Seminario La bestia y el soberano
JACQUES DERRIDA
Seminario La bestia y el soberano Volumen I (2001-2002) Edición establecida por Michel Lisse, Marie-Louise Mallet y Ginette Gi nette Michaud
MANANTIAL Buenos Aires
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LA BESTIA Y EL SOBERANO
Introducción general
La edición íntegra de los seminarios y cursos de Jacques Derrida ofrecerá al lector la posibilidad de un contacto, inédito en más de un sentido, con la palabra docente del filósofo. Esta edición va a constituir una nueva parte de su obra, que hay que distinguir de los libros y otros textos publicados en vida o revisados por él antes de su muerte, y con un estatus evidentemente distinto. Tomados como conjunto, pero también en relación con su obra filosófica, estos cursos y seminarios van a constituir un instrumento de investigación incomparable y van a brindar asimismo, en nuestra opinión, otra experiencia de su pensamiento, vinculada esta vez a su enseñanza, la cual siempre fue, tanto en Francia como en el extranjero, un recurso absolutamente vital de su escritura. El corpus que estamos preparando para la edición es amplio. Desde el principio de su carrera docente, Jacques Derrida adquirió la costumbre de redactar casi por entero todos sus cursos y seminarios. Disponemos, en este caso, del equivalente a unas 14.000 páginas impresas, es decir, cuarenta y tres volúmenes, a razón de un volumen por año de enseñanza. Se puede clasificar este material según distintos criterios. En primer lugar, según el lugar donde se impartió la docencia: la Sorbona desde 1960 hasta 1964; la École normale supérieure de la calle Ulm desde 1964 hasta 1984; la École des hautes études en sciences sociales (EHESS) desde 1984 hasta 2003.1 Después, según el 1. Habría que añadir los lugares norteaamericanos: a partir del otoño de 1968 y hasta 1974 enseñó en la Universidad Johns Hopkins (Baltimore), después, a título de Visiting Professor in the Humanities, desde 1975 hasta 1986
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dentemente, nosotros no hemos asumido realizar semejante trabajo en su lugar. Como señalábamos más arriba, el lector podrá comparar la versión original que presentamos aquí con algunas de esas sesiones publicadas por separado por el mismo Jacques Derrida.
Nota de los editores
GEOFFREY BENNINGTON MARC CRÉPON MARGUERITE DERRIDA THOMAS DUTOIT PEGGY KAMUF MICHEL LISSE MARIE-LOUISE MALLET GINETTE MICHAUD El seminario titulado «La bestia y el soberano» fue el último de los seminarios impartidos por Jacques Derrida en la École des hautes études en sciences sociales, en París, desde el otoño de 2001 hasta la primavera de 2003. En vez de tratar de ofrecer un resumen forzosamente reductor de éste, reproducimos aquí la presentación que hizo Jacques Derrida Derr ida en el Annuaire de l’EHESS: l’EHESS : Hemos llevado a cabo ciertas investigaciones que nos condujeron a los años anteriores, anteriores, en torno a la pena de muerte, a estudiar la soberanía soberanía,, la historia política y ontoteológica de su concepto y de sus figuras. Este año hemos privilegiado deliberadamente deliberadamente lo que esta historia entretejía con la de un pensamiento del ser vivo (de lo biológico y de lo zoológico), más concretamente con la de la forma de tratar la vida así llamada animal en todos sus registros (caza y domesticación, historia política de los parques y jardines zoológicos, cría, explotación industrial y experimental del ser vivo animal, figuras de la «bestialidad», de la «bestiada»,* etc.). No se trataba sólo de estudiar, desde Aristóteles –e, incluso, en algunas discusiones contemporáneas (Foucault, Agamben)–, los textos canónicos en torno a la interpretación del hombre como «animal político». Sobre todo había que explorar las «lógicas» que organizaban tan pronto la sumisión de la bestia (y del ser vivo) a la soberanía política tan pronto una analogía irresistible irresisti ble y sobrecargada entre una bestia y un soberano que se supone que comparten el lugar de cierta exterioridad con respecto a la «ley» y al «derecho» (fuera de la ley: por encima de las leyes: origen y fundamento de la ley).
* Véase la nota de traducción (en adelante (n. de t.)) de la Primera Sesión, p. 43.
