Conferencia sobre Edipo (Foucault) A partir de Freud, Edipo Rey se consideraba la narración más antigua sobre nuestro deseo y nuestro inconsciente. Sin embargo, Deleuze y Guattari toman el triángulo edípico (padremadr madre-h e-hij ijo) o),, no como como una una verd verdad ad (ni (ni atem atempo pora rall ni hist histór óric ica) a) de nuestros deseos, sino como un instrumento de coacción que utilizan los psicoanalistas post-freudianos para contar el deseo introd introduci uciénd éndolo olo en el seno seno de la famili familia. a. Es decir, decir, tomand tomando o Edipo Edipo como una forma de poder médico y psicoanalítico ejercido sobre el deseo y el inconsciente. El objetivo de Foucault con Edipo va a ser sacar a luz y analizar las rela relaci cion ones es de pode poder, r, toma tomand ndo o la trag traged edia ia de Edip Edipo o Rey Rey como como instauradora de un tipo de relación entre poder y saber, entre poder político y conocimiento, que aún perdura en nuestra sociedad. Edipo Rey es una historia en la que unas personas (un soberano, un pueblo), ignorando cierta verdad, consiguen a través de una seria de técnicas, descubrir una verdad que cuestiona la propia soberanía del soberano. El primer testimonio del procedimiento judicial griego aparece en la Ilía Ilíada da,, con con la disp disput uta a de Antí Antílo loco co y Mene Menela lao. o. Allí Allí la verd verdad ad se establece a través de una prueba o desafío lanzado por un adversario a otro, no por medio de una comprobación o un testigo. Si bien en Edipo Rey encontramos uno o dos restos de la práctica de establecer la verdad por medio de la prueba (Cuando Edipo lo acusa a Creonte Creonte de haber truncado truncado la respuesta respuesta de Delfos; Delfos; Edipo al jurar que va a echar al traidor), la tragedia está fundada en un mecanismo diferente: la Ley de las Mitades. En Edipo, el descubrimiento de la verdad se lleva a cabo por mitades que se ajustan y se acoplan. Hasta la respuesta de Tiresias (inclusive) toda la verdad se ha dicho en forma prescriptiva y profética (futuro), no hay testigos (presente) de lo que realmente ha ocurrido (pasado). El misterio del asesinato se cierra con los testimonios de Yocasta y Edipo, pero aún falta una parte de la historia, ya que Edipo no es sólo el asesino de Layo, sino aquel que mató a su padre y se casó con su madre. Esto sale a luz con los dos testimonios de los esclavos. Esta forma del Edipo se relaciona con la técnica del símbolo griego, por la cual, un instrumento de poder es partido en dos, confiándole 1
una parte a otra persona. La coincidencia de las dos mitades permitirá reconocer la autenticidad del mensaje y por tanto la continuidad del poder. La configuración del objeto es la forma manifiesta del poder. En Edipo, las mitades se van ajustando en distintos niveles: 1 – El nivel de la profecía o de los dioses (Apolo, Tiresias) – Futuro. 2 – El nivel de los reyes, los soberanos (Edipo, Yocasta) – Presente. 3 – El nivel de los esclavos y servidores (esclavo de Polibio, pastor de Citerón) – Pasado. Sin embargo, lo que en un principio se decía en forma de profecía, reaparecerá en forma de testimonio en boca de los dos pastores (el testimonio es la mirada omitida por Homero). Hay un desplazamiento de la mirada profética y divina a la mirada cotidiana y empírica, si bien la verdad es la misma, tanto para los dioses como para los pastores. Estos son los dos rasgos fundamentales de la tragedia: La comunicación entre el recuerdo de los hombres y las profecías divinas. Pero entre los dioses y los pastores están los reyes. Edipo, no es un hombre del olvido, del no saber, sino que por el contrario es un hombre que sabía demasiado, y que concentra en sí mismo el sabe y el poder, era un tirano (que después de haber pasado por muchas aventuras y llegado a la cúspide del poder estaba siempre amenazado de perderlo), y lo que se cuestiona a lo largo de toda la obra es su poder (lo único que teme Edipo es perder su poder), el cual finalmente pierde (se puede ver en el saludo inicial del pueblo a Edipo, en que dicen “Edipo todopoderoso” al principio y “tú que estabas en la cima del poder” al final). Edipo es aquel que alcanzó la gloria después de haber conocido la miseria, es decir que fue rey después de haber sido héroe, y logra ser rey gracias a su conocimiento y al haber logrado la recuperación de la ciudad (consigue su poder gracias a su saber y a su capacidad de ver y encontrar, por su cuenta), al liberarla de la esfinge. Todas estas son sus características positivas de la tiranía. En cuanto a los rasgos negativos, están la falta de justicia y la falta de importancia que le da Edipo a las leyes, ya que quiere gobernar a su voluntad sin importar si lo que manda es justo o no. El saber de Edipo es el saber del tirano, saber solitario que no se apoya en el saber de los demás, del que ve con sus propios ojos. Gracias a esto, Edipo abre los ojos y se encuentra con lo inesperado, con el destino.
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Edipo ejerce un poder tiránico y solitario, queriendo gobernar descubriendo por sí sólo hasta que encuentra en última instancia los testimonios de quienes vieron, y entonces es Edipo la unión entre la profecía de los dioses y la memoria de los hombres y entonces pasa a ser superfluo, inútil. Tanto en la tragedia de Sófocles, como en La República de Platón, el personaje del tirano, como hombre del poder y del saber, que dominaba tanto por el poder que ejercía como por el saber que poseía, es lo que será desvalorizado. Cuando comienza la época clásica (momento del cual Sófocles es ejemplo) desaparece esta unión entre saber y poder para garantizar la supervivencia de la sociedad, y es a partir de entonces que el hombre de poder es el hombre de la ignorancia. Y lo que queda entonces para acercarse a la verdad son los adivinos y los dioses por un lado y los pastores que recuerdan por otro. Surge entonces el gran mito de que la verdad nunca pertenece al poder político, mito que Foucault insta a acabar… Ovnis.
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