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ALICIA MARÍA ZORRILLA
DICCIONARIO DELAS PREPOSICIONES ESPAÑOLAS
Diccionario de las preposiciones españolas. Norma y uso Alicia María Zorrilla PROYECTO , DIRECC IÓN Y EDICIÓN: e.d.b. Director de Ediciones: Juan L. Rodríguez. Diseño y diagramación: Huella Cíclope - Comunicación visual.
¡La palabra cuando dice lo que es, es libertad!
Miguel de Unamuno
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ES PROPIED AD DE e.d.b. © 2002 by e.d.b. Don Bosco 4069 (1206) Capital Federal Queda hecho el depósito que marca la Ley 11.723 ISBN 987-541-023-3 Impreso en Argentina
Noticia sobre la autora
Alicia María Zorrilla es Doctora en Letras por la Universidad del Salvador, Licenciada en Filosofía y Letras por la Universidad Complutense de Madrid, P rofesora especializada en Ca stellano , Literatu ra y La tín por la Escue la No rmal N acio nal Superior de Profesorado N.° 1 Presidente Roque Sáenz Peña, donde obtuvo el Premio Baldmar Dobranich com o la m ejor Profesora en Letras. Ha sido becada por el Instituto de Cultura Hispánica de Madrid, por la Università degli Studi di Siena y por el Consejo Nacional de Investigacio nes Científicas y Técnicas, donde desarrolló investigaciones sobre Literatu ra Argentina. Es autora de estudios y de obras sobre Literatura Española, Hispano americana y Argentina, como España en sus letras (en colaboración), Las
Las preposiciones en español «A causa de la conversación tópica, la frase hecha, el comodín, la muletilla o el estribillo, y el mal estilo contemporá neo, uno no se da cuenta de todo el rendimiento expresivo de una preposición en su sitio». Ramón Pérez de Ayala
Introducción Dentro del ámbito gramatical, hay un tema que fortalece día tras día las dudas de docen tes, escritores, periodistas, traductores, abogados, médicos y hablantes en general de nuestra lengua y de lenguas extranjeras: las preposiciones. ¿Qué son? ¿Cuáles son? ¿Cómo usarlas? Sin duda, estas inocente s categorías sintácticas1provocan una preocupación fundada. «Se ha dicho muchas veces — escribe Valentín García Yebr y con razón no es posible ll
Como la temperatura de la conversación era bastante alta, una cuarta persona dijo: «No podemos de seguir discutiendo. De acuerdo a lo que he escuchado y en base a mis investiga ciones, disiento con ustedes, pues entiendo de que ésa no es la solución, y, si no soy claro, a grosso modo, se lo explicaré de parado profundamente y con la tiza a la mano». iQué desgas te de preposiciones! Tal vez, este señor coma «*de sentado» y sueñe «*de acostado»3. Tanto nerviosismo para decir que estaba de acuerdo con ellos, pues si «disiente con», comparte la disensión u oposición con los otros, es decir, su parecer se ajusta al parecer o al sentir de los otros. En realidad — todos lo sabemos— , no quiso decir eso, sino que se oponía a lo expresa do por los demás, por lo tanto, tendría que haber proclamado disiento de ustedes en eso, ya que éste es el régimen preposicional del verbo disentir. Además, debió haber dicho no podemos seguir discutiendo, de acuerdo con, sobre la base de, entiendo que, grosso modo, parado y con la tiza en la mano. Diálogos como éste se repiten en todos los ámbitos. Y lo más grave es que las preposiciones son usadas «alegremente» y de respetables categorías gramaticales, corren el riesgo de convertirse en confortables comodines que van rellenando los huecos de nuestra pobreza verbal. Entonces, motu proprio, decidimos acercamos a este tema que debe preocuparnos a todos, para que se cumpla, en su plenitud, la sentencia borgesiana: Las palabras son símbolos que postulan una memoria compartida. El español es una lengua prepositiva por excelencia y, tal vez por ello, hay tanta inseguri dad en el uso de las preposiciones. Pocas veces nos detenemos a pensarlo, pero si ponemos atención en nuestras lecturas y en nuestras conversaciones, advertiremos su uso continuo y la necesidad de su existencia. Por ejemplo, en esta oración, que extrajimos del cuento «Las alas» (El brazalete u otros cuentos), de Manuel Mujica Lainez: Varias horas guerreó contra la inspiración adversa, la cual se mofaba de él como él se mofab a de sus cofrades, ha sta que advirtió que se le nublaban los ojos; o en ésta, del cuento «El otro» (El libro de arena), de Jorge Luis Borges: Muri ó c on impa cienc ia de morir, pero sin una queja. Sin ellas, ambas oraciones queda
rían desarticuladas. Nos preguntan asiduamente si existen normas para emplearlas con corrección. Sí, las hay. Una expresión es normativa si se ajusta al sistema de la lengua. En el español, han ido estable ciéndose varias reglas que el hablante culto debe seguir para expresarse, en forma oral o escri ta, con propiedad. Por ejemplo, es norma que el régimen preposicional del verbo jubilarse — ‘conseguir la jubilación’— es de y no, «en»: Pedro se jubiló de su cargo en la empresa, María se jubilar á de secretaria en la escuela y no, *Pedro se jubiló en su cargo en la empresa o *M aria se jubil ará en secre taria en la escu ela. Las dos últimas oraciones son semánticamente incompati bles; su estructura afecta el significado, transgrede el uso normativo de nuestra lengua. La preocupación de algunos hablantes, conscientes de sus deficiencias lingüísticas, nos ha llevado a tratar los aspectos más relevantes de este tema.
(de pra epo ner e; pra e, ‘antes, delante, al frente’, y pon ere, ‘poner’: ‘poner antes’), traducción del griego próthesi s, ‘acción de poner adelante’. Es decir, el nombre se debe a que se coloca delan te de otras palabras: Un laberinto es una casa labrada para confundir a los hombres; su arquitectura, pródiga en simetrías, está subordinada a ese fin. En el palacio que imperfectamente exploré, la arquitectura carecía de fin. Abundaban el corredor sin salida, la alta venta na inalcanzable, la aparatosa puerta que daba a una celda o a un pozo, las increíbles escaleras inversas, con los peldaños y la balaustrada hacia abajo. Otras, adheridas aéreamente al costado de un muro monumental, morían sin llegar a ninguna parte, al cabo de dos o tres giros, en la tiniebla superior de las cúpulas.’
¿Qué es la preposición? La preposición se generaliza en latín vulgar por su expresividad. El caso dativo es reempla zado con la preposición ad; el genitivo, con de; el ablativo, con el acusativo más preposicio nes, y el vocativo se funde con el nominativo.6 Los casos desaparecen por el uso creciente de las preposiciones, pero el alemán, el griego o el latín conservan los dos medios de expresión gramatical7. En 1492, Elio Antonio de Nebrija establece la siguiente definición en su Gramática de la lengua castellana: «... es una de las diez partes de la oración, la cual se pone delante de las otras, por aiuntamiento o por composición. Como diziendo io vo a casa, a es preposición y aiunta se con casa; mas diziendo io apruevo tus obras, a compone se con este verbo pruevo, y haze con él un cuerpo de palabra. I llama se preposición, por que siempre se antepone a las otras partes de la oración»8. Se refiere, pues, al significado etimológico de la palabra y a su carácter de relacionante. En la actualidad, la Real Academia Española las define, en su Esbozo de una nueva Gramática de la Lengua Española, como «palabras invariables que enlazan un elemento sintáctico cualquiera con un complemento sustantivo»9; luego, agrega: «... son partículas proclíticas (salvo según) que encabezan un complemento nominal de otra palabra y lo subordinan a ella»10. Respecto del significado, sostiene: «Es bien sabido que todas las palabras aisladam en te consideradas, tal como aparecen en los diccionarios, tienen un significado abstracto que solo se concreta y determina en el contexto con su perfil exacto. Pero los sustantivos, adjeti vos, verbos y adverbios evocan por sí solos un contenido semántico mucho más denso y complejo que las preposiciones y conjunciones, cuyo papel es principalmente relacionante o nexivo. [...] En lo que se refiere a las preposiciones, la vaguedad de significado es todavía mayor en las que, por ser capaces de establecer relaciones múltiples, son las de uso más
Etimología del término «preposición» El sustantivo preposición4 proviene del latín praep ositio nem , caso acusativo de prae positi o
^Jorge Luis BORGES, «El inmortal», El Aleph, Buenos Aires, Losada, 1949, pág. 15. ^ Cfr. M. CRIAD O DE VAL, «Las preposiciones y los casos», Gramática Española y Comentario de Textos, 3.aedición, Madrid, S. A. E.T. A., 1958, págs. 55-61.
frecuente, como a, de, en, con, por. [...] No son, pues, las preposiciones nexos enteramente vacíos de sentido, sino que apuntan con más o menos vaguedad a la clase de relaciones que pueden expresar»“. Desde el punto de vista morfológico, la preposición es una parte invariable de la oración, aunque cambie el género y el número de las voces que la acompañan ( bloque de mármol blanco, bloques de mármoles blancos; merienda con torta, meriendas con tortas).
Desde el punto de vista funcional (sintáctico), es un elemento de relación, de conexión o enlace de una palabra con otra — subordina un término a otro (el corredor sin salida) — , de una palabra con una construcción (jardines con flores blancas; Escribe sobre los pájaros argentinos) o de una palabra con una proposición (Tengo la esperanza de que regrese pronto). En el sintagma el corredor sin salida, hay una relación gramatical entre dos voces: corredor y salida. La prepo sición sin subordina el sustantivo salida (término o regido) al sustantivo corredor (regente o núcleo del sintagma nominal). La preposición no siempre aparece en medio de los dos elementos que relaciona: En la calle, sólo caminaba un hombre. El sintagma preposicional en la calle se relaciona con caminaba. Cuando el sintagma preposicional modifica a un verbo, puede encabezar la oración. De acuerdo con los ejemplos expuestos, la preposición es, pues, una categoría gramatical invariable, sin autonomía en el sintagma oracional, cuya función consiste en subordinar dos vocablos de diferente jerarquía sintáctica. No se usa, pues, independientemente, sino antepuesta a una palabra; es un elemento átono que forma con su término una unidad sintác tica y fonética. Se caracteriza por regir el caso terminal de los pronombres personales (Hablan de mí; Lo haré p or ti; Volvió en sí). Desde el punto de vista semántico, coincidimos co n Bernard Pottier12en que las preposi ciones no son palabras vacías. Otros lingüistas —co mo Césa r Fernández Alons o13— dicen que carecen de significación y sólo la prestan al sintagma que introducen. Nosotros consideramos que algunas expresan, por sí solas, cierta significación. Las denom inamos «plenas», y son: a nte, bajo, contra, desde, durante, entre, hacia, hasta, mediante, para, sin, sobre, tras. También se las llama «fuertes» o «llenas»; Andrés Bello dice que tienen sentido determinado. A nuestro juic io, no actú an sola mente com o elemen tos de rela ció n (punto de vi sta func ion al); además de serlo, tienen valencia semántica; precisan, amplían o completan con su significado el de la palabra regente y el de la palabra regida (Hombres sin voluntad no construyen el país); si la palabra regente es un verbo, pueden introducir circunstancias: El mendigo se arrodilló ante el rey. La pulsera cayó bajo ese mueble. Trabajan bajo mis órdenes. Habló contra los funcionarios corruptos. Le recetó un jarabe contra la tos. Avistó a su amigo desde la ventana.
