Conclusión Una emoción es un estado afectivo que experimentamos, una reacción subjetiva al ambiente que viene acompañada de cambios orgánicos (fisiológicos y endocrinos) de origen innato, influidos por la experiencia. Las emociones tienen una función adaptativa de nuestro organismo a lo que nos rodea. Es un estado que sobreviene súbita y bruscamente, en forma de crisis más o menos violentas y más o menos pasajeras. Se puede decir que las emociones son las fuerzas que activan y dirigen nuestro comportamiento y que yacen a todas las tendencias por la supervivencia, así mismo estas son reacciones subjetivas al ambiente en el cual se van acompañar por la respuesta de las neuronas y hormonas, las cuales generalmente experimentan agradable o desagradablemente y se consideran reacciones adaptativas que afectan nuestra manera de pensar. Afectan toda nuestra nuestra vida diaria, influyen en nuestras decisiones decisiones diarias, literalmente las emociones las sentimos en el cuerpo y las manifestamos en nuestras expresiones faciales o corporales; por tanto: las personas que logran una sana salud mental o lo que común mente hoy se denomina inteligencia emocional, son aquellas que son conscientes de los pensamientos, los sentimientos y los comportamientos por los cuales atraviesan, y que han desarrollado en dios la capacidad para no dejarse guiar por los malos impulsos que sienten en su interior o por las impresiones malas del exterior. En el ser humano la experiencia de una emoción generalmente involucra un conjunto de cogniciones, actitudes y creencias sobre el mundo, que utilizamos para valorar una situación concreta y, por tanto, influyen en el modo en el que se percibe dicha situación. Lo importante no es solo saber que son las emociones sino aprender cómo manejarlas, para así poder superar el stress, la ira, la tristeza, en si los problemas diarios, y así poder tomar las mejores decisiones. • El aprender a manejar las emociones ayuda a que tengamos una mejor salud tanto física, moral, como mental, y así podremos experimentar mayor sensatez, cordura, madures, paz, etc., y a su vez tener mejores relaciones con las demás personas. • Todos los días nos suceden cosas que producen que sintamos emociones, por eso es tan importante el aprender a manejar nuestras emociones, para así vivir con inteligencia emocional. Conocer las propias emociones es algo fundamental. Reconocer cuál es la emoción que estamos sintiendo, en el momento en que la sentimos es tremendamente útil, ya que nos permite un mayor conocimiento mayor conocimiento de nosotros
mismo y también nos permite saber canalizar y expresar esas emociones hacia los demás de manera adecuada. Todas las emociones son buenas, mirándolas desde el papel adaptativo que juegan, sin embargo hoy se sabe que hay algunas que si se salen de los límites normales y se vuelven crónicas, ya no son tan buenas. Las emociones primarias son aquellas que se generan a partir de algún estímulo externo que descarga el proceso emocional pre programado en nuestro cerebro. Se trata de emociones innatas que tendrían origen genético. La activación llega a la amígdala y le siguen respuestas internas, musculares, viscerales y a los núcleos neurotransmisores y el hipotálamo. En resumen, nuestro cuerpo tiene reacciones: dilatación de los vasos, respiración entrecortada, aceleración del ritmo cardíaco, retortijones de tripas. En el caso sobre el que estamos hablando, nuestro cerebro identificaría las respuestas corporales como miedo. Damasio habla de cinco sentimientos (recordemos la diferencia entre emoción y sentimiento) sentimiento) basados en las emociones emocione s primarias primaria s más universales. Estos sentimientos serían felicidad, tristeza, ira, miedo, etc. Una de las características de las emociones sociales es que se trata de experiencias que tienen sentido en su relación con los demás. Surgen en un contexto social determinado, que es el que les confiere significación y necesitan del análisis de los otros para poder entenderse apropiadamente. Nos enamoramos de alguien, tenemos celos de otra persona, padecemos envidia por lo que otros poseen y sentimos que empatizamos con el sufrimiento o el placer de los demás. A su vez, se trata de complejas experiencias experiencias emocionales, emocionales, en las que pueden aparecer algunas de las más básicas, por ejemplo, la envidia concurre con ira o tristeza, el enamoramiento con alegría, o miedo, al tiempo que la empatía puede evocar el complejo de emociones que sufra quien se encuentra afectivamente cercano. Las emociones pueden ser positivas o negativas. Las negativas afectan a nuestro estado de ánimo y perjudican seriamente nuestra salud emocional. Por el contrario, las emociones positivas como la alegría, el sosiego, la felicidad, etc., nos permiten ser más inteligentes. Las emociones positivas como la alegría, el placer, la serenidad, la esperanza o la tranquilidad también cumplen un propósito evolutivo, ya que se ha encontrado que amplían nuestros recursos r ecursos intelectuales, int electuales, físicos y sociales, sociales , y permiten construir reservas que nos ayudan a enfrentar amenazas. Cuando tenemos un estado positivo, las personas nos buscan; emergen la amistad y el amor y se dan las alianzas.
