MEGA PACK CP Caldo de Posho caldo de pollo club penguin
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Cuentos, historias, leyendas, testimonios, ilustraciones que contienen una enseñanza bíblica. Es un instrumento ideal para maestros, predicadores, misioneros, padres de familia y otros que intenta...Full description
Cuentos, historias, leyendas, testimonios, ilustraciones que contienen una enseñanza bíblica. Es un instrumento ideal para maestros, predicadores, misioneros, padres de familia y otros que …Descripción completa
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fundacion hao reiki sanacion
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Descripción: Descipcion de como hacer el caldo de hueso
CRÓNICADescripción completa
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CALDO DE POLLO PARA EL ALMA Una 2ª Ración 78 relatos para abrir el corazón y reavivar el esprit! "ac# Can$iel% y Mar# &ictor 'ansen CO()E(*DO Introducción
+, -O.RE EL AMOR El circo, Dan Clark Chase, Bruce Carmichael Rescate en el mar, Dan Clark El abrazo doscientos, Dr. Harold H. Bloomfield ¡Una malteada de fresa y tres apretones, por favor!, Larry James La pequeña desportilladura, Bettie B. Youngs e necesita valor, Bill Sanders ea usted mismo, Erik leson! "am #inger Los niños no me desesperan en la actualidad, Dr. Hanoch $cCarty! La flor, "astor John %. %amsey ractique al azar la bondad y las bellas acciones insensatas, &dair Lara El coraz"n, %aymond L. &aron ¡#$%alo ahora!, Dennis E. $annering El martirio de &ndy, Ben Burton El cielo y el infierno' la diferencia real, &nn Landers El re%alo del rabino, $. Scott "eck El re%alo de la abuela, D. 'rinidad Hunt Los $n%eles no necesitan piernas para volar, Stan Dale Recibimos lo que damos, Les Bro(n El billete de dos d"lares, #loyd L. Shilanski El sacrificio (ltimo, Jack Canfield y $ark )ictor Hansen 2, -O.RE EL 'EC'O DE -ER PADRE)uerido mundo, &*ril Johannes i pudiera educar de nuevo a mi hi*o, Diane Loomans Recuerde, ¡criamos niños, no flores!, Jack Canfield Es s"lo un niño pequeño, Ca+ell,n Bo- #o ero no fue as+, Stan /e-hardt raduaci"n, herencia y otras lecciones, Bettie B. Youngs -i padre, cuando yo ten+a..., &nn Landers El esp+ritu de anta no usa un tra*e ro*o, "atty Hansen La damita que cambi" mi vida, 'ony Luna Jim %ohn /ila d0cima, al centro, Jim %ohn Las cartas anuales, %aymond L. &aron La camisa amarilla hol%ada, "atricia Loren0 El re%alo, John Catenacci Ella record", Lisa Boyd /, -O.RE LA MUER)E 0 MOR*R Entra en la luz, Donna Loesch u1i... la me*or ami%a por todos los motivos, "atty Hansen La historia de un h0roe, #rederick E. "ulse III Recordando a la señora -urphy, Be*erly #1ne Una pequeña vive a(n, autor desconocido Un (ltimo adi"s, $ark )ictor Hansen ¡#$%alo hoy!, %o-ert %easoner Un acto de bondad para un coraz"n destrozado, $eladee $cCarty 2e ver0 por la mañana, John 2ayne Schlatter El amor nunca te abandona, Stanley D. $oulson El $n%el m$s hermoso, %al+h &rch-old
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1, U(A CUE-)*( DE AC)*)UD 34esalentado5, Jack Canfield El vestido ro*o de la madre de -illie, Carol Lynn "earson &ctitud' una de las opciones de la vida, Bo- Harris 3, -O.RE EL APRE(D*4A"E 0 LA E(-E5A(4A Las piedrecillas m$%icas, John 2ayne Schlatter omos los retrasados ! Janice &nderson Connolly 3)u0 le sucede a la *uventud actual5, $arlon Smith Una nulidad en la nieve, Jean 'odd Hunter Una simple caricia, 3ancy $oorman &dam, "atty $erritt La señorita #ardy, H. Ste+hen /lenn 2res cartas de 2eddy, Eli0a-eth Silance Ballard Lo que sembr" un hombre, $ike Buetelle 6, &*&A -U -UE5O Un niño pequeño, John $agliola El sueño de una pequeña, Jann $itchell La primera venta de un vendedor, %o-! 'on4 y 3ick Harris Caminemos de nuevo por el *ard+n, %aymond L. &aron La historia del vaquero, Larry 2inget 3or qu0 esperar... 5 ¡"lo h$%alo!, /lenn $cIntyre 7, CMO &E(CER LO- O.-)CULOConsidere esto, Jack Canfield 2reinta y nueve años, demasiado poco, demasiado tiempo, lo suficiente, 2illa "errier "lo problemas, 5en Blanchard Los $n%eles nunca dicen 6¡hola!6, Dottie 2alters 3or 3or qu0 tienen que suceder estas cosas5, Lilly 2alters El acero m$s fino es enviado al horno m$s caliente, John 2ayne Schlatter La carrera, D.H. /ro-erg Shoffstall Summit &merica! Lisa $anley 4espu0s de un tiempo, )eronica &. Shoffstall Summit Una obra de arte no descubierta, Charles &. Coonradt. i yo pude hacerlo, ¡usted tambi0n!, &rt Linkletter 8, -A.*DURA ECL9C)*CA 7apole"n 7apole"n y el peletero, Ste*e &ndreas & trav0s de los o*os de un niño, Dee Dee %o-inson 0 que 8l va a la %uerra, Dr. Barry L. $c&l+ine 3-$s caldo de pollo5 Comedor de beneficencia para el alma 3)ui0n es 9ac1 Canfield5 3)ui0n es -ar1 :ictor #ansen5 Colaboradores ;tros a%radecimientos *ntro%!cción El uni*erso est, hecho de historias! no de ,tomos. -uriel Ruc1eyser
ración de caldo de +ollo +ara el alma. Este libro 7os complace ofrecerle con el coraz"n 6na segunda ración de con contien tienee <=< <=< relat elatos os que que creem reemos os lo insp inspir irar ar$n $n y lo motiv otivar ar$n $n par para que que am amee m$s incondicionalmente, para que viva con m$s pasi"n y para que trate de realizar con m$s convicci"n sus sueños anhelados. Lo apoyar$ en los momentos momentos de frustraci"n frustraci"n y de fracaso y lo consolar$ consolar$ en tiempos tiempos de dolor y de p0rdida. p0rdida. e convertir$ en un compañero de por vida que le ofrecer$ apoyo y sabidur+a cuando los necesite. Est$ a punto de iniciar iniciar un recorrido recorrido maravilloso maravilloso.. Este libro es diferente diferente de otros que ha le+do. En al%unas ocasiones, lo conmover$ hasta lo m$s profundo de su ser. En otras, lo transportar$ a nuevos planos de amor y de ale%r+a. 7uestro primer primer libro, Caldo de +ollo +ara el alma! result" tan eficaz, eficaz, que las personas personas no aficionadas aficionadas a la lectura reportaron reportaron que lo leyeron en su totalidad. 7os
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pre%untamos c"mo pudo ser posible esto. 7os e>plicaron que la ener%+a del amor, la inspiraci"n, las l$%rimas y los v+tores para su alma los cautivaron y motivaron para continuar la lectura.
