Corbo Zabatel, Eduardo (comp.) (2007) Sujetos y Aprendizajes. Bs. As: CEES. Capítulo 1: Consideraciones sobre las psicologías y los sujetos que ellas definen, pag. 11- 32 de la edición mencionada. “Apresúrate a mirarte en mi si te interesan tu cara y tus cabellos” Cortazar, Salvo el crepúsculo “¿Por qué nos representamos a nosotros mismos mediante un relato, de un modo tan natural que nuestra identidad parece ser un producto de nuestros relatos?” J. Bruner. La fábrica de historias. “¿Qué soy? Una cosa que piensa. ¿Qué significa? Una cosa que duda, que conoce, que afirma Que niega, que quiere, que rechaza y que imagina y siente” Descartes. Meditaciones
El acercamiento a un objeto de estudio cualquiera es siempre problemático. Caben en este caso por lo menos dos posibilidades: que nos acerquemos a él con un conjunto de nociones vagas, de preconceptos (en el sentido, digamos, más epistemológico1 del término) o con un saber sólidamente construido, resultado de la investigación y el análisis. En cualquier caso tanto el preconcepto como el saber formalizado van a operar de distinta forma como obstáculo en ese acercamiento, determinando nuestras preguntas acerca del objeto y a veces incluso imposibilitando la formulación de una verdadera pregunta sobre él. Esto es así porque cuando se pregunta, cuando se plantea un problema, aún en el campo de la ciencia, es siempre desde algún lugar previo, desde algún saber, desde alguna experiencia. No hay objetividad posible, puesto que todo problema es formulado por un sujeto o una comunidad de sujetos –científicos por ejemplo-, en un contexto temporoespacial que actúa como condición de posibilidad de esa formulación y como restricción al mismo tiempo. Cuando intentamos reflexionar acerca de la psicología, sabemos que esa reflexión, según quien la haga estará colonizada por un psicologismo 2 de distinto nivel de inconsistencia, tanto como por las miradas fuertemente fundadas y también, por qué no decirlo, siempre recortadas, parcializadas. (…) ¿De qué hablamos cuando hablamos de psicología?
Si vamos al diccionario, acción riesgosa pero saludable, nos encontramos con que allí se dice: Parte de la filosofía que trata del alma, sus facultades, y sus operaciones // Por extensión todo lo que atañe al espíritu // Manera de sentir de una persona o un pueblo. Definición problemática como toda definición. En principio porque cierra nuestra pregunta y nos tranquiliza, y la tranquilidad en el plano del conocimiento va da la mano de la pereza individual, pero además porque resulta que preguntando por la psicología el diccionario nos reenvia a la filosofía y no sin fundamento. Es a Georges Canguilhem 3 a quien debemos la formulación de la pregunta ¿qué es la psicología? –si
El término epistemología se utiliza para hacer referencia a aquella parte de la filosofía que se ocupa del problema de la naturaleza y la validez del conocimiento. También se la denomina teoría del conocimiento o filosofía de la ciencia. Es importante subrayar que el problema de la epistemología es el del conocimiento válido, no el del conocimiento verdadero, que es un planteo distinto. Por lo tanto se ocupa de la distinción entre conocimiento científico y conocimiento pseudocientífico, o sea que define bajo qué condiciones un conocimiento cualquiera puede ser considerado científico. Otro de sus objetivos es la crítica de programas científicos y de sus resultados, y especialmente, dado su objeto, es fundamental de la epistemología. 2 Empleamos el término psicologismo para hacer referencia a una cierta banalización de los conceptos psicológicos y a su uso indiscriminado y falto de rigurosidad. Este fenómeno se constata en el uso de categorías y conceptos propios de la psicología vaciados de su contenido específico y fuera del contexto discursivo o de las prácticas en que los mismos tienen sentido. 3 Georges Canguilhem (1904-1995) En su conferencia “Qué es la psicología?”, formula la pregunta epistemológica y hace un recorrido histórico en el que reconoce tres momentos que responden a otras tantas conceptualizaciones: la psicología 1
