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LA REPÜBUCA TARDIA: CESARIAMOS Y POMPEYANOS
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Esta historia obra de un equipo de cuarenta profesores de va rias universidades españolas pretende ofrecer el último estado de las investigaciones y, a la vez ser accesible a lectores de di versos niveles culturales. Una cuidada selección de textos de au tores antiguos mapas, ilustraciones cuadros cronológicos y orientaciones bibliográficas hacen que cada libro se presente con un doble valor de modo que puede funcionar como un capítulo del conjunto más amplio en el que está inserto o bien como una monografía. Cada texto ha sido redactado por. el especialista del tema, lo que asegura la calidad científica del proyecto.
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1.
A. C aballos-J. M . S errano, Sum er y A kka d . 2. J. U rru ela , Egipto: Epoca Tinita e Imperio Antiguo. 3. C . G . W ag n er, Babilonia. 4. J. U rru ela , Egipto durante el Imperio Medio. 5. P. Sáez, Los hititas. 6. F. Presedo, Egipto durante el Imperio N uevo. 7. J. A lvar, Los Pueblos del M ar y otros movim ientos de pueblos a fines del I I milenio. 8. C . G . W agner, Asiría y su imperio. 9. C . G . W agner, Los fenicios. 10. J. M . B lázquez, Los hebreos. 11. F. Presedo, Egipto: Tercer Penodo Interm edio y Epoca Sal ta. 12. F. Presedo, J. M. S erran o , La religión egipcia. 13. J. A lv ar, Los persas.
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J. C . Berm ejo, E l m undo del Egeo en el I I milenio. A. L ozano, L a Edad Oscura. J. C . Berm ejo, E l m ito griego y sus interpretaciones. A. L ozan o , La colonización gnegtf. J. J. Sayas, Las ciudades de Jonia y el Peloponeso en el perío do arcaico. R . López M elero, E l estado es partano hasta la época clásica. R . López M elero, L a fo rm ación de la democracia atenien se, I. El estado aristocrático. R . López M elero, La fo rm a ción de la democracia atenien se, II. D e Solón a Clístenes. D . Plácido, C ultura y religión en la Grecia arcaica. M . Picazo, Griegos y persas en el Egeo. D . Plácido, L a Pentecontecia.
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J. F ernández N ieto, La guerra del Peloponeso. 26. J. F ernández N ieto, Grecia en la primera m itad del s. IV. 27. D . P lácido, L a civilización griega en la época clásica. 28. J. F ernández N ieto , V. A lon so, Las condiciones de las polis en el s. IV y su reflejo en los pensadores griegos. 29. J. F ernández N ieto , E l m un do griego y F Hipa de Mace donia. 30. M . A . R a b a n a l, A lejandro Magno y sus sucesores. 31. A. L ozano, Las monarquías helenísticas. I: El Egipto de los Lágidas. 32. A. L ozano, Las monarquías helenísticas. II: Los Seleúcidas. 33. A. L ozano, Asia M enor he lenística. 34. M . A. R abanal, Las monar quías helenísticas. III: Grecia y Macedonia. 35. A. P iñero, L a civilización he lenística.
ROMA 36. 37. 38.
39. 40. 41.
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J. M artín ez-P in n a, El pueblo etrusco. J. M artín ez-P in n a, L a Rom a primitiva. S. M ontero, J. M artín ez-P in na, El dualismo patricio-ple beyo. S. M o n te ro , J. M artínez-P inn a, La conquista de Italia y la igualdad de los órdenes. G. Fatás, E l período de las primeras guerras púnicas. F. M arco, La expansión de R om a por el Mediterráneo. De fines de la segunda guerra Pú nica a los Gracos. J. F. R odríguez N eila, Los Gracos y el comienzo de las guerras civiles. M .a L. Sánchez León, R evuel tas de esclavos en la crisis de la República.
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C . G onzález R o m án , L a R e pública Tardía: cesarianos y pompeyanos. J. M. R oldán, Instituciones po líticas de la República romana. S. M ontero, L a religión roma na antigua. J. M angas, Augusto. J. M angas, F. J. Lom as, Los Julio-Claudios y la crisis del 68. F. J. Lom as, Los Flavios. G. C hic, La dinastía de los Antoninos. U . Espinosa, Los Severos. J. F ernández U biña, El Im pe rio Romano bajo la anarquía militar. J. M uñiz Coello, Las finanzas públicas del estado romano du rante el A lto Imperio. J. M. B lázquez, Agricultura y minería romanas durante el A lto Imperio. J. M. B lázquez, Artesanado y comercio durante el A lto I m perio. J. M angas-R . C id, E l paganis mo durante el A lto Imperio. J. M. S antero, F. G aseó, El cristianismo primitivo. G . B ravo, Diocleciano y las re form as administrativas del I m perio. F. Bajo, Constantino y sus su cesores. La conversión del I m perio. R . Sanz, E l paganismo tardío y Juliano el Apóstata. R. Teja, La época de los Valentinianos y de Teodosio. D. Pérez Sánchez, Evolución del Imperio Rom ano de O rien te hasta Justiniano. G . B ravo, E l colonato bajoimperial. G. B ravo, Revueltas internas y penetradones bárbaras en el Imperio i A. Jim énez de G arnica, La desintegración del Imperio R o mano de Occidente.
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ROMA
Director de la obra: Julio Mangas Manjarrés (Catedrático de Historia Antigua de la Universidad Complutense de Madrid)
Diseño y maqueta: Pedro Arjona
«No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni su tratamiento informático, ni la transmisión de ninguna forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito de los titulares del Copyright.»
©Ediciones Akal, S.A., 1990 Los Berrocales del Jarama Apdo. 400 - Torrejón de Ardoz Madrid - España Tels. 656 56 11 - 656 49 11 Fax: 656 49 95 Depósito Legal :M. 12494-1990 ISBN: 84-7600 274-2 (Obra completa) ISBN: 84-7600 488-5 (Tomo XLIV) Impreso en GREFOL, S.A. Pol. II - La Fuensanta Móstoles (Madrid) Printed in Spain
LA REPÜBLICA TARDIA: CESARIAMOS Y POMPEYANOS
C. González Román
Indice
I. Introducción .............................................................................................................
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1. F u e n t e s ................................................................................................................ 2. El m arco histórico ........................................................................................... a) El prob lem a a g r a r i o ................................................................................... b) La in adecu ació n de las estructuras p o lític o -a d m in istra tiv a s....... c) O ptim ates y populares ..............................................................................
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II. El período p o s ts ila n o .............................................................................................
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1. Rebeliones militares ....................................................................................... 2. La resta ura c ió n del trib u n a d o de la plebe ............................................
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III. La formación de las «dinastías militares» ........................................................
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1. Los poderes extraordinarios de P o m p e y o ................................................ 2. La política ro m a n a en la d écada de los 60: las am bicion es de C ra so .................................................................................................................... 3. El « prim er triunvirato» .................................................................................. 4. La conquista de la G alia .............................................................................. 5. La agudización de la crisis ...........................................................................
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IV. Las guerras civiles .................................................................................................. 1. 2. 3. 4. 5.
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34 35 38 40 43
La guerra civil C ésar-Pom peyo ................................................................... La dictadura de César .................................................................................... R o m a tras la muerte de C é s a r ..................................................................... El segundo triunvirato ...... ,·............................................................................ La victoria de O c t a v i a n o ...............................................................................
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Cronología ........................................................................................................................
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Bibliografía
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La república tardía: cesarianos y pompeyanos
I. In tro d u cció n
1. Fuentes El p erío do c o m p r e n d id o entre el fin de la d ic ta d u ra de Sila y la te r m in a ción de las sucesivas guerras civiles que a so la ro n el E sta d o r o m a n o tras la m uerte de César, con la victoria de Octavio sobre M arc o A n to n io en A c cio, el 31 a. C., constituyen u n a de las etapas m ejor d o c u m e n ta d a s de la h is toria de R o m a y, p ro b a b le m en te , del m u n d o antig uo en general. La d o c u m e n ta c ió n no es u n ifo rm e p a ra todos los acon tec im ie n to s y vicisitudes his tóricas, pero de su im p o rta n c ia son expresión los siguientes testimonios. A nte todo, p o se e m o s la in f o r m a ción p roceden te de u n a serie de obras generales, m ás o m en o s distantes en el tiem p o de los acon tecim ientos que se nos n a rran ; tal ocurre, entre ellas, con la n a rra c ió n que nos p ro p o rc io na D io n C asio en el siglo III d. C.. o con Veleyo Patérculo, u n oficial de la é po ca de Tiberio, que c o n d e n sa toda la historia de R o m a, desde los oríge nes hasta su tiempo, en dos libros. En a lgunos casos, la in fo rm a c ió n que se nos p ro p o rc io n a en estas obras g ene rales h a llegado h asta nosotros tan sólo p a rcia lm e n te; el caso m ás signi ficativo de este fe n ó m e n o está con sti tuido p o r la n a r ra c ió n que Tito Livio nos p r o p o rc io n a b a en los libros 96 y siguientes de su obra, que ta n sólo se
nos ha c o n serv a d o a través de u n re su m en ; este es el caso, asim ism o, de Trogo Pom peyo, que vive en época de Augusto, y de cuya o b ra tan sólo c o n servam os el epíto m e de Justino, escri to en el siglo II. J u n to a estas o b ra s generales, p o seemos, asim ism o, descripciones p a r ciales de d e te rm in a d o s a c o n te c im ie n tos, realizad as o bien p o r sus propios p ro ta g o n is ta s o p o r in d iv id uo s que p artic ip a ro n de u n a u otra form a en los a c o n tecim ientos o p o r h isto ria d o res que viven en u n a época bastante posterior a los mismos. E ntre los tes tim onios directos h ay que alu d ir ne cesariam en te, p o r su c o n te n id o estric ta m e n te histórico, a la o b ra de C ésar y de Salustio. E n el corpus cesariano h ay que in clu ir el « C o m e n ta rio a la G u e rr a de la G a lia » y el « C o m e n ta rio a la G u e r r a Civil», ju n t o a obras realizadas p o r oficiales suyos, com o Hircio; tal ocurre c o n el Bellum Ale xandrinum, Bellum Africanum y Bellum Hispaniense. D e n tr o de este m is m o ap a rta d o , ta m b ié n h a y qu e referirse a la o b ra de Salustio, esp ecialm ente a la « C o n ju ra c ió n de C atilina», a los fragm entos de sus «H istorias» y a sus Epistulae a d Caesarem, qu e se e n c o n tró ju n t o a otros escritos en u n códice del Vaticano del siglo IX o X, cuya a u tenticidad, discutida d u r a n te b astante tiem po, parece a h o ra establecida.