Lo sabe desde ayer. Germán se destaca entre todos sus compañeros. La anciana caminaba hacia el jardín. Volverán hacia las diez. Esa expedición llegó hasta el sur de Chile. La esperé hasta las ocho. El libro es para Teresa. Me ha dejado sin palabras. Coloqué el florero sobre la repisa. Hablará sobre los cactos. El perro corrió tras su amo. Regresó tras seis años de ausencia. Advertimos la carga semántica de estas preposiciones con una sencilla comprobación: no es lo mismo El viejo mendigo se arrodilló que se arrodilló ante el rey, bajo el portal, entre los niños, pa ra pedir limosn a, s in fu erz as, sob re la piedr a frí a o tra s la reja. En estos lexemas, están presen tes las denotaciones de lugar, fin y modo. Entonces, la relación no es sólo gramatical, sino también semántica. Otras preposiciones, como a, con, de, en, por son polisémicas. Aparentemente, actúan como simples marcas de enlace, pues necesitan un contexto (la palabra autónoma con la que se relacionan y la que introducen como término y subordinan a aquélla) para comunicar un significado concreto, para explicitarlo. Si decimos Comió con un tenedor de plata, esa preposi ción co n indica el medio o instrumento que usó alguien para comer. Si sacamos la preposición, la oración cambia su significado: Comió un tenedor de plata. Esto demuestra el valor semántico que agregan. Para diferenciarlas de las anteriores, las denominamos «semiplenas» y no, «débiles o vacías» —c lasificación peyorativa que aparece en no pocas gramáticas— , pues consideramos que estas unidades léxicas tienden a varios significados, y éstos se realizan de acuerdo con el contexto en que se insertan. Ha dicho Pottier que «cualquier preposición puede aplicarse a los tres campos teóricos del espacio, el tiempo y la noción»14. Por ejemplo: Aplicación espacial: Caminó hasta la puerta. Aplicación temporal: Trabajó hasta las once. Aplicación nocional: No lo creeré hasta que lo vea. En realidad, n o se puede generalizar. Si seguimos el esquema de Pottier, advertiremos que preposiciones como con, sin y según sólo poseen una significación nocional: Estaba con Hernán. Lo dijo sin maldad. Según Elvira, Gerardo llegó tarde.
y contra, espacial y nocional: Se apoyó contra la verja. Habló contra todos. es decir, no cumplen con las tres aplicaciones. Buen ejemplo de la polisemia de la que hablábamos es la preposición a, que, de acuerdo con el sentido del verbo que rige la construcción y con el del término, contribuye a determi nar las denotaciones de ‘dirección hacia’ (Iré a la otra orilla), ‘exactitud en el tiempo’ (Regre sarán a las once), ‘medio o instrumento’ (Cose a mano), ‘modo’ (Dejó la tarea a medio hacer), ‘causa’ (Realizó el trabajo a petición de su jefe), ‘finalidad’ (Corrió a pedir ayuda). En estos ejemplos, ha introducido circunstancias. También es mero indicador de dos funciones sintác ticas: la de objeto directo de persona (Visitaré a Sofía), animal (Ine's, llama a tu perro) o cosa personificada (Desestimamos a la Prudencia), y la de objeto indirecto (Los padres le compraron un gato a Félix). Se considera que, cuando es mero indicador de función sintáctica, carece de significado, pero su ausencia agramatical — un solecismo— a ltera la denotación del mensa je. En el c aso del o bje to direc to, no es lo mismo Inés, llama a tu perro que Inés, llama tu perro, y en el del objeto indirecto, no son equivalentes Los padres le compraron un gato a Félix y Los padr es le com pra ron un gato Félix. Si el objeto directo no se refiere a persona conocida, con nombre y apellido, o a un animal que nos pertenece y que también tiene nombre, debe evitar se la preposición a (Buscará un abogado; Contrataremos dos secretarias; Curaré una yegua). Solía usarse a ante un nombre propio de carácter geográfico, pero sin artículo (Visitó a juju y); hoy es común la construcción sin ella (Visitó Jujuy). Así lo registra, además, la Academia en un ejemplo que aparece en el artículo visitar de su Diccionario (En sus vacaciones visitó París). En los siguientes ejemplos, se advierten las dos funciones de la preposición a: Yo había dormido bien; mi clase de la tarde anterior había logrado, creo, interesar a los alumnos. No había un alma a la vista. [...]. El otro se había puesto a silbar. [...]. El estilo me retrajo a un patio, que ha desaparecido, y a la memoria de Alvaro Melián Lafinur, que hace tantos años ha muerto .15
Desde el punto de vista semántico, el carácter coadyutorio de las preposiciones a, con, de, en, por se observa claramente cuando las usamos dentro de un mismo sintagma, pues el significado varía (Regresó a Catamarca; Regresó de Catamarca; Habló con su hija; Habló por su hija), o cuando las omitimos: ¿Esperas a un niño? La pregunta se refiere a que «alguien aguarda la visita de un niño que tiene nombre y apellido». En cambio, en: ¿Esperas un niño? la pregunta equivale a «¿Estás encinta?»; en este caso, ta mbién se produce un cambio de signi
Debe quedar muy claro, pues, que estas últimas preposiciones, las semiplenas, no denotan, por sí solas, causa, fin, lugar, medio o instrumento, modo, tema, tiempo, etcétera, sino que su polisemia radica en contribuir a comunicar esas significaciones de acuerdo con las palabras con que se relacionan; crean, de este modo, campos semánticos: La casa de piedra, (materia) La casa de Clotilde, (posesión) A pesar de ello, no podemos negar que, cuando decimos a, pensamos inmediatamente en la dirección hacia un lugar (Viajó a Colombia); con indica compañía (Pasea con sus amigas); de implica primero posesión (Leyó la novela de Adolfo Bioy Casares); en, lugar (Vive en Venezuela), y por, causa (Lo echaron por hablador). Por eso, Andrés Bello las llama «preposi ciones de sentido vago» — en ningún momento , las tacha de vacías— , que se aplican a gran número de relaciones diversas16. La reflexión anterior acerca de ese significado que conllevan indiscutiblemente, casi sin necesidad de un contexto, prueba nuestra tesis de que no existen preposiciones vacías.
Las preposiciones en español El idioma español posee diecinueve preposiciones en uso: a, ante, bajo, con, contra, de, desde, durante, en, entre, hacia, hasta, mediante, para, por, según, sin, sobre, tras. Las prepo siciones ante, bajo y tras se usan en la lengua culta. La popular emplea, en su reemplazo, frases prepositivas: delante de, debajo de, detrás de. La preposición bajo no admite el caso terminal del pronombre personal (*bajo mí, *bajo ti, *bajo sí), pero actúa como una preposición en ejemplos, como El gato está bajo la cama (su función es la misma que la de otras preposiciones: en la cama; sobre la cama). No admite los pronombres personales de primera y de segunda persona (*bajo yo, *bajo tú); puede preceder al de tercera persona como anafórico (Colócalo sobre la repisa o bajo ella). La preposición durante se emplea delante de sustantivos con la significación de ‘mientras’ (Desarrollará ese tema durante el mes de abril, es decir, ‘mientras transcurre el mes de abril’). Mediante se usa con elementos nominales (Lo logramos mediante tu valiosa colaboración, es decir, ‘por medio de’, ‘con’, ‘con la ayuda de’). Según se comporta como preposición cuando puede ser reemplazada con la frase prepositiva conforme a: Lo harán según el reglamento (su función es la misma que la de otras preposiciones: con el reglamento; sin el reglamento); a diferencia de las otras preposiciones, según no es átona y nunca va acompañada de las formas pronominales átonas mí, ti, sí (*según mí, * según ti, *según sí), sino de las tónicas yo, tú, él (se giín yo, según tú, según él). La palabra según actúa, en cambio, como conjunción cuando introdu ce una proposición incluida (Según dice Valentín, nevará en Bariloche). Las demás preposiciones rigen las formas pronominales átonas (ante mí, contra ti, para sí), excepto entre que suele combinarse con tú y yo (En tre tú y yo, repararemos la máqu ina), y no, con mí y ti (*entre mí, *entrc ti). Cabe (‘junto a’: Santa Teresa de Jesús escribía cabe mí) y so (‘debajo de, bajo’; aparece en algunas locuci ones: so capa de, so color de, so pena de, so pretexto de) son consideradas arcaicas.
Las preposiciones más usadas en español son a, con, de, en.
Su origen A (de origen latino ad, ‘a, hacia’); ANTE (de origen latino ante, ‘ante’, ‘enfrente de’, ‘hacia delante’, ‘antes’, ‘contra’); BAJO (de origen latino bassus, ‘debajo de, en lugar inferior’); CON (de origen latino cum, ‘que acompaña, en compañía de, juntamente, co n’); CONTRA (de origen latino contra, ‘contra’, ‘frente a’, ‘en contacto con’); DE (de origen latino de, ‘que viene de’, ‘hecho de’, ‘causado por’) ; DES DE (de origen latino de ex, ‘desde, desde dentro’; de de, ‘de, desde’ + ex, ‘desde, que sale de’ + el español de, ‘que viene de, que se origina en’). El español desde es doblemente pleonàstico, ya que sus componentes latinos (de ex de) pueden traducirse por ‘de de de’ o ‘desde desde desde’); DURANTE (participio presente del verbo latino durare, ‘durar’, ‘aguantar’, ‘soportar’, ‘persistir’ [durans'durantis, ‘en el tiempo de’]); EN (de origen latino in); ENTRE (de origen latino ínter); HACIA (del antiguo fa cie ad, ‘frente a’, fa z a, fa cía , del latín ad faciera, ‘al haz, a la faz, a la cara’); HASTA (de origen árabe hattá, ‘hasta, aun’); MEDIANTE (participio presente del verbo latino mediare, ‘estar en medio, interponerse’ [mediansmediantis, ‘por medio de, por intervención de’]); PARA (del antiguo por a, ‘para’, de por , influido por el anticuado par, ‘en nombre de’) ; PO R (metátesis de la preposición latina pro, ‘para’, ‘ante’, ‘en lugar de’, influida por per, ‘hacia delante’, ‘ante’, ‘primero’); SEGUN (de origen latino secundum, ‘confo rme a, con arreglo a, de acuerdo con lo que dice una persona’) ; SIN (de origen latino sine, ‘que no tiene, que carece de’, ‘que no está acompañado por’); SOBRE (de origen latino super, ‘encima de, en lugar superior’) ; TR A S (de origen latino trans, ‘al otro lado, más allá’).