'engo a+enas die0 a7os y me encanta este li-ro. Es sor+rendente 8ue me fascine. 3o acostum-ra-a leer! +ero leer! +ero ahora leo! leo y leo. %yan .! 9: grado
Có:o leer este libro Este libro podr+a leerse en su totalidad en una sentada? sin embar%o, no recomendamos eso. u%erimos u%erimos que lea despacio, que se tome su tiempo, que lo saboree saboree como hace con un buen vino, dando un tra%o a la vez. Cada tra%o pequeño le proporcionar$ una sensaci"n de calidez, un esp+ritu ale%re y una serenidad radiante. 4escubrir$ que cada relato nutrir$ su coraz"n, su mente y su alma de manera diferente. Lo invitamos a rendirse ante el proceso y a permitirse el tiempo suficiente para di%erir cada historia. i las lee con rapidez, podr+an escap$rsele los si%nificados m$s profundos que yacen ba*o la superficie. Cada historia contiene en abundancia sabidur+a y e>periencia sobre la vida. 4espu0s de haber recibido miles de cartas de los lectores, en las que describen c"mo el libro afec afect" t" sus sus vida vidas, s, esta estamo moss m$ m$ss conv conven enci cidos dos que que nunc nunca a de que que los los rela relato toss son son una una de las las herramientas m$s eficaces que podemos utilizar para transformar nuestras vidas, pues se diri%en directamente a nuestro subconsciente. Establecen las bases para vivir una vida me*or. ;frecen soluciones pr$cticas a nuestros problemas cotidianos y moldean un comportamiento creativo que da resulta resultado. do. Curan Curan nuestr nuestras as heridas heridas y nos hacen hacen record recordar ar los me*ores me*ores aspect aspectos os de nuestr nuestra a natur naturalez aleza. a. 7os llevan llevan m$s all$ all$ de nuestr nuestras as vidas vidas cotidia cotidianas nas y nos muestr muestran an posibil posibilidad idades es infinitas. 7os inspiran para hacer y ser m$s de lo que ori%inalmente cre+mos posible.
Co:parta estos relatos con otras personas "odr,s tener una ri8ue0a tangi-le incalcula-le! incalcula-le! estuches de ;oyas y cofres de oro. Sin em-argo! m,s rico 8ue yo nunca +odr,s ser< +or8ue cono0co a alguien 8ue me contó historias. Cynth1a "earl $aus &l%unos de los relatos lo conmover$n para que los comparta con un ser querido o con un ami%o. Cuan Cuando do una una hist histor oria ia lo conm conmuev ueva a en verd verdad ad hast hasta a el fond fondo o de su alma alma,, cier cierre re los los o*os o*os un momento y pre%(ntese' 63)ui0n necesita escuchar este relato en este momento56 &l%uien que le intere interese se puede puede pasar pasar por su mente. 2"mese 2"mese el tiempo tiempo para visitar visitar o llamar llamar a esa persona persona y compartir con ella el relato. ;btendr$ al%o m$s profundo para usted al compartir la historia con al%uien que le interese. #e aqu+ un fra%mento de -artin @uber'
6na historia +uede contarse de tal manera 8ue +ro+orcione ayuda. $i a-uelo esta-a in*,lido. En una ocasión! le +idieron 8ue contara una historia so-re su maestro. %elató cómo su maestro sol1a saltar y dan0ar mientras ora-a. $i a-uelo se +uso de +ie mientras ha-la-a y! esta-a tan em-e-ido en su relato 8ue em+e0ó a saltar y a dan0ar +ara mostrar cómo lo hac1a el maestro. maestro. Desde ese momento momento 8uedó curado de su in*alide0. su in*alide0. 4&s1 se cuenta una historia= Considere compartir estos relatos en el traba*o, en la i%lesia, en la sina%o%a o en el templo y en casa con su familia. 4espu0s de participar la historia, discuta en qu0 modo lo afect" y por qu0 dese" compartirla con ellos. -$s importante a(n, permita que estos relatos lo inspiren a compartir sus propias historias. Leer, contar y escuchar los relatos mutuos puede transformar mucho. Las historias son veh+culos poderosos que liberan nuestras ener%+as inconscientes para curar, inte%rar, e>presar y crecer. Ciento Cientoss de lector lectores es nos e>plicar e>plicaron on c"mo c"mo el primer primer libro libro de relatos relatos de Caldo Caldo de +ollo +ollo abri" una compuerta de emociones humanas y facilit" el que la familia y el %rupo compartieran de manera si%nificativa. Los miembros de la familia empezaron a recordar y a relatar e>periencias importantes en sus vidas, comenzaro comenzaron n a comentarlas comentarlas en la mesa durante durante la cena, en la reuni"n reuni"n familiar, familiar, en el sal"n de clases, entre el %rupo de apoyo, entre el %rupo de la i%lesia e incluso en el centro de traba*o.
&lgo de lo m,s *alioso 8ue +odemos hacer +ara sanarnos mutuamente es escuchar los relatos de los dem,s.
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%e-ecca #alls Una maestra en ennsylvania pidi" a sus alumnos del quinto %rado que colaboraran para escribir su propio libro de Caldo de +ollo +ara el alma! con conmovedoras historias sobre sus propias vidas. Una vez que escribieron y recopilaron el libro, lo duplicaron y lo hicieron circular. 2uvo una profunda repercusi"n entre los estudiantes y sus padres. Un %erente de la compañ+a /ortune A== nos di*o que durante un año inici" todas las reuniones del personal con una historia de Caldo de +ollo +ara el alma. Los ministros, los rabinos, los psic"lo%os, los asesores, los entrenadores y los *efes de %rupos de apoyo han iniciado y finalizado sus sermones y sus sesiones con historias del libro. Lo animamos para que tambi0n ha%a esto. Las personas est$n hambrientas de este alimento para el alma. 2oma muy poco tiempo y puede tener un efecto perdurable. 2ambi0n lo alentamos para que empiece a contar sus historias a las personas a su alrededor. La %ente necesita escuchar su relato. Como lo indican varias historias en este libro, puede incluso salvar la vida de al%uien.