Akal Historia d el M undo Antiguo
8 U n a in fo rm a c ió n ta m b ié n parcial, pero de gra n im p o rta n c ia , está c o n sti tuida p o r los cinco libros dedicados p o r A p ia n o, q u e escribe en época de A driano , a la descripción de las gue r r a s c iv ile s , i n c l u i d o s en su o b r a Historia Rom ana. Poseem os ta m b ié n un n ú m e r o im p o r t a n t e d e b io g r a f ía s d e los m á s im p o rta n te s prota go nista s de la é p o ca, realizadas a fines del siglo I o co m ie n z o s del siglo II d. C ; las realiza das por Plutarco sobre Sertorio, Lucu lo, Pom peyo, C raso, Cicerón, C atón, Bruto, A n to nio, etc., tienen un m a r c a do c arácter m ora liz a nte ; en cam bio, las realizadas p o r S uetonio sobre C é sa r o el p ro p io A ugusto inciden más en lo anecdótico. Esta d o c u m e n ta c ió n p r o p ia m e n te histórica se com p le ta m ed ia n te la in fo rm ación p ro c e d e n te de otros escri tos de diferente carácter; entre ellos hem o s de m e n c io n a r, p o r su interes histórico, la o b ra de C icerón, que está co nstitu id a p o r sus escritos filosófi cos, p o r los c in c u e n ta o sesenta dis cursos p r o n u n ic a d o s d elante del Se nado, el p u e b lo o los tribu nales y po r la c o r r e s p o n d e n c ia m a n te n id a con sus am igos o fam iliares m ás p ró x i m os. O b v i a m e n t e , la in f o r m a c i ó n que nos p r o p o rc io n a tan varia d a d o c u m e n t a c i ó n es m u y h e te r o g é n e a , d e sta c a n d o p o r su c a rá cter puntual, en to r n o a d e te r m in a d o s a c o n te c i mientos, las a n o ta c io n e s que se reco gen en sus epístolas e incluso en sus discursos; en cam b io , sus tra ta d o s fi losóficos p ro p o r c io n a n la riqu eza de u n a reflexión sobre la crisis de la Re pú blica, a p o r ta n d o a veces a lgunas soluciones; destaca en este sentido el tra tad o De República, p o r el análisis que realiza sobre el m e jo r régimen político y p o r su p ro p u e sta de c re a ción de la figura del princeps civitatis, p o r e n c im a de los e n fre n ta m ie n to s políticos y tu to r de la ley. Ju n to con la o bra de Cicerón, otras a p o rta c io n e s n os las p r o p o r c io n a n , e specialm ente en relación con la acti
v idad de César, Ovidio en su p o e m a la M etamorfosis y el p ropio L u c a n o en la Pharsalia, d o n d e nos describe el d e sa rrollo de la guerra civil entre C é s a r y Pom peyo, en diez libros, desde los inicios hasta sus vicisitudes en Egipto. Tan im p o rta n te d o c u m e n ta c ió n li te ra ria no deja de p la n te a r p r o b le mas; de sta q u e m o s, ante todo, los d e rivados de su p ro pio carácter; todos estos escritos tienen la m ism a pro c e d en c ia social, ya que e m a n a n de in d i viduos que fo rm a b a n parte de la c la se p r i v ile g ia d a r o m a n a , del o r d e n sen ato rial o del ecuestre; en c o n s e cu encia, pese a las variantes, g u a rd a n u n a estrecha relación con la visión o visiones qu e de la crisis re pu blic a na existía d e n tro de los g rupos d irig e n tes; en c a m b io , c o m o a n o ta L. R. Tay lor, no existe en toda esta in f o r m a ción literaria nin g ú n escrito que nos aporte, de form a parecida a lo que ocu rre con Petronio, M arcial o Juv e nal en el Alto Imperio, la visión de la plebe. Este fe n ó m e n o es tanto más rob l e m á t ic o c u a n t o q u e el e n f r e n t a m iento, c o m o veremos, entre optim a tes y populares constituyó u n a de las ca u sa s fu n d a m e n ta le s de la lla m a d a , p o r R. Syme, «Revolución R o m a n a » , o si se prefiere crisis del o r d e n a m i e n to político de la R epú blica R o m a n a . Pero, a d e m á s, d a d a la tr a s c e n d e n cia histórica del período, que p o n e fin a la R e p ú b lic a R o m a n a , la m a y o r parte de la d o c u m e n ta c ió n literaria se e n c u e n tra sesgada p o r la tom a de p o sición política e ideológica de sus a u tores. Este he c h o se refleja, de forma especial, en los testim onios directos, c o m o ocurre, co ncretam ente, c o n los escritos de César, d o n d e p uede a p re ciarse u n a fuerte im p ro n ta p r o p a g a n d ístic a , q u e en o c a s io n e s , d a d a la ausencia de otras informaciones, difí cilm ente p u e d e corregirse; pero ta m bién está presente en las o b ra s p oste riores, d e b id o a q ue la clase dirigente r o m a n a , y e sp ecialm en te el o rd e n se n a to ria l, se g u irá a ñ o r a n d o d u r a n te g r a n p a r te d el A lto I m p e r io , m á s
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La república tardía: cesarianos y pompeyanos
c o m o u to p ía q u e c o m o p o sib ilid a d histórica, el an tig u o o r d e n a m ie n to re p u b lic a n o ; el ejem plo m ás gráfico de este fe n ó m e n o está con stituido p o r el p o e m a la Pharsalia de L u c a n o , escrito d u ra n te el re in a d o de N erón , que, es ta n d o lleno de se n tim ie n to s re p u b li ca n o s y de s im p a tías p o r Pom peyo, constitu ye in d u d a b l e m e n te un c o n
tra p u n to a la visión que C é sa r nos p ro p o rc io n a del desarrollo de la g ue rra civil en sus «C o m entarios» . La in fo rm a c ió n pro ced en te de las fuentes literarias m e n c io n a d a s pu e d e ser c o m p le ta d a p o r los testim on io s epigráficos, n u m ism á tic o s, etc.; d esta q uem o s, d e n tro de la a p o rta c ió n de la e p ig r a f ía , la i n f o r m a c i ó n j u r í d i c a
Pompeyo Magno. Copenhague, Carlsberg Glyptotek
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Akal Historia d el M undo Antiguo
presente en la «Tabla de H eraclea», q u e p r o b a b l e m e n t e c o n stitu y e u n a parte de la ¡ex Iulia m unicipalis, p r o puesta p o r C é s a r en el 45 a. C., p a ra o r d e n a r la a d m i n i s t r a c i ó n m u n i c i pal; o la leX Rubria de Gallia Cisalpina, d a tab le en los añ os 48-41 a. C., que reg ulab a la p ro m o c ió n de la G a lia C isa lp in a desde los derechos latinos a la p le n a c iu d a d a n í a ro m a n a ; o, fi na lm ente, la lex Colonia Genetivae Ursonensis, fu n d a c io n a l de la co lo nia de Urso (O suna).
2. El marco histórico Los cien a ñ o s a p r o x im a d o s que m e d ia n entre el trib u n a d o de la plebe de T ib e r io G r a c o en el 133 a. C. y la tom a del p o d e r p o r parte de Octavio, el futuro Augusto, constituyen el p e ríodo de la crisis de la R epúb lica R o m a n a , en la que se p u e d e n in d iv id u a l i z a r d o s e t a p a s d i f e r e n c i a d a s ; la p rim e ra de ellas a b a rc a desde el 133 a. C. h a sta la d ic ta d u ra de Sila; la se g u n d a , en cam b io , se extiende desde esta ú ltim a fecha h a sta la batalla de Accio, en el 31 a. C., q ue p o n e fin al conflicto entre M a rco A n to n io y O ctaviano. E sta p e r i o d i z a c i ó n e n c u e n t r a su justificación en el c ará c ter de la lu cha política y en los m edios q ue se utili z a n p a r a d e c id ir los conflictos; de esta forma, la reiterada intervención de las legiones ro m a n a s, c o m o m edio de d irim ir los conflictos a través de san grien tas guerras civiles en el p e ríodo final de la R e pú blic a R o m a n a , co ntrasta con el c arácter de la lucha política desde los G ra c o s a Sila, d o n de el e n fre n tam ien to , pese a la utili zación p u n tu a l de la violencia, que tiende p ro gresivam en te a convertirse en algo estructural de n tro de la crisis, es p r o t a g o n i z a d o p o r el S e n a d o y las A sam b leas, en las q u e juega un papel f u n d a m e n t a l el tr ib u n a d o de la plebe. En contraste con el c a m b io q u e se op era en el c a rá c ter de la lucha p olíti
ca, los p r o b le m a s qu e están en su base a p e n a s si se m odifican en todo el proceso de la crisis rep ub lican a; es cierto, que u n o de los factores qu e i n cid e n en la m ism a, la reivindicación de los derech os de c i u d a d a n ía r o m a na p o r p arte de los aliados itálicos, en c u e n tra su solución en la G u e r r a Social (91-89 a. C.) y en las diversas leyes que, c o n trib u y e n d o a la finali z a c ió n de las actividades m ilitares, extiend en la c iu d a d a n ía ro m a n a p o r toda la p e n ín su la italiana al sur del R u bicón ; pero incluso en este p u n to el p r o b le m a q u e d a r á p e n d ie n te en c u a n to a su solución definitiva h asta el 70 a. C., c u a n d o , re sta b le c id a la c en su ra, se p ro ced a a revisar las listas de los c iu d a d a n o s y a la integración de aquellos itálicos que a ú n no h a bía n sido censados. El resto de los factores que inciden e n la crisis, es decir, el p r o b l e m a agrario co n sus im plicaciones de d i versa índole, las revueltas de esclavos y la in a d e c u a c ió n de las estructuras político-adm in istrativ as de la ciud ad estado de R o m a a su m arco territorial c o n tin ú a n e sta n d o en la base de todo el proceso histórico q ue se op era y que d a lugar a que el o rd e n a m ie n to oligárq uico de la R epúb lica R o m a n a sea sustituido p rogresivam ente p o r el p o d e r de las g randes «din astías m ili tares», que d e se m b o c a rá fin alm ente en el « p rincip ado ». Puesto qu e las revueltas de escla vos de este período, es decir, la sub le vación de E spartaco, se a n a liz a n en otros a p a r ta d o s de esta obra, nos c e n trarem os en los otros dos puntos, es decir, el p r o b le m a agrario y la in a d e c u a c ió n p o lític o -a d m in istra tiv a , co m o elem entos que in c id en en el e n f r e n t a m i e n t o e n tre populares y o p timates.
a) El problema agrario La im p o rta n c ia qu e a d q u iere en la crisis de la R e pú blic a R o m a n a el p r o ble m a ag rario sólo es com p re n sible
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La república tardía: cesarianos y pompeyanos
desde una doble perspectiva; ante todo, p o r el h e c h o de que la base fu n d a m ental de la e c o n o m ía ro m an a , pese al fuerte desarro llo de la circulación m o n e ta ria a p artir del siglo II a. C , estaba co nstitu id a, c o m o en todas las so ciedades qu e p reced ieron a la revo lución industrial, p o r la agricultura; p e ro , a d e m á s , h e m o s de te n e r en cu e n ta q ue las tra n sfo rm a c io n es que se o p e ra n en la ag ricultura ro m a n a e itálica de las guerras de c o nq uista se realizan en un m od elo de o rg a n iz a ción histórica, el de la ciudad-estado, que en R om a , c o m o en otras zonas del M e d ite r r á n e o , se b a s a b a en la id e n t i f i c a c i ó n e n tr e el c i u d a d a n o , el cam pesino propietario de tierras y el soldado. E n este aspecto, las tran sfo r m acio nes agrarias a fectaban a u n o de los pilares estructurales de la sociedad. Tanto Plu ta rco co m o A p ia n o c o in ciden a la h ora de c a ra c teriz ar la cri sis agraria; según a m b o s autores, la c au sa de la m ism a venía d a d a po r la tra n sfo rm a c ió n en el régimen de p r o piedad, q ue provoca u n a c o n c e n tra ción de la m ism a, en d e trim e n to del p e q u e ñ o c a m p e sin a d o , en m a n o s de los ricos; el proceso se describe com o un f e n ó m e n o a largo plazo, en el que los medios utilizados estuvieron cons tituidos p o r la o c u p a c ió n del ager p u blicus, la c o m p ra de tierras o, final m e nte , la a p r o p ia c i ó n m e d ia n te la fuerza de las p ro p ie d a d e s colin dan tes del p e q u e ñ o c a m p e sin o . Las co n se c uencias q ue el proceso a rra stra b a se c ifra b a n a d e m á s en u n c a m b io en el sistem a de e xplotación con el e m pleo de u n a a b u n d a n te fuerza de trabajo esclava que, no obstan te, no excluye el e m p leo de mercenarii (trab ajad ores libres), y la a p a ric ió n de nuevos siste m as de cultivo, en los qu e se im p o n e u n a te n d e n c ia a la especialización, sin que ello im p liq u e la a p a ric ió n del m onocultivo, ya q ue c a d a u n a de las u n id a d e s de explo tació n tiene com o p re m is a el a u to a b a s te c im ie n to y el p r o p o r c io n a r u n a d e te rm in a d a p r o d uc c ión al «m ercado».
N o se trataba, c o m o a p u n ta F. de M a rtin o , de u n a crisis cuantitativa;· en realidad, las tran sfo rm a cio n es que se o p e r a n en los sistemas de ex plota ción p r o d u je r o n u n a u m e n to de la p r o d u c c ió n en la m a y o r parte de las zo n a s afectadas, com o, p o r ejemplo, el Lacio, C a m p a n ia , etc.; otras, com o la Italia m erid io nal, se vieron a rra s tradas p o r las consecu en cias qu e im plicab a el desarro llo de u n a g a n a d e ría tr a sh u m a n te ; p o r el contrario, se trató f u n d a m e n ta lm e n te de un a crisis social. D u r a n te el siglo I a. C. el proceso se acentúa, a c tu a n d o adem ás, com o ele m ento incentivador, la in estabilidad política y las c o n tin u a s guerras civi les, q u e fu e ro n a c o m p a ñ a d a s n o r m a lm e n te de p io scrip cio nes y de ex pro p ia cio n e s de bienes. Ante todo, se produce u na intensificación en el pro ceso de c o n c e n t r a c i ó n de la tierra, que d a rá lu gar en m u c h o s casos al d e sa rro llo de la tifu n d io s. Es cierto que las d im e n s io n e s que Varrón, en el siglo I a. C., nos da de u n a explota ción son e x a c ta m en te iguales que las que nos p r o p o rc io n a C a tó n en el si glo II a. C., es decir, 240 yugadas (60 Has.) p a ra un olivar y 100 yugadas (25 Has.) p a ra un viñedo; pero se tra ta, c o m o a p u n ta C. Nicolet, de u n i d a des de explotación, no de propiedad, y, de h echo, u n m ism o p ro p ie ta rio po d ía ten er n u m e ro sas explotaciones tanto en Italia com o en las provincias. Poseem os a lgun os datos concretos que son sinto m áticos del proceso; C i cerón nos refiere que en el 81 a. C. Q. Roscio, m ie m b ro del o rd e n ecuestre, poseía en el valle del T ib e r 13 d o m i nios, que a c u m u la b a n u n a superficie de 6.000 y u ga d a s (1.500 Has.), co n un valor de seis m illones de sestercios; y la in fo rm a c ió n general q u e poseem os nos perm ite a fir m a r qu e el valor m e dio de las p r o p ie d a d e s de los m ie m bros de los dos ó rd en es privilegiados de la sociedad ro m a n a , el ecuestre y el senatorial, p o d ía oscilar entre un millón y veinte millones de sestercios.