bien es cierto que de forma devastadora- en 1956, momento en que la psicología ya debía ceder su lugar a las psicologías, habida cuenta de que para entonces se había producido el comienzo de la revolución cognitiva, la hegemonía conductista se encontraba seriamente cuestionada, la psicología soviética había producido ya hacía un par de décadas, lo que se conocerá más tarde como sociohistoricismo, y el psicoanálisis entraba en lo que se denominaría posteriormente el retorno a Freud. La preocupación de Canguilhen radica en tomar los conceptos y seguir sus modificaciones, sus nuevas significaciones, sus grados de extensión a lo largo de la historia, lo que no es tarea menor ya que los conceptos no permanecen inmutables a lo largo del tiempo. Una palabra tienen unas ciertas significaciones en un momento, y otras en otro momento y contexto, de manera que él va a interrogarse sobre las condiciones que hacen posible el surgimiento de una ciencia o de los conceptos científicos, pregunta que saludablemente debiéramos formularnos siempre ante un nuevo objeto de conocimiento. Las ciencias y también las artes son producciones culturales que nacen enlazadas a otras prácticas y otras teorías existentes previamente –que les dan origen- , o contemporáneas –con las que dialogan- y que preparan el terreno para lo que vendrá. La perturbadora pregunta ¿qué es la psicología? Conlleva para el psicólogo un cierto grado de humillación, dirá Canguilhem, porque al preguntarse qué es, el psicólogo debe responder con lo que él hace, que no es lo mismo. Es que cuando nos preguntamos por la psicología, nos estamos preguntando por un cuerpo teórico y también por unas prácticas específicas, lo que no pasa con otras ciencias, no porque no generen prácticas, sino por la modalidad que éstas asumen. De esta manera la pregunta que es estructurante para la filosofía, que la constituye como saber, como conocimiento, es inquietante para la psicología. Si la interrogación es esencial para la filosofía, ella misma aparece como déficit en cualquier saber que aspire a gozar del prestigio de la cientificidad. Sobre la relación de psicología y ciencia volveremos. La respuesta por la eficacia es, dirá Canguilhem, de origen dudoso ya que lleva al tratamiento de unas enfermedades difícilmente verificables: las enfermedades nerviosas. Parafraseando a Watson4, ¿quién ha visto una neurosis en el laboratorio?, podríamos preguntarnos. Esto constituye un obstáculo no menor: la psicología debe responder por hechos, procesos o eventos que no constituyen observables, son hechos, procesos, o eventos que calificamos como psíquicos, mentales, psicológicos (calificaciones que no son indistintas), que escapan a la constatación empírica del ojo.
Hicimos referencia a la psicología y deslizamos al pasar otra referencia a las psicologías. Esta cuestión no es meramente gramatical, el plural o el singular no son aquí sin consecuencia, sino que tienen que ver con una pregunta por la unidad de lo que conocemos como psicologías, disciplinas psicológicas. ¿Hay algo que sea común a todas ellas? Daniel Lagache 5 , antes que Canguilhem había planteado el tema pronunciándose por la posibilidad de una unión que daría lugar a una psicología general que, y esto será objeto de discusión, incluye como ciencia natural, la psicología como ciencia de la subjetividad, la psicología como ciencia del comportamiento. Se debe recordar que estamos en 1956. 4 James Watson (1878-1958) Escribió en 1913 una obra que constituiría los cimientos de una corriente que en las cuatro décadas siguientes sería hegemónica hasta la llegada del cognitivismo. Se trata de el Conductismo, allí la psicología simplemente es presentada como una rama objetiva y experimental de la ciencia natural. Su objeto teórico es la predicción y el control de la conducta y por lo tanto la introspección no está incluida entre los métodos conductistas, ni tampoco los datos que ella pueda aportar acerca de la conciencia, serán tomados en cuenta. La conducta del ser humano para el conductista no difiere a pesar de su complejidad, de la conducta animal, lo que da un sesgo diferencial a esta concepción psicológica. Watson, formulará una pregunta que apunta a descalificar a la psicología introspeccionista anterior y a sus interlocutores: ¿Quién ha visto una conciencia en un tubo de ensayo? 55 Daniel Lagache (1903-1972) Fue un psiquiatra, psicólogo y psicoanalista francés que entre su obra produjo un artículo destinado a responder a la crítica sobre la “multiplicidad de las psicologías” que se hacía en su momento. El introduce el término “psicología clínica” que sintetiza aportes de la psicología, el psicoanálisis, la fenomenología, la psicología social y experimental.
