CONSTRUYENDO MI IDENTIDAD DENTRO DE UN PROYECTO DE VIDA: Existe una relación entre las aspiraciones y metas que el adolescente tiene para su futuro y su conducta frente a situaciones de riesgo para su vida. v ida. Aquellos con expectativas más altas, desarrollan conductas protectoras que le evitan los riesgos tanto en su vida sexual como en el consumo de psico-activos. Planear la vida permite ubicar en forma más clara sus posibilidades dentro de un contexto real, para que sus conductas se proyecten hacía el futuro. Elementos como la toma de decisiones, la asertividad, los valores y la autoestíma si son integrados en la estructura psico-social del adolescente contribuirán a definir su nivel de aspiraciones y las posibilidades de cumplirlas. Llegar al final de la vida satisfechos de haberla vivido plena y adecuadamente es una de las metas principales del ser humano y la vida se va en este esfuerzo. Mientras mas temprana sea la planeación mayores posibilidades habrá de alcanzar las metas. Hay que aprender a fijarse metas concretas y programar actividades consecuentes. Hecer de cada evento una oportunidad de aprendizaje y de autoconocimiento. La motivación para triunfar asumida como un derecho. d erecho.
AUTOESTÍMA Es la capacidad de tener confianza y respeto por sí mismo. Se empieza a construir desde antes de nacer, en el deseo y amor de los padres. y es en el núcleo familiar en donde se fortalece día a día, en el desarrollo d esarrollo de la confianza y el sentimiento de valía que transmiten los padres a los hijos. Es la base firme para lograr una identidad que se transformará en el sentimiento de ser aceptado, de ser él mismo y la persona en que los demás pueden confiar. Una adecuada autoestíma se asocia al reconocimiento de cualidades y defectos y a una mayor conciencia de los alcances y limitaciones para luchar y obtener mejores condiciones de vida. En la adolescencia la autoestíma se debilita, ya que uno de los factores importantes como la imagen corporal cambia y se da la confusión de roles. En esta etapa el adolescente cuestiona, rechaza, pregunta y necesita que los adultos le ayuden a valorar sus logros con el fin de fortalecer su posición personal y su autoestíma.
El adolescente siente la necesidad de independencia, de ser reconocido y de buscar su propia identidad, creamos en su capacidad para lograrlo pero también asumamos la responsabilidad y el compromiso de que necesita del acompañamiento adulto para hacerlo.
EL PAPEL DEL ADOLESCENTE DENTRO DE LA SOCIEDAD Si asimiláramos al mundo con una nave que viaja a través del espacio, seguramente imaginaríamos a su tripulación con muchos años de experiencia y con muchas travesías a cuestas, de manera que sus canas y sus arrugas nos infundieran seguridad sobre la manera como es capitaneado nuestro navío. También es probable que ubicáramos a los adolescentes como pasajeros caprichosos o a lo sumo como grumetes o ayudantes poco diligentes. Ante una comparación de este tipo los jóvenes seguramente se sentirán ofendidos y subvalorados, pero más allá de las intenciones y las percepciones que jóvenes y adultos podamos tener sobre esta metáfora, lo importante es comprender la manera como las sociedades nos asignan funciones de acuerdo con nuestra figura y con el número de viajes que hayamos realizado alrededor del sol. Así es, aunque no nos resulte evidente, existe todo un sistema de privilegios y limitaciones que las sociedades otorgan e imponen a los individuos que las componen. A esta silenciosa normatividad los sociólogos le dan el nombre de status y de esta manera postulan la existencia de un status adulto, un status adolescente, un status infantil, etc. Ahora bien, usando la terminología de los sociológos, deberíamos preguntarnos ante todo: ¿qué tipo de status hemos construido dentro de nuestra sociedad? Y específicamente frente al status adolescente que poseemos: es éste el más adecuado para nuestros tiempos y para nuestras personas? Frente a esta última pregunta, desde esta editorial nos atrevemos a afirmar que el status adolescente que posee nuestra sociedad, a pesar de su reciente aparición, afronta una grave crisis. En efecto, aunque la palabra adolescente hace pocas décadas es utilizada en nuestro medio, ya está asociada a una condición de sufrimiento, de etapa difícil y peligrosa e incluso antisocial. Pareciera que la sociedad prefiriese condenar al joven a convertirse en "el virus del sistema", tal como lo manifiestan los mismos adolescentes, antes que modificar sus instituciones y cuestionar sus valores.
Recordemos que el status adolescente no es una especie de ley emitida por el Congreso. El status es construido por todos nosotros en nuestra cotidianidad. En cada frase, en cada gesto, en cada acto descalificante o gratificante que realizamos, jóvenes y adultos estamos afirmando o confrontando la condición social de cada uno de nosotros. Sería fatal que abandonáramos la conducción de nuestro navío en las manos de un "otro" anónimo y vacío, evadiendo la responsabilidad que la vida nos presenta a cada momento. Dr. NESTOR MENDIETA Asociación Salud con Prevención
¿SABE ¿DE
USTED COMO COMUNICARSE AFECTIVAMENTE?