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Pompeyo Magno (entre 71-48 a.C.). Sobre un denario
La fo rm a ció n de los gran des p o d e res personales, de las gran d e s « d in a s tías m ilita r e s » , lleva n o r m a l m e n t e a p a r e ja d o la constitució n de g randes p ro p ie d a d e s agrarias; el caso m ás sig nificativo al respecto está constituido p o r M. Licinio C raso, triunviro, cuyas p ro p ie d a d e s ag rarias a lc a n z a b a n un v alor de doscientos m illones; y el p r o pio Pom peyo, que h a b ía h e re d a d o en el P ic e n o a m p lia s p ro p ie d a d e s, p o seía u n a c a n tid a d p a re c id a a la a n terior. El fe n ó m e n o de la fo rm a c ió n de los latifu nd os n o se restringe a la p e n ín su la italiana, sino qu e está a sim is m o presen te e las provincias; el caso m ás significativo está co nstituido p o r Sicilia, d o n d e los discursos de C ic e ró n c o n tr a Verres c o n s titu y e n u n a fuente de in fo rm a c ió n de p r im e r o r den. E n esta provincia, a d e m á s del desarro llo de a m p lio s d o m in io s d e d i
cado s a la g a n a d e ría , se h a b ía p r o d u cido, asim ism o , la a pa rición de ex ten sas explotaciones dedicadas al cultivo del cereal; en el caso de la ciu d a d de L eontini, el exiguo n ú m e ro de p ro p ie tarios existentes a finales de la d é c a da de los setenta a. C. poseía p r o p ie dades cuyas d im e n sio n e s m edias os c ila b a n entre 2.200 y 800 yugadas. El m ism o fe n ó m e n o se c o nstata en las prov in cias h isp an a s, d o n d e sab e m o s que, en el 49 a. C., L. D o m ic io A h eno b a r b o se p ro p o n ía a s e n ta r a miles de sus soldados, c onc e d ié n doles p a rc e las. a p a rtir de sus p rop iedad es, que oscilarían entre 15 y 40 yugadas. Sem ejan te tra n sfo rm a c ió n en el ré gim en de p ro p ie d a d corre p areja a los c am b io s que se p ro d u c e n en el tipo de explotación, d o n d e se aprecia u n a in te n sific a c ió n de la u tiliz a c ió n de fuerza de tra b a jo esclava, así c o m o la ten de n c ia a crear gran d e s c o n ju n to s
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g e o g r á f ic o s s e m i e s p e c i a l i z a d o s en d e t e r m i n a d o s tip o s de p r o d u c c ió n que se a d e c ú a n a las condicion es cli m áticas y edafológicas; de esta forma, nos e n c o n tr a m o s co n que C a m p a n ia se convertirá en u n a z o n a e m in e n te m ente arbustiva, con p re d o m in io del cultivo de la vid y del olivo; este m is mo tipo de cultivo d o m in a asim ism o en E truria y S ab in a; en cam bio, la g a n a d e ría es p re d o m in a n te en zonas, c o m o la lla n u r a del Po, d o n d e a d q uiere especial im p o r ta n c ia la cría del cerdo y cordero, en el S a m n io y entre los sabelios, d o n d e tiene u n c a rácter e m i n e n te m e n te tr a s h u m a n te , así c o m o en L u c a n ia y el Brucio. Los c a m b io s que se p ro d u c e n en el sistem a de p r o p ie d a d , en la fuerza de trabajo y e n el tipo de cultivo pro vo c a n la q u ie b ra del p e q u e ñ o c a m p e si no, fe n ó m e n o que a rra stra rá im p o r tantes consecuencias en el plano mili tar y en el político; en el orden mili tar, nos e n c o n tr a m o s con que d e s a p a rece el a ntiguo o rd e n a m ie n to tim o crático. b a s á n d o s e en el cual los c iu d a d a n o s p a r tic ip a b a n en el ejército en fu nción de su p ro p ia c a p a c id ad
econ óm ica; M ario, c u a n d o procedió, c on o casió n de la guerra contra Yugurta, a reclutar un corto n ú m ero de con ting entes legionarios entre los capitecensi y al m arg e n del o r d e n a m i e n to censitario, abrió las puertas al de sarrollo de u n ejército de signo dife rente, el p ro fe sio n a liz a d o , que p r o gresivam ente, en el siglo I a. C., se tra n s f o rm a en u n ejército personal, v in c u la d o a través del ju r a m e n to a sus jefes militares, de quienes esperan fuertes rec o m p e n sa s d u ra n te el perío do de servicio m ilitar y tierras al li cenciarse. De esta forma, nos e n c o n tram os con que el m agistrado que se e n c u e n tra al frente de las legiones ro m a n a s tiende a convertirse en u n p a tr o n o de sus s o ld a d o s , q u e c o n tin a ú a n ligados al m ism o, incluso des pués del licénciam iento, p o r fuertes lazos de clientela. E n este sentido, es s u m a m e n te significativa la im p o r ta n cia que a d q u ie re n e n las asa m ble as ro m a n a s los veteranos de Pom peyo en el pe ríodo c o m p re n d id o entre el 70 y el 49 a. C. El p e q u e ñ o c a m p e s in o a r ru in a d o emigra a la c iu d a d de R om a, cuya p o
Reconstruccción general del Foro Republicano con el Capitolio al fondo
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blación a u m e n ta c o n sid e ra b le m en te h a s t a a l c a n z a r en el m o m e n t o de p aso de la R e p ú b lic a al Im perio, se gún los c álculos de Brunt, los 3/4 de millón de h a b ita n te s; en la c iu d a d se integra en la infim a plebs, es decir, en lo que c o n un térm in o poco a fo rtu n a do se ha d a d o en lla m a r el « lu m p e n p r o le t a r ia d o » . El a u m e n to de la p o b la c ió n de la urbs arrastra consigo im portantes p r o ble m a s p a r a el E stad o ro m a n o , que tien e q u e h a c e r frente al a b a s te c i m iento de la c iu d a d a p a rtir de las provincias fru m e n ta ria s (Sicilia, Afri ca, H isp a n ia , etc.), al m ism o tiem po q u e a d is trib u c io n e s de trigo, bien gratuitas o a u n precio inferior al del m ercado, c o m o form a de h ac e r frente a la crítica situ ació n de subsistencia de la plebe u r b a n a . P aralelam en te, se p ro d u c e u n im p o rta n te a u m e n to de los precios q ue afectará de form a es peculativa a la vivienda y, en c o n se cuencia, a los alquileres en u n a ciu d a d en la q ue todavía en el 8 8 a. C. la p o b la c ió n se c o n c e n tr a b a a b ig a r r a d a m e n te y en casas de varios pisos tras el « m u ro serviano»; de este alza sería clara expresión tan to el precio de la vivienda de C ic e ró n en el P ala ti no, que le costó 3.500.000 sestercios, c o m o el h e c h o de qu e C é sa r tuviera que invertir cien millones de sester cios p ara a d q u ir ir las p arcelas n ece sarias p a ra c o n stru ir el foro que lleva su nom bre. Inevitablem ente, el proceso de e n d e u d a m ie n to se ace n tú a en la ciudad, afectando p recisam en te, de form a es pecial, a los sectores m e n o s favoreci dos e c o n ó m ic a m en te de la plebe u r b an a , a la infim a plebs. D e esta forma, tan to las distrib uc ion e s de trigo co m o el p ro b le m a de las d e u d a s se proyec tan en la política r o m a n a del siglo I a. C., e sp ecialm en te en los com icios tribales, d o n d e el siste m a de voto, m ás d e m o c rá tic o que en el o r d e n a m ie n to c e n s i t a r i o (ie los c o m ic io s centuriad os, c on c ed ía un peso p olíti co im p o rta n te en el desarro llo de sus
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prerrog a tiva s legislativas a la plebe u rb a n a , que se e n c o n tra b a o r g a n iz a da en las cuatro tribus u rb a n a s, pero ta m b ié n en las rústicas, con servad as p o r los c a m p e s in o s tras su e m ig ra c ió n a la ciudad.
b) La inadecuación de las estructuras político-administrativas Las im p o rta n te s guerras de c o n q u is ta, efectuadas en el siglo II a. C. y en el siguiente, h a b ía n d a d o lug ar a la fo rm a c ión de un «estado universal», o al m enos, c o m o lo define Polibio, u n estado con «un proyecto de d o m i nio universal». Sin em bargo, las es tru c tu ra s políticas y ad m in istrativas no h a b ía n ev olu cio n a d o ni se h a b ía n a d e c u a d o al m arco territorial; p o r el c o n t r a r i o , h a b í a n s e g u id o e s ta n d o c o n fig u rad a s c on fo rm e al m od elo de las c iu d ad es-estad o c o n un territorio que, a u n q u e o scilaba según los casos, era b a sta n te restringido. Las c o n s e c u e n c ia s p o lític o - a d m i nistrativas q u e se d e r iv a b a n de las nuevas necesidades se h a b ía n in te n ta d o a ta ja r m e d ia n te d e te r m in a d a s m e d id a s a fines del siglo II y c o m ie n zos del siglo I a. C.; en este sentido, h ay q ue m e n c io n a r el nuevo sistema de re c lu ta m ie n to in a u g u ra d o p o r M ario, la c oncesión de la c iu d a d a n ía r o m a n a a los aliados itálicos y, final m ente, las m e d id a s de Sila, entre las que h ay que m e n c io n a r el a u m e n to c u a n tita tiv o del n ú m e r o de in d iv i d u o s de d e t e r m i n a d o s colegios de m a gistra do s y la se p a ra c ió n del ejer cicio del p o d e r p o r los m agistrados en R o m a y en las provincias. Sin em bargo, todas estas reform as e ran p u n tu a le s y no tra n s f o r m a b a n las e s tr u c tu r a s p o líti c o - a d m in is tr a tivas p ro p ia s de u n a ciudad-estado, q u e su b siste en R o m a en la e ta p a p oste rior a la d ictad u ra de Sila. La in a d e c u a c ió n resultante se proy ecta ba ta n to en las instituciones y m agis tra tu ra s del E stado, co m o en el ap a ra -
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to a d m in istra tiv o y burocrático; L. R. T a y lo r ha s e ñ a l a d o a c e r ta d a m e n te que en la R ep úb lic a R o m a n a no exis tía n in g u n a o rg a n iz a c ió n estatal que a seg urara el servicio postal, los tra n s portes o la vigilancia de policía; de ahí, el que de form a privada la n o b le za se e n c a rg a ra de p a lia r las necesi dades existentes en estos apartados, c o n la in e v ita b le c o n se c u e n c ia del a u m e n to de su peso específico en el E stado y del cará c ter oligárquico del mismo. D u r a n te el siglo I a. C., y especial m ente en el p e río d o postsilano, la si tuació n se agrava. D e esta forma, nos e n c o n t r a m o s con q ue el S e na do , y m ás c o n c re ta m en te la nobilitas, es d e cir, el g ru p o restringido de familias qu e tra d ic io n a lm e n te h a b ía ejercido de fo r m a o l i g á r q u i c a el p o d e r en R om a, deja de c o n tro la r tanto la si tuació n interna c o m o la política exte rior. C icerón, en De officüs, define g rá ficam ente su situ ación al a firm a r que su fu nción se ve a b o c a d a a ada p ta rse a las c irc u n sta n c ias {necesítateparere): esta actitud se derivaba del h e c h o de que la nobilitas, políticam en te re p u b lic a n a , c a re c ía del c o n tro l de los centros de p o d e r q ue le p erm itieran u n a restauración de la república oli gárquica. E n c o nsecu encia, en todo el p eríodo final de la crisis re pu blic a n a la clase privilegiada y otrora dirigente se verá obligada a ponerse en m anos de a qu el « d in a sta m ilitar» que m enos peligroso fuera p a r a sus intereses. La in a d e c u a c ió n y, p o r tanto, la cri sis se proyecta, asim ism o, en otra de las instituciones fundam entales, como •las asam bleas. De los dos comicios im p o rta n te s existentes en R o m a a fi nales de la República, el c e n tu ria d o y los tribales, el prim ero, es decir, la a s a m b le a p o r clases censitarias, d o n de se elegían las m ás altas m agistra turas, se h ab ía visto afectado p o r la crisis del p e q u e ñ o c am p e sin o , co n las inevitables co n sec u e n c ias en el p la n o militar, que d ie ro n lu gar a la re d u c ción progresiva del censo m ín im o de
la « q u in ta clase serviana»; no o b s tante, la c o ncesió n de la c iu d a d a n ía r o m a n a a los itálicos y la integración de los m ism o s en el o r d e n a m ie n to c ensitario p a liará la situación creada y co ntrib uirá, al m ism o tiempo, a for talecer el control que la oligarquía ro m a n a ejercía sobre la m ism a, d ado s los lazos de a lia n z a que se establecen entre la aristocracia itálica y la nobili tas r o m a n a . Los com icios tribales, com puestos p o r treinta y u n a tribus rústicas y c u a tro u rb a n a s, se h a b ía n visto afectados p o r la a m p lia c ió n de la c o m u n id a d c iu d a d a n a que se p ro d u jo tras la gue rra social, ya que, tras la d ic ta d u ra de Sila, los nuevos c iu d a d a n o s itálicos fueron integrados en las treinta y una tribus rústicas, en las que se estructu rab a con a n te rio rid a d el territorio ro m a n o ; ello dio lugar a que el ám b ito territorial de u n a d e te rm in a d a tribu se e n c o n tra ra fraccio nado p or diver sas z o n a s de Italia; de esta forma, nos e n c o n tra m o s con que la tribu C o r n e lia se proyectaba, ad e m á s de en el a n tiguo d o m in io de los C ornelios en los alrededores de R om a, en las m o n ta ñas de los volscos, en territorio samnita e, in cluso , en U m b r ia . O b v ia m en te, tal d is p e r s ió n territorial d i ficultaba a ú n m ás su fu n c io n a m ie n to; m áxim e, si tenem o s en cuenta que en R o m a n u n c a existió un sistema re presentativo y que las asam bleas, ta n to los com icios tribales co m o los c e n turiados, siguieron c e le b rá n d o se en la ciu d a d de R o m a, con el necesario e in ev itab le d e s p la z a m ie n to h a c ia la m ism a de sus c o m p o n e n te s. F in a lm e n te, las pro p ia s m agistra turas se verán afectadas tan to p o r la crisis g e n e r a liz a d a c o n la a c e n t u a ción de la lu ch a política, c o m o p or las nuevas necesidades a las que el m u n d o r o m a n o tiene que h a c e r fren te en el siglo I a. C.; la radicalización de la lucha política prov o c a rá el que algu nas características de las m agis traturas ro m a n a s , c o m o la colegiabilidad, o de sus prerrogativas, c o m o el
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dere c h o de veto sobre las decisiones d e los colegas, no se respeten. Las nuevas necesidades m ilitares p ro v o c a r á n en esta é p o c a , a s im is m o , la c o n c e n tra c ió n en m a n o s de d e te rm i n a d o s in d iv id uo s de u n o s p oderes y u n a ju ris d ic c ió n territorial que i n d u d a b le m e n te r e b a s a b a n las an tig u a s a trib u c io n e s de los m ag istrado s p r o vinciales.
