caminar ELOGIO De LOS caminos y e La LelTITUD DaVD Le BfeTon
TraDUCCIÓl De VCTOf GOLDSTem
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L Breton,
Dvi Cminr Cminr Elogio de los cmino cmino y de l l letit letit 1 e. Ciudd Ciudd Atónom Atónom de Bueo re Wlhuer Editore 204 92 p 2x13 2x13 cm (Acli) (Acli) Traducido por: Vctor Gldstein ISBN 978-987-27540-5
Sociologia l. Golstein, Vctor, trd C DD30 DD30 fech de cloción 04/08/04
Tito orna, Maher. oge des chemins et de La lenteur ISBN de la edcón orgnal, 978-2864248590 © É dons Méal París 2012 De sa edón, D.R © Waldhuter Edtores 2014 Avda Pvón 2636 (248) Buenos Ares Argenna wadhutreores@fbetel.comar Nuestrs rees soles wahuteredoresbogspot.co wfebookcom/waldhuterdoes htp/wercom/duter_edt usrcón de uerta uerta El camno Bolgra Bolgra © Lda Kalbats http://lbaas.blogspoto Dse e ecón: Fcundo Carrque Dagrmó e ubera e neror Maria Isabel Batt Truón Vícor Golsten Correó ón Herrero fotocopir libros etá penao por la ey Prohibida u vet en otro pase que nti Colombi Prohiid su rproducción ta o rcial por cualquier meio de impreión o iitl en rma idéntic ercaa o modiicda en esaol o en cuaqir oro iioma sin utorizcin epre e eitori mpreo en rnina Hecho el epio que prviene la e
Par Hnina, porque el camino continúa.
Procres1ón
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Poerse e marcHa....................................................
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La cam1aTa como reac1m1eTo
¿Quépuede conocerse del mundo? De nuestro nacimieno a nuestra muerte, ¿qué cantidad de espacio nuestra mirada puede tener la esperanza de abarcar?¿Cuántos centímetros cuaddos del planeta Tierra habrán ocado nuestras suelas? Pc Especies e espacios1
Los años pasan, sigo siendo un viajero.
Basho, De camino a Oku otrs diarios de viaje
Diz años dspués d Elogio del caminar, y no habind o jamás djado d andar, quis rtomar l camino d la escritura para da tstimonio d otras xp riencias , d oros ncutros , d otas lctuas. Esp ro no ptirm más u l caminant u
Sóo a íuo indicaivo, e hecho de ciar un ibro en caseano significa que tiene raducción en uesra enga. Únicamene se darán sus referencias compleas (edioria año ec. ) en Ja úima ae: Com pañeros de ruta. [N de T.] 1
camar. EOGIO ne LOS aos Y oe teTITUD
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aos más tarde vuelve sobre un recorrido que tano le gusó No e s ya totalmente l a misma ersoa ncluso ve en é l otra cosa Y ade más el mismo asaje a cambia do La rogre sión será sin duda diferente , anque el espriu de Elogo del caminar permanece He querido retomar senderos antao rcorrido s, volver a ler obras que había amado siendo y no sindo ya toalmen l mismo hombre . Esos di z úlimos años asados como e n un soplo la caminaa no ha dej ado de adquirir ampliud, d ocar una población creciene En ade lante, por los senderos es usual cruzarse con oros sende ristas que aban partido por el da o or un ase o de algunas horas S voía mperoso el deseo de reomar conacto con el cami no de la escriura ara volver a ablar del júbilo de caminar. El espíriu de divagación si emre es ial de sobe rano y la página n blanco prolonga agradablemene el sen dro baj o los pasos En Elogo del caminar evoqué es a umanidad senada e inmóvil que oy nos caraceriza el hecho para canidad de nuestros conemoráne os, de asar de su cama a su auo y a su oficina antes de volver a sentarse ante la teleisión llegada la noce Cuero sueruo supernumerario molesto (Le Breton, zou), ero que es llamado al orden or l senimieno de malsar d sr ueso entre arénesis de esa manera Pueso que la con dición humana es una condición corporal, un ejercicio relar de compensación se impone corriendo o caminando incan sablemene s obe las cinas de j ogging escucando l a misma música qu en su auto o en sus deslaami eno s urbanos , o mirando la elevisión juiciosamente ubicada Semejante ac tividad es un exorcismo de la caminata y una manera uiliaria
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oavw Le Breon
de gastar energía sin tener que enfrenterse con el rie sgo del encuenro o de deubrir paisaje s de belleza otal En el salón del gimnasio o en su casa, a resardo de toda sorpresa, el indi viduo satisface entonces una higiene t eniendo la garanía de que sus cosumbres sedetarias serán mantenidas A girar en su pecera, se libera dl miedo al río Por lo que a mí respeca dice Steveson, viajo o para ir a alga pare sio para caminar Viajo por el placer de viajar Lo importante es moverse , experimentar más de cerca las necesidades y las molestias de la vida, abandonar la cama mullida de la civiización , se ntir bajo mis pies el granio terrestre y los sílex dispersos co sus cortantes" ( 1 978 , 76) . La caminata es el ugar de una ética ele metal a la altura del hombre Ho mbres y muj eres se cruzan y est án de e ntrada en un reconocimiento esencial unos de otros, se saludan, i ntercambian un a sonrisa, una observació , informacione s sobre el sendero o su destino, responden a los informes requerido s por aquellos que se exraviaron La caminata es un universo de la reciprocidad El albere, el café prolongan e ocasio es el encue ntro bosquejado aluas horas ates Tomar los ataj os equivale a dejar a sus espaldas u mundo de competencia, de desprecio , de falta de compromiso , de velocidad, de comuni cación en provecho de un mundo de la amistad , del habla, de la solidaridad Retorno a las uentes de una humanidad común dond e el otr o no es ya un adversario sino un ho bre o una muj er de quien uno se si ente solidario Método tranquilo de volver a se ntir el encanto de la duración y del espacio de la exstencia, la camata exige salir de su casa, de los caminos trillados donde a veces se disipa el gsto de camar. ELOGO De LOS amos y DC L LCiTITUD
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vivir Rcorrr los sndros o las ruas , rcorrr los bosqus o las monañas , rpar las colinas para nr l placr d volvr a bajarlas, al impo qu s p rmanc a la alura dl hombr, nrgado únicamn a sus mdios físicos, inroduc a la sn sación coninua d uno y dl mundo Anacrónico n l mundo co nmporán o , qu privilgia la vlocidad , la uilid ad , l rndimino, la ficacia, la caminaa s un aco d rsisncia qu privilgia la lniud, la disponibilidad, la convrsación, l silncio , la curiosidad, la amisad, lo i núil, oros anos valo rs dcididamn opusos a las snsibilidads nolibrals qu ahoa con dicionan nusas vidas. Tomars su impo s una subvrsió n d lo coidiano , así como la larga inmsió n n un a inrioridad qu parc un abismo para canidad d conmporános n una socidad dl look, d la imagn , d la aparincia, qu ya no habitan más qu la suprfic i d llos mismos y la co nvirtn n su única profundidad El caminan s un hombr o una muj r dl pasaj , dl in alo , va d un lugar al oro, a la vz aura y adnro , ajno y familiar. No oma los caminos comuns do nd pasan los auos s ino los aaj os , los s ndros , los lugars dstin ados a la gratuidad, aqullos qu no sán lgiimados por ninguna funcionalidad. Nada d lo qu s humano l s ajno Sus prn ncias son múlipls , sán hcas d i nnumrabls paisaj s, d lugars, d ciudads, d barrios a los qu ninguna fronra ud encrrar. Esán hchas d rcudos , d m po radas, d rostros implican od os los lugars dond s ha rco nocido , dond s ha snido una hospialidad , así ura dl bosqu , dl dsiro, d la monaña, dl lioal M zclan gografías divrsas d las qu no qurría susrar ninna
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navrn Le areTon
a caminata, sobre todo si dra semanas o meses, es un largo ri to de iniciación cuyo movimiento impusado en las tas nunca más debe cesar: Ideas qe no albergaría sin razón te abando nan; otras, po r el contrario, se ajstan y se hacen a ti como las piedras del torrente. Ningna necesidad de i ntervenir; la ruta trabaa para ti. Uno desearía que se extienda así dispensando sus benos oficios, no solo hasta la extremidad de la India sino más eos todavía, hasta la muerte " (Bouvier, 1 99 2 49) . La ruta es universidad po rque es universalidad, no se contenta con di dir un saber sino taién una filosofía de existencia apta p ara plir el espíritu y llevarlo siempre a la humildad y a a soberaía del camino. Es e sitio donde deshacerse de los esquemas co vencionaes de apropiación del mundo para estar a acecho de lo inesperado, deconstrir ss certidumbres más que arraiarse en ellas. Es n estado de alerta permanente para los setido s y la inteliencia, la apertura a una multitud de sensacioes . L vista unca es para el caminante el sentido filosóc de la istacia, i aqu de abraz, de la prosió de los setis. sabe e poer os s, a t punto se a a mil otras percepcies que o son ya solamet visales.
camar. ELOGIO n e ws amos Y n e i LeT1Tu
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ESTTuTo ne L cam1aTa
La caminata a menudo está asociada a la libe rtad, a la sa lud, a la tranquilidad, al sol, a la lz, pero , como lo recuerda J. Lacarrire , en otros tiempo s las asocia ciones alrede dor de la caminata habrían po di do ser muy diferentes . Porque caminata po dría evocar tanto lluvia, temp estad, sdor, fatiga, ampollas, callos en los pie s , esguince, caída, deslizamiento , hundimieno . Pero al parecer estas últimas asociaciones que habrían sido comunes en los siglos precede ntes hoy ya no vienen a la mente" (1 977, 6 1 ) Por supuesto, no siempre se lo elige, ya que a menudo j óvenes errantes (Le Breton , � 0 07) , gente sin techo , vagabndos , reducidos a su cuerpo, a menudo se ven obligados a desplazarse a pie . Del mismo modo las polaciones que huyen de los combates durante conictos ar mados o los clandestinos que tratan de ranquear una rontera terrestre burlando los controles. Si es impuesta, la caminata es más bien signo de miseria o de prueba pe rsonal. En la mayor parte del mundo , miles de millone s de hombr es y muj eres sigen despándose a pie p ara llegar a su campo, a su traajo o a visitar a sus alegados. No tienen los mei os para tomar los transpo rtes colectivos. A veces el erreno no ue ac ondic io nado para desplaamientos motorizados, y solo los cabalos, lo s asnos, los camelos u otros animales están en condi ciones de pasar. En esos lugares incontables, el desplazamieno sie estando arraigado en el cuerpo, e implica camina r. 16
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Durante argo tiempo a camiata e e único medio de oco moción. Nunca pensé tanto, existí tanto, v tanto, i tanto yo, si me atrevo a expresaro así, como en aqueos [caminos] que hice solo y a pie [ . Dspongo como amo de a naturaleza to da; mi corazón, vagando de objeto e n objeto, se une, se identiica con aquelos que o haagan, se rodea de imágenes encantado ras, se eraga con sentimientos deiciosos" (Rousseau, 1 97� �4 �48) . También Victor Hugo haba de su júbilo de caminar: Nad a, e n mi opin ión , es ta encantador como esa manera de viajar a pie, uno se pe rtenece a sí mismo , es ibre , está dichos o; uno se erenta en s totaidad y por completo a los incide ntes de a ruta, a a posada donde amuerza, a árbol donde se resarda, a a igesia donde se recoge Uno parte, se detie ne , vueve a partir; nada moesta, nad a retien e Un o va y sueña con o qu e tiene por deante. La caminata acna a ensoñació ; a ensoñación vea a fatiga. La beeza de paisaj e ocuta a ongitud de camino [ . cada paso que uno da se e ocurre una idea. Parecería que no sie nte enjambres que hacen eclosón y qe zumban en su cerebro" ( 1906, 154) . En e tiempo de compañonazgo, ta como lo relata A Perdigier, en a primera parte del siglo xix, o s aprendices caminan por to da Francia para anar su rmación . Se despazan esencialmente pie, aunque en ocasiones tomen as diigencias o os cana es . Viajar a pie, ego en barco , mezcarse a aqueos, uego estos; experimentar contrariedades, miserias, más tarde gradabes sorpresas , i nstantes de aegría: nada tan dulce, tan encantador Ochenta eas recorridas d e tal manera es ago : e s o es i mpo rtante en la vida. M i l leas atravesadas e n iligencia o errocarri, encerrado en una suerte de caabozo .
cmar. ELOGIO o e LOS cams Y oe r LenTuo
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de dode no se puede salir de donde nada se puede ver o es nada absolutamente nada ni siquiera deja huellas. Así pues ¡vivan los viaj es a pie y en total libertad! " (Perdiier 1 9 6 4, 14 0) Todos van a su trabajo a pie por las rutas . A co ienzos del siglo x, Herman Hesse escribe a su vez: E su juventud cualquiera que haya recorrido u poco de camino a pie sin dinero ni equipaje conoce perfectamente estas impresiones No se puede olvidar ua noche pasada en u campo de tréboles o e el heo recié cortado co n un pedazo de pa y queso que ue a pedir a u chalet aislado la llegada inopinada a un alberge donde se celera un casamiento pueblerino al que tambié lo ivita" (�oo�. 36) Cuado los dos huéraos André 1 4 años y su herao Juie 7 años iicia su elta a Fracia para reuirse co u ío e Marsella e 1 87 1 , dejan a pie Phalsbourg e la Lorea ocuada por los prusiaos Responde as a las úlias vol taes de su padre de seguir siendo hijos de Fracia" (Buo 1 9 17 , 1 0, recorren el país la ayoría de las veces caiado dado ocasió al autor de la obra e suiistrar iuerables leccioes de eograa e histoia e ooa de istrucció cívica ec Ua eucació a la ala el hobre e la Fracia de ies del siglo xix y coiezos del x, eectuada or intermedio de dos iños a los que nadie se asombra e ver así e las utas
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El Tour de Fance era ua istitució e areizaje y rmació, y cosistía e erilo qe hacía el asirate a com pa g non or istitos ugares e Fracia, oe era recibio por los maestros e s oficio qe le trasmita ss coocimietos y exeriencia. [N. del T]
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Este ibrito que desc ribe e vagabundeo estud ios o se guirá siendo un inmens o éxito en as escueas france sas . A sair de Phasbourg a primera noche de su fuga os dos niños egan a a granja de É tienne , el que hace zueco s amigo de su padre que en esa ocasi ón se entera de a muerte de este ú timo tras su caíd a de un andami o. Les da hospitaidad a a mañana siiente, para que os dos niños sean con siderados como niños honestos no vagabundos sin fmiia ni hogar redacta un ce rtificado : D o fe de que e j oven André Voden trabajó conmigo dieciocho meses enteros sin que haa tenido un soo motivo de queja. Es un muchacho honesto , trabajador e inteigente: esto dispuesto a dar todos los informes que se requieran de é [ ] " (13) E camino de Stevenson con su asno en as Cevenas nos recuerda hasta qué punto en esa época os caminos están enos de itinerantes. Stevenson se cruza con pastores campesinos porteadores , vagabundos. El campesino camina con zuecos que hacen pesados sus pasos , junto al animal enjamado aco mpaña a s rebaño va a buscar aa con una jarra. Las utas etán lenas de temporeros de sieros, de estañadores de compradores de pieles de conejo, de deshoinadores de traperos que van a pie de adea en puebo. Pero con el correr de os años se even cada vez más raros. E itinerante se transfrma en un individuo sospechoso, sin famiia ni hoga expuesto a la sospecha de os sedentarios de la poicía. En 191�. C. Péuy caminando por a Be au ce hasta N otre Dame de Chartres tras la muerte de un amigo, o experimenta: Bajamos a costa de Limours / Encontramos tres o cuatro gendarmes qe nos miaron, no sin aarma / Consultar los postes indicadores en las .
camar. ELOGIO e OS am os Y 1.enruo
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encrucijadas " . En esa éoca, sin embargo , as rutas son muy frecuentadas, ero os desconocidos so n contemados con nquieud y expuestos a a vigiancia E joven Laurie Lee, 19 aos, que camina a través de a Esaa de 1 935 en víseras de a uerra civi , es consi derado como más sosechos o todavía: H abía asado a ie or uebos miserabes donde, en e vien t o y e polvo, mutitudes d e nios me habían acomaado a lo argo de as caes. Los sacerdotes y las muj eres se ersgnaban en cuanto me veían" (Lee , 1 994 75). En Franci a, viaj ar a ie se vovió insóito en os aos cincuen ta, y sobre todo a fines d e os aos sesenta, cuando comienzan a generalzarse os autos o os cicomotores os itinerantes ahora están motorizad os En os uebos había ugares don de aojar a a gente de aso ero que en rnciio ya eran co nocidos por os ueberinos o identificados en un trabaj o muy esecífico. Ya en os años sete nta, fuera de escasos hotees, salas de presbiterio o casas de jóvenes, casi no existe otra cosa y el caminante ocaso na a menudo debe conformarse co n aguna ganja o e camo raso si e tiempo es proicio En 1 97 1 J Lacarrire, e n su camino de Saverne, en os osgos, hasta eucate, cerca del M editerráneo , con frecuencia está so lo en as rutas o os senderos. Vagabundo , hombre si n familia ni hogar, soamente de aso, a cabo de a ruta encuentra una enorme soiaridad y amistad, ero a veces siene a hostii ad, a desco nfianza a su resecto. Se asombra de la soedad de os bosques , done nunca se cruza con aseantes , inc uso en peno mes de agost, ni siquiera recoectores de hongos Un día e n que pregunta su camino a un camesin o, el hombre e esponde: ¿ El camino del Bois Viliers? Pero ya nadie lo toma ªº
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D3VID LC B reTon
nunca Nad ie va a esos bo sques Y si se r ompe una pie rna , ¿quién irá a buscarlo? " ( 1 977, 1 27) . Caminar por caminar no tiene sentido , a veces uno va a pie pero por razones utilitarias, no por placer. La misma experiencia ambivalente, en 1 977 , para P Barret y J. N Gurgand cuano toman el camin o de Compostela So n tan insólit os en el paisaje que los niños en varias op ortunidades los to an por paracaidistas que cayeron por error en esos lugares a causa de sus mochilas (1 999, 270) Y su presencia es a tal punto sopechosa para las p oblaci ones locale s que so n denunciados y controlados en nueve ocasio nes en quince días por gendarmes (276) . A comienzos de los años noventa, cuando L M ouinot camna a lo largo de mil quinientos kilómetros desde Golo Juan a Ploudalmezeau, no se cruza con nadie . A la pregunta: ¿Se encontró con otros caminantes ? ' me gustaría responder que no, de no se r que el Lot , hace alnos años, me había ofrecido a Daniele, que se convirió e n una amiga Si co ntamos un caminante cada mil kilómetros, c on seridad es muy poco" (Moutinot, 1 99 2 1 8) . El estatuto d e la caminata cambó eno rmemente e n unos teinta años Ir a pie , entregao soamente a su cuerpo y su oluntad, es un anacronismo en un tiempo de veoci dad, de lgor, d e eficacia, d e rendimiento, de utilitasmo . Así , caminar en nuestros días y sobre to do en nuestros días de cía J Lacarrir e, no es volver a los tiempos neolítico s, sino más bien ser profeta" ( 1 977, 20 2) . É l es uno de los primeos que ecuperó el sto de hacerlo . os caminos de Comp ostela se an co nvertido en algunos años en lugares muy frecuentados y dotados de una organización meticulosa uy lejos estamos de os viej os caminos, mal acondicionados, mal señazados, con camar. ELOGIO De LOS amo s Y De U LenTIUD
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una oblación desconfiada hacia esa gene de paso que llevan s mochila que eran los i onero s de su renacim ie no en los años seena. Aquellos que inenan enonces reconsiuir P Barre y J N Grgand desaarecieron b aj o las amaolas [ . . ] los caminos esán asfalados o ya no exisen. Diez veces uvimos que pasar alambrados elécricos o de púas al cabo de senderos que se coraban en seco" ( 1 9 9 9 , 277) . En los aos ochena se asise a na reo rganización meódica de ellos , en 1 983 se cr ea la rimera asociación de Saniago de Co mosela, que se rá seuida or mchas oras En los ao s novena los caminos de Comosela levanan elo ( Dey, 20 02) En la acualida d, la caminaa se imone como una acividad esenc ial de hallazgos con el cuerpo , con los otros . lí do nde exisen, incluso en los pueblos, so n raros los sindicaos de iniciaiva que no roonen un reerorio de cam ino s bien sealizado s ara el descubrimieno de la cid ad o de ss alreded ores . Los imaginarios c onemoráneos de la cami naa so n felic e, remien más bie n al esarcim ieno , a la disonibilidad. .
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aVD Le sreTon
Po ne rse e n marcHa
La camnata es ante todo la evdenca del mundo , se nscrbe en la línea de los movmentos de lo cotdano como un acto naural y transparente A menos que supere sus recursos físcos e nduzca a la fatga o la molesta en caso de herdas , no nterrumpe la organcda que nos haa, prolonga el cue rpo haca su entorno sn eserzo Es omo una respracón, uno no p erce que es parte del cuerpo sno en los únos momentos en que se vueve dfícl pone r un pe elante del otro a causa de un problema de salu o e un a hera Camnar uye manera natural, es e aga que se mezcla on el aga, pero cuano deja e ser pos ble oda la exstenca vaca Con el correr de a va, se sumerge en un unverso famlar y necesaro , y sn eargo nunca el msmo Como lo esrbe R. Solnit , a hstora de la camnata es la hstora de todo el mundo" (�� 1 1) Incluso cuando solcta una experenca múltple sen el estado de ánmo , la presenca o no d e los otros, las estacones o la naturaza e terreno, la camnaa es una aper tura al mundo qu e nvta a a humlda y a a p ercep ó n áva del nstante . Restaura a mensón físa e la reacón on el medo amente y lleva a ndvduo a sentm ento e su exs tenca Proporcona una dstanca propca con las osas, una dsponblda a las crcunstancas , sume en una frma actva de medtacó n, solcta una sensoradad plena Camnar es caar. EWGIO ne LOS amos Y n e L inTID
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un largo viaje a cielo abrto y al aire libre del mundo en la disonibilidad a lo que viene A comienzo conviene buscar un oco su ritmo; la alegría hace ligero el aso ero con el correr del camino la fatiga se hace sentir suavemente si uno no va a la velocidad adecuada La distancia no existe todavía dice V Segalen. N o basta con caminar uno quiere correr [ ] , uno saltaría a derecha e izquierda de buena gana A cabo de cierta cantidad de horas semejantes la veocidad cambia: uno recooce que es indis ensle arender a caminar largo timo y derecho" (983, �3) La cami nata enseña a enc ontrar e ritmo que conviene a cada uno su resiración ersonal . Da una línea e orie ntación . La caminata libera de las coercioes d e ide ntidad . Fuera de la trama familiar de lo socia l ya no es necesario sosten er el eso de su cara de su nombre de su ersona de su estatuto social Conduce a deshacerse en ocasiones de la carga de ser uno mismo rlaja las resiones que esan sobre los hombros las tensiones igadas a las resonsabilidades sociaes e indivi duales. El caminante deja caer las eventuales máscaras porque nadie esera de él que sea un ersonaj e en los send ero s. Es anónimo sin otro comromiso que el instante veni dero y de cuya naturaleza él deci de . Para una duración más o menos larga el caminant cambia su existenc ia y su relaci ón con los otr os y con el mundo es un des con ocido en la ruta o lo senderos no est á ya envarado n su stado civi su condición social sus responsabilidades ara con los otros. Exeriencia rovisional de i ngravidez de las exigencias de la vida colectiva Camiar equivale a pedir licencia de su historia y a abando narse a las soicitaciones del camino . �
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Lejos de as rutnas de o cotdano, recrrr a bosque, a a ontaña, a as uta utass o a os se nderos es e s una un a bea be a escapada para recuperar recuperar e aento , afiar afiar os sentido s , renovar renovar a curiosda d conocer oentos exce excepc pc onaes S S uno se e ntrega a os ga gares, res, eos tab tab én se entrega, entrega, con prodgadad prodgadad . Por supesto supesto , e cainante cainante no ve sino o que a estaba en é, pero pe ro e hacían fata fata esas esas con dico nes de d sponibidad spo nibidad para abrr os oj os acceder a otras capas capas de o rea rea Sin re ceptvidad ceptvidad intero r, s n una transparenc transparenc a a espac o y a a gen gen io d e os uga ugares, res, na da se hace hace , e canante canante sgue sgue su caino deja ndo tras tras é a posb idad que o supo percbr percbr.. E do sepre es reciprocd reciprocdad, ad, ncuso ncuso para un pasaj pasaj e , fren frente te a a ás beo de os sen deros, dero s, s e canante carece de a vountad vountad de hacerse cargo de é, nada verá. E descubrento de entorno pede hacerse en e n ugares ugares gr grando andosos sos o anod nos , hasta os es paci os ás habtuae habtuaess en o casiones rev revean ser ine sperados abren canos de se ntid o. Toda cainata, ncuso ncuso en e barro ve cn o, p rovoca rovoca sorpresa, nada nunca nunca es es dado a canante canante , é siepre si epre va po r deate deate de sí is mo en a ignoranc ignorancaa de a pro is ón de eor a que que acumu acumuaa durante durante e e camino . Durante e tepo d e una conn ivenca sensua, camnar camnar es habitar e instante no ver e undo á s aá aá de la hor a venidera venide ra a cainata es a veces veces arg argo te te po esperada e n u n epeo de i e po po saturado co o una evasi evasión ón uera uera de os i pe ratvos e a vda soci a. Suscita a exa exatación tación de s entirse finaete finaete ispon is ponbe be para sí miso , y eventuaente eventuaente para os otro s , si e l canante canante esá con aeg aegados. ados . Hazitt haba de s emoc ón , uy deos de ostrat tratva va para pa ra un i ngé ngés, s, cando o ga ga escapar es capar a as aeas que que o requieren. requieren. " Río , corro, canto de aleg alegría ría Desde o amar. ELOCIO oe LOS camos Y oe r LenTuo
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ato de de esa e sa nube hincada, hincad a, alá, alá , me sumerjo en mi ser pasado pas ado para quedarme quedarme atónito , como e indio con a pie quemada se anza de d e cabeza c abeza en a o a que o vue vueve ve a levar a su riber rib eraa nt nta a (Hazit, 1994. 67). Por supues o , en ocasio oca siones nes desg de sgrana rana e e aburrimiento aburrimie nto a lo lo argo argo de las horas , a causa causa de la monoonía monoon ía del del paisa pais aj e , de de calor calo r o el frío o el estado est ado de ánimo áni mo del caminane caminan e que ese ese día dí a lo lo velv velvee indispo indis ponible nible al insane. insane. Pero Pero el aburrimiento aburrimiento es tami tamié é una volupt voluptuosi uosidad dad ranquia, un retiro provisi provisi onal era de frene frene sí ordinario que deja despro desp rovisto visto y asombrado, asombrado , con co n las manos vacías vacías,, llena la cabeza d e iempo y con na vag vagaa culpabiidad de o estar raa raajj ando Aurrirs Aurrirsee es u are que s e apen de usándolo usándol o Caiar induce poco a poco a una suere suere ddee trance, ua dulce fatiga fatiga impregna imp regna los músculos músculo s y ibe i bera ra el el áni án ioo , qque ue no está ya sometido somet ido a a umia umia de las las preo cupacion cupacion es. es . De Después spués de algunas algunas horas hora s de eserzo eserzo , os movimientos movimientos se deslizan co mo a durac ión ió n , como co mo uy uyee el ag agaa e e le lecho cho del río , en una suee e evide evidenci ncia. a. La onciencia se ha ha apliado apliado , desarrola una lucidez lucidez aerca de la progresión, progresión, de ls i idenes pos ibles de recorr recorrid ido o E pensamieno pens amieno foante foante que nace de la cami nata nata está libeado lib eado de as coercion co erciones es de d e razonamien razonamieno o,, va y viene , arraig arraigado ado en e n a sensoriaida sensor iaidad, d, el instane instane que que pasa. Caminar es una po podadura dadura de os os p ensamienos de masiado pesado s que imp iden ide n vivir vivir po su peso de inquietud. " M is pensamient os duermen si po o s dej dej o en sosiego sosiego . Mi espíritu espíritu no no avanz avanzaa si las piernas no lo agian, agian, decía de cía ontaigne ontaigne en os Ensayos. R Waser haba de hasta hasta qué punto recorrer as a s calles calles o los se nder nd eros os le resuta mue rto y indispensabe para escribir: "Sin "S in e paseo habría habría muerto il
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e habría visto visto obligado desde hace tiepo a abandoar aban doar i oficio oficio , qe ao apasionadaen apasionadaente te Sin paseos y recolecció de hechos sería i ncapaz de escribir escribi r el enor eno r i nfore nfore , i cho cho enos en os n aí aí co, o , para o hablar hablar de escrib e scribii r na na nouvelle" (Walser (Walser,, 1 9 87 , 75 75) Roussea a endo haló haló de s aspiac asp iació ió a la soledad soled ad de los sederos se deros " Caiar tiene tien e algo algo qe ania y esila esila is ideas : casi c asi o pedo pensar cando pe ranez co e el el lga lga;; es precis p recisoo qe qe i cepo esté e n ovi ovi ie no para po ele ele i i espírit. La vista del capo , la sces sces ión de los aspectos agrada agradables, bles, el aire libre libre , el ben apetito, la buena sald qe coqisto cai nand o, la lib ertad de de la taber na, na , el aea aea iento de todo canto e hace hace senir senir i de pede ncia, de odo canto canto e ecerda ecerda i sit sitació, ació, odo eso libea i ala, e da d a na na ay ayor or audacia para pe pensa nsa,, de ala aea e arroa arroa a la la inensidad inen sidad de los seres para coinarlo s, es cogerlo cogerlos, s, apropiárelos a i caprich caprichoo sin si n olestias ni teor Dispongo Dis pongo coo ao de la natr natrale aleza za toda; tod a; i corazón, corazón , vag vaga n do de obeo en e n ob ob eto, se ne, se ide ide ifca ifca co aqello aqelloss qe l o haag haagan an,, se s e rodea de iá i ágenes genes encantadoras encantadoras , se ebriaga ebriaga con co n setiien setiie nos deliciosos (Rossea, (Rossea, 1 97� �48) La cainata es la pesta pesta en arc archa ha del pensaiento " Quedarse se ntado l o enos posible ; o coceder cocede r crédito crédi to a ingún ingún pensaie pens aie n to q e no haya haya nacido al aire lib re y q e no se ueva ueva co n bertad, bertad, don de los úsc úsclo loss no fest festeje eje n del msmo o do Todos lo s prej prej icios viene n de las tripas; tripas; calentar calentar la silla y ya er dadero p ecado contr co ntraa el el espírit esp írit sao lo he dicho es el verdadero Nietzsc Nietzsche, he, 1 971 , 4�) os pe nsaientos alientados por la cainata cainata están sid sidos os n el coso c ososs , s on "la " la itad del celo c elo dice Vir Virginia ginia Woolf; oolf; camr. ELOGO DC LOS caminos y D C L LfTIUD
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si se os pudiera someter a un anáisis químico , aí enco n traríamos granos de coor y itros, voúmenes de aire ; o cua os torna inmediatamente más aéreo s y más i mpersoaes " (�3 ) Pero a caidad de pensamiento mientras se camina depende también de as circunstancias, a veces el caor, a atiga, e ritmo sumen en una suerte de trance e inducen más bi en un a especie de b orradura de sí mismo en provecho de u a sen sac ión de mundo más ísica, muscular Intuitivamente , cada uno busca su ritmo para relexionar u ovidarse un momento La entitud es más propicia a a reexión , a menudo tambi én e hecho de estar de a dos en una conversación apacie do nde nada viene a disipar la aención a otro porque hasta a preocu pacó de os paisajes termina por partcipar de inercamb o U a camnata se inscribe en os múscuos, a pie , es ísc a rete a a condición corpora que es a de o humano M aera de recupe rar a inancia en el júbi o de esuerzo, de a te nacdad, de juego Como un niño que ju ega y desaparece en su acción, el caminante se disueve en su avance recupera sensacio nes , emociones eementaes que e sedentarismo de nuestras soci edades ha veto escasas Sentir e trabajo de os múscuos, el sudor, es ambié sentirse vivo y más allá, de manera más prosaica, p ensar en e pacer de pro nto reposo , de apetito que amenta a acercarse a posada o e ato a bo rde de camin o Esta atiga o es impuesta por las circunstancias, rma parte de juego Poco impo rta hacia qué caminábamos desde esta maaa s, a detenernos en esta etapa, tomamos conciencia, habieo empleado e vigor y os múscuos, de ha ber caminado bien tdo e día" " (Segaen, 1 98 3, �) . E gasto físico e s júbilo porque no es obigado sino que ubrica una 28
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bea jornada de descubrimientos, de recuerdos deslumbran te s; uno se abandona con delicia a una fatiga que gratifica el cuerpo y e paisaj e . El caminante es su propio capataz, recurre soamente a su cuerpo y a sus recursos físicos para progresar, sin otra energía que su deseo y su vountad de evar a cabo un recorrido hasta su término La satisfacción es tanto mayor por hecho de no debera más que a sí mismo. A cabo de eserzo si empre está e repos o, e hambre canina de as comidas o e sabor de las bebidas, la eicidad de ato nocturno , la ducha o e baño que prepara el renacimiento . En modo ano es necesa rio teer un obj etivo para cami ar, aunque a veces hace falta un pretexto para ponerse en movimi ento Para agunos sen deristas, segir u recorrido señaizado haci a a Roche du Corbeau, a Vierge de a Grotte o a ete Marie, reco rrer el sentido de os Douanirs o cami ar hacia Santiago de Compostea de ningún modo impica n objetivo en e sentido utiitario de la paabra Generamente , el término de a caminata no es más grandioso que las diere ntes etapas del recorrid o, de no ser un poco vago el hio conductor Lo ctunte, justamente, autoriza la puesta en movimiento . Lo que es importante e a caminata no es su punto de legada sino lo que en ela se j uega en todo momento, as s ensaciones, los encuentros , a interioridad, a disponibiidad, e pacer de agabundear , muy simplemente existir, y sentirlo . Ella se ence ntra o más lejos posible de los imperatios contempo áneos donde to da actividad de be ser provechos a, rentable. Pero justamente un caminante no tiee na da que ver con el provecho, soamente pretende compartir un momento de p leitud con os otros o solo con e paisaj e, e n un gasto que camar. ELOGIO De LOS a os Y De t 1.enTITUD
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o spra ada a cabi o La caiata s iúi, co o odas as acividades secias Superua y grauia , o co duc a ada d o sr a sí iso ras iuerabs svos Nuca sá subordi ada a u obj etivo sio a ua ici ó, a d rcuprar su aieto , u poco d igereza, uas gaas d sair d su casa El dstio o es ás que u prxo, ir aá ás qu a otra pa , pro la próxia vz será a otra par ás qu aá E s sido , a caiaa s a irrupció d ugo a vida coidaa, ua acividad cosagrada soa a pasa r aguas horas d paz as de vovr a casa co ua p rovsió d iás, d soidos, d sabors, de curos Posibl, uo o se s ie uca soo ua arga caiaa soi aria , y a a ivrsa ifiiae soo ua caiaa rupa Nuca coocí u copa ñro que ura a soia coo a soedad " , dcía Thorau E fco , s pu d caar soo e aguos ugars y senirs ucho ás ro dado que u gra buvar, pro so prscias dscras , caurosas, e e peso de u sopo Participa d a sodad, p ro a puba T Guidr caa solo a o argo dl Loi a: ¿ Es ta spaoso pasars u s y dio e compañía d uo iso ? " (�004, 47) . Evoqué largante en Elogo del ca minar e dbat apasioado re aquos que desea caiar solos y aquelos qu prfire star co os otros Si a sodad es propcia para aos porque xprienta a csidad de ecorarse , de rfxioar, d apaciase ; oros , p or e cotrario , quiere la coplicidad co sus aegados , su compañra o su copaero , sus hijo s, sus aigos Pero e una archa d a dos o ente vaios siepre hay ua ensió entre a aspiració hacia el paisaje y la paabra dirigida a los otros 3o
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Según los momentos de la existencia, el deseo es caminar solo o con allegados , a veces desconocidos . menudo e gusto de a soledad prevaece, por lo menos el de seo de recuperar su aliento unos instantes , leos del lazo social. Reexionar, tomar distancia, conocer un momento e sile cio y de interioridad antes de reanudar laos co n los otros. Me gusta caminar solo dice R Bass. [ . ] Uno piensa en cosas muy distintas. Su propio ritmo , el ritmo mismo del día, no son ya semeantes Caminar solo me da la sensación d e estar e n otra pate' , como separado. Y paticularmente me gusta la manera en que una bella ornada se estira en longitud cuando uno la dispone únicamente para sí" ( 997 , �43) . En diciembre de 933, cuando P. Leigh Fermor dea I nglaterra a los 18 años para irigirse a pie a Constantinopla, dice haberse interrogado un momento sobre e interés o no de partir de a dos : Pero sabía que la empresa debía ser solitaria, y la uptura total. Qería e scribir, reexionar, detenerme o retomar la uta a mi aire , paa obsevar las cosas con una mirada nueva y oír lenguas vírgenes de toda palabra conocida (Leigh Fermor, 1 99 1 , �8) . W H azlitt afirma su eseo de caminar solo porque no desea tener qe debatir acerca de la pertinencia del color de las vacas o de la al ura de os setos co n un interlocutor predispuesto con una idea fija. Pero como buen inglés, a pesar de todo reconoce alnas x cepc iones: Uno se setiría casi sofocado en los desi ertos abia sin amigos ni co mpatriotas: hay que admitir que el ectáculo de Atenas o de la Roma antigua impone que uno se xrese ; y sostengo que las Pirámides son demasiado rmida s para la menor contemplación solitaria" (Hazitt, 199 4, 84) Jcqueline de Romilly a menudo camina con amigos, pero .