Primera sesión 12 de diciembre de 20011
La… el . La… Recuerdo el título propuesto para el seminario de este año: la besel soberano. La,, el . tia y el soberano. La Naturalmente, trataré de justificar este título según avancemos y, por así decirlo, paso a paso, quizás a paso de lobo. Aquellos y aquellas que han seguido los seminarios de los años anteriores sobre la
1. Esta sesión fue publicada, en su casi totalidad, en las Actas del coloquio de Cerisy que tuvo lugar en 2002, La Démocratie à venir. Autour de Jacquess Derrida (Marie-Louise Mallet (dir.), París, Galilée, 2004, pp. 433 Jacque 456). Con algunas variaciones y añadidos, fue retomada como conferencia en el coloquio de Coimbra en 2003 (« La Souveraineté. Critique, Déconstruction, Apories. Autour de la pensée de Jacques Derrida ») y publicada, primero por separado, en edición bilingüe, con el título Le souverain Bien/O soberano Bem (trad. port. de Fernanda Bernardo. Viseu, Palimage Editores, 2004), después en las actas del coloquio Derrida à Coimbra /Derrida em Coimbra (F. Bernardo (dir.). Viseu, Palimages Editores, 2005, pp. 75-105), con el título: « Le souverain Bien ou Être en mal de souveraineté » [trad. cast. de P. Peñalver, «El bien soberano, o estar malo de ganas de soberanía», en revista Archipiélago. Cuadernos de crítica de la cultura, cultura, Barcelona, nº 75, 2007, pp. 93-119]. Finalmente, precedido por una larga introducción, el texto de Coimbra fue retomado (con algunas variaciones y añadidos suplementarios) en la última conferencia dada en Estrasburgo, Francia, por Jacques Derrida, en 2004. Ésta fue publicada por Joseph Cohen en la revista Cités (nº 30, 2007, pp. 103-140) dedicada a « Derrida politique – La déconstruction de la souveraineté (puissance et droit) », con el título: « Le souverain bien – ou l’Europe en mal de souveraineté. La conférence de Strasbourg du 8 juin 2004 » (n. de e. fr.).
Segunda sesión 19 de diciembre de 20011
La bestia y el el soberano, soberano, la… el . ¿Qué y quién? ¿Quién o qué? A saber. Vayan a saber de qué de quién, he aquí de qué de quién estaría hoy hecha nuestra pregunta. La bestia y el soberano, la bestia es el soberano, así se anunciaría en primer lugar nuestra pareja, una pareja, un dúo, incluso un duelo, pero asimismo una alianza, casi un himen cuyo agitado cara a cara hemos empezado ya a interrogar la semana pasada. Cara a cara o mano a mano, asediado por virtuales diferencias sexuales entre, por entre, por una parte, parte, la simple conjunción (e*) que los plantearía, contrapondría o yuxtapondría como dos especies de seres vivos radicalmente heterogéneos entre sí, el uno infra-humano, el otro humano, incluso parte,, la cópula (e.s.) que los aparearía en sobre-humano y, por y, por otra parte una especie de atracción ontológico-sexual, de fascinación mutua, de apego comunitario, incluso de semejanza narcisista, el uno reconociendo en el otro una especie de doble, el uno convirtiéndose en el otro, siendo el otro (poseyendo entonces el «es» valor de proceso, de devenir, de metamorfosis identificativa), siendo la bestia el soberano, siendo el soberano la bestia, encontrándose ambos implicados,
1. Esta sesión fue publicada, con algunos cortes, en La Démocratie à venir, pp. 456-476 (n. de e. fr.). venir, * Para traducir al castellano la ambigüedad fonética francesa entre «est «est » [en castellano «es»] y «et «et » [en castellano «y»], hemos optado por recurrir a la conjunción «e» que, delante de las palabras que empiezan por «i» o por «hi», sustituye en castellano a la conjunción «y» (n. de t.).