c) Optimates y populares P o lític a m e n te , los d iversos factores que inc id e n en el desarrollo de la cri sis de la R e p ú b lic a se v erteb ran en el e n fre n ta m ie n to entre optimates y p o pulares; el c a r á c t e r d e estos m o v i m ien to s políticos se e n c u e n tra descri to p o r Salustio y Cicerón, que, desde p o sicio n es d ife re n c iad a s, ofrecen, no ob stante, u n a visión del c onflic to q u e e n lin e a s g en e ra le s p u e d e n ser coincidentes; C ic eró n incide e sp e c ia lm e n te en los rasgos p e r s o n a le s que definen a a m b o s grupos; de esta forma, c o n sid e ra que q uienes en sus actos o en sus p a la b ra s quieren a g ra d a r a la m a sa son c o n s id e ra d o s com o populares; en c a m b io , los q u e p r e te n d en c o nse gu ir la a p r o b a c ió n de las gentes « h o n e sta s» son te nidos por op timates. P o r su parte, Salustio, m á s am ig o de ab stra c c io nes , c la r a m e n te afirm a que el E stado se e n c u e n tra d i vidido en dos partes: la del p u e b lo y la del Senado. E n la historiografía m o d e r n a la c a racterización de optim ates y populares h a d a d o lugar a distintas in te rp re ta ciones; en la base de todas ellas, h e m os de refe rirno s a la q u e h iciera T. M o m m s e n e n su H isto ria R o m a n a , p u b l i c a d a en 1854-1856; h a c i e n d o u n a le c tu r a m o d e r n i z a n t e , T. M o m m s e n i n t e r p r e t a b a a m b o s m ovim ientos c o m o « p a rtid o del se n a d o » y «p a rtid o del pueblo» , e id e n tificaba a a m b o s p a rtid os c o n la lu c h a qu e se d e sa rro lla b a en su tiem p o entre el liberalism o y la reacción q u e triunfa en 1948; en con se c u e n c ia, los
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optim ates e ra n asim ilad os a los « ju n kers» prusianos. La crítica a esta interpretación se form aliza en 1939 en la o b ra de R. S y m e , R o m a n R e v o lu tio n , q u i e n , p a rtie n d o del rechazo de la c o n c e p ción m o d e r n iz a n te y de los estudios prosopográficos, afirm a ta x a tiv a m e n te que la vida política ro m a n a estaba d o m in a d a , no p o r pa rtidos y p ro g ra m a s d e c a r á c te r m o d e r n o y p a r l a m e n ta rio , ni p o r la oposición entre el S e n a d o y el pueblo, sino p o r la lucha qu e los nobles, in d iv id u a lm e n te o en grupos, establecían en las elecciones o a n te los tribunales. La i n t e r p r e t a c i ó n de Sym e, q u e debe ser e n m a r c a d a d en tro de la evo lución del p e n s a m ie n to historiográfico m o d e r n o en lo q ue se ha d a d o en l la m a r «teoría de las élites», h acía h in c a p ié sobre u n o de los rasgos difer en ciado res de los conflictos políticos de la tardía R e púb lic a R o m a n a ; es cierto, y lo verem os a c o n tin u a c ió n , qu e en ellos sub yacen intereses eco n óm icos, elem entos ideológicos e, i n cluso, c o m p o n e n te s sociales d ife re n ciados; pero no lo es m enos, co m o su b ray a F. Serrao, el im p o rtan te p a pel de las « g rand es p ersonalidades» , pues todos los protagonistas del c o n flicto, al m arg e n de que fueran p o p u lares u optimates, p e rte n e c ían a la c la se p r iv ile g ia d a , a la nobilitas; este fe n ó m e n o e n c u e n tr a su explicación en la fuerte im p ro n ta que te n ía n en el m u n d o r o m a n o las r e l a c i o n e s de clientela y justifica el que se haya p o d id o d efinir el desarrollo histórico de la ta rd ía R e p ú b lic a R o m a n a co m o « u n a crisis sin alternativa»; el prop io Salustio incide en este aspecto al afir m a r que «todos los que a partir de a q uellos tiem pos a gitaron la re p ú b li ca b a jo h o n o ra b le s pretextos, a p a r e n t a n d o u n o s proteger los d erechos del p u e b lo y los otros e n c u m b r a r la a u to rid a d del S enado, no d efend ían, bajo la sim u la c ió n del bien público, sino su p a rtic u la r influen cia» {Cat., 38, 3). S o c i a l m e n t e , los o p tim a te s e r a n
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César (año 44 a. C.). Procede de Nápoles
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identificables co n la nobilitas, en la que se in te g ra b a n las antigu as fa m i lias patricias, entre las que d e se m p e ñ a n un papel relevante a fines de la R e p ú b lic a los C la u d io s , E m ilio s y ciertos b razos de los C ornelios y de los Emilios, e ilustres fam ilias p le b e yas, c o m o las de los Licinios, Lutacio Catulo, Livio D ruso, Cecilios Metelos, etc.; el acceso de nuevos indivi duo s a este grup o social fue progresi vam ente m ás difícil a lo largo de la crisis re p u b lic a n a ; M. Tulio C icerón constituye u n o de los casos e x tra o rd i narios en la ta rd ía R epública; y, de c u a lq u ie r form a, el pap el s u b o r d in a do de estos hom ines novi en el interior de la nobilitas q u e d a p erfectam en te reflejado en las c onside ra c io nes que Q u in to hace a su h e r m a n o M. Tulio C ic e r ó n d u r a n t e su « c a m p a ñ a » al c o n su la d o sobre la n ecesidad de «no perder o casió n p a ra d e m o s tra r a los nobles tu alta c o n sid e ra c ió n y defe rencia p a r a con su posición social». Políticam ente, la nobilitas se a rtic u laba en su lu c h a p o r las m a g istra tu ras y en la vida política en general en torno a diversas facciones a n ta g ó n i cas (factiones); R. Syme ha p o d id o in d iv id u a liz a r en el p e río d o in m e d ia t a m ente p osterior a la m uerte de Sila la existencia de tres de ellas, la de los Cecilios Metelos, C la u d io s y M. Por cio C atón; pero ello no im plicaba, lle g ad o el caso, la falta de. c o h e sió n , c om o se p o n e de m anifiesto en las propias c o n sid era c io n es de Salustio, quien llega a a firm a r que la « n o b le za, fo rm a n d o b a n d o , tenía m ás p o der, m ientras las fuerzas de la plebe se d e b ilita b a n » (Yug., 41, 4). El análisis de la actividad legislati va y de la actitud m a n te n id a ante la m ism a p o r parte de los optimates ha p erm itido a F. Serrao establecer los objetivos políticos de estos últimos. En el p la n o político, d e b e m o s m e n cio n a r el m a n te n im ie n to a n a c ró n ic o de la c o n s t i t u c i ó n d e la c i u d a d estado, con las características olig ár quicas que ésta poseía en R om a; ello
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im p lic a b a la c o nc e ntra ció n de p o d e r en el S e n a d o y en las altas m a gistra turas y la lim itación de los poderes de las asa m b le a s p op ulare s y de las in i ciativas legislativas de los tribunos de la plebe. S o c ia lm e n te , se o p o n í a n a c u a l q u ie r a m p lia c ió n del ám b ito de la com u n d ia d c iu d a d a n a ro m a n a ; y eco n ó m icam en te, los optimates d efen dían a u ltra n z a la ag ricultura b a sa d a en el latifu n d io y en la esclavitud y los p r i vilegios ec o nóm ic os a lc a n z a d o s en la é p o c a p r e c e d e n te, d e riv a d o s de las guerras de c o n q u ista y de la a d m i n is tración provincial. Los soportes de su p o d e r estab a n constituidos, ante todo, p o r su pro p ia s itu a c ió n e c o n ó m ic a , en ta n to q u e g r a n d e s p r o p i e t a r i o s de tie rra s, lo que, ju n to a otros procedimientos, les p erm itía d is p o n e r de la fortuna sufi ciente p a ra a fro n ta r la carrera políti ca en u n sistem a cara c teriz a do p o r la g r a tu id a d de las m a g istratu ra s y p o d e r a rtic u la r los factores que la p o d ía n facilitar, co m o la c o m p ra de vo tos. E n este aspecto, el sistem a era gravoso p ara la nobilitas, g e n e ra n d o e n d e u d a m ie n to s que luego e ra n c o m p e n s a d o s a través de otros p ro c e d i m ientos co m o p o d ía ser la a d m in is tración provincial; el caso de C é sa r es su fic ie n te m e n te cono cido . D e c u a l q u ie r forma, es b a sta n te sintom ático, en c u a n to que revela el ca rác ter de los tiem pos, la p ro p ia a firm a c ió n de M. L ic in io C r a s o de q u e n a d ie p o d ía co n sid e ra rse rico si no p o d ía a r m a r u n ejército a sus expensas. Los apoyos sociales se a r tic u la b a n a través de diversos pro c e d im ie n to s que, bien fortalecían el p o d e r en el in terior de la nobilitas o bien lo p ro yec ta b a n fuera del mism o. E n el interior de la nobilitas, los nobles b a s a n su in fluencia, ante todo, en sus relaciones fa m ilia re s, c uy o p e s o esp ecífico se potencia a través de adopciones y m a trim onios. D a d o q ue la nobilitas rara vez tenía u n a d e sc e n d e n c ia n u m e r o sa y qu e co n frecuencia carecía de
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ella, la a d o p c ió n de hijos de familias ilustres constituye la solución de c o n tinuidad; pero, al m ism o tiempo, d ado qu e el a d o p ta d o se c o n sid e ra b a que pertenecía a las dos familias, proyec taba a ú n m ás su influencia. En el p e ríodo qu e tratam os, el ejem plo más gráfico de esta práctica está c o nstitui do p o r P. C o rn e lio E scipión Nasica, que po d ía retrotraer la historia de su fa m ilia d u r a n t e o n c e g e n e r a c io n e s q u e h a b í a n o c u p a d o casi to d a s el co n su la d o ; su situación se realzó aún m ás p o r la a d o p c ió n te sta m e n ta ria p o r Q. M etelo Pío, pontífice m áx im o y cónsul. Pero, a dem ás, estos apoyos en el in terior de la nobilitas se solidificaron a través del m a trim o n io ; de ello sería m anifestación el m a trim on io de P o m peyo con la hija de P. C o rn e lio Esci pión N asica, el « m e jo r partid o» de R o m a , o las a lia n z a s familiares esta blecidas p o r los triunviros, c o m o m e d io p a r a d a r so lid e z a sus p a c to s políticos. J u n to con las relaciones familiares, los optim ates a r tic u la b a n su in flu e n cia person al en el in terior de los gru pos privilegiados a través de la am ici tia, co m o c o n tra to sag rado que p e r mitía o b te n e r a p o y o de la nobilitas tan to an tes de las elecciones com o frente a c u a lq u ie r vicisitud de la c a rre ra p olítica. Este m is m o tipo de p ro c e d im ie n to articula las relaciones c on el ordo ecuestre, a u n q u e el peso específico de este ordo, e c o n ó m ic a m ente privilegiado, d ism in u y e en la seg und a etapa de la crisis re p u b lic a na con respecto a la p rim era, d o n d e el p ro b le m a de la co m po sic ión de los trib u n a le s de ju stic ia c o n stitu ía un conflicto de p rim e r orden, pero cuya a lia n z a era necesaria d a d o el papel im p o rta n te que d e s e m p e ñ a b a en la articu lación de los com icios c e n tu ria dos, d o n d e se elegían las m a gistratu ras m ás im portantes. E n otros sectores sociales, los opti mates b a s a b a n su influ en cia en el hos pitium y en la clientela. Los lazos de
h o sp ita lid a d (hospitium ) a s e g u ra b a n e sp ecialm en te la alia n z a de las oli g a rq u ía s itálicas, q u e p r o p o r c io n a b a n a los optimates su apoyo electoral a c a m b io de albergue y de un trata m iento a d e c u a d o a su rango c u a n d o visitaban R o m a . La im p o rta n c ia de este tipo de relación se constata a tra vés de n u m e ro sa s tesserae que hacen m en c ió n a pactos de h o spitalidad e n tre fam ilias de la nobleza r o m a n a e itá lic a , ya el p r o p io C ic e r ó n h a c e c o n s ta r el hospitium q ue u n ía a S. Roscio, o r ig in a rio de la c iu d a d de U m b ría , con las familias de los C eci lios Metelos, Servilio, Escipión, etcé tera. La i m p o r t a n c i a p o lític a de esta a lian z a se derivaba de las posiciones n o r m a lm e n te c o n se rv a d o ra s que es ta b a n presentes en los círculos diri gentes de las c iu da d e s itálicas, que de esta form a co n flu y e n en su actitud c o n las p o s i c io n e s m a n t e n i d a s en R o m a p o r los optimates; un ejemplo gráfico de este fen ó m e n o está consti tuido p o r la lucha m a n te n id a p o r el a bu elo de C iceró n en su c iudad natal, A rp in o , c o n tra la im p la n ta c ió n del voto secreto en las a sam bleas, lo que h a b r í a d if ic u lta d o el co n tro l usual que la n ob leza ejercía sobre el p ro ce d im ie n to electoral. En cam bio, la clientela facilitaba la influ e nc ia de los optim ates entre la plebe r o m a n a e itálica, y en las p ro vincias. La relación que se establecía con base en la m isma implicaba protec ción p a ra el cliente p o r parte del p a trono. q ue c o m o c o m p e n sa c ió n reci bía el apoyo de aquél; tran sm itié n dose de p a d re a hijo, la clientela se h a b ía visto p o te n c ia d a a través de di versos p r o c e d i m ie n to s ; e n tre ellos, m e n c io n a re m o s el p ro p io proceso de c o n q u ista , qu e h a b ía d a d o lugar a que los nobles sig uieran ejerciendo su in flu e n c ia so b re a q u e lla s z o n a s que h a b ía n sido c o n q u ista d a s p o r sus an te p a sa d o s; la p ro p ia f u n d a c ió n de colonias p o r co m isiones d a b a lugar, asim ism o, a la subsistencia de reía-
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Denario con representación de M. Claudio Marcelo. París, Biblioteca Nacional