En ocasiones! nuestra lu0 se a+aga! +ero otro ser humano la enciende de nue*o. Cada uno de nosotros de-e un agradecimiento +rofundo a a8uellos 8ue encendieron de nue*o esta lu0. &l-ert Sch(eit0er -uchas personas han encendido de nuevo nuestras luces a trav0s de los años y les estamos a%radecidos. Esperamos que, de al%una manera, podamos tomar parte en encender nuevamente su luz y lo%rar que su flama sea mayor. i as+ es, habremos conse%uido nuestro prop"sito. 7os encantar+a escuchar sobre su reacci"n a este libro. Escriba por favor para informarnos c"mo lo afectaron estos relatos. Lo invitamos tambi0n a que tome parte en nuestro 6sistema de edificaci"n6. Env+enos por favor cualquier historia o poema que crea debamos incluir en futuros vol(menes de Caldo de +ollo +ara el alma. En la p$%ina BAA aparece nuestra direcci"n. Esperamos tener noticias suyas. #asta entonces... que disfrute la lectura de 6na segunda ración de caldo de +ollo +ara el alma! tanto como nosotros disfrutamos al recopilar, editar y escribir el libro.
Jack Canfield y $ark )ictor Hansen
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+, -O.RE EL AMOR La *ida es una canción > c,ntela. La *ida es un ;uego > ;u?guelo. La *ida es un desaf1o > enfr?ntelo. La *ida es un sue7o > h,galo realidad. La *ida es un sacrificio > ofr?0calo. La *ida es amor > disfr@telo. Sai Ba-a
EL C*RCO Esa me;or +arte de la *ida de un -uen hom-re! sus +e8ue7os actos desconocidos y no recordados de -ondad y de amor. illiam ordsDorth En una ocasi"n, cuando era adolescente, mi padre y yo nos encontr$bamos en una fila para comprar los boletos para el circo. /inalmente, s"lo hab+a una familia entre nosotros y la taquilla. Esta familia me caus" una %ran impresi"n. Eran ocho niños, todos quiz$ de menos de
Dan Clark
C'A-E
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El labio inferior de Chase temblaba mucho mientras se%u+a a su madre por la lar%a acera descendiente, hacia el estacionamiento del consultorio del ortodoncista. er+a el peor verano que hab+a conocido el niño de once años de edad. El m0dico hab+a sido amable y bondadoso con 0l? sin embar%o, hab+a lle%ado el momento de enfrentar la realidad de que le pondr+an frenos para corre%ir un desalineamiento de los dientes. La correcci"n doler+a, no podr+a comer alimentos duros o chiclosos y pensaba que sus ami%os se burlar+an. La madre y el hi*o no cruzaron palabra durante el via*e de re%reso a la pequeña casa campestre de s"lo H hect$reas, pero ten+a espacio para un perro, dos %atos, un cone*o y una multitud de ardillas y p$*aros. La decisi"n de que corri%ieran los dientes de Chase fue dif+cil para su madre, Cindy. Estaba divorciada desde hac+a cinco años y era la (nica que manten+a a su *oven hi*o. oco a poco, hab+a ahorrado los < A== necesarios para que le corri%ieran la dentadura. Entonces, una tarde soleada, la persona que m$s le importaba a ella, Chase, se enamor". Chase y su madre fueron a visitar a los Ra1er, anti%uos ami%os de la familia, en su %ran*a a unos I= 1il"metros de distancia. El señor Ra1er los llev" al %ranero y all+ estaba ella. -antuvo la cabeza en alto cuando el tr+o se acerc". u crin clara y su cola se a%itaron con la suave brisa. u nombre era Lady y estaba tan hermosa como debe ser una ye%ua. La ten+an ensillada y Chase practic" la equitaci"n por primera vez. La atracci"n fue instant$nea y parec+a mutua. 6Est$ a la venta, si deseas comprarla6, di*o el señor Ra1er a Cindy. 6or < A== tienes la ye%ua, todos sus papeles y el remolque para transportarla.6 Era una decisi"n importante para Cindy. Los < A== que hab+a ahorrado servir+an para arre%lar la dentadura de Chase o para comprarle a Lady, pero no para las dos cosas. /inalmente, resolvi" que la me*or decisi"n a lar%o plazo para Chase era que le colocaran el aparato ortop0dico en los dientes. /ue una dura decisi"n para ambos. in embar%o, Cindy le prometi" a Chase llevarlo a la %ran*a Ra1er para que visitara a Lady y la montara con la mayor frecuencia posible. Chase inici" de mala %ana el doloroso y prolon%ado tratamiento. Con poco valor y tolerancia al dolor, se someti" a que le hicieran los moldes, las pruebas y los a*ustes sin fin de los e>pandidores. #izo arcadas, llor" y suplic", pero el tratamiento ortod"ncico continu". Los (nicos momentos ale%res en la vida de Chase ese verano fueron cuando su madre lo llev" para que montara a Lady. &ll+ se sent+a libre. El caballo y el *inete %alopaban por los %randes pastizales, hacia un mundo que no conoc+a el dolor ni el sufrimiento. "lo se escuchaba el ritmo constante de los cascos del caballo sobre la tierra herbosa y el viento en su rostro. Cuando montaba a Lady, Chase pod+a ser 9ohn ayne, 6alto en la silla6, o uno de los caballeros de antaño al rescate de la rubia doncella en problemas o cualquier cosa que su ima%inaci"n le permitiera ser. &l final de sus lar%as cabal%atas, Chase y el señor Ra1er almohazaban a Lady, limpiaban su casilla y la alimentaban. Chase le daba siempre terrones de az(car a su nueva ami%a. Cindy y la señora Ra1er pasaban *untas las tardes, horneando %alletas, preparando limonada y observando a Chase montar a su nueva y me*or ami%a. Las despedidas entre Chase y la ye%ua duraban hasta que Cindy lo permit+a. Chase sosten+a la cabeza del animal entre las manos, le frotaba el lomo y deslizaba los dedos entre su crin. El noble animal parec+a comprender el afecto que le daban y permanec+a er%uida pacientemente, mordisqueando de cuando en cuando la man%a de su camisa. iempre que se iban de la %ran*a Ra1er, Chase tem+a que fuera la (ltima vez que ve+a a la ye%ua. 4espu0s de todo, Lady estaba a la venta y el mercado era bueno para los caballos de montar de calidad. El verano transcurri" mientras repetidamente tensaban los e>pandidores en la boca de Chase. Le di*eron que toda la molestia valdr+a la pena, puesto que as+ quedar+a espacio para los dientes que todav+a no descend+an. in embar%o, sufr+a una a%on+a porque las part+culas de comida se quedaban atrapadas en el aparato y debido al dolor casi constante que le produc+an los huesos faciales al e>pandirse. Los < A== completos se utilizar+an pronto en el traba*o dental y no quedar+a nada para comprar la ye%ua que tanto amaba. Chase hizo innumerables pre%untas a su mam$, esperando una respuesta que finalmente lo de*ara satisfecho. 