caar. EOGIO oe LOS am nos Y oe rnTIUD
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expresa su preferencia por caminatas soitarias: Es tan difíci estar segro de que dos personas se cansarán en e mismo momento, se ensiasmarán en el mismo momento" (�� 78) Ela sabe que pronto , ineludiblemete , se hablará de os pro yectos del trabajo , d e las preocupaciones d e unos y otros e n e olvido del instate y d e los paisaje s P Sansot p refiere a compañía cuando camina e n la ciudad , y aspira a a soedad en el campo , una tercera persona me parecía inúti para reexionar M e hubiera demorado con sus comentarios en a progresión de mi pensamieto y queriendo prevaecer sobre mi amigo , habría perdido de vista la búsqueda de la verdad" (Sansot, �b , 4�) Caminar no es machacar las preo cupacio es p rofes io naes co os mismos interocutores que os de la semana En e extraj ero , cuando estoy con colegas siempre me e scablo para un descubrimiento soitario y no tener qe discuti acerca de os problemas de la universidad como si estviéramos todavía e París o Estrasburgo en vez de abrir os ojos a Tokio o Buenos Aires De mismo modo , no tengo muchas ganas de que me expliquen con pelos y seales la biografía de un general que tie ne una estatua o a razón de ser de un edificio que habré olvidado al minuto siiente El caminante en la ciudad, por ejemplo, rara vez es un hombre o una mujer de los sitios o lo s monumentos, aunque les eche una mirada al pasar y apoye su alfrja para satisfacer el ritual de la contemplac ión; esá más a acecho de sensaciones mínimas, de impresioes fugaces que lo araviesa n en su confrontación con los lugares . Rousseau confiesa a Maesherbes en 17 6� qe los mejores momentos de su existencia no son tanto los de su j ventud como lo s de su 3z
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retiro, esos aseos solitarios qe tanto le interesan Se evanta or la añana y va a contear el sol al fondo de s j ardín La añana transcrre en diversas tareas y se aresra en al orzar ara escaar a los visitantes qe osibleete vengan a verlo or la arde Pero na vez qe odía dar velta i erta esqina, o se onía a lair i corazn, con qé chiso rroeo d e alegría coenzaba a resirar sintién doe salvado , diciéndoe : ' ¡ ee aqí deño de í iso or el resto de la jo rnada! Me dirigía enonces con n andar tranqilo a bscar an lgar salvaj e al bosqe" (en Gros, �0 1 1 15 1 ) A atravesar solo los aisaje s, la iregnain carece de defects y la serenidad es ás total Drante s larga ainata or la rta de la Seda , B Ollivier mliplica los eentros efíeros y no dej a de alabarlos, ro con el correr del tieo esá solo en e caino y entonces a veces se deruba y laenta no oder coartir ss eoci ne s sino o n hésedes d e aso cada dí a diferentes y en na enga aroxiativa: La ayor dificltad de la cainata tal coo yo la ractico es enfrentarse con la soledad" (Ollivier, �0 01 , 47) . E hecho de estar solo , anque ri e con liberad, es en oc asiones na felicidad rovisora L Lee viene aenas de dejar a ss adres , ss heranos y ss heranas, est e n e ier día de n i nenso erilo por Esaa, e ro lo i nvade la risteza: A todo lo largo de esta riera añana y esta ri ra tarde d e soledad e so rrendí eserando qe vendrían e n i ayuda o qe o ndrían alna traba a i royecto Habría d os de asos a is esaldas, una voz, aien de i ilia e me llaaría Nada ocrrió La que deba enfrenta era i ia libertad [. ]. De no ser or is heranos, habría dado ca ar. ELOGJD C Sam osY DC TlUD
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edia vueta: pero no , nunca habría soportado a expre sió n de sus rostros" (1 994 1 9 ) Para camnar hay que abandonar su casa durante horas o semanas , ta vez meses, y dej ar a sus esaldas toda una historia. Cainar es en ocasiones tabién copartr un si ecio y un haba, sobre todo con otros senderstas. La progresi ón tran quila e s pro ca para la conversacón, sin as innuerables socitaciones de a vida cotidiana. La atencón al otro carece de defectos . Uno o escucha, le haba, se cala con él, comparte eo cones y desubrientos . Con e correr de las horas se dic en osas que j aás se hubieran dicho e n otra parte A. Perdiguier, el coañón de la vueta de Francia, cana de Versalles a París con un amigo Están agotados po rque se hallan e n a ruta desde hace más de veinticuatro horas, y d s uyen su esuerzo. De pronto: ¡ Oh, felcidad neserada! Aarece una j oven y lnda señorita que camina det rás de no sotros , uego a lado ¡ Nos haba, nos sonríe y se uestra tan aabe ! Coo nosotros, va a París . Sus pernas so fires , sus coas exibles y ligeras; ¡ sus equeños ies apenas tocan la tierra! [ ] Su eje plo , sus palabras, su amabid ad nos reaniman , nos vueven a evantar el ánimo . la no se nte a fatiga, nosotros ovdamos a nuestra: egamos a París frescos como una echuga Habíamos hecho veintidós euas sin des cansar (Perdiier, 1964) E espíritu de seriedad no es muy conveniente a a aminata. S n ugar a dudas, haen fata agunos utens los para apro vechar ej or e camno . Asociado so bre todo al caino d e Compostea, el bastón es necesar o para agunos caminantes que se talan uno antes de partir o usan el mismo de sempre. .
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J L He ecetra o caiado e las Ceveas tallado e abeto y trabajado en alos lgares Lo abandoará jto a u banco al térino de s viaj e U bastó coo traje se hace e el caio Se ajsta a los oviietos del caiate se adapta a ss necesidades y a ss gustos. Es arco qe alza el cerpo e los ascesos apoyo que lo alivia y lo retiee e os descesos" (He �0 0 8) os pi es s o lo pricipal e efecto; ese e s e l taló de Aqiles El calzado prologa los pie s o lo s pie s prologa el calzado coo e la tela de Magritte ( 937) del Mseo de Rotterda donde los pies está sperados por ceros y cordoe s si qe se sepa ya cál es cál Sobre el polvo de los sederos o e gasta solaente las selas A edo escribe acqes acarrire ocrría de noche e el curso de los prieros ías de esa larga marcha que coteplaba is pies co sobro: co esto me decía, caminaos desde el aaecer e los tiepos homínid os y recorreos la Tierra" ( 1 977 17) i etras ca ia cada vez ás piensa en ss pie s y se le da or soñar e iaginar estacioes de pedicuría deco radas co embleas apropiados : n dedo gordo n gra pie qe señala q ue allí se pede recibir cidados y asaje s Etonces uo dejará la ochila se descalzará y uj eres con aos exertas e iclinará sobre estros órgaos locooto res : ded os, lanta pi e tobillos p atorrillas, uslos" (68 ) Las ca antes o se qedarán atrás porque tabié habrá hobres ara asaj earlas Nuca hay qe laetar la peqeñez d e los es porqe eve el do No so la Tierra e s totali a d s io la posibilidad de recorrerla e todos los se ti do s e da acces o Anqe los pes del hobre o ocue más amar. ELOGIO e LO S c a m i n o s Y e 1enTu
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qe n pedacito de terra, pede caminar por todo e espacio qe eos no ocpan sobre a nmensa Tierra" (Zhangzi) En efecto, a camnata es n contacto de os pes en e sueo y n ritmo de progresió qe mpca estar bien cazado para cam nar ade cadamente y evtar as heridas o a comoddad La misma o bservación hace V. Segaen sobre as rtas d Chin a: Obseo con atecón o más sorprendente encotrarme, e a noche de este día, habiendo partdo de n pnto aejado d ie eas, y egado aqí, dod e escrbo, por e soo eqiibrio de mis dos pies sensbles" (1 98 3, 60) .
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caminos
Para que se dspliegue al infinito e conocimiento del mundo se necesitan los caminos o los senderos memoria talada en la msma t erra huela en las neaduras de sueo de os i nnu merables caminantes que recorrieron os ugares en el curso del iempo una suerte de soldardad de los hombres anudada en el paisaj . El camio une la fia infinita de as generacone s. U camate sigue sempre los pas os de sus inco ables re deesores . A veces hay que busar las huellas dejadas po r los últimos camiantes cuando la hierba y las ramas ya ubrieron el espao uo mismo tiene que paricipar en el trabaj o d mprsi ón del sueo para indcar la vía al sie nte. Los sederos no s empre están bien señalados o so n reconocibles . os recorridos en ocasons se hacen a ojo de buen cubero si e espesor d la vegeacón no lo impde . La huela en e uo ende del número de camiantes que pasaron po r allí. Cada ombre o muje r desde la infncia, deja la marca de su alieto y de sus paso s . El camno es una forma de comunic aci ón o oo en el espac o s no amb én en el tiempo . Alí está la in ft es mal frma de cada camnante , indsc ernibl e. Porque s a humildad de camno m veces recordo : nscribir la uela a tiempo que se la dsmua a la mrada. El caminante siente la erra ba o sus p es en una reacón vva on un recorrido realzado los senidos ab ertos y el cerpo po nibe. Dspe nsa sus puntos de referenca a m edda que camr. ELOGJ e ws camos v o c i i.enT1uo
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aanza para un eventual retorno sobre sus pasos: un árol, un e ñasco, runas, un arroyo o una rama dspuesta en la terra o mejo r todaía un moj ón que llea el testmono d pasajes de mllares de camantes . Para aquelos que está acostubrados a un med o, muchas balzas j alona sus ter aros a manera de un mapa ete, a meudo hchas e reacoes ntr dstntos objetos . El trazado de camo s j a traés e los sgnos dseados qe hay que sabr dscurr El caante está e la sperfc de la rta, o se atarea a lucha de l autoolsta, a eces mortal para él o ara los otros, co un teraro que trata de acabar o más rápdo posble para llegar a destno . os pes que huellan no tenen la agresvdad del neumátco , que aplasta todo lo que se cza por su camio s nn reparo e mprme la herda de su paso . as huellas ejadas or los amales son cas nse nsbles . Los paso s del camate sobre la terra son de u na lgereza fta, u sopo sobr las pe dras, la herba o la neve , o deja ás qu u grao de area, a huella de meora, no una hrda s obre el sue o. Toar sas rtas terrosas coduce a se guir d cerca a la multtud de lo s otros camnates y de las geera coe s anterores a lo largo de una conenca nsble pero real. El cano es ua ccatrz de terra mdo del mudo geta o mneral presa de la ndfereca del pasaje d los hombres . El suelo sacudido p or los nnumerables pasos mpre sos en una ínfma duracón es ua marca de humandad. Más allá del camno est á todo el resto , uera de los camn os trllados, otro uso del mundo, de los anmales, del bosque o de las pe ñascos . En ese examen, allí donde faltan las balzas puestas por los otros, sn huella de anmacón socal, el 38
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caminante tie ne cita con su historia, con su interior ida d. É llega a no levar otro peso más qe el de su mochia Está ai viad de las preocupaciones que hacían pesados sus pasos en los momentos q e precedían su partida Aunque el caminante a menudo sea indiferente a s destino, n camino es na pro posició, p or supuesto na orientación o una direcció n. No es más que un p retexto para la deambuación y el viaj e interio r Un viaje es apertura, tensión hacia un más aá a que cada paso desplaza más lejo s Un caminante nnca llega, sie mpre está de paso Jamás sé demasiado dónde me co ndcrá un camino ni ampoco s i me conducirá a alguna parte E cambi o, estoy seguro de aquelo a lo cual me sustraerá: a un adormecimiento que no es una frma de sabiduría, a la resignació n, al repliee sobre s í mismo ; y a soledad que a veces lo acompaña no iene nada de amargo " (Sansot, � b, 9) A vece s el camin o está apenas trazado , desap arece b aj o la nieve o la vegeación, o e s tierra endurecida por lo s numero sos pasajes, sendero de muleteros qe trepa las colinas o as montaas, vesigio de vías romanas todavía p vimentadas or siio s, por cio nes de viejas rtas abandonadas , rtas fores ales La rta cambió repentinamente de aspecto , a ta musgos a, a ruta muerta que evidentemente nadie tomaba: ¡ ace unos rescientos as que nadie había pasad o por ahí! n cambio, ahora es un send ero vivo e n la ierra. Todos los días se posan pasos por aquí" (Segalen, 1 983 , 98) . Hay una vi d y una muerte de los caminos, y a veces desparecen cuando s tierras se distibuyen de otro modo, cuando los hombres ya no los toman, p riviegiando s rutas sftadas. En ocasiones no cruza fantasmas de caminos Cando viaa en una barca car. ELOGIO e LOS m os Y e i tenITUD
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por e estanqe de Wade n Thorea perc ibe as briznas de una vija pist in dia oa en s ] Tve a so rpresa de descubrir rodeando e estanqe incluso alí donde un es peso bosqe acaba de ser taado sobre los bords un strecho sendero trazado en el fanco escarpado de a coina qe se sivamene sbía y bajaba se crcaba y se alejaba d bord del aga tn viejo probabemente como a presencia de os hom bres aqí gastado po r los p ies d e los cazadores ab orígene s y todavía hoy hoado de tanto en tanto inco nscienemente por los acuales ocupantes de la región" ( 1981) Un cmin o es a la medida de los pasaje s qe e ngndr E bos que las hierbas los arroyos vienen a amenazarlo de manera permanene y no deja d ser reconqistado pra mantener s hea frági sobre el sueo Cad caminante, cada animal aport s contrib ión a es sfro a a ve p rmnne e inse nsib A veces a naturalza s resiste y recpera sus derechos el sendero o sus inmediaciones se cbren d obstáclos A Cingria camina po r la campiña romana y se siente so rprendido p or os aj eros qe salpican el espci o: Son pgrosos pe ro no no está obigado a caer dentro de elos " La empestad de fins de diciembre de 1 99 9 hio irrecono cibe a o s Vosgos co es os in numerabes árboes ab atido s qe drane argo tie mpo fe nece sario pas ar por e ncima o rodear a especho de os ramajes o as zarzas Así desapare cieron sendros bajo la vegetción y la scesión de troncos o ramas Fentes qe inndan l espacio circudnte impide n el acces o a oros Pro nvas vías feron trazadas por os cminantes qe de ín spe os obstácos y de paso en paso, de pasaje n pasa oa vís se abriron en bosqe .
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avrn L e a ren
Un camino radce la tenacidad de los hombres para mantner su avanc. Posee una finalidad qe a menudo s mlograda por las crcunstancias o os lemento s. Vean aqu la ruta nfen tada con la iera, l cantilado amarilo y s s castillos y sus brechas, sus cresas y sus muros . La ruta se vuelve entonces corante , y los pasos que la huellan a incrustan cada vez más prodamente . La ruta desciende hacia la trr. Pero l ds prendimie no de toda una colina la cora Debe sltar a través , y reanudr más lejos La ruta prosie La rua nunca ignora su objtivo" (Segalen , 198 3, 1 05) . Zigzaa entre los obstáclos los gasa con el co rrer del tiempo, atraviesa un arroyo por un vado o gracias a un puñado de piedras juiciosamene dispu s tas o bien s on los caminanes los que pasan p o r encima d los troncos o las uentes qu desbordan, y evitan los maeriales desprendidos Un camino es una línea de vida, una vena d la tierra que alimenta una red intrminable Aunque cada uno lleve a alna pare , cont núan más allá hacia otras utas, otros senderos qe enrelazan la tierra entera. Todo cmino dsm boca en otro camino , n un moviminto sin fin que relacion toda las ruas del mundo , inrrumids solamnt po r los mares o las montaas A veces el mismo sendero paece embriagado y r de mana fantasiosa en lugares que sin embago parecn sin obstáculos. Es una rua semejante la que recorre Nicolas Bouvier en la isla e Aran: " L a, ambién estrcha, azul, brllante d hielo , gira in ton ni son allí donde podrí corrr rectamnt y tom por la ndiene más rte los crros u deb vitr Hac lo u le viene en ganas" ( 13 , 1 1 ) . Contrariament a la uta, el cmi o s un llamado a la lntitud y no a la vlocidad , a la ensoación camar. ELOGIO e ws amos Y oe u Lenru
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y no a a vigiancia, a correeo y no a la tiidad de un recorrido que hay qe cmp i, procra a confianza y no la amenaza re la vía a descbrimiento, a a sorpresa, a a exploración Invia a a ibertad E caminane consrye a veces s progre sión según os incidentes o as aracciones de recorrido segn los acontecimienos qe arcan s avance el magneismo o a desolació n propia de los lugares atravesado s y la geografía interior que raa de alcanzar sin sae r s va a encontrarla ese día Se hace cano al andar [. ] Camnane no hay camino / sino eselas en la mar" recuerda Atono Machado El camno modula el rmo del camnante seún su aspereza o su facildad Y se convere en compañía incansable a través de los descri menos que ofrece y as editaciones qe induce. L ruta lbera el imagnaro a través de o qe se percibe de ella a lo lejos lan za el espírit hacia esa lejanía a medias perceptile pero de la que todavía no se sabe qé sorpresa , acaso delicosa depara Sin duda raramene pero a algunos caminantes no les stan los camnos ya señalizados y preferen i nventar una progre só n que les sea propa Esto ocurrió co n el naralista Doug Peacok especalisa de los grizzlis' Caminando con R Bass y algnos de sus amigos , no deja de apurar el paso É l deesta los senderos. Coo s cada paso que da por no de ellos era una hmilación Tene prisa por dejarlo para desaparecer e n la s malezas, pero todavía no esamos ás que a siee u ocho mil pes y el sendero sige sendo el medo más rápdo de llegar a la cumre " (Bass 1977, 40) .
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Oss grises e gra tamañ de las mo ntañas rcallsas. [N el T.]
oavm Le ren
Se las geografías y la esiura de los lugares , la lí ea rect o sie mpre es la ía más direca E la moaña, por ej emplo , ode la progresió impoe rodea r, bo rdear, e ocasi oes uilizar i cluso sus mao s para alzarse sobr e u obsáculo y pe rmaecer e u iierario apropia do . A eces la cami aa o esá eca sio de de síos de eco de los acci de es de erreo , de los despredimie o s, d e los arroyos o los ríos , la s zarzas o los peasc os ejarse se coiere e la meo r maera e acercarse Toda camiaa, po r ora pare , impoe ese j uego co el espaci o , solo ella pe rmaece , si el idii duo o dispoe i de aballo i de mulo, para fraquear los obsáculos e sederos rocosos, desiales , iacc esibles por oros mei os écios A pie sie mpre es posible ua solució, u ombre p asa casi p or odas pares El iruosismo d e los momieos del cuerpo , su ajuse al medi o e s ua mariz iermiable de aace pese a las dificulade s que a ec es aloa la ua Para el a ero , la ecrucijada o es solamee el cruce d e camios ue coduce acia direccioe s diferee s, a eces implica ua elecció de exisecia, depede de ua oluad de suere que ropieza o o co la adersidad . Pero ambi é es á la osalgia e la rua abadoada de la que o se sab e si o oducía a ua erdad persoal que habría podido moificar el curso de la ida dirigiédolo a un a vía propic ia Deslumbramieo de paisaje , de u ecenro Toda elec ci ó es peligrosa y uca se sabe lo que se gaa o se pierde al decidir omar a la izquierda o a la dereca, ceder a la eació del bosqu e o de la colia La carografía ii erae o es á dada e la uilidad sio en las afidades camar. ELOGIO e ws amo Y e U LenTu
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oc so es so os cprcos d mt oroogí os que borr todo rieve L ve cubre rápdmete os sede ro s y dfcut progresó dumdo os putos de referec, borrdo e cmo y hciédoo discerbe e e etoro Todo se borr e msm bcur U deso cerco gunas horas hora se vueve difíc de acar e mpc muchos medros, arrepetmietos , vaciaioe s, sempre bo e ismo evtori de ieve Cudo ami está perdid o y e caiate eso rietado , resta so ctar a u curos o o a u capesi que trba a e su cmp o , p e r o as iformacoes sepre so caras J . acarrre haba de su mortficaó e vrias op ortuidades uad preguta ua dreccó y e respo de: Es fác , tod de reco Detrás de a secez de frase , de , hay toda ua flos ofía de camo , dos maers opuestas de co ebi r cat S gfca o be todo dereho e s a dir ó , vae dc r, yedo o más posbe e drccó es cgda, o bie prmeciedo sepre e e mso amio , icuso s gra y vueve a girar o vueve para atrás; e tras paabras, cuquera que sea su drecció" (acarri re, 1977. 33). Por o que respecta a rgr de su fiosfía, D sartes adopta e msmo método que sie a os caates para ibrarse de u trce dfíc: I mitado esto a os veros que , a verse extravidos e gú bosque, o debe vagar dado vuetas , ora de u do , ora de otr, i mcho eos deteers e u ugar, s mr sempre lo más recto que pued aca u msmo ado , y o cmbaro por rzos edebes, aque ta vez comiezo o haya sido so e azar el que os aya deci ddo scogero : porque , por se med , si no va justaete
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oavrn Le sreTOn
donde lo desean por o enos llegarán al fn a alguna pr te , do nde a todas lucs estarán ejor que e el edo d e n bosque" (1966 5�) Con frecuencia, a línea recta s aburrda para el cnant, savo en esas crcunstancas donde s e con vierte en e únco recurso cóodo para salr del apuro cuando ya no sabe dóde está. A veces uno se extravía e el bosque y la caída de atarde cer aenaza c on tornar ás diícl todavía e retorno a s endero per ddo Todo cainante posee e recuerdo de avance s in quietantes contra e reloj antes de que caiga la noche y pronto resulte i posbe proseir e n a oscurdad y a araña de a vegetacón. Me acuerdo sobre todo de una larga cainata por e itora de la isa de Santa Catara en Brasi. Habendo partido por a añaa de un hote del b orde de a ruta aejado de ar a causa de as lluvas que abía iudado e cai ás drecto habíaos atravesado u bosque ates de egar a la paya desierta lí habíaos cainado uos q uice kióetros para acanzar un pueblo que dscernías a o lejo s, dode coos un a decosa coda entras aprovechába os c on reguaridad e ar. atardecer tomaos e caio de regreso teniedo cciecia de que no abíaos arcado en absouto el put de etrada en el bosqe . Canaos co un buen paso entras caía a noche. Por lagro encotraos el se ndero de bosque ; con agunos inutos de dierecia nos ubiera costado trabaj o avanzar etre los árboes . Luego n cab o , nos invadió a oscurdad y ue ne cesario adiv nar e estrecho caino e la vegetacón ás qe verlo y avaar etre os recuerdos de a añana, ates d e surgir de proto n a ruta. car. EOGIO De LOS mos y D e L LeTUD
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La cainata no se uega solaente e el espaci o, el tiem po tabié es ovilizado . No se trata ya de la duració d e lo cotidiao ritada por las tareas del día y las costubres sio u tiepo que se estira, vagabudea , se desprede del reloj . Progresió e u tie po iterior, regreso a la iancia o a oetos de la existecia propicios para un retoro sob re sí iso , reeoració que co el correr de la ruta desgraa i ágees d e ua vida, la caiata solicita ua suspe sió eliz del ti epo, ua disponibi lidad para entregarse a iprovisacio es se gún los acotecii etos del recorrido . El cainate es el úico dueño de su tiep o; él ecide acerca e su rito de avance se detiene a su atoj o para obsear u detalle del paisaje o ua uete z abullirse e el aa fresca de u lago o de un río o para pe rder el tiepo en la hie rba obs ervar u cortej o de horigas o se guir la progre si ón tortuosa de ua culebra o de un reptil. Desada el caino porque desea volver a ver de ás cerca un detalle del canal que lo itrigó en el oento si deteerlo se detiee al escu char un rdo e las alezas o para irar a un zorro que pasa co una real indiferencia a alas deceas de etros, acelera para divisar a un ciervo que se deslizó entre la vegetació . El caiante se halla en la alternancia de la observaci ó de lo ienso y lo iúsculo. En Sourates, J acarrire describe sus años de la inacia que pasó en un jardí del Valle del oira o6
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inventariand las flre s, las plantas de su jardín; él de duj o que "le quedó de esa épca l a pasión de ese mund nfim , el dese de cnvertirse un da en 'el geógraf de las ramitas el ceanógraf de ls charcs ( 9 9 0 58 ) Maravillsa definic ión del caminante atent td cuant se cuza en su camin , del paisaje a ls animales, de las flres a ls rí s, y sin escatimar medis p rque a sus s td se elve mtiv de interrgación y de curisidad cm si td recrrid induera un retrn a la infancia y a sus interrgacines infinitas . La caminata c nduce a td s ls sabee s. "U na de las alegrías eales de la caminata es detenerse all dnde la i nspiración se adueña de un, sentase al brde de un arry , en el c razón de un clar en una padera, en una ruta de campiña, escribir as dnde le viene en gana, en medi de la naturaleza nclus en ls cafés (Lacarrire, 977 �34) . El ven Lauie Lee , que acaba de deja a sus padres para dirigise a pie a España pi ensa pime i a Lndres, a cie nt cincuenta kilómets de ah . Pe el dese de ve el mar se apdera de él . "Hacer un de p S uthamptn ci ertamente alargaría mi viaj e e n c ent cincuenta kilómetrs, per era vean y y te na t d el tiem p para m (Lee 1 994 18 ) . Cuand se dispne de su tiemp, ¿qué significa un desv de aluns días; y pr tra parte , ¿l a caminata n e s siempre un desv? Escapada uera del tiemp en un tiemp lentificad , la ca minata n e s una búsqueda de rendimient de l extem e s pnsrizada p r macas cmerciales , es un esfuerz a la medida de ls prpis recurss del caminante . Curiseand a l lag de l s camins y el tiemp , él sl decide acerca de su emple del tiemp . Nada le impide hace una siesta al br de amar. ELOGIO e OS canos Y e enu
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de a ruta o dscutr con sus compañero s. l camnante re n venta caeje o, el hecho de tomarse su temp o. No va ms rápdo que su sombra. Mlan undera lamenta la desaarcón de los trotacalles e nuestras socedades y evoca un p roverbo checo a su respecto : los contemplan ls ventaas de buen Do s " . Tal hombr es fel . n nuestro mundo, e oco se ha tansrmado en desocupacón, lo e es muy dstnto: el deso cupado está frustrado, se aburre, está n constante búsqueda del movmento que e falta" (Kundera, 1995, �) Armacón tranqula de que e tempo solo a uno e pe tenec e. La cam nata bura os mperatvos de veocdad , de rend meno de efcacia, no tene nada que ver con todo eso No co nsste en ganar tempo s n o en pe rderlo con eleganca. No se trata ya de estar tomado por e tempo sno de t oarse su tempo . n esto es ua subversón radcal en una socedad donde te ne erza de ley la terrible frase de Tayor e a s fbricas Ford de los añ os vente , que no soportaba er que los obreros dejaran un solo nstate de trabajar: Guerra a ocio " . l frenesí de la veocdad, del rendmento , apela como reaccó a la voluntad de le ntfcar, de camar el j go . La camnata es una ocupa cón plena del tempo , pero en a lenttud . s una esstenca a esos mperatvos de mundo contmporáneo que r ecortan el sto de vvr. Hoy los bosques, los senderos estn lenos de trotacales que caman a su antoj o, a su paso a su te mpo, conersando aacblemente o medtando sn un propósto d e termnado. Solo la lenttud permte estar a a altra de las cosas y en e rtmo del mundo . Ella es la evdenca de la progresó n, mpca un avance atento, hasta contempatvo, la posb ldad de detenerse para aprovechar un lugar do nde de scansar. s 48
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u oviieo d rspiració. La enitud se suerge e e corazó de eto rno pone a a atura de os s eido s as paricuaridades de rcorrido y propo rcona os edi os para apropiárseas de inediao . Ua arga caiaa s una suspesió de iempo , ua idiferecia a odo cuato o es e recorrido . E e Dolpo , P Maiesse y s u compañero G Scaler igora os acoe ciienos que sacuden al undo, icuso aqueos que agia a sus faiias . Vive u despojaieo absouo, suergidos úicaene e e istae que pasa No eeos ovdades de udo odrno desde fies de sepibre y o sabreos ada de é ates de diciebre; aoa bien poco a poco i s píriu se a acarado , e vieo y e so se desiza e mi cabeza coo en ua capaa. Aunque habeos poco aquí, uca e sieo soo; he erado dero de í iso" (M athiesse 1 983, �3) . E iepo se vueve la edida de cuerpo o ay otra cosa que cada oeo que pasa. La eiud de reco rr do ace de oda caiata ua peregriaci ó . La caiaa es reoro a o eeea: e amaecer, e poiee , a oche la tierra, as pie dras as coias as oañas, e aa, a via, e vieo , ea o s evoca uesra uaidad esecia iersa e u udo que os supera y os aravia o os iquiea .