ciones de clientela entre los d e sc e n dientes de a m b a s partes. La im p o rta n c ia q ue a d q u ie re n es tas clientelas en la etapa final de la crisis re p u b lic a n a es c o n sta ta d a p o r C ic e ró n (Pro M urena, 71-72), q u ie n d is tin g u e tres tip o s de c lie n te s: la m asa, que venía c a d a m a ñ a n a a s a lu d a r al p a tro n o a la p u e rta de su casa y que m uchas veces d e a m b u la b a de u na casa a otra; los q u e d e s c e n d ía n al foro con el c a n d id a to y los que le se guían en las « c a m p a ñ a s electorales»; C iceró n en este caso'se está refiriendo e spe c ífic am e n te a la p le b e u r b a n a , pero p o seem o s diversos testim onios
que c o n f irm a n su difusión en otros á m b i to s ; e n este s e n tid o , s a b e m o s q u e los C l a u d i o M a r c e lo , d e s c e n dientes del c o n q u is ta d o r de Siracusa, se c o n s id e r a b a n p a tro n o s de toda Si cilia; y algo p a r e c i d o o c u r r ía c o n L. D o m ic io A h e n o b a rb o en relación c on la N a rb o n e n se . Tal vez el caso m ás significativo de c on fluencias de clientelas h e re d a d as con nuevas está constitu id o p o r Pompeyo; éste h a b ía h e r e d a d o de su p a dre u n gran n ú m e r o de clientes que es ta b a n constituidos b á sic a m e n te p o r u n g ru p o de v e te ra n o s q ue h a b ía n sido re c o m p e n s a d o s p o r él, u n a i m
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p o rta n te m a sa de clientes en el Pice no, d o n d e la f a m ilia d e P o m p e y o p o s e ía i m p o r t a n t e s d o m i n i o s , p o r a b u n d a n t e s c o n tin g e n te s de p o b l a ción de las c iu d a d e s al norte y al sur del Po, a las q u e se les h a b ía con c e d i do el d ere ch o latino, y p o r h ispa n os de la región del E b ro a los que se les h a b ía c o n c e d id o c iu d a d a n ía ro m a n a d u r a n te la guerra social. Esta cliente la h e r e d a d a será m u l t i p l i c a d a p o r P om p ey o a través de la c o ncesión de c iu d a d a n ía a indiv id uos o a grupos y m e d ia n te el e n ro la m ie n to de so ld a dos, a d q u i r i e n d o u n a a m p l ia d if u sión en O rie n te y e n H isp a n ia . In d ud ablem ente, la im portancia del fe n ó m e n o de las clientelas a rra stra b a co nsecuencias inevitables p a ra la vida política r o m a n a ; el p ro p io Salustio c on stata el fe n ó m e n o al a firm a r que el p u e b lo , o t r o r a s o b e r a n o , h a b í a co nc lu id o a cuerd os que le relegaban a servidum bre. E n con traste con los optimates, los
populares, c o m o a n o ta el prop io S a lustio, se e n c o n tr a b a n m e n o s o rg a n i zado s y p o seían u n a m e n o r cohesión; este f e n ó m e n o se p o n e de manifiesto espe c ia lm e n te en la heterogénea c o n figuración de sus círculos dirigentes; de los m is m o s f o r m a n p a rte, a n te todo, los trib u n o s de la plebe, m ie m bros de la nobilitas, q ue al m enos d u rante el a ñ o de su m ag istratu ra tenían a b ie n h a c e r gala de su c a ía c ter p o p u lar, sin q u e ello p reju zg ara su futura a c tu a c ió n política. Pero, ju n to a ellos, nos e n c o n tr a m o s con optimates que no h a b ía n co nsegu id o sus fines po lí ticos en la a p r o b a c ió n de proyectos en el S e n a d o o en la lucha p o r las m agistraturas en los com icios c e n tu riados y q u e a c u d ía n a los tribunos de la plebe c o m o m ed io de conseguir po deres e x tra o rd in a rio s y a p ro b a c ió n de leyes, al m ism o tiem p o que recom p e n s a b a n al p ueblo. Y, finalm ente, he m o s de a lu d ir a la existencia de n o bles q ue c o y u n tu ra lm e n te y con ca
Basilica Emilia del Foro romano, (hacia el 65 a.C.)· Denario de M. Emilio Lépido
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rácter pasajero recurrían a u n a políti ca p o p u l a r , q u e les f a c i l i t a b a su carrera política, que con p osteriori dad se caracterizaba po r un p r o fu n d o con servadu rism o . P recisam en te, las fuentes definen esta actitud de algu n os n o b le s c o n e x p r e s io n e s ta le s com o «actuar po pu la rm e n te » (p o p u lariter agere) o « h a b la r de form a p o pular» (populariter loqui). De esta forma, nos e n c o n tr a m o s con que el m ovimiento p o p u la r podía ser instrum entalizado p o r la nobilitas en su lucha p or el p od er o p o r el c o n trol de las magistraturas; pero ello no implica el que no existieran causas objetivas en la base de los populares, que se p o n e n de m anifesto en sus principales objetivos políticos. En el plano económico, la activi dad política de los populares tiende a h acer frente a tres g randes p ro b le mas; ante todo, a la crisis agraria y del pequeño cam pesino, con la p u e s ta en práctica de una reforma agraria que conllevaba asignaciones de tie rra; los criterios que in fo rm a n la acti vidad legislativa con la que se intenta afrontar el problem a no son un ifo r mes a lo largo de toda la crisis re p u blicana; en el período postsilan o y durante toda la tardía república p ri m an ante todo la necesidad de re compensar, tras su licénciamiento, al «proletariado militar». Junto a ello, la situación de la plebe urbana intentará ser paliada m e d i a n te distribuciones de trigo, cuyo c a rá c ter oscilará desde constituir o rig in a riamente un instrum ento para salvar la supervivencia de la plebe hasta convertirse en un elemento más de la profunda corrupción política que se desarrolla en los últimos m om entos de la crisis republicana. Las distribu ciones gratuitas o a bajo precio h a bían sido prohibidas p or Sila, pero las reivindicaciones de las m ismas se reinician poco después de la muerte del dictador, cotejándose en el 76 a. C. y en los años posteriores. U nido al problema de las distribuciones se e n
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c o n tr a b a el del ap ro v isio n a m ie n to de cereales de la c iu d a d de R o m a; en este aspecto, la victoria obte n id a p o r P o m pe yo frente a los piratas no so lu c io n a de form a definitiva el p r o b le ma, pues en los años 6 6 , 61, 58, 5 7 a. C., etc., vuelven a surgir dificul tades. F i n a l m e n t e , el p r o b l e m a d e las d e u d a s constituía el tercer elem ento q ue f o rm a b a parte e c o n ó m ic a m e n te de la política de los populares; se trata ba de un mal endém ico en la sociedad r o m a n a , que en la crisis re p u b lic a na se e n c o n tr a b a u n id o al desarrollo de la crisis social, la e sp e c u la c ió n y la u su ra ; en el p e río d o in m e d ia t a m e n t e p o s t e r i o r a la m u e r te de Sila, el e n d e u d a m ie n to se acentúa, a l c a n z a n d o sus p u n to s álgidos en la d é c a d a de los 70 y hasta el 63 a. C.; esta ag u d iz a c ió n debe ser explicada, co m o a p u n t a M. C raw ford, en rela ción co n la p e n u ria de recursos del E stado en este p erío do q ue se p ro yec ta en la escasez de acuñaciones. Políticam ente, los populares c e n tr a b a n su actividad en la restauració n y a c e n tu a ció n de los poderes de los tri b u n o s de la plebe, lim itados p o r Sila, en la po te n c ia ció n de la actividad le gislativa de los com icios tribales y, fi n a lm en te, en la creación de m a g istra tu r a s c o n p o d e re s e x tr a o r d in a r io s ; precisam en te, este ú ltim o p u n to c o n s tituía un p ro c e d im ie n to peligroso, en ta n to q u e la lib e ra c ió n del co n tro l qu e sobre las m agistraturas ejercían la nobilitas y los optimates (dom inatio paucorum ) se in te n ta b a realizar m e d ia n te la creación de am plio s poderes p ersonales, que te r m in a r ía n p o r c u e s tio n a r el o r d e n a m ie n to republicano. E n este sentido, L. R. Taylor ha re se ñ a d o qu e en el p l a n o político el conflicto entre optimates y populares no im plic a ba la creación de u n «go bie rn o p o p u la r» frente a un « gobier no s enatorial», sino el escoger entre el m a n te n im ie n to de la tiran ía de la oli g a rq u ía y el e stablecim ien to de la ti ran ía de un individuo.
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II. El período postsilano
La lla m a d a « c onstitución silana», es decir, el c o n ju n to de reform as relati vas a las m agistraturas, instituciones, etc., q ue Sila e m p r e n d e d u r a n te su dictadu ra, h a b ía n tenido com o ob je tivo evitar en lo sucesivo el proceso que le h a b ía a él m ism o p e rm itid o to m a r el poder, m e d ia n te la utilización de la fuerza m ilitar en el interior del ager romanus; pero al m ism o tiem po h a b ía so lid ific a d o , r e m o d e lá n d o la , las c a ra c te rís tic a s tra d ic io n a le s del o rd e n a m ie n to oligárq uico de la R e p ú b lic a R o m a n a ; de esta form a, el p o d e r de la nobilitas, es decir, del c o n ju n to de familias entre cuyos a n te p a sados se p o d ía n o ste n ta r m ie m b ro s que h u b ie se n d e s e m p e ñ a d o el c o n s u lado. q u e d a b a restablecido. Se tratab a de u n c o n ju n to de refor m as q u e resu lta ría n efímeras, pues en los años in m e d ia ta m e n te posteriores a la m u e r t e de Sila se o b s e r v a la tra n s fo rm a c ió n p ro g resiv a, co m o afirm a P. de Francisci, del régim en oligárquico re p u b lic a n o en u n a a u to cracia militar; este proceso se p la sm a tanto en la p a u la tin a de c a de n cia de la nobilitas, c o m o en la c o n tin u a reafirm ación de m agistratu ras con p o deres extraord in arios, que p o n ía de m a n ifie sto la i n a d e c u a c ió n del o r d e n a m ie n to in stitu cio n al ro m an o , p r o p io de u n a c iu d a d -e s ta d o , a su m a rco territorial, el c o ntrol de todos
los países q ue r o d e a b a n el M are Nos trum . La reacción c o n tra el sistem a sila no te n d rá un doble signo; ante todo, se p r o d u c e n rebeliones militares, que h a b r á n de ser sofocadas en abiertas guerras civiles a través del n o m b r a m iento de m agistrados con poderes e x t r a o r d i n a r i o s ; p a r a l e l a m e n t e , se p ro d u c e n u n a serie de iniciativas le gislativas que, c u lm in a n d o en el 70 a. C„ a n u l a r á n alg u n a s de las más im p o rta n te s disposiciones de Sila.
1. Rebeliones militares La c on testació n al régim en silano es coetánea al p ro p io golpe de estado y va a estar p r o ta g o n iz a d a p o r Q. Serto rio, q ue h a b ía sido n o m b r a d o en el 83 a. C. g o b e r n a d o r de la H isp a n ia C ite rior. A nte el e m in e n te regreso de Sila, Sertorio m a r c h a r á a H is p a n ia , d o n d e es d e rro ta d o p o r los contin gen tes si lanos, no sin antes hab e rse a traído el apoyo de los ind íg e na s m e d ia n te d e te r m in a d a s d is p o sic io n e s, entre las que hay que d e sta c a r la d ism in u c ió n de los gravosos im puestos, la a n u la ción de las g u arn ic io n e s m ilitares en las c iu da d es o la pro p ia a lia n z a con las aristocracias locales. Las op e ra c io n e s m ilitares se r e a n u d a r á n a p a r tir del 80 a. C., c u a n d o Sertorio fue re c la m a d o p o r los lusita-
24 nos; p a ra hacerles frente, Sila enviará a O· Cecilio Metelo, q uien inicia u n a le nta p e n e tra c ió n en la L usitania a través de las o p e ra c io n es militares de los a ñ o s 79-78 a. C. La situación de abierta pero locali z a d a guerra civil c read a p o r Sertorio en H is p a n ia se co m p lic a a p a rtir del 78 a. C. co n la m u erte de Sila tras la a b d ic a c ió n de todos sus p oderes el a ñ o a nte rior; p re c is a m e n te, en este m ism o a ñ o se inicia en R o m a e Italia u n a co nte sta c ió n al régim en silano, q u e i n d u d a b l e m e n t e e n c o n t r a r á su e x p lic a c i ó n en la fu erte r e p r e s ió n efectuada p o r el d ic ta d o r con la a n i q uilac ión de c iu d a d es y con im p o r tantes proscripcion es, y en la situ a ción cre ad a en d e te rm in a d a s zonas, c o m o Etruria, d o n d e se h a b ía p r o d u cido un a m p lio proceso de e x p ro p ia ción de tierras que ben eficiaba a los veteranos de Sila a costa de sus e n e migos políticos. La op osición del régimen silano se proyecta in cluso en las elecciones al c o n su la d o , d o n d e M. Em ilio Lépido logrará ser elegido cónsul, co n la d e s a p ro b a c ió n de Sila, q ue in tenta c o m p e n s a r la situació n a través del otro colega en el c o n su lad o , Q. H o rten sio Cátulo. La m uerte de Sila a gu diz a rá la situación; en efecto, M. Em ilio Lé pid o a c e n tu a rá su oposició n m e d ia n te actitudes c la ra m e n te provocativas, c o m o o c u rre c o n c r e ta m e n te con su negativa a que los gastos de sepelio del d ic ta d o r se h icie ran a costa del erario público, o m e d ia n te m ed id a s que trad ic io n a lm e n te se e n m a r c a b a n en la política de los populares, a u n q u e adecuadas a la coyuntura concreta; de esta forma, el conflicto con la aristo cracia silana se a c e n tu ó a través de pro pue sta s que in c lu ía n el restableci m iento de las d istrib ucio nes de trigo, p ro h ib id a s p o r Sila, el regreso de los exiliados, la re sta u ra c ió n a sus a n ti guos prop ietarios de las p ro p ie d a d e s c o n f is c a d a s o la a n u l a c i ó n de las co nse c ue n cias q ue las proscripcio nes im p lic a b a n p a ra sus descendientes.