QUE HABLA CON LOS DEMAS?
Deténgase ahora, finalmente, a pensar un poco en usted mismo y la manera como da y recibe afecto. De hecho, existen muchas formas de dar y recibir amor y cariño, QUEREMOS A LOS DEMAS Y NOS QUEREMOS A NOSOTROS MISMOS DE DIFERENTES MANERA. Cada día establecemos comunicación con diferentes personas. Según nuestra ocupación o condición, entablamos comunicación con nuestros hijos, nuestros alumnos, compañeros de trabajo, familiares, amigos o pareja. De igual manera, nos hablamos a nosotros mismos, sobre distintos aspectos de la vida. Ubíquese en este ambiente comunicativo y pregúntese de que habla usted y con quien. Podría ser que su vida tanto en la escuela como en la familia, estuviera saturada de diálogos funcionales, centrados en el rendimiento o en aspectos económicos. Superar el analfabetismo afectivo y realizar un proyecto de educación sexual para la vida y el amor, consiste ante todo en superar este nivel de diálogo completamente operativo, para compartir con los otros algo más que aquello que se compartía con una máquina. Al invitarlo a pensar de que habla usted con los demás y con usted mismo, pretendemos que se pregunte si su comunicación no está reducida a cosas prácticas, y por la manera como en su casa o trabajo, en la escuela o en la vida social, estará usted comprometido su afecto al comunicarse con los demás.
La comunicación no es solamente una herramienta práctica para dar informes o recibirlos. Es también la mejor manera de establecer redes afectivas. Si usted se atreve a reforzar el elemento afectivo de la comunicación, decidiéndose a dar y recibir cariño y reconociendo la mutua dependencia, sin lugar a duda su vida cotidiana mejorará de manera sensible. ¿SE
PERMITE EL CONTACTO CORPORAL?
Dentro del entorno comunicativo, el contacto físico que usted establece con los demás y en especial con el alumno, es fundamental para determinar el tipo y calidad de la relación afectiva. Podría al respecto preguntarse: cuando establece usted contacto físico con sus hijos?; en que situaciones establece usted contacto físico con su pareja?; en el trabajo, cuando y de que manera establece usted contacto físico con los demás?; con sus amigos y amigas, cuando y porqué razones establece usted contacto físico?; cuando establece usted contacto físico con sus padres?; cuando con sus hermanos?; finalmente, de que manera establece usted contacto físico con sus alumnos?. Al respecto, vale recordar que no existe palabra o discurso que pueda reemplazar el contacto físico. Lo fundamental de la educación sexual; tanto en la familia como en la escuela, puede transmitirse con un gesto, sin hacer uso de las palabras. El discurso viene a matizar y precisar el clima afectivo que se crea con la comunicación corporal. Por eso, mas que mostrarse preocupados por no tener los contenidos básicos para iniciar un proceso de educación sexual, cabe preguntarse por el tipo de educación sexual que de manera implícita, con nuestra actitud corporal hemos estado transmitiendo. Se trata de reformular este entorno comunicativo, teniendo presente que el tacto, y el contacto corporal son experiencias muy importantes y necesarias, tanto para los niños como para los adultos. Vivimos en una sociedad en la cual el contacto físico se desprecia o es abiertamente censurado, pues solo se piensa en él cuando se habla de contacto íntimo en la pareja. Sin embargo está claramente demostrada la importancia que tiene recibir todos los días, y en buena cantidad, expresiones de afecto físico que pueden llegar a ser la clave para sentirnos seguros y enfrentar la vida. Por eso, no lo piense dos veces y atrévase a expresar sus afectos mediante el contacto físico; con su pareja, con sus hijos y alumnos, con sus compañeras y compañeros, entendiendo que cada día nos brinda un a oprtunidad de dar y recibir afecto. ¿PRACTICA
USTED EL CHANTAJE AFECTIVO?
Para que este afecto que circula cotidianamente no se torne asfixiante y contaminante del ambiente interpersonal, es fundamental que se reconozcan las situaciones de chantaje afectivo, tanto las que usted propicia como aquellas de es víctima. Hagase preguntas como estas: le da a usted susto perder su autoridad por demostrar cariño a alguien?; pone usted condiciones antes de dar cariño?, y si lo hace, que tipo de condiciones?; da usted cariño a cambio de obediencia?, saben las personas con quienes usted se relaciona que cuentan con su cariño pase lo que pase?. Posiblemente estas preguntas lo pongan a pensar, porque sin duda muchos de nosotros somos chantajistas afectivos, pues nos hemos acostumbrado a dar y recibir cariño a cambio de algo. Tal vez debamos recordar que el afecto es una necesidad básica, tan importante como dar de beber a quién tiene sed, y que negarlo es tan grave como no proporcionar aire puro a quién se siente asfixiado; por esto no debería existir ninguna condición para satisfacer esta necesidad básica. Si usted es un chantajista afectivo, atrévase a dar afecto pase lo que pase. Con seguridad esto cambiará la calidad de sus relaciones.
