CRÓNICAS
Desde Venezuela
“EL PENDU”: UN HOMBRE SIN FRONTERAS
Caracas, 10:00 a.m. Una esplendorosa mañana de sol urticante y cielo azul de nubes bajas. El calor de las calles y los descampados apenas empieza a tomarse el interior de las viviendas. Se tiene la sensación de ue el !r"o de la noc#e a$n duerme sobre el embaldosado. %e all" empezar& a desprenderse en tanto avanza el d"a, #asta desaparecer en la tarde. 'usto antes del meridiano, (l irrumpe irrumpe en la sala del apartamento por la la puerta puerta principal. principal. )a combinación combinación de arco arco iris en su su vestuario vestuario #ace pensar por un un instante ue los colores #ablan* m&s a$n: ue #acen ruido. Calza pesados zapatos deportivos, blancos con suela de +oma, y viste pantalones cortos y una camisa playera de verdes estrepitosos y amarillos re!ul+entes. -uen"simos d"as eclama, /y ue viva la vida asta entonces advertimos ue dos pesadas bolsas cuel+an de sus manos. /2ale, /2ale, 3endu /C#ico: /C#ico: si #asta las bolsas de pl&stico pl&stico te trajiste de all& all& 4l dibuja en su rostro una sonrisa tan colorida como el saludo. %oña Carmen, Carmen, lo m&s #ermoso ue le trai+o son las las bolsas. Como para enmarcar. enmarcar.
Carmen es la la dueña dueña de casa, y es colombiana. 4l, a uien uien llaman llaman 3endu, 3endu, pareciera ser un venezolano reci(n lle+ado de Colombia, a juz+ar juz+ar por las bolsas ue trae, las ue es+rimen el lo+otipo de un supermercado colombiano. emos observado la entrada y el saludo desde el so!&, junto al ventanal de !umar. El reci(n lle+ado sabe ue no somos de la !amilia, y ue estamos de paso. 5uestro +esto de curiosidad nos delata, pues m&s all& de su epl"cita capacidad de vivir, es obvia su sensibilidad a !lor de piel. 6e llamo 'os( de la Cruz, Cruz, 7bien8 7bien8 nos nos dice, dice, volviendo volviendo a sonre"r, sonre"r, pero pero los autorizo a ue me llamen llamen 3endu. 3endu. 9s" me conocen conocen por au" au" y por all&. all&. 6i apodo es internacional. Carmen, la señora señora de casa, casa, lo lo libera libera del peso de las bolsas y entra entra con con ellas ellas a la cocina. cocina. ;
ambi(n, >ambi(n, en esa situación, uien poco uiere contar, lo+ra ue lo interro+uen primero. Es nuestro caso. 3or eso, decidimos +uardar silencio, #asta ue (l da comienzo a la partida: 9j&, 7cu&ndo lle+aron, de dónde vienen, u( #acen au" y cu&ndo se van8 9uella pre+unta es un alivio para uienes ueremos o"r en vez de contar. %e modo ue con apenas una !rase cerramos la inda+atoria: )le+amos ayer ayer a una con!erencia con!erencia y #oy nos vamos, vamos, /encantados con con Caracas 7? t$8 %e repente, retumba, entre ruidos de bolsas pl&sticas, la voz de Carmen en la cocina: /Cu(ntales, 3endu, cu(ntales con toda tranuilidad. Son de con!ianza 9s" ue, 3endu como lo llaman, se reacomoda en la butaca y suelta las riendas: 9noc#e lle+u( a mi casita, casita, en 3etare. 3etare. 7Saben 7Saben u( es 3etare8 Un pedacito pedacito de mundo mundo en el #"+ado #"+ado de los cerros cerros de Caracas, Caracas, 7entendido8 7entendido8 Un sector sector en el ue vive +ente de todos los pa"ses conocidos. 2en+o 2en+o cansado, muy cansado. El viaje es lar+o y aburrido: veinte #oras desde la costa colombiana con oc#o pel"culas de puños y patadas y artes marciales en un bus sin aire acondicionado. acondicionado. 7)a ruta8 6onter"a, Carta+ena, -arranuilla, Santa 6arta, @io#ac#a, 6aicao, 3ara+uac#ón, 6aracaibo, Coro, San Aelipe, 2alencia, 2alencia, Caracas, /u( c#orizo de ciudades, vale )a mitad de los pasajeros, +ente con papeles* la otra mitad, despapelada. Conmi+o,
cero problemas en la alcabala de la !rontera: soy tambi(n venezolano, 7se me nota8 El #ombre #ombre levanta levanta las las manos abiertas #asta la altura de los ojos ojos y lue+o las deja deja caer en un +esto de satis!acción, satis!acción, mostr&ndose #asta los los zapatos. zapatos. ace ace una pausa, sonr"e y contin$a: 5ac" al norte norte de Colombia, a media media #ora del mar, mar, en El @eloj, un pueblito pueblito de de la re+ión del Sin$* Sin$* de solo dos dos mil personas, pero tan tan caliente caliente ue ue la 2ir+en de la i+lesia, a la ue llaman )a 2ir+en del Sudor, pide ue no prendan velas a sus pies sino ue le lleven re!rescos !r"os. Un pueblo en el ue a veces #ay trabajo, pero en donde parece ue vacunaron contra (l. )a voz de Carmen estalla de nuevo en la cocina todav"a entre el ruido de las bolsas. 3ero a ti no te te #izo #izo e!ecto e!ecto la vacuna, 3endu lue+o eclama emocionada: /6uc#ac#o, pero u( buenos buenos estos bocadillos de +uayaba +uayaba /6e trajiste trajiste tres pauetes S", a m" la vacuna vacuna no me #izo #izo e!ecto, e!ecto, porue soy albañil albañil el el #ombre #abla para nosotros nosotros en la sala, sala, albañil albañil predestinado: predestinado: nac" nac" el B de mayo, d"a d"a de la Santa Santa Cruz, 7patrona de ui(n8 (l mismo se responde en tono ale+re: /%e los albañiles 3or eso, aunue todos me dicen 3endu, ue es el diminutivo cariñoso de 3(ndulo, mi verdadera pila de bautismo es 'os( de la Cruz 6adero, predestinación total, 7o no8: cruz, madero, mayo, albañil, y 6ar"a de mujer. %i+an si no. >rabajo au" y trabajo all&, movi(ndome as", de au" para all& y de all& para ac&. 3arte del tiempo all&, dependiendo, y parte del tiempo ac& tambi(n dependiendo. 9#ora el p(ndulo est& de este lado del tictac comenta Carmen desde la cocina.
El n!el del "a#$n%
S", pero d(jeme poner poner la visita al tanto, doña reacciona reacciona (l y vuelve a nosotros. nosotros. >en+o >en+o cuarenta y cinco cumplidos. cumplidos. 5ac" en el año ue mataron mataron a Dennedy. Dennedy. En ese tiempo sobraba el trabajo en 2enezuela. 9l 9l cumplir los diecioc#o ya estaba ac&, /ima+"nense: con pap& albañil all& 7Sabe cómo le dec"an a mi viejo8 El @ey del 3alustre. 9 mi vieja, entonces, la bautizaron 6ar"aCemento, por ser su mujer y por lo recia y !uerte ue era. Aue ella uien me entusiasmó: 6ira, muc#ac#o, busca !uturo por la tierra de los bol"vares, ue esos billetes no est&n #ec#os de papel sino de petróleo* vete para all& y manda plata para ac&. 5os mira con ojillos de malicia:
? me vine a las escondidas por el camino verde* #uy(ndole a la uardia 5acional venezolana entre matorrales y rastrojos, y lle+u(. 6uerto de #ambre y #arapiento, pero lle+u(. >rabaj( una temporada ordeñando vacas en una !inca, y me dije: 'os( de la Cruz, manda al diablo esa cruz ue car+as #asta en el nombre y vete para Caracas, c#ico, ue t$ eres #ombre de capital, aunue seas de provincia. ? para ac& arranu(. tra"do.
Cu(ntale lo del &n+el, 3endu pide Carmen desde la cocina, entre ruidos de puertas de alacena ue se abren y se cierran. 9#ora acomoda lo ue (l #a 7)o del &n+el del camino, doña 8 ?o si+o creyendo en eso, aunue usted no lo crea.
a #ablado #acia la cocina. 9#ora se vuelve #acia nosotros y #ace una di+resión en la #istoria. ;Cr(anme nos dice. 6e encontr( un enviado de %ios en el camino. )a ma+ia incursiona entonces en el relato a trav(s de las esencias de la tradición oral. Casi podemos adivinar lo ue 'os( de la Cruz va a decir y cómo lo va a decir. 3ese a su ruidosa apariencia urbana, procede de un &rea rural de 9m(rica )atina marcada por las !antas"as del @omancero Español del si+lo F2G, por las #istorias de animales, de pr"ncipes encantados, de brujas y aparecidos* y de pobres caminantes #ambrientos a uienes %e la !inca +anadera sal" a 6aracaibo, y all" tom(, de puro atrevido, un bus #acia Caracas, sin papeles, /oi+a eso: sin papepes /
La &az'n de un n%#(&e
Carmen #a concluido su labor en la cocina. )le+a a sentarse junto a nosotros, portando una bandeja con las tazas de ca!(. Es una ele+ante mujer en sus sesentas, emi+rada desde Colombia por la v"a le+al treinta años atr&s, y de una vasta eperiencia acad(mica. a trabajado en Caracas desde entonces, y residido en el eclusivo sector )os 3alos randes, a pocas cuadras del Hbelisco. Conoce a 'os( de la Cruz desde cuando 6ar"a, su mujer, entró a trabajar para ella como ayuda de casa. %e a#", auella amistad. )a actitud de Carmen es la de uien se dispone a escuc#ar una #istoria mil veces repetida. 6ar"a, mi mujer, uien siempre #a trabajado para doña Carmen, apareció como otro &n+el en 3etare. Ella y su mam& eran vecinas del cuartuc#o en el ue yo viv"a al principio, todav"a sin papeles, /u( insolencia Entre ella y yo, !ue asunto de mirarnos y listo. >al para cual, uno para el otro: tuerca y tornillo. >anto, ue pienso ue es la $nica mujer ue podr"a a+uantarse eso de ue yo, cuando el trabajo est& bueno au", trabaje au" y mande al+una plata para all&, y cuando el trabajo est& bueno all&, me vaya a trabajar all& y mande plata para ac&. ?a ven, /un p(ndulo: tictac, tictac, tictac. Sin !ronteras, como el tiempo del reloj, 7ven8 %e a#" intenta decir Carmen, pero (l la interrumpe: %e a#", /El 3(ndulo 3ero yo mismo ten+o la culpa del apodo. 3orue, un d"a, en una construcción, mencion( la idea a la #ora del descanso !rente a los compañeros de cuadrilla. Eran los años del cuarto ir y venir, y dije: 6i vida, c#amos, es como un p(ndulo, para ac&, para all&* y lue+o de all&, otra vez para ac&. )isto: El 3(ndulo me bautizaron. Estos dos pa"ses son la misma cosa. Si al+o nos caracteriza es ue ni ac& ni all& ueda nadie sin apodo. Si no, ue lo di+an los de la cuadrilla: Cara eImo!le, El C#an+o, >uttiAruti, El Co#ete, El C#anc#o. El 3(ndulo a#ora se levanta, nos mira en un lento +iro de cabeza, y #abla de nuevo: )a econom"a de estos dos pa"ses #ermanos, ue a la postre son uno solo, se mide por m". ?o soy el termómetro. 6iren parece a#ora #ablar con las manos, señalando #acia uno y otro lado: como Colombia y 2enezuela tienen una econom"a cantin!lesca, como de sube y baja, 7#an visto la pel"cula8, cuando la cuadrilla de albañiles de all& me ve lle+ar con bolsas de automercados de 2enezuela, me saludan con un +rito: ;Coño, 3(ndulo, est& dura la vaina en 2enezuela, cuadro=: as" #ablan all&. ? cuando la cuadrilla de ac& me ve aparecer con bolsas como las ue #oy traje, tambi(n +ritan, pero en venezolano: ;Hye, vale, como ue est& jodida la cosa en Colombia, c#amo=. 7?a ven8 3ura medición de la econom"a. 6&s e!ectiva ue las del %95E en Colombia y el SE5G9> en 2enezuela* los or+anismos de medición.
L%s “)a)eles”
Es domin+o. 6ar"a no #a venido a trabajar* es su d"a libre. Carmen comenta a El 3(ndulo ue al d"a si+uiente contar& a ella lo bien ue (l #ablado de su mujer. El 3(ndulo reacciona y decide abundar en los elo+ios.
76ar"a8 76i mujer8 Es la reencarnación venezolana del arc&n+el San abriel, el del bus y el de all& arriba. racias a ella y a los #ijos ue me dio, los papeles cayeron del cielo* y a#ora soy un p(ndulo real: colombiano y venezolano. 3ero al rev(s, porue la cuadrilla de all&, empezando por Aru!r$, me llama El 2eneco, y la cuadrilla de ac&, comenzando por >utti Aruti, me llama El Colombic#e. 3ero #ay ue reconocer ue !ueron, 6ar"a, los #ijos ue me dio, y un uardia 5acional con cara de &n+el, tambi(n, los ue #icieron el mila+ro de los papeles: la c(dula de ciudadan"a de la @ep$blica -olivariana de 2enezuela. 6iren, miren lo ue pasó. Como si #ubiera #abido un acuerdo, los tres nos llevamos las tazas de ca!( a los labios y bebimos sin apartar los ojos de El 3(ndulo, uien continuaba de pie la narración. Un d"a, despu(s de unas cervezas en un sitio de 3etare, un venezolano y yo casi nos vamos a los puños. Era un conocido de El C#anc#o, mi compañero de cuadrilla, y empezó a #ablar mal de los colombianos, y peor: a amenazarme con denunciar ue yo no ten"a papeles. En eso, lle+ó un uardia 5acional, y la a+arró conmi+o: 2amos, me dijo, y me llevó a la Estación de 3olic"a. 9l+uien le avisó a 6ar"a y ella no tardó en aparecer. Cuando ella lle+ó, empezó el interro+atorio por parte del inspector: 7Edad8, pre+untó. 2einticinco años, dije yo. 7%e dónde es8 %e El @eloj, Colombia. 7Cu&nto #ace ue vive en 2enezuela8 Siete años, respond". 7Casado o soltero8 Convivo, ue es lo mismo ue estar casado. 7Con ui(n8 Con 6ar"a 3eralta, au" presente. 7res #ijos: 'uan, Cristina y 'os( de la Cruz. 7%ónde nacieron8 9u" en 3etare los tres. 2enecos de cabo a rabo. /2&yase, me dijo entonces el inspector, v&yase /
Caracas, K00L
El “M$la!&%s% Se*%&” +ue s'l% a,$ende el -. de "ada #es
;)lover& a c&ntaros durante todo este 1M de marzo=, escuc#ó decir por la radio la anciana 6ar"a 3iedad 3on+ut& desde la cocina de su c#oza en uno de los barrios mar+inales de -o+ot&. 9 esa #ora, cuatro de la mañana, preparaba la primera jarra de ca!(. %ar"a a su marido y a su #ijo un desayuno !ru+al, y lue+o bajar"a el cerro a pie para tomar el autob$s. 9l i+ual ue suced"a el 1M de cada mes, 6ar"a 3iedad saludó en voz alta al abordar ese d"a. Conoc"a a casi todos los pasajeros: los ue ya ven"an en la ruta y los ue subieron como ella al pie del cerro, de cuya !alda col+aba su barriada de desdic#as. )os pasajeros rezaban* #ombres, mujeres y niños, lisiados y no lisiados, en!ermos y sanos, con muletas o en sillas de ruedas. )a anciana 6ar"a 3iedad tambi(n rezaba, al !ra+or del lar+o recorrido, el ue iba desde su distrito de miserias #asta el central barrio )a Soledad, sobre cuya Carrera KL se levanta el templo de San 9l!onso 6ar"a )i+orio. En auel lu+ar, ese d"a, como todos los 1M de mes, se llevar"a a cabo la cita con el 6ila+roso de -u+a, lloviera o no lloviera, #ubiera sol o neblina, tronara o relampa+ueara.
H$s,%&$a del Se*%& de las "%&&$en,es/ En apariencia, y dado su ori+en, la ima+en a la ue 6ar"a 3iedad suele ir a pedir !avores, poco tiene ue ver con -o+ot&. )a devoción por el 6ila+roso Señor procede de -u+a, una lejana ciudad al sur de Colombia. 9ll", en el nic#o principal de un santuario colosal, ;se #alla el ori+inal=, se+$n sostienen los mismos ue aseveran ue la copia de -o+ot& no es menos mila+rosa. acia 1NL0, en auella población del sur, y de acuerdo a la leyenda, una anciana ind"+ena #ab"a trabajado con a#"nco durante años para aduirir una ima+en de Cristo. Cuando tuvo el dinero, !ue a comprarla a un almac(n en la plaza principal, pero #alló junto a la i+lesia a un #ombre barbado ue dijo necesitar con ur+encia los O0 reales a#orrados. Conmovida por la doliente estampa del necesitado, la mujer le dio el dinero. %"as despu(s, mientras lavaba ropa a orillas del r"o, vio ue la corriente tra"a una tabla sobre la cual descansaba la ima+en de un Cristo peueño y #ermoso. )a mujer tomó la ima+en, la llevó a la cabaña y le improvisó un peueño altar. 3ronto, el altar !ue insu!iciente, pues el Cristo empezó a crecer y crecer* y a #acer mila+ros en tanto su tamaño aumentaba. Cuando el tamaño de la ima+en i+ualó la estatura del #ombre de la plaza, la !ama del 6ila+roso Señor se #ab"a tomado el pa"s y un templo #ab"a sido levantado en su #onor.
Has,a +ue un -.0 el Se*%& lle!' de le1%s2 6ar"a 3iedad 3on+ut&, con casi P0 años #oy, oyó #ablar del Cristo de -u+a desde cuando era adolescente. 9l cumplir QN, supo ue una copia del Santo #ab"a sido tra"da a -o+ot& el 1M de septiembre, e instalada en la i+lesia de San 9l!onso. Entonces, prometió ue a partir del 1M de octubre si+uiente visitar"a, cada 1M de mes, el templo en el cual descansaba la ima+en. Corr"a el año de 1PLB. >en"a !avores ue pedir y muc#as personas por uienes ro+ar. 9mbrosio, su marido, andaba sin trabajo, as" ue la !amilia apenas malviv"a de las empanadas ue ella #ac"a por la noc#e y vend"a de puerta en puerta por la mañana. 9 'os( 9sunción, su #ijo mayor, se lo #ab"a llevado el Ej(rcito en una redada barrial y se dec"a ue !ue enviado a luc#ar contra la +uerrilla y muerto en combate. 'am&s lo+ró tener pruebas de ello. )ibrada, su #ija, #ab"a ca"do por in+enua en una red de prostitución y lue+o !orzada a trabajar en el eterior. El $nico ue los acompañaba, a ella y a su viejo 9mbrosio, era @ub(n %ar"o, el menor, uien apenas pod"a caminar, pues #ab"a su!rido polio en la in!ancia y
nunca pudo ayudar a su padre en los espor&dicos trabajos de albañiler"a. >odos esos problemas deb"a ayudar a resolver su Señor, pensaba 6ar"a 3iedad. Eran muc#os los mila+ros ue empezaban a serle atribuidos. Entre ellos, el de un vendedor de loter"a ue +anó millones con el .34.. 6uc#os mila+ros tambi(n ella lo+rar"a, se ase+uró auel 1M de octubre de 1PLB, cuando por primera vez !ue a visitarlo, y a prometerle ue todos los 1M de todos los meses de su vida repetir"a la visita. 'am&s sospec#ó, sin embar+o, ue id(ntica decisión #ab"an tomado ya miles y miles de !ieles devotos del 6ila+roso en esa, su misma cuidad
2$n"lu$d%0 )%& su)ues,%0 el de5%,% 5ended%& de l%,e&6a/ Era un vendedor de la )oter"a de 6edell"n, uien a$n #oy sostiene, cada vez ue lo entrevistan, ue de !orma muy curiosa la 9+encia le entre+ó, entre los billetes para la venta, durante tres semanas se+uidas, uno con el mismo n$mero: el .34. de la serie 4-./ ;5ada de raro #ubiera tenido auello ase+ura el vendedor, de no #aber sido porue un mes atr&s soñ( ue me +anaba la )oter"a y ue el billete era verde. 5o apareció el n$mero en el sueño, pero siempre supe ue el billete era verde=. El alboroto en torno al #ec#o Ral ue el vendedor no dejó de llamar mila+ro causó un +randioso e!ecto en los devotos del 6ila+roso y en los a+entes de publicidad de la )oter"a. 3ronto, llovieron desde sus o!icinas los despac#os de prensa ue a!irmaban ue ;con la )oter"a de 6edell"n es posible #acer realidad los sueños de los clientes=.
Fe 7 de5%"$'n "%n,&a la llu5$a/ Cada 1M de mes, 6ar"a 3iedad conmemora con su presencia en el templo la lle+ada del 6ila+roso a -o+ot&* y, al tiempo ue rea!irma la !e en sus bondades, rati!ica ue no se #alla sola en la devoción. En la brumosa mañana del 1M de marzo de K00L, esto $ltimo !ue, como nunca antes, cierto y palpable. 5o #ab"a parado de llover desde la madru+ada. 3ero, ni para ella ni para sus compañeros de autob$s, auello constituyó un obst&culo. Sólo ue, apenas al lle+ar al templo, 6ar"a 3iedad se percató de ue no #ab"a tra"do el para+uas. )a i+lesia estaba repleta de suplicantes y no #ab"a un sólo espacio disponible en su interior* casi tampoco en el atrio o junto a la puerta de la entrada principal. 5o importaba, pensó. 9ll" se uedar"a entre la multitud, bajo la lluvia, mirando #acia la dorada brillantez del altar por encima de las cabezas y por entre los resuicios dejados por los para+uas de uienes se prote+"an bajo los salientes de la aruivolta. ;5o me incomoda la lluvia. El 6ila+roso me prote+e de una pulmon"a0 pues la !e es mi para+uas=, se dijo. Sent"a ue le sobraba razón, pues todav"a, casi KN años despu(s de #aber venido por primera vez a visitar al Señor en auel 1M de octubre de 1PLB, todav"a reiteraba ten"a ue se+uir ro+ando por la solución de
sus problemas. 9mbrosio, su viejito, a#ora de PK, ya no podr"a trabajar, pues una artritis severa le imped"a usar ambas manos. %e su #ijo 'os( 9sunción, el ue se llevó el Ej(rcito, jam&s #ubo pruebas, ni de muerte ni de vida. )ibrada, la #ija perdida, tampoco apareció, y nunca mandó una carta* ni siuiera unos centavos. ? @ub(n %ar"o, el $ltimo, reducido por el polio, terminó en un carrito de madera implorando al+unas monedas al pie de los sem&!oros. ? ella, 6ar"a 3iedad, de ya casi P0, se+u"a levant&ndose al amanecer para con!eccionar auellas empanadas ue vend"a de puerta en puerta y ue los vecinos a#ora compraban en un impulso de conmiseración. /?, encima de todo, cuando ven"a a rezarle al 6ila+roso ten"a ue olvid&rsele el bendito para+uas 5o obstante, en medio de la multitud de ro+antes y de vendedores de amuletos, de oraciones impresas, de lito+ra!"as, de velas y de im&+enes, la esperanzada anciana ten"a como siempre a!irmó conciencia de ue no estaba sola en la pr&ctica de su devoción. /Sobrad"sima conciencia ten"a de auello
Una a#)l$a de5%"$'n "%n,$nen,al/ 3or otro lado, poca conciencia ten"a la misma anciana 6ar"a 3iedad de ue, en t(rminos de su 9m(rica )atina, menos sola se encontraba en la pr&ctica de su irrenunciable devoción. Cada mujer como ella, y cada #ombre como su viejo 9mbrosio y tambi(n cada 'os( 9sunción, cada )ibrada y cada @ub(n %ar"o, o cada vendedor de loter"a ci!raba su esperanza, como ella, en un Ser ue, desde el 9lt"simo Cielo, velara por todos ellos. Un Ser ue un buen d"a, au" o all&, cerca o lejos, en uno u otro pa"s del vasto subcontinente, #ab"a bajado a la >ierra como auella tarde del r"o bajó su Ser venerado , dejando, se+$n los cronistas, plasmada su ima+en como constancia de la visita en un lienzo, un per+amino, una tabla, una roca, una capa, un madero
En Venezuela: La V$&!en de C%&%#%,%/ 3or ejemplo: cuentan ue un d"a de 1QNK, el caciue Coromoto atravesaba con su mujer un r"o, cuando una blanca mujer de etraordinaria belleza apareció y les #abló en su len+ua: ;2ayan donde los blancos y p"danles el bautismo para poder ir al Cielo=. Coromoto contó lo sucedido y pronto muc#os indios !ueron bautizados* no as" (l mismo, uien #uyó a la selva. 9ll", el L de septiembre si+uiente, volvió a aparec(rsele la blanca señora. Con!undido, Coromoto le apuntó con una !lec#a, pero ella desapareció entre+&ndole un peueño per+amino con su ima+en dibujada. Se dice ue, arrepentido, el caciue se #izo morder por una serpiente venenosa* y ue, en #orrible a+on"a, pidió ue lo bautizaran. 9ntes de morir, instó a los ind"+enas a #acerlo tambi(n. 9 ra"z del #ec#o, los Corpes cultura a la ue el caciue pertenec"a se convirtieron en una !ervorosa comunidad ue rinde culto, en el Santuario 5acional de 5uestra Señora de Coromoto, a la ue es considerada la 3atrona de 2enezuela.
