DIALÉCTICA IDEALISTA Y DIALÉCTICA MATERIALISTA
La dialectica refleja las leyes científicas del movimiento más generales que aplican a la naturaleza, la sociedad y el pensamiento. La dialéctica es exactamente lo opuesto a la visión metafisíca del Universo, es decir, la visión que acepta al Universo como algo estático y sumergido en un conjunto de casualidades que no obedecen a ley científica alguna. La dialéctica tiene una larga historia que viene desde los inicios de la historia de la filosofía en las culturas india, china y griega hasta nuestra época contemporánea con los destacadas producciones teóricas de Hegel con la dialéctica idealista y posteriormente Marx con la dialéctica materialista. Como parte de todo el desarrollo del conocimiento la dialéctica tuvo sus brotes de desarrollo fértil y productivo como tambien tuvo sus brotes estériles, a menudo ambos aspectos estuvieron mezclados en un mismo filósofo o escuela filosófica, por ello, el análisis de la la historia de la filosofía requiere objetividad y disciplina como cualquier otra ciencia. Sin embargo, dentro de este largo proceso histórico cabe un mérito especial a Hegel como sistematizador de lo avanzado, el enciclopédico Hegel tuvo la capacidad y el compromiso de nutrirse de lo avanzado en la historia de la filosofia en cuanto a la dialéctica se refiere, fue fue capaz de recuperar los aportes de las diversas escuelas filosóficas. Pero, como ya había ocurrido con otras escuelas filosóficas, Hegel fue influído por las limitaciones filosóficas de su época al darle un manto místico religioso a su sistematización de la dialéctica, hecho que se expresa en su planteamiento de la idea absoluta como el orígen del universo, sustentando la idea como lo primario y la materia como lo secundario, pasando así a formar parte del idealismo objetivo. Este idealismo objetivo atraviesa cada una de las categorías dialécticas hegelianas, a pesar de ello sus planteamientos fueron revolucionarios para su tiempo, y una lectura nutritiva aún hoy en el siglo XXI, siempre y cuando se le estudie con un espíritu crítico, dado que sus escritos son obras maestras de la dialéctica pero también son obras maestras del misticimismo y la religión, por lo tanto obras maestras del conservadurismo clerical. Como producto de los enormes avances científicos y técnicos del capitalismo europeo en el siglo XIX, y sometido a las profundas convulsiones sociales provocadas por la agudización de la lucha de clases entre la burguesía, la pequeñoburguesía, el proletariado y otras clases precapitalistas, Marx pasa por un proceso de diferenciación diferenciación primero y luego de negación negación a la dialéctica idealista, una dialéctica inconsecuente en vista que terminaba o comenzaba en la idea absoluta como algo acabado, perfecto e insuperable, es decir, Dios, y detrás de esta afirmación se convertía en la cubierta ideológica ideal para defender la eternidad del Estado prusiano en particular y el estado burgués en general. Vemos que la dialéctica es incompatible con un ser acabado, perfecto y sin contradicciones e ahí la inconsecuencia de la dialéctica idealista, de la dialéctica hegeliana. En oposición a la dialéctica idealista, Marx planteó la dialéctica materialista donde la materia es lo primario y la idea o espíritu como lo secundario, lo derivado; vista a la materia como algo
sin comienzo ni fin, en permanente cambio y desarrollo que no conoce estadíos eternos ni inmutables, donde la contradicción es el ''motor'' del movimiento, con esto Marx le impuso un salto cualitativo a la dialectica al liberarla de la envoltura mistico religiosa que impedía su desarrollo. Marx insistía que a diferencia de otras escuelas filosóficas, el materialismo dialéctico y su aplicación a la sociedad, el materialismo histórico, es un materialismo militante, es decir, una filosofía que no sólo se dedica a interpretar el mundo sino a transformarlo, por lo tanto a participar directamente en la lucha económica, política e ideológica, en otras palabras un marxista sin lucha no es marxista, en el mejor de los casos será un marxólogo, un estudioso del marxismo.
