DISCURSO PRIMERA COMUNIÓN Dios nos brinda el mayor regalo que nos proyecta en el tiempo y en el espacio al ser humano, la vida, respaldada por la garantía indefinida, que es el amor, y esa es la fuente de la misericordia del Todopoderoso; y, bajo esos preceptos, el amor nos permite formar la célula más importante de la sociedad, como es la familia, de ahí nace una de las grandes tareas y compromisos que asumimos los padres de familia con nuestros hijos; no solo formarlos en una profesión y enseñarles valores y principios, sino en la esencia, como es prepararlos como hijos de Dios, en la responsabilidad inexorable de que siendo parte fundamental de Nuestra Iglesia, lo reciban al Padre Dios y conozcan sus mandamientos, su doctrina, la catequesis y preparen su corazón y su mente para servirlos, para seguir sus preceptos, y de esta manera se vaya construyendo los hombres y mujeres que sean capaces de enfrentar los retos de su vida futura con una filosofía positivista en favor de un mundo mejor. Por ello, en esta mañana en que asistimos Padres de Familia, Padrinos, Niños y Niñas, que recibieron el Sacramento de la Primera Comunión, acto de trascendental importancia en la vida de estos niños y también en nuestras vidas, ya que a través de la Catequesis se han preparado para recibir, lo más grande, lo excepcional, lo irrepetible como es: EL CUERPO Y LA SANGRE DE CRISTO, una felicidad para el alma y el gran compromiso de mantener activa siempre esa gracia especialísima de Dios, para recibirlo, con fe y devoción, porque si alimentamos el alma y el corazón, nuestro cuerpo no caminará por esta vida mecánicamente, sino con el gran compromiso de servir a Dios, y al prójimo como seguro camino de su salvación. Para nosotros como padres de Familia, nos llena este acontecimiento de una exultante emoción que solo recorren por nuestras mejillas lágrimas de felicidad, pero nuestro compromiso y responsabilidad no termina aquí, nos nos queda el de seguir apoyándolos para que crezcan dentro de los grandes postulados cristianos, sin dejar de ser gratos para expresar nuestro profundo reconocimiento a la Parroquia
Eclesiástica San Antonio de Macará, en las personas del Padre Mauricio Aldeán, Vicario Foráneo del Cantón, al Padre Fausto Arévalo por la apertura y confianza que nos brindaron; a nuestros catequistas que formaron a nuestros hijos e hijas; a los catequistas de padres de familia, a los coordinadores; en fin a todos quienes estuvieron al frente de esta preparación de fe espiritual; por los conocimientos impartidos, el cariño y dedicación demostrados en este proceso que les ha permitido culminar exitosamente esta etapa en su formación cristiana. Gracias de todo corazón, siempre les quedaremos eternamente agradecidos. Pido por favor que nos levantemos y los aplaudamos fuerte como muestra de nuestra inmensa gratitud. Y para ustedes queridos hijos, gracias por su dedicación y esfuerzo, la tarea aún no termina, siempre es un constante aprender, para vivir y crecer, pero si lo hacemos con responsabilidad, seremos capaces de enfrentar los grandes retos, sabiendo con discernimiento lo que es mejor para cada uno de ustedes, para sus familias y para los demás, solo así bajo esos derroteros podremos decir a viva voz que la sociedad de hoy tiene un futuro con rostro humano y solidario, donde brille la justicia y equidad. Gracias Dios por darnos la felicidad de compartir bajo tu manto este día muy especial con nuestros queridos hijos. . Disculpad………