Clases de preposiciones Algunos gramáticos establecen la diferencia entre preposiciones simples, propias o separables, e impropias o inseparables. Las simples, propias o separables son categorías independientes (a, ante, bajo, con, etc.). Se usan como prefijos en la composición de palabras. Por ejemplo: anormal, anteayer, contratar, contradecir, deposición, enaltecer, entreabrir, parabién, porvenir, sinrazón, socavar, sobreponer, trastienda.
Las impropias o inseparables, que derivan del latín, no se separan de la palabra; son los prefijos que funcionaban primitivamente como preposiciones: AB- (‘separación’: abjurar, abusar); ABS- (abstraer) ; AD- (tiene el valor de a; ‘proximidad’ o ‘encarecimien to’: adjunto, admirar, adyacente); ANTI- (‘opuesto o con propiedades contrarias’: antimoral, antipútrido); CIRCUM- (‘alrededor’: circumpolar, circunnavegación); CIS- (‘de la parte o del lado de acá’: cisalpino, cisandino, cismontano); C IT RA - (‘de la parte o del lado de acá’:
descamino, desconfiar, deslenguado; a veces, implica ‘afirmación’: despavorir ) ; DI- (‘oposi ción o contrariedad’, ‘origen o procedencia’, ‘extensión o dilatación’: difundir, dimanar, disentir); DIS- (‘separación o distinción’, ‘imperfección’, ‘dificultad’, ‘anomalía’: discernir, disnea, dispepsia); E - (‘origen o procedencia’, ‘extensión o d ilatación’: efundir, emanar); ES(‘fuera’, ‘más allá’, ‘privación’, ‘atenuación del significado del simple’: escocer, escoger, esperezarse, estirar; a veces, tiene valor expletivo, como en escarmenar, forma distinta de carmenar); EX- (‘fuera’, ‘más allá’; da idea de ‘negación’ o de ‘privación’, de ‘encareci miento’; antepuesto a nombres de dignidades o de cargos, denota que ‘los tuvo y ya no los tiene’ la persona de quien se habla; también se antepone a otros nombres o adjetivos de persona e indica que ésta ha dejado de ser lo que aquéllos significan: ex ministro, ex secretario, ex alumno, ex esposa, excéntrico, extemporáneo , extender, extraer) ; EX TR A - (‘fuera de’: extraordinario); IN- (se convierte en im delante de «b» o de «p»; en i, por «il», delante de »1»; en ir delante de «r»; por regla general, equivale a ‘en’: inestable, infiel, ímprobo, ilegal, irreal); INFRA- (‘inferior’, ‘debajo de’: infraestructura, infrahumano); INTER- (‘entre’, ‘en medio’, ‘entre varios’: interministerial, internacional); INTRA- (‘interioridad’: intramuros, intramuscular); INTRO- (‘hacia adentro’: introvertido); O B- (‘a, hacia’, ‘contra’, ‘ante’, ‘detrás de’, ‘a lo lejos’, ‘sobre’, ‘completamente’; se vuelve o ante «m», oc- ante «c», of ante «f», op ante «p»: obedecer, obtener, omitir, ocluir, ofender, oponer ) ; PER- (esfuerza o aumen ta la significación de las voces españolas simples a que se halla unida: per du rab le, per tu rbar); POS-/POST- (‘detrás’, ‘después de’: po sd at a, po std ata , pos dilu via no, pos tdilu via no, pos gra do, pos tgr ad o, po sop era tor io, po sto per ato rio , pos po ne r, po ste rga r); PRE- (‘anterioridad local o temporal’, ‘prioridad’, ‘encarecimiento’: pr ecl ar o, pre fija r, pre sup one r, pr ev er) ; PRETER- (‘fuera de’: pr ete rn atu ra l); PRO- (‘por’, ‘en vez de’, ‘delante’, ‘publicación’, ‘continuidad de acción, impulso o movimiento ha cia adela nte’, ‘negación’, ‘contradicción’, ‘sustitución’: pro cón sul , pr ocl am ar , pr oc re ar , pro mo ver , pro no mb re, pr op asa r, pro po ner , pr os cri bi r); RE- (‘reintegración o repetición’, ‘aumento’, ‘oposición o resistencia’, ‘movimiento hacia atrás’, ‘negación o inversión del significado simple’, ‘encarecimiento’: rebonita, reca er, recargar, rech azar, reelegir, refluir, relimpio, relindo, repintar, reprobar, repugnar); RES- (atenúa la significación de las voces simples a que se halla unida; denota, también, ‘encarecimiento ’: resguardar, resquebrar, resquemar); R ET RO - (‘tiempo anterior’: retrotraer, retrovender ) ; SEMI- (‘medio’, ‘casi’: semicírculo, semidifunto); SESQUI- (se usa para denotar una unidad y media en peso o medida de las cosas: sesquicentenario); SO(soasar, sopesar); SON- (sonreír, sonsacar); SOR- (sorprender); SOS- (sospesar, sostener); SU- (suponer); S U B- (a veces, cambia su forma en alguna de las siguientes: so-, son, sor, sos, su, sus; significa, ordinariamente, ‘debajo’, ‘acción secundaria’, ‘inferioridad’, ‘atenuación o disminución’: subarrendar, subrayar, subterráneo); SUS- ( suspender); SUPER- (‘preeminencia’, ‘grado sumo’, ‘exceso, demasía’: superabundante, superfino, superintendente); TRANS-/TRAS- (‘del otro lado’, ‘más allá’, ‘a través de’; ‘cambio o
mudanza’; pierde la «s» final cuando precede a voces simples que empiezan con esta misma letra; el uso autoriza «trans-» o «tras-»; a veces, se emplea sin ninguna de las dos últimas letras: transatlántico, transformar, transparente, transustancial, tramontano); U L T R A (‘exceso’, ‘más allá’: ultrafamoso, u ltraideal). Hoy preferimos hablar de prefijos o de elementos prepositivos, y no, de preposiciones
mujer por el camino adelante); ADENTRO (Galopó tierra adentro); A F U E R A (Navegaban mar afuera); A N T E S (Llegó una hora antes); ARRIBA (Lo persigui eron río arriba); ATRA S (Lo vieron días atrás) ; DESPUES (Meses después reconoció su error). Casi todos llevan como
Preposiciones agrupadas En español, es común el agrupamiento de dos preposiciones17.
prefijo la preposición a.
Pueden usarse agrupadas las siguientes preposiciones: DE A (Vendía de a cien pesos el tomo ); DE ENTRE (Salió de entre los juncos); DE HACIA (Procede de hacia Oriente ); DE P O R (Viene de por allá ); DE SOBRE (Sacó el pan de sobre la mesa) ; DESDE POR (Tosió desde por la noche); HASTA CON (Es malo hasta con su hijo); HASTA DE (Admitían jóve nes ha sta de diec ioch o añ os) ; HASTA EN (Se ríe hasta en la iglesia); HASTA PARA (Hasta para ser cauto se necesita inteligencia); H A S T A P O R ( Hablaba hasta por los codos); HASTA SIN (Baila hasta sin zapatos); H A S T A S O B R E (Llegó hasta sobre las cumbres); PARA CON (Es bueno para con nosotros); PARA DE (Esto no es para de repente); PARA DESDE (Miraba para desde lejos); PARA EN (Lo preparó para en llegando a la casa); PARA E N T R E (Esto, pa ra en tre nosotros, vale poco) ; PARA POR (Déjalo para po r la noche); PARA SIN (Consiguió un empleo pa ra sin estudios); PARA SOBRE (Compró un adorno para sobre ese mueble); POR ANTE (Pasó po r an te mí); P O R B A J O (El gato se deslizó por bajo la silla); P O R D E (Por de pronto, esto es así); P O R E N T R E (Huyeron por entre esos árboles).
Estas palabras no han perdido su condición de adverbios y, con los sustantivos, confor man un sintagma circunstancial, en el que adoptan una función semejante a la de adjetivos modificadores de esos sustantivos, por lo tanto, hoy se desecha su carácter preposicional. Leemos en el cuento «Ulrica», de Jorge Luis Borges:
En estos casos, la primera preposición es la que relaciona el elemento regente con el sintag ma que forman la segunda preposición y su término:
EX C EP TO (‘a excepción de, fuera de, menos’): indica «exclusión de una serie o no parti cipación en algo»20, y proviene del participio pasivo irregular anticuado de exceptar.
Le propuse que fuéramos a Thorgate, que queda río abajo, a unas millas.19
Palabras que se usan como preposiciones La Real Academia Española ya clasifica como preposiciones a:
(S. D.: Él) f P V.S. O. B. S. [Salió de entre los juncos.] _________
i
____
N.
i
Vinieron todos, excepto Carolina y Patricio.
________
_____
C. L. (c. prep.)
i
La preposición a no se antepone a otras; se considera, pues, un solecismo la agrupación «a por» (*Voy a por los libros)'3. Sin embargo, muchos lingüistas -—entre ellos, Manuel Seco — jus tifi can esta unión , pues la preposi ción a acom paña , frec uent eme nte, a los verbos de movimiento: Voy por el pan; Voy a por el pan (Voy a buscar el pan); Vendré por la niña a las doce; Vendré a por la niña a las doce (Vendré a buscar a la niña a las doce).
¿Preposiciones pospuestas? A pesar de que las preposiciones siempre preceden a la palabra regida, el gramático venezolano Andrés Bello señala la existencia de preposiciones pospuestas, es decir, de adver^ bios que funcionan como aquéllas: ABAJO (Corrió cuesta aba jo); ADELANTE (Venía una ^ Cfr. REAL ACADEMIA ESPAÑOLA, Gramática de la Lengua Española, Madrid, Espasa Calpe, 1962, pág. 210.
Aclara la Academia que «mediante, excepto, durante, incluso han funcionado, algunas veces hasta época relativamente tardía, en construcciones absolutas, con el valor de participios de presente o de perfecto, como palabras de acentuación llana y con variación de número o de género y número: mediantes sus ruegos, durantes aquellos meses, exceptas las partes»21. Y agrega: «De su uso en construcciones absolutas proviene el significado que tienen actualmente los participios pasivos excepto e incluso, el adjetivo salvo y los antiguos participios de presente durante, mediante, obstante y embargante; [...]. En el uso actual estos vocablos se han inmovi lizado en su forma masculina»22. SALVO (‘fuera de, a excepción de, excepto’) indica exclusión en una serie. En su origen, fue un adjetivo (‘exceptuado, om itido’) ; proviene del participio pasivo irregular desusado del verbo salvar: Nadie conoce, salvo usted, la vida de este pintor. No recuerdo a los otros, salvo a un señor Marcelo del Mazo, hombre de suma cortesía y de fino diálogo, que no volví a ver más.2i
*9 El libro de arena, ed. cit., pág. 27.
INC LU SO (‘hasta, aun’) significa inclusión en una serie: Todos callaron, incluso su padre. AUN (‘hasta’) denota inclusión en una serie: Alabó la comida y aun el vino. CU AN DO 24 adquiere funció n prepositiva cuando se elide un verbo: Luis, cuando niño, leía cuentos. DO ND E 25 (‘en casa de, en el sitio de’): La niña está donde“ su madre. MENOS (‘excepto, a excepción de’) denota exclusión de una serie: Todos, menos tú, correrán. PRO (‘a, en favor de’): Organizó una rifa pro niños ciegos. VIA (‘por, pasando por’), en circunstancias, sin artículo ni preposición, actúa como ésta: Viajaron a Europa vía Roma.