al psicoanálisis. El problema, que queda resuelto de una manera poco satisfactoria, tiene que ver con que para hablar de una psicología, o de una psicología general habría que dar cuenta de los fundamentos de esa unidad desde el punto de vista teórico. Esto es difícil ya que el conjunto de lo que conocemos como teorías psicológicas recortan en cada caso, objetos de estudio diferentes pero no autónomos. Como una lectura atenta de los textos psicológicos podrá enseñarnos, entre esas teorías psicológicas hay rupturas claras y continuidades también evidentes, que giran ya en torno a las miradas sobre el objeto, ya en torno del objeto mismo. La pregunta sería ¿De qué se ocupan las psicologías? ¿Del comportamiento, de la conciencia, de los procesos psicológicos, de los sujetos? ¿De qué? ¿Hay en el objeto de la psicología una especificidad que la justifique como disciplina o como ciencia? Una historia de las tendencias nos conduce inexorablemente al campo de la filosofía, y como origen, al problema del alma: desde Aristóteles (siglo V AC) hasta Decartes (siglo XVII) con la formulación del dualismo mente cuerpo, hasta el ensayo cientificista de la psicofisiología, como intento de volver respetable a una disciplina que para entonces no terminaba de definir claramente cuestiones de objeto y método. Clásicamente el abordaje de cualquier disciplina estaba precedido por la explicación de su objeto y su método, en otras palabras de qué se ocupa una disciplina cualquiera y cómo lo hace. La rigurosidad con que se definen ambos aspectos hace a su cientificidad, siendo éste también un concepto polisémico y discutible. Pero este abordaje es deficiente, toda vez que el objeto de una ciencia, y porque no decirlo de cualquier disciplina incluidas las artísticas, no está dado de antemano, sino que se construye al mismo tiempo que esa ciencia, ese saber o esa práctica. Psicología y ciencia.
El problema
de la cientificidad de la psicología merece que nos detengamos un momento. Me
propongo en este punto hacer algunas consideraciones sobre la ciencia. Cuando hablamos de ciencia debemos saber que sus definiciones son siempre tentativas y que dependen de qué posición en el campo de la epistemología sostenga quien formula la definición. Así habrá quien enfatiza el carácter observable de la realidad sobre la que se sistematizan, de acuerdo a un método de investigación científico, conocimientos, y quienes pongan el acento en el carácter racional de esos conocimientos, conocimientos obtenidos metódicamente, organizados y contrastables con la realidad. Una conceptualización más amplia se encuentra en el Diccionario de ciencias sociales donde la ciencia es definida como “un conjunto de conocimientos racionalmente coherentes, verificables y refutables, que intentan describir las leyes de la naturaleza y del pensamiento, así como las estructuras y procesos de la organización cultural y social. En términos generales, más allá de discusiones y de clasificaciones –ciencia formal/fáctica, básica/aplicada- la ciencia hoy busca producir descripciones de la realidad, descripciones que comprenden sus aspectos invariantes presentes en la multiplicidad y diversidad de los hechos que hacen la objeto de una ciencia, lo que permite algún principio de generalización, predicción y explicación que se expresa en leyes científicas que expresan esas regularidades. En todo caso, lo importante para la psicología como estudio sistemático, que se ajusta o no a definiciones de distinto tipo, es que mantenga la particularidad de sus objetos de indagación, y la rigurosidad y sistematicidad en sus metodologías. Ahora bien, más allá de lo relativo de esas definiciones en relación a su cientificidad, que puede convertirse en una verdadera trampa para la psicología, importa aquí tener presente que los objetos y m métodos definen sujetos. Así, si el objeto es el comportamiento, la experimentación en condiciones de laboratorio, la medición, la predicción, el control nos está hablando de un cierto sujeto y también , por qué no de una cierta ética. En cambio cuando la psicología se ocupa de la subjetividad (concepto escurridizo) o de la
mente (sus procesos psicológicos), define , al recortar esos objetos otro sujeto. Cuando el psicoanálisis pone en
el centro la sexualidad y el inconciente, construye a la vez, otro. La “naturaleza” humana
Hablar de una NATURALEZA humana implica una paradoja, ya que si hay algo que pueda ser denominado como tal, sería una naturaleza que nada tiene de natural. ¿Qué significa esto? Que el mundo del humano es un mundo hecho de cosas de humanos y por lo tanto, en ruptura con la naturaleza. Nada de lo natural queda en el hombre, su relación con el mundo no es la relación del insecto con su mundo de insectos, es la del hombre, una relación mediada por la palabra, enrarecida por la palabra. Levi Strauss 6 se ha ocupado extensamente de estudiar la problemática del sujeto en relación al orden natural y al orden cultural, explicando desde una mirada estructuralista, cómo se produce el pasaje de la naturaleza a la cultura –dicho en términos de Cassirer, la pertenencia a un universo simbólico- por fuera de la cual el hombre es