En A&!en,$na: Nues,&a Se*%&a de Lu1n: Htro ejemplo. En 1QB0, una caravana ue viajaba de -uenos 9ires a Córdoba y >ucum&n, debió revisar en )uj&n
sus car+as, pues, de !orma misteriosa, una de sus carretas no pudo moverse para se+uir el camino. Se #izo !uerza, se trajeron m&s caballos y m&s bueyes para #alarla, pero la carreta no se mov"a. )a car+a !ue revisada, #asta ue, en un cajón ue ven"a de -rasil, !ue #allada una ima+en de la Gnmaculada Concepción. ?a sin ella, la carreta pudo continuar su camino. )a +ente comprendió ue el mila+ro correspond"a al deseo de la 2ir+en de uedarse en ese lu+ar, en el ue m&s tarde se construyó un oratorio. Se dice, incluso, ue por ciertas circunstancias, la ima+en !ue mudada a la #acienda de una rica señora vecina, y ue, se+$n re!iere la leyenda, la 2ir+en re+resó mila+rosamente al anti+uo oratorio. )a misma rica #acendada donó despu(s los terrenos para edi!icar un santuario, a cambio de la #umilde ermita inicial. >odo ello dio pie para ue posteriormente se declarara a 5uestra Señora de )uj&n, 3atrona de la @ep$blica 9r+entina.
En Pe&8: El C&$s,% M%&en% de Pa"9a"a#$lla: Un ejemplo m&s. En noviembre de 1QNN, un terremoto sacudió el &rea de )ima y El Callao, causando una tra+edia de +randes proporciones. En medio de los derrumbes del sector de 3ac#acamilla, solo una pared uedó intacta. En ella, un esclavo ne+ro an+oleño #ab"a pintado tiempo atr&s una #ermosa ima+en de Cristo. )os limeños empezaron a venerar la ima+en, pues ve"an en el terremoto un casti+o de %ios por los pecados cometidos. )a ima+en, dice la leyenda, empezó a #acer mila+ros. El primero, en un #ombre ue su!r"a de !uertes dolores de cabeza ue derivaron en un tumor mali+no, y uien !ue sanado cuando aduirió el #&bito de rezar postrado ante el muro. 9uello !ortaleció la !e de los limeños y propa+ó la !ama del 6oreno 6ila+roso. )a devoción por el Cristo aumentó. En 1QLO, un maremoto arrasó el puerto de El Callao y parte de )ima. Una vez m&s, en medio de la desolación, uedó en pie el muro ue conten"a la pintura del esclavo de 9n+ola. 9nte auella nueva evidencia de mila+ro, los !ieles devotos decidieron con!eccionar una copia al óleo de la ima+en, la ue es sacada a la calle en procesión los d"as 1L y 1P de octubre de cada año.
E"uad%&: El Se*%& de la P%&,e&6a de la Buena Es)e&anza Htro ejemplo sorprendente. En un d"a de 1QNK, una mula sin arriero lle+ó al convento de San 9+ust"n en anto conmovió al pueblo la
aparición, ue pronto la porter"a del convento !ue convertida en santuario. 9 ello se sumó el caso de un parrouiano ue lle+ó a ro+ar !avores a la ima+en, y (sta levantó el pie y le arrojó una de sus sandalias de oro. Cuando el #ombre intentó vender la sandalia a un joyero, !ue arrestado, juz+ado y lue+o condenado. 3ero antes de ir al cadalso, pidió ser llevado ante la ima+en, la ue tendió #acia el #ombre el pie con la otra sandalia de oro y la dejó caer en sus manos. El +rito de ;/6ila+ro= no se #izo esperar.
M;$"%: Nues,&a Se*%&a de epeyac y all" asistió a la aparición de la 2ir+en 6ar"a, uien le dijo ue uer"a ver construido un templo en el llano vecino. 'uan %ie+o corrió a ver al Hbispo, y este le ei+ió una prueba de la aparición. )a 2ir+en instó entonces al indio a ue volviera a la colina, cortara unas rosas y las llevara al Hbispo. 'uan %ie+o as" lo #izo, y envolvió las rosas cortadas en su tilma Rponc#o o capa de ! ibra ve+etal ue usaban los indios meicanos. Cuando 'uan %ie+o abrió su tilma, las rosas cayeron al suelo y el Hbispo comprendió la señal. %iciembre no era mes de rosas. 9dem&s, en la tilma de 'uan %ie+o aparec"a estampada la ima+en de la 2ir+en. El mila+ro sucedió el 1K de diciembre de 1NB1. El templo ue la 2ir+en reclamó !ue construido tal como ella uiso. Sus mila+ros #an sido tantos dicen los creyentes ue no tardó en convertirse en ;@eina de las 9m(ricas y 3atrona de 6(ico=, como la llaman los meicanos.
C%&%la&$%/ 9 todas auellas apariciones rinde culto tambi(n, sin sospec#arlo siuiera, la anciana 6ar"a 3iedad. Est& convencida, como lo est&n millones de !ieles creyentes en su 9m(rica )atina, de ue la !e salva, y de ue esa !e Rbien practicada es el $nico capital de los pobres como ella. Sabe ue su Señor de -u+a no es, como tantas otras advocaciones cuya eistencia uiz&s i+nora, el Santo 3atrono de su pa"s* pero es el suyo, auel en uien siempre depositó sus esperanzas. 3ero por encima de todo, 6ar"a 3iedad est& convencida de ue su 6ila+roso es uno de los pocos santos si no el $nico en torno a uien no #ay ue esperar una !ec#a espec"!ica del año para conmemorarlo o para ro+arle !avores, pues cada 1M se crea en su santuario un espacio de s$plica y celebración* aunue en los restantes d"as del mes nadie visite al Santo o se acuerde de (l. Este reciente viernes 1M de marzo de K00L, un d"a antes de ue empezara la Semana de 3asión, 6ar"a 3iedad lle+ó a la i+lesia de San 9l!onso en -o+ot& a ejercer su devoción, como cada 1M, a sabiendas de ue auel acto nada ten"a ue ver con la Santa Semana, pues para ella y para los devotos del 6ila+roso, todas
las semanas lo son.
%el au+e del Aestival 2allenato: =EL DIABLO TUVO LA CULPA>
%e muy pocas cosas buenas en este mundo el diablo es causante. El vallenato es una de ellas, pese a ue el !enómeno parece m&s producto de %ios ue de )uci!er. 3ero es ue %ios, si bien es eterno, in!initamente bueno, sabio y poderoso, no es p"caro. ? el vallenato es, ante todo, picard"a. %esde cuando el diablo tuvo la culpa, muc#a a+ua #a ca"do del cielo en los m&s de cien años ue #ace ue todo empezó. ? todo empezó, se+$n la leyenda, con un campesino de pie en el suelo, moc#ila y sombrero, llamado Arancisco 6oscote, m&s conocido como Francisco el Hombre; c(lebre, entre otras cosas, porue al i+ual ue sucedió con @a!ael (El Hombre) Escalona !ue inmortalizado por el 5obel arc"a 6&ruez en las p&+inas de Cien años de soledad. Este Francisco el Hombre , de uien se dice ue vivió cien años, entre 1LNB y 1PNB, tocaba con tanta maestr"a el acordeón y cantaba tan bien, ue al diablo no tardó en caer presa de celos* porue el diablo era el diablo y porue se supon"a ue nadie tocaba o verseaba mejor ue (l. >odo terminó en un reto a duelo, pero cantando. )a pelea !ue dura, pero trascendió ue Francisco el Hombre lo+ró derrotar al mali+no contrincante cant&ndole el Credo al rev(s: “Oerc ne Soid Erdap Osoredopodot, rodaerc led oleic y ed al arreit..” , aretécte esto $ltimo si+ni!ica etc(tera. )a leyenda car+a, como vemos, una alta dosis de picard"a. 3"caro debió #aber sido el propio Francisco el Hombre , autor, se+$n tambi(n se cuenta, de los primeros cantos vallenatos. )o ue si+uió a la pelea, constituyó la #erencia: #umildes campesinos trabajadores y parranderos ue, tocando por simple diversión o ejerciendo la ju+lar"a, se mov"an por la re+ión llevando noticias cantadas a los poblados, a cambio de alojamiento, al+o de comida y muc#o de ron. 3ronto, se abrieron las tendencias: m&s suaves, melancólicos y l"ricos unos, m&s r&pidos y picarescos otros, y m&s (picos y Tperiod"sticosI los $ltimos. ? #asta los lejanos parajes del Sin$ y las Sabanas, en el Caribe occidental, lle+aron los ecos de auellas notas, las ue en esas tierras !ueron adobadas con in+redientes locales. El !enómeno se #ab"a dado. oy, m&s de cien años despu(s, el vallenato sobresale como componente de la +ran antorc#a cultural colombiana, al lado de la ruana, el sombrero vueltiao, la moc#ila tejida, auel tunjo de una marca de cerveza... y una canción: “a !ota "r#a” , coincidencialmente vallenata... y p"cara, muy p"cara.
La 5e&dad de D$%s Si el runr$n de la leyenda constituye la verdad del diablo, #ay otra ue, por cierta y m&s verdadera, suponemos ue sea la verdad de %ios. 9uellos cantos nacidos de la inspiración anal!abeta se #an tomado el mundo. Carlos 2ives llena plazas y estadios Europa, 'ulio G+lesias +raba travesura vallenatas, 3aloma San -asilio solicita a @a!ael Escalona ue le compon+a una canción, y el joven p$blico de 2iña del 6ar aplaude a conjuntos de roc en español, cuyo m$sico estelar es un acordeonero vallenato de +uayabera y sombrero vueltiao. 6&s a$n: las +randes oruestas de salsa antillana eponen al mundo etrañas versiones de auellos cantos simples pero car+ados de verdades universales, pues sus letras celebran lo mismo ue se celebra en 3ar"s o en @io#ac#a, en 5ueva ?or o en Santa 6arta* en C$cuta o en Datmand$: el amor, la ale+r"a, la amistad, el dolor. /5i #ablar de lo ue el !enómeno #a empezado a si+ni!icar para Colombia en t(rminos de +eneración de empleo, de captación de divisas, y del aumento del 3G- y del per capita 3ero, si en torno al vallenato todo parece ser conveniente y ben(!ico, cabe pre+untarse: 73or u( se le ec#a la culpa al diablo8 Una respuesta podr"a ser: Es ue... los colombianos somos la +ran contradicción. /? todo porue nadie se ima+ina a %ios tocando acordeón, vistiendo +uayabera, usando sombrero vueltiao y cantando vallenato 3unto, aparte, y volvamos atr&s.
)a $%erd&'%erd& : la sin %ios y sin diablo. El vallenato es una trinidad de almas ue se epresa en tres instrumentos val+a la redundancia: la caña+uac#araca de los indios, el tamborcuero de los ne+ros y el acordeón de los blancos. >odo ello, ma+istralmente epuesto en la canción Fente *allenata del compositor sabanero 9ldol!o 3ac#eco Rver recuadro. 3ero, 7cómo !abricó la #istoria auel interesante mestizaje8, esa es la pre+unta del millón. 9l lle+ar los españoles en el si+lo F2G, la #oy Costa 9tl&ntica colombiana !ue bautizada como obernación de 5ueva 9ndaluc"a. 9 esa +obernación pertenec"a la 3rovincia de Santa 6arta, de la cual !ormaba parte el 2alle de Upari el ue comprend"a el valle del @"o Cesar, la -aja y la 9lta uajira. )os españoles #ab"an tra"do sus cantos, como tambi(n sus instrumentos* e i+ual cantaban y ten"an instrumentos los primi+enios #abitantes de la re+ión de Upari, los C#imilas, indómitos y bravos abor"+enes ue en repetidas ocasiones rec#azaron a los españoles. 6ientras los españoles insist"an, muc#os esclavos !u+aos de Santa 6arta y @io#ac#a buscaron re!u+io en auellas tierras sin conuista. )os ne+ros, ló+ico, tambi(n cantaban y #ab"an con!eccionado instrumentos similares a los de 9!rica a partir de materiales locales. )os indios resultaron en etremo #ospitalarios con los ne+ros. %e modo ue el proceso de zambaje se dio antes ue el mestizaje. Cuando por !in los españoles lo+raron someter la re+ión a san+re y !ue+o, el pr(stamo cultural entre indios y ne+ros tuvo comienzo. Solo a !ines de ese si+lo, el F2G, !ue !undada la Ciudad de los Santos @eyes de 2alledupar. 9s" empezó a cobrar vida lo ue #oy se conoce como cultura vallenata.
Corrió el tiempo. )os españoles #ab"an tra"do a Santa 6arta +anado procedente de las Gslas Canarias, y un buen d"a decidieron arrear unas mil uinientas reces #asta el lejano 2alle de Upari. 3ero un !eroz a+uacero acompañado de rayos y centellas #izo ue el enorme viaje de +anado de desbandara y se perdiera en los montes. @esultó imposible recuperarlo. %e modo ue el +anado se reprodujo al antojo por m&s de un si+lo entre valles y espesuras. 3ronto, aparecieron las #aciendas, cuyos peones, ne+ros, zambos y mestizos, se dieron a la caza del +anado cimarrón. En ese conteto nació el llamado canto de %a+er#a , ascendiente directo de la m$sica vallenata. En medio de las !aenas, los peones cantaron y cantaron, a las proezas del ue#acer, a los maltratos del patrón, a los sinsabores y las ale+r"as de la vida y al amor por la #embra, unas veces cariñosa y otras desdeñosa. “S#!eme, %aca, %a+ita +e %amos para el play-n, +e all# ten!o a mi morena y media botellas de ron”... “i caballo y mi m/é tienen na peladra. a de mi caballo sana, la de mi m/é no cra”. 9uellos cantos simples, pronto #allaron ritmo y melod"a, y empezaron a ser acompañados por la +uac#araca #eredada de los indios, por un remedo de tambor a!ricano bautizado como ca/a, y por la !lauta de millo.
L% +ue ?al,a(a 9l+o !altaba, sin embar+o, pues la !lauta de millo uedaba corta de armon"a. ab"a muc#o ue epresar y muc#o ue decir m&s all& de las palabras y los versos. Era preciso poner a cantar, cuerpo, alma ...e #istoria. Ese al+o ue !altaba, ese per!ecto complemento, era el acordeón. 7Cómo saber ue !altaba ese instrumento, si no lo conoc"an8 Es ue... s" lo conoc"an y lo #ab"an o"do sonar a lo lejos. %istante, cuando vibraba airoso en las lujosas salas de los patrones, a las cuales mestizos, mulatos y zambos sólo ten"an acceso en calidad de servidumbre. 3ero, en asuntos de !iestas y licores, como en otros asuntos, los patrones eran insaciables. 9s" ue, cuando rendidas por el cansancio, las emperi!olladas damas buscaban la cama, los patrones corr"an a terminar el convite en las cocinas o en los lejanos +alpones de la peonada. ? all", el acordeón, ue #ab"a entrado por las costas para diversión de los blancos, empezó a caer en las manos del pueblo raso... #asta ue por !in desbancó a la !lauta de millo. Se #ab"a consolidado el !enómeno: #ab"a nacido el vallenato de verdad. 9 estas !iestas de !in de !iestas R#oy conocidas con a"ter'parties se les llamó las colitas , pues eran en verdad las colas de los saraos o los ambi+$s de sacoleva, c#ampaña y sat"n, animadas con mazurcas, polas y valses vieneses. 3ero las colitas tuvieron despu(s sus propias colas. Señores y peones no tardaron en salir a la calle en un paseo musical en el ue se mezclaban el !rac y la alpar+ata, el ron criollo y el 6edoc, Strauss y Francisco el Hombre .
El &es,% es 9$s,%&$a El 2alle de Upari continuó aportando al mundo int(rpretes de los viejos cantos anónimos, lo mismo ue compositores ue a#ora !irmaban sus canciones. Esta
nueva ju+lar"a de autor conocido, no tardó en tomarse el pa"s. 3ero lo #izo, curiosamente, desde -o+ot&, lu+ar en el ue auellos cantos aparecieron de la mano y en la voz de jóvenes estudiantes y de desempleados ue lle+aban al altiplano en busca de nuevas oportunidades. -o+ot& les abrió sus puertas, como a tantos otros. %esde la !r"a Capital, lu+ar en el ue el canto vallenato !ue aceptado antes ue en otros lados, auellas rimas lo+raran permear importantes ciudades de la propia Costa 9tl&ntica. Htro !enómeno se operó al tiempo. Con el desarrollo de la a+roindustria al+odonera en los campos del Cesar, muc#os campesinos del Sin$ y de las Sabanas de -ol"var se convirtieron en trabajadores +olondrinas ue aparec"an por los meses de recolección de cosec#as para lue+o re+resar a sus tierras llevando consi+o el !rescor de tantas notas. )a llamada escuela del vallenato sabanero no tardó en aparecer, con cantos adobados con sales de porro y pimientas de cumbia.
@ la 9$s,%&$a "%n,$nu'/// Entre los años sesenta y oc#enta el vallenato lo+ró catapultarse. 5o solo en 2alledupar se a!ianzó la parranda vallenata como institución, sino ue en otras importantes ciudades de pa"s, con -o+ot& a la cabeza, auella instancia cultural se le+itimó. )a parranda %allenata consist"a, y si+ue consistiendo, en una reunión de ami+os, una justa de la palabra, en la ue se bebe, se canta, se cuentan an(cdotas, pero en la ue jam&s se baila pues puede resultar o!ensivo para los maestros de la m$sica y el verso, a uienes les complace ser vistos, escuc#ados y admirados. Una de las partes m&s importantes de la parranda es la pi+eria. El t(rmino tiene su ori+en en la riña de +allos, y viene de pi+e, ue es el reto de un +allo a otro. a pi+eria es un cardinal componente de la parranda, y en ella se desa!"a al oponente con verso irónico y sarc&stico, pasando a veces al plano de lo meramente privado y personal. 3ero en la pi+eria tambi(n se env"a ;recaos +roseros= a supuestos oponentes lejanos, los ue, se+uramente, al+$n d"a responder&n. )a mejor muestra de ese caso es el arc#iconocido paseo de Emiliano Vuleta, a !ota "r#a , en el ue el autor env"a uno de esos ;recaos +roseros= a su contrincante )orenzo 6orales. 3ero en la pi+eria no siempre se pi+erea. Su espacio en la parranda vallenata es usado para muc#as otras muc#as cosas: para conuistar mujeres a punta de !lores verseadas, para ealtar al ilustre visitantes y para contribuir con la reducción de la tasa de desempleo Rver recuadro.
Mas all de la )a&&anda 6uc#os comentan ue es tal la importancia de la institución de las parrandas, ue en ellas se dan a conocer pi+ereando o no los m&s #&biles acordeoneros y los m&s talentosos cantores. Esos ue, lue+o de a+otadas la posibilidades locales, se lanzan a conuistar !ama y dinero, lo+r&ndolo a !in de cuentas. )os #erederos de auellos ascendientes campesinos iletrados y andarie+os, pronto se convirtieron en estrellas ue brillaron en el !irmamento nacional. Entre
ellos, el +ran maestro @a!ael Escalona, a uien #ay ue culpar como al diablo de ue el tan provinciano vallenato #ubiera lo+rado conmover el alma de los bo+otanos y lue+o al resto del pa"s, con sus deliciosos paseos, sus suaves y dulces sones, y sus ale+res y bullan+ueros meren+ues. )os conjuntos proli!eraron, y las casas disueras empezaron a #acer de las suyas* y, no d&ndose siempre la coincidencia del doble talento de cantante y acordeonero en la misma persona, sur+ió de repente la !i+ura del cantante estelar: ese ue #ac"a pareja con un muy bien dotado acordeonista, tambi(n estelar. Estos binomios de oro empezaron a proli!erar. >odo ello contribuyó a ue el ser int(rprete vallenato deviniera en una respetable y lucrativa pro!esión. 3ro!esión ei+ió m&s y m&s para su ejercicio. Con el tiempo, el p$blico no sólo demandaba m&s int(rpretes y nuevas canciones, sino mayores espacios para divertirse en !orma masiva, como las casetas y los estadios. ? ei+"a conjuntos m&s +randes y m&s y sonoros, de seis, oc#o, diez, doce, veinte m$sicos. )os conjuntos se abrieron como la cola de un pavo real, con su plumaje de con+as, +uitarras el(ctricas, tumbadoras, bajos el(ctricos, maracas, teclados, cobres y bater"a. Estaba claro ue #ab"a ue competir con el meren+ue dominicano, con la salsa de Cali y del Caribe, con el son cubano, con las oruestas de porros y con los el-dicos y los 0illos venezolanos. 5o era !&cil la tarea. >ales dimensiones empezaba a alcanzar auella m$sica simple, llana y elemental de los principios. 9#ora s" se sent"a, como nunca antes, la presencia de )uci!er en el asunto.
