Moral Fundamental.
Página N° 1
Capítulo I
CUESTIONES FUNDAMENTALES (I, 43-94) Este primer Capítulo tiene carácter introductorio y en él se estudian seis cuestiones fundamentales: la sinonimia de los términos ética! y moral!" la relaci#n entre moral y religi#n" el sentido y $alor de la llamada ética ci$il!" la interrelaci#n cristianismo%moral" la unidad de la ciencia teol#gica de la &ue participa la 'eolog 'eología ía Moral y la ayuda &ue aportan al estudio de la moral otras discipli disciplinas nas au(ilia au(iliares) res) tales como la *ntropología) la Psicología) el +erec,o) etc.
I. ÉTICA O MORAL Estos dos términos proceden uno del griego y otro del latín) pero tienen la misma significaci#n original. Etica! deri$a de la pala-ra griega ét,os! /costum-re0 y moral! del término latino mos% morí morís! s! /co /cost stum um-r -re0 e0.. *m-os -os tien tienen en)) pues pues)) la mism isma raí raí semá semánt ntic ica. a. Por Por ello ello 2tic 2ticaa y Mora Moral) l) etimol#gicamente) se identifican y se definen como la ciencia de las costum-res!. Pero) con el tiempo) tiempo) am-os am-os $oc $oca-l a-los os ,an e$o e$oluc lucion ionado ado ,acia ,acia signi signifi fica cacio ciones nes distin distintas tas si -ien) -ien) comple compleme mentar ntarias ias00 del actuar ,umano ,umano.. *sí) *sí) por e3emp e3emplo) lo) ,a sido sido frecuen frecuente te &ue el término término ética ética!! se reser$ase para en3uiciar la conducta ,umana desde el punto de $ista racional) tal como se estudia en la filoso filosofía fía)) mient mientras ras &ue moral moral!! conser$# conser$# un signi signifi fica cado do relig religioso ioso)) o sea signi signifi fic# c# el actuar actuar ,umano ,umano conforme a las e(igencias éticas marcadas por las distintas religiones. No o-stante %a pesar de algunas algunas distincion distinciones es &ue ca-ría ,acer) ,acer) pero &ue no son del caso%) en la actua actuali lida dadd se $ue $uel$e l$e al sent sentid idoo etim etimol ol#g #gic icoo de am-o am-oss térm términ inos os)) de modo modo &ue &ue pued pueden en usar usarse se indistintamente. Por ello) ca-e ,a-lar de ética! o moral! en el ám-ito de la política y tam-ién de moral! o de ética! en el Nue$o 'estamento. +e a&uí &ue esta disciplina se denomine indistintamente 'eología Moral o 2tica 'eol#gica. 4tras nomenclaturas) como Pra(is Cristiana! y algunas similares son menos adecua%das y pueden distanciar a esta disciplina del carácter neta%mente teol#gico &ue le es propio. No o-stante) aun&ue am-os am-os $oca-los $oca-los se empleen indistin indistintame tamente) nte) es preciso distinguir distinguir entre ética o moral filos#fica! y ética o moral teol#gica!: entre am-as disciplinas se dan las mismas diferencias &ue e(isten entre la filosofía y la teología. En concreto) ca-e al menos fi3ar dos distinciones: por ra#n del método! y seg5n el fin! &ue persigue cada una de ellas. En efecto) la moral filos#fica! deduce sus principios éticos de la ra#n y tiende a &ue el ,om-re) mediante una conducta adecuada) se me3ore a sí mismo y consiga la felicidad natural. Por el contrario) la moral teol#gica! deri$a sus principios de la 6e$elaci#n y su fin persigue no s#lo la perfecci#n y felicidad ,umana en este mundo) sino la sal$aci#n o la condenaci#n eterna. Esta distinci#n se recoge en la misma pregunta &ue ,ace el 3o$en del E$angelio E$angelio a 7es5s: 7es5s: Maestro) 8&ué ,e de ,acer de -ueno para conseguir la $ida eterna9! Mt 1) 1;0. < la respuesta de 7es5s no $a orientada a &ue el 3o$en lle$e una $ida ,umanamente correcta) sino &ue e$oca la sal$aci#n eterna: =i &uieres entrar en la $ida...!. Pese a esta distinci#n) entre la ética como disciplina filos#fica y la moral en cuanto sa-er teol#gico) e(isten una íntima relaci#n. En efecto) la teología moral deduce de la disciplina filos#fica los conceptos fundamentales e incluso su método y ,asta el lengua3e. Por su parte) la ética filos#fica de-e reconocer sus propios límites) límites) por lo &ue ,a de estar siempre siempre a-ierta a las e(igencia e(igenciass éticas de la 6e$elaci#n. 6e$elaci#n. Pero este tema precisa de un estudio más detallado.
II. ÉTICA É TICA RELI!I"N Planteamos en este apartado tres cuestiones complementarias:
Moral Fundamental. Fundamental.
Página N° @
Primera) los datos de la ,istoria acerca de la relaci#n entre religi#n y moral. =egunda) el $alor de la moral deri$ada de creencias religiosas. 'ercera) la teoría de un sector de la cultura actual &ue pretende negar $alor a las éticas de origen religioso. En concreto: se trata de formular la síntesis entre la creencia religiosa y la pra(is moral) dado &ue actualmente asistimos a un $uelco de ideas) pues) en corto espacio de tiempo) se ,a pasado de identificar religi#n y moral a separarlas radicalmente ,asta negar &ue pueda darse una ética e(clusi$amente e(clusi$amente religiosa. 1. 6elaci#n entre religi#n y moral Es e$idente &ue la conducta ,umana ,a tenido siempre un amplio eco religioso: actuar -ien! o ,acer el mal! tenía &ue $er con las creencias religiosas de cada cultura. Pero) en los 5ltimos tiempos) la situaci#n cultural &ue deri$a de la increencia) ,a $uelto a estudiar con cierta radicalidad la relaci#n &ue e(iste entre conducta moral y creencia religiosa) y los resultados no siempre son satisfactorios. >ist#ricamente) en el pensamiento filos#fico de este siglo) ca-ría ,a-lar de tres teorías: los &ue tratan de identificar moral y religi#n >ermann Co,en0" &uienes pretenden negar cual&uier tipo de relaci#n entre am-as Nicolai >artmann0 y a&uellos &ue tratan de interrelacionarlas entre sí Ma( =c,eler0. * pesar de &ue ca-e se?alar di$ersos matices para fi3ar las relaciones &ue e(isten entre religi#n y moral) a&uí) de momento) parece con$eniente enunciar tres datos fácilmente constata-les. a0 =i -ien la filosofía de todos los tiempos ,a profesado la naturalea de la ética) en la actualidad e(isten algunos sistemas filos#ficos &ue renuncian e(presamente a profesar todo tipo de programa ético. Es de notar &ue esa negati$a o-edece casi siempre a actitudes pre$iamente asumidas en contra de la religi#n) más &ue a las e(igencias intelectuales &ue se profesan. -0 No o-stante) parece &ue todo sistema sistema filos#fic filos#fico) o) si es riguroso y trata de dar respuesta a los pro-lemas pro-lemas 5ltimos &ue cuestionan cuestionan la e(istencia e(istencia ,umana) ,umana) no puede menos de plantearse plantearse ciertas preguntas fundamentales acerca del actuar moral de la persona. 'al planteamiento) de una u otra forma) está siempre a-ierto a alg5n presupuesto religioso. c0 'odas las religiones contienen preceptos y programas morales. En efecto) con mayor o menor e(igencia) +ios %o los dioses) en el caso del politeísmo% demanda del ,om-re una conducta moral adecuada a las propias creencias religiosas. En consecuencia) sal$o alguna e(cepci#n) del con3unto de la ,istoria del pensamiento) ca-e deducir &ue la relaci#n entre ética y religi#n es algo &ue no es posi-le e$itar) siempre &ue se proponga con rigor la e(istencia ,umana y no se parta de concepciones negati$as) asumidas pre$iamente. < es &ue la $ida del ,om-re no puede conducirse ar-itrariamente) sino &ue ,a de comportarse de modo co,erente) tal como precisa su origen) &ue no es otro &ue su religaci#n religaci#n original original con +ios. Por el contrario) cuando +ios desaparece del ,orionte del ,om-re) se cumple ine(ora-lemente la má(ima tan repetida: =i +ios no e(iste) e(iste) todo está permitido!. permitido!. @. Aa moral de origen religioso Como se ,a dic,o) las religiones más $ariadas a lo largo de la ,istoria de la ,umanidad a-undan en proponer normas morales &ue regulen la conducta del ,om-re. =on conocidos los programas morales de las religiones más uni$ersales. *sí) por e3emplo) los cinco mandamientos! del -udismo no matar) no ro-ar) ro-ar) no cometer cometer adu adulteri lterio) o) no mentir mentir)) a-stene a-stenerse rse de estupefa estupefacie cientes ntes00 o las cinco cinco column columnas as!! del ma,ometismo la profesi#n de fe) la oraci#n) la limosna) la o-ser$ancia del 6amadán y la peregrinaci#n a la Meca0 o los cinco de-eres más uni$ersales! del confucionismo o los de-eres éticos &ue formulan las di$e di$ersa rsass reli religi gion ones es más más primi primiti ti$a $as) s) tanto tanto de las las cultu culturas ras asiá asiátic ticas as)) indo indoeur europe opeas) as) como como de las las precolom-inas precolom-inas)) etc. En consecuencia) en las di$ersas culturas teístas) religi#n y moral se implican mutuamente) ,asta el punto &ue es preciso afirmar afirmar &ue todas las creencias creencias religio religiosas sas comportan un programa y una pra(is pra(is moral &ue $incula la $ida de &uienes confiesan esas creencias.
Moral Fundamental. Fundamental.
Página N° @
Primera) los datos de la ,istoria acerca de la relaci#n entre religi#n y moral. =egunda) el $alor de la moral deri$ada de creencias religiosas. 'ercera) la teoría de un sector de la cultura actual &ue pretende negar $alor a las éticas de origen religioso. En concreto: se trata de formular la síntesis entre la creencia religiosa y la pra(is moral) dado &ue actualmente asistimos a un $uelco de ideas) pues) en corto espacio de tiempo) se ,a pasado de identificar religi#n y moral a separarlas radicalmente ,asta negar &ue pueda darse una ética e(clusi$amente e(clusi$amente religiosa. 1. 6elaci#n entre religi#n y moral Es e$idente &ue la conducta ,umana ,a tenido siempre un amplio eco religioso: actuar -ien! o ,acer el mal! tenía &ue $er con las creencias religiosas de cada cultura. Pero) en los 5ltimos tiempos) la situaci#n cultural &ue deri$a de la increencia) ,a $uelto a estudiar con cierta radicalidad la relaci#n &ue e(iste entre conducta moral y creencia religiosa) y los resultados no siempre son satisfactorios. >ist#ricamente) en el pensamiento filos#fico de este siglo) ca-ría ,a-lar de tres teorías: los &ue tratan de identificar moral y religi#n >ermann Co,en0" &uienes pretenden negar cual&uier tipo de relaci#n entre am-as Nicolai >artmann0 y a&uellos &ue tratan de interrelacionarlas entre sí Ma( =c,eler0. * pesar de &ue ca-e se?alar di$ersos matices para fi3ar las relaciones &ue e(isten entre religi#n y moral) a&uí) de momento) parece con$eniente enunciar tres datos fácilmente constata-les. a0 =i -ien la filosofía de todos los tiempos ,a profesado la naturalea de la ética) en la actualidad e(isten algunos sistemas filos#ficos &ue renuncian e(presamente a profesar todo tipo de programa ético. Es de notar &ue esa negati$a o-edece casi siempre a actitudes pre$iamente asumidas en contra de la religi#n) más &ue a las e(igencias intelectuales &ue se profesan. -0 No o-stante) parece &ue todo sistema sistema filos#fic filos#fico) o) si es riguroso y trata de dar respuesta a los pro-lemas pro-lemas 5ltimos &ue cuestionan cuestionan la e(istencia e(istencia ,umana) ,umana) no puede menos de plantearse plantearse ciertas preguntas fundamentales acerca del actuar moral de la persona. 'al planteamiento) de una u otra forma) está siempre a-ierto a alg5n presupuesto religioso. c0 'odas las religiones contienen preceptos y programas morales. En efecto) con mayor o menor e(igencia) +ios %o los dioses) en el caso del politeísmo% demanda del ,om-re una conducta moral adecuada a las propias creencias religiosas. En consecuencia) sal$o alguna e(cepci#n) del con3unto de la ,istoria del pensamiento) ca-e deducir &ue la relaci#n entre ética y religi#n es algo &ue no es posi-le e$itar) siempre &ue se proponga con rigor la e(istencia ,umana y no se parta de concepciones negati$as) asumidas pre$iamente. < es &ue la $ida del ,om-re no puede conducirse ar-itrariamente) sino &ue ,a de comportarse de modo co,erente) tal como precisa su origen) &ue no es otro &ue su religaci#n religaci#n original original con +ios. Por el contrario) cuando +ios desaparece del ,orionte del ,om-re) se cumple ine(ora-lemente la má(ima tan repetida: =i +ios no e(iste) e(iste) todo está permitido!. permitido!. @. Aa moral de origen religioso Como se ,a dic,o) las religiones más $ariadas a lo largo de la ,istoria de la ,umanidad a-undan en proponer normas morales &ue regulen la conducta del ,om-re. =on conocidos los programas morales de las religiones más uni$ersales. *sí) por e3emplo) los cinco mandamientos! del -udismo no matar) no ro-ar) ro-ar) no cometer cometer adu adulteri lterio) o) no mentir mentir)) a-stene a-stenerse rse de estupefa estupefacie cientes ntes00 o las cinco cinco column columnas as!! del ma,ometismo la profesi#n de fe) la oraci#n) la limosna) la o-ser$ancia del 6amadán y la peregrinaci#n a la Meca0 o los cinco de-eres más uni$ersales! del confucionismo o los de-eres éticos &ue formulan las di$e di$ersa rsass reli religi gion ones es más más primi primiti ti$a $as) s) tanto tanto de las las cultu culturas ras asiá asiátic ticas as)) indo indoeur europe opeas) as) como como de las las precolom-inas precolom-inas)) etc. En consecuencia) en las di$ersas culturas teístas) religi#n y moral se implican mutuamente) ,asta el punto &ue es preciso afirmar afirmar &ue todas las creencias creencias religio religiosas sas comportan un programa y una pra(is pra(is moral &ue $incula la $ida de &uienes confiesan esas creencias.
Moral Fundamental. Fundamental.
B. Negaci#n de la moral religiosa
Página N° B
Por el contrario) algunas corrientes culturales de nuestro tiempo pretenden negar un fundamento religioso a la ciencia moral o al menos pretenden negar las e(igencias morales del cristianismo. Esta tendencia ,a sido defendida de modo irracional por Nietsc,e) &ue) en consonancia con su consigna de la muerte de +ios!) fustig# in3usta%mente a la moral cristiana) a la &ue denomina-a moral de escla$os!) llegando a afirmar &ue no ,a-ía lugar para la ética) dado &ue no ,ay distinci#n entre el -ien y el mal!. * este respecto) si -ien por raones di$ersas) ca-e mencionar las distintas corrientes ,edonistas &ue $en en las e(igencias éticas del cristianismo un o-stáculo para alcanar el placer. <) desde un ángulo más filos#fico) tam-ién niegan legitimidad a la moral cat#lica algunos fil#sofos e(istencialistas) &ue defienden &ue cual&uier imposici#n moral anula la autonomía propia del ,om-re. Estos sectores del pensamiento pretenden negar los $alores permanentes de la moral cat#lica) a la &ue denominan moral ,eter#noma!) &ue) como tal y en su opini#n) se opone a la li-ertad propia del ,om-re. n preám-ulo a esas teorías %y para algunos es tam-ién una 3ustificaci#n% se encuentra en la filosofía Dantiana &ue) por raones metafísicas) fundamenta la ética so-re principios racionales) independientes de la religi#n. Más a5n) seg5n ant) es precisamente la $ida moral la &ue garantia la e(istencia de +ios. Estamos ante una consecuencia de la re$oluci#n copernicana! propuesta por el fil#sofo alemán. Pero lo &ue en ant signific# un apoyo para 3ustificar la religi#n) sir$e a estos autores para argumentar en contra de la moral cristiana ) G1%;;0. Estas falsas interpretaciones de la moral deri$an de &ue se ,a &uerido desligarla de su ,umus natural) &ue es +ios y la $ida religiosa. < una cosa es afirmar la distinci#n entre la ética filos#fica y la moral religiosa y otra muy distinta es no reconocer &ue el fundamento 5ltimo de la moral se asienta so-re la religi#n.
III. LA ÉTICA CI#IL *nte el ,ec,o de una cultura laica!) precedida y acompa?ada de un pluralismo &ue a-arca los di$ersos ám-itos del pensamiento y de la $ida social) política) etc.) algunos autores pretenden ela-orar una ética de consenso) &ue pueda ser$ir para la con$i$encia en una sociedad &ue tiene muy pocos puntos de referencia comunes a todos los ciudadanos. Este intento $a unido al programa filos#fico de la llamada Escuela de FranDfurt!. Como indica su mismo nom-re) la ética ci$il! nace con pretensiones de armoniar la $ida cultural y política de los pue-los) pue-los) de forma &ue) so-re esa plataforma) plataforma) la con$i$enc con$i$encia ia social disponga disponga de algunos algunos puntos de referencia &ue ri3an la conducta de los ciudadanos. +e a,í los di$ersos nom-res &ue reci-e: ética solidaria!) ética de la comunicaci#n consensual!) ética consensualista de la responsa-ilidad!) etc. Es claro &ue este intento a priori no de-e ser condena%do) pues a una sociedad laica!) &ue niega el recurso a +ios y &ue es intelectualmente plural) le faltan con$icciones seguras) tales como la creencia en la ley natural) para fundamentar una pra(is moral. Por ello demanda otra plataforma más amplia en la &ue puedan asentar algunas con$iccion con$icciones es comunes &ue faciliten faciliten la con$i$encia con$i$encia social. social. En este sentido) ca-e la propuesta de una ética ci$il! ci$il! &ue demanda la igualdad) igualdad) la 3usticia) la li-ertad li-ertad y la solidaridad solidaridad entre todos los ciudadanos. Pero el intento y la defensa a ultrana de la ética ci$il! conlle$a algunos riesgos. >e a&uí los más inmediatos: % Huedarse en un programa ético consensuado!) en el &ue el -ien! y el mal! morales dependan de la $oluntad ar-itraria de los ciudadanos en un momento concreto de la ,istoria y por ello muda-les en cada época. < es e$idente &ue los $alores morales no reci-en su garantía por la cuantía del $oto. % Hue) ante las dificultades por alcanar dic,o consenso!) se re-a3en las e(igencias éticas tanto de la $ida del indi$iduo) como de la sociedad. En este caso se corre el riesgo de defender una ética de
Moral Fundamental.
Página N° I
mínimos! &ue ni si&uiera logre alcanar los $alores éticos profesados en la +eclaraci#n de los +erec,os >umanos de la 4N. Esto significaría la pérdida de algunos $alores éticos irrenuncia-les) dado &ue los derec,os ,umanos allí profesados) aparecen protegidos en las Constituciones de todos los regímenes democráticos. En este sentido) la ética ci$il! puede representar un retroceso frente al logro &ue signific# para la cultura atlántica la formulaci#n de los +erec,os del >om-re en el a?o 1IJ) después de la gran confrontaci#n mundial &ue supuso la segunda guerra europea. % Aa defensa de la ética ci$il! puede lle$ar consigo la renuncia a -uscar un fundamento moral más seguro para la con$i$encia. En tal supuesto) se caería en la tentaci#n de &uedarse en $alores inmediatos) menos e(igentes y más fáciles de alcanar) pero renunciando a otros $alores éticos más altos y cercanos a la persona y a su dignidad. En esta situaci#n) estaríamos ante un caso e$idente de perea en la -5s&ueda de un camino) ciertamente más e(igente) pero tam-ién más efica y seguro para el ,om-re y para la sociedad. % Finalmente) cuando la ética ci$il! es defendida por los cat#licos) se corre el riesgo de &ue se pri$e a la sociedad de la ri&uea ética del cristianismo. <) si -ien es cierto &ue la glesia no de-e imponer su programa moral a los no creyentes) sin em-argo no puede renunciar a proponerlo a la sociedad de todos los tiempos. Con ello la glesia cumple el mandato imperati$o de Cristo y es fiel a la o-ligaci#n &ue le incum-e de prestar un ser$icio efica a la con$i$encia entre los ,om-res. Por todas estas raones) aun admitiendo los moti$os &ue la suscitan) la moral cat#lica tiene algunas pre$enciones contra los programas &ue defienden la ética ci$il!) pues) si -ien puede ofrecer una soluci#n inmediata a una sociedad &ue padece una gran crisis de $alores morales) a la larga conlle$ará no pocos males. 'am-ién en este campo es preciso aplicar el principio de *rist#teles: un error pe&ue?o en el principio al final conduce a errores muy gra$es!. En consecuencia) la actitud de los cat#licos ante la ética ci$il! es do-le: denunciar sus insuficiencias y al mismo tiempo) ofertar la moral cat#lica con la con$icci#n de &ue ofrece al indi$iduo y a la con$i$encia social la soluci#n para afrontar con eficacia los gra$es pro-lemas &ue demanda la sociedad y la cultura de nuestro tiempo ) ;K%KB0. Estas cuestiones se suscitan por&ue el planteamiento inicial de la $ida moral se ale3a de la ense?ana cat#lica) &ue profesa &ue el fundamento 5ltimo de la $ida moral es la creencia en +ios. En efecto) desde la primera página de la Li-lia en @) 1;%1K0) +ios es &uien determina lo &ue es -ueno! y malo!) y lo impone al ,om-re por&ue su ser y su felicidad dependen de &ue admita ese 3uicio moral pro%puesto por +ios. Pero) desde los al-ores de la ,umanidad) el ,om-re comi# del ár-ol pro,i-ido %el ár-ol de la ciencia del -ien y del mal!% por&ue consinti# en la tentaci#n del demonio &ue le sedu3o -a3o la promesa de &ue así sería como +ios en B) 1%K0. +esde entonces) la ,umanidad repite esa triste e(periencia y) en lugar de ser como +ios!) se somete a la escla$itud de sus propias pasiones. Con ello no s#lo degrada su dignidad) sino &ue ,ace muy difícil la con$i$encia social.
I#. CRISTIANISMO MORAL =e trata de precisar en &ué sentido el cristianismo incluye un programa moral) pero &ue no se agota en él. En efecto) si para algunos la fe cristiana se reduce a una $ida moral) otros pretenden profesar la creencia cristiana al mismo tiempo &ue rec,aan sus contenidos éticos. * este respecto) ca-e formular las cinco tesis siguientes: la. El cristianismo no es reduci-le a un programa moral En efecto) en orden de esencialidad) la fe cristiana no se identifica con una moral) pues no ca-e reducir el Nue$o 'estamento a un c#digo de conducta) ni 7esucristo se present# como un moralista. Por el contrario) el mensa3e cristiano se ofrece como una re$elaci#n! en la &ue +ios se re$ela y comunica al ,om-re su plan de sal$aci#n. @a. El cristianismo incluye una concepci#n moral de la $ida
Moral Fundamental. Fundamental.
Página N° G
* pesar de &ue no ca-e reducir el Credo cristiano a un c#digo de conducta) no o-stante) la ense?ana de 7esucristo comporta tam-ién! un programa moral. < a5n es preciso a?adir más: este programa está tan unido al mensa3e &ue no es posi-le separar creencia! y $ida moral!. +e este modo se alcana la síntesis entre la primera tesis &ue niega el carácter e(clusi$o moral de la Li-lia y la negaci#n de &ue la fe en 7esucristo demande tam-ién una $ida moral concreta. Aa Encíclica eritatis splendor denuncia este error &ue se deduce de la afirmaci#n e(clusi$a de la primera primera tesis y lo denuncia denuncia como una de las causas causas de la la crisis crisis moral moral entre algunos algunos creyentes: creyentes: Está difundida la opini#n &ue pone en duda el ne(o intrínseco e indi$isi-le entre fe y moral) como si s#lo en relaci#n con la fe se de-an decidir la pertenencia a la glesia y a su unidad interna) mientras &ue se podría tolerar en el ám-ito de la moral un pluralismo pluralismo de opciones y de comportamientos) comportamientos) de3ados al 3uicio 3uicio de la conciencia su-3eti$a indi$idual o a la di$ersidad de condiciones sociales y culturales! =) I0. Por ello) el Papa precisa &ue) sin identificar el cristianismo con un programa ético) es necesario recuperar la unidad entre creencias y $ida moral: rge recuperar y presentar una $e más el $erdadero rostro de la fe cristiana) &ue no es simplemente un con3unto de proposiciones &ue se ,an de acoger y ratificar con la mente) sino un conocimiento de Cristo $i$ido personalmente) una $erdad &ue se ,ace $ida. Pero una pala-ra no es acogida auténticamente si no se traduce en ,ec,os) si no es puesta en práctica. Aa fe es una decisi#n &ue afecta a toda la e(istencia! =) JJ0. Ba. Aa moral cristiana es una moral re$elada *,ora -ien) el mensa3e moral cristiano no es un pro%grama ético filos#fico) sino &ue es una moral religiosa) más a5n re$elada por +ios) lo cual connota al menos estas dos consecuencias. Primera) &ue los $alores éticos no dependen de los criterios del ,om-re) sino de lo &ue +ios determina como -ueno! y como malo!. =egunda) &ue esos de-eres morales en ocasiones son tan ele$ados &ue su cumplimiento reclama la ayuda de +ios. *&uí se fundamenta el principio pneumatol#gico y sacramental de la moral cristiana. En efecto) s#lo con la ayuda del Espíritu y la gracia de los sacramentos) el cristiano puede en ocasiones superar las dificultades &ue entra?a) por e3emplo) perdonar al enemigo o $i$ir las e(igencias ascéticas de la castidad) de la 3usticia) de la solidaridad con todos los ,om-res) etc. *sí lo reconoce la ,istoria de la moral cristiana y así es afirmado por el Magisterio: El amor y la $ida seg5n el E$angelio no pueden proponerse ante todo -a3o la categoría de precepto) por&ue lo &ue e(igen supera las las fueras del ,om-re. ,om-re. =#lo son posi-les posi-les como fruto de un don de +ios) &ue sana) cura y transforma el cora#n del ,om-re por medio de la gracia! =) @B) cfr. 1OK%1OJ0. Ia. Aa moral cristiana supera la moral del *ntiguo 'estamento +ado el carácter cristiano! de la moral del N.'.) la ética cat#lica no es simplemente la moral de los +ie mandamientos) tal como fueron formulados en el monte =inaí. <) si -ien su $alor perdura) pues como afirm# 7es5s) 2l $ino no s#lo a cumplir la ley) sino a lle$arla a su plenitud Mt G) 1K0) no o-stante es o-$io &ue los +ie mandamientos se enri&uecen con el espíritu de las Liena$enturanas. Pero tampoco es lícito contraponer los mandamientos de la ley de Moisés en el monte =inaí y las ense?anas de 7es5s en el monte de las -iena$enturanas. *nte algunos errores en este sentido) la Encíclica eritatis e ritatis splendor ense?a: Aas Aas -ien -iena$ a$en entu tura ran nas as no tien tienen en prop propia iame ment ntee como como o-3e o-3eto to unas unas norm normas as part partic icul ular ares es de compor comportam tamie iento nto)) sino sino &ue se refie refiere renn a actit actitude udess y disp dispos osic icio ione ness -ási -ásica cass de la e(ist e(isten enci ciaa y) por consigu consiguien iente) te) no coinci coincide denn e(actam e(actamente ente con los manda mandamie mientos ntos.. Por otra parte) parte) no ,ay separaci separaci#n #n o discrepancia entre las -iena$enturanas y los mandamientos: am-os se refieren al -ien) a la $ida eterna...
Moral Fundamental. Fundamental.
Página N° ;
*demás) el =erm#n muestra la apertura y orientaci#n de los mandamientos con la perspecti$a de la perfecci#n perfecci#n &ue es es propia de las las -iena$ -iena$enturan enturanas! as! =) 1;0. En efec efecto) to) la moral oral cris cristi tian anaa se enri enri&u &uec ecee con con las las ense ense?a ?an nas as étic éticas as del del serm serm#n #n de las las -iena$en -iena$enturanas turanas)) &ue) si -ien contienen contienen la formulac formulaci#n i#n más amplia amplia y completa completa de la Aey Nue$a) en clara cone(i#n con el +ecálogo! =) 1@0) sin em-argo en su profundidad original son una especie de autorretrato de Cristo y precisamente por esto) son in$itaciones a su seguimiento y a la comuni#n de $ida con 2l ! =) 1;0. Ga. El fundamento de la moral cristiana es la Persona de 7es5s y sus ense?anas Pero) al momento de precisar el origen y el fundamento de la moral cristiana) es preciso se?alar &ue la fuente principal es la Persona y la ense?ana moral de 7es5s. En efecto) el primer dato de la moral cristiana es la $ida misma de 7esucristo. * ella acudirá el cristiano en demanda del estilo de conducta &ue de-e practicar) practicar) pues 7es5s de Naaret inaugur# inaugur# un nue$o tipo de e(istencia e(istencia.. El cristiano) cristiano) cuando se cuestiona acerca de c#mo de-e $i$ir) tiene la gracia inmensa de contar con el paradigma de la $ida del +ios ,ec,o ,om-re) el cual) en pala-ras de =an Pedro) os de3# un e3emplo para &ue sigáis sus pasos! 1 Ped @) @10. < &ue =an 7uan urge con estas pala-ras: Huien dice &ue permanece en 2l) de-e andar como 2l andu$o! 1 7n 1) ;0. Pero) dado &ue no se trata de una copia literal de la $ida ,ist#rica de 7es5s) el cristiano acude al E$angelio %y) en general) al Nue$o 'estamento y a la 'radici#n) tal como son interpretados por el Magisterio% en demanda de criterios éticos para conducir su $ida) de acuerdo con su fe en 7esucristo.
#. CAR$CTER TEOL"!ICO DE LA MORAL CAT"LICA CAT"LICA Aa ciencia teol#gica) como todas las demás ciencias) es una) en la &ue se integran los di$ersos sa-eres acerca de +ios y de su o-ra sal$adora" pero) por e(igencia de estudio) se parcela en di$ersas disciplinas. *sí es com5n la di$isi#n en 'eología +ogmática) Moral) *scética y Mística o 'eología Espiritual) Pastoral) etc. Aa relaci#n de la 'eología 'eología Moral Mor al con las di$ersas disciplinas teol#gicas $iene se?alada seg5n los siguientes datos: dat os: 1. 'eología +ogmática y 'eología Moral *1 momento de precisar el estatuto de la 'eología Moral es necesario afirmar el carácter teol#gico de esta disciplina. El modelo aca-ado de esta unidad fueron las =umas 'eol#gicas medie$ales. *sí) como es sa-ido) 'omás de *&uino no separa la +ogmática de la Moral) sino &ue am-as representan aspectos complementarios del refle(ionar de la fe so-re +ios y sus misterios. En este sentido) ca-ría definir la 'eología Moral como a&uella parte de la teología &ue -usca la compresi#n de la fe aplicada a la $ida ides &uaerens intellectum et mori-us applicanda0. Aa separaci#n de la Moral respecto del +ogma se lle$# a ca-o por raones prácticas: la con$eniencia del estudio de la moral aplicada al confesionario. *sí) a comienos del siglo ($ii el 3esuita espa?ol y profesor en 6oma) 7uan *or *or pu-lic# pu-lic# su o-ra nstitutiones nstitutiones ',eologiae ',eologiae Moralis) &ue representa el primer primer compendio académico de 'eología Moral. Por estas fec,as) la 6atio studiorum de los 7esuitas instituye la cátedra de 'eología Moral. Esta especialiaci#n de la Moral) $álida en su tiempo) tra3o como consecuencia &ue) lentamente) se separase de la +ogmática y &ue la Moral se desliase lentamente ,acia la casuística. Con ello) la 'eología Moral fue perdiendo el aliento -í-lico y se apro(im# a las éticas filos#ficas y al +erec,o Can#nico. @. 'eología Moral y 'eología Espiritual Esa orientaci#n casuística de la 'eología Moral condu3o tam-ién a &ue se separase de modo inde-ido la Moral y la 'eología Espiritual o *scética. 2sta se dirigía a ciertos estados de perfecci#n) mientras &ue la Moral estudia-a las situaciones más comunes de la $ida cristiana) especial%mente las relacionadas con el pecado. 'am-ié 'am-iénn esta distinci#n distinci#n condu3o condu3o la 'eología 'eología Moral a proponer una doctrina de mínim mínimos os éticos!)
Moral Fundamental. Fundamental.
Página N° K
mientras &ue la 'eología Espiritual estudia-a las $ocaciones a la perfecci#n) &ue incluían s#lo a algunos cristianos) especialmente a los miem-ros de las #rdenes religiosas. 'am-ién en la actualidad se siente la necesidad de acercar la 'eología Moral y la *scética) dado &ue la $ocaci#n cristiana representa la llamada a la santidad de todos los -autiados. Este acercamiento ele$ará la 'eología Moral por encima de la mera casuística y demandará de los creyentes las e(igencias de los $alores morales proclamados por las -iena$enturanas. Por su parte) la 'eología Espiritual se concretaría en el estudio de la $ocaci#n específica de cada cristiano) al mismo tiempo &ue ofrecerá los medios adecuados a cada uno para alcanar la propia perfecci#n. perfecci#n. B. 'eología Moral y 'eología Pastoral Estas dos disciplinas mantienen di$ersos puntos de contacto) pero se diferencian entre sí. Aa 'eología Pastoral está más relacionada relacionada con la Eclesiología: Eclesiología: trata de presentar el mensa3e mensa3e e$angélico e$angélico del modo más adecuado seg5n los distintos tiempos y am-ientes y -usca ,acer efecti$a la glesia en las di$ersas circunstancias de la ,istoria. Por el contrario) la 'eología Moral mira directamente a la conducta de cada cristiano) si -ien conser$ando el sentido social) tanto en el ám-ito de la con$i$encia política c#mo en el seno de la glesia. Pero la 'eología Pastoral ofrece a la 'eología Moral el modo concreto de presentar las e(igencias morales en cada época. +e a&uí la necesidad de destacar los aspectos pastorales de la 'eología Moral) tal como urge la Congregaci#n para la Educaci#n Cat#lica: Aa ense?ana de la moral a los alumnos &ue se preparan al ministerio sacerdotal conlle$a un estrec,o contacto y relaci#n con la pastoral! Aa formaci#n teol#gica de los futuros sacerdotes) 1O10. I. 'eología Moral y +erec,o Can#nico Es un dato fácilmente constata-le &ue) desde &ue la 'eología Moral se constituy# en ciencia aut#noma y se separ# de la +ogmática) fue influenciada en e(ceso por el +erec,o Can#nico. Ello contri-uy# a ,acer la 'eología Moral más casuística y en estrec,a dependencia de la ley con menosca-o de la conciencia. Estos e(cesos ,an sido criticados con ra#n en los 5ltimos a?os. Ello) no o-stan%te) no puede lle$ar al e(tremo contrario: a &ue se construya un tratado moral en el &ue la conciencia se constituya en realidad a-soluta) sin tener en cuenta lo imperado por la norma) tal como denuncia la Encíclica eritatis splendor cfr. n. GG0. Pero) entre la 'eología Moral y el +erec,o Can#nico e(iste una cierta relaci#n. En efecto) la Moral orienta la $ida entera del cristiano en orden a alcanar su propia perfecci#n en Cristo. Aas e(igencias morales -rotan) pues) del ser mismo del creyente en 7esucristo. El +erec,o) por su parte) fi3a las normas de conducta del creyente en el seno de la glesia) con el fin de regular los derec,os y de-eres del cristiano en la comunidad eclesial. Por eso) las normas del +erec,o Can#nico) aun 3ugando los actos e(ternos) $inculan la conciencia) y) en este sentido) son o-3eto de de-er moral. +e a&uí la complementariedad entre la 'eología Moral y el +erec,o Can#nico.
#I. TEOLO!%A MORAL MORA L CIENCIAS AU&ILIARES Aa 'eología Moral) como la +ogmática y demás sa-eres teol#gicos) tiene como fuente principal la =agrada Escritura) la 'radici#n y las ense?anas del Magisterio) íntimamente relacionadas entre sí: Aa 'radici#n) la Escritura y el Magisterio de la glesia) seg5n el plan prudente de +ios) están unidos y ligados) de modo &ue ninguno puede su-sistir sin los otros) cada uno seg5n su carácter) y -a3o la acci#n del Espíritu =anto) con%tri-uyen efecti$amente a la sal$aci#n de las almas! +) 1O0. En consecuencia) la ciencia moral encuentra los $alores morales y deduce los criterios éticos de esa fuente com5n. Pero) dado &ue el actuar del ,om-re implica la comple3idad de todo lo ,umano) la 'eología
Moral Fundamental.
Página N° J
Moral recurre en au(ilio de otras ciencias) pues el sa-er acerca del ,om-re ,a e(perimentado en los 5ltimos tiempos no pocos adelantos: Aos progresos de las ciencias -iol#gicas) psicol#gicas y sociales permiten al ,om-re no s#lo conocerse me3or) sino aun influir directamente so-re la $ida de las sociedades! =) G0. El con3unto de esos sa-eres se denominan con el enunciado genérico de Ciencias del >om-re) &ue comprenden) al menos) las siguientes disciplinas: la *ntropología) la Psicología) la enética) la =ociología) la Economía) la Política y el +erec,o. Aa 'eología Moral de-e recurrir a estas ciencias en ayuda no s#lo para emitir un 3uicio moral correcto) sino con el fin de adentrarse en el ser ,umano y ayudar al ,om-re a conducirse de modo éticamente correcto) conforme a su gran dignidad de persona. Pero no puede &uedarse en los datos &ue le ofrecen esas ciencias) dado &ue la moral tiene un contenido normati$o &ue procede de un conocimiento más profundo del ,om-re) al &ue +ios impone un tipo concreto de conducta. Por ello) esas disciplinas son ciencias au(iliares!) y el moralista ,a de tener presente el carácter su-sidiario de esas ciencias) por lo &ue ,an de estar su-ordinadas a las fuentes principales. Aa relaci#n entre la Escritura%'radici#n%Magisterio y las Ciencias del >om-re ,an de a3ustar%se rigurosamente a los principios de 3erar&uiaci#n y su-ordinaci#n. 2sta es la doctrina de la Encíclica eritatis splendor: Ciertamente) la teología moral y su ense?ana se encuentran ,oy ante una dificultad particular. Puesto &ue la doctrina moral de la glesia implica necesariamente una dimensi#n normati$a) la teología moral no puede reducirse a un sa-er ela-orado s#lo en el conte(to de las así llamadas ciencias ,umanas. Mientras éstas se ocupan del fen#meno de la moralidad como ,ec,o ,ist#rico y social) la teología moral) aun sir$iéndose necesariamente tam-ién de los resultados de las ciencias del ,om-re y de la naturalea) no está en a-soluto su-ordinada a los resultados de las o-ser$aciones empírico%formales o de la comprensi#n fenomenol#gica. En realidad) la pertinencia de las ciencias ,umanas en teología moral siempre de-e ser $alorada con relaci#n a la pregunta primigenia: 8Hué es el -ien o el mal9 8Hué ,acer para o-tener la $ida eterna9 ! =) 1110. +e este modo) la 'eología Moral) sin perder su autonomía) a5na di$ersas ciencias ,umanas y se constituye en garantía de una conducta ética digna del ,om-re.
Capítulo II
EL 'EC'O MORAL SU USTIFICACI"N Es e$idente &ue cada ciencia supone la realidad del o-3eto so-re el cual $ersa su estudio. Aa medicina) por e3emplo) parte de &ue e(isten la enfermedad y la salud) el derec,o supone &ue se dan derec,os y de-eres o &ue es preciso &ue en la con$i$encia entre los ,om-res se cumpla la $irtud de la 3usticia... Pues -ien) la ciencia ética atra$iesa una situaci#n muy peculiar: la crisis afecta no s#lo a los $alores éticos y a los principios morales) sino &ue se cuestiona si el ,om-re es un su3eto ético y aun se niega la e(istencia del -ien! y del mal! morales) &ue son el o-3eto de estudio de la ciencia ética. El contenido de este capítulo no es propiamente materia de estudio de la 'eología Moral) pero se presenta como tarea ineludi-le e(poner esta situaci#n de nuestro tiempo) dado &ue es) precisamente) a este am-iente cultural al &ue la glesia ofrece su mensa3e moral. Por lo &ue) si -ien es cierto &ue la moral cristiana está a$alada por la 6e$elaci#n) no o-stante) parece con$eniente 3ustificarla culturalmente.
Moral Fundamental.
Página N°
Con este fin) el capítulo se di$ide en dos apartados desiguales) pero complementarios. En el primero se aducen algunos testimonios &ue 3ustifican la e(istencia de la ciencia ética y en el segundo ce e(ponen las di$ersas corrientes ideol#gicas &ue niegan los presupuestos de la $ida moral y por ello e(plican las causas intelectuales de la crisis de nuestro tiempo.
AL!UNOS TESTIMONIOS UE USTIFICAN LA CIENCIA ÉTICA Aa $ida moral es reclamada espontáneamente por el ,om-re. Cada uno) de modo inmediato y espontáneo) descu-re el -ien y el mal! de sus propios actos) al modo como detecta la $erdad! y el error! cuando 3uga la realidad o formula su propio pensamiento. * este ni$el) es incuestiona-le &ue el ,om-re tiene dos puntos de referencia o-ligada: el conocimiento y) en consecuencia) las categorías $erdad%error! y la $ida) &ue se 3uga mediante los criterios -ien%mal!. < esas dos dimensiones del ,om-re) pensar y $i$ir) constituyen dos datos irrenuncia-les. Pues -ien) si e(iste una doctrina acerca del pensamiento recto) parece &ue de-e e(istir otra &ue estudie el &ue la $ida se diri3a de modo adecuado. Estos datos son constatados por los grandes pensadores de todas las épocas. *sí) por e3emplo) *rist#teles) &ue recoge la clásica definici#n del ,om-re como animal racional) afirma &ue) al modo como es propio del ,om-re el pensar) tam-ién s#lo el ,om-re tiene la capacidad de 3ugar el -ien y el mal) lo 3usto y lo in3usto. +e este modo) seg5n el pensador griego) el ,om-re se distingue del animal por el pensamiento y por el &ue,acer moral: Aa pala-ra ,a sido concedida para e(presar el -ien y el mal) y) por consiguiente) lo 3usto y lo in3usto) y el ,om-re tiene esto de especial entre los animales: &ue s#lo él perci-e el -ien y el mal) lo 3usto y lo in3usto! Política) ) @) 1@GBa0. El pensamiento greco%latino &ue constituye el inicio y el fundamento de la cultura de 4ccidente% se asienta so-re la importancia del conocimiento racional y so-re el $alor de la persona ,umana) a la &ue se demanda una conducta digna. *sí) por e3emplo) la crisis social &ue sufre la sociedad de *tenas) después de una época en &ue se desarrollaron los di$ersos sa-eres: la física) la metafísica) la astronomía) la medicina) las matemáticas) el deporte) etc.) se supera apelando a la reno$aci#n de la $ida moral de la sociedad griega &ue ,a-ía decaído nota-lemente. 2sta fue la $ocaci#n principal de =#crates) &ue es) en cierto modo) el fundador de la ética como ciencia. Para =#crates) la ética es la ciencia de las ciencias!) y afirma &ue es la ciencia &ue contri-uye a ,acer al ,om-re dic,oso!. Ao cual no logran las matemáticas) la ,istoria) el deporte o la medicina. =#crates propone a su discípulo Critias la posi-le o-3eci#n de si la $ida moral podría ser un o-stáculo para el progreso ,umano: Pero $eamos) &uerido Critias) si separas esta ciencia la ética0 de todas las demás) 8nos $eremos por eso menos curados por la medicina) peor calados por un entendido apatero) peor $estidos por un te3edor y li-res de la muerte por mar o en campa?a mediante un piloto y un e(perto general9!. Aa respuesta de Critias a$ala la ense?ana del maestro: No) sin duda!. < =#crates sentencia: Faltándonos esta ciencia) ninguna de estas cosas llegará de manera &ue nos sea 5til! Cármines de la filosofía) 1KII a%d0. Aa doctrina socrática es &ue los di$ersos sa-eres y la $ida ,umana en sí misma serán me3ores en la medida en &ue se practi&ue una $ida moral. En concreto) la salud ala medicina!0) la economía el apatero! y el te3edor!0) la técnica de los transportes el piloto!0 y ,asta la defensa p5-lica el general0) todo &ueda me3orado cuando se fundamentan so-re la $ida moral.
Moral Fundamental.
Página N° 1O
Esta doctrina de =#crates se constata en todas las épocas) de la &ue nuestro tiempo no es una e(cepci#n. En efecto) la demanda de $alores éticos &ue en la actualidad ,acen las di$ersas instancias sociales) los políticos) los economistas) los soci#logos) los fil#sofos) etc. es la constataci#n más e$idente de &ue) cuando decae la $ida moral) se resiente no s#lo la conducta del indi$iduo) sino &ue entra en crisis el con3unto de la $ida social) econ#mica y política de los pue-los. Pues -ien) esa afirmaci#n de =#crates la repite el físico at#mico erner >eissen-erg. El llamado padre de la -om-a at#mica ad$ierte a 4ccidente &ue) si se llegase a a-andonar los $alores éticos del cristianismo) nuestra cultura iría a la -ancarrota: Aa cuesti#n de los $alores se identifica con la cuesti#n so-re lo &ue de-emos ,acer) lo &ue de-emos intentar) el c#mo de-emos comportarnos... Cuando en el mundo occidental se pregunta por lo &ue es -ueno o es malo) por lo &ue es desea-le o lo &ue es condena-le) siempre se ,alla ine$ita-lemente la escala de los $alores cristianos) incluso allí donde desde ,ace tiempo no se &uiere contar con esa religi#n. =i alg5n día se e(tinguiera totalmente la fuera magnética &ue ,a mo$ido esa -r53ula... entonces me temo &ue puedan deri$arse ,orri-les atrocidades) peores a5n &ue los campos de concentraci#n y la misma -om-a at#mica! +iálogos so-re física at#mica) @;G%@;1. No es e(agerada la descripci#n catastrofista en ese futuro ,ipotético) de a,í la alarma de la sociedad actual ante la caída de los $alores morales en amplios sectores de la $ida indi$idual y p5-lica. Pero es preciso ad$ertir &ue la demanda de una ética social será inefica mientras no se postule y se prote3a con el mismo ardor la eticidad del indi$iduo. < esto no parece posi-le si el ,om-re prescinde de +ios y de la religi#n. 2sta es la doctrina e(puesta por ant) otro autor &ue apel# a la ética para sal$ar la crisis cultural de Europa a finales del siglo Q: Es necesario &ue toda nuestra forma de $i$ir esté su-ordinada a má(imas morales" pero al mismo tiempo es imposi-le &ue esto suceda si la ra#n no une a la ley natural) una causa eficiente &ue determina nuestra conducta con relaci#n a una ley... =in un +ios y sin un mundo actualmente in$isi-le para nosotros) pero el cual esperamos) las magníficas ideas de la moral podrían ser muy -ien o-3eto de asentimiento y de admiraci#n) pero no son m#$iles de e3ecuci#n! Crítica de la ra#n pura) 0. En efecto) el clamor generaliado por una $ida moral en la sociedad actual será inefica si no se ele$a el ni$el de $alores morales y religiosos con la esperana de una $ida futura) o) como escri-e ant) si no se cree en un mundo in$isi-le para nosotros) pero el cual esperamos!. Este análisis es el mismo &ue ,ace la Encíclica eritatis =plendor. En efecto) el Papa) después de enumerar los males de la sociedad actual) apela a la moral) asentada so-re la religi#n) como medio para reno$ar la $ida social y política!: *nte las gra$es formas de in3usticia social y econ#mica) así como de corrupci#n política &ue padecen pue-los y naciones enteras... se difunde y agudia cada $e más la necesidad de una radical reno$aci#n personal y social capa de asegurar 3usticia) solidaridad) ,onestidad y transparencia... Pero) como ense?a la e(periencia y la ,istoria de cada uno) no es difícil encontrar) al origen de estas situaciones) causas propiamente culturales relacionadas con una determinada $isi#n del ,om-re) de la sociedad y del mundo. En realidad) en el centro de la cuesti#n cultural está el sentido moral) &ue a su $e se fundamenta y se realia en el sentido religioso! =) J0. . A* NE*CRN +EA >EC>4 M46*A No es fácil ,acer la radiografía de los di$ersos ,ec,os culturales &ue ,an dado origen a tantos errores &ue des$irt5an y en ocasiones niegan la ciencia y la $ida moral. *&uí ,acemos menci#n de tres tendencias &ue defienden autores más conocidos y &ue se oponen más directamente a los enunciados doctrinales de la moral cristiana. =on los siguientes:
Moral Fundamental.
% Aos &ue niegan el su3eto ético) es decir) &ue pueda ser o-3eto y su3eto de la $ida moral.