3odr+an pedir prestado el dinero para comprar la ye%ua5 3odr+a el abuelo ayudarlos a comprarla5 3odr+a 0l conse%uir un empleo y ahorrar el dinero para comprar el caballo5 u madre respondi" las pre%untas lo me*or que pudo. Cuando todo lo dem$s no sal+a bien, ella se ale*aba en silencio para ocultar sus propias l$%rimas, porque no pod+a proporcionar a su (nico hi*o todo lo que deseaba. Una fr+a mañana de septiembre se iniciaron las clases en la escuela y el %ran cami"n amarillo apareci" en el final del sendero de la casa de Chase. Los cole%iales se turnaron para contar lo que hab+an hecho durante las vacaciones de verano. Cuando lle%" el turno de Chase, habl" sobre otros
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temas y nunca mencion" a la ye%ua dorada llamada Lady. El (ltimo cap+tulo de esa historia todav+a no se escrib+a y 0l tem+a el desenlace. #ab+a %anado la batalla con el aparato dental y uno menos molesto ocup" su lu%ar. Con ansiosa anticipaci"n, Chase esperaba el tercer domin%o, cuando su madre lo llevar+a a la %ran*a de los Ra1er para montar a Lady, se%(n le prometiera. Chase se levant" temprano el d+a de la cita. &liment" a sus cone*os, perros y %atos e incluso tuvo tiempo para barrer las ho*as en el patio trasero. &ntes que Chase y su madre salieran de casa, 0l llen" el bolsillo de su chaqueta con terrones de az(car para la ye%ua con crin dorada, que sab+a lo estar+a esperando. & Chase le pareci" que transcurri" una eternidad, antes de que su madre condu*era el coche por el camino principal y el sendero hacia las %ran*a Ra1er. Con ansiedad, Chase forz" la mirada para ver a la ye%ua que tanto amaba. Cuando se acercaron m$s a la %ran*a y a los %raneros, 0l mir" a su alrededor, pero Lady no estaba a la vista. El pulso de Chase se aceler" y busc" e>pectante el remolque de la ye%ua. 7o estaba all+. El remolque y la ye%ua hab+an desaparecido. u peor pesadilla se hab+a convertido en realidad. Con se%uridad, al%uien hab+a comprado a la ye%ua y ya no volver+a a verla. Chase empez" a sentir un vac+o en la boca del est"ma%o, el cual nunca hab+a sentido. @a*aron del auto y corrieron hacia la puerta principal de la casa. 7adie respondi" al timbre. "lo la %ran perra collie, 4aisy, estaba all+ y mov+a la cola para saludarlos. -ientras su madre miraba con tristeza, 0l corri" hacia el %ranero, donde %uardaban a la ye%ua. u casilla estaba vac+a y la silla y la manta tampoco estaban. Con las l$%rimas rodando por sus me*illas, Chase re%res" al coche y subi". 67i siquiera pude despedirme, mam$6, se lament". 4urante el via*e de re%reso a casa, Cindy y Chase permanecieron sentados en silencio, absortos en sus pensamientos. La herida producida por la p0rdida de su ami%a sanar+a con lentitud y Chase s"lo esperaba que la ye%ua encontrara un buen ho%ar con al%uien que la amara y la cuidara. Estar+a en sus oraciones y nunca olvidar+a el tiempo ale%re que pasaron *untos. 2en+a la cabeza inclinada y los o*os cerrados, cuando Cindy se detuvo en el sendero de su casa. Chase no vio el remolque para caballo, ro*o y brillante, *unto a su %ranero ni al señor Ra1er de pie *unto a su camioneta azul. Cuando al fin levant" la mirada, el coche se hab+a detenido y el señor Ra1er abr+a la puerta de Chase. 3Cu$nto dinero has ahorrado, Chase56, pre%unt" 0l. Esto no pod+a ser real, Chase se frot" los o*os con incredulidad. 64iecisiete d"lares6, respondi" con voz vacilante. 6Eso es *ustamente lo que quer+a por esta ye%ua y el remolque6, ase%ur" sonriente el señor Ra1er. La transacci"n que si%ui" rivaliz" con cualquiera en velocidad y brevedad. En s"lo unos momentos, el nuevo y or%ulloso dueño mont" en la silla colocada sobre su amada ye%ua. El animal y el *inete se perdieron pronto de vista al otro lado del %ranero, con direcci"n a un pastizal abierto. El señor Ra1er nunca dio los motivos de su acci"n y s"lo di*o' 6¡7unca me hab+a sentido me*or en años!6
Bruce Carmichael
RE-CA)E E( EL MAR #ace varios años, en una pequeña aldea de #olanda, un *oven mostr" al mundo las recompensas del servicio no e%o+sta. 4ebido a que toda la aldea %iraba alrededor de la industria pesquera, en casos de emer%encia era necesario un equipo de rescate de voluntarios. Una noche, el viento soplaba fuerte, las nubes estaban car%adas y una fuerte tormenta hizo zozobrar a un bote pesquero en el mar. :arada y en problemas, la tripulaci"n envi" una señal de au>ilio. El capit$n del equipo de rescate hizo sonar la alarma y los aldeanos se reunieron en la plaza del pueblo que daba hacia la bah+a. -ientras el equipo echaba al a%ua el bote de remos y 0ste se abr+a paso entre las fuertes olas, los aldeanos esperaban inquietos en la playa, sosteniendo las linternas para iluminar el camino de re%reso. Una hora despu0s, el bote de rescate reapareci" entre la niebla y los re%oci*ados aldeanos corrieron a recibirlo. Los voluntarios cayeron e>haustos en la arena y reportaron que el bote de rescate no pudo dar cabida a m$s pasa*eros y tuvieron que de*ar a un hombre. Un solo pasa*ero m$s con se%uridad hubiera hecho zozobrar el bote y todos se habr+an aho%ado.