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E n este contexto, la sublevación en Fiesole de los propietarios, qu e se h a b ía n visto afectados p o r las e x p ro p ia c iones y p o r los a se n ta m ie n to s de ve t e r a n o s de S ila, p r o p o r c i o n a r á la o ca sió n a M. E m ilio L épido de c o n ta r c on c on ting en tes militares en el inte rior del ager rom anus con los q ue o p o nerse a la aristocracia silana. E n efec to, p a ra re p rim ir la sublevación fue e n v ia d o Lépido, que dirigió sus c o n tingentes m ilitares con tra el Senado. A nte la crítica situación, se p ro c la m ó el senatus consultum ultim um ; en las c o n s e c u e n te s o p e r a c io n e s m iltares, P om peyo, n o m b r a d o propretor, logró d e r r o ta r sucesivas veces a M. E milio L é p i d o , q u e f i n a l m e n t e m o r í a en C e rd e ñ a . N o ob stante, parte de sus c o n tin gentes militares fueron salvados p o r su lugarten ien te P erp enn a, quien se dirigió a H is p a n ia p a ra eng ro sar con ellos la rebelión de Sertorio. En las dos p ro v in cia s h is p a n a s, las o p e r a ciones m ilitares de Sertorio y de sus lugartenientes, H irtuleyo y P e rp e n n a , p r o s e g u ir ía n en los a ñ o s sucesivos co n diversas vicisitudes frente a los co ntin gentes militares de Q. Cecilio Metelo, y de Pom peyo, hasta que a p a rtir del 74 a. C. las posiciones de Sertorio alc a n c e n u n a situación críti ca, e sp ecialm ente despu és de la p u e s ta en práctica de u n a ley qu e c o n c e d ía a m n i s t í a a lo s s e g u i d o r e s d e L épido; el a sesinato de Sertorio, en el 72 a. C., en O sea, p o n d r á fin a la rebelión. C o n la m uerte de L épido y de Sertorio c o n c lu ía n las reacciones m ilita res que h a b ía suscitad o la d ic ta d u ra de Sila; sin em b arg o, la d errota de los enem igo s de la aristocracia silan a se h acía a través de m étod os que cu es t i o n a b a n el o r d e n a m i e n t o p o lític o m o d e la d o p o r el dictador, ya que se h a b ía recu rrid o a p r o c ed im ie n to s ex t r a o r d in a r io s , lo q u e p e r m it ía u n a c o n tin u id a d en las m ag istra tu ra s p o r u n perío d o s u p e rio r a u n año; ello arrastraba in d u d a b le m e n te c om o c o n
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Cayo Julio César. Retrato de bronce (hacia el 50 a.C.). Roma. Museo Nacional
secuencia u n a u m e n to ostensible del p o d e r y de las influ encias de los jefes militares. La rep resión de la rebelión de los esclavos, e n c a b e z a d a p o r Esp arta c o —e stu d ia d a en otro lu g a r—, p o r los m ism o s p ro c e d im ie n to s a c a r go de M. Licinio C raso venía a a cen tu a r a ú n m á s el proceso.
2 La restauración del tribunado de la plebe La m uerte de Sila no sólo incentivó la oposición violenta a su sistema; ta m bién facilitó la revisión de las refor m as q u e el d ic ta d o r h a b ía in tro d u c i do e n el o r d e n a m i e n t o tr a d ic io n a l
26 p a ra h a c e r frente a los p rin c ip a le s in stru m e n to s de lu ch a o centros de fricción q u e h a b ía n estado presentes en la p r im e ra e ta p a de la crisis re p u blicana; entre ello, se e n c o n tra b a la cuestión de las prerrogativas y a trib u ciones del t r ib u n a d o de la plebe y el p ro b le m a de la co m p o sició n de los trib unales de justicia, q ue h a b ía p r o vocado que, en d e te rm in a d a s o ca sio nes, el ordo ecuestre, p r e s io n a d o p o r los p u b lic a n o s , b a s c u l a r a h a c ia la a lia n z a c o n los populares. Las p rim e ra s m atiz a c ione s al siste ma silano se in tro d u je ro n poco d es pués de su d e sa p a ric ió n de la escena política; c o n c re ta m en te , en el 75 a. C„ u n a ley p r o p u e sta p o r el cónsul M. A urelio C o tta perm itió que el trib u n a d o de la p lebe volviera a ser u n a m a g is tra tu ra m á s d e n tro del cursus honorum y que, en consecuencia, los individuos q ue ejercieran el tr ib u n a do, c o n tr a r ia m e n te a lo dispuesto p o r Sila, p u d i e r a n p r e s e n ta r s e a c o n t i n u a c ió n a otras m agistraturas. Sin em b argo , resulta significativo del grado de ac eptació n de la « co nsti tución silana» el he c h o de q ue la d e rogación de sus p u n to s fu n d a m e n ta les se p ro d u je ra ta n sólo u n o s años después, c o n c re ta m e n te p o r la activi d ad de los cónsules del 70 a. C.; p a r a dó jicam ente, los q u e p ro ta g o n iz a ro n la destrucción fueron individu os cuya carrera política y cuya fortuna se h a bían iniciado a la som bra del dictador. E n efecto, c o m o c ó n su le s del 70 a. C. fueron elegidos C n e o P om p ey o y M. Licinio C raso ; a m b o s h a b ía n iniciado su actividad política protegi dos p o r Sila; el prim ero , p o n ie n d o a disposición de éste, en el m o m e n to del golpe de estado, im p o rta n te s c o n tingentes militares, constitu id os p o r dos legiones reclutadas c o n m edios propios, y p ro c e d ie n d o a c o n t i n u a ción a rep rim ir la o p o sic ió n antisilana; M. L icinio C ra so h a b ía s e e n r i q u e c id o e n o r m e m e n t e d u r a n t e las p roscripciones silanas, h a sta el p u n to de que su p o d e r e c o n ó m ic o se h a b ía
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convertido, en la situación concreta del m u n d o r o m a n o en la d éc a d a de los 70 a. C., en u n im p o rta n te in stru m e n to de in fluencia y de p o d e r p o lítico. L a elección de Pom peyo y de Lici nio C r a s o co m o cónsules co ntravenía las tradicionales norm as sobre el cursus honorum , recientem ente rem od eladas p o r Sila, que im p o n ía n un d eterm i n a d o o r d e n e intervalo en el ejercicio de las m agistraturas; de hecho. C raso u n o s meses a ntes h a b ía ejercido la pretu ra, y P o m p ey o no pertenecía al S e n a d o p o r n o h a b e r ejercido a ú n la m a g is tra tu ra qu e d a b a acceso al mism o. L a o p osición del se n a d o y de la no bilitas no se hizo esperar; en ella inci diría, ob viam ente, la infracción de la le g alid ad vigente q ue s u p o n í a n las pre ten sio ne s de P o m peyo y C raso al c o n su la d o ; pero, tam bién , en la m is m a debió de d e se m p e ñ a r un papel de no m e n o r relevancia, d a d a s las c a ra c terísticas del juego político ro m an o, la d e b ilid a d de sus respectivos a p o yos en el interior de la clase dirigente en la c o y u n tu ra co ncreta de los 70 a. C.; es decir, en té rm inos históricos m ás id ón eo , el escaso m o n to de sus factiones; tal ocurría en el caso c o n creto de los Pom peyo, pues el p rim e r c o n s u la d o de esta fam ilia pro c e d ía del 141 a. C., gracias al apoyo que le prestó entonces la im p o rta n te familia de los Escipiones; el p ro p io P o m p e yo, c o m o a p u n ta R. Syme, poseía u n a factio cuyos m ie m b ro s e ran de escasa relevancia en el interior de la nobili tas, ya que estaba b á sic a m e n te c o m p u e s ta p o r in d iv i d u o s p ro c e d e n te s del Piceno, de d o n d e e ra n originarios los Pom peyos, y entre los cuales cabe incluir a M. Lollio Policano, L. A fra nio, T. Labieno , A. G a b in io , etc. P o m peyo intentó corregir esta d e bilida d política m e d ia n te el establecim iento de lazos fam iliares co n la im p o rta n te familia de los Metelos; p rim e ro m e d ia n te el m a tr im o n io c on Em ilia, y a la m uerte de ésta co n Mucia.
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P re c is a m e n te , la o p o s ic ió n de la nobilitas a las p reten sion es de Pom peyo p a r a el 70 a. C. va a d a r lu gar a un tipo de d in á m ic a que, se c u n d a d a p o r M. Licinio C raso, a c e n tu a b a p a u tas políticas q ue h a b í a n estado p r e sentes en la p rim e ra etap a de la crisis re pub lic a na ; P om peyo, p a rtid a rio de la nobilitas y de los optim ates, se incli n a b a y b u s c a b a el ap o y o de los e n e migos de éstos p a r a conseguir, de esta forma, sus objetivos personales. Elegidos cón sules p a r a el 70 a. C., P o m peyo y Craso, d u ra n te el ejercicio de esta m agistra tu ra colegiada y su p re m a de la c o nstituc ión de la R e p ú blica R o m a n a , van a p ro c e d e r a la d e ro gación del o r d e n a m ie n to político realizado p o r Sila. Esto se p o n e espe c ialm en te de m an ifiesto en la revitalización del trib u n a d o de la plebe; esta m agistratura, q ue h u n d ía sus raíces en la R e p ú b lic a p rim itiva y en el c o n texto del conflicto p atricio-plebeyo, h a b ía se revitalizado recientem ente a través de la acción de los G ra c o s y h a b ía d e m o s tra d o su efectividad polí tica, c on virtiéndose en « u n m edio de a cción directa», con sus im p o rta n te s pre rrogativas, entre las cuales cabe d estacar su d erec h o a in te rp o n e r el veto sobre las disposiciones de otros m agistrados, su facultad de p rese n ta r proyectos de ley, su inviolabilidad, etc. Sila, en su o rd e n a m ie n to , h a b ía re d u c id o a la m í n i m a e x p r e s ió n las a tribu ciones de estos m agistrados; de esta forma, sus funciones q u e d a r o n red ucid as a la p o sib ilid a d de interve nir en favor de los c iu d a d a n o s, d e b ie n d o p a s a r sus proyectos de ley p r e v ia m e n te p o r el S e n a d o ; e s tá n d o le p r o h ib id o a los in d iv id uo s que h a b ía n d e te n ta d o el tr ib u n a d o de la ple be ejercer otras m agistraturas. M e d ia n te u n a lex Pompeia Licinia de tribunicia potestate se restablecían, en el 70 a. C., los p o deres y a trib u c io nes de los trib u n o s de la plebe, q ue de esta fo rm a se c o n v e rtía n en u n a r m a política, susceptible de ser utilizada p a r a r e f o r m a r el s is te m a p o lític o .
pero ta m b ié n p a r a a m b ic io n e s p erso nales p o r p arte de aquellos m ie m b ro s de la nobilitas que, no a lc a n z a n d o sus a m b ic io n es y objetivos p o r los pro c e d i m i e n t o s u s u a le s , p o d í a n u til iz a r esta m agistratura com o medio p ara p o ten c ia r sus apoyos entre la plebe y su fuerza política c o n tra sus adversarios, que, en líneas generales, en n a d a dife rían en c u a n to a su ética política. Las p ro p ia s co n d ic io n e s socioeco n ó m ic a s de la p lebe u r b a n a y rústica d u r a n te el p e r ío d o q u e e stu d ia m o s p ro p ic ia b a n , precisam ente, este tipo de p ro c e d im i e n t o ; en efecto, c o m o veíam os p á g in a s atrás, u n o de los p i lares fu n d a m e n ta le s de la R epública, el c iu d a d a n o -c a m p e s in o , h a b ía q u e b r a d o c o m o co nse c u e n cia de la c o n c e n tra c ió n de la p ro p ie d a d y del d e sarrollo co n sec u e n te del latifundio y del em p leo de fuerza de tra b a jo escla va; los tenues intentos de leyes ag ra rias no h a b í a n m e jo ra d o su situación s u s t a n c ia lm e n te ; las d i s tr ib u c io n e s de tierras a los veteran os de Sila se h a b ía n h ec h o a e x pen sas de sus e n e m igos p o lític o s, los p a r tid a r io s de M a r i o , y, e n d e t e r m i n a d a s z o n a s de Italia, como Etruria, h a b ía n d ado lu gar entre el c a m p e s in a d o a u n a situ a ción crítica. T a m b ié n la plebe u rb a n a , e n g r o s a d a a p a r t i r de c a m p e s i n o s a r r u in a d o s , d e esclav os m a n u m i t i dos, pero ta m b ié n de sectores p r o d u c tivos, d e d ic a d o s al a r te s a n a d o y al p e q u e ñ o comercio, se veía, asim ism o, afectada p o r p r o b le m a s de e n d e u d a m iento y de aba ste c im ie n to de trigo. T am bién, d u r a n te el c o n s u la d o de Pom p e y o y C ra so en el 70 a. C., se a frontó el p ro b le m a de los trib un ales de ju sticia, vital p a r a el p o sicio n am ie n to po lítico del o r d e n ecuestre, que Sila h a b ía s o lu c io n a d o coyuntura lm e n te m e d ia n te la a trib u ció n de las fu n c io n e s ju d ic ia le s al S e n a d o , que fue a m p lia d o h a s ta a lc a n z a r los 600 m ie m b r o s e n tre los qu e se i n clu ía n in dividu os procedentes, co m o testim onia A p iano , del o rd e n ecues tre. M e d ia n te u n a ley p ro p u e s ta p o r
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28 el tribuno G. Aurelio Cotta, se so lu cionó definitivamente el pro b le m a de la composición de los tribunales de justicia, cuyos jueces serían escogidos desde este m o m en to a partes iguales entre los senadores, los caballeros y tribuni aerarii; este último grupo tenía un censo eq uivalente al del o rd e n ecuestre, pero sin sus privilegios de votos en las asam bleas centuariadas. La solución dada a los tribunales de justicia explica el m e n o r p rota go nis mo político que los caballeros ejercie ron durante la tardía República. Finalmente, du rante el co n su la d o de Pompeyo-Craso. se procedió a res i
ta u r a r la im p o rta n te m agistratura de la c ensura, que, eligiéndose c ad a c in co años, desde el 8 6 a. C. no se hacía; la a c tividad de los censores elegidos se va a centrar, d u ra n te los 18 meses de ejercicio de esta m agistratura ex tra o rd in a ria , en la revisión del censo c iu d a d a n o , q ue p asa de 463.000, en el 8 6 a. C., a 910.000 p o r la inclusión de finitiva de los aliados itálicos, y en la d e p u r a c ió n del Senado, e x p u lsa n d o p o r in d ig n id a d del m ism o a 64 s e n a dores a c u sa d o s de so b o rn o o afecta dos p o r el grave p ro b le m a del e n d e u d a m ie n to que sufría en este m o m e n to la sociedad rom a na .