Página N° 11
% Aos &ue afirman &ue no es posi-le 3ustificar el de-er! moral. El salto del ser! al de-er!) afirman) no puede 3ustificarse. % Aas di$ersas corrientes &ue niegan &ue se dé el -ien! y el mal! morales o-3eti$os) independientemente del su3eto $ de las circunstancias en &ue se encuentra el ,om-re. 1. Negaci#n del su3eto ético Aos errores de estos autores respecto a la ciencia ética deri$an de una falsa concepci#n del ,om-re. En efecto) es una $erdad compartida la íntima relaci#n &ue e(iste entre antropología y ética) dado &ue la conducta &ue se e(i3a al ,om-re depende necesariamente de la concepci#n &ue se tenga de él. Pues -ien) las teorías antropol#gicas insuficientes son ,oy numerosas y todas ellas tienen repercusi#n en la concepci#n de la ética. Ca-e reducirlas a cuatro grandes corrientes: a0 *ntropologías reduccionistas: el ,om-re es un o-3eto =e alista en esta teoría el llamado anti,umanismo!) o sea a&uellos autores &ue afirman &ue el ,om-re es un ser más de la creaci#n: el ,om-re es un o-3eto! y por ello no ca-e ,a-lar de ,umanismo!. En el catálogo de autores &ue ca-e mentar en esta ideología ca-e citar al conocido mar(ista Aouis *lt,usser y al científico francés 7ac&ues Monot. A. *lt,usser es un materialista duro) &ue neg# todo influ3o ,umanista! en el pensamiento de Mar(. Para *lt,usser es preciso aca-ar con el fetic,ismo del ,om-re!. Ao decisi$o es la ,istoria) &ue es un proceso sin su3eto!. El su3eto de la ,istoria no es el ,om-re) sino los factores sociales) econ#micos) etc. El llamado ,umanismo!) escri-e) es un mito de la ideología -urguesa!. El ,om-re no está so-re la masa social) sino &ue está su-ordinado a ella. Es e$idente &ue esta prioridad de los factores sociales) econ#micos) etc. por encima del ,om-re no llega más &ue a una ética de eficacia social) conforme a los $alores del materialismo dialéctico: es -ueno! o malo! lo &ue conduce al desarrollo social en sentido mar(ista) pero no en cuanto perfecciona al ,om-re como persona. *demás para *lt,usser) la ética es pro$isional) sigue el mismo ritmo de los factores sociales. 7. Monot se mue$e en un terreno cercano al mar(ismo. Este científico francés afirma &ue el ,om-re es s#lo materia y &ue su origen es fruto del aar <) conforme a su tesis de &ue solamente la ciencia e(perimental merece el nom-re de ciencia) sostiene &ue la ética carece de $alide científica) pues representa uno más entre los procesos &ue ,a e(perimentado la $ida del ,om-re a lo largo de la ,istoria. Aa ética) afirma) es una repugnante mecla de religiosidad 3udeocristiana) de progresismo cienticista" de creencia en derec,os naturales del ,om-re y de pragmatismo naturalista!. En consecuencia) para Monot no e(iste una ética científica) orientadora de la conducta ,umana. En su concepci#n de la ,istoria ,umana) la ética de-e ser sustituida por 1a ciencia. =orprende &ue ,om-res inteligentes ,agan una crítica tan poco rigurosa como apasionada de la ciencia y de la $ida moral. Pero a&uí se repite el principio de &ue el error es menos tolerante &ue la $erdad y &ue los pre3uicios o-staculian su descu-rimiento. *sí surgen no pocos errores en la ,istoria) los cuales) -a3o una apariencia científica) dado &ue son errores inteligentes!) consiguen enga?ar a muc,os. No es difícil descu-rir estas falsas ideas %frecuentemente sin formular% en no pocos ,om-res de nuestro tiempo. *1 menos) los errores de *lt,usser se de3aron sentir en a&uellos &ue seguían la filosofía del mar(ismo duro del fil#sofo francés) el cual tu$o tanta influencia) por e3emplo) en el comunismo espa?ol. < es sa-ido c#mo las ideas mar(istas ,an contri-uido al deterioro de la moral cristiana.
Moral Fundamental.
Página N° 1@
Por su parte) la ense?ana de Monot es seguida por los &ue profesan un dogmatismo científico y &ue desprecian otros sa-eres &ue no sean la ciencia técnica $ e(perimental. -0 Aos anti,umanismos. El ,om-re es s#lo un animal =e suman a los anti,umanismos &uienes afirman &ue no e(iste diferencia esencial entre el animal y el ,om-re. En general) son a&uellos et#logos &ue pretenden aunar el estudio del animal y del ,om-re. Entre los autores &ue mantienen esa doctrina destaca el et#logo norteamericano EdSard 4. ilson) el cual llega a afirmar &ue la ética es de carácter -iol#gico) dado &ue el actuar del ,om-re depende de los genes. +e a&uí la con$eniencia de trasladar el estudio de la ética del campo de la filosofía a la -iología: Científicos y ,umanistas de-erían considerar con3untamente la posi-ilidad de &ue ,a llegado el momento de retirar temporalmente la ética de las manos de los fil#sofos y -iologiarla! =ocio-iología. Aa nue$a síntesis) GJO0. <) en su esfuero por negar todo a$al moral al comportamiento del ,om-re) llega a afirmar &ue los llamados derec,os ,umanos! y ,asta el altruismo de los santos! tienen su e(plicaci#n 5ltima en los genes: Aa conducta social ,umana descansa so-re -ases genéticas) la conducta ,umana está... organiada por ciertos genes &ue compartimos con las especies estrec,amente relacionadas con la nuestra! i-idem0. Estas teorías son compartidas por cuantos no destacan la diferencia cualitati$a &ue e(iste entre el animal y el ,om-re y &ue) consecuentemente) so-re$aloran los instintos ,umanos y las pasiones. <) si) te#ricamente) no son muc,os los &ue las defienden) sí son numerosos los &ue la sostienen en la práctica. Es e$idente &ue la constituci#n genética influye en los caracteres y &ue la conducta ,umana tiene algo &ue $er con la constituci#n somático%psí&uica) pero no depende principalmente de ella. Por el contrario) es e$idente &ue la li-ertad del ,om-re es capa de $encer ciertos condicionamientos genéticos y &ue la conciencia puede oponerse a imperati$os pasionales instinti$os. c0 Aos &ue niegan la li-ertad *nte esta actitud intelectual %negadora del alma y por ello igualan al animal y al ,om-re%) algunos de estos autores recurren a negar la li-ertad ,umana. Es el caso) por e3emplo) de L: F =Dinner) &ue afirma &ue es preciso li-erar al ,om-re de la ilusi#n de la li-ertad!. Para =Dinner lo &ue llamamos comportamiento ético depende de las di$ersas situaciones en las &ue el ,om-re se encuentre: Aas personas son e(traordinariamente diferentes en distintos lugares y) con toda pro-a-ilidad por causa de esos lugares!. Por eso) =Dinner prefiere ,a-lar de conducta ,umana! y no de conducta moral!. 'am-ién esta doctrina tiene sus adeptos en la $ida actual) pues el grupo de los &ue niegan la li-ertad es numeroso) y por ello ,acen depender la conducta de la situaci#n en &ue cada uno se encuentre y no del actuar li-re del ,om-re. Es e$idente &ue esta interpretaci#n de la $ida ética no tiene consistencia) pues 8&uién podrá negar &ue el ,om-re es capa de so-reponerse a situaciones concretas y &ue) en $irtud de su li-ertad) se siente responsa-le de ,acer u omitir ciertas acciones9 *l menos las leyes ,umanas ,acen responsa-le al ciudadano de sus actos aun cuando cam-ien algunas circunstancias. d0 El sociologismo Es una teoría más antigua) pero &ue no cesa de influir" en el presente: se inicia con algunos autores de la sociología francesa) en especial) de Emile +ur,eim y Ae$y%Lru,l. Aa influencia de +ur,eim ,a sido importante a tra$és de sus ideas so-re la educaci#n y Ae$y%Lru,l) con sus teorías antropol#gicas) ,a tenido su peso en el estructuralismo. Estos autores ,acen depender la $aloraci#n ética de las costum-res) &ue son cam-iantes en cada época: es la sociedad) afirman) la &ue ofrece al ,om-re la $aloraci#n ética. Por ello los 3uicios morales
Moral Fundamental.
Página N° 1B
$arían conforme cam-ian las costum-res de los pue-los. < a?aden &ue lo &ue denominamos -ueno! o malo! no son $alores o-3eti$os) sino &ue así designa la opini#n social imperante. +e a&uí &ue ca-e distinguir distintos tipos de conducta) tales como la denominada moral -urguesa!) en oposici#n a la moral proletaria!) etc. En la actualidad) profesan el sociologismo moral cuantos act5an de un modo u otro por&ue esa conducta es apro-ada o condenada por la sociedad. 'am-ién aceptan ese 3uicio ético &uienes sostienen &ue de-e 3ugarse como moralmente -ueno a&uello &ue es $i$ido en la calle!. Pero esta teoría no resiste una crítica rigurosa) dado &ue con ese criterio moral no se podría condenar conducta alguna) pues no ,ay $icio &ue no sea practicado por un grupo numeroso de ciudadanos. Piénsese) por e3emplo) en el ro-o o en otros actos) como el suicidio &ue) aparentemente) no da?a más &ue a la propia persona y sin em-argo es pro,i-ido por la ley E$identemente) nadie puede negar la influencia de la sociedad en la conducta y aun en la $aloraci#n moral de ciertos actos) pero esto no ata?e al n5cleo del pro-lema moral) pues) por muc,o &ue cam-ien las costum-res) ning5n pue-lo ci$iliado puede aceptar como -uenos) por e3emplo) los ,orrores de los crímenes nais) &ue los mismos sociologistas condenan sin e(cepci#n. @. Aa utopía de imponer el de-er! Es un ,ec,o &ue la $ida moral se ,a impuesto muc,as $eces in$ocando el de-er!. =e ,a podido e(agerar) pero es claro &ue el ,om-re no puede conducir su e(istencia seg5n el poder físico %lo &ue es capa de ,acer!%) sino conforme al de-er moral. Como es sa-ido) el gran defensor de la moral del de-er! ,a sido ant. El imperati$o categ#rico) del de-er por el de-er) es un principio de la ética Dantiana) &ue) e(agerado) ,a conducido a lo &ue se denomina la ética formalista!. Posi-lemente ant elogia el de-er! frente a las críticas a &ue ,a-ía sido sometido por >ume) &uien acusa la falta de l#gica &ue e(iste cuando los sistemas éticos dan el salto del ser! al de-er!. El fil#sofo escocés acusa a la ética de e(igir el de-er! como algo l#gico &ue se sigue al ser!) pero él afirma &ue ese paso no es legítimo: Estoy persuadido) escri-e) de &ue un poco de atenci#n a este punto aca-aría por su-$ertir todos los sistemas de moral al uso!. +e estas contro$ersias) las éticas posteriores a >ume y ant se ,an situado a fa$or o en contra del sentido del de-er moral. En este conte(to se de-aten los sistemas éticos del siglo QQ) por e3emplo) la filosofía de los $alores de Ma( =c,eler y Nicolai >artmann) así como las corrientes filos#ficas deri$adas del Círculo de iena) de la Filosofía *nalítica) ittgenstein) etc. Cf. ) 11K%1@B0. * distancia en el tiempo de tales discusiones parece l#gico deducir &ue una ética -asada e(clusi$amente en el de-er!) si se entiende como tener &ue ,acer! &ue se e(ige por la fuera) no responde al fundamento de la $ida moral -asado en el respeto a la li-ertad y al reconocimiento de la in$iola-ilidad de la conciencia propia o a3ena. =in em-argo) en el concepto mismo de ser!) se incluye un cierto de-er!. *sí) por e3emplo) un 3ue es 3usto cuando 3uga como de-e ser! y un soldado es $aliente cuando act5a como de-e ser!. Por ello) en el ser! mismo del ,om-re se da el de-er!) &ue le o-liga moralmente a ser fiel a sí mismo) y es e$idente &ue esta o-ligaci#n moral no anula la li-ertad personal. En efecto) el de-er! es la fidelidad al propio ser!: el ,om-re act5a como tal y ad&uiere su propia perfecci#n en la medida en &ue es fiel a lo &ue realmente es. Por eso) el ,om-re tiene de-eres) y el principal es el de ser fiel a sí mismo. En este sentido ca-e definir al ,om-re como el ser &ue es capa de cumplir de-eres) pues) como escri-e =u-iri) el ,om-re es un ser de-itorio: El de-er) el carácter de-itorio de la realidad) y aun los de-eres) no son una imposici#n e(terna. *1 ,om-re se le pueden imponer de-eres precisamente por&ue es su3eto de ellos) por&ue es realidad de-itoria! =o-re el ,om-re) I110.
Moral Fundamental.
Página N° 1I
Estas ideas son ,oy especialmente actuales) por cuanto se profesa una actitud $ital li-re de o-ligaciones y se pretende negar la e(istencia de imperati$os morales) pues se les culpa de &ue-rantar la propia li-ertad. Es decir) se acusa a las normas éticas de crear una ,eteronomía) negadora) en su opini#n) de la autonomía de-ida a la persona. Pues -ien) si tal situaci#n puede darse con las leyes ,umanas en los Estados totalitarios) no ca-e decir lo mismo de la ley moral) especialmente de la ley di$ina) &ue no aten5a ni elimina la li-ertad del ,om-re) sino &ue) al contrario) la garantia $ promue$e! =) BG0. B. Aa o-3eti$idad del -ien! y mal! morales El error más frecuente en algunas corrientes éticas actuales es la negaci#n de &ue el -ien! y el mal! morales sean realidades o-3eti$as) independientemente de la situaci#n del indi$iduo e incluso de los fines &ue la persona se propone al actuar +el tema nos ocuparemos más e(tensamente en el capítulo Q. Pero es a&uí donde se de-e detectar la raí de esta falsa ense?ana) &ue pro$oca tantos errores y trata de 3ustificar no pocas conductas éticamente condena-les. *demás) como ense?a la Encíclica eritatis =plendor) en este error confluyen las antropologías insuficientes rese?adas en los apartados anteriores: >ay &ue recordar tam-ién algunas interpretaciones a-usi$as de la in$estigaci#n científica en el campo de la antropología. Lasándose en la gran $ariedad de costum-res) ,á-itos e instituciones presentes en la ,umanidad) llega a conclusiones &ue) aun&ue no siempre niegan los $alores ,umanos uni$ersales) sí lle$an a una concepci#n relati$ista de la moral! =. BB1. Estas teorías engrosan concepciones intelectuales muy di$ersas) pero todas tienen en com5n la profesi#n de un relati$ismo de fondo &ue afecta por igual a la metafísica) a la teoría del conocimiento y a la ética. Ca-e precisar más: precisamente el relati$ismo ético $iene como consecuencia del relati$ismo metafísico y gnoseol#gico. En efecto) si se profesa &ue s#lo e(iste la realidad física o se mantiene &ue s#lo ésta es o-3eti$a) se sigue &ue s#lo el conocimiento de las ciencias e(perimentales tiene la garantía de certea. *,ora -ien) si la realidad es muda-le) lo será tam-ién la idea &ue yo tenga de ella. <) si todo es relati$o) 8por &ué e(igir &ue sean constantes y a-solutos los 3uicios morales) si a&uellas realidades más inmediatas no lo son9 En consecuencia) lo primero &ue es preciso esclarecer es si s#lo e(iste la realidad física y si ésta es la 5nica o-3eti$a e inmuta-le) o) por el contrario) la realidad es plural y) al mismo tiempo) tales realidades! ca-e interpretarlas o-3eti$amente. Pues -ien) es e$idente &ue ni la realidad es una ni ca-e afirmar &ue lo sea) por e(celencia) la realidad física. En efecto) la realidad es plural: real es el ordenador con &ue escri-o) pero reales son las ideas &ue e(preso) y reales son tam-ién los sentimientos &ue e(perimento al escri-ir Aos e3emplos podrían multiplicarse. *sí) real es el territorio de una naci#n y reales son los sím-olos y los $alores de la patria" real es la -ellea física de un rostro y reales las pasiones ,umanas del amor y del odio &ue despierta" real es el ,om-re y reales son los derec,os y de-eres de la persona ,umana) etc. =al$ada la o-3eti$idad de lo real no físico y admitidas otras realidades &ue transcienden el ám-ito de la e(periencia física) en l#gica consecuencia) se deduce &ue esas realidades pueden ser conocidas o-3eti$amente. En efecto) yo puedo analiar mis ideas) demostrar &ue tal persona está dominada por el amor o por el odio) etc. y esos 3uicios o-3eti$os son $erdaderos en la medida en &ue interpretan o-3eti$amente la realidad. Aos 3uicios te#ricos so-re realidades psí&uicas o espirituales) etc. no son relati$os) sino o-3eti$os e inmuta-les. =i) pues) no ca-e admitir un relati$ismo total en el campo de la realidad ni en el del conocimiento) tampoco es posi-le afirmar &ue el 3uicio moral sea su-3eti$o y $aria-le. Por ello ca-e ,a-lar de $alores éticos permanentes y se puede afirmar &ue los conceptos de -ien! y de mal! morales no son muda-les) sino &ue e(isten 3uicios éticos o-3eti$os y permanentes.
Moral Fundamental.
Página N° 1G
Es e$idente &ue la cultura ,istoricista y personalista de nuestro tiempo ,a pasado una importante factura a otras parcelas del sa-er) en concreto) a la metafísica) a la teoría del conocimiento y a la ética. En el fondo se trata de un pro-lema eterno) suscitado ya por los griegos) &ue) como es sa-ido) se repartieron en dos corrientes contrapuestas: la doctrina de Parménides todo es o-3eti$o y esta-le) los cam-ios son aparentes0 y la de >eráclito nada es permanente) todo es puro cam-io0. Aa superaci#n de estas dos teorías dialécticas fue dada por *rist#teles) &ue afirma &ue ,ay algo &ue cam-ia!) o &ue) para &ue ,aya cam-io) es preciso &ue algo perdure a tra$és del cam-io!. Este pro-lema metafísico se repite de una u otra forma en distintas épocas ,ist#ricas. Aa nuestra apost# por lo su-3eti$o y muda-le) mientras otros períodos ,ist#ricos ,an sido más o-3eti$os y fi3istas. Por ello es preciso encontrar la síntesis entre lo esta-le y lo muda-le) entre las categorías personalistas y la realidad o-3eti$a. En el terreno de la ética la síntesis se alcana armoniando la realidad de la acci#n con la importancia &ue tienen las circunstancias personales dentro del actuar moral del ,om-re) así como $alorando el papel &ue 3uegan los fines en su acci#n. Precisamente) como se dirá en el capítulo Q) la doctrina moral cristiana remite al estudio de los di$ersos elementos &ue confluyen en la acci#n moral) tema &ue) clásicamente) se denomina fuentes de la moralidad!. Pero) además de esta seguridad y del rigor intelectual) la moral cat#lica cuenta con los datos -í-licos &ue emiten 3uicios definiti$os so-re el actuar del ,om-re. *simismo) el Magisterio ilumina constantemente este tema al ,a-lar de la uni$ersalidad de la ley natural) &ue es constante $ a-arca a todos los ,om-res: Aa separaci#n ,ec,a por algunos entre li-ertad de los indi$iduos y la naturalea com5n a todos) como emerge de algunas teorías filos#ficas de gran resonancia en la cultura contemporánea) ofusca la percepci#n de la uni$ersalidad de la ley moral por parte de la ra#n. Pero) en la medida en &ue e(presa la dignidad de la persona ,umana y pone la -ase de sus derec,os y de-eres fundamentales) la ley natural es uni$ersal en sus preceptos) y su autoridad se e(tiende a todos los ,om-res. Esta uni$ersalidad no prescinde de la singularidad de los seres ,umanos) ni se opone a la unicidad y a la irrepeti-ilidad de cada persona) al contrario) a-arca -ásicamente cada uno de sus actos li-res) &ue de-en demostrar la uni$ersalidad del $erdadero -ien! =) G10. 2ste es el camino intelectual &ue marca la ense?ana del Magisterio para armoniar la uni$ersalidad y el cam-io) la o-3eti$idad de los $alores morales y la aplicaci#n concreta a cada persona indi$idual. Conclusi#n: * nadie se le oculta &ue no siempre es fácil dialogar con esas teorías) algunas tan ale3adas de la concepci#n cristiana de la $ida moral. Pero la glesia) al e(poner su doctrina ética) tiene en cuenta esas situaciones culturales y procura iluminarlas con sus ense?anas. 2sta ,a de ser tam-ién la actitud del sacerdote al predicar y al momento de demandar las e(igencias éticas del E$angelio.
Capítulo III
CRISIS DE LA #IDA MORAL (I, *43-*+4) Aa crisis de la moral no s#lo afecta a la doctrina) sino tam-ién a la $ida. < no es fácil precisar cuál de las dos tiene ra#n de causa%efecto. Posi-lemente am-as se impli&uen: la $ida moral influye en la concepci#n te#rica y la doctrina orienta la $ida. +e ,ec,o) la Encíclica eritatis =plendor denuncia por igual las insuficiencias de la práctica moral y los errores doctrinales cfr =) I%G" 1O ss.0. 'ampoco es posi-le formular las m5ltiples causas &ue pro$ocan la crisis moral &ue afecta a las di$ersas culturas) especialmente a la denominada cultura atlántica!) pues los factores son plurales)
Moral Fundamental.
Página N° 1;
comple3os y se entrecruan. Pero la dificultad de diagnosticar la crisis no e(ime de constatarla. +e ,ec,o la pérdida de $alores éticos en la sociedad actual es denunciada no s#lo por las instancias religiosas) sino por las fueras laicas) como son los políticos) los economistas) los fil#sofos y) en general) por los ciudadanos. Posi-lemente) el modo más e(presi$o de denunciar el déficit de $alores morales de nuestra sociedad lo ,io el ,umorista Mingote al presentar dos mendigos) con el reclamo en sus manos de ética! y moral!) a la $era de un camino pidiendo limosna. El significado es -ien plástico: la ética y la moral son po-res &ue demandan la mendicidad en la calle. En intento de síntesis) este capítulo e(pone en primer lugar los testimonios magisteriales &ue denuncian la crisis moral de nuestro tiempo 0. =eguidamente) se ordenan las causas &ue la moti$an 0 y se concluye con unos apuntes acerca de las pautas para superarla 0.
I. TESTIMONIOS DE UNA CRISIS Es claro &ue el Magisterio de todos los tiempos ,a denunciado los males morales de cada época) pero) después del Concilio aticano ) esta crítica ,a sido más reiterada y solemne. >aremos menci#n de algunas más e(plícitas. l. Pa-lo no s#lo le$ant# la $o para la condena de ciertos errores) sino &ue diagnostic# las causas. El siguiente testimonio muestra ,asta &ué punto 3uga la profundidad de la crisis moral: >oy se discuten los mismos principios del orden moral o-3eti$o. +e lo cual deri$a &ue el ,om-re de ,oy se siente desconcertado. No se sa-e d#nde está el -ien y d#nde está el mal) ni en &ué criterios puede apoyarse para 3ugar rectamente. n cierto n5mero de cristianos participa en esta duda) por ,a-er perdido la confiana tanto en un concepto de moral natural como en las ense?anas positi$as de la 6e$elaci#n y del Magisterio. =e ,a a-andonado una filosofía pragmática para aceptar los argumentos del relati$ismo! +iscurso a la Comisi#n 'eol. ntern. 1KG0. @. 7uan Pa-lo ,ace referencia a la crisis moral en todos sus grandes documentos. 'am-ién en discursos ocasionales y en las cate&uesis al pue-lo fiel. *&uí -aste citar el amplio diagn#stico &ue ,ace en la Encíclica eritatis =plendor so-re la situaci#n doctrinal en el ám-ito mismo de la moral cat#lica: >oy se ,ace necesario refle(ionar so-re el con3unto de la ense?ana moral de la glesia) con el fin preciso de recordar algunas $erdades fundamentales de la doctrina cat#lica) &ue en el conte(to actual corren el riesgo de ser deformadas o negadas. En efecto) ,a $enido a crearse una nue$a situaci#n dentro de la misma comunidad cristiana) en la &ue se difunden muc,as dudas y o-3eciones de orden ,umano y psicol#gico) social y cultural) religioso e incluso específicamente teol#gico) so-re las ense?anas morales de la glesia.
Moral Fundamental.
Página N° 1K
* lo largo de la Encíclica) el Papa ,ace otros 3uicios complementarios cfr nn. I) BO0. Pero la amplitud y la claridad de la cita nos e(ime del análisis más detallado de la situaci#n en &ue se encuentra la $ida y la doctrina en torno a la ciencia ética. B. Conferencia Episcopal Espa?ola. * estos testimonios pontificios ,a-ría &ue a?adir los numerosos documentos de los o-ispos de todo el mundo) especialmente de los países de 4ccidente. Para nuestro caso será suficiente recordar los documentos más solemnes de la Conferencia Episcopal Espa?ola) especialmente el dedicado e(presamente a la $ida moral en Espa?a) Aa $erdad os ,ará li-res!) 7n J) B@0. nstrucci#n Pastoral de la Conferencia Episcopal so-re la conciencia cristiana ante la situaci#n moral de nuestra sociedad @O%Q%1O0. En este importante documento) los o-ispos espa?oles analian la situaci#n ética de la sociedad espa?ola) la &ue resulta con un saldo moral e$identemente negati$o. Posteriormente) se ,a ,ec,o notar &ue los o-ispos se adelantaron al análisis y a la condena de los males morales &ue) seg5n denuncian todas las instancias nacionales) padece la sociedad espa?ola. Como resultado de esta crisis generaliada de la $ida moral) &ue es reconocida y denunciada por todos) se reclama una $uelta a los $alores éticos. +e ,ec,o) cada día se pronuncia más el término moral!. Pero será preciso ,acer tres anotaciones: a0 *sistimos a un $erdadero cam-io de sentido de la pala-ra moral!. En efecto) los términos moral! y ética! se aplican ,oy a la $ida social) política y econ#mica más &ue a la conducta personal) cuando en realidad) el sentido primario del término corresponde a la $ida de cada persona. -0 Aas ideologías políticas aluden a la reno$aci#n ética) pero no siempre es fácil descu-rir el sentido riguroso de este término en sus programas. Aa mayor parte de las $eces no se ,a superado el concepto mar(ista de moral!) &ue casi siempre se confunde con el término eficacia! aplicado al é(ito del partido. c0 El reclamo por una ética en la con$i$encia social es legítimo) pero es preciso proclamar &ue el ni$el ético de la sociedad depende de la moralidad de los ciudadanos. Por ello) es preciso alertar so-re el ,ec,o de &ue la sociedad no alcanará una altura moral ,asta &ue los ciudadanos lleguen al con$encimiento de la necesidad de una ética personal e(igente. G. *lcance de una crisis Es cierto &ue en los di$ersos momentos ,ist#ricos se ,an denunciado los males de la época. Pero parece &ue en nuestro tiempo la crisis es especialmente gra$e. =e ,a-la de &ue) al iniciarse el período de seculariaci#n &ue afecta a la $ie3a ci$iliaci#n cristiana) 4ccidente ,a seguido este proceso: primero prescinde de la moral in%moralidad0) luego $i$e al margen de ella a%moralidad0 y) finalmente) no tiene fueras para remontar el -ac,e des%moraliaci#n0. Pero será preciso recordar &ue el camino seguido es ya largo y fue precedido de ideologías su-$ersi$as contra la moral. Ca-ría se?alar un ,ito importante en la filosofía de Nietsc,e. * él se de-e este slogan destructor de la $ida moral: Es preciso dar $alor a todos los contra$alores y &uitar $alor a todos los llamados $alores!. Esta actitud no s#lo com-ate los principios morales predicados por el cristianismo) sino &ue luc,a contra ellos e(altando la contra%moral!. ;. Consecuencias de la crisis moral No es fácil ,acer el -alance de la crisis. Primero) por&ue no en todas las latitudes tiene la misma gra$edad ni los mismos síntomas. =egundo) por&ue posi-lemente no estamos a5n al final del proceso de descomposici#n moral. 'ercero) por&ue nos falta perspecti$a ,ist#rica para 3ugar los efectos &ue se seguirán. No o-stante) ca-e a$enturar las siguientes consecuencias: a0 Aa relati$iaci#n de los ideales éticos. =e ,an perdido las grandes certeas acerca de la doctrina moral.
Moral Fundamental.
Página N° 1J
-0 Aa 3erar&uía cristiana de los $alores ,a sido trastocada. Aa sociedad practica una escala de $alores a3enos al E$angelio. c0 Aa pérdida de los $alores cristianos fa$orece la sociedad de consumo y el ,edonismo. El ideal no es el -ien) sino el placer. d0 =e manifiesta un a-ierto desafecto a las normas éticas. =e asiste a un estado social de anomia o desprecio de la ley e0 Aos 3uicios éticos no dirigen la $ida. Ao &ue prima es la eficacia. Aa moral se sustituye por el utilitarismo. f0 =e trastoca el fin del ,om-re: no es ya el fin 5ltimo sino fines inmediatos y el disfrute placentero de la $ida. g0 *mplios sectores sociales e$itan las preguntas esenciales so-re el sentido de la $ida) s#lo interesa lo inmediato. ,0 =e desprecia el de-er! y con ello desaparecen las o-ligaciones morales. =e tienen en cuenta s#lo las consecuencias. 'odo ello conduce al permisi$ismo moral!. =i estos efectos responden a la realidad moral de nuestro tiempo) se e(plica el pesimismo de algunos autores &ue comparan nuestra época con la decadencia moral de 6oma) al final del mperio ) 1GO%1GI0.
II. CAUSAS DE LA CRISIS 'ampoco resulta fácil in$entariar las $erdaderas causas &ue ,an moti$ado la crisis moral de nuestro tiempo. Ca-e enumerar las siguientes) &ue repartimos en dos apartados: 1 . El influ3o de las ideologías no cristianas Es e$idente &ue la moral cat#lica %en general) el cristianismo% ,a sido especialmente atacada por amplios sectores de la cultura actual. Aas más incisi$as impugnaciones contra la interpretaci#n cristiana de la e(istencia son las siguientes: a0 Aa crítica mar(ista Aa calificaci#n de la moral cristiana como opio del pue-lo!) &ue paralia la luc,a contra las in3usticias sociales de nuestro tiempo) ,a calado en amplios sectores no s#lo del mundo o-rero) sino de los intelectuales. *lgunos no se e(plican c#mo las gra$es in3usticias en el campo la-oral tu$ieron lugar en las naciones cristianas. Por eso se denunci# la incongruencia &ue e(istía entre la ortodo(ia de las ideas cristianas y la ineficacia de la pra(is para solucionar los $erdaderos pro-lemas de la $ida social &ue se presentaron en la llamada re$oluci#n industrial!. Esta crítica) si alg5n día tu$o $alor) ,oy ,a sido desmentida por dos ,ec,os: la fuera &ue ,a tenido la +octrina =ocial de la glesia &ue empu3# a los cat#licos a la luc,a por la 3usticia y la ineficacia del sistema mar(ista) derrotado en -uena parte por la acci#n de la glesia en la defensa de los derec,os ,umanos) de la li-ertad y de la 3usticia social. -0 Aas denuncias del psicoanálisis Aa psicología naturalista) y más en concreto el psicoanálisis) ,an ,ec,o a la moral cat#lica dos gra$es imputaciones: Primera: atentar contra las conciencias su-rayando el sentido negati$o del pecado) lo &ue) en su opini#n) moti$a no pocos traumas psicol#gicos. =egundo: desconocer lo profundo del ,om-re)
Moral Fundamental.
Página N° 1
mo$iéndose siempre en las onas más periféricas y superficiales del espíritu ,umano. +e a&uí &ue algunos ,ayan propugnado una moral sin pecado!. Aa crisis actual so-re la realidad del pecado no es a3ena a estas impugnaciones. =in em-argo) estas críticas están ya) en -uena medida) superadas. Primero) por&ue los estudios de moral ,an asumido las $erdades de la psicología científica acerca del ,om-re. =egundo) por&ue el psicoanálisis freudiano está superado. Precisamente) el sucesor de la Escuela de iena y fundador de la logoterapia) iDtor FranDl sostiene &ue el determinante de la conducta ,umana no es el su-consciente de signo se(ual) sino el profundo del ,om-re &ue da sentido a su $ida. =eg5n FranDl) las crisis psicol#gicas se producen frecuentemente por&ue la $ida del ,om-re carece de sentido. < es) precisamente) la moral de la santidad la &ue puede marcar una orientaci#n completa a la $ida del ,om-re. c0 Planteamientos e(istencialistas El e(istencialismo agrup# una corriente ideol#gica muy $ariada. Pero la influencia del e(istencialismo ateo en la moral cat#lica se de3# sentir en aspectos muy di$ersos) por e3emplo: en la crítica a la li-ertad" en la $aloraci#n de la singularidad de la persona prescindiendo de los elementos permanentes del su3eto ,umano" en destacar las circunstancias por encima de la o-3eti$idad de la acci#n" cor la tesis de &ue el ,om-re es s#lo e(istencia! y negando la naturalea ,umana! y con ello despreciando la ley natural) etc. En una pala-ra) el e(istencialismo ateo condu3o a ,om-re a un su-3eti$ismo e(istencial) opuesto a +ios y toda realidad permanente &ue no sea la propia e(istencia. En con3unto) de la filosofía e(istencialista deri$# la llamada ética de situaci#n! y son epígonos de esa filosofía el consecuencialismo ético y las doctrinas finalistas) condenadas en la Encíclica eritatis =plendor. Aos elementos $álidos del e(istencialismo ,an sido asumidos por el llamado personalismo cristiano!) y es e$idente &ue la teología moral posconciliar es más personalista &ue la &ue ela-or# la etapa anterior) -asada fundamentalmente so-re el concepto de naturalea y la ley natural. d0 Pluralismo relati$ista Ca-e considerarlo como el resultado de todos los factores anteriores. En efecto) la aparici#n de ideologías a3enas al pensamiento cristiano dio lugar a una situaci#n cultural e(traordinariamente plural. Laste conocer el pensamiento de Europa para constatar &ue) ,asta el siglo (( los sistemas filos#ficos eran muy con$ergentes. Entre el empirismo inglés) por e3emplo) y el racionalismo del continente) ,a-ía planteamientos comunes. Aas diferencias se situa-an en las soluciones. *,ora -ien) al llegar el siglo (( e(plotan los sistemas ideol#gicos) ,asta el punto &ue se mira con recelo el pensamiento sistemático. * este pluralismo filos#fico se unen concepciones plurales en todos los ám-itos del sa-er: en el arte) en la política) en la religi#n y) en consecuencia) en la concepci#n moral. Como es l#gico) al pluralismo desmedido le sigue en rigor el relati$ismo. Esta ,erencia pesa so-re la concepci#n de la $ida moral &ue demanda unas leyes uni$ersales. +e a&uí el relati$ismo ético tan característico de nuestro tiempo) tal como se de3a constancia en el capítulo 11. @. Causas intraeclesiales &ue pro$ocan la crisis moral Como denuncian Pa-lo y 7uan Pa-lo ) algunos fen#menos eclesiales ,an contri-uido tam-ién a pro$ocar crisis de la teología moral. Ca-e se?alar los siguientes: a0 Aa necesidad de reforma sentida en los estudios de la teología moral Aa reforma del estudio de la teología moral no s#lo era sentida por amplios sectores del pensamiento cat#lico) sino &ue era necesaria. Aa e(posici#n sistemática de la teología moral) desde el siglo ($ii) ,a-ía perdido el aliento -í-lico y deri$# ,acia una moral casuística y de e(igencia de mínimos éticos. El Concilio aticano no trat# e(presamente de la fundamentaci#n de la teología moral: falt# un es&uema so-re esta materia) por lo &ue en los demás +ocumentos s#lo se encuentra un aliento nue$o.
Moral Fundamental.
Página N° @O
Como consecuencia) en la época posterior al Concilio) los moralistas se encontraron con &ue era muy amplio el $acío &ue ,a-ía &ue llenar) se encontraron con una filosofía fluctuante y tampoco supieron resistir a la fascinaci#n por lo nue$o!. El resultado es %frente a $erdaderos ,allagos% el panorama &ue presentan Pa-lo y 7uan Pa-lo en los te(tos arri-a citados. -0 nfluencia de los estudios -í-licos El Concilio aticano afirma e(presamente &ue la e(posici#n de la teología moral de-e nutrirse con mayor intensidad por la doctrina de la =agrada Escritura! 4') 1;0. < esta ad$ertencia respondía a uno de los sentimientos más comunes entre los moralistas de la época. Pero) como es sa-ido) algunos estudiosos cat#licos de estos 5ltimos a?os se ad,irieron en e(ceso a ciertas corrientes e(egéticas) deri$adas fundamentalmente del mundo intelectual protestante) deudor de una interpretaci#n -ultmaniana de la Li-lia. El resultado es &ue una lectura inadecuada de la Escritura apoya algunas insuficiencias filos#ficas) como) por e3emplo) &ue e(ista una $erdad a-soluta so-re ciertos aspectos de la $ida) el relati$ismo moral) la negaci#n de leyes uni$ersales) etc. En consecuencia) la gran esperana de la reno$aci#n de la moral a partir de la Escritura %pese a no pocas e importantes inno$aciones% tam-ién fue ocasi#n para &ue surgieran algunos errores. c0 Pluralismo de las normas morales *l pluralismo ideol#gico) arri-a se?alado) ,ay &ue a?adir el pluralismo moral! &ue en esta 5ltima época se ,a generaliado en la $ida social como consecuencia de con$i$ir distintas religiones y conocerse di$ersas morales) -ien sean de ám-ito cultural o de otros credos religiosos. 'odo ello induce a pensar &ue e(isten modelos de $ida nue$os &ue permiten di$ersos tipos de comportamiento moral. *demás) es preciso constatar &ue no todos los moralistas proponen las mismas normas ni las urgen con igual rigor. El resultado es &ue) cuando se intenta presentar la moral cat#lica) algunos creyentes la rec,aan y se ad,ieren a &uienes proponen otras soluciones éticas u otro tipo de conducta de acuerdo con ese pluralismo de normas morales. d0 Aa falta de síntesis entre conciencia y norma +el tema se trata más ampliamente en el capítulo Q. Pero a&uí es preciso se?alar el pro-lema) pues en él se $entila una de las causas del relati$ismo ético. Es claro &ue la moral casuística destaca la importancia de la norma) pues desea sa-er en cada momento si un acto concreto está o no de acuerdo con la ley. Por el contrario) una moral -asada fundamentalmente en categorías personalistas destaca la importancia de la conciencia. Pues -ien) este tema nos sit5a como ning5n otro en el cumplimiento de la ley pendular. En efecto) de una moral &ue destaca-a el papel de la norma) ,emos pasado a un tipo de moral &ue lo somete todo al dictamen de la conciencia. Por ello urge encontrar la síntesis entre conciencia y ley) pues am-os elementos son constituti$os esenciales del acto moral ,umano. e0 Aa crisis de la $ida cristiana. =eculariaci#n Esta 5ltima causa mencionada puede resumirlas todas) pues se constata &ue la crisis de la moral coincide con una época en la &ue ,an decaído nota-lemente las creencias cristianas. Nunca se ponderará suficientemente la interrelaci#n &ue e(iste entre creencia y $ida) de forma &ue la $ida moral influye en las creencias) pero tam-ién éstas se de3an sentir nota-lemente en la práctica moral: cuando no ,ay con$icciones religiosas profundas) no es posi-le e(igir postulados morales" pero) si no se $i$e con rigor la moral) las ideas religiosas se nu-lan. Entonces) la $ida ad&uiere una interpretaci#n laica y se 3ustifica una conducta al margen de las e(igencias éticas del E$angelio.
Moral Fundamental.
Página N° @1
III SUERACI"N DE LA CRISIS El reconocimiento de la crisis de la $ida y de la doctrina moral no de-e engendrar pesimismo. 'ampoco se de-e -uscar la soluci#n en re-a3ar las e(igencias morales del E$angelio ni menos pensar &ue el mensa3e moral cristiano no es para el ,om-re de nuestro tiempo y &ue por ello con$iene plegarse a un pe&ue?o grupo &ue sea capa de realiar el ideal de la ética cristiana. El primer criterio para superar una crisis es &uitar las causas &ue la producen. +e a&uí &ue con$iene tener a la $ista el apartado anterior en &ue se e(ponían las causas &ue la moti$aron. Pero) además se de-en ponderar los siguientes medios) &ue no ,acemos más &ue enunciar: 1. Aa crisis! con$ertida en t#pico. Es decir) no con$iene detenerse demasiado en analiarla. Crisis moral ,a ,a-ido siempre y la actual parece &ue se trata de una crisis ante un cam-io profundo de la ,istoria. Por ello es preciso mirar con ilusi#n el nacimiento de un nue$o período ,ist#rico. Parece &ue estamos al final de un proceso y al comieno de una nue$a época. @. Aas cur$as de un proceso. *demás con$iene contemplar la ,istoria no como un progreso continuo: a $eces la ,istoria se desarrolla en ig%ag. *1 menos nuestro tiempo tiene a su fa$or &ue demanda como ning5n otro los $alores morales. Aa $uelta a una $ida moral! es un slogan &ue repiten muc,as $oces. En este sentido) si -ien la $ida moral está en -a3a!) el reclamo por el retorno de la ética está en ala!. B. +iscernimiento de la crisis. El término crisis! e$oca discernimiento!" es decir) con$iene tener presente &ue con el tiempo unos $alores pierden $igencia y de-en ser sustituidos por otros. Pues -ien) el discernimiento e(ige sa-er &ué $alores éticos pueden ser reno$ados) cuáles no pueden ser sustituidos por&ue son permanentes y &ué otros con$iene integrar a los $i$idos y &ue reclama la sensi-ilidad de cada época. En este sentido) no todo es negati$o) ,ay $alores nue$os) por ello la crisis puede ser un momento de lograr la síntesis -í-lica entre lo nue$o y lo $ie3o! Mt 1B) G@0. I. No sir$e la simple repetici#n de la temática anterior. *l menos en el campo te#rico no ca-e $ol$er al modo e(positi$o de la teología moral de los $ie3os manuales. Pero tampoco en la presentaci#n de los $alores sir$e la repetici#n de otra época) &ue no tenga en cuenta los profundos cam-ios &ue ,a e(perimentado la cultura occidental. Es una confirmaci#n de lo dic,o en el punto anterior: es preciso distinguir entre los $alores específicamente cristianos) &ue no pueden ser sustituidos por otros) y a&uellos &ue son coyunturales e ,ist#ricos. En todo caso) las sensi-ilidades de cada época de-en despertar la atenci#n para discernir si esos nue$os $alores son o no e$angélicos. G. Presentaci#n adecuada del mensa3e moral cristiano. 'am-ién en la presentaci#n de la moral es posi-le cam-iar el modo de ofertarla. *l menos) esta generaci#n) posi-lemente no sea capa de reci-ir duras recriminaciones como ,an ,ec,o los moralistas de otros tiempos. Huiá con$enga presentarla con ,umildad %&ue no está re?ida con la fortalea y aun con el entusiasmo%) &ue no ,iere) sino &ue conforta y anima a asumir ese estilo de $ida e(igente &ue lle$a a la sal$aci#n. *l mismo tiempo) de-e ser sensi-le a las o-3eciones &ue se ,an ,ec,o a la moral cat#lica en épocas a5n recientes. ;. Aa ayuda &ue ofrecen las Ciencias del ,om-re!. Con las limitaciones &ue ,emos se?alado en el capítulo ) el estudio de la teología moral de-e acudir a los resultados &ue ofrecen las Ciencias del ,om-re!. Es e$idente &ue la psicología) la antropología) la -iología) la sociología) etc. ofrecen al te#logo datos &ue de-e tener presentes a la ,ora de e(poner el mensa3e moral cristiano. Esos datos científicos no pueden menos de aclarar y 3ustificar las e(igencias morales cristianas) dado &ue +ios no se contradice!. K. 6ecuperar $alores permanentes y prestar atenci#n a otros. Aa ,istoria es testigo de &ue ,ay $alores primarios &ue pierden actualidad y otros) tam-ién importantes) &ue emergen con fuera en el tiempo. >oy son e3emplo de los primeros) los $alores relacionados con la se(ualidad y la familia y de los segundos) los relati$os a los derec,os ,umanos y a la 3usticia. Pues -ien) ,a llegado el momento de reclamar el principio: ,aec opportet facere et illa non omitere!) es decir) uno no &uita lo otro!. +e los e3emplos aducidos ca-e
Moral Fundamental.
Página N° @@
decir &ue la urgencia de la ética social no de-e restar atenci#n a la importancia &ue tiene en la $ida cristiana la moral se(ual y la familia. El creyente y tam-ién el moralista ,an de estar atentos a no de3arse lle$ar por la moda) sino a ser$ir a la $erdad. J. Moral e$angélica y moral natural. 'am-ién en este tema se cumple la ley pendular!. En efecto) en los antiguos manuales predomina-a la e(posici#n de la moral cristiana a partir de la naturalea ,umana y de la ley natural. >oy) por el contrario) algunos pretenden de3ar los principios de la ley natural y partir s#lo del mensa3e -í-lico. Como se di3o más arri-a) el dato primero de-e ser la $ida y las ense?anas de 7es5s) pero esto no o-sta para &ue se tenga en cuenta la ley natural) &ue 3ustifica tantas ense?anas morales del Nue$o 'estamento. Huiá) metodol#gicamente) se de-e iniciar la e(posici#n con los datos -í-licos) pero luego la ciencia moral de-e 3ustificarse a partir del ser propio del ,om-re y de las le$es &ue rigen su $ida. . Fidelidad al mensa3e moral cristiano. +ada la situaci#n de la $ida moral y el desconcierto &ue e(iste en amplios sectores de la glesia) es urgente recuperar la pa y el rigor intelectual en la e(posici#n de la moral cat#lica. Es cierto &ue algunos temas de-en a5n ser dilucidados intelectualmente) pero) tanto la teología moral como el Magisterio de estos 5ltimos a?os ,an dado lu so-re -astantes pro-lemas &ue) por falta de rigor intelectual) algunos autores contin5an pro-lematiando. <) ante la tentaci#n de acomodarse a la crítica) se precisa la $alentía de mantener la fidelidad al mensa3e moral predicado por 7es5s. En caso contrario) la glesia) además de no ser fiel a sí misma) cometería un nota-le fraude a nuestro tiempo) si) por facilitar las e(igencias éticas cristianas) disminuye el rigor con &ue 7es5s present# la reforma de las conductas) &ue son condici#n indispensa-le para entender el E$angelio y entrar en el 6eino. 1O. Necesidad de un testimonio de $ida moral por parte de los creyentes. Aa fe cristiana no es una simple ideología sino &ue es fruto de la re$elaci#n de +ios) &ue se traduce en e(periencia de $ida) primero de los *p#stoles en contacto con la $ida de 7es5s y después por el testimonio $i$o de los creyentes en el marco de la glesia. Ao mismo ca-e decir de la $ida moral. Pero es preciso afirmar más: precisamente) la $ida moral necesita el e3emplo de otros cristianos &ue aliente) empu3e y ense?e el modo concreto de $i$ir de una forma adecuada a la fe &ue se profesa. Por ello) la reno$aci#n de la $ida moral necesita el e3emplo de los creyentes &ue encarnen en sus $idas los $alores éticos del E$angelio. +e este modo) la doctrina se esclarece con la pra(is y la moral encarnada iluminará la inteligencia de a&uellos %cristianos y no creyentes% &ue) en ia situaci#n actual) demandan una doctrina moral so-re el sentido de la $ida ) 1K1%1J10. Conclusi#n: Aa reno$aci#n y la fidelidad al mensa3e moral del Nue$o 'estamento es una condici#n imprescindi-le para lle$ar a ca-o la nue$a e$angeliaci#n! &ue reclaman el Papa y los 4-ispos. Para alcanar este fin) como tarea pre$ia) se re&uiere e(poner sin dudas la ética cristiana y aca-ar con las discusiones estériles en el campo de la doctrina moral. Ello e(ige) además del rigor intelectual necesario en el campo de la doctrina) &ue se siga atentamente la ense?ana %,oy tan reiterada y solemne% del Magisterio Eclesiástico. Aa Encíclica eritatis =plendor anima a los te#logos a &ue presten su ayuda en esta urgente la-or: niendo sus fueras para cola-orar con el Magisterio 3erár&uico) los te#logos se empe?arán por clarificar cada $e me3or los fundamentos -í-licos) los significados éticos y las moti$aciones antropol#gicas &ue sostienen la doctrina moral y la $isi#n del ,om-re propuestas por la glesia! =) 11O0.
Capítulo I#
LA MORAL CRISTIANA, SU ESECIFICIDAD El no-le afán de 3ustificar la moral cat#lica ante una cultura plural y seculariada y el deseo de ,acer cercano al ,om-re actual el mensa3e moral del Nue$o 'estamento ,a lle$ado a algunos autores a afirmar &ue el cristianismo) en el ám-ito de la ética) no tiene elementos cualitati$os nue$os) sino &ue su doctrina
Moral Fundamental.
Página N° @B
ense?a lo mismo &ue la moral natural: ésa &ue ayuda al ,om-re a $i$ir con la dignidad de persona y &ue le permite no degradarse en la $ida. +e este modo) dicen) el cristianismo puede dialogar con un mundo &ue no s#lo $a no es cristiano) sino &ue se muestra a ,ostil a la glesia. Esta actitud pro$oc# la opini#n de otros moralistas &ue sostienen &ue el cristianismo predica una moral específicamente nue$a. *demás acusan a la opini#n contraria de &ue su teoría parte de un gra$e error de fondo: una falsa comprensi#n del cristianismo y una interpretaci#n de la Escritura en dependencia de la e(égesis -ultmaniana.