amar. ELOGIO e ws caos Y e LenlTUD
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E caminante está bajo e cieo abierto de sus geografías ínti mas. E cuerpo es a condció humaa de mundo ese ugar donde e moimento icesante de as cosas se de tiee e n significaciones precisas o e ambietes se metamorfosea e imágene s en sonidos en sabores en oores en texturas en colores e paisaj es etc . Eminetemente sensibe y sensua a caminata es un sentimiento de desconexión de as rutinas sensoriaes (Le Breton ; 7) , a certeza de sorpre derse de manera permaete y de rnoar su s referec ias de sigificaciones y aores a o argo de a ruta. "E iaj e su miistra ocasio es de sacudirse pero no como se creía a ibertad. Más bien hace experimentar ua suerte de reducció n; priado de su marco habitua despojado de sus costumbr es como d e u embalaj e ouminoso e iaj ero s e ecue tra deueto a proporciones más humides. Más abie rto tambié n a a curiosidad a a intuició a echazo (Bouier 1 99 68) . Lej os de o s automatismos propios de u entorno famiiar e iajero está sometido de manera permanete a asombro de er de saborear de tocar de sentir de oí r y de zambuirse incluso en otras dimensiones se soriaes que tiee que ver con percepciones que e era desconocidas. E mundo se da a traés de a prosión de os sentidos. No hay nada en a mete que no haya previamente pasado po r os sen tidos Cada percep cón está en resonancia con otras mi y o 50
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deja de frecerse cm iagtable de prpsicies. U a c tiuidad se auda de maera permaete etre el cuerp del iaj er y la care del mud a gegrafía exterir es sesual iiete ameaza respira sagra se sacude se adrmece es ua seguda care a camiata es slamete mirad a auque la belleza de s lugares se frezca e prfusió es tamié imersió etre las apas de lres s si ds l tácti cuad el seder se efreta de prt c u rí u arry y as mas se abada a la frescura del agua e camiate resiste la tetació de adar e la traspare cia Se ue al sabr del mud cuad la gltería impe u alt al brde del seder p ara recger se las estacies y ls lugares las cerezas las fresas las frambuesas salaje s la s mras ls arádas U trs fruts más cuad u iej jardí cquistad pr la egetació csea tdaía mazas peraes damascs iclus limers araj s e las rillas del Mediterráne Per la fatiga feliz de alguas hras de excursió basta para trar memrable el mer sádwich la mer fuete. " ¡ Cuátas hras pasadas hudiédm e ere ls aj ej s acariciad las ruias itetad ajustar mi respiració a ls suspirs tumultuss de mud ! Sumid etre s lres salajes y ls ccierts de isects s m iets abr ls js y mi crazó a la gradea issteible de ese ciel saturad de calr (Camus 1 959, 53) . La ateció al etr es acerada cm si ls setd s estu viera laads e las rutias de la ida ctidiaa per tamié de sus malestares . Se despliega e ua dimesió iespe rada s sids está cm e u estuche de sileci y u se asmbra de ír c tat brillo ls grits de ls páars caar. ELOGIO e OS amos Y e L LeTITUD
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de os anma s, os rumores de una ente o el ve nto e as ras d os ábos Redscubmento de odo una e le os de a cudad y d udo omnse nte de os autos n esos ugaes preseados abi rtos a progresión soamente por as piernas y e aiento , e msmo pasa e se entrega co asombro . n a ciudad los ojos tropea de anera permanete con os edficos qu cortan toda perspecta, y co s mvimi ets intermabes de los autos de lo s que ay que pre sease prestand atec ón a o que curre cerca de uo msmo En una camata, a u baña el spacio , a bea está en tods partes prque os ojos o son bstacuados por un nivrso fca de edificos y de caes, se unde aca as ci as ls alles, la anura o dsierto , el itora o e cami e u setmto de contnuidad cosgo mismo , e e ce abi rto de mundo. La vigianca ya no est á a a od de día p que gú pe gro aceca a peató, nign autmóv estacado e la vreda que o obga a bajar a la ruta. Una madea d sesciones rebota unas sbre as otras, añ dedo cada ua su ecesidad de presca . La contemplació suspede el tiepo per se agta slamete en a mirada, meca e sid, as ipresies táctles, el sabr de n . udo n e s aar e sus frendas i e viajero e rec i biras. Todo viaj e e s una prgresó a traés de os setdos , ua nvción a la sensaidad . Una muttud de snsac ns dicosas justifc m veces a existenca y sobre todo estar aí e ese mmeno . E don d presenca de os acoteci miets es mes pródgo qe e ambre cana de vaj ero que se eserza pr hacer una grn prosó de as percep co nes cosechadas aqu y aá. a camat es ante td un arte de s
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setdos . La dspobldad al state coduce a sesacoes más vvas más memorables Un camate es u hombr e o a muj que se see apasoadamete vvo uca olvda que la codcó humaa es ate odo ua codcó corporal, y que el goce del mudo es el de la care de ua posb dad de overse de salir d sus rutas
camnar. ELOGIO e to aos Y oc i LenTJTUD
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comer )
El alto para coer es siepre un oento de felicidad, una suerte de recopensa de haber progresado tan bien Significa la apertura de las ochilas para sacar las provisones el pan el agua o el vino, la ceeza, y la instalación sobre la hierba para disipar el are canina que se increentaba con el correr de las horas Cada bocanada posee un sabor eorable El júbilo de la coida depende tabién de la belleza de los lugares donde uno se detene , del sosiego experentado en ese oento en que la fatiga se disipa y en que el apetito se da libre curso Si es un copartir de palabras y de aistad, el aliento e s una suspensión del tiepo, un oento de editación, sie pre una brecha para salir de las utinas de lo cotidiano En las coidas lo ejor no siepre es el usto de los platos sio el hecho de saborear la presenca de los otros . Incluso el copartir algnas tostadas plica la convvencadad 1 , una celebrac ión del lazo una culinación festiva y apacible del lazo so cial Esto ocurre en ese moento en que el olinero espera copañía para reubicar una pie dra de p or lo enos 300 kilos. Esta es puesta en su lugar. Y el olinero cuenta
En el ri gnal commensalité, palabra que n iene raducción en casellan y que reemplazams por "cnvvencialidad que si bien es un cncep desarrllad pr va Illich, ambién expresa l que nuestr aur dice a cninuación. [N del T.] 1
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av1 0 Le BreTon
N icos Bouvier, extiende piees sobre hierb rededo r de un cnsto de o mtes y cebos y en de rki un cfeter de esmte zu. Comenzmos drnos u comon, sen dos e uestros ones, mientrs Eyub, con e úd ere os musos con s vens de cueo hinchds por e esuerzo, nos cuba co soozos sob redos. Er grdbe. Dure s pausas se oí suspirr e e corzó de moio ; er e cadero dode a gmuza se cocí uego eo sobre u echo de berej es que soaba hci e ci eo d e ooño un hrd de vpor" ( 99 � 6 1 ) . L comida cumi hors más trde: L gmuz impida hs os huesos odos os cosmos sobre e rébo pr ua de esas siess dode uo siee que ierr e crece en esplda" (63) .
camar. EOGIO oe Los aos Y ne L Lero
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normir
Cainar de noche es una ridable anera de remonarse en el tiepo Ese universo de estrellas en el cielo , a luinosidad turbia de la lua no cabiaron ucho desde el coienzo del undo . Y ara el cainate que no se asusa de la oscuridad, es abi n un retoro a las noches de la ifancia , cuando a elec tricidad o colonizaba todavía totalente las ciudad es o los capos cuado los auos eran escasos y no erforaban la ierra con sus faros . Enonces los ojos se alzaba sin obsáculo hacia las estrellas y el niño deslubrado podía s entirse otar en un espacio innso , y el hobre maduro e quie se convirti ó, cofronado con la isa experencia ipactate , se preunta si el tiepo fora el miso océano infiito que ese espacio que si ente palpitar a su alrededor. Una cainata en el corazón de la noche, bao la luz de la lua en el bosque o el capo , dja na huella viva de emoria co n e l sentiiento de habe por aunas horas caído en el Allá Ella proporciona sa sensación de no ser más que ua nfia criatura baj o el ifinio del cielo y de las srellas, uno se sie nte llevado por esa otencia que conduce a sentirse aú ás vivo, no ya tributario d e una vida personal sio inerso en un océano de foras de las que no es ás que un rspiración irrisoria y emocionda Susrado l undo ls prcepciones ordinarias , a las failiardades del día y librado a un más alá de sí iso, e cainante se ve confronado con n religiosidad ntia difcil de copartir 56
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av Le eron
Per a nce tabi én es abiaencia , ea fuerza a expe rieca de as d s caras cntradictrias de saga E s para ns un sti e reccnt de ss � e interridad , per para trs encarna e par, una amnza de a que gnran que sn sus creadres Ls nstrus n están en a scurdad sn e n e ter que tienen a ela S e cainante ea en s e ie , erá srgir a su arded r Agu s inic ian e recrrid cn júbi , pe r s estreeciments de ie nt en s árbes de prnt s inuiet an y en td ent ee n a irrupció de inesperad Hay que de s hacerse de rantcis d a nce baj as e streas cuan esta es sitaria y en gares descncids La scurdad exaspera a cncieca, e espac vuee a cnetrse en e gar de s espants s de subraients , d las nciacnes s fines Es na reelacón qe n deja a naie i demne; si cnduce a la perdición a renaciient , sigue siend n a marca en a era ara e cainante de arg aient a precupación e s ecn rar un refugi paa a nche La eeccón de un gar dnde pyar sus afrjas siepre es n ana parte un desafí A xtenderse en el sue, n se sabe much cuá será e sabr de sueñ. "M i abergue era a Osa Mayr , dice Rmbad, d e éca de sus agaundes adescentes Desacerse de as rtnas prpias de a cdidad de nuestras scedades resua ser en casnes ás senci de que n se iaginaba Threau experenta durant na traesa pr ls bsques e ai ne , e s Esads Unids " n se srprede al ver ue n bre que sepre drió e ua cama calete , e a abtacón calafaea a y q vó escpulosamete as camar. ELOGIO De OS caminos y C L l.CfITUD
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rrietes de are , pueda astarse e el suel si ada para abrigarl ttal mpunidad y mdidad ; evlverse e ua mata drmir delate de u fueg ua nhe de tñ glaal, ust después de u larg haparró y hasta llegar rápidamete a cmplaerse el are libre y prestarle muha ateió (�oo�. 115) Más allá de la experea ueva de drmir fuera de su casa, le s de tda mdidad y de vivir ese despredimiet feliidad tr desubrimiet es el de las estrellas, de la he del silei de ls mvimiets rtivs a su alrededr e las malezas. Drmirse ba la lluvia , prtegd p r la tela de ua tieda u teh es u a delia que ustia las fatgas del día y deja u reuerd impereeder evuelt e su blsa de drmir m e u sueñ Steves n habla de su amr p r la aída de la he después de ua amiata que duró td el dí a ese mmet de sus pe sió y de dele ite ates del sueñ Habla de su feli dad de ua pi pa cuy tabac se vuelve i lvidable e es e estu he de si le i y de s sieg " Si te rmias la velad a u p he será u p he m ua habrás id ; a ada trag ua vialidad apable se exte de p r tus mie mbrs se istala suavemete e tu razó S lees u libr -y uca l harás s pr itermiteias e trarás la le gua exrañamete llea de elueia y de armía ; las palabras adquere ua ueva sigifiaó; frases simples te resue a e la reja durate me dia hra ; y el autr hae que l ames, a ada ága e la más bella dea d e se timiet (Stevenson 1978, �4) De che , el caminate que eligió drmir ba las estrellas esuha el puls de la te rra, c ls s hacia el il el íd al aceh . "Tda la he 58
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puede o ír resp irar a la naturaleza on so plo s profund os y libres" (1 1 8 ) En Yosemite Valley, J Muir pasa noes inoli dables : Las estrellas límpidas brillaban en la estrea banda de ielo que peribía entre las dos inmensas paredes osuras; y mientras estaba extendido allí , repasando en mi mene las leiones d e la o rnada, la luna llena se inlinó de p ront o, para mirar a l fondo de l añón, o n la ara impresa, me p ae ió , de una intensa soliitud del efeto más sorprendente habríase d io que abía deado su lugar en los ielos para venir a obserarme , solo a mí , omo una pe rsona que entra en tu abitaión" (Muir , 1 99 7, 1 97) O inluso en Alaska, cera de Glaier Bayle: Tan uerte era la luz de las estrellas que podía er on laridad la baía repleta de iebergs , y má·s llá asi toda la parte inferior de los glaiares pálid os , entre s montañas El glaiar más erano , en partiular, era tan claro que pareía irradiar una luz interor" (� 00 9 1 6 9) . Una noe uera de su asa, sin un teo, en plena naturaleza, es el signo más turbador de lo insólito de la aminata y de su leamiento de las entaas de la ida otidiana. L Lee e en es to el símolo mismo de su libertad: Despertarme a la aurora, en el ano de una olina, y ontemplar un mundo que nin de mis palabras saría expresar, omenzar en el omienzo, n ablar, sin un proyeto preiso y en lugares que para mí saban lires de todo reuerdo, preisamente paa eso abía ido a ese lugar" (1 99 4, 69) . El oen aarrire ie en Creta a serie de momentos deslumbranes on la sensaión de u dirse e n la belleza del mundo: Durante los prime ros ese s de este iaj e pasaba prátiamente tod as ms nohes u era, durmiendo en las playas las errazas de las asas o caminar. EJ.OGto o LOS cami nos v oe i LenTu
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los ugars por os que pasaba. Rara vz expermenté como en esos aos la mbragz de la total lbertad, la sesacón de ser un trotamundos l, sn otra atadura más que p blo o l rostro que e acepaba por una noce" ( Lacarrre, 1 975 1 ) Dormr baj o la mirada de las estrellas expone a se nsacions aguadas por el grado d e vunerabdad expe rme ntado . La cara sobre todo está desnuda e ndensa. Los rudos son amplicados por l grado d e vigilaca iducd o p or u mid o dícl d razonar. Las snsaciones táctles están exacrbadas por e temor de aniales udos susceptbls de entrar en la bolsa d dormr. Tngo recuerdos dolorosos de nocs nsomnes n bosques o canteras, la moca atada a la ropa o al cotacto de la mano por mido al robo , el tmor a los mo vii entos ncesantes alreddor de uno, los ratones d campo, los ratones casros, los orros, ml pequños animales que dan la impresó de que un desconocdo se acrca a usteds y que proto va a intntar desojarlos. Ten a decisés o d cisete años . M imortaba demasado la soledad para pedr aslo , y envid ié la acli dad y la amstad de J . Lacarrire, para quin el pedido d e hosptaldad es una cosa natural. Uno de ms recuerdos más traños s dsarrolla en Greca, no ljos d la frontera con urquía. abía dormdo sa noche n una playa, en Aan rópols , al abrgo de un barco de psc a. l amane cer ran tal vez las cuatro o cnco, oí el curoso vavén d un pncel sobr a madera e la barca. E pescado abía escogdo es dí a para rptar su barca e l sol apenas s levantaba. Otras sorpresas son n ocason s de a parti da. W He rzog xenuado , se acusta baj o la paja de un galpó n. De pronto se dspe rta con la sensacón de un pso sobre su prna. Un 60
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nl se hbí dorido hí "Cundo e oví , é uvo tov más edo que yo Ceo que er u gto (Hezog 979, 38) En el urso de su pe rpo e Cevens Stevenson ps un nohe conus e nquet Durnte lrgo tempo no se puede dormr, y undo por fn se desz entente en e sueño, se dean oír lgunos udos uy er de él Tod nohe ps peturb do por es e so ido urioso que pte de ba o de su orrl. "Al dí sente me enteré de que os stñrs stán infes tdos de rtas; roznto s roedurs y rsdurs , todo eso probbeente er os a de ells (Stevenson, 1 978 , 49 ) . S. Jaue rd hbl de su edo a dorr expuesto "Nu e gusó ostre oo un vgbundo, en granj s inest bes donde hbrí tenido edo de los erodedores. ue os hotees e resultn ndispensables (1 98 7 15 ) . Lo que a vees no le pde dorr sol en un refugo peo enueta en su anta el edo empiez poderarse de ea "Tení l ipresón de enontrme borde de o peor, l borde de un esad de que est ve no e despertrí ( 0 ) . A dí sente , después de u a oche ve un perdz bln eozano en un ro. Se sente pgud reoad on e undo , ogid después de es nohe estrgd po "un miedo sn oto, e peor . e nohe todos los gtos son prdos , y es dfí dentar ónde se enuer uno ls ertezs se sstren y desorenn al vero. P Legh Fermor, durte su tresí d n n 93 3, dispone d nnuerbes i eiones qe lo vn orr en un p v de heno un d y en un stlo l sguen e Pero un trde se extrví y proto o agrr la nohe y l eve . or lgro, de subr un gr en runs. o t ene cai nr. EWGJO oc ws mios y DC ta l. OTIUD
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ada de comer i de beber, i ua lz para leer o escrib ir . El frío em peo ra y la ieve pasa por los itersticio s Imposible hac er u fuego porque o iee fósforos Temblado de frío , s e deja ivadir po rla desesperació y para aimarse , empieza a catar E esa época todo el mudo caa todavía, a ifereci a de hoy, cuado uo se cotea co escuchar caar a lo s oros Se queda ahí u largo rao casañeeado cuado de proo oye voces y sale griado gos pueblerios vuelve a su casa y se s orprede de ecorar ahí a ese j ove iglés perdido y cogelado Algos miuos más are se ecuetra e el ierior de u albere comi edo y fumado c on los campesio s S Tesso recorre España Istala u camp a meo e ua oche si lua dice, ate u relieve que creía gradioso p ero que, a los primeros rayos del sol, resuló ser u vertedero muicipal (Tesso, �00 8 13 9) E las mismas codicio es , tambié e España, Laurie Lee se albergó e u casillo e ruias, y al día siiee descubre que e sá eca ramado al borde de u precipicio" (Lee, 1 99 4, 70)
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MUJeres cam1nanTes
La ainaa susia una errble uestió n de pari dad enre hbres y ujeres Si ls mbres rerren sin dileas ls senders las veredas de las iudade s indiferentes al día a la ne, sin er pr su seuridad, salv sin duda en ierts barris de ne, n urre l is n las uj eres aunque sl deseen ainar pr ls senders era de sus asas. La ciudad ya n es ranquilizadra. Rebea Slni denunia esa iiaión de su liberad de viiens Ella uena que en San Franis a ls die inueve añs , desubrió la vilen ia de las alles inadas pr aluns bres. " Rei bí cnsigna quedare en a sa pr la tarde , llevar rpa infre , cubrire el pel rárel , aere pasar pr un varón mudare aunque page ás ar , desplazare en taxi, prar un au salir sie pre a pañada y preferene ene pr un bre (Sln � � 3 1 ) Mucas uj eres en la cudad el ap n ienen tra ele ón que inegrar esa ley de su vulnerabilidad que las expne de manera permanene a n al enuenr si abandnan ls ains illads si n ser "p regidas pr un bre. "A ej epl de la gran ayría de las uje res , ennré deasads predad res para n abe r aprendid a pensar una presa (3 1 �) . Un bre p ede drir en ualquie r lad y tar ualquier se nder on al despreupaió n; si actúa de ese d una uj er abe que se expne peligrsaente. R. Slni ve inlus en el camar. ELOGIO e LOS aos Y e 1 . LenTu
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entusiaso de as muj es e unirse a los pe ginaj es o a los desfies d todo t o ua posiidad no soo d apovecha la compaña d os otros sio tambi én de caminar sin emo : Su pesec ia n el sno d esos grupos no co re el resgo e ser co nsdeada como una povocació n sexua, y p orque los ompañeros qe al í encentran son los ás seuros gaan ts e su seguia" (3 15 ) .
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ZOOLOGia
E Elog Elogoo del camina ca minarr evoqué esa ínima ín ima de los l os in conables aniales aplasado aplasadoss ru�s, educi dos a ua ua ancha ancha infore infore e el asfalo, asfalo, una supef supefic icie ie de carne seca se ca:: erizos, erizo s, páj páj aros víboras víboras,, culebras culebras lag lagar aro os s ranas, sapo s, gao gaos s perros perros orros, orros, inseco insecoss cara caracol coles, es, babosas babosas Un i nmenso nme nso ceeerio qu e no dja de recordar la diferencia diferencia fnaenal enre un caiane y u auoov auoovili ilisa sa aunque aunque a enudo uo u o se cov c ovie ie re e e el oro. El cainae a veces lo ignora, ignora, pe pero ro su su progresi progresinn e el espaci es pacioo trae aparej aparej ada una iesa ola que rasra rasra el mundo a su aso. aso . Hollar el suelo es e n sí una una sacudida para odo un u n undo minúsculo minúsculo de insecos, insecos , de repiles o de aiales aial es apenas visibles: visible s: os zorros zorros cier cie ros corzos, liebres, ardi ardillas, llas, ec. , se disiulan disiulan las alezas o se aleja uera uera de su alcace , las culb culbras ras y os lagar lagaros os se ocula o culann baj baj o las las piedras pi edras,, los ájaos ája os se escapa es capa iando o peviied o a sus sus cogéneres cogén eres del avace avace de u ex aje aje ro ro los i secos levata levata vueo ; a onda se ro aga sn s n ue él lo s ep epa. a. La caiaa caiaa es u a oolog oología ía que qu e nuca emia emia ofrece ofrecerr nuevos animales a la vista o a las oe o ejj as del d el cami ane. ane . Sen las las regio regioe es, s, ese se se cruza cruza con co n corderos cord eros , cabras, cabras , cas, a veces oros oros caballos caballos,, j abales abales ardillas ardillas,, cier cie rvos páj páj aros nueable s J. Lacarrie Lacarrie encuentr encue ntraa ua gra grajj a donde pasar Corre . " Mis ojos oj os se habiúa habiúa poco a oco a la l a oche cerca de Corre curidad del lugar lugar Enonces obser obse ro e u rincón, colgao colgao del camnar. ELOIO ELOIO D LOS minos y DC LCfJTUD
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techo , inmóv in móvi, i, un gran murciéago murciéago Me digo: ya no estoy soo en esa pi ea abandonada abandonada con oores de graneros graneros o o vidados" vidados " (1 977, 60) 60 ) S acquemard acquemard evoca veinicinco ao s de camina camina y haba de su provisi provisión ón de recuerdos recuerd os,, muy cenrados en os pá pájaros ja ros que que ea conoce íntimamen íntimamente te M iré cómo cóm o paneaan as áuias y os buitres, los mianos mian os y os cernícalos cernícalos En todas pa p aes es enco ntré huellas huellas perf pe rfectamene ectamene legibe legibess y eocuentes eocu entes para pa ra mí como com o o son so n para os caadores ur urtivos tivos Les he hecho compañía a las las víbo víboras, ras, a los eros , a as as liebres, a los saltamonte saltamonte s, a los herreos, herreos , a as crías de zorro zorro Es una cosecha tan bea que desborda desb orda de mi m i vida vida y que no hay que tratar tratar de contene cont enera ra de un solo gol golpe pe (1 987 ) . P. Leigh Leigh Ferm Fermor, or, habiéndo habiéndose se evan evantado tado mucho antes de aba después de una noche baj baj o las esrelas en los Cárpato Cárpato s, asiste unos veinte minutos minutos acostado acostado en una corns cor nsaa al aseo de un águi águia a rea rea un po poco co más aa aajj o (� (� 33 , �69) �6 9) . M e ntras cami na hacia haci a el el cabo Kyoga Kyoga en en J apó ap ó n , en a u uta de de Ayabe , N. Bouvie Bouvierr ob observ servaa : En E n cnco mnutos de caminata a través través de os campo s vi unas unas ga gainas pic oteando otea ndo una sandía p odri a, una víbora aplastada, aplastada, una mríada de ranitas ranitas ardias, y tengo el pelo cubieto de telaras telaras Y bien, bi en, no s é qué hacer con todo ese b estiario estiario que consea su su opacdad y su misterio misterio , me resise y me permanece permanece aj aj eno" (� 00 4, 1 03) . Bouvier Bouvier ha haaa de su nost aga aga de un mundo occidena occid ena que que conoc co noció ió anaño una fei fei cap acidad de d e i ntercambi ntercambioo c on os animaes a ima gen de de as fábuas de de La Fo ntaine o de Esop o Se Se uiremos uire mos e tradico na camino camino de herrad herradu ua, a, desdeñando improbabes franquearemos varios resaos resaos , anes de des em varantes varant es , franquearemos bocar en e inmenso hemiio de un pasura pasurajj e marcado po r atos ventisqueros, terriorio deformado de que vienen a 66
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oar po poses ses ón unos l l carneros carneros " (Gllore (Gllore , z o o o , 17) El canan cana ne uelve uelve a omar conaco con cera no cenc ce nc a, co n aravillas aravillas e la nfanca qu e vuelv vuelven en a apo erarse e rarse e e él, é l, cuya cuya va coa na a eno esá an carg cargaa e are as que s e ebe n realzar que s e ee ne aquí para realzar realzar larg largas c on on eplacones eplacones e los anales, anales, plana planass o pasaje pasaje s, coo s la eerna lo acopañar a copañaraa Es posble pos ble escrb e scrbr r sobre la canaa sn s n evocar evocar su su prer pr er flagelo lagelo , l os p erros con los que uno se cruza en la rua rua que laran nernableene erás e las alabraas ala braas o que aenazan fís caene No engo engo una nsup erabl repugnanc a respeco e la a ayoría e los perros sno ese que cano cano cho" cho" ( Hanke, Hanke, 1 98 5, 48) En sus rela relaos os e ca ca naa, S . Jacque Jac quear ar cuena su su eo cuano un p erro gane gane y aenazaor aenazaor la se e cerca anes e que la proxia proxia e las casas lo p onga onga e n ffga. Un poco ás are son o ros os perros los que arreeen arreeen conra ella, o s asne asne s, e un taaño y una fero ferocda cda qu e e eja sn aleno al eno A , e esa no e escaparé . Nae e efenerá efenerá Sal ieron ier on el pe e las mural murallas las,, e n un barullo barullo rencoros o, con las fauces fauces abe ab erras de ar en par, los ojos ojo s esorbaos, esorbaos, salan salano o co n ggranes ranes ancadas e anales anales carní carnívor voros os [ ] . Tiro unos golpes mserables e recha e quera, la ía es na reraa reraa lamenable, a a erecha reculones" (Jacquear, 1987 193) Traa de empo rzar y e po ne a resguardo resguardo e e un un seo Pero cano er eree salr, lo s erros elven elven al aaque aaque y así as í va ganano ganano etro p or ero con c on pa ce nc a infina infina has hasaa qe e cansan. na pace Menras M enras cana apacbl emente herbo herbo rzando y eand eand o , Rosseau es de p rono arranc arrancado ado a su ueu ueu : A eso de las .
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seis estaba e el desceso de ilmotat, casi juto al Galat Jadiie cuado , habindose apatado uas peso nas que camiaba delate de mí , vi cómo se me abalanzaba u gan daés que, lanzádose a todo co e delante d e una caoza, i siq uiea tuvo tiempo de de tee su caea o de desviase cuado me divisó . Me pació que la ica maea que teía de evita que me aoj e al suelo ea da un gan salto , ta justo que el peo pasaa po debaj o mietas yo estuviea en el aie . Esa idea más ápida que el ayo y que o tuve ti empo ni de azona i e ejecuta e la última antes de mi accidente. No sentí ni el golpe ni la caída, i nada e lo que siió hasta el mometo e que volví en mí" ( 196 48 49) La idea de salta po ecima del peo o paece mu apopiada a a situación , sob e todo paa u hombe que o está ya e su pimea ju vetud C o toda lógca Rousseau e s heido seiamete . Si embago, vuelve solo juto a su esposa, qu e laza u gito al velo e ese estado . Peo había demasiadas histoias de pe os paa naar, son casadoas. E una foma más acdótica, a P. Leigh Femo, que camina de H olanda a Constantiop la desde lo alto de sus di eci ocho año s, le cuesta mucho tabaj o sepaase de los nume oso s amigos que quieen etenlo a lo lago de su uta. U día, amigo más insiste nte que los otos le po pon e u animal de compaa que haía su fotua ¡Vamos a asociaos t odos y te compaemos ua becea ! La empujaás po delate de ti e la uta Cuado haya cecido lo suficiete podás pe se tala a u too tdás ota becea; u poco más tade ota Podías llega a Costati opla co u eome maada , al cabo de agos años . . . (egh Femo, 3, 70) 68
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HaB 1ar e La camnaTa
lunas caminatas uirn ser naraas y otas conseaas en silencio por aones intuitivas propias e caa uno Así omo las mismas razones ue en incitar a alarse o a hablar e ellas Un paisaje maravilloso parece hosil a la ilgación ue ofrecido recib io como un regalo e los io ses no es para trivializar por un relato que nunca podrá da r cuenta su encanto. Además , n a ie e se a transformarlo en un lugar recorrido po r las multitue s. Mantener su aura reuiere la presración de screto C aa camnante pose e así sus ja rines íntimos ue solo comparte co n allgaos a la manera e un a ofrena . O bie n, por el contrario , alimenta un a mitolo gía personal parece imposible no contarla a los otros Una experiencia perturbadora en un bosue, un mie o ue naa jstificaba que hizo esanar camino no a muchas ganas e testimoniarlo a los otros, roclives uizá a imaginar n esto na coardía e ellos no habrían tenid o Uno s ala am ién por temor a reavivar l miedo ante la sola remmoaión del acontecimiento o , a la inersa, se ara por coartirlo n a esperanza e ue los ot ros tendrán una respuesta o l elato de una experiencia similar La escritura o la palabra prolongan o renuevan la experiencia, antienen e n alerta a un viaj ero tanto más atento a no olvar n la meia ue sabe ue ebe anotar hasta sus impresiones más fugaces Pronto e esas caminatas no uedarán más ue cam nr. ELOGIO e ws m nos Y ne t 1nTJu
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las páginas que les eon consagadas . El olvido se lleva a las otas , uea de vagas mágnes que se deshacen con el tempo. La delicia de antaño enace en la ememoación nducida po la escitua o su evocaci ón po la palaba o la fotogafía. Esc ii o naa una cainata es po nese en po sic ió n de conta don con las emociones expeimentaas ese ía, los ecuedos hilvanados , las imágenes recogidas; es evolver al genio de los lugaes una pate e lo que se ecibió d e él. El tex to o la palaba son la expesión e una gatiu, i ncluso cuando se tata e momentos ifíciles, puesto que fueo n supeados y se tansforaon e emoia Toa palaba sob e un viaj e es una celebación y una voluntad de hace en ace en s í, arándolas, las emociones entonces expe imentaas Paa el caminante d lago aliento, la escitua es el momento más intenso de sosiego [ . ] . A escii a la noche, el viajo sie su uta en ota supeficie, polonga su avance n el plano de la página" (Tesson, �00 8 , 67) . A j oven P eigh Femo le oban su mochila en un albee de la j uventud de Munich o que sobe todo le aflige es la desapaición de s diaio . e sustaj eon los ecuedos de las pimeas semanas de su caminata N unca podá ecupea la aute nticida d e e sos momentos y la pecisión de su des cipci ón. Unos cuaenta años más tade , cuando publica su oba, haa todavía de sufi a pédida del diaio como una heida mal ccatizada, despe tada po el mal tiemp o" (1 991 , 151) Hacia el fna de su vida, Rousseau siente la amaa de no tene más tst monios pecisos de sus numeosos viaje s, aunque sus haos todavía conseen sus huelas. Sin em bago, confiesa que de noche pensaa soe todo en cena .