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Con desesperaci"n, el capit$n pidi" que otro equipo de voluntarios fuera en busca del sobreviviente solitario. #ans, de
Dan Clark
EL A.RA4O DO-C*E()OEl amor cura a la gente! a 8uien lo da y a 8uien lo reci-e. 4r. arl -ennin%er La piel de mi padre estaba cetrina cuando yac+a conectado a los aparatos y tubos intravenosos en la unidad de cuidados intensivos del hospital. 7ormalmente un hombre de buena comple>i"n, hab+a perdido m$s de presar lo mucho que me importaba, sin tomar en cuenta lo dif+cil que fuera para 0l permitir que me acercara. -i padre siempre hab+a sido muy %erm$nico, orientado hacia el deber? en su infancia, con se%uridad sus padres le enseñaron a ocultar sus sentimientos para ser un hombre. ;lvid0 mi deseo reprimido de culparlo por nuestra distancia y anhelaba el desaf+o de darle m$s amor. 6:amos, pap$, abr$zame6, le ped+. -e inclin0 cerca de 0l, en el borde de la cama, con sus brazos a mi alrededor. 6;pr+meme. Eso es. Una vez m$s, oprime. ¡-uy bien!6 En cierta forma, mostraba a mi padre c"mo abrazar y cuando 0l oprimi", sucedi" al%o. or un instante, e>perimentamos una sensaci"n de 6te amo6. 4urante años, nuestro saludo hab+a sido un estrech"n de manos fr+o y formal que dec+a' 6#ola, 3c"mo est$s56 &hora, ambos esper$bamos sentir de nuevo esa cercan+a moment$nea. in embar%o, en el momento en que 0l empezaba a disfrutar los sentimientos de amor, al%o se tensaba en su torso y nuestro abrazo se convert+a en
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al%o torpe y e>traño. asaron meses antes de que desapareciera su ri%idez y permitiera que sus emociones interiores pasaran a trav0s de sus brazos para rodearme. 4ependi" de m+ ser la fuente de muchos abrazos, antes de que mi padre me abrazara por iniciativa propia. 7o lo culpaba, sino que lo apoyaba? despu0s de todo, cambiaba los h$bitos de toda una vida, y eso toma tiempo. ab+a que ten+amos 0>ito pues cada vez mostr$bamos m$s inter0s y afecto. &lrededor del abrazo n(mero B==, 0l di*o en voz alta y con espontaneidad, por primera vez desde que recuerdo' 62e amo6.
Harold H. Bloomfield! doctor en medicina ¡Una malteada de fresa y tres apretones, por favor! & mi madre le encantaban las leches malteadas de fresa. iempre me entusiasm" lle%ar a visitarla y sorprenderla con su bebida favorita. 4urante sus (ltimos años, mi mam$ y mi pap$ vivieron en un centro de atenci"n para *ubilados. 4ebido en parte a la tensi"n sufrida por la enfermedad de &lzheimer que padec+a mi mam$, mi padre enferm" y ya no pudo cuidarla. :iv+an en habitaciones separadas, pero pasaban *untos la mayor parte del tiempo. e amaban mucho. 2omados de la mano, esos amantes con cabellos plateados recorr+an los corredores para visitar a sus ami%os y entre%ar amor. Eran los 6rom$nticos6 del centro de retiro. Cuando comprend+ que la enfermedad de mi madre empeoraba, le escrib+ una carta de a%radecimiento. Le di*e lo mucho que la amaba. -e disculp0 por mi irritabilidad cuando era adolescente. Le di*e que era una buena madre y que me sent+a or%ulloso de ser su hi*o. Le di*e todas las cosas que hab+a deseado e>presar durante mucho tiempo, pero que fui demasiado terco para decirlas, hasta que comprend+ que quiz$ ella no estar+a en una posici"n de comprender el amor que encerraban las palabras. /ue una carta detallada de amor y de consumaci"n. -i padre me inform" que ella pasaba con frecuencia horas leyendo una y otra vez esa carta. -e entristeci" saber que mi mam$ ya no sab+a que yo era su hi*o. & menudo pre%untaba' 63C"mo te llamas56 y yo respond+a con or%ullo que mi nombre era Larry y que era su hi*o. Ella sonre+a y tomaba mi mano. 4esear+a volver a sentir ese contacto tan especial. 4urante una de mis visitas, me detuve en la tienda local y compr0 a cada uno de mis padres una leche malteada de fresa. -e detuve primero en la habitaci"n de ella, me present0 de nuevo, charl0 durante unos minutos y llev0 la otra leche malteada a la habitaci"n de mi padre. Cuando re%res0, ella casi hab+a terminado la malteada. e hab+a recostado en la cama para descansar. Estaba despierta. &mbos sonre+mos cuando me vio entrar en la habitaci"n. in pronunciar palabra, acerqu0 una silla a la cama y me inclin0 para sostener su mano. /ue un contacto divino. En silencio afirm0 mi amor por ella. in palabras, pude sentir la ma%ia de nuestro amor incondicional, a pesar de que estaba consciente de que ella no sab+a qui0n le sosten+a la mano. 3; acaso era ella quien sosten+a mi mano5 4espu0s de apro>imadamente <= minutos, sent+ que oprim+a con suavidad mi mano... tres apretones. /ueron breves y al instante supe lo que dec+a, sin tener que escuchar nin%una palabra. El mila%ro del amor incondicional se nutre por el poder de lo 4ivino y por nuestra propia ima%inaci"n. ¡7o pod+a creerlo! & pesar de que ella ya no pod+a e>presar sus pensamientos m$s +ntimos, como sol+a hacerlo, no eran necesarias las palabras. /ue como si ella re%resara durante un breve momento. #ace muchos años, cuando mi padre y mi madre sal+an, ella hab+a inventado esa forma especial de decir a mi pap$' 6¡2e amo!6 cuando estaban sentados en la i%lesia. 8l le oprim+a dos veces la mano con suavidad para decir' 6¡No tambi0n!6 Le oprim+ la mano dos veces con suavidad. :olvi" la cabeza y me sonri" de una manera encantadora. 7unca lo olvidar0. u semblante irradiaba amor.
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Record0 sus e>presiones de amor incondicional hacia mi padre, nuestra familia y sus innumerables ami%os. u amor contin(a influyendo de una manera profunda mi vida. 2ranscurrieron ocho o diez minutos. 7o pronunciamos palabra. 4e pronto, ella se volvi" hacia m+ y con suavidad pronunci" estas palabras' 6Es importante tener a al%uien que nos ame6. Llor0. Eran l$%rimas de ale%r+a. La abrac0 con afecto y ternura, le di*e lo mucho que la amaba y me fui. -i madre muri" poco tiempo despu0s. Ese d+a pronunciamos muy pocas palabras? las que ella articul" fueron palabras de oro. iempre atesorar0 esos momentos tan especiales.
