52. LA SÍNTESIS ESCOLÁSTICA DE SANTO TOMÁS DE AQUINO ÍNDICE
Introducción. Sobre la síntesis de Santo Tomás. La noción de síntesis de Santo Tomás. o La síntesis entre fe y razón. o Aristotelismo y cristianismo. La filosofía de Santo Tomás. Filosofía de la filosofía. o Metafísica. o Ontología. Ente. Esencia y existencia. Propiedades del ente. Teología natural. Creación. Conocimiento de Dios. Pruebas de la existencia de Dios. Antropología. o Psicología. Epistemología. Filosofía moral. Bibliografía.
INTRODUCCIÓN
SOBRE LA SÍNTESIS DE SANTO TOMÁS LA NOCIÓN DE SÍNTESIS DE SANTO TOMÁS La noción de síntesis era expresada por la palabra latina “summa” (suma). Esta palabra
se usó habitualmente desde el siglo XII por muchos autores, a destacar Pedro Lombardo. Las Summas eran colecciones o compendios ordenados de sentencias teológicas, es decir colecciones sistemáticas; se diferenciaban de las Sententiae, meras enumeraciones de sentencias yuxtapuestas sin orden sistemático. Las Summas de sentencias pasaron a convertirse en Summas filosóficas y teológicas, en las cuales ya no solamente se presentaban ordenadamente una colección de sentencias, sino que se desarrollaban y trataban. A este tipo de Summas es al que pertenecen las de Santo Tomás (que además son las sumas medievales más importantes), especialmente la Summa theologiae (traducida como Suma teológica o, también, Suma de teología ) y la Suma contra gentiles . Por lo tanto, la noción de síntesis, entendida como suma, en la filosofía medieval, no posee un sentido muy técnico, ej.: como la síntesis hegeliana; tiene un sentido más coloquial, conjunto o composición. Pero en el caso de T además tiene también ese sentido de fusión (que es el que parece indicar el epígrafe), conciliación y unificación de doctrinas filosóficas y teológicas. La síntesis es uno de los rasgos fundamentales de su doctrina 1. Es una síntesis coherente, no se reduce a hacer una amalgama de lo que otros autores o tradiciones habían dicho, sino que lo ordena todo con pretensiones sistemáticas. Es una síntesis original; pero la originalidad no se limita al tipo de sistematización que realiza sobre la información recibida, sino que además añade cosas creativas, de propia cosecha. Por eso no hay que ver en T un mero sistematizador de cosas ya creadas o descubiertas.
LA SÍNTESIS ENTRE FE Y RAZÓN Había la amenaza de separación del mundo natural y racional del mundo de la fe y sobrenatural. Hay un comienzo de secularización a un nivel culto. El ejemplo más importante fue la doctrina averroísta de la “doble verdad”. La síntesis entre fe y razón es la más importante realizada por Santo Tomás. Este autor no fue el primero en realizar una síntesis de éste tipo, en el ámbito cristiano ya los Padres de la Iglesia (especialmente San Agustín) hicieron diferentes fusiones entre religión y filosofía. Pero en otros ámbitos monoteístas, como el musulmán o el judío (por lo menos desde Filón de Alejandría), también ha sido común esta práctica. Incluso en los orígenes de la filosofía la religión se entremezclaba con ésta (desde los itálicos,
1
García López (1985), pg. 25; Ramón Guerrero (1996), pg. 187-188.
Sócrates, Platón, Aristóteles, etc., y más adelante, especialmente Plotino y otros neoplatónicos). Ya Santo Domingo, fundador de la orden de los dominicos, acentuó enormemente la importancia del estudio, y T fue plenamente fiel a este precepto. La reconciliación de Santo Tomás no fue equitativa y equilibrada. La integración entre filosofía y teología tiene un objetivo principalmente (y quizás exclusivamente) teológico; la filosofía sirve para probar (mediante la razón) algunas de las verdades propuestas por la fe cristiana, para dilucidar verdades indemostrables, y para defender a la fe cristiana de sus detractores. Santo Tomás es “un filósofo al servicio de un teólogo”.