Tercera sesión 16 de enero de 2002
La bestia y el el soberano. soberano. La… el . Ella y él. La loba y el lobo. ¡Cuidado con el lobo! «[…] y yo vivía como un auténtico hombre-lobo»: ésta es una confesión de Rousseau, al final del Libro Primero de las Confesiones.1 Hay otras frases de confesiones que presentan a Jean-Jacques como un lobo, como un lobo en su propia opinión, como un lobo en opinión de los demás, en contextos, retóricas y significaciones distintas. Pero aquí Rousseau se describe como un hombre-lobo, se representa, se presenta como un hombre-lobo, es decir, mitad hombre mitad lobo, y eso –nos puede sorprender– a causa de un gusto inmoderado, compulsivo, desenfrenado por la lectura, por la cultura libresca y por la compra de libros. Queda la cuestión de la diferencia entre leer y no leer, ser negligente con el libro o no, ser negligente (neglego ( neglego,, neglegere)) para leer. ¿Ser negligente acaso no es siempre una forma de neglegere nec,, no leer o de no elegir o reunir (legere ( legere), ), soportando el «no» (ne (ne,, nec neg ) toda la carga de la cuestión sobre la negación, la denegación, la represión, la sofocación, el olvido, la amnesia, etc., allí donde se legere,, de leer, de poner juntos o de reunir? Rousseau deja de trata de legere robar, cuando se acercan sus dieciséis años, para dedicarse a la lectura y a lo que llama su «amor por los objetos imaginarios».2 Y ese amor
1. J.-J. Rousseau: Les Confessions, Confessions, en e n Œuvres complètes, I, Les Confessions et autres textes autobiographiques. autobiographiques. B. Gagnebin y M. Raymond (eds.), con la colaboración de R. Osmond, París, Gallimard, coll.«Bibliothèque de la Pléiade», 1959, p. 40 [trad. cast. de M. Armiño, Las confesiones, confesiones, Madrid, Alianza, 1997, p. 73] (n. de e. fr.). 2. Ibid., p. 41 [trad. cast., p. 74].
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Confesiones,, que a la amabilidad de textos. En otros lugares de las Confesiones Olivia Custer le debo no haber olvidado y haber localizado –los evocaré la próxima vez al empezar–, Rousseau utiliza de nuevo figuras del lobo y del hombre-lobo para evocar otras guerras u otros procesos de los que es testigo, víctima o acusado. Se trata siempre de la ley y de situar al otro fuera de la ley. La ley (nomos ( nomos)) siempre se determina desde el lugar de algún lobo. liconomía.. Denominaré esto liconomía No hay genelicología ni antropolicología sin liconomía.
Cuarta sesión 23 de enero de 2002
{ mi tristeza y sin saludar la memoria de mi amigo Jean-Toussaint Desanti. Ha muerto hace unos días y, como ustedes saben, fue un gran testigo y actor de nuestro tiempo, un filósofo lúcido y vigilante, y asimismo, he de decir lo mismo que otros, un amigo fiel}. 1 […] esa crueldad misma implica la humanidad. A quien apunta es a un semejante, incluso en un ser de otra especie.
Así es como Lacan interpreta el homo homini lupus, lupus , cuando lo cita en los Escritos.2 Antes de volver sobre ello dentro de un momento con la mayor atención posible, hoy situaré estas palabras como exergo (releerlas). La bestia y el el soberano: soberano: entre los dos, entre los dos géneros o las dos especies de seres vivos, entre los dos géneros, en el sentido del género sexual ( gender) gender ) o entre los dos géneros en el sentido de las generalidades bajo las cuales se inscribe a especies animales, la especie animal y la especie humana, o asimismo la especie animal y, como se dice, el «género humano», ya habíamos reconocido y formalizado un
1. Este pasaje está reconstruido a partir de la grabación de la sesión (n. de e. fr.). 2. J. Lacan: Écrits Écrits,, París, Le Seuil, 1966, p. 147 [trad. cast. de T. Segovia, nuevamente revisada por A. Suárez quien tradujo los ensayos no incluidos anteriormente, Escritos, Buenos Aires, Siglo XXI, 2 volúmenes, primer volumen, 24ª ed., 2005; segundo volumen, 2002, aquí, vol. I, p. 138].
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Traducida al inglés, enseguida verán el problema, esto da: « I am not very strong on stupidity ».
Œuvres II . J. Hytier (ed.), París, Gallimard, col. « Bibliothèque de la Pléiade », 1960, p. 15 [trad. cast. de J. L. Arántegui, Monsieur Teste, Teste, Madrid, Visor, 1999, p. 17] (n. de e. fr fr.). .).
