planearon el modo de acabar con Jesús ” Jesús ” (Mt 12:14). Tercera parte: La Pascua que abarca la Pasión y la Resurrección del Señor. En proporción esta es la parte más extensa, lo que indica la importancia que se le dio desde el comienzo. Esta tercera parte también se ha conservado con una secuencia especial: 1- Reunión en Betania. 2- Traición de Judas. 3La cena de la Pascua. 4- Oración en el Huerto y Juicios religiosos. 5- El juicio romano y la condena. 6- El camino de la cruz, la
Evangelio según San Marcos Para Marcos Jesús es el Mesías escondido que nunca reveló su verdadera identidad, por lo que los discípulos descubrirán plenamente quien es sólo después de la resurrección. Para explicar el silencio de Jesús sobre su persona introducirá Marcos el tema del “silencio mesiánico”, tan cara cterístico suyo. Este no decir Jesús sobre su propia identidad estaría también en línea con el aspecto de ver en Jesús al "Siervo sufriente de Yahweh" una de las características de la predicación de Pedro en Roma. Predicación que reflejaría -según la tradición- el evangelio de Marcos.
Por último, para Marcos Jesús supone una nueva luz de enseñanza, y una fuerza victoriosa sobre el mal: “¿Qué significa esto? Un nuevo modo de enseñar… y además da órdenes a los espíritus y le obedecen”
(Mc 1:27)
El evangelio de Marcos es el que mejor se adapta al esquema general de división en dos partes del tiempo de predicación del Señor. Coloca la división en el capítulo (8:27). Presenta la imagen de Jesús más sencilla. Es también el evangelio más corto y casi todo lo que dice se repite en los evangelios de Marcos y de Lucas. Evangelio según San mateo En el evangelio de Mateo, Jesús aparece como el nuevo Moisés trayendo una nueva Ley que perfecciona a la anterior. No parece casual la distribución del tiempo de predicación del Señor en cinco grandes secciones que reflejarían los cinco libros de la Ley. “Les han enseñado que se mandó a los antiguos… pero yo les digo” (Mt 5:21)
Cada una de esas secciones tiene una primera parte de enseñanzas en forma de largo sermón, y una segunda parte de mila-
gros y acciones diversas. Ejemplos: (Mt 5-7 y 8-13); (13 y 14-17) La comunidad judeo-cristiana para quien escribe Mateo, al parecer, tiene preocupaciones sobre la relación de la Ley de Moisés y las enseñanzas de Jesús. Mateo en su evangelio resaltará el papel de la comunidad de la Iglesia con Jesús en el centro, y de Jesús como el nuevo legislador. Según esto, Jesús es presentado al estilo de los rabinos y muchas de las discusiones reflejan ese estilo característico característico en las disputas sobre puntos de la ley. “Se le acerca le acercaron ron unos fariseos y le preguntaron preguntaron para ponerlo a prueba: ¿Le está permitido a uno repudiar a su mujer por cual quier quier motivo?” (Mt 19:3)
De acuerdo con el esquema explicado no aparece tan clara la distribución de la predicación de Jesús en las dos partes de Galilea y Judea, sin embargo también existe. Mateo coloca el punto de cambio en (16:13). Evangelio según San Lucas Para Lucas, el rasgo dominante de Jesús es que transmite esperanza y salvación para los pobres y marginados, una salvación que es social y religiosa. “Me han enviado para anunciar la libertad a los cautivos…” (Lc 4:18); “Hombre tus pecados están perdonados” (Lc 5:20)
En las dos frases para “libertad” y para “perdonados” (a la letra “quedas liber ado de tus pecados”) se usa la misma palabra
en el original griego.
Lucas escribe el evangelio de la salvación universal a la que todos están llamados. Es la universalidad de la salvación. Los grupos marginados –en especial las mujeres- y los paganos tienen una importancia especial en el Reino. Con Cristo, el hombre es radicalmente transformado. Un rasgo muy marcado en Lucas es la gran presencia que tiene la mujer.
Es también el evangelio de la misericordia de Dios. Lucas sigue el patrón de las dos etapas en la predicación de Jesús y señala el paso de una a la otra en (9:18). A partir de ahí el relato se convierte en una larga “subida a Jerus alén” como indicando el cumplimiento de la misión personal del Señor. “Cuando iba llegando el tiempo de que se lo llevaran, Jesús decidió irrevocablemente decidió irrevocablemente ir a Jerusalén”
(Lc 9:51)
Evangelio según San Juan Juan presenta a Jesús siempre en la esfera de lo divino. Para Juan, Jesús es Dios entre nosotros. “En el principio era la Palabra, y la P a- P a- labra era Dios… y la Palabra se hizo ca rne rne y acampó entre nosotros” (Jn
1:1,14)
A partir de aquí se presenta una reflexión teológica sobre la encarnación. encarnación. La historia concreta se coloca al servicio de la teología. Una y otra vez aparece el Señor diciendo: “Yo soy, el pan; Yo soy la
luz; Yo soy el camino; Yo soy el buen pastor…” y cada vez “Yo soy” repite el nombre de Dios “YHWH”. Para Juan es claro
quién es Jesús y eso nos transmite.