impensable. Dos aspectos interesa recuperar acá de la obra de Levi Strauss. En primer lugar una nueva manera de mirar las diferentes culturas ya no en términos de superioridad e inferioridad o de atraso y progreso, sino en términos comparativos de las estructuras sociales y familiares que se encuentran siempre en cada una de ellas, de manera que ante la mirada eurocéntrica por la cual los pueblos llamados primitivos eran pensados como atrasados en relación a nuestra cultura, aparecen como organizados a veces de manera aún más compleja que las sociedades europeas. La segunda cuestión más importante para nosotros, y que se relaciona con esas estructuras que LeviStrauss encuentra en todos los pueblos, es identificar la prohibición del incesto como un universal, que presente en todas las culturas, en tanto prohibición es al mismo tiempo una manera positiva de garantizar la comunicación y el intercambio de mujeres entre los grupos, localizándose ahí el paso de la naturaleza a la cultura. Cassirer, define al hombre como un animal simbólico, en contraposición al término animal racional, que según el autor, es inadecuado para abarcar las formas de vida cultural humana en toda su riqueza y diversidad. Ese carácter, de animal simbólico, resulta de su pertenencia a un universo particular, cuya característica fundamental es la mediación de distintos sistemas simbólicos entre aquel y lo real. El lenguaje, el arte, el conocimiento y el mito son formas simbólicas que particularizan el universo humano y no deben, según Cassirer, ser pensadas como herramientas ni como procesos del pensamiento, sino como el funcionamiento mismo del pensamiento y los únicos medios de que disponemos para relacionarnos con la realidad y organizar el mundo y su diversidad. Un aporte interesante, lo hace el fisiólogo Jacob von Huexkull, al señalar que cada animal vive en un umwelt (mundo circundante) que le es específico, de manera que el mundo de la mosca, dirá está hecho de cosas de moscas, o sea de lo que sus recursos perceptivos le permiten captar, en lo que se diferencia del mundo del hombre que está hecho de significaciones, de simbolizaciones, de interpretaciones que implican un Claude Levi-Strauss (1908) Filósofo de formación, se interesó desde muy joven por las formas de vida de las sociedades hasta entonces consideradas primitivas. Esto lo llevó a Brasil donde enseñó e hizo importantes investigaciones. Se lo conoce como fundador de la teoría estructuralista francesa, y su pensamiento comprende la magia, la religión, las formas artísticas, las formas clasificatorias y los mitos. El estructuralismo de Levi Srauss se apoya en el estructuralismo que en la lingüística desarrollara Ferdinand de Saussure. Así como la lingüística estructural no se restringe a un análisis de los de los componentes de las oraciones, más bien se ocupa de dar cuenta de las estructuras comunes a las diferentes lenguas, en tanto que las palabras no interesan por su significación, sino en tanto unidades mínimas que se ordenan según reglas preexistentes al sujeto. La cultura, según Levi Strauss también se constituye de unidades mínimas que se combinan según ciertas reglas también anteriores al sujeto en unidades mayores que forman un significado. Descomponer la cultura en sus unidades básicas y comprender las reglas mediante las cuales se combinan es entender el significado de la cultura: he aquí muy sintéticamente expresado el fundamento del método estructural. 6
más allá de la percepción y de la información que ésta le reporta. Pero quizá nadie expresó más claramente esta particularidad del humano que el poeta Antonio Machado en su poema A un olmo viejo: Al olmo viejo, hendido por el rayo Y en su mitad podrido, Con las lluvias de abril y el sol de mayo, Algunas hojas verdes le han salido. ¡El olmo centenario en la colina Que lame el Duero! Un musgo amarillento Le mancha la corteza blanquecina Al tronco carcomido y polvoriento. No será, cual los álamos cantores Que guardan el camino y la ribera, Habitado de pardos ruiseñores. Ejército de hormigas en hilera Va trepando por él, y en sus entrañas Urden sus telas grises las arañas. Antes que te derribe, olmo del Duero, Con su hacha el leñador, y el carpintero Te convierta en melena de campana, Lanza de carro o yugo de carreta; Antes que el rojo en el hogar, mañana Ardas de alguna mísera caseta, Al borde de un camino, Antes que te descuaje un torbellino Y tronche el soplo de las sierras blancas, Antes que el río hasta la mar te empuje, Por valles y barrancas, Olmo, quiero anotar en mi cartera La gracia de tu rama verdecina. Mi corazón espera También, hacia la luz y hacia la vida, Otro milagro de la primavera. Machado nos dice las cosas que un hombre puede hacer con un árbol caído: leña, la lanza de un carro, la melena de una campana, el yugo de una carreta. Incluso el propio Machado hace también algo con ese árbol caído: un poema. Seguramente podemos pensar en otras acciones humanas, convertirlo en una escultura, un mueble, en otro objeto. Todas estas operaciones las puede hacer el hombre, pero todos sabemos lo único que haría el perro con un olmo viejo, he ahí la diferencia entre el humano y el animal.