El tate-quieto del Fes,$5al 5o #ay ue ne+ar ue la idea del Aestival 2allenato entró a poner orden en la sala. 9 darle al !enómeno, como dicen en la Costa, su tate'+ieto. El Aestival de la )eyenda 2allenata tuvo su primera versión en abril de 1PQL, y en este año K00N celebrar& su tri+(sima s(ptima justa al !inal del mismo mes. En auel QL lejano semanas antes de la +ran revuelta estudiantil de 3ar"s, la diri+encia vallenata encabezada por la Cacica Consuelo 9raujono+uera, el compositor @a!ael Escalona, la distin+uida 6yriam de )acouture y doña Cecilia ;)a 3olla= 6onsalvo, presentaron a Colombia una alternativa de celebración de la cultura y de la vida, cuyo primer rey !ue uien deb"a ser: el +ran 9lejandro %ur&n. 9 partir de la primera elección, muc#os reyes uno cada año #an sido coronados y muc#os Tpr"ncipesI electos en las restantes cate+or"as, ue van desde la canción in(dita #asta la de semipro!esionales, pasando por la de a!icionados y la de canción in(dita. 9 partir de entonces, tambi(n, 2alledupar despe+ó #acia el lo+ro de la cate+or"a de polo tur"stico, uno de los m&s importantes del pa"s, especialmente por esas !ec#as en las ue es casi imposible conse+uir #abitación en los #oteles. 3ero si !altan #oteles, sobran las casas, en las ue con los brazos abiertos como puertas los vallenatos #acen +ala de una #ospitalidad ue lle+a acompañada de los mejores platos de la euisita cocina local el +uiso de c#ivo como bandera y blasón, de interminables parrandas, con pi+eria incluida, de los
mejores licores y de las m&s euisita cordialidad. )a euberante euberante !arra del del Aestival Aestival se cierra cierra el d"a de de la 2ir+en del @osario, @osario, en el ue anualmente se conmemora conmemora la tenaz luc#a de los primi+enios pobladores ind"+enas contra los conuistadores ue tanto tardaron en someter el territorio. En la noc#e de ese d"a, se lleva a cabo en la tarima principal la +ran eliminatoria de los pro!esionales. %e ella sur+e el @ey vencedor, el ue, como todos los dem&s participantes de toda cate+or"a, deber& #aber interpretado los cuatro ritmos vallenatos paseo, son, meren+ue y puya sin acudir a los diabólicos artilu+ios del ran Culpable. Es decir, como parte de un conjunto de tres m$sicos ue, de manera canónica, toca los tres instrumentos sobre los cuales el !enómenos asentó sus comienzos: la caja, la +uac#araca y el acordeón. Ese tate'+ieto, ideado por los pioneros del Aestival, es lo ue #a #ec#o decir a muc#os obispos de la Costa ue, pese a ue el diablo !ue el culpable de todo, sólo en el Aestival palpita y vive la presencia de %ios.
@ la )&esen"$a de Al 3or #aber de!endido auello de la disputa musical con los tres instrumentos tradicionales, muc#os vallenatos ilustres se #an buscado problemas. >al es el caso del compositor A(li Carrillo inojosa, de uien 5umas 9rmando il dice ue, ;por !undamentalista=, !undamentalista=, deber"a ser llamado ;El talib&n del vallenato=. 9nte el pi+e, A(li Carrillo no se #a uedado uieto. @eaccionando Tde vallenata maneraI, #a mandado ;un recao +rosero= a 5umas 9rmando il* tan +rosero como auel de )orenzo 6i+uel: “1rmandito me 2a tratao de talib&n del %allenato. 3é tipo tan atrasao4 soy talib&n de/ace rato”
3osdata: Entremos, pues, al +oce +oce vallenato vallenato en la nueva nueva versión versión del del Aestival, Aestival, de la mano del del diablo, diablo, de 9l& y, sobre todo, todo, del %ios >odopoderoso, >odopoderoso, Wnico y 2erdadero. 2erdadero. ? de la mano de la nueva nueva teolo+"a teolo+"a caribe, caribe, porue, perm"taseme perm"taseme decir decir ue... ue... En la Costa, %ios es costeño y usa +uayabera. +uayabera. 3ero, 7dir& 1y, 2ombe, /epa /é5
Se+uramente s", sobre todo cuando, contento, nos ve a todos en misa.
B/ LECTURAS COMPLEMENTARIAS
-/ Pa&a +u s$&5e ‘la piqueria’ /
Pa&a de,e",a& a l%s 5e&sead%&es #s a,&e5$d%s/ 5adie ue no sea talentosamente talentosamente atrevido, sale bien librado de una pi+eria vallenata. )a pi+eria es una justa, como auella de los caballeros de la edad media, en la ue cuentan las espuelas, la armadura, armadura, el caballo, la lanza, el valor, la entre+a... y #asta el relumbrante penac#o. En la pi+eria se batalla, como en el medioevo, por el #onor y por el amor de una dama, all" presente ...y casi siempre silenciosa. Solo de entre los mejores sale el mejor.
"asa%s de ,$e#)% ,$e#)% a,&s/ a,&s/ ay verseadores ue casan pi+erias in!initas, y no es etraño ue el pi+e verbal se etienda por años, de Pa&a &e5$5$& )$+ues "asa%s parranda en parranda. 9l+unas veces resulta imposible detectar la !ec#a del comienzo de un pi+e, y solo se comenta ue !ulano y zutano no se pueden ver, y ue cuando se vean... /se van a levantar a versos
Pa&a sa"a&se 5$e1%s 5$e1%s "la5%s/ "la5%s/ 9l+o tiene ue ver este punto con el anterior, pero no tanto. ay pi+es ue no son TcasaosI TcasaosI de por vida, vida, sino puntuales puntuales y espec"!icos. Un comentario adverso, un des!ase verbal, el +esto de in+ratitud de un ami+o o conocido #a uedado en el alma de un verseador como una piedra en el zapato. )a pi+eria, entonces, se presenta como el espacio ideal para sacarse el clavo, recibir los descar+os y pasar a borrones y cuentas nuevas. /? va el tra+o, compadre T>odo arre+laoI.
Pa&a 9a"e& ?a#a a "%s,$lla de %,&%/ Este %,&%/ Este es un sindrome particular de los jóvenes talentos, de esos ue se aparecen en las parrandas para ver u( cantante o verseador conocido #a entrado a participar. %e modo ue, por ejemplo, sin ue un 3onc#o Vuleta nada le #aya #ec#o, el intr(pido aparecido pasa a decirle en verso ue est& !laco y TacabaoI, y ue la !ama lo tiene TatropellaoI. Si 3onc#o le responde, el nuevo talento se #a salvado.
Pa&a e;al,a& la )&esen"$a de $lus,&es 5$s$,an,e/ 3arranda ue se respete, dice Ernesto 6cCausland, tiene ue contar con un visitante ilustre, y si es cac#aco, mejor. 9 ese conspicuo sujeto se le ealta #asta elevarlo al cielo. >oda presencia ilustre adorna una parranda con pi+eria. Eisten, incluso, !órmulas de rima ya manidas. Si el visitante es de apellido Cajiao, el verseador dir& ue, de verlo, est& TemocionaoI* si es de apellido )ópez, le es dedicado Teste toueI* si es un Samper, ealtar&n a su Tbella mujerI* si se apellida Corredor, siempre ser& un Tinsi+ne doctorI. ? as"...
Pa&a lanza& "and$da,u&as )&es$den"$ales/ El ilustre visitante, aunue no posea las cualidades, aunue le !alten cinco millones de votos y aunue por m&s ue se es!uerceno d( la talla, saldr& de la pi+eria investido de precandidatura presidencial. ? si es cac#aco, m&s r&pido, y si su apellido es Ci!uentes o 2aliente, con toda se+uridad, de los versos de esa pi+eria... Tsaldr& presidenteI.
Pa&a le5an,a& "9a#(a/ Este punto O es, ló+ico, el colo!ón de los dos anteriores, N y Q. Como en el N y Q de los caballos, el atrevido joven verseador el de los puntos 1 y Mvisitar& m&s tarde en -o+ot& a auel ilustre, "nclito, brillante y ealtado visitante, en busca de ue le ayude con una recomendación para un puestecito en la Contralor"a, por ejemplo. 9s" ue, una vez lo vea en un pasillo o en un ascensor, le dir&: ;%octor, 7se recuerda de m"8 ?o soy auel muc#ac#o ue le versió en la pi+eria del pasado Aestival, 7se acuerda8: el ue lo lanzó para presidente. El joven talento podr"a lo+rar la recomendación solicitada. Aalta ver u( dice el Contralor.
Pa&a 9a"e& las )a"es/ Un pueblo al ue, culturalmente, tanto trabajo le cuesta pedir perdón y reconocer errores, encuentra en los cantos de la pi+eria la mejor oportunidad para #acerlo, de manera ele+ante y sin TrajarseI como los c#arros meicanos. El est"mulo de un par de Oldparrcitos sirve como empujón !inal para cantar: “6erd-neme, compadre +erido por lo +e ese d#a le 2ice . 7e la pea estaba "ndido y o"enderlo nnca +ise”. ? all", plasplas, viene abrazo, y ami+os de nuevo. /2a el tra+o
Pa&a "%n+u$s,a& #u"9a"9as/ 3or al+o nuestra len+ua #a acuñado la epresión ;ec#ar !lores= para si+ni!icar cumplidos y +alanter"as #acia las damas. 9s", pues, la pi+eria es al+o mandado a #acer para presentar a las #ermosas muc#ac#as actores pasivos de tales eventos, por lo re+ular ramilletes de rosas verbales en los ue t(rminos como #ermosura, belleza, donaire y #asta TbonituraI +ozan de colores, aromas y sabores. 9nte los versos, las sonrisas !emeninas no se #acen esperar. /a empezado la conuista
Pa&a e"9a& $nd$&e",as a?e",$5as a la ,$n$e(la de ,u&n%/ Es tan sutil a veces el manejo del len+uaje vallenato en todos sus planos y operaciones, ue raramente se percatan los asistentes a una parranda con pi+eria de la eistencia de un Ta!!aireI entre una dama y un caballero presentes. En la pi+eria, los amantes ponen a prueba la e!ectividad de un códi+o ue, como todo códi+o, es ci!rado.
C%n"lus$'n: Como #emos visto, la pi+eria, para lo ue a veces menos sirve es para pi+erear .
4/ FUENTE VALLENATA ///de Ad%l?% Pa"9e"% un "an,% +ue e;)l$"a el 5allena,%/
;Como auel alem&n ue te !orjó y te puso en las manos de un pirata, tienes, sant"simo acordeón, penas
como las de tu raza. ? #as recorrido el mundo #ec#o canción mezclado con la san+re vallenata.
El ne+ro, lamentando su dolor, del 9!rica te trajo compañ"a. 3uso el l"rico tambor, caja de bellas armon"as. 3ero, como al sonar te coueteó, uedó prendado de tu melod"a.
El indio, del corozo y para ti, la caña entrecortó sin la esperanza de ue !ueras a recibir el son de la +uac#araca. 3or eso, ese instrumento es para m" el rey de la parranda vallenata,
porue los de mi tierra y los de au" conllevan la nobleza de esa raza=.
/ DESCALIFICACIÓN
R6inicuento de %. S&nc#ez 'uliao
9lejandro %ur&n !ue un #ombre #onesto. Como persona y como m$sico. Aue proclamado @ey de la primera versión del !estival nacional de m$sica vallenata y jam&s volvió a participar, aunue sab"a ue ser"a ele+ido @ey cuantas veces se presentara. Aue !iel a muc#as cosas. 9 su ori+en campesino, a su m$sica simple y transparente como el a+ua, y a sus letras elementales. Una vez, lle+ó a a!irmar: ;5o me molesta ue los dem&s evolucionen. )o malo ser"a ue evolucionara yo=. )a noc#e ue epuso su voz y su toue ante el jurado y el p$blico con+re+ados en la plaza de 2alledupar, se euivocó en la marcación de un bajo sobre el teclado del acordeón. Entonces, suspendió la interpretación en !orma abrupta y dijo al micró!ono: ;3ueblo: me acabo de descali!icar=. El pueblo no aceptó, pues desde antes de verlo subir a la tarima ya lo #ab"a ele+ido @ey.
./ LA unja, en el cual encerraban a los presos m&s peli+rosos=. Era un calabozo estrec#o y oscuro, cuya m"nima luz penetraba por una rendija por la ue tambi(n ca"a una recurrente +ota !r"a sobre la cabeza del recluso. El maestro Emiliano Vuleta, #ombre talentoso y recursivo, ec#ó mano de auel elemento para dar a entender a su contendor, )orenzo 6orales, ue si veraseaba con (l podr"a pasarle lo mismo ue a los m&s peli+rosos presos del panóptico.
C/ TIPS/ RECOMENDACIONES/
-/ C'#% en,&a& de "%lad% a una )a&&anda
3rimero ue todo, el visitante debe averi+uar ui(n o!rece la parranda y ui(nes son los "ntimos ami+os y compadres del o!erente. Con auello claro, el candidato a TcoladoI debe entrar a la Tcasa parranderaI como 3edro por la suya, utilizando el ;/ras el tercer sonoro abrazo, es !undamental pre+untar por el dueño de casa. El abrazo de bienvenida de este, le+itimar& la TcoladaI. Ense+uida, debe pre+untarse al o!erente o dueño de casa con nombres propios por dos o tres de sus m&s ueridos compadres, los ue all" de se+uro estar&n. Esos abrazos compadreros ser&n entonces la con!irmación despu(s del bautismo. %e all" en adelante, puede ya usted considerarse un Tcolado o!icialI. %e resto, desenvu(lvase a su manera y apliue el viejo a!orismo de las abuelas: ;9 m"... ue no me den. 6&s bien, p-n!anmen donde #ay=.
4/ C'#% &e"%n%"e& en una ?$es,a a Ra?ael Es"al%na 3ara el e!ecto, apliuemos una !rase, +enial por cierto, del 5obel arc"a 6&ruez: ;Cuando t$ lle+as a una parranda en 2alledupar y ves a un #ombre ue se pavonea por una casa ajena como por la propia, ordenando atender a la +ente, indicando u( X#isy debe servirse y meti(ndose a la cocina a supervisar el #ervor de los sancoc#os* un #ombre ue, adem&s, lleva puesta una camisa ele+ante y !ina ue nadie m&s lleva, ese... ese es @a!ael Escalona=.
/ C'#% a!uan,a&se la #8s$"a ,%da la n%"9e Eisten tres re+las de oro, probadas y reprobadas, para lidiar con la )C6 )icencia para la Contaminación por 6$sica de la ue 2alledupar +oza por los d"as del Aestival. 3rimera re+la: llevar tapao"dos R earpl!s, en in+l(s. )as aerol"neas ue vuelan a la ciudad por esos d"as los !acilitan junto con las bolsas para el mareo. ay ue coloc&rselos antes de acostarse. Se+unda: #ablando de acostarse, #ay ue #acerlo lo m&s tarde posible en la noc#e. 9s" las #oras del )C6 ser&n menos. ?, tercera: si el ruido vallenato persiste, se recomienda #aber llevado un ejemplar del diario E) >GE63H en el ue aparezca, en su p&+ina editorial, una columna de ;Espuma de los acontecimientos= de 9bdón Espinosa 2alderrama. Empiece a leerla, con los tapones de o"dos bien puestos, y pronto el sueño lle+ar&, pese a cajas y +uac#aracas.
./ C'#% "%la&se en la ,a&$#a VIP 6uy !&cil. )le+ue de camisa y corbata #asta el lateral en donde aparece el aviso de ;>arima 2G3. Entrada= y d"+ale al polic"a ue usted pertenece a la comitiva del doctor !ulanodetal. 5o olvide lo de doctor . 9lvaro @ojas >ejada, un abo+ado bo+otano, lo lo+ró, !in+i(ndose de prisa y +rit&ndole al polic"a, ;3ermiso, permiso, ue yo soy de la comitiva del doctor %avid S&nc#ez 'uliao=. El polic"a, claro, de inmediato se #izo a un lado y lo dejó entrar. Cuando, una #ora despu(s, yo intent( entrar yo, ue s" estaba invitado, el polic"a no me lo permitió, porue no #ablaba cac#aco, no llevaba corbata y no pertenec"a a la comitiva de al+uien.
/ C'#% 5es,$&se a)&%)$ada#en,e )a&a )asa& )%& "%s,e*% de al"u&n$a 7 n% )%& !&$n!% )%(&e >anto para #ombres como para mujeres, la re+la es: a los actos del Aestival 2allenato se asiste, o vestido Tde marcaI o vestido de lino R T#ol&n de #iloI, ue llaman* en el caso de los #ombres, +uayabera. )as marcas m&s idóneas para aparecer como +ente importante, son, se+$n los costeños las llaman, ;)a babilla= y ;)a burra=, es decir, acoste y 6olo. 9mbas, aceptables en camisas o playeras masculinas o en blusas !emeninas. 9bst(n+ase en lo posible de las rid"culas rayitas de 8ommy y de la antiest(tica velita de barco de 9atica. Esas, son m&s baratas y m&s c#imbiables. Se puede vestir de claro todo o combinar claro y oscuro. 'am&s use esas camisas de seda sint(tica con loros, palmeras y barcos estampados en tonos subidos ue venden por diez dólares en los :al!reens de 6iami, como tampoco sombreritos de paja para jardineros americanos #ec#os en >aiX&n, porue a#" s"... le dir&n, ;9j&, 7y t$ vienes vest"o de +rin+o pobre8=
3/ Gu ,&a!% ,%#a& en Valledu)a& 2alledupar es la ciudad del mundo en la cual se puede beber X#isy con mayor tranuilidad, /ue ni en una ciudad de Escocia El X#isy suele ser tan barato y de tan buena calidad, ue un d"a la vallenat"sima )olita 9costa me dijo: ;/
J/ F$nal#en,e: "'#% )asa&la "95e&e0 =a7 9%#(e>0 %l5$dnd%se de ,%d%/ %e todo #ay ue olvidarse en 2alledupar durante la celebración del Aestival dice el compositor ustavo uti(rrez, menos de una cosa importante: de ue #ay ue olvidarse de todo. ?, para lo+rarlo, no solo #ay ue se+uir al pie de la letra las recomendaciones #ec#as, sino ue debe tenerse muy claro ue cada tierra tiene una manera particular de divertirse, como la tiene de comer, de soñar y de amar. Cero cr"ticas. Esa es la clave, cero cr"ticas y muc#o respeto por lo ue esta +ente #ospitalaria, creativa y uerendona #a construido a partir de la cotidianeidad. Cosa tan seria, ue #a trascendido las !ronteras lo+rando despertar el inter(s de muc#a +ente en otros pa"ses, y de manera tan !uerte y poderosa ue al+uien #a lle+ado a a!irmar ue el ser vallenato podr"a presentarse ante el mundo como alternativa de +oce, de encuentro con uno mismo y de !elicidad. /9y, #ombe, juepa je
AHMED0 EL KRABE/
(En na %ia/e a 9e%a or<, el escritor 7a%id S&nc2e= >liao t%o la oportnidad de con%ersar con n ta?ista de esa cidad, desde el 1eroperto @ennedy 2asta la isla de an2attan. a con%ersaci-n sostenida entre escritor y ta?ista, y los detalles del %ia/e del aeroperto a la cidad, ponen de presente mc2as cosas +e 2oy, ante los recientes acontecimientos en el edio Oriente, aparecen como re%eladora)
Eran tres o cuatro, no recuerdo muy bien, me dijo, mientras buscaba mis ojos en el espejo retrovisor, pero yo lo miraba a (l desde la silla trasera. 4l conduc"a y yo iba de pasajero y, claro, me suced"a lo ue a uno le sucede cuando entabla conversación con un taista. )o #ab"a tomado en el 9eropuerto Dennedy de 5ueva ?or y me llevaba #asta la calle AA East de 6an#attan. Estaba de prisa. Cuando no la ten+o, acostumbro tomar el autob$s #asta 6enn Station y de all", s", a+arro el tai a casa. 3ero auel d"a mi vuelo #ab"a lle+ado con #oras de retraso. Eran tres o cuatro, repitió, blancos todos, Basps, usted sabe, me atacaron saliendo de un roceries Store , casualmente por all" por donde usted va, por la AA East con e?in!ton, yo no luzco muy &rabe, usted ve, pero pienso ue me oyeron #ablar cuando ped" una cajetilla de ci+arrillos. 9#, esto de las torres lo #a cambiado todo au" en 5ueva ?or... y en el mundo. ?a busc&bamos el *an :yc< E?pressBay , es decir, la Carretera Gnterestatal D . Su nombre era 9#med, me dijo, y #ab"a sido un 3#.%. en in+enier"a. 7ab"a
sido8, le pre+unt(: es, indeed respondió 9#med en per!ecto in+l(s, y por el indeed, m&s ue por el acento, supe ue #ab"a estudiado en Gn+laterra, pero 7cómo es eso de ue uno puede ser un e3#. %8 3ens( ue resultaba tan absurdo como ser eescritor. S", respondió, al volante del tai, muy pendiente de mantenerse en el carril ue le correspond"a, pese a la prisa y el descuido de los otros conductores. S", claro, insistió, nos #a pasado a muc#os de ori+en &rabe. 5o sólo a m". >rabajaba en una compañ"a de in+enieros en 6an#attan, y con cualuier preteto en la semana del 1K al 1P de septiembre nos !ueron despidiendo a todos, uno a uno, pero bueno, ya pasar&, nos dijimos y, 7y8, y usted sabe, pese a todo... este pa"s es en s" mismo muy recursivo, !ui a una compañ"a de tais y, +racias a %ios, pude conse+uir trabajo como taista, 7a %ios8, s", s" señor, si lo uiere saber: soy musulm&n. 3ese a ser de donde soy, pues en mi pa"s son m&s los cristianos. 7%e dónde8 )iban(s, soy de Va#le, )"bano, #ermosa tierra. 7%istinción, dice8 5o, jam&s, au" no suelen #acer distinciones. 3ero... usted no es americano, 7verdad8, no, 7de dónde8, de Colombia, Sudam(rica, a#, entonces s" puedo decirle al+o: son i+norantes, ricos pero i+norantes. Se de!inen con dos palabras: nuevosricos. 6e duele muc#o lo de las torres, señor colombiano, 7sabe8, conoc" +ente ue trabajaba all", dos in+enieros ami+os, uno &rabe y el otro americano, !ue doloroso, muy doloroso, pero eso no les da derec#o... 79 u(8 9 tratarnos como nos tratan, 7#a visto usted cómo nos tratan8, no, es la primera vez ue ven+o a 5ueva ?or lue+o del desastre. 3ero, 7por u( i+norantes, 9#med8 Señor: #abr"a ue #acerles claridad, muc#a claridad, a ellos y al mundo. 6ire, este pa"s parece empezar a desmoronarse, tiene ue #acer al+o para no convertirse en un Superm&n senil, 7me entiende8, pues esto, lo de las torres, #a sido la primera uru"a, 9ustro#un+r"a, Gn+laterra, Arancia, 3ortu+al, España, la #istoria es c"clica, y #ay ue aprender de ella. >ienes @azón, 9#med, 7no es cierto, señor8, s", doctor, le respond", y (l sonrió al espejo, ya nos mir&bamos a trav(s del espejo retrovisor. 3rimero ue todo no #ay ue +eneralizar: a ellos, a los americanos, les sucede con Hriente lo mismo ue les sucede con la 9m(rica )atina de usted, señor, s", le dije, !"jate ue #ace unos años @ea+an saludó en -o+ot& a los #abitantes de )a 3az, 7cómo as", señor8, es ue -o+ot& es Colombia, 9#med, 7y )a 3az8, )a 3az es -olivia, o#, lo siento, señor, no #ay problema, doctor 9#med, y (l volvió a sonre"r, no #ay problema porue todos en el mundo somos i+norantes, en mi pa"s, Colombia, no sabemos en u( parte del )"bano ueda su #ermoso Va#le, pero a$n peor: no somos capaces de responder a la si+uiente pre+unta: 7u( capitales tienen @Xanda, >anzan"a, 6alasia, Uzbeist&n o -an+lades#8 S", dijo 9#med, sobre los Estados Unidos lo sabemos todo porue nuestros pueblos, el suyo y el m"o, son colonias, 7entonces, doctor8, volvió a sonre"r con lo de doctor, 7entonces8, pues ue me #an atacado a la salida del roceries porue para ellos los a!+anos y los libaneses, o los sirios o los palestinos o los musulmanes c#i"tas o los sunitas, o los !undamentalistas o los no !undamentalistas, son la misma cosa, 7entiende8 7Ser& ue todos en el mundo somos i+norantes, 9#med, y ue la i+norancia +enera violencia e intolerancia8 9#med +uardó silencio, tomó una curva con el cuidado de un in+eniero y #abló, mientras yo empezaba a etrañar en el amplio panorama a distancia de la uerida 5ueva ?or la presencia de auellas dos torres ue casi tocaban el cielo. Est&bamos ya a punto de entrar al on! Gsland E?pressBay , ese lar+o corredor