I. LOS TÉRMINOS DE LA DISCUSI"N Ning5n moralista sostiene &ue no e(ista alguna diferencia entre la ética natural y la moral cristiana) pues es e$idente &ue entre la conducta del creyente y la de un agn#stico) &ue se ad,iera a la moral natural) e(isten nota-les diferencias. Pero la confrontaci#n de opiniones surge cuando se trata de fi3ar) precisamente) esta distinci#n. Por ello) con el fin de se?alar las diferencias entre la conducta del cristiano y la del no creyente) los moralistas distinguen dos ám-itos: el categorial) es decir) el de los $alores!) normas! y $irtudes! y el trascendental) o sea) el de la intenci#n! o moti$aciones!. E$identemente) los moralistas de am-as tendencias admiten &ue en el orden trascendental o de la intencionalidad! el cristiano tiene moti$aciones! nue$as) de forma &ue el amor al enemigo) por e3emplo) el no creyente lo practicará por respeto a la dignidad del ,om-re. Pero) mientras unos afirman &ue a&uí finalia la moral del N. '.) otros sostienen &ue el cristiano) sin menospreciar este moti$o trascendental) encuentra no$edad en el orden categorial) es decir) ama al pr#3imo por cumplir el mandamiento nue$o! del amor) por practicar la $irtud de la caridad y por&ue admite una nue$a concepci#n del ,om-re: pues) detrás de cada persona) descu-re a otro Cristo. En consecuencia) &uienes admiten &ue el cristianismo contiene un mensa3e moral categorialmente nue$o sostienen &ue en el e3ercicio de la caridad el cristiano no s#lo tiene un Tmue$o moti$o! para amar) sino &ue e(iste un $alor! moral nue$o la caridad cristiana0) &ue se cumple un nue$o precepto! el mandamiento nue$o!0 y &ue se practica una nue$a $irtud! la caridad0. +e a&uí la superioridad de la moral cristiana &ue a?ade a la moral natural no s#lo una intenci#n!) sino auténticos $alores éticos) preceptos superiores y $irtudes nue$as) todo ello asentado so-re una nue$a concepci#n del ,om-re. En concreto) la contro$ersia entre la distintas corrientes morales se mue$e en torno a estas preguntas: 8*porta el cristianismo nue$os $alores éticos no comunes a la moral ,umanista9 8=e encuentran en el Nue$o 'estamento preceptos y normas específicamente cristianas9 El creyente en Cristo 8de-e practicar $irtudes desconocidas por la moral natural9 8Ca-e ,a-lar de una nue$a concepci#n del ,om-re a partir del -autismo9 4) por el contrario) 8la moral cristiana y la moral natural s#lo se distinguen por la intenci#n y los moti$os &ue conforman esas dos actitudes de comportamiento ético9 Para responder ordenadamente a esta cuesti#n en el aspecto teol#gico con$iene distinguir tres ám-itos: 1. Ni$el antropol#gico: =e trata de $er si el cristianismo entra?a una nue$a concepci#n del ,om-re) o sea) si e(iste una antropología nue$a) estrictamente teol#gica) en contraposici#n a la antropología filos#fica. @. Ni$el a(iol#gico: =e pregunta si el cristianismo aporta $alores éticos nue$os y origina $irtudes superiores &ue no se encuentran en los catálogos &ue ofertan los di$ersos sistemas éticos e incluso otras religiones. B. Ni$el normati$o: =e cuestiona si en el Nue$o 'estamento e(isten preceptos éticos &ue no figuran en la demás concepciones morales) -ien sean religiosas o laicas.
Moral Fundamental.
Página N° @I
II. 'ISTORIA DE UN DEATE =i -ien la terminología categorial%trascendental! procede la filosofía Dantiana) la cuesti#n teol#gica toma cuerpo en la década de los a?os sesenta) y despert# tanta literatura &ue e(isten -oletines &ue recogen la a-undante -i-liografía so-re el tema. Aa discusi#n no ,a terminado) si -ien no se a?aden datos nue$os. No o-stante) la contro$ersia no ,a sido estéril) pues posi-ilit# el esclarecimiento de esta cuesti#n y ayud# a profundiar en lo &ue es específico de la moral cristiana. 4riginariamente) el tema se ,ereda de la teología protestante y prende entre los cat#licos) no s#lo entre los moralistas) sino tam-ién en algunos e(egetas. Aos moralistas cat#licos más conocidos en la época &ue sigue al Concilio aticano se reparten) casi por igual) en dos grupos. Por la importancia de sus autores y por la contro$ersia &ue mantu$ieron entre sí) ca-e fi3ar la discusi#n en dos nom-res: 7. Fuc,s) profesor de la regoriana y P,. +el,aye) profesor de la ni$ersidad de Ao$aina. El P Fuc,s identifica la moral ,umanista y la cristiana: la diferencia está s#lo en la intenci#n! de am-os comportamientos: =i ,acemos a-stracci#n del elemento decisi$o y esencial) de la intencionalidad cristiana como aspecto trascendental0) la moral cristiana es fundamental y esencialmente ,umana en su determinaci#n categorial y en su materialidad. Es) consecuentemente) una moral auténticamente ,umana... Para la determinaci#n moral del comportamiento) el cristiano y el ,umanista se encuentran fundamentalmente en el mismo ni$elU 8E(iste una moral cristiana9) 1I ss. ed. franc.0. Por e contrario) P,. +el,aye) después de rec,aar la opini#n contraria) constata la e$idencia de su pensamiento y aduce como prue-as la nue$a antropología y el precepto del amor: Aa $ida cristiana es nue$a al ;) 1G" @ Cor G) 1K" Ep, I) @I" Col B) 1O0... 8En &ué está la $erdad9... >ay en el mandamiento del amor una e(tensi#n nue$a) pues no se e(cluye a nadie" un sentido nue$o) pues el amor cristiano ,ace referencia al amor de Cristo) &ue dio su $ida por sus amigos 7n 1G) 1B0) como por sus enemigos 6om G) J0... No es solamente a ni$el trascendental donde la caridad introduce la especificidad) sino tam-ién en el ám-ito categorial! =pécificité de la morale c,rétienne. 6',A! I V1KBW BB10. Pero la crítica de +el,aye $a más le3os: acusa de &ue en la negaci#n de la especificidad categorial de la moral cat#lica e(iste una interpretaci#n no correcta de la 6e$elaci#n) &ue deri$a de la e(égesis de Lultmann. *l mismo tiempo) pone su origen en cierto comple3o ante la crítica a la moral cat#lica ,ec,a por el mar(ismo y el e(istencialismo ateo) así como a la influencia so-re los moralistas cat#licos de algunos te#logos protestantes) en concreto) Lon,áffer y 'illic,.
III. INTENTO DE SOLUCI"N Como acontece en toda contro$ersia) las posturas iniciales se distanciaron conforme a$an# la disputa. +e a&uí &ue) a $arios a?os $ista) ca-e e(poner sin pasi#n los puntos comunes y las diferencias &ue separan a estas dos teorías. =ituarse a distancia del fragor de la discusi#n ayuda siempre a recoger la $erdad &ue encierra el n5cleo del pro-lema) así como a detectar los errores e(plícitos o su-yacentes &ue acompa?an cuando se e(ageran las posturas. E(ponemos dos apartados &ue recogen los puntos de concordancia) en general) y) en especial) cuanto ata?e a los derec,os &ue deri$an de la ley natural. En el apartado e(ponemos las diferencias &ue les separan: 1. Presupuestos comunes
Moral Fundamental.
Página N° @G
a0 E(isten en am-as teorías un denominador com5n: no es igual la conducta &ue mantiene el cat#lico &ue la pra(is del no creyente. *l menos el creyente tiene nue$os moti$os e intenciones! para actuar moralmente. -0 Aas dos tendencias afirman &ue la fe demanda del creyente una urgencia mayor &ue la del no creyente para cumplir con los de-eres comunes de comportamiento moral. c0 'am-ién con$ienen am-as teorías en a importancia del elemento ,umanista en la moral y &ue) aun los preceptos comunes a la ética natural) el cristiano los conoce más e(plícitamente por la 6e$elaci#n. d0 *simismo tienen en com5n admitir &ue la intencionalidad! y los nue$os moti$os! &ue de-en guiar la conducta del cristiano son un elemento importante a tener en cuenta. e0 Finalmente) con$ienen en &ue la llamada ética natural! es tam-ién un presupuesto irrenuncia-le de la moral cristiana. @. dentidad respecto a lo específico de la ley natural! * lo largo de la discusi#n no siempre se distinguen suficientemente dos campos: el de las $erdades morales propiamente e$angélicas y el amplio campo de los de-eres éticos &ue deri$an de la ley natural. Es curioso constatar &ue casi todos los e3emplos &ue se aportan son derec,os de la ley natural. <) efecti$amente) respecto a esos derec,os) uni$ersales y comunes a todos los ,om-res) es e$idente &ue o-ligan a creyentes y no creyentes. Pero todos de-erían con$enir en &ue en este campo la no$edad se sit5a s#lo en el orden trascendental o de la intenci#n!) no en el de la especificidad categorial. Esta distinci#n es $álida no s#lo para los principios) sino para los $alores y las $irtudes. Por e3emplo) los $alores morales se?alados por =#crates y so-re todo las $irtudes estudiadas por *rist#teles son) en -uena medida) las &ue desarrolla =anto 'omás. 4tro e3emplo: la lista de los +erec,os >umanos promulgados por la 4N y la formulaci#n de esos mismos derec,os recogidos por 7uan QQ en la Encíclica Pacem in terris cfr nn. %1 1 0 o por 7uan Pa-lo en su +iscurso a la 4N K%Q%1K0 son coincidentes. Por eso) cuando un moralista laico se presenta) por e3emplo) ante el derec,o a la $ida) de-e concordar con un moralista cat#lico. Aa diferencia es trascendantal!) pues el cristiano dispone de datos nue$os y de formulaciones -í-licas &ue le urgen el cumplimiento de este precepto. Pero cuando) por e3emplo) se trata de las tres $irtudes teologales) es e$idente &ue estamos ante unas nue$as categorías morales.
I#. INTER#ENCION DEL MA!ISTERIO +ado &ue se trata-a de una nue$a contro$ersia) donde a primera $ista se $entila-an cuestiones de escuela teol#gica!) el Magisterio no inter$ino de modo directo. Pero) a partir de los a?os setenta) cuando se constata &ue tras las di$ersas sentencias se oculta-an otras cuestiones teol#gicas) el Papa Pa-lo trat# el tema y se pregunt# directamente so-re esta cuesti#n: 8E(iste una moral cristiana) es decir una forma original de $i$ir &ue se califica de cristiana9! *udiencia) @;%%1K@0. < el Papa responde &ue sí: se trata del nue$o estilo de $ida inaugurado por 7es5s) al &ue el cristiano de-e imitar < en el +iscurso a la Comisi#n 'eol#gica nternacional) Pa-lo se?ala como misi#n del e(egeta recurrir a la 6e$elaci#n para determinar las normas morales!. Por ello) el e(egeta se ,a de esforar en poner de relie$e las grandes directrices de la de la moral -í-lica! y e(poner su $erdad. < cita estos e3emplos:
Moral Fundamental.
Página N° @;
Aa participaci#n en el misterio pascual por medio del -autismo con las e(igencias &ue de ello se deri$an 6om J0" $ida en el Espíritu =anto al G0" -5s&ueda de la 3usticia del 6eino de +ios =erm#n de la Monta?a) Mat G%K0" comuni#n del cristiano con +ios) &ue es $ida) amor) lu 1 7uan0. +estacaréis la presencia en la Escritura de preceptos concretos so-re relaciones con +ios y con los ,ermanos) so-re la caridad) la 3usticia) la moderaci#n! **= ;K V1KGW IO%IB0. En la simple literalidad de este te(to es fácil se?alar tres ám-itos %antropología) preceptos y $irtudes% en los &ue ca-e ,a-lar de no$edad netamente cristiana en el ám-ito de la conducta moral del creyente. 7uan Pa-lo ,a-la de la especificidad original! y acusa a la teoría &ue niega no$edad categorial a la moral del N. '. de ser una de las causas de la negaci#n de actos intrínsecamente malos: Es necesario &ue la refle(i#n ética muestre &ue el -ien%mal moral posee una especificidad original en comparaci#n con los otros -ienes%males ,umanos. 6educir la cualidad moral de nuestras acciones al intento de me3orar la realidad en sus contenidos no éticos e&ui$ale) a la postre) a destruir el mismo concepto de moralidad. Aa primera consecuencia de esta reducci#n es la negati$a de &ue) en el ám-ito de esa acti$idad) e(isten actos &ue sean siempre ilícitos y por sí mismos! +iscurso al Congreso nternacional de 'eología Moral) 11%N%1J;0. Finalmente) la Encíclica eritatis splendor) de todo su planteamiento se concluye &ue e(iste una moral específicamente cristiana!. =e alude de modo e(preso: =e ,a llegado ,asta el punto de negar la e(istencia) en la di$ina 6e$elaci#n) de un contenido moral específico y determinado uni$ersalmente $álido y permanente! =) BK0. *demás se deduce de la no$edad del mandamiento del amor n. @O0" de la afirmaci#n acerca de la antropología cristiana n. @10" de la nue$a ley del Espíritu n. @B0" del $alor específico &ue concede a las Liena$enturanas n. 1;0 y de la radicalidad con &ue se presentan las e(igencias éticas del Nue$o 'estamento nn. 1K%1J0. Finalmente) el planteamiento de la moral cristiana como un seguimiento e imitaci#n de la $ida de 7es5s se distingue específicamente de la moral de la ley natural) com5n a las demás morales filos#ficas y religiosas cfr n. @;0.
#. LA NO#EDAD DEL MENSAE MORAL CRISTIANO * pesar de los puntos comunes a am-as sentencias arri-a se?alados) es preciso anotar &ue las diferencias son nota-les y se sit5an a dos ni$eles: Primero: respecto a los datos &ue se encuentran en el Nue$o 'estamento acerca de una moral específicamente cristiana en el triple campo) antropol#gico) a(iol#gico y normati$o. =egundo: en relaci#n a los presupuestos &ue su-yacen a las respecti$as teorías. 1. No$edades morales del mensa3e moral cristiano +el análisis de la datos -í-licos) especialmente de la $ida y de las ense?anas de 7es5s así como de la refle(i#n de los demás escritos del Nue$o 'estamento) es fácil deducir no$edades tan importantes como para 3ustificar &ue se trata de una moral específicamente cristiana!) no tanto en el campo de la intencionalidad) cuanto en el ám-ito estrictamente categorial!. =i se sigue el triple ni$el se?alado al comieno de este capítulo) es decir) antropol#gico) a(iol#gico y normati$o) ,e a&uí lo &ue resulta: a0 Ni$el antropol#gico E(iste un consenso generaliado acerca de la mutua relaci#n &ue se da entre antropología y $ida moral) pues es e$idente &ue la doctrina ética está condicionada por la concepci#n antropol#gica. Pues -ien) respecto a la interpretaci#n del ,om-re los datos del Nue$o 'estamento introducen una realidad nue$a en la $ida ,umana. +e a&uí la do-le disciplina académica asumida &ue distingue entre la *ntropología Natural y la *ntropología =o-renatural. Aa primera está fundada en la imagen $eterotestamentaria de la imagen
Moral Fundamental.
Página N° @K
de +ios!) com5n a todo ,om-re en $irtud del alma racional) y la segunda está -asada en la filiaci#n di$ina!) por la cual el ,om-re participa de la misma $ida de +ios en Cristo. Aa diferencia entre el *ntiguo y el Nue$o 'estamento es tan marcada &ue el lengua3e -í-lico e(plica con a-undancia de datos la no$edad radical &ue introduce el -autismo) la cual se entiende como una $ida nue$a! 6om ;) I%1G0. < esta no$edad se interpreta con los mismos términos con los &ue se e(plica la gestaci#n de la $ida -iol#gica cfr. ) @OB0. En efecto) el cristiano) en $irtud de la gracia -autismal) reci-e el semen de +ios! Pet l) @B" cfr 1 7n B) 0" consecuentemente) el -autiado es re%generado! por el Espíritu 1 7n G) l) B" 1 Pet 1. B) @B0 y es por ello engendrado de nue$o! 7n B) B0) constituyéndose en una nue$a criatura! al ;) 1G" 6om K) ;" @ Cor G) 1K0. En consecuencia) ca-e ,a-lar de un nue$o nacimiento! 7n B) G0) por&ue es un ,om-re nue$o! Ef I) @B%@I0) pues ,a nacido de +ios! 1 7n @) @" B) " I) K" G) l) 1J0. Por lo cual) dado &ue el -autiado participa de la naturalea di$ina! @ Pet l) I0) es en $erdad ,i3o de +ios! 6om J) 1;0 y puede) con toda ra#n) llamar a +ios Padre! 1 7n B) 1%@0) pues no ,a nacido de la carne ni de la sangre) sino de +ios! 7n l) 1@0. Nunca se ponderará suficientemente la no$edad cristiana en el orden del ser %no de la naturalea% &ue se inicia con la gracia la nue$a $ida0 comunicada en el Lautismo. El e(egeta =pic& escri-e &ue) al modo como un ,om-re ,a llegado a ser ,i3o de otro ,om-re como fruto de una generaci#n por&ue el padre le ,a transmitido algo de sí mismo) se pregunta: < en el caso del cristiano) 8por &ué es ,i3o de +ios9!. < responde: Por&ue es el fruto de una generaci#n) cuyo principio O elemento es esta realidad fecundante) nacida de +ios en su alma) &ue la teología cat#lica denominará gracia. +esignar al cristiano como ,i3o de +ios no es una simple imagen &ue e$oca la protecci#n o $igilancia paterna &ue +ios e3erce a su respecto) sino &ue ,ay &ue entenderlo rigurosamente) en el mismo sentido en el &ue se dice de cual&uiera: es ,i3o de tal persona. En am-os casos) como principio de la generaci#n e(iste una realidad &ue ,a procedido del padre) en el primer caso del semen ,umano) en el segundo la gracia! 'eología Moral del Nue$o 'estamento) ) JK%JJ0. En terminología tomista) respecto al ,om-re e(isten dos #rdenes de ser: el esse naturae! y el esse gratiae!) &ue responden a dos realidades di$ersas: una creatio! y una recreatio!. Por la creaci#n!) el ,om-re se constituye en criatura racional" la nue$a creaci#n! afecta al cristiano &ue ,a e(perimentado tal recreatiU! mediante la gracia n =ent) Q) l) 1 ad B0. *&uí se suscitan di$ersas preguntas: 8n cristiano tener la misma conducta &ue un no -autiado9 8*l ,om-re nue$o! no se le e(igirá tam-ién una nue$a e(istencia9 8El &ue es ,i3o de +ios)X de-e comportarse como un ,om-re cual&uiera9 Aa respuesta) como una l#gica consecuencia) es &ue a la nue$a criatura! se le demande tam-ién un nue$o tipo de $ida!) de forma &ue el -autiado de-a cumplir en su e(istencia lo &ue es en el orden del ser!. +e este modo e(istirá una armonía entre lo &ue es! y lo &ue $i$e) pues si alguno está en Cristo) es una nue$a criatura! @ Cor G) 1K0 y) como escri-e =an Pedro) 7es5s os de3# un e3emplo para &ue sigáis sus pasos! 1 Pet @) @10 cfr ) @O@%@OK0. En rigor teol#gico) si se admite una nue$a antropología específicamente cristiana) en l#gica consecuencia) la no$edad moral de-e situarse en el orden categorial! y no s#lo en el de la moti$aci#n!. En consecuencia) parece legítimo admitir la e(istencia de una moral específicamente cristiana!.
-0 Ni$el a(iol#gico =i de la antropología pasamos al orden de los $alores nos encontramos con realidades muy parecidas. No o-stante) en este campo no es fácil dilucidar en todos los casos si se trata de $alores e(clusi$amente cristianos) radicalmente nue$os) o) por el contrario) son $alores tam-ién compartidos por otros sistemas
Moral Fundamental.
Página N° @J
éticos o) al menos) profesados por otras confesiones religiosas. Es a&uí) en el ám-ito de los $alores) donde se plantea con más frecuencia la discusi#n entre am-as teorías. En este ni$el surge imperante) como paradigma) la caridad cristiana) dado &ue en el mandamiento nue$o! no se trata s#lo ni principalmente de un moti$o más! para amar) sino &ue se representa un nue$o tipo de caridad!. Esta no$edad) en lengua3e -í-lico) se e(presa incluso con un término nue$o. En efecto) los dos términos más comunes de la filosofía griega para e(presar el amor sensi-le eros!0 y el amor afecti$o filfa!0 apenas si cuenta en el lé(ico del Nue$o 'estamento) &ue) para e(presar el amor) emplea un nue$o $oca-lo ágape!0. < es &ue la no$edad del ser del amor cristiano re&uiere tam-ién la no$edad de un nue$o término para e(presarlo cfr ) @OK%@1O0. En consecuencia) la esencialidad del amor cristiano %ágape!%) realidad so-renatural y) por ello) gratuita) supera el ám-ito de la pura intencionalidad! o de los moti$os!) por lo &ue el amor al pr#3imo o-liga al cristiano en $irtud de la caridad) amor cualitati$amente nue$o respecto a la filía!) puesto &ue +ios mismo es amor! 1 7rr I) J0. Ao mismo ca-e decir de las tres $irtudes teologales &ue superan esencialmente a las $irtudes naturales y ad&uiridas. 4tro punto de referencia para e(presar el nue$o ni$el de $alores morales &ue refiere el Nue$o 'estamento es el contenido moral de las Liena$enturanas) las cuales) en su profundidad original son una especie de autorretrato de Cristo!) por lo &ue constituyen tam-ién una in$itaci#n al seguimiento y a la imitaci#n de 7es5s =) 1;0. $0 Ni$el normati$o 'am-ién en este campo se aducen e3emplos) pero las posturas se ale3an a5n más &ue en el tema de los $alores) dado &ue &uienes afirman &ue la no$edad cristiana es s#lo trascendental! niegan &ue en la predicaci#n de 7es5s y) en general) en el Nue$o 'estamento e(istan preceptos específicamente cristianos y) en caso de serlo) no alcanan la categoría de morma!) sino &ue más -ien tienen carácter indicati$o! o ut#pico!. Aa discusi#n es tan marcada &ue más &ue aducir e3emplos concretos) parece con$eniente asumir en con3unto la 6e$elaci#n) incluido el *ntiguo 'estamento. Ello lle$a a la conclusi#n de &ue) ciertamente) en la Aey *ntigua e(isten ,ormas &ue +ios da a su pue-lo por moti$os coyunturales. ncluso el +ecálogo ca-e e(plicarlo como un resumen de preceptos &ue integran las e(igencias de la ley natural. Pero el con3unto de la normati$a &ue +ios da a su pue-lo! constituye una no$edad tal) &ue lo sit5a a otro ni$el &ue el estrictamente ,umano) pues) en realidad) la moralidad &ue +ios pide al pue-lo es &ue sea santo por&ue <4)
Moral Fundamental.
Página N° @
$ida nue$a 6om ;) I0. Es e$idente &ue los escritos neotestamentarios se mue$en no a ni$el de e(istencia natural ,umana) sino so-renatural: el nue$o modelo es la $ida de 7es5s cfr ) @1O%@1G0. +espués de la lectura de la ense?ana moral del Nue$o 'estamento 8ca-ría decir &ue lo &ue distingue la 2tica a Nic#maco del estilo de $ida e(igido por 7es5s es el de una nue$a moti$aci#n para cam-iar de $ida9 8=e pueden igualar los conse3os de =#crates con el estilo de $ida imperado por los *p#stoles9 @. Principales diferencias &ue separan a am-as teorías Pero) para marcar las diferencias &ue separan a am-as teorías) &uiá sea más decisi$o a5n analiar los presupuestos de los &ue se originan las distintas sentencias. Con$iene adelantar &ue las diferencias no siempre son gra$es. Por e3emplo) en ocasiones puede ser cuesti#n de nom-re!) dado &ue lo &ue unos denominan categorial!) para otros es trascendental! y $ice$ersa. No o-stante) no ca-e silenciar &ue e(isten diferencias nota-les en relaci#n a puntos decisi$os de la teología moral. Aos más importantes son los siguientes: a0 nterpretaci#n de la 6e$elaci#n y de la Escritura Aos autores &ue niegan una moral específicamente cristiana ense?an &ue la 6e$elaci#n no contiene una normati$a ética específica y) por lo tanto) los preceptos morales) incluso los preceptuados por 7es5s) se ,an de entender o -ien en sentido coyuntural ,ist#rico o como simples ideales de conducta) pero &ue no se imponen con la fuera de $erdaderos imperati$os morales. En este sentido) niegan el $alor uni$ersal de los preceptos e$angélicos y &ue se den actos intrínsecamente malos. *demás) dado el caso de &ue la Escritura no re$elase una moral específicamente nue$a) 8&ué sentido tiene el Nue$o 'estamento tanto para los creyentes como para los te#logos9 8Puede el Magisterio deducir su doctrina moral de la ense?ana -í-lica9 Es la cuesti#n &ue se propone el moralista =. PincDaers. =i la Escritura aporta una ense?ana específica so-re los pro-lemas morales &ue se dan en la e(istencia) resulta indispensa-le para el cristiano como li-ro de $ida... Por el contrario) si el E$angelio no contiene una doctrina moral propia) no aporta más &ue aliento... y apenas sir$e más &ue como li-ro de de$oci#n... 8Hué será para los moralistas) cuyo lengua3e es con frecuencia complicado y sus opiniones di$ersas9 < al Magisterio 8no le $iene su autoridad del E$angelio9! *nt,ropos!) 1 V1JKW @K0. -0 nterpretaci#n de la misi#n del Magisterio 'am-ién la comprensi#n del Magisterio respecto de la ense?ana moral se distancia en am-as teorías. *sí) mientras los &ue defienden &ue el cristianismo aporta una ética específicamente cristiana admiten &ue la autoridad del Magisterio $incula gra$emente las conciencias) los &ue la niegan rec,aan tam-ién &ue pueda inter$enir de modo decisi$o. En su opini#n) sus inter$enciones goan solamente de una cierta autoridad) pues orientan a la conciencia) sin $incularla) ,acia los $alores &ue podría encarnar Esta opini#n es rec,aada por la Encíclica eritatis =plendor en estos términos: No s#lo en al ám-ito de la fe) sino tam-ién y de modo insepara-le en el ám-ito de la moral) inter$iene el Magisterio de la glesia) cuyo cometido es discernir) por medio de 3uicios normati$os para la conciencia de los fieles) los actos &ue en sí mismos son conformes a las e(igencias de la fe y promue$en su e(presi#n en la $ida) como tam-ién a&uellos &ue) por el contrario) por su malicia son incompati-les con esas e(igencias. Predicando los mandamientos y la caridad de Cristo) el Magisterio de la glesia ense?a tam-ién a los fieles los preceptos particulares y determinados) y les pide considerarlos como moralmente o-ligatorios en conciencian =) 11O0. Esta ense?ana se repite en otros documentos magisteriales.
Moral Fundamental.
Página N° BO
c0 Nue$o concepto de la misi#n de glesia 'am-ién se ,a ,ec,o notar &ue) -a3o las di$ersas tendencias) su-yacen dos eclesiologías distintas. Huiá la afirmaci#n sea e(cesi$a) no o-stante es curioso constatar &ue casi todos los autores &ue niegan una ética específicamente cristiana) sostienen doctrinas eclesiol#gicas &ue rec,aan el Magisterio. Por e3emplo) se a5nan en esa sentencia los autores &ue defienden el cristianismo implícito! en el sentido menos acepta-le" asimismo) los defensores de la teología de la li-eraci#n! y de la teología del mundo!) tam-ién es su fase menos ortodo(a) etc. No o-stante) al momento de defender una moral) en la &ue se den aspectos esencialmente cristianos) no con$endría e(trapolar la discusi#n) dado &ue) como decíamos más arri-a) en algunos autores la discusi#n es casi nominalista!. Por eso) después de una adecuada e(plicatio ter% minorum! no pocas posiciones se acercarían. En todo caso) si la negaci#n de una moral específica% mente cristiana nace con deseo de ,acer menos a3eno al mundo el mensa3e moral cristiano) ante la nue$a situaci#n cultural &ue demanda posturas más auténticas) &uiá el momento actual e(i3a &ue el cristiano oferte su moral con la misma no$edad con &ue la ofrecieron los primeros cristianos al mundo pagano del mperio greco%romano. 2sta puede ser la aportaci#n original de la glesia en esta etapa nue$a e$angeliaci#n!.
Capítulo #
EL MENSAE MORAL DEL NUE#O TESTAMENTO Este tema se relaciona con el anterior) pero no son coincidentes. *llí se trata-a la cuesti#n de-atida acerca de la especificidad de la moral cristiana) a&uí se e(ponen los elementos &ue la caracterian. Es un intento de acercarse al mensa3e moral del Nue$o 'estamento y tratar de enunciar las características fundamentales) así como de especificar su esencia. El desarrollo de este capítulo supone &ue la moral cristiana contiene elementos cualitati$amente propios &ue la distinguen de la ética natural. Pero la doctrina a&uí e(puesta es $álida aun en el caso de &ue la terminología acerca de la categorial! y lo trascendental!) tal como se e(plica en el capítulo ) no sea plenamente aceptada) pues en am-os casos nadie niega &ue la moral cristiana tenga elementos propios &ue la diferencian. El capítulo se di$ide en dos apartados) &ue corresponden a los dos temas principales: las características! y la esencia! del mensa3e moral del Nue$o 'estamento. En este tema) como en ning5n otro) será preciso recurrir a la lectura del capítulo del $olumen de la 'eología Moral.
I. CARACTERISTICAS DEL MENSAE MORAL REDICADO OR ESS =e suponen en este tema los dos principios se?alados el capítulo 1: &ue no ca-e reducir la fe cristiana a un programa ético) pero &ue el cristianismo contiene tam-ién un programa moral) el cual) a su $e) no es posi-le separarlo de las $erdades &ue se ,an de creer. *simismo) se ,a de tener a la $ista &ue el programa moral cristiano no es reduci-le a un sistema filos#fico) sino &ue es un mensa3e moral re$elado por +ios) cuyo cumplimiento está condicionado a &ue el ,om-re recurra a su au(ilio) pues algunas de sus e(igencias superan las fueras naturales.
Moral Fundamental.
Página N° B1
Pero) aun formulado el programa moral) la ética cristiana no es un simple c#digo de conducta) sino &ue la primera referencia es la Persona misma de 7es5s: su $ida es el paradigma de la conducta moral para todo ,om-re) especialmente para los -autiados. +el mensa3e moral cristiano ca-e se?alar) entre otras) las die siguientes características: 1. Ao decisi$o no es el actuar) sino el ser Este enunciado es aparentemente parad#3ico) dado &ue la ética es una ciencia práctica!. Pero en él se &uiere su-rayar &ue en el cristianismo como en ning5n otro sistema moral la concepci#n del ,om-re es el elemento primero" o sea) &ue la antropología so-renatural es el presupuesto &ue fundamenta el mensa3e moral del Nue$o 'estamento. En esto se da un riguroso a3uste del principio ya enunciado: la íntima relaci#n &ue e(iste entre antropología y moral. El cristiano encuentra las e(igencias del comportamiento moral en su mismo ser: se trata de actuar! conforme a lo &ue realmente es!. En este sentido) la $ida moral consiste en traducir las e(igencias de la nue$a $ida comunicada por el Lautismo al campo de la e(istencia diaria. Esta primera afirmaci#n anula la o-3eci#n de &ue la moral cristiana es una moral ,eter#noma!. Pues) precisamente por&ue es cristiano de-e actuar como cristiano!. Esto no es ,eteronomía) sino autenticidad y fidelidad al propio ser En esta característica se fundamenta tam-ién el principio de la unidad de $ida!) &ue demanda no separar ning5n aspecto de la e(istencia: la totalidad de las acti$idades cotidianas de-en lle$arse a ca-o como cumplimiento del &uerer de +ios y como un ser$icio a los demás ,om-res. +e este modo) la $ida entera del cristiana se integra en las e(igencias ascéticas $ morales. @. Ao más importante no es el e(terior) sino lo interior Esta característica! está íntimamente relacionada con la anterior y deri$a de ella. En efecto) si el -autiado ,a e(perimentado una profunda transformaci#n interior) ,asta el punto de ser una Tmue$a criatura! al ;) 1G" 6om K) ;" @ Cor G) 1K0 y un ,om-re nue$o! Ef I) @B%@I0) en l#gica consecuencia) los imperati$os morales proceden del interior mismo del ,om-re. En este sentido se e(pres# 7es5s al afirmar &ue no es lo &ue entra del e(terior lo &ue manc,a al ,om-re!) sino lo &ue sale del interior!. < el =e?or a?ade &ue del cora#n pro$ienen los malos pensamientos) los ,omicidios) los adulterios) las fornicaciones) los ro-os) los falsos testimonios) las -lasfemias! Mt 1G) 1O%@O" Mc K) 1%@B0) es decir) el mal) pero tam-ién en el interior de la persona se puede fomentar el -ien. Esta característica está confirmada por la psicología) &ue) mediante el principio de la motoricidad de las imágenes!) e(plica c#mo el con3unto del mundo interior) refle3ado en imágenes) tiende a realiarse. *simismo 3ustifica el ,ec,o de &ue la moral cat#lica demande como falta gra$e los pecados internos) o sea los pensamientos y deseos consentidos &ue &ue-rantan los mandamientos de +ios e inclinan la persona al mal. Finalmente) este principio indica &ue no es posi-le lle$ar una $ida moral si el ,om-re no cuida su propio interior. <) al contrario) la grandea ética de la persona se fragua en la purea moral de sus pensamientos) tendencias y deseos. B. Aa moral cristiana es una moral de actitudes Esta característica no indica &ue los actos singulares se contrapongan a las actitudes) como si éstas constituyesen la moralidad y no las acciones puntuales. Esto sería un error) dado &ue la moral contempla siempre la eticidad de las acciones singulares) pues) como escri-e 'omás de *&uino) la moral es de lo singular! =um. 'eol.) ntrod. a la 0. Por el contrario) esta característica es una l#gica deducci#n de las dos anteriores. Con ella se e(presa &ue) seg5n ense?a la pedagogía) la educaci#n no cuida s#lo cada uno de los actos del indi$iduo) sino &ue ,a de crear ,á-itos de conducta) y esto) a su $e) se facilita en la medida en &ue se atiende a las actitudes
Moral Fundamental.
Página N° B@
radicales de la persona. Pues) de modo seme3ante) cuidar las actitudes -ásicas es situarse a un alto ni$el de moralidad. Precisamente) las -iena$enturanas... se refieren a actitudes y disposiciones -ásicas de la e(istencia! =) 1;0. +e a&uí) las grandes e(igencias de la moral cristiana &ue asume las actitudes más profundas de su ser *simismo e(plica la profundidad &ue entra?a la $erdadera con$ersi#n!) así como la radicalidad de la respuesta! con la &ue el cristiano ,a de responder a la llamada de +ios!. I. Aa moral neotestamentaria no es prioritariamente una moral negati$a!) sino positi$a! Esta cuarta característica incluye las tres anteriores y deri$a directamente de la primera. En efecto) si el actuar del cristiano depende de la ri&uea &ue entra?a su ser so-renatural %el ,om-re nue$o!% en l#gica consecuencia) actuar en cristiano será le$ar a ca-o las $irtualidades &ue entra?a su nue$a $ida en Cristo! 6om ;) I%1G0. No es &ue el cristiano no esté o-ligado a e$itar el pecado) pues tam-ién el creyente está sometido a la tentaci#n del mal. Pero) 3unto con e$itar el mal!) ,a de estar preocupado por lle$ar a ca-o el -ien!. En este sentido) la moral cristiana no es tanto una moral negati$a del e$itar!) cuanto una moral acti$a del actuar!. Esta característica 3ustifica tam-ién el ,ec,o %no fácil dé entender por todos% de &ue en la lista de las culpas morales ca-en tam-ién los llamados pecados de omisi#n!. * este respecto) es ilustrati$o el capítulo @G del E$angelio de =an Mateo) todo él dedicado a la condena de los pecados de omisi#n. G. Aa moral cristiana no se mide por la ley de lo 3usto! sino de la perfecci#n! Esta &uinta característica incluye el contenido de las cuatro anteriores y) al mismo tiempo) las resume. En efecto) la conducta cristiana deri$a de la $ida so-renatural comunicada en el Lautismo) &ue incluye la interioridad y las actitudes más profundas del ser ,umano y por ello está o-ligado a ,acer el -ien) es l#gico &ue la altura moral a la &ue de-e tender la e(istencia cristiana no se mida por la e(igencia de una moral de mínimos!) sino &ue demanda la perfecci#n. Es decir) como ense?a el Concilio aticano ) todos los cristianos están llamados a la santidad A) c. 0. +esde el primer escrito del Nue$o 'estamento se recuerda a los creyentes la santidad a la &ue están llamado: 2sta es la $oluntad de +ios) $uestra santificaci#n! 1'es I)B0. < 7es5s se remonta ,asta la santidad de +ios: perfectos como mi Padre celestial es perfecto! Mt G) IJ0. Aos te(tos -í-licos pueden multiplicarse cfr ) @I@G@0. Aa moral cristiana no es) en consecuencia) tanto la moral del pecado!) cuanto la moral de la $irtud!. ;. 7es5s no a-solutia los preceptos. Pero la ética cristiana contiene preceptos a-solutos +el enunciado de esta característica se trata e(presamente en el capítulo Q. Pero a&uí es preciso adelantar algunos conceptos fundamentales. Como se ,a dic,o más arri-a cfr capítulo 1110) la moral cristiana de-e lograr la síntesis entre el papel de la conciencia y el $alor de la norma moral. *,ora -ien) si ,asta época reciente) los manuales e(ageraron el papel de la norma) en la actualidad se e(perimenta la tentaci#n de silenciarla y so-re$alorar el papel de la conciencia. Aa actitud anti%norma conlle$a a su $e otro riesgo: &ue se niegue &ue la moral cristiana contenga preceptos uni$ersales y a-solutos &ue o-ligan semper et pro semper!) o sea) siempre sin e(cepci#n. Pues -ien) esta característica su-raya &ue el cristianismo no es una moral de normas!) al modo como era la moral de los fariseos) tan fustigada por 7es5s Mt 1@) 1%J" 1G) 1%) etc.0. Pero) al mismo tiempo) los E$angelios relatan &ue 7es5s cumpli# no pocas leyes cfr ) @GB%@G;0) y el mismo Nue$o 'estamento menciona normas &ue el cristiano está o-ligado a cumplir cfr ) @G;%@GJ0. =in em-argo) las normas no ocupan el primer lugar) ni su fin es a,ogar la autonomía de la conciencia. *1 contrario) la ley indica a la conciencia d#nde están los $erdaderos $alores. Por ello) de-e estar a-ierta a las leyes &ue le indican lo &ue ,a de ,acer y &ué de-e e$itar. *simismo de-e estar atenta a los preceptos &ue le ad$ierten &ue e(isten actos &ue son malos por sí mismos) ante los cuales no puede claudicar.
Moral Fundamental.
K. Aa moral predicada por 7es5s es una moral de premio y castigo
Página N° BB
Es e$idente &ue las categorías premio%castigo están en -a3a en amplios campos de la cultura actual) desde la escuela a a familia. Ello repercute en la moral cristiana. ncluso algunos de los &ue apuestan por los $alores éticos del cristianismo dudan e incluso niegan &ue las malas conductas sean castigadas por +ios) má(ime si se trata del castigo eterno) es decir) el infierno. =in em-argo) la pregunta del 3o$en rico: 8&ué ,e de ,acer para conseguir la $ida eterna9! Mt 1) 1;0 plantea con rigor &ue la sal$aci#n! encierra el sentido 5ltimo del actuar ético. Pero) por e(igencias de rigor intelectual) no ca-e entender las ense?anas éticas de 7esucristo y prescindir del premio o castigo con &ue 7es5s retri-uye la -uena o la mala conducta de los ,om-res. Ca-e decir más) es preciso su-rayar &ue la $erdad más $eces enunciada en el mensa3e moral del Nue$o 'estamento es la e(istencia de un castigo eterno! para &uienes no o-ran correctamente. =al$aci#n y condenaci#n) si -ien no tienen el mismo acento en la predicaci#n de 7esucristo %Z2l es el =al$ador y $iene a sal$ar a los pecadores[% sin em-argo) aun&ue se sit5an en distinto plano) los presenta como alternati$a. Negar &ue la conducta ,umana merece premio! o castigo! no s#lo se opone a la fe) sino &ue es carecer de un mínimo de rigor intelectual en la lectura e interpretaci#n del Nue$o 'estamento cfr ) @=J%@;B0. J. Aa moral cristiana es una moral para la li-ertad Aa con&uista y la afirmaci#n de la li-ertad es fruto del cristianismo. El pensamiento pagano se mo$ía entre la fatalidad) el ,ado y el destino. Pero el fatum! greco%romano cedi# ante el ,ec,o de la 6e$elaci#n acerca de la $oluntad de +ios &ue respeta el ser propio del ,om-re) &ue es) por definici#n) un ser li-re. Más a5n) en la medida en &ue el cristiano $i$e la nue$a $ida del espíritu) alcana cotas más altas de li-ertad) dado &ue El =e?or es espíritu y allí donde está el Espíritu del =e?or) allí está la li-ertad! @ Cor B) 1K0. Aa moral cristiana está asentada so-re la afirmaci#n de la li-ertad ,umana: por&ue el ,om-re es li-re) es responsa-le de sus actos: Para &ue gocemos de la li-ertad) Cristo nos ,a ,ec,o li-res" manteneos) pues) firmes y no os de3éis su3etar al yugo de la ser$idum-re! al G) 1 0. Más a5n) el Nue$o 'estamento in$ita al ,om-re a &ue $i$a su li-ertad: osotros) ,ermanos) ,a-éis sido llamados a la li-ertad! al G) 1G0. Pero =an Pa-lo reproc,a a los gálatas el mal uso &ue ,acen de su condici#n de ,om-res li-res: 'enéis la li-ertad por prete(to para ser$ir a la carne! al G) 1B0. Aa filosofía ense?a &ue la li-ertad no consiste en el poder físico!) sino en el de-er moral!. +e a&uí &ue la li-ertad se $entila) de ,ec,o) en la conducta ética) pero la $erdadera li-ertad se cumple s#lo en la medida en &ue el ,om-re realia el -ien.
Moral Fundamental.
Página N° BI
tesalonicenses el &ue ,ayan de3ado de tra-a3ar ante la falsa creencia de la pro(imidad del final de la ,istoria y les anima a &ue lle$en una $ida la-oriosa en $uestros negocios y tra-a3ando! 1 'es I) U" @ 'es B) 1@0. Aos e(egetas con$ienen en &ue la $ida moral se de-e realiar en este mundo) aun&ue sin ol$idar el carácter escatol#gico de la ,istoria. < el Concilio aticano recuerda a los cristianos esta misma actitud: =e nos ad$ierte &ue de nada sir$e ganar todo el mundo si se pierde a sí mismo. No o-stante) la esperana de una tierra nue$a no de-e amortiguar) sino más -ien a$i$ar la preocupaci#n de perfeccionar esta tierra) donde crece el cuerpo de la nue$a familia ,umana) el cual puede de alguna manera anticipar un $islum-re del siglo futuro... El reino está ya misteriosamente presente en nuestra tierra: cuando $enga el =e?or) se consumará su perfecci#n! =) B0. +e ese modo) la moral cristiana a5na el presente y el futuro) uno y otro se condicionan mutuamente. 1O. Aa moral cristiana es una moral de la gracia y del amor Esta 5ltima característica reasume las anteriores. Con ello se destaca su profunda unidad. En ella se &uiere e(presar &ue la moral cristiana tiene por o-3eto a +ios) &ue es donde) en 5ltimo término) confluye la $ida y la predicaci#n de 7esucristo. *l mismo tiempo) la consideraci#n de +ios como Padre constituye el centro de la re$elaci#n de 7es5s. Por ello) en la moral cristiana ocupa un lugar central la $irtud de la caridad) y en el amor a +ios $ al pr#3imo! se resume el &ue,acer moral Mt @@) IO0. Finalmente) la moral cristiana es la moral de la gracia) no s#lo por&ue) sin la ayuda de +ios es imposi-le lle$arla a ca-o) sino tam-ién por&ue) como se ,a dic,o) es el desarrollo de la $ida de la gracia comunicada al creyente en el -autismo. +e este modo se confirma lo &ue e(presa la primera característica arri-a rese?ada: la moral cristiana consiste en el desarrollo de la nue$a $ida en Cristo: se trata) como afirma =pic&) de una nue$a ontología: * partir del día en &ue Cristo tra3o a los ,om-res el don de +ios! 7n I) 1O" Ef @) J%" >e-r 1O) @0) la moral ya no será o-ediencia a los preceptos) sino el correcto e íntegro despliegue de una $ida. 2sta se articula) en efecto) so-re una ontología: una nue$a criatura! @ Cor G) 1K" cfr. >ec, @) 1O0) un ,om-re nue$o! creado seg5n +ios) en la 3usticia y santidad de la $erdad Ef I) @I0) un ,om-re interior cuya ley de crecimiento consistirá en reno$arse de día en día @ Cor I) 1;" Col B) 1O" cfr. 6om 1@) @0: Zlegar a ser plenamente lo &ue es[! 'eología Moral del Nue$o 'estamento) ) JBO0. * esta altura de eticidad se remonta la $ocaci#n del cristiano" por ello) como se dice en el segundo apartado) la altura de la moral cristiana se cumple en esta e(presi#n de =an Pa-lo: No soy yo) sino &ue es Cristo &uien $i$e en mí ! al @. @O0. 11. A* E=ENC* +EA NEN=*7E M46*A C6='*N4 +espués de e(plicar las características de la moral del Nue$o 'estamento) ca-e preguntar 8cuál es la esencia del mensa3e moral cristiano9 4 de un modo menos filos#fico) 8&ué es ser cristiano en el campo de la e(istencia9 * este respecto de-e ,a-er un estrec,o paralelismo entre la fe y la doctrina moral) entre la $erdad y la $ida) entre lo &ue significa ser cristiano y su e(istencia concreta. < todo esto) ,a de ser $i$ido 3unto a otros) &ue tam-ién ,an sido con$ocados y &ue constituyen la glesia. En efecto) la fe es la iniciati$a di$ina &ue llama al ,om-re y le in$ita a seguirle) con el fin de &ue sea discípulo de Cristo e imite su $ida. =i esto constituye el arma#n de la estructura de la $ocaci#n cristiana) estos mismos 3alones de-en darse en la $ida moral. =o-re este es&uema) la Encíclica eritatis splendor articula el programa moral presentado por 7es5s al 3o$en rico &ue le cuestiona so-re la pregunta moral por e(celencia: Maestro) 8&ué ,e de ,acer de -ueno para conseguir la $ida eterna9! Mt 1) 1;0.
Moral Fundamental.
Página N° BG
2stos son) pues) los elementos &ue integran la fe y &ue marcan la $ida del creyente: llamada de +ios) respuesta del ,om-re) seguimiento de Cristo) con$ertirse en discípulo suyo) imitar su $ida e identificarse con 2l. Cada uno de estos pasos necesita una -re$e e(plicaci#n: % Alamada: la fe tiene como primer dato la llamada de +ios al ,om-re $ocaci#n0) no se trata de una iniciati$a ,umana) sino de &ue +ios inicia el diálogo. Por esta primera nota) la 6e$elaci#n se distingue de las otras religiones) &ue se presentan muc,as $eces como fruto de la -5s&ueda del ,om-re) aun&ue) de modo misterioso) +ios inter$enga en el inicio de esa -5s&ueda. Pues -ien) la $ida moral representa una nue$a llamada de +ios al ,om-re para &ue le siga más de cerca: 7es5s mismo es &uien toma la iniciati$a y llama a seguirle! =) 10. *un en el caso del 3o$en rico &ue) a primera $ista parece &ue es él &uien inicia el diálogo) lo ,ace por&ue la predicaci#n del Maestro ,a-ía ya despertado en él una nue$a llamada a un cam-io de $ida) pues ante la persona de 7es5s se da cuenta de &ue toda$ía le falta algo! =) 1;0. % 6espuesta. * esa llamada personal de +ios el ,om-re de-e responder Aa fe tiene un aspecto dialogal) si el ,om-re no responde no se da el acto de fe. Aa misma estructura tiene la $ida moral: cuando el ,om-re responde afirmati$amente a +ios) acepta el estilo de $ida &ue +ios le demanda. +e ,ec,o) en la primera presentaci#n del E$angelio propuesta a a&uella muc,edum-re por Pedro) los con$ertidos %más de tres mil!) >ec, @) I1% preguntan a los *p#stoles: >ermanos) 8&ué es lo &ue de-emos ,acer9! >ec, @) BK0. Pero +ios se acerca al ,om-re en llamadas sucesi$as in$itándole a una me3ora en su $ida moral. )a $ida moral se presenta como la respuesta de-ida a las iniciati$as di$inas gratuitas &ue el amor de +ios multiplica en fa$or del ,om-re! =) 1O0. % =eguimiento. En la $ida ,ist#rica de 7es5s) ser cristiano era seguirle!) incluso de una forma material: ir detrás de 2l!. Pues -ien) la llamada de +ios a la fe comporta un seguimiento de la Persona de 7es5s. Por ello) cuando se afirma &ue la moral cristiana es la moral del seguimiento de Cristo! se e(presa una e$idencia) siempre &ue el seguir a 7es5s! no se entienda como un ideal ut#pico) sino como un compromiso a aceptar su doctrina y a $i$ir sus preceptos: =eguir a Cristo es el fundamento esencial y original de la moral cristiana: como el pue-lo de srael seguía a +ios) &ue lo guia-a por el desierto ,acia la tierra prometida) así el discípulo de-e seguir a 7es5s) ,acia el cual lo atrae el mismo Padre! =. 10. %+iscipulado. El seguimiento de 7es5s tiene un cometido concreto: se trata de seguirle tan de cerca &ue se con$ierta en discípulo. En efecto) ser discípulo! no es un simple alistarse! o acompa?arle en su misi#n) sino &ue incluye entrar en la #r-ita de interés del maestro) al modo como en la $ida ,umana &uienes alcanan la categoría de maestros! crean escuela y los discípulos participan de su mismo modo de comprender a&uella disciplina. +e manera seme3ante) el discípulo de Cristo! participa de los mismos afectos y sentimientos del Maestro. No se trata solamente de escuc,ar una ense?ana y de cumplir un mandamiento) sino de algo muc,o más radical: ad,erirse a la persona de 7es5s... El discípulo de 7es5s) siguiendo) mediante la fe) a a&uel &ue es la =a-iduría encarnada) se ,ace $erdaderamente discípulo de +ios! =) 10. % mitaci#n. Es la l#gica consecuencia del discipulado!: a modo como el discípulo imita siempre al maestro) tam-ién el discípulo de Cristo! cifra la $ida moral en imitar su $ida. Como &ueda dic,o en el capítulo ) la mural cristiana tiene como primer dato la e(istencia ,ist#rica de 7es5s &ue empe# a ,acer y a ense?ar! >ec, l) 10. En efecto) los ,ec,os y dic,os! de 7es5s) o sea) su misma $ida) se con$ierten en la primera norma moral: El modo de actuar de 7es5s y sus pala-ras) sus acciones y sus preceptos constituyen la regla moral de la $ida cristiana! =) @O0.