Locuciones que se usan como preposiciones En español, hay locuciones que desempeñan la misma función que las preposiciones estudiadas.
Exponemos, a continuación, las locuciones preposicionales o prepositivas más usuales: A BASE DE -(‘tomando como base, fundamento o componente principal’: La sopa estaba hecha a base de legumbres) ; A C A M BIO DE (‘en lugar de’, ‘en vez de’: Te daré mi reloj a camb io de ese anillo); A CA USA DE (‘debido a’: Mu rió a ca u sa de un a im pru den cia ); A CONSECUENCIA DE (‘por efecto’, ‘como resultado de’: Fue ingresado en un hospital, a consecuencia del fuerte golpe que recibió); A COSTA DE (‘mediante’: Siempre vivió a costa del esfuerzo ajeno); A CUENTA DE (‘como compensación o a cambio de algo’: Le dejó doscientos dólares a cuenta de lo que le había comprado ); A EFECTOS DE (‘con la finalidad de conseguir algo’: Nos escribió a efectos de pedimos ayuda); A E S O D E (‘alrededor d e’: Volverá a eso de las diez); A ESPALDAS DE (‘sin el conocimiento de’: Vendió la casa a espaldas de su familia ); A E XCE PCIÓ N DE (‘excepto’: Todos asistieron a la reunión, a excepción de Rodolfo); A EXPENSAS DE (‘a costa de’, ‘por cuenta de’, ‘a cargo de’: Come y se viste a ex pensas de su madre); A FALTA DE (‘en sustitución de’: A fa lt a de ca fé, tom are mo s té) ; A FAVOR DE (‘en beneficio de’, ‘en virtud de’: Organizó una fiesta a favor de los ancianos); A FIN DE (‘para’: Buscaré la palabra en el diccionario, a fin de saber su significado) ; A FUER DE (‘con razón de’, ‘a modo de’: Le cedió el lugar a Rosa, a fuer de caballero); A FUERZA DE (‘empleando con insistencia’: Logró ser recibido por el presidente de la empresa a fuerza de insistir); A L A M A N E R A D E ( ‘ a semejanza d e’: Pinta a la manera de Murillo); A LA VERA DE (‘junto a’, ‘al lado de’, ‘a la orilla’: Olvidó la canasta a la vera del camino ); A LA VISTA DE (‘en presencia de’, ‘delante d e’: Insultó a su amigo a la vista de todos) ; A LA VUELTA DE (‘dentro de’, ‘al cabo d e’: Volvimos a verlo a la vuelta de varios años); A LO LA RG O D E (‘según la longi tud de’: Viajó a lo largo del país) ; A M A NE RA DE (‘en lugar de’, ‘en calidad de’: Usaba el tapado a manera de capa); A MEDIADOS DE (‘hacia la mitad de’: Iré a Cuba a mediados de año); A MODO DE (‘como’, ‘a manera de’: Se lo dijo a m odo de súplica); A NOMBRE DE (‘con el nombre de’: La carta viene a nomb re de Julián); A P A R D E (‘junto a’: Caminaba a par de su hermano); A PA RTE DE (‘con omisión de’: A pa rt e de su mal carácter, es una pe rso na bu en a) ; A PESAR DE (‘contra la voluntad de’, ‘contra la fuerza o la resistencia de’: Vestía ropas livianas, a pesar del frío); A POCO DE (‘poco después de’: Pidió los documentos a poco de llegar ) ; A PUNTO DE (‘inmediatamente antes de’, ‘en disposición de’: Estaba a punto de contar el secreto) ; A RAÍZ DE (‘con proximidad’, ‘inmediatamente después’, ‘por la raíz o junto a ella’, ‘a causa de’: La herida estaba a raíz de la vena; Se sintió enfermo a raíz de la discusión; La plaga empezó a raíz de
Locuciones preposicionales o prepositivas27: combinaciones fijas de dos o más palabras que funcionan como una preposición. La combinación a base de es una locución, pues a base no puede usarse en forma autónoma ( *La torta está hecha a base), necesita una construcción que complete su significado (La torta está hecha a ba se d e frutas). ‘Por el tiempo de mi niñez’. ^ Según Leonardo Gómez Torrego, «donde» y «cuando» no actúan como preposiciones, pues aunque «parecen incidir sobre sintagmas nominales [...], todavía está presente en la conciencia lingüística del hablante un verbo, que se encuentra latente: donde (vive, está...) mi vecino; cuando (transcurría) la guerra...» (Teoría y práctica de la sintaxis, Reimpresión, Madrid, Alham-
la planta; No comió a raíz de su dolor de estómago); A TI TU LO DE (‘en calidad de’: Ingresó en el instituto a título de maestro suplente ); A TRAVÉS DE (‘de un lado a otro’, ‘por entre’, ‘por intermedio de’: Consiguió la medicina a través de un vecino); A B A J O D E
(‘menos de’: Ese libro te costará abajo de cien dólares ); ACERCA DE (‘sobre lo que se trata’: Escribe acerca de los dinosaurios); ADEMAS DE (Además de los tíos, vendrán los pri mo s); A L CABO DE (‘al fin de’, ‘después de’: Hablaremos al cabo de la reunión); A L ESTILO DE (‘a semejanza de’: Quiere escribir al estilo de Cortázar) ; A L F R E N T E D E (‘en cabeza de’, ‘con el mando de’: Caminaba en silencio al frente del grupo); A L L A D O
DE (‘además de’, ‘excepto’: Amén de sus caprichos, es una excelente persona); A N T E S D E (‘anterioridad en el tiempo’: Nos veremos antes de su partida ); ARRIBA DE (‘más allá de’, ‘más de’: El departamento cuesta arr iba de treinta mil dólares); CAMINO DE (‘hacia’, ‘en dirección a’: Van camino de Có rdoba ); CERCA DE (‘proximidad en relación con’: La biblioteca está cerca de mi habitación); CON ARREGLO A (‘según’, ‘conforme a’, ‘de acuerdo con’: Concierte la entrevista con arreglo a sus actividades); C O N D E S T I N O A (Viajaron con destino a Guatemala ); C O N FO RM E A (‘según’, ‘con arreglo a’: Vendere mos la casa conforme a lo dispuesto); CO N M OT IV O D E (‘por’, ‘a causa de’: La visitó con motivo de su cumpleaños ); CON RESPECTO A (‘en lo que se refiere a’, ‘en compa ración con’: Con respecto a su renuncia, no la aceptaremos); C O N R E S P E C T O D E ( ‘e n relación con’: Con respecto de su renuncia, no la aceptaremos); C O N R U M B O A (Navega con rumbo a Montevideo); DE ACUERDO CON (‘según: Ac tua rem os de ac u er do co n el reglamento ); DE PARTE DE (‘a favor de’, ‘en nombre de’: Estaré siempre de parte de tu pa dre ; Ha bl ó de pa rt e de su he rm an a ) ; D E B A J O D E (El papel está debajo de la mesa ) ; D EB ID O A (‘a causa de’, ‘en virtud de’: Está pálida debido a su enfermedad ) ; D E L A N TE DE (‘en lugar anterior a’, ‘a la vista de’, ‘en presencia de’: No quiso hablar delante de sus padres); D EN TR O D E (‘en el interior de’, ‘en’: Guardé los pañuelos dentro del cajón); DE PARTE DE (‘a favor de’: No estoy de parte de Isabel ); DESPUÉS DE (‘posteriori dad en el tiempo’: Te veré después de Navidad); DE TR A S D E (‘en lugar posterior a’: El ladrón permaneció escondido detrás de un árbol); EN CALIDAD DE (‘a manera de’, ‘como’, ‘con el carácter o la investidura de’: Llegó a la escuela en calida d de inspector); E N CA MB IO D E (‘en lugar de’: Te daré pan en cam bio d e esa sonrisa); ENCIMA DE (‘en la parte superior de algo’: Ap ar ec ió en ci m a de la ca m a) ; EN COMPAÑIA DE (‘con’, ‘junto con’: Siempre va en com pañ ía de su mejor amiga); EN CUANTO A (‘en lo que toca a’: No se preocupe en cuanto a la hora); EN FAVOR DE (‘por’: Trabaja en fa v o r de los necesitados); E N H O N O R A (Te lo contaré en honor a la verdad); E N H O N O R D E (Te lo contaré en h ono r de la verdad ); EN LU GA R D E (‘en vez de’: Comió carne en lugar de verduras); EN MANOS DE (‘en poder de’: Dejó el trabajo en manos de su mejor a l u m n o ); EN MEDIO DE (‘en el centro de’, ‘durante’: Sólo habitaba el silencio en m edio del campo); EN EL NOMBRE DE (‘en representación de’: Le entregó el paquete en el nombre de don Luis Durán); EN PO S D E (‘detrás de’, ‘en busca de’: Lucha en pos de un ideal) ; EN PRO DE (‘en favor de’: No escatiman esfuerzos en pro de la niñez desamparada); E N P U N TO A (‘en lo tocante a’, ‘en cuanto a’, ‘por lo que se refiere a’: No quisieron hablar en pu nt o a su s itua ció n eco nó mi ca ); EN SO N DE (‘a manera de’, ‘en forma de’: Los indios venían en son de pa z) ; EN TO RN O A (‘alrededor de’, ‘acerca de’: Realiza investigaciones en tom o a las eras geológicas; Corr ía en tomo al jardín); E N T O R N O D E (‘alrededor de’: Varios hombres desconocidos caminaban en to m o del lugar); E N V E Z D E (‘en sustitución de’, ‘al contrario de’, ‘lejos de’: Te serviré leche en vez de café); EN V IR TU D D E (‘a consecuencia de’, ‘como resultado de’: Ganó el premio e n virtud de sus cualidades literarias); EN V IST A D E (‘en consideración a’, ‘como consecuencia de’: Se retiró de la sala en vista de las ofensas recibidas ); ENFRENTE DE (‘en la parte opuesta a’:
vención de’, ‘por causa de’: Obtuve el empleo gracia s a tu ayuda); JUN TO A (‘al lado de’: I staba sentado junto a su novia); JU N TO CO N (‘en compañía de’, ‘con’: Recorrió Europa junto con sus hermanos ); LEJOS DE (‘distancia en relación con algo’, ‘muy al contrario de’: El pueblo está lejos de la ciudad; Esteban, lejos de odiarte, te valora mucho); LUEGO DE (‘después de’: Luego de decir eso, se fue); MERCED A (‘gracias a’: N a d a sucedió mer ced a su intervención); POR CUENTA DE (‘a expensas de’, ‘en su nombre’: Vive por cuenta de sus tíos); POR ENCIMA DE (‘lugar o punto superior respecto de otro’: Colgó el cuadro por en cima d e la cabecera de la cama); P O R I N T E R M E D IO D E (‘por mediación de’, ‘por intervenció n de’: Conoció a su mujer por interm edio de su hermana); PO R ME DIO DE ('por intermedio de’: Podré viajar por medio de este pasaporte ); POR RAZON DE (‘por causa de’: No po dí a cam in ar po r ra zó n d e sus her ida s); RE SPE CT O A (‘por lo que se refiere a’, ‘en relación con’: Daré mi parecer respecto a tu conducta); RESPECTO DE (‘por lo que se refiere a’, ‘en relación con’: Daré mi parecer respecto de tu conducta).