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descansa. Y po ota pate, añae , una ecena e voúmenes o hab an bastao p aa amacena toas as se nsacio nes expe imentaas cada a As , caa camiante ebe ía leva un iao e a boo e sus camnatas paa su uso o el e sus alegaos co n el obj eto e ecupea siempe a memoa iez o veinte años espué s, y eventuamete vove sobe sus pasos pa a efectua una suete de vaje inteio so be as huelas e hobe o a muje que fue El escito o a image so otas tantas emoas e os tneaios, de no se as se bo a po co a poco co n el tiempo ej ando e pesa e no habe aotado aa e eo s. A meuo o obseo , pasao aa ve a acto . o supuesto , hay esvíos úicos el eato e una cami nata E pae el filsofo Kekegaa naaba a su hijo os paseos que habían poo hace juntos e omigo , e habe tenio tiepo y si hubiean sali o e su casa. Un hobre coo Basho jaona sus ecoios e hakus qe taucen sus estaos e áimo con e pasaje o a toalia de sus encuentos . Paa otos son bujo s, paa Bead Possu otogafas que enventa los paisajes. Toda pecepcón auia sobe e muno e s un desvo pa a toca a ot o y acese pesente a o ea. Paa a cuenta e a pousin sensoia e espacio ecoo, es peciso u tam sufici e e mente ampio paa no pee naa esenc ia. "Cuado qise aa esos pimeos eoteos , poto comp d ue el nguaj e e que isponía entonces no esolvea la siuacó ea emasado seco, nevoso, moal, etico, ieal. Me ac a fata paabas áspeas como un tej o puebleino , es dentes como as voces de os moasteos búgaos, pesadas la mao como as pedas egas e eop oe so geas cmnar. E l . OC I e w s am i n s Y n e t a LcnTuo
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como com o la cenza cen za más más fna fna para la las espec es pecac acon ones es encanta enca ntadoras doras el sfsmo sfsmo raí raí " (Bo ier, 1 9 9 6 , 80 ) La escritura escritura tiene esa irt de mtpcar mtpcar os camo s cso pe rmanecen do inmól, y as paaras paaras a de ear ear al presnt e las emoci em oci ones one s de antaño antaño y para para el lector a de smergrse smergrse in i nterormente ter ormente en lo que magna magna de eso La preocpacón mayor mayor radc radcaa en el hecho e qe cando venen ven en las ideas , el camnante camnante no siempre si empre está en pos po scó có n de anotarlas; ellas ellas lo atra atravesan vesan y lo lumnan lumnan.. na ez llegado llegado al ale alere re o a a posaa, posa a, s hambre hambre es e s e masiao asia o grane para pa ra qe saqe s caern o y las las anote . Fnalmente, al térmno tér mno el el día, dí a, a meno oló oló las las más ellas ella s Leer os relatos de camnata cam nata o las medtac medta c one s sore los camno s siempre es ua conf confrontacón consgo mismo La lectra lectra es na coner conersac sacón ón senciosa con e at or areeor areeor e las percepcones pe rcepcones q e él tene y de las su suyas yas propias n vaién entre sus prop os o s recerdos recer dos y a manera en que a ce nta de s s propia ecia ecia Un liro es n espejo y particl particlarme armente nte cando se t rata rata de la camnat camnataa Saer qe aln otro exper mentó lo que no sotros hemos exper expermentado mentado , y io as cosas , anqe anq e no se trate de de co sas mpo mpo rtantes, tante s, de na manera qe no es e s muy muy dstnta de la nestra, seg se girá seno sen o hasta e fin uo de los paceres paceres más preciosos" , escre esc re Ste Steenson, enson, qen sie gnorando toa toaía ía que que n ía s recorrido con Mo destne en las Ceenas co ndcirá caa año añ o a mes me s y mles ml es de camnantes a seir ss hlas o reco rrr rrr los mismos lgares lgares con c on s s ora o ra en a a ma o Canan sn do ss pasos co la la esp eranza quzá e acanzaro acanza ro algna algna ez y de proser pr oser e dáogo d áogo en e n s compañía
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oavr oavr n 1.e scron
Sepre en ovento, e pasaje es una sgnfcacn fotante, se nscr e en a rea reat tvdad vdad de tep o y de as eoc ones d e canante canante u e o co ntepa ntepa o o atra atravve sa. Está Está hecho hecho de os nnuer nnuera aes es pasaje pasaje s q ue so o aparecen aparecen en c ertos ertos oe ntos de d a o de as estacones pa ra revea revea otros de sus sus estra estrato to s. Senco Senco de es de eneo , cuando cuando os anaes anae s se nov novzan, zan, a neve neve recure recure os capo s, a tiera se ha agretad agretadoo y a noche cure cure a vda; vda ; senc s enco o más u ugtvo de una tarde de ari, cuando as cosas etene etenenn su respracn, respracn , apenas un nstante nstante , cuando cuando as fores, fores, a veces veces os hobres hobres , saen saen despazars despazarsee sn hacese hacese oí , cuando cuando se necestaría una oreja oreja en fna fna para oír as as exha exhaacioes acioes , os pasos, paso s, os aar aar des aoroso s, e veo de poe n e ascenso so do de l sava sava (San (Sansor, 1 98 3, 75) S contar as va vaaco aco nes de huo huo so de camnante E pod poder er de un pasaj pasaj e dep ende ta vez ta ta én de moento de su descure nto , de su entorno estaco estaco a, de su uz o de u oscurdad , de la hora s a de de dí a; a enudo su ueza ueza es tensa a a aanecer o a pone rse e so E cano enduecdo por p or a a heada he ada y os áro ároe e despojados desp ojados no e aque aoso vegetac to dava o flexe que se t oa e veao co n su vegetac ujurante, u jurante, e na de nsectos y de pájaos . Y os oentos del da, para cada cada estacn estacn , taé taé ioducen sus sus ace ace , de la caída de a tade . Los cam o s et eool ógico añana a a caída caar. EOGIO oe LOS amos Y e r enTTUD
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co nund con und en todaía todaía as efeenc efeencias ias a tas tas de as declinaci decl inaci o ne s de a u. u. N o e s soame soamete te a apaiencia apaiencia de pasaje pasaje a ue es aectada aectada sno tamb tam b su cuaidad cuaidad sooa, a pesencia o o de siencio de os catos cat os de pája pája os de uido uido d e os insec tos, de os gtos gtos de os a maes maes o e sopo de iento sobe as hiebas hiebas o as amas amas de os áboes áboes . Asimiso Asimiso , os ooes oo es se tansfoan tansfoan a o ag ago del aa y de las esta cio n s. Y hasta lo lo tácti , sen se n el el sol o el fío fío , la lluva lluva o las nubes afe afe c t e n l a pie y llev lleven en a vestse vestse e una u ot ot a anea. E l nveno nveno ten e a fj a no soo e entono entono , a espoja espoj aoo de esos atices , sno tabén a atenua atenu a os sonidos , a eina os ooes , a enc ea al al canante en s ismo . El uso de os ugaes ugaes no es e miso e un a a oto oto.. E camnan camnante te eeimenta o no el e se o e ba ñase en un lago lago o una acuu acuuac ac ó n e aga, o e acostase acostase e n a heba paa paa una siesta o un a coa sac a a el cesto E entorno entor no no exste e n lo lo absoluto sno s no sep s epre re en stuacó stuacó n y a atzao tzao p o las pesones el canante que no s on las sas s está arebu arebujj ao e n su abrgo abrgo o si está en un aiot igeo igeo con e cao e so ue lo acaica suaveente, si inca su ecoio o s caina desde hace hoas Thoeau lo ce a su anea paa sus stos failares failares : Existe e hecho una arona que ha hay que esc ubr e ntre las posibiaes e un pasaj pasaj e en el nteo e un c culo culo e ez as as de rao rao , es ecr, en el nteor e un atarece atarece e canata, canata, y os se tenta años de una exstenc exstenc a huana huana . Nunca se se vove voveáá totalente total ente falar" ( ! 99 4, 86 ) Dano test ono e qu e toa geoga geogaffa es i nagota nagotable, ble, aunque uno se pase en ella la vda, tabén escrbe en el s o esp tu: Va Vajj é ucho ucho a Con cor " . 74
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La eación con el paisaje si empe es una afectividad e n oa antes de se una miada Cada uga manife sta as un hoja dado de s entimie tos difeentes según los indivduos que se acec an a é y e humo de momento Cada espacio tiene la potencialdad de eveaciones mútipes po eso nnguna expoación lo agota jamás La caminata es confontació n con lo elementa es teúica y si moviiza n oden so cia macado en la natualeza (utas sendeos alegues signos de oie ntacón etc.) también es nmesión en el espacio no soamente socioo gía sin o tami én geogafía meteoroogía ecología fisioogía gastonomía astonomí a etc. A so eteo a a desnudez de mundo solicita en e home el sentimiento d e o sagado É xtasis de senti e oo de o s pinos caentados po e so de ve u aoyo uyendo a taés de campo na gavea aandonada con s aa lmpida en med io de osque un zoo atavesando id oentemente e sendeo un cievo detené ndose en e oqueda paa mia pasa a los intuso s. La tadició n oiental haa del darshana de un hoe o de un uga paa designa un don de pesencia n aua que tasa a aquellos que so n sus testigos E paisaje despiega na atmósfea un aua que detiene al viaje o Senti e aa de una cosa es confeile el pode de aza os ojo s" (Benjamin 1 978, �) . La emocó n es soeana paa e home de a ciudad que no conoce ya a anaidad y la gavedad de as cosas y las ecupe a como u n milago después d e ese ago de svío . Una vez más en el cie o a ieto del mundo veve a tede azo s co las gandes instancias amptadas po a cudad: e sol el celo a luvia los áoes el hoizonte e atadec e la o che a camar. ELOGIO n e OS amos Y ne r LeTUD
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nieve e senc o a eniud odo cuanto e entreaamien o d e as caes y a circuación rutera eiminan . I rruci ón famiiar de cosmos evocación del esa do de criara que induc e n senmieno de eerndad y de recariedad. Un río aare ce ane os oj os de Ri ck Bass la brma se b orra y da aso a un universo minoso y verde : Acebo arces el sonido de aa a danza de as mariosas e erfme de as rosas . Alnas efímeras ascienden de a sue rficie virgen de curso de agua. Cedros de dosc ienos ies de ara dan so mbra a as auas calmas de un dique de caso re s sus raíces de ed ad indefini da beben e agua clara. Un oco más abaj o un alce hembra giganesco y su equeño aenas más grande que un pe rro se de sazan or a hierba de los ananos de un verde un oco amarilo sano y uminoso cas uors cene . E sol los iumina" (Bass 7, 1 67) A mismo iemo que naas de sienci o foan momenos de az. A nosotros co rreso n de echar al mundo esacios q ue esp eraban nuesra venid a. Amo la ie rra dice Yves Bonnefoy lo qu e ve o me coma y a veces hasa creo que a líne a ura de as cimas a maj e s ad de o s árboles a vivacidad del movimieno de agua e n e fondo d e un barranco a gracia de una fachada de igs ia ueso que so n an inensas en anas regiones en anas horas soo ueden haber sido queridas y ara nesro bien " ( 0) . Todo gran aisaj e dice J Gracq es una inviació n a o seero mediante la caminaa; el género de enusiasmo que comunica es una embriauez del recorrido" (980 87). La oencia de un ugar imone el deseo de no ser solo su espe cador sino de sumergirse en él de aravsarlo en odos 76
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sus setidos e ua surte de apropiaci ó sesua paa euee, peetra, o es ate s í coo u obj to No s e defie soamete por o vsb , o está soaete baj o a égida de a mrada auque as rutia os coduzca a p rivegar apariecia de as cosas . Es ua atmósfera, u halo seso ral y no soo ua trama vsual igado a u gar preci so úco , posee ua gravedad o ua igereza Es ideiibe auqu se pueda reazar u cometaro sobre é n pasaj e es una superposició de patalas o á bie de profunddades a a vez vsuaes , sonoras , táctl s, oativas , ezcládose cada sendo con os otros A Cor bin (1 98 8) recuerda po r ej emplo cmo la paya no s e reduce a u solo compo nete vsua, tambié mpica e cotacto de o s pie s o de cuerpo co n la ar a, e mar , e ieto , e jego co as olas , la caidez y e frío de agua y de are , etc E pai saje es ua ceesesia. U í a, e el es de oviembre escribe Thoreau- uvmos u otabe po et. Yo camaba e ua pradera donde enía su fuee u arroyo cuado fnalmete el sol, j uso anes de desaparece r al térmno de u día grs y frí , alcanz una capa clara en e horzoe Enonces, a más suave , la más lumnosa cardad maia cayó sobre a hierba seca, sobre l a cma de los árboes e e horizote opuesto y sobre las hojas de os robes verdes e el faco de a colia [ . . ] . Camaos e una uz ta pura y ta cara, ue doraba a herba y las hojas secas, ua caridad a duce y serena que pesaba no haberme jamás bañado en se mejane oleaj e dora do , sin e meor murmullo i a meor arruga e la superficie " (Thoreau, 1 994 , 22 23) Lo que revela repennamee la luz es otro mudo . camnar. ELOGIO ne LO S camrnos Y e 1 Len
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A menudo los límites se borran entre los mundos las nube s o la niebla se transfrman en una tie rra desmenuzable impal pable como condenada al sueño e invadida a su despecho por fanasmas de tierra o de piedra. Una continuidad se exiende entre la nieve y las nube s un pasaje anudado entre e más alá y el más acá e ntre los hombres y los dioses. El mundo se ofrece en un juego d e so mbras y de luces a través de una infini dad de matices que dibujan fronteras uidas entre los ele mentos; no se trata de un mundo donde uno tropieza co n la dureza de las crestas a través de un recorte rígido sino un entrelazamiento difícil de captar a tal punto varía sus formas . Uno ve ciertos pe ñascos e nfrentados con el ciel o y frusrados en su de seo de elevació n lo cual no significa que el cie o mismo no tenga a te ntació n de la gravedad y el arraigo . Es ese mom eno de tensi ón lo que fotografía Bernard Ploss u, esa inquiet ud que parece p reludiar la irrupción de algo indefinible Las emoc iones frente a un paisaj e s o n propias d e cada ca minante. gunos ven en el desi erto o las largas llanuras una imagen de vacío y de a ausencia alí donde otros a la inversa ven un espacio prop icio a la meditació n a la soledad a a inter iorid ad . Todo pais aj e es un test p royectivo que devela ua psicología. final de su Vaje de un naturalisa alrededor del mundo, Dain se pregunta por qué la Patagon ia le dej ó semejane ecuerdo pese a su monótona extensión y sus miserables desiertos" . Casi no pueden atribuírsele sino caracteres negativos; en efecto allí no hay ni habitaciones ni aa ni árboles ni montaas; apenas se encuentran algunos arbustos esmirriado s. ¿ Por qué entonces y no soy el único que haya expe rimentdo esa se nsación esos desiertos me 78
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poduj eon una impesión tan pofunda? ¿Po qué ls am pas, odava ms chas, peo ms vedes ms fétiles y qu po lo menos son útiles al hombe no me poduj on un impesión smejante? No quieo tat de analiza estas sen sacio nes, peo deben poveni en pate del libe vuelo dado a la imaginació n" Dawin, 3 536) . W Hudso n, que amó apasionadamene la Patgon ia , en el sigo pasado , dice hasta qé punto ese pai saj e si n elieve o cautivó si n embago de inmediato. Recluido e n ond s ha cia el final de su vida, le basa con cea os oj os paa volve a ve su exten sió n en detalles mientas que los paisj es de montaas, de colinas o de bosques p ese a su belleza, nunca lo macaon tanto . É enc ontaba antaño e n la Patagonia un luga do nd e desapaece de sí mismo evadise de la nece si dad pe anente de s uno mismo y no tene ya que endi cuentas a nadie . Duante esas jo nadas de soleda d ea ao que un pe nsamiento cualquiea pasaa po mi me nte, nin una foma animal atavesaba mi campo d e visión , ninún canto de páj ao asaltaba mis oej as. En el nuevo estado d e ánimo e n qu m ncontaba el pensamiento se había lto imposible [ ] Estaba en suspenso al acecho, y sin mbago no estaba en spa de algo [ . ] . El cambio que se hab ía op eado en m e a tan gande y tan so pe ndent e como si hubiea tocado mi identidad po a de oto homb e o de u n animal" (Hud son, 6) Sentimiento de una memoia obsesionada o una suet de ausncia del aco i is de eti o d toda familiaidad que deja al espíitu en plena zozo bra. J Lacaie expe imenta la misma fascinaci ón y expesa que tal vz esa desnude z del hoizonte lib ea a uno p o fin d e .
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camar. EWGlO e ws amos Y e U LenTu
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las visiones interiores , para suscitarlas sobre la pantalla del cielo y la arena" ( 1 99 0 , S i ) . E n e l desierto no e s ya el tiempo lo que pasa sino e l espacio, y hasta el espacio finalmente parece inmóvil. Todo está conge ado en la suspensi ón de un instante eterno . M e acuerdo de haber recorrido un salar del desierto de Atacama en Chile bajo un esp esor de silencio y de calor, co n el ruido t an relar y preciso de la sal que cruje baj o los pasos y da un acompaña miento sonoro a la paz infinita de los lugares. Todos los puntos de referenc ia desaparece n. Algunas horas más tarde uno se encuentra en el mismo lugar. Todo desvío uera del camino o de la línea de orientación es en potencia mortal. Recerdo ese día haber dejado a mis compañeros de ruta para caminar entre las colinas que rodeaban el salar, y haber perdido inmediatamente todo contacto con ellos, toda posibilidad de orientarme en la infinita blancura de los lugares . Senti miento de eterni dad, de una ruptura absoluta con el ur del tiemp o. A alnas centenas de mtros apareció por fin una silueta familiar que me daba la orientación por un instante perdida. Más que en otra parte , el despoj amiento del pais aj e revela una cosmogonía, hasta una metafísica. Es un paisaj e entre el apocalipsis y el silencio , entre el deslumbramiento del cilicio y el tornasol de los sílex un mundo mineral, un fresco fósil que narra el combate de la tierra y el cielo acarrire , 1 990 , 80) Los senidos se despojan de todo punto de referenci a pe ro sin embargo son llevados a su punto de incandescencia. Su reducción no es na disminució n del sentimiento de los colores , a tal punto la arena y el cielo s on de una opo sic ión tajante . El desierto es una expe riencia de la luz, del silencio 80
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y de lo táctil. De la luz, porque ésta no dej a de cambar co n e correr del dí a y de la no che y de burlarse del horzonte o de las coinas. Experienca sonora porque sume en el espesor de silencio, sus nnumerables capas sedmentarias, sus vibraco nes minúsculas. E oído no e s distraído p or la muttud d e los sonidos que termina por volverlos inaudbles , es impactado en la escucha del silencio Lo táctil está en todas partes , no solo en la tentación permanente de tomar la arena entre los dedos para dejar que se escurra como a través de un reloj s nté ndose diluido uno mismo en el tempo ; tambié n está en el calor, en el sudor o el frío que aumenta y no s recuerda hasta qué punto , antes que cualquie r otra morada, habitamos la de snudez de nuestro cuerpo. A veces atravesamos lugares cuya fragilidad se ntimo s; están rodeados p or la urbanzación y sus días están contados . Todo paisaje está amenazado porque, para nuestras sociedades contemporáneas, es un espaco para conquistar y para hacer fructificar, es gene rosidd pura en un mundo e n que esta se elve proundamente nacrónc a. W Benjamin descrb e a pérdida de aura que impacta a la obra de arte en el momeno en que emergen nuevos medios de produccón estétcos y de reproductibilidad técnic a. A partr del momento e n que na obra es rep roducda al infnito , d esc ontextalzada y a eces incluso desvd por os spots ubc trios , p erde su carácter mágco pa ra tnsmutrse en imaen, y a confron tación repe ntna, un día, con su orignal no suscita ya si no a meancolía de su descubr mnto Así que era esto " La obra pi erde su dimensión de ceebració n, deja de tener ese más alá de su presencia que a hce particpar en un unverso c a m a r . E L G I O n e LS :os Y n t 1.eTu
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afectivo maraviado y lleno de respeto En la actuali da d la reproducción masiva de los c entros urbanos y sus pe riferias los torna insignificants e intercambiables . El acceso d las grands ciudades está saturado del mismo ds file de tiendas idé nticas y de las mismas marcas comerciales, d de pósitos , etc . Muchas ciudades perdieron la pátina que da el tiempo y e juego infinito de las diferencias que les co nferían un espesor de e moció n. Esta experiencia del aura si bien a mayoría de as veces parece desertar a confrontació n con los objetos cu turaes se ofrece todavía con prodigalidad para caminante Ago de paisaje contemporáneo alimenta cierta melancolía La urbanización creciente de lugares aún ayer en pleno campo los acribilla d aprtamentos , de postes de hilos eléctricos de torres eólicas de rutas. so rbe cie rta uniformización de mundo aunque todavía se dejan presentir ans dife recias . En 1 870 1 871 Cézanne se pas erra pitdo en Estque etonces un pueblo de pescadoes hoy integado en e suburbio idustri de Marsella. Y expe rimenta u sensa ci ón de urgencia. Siente que a belleza de os lugares se bo rra poc o a poco causa de las construccion es que se extienden . Treinta os más tarde cuando eve dice: Esto va ma hay que apurarse si uo uiere ver todavía ag. Todo desaprece" .
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MeDITerráneo
Un paisaj e no se compone solamente de elementos materiales es una relación co n un conj nto más amplio . También está tramado en a lz sobre tod o tratándose po r ejemplo de Me diterráneo . Un lugar asume su valor no solo por el recorte geográfico que opera en el espacio si no también po r su luz, s u relación con e cielo . No consi ste solamente en lo eno sino sobre todo en e vacío que crea ese i ntealo entre la tierra y a mirada. Un paisaj e está también hecho de lluvia, de viento , de so, de amanecer o de nocturnidad no es en absouto una ma teria. Nunca es más que un pretexto no deja de decinarse a infinito . Y e semejante espacio no hay que dejar otras hueas que as de sus pasos. Esa luz dice J ean Grenier toca con su gracia a ciudades que, s in ella, serían simples campamentos de gitanos [ . . ] . En Orán es única para crear odo e paisaj e Aí está toamente a gusto para componer lo que hace reamente a Árica: un suelo desnudo y devastado al que la luz inunda y ransfira a cada hora del día" (196 1 18 ) . Jean Grenier evoca n día en que sube a as alturas de Santa Cruz en Orán: [ . ] a medida que subía el horizonte retrocedía el cielo se pron izaba, yo descubría la ciudad, luego la ciudad y el mar uego la ciudad y el mar y el lago y la montaña de Tlemcen. Ese monón e monedas blancas arrojadas al azar es Orán; esa mancha de inta violeta e s el Mediterráneo; ese polvo de oro sobre un spej o de plata es la sa de a llanura a través de sol " . Pero aminar. ELOGIO De OS camos y De LCTTUD
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canto ás sbe, tanto ás el mno se apla a s ae e o. Y la tentación s etenese Ante sejane espectáco, no solamente se siente tentao e cea os ojos paa incopo áselo usao coo aliento As , más tae no s pe miti abstenenos e él poqe se habá conveti o en nosot os" (1 9 �) Un paisaj e implica también el sol, el vinto , la lluvia, la nieve, l ciclo del d a que no deja de edefinilo ente el alba la noche. La medida de un paisaj e dpende tanto del cielo que pone de manifiesto co mo de la materia qe cristaliza en el espacio . Camina alreddor del Me diteáneo , en ese p aisaj e ator mentado, caótico, fagmentado, anqe encba lneas de coheencia que escapan a un pensamiento inediato, impone una relación con na inteligenca isa el mndo , el pese ntimiento de que la tiea es n inenso cerpo vivient , p ro que se despliega en otra imen sión del tiemp o. El impacto del mar la montaña es como el choque de d os metafísicas , aquella maciza rota de la montaña, su dureza y el infinito azul del mar, quieto o infinitamente atormentado e i norme de los das de tempestad. Poner la mano sobe el selo pedre goso o hundirla en el agua fa de un arroo nos hace se nti una espiación que no es de este mundo . Pesentes en el origen, ucho antes de toda forma de humanda d, productos de la usió n de los elementos , las piedras siempre están ah, las mismas sbe las cuales tropezaba el cazador del neoltico siguen molestano los pasos del caminante de la actualidad . Y seguirán estando toava ah en la scesión de las eternidades venieas. Hablo de las p edas más viejas qe la vida qe pemanecen tas ella en los planetas enfriados, cuando tuvo 81
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a fortuna de hace allí eclosió n. Hablo d las pi edas que ni iquiea tienen ue esp ea a muete y que no tienen nada que hace más que deja desia sobe su supeficie la aena, el chapaón o a esaca, la tempestad el tiempo " , escibe Roge Caillois (1 97 1 , 8 9) Un espacio montaoso ocoso, atomentado po la lucha incesante ente las cestas y el cielo, no es a solamente una geogafía declina una multitud de egiones psíquicas . Cambiando de zonas, caminando unto a os aoyos o escalando las colinas , avanzando sobe las cumbes o más abajo , y sen las cicunstancias y la aluimia de los ugaes, el camnante se tansfoma a sí mismo y a su despecho según las líneas de sensbilidad que itman el camino , según los genios de os lugaes que ataviesa en ocasiones si n supone siuiea la pesencia amistosa de los dioses a su lado. A veces al coe de su deambulación , llega ante las ruinas de una casa o de un eugio , enta en un pueblo abando nad y entegado al sol y al viento . Las unas se distinguen ape nas de los pe ñasco s o de la tiea. Hombes y mujees vivieon en es os lugaes , allí nacieon niños y , ancianos, allí muieon , tal vez incluso sin fanuea nunca su valle o casi sin i más alá, peo no po eso su mundo dej aba de esta abie to sobe e anchuoso esaci o. De su pasae no subsisten más ue huellas cacomidas po as lluvias , la s hiebas , os áboles, la pátina del iempo que tansfoma las obas humanas en memen to morí cuya fotuna hay que capta. No se tata de entistecse p o la pecaiedad de la existencia, sino de tansfmala en feo. gunas utas emo ntan el tie mpo y en alnos minutos le van a ecoe millones de aos de la histoia del mundo En ellas se pasa de la ea pimaia al cuatenaio , se olvida que camar. EOGO De Los camos Y De L a LenTITUD
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los se ndeos o la uta se encuentan en e coazón de n ma desapaecido y luego se insinúan en las montaas. Los aco nteci mientos que sacudieon la tiea en una tempoalidad inimaginable están achivados directamente e n el suelo y la tormenta de los eieves . Las quebaduas de los peñasco s o de las piedas invitan a una inmesión en las capas sedimen tadas del tiempo : Los geólogos no ian el paisaj e como u n mapa geogáfico dice Nadine Gómez en un diáogo c on dy Goldwothy, ellos peciben su continuidad de un vae a oto" (en Godwothy, �0 08 , 1 38) . Los desóde nes telicos ompe n viejas soidaridades y mezclan las épocas polongando lo impensable de una duación teeste que viene de milones de año s con sus innumeables uptuas. La vej ez del mundo crea una connivencia e nte los lugaes, como lo expeientó Benad Plossu. Un día, en 1 984, caminando bajo la nieve a �4ºº metos de altua, po encima de Sant Fe , va a sentase en un pe asco cuando des cube una multitud de co nchilas tao, el ma también cubía esas montañas. E n esa época no sabía que po co tiempo después iía a camina a oto de sieto mine al a egió n no de las altas sino de las medianas montaas de a Rese va Geológica de lta Povenza, allí donde también se encuentan las amonitas, las conchillas, cosas con una antigüedad de millones de aos ". Estamos en el ecue do de l ma , sen el bello título de libo de Benad Plossu ( 1 996) . El caminante encuenta intuitivamente paentesco s ente lugaes difeentes, y estabece pasaelas indesciptibles ente egiones tempoales antaño comunes y mezcladas po una etenidad de cambio s. Ataviesa muchos espaci os ma cado s po la fosilizació n, apoya sus pi es en el fondo de lo s 86
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océa nos en plena montaña y se inclina hacia las amonitas o las otas conchillas En la ea teciai a, el ma ha desapaec ido bajo el efecto del acecamiento de los cont inentes aficano euásico En el valle de Bs, playas fósiles peservan impe sas en la molasa gis las huellas de pájaos que ec o ieon la aena mojada hace veinte millones de años en un i nstante peciso . E ota pate hay un muo impobable d onde están fijadas en la pied a millaes de amoitas, huesos de ictiosau os inc ustados e n la pi eda , fósiles i nnumeables baj o los pasos de los paseantes
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El avance conduce a esos momentos donde la pres ncia en el mundo alcanza un a culminación sensual. Brecha en e l ordenamiento familiar de l mundo donde l a gracia desb orda para quien sabe recibirla, escenas que parecen de un paño sustraído a un mundo paralelo. a existencia se divide entre un ants y un después. N icolas Bouvier decía a est respecto que entonces lamentaba no se r un gato para ronroear como lo hacen los japon eses felices . " Para cada hombre existen lugares predestinados a la felicidad, paisaje s d onde puede desarrollarse y cono cer , má s allá del si mpl place r de vivir, una dicha que se asemej a a un encanto, una e esas dichas de que habla Flaubert: 'He vislumbrado a veces n estado de ánimo superior a la vda, para quen la gloria no sera ada , la misma felicidad inútil (Grenier, 1 959 13) . Pero aquel que no sale a su encuentro toda su vida ignorará que pasó al lado de su suerte . a belleza lo esperaba, al alcance de la mano , pero él prefirió otra cosa. Caminar no basta para sumergirse en un lu gar, hay que estar en la emoción del moment o, en la lucidez de su presencia e el mundo, y no en la rutina de poner n paso delante el otro . La serenidad de un lugar, su belleza , es ante todo n hecho de mrada, un privilegio dado a alnos más que a otros porque están animados por una voluntad de suerte . La tierra sie mpre es viva sensual. as montañas, los peñas cos, los desiertos, las estrellas , la noche, lo s seres humanos, 88
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odo cuanto existe está en suspenso de movimientos y en esonancia co n el viaj eo. Después la acilla y el cie no se encienden con mil ugos y el sol otoñal se alza sobe l os se is hoizont es que aún nos sepaan del ma Todos los caminos alededo de la ci dad están tapizados de hojas de sauce que las untas aplastan en silencio y que huel bien. Esas gandes tieas, esos oloes inquietos la sensacón de ene todavía los mej oes años po delante multiplican el place de vivi como lo hace el amo" (Bouvie 1 99 � 85) n Gall , en el umbal del coninente indio N. Bouvie está como suspenddo en los estemecimienos del mundo un elemento ente otos Oa gitos de nios my altos sobe la vieja uta de los nómadas y leves despendimientos , baj o las pezuas de las cab as in visibles que esonaban en to da la vuelta en e co s cristalinos. Me pa sé una buena hoa inmóvil, embiagado po ese paisaje aolíneo. Ate ese podigioso yunque de tiea y de oca, el mundo de la anécdota estaba como abolido . a extensi ón de la montaa, el cielo clao de diciembe la tibieza del mediodía el cepita del naile y hasta los centavos qe sonaban en m bolsillo se convetían en los elementos de una pieza donde a avés de muchos obstáculos yo había ido a cumpli co n mi papel a tiempo" ( 199 � 348). La belleza es deo cáica se ofece a odos y los lgaes más bellos son legión tan numeosos como os sos hombes ncluso más poque a veces e cuso de n a mis a jonada de una misma camiaa el ebeso saa e n vaias opotunidades paa da a la memoa un maco un ambie nte, un paisaj e un sonido un oso. a camnaa es una apetua al goce del mundo poque autoiza e alto el sosi ego inteio a m r . EI.ocm e w c m i o s v n e u 1 LTun
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no dej a de ser un cuerpo a cuerpo co n el ent orn o y por lo tanto de darse sin medida ni obstáculo a a exploración de los lugares Se decli na a altura y pas o de hombre en la lentitud es una domestcació n paciene de lo s lugares que deja tiem po al descubrimiento al pasaj e de las froneras vegetales o minerales . Los sentdos se ponen en movimiento a su ritmo y se impregnan de los lugares sin pe rderse e n la urgencia. La belleza del pai saj e obliga a levantar los oj os y a recuperar su alieno preguntándose qué azar hizo que uno estuviera allí hoy. Algunos lugares imp onen la necesidad de su pre sencia y su magnetismo conduce senir la imposibilidad de estar en otra parte. aravesarlos uno experimenta la convicc ión de que ellos nos esperaban y nunca habían dejado de perseguirnos. N o es un descubrmiento sino un retorno . El tiempo se sus trae toda la historia personal converge hacia ese momento. El tiempo se detiene la luz n o es ya la que baña la vida o rdi naria otro mundo se presenta en cuyo seno estamos a punto de entrar Se abre otra dimensió n de lo real marcada por el silenci o la serenidad la belleza. J. Haines elve a su casa ras una larga caminata el camino llega a una escarpa de donde luego desciende suavemente hacia el valle. Él camina en la luz del aardecer : Escuchaba el canto pedregoso del río que se dividía en b razos un poco más abaj o . Durante un largo mo mento fue como si yo formara parte integrante de ese paisaje con sus islotes negros e hirsutos y sus pálidas barras de arena como si nada me separara de esa aa cobriza reluciente que serpenteaba ensombrciéndose ni de esa comarca lejana que es la noche " (Haine s � 00 5, 1 6�) . Alnos lugares pos een tal vez una conciencia y buscan de ci r al pasante su placer de
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verlo recorer su dominio . Si el mundo está vivo entoces se prenta Peter N abokov ¿no se sentiría solo el paisaj e si la pesencia de los seres humaos? " ( 8 3 1 ) . Sin duda es preciso asistir los dioses ayudalos a esplandecer durante nuestro pasaj e Hbía que estar ahí en ese momento preciso para que el pisaje alcance su perfección con el sentimie nto de que e spera nuesta pesencia y solo está allí paa nos o tro s a la manea de un don que no espera nada a camio de no se r ese sentimiento d e paz y de aliaza. En ocasio nes hay tal insistencia en ciertos paisajes que en ellos se so spcha la voluntad del genio del lugar de compartir su dominio con los vajeros que allí se avntuan. En las alturas einan la paz el silenci o la contemplac ió n Sobre el monte Wachuset Thoeau y su compaeo mirn ls colinas el bosque y el cielo . Antes de la puesta de sol nos paseamos lo largo de la cesta hacia el norte s eguidos por un halcón que planeaba por encima de nuestras cbezas . Era un luga propicio al vagabundeo de los diose s tan solemne y solitari o al abrigo de todo contagio de la llanura" Thoeau 7, 75) Sin ir mucho más allá de su casa R Wals exper menta esa sensación de comunión co el mundo cicudante él que sin embago salió de su gabinete de trabajo co un sentimiento de tisteza. D e pronto me sentí invadido po un indescriptible sentimiento uiversal y al mismo tiempo po una sensación de gatitud que sugió podeosamente de toda mi alma" alser 1 987, 45) . El jove P Leg Femo también coo ce un momento de éxtass en los Cáptos: Todavía me quedaban muchas vituallas; o s aoyos se contaban po doce nas la mayoía ivadidos po e beo acuático y cuando me camiar. EOGIO LOS amos v e 1nTITUD
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echaba boca abajo una tae ceca e uno e ellos , e po nto tomé conciencia e mi feliciad [ . ] Po cieto, Oxfo había sido un poco mej o; pe o eso ea el absoluto " (Leigh Femo, 3 , 6 8) Sus obas son una guinala e momento s eslumbantes . Sopene a cuato cieas, caa un a con un cevatillo, que pacen la hieba a alunos paso s e l sn velo antes e que un movimiento esafotunao les avita de su pesenc ia. En el mismo momento un ciervo de pe saa conamenta se le apaece antes e hui a su vez. Él posie su uta y tepa una colina mientas escucha la auta de un pasto El sol se pone y la somba se elve más densa: unos pájaos puntuaban el aie y las amas supeioes, y uante alnos minutos toos los toncos enojecie on, tan escalatas como una naanja oja. Uno hubea poo ceese en el inteo e Acadia o el Paaíso : ollábamos la heba con la auta, las trompas y una manaa e cinco peo s, como los actoes e una misteiosa paábola o de un mito en un contexto olvidao " (3 , 65) En el camino e Lauves, P Hanke se extavía en l mot. M e enconté e ponto ante un lago e psa que , azul y vacío , ecoido e fuetes olas sobevolaas po enjambe e ho as muetas, se extenía lej os abaj o , como un fiod o . Ua áfaga e viento golpeó u n ábol como una bomba y en el monte un abusto elumbó como si estuviea epleto d ho migas. Y, sin mbago, me sntía constantemente odeado po la belleza, a tal punto que hubiea queio abaza a aluien " (Hanke, 1985, 57) La bellea es esa alquimia qe conduc al senimiento de que la existeca alcana epentinamente una suete d pfección .