Sexta sesión 6 de febrero de 2002
La bestia y el el soberano. soberano. La bestia, en primer lugar. «Bestia», la palabra «bestia», el sustantivo o el atributo. Pues bien, imaginemos, como en una fábula, que yo hiciese como si apostase o como si, si, fingiendo, apostando, lanzase aquí un desafío. ¿Esa apuesta y ese desafío son un poco bobos? Quizá, ¿quién sabe? Según la fábula o el fingimiento de ese «como si», desafiaré a cualquiera a jurar, es decir, a declarar bajo juramento, comprometiendo su responsabilidad, por consiguiente, a testificar solemnemente que él o ella sabe (por medio de lo que se denomina un saber y un saber consciente de sí), [que él o ella sabe] lo que él o ella quiere decir –o quiere hacer– al decir, en nuestra lengua, «bestia», al lanzar el adjetivo «bestia», «bobo», incluso «bobalicón» (otro matiz) o asimismo, pues, el sustantivo, «la bestiada», el ser-bestia de «la bestiada», o también –no hablamos de eso la semana pasada– el adverbio «bobamente». Para ver un poco qué pasa, traten ustedes de precisar y de distinguir lo que quieren decir a través de estas palabras. El adjetivo, el sustantivo o el adverbio, pues. A los que podríamos añadirles, para dar la medida exacta, los verbos «bobear» o «abobar», o la antigua palabra «baboquía». Porque hay que añadir una dimensión histórica a este hacerse cargo de un idioma, al empleo de la palabra «bobada» –el empleo de la palabra francesa « bêtise bêtise»» [«bobada»] data sólo del siglo XVI y es inseparable, por consiguiente, de una historia de la cultura, de una historia social también, de una historia de las luchas y de las fuerzas sociales de la susodicha cultura francesa, de las polémicas y de las retóricas que la han marcado y que han afilado ahí sus armas; pues seguramente resulta significativo que
Séptima sesión 13 de febrero de 2002
La bestia y el el soberano. soberano. Marioneta y marioneta. Habría marioneta y marioneta, he aquí la hipótesis y la apuesta. Habría dos experiencias, más bien, y dos tratamientos, digamos asimismo dos artes de la marioneta. Pero también, quizá, dos fábulas de la marioneta. Dos marionetas cuyas fábulas se cruzan, dos marionetas. ¿Tienen las marionetas un alma, como se preguntaban antaño acerca de las mujeres y de las bestias? ¿Son solamente sustitutos y prótesis mecánicas? ¿Son, como suele decirse, de madera? ¿Insensibles e inanimadas, espontáneamente inanimadas, no disponiendo soberanamente de la propia fuente, sponte sua, sua, de su animación, de su propia alma? ¿O pueden, por el contrario, aspirar a esa gracia que concede la vida o que la vida concede? ¿La marioneta es quién o qué qué?? ¿Y si la marioneta estuviese entre ambas, entre las dos marionetas, entre el quién y el qué, a la vez sensibles e insensibles, ni sensibles ni insensibles, sensibles-insensibles (sinnlich ( sinnlich unsinnlich, unsinnlich , como decían Hegel y Marx del tiempo, por ejemplo), sensibles insensibles, vivas muertas, espectrales, uncanny, unheimlich? unheimlich ? Sabíamos en todo caso, desde el principio del seminario, que no trataríamos de «la bestia y el soberano» sin tratar la inmensa cuestión denominada de la técnica, de la técnica del ser vivo, de la biotecnología política o de la zoo-polito-tecnología. Lo que habíamos apodado, empezando por el Leviatán de Hobbes, la protestatalidad la protestatalidad ,, nos había introducido en esa vía donde ya no era posible evitar la figura de un suplemento protético que viene a la vez a reemplazar, imitar, relevar y aumentar al ser vivo. Lo cual parece hacer cualquier marioneta. Y cualquier arte de la marioneta, porque se trata del arte, no lo olvidemos jamás, de la technê como arte o de la technê entre arte y técnica,
Octava sesión 20 de febrero de 2002
El falo, veamos, el phallos el phallos ¿es lo propio del hombre? Y, aunque ese falo fuese lo propio del soberano, ¿sería por eso lo propio del hombre? ¿Sería lo propio en qué sentido? ¿Y del hombre en qué sentido, lo propio del hombre en qué sentido? ¿Y si el falo fuera la bobada misma? Dejemos estas cuestiones prepararse entre bastidores o en sus palcos, volverán a escena y bajo las candilejas, para sorprendernos, cuando llegue el momento. Eso también es el arte de la marioneta – o el teatro de marionetas. Como si una marioneta, lejos de contentarse con reaccionar como una bestia que, para nuestros clásicos, se supone que sólo sabe reaccionar en lugar de responder, como si una marioneta, por consiguiente, en