Algunas locuciones con preposición Cuando las preposiciones se combinan con adjetivos, adverbios y conjunciones forman locuciones de significación adjetiva, adverbial y conjuntiva. Locuciones adjetivas: de buena ley, de categoría, de favor, de historia, de lance, de ley, de mala ley, de mano, de mérito, de noche, de número, de pacotilla, de pelo en pecho, de poco, de provecho, de servicio, de tumo, en conserva, en dieciseisavo, sin número, sin par. Sirven de complemento a un sustanti vo a manera de adjetivos. Locuciones adverbiales: a buen seguro, ¡a buena hora!, ¡a buenas horas!, a bulto, a caballo, a contrapelo, a diestro y siniestro, a dos manos, a escondidas, a hurtadillas, al acecho, a la cuenta, a la larga, a la ligera, a la mano, a la orilla, a la vela, a las primeras de cambio, al improviso, al oído, a lo largo, a lo lejos, al ojo, a lo más, al paredón, al revés, al seguro, a mano abierta, a man o armada, a manos llenas, a más, a más no poder, a mata caballo, a ojo, a ojos vistas, a partes, a pelo, a pierna suelta, a pierna tendida, a poco, al respecto, a sabienda s, a salvo, a toda máqu ina, a toda vela, a todas velas, a todo poder, a todo trapo, a última hora, a velas desplegadas, con efecto, con la lengua afuera, con las manos en la masa, con las manos vacías, con todo, contra pelo, de antemano, de antes, de a pie, de cualquier modo, de firme, de frente, de golpe, de hecho, de hora en hora, de hoy a mañana, de hoy en adelante, de improviso, de la mano, de largo, de lejos, de lengua en lengua, de mano en mano, de más, de muy lejos, de ninguna manera, de ningún modo, de nuevo, de oficio, de oídas, de raíz, de revés, de seguro, de sobre mesa , de sobremesa, de una mano a otra, de veras, de verdad, desde lejos, desde luego, en acecho, en blanco, en buenas manos, en buenos términos, en cambio, en efecto, en el acto, en firme, en isla, en bs siglos de ios siglos, en más, en parte, en partes, en pie, en pie de guerra, en piemos, en poco, en primer térmi propios términos, en salvo, último término, verdad,
por la tremenda, por los siglos de los siglos, por mi parte, por modo de juego, por oídas, po r partes, por poco, por poder, sin de cir Jesús, sin levanta r mano, sin más ni más, sin tasa, sobre manera, sobre mesa, sobre seguro. Equivalen a adverbios.
Locuciones conjuntivas: a fin de que, con tal que, con tal de que, de modo que, de suerte que, de tal manera que, en cuanto que, en tanto que, luego que, por más que, por lo mismo, según y como, según y conforme. Desempeñan el oficio de conjunciones.
A es el elemento relacionante o principal; recibe, también, las denominaciones de elemento inicial, núcleo ordenador de la construcción, palabra regente, palabra de pleno significado, subordinante. B es el elemento subordinado, relacionado, terminal. P es el nexo subordinante. El sustantivo mendigo designa la idea en que concluye la relación, por eso, recibe el nombre de término (palabra regida). La preposición, signo de la subordinación, lo anuncia: trazas de mendigo
Las preposiciones también actúan como nexos entre los componentes de algunas perífrasis verbales: comenzar a, decidirse a, echar a, empezar a, ponerse a, resolverse a, romper N.
a, terminar por; acabar de, alcanzar a, cesar de, concluir de, dejar de, llegar a, terminar de, venir a; tomar a, volver a; deber de; haber de; ir a; acabar por, dar por, hartarse de, quedar en.
Estas perífrasis junto al infinitivo cumplen la misma función que los verbos: «comenzó a leer», «deja de llorar», «han de correr».
El sintagma preposicional Llamamos sintagma a un conjunto de palabras que forma una unidad y, generalmente, se inserta en una oración donde cumple una función sintáctica: El hombrecito no tenía trazas de mendigo. En esta oración, hay un sintagma nominal (su núcleo es un sustantivo), que cumple la función de sujeto (El hombrecito), y un sintagma verbal (su núcleo es un verbo), que funcio na como predicado (no tenía trazas de mendigo). Dentro del predicado, aparece un sintagma nominal que funciona como objeto directo (trazas de mendigo) y, en éste, un sintagma prepo sicional (de mendigo). Veamos otro ejemplo:
■s. t. c. prep.
La unión de la preposición y el término forma un complemento con preposición, complemento prepositivo, con struc ción prepo sicion al o sintagma preposicional, cuya función es completar o incrementar el significado de la palabra a la que se agrega. La preposición puede subordinar28el término29a: • un sustantivo (La reunión sin Pedro resultó aburrida); •un adjetivo (Hombre ávido de justicia); • un verbo (Iremos a la ciudad); • una forma verbal sustantivada (El «vuelcan» de Leticia nos resultó hipócrita); • un derivado verbal (Un vestido cosido co n esa máquina); • un adverbio (Vive cerca de esa tienda); • un pronombre (Cualq uiera d e nosotros podrá decirlo); • una inter jecci ón (¡Ay de ios deshonestos!). El término regido por la preposición no siempre es un sustantivo (Tiene cara de payaso); también puede ser: • un adjetivo sustantivado (La bondad de los inocentes) ; • un adjetivo (Lo aclaman por valien te) ; • un pronombre (Viajó con ellos) ; • un infinitivo (Tardó en regresar ); • un participio (Lo trató de distraído); • un adverbio (Estoy en Buenos Aires desde ayer); • una interjección (Lo despidió sin un ¡ay! ) ; • una proposición incluida sustantiva (Lo hizo con lo que tenía); • una proposición subordinada adverbial (Va hacia donde quiere); • un pronombre relativo, encabezador de una proposición incluida adjetiva (El hombre con quien hablaste es po eta ).
•1
El sombrero giraba entre sus manos. En el sintagma verbal (giraba entre sus manos), hay un sintagma preposicional que funcio na como circunstancia de lugar (entre sus manos). E l sintagma preposicional es el conjunto de palabras compuesto por una preposición y un sustantivo, adjetivo, adverbio, pronombre, infinitivo, in terjección, proposición, etcétera. En el sintagma nominal trazas de mendigo, el sustantivo trazas es el núcleo, pero no sucede lo mismo con el sustantivo mendigo, pues si dijéramos «trazas mendigo», no comunicaríamos un sentido acabado. Entonces, es necesaria otra palabra para que el sustantivo mendigo pueda relacionarse con el sustantivo trazas. Esa palabra es la pr ep os ici ón : trazas de mendigo
Función atípica del sintagma preposicional Comparemos estas dos oraciones: Las mujeres de mi pueblo son muy simpáticas. Las de su pueblo, muy valientes. En la primera, el sintagma preposicional de mi pueblo modifica indirectamente al núcleo del sujeto mujeres; la preposición actúa como nexo entre este sustantivo y el término mi pueblo:
• del elemento B, cuando se refiere a personas conocidas: S.S. B V. S. O. B. S. [Las mujeres de mi pueblo son muy simpáticas.] ____________
atr.
N.
Olvidó pronto a sus enemigos. B (En este ejemplo, la preposición a indica la función de objeto directo). Aunque sea exigida por el elemento A, la preposición no pierde su función relacionante:
c. prep.
En la segunda, falta ese sustantivo, pero el artículo las nominaliza la construcción de su pueblo, es decir, la convierte en sustantivo: S.S.
R no V.N.S.
O. B. S. (Las de su pueblo, muy valientes.] atr. n. I__II--------------------- 1 ____ h ___ atr. N. ( c. prep.)
,
Me alegro de que hayas encontrado la pulsera. La preposición de es régimen de alegrarse y adquiere un contenido causal (Me alegro, porqu e has enco ntra do la p uls era ).
No es raro, en español, que un mismo elemento A se construya con varias preposiciones, sin que sufra ninguna alteración. Por ejemplo: contribuir a, contribuir con, contribuir para; incorporar a, incorporar en; ocuparse de, ocuparse en; participar de, participar en; pensar en, pens ar p ar a, pen sar so bre . La elección, en este caso, debe adecuarse al contexto, es decir, a la
relación y al significado que desean expresarse. El artículo las remite, con su género y su número, al sustantivo mujeres y modifica direc tamente la construcción prepositiva de su pueblo, que funciona como núcleo del sujeto; la preposición no actúa, pues, como nexo. Lo mismo sucede en los siguientes ejemplos, extraí dos del cuento «El otro», de Jorge Luis Borges: No me sorprendería que la enseñanza del latín fuera reemplazada por la del guaraní. [...] Nuestra conversación ya había durado demasiado para ser la de un sueño .30
El régimen preposicional A veces, las preposiciones son extensiones de verbos, sustantivos o adjetivos; éstos piden una preposición especial, la exigen, su presencia es obligada, tienen un régimen preposicional: Manuel aspira a un título universitario.
La elección de las preposiciones La elección de las preposiciones depende: • de un factor obligatorio que representa el elemento P (relacionante): Ayer le escribí a María Clara. P (Elegimos la preposición a para indicar la función sintáctica de objeto indirecto). • del elemento A , por eso decimos que éste rige determinadas preposiciones o se constru ye con ellas: Me acuerdo de toda la familia. A
es decir, ‘pretende o desea’ ese título. Sin la a (*M anuel aspira un título universitario), la oración adquiere un significado extraño, pues Manuel se convierte en una especie de electro doméstico humano que, en lugar de absorber polvo, absorbe ese título. El mismo solecismo se comete en esta oración: *Lidia aspira recobrar lo que ha perdido. El infinitivo «recobrar» encubre el error, pero éste sigue existiendo. Lo correcto es Lidia aspira a recobrar lo que ha perdid o.
Otros ejemplos: No se atreva a gritar. Reemplazó un sustantivo con (o por) un adjetivo. Su libro carece de bibliografía. Eso depende de su respuesta. ¿Podrás privarte de comer? No confía en sus amigos. Este viaje incidirá en su vida. Ingresará en la Universidad.