La felicidad no es un estado simple o estático de la mente. Sus principales componentes son el placer físico, la ausencia de emociones negativas y el sentido de que nuestra vida tiene coherencia y significado. La ausencia de emociones negativas es esencial para la felicidad, porque tan pronto sentimos miedo, enojo o tristeza, se reduce el placer. La amígdala y el hipotálamo son las estructuras responsables de las emociones negativas. Enfocarnos en tareas mentales no emocionales inhibe la actividad en la amígdala, y es por ello que se dice que hay que “mantenerse ocupado para alejar los malos pensamientos”. Sin embargo, embargo, la ausencia de tristeza y la presencia de placer no son suficientes para mantener un estado completo de bienestar. Para esto es necesario que las áreas ventromediales prefrontales del cerebro estén activas. La corteza ventromedial frontal crea una sensación de cohesión y de integración; sin ella el mundo se ve fragmentado y sin sentido. Las emociones negativas son nuestra defensa en contra de amenazas externas, y nos ayudan a enfrentarlas. El miedo es una señal de defensa ante un peligro, la tristeza es una respuesta adaptativa ante una perdida, y el enojo surge cuando alguien nos ataca o invade. El hemisferio cerebral derecho es más sensible a lo negativo, mientras que la actividad en la corteza pre frontal izquierda genera sentimientos sent imientos positivos que inhiben el flujo negativo de la amígdala. Esta actividad se puede lograr a través de utilizar nuestra capacidad racional para reinterpretar y manejar nuestros problemas. Las emociones negativas dañan las relaciones con los demás, causan conflictos. Sin embargo hemos de saber que las emociones negativas ocurren en nuestras vidas, debido a los acontecimient os y a la manera de “ver” que cada uno de nosotros tenemos, pero debemos tener la suficiente inteligencia emocional para saber controlarlas, y que no perturben nuestro ánimo. Necesitamos un buen estado de ánimo para vivir felizmente. En cada instante experimentamos algún tipo de emoción o sentimiento. Nuestro estado emocional varía a lo largo del día en función de lo que nos ocurre y de los estímulos que percibimos. Otra cosa es que tengamos siempre conciencia de ello, es decir, que sepamos y podamos expresar con claridad que emoción experimentamos en un momento dado. Las emociones son experiencias muy complejas y para expresarlas utilizamos una gran variedad de términos, además de gestos y actitudes. De hecho, podemos utilizar todas las palabras del diccionario para expresar emociones distintas y, por tanto, es imposible hacer una descripción y clasificación de todas las emociones que podemos experimentar.
Cumplen un papel regulador destinado a crear situaciones de ventaja para el organismo que presenta el fenómeno. Determinados biológicamente de manera innata. Tienen un importante componente de estereotipia y automatismo a pesar de las variaciones culturales. Hay gestos universales: las personas de todo el mundo se ríen cuando están alegres o quieren parecerlo, y fruncen el ceño cuando están enojados o pretenden estarlo. El papel de la cultura es disimularlos, exagerarlos, ocultarlos o suprimirlos por completo.
Alegría: Alegría: se produce produce mediante mediante la contracción contracción del músculo músculo que va va del pómulo pómulo al labio superior y del orbicular que rodea al ojo. Las mejillas se elevan.
Tristeza: se manifiesta cuando los párpados superiores caen y las cejas se angulan hacia arriba. El entrecejo se arruga y los labios se estiran de forma horizontal.
Ira: mirada fija, cejas juntas y hacia abajo y tendencia a apretar los dientes.
Sorpresa: los párpados superiores suben, pero los inferiores no están tensos. La mandíbula suele caer.
Asco: ligera ligera contracción contracción del del músculo que frunce frunce la nariz nariz y estrecha estrecha los ojos. ojos. El gesto de la nariz arrugada es simultáneo al de la elevación del labio superior.
Miedo: sigue Miedo: sigue a la sorpresa. Párpados superiores elevados al máximo e inferiores tensos. Las cejas levantadas se acercan. Los labios se alargan hacia atrás.
http://www.buenastareas.com/ensayos/las-emociones/676562.html http://neuromarca.com/blog/emociones-primarias/
http://mexico.cnn.com/salud/2011/02/01/las-emociones-negativas-sirven-dedefensa-y-las-positivas-como-proteccion http://www.consumer.es/web/es/salud/psicologia/2012/05/07/209315.php