Moral Fundamental.
Página N° B;
* este respecto) es com5n la sentencia de &uienes $en el modo! y la medida! de esa imitaci#n en las pala-ras de 7es5s referidas al amor: como yo os ,e amado! 7n 1G) 1@0. En efecto) este \como] e(ige la imitaci#n de su amor... indica tam-ién la medida con la &ue 7es5s ,a amado y con la &ue de-en amarse los discípulos entre sí! =) @O0. Pero imitar la $ida de Cristo! no e&ui$ale a realiar una copia literal) fáctica) de repetir sus mismas acciones) pues 7es5s no $i$i# las plurales circunstancias &ue entra?a la e(istencia ,umana. Por ello) se trataría más -ien de encarnar los mismos criterios éticos con &ue actu# o actuaría 2l. En concreto) se trata de &ue cada cristiano) en las $ariadas circunstancias de su $ida) se comporte con +ios) con el ,om-re y consigo mismo del modo como actu# 7es5s. < más en concreto) la $ida moral cristiana consiste en &ue) ante los distintos $alores: el amor) la familia) el tra-a3o) el dolor) el dinero) la amistad) el placer) la 3usticia) la $ida social y política) etc.) etc.) el cristiano adopte las mismas actitudes &ue Cristo mantu$o ante esas mismas realidades a lo largo de su e(istencia terrena. % dentifcaci#n. Pero la $ida moral no es s#lo la imitaci#n!) sino &ue incluye la identificaci#n! con su $ida. Esta 5ltima nota constituye la diferencia más marcada entre la moral cristiana y los otros programas éticos) incluidos los religiosos. Aa ra#n deri$a de la nue$a condici#n del -autiado &ue) como decíamos más arri-a) comporta una nue$a antropología. En efecto) si el cristiano ,a sido re%engendrado! y ,a nacido de nue$o!) esa nue$a $ida en Cristo! de-e ser no s#lo cuidada) sino desarrollada. +e a&uí &ue los términos -í-licos &ue e(presan la identificaci#n con Cristo se ,agan con un lengua3e ,umano) en claro paralelismo al &ue se?alá-amos más arri-a en relaci#n a la gestaci#n de la $ida ,umana y la generaci#n de la $ida so-renatural. *sí) por e3emplo) el Nue$o 'estamento recoge los términos griegos endío! y epiendío! /re$estirse y so-re$estirse de 7esucristo 6om 1B) 1I0) lo cual significa no un re$estimiento e(terior) sino un cam-io desde lo más íntimo de la persona. *simismo) se repite la e(presi#n configurarse! con 7esucristo al I) 10) algo así como ad&uirir su forma!) con toda la fuera e(presi$a &ue el $oca-lo forma! tiene en la lengua griega. 'am-ién se recoge el $er-o in3ertar! 6om ;) G0: la $ida de 7es5s se ,a in3ertado! en el -autiado" es decir) la fuera de la $ida de Cristo se ,a introducido en el cristiano ,asta el punto de &ue) al modo como la acci#n del in3erto un es&ue3e0 cam-ia la naturalea del ár-ol) de modo seme3ante) la $ida del -autiado se ,a con$ertido en la $ida de 7es5s. 2ste es el sentido de algunas e(presiones paulinas) tales como: mi $ida es la $ida de Cristo! Fil l) @1 0 o los $oca-los con%muerto) con%sepultado) con%resucitado) etc. al @) 1" 6om ;) J" Col B) 1 0. *-undan otras e(presiones. Por e3emplo) estar en Cristo! se repite 1;G $eces en los escritos de Pa-lo. =#lo en la Carta a los Efesios se menciona en BG ocasiones. < es frecuente la forma recíproca: Cristo en mí y yo en 2l! 7n 1G) I%G0. Esta frase es la cla$e para entender la mística paulina. * ella y a otras e(presiones similares recurren continuamente los místicos y los autores de la $ida espiritual cfr ) @O%@@0. Esta doctrina teol#gica es recogida en la Encíclica eritatis splendor en estos términos: =eguir a Cristo no es una imitaci#n e(terior) por&ue afecta al ,om-re en su interioridad más profunda. =er discípulo de Cristo significa ,acerse con forme a 2l... el discípulo se aseme3a a su =e?or y se configura con 2l" lo cual es fruto de la gracia) de la presencia operante del Espíritu =anto en nosotros. nserido en Cristo) el cristiano se con$ierte en miem-ro de su cuerpo) &ue es la glesia! =) @1" cfr. 10. El final de este proceso de identificarse con Cristo lo marca la e(presi#n de =an Pa-lo: No soy yo) sino &ue es Cristo &uien $i$e en mí! al @) @O0. Es decir) el cristiano es otro Cristo. =an *gustín lo refiere con estas pala-ras: Felicitémonos y demos gracias: ,emos llegado a ser no solamente cristianos) sino el propio Cristo! Coment e$ang. de =. 7uan) QQ) J0.
Moral Fundamental.
Página N° BK
E(presiones similares se encuentran en otros autores. Laste citar este testimonio del Leato 7osemaría Escri$á: Cristo $i$e en el cristiano. Aa fe nos dice &ue el ,om-re) en estado de gracia) está endiosado. =omos ,om-res y mu3eres) no ángeles... Pero la di$iniaci#n redunda en todo el ,om-re como anticipo de la resurrecci#n gloriosa... Aa $ida de Cristo es $ida nuestra... El cristiano de-e $i$ir seg5n la $ida de Cristo) ,aciendo suyos los sentimientos de Cristo) de modo &ue pueda e(clamar como =an Pa-lo) \no $i$o yo) sino &ue es Cristo &uien $i$e en mí]... >ay &ue unirse a 2l por la fe) de3ando &ue su $ida se manifieste en nosotros) de manera &ue pueda decirse de cada cristiano &ue es no ya alter C,ristus) sino ipse C,ristus) Zel mismo Cristo[! Es Cristo &ue pasa) @@1%@@B0. * esta altura de las e(igencias morales del E$angelio es preciso rec,aar cual&uier similitud con las morales negati$as) de tipo oriental) en las &ue se pretende anular la naturalea. Por el contrario) en la ética cristiana) el -autiado pone en 3uego todo su ser y e3ercita plenamente su li-ertad" pues e(ige el esfuero de toda la persona. Pero) al mismo tiempo) se esclarece &ue la moral cristiana tampoco ca-e confundirla con una ascesis puramente ,umana) dado &ue se asienta so-re los sacramentos y la acci#n del Espíritu =anto. En este sentido) es preciso resaltar la fundamentaci#n sacramental y pneumat#logica &ue caracteria a la moral del Nue$o 'estamento. Finalmente) con$iene salir al paso de &uienes puedan o-3etar &ue esas e(presiones -í-licas no son más &ue puras metáforas o imágenes espirituales) a3enas a una conceptualiaci#n real. Aa respuesta es &ue) efecti$amente) se trata de realidades so-renaturales) e(presadas con el 5nico lengua3e ,umano &ue tenemos) tomado del orden físico o $ital. Pero es preciso a?adir) tal como se dice en el capítulo 11) &ue tam-ién lo so-renatural! es real: 8&ué es más real la genufle(i#n %e3ercicio físico $isi-le y aun constata-le por el oído en caso de &ue se golpee el suelo o se produca c,as&uido de articulaciones% o el acto de fe &ue acompa?a a la genufle(i#n9 Como escri-e =^ngen) tales e(presiones no son puras analogías metaf#ricas) sino enunciados metafísicos en el orden del ser y del o-rar! *nalogie et Metap,ern) 1OI0. En resumen) la $ida moral del cristiano) en 5ltima instancia) en su esencia) es procurar &ue Cristo se manifieste totalmente en su $ida: en sus pensamientos 1 Cor @) 1B%1G0) en sus deseos Col B) @" Ef I) K0) en sus sentimientos Fil @) G0) en su li-ertad al @) I0 y) por supuesto) en sus o-ras Col B) 1K%@B0. +e este modo) el cristiano alcana una perfecta co,erencia entre su ser y su actuar) entre lo &ue es por naturalea y lo &ue $i$e con el au(ilio de la racia.
Capítulo #I
'ISTORIA DE LA TEOLO!%A MORAL (I, /99-301) El estudio de la ,istoria de una disciplina es un capítulo importante por&ue da noticia de su desarrollo) de sus con&uistas y sus retrocesos. Pero referida a la doctrina moral) además de estos datos ,ist#ricos) su interés se acrecienta por los moti$os siguientes: % Aa ,istoria de la 'eología Moral testifica &ue) si -ien Us cierto &ue en los principios morales proclamados por la 6e$elaci#n la moral no cam-ia!) sin em-argo ,a ,a-ido un proceso %en ocasiones lento y a $eces en ig%ag% en la ela-oraci#n doctrinal de esos principios. % Conforme a la ,istoricidad) &ue caracteria la e(istencia del ,om-re) la ,istoria ayuda a conocer el espíritu &ue alent# la $ida y la doctrina moral de cada época) así como las sensi-ilidades éticas de la sociedad en cada período ,ist#rico y de su desarrollo en el tiempo.
Moral Fundamental.
Página N° BJ
% 'am-ién la ,istoria es testigo del nacimiento de nue$os temas) de c#mo se suscitan y &ué respuesta moral reci-en) pues la glesia) en su conciencia social y p5-lica) se ,ace eco de ciertos pro-lemas y ela-ora la respuesta doctrinal adecuada) seg5n la ense?ana de la Escritura y los datos de la 'radici#n. % Finalmente) la consideraci#n del ,om-re como ser ,ist#rico ayuda a comprender c#mo algunos temas se suscitan en circunstancias ,ist#ricas muy concretas y &ue determinadas soluciones tam-ién están condicionadas por las circunstancias culturales de cada época. Ninguna de estas aportaciones de la ,istoria es moti$o para caer en una consideraci#n relati$ista ni de la $ida moral ni de la doctrina &ue la interpreta) sino &ue más -ien se trata de una aportaci#n positi$a para comprender la teología moral cat#lica en toda su ri&uea y originalidad. Con el fin de sistematiar los $einte siglos de $ida y estudio de la moral cristiana) se distinguen cuatro amplios períodos: la etapa patrística) la escolástica) los siglos ($i%(i( y la época moderna.
I. I2o 56 la t7a582. Lo Sa2to a576 Aos escritos del Nue$o 'estamento muestran c#mo los *p#stoles salieron al paso de las cuestiones éticas de su tiempo y aplicaron el mensa3e moral de 7es5s a las nue$as circunstancias en las &ue se encontra-an las primeras comunidades cristianas en el mundo 3udío o pagano. * este respecto) -aste recordar los pro-lemas morales &ue =an Pa-lo denuncia y da soluci#n a la comunidad de Corinto. Pues) de modo seme3ante) los primeros escritores cristianos e(ponen la doctrina moral al ritmo de la situaci#n en &ue se encontra-an las comunidades a lo largo de la geografía del mperio. *sí la +ída&ue) en cate&uesis a los &ue $an a ser o ya ,an sido recientemente -autiados) e(pone la nue$a $ocaci#n como una elecci#n entre dos caminos: el de la ini&uidad y el del -ien. Aa imagen de la $ida moral como elecci#n entre dos caminos! es -í-lica +t BO) 1 =%@O0 y aparece tam-ién en la-ios de 7es5s Mt K) 1B%1I0. Pues -ien) el autor de este escrito la propone a &uienes se ,an decidido por el camino del -ien y les ad$ierte so-re el riesgo de $ol$er al camino del mal. *demás) este escrito articula so-re am-os caminos una lista de $irtudes y de $icios) lo cual permite conocer el catálogo de acciones &ue se considera-an pecado en esta primera época) &ue) e$identemente) coinciden con los &ue se encuentran en las @1 listas de pecados y $irtudes &ue ca-e enumerar en el Nue$o 'estamento. Aos escritos de los Padres *post#licos ad$ierten a los cristianos de &ue) conociendo el camino de la 3usticia) se precipiten por el camino de las tinie-las!. *lientan a practicar la caridad y a no romper la unidad" a com-atir las malas pasiones y a acudir a la penitencia!. *simismo reiteran el de-er de cumplir los preceptos del =e?or!. * este respecto son importantes las amplias consideraciones &ue ,ace el Pastor de >ermas so-re los Mandamientos" las e(plicaciones responden a un o-3eti$o $ital: &uiero sa-er &ué o-ras ,e de practicar para $i$ir!. =an 7ustino e(pone al emperador *ntonino Pío la $ida e3emplar y $irtuosa &ue lle$an los cristianos en contraposici#n a los $icios de la época. Con este moti$o descri-e los $alores éticos promulgados y $i$idos por los cristianos de la primera mitad del siglo . 'am-ién el fil#sofo 7ustino) en diálogo con el 3udío 'rif#n) menciona la ley natural: e(isten leyes naturales y eternas!) así como se dan acciones &ue $an contra la ley de la naturalea! ) BOG%BOJ0. Pero estas ense?anas morales surgen muy coyunturalmente) al ritmo de la e(posici#n del $i$ir cristiano. El primer intento de cierta sistematiaci#n de las cuestiones morales se encuentra en los escritos de Clemente *le3andrino. En su o-ra El Pedagogo) se contienen algunas refle(iones so-re temas) &ue más tarde se sistematian en torno a la Moral Fundamental. 'am-ién se encuentran discursos éticos en Aos 'apices y en la =al$aci#n del rico. Pero ninguna de estas o-ras es un tratado de 'eología Moral) sino &ue e(ponen con cierta amplitud temas relacionados con la $ida moral.
Moral Fundamental. Fundamental.
Página N° B
Clemente *le3andrino admite algunos principios de la ética de los estoicos) pero el cristiano se encuentra en unas situaci#n de pri$ilegio) dado &ue tiene un pedagogo! interior) Cristo) &ue le conduce ,acia el -ien: el -autiado tiene gra-ada en sí la imagen de 7esucristo. Este Pedagogo ayuda al -autiado a descu-rir y amar la $erdad) y con este fin usa por igual la se$eridad y la -ondad!. Clemente destaca tam-ién la acci#n del Espíritu =anto para aseme3arse a +ios!) pues ase ,ace como +ios a&uel ,om-re &ue &uiere lo mismo &ue &uiere +ios!. El *le3andrino desarrolla algunas ideas so-re la ética social en su o-ra con título interrogati$o: Huis di$es sal$etur) donde reconoce el derec,o a la propiedad) pero ad$ierte acerca del recto uso de las ri&ueas y de los riesgos &ue entra?a la ri&uea. 'am-ién el sintagma ley natural! se encuentra en sus escritos. Aos principios cristol#gicos y pneumatol#gicos de la $ida moral en el cristiano son continuados por el otro maestro de la Escuela *le3andrina) 4rígenes) &ue desarrolla una moral de la identificaci#n con Cristo ) BO%B1B0. En el pensamiento latino destaca la fuera y el rigor moralista de 'ertuliano. =in sistematiaci#n alguna) casi todos los temas morales de la época se encuentran en sus escritos) si -ien casi siempre con una soluci#n rigorista) más acentuada a5n en la época en &ue cae en la ,ere3ía montanista. El recurso a las ense?anas de 'ertuliano es necesario cuando se trata de alcanar la doctrina acerca del pecado y de su perd#n) pero tam-ién tam-ién para otros pro-lemas pro-lemas morales) morales) como el a-orto) la $ida $ida matrimonial) matrimonial) el cumpli cumplimie miento nto de las o-ligaciones ci$iles de los primeros cristianos) etc. El otro afric african ano) o) =an =an Cipr Cipria iano no)) como como -uen -uen pastor pastor &ue tiene &ue orien orientar tar a sus sus fiel fieles es desde desde la clandestinidad) ,ace una cate&uesis más sistemática siguiendo estas líneas centrales: la guarda de los mandamientos) el cumplimiento de la $oluntad del Padre y la imitaci#n de Cristo ') B1;%B1K0. * mismo tiempo ad$ierte a sus fieles contra los $icios &ue les separan de la fe. =erán repro-ados los &ue siem-ran la discordia entre los fieles!) las $írgenes &ue no cumplen sus compromisos!) los &ue se de3an arrastrar por la codicia!) &uien no tenga pa con su ,ermano!) los -lasfemos y los enemigos de Cristo!) &uienes se de3an lle$ar por las pasiones!... Por la ,istoria sa-emos del rigorismo de =an Cipriano para reci-ir reci-ir a los laps lapsi! i! a la la penitenci penitencia" a" o sea) para &ue se reincorporen a la comuni#n comuni#n eclesia eclesial)l) mediant mediantee la práctica penitenc penitencial) ial) a&uellos a&uellos &ue ,a-ía ,a-íann claudica claudicado do en tiempo tiempo de persecuci#n. persecuci#n. Aas ense?anas morales co-ran mayor desarrollo a partir del siglo m. En esta época ,an cesado las persecuciones) persecuciones) la glesia glesia $i$e una una época de pa) los cristianos cristianos acceden a la $ida social social y la normalida normalidadd de $ida! facilita el &ue la práctica moral pierda tensi#n y se rela3en las costum-res. +e a,í la ense?ana moral más frecuente y sistemática de los Padres a partir del siglo m. * este respecto) para la ,istoria de la teología moral en 4ccidente) destacan los escritos de =an *m-rosio) =an *gustín y =an regorio Magno. Aa doctrina moral de los Padres orientales es prácticamente la misma &ue en 4ccidente cfr. ) B@K%BBI0. =an *m-rosio _BK0 es el primer autor &ue escri-e una o-ra sistemática so-re la $ida moral) si -ien referida a los clérigos y no e(clusi$amente doctrinal) sino te#rico%práctica. No es) pues) un tratado te#rico) sino &ue estudia las $irtudes &ue ,an de practicar los eclesiásticos y denuncia los $icios de los &ue ,an de ,uir. Aa doctrina &ue e(pone en relaci#n a las $irtudes las teoria analiando la $ida de persona3es reales del *. '.: esas $irtudes las encarnaron los grandes Patriarcas) y los clérigos de-en imitarlos. En relaci#n a las categorías intelectuales con &ue e(plica las nociones morales ,ace uso de la ra#n y de la 6e$elaci#n. Aa terminología depende de los escritos de Cicer#n. El título de la o-ra +e offic`.s lo toma de la o-ra del fil#sofo romano. =e ,a destacado &ue la moral de =an *m-rosio tiene dos polos: la grandea de +ios y la imitaci#n de la Persona de 7es5s. El o-ispo de Milán nos transmite tam-ién a-undantes datos so-re el modo de cele-rar la penitencia p5-lica p5-lica en su iglesia. iglesia. Con este moti$o precisa la gra$edad de los pecados y entre la di$ersa nomencla nomenclatura tura con &ue los califica) encontramos ya en sus escritos los términos mortal! y $enial!.
Moral Fundamental.
Página N° IO
=an *gustín BGI%IBO0 de3a en ,erencia al pensamiento moral de la glesia una impronta seme3ante a la &ue marc# a la teología dogmática. >a sido el primer autor &ue escri-i# lo &ue) en lengua3e técnico) denominamos monografías! relacionadas con la doctrina moral. En efecto) además de la a-undante ense?ana ética &ue corre por las páginas de sus o-ras) compuso alguno algunoss tratados tratados so-re so-re cuestion cuestiones es con concreta cretas. s. Por e3emp e3emplo) lo) a alguno algunoss temas temas de moral moral fundam fundament ental) al) corresponden sus o-ras +e mori-us y +e fide et operi-us. 4tros conceptos -ásicos de la moral los estudia con ocasi#n de tratar di$ersas cuestiones) por e3emplo) el tema de la li-ertad lo e(pone en +e li-ero ar-itrio. *parte) es preciso mencionar $erdaderos tratados so-re temas concretos) por e3emplo) so-re el matrimonio +e -ono coniugale y +e -ono $iduitatis0" so-re la castidad +e continentia y +e sancta $irginitate0" acerca de las $irtudes cristianas) por e3emplo) so-re la paciencia +e patientia0) la $eracidad +e $eracitate0) la mentira Contra mendatium0) etc. *simismo compuso tratados completos so-re las $irtudes teologales Enc,iridion de fide) spe et c,aritate0. * esta literatura monográfica ca-ría a?adir las ense?anas morales &ue contiene su literatura epistolar 'anta ense?ana moral ,a pro$ocado a lo largo de la ,istoria una -i-liografía teol#gica muy a-undante &ue ,a estudiado la doctrina moral de =an *gustín. +e estos estudios ca-e se?alar como puntos más destacados de su ense?ana) los siguientes: % El centro de la moral agustiniana es la caridad) &ue a-arca por igual a +ios y al ,om-re. En este conte(to es preciso entender el significado significado de su sentencia: *ma y ,a lo &ue &uieras!. *gustín *gustín destaca como primero el amor a +ios: Aa $irtud no es otra cosa &ue el más alto amor de +ios!. % Aa moral agustiniana concede una gran importancia a la disposici#n interior. =an *gustín) e(perto en el conocimiento del cora#n ,umano) su-raya la ri&uea &ue encierra el interior de la persona. =us ense?anas %muc,as de ellas deducidas del análisis de su misma $ida descrita en las Confesiones% significan una $erdadera aportaci#n al estudio de la psicología ,umana en relaci#n al -ien y al mal morales. % Aas discusiones &ue mantu$o con los mani&ueos y pelagianos le ayudaron a dilucidar pro-lemas morales relacionados con la li-ertad) la gracia) los ,á-itos de pecado) la fragilidad ,umana) etc. Por eso) el tema del pecado en =an *gustín encierra finos análisis psicol#gicos y teol#gicos. * este respecto destaca la distinci#n &ue ,ace entre usar y disfrutar: 'oda per$ersi#n ,umana consiste en pretender usar a&uello &ue ,ay &ue goar) y en goar a&uello &ue se de-e usar! +e di$es &uast) QQQ0. % 'am-ié m-iénn es preci preciso so desta destacar car el fund fundam amen ento to cristo cristol#g l#gic icoo de la $ida $ida moral moral)) al modo modo como como el cristocentrismo es el ner$io de toda su teología. Aa conducta moral del ,om-re tiene como referencia la $ida de 7es5s y el final de la $ida moral es identificarse con Cristo: Cristo ,a $enido para cam-iar nuestro amor) para ,acer de nuestro amor terreno un amor de amigo y de $ida celestial... +ios ,a creado al ,om-re para ,acer ,acer di$iniar di$iniar a los ,om-res! ,om-res! Confesiones) Confesiones) ) 1I0. % Este carácter teocéntrico de su moral ,ace &ue desta&ue más la ley eterna &ue la ley natural. 2sta está incluida en la ley eterna) en la cual so-resale el sentido de +ios pro$idente y Padre. Por eso destaca la o-ligaci#n moral del cumplimiento de la $oluntad de +ios. En =an *gustín) Aey de +ios y $oluntad di$ina se identifican. Aa doctrina moral de =an *gustín es importante tanto en sí misma como por la influencia &ue e3erci# en los autores posteriores ,asta nuestros días ) B@O%B@I0. % =an regorio Magno GIO%;OI0. El Papa regorio puede ser considerado como autor de teología moral y) al mismo tiempo) e(pone una moral práctica) dado &ue tiene &ue dar respuesta a situaciones puntuales puntuales &ue le consultan consultan los o-ispos. o-ispos. ne así la la teoría y la pra(is. pra(is. Aa o-ra más conocida de =an regorio Magno %&ue ,a sido muy comentada en toda la ,istoria de la teología moral% es Moralia in 7o-. El Papa toma ocasi#n de la $ida de 7o- para e(poner la doctrina moral so-re la e(istencia del ,om-re: 7o- es el prototipo) pero no se &ueda en él) sino &ue e(plica y 3ustifica su $ida acudiendo a principios éticos de comportamiento.
Moral Fundamental. Fundamental.
Página N° I1
El punto central) en el &ue con$erge la doctrina moral de =an regorio) es la persona como imagen de +ios!. Esta imagen! demanda &ue el ,om-re la lle$e a término. *simismo) destaca el sentido de la $ocaci#n!: el ,om-re ,a sido llamado por +ios a una $ida santa. 'am-ién estudia las $irtudes teologales y cardinales) y) como =an = an *m-rosio) *m-rosio) las contempla tal t al como fueron $i$idas por persona3es del *. '. '. Aa e(posici#n de la moral en los escritos del Papa =an regorio llena muc,as de sus páginas) pues sus o-ras reuman sentencias morales) &ue él mismo inculca tanto a los fieles como a los o-ispos a &uienes escri-e. Para fundamentar la $ida moral apela de continuo a la Escritura) pero procura tam-ién raonarla. =i -ien) como él mismo argumenta) una cosa es sa-er! y otra muy distinta ,acer!. Pues -ien) la $ida cristiana se $entila en el ,acer!.
II. Etu5o : 56a77ollo 56 la T6olo;ía Mo7al 62 la Eol<ta Aa ela-oraci#n de la 'eología Moral como sa-er teol#gico corresponde principalmente a 'omás de *&uino) pero los seis siglos &ue separan al Papa regorio Magno del *&uinate) aun&ue no fueron tiempo de ela-oraci#n doctrinal) no sería 3usto silenciarlos cfr ) BBG%BI1 0. *l menos con$iene mencionar los Ai-ros penitenciales &ue) al mismo tiempo &ue recogen la doctrina moral de la época) tratan de ofrecer un criterio y ,asta la medida e(acta de penitencia &ue se de-e imponer por los distintos distintos pecados. Estamos en un tiempo en el &ue se inicia inicia la confesi#n confesi#n frecuente) &ue coincide coincide con una situaci#n generaliada de la falta de cultura teol#gica en el clero y se precisa conocer una apenitencia tarifada!. No se trata) pues) de la e(posici#n moral inspirada en la Escritura) sino &ue más -ien recoge el contenido de los cánones de di$ersos concilios pro$inciales. n momento de tensi#n intelectual fue la discusi#n entre =an Lernardo y *-elardo acerca de la relaci#n entre conciencia y norma. El =anto de Clara$al acentua-a la importancia de la norma) mientras &ue *-elardo salía en defensa de la conciencia. Pero el origen de la discusi#n y el conte(to intelectual era distinto al &ue ,oy despierta este mismo pro-lema. +esde Pedro Aom-ardo) el estudio de la moral co-ra mayor relie$e) si -ien toda$ía sin diferenciarla de otras cuestiones teol#gicas. Aos autores comentan las sentencias de los Padres y) cuando es oportuno) e(ponen sus má(imas morales. 'oda$ía el Maestro de las =entencias no desarrolla una doctrina moral sistemática) sino &ue estudia algunos temas morales en tres momentos muy puntuales de las =entencias: al tratar las normas &ue rigen la confecci#n y administraci#n de los sacramentos" con moti$o del pecado original estudia las relaciones entre el pecado y la li-ertad y en la cristología y) con ocasi#n de discutir si Cristo tu$o o no $irtudes) e(pone la naturalea de las $irtudes cristianas. El primero &ue rompe con esta limitaci#n y dedica un espacio al estudio específico de la teología moral es *le3andro de >ales) &ue) como es sa-ido) ,ace de puente entre dos éneros literarios de e(posici#n de la teología: los Comentarios a las =entencias y las =umas 'eol#gicas. Pues -ien) *le3andro de >ales culti$# estos dos estilos) pero) mientras en el Comentario a las =entencias los temas morales son tratados ocasionalmente) en la =uma 'eol#gica ya dedica un amplio capítulo a e(poner la doctrina so-re el pecado y otro a las leyes leyes y los preceptos. *l ,a-lar la ley) ley) distingue distingue la ley del E$angelio! E$angelio! y entre los preceptos destaca los &ue se mencio mencionan nan en en el N. '. '. Pero la 'eología Moral tendrá un tratamiento adecuado en la o-ra teol#gica de 'omás de *&uino) &ue a&uí se e(pone muy sucintamente cfr ) BI1%BIJ0. Como es sa-ido) =anto 'omás desarrolla la teología moral de modo sistemático) si -ien) conforme al modelo de la =uma 'eol#gica) en dos momentos distintos: el contenido correspondiente a lo &ue) con posterioridad) se denomina denomina Moral Fundame Fundamental ntal en las cuestione cuestiones! s! 1%11I de la % y la Moral Especial Especial en las cuestiones! 1%1J de la %. En total son BOB cuestiones! &ue se desglosan en 1GI@ artfculos!. En estos primeros datos sorprenden) al menos) tres cosas:
Moral Fundamental.
Página N° I@
% El carácter teol#gico &ue concede a la 'eología Moral) pues la conci-e como una parte más del sa-er teol#gico en la unidad &ue representa la =uma 'eol#gica. % Aa sistematiaci#n de la teología moral en dos grandes unidades) &ue responden a los fundamentos y al estudio ordenado de las $irtudes y de algunos estados de $ida muy concretos. % Aa e(tensi#n con &ue son tratados los aspectos morales de la e(istencia ,umana desde el ángulo específicamente teol#gico. < esto) a pesar de &ue nunca la denomina teología moral!) sino &ue ,a-la de costum-res ,umanas!. Pues -ien) éstas son consideradas como unos temas más del &ue,acer teol#gico. En un intento de síntesis) ca-ría enunciar como características más destacadas de la teología moral tomista) las siguientes: a0 El dato primero y más importante de la moral tomista es el tema del fin 5ltimo. Ca-ría afirmar &ue el fin del ,om-re! es en la teología moral lo &ue la e(istencia de +ios! es en la dogmática y la persona de 7es5s en la tercera parte. Con esto tres temas) 'omás de *&uino construye su teología: +ios) Cristo y el ,om-re son los tres pilares de su teología. -0 Aa Moral Fundamental se asienta so-re este es&uema: el ,om-re) creado a imagen de +ios!) tiende a la -iena$enturana) &ue es el goce de la 'rinidad. Este fin constituye la Leatitudo y lo alcana por el e3ercicio de su li-ertad) &ue se relaciona con la ley escrita en su naturalea y la ley del espíritu. Estas realidades se refle3an en la intimidad de su conciencia. c0 Aa Moral Especial se $erte-ra so-re el estudio de las $irtudes. Aa nomenclatura y en ocasiones la sistematiaci#n procede de la ética de *rist#teles) pero el contenido es esencialmente cristiano: son las $irtudes &ue practic# el er-o Encarnado. 7unto a las $irtudes) 'omás de *&uino estudia determinados estados o condiciones y oficios de los ,om-res) especialmente el estado religioso y el ministerio episcopal. d0 Aos autores modernos resaltan la armonía &ue el *&uinate sa-e guardar entre los di$ersos elementos &ue 3uegan un papel decisi$o en el actuar ,umano: li-ertad y ley) norma y conciencia) o-3eti$idad de la acci#n y consideraciones particulares del su3eto actuante) ley natural y ley nue$a! o de la gracia) etc. logran en la e(posici#n moral de 'omás de *&uino una armonía &ue no siempre es fácil de alcanar nocionalmente y &ue autores posteriores trastocarán) dando lugar a continuas contro$ersias. e0 'am-ién se ,a destacado la importancia &ue concede el *&uinate a la Aey Nue$a!) ley del espíritu! o ley del E$angelio!. *lgunos la califican como una pe&ue?a =uma dentro de la =uma 'eol#gica. Pues -ien) en tres cuestiones!) 'omás de *&uino desarrolla un modo nue$o de entender la moral cristiana) dado &ue esa Aey Nue$a!) escrita en el alma del -autiado) le ilumina y le guía en la ad&uisici#n de las $irtudes en orden al fin 5ltimo!. El descuido de esa Aey Nue$a! y la consideraci#n e(clusi$a de la ley natural! rompi# la armonía &ue en la moral tomista ad&uieren esas dos leyes gra-adas en el ser mismo del cristiano. En resumen) lo &ue destaca en la teología moral de 'omás de *&uino es su carácter ,umano y cristiano" su dimensi#n antropol#gica) cristol#gica y teocéntrica. Es una moral de la naturalea ,umana y del ,om-re cristiano. Por eso) no pocos te#logos modernos) críticos ante algunas conceptualiaciones teol#gicas del *&uinate) proclaman &ue sus planteamientos morales siguen siendo $álidos.
III. La T6olo;ía =o7al 56 lo ;lo I al &I& Como es sa-ido) el tomismo sufri# muy pronto di$ersas interpretaciones. *demás el tomismo escolar no fue oficial ,asta el siglo Q. +urante tres siglos más) el li-ro oficial de te(to! en las ni$ersidades fue el Comentario a las =entencias de Pedro Aom-ardo cfr ) BIJ%BG@0. El día K de septiem-re de 1G@;) Francisco de itoria se ,ace cargo de la cátedra +e Prima de la ni$ersidad de =alamanca) rompe con la tradici#n de comentar al Maestro de las =entencias y comenta la
Moral Fundamental.
Página N° IB
=uma de 'omás de *&uino. Aa ni$ersidad de =alamanca no recogerá en sus estatutos este cam-io ,asta el a?o 1G;1. Pues -ien) con el Maestro itoria se inicia una nue$a época teol#gica en el estudio de la teología moral. 2sta consiste en dos importantes no$edades: se escri-en e(tensos comentarios a la =uma) especialmente a las cuestiones! de moral y se ensanc,a el campo de la $ida ética con los temas &ue plantea la nue$a situaci#n del descu-rimiento de *mérica con los pro-lemas &ue suscita la coloniaci#n) el comercio) la política) etc. * lo largo de un siglo) desde itoria _1GI@0 ,asta =uáre _1;1K0) la teología moral tu$o en la segunda escolástica! una época de alta refle(i#n teol#gica. Aa aportaci#n de los te#logos tu$o además la audacia de situarse en primera línea de los temas &ue se suscita-an. n dato son los amplios comentarios &ue) a partir esta época se titulan +e iustitia et iure!: la 3usticia y el derec,o eran la respuesta moral a los gra$es y urgentes pro-lemas &ue suscita-a un nue$o mundo) una nue$a época y una nue$a cultura. Pero) a comieno del siglo Q) se inicia un nue$o modo de ,acer teología moral) dedicado más a la práctica y en concreto a la práctica del confesionario. =e inicia con las nstituciones morales) pu-licadas en torno al a?o 1;OO por el espa?ol 7uan de *or =u fin era llenar la laguna de la doctrina moral aplicada a la confesi#n. Ni todos los sacerdotes acudían a las ni$ersidades para estudiar los e(tensos comentarios a la =uma) ni éstos da-an respuesta a pro-lemas muy puntuales del cristiano en su $ida diaria. Esta teología orientada ,acia el confesionario fue fa$orecida por los +ecretes del Concilio de 'rento &ue fi3aron las condiciones para la confesi#n sacramental. Aa distinci#n específica y numérica de los pecados encontr# en esta teología una aprecia-le ayuda para los sacerdotes. Este nue$o énero de teología moral era complementario del anterior Fue más tarde) cuando pri$# casi ese modo nue$o de e(poner la doctrina moral &ue lle$# a la) con ra#n) denostada teología casuística! de los siglos siguientes. No es fácil esclarecer si como causa o como efecto de esta teología casuística) los siglos Q % QQ dieron lugar a los llamados =istemas Morales &ue -usca-an el modo de interrelacionar la conciencia del fiel y la norma moral en casos de conflicto. =e trata-a de responder a estos y otros pro-lemas similares: 8C#mo se ,a de actuar cuando la conciencia duda y las opiniones de los autores son di$ergentes9 En estos casos) 8-asta la opini#n pro-a-le o es preciso seguir la más segura9 Conforme fuese la respuesta) surgieron dos sistema morales: el pro-a-ilismo &ue demanda-a s#lo una opini#n pro-a-le y el tuciorismo) &ue e(igía la opini#n más segura. Auego) estas dos sentencias se di$idieron y su-di$idieron) dando lugar a siete sistemas: tuciorismo a-soluto) tuciorismo mitigado) pro-a-iliorismo) compensacionismo) e&uipro-a-ilismo) pro-a-ilismo y la(ismo. En esta situaci#n de la teología moral %más dialéctica &ue teol#gica% se encuentra =an *lfonso María de Aigorio 1;;%1KJK0. =an *lfonso) &ue no era un te#logo de oficio) ,io una la-or admira-le en el campo de la teología moral) &ue le $ali# más tarde el título de patrono de los moralistas. Aa aportaci#n de =an *lfonso fue $aliosa en el campo de la producci#n literaria) pero no en la in$estigaci#n propiamente dic,a) sino en la aplicaci#n de la teología moral a la $ida. Por eso su la-or es más meritoria en el ám-ito pastoral. 2l era un pastor y fundador de una orden religiosa dedicada a las capas po-res de la sociedad. Por eso) aun conociendo los pro-lemas morales) se mue$e por la -enignidad y se alista al pro-a-ilismo. Pero) como -uen pastor) urge el cumplimiento de los mandamientos y de las normas de la glesia. En este sentido) es un moralista de su tiempo) pero &ue ele$a la $ida moral) sacándola del casuismo) ,asta las alturas de la $ida ascética) en cuyo campo tam-ién es $aliosa su aportaci#n literaria. Aa o-ra de =an *lfonso no tu$o repercusiones intelectuales) la producci#n teol#gica se mo$i# en manuales &ue desarrollan los contenidos éticos en el estudio de las $irtudes) conforme el modelo de 'omás de *&uino) o siguiendo la e(plicaci#n de los Mandamientos. En con3unto) es una teología manualística) nocional) casuística) sin el aliento -í-lico &ue distingui# la teología clásica.
Moral Fundamental.
Página N° II
I#. La T6olo;ía Mo7al 62 6l ;lo && Como en el amplio espectro de la 'eología) tampoco es posi-le resumir en pocas líneas la ,istoria de la moral en nuestro siglo. *demás) en -uena medida) lo &ue ,oy denominamos reno$aci#n de la teología moral! tiene lugar después del Concilio aticano . *&uí aportamos s#lo unos datos muy generales) &ue se complementan en la 5ltima parte del cap. . Es e$idente &ue) desde el siglo QQ) concurren numerosos autores &ue inician la reno$aci#n en la e(posici#n de la teología moral. Ca-e citar) por e3emplo) a =ailer 1KG1%1JB@0) &ue en su o-ra Manual de 'eología Moral) cercano a la doctrina ascética de =an Francisco de =ales) propone no tanto una moral de pecado!) como de la perfecci#n. 'am-ién de-e ser rese?ado >irsc,er 1KJJ%1J;G0) &ue estructura el mensa3e moral cristiano so-re un nue$o es&uema: la idea del 6eino de +ios) tal como se refle3a en el título de su o-ra: Moral Cristiana como doctrina de la realiaci#n del 6eino de +ios en la ,umanidad. Ao mismo &ue en la Eclesiología) tam-ién en la moral de3aron su impronta los te#logos de la Escuela de 'u-inga. En concreto) M. 7oc,an 1JOJ%1JB0 y Ainsemann 1JBG1JJ0. En nuestro siglo la literatura &ue demanda la reforma es más a-undante y se mue$e tanto en li-ros como en artículos) y tiene ya sus frutos en o-ras de 'eología Moral concretas y en autores muy conocidos como 'illmann) Maus-ac,) Aeclerc&) >ringb El Concilio aticano prepar# un Es&uema +e ordine morali) &ue no lleg# a discutirse en el *ula. Por ello las aportaciones del Concilio se concretan en algunos temas puntuales y en los desarrollados en la Constituci#n audium et spes. En consecuencia) la aportaci#n del Concilio a la teología moral se encuentra más en el espíritu &ue en la letra de los +ocumentos. Con todo) la aportaci#n más $aliosa es la consigna so-re el criterio con &ue se ,a de in$estigar) estudiar y e(poner la teología moral: *plí&uese un cuidado especial en perfeccionar la teología moral) cuya e(posici#n científica) más nutrida de la doctrina de la =agrada Escritura) e(pli&ue la grandea de la $ocaci#n de los fieles en Cristo) y su o-ligaci#n de producir frutos en la caridad para la $ida del mundo! 4') 1;0. Estos criterios son tan e(plícitos como sugesti$os. =eguirlos y e3ecutarlos es preparar una época gloriosa al estudio de la 'eología Moral. Con ello) la ciencia moral &ue se ela-ore será fiel al mensa3e e$angélico) 5til a la glesia y estará destinada a ,acer un gran ser$icio a la entera ,umanidad.
Capítulo
FUNDAMENTO MODELOS DE LA TEOLO!%A MORAL (I, 30*-4**) Con este capítulo se concluye la primera parte de la Moral Fundamental y en él se estudian dos temas distintos entre sí) si -ien mantienen una cierta relaci#n. El primero trata de 3ustificar y especificar de d#nde le $iene a la 'eología Moral su carácter de ciencia moral $inculante. El segundo) es un complemento de la ,istoria de la moral: se trata de pasar re$ista a los di$ersos modelos de estructurar este tratado a lo largo de su ,istoria) especialmente en los 5ltimos a?os.
Moral Fundamental.
Página N° IG
I. FUNDAMENTACI"N DE LA ÉTICA TEOL"!ICA Este tema es nue$o en la 'eología Moral) pero algunos moralistas lo proponen con urgencia) no e(enta de pasi#n. 'iene un do-le origen: Primero: Es una deuda contraída con la ética filos#fica en estos 5ltimos a?os. En efecto) como se ,a dic,o en el capítulo 11) la ética racional ,a sufrido tantos em-ates &ue se ,a $isto forada a 3ustificar su propia e(istencia. En ocasiones la ética se $io preterida por otra disciplina &ue se $ino en llamar meta% ética!. En consecuencia) el ,ec,o de &ue la teología moral ,aya seguido tan de cerca la temática de la ética filos#fica) si la ética racional tiene &ue 3ustificar su e(istencia) tam-ién la ética teol#gica &uiso someterse a la misma crítica. Por eso ,ace el esfuero de legitimarse) no tanto como disciplina teol#gica) cuanto %más radicalmente% como ciencia moral en cuanto tal. =egundo: Es una consecuencia de la pro-lematiaci#n e(cesi$a a la &ue los mismos moralistas sometieron la teología moral en los 5ltimos a?os. =i se cuestionaron temas tan decisi$os como la legitimidad de una moral específicamente cristiana) así como si e(isten o no normas e$angélicas uni$ersales para todos los creyentes) y se suscitaron otras dudas como la negaci#n de actos intrínsecamente malos) y aun &ue al ,om-re le sea muy difícil separarse de +ios por el pecado) 8c#mo no dudar de &ue pueda darse una disciplina teol#gica &ue $incule la conciencia de los fieles9 <) dado &ue tal disciplina e(ista) 8cuál es su fundamento9 8C#mo legitimar la fuera moral $inculante de la moral cristiana9 8=e puede 3ustificar su carácter científico o es un simple imperati$o de la religi#n9 Es e$idente &ue estas dudas! son s#lo metodol#gicas. Ning5n te#logo niega la e(istencia de una moral en el mensa3e cristiano y tampoco se cuestiona el estatuto teol#gico de esta disciplina. Pero) dado &ue el tema se plante#) di$ersos moralistas se dedicaron a -uscar un fundamento &ue 3ustifi&ue el ,ec,o de &ue ,aya una ciencia &ue se denomina ética o moral teol#gica) &ue no s#lo orienta) sino &ue impera el actuar del ,om-re. < se preguntan: 8+e d#nde deduce la moral cat#lica su estatuto como ciencia ética9 8Es una simple imposici#n religiosa o e(iste una ra#n científica &ue la 3ustifi&ue9 En una pala-ra) 8c#mo 3ustifica el cristiano su propia conducta y &ué raones de $alide puede ofrecer al no creyente9 Formular tantas preguntas ya es indicati$o de &ue la cuesti#n no está suficientemente limitada. Por eso) no todos los autores la proponen del mismo modo ni con la misma radicalidad. Para nuestro intento y como informaci#n del tema) será suficiente responder a esta pregunta: 8cuál es el fundamento de la teología moral9 Aas respuestas son distintas. *&uí no ,aremos más &ue Formularlas) lo cual no siempre es fácil) dado &ue los autores tampoco se e(presan con la claridad de-ida) &uiá por&ue es una cuesti#n no e(enta de o-scuridad ) BKK%B@0. % *lgunos proponen el personalismo cristiano!. Es decir) la moral cristiana es una respuesta al ,om-re) responsa-le y li-re. Por ello) la persona ,umana ad&uiere esa dignidad y li-ertad responsa-le cuando $i$e en Cristo. 2sta es la teoría de L. >ring. Es consecuencia del personalismo &ue caracteria sus escritos de moral. % 4tros autores proponen la fundamentaci#n de la moral cristiana en +ios) pues s#lo +ios e(plica la li-ertad y la responsa-ilidad del ,om-re. +e a&uí &ue la ra#n de la normati$idad de la moral cristiana sea tam-ién +ios. 2sta Us la respuesta defendida por el moralista suio F LácDle. % =i logro entender su pensamiento) A#pe *pitarte se sit5a en oposici#n a la teoría de LácDle. =eg5n el moralista espa?ol) el fundamento de la $ida moral nace de la profunda $ocaci#n ética &ue e(iste en el cora#n de todo ,om-re. Pues -ien) el mensa3e moral cristiano es la respuesta más adecuada a esa necesidad radical del ,om-re ,acia el -ien.
Moral Fundamental.
Página N° I;
% *lgunos moralistas fundamentan la $ida moral en Cristo y s#lo en Cristo. < tiene dos principios: uno ontol#gico %la religaci#n íntima con Cristo del -autiado% y otro normati$o: es 7es5s &uien impone al ,om-re un tipo de conducta. El autor más representati$o de esta sentencia es 7. iegler % Finalmente) otros moralistas) por e3emplo) M. idal) lo sit5an en la síntesis entre autonomía! y ,eteronomía! &ue se alcana en el concepto de autonomía teon#mica!. Es decir) la moral cristiana parte del ,ec,o de &ue el ,om-re es un ser aut#nomo. Por lo tanto no ca-e imponerle una moral ,eter#noma. *,ora -ien) el ,om-re depende de +ios y esta dependencia no engendra ,eteronomía) sino &ue ayuda al ,om-re a $i$ir su $erdadera autonomía. * primera $ista) el con3unto de estas respuestas son $álidas. Más a5n) parece &ue repiten o-$iedades) pues todos apuntan a $erdades &ue son integrantes de la moral cristiana. Aa duda surge en a&uellos moralistas &ue) a causa de plantearse el tema con radicalidad) tienen &ue defender su principio) y) en la defensa) desconsideran otros elementos. < es e$idente &ue ninguno de los mencionados el personalismo cristiano) +ios) el mensa3e del E$angelio) la persona de 7es5s) la teonomía cristiana0 puede ser preterido) dado &ue son presupuestos $álidos &ue) con cierto orden) se de-en incorporar a la fundamentaci#n de la moral cristiana. Como se ,a dic,o más arri-a) la cuesti#n se ,a radicaliado en e(ceso. En mi opini#n) con$iene salir de esa temática tan ,ipotecada por la ética racional en los 5ltimos a?os. < si se desea especificar cuál es el fundamento de la moral cristiana) ca-ría marcar los siguientes 3alones: Fundamento de la Moral Cat#lica. El fundamento del actuar ético del creyente tiene un orden l#gico de $erdades re$eladas &ue 3ustifican el modo específico de comportarse: % =u origen en +ios) ,ec,o a su imagen y) en consecuencia) inteligente y li-re. Es l#gico &ue esa dignidad demande un tipo de comportamiento &ue respete lo &ue realmente es. El ,om-re no es un simple animal guiado por el instinto espontáneo. % Aos mandatos e(plícitos de +ios. =u condici#n de creado) ,ace &ue la autonomía del ,om-re no sea radical: el ,om-re es un ser esencialmente religado a +ios en su ser y en su destino. Por consiguiente) +ios puede imponer al ,om-re un tipo determinado de conducta. Eso se refle3a en el lengua3e arcaico del énesis) donde la amplia li-ertad del ,om-re puede comer de todos los ár-oles del 3ardín0) &ueda limitada) pues +ios le pro,í-e comer del ár-ol de la ciencia del -ien y del mal!. Por ello) &uien determina lo &ue el ,om-re de-e ,acer Zlo &ue es -ueno! y malo! para el ,om-re[0 es s#lo +ios &ue lo ,a creado con una naturalea original) seme3ante a 2l!. % Aa Encarnaci#n del $er-o. Aa 6edenci#n ele$a la condici#n del ,om-re) y el cristiano) de una forma misteriosa %sacramental%) mediante el Lautismo) se configura con la misma persona de 7esucristo. En consecuencia) su actuar de-e refle3ar la $ida de 7es5s. +e nue$o la moral cristiana es una e(igencia a ser fiel a ese nue$o ser en Cristo! &ue configura su ser cristiano CEC 1;1%1;;0. % El modelo de $ida inaugurado por 7es5s y sus mandamientos. Aa condici#n de -autiado no &uita al ,om-re la posi-ilidad de actuar li-remente y de optar por el -ien o por el mal. Por eso) la referencia al modelo de $ida ,ist#rica de 7es5s es un aliciente para dirigir su e(istencia por esa misma ruta moral. Finalmente) los mandatos e(plícitos de Cristo constituyen unas instancias positi$as &ue orientan al ,om-re ,acia la ruta moral por la &ue de-e producir su $ida. % Aa instancia de la glesia $isi-le. Pero) si el cristiano es un con$ocado!) &ue tiene &ue $i$ir su fe con otros &ue tam-ién ,an sido llamados!) es consecuencia l#gica &ue no puede conducir su e(istencia de un modo indi$idualista) sino como miem-ro de esa comunidad en la &ue) a modo de matri) se gesta y desarrolla su e(istencia cristiana. % Aa conciencia y el sentido de la $erdadera li-ertad. E$identemente) a todo -autiado se le presenta la ocasi#n de claudicar en el e3ercicio de la li-ertad y de e&ui$ocarse en la atenci#n a su conciencia. Pero esto
Moral Fundamental.