Raquel era larga de piernas. También de actúa como régimen preposicional en la siguiente oración, con que Carlos Fuentes comienza su novela Diana o la cazad ora solitaria: No hay peor servidumbre que la esperanza de ser feliz.31
Son, pues, agramaticales: *No hay peor servidumbre que la esperanza a ser feliz. *No hay peor servidumbre que la esperanza ser feliz. El régimen de aspirar es la preposición a; el de atreverse, la preposición a; el de reempla zar, las preposiciones con y por; el de carecer, la preposición de; el de depender, la preposi ción de; el de privarse, la preposición de; el de confiar, la preposición en; el de incidir, la preposición en; el de ingresar, la preposición en; el de participar, las preposiciones de y en; el de adoptar, la preposición por; el de abstenerse, la preposición de; el del adjetivo larga, la preposición de; el del sustantivo esperanza, la preposición de. En las oraciones expuestas, la preposición no es elemento funcional junto a aspirar, atreverse, reemplazar, carecer, depender, privarse, confiar, incidir, ingresar, participar, adoptar, larga, esperanza, pues siempre lo es con el vocablo que la sigue y al que inserta en el sintagma oracional. Algunos estudiosos del tema llaman «suplemento», «complemento regido», «complemento de régimen» o «complemento prepositivo» a esta construcción preposicional dependiente de una palabra que la precede. Desde el punto de vista sintáctico, puede denominarse «circunstancia régimen» si modifica a un verbo: Manuel aspira a un título universitario. F i— . .— ^ ----------1 circunstancia regimen --------------
El hecho de que aquellas palabras requieran esas preposiciones y no, otras, las convierte en indicadores sintácticos obligatorios. Son errores frecuentes: *No se atreva gritarme, (por «se atreva a») *Confío que usted me explique cómo sucedió, (por «confío en que») *Adoptó de hija a Lucía, (en lugar de «adoptó por») *Ingresó a la Universidad, (por «ingresó en») *Se alegra que vuelvas, (por «se alegra de que») *Eso no estoy de acuerdo, (por «en eso») *Se aseguró que era cierto, (por «se aseguró de que») *Convinieron que la reunión se haría a las diez, (por «convinieron en que») *Quedó de venir el jueves, (por «quedó en»)
* Insistió que él no había abierto la carta, (por «insistió en que») * Estos reclusos se integrarán a la sociedad, (por «se integrarán en») *En esa profesión, me siento identificada, (por «con esa profesión») * Fueron amigos desde el momento que coincidieron sus vocaciones. (por «desde el momento en que») •Observa con el tesón que trabajas, (por «el tesón con que») *En este país, llegaron hombres con esperanza, (por «a este país») *Supongo de que no me engañarás, (por «supongo que»”) * Recuerda de que la cita será a las quince, (por «recuerda que») *Ya lo he consultado al diccionario, (por «Ya he consultado el diccionario») En los casos de dequeísmo, influyeron adversamente verbos, como «hablar», que se construyen correctamente con la preposición de: Habla de que no todos los viajes son placenteros. El régimen preposicional es «individual», propio, característico de una palabra, cuando csiá representado por una sola preposición, como en el caso de aspirar a, carec er de, dimiti r de —no existe o tra preposición para esos verbos— . Es «plural» cuando una palabra está u-gida por dos o más preposiciones, como alimentarse de o con; informar de o sobre; optar a, entre o por; reemplazar con o por.
Régimen preposicional de algunos verbos Los verbos que comienzan con la preposición en o con la latina in, suelen exigir la prime ra: ENCERRAR EN (Lo encerraron en la cárcel); ENTRA R EN (No entrarem os en la casa), í.NVOLVER EN (Envuelva el regab en (o con) un buen papel); INCLUIR EN (Incluyó ese tema en el programa del curso); I N C O R P O R A R E N ( Incorporaron nuevas asignaturas en (o a) la carrera); I N C R U S T A R E N (El joyero incrustó una esmeralda en la coron a); I N C U R R I R EN (Incurrió en graves delitos); INFLUIR EN (No influirá en mis decisiones); INGRESAR EN (¿No ingresó en el instituto?); INICIARSE EN (No todos se inician en esa carrera); INSCRIBIRSE EN (Varios alumnos se inscribier on en el curso); INSERTAR EN (Inserte ese texto en su trabajo); INSISTIR EN (No insista más en eso); INVERTIR EN (Varias empresas extranjeras invierten en la Argentina); INTEGRARSE EN (El nuevo jugador se integrará en el equipo de fútbol); INT ERN AR SE E N (El cazador se internó en la selva); INTERVENIR EN (No intervendrá en la reunión); I N T R O D U C I R E N (Introduje un algodón en el vaso).
Régimen preposicional de algunos adjetivos Los adjetivos que denotan «cariño», «adhesión» o «dependencia» se construyen con la
ADICTO A la droga AF EC TO A los libros AT EN TO A las explicaciones CON TRA RIO A lo acordado INFIEL A su esposa INSENSIBLE Al dolor ajeno SEME JANT E A su abuela SENSIBLE A nuestros ruegos SIMILAR A la primera edición SUMISO A sus padres SUJETO A obediencia Los que significan ciertas «cualidades físicas, morales o abstractas», co n la preposición de. ALTO DE talle ANSIOSO DE vivir ÁV IDO DE afecto BLAN DO DE condición CAPAZ DE hacerlo DESEOSO DE viajar DIFERENTE DE su hermana DIF ÍCIL DE explicar DIS TIN TO DE sus padres DU RO DE pelar FALTO DE cariño FLACO DE memoria FÁC IL DE lograr INDEPENDIENTE DE su familia SEG UR O D E su victoria SOSPECHOSO DE robo TEMEROSO DE una venganza Los que expresan «ciencia» o «maestría», con la preposición en: DI EST RO EN trabajos manuales DO CT O EN Historia medieval DU CH O EN temas económicos EXPERIM ENTA DO EN política PERITO EN Derecho Penal VERSA DO EN Matemática Los que indican «disposición feliz para algo» o lo contrario, con la preposición para. APTO PARA escribir informes
IDÓNEO PARA desempeñar su cargo INCAPAZ PA RA la Matemática INEPTO PARA ese trabajo INHÁBIL PARA dibujar INÚTIL PARA pintar paredes PERJUDICIAL PARA su salud ÚTIL PARA nuestra empresa
Funciones atípicas de las preposiciones El español nos ofrece ejemplos en los que las preposiciones tienen funciones atípicas; no actúan como relacionantes: 1. iA comer! (ex cepto que se sobrentienda n —com o lo hacía la gramática tradicional— las formas verbales «vamos» o «vengan»); ¡Aellas! («vayamos»). 2. La preposición asume la función y el significado de otra categoría gramatical: a) la conjunción A decir verdad, este libro es caro (a equivale a la conjunción condicional «si»: Si digo la verdad...). A petic ión d e mis pro fesor es, da ré la con fere ncia (a equivale a la conjunción causal «porque»: Porque me lo pidieron mis profesores...). Con par ece r inteligente, no lo era (con equivale a la conjunción concesiva «aunque»: Aunque parecía inteligente...). Organizarán los cursillos según lo dispone el reglamento (según es aquí una conjunción modal; equivale a «como»: ...como lo dispone el reglamento). Arie l c on sus h erma nos visitó (o v isitaron ) la es tan cia (con equivale a la conjunción copula
tiva «y»).
b) ¿conjunción, adverbio o adjetivo? Entre tú y yo llevaremos los sillones al comedor. Entre Javier, Pedro y Mario mataron un león. Hasta los abuelos bailaron. Aplaudieron al payaso hasta los monos.
La Real Academia Española, en su Gramá tica de 1931, afirma que «dos o más sujetos unidos por y pueden llevar delante la preposición entre, la cual denota entonces la cooperación de todos ellos en la a cción del verbo»“, y en su Esbozo, que «se forma una l ocución copulativa, entre... y..., la cual enlaza dos sujetos que realizan conjunta o recíprocamente la misma acción»33. Martín Alonso dice que, «a veces, la preposición entre puede acompañar al sujeto», y da como ejemplo: Entre los dos levantamos el peso 34. Para Samuel Gili Gaya, entre «pierde su valor prepositivo y se convierte en conjunción» coordinativa, o forma una locución conjuntiva con y: e ntre... y..., pero sólo la y puede ejercer la coordinación, no, entre35. Emilio Náñez Fernández considera que «enlaza dos términos sujeto de una acción conjun ta»36, y Leonardo Gómez Torrego, que entre tiene «un valor conjuntivo copulativo que resal ta semánticamente el valor de unión o colaboración (“y tú y yo: los dos juntos”)»37. Para Manuel Seco y para Sánchez Márquez, entre es un adverbio que denota ‘en coope ración’, ‘juntam ente’, ‘en co njun to’38. Por supuesto, éste no puede ocupar distintos lugares en el sintagma oracio nal, pues ese desplazamiento infringe las reglas gramaticales: *Tú y yo llevaremos, entre, los sillones al comedor, *Tú y yo llevaremos ios silbnes al comedor entre. También hasta es, para ellos, adverbio, afirmación con la que coincidimos. Para otros lingüistas, entre y hasta son sólo partículas enfáticas sin función gramatical, y fundamentan su teoría en que ambas pueden omitirse libremente. Esto es imposible en oraciones, como Hasta los hermanos lo han criticado, pues si omitimos hasta, la oración pierde su significado primero: Los hermanos lo han criticado; Entre Rosa y Silvia, te ayudarán a caminar no denota lo mismo que Rosa y Silvia te ayudarán a caminar. A juicio de Ofelia Kovacci, estructuras como entre tú y yo y hasta los abuelos son sujetos formados por subordinantes transportados, entre y hasta, más núcleos39. Desaparece la relación exocéntrica, y el aparente término —no regido— domina la concordancia. D entro del sujeto, entre y hasta son adjetivos; funcionan como atributos del sustantivo al que acompañan. Además, como no son preposiciones, pueden omitirse: Tú y yo llevaremos los sillones al comedor. Javier, Pedro y Mari o mat aron un l eón. Los abuelos bailaron. Aplaudieron al payaso los monos. Nosotros observamos que si se omiten entre y hasta como simples atributos, el significado de las oraciones cambia. En la primera (sin omisión de «entre»), indicamos que compartire mos el trabajo, que cooperaremos en su ejecución; en la segunda, puede ser que cada uno de Madrid, Espasa Calpe, 1962, pág. 291. ^ Ed. cit., pág. 502. ^ Gramática del español contemporáneo, Madrid, Guadarrama, 1968, págs. 60-61. ^ Curso Superior de Sintaxis Española, 9 ' edición, Barcelona, Biblograf, 1967, pág. 207. ^6 Uso de las preposiciones, Madrid, Sociedad General Española de Librería, 1990, pág. 17.