Juan organiza su evangelio en dos grandes partes: El Libro de las Señales (de las que escribe siete. La primera prim era serán las Bodas de Caná) en (1-12), y el Libro de la Gloria (13-21). En este evangelio la división en el tiempo de predicación del Señor se indica en (6:66-67). Todo se escribe para aumentar la fe de los discípulos para que crean (y creamos): “que Jesú s es el Me- sías, el Hijo de Dios, y con esa fe ten gan vida gracias a él” (Jn 20:31) En conclusión
En todo esto, lo que estamos viendo es cómo cada Evangelio, adapta la vida y las palabras de Jesús de acuerdo a sus propias preocupaciones y de acuerdo a las necesidades de las comunidades a las que escribe. Cada evangelista piensa en su propia comunidad. No parece que Marcos, Mateo, Lucas y Juan escribieran con la intención de que su evangelio fuera a ser leído por toda la Iglesia y menos a dos mil años de distancia por nosotros. En cualquier caso, es claro que cualquiera de los cuatro evangelios está intentando responder, a su modo, a la pregunta fundamental: "¿Quién dicen los hombres que soy yo?". Ese sí es el mensaje permanente para nosotros y que nos fuerza a responder personalmente con nuestra propia fe.
Final de las reuniones Oramos con el método de la “Lectio “ Lectio Divina” Divina”.
textos que tienen relación con el Cuadro.
El método tiene cuatro partes: [Música de fondo en ambientación] ambientación]
Usaremos
Lectio, “qué dice el texto”. 1- Lectio, Texto para la primera reunión: “Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús pr e- pr e- guntó a sus discípulos: “¿Quién dice la gente que es este Hombre?”. Contestaron ellos: “Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas”. El les preguntó: “Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?”. Simón Pedro tomó la palabra y dijo: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”. Jesús le respo n- respo n- dio: “¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás! Porque eso no te lo ha revelado nadie humano, sino mi Padre del cie- lo … tú eres Piedra, y sobre esta roca voy a edificar mi Iglesia, y el poder de la muerte no la derrocará ” derrocará ”
(Mt 16:13) Texto para segunda reunión
“ Después Después de comer, le preguntó Jesús a Simón Pedro: “Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?”. Co n- Co n- testó Pedro: “Señor, sí, tú sabes que te quiero”. Jesús le dijo: “Lleva mis cord e- e- ros a pastar”. Le preguntó otra vez: “Simón. hijo de Juan, ¿me amas?”. Co n- n- testó: “Señor, sí, sabes que te quiero”. Jesús le dijo: “Cuida de mis ovejas”. Le preguntó por tercera vez: Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?”. A Pedro le dolió
que le preguntara tres veces si lo quería, y le contes- tó: “S eñor, eñor, tú lo sabes to do, do, tú sabes que te quiero”. Jesús le dijo: “Lleva mis ovejas a pa s star” t ar” (Jn 21:15)
Este primer punto es importante porque antes de intentar comentar o meditar los textos sagrados es necesario saber lo que dicen. Los textos sagrados requieren de una explicación.
En este momento comparte lo que sientas que provoca en ti lo orado como llamada a cambiar algo en ti, o cambiar a tu alrededor. A qué compromisos personales y sociales sientes que te lleva. Ofrécelo. Terminar con un abrazo de paz y un canto apropiado.
Meditatio, “qué nos dice el te xto”. 2- Meditatio,
Para ampliar la lectura:
Manifiesta las palabras que más de hayan llamado la aten-
Catecismo de la Iglesia: Páginas 110-184.
ción y por qué. Es cada uno de nosotros es “tocado” por la Pal a-
bra. Hablamos en primera persona.
Oratio, “qué le decimos al Señor en respuesta”. 3- Oratio,
De nuevo en primera persona, habla con el Señor tu Dios, expresa tus sentimientos, pide, ruega, da gracias. Hazlo con tu propia oración espontánea. El Espíritu habla por cada uno de nosotros. Una palabra mía puede ser la luz que otro del grupo puede estar esperando. Contemplatio, “que conver4- Contemplatio, sión de la mente, del corazón y de la vida nos pide el Se ñor”.