Larry James
LA PE;UE5A DE-POR)*LLADURA Con bastante frecuencia, mi madre me ped+a que pusiera la mesa familiar con la 6va*illa fina6. 4ebido a que esto ocurr+a a menudo, nunca cuestion0 estas ocasiones. &sum+a que era un deseo de mi madre, un capricho moment$neo, y hac+a lo que me ped+a. Una noche, pon+a la mesa cuando -ar%e, una vecina, lle%" inesperadamente. Llam" a la puerta, y mi madre Oocupada en la estufaO, le pidi" que entrara. -ar%e entr" en la cocina %rande. OO;h, veo que esperan compañ+a Ocoment" -ar%e, al observar la mesa bellamente puestaO. Re%resar0 en otra ocasi"n. 4eb+ haber llamado primero. O7o, no, est$ bien Orespondi" mi madreO. 7o esperamos compañ+a. OEntonces Odi*o -ar%e con e>presi"n perple*aO, 3por qu0 sacaron la va*illa fina5 No s"lo la utilizo dos veces al año. Oorque prepar0 el platillo favorito de mi familia Oe>plic" mi madre y esboz" una sonrisaO. i pones la mesa de la me*or manera posible para los invitados especiales y los e>traños, 3por qu0 no hacerlo para tu familia5 on tan especiales como cualquiera. O+, pero tu hermosa va*illa se romper$ Orespondi" -ar%e, sin comprender a(n la importancia del valor que mi madre daba al hecho de apreciar a su familia de esa manera. O;h, bueno Odi*o mi madre con tono casualO, unas cuantas desportilladuras en la va*illa si%nifica pa%ar un precio ba*o por lo que siempre sentimos cuando nos reunimos como una familia en la mesa, utilizando estos platos hermosos. &dem$s Oañadi" con un destello *uvenil en los o*osO, todas estas desportilladuras tienen una historia que contar, 3no es as+5 Omir" a -ar%e como si esa mu*er con dos hi*os mayores debiera saber eso. -am$ se acerc" al aparador y sac" un plato. Lo sostuvo y coment"' O3:es esta desportilladura5 2en+a
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observ$ndolo. En ese momento, me encontraba sentada *unto a 0l. u presencia me aturdi" tanto, que qued0 muda y fi*0 la mirada en la mesa. 4e pronto, al recordar que contaba una historia frente a su *oven hi*a y la vecina, mam$ se sonro*" y concluy" el relato con rapidez. O8l me entre%" su plato y me pidi" que le sirviera la comida. Estaba tan nerviosa, que las manos me temblaban y las palmas me sudaban. Cuando tom0 su plato, 0ste se desliz" y %olpe" el plat"n, desportill$ndose. O4ir+a que eso parece un recuerdo que yo tratar+a de olvidar OOOcoment" -ar%e, sin conmoverse por el relato de mi madre. Oor el contrario Orespondi" mi madreO. Un año despu0s, me cas0 con ese hombre maravilloso. #asta ahora, cuando veo ese plato, recuerdo con afecto el d+a cuando lo conoc+ Ocoloc" con cuidado el plato en el aparador, detr$s de los otros, en un sitio propio. &l ver que la observaba, me %uiñ" el o*o. Consciente de que -ar%e no consider" conmovedor el apasionado relato que acababa de contar, mam$ se apresur" a tomar otro plato, esta vez uno roto que hab+a sido pe%ado con cuidado? las pequeñas %otas de pe%amento pod+an verse en las uniones serpenteantes. OEste plato se rompi" el d+a que tra*imos a casa a nuestro hi*o -ar1, reci0n nacido en el hospital OOe>plic" mam$O. ¡Era un d+a fr+o y soplaba un fuerte viento! -i hi*a de seis años de edad, que trataba de ayudar, de*" caer el plato cuando lo llevaba al fre%adero. &l principio me enfad0, pero me di*e' 6es s"lo un plato roto y no permitir0 que esto cambie la felicidad que sentimos al dar la bienvenida a la familia a este nuevo beb06. ¡Recuerdo que todos nos divertimos mucho durante los varios intentos que hicimos para pe%ar ese plato! Estaba segura de que mam$ ten+a otras historias que contar sobre esa va*illa. 2ranscurrieron varios d+as y no pod+a olvidar ese plato. e hab+a vuelto especial, si no por otro motivo, s"lo porque mam$ lo %uardaba cuidadosamente detr,s de los otros. #ab+a al%o respecto a ese plato que me intri%aba y los pensamientos respecto a 0l permanec+an en el fondo de mi mente. Unos d+as despu0s, mi madre fue a la ciudad a comprar comestibles. Como era costumbre cuando ella sal+a, yo qued0 a car%o de cuidar a los dem$s niños. Cuando el coche sali" del sendero, hice lo que siempre hac+a durante los primeros diez minutos cuando ella se iba a la ciudad. Corr+ hacia la habitaci"n de mis padres F¡lo cual ten+a prohibido hacer!G, acerqu0 una silla, abr+ el ca*"n superior de la c"moda y busqu0 en su interior, como lo hab+a hecho en muchas ocasiones anteriores. En el fondo del ca*"n, deba*o de prendas de vestir %randes, suaves y con un aroma maravilloso, se encontraba un pequeño *oyero cuadrado de madera. Lo saqu0 y lo abr+. En su interior estaban los art+culos habituales' el anillo con un rub+ ro*o, que heredara a mi madre su t+a favorita, #ilda? un par de delicados aretes de perla, que le diera a mi abuela su marido el d+a de su boda, y la fina sorti*a de boda de mi madre, que con frecuencia se quitaba cuando ayudaba a su esposo en las tareas al aire libre. Una vez m$s, encantada con estos recuerdos preciosos, hice lo que cualquier niña pequeña' me prob0 todo, llen0 mi mente con las im$%enes %loriosas al pensar lo que ser+a ser una persona adulta, una hermosa mu*er como mi madre y tener cosas tan e>quisitas. ¡7o pod+a esperar para crecer, tener un ca*"n propio y poder decir a los dem$s que no pod+an abrirlo! Ese d+a no medit0 mucho esos pensamientos. Retir0 la pieza de fino fieltro ro*o que cubr+a la tapa del pequeño alha*ero de madera y que separaba las *oyas de un pedazo de cristal blanco con apariencia com(n y que hasta ese momento no hab+a tenido nin%(n si%nificado para m+. aqu0 el pedazo de cristal de la ca*a y lo sostuve cerca de la luz, para e>aminarlo con mayor cuidado. i%uiendo un instinto, corr+ hacia el aparador de la cocina, acerqu0 una silla y me trep0 para ba*ar el plato. Como lo hab+a ima%inado, el pedazo de cristal, tan cuidadosamente %uardado deba*o de las (nicas tres *oyas que pose+a mi madre, pertenec+a al plato que ella hab+a roto el primer d+a que pos" la mirada en mi padre. -$s sabia y con mayor respeto, coloqu0 de nuevo el pedazo de cristal sa%rado en su lu%ar, deba*o de las *oyas, con un pedazo de tela que lo prote%+a. &hora sab+a con se%uridad que esa va*illa conten+a para mi madre varias historias de amor de su familia, aunque nin%una tan memorable
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como el le%ado que hab+a dado a ese plato. Con ese pedazo de cristal se inici" una %ran historia de amor que en la actualidad lle%a al cap+tulo AM, ¡puesto que mis padres han estado casados durante AM años! Una de mis hermanas pre%unt" a mi madre si al%(n d+a ser+a suyo el anti%uo anillo de rub+ y mi otra hermana pidi" los aretes de perla de la abuela. 4eseo que mis hermanas ten%an esas hermosas *oyas de la familia. & m+ me %ustar+a el recuerdo que representa el inicio de la e>traordinaria vida amorosa de una e>celente mu*er. -e %ustar+a tener ese pedazo de cristal.