nosotros haga la misma tarea separadamente («tanto tú como yo») y en distintos tiempos. Por lo tanto, entre no es una palabra gratuita en la oración desde el punto de vista semántico. En Hasta los abuelos bailaron y Apl aud iero n a l pa yas o h asta los mo nos, la omisión de «hasta» les resta a ambas oraciones el carácter enfático que poseen y, por supuesto, debilita sus conte nidos: la fiesta se animó tanto, que aun los más ancianos bailaron; fue tan buena la actuación del payaso, que todos lo aplaudieron, a un los monos. En cambio: Los abuelos bailaron o Aplaudieron al payaso los monos sólo señalan un hecho que no tiene nada de extraordinario. En consecuencia, hasta es un adverbio que equivale a ‘también’, aunque este último vocablo posee un valor enfático menor. Como adverbio, hasta no forma parte del sujeto, sino del predicado verbal, y funciona como una circunstancia de afirmación. Este uso de hasta revela un claro ejemplo de transposición, es decir, si bien pertenece a una determinada categoría sintáctica — es preposición— desempeña una función que corresponde a otra categoría diferente —la de adverbio— . La palabra también puede trasladarse libremente dentro de la oración; hasta no puede hacerlo de la misma manera: Hasta los abuelos bailaron. También los abuelos bailaron. Los abuelos hasta bailaron. Los abuelos también bailaron. La tercera posibilidad que conserva esta última denotación es Los abuelos bailaron también, pero se torna agramatical Los abuelos bailaron hasta, en posición postverbal. La función adverbial de hasta se comprende bien si expresamos las oraciones anterio res de esta manera: Hasta bailaron los abuelos y Los abuelos realizaron varias actividades. Hasta bailaron, es decir, «también bailaron»; hasta modifica, sin duda, al verbo «bailaron». Respecto de entre, a nuestro juicio, el sintagma entre tú y yo, en posición preverbal, no funciona como sujeto, sino como circunstancia de modo: Llevaremos los sillones entre tú y yo («así» o «juntamente») al comedor; Llevaremos los sillones al comedor entre tú y yo ; Mataron al león entre Javier, Pedro y Mario («así» o «juntamente»), Y hasta su función se acerca a la del predicativo no obligatorio, modificador del verbo y del sujeto desinencial, si reemplazamos el sintagma precedente con el adjetivo «juntos»: Jun tos llevar emos los s illones al com edo r, Ju ntos mataron al león. También podría expresarse así: (Nosotros, es decir, tú y yo) — sujeto desinen cial— llevaremos los sillones al comedor entre tú y yo (es decir, entre nosotros); (Ellos, los tres) — sujeto desinencial— mataron al león (entre ellos, entre los tres). El nuevo orden de las palabras en las oraciones desmitifica la función de sujeto del sintagma entre tú y yo, y aclara el valor preposicional de entre. Veamos otros ejemplos diferentes, en los que la función de entre no ofrece dudas, aunque encabece la oración: Entre los gatos y los perros, he perdido mi tarde.
En la oración de verbo cuasirreflejo pasivo Entre nosotros, se considera vergonzosa la desidia, el sujeto paciente, expreso o léxico, es la desidia, y el sintagma entre nosotros cumple la función sintáctica de circunstancia de lugar figurado. Lo mismo sucede en la oración imper sonal —sin sujeto y sin predicado— Entre la gente, se criticó al político, respecto del sintagma entre la gente. Entonces, definir solamente las preposiciones como elementos de relación, elementos nexivos, partículas de subordinación, palabras de enlace o relacionantes no es suficiente, pues se dejan a un lado — como lo corrob oran algunos de los ejemplos expuestos— o tras funcio nes importantes. Debe profundizarse, pues, su estudio desde el punto de vista semántico.
La preposición desde + el elemento terminal hace años
y cometemos un solecismo o error de sintaxis si decimos: *La editorial publicaba esta novela desde hace tres años. *La editorial publicó esta novela desde hace tres años.
lis decir, que el sintagma constituido por la preposición desde + la proposición incluida impersonal hace tres años exige el uso del verbo de la oración en presente de indicativo. Por lo tanto, no es inútil ni incorrecta la presencia de la preposición desde ante esa propo rción incluida impersonal, a la que el uso ha convertido en un adverbio o construcción equivalente, y casi en un modismo: desde hace tres años puede equivaler a desde ayer. Tampoco puede tacharse de errónea la construcción formada por la preposición de + la proposición incluida impersonal ha ce años: Esta cartera es de ch ac e cincuenta años>.
No es usual que un nexo subordinante, como desde, preceda a un término representado por una proposición incluida unimembre y de carácter impersonal, compuesta por una forma conjugada del verbo hacer más objeto directo: desde hace + la referencia temporal. Muchas veces se la ha condenado por su carácter anómalo, pues lo común es que la prepo sición esté seguida por un sustantivo o construcción equivalente. En este caso, el verbo hace es el núcleo, y años, el objeto directo. La proposición chace años> funciona como adver bio de tiempo:
Estos documentos datan de chace ochenta años>. En el mismo caso, se encuentra el sintagma constituido por la preposición hasta + la proposición incluida impersonal hace pocos años: Hasta ch ac e pocos años>, vivía en Flores.
La editorial publica esta novela desde chace tres años>. es decir, «la publica desde entonces», construcción sintácticamente correcta en español, como esta otra: La abuela contó anécdotas de C cuando era una niña >. (La abuela contó anécdotas de entonces.) Si eliminamos la preposición desde, t'l contenido de la oración se resiente, pues en aquélla está expresada la continuidad de la publicación: La editorial publica esta novela hace tres años. Entonces, debemos cambiar la forma verbal de presente de indicativo por la perífrasis consti tuida por el verbo «estar» más el gerundio del verbo «publicar», para indicar esa continuidad: Hace tres años que la editorial está publicando esta novela. Cambia el significado con el verbo en pretérito imperfecto y en pretérito perfecto simple de indicativo:
¿Una preposición elíptica? Leemos, escribimos y decimos asiduamente oraciones como las siguientes: Hace mucho tiempo que no la veo. Hizo dos años que se recibió. Hará diez días que regresó Daniel. También padecemos, sobre todo a través de la radio y de la televisión, el error de usarlas con el verbo en plural: *Hicieron dos años que se recibió y *Harán diez días que regresó Daniel. Pero demos vuelta esta página y recordemos que son o raciones unimembres impersonales, por lo tanto, sin sujeto y sin predicado; el verbo hacer se emplea en esta clase de construcciones en tercera persona del singular y con objeto directo. El problema surge cuando se nos pide el análisis sintáctico de Cque no la veo>, Cque se recibió>, Cque regresó Daniel>. ¿Son proposiciones incluidas adjetivas o sustantivas? Para ser adjetivas, deben funcionar como un adjetivo y tener un antecedente sustantivo; el pronombre relativo que debe ser anafórico, es decir, debe repetir ese antecedente ya emitido (deixis anafórica), asumir su significado y cumplir una función dentro de la proposición. Evidentemente, estos ejemplos no responden a esa clase de proposiciones. Una prueba de ello es que esas proposiciones pueden cambiar de
Hizo dos años. hizo dos años.
Casos de elipsis preposicional y de coordinación de preposiciones
Hará diez días. hará diez días. Si son proposiciones sustantivas, cumplen la misma función que un sustantivo, y que es un incluyente, pues no tiene función dentro de la proposición; además, ésta puede conmu tarse por los pronombres demostrativos «eso» o «esto»: *Hace mucho tiempo eso. *Hizo dos años eso. *Hará diez días eso. El reemplazo ha originado tres solecismos, tres oraciones agramaticales, pues la norma nos indica que, en estos casos, debe usarse la preposición de, y así la empleamos cuando decimos o escribimos:
Elipsis preposiciona l *Entro y salgo del Banco enseguida. *Pedro ayuda y es amigo de Carlos. *Esta decisión depende y se sujeta a otra. Coordinación de preposiciones *Entro en y salgo del Banco enseguida. *Pedro ayuda a y es amigo de Carlos.
Hace mucho tiempo de eso. Hizo dos años de eso. Hará diez días de eso. pero la eliminamos en construcciones como las anteriores: Hace mucho tiempo de que no la veo. Hizo dos años de que se recibió. Hará diez días de que regresó Daniel. Realmente, suenan como tres ejemplos acabados de dequeísmo, pero no lo son. El hablan te, por economía verbal, ha suprimido la preposición, ha hecho una elipsis, que es la falta de una o de varias palabras, y, así, fue imponiéndose ese sintagma — ya admitido— , tanto, que hoy, si le agregamos la preposición de, parece un caso de dequeísmo. La curiosidad reside en que empleamos de dos maneras la misma construcción para expresar el mismo significado: Hace mucho tiempo que no la veo (sin «de», unidad sintáctica carente de realización fonética) y Hace mucho tiempo de eso (con «de»). Las proposiciones , < que se recibi ó > y < que regresó Da niel > son, pues, sustantivas y deberían actuar como término de esa preposición «de» elíptica, necesaria para la correcta construcción gramatical, pero no, para que se entienda el sentido de la oración. Es decir: Hace mucho tiempo (de) . Hizo dos años (de)
* Desea una medalla con o sin cadena. *Hay empanadas sin y con picante. Las construcciones son agramaticales; algunas, porque presentan dos verbos coordinados que no exigen la misma preposición; por ejemplo, en el primer sintagma oracional, de no responde al régimen preposicional del verbo «entrar»; otras, porque la coordinación disyun tiva o copulativa de preposiciones no es característica de nuestra lengua. Entonces: Entro en el Banco y salgo de él enseguida. Pedro ayuda a Carlos y es amigo de él. Desea una medalla con cadena o sin ella. Esta decisión depende de otra y se sujeta a ella. Hay empanadas con picante y sin él. La norma académi ca indica que «si un mismo n ombre es .complem ento de dos verbos coordinados que exijan distinta preposición, deberá expresarse aquél con el primer verbo y reproducirse con el segundo mediante un pronombre y la preposición correspondiente»40. A pesar de ello, hay casos en que el uso autoriza la elipsis:
Dequeísmo y queísmo
*Cuen ta de < que su viaje fue muy provechoso >. Correcto: Cuenta . (O. D.)
Los estudiosos sostienen que, en la actualidad, los hablantes manifiestan una volun taria inclinación a economizar palabras en sus diálogos. ¡Demasiada prisa por decir «todo» en el menor tiempo posible y con los vocablos que primero vienen a la boca, aunque no tengan la «bendición» de la Real Academia Española! Este apuro destruye progresivamente la sintaxis, empobrece el vocabula rio — ya bastante castigado por la falta de lectura y por la prolongada vacancia de que goza el diccionario — y atenta , no pocas veces, contra la claridad de lo que se quiere expresar. La frecuencia con que lo advertimos revela el nacimiento de un vicio o de varios vicios que crecen lozanos, sin retraimientos. “Rara avis in terris”41 quien no los tiene. Nos enviciam os, pues, de incorrecciones. Y como nunca es ocioso recurrir a las etimologías, recordemos que vicio proviene del latín vitium, ‘defecto, falta, imperfección, deformidad, culpa’. Esos errores que no siempre cometemos conscientemente son, pues, defectos del lenguaje, es decir, barbarismos42. Éstos consisten en pronunciar o en escribir mal los vocablos, o en emple ar voces impropias. El término proviene del latín barbarismus, y éste, del griego, ‘extran je ro ’. «Bá rba ro» era un lat ino o un rom ano res pec to de los griegos , y ba rb ar ism o, el modo de hablar vicioso, al estilo de los extranjeros. A pesar de la tendencia actual a economizar palabras — ¡oh, paradoja!— , el hablante suele agregar algunas donde no debe y omitir otras donde es obligatorio usarlas. Entre los barbarismos, figura el empleo de la preposición de más la conjunción qu e (Piensa *d e que es así)43y el de la conjunc ión que sin la preposición de (¿Se alegra *q ue esté enfermo?) 44, pues — como bien decía el escritor y crítico españolDieg o de Saavedra Fajardo (158 4-16 48)— «por librarnos de un vicio, damos muchas veces en el opuesto». Ambos errores (Piensa de que y se alegra que) son auténticos solecismos45.