Arcadas de la terraza del templo de Júpiter Anxur en Terracina (siglo I a. C.)
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La república tardía: cesarianos y pompeyanos
II!. La formación de las «dinastías militares»
Sin em bargo, y pese a las im plicacio nes que se d e riv a b a n del restableci m iento del tr ib u n a d o de la plebe, los principales peligros p a r a el o r d e n a m iento político y p a ra la nobilitas se p ro d u je ro n a partir de la concesión a d e te rm in a d o s indiv id uo s de poderes e xtraordinarios, que, a u n q u e se e n c o n tr a b a n legitim ados p o r leyes, se s u p e r p o n ía n al o rd e n a m ie n to tra d i cional de la R e p ública h asta el p u n to de p o d e r destruirlo. Sila h a b ía in te n ta d o p recisam en te evitar esta situación m e d ia n te u n a se rie de disposiciones que te n d ía n ex p lícitam ente a la se p a ra c ió n de las funciones y poderes v inculad os a la actividad política e n R o m a , con el ejercicio del con su la d o , y la a d m in is tración de las provincias, fuente de ri q ueza y de p o d e r militar; tam b ién, en este p un to , la «c o nstitución silan a» y, en con secuen cia, el re fo rz a m ien to de los pod eres de la nobilitas, se vería de struida p o r la actividad de P o m p e yo, q u ie n tendía h acia la consecució n de poderes extraord in arios, de la m is m a forma que otros m iem b ro s de la nobleza, co m o el p ro p io C raso, cuyos éxitos en este caso, d u r a n te la déc a d a de los 60, pese a intentarlo, serían m e nos afortun ado s.
1. Los poderes extraordinarios de Pompeyo D os p ro b le m a s fu nda m e n ta le s, p r e sentes en la política ro m a n a de los añ os in m e d ia ta m e n te posteriores al c o n su la d o de P o m p eyo y Craso, van a facilitar la creación de m a g istra tu ras e xtraordinarias, con poderes ex cepcionales; se tra ta b a de la piratería y de la guerra co ntra M itridates del Ponto. La a n e x ió n territorial p o r parte de R o m a del M e d ite rrá n e o oriental h a bía a r r a s t r a d o , o b v i a m e n te , el d e rr u m b a m ie n to de los reinos helenísti cos; este cam bio en el contexto político im p lic a ba con se c u e n c ias en el p la n o e conóm ico; entre ellas, la m od ifica ción del m a p a com ercial, lo q u e origi nó un vacío en el control de las rutas c o m e r c ia le s , q u e c o n a n t e r i o r i d a d h a b ía n d e ten tad o los reyes h elenísti cos y que te n ían en la isla de Rodas u n o de sus c e n tro s fu n d a m e n ta le s . Este vacío favoreció el desarro llo de la piratería, que co n su actividad difi c u l t a b a e n o r m e m e n t e el a b a s t e c i m iento de trigo de la c iu d a d de R o m a y c u e stio n a b a la seg uridad del tráfico com ercial en el M editerráneo. De ah í el que R om a, d esde finales
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del siglo II y d u r a n te el c o m ie n z o del siglo I a. C., p ro ced iera a c o m b a tir la piratería con m edios y m éto d o s que n o a l c a n z a r o n su fin; la s itu a c ió n se hizo crítica en la d é c a d a s de los 60 a. C., h asta el p u n to de q ue en el 67 a. C. A. G a b in io , trib u n o de la plebe, presentó u n proyecto de ley (¡ex Gabi
nia de bello piratico), q ue establecía la elección de un m a g istra d o co n p o d e r p r o c o n s u l a r , p o r u n p la z o de tres años, sobre el m a r y las costas hasta 80 kilóm etros en el interior; este m a g istra d o d is p o n d r ía de 2 0 legiones, u n a flota de 500 naves, u n o s recursos de 600 talentos áticos y de facultades
La reoLihiica tardía: cesaríanos y pom peyanos
p a r a p o d e r n o m b r a r 24 legados de rango senatorial; en el proyecto de ley no se d a b a n in g ú n n o m b re , pero era u n secreto a voces qu e se trataba de Pompeyo. El S e n a d o se op u so con la excepción de César, que b u sc a b a el a poyo de P o m p e y o en los c om ien zo s de su c a r r e r a p o lític a ; p e ro la ley fue ap ro b a d a . P om p e y o , m e d ia n t e u n a correcta pla n ific ac ió n de la lucha, p rocedió a la d errota de los piratas en tres meses; esta celeridad, o b v iam en te, no venía c o n d ic io n a d a p o r el h e c h o de que c o n s i d e r a r a in n e c e s a r i o p r o l o n g a r d u r a n te m ás tiem p o sus p oderes ex traord in ario s; p o r el c ontrario, era la c o n t i n u i d a d de los m is m o s lo q ue p reten día, h a c ié n d o se co n c e d e r la d i rección de la guerra c o n tra M itrídates del Ponto. E n esta zo n a re in a b a la inestabili dad, h e re d a d a p re c isa m en te de la ac tividad de Sila, que h a b ía s u b o r d i n a do, e n la p a z de D a r d a n o s del 84 a. C., el a se n ta m ie n to sobre bases só lidas del p o d e r r o m a n o en O riente a la lu c h a p o r la in stau ra ció n de su p o der perso nal en R o m a; la actividad que d e sarro llaría in m e d ia ta m e n te después L. Licinio M u r e n a tan sólo fa c ilita ría la in te n s ific a c ió n de las hostilidades; la a c tu a c ió n del go ber n a d o r de Asia y Cilicia, L. Licinio L u culo, triunfal en sus inicios, va a c u l m in a r con el a m o tin a m ie n to de las pro p ia s legiones ro m a n a s, c u a n d o el general intente u n a expedición c o n tra el rey de A rm e n ia , T igranes, su e gro y aliad o de Mitrídates. E n el 6 6 a. C., el trib u n o de la plebe C. M a n ilio conseguía la a p r o b a c ió n de u n a ley m e d ian te la cual se le c o n cedía a C n e o P om p e yo la dirección de la guerra contra M itrídates, a c u m u la n d o todas las prerrogativas que h a b ía o ste ntad o m e d ia n te la lex Gabi nia y los poderes de los que g ozaba L. L icinio Luculo; el s e n a d o se op uso a esta c oncesión de pod eres extraor d inarios; sin em bargo, era significati vo de los tiem pos qu e co rría n el que
31 individu os q ue p re te n d ía n acced er a las m ás altas m agistraturas, o c u a n d o m e n o s c o n t in u a r su carrera política, c o m o C ic e ró n o César, y que necesi tab a n, en con se c u e n c ia, la influencia de P om peyo, a p o y a ra n d e c id id a m e n te el proyecto. D e esta forma, P o m p e yo lograba sus p ro p ia s pretensiones, con la oposición del Senado, pero aún d e n tro de u n fo rm a lism o político que era necesario aceptar. E ntre el 6 6 y el 64 a. C., Pompeyo, a liá n d o se con F ra a te s III, rey de los Partos, p ro cedía a la derrota y s u m i sión de M itrídates, que perecía asesi n a d o en el 63 a. C. en C rim ea. De esta forma, c o m o a p u n ta J. Vogt, p o r obra de Pom peyo, R o m a a su m ía ah o ra la h e re n c ia de los seleúcidas, a n e x io n a n d o o so m e tie n d o a su control des de el Bosforo a A rm enia, incluyendo Palestina. Tras su victoria, P om peyo procedió a re o rg a n iz ar los territorios c o n q u is tados o som etid os a la hegem on ía ro m a n a ; en alg u n a s partes de Asia M e nor, co m o G a le c ia , C a p a d o c ia y P a fia g o n ia , se c re a r o n p rin c ip a d o s a u tó n o m o s e n m a n o s de dina sta s lo cales, que reciben el título de «reyes aliado s y am igo s del p u e b lo r o m a no»; el resto del antig uo reino seleúc id a, es deci, el t e r r i t o r i o . e n tre el M e d ite rrá n e o y el Eúfrates, fue tra n s fo rm a d o en la prov in cia ro m a n a de Siria; finalm ente, la estrecha franja existente entre el desierto sirio y el mar. Palestina, fue c o n c e d id a a la d i nastía de los a sm o neos, a u n q u e las diferencias existentes entre A ristóbulo e H ircan o, hijos de A le ja n d ro J a neo, dieron lugar a la intervención de Pom peyo, q ue asedió Jerusalén. La r e o rg a n iz a c ió n a d m in istra tiv a fue c o m p le ta d a m e d ia n te la revitaliz ació n y p ote n c ia c ió n de la vida u r b a n a a través de concesio nes de esta tutos ren ov ado s a las viejas c iudades hele nística s o c o n la f u n d a c ió n de n u e v o s n ú c le o s u r b a n o s ; en c u a l q u ie r caso, era sintom á tic o del c a rá c ter que ésta a s u m ía el he c h o de que
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Akal Historia del M undo Antiguo
los n o m b re s de las nuevas c iudades (P o m p e ó p o lis, M agnó po lis, etc.) tu vieran tal im p ro n ta personal, que en realid ad p o te n c ia b a n a Pom peyo c o m o nuevo Alejandro. Sin e m barg o, esta a m p lia c ió n terri torial del m u n d o r o m a n o o de su h e g e m o n ía se h acía m e d ia n te la c o n c e ntra c ión de u n p o d e r político tan am p lio en m a n o s de un m agistrado, qu e ello sig n ific a b a el fin o el c o m ie n z o del fin, c o m o a p u n t a r a T. M o m m s e n , del gobierno aristocráti co, de los p oderes y pivilegios de esta oligarquía que configuraba la nobilitas. La p ro p ia victoria p o ten c ia b a en todas sus d im e n s io n e s esta situación que se derivaba, en el fo rm alism o le gal, de las a trib u cio n e s de la lex M a n i lia. A nte todo, en el p la n o político, p u e s t o q u e la a c t i v i d a d p o l í t i c o a d m in istra tiv a en O riente dio lugar al desarrollo en esta z o n a de u na c lie n tela propia, que se a ñ a d ía , m ultipli cá n d o la , a la que ya h a b ía c o nse gu i do en la P e n ín su la Ibérica d u r a n te la
represión del m ovim iento sertoriano. Precisam en te, esta relación del te rritorio c o n q u ista d o y o rg a n iz a d o a d m in is tra tiv a m e n te se p ro yectaba en m u ltitu d de fenóm enos; entre ellos, u n o de los m ás significativos, en ta n to en c u a n to que con trad ecía las c a r a c te rís tic a s p r o p ia s de la religión r o m a n a , e s ta b a c o n s titu i d o p o r la c o n c e sió n a Pom peyo, c o m o nuevo A le ja n d r o , de h o n o r e s d iv in o s; en M itilene u n mes llevará el n o m b re de P om peyo, y en Délos, Atenas, Filadelfia, etc., las inscripciones testim o n ia n que «el pu eblo ha co n sa g ra d o imperator a Pom peyo»; en S am os es h o n r a d o c o m o «salvador» y en gran n ú m e r o de c iudades c o m o «custodio del cielo y de la tierra». Pero, no sólo se potenció el p o d e r político bajo la form a de clientela o de h o n o re s divinos; ta m b ié n los re cursos ec o n ó m ic o s del ven c e d o r de M itr íd a te s se v ie ro n e n o r m e m e n t e desarro llad os; el h ech o no era nuevo, sin o q u e era in trín s e c o al c a rá c te r
Servicio de plata sobre una mesa. Pintura pompeyana
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La república tardia: cesarianos y pompeyanos
Retrato (entre el 60-50 a. C.). Museo Vaticano
que en el m u n d o r o m a n o revestía la a d m in is tra c ió n provincial; Craw ford h a p o d id o s e ñ a la r que el siglo I a. C. dio lugar a aquel «chiste» que in d ic a ba que u n g o b e r n a d o r de provincias del E sta d o ro m a n o d e b e ría a c u m u la r d u r a n te su gestión tres fortu nas: u n a p a ra c o m p e n s a r los gastos
que su elección h a b ía conllevado y que d a b a lugar a frecuentes procesos de e n d e u d a m ie n to ; otra, p a ra so b o r n a r al ju r a d o en el posible juicio po r la m ala a d m in istra ció n , y, u n a terce ra, para p o d e r vivir, u n a vez con c lu i das sus funciones. Tras su victoria en O riente, Pom pe-
34 yo reportó al estado 1 2 0 millones de denarios, d eriv ado s del botín y de los im p u esto s e x tra o rd in a rio s , m ie ntra s que es p ro b a b le q u e u n a su m a s u p e rior fuera d istrib u id a a su ejército; fi na lm ente, el p ro p io P om pe y o o b te n dría u n o s beneficios évaluables en 40 ó 50 m illo nes de den arios; p rec isa mente, esta fo rtun a p o d ía ser u tiliza da en la a m p lia c ió n de las p ro pias clientelas y en el a p oy o a los m ie m bros de su factio en su lucha p o r el control de las m agistraturas.