El sujeto
Tema complejo si los hay, el del sujeto es uno de aquellos que no se resuelven con una definición. Ríos de tinta han corrido para conceptualizar a ese resultado del orden simbólico que denominamos sujeto. Al mismo tiempo no podemos escaparnos, y aunque sea de manera general, a un acercamiento al tema toda vez que la
educación, como práctica que produce transformaciones subjetivas implica algún tipo de respuesta a la pregunta por el sujeto e incluso una definición de a qué sujeto apunta. La palabra sujeto se usa en diferentes campos, hablamos de un sujeto social así como hablamos de un sujeto de la modernidad o de la posmodernidad para dar cuenta de algunas particularidades de la constitución subjetiva en determinados períodos históricos. También hablamos de un sujeto de la conciencia para dar cuenta de un sujeto que se vive a sí mismo como una unidad y poseedor de un conocimiento acabado de sus procesos internos; pero hablamos de un sujeto del inconsciente justamente para referirnos a lo contrario, a un sujeto no unitario, sino dividido en conciencia e inconsciente, y con un acceso relativo a la parte más importante de su psiquismo: su actividad inconsciente. La palabra sujeto nos remite también y en primer lugar al campo de la gramática. El sujeto es la parte de la oración de la cual el resto afirma algo, el sujeto es aquel o aquello de lo que se habla. El predicado dice, afirma, niega, algo del sujeto. En el campo de las psicologías el sujeto es también aquel de quien se afirman cosas, al que se atribuyen cosas pero también y esto es crucial, aquel que habla, que dice, que enuncia, que atribuye a su vez, que significa, que da sentido. El sujeto psicológico no se confunde con el individuo, ni con la persona, no es ningún dato evidente, no es ningún observable, es una construcción teórica que intenta explicar las formas manifiestas de ese sujeto que es tal en un contexto espacio-temporal particular en el que se despliega y en el que interactúa con otros sujetos que los constituyen al mismo tiempo que son constituidos. Esto significa que no hay un sujeto como punto de partida, hay sujeto como consecuencia de la cultura, lo cual implica ya una postura en el campo de las teorías del sujeto. Efectivamente, cuando hablamos de sujeto hablamos de instituciones que lo constituyen como tal, de una diacronía, de una historia. Aún debemos decir más. La problemática del sujeto que aquí será apenas enunciada, tiene una larga trayectoria en el campo de la psicología y de la filosofía. 7 Pero el concepto, como no podía ser de otra manera, no es unívoco. Cuando hablamos del sujeto psicológico podemos hacerlo en un sentido muy amplio y laxo, para referirnos a aquel sujeto de que se ocupa la psicología (la subjetividad en tanto incluye aspectos afectivos, y cognitivos), o lo podemos hacer en un sentido restringido diferenciando el sujeto psicológico del sujeto del inconciente (constructo que resulta de la ruptura que en el campo de lo “psi” representa al psicoanálisis), o al sujeto epistémico, o del conocimiento, etc. El sujeto de la psicología es pues, el sujeto psicológico, el de las funciones y los procesos psíquicos o mentales8 en relación al cual las distintas teorías dan algún tipo de explicación de su constitución y de su funcionamiento. Es al mismo tiempo que un dato teórico una construcción de lo real 9 , que como tal se produce en escenarios, enclaves temporo-espaciales determinados, en interacción con otros sujetos; y tanto se
Efectivamente desde Aristóteles hasta Descartes, hay un recorrido que de diferentes maneras remite al concepto de sujeto y que asume diferentes formulaciones. En la filosofía moderna la problemática de las relaciones sujeto-objeto, se inclina por enfatizar lo relativo al sujeto y sobre todo en la relación del conocimiento con el mundo. Es a partir de Kant que el objeto ya no es visto como algo que el sujeto ha de reconocer y reconstruir mentalmente (re-presentar) de alguna manera como una copia de la realidad, sino que el conocimiento de la realidad es el resultado de una operación de construcción. La idea de que “conocer es construir” tendrá un impacto fenomenal en relación a la problemática del conocimiento y del aprendizaje. Acerca del sujeto no hay una teoría, hay teorías, es por ello que veremos que habla de un sujeto psicológico, un sujeto epistémico, un sujeto del inconciente, etc. 8 Términos no equivalentes. En las últimas décadas se ha desarrollado profusamente una teoría de la mente que en principio apareció como una reafirmación anticonductista y que hoy se expresa en conceptos tales como mente socialmente distribuida, por ejemplo. 9 Cuando decimos esto queremos enfatizar que el sujeto no está dado de antemano. No hay sujeto primero y después un mundo con el que aquel se relaciona. Hay sujeto y hay mundo que se construyen a la par. Esto puede ser pensado de esta forma, porque cuando hablamos del sujeto no nos referimos a datos de la biología, sino a un efecto de un orden distinto que es el de la cultura. Véase a este fin el concepto de universo simbólico de Cassirer y la problemática de naturaleza y cultura de Levi-Strauss. 7