El misterio CUBA
Roly Darío Jesús del Monte Todos coinciden en algunos aspectos, pero evidentemente en otros se equivocan. Cuba no es ni un paraíso ni fuente de mariscos para los militantes del partido comunista. Es una nación que lleva más de 50 años varada en la fase de tránsito del capitalismo al socialismo, objetivamente, por condicionantes tanto internos como externos. Muchos piensan que la economía es como el sombrero de un mago, adonde se puede aparecer desde un conejo a un tumulto de palomas, no, se necesitan materias primas, tales como el oro y plata (para potenciar la balanza comercial); el petróleo para el desarrollo de la industria, el transporte y las comunicaciones y la creación de una infraestructura industrial y comercial, para la cual también se necesitan determinadas materias primas y tecnología de avanzada, la que no todos los países capitalistas producen, sino aquellos cuyo proceso de industrialización inició hace varios siglos atrás. Ahora bien, podrá un país tan pequeño, que no tiene oro, plata ni petróleo, en tan sólo 50 años, situarse a la altura de otros que sí cuentan con esos recursos. Claro que no, pues, entonces, debe importarlos. Pero ahí es donde entra lo que muchos consideran una justificación del Estado cubano: el bloqueo gringo. Ahí entran: la Ley Torricelli, la Helms Burton, la de Ajuste Cubano, entre otras macabras manipulaciones y medidas del gobierno norteamericano. ¿Qué sucede con esto? Cero empréstitos, excesivas regulaciones comerciales. Por ejemplo, recientemente el Departamento de Estado multó a la American Express por promover viajes a Cuba. Asimismo lo ha hecho durante más de 50 años con todas las empresas y multinacionales que se han aventurado a invertir en la Isla. Si Cuba necesita marcapasos para operaciones quirúrgicas, la fábrica canadiense, por citar un ejemplo, no se lo puede vender porque, según una de aquellas leyes, todo producto que contenga un 10% de materias primas estadounidense no se puede comerciar con los Castro. Pero si los marcapasos son para los pacientes cubanos, que son un poco más de 11 millones. Lo mismo sucede con toda un infinidad de productos y materias primas. Esto es una muy modesta síntesis, que concluyo alegando que Cuba no ha podido desarrollar sus fuerzas productivas a plenitud, por lo tanto, posee una economía insuficiente y asfixiada por las limitaciones que les imponen las circunstancias internacionales. No obstante, no se debe dejar de reconocer que se han cometido muchos errores, pero, no es una palabra que ha dejado de ser pronunciada y examinada por quienes tienen a su cargo la administración de la economía, la que con enormes esfuerzos aún sostiene su controvertida canasta básica ciudadana a precio de subsidio (un litro de aceite cuesta alrededor de 2 dólares y los vende a 40 centavos en moneda nacional), y las correspondientes atenciones diferenciadas a los casos de nutrición infantil, embarazadas, círculos de abuelos, hospitales, círculos infantiles, centros escolares internos y externos, palacios de pioneros, etc. en todos los casos, aunque bien modesta, se distribuye de manera gratuita. En cuanto a la educación, ahí si la cosa cambia. Pero, en qué radica la capacidad de un país de tan escasos recursos poder desarrollar un sistema educativo de primera línea. En primer lugar,
porque nunca ha dejado de estar en revolución, cuyo carácter es socialista, eso es: relaciones sociales basadas en la propiedad social de los medios fundamentales de producción de bienes y servicios. Ahí entra la educación que, al no ser privada, deja de ser privativa de conocimientos y el desarrollo de habilidades intelectuales. Para ser más específico, en el capitalismo el capital es el centro de la actividad humana, las relaciones sociales están basadas en la propiedad privada de los medios de producción y servicios. O sea, sirve aquello que sea vendible, y en eso entra la educación. Por lo tanto, se abre un cráter entre educación pública y privada, siendo esta última la más privilegiada y minoritaria. O sea, una educación para los hijos de los ricos y otra para los pobres. Pero resulta que ni la una ni la otra avanzan hacia el conocimiento científico como una vía en beneficio de la sociedad, sino como un producto más del mercado. Se promueve la súper especialización académica, cercenando todo aquello que se considera pernicioso al sistema, como son los avances de la psicología soviética y la filosofía alemana, ambas pilares esenciales para el desarrollo del pensamiento científico universal, y ni hablar de materias como la filosofía, adonde todo gira en derredor a Atenas, Grecia, Roma y un poquito de los franceses e ingleses, ni hablar de Carlos Marx, Federico Engels, el peruano Calos Mariátegui, el español naturalizado en México Adolfo Sánchez Vázquez, etc. ellos no convienen porque formaría a futuros hombres de ciencia y revolucionarios. Por lo tanto, es una instrucción limitada. El desarrollo de la personalidad debe ser multilateral, pero, en el capitalismo es unilateral, deja vacíos en la zona de desarrollo potencial, adonde un gran cúmulo de contenidos es adquirido de forma espontánea, y el razonamiento se limita a cómo ganar más dinero, cuestión que no debe ser el centro de atención de un proceso educativo. ¿Por qué en Cuba la mayoría de las personas son hospitalarias, solidarias y, sobre todo, muy creativas e innovadoras? Porque existe un sistema articulado de educación desde las vías no formales y el preescolar hasta la universidad, en donde se va dando seguimiento simultáneo tanto al nivel de desarrollo como al de aprendizaje y, especialmente, a la formación de cualidades morales y principios de solidaridad, compañerismo, laboriosidad, dignidad, justicia, etc. Empero, además, porque en todas las provincias (15) hay universidades de Ciencias Pedagógicas, Ciencias Médicas y Ciencias Exactas y Sociales, porque existe una estructura organizada sobre la base de las características político-administrativas de cada territorio y porque el Estado ha establecido la educación no solo como un derecho social, sino como un deber, por eso, tiene carácter obligatorio hasta el nivel medio superior. Por otro lado, muchos creen, por las campañas difamatorias, que los militantes del partido cubano son como una especie de aristocracia bolchevique, pero, se equivocan, porque militantes del partido hay desde un merendero en la calle hasta en una escuelita primaria en el campo o en una cooperativa agropecuaria. La única remuneración que reciben estos militantes es el doble esfuerzo y la responsabilidad de ser ejemplo ante sus colectivos, en todos los casos, siempre esperando la ingratitud probable de sus compañeros que no ven que trabajan doble y por el mismo salario, sólo por convicción. Claro, siempre hay excepciones, pero, no hay dudas que allá no dura mucho el que se corrompe. Prueba de ello han sido las destituciones de un vicepresidente nacional, varios cancilleres y embajadores, altos admirativos, etc. Cada cual es libre de pensar lo que estime, sólo exhorto a investigar y argumentar lo que el entusiasmo o la desazón nos impulse a decir sobre personas que no nos han dado la potestad de hacerlo. Si lo hacemos, que sea con dignidad, siempre en beneficio de las causas justas de la humanidad. Saludos solidarios.