Página N° IK
no le impide recomenar el camino) pues tiene la e(periencia de &ue nunca es más li-re &ue cuando es fiel a sí mismo y está con$encido de &ue la moral cristiana no limita su li-ertad) sino &ue la perfecciona. Con estos datos) el creyente aun&ue le sea difícil $i$irlo% no encontrará dificultad en admitir su estilo de conducta) así como 3ustificará los moti$os &ue le lle$an a este tipo de comportamiento. Má(ime) cuando $i$e su fe y siente la acci#n y la ayuda del Espíritu &ue le alienta a ser fiel a las $erdades y al género de $ida &ue profesa. 4tra cosa es 3ustificar su conducta cristiana ante &uienes no profesan su religi#n. * este respeto) es claro &ue no puede imponer sus $alores éticos deri$ados de la fe a a&uellos &ue no creen. Pero) sí puede y de-e ofertarla. <) además de ,acerlo con audacia y sin comple3os) sa-e &ue la l#gica interna &ue caracteria el mensa3e moral cristiano es tan co,erente) &ue la propia racionalidad de esta doctrina moral má(ime si $a acompa?ada de la co,erencia de $ida0 es lo &ue constituye el testimonio!) &ue garantia la $erdad &ue profesa. < es e$idente &ue el testimonio de $ida y de pala-ra! tiene una gran capacidad de con$icci#n.
II. MODELOS DE LA TEOLO!%A MORAL En este apartado se e(ponen tres temas: la 3ustificaci#n epistemol#gica de la 'eología Moral) los modelos &ue se ,an dado a lo largo de la ,istoria de esta disciplina y las no$edades en la e(posici#n de la 'eología Moral después del Concilio aticano . 1. 3ustificaci#n científica de la 'eología moral El carácter científico de la 'eología Moral le $iene) precisamente) de ser teología!) lo mismo &ue a la 'eología +ogmática. < am-as tienen carácter científico si responden al estatuto de la teología) &ue) desde =an *nselmo) se define como la fe &ue -usca una comprensi#n racional!. En consecuencia) si a partir de la 6e$elaci#n) conser$ada en la Escritura) tal como es $i$ida por la 'radici#n y es interpretada por el Magisterio) se logran e(plicaciones nocionales de las $erdades de la fe y de los principios del actuar ,umano) la +ogmática y la Moral ,an alcanado el grado de ciencia teol#gica!. Precisamente) el Concilio aticano ) cuando demanda la reforma de la 'eología Moral) se?ala como criterio &ue sea científica!. < el carácter científico de la 'eología Moral lo se?ala en este te(to tan repetido como fecundo para la in$estigaci#n y la e(posici#n de la 'eología Moral: 'éngase especial cuidado en perfeccionar la teología moral) cuya e(posici#n científica) nutrida con mayor intensidad por la doctrina de la =agrada Escritura) de-erá mostrar la e(celencia de la $ocaci#n de los fieles en Cristo y su o-ligaci#n de producir frutos en la caridad para la $ida del mundo! 4') 1;0. +e la lectura de este te(to se deduce &ue el carácter teol#gico de la moral se alcana si cumple los siguientes presupuestos) los cuales) a su $e) constituyen el estatuto teol#gico de la teología moral: % Nutrida con mayor intensidad por la doctrina -í-lica!. Es decir) ,a de tener una fundamentaci#n -í-lica) lo cual no se alcana con un -i-lismo literal) citando te(tos al modo de dicta pro-anda!) sino cuando se alcana a conectar con el aliento -í-lico &ue contiene la ense?ana moral y) en lo posi-le) conceptualiando con categorías -í-licas. En todo momento se de-e 3ustificar con argumentos racionales) pero tam-ién se ,an de tener presentes las raones &ue aporta la Li-lia. % Mostrar la e(celencia de la $ocaci#n de los fieles en Cristo!. Esta finalidad su-raya) en primer lugar) el carácter cristocéntrico &ue ,a de caracteriar la moral cat#lica. *l mismo tiempo) resalta la condici#n de la llamada! del cristiano a un tipo de e(istencia en estrec,a uni#n con la $ida de 7es5s. % Aa o-ligaci#n de producir frutos en la caridad!. El fin de la moral cristiana no es un perfeccionismo ético) sino &ue ,a de producir frutos de santidad) es decir de identificaci#n con 7esucristo. Pero la pala-ra caridad! tiene un sentido preciso: se trata de centrar la $ida cristiana en el amor fraterno) es decir en el amandamiento nue$o!.
Moral Fundamental.
Página N° IJ
% Para la $ida del mundo!. Con esta 5ltima e(presi#n se e(presa &ue la moral cristiana tiene un sentido social. El aticano llama la atenci#n y ad$ierte &ue es preciso superar una ética indi$idualista! =) BO0. El amor no s#lo es el amor a +ios) sino la caridad con el ,ermano. * estas características e(presas) el te(to parece e$ocar otras e(igencias de la teología moral. En concreto estas tres: % el principio pneumatol#gico de la moral) dado &ue no es posi-le producir frutos de santidad) sino -a3o la acci#n del Espíritu =anto" % la fundamentaci#n sacramental de la moral cristiana) &ue deri$a de la incorporaci#n a Cristo por el -autismo: la $ida en Cristo!. % su condici#n eclesial &ue parece fundado en el uso del término fieles!) en clara alusi#n a la condici#n de los -autiados como miem-ros de la glesia. * su $e) la Congregaci#n para la Educaci#n Cat#lica demanda la condici#n teol#gica de la 'eología Moral y se e(presa en parecidos términos: =e de-e adaptar en la ela-oraci#n de la moral el procedimiento específico de la teología) ensanc,ándola de-idamente) ya el aspecto positi$o) ya el especulati$o) tocando con amplitud la 6e$elaci#n y desarrollando todo raonamiento en sintonía con el pensamiento y la conciencia de la glesia! Aa formaci#n teol#gica de los futuros sacerdotes) @@%% K;0. En resumen) como se ,a dic,o más arri-a) el estatuto teol#gico de la 'eología Moral es el mismo del &ue goa la +ogmática) siempre &ue en am-as disciplinas se o-ser$e con rigor el método teol#gico. @. Aos di$ersos modelos de 'eología moral Aa e(posici#n académica de la 'eología Moral ,a seguido tradicionalmente un do-le modelo: la e(plicaci#n teol#gica de las $irtudes o la e(posici#n sistemática de los mandamientos y de los sacramentos. El primero es el modelo &ue sigui# =anto 'omás de *&uino y los grandes comentaristas posteriores) el segundo lo ,io suyo =an *lfonso María de Aigorio. erte-rar el estudio de la moral so-re las $irtudes ,a sido más teol#gico) mientras &ue e(plicarla siguiendo el es&uema de los mandamientos y los sacramentos ofrece mayores ser$icios a la cate&uesis. Es e$idente &ue estos dos modelos conlle$an $enta3as e incon$enientes. *sí) por e3emplo) e(poner la moral siguiendo el es&uema de las $irtudes tiene a su fa$or &ue: % Elimina más fácilmente el riesgo de caer en la moral casuística) dado &ue demanda el e3ercicio ascético de las $irtudes) &ue se definen como ,á-itos operati$os -uenos!. % *yuda a superar una moral de mínimos!) pues las $irtudes siempre e(igen acercarse al modelo) &ue es 7esucristo. % *pro(ima el estudio de la Moral y de la 'eología *scética) cuya separaci#n) como se ,a dic,o) ,a sido uno de los males de la moral casuística!) &ue es preciso superar Por su parte) la e(posici#n de la moral cat#lica conforme al es&uema de los mandamientos goa de las siguientes $enta3as: % Fa$orece una e(posici#n más sistemática) con la consiguiente facilidad para el aprendia3e e incluso para la memoriaci#n. % Facilita el &ue) so-re ese es&uema) se incurporem en uno u otro Mandamiento las no$edades &ue presenta el estudio de la moral a lo largo de la ,istoria. Por e3emplo) los pro-lemas de la -ioética ,a sido fácil enca3arlos en el &uinto y se(to precepto.
Moral Fundamental.
Página N° I
% *yuda a preparar fructuosamente la confesi#n sacramental) so-re todo de las personas con menos formaci#n cristiana) dado &ue resalta los aspectos negati$os) es decir el pecado. No o-stante) ninguno de estos dos modelos está li-re de algunas insuficiencias) y no es la menor el &ue am-os es&uematian en e(ceso la doctrina moral y no siguen de cerca la $ida diaria del ,om-re) tan condicionado por pro-lemas puntuales. Por eso) algunos autores ,an propuesto una tercera $ía!: el seguimiento de Cristo. Pero es preciso reconocer &ue no ,a tenido e(cesi$o é(ito) pues el seguimiento e imitaci#n de 7es5s! es más aliento e ,ilo conductor de un desarrollo moral &ue un modelo de e(posici#n escolar) so-re el cual se articulen los m5ltiples contenidos &ue encierra el estudio de la teología moral. En este Compendio de 'eología Moral seguimos otro es&uema &ue se ,a generaliado en algunos manuales. =e trata de estudiar la conducta moral desde perspecti$as muy cercanas a la e(istencia cotidiana del ,om-re) como son +ios) la familia) los pro-lemas concretos &ue presenta la $ida desde su nacimiento ,asta la muerte y las complicadas situaciones &ue origina la $ida social) econ#mica y política. Por eso) la Moral Especial se estudia en dos grandes apartados: Moral de la persona y de la familia y Moral social) econ#mica y política. Este es&uema tiene el incon$eniente de &ue no se acopla fácilmente a la cate&uesis) ,oy tan urgente como necesitada de un aliento doctrinal%teol#gico. Pues) como es sa-ido) los principales Catecismos pu-licados en los 5ltimos a?os siguen el modelo de los Mandamientos. Es el caso del Catecismo de la Conferencia Episcopal Espa?ola) 2sta es nuestra fe y del Catecismo de la glesia Cat#lica. < es &ue) como ya &ueda rese?ado) este es&uema es más didáctico) y por ello más 5til para la ense?ana cate&uética. Pero) es preciso reconocer &ue la teología tiene sus e(igencias metodol#gicas y ,asta sus sensi-ilidades ,ist#ricas. =erán los sacerdotes los &ue sa-rán construir el puente &ue a5ne la teología con la cate&uesis. B. 4rientaciones actuales de la 'eología Moral +esde &ue) a mediados del siglo (i() se demanda con insistencia la reno$aci#n de los estudios de la moral) se siente la necesidad de -uscar una idea central) so-re la &ue sea posi-le articular el desarrollo sistemático del estudio de la 2tica 'eol#gica. >an surgido di$ersos modelos cfr ) IOO%IO0. Con el riesgo &ue lle$a en sí toda clasificaci#n) ca-e ofrecer este panorama: % *lgunos ,an propuesto la idea del seguimiento de Cristo!. Este pensamiento está formulado por Maus-ac, 11G0) 'illmann 1BI0) >áring 1GI0 y) como se ,a dic,o) es ya una idea central en casi todos los moralistas" especialmente) +emmer) Capone) iegler) *u-ert) etc. % 4tros proponen &ue la idea central) so-re la &ue ca-e estructurar la moral cat#lica) es la caridad. Aa proponen en el siglo (( +entinger y =c,illing" la contin5a illeman y la siguen Carpentier) de Finance) etc. % +ependientes de la eclesiología del Cuerpo Místico de Cristo) algunos moralistas proponen esta realidad como punto central del estudio de la teología. Muestran sus simpatías por este modelo e-er) il >ellín) etc. % =iguiendo de cerca la ,istoria de la sal$aci#n!) &ue tanto é(ito ,a tenido en la +ogmática) algunos autores piensan &ue esta realidad tam-ién ofrece apoyaturas para asentar so-re ella la teoría moral. Este modelo lo propuso ya el siglo pasado >irsc,er Esta síntesis ,ist#rica es incompleta) silencia no pocos autores) y el moti$o es &ue algunos no &uerrían agruparse en esos apartados y a otros no ca-e clasificarlos en ninguno de ellos. Aa ra#n de &ue no sea posi-le ,acer la radiografía de por d#nde se mue$en los autores de teología moral de nuestro tiempo tiene origen) precisamente) en el ,ec,o de &ue esos es&uemas no son más &ue ideas e3e) pues no ,an culminado en un sistema. Pero) 8sería con$eniente &ue cristaliasen estos sistemas morales!9 Posi-lemente) no. Parece &ue no representa un ,ec,o positi$o para el futuro de la ,istoria de la 'eología Moral. Por&ue no con$iene ol$idar &ue la sistematiaci#n e(cesi$a es un mal para todas las ciencias. *l menos en teología) las escuelas teol#gicas!) tanto en la dogmática contro$ersia +e au(il`s) molinistas y -a?ecianos) etc. 0) como en la
Moral Fundamental.
Página N° GO
moral sistemas morales!0) ,an esteriliado el recto progreso de la teología. Primero) por&ue las escuelas! corren el riesgo de plegarse so-re sí mismas y de emplearse a fondo más en fa$or del sistema &ue del estudio de los pro-lemas. =egundo) por&ue es ine$ita-le &ue sur3an las disputas entre las di$ersas escuelas) lo cual esterilia la in$estigaci#n y &uita la serenidad intelectual para el estudio riguroso: interesa más $encer al enemigo &ue con&uistar la $erdad. Piénsese) por e3emplo) en las discusiones &ue pudiesen surgir en torno a cuál de esos cuatro elementos tan nucleares %el seguimiento de Cristo) la caridad) el cuerpo místico de Cristo o la ,istoria de la sal$aci#n% fuese el principal. Esto lle$aría a discusiones sin término) por&ue) por e3emplo) aun en relaci#n a dos datos tan ricos como el seguimiento de Cristo! o la caridad!) los escrituristas no se ponen de acuerdo en si) seg5n los datos del Nue$o 'estamento) la moral cristiana consiste en la imitaci#n de Cristo o en el cumplimiento del mandato del amor fraterno cfr. ) IOB%IOI0. *demás) es $erdaderamente difícil separar un dato de otro. Posi-lemente en este tema se cumpla un principio &ue tiene aplicaciones en la teología: distinguir) pero no separar!. 8C#mo se podrá separar la imitaci#n de Cristo! de la caridad! o de la ,istoria salutis!9 Por ello) parece más con$eniente una integraci#n de todos los elementos e ideas madres) so-re las cuales se de-e $erte-rar el estudio sistemático de la 'eología Moral. En esta opci#n) si -ien se pierde en la simplicidad del es&uema) se gana en ri&uea de contenido. Con este fin) sin la presunci#n de agotar el tema) se podrían enunciar los datos fundamentales &ue corresponden al estudio de la 'eología Moral y &ue) en con3unto) son irrenuncia-les. Ca-e) al menos) enumerar los siguientes: a0 Cristocentrismo. Aa e(igencia cristol#gica! de la moral cristiana está ya suficientemente enunciada y es) por lo demás) o-$ia: en este sentido) el cristianismo es una tautología: 8&ué es $i$ir en cristiano más &ue imitar la $ida de 7es5s) cumplir sus preceptos y ser fiel a las e(igencias éticas &ue comporta el &ue la $ida del creyente participe de un modo real) si -ien misterioso) de la $ida de 7es5s9 Con este presupuesto) se elegirá el modelo de las $irtudes o el de los mandamientos) etc.) pero el desarrollo será eminentemente cristol#gico. -0 *ntropología cristiana. 'am-ién en los capítulos precedentes se ,an ,ec,o frecuentes refle(iones so-re el tema. Es) asimismo) otra o-$iedad) pues la pra(is cristiana para el -autiado tiene &ue responder necesariamente a lo &ue él es: no puede traicionar su ser cristiano) al modo como ninguna ética puede destruir al ,om-re. Aa moral cristiana es para el ,om-re) es un ser$icio al ,om-re) creado a imagen de +ios) redimido por Cristo y ele$ado al orden so-renatural de la $ida di$ina. =#lo en la pra(is de la moral cristiana el ,om-re alcanará la $erdadera li-ertad y el -autiado su gran dignidad. c0 +imensi#n pneumatol#gica. Aa acci#n del Espíritu =anto en el actuar moral es una de las nue$as incorporaciones doctrinales al estudio de la 'eología Moral. Es cierto &ue el Espíritu =anto era in$ocado para los estados superiores de la $ida del espíritu) pero su ausencia de los tratados de 'eología Moral ,a sido una laguna de todo punto ine(plica-le. Aa importancia de la pneumatología en la moral $iene demandada al menos por estas dos raones: el dinamismo de la nue$a $ida in3ertada en el -autiado es fruto de la acci#n del Espíritu y el cumplimiento de las normas morales cristianas s#lo es posi-le lle$arlo a ca-o -a3o su ayuda. d0 Fundamento sacramental. Aa sacramentalidad! es nota esencial de la glesia) la cual es) a su $e) el sacramento de Cristo!) como Cristo es el sacramento del Padre!. Pues -ien) la $ida cristiana tiene su origen en un sacramento) el Lautismo) y su crecimiento se lle$a a ca-o mediante la recepci#n de los otros sacramentos) especialmente de la Penitencia y de la Eucaristía. Por ello) si es preciso resaltar la dimensi#n sacramental de la $ida cristiana) tam-ién lo es respecto a la doctrina moral. e0 *specto eclesial. Aas distintas imágenes de la glesia: sociedad) cuerpo místico) pue-lo de +ios) comuni#n) etc. destacan en todo momento el carácter eclesial y comunitario de la $ida cristiana. En
Moral Fundamental.
Página N° G1
consecuencia) si no es posi-le llamar a +ios Padre) si no tengo a la glesia por madre! =an Cipriano0) es e$idente &ue la e(istencia del -autiado está en estrec,a dependencia de la $ida de la glesia. +e a&uí la ayuda &ue reci-e de ella) así como) recíprocamente) la repercusi#n &ue su $ida moral e3erce so-re los demás miem-ros de ese cuerpo misterioso o en los otros ciudadanos! de ese nue$o pue-lo de +ios o en los di$ersos elementos &ue integran la comuni#n! eclesial. d0 Funci#n social y política. Es e$idente &ue la $ida moral repercute en la con$i$encia y por ello encierra tam-ién e(igencias éticas. =e deduce de la condici#n social de la persona ,umana. Pero es un ,ec,o constatado) &ue el ,om-re tiende a $i$ir una $ida moral indi$idual) por&ue) de ,ec,o) -usca su propia perfecci#n. +e a&uí &ue el indi$idualismo ético sea una tentaci#n constante en la -iografía de casi todas las personas. Ese indi$idualismo moral %a pesar de las grandes o-ras de caridad &ue ,an ,ec,o los ,om-res de más alta $ida moral como son los santos% ,a sido condenado por el Concilio aticano como una con% signa para el futuro de la moral cristiana: Es preciso superar una ética indi$idualista! =) BO0. Pues -ien) tam-ién la ciencia moral de-e desarrollar los principios éticos &ue responden a la $ocaci#n social de la persona y destacar a&uellos aspectos de la $ida social) política y econ#mica &ue demandan la aplicaci#n de los principios morales. En resumen) la 'eología Moral ,a de tener en cuenta estos principios &ue integran la refle(i#n moral cristiana. El resultado será un pluralismo &ue se produce por la elecci#n preferencial de uno u otro elemento. Pero) ese pluralismo es legítimo siempre &ue no renuncie a ninguno de ellos) dado &ue todos) en su con3unto) pertenecen al mensa3e moral cristiano. * su $e) aplicados con$enientemente no s#lo contri-uirán a ela-orar científicamente esta disciplina) sino &ue ayudarán al creyente a $i$ir una $ida moral de acuerdo con el mensa3e del E$angelio.
Moral Fundamental.
Página N° G@
Moral Fundamental.
Página N° GB
S682 S6;u25a
I2t7o5u82 niciamos la =egunda Parte de la Moral Fundamental. Aos siete capítulos &ue preceden desarrollan cuestiones &ue en la actualidad ocupan a la ciencia ética: la e(posici#n de las nociones fundamentales cap. 0" la 3ustificaci#n de esta disciplina cap. 0" la crisis moral de nuestro tiempo cap. 0" la cuesti#n nue$a acerca de si e(iste o no una moral específicamente cristiana cap. N0" el mensa3e moral del N. '. cap. 0" la ,istoria de la 'eología Moral cap. 0 y los fundamentos y modelos de la 'eología Moral cat#lica cap. 0. *lgunos capítulos %al menos ) ) y) en -uena parte) el % se 3ustifican por la situaci#n aporética en &ue se desen$uel$e el estudio de la 'eología Moral y) más en concreto) la ética filos#fica. =ería de desear &ue alguno de ellos desapareciese muy pronto del índice de una Moral Fundamental. *,ora iniciamos el desarrollo de la =egunda Parte &ue estudia los temas más específicos de la Moral Fundamental: a&uellos &ue constituyen al ,om-re en su3eto moral. =on cuatro: la li-ertad cap. 0" la conciencia cap. Q0" las normas o leyes cap. Q0 y las fuentes de las &ue -rota la moralidad de una acci#n cap. Q0. Esta =egunda Parte concluye con un capítulo acerca del pecado cap. Q0) en él se com-inan los métodos ,ist#rico y teol#gico.
Capítulo #III
EL SUETO MORAI (I, 4*0-49/)
I. EL ACTO 'UMANO En este tema se $entila el n5cleo central de la ciencia ética) en concreto) se trata de c#mo de-e comportarse el ,om-re para &ue sus actos le lle$en a la perfecci#n personal 5ltima) seg5n la medida &ue corresponde a la plenitud en Cristo! Ef I) 1B0) siendo imitadores de +ios) como ,i3os suyos muy &ueridos! 1 7n B) 1 0. 4) por el contrario) &ue el ,om-re diri3a sus actos de forma &ue llegue a ser o-rador del mal! Mt 1B) I10) ,asta el punto de &ue se ,unda en la ruina y en la perdici#n! 1 'tm ;) 0. El -ien y el mal morales se presentan) pues) ante el ,om-re como una alternati$a &ue se repite en todas sus acciones. <) si -ien de ordinario no es tan e(trema como descri-en los te(tos -í-licos citados) sí se orienta ,acia uno de esos dos límites. +e a&uí &ue la Moral Fundamental se inicie con el estudio del acto ,umano!. Este tema es clásico en la ciencia moral) tanto en la filosofía como en la teología. *rist#teles lo desarrolla en la 2tica a Nic#maco) 'omás de *&uino le dedica un amplio espacio en la =uma 'eol#gica y es continuado por =an *lfonso M. de Aigorio y los moralistas posteriores. Es) pues) patrimonio com5n de la ciencia ética) pues a todos interesa sa-er &ué condiciones ,an de tener las acciones ,umanas para &ue se les pueda calificar de morales!. 1. El acto moral 'anto la filosofía como la teología) al enfrentarse con la eticidad de la acti$idad ,umana) lo primero &ue dilucidan es &ué acciones ,umanas pueden calificarse de -uenas! o malas!. Con este fin) se
Moral Fundamental.
Página N° GI
distingue entre actos del ,om-re! actus ,ominis0: todo lo &ue el ,om-re ,ace y actus ,umanus!) es decir) el &ue se e3ecuta con conocimiento y li-ertad. =#lo los actos ,umanos! son morales) los actus ,ominis!) por el contrario) no constituyen moralidad) dado &ue no son conscientes y li-res. Aos actos ,ec,os sin refle(i#n tam-ién son -uenos! o malos!) pero no se les puede aplicar el calificati$o de morales!. Por e3emplo) si por enga?o o por error presiono un automático &ue $a unido a un coc,e -om-a &ue e(plota y produce muertes ,umanas) no soy responsa-le aun&ue se ,ayan seguido males sin cuento. Como tampoco lo es la se?ora) a la &ue ,an metido en su -olso unos gramos de droga y es descu-ierta por la policía. El acto moral! es) pues) el acto propio del ,om-re) &ue puede calificarse de -ueno! o malo! por&ue ,a sido e3ecutado de forma consciente y li-re. +e ese acto y de las consecuencias &ue de él se siguen) el ,om-re es responsa-le. Pero esto &ue resulta fácil en el campo te#rico) no lo es tanto en la $ida práctica) dado &ue en la acti$idad ,umana concurre el ,om-re entero) con su inteligencia y afecti$idad) con la educaci#n reci-ida y su formaci#n actual) en la situaci#n psicol#gica) de armonía o de dese&uili-rio) etc. en &ue se encuentra. * estas $ariadas situaciones psí&uicas %en ocasiones tan complicadas% es preciso a?adir la ,erencia) la am-ientaci#n familiar) las circunstancias culturales y sociales en &ue se desarrolla su $ida) etc. El ,om-re se ,a $uelto cada $e más rico y misterioso) más fuerte y sensi-le y) a la $e) más frágil y &ue-radio. 8Huién será capa de 3ugar su actuar más íntimo9 8Cuál es el fundamento de sus responsa-ilidades éticas9 * la 'eología Moral le corresponde solamente e(poner la doctrina para 3ugar la o-3eti$idad de las acciones) pero el interior del ,om-re s#lo lo 3uga +ios. El cristiano ni si&uiera de-e 3ugar la conciencia de su ,ermano) más a5n lo tiene pro,i-ido Mt K) 1%G0. Pero) para ,acer ese 3uicio o-3eti$o) el moralista de-e incorporar los progresos de la Medicina) de la Psicología) de la =ociología) etc. *sí lo ,icieron otras culturas más o-3eti$istas &ue la nuestra) como la medie$al. Por e3emplo) 'omás de *&uino ,io finos análisis al respecto. Pero) en la actualidad) además) al progreso de las Ciencias del >om-re) se a?ade &ue el indi$iduo ,a ad&uirido más sensi-ilidad acerca de la singularidad de su propia persona y de su caso! singular 'odo ello ,ace preciso un estudio más considerado de la su-3eti$idad del ser ,umano con el fin de &ue la primera piea! del acto moral se sit5e en el punto central &ue le corresponde. Pero con$iene ad$ertir &ue s#lo se de-en incorporar a la ciencia moral los datos o-3eti$os y ciertos) tanto de las Ciencias del >om-re como de las sensi-ilidades culturales y personales de la época. Ao contrario es situar a la ciencia moral al ar-itrio de la 5ltima ,ip#tesis de la falsa ciencia o de la originalidad imaginati$a de un autor o de la $igencia social de una teoría o escuela &ue) sin rigor alguno intelectual) logra estar de moda!) o tam-ién de la de-ilidad y aun del capric,o ,umano re$estidos de cierta normalidad! en el comportamiento. *dmitir acríticamente éstas o similares situaciones resulta para la ciencia moral una ,ipoteca intelectual) de la &ue tiene &ue dar cuenta ante la ,istoria. Pero a5n es más gra$e para el ,om-re) &ue se siente estafado en su ,a-er moral. Por todo ello) será preciso se?alar &ué tipo de $alores e ideas será preciso aceptar a la $ista del momento cultural de nuestro tiempo y &ué otros se de-en desec,ar @. Aa persona) su3eto del acto moral 6especto al ser mismo de la persona) éstos son algunos datos &ue se ,an de tener a la $ista al momento de comprender al ,om-re como su3eto de actuar moral. a0 unidad radical de la persona ,umana Es ya una con&uista de la antropología cristiana la $aloraci#n de la unidad de la persona. El 5nico título en latín &ue figura en el Catecismo de la glesia Cat#lica es para asentar esta tesis: Corpore et anima unus!. El ,om-re es) pues) una unidad radical de cuerpo y alma) de materia y espíritu. Cual&uier intento en
Moral Fundamental.
Página N° GG
el orden ideal de separarlos) e&ui$ale a destruir el concepto de ,om-re) al modo como) si en el orden real se les separa) ocurre la muerte del indi$iduo CEC) B;@0. =e ,a acusado a la teología cat#lica %especialmente a la teología moral y a la ascética% de introducir un marcado dualismo en la concepci#n del ,om-re. Ciertamente) no ,a sido así en la e(plicaci#n filos#fico% teol#gica) dado &ue la escolástica asumi# la teoría de la materia! y de la forma! para e(plicar la unidad profunda del ser ,umano. =eg5n la teoría ,ilem#rfica) así como es imposi-le separar la materia y la forma de una mesa o de un $estido) de modo seme3ante no ca-e separar cuerpo y alma. Posi-lemente esa crítica esté 3ustificada en la ense?ana moral y ascética. Pero) como insiste Congar) el lengua3e de la teología difiere del de la ascética =ituaci#n y tarea de la teología ,oy) 1KI0. Pero tam-ién con$iene e$itar el error contrario &ue) por ley pendular) amenaa a algunos autores &ue afirman &ue cuerpo y alma en el ,om-re se identifican: de la negaci#n del dualismo! se cae en el monismo!" pues afirman &ue el ,om-re es un cuerpo espiritualiado o un alma corporiada. Esta teoría no logra e(plicar la singularidad del ,om-re: ser espiritual) con alma creada directamente por +ios =) Credo de Pa-lo ) @J" Catecismo de la glesia Cat#lica B;@%B;B0 y tam-ién ser corporal es cuerpo! y no tiene un cuerpo!0. *&uí se ,a de tener nue$amente a la $ista el principio teol#gico de distinguir) pero no separar!: cuerpo y alma se distinguen) pero no es posi-le separarlos) como se distingue y no se separan en el -autiado la naturalea y la gracia ) I@G%I@J0. Aas consecuencias para la $ida moral de la concepci#n dualista de la persona son gra$es. Aa moralidad afecta a la unidad radical de la persona. Por ello ciertos efectos corporales %ira) sensualidad) etc.% no consentidos no pueden considerarse pecado. Pero) tampoco es posi-le concluir &ue el -ien y mal morales afectan s#lo al alma. =u-rayar el dualismo y afirmar &ue el cuerpo eG su3eto del -ien y del mal moti$a 3uicios morales incorrectos. Por e3emplo) si se 3uga &ue el cuerpo es principio del mal) se puede llegar a negar lo relacionado con la corporeidad y) en general) con ciertas tendencias naturales de la $ida ,umana) como la se(ualidad) la conyugalidad) etc. <) al contrario) la consideraci#n positi$a del cuerpo es lo &ue permite ciertas manipulaciones a las &ue puede ser sometido. Aa Encíclica eritatis splendor descu-re errores en am-os sentidos) por no tener en cuenta la profunda unidad del ser ,umano: En realidad s#lo con referencia a la persona ,umana en su totalidad unificada) es decir) alma &ue se e(presa en el cuerpo informado por un espíritu inmortal) se puede entender el significado específicamente ,umano del cuerpo. En efecto) las inclinaciones naturales tienen una importancia moral s#lo cuando se refieren a la persona ,umana y a su realiaci#n auténtica... Aa glesia) al rec,aar las manipulaciones de la corporeidad &ue alteran su significado ,umano) sir$e al ,om-re y le indica el camino del amor $erdadero! =. GO10. Pero afirmar &ue s#lo el espíritu es su3eto del -ien y del mal morales y desconsiderar al cuerpo es negar la condici#n ética de actos &ue competen a la corporeidad) de forma &ue ciertos -ienes físicos! s#lo constituirían actos premorales!. Es lo &ue denuncia la Encíclica: na doctrina &ue separa el acto moral de las dimensiones corp#reas de su e3ercicio es contraria a las ense?anas de la =agrada Escritura y de la 'radici#n. 'al doctrina ,ace re$i$ir) -a3o formas nue$as) algunos $ie3os errores com-atidos siempre por la glesia) por&ue reducen la persona ,umana a una li-ertad \espiritual]. Esta reducci#n ignora el significado moral del cuerpo! =) I) cfr: IJ) GO0. En resumen) la moralidad de-e acentuar en todo momento la unidad radical del ser ,umano: es el ,om-re de carne y ,ueso) informado por el alma) el &ue ,ace el -ien o e$ita el mal: En efecto) cuerpo y alma son insepara-les: en la persona) en el agente $oluntario y en el acto deli-erado. Están o se pierden 3untos! =) I0. *demás de la unidad antropol#gica) ,ay otras realidades &ue integran la e(istencia de la persona ,umana y &ue se su-rayan en la cultura actual) para las &ue el ,om-re de nuestro tiempo tiene una especial
Moral Fundamental.
Página N° G;
sensi-ilidad. Por ello) la 'eología Moral de-e incorporarlas a su estudio. Aas más decisi$as son las siguientes:
-0 =ocialidad =er ,om-re es $i$ir con otros ,om-res) pues el ,om-re a$i$e y con%$i$e!) ,asta el punto de &ue se diferencia del animal por&ue $i$e en sociedad!. Esta realidad e(istencial es el logro de *rist#teles al definir al ,om-re como ser social!. =e discute so-re cuál de las dos definiciones aristotélicas: animal racional! y ser político!) definen me3or al ser ,umano. Pues -ien) parece &ue am-as se integran) pues lo consideran -a3o aspectos distintos: si la inteligencia! supera cualitati$amente el instinto de los animales) de modo seme3ante) el con%$i$ir! del ,om-re marca una diferencia tam-ién cualitati$a respecto a $i$ir en manada o en re-a?o de los animales. 'al es la anotaci#n de *rist#teles. Estas consideraciones del fil#sofo griego son su-rayadas por 'omás de *&uino y por grandes sectores de la filosofía actual ) 1GO%1GB" B@G%B@J) etc.0. El origen de la socialidad es precisamente el alma) dado &ue una de las cualidades del espíritu es la autocomunicaci#n! cfr ) IB%II@0. Aa socialidad radical de la persona ,umana en relaci#n con la $ida moral tiene) al menos) estas dos consecuencias: % No ca-e plantear la $ida moral del ,om-re si no se tiene en cuenta su condici#n social. Aa moral no es) propiamente) del indi$iduo!) sino de la persona!) y la persona es) por naturalea) un ser social. Por ello) tam-ién son o-3eto de 3uicio ético las m5ltiples relaciones de la $ida social) econ#mica) política) etc. e incluso de las instituciones &ue la rigen. % Pero $alorar su sentido moral e(ige tam-ién considerar las influencias reales &ue so-re la persona e3erce la $ida social concreta en &ue desarrolla su e(istencia. *sí ad&uieren significado las e(presiones de los 5ltimos documentos magisteriales acerca de los llamados pecados sociales! y estructuras de pecado! =6=) B;0. El sentido social del ,om-re es una llamada a $i$ir en plenitud su $ocaci#n de ,om-re y una urgencia a comprometerse en fa$or del -ien de la sociedad cfr =) BO%B1 0. c0 >istoricidad El ,om-re es realidad personal e ,ist#rica: $i$e en la ,istoria y él mismo tiene ,istoria) de forma &ue la ,istoricidad no toca tangencialmente la -iografía de cada ,om-re) sino &ue se integra en su ser >ay épocas concretas) en las &ue la ,istoria e3erce un influ3o más directo so-re la conducta del ,om-re. =on) por e3emplo) a&uellas &ue marcan un fuerte giro cultural. 'al puede ser nuestro tiempo en relaci#n con la técnica. En concreto) la ,istoricidad condiciona la $ida moral) al menos en estos dos sentidos: % =u propia -iografía está enri&uecida o empo-recida por la cr#nica de su e(istencia. *demás) la e(periencia personal puede aportar datos &ue le ayuden a formular un 3uicio moral) así como tam-ién le facilitan apro$ec,ar una circunstancia o e$itar a&uella otra ocasi#n) &ue en otro tiempo condicionaron su $ida moral. Aas $i$encias personales e3ercen una gran influencia en la $ida moral de cada persona. % Pero al ,om-re) inmerso en la ,istoria) no siempre le es fácil superar las ideas y las sensi-ilidades de cada tiempo. Por ello de-e estar ad$ertido para no 3ugar como éticamente correctos los defectos morales de una época social concreta cfr =) G0.
Moral Fundamental.
Página N° GK
Como es o-$io) la ,istoricidad del ser ,umano es un dato positi$o para la $ida moral. El error es e(agerarlo) de forma &ue con$ierta el ,om-re en escla$o de su -iografía) o &ue se e(agere el elemento ,ist#rico ,asta aca-ar en un relati$ismo ,istoricista. d0 Ele$aci#n a la gracia Este supuesto está muc,as $eces e(plícito) pero ,a de estar siempre su-yacente en cual&uier concepci#n de la 'eología Moral. Como es l#gico) a la estructura más íntima del ,om-re pertenece la nue$a $ida so-renatural comunicada al -autiado. Este supuesto antropol#gico) en el plano e(istencial %en el ontol#gico les supera%) tiene &ue ser contemplado al menos como la socialidad y la ,istoricidad. Esta dimensi#n constituti$a del cristiano tiene m5ltiples consecuencias. Para el o-3eto &ue a&uí nos guía) enunciamos dos: % Aa llamada del cristiano a un compromiso moral es más ele$ada &ue la &ue puede sentir otra persona) por&ue) incluso la consideraci#n uni$ersal del ,om-re como imagen de +ios!) tal como se dice en el capítulo ) se acrecienta en el -autiado por&ue participa de la naturalea di$ina! @ Ped l) I0) mediante la nue$a comunicaci#n de la $ida de Cristo. En este sentido) la ele$aci#n por la gracia demanda una moral de la santidad. % +ado &ue se trata de $i$ir la moral cristiana) del ,ec,o de &ue el ,om-re esté ele$ado al orden so-renatural) se siguen) al menos) tres consecuencias inmediatas: a0 Aa gra$edad del mal moral) o sea del pecado. -0 El mérito so-renatural &ue ad&uieren los actos ,umanos así como el demérito de las acciones &ue no están informadas por la caridad. c0 Aos medios para conducirse moralmente son so-renaturales) entre los &ue destacan la in$ocaci#n al Espíritu =anto y la recepci#n de los =acramentos. e0 Estructura psí&uica del su3eto moral Es e$idente &ue esta cuesti#n es decisi$a) pues se trata no s#lo de detectar los casos patol#gicos) sino de conocer la psicología de los casos más comunes y de otros más accidentados) en los &ue la peculiar forma de ser de cada uno e(plica y condiciona la $ida moral. Es e$idente &ue el conocimiento de la aforma de ser! ayuda a discernir el modo de comportarse!. Por este moti$o) algunos moralistas en este apartado dedican amplios espacios a e(poner las distintas teorías so-re las di$ersas clasificaciones y características en torno al carácter) los factores de la ,erencia) etc. *,ora -ien) esto encierra no pocas dificultades. Aa primera es &ue las teorías psicol#gicas son plurales y cam-iantes. Plurales!) por&ue se reparten en di$ersas Escuelas di$ergentes entre sí) y cam-iantes!) por&ue las afirmaciones tienen $igencia un tiempo limitado: pronto son negadas y sustituidas por otras. *demás) las Escuelas de Psicología están muy ideologiadas) de forma &ue la interpretaci#n del ser del ,om-re está condicionada por la ideología de escuela. No o-stante) el moralista de-e conocer los datos psicol#gicos más comunes y &ue constituyen ya un patrimonio de la Psicología. *nte la imposi-ilidad de detenerse en este tema) a&uí se remite a un supuesto pre$io: a la consideraci#n de la persona como ser espiritual) a la cual) en su condici#n de tal) le son propias cuatro operaciones fundamentales o características del alma ,umana: la auto%refle(i#n) de la &ue se origina la conciencia intelectual y moral" la autoposesi#n) &ue indica la ri&uea y en ocasiones la normalidad de la $ida psí&uica" la auto%determinaci#n de la &ue se origina la li-ertad y la auto%comunicaci#n &ue fundamenta) entre otras ri&ueas psí&uicas) la socialidad. El conocimiento del alma ,umana) cuya naturalea se e(plica por medio de esas cuatro operaciones) fa$orece el estudio de la psicología) pero además presta una $aliosa ayuda a &ue el ,om-re consiga un
Moral Fundamental.
Página N° GJ
e&uili-rio psí&uico &ue le facilite el dominio de su ri&uea interior y con ello la posi-ilidad de ad&uirir una rica $ida moral cfr. ) IBB%IIJ0. En resumen) el su3eto moral es la realidad del ,om-re concreto) uno en cuerpo y alma!) social por naturalea!) ser ,ist#rico! &ue) ele$ado al orden so-renatural!) posee una peculiar estructura psí&uica!. Es este ,om-re concreto el &ue realia actos -uenos! y malos!) de forma &ue es responsa-le de su propia conducta moral. Pues -ien) la primera condici#n para &ue ese ,om-re concreto! sea capa de actuar moralmente es &ue sea consciente y li-re. Conocimiento y li-ertad constituyen la raí de la moralidad.
II. EL ACTO 'UMANO E&I!E EL CONOCIMIENTO LA LIERTAD *ctuar de modo ,umano demanda en primer lugar conocer la -ondad o malicia de lo &ue se e3ecuta y &ue el su3eto sea li-re al momento de e3ecutarla. En consecuencia) el acto ,umano es moral cuando se realia con conocimiento y li-ertad. 1. Conocimiento +ado &ue la racionalidad es lo específico del ser ,umano) para &ue un acto pueda imputársele moralmente) se re&uiere &ue la persona sea consciente de la acci#n &ue $a a e3ecutar) y &ue) desde el punto de $ista ético) ad$ierta &ue es -uena! o mala!. Aa ad$ertencia! ,a de ser) pues) do-le: de-e ser consiente de lo &ue ,ace" pero además ,a de conocer la -ondad o malicia de la acci#n &ue e3ecuta u omite. Es decir) no -asta con de3ar de asistir a la Misa en domingo o día festi$o) se re&uieren además dos cosas: &ue se ad$ierta &ue . tal día es domingo y &ue es o-ligaci#n gra$e asistir. *simismo) para cometer un pecado contra la $irtud de la religi#n) no es suficiente sa-er &ue es pecado ro-ar un cáli) además de-e ad$ertir &ue comete un ,urto sagrado. 'ampoco comete adulterio si &uien tiene relaciones des,onestas desconoce &ue la otra parte es persona casada) etc. *1 conocimiento se opone la ignorancia) lo cual acontece cuando se desconoce &ue tal acci#n es -uena o mala desde el punto de $ista moral. Aa ignorancia es $enci-le! cuando es fácil salir de ella mediante una informaci#n adecuada. Por el contrario) es in$enci-le! en el caso en &ue) puestas las diligencias de-idas) no es posi-le salir de ella. Pero el conocimiento re&uerido! para la moralidad de una acci#n ad&uiere en nuestra cultura ciertas dificultades) a?adidas a las normales con las &ue tropiea el simple acto de conocer) el cual puede encerrar el error) la duda) etc. =on las siguientes: % El poco aprecio &ue nuestra generaci#n tiene a la ra#n) lo &ue conlle$a el descuido por la informaci#n y el escaso amor a la $erdad) &ue es uno de los males más gra$es &ue afecta a un sector de la cultura atlántica de nuestro tiempo cfr ) IIJ%IGO0. % Aa influencia de la pra(is moral en las ideas éticas. Es sa-ido la interrelaci#n &ue e(iste entre doctrina y $ida) entre conocimiento te#rico y conocimiento práctico. Pues -ien) en ocasiones una $ida moral desordenada influye en las ideas morales) -ien por&ue se -usca una 3ustificaci#n a la mala conducta o) más gra$e a5n) por&ue la mala $ida! oscurece la inteligencia e incapacita para alcanar la $erdad cfr ) IGO%IG@0. % E(isten casos) en los &ue no se da el conocimiento claro o está muy disminuido) lo &ue impide lle$ar a ca-o actos ,umanos!. Por e3emplo: los adictos a la droga o al alco,ol) los ,a-ituados a ciertos fármacos) los estados psicol#gicos dominados por la depresi#n) los enfermos ,ipocondríacos) los estados de ansiedad) etc.
Moral Fundamental.
Página N° G
% Cada día es preciso enumerar más casos en los &ue ca-e ,a-lar de ignorancia in$enci-le!. +os circunstancias aumentan esta situaci#n. Primera) el gran desconocimiento &ue e(iste de las $erdades cristianas y especialmente de los principios morales. =egunda) las ideas &ue se e(ponen en la ense?ana de la religi#n) en las cate&uesis) etcétera. na época cultural cristiana y de ense?ana ,omogénea aminora-a nota-lemente los casos de ignorancia in$enci-lemente err#nea!. Pero en la actualidad pueden encontrarse en esa situaci#n personas &ue ,an sido adoctrinadas e&ui$ocadamente y &uiá desde la infancia en temas importantes de la moral cristiana) tales como la o-ligaci#n de asistir a la Eucaristía dominical o algunos aspectos de la moral se(ual o econ#mica) etc. Para estas y en otras situaciones sigue teniendo $alide la distinci#n clásica entre pecado material! y pecado formal!: éste supone &ue el acto se realia con conocimiento y li-ertad) a&uél es el &ue le falta uno o los dos de estos re&uisitos.
@. Ai-ertad Aa acci#n moral) además de conocer la -ondad o malicia del acto &ue se e3ecuta) re&uiere además el consentimiento!. Para ello se e(ige la li-ertad de la $oluntad. Aa li-ertad es el elemento más determinante de la moralidad de un acto. Aa acci#n &ue se lle$a a ca-o de modo $iolento o &ue la li-ertad se $e limitada o anulada por la pasi#n) el miedo) etc. pierde el carácter de moral! =) B10. Aa li-ertad es un tema lleno de aporías. Aas dificultades surgen a cada paso) por lo &ue e(isten muc,os errores en torno a ella: desde los &ue niegan su e(istencia ,asta los &ue demandan una li-ertad a-soluta. *lgunos confunden la limitaci#n de la li-ertad con la ,eteronomía y ,ay &uienes) en aras de la li-ertad) pretenden demandar para el ,om-re una li-ertad sin limitaci#n alguna) a pesar de &ue el ,om-re como tal es un ser limitado. 4tros reclaman las li-ertades formales o reales li-ertad de pensamiento) política) etc.0 y no cuidan la li-ertad personal o la niegan) y) al contrario) ,ay &uien defiende la li-ertad del indi$iduo) pero niega las li-ertades formales... El contorno de las ideas falsas en toda esta temática se agranda) por&ue nuestra cultura y el ,om-re de nuestro tiempo es particularmente sensi-le a la li-ertad cfr ) IGI%I;10. El ,ec,o es &ue algunos de estos e&uí$ocos ,an salpicado la moral teol#gica) lo cual es gra$e) por&ue en el recto sentido de la li-ertad se sit5an ,oy no pocos pro-lemas morales: Aos pro-lemas ,umanos más de-atidos y resueltos de manera di$ersa en la refle(i#n moral contemporánea se relacionan) aun&ue sea de modo distinto) con un pro-lema crucial: la li-ertad del ,om-re! =) B10. Para nuestro intento) después de admitir &ue el ,om-re es li-re y &ue la li-ertad es la capacidad de autodeterminarse) para la ciencia moral con$iene precisar la íntima relaci#n &ue e(iste entre li-ertad% $erdad) li-ertad%ley y li-ertad%-ien. Estos tres -inomios son especialmente considerados en la Encíclica eritatis splendor) dado &ue no s#lo son negados por algunas corrientes de pensamiento) sino &ue en ellos se centra el $erdadero sentido de la li-ertad en el campo moral. a0 Ai-ertad%$erdad Aa li-ertad dice relaci#n a la $erdad y está su-ordinada a ella. Aa ra#n es o-$ia: la decisi#n del ,om-re no puede ser ar-itraria) sino &ue de-e respetar el orden o-3eti$o) &ue responde a la $erdad de lo real. En el orden moral) esa íntima relaci#n entre la li-ertad y la $erdad $iene dada por&ue la li-ertad no es un $alor a-soluto &ue crea las realidades de -ien y de mal) sino &ue ,a de respetar la o-3eti$idad de los $alores: la mentira) el ,omicidio) el adulterio) el ro-o) la in3usticia... etc. no los crea la li-ertad) sino &ue son realidades o-3eti$as en el orden del o-rar ,umano) lo mismo &ue es real en el orden físico la $o con &ue ,a-lo y son reales en el orden ideal las ideas &ue e(preso o son tam-ién reales en el orden afecti$o los
Moral Fundamental.