ABIERTOS AL AFECTO El afecto, condición indispensable para el ejercicio de una sexualidad sana, es algo que se vuelve realidad todos los días en las condiciones en que vivimos con la manera de ser que tenemos y los recursos con que contamos. Por estar habituados a pensar en un amor ideal, muchos de nosotros nos sentimos incapaces de ofrecer y recibir amor en la vida cotidiana. Es por eso que cuando nos enfrentamos a relaciones con amigos o amigas, con los compañeros de trabajo o con los alumnos, con los profesores o con nuestra pareja, nos sentimos i8ncapaces de encontrar la manera de expresar adecuadamente nuestros sentimientos. Muchas veces convivimos con personas que, al igual que nosotros, están necesitadas de afecto, de seguridad y aunque creemos que se lo estamos ofreciendo, ellas no lo llegan a saber nunca, porque no sabemos cómo expresar ese afecto. Establecemos relación con los demás simplemente para intercambiar información que nos interesa, o para demostrarles nuestro éxito y poder. Pero pocas veces establecemos relaciones en donde comprometamos a plenitud nuestros sentimientos. Pocas veces nos comunicamos por placer, para compartir, porque sí. Creemos que al comunicarnos con los demás o con nosotros mismos tenemos que buscar alguna utilidad. Hemos aceptado que todo en la vida tiene que servir para algo práctico y nos estamos quedando solos. Pero eso no es todo. Utilizamos el afecto como una moneda y damos afecto solo a quienes nos obedecen. Sin darnos cuenta decimos: "te quiero si eres como yo quiero que seas".
Atrévase por eso a pensar en su manera de comunicar y recibir afecto, porque ahí puede estar la clave para una vida mejor.
BIBLIOGRAFÍA Alejo R. Manuel Alonso y Palacio V. Martha Lucía, Manual de Hebiatría: Adolescencia y Salud, Ed. Litografía Luz, Calarca, Quindio, Colombia, 1995. Ziglar, Zig. Cómo criar hijos con actitudes positivas. Editorial Norma, Bogotá, 1994. Pick de W Susan, Aguilar G. José. Planeando tu vida. Editorial Planeta, México, 1993. Maddaleno Matilde, Serrano Carlos, La Salud del Adolescente y el Joven. Ed. OPS, Washington, 1995.
BIBLIOGRAFIA ADOLESCENCIA MAITER, Henry W. "Tres teorías del desarrollo del niño: Erikson, Piaget, Sears". Amorrortu Editores. Buenos Aires. 1982. CARVAJAL, CORZO, Guillermo. "Adolecer: La Aventura de una metamofosis". Printing Service Network. Santafé de Bogotá, 1993. ARANGO, Luz Gabriela. "Adolescencia Popular: Lo femenino y lo masculino". Ponencia presentada en el Curso de Relaciones de Género en el cambio de siglo". Universidad Nacional. Bogotá, 1993. PROFAMILIA. "Adolescentes: Sexualidad y comportamientos de riesgo para la salud. Encuesta de conocimientos, actitudes y prácticas. Tomo IV. Bogotá, julio de 1994. ROMERO, I. MADDALENO, M. SILBER, T. MUNIST, M. "Embarazo en Adolescencia". En: Manual de Medicina de la Adolescencia". OMS-OPS. Washington. 1992. CELADI. Centro Latinoamericano de Investigación. "Los adolescentes: Una población vulnerable al SIDA". Ministerio de Salud. Bogotá 1989. RAMIREZ, MYRIAM ASTRID. "El adolescente como alumno". PAISALUD: Programa de Atención Integral en Salud Adolescente. Alcaldía de Manizales Secretaría de Salud. (sin fecha- recibido en ASCP en 1995).
CARDINAL DE MARTIN, Cecilia. "Diálogo". Ministerio de Educación Nacional: Proyecto Nacional de Educación Sexual. Santafé de Bogotá, julio de 1994. CARDINAL DE MARTIN, Cecilia. "Cambio". Ministerio de Educación Nacional. Proyecto Nacional de Educación Sexual. Santafé de Bogotá, 1994. BONILLA BEJARANO, Nelssy. "Identidad". Viceministerio de la Juventud: Proyecto Nal. De Educación Sexual. Santafé de Bogotá D.C., Agosto de 1995.