entre -roolin y uru"a, Gn+laterra, Arancia... y au" estamos, conduciendo tais en 5ueva ?or... cuatro mil setecientos años despu(s, /u( barbaridad, 9#med, s", como !enicios !undamos Carta+o, C&diz, C#ipre y muc#os puertos m&s en el 6editerr&neo, domin&bamos ese mar y le dimos la vuelta al J!rica nave+ando... 7H"ste #ablar de 6a+allanes, 9#med8 6a+allanes es un nave+ante de ayer por la tarde, señor, 7s"8, claro, 7u( len+ua #abla usted, señor, español8, ustedes #ablan español en )atinoam(rica, 7verdad8, s", claro, pues.... #ablando de 6a+allanes, y de 3ortu+al y de España, sepa señor ue lo ue usted #abla es nuestra len+ua, el español y el portu+u(s tienen los #uesos del lat"n y del +rie+o, pero la carne es nuestra, es &rabe, lo s(, 9#med, lo s(, 7lo sabe, verdad8, 7sabe usted ue, a trav(s de España, ustedes car+an toda la cultura de Hriente, de la cual el Gslam lle+a a ser #eredero8, 7sabe ue despu(s de la epansión musulmana, y de la creación de los emiratos de -a+dad por los abas"es y de %amasco por los omeyas, y tras la conuista de España, ustedes reciben de estos $ltimos la $nica car+a de sabidur"a ue #abr"a podido #acer de su 9m(rica )atina otro mundo, un mundo mejor8 79#8 5o se etrañe. 6ire, señor: nosotros !uimos, #emos sido, una cultura de alt"sima so!isticación, de un re!inad"simo +usto, de vastas in!ormación e inteli+encia, /claro, 9#med, 7ui(n inventó el &l+ebra, señor, y el arte de la nave+ación, y el papelmoneda, y ui(n empezó al tiempo con los mayas a manejar el concepto del cero, ui(n la astrolo+"a, señor, ui(n #umanizó la aruitectura, #aciendo poes"a a partir de la piedra, señor, ui(n enseñó al mundo el sentido de lo sensual en la vida, de las delicias del vivir, del baño con a+uas !rescas, del re!inamiento en el comer, de la sensualidad en la m$sica, ui(n8 )os &rabes, 9#med. /Claro ue nosotros los &rabes, señor 6ire: el mundo &rabe, y cuando no (ramos &rabes, el mundo musulm&n, lle+ó a cubrir una etensión mayor ue la del imperio romano, 7sabe u( nos pasó8, 7u(8, ue las #ordas mon+oles de en+is D#an y todos los suyos destruyeron, redujeron a cenizas, uno a uno, todos nuestros +randes centros reli+iosos y culturales y nuestras +randes y #ermosas ciudades a lo lar+o de la llamada Kta de la Seda ... desde m&s all& del norte de Gndia #asta casi las puertas de %amasco. 5os pasó con los mon+oles lo ue le pasó a @oma con los b&rbaros. 5osotros, los isl&micos, lue+o de la epansión, de la
conuista de muc#os territorios tras la muerte del 3ro!eta, dejamos las artes marciales a un lado y nos dedicamos a pensar. ? ese !ue un +ran error. 7? u( dec"as de España, 9#med8 9#, eso mismo nos pasó con España* y con 3ortu+al. 5os dedicamos a pensar. emos debido pensar sin dejar de prepararnos para luc#ar en de!ensa de lo ue consider&bamos de!endible. 5os embebimos en las abstracciones y en la contemplación de las estrellas, no s(, 7ve usted8, ya se #a empezado a ali+erar el tr&!ico. Era cierto. ?a 5ueva ?or se per!ilaba en toda su +randeza, pero resultaba inconcebible su visión sin las dos enormes torres. 7%ec"as, 9#med8 Con respecto a España dec"a... ue en el año O11 los &rabes conuistamos esa tierra como v&ndalos, 7sabe ue de all" viene el t(rmino *andalcia, ue lue+o se trans!orma en 9ndaluc"a despu(s en 1l Lndal= , pues entramos por el sur, pasando desde el norte de J!rica por el Estrec#o de ibraltar. En Gberia permanecimos #asta 1MPK, /oc#o si+los, señor, si, doctor R9#med volvió a sonre"r, y durante esos oc#o si+los, España !ue un laboratorio de la convivencia pac"!ica y la tolerancia, ya ue compartimos tiempo y espacio con los jud"os se!arditas y los cristianos, incluso durante el reinado de 9l!onso F, El Sabio, rey de la tolerancia, y uien #izo traducir el Cor&n y el >almud al lat"n, /ima+"nese: u( lección para los nuevos tiempos, s", porue en las universidades de >oledo, ciudad desde donde (l reinaba, se estudiaban tetos de las tres culturas al tiempo, -iblia, Cor&n y >almud. /oledo de buenos tenores, 7se r"e, señor8
S", 9#med, me r"o. 3ues... mire ue 9bisenas no estaba solo, 7#a o"do #ablar de 9berroes, el !ilóso!o ue desde el Cali!ato de Córdoba reincorporó al mundo los escritos de 9ristóteles, ue (l #ab"a traducido del +rie+o al &rabe, lue+o del incendio de las bibliotecas del mundo civilizado por parte de los b&rbaros a la ca"da de los romanos8, /u( #abr"a sido de Hccidente sin esos documentos conservados por nosotros, 7se da cuenta de cómo el @enacimiento europeo sin la intervención de mi pariente 9bisenas #ubiera sido imposible8 6an#attan estaba a la mano y a$n m&s a la mano el East Ki%er , de modo ue nos #all&bamos a punto de entrar al idtoBn 8nnel , el subterr&neo ue pasa el r"o por debajo. Ser"an apenas tres minutos, si acaso. S", doctor 9#med, s", pero... 7por u( dec"as ue los &rabes, desde España, nos #abr"an podido entre+ar a los #ispanoamericanos un mundo mejor8 Simple, señor, simple: los anti#(roes, en nuestro concepto, !ueron los reyes católicos de Castilla, 9ra+ón y )eón, Gsabel y Aernando, pues eran +uerreros, poco sabios, contestatarios, no liberales ni pro+resistas, oscurantistas como este t$nel al ue acabamos de entrar, amaban las armas mas no la ilustración, y adem&s trancaron la @e!orma ue ven"a del norte de Europa #aci(ndole la +uerra al pensamiento y a la ciencia. Eso (ramos, tambi(n, nosotros al sur: ciencia y pensamiento... nos derrotaron militarmente y nos epulsaron #acia 1MPK, en el mismo año en ue, desde nuestras tierras andaluzas, Colón zarpaba #acia el 5uevo 6undo. 5o #ab"a pensado en eso, 9#med, perdón: doctor 9#med. 6e est& tomando del pelo con lo de doctor, no, 9#med, lo di+o en serio, 7se ima+ina, señor colombiano, u( #abr"a sido de su 9m(rica ispana si los reyes católicos, en vez de enviarles a ustedes todos los prisioneros y bandidos y ladrones y asesinos ue les enviaron, nos env"an a nosotros8.... si en vez de a 3izarro les env"an a 9bisenas, si en vez de a Cort(s les env"an a 6aimónides, si en vez de a -alboa les env"an a 9berroes, si en vez de... conuistadores y +uerreros y curas e inuisidores les #ubieran enviado matem&ticos, m(dicos, !ilóso!os, m$sicos, aruitectos y pensadores, /se ima+ina, señor, la potencia ue ser"a su 9m(rica )atina, 7se ima+ina, señor, el enredo de cabeza en el ue #an vivido ustedes por años en una 9m(rica ispana ue recibió primero )a Contra@e!orma y si+los despu(s )a @e!orma8, eso, me ima+ino, es como tomarse uno un pur+ante antes de intoicarse, 7o no8 S", 9#med, o ser"a como llamar a la Cr= Ko/a para ue pon+a minas uiebrapatas o para ue #a+a estallar una +ranada. -ienvenido a 6an#attan, señor colombiano, +racias, 9#med. 6an#attan +ozaba de una luz transparente, lo not( una vez salimos del idtoBn 8nnel a la calle A East , usted va a las AA East con )ein+ton, 7verdad8, s", 9#med, bueno, ya casi lle+amos... ? a#ora ue mencionaba la palabra +ranada, señor, 7conoce usted ranada en España8, claro, 9#med, y #e vivido en El 1lbaic#n y #e visitado los c&rmenes y #e bebido rioja con mi ami+o >eo en sus tabernas y me #e embelesado en a 1l2ambra , y me ima+ino, señor colombiano, ue #a usted, claro, escuc#ado tambi(n la m$sica de Aalla, El 1mor 0r/o , 7y #a escuc#ado el 0olero de @avel, o su Kapsodia Española , y las 7an=as Españolas de ranados, o todo lo compuesto por
9lb(niz, y la poes"a de )orca, y el poema sin!ónico España de C#abrier, y a Habanera de la Carmen de -izet, o la Sin"on#a Española de )alo, y #asta el Capric2o Español de @imsy Dorsaov, y el !lamenco y el cante jondo8, todo eso viene de nosotros, todo eso es el producto de nuestro sentir, y, por supuesto, señor, estoy se+uro de ue usted escuc#a y baila toda la m$sica #ispanoamericana ue viene en +ran medida de all", de nosotros, 7verdad, señor8, claro, 9#med, clar"simo, y conozco tambi(n la placa ue #ay en la subida a a 1l2ambra y ue re+istra la !rase ue un poeta pronunció a su mujer cuando un cie+o le ped"a limosna en el lu+ar: “7ale limosna, m/er, pes no 2ay en el mndo nada como ser cie!o en ranada”, s", señor, porue, como ya le dije: a 1l2ambra es la piedra #ec#a poes"a y el a+ua #ec#a sentir.... lle+amos, señor, 7dónde8, all", all", por !avor, 9#med. 7?a ve8, no sólo el limosnero de ranada: /todos estamos cie+os, señor ? una pre+unta !inal: 7cree usted ue #ay derec#o a ue en el mundo de #oy, tres supinos i+norantes neuyorinos atauen a un &rabe en un roceries Store cuando ese &rabe se baja, con todo cuanto le #e contado a cuestas, a comprar una cajetilla de ci+arrillos8 )a i+norancia es atrevida, señor. S", 9#med, en 5ueva ?or y en muc#os todos lados del mundo, 7cu&nto le debo8 Cuarenta dólares en papelmoneda inventado por nosotros, los !enicios, señor.
racias. 9diós, 9#med.
EN UN LU
Es apenas ló+ico ue al+uien ue re+resa a España con tiempo su!iciente para satis!acer ciertos deseos, uiera visitar el territorio de )a 6anc#a* y en particular, la localidad de la ima+inaria %ulcinea, El >oboso. 3or ello, una tarde salimos de casa temprano, dispuestos a visitar los alrededores de la 6la=a ayor de 6adrid y #allar de paso al+una in!ormación sobre cómo lle+ar #asta las tierras del 3i/ote. )o lo+ramos y no. 6e eplico:
En la 6la=a de España , ue para m" es m&s el corazón de 6adrid ue la 6erta del Sol , est& localizada la o!icina de turismo. Era posible ue all" nos proveyeran de la in!ormación ue busc&bamos. )a verdad, salimos desorientados. 5os atendió una mozuela castellana de ojos +arzos y tu!illo de vino barato ue, al no #aberse bañado ese d"a, daba la impresión de ue #ab"a venido a trabajar en pijama. YSe va ste= a dececionar , 7e#8Y, me dijo cuando le comentamos ue uer"amos visitar El >oboso: Yoboso, con todo y su polvo y con todo y su ruina decepcionante... !rancamente in!erior, plebeyo, bastardo y subdesarrollado. /2aya, Est& ste= en Europa 7odo lo ue sabemos de (l, pues #emos vuelto ya varias veces al sitio, es ue se llama 'es$s y ue acaba de comprar el lu+ar. Y? au" voy... tirandoY, epresó, como dicen los españoles para si+ni!icar ue van andando, #aciendo la vida. asta entonces ca"mos en cuenta de ue el lu+ar se llamaba El 3i/ote y ue en un +ran letrero de la pared se le"a: YEn n l!ar de Cc2illeros, de cyo nombre s# +iero acordarme.... 5unca supe por u(, pero en el bar de 'es$s, y no sólo por su nombre, me #e sentido a +usto como muy pocas veces en mi vida, y como nunca en 6adrid. ? conste ue esa sensación la tuve muc#o, muc#o antes de ue 'es$s me eplicara, entre jereces y sardinas, entre riojas y c#ampiñones al ajo, lo ue auella primera noc#e me eplicó, cuando alar+ó su mano #acia m" con un mazo de tarjetas del lu+ar:
>oma, toma, para ue las des a tus ami+os en tu pa"s. Hye, 'es$s le dije , 7y por u( bautizaste el lu+ar como El 3i/ote5 'es$s !ue claro, di&!ano, preciso, como un acad(mico: A&cil, #ijo: 7no #as le"do el libro8 /ombre, ue Cervantes uiso si+ni!icar en (l lo ue ves au" en este lu+ar Esto no es un bar, pretende serlo. 6ira u( sucio, mira u( viejo, mira u( poco encanto tiene. Sin embar+o, /vaya, ue esa es la +racia, /joder %ecir ue au" se est& como en un bar, bueno...da cierta risa. 3ero te ima+inas ue est&s en as Ce%as de is Candelas y ya est&: te a#orras el alma. 2aya, ue all& por un jerez te arrancan #asta... 3ero la pasas bien au", e#, 7o no, señor %e la 2e+a 8 ? por pocas pelas Rpesetas . /? vaya u( comida preparo 6ira, ue estos bouerones en vina+re los #e condimentao yo mismo, 7e#8. )a +racia del 3i/ote es ue Cervantes escribió una novela de caballer"a localizada en )a 6anc#a, ue como su mismo nombre lo dice: es la manc#a del mundo, seca, &rida, con perros en vez de dra+ones, con ovejas en vez de !ieras, con %entas en vez de castillos, con porueros en vez de caballeros, con rameras en vez de doncellas. Esa es la +racia del libro. /2aya ima+inación la del t"o 6ira ue (l nació en 9lcal& de enares, #ermosa tierra, pero all" no pod"a localizar una novela ue se burlara de la institución de la caballer"a. >en"a ue localizarla en una tierra ue nada valiera, en )a 6anc#a, t"o. /'oder... burlarse como el t"o se #a burlao de tos los tiempo, con esa ideilla simple 'es$s abandonó su aire ale+re y pre+untó con seriedad : 7?a #ab(is visitado )a 6anc#a y El >oboso 8 2ale la pena, 7e#8. Si entend(is las cosas como os las #e dic#o, porue el resto de España, /vaya, es para turistas. 'es$s no supo ue yo #ablaba en serio, cuando le dije: Hye, c#aval: 73or u( no env"as tu #oja de vida al @ey y le pides a Su a/esta= ue te nombre director de la Keal O"icina de 8rismo 8 /'o... dijo, sonriente ue esos car+os son paZ +ente inteli+ente* a m", d(jame en mi bar.
Un $ns'l$,% des,$n% ,u&6s,$"%: MONTERA ADENTRO
Cuando se piensa en 6onter"a como destino tur"stico, la mejor justi!icación a la ue se puede acudir es a una par&!rasis de la a!irmación de 'uan -. Aern&ndez @enoXisty sobre -arranuilla: ;6onter"a podr"a no ser una ciudad de tarjeta postal, pues el verdadero paisaje de 6onter"a lo constituye su +ente=. Como en los abrasadores veranos de la Gndia, calor y caos son parte de la ma+ia ue suele encantar al visitante* el ue, lue+o de unos d"as en la capital cordobesa, no lo+ra traer a claridad en u( consiste ese noseu( ue lo llama a volver. ?, no pocas veces, a uedarse para siempre en la ciudad. odo ello pertenece, desde lue+o, al m&+ico mundo del #umor y de las bromas parte sustancial del ser caribe, y, por tanto, del encanto de la ciudad. 3ero por otro lado se a!irma en una verdad de a puño, se+$n cierto d"a epresó un !uncionario de la H!icina de >urismo: ;En todo caso, su!rimos menos ue Santa 6arta, pues no nos toca competir con Carta+ena=. ? el mismo a+re+ó: ;/&mara epresó, 6onter"a es #ermosa, muy #ermosa a su manera=. 3ara empezar, valdr"a la pena, entonces, saber poru( la llaman como la llaman:
La Pe&la del S$n8
)a ciudad, con M00.000 #abitantes, es un puerto !luvial sobre las m&r+enes del r"o Sin$. Su !undación data de !inales del si+lo F2GGG, cuando el >eniente 9ntonio de la >orre y 6iranda bautizó un primitivo asentamiento de cazadores monteros con el nombre de YSan 'erónimo de -uenavistaY, trasladado posteriormente
al sitio en donde se levantó con el nombre de San 'erónimo de 6onter"a. En 1PNK la ciudad se convirtió en capital de Córdoba, departamento ubicado en medio de los !(rtiles valles del Sin$ y el San 'or+e, y zona de un enorme potencial a+ropecuario ue posee una muy alta producción de +anados cebados, para consumo interno y para la eportación. 6onter"a es el epicentro de una din&mica actividad a+ropecuaria, principal motor de su econom"a. Como en el resto del departamento, los cultivos de al+odón, arroz, ma"z y sor+o son los m&s sobresalientes en +ran escala. Ar"jol, ma"z, ñame, yuca y pl&tano, +ozan de muc#a importancia como cultivos de subsistencia. 5o obstante, 6onter"a y Córdoba son conocidos principalmente por la calidad de su +anado de ceba, levantado en las +randes #aciendas de sus verdes y !ecundas praderas. )as principales razas ue all" se cr"an son el Ceb$, 3ardoSuizo, olstein, @omosinuano y Costeño* razas autóctonas, estas dos $ltimas. En tiempos recientes se #a desarrollado la cr"a de un +anado de doble propósito Rcarne y lec#e a trav(s del manejo +en(tico y el cruce de varias razas. >odo ello es muestra del alto +rado de la tecnolo+"a alcanzada y de la seriedad con ue las +entes de Córdoba asumen sus tareas en la producción pecuaria. En 6onter"a se realiza en junio de cada año la Aeria Eposición 9+ropecuaria, Gndustrial y Euina, ue re$ne a los mejores ejemplares bovinos y euinos de Colombia. Cuenta con uno de los m&s +randes y modernos coliseos de eposiciones de 9m(rica )atina. 3or el mismo mes de junio se realizan simult&neamente los @einados 5acional y 3opular de la anader"a. 9uello #a tra"do consi+o el ue 6onter"a #aya alcanzado un alto +rado de desarrollo urbano y un mediano desarrollo industrial, y ue la ciudad se #aya convertido en una de las diez m&s importantes ciudades del pa"s. Su actividad comercial es sorprendente, pues adem&s de suplir la demanda de los propios #abitantes, es punto de con!luencia de las zonas rurales aledañas. Es notable, a la par, el desarrollo de la #oteler"a, el ecoturismo, el comercio, la educación universitaria, la industria, la +astronom"a, el transporte y los servicios varios. El impulso urban"stico de la capital cordobesa #a sido de tal ma+nitud ue impresiona al visitante su desarrollo vial de rondas, ciclorutas, alamedas y avenidas, lo mismo ue sus parues y paseos, sus altos edi!icios y el moderno diseño de sus sectores residenciales. >odo, sin embar+o, dentro del esplendente colorido de un imparable caos y de un desorden apenas aparente. 3ero es en ese aparente descuido !rente a las cosas en donde ;)a 3erla= alcanza su m&s alto valor como las perlas verdaderas, etra"das de las ostras en el mar: las m&s valiosas son siempre las m&s irre+ulares. 3orue, tal cual se #a dic#o, 7cómo competir en turismo con al+o ue todos los destinos tur"sticos tienen: avenidas, edi!icios, v"as, edi!icios, almacenes, +randes #oteles, lujosos restaurante y centros comerciales8
L%s en"an,%s de una )e&la $&&e!ula&
Un paseo por una ronda de !resca arboleda a orillas del r"o, un cruce de ese r "o sobre un planc#ón de madera asentado sobre cinco canoas, una compra de artesan"as re+ionales al interior de un mercado p$blico, un cóctel de !rescos camarones condimentados con salsas de dulces aj"es de la re+ión, una punta de anca de res del Sin$ o un tierno pollo abierto asado a la brasa con prin+ues de ajo, un ca!(tinto bebido de pie en la calle y acompañado de +alletas con esencias de limón asadas a la leña y en #orno de barro, un paseo en bicicleta a lo lar+o de una calle inundada de miles y miles de m&s bicicletas, una compra de +olosinas de las !incas de Córdoba con!eccionadas con las recetas de las abuelas, una bebida de peto caliente a las seis de la tarde o de peto !r"o a la diez de la mañana ambos #ec#os con ma"z sembrado en patio, un ju+o de patilla o sand"a rodeado de i+uanas ue se acercan como mansos corderitos #asta los pies del comprador, un mote de ueso Rsopa de ñame con trozos de ueso sinuano derretido acompañado de arroz con coco, espeso suero costeño, ensalada de #abic#uelas criollas y tajadas !ritas de pl&tanos crecidos junto al mar, una visita en el atardecer a las subastas +anaderas, un almuerzo con verdadera pasta italiana en el m&s so!isticado restaurante de un moderno centro comercial, un s&nduc#e de !al&!el o una combinación de delicias &rabes preparadas por las descendientes de los primeros libaneses lle+ados al Sin$, un paseo por el m&s +rande vivero de la Costa Caribe colombiana ue, con el tiempo, se #a convertido en jard"n bot&nico* y, por $ltimo, antes del baño de la noc#e, un plantón bajo el alambrado p$blico a la espera de ue un !ila de +olondrinas paradas en las l"neas de ener+"a #a+an lo suyo, pues la eótica creencia de los calvos monterianos establece ue la ecreta de auel ave es santo remedio para la ca"da del cabello. todos esos elementos constituyen el encanto secreto de una ciudad ue es preciso insistir tiene m&s, muc#o m&s ue o!recer en estos sabores de la simpleza y la cotidianeidad ue en la majestuosidad urban"stica ue muc#os otros sitios del mundo pueden brindar. Unas cuantas perlas de ese co!re de sorpresas ilustrar&n mejor lo dic#o.
De "%#)&as al $n,e&$%& del #e&"ad%
El mercado p$blico de 6onter"a es una enrome y vieja construcción de varias cuadras y un solo piso, tec#ado con planc#as de zinc y rodeado de ventas !ijas y puestos ambulantes. 9l interior, junto a las llamadas ;colmenas= Rpeueños uioscos de madera para la venta de productos propios de todo mercado, se #an or+anizado, al centro de la amplia construcción, los puestos con productos artesanales de la re+ión. Una vez se entra, deviene la sorpresa. >odo cuanto producen las epertas manos de las tierras del Sin$ y las sabanas de -ol"var y Sucre, se #alla all" ante los ojos del viajero* en una atmós!era val+a la pena aclarar[ sin pretensiones y car+ada de visos locales. ? a unos precios ue lo+ran deseuilibrar los presupuestos.