Página N° ;O
sentimientos &ue e(preso al ,a-lar) etc. <) si el ,om-re ,a de aceptar la o-3eti$idad en esos campos del ser) tam-ién de-e reconocerla en los $alores morales. En tal caso) la li-ertad) al respetar la $erdad) es fiel a su misma naturalea. 2ste es el sentido de las pala-ras de 7es5s: Conoceréis la $erdad y la $erdad os ,ará li-res! 7n J) B@0. +os errores fundamentales su-yacen en esa concepci#n a-soluta de la li-ertad) &ue la su-3eti$ia ,asta independiarla de la $erdad o-3eti$a: Primero) el concepto uní$oco de realidad) tal como &ueda consignado en el capítulo . =egundo) la negaci#n de la o-3eti$idad y uni$ersalidad de la $erdad) &ue se sigue como l#gica consecuencia) pues) de un modo genérico) ca-ría afirmar &ue la $erdad es la lectura! intelectual de la realidad. En efecto) si alo real! es s#lo la realidad material! y los $alores morales son su-3eti$os) s#lo e(istirá la $erdad física! &ue interpreta la realidad material) el resto serán opiniones &ue cam-ian seg5n el tiempo) el lugar o el su3eto &ue las interpreta. *,ora -ien) cuando la ra#n descu-re los $alores morales) &ue en sí mismos son reales) con independencia de la li-ertad del ,om-re) si la li-ertad acepta ese orden o-3eti$o real) entonces ad&uiere su más alto rango) dado &ue descu-re y acepta la $erdad) como e(presa la sentencia -í-lica 7n J) B@0.
-0 Ai-ertad y ley Aa íntima relaci#n li-ertad%$erdad es tam-ién la soluci#n para descu-rir el error &ue se oculta cuando se contraponen ley y li-ertad) tal como sostienen algunos autores. *,ora -ien) las normas 3ustas no pueden ser o-stáculo para $i$ir la li-ertad) si no más -ien una ayuda a &ue la $oluntad descu-ra d#nde están los $alores morales por los &ue de-e decidirse y optar li-remente. Ca-e decir más) la falsa antinomia entre li-ertad y norma s#lo ca-e plantearla en una concepci#n $oluntarista de la ley) es decir) cuando la ley representa el capric,o del legislador Pero) si la ley es 3usta por&ue es fruto de la recta ra#n! y trata de proteger los $erdaderos $alores morales de la persona o de la con$i$encia social) entonces la ley no coarta la li-ertad) sino &ue la enaltece) dado &ue la ley le ayuda a descu-rir la $erdad de los $alores de la persona y de la sociedad. <) cuando se trata de la ley di$ina) entonces la li-ertad ad&uiere su má(ima dignidad: Aa cuesti#n fundamental &ue las teorías modernas plantean con particular intensidad es la relaci#n entre la li-ertad del ,om-re y la ley de +ios) es decir) la cuesti#n de la relaci#n entre li-ertad y $erdad. =eg5n la fe cristiana y la doctrina de la glesia) solamente la li-ertad &ue se somete a la erdad conduce a la persona ,umana a su $erdadero -ien. El -ien de la persona consiste en estar en la erdad y en realiar la erdad! =) JI0. c0 Ai-ertad y -ien 'am-ién este -inomio o-tiene la síntesis en la relaci#n &ue e(iste entre li-ertad y $erdad. =i la $oluntad de-e optar y autodeterminarse) de-e ,acerlo por el -ien y no por el mal" es decir) de-e ser fiel a la $erdad y no al error El ,om-re puede ,acer el mal) tiene capacidad física para ,acerlo) pero no de-e) pues la li-ertad se sit5a no en el poder físico!) sino en el de-er moral!. Ao cual &uiere decir &ue la esencia de la li-ertad consiste en determinarse por el -ien y) cuando se decide por el mal) se per$ierte. 'omado de los autores clásicos) 'omás de *&uino escri-e: ,acer el mal no es la li-ertad) ni si&uiera una parte de ella) sino tan s#lo una se?al de &ue el ,om-re era li-re! +e $eritate) QQ) ;" @I) B ad @0. < =an *gustín escri-e: Aa primera li-ertad es no tener delitos...) como el ,omicidio) adulterio) alguna inmundicia de fornicaci#n) ,urto) fraude) sacrilegio y otros parecidos. Cuando el ,om-re empiea a no tener tales delitos %y el cristiano no de-e cometerlos%) comiena a le$antar la ca-ea ,acia la li-ertad" pero ésta es una li-ertad incoada) no es perfecta! =an *gustín) 'ratado so-re el E$angelio de =an 7uan I1) 1O0.
Moral Fundamental.
Página N° ;1
Aa li-ertad perfecta será la li-ertad del santo) &ue) pudiendo ,acer el mal) no lo comete) con lo &ue desconoce la escla$itud &ue engendra el pecado. Esa distinci#n entre el poder físico! y el de-er moral! es lo &ue permite &ue la $ida social sea una con$i$encia de li-ertades) donde se limitan mutuamente en orden a respetar la li-ertad de todos y a no imponer la li-ertad de poder) &ue será siempre la tiranía del más fuerte o del más inmoral.
III. LA LIERTAD SUS CONSECUENClAS =i la li-ertad es el primer supuesto de la $ida moral) es l#gico &ue plantee muc,os pro-lemas a la ciencia ética. Pero no es posi-le detenerse a tratarlos todos cfr ) I;OIKG0. Aos a&uí e(puestos son los más decisi$os en el campo te#rico. No o-stante) es preciso tratar -re$emente el ,ec,o de las consecuencias &ue se siguen al actuar li-re del ,om-re. En efecto) la li-ertad ,umana no s#lo influye en actos puntuales) sino &ue con frecuencia de la acci#n ,umana concreta se siguen consecuencias &ue superan el &uerer inicial &ue moti$a la acci#n. Aos manuales clásicos) en un estudio casuístico en e(ceso) estudia-an el tema de las consecuencias en tres temas entre sí relacionados: el $oluntario in causa!) el $oluntario indirecto! y la acci#n de do-le efecto!. No concuerdan los autores en distinguir esta triple situaci#n. =in em-argo) el tema &ue plantean es rele$ante: se trata de si se de-e imputar al ,om-re un efecto pre$isto) pero no &uerido) o) si es lícito poner un acto del cual se siguen dos efectos) uno -ueno y otro malo) am-os pre$istos y aun si ca-e actuar cuando es fácil &ue de la acci#n) además del efecto -ueno) se puedan seguir consecuencias malas desde el punto de $ista ético. =i -ien son situaciones distintas) dado &ue al menos no es lo mismo &ue el efecto malo sea o no pre$isto) con las sal$edades de-idas) se puede tener en cuenta la doctrina clásica so-re las cuatro condiciones &ue se re&uieren para actuar cuando de la acci#n se siguen dos efectos) uno -ueno y otro malo. =on las siguientes: % Hue la acci#n en sí sea -uena o al menos indiferente. % Hue el fin &ue se persigue sea o-tener el efecto -ueno y simplemente se permita el malo. % Hue el efecto primero o inmediato &ue se ,a de seguir sea el -ueno y no el malo. % Hue e(ista causa proporcionalmente gra$e para actuar No siempre es fácil interpretar cada una de estas condiciones) de ,ec,o tampoco concuerdan los autores. Por ello será el sentido moral de una conciencia rectamente formada la &ue iluminará algunas situaciones en $erdad complicadas cfr ) IKG%IJ;0. Conclusi#n: Aa doctrina so-re la li-ertad es rica y comple3a. Pero sa-e más de la li-ertad el &ue la $i$e &ue el profesor de metafísica o el moralista &ue teorian so-re ella. Ao decisi$o es su e3ercicio. Aa práctica moral demanda &ue el ,om-re se esfuerce por ad&uirir su condici#n de ser li-re) dado &ue) como todas las grandes realidades ,umanas) la li-ertad no es algo ad&uirido) sino &ue se con&uista con su e3ercicio. Por eso) la $ida moral es el me3or medio para alcanar una alta cota de li-ertad personal.
Capítulo I&
Moral Fundamental.
LA CONCIENCIA MORAL (I, >0*-?4?)
Página N° ;@
En el ,om-re concreto) la grandea de la conciencia supera al -ien inmenso de la li-ertad. Es cierto &ue sin li-ertad las acciones ,umanas no goarían del calificati$o de amorales!) pero la $ida moral como tal se $entila en la conciencia de cada persona. El moti$o está en la naturalea misma de la conciencia) &ue es el n5cleo más íntimo del ,om-re) ,asta poder afirmar) como escri-e 4rígenes) &ue el alma del alma es la conciencia!. 4 sea) la rica intimidad del ser ,umano se concentra en su conciencia. Aa conciencia no es una facultad! %a modo de se(to sentido%) sino &ue es el ,om-re mismo. =an *gustín escri-e: El interior del ,om-re se llama conciencia!. Aa conciencia es) pues) el
I. E&ISTENCIA DE LA CONCIENCIA Pero la cultura tiene tam-ién sus parado3as. Es curioso constatar c#mo algunos círculos culturales %incluso &uienes reclaman los derec,os de la conciencia% niegan su e(istencia) al menos en ciertas dimensiones de la $ida) especialmente) en el ám-ito religioso. En efecto) algunos pretenden negar la conciencia moral y sostienen &ue es un pre3uicio religioso! &ue con$endría eliminar por&ue resta espontaneidad al actuar ,umano.
Moral Fundamental.
Página N° ;B
como es la sensaci#n) el ,om-re ad&uiere conciencia de ella. +e a&uí la e(presi#n feli de u-iri: el animal siente) pero no se siente!. En efecto) el ,om-re tiene conciencia de la sensaci#n) mientras &ue el animal s#lo la padece!) pues carece de ese se! refle(i$o &ue le permitiría adue?arse de ella para rec,aarla o sufrirla pacientemente. Pero) además de la conciencia sensiti$a) el ,om-re tiene tam-ién conciencia intelectual) tal es el 3uicio te#rico &ue ,a ,ec,o al re%fle(ionar so-re ciertos datos &ue le ,acen caer en la cuenta! de la l#gica &ue le conduce a la $erdad. Pues -ien) en paridad a ese 3uicio te#rico &ue le lle$a a 3ugar &ue algo es $erdadero! o falso!) el ,om-re no puede e$itar emitir un 3uicio práctico cuando act5a. En efecto) antes) en o después de la acci#n) el ,om-re refle(iona so-re tal acto y ad&uiere conciencia de &ue a&uella acci#n es -uena o mala. * este 3uicio práctico es a lo &ue se denomina conciencia moral!. En consecuencia) si no es posi-le dudar de la conciencia sensiti$a ni de la conciencia intelectual) la misma l#gica de-e aplicarse al 3uicio de la conciencia moral. <) si el 3uicio de la ra#n te#rica formula los conceptos de $erdad! y de error!) el 3uicio práctico deduce del actuar los conceptos de -ien! y de mal!. >ay) pues) una íntima armonía entre las di$ersas capas del ser ,umano: desde la sensaci#n) pasando por el 3uicio te#rico! ,asta concluir en el 3uicio práctico! &ue e3ecuta la conciencia moral. En este sentido) la conciencia reasume a todo el ,om-re. +e a&uí su grandea ) GKK%GJO0. Es e$idente &ue el cristiano no tiene necesidad de recurrir a estas prue-as) dado &ue él mismo la e(perimenta en todo momento. *demás la Escritura apela a la conciencia con el fin de &ue el ,om-re se conduca de acuerdo con su dignidad. En la $ersi#n de los =etenta del *ntiguo 'estamento) el término conciencia!) como correspondiente al término griego syneidesis!) se encuentra s#lo tres $eces Ho, 1O) @O" Eclo I@) 1J" =a- 1K) 11 0. Pero el contenido conceptual) conforme al lengua3e figurati$o ,e-reo) se e(presa con otros nom-res) especialmente con el término cora#n!. En efecto) el cora#n! es la sede del -ien y del mal. *sí de +a$id) después del pecado) se dice &ue le salt# el cora#n! 1 =am @I) ;0 y el li-ro de los Pro$er-ios sentencia &ue los caminos del ,om-re son -uenos y rectos en la medida en &ue lo sea su cora#n Pro$ @) @K0. Es) precisamente) el cora#n el &ue siente el remordimiento cuando se comete el mal) tal como ense?a el Eclesiástico: El cora#n testimonia cuantas $eces ,an ofendido al pr#3imo! Eclo K) @@0. 7o- afirma de sí mismo: Mi cora#n no me condena! 7o- @K) ;0. < los Pro$er-ios ad$ierten &ue +ios sondea los coraones para descu-rir el pecado cometido Pro$ @1) @0. *simismo) el ,om-re manifiesta su arrepentimiento como contrici#n de cora#n!. Por eso +a$id se dirige a +ios y le ruega: '5 no desprecias un cora#n contrito y ,umillado! =al G1) 10. Este mismo lengua3e %tam-ién con el término cora#n!% se repite en el Nue$o 'estamento) pero ya es más frecuente el uso del término synéidesis!) &ue) si -ien no se encuentra en los E$angelios) si se menciona @O $eces en =an Pa-lo y otras die en los restantes li-ros del Nue$o 'estamento. +el análisis de estos BO te(tos en &ue aparece el término synéidesis!) ca-e deducir las siguientes funciones &ue el Nue$o 'estamento atri-uye a la conciencia: % Aa conciencia es una realidad en todos los ,om-res 6om @) 1G0. Es la norma de actuar y ,ay o-ligaci#n de seguir sus 3uicios. Por ello de-e ser respetada 1 Cor K) 1B" 1 Cor J) K" @ Cor 1O) @0. % Aa conciencia es indi$idual y testifica a cada uno el mal &ue e3ecuta 6om @) 1G0" tam-ién es testigo del -ien realiado 6om ) 1" @ Cor 1) 1@0. Cada uno) seg5n su conciencia) dará cuenta a +ios de su $ida @ Cor G) 11" 1 'im I) @" @ Cor I) @" 6om 1B) G0.
Moral Fundamental.
Página N° ;I
% Aa conciencia ,ace 3uicios de $alor moral 1 Cor 1O) @G" 6om 1B) G0. Por eso reci-e calificati$os di$ersos: es -uena! >ec, @B) 1" 1 'im l) G. 1" 1 Pedr B) 1;. @1" >e-r 1B) 1J0" es pura! 'im B) " @ Um l) B0" es irreprensi-le! >e-r @I) 1;0" es mala! >e-r 1O) @@0" está contaminada! 'it l) 1G0" ,a de estar limpia de pecador >e-r 1O) @0 y) en caso contrario) de-e ser purificada! >e-r ) 1I0. % En los cristianos) la conciencia es testigo de sus -uenas o-ras @ Cor I@" G) 1 1 0. +e a&uí &ue Pa-lo apele a su propia conciencia para 3ustificar la rectitud de su actuar 6om ) l" @ Cor l) 1@" >ec, @B) l" @I) 1;0. En resumen) la doctrina del Nue$o 'estamento en torno al $alor de la conciencia y al papel &ue desempe?a en el ám-ito moral) ca-ría resumirlo como el ár-itro entre el -ien y el mal. +e a&uí la o-ligaci#n &ue tiene el ,om-re de oír su $o para no ser arrastrado por el mal ) GJB%G1 0.
III. DESARROLLO DOCTRINAL. LA NOCI"N DE CONCIENCIA EN LOS ADRES En esta primera época de la refle(i#n teol#gica) los escritos patrísticos no tienen toda$ía una fi3aci#n terminol#gica. Aos Padres no e(ponen de modo académico ni sistemático) pero sí desarrollan los principios) de forma &ue en sus escritos se encuentra ya una ela-oraci#n doctrinal. +e la doctrina de los Padres ca-e deducir tres ense?anas: la importancia de la conciencia para la $ida moral) su misi#n de 3ugar las conductas y la necesidad de concordar la conciencia personal con las normas &ue rigen el actuar ,umano. 1. Aa importancia de la conciencia =u importancia se constata por las imágenes -rillantes con &ue la descri-en. Es un 3uicio natural &ue discierne el -ien del mal! =an Lasilio0" es como la $o de +ios &ue nos insin5a pro,i-iciones y preceptos! =an *m-rosio0" es la sede de +ios en el cora#n del ,om-re! =an *gustín0. < =an 7uan Cris#stomo e(presa la importancia de la conciencia con esta doctrina: +ios... ,a impreso en nosotros la conciencia autodidacta del -ien y del mal!. E(presi#n auda &ue más a-a3o e(plicamos. @. Aa misi#n crítica de la conciencia =i ,acemos un recorrido por los numerosos te(tos de los Padres) el recuento de la misi#n de la conciencia en relaci#n al o-rar ,umano se centra en oficios muy di$ersos) si -ien todos relacionados con el 3uicio moral. *lgunos son negati$os) por&ue se supone &ue la conciencia en ocasiones claudica. Por e3emplo) la conciencia: protesta contra lo malo!" con$ence de culpa!" a-ruma con sus reproc,es!" castiga!" agita!" tur-a!" a$erg`ena!" oprime!" atormenta!" muerde!" roe!" agui3onea!" ,ace una ,erida!" es como un dardo!" es una espina!" pone al alma de luto!... 4tras misiones son más positi$as. Por e3emplo) la conciencia da alegría y anima!" su testimonio es ya una recompensa!" admira el -ien) incluso de otros!" proclama &ue es ,ermoso practicar la misericordia!" ense?a el -ien!" recuerda el de-er!" lo adicta! y lo sugiere!" ofrece al alma un ideal de santidad!" aconse3a!" e(,orta!" dirige con seguridad!" refrena y retrae del mal!" constituye un germen de $irtud!... En resumen) la conciencia muestra lo &ue se de-e ,acer y lo &ue no se de-e ,acer!) ya &ue en ella resuena la $o de +ios) pues) como escri-e =an *gustín) no ,ay ning5n alma) en cuya conciencia no ,a-le +ios!. B. 6elaci#n entre conciencia y norma Aos Padres no encuentran dificultad en concordar conciencia y norma" más a5n) su-rayan la relaci#n &ue e(iste entre am-as. *sí) destacan la armonía de la conciencia y de la ley natural) &ue en ocasiones parecen identificarlas. =an 7uan Cris#stomo escri-e: +ios nos ,a dado la ley natural) es decir) ,a impreso
Moral Fundamental.
Página N° ;G
en nosotros la conciencia!. =an reneo se pregunta por &ué +ios no dio el +ecálogo a las generaciones anteriores a Moisés) y responde por&ue ya tenían la ley natural. =an Lasilio in$ita a la conciencia a &ue se e(amine so-re si cumple o no los preceptos del +ecálogo. =an *m-rosio e(plica &ué el ám-ito de la conciencia son las pro,i-iciones y los preceptos!. Pero) los Padres no s#lo armonian conciencia y ley) sino &ue) seg5n sus ense?anas) la misi#n de la conciencia es aceptar y cumplir los preceptos del +ecálogo) el mandato nue$o del amor y las demás prescripciones e$angélicas. =o-re este supuesto se desarrolla la ense?ana moral de los Padres. *sí) la temática de sus sermones) si e(ige el cam-io de costum-res e in$ita a la con$ersi#n) es por&ue no ,an cumplido la ley de +ios y por ello no ,an sido fieles a los dictámenes de su conciencia. Aa ense?ana de los Padres en relaci#n al $alor y misi#n de la conciencia para la $ida moral se resume en este te(to de =an Lasilio: 'odos tenemos en nosotros un 3uicio natural &ue discierne el -ien y el mal... +e este modo) t5 sa-es 3ugar entre la impurea y el pudor 'u ra#n se sienta en un tri-unal y 3uga desde lo alto de su autoridad!.
I#. NATURALE@A DE LA CONCIENCIA MORAL Aa teología posterior ela-or# la doctrina en torno a este tema. Pero toda$ía persisten no pocas inseguridades doctrinales. *lgunas son tan gra$es &ue están recogidas en la Encíclica eritatis splendor. *&uí se tratan las más importantes y urgentes) al ritmo de c#mo se ,an sucedido en la ,istoria y c#mo $uel$en a repetirse con planteamiento di$erso en cada época. En concreto tres: el $alor del 3uicio moral de la conciencia" el papel concreto de la conciencia en relaci#n con los $alores morales y las relaciones entre conciencia y ley Este 5ltimo) dado &ue afecta por igual a la li-ertad y a la conciencia y la suscita el tema de la ley) se estudia en el cap. Q. 1. El 3uicio moral de la conciencia 4riginariamente se plante# con el tema de la conciencia err#nea!" es decir) se cuestion# si ca-ía la posi-ilidad de &ue errase la conciencia cuando emite sus 3uicios de $alor so-re el -ien y el mal morales. *1 so-re$alorar la conciencia más de lo de-ido) se corre el riesgo de pensar &ue es un $alor a-soluto) de modo &ue ella sola pueda decidir el 3uicio moral) sin posi-ilidad de e&ui$ocarse. El tema de la conciencia err#nea! se plante# ya en el siglo (ii en la discusi#n entre *-elardo y =an Lernardo. *m-os partían de supuestos distintos y por ello llegaron a soluciones di$ersas. =an Lernardo tiene un concepto tan ele$ado de la conciencia &ue ,a-la de ella en términos de amor: la denomina esposa fiel!) por eso no puede enga?ar. *demás) piensa en sus mon3es entregados a +ios) los cuales) si le son fieles) no pueden ser enga?ados. Por ello sostiene &ue) siempre &ue ,ay un error) e(iste alguna culpa-ilidad pre$ia. *sí concluye su tesis: toda ignorancia es culpa-le" en consecuencia) no e(iste una conciencia in$enci-lemente err#nea!. *-elardo) por el contrario) procede de un mundo moralmente menos culti$ado) y afirma &ue el error disculpa de pecado) pero no analia la causa del error: si ,ay o no culpa-ilidad en su origen. *-elardo se mue$e en una filosofía más su-3eti$ista y trata de 3ustificar ciertas situaciones morales. n siglo más tarde) 'omás de *&uino aportará la $erdadera soluci#n distinguiendo entre conciencia ,a-itual! y conciencia actual!. * la primera la designa con el término griego de sindéresis! y a la segunda con el de constientia!. Pues -ien) el *&uinate) conforme a la ense?ana de la Escritura y de los Padres) conser$a un alto concepto de la sindéresis!) a la &ue considera como ese espíritu profundo del ,om-re &ue detecta el -ien y el mal) es como la $o de +ios!. En consecuencia) esa conciencia ,a-itual! %esa $o de +ios!% no puede e&ui$ocarse. Por el contrario) la conciencia actual! %la constientia!% es un 3uicio práctico &ue aplica los principios de la sindéresis! a los actos concretos de la $ida. < en ese 3uicio de la conciencia!) sí ca-e el error ) ;1O%;1B0.
Moral Fundamental.
Página N° ;;
*,ora -ien) ese error de la conciencia! puede ser $enci-le! o in$enci-le!) seg5n le sea fácil detectarlo o no. Aa conciencia) en efecto) puede errar y en ocasiones no le es fácil salir del error. Por ello) en caso de un error in$enci-le!) la conciencia no comete pecado" si lo pudiese superar) sí se le imputa el pecado. En el ,orionte intelectual de estos autores medie$ales están presentes una serie de $erdades fundamentales. En concreto: la distinci#n entre el ser de la conciencia sindéresis0 y su 3uicio concreto conciencia0" &ue la misi#n de la conciencia! es ,acer un 3uicio práctico respecto a acciones concretas" la doctrina acerca del conocimiento o-3eti$o: e(iste la $erdad uni$ersal y la posi-ilidad de &ue la ra#n se e&ui$o&ue al emitir un 3uicio. Por consiguiente) si la ra#n te#rica! puede errar en casos concretos) tam-ién puede cometer un error la ra#n práctica!" o sea) ca-e la conciencia err#nea ) GJ%;OB0. Este tema se plantea de nue$o en nuestros días) pero -a3o otros presupuestos. En concreto) se suscitan tres pro-lemas: la no distinci#n entre sindéresis! y conciencia!" la crisis de la $erdad o-3eti$a y uni$ersal) tal como &ueda e(puesto en el capítulo y la so-re$aloraci#n de la conciencia. Consecuentemente) si no se distingue entre el ser de la conciencia y su capacidad de error al emitir 3uicios concretos" si no se tiene en consideraci#n la $erdad uni$ersal y o-3eti$a y se ensala tanto la conciencia) se corre el riesgo de con$ertirla en el 5nico criterio moral) por lo &ue su 3uicio sería decisorio y) consecuentemente) de-erá respetarse por fidelidad al ser propio de la persona. Esta doctrina es la &ue condena la Encíclica eritatis splendor: =e ,an atri-uido a la conciencia indi$idual las prerrogati$as de una instancia suprema del 3uicio moral &ue decide categ#rica e infali-lemente so-re el -ien y el mal. * presupuesto de &ue se de-e seguir la propia conciencia se ,a a?adido inde-idamente la afirmaci#n de &ue el 3uicio moral es $erdadero por el ,ec,o mismo de &ue pro$iene de la conciencia. Pero) de este modo) ,a desaparecido la necesaria e(igencia de $erdad en aras de un criterio de sinceridad) de autenticidad) de acuerdo con uno mismo) de tal forma &ue se ,a llegado a una concepci#n radicalmente su-3eti$ista del 3uicio moral! =) B@0. 7unto a este tema fundamental) la conciencia err#nea! plantea otras cuestiones) tam-ién importantes. En concreto dos: a0 4-ligaci#n de seguir el dictamen de la conciencia in$enci-lemente err#nea! Aa dignidad de la conciencia es tal) &ue) en lengua3e escolar) se afirma &ue la conciencia es la norma su-3eti$a pr#(ima del actuar!. Es decir) &ue en la determinaci#n 5ltima) la conciencia decide. Esto parece o-$io cuando se trata de la conciencia recta) asentada en criterios $erdaderos y por lo mismo ausente de error. Pero) 8tam-ién en caso de error in$enci-le) el ,om-re ,a de seguir el dictamen de su conciencia9 Aa respuesta es afirmati$a. Esta sentencia es com5n entre los autores) pues tal es la ense?ana de =an Pa-lo:
Moral Fundamental.
Página N° ;K
Pero la conciencia err#nea! plantea ,oy serios pro-lemas pastorales) dado &ue) de-ido a la situaci#n doctrinal confusa) e(puestas doctrinas dispares por personas de autoridad intelectual) no es fácil discernir cuándo alguien está en ignorancia culpa-le o simplemente se de-e a &ue ,a sido instruido en tales errores. *&uí se ,a de aplicar el criterio e(puesto en el capítulo respecto a la ignorancia in$enci-le! en relaci#n con el e3ercicio de la li-ertad cfr ) ;OI%;OG0. -0 Aos derec,os de la conciencia err#nea Aa dignidad de la conciencia demanda siempre &ue sea respetada. +e a&uí surge el principio de la li-ertad de las conciencias!) &ue se ,a de distinguir del in$ocado derec,o de li-ertad de conciencia!. El primero demanda el respeto a la conciencia de toda persona) incluso aun&ue esté e&ui$ocada. Por el contrario) la li-ertad de conciencia! es la actitud de &uienes defienden &ue la conciencia puede situarse al límite de toda norma %incluso de la ley di$ina% y de la li-ertad de los demás. 2sta no merece respeto ) ;OG%;OJ0. Aa li-ertad de las conciencias! de-e armoniarse con dos principios: el de reciprocidad y el de tolerancia ) ;OG;OJ0: % Principio de reciprocidad: Este principio demanda &ue en la $ida social se respete el derec,o a la li-ertad de las conciencias de todos los ciudadanos. Por ello) en los casos en &ue un determinado derec,o se oponga a la 3usta con$i$encia) si -ien ning5n ciudadano de-e ser $iolentado en su interior) sin em-argo) en ra#n del a-ien com5n!) puede ser limitado ese derec,o. =e trata de facilitar el derec,o a la li-ertad de las conciencias de los demás ciudadanos. 'al es la doctrina del Concilio aticano : En el uso de todas las li-ertades ,ay &ue o-ser$ar el principio moral de la responsa-ilidad personal y social. 'odos los ,om-res y grupos sociales) en el e3ercicio de sus derec,os) están o-ligados por la ley natural a tener en cuenta los derec,os a3enos y sus de-eres para con los demás y para el -ien com5n de todos! +>) K1. % Principio de tolerancia: Este principio se refiere de modo directo a los go-ernantes &ue tienen &ue armoniar dos de-eres: el de respetar la li-ertad de las conciencias de los ciudadanos y el de proteger los $alores morales del indi$iduo y de la colecti$idad. Pues -ien) en ocasiones el go-ernante no puede prescri-ir legalmente lo me3or y tiene &ue tolerar ciertas situaciones para mantener la con$i$encia entre los s5-ditos. El principio de tolerancia! tiene dos límites: el respeto a los derec,os ,umanos y el -ien com5n. Es decir) no se puede in$ocar la tolerancia! cuando se conculcan los derec,os del ,om-re o cuando $a contra el -ien com5n) tal como se entiende esta realidad en la +octrina =ocial de la glesia ) JBB%J;K0. @. El papel de la conciencia en relaci#n a los $alores morales Este tema está relacionado con el anterior y deri$a de él. *lgunos autores modernos sostienen &ue la distinci#n entre sindéresis! y conciencia! no es legítima e incluso se in$oca un descuido en la transcripci#n de los copistas de la $ersi#n latina del N' ,ec,a por =an 7er#nimo ) ;O%;1B0. *demás sostienen &ue ese error ,a sido la causa de &ue) lentamente) se $alorase la norma por encima de la conciencia. *rgumentan así: si la misi#n de la conciencia! es aplicar la norma general a los casos concretos) el se?orío de la conciencia) tal como la interpretan la Li-lia y los Padres) ,a &uedado nota-lemente disminuido. Aa conciencia) afirman) &ueda reducida a un escla$o en dependencia de la ley. En consecuencia) a?aden) es preciso recuperar el $alor de la conciencia) &ue es algo a-soluto en el ,om-re) y por ello la responsa-le más inmediata de los $alores morales. Estamos de nue$o ante un su-3eti$ismo) &ue crea la $erdad y se constituye en ár-itro del -ien y del mal. Estos e(tremos son los &ué denuncia la Encíclica eritatis splendor:
Moral Fundamental.
Página N° ;J
*-andonada la idea de una $erdad uni$ersal so-re el -ien) &ue la ra#n ,umana pueda conocer) ,a cam-iado tam-ién ine$ita-lemente la concepci#n misma de la conciencia: a ésta ya no se la considera en su realidad originaria) o sea) como acto de la inteligencia de la persona) &ue de-e aplicar el conocimiento uni$ersal del -ien en una determinada situaci#n y e(presar así un 3uicio so-re la conducta recta &ue ,ay &ue elegir a&uí y a,ora" sino &ue más -ien se está orientado a conceder a la conciencia del indi$iduo el pri$ilegio de fi3ar) de modo aut#nomo) los criterios del -ien y del mal) y actuar en consecuencia. Esta $isi#n coincide con una ética indi$idualista) para la cual cada uno se encuentra ante su $erdad) di$ersa de la $erdad de los demás! =) B@0. =ituados ante esta $aloraci#n de la conciencia &ue se constituye en 3ue a-soluto del -ien y del mal) no es difícil dar un paso más y afirmar &ue los $alores éticos son creaci#n de la propia conciencia y &ue) en consecuencia) su papel no es tanto 3ugar! si de-e o no actuar) cuanto si de-e o no decidirse!) por&ue el -ien y el mal dependen de esa decisi#n. Parece &ue no es fácil llegar a estas afirmaciones tan límites) pero estos e(tremos son tam-ién denunciados por la Encíclica: *lgunos autores) &ueriendo poner de relie$e el carácter creati$o de la conciencia) ya no llaman a sus actos con el nom-re de 3uicios) sino con el de decisiones. =#lo tomando aut#nomamente estas decisiones el ,om-re podría alcanar su madure moralX) =) GG0. 4tra consecuencia &ue deri$a del ,ec,o del su-3eti$ismo relati$ista y de a-solutiar la conciencia personal) es $alorar sus decisiones en relaci#n con las circunstancias en &ue se encuentra. Ello ,a dado lugar a la denominada moral de situaci#n!) de la &ue trata el capítulo Q cfr ) fiB1%;BG0.
#. LA CONCIENCIA, NORMA DE CONDUCTA MORAL Aa conciencia es la norma su-3eti$a pr#(ima! del actuar moral del ,om-re. Pero) además de la ignorancia y del error) la conciencia ,umana puede ,allarse en situaciones di$ersas. *&uí estudiamos cuatro: la conciencia recta) la dudosa) la perple3a y la escrupulosa. 1. Conciencia recta =e entiende por conciencia recta! la &ue act5a guiada por la -uena intenci#n de acomodarse a la norma y) consecuentemente) &uiere actuar conforme al &uerer de +ios. Aa conciencia recta! se diferencia de la conciencia $erdadera!: ésta es la &ue emite un 3uicio de acuerdo con la $erdad o-3eti$a) mientras &ue la recta! es la &ue se a3usta al dictamen de la propia ra#n) pero en ocasiones puede estar e&ui$ocada. Pues -ien) lo &ue demanda el actuar ético correcto es s#lo la conciencia recta!. El ad3eti$o recta! es decisi$o para 3ugar la eticidad del actuar de la persona. Aa rectitud e(ige los criterios siguientes: % =eg5n la doctrina tomista) la conciencia es recta cuando está de acuerdo con la sindéresis!) y ésta lo es) a su $e) si concuerda con la ley natural. En 5ltimo término) el primer criterio para $alorar la rectitud! de la conciencia es el deseo de cumplir la $oluntad de +ios) tal como escri-e =anto 'omás: Aa ra#n del ,om-re será recta en la medida en &ue se de3a dirigir por la $oluntad di$ina) &ue es la primera y suma regla! =um. 'eol.) %) a. 1GI) a. @ ad @0. % Para el cristiano la rectitud! le $iene principalmente de la fidelidad a la Aey Nue$a!) consecuencia de la nue$a $ida en Cristo. =erá un criterio de rectitud si e(iste una $erdadera luc,a ascética por alcanar la santidad. % Como criterio más inmediato asegura la rectitud! el conocimiento y aceptaci#n de las ense?anas magisteriales. =i la 7erar&uía tiene misi#n de magisterio! en relaci#n a la doctrina moral) no puede ,a-er rectitud de conciencia! si se deso-edecen las ense?anas morales del Magisterio ) ;1I%;1;0.
Moral Fundamental.
@. Conciencia dudosa
Página N° ;
Aa certea representa el estado perfecto de la mente ,umana. Pero) con frecuencia) la ra#n te#rica no alcana la certea y se &ueda en el estado de duda. Ao mismo acontece a la ra#n práctica! o conciencia!. Conciencia dudosa! es la &ue no sa-e dictaminar) pues $acila acerca de la licitud de lle$ar a ca-o u omitir una acci#n. Como en el conocimiento te#rico) en el ám-ito moral la duda puede ser positi$a o negati$a. +uda positi$a! es la &ue surge por&ue se dan raones serias para dudar Por el contrario) la duda negati$a! no se asienta so-re raones serias. En la teología moral interesa s#lo la duda positi$a!) &ue es la &ue a&uí contemplamos. Aa duda positi$a! puede surgir en relaci#n a la e(istencia o no de una ley duda positi$a de derec,o0 o si es lícito o no realiar cierto acto duda positi$a de ,ec,o0. Esta duda) se denomina tam-ién práctica! frente a la duda te#rica &ue puede surgir) por e3emplo) cuando se duda acerca de si tal doctrina moral está o no apro-ada por la glesia. 8C#mo conducirse en caso de &ue e(ista una duda positi$a práctica9 Para tales situaciones) los moralistas ,an formulado los siguientes principios: % En caso de duda positi$a y práctica!) no es lícito actuar. Aos moralistas son unánimes en este 3uicio moral y lo fundamentan en las pala-ras de =an Pa-lo: El &ue) dudando) come) se condena) por&ue no o-ra seg5n la fe" y todo lo &ue no $iene de la fe es pecado! 6om 1I) @B0. Pero el ,om-re no puede mo$erse siempre en la duda) más a5n) en ocasiones de-e actuar. En este caso) entra en 3uego el segundo principio: % =e ,an de tomar las medidas oportunas para salir de la duda. * ello ayudará el estudio del tema) la consulta oportuna a peritos) la oraci#n) etc. Pero en el caso de &ue no se llegue a un 3uicio te#rico cierto) se ,a de llegar al menos a un criterio práctico &ue posi-ilite el o-rar Para alcanar esa certea práctica! -asta seguir la opini#n más segura e incluso es suficiente la más pro-a-le y) en caso de &ue e(ista un conflicto entre dos de-eres) se de-e elegir el &ue encierra un mal menor ) ;@B%;@G0. Estas situaciones no siempre son fáciles de darles soluciones satisfactorias. El ,ec,o es &ue estos pro-lemas ,an sido los &ue suscitaron los =istemas Morales!) &ue) a partir del siglo ($ y ,asta nuestros días) ,an suscitado no pocas contro$ersias. +el tema no podemos ocuparnos a&uí cfr ) BG;%B;1" ;1;% ;@O0. Para solucionar tantos y tan gra$es pro-lemas como ,oy se suscitan y ante la multiplicidad de circunstancias &ue los acompa?an) será suficiente seguir la opini#n &ue tiene más pro-a-ilidad de acomodarse al sentir cristiano. Por este moti$o) algunos moralistas actuales sostienen &ue puede de nue$o aplicarse la doctrina de los =istemas Morales) en concreto el Pro-a-ilismo) sin caer en la estéril casuística &ue suscitaron. B. Conciencia perple3a Es la &ue) ante dos preceptos) cree pecar) sea cual sea el de-er &ue eli3a. Es una situaci#n más comple3a &ue la de la duda: a&uí se $acila por&ue ,a de elegir entre dos preceptos o situaciones &ue conlle$an en am-as o-ligaciones morales) como son) por e3emplo) decir la $erdad o la mentira con el fin de &ue no aconteca un mal gra$e &ue de-e e$itar. Para salir del estado de perple3idad se de-en aplicar estos principios: % En caso de duda es me3or la condici#n del &ue posee la cosa. 'iene aplicaci#n para el caso en &ue el sacerdote dude si ,a de urgir la o-ligaci#n gra$e al penitente a restituir) dado &ue si no lo ,ace estando o-ligado) es él &uien de-e ,acerlo.
Moral Fundamental.
Página N° KO
% En caso de duda se supone la $alide de un acto. =ir$e) por e3emplo) para el caso de conciencia perple3a de un sacerdote &ue duda entre repetir la f#rmula de la consagraci#n o e(poner a irre$erencia un sacramento. % En relaci#n a las leyes eclesiásticas) no ,ay o-ligaci#n en caso de duda de derec,o cfr C7C) c. 1I0. % na o-ligaci#n o-3eti$a dudosa no acarrea ninguna o-ligaci#n su-3eti$a cfr ) ;@G%;@J0. I. conciencia escrupulosa Es la &ue cree &ue ,ay pecado en todo) incluso donde no lo ,ay. El escr5pulo! deri$ado de scrupus!/medida mínima para ciertos productos0 es un fen#meno &ue supera el ám-ito moral. Es cierto &ue en ocasiones tiene origen ascético) como prue-a di$ina para purificarse o incluso por malformaci#n moral. Pero) de por sí) es propio de ciertas psicologías: es escrupulosa la mu3er &ue una y otra $e comprue-a &ue ,a apagado el gas o el científico &ue repasa reiteradamente los datos ya suficientemente constatados) etc. Aos medios para remediar los males de la conciencia escrupulosa son muy $ariados. En primer lugar) además de los medios espirituales) oraci#n) etc.) los medios psicol#gicos) como la firmea por no de3arse lle$ar de los primeros mo$imientos del escr5pulo. *demás) la o-ediencia a &uien acompa?a y dirige su $ida ascética: el confesor o el director espiritual. Cuando se llega a ciertas pertur-aciones patol#gicas) con$iene acudir a tratamiento médico. En cual&uier caso) el interesado de-e e3ercitar un sano realismo) a lo &ue ,a de cooperar acti$amente el sacerdote) dado &ue el escrupuloso suele carecer de él cfr ) ;@J%;B1 0.
#II LA FORMACI"N DE LA CONCIENCIA Aa grandea de la conciencia y su papel decisi$o en el comportamiento moral demandan una permanente formaci#n. En efecto) si el ,om-re en todas sus facultades %desde la fuera ,asta la afecti$idad) pasando por la inteligencia y la $oluntad% necesita la formaci#n) Zcuánto más ese constituti$o íntimo del ser de la persona) donde ,a-la +ios!) necesitará no s#lo un inicial desarrollo) sino un posterior cuidado ,asta llegar a ad&uirir una ele$ada perfecci#n[ =i la grandea de la persona ,umana está en ser un ,om-re de conciencia!) ésta se alcana mediante la formaci#n. Aa formaci#n de la conciencia no es s#lo un postulado personal) sino tam-ién una gra$e o-ligaci#n moral: el ,om-re está o-ligado a formar una conciencia recta. En caso contrario) se ,ace responsa-le de todas sus faltas) aun de las cometidas con ignorancia. Aa educaci#n de la conciencia a-arca los di$ersos momentos de la $ida. Es importante el estado inicial) &ue madura con la edad de la discreci#n!. Pero) así como el desarrollo intelectual del ni?o se lle$a a ca-o desde la primera infancia) de igual modo ocurre con la conciencia) dado &ue entre am-os e(iste cierto paralelismo. En efecto) el ni?o nace sin ideas) pero con una inmensa capacidad para ad&uirirlas de-ido a la racionalidad" de modo seme3ante nace sin ideas morales) &ue $a ad&uiriendo en $irtud de esa capacidad de su propio interior &ue demanda el -ien y el mal. Aos o-3eti$os a alcanar en la educaci#n de la conciencia son dos: % Aa personaliaci#n) o sea) ad&uirir criterios morales demandados por sus propias con$icciones personales y no a e(pensas del pensar de otros. % Aa rectitud) es decir) &ue a tra$és del conocimiento de la moral y de la pra(is ad&uiera criterios rectos de actuar
Moral Fundamental.
Página N° K1
Aos medios para la formaci#n de la conciencia son di$ersos. Ca-e enumerar) además de la formaci#n intelectual) la refle(i#n personal) la sinceridad) el e(amen de conciencia) la confesi#n sacramental y la direcci#n espiritual cfr ) ;B;%;I@0.
Capítulo &
ÉTICA NORMATI#A. LA LE (I, ?40-0/+) El tercer elemento constituti$o de la moralidad es la norma o ley. En efecto) si ni la li-ertad ni la conciencia crean los $alores éticos) entonces) 8de d#nde deri$a la o-3eti$idad de las acciones -uenas y malas9 4 con mayor radicalidad: 8c#mo se originan el -ien! y el mal! morales9 < más radical a5n: 8por &ué e(isten el -ien!) y el mal! morales9 El cristiano encuentra narrada en la segunda página de la Li-lia la ,istoria del origen del -ien! y del mal!. El ,ec,o &ue origin# el pecado constituye una $erdad de fe: el mal moral tu$o lugar en el ,ec,o de &ue la pare3a ,umana &ue-rantase la norma &ue +ios les ,a-ía dado: no de-éis comer del ár-ol de la ciencia del -ien y del mal! en @) 1K0. El ,om-re) a pesar de su dignidad) es un ser frágil. <) para protegerle y custodiar su li-ertad) +ios dispone unas normas: El ,om-re e3ecuta el -ien! cuando las cumple y) consecuentemente) él mismo &ueda -eneficiado. Por el contrario) si la li-ertad ,umana se decide por el mal) &ue-ranta el mandato de +ios y comete el pecado!) ocasionándose a sí mismo otro c5mulo de males) con lo &ue &ueda degradada su dignidad. Aa 6e$elaci#n ense?a &ue el poder de decidir so-re el -ien y el mal no pertenece al ,om-re) sino s#lo a +ios. El ,om-re es ciertamente li-re) desde el momento en &ue puede comprender y acoger los mandamientos de +ios... En realidad) la li-ertad del ,om-re encuentra su $erdadera y plena realiaci#n en esa aceptaci#n. +ios) &ue s#lo 2l es Lueno) conoce perfectamente lo &ue es -ueno para el ,om-re) y en $irtud de su mismo amor se lo propone en los mandamientos. Aa ley de +ios) pues) no aten5a ni elimina la li-ertad del ,om-re) al contrario) la garantia y la promue$e! =) BG0. En el al-or de la ,umanidad) la grandea de la persona ,umana se $entila entre su li-ertad y el mandato de +ios. El ,om-re) &ue posee un amplio campo de li-ertad puede comer de todos los ár-oles!) en @) 1;0) tiene el de-er! de cumplir la ley de +ios. Pues -ien) esta armonía entre la dignidad del ,om-re y la ley di$ina se &ue-r#. < el ,ec,o se repite a lo largo de la ,istoria ,umana.
I. NOCIONES FUNDAMENTALES 1. Pre$enciones contra la ley En nuestro tiempo) el pro-lema de la relaci#n entre dignidad del ,om-re y norma se agudia por cuanto no se trata s#lo de fundamentar la e(istencia y el alcance de las normas éticas) sino por&ue algunos las presentan en confrontaci#n con la li-ertad y con la conciencia. Es e$idente &ue tal confrontaci#n es s#lo aparente) pues +ios no puede maltratar la dignidad del ,om-re imponiéndole su Aey =in em-argo) tal oposici#n en la actualidad se agudia) por cuanto algunos mo$imientos culturales desprecian la ley cfr ) ;GB%;GI0. * ello se a?ade la sensi-ilidad por una moral aut#noma y personalista) 3unto con la con$icci#n de &ue la ética normati$a es un o-stáculo a la li-ertad y a la conciencia. Ca-e a?adir toda$ía otra dificultad coyuntural deri$ada de &ue) ,ist#ricamente) asistimos a un momento de cam-io: de una época de marcado legalismo en el campo de la moral se pasa a una situaci#n de autonomía y li-ertad. Pero esto no s#lo en las sensi-ilidades) sino en la ela-oraci#n de la ciencia moral.
Moral Fundamental.
Página N° K@
En concreto) es urgente superar una 'eología Moral dominada en e(ceso por el +erec,o Can#nico pero sin despreciar el $alor y el sentido de la norma) sino precisando con rigor el lugar &ue ocupa cada una. Por ello es preciso no caer en la tentaci#n de la alternancia) tan propia de las épocas de cam-io) y es urgente ela-orar la síntesis teol#gico%moral en la &ue la li-ertad) la conciencia y la ley ocupen el lugar propio &ue a cada una les corresponde. Como siempre) el medio para superar las dificultades es el rigor doctrinal) pues) como ense?# *rist#teles: en las cuestiones complicadas lo me3or es una -uena teoría!. Por eso será preciso e(poner con rigor la definici#n) el sentido y el cometido de la ley en el ám-ito moral) para) posteriormente) armoniarla con la li-ertad y la conciencia) de modo &ue en el actuar ,umano se encuentre la armonía &ue conduca al ,om-re a la felicidad) &ue es el fin de la $ida moral. @. Aa ley es santa y el precepto santo) 3usto y -ueno! 6om K) 1@0 =an Pa-lo ,ace con estas pala-ras el elogio de la ley. En ese te(to de la Carta a los 6omanos %de difícil e(égesis% el *p#stol interpreta) desde el ángulo ,umano) la relaci#n entre la dignidad del ,om-re y la ley) y enuncia al menos las siguientes ideas: % Aa e(istencia del pecado de origen. % El desorden introducido por ese pecado. % Aa e(istencia de la Aey antigua. % Aa Aey da a conocer lo &ue es -ueno y &ue está pro,i-ido. % Ao pro,i-ido por la ley) a causa de la concupiscencia) in$ita a &ue-rantarla y) en consecuencia) a ,acer el mal. % Aa e(istencia de una ley nue$a: la ley del Espíritu. % El dramatismo entre la ley del espíritu &ue marca la altura de la dignidad ,umana y la de-ilidad del ,om-re para cumplirla. Aos autores comentan &ue la e(égesis &ue ,ace =an Pa-lo parte de su propia -iografía. =i así fuese) nos encontraríamos ante una interpretaci#n de las relaciones entre dignidad del ,om-re y norma moral) no s#lo te#rica) sino cargada de e(periencia personal e(istencialmente $i$ida.
@. +efinici#n de ley Es clásica la definici#n &ue repite 'omás de *&uino) &ue si -ien se aplica a la ley ci$il) tiene $alide para toda clase de leyes: Aey es la ordenaci#n de la ra#n) encaminada al -ien com5n y promulgada por a&uél &ue tiene el encargo de cuidar de la comunidad! =um. 'eol.) %) &. O) a. I0. El ser de la ley y su legitimidad $ienen dadas por su misma definici#n. En ella se contienen los siguientes supuestos: % 4rdenaci#n de la ra#n!" es decir) ordena! lo &ue es raona-le!. Aa ley no depende) pues) de la $oluntad del &ue manda: no tiene un carácter $oluntarista!) sino racional!. % Encaminada al -ien com5n!" es decir) el con3unto de condiciones de la $ida social &ue permiten a los ,om-res) a las familias y a las asociaciones el &ue puedan lograr con mayor plenitud y facilidad su propia perfecci#n!. El -ien com5n es esa Yatm#sfera social) de -ienestar físico y moral &ue posi-ilita a la persona ,umana $i$ir con dignidad cfr. ) cap. Q0. Aa ley está) pues) a fa$or! de la dignidad del ,om-re.
Moral Fundamental.
