Carlos Skliar (2002) ¿Y Si El Otro No Estuviera Ahí? Buenos Aires: Miño y Davila Pp. 160 $19 ($Euros 6.30)
ISBN 950946786-3
Reseñado por Silvia Duschatzky 26 de noviembre de 2002 Resumén El autor recorre la problemática de las identidades en una serie de tópicos que van desde la temporalidad del otro, las representaciones del otro, la espacialidad del otro, la anormalidad del otro del otro. Por último desafía a la pedagogía a abandonar la pretensión de poder con el otro paro implicarse en un pensamiento sobre una pedagogía (improbable) de la diferencia Abstract In this book, Carlos Skliar debates the problematic of identity by analyzing topics such as the temporality of the Other, the representations of the Other, the spatiality of the Other, and the abnormality of the Other. Skliar develops a challenge to those working in the field of pedagogy, asking them to abandon the aspiration of being able to manage the Other and instead focus on the development of an (unlikely) pedagogy of the difference.
El inquietante texto de Carlos Skliar nos habla del “otro”, de la alteridad, de aquel extraño, que a los ojos de una mirada etnocéntrica siempre termina puesto en “forma”, codificado, clasificado. El autor recorre la problemática de las identidades en una serie de tópicos que van desde la temporalidad del otro, las representaciones del otro, la espacialidad del otro, la anormalidad del otro del otro. Por último desafía a la pedagogía a abandonar la pretensión de poder con el otro paro implicarse en un pensamiento sobre una pedagogía (improbable) de la diferencia Me atrevería a decir que este libro es una “herejía” pedagógica y es justamente allí donde reside su potencia. Herejía porque nombra lo historicamente negado por la pedagogía, aquello que habla de su propia imposibilidad, la imposibilidad de fabricar un sujeto a imagen y semejanza de algún ideal ( el ciudadano universal, el ilustrado, el civilizado). Ese otro que a su turno es el pobre, el que pertenece a una minoría cultural, el gay, el judío, el negro, no es otra cosa que el síntoma, que la falla de un sistema pretendidamente totalizador y homogeneo. Y herejía también, porque transita por una escritura sin atributos ( no define, no satura con explicaciones, no clasifica, no declama, no prescribe). Se trata de una estética enigmática que navega en los bordes de los géneros . Recuerdo haber leído por ahí, que un buen libro no lo es por lo que dice sino por lo que da a pensar. Quisier Quisieraa compartir compartir en estas estas líneas líneas lo que me me dio a pensar pensar ¿Y si el Otro Otro no estuvier estuvieraa allí?.
El texto merodea por una tensión interesante que podríamos formular así : la mismidad ha cesado- "Dios ha muerto" diría Nietzsche—pero no necesariamente su creencia. El relato unificador de la ciencia no ha desaparecido, tampoco el de la religión o la ideología pero ya no cuentan con la fuerza interpelante de entonces, ya no nos resultan inteligibles para conferir sentido a la existencia. No obstante sus espectros se resisten a abandonarnos convirtiéndose en obstáculos del pensamiento. Nuestra percepción no es engañosa: percibimos que los tiempos no son lineales, que el futuro es una quimera, que "todo lo sólido se desvanece en el aire" . Percibimos también que las identidades han estallado, que el niño que vemos a diario no representa la imagen idílica y desprotegida de infancia , que la sexualidad dejó de ser un terreno estable , que las generaciones se con-funden y las instituciones han caído en la pendiente. Percibimos entonces que la mismidad ha cesado pero no nos decidimos a agotarla como experiencia de subjetivación. Skliar no elude las señales de la caída de la mismidad , como condición material de enunciación . En una de sus páginas podemos leer: "nuestra existencia está marcada por una tenebrosa sensación de supervivencia, de vivir en las fronteras del presente para lo cual parece no haber nombre propio. Hay una sensación de desorientación, un disturbio de dirección, un momento de transito...." (pag 37) "Hay un tono caótico, confuso, desordenado: una disonancia de discontinuidades, de fragmentos, de desplazamientos. El presente es incomprensible y estamos obligados a pensarlo..." (pag 37) nos dice el autor. La mismidad que es el reino de lo uno, de la certeza, de la moral, de la verdad anidada en un relato parece no tener mucha chance frente a la irrupción de la dispersión, pero la pregunta es si acaso hemos decidido que se trata de una experiencia agotada. El autor nos alerta sobre la esterilidad de habitar el discurso de la mismidad . Establecer la conexión entre mismidad y el mito de babel A propósito del mito de Babel nos dice. El tiempo presente vuelve a hacernos pensar en la condición babélica del hombre. Babel ha sido siempre entendida a partir de una lectura de catástrofe: la pérdida del consenso entre los hombres, el inicio de una perversa pluralidad. Pero Babel sugiere la preservación de una permanente paradoja. Babel habla de la unanimidad, de la totalidad y de la mismidad: de una ciudad, de un nombre y de una lengua que son para todos los mismos. Y habla también del fin de la unanimidad, de la totalidad, de la mismidad: de la dispersión de los hombres, de la pérdida del nombre y de otras lenguas. La dominante interpretación del relato en términos de culpa y de expiación ha presentado la condición babélica como una catástrofe que habría que remediar. Persiste la tendencia a pensar antibabélicamente que es pensar desde la mismidad la política, la sociedad, la cultura, la ética....(pag38) El texto sugiere la diferencia entre la caída de la mismidad como discurso simbólicamente eficaz y el agotamiento subjetivo de esa experiencia y parece insinuar que aún sigue vigente la tentación de aferrarnos a ella como representación . En uno de sus párrafos se dice: "el ser y el es con sus respectivas negaciones, no es o es parcialmente, dominan buena parte del pensamiento contemporáneo...." (pag 36) Decidir no habitar la mismidad como el modo de