El #$la!&% de La R%nda
3aralela a la mar+en derec#a del r"o Sin$, a lo lar+o de diez cuadras de la 9venida 3rimera en el casco anti+uo de la tradicional 6onter"a, corre una amplia y !resca !ronda de &rboles centenarios. Este re+alo de la naturaleza salvado mila+rosamente de la de!orestación !ue aprovec#ado por una empresa!usión de lo p$blico y lo privado para adelantar uno de los m&s sobresalientes desarrollos del urbanismo latinoamericano. )a llamada @onda del Sin$ es un paseo al mejor estilo de las alamedas europeas, lleno de bancas y recodos para el dis!rute y el descanso, de restaurantes y auditorios al aire libre, de ciclorutas y sitios de tertulia. Este lu+ar, $nico sin duda en Colombia, es una notable contribución a la cultura ciudadana, puesto ue su ecelente disposición y su impecable !uncionamiento #an +enerado en monterianos y cordobeses la aduisición de una clara conciencia ambiental.
Un s$len"$%s% 5$a1e en )lan"9'n
)a necesidad de transporte #acia los nuevos barrios nacidos contra la mar+en izuierda del Sin$, #izo ue los monterianos acudieran a los Tplanc#onesI, una de las m&s viejas !ormas de movilización de +ente y de +anado de una orilla a otra del r "o. )os Tplanc#onesI son plata!ormas de madera, tec#adas y cercadas a manera de corral, y asentadas sobre tres, cuatro o cinco enormes canoas en!iladas. 9uellas plata!ormas !lotantes, ase+uradas mediante cables de acero, aprovec#an la !uerza de las a+uas para moverse y se #an convertido en un atractivo tur"stico, ya ue en el silencioso e incontaminado recorrido, los usuarios obtienen la vista de un &n+ulo poco conocido de la ciudad.
Un 9elad% en Ala#edas del S$n8
El m&s moderno desarrollo urbano de la ciudad #a tenido lu+ar #acia el norte, desde donde parte la carretera ue lleva al mar. )os m&s ele+antes barrios, El
@ecreo y )a Castellana, los m&s modernos centros comerciales, los cines, restaurantes y almacenes de $ltima moda, est&n localizados en auel eclusivo sector ue poco tiene ue envidiar a sus #omólo+os de las +randes ciudades. 9lamedas del Sin$ es, uiz&, el ue m&s sobresale entre auellos centros de compras y de recreación. 3ara contraste con la 6onter"a raizal y autóctona, $nica como ciudad llena de vida y de !ormas de esparcimiento de propia invención, resulta recomendable una visita a las boutiues, los almacenes y las plazas de comida de este centro de comercio. 3ero, ante todo, a una de sus #elader"as, en las ue se podr& dis!rutar de la surtida carta de #elados preparados con las !rutas de la comarca, cuya variedad es in!inita.
“La (%n!u$,a de l%s )%(&es”
/%e nuevo, el in!altable sentido del #umor de los monterianos 9nte el indiscutible (ito de la cadena de restaurantes ;)a bon+a del Sin$= Rcon triple presencia en -o+ot& y en muc#as otras ciudades del pa"s, una !amilia ue #abitaba la sencilla casa de un modesto barrio en la mar+en izuierda del r"o, decidió un d"a sacar tres mesas con sus sillas y un asador de carnes al corredor. Se trataba de una carne de ecelente corte y superior calidad. )a voz no tardó en empezar a correr y, pronto, el n$mero de mesas tuvo ue ser triplicado y el improvisado ne+ocio cobró aires de restaurante verdadero. Se trata de un ne+ocio de corte popular, pero sostienen uienes a menudo lo visitan, ue +entes de los m&s eclusivos barrios lle+a a (l atra"da por la ini+ualable calidad de las mejores carnes de Córdoba y el Sin$ y por sus precios para pobres. ;? todo, por el nombre=, sostienen los propietarios.
Las sus,an"$as del (%"a"9$"%
El bocac#ico es el pez insi+nia de Córdoba. >anto el del Sin$ como el del San 'or+e son de ecelente calidad y de euisito sabor. Es un pez ue no pica anzuelo sino ue se atrapa con atarraya. Su pesca, en c"rculos de canoas sobre el r"o, constituye uno de los m&s vivos espect&culos de la cultura cordobesa. El bocac#ico se come !rito, asado o ;en viuda=, es decir, sin sopa y acompañado de pl&tanos y tub(rculos. 3ero la m&s popular manera de in+erirlo es en !orma sancoc#o un sustancioso caldo del pescado, acompañado de una posta de pescado !rito, de arroz cocido en lec#es de coco, tajadas de pl&tano maduro y ensalada. Son muc#os los restaurantes, ante todo populares, ue tienen como plato principal el bocac#ico en muc#as de sus !ormas de preparación. ? son muc#os los
mitos ue #an crecido en torno a su in+estión, principalmente relacionados con la !ecundidad de las mujeres y la virilidad de sus #ombres. %e todos esue llama la tención es el relacionado con la elevación de los niveles de inteli+encia. )a +ente atribuye al bocac#ico la culpa de ue #aya tanta +ente inteli+ente y creativa en el departamento, ante todo en el campo de las artes. I
En l%s al&eded%&es: “La Ru,a del Ma&”
El moderno aeropuerto )os arzones cubre no solo las necesidades de 6onter"a y de al+unas ciudades vecinas. Es tambi(n el centro de operaciones relacionadas con el enorme !lujo tur"stico del m&s amplio alrededor. En las llamadas TtemporadasI, )os arzones surte de una ale+re bata#ola #umana las distantes playas de El Aranc(s, >ol$ y Coveñas en el vecino departamento de Sucre, y El 3orvenir, 3laya -lanca, San -ernardo, 6oñitos, 3uerto Escondido y -roueles en Córdoba. %ic#a ruta, #a sido bautizada como )a @uta del 6ar Se dice de auellas playas ue sus a+uas son las m&s c&lidas de Colombia y sus arenas las m&s suaves y llanas, pues los bañistas pueden penetrar varios cientos de metros en el mar. Ello, sin en!rentar los peli+ros del mar abierto, pues casi todas estas playasrecodos !orman parte de ba#"as naturales o del conjunto de ensenadas !ormadas por el paso de los años en el amplio ol!o de 6orrosuillo. Esta @uta del 6ar, ue termina en las playas, las casas de recreo, los restaurantes y los #oteles y en el descanso y la diversión, est& en su recorrido tac#onada de #istoria, de anecdotarios musicales, de elaborados productos artesanales y de paisajes tropicales en los ue cultivos y #aciendas +anaderas nos #acen pensar una vez m&s en la !loreciente econom"a de la re+ión.
H$s,%&$a0 #8s$"a0 a&,e 7 a&,esan6as/
5o deja de ser paradójico el ue un departamento y una capital con tan acendrada vocación a+ropecuaria, #ayan demostrado ser al tiempo un sólido e importante bastión cultural* uno de los m&s importantes del pa"s. ;Somos la re+ión con m&s escritores, poetas, compositores y pintores por ilómetro cuadrado* y de
eso, en parte, #ay ue ec#arle la culpa al bocac#ico=, epresa un conocido escritor cordob(s. 3odr"a sonar ea+erado, pero #ay al+o de cierto en ello. )a !uerza de lo popular es de tal ma+nitud en Córdoba, ue, al vivir la cotidianeidad, sus artistas y creadores lo+ran trans!ormar las mani!estaciones de la vida diaria en productos de alto contenido est(tico. 3ara ello, desde lue+o, resulta indispensable la aplicación de otro in+rediente ue i+ualmente caracteriza a la +ente de la re+ión: el amor por lo propio y raizal. 6onter"a es cuna de importantes artistas y creadores, pero i+ual sucede con casi todos los municipios de Córdoba. )as tres ciudades ue toca en su recorrido )a @uta del 6ar Ceret(, San 3elayo y )orica son apenas una muestra de ello. Sin olvidar a San 9ntero, sede permanente del muy insólito y divertido Aestival 5acional del -urro. Ceret(, a uince minutos de 6onter"a, es cuna de escritores, pintores, cantores y poetas, y uno de los centros con mayor actividad cultural de la Costa 9tl&ntica. Cuenta con muestras aruitectónicas de inusitado valor, relacionadas con la bucólica vida de los #acendados de antaño. acendados ue, desde los dos si+los anteriores, contribuyeron a ue la ciudad se convirtiera en el importante centro a+roindustrial, ante todo al+odonero, ue es en la actualidad. 9ll" se !esteja todos los años el @einado 5acional del 9l+odón. 9 siete ilómetros de Ceret(, y en la misma ruta, se levanta San 3elayo. En este municipio se celebra cada año por el mes de junio el renombrado Aestival del 3erro, #omenaje a la m$sica para percusión y banda de vientos considerada como punto de partida de las m$sicas de Córdoba, Sucre y -ol"var, y ue tantas +lorias #a dado a Colombia. 9 menos de media #ora de recorrido, como naciendo del r"o, )orica muestra su cara señorial. >ambi(n, cuna de escritores y pintores, y con intensa actividad cultural. Capital de provincia en otros tiempos, antes de la creación del departamento, )orica sorprende al visitante con la majestuosidad de una aruitectura resultado del au+e económico eperimentado desde cuando, antes de las carreteras, abastec"a de productos de la re+ión a Carta+ena y el C#ocó a trav(s de la ruta del r"o, cuya cercana desembocadura al mar permit"a una !luida nave+ación. %e )orica a las playas de Coveñas, el recorrido es corto poco menos de treinta minutos. Sin embar+o, es siempre recomendable desviarse #acia la derec#a a la salida de la ciudad para lle+ar a San Sebasti&n, tierra de los tradicionales artesanos al!areros y cuna de importantes pintores primitivistas, maestros del colorido y del llamado ;arte naive=* y para lle+ar lue+o a >uc#"n, centro artesanal y sitio de ori+en del presti+ioso ;sombrero vueltiao=, uno de los m&s relevantes s"mbolos de la nacionalidad colombiana. )ue+o del re+reso a )orica y a la carretera principal, en menos de lo ue se piensa, aparece el mar
C%&%la&
%$ )a aco+edora 6onter"a tiene vida propia, m&s all& de las sospec#as. 9dem&s de todo cuanto tiene para o!recer, cuenta con una inmensa variedad de atractivos en sus cercan"as en y sus m&s amplios alrededores. )a @uta del 6ar es solo una muestra de ello, y es tambi(n la m&s transitada por obvias razones. Eisten otras rutas, i+ualmente llamativas, ue parten de 6onter"a #acia Urab&, Sincelejo, Carta+ena. -arranuilla El !lujo tur"stico #acia Córdoba y Sucre es inne+able, y es amplio y constante. 9nte todo, debido a la atracción ue sobre las +entes del interior del pa"s ejerce el mar. 3ero, 7no valdr"a la pena es justo pre+untar detenerse uno o dos d"as en 6onter"a para obtener una visión di!erente de lo ue es el Caribe adentro8
R3ublicado de la revista AVIANCA0 edición de a+osto de K00L
Desde Cu&aza%:
“TEMPO DI ATIBO AABA”
Curazao es una isla con !orma de mariposa, estrec#a en el centro y abierta en las alas. )o primero ue llama la atención en el mapa es ue las poblaciones cercanas a cada etremo de la isla se llaman Hospunt y \estpunt. 9uello si+ni!icar"a en castellano, 3unta del Este y 3unta del Heste. >al detalle, bien podr"a de!inir a Curazao y al conjunto de islas a ue pertenece: las 9ntillas olandesas. 3obladas ori+inalmente por indios araXa, estas islas #an sido el crisol en el ue +ente de distintas procedencias, len+uas, razas, culturas, se #a mezclado desde cuando en 1MPP !ueron “ descubiertas= por 9lonso de Hjeda. Situada a unos N0 ilómetros de
la costa occidental de 2enezuela, Curazao es la m&s etensa del conjunto de islas, aunue solo tiene MMM ilómetros cuadrados. )os españoles permanecieron en Curazao 1BN años, #asta cuando en 1QBM la isla les !ue arrebatada por los #olandeses. En 1L00 los in+leses lo+raron el dominio de esta y otras islas, pero solo por dos años, pues en 1L0K volvieron a ser conuistadas por #olandeses. En 1L0O reaparecieron los in+leses y en 1L1N se retiraron. En ese año, el >ratado de 3ar"s otor+ó la posesión de!initiva de Curazao y varias otras islas al +obierno de olanda. asta ue en 1PNM obtuvieron las 9ntillas olandesas su añorada autonom"a. %e ellas !orman #oy parte Curazao, -onaire, Saint 6aarten, Saba y Saint Eustacio. En 1PLQ, 9ruba dejó de !ormar parte de la comunidad ue tiene su C&mara )e+islativa en \illemstad, Curazao, y cuyo +obernador +eneral es nombrado por la Corona de olanda. Es entendible ue, #abiendo sido dominada por culturas tan diversas, la +ente de Curazao especialmente piense y sienta en ;tec#nicolor= y #able una especie de arco iris idiom&tico conocido como papiamento. )a sola denominación de esta len+ua es ya eótica y sin+ular, pues papiamento viene a si+ni!icar al+o as" como c#&c#ara o #abladur"a. Es claro: ;papiar= en papiamento traduce #ablar, y 3unta del Heste se dice \est3unt Rt(rmino mezcla de español e in+l(s, mientras ue 3unta del Este, en vez de East 3unt, se dice Hostpunt Rmezcla de #oland(s y español. %e manera ue la ló+ica ;papiamentaria= indica ue, en t(rminos de puntos cardinales, Heste se dice \est y Este se dice Host.
9s" es todo en Curazao, y claves como auellas contribuyen a ue se asuma como un m&+ico y encantador territorio* un ;%us#i Dorsou= %ulce Curazao se+$n lo llaman sus #abitantes en len+ua propia. Esta len+ua propia, adem&s de ancestros a!ricanos, in+leses, #olandeses y españoles, cuenta con ancestros portu+ueses. 9 mediados del si+lo F2GG, miles de jud"os se!arditas epulsados de 3ortu+al lle+aron a olanda y lue+o viajaron a establecerse en las 9ntillas olandesas. %e all" ue la !on(tica del papiamento resulte similar a la portu+uesa* etraño caso en un Caribe en donde el @eino de 3ortu+al jam&s tuvo colonias. )os jud"os de 3ortu+al construyeron en \illemstad la sina+o+a 6iv( GsraelEmanuel, la m&s anti+ua del continente americano y en ininterrumpido !uncionamiento desde 1QN1. 9unue #oy la econom"a de la isla est& re+ida por la re!inación de petróleo Ren varias plantas montadas con las m&s modernas t(cnicas, por el turismo, el comercio y las actividades bancarias y de servicio, en tiempos pret(ritos Curazao !ue uno de los principales centros de comercio esclavista. %e all" la predominancia de la raza ne+ra entre sus apenas 1L0.000 #abitantes. )a minor"a est& compuesta por blancos europeos en su mayor"a #olandeses, asi&ticos e inmi+rantes latinoamericanos.
;3apiando= en \incela
6ientras cena en el restaurante \ine Cellar al ue los locales llaman ;\incela=, -enji oopi sostiene ue el papiamento es una especie de ;caribeñol= elevado a la cate+or"a de idioma. Si los caribes #ispanos escribieran tal como #ablan, el producto de esa operación arrojar"a al+o muy parecido al papiamento dice, saboreando una copa del mejor vino tinto !ranc(s.
-enji podr"a tener razón. En papiamento, ;Estoy cansado= Ro cansada se dice y se escribe ;6i ta cans&=. ? cuando los curazoleños se re!ieren a ese !ascinante manjar del subdesarrollo y a esa nostal+ia del monocultivo ue son las lonjas de pl&tano !ritas l(ase: tajadas de pl&tano, dicen ;-anana as&=. En cambio, nosotros, los #ispano#ablantes seculares del Caribe, para re!erirnos a ese manjar, de una !orma lo decimos y de otra lo escribimos. )o ue se escribe como ;tajadas de pl&tano !ritas= se articula verbalmente como ;taj& de pl&tano=. Este ejemplo aclara a$n m&s la idea de lo ue es el papiamento.
9unue la len+ua o!icial de estas islas es el #oland(s el ue muy pocas personas #ablan !uera de la escuela , -enju" opina en ;\incela= ue muy buena literatura es escrita en papiamento. 6enciona a uillermo @osario y @ic#ard ooi, dos escritores isleños ue #an publicado en su len+ua madre m&s de cinco obras cada uno: cuentos, narraciones, novelas, poemas. ?, desde lue+o, son m&s apreciados y m&s le"dos ue los autores #olandeses o ue auellos ue, siendo curazoleños, escriben en el idioma de 2an o+#. Uno de los m&s conocidos poemas de @ic#ard ooi se titula ;6as#& 3abien=, ue si+ni!ica ;6uc#os 3arabienes= Rmezcla, tal vez de in+l(s ;muc#= o español muc#os y de portu+u(s o español ;parabienes=* en resumen, ;Aeliz Cumpleaños=.
>oda la nostal+ia ue +enera el ver ue estos caribes #an convertido su ;caribeñol= en len+ua !ranca, #ace ue muc#os turistas #ispano#ablantes intenten comunicarse con los nativos en una especie de papiamento macarrónico, invento de cada cual ue pareciera se+uir las re+las de la len+ua local.
3aladeando una nueva copa de vino, -enji narra la an(cdota del turista panameño ue, #abi(ndose uedado un medio d"a sin rollo para la c&mara !oto+r&!ica, vio ue una #ermosa dependiente, ma+ra y estilizada, se #allaba en trance de cerrar el almac(n. El panameño intentó empujar la puerta para entrar, sin percatarse del letrero ue de ella col+aba: ;6i t& cerr&] R;Estamos cerrados=. )a #ermosa mujer, entonces, desde el interior reclamó: Siñor, 7no ve8: ^6i t& cerr&] y señaló el aviso, a lo ue el turista respondió en la ló+ica de un ;papiamento= de propia invención:
S", siñora: t$ t& cerr&, pero no t& tranc&. 9s" ue mi va entr&.
)a diva antillana sonrió, dejó pasar al #ombre y le vendió el rollo ue necesitaba. Caribes ambos, ella y (l, #ab"an lo+rado comunicarse, a+re+ando a la incómoda situación, m&s ue el uso de palabras, un in+rediente caracter"stico de auellas tierras de mares y salitres: el #umor.
L%s “land9u$s”
Uno de los principales atractivos tur"sticos de esta, la mayor de las islas ue componen las 9ntillas olandesas, son los ;land#uis=. >al t(rmino parece provenir del #oland(s ^lan#_us], casa de campo. Sin embar+o, el ;land#uis= es al+o m&s ue una simple casa campestre de recreo* es la memoria viva en piedra y tec#o de una de las m&s in#umanas instituciones de los se!ard"es curazoleños: la #acienda esclavista.
3ero, llama m&s la atención cerciorarme de cómo viv"an los esclavos ue de cómo viv"an los señores. 9unue permanecen aseadas para !acilitar la visita de los turistas, las viejas barracas esclavistas carecen de ventilación y en ellas se percibe a$n cierto olor a promiscuidad y a #acinamiento.
3or el contrario, la casona señorial, o casa de los señores una mansión neerlandesatropical, tambi(n pintada en colores !uertes, +oza de un recon!ortante ambiente palacie+o, pese a su !ranco aire tropical. Una vez se entra en ella, el +uarda principal, un ne+ro corpulento, sin duda descendiente de esclavos a!ricanos, pone a !uncionar un viejo +ramó!ono con m$sica de principios del si+lo. ? de inmediato empieza a #ablar en per!ecto in+l(s sobre las noc#es en el ;land#uis=, sobre los amores de la #ija del patrón con un esclavo cimarrón, acerca de los viajes en carruaje desde el viernes para la ceremonia del s&bado en la sina+o+a de \illemstad... y sobre otras #istorias #ermosas y tristes al tiempo, ue vuelven la tarde +rata y #acen olvidar el #orror inicial ante las barracas.
a,$(% aa(a
6e +usta en los viajes salir de compras, especialmente acompañado de mujeres dice -enji oopi, con una sonrisa si+nada por la iron"a. Ellas saben en dónde ponen las +arzas, y a buen precio. 9dem&s, con ellas se aprende la paciencia de la espera y el arte milenario del re+ateo. )os #ombres somos al+o alocados para comprar.
Curazao, y particularmente 3unda, ue constituye el centro de \illemstad, es un lu+ar euisito para ir de compras. Si ello se #ace con &nimo desprevenido, y tomando la calma como terapia contra el estr(s, se aprende muc#o sobre el pa"s an!itrión.
Es indiscutible ue m&s all& de la estudiada sonrisa de las dependientes, se puede detectar una nota ue #abla del color local y de la manera como estas muc#ac#as miran el mundo. 9 veces no es preciso conversar con ellas* basta con observarlas con cierto cuidado. 9 los m&s perspicaces les resulta !&cil detectar esa nota, la ue buscan en el $ltimo brillo de los ojos, pues casi todas las mujeres del Caribe se cuidan de mirar de !rente. Es una conducta de +ente de mar, de ciudad puerto, de urbe transitista... en las ue se tutea a todo el mundo pero en las ue jam&s se corre el ries+o de mirar a los ojos.
3ese a la amabilidad con ue se atiende, #ay cierta reserva ante el !orastero ue lle+ó por el mismo mar por donde si+los atr&s lle+aron las pestes, los piratas, las +uerras, los barcos enemi+os. 5o me arrepiento de mi $ltima tarde de compras en Curazao comenta -enji oopi, pues aprend" lo ue de otra !orma me #abr"a tomado muc#os otros años de observación y de lectura. )le+amos a una tienda de ropa !emenina, dos ami+as y yo. ab"a terminado de #acer mis compras, pero ellas, uienes me #ab"an acompañado y #asta re+ateado en mi nombre, pidieron ue las esperara en la puerta mientras entraban a probarse una prenda. 9l+o me #izo entrar al almac(n. )as vi #ablar con una dependiente ue ten"a una dócil manera de atender. 3or otro lado, una clienta al azar, una #ermosa ne+ra curazoleña #ab"a esco+ido cinco vestidos para prob&rselos. )a ve"a entrar al vestier, salir, mirarse al espejo, entrar, salir con otro vestido puesto, volver a mirarse al espejo y volver a entrar al vestier. Era una ne+ra u!ana y !resca, al+o pasada de ilos, pero sin el aura amar+a de nuestras ne+ras del Caribe #ispano o de Sudam(rica, condenadas al servicio dom(stico o a vender ci+arros y dulces en las esuinas. Era una ne+ra de verdad, sin el ri+or de la injusticia re!lejado en los ojos y sin ese cansancio de istoria ue caracteriza a las cocineras semiesclavas de otras tierras. Era una mujer plena, vitam"nica y bien dormida... con una piel de ónice ue denunciaba una alimentación rica en cereales.
%e pronto, una de mis ami+as si+ue contando -enji oopi, blanca, latinoamericana, del+ada y rubia, con esa arro+ancia de España y ese capric#o en Sol 6ayor del subdesarrollo, tomó a la ne+ra de ónice por el brazo y, con una sonrisa de caricatura y una voz de marioneta, le dijo: 9y, mi amor, 7por u( no me permites probarme este vestido8 Es solo uno, niña. 5o me tardo muc#o. Un minutito nada m&s.