Página N° KB
% Promulgada! con el fin de &ue pueda ser conocida) asumida y cumplida por el ,om-re con responsa-ilidad. % Promulgada por a&uél &ue tiene el cuidado de la comunidad!. En consecuencia) s#lo puede dictar leyes &uien goa de una autoridad legítima. < la autoridad!) por su misma naturalea) es un ser$icio en fa$or de los s5-ditos. =i falta alguno de estos elementos) la ley no es 3usta consecuentemente) no o-liga por&ue no es ley!. I. +i$isi#n de la ley. la grandea del orden di$ino! Es clásica la di$isi#n en ley natural! y ley positi$a!. < ésta) a su $e) se di$ide en di$ina!) cuando el legislador es +ios y ,umana!) si &uien la promulga es un ,om-re) &ue) seg5n sea la 7erar&uía de la glesia o la autoridad ci$il) se su-di$ide en ley eclesiástica! y ley ci$il!. Estas clases de leyes) desde el punto de $ista teol#gico) tienen un fundamento en la grandea del orden di$ino!. +ios) creador del mundo y del ,om-re) lo ,a ,ec,o todo dentro de un orden admira-le: no ,ay nada más a3eno a +ios &ue el desorden. Ese orden admira-le de la creaci#n) la tradici#n cristiana lo denomin# ley eterna!) &ue =anto 'omás define así: Es el plan la ra#n0 de la di$ina sa-iduría por el &ue dirige todos los actos y todos los mo$imientos al -ien com5n del uni$erso! =um. 'eol.) %) &. B) a. 1 0. Aa ley eterna es la misma sa-iduría di$ina &ue demanda el orden y se opone al caos. +e esta racionalidad! &ue go-ierna el cosmos) participan tam-ién las leyes ,umanas. Por eso) en su misma raí) la ley no se opone a la dignidad del ,om-re) a su li-ertad ni a su conciencia) sino &ue les sir$e. 'omás de *&uino escri-e: El &ue la ra#n ,umana sea la regla de la $oluntad) deri$a de la ley eterna) &ue es ni más ni menos la ra#n di$ina! =um. 'eol.) %) &. 1) a. I0. Es decir) el ,ec,o de &ue la ley %&ue es la recta ra#n!% imponga una conducta a la $oluntad) enlaa con la 1ey eterna. +e a&uí &ue toda ley 3usta sea una participaci#n en la sa-iduría di$ina.
II. LE NATURAL Aa ley natural! es de e(cepcional importancia en la refle(i#n moral. Primero) por&ue es importante en sí misma" segundo) por&ue) al menos desde el siglo (iii) ,a 3ugado un papel decisi$o en la ela-oraci#n de la moral cristiana) y tercero) no s#lo por el ,ec,o de &ue en la actualidad despierta sospec,as) sino por&ue es un tema &uicio &ue) en -uena parte) di$ide y diferencia a las di$ersas corrientes teol#gicas.
1. El concepto de ley natural! +esde los Padres) se define la ley natural como la participaci#n de la ley eterna en la criatura racional!. < así la recoge =anto 'omás =um. 'eol.) %) &. 1) a. @0. Esta definici#n ofrece una primera lu para interpretar correctamente la ley natural) pues) referida al ,om-re) se sit5a dentro de la grandea del orden di$ino!. En efecto) si la sa-iduría di$ina ,a puesto orden en el cosmos) e$itando el caos) el ,om-re no puede estar al margen de ese orden di$ino" más a5n) de-i# de ordenarle con mayor cuidado para &ue su e(istencia no aca-ase en el caos. >ay como dos accesos a la comprensi#n de la ley natural: Primera: si la ley eterna es la misma inteligencia di$ina!) la ley natural ,ay &ue situarla en la línea de una participaci#n en ese conocer de +ios. <) en efecto) este carácter cognosciti$o! lo e(presa 'omás de *&uino al afirmar &ue la ley natural es la misma lu de la ra#n la &ue discierne lo &ue el ,om-re ,ace) de forma &ue es recto lo &ue está de acuerdo con su naturalea y esa misma lu ad$ierte &ue es malo lo &ue $a contra ella! n 11 =ent.) I@) 1) I ad B0.
Moral Fundamental.
Página N° KI
< a5n más e(presamente: Aa ley natural no es otra cosa &ue la ley de la inteligencia infundida en nosotros por +ios. racias a ella conocemos lo &ue se de-e ,acer y lo &ue se de-e e$itar +ios ,a donado esta lu y esta ley en la creaci#n! =o-re los dos preceptos de la caridad) prol.0. Es de notar &ue la Encíclica eritatis splendor recoge este te(to e interpreta la ley natural en este sentido: como una lu especial de la ra#n ,umana) como participaci#n en la sa-iduría de +ios cfr nn. I@) IB0. En este sentido) la ley natural es la gloria del ser ,umano: por ella se distancia de todo el orden creado) incluida la ley -iol#gica de los animales) pues es un signo cualificado de su condici#n racional) participaci#n de la inteligencia di$ina para conocer el -ien y el mal en el orden moral. =egunda. El otro polo para interpretar la ley natural) es el ser mismo de la persona ,umana. Es decir) el ,om-re tiene una naturalea al modo como cada ser tiene la suya: eso &ue ,ace &ue la piedra sea piedra) el ,elec,o) ,elec,o) y el lo-o) lo-o. 4) 8es &ue el ,om-re no tiene su ser específico9 Esto s#lo lo ,an afirmado %si -ien en otro sentido% algunos fil#sofos e(istencialistas al formular &ue el ,om-re no tiene esencia!) o &ue su esencia es la e(istencia!) etc. =i) pues) el ,om-re tiene naturalea propia) ,a de ser un todo ordenado. < lo es en el cuerpo) de lo contrario surge la enfermedad y la muerte" como lo es tam-ién en su ser psí&uico) si no se originan las anormalidades psí&uicas o la locura. Pues -ien) la e(istencia ,umana) su actuar) tampoco puede ser ca#tico) sino &ue de-e ser regido por una ley: esa es la ley natural cfr ) ;;%;K@0. Aa Encíclica recoge tam-ién esta concepci#n de la ley natural: Aa ley moral natural e$idencia y prescri-e las finalidades) los derec,os y los de-eres) fundamentales en la naturalea corporal y espiritual de la persona ,umana. Esa ley no puede entenderse como normati$a -iol#gica) sino &ue ,a de ser conce-ida como el orden racional por el &ue el ,om-re es llamado por el Creador a dirigir y regular su $ida y sus actos! =) GO0. Esta interpretaci#n está le3os de cual&uier concepci#n fisicalista! o -iologista! de la ley natural" al contrario) pues o -ien se identifica con su ra#n o es la ra#n &ue le lle$a a conocer su naturalea y ser fiel en su conducta. Aa Encíclica recoge la cita de la nstrucci#n +onum $itae de la Congregaci#n para la +octrina de la Fe &ue e(plica el carácter específico ,umano &ue representa la ley natural: Aa ley natural se refiere a la naturalea propia y originaria del ,om-re) a la naturalea de la persona ,umana) &ue es la persona misma en la unidad de alma y cuerpo" en la unidad de sus inclinaciones de orden espiritual y -iol#gico) así como de todas las demás características específicas) necesarias para alcanar su fin! +) intr.) B0. No se $iolenta la literalidad de este te(to si se descu-re en él esa do-le #ptica con &ue se puede entender la ley natural. Hue) en realidad) es una sola: la racionalidad ,umana) partícipe de la lu de +ios) &ue ilumina al ,om-re acerca de c#mo de-e tratar su naturalea para ser fiel a sí mismo. Esta concepci#n &uita cual&uier fundamento para oponer la ley natural a la li-ertad) pues la incluye: Aa ley natural) así entendida) no de3a espacio de di$isi#n entre li-ertad y naturalea. En efecto) éstas están arm#nicamente relacionadas entre sí e íntima y mutuamente aliadas! =) GO0. Posi-lemente) en los manuales se ,a e(agerado el concepto de natural! referido a esta ley en el sentido en &ue lo entendi# el 3urista romano lpiano _ @@J p. C. 0: Es natural a&uello &ue la naturalea ense?a a todos los seres $i$ientes!. < se la pudo comparar a la ley física! de la materia inorgánica o a las leyes -iol#gicas! &ue rigen la $ida animal. Pero la ley natural! no es una ley física!) ni es una ley -iol#gica!) es la ley de la persona ,umana!) &ue) por ser natural al ,om-re) se la denomina ley natural!. Pero ya =anto 'omás distingui# dos sentidos de la pala-ra naturalea! en el ,om-re: una referida al entendimiento y a la ra#n!) &ue constituye lo principal de la naturalea del ,om-re! y otra la naturalea &ue es com5n con los animales! =um. 'eol. %) &. B1 ) a. K0.
Moral Fundamental.
@. *lgunas tesis fundamentales en torno a la le natural!
Página N° KG
+e la ense?ana de =anto 'omás acerca de la ley natural se pueden formular las siguientes tesis: % Aa ley natural no es un ,á-ito) es la misma persona. % Aa ley natural es e(clusi$a del ,om-re. % Aa ley natural discierne el -ien! y el mal! % Aa ley natural contiene di$ersos preceptos. nos ca-e denominarlos primarios: ,acer el -ien y e$itar el mal" conser$ar la propia $ida y e$itar lo &ue le es contrario" algunas tendencias naturales como la uni#n del $ar#n y de la mu3er) la educaci#n de los ,i3os y cosas seme3antes!. 4tros preceptos son secundarios. % Aa ley natural admite algunos cam-ios) por cuanto puede ser me3or conocida. Pero no puede $ariar de3ando de ser de derec,o natural lo &ue como tal lo es. % Aa ley natural no puede ser dispensada en los preceptos comunes!) sí lo puede ser en las conclusiones de estos preceptos comunes!. % Aa ley natural pide ser respetada) de lo contrario) el ,om-re se niega a sí mismo. % Aa ley natural se puede oscurecer en la conciencia del ,om-re) especialmente los preceptos secundarios. ncluso los principios primarios se pueden des$anecer en algunas personas. % Aa finalidad de la ley natural es ayudar al ,om-re a ad&uirir la felicidad. *l menos estas afirmaciones fundamentales se encuentran en la doctrina moral de 'omas de *&uino. *lgunas de estas tesis necesitarían e(plicaci#n cfr. ) ;;O%;;J0.
III. LA LE NATURAL. ESTUDIO 'IST"RICO Es e$idente &ue la ,istoria ayuda a descu-rir la naturalea de la ley natural) así como se constata su desarrollo) tanto en sus logros como en sus retrocesos. 1. Aa ley natural en el pensamiento greco%romano Aa ,istoria de la ley natural es anti&uísima) pues es conocida desde el inicio de la cultura 4ccidental. Aos griegos conocen la ley natural antes de &ue su cultura alcanase la cima de los grandes fil#sofos de los siglos $ l$ a. C.: =#crates) Plat#n y *rist#teles. ay &ue ,acer el -ien y e$itar el mal! Epicteto) N) B. BO0. *rist#teles) &ue no ,a llegado a ela-orar una doctrina so-re la esencia de la ley natural) distingue entre leyes 3ustas en $irtud de la ley! y leyes 3ustas por naturalea! Política) ) ;) 1@GGa" ) 11) 1@J@-0. 2stas son una clara referencia a la ley natural. En el pensamiento romano es clásico el te(to de Cicer#n &ue ,a-la de &ue no e(iste una ley en 6oma y otra en *tenas!) sino &ue e(iste una sola ley eterna e inmuta-le) su3eta a toda la ,umanidad en todo tiempo! y &ue) por lo tanto) no necesita comentador e intérprete!. < concluye: &uien no la guarde se traiciona a sí mismo y ultra3a la naturalea ,umana! Aa 6ep5-lica) ) ) @@%@B0.
Moral Fundamental.
Aa ley natural! en la =agrada Escritura. *ntiguo 'estamento
Página N° K;
Como es sa-ido) la 6e$elaci#n no ela-ora nociones filos#ficas) pero algunos escrituristas por e3emplo. *. +ie Mac,o0) afirman) &ue sin el uso del sintagma) ca-e encontrar en el *.'. no pocas nociones e&ui$alentes a este concepto. 'ales como los preceptos contenidos en el +ecálogo" la legislaci#n del Pentateuco referida a conductas primarias del ,om-re) como el incesto) el asesinato o el ro-o) etc." los castigos de =odoma por pecados repro-a-les) como son) la sodomía y el incesto) etcétera. +e ,ec,o) algunos de estos pecados y $icios lesionan lo &ue los te#logos de la Edad Media denominan principios primarios! de la ley natural ) ;KI%;K;0. B. Aa ley natural en el Nue$o 'estamento Aos autores citan di$ersas sentencias de los E$angelios) &ue) sin esa terminología) ,acen referencias a preceptos de la ley natural. Por e3emplo) 8por &ué 3ugáis lo &ue no es 3usto9! Ac 1@) GK0. 4 el o-rero es digno de su salario! Ac 1O) K0... 'am-ién cuando afirma el =e?or &ue el padre es -ueno para sus ,i3os Ac 1G) @O%B@0) y tantas otras ) ;K;%;KJ0. Pero más cercano a la formulaci#n doctrinal son dos te(tos de =an Pa-lo: 6om l) 1J%B@" @) 1I%1G. Es claro &ue Pa-lo condena como repro-a-les %por&ue se oponen a la naturalea%) algunos $icios de los paganos. Por ello) son culpa-les) pues tales preceptos están escritos en sus coraones) siendo testigo su conciencia y las sentencias con &ue entre sí unos y otros se acusan y se e(cusan! 6om @) 1G0. Por consiguiente) muc,os e(egetas concuerdan en afirmar &ue =an Pa-lo conoce y admite lo &ue con lengua3e filos#fico muy pronto se denominará le$ natural ) ;KJ%;K0. I. Aa ley natural en los Padres Aa nomenclatura aparece ya e(plícitamente en los Padres) tanto en comentario a los te(tos paulinos) como al condenar ciertos $icios o insistir en el cumplimiento de algunos de-eres éticos. *sí) por e3emplo) =an 7ustino menciona las leyes generales) naturales y eternas! y ,ace un elenco de las acciones &ue $an contra la ley natural!. =an reneo sostiene &ue los paganos no conocieron la Aey de Moisés) pero) en cam-io) todos tienen otra ley escrita en sus coraones &ue suple a la ley mosaica!. =an *gustín sostiene &ue todos son pecadores) pues ,an deso-edecido a esa ley escrita en sus coraones!. Finalmente) el autor de una o-ra de moral) =an regorio Magno en Moralia in 7o- ense?a &ue el ,om-re no puede ignorar lo &ue ,ace) pues por la ley natural está o-ligado a sa-er &ué o-ras son -uenas o malas!. Aos testimonios podrían multiplicarse ) ;JO%;J@0.
G. Aa ley natural en la refle(i#n posterior Aas interpretaciones de los autores son dispares al estudiar el desarrollo de la doctrina desde la época de los Padres ,asta la ela-oraci#n filos#fico%teol#gica del siglo (iii. *lgunos sostienen &ue se ela-or# más a partir de la doctrina de lpiano &ue so-re la antropología -í-lica. En todo caso) los principios enunciados en el apartado anterior dan testimonio de la importancia y de la profundidad con &ue se estudia este concepto. ;. Aa ley natural en el Concilio aticano y el magisterio posterior Aa ra#n de las pocas citas &ue ca-e ,acer so-re el tema en los documentos conciliares de de-e fundamentalmente) al ,ec,o ya consignado de &ue el Concilio no ela-or# e( profeso un documento so-re la Moral Fundamental. No o-stante) se dan citas e(plicitas y son más de $alorar por el conte(to en &ue aparecen. na con ocasi#n de tratar el tema de la li-ertad religiosa! +>) B0 y otra al ,a-lar de la conciencia: Por&ue el ,om-re tiene una ley escrita por +ios en su cora#n) en cuya o-ediencia consiste la dignidad ,umana y por la cual será 3ugado personalmente! =) 1;0.
Moral Fundamental.
Página N° KK
En la época &ue sigue al Concilio) el Magisterio) a la $ista de las discusiones te#ricas so-re el tema y sus repercusiones en la teología moral) e(pone con más reiteraci#n esta doctrina) &ue culmina en el Catecismo de la glesia Cat#lica y en la Encíclica $eritatis splendor) &ue la trata con amplitud. * los te(tos arri-a mencionados) -asta a?adir el siguiente: El ,om-re participa de la sa-iduría y la -ondad del Creador &ue le confiere el dominio de sus actos y la capacidad de go-ernarse con miras a la $erdad y al -ien. Aa ley natural e(presa el sentido moral original &ue permite al ,om-re discernir mediante la ra#n lo &ue son el -ien y el mal) la $erdad y la mentira!.
I#. LA NUE#A LE O LE E#AN!ÉLI!A Aa Aey Nue$a! es una de las aportaciones más $aliosa entre los intentos por reno$ar la teología moral a la &ue in$it# el Concilio aticano . Aa -i-liografía so-re el tema en estos 5ltimos a?os es muy a-undante. Aa nomenclatura no es nue$a. En el Nue$o 'estamento se la menciona y recuerda como la ley de Cristo! al ;) @0" ley del espíritu! 6om J) 1%@0" ley de la fe! 6om B) @K%@J0" ley perfecta! =ant l) @G0" ley de la li-ertad! =ant l) @G" @) 1@0. Esta nomenclatura es tan e(presi$a) &ue el solo comentario a los nom-res) e&ui$ale a ,acer la teología de sus contenidos. Como es l#gico) el tema está mencionado tam-ién en los Padres) si -ien la ela-oraci#n teol#gica se atri-uye a 'omás de *&uino. =e ,a ensalado la doctrina &ue el *&uinate e(pone en las cuestiones 1O;%1OJ de la % de la =uma 'eol#gica. *lgunos ,a-lan de &ue es una especie de pe&ue?a =uma! dentro de la =uma 'eol#gica. Aas afirmaciones principales) ca-e resumirlas en las siguientes: % Aa ley nue$a! es la &ue se comunica al cristiano en el Lautismo. Es a modo de lo &ue es la ley natural en todo ,om-re. % Aa ley nue$a! es la gracia del Espíritu =anto &ue se cmunica por la fe en Cristo. % * modo de la ley natural!) tam-ién la ley nue$a! contiene preceptos primarios y secundarios. % *lgunos preceptos de esta ley son conocidos por escrito y otros se comunican s#lo de pala-ra. % Esta ley no se da en todos los cristianos del mismo modo) sino &ue depende de las disposiciones ascéticas de cada uno. Es claro &ue la consideraci#n de esta ley e$angélica ,a de dar un aliento nue$o al con3unto de la moral: de ella deri$a tam-ién el principio pneumatol#gico) &ue afirma la importancia del Espíritu =anto en el desarrollo de la $ida cristiana) así como la importancia de los sacramentos &ue comunican esa nue$a $ida &ue rige la ley nue$a!) llamada tam-ién ley de la gracia!.
#. NORMATI#A MORAL DEL NUE#O TESTAMENTO 'am-ién este tema se presenta con no$edad y con polémica) dado &ue algunos moralistas ,an negado &ue el Nue$o 'estamento contenga o -ien normas éticas específicamente cristianas e incluso $erdaderos preceptos éticos. =i tal fuese la situaci#n) 8c#mo entender los preceptos de 7esucristo O de los *p#stoles9 En su opini#n) muc,as normas éticas referidas en el Nue$o 'estamento son coyunturales) dependen y son $álidas s#lo para el momento en &ue se enuncian y otras no son $erdaderas leyes) dado &ue no $inculan la conciencia) sino &ue son puntos de referencia &ue marcan la ruta &ue de-e seguir la $ida de los creyentes en Cristo.
Moral Fundamental.
Página N° KJ
Aa Encíclica eritatis splendor denuncia otro error: el de &uienes distinguen un orden ético) de origen ,umano y $alor solamente mundano! y el orden de la sal$aci#n) para el cual tendrían importancia s#lo algunas intenciones y actitudes internas ante +ios y el pr#3imo!. Pero niegan la e(istencia) en la di$ina 6e$elaci#n) de un contenido moral específico y determinado) uni$ersalmente $álido y permanente: la Pala-ra de +ios se limitaría a proponer una e(,ortaci#n) una parénesis genérica) &ue luego s#lo la ra#n aut#noma tendría el cometido de llenar de determinaciones normati$as) adecuadas a la situaci#n ,ist#rica concretan. Aa condena de la Encíclica es contundente: No ,ay nadie &ue no $ea &ue seme3ante interpretaci#n de la autonomía de la ra#n ,umana comporta tesis incompati-les con la doctrina cat#lica! =) BK0. No es posi-le sostener con rigor estas tesis. Es cierto &ue algunos preceptos son coincidentes con normas morales del *.'. e incluso con normati$as éticas en otras confesiones religiosas. Ca-e tam-ién afirmar &ue algunos preceptos son) efecti$amente) coyunturales e incluso ca-e citar conse3os! de 7es5s y de los *p#stoles &ue no tienen la categoría de precepto. Pero) dic,o esto) no se pueden silenciar otros datos e(plícitos &ue afirman la e(istencia de preceptos nue$os) por e3emplo) el mandamiento nue$o del amor y otros) tal como se e(plic# en el capítulo . *lgunos tienen $alor permanente) como la indisolu-ilidad del matrimonio) del &ue afirma 7es5s &ue al principio no fue así! Mc 1O) ;0. 4tros constituyen $erdaderos imperati$os morales) pues) &uienes no los cumplan) serán castigados. 'al es el caso de los @1 catálogos de pecados y $irtudes &ue ca-e conta-iliar en el N. '. *demás es preciso recordar las $eces en las &ue 7es5s pide &ue se cumplan sus mandamientos 7n 1I) @1%@B" 1G) 1O%1I" Mt @J) @O0. Aos escritos de los *p#stoles a5n son más e(plícitos) pues urgen el cumplimiento de lo &ue denominan los preceptos del =e?or! @ Ped B) @0. Pero ellos mismos imponen preceptos. =an Pa-lo recuerda a los tesalonicenses los preceptos &ue os ,emos dado en nom-re del =e?or! 1 'es I) @0. < los *p#stoles mencionan con frecuencia los mandatos del =e?or para urgir sus preceptos. Estas teorías proceden de ciertos am-ientes moralistas de la teología protestante. =on la traducci#n a nuestros días de lo &ue Autero propuso en otro conte(to -ien distinto) o sea para afirmar la tesis de la sola gracia!. Pero a,ora se ele$a a categoría de postulados morales lo &ue en tiempo de 'rento se proponía en el conte(to de la 3ustificaci#n por la gracia. *sí suena la condena de 'rento: =i alguno di3ere &ue nada está mandado en el E$angelio fuera de la fe y &ue todo lo demás era indiferente) ni mandado) sino li-re" o &ue los die mandamientos nada tienen &ue $er con los cristianos) sea anatema! +.) J@0. *nte esas teorías actuales) la Encíclica eritatis splendor ense?a: En la cate&uesis moral de los *p#stoles) 3unto a e(,ortaciones e indicaciones relacionadas con el conte(to ,ist#rico cultural) ,ay una ense?ana ética con precisas normas de comportamiento. Es cuanto emerge de sus Cartas) &ue contienen la interpretaci#n de los preceptos del =e?or &ue ,ay &ue $i$ir en las distintas circunstancias culturales cfr. 6om 1@) 1G" 1 Cor 1 ) 1I" al G%;" Ef I%;" Co1 B%I" 1 Ped y =ant0! =) @;0. En efecto) no pocas $eces) la ocasi#n &ue moti$a una Carta) es la e(,ortaci#n a un cam-io de $ida y para ello recuerdan y urgen los preceptos del =e?or! ntélomai0 o los mandatos &ue los *p#stoles imponen a las comunidades ) ;@%;J0.
#I. EL MA!ISTERIO DE LA I!LESIA LAS RESCRICIONES MORALES Consta en el Nue$o 'estamento &ue) igual &ue los *p#stoles) sus inmediatos sucesores) 'imoteo) 'ito) 'í&uico) etc. adoctrinaron a las nacientes comunidades a las &ue) además de recordarles los preceptos del =e?or! y los mandatos de los *p#stoles!) regían con autoridad sus propias comunidades. Por e3emplo) 'imoteo y 'ito reci-en de =an Pa-lo la orden de dirigir y de e(,ortarles en la fe y en las costum-res @ 'im I) 1%G" 'it l) 1O. 1B%1I0.
Moral Fundamental.
Página N° K
Pues -ien) sin recurrir a la $erdad dogmática de la sucesi#n apost#lica!) la ,istoria testifica c#mo la 7erar&uía inter$ino siempre en la ense?ana de la fe y de la disciplina de las comunidades. El primer documento solemne &ue conocemos es la Carta de Clemente de 6oma a la glesia de Corinto y) desde entonces) la 7erar&uía no ,a de3ado de inter$enir en el campo de la fe y de la moral ) KO1%KOK0. En efecto) el -inomio fides et mori-us! es un principio &ue marca el campo en el &ue inter$iene con autoridad la 7erar&uía de la glesia. *l ám-ito de la fe y al de la moral se e(tiende el carisma de la infali-ilidad) tal como recuerda el Concilio aticano : Aa infali-ilidad &ue el di$ino 6edentor &uiso &ue tu$iese la glesia cuando define la doctrina de la fe y de las costum-res) se e(tiende tanto cuanto a-arca el dep#sito de la 6e$elaci#n) &ue de-e ser custodiado santamente y e(presado con fidelidad! A) @G0. Pero sin la certea infali-le) al Magisterio le compete inter$enir en la ense?ana de la moral cat#lica. Aos +ocumentos magisteriales &ue presentan esta $erdad son muy numerosos ) ;J%KOI0. 'am-ién esta $erdad ,a reci-ido interpretaciones incorrectas en los 5ltimos tiempos. Por este moti$o la Encíclica eritatis splendor rec,aa la opini#n de &uienes ense?an &ue el Magisterio no de-e inter$enir en cuestiones morales más &ue para Ye(,ortar a las conciencias y Yproponer los $alores en los &ue cada uno -asará después aut#nomamente sus decisiones y opciones de $ida! =) I" cfr nn. @K" BK0. Por el contrario) la Encíclica ense?a &ue la misi#n del Magisterio es: +iscernir... los actos &ue en sí mismos son conformes a las e(igencias de la fe... Predicando los mandamientos de +ios y la caridad de Cristo) el Magisterio de la glesia ense?a tam-ién a los fieles los preceptos particulares y determinados) y les pide considerarlos como moralmente o-ligatorios en conciencia. *demás) desarrolla una importante tarea de $igilancia) ad$irtiendo a los fieles de la presencia de e$entuales errores) incluso s#lo implícitos! =) 11O0. Pero la misi#n de la glesia 3erár&uica no es s#lo alentar) $igilar y ense?ar la doctrina en relaci#n a la $ida moral) sino &ue goa de la potestad de 3urisdicci#n por la &ue puede emitir leyes positi$as &ue $inculan la conciencia de los fieles. Aas leyes fundamentales de la glesia están codificadas por el +erec,o Can#nico cfr ) KOK%KOJ0. =eg5n la Encíclica eritatis splendor) la misi#n de la 7erar&uía se concreta en estas misiones: Aa glesia tiene el de-er de guardar las ense?anas morales re$eladas: Aas prescripciones morales) impartidas por +ios en la *ntigua *liana y perfeccionadas en la Nue$a y Eterna en la persona misma del >i3o de +ios ,ec,o ,om-re) de-en ser custodiadas fielmente y actualiadas permanentemente en las diferentes culturas a lo largo de la ,istoria! =) @G0 ...Aa glesia ,a custodiado fielmente lo &ue la Pala-ra de +ios ense?a no s#lo so-re las $erdades de fe) sino tam-ién so-re el comportamiento moral... lle$ando a ca-o un desarrollo doctrinal análogo al &ue se ,a dado en el ám-ito de las $erdades de fe! =) @J" cfr. n. @0. =u intérprete es el Magisterio: Aa tarea de su interpretaci#n ,a sido confiada por 7es5s a los *p#stoles y a sus sucesores) con la asistencia especial del Espíritu de la $erdad! =) @=0. Es e$idente &ue el Magisterio de la glesia se e(tiende tam-ién a la $erdad so-re el o-rar moral! =) @K0. Pero el Magisterio no desea imponer a los fieles ning5n sistema teol#gico particular y menos filos#fico... pero tiene el de-er de declarar la incompati-ilidad de ciertas orientaciones del pensamiento teol#gico y algunas afirmaciones filos#ficas con la $erdad re$elada! =) @0. Aa misi#n del Magisterio no aca-a en la custodia e interpretaci#n de lo re$elado) sino &ue su misi#n es ense?ar so-re los nue$os pro-lemas éticos &ue se presentan:
Moral Fundamental.
Página N° JO
Aa glesia propone nue$amente) toda$ía ,oy) la respuesta del Maestro. 2sta tiene una lu y una fuera capaces de resol$er incluso las cuestiones más discutidas y comple3as! =) BO0.
#II. LA LE OSITI#A-'UMANA. LA LE CI#IL El carácter social del ,om-re y la e(istencia de la autoridad como elemento de la con$i$encia organiada) da legitimidad a las leyes dictadas por la autoridad 3ustamente instituida en ser$icio del -ien com5n. Aa fuera $inculante de la ley ci$il le $iene en $irtud de &ue sea una ley 3usta!. < para &ue una ley sea 3usta! de-e tener estos re&uisitos: % Cumplir las condiciones &ue definen la ley!) tal como se e(pone más arri-a. % Ao preceptuado por la ley de-e ser -ueno! o al menos indiferente!. % Ao mandado por la ley de-e ser 3usto!. % Ao &ue esta-lece la ley de-e ser posi-le de cumplir 1 0.
% Finalmente) lo prescrito por la ley de-e ser necesario o al menos 5til para la comunidad ) KO%K1
En relaci#n a la o-ligaci#n moral del cumplimiento de las leyes ci$iles) éste es el principio ético fundamental: las leyes 3ustas de-en ser cumplidas) pues $inculan moralmente las conciencias. No o-stante) ,oy el cumplimiento de la ley ci$il está lleno de dificultades) por&ue se legisla so-re casi todos los ám-itos de la con$i$encia) y en ocasiones las leyes impugnan principios de la ley natural. Pero estas dificultades reales no de-erían fomentar el espíritu anti%ley &ue se e(tiende en amplias onas de la con$i$encia social. Es urgente la educaci#n ética de los ciudadanos para &ue concedan $alor moral al cumplimiento de las leyes. Aas dificultades reales de cumplir algunas de-erá suscitar la e(cepci#n moral &ue $iene dada) -ien por la consideraci#n de causas e(imentes! o el recurso a la epi&ueya!. *lgunos moralistas) ante la multiplicaci#n de las leyes ci$iles proponen de nue$o &ue se considere el carácter meramente penal! de algunas de ellas ) K1@%K1;0.
#lII. LIERTAD. CONClENCIA. LE. * final de este tema con$iene desarrollar -re$emente un pro-lema &ue se $iene arrastrando desde el capítulo y &ue ,oy se propone con especial urgencia: la relaci#n de la ley con la li-ertad y la conciencia" pero a&uí apenas si podemos más &ue enunciarlo cfr ) K1;%K@G0. +ios ,a de3ado al ,om-re en aras de su al-edrío Eclo 1G) 1I0. Por ello el ,om-re mismo %no s#lo el mundo% ,a sido confiado a su propio cuidado!. Pero) al modo como la autonomía del mundo no es a-soluta) tampoco lo es la persona ,umana. En efecto) el ser mismo del ,om-re está en dependencia de la ley eterna) de la ley natural y de otras leyes 3ustas) di$inas y ,umanas. *simismo la conciencia) &ue tiene la misi#n de decidir en 5ltima instancia lo &ue ,a de ,acer) tampoco es la norma 5ltima) pues ella misma está a su $e normada) es) seg5n dicen los clásicos) norma normata!. < la ley &ue es santa) 3usta y -uena! no puede ser ar-itraria. En resumen) cuando la dificultad se desdo-la en sus $erdaderos términos no parece tan aporética. =in em-argo la pregunta está planteada: 8C#mo con3ugar la li-ertad) la conciencia y la ley9
Moral Fundamental.
Página N° J1
El pro-lema de la relaci#n entre li-ertad%conciencia y ley ,a sido constante en la ,istoria tanto de la 2tica Filos#fica como de la Moral 'eol#gica. Pero en nuestro tiempo se presenta a5n con mayores aristas) pues) a las dificultades normales de armoniar la li-ertad como autodeterminaci#n y la autonomía de la conciencia con la imposici#n propia de la ley) la cultura actual ,a aumentado la distancia. En efecto) el prestigio cada $e mayor de &ue goan la li-ertad y la conciencia contrasta con el crédito tam-ién en aumento &ue se otorga a la ley. El tema es importante) por&ue) además de &ue no siempre es fácil armoniar con rigor estas tres realidades) de ello depende) en -uena medida) la interpretaci#n de la $ida moral: El modo como se conci-a la relaci#n entre li-ertad y ley está íntimamente $inculado con la interpretaci#n &ue $iene reser$ada a la conciencia moral. En este sentido las tendencias culturales &ue contraponen y separan entre sí li-ertad y ley) y e(altan de modo idolátrico la li-ertad) lle$an a una interpretaci#n \creati$a] de la conciencia moral) &ue se ale3a de la posici#n tradicional de la glesia y de su Magisterio! =) GI0. Pero) la Encíclica ,ace relaci#n a algunos círculos culturales &ue las contraponen: *lgunas tendencias culturales contemporáneas) a-ogan por determinadas orientaciones éticas &ue tienen como centro de su pensamiento un pretendido conflicto entre li-ertad y ley. =on las doctrinas &ue atri-uyen a cada indi$iduo o a los grupos sociales la facultad de decidir so-re el -ien y el mal: la li-ertad ,umana podría crear los $alores y goaría de una primacía so-re la $erdad) ,asta el punto &ue la $erdad misma sería considerada una creaci#n de la li-ertad" la cual rei$indicarla tal grado de autonomía moral &ue prácticamente significaría su so-eranía a-soluta! =) BG0. En términos seme3antes se demanda por algunos la prioridad de la conciencia so-re toda norma cfr. =) nn. GG) G;) G) ;O) ;1 0. Pero estas contraposiciones) si se atiende al concepto real de li-ertad!) de conciencia! y de ley! son aparentes) pues) si -ien es cierto &ue ala $ida moral se fundamenta en el principio de una 3usta autonomía del ,om-re!) dado &ue esa ley está en el ,om-re mismo) la ley moral es) al mismo tiempo) la ley propia del ,om-re) pues la ra#n natural deri$a de la sa-iduría di$ina!) por lo &ue el ,om-re posee en sí mismo la propia ley) reci-ida del Creador. Ao mismo ca-ría afirmar de la conciencia) tan íntima &ue se identifica con el
Capítulo &I
Moral Fundamental.
Página N° J@
LA MORAL DEL ACTO 'UMANO RE LA SUETI#IDAD LA OETI#IDAD (I, 493->?9) Este capítulo corresponde al cap. Q de 'eología Moral. El cam-io se ,a ,ec,o con el fin de esta-lecer un orden más l#gico) pues) e(puestos los temas de la li-ertad) de la conciencia y de la ley %tan implicados entre sí% este nue$o tema) llamado con lengua3e de escuela) Aas fuentes de la moralidad) si -ien se relaciona con esos presupuestos) tiene entidad propia y suscita) a su $e) algunos pro-lemas deri$ados de los anteriores 3unto a otros específicos. Aos autores clásicos lo denomina-an =o-re los principios o fuentes de la moralidad. Aos dos términos) fuentes! o principios! significan lo mismo) pero con matices: fuentes! e(presa de forma plástica &ue el o-3eto!) el fin! y las circunstancias! son como tres manantiales! de donde -rota la moralidad de un acto. Principios!) por el contrario) e(presa conceptualmente &ue para 3ugar la $erdad o malicia de una acci#n es preciso analiar los fundamentos &ue la ,acen moralmente -uena o mala) y éstos son el o-3eto!) el fin! y las circunstancias!. El su-título de este capítulo e(presa en -uena medida su contenido: en este tema se $entila la síntesis entre la moral su-3eti$a y la moral o-3eti$a. =on dos tendencias &ue se ,an repartido la ,istoria de la teología moral y de la ética filos#fica) pues a épocas o-3eti$as) en las &ue pri$a la norma) suceden otras en las &ue en el actuar ,umano se su-rayan los aspectos su-3eti$os. En este caso %además de la li-ertad y de la conciencia% el fin y las circunstancias se anteponen a la materialidad de la acci#n realiada o &ue se omite. En concreto) tam-ién en este tema) si no se procede con rigor) la ética cristiana %después de una época de marcado legalismo% puede des$iarse ,acia ciertos su-3eti$ismos &ue amenaan la ciencia ética. Esta doctrina la formula así el Catecismo de la glesia Cat#lica: Aa moralidad de los actos ,umanos depende: % del o-3eto elegido" % del fin &ue se -usca o la intenci#n" % de las circunstancias de la acci#n. El o-3eto) la intenci#n y las circunstancias forman las fuentes o elementos constituti$os de la moralidad de los actos ,umanos! CEC) 1 KGO0.
I. LAS FUENTES O FUNDAMENTOS DE LA MORALIDAD 1. =u puesto en la ética teol#gica Es clásica la doctrina &ue distingue tres fuentes o principios de la moralidad: el o-3eto) el fin y las circunstancias. Aa doctrina moral ense?a &ue estos tres elementos) en mayor o menor medida) entran en toda acci#n) de forma &ue) cuando se &uiere ,acer un 3uicio moral de acciones concretas) es preciso atender a la acci#n &ue se realia) al fin &ue se propone el agente y a las circunstancias &ue acompa?an a la acci#n. Estos tres principios se ,an de tener presentes al momento de ,acer el 3uicio ético) pues los tres con$ergen y se complementan mutuamente: en ocasiones act5an en circularidad!) pues uno demanda a los otros o influye en ellos. Este planteamiento despierta la crítica de algunos autores &ue apuestan por una moral &ue acent5e los elementos su-3eti$os) especialmente el fin! del agente) así como las circunstancias! &ue confluyen en el acto. 'am-ién lo desec,an &uienes critican una moral preocupada en e(ceso por los actos singulares) sin tener en cuenta la disposici#n ,a-itual del su3eto o la llamada opci#n fundamental!.
Moral Fundamental.
Página N° JB
No faltan raones a esta crítica) pero la soluci#n no está en negar una criteriología $álida para el 3uicio moral de un acto) sino en ser 3ustos en su aplicaci#n y) al mismo tiempo) en sa-er integrar los aspectos nue$os &ue contiene una moral -asada más en la creati$idad de la persona ,umana y en su ri&uea interior) así como en eliminar los aspectos negati$os &ue se ,ayan ido incorporando con el tiempo. Esa integraci#n es la &ue se pretende ,acer en este capítulo. @. El o-3eto) el fin y las circunstancias Aa $ida moral consiste en &ue los actos ,umanos sean -uenos o malos desde el punto de $ista ético. =in actos internos y sin acciones realiadas no ca-e ,a-lar de moralidad: sin su3eto actuante no e(iste ni la $ida ni la ciencia moral. Precisamente la moral es una ciencia práctica) por&ue 3uga los actos y acciones del ,om-re. Ca-e decir más) la acti$idad ,umana no es algo secundario: el ,om-re piensa y act5a. Por eso las acciones son tan decisi$as en la $ida del ,om-re y por ello son o-3eto de 3uicio moral: son -uenas! o malas! al modo como las ela-oraciones de la ra#n son $erdaderas! o falsas!. na teoría ética &ue menosprecie las acciones en sí y so-re$alore los elementos su-3eti$os) está en camino de renunciar a la o-3eti$idad) lo cual es) a su $e) la ra#n de salirse del realismo para aca-ar en el idealismo) tan cercano a la ilusi#n y a la fantasía. *,ora -ien) la persona ,umana lle$a a ca-o esas acciones con una intencionalidad: el ,om-re es un ser teleol#gico" es decir) &ue) al actuar) se propone fines o intenciones u o-3eti$os. Es poco frecuente &ue el ,om-re act5e al aar) por capric,o. Precisamente la inteligencia y la $oluntad son lo &ue permiten &ue el ser ,umano %de forma implícita o e(plícita) -ien de modo mediato o inmediato% se proponga unos fines u o-3eti$os en cada una de sus acciones. Pero) en el fin se proyecta la li-ertad y la inteligencia ,umana) por ello el fin o intenci#n no es un elemento secundario en la moralidad de las acciones &ue e3ecuta. *demás) la persona ,umana es un ser &ue $i$e en medio de m5ltiples circunstancias y algunas son tan cercanas a su ser &ue le constituyen como tal por e3emplo) ser ,om-re o mu3er" 3o$en o $ie3o" sano o enfermo" estar prisionero o li-re0. En este sentido) es preciso entender el aforismo de 4rtega y asset: ay &ue 3ugar al ,om-re por lo &ue ,ace o por el f n con &ue lo ,ace o por las circunstancias en &ue lo e3ecuta9 Aa respuesta a estas cuestiones da lugar a los di$ersos sistemas éticos &ue se estudian más a-a3o. Aa soluci#n sería fácil si las tres fuentes de la moralidad! fuesen entidades a se. *,ora -ien) la distinci#n entre o-3eto!) fin! y circunstancias!) tal como se ,ace normalmente en los manuales) es una distinci#n e(cesi$amente racional. Por&ue en el ,om-re concreto no es tan fácil separar esos tres elementos. En realidad) &uien act5a es el ,om-re concreto) moti$ado por unos fines unidos a la acci#n) en unas circunstancias muy personales) por lo &ue resulta difícil distinguir un elemento de otro y tampoco es fácil precisar cuál de los tres ,a sido el determinante de la acci#n concreta. Pero esas dificultades no anulan la doctrina: cuando se trata de aplicar un principio) las dificultades &ue sur3an en su aplicaci#n) no lo in$alidan) al contrario) son un estímulo para analiarlo cuidadosamente) pues la dificultad ad$ierte &ue es preciso analiar cada caso con el fin de aplicar adecuadamente los principios.
B. El o-3eto. Precisi#n del concepto.
Moral Fundamental.
Página N° JI
Aos manuales no concuerdan al se?alar &ué se entiende por o-3eto! de la acci#n. Es claro &ue no de-e identificarse el o-3eto! con la materialidad! del acto &ue se realia. 4-3eto! no es) pues) el arma &ue dispara) ni la rodilla &ue se do-la) ni la mano &ue se apodera del dinero a3eno) ni la lengua &ue calumnia o perdona) etc.) sino &ue el o-3eto! ya lle$a en sí mismo la materialidad de la acci#n moral. Es decir) en los e3emplos citados) el o-3eto! es el asesinato) el acto de adoraci#n) el ro-o) la calumnia) el perd#n) etc. Pero tampoco esta distinci#n es suficiente) dado &ue el &ue act5a es el ,om-re y) en consecuencia) ni el asesinato) ni la adoraci#n) ni el ro-o) ni la calumnia) ni el perd#n son actos a se) como realiados por una persona &ue o-ra sin moti$aci#n alguna. No) en los e3emplos aducidos) la moralidad de la persona se mide por&ue esas acciones ya lle$an en sí mismas una carga moral. Es decir) el ,om-re coge la pistola 1 por&ue &uiere matar! o defenderse0) do-la la rodilla para adorar!) ro-a con el deseo de disfrutar de -ienes &ue no posee) etc. Es decir) &ue un cierto fin entra $a en la acci#n misma lle$ada a ca-o. Esta interpretaci#n es la &ue ya ,io =anto 'omás. Aa e(posici#n tomista del o-3eto! no se refiere a la materialidad) sino a esa acci#n cargada de moralidad por la intenci#n con &ue el ,om-re act5a. +e a&uí &ue el factor constituti$o de la moralidad es el acto &ue la $oluntad lle$a a ca-o con una cierta finalidad. Es decir) o-3eto! es lo &ue pretende ,acer el ,om-re para -ien y para mal ) G1G%G1J0. Esta interpretaci#n no fue desconocida por los moralistas. En efecto) los manuales distinguían entre finis operis! y finis operantis!) y designa-an como finis operis! toda esa carga ,umana de &ue se re$iste la acci#n moral) &ue) con lengua3e e(cesi$amente realista) se denomina o-3eto!. Parece &ue fue el P. Lilluart &uien materiali# el o-3eto!) desligándolo de todo factor ,umano ) G@B%G@K0. En consecuencia) ni los defensores de la importancia del o-3eto! en la acci#n moral de-en atomiarlo en sí mismo) a-strayéndolo de cual&uier consideraci#n su-3eti$a) ni los críticos tienen por &ué re,usar la doctrina moral en torno a la importancia del o-3eto! al momento de emitir un 3uicio moral) por&ue) en efecto) cuando la persona ,umana proyecta una acci#n) lo &ue se 3uga no es s#lo la acci#n material) sino la acci#n lle$ada a ca-o y proyectada por dic,a persona. < 8&uién podrá afirmar &ue un fin so-rea?adido finis operantis0 o nue$os elementos circunstanciales son más decisi$os para el 3uicio moral &ue la o-3eti$idad del acto tal como fue pensado) &uerido y lle$ado a término por la persona9 *sí entendido el o-3eto!) es claro &ue la moralidad de un acto deri$a fundamentalmente de &ue el o-3eto! sea -ueno o malo. +e a,í se deducen las consecuencias siguientes para 3ugar la moralidad de las acciones ,umanas: % El o-3eto! marca la moralidad de un acto. Por ello) el acto es -ueno) malo o indiferente) seg5n &ue el o-3eto! &ue se realice sea) a su $e) -ueno) malo o indiferente. % Cuando el o-3eto! es en sí mismo malo) &uien lo realia) comete un pecado) e(cepto en caso de ignorancia o de $iolencia. % na acci#n en sí misma mala) no puede realiarse) aun&ue el fin &ue se proponga sea -ueno y las circunstancias &ue le acompa?an sean fa$ora-les. Por ello está pro,i-ido ,acer una acci#n en sí mismo mala aun&ue se ,aga por un fin -ueno o muy -ueno: no se puede ro-ar para ,acer limosna. Ni por la circunstancia &ue se dé: no 3ustifica el a-orto un em-arao no deseado. =i el o-3eto! es malo en sí) tampoco se puede realiar) aun&ue de él se sigan -uenas consecuencias. Este principio anula la práctica de algunos &ue 3ustifican ,acer un mal por los -ienes &ue se siguen. =an Pa-lo lo reprue-a con estas pala-ras: No se puede ,acer el mal para o-tener el -ien! 6om B) J0. No es lícito mentir para o-tener la con$ersi#n a la fe de un no creyente cfr ) GBI%GIO0.
I. El fin. =u naturalea 1
+ícese de la acci#n de tomar) agarrar o prender una cosa" no malinterpretar. nota del editor0
Moral Fundamental.
Página N° JG
Fin! es la intenci#n o la finalidad por la &ue el su3eto lle$a a ca-o la acci#n. Este fin! se denomina por los autores como fin de la persona &ue act5a! finis operantis!0) distinto de ese otro fin in,erente a toda acci#n finis operis!0) &ue) como decíamos en el apartado anterior) pertenece al o-3eto! empu?a la pistola para matar o para defenderse) do-la la rodilla para adorar) etc.0. Este finis operantis! califica nota-lemente la moralidad de un acto) pues se puede matar con el fin de satisfacer una $engana) o en legítima defensa. =e puede ,acer la adoraci#n por moti$os de fe o para reci-ir la ala-ana de los presentes o con el fin de simular una fe &ue no se tiene) etc. Aa importancia del fin! pro$iene de &ue el 3uicio moral entra en la intimidad del su3eto" más a5n) el su3eto mismo carga de moralidad la acci#n &ue e3ecuta. =i el ,om-re es un ser &ue proyecta fines) éstos suponen la refle(i#n y la decisi#n determinante de la $oluntad. +e la consideraci#n del fin! &ue se propone el su3eto) deri$an los siguientes principios para 3ugar la -ondad o malicia de una acci#n: % n acto ,umano) en sí mismo indiferente) se ,ace -ueno o malo por el fin con &ue se ,ace: comer por o-ediencia al médico es una acci#n moralmente -uena" pasear para molestar al pr#3imo con$ierte en mala una acci#n de por sí indiferente. % n acto en sí -ueno puede ser deformado moralmente por un fin malo: dar limosna a un po-re con el fin de so-ornarlo) de3a de ser un acto de caridad para con$ertirse en delito. % El fin puede aumentar o disminuir la -ondad o la malicia de una acci#n. Por e3emplo) el político ,onrado &ue) además de una política 3usta) pretende un ,onor personal es éticamente menos recta en ra#n del fin!) &ue a&uel &ue opta por la política como un ser$icio al -ien com5n y para ello tiene &ue renunciar a su profesi#n &ue le ocasiona más satisfacci#n personal y mayor remuneraci#n econ#mica &ue el cargo político. % na acci#n en sí misma mala no se 3ustifica aun&ue el fin! &ue se proponga sea -ueno: el fin no-le de colmar el deseo de maternidad no 3ustifica la inseminaci#n artificial. En consecuencia) cuando el ,om-re propone un determinado fin! a sus actos) demuestra &ue no es un aut#mata) al contrario) lo carga de $oluntariedad. =in em-argo) los fines! &ue el ,om-re se proponga no pueden negar la categoría &ue tiene el acto en sí!. < es &ue ni el interés %menos a5n el egoísmo% puede acallar la importancia ética &ue los ,ec,os tienen en sí mismos. Por eso el fin! no puede estar por encima de las acciones! &ue en sí mismas son malas. G. Aas circunstancias. Especificaci#n Aas circunstancias! tam-ién 3uegan un importante papel en el 3uicio moral. Primero) por&ue el ser mismo del ,om-re es un ser en%circunstancia! y segundo) por&ue las acciones se lle$an a ca-o en medio de un c5mulo de circunstancias) algunas de las cuales tocan muy de cerca tanto al su3eto como a la acci#n. Aas circunstancias pueden afectar a los di$ersos elementos &ue confluyen en el acto. Es clásica la enumeraci#n de siete circunstancias &ue influyen en el 3uicio moral de una acci#n. =on las siguientes: % El su3eto &ue act5a &uis/&uién0: no es lo mismo la mentira de un s5-dito &ue la de un Presidente de o-ierno. % El o-3eto) es decir) lo &ue se ,ace &uid/&ué0: no es lo mismo la mentira del Presidente del o-ierno acerca de un asunto pri$ado) &ue so-re un tema de interés nacional. % El lugar d#nde se ,ace u-i/d#nde0: cam-ia la gra$edad moral si el Presidente miente en pri$ado o lo ,ace en el Parlamento a instancias de los representantes del pue-lo.