Bettie B. Youngs
-E (ECE-*)A &ALOR Se o-tiene fuer0a! e+eriencia y confian0a con cada *i*encia! cuando en *erdad nos detenemos a mirar a la cara al temor ... De-emos hacer lo 8ue no +odemos hacer. Eleanor Roosevelt u nombre es 7i11i. :ive calle aba*o de mi casa. Esta *oven mu*er me ha inspirado durante varios años. u historia conmovi" mi coraz"n y en los momentos dif+ciles, refle>iono respecto a su valor. 2odo se inici" con el reporte del m0dico, cuando ella estaba en el s0ptimo %rado. Lo que su familia tem+a era verdad. El dia%n"stico' leucemia. Los meses si%uientes incluyeron visitas re%ulares al hospital. La picaron, la pincharon y le hicieron pruebas cientos de miles de veces. 4espu0s fue la quimioterapia y, con esto, una posibilidad de quiz$ salvar su vida, pero perdi" el cabello. erder el cabello cuando se es alumna del s0ptimo %rado es al%o devastador. El cabello no volvi" a crecerle. La familia empez" a preocuparse. Ese verano, antes de iniciarse el octavo %rado, compr" una peluca. Resultaba inc"moda y le causaba comez"n, pero la us". Era muy popular y amada por muchos estudiantes. Era porrista y siempre estaba rodeada de ami%os? pero las cosas cambiaron. 2en+a una apariencia e>traña y sabemos c"mo son los *"venes. upon%o que son como el resto de nosotros. En ocasiones, buscamos re+rnos y decimos incluso lo que causa un %ran dolor a al%uien m$s. 4urante las primeras dos semanas del octavo %rado, le quitaron la peluca media docena de veces. Ella se deten+a, se a%achaba, dominaba el temor y la ver%Penza, se la pon+a de nuevo, secaba las l$%rimas y caminaba hacia el sal"n, pre%unt$ndose siempre por qu0 nadie la defend+a. Esto dur" dos a%onizantes y horribles semanas. 4i*o a sus padres que ya no pod+a soportarlo m$s. Ellos respondieron' 6uedes permanecer en casa, si lo deseas6. i la hi*a est$ muriendo en el octavo %rado, no importa si cursar$ el noveno. Lo (nico que importa es que sea feliz y darle una oportunidad de tener paz. 7i11i me di*o que perder el cabello no fue nada. Coment"' 6Eso puedo mane*arlo6. 4i*o incluso que perder la vida le preocupaba poco. 62ambi0n puedo mane*ar eso6, ase%ur", 6pero, 3sabes lo que es perder a tus ami%os5 3abes lo que es caminar por el corredor y que todos se separen como el -ar Ro*o, porque yo me acerco, que entren en la cafeter+a el d+a que hay pizza, nuestra me*or comida, y que se vayan sin haber terminado de comer5 4icen que no tienen hambre, pero s0 que se van porque estoy sentada all+. 3abes lo que es que nadie quiera sentarse *unto a m+ en la clase de matem$ticas y que los niños que ocupan los casilleros a la izquierda y a la derecha del m+o los hayan desocupado5 uardan sus libros en el casillero de al%uien m$s, s"lo porque tienen que estar de pie *unto a la chica que usa peluca, la que padece la enfermedad e>traña. 7i siquiera es conta%iosa. 7o pueden conta%iarse de m+. 3&caso no saben que m$s que nada necesito a mis ami%os5 ;h, s+, perder la vida no es nada, cuando s0 d"nde pasar0 la eternidad, porque creo en 4ios. erder el cabello tampoco si%nifica nada, pero perder a los ami%os es al%o devastador6. Ella hab+a planeado no ir a la escuela y permanecer en casa, pero al%o sucedi" ese fin de semana. Escuch" relatos acerca de dos niños, uno del se>to %rado y otro del s0ptimo, y sus historias le dieron el valor para continuar. El chico del s0ptimo %rado era de &r1ansas y, a pesar de que no era popular, llevaba a la escuela su 3ue*o 'estamento en la bolsa de la camisa. e%(n cuentan, tres niños se le acercaron le quitaron la @iblia y di*eron' 6Eres un afeminado. La reli%i"n es para los afeminados. La oraci"n es para los afeminados. 7o vuelvas a traer esta @iblia a la escuela6. 8l devolvi" la @iblia al chico m$s %rande de los tres y coment"' 62oma, veamos si tienes suficiente valor para llevarla en la escuela durante un d+a6. 4icen que %an" tres ami%os.