)a ne+ra #ermosa la miró etrañada. )ue+o, como si tuviera iris de +ato, adaptó su vista a la dimensión del suceso. El +esto conjunto de cejas, p&rpados y ojos !ue de or+ullo y no de rabia. asta ue #abló. 3ero antes, se ec#ó al #ombro el vestido ue ten"a entre brazos. Cuando se sintió libre, posó el dedo "ndice de la mano derec#a sobre la piel ne+ra de su brazo izuierdo y /Señora dijo: au" en Curazao manda este color y, como si auella !rase y auella actitud #ubieran sido poco, a+re+ó. Cuando nos visite de nuevo, recuerde esta !rase: >empo di atibo aaba Rlo ue en papiamento si+ni!ica: ;El tiempo de los esclavos se acabó=
Semana Santa en el Sin$ colombiano: MEMORIA DE LA SAN
Eustor+io C#im& #abla al micró!ono de la +rabadora desde su !i+ura de "dolo ind"+ena. Eustor+io tiene un color de palma seca y casi nin+una epresión en su rostro de arcilla. >ras esa m&scara, como de corazón de +uayac&n tallado a navajazos, esconde con celo #ilazas de #istoria, pabilos de aconteceres, cabos sueltos de razones. 3or entre sus p&rpados de alcanc"a se asoma al mundo una mirada de dolor, de redomada pesadumbre. Su cabello de a+uacero le da unas veces un aire de puercoesp"n* otras, de za"no. Eustor+io C#im& es un ser terrestre, raizal como la yuca y at&vico como el caim&n. abla: ;6i nombre es Eustor+io. 6i apellido es C#im&, mismo como se llama el pueblo donde nac" a orillas de la Ci(na+a rande del -ajo Sin$. 6i padre, de nombre
'oau"n, era a+ricultor de au" como la escalera de padres e #ijos ue se remonta #asta el tiempo en ue los #ombres no eran de carne sino de ma"z. Eso dec"a mi abuelo. 6i madre viene de otra escalera parecida pero nombrada umanez, otro apellido. Se cruzaron y me dieron a m" y a cuatro m&s. Somos cinco #ijos. Siempre !uimos pobres, pero sólo a m" se me dio por ir a buscar ventura en otras tierras. )levo veinte años viviendo lejos. 6e #e rebuscado la vida en )a uajira como trabajador de mina, en el Cesar como reco+edor de al+odón, en 2enezuela como ordeñador de !inca y en -arranuilla como c#o!er. 9#ora, cuando ven+o en Semana Santa, me respetan m&s en C#im&... porue s( manejar. 9ntes, cuando ven"a por este tiempo, me trataban di!erente. ?a ve: no sólo las muc#ac#as sino el mundo, tienen corazón de +asolina. @ecuerdo, antes, cuando ven"a de otros o!icios, mi padre le dec"a a los ami+os en la parrandita del 2iernes Santo: `ste es mi #ijo Eustor+io ue trabaja en la uajira, o en 2alledupar o en 2enezuela. 9#ora dice, como pavo real reci(n comido: Este es mi #ijo Eustor+io ue es c2o"er en -arranuilla.3ero no es sólo eso lo ue me #ace venir. Siempre ven+o a C#im& en Semana Santa=. 7 3or u(8 ;Simple: todo el mundo viene de todas partes a C#im& en Semana Santa. Es el tiempo en ue las !amilias se re$nen para encontarse con ellas mismas, pero tambi(n con lo ue tiene ue ver con la tierra ue a uno lo alumbró y en donde uno se levantó. ay +uisos y platos y jaleas y conservas ue se inventaron para comerse con la !amilia en Semana Santa. 3or ejemplo, la #icotea. Usted #a o"do #ablar de la #icotea, 7 verdad 8 Es una tortu+a de tierra y a+ua dulce ue la +ente au" detecta con un c#uzo entre el !an+o de la ci(na+a casi seca cuando el r"o por estos !ines de verano lleva el a+ua apenas por la cintura del lec#o. ;)a #icotea se mata en a+ua #irviendo y la carne ue se saca de su caparazón se come +uisada en zumo de coco. >oda la escalera de mis antepasados #a cre"do ue a#ora, #acia !ines del verano y antes de las lluvias, #ay ue comer la #icotea como ase+uranza para las buenas lluvias* ue vienen desde abril. Es una comunión, como la de la i+lesia, pero esta es m&s sabrosa, 7 se ima+ina usted las #ostias ue dan los curas +uisadas en zumo de coco8 3re!iero la #icotea. H la i+uana, ue tambi(n comemos de la misma manera por estos d"as, y con el mismo propósito de ase+uranza. Claro ue la i+uana nos da tambi(n los #uevos* esos ue usted ve en las ventas de la carretera como col+ando en ristras como cam&ndulas con cuentas de oro. 6e da risa cada vez ue #ablo de los #uevos de i+uana porue me acuerdo de 6am& oyita, mi bisabuela, ue rezaba la novena de la 2ir+en de la Candelaria con un rosario de #uevos de i+uana. 9 3ap& le parec"a +racioso ver a la vieja saboreando os 7olorosos como si estuviera en os o=osos. 6e da risa, 7a usted no 8 ;%e niño por esta (poca me sub"a con mis #ermanos a los +u&cimos de los potreros a co+er i+uanas con un palo de escoba ue ten"a una vuelta de alambre en la punta. 6am& oyita era la m&s eperimentada en abrir a los pobres animales con la c#ampeta de la cocina, en sacarle los #uevos y en coserlas despu(s con #ilo +rueso y la lezna de mi t"o 3edro, el zapatero. )as soltaba derren+adas y adoloridas, y las pobres i+uanas sal"an arrastr&ndose a buscar el monte. >odo ello por auello de la comunión y la ase+uranza. 6i t"o 3edro, el zapatero, dec"a ue no nos preocup&ramos, ue m&s #ab"a su!rido Cristo en la cruz el 2iernes Santo, tambi(n por asuntos de ase+uranza y de comunión. ;? #ay mil cosas m&s ue se comen por estos d"as: el mote de ñame y ueso costeño, el ba+re salado, conservitas y jaleas. Entre estas, la ue m&s me +usta, es una ue au" llaman calandraca y en el 9lto Sin$ mon!o'mon!o. Est& #ec#a de todas las !rutas ue da esta tierra, en un revoltillo de amar+as y dulces. )leva piña, mamey, man+o, zapote, caimito...=
7 3or u( esa jalea, calandraca o mon!o'mon!o , no se prepara en otra (poca del año, por u( sólo en Semana Santa8 ;3orue... 7de u( se va uno a ase+urar en otra (poca del año, para u( va a comul+ar, pon+amos por caso, en septiembre 8 Uno se ase+ura #acia !ines de marzo o principios de abril* es decir, cuando ya el verano empieza a irse y se esperan las primeras a+uas, y cuando el r"o baja y las ci(na+as comienzan a secarse. A"jese ue %ios es sabio: 4l mismo da por estos d"as los animales y los !rutos para la ase+uranza y la comunión: por estos d"as las i+uanas est&n preñadas, #ay !rutas de verano y de invierno para el mon!o'mon!o y #ay !an+o en las ci(na+as casi secas para el c#uceo de las #icoteas. 2olvamos a poner el caso de septiembre: en ese mes jam&s ver& usted a los #ombres de por au" ju+ando al c2ondo. Es un jue+o ue se practica en el patio de las casas y en el ue se intenta meter semillas o nueces en un #ueco #ec#o en la tierra. En realidad no es un jue+o sino un entrenamiento para las labores de la siembra cercana. )os #ombres a!inan el pulso para el trabajo, #aci(ndose los ue jue+an. 5adie lo va a ju+ar en septiembre cuando las plantas ya est&n crecidas, sino por estos d"as. El c2ondo es parte de todas las cosas ue tienen ue ver con la Semana Santa. 9dem&s,en septiembre no #ay #icoteas y el r"o baja con el a+ua #asta donde se abotona el polic"a: asta au", #asta el pescuezo. ? est& uno muy ocupado trabajando en las cosec#as. ;3or estos d"as uno puede reunirse, viajar y tiene tiempo para cocinar y comul+ar con tranuilidad. )a +ente de !uera no entiende eso. A"jese ue uno au" uema los rastrojos en marzo para el abono de la tierra, limpia y zocolea las parcelas, 7 y u( #ace despu(s 8 Sentarse a esperar ue llueva para sembrar. Esa espera es parte del trabajo, 7 o no8 3orue si no llueve no se puede sembrar. Entonces... vienen los de !uera y lo ven a uno acostado en la #amaca esperando las lluvias para sembrar y salen a decir ue uno au" es !lojo. 5o es as"* esa tirada en la #amaca, esa espera, es trabajo..si se piensan bien las cosas. -ueno: la Semana Santa siempre, ven+a en marzo o ven+a en abril, lle+a preciso en esos d"as de la espera en los ue #ay tiempo para todo lo ue tiene ue ver con la ase+uranza y la comunión. 9j&. ;S". 3or eso es ue nosotros, los ue somos de au" y vivimos !uera, nunca venimos a ver a nuestras !amilias en 5avidad. 3or diciembre la +ente au" est& muy ocupada trabajando duro en las cosec#as. 3ara nosotros la 5avidad es esta: no la Semana Santa sino los d"as de Semana Santa. %e a#" ue como dec"a 6am& oyita, mi bisabuela, uno pueda celebrar la Semana Santa como %ios manda sin siuiera pisar la i+lesia. )a Semana Santa de curas e i+lesias es otra cosa di!erente* no tiene nada ue ver con la Semana Santa de verdad... Es m&s, mire: cuando nosotros viajamos para la verdadera 5avidad, esta, la de Semana Santa, no traemos re+alos de almacenes Rde esos ue les cuentan tanto a la otra +ente sino una platica para colaborar con las comilonas de esos d"as. )as comilonas de la ase+uranza...= )os ojos de alcanc"a de Eustor+io C#im& brillan como cocuyos, con una claridad similar a la de su cabeza, iluminada por dentro con los destellos de unas razones #istóricas ue intuye con asombrosa certeza. 6&s ue recuerdos de cosas aprendidas en la escuelita de C#im&, su pueblo, #abla en (l la memoria de la san+re. >iene claro, pero escondido en el entendimiento, ue su tiempo es otro tiempo: el tiempo anterior a la Conuista de los suyos por etraños seres de rostros p&lidos lle+ados a caballo con sobrepiel de metal y armas capaces de !abricar el trueno. Ese tiempo del invasor se sobrepuso a su tiempo. ? as", los primeros C#im& de esa escalera de la ue (l #abla, vieron cómo el tiempo de la Semana Santa cristiana se sobrepon"a a su tiempo de ase+uranza y comunión. oy, en (l y los suyos, esos dos tiempos el Ven$ y el español conviven sin o!uscarse* pero pese a la desmemoria a ue #a sido condenado, Eustor+io C#im& es capaz, como
nadie del otro bando, no de ras+ar el tejido de esa colc#a de retazos sino de descoserlo +entilmente con el corazón y la palabra. ;9s" es, mi uerido ami+o: no #ay parentela de la +ente de C#im& ue est( en 2enezuela o en cualuier otro lu+ar de Colombia, ue no #aya venido para esta Semana Santa. ? le di+o: comul+o y me voy. 3ero el año entrante, le se+uro, me tiene au" sentado por las mismas !ec#as. ? si con la situación pol"tica tan complicada ue tenemos, al sindicato de c#o!eres se le da por #acer paro, pues... ue lo dejemos para despu(s de Semana Santa. ? a#ora s", apa+ue ese aparato de +rabar pues 6am& oyita nos est& #aciendo señas de ue pasemos a la mesa. )a #icoteaen zumo de coco est& ue nos llama=. O"" 4 clic.
M%#)%;0 5$da 7 e,e&n$dad
;5azareno ue incumple la promesa de una manda no descansa en paz=, sentencia 3rudencio 6orales en el tono de jaculatoria con el ue la +ente de la re+ión suele acompañar los re!ranes* y a+re+a: ;6enos mal ue mi compadre 'os( El"as murió en la ley, en pleno cumplimiento de su voto de compromiso con el 6ila+roso=. 9uella noc#e terminaba el novenario por el descanso del alma de 'os( El"as 3alacio. Era el $ltimo de los velorios en su #onor. 9dentro, las mujeres rezaban. 9!uera, !rente a la r$stica vivienda de ba#areue y tec#o de paja, se #ab"an con+re+ado los ami+os de los deudos* los #ombres: a contar viejas #istorias de muertos y aparecidos, a ju+ar al dominó y a beber del ca!( y las a+uas de toronjil ue cada media #ora o!rec"an las #ijas del di!unto desde viejas bandejas de aluminio. Una de ellas era Eulalia, la mayor, uien de niña su!rió de convulsiones ue casi la llevan a la muerte. asta ue 'os( El"as #izo la manda: ;Si me la salvas, Señor, me convierto en nazareno y car+o El 3aso rande, el de 'es$s #acia el Calvario, en la procesión del 'ueves Santo, #asta mis O0 años de vida=, dice 3rudencio 6orales ue #ab"a dic#o 'os( El"as, arrodillado en la i+lesia ante la ima+en del 6ila+roso. ;9 la niña se le #izo el mila+ro, y 'os( El"as cumplió la promesa. 9 tal punto, ue murió ejerciendo la manda=. %ic#o auello, 3rudencio bebe del pocillo despicado un sorbo de a+ua de toronjil.
M%&$& en le7
'os( El"as #ab"a muerto al anoc#ecer de #ac"a nueve d"as, en plena procesión de 'ueves Santo. Su corazón !alló en el momento en ue ya no pudo con el peso ue car+aba. ;El peso de la manda por Eulalia=, comenta 3rudencio: ;El paso de 'es$s #acia el Calvario continuó su marc#a, porue un nazareno de relevo no tardó en meter el #ombro. >uvo una muerte !eliz mi compadre, en la ley y vestido de nazareno=. )a Co!rad"a de los 5azarenos de 6ompo en Colombia cuenta con una amplia cantidad de miembros de todos los barrios, de todas las clases sociales y de muc#as comarcas vecinas. 5i el propio 'os( El"as lle+ó a saber cu&ndo tuvo ori+en la Co!rad"a. Como tampoco jam&s sospec#ó ue en 1QMB, cuando un +rupo de jesuitas lle+ó a celebrar ejercicios piadosos para la Cuaresma, ya, de tiempo atr&s, en la 2illa de Santa Cruz de 6ompo se ven"an realizando en la Semana Santa actos y procesiones de una modesta solemnidad, como muestra de perseverante !idelidad a la tradición andaluza de sus primeros pobladores. Con la posterior presencia de sacerdotes y de autoridades reli+iosas, la modesta solemnidad se trans!ormó en esplendor. 3oco a poco !ueron lle+ando las elaboradas im&+enes para los pesados pasos ue reuer"an la !uerza de #asta oc#enta #ombres para car+arlos. >odos, o casi todos, nazarenos co!rades, ;mandantes= o devotos. 9s", vestido de nazareno, #ab"a muerto 'os( El"as. En!undado en su t$nica azul turu" y cubiertas la cabeza y la cara por el alto capirote del mismo color, por cuyos dos ori!icios !rontales apenas pod"a ver el lento andar del paso ue preced"a el ue (l ayudaba a car+ar. %el blanco cordón ue rodeaba su cintura, col+aban los etremos rematados por las cinco borlas ue representaban las #eridas de 'es$s. ;En su caso vuelve a comentar 3rudencio 6orales, las cinco semanas santas ue le !altaron para lle+ar a los O0. 3ero %ios uiso llev&rselo antes. Aue un buen ejemplo mi compadre 'os( El"as. Un buen ejemplo, as" como mal ejemplo !ue mi otro compadre: el di!unto C#enc#a 6ercado, a uien vimos volver este año=.
El #al e1e#)l% de C9en"9a Me&"ad%
;6i compadre C#enc#a nació cojo de la pierna izuierda, y as" murió comenta 3rudencio, por darse el lujo de incumplir la manda como la incumplió, y por ponerse a beber licor en 'ueves Santo=. 3rudencio +uarda el silencio delator de uien sospec#a ue #a ido demasiado lejos en palabras. ;El caso de mi compadre C#enc#a es un caso misterioso contin$a. >odos estamos alarmados, nazarenos o no=. C#enc#a si+ue contando 3rudencio en el silencio del velorio #izo la manda al 6ila+roso para curarse de su mal de pierna, pero perdió la paciencia. 3asaron los años, las semanas, santas y no santas, los rezos y la pesada car+a del paso el 'ueves Santo. 3asó todo auello y no re+istraba mejora. ;C#enc#a dice 3rudencio ue el cura le advert"a, C#enc#a 6ercado,
óyeme bien: no pierdas la !e en el Señor. Si la mantienes incólume, un d"a te ver&s caminando sanamente=. 3rudencio #ace una pausa. ;3ero no, en la Semana Santa de un buen año, #ace muc#os, C#enc#a decidió beber ron con malos ami+os durante dos d"as se+uidos: 6i(rcoles y 'ueves Santo. ?, claro: no !ue a la procesión ni tuvo ocasión de ayudar con la car+a del paso prometido=. 2uelve a beber del a+ua de toronjil. ;
Las )&$#e&as s%s)e"9as
ierra todos los años a terminar de pa+ar la manda, !ue su compadre 'os( El"as 3alacio* muerto tambi(n, y a cuya $ltima noc#e de velorios asist"a a#ora 3rudencio 6orales. ;9 (l !ue a uien primero se le metió auello en la cabeza=, a!irma 3rudencio, a$n con el pocillo en la mano: ;3ero eso no es nada nuevo, 7sabe8 %esde ue la Semana Santa de 6ompo eiste, muc#os mandantes #an tenido ue re+resar a terminar de cumplir su compromiso toma un sorbo. %ios mismo los obli+a a volver=. El caso de C#enc#a 6ercado, sin embar+o, era un caso especial. 9unue !uera vestido como todos, y con el capirote cubri(ndole el rostro, era un nazareno cojo de !&cil detección. En la reunión vespertina de #ac"a tres jueves santos en casa de 3rudencio 6orales Rel +rupo de nazarenos al ue (l y 'os( El"as pertenec"an, todos ase+uraron #aber visto cojear a un nazareno en la procesión. 9uella era una reunión de costumbre, antes de ue la procesión empezara a las seis de la tarde su lenta marc#a de dos pasos adelante y uno atr&s desde la i+lesia de San Arancisco. En tal reunión, adem&s de remozar los balandranes, ajustar el cordón de cinco vueltas y reiterar el lu+ar del conteo antes y despu(s de la procesión Rpara saber si todos #ab"an cumplido al pie de la letra con su deber de devotos o mandantes, los #ombres del +rupo se pon"an al tanto de las $ltimas noticias relacionadas con los santos !estejos. )a amplia Co!rad"a de los 5azarenos de 6ompo estaba compuesta por muc#os +rupos como auel. ;? es bien sabido ue %ios reenv"a al incumplido,
siempre, al +rupo al ue en vida perteneció=, dice 3rudencio 6orales ue (l mismo a!irmó al concluir la reunión, y todos supieron a u( di!unto señalaban sus palabras.
Una 5$s$,a $n$"$al
9 las cinco y media de la tarde, los treinta #ombres se reunieron, como lo #ab"an #ec#o en los $ltimos años, en el solar abandonado a pocas cuadras de la i+lesia de San Arancisco, desde donde pocos minutos despu(s saldr"a la procesión. Aueron lle+ando uno a uno, de amplio balandr&n y con el capirote puesto. Una vez el 5azareno 6ayor llamó a !ormación en c"rculo, se tomaron de las manos y se numeraron una primera, una se+unda, una tercera vez. )a cuenta arrojó treinta, siempre treinta. >ras la esperada palmada, des#icieron el c"rculo y se enrumbaron a la i+lesia. El paso de )a Wltima Cena, ue en la Semana Santa de 6ompo suele decorarse con !rutas y platos de la re+ión, es uno de los m&s pesados y se necesita m&s de treinta nazarenos para portarlo. En su car+a, como sucede con el resto de los pasos en todas las procesiones de esa semana, participan nazarenos de muc#os +rupos di!erentes, de la propia 6ompo o de los municipios y corre+imientos vecinos. 3ero el paso pre!erido de auel +rupo era uno m&s pesado a$n: el de 'es$s #acia el Calvario, llamado tambi(n El 3aso rande, ue reuer"a de casi oc#enta #ombres. Era el ue sol"a car+ar tambi(n el di!unto C#enc#a 6ercado. ;5adie lo vio en esa Semana Santa ayudando con la car+a de su paso pre!erido=, menciona 3rudencio 6orales, y a+re+a: ;3ero como en 6ompo no alcanzan los pasos para tanto mandante o devoto, se acostumbra #acer dos lar+as !ilas a lo lar+o de la procesión, a lado y lado* y es #ermoso ver, desde el principio #asta el !inal de la marc#a, a los nazarenos alineados, vestidos de azul turu", con el alto capirote puesto y con el !inal del cinturón de las borlas de los clavos de Cristo cayendo #acia el mismo lado=. 3or todos esos contornos lo buscaron, y nadie #alló al principio el m&s m"nimo rastro de C#enc#a 6ercado. asta ue el #oy di!unto 'os( El"as 3alacio lle+ó con la noticia de ue adelante, muy adelante, casi al !inal de la Calle @eal del 6edio y lle+ando ya a la i+lesia de Santa -&rbara, #ab"a visto caminar a C#enc#a entre los nazarenos mandantes de la !ila. 3ero, de pronto, ya no lo vio m&s, porue, sin #aber (l sabido por u(, la procesión detuvo la marc#a y solo se oyó el vibrar de la matraca, cuya monótona resonancia llamaba a la devoción. )as bandas de m$sica #ab"an dejado de tocar, y as", en medio de auel cuadro de suspenso del mundo, 'os( El"as uedó absorto en el solo latir de su corazón acelerado por el susto y perdió, se+$n reconoció despu(s, la noción del tiempo y del espacio, y de la vida y de la muerte. 9l !inalizar la procesión a las dos y media de la mañana, ya 2iernes Santo, la sospec#a de la presencia de C#enc#a en este mundo cobró !uerza nuevamente. Cuando los nazarenos, oscuro entonces el solar cercano a la i+lesia, se volvieron a reunir para el conteo de cierre, la sospec#a aumentó su tenor. >anto, ue un #ec#o insólito #abr"a de atormentar durante un año entero a los inte+rantes del +rupo, pues al volverse a contar los nazarenos en la ya a+uda penumbra, en voz alta y tomados de las manos, el n$mero de presentes arrojó treinta y uno, y no treinta, como #ab"a arrojado al atardecer.
;? al dispersarnos comenta 3rudencio, tembloroso esta vez, uno de nosotros dijo #aber visto alejarse un nazareno ue cojeaba con dirección la cementerio=.
