REVISTA PSIGNOS, Una mirada psicopedagógica sobre el Ser, el Hacer y el Aprender !!!psignoscomar El siguiente artículo “ El cuaderno de clase como instrumento de diagnóstico e intervención psicopedagógica” pertenece a PSIGNOS, revista de publicación trimestral de de actualidad psicopedagógica. Su directora editorial editorial propietaria !ic. "driana #al$ón autori$a la presente publicación en el sitio Psicopedagogía.com !a !ic. "driana #al$ón es la autora de dic%o artículo en &l nos invita a re'le(ionar sobre sobre el signi'icado del cuaderno de clase, lo )ue representa representa para los docentes, los padres, padres, los ni*os los psicopedagogos. Invitamos a los lectores a dis'rutarlo+ -ecuerdo )ue cuando cursaba la carrera de Psic opedagogía, una pro'esora nos %i$o anali$ar cuadernos de clase, %aci&ndonos centrar nuestra atención en las correcciones de los docentes las distintas modalidades, intenciones o connotaciones, las posibles signi'icaciones de )ue corrigieran con verde, ro/o o negro algo )ue p or mi condición de maestra de grado, tuvo particular in'luencia en mi persona al entender las marcas sub/etivas )ue podía de/ar nuestra mirada docente sobre los alumnos, pero en cierta 'orma, despertó tambi&n en mí una posición crítica el inter&s por el an0lisis del cuaderno, )ue desde entonces, consider& muc%o m0s amplio. !os a*os de pro'esión me llevan a a'irmar )ue el cuaderno de clase de un ni*o resulta un valioso instrumento de indagación del 0rea pedagógica, un importante instrumento de intervención con el ni*o durante el tratamiento psicopedagógico, una 'uente de in'ormación para nuestra intervención con el subsistema docente. Intentar&, a trav&s del presente artículo, 'undamentar dic%os concept os, partiendo de una clase )ue tuve ocasión de dictar en el curso “!os contenidos escolares en la #línica Psico pedagógica”, el 12 de /unio del a*o pasado, organi$ado por el E)uipo de Psicopedagogía, "prendi$a/e 3esarrollo, del 4ospital “#.G. 3urand”. !es propongo en primer lugar detenernos a pensar5 67u& signi'icado tiene el cuaderno de clase8
para la maestra9
para la escuela9
para la 'amilia9
para el ni*o9
para el espacio psicopedagógico9
!a !ic. "licia :ern0nde$ nos %ace re'le(ionar5 “El desa'ío para el maestro es construir un espacio donde el alumno pueda signi'icar la escritura como propia desear mostrarla. !amentablemente, de los ob/etos )ue el ni*o lleva a la escuela, el cua derno suele ser el menos propio”. En los colegios, el cuaderno de clase suele ser un elemento de control. ";n %o, muc%os maestros sienten )ue los cuadernos de los ni*os muestran su traba/o todo lo )ue aprenden sus alumnos, sosteniendo la premisa )ue “a m0s cuadernos terminados en el ciclo escolar, maor aprendi$a/e “. !os directivos de los colegios suelen observar algunos cuadernos, tanto para ver el desempe*o de alg;n alumno, como para observar el desempe*o de los docentes a cargo supervisar el proceso de ense*an$aaprendi$a/e. !os padres, cuando miran los cuadernos de sus %i/os, muc%as veces %acen %incapi& en la labor docente, se tornan críticos en relación a si da muc%a o poca tarea, si las consignas son claras, si corrige o no lo %ace, si el traba/o diario es e(cesivo o escaso8 El cuaderno encierra en sí mismo una 'uerte representación social como registro de ense*an$a, m0s )ue de aprendi$a/e, salvo en lo )ue pueden ser las evaluaciones. 4asta los inspectores pue den solicitar cuadernos para observar, consider0ndolos una representación de la din0mica institucional. Por todos estos aspectos mencionados, es )ue creemos )ue el ni*o pierde protagonismo autonomía sobre su cuaderno, )ue de alguna manera puede signi'icar para los ni*os con di'icultades en su aprendi$a/e, un lugar de su'rimiento psí)uico. Es '0cil observar )ue cuando el placer de aprender est0 presente, el ni*o dis'ruta de mostrar e(%ibir su cuaderno, mientras )ue cuando su're 'rente al no aprender, el ni*o tratar0 de ocultar, olvidar %asta perder su cuaderno, tratando de evitar así el su'rimiento )ue le p rovoca en'rentarse con su di'icultad.