La razón es la facultad del conocimiento intelectual o racional. La fe es el acto de la voluntad movida por Dios que asiente o afirma la verdad divina; es un acto de creencia inevidente en Dios y motivado por Dios, no es evidente porque entonces ya no sería fe, sino que sería una visión plena de la divinidad. La razón y la fe no son contrarias; la fe es la guía y confirmación de la razón, las leyes naturales o racionales han sido establecidas por Dios, por lo tanto la razón verdadera nunca puede ir contra la fe, si esto ocurriera entonces de lo que se trataría sería una falsa razón. Solo hay una verdad (contra el averroísmo) establecida así por Dios, no puede haber contradicción entre verdades de razón y verdades de fe. La revelación es necesaria para garantizar que todos los hombres puedan acceder a las verdades básicas necesarias para la salvación; verdades éstas a las que talvez no pueda llegar la razón, o a las que si sí llega la razón están limitadas a algunos por su deficiencia intelectual. T admite la posibilidad de un conocimiento racional verdadero, como el de la filosofía o la ciencia, independiente de la fe. La razón teológica de esto es que Dios es causa primera, pero en el mundo hay causas segundas que pueden ser conocidas sin necesidad de referirse a Dios.
Aristotelismo y cristianismo La síntesis, en un sentido más específico, más importante realizada por T fue entre Aristóteles y la revelación cristiana de la que es depositaria la Iglesia. Alberto Magno (maestro de T) comenzó, aunque de manera un poco difusa, la labor de integración del aristotelismo. Pero fue Santo Tomás quien desarrolló esta labor con mucha mayor claridad y precisión. T realizó una importante labor filológica y crítica con respecto a Aristóteles, se atiene a los textos de éste diferenciándolos rigurosa y críticamente de los comentarios hechos sobre ellos, especialmente por los musulmanes. Era frecuente entremezclar desordenadamente la filosofía del propio Aristóteles con los comentarios sobre ella, T rompe con esta mala costumbre con el fin de establecer el verdadero sentido de la obra del estagirita. Aristóteles supone para T la culminación de la filosofía, su máximo desarrollo; pero en cuanto filosofía no deja de ser algo limitado. La revelación debe continuar allí donde no alcanza la filosofía.
Se ha dicho que Santo Tomás de Aquino fue un aristotélico, pero esto no es correcto. Aunque Aristóteles tuvo una gran influencia en el santo no fue el único, habría que destacar principalmente, también, Platón, San Agustín, PseudoDionisio Aeropagita. Santo Tomás no se guiaba por el argumento de autoridad (de hecho solía tener una actitud crítica con muchas cosas), como solía hacerse en aquella época (sobretodo con Aristóteles); utilizó a este filósofo y otros en función de lo que le podían aportar en la búsqueda de la verdad. Sólo la Biblia o Revelación se toma de acuerdo a su autoridad, y el valor de ésta en relación a la verdad es máximo. Santo Tomás no trata a los autores de los que se vale de una manera histórica sino en función de lo que éstos pueden contribuir a la verdad.
LA FILOSOFÍA DE SANTO TOMÁS FILOSOFÍA DE LA FILOSOFÍA Para T, la filosofía trata del orden universal impreso por Dios; el filósofo capta el orden de la realidad. T diferencia cuatro órdenes a los que les corresponden diferentes filosofías: a) Natural. El orden propio de la naturaleza de las cosas, propio de éstas, no impuesto por el hombre a las cosas. Es el orden que estudia la filosofía natural, pero entendida en un sentido amplio, incluyendo también la metafísica además de la física. b) Lógico. El orden propio de la razón. c) Moral. d) Artificial. El orden que el hombre produce en las cosas mediante las operaciones que realiza sobre éstas. Artes mecánicas o técnicas; ej.: ingeniería, artesanías, etc. Estas disciplinas son clasificadas según dos clases: a) Teóricas. Siguiendo a Aristóteles diferencia entre metafísica, matemáticas y física. b) Prácticas. Que pueden ser: b.1. Obrar. Ética: individual, familiar y política. b.2. Fabricar. Aquí, por las limitaciones de espacio y tiempo, no me voy a ocupar de todos los órdenes, tan solo de los más propiamente filosóficos.