L$nde&% en,&e 5$da 7 #ue&,e
;Ese año, entero, !ue de suplicio para el +rupo en +eneral vuelve a #ablar 3rudencio 6orales: 3ese a ue en 6ompo se vive el año en !unción de la Semana Santa si+uiente, solo en raras ocasiones lle+amos a #ablar de C#enc#a 6ercado. 3ero siempre, siempre, estuvo su caso presente como en los plie+ues del silencio. Siempre #ablamos de (l sin #ablar=. ? lle+ó el si+uiente 'ueves Santo. El ritual de ese d"a se cumplió con la devoción y el ri+or acostumbrados, en cada una de las instancias. Se asistió a la reunión vespertina en casa de 3rudencio, y en ella se planc#aron y ajustaron balandranes y capirotes, y se comentó sobre las $ltimas noticias relacionadas con el culto. asta ue, sin mencionar palabra acerca de lo ue a todos preocupaba, se partió #acia el cercano solar para el conteo inicial. 9l i+ual ue en el año anterior, la numeración en voz alta arrojó treinta nazarenos* los ue, a la señal del 5azareno 6ayor, des#icieron el c"rculo y se enrumbaron #acia )a 9lbarrada, #asta la i+lesia de San Arancisco, a cuyas puertas el cura daba las instrucciones para la salida de la procesión. 9 partir de la car+a del pesado paso de 'es$s #acia el Calvario, como al+unos #icieron el año anterior, los #ombres del +rupo acordaron dispersarse #acia atr&s y #acia delante en busca de detectar en las lar+as !ilas de nazarenos no car+antes, uno cuyos indicios en la !orma de andar delatara al di!unto C#enc#a 6ercado. 5in+uno de los veintisiete ue partieron pudo detectar tal vislumbre, pero s" tres de los treinta ue !ormaban el +rupo* entre ellos, 3rudencio 6orales, uien, como los otros dos, permaneció !irme en la car+a del paso, y uien, antes de ue el resto del +rupo apenas lo sospec#ara, concluyó ue su compadre C#enc#a #ab"a vuelto auel año tambi(n. 6ientras caminaba a+obiado por el peso enorme del cata!alco, 3rudencio descubrió entre los mandantes ue car+aban, a un nazareno de balandr&n desteñido ue ten"a el andar de punto y coma Run paso !irme con la derec#a y el otro de abanico a la izuierda ue en vida caracterizó a C#enc#a 6ercado. Complacido de volver a ver a su compadre solo dos espacios adelante, pero triste por #allarlo de nuevo en el mundo a$n penando su palabra, 3rudencio aprovec#ó el instante de un recambio para meter el #ombro al anda y uedar justo detr&s del intruso nazareno. Compadre C#enc#a, 7es usted8 dice (l ue le pre+untó al o"do, y esperó la respuesta, solo dos se+undos ue tuvieron un sabor de eternidad.
Entonces, el nazareno asintió con el capirote. %e modo ue, !inalizada la lar+a procesión a las tres de la mañana, y cuando el +rupo volvió a reunirse en el solar abandonado para el conteo !inal, ni a 3rudencio 6orales ni a los otros dos compañeros, les asombró ue el conteo en voz alta arrojara treinta y uno en la primera, la se+unda y la tercera tanda. >ampoco sorprendió a los tres ue el 5azareno 6ayor se asentara en su palabra de #ierro y se atreviera a amonestar al intruso prójimo lle+ado de ultratumba: ;Escuc#e uien ten+a ue escuc#ar dijo el 5azareno 6ayor: ierra. ? ue no ten+an ue re+resar desde otro mundo para cumplirlaY. 5o #abló m&s. izo sonar en sus manos la palmada de señal, y los treinta y un nazarenos des#icieron el c"rculo y buscaron la calle oscura Entre ellos, el amonestado nazareno de curvo andar, a uien todos Rconvencidos ya de su re+reso permitieron alejarse en la noc#e umbr"a, sin estrellas y sin luna, #acia el solitario callejón ue llevaba al cementerio. 3resas del estupor y a paso lento, acompasaron su andar al del #ombre ue se alejaba y ue, pocas cuadras adelante, empezó a perderse en la espesa opacidad del camposanto, en el !rontón de cuya altiva portada se le"a en enormes letras de ar+amasa: “1+#P linda la %ida con la eternidad”.
LA NOCHE DE STUTT
El punto de encuentro era el aeropuerto de eat#roX en )ondres. )le+ar"amos desde distintos puntos de la 9m(rica )atina, estra+ados por el cambio de #ora. 5o nos conoc"amos, ni #ab"amos tenido ocasión de compartir eperiencias en +iras, convenciones o con+resos internacionales. )a invitación !ue enviada con su!iciente antelación. Se trataba de alternar con estudiantes y pro!esores europeos.
Eiste en pa"ses como 9lemania un pro!undo inter(s por la 9m(rica )atina. )as universidades cuentan con departamentos ue estudian nuestra len+ua, nuestra literatura, la #istoria y los problemas sociales de la porción de mundo de donde proced"amos los cinco escritores invitados. Stutt+art, la capital del Estado alem&n de -aden\rttember+, era el punto inicial de la +ira, la ue tambi(n inclu"a -erl"n, Copen#a+ue, 2iena y -udapest. %os semanas en total* cerca de tres d"as por ciudad. ablar"amos ante un p$blico universitario* y, desde lue+o, ser"amos objeto de a+asajos y atenciones. En tales ocasiones, como parte de su proverbial sentido de la pro+ramación y el cumplimiento, los europeos suelen ser estupendos an!itriones. Con #oras de di!erencia, !uimos lle+ando a eat#roX en )ondres. )a ló+ica establec"a el punto de encuentro: el mostrador para el re+istro del vuelo de las M de la tarde a Stutt+art. Arente a ese mostrador #ubo material su!iciente para escribir un nuevo ;)ibro de los abrazos=. )a salida del vuelo #acia Stutt+art #izo #onor al uisuilloso sentido de la puntualidad alemana. ;
;>odo un establo=. 9parte de nosotros, las KN personas restantes eran pro!esores del %epartamento de Español y 3ortu+u(s de la Universidad, investi+adores del %epartamento de Estudios )atinoamericanos y al+unos compatriotas nuestros residentes en Stutt+art. 3ero ;la !iesta= no tomaba !orma, no cuajaba, ante la ausencia de uno de nuestros m&s de!initorios ras+os: la l$dica. ? dijo el ar+entino: ;C#e, esto parece un velorio, 7viste8=. El colombiano !in+ió seriedad: ;3ero, cuadro, #emos venido a trabajar=. ;S", a trabajar, pero en #oras de trabajo=, acotó el panameño. %e repente, una botella de X#isy lle+ada de contrabando en un abri+o borró la presencia de la cidra y, como por encanto, la l$dica emer+ió, en medio de salsa cubana y una ue otra cumbia de Colombia. Con todo ello, al+unos de los pro!esores latinoamericanos y los invitados residentes en Stutt+art ue tambi(n lo eran, se sumaron al desorden del X#isy de TcontrabandoI, de la m$sica de salsa, de las cumbias, los albures, los remedos y las bromas. )a temperatura no demoró en subir y la ;!iesta=, entonces s", !ue una !iesta. 9l+unos nos burlamos de la manera como el colombiano bailaba un tan+o de ardel moviendo las caderas como en la cumbia, y de la !orma como el ar+entino bailaba un vallenato de Carlos 2ives con las caderas tiesas de la milon+a. 5o tardó en saltar al ruedo el peruano ue imitó a Cantin!las, a cuyo arrojo respondió el panameño ue soltó ;El @ey= de 'os( 9l!redo 'im(nez a todo pec#o, acompañ&ndose de +estos de dolor a los ue el meicano respond"a con un ;/-rindo por ellas, aunue p(r!idas son=. En medio de tal !aena de ardores y dolores, de risas y de llantos R9m(rica )atina pura, advert" ue el+a, la an!itriona, sal"a al balcón y se apoyaba en la baranda a mirar al #orizonte. 3ens( ue se nos #ab"a ido la mano en cantos, bailes y razones de pertenencia. Aui #asta ella y la encontr( llorando. ;3erdónanos le dije. emos sido v"ctimas del s"ndrome de la celebración de la vida en eceso. H!endimos tu #ospitalidad, pero as" somos, u( le vamos a #acer=. el+a me miró a los ojos con los suyos de ye+ua rubia: ;5o, no !ar!ulló, no estoy llorando por ti, por ustedes* estoy llorando por m", por nosotros=. 2olv" a mirarla a los ojos: ;7Cómo as"8=. Sacó un pañuelo de #ol&n y se secó las l&+rimas: ;e estudiado la 9m(rica )atina durante veinte años, y jam&s me #e pre+untado lo ue a#ora me pre+unto: 7cómo es posible ue un colombiano baile a ardel tan impunemente, di+amos, y lue+o un panameño llore en un canto de 'os( 9l!redo 'im(nez, y ue un ar+entino sienta la cumbia, aunue con caderas tiesas* y ue todos, desde la 3ata+onia #asta >ijuana en 6(ico se r"an de las ocurrencias de un mismo Cantin!las, y ue= )a interrump": ;Es ue somos= y no pude continuar. )a bulla al interior continuaba. el+a volvió a #ablar: ;%ime: 7cu&ntas #oras de vuelo en jet #ay entre >ijuana en 6(ico y Comodoro @ivadavia en 9r+entina8=. 6e aventur(: ;>ijuana 6(ico %A, tres* 6(ico %ACaracas, cinco* Caracas-uenos 9ires, siete* -uenos 9iresComodoro @ivadavia, dos y tantas. En total, casi diecioc#o #oras, sin escalas=. ;? todav"a, all& abajo, en tierra, mientras uno vuela esas #oras dijo ella, 7la +ente se r"e del mismo +racejo, canta la misma canción y baila la misma m$sica8=. )o $nico ue se me ocurrió decir !ue: ;S"=. uardamos silencio, mientras la m$sica de adentro #ac"a vibrar el cristal de las ventanas, y todos, incluidos los
alemanes, bailaban. el+a pensó por unos instantes cuanto iba a decir. )o dijo: ;7Sabes8 Si desde Stutt+art viajo en auto unas pocas #oras al oeste, es decir, a Arancia, )uembur+o, -(l+ica o los 3a"ses -ajos, debo usar otra len+ua o, al menos, otro sentir para comunicarme con la +ente. Si lo #a+o al sur, a Suiza o 9ustria, aunue podemos entendernos en alem&n, otras distancias se establecen. 3ero si viajo unas #oras m&s, al este, a tierra de polacos o c#ecos, los desa!ectos y las lon+itudes vuelven a ser enormes* como si lo #a+o al norte, a %inamarca. Subyacen, de todas !ormas, muy al !ondo del alma en todos esos pa"ses, resuemores milenarios contra los otros, especialmente contra nosotros* ya sabes por u(. /5i pensar en re"rnos de la misma +racia o en cantar con id(ntico ardor la misma canción=. 9ntes de re+resar al salón de la !iesta, el+a y yo nos con!esamos sendas cuitas. Ella me dijo: ;En los veinte años ue llevo estudiando a la 9m(rica )atina, y enseñando sobre ella, jam&s #ab"a aprendido tanto como en esta noc#e=. ?o le con!es(: ;5o siempre somos tan pac"!icos. 5osotros tambi(n tenemos nuestra #istoria la tom( del brazo. 2en, entremos y dis!rutemos de esta noc#e $nica, especial=. ? la sau( a bailar.
A&a?a,: LA SONRISA DEL K
(1notaciones del diario del escritor colombiano 7a%id S&nc2e= >liao, a prop-sito del d#a en +e, en QIIR, mientras se desempeñaba como E mba/ador de Colombia en la Gndia, conoci- a >asser 1ra"at)
9l lle+ar a mi o!icina, en una mañana de !ebrero, encontr( auella tarjeta sobre el escritorio. %ec"a: “El Gndian Council !or \orld 9!!aires tiene el 2onor de in%itarlo al acto de entre!a del 6remio Gndira and2i a s E?celencia >asser 1ra"at, 6residente del Estado 6alestino (...)”. El d"a señalado, los invitados !uimos conducidos a los asientos dispuestos, de acuerdo con el ran+o, a pocos metros del estrado. El auditorio del GC:1, a pocas cuadras del 3arlamento en 5ueva %el#i y vecino al 3alacio 3residencial @as#trapati -#aXan, resultaba insu!iciente para alber+ar a los asistentes. 5adie, absolutamente nadie, #ab"a deso"do la invitación. 3or tanto, la ló+ica de los or+anizadores #ab"a !allado. ? si, a las epectativas y a las tensiones, sum&bamos la nube de !otó+ra!os, camaró+ra!os y periodistas apostados a lo lar+o de los palcos y las plata!ormas, #abr"a ue decir ue #ubo un momento, antes de ue el l"der palestino #iciera su entrada, en ue el recinto estuvo a punto de estallar. Es siempre peli+roso un acto en el ue un personaje de tal naturaleza se #alla envuelto. %e repente, en medio de un aplauso estruendoso, 9ra!at #izo su entrada. 3areció temblar la tierra. Es un personaje risueño, pero con mirada de &+uila. 6enos alto de cuanto ima+inamos, pero densamente acuerpado. %e tez al+o m&s clara ue la sospec#ada y de dentadura siempre al aire, en una sonrisa aut(ntica, sin !in+imientos. )os ojos, siempre de &+uila, vivaces, inuisidores, auscultando el auditorio y mirando a las c&maras como si con cada uno de los asistentes se #ubiera tomado al+una vez un ca!( &rabe !rente a una mesa de ta2le o dominó. H como si en m&s de una ocasión #ubiera sido invitado a sentarse a las puertas de un almac(n de +(neros en un ardiente pueblito del Caribe. 6e pareció conocerlo de años, recordarlo desde siempre. 9ra!at era el mismo ue aparece en las !oto+ra!"as de la prensa, con traje de militar, pistola al cinto, turbante de diminutos rombos blanuine+ros y bu!anda a tono. Era el mismo, pero di!erente. 3ude advertirlo cuando, lue+o del discurso del 3rimer 6inistro de la Gndia, de la entre+a de la placa recordatoria del 6remio Gndira and2i por la 6a= y del relampa+ueo de las c&maras, por !in empezó a #ablar. )o #izo con voz de abuelo y con acentos de conseja. Sonre"a mientras #ablaba. ac"a pausas y !abricaba replie+ues* daba traspi(s verbales. >ornaba dulces sus ojos de &+uila, como si #ablando... saciara un #ambre rapaz. Como si cenara la luz de las c&maras. 9uel no era el l"der san+uinario ue al+unos medios pretenden vender, como tampoco el a+udo y perspicaz palad"n, atinado en las ideas y certero en los conceptos, ue otros medios per!ilan. Era un ser &rabe, dulce, emotivo, a!ectuoso, como los siriolibaneses de los pueblos del Caribe, uienes, tras llamar ;brimo= al cliente, lo+ran elevar el precio en la yarda de tela. -onac#ón, como el sirio astuto. Simp&tico y a!able, como el sa+az liban(s. 9mi+o de sus ami+os, como ambos* ue, inmi+rantes al !in y al cabo, #acen claridad: ;5a+ocio na+ocio, mist&mist&=. Un ser #umano. 9ra!at es un #ombre de escaso in+l(s. Cómo se #ar&, me pre+untaba en silencio, para ser un personaje de tal ma+nitud universal sin #ablar un buen in+l(s* sospec#ando apenas su dominio: “G am 2abby Bit2 t2is bri=e becase Gndira Bas my sister. es, my dear brot2ers, my sister. 1nd 2er "at2er 9e2r Bas my brot2er” . R;Estoy !eliz con este premio porue Gndira and#i era mi #ermana. S", mis ueridos #ermanos, mi #ermana. ? su padre, 5e#ru, !ue mi #ermano=. Un discurso improvisado, en un in+l(s de escuela primaria. /9#... pero la ma+ia )a ma+ia es siempre m&s !uerte ue el in+l(s. 5adie pestañeó. ? pareció corto el discurso. >al vez, 9ra!at sabe ue el in+l(s sobra y el &rabe no #ace !alta cuando eiste la ener+"a, cuando se transmite entre+a, carisma, aura, #umanidad. ;2eo dos cosas [coment( a la ami+a embajadora sentada a mi lado[. 2eo dos cosas: o los medios de comunicación #an #ec#o un p(simo trabajo, vendi(ndonos una ima+en euivocada de este señor, o uiz&, por la misma razón, y sin percatarse, #an #ec#o un ecelente trabajo=. 6i ami+a embajadora respondió: ;En estos d"as, todo, todo, incluso la televisión, debe ser visto entre
l"neas=. En #oras de la noc#e se llevó a cabo la recepción en los salones del !astuoso Hotel 8a/ a2al de 5ueva %el#i. En ella, ya de cerca y en !orma m&s personal, pude corroborar mis sospec#as. El +ran salón, iluminado por enormes arañas de cristal, pareció estremecerse con la nueva entrada de 9ra!at. nior =, R;Embajador, ap&rtese. 9#ora, uiero una !oto+ra!"a solo con %avid, #ijo=. ?o di un paso al lado. 5o !uimos %avid y yo los $nicos en recibir auel tratamiento. 9l abandonar el &rea de los micró!onos, me plant( durante media #ora dispuesto a observar cómo manejaba 9ra!at la presencia de los cole+as embajadores y del resto de los invitados. 3ara todos tuvo un instante, una sonrisa, un abrazo emocionado, un pellizco... una !rase +alante para las damas. Siempre ima+in( a este personaje un #ombre rudo, distante, incapaz de sonre"r. Esa es uiz& la ima+en ue tenemos del ;ser personaje en Hccidente=. )os &rabes, recuerdo a#ora, #an dado a los españoles lue+o de tantos si+los de dominación y a los #ispanoamericanos tras la masiva inmi+ración reciente ese toue jovial, tierno, sensual, a!ectuoso, ue nos aleja de la !rialdad del europeo y la apenas bonac#oner"a del norteamericano corriente. 9l escribir estas anotaciones, me pre+unto al+o ue jam&s me #ab"a pre+untado: 7Cómo ser&, en ese sentido, Sadam ussein8
5ueva %el#i, 1PPK
DAVID SKNCHE ULIAO: SIETE
U5H: LA CASA abriel C#adid construyó con las suyas y con las manos de sus albañiles ami+os, una casita en el campo. abriel sostiene ue la casa debe ser para el #ombre como una camisa: ue le cai+a bien, ue le vaya al cuerpo, en la ue uno se pueda mover con comodidad. Cuando voy a la ciudad en mi motocicleta dice abriel me uito la casa y a#" la dejo, col+ada de un clavo en el rincón de la alcoba, esper&ndome. 3or la tarde, cuando re+reso, me la pon+o...y vuelvo a sentirme a +usto. abriel sonr"e y a+re+a: 3or eso procuro no en+ordar. 3ara poder se+uir poni(ndome la casa, sin ue me apriete.
%HS: SUEQO El marido de doña )uisa #ab"a sido el m&s rico +anadero de la re+ión. @esultaba imposible, se dec"a, medir sus dominios con la vista desde la copa de un cocotero. >ambi(n se dec"a ue la lec#e ue produc"an sus vacas alcanzaba para teñir de blanco el r"o, y ue todav"a el mar en la desembocadura pod"a #acerse +ris. El marido de doña )uisa #ab"a muerto uince años atr&s, y a$n repartida entre ella y sus diez #ijos, la descomunal #erencia era imposible de precisar. %oña )uisa era una matrona pac"!ica y robusta ue rezaba a la 2ir+en en la mañana y en la noc#e, y cuyo $nico salto de corazón lo produc"a la visita de los nietos. Ellos constitu"an la $nica ci!ra clara en su cabeza: eran veintioc#o. %e resto, jam&s pudo saber cu&ntas cabezas de +anado o cu&ntas #ect&reas de tierra pose"a. 9uella abstracción le molestaba, pues no la dejaba dormir tranuila. %e manera ue por los d"as de esta #istoria, andaba amar+ada con sus #ijos* y sus #ijos dis+ustados con ella, pues doña )uisa #ab"a #ec#o a escondidas los arre+los para montar un peueñito almac(n en la esuina sur de la plaza, en donde pudiera vender v"veres
y abarrotes al por menor y auellos dulces de coco ue ella misma #ac"a... y ue le uedaban tan bien. 9nte la idea, los #ijos pusieron el +rito en el cielo, pero doña )uisa ar+umentaba con ve#emencia y entre l&+rimas en su caserón de uince alcobas, ue el almacencito le permitir"a vender las cosas a buen precio pues todo estaba caro y #ablar, #ablar con la +ente, ue era lo ue m&s le +ustaba en el mundo.
>@ES: LADRÓN DE
CU9>@H: ADIÓS AL RO En 1PPN, los indios emberas del %epartamento de Córdoba en el norte de Colombia, or+anizaron una procesión de canoas para decir adiós al r"o Sin$. %esde siempre, auel r"o #ab"a sido su vida: les #ab"a dado de comer, de beber y #ab"a sido !uente de toda mitolo+"a. Su caudal, cre"an, era la suma de las muc#as l&+rimas de una diosa traicionada por su amado, y de esas a+uas lue+o emer+ieron m&s dioses ue enseñaron a los emberas a ser an!ibios, como el caim&n o la tortu+a. 3ero lle+aba el momento de despedirse del r"o, pues la @epresa de Urr& ser"a construida en la parte alta del Sin$, en pleno territorio embera. )a vida iba a cambiar: ya los peces no desovar"an en la (poca esperada, los card$menes buscar"an otro lu+ar, los pantanos de cazar #icoteas se secar"an, las tierras bajas del arroz pasar"an a ser altas, y el r(+imen de lluvias se alterar"a con la tala de miles y miles de #ect&reas. >odo, se dijo a los indios, ser"a #ec#o en aras del pro+reso. Se les reunió muc#as veces para #ablarles de las bondades del proyecto. 9 una de esas reuniones asistió una psicólo+a nacida en el &rea, pero pro!esora de la Universidad de 6arsella, llamada 6ar"a Elena 6&ruez. 9 ella mani!estaron los directivos e in+enieros
del proyecto la preocupación sobre si los emberas resistir"an o no el embate de auella maroma del pro+reso. )a psicólo+a 6ar"a respondió: Ellos, los indios, resistir&n, porue los #an resistido a ustedes durante uinientos años. )o ue me pre+unto es si ustedes resistir&n.
CINCO: %H5 G2E@
a P$la&
Gver dice mientras come con nosotros un sancoc#o de pez bocac#ico en las mesas del mercado de )orica ue se casó con una muc#ac#a buena y decente para re!rescar la san+re, pues con!"a muy poco en la de (l. Sin embra+o, la !undamental preocupación de Gver se+$n deja entrever por lo ue dice en su luc#a contra las espinas del pescado es ue la +ente lo trate bien. 2ive all" en )orica, un pueblo del Caribe en donde se rinde culto al dinero y en donde la $nica manera de ser ;considerado= como all" mismo dicen es poseerlo. 5o ser ;considerado= es no tener dinero* por tanto, uien no lo tiene... es como si no eistiera. 5o se considera ue #abita el 3laneta. 3or esas ;razones de consideración=, Gver uiere ser rico. ? es !&cil deducir tal cosa, pues no #abla de tener dinero para viajar por el mundo, para alojarse en #oteles de mil estrellas, para comprar carros deportivos, mansiones con piscina, o para #acer inversiones de bene!icio social ue est&n tan de moda. Sout# 6iami, la Costa 9zul, Canc$n, las Gslas rie+as, )as 9ntillas, aXaii o Aiji, no aparecen en el mapa tur"stico de Gver. 5ada de eso. Gver uiere, desea con !ervor, ser rico para lo+rar una sola cosa. 3ara comprarse unos ble'/eans de marca, un par de +a!as Kay'0an americanas, un sombrero vuelteado de los ue usan los +anaderos y un par de toscas, muy toscas sandalias de cuero de tres puntadas a las ue en las tierras del Sin$ llaman abarcas[ de modo ue cuando (l entre al banco, dice: Suenen tanto, c#irreen tan duro, ue todo el mundo se voltee a mirar cuando el Secretario eneral ue siempre trabaja en el primer piso[ me di+a: -uenos d"as, don G%er , suba por !avor a la +erencia, ue ense+uida le llevan un ca!(.