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ras una larga soledad en las rutas chinas con la única com añía de sus mulas en la montaña V Segalen se ve de pro nto erturbado por la aparición de na joven: 'Y era toda la cara de una chica aborigen nacida ahí plantada en sus pie rnas fuere s que menos estupefacta qe o miraba pasar al animal extraño que o era y que por piedad por la inesperada belleza del espectáculo no se atrevió a volverse para seguir viéndola" (Segalen 1 98 3 10 6) . asho oyó hablar de un monasterio de montaña en la preectura de Yamagata un lugar de serenidad de paz Alí se dirige . De peñascos amontonados sobre rocas está hecha la montaña los pinos y los cedros están cargados de años ; la tierra la pidra tienen un aspecto antio el musgo es mullido; las puertas de las construcci ones levantadas sore los peñascos estaban cerradas no se oía ninún ruido. D la vuea a la cresta me alzaba sobre los peñascos e iclinaa ante los santuarios de los budas: el paisaje era esplé ndido sentía que un desprendimi ento total invadía mi c orazón " (Basho 1 9 8 8 88 ) . Cada caminante conoce esos momenos milagrosos que justifican la existencia y lleva en ello s una se renidad nunca antes co nocida. Anos paisaje s alcanan ta proundidad que dan el pesar de morir un día ser priado d e ellos para siempre T Guidet camina centenares de kilómetros por un camno de sirga mira el Loira Camino en un insante indefnidamente dilatado , como una fiura terrestre de la eternidad. Vivir aho ra; ni en el modo del recuerdo ni en el de la esperanza no volver sobre los pasos realiados no enr prisa de acecarse al término ese es el ideal raramente alcanzado de este cami o monóono (�00 4 79 nos paisajes ienen un on de camnar. ELOGIO ne LS caminos Y e t 1nTuo
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renac mento verlos la amara se dspa el sentmen t o de una alanza con e l mundo se renuva Apelan a l a mmora de un retorno a la exstenca Estarán ahí en adelante com o un talsmán nter or para nunca olvdar y dejar de escuchar el canto de las srenas de la trsteza Otros camnantes no gnoran esos momentos de lumnac ón en los senderos , peo están más cerca de Rousseau en su sla Sant Pe re al borde del lago de Be l: Las épocas de los gozos más dulces y los placeres más nte nsos no son aquellas cuyo recuerdo más me atrae y me mpacta ; esos cortos momentos de de lro y de pasó n, por fuertes que puedan sr , no son s n embargo, y por su msm a vvacdad , más qu pun tos muy escasos en la línea d vda. Son demasado raos y rápdos para consttur un estado; y la felcdad que m corazón extraña no está compuesta de nstantes fugitvos, sno de un estado smpl e y pemannte, que nada t en e de ntenso e n sí msmo pero cuyo encanto s ncrementado por su duracón , al punto de encontrar en ellos po r fn la suprma felcdad " El pasaj e atravesado es en ocasones un memento morí, a tal punto recuerda por su potenc a la fragldad de toda exsten ca re un camno de lumnac ón, a magen del dese o, pero sempre dja nsatsfcho por la mpos ibldad d ap ode ra se de él Divd do entre su potenca d apelacón y la rsión expmentada frente a é l d sentise ta n poc a cosa, y sn m bargo arrancado a sí m smo , hay que segu ade lant e Pero ese renuncamiento es la msma promesa de la enovac ón del des eo Alnos lugaes son más propic os qu e otros a la revelacón, su deslumbramiento es una suspnsón d el t em po, un desgaramento repentino de s msmo J Grenie
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se acuerda de la conmoción vivida po r uno de sus amigos en iena. El hombre entra una tarde en a habitaci ón de hotel que le está destin ada. Are las persianas y se queda sofcad o. Vio un inmenso espacio do nde se arremolinaban árboles , ciel os, viñed os e iglesias , esa admirable campiña que Siena domina desde tan alto [ . , y se puso a sollozar. No de ad mi ración sino de impot encia [ . ] . Le ofrecan todo y no poda tomar nada" . J. Grenier prosie su meditación recalcando hasta qué punto cie rtos paisaje s, la baha de Nápoles po r ej mplo la s terrazas floridas de Capri, de Si di Bu aid , son solicitacione s perpetuas a la murte . Lo que debera col marnos profundiza en nosotros un vacío i nfinito " (Greni er, 1 9 5 9 . 86 87) . Por supuesto , la vida retoma su curso , pero un insta nte está susp ndida fera de toda familiaridad . El caminante ha ntrado en una dimensión d t rascndencia de la que va a tener que despre nderse , no sin trabaj o , y a veces no sin dolor. rancándose al sortleg o sabe se r infiel a s mismo pero sin tener la elecció n. Nadie puede establecerse en la proximi dad del canto de las sirenas , hasta Ulise s tuvo que alejars e. Y ya el hecho de haber entreabi erto el es pacio es un privilegio raro El infinito dl dese o para no pe rdse implica la escapatoria permanente de su obje to , al tiem po que da la sensación de estar siempre a alcance d la mano . El mismo Je an Grnir narra un mometo de plnitd tras haber largo ti empo caminado con un amigo hasta Havllo, que domina el Mediterráneo co n su s palacios normandos y bizantinos . Extendido boc a abajo sobre las baldosas de la terraza Cimbron e, me deaba pe netrar por los j uegos de luz sobre los mármoles. Mi esp ri se perda en los uegos de esa .
c a m n r . ELGIO e w s n Y e 1 � 1enTu o
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transparenca , de esa resstenca, para luego recobrarse po r completo [ ] Gan, me repetía ese día era Navidad 1 94) Gané Todo el mundo pierde y lego ntenta recuperarse peo en vano Yo , en esa hora que con ozco , e n ese lugar del que puedo hablar, gan de golpe todo lo que podía ser ganado" ( 95 9 9) Frente a la belleza se expe rmenta esa división desgaradora entre el sentmento de plentud y la pobreza de su presencia en el mundo Cua ndo camina en un jardín de Capr , Rilke s ve de pro nto impactado por el grito de los pájaros que desgarra l espacio y expe mnta una suerte d satori. H abía crado entonces los oj os para que una expernca tan noble no fuera peturba da por los contornos de su cuerpo , y el nfn to lo sumergó por todas parts con tal ntimidad que pudo creer que s ntía en su pe cho el lev peso de las estrellas que acabab an de al zarse " ( 9 6 6 9 9 3 ) . En una carta del de febrero e 9 4 a Lou Andréas Salomé declara: S í, ese grito po r un instante puede transfo rmar el mundo e n espac io inter ior, porque se ntimos que el pájaro no se dstnge entre su pro po corazón y el del mundo" E n érica del Norte exsten innumerables lugares dotados de poder, y tributarios de una larga hstori a Son esp aco s dond e los dioses y lo s hombes se cruzan directamente, trans formano l t erra o los elementos en potencia os hombes no se e n en una sola mensión d lo al acad por los asuntos coites, annéndose en l supefcie sí Para los amino s, est dimens ón no dej a de e ntrela zarse con otas A ce s, mundos paralelos intefieren con las actiidades cotidianas Para ellos el dese rto , los pe ñascos , las .
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piedras, as enes, los cursos de agua, los lagos, os bosqus , las coinas, l os animales no so n soamene lo que parcen ser , también son esprius cuya proección es necesario conciiarse, o por o menos nunca maltratar Cada uno de esos ugares esá saturado de relaos. En un momento u otro por lo meno s dos mundos se cruzaron a travs de ellos , y lo humano nco n tró un a forma de rascendenca. En ocasion s, or supueso , no hay ya nadie para recordar el aconecimie nto y mantr el poder. Sore odo e n e siglo XIX, la deporación d muchas poaciones amerindias a las resrvas aniquiló tamié n a me moria y la poe ncia de os ugares, ue no exisen sino d ser alimenados por os sers humanos u e viven a su alrede dor o por los caminantes que saen senir su era imprgnarse de ela. Pero se requiere esa recepividad ineror; de no se r as, nada es pos ibe . Un siio de pod r sie mpr es múlipe n el hecho de que condens a datos gológicos, geográico s , egendarios, vegetaes, anmales . . . ia Xiak (15 86 1 6 4 1) es un personaj atractvo; viaj ero po r pasión , surca la imensa Ch durant unos cuarena ño s sin cansarse nunca de descurir nuvos errioros, simpr maravilado por o que ve y que descrie en sobe rbos txto s que se parecen a esampas. Vaja a pie , dsplazándose sin cesar y maneniendo una reación precisa e cada uno de sus peri pos . Sabe vivir con rigor, no temiendo ayunar días enteros o dormir al des campado a pesar del frío o la uvia. sas rave sías, como las lama, no dejan de susc en l a mravila su presenc ia en l mundo : "Hao veinte ls y, al alzr os ojos, percio de pronto, smjantes a pétalos d loto, las cimas el monte Hu: porque , d un tirón, ¡ya he llegado a su pie ! cam i r. ELOGIO o LS ms Y ne 1. 1cnTUD
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No solo los tres picos son d una belleza sblime , sino que el resto de los picos que los circundan al Este y al Oeste tambi én parecen otros tantos pétalos suspendidos en los aires " (Xiake, 1993 1 91 ) o incluso en las últimas líneas de su Diario de una travesí a al monte de la Sprema Armonía " : Sbitame nte pienso que es ya la Pura Luz (un per odo del calendario solar de la China) y, abrumado de e moci ón por la belleza de los aisajes , parto del Albergue de Paj a y luego , en veint icuatro jornadas, llego a la casa, al da siie nte de la fiesta del Baño de Buda Orezco a mi anciana madre, con mis desos de lo ngevidad, los frutos de areca cirelo del monte de la Suprema monía" �1 9 ��) .
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MaGneTISO
La apariencia no es más que un umra que di simua las in numerables capas sedimentarias que compon en e mund o Universos peli grosos están di simulados b aj o la geograía es pre ciso de sconfiar. E n dos oportunidades -recuerda Nicoas Bouvier-ocurrió que saliera co rriendo sin una razón válid a sin un a amenaza objetiva perceptible p orque se ntía muy malas ond as telúricas . Puse pies en polvoro sa . Cos a interesante , u na vez me pasó cuando aún staba en compañía de Thier Vernt. Era en el sur de I spahan a la caída del día, cuando el paisaje era magnífico pero de pronto si n consul tarnos , ambos sentimos que había que largarse" ( 1 99� b 87) A ese respecto habla de paisajes que están resentido s con uno que hay que abandonar de inmediato so pena de con secuenci as incalculable s; no existen muchos pero existen Hy en verdad en es ta tierra cinco o s eis para ca da uno d e nosotros" (9 9�a �1 9) . Si bi en ha ugares de una aianza abs outa con e muno y que dan la sensación de haber finalmente legado a su casa, son poco numerosos otros a la inversa, hacen temer una disoució n hay que huir de ellos antes de que sea demasiado tarde Esos ugares son escasos , pero son abismos Son fieras al acecho pero difunden la sensación de su amenaza. En El pez escorpión. N Bouvier evoca as posibes trampas de lo rea, esas zonas de siencio" o esas camas chichas donde as velas car. EOGIO ne LOS amnos Y oe i LenTUD
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que cuelga codea a toda ua tripuació a la demecia o al escorbuto" (99a, 4). E Sri anka, e Gale, se estanca e ua zona semejante y se vuelve cautivo de ua especie de sop or que o lo abadoa Ua geografía cofusa y malsaa se ciera como ua trampa sobre el viaj ero . Se queda pegado a un uiverso de sotilegios que lo coduce icluso a escribir u artículo co e fatasma de padre Ávaro , u jesuit muerto desde hace años co e que, s i embrgo , tiee u itercambio iteso , o a ser testigo de trasformacio es hechice ras del mudo que lo rodea. Gira e redodo e u tiempo cogelado, como si le hubi e ra echado u embruj o . Tiee ua pesadla itermiable, impotete para sair d e s u sueño . Y e s golpeádose a cabeza cotra u letrero oxidado que e abre la arcada como e mu do vuelve a poerse e marcha y rubrica a lib eració . Se ha aie rto ua brecha, tal vez breve. Nicoas B ovier vueve a setirse real, vivo. El dolor y la sagre, e efecto, so terri bles maeras de de spe rtar. Mi ra el mar como p or prime ra vez , su sesorialidad vuelve a tomar la dela tea. Acaba de salir de su coma . Esa cabeza fialmete abi erta se vaciaa como e sueños de todo el negro espeji smo qe all se pudra desde hacía demasiado tie mpo . Ya o qui ero no mbrar hoy todo cuano se aej a e u relámpago, es capao para exti girse e sile cio . Ate el albe re, e mar pesado y agitad o atía exactamente a ritmo de mi corazó" ( 1 9 9 a, 15 6) . a sagre que fluye es ua purificació ( Le Breto, 7) , acarrea cosigo la maa suerte . E pri sio ero ve de pr oto que a pue rta de su celda ha quedado a biera po la egligeci a del carcelro , junta sus cosas co pri sa, dej a diero so bre la
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mesa paa paga al posadeo y abadoa la egó , sacudedo el sotlegio y yedo hacia el eacmie nto Así , alguos lugaes so n potadoes de peligos cuya natale za es difícil cooce. Estn como fecuetados o la esecia de un geio del luga hostil o desdchado que ceó su univeso y o tolea nigua pesenca humaa po azoes mpee tables . Hace s et de etada su host dad , y su ameaza se ac etúa para aquel que posigue su camino despecado los sgos que fueon e nviados . Se exeimeta la sesaci ó de hudse e la boca del lobo y de volvese cada vez ms vuleable Imposible azoa poque la agusta asc end e savemete y llama a volve atás lo más pdo posble . Así , H D. Thoeau hace butalmete la expeieca del wilderness u da e que tepa solo el puto culmiate de ua motaña gatica escapada del Mae: el Kaad. Pedó de vsta a sus copañeos y cama sobe la pe diente en las faj as de ua ebla teaz que paece esta ahí desde tem po memoa. El ve to lo azota , y epent amete el mundo deja a todas luces de ofecese a é l. Ya no est e su luga. " Las cumbes de las montañas está ete las pates iacabadas de glob o: tepa a ellas es u poco isulta a lo s doses, inmscuise e n sus secetos y expementa su ascedete sobe uesta hu mandad [ ] . La atualeza estaba ahí , salvaje teoífca, e o bella . ve lo que all haba hecho as Poteci as, al ve la oma, la manea y los mateales de su oba yo miaba el suelo que hollaba co u temo espetuoso [ ] El hom b e o de beía estales asocad o Ea la Mate a, vasta teble; o su made la ea de la que os ha hablado, he cha paa camna y se enteao en ella no (poe alí ss .
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huesos seía da muestas de una familiaidad excesiva) , s i no el luga de la Necesidad y el destino Se expeimentaba con claidad la pe senci a de una fueza a la que nada obligaba a se benévola paa el hombe" (Thoeau, , 73 79) Thoeau pogesa con temo expeimentando su infinita fagilida La zona de espanto tiene que ve a veces con la boadua de toda fontea claa ente los mundos, da un sentimiento de inconclusión Aquí la tie a falta todavía elaboa y no está todavía lista paa el se humano, sigue siendo un caos Es una ínea de somba que no se debe fanquea, invisible peo podeosa, y hay que sabe descubila o , de no se así , esta a la defensiva La noche, si no es ya esa inmensidad potadoa de estelas y de la pálida lu de la luna, si se ciea d ponto en un bosque, es popicia al miedo , al sofcamiento, a la intuición de q ue se tiende una tampa cuyo teno escapa a todas las palabras, que hasta es impe nsable peo está ahí, pesentida si el caminante no enuncia a su pogesión. En el bosque de Tonais donde camina una tade, J Gacq lo expeimenta Habiendo atido paa camina un lago ato, al cabo de media hoa expeimenta una opesión y decide volve aás: Ceí vislumba esa noche la uente de la angusia que pesa sobe la tavesía de los gande s bosques en una noche sin luna. No hay hoa en la noche del bosqe alto , no hay caminata gaduada del cepúsculo hacia el alba, nada que se asemeje al osaio desganado y viviente de las hoas el da, sino solamente un estado que paece final y sepaado del tiempo, un estado cataléptico y ígido de la mateia vegetal, ue hace de todo camino foestal en una no che oscua un camino no tan inquietante todavía como fúnebe " (Gacq, 1 99 56) El bosque es un univeso mezclado donde
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el orden se conjuga con el desorden, la sombra con la luz, lo vvente con lo nanmado , la confanza con el med o ; allí los sentdos están en parte conunddos porque a mrada no va muy lejos, el oído está al ace cho , ya no hay fronteras claras entre los mundos. Basho conoce una experenca cercana pero sn esa dmensón cas metafísca que recorre la exprenca de Gracq Sabe que tene que recorrer camnos nc ertos e n la montaa, le han haado de a nhosptaldad de los ugares . Y sgue al ía rumando pensamentos sombríos pero sn por elo renuncar: M anftrón no había mentdo: as montaas escarpadas eran snestras, no se oía el grto d nngún pájaro , el sot obosque estaba sumdo en las tneblas por una vegetacón densa y uno creía estar andando en medo de a noche. Con la sensacón de que del b orde de las nubes lovía terra', abréndonos paso entre os búes enanos , satando los arroyos , tropezando con os p eñscos , nundados de un sudor fío , fnalmente desembocámos en e dstrto de Mogam" (Basho, 1 988, 87) . Permaneceos sempre en el umbral Los peñascos, las p edas, las colnas, los cursos de aua no son pensale s s exstenca excede la ntelgenca del hombre, son otros i una escrtura rge su curso , hemos perddo s clave y solo la ana ogía da a sufc ente habldad par acercarse sn per derse. No hemos soctado tomar parte e n ellos, pero no pode mos sustraern os a tratar de comp render co ntra vento y marea; resulta mposb le abandonarlos sn perderse . Terrtorio d e los d oses , la terra está vva, la s pedras , el agua que flye Manfestac ó n físca de otro mundo donde el hombre no es más que uno que pasa. camar. ELOGIO o e ws aminos Y n e L .cnTuo
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Doug Peacok y sus compañeros buscan las huellas de grizzlis en las montañas San Juan del Colorado Ese día Doug se había alejado de sus compañeros . Deben encontrarse e n el campamen to a la noche pe ro pasa el ti empo y él sie sin volver . La inquietud crec e. R Bass parte a su encuentro y lo descubre en el camino extenuado con los ojos de spavoridos en est ado de shock. Sucia j ornada" farfulla . Acaba de vivir na experiencia espantosa. a jorada empezaba bie n. Había descubi erto un valle propicio p ara los o sos y enc ontró n cráneo a mdias e nterrado baj o el musgo de masiado viejo para identicar si se rataba del de un grizzli o d un oso negro. o puso en su mochila y continó su progrsi ón . cabo de alnos minutos el mndo a su alrededor le pareció deslizarse en otra dimensió n. Un frío intenso se había adueñado de él y se había enconrado al borde de na garganta rodado po r un revoltijo vegetal inextricable. É l el viejo habituad o a la vida salvaje se había encontrado totalmente desorientado y con la mente espantosamente vacía. No dejaba de caer y de golpearse la cabeza se torció el obillo el bosqu a su alrededor parecía qerer mandarlo al otro barrio giraba lo rod eaba lo sofo caba . o ivadió el terror y reptó durante horas en e sa jungla sin comprender el soilegio que lo persegía. Y de pronto, en plena perdición tuvo la sensación de que enía que arroj ar el cráneo. Se apoderó de él y lo precipitó al ndo de una gargan ta e instantáneamente recuperó sus se ntidos y su calma. El bosque a su alredor se había como apacigado. contar su historia a sus compañros , Peacok se deca qu , para en er semej ante poder, ese cráneo dba ser el de un os o muerto de muerte violenta , abatid o por aguie n malvado o incluso
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envene nado o destripado . El animal había debido vagar po r el bosque arrastrando su dolor, ratando de re cuperarse antes de morir" (Bass 1 977 99-100).
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Con su compañera É liane , Ni colas Bouvier se enc uentra en Corea, en la isla de Jeju . bos emprenden la caminata por lo s ancos del volcán Hallasan para llegar a su cumbre. A las cinco de la mañana están al pie del cañó n y caminan por un largo reero de lava, rodeados po r el canto de los ruiseñ ores. Pero tras cuatro horas de esferzo , la cumbre no pa re ce casi habe rse acercado a ellos y sus mochilas comienzan a pesar. A la una del mediodía , N Bouvier se si ente mal Vómitos y sed tanto más i ntolerables cuanto que b aj o nuestr os pies se oye un chorreo continuo" (!993 , 1 48) Felizmente , un equipo de geólogos pasa por ahí y les da de beber, y nunc a nos pareció mej or el agua: ese día, las palabras se d' y aa' recibieron su ropa dominera" !49) Queda todavía una hora de caminata en el med iodí a antes de la cumbre cuando el agotamiento se abate sobre N. Bovier. Estaba rendido , en los dos sentidos del término : drrengado y habiendo llegado a donde quería estar . Mi muj er se puso a reír: Pareces un sherpa agonizan do . Ella tomó una to y parezco un sherpa en la agonía" (150 N Bouvier se da buenas razones para abandonar. Después d e to do , vio cantidad de pequeños lagos perddos e n la montaña
En el original endu. que significa "rendido pero cuya forma pronominal. se endre, significa dirigirse [N. del T] i
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en el Japón. Desd e el lugar donde se encuentran, tiene n una vsta soberba sobre el mar. Desd el espolón donde estába mos sentados , se dominaba todo el este de a isla, los puertos de las costas Norte y Sur, Chedju y Sopo . De esos dos pun os cardnales y de toda la redondez del mar, se veían los juncos con las velas remendadas como pantalones de gitanos conver gendo haca los malecones" (15 0) . Pequeña venganza amstosa, N Bouvier se dij o que fna mente había que llegar allá para sentr la i nutilidad de ese volcá n apoyado en el mar de Chna como un guijarro de Pugarcto " Sn embargo, los promas no han terminado F u n argo y pen oso descenso y . po r úmo , después de qunce horas de cmnata dsde la mañana, p ar cor onar a jo rnada, el encuentro al fnal de la ruta co n un guardán encol erzado y armado hasta los dientes , que los njura . Supuestamente , lo s do s caminantes no debían bajar t an ráp do os que asci enden a lo alto durante la jornada siempre se quedan do rmir y elven po r la mañana. Finalmente , el pobema s resuelve, el ardán por fn se tranqulza , y los caminnes reoman el camno de su albere . Sn embargo, nin n pesar : Era como una muesca en el cuchillo de un sesno . S uno no deja al vaj e el derecho de d estruirnos un poco , mejo r quedarse en su cas" (1 55) . En la Patagona, Bruce Chatwn desea llegar al lago Khami , a unos cuarenta klómetros de Harberton, donde ent onces se encuentra, cerca de Ushuaia. Los ríos desbordan y el paisaje está perurbado por la activdad frenétca d e los castores, que construyen dques e n todas partes Pese a las exhortaciones de sus antrones , toma la uta guiándose con su brújula A mitad cmar. EOGIO e OS amos Y e r LenTJUD
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de camino , unos cón does se abalanzan en vaias op otuni dades sob él evitndolo en el úlmo momento. Peo teminan po cansase después de algunos asaltos del mismo tipo . Se encamina haca el lago Kami cuando se cae al agua tas haber apoyado l pie sobe un tonco que paecía sól ido peo que otaba sobe l ío . Se hunde d cabza en un baro neguzco. Loga sal tas muchos esfuezos, y s apua po r llega a la uta antes de la noche . eo los castoes eacondi cio naon pofundamnte el paisaj e . Ataviesa los b azos del ío unas veinte vces , y cae la noche oado , extiende su bols a de domi sobe un lugar chato ncide un ego . O í ntonces el uido de un moto y me senté . a luz de los faos hoadaba la fondosidad de los áboles . Menos de diez minutos de c aminata me separaban de la uta peo ten ía demasiado sueño paa eacciona. Me adomecí enseida. Domí incluso bajo la nieve" (Chatwin, 1979, �3). La herid a si es duadera pe or aún si está ligada a la edad e s un dolor i ncesanteente eactivado ecueda lo que ahoa est po hibi do y de lo que hay que hace el duelo aun que eso antes llenab a toda la existencia. N icolas Bouvie hizo la amaga expeiencia de esto después de habe ecorido tantos paisaje s sin embago . Ahoa la movilidad le está me did a. Hace mis te s o cuato kilómetos cotidianos I mposible , las pi ernas enseuida bloqueadas la espalda adolo ida , la mquina es lenta en desoxidase, todos los músculos se nie gan a despe ta. Tras dos o tes paadas cuando sentía que a máquina s e d esatancaba y yo alagaba mis zancada s co n la ide a de legar al cuato kilómetro el auto que deb ía bus carme para el regreso llegó demasiado tempano " . Se sie nte 108
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fustao de es e combate conta el tiempo , conta pe nas que se sustae n y que con tanta fec uencia lo pase ao n po el muno enteo. Las pienas sopo tan e todo s mo o s la cabeza y la tie a se nos a po la planta e los pie s" (Bouvie, 5 , 59) . Es imposible cee que la camnta se c onviete e n semejante lucha conta el ol o cuano uante tnto tiemp o fluyó con tanta natualida. Con su delicadeza acostumbaa, Pee Sansot tambié n habla de la medida que po ueza conquista sus pasos . Con los aos ié hacieno pausas. Volveé a apende a pone un pe elante del oto. Me po ndé o no un echape sen el humo el cielo . Recupeaé mi aliento e un banco a oto . Todavía más tade, llegaé a un pime banco y no pos eguié la aventua . M ás tae aún, me queaé e n mi apartmento . Acompaaé co n la miaa a lo s chicos que están en condiciones de ecoe la calzada" (Sansot, a, 97). Miguel Toga, povisionalmente mpotente paa esplazase, habla e su angusta: Camna ea paa m un place noce nte , mi manea pivi legiada e conoce el muno, l expesón más diecta de mi libea [ . ] . Con la piena extenda no sé qué va a se e m, inválio de cuepo y también e mente , poque nunca uno ha uncionado sin el oto Le falta a mi entendimiento la longtu de ms zancadas" (Toga 1997 99) Cas diez aos más tade, sigue caminano e n S o M atinho e Anta como en un a últi ma celebación e las colinas que tanto ecoó y amó : Toda la tade tepando , peeno el alento, cietamente po última vez , los pe ascos familiaes que ominan el Douo y ecibiendo, c omulgando po los oj os cada imagen deslumbante como un sacamento" 6 ) En los últimos años de su vida, .
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H . Hesse sie caminando en los bosques de M ontagola a pesa de sus doloes de spalda Peo con el coe de los días las distancias disminuyen . Poco antes de moi escibe : En efecto, me quedo duate semanas, meses e n mi oficina o en mi jadín, encontando aa vez el coaje de ecoe el camino hasa nuesto pueblo o incluso simplemene hasta el límite de nuesta popiedad" He sse, � o o o , 88). Rousseau, llegada la edad, y pese a su amo po la caminaa, de la que o deja de habla en su oba, conoce el mometo dolo oso e que su condició física lo abadona Debe esigase N o volveé a ve más eso s bellos paisaje s, esos bosques, esos lagos , esas floestas , esos peñascos , esas montañas cuyo as peco siempe me llegó al coazó n peo ahoa que no puedo ya ecoe esas felices c omacas no tego más que abi mi hebaio y este poto me tanspoa a esos lugaes" ( 1 96 4, 13 7) . Alguos objeos conjuan la viulencia del tie mp o e etia lo que lago iempo costituyó el so de vivir Diez año s después de su laga macha hacia la uta de la se da (infra), B Ollivie vuelve a pai paa u eco ido más modesto de mil kilómetos a pie y e caoa de las uentes del Loia e el monte Gebie de Jo nc hasa Nates. Peo no deja de int eogase Po cieto, tiene el senimiento pe noso de enc eas en la uina. Máime cuando alos años ate s, al baja del monte Blanc, sus odillas se desgaaon . Duate dos años se vio pivado de caminatas y ayectos a pie. Peo sobe todo está atomentado po su edad, el tiempo que pasa, la sensación que tiene de su envej ecimiento , aunque o lo expeimene físicamete Ya no es totalmente el hombe que ecoía el Asia diez años antes. oa tiene setenta año s.
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comieno de su viaj e previó 1 50 kilómetros a pie po r las orillas del Loira y todo el resto bajando el ro en cano a. ¿antarán mis viejas articulacio nes? igeré la mochila al máximo y prev distancias de conformidad con mi edad avanzada. No más de � kilómetros po r da. Tengo que ajstar un problema con mi nacimi ento . ¿S oy todava lo bastante voluntarioso y sólido para aantar hasta Nanes? [ . ] Deba volver a humanizarme poniéndome un poco en peligro . No se traa de enveje cer apaciblemente en esa casa normanda que amo , reconstruida piedra por pied ra" (Olliier, �0 09 , �) . A diferencia de sus otras caminatas, esta realmente no fue preparad a. J alonó su recorrido de contactos para recuperar el aliento y forjar amis tade s, p ero cuando se ve obligado a dormir afuera, descubre qu su bolsa de d ormir no está muy adapada y se pasa oda la noche tiritando . A menudo tendrá fro a causa de la lluvia , que casi no lo ab andona a lo largo de l viaj e . Atraviesa mo mentos de desaliento. Pero poco a poco recupera una buena condición física y su sto de vivir elve a tomar la delanter a. Camino con un placer regenerado, feliz de comprobar que los pequeños dolores que s iento e n las pi ernas y la marca roja debida a las correas de mi mochila son poca cosa al lado de esta evidencia: tengo la felicidad d e estar en frma, de ir todava a la aventura, de abrir pueras de vida" (61). término del viaje es otro nacimiento lo que lo espera. El sentimie nto de que la edad no hace nada a la vida, o por lo menos no tant o como uno lo imagina. bajar el Loira tuve mi carga de encuentros , de soledad, de miedos y de alegras, también de dificultade s, al navegar durante ese verano podrido . Sobre to do, tuve la ocasió n de ir un poco más lejo s en m mismo. A los 70 años , es .
caar. EOGIO De OS amos Y e i LenTUD
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grande el riesgo de considerar que estamos en el final de la ruta, que el trayecto de vida va a tomar fin " (5 9) Pero él lo sabe, el camino nunca es interrumpido mientras permanezca el deseo de ser llevado por él J . de Romilly vive en Ax en Provence , no leo s de la Santa Victoria pintada con tanta frecuencia por Cézanne a mon taña e erce s obre ella u n magnetismo que atraviesa toda su existencia Desde hace cerca de cincuenta años que paso to das mis vacaciones aqu y las empleo todas en esos pase os , los períodos se sucedieron unos a otros; estuve aqu en tiempos de erra y en tiempos de paz, casada y luego sola, oven y luego menos oven; ahora bien, nunca, poniendo aparte alunas expe diciones muy olvidadas de nuestros primeros o s aqu , ni casada ni sola, ni oven ni menos oven, caminé en otra dirección" ( , 1 9) Los años pasaron y, cuando escribe su libro , dice : Desde los diez años nunca ui hacia Santa Victoria sin decirme que quizá era la última vez, o en todo caso la última temporada : basta un fémur roto, o una fatiga en el corazón , y habrá que hacer punto y aparte [ ] . Bien sé que ninn recuerdo me devolverá el deslumbramiento de la luz ni la fres cura del viento ] N o, todo eso está perdido Pero lo ntento Y, sin duda, es a conciencia de una belleza ue de un momento a otro se me va a escapar es la que más me incita hoy a escribir" (18) a belleza de los paisaj es es un sacramento para aceptar la muerte, ayuda a enveecer J. de Romilly sabe que la luz que rodea a Santa Vctoria un da se apagará para ella, pero seirá estando pres ente como lo está desde hace tanto tiempo Esa imagen de la eternid ad es para ella un sosi ego y no un pesar Me acuerdo: cuando éramos dos a menudo exclamaba ' ¡ Oh! .
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Este camino ! ¡Amo este camino! ' ora que estoy sola no digo nada; pero siento una dicha que se esremece en mí" (50) Un día, el neurólogo Oliver Sacks camina en Noruega , no lejos del fiordo Hardanger amanecer , bajo un sol promiso rio, trepa el sendero que luego de varias horas conduce a un a pe queña montaña. Camina a grandes zancadas, regocijándose de su condición física irreprochable. Tras haber atravesado u n bosque de coníferas, se encuentra de pronto ante una curiosa barrera, y un cartel cuyo lenguaje noruego descifra: Atención al toro " , con el dibuj o de un hombre lanzado al aire. Se pre nta si eso no es una broma . Empuja la barrera y prosie su camino por un sendero más empinad o, siempre a buen paso . A eso de las o nce divisa la cumbre codiciada y se convnce de que estará ahí al mediodí a. Pero al zigzaguear entre las ocas tropieza de pronto con una forma que resulta ser el famoso toro , que lo mia primero sin reaccionar antes d e levanase buscamente . Primero dueño de sus reacciones y contolando su miedo , Oliver Sacks cede al pánico sabiendo que está to mando la decisión más temible . Y sin siquiea veificar si el toro lo sigue emprende una loca carrera rodando las colinas y termina por caer pesadamente siniendo un uerte dolor en su pierna izquierda. Siempre presa del terror, intenta levantarse pero su pierna se sustrae bajo él, incapaz de sostenerlo . Recuperando el aliento , diagnostica una ruptura completa del tendón del cuádriceps una dislocació n de la rodilla, una des garradura de los ligamentos cruzados, una herida ósea y tal vez varias fracturas. Estaba totalmene solo no lejos de la cumbre de una montaña, en una parte del mundo muy po co poblada. Lo más espantoso era que nadi sabía dónde e staba: mu bien camr. ELOGO oe 1s amos Y e r tenTITUD
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había podido moi en el luga sin que nadie pensaa en veni a buscame aquí" ( 1 987 1 8) Se olvida del too que sin duda se había quedado apaciblemente en lo alto de la col ina. No tiene ota elección sino descende con medios impovisados inmovilizando la piena y dejándose desliza sobe las nalgas. Sin luga a dudas, cada caminante tie ne sus cap ichos , y el de Sacks esulta se paticulamente feliz. Nunca sale si n su paaas incluso paa una tavesía. Lo sacifica paa hace con él una féula. Y en ese momento toma conciencia de que la muete no está lejo s, l día avanza y el fío comienza a hacese senti. Si nadie viene a socoelo antes de la caída de la noche, su existencia está en juego. Inicia el descenso topezando con la supe ficie desigual del suelo que intensifica su dolo. Aotado y dsespeado viendo que no es mucho lo que avanza, gita lagamente paa expesa su desampao y a la ve z co n la espe anza de llama la atención de alien. Peo se aepi ente ápido po miedo a que vuelva el too . Decide p emanece en silencio y posigue doloosamente el descens o. Deb e fan quea tabajo samente un aoyo que había atavesado alegemente vadeándolo a la ida hundiénd ose po com pleto en el aa helada. Congelado, en un estado en el límite del tance lucha conta las ganas de acostase ahí y esp ea apaciblemente la muerte . Toma distancia de la fascinación y einicia su avance . Imágenes de su pasado desfilan ante sus oj os como s i ya se pepaaa a moi. Ponto toma conciencia de que es a es su manea de agadece al mundo el habe vivido. Una música lo inunda y él se olvida en ella. Después de hoas de ese avance lancinante la noche cae Olive Sacks está tocando sus límites . De ponto , un gito esuena no lejo s de 1 14
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él Un cazador y su hijo han salido de su ienda ras haber oído ruidos en la maleza Esá salvado El hijo corre a dar e alera al pueblo Menos de dos horas más tarde, una banda de sóidos pueblerinos llegaba con una camilla" 32) . La avenura disa de esar erminada para él, pero esá a salvo En 69 2 e infaigable Basho, que se pasó la eisencia p e regrinando esá enfermo y en cama Compone u no de sus úimos haikus: Enfermo en camino / en sueños sigo reco rriendo / la landa reseca" Basho, 9 8 8 17) . Mu ere alnos días más arde Cuando la vida en su oalidad se componía de incansables caminaas es difíci resignarse a la inmoviidad , incuso cuando las pienas ya no soporan el peso del cuerpo E sueño oma e elevo, a imaginación recuerda que lo s aminos sien esando ahí Rimbaud e hombre con as sueas de vieno" como o la maba Verlaine que ano caminó en su juvenud es aacado por un cánce ue le roe los huesos Preendía se un peaón, nada más" pero paga caro su adhesión al comei o en Harrar y aribuye a a duración de as múiples ravesías de desiero a pie c o sus mercancías esa e nfermedad que o hace s ufrir erriblemene . Le ampuan una pie rna en j ulio de 8 9 en Marsella Vuelvo a andar con muleas escribe a su hermana Is abelle. Qué fasidio , qué faiga, qué riseza pensando en odos mis aniguos viaje s, ¡y qué acivo estaba hace solamene cinco meses! ¿Dónde esán los recorridos a ravés de los mones, las cabalgaas, los paseos , os de sieros os río s y los mare? ¡Y ahora a exisencia de un ullido ! " (99 9 737) .