En primer lugar, considero importante di'erenciar los aspectos 'ormales de las sub/etividades puestas en /uego en el cuaderno. El cuaderno tiene caract erísticas 'ormales instituidas si es de tapa dura o blanca, si tiene =>, ?= o 1? %o/as, si es de %o/as lisas, raadas o cuadriculadas tiene adem0s otras 'ormalidades )ue institue cada docente desde su propia sub/etividad 'ormación si los títulos se subraan, si se tra$a línea larga o corta, si se usa el color a$ul, el ro/o o el )ue el alumno eli/a, en )u& lugar se pone la 'ec%a con )u& 'ormato, si las %o/as se numeran. Observamos los límites naturales bordes los arti'iciales renglones, m0rgenes. !a escritura en el cuaderno impone una reglamentación, )ue no siempre se e(plica o se ense*a por considerarla obvia o naturalmente conocida. Para el an0lisis del cuaderno de clase desde una mirada psicopedagógica propongo partir de las pautas para el an0lisis de las t&cnicas proectivas gr0'icas propuestas por #aride, seg;n re cuerdo, a partir de cuatro niveles5 el guest0ltico, el gr0'ico, el de estructuras 'ormales el nivel de contenido. El nivel guest0ltico implica una visión global, del con/unto. #ómo nos impresiona el cuaderno, )u& aspecto presenta, cuan sumiso o transgresor resulta el ni*o de los aspectos instituidos del cuaderno, cómo se siente el ni*o 'rente a su propia producción. El nivel gr0'ico abarca el tipo de tra$o, la presión )ue el ni*o imprime a sus gra'ías, la claridad o la con'usión de su escritura, las tac%aduras, los borrones, lo )ue nos permite anali$ar el monto de ansiedad, así como el control o no de los impulsos )ue pueda re'le/arse en los aspectos mencionados. El an0lisis de los gr0'icos desde el nivel de estructuras 'ormales se re'iere a los aspectos relacionados con el empla$amiento, el tama*o la secuencia. En el caso de los cuadernos, considero )ue corresponde a este nivel la observación de la manera personal como el ni*o organi$a el espacio, de los lugares )ue el ni*o de/a en blanco es interesante en este punto el aporte del !ic. 3aniel #almels )ue le otorga distintos signi'ica dos a las situaciones en )ue los ni*os de/an espacios en blanco, por e/emplo, al comen$ar un nuevo día, al terminar un dibu/o )ue ocupa parte de la %o/a o despu&s de cometer muc%os errores.
casa, sin corregir, detr0s, la evaluación original, corregida. #uando le preguntaba a Cavier por )u& no estaba corregida la segunda %o/a, simplemente ponía c ara de no saberlo. 3urante una visita mía a su escuela tuve ocasión de reunirme con esta maestra, es ella la )ue sacó el tema, con preocupación por)ue Cavier nunca repetía las evaluaciones )ue ella le se*alaba. :ue interesante ver cómo lo )ue 'allaba era la comunicación, Cavier no entregaba sus %o/as ni ella se las pedía. n caso m0s. 3iego, de ?to grado, tra/o una prueba de matem0tica )ue le presentaba una situación problem0tica cuo enunciado decía m0s o menos así5 “En la '0brica %abía 12 ca/as de F1 al'a/ores en unos estantes, otras 11 ca/as sobre el mostrador. 6#u0ntos al'a/ores %abía en total9” "l revisar con &l la resolución, )ue %abía resultado 'allida, 3iego planteó la di'icultad con “los sobres )ue %abía sobre el mostrador”. No vamos a describir a)uí las di'icultades en la comprensión )ue 3iego su'ría, pero la situación resultó un buen e/emplo para llevarle a su maestra acordar con ella estrategias para el momento en )ue 3iego tuviera )ue reali$ar lectura comprensiva de consignas o situaciones. Para terminar el presente artículo, no p odemos de/ar de mencionar al cuaderno de tratamiento. Es mu distinto el cuaderno de tratamiento al cuaderno de clase, ante todo 'orma parte de+ encuadre. Es conveniente )ue dic%o cuaderno sur/a ante una necesidad de registrar algo, de resolver algo, no es un elemento )ue imponemos ni es algo )ue, desde la modalidad clínica individual, se d& para todos los pacientes, /ustamente por)ue depende de cada uno de ellos. En la clínica grupal, generalmente %a una ca/a por grupo un cuaderno propio para cada uno de los integrantes. El cuaderno de tratamiento es un espacio de producción singular. #ada ni*o lo nombra lo decora a su gusto. Su producción no es evaluada, no se dan pautas 'ormales para su uso ni se e(pone a la mirada de otros 'uera del espacio psicopedagógico. Se torna en un re'e rente de la %istoricidad del tratamiento )ue, sin buscarlo, va de/ando registro de un proceso, al )ue podremos volver durante el proceso de alta. "ic Adriana #al$ón !icenciada en Psicopedagogia!icenciada en Organi$ación G estión EducativaPro'esora para la Ense*an$a PrimariaPsicopedagoga #línicaPro' de la :acultad de Psicología Psicopedagogia de la S"!Pro' de la sección <&cnica, Ed. Especial, del Ins. 3e !a Salle3irectora Editorial Propietaria de la revista Psignos %ebsi&e' !!!psignoscomar