estar en el mundo requiere de algo más que bellas declaraciones sobre las virtudes de la diversidad. Es necesario producir un movimiento. El movimiento de asumir como lo expresa Chiara Zamboni , citada en el texto, "que lo que ha sido pensado es insuficiente o estéril para decir lo que acontece Lo que acontece no encuentra aún palabras para ser reconocido, el pensamiento será esas palabras...." (pag 36) Carlos Skliar nos invita a través de su escritura a convertir la percepción de la caída de la mismidad en una experiencia de subjetivación. "Quizás este tiempo no sea otra cosa que la perdida de los paisajes, la pérdida de la familiaridad con el mundo, la perdida de la calma y de la previsión, de la metáfora de lo homogéneo, de la estabilidad del orden, la perdida no del otro sino de un tiempo habitual del otro...." (pag 46) Asumir la destitución de la mismidad es hoy una condición necesaria para que tenga lugar el pensamiento que no es otra cosa que el movimiento que pulsa para que lo innombrable tenga lugar. El valor de la alteridad no se declama, ni se prescribe en programas o curriculums. La alteridad o la diferencia se habita en la experiencia de ser afectados, transformados, alterados en nuestro modo de estar en el mundo. ¿Y qué es habitar la diferencia en la escuela ?, institución histórica de la mismidad. Habitar la alteridad en la escuela no es equivalente a hospedar, como señala el texto, a un sujeto particular. Habitar la alteridad es pensar en cada situación lo que hace obstáculo para que la experiencia de la diferencia acontezca. No será por decreto ni por buena moral que abandonemos la pedagogía del otro que debe ser borrado o la pedagogía del huésped que aloja a un extraño en los propios patrones de pensamiento y acción. Abrirse a la diferencia, a la pedagogía del otro que reverbera permanentemente , es decidir pensar y pensarse en nuevas, inéditas formas de lazo con los otros y consigo mismo, formas de lazo que habiliten el devenir. La pregunta a formularnos no es cómo acoger al otro ( otro visible, concreto) sino como hacer del espacio educativo una experiencia atravesada cada vez por la palabra ajena, que en tanto ajena estará agujereando los saberes existentes y las posiciones certeras. ¿Y si el Otro no estuviera allí ? El otro no está allí, pero sólo si voy a su encuentro, nos sugiere el texto, se abre lo posible, se despliega el pensamiento, nace la diferencia que no está encerrada en un otro visible sino en la experiencia de la multiplicidad. Carlos podría hacer suyas las palabras del poeta valenciano Carlos Marzal quien escribe "... hay una tentación del pensamiento cuando persigue, ansioso, la pureza, cuando se instala, al raso, entre las cumbres, pájaro de sí mismo transparente, una proclividad hacia la nada cuando se quiere hablar en absoluto, cuando se busca estar tan en la médula que la sombra del cuerpo es un estorbo... y no hay ningún pensar clarividente que no termine siempre en desaliento." (Ver poema “Tentación del vacío” en Marzal, C. Metales pesados. Tusquets, Barcelona 2001.) Acerca del autor del libro Carlos Skliar, autor de ¿Y si el otro no estuviera ahí?. Notas para una pedagogía improbable de la diferencia , es Doctor en Fonología, Especialidad en perturbaciones de la comunicación humana. Actualmente se desempeña como profesor en el programa de Posgraduación en Educación de la Universidad Federal de Río Grande Do Sul. Es autor de numerosas publicaciones entre otras . Educacao & Exclusao: Abordagens socio-
antropológicas em Educacao Especial. Porto alegre. Ed Mediacao, 1998 ; Habitantes de Babel.Políticas y poéticas de la diferencia . Ed Laertes ( con Joge Larrosa, Universidad de Barcelona) Acerca de la autora de la reseña Silvia Duschatzky. Lic en Cs de la Educación y Magíster en Sociología de la Cultura y Análisis Cultural. Investigadora en educación de FLACSO (Facultad latinoamericana de Ciencias Sociales. Argentina). Se ocupa de la problemática de la subjetividad y educación. Autora de varias publicaciones. Entre ellas Chicos en banda. Sobre los caminos de la subjetividad en el declive de las instituciones, Paidos 2002, escrito con Cristina Corea
Otro
Diferencia e identidad se configuran en tanto ejes de i nterpretación del actuar, del conocer y reconocer, de manera que más que basarnos en certezas o rápidos discursos de intervención sobre las diferencias, identidades y desigualdades, nombrados vertiginosamente como procesos interculturales, tendríamos que interrogarnos acerca de cómo la discursividad pedagógica ha transitado de una pedagogía de la igualdad a una de la diversidad y de la diferencia, señalada esta última, paradójicamente, de forma homogénea, sin reconocimiento de sus fisuras y como “remedio” ante las exacerbadas formas de desigualdad. Carlos Skliar nos permite comprender los problemas alrededor de las acepciones de diversidad e interculturalidad, y las de “enfoque intercultural, escuela inclusiva e integración educativa”, en tanto que cuestiona el alcance crítico y analítico de los marcos de referencia socio-históricos desde los cuales se interpreta y se actúa sobre los espacios siempre asimétricos que condicionan las relaciones sociales que se buscan nombrar, sobre todo en el espacio escolar.