SEGS:
“RESI
Estacionada en la rada de Carta+ena de Gndias, #ay una vieja lanc#a de madera ue se llama Kesi!naci-n, y ue parece abandonada. 3ero no lo est&, pues la #abita un viejo marinero ne+ro ue a!irma #aber sido contratado para cuidarla desde #ace treinta y seis meses. El dueño de la embarcación nunca volvió, de modo
ue el ne+ro marinero jam&s #a recibido el salario ue le !ue prometido. ;)a +ente me aconseja ue me vaya dice el marinero, sentado en la proa de la lanc#a , pero, 7cómo8 Si me voy y ven la lanc#a sola, se la roban* y as" yo ir"a a la c&rcel por irresponsable y por #aber abandonado el trabajo. )o del salario.../ya ni me preocupa=
SGE>E: INTERIORES 3as( las noc#es de un !in de semana en el peueño #otel de Sal+ar, un pueblito de la Costa colombiana, cerca de la playa. El #otel es uno de esos #ostales a los ue llaman ;!amiliares=, lo ue no uiere decir ue est( #ec#o para ue uno se #ospede con la !amilia, sino para ue conviva con la !amilia de los dueños. abl( muc#o con la !amilia del ;#otel !amiliar= durante las dos noc#es ue pas( en Sal+ar, y #abl( muc#o con ellos, paradójicamente, mientras ve"amos televisión. 3orue, para sorpresa m"a, la !amilia del ;#otel !amiliar= se sentaba por las noc#es a conversar !rente al aparato encendido, sin prestar atención a cuanto suced"a en los pro+ramas de la pantalla. 3ero, y ello me sobreco+ió la primera vez ue sucedió, tan pronto como empezaba la sección de comerciales, el padre, je!e supremo de la !amilia, amo y señor de la situación, eclamaba con +rave acento en su voz: ;Silencio, ue ya vienen las propa+andas=. En auel #ec#o, el desatino de los pro+ramas contrastaba con el acierto de los publicistas. 6e #orroric(. En e!ecto, vi ue la !amilia del ;#otel !amiliar= encontraba v"vidos, ale+res, coloridos, ecitantes los comerciales, tanto como aburridos los pro+ramas. 3ero el esc&ndalo en mi alma !ue mayor cuando o" comentar a una de las #ermosas adolescentes de la !amilia del ;#otel !amiliar= ue ella aspiraba a casarse, como todas sus ami+as, con un etranjero. 3ero eso s" aclaró, ue no !uera !eo como su pap& o como los actores de las producciones nacionales, sino #ermoso y atractivo como los modelos de comerciales.
EL MILA
Era imperativo visitar )a @ioja. >antas veces la #ab"a bebido a trav(s de sus euisitos vinos en España y en otras partes del mundo, ue resultaba imperdonable desaprovec#ar la ocasión de #acerlo durante este viaje. )a #istoria de mi contacto con )a @ioja y los riojanos, tan euisitos como sus vinos, empezó, curiosamente, en el aeropuerto de Dajura#o, Gndia. 5os encontr&bamos a punto de tomar el avión #acia -enares, cuando dos españoles acompañados de un +u"a #ind$, llamado 9nil, se acercaron a saludarnos. 2iajaban por la Gndia #ac"a varias semanas y no #ab"an encontrado en el lar+o camino a los primeros #ispano#ablantes. Esos primeros (ramos nosotros. 2isitamos juntos -enares. 'untos paseamos sus callejas estrec#as atestadas de pere+rinos ue marc#aban moribundos #acia el an+es en busca de entre+ar su alma al pie de las a+uas santas. 'untos nave+amos por el r"o sa+rado, juntos cenamos en el !astuoso comedor del Hotel Oberoi . %os d"as despu(s del encuentro, los españoles partieron. Se
llamaban 2icente, ambos, y llevaban un apellido tan curioso como riojano: 'alón. Eran padre e #ijo, y los dos trabajaban en la empresa !amiliar de su propiedad, localizada en la peueña población de Entrena [a escasos minutos por carretera de )o+roño [ y se dedicaban a embotellar pepinillos e incurtidos en vina+re y a la maduración de vinos. 9 partir de la despedida en -enares, el contacto !ue epistolar pero abundante.
%e modo ue, estando ya en 6adrid, no pod"amos deso"r una vez m&s su repetida invitación a visitarlos. ? tomamos camino. El Embajador de Colombia en @usia, @icardo Eastman, y su esposa Carmen 9licia, uienes visitaban España por esos d"as, decidieron unirse a la aventura. 2icente#ijo #ab"a viajado desde la @ioja esa madru+ada para desayunar con nosotros en la residencia de los Samper Strauss, nuestros embajadores en España. 9travesamos 6adrid para tomar la carretera a -ur+os. Era el !inal del lar+o invierno y los campos, a$n cubiertos por una pl&cida al!ombra de nieve, #ac"an pensar en la validez de las estaciones. )a tierra tomaba su descanso de varios meses y dorm"a el !r"o de una muerte transitoria para renacer en la primavera con nuevos br"os. 3ens( en el ueso de -ur+os, blanco como auella nieve, !resco como ella. 9costumbraba comprarlo en los mercados de 6adrid para miti+ar la nostal+ia del ueso blanco y salado de nuestras tierras iberoamericanas.
9 las cuatro #oras del viaje, 2icente#ijo detuvo el auto al pie del letrero ue señalaba el comienzo de los territorios de )a @ioja.
>odo en este poblado, desde lue+o, estaba determinado por la producción de vino, columna vertebral de la econom"a de la re+ión. )as construcciones levantadas en las !aldas de la montaña aparec"an a todas luces incrustadas en la tierra, como si sólo !ueran las !ac#adas de una interminable serie de cuevas. Calle arriba, sobre la meseta ue coronaba la montaña y el poblado, se #ab"an levantado la plaza y los comercios, y al+unos edi!icios para #abitaciones !amiliares. Estaba claro: las construcciones de la !alda eran, e!ectivamente, !ac#adas apenas de las bode+as para la maduración de los vinos. -ode+as ue entraban a la tierra en uno, dos, tres pisos #acia abajo. 9ll", eiste en el aire la pesadez necesaria para ue los mostos !ermenten a la per!ección y +eneren la eacta cantidad de tanino ue ei+en los m&s re!inados paladares del mundo, auellos ue aman el buen vino de la @ioja.
)os 'alón, ue con!orman una t"pica pero re!inada !amilia de @ioja, se dedican a la industria de los pepinillos y los encurtidos R;e importa n pepino =, su+er" ue deb"a ser el eslo+an de su !&brica , pero no pueden olvidar ue son de donde son, y por ello, en los terrenos adyacentes a sus amplias instalaciones
industriales, manejan un modesto viñedo* lo su!icientemente +rande para la producción del vino ue la !amilia consume a lo lar+o del año. En su propia peueña bode+a, los 'alón producen tintos, blancos, mostos y claretes... ;de un rioja euisito=, se+$n a!irma 2icentepadre. En el comedor de la !&brica, el ue se+uramente usan para brindar buenos pepinillos a los clientes compradores, los 'alón nos o!recieron suculentos almuerzos y cenas con delicadezas españolas R jamones de 'abu+o, uesos manc#e+os, esto!ados riojanos, c#uletillas de Entrena... , todo acompañado con vinos de uvas crecidas en los viñedos ue, desde el mismo comedor, pod"amos ver. Con los Eastman, ;los jalones= Rcomo a veces los llamo visitamos los m&s ancianos monasterios de )a @ioja, paseamos por campos y viñedos, y !uimos con sus esposas, sus ami+os, sus #ermanos, sus cuñados a beber m&s vinos de la propia tierra en las tabernas y los bares de )o+roño, la Capital: una ciudad media de España, pero con la +randeza, el orden, la compostura y la ele+ancia de estas urbes cuya di+nidad estriba, precisamente, en su !alta de pretensión: se resisten a ser ;+randes ciudades=. )a @ioja en s", es una provincia peueña, no lle+a a los dos millones de #abitantes, y su lu+ar en el mapa de España es m&s ue un puntito #acia el norte, junto a las sierras y entre los r"os de a+uas car+adas de un mila+ro especial, de m&+icas sustancias, de i+notas composiciones, tan eóticas y ricas ue al empapar las tierras producen ese otro mila+ro de la #umanidad: unos de los mejores vinos del mundo.
>eo 5orie+a es pro!esor de )iteratura ispanoamericana en la Universidad de >renton en Canad& y viaja todos los años con un +rupo de sus estudiantes a adelantar cursos de verano en distintas universidades del mundo. Es un trabajo a+radable pero nada !&cil, a decir verdad, pues las ue deber"an ser sus vacaciones las dedica >eo al !ruct"!ero pero a+otador es!uerzo acad(mico. 9uel año >eo viajó a España. >odo estaba arre+lado para ue iniciara un curso de verano en la Universidad de ranada. ? lo inició* y !elizmente lo concluyó. Aui invitado a con!erenciar en el curso de >eo, y esa !ue la razón por la cual decid" uedarme en ranada #asta el !inal del verano. >eo, y su esposa C#arlotte, #ab"an tomado en arriendo un pintoresco apartamento en los altos de El 9lbaic"n, el m&s aut(ntico de los barrios de la ciudad mora. Era una aco+edora estancia de dos plantas ue miraba por el !rente a una calleja empedrada y ue se abr"a en la parte trasera, como una !lor, en tres esplendorosos balcones ue miraban #acia los c&rmenes vecinos y #acia la #ermosa ranada en pleno. -aste con decir ue desde el balconcillo de mi alcoba
pod"amos o"r a los +itanos cantar en el Sacromonte y ver iluminada )a 9l#ambra por las noc#es. El 9lbaic"n es un barrio de callejas pedre+osas y empinadas. -ajando por una de ellas para ir a la Universidad, a las plazas y los bares, pas&bamos a diario por la casa de 6i+uelillo. 9uel #ombre, uien con el correr de los d"as #abr"a de convertirse en el m&s amable de nuestros conocidos, era un cuarentón de mediana estatura, ojos pac"!icos y claros y un cabello liso ue se aplastaba contra la calva en ciernes de modo ue luc"a como si lo #ubiera lamido una vaca. 6i+uelillo no #ac"a otra cosa ue sentarse en el umbral a !umar los ci+arrillos ue le enviaba una #ermana desde 'a(n, se+$n nos contó, y a ver pasar la +ente mientras esperaba a ue la otra #ermana ue viv"a con (l le sirviera las comidas: en la mañana, a la media tarde y en la noc#e. 9l principio se mostró esuivo, pero con!orme los d"as !ueron corriendo y se acostumbró a nuestra presencia, empezó a bajar los puentes de la reserva. 9s", cuando ya !uimos ami+os, cada vez ue pas&bamos lo salud&bamos con a!ecto: 7 Cómo est&s, 6i+uelillo 8 ? (l siempre respond"a entre el #umo del ci+arrillo: -ien, majos. 5o se pu( est& mejó. 5os #ac"a +racia la respuesta de 6i+uelillo, especialmente cuando sub"amos a casa desde los bares con seis jereces encima o m&s de cinco copas de @ioja, el vino tinto al ue dedicamos nuestra devoción en auel verano de ranada. )ue+o de la !rase del #ombre lamido de vaca, ue nos sonaba a estribillo y a la ue en varias ocasiones #icimos variaciones en !lamenco macarrónico, re"amos. ? nuestra risa sal"a, como una serpiente de sonidos, a recorrer callejas, calles y callejones. 5o !altó la voz ue brotara de una ventana entreabierta al sopor veranero: ;/9nda, u( ruidosos sois /Callaos de una vez=. Era la $nica manera de sose+arnos. 9uel !ue un verano a+itado. >eo ten"a a su car+o treinta estudiantes canadienses, #ombres y mujeres, con todos sus problemas: enredos acad(micos y l"os de !aldas y pantalones. Este tipo de pro!esores R;C#aperones=, dec"a >eo con +racia al cuarto @ioja debe #acerse car+o de todo en los pro+ramas de educación en el etranjero, y lle+an a mezclar el manejo de problemas relacionados con e&menes de conocimientos y p"ldoras anticonceptivas. C#arlotte, por su lado, le"a, escrib"a, estudiaba, iba al mercado y se #ac"a car+o de los deberes de casa. ?o con!erenciaba en los cursos de >eo y #ab"a venido desde 5ueva %el#i con tres maletas a cuestas. 9$n recuerdo la manera como tuve ue recorrer con ellas al #ombro medio 9lbaic"n bajo un sol canicular y un calor estridente. S", !ue un verano duro, la verdad sea dic#a, aunue lo dis!rutamos, cosa ue tambi(n es la verdad. 3ero el ue lo #ay&mos dis!rutado, no le uita el ue #aya sido duro, m&s por cuanto nos esperaba ue por cuanto #ac"amos. ?o deb"a volver a la Gndia, en donde me desempeñaba por auellos tiempos en un car+o diplom&tico, y C#arlotte y >eo deb"an re+resar al Canad& a reasumir las c&tedras y el trabajo del #o+ar en un pa"s en donde las #ermanas de 'a(n no enviaban ci+arros ni las #ermanas de ranada cocinaban para uno* ni #ab"a umbrales abiertos para sentarse a !umar y a ver pasar la +ente. asta ue lle+ó el d"a de la partida, pues terminaron los cursos y ya los estudiantes #ab"an viajado a sus casas con el resultado de los e&menes,
acad(micos y de san+re. 9ntes de partir, trabajamos dos d"as para dejar la casa en orden, tal cual la #ab"amos encontrado. El $ltimo ca!( en el balcón !ue el m&s a+radable, arom&tico y revelador de cuantos #ab"amos tomado auel verano. ranada ya sab"a a nostal+ia. %ejamos la casa, entre+amos la llave al vecino y nos ec#amos las maletas al #ombro Rdos >eo, una C#arlotte y tres yo entre el peor de los calores de auel verano as!iiante. %eb"amos tomar un tai al aeropuerto en la amplia avenida de abajo, en las !aldas del 9lbaic"n y junto a las plazas y los bares ue tanto #ab"amos dis!rutado. Gbamos retrasados, y acosados por la sospec#a de ue perder"amos las coneiones en el 9eropuerto de -arajas en 6adrid. 6e esperaban catorce #oras de vuelo R6adrid3ar"sAran!urt%el#i con seis #oras de espera en 9lemania. 9 ellos, veinte de vuelo Rranada6adrid3ar"s5eX ?or6ontreal>oronto, varias de tren #asta >renton y cinco m&s de espera en 3ar"s. Gbamos #ambrientos, pensando en R siuiera una tortilla de patatas en el camino, pues con los ajetreos de $ltima #ora no #ab"amos podido cocinar. ? #e au" ue cuando pas&bamos !rente al umbral de 6i+uelillo, en donde nuestro ami+o se #allaba sentado !umando uno de los ci+arrillos ue su #ermana le enviaba desde 'a(n y esperando a ue su otra #ermana le trajera la comida del mediod"a, le saludamos bajo el a+obio del sudor, el cansancio y las maletas: ola 6i+uelillo, 7 cómo est&s 8 ? (l, !resco, llano, #orondo, respondió: -ien, majos. 5o se pu( est& mejó. Esta vez no re"mos. 9l contrario, por primera vez supimos ue 6i+uelillo siempre #ab"a dic#o la verdad.
6adrid, 1PLK Na&&a"$'n de Da5$d Sn"9ez ul$a%:
PESCAR EN BAN<O
Uno de mis predilectos pro+ramas en -o+ot& consiste en almorzar los domin+os en un lu+ar llamado El 6escadero del Sr . Es una especie de tendal armado en un barrio del sur de la ciudad ue, adem&s de ser incómodo, +oza de la particularidad de ue en (l, la clientela tiene derec#o a esco+er de una enorme pecera la presa ue el cocinero #ervir& para (l en el mismo caldero en donde se !r"en las papas y al+unos ve+etales. Es uno de esos llamados ;palacios del colesterol=, al ue al+unos empresarios, altos empleados de +obierno y jóvenes ejecutivos, van a olvidar los domin+os las !ormalidades y las estrictas dietas de los d"as de semana. )os conservasionistas y las !aunas an&lo+as no #acen, desde lue+o, buena cara a este tipo de atentados contra la 5aturaleza y una de sus m&s #ermosas creaciones, los pececillos. 3ero para uienes tenemos cierta tendencia al naturalismo, sin ser tan severos, la eperiencia de El 6escadero del Sr resulta !ascinante. ;Es una mezcla de caza y pesca, y el espect&culo al tiempo ue es +astronómico es visual. )a aventura tiene al+o de ven+anza, y resucita en nosotros lo muc#o ue tenemos de caim&n. 5o en vano el #ombre viene, no del mono, sino de ese reptil pre#istórico= [ coment( en cierta ocasión a erbert C#amat, uno de mis orates capitalinos. ;Gma+"nate [ a+re+u( [, cazar uno su propio alimento, ver nadando viva la presa ue se va a comer. asta erótico resulta el asunto=. erbert reaccionó, como siempre, con una salida +enial: ;/ ? ue tal ue le pon+an a uno sirenas, compadre =. El asunto no pasó de all".
oy me encuentro en -an+o, >ailandia, al otro lado del mundo, y en medio de la resaca bajo cuyo e!ecto mal(!ico escribo, recuerdo a erbert C#amat con una sonrisa socarrona. ace sol en -an+o, y desde el balcón de la #abitación del #otel miro #acia la piscina y la calle. El balcón tiene esa doble posibilidad. El &rea de la piscina est& ocupada por turistas japoneses y europeos, ya mayores. Cincuentones y sesentones, curiosamente acompañados por jovencitas tailandesas* por sirenitas de tiernos de ojitos c#inos y cuerpecitos !r&+iles, ue visten tan+as escandalosas y biinis sostenidos por sedas dentales y ue sorben por un pitillo, licores de Hriente desde vasos decorados con rodajas de piña, para+itas, cerezas y aceitunas. 5o #ace !alta ser muy a+udo para cole+ir ue todas esas eótica ye+itas de Hriente #an sido aluiladas a un “Escort Ser%ice” RServicio de compañ"a por un d"a, una semana, un mes, como uien aluila un auto. El proceso de esco+encia no es complicado. 9l plani!icar el viaje, el cliente solicita un cat&lo+o ue es enviado por correo a su pa"s de ori+en, de modo ue, como en el caso de los carros de Hert=, el ;encar+o= lo estar& esperando en el aeropuerto. )os ;Escort Ser%ices= prestan todos los servicios ima+inables. El cliente puede, incluso, enviar una detallada lista de ;pre!erencias seuales=, señalando prioridades. En !in... Este tipo de divertimentos, ue incluyen masajes, centros nocturnos, bares, “lon!es”, etc., #a ayudado a ue se pueda #ablar de ;El mila+ro tur"stico tailand(s=. 6ientras la Gndia, con su valioso pasado #istórico y cultural llama la atención a sólo un millón de turistas al año, >ailandia, con una octava parte de la población de auel pa"s y sin tan rica tradición, lo+ra atraer a seis millones de turistas. Gndia cuenta con LN0 millones de personas* >ailandia, con aproimadamente 100. 9 la sabidur"a india, desde lue+o, no le preocupa el #ec#o. Es consciente de ue, #oy por #oy, al mundo le interesa m&s “t2e ot2er t2in!” , ;lo otro=.
-an+o tiene tres muy bien de!inidas ;Vonas de 3ecado=: S<mbit , 6at'pon! y la discreta 6radipat . e tenido la in!eliz oportunidad de visitar las tres, eso s",
acompañado de mis cole+as viajeros. ;Es la $nica manera como se puede conocer estos sitios sin eperimentar el terrible sentimiento de desa!irmación ue causa en!rentar as" la miseria #umana=, coment( al +rupo la noc#e en ue #icimos la entrada al primero de los sitios: S<mbit . >anto en esta zona como en la de 6at'pon! , dir"a yo ue el pecado no tiene +racia, ue carece de la perversidad de ue +oza en las ;zonas de tolerancia= de nuestras ciudades latinoamericanas. ;3ara empezar [ coment( [, no #ay boleros* y para terminar, en los sitios de pecado no #ay pista de baile=. 3ecar as", sin #aber bailado, debe ser, para usar un colombianismo, ;muy aburridor=. )os sitios tienen, a duras penas, una plata!orma en donde tailandecitas en monoini bailan m$sica roc< cantada, pre!eriblemente, en alem&n o japon(s, len+uas del +rueso de la clientela. 3or otro lado, y ello a+rava el pecado, estas &reas son una impune mezcla de casas de diversión y tenderetes para la venta de con!ecciones de marcas europeas y artesan"as locales. %e manera ue mientras se eamina un collar de !alsos corales, se puede desviar la vista #acia el interior de un ; lon!e” o un bar americano y apreciar a las muc#ac#as bailando en la plata!orma. En tanto se discute el precio del collar, un impertinente comisionista insiste en ue uno visite a dos cuadras el sitio de los mejores masajes corporales de Hriente. ;3ecar as" no tiene +racia. >odo esto est& tan corrompido ue anda desprovisto de maldad. Es un casti+o de %ios, el #aberle uitado la sabrosura al pecado. Con razón >ailandia produce tantos monjes=, coment( esta vez. erbert C#amat debió de #aber sonre"do en -o+ot&.
9l d"a si+uiente, en el #otel, un cole+a compañero de viaje lle+ó con la noticia de ue en la discreta zona de 6radipat , #ab"a ;un pescadero=. Usó auel t(rmino. Soltó la noticia a la #ora del desayuno, de modo ue durante todo el d"a en las visitas al ran >emplo, las pa+odas, los canales y el 6useo 5acional, las esposas no #icieron otra cosa ue tomar del pelo comentando: ;%esp"danse #oy del pecado, muc#ac#os, pues la próima etapa es dura en ese sentido=. En e!ecto, al d"a si+uiente volar"amos a Duala)umpur, capital de 6alasia, pa"s musulm&n, en donde incluso el !umar constituye una seria o!ensa a las leyes. )le+ó la noc#e, y brilló la luna de Hriente: llena, anaranjada, inmensa. El automóvil de la cónsul nos dejó en la puerta de un sitio llamado ;Fis2ermans”, apostro!ado ue traducir"a al español al+o as" como ;El lu+ar del pescador=. Un portero uni!ormado !lanueó la entrada. El pasillo, a media luz, denotaba la cate+or"a del lu+ar. Coment( a un cole+a: ;Este sitio es m&s !ino y m&s caro ue El 6escadero del Sr de -o+ot&=. Se abrió la puerta ue daba al salón principal, y all" record( a erbert C#amat cuando dos años atr&s en Colombia comentó: ;/? ue tal ue le pon+an a uno sirenas, compadre=. Gmpreu( esta vez: ;/Carajo, en Hriente la realidad supera a la !antas"a=. El salón era amplio, enorme, y se #allaba bañado por una luz verdine+ra. En las cómodas poltronas, bajas, al nivel de las mesas de patas cortas, los clientes conversaban y beb"an con muc#ac#as ue, pese a estar cubiertas por batas de baño con!eccionadas en +ruesas telas de toalla, tiritaban de !r"o. Sus cabellos empapados escurr"an el a+ua sobre los #ombros. 9l+unas, #ab"a optado por enrollarse Rcomo casi siempre #acen las mujeres una toalla alrededor de la cabeza, a manera de turbante. Se notaba ue las conversaciones eran pl&cidas, a+radables, y se matizaban con cocteles sorbidos de vasitos adornados como auellos de la piscina del #otel. 9l !ondo #ab"a, cuando entramos, tres europeos y dos japoneses de pie !rente a una enorme pecera del tamaño de toda la pared: un amplio escenario de a+ua, al+o as" como una +i+antesca pantalla de televisión ue mostraba en su tamaño real un di&!ano y pulcro mundo submarino. En el !ondo descansaban, en una