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PreocuPac1ones
La luvia e s una d e las preocupaciones mayores del caminante , sobre tod o si el calzado no es resistente. La expos ici ón a l humedad es la cruz del caminante, su primer paso e n la senda de la abnegació n" (Fisset, � 0 1 0 49) s imposible detene rse en el bo rde del camin o, a menos que se e ncuentre un abrigo. A veces la neve es otro ob stáculo a la progesi ón, pero ocu rre que esos momentos son recuerdos deslumbrates . W G Sebald lo expe rimenta e n el Krummenbach, cuando trata de llegar a pie al pueblo de su infanci. Se detiene el tiempo de un argo alto bajo los últimos árboles para contemplar desde la oscuridad del bosque la maravillosa caída de nieve cuyo silen cio, en los campos húmedos y desiertos, sofocb los pálidos y delicados matices de blanco y de gris" . Cerca de ahí ve una pe quea capilla, tan pe queña que no acoge mucho más que una decea de fieles. lí se reuga: uera, arrojados p or la tempe stad, los copos desfiaban ante las minúsculas ventanas , y pronto tuve la impresón de encontrarme en una embarca ció n atravesando un vasto océano " ( Sebald, � 00 1 , 1 84) El tiempo que hace o que hará es l preocupación pe rmanente del caminante, que no experimenta las mismas emoci ones ni las mismas sensciones baj o la lluvia o el s ol, baj o la nieve o l tormenta Todo encuentro con otros itinerantes sol icita un comentario sobre la cualidad del aire y sobre el placer o el pesar de caminar en tales condiciones l tiempo e s el recurso 1 6
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elemental para entrar en discusión, luego es posible ir más en profundidad y evocar el recorrido y sus dificultades o sus maravillas. Un caminante es un hombre o una muj er que e nfrenta los problemas con ecuanimidad. Sabe que el camino no se some te a su voluntad por el solo hecho de que él lo toma, y que el alejamie nto de la comodidad de la vida cotidiana tropieza co n sinsabores men udos que justamente constituyen la sal de la caminata y sus recuerdos más arraigados . En septiembre de 1 878 , cuando el joven Stevenson se lanza entre Le Puy y Saint Germain de Calberte, choca con muchas sorpresas . Caminar por nada, por el placer, parece bastante sinlar a las personas con las que se cruza y en ocasiones es desairado por aguafiestas a quienes no les gustan los extranjeros. Su burra Mo destine no siempre facilita su progresió. Pero no deja de po ner al mal tiempo buena cara. Cuando dos niñitas a las que pre gunta su camino al caer la tarde se burlan de él sin responderle , escri be e n su diario de a bordo aquí teníamos a un par de tontas descaradas y socarronas que solo pensaban mal. Una sacó la lena delante de mí, la otra me dijo que siga las vacas y las do s se pusieron a reírse baj ito y a codearse. La bestia de Gévaudan' devoró alreded or de un centenar de niños de este cantón . Empezaba a simpatizarme" (Stevenson, 1 978 , 6 1 ) . Ese mismo día, obligado p o r l a falta d e hospialidad d e los campesinos de la regió n, se resigna a dormir al descampado 1 Animal mítco antropófgo que supestamente asoó a región de Gévaudan entre 176 4 y 17 67 , y al que se le atribuyen más de un centenar de ataques mortales contra personas . [N de T.]
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a pe sa del vento y el ío Pimeo come e n deso den sus povisiones, tagando chocolate y salchcha al mismo tiempo , tomando aadiente puo po que no ti ene ota co sa a mano paa sacase la sed Peo esa noche, escbe , cené con buen apetto y mé uno de los mejoes cigallos de mi vda" ( 68). Dueme mal debido a una pieda ajo su bolsa y los golpes con ls pezuñas que da a veces M odestine , y sin embago nada me noscaba su buen humo A despeta obsea hasta qué punto la noche inalmente fue cómoda y agadable, pese al tiempo espantos o La pieda que me había molestado había podido no esta ahí; había poddo no veme obligado a acampa a ce gas en la noche espesa ", y concluye : No había expeimentado ninna mpesón de ío y me había despetado c on una claidd y una ligeez de sensaciones extaodinaias" Cuando contempla el paisaj e a su alededo , se sie nte eliz: H abía buscado una aventua duante toda mi vida, una simple aventua sin pasión, tal com o les ocue todo s los día s a heoicos viajeos y encontame así, una uen mañana, po aza e n un luga despejado del bosue de Gévaudan, ignoante del No te como del Su, tan aj eno a lo que me odeaba como el p ime hobe en la te a, continente pedido e a ve ealizada una pate de mis sueño s cotidanos" ( 70) Stevenson sie mpe ve el vaso medio lleno , coo un caminante que no deja de medi su suerte y se niega a dejase abati po detalles Peo la camnata es una escuela de paciencia , en nnn caso esignación, po el contao , sno que enseña a no pecpitase y a ajustase a las cicunstancas , ya sean elces o complicadas El camnante es un tista de las ocasion es
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Paseo
Un pa se o interrumpe las tareas diarias, un poco co mo el recreo suspend e la clase . Es un intervalo e ntre diferentes activid ad es , es más breve que una excursi ón y se efectúa en las cercanías de su domicilio Es una manera cómo da de recuperar el aiento, de darse un momento de reflexión o de relaj ación si n aventurarse demasiado lejo s . Se pare ce a una forma de higie ne , lleva a salir de su casa para i r al encu entro de los otros o del espaci o, y recuperar un mo mento de prese ncia corpo ral en el mundo Para un os, es una respiraci ón entre varias actividades , o bi en una manera de amenizar su jo rnada con un poco de sorpresa y, para otros, a oca sió n de restaurar el lazo soci al al cruzarse con veci no s, saludar a aegados o a residentes También e s un a manera de ir a saludar al genio de los lugares a lo argo de un recorrido privilegiado a través de las cales o los barrio s aprecia do s. Se hace callejeando c on una actitud i ndolente y disponibe a todas las curiosidades . Sin obj eto , sin ojetivo , es un mero uso del tie mpo al correr de las circunstancia s Responde a la necesidad interior de restaurar un instante la carne del mundo encontrando un más amplio uso del cuerpo . En páginas famosas, Marcel Proust (1 95 4 161 sq.) evoca los paseos rituales de s familia cuando aún era un niño E del lado de M éséglise, el más rápdo , se desarrolla arededor de Cmbray, reseado a los días en que el tiempo es incierto, con camnar. EWGO De ws amn os Y De LenTITUD
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la posibilidad de eplegase bajo la bóveda de los ábols del bosue de Roussainville en caso de chapaón Es e l lado d e la casa de Swann poque la uta pasa delante de su popiedad Méséglise si gue siendo paa el joven M arce! algo inaccesi ble como el hoizonte , sustaído a la vista, p o lej os ue se ea, debi do a los pliegues de un treno ue no se parec ía ya al de Combay" Pous t recueda sos mo mentos e n ue el chaparón sorpendía a la familia y en ue todos corían a esadase bajo el pótico de la iglesia de Saintdé des Champs En el camino de Mé séglise , a menudo sueña con a apaició n de una j oven ue había sido com o la eanaci ón misma del paisaje El paseo p o el lado de Guemantes es más lago , más me diativo, e implica habe medido bi en os riesgos de lluvia Mañana, si hace el mismo tiempo , iemos po el lad o de Guemantes " , decía el padre de Pous ob servando el s ol La familia salía eonces p o la puta del j adín y s ponía en movimieno p o la calle de Perchamps , strecha y llena de gaíneas. El paseo bo deaa ago iempo el cuso del Vivonne y en oc asiones lo fanueaba Como las oillas en ese sitio ean muy pobladas de áboles, sus gades sombas daban al aa un fondo ue habitualmene e ra de un vede os cuo pero ue a veces, cuando volvíamos alnos atadecees aquietados de tades tomentosas, he viso de un azul clao y cudo, que tiaba sobe el violeta, de aparien cia dividid a y sto japon és" (� 3) A la hoa de la meienda, todo l mundo se sentaba ente los liios del bode del agua pa a miar las capas A pesar de sus sueños sin embago , el j oven Poust nunca pudo remonta hasta la fuente deVivonne , ni alcanzar 1 20
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Guermntes que seuía siendo un lugr mermente i mgi nrio i ncluso pr él Frente l multitud de ls sensciones que lo trvesbn durnte esos paseos, lmentb no s er un escritor fmoso" pr notr ess impresiones ess e mocio nes que lo impregnbn. Entonces , muy fuer de tods ess preocupciones literrias y sin vinculció n ln co n ells, de pronto un techo un reejo del sol sobre un piedr, el olor de un cmino hcín que me detuvier por un plcer prticulr que me dbn y tmbién porque tenín el aspecto de ocultr, más llá de lo que yo veí, lgo que invitbn tomr y que pese mis esfuerzos no logrb descubrir" ( z 14) Pr Proust cd detlle se vuelve un mundo cuy trm no dej de recorrer todví muchos ños más trde . Estos pseos mrcn su sensibilidd pr tod su existenc i. El ldo d e M éséglise co n sus espinos, ss cinos , sus mpols, sus mnznos; el ldo de Guermntes con su río con árboles des mochdos sus nenúfres y sus botones de oro constituyeron po r sie mpre j más pra mí l figur de la región d ond e me strí vivir " Aluns págins más lej os ñde : Cundo en ls tardes de verno el cielo rmonioso ge como un fiera slvj e y cd uno refunfuñ por l torment es e ldo de Mé séglise l que debo el hecho de quedrme solo en éxtasis , respi rndo , trvés del ruido de l lluvi que ce , el olor de lils invisibles y persistentes " (zz 3) . Si n lugr duds cd uno de nosotros en sus lugres f milires conoce su ldo de Méséglise, más coto, y su ldo de Guermntes , más enigmátic o, soñador, abierto l co ntempci ón. El p se o otorg n repertorio fectvo ue se declin e n diferentes recorrdos definidos por e hmor camnar. EOGIO e LOS ai nos Y e r 1enTu
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del momento y el tiempo ue hace . El pase o es una peuea y bella escapad a fuea de lo cotidiano , pe o si empe baj o s u égida, no tie ne la solemnia d e la tavesa, ni s u com p omiso fsic o N o está fuea de los te itoios familiaes , pe manece en lo cono cido y tiene a mano un a pos ibilidad e etono e n cas o de lluvia. Me basta co n cea lo s ojos y ve la campia cea de l castillo de Coulenes en Loué , y los dos caminos de pa so s ue tomaba en ocasioes mi abuela o mi tía en mi comp a a . Los dos llegaba n al Vge . El pimeo ea muy conocido, peo el sendo , más ao y más lago ea tanto más miste io so paa m. Nunca dej é de camia po él inteiomene con mi caa e pesca y sob todo , c on l fascinació n d e descubi el ío tas una laga macha po cminos e tiea o , paa el pase o más coo , de descubilo suien do una e ueña uta sob e la ual aamente pasab a un auto. La anspaencia dl Vg coiendo soe las pi ed as siue si ndo paa mí una de ls iágenes pe cio sas del misteio al lcance de la mano p o si empe susado Los paseos de l a i nfancia nos conduce lejos en e l tiempo , no dejan d e ealiza se una vez más El escito Rob rt Walse abanona su gabinete de tabajo (o de fantasmagoas, como él lo nomba) Olvidé ápido ue todava un momeno antes , en mi oficia, allá, umiaba pen sam iento s lúues ante una hoja e p apel vaca. La tiste za, el sufimiento y todas las ideas penosas haban como desapa eci do, aunue expeimentase aú con ueza cieta gaveda dlane y etás de m" ( 987 , 1 0 Sali uea de su casa paa aise a la deabulaci ón en las calles o los aleeoes lleva a un cambio adcal e humo No es ya el mismo hombe que 1 ii
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languidecía e n su casa el que ahora camina sin rumo fij o y ai erto a as soicitaciones de su progresi ón. Todo paseo es un a odisea minúscula, como o iustra el reato de Waser, que hala con ternura e ironía de la gente con a que tropi eza, de los animaes, de as tiendas, etcétera. R Walser ( cadée, z o10) es un personaj e fasci nante ani mado de deseo de desaparecer de s í, está ose sionado po r o que amé a ancura (e Breton, z oo7), es decir , a vountad de dejar de asumir as oigacio nes de a id entida d. A pesa r de sus libros rechaza todo compromiso en un mundo donde le cuesta traajo reconocerse sin estar jamás en posición de rechazo a su resp ecto . El mundo está ahí , p ero se de sinte resa de é po rue si fuera preciso estar presente haría que asumir su nomre, su historia, una respo nsailidad . Cosa a la cual simpre se negó. Para desaparecer se confunde con e rol que se le atruye, se orra co mo actor de su existe ncia . Escritura de la ausencia, de a disancia de una suerte de ternura de sengañada, e n apariencia sin es pes or, y que sin embargo suscita a admiración de Kafka, de M usi l, de Hes se, de Benj amin, de Tuchols. Trastornos psíquicos con duc en a su internamiento en Wadau e n 1 9 z 9 . gunos años más tarde , transferido a He risau, dej a definitivaente de escr iir. Se pasa la vida haciendo traaj os menudos en el hospic io , echa una mano valiosa a los audantes de enferme ría para as actividades de limpieza, selecc ona las lenteja s, los p oroto s, las castañas, pe ga olsas de papel y se ni ega a hacer otra cosa de su existencia. Lee, pero poc o, y se esfuerza por mantene rse a distancia de toda sociailidad . l hosp icio es su refugio , su monasterio. ero le gusta apasionadamene amnar. EOGIO e LOS cminos Y oe t tenTJUD
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caminar. En 1936 el escrit or C Seelig se e serza por ganar su confianza a pesar de sus retice ncias . Poco a poco se anuda una amistad entre los dos hombres a despecho de las aspere zas de carácte r de Walse r. Regularmente se encuentran para caminar juntos. R. alser espera a su compañero en la esta ci ón y emp ren den una caminata a través de las co lin as o la montaña indiferentes al tiempo que hace. Los dos hombres hablan so bre la literatura, los escritores que conoció alser; a menudo se callan, se detiene n a tomar comidas delici o sas e n los restaurantes que encuentran en s u rta. As, po r ejemplo, el �3 de agosto de 1 9 3 9 : Realizamos el trayecto He risauil, sin dejar de charlar, en tres horas y medi a. enemos la impresión de estar calzados c on patines , de tanta comod idad c on la que avanzamos . De vez en cuando Rob ert hace que preste atenció n a un prado particularmente bello , a un banco de nubes o a alguna residencia barroca . [ . ] É l está muy alegre , e ncantado de compr obar que recorri mos veintiséis kilómetros en tan poco tiempo , con apenas un vaso de vermut a manera de ' combustible [ . . ] Almuerzo en el restaurant Im Hof donde comemos a cuatro carrillos " (Seelig, 199 � 34) . Con el correr de los años , in numerables caminatas reúnen a los dos hombres mientras que a algunos kilómetros de ahí Europa se incendia, para luego recon s truirse guos das antes de su siguiente encuentro , el d a de N avidad de 5 6 , R. Walser realiza su pas eo acostumbrao en la campiña nevada Camina hacia las ruinas del Rosenbe rg para mirar el paisaje magnfco de los Alpes d esde allá arri a. Trepa e ntre las hayas y los abeto s. De p ronto el c oraz ón le falla, cae hacia atrás y acostao sob re la es pal da apoya la
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mano sobe el pecho. Mue e en la nieve , en pa z. En una de sus nouvelles soñó con semejante muete adju dicándos ela a un joven poet a Más tade unos niñ os lo descub en y dan la aleta . R Walse muió e n su último pase o . Ota manea de desapaece, más común. En una cata de z6 de eneo de 1 7 6z , Rousseau habla a Maleshebes de su ansia d camina y de soedad: Ates de la una, hasta lo s días más caluosos , patía co n el sol a pleno , apuando el paso, en el temo de que alien vini ea a apode ase de mí ante s de que hubiese podido escabullime ; pe o una vez que podía da vuelta cierta esquina, comenzaba a es pia sintiéndome salvado , dici éndome ¡ He me aquí dueño de mí mismo po el esto de la jo nada! ' . Me diigía entonces con un anda tanquilo a busca algn luga salvaje al bosque, algún asilo d ond e pudi ea ceeme el pimeo e n enta, y donde ninn oto viniea a intepone se ente la natualeza y yo [ . ] Volvía con lentitud , con la cabeza un poco ftigada pe o e l coazón contento; descansaba agadablemente a l volve, entegándome a la impesión de los objetos, pe o si n pede, sn imagna, sin hace ota cosa que senti la tanquilidad y la felicidad de mi situación" (en Gos, z o 1 1 , 1 50 - 15 1 ) . Si paa algunos el paseo, que genealmente nunca leva muy lejos de la casa, es un momento de eencuento co n sigo mismo, de toma una leve distancia especto de la vida cotid iana y sus eo cupacion es , pa otos nunca está totalmente alejado de una bsqueda de sociabi ida d, y es en efecto popic io a algunos e ncuentos, hasta paa hace compas o ealiza mínimos exámenes . D eambulac ión donde los saludos son mutuos y cada uno pemanece e n su luga en .
camar. ELOGIO e LOS amos Y oc 1 1.enITUD
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una epe e peci ciee de activida actividadd que olo compromete co mpromete a la la uperf upe rfii cie de d e í . Da la la enació e nació de que uno etá ie mpre inmero en lo movimiet movimieto o del mundo mundo.. Cada día, a lo laro laro de toda u vida, vida , Thoeau Thoeau camina alrededor de Concord. " Creo que no puedo pue do coeva coevarr la salud y la mente mente a meno que pa e c c mo mínimo mín imo cuatro cuatro hora por día y en en lo po p oible ible má vaad vaadoo por lo bosque , la colina y lo campo campo,, totalmente totalmente libra do de toda peocupación material material (1 9 9 4 , 8�) . De D e u u amo po la caminata hace u ofici oficioo . Recre lo alred alrededo edorre de Concord Con cord para medir medi r la la uperfici uperfici e y defini definirr lo límite de la propieade de un un y otro. otro. M ora ora ecritor ecrito r y médic méd icoo por po rtuu tuué é , frecuenta recuenta la inmediacione de Coimba. Decl De clara ara e un "verdadero eófa eófao que diariame dia riamete te nece ne ceititaa aluno aluno kilómetro de comi da. Devoro la la llanu llanura ra como i taar taaraa pancito, y me arrojo obre las montaña como obre la papilla de mi inf infancia (Tor (Tora, 1 9 8 � �8 5) . El paeo pae o e otra otra manea de aciar aciar e , de alimentar alime ntare e del mundo mundo al tiempo tie mpo que uno e alivia de la la preocupacione del dí a. El paeo a menudo pe rmanece manece en el recinto de la cuad o del puebl, hata el barrio, no e aventurero porque simplemete si mplemete buca la tranquiliad tranquiliad y un un ecabullire d e lo cotidiao cotidia o.. " Eté lid o feo , mi ctumbr ctumbree e ir a eo de d e la cinco cin co de l tarde a paear al al Palai Palai Royal. Soy Soy yo ee e e a quien qu ien e ve ve iempre i empre olo, oñando e el ba banco nco de Aenon. en on. Platico Platico conmio mismo e política , de amo, amo , de guto guto o de filo filoof ofía ía (Dideot, 197� 3 1 ) . Peo eo familiar, familiar, si s i embgo embgo , e u senda d extrañmeo. extrañme o. J . Grcq lo ecuentra aluos pao de caa e un pqueño vl vlle le del vre vre , u pequeño pequeñ o afluent afluentee del de l Loira. " ¿ Por qué se arrai arraió en e n mí tan temprao 1z6
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qe, qe , si el viaj viaj e solo -el viaj viaj e si idea de de reto rnorno- abre para nosotros nosot ros las pertas pertas y realmente realmente puede cambiar camb iar estra estra vida vida sortilegio sortilegio más oclto oclto,, qe q e se empareta co el maejo de la varita varita de brj brj o , se e al paseo etre etre to do s preferdo preferdo a la excrsió excrsió si aet aetras ras i imprevistos imprevistos qe o c od odce ce e algnas algnas horas a estro estro pto de cotacto , al a l cerre ce rre de la casa famlar? " (Gracq (Gracq , 1 9 8 ! 9) . Lo qe importa importa o es el camio camio sio lo qe el caminate caminate hace de él.
1.e TIUD cainar. ELOGIO ne w s m o s Y ne 1.e
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aminar en. La c1u a
No siem si empre pre se sabe sab e por po r qé qé na na cia ci a to ca a no no a ta ta pnto mientras mie ntras qe otra se s e le escapa y propociona propociona una una sensac ió e malestar malest ar En semej semej ante apego apego hay hay e mismo mis erio er io qe para e rostro qe esmbra y eja s in voz . Las paabras se veven speras speras , as razones ejan e ener vigenc vigenc ia, ia , so na baaizació y na na tor to rpe tati tativa va de comprene lo qe se sstrae Ni s iqiera iqiera es simpre a bela cia cia o qe conmeve, conmeve, a emoción se jega jega en otra otra pare, pe ro ¿ ón e? En n lgar lgar inaccesibl. Cad a caio tiee ss espaios, ss recorrios recorrios p reiectos reiectos expe expe rimentaos co el co rrer e ss activiaes activiaes y qe él o ma e mane ma nea a ívoca ív oca o qe qe varía sen s hmor hm or,, s grao gra o e fatig fatigaa o e ispo nibiia , el tiempo qe hace , s es eo e apresrarse apresrarse o e calejear, calejear, os manao s qe qe tiene q e hacer a mita mita e camio , os rceros qe qiere revisita revisita r, los enceos enceos , et c La cia cia o exis existe te sino po r los esp azamietos e ss habitan habitantes tes A salir e s casa la invena invena vivi vivifficáola con ss recorio s, ss ss encenros , ss fre fre centac centacio ioss e e e das, das , j aies públ os , melles melles , lg lgares ares de cl clto to s, esacito , stacioes, salas salas de espetáclo espetác lo , afés afés , etc et c . Los cam as s o l sigo sigo de s vital vital a o s ao rmecimieo , pa o dl abr abrrmi rmi to El fluir fluir l tiempo ritma ritma os momeos mome os aricul ariculars ars de sus actividad actividad es . ·�8
1 avn Le reTo
N ngna cdad proporc ona las msmas m pre s one s o la msma atmósfera de n barro a otro cada uno po se e s snglaridad , s amb ente , s s engmas . Toda cdad conte ne innmerables otras cdade s y para el mismo camnante o el msmo habtante innumerable s capas afectvas qe no dej an de modifcarse sen s hmor. La dad constrye s propo cosmos sepa rándose del resto del mndo b orra las colnas los bosqes los campos , a veces hasta los rí os l os pantanos los lagos . En un peblo los hombres hacen benas migas con el s ol el vento , as fente s , el releve ; c onstryen n pñad o de vivend as e n na relacón intensa y sensble con s etorno . La cdad a la nversa, recompone el mndo sn preocpac ón por el pasaj e para da r pa so al asfalto y al ce mento . Las estacones le resltan ndfe rentes po rqe dspensa todo n horizonte de artfcos qe las torna sensib les solamete po r el frío o el calor la canícla o la neve . Ls msmos pestos del me rcado so n engaño sos pesto q e las lembres o las frtas venen ahora de todo el mndo o be n son co nservados en frío . Ahora se come n ce rezas mrando caer la neve por s entana La cdad da al camnante ss propas cronologas qe son e otro orden festeja s rbanidad, no s rurali ad . Lc es y grnaldas de Navdad , fegos artf ca les del nevo ao , aparcó de te rrazas de cafés presentacó n de las drieras c amb io de la s mágenes publictarias según los mercados del momento, tc. Celebracón de la mercan c a y de la vda co mún y no metaorfos s de la natral ez a. Las calles peatonaes son más bien favorables al comerc o. " La mtit as psotea más que clle earlas . E n na vacuia ainr. oG10 oe ws cami no Y e L teTun
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cercaa al aburrimiento [ ] . ¿ Cómo se pudo co mparar el calleje o co el shoppig? La mercacía, que allí tie e el primer papel, fascin sus fieles y o les descubre a mirda amorosa, soñador, de e divaga lo largo de u ribera o de ua calle haitda por los siglos , el que p refie re los rostros y la pea y las alegras de l hombre a los oje to s, po r raros que se (Sansot, � b, ��7) Yo me sieto cercao a lo que escribe G Jouanard a propósito de las ciudades "era del tie mpo taladradas por callej ones , atolladeros , pasaj e s , arcadas , pequeñas plazas, adornadas de pórticos, de froto e s, d e entramados de mdera , allí la esoñació " adquiere su auge de máxima evergadura (Jouanard, � , 1 78) Se trata etoces de cidades vivas, curiosas, hospitalarias para el callej eo . E gra medid os ahorramos los negoc io s , o bien so tendas clásicas y o egocos de recuerdos repletos de obj etos fabricados e Asia. Las veredas so a la medi da del camiante pe ro muy fre cuetadas. No so sede ros, o retieen ingua huella de pas os No se trata de añadir su piedra a moj ó n so pena de qe le pogan ua multa por trabar la circulció . Aquí los úicos mojones so a meudo las bosas de plástico o las otellas que cubren el suelo de algunos lgares J ohn Mir, el des cubridor e "i nvetor del valle de Yosemite , infatiga le caine e n las corcas meos se ras y que pod a orie tarse pa a lo largo de ce teas de kilóetros en el gra ore o los bosques, decía que se pe rd e ls corredores de l os hotees de ueva York El da e qu e busca Central Park renucia uy rápido p esa do e unca lo ec otrará "Me setía ceamete perdido e me d
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oavrn L C BfTO
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de esas inmensas multitudes, del estépito de las calles y de esos e diicio s enomes A menudo me d ecía que de buena gana iía a exploar esa ciudad si, c omo una egión d e colinas y de valles salvaj es , estuviera vací e habitantes " (M ui , z o o6 , 13 5) . A dierencia de una camita e la campi ña, la ciudad no ofrece animales e no se lo s pe os y la s deyec cion es que salpican las veedas Rarame te se ven gatos , a menos que sea en un bario apacible con j adine s; p oc os pájaros , salvo qu e se vaya a un paque Ni ngna posib ilidad de ve un ci ervo o un zoo, a menos que se de ambule en una ciudad el Canadá, al note , y se topie ce c on un lce o un oso Po cie to, el encanto o el aburimiento no son más que una cuestión d e miada Aunqe se trate de diigise a su tabaj o o de eecta una taea en l a ciuad, a l peatón l e co espo nde deja de ve su eco i como un tayecto sino como una pogesión d onde los send eos son eemplazados po las calls , los áboles po las casas y las uentes por caés o teazas menudo, cuando un desplzamiento es uncional el peatón camina con los ojos atornillados al suelo o atento solamete a los peligros que se ci ernen sobe él: los autom ovilistas , las iregulaidaes del suelo, por ejemplo A alza los oj os sobe las fachdas , l abndoase l ecori o, esc bre otr o muno , y la uta tantas veces tomada se vlve de proto misteio sa El camiate ubano se conviert en trotacalles , aue a menuo esté transformado e peató n D constrye el principio de acionaia y fcioali qe rige a a ciudad Convierte a s calles e espacio de eambulaión cosagro al place y l desimi eto , al mero eo y o camar. ELOCIO o LOS amins Y o e 1Tl'uo
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ya e u espacio de utilidad o de obstáculo a la progresió cuado , p or ej emplo, se trat de ir a su trabaj o o a hace r ls compras De medio , la ciudad se co ierte e u i e sí, u lugar de ida . Etre los recorridos requeidos por ua tar ea y aquellos destiad os al paseo o a la exploració , cada camiate urbao dibuj a e sus itierarios diarios u ocas io ales ua tela iisible el espci o, deja huellas que sol o a él pe rteecen y que dibuj a su propio rostro . La camiata urbana es co frontac ió con la muchedumbre , co el anoimat o. Las coresías que acompaña el ecuetro de los camiates, los saludos , el itercambio d e cose os , las mesas compartidas e las posads o los restaurate s del borde d e los camios ya o está a la orde d el día . Los ritmos de progrsió trsige co la des idad de las veredas , a ec s implica pe rde r su ritmo deb do a la mul tiud e e sp era ate u restaurate o la idria tetad ora de ua tie da La ciudad es el campo del hombre apurado y, queriedo gaar t empo, a ec es atropella o recrimi a, ol ido e ocasio es iquita la progresió de las pe rsoas de eda d , cuya letitd parece aacró ica por la prisa d e la mayoría de los peatoes Los espacos de dea mbulació so aquellos que deja dispoibles la s iiedas y las i raes tructurs ruteras. Espac o míimo que a eces exige pegarse a los demás y eje rce r alguas co torsi o es para iar los autos estaciodos e las eedas . El trotacalles es el rtista de la ciuda d ua espe ci e de d e tectie eamordo que obse ra a los traseútes as como el detalle d las cadas o e miete de las calle s. No está e busca de u crmial s o e uellas elices de da , de 13
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ecena que lo conmuevan o lo regocijen, de coa ara narrar o rememorar. Los indicio que buca carecen de otra utilida má qe delumbrar el intante Para Baudelaire , el trotacalle e "el ríncipe que goza en toda arte de u anonimato [ . ] tar fuera de u caa sin embargo entire en toda parte en ela ver e mundo , ear en el centro del mundo permanecer oculto al mundo (Baudeaire , z o 1 0 , zz). Él deeña lo adorno má eviente e la ciudad, e interea poco e n u oroele, ino má bien e n e l revé de u decorado, en u caminante, e n u rumore, en su itinerario que impican alir de la vereda má frecuen tada ara tomar la callejuela. "El valor de la ciudade e mi de or el número de lo lugare que reervan a la imro viació n (Kracauer, 1995 77) sacios abierto c on su línea de fuga que on la calle, la avenida, lo buevare , la ribera de un río, l os monumento, o jardine úbli co, lo baldío, a vece on uerao or montaña como Grenoble o Santiago de Chile. Son lugare donde uno e pierde porque iempre on un poco laberíntico "Etaba en n café del suburbio de Zagreb, in apuro, con un vino blanco delante e mí Mi raba caer la tarde, vaciare una fbric a, aar un entierro ( ie denudo, añuelo negros y crces e latón) . Do arrenajo se eleaban en el follaje de un tio Cubierto de ovo, con un imiento mordio a edias en la mano derecha, escuchaba en el fono de mí cómo a jornada e demoronaba alegreente como un acantilado. Me esti raba, tragando el aire or litros ensaba en las nueve vas proverbiale del gato; tenía en ve la imresión de enrar en la eguna (Bouvier, 19 z iz) .
camnar. ELOCJ ne LS am nos Y ne i Le-Tun
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En a marcha urbana ya no se trata de tomarse e oivo sino as caes' y de dejarse ir a correr de as veredas. "N unca [ ] me voy a deshacer de es a manía inveterad a, ni siqui era por competo de a iusión de que un mensaj e est á contenido en ese hormigueo de as paabras de as caes de París (Réda 1 997 79) . El trotacaes está a a vez en una conciencia aguda de su disp onibiidad pero simutáneamente está inmerso en una conciencia fotante a os detaes que o rodean construye noveas mirando a os paseantes sus recuerdo s o evan a un perío do antigo de a ciudad que co noció bien. Camina en e tiempo y en e espacio pero e tiempo mismo se de cina en muchas capas sedimentaria s y e espacio está compuesto de cantidad de paseantes caes muees igesias o monumentos. E trotacaes , p ensaba W. Benj amin es aque que presta un " ama a a mutitud (Benjam in �004, 63) No ve ya su compactibiidad sino a singuaridad de cada hombre de cada muj er. Un día a Bazac se e ocurre sentarse en una sia en e bulevar de Gand en París y observar e andar de os paseantes. Para é " es a fisonoma del cuerpo (Bazac 19�6 31 ) y revela sus particuaridades morales. Traza as una serie de retratos: "¡Tantos hombres tantos andares! Tratar de describiros .