estima la importancia de los contextos y del papel del otro en esa constitución, que una parte muy importante de la psicología actual enfatiza el papel central de la formación de la mente en relación al contexto y la formación misma de las funciones mentales en relación al contexto social inmediato. Estos desarrollos son algo que Claude Filloux había ya formulado en 1957 cuando señalaba: “Nadie niega que el desarrollo individual sea, en parte, función de elementos constitutivos. El único problema consiste en averiguar cuál es su influencia, hasta qué punto determinan la historia individual y, en consecuencia cuál es en la conducta la proporción entre lo dado, por una parte, y las estructuras adquiridas en contacto con el medio, por otra” 10 Así las psicologías definen sujetos diferentes y podríamos decir que el conductismo define un sujeto paradójico (al desterrar de él lo que en su momento se definió como estados de conciencia), el cognitivismo construye, en sus diferentes vertientes, otros tantos sujetos ya enfatizando el isomorfismo y la funcionalidad de la mente con la computadora, poniendo el acento en el carácter narrativo de las historias que construyen al sujeto; el pensamiento sociohistórico pondrá el acento en la dimensión de la construcción social del sujeto y de su conciencia, mientras que el psicoanálisis proporciona un sujeto dividido en su aparato psíquico de manera tal que como lo señalamos antes, la parte más importante de su actividad psíquica es inaccesible al mismo sujeto. Principales desarrollos actuales11
Si es problemático pronunciarse sobre qué es la psicología como campo de conocimiento, no lo es menos acordar sobre cuáles son los desarrollos actuales más importantes. Recordemos una vez más que aquí optamos por el eje del sujeto, pero que también nos podríamos centrar en la cuestión de los procesos y de los contenidos psicológicos, o podríamos hacer un recorrido por las diferentes psicologías, sus derivaciones y sus consecuencias. Por lo tanto tenemos que dar cuenta de cuáles son las teorías psicológicas que, ya por la importancia de su producción científica, por su despliegue en el campo de la investigación o por sus consecuencias prácticas, aportan al eje en cuestión. Una tendencia generalizada hoy conduce a que se homologue a la psicología con una de sus corrientes, el cognitivismo. Esto es un error, ya que por importante que sean los desarrollos de la psicología cognitiva, no se debe olvidar que este movimiento surge hacia 1950 como una reacción, una ruptura con la psicología hegemónica hasta entonces, por lo menos en los EEUU, que era el conductismo. Los psicólogos cognitivistas (en EEUU) reaccionan frente al predominio de la Psicología Conductista que, en el intento de construirse a sí misma como científica, desechaba lo que para el cognitivismo era fundamental: los procesos mentales. Efectivamente la psicología conductista había, en su origen, procedido a eliminar todo vestigio de lo que pudiera verificarse empíricamente, y esta verificación sólo es posible con observables12 y el dato observable por excelencia es la conducta, entendida como el conjunto de reacciones del Filloux, Jean-Claude. (1985) La personalidad. Buenos Aires: Eudeba. El interés de la cita de Filloux es doble; por una parte aporta a un problema central de la psicología, como es la relación, en la constitución subjetiva, de lo innato como determinado por la biología, y lo adquirido por las interacciones del sujeto con el medio y con los otros. Pero al mismo tiempo reviste interés porque encarna bien el momento de transición en el pensamiento psicológico, momentos en los que inevitablemente lo viejo coexiste con lo nuevo. Así vemos en unas pocas líneas citas de conceptos que tendrán desarrollos que se diferenciarán profundamente tanto que, su sola mención nos conduce a pensar en formulaciones teóricas diferenciadas y a veces, antagónicas. Verb.: estructura, conducta, individuo. 11 En lo que sigue se ha realizado una adaptación del texto original a fin de ajustarlo mejor a los objetivos de la cursada de esta asignatura, para ello se recurrió a la siguiente bibliografía Corbo Zabatel, Eduardo (comp.) (2007) Sujetos y Aprendizajes. Bs. As: CEES. Capítulos “Consideraciones sobre las psicologías y los sujetos que ellas definen” y “El enfoque cognitivo-cultural de los aprendizajes” pag. 113-115. Carretero, Mario (2011) Constructivismo y Educación. Bs. As.: Paidos. Cap “¿Qué es la construcción de conocimiento?”. 12 La conciencia o los estados de conciencia no son empíricamente accesibles al ojo. Una psicología de la conciencia tenía que ser inevitablemente solidaria con la instrospección (o autoobservación) y para el conductismo el 10
