Jericó evoca evoca para todo israelita el final del éxodo y el comienzo de la conquista de la tierra prometida . Es un tópico que tiene fuertes connotaciones connotaciones nacionalistas. nacionalistas. En el plan de Lucas, evoca el final del viaje de Jesús, su subida a Jerusalén para encarar a la institución opresora y realizar realizar así su propio éxodo (cf. Lc 24,26). Por eso, comienza a narrar el final con el anuncio de su muerte y resurrección ("padecer para entrar en su gloria"). Antes de entrar a Jericó, les devuelve a sus discípulos discípulos la correcta visión de sí mismo ("recobra la /tu /tu vista") porque ellos le renuevan la adhesión a su persona. Y sí entra él en Jericó y la atraviesa sin la espectacularidad de los antiguos prodigios (derribar murallas), pero realizando una obra superior: derriba las resistencias que impiden la convivencia humana. Jesús deja claro claro que la salvación salvación es para todos, incluso incluso para los lejanos, o sea, para los excluidos por la religión. Muestra a un Dios que viene al encuentro del pecador, no es éste el que debe salir a buscarlo a él. Ofrece gratuitamente una salvación que no se le ha pedido. Y el hombre responde por puro respeto a su semejante. Obsérvese que no hay mención de Dios en el cambio que se da en Zaqueo. El asunto se centra en su condición anterior (los cuatro rasgos que lo describen, describen, sobre todo el cuarto) y en su reacción a la acogida humana de Jesús, que se le hace el encontradizo. Tampoco hay mención de Dios en la reacción de Jesús al cambio de actitud de Zaqueo. Sólo constata que ahora sí Zaqueo imita la conducta de su ilustre "padre" Abrahán. No se trata, pues, de una conversión conversión ( ἐπιστροφή ) sino de una enmienda de vida (μετ άνοια). Antes de la adhesión adhesión de fe, y como como requisito requisito para ella, el ser humano debe ser eso, humano; y esto significa justo, solidario, dadivoso. Y no por motivaciones motivaciones religiosas, sino por humanidad, por respeto a la dignidad y a los derechos de sus
semejantes. Cuando Zaqueo se pone de pie, se yergue, recupera su estatura humana porque reconoce sus injusticias y las rectifica. Esto es indispensable. El hecho de que Jesús no lo invite a darle su adhesión ni a seguirlo deja claro que esto es lo mínimo que se espera del ser humano, y con eso se obtiene la salvación. Ya antes había declarado que todavía le queda al hombre un amplio campo de realización individual y social siguiéndolo a él (cf. Lc 18,22). Pero lo que Zaqueo ha hecho es lo mínimo requerido "para heredar la vida definitiva" (Lc 18,18). Dos verbos definen la misión de Jesús en este pasaje: buscar y salvar . El Dios que él manifiesta es distinto del Dios de las religiones. La religión es la búsqueda de Dios por parte del hombre. Jesús muestra a un Dios que busca al hombre. La religión presenta a un Dios ambiguo, unas veces favorable y otras desfavorable (AT), que castiga y premia, que salva y condena. Jesús muestra a un Dios cuyo único fin es salvar, es decir, dar vida y, por tanto, felicidad. Pero esta misión es del "Hijo del Hombre", el Hombre en su plenitud, el ser humano lleno del Espíritu de Dios. Así deja claro que Dios no se manifiesta en el hombre que actúa con poder para cambiar la sociedad (caudillo al estilo de Josué) sino en el que acoge incluso al moralmente excluido y lo integra a la convivencia social, dándole la oportunidad de resarcir a la sociedad. Por otro lado, muestra que las críticas que se le hacen al Hijo del Hombre por ser tan abierto a los otros no sólo indican insensatez sino que en nada contribuyen a la construcción de una sociedad más incluyente. ¡Feliz día del Señor!