METAFÍSICA La metafísica es la disciplina más elevada de toda la filosofía, solo la teología revelada o sobrenatural está por encima de aquella. T no diferencia, como en la modernidad (especialmente Wolff) entre ontología y teología natural (como ontología especial). La metafísica se ocupa del ente en cuanto
ente, pero esto implica que se debe ocupar de Dios, en cuanto que causa absoluta del ente. Dios no es una especie de ente, por lo tanto, la teología no es una ontología especial. De todas maneras, sí se puede diferenciar, para mayor claridad, un tratamiento más plenamente ontológico y otro más plenamente teológico.
ONTOLOGÍA Mientras que la ontología de Aristóteles era esencialista, en el sentido de que la noción de sustancia y ente se equiparaban (la sustancia tenía un papel óntico prioritario, a la que referían el resto de categorías) y no se iba más allá de esto, la ontología de santo Tomás es existencial, en la que el ente se define en función de la existencia. En este aspecto es donde reside la originalidad de la ontología tomista en relación a la aristotélica.
Ente Lingüísticamente. En latín, “ens”.
Santo Tomás se distancia del carácter gramatical de la palabra “ens”. La sustantivización del participio de presente se tendría que traducir por “ser”; pero Santo Tomás diferencia el ser del ente 2. Santo Tomás diferencia “lo que es” del ser. El “lo que” sería la esencia que se constituye como ente cuando posee ser o existencia.
Santo Tomás diferencia explícitamente entre los sentidos atributivo y existencial del verbo “ser”. En sentido atributivo, dice que el ser es la “cópula verbal de unión en un juicio del entendimiento”. En sentido existencial, el ser es el “acto del ente”, “aquello por lo que algo se denomina ente en acto en la realidad”.
De esta diferenciación, Santo Tomás diferencia entre entes reales y de razón. Al ente real le corresponde el ser en sentido existencial; al ente de razón le corresponde el ser en sentido atributivo. Epistemológicamente. Es la máxima abstracción, el concepto más abstracto obtenido por el entendimiento. El ente (como en Aristóteles) no es un género 3. Esto hay que entenderlo en el sentido de que el ente no posee divisiones o especies, por lo que no puede ser género. Pero esto no excluye su universalidad, en el sentido de presencia común, universal, en todas las cosas. Santo Tomás entiende la universalidad del ente en un sentido analógico (como Aristóteles) y no genérico. Ontológicamente. Aunque Santo Tomás sigue en gran medida a Aristóteles a la hora de entender el “ente”, introduce una novedad importante, define el ente como “todo aquello
2
Aquí se puede tener en cuenta el comentario de Gilson, pg. 188, sobre que la ontología existencial del
santo choca con la “inclinación natural de la razón”. Lo natural es pensar que la expresión “lo que” de la expresión “lo que es” es un ser (sustantivo) en cuanto que realiza la acción de ser (verbo), pero Santo
Tomás dice que son cosas diferentes. 3 Con lo que se diferencia entre abstracción y generalización, o abstracto y género.
cuyo acto es ser”, es decir, el ente es ser
en acto, ente = existente. No confundir ente con existencia, el ente es lo que existe pero no la existencia. El ente es el primer principio al ser la esencia actualizada o existente. Si no puede haber en la realidad existencia y esencia por separados, el ente tiene que ser lo primero. El ente se compone de esencia y existencia. El ente es la esencia en el acto de existir, la esencia existente. Pero esta composición no es la de dos cosas diferentes unidas en una compuesta, sino que esencia y existencia son los dos principios constitutivos de la misma cosa, del ente.