organismo en el medio en términos de una relación estímulo-respuesta. De allí surgen innumerables consecuencias, entre las cuales la previsión y el control de la conducta, son fundamentales. La investigación conductista es originalmente una investigación sobre la conducta animal, ya que se parte del supuesto de que las leyes sobre el comportamiento animal son aplicables al comportamiento humano. Pero aún más, el conductismo impactará sobre campos muy disímiles: el consumo, la educación, las psicoterapias. En el campo de la educación el impacto del conductismo fue extraordinario y sigue influyendo hoy. Esto ha llevado a un descrédito del conductismo, con frecuencia demonizado, y a perder de vista que si bien los aprendizajes complejos difícilmente se puedan lograr por reforzamiento de la conducta, buena parte de los aprendizajes tempranos del sujeto y los aprendizajes sociales, sólo pueden entenderse en términos de condicionamiento operante. 13 Piénsese sino, cómo funciona la confirmación de amor materno o la amenaza de su retiro en el condicionamiento de la conducta infantil en, por ejemplo, el control de hábitos en relación a las necesidades fisiológicas del niño. Por otra parte los sistemas de calificación (diferentes escalas que informan al sujeto del éxito o fracaso en sus logros) son un testimonio de la presencia actual de esta corriente, que a diferencia de la psicología cognitiva, no constituye un campo de investigación importante, pero que subsiste fuertemente en las prácticas pedagógicas. La investigación actual en psicología tiene más bien otras líneas, centradas en el desarrollo del constructivismo, en sus diversas corrientes: la Psicología Cognitiva, la Psicología Psicogenética y la Psicología Socio-histórica. Estas líneas de investigación se originan en postulados diferentes, pero al mismo tiempo no tan independientes, como para que la delimitación de los autores de cada una de ellas sea a veces problemático. Efectivamente, cuando intentamos definir el núcleo conceptual de cada corriente, nos encontramos con que, si bien cada una enfatiza un aspecto de la constitución subjetiva, no es con exclusión de la otra. Más aún en términos muy globales podríamos decir que, en tanto todas estas corrientes identifican procesos mentales específicos en cada una de ellas, todas se podrían ubicar bajo la etiqueta cognitivista. Al mismo tiempo todas serían constructivistas, ya que de manera explícita en un caso e implícita en otros, la idea de que la relación del sujeto con el mundo está mediada por la acción o la interacción incluye la idea de un sujeto activo que no reproduce especularmente el mundo que lo rodea. 14
método de la instrospección no merece confianza alguna. La instrospección como método psicológico fue utilizado por Wundt. Se considera a Wilhelm Wundt (1832-1420) como el fundador de la psicología moderna. En el año 1879 crea un laboratorio de psicología experimental en la Universidad de Leipzig. Su concepción psicológica se conoce con el nombre de estructuralismo, porque su objetivo era el estudio de la estructura de la conciencia humana. Su método experimental, la auto observación controlada o introspección, permitiría , según Wundt, aislar los elementos simples (sensaciones, imágenes y sentimientos) sobre los que se apoyaban los procesos complejos de la mente. Para lograrlo, los sujetos eran rigurosamente entrenados en la auto observación de tal manera que sus informes fueran lo más precisos y fidedignos posible, por ejemplo, al describir la duración, intensidad o claridad de una sensación. Además del estudio experimental de las funciones psicológicas elementales, como la percepción sensorial, Wundt investigó los procesos psicológicos superiores, que consideraba resultado de la fusión y combinación de los procesos elementales. A este segundo nivel de estudio Wundt lo llamó Psicología de los pueblos. Wundt creía que las dos líneas , la psicología experimental y la psicología de los pueblos, debían complementarse entre sí: sólo por medio de una síntesis de sus respectivos logros se podría alcanzar una psicología “completa”. Wundt es considerado uno de los fundadores de la Psicología Cultural.
El condicionamiento operante explica la conducta operante o “voluntaria” del cuerpo en su relación con el medio ambiente, basado en un método experimental. Es decir que, ante un estímulo clave, se produce una respuesta “voluntaria” la cual puede ser reforzada de manera positiva o negativa, provocando que la conducta se fortalezca o debilite. 13
Se debe a la Psicología Genética y a Piaget15 la formulación de un sujeto que llamaremos “epistémico”, entendiéndose como tal a un constructo que da cuenta de lo que de universal se encuentra en todo sujeto que conoce y construye conocimiento del mundo. Todavía más, si el énfasis en la construcción social del sujeto –bajo el enunciado fuerte de que la conciencia se construye socialmente- es un aporte fundamental del sociohistoricismo de Vigotsky 16, este dato dará lugar a los desarrollos de un cognitivista como Jerome Bruner17. Este autor en sus desarrollos recientes abandona los postulados cognitivistas clásicos para orientarse hacia una mirada que anuda al hombre y a la cultura en una relación que no es mera influencia de la segunda sobre el primero. Cabe aquí mencionar también los aportes de otro cognitivista norteamericano: David Ausubel18, quien haciendo confluir aportes piagetianos y vigotskianos, revalorizó el rol docente en la enseñanza al teorizar sobre las condiciones del llamado “Aprendizaje Significativo”. Por último, sin agotar el recorrido, volvemos a mencionar al psicoanálisis, campo en que el concepto de sujeto se acuña y desenvuelve con e l más amplio fundamento teórico.