Un jego d plbras imposibe de tradcir: a expresión qe hemos tra dcido por "tomarse e oivo s e dice en fancé s p rendr e l a cl des cham p s. qe iteramente sigca "tomar a lave de os campos La frase litera diría "no se trata de tomar l llave d los campos sino la de las cales . y es evidente qe e ator apea más a s literaidad qu a s significado (qe es precisamente "omarse e oivo "poner pies e polvorosa ) [N de T.] 1
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completamee ser a qerer bscar todas las desiecias de vicio , todas las ridicleces de a sociedad , rcorre el mdo e ss esferas bajas , medias, elevadas Recio a hacerlo (53). De aso, el camiate rbao sorprede acotecimie to s de la vida de o s y otros, espia rametos d e existecia y transorma la cidad e teatro cyo palco pricipal ocpa Está presete ahí dode sobreviee icidete s, costruye él mismo itrias obsevado a los o las qe pasa Uo recerda poemas de Badelaire o de Ne val a este respecto El peató es el especador privileiado de la comedia social E l caé es e l lar de o e l a ciudad, e l espacio dode esta a gsto , donde recuperar el alieto U sitio de ecetros y de comodidad dode comer y beber, dode tomar otas sobre la deamlació , dode obsevar las caras y los movimietos de los traseúntes Los bacos so oass , lares de descaso y de recostcció de o tras la satiscció de los setidos Pero se velve escasos, y a medo disasivos cuado los divide barras para imped ir qe los si techo s ac esten Vivimos es e mdo siglar dode se derrocha tesoros d e igeiosidad para imped ir que hombres o muj eres oce de mome to de paz si perj dicar a adie Los bacos so tambié asedia dos por la crclació atomotriz, y ocurre icluso qe alos autos estac ioados e s proximidad impida s etarse "Ya sería beéico istalarlos e mayor úmero all dode la crclació atomotriz o soq a s peato es, sabiedo qe por otra parte los hombres, a ve istalados bac o, so capaces de agatar el estépito. iíase q s apoyaro e promotorio, q e desde s ltra ispeccioa espec táclo qe o puede icomodarlos ( Sasot, �a, 1 6 9 )
camar. ELOGIO ne LOS amnos Y n e ta LcTun
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Camar e la cudad abre la posbldad de e ncuetros es pe rados, avazar al aar de las calles es como arrojar los dados e busca de lo memorable . A tomar ua calle más que otra el trotacalles gora los descubrmetos que será los suyos o aquellos que o habrá logrado . La calle que yo creía capaz de entregar a m vda sus sorpredetes desvíos , la calle co sus quetudes y sus mradas, era eleeto evetual: allí, como e gua otra parte , veía de dóde soplaba el veto de lo evetual" (Breto , 1 9 �4 1 1 ) . E eecto hay ua graca e el hecho de deambular s otra preocupacó más que mrar a su alrededor los detalles que se orece de maera permaete a la atencón G. Perec propoe ej erccos de magac ó para amenzar el paseo . Hacer llover lluvas dluvaas, hacer crecer a herba , reemplazar a la gete por vacas, ver aparecer, e el cruce de la calle de Bac y el bulevar Sant Mchel, ce metros por ecma de los tejados , a g Kog o al rató rt cado de Tex Ave" (Perec, 197 74) . La po étca del espaco se prologa a veces e aquella de los ombres de las calles . Por otra parte, o mtía u elemeto ese cal: el tíulo de las calles, es decr , sus ombres , cada vez más alej ado s de la realid ad topográfca [ . . . ] . Mlle. de Lacordare y Guteberg acoge la Rosre des Bergers de las Ceveas [ ] . los ayuadores del Caro, Bos Eats, se reparte u crece te sobre e l Ma l y pasa e los Petts Champs la jorada del 4 de septembre" (Réda , 19 97 79) . P. Gllore lo recuerda , alguas calles so ua er só e el mo: Dowg street, el Qua d'O rsay, la perspectva Nevsk, el Abat, el Strp de Las Vegas, la Caeb re y cuátas otras . . " (Gllore , � � ��) Cada caate urbano lleva e él ua 1:
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mitologa , es el ico e coocerla, ae por spesto e ocasi oes se c ruza co la geografa iterior de os otros . M amigo Carlos Trasma, d e Beos res, a l residir e la Gotte d 'O r, estaba pertrbado al hablarme de L 'ssommoi r de Zola o d el libro de Torier e lleva s ttlo E Benos Aires no de o de imagiar qe proto voy a cruzarme co Borges o Co rtázar, a tiempo qe sé ue ellos mismos o reco ocera casi a cidad qe frecetaro e vida Camiado e Neva York tego si empre la sesació de figurar e los decorados de film: Broadway, Wall Street, el pete d e rookly, la ibrería Strad, la estatua de la Libertad, Elis I slad , la Quita Aveida, etc A veces so lugares más modestos pero tambié frecetados por el cie o la iteratra: el pasaje Pommeraye e Nates, ta decepcio ate e la actalidad co ss tedas covecionaes y s mltitd Me acerdo hace mcho tem po, todava hmilde, co u librero de ocasió que me gustaba visitar Me acerdo tambié de la primera vez e el blevar Sait Miche e Pars Camiar largo tiempo despés e la ciudad do de se pasó l a ifcia es como camiar e la discotiuidad de tiempo , se mezcla períod os diferetes , lo s espacios se etremezcla Los pasos se realizan e el espesor de lo imagiario . E s mayoría hemos crecido e ciudades e ya o ti e e ada e comú co aqellas e hoy coocemos Las co stelacioes afectivas e os llevba por las calles de iño , dolescete o adulto co recorridos predilectos, recuerdos preciso s, desapa rece poc o a p oc o co la s reovacioes urbas . Otra cidd toma pose sió n de la atia y os despoa de la ifacia Los iejos barrios so moderizdos, p ero todos se parece, co mnar. EOGIO e LOS caos Y oe enTD
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los mismos letreros comerciales, los mismos negocio donde se alternan los rstaurantes y las tiedas de calzao o de ropa , a menudo os procuran de ua ciuad a ora una eterna sensa cón de déja - vu . Los barrios que antaño amábamos, los cafés , la s escuelas do e pasamos tantos año s iterrogándonos interminableente sobr e el hombre o la muj er que íbamos a ser, todo eso desapareció o fue transformado Más aún los bosques, las florestas, los campo, los baldío que rodeaban la ciudad y se desplegaban en maravillosos espacios de juegos y e descubrmientos hoy han dsaparecido , rcubiertos de grandes edificio y que ya casi no dispensan el sentimiento de esos lugares situados en otra parte ¿ Dónde están ahora las tienditas de antaño donde íbamos a hacer los mandado, los hombres o las mujeres que cruzábamos en el camno de la escuela adonde íbamos a pie? No se trata de una nostalgia ino del asombro ate un tiempo que pasó tan rápido Cuando yo era niño, en Mans , habitábamos en la periferia de la ciudad, e la alameda de las praderas de Funay La casa daba sobre el mismo río (el Huisne) Hasta había una barca ataa al fondo del ardn En la otra orilla se extendían inme sas praderas donde pacían las vacas A imagen de la nuestra, en ese caino de tierra, no haba más que ecasas casi tas co jarines. Yo ba a la escula a pie , a tres o cuatro kilómetros de allí, a meudo corriendo . Los autos todavía eran raros El primer barrio se encontraba a cuatrocientos metros después de un bos que y un campo Las tardes de invierno cuando la oscuridad caía rápido yo tena la obsesión de atravesar la zoa boscosa por la que corría una fuente donde íbaos a buscar aua Oía ruido , sondo s eigáticos en la sombra de los 13
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grandes árboles y as malezas y salía como alma ue lleva el diablo , con la oreja simpre al acecho ría a toda velocidad la puerta del jardín antes de desizame en la casa Todavía hoy ese recorrido ejerce un omi o sobe mí y lo elvo a hacer a veces con el corazón latieno a tiempo ue sé que no encon traré nada, pero sin embargo La uente sie yeno , pero inumerables casas de los dos laos de la calle tornan ire conocibles a los lugares Hace decenas de años que la ciudad llegó allí y se extenió tod avía mucho más allá Ni siquiera sé si el nore e la cale e conseado En lugar de los campos de la ota orilla, hay grandes complej os urbanísticos que aoa reinan la ciudad de Sablons Caminar en la ciudad o el pueblo que conocíamos antaño es ahoa la inmersión en una memoria conusa donde resulta difícil econocerse Po cierto, los ni ños que iven hoy allí sin duda dirán las mismas cosas dentro de treinta años Crece en un mundo qe no tine na da que er con aquel que sus padres conocieron Hoy en día, la urbaización del mundo no deja de ex ten derse y de saturar los aleded ores de las ciudades y la campiña c ircundante Sofoca los lugares más singulares me diante construccioes que imponen las nfaestructuas que las acompañan, empezando por las rutas A Berque ecuerda que ataño, en Tokio , el monte Fuji o el mar se de scubían a meudo en la prolongación de una calle o e una esc alea pero hoy la saturación del espacio po efici os cada vez más altos boró todos los vestigios de la natualeza y construy un paisaj e estrictamene ubano En la ciuda d los sent idos no son tan festej ado s como e n otras partes ( Le Breton, �; �006). l ta cto no es un nar. ELOGIO e OS cmos Y e L en
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s ti o privilgiao l amiat rbao . E oro lgar, jta a pira l amio o a rama, apoya a pira sobr túmlo, rog aráaos, aariia a flor o h las maos arroo p ro la ia los otatos so más raros y mos s sals, "para tomar l plso los atrials, pribir l alo o a rala viio , oír o la pta los os la rspiraó árbol, aqirir l stim ito la soliaria lo o stro , oo para star sro la reala la ciua , la atralia s artfiio sprmo, alga mara (Paqot, � 0 0 6 , 67). L a ssorialia rbaa valoriza la vsta. El o o , ra algos lgars prsrvaos, o stá my a rsgaro los stréptos la rlaió rutra o la msia las galrías om rials El olfato o ria s aspt izao clso si árbols o lors la ia , ás a mo olors ularos , propaga sus uvos. La amata rbana o se re a mprsos mramnt stét as , ella o sa toa la ambivalia l mo y rqir en oasios sa mzla e graa y rpgaia porq to os moos partiipa la ala mo q o vale so por ss otraios . Es imposibl pro miar tr l oro y l barro. Así , Nolas Bovr s pasa l bor l Sava, Blgrao. "Sobr l mll, os hombrs limpiaba orms to ls q apstaba a azfr y s mtos . El olor a mló , por spsto , o s l io q s rspia Blgrao. Hay otros igal propats: olor a ait psa o y a j abó gro , olor a rpollo , olo r a mi ra . Era invitabl; la ia ra omo a hri a q db lir y apstar para rar, y s sagr robsta pa r ía 140
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de envergadura para cicatrizar de cualq ier manera Lo que ya podía dar contaba más que o que to davía le fataba Si yo no había ogrado escrbir allí gran cosa es p orque ser feiz me ocupaba todo mi tempo" ( 19 9� 44) .
caar. EWGIO De ws mno s Y De i 1eTTUD
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Laras cal 1naTas
El caiae e larga isac ia que esuia los apas o el pla e su recorrio, o que sipleee ira el obre de los s eeros que ebe toar por caios señalizaos se ve e eraa efrentado a su iagiario Sueña con la suce sió e los caios de los eslubramie os que espera de ellos, pero iora su ealle, y a veces recorre terriorios dode las iforacioes so escasas V. Segale e las uas de Chia de coiezos e siglo esá e too su erecho e iterrogarse : "Traos azules qu e ibuja los ríos ; razos veres que repre se a los líites e las provicias o los Esaos ¿Cuál será la posi bilia e fraquear ua o saltar el otro? El río tal vez tiee u puee aquí; y la frotera políica un pretexto para o ser aravesaa Por últio, esá el problea e pura longiud e el espacio que represea todo ese caio [ ] De rás e esas palabras, erás e esos sigos firados, expuestos co vecio alee e el plao ficticio d e u papel, edré q ue aiiar lo que uy realee se e cuera e volúee s, e p iera y e ierra, e otañas y aguas e ua c oarca espe cífica el uo geográfico (Segale, 1983, z 1 ) . Largas expeicioes ace e receros e ifacia icrsaos e uo coo llaaas a la lejaía a iage e Laurie Lee , cuyo largo viaj e español o es ás que u retoro a u paisa que albergaba e él ese siepre " Desde i ás iera ifacia e abía iagiao caiao u ía a lo largo e ua rua .
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oavw Le seron
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blanca por el polvo qe, a través de espléndidos naranjales , e condciría asta a cidad llaada Sevlla. Es posible qe esta idea e aya llegado baj o el iperio del frío úed o q e reia en el Costwood, salvo qe se a alna istoria narra da por mi adre la qe la izo nacer e í ( Lee 1994 176). Una camnata de larga dració n o inclso d alnos dí as coenza co ates de l prer pso La iaginación del recorrido se traa en el seño La eleccón d e período , de n lgar del e qipaiento de los libros y los tensili os qe ay qe llevar A comienzo de na cainata co n frece ncia se llevan deasiadas coas en la ocila y poco a poco ay qe desacerse de lo spero qe pesa e n los obros despés de oras de eserzos. Aigerar s ocla e una fra de aligerar la ente. J . Lacarrire recerda aber el minado a lo largo de l camino " na tienda y na colconeta de asiado p e sadas de llevar para no consear ás qe na bolsa de dorir sficiente para las noces sin llva y los graneros de la s gran jas. ¿ El resto? Aguna ropa de recai o, n poco de elementos racétcos na lntera, n ccillo, provisiones scintas, na gesa libreta apas y na petaca de wisk qe lego lle no concienzdaente de ron en cada etapa ( Lacarrire 1977, �o) Baso laeta el peso de lo qe lleva a regañadente s : " El peso sspendido a is obros y a e agobia Decid ido a eqipare de anera de no llvar ás qe i cerpo so ete aqí qe na bata de papel para cbrre de noce , na salda de ba ño na ropa de llvia tinta y pince les y adeás los peqeños regalos de adiós qe no se pede n negar to as cosas qe por ci erto es difícil arrojar se e volvie ron in e lctables fetes de olesta en la rta ( Basho, 198 8, 7�) cmar. E00 e OS amos Y e L 1enTITUD
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El mit d lrgo li to mudo ll libros dod tmbié s m i o l titud y s totdd . T. Guidt llv los Ensayos d Mo tig y Sobre a brevedad de la vida d Sé durt u trvs d los mots d Aré , lv l Bibli pr su mit lo lrgo d los mil kilómtros d ls ribr dl Loir. En el momto n que s prepr el ínfimo equipj , u lgr srid compañ los movimentos. A mg d tussmo qu dscrib X. Mistr arrestado por urnt dís n s hbtaió por su ofiil qu v iiir u lrgo priplo mido tr ls utro prds "Cmirmos d p quñs jords, rido , lo lrgo dl mio , vij ros que iro Rom Prís i obstáculo pod rá dt ros; , trgros lgrmnt ustr maginió, l sirmos tods prts dod s complz oduros ( istr, � o o o , 9) . Durt smns o m ss l mit s priro itrior, d tp dl rorrido s tipd mgiión, force un spírtu júbilo Ls lrgs mits o prprn mucho los mome ntos d dud, d tribulión , l fig hrent al vij , l frío , l hambr , l distrí, l cólio , otrs efrmdds más xó ts, o l dprsó, ves l medo, os psjes d froter si mpr dlido s t los duros y los polis sosp hosos . Los urtos mugritos , llos d hihs , pulgs o s tos imrbls No s trt d trmpr y d dr cats d oblz l id solmt dl éxtsis prourdo por l mbo d ir . Auqu simpr el sombro d vivir o du otrr oro l g sui. Esto orr o Nios Bouvir los vstigios d Prsépols: "Dormir sts ruis r l po por tts molstis. Sobr todo d noh •H
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ean bellas: luna zafán, cielo polvorieto, nubes de tercio pelo gris . Las lechuzs colgab sobre ls columns trucads, sobre la mia e ls esiges ue uardn el pótico; los gios catban en l negura e s murlls. U Possin fúnebre" (199� �·5)
Uno de los randes naturalistas ortemericaos, John Mui, caminó toda su vida. Nacido en 1838, es uno de los pioneos de la lcha po el entorno y está en el o rigen de la creación de los paues aconales norteamericanos. Numerosos lagos, glaciaes, picos , gargantas, sendeos , etc . , leva su nombe. Michel Le Bis esme e alas pabas lo e fue la existencia de J. Mui: Acompañalo en ss paseos era una aventua aiesgada, poue podía tanto pone una onada ecoiendo iez millas como dos hoas, as como m simplemente pod ía tomar la decisión de poseuir na semana n mes" (en Mi, 1997, i�) . En 1867 empende una caminata de mi uinientos kilómetros partiendo de dianápolis en drección a los Keys de Florida. Mi poyecto ea simplemete i deecho ante m, aproximdamente al s, po e camino más salvae , el más inmerso en la vegetación, el menos trildo que pudiera encota y ue prometie la más vasta extensó de bosue virgen" (Mui, �006, 19) . E la época, una parte de Noteaméica es desconoci, además la uerra de Secesión cba de clmiar y s rutas no siempre so seuras, como lo podrá experimentar, zafando felizmete cada vez. É haba de s amor po el wildemess y de beez de los paisaje s. Ss libros, po otra prte, están spicados de esos mometos de deslmbamietos. El Gr Afuer de Stevenso es su do minio, espaco si n fronters e ue lo único importate es caar. EOGIO e OS amos Y LenTUD
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que no esté mro por un pr esen humn e msio sensble "Donequer qe uste esté , e n efeto , el lugr, e ese nstte, es el ms bello que exist y entones se ie que o puee hber feli en este muo , o en ulquier otro , pr quellos qe fuern npes e ser feles en semejnte lur (Mui r, �0 09 , 83). L onó soil de los hombres no le interes muho, p ero esrbe nnsbleme ne con el orrer e ls páins ls innumerbles plnts o los ni mles que esubre. Su proesión st e ser fál. E sus nots u tobi ogrfs esribe: "A meuo tení que ostrme e r sin mt, pe ro tmbén sn en ni lmuerzo Sn embrgo , po r lo enerl no tení muhs fultes pr enontrr un mja e pn en los lros mplimente espos unos de otros donde estbn instldos los grnjeros . Provsto de uno e esos grnes pnes el bosque , er pz e vbuner urnte klómetros e n l seno e l nturlez slvj e , libre omo el ve nto en los bo sques rintes y en los pntnos , pr juntr plnts , lmento p or el bunnte e i ngot ble pn e l bellez espiritl ispens por Dio s (Mu r, �006, 7) A vees el provisomento e s ifíl: "Hoy reorrí más e o hent kilómeros sn lmuerzo n en. Ne quiso rebirme y tuve que proseir hst Augst Me osté on hmbre y esperté on dolor e estómgo (�0 06, 5�) . Cmn omo promeo unos urent klómetros por í En Fori se ve to por n fiebre plúi que le impie prosegr su proyeto e onnur s rut lo lrgo d los Aes e l Améri el Sur hst un fluente el Amzons ese oe soñb on llegr l Atlntio en bls El ño siguiente, on un o mpñe ro , esubre el Yose mie Vlley y es rib e s 146
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respe cto : Uno se bñ en es irrdición espirtl; gir e ell e to do s los sentidos, coo cdo se clent en n ego de cmpo Pronto pierde l cocienci de existir de mer tónom se nde e el pisje y se convie rte e n prt e, n elemento de l ntrle (183). ilizndo el voclrio reliioso qe preci prticlrmete , en est ocs ión hbl de n resrrección (18z). Velve en 1869 compñndo l trshmancia de los creros hcia ls entes del Tolmne y del Merced próxims l valle S tare es compñr el trb o del pstor Tene todo el tiempo pr herborizr y obser a los animls y sob re todo l bellez de los pisj e s Por mcho q e viv oiré ls cíds d e gu, el cnto de lo s pájros y el viento , prenderé el lengje de ls roc s el rr de las torments y ls vlnchas Me entregré los lciare s y las ores salva es y permanecer� tn cerca como sea posible del corazón del mndo Y qé import el hmbre el frío los trbj os difíciles l poreza l soledd ls necesid des de dinero la preocupción de ser conoc ido o de casarse (1997, 5) En otro moento se siente t n emociondo por l bellez del pai s e qe se pone llar y a gesticlar en n brsco desborde de éxtsis p ra el ran estpo r de s perro qe lo mir tóito pro el espnto de n oso pard o qe no vio y qe está no lej os de llí "A tods lces me creyó peligroso p or qe se escpó to do lo qe e dbn ls pierns rodndo por ecim de lo s rbstos impenetrbles de gbs e n s pris por desprecer ( 1 1 0 ) . J Mir cotribuye l creción de prqe cionl de Yosemite Vlley delimitndo s trzdo , y l creción del Sierr Clb R. Solnit lo describe como n Sn n Btist qe hbrí velto n desierto repentinmente camr. ELOGIO ne Los aos Y ne fTUD
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adorado c o todos los en catos [ . . ] . U evagelsta or temercao de la aturlez ( Solt, zooz, 1 68) E 1 8 7 9 u ao antes de s casamieto, pare a Aaska e compaía de u msoero presbteo. E la época o cooce ad del Gra Norte, pero vvrá allí u largo deslum brameto Co much recuec deja a sus compañeros y parte solo para descubrr los alrededores e la dereca de los pelgros. Desde lo alto del pco Gleora, cooce uo d e sus mometos de éxtass : " Más de cuatroci etos ccueta klómetros de las cmas de la cade costera, esculpda co ua audaca audta, co sus pcos desudos y sus crestas os curas, sus pedetes y sus cañoes, cubertos de glacares y de e ve, hasta e las gargats y los valles termedaro s. Des de m obs eatoro coté más de dosc etos glacares, metras que ubes lumads, oscuras e su cetro y de bordes des lecad os, plaeaba s prsa (zoo9, 107) . Des cubre ua mesa extesó de eve y de helo: Glac er Bayle , que se cove rte e moumeto acoal e 19z5. Más tarde cama sobre ua maravlla, el glacar que llevará su ombre , y que volverá explorar e dos oportudades los años setes . Csado, egoca co su mj er su lbertad de movmeto cada añ o etre julo y octbre , y retoma eto ces el mar haca os glacares o se drge a la serra Nevada. E su prefaco, M chel Le Brs evoca que Joh Mur muere e casa de su hj a e el des erto M ojave co las últmas págas dspe rsas sobre su cama de ss Vajes por Alaska, co esa sob erba mage de las auroras boreales que cie ra el lbro y acaso su vda. E c ertas crcustcas , camar pede s er tamb é a forma de b ravata ua cestió e hoo r de gda d. E .
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194z. trs prisioros italiaos cofiados campo iglés c rca dl o t Kya sña co vadirs y partir a a coquista d la motaña. Flic B zzi , ac ido 1 9 1 0 d madr austríaca y crcido Trist jurista , dportista cosmado (varias vcs campó d Italia d atació) , s jov apasioado po r l alpiismo . Prsioro d las tropas iglsa dspés d la ocpació d Addis Aa, ari d 1 9 4 1 , stá parado d s mjr y d s hijo , y cooc a scsió d capos africaos ats d lgar a N ayiuki pi orost d ya. S v dslmrado por s primr " cico mi qu ti a ocasió d vr y sor todo p or a lza d sus crstas vadas q s rcorta cilo . Como os otros prisio ros italiaos , viv momtos d dssp ració , d vacío , ptrificado a spra ifiita La vasió s impo si , o porqu l campo sa ua fortalza ixpugal , sio a causa d a ditacia qu s d rcorrr hasta Mozamiq para cotrar u arco para Itaia. Buzzi romp u día s horizot d sp ra imagiado la scalada dl mot Kya. Drat argo ti mpo rchazó sa idea ivasora, a causa d s forma física dmasiado afctada por a c odicios d dt ció, la aucia d c ompañ ro , d rcurs os , la falta d co nocimito d los lgars , d los itirarios practicados , y admás l risgo d sr aatido o r los gardas africaos a mdo imprvisibl s , o d sr mrto por as firas q frcta a rgió . Trpar l mont ya s jgo co a mrt cuyo dslac di sta d s r sgro , pro su dcis ió s tomada. A cocbir s proycto y atrs al ctro d circstacias cotrarias , rivta l ti mpo , rstity a su xisc ia l caar. EOGIO D OS amos y De LCiTlTUD
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se tido que le falta Vuelve a poer e marcha el mud o. A parti r de etoc es escruta la motaa tratado de pe rcib ir co el co rrer de los dí as su geografía, su clima . Por brzas, espiga alguas iformacioes sobre las coicioes me te orol ógicas, la faua y la flora de la mota a Pocas cosas , pero el júbilo a o lo abaoa Como decí a G Bachelard , la preparación de la festa es parte terate de la festa. Busca a su alrededor a los compaeros dspuestos a lazarse e la avetura Varios asete p rmero ates de rechazar al día siuiete Otro cautivo, médico , se deja convecer, y más tarde u tercer prisioero Los tres hombres se some te a ua ruda preparacó física a la vez discreta e tesa trabaj ado e los jardie s, j ugando al fútbl, practicado cultura física. El desc ubr imie to de aln os relatos sobre el asceso del Keya señala el peli gro de os búfalos que carga co faclidad sobre los hombres , de los rocerotes, de los leoes, de los leopardos, los elefates, etc. Pero ada empaña la determació de los tres hombres ¡ Hay qe actar, actar! -ce Benzz- Hay qe lberar todo lo que se ahoa e mí, reuir tod o lo qe está ds perso y undirse e ese todo , t odo lo que sé , to do lo que soy, t odo lo qe soy capaz de hacer, amalgamádole toda mi experiecia de la vda e la motaña, e los bosques, m pequeña experiecia de la erra, m resiste ca y mi setido de la orie tació , la obstiació, el spíritu de avetura, mi se extiible de pureza, de milagro, m deseo ard iete de realizarme yo mismo , de estar ua e por lo meos , ua sola vez quizá e mi vida, si comproisos de i tipo , todo lo que habría podido ser y que, por l razoes, no fui" (Beuzzi, 1 998 , 46) 150
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Bnuzzi y sus compañros lanzan n dsfío a la admi istra ción dl campo. Firman u cotrato simbólico con la murt pa ra rcuprar la stima s (L Brton , �oo3). Vncidos, humillado s, privados d su familia, carcomidos por la sp ra y l aburriminto , s ivntan un for qu los mantin n vilo durant mss y qu lugo bita su mori La pruba qu s impon s una abriccón dlibrd d s ntido y d valor una manra d sumrgirs n n timpo sagrado . La fabricación d su quipaminto (crampons, curdas tc.) si n qu los ardias lo span xig tesoros d ignio c on los pocos mdio s a su dispos ición. Acumulan los vívrs pa ra aantar l timpo qu insuma su xpdición. Esas actividads llnan su o rnada, a sp ra adquir un stid o, hablan untos con ntusiasmo dl p roycto qu s acrca al mismo ti mpo qu l clima s hace más propicio. Llgdo por fi l d a, los trs hombrs logran salir dl campo sin dsprtar sospchs . Burlan uno uno los obstáculos , s disimulan n l bosqu y avanzan con prcaució l tmor d s r vultos a aprsar Caminan no sin sp anto cando unos uidos sosp chosos s hac oír a su lrddor d noch. L bllza d los paisaj s los maravilla gozan su indpdncia d movimintos y rc p ran l jugo d vivir. Una tard, un lopardo gira alrddor d su campamnto gindo y los amnaza sriamt , p ro huy ant la dtrminación d los trs hombrs qu se hici ron con los piolts y antorchas ncndidas . Un día n qu llna su cantimplor un ro, F. Bnuzzi v acrcrs d la orilla u sobrbio lfant y llama a sus compañros. Juntos, conmo vidos po r la bllza dl nimal, vivn un momnto d gracia. Tras cinc o días d cminata po r los ancos d l mo nta , cm nar. ELOGIO e OS ami nos Y e LenTTUD
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cado acaba de padecer a llvia diluvia a las bes se libera sobre el valle y descbre s campo miúsclo e la lejaí a. El alimeto comi eza a escasear Los tres hombres carecen de recrsos físicos , y el agotamie nto los acecha. El frío se ha velto mordaz y dificlta las noche s Caen seriamete efermos uos tras otros . Ocho día s después d e s evasió levata el campameto de base pa ra el asalto fial Bezzi redacta mesaj e qe debe ser dejado e la cmbre en a botella, los tres ombres lo firma y reúe tres pedazos de tela qe compoe la badera italaa . La prmera tetativa fracasa marcada en particlar por a caída i graved ad. La falta de medos el de sco no cmieo de los lgare la fatiga tora difícil la progresió . Tras una jo rada de repo so , a pesar de la dimición de l os vívere y el agotamieto q e persiste los tres hombres el ve a partir y llegan a la cmbre de l Lenaa, my cerca del Batia el pto clmiate qe o logra alcanzar debi do a s codic ió física lí platan la badera italiaa pone de manifieto s mesaj e , goza mometo d e la felici dad de haber teido éxito e i ician el largo des ceno ha cia la llara volvien do a e cotrar las aechanzas de la etapas precedete, siendo para ellos a cestió de hoor escapar a las tropas qe los bsca y volver a etrar cladetiamete al campo po r propia voltad Los úlimos días son terribles a caa del hambre ue los cosme y a s extremo agotamieto físico . Aqí tambié tiee éxito e s empresa Condeados a castigo de � 8 días reglamentarios de calabozo por s eva só o hacen más e a se mana porqe el oficial i glé qe gobi erna el campo e prisioeros es se sible a la belleza
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de su gesto " Fueron sete as de reposo, de recuperacón, de vda sbarítca (Benzi, 99 8, 3z4). Otra camnata, recete y temeraria, e la de Berard Ollver. En mayo de 1 999 se lanza en una larga caminata exten dda a lo largo de cuatro años. Recorre los 1 z ooo klómetros de la ruta de la eda e ntre Estambul y Xan, en Chna Periodita jublado, está solo , sus jos son grandes y su compañera ha desaparecdo . Se sente en la encrucjada de los camno, sin deseos de proser su existenca. La cainata es para él un lugar de re conclacón co n el mundo. Vuelve deslumbrado de una caminata de París a Compostela, z3oo kilómetros. " Si no enco ntré la fe e n la ruta de Compostela, volví jublos o, y más cerca de los hombres que , dede el fn de los t empo s, la marcaron c on s u huella [ ] . Cuando se acercab a el fn del vaj e , embragado por los aromas de los bosques de e u calptos de Galci a, me prometí prosegur mi ruta mentras mis uerzas me lo permteran, por los camnos del mundo (Ollvier, zoo o, z3) A su regreso de cde camnar po r la ruta de la seda , 1 z ooo kilómetros , no de un rón sno en tres años y tres etapas de res a cuatro mese s, cada vez entre z500 y 3000 lómetros " ¿Será al cabo de esta ruta cuado com pre nda de dón de vene esa uerza que me lleva a p artir solo , tres cuatro eses en lo desconocdo ? (3o) Reconoce que a veces piensa en la merte . Un occdental a pie en esos lgares de Turquía a Cha no se encuentra en una poscón senclla, y en vaas oportnidades lo expermetaá, atravesando en ocasones situaciones pelgosas. Pero en esos país es de tra dicón musulmana la osptaldad en prncpio rara vez está en falta, como hará la experenca excepto durante la raves a del .
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Krdistá Fotografía a ss afitrioe s y a ss veios oo testioio de reooiieto , y ás tarde les evía las fotos E todas partes por dode pasa él es el aoteimi eto y es ivitado hasta el agotaieto a r espo der a s riosi dad , respodiedo o paieia a pretas qe por spesto so las mismas de u lgar a otro E dos oportidades es puesto e peligro por los t eibles perros turos los kagals edua dos para uidar los rebaños y haer frete a toda aeaa: los lobos los osos o los hombres Co el orrer del tiepo entra e la evideia e s progre ió : " La dificltad para mí o es aiar sio deten ere po rqe alaé ese estado parilar de la pleid físia; no bie o eeial de la fatiga e evauado y eso es muy rápid o habida eta del etreamieto que vivo desde hae varias semaas seño o aiar seguir amiado ( 1 4 3 ) . Pero aiate entregado úiaete a ss rersos orporales es vulerable porque are e de re rsos e aso de agresió o de aidete S olo dispoe de s sagaidad para salir de apuros apostado s iepre a la suerte La travesa del Krdistá tro sobre tod o es temib le E la ite ión aifiesta de despojarlo tres hombres earaa dos e trator se eserza por oveerlo de qe suba a su máquia Ate su egativa se detiee alas eteas de etros ás lej os y lo agobia o pretas oiosas mie tras maos paseaderas ieta abrir s o hila erard Ollivier retroede y retoma s rta Uo de los hombres ite ta eoes arraársela y debe orrer u mo eto Felimete ss agresores perib e la preseia eraa de gpo de apiultores trabajado y sie su aio B. Ollivier
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saluda a esos trabajadores que lo salvaron por su sola presencia. Pero los res hombres s ha detenido no le os de ahí, apenas d siulados detrás de las rocas y esperan su pasa e . Vuelve ento nces haca l os apculoes s n atreverse a hablarles d la trampa que lo espera más le os. Cuando uno d lo s ob rros l e dic e que p ronto va a caer la no che y que sería prudente llegar al próximo pueblo para asegurarse un alberu de buena gana aepta que lo lleven en auto a pesar de su proyecto de no contar más que co n sus pi ernas en el conjunto del recorrido pero no tiene ora ele cci ón si quer e prosr su rua. Pronto la urgonta rebasa a lo s tres hombres despechados que reanudan su camino . Ese da otra mala so rp rsa espera a B Ollivie r. El mujtar está ausente de su casa. Un hombre se presenta como su hi o y le pi de qu e lo siga en una drecció n opuesta. Pronto entran en una casa en ruinas mnúscula que rápidamente se llena hast a reventar d los hombres del pueblo p reocupados en e char a todas las mu eres y las niñas. Sus cosas son palpadas desvergonzada mente tratan de abri r su mochila o de tomarla. Le hacen un dluvio de p reguntas que giran todas alrede dor del di ne ro . Lo interrogan sobre su apa. S í po r supuesto que i ee uno Y B Ollive r descubre con estupor que esos hombres están convnci dos d que está en busca de un tesoro s iguien do el pla dado por su mapa . Agotado por las preguntas sus tnta tias de explcar lo qu hace a i e en Turquía y po r la defnsa vigilante d su mochla so licita r a descansar. No sn tra o y si n alar el ton o puede de ar el lugar y legar al siti o mi núsculo y s n crradura ue le aribuyeron . Logra cerrar a purta gracias a su bsón d camnata. cmi r. ELGIO n LS am os Y ne t a eTu
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Pero pronto , e chando na ojeada por la venana, des cbre qe todo el peblo está renido all, y hasa divisa a n hombre que fanfarronea con n fsil ate la casa. Poco despés golpean a su perta, y cando la abre encolerizado descbe a militares qe sospechan qe es n terrorista del PKK. Se e ntera por los ilitares que el hombre qe arengaba con s arma le habría disparado si hbese salid o. El malentendido es dis pado en el cartel donde lo llevan B. Ollivier retoma la ta. No se rá la única tentativa de robo o de agesión de qe será vctima, p ero ese día s viaje estvo a n tris de nafragar en ese peblo. En los das que sgen, otro hombre trata de aracarlo . Y la llvia se añade a la atmósfera de esos das. Estoy resentido con el mndo entero. El tiempo es a imagen de mi moral. Las uvias de la víspera encharcan el selo. Para colmo , n dolor venido de no sé d ónde , e n la pierna y el tobillo izqierdo, enorpece m marcha" . Las imágenes de ss diferentes agresiones, anque si empre haya salido indemne , comienzan a angstiarlo . Pensa con inqietd en el Irán qe se acerca, pero a la inver sa, la experiencia le mostrará la hospitalidad sin fisras q e no dejará de recibr allí. Piensa en los maravillosos lgares donde habra podido cami nar en Eropa en territorio ya bi en cono cdo. Y lego la caminata, la maravillosa caminata, realia s habital milagro A medida qe ms músclos se calienan, mi ole ada de bilis se agota, mi cólera se congela" (z8z). A na jornada de caminata de la frontera iraí , es vctma de n a dsenera qe asorbe todas sus erzas y lo adelgaza c on siderablemente en alnos das . Se acerda de restarante scio d e D iyadine o e el cocinero e ra si da el msmo hombre qe vea limpi a el elo con n apo mugriento . a 156
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no está en condiciones de relizr sus curent kilómetros cotidios. Su slud se sie deteriorndo y es conducido e mbulnci Estmul en un situción crítica, ntes de s er reptrido Prís pr ser operdo . Auos mes es más trde , otr vez en orm , B Ollivier se hce dep ositr pe se l viento y l neve , pr e r estupor de l chofer de l ómnibus, en el mismo lur, mpo i erto , dond e tuvo qu e iterrumpir su vance, quebrdo p or ls mebas Esos mlos recuer dos están bo rrd os, y y o ve más que l felicidd de renudr la rut de l se da "Viví el ño psdo en Turqu momentos máicos, esos ráiles istntes do nde r ein entre uno y el mundo tl rmoní ue uo se pone mentr el no poder suspend er el ti empo ( �0 0 1 , 1 9 ) . De l primver l otoño d e �ooo, frque los últimos psos del Kurdistán, trvies un buen ate de Irán (Tbriz, Teherán, Nichpur) . En julio está frente al de sie rto de Kaakum I mposible comprr o alquilr un cmello p ar transpoar l docen de litros de u necesria cda dí p r no deshidrtrse bj o l quemdur del sol Pr lierr su trbjo construye entonces un crrito con un resto de bii Con tencidd , trvies el des ierto de un etp otr j o un tempertur que ve es lle los 50 grdos "No me qued ni un mldit got de en el cuerpo pese todo lo que tro erc e doe litros desd e est ñn y no he orindo sol vez, tn fuerte es mi trnspirió n (�33). Ese dí , B Ollivier está e ls últims Todo le prece en vno . otdo por el clor y lo s esuerzos relzdos, se uest, d spuesto " eserr l ivn sueo eterno (�33) Pero undo se des piert, el sol es menos rdiente, y renud su mr amar. EOGIO n LOS cami os Y e 1. LTUD
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Un poco más lejos compra na sanda a n campe sno srgdo de la nada. Bloqeado na semana por la adaa uzbeka, qe se nega a dejarlo pasar antes de la fecha menc onada en s vsa, se toma las cosas con calma. El tabernero a qe n le cen ta s desvntra l propone medatament ua casa qe pose e e n los alrede dore s. Las molstas se trasforman en set . Saborea dos sclntos racmos d vas: " ¿No e s esa sabdra la qe voy a buscar al fn del mndo? [ ] ¿No es ba o e sta parra co mo me despoj o d el sentmento de la rgenca, de la opresón del tempo , de las oblgacones qe p ertrban la vda del ctadno ? Uva ras va, al tempo qe a travs de los pámpanos d la vd vglo el sol qe sbe al cént , saboreo ese placer tan smple qe me vne , uy a s pesar, de una adana tramposa (z66). Pronto está en Samarcanda, otra eapa de su pe rplo , no sn haber conocdo aún n momento te rrble de dda y de nostalga de s casa ormanda. En el verano z o o 1 B. Ollver velve a parir para la úlma etapa c on n vejo carro de golf para llevar los doce ltros de aga qe todava ecesita cotdanamente más allá de Samarcanda . Una oche , cerca de Pamr, p ercbe n lobo rondando ce rca de s campamento. Una vez más, fraqar fronteras es n quebradero de cabeza Los chnos se niegan a dejarlo pasar. Perdrá tempo en eso y deb erá recorrer nos cncuena kilómetros en ato, a pesar de s resstenca Pero los mltares chos son ntransgentes. Cada da cubre nos cncenta klómetros. El cambo de ambente e n Chna es radcal. Los dos prros años de s vaj e a Trqía, e n I rán o bekstán, la grosdad a s rspecto carecía de mdda. En los hoteles o los restarantes rara vez le djaban pagar. .