lugar de contentarse con reaccionar e incluso con responder, tuviera además el poder de plantearnos, entre bastidores, preguntas. Como si nos preguntase de nuevo: soberano, entonces, ¿qué? Entonces, ¿quién? La bestia y el el soberano, Entre ambos, entre la bestia y el soberano, estaría el arte de la marioneta, las dos artes de la marioneta, a las que hacemos esperar, y lobos, ¡tantos lobos! No ya tiempo de perros sino ¡de tantos y tantos lobos! Lobos de todos los países – les dejo a ustedes completar o suplir… Lobos de todos los países – he aquí una llamada, y que parece resonar desde hace meses a través de los espacios de este seminario. Tantos lobos han respondido a ella, ya, venidos de tantos lugares, de países y de Estados diferentes, de culturas, de mitologías, de fábulas diferentes. Cada lobo de esta genelicología o de esta politico-eco-
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And so, I missed my chance with one of the lords Of life. And I have something to expiate: A pettiness. Taormina
Una serpiente vino a mi abrevadero Un día ardiente, y yo en pijama por el calor, Para beber ahí. En la sombra espesa del extraño perfume del gran algarrobo negro Yo descendía las escaleras con mi cántaro Y tuve que esperar, pararme y esperar, porque ella estaba allí, en el abrevadero antes que yo. Ella se deslizó por una grieta del muro de tierra en la penumbra Y arrastró su indolencia amarilla-parda de blando vientre por el borde del abrevadero de piedra Y posó su garganta en el fondo de piedra, Y allí donde el agua corría del grifo gota a gota con una fina transparencia, Aspiró con su boca recta Dejando lentamente el agua, a través de sus encías rectas, deslizarse por su largo cuerpo indolente, Silenciosamente. Alguien había venido antes que yo a mi abrevadero Y yo, segundo en llegar, esperaba. Ella levantó la cabeza como hace el ganado, Y me miró vagamente, como el ganado que bebe, Y su lengua bífida se movió entre sus labios y ella soñó un instante, Y se inclinó y de nuevo bebió un poco, Parda como la tierra, oro de tierra, extraída de las entrañas ardientes de la tierra Un día de julio siciliano cuando humeaba el Etna. La voz de mi educación me dijo: Hay que matarla, Porque, en Sicilia, las serpientes negras, las negras son inocentes, las doradas venenosas. Y dentro de mí las voces decían: si fueras un hombre Agarrarías un palo para partirla y acabar con ella. Pero debo confesar cuanto la amaba, Qué feliz me hacía que hubiese venido así como un huésped apacible, a beber a mi abrevadero
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N OVENA SESIÓN . 27 DE FEBRERO DE 2002
¿Vuelve después, ahíta e ingrata, A las entrañas ardientes de esta tierra?
Pensé: ¡qué acto tan cobarde, vulgar, mezquino! Yo me despreciaba, a mí y a las voces de mi educación detestable.
¿Era cobardía no haber osado matarla? ¿Era perversidad esas ganas de hablarle? ¿Era humildad sentirme tan honrado? Me sentía tan honrado.
Y pensé en el albatros, Y deseaba que volviera mi serpiente.
Y sin embargo esas voces: ¡Si no tuvieras miedo la matarías! Es verdad, tenía miedo, tenía mucho miedo, Pero todavía me sentía más honrado De que hubiese solicitado mi hospitalidad Tan pronto salió por la puerta oscura de la tierra secreta. Bebió cuanto quiso Y alzó la cabeza, soñadoramente, como alguien que está un poco borracho, Y balanceó su lengua cual noche bífida en el aire, tan negra, Pareciendo lamerse los labios, Y observó a su alrededor, como un dios, sin ver, en el aire. Y lentamente giró la cabeza, Y lentamente, muy lentamente, como en un triple sueño Empezó a encorvar su lenta longitud Y a remontar a lo largo de mi muro agrietado. Y como metía su cabeza en ese horrible agujero, Como se izaba lentamente, en una lenta reptación de hombros y se deslizaba más adentro, Una especie de horror, una especie de protesta contra su retirada en el horrible agujero negro, Yendo deliberadamente hacia la oscuridad, arrastrándose lentamente tras ella, Ahora que me había dado la espalda, me sumergió. Miré a mi alrededor, posé mi cántaro, Agarré un pesado leño, Y lo lancé con estrépito contra el abrevadero. No creo haberle dado, Pero, de pronto, todo lo que de ella estaba todavía fuera se convulsionó Con una prisa poco digna, Se retorció como un relámpago y desapareció En el agujero negro, en esa boca de tierra agrietada del muro, Que yo miraba fascinado en la tranquila intensidad del mediodía. Y al momento lo lamenté.