Esta idea es fundamental del constructivismo que no formula una pregunta psicológica sino que plantea un problema epistemológico que como veremos debía necesariamente llevar a una psicología: cómo se conoce. En este punto el constructivismo retoma un problema de larga data en el pensamiento filosófico que desde la época de los griegos aparece como una pregunta sobre qué es el conocimiento y que en el constructivismo y en Piaget específicamente se desplaza a la pregunta sobre cómo se produce el conocimiento. 15 Jean Piaget (1896-1980, Suiza) es el fundador de la Psicología Genética. Indagó los mecanismos a través de los cuales pasamos de cierto nivel de conocimientos a otro de mayor validez. Su postura epistemológica es constructivista, interaccionista y relativista. Postula la existencia y la prevalencia de procesos activos en la construcción de conocimientos por parte del sujeto. La interacción con lo real le permite al sujeto, por un lado construir los conocimientos acerca de la realidad, y , por otro, y al mismo tiempo, constituirse a sí mismo como sujeto cognoscente. A este sujeto lo define como “sujeto epistémico” por su búsqueda incesante de conocimientos en el marco de su interacción continua con los objetos del mundo, sean estos físicos, lógico-matemáticos o sociales. 16 Lev Vigotsky (1896-1934) En un momento en la historia de la psicología pensar por el valor de su obra. Lo es por la brevedad de su vida, que no obstante ello prolífica (en la diversidad), novedosa (en lo conceptual) y de fuerte impacto en influencia en la psicología contemporánea. Su condición de judío en una época que esto implicaba restricciones no menores, la diversidad de su formación y de intereses (psicólogo, abogado, maestro, estudió medicina, se interesó seriamente en las técnicas del arte), junto a la coyuntura histórica (vive en la Rusia pre y post revolucionaria) generaron las condiciones para que formulara los fundamentos de una psicología que retoma algunos de los postulados fundamentales del pensamiento de Marx, punto este en que radica buena parte de la originalidad de su pensamiento. 17 Jerome Bruner (1915-2016) es un psicólogo norteamericano de una impresionante postura, que junto a su obra teórica interviene concretamente en programas sociales en el campo de la educación destinados a niños en situación de desventaja social. En su autobiografía cuenta que nace ciego, y que recién a los dos años, luego de una operación, recupera la vista. Inicialmente podemos ubicarlo dentro del paradigma cognitivo, pues perteneció a este desde su momento fundacional. Integraba un grupo de jóvenes académicos que, luego del 11 de septiembre de 1956, la fecha que se considera simbólicamente el inicio de la “revolución cognitiva”, pega el cartel con la inscripción de “Centro de estudios Cognitivos” en su oficina de la Universidad de Harvard donde trabajaba. ¿A qué se denomina revolución cognitiva? Al momento en el cual las denominadas ciencias y tecnologías de la cognición producen una transformación conceptual y tecnológica que ejerce un impacto de largo plazo en todos los niveles de la sociedad y cuyos intereses se orientan hacia el conocimiento, la información y la comunicación. 18 David Paul Ausubel (1918-2008) publicó sus ideas por primera vez a mitad de los años sesenta, y discrepan claramente con la visión conductista de que el aprendizaje y la enseñanza escolar deben basarse sobre todo en la práctica secuenciada y en la repetición de elementos divididos en pequeñas partes. Para Ausubel, "aprender" es sinónimo de "comprender". Por eso, lo que se comprenda será lo que se aprenderá y recordará mejor: quedará integrado en la estructura de conocimientos. Su aporte fundamental ha consistido en señalar que el aprendizaje debe ser una actividad significativa para la persona que aprende; dicha significatividad está directamente relacionada con la existencia de relaciones entre el conocimiento nuevo y el que ya se posee. 14
Como sea, el sujeto aún cuando no es un dato dado, aún cuando no es un observable, no es tampoco una abstracción metafísica, sino que resulta de una relación recíproca entre él y el mundo en que su subjetividad se despliega en una red de sistemas diversos y coexistentes en los que la sobredeterminación y el azar, la biología y la cultura, lo individual y lo social se anudan de manera tal que producen ese dato histórico que es el sujeto.