Esencia y existencia Distinción atribuida medievalmente a Avicena 4. Santo Tomás sigue a éste relativamente. Avicena y otros filósofos árabes, concebían la existencia como un accidente de la esencia, un añadido accidental a ésta; argumentaban (Alfarabí): es posible pensar cosas (esencias) que no se dan (existen) en la realidad extramental 5. Santo Tomás, en cambio, consideraba la existencia como el acto y la raíz de la esencia, lo más íntimo y profundo que hay en ésta. La esencia sin existencia no tiene ser. Santo Tomás critica a Avicena anteponer la esencia a la existencia, mientras que para aquél es al revés, primero es el ser y luego la esencia y luego el ente. Esencia, “essentia”. La esencia o naturaleza es una potencialidad cuya actualidad es el acto de existir. Nada tiene actualidad sin la existencia. Es la respuesta por el “que es”. La quididad.
La definición. Existencia = acto de ser o existir (“actus essendi”)6, o ser (“esse”)7. La existencia o ser es un acto que coloca en el estado de ente a aquello a lo que se aplica. Existencia = actualidad. Ser = acto. Actualidad de la esencia. La esencia está en acto esencial pero en potencia de ser o existir; la existencia siempre es acto. En analogía con la sustancia hilemórfica, se puede decir que la esencia es la 4
Que en realidad tuvo mucha presencia en el ámbito árabe, y también en Maimónides; véase Gilson, pg. 183 y ss. 5 [Comentario. Aquí surge el problema de la existencia de lo mental. La separación de esencia y existencia es entre esencias mentales que pueden existir o no extramentalmente, pero se reduce el sentido de existencia existencia extramental, lo que es un error ya que obliga a decir cosas como que los conceptos no existen, son nada.] 6 [Interpretación. La existencia es un acto, el acto por el cual algo es, el acto de existir. ¿Es existencia o ser = actualidad o acto? Esto implica que no puede haber existencia potencial, que la potencia no puede existir. ¿Hay una nueva formulación del problema parmenídeo-platónico-aristotélico, de la relación entre ser y movimiento? Recordando que para Parménides el movimiento era no-ser, Platón dijo que era algo intermedio, devenir, y Aristóteles diferenció el ser en potencia y en acto.] 7 Sobre la sinonimia tomista entre ser y existencia hay polémica, pero parece que en este sentido restringido de existencia y ser sí hay tal sinonimia; véase García López, pg. 75.
materia del ente mientras que el ser es su forma. Por lo tanto, el ente es la actualización o existenciación de una esencia. El ser es perfecto pero esta perfección está siempre limitada por la esencia. Los entes son más o menos perfectos en la medida en la que sus seres estén más o menos limitados o imperfeccionados por sus esencias; de a cuerdo a estos grados de perfección se pueden diferenciar los entes entre sí. Solamente en Dios la esencia no limita su existencia, ya que en este caso ser y esencia se identifican absolutamente. T conjunta la doctrina aristotélica de la analogía del ser con la platónica de la participación. Todos los entes participan del ser, pero en diferente medida; participan no en el sentido de ser parte de algo, sino en el sentido de tener en parte o limitadamente ese algo, el ser.
Propiedades del ente Pueden ser de dos tipos: a) Lógicas. Corresponden a la noción de ente más que al ente en sí mismo. Son: a.1. Trascendentalidad. Es el carácter peculiar de la universalidad en relación a la noción de ente. Universalidad (trascendental, no genérica) de máxima amplitud, en el sentido de que supera (trans-) a todo género y categoría. Los géneros no contienen a sus especificaciones (determinaciones específicas e individuales); en cambio, lo trascendental sí, aunque sea implícitamente. El ente no es un género (como en Aristóteles) sino un trascendental, el primer trascendental 8. a.2. Analogía. Es el carácter peculiar de la predicabilidad en relación a la noción de ente, la noción de ente se atribuye a los distintos entes de manera analógica (Aristóteles). b) Reales. Corresponden al ente en sí mismo. Estas propiedades no son añadidos del ente, son propiedades implícitas del ente que se explicitan por medio de la razón. No son especies o tipos de ente de mayor o menor generalidad, desde las categorías hasta los entes específicos; son atributos inherentes al ente que no añaden nada a éste. Todos los trascendentales son idénticos entre sí en cuanto que todos son el ente (por ello todos los trascendentales son reconvertibles entre sí), se refieren a lo mismo, pero se diferencian en la manera de explicitar el ente; son conceptos que presentan el ente de diversas maneras. Santo Tomás diferencia entre dos maneras de considerar el ente (a partir de las cuales obtiene seis trascendentales 9): b.1. En sí mismo. Esta consideración puede ser: b.1.1. Positiva. “Cosa” (res). La cosa es sinónimo del ente. b.1.2. Negativa. Indivisión o “unidad”. b.2. En relación a otro término. Esta relación puede ser de dos tipos: 8
[Comentario. La trascendentalidad está íntimamente relacionada con la analogía, de tal manera que da la impresión de que son casi la misma cosa; la diferencia parece residir en que lo trascendental se dice de un término, mientras que la analogía es una relación. El trascendente es el término (de universalidad máxima) que posee una relacionalidad analógica.] 9 De estos cinco trascendentales solo los términos unidad, algo, verdad y bien son propiedades trascendentales, ya que el término cosa al ser sinónimo del término ente no añade nada a éste. Las propiedades trascendentales son caracterizaciones del ente realizadas por la razón, pero a nivel real no son algo distinto del ente; son caracterizaciones diferentes de lo mismo, el ente.