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La si%uiente historia que inspir" a 7i11i fue la de un chico del se>to %rado, ori%inario de ;hio y llamado 9immy -asterdino. Estaba celoso de California, porque el estado ten+a el lema' 6¡Eure1a!6y ;hio no ten+a nin%uno. Encontr" cinco palabras que cambian la vida. ;btuvo las firmas necesarias y con la petici"n llena, la llev" a la Le%islatura del Estado. En la actualidad, debido a ese valeroso *oven del se>to %rado, el lema oficial del estado de ;hio es 6 2odo es posible con 4ios6. Con el nuevo valor y la inspiraci"n que encontr" 7i11i, se puso la peluca el lunes si%uiente por la mañana. e visti" lo m$s bonita y ele%ante que pudo. 4i*o a sus padres' 6#oy re%resar0 a la escuela. #ay al%o que ten%o qu0 hacer. #ay al%o que ten%o qu0 averi%uar6. 7o sab+an a lo que se refer+a y se preocuparon, pues tem+an lo peor? sin embar%o, la llevaron a la escuela. 2odos los d+as durante las (ltimas semanas, 7i11i ha abrazado y besado a sus padres en el coche, antes de ba*ar. & pesar de ser poco popular y de que muchos niños se re+an y se burlaban de ella, nunca permiti" que eso la detuviera. Ese d+a ser+a diferente. Los abraz" y los bes" y al ba*ar del coche, se volvi" con tranquilidad y di*o' 6-am$ y pap$, 3no adivinan lo que voy a hacer hoy56 us o*os se llenaron de l$%rimas, pero eran l$%rimas de ale%r+a y de fuerza. ;h, s+, sent+a temor ante lo desconocido, pero ten+a una causa. Ellos respondieron' 63)u0, cariño56 6#oy voy a averi%uar qui0n es mi me*or ami%o. #oy averi%uar0 qui0nes son mis verdaderos ami%os6. 4espu0s de eso, se quit" la peluca y la coloc" en el asiento a su lado. 6-e aceptar$n como soy, pap$, o no me aceptar$n. 7o me queda mucho tiempo. #oy ten%o que averi%uar qui0nes son6. Empez" a caminar, dio dos pasos, se volvi" y añadi"' 6Recen por m+6. 6Lo haremos, pequeña6, respondieron. &l caminar en direcci"n a J== chicos, escuch" que su pap$ dec+a' 6Esa es mi hi*a6. Ese d+a sucedi" un mila%ro. Camin" por el patio de *ue%o, entr" en la escuela y nadie fanfarrone" ni la amedrent", nadie se burl" de la pequeña que ten+a mucho valor. 7i11i enseñ" a miles de personas a que sean ellas mismas, a que utilicen el talento que les dio 4ios y que defiendan lo que es correcto, pues incluso en medio de la inse%uridad, el dolor, el temor y la persecuci"n, es la (nica manera de vivir. 7i11i se %radu" de la escuela secundaria. El matrimonio que se supon+a nunca se llevar+a a cabo, tuvo lu%ar unos años despu0s. &hora, 7i11i es la or%ullosa madre de una pequeña a quien le puso el nombre de mi pequeña hi*a, Emily. Cada vez que enfrento al%o que parece imposible, pienso en 7i11i y recupero la fuerza.
Bill Sanders
-EA U-)ED M*-MO En el mundo futuro no me +reguntar,nA "or 8u? no fuiste $ois?s $e +reguntar,nA "or 8u? no fuiste usya Rabbi Qusya 4esde que era un niño pequeño, no deseaba ser yo. 4eseaba ser como @illy iddledon, a quien ni siquiera le a%radaba. Caminaba como 0l? hablaba como 0l y me inscrib+ en la escuela secundaria que 0l eli%i". or este motivo cambi" @illy iddledon. Empez" a estar cerca de #erby :andeman? caminaba como #erby :andeman? hablaba como #erby :andeman. ¡Eso me confundi"! Empec0 a caminar y a hablar como @illy iddledon, quien a su vez caminaba y hablaba como #erby :andeman. Entonces not0 que #erby :andeman caminaba y hablaba como 9oey #averlin. 9oey #averlin caminaba y hablaba como Cor1y abinson. &qu+ me tienen, caminando y hablando como @illy iddledon imita la versi"n que #erby :anderman hace de 9oey #averlin, quien trata de caminar y hablar como Cor1y abinson. 3& qui0n creen que imita al caminar y al hablar Cor1y abinson5 Entre toda la %ente, a 4opey ellin%ton ¡y ese pequeño pelmazo camina y habla como yo!
&utor desconocido! +resentado +or Scott Shuman El presidente Calvin Coolid%e invit" en una ocasi"n a sus ami%os de su ciudad natal a cenar en la Casa @lanca. reocupados por sus modales en la mesa, los invitados decidieron imitar todo lo que hac+a Coolid%e. Esta estrate%ia tuvo 0>ito, hasta que sirvieron el caf0. El presidente sirvi" su caf0
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en el platito. Los invitados hicieron lo mismo. Coolid%e añadi" az(car y crema. us invitados hicieron tambi0n esto. Entonces, Coolid%e se inclin" y coloc" el platito en el suelo, para el %ato.
Erik leson 7o tiene que ser como su madre, a no ser que ella sea quien usted desea ser. 7o tiene que ser como su abuela o como su bisabuela maternas o incluso como su bisabuela paterna. uede heredar sus barbillas o sus caderas o sus o*os, pero no est$ destinada a ser como las mu*eres que la precedieron. 7o est$ destinada a vivir sus vidas. or lo tanto, si hereda al%o, herede su fuerza, su fle>ibilidad. La (nica persona que est$ destinada a ser es la persona que decida ser.
"am #inger Cuando gane ese cam+eonato! me +ondr? mis estro+eados +antalones de me0clilla! un som-rero *ie;o! me de;ar? crecer la -ar-a y caminar? +or un antiguo camino cam+estre! donde nadie me cono0ca! hasta 8ue encuentre a una hermosa 0orra +e8ue7a! 8ue no se+a mi nom-re! 8ue me 8uiera +or lo 8ue soy. La lle*ar? a mi casa de FG ! con *ista hacia mis edificios de un millón de dólares y le mostrar? todos mis Cadillacs! la +iscina interior en caso de 8ue llue*a y le dir?A 4Esto es tuyo! cari7o! +or8ue me amas +or lo 8ue soy= -uhammed &l+
LO- (*5O- (O ME DE-E-PERA( E( LA AC)UAL*DAD En ocasiones, cuando via*o en avi"n para ir de un compromiso de oratoria a otro, me encuentro sentado *unto a al%uien que habla bastante. Esto resulta con frecuencia una e>periencia a%radable, porque soy un empedernido observador de la %ente. &prendo mucho observando y escuchando a las personas que conozco y que veo todos los d+as. #e escuchado relatos tristes y otros ale%res, de temor y ale%r+a? otros que rivalizan con los de 6Cristina6. Es triste decir que en ocasiones me encuentro sentado *unto a al%uien que s"lo desea descar%ar la bilis o imponer sus puntos de vista pol+ticos a una audiencia cautiva durante J= 1il"metros. /ue uno de esos d+as. -e acomod0 con resi%naci"n, mientras mi compañero de asiento empezaba su disertaci"n sobre el terrible estado del mundo, con la trillada frase' 6Usted sabe, los niños en la actualidad son...6 Continu" y continu", compartiendo nociones va%as del terrible estado en que se hallan los adolescentes y los adultos *"venes, bas$ndose en mirar el noticiero de las seis con bastante selectividad. Cuando afortunadamente ba*0 de ese avi"n y me diri%+ al fin hacia mi hotel en Sndian$polis, compr0 el peri"dico local y fui a cenar en el restaurante del hotel. &ll+, en una p$%ina interior, estaba un art+culo que, en mi opini"n, debi" haber ocupado el encabezado de la primera p$%ina. En un pequeño pueblo de Sndiana, hab+a un *oven de presi"n familiar de aprobaci"n y al fondo, un %rupo de *"venes i%ualmente calvos. 7o, no me desesperan los *"venes en la actualidad.