Porque de nuevo me parecía que era como un rey, Un rey en el exilio, sin corona, en el mondo subterráneo, Listo para ser coronado de nuevo. Y así pasé de largo junto a uno de los señores De la vida. Y tengo algo que expiar; Una mezquindad. Taormina D. H. Lawrence
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Décima sesión 6 de marzo de 2002
La Bestia y el el soberano, soberano, entonces, ¿qué ¿ qué?? Entonces, ¿quién ¿ quién?? Y la marioneta, ¿es qué o quién ?, ¿algo o alguien? Luego ¿es algo quién?, vivo o algo muerto? ¿Algo vivo animal o algo vivo humano? Como exergo hoy inscribiré una fecha, después una cita. Lo hago para recordar un calendario pero también una crónica histórica cuyo sentido y cuya necesidad sólo se aclararán poco a poco. Si denomino eso un exergo es, sin duda, para designar algo fuera-de-la-obra (el exergon se mantiene, lo mismo que el parergon, fuera de la obra, en el borde de la obra o de la operación, como un «sin trabajo» inoperante y ocioso, pero que hace trabajar otra figura del capital; y, lo mismo que el capital, el exergo viene en cabeza); pero si denomino eso un exergo es sobre todo para recordar que, en un exergo, en esas medallas, a veces regias, que se llaman exergos, lo que se inscribía, además de palabras, era a menudo una fecha. La fecha es aquí 1681. El texto dice así: […] [en 1681] […] quizá nunca una disección anatómica fue más brillante, sea por lo grande que era el animal, sea por la exactitud que se aportó al examen de sus diferentes partes, sea finalmente por la calidad y el número de asistentes.
(Releer dos veces.) No diré nada más por el momento, salvo lo siguiente: además de la enorme bestia en cuestión, a saber, un elefante (el texto subraya
Nota sobre los editores de este volumen
MICHEL LISSE es investigador cualificado del Fonds national de la recherche scientifique (Bélgica) y profesor en la Universidad católica de Lovaina. MARIE-LOUISE MALLET es agregada de filosofía. Ha sido directora de programa en el Collège international de philosophie (París). GINETTE MICHAUD es profesora titular en el Departamento de literaturas de lengua francesa de la Universidad de Montreal. La edición de este volumen se inscribe en el marco del proyecto de investigación «Ediciones de los seminarios de Jacques Derrida (EHESS, 1995-2003)» bajo su dirección y subvencionado por el Conseil de recherches en sciences humaines de Canadá.
Reproducción de los textos
Giorgio Agamben: Homo sacer I. Le pouvoir souverain et la vie nue . Éditions du Seuil, 1997, coll. «L’ordre philosophique» (para la traducción francesa). Pierre Bourdieu: Les Règles de l’art. Genèse et structure du champ littéraire.. Éditions du Seuil, 1992, coll. «Libre examen»; coll. «Points littéraire Essais», 1998. Paul Celan: Le Méridien & Autres Proses. Proses . Éditions du Seuil, 2002, coll. «Librairie du XXe et du XXIe siècles» (para la traducción francesa); Suhrkamp Verlag, 1988 (para la lengua alemana). Gilles Deleuze: Différence et répétition. répétition . PUF, 1993. Gilles Deleuze et Félix Guattari: Mille Plateaux. Plateaux . Éditions de Minuit, 1980. Henri F. Ellenberger: Médecines de l’âme. l’âme . Librairie Arthème Fayard, 1995 (para la traducción francesa). Sigmund Freud: Le Malaise dans la culture. culture . PUF, 2004. Martin Heidegger: Lettre sur l’humanisme. l’humanisme . Aubier, 1983. Jacques Lacan: Écrits Écrits.. Éditions du Seuil, 1966 ; coll. «Points Essais», 1999. Louis Marin: Le Portrait du roi. roi . Éditions de Minuit, 1981.
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Jean-Clet Martin: Ossuaires. Anatomie du Moyen Âge roman . Éditions Payot & Rivages, 1995. Paul Valéry: Œuvres Œuvres.. Éditions Gallimard, 1929.