b.2.1. Discrepancia. Todo ente se opone al no-ente, a la nada, de aquí se origina el “algo” (aliquid); en cuanto que distinto a otra cosa (de manera trascendental sería ente/no-ente). b.2.2. Conveniencia. Puede ser según el: b.2.2.1. Entendimiento. “Verdad”. b.2.2.2. Apetito. “Bien”. El bien es lo apetecible (Aristóteles). El ser es apetecible, y de aquí el ente. b.2.2.3. “Belleza”.
TEOLOGÍA NATURAL Creación Dios ha creado todo. La concepción creacionista que defiende T es la ejemplarista, que se remonta a San Agustín. El ejemplarismo defiende que las ideas ejemplares o paradigmáticas existen en la mente de Dios, pero no separadas de Éste, como en el platonismo, ni tampoco en una Inteligencia diferente de Dios, como en el neoplatonismo. Santo Tomás perfila más detalladamente el ejemplarismo agustiniano, haciendo pertenecer las ideas a la misma esencia o naturaleza de Dios que Él piensa como modelos de las cosas. Así T soluciona el problema que San Agustín no resolvió sobre como compaginar la multiplicidad de las ideas con la unidad de Dios: las ideas son modos variados que tiene Dios de pensar su única esencia. Las ideas son los modelos que usa Dios para crear el universo. Esta conexión entre ideas, entendidas como esencia de Dios, y criaturas, implica que todas las criaturas se asemejan a Dios en mayor o menor medida. Por lo tanto, Dios no ha creado el mal; éste no existe como tal, lo que existe es la bondad limitada (y no infinita como en Dios) de las criaturas. T diferencia tres tipos de semejanza entre Dios y las criaturas: 1ª. Ser. Todos los entes tienen ser. 2ª. Vida. Además de ser, algunos entes poseen vida. 3ª. Espíritu. Además de ser y vida, algunos entes poseen espíritu, intelecto o razón. Los entes racionales son la imagen de Dios, pero imperfecta y analógica.
Conocimiento de Dios En cuanto que el hombre es imagen de Dios, está capacitado para conocerlo y amarlo. Mediante la razón o la teología natural se pueden conocer cosas de Dios como que es uno, creador y persona; pero hay otras cosas que no son conocibles por esta vía: la Santísima Trinidad. T se inserta en la tradición de la teología negativa. Nunca se podrá conocer a Dios en sí mismo o de forma directa; solamente de manera analógica. Dios mantiene una analogía con las criaturas, pero la diferencia proporcional es infinita; ej.: si en el mundo podemos observar grados de bien o belleza, Dios es lo infinitamente bueno y bello.