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China se ve enfrenado con la actitd inversa: t odo es ne ficio El viajero es n maná del qe hay qe sacar el máximo posile Los preci os se multiplican en cada compra; ahí lo enemos, senderista enre los proveedores " (� 3, 1 �0) El racismo a mendo está presente y en ocasiones es echado de n hotel o de n restaate po r haitant s qe experimentan a su respecto na verdadera replsión Crca d Korla asiste a n terrible acc idene , ayuda a los heridos en el desbarajuste del acontecimiento la incria de los policías chinos Mdita entonces n l pligro más tangible de s priplo : ser arrolla o por un vehculo Avanza en esa parte china al ritmo de il kilómetros po r mes El final del viaj e es na mezcla de alegía y de nostalga del presente Tener en adelant a sus espalda s n proyecto tanto tiempo acariciado Me ancé po la rta de la Seda como s lanza na botlla al mar D exisir [ ] mis posibilidaes de llegar al fl, pensaa, eran poco más o menos nlas ¿Cómo haría podido yo ser tan arrogante para prtener, a mi edad, solo , a pi e, a lo largo de na distancia tan espantosa, llegar al final de na aventra qe nadie, que yo se pa, nnca haba intentado o logrado? " (337) Brnard Ollivier caminó para renacer Y s periplo es n nvo comienzo . En esos años cra la asocición Seil (wwwassoseil org) , qe se hace cargo de los óvenes qe le co nfían en lo qe hace a los seici os ( ez los niños , inspector de la E ) para na experiencia de pesa a distancia del ntorno inmediato y e n oetio de reinserció n social Son menores, entre .
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Aide Social l 'Enfance, Ayda Soc ial a la Infancia . [ N del T.]
c ar. o ne ws mis Y ne U tenTIUD
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5 y 7 años . Efectúan alrededor de �5 kilómetros p or d ía a pe drante tres meses mochila a la espalda sn cellar sn consola de jegos sin músca . Dfícl aserdad p ero más exaltane qe la de la prs ón. Prec io qe se debe pagar para n reorno al lazo so cal . Ates de la camnaa hay etrevstas encentros para interrogar la volntad del j oven de partr dentfcar ss erzas o ss debldades . Desde ya e st o no se efectúa sn n dese o del joven de ca bar algo de s relacón con el mndo. No se rata de darle na mochla; n dspostvo cdadosame nte pensado aco mpaña el procede r y o deja de alme naro para volver a realzarlo . El j oven e s prmero cla ramente acor de s proyecto lo reflexona no gora n ss deberes n ss derechos y sabe qe a cada instante pede enconrar al interlocor qe neces ita si la cosa no ncion a be n. El recorrdo propesto está enmarcado por a serie de obj etivos como permtir al joven la elaboracón de pntos de referenca para vvir con los otros, desarrollar s aton omía s confanza en él y en los oros llevarlo a constrrse para el tempo de retorno y sobre odo a través de n proyecto pro fesonal. Los prmeros encenros con los representantes de Sel son de csivos es imporante crear confianza de entrada : S entí qe realmene qerían ayudarme dice no de ellos. " Eran dferent es de los edca dores qe por lo gee ral me sen dce otro. S segridad y s sald están garanzadas por el certficado médco de la partida pero tambié n por los cdados aportados en caso de herida de ampolla o de fatga. La camnata no es na búsqeda de redimiento sno na pro gresión interior qe reqie re rmero e l reconocm ento d e las preocpacones o as alegrías del j ove El compromso de 160
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los acompañanes en la avenura es ambié n una herramienta esencial . El adulto esá presene en ma permanene a todo lo argo del día y de la noche someido a os mismos e sfuerzos a las mismas aegrías y a las mismas preocupa ioe s. Uo y oro se forjan una hisoria común que onstiuye odo e valor de la experienci a. L caminaa no es en modo algno un fn en sí mismo no pos ee ningna virud mágica de resauración dl guso de vivir que basaría con prescribir para apresurar la curación. No es más que una herramiena cuyas disposiciones anropoógicas so n poderosas pero irrisorias si sus efecos feices no esán en las expecaivas del joven y relevadas al reorno por la prosecución de a progresi ón erapéuica o soci o educaiva El apoyo de Seui, pues no se detiene en e camino, prosi e en os años siienes mediane una atención particuar a su evolución. La caminaa vale también lo que valen los animadores su cualidad de presencia su capacidad para susciar la confianza, su solidez para desempeñar un papel de apoyo, y sobre todo de reevo. E adulo que acompaña es un caaizador en e mejor de os casos da a j oven el guso de creer por su ejemplo Pero si solo esá a medias presente en la aventura si no crea e encuenro con e joven confirma a ese úimo e n la insuficiencia de los aduos. Pero nada es sencilo E fracaso no radica necesariamente en la inanidad de l adulo , s u responsabilidad ambién corresponde a joven por no haber querido compromeerse . La cristaizació n de encentro no se ha operado para estos d os , mienras que lo s mismos con otro habrían conocido momenos de gracia. El éxio de la caminata también implica a vountad de suee del joven . No odos llegan a fina de ecorrido A veces, cmar. ELOGI DC S cam1 n os y oe LCfTITUO
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aramente , algnos pefieen detenerse . Peo paa los otros , una inmensa mayoía, la lenta pogesión cea la s condici ones aa volver sobe su histoia y así poco a poco eshacese de sus vulneabilidades y tansomalas en eza i nteio
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ESPifITUaLIDaD
U aftró pregua a B. Chatw e la Patagoa cuál es su elgó y este espode : Esta mañaa o tego ua relgó patcular. M do s es el do s de los camantes. S usted cam a durante mucho tempo, probablemete o nece ste oto dos" (Chatw, 1979. 54) . Todo camate cama co sus dos es teroes. La camata es ese mometo e que la pre seca e el mudo se vuelve a covertr e ua forma de espualdad. Cojura la sepaacó etre el hombe y el mudo y le da la sesacó de p etenece r por f a los e le metos, de se r sustetado no soo por la terra o su peso so també p or su uerza ineror, almenada por esa alaa. No es un mooeísmo , porque las mpresone s expermentadas por el camnate so demasado múlples y coradctoras se mpre ca mbates . No se agrupa baj o una sola baera, y más be apela al are lbre del mudo . La camnata te e que ver con e polteísmo , está bajo la égda de ua pluraldad de dvnd ades . Impora poco que el camane las recoozca o o po rque de todos modos los dioses camna con él. E ocas oes se oye el pulso de un bos que o de un dese rto, la resp racó del Do s que acoge al canate y so sten S J progresó. Cada espaco de u bosqe, de un río , de u vale, de una montaña de n río está bajo el mpero del geo de lo s lugares. A entrar e su domo , el camnante se ve tomado p or una emoc ó n partcular. Experenta araccón o repuls ón amin ar. OGIO oc LOS cam nos Y oe U 1enTUD
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éxtasis o terror. Los gares no son netros , y mcho menos vacíos . Una ferza magnética, propicia o peigrosa, os atra viesa. E espírit de os gares vea por a hospitaidad de nos y echaza a os otros . Un recorrido se efectúa pimero e n e seno de na geografía ntima donde a confrontación consigo mismo es permanente . La caminata, si bien pe sige n objetivo de espiitaidad, a mendo esá sembada de obstácos vontaios paa e pe egino qe no se peocpa tano por acceder a érmino de viaje como de sscita en é na metamorfsis inteior E eserzo, a paciencia, a enacidad, a fatiga as pivaciones son ingre dientes de a interioridad bsada. Los peregrinos irandeses se qitan s cazado antes de azarse sobe os desprendimie n os de Coagh Patrick (Sonit, z o o z , 69) Los viejos peregrinos de Copostea se infigían chas penitencias como caminar con os pies descalzos o aynar. En ese contexto más eigoso qe espiita, anqe ambos se mezc en con fecenc ia, a camina es sobre todo n esfezo pemanente sobe s y no na saida a campo. Para os tibetanos, todos o s obsácos que sapican a progesión son prebas paa madrar y exami na a deteminación de peregrino . En abri de 1335, Petraca inicia con s hermano e ascenso de monte Ventoso Descrie ss peripecias e n na cata famosa destinada a s padre espirita Diogini Robeti S empresa es el restado de n seño de argo aiento. É creció en Avignon, con e monte Ventoso ba o os ojos, como n amado. No haba de a beeza de ss paisaes, sino de s deseo de escaaro con s " notabe atitd . Es sobre todo a ectra de n aor paga no, Tito Livio , e qe arraiga s vontad, e reato de ascenso 164
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del monte Haemus, e n Tesala , por un rey de Macedona en lucha contra los romanos. Petrarca busca entonces un compa ñero de vaje sn resolverse a escogerlo rechaza a uno por s peso, a otro por su delgadez, a otro por s ndolenca, pero sin magnar subr los flancos de la montaña con un sienco so Entonces designa a su hrmano, a quien nada podía vover tan felz. Dos doméstcos acompañan a los dos hombres y llevan sus qupajes pero Petrarca no s refere a elos más que una soa vez. En a época cas no se e scaan las montañas, salvo por necesdad par conducr allí a los rebaños. Un vejo pastor está ahí sobre las pendnts que con toda lóca trata de dsuad r o s de r más arrba. É mismo trepó hasta la cumbre, cncuenta años antes, pero no conservó más que el recerdo de la fatiga y de su ropa dsgarrada . Que él supera, nadie subó nunca tras él. Los dos hombres (¿y los sedores ?) no se dejan dobegar, prosen sus esuerzos entre las malezas. Petrarca no descr be nada de las particulardades de recorrdo, por otra parte a punto de susctar dudas ntre anos historadores acerca de la veracdad de ese ascenso Llegado a a cumbre , haba d su aturdmento y a "vsta grandosa ofrecda a sus ojos , es tando las nubes a sus pe s. Admra os pes, Itaia , el valle de Ródano. Pero se reprocha su emocón, poco dgna, escrbe, de un hombre maduro. La contempacón del pasaje lo c onduce a medtar sobre los años que transcurreron desde su partida de Boona. Pero el so declna y hay que pensar en el regreso . re entonces el volmn de las Confesiones de Sa n Astín qu había llevado consigo para leer uno de sus pasajes a azar. Impacente de oírlo, su hermano se acerca a é. Y Petrarca lee con estupor: " Los hombres no se cansan de admrar a cima camar. ELOGIO DC OS o s y D e 1 L"flUD
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de las montañas, el amplo movmento del oleaj e marno el ancho curso de los ríos el océano que los rodea el recorrdo de lo s astros; pero olvan examnarse a ellos msmos" Un o y otro permanecen mpactados por la ducha fría que acaban d padecer. Petrarca se sente encolerzado con sgo mismo por dejarse dstraer por el espectáculo del mundo " En adelante , de c de volver su mrada sobre él msmo convencdo d e que Dos acababa de darle una lecc ón La naturaleza crcundante ahora le resulta ndferente descend e la pend ente s n ver nada más , no ten endo e n él más que las cosas d el espí rtu (Petrarca, z o o 1 ) . El ascenso se ha transrmado e n tneraro esprtual o más ben relgioso, en a medda en que su alanza con el mundo está en adelante rota como s n o tuvera derecho a ser maravllándose. El purtansmo los ha rendo in extremis allí donde a la inversa la esprtualidad es un homenaje permanente a la belleza del mundo y a Do s o a los doses que son sus autores y vven en los parajes Todo lugar propco a la camnata es un santuaro un lugar re servado a la medtación, al e ncuentro con los doses del afuera y aquellos que están en sí, en la nteriordad del camnante . lí vven un puñado de hombres y mueres prvlegados que trabaja n o permanecen, y están aquellos que camnan y pre tenden apartarse de lo ordnaro del mundo por alnas horas de suspens ón fuera del tempo en un espac o co nsagrado a otra cos a que a lo útl a lo unconal. Bernard de Clavaux decía antaño: Nunca tuve otros amos que las hayas y los ro bles " . Aquí los amos son los peñascos, el recorte de a luz, el amontonamento de tempo , el ur del aa. Las pe dras se acuerdan, pero nosotros ya no sabemos oírlas n squera en 166
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ocasones tocarlas o agarrarlas para entrar con ellas e n na comncac ón a tavés de los cerpo s Habría qe tener la erza nero r de ver el mundo como n íc ono , una pe rta abe rta sob re un Otro Todo cuyo umbral hay qe franqe ar porqe es el despojamento Borges habla de encerro en lo menso" qe caractera a los nslares al es el sentme nto expermentao al recorrer n espaco abierto toavía a la eamblacó sn que la mrada tropece con la cvlzacón Aquí ya o se ata e slas , n el recuerdo de las slas , s no más ben e ua evocacón e ue la terra es ua sla en la esa e u uverso cuo cetro está e toas partes y la ccunferec e nnna".
cm nar. ELOGIO D e OS nos y D C LOTIU
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La c amnaTa como reac me nTo
Caminar es ene r os pies en e seo en e seni o fsi co y mora de término es e ci estar e eno e n s existen cia . Y no jno a ss pompas para reomar na fórmua my c o noci a. E camino ecorrio estabece un ceno e gravea cya fata aimentaba e s enimieno e esta en na situación inesabe con s existenci. Camina es ecpea su camino. Una manera e progresar e pronto a pas os e gigane . La vouna es des pedirse e s mismo para voverse otro c on e co rre r e a progresi ón desgastano a e nfermedad y as rist ezas . Las primeras horas de na caminaa apo ran n aivio e as preocpaciones na iberación el pensa mieno menos p ocive a a rmia y más soicitao p or na búsqea de soción ebido a a aperta a espacio qe parece ampia r a miraa sobre as cosas La caminaa es n vover a emp e zar n refgio ineri or para reco nstrirse exprgano n momento toa soiciación exerior a a reconqista e s í . Es na bea escapaa ej os e as rtinas de pe nsamieno o de existencia, y hasta de aqeas e a inqieud o de a tristeza. E pe nsamieno mismo recpera s movimi ento A poner e cerpo y os senidos e n e centro de a experiencia en n moo acivo restabece a hombre en na exisencia qe a mendo se e escapa en as condici ones sociae s y ctrales qe hoy son las nesras Robert Brton en s famoso ibro sobre a melancla pblicado en 1 6 , ve en el so de os paisaj es 168
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un uso moerao y oportuno el ejercco a la vez del cuerpo y el espírtu" , un excelente meo e curarse e esa enfermea" o e presearse e ella (Buron �005 �39 � 4). L e sorie ntacón o el senti mento e no poe r y zafar e circunstancias p enosas esembocan en el msmo sen t mento e mpotenca y e mposb lad e proyectarse en el po rvenr S n embargo , no e s la vda la que está frente a uno sno la sgnifcacó n que le ajuicamo s, los valores que po nemos en ella El invuo en ruptura con s exstenca ya no sabe a óne va a dóne está, tene la mpres ón e estar con enao a quearse atscao para sempre frente un muno que se le escapa Sair el atollaero mpone la uerza ntero r e brr una ventn en ese muro es ec r ecar un camno e sent o, fabricrse una razón e ser una exlació n, provisora o uraera renovar el sentmiento e exstencia La sala epene en ocsiones el camino abe to elane e uno por una camnata e larga duracó n. Para otros que no ten en los meos e alej arse e su casa camnatas breves y repetias son una sala posble para recuperar un asero so bre su exstenc a Desvío nec sario para concentrarse la camnata expurga las tens one s las apacgua es propca a tomar por fn na de csón que se sustraía y recuperar el gusto de vvr , el sabor el muno (Le Breton, �00 6) . A este respecto , es coocdo el rmable xto de los camnos de Compostela, sn embargo muy lej os e las referencas rectamente relgio sas . Fuente e sacral a e reencuentro consgo msmo , la camnata uelve a encantar el uno. Es també n una manera de re cuperar su ce ntro e gravead tras haber so apartado de sí camr. ELOGIO oe OS amos Y oe i enTuo
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po r os acontecimientos de a vida. A descbrir s entorno paso y atra de hombr , pone n posició n d descbrirse , d rcperar ago sncia qe soo a no pe rtence y qe a ces brca un renacimiento. E paseo sin duda es más ritazado , es un encave de meditación y de tranqiidad de esprtu a o largo de día na manera de recuperar e anto . La cam nata p or s parte es apertra a muno , eje rcico de empo competo de a curosda . Impica un esado de á mo una humdad d chosa. Restablece na escala de vaores qe e stras utnas enden a hacer olvidar. E camnane está desnudo en s enorno ; contraramente a automovlsa o a saro e os ranspo rtes coectivos se sie nte más responsable de ss actos y fíclmente ovida su hmandad eemena. La camnata desnda , despoja, i nvita a pensar e mundo e n el clo ab iero de as cosas y recerda al hombre l a humidad y a belleza de su condic ó n. E p regrnaje era antaño na beracón de los pe cados una certidmbre de no morir en estado d pecado moral. Aqe q mora al borde de camno ganaba el paraso . En a actuaidad a búsqueda es más b ie n la de una purficación de s , de un examen de con ce nca e n n a pe rspectva totamente profana. E paraso prome do es reamente terrena. Consste en recperarse en carfcar su reacón con los otros o con e mundo e n perodos de turb ulencas pe rsonales en que se tene a sensación de que tod o escapa p ermte corporzarse mej or con s exstenc a. Toda camnata de arga dració n desembo ca e n a msma trans frmacó n nteror. Com enza como na excrsón p ero se transforma e n pe regrnaje haca una existenca má s a a atura e su exigencia personal . Progresión en un tempo ntero r,
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ua smulaedad de la preseca e la rua y de las bellas escapadas e la memora o los proyecos. Camar sempre es na larga oracó a los asees , na coversacó ermpda co los fasmas, aquellos qe ya no esá aquí pero se sedo los c ompañeros o compañras d e ua va, lo s hombres y la s mu eres co lo s qu e uo se cruzó a lo laro de la exseca y que desaparec er o pero cuya memora persse en sí msmo . Las coversacoes e rors ecuera aquí n erreo de eleccó en la serendad y la dspobldad. En s larga camaa con el naurasa G. Schaller e el Dolpo , e Nepal, P Mahessen amb é eal zó u perplo eror . E ocaso es llora pe ro co dlzura, melacolía . No es ua sesblería, se defe de , ms deas se decaaro e el curso de esas semaas s ruso es, co rro , eléfoo, exgeca de la gee , y yo reaccoo e frma sp oáa a las cosas , s paallas de defesa o de moj gaería" ( 19 8� 134) . Con el corre del empo , sumdo e su uverso eror y omado e el lgero race de a camaa, pesa e su compañera fallecda poco aes. Tee la se nsa có de que ella cama a su lado. Aora be , hee aquí que del oro lado del mudo , meras que ms lágrmas se co gelan e la comsura de ms párpados, ogo rudos exraños , u ladrdo de zorro s olaro . U momeo más arde lano ua carcaada pensado hasa qué puno D (s compañera també se dverría co la dea delico sa de qe yo llore m amor perddo e medo de las moañas cuberas de n eve. Lágrmas y rsas van y venen y lego me seo apacado , rela ado y lberado p o r l a maga del mal de las aluras que no me había abadoado desde esa mañaa" ( 9 ) N o es el ca ar. ELOGO e LOS amos Y De 1enTITU
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dolor lo que lo habita sino una liberación . Más tarde, cuando baja una endiente a grandes zancadas, na violenta emoción se aodera de él: " Mi vida y mi trabajo, mis hijos , mis amores y mis amstades asadas y resentes, todo eso me arece aravilloso, milagroso (309) Cada esaci o es en otenc a de revelacio nes múltples . La caminata es confrontacón con lo elemental. Por cero, se inscri be en un esaci o mpregnado de hstoras, de lo socal y lo cultural, pero sobre odo es telúrica. someela a la desnude del mndo, solc ta en el hombre el sentmento de lo sagrado . Éxtasis de sentr el olor de los pnos b aj o el sol, de ver la línea s inuosa de un arroyo a ravés del campo na gravera abandonada con su aga límda en medo del bosque , un zoo aravesando indolenemente el sendero o un gran pá jao que puebla el celo con el engma de su pasaj e. La emocón es so berana para el hombre de la ciudad que ya no conoce la banalidad y la gavedad de las cosas y las encuentra como un milagro ras ese largo desvío. A veces, los lugares p oseen un don de curacón o de resablecmiento de s í La camnata ro cura una dstanca propicia con el mundo , una dsponbldad al nsane , sume en u esado difuso de medac ón, solca na lena sensorialdad . Cuando dura hoas o días, se dsuelve en un trance donde los recursos físicos se dan en una suee de leniud . Exrga los pe nsamientos demasiad o es ado s qe impde n vivir or su eso de nquietd. Si el sufrmieno residó la partida del caminante, se diluye con el correr de los asos y deja de agarrar a la garganta con semejane intensdad. Puesta en orden del caos interior, la caminata no elimi na la fuente de la tens ió n, ero la on e a dstanca , favore ce las 17:
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solucoes . Aeja de una hstora demasado fjada justamete volvedo a poner a existeca en movmeto Es u remedo a la sesacó de estar separado de mudo. Y a veces ay que realzar u largo desvío para recuperar su cao Varos días de ua camiata puede no pose er más que un valor mímo s e divduo o los trasorma en ua progre só teror, s o suelta las redas de sus pre ocupacoes y fracasa e voverse dspoble a a suerte de desstmeto. Y e ocasoes ua hora solamete e el bosque o e la cudad , cerca del mar o e las colas, basa para llevar ftamete lejo s, y s e mbargo en e corazón de uno , y desemboca e el retoro al setm ento de ver más caro, de haber expurgado muchas molestas Ni a duracó de una camata su marco so la cod có de su p otea de rasformació teror ; sobre todo , ela depede de lo que el dvduo msmo ae de ese tempo de dspobdad, de apertura, ese tempo e solo a él perteece , dode es mportate saber qué es uo y a dóde va. El mundo no exste uera de la mrada que se deja caer sobre l. Baña do por esa hosptalidad que parece llevar sus paso s, el camate epermeta u recoocmeto fnto, se sien e e su justo lugar e el teror de u mudo de que se te hasta qué puto o supera pero també o acoge Setmeto pleo d e exstr realzado por la autordad que se de sprede de los lugares Vvr, por últmo, posee ua evdecia lumiosa. Los camnates seten a menudo esa realeza que sempre os cta a volver a partr Rck Bass trepa el aco de ua motaña o eos de su vale de Yack Está solo, p ero pretende camar erormete co su amigo B, e ese mometo abatido po r camar. ELOGIO ne ws amos Y ne U LenTITu
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la efermedad . Su progresó es ua suerte de oracó y u do, o más be u compartr, del que le hace partícpe e la arracó de su jo rada cocebda como ua carta. Desde los prmeros pasos está sumdo e u clma exraño de lluva y de bruma De proto u rudo de motosera llea la motaña. U pequeño avón moomotor coducdo por u bólogo arrua ese mometo de suspensó. Su ploto partó s duda para obsear ua pequeña poblacó de grizzls que vve e los paraje s. Felzmee , el avó desada el camio debido a las malas codicoes atmosfércas. Co su alejameo desapare ce poco a poco la profaacó del espaco por el rudo. Para R Bass, co el retoro del sleco la motaña vuelve a ser hos ptalara pese al frío y a la humedad. Recupera el clma propco e esa cata teror que rgrá a Bll a su reeso. Cuato más avaza ato más se espesa la ebla Por lo geeral, de eso abra deducdo que me acercaba al pelgro , que fraqueaba ceto lmte más allá del respeto, pe ro crea haber recbido ua espece de permso, arovechar ua frma de autoridad, tal vez la tuya, y me deca que todo cuato ocuría era eludble: programado para que e haga partcpe de ello e m rme " (� 00 7, 1 54) Por supuesto e la cumbre está los os os , u pelgro dferete de aquel que efreta Bll. S arrba e las ubes me ecotrara co u grzzl bordeado la cresta a m ecuetro el amal s duda se coteara co deeers e, ecarme el ojo y olsquear e m direccó, cualquera que e se la dsaca que nos separas [ . ] y luego, muy seramete , dara meda ela y cambara de rumbo (!5 5) Es más fácl cocilarse co el esprtu el amal que co el de la eferme dad. S embargo, alos efermos atacados de cácer u otras .
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afeccioes graves efectúa camiatas en solitario o e po e ua especie de larga oració a los elementos para su curació eterarse de la muerte de Fernado Pessoa, Miguel Torga cierra su cosultorio de médico y se hude e las motañas C o los abetos y los pe ascos, ui a llorar a muerte del más grade de uestros poetas de hoy" ( 98 z, z4) El duelo se hace a meudo camiado e la soldad, el silencio, la imesidad del cielo o del paisaje A lo largo de la progresió, aue algo se aya deteid o, el mudo vueve a poerse e marcha Esos pasos s i destio traduce la imposibiidad de uedarse e el ugar, apastado por la pea, arraado a uo mismo Hay que tomar distacia y matee r e diálogo co el otro ue acaba de desaparecer. La itrioridad, la letitud, la suspes ió de l mudo circudate son propicias a es a evoució, a esas rememoracioes. Tras la muerte de un amigo C. Péy cami a a través de la Beauce, sumergido e el océao de uestra imesa pea". Su camiata es ua súplica ue lo leva a la atedral de Cartrs Su largo poema es ua ivocació a Dios en busca de u cosulo : Vos nos veis camiar e esta ruta de rcha, / Empolvados, enlodados , a lluvia entre los die te s / E este amplio abaico abierto a los cuatro vie n tos / La carretera acio al es uestra puerta estreca [ . . ] / eimos a suplicaros p or es e pobr e mucacho / Que murió como u toto e el curso de este año , / Casi e la semana y en el día / Cuado vuestro ijo ació e a paja y el afrecho1 "
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Fragmentos de " La tapicería d e nuesta Señora . a traducción e s d e Darío ara. [ N . del T] 1
camar. ELOGI oe LOS aos Y o i 1.ento
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A 1 7 kilómetros de la ciudad, divisa la catedra. No bie vi eso ue u éxtasis escribe a Lotte el 27 de septiembre de 1 9 1 Ya o setía ada, i la ftiga i mis pies. Todas mis impurezas cayero de u gope " . Por cieto , ua caminata es poca cosa frete a ua existecia, y a meudo o dj a más que ua huella ugitiva e la emoria Si lugar a dudas, ahí está su fuerza de alimetar el sto d e vivir e ua secillez esecia De ahí e deseo de volver a partir ua vez más, de recorrer uevos territorios o de volver sobre las helas de recorrido s atiguos para recuperar sus recuerdos y sesacioes Todo destio es bueo para volver a poerse e camio. Todos so equivaetes para o volver a casa" (Poidro, 0 01 , 279) Como cualquier hombre , el camiate o se basta a sí mismo , busca e los sederos lo que le falta , pero lo que le fata es lo que co stituye su feor. A cada istate espera ecotrar lo que alimeta su búsqueda . Siempre teemos a sesació de que al fial de camio algo os esper a, algo que solo a oso tros estaba destiad o Ua revelació está o lejos de allí , a alas horas de marcha, más alá de las colias o del bosque . Y a vaedad dl paisaje s igue alimetado la covicción de que es imiete la maifestació de u secret o. Tomamos ciertas rutas e e de seo de que profudice e la memo ria ua iscripció lumiosa Todo camio est á primero sepu tado e sí mismo ates de que se reproduzca bajo os pasos, coduce a sí mismo ates de llevar a u destio particular. Y e ocasioes abre por fi la puerta estrecha que desemboca e a trasformació feliz de uo mismo .
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compañeros ne ruTa
(Retomo aqí esecialmete a aores citados o evocados e es e libro . Ua biblio grafía poc o difrente se e cetra e Elogio el caminar) bbey Eward Désert solitaire, París Payo 1 99 5. lax Marc La Vert es stees, Pars rasboral 8 . Aax Marc Sos les yortes e Mongolie. Avec lesfls e l a stee París rasboréal, 10. rseiev aimir, Dew Oala, París, J 'ai l, 1977. [Hay versió en castellao: De Uala trad. d eresa Ramoet Barceloa, Debolsillo 6 . ] Balzac Ho oré (de) , Théorie d e l a démarche" , en vres iverses T 2 . París lb Michel 1 9 6 . H ay versió e casellao: Ttao e la via elante, seido de Teoría el anar, rad e M ireia Porta i a Barceoa Ediorial Casiopea 1 . ] Barret Pi erre y urgad J ea - N o l Prie por no s a Compostelle, París, Hachtte 19 99. Bh , Jornaux e voyage, urillac, POF 1 9 8 8 . [H ay versió e castellao : De camino a Ok y otros iarios e viaje trad de Jesús guado , Barceloa, DVD Ediciones . Bass Rick, Sr la piste des derniers grizzlis, París, Hobeke, 1997· Bass Rick, e ivre de Yaak, París, Gallmeiser zoo7. aminr. EOGIO De LOS can os Y e u en TJ T U D
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Basso K. , Wisdom Sits in Places. andscape and anguagemong the WesteApache Albqerqe Universty of New Mxico Press 19 96 . Baudelaire Charles e Peintre de l a vie moderne, París M ille et Ue nuits 10. [H ay versió e castellano: El intor de la vida moderna, trad. de S ilvia Acieo y Jlio Bauero Cruz Madrid Cuadernos de Langre 8 . ] Bejamin Walter Sens unique París Lettres Nouvelles 1 97 8 Benjamin Walter Charles Baudelaire París Payot 4. Benzzi Felice Fugue au Kenya París oeke 1 998. Biamoni Felice e Silence, París Verdier 3 . Boeoy Yves rrire-pays, París Gallimard Bor er Alain Rimbaud enAbyssinie, París Seuil 1 98 4 [H ay versi e castllano: Rimbaud enAbisinia, rad. de Tomás Segva M éico Fodo de Cultura Ecoia 1 9 9 1 ] Bourls Jea n- Clade etour a Conques, París Peie Bilio thue Payot 1 99. Bouvier i colas e PoissonScorpion París Payo 199a. [H ay versin e casellao: El pez escoión, trad d e lenn ado Gallardo Méi Aldus 1995 ] Bouvier Nicolas roniquejaponaise París Payot 1 99 1 Bouver Nicolas Usage d u monde París Payo 1 99 . Bovir N icolas Journal d ran e t d 'autres lieux París Payot 1993. Bouvier ic olas L "Échappée belle. loge de quelques pérégrins Ginera Metropolis 1 996 Bouver iolas e V de plein . Carnets d u apon , París Hobeke 1 99 6 Bovier Nicolas Cingria e n roue libre Lausaa Zoé 5. 178
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