Moral Fundamental.
Página N° J;
% Aos medios &ue se emplean &ui-us au(iliis/con &ué medios0. El Presidente puede o-tener la mayoría negociando o por medio del so-orno. Esta circunstancia! plantea el tema de la licitud de los medios. Aa moralidad afecta tam-ién a los medios. +e a&uí &ue) desde el punto de $ista ético) sea totalmente repro-a-le) el dic,o de &ue el fin 3ustifica lo medios!. n fin no-ilísimo) como es acceder a un puesto de decisiones) se $uel$e condena-le por los medios in3ustos empleados para o-tenerlo) % Por la ra#n o causa cur/por &ué0: en parte se identifica con el fin) &ue) por su importancia se formula de nue$o: se puede aspirar al cargo político por ser$icio al -ien com5n o para ad&uirir notoriedad y prestigio) % C#mo se lle$a a ca-o &uomodo/c#mo0: la acci#n in3usta del go-ernante es más gra$e si se e3ecuta) como se dice en términos 3urídicos) con premeditaci#n y ale$osía!. % El tiempo en &ue se realia guando/cuándo0: se refiere a la época. Por e3emplo) es más gra$e depositar grandes cantidades de dinero en el e(tran3ero en tiempo de $erdadera escase de di$isas) &ue en épocas de e(pansi#n econ#mica. 'am-ién se refiere a la prolongaci#n en el tiempo: no es lo mismo el go-ierno in3usto en una etapa corta &ue si la dictadura se prolonga indefinidamente. Es e$idente &ue estas siete circunstancias 3uegan un papel muy importante al 3ugar la moralidad de un ,ec,o. Aos e3emplos e(puestos son de por sí elocuentes y ca-ría a5n agrandarlos. En consecuencia) $alorar las circunstancias! no puede ser de ning5n modo a3eno al actuar moral. +e la influencia de las circunstancias! se siguen los siguientes principios para la $aloraci#n ética: % =olamente se $aloran en el orden moral a&uellas circunstancias &ue condicionan el ,ec,o en sí: es lo mismo &ue el Presidente del o-ierno sea de una ideología política &ue de otra) &ue sea ,om-re o mu3er" son circunstancias &ue no influyen en la $aloraci#n moral en el desempe?o de su cargo p5-lico. % *lgunas circunstancias cam-ian la especie del pecado: el adulterio a?ade al pecado se(ual la in3usticia a la otra parte" el ro-o de un o-3eto de culto a?ade al ,urto) el sacrilegio" la especulaci#n del go-ernante deteriora el ni$el moral de la sociedad) etc. % 4tras circunstancias pueden cam-iar el pecado de $enial en mortal: es el caso de la cantidad en el ro-o) si -ien algunos autores) dado &ue el cuánto! no se menciona en las circunstancias!) ,a-lan de un cam-io en la especie de pecado. % Cuando los actos son intrínsecamente malos ninguna circunstancia permite &ue se realice dic,o acto: ninguna circunstancia! 3ustifica la calumnia &ue conlle$a gra$es da?os) el asesinato del inocente) ni la -lasfemia) etc. % Aa importancia moral de las circunstancias! depende del papel &ue 3ueguen en la realiaci#n del acto. =e dan circunstancias &ue no ,an de tenerse en cuenta) dado &ue no influyen para nada en la acci#n: no cam-ia de 3uicio moral el ,ec,o de &ue &uien calumnie sea una mu3er o un ,om-re en una sociedad de igualdad de derec,os para am-os.
II. LOS SISTEMAS ÉTICOS =e introduce a&uí un cierto neologismo) dado &ue no se trata de los di$ersos sistemas éticos ,a-idos en la ,istoria) sino &ue se pretende sistematiar las corrientes éticas &ue en estos 5ltimos a?os se ,an formado con ocasi#n de reinterpretar la doctrina en torno a las fuentes de la moralidad!. Estas nue$as corrientes éticas se dan no s#lo en el ám-ito de la ética filos#fica) sino tam-ién de la teología moral. En paralelo a las tres fuentes) ca-e tam-ién enumerar tres corrientes o escuelas:
Moral Fundamental.
Página N° JK
1. Corriente realista =e entiende como tal la &ue sostiene &ue el o-3eto! es la fuente! principal en la $aloraci#n ética de una acci#n. =eg5n esta teoría) frente al fin! y las circunstancias!) lo &ue $erdaderamente decide la -ondad o malicia de una acci#n es el o-3etor. <) cuando el o-3eto! es intrínsecamente malo) ni el fin! ni las circunstancias! lo 3ustifican. Esta sentencia entiende el o-3eto! en el rico sentido descrito más arri-a y no como la materialidad! de un acto. Pues -ien) tal es la sentencia com5n en la moral cat#lica) pues: Aa moralidad del acto ,umano depende so-re todo y fundamentalmente del o-3eto elegido racionalmente por la $oluntad deli-erada!. < lo fundamenta en la doctrina de =anto 'omás) pues el acto ,umano depende de su o-3eto) o sea si éste es o no es ordena-le a +ios... el acto es -ueno si su o-3eto es conforme con el -ien de la persona! =) KJ0. < a?ade: Aa doctrina del o-3eto) como fuente de la moralidad) representa una e(plicaci#n auténtica de la moral -í-lica de la *liana y de los mandamientos) de la caridad y de las $irtudes! =) J@0. Aas raones &uedan e(puestas con ocasi#n de temas ya tratados y &ue son nucleares en la interpretaci#n moral: tal es) por e3emplo) el pluralismo de lo real) descrito en el capítulo 11" el sentido de la $erdad como interpretaci#n de la realidad) &ue des-anca todo idealismo en el campo gnoseol#gico capítulo 0" la concepci#n antropol#gica &ue $alora en el ,om-re el conocimiento y la li-ertad y en la antropología cristiana la realidad de la gracia en Cristo) etc. En un pala-ra) el realismo ético! parte de la ri&uea &ue entra?a el ser del ,om-re y &ue) como es l#gico) se $ierte en la acci#n o-3eti$a &ue lle$a a término. gualmente se fundamenta en el $alor de las acciones en sí mismas) &ue deciden el 3uicio moral de la ra#n práctica. Ca-ría afirmar &ue las más gra$es des$iaciones de la moral cat#lica en nuestro tiempo tienen su origen en la desconsideraci#n del o-3eto! y en la so-re$aloraci#n del fin! o de las circunstancias!) si -ien ,aya &ue reconocer &ue esos errores se ,an producido por la no-le causa de superar una moral manualística) e(cesi$amente o-3eti$ista!) preocupada más del caso concreto &ue de la situaci#n real de la persona y por ello casuística! y poco personalista) más normati$a &ue atenta a las e(igencias de la propia conciencia cfr ) G@1%G@B0. Pero esas insuficiencias se pueden superar sin caer en el error 'res son los errores &ue se deri$an del ,ec,o de negar la prioridad al o-3eto! en el 3uicio moral: cierta concepci#n de la llamada opci#n fundamental!) la di$isi#n teol#gica de los pecados y la negaci#n de &ue e(istan actos intrínsecamente malos!. a. 4pci#n fundamental. Aa doctrina en torno a la opci#n fundamental! ,a tenido un amplio eco en la interpretaci#n de la moral cat#lica) ,asta el punto de afirmar &ue influye en casi todos los aspectos de la teología moral! L. >áring0. =e podría descri-ir como la decisi#n so-re sí y la disposici#n de la propia $ida a fa$or o en contra del Lien y de la erdad" en 5ltima instancia) a fa$or o en contra de +ios. Aa Encíclica eritatis =plendor la define así: Es la opci#n actuada por a&uella li-ertad fundamental mediante la cual la persona decide glo-almente so-re sí misma) no a tra$és de una elecci#n determinada y consciente a ni$el refle3o) sino en forma trascendental y temática! =) ;G0. Aa opci#n fundamental! -rota de la ri&uea del espíritu ,umano) &ue es capa de tomar decisiones profundas y determinantes para toda la $ida. En este sentido) es un dato importante para la teología moral. Pero se e(pone con algunos e&uí$ocos. El primero es &ue) con frecuencia) se contraponen opci#n fundamental! y actos singulares!. En consecuencia) los actos morales no son -uenos ni malos) sino en la medida en &ue responden a la opci#n fundamental! pre$iamente asumida. * nadie se le oculta la -uena intenci#n de ese 3uicio) pero tam-ién manifiesta la falta de realismo ,umano y cristiano. Primero) por&ue) si la opci#n fundamental! no $a acompa?ada de actos singulares
Moral Fundamental.
Página N° JJ
-uenos) se ,a de concluir &ue tal opci#n! se reduce a -uenas intenciones!. =egundo) por&ue la -ondad o malicia del actuar del ,om-re responden a los actos singulares y no a las disposiciones internas) aun&ue ,ayan sido asumidas fundamental mente!. *demás) la opci#n fundamental! puede ser amulada por un solo acto singular +e ,ec,o) el Magisterio ,a rec,aado la doctrina de la opci#n fundamental!) cuando no se interpreta correctamente) en la E(,ortaci#n *post#lica 6econciliaci#n y penitencia n. 1K0 y la Encíclica eritatis =plendor lo ,ace en estos términos: =eparar la opci#n fundamental de los comportamientos concretos significa contradecir la integridad sustancial o la unidad personal del agente... En realidad) la moralidad de los actos ,umanos no se rei$indica solamente por la intenci#n) por la orientaci#n u opci#n fundamental... Aa moralidad no puede ser 3ugada si se prescinde de la conformidad u oposici#n de la elecci#n deli-erada de un comportamiento concreto respecto a la dignidad y a la $ocaci#n integral de la persona ,umana! =) ;K0. =e precisa ,acer gruesos matices para descu-rir la aportaci#n de la teoría de la opci#n fundamental! a la doctrina moral) pero tam-ién para li-erarla de sus insuficiencias y aun) de sus errores cfr ) IK%G1B0 -. +istinci#n teol#gica de los pecados =eg5n el Concilio de 'rento) seg5n la gra$edad) los pecados se di$iden en mortales! y $eniales! +) 1GII0. Pues -ien) cuando no se toma en la consideraci#n de-ida la acci#n en sí el o-3eto!0 y se destacan las otras dos fuentes! o se profesa la doctrina de la opci#n fundamental!) es fácil concluir &ue la persona ,umana no puede cometer un pecado mortal!. Por ello se propone una nue$a di$isi#n: $enial) gra$e y mortal. 2ste) en consecuencia) s#lo tiene lugar cuando se da una opci#n fundamental! en algo &ue deteriora seriamente el compromiso cristiano con +ios o con el pr#3imo. En los demás casos) se trataría s#lo de pecados gra$es!) &ue no romperían la uni#n con +ios ni da?arían la $ida en Cristo!. Esta teoría fue rec,aada por la E(,ortaci#n *post#lica 6econciliaci#n y penitencia cfr n. 1K0. +el tema se ocupa tam-ién e(presamente la Encíclica eritatis =plendor nn. ;%KO0) donde ense?a &ue se comete un pecado mortal cuando el ,om-re) sa-iéndolo y &ueriéndolo elige) por el moti$o &ue sea) algo gra$emente desordenado! =) KO0. c0 *ctos intrínsecamente malos Es la consecuencia &ue se sigue más directamente de la desconsideraci#n del o-3eto!. En efecto) si la moralidad se decide de modo preferencial por el fin! &ue proyecta el agente o por las circunstancias! &ue acompa?an a la acci#n) en l#gica consecuencia) es difícil &ue se den actos &ue) independientemente de los fines! $ de las circunstancias!) sean malos en sí mismos. Pero en esta teoría confluyen tam-ién otros factores) tales como la so-re$aloraci#n de la conciencia por encima de la norma" la negaci#n de la ley natural y con ello la e(istencia de una ley o-3eti$a y uni$ersal" el supuesto de &ue no e(iste una moral específicamente cristiana" la afirmaci#n de &ue en la Li-lia no e(isten $erdaderos preceptos &ue $inculen las conciencias) etc. Con estos presupuestos se concluye &ue no e(iste el intrinsecum malum!. El pro-lema &ue suscita es tan gra$e &ue en él se dilucida) en -uena medida) la moral cristiana cfr ) GGG%G;I0. Por su importancia) la Encíclica $uel$e reiteradamente so-re este tema: Aos preceptos morales negati$os) es decir) a&uéllos &ue pro,í-en algunos actos o comportamientos concretos como intrínsecamente malos) no admiten ninguna e(cepci#n legítima) no de3an ning5n espacio moralmente acepta-le para la creati$idad de alguna determinaci#n contraria! =) ;K" cfr. nn. KJ%J@0. Por su parte) la Encíclica E$angelium $itae) en oposici#n al circunstancialismo y al finalismo éticos) ense?a:
Moral Fundamental.
Página N° J
Ninguna circunstancia) ninguna finalidad) ninguna ley del mundo podrá 3amás ,acer lícito un acto &ue es intrínsecamente ilícito) por ser contrario a la Aey de +ios) escrita en el cora#n de cada ,om-re) reconoci-le por la misma ra#n y proclamada por la glesia! F) ;@1. Aa Encíclica eritatis =plendor" fundamenta esta doctrina en la ense?ana -í-lica: Aa glesia) al ense?ar la e(istencia de actos intrínsecamente malos) acoge la doctrina de la =agrada Escritura. El *p#stol Pa-lo afirma: ZNo os enga?éis[ Ni los impuros) ni los id#latras) ni los ad5lteros) ni los afeminados) ni los ,omose(uales) ni los ladrones) ni los a$aros) ni los -orrac,os) ni los ultra3adores) ni los rapaces entrarán en el 6eino de +ios. =i los actos son intrínsecamente malos) una intenci#n -uena o determinadas circunstancias particulares pueden atenuar su malicia) pero no pueden suprimirla: son actos irremedia-lemente malos por sí y en sí mismos no son ordena-les a +ios y al -ien de la persona! =) J1 0. El Catecismo de la glesia Cat#lica enumera como actos intrínsecamente malos la -lasfemia) el per3urio) el ,omicidio y el a-orto CEC) 1KG;0. Aa Encíclica eritatis =plendor a-unda en te(tos antol#gicos &ue condenan la teoría &ue niegue la e(istencia del mal moral intrínseco! cfr cap. Q0. Negar &ue e(istan actos en sí mismos repro-a-les es minar en su -ase la $ida moral. En efecto) 8&ué o &uién puede 3ustificar &ue se me &uite la $ida o se me calumnie $ilmente9 Aos e3emplos podrían multiplicarse. Aa negaci#n de actos intrínsecamente malos es el primer golpe &ue pro$oca un desliamiento de la moral ,acia un relati$ismo ético impara-le. @. Corrientes finalistas Aos autores para los &ue el fin! es el criterio má(imo de moralidad) constituyen las llamadas corrientes teleol#gicas) &ue en la actualidad tienen una amplia aceptaci#n. El teleologismo ético no considera si la acci#n en sí es -uena o mala) sino &ue sostiene &ue la fuente de la moralidad es el fin! &ue se proponga el agente así como los -ienes &ue se sigan!. *un&ue no &uiera aceptarse) el teleologismo procede del utilitarismo moral) pero ,a instrumentaliado in3ustamente la doctrina de Ma( e-er acerca de la distinci#n entre ética de la intenci#n! o con$icci#n0 y ética de la responsa-ilidad!) pues Ma( e-er se refería a los políticos &ue) en su opini#n) podrían ser fieles aplicando una moral responsa-le!) aun&ue no respondiese a sus con$icciones éticas personales. Pues -ien) el teleologismo ético mantiene &ue el -ien y el mal dependen en 5ltima instancia de los efectos &ue se sigan a la acci#n. =e reparten en dos tendencias: a0 Consecuencialismo ético: profesan &ue la eticidad está en &ue la suma final de -ienes supere a los males &ue se sigan a una acci#n concreta. -0 Proporcionalismo ético: afirma &ue el acto es éticamente -ueno si e(iste proporci#n entre los -ienes &ue se consiguen y los males &ue se e$itan. Como es l#gico) en ocasiones se confunden am-as teorías) y a5n es más gra$e a causa del criterio &ue pueda asumirse para medir esa asuma! o proporci#n! entre -ienes! y males!. Por&ue puede tomarse como un -ien! si fa$orece a la propia persona) o $a en fa$or del grupo social) o del partido político e incluso de esta generaci#n ,ist#rica frente a los &ue nos seguirán en generaciones futuras) mientras &ue la cuantificaci#n del mal! tendría otros destinatarios. El teleologismo ético de-e someterse a una seria crítica) dado &ue) además de la e(posici#n y defensa te#rica por parte de numerosos grupos) tiene gran acogida en la calle cfr ) G@J%GBI0. *lgunos moralistas cat#licos se ,an sumado a las teorías teleol#gicas) pero) desde la fe) es imposi-le ad,erirse a estas doctrinas. Aa Encíclica eritatis =plendor las rec,aa con este 3uicio moral:
Moral Fundamental.
Página N° O
El o-rar ,umano no puede ser $alorado moralmente -ueno s#lo por&ue sea funcional para alcanar este o a&uel fin &ue persigue) o simplemente por&ue la intenci#n del su3eto sea -uena... =i el o-3eto de la acci#n concreta no está en sintonía con el $erdadero -ien de la persona) la elecci#n de tal acci#n ,ace moralmente mala a nuestra $oluntad! =) K@0. < respecto de las teorías teleol#gicas) en concreto el proporcionalismo y el consecuencialismo) ense?a: =eme3antes teorías no son fieles a la doctrina de la glesia) en cuanto creen poder 3ustificar) como moralmente -uenas) elecciones deli-eradas de comportamientos contrarios a los mandamientos de la ley di$ina y natural! =) K;" cfr. KI%K;0. B. Corrientes circunstancialistas El circunstancialismo ético! precedi# en el tiempo a las teorías finalistas. < en la moral cat#lica se introdu3o en la década de los a?os GO. En efecto) el día @B de mayo de 1GO) Pío Q pronunci# un 6adiomensa3e en &ue ,a-l# de los errores de la moral nue$a!) &ue se lleg# a denominar moral de situaci#n!. Fue condenada mediante una nstrucci#n del =anto 4ficio el @ de fe-rero de 1G;. =eg5n este +ocumento) la Moral de =ituaci#n! no acepta los principios de la ética o-3eti$a &ue se funda en el =E6!. Por el contrario) el -ien y el mal dependen de cierto 3uicio íntimo y lu peculiar de la mente en cada indi$iduo) por cuyo medio $iene a conocer) en cada situaci#n concreta) lo &ue ,a de ,acer!. Por ello profesa un su-3eti$ismo relati$ista! cfr ) GIJ%GGI0. Aa interpretaci#n &ue ,io Pío Q so-re la ética de situaci#n! despe3# del ,orionte académico esta doctrina. Pero fue) lentamente) asumida por el circunstancialismo ético cfr ) ;B1%;BG0. Como se ,a consignado más arri-a) es e$idente &ue las circunstancias de-en ser tenidas en cuenta al formular el 3uicio ético) y &ue la $ida moral de cada persona está condicionada! por m5ltiples circunstancias) desde la ,erencia a la cultura) pasando por las situaci#n socio%econ#mica en &ue se encuentre) etc. cfr. ) GIO%GIJ0. Pero el llamado circunstancialismo ético! e(agera sus tesis y ,ace depender s#lo de la circunstancia! la $aloraci#n del acto moral) sin &ue puedan darse actos intrínsecamente malos!: Por esto) sin negar en a-soluto el influ3o &ue so-re la moralidad tienen las circunstancias y) so-re todo) las intenciones) la glesia ense?a &ue e(isten actos &ue) por sí y en sí mismos) independientemente de las circunstancias) son siempre gra$emente ilícitos por ra#n de su o-3eto... Aas circunstancias o las intenciones nunca podrán transformar un acto intrínsecamente des,onesto por su o-3eto en un acto su-3eti$amente ,onesto o 3ustifica-le como elecci#n! =) J%J10. Conclusi#n: Aos errores de estos sistemas éticos son) en principio) errores por e(ageraci#n!: no ,an sa-ido $alorar con$enientemente y en su 3usta proporci#n el $alor e(acto &ue corresponde a cada uno de los tres elementos &ue constituyen las fuentes de la moralidad!. Pero) -ien analiados) los errores son más profundos y parten) como se ,a dic,o reiteradamente) de errores de ontología y de gnoseología: las deficiencias éticas de los sistemas &ue profesa! un su-3eti$ismo relati$ista padecen de una falsa concepci#n de la metafísica y de la teoría del conocimiento. Ao más gra$e es &ue) pretendiendo su-rayar la importancia de la persona ,umana) tam-ién padecen un déficit antropol#gico. En efecto) es fácil descu-rir en la doctrina &ue profesan estos autores una especie de di$isi#n interna respecto al comportamiento del ,om-re) pues) si -ien es cierto &ue intentan su-rayar los elementos su-3eti$os y so-re todo la conciencia) sin em-argo) de ,ec,o se 3uga el comportamiento moral s#lo por las consecuencias. Es lo &ue denuncia la Encíclica eritatis =plendor: Parece delinearse dentro del comportamiento ,umano una escisi#n entre dos ni$eles de moralidad: por una parte el orden del -ien y del mal) &ue depende de la $oluntad) y por otra) los comportamientos determinados) los cuales son 3ugados como moralmente rectos o e&ui$ocados ,aciéndolos depender s#lo
Moral Fundamental.
Página N° 1
de un cálculo técnico de la proporci#n entre -ienes y males \premorales] o \físicos]) &ue siguen efecti$amente a la acci#n! =) ;G0.
Capítulo &II EL RE#ERSO DE LA E&ISTENCIA CRISTIANA ECADO CON#ERSI"N (I, +/9-+?0) Como &ueda consignado en el capítulo ) la moral cristiana se autodefine como una llamada a la santidad en el seguimiento) imitaci#n e identificaci#n con 7esucristo. Pero el realismo cristiano sa-e por la Li-lia y por la e(periencia &ue el ,om-re es un ser éticamente frágil) pues en su $ida aparece con e(cesi$a frecuencia además del mal físico) el mal moral. Por eso) el pecado es un tema central en la ética teol#gica) pues) si el ,om-re ,a de identificarse con Cristo) necesariamente ,a de e$itar el pecado. *,ora -ien) la comprensi#n del pecado en la ,istoria del cristianismo sigue di$ersos ritmos: una época de gran sensi-ilidad ante el mal moral es sustituida por otra &ue apenas si lo tiene en cuenta. =eg5n repite el Magisterio) la nuestra se encuentra más cerca de esta segunda situaci#n. Pero el tema del pecado no s#lo es importante en sí mismo) sino &ue en él repercuten los di$ersos pro-lemas de la teología moral) ,asta el punto &ue) del concepto y $aloraci#n &ue se ,aga del pecado) depende en gran medida la interpretaci#n de la moral cat#lica. Este dato se comprue-a en el tratamiento de los capítulos precedentes: las cuestiones de la Moral Fundamental se cifran en 5ltimo e(tremo en -uscar un 3uicio o-3eti$o &ue interprete el mal moral) &ue denominamos pecado!. +e a,í &ue los $ai$enes de la teología moral se refle3en en la concepci#n &ue se tenga de él. Con el fin de e$itar una e(cesi$a racionaliaci#n) se elige el método ,ist#rico. =e trata de descu-rir a tra$és de la literatura cristiana) la e(istencia) la noci#n y la $aloraci#n &ue el cristianismo ,a ,ec,o del pecado a lo largo de su ,istoria.
I. LA REALIDAD DEL ECADO El Magisterio desde el Papa Pío Q) denuncia &ue nuestra época ,a perdido sensi-ilidad por el pecado. El ,ec,o es en sí gra$e) por&ue si una idea -í-lica cla$e es la llamada a la con$ersi#n!) el ,om-re no sentirá la necesidad de con$ertirse si no tiene conciencia de pecado. Pero) en este supuesto) tampoco apreciará la o-ra redentora de 7es5s ni $alorará lo &ue significa el ner$io cristiano &ue entra?a la ,istoria salutis. l. +i$ersas consideraciones acerca del pecado El tema del pecado y sus repercusiones en la $ida ,umana es tratado ,a-itualmente de las Ciencias del >om-re. En efecto) la literatura) el arte) la filosofía) el derec,o) la psicología) etc. ,acen continuas referencias al mal moral del ,om-re y a sus consecuencias en la $ida social. Pero ,an sido precisamente algunas de estas corrientes culturales las &ue ,an des$irtuado su $erdadero sentido.
Moral Fundamental.
Página N° @
Como es l#gico) la realidad del pecado es tema muy recurrido en las distintas religiones) sin e(cluir) por supuesto) el cristianismo) pues se ,a dic,o . Lart,0 &ue las dos pala-ras cla$es &ue resumen la ,istoria de la sal$aci#n son gracia! y pecado!. Pues -ien) tampoco las concepciones religiosas se ,an $isto li-res de interpretar parcialmente la realidad y el sentido del pecado ) KBI%KB;0. @. El pecado en la teología cat#lica. nculpaciones Aa e(posici#n manualística de la teología moral escolar a partir del siglo ($ii gir# marcadamente en torno al pecado: se trata-a de preparar al sacerdote para el e3ercicio de la confesi#n sacramental. Ello demanda-a una $aloraci#n de los casos concretos para orientar al penitente. Es sentencia com5n afirmar &ue) fruto de esa coyuntura) fue una moral casuística en e(ceso) centrada más en lo negati$o del pecado &ue en lo positi$o de la santidad y la gracia. Pues -ien) estos e(cesos están siendo criticados de continuo) con el riesgo de inclinarse pendularmente al e(tremo opuesto. Por e3emplo) se censura &ue la e(posici#n de la moral cat#lica de ese período &ue concluye con el aticano ,a deformado el sentido de culpa-ilidad ago-iando las conciencias" &ue ,a fomentado un legalismo e(agerado" &ue ,a pri$atiado la penitencia con la práctica e(clusi$a de la confesi#n personal" &ue ,a caído en un reduccionismo moral al insistir s#lo en algunos pecados silenciando otros de gra$es repercusiones sociales e incluso le acusa de ,a-er caído en un lengua3e mítico al ,a-lar del pecado y al su-rayar sus consecuencias) etc. Es claro &ue estas críticas se?alan peligros reales) pero e(ageran deformando dic,os males. *demás no ofrecen los remedios con$enientes para e$itar los errores &ue censuran ) KBK%KB0.
II. EL ECADO EN LA RE#ELACI"N Para conocer el origen) el sentido y la $aloraci#n del pecado) el recurso a la Li-lia se ,ace imprescindi-le) dado &ue los datos re$elados so-re el tema son muy a-undantes. Ello ayuda no s#lo a e$itar ciertos errores) sino a precisar el 3uicio real &ue +ios tiene del pecado. *demás de la condena de los pecados) la Li-lia distingue entre el pecado de origen y los demás pecados cometidos por el pue-lo o por las personas singulares. *simismo repite de una forma u otra &ue el origen del pecado es triple: el demonio) un principio de mal en el ,om-re mismo la concupiscencia0 y el conte(to social o lo &ue en lengua3e cate&uético se denomina mundo!. Aos tres influyen decididamente en &ue el ,om-re ,aga mal uso de su li-ertad ) K;@%K;;0. l. *ntiguo 'estamento ) KIO%KIK0 El estudio se reparte en tres -re$es apartados: terminología) actitudes y ense?anas concretas. a0 'erminología Como es sa-ido) el recurso a la filología es 5til para conocer el $erdadero concepto de un término. Pues -ien) el *. ' contiene una terminología a-undante y rica en significaci#n para mencionar el pecado. Aos términos más frecuentes son ,attat!) pesa! y aSon!. >attat significa des$iarse!) separarse del camino o de la norma!) dar un paso en falso!. *parece G@B $eces) -ien en la forma $er-al @B@ $eces0 o el sustanti$o @1 $eces0. Pesa significa re-elarse! o su-le$arse!) por ello &uien peca comete un delito! y es infiel!. =e encuentra en 1BG te(tos. *Son se menciona @II $eces con la significaci#n de e&ui$ocarse! culpa-lemente) por ello significa tam-ién ini&uidad!) delito! y culpa!.
Moral Fundamental.
Página N° B
*demás de esta trilogía se mencionan otros términos) como ne-ala,/ infamia!) locura!" n-ala,/ crimen! e impiedad!" asam/ delito!" maal/ acci#n mala!) perfidia!" raa,/ mal!) maldad!" siDlut/ necedad!. El simple recuento de la significaci#n etimol#gica da este resultado: pecar es des$iarse) separarse del camino) incumplir una norma) dar un paso en falso) re-elarse y su-le$arse) ser infiel. El &ue peca comete un delito) una infamia) una locura) un crimen) una impiedad) una acci#n mala) una perfidia) un mal) una maldad) una necedad. El -alance de tantos males indica la gra$edad del pecado en la Li-lia. -. *ctitudes ante el pecado =i la ,istoria salutis discurre entre la gracia de +ios y el pecado del ,om-re) la actitud di$ina frente al pecado es la alternancia entre castigo o perd#n seg5n sea la reacci#n del ,om-re. Aos once primeros capítulos del énesis narran el origen y desarrollo de la ,umanidad) pero el ,ilo conductor es la actitud de +ios frente a la conducta del ,om-re. Pues -ien) el Paraíso) Caín y *-el) Noé y el dilu$io) la e(tensi#n del mal ,asta el punto de &ue +ios se arrepinti# de ,a-er creado al ,om-re! en ;) ;0) y como conclusi#n la dispersi#n de la ,umanidad después del castigo a los constructores de la 'orre de La-el concreta la pre,istoria ,umana como la cr#nica de los pecados del ,om-re. Aa elecci#n de *-ra,án da constancia de su fidelidad frente a la corrupci#n del resto de la ,umanidad) de a,í el castigo a las ciudades de =odoma y omorra en 1J) @@" @B) @J%@0. Pero) constituido srael) las relaciones de +ios con su pue-lo se miden por la *liana y ante ella destaca en todo momento la fidelidad de +ios y el incumplimiento del compromiso por parte del ,om-re. En resumen) la colosal ,istoria del *.'. entre +ios y el ,om-re se resume siempre en una contradicci#n: gracia y pecado) fidelidad%infidelidad) llamada%deso-ediencia. c0 Ense?anas so-re el pecado Pero esos ,ec,os $an cargados de ense?anas -í-licas. 2stas son las &ue más se su-rayan: % El pecado supone la transgresi#n de un precepto de
@. El pecado en el Nue$o 'estamento ) KIK%K;O0 Aa doctrina del N. '. en torno al pecado es a5n más a-undante. =e pueden distinguir tres fuentes principales: los =in#pticos) =an 7uan y =an Pa-lo. a. =in#pticos
Moral Fundamental.
Página N° I
Aas ense?anas más destacadas de los E$angelios =in#pticos so-re el pecado ca-e resumirlas en los epígrafes siguientes: % Aos términos más usuales son amartía @I $eces0 &ue traduce el término ,e-reo ,attat) con la significaci#n de des$iarse!" anomia I $eces0 &ue significa ini&uidad!. 'am-ién se menciona adiDía/ in3usticia! y asé-eia/ impiedad!. % =e su-raya &ue todos los ,om-res son pecadores Mt K) G" Mc 1I) @I0. % +e los @1 catálogos de pecados! &ue ca-e mencionar en el N. '.) s#lo uno se encuentra en los =in#pticos Mc K) @1%@@0. % =e condenan los pecados internos Mt G) 1K%1J0 y los pecados de omisi#n Mc 11) 1@%1I) @O%@1" Ac 1;) 1%B1" Mt @G0. Especial gra$edad tiene el pecado de escándalo! Mt 1J) 1%K" Mc ) I;%IK0. % 7es5s condena acciones concretas) no reduci-les a la opci#n fundamental! Mt) G) @@) @B%@;0. Especialmente se condenan los pecados contra el pr#3imo Mt @G) B1%I;" Ac 1O) @%BK0. % =e e(plica el pecado como deuda con +ios Ac 1G) 1J. @10. % Es continua la in$itaci#n a la con$ersi#n y a la penitencia Mt 1J) 11" Ac 1) 1O0. na e(cepci#n a o-tener el perd#n es el pecado contra el Espíritu! Mt 1@) B1%B@0. -0 El pecado en =an 7uan >e a&uí algunas tesis más destacadas: % El término más usado es amartía BI $eces0" anomia se encuentra en el E$angelio) pero sí en las Cartas. % =e su-raya &ue todos somos pecadores! 7n J) K" 1 7n l) J%1O0. % Aa misi#n de 7es5s es &uitar el pecado del mundo! 7n 1)B" 17n B)G0. % El ,om-re comete el pecado a instancias del dia-lo 1 7n B) J0. El origen del pecado está en las tres concupiscencias 1 7n @) 1;%1K0. % El pecado es no cumplir los mandamientos 7n 1G) 1O%1I" 1 7n B) I" @) B%;" B) @@%@I0) especialmente el mandamiento nue$o! 1 7n l) 1G" l) B. 11. @B" I) @O0. % El pecado y la gracia se contraponen como muerte y $ida 7n G) @I" 1 7n B) 1I0" lu y tinie-las 7n 1) G" B) 10" $erdad y mentira 7n J) II%I;" 1 7n l) ;%J0. % =an 7uan su-raya el pecado de algunas de las primeras comunidades *poc @) 1@%1;0. c. El pecado en =an Pa-lo Aa ri&uea del concepto de pecado en =an Pa-lo ,a dado lugar a una amplia literatura. Ca-ría destacar estas afirmaciones fundamentales: % El origen del pecado lo sit5a en *dán 6om G) 1@0. * partir de esta primera constataci#n) el *p#stol su-raya otros dos datos: la importancia decisi$a del demonio @ Cor @) 11" 11) B0) pues es un ma&uinador 1 'es B) G0 y el ,ec,o de &ue todos somos pecadores 6om B) 1O" Ef @) B0. % =an Pa-lo destaca el cristocentrismo soteriol#gico: si en *dán ,emos pecado todos) en riguroso paralelo) tam-ién todos ,emos sido li-erados por Cristo 6om ;) 1%1I" Cor 1G) @1%@@0. 7es5s e(pi# los pecados del pue-lo! >e-r @) 1K0.
Moral Fundamental.
Página N° G
% Aos catálogos de pecados. En sus carias ca-e mencionar ,asta &uince listas de pecados. +e éstas) dos recogen tam-ién las $irtudes contrarias al G) 1%@B" Ef I) B1B@0.
% 6enuncia a-soluta al pecado. El estilo literario de Pa-lo da fuera especial a la condena del pecado. *l *p#stol se le pone como modelo de imperati$os morales! 6om ;0. % +i$ersa gra$edad de los pecados. * este respecto) la terminología paulina es muy matiada 1 Cor J) 11" 6om 1I) @B0.
III. EL ECADO EN LOS ADRES No es posi-le seguir paso a paso el desarrollo doctrinal de la 'radici#n en torno a este tema ) K;K% KJI0. Aos Padres) desde el principio) conforme al estilo -í-lico) se e(presan con una gran espontaneidad) parten del ,ec,o del pecado) destacan las malas consecuencias para los creyentes y para las comunidades y) lentamente) formulan la distinci#n específica entre los pecados. Aa doctrina la desarrollan con ocasi#n del estudio de las $erdades cristianas) especialmente) la redenci#n) y lo ,acen en los di$ersos estilos: en la ense?ana doctrinal) en la e(égesis -í-lica) en las cate&uesis y en las ,omilías. Ca-ría se?alar algunos 3alones más decisi$os. En concreto: % +esde el comieno) los Padres *post#licos enuncian catálogos de pecados. na refle(i#n más amplia se encuentra ya en el Pastor >ermas. Estas mismas listas se repiten en los *pologistas del siglo n) &ue comparan la nue$a $ida de los -autiados frente a la corrupci#n de los paganos. *simismo destacan la redenci#n alcanada por 7esucristo: por 2l ,emos sido sal$ados. Por el contrario) los paganos se condenarán si no se con$ierten a la fe. % Aos apologistas destacan tam-ién &ue la causa de &ue el ,om-re pe&ue se encuentra en el pecado de origen: de él deri$an todos los demás pecados. % El siglo cuenta con las $aliosas aportaciones de los grandes te#logos de este siglo: en 4riente: Clemente de *le3andría y 4rígenes y en 4ccidente: 'ertuliano) =an Cipriano) =an reneo. * pesar de la rudea de la disciplina &ue legisla la penitencia p5-lica) estos autores destacan la acci#n redentora de Cristo. El rigorismo de la penitencia frena en -uena medida la $ida moral de los -autiados. % En el siglo destaca la ense?ana de los grandes Padres =an Lasilio y =an 7uan Cris#stomo en 4riente y de =an 7er#nimo y =an *m-rosio en 4ccidente. < so-re todo so-resale la doctrina de =an *gustín. En este período co-ra fuera la doctrina acerca del pecado &ue $iola las e(igencias de la ley eterna y de la ley natural. *simismo está plenamente desarrollada la distinci#n entre pecado mortal y pecado $enial. *nte la $ida de pecado &ue afecta a los miem-ros de las comunidades) los Padres redo-lan su condena e in$itan a la con$ersi#n. 'am-ién se de-en destacar las condenas de las in3usticias sociales y los numerosos sermones alentando a los fieles a una 3usta distri-uci#n de los -ienes cfr ) B%1B;0.
I# LA TEOLO!%A DEL ECADO EN SANTO TOM$S DE AUINO Aos te#logos de los siglos $%(ii repiten las ense?anas de los Padres ) KJI%KJK0. El $erdadero sistematiador de la doctrina teol#gica en torno al pecado ,a sido =anto 'omás. En la =uma 'eol#gica dedica 1 cuestiones %) &&. K1J0 al tema y a lo largo de 1OJ artículos e(pone una doctrina completa y sistematiada) conforme a este es&uema: % naturalea del pecado &. K1 0" % distinci#n de los pecados &. K@0"
Moral Fundamental.
% comparaci#n de los pecados &. KB0
Página N° ;
% su3eto del pecado &. KI0" % causas del pecado &&. KI%JI0" % efectos del pecado &&. JI%J0. +esde la sistematiaci#n de la =uma) la teología posterior repite las definiciones y la di$isi#n &ue so-re el pecado introdu3o =anto 'omás. *simismo) so-re ese es&uema se estudian tam-ién las $irtudes) a cuya e(posici#n el *&uinate dedica 1G cuestiones %) &&. GG%;0) &ue anteceden al estudio del pecado. Este modelo de e(posici#n) o sea &ue el tratado so-re las $irtudes preceda al estudio de los pecados indica la calidad teol#gica del es&uema moral propuesto por =anto 'omás) &ue fue seguido por sus comentaristas más calificados.
#. EL ECADO EN EL MA!ISTERIO Aas inter$enciones magisteriales so-re pro-lemas relati$os al pecado ,an sido constantes en la ,istoria de la glesia. +esde la carta de =an Clemente 6omano a los cristianos de Corinto) Papas y 4-ispos) Concilios ni$ersales y =ínodos Particulares repiten la doctrina y los cánones &ue condenan) catalogan y especifican los distintos pecados. *lgunas inter$enciones fueron especialmente solemnes) por e3emplo: El Concilio Q de Cartago a. I1J0 contra los errores pelagianos en torno al pecado original) los pecados personales y la relaci#n gracia%pecado. -
El Papa nocencio a. 1@O10 especifica los efectos del Lautismo y distingue claramente entre pecado original y pecados personales. -
-
El concilio de Aetrán a. 1@1G0 determina la o-ligaci#n de confesar al menos una $e al a?o.
-
El Papa Ae#n Q a. 1G@O0 condena di$ersos errores de Aucero respecto al modo de o-tener el
perd#n.
El Concilio de 'rento aa. 1GIK%1GG10 dedica di$ersas sesiones a cuestiones muy decisi$as para la teología del pecado) para la con$ersi#n y para la confesi#n sacramental" e(pone la doctrina en torno al pecado original y a la 3ustificaci#n" su-raya la distinci#n entre pecado mortal y $enial) introduce la distinci#n específica y numérica de los pecados en orden a la confesi#n sacramental) etc. -
% El Papa *le3andro a. 1;O0 condena la doctrina del llamado pecado filos#fico!" es decir) el &ue no ofende a +ios) sino &ue tan s#lo se opone a la recta ra#n. -
+espués de 'rento) la teología moral repite constantemente ,asta épocas muy recientes las ense?anas de ese Concilio. El primer +ocumento Magisterial &ue alerta contra una tendencia a desfigurar el pecado original y) en consecuencia) la doctrina del pecado personal fue la Encíclica >umani generis de Pío Q a. 1GO0. +esde esa fec,a) en +iscursos y Cartas la 7erar&uía ad$ierte acerca del deterioro moral de la $ida cristiana y la pérdida del sentido del pecado! &ue afecta a grandes sectores de la sociedad actual. Pero el +ocumento específico so-re el tema fue la E(,ortaci#n *post#lica 6econciliaci#n y penitencia de 7uan Pa-lo a. 1JI0. Este +ocumento reasume el con3unto de la doctrina cat#lica so-re el pecado) ,ace una e(posici#n sistemática so-re la reconciliaci#n y sale al paso de algunos errores de la teología de nuestro tiempo. En concreto:
Moral Fundamental.
Página N° K
% +enuncia la situaci#n actual en la &ue) a causa del pecado) el ,om-re sufre una cuádruple fractura: con +ios) consigo mismo) con los demás y con la naturalea n. @0. % E(pone su origen y sus efectos: la naturalea del pecado responde al misterio de la ini&uidad! de &ue ,a-la =an Pa-lo" con él se repite la deso-ediencia primera y conlle$a la ruptura y la e(clusi#n de +ios de la $ida y de la sociedad n. 1I0. % Constata &ue la cultura actual padece una pérdida progresi$a del sentido del pecado. El Papa enumera una serie de causas &ue moti$a este mundo en pedaos! n. 1J0. % Consigna la distinci#n entre pecado personal y pecado social. 2ste toma origen en la a-undancia de los pecados personales de los ,om-res. Matia en &ué sentido ca-e ,a-lar de pecado social! n. 1;0. % =u-raya la di$isi#n del pecado en mortal y $enial y rec,aa la distinci#n entre pecado mortal) gra$e $ $enial n. 1K0. % >ace una reinterpretaci#n de lo &ue es $álido en la teoría acerca de la opci#n fundamental! n. 1K0. =e puede afirmar &ue la 6econciliatio et paenitentia es el +ocumento &ue recoge la ense?ana oficial de la glesia desde el comieno) la pone al día con nue$as aportaciones y a ella acuden los +ocumentos posteriores. En efecto) los dos 5ltimos +ocumentos magisteriales) el Catecismo de la glesia Cat#lica y la Encíclica eritatis =plendor ,acen continuas alusiones a la E(,ortaci#n *post#lica. El Catecismo e(pone una ense?ana sistemática cfr. nn. 1JI;%1JK;0) mientras &ue la Encíclica toca temas puntuales) saliendo al paso de algunos errores en la ense?ana moral de nuestro tiempo. * los ya aludidos en capítulos anteriores) ca-e a?adir los siguientes: 1. Aa negaci#n de los actos mortales! y pre%morales! Esta distinci#n se propone por algunos moralistas actuales L. =c,`ller0 con el fin de 3ustificar una autonomía a la li-ertad y a la conciencia frente a una concepci#n e(cesi$amente rigorista de la normati$a moral cristiana. Para ello distinguen dos ám-itos: el orden ético!) en el &ue el ,om-re decide teniendo como guía los grandes principios morales del cristianismo y el orden de la sal$aci#n!) a los cuales el cristiano de-e someter su conducta) dado &ue contiene los gra$es compromisos con +ios y con el pr#3imo: Hueriendo mantener la $ida moral en un conte(to cristiano) ,a sido introducida por algunos te#logos moralistas una clara distinci#n) contraria a la doctrina cat#lica) entre un orden ético %&ue tendría origen ,umano y $alor solamente mundano%) y un orden de la sal$aci#n) para el cual tendrían importancia s#lo algunas intenciones y actitudes interiores ante +ios y el pr#3imo. En consecuencia... la Pala-ra de +ios se limitaría a proponer una e(,ortaci#n) una parénesis genérica) &ue luego s#lo la ra#n aut#noma tendría el cometido de llenar las determinaciones normati$as $erdaderamente Yo-3eti$as) es decir) adecuadas a la situaci#n ,ist#rica concreta! =) BK0. El primer orden se?alaría los llamados $alores premorales! algunos lo denominan físico! y otros #ntico!0 y el segundo constituiría los $alores morales! propiamente dic,os. *sí) por e3emplo) algunos de los actos cometidos en el cuerpo ,umano no merecerían la categoría de pecado) dado &ue son actos físicos! y por ello representan tan s#lo $alores pre%morales!. 'am-ién este error tiene en su origen el deseo de sal$ar la autonomía de la li-ertad ,umana) incluso independiándola del cuerpo: na li-ertad &ue pretende ser a-soluta aca-a por tratar el cuerpo ,umano como un ser en -ruto) despro$isto de significados y de $alores morales ,asta &ue ella no lo re$ista de su proyecto. Por lo cual) la naturalea ,umana y el cuerpo aparecen como unos presupuestos o preliminares) materialmente necesarios para la decisi#n de la li-ertad) pero e(trínsecos a la persona) al su3eto y al acto ,umano. =us dinamismos no podrían constituir puntos de referencia para la opci#n moral) desde el momento &ue las finalidades de estas inclinaciones serían -ienes hfísicos) llamados por algunos hpremorales! =) IJ0.
Moral Fundamental.
Página N° J
El Papa a?ade &ue tal interpretaci#n rompe con una idea fundamental en la antropología: la unidad radical entre cuerpo y alma. * partir de esta teoría) estos autores de la ética teleol#gica intentan 3ustificar la licitud de todos los $alores pre%morales) es decir) a&uellos actos &ue s#lo afectan al cuerpo cfr =) KG0. @. Aa distinci#n entre pecado mortal y $enial En dos amplios n5meros =) ;%KO0) el Papa $uel$e a rec,aar la teoría &ue) con deseo de mantener una opci#n fundamental! radical) sostiene una di$isi#n tripartita del pecado en le$e) gra$e y mortal: =eg5n estos te#logos) el pecado mortal) &ue separa al ,om-re de +ios) se $erificaría solamente en el rec,ao de +ios) &ue $iene realiado a un ni$el de li-ertad no identifica-le con un acto de elecci#n ni al &ue se le puede llegar con un conocimiento s#lo refle3o. En este sentido a?aden% es difícil) al menos psicol#gicamente) aceptar el ,ec,o de &ue un cristiano) &ue &uiere permanecer unido a Cristo y a su glesia) pueda cometer pecados mortales tan fácil y repetidamente) como parece indicar a $eces la hmateria misma de sus actos! =) ;0. =eguidamente) la Encíclica rec,aa esta ense?ana y re$isa el $erdadero concepto de opci#n fundamental! =) KO0. B. *ceptaci#n de actos intrínsecamente malos +el tema se ,a tratado ya en el capítulo Q) por lo &ue a&uí recogemos tan s#lo algunos te(tos $erdaderamente antol#gicos de la Encíclica: % En la e(istencia de los actos intrínsecamente malos se concentra en cierto sentido la cuesti#n misma del ,om-re) de su $erdad y de las consecuencias morales &ue se deri$an de ello! =) JB0. % *lgunos actos o comportamientos concretos como intrínsecamente malos) no admiten ninguna e(cepci#n legítima" no de3an ning5n espacio moralmente acepta-le para la hcreati$idad de alguna determinaci#n contraria! =) ;K0. % *nte normas morales &ue pro,í-en el mal intrínseco no ,ay pri$ilegios ni e(cepciones para nadie! =) ;0. < menciona la condena -í-lica: Z*y) los &ue llaman al mal -ien) y al -ien mal) &ue dan oscuridad por lu) y lu por oscuridad" &ue dan amargo por dulce) y dulce por amargo[! s G) @O0. I. Aa misericordia de +ios *nte la posi-ilidad de &ue se pueda deducir un rigorismo ético &ue empa?e el ser mismo de +ios) la Encíclica destaca la misericordia de +ios) &ue so-repasa todo límite en perdonar al ,om-re y en reconocer su de-ilidad: En este conte(to la muerte redentora de 7es5s0 se a-re el 3usto espacio a la misericordia de +ios para el pecado del ,om-re &ue se con$ierte) y a la comprensi#n por la de-ilidad ,umana. Esta comprensi#n 3amás significa comprometer y falsificar la medida del -ien y del mal para adaptarla a las circunstancias! =) 1OI0.
#I. C"MO RESENTAR 'O EL TEMA DEL ECADO Aa crisis del concepto! y de la conciencia de culpa! del propio pecado personal) &ue afecta a un sector considera-le de la cultura actual) o-edece a causas muy di$ersas &ue no son fáciles de diagnosticar Pero) sin duda &ue la causa principal es la disminuci#n y en algunos casos la pérdida del sentido religioso