Las pruebas de la existencia de Dios Las pruebas sobre la existencia de Dios pertenecen a la filosofía y no a la revelación. Son preámbulos para la fe. La existencia de Dios no es evidente por sí misma; el hombre no posee una visión beatífica (al menos en vida). Tampoco las demostraciones a priori son válidas. La razón puede elevarse hasta Dios pero solo partiendo de las criaturas sensibles. Por ello, T rechaza la prueba ontológica, en cuanto que a priori; solamente las pruebas a posteriori son válidas, de las criaturas al Creador. T se opone también al fideísmo, a aquellos que niegan toda posibilidad de demostrar la existencia de Dios. T defiende cinco vías demostrativas de la existencia de Dios. Todas estas vías siguen el mismo proceso argumentativo: se basan en el principio de causalidad, según el cual no se puede dar una cadena infinita de causas, sino que tiene que haber una causa primera; a unos datos de la experiencia se les aplica el principio de causalidad, por lo que en la búsqueda de la causa más primera se llega a una que es absolutamente primera, es decir, Dios. 1ª. Del movimiento al Motor inmóvil. 2ª. De los efectos a la Primera causa eficiente incausada. 3ª. De los seres contingentes al Ser necesario (que sea la razón absoluta de la existencia de los seres contingentes). 4ª. De lo menos perfecto a la Perfección absoluta. 5ª. Del orden del universo en cuanto a su finalidad a la Inteligencia ordenadora de aquél.
ANTROPOLOGÍA T no desarrolló una antropología (filosófica) en el sentido de una disciplina definida explícitamente; al utilizar aquí la palabra antropología tan solo se pretende exponer brevemente una serie de cuestiones relacionadas con el hombre y cosas afines. Las concepciones centrales de T sobre el hombre reflejan claramente la síntesis aristotélico-cristiana realizada por este filósofo.
Psicología El hombre es un compuesto helimórfico, materia-cuerpo y forma-alma. Todavía hoy en día los investigadores siguen discutiendo si en Aristóteles había inmortalidad del alma (intelectiva) o no; para Santo Tomás, el alma intelectiva (no la vegetal y la sensitiva) es inmortal. Pero T no cae en un dualismo platónico (al estilo del Fedón); el alma tiende a estar unida al cuerpo, ya que esta es su naturaleza, en cuanto que es la forma del cuerpo; por ello, la inmortalidad del alma tiende hacia la resurrección del cuerpo cristiana, con lo que T resuelve el problema escatológico sobre si el hombre persistía espiritual o corporalmente.
Epistemología La epistemología de T también tiene un fuerte carácter aristotélico. Reproduce, con algunas modificaciones, la teoría empirista de la abstracción del De ánima de Aristóteles. El hombre es una tabula rasa que necesita de la experiencia para conocer, de los entes individuales abstrae las esencias. La verdad es adecuación entre intelecto y realidad.
Filosofía moral La filosofía moral también posee una gran influencia aristotélica. La naturaleza humana determina un fin último para el hombre, que es la felicidad, la felicidad absoluta es la contemplación beatífica de Dios. Esta tendencia hacia el fin natural está regida por la ley natural impresa por Dios en todos los hombres, por lo que es común y universal a todos ellos e invariable en cuanto que la naturaleza humana no varía; por ello, lo correcto es seguir las tendencias naturales y evitar las antinaturales o contranatura (doctrina ésta que ha tenido graves repercusiones en la historia del cristianismo). Mientras que los entes sin razón no poseen libre albedrío, el hombre, gracias a su razón, puede ir contra la ley natural y actuar incorrectamente.
BIBLIOGRAFÍA. De Santo Tomás. La antología de Eudaldo Forment, El orden del ser , Tecnos. Las dos Sumas principales de santo Tomás están traducidas en la BAC. Del resto de sus obras más importantes se pueden encontrar ediciones en Eunsa.
Sobre Santo Tomás. -
Copleston. El pensamiento de Santo Tomás , FCE. Forment. Santo Tomás de Aquino. El oficio de sabio , Ariel. García López (1985). Tomás de Aquino, maestro del orden , Cincel. Gilson (1965). El tomismo, Eunsa. Pieper (¿1986?). Introducción a Tomás de Aquino , Rialp. Roca Blanco (1994). Santo Tomás de Aquino , Orto.