*¿Te asombra de ? Correcto: ¿Te asombra ? (Sujeto) Fernando Lázaro Carreter tacha este uso erróneo de «moderna ordinariez» e «insensa to vulgarismo», y lo atribuye al «influjo analógico ejercido por las construcciones nomina les correspondientes que llevan un de que constitutivo. Así, por ejemplo: Me hizo la promesa de que vendría. Ese de [...] se ha sentido como igualmente necesario en las ‘ «instrucciones verbales, y han surgido así los híbridos dequeístas (Me prometió de que vendría)»48.
Proposiciones incluidas sustantivas que funcionan como sujeto 1) Me alegra *de que hayas ingresado en la Universidad. 2) Te alegra *de que todos progresen. 3) Conviene *de que hables. 4) Se dice *de que el periodista fue asesinado por los ladrones. 5) Me disgusta *de que no valore mi trabajo.
Modo de recono cer el error
Dequeísmo: uso incorrecto de de que ? Este uso consiste en anteponer la preposición de46 a la conjunció n que cuando ésta intro duce proposiciones subordinadas sustantivas que funcionan en la oración como sujeto o como objeto directo47. Debemos recordar que ningún sujeto se construye encabezado por preposición, y que el objeto directo no admite preposición, excepto «a» cuando nos referimos a personas cuyos nombres conocemos , a animales que también tienen su nombre o a cosas personificadas.
Hemistiquio de un verso de Décimo Junio Juvenal, poeta satírico latino (42-1 25), que, en estilo familiar, suele aplicarse a persona o cosa conceptuada como singular excepción de una regla cualquiera. Se dice más comúnmente «rara avis». 4^ Son barbarismos: arcaísmos, neologismos, pleonasmos, solecismos, vulgarismos y extranjerismos. 43 Los lingüistas lo denominan dequeísmo. 44 Los lingüistas lo denominan queísmo.
El error se subsana reemplazando la proposición incluida sustantiva con los pronombres demostrativos «eso» o «esto». Por ejemplo: Me aleg ra esto. Te aleg ra esto. Con vien e eso. Se dice eso. Me disgusta eso. Entonces, no podemos decir: *Me alegra de esto. *Te alegra de esto. '•‘Con vien e de eso. *S e dice de eso. * Me d isgusta de eso. Correcciones 1) Me alegra que hayas ingresado en la Universidad. 2) Te alegra que todos progresen. 3) Conviene que hables. 4) Se dice que el periodista fue asesinado por los ladrones. 5) Me disgusta que no valore mi trabajo.
Proposiciones incluidas sustantivas que funcionan como objeto directo
Algunos verbos51 exigen también de antes de la proposición incluida sustantiva sobre la que recae su significado: *¿No se enteró ?
1) Aclaro *de que mi padre lo vio. 2) Le aconsejó *de que lo leyera. 3) Celebro *de que haya aceptado nuestra invitación. 4) Afirmó *de que no había escrito esa carta. 5) Aseguramos *de que la firma es prestigiosa.
Correcto: ¿No se enteró de ? Dice Emilio Camus Lineros que, a veces, «para evitar el problema de decidir entre que y de que, se suele recomendar no emplear la preposición de. Pero con esto se cae en un mal nuevo, porque al suprimirla, la oración resulta casi inexplicable desde un punto de vista gramatical...»52.
Modo de reconocer el error El error se subsana reemplazando la proposición incluida sustantiva con los pronombres demostrativos «eso» o «esto». Por ejemplo: Ac laro esto. Le ac ons ejó e so. Cel ebr o eso. Afir mó eso. Aseg uram os es to. Entonces, no podemos decir: *Aclaro de esto. *Le aconsejó de eso. *Celebro de eso. *Afirmó de eso. *Aseguramos de esto. Correcciones 1) Aclaro que mi padre lo vio. 2) Le aconsejó que lo leyera. 3) Celebro que haya aceptado nuestra invitación. 4) Afirmó que no había escrito esa carta. 5) Aseguramos que la firma es prestigiosa.
Queísmo: uso incorrecto de que sin la preposición de Este uso consi ste en suprimir la preposición de delante de la conjunción que, cuando ésta introduce una proposición incluida sustantiva que funciona como término de un comple mento del sustantivo49o del adjetivo“: * Llegó la hora . Correcto: Llegó la hora de .
*Estaba convencido . Correcto: Estaba convencido de .
Proposiciones incluidas sustantivas que funcionan como término de un complemento del sustantivo 1) Dio la casualidad *que lo encontré en la calle. 2) Sucedió a causa *que no lo dijo. 3) Tenemos la certeza *que es inocente. 4) Tenía la certidumbre *que lo encontraría. 5) ¿No tiene conciencia *que sus conocimientos sobre el tema son limitados?
Modo de reconocer el error El error se subsana reemplazando la proposición incluida sustantiva con los pronombres demos trativos «eso» o «esto». Al realizar el reemplazo, advertimos que las oraciones carecen de sentido. Por ejemplo: *D io la casualidad eso. *Su cedió a causa eso. ’•‘Tenemos la certeza eso. T en ía la certi dumbre eso. *¿No tiene conciencia esto? Fbr lo tanto, es obligatorio el uso de la preposición de que hace depender la proposición incluida sustantiva del sustantivo que actúa como núcleo de la construcción. Por ejemplo: Dio la casualidad de que lo encontré en la calle. Sucedió a causa de qu e no lo dijo. Tenemos la certeza de que es inocente. Tenía la certidumbre de que lo encontraría. ¿No tiene conciencia de que sus conocimientos sobre el tema son limitados' Es decir: Dio la casualidad de eso. Sucedió a causa de eso. Tenemos la certeza de eso. Tenía la certidumbre de eso. ¿No tiene conciencia de esto?
Correcciones 1) Dio la casualidad de que lo encontré en la calle. 2) Sucedió a causa de que no lo dijo. 3) Tenemos la certeza de que es inocente. 4) Tenía la certidumbre de que lo encontraría. 5) ¿No tiene conciencia de que sus conocimientos sobre el tema son limitados?
Proposiciones incluidas sustantivas que funcionan como término de un complemento del adjetivo
2) ¿Se acuerda de que se lo dije ayer? 3) Me alegro de que estén bien. 4) Quería asegurarse de que no faltaba nada. 5) Me asombré de que apareciera.
1) Estoy ansioso *que me cuentes tu secreto. 2) Está satisfecho *que le permitan intervenir en el concurso. 3) No estoy segura *que me lo devuelva. 4) Llegó seguro *que no era tarde. 5) Está persuadido *que el país cambiará.
Verbos que aceptan que y de que ADVERTIR Advirtió que su amigo estaba allí. Le advierte que no grite.
Modo de reconocer el error El error se subsana reemplazando la proposición incluida sustantiva con los pronombres demostrativos «eso» o «esto». Al realizar el reemplazo, advertimos que las oraciones carecen de sentido. Por ejemplo: *Estoy ansioso eso. *Está satisfecho esto. *No estoy segura eso. *Llegó seguro eso. *Está persuadido esto. Por lo tanto, es obligatorio el uso de la preposición de que hace depender la proposición incluida sustantiva del adjetivo que actúa como núcleo de la construcción. Por ejemplo: Estoy ansioso de que me cuentes tu secreto. Está satisfecho de que le permitan intervenir en el concurso. No estoy segura de que me lo devuelva. Llegó seguro de que no era tarde. Está persuadido de que el país cambiará. Es decir: Estoy ansioso de eso. Está satis fec ho de esto. No estoy segura de eso. Lleg ó se guro de eso. Est á p ersua did o d e est o.
Correcciones
•
1) Estoy ansioso de que me cuentes tu secreto. 2) Está satisfecho de que le permitan intervenir en el concurso. 3) No estoy segura de que me lo devuelva. 4) Llegó seguro de que no era tarde. 5) Está persuadido de que el país cambiará.
,
Cuando advertir significa ‘notar’, ‘observar’, ‘amonestar’, se construye sin la preposición de. Cuando significa ‘hacer notar’, dicha preposición es obligatoria: Le advirtieron de que su jefe estaba escuchando detrás de la puerta.
AVISAR Me avisó que se había suspendido la fiesta. Cuando avisar significa ‘comunicar algo’, se construye sin la preposición de. Cuando significa ‘prevenir de algo’, esa preposición es obligatoria: ¡Le avisé de que se produciría un incendio! DUDAR Dudo que apruebes este examen.
Verbos que exigen la preposición de antes de una proposición incluida sustantiva 1) Me acuerdo *que tejía muy bien. 2) ¿Se acuerda *que se lo dije ayer? 3) Me alegro *que estén bien. 4) Quería asegurarse *que no faltaba nada. 5) Me asombré *que apareciera.
Dudo de que apruebes este examen. Ambas construcciones pueden usarse indistintamente.
Locuciones conjuntivas53 Las locuciones conjuntivas antes que, antes de que, después que, después de que pueden usarse indistintamente:
Antes que llegaran, habló conmigo. Antes de que llegaran, habló conmigo. Después que lo dijo, se arrepintió. Después de que lo dijo, se arrepintió. En construcciones que expresan ‘preferencia’, sólo se usa la locución conjuntiva antes que: Antes que comprometerme con usted, prefiero esperar. Dijimos al principio que el español es una lengua prepositiva, de ahí la necesidad de usar con co rrecció n sus preposiciones. Sin ellas — ya lo advertimos— , el mensaje oral o escrito queda trunco, inacabado, y su significado se rompe. Entonces, para corroborar la importan tísima función de estas categorías gramaticales, recurriremos a la poesía. Allí, también están las preposiciones tendiendo puentes entre la savia espiritual del hombre poeta y las horas del mundo, cuya ladera escala, de día en día hasta el fin, con la pasión del héroe, con la poque dad del cobarde o con el cansancio paciente del caminante peregrino que, a veces, busca, sin descanso, las inalcanzables orillas del silencio para anclar su sangre en la esperanza. Ya estoy fuera de la tierra, como algunos ángeles. Quizás hoy deje.de quererte, igual que el viento, desdichadamente, a unas flores. Sin paciencia la tarde recoge de mis ojos, de mi cuello, de mis densas y amargas manos, esta última luz. Sé que no debo quererte; que así deben ser la noche, mis labios, el hastío melancólico de los hombres, el aire. Mi corazón desierto, impaciente sobre dos ríos. ¡Querer! Nadie sabe hasta dónde llega el olvido; mi cabeza. Las hojas que caían al principio del Otoño, en aquel tiempo, lloran con su clavel antiguo debajo de la tierra. (Alguna vez quise que tu polvo se mezclara con el mío, para siempre, y para siempre).
Como una hoja dura descansa mi mano entre mis largos y tristes cabellos. ¡Qué sabréis de mí, oh vientos fríos del Sur!
Alicia María Zorrilla