2. La política romana en la década de los 60: las ambiciones de Craso Las a m b ic io n e s de P om pey o n o c o n s tituían un fe n ó m e n o excepcional en estos a ñ o s de la déc ad a de los 60 a. C., en los que se revitaliza la actividad de los trib u n o s de la plebe y en los que C é sa r inicia su carrera política. Por el c o n tra rio , se tr a ta b a de u n tipo de c o n d u c ta b a s ta n te exten dida entre los m ie m b r o s de las nobilitas', S a lustio (Yug., 41,5) veía la situación en los si guientes térm inos: «E n efecto, la n o bleza co m enzó a forzar hasta los lím i tes de lo s o p o rta b le su d e re c h o a la dignitas, y el p u e b lo su derecho a la li bertas; c ada u n o trata b a de co brarlo todo o a rre b a tarlo p a ra sí mismo. Y así, todo caía hacia u n a u otra parte y la res publica, que era el elem ento de la discordia, q u e d ó d estrozad a». Para o b te n e r dignitas y su m a te r ia lización, la elección p ara las m ás a l tas m ag istraturas del E stado o la o b ten ción de p o d e re s e x tra o rd in a rio s, se utilizaron los m ás diversos p ro c e dim ientos, q ue ib a n desde la v io le n cia h a sta proyectos de ley que p r o p i c ia b a n la creación de m agistratu ras con poderes y fun cion es especiales. U n o de los casos en los que p o se e mos u n a in fo rm a ció n m a y o r y d ire c ta, p o r los escritos de C ite r ó n , y S a lustio, y en los q u e se utiliza o se proyecta utilizar la violencia p a r a a c
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ced er a las m á s altas m ag istraturas del E sta d o está c o n stitu id o p o r las c o n ju ra c io n e s de C atilina, que tanto en el 6 6 c o m o en el 63 a. C. se p r o p o nía, a n te la d e r r o ta su frid a en las e le c c io n es, a s e s i n a r a los c ó n s u le s electos; el p ro p io Cicerón, cónsul en el 63 a. C., nos ha de ja d o descrito, en p a la b r a s del p ro p io C atilina, el c o n texto histórico en el que se e n m a r c a ba la u tilización de la violencia, que prog re siv a m e n te tendía a convertirse en usual d en tro del sistema: «Dijo, e n to n c e s, C a tilin a que h a b ía dos c uerp os políticos, u n o débil y con c a beza e n c le n q u e sobre los h o m b ro s; el otro fuerte y sin cabeza; pero, m ie n tras él se h a lla ra co n vida, se c o n v e r tiría en la ca b ez a» (Pro M urena, 51). E n la ú ltim a de las c o n ju ra cio n e s de C atilin a, la del 63 a. C., se h a b ía n pro ye c ta d o rebeliones sim u ltá n e a s en varias z o n a s de Italia, y, en especial, en Etruria, d o n d e u n o de los c o n ju r a dos, M a n lio, c o n ta b a con nu m e ro sos partid arios; desde esta zona, la rebe lión, a lim e n ta d a p o r p ro p u e sta s de c o n d o n a c io n e s de d e u d a s y d istrib u ción de tierras, debía extenderse h a s ta llegar a R om a , d o n d e el asesinato de Cicerón marcaría la toma de poder. El com plot, falto de organ ización , fue descub ierto y el pro pio C icerón obtuv o del S en a d o la p ro c la m a c ió n del senatus consultum ultim um ; en la co n sec u e n te represión, C atilin a m o ría c o m b a tie n d o en Pistoia. O tros nobles, en cam b io , in te n ta ron a lc a n z a r poderes extraordinarios en el períod o en que Pom peyo c o m batía c o n tra los piratas o contra M i trídates, p o r p ro c e d im ie n to s legales. Tal ocurría con M. Licinio C ra so en el 6 6 a. C., a ñ o en el que ejerció la c e n s u r a , c u a n d o i n te n t ó q u e se le c o n c e d ie ra n poderes extraord in ario s p a ra la con versió n de Egipto en p r o vincia ro m a n a , a p r o v e c h a n d o la si tua c ió n de crisis existente d u ra n te el re in a d o de P tolom eo Auletes, hijo ile gítim o y no re c on oc ido p o r R om a; con po sterioridad, en el 63 a. C., tanto
La república tardía: cesarianos y pompeyanos
M. Licinio C ra so c o m o C ésar in ten taron c onseguirlo m e d ia n te la a p r o ba c ió n de u n proyecto de ley agraria {rogatio R u lla ), p re se n ta d o p o r el tri b u n o de la p lebe P. Servilio Rulo; esta ley preveía la distribu ción de tie rras, tanto a p a rtir de ager publicus c o m o de la c o m p ra p o r parte del E s ta d o de las p a rc e la s n ecesarias; lo tra sc e nde n te del proyecto no era ta n to el objetivo, d istrib uc ión de tierras, c o m o los m edios q u e se utilizarían p a ra p o n e rlo en práctica, ya que p re veía la creación de u n a com isión de diez m iem bros, elegidos po r el p u e blo p o r cinco años, qu e te n d rían un p o d e r pretorial ilim itado e irresp o n sable, tanto en lo tocante a fondos p ú blicos c o m o a ju risd icció n; es decir, u n o s p o d e r e s su p e r io r e s a los que Pom peyo o ste n ta b a en virtud de la lex Gabinia y de la lex Manilia. En am b o s casos, la oposición senatorial evitaría que C é sa r y C ra s o c o nsiguie ran sus objetivos.
3. El «primer triunvirato» Estas victorias de los optimates, de la nobleza y de sus prin c ip ale s p orta v o ces en estos m om e n to s. Cicerón, un h o m o novus, p r o c e d e n t e d e l ordo ecuestre, que recientem ente h a b ía ac c edido al S enado, y de M. Porcio C a tón, biznieto de C a tó n el censor y li g a d o a las p o te n te s fa m ilia s n o b i liarias de los Servilio y de los D o m i tio, eran m e ra m e n te coy un tu rales y efímeras. E n los añ os 62-60 a. C., un cú m u lo de circ u n sta n cias daría lugar a u na su m a de fuerzas políticas contra las que la nobilitas n a d a tenía que hacer; en efecto, a fines del 62 a. C., P o m p e yo. v e n c e d o r de M itrídates, d e s e m b a rc a b a en Brindisi; cabía esp erar la repetición del golpe de estado de Sila; sin em b a rg o, Pom p e y o licenció sus tropas, c o n s id e ra n d o q u e sin el apoyo m ilitar p o d ía m a n te n e r su posición privilegiada, respetuosa pero p o r e n cim a del o r d e n a m ie n to político de la
35 R epúb lica; los h e ch o s le d e m o s tra rían lo contrario. D e form a in m e d ia ta , Pom peyo p re tend ía ser elegido cónsul p a ra evitar de esta form a p a s a r a ser un simple privado, al m arg en de las prerrogati vas del poder; pero, adem ás, necesita b a a s i m i s m o la c o n f i r m a c i ó n p o r parte del S e n a d o de todas las m e d i das p olíticas y a d m in istra tiv a s que h a b ía a d o p ta d o en O riente y la distri b u c ió n de tierras a sus veteranos; to das sus p re te n sio n e s fra ca sa ro n en los a ñ o s 62, 61 y 60 a. C., ante la o p o sición de la nobilitas, e n c a b e z a d a por M. Porcio C atón. La explicación de este fracaso se e n c u e n tra en el hecho de que la in fluencia de P om p ey o e n tre las distintas factiones de la nobilitas no h a b ía h e c h o g ra n d e s progresos, p ese a su s m a t r i m o n i o s p o lític o s; P om peyo in tentó corregir esta situa ción y procedió a divorciarse de M u cia, de la familia de los Metelo, para establecer lazos familiares con el p o r tavoz de la nobilitas, M. Porcio C atón, a través del m a trim o n io con su her m a n a ; el in tento fracasó y fue utiliza do p o r el p ro p io C a tó n p a ra ac u sar a P om peyo de intento de soborno. Todo fue en vano; el Senado, e n ca b e z ad o , asim ism o, p o r L. Licinio Luculo, que h a b ía antecedido a P o m peyo en la dirección de la guerra c o n tra M itrídates, proced ió a e x a m in a r c a d a u n a de las m ed id as to m a d a s p o r Pom peyo en Oriente, en u n claro ges to de o po sición a las pretensiones de éste último. En el veran o del 60 a. C. C ésar re gresó a R o m a p a ra presen tarse a las elecciones a cónsul, tras su propretura en la p rovincia H is p a n ia Ulterior, d o n d e h a b ía o b te n id o i m p o r ta n te s éxitos militares frente a lusitanos y galaicos, que le d a b a n el derecho al triunfo y que le h a b ía n perm itido sal d a r las d e u d a s que h a b ía d ejad o en Roma. La c o y u n tu r a se ofrecía pro p ic ia p a ra llegar a u n acuerdo, al que ta m bién se uniría M. Licinio Craso; los
36 intereses de C é s a r se cifra b a n en la obtención del c o n su lad o ; los de P o m peyo en la a p r o b a c ió n de las m edidas to m a d a s p o r él en O riente y en la concesión de tierras p a r a los vetera nos; m ás con fuso s resultan los objeti vos de C raso, que, tal vez, h aya que buscarlos en la reducción, a través de un a ley, de los m o n ta n te s globales fi jad o s para la re c a u d a ció n de im p u e s tos en Asia. F i r m a d o el pacto, fue sellado entre C é s a r y P o m peyo m e diante el estab lecim iento de lazos fa miliares; P om peyo to m a b a co m o es posa a Julia, hija de César. Este acu e rd o entre César, Pom peyo y C raso ha sido d e n o m in a d o p o r los historiadores m odernos «prim er triun virato», té rm in o qu e h a hecho fortu na, pese a las diferencias p a lp a b le s que existen entre este acuerdo, sella do con u n sim ple ju r a m e n to , y el «se gu nd o triunvirato», que poseyó u n a fo rm alización legal. E n realidad, se trataba de u n a a lia n z a , que nuestras fuentes d e n o m i n a n co n diversos tér minos, puesto que Tito Livio la c o n o ce com o conspiratio, Veleyo Patérculo como potentiae societates y D ió n Casio como filia; entre los elem entos de la m ism a h a y q u e h a c e r m e n c i ó n al c om p ro m iso a d o p ta d o p o r los tres i n tegrantes de no e m p r e n d e r acción a l guna que p erju dicase a las restantes. Los peligros que el acu erd o a rr a s traba p ara los optim ates e ra n ev id e n tes; todos los recursos se m ovilizaron; la corrup ción y la c o m p ra de votos llegaron h asta sus cotas m ás altas; el propio M. Porcio C a tó n justificaba en este caso tal m o d o de proceder, a f i r m a n d o q u e en esta o c a s ió n se practicaba el s o b o rn o p a ra el bien de la República (Suetonio. Cesar, 9,1). C ésar fue elegido cónsul, pero j u n to a él. Bíbulo. c a s a d o con u n a hija d e M. Porcio C a tó n y d efen so r a u ltr a n za de los intereses de la nobilitas. La actividad de C é sa r d u ra n te el ejerci cio de su c o nsulad o, en d 59 a.C., es taría a la altura de las expectativas que h a b ía n existido d u ra n te las elec
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ciones; en realidad, c om o afirm a Gelzer, el c o n s u la d o de C ésar constituye u n p u n to n o d a l en la evolución de la R e p ú b lic a R o m a n a ; a p o y á n d o se en la a s a m b le a p o pu lar, C ésar p u d o h a cer a p r o b a r todos los c o m p ro m iso s que h a b ía n estado en la base del «pri m er triunvirato». A nte todo se hizo frente al p ro b le ma de las d istribuciones de tierras a los veteranos de Pompeyo; m ediante, p r o b a b l e m e n t e , dos leyes a g ra ria s, q u e a m p l i a b a n s u c e s i v a m e n t e el m a rc o de a plicación, se dispo nía que todo el ager publicus d ispo nible debía ser rep artid o, in clu id o el de la fér til C a m p a n i a ; pero, adem ás, se debía c o n s e g u ir m e d ia n te c o m p ra , a p a r tir de los ingresos p o r botín de guerra, p o r im p uesto s de O riente y en otras provincias, las tierras suficientes; asi m ism o, las disposiciones de Pom peyo en O rie n te fueron c o n firm a d a s m e d ia n te ley y se redujo, m e d ia n te otra, en u n tercio los m o n ta n te s que d e b í a n p a g a r los c o n c e s io n a rio s , p u blicanos, de im pu estos de la p ro v in cia de Asia. Inútiles fueron todos los intentos de la nobilitas p a ra o b s ta c u liz a r la ac tividad de César; ta n to la obnuntiatio (observación del cielo p a ra im p e d ir la celeb ració n de a sa m b le as) c om o el veto e, incluso, el in tento de p ro c la m a r el estado de excepción, se m o s tra ro n ino peran tes. A nte ello, Bíbulo y C ic e ró n o p ta r o n p o r retirarse el res to del a ñ o a sus casas p a ra s u b ra y a r de esta form a su im potencia. El p ro p io Sueto nio (Cesar. 20, 4), a ño s m ás tarde, se hacía eco de esta o m n i p o t e n c i a de C é s a r c o n el s i g u i e n t e c o m e n t a r i o : «A p a r t i r de aquel m o m e n to (retirada de Bíbulo), a d m in istró solo y a su arbitrio todos los a su n to s del Estado, h asta el p u n to de que algunos graciosos, c u a n d o en b r o m a f i r m a b a n a lg ú n d o c u m e n to p a ra autorizarlo, no escribían « lib ra do d u ra n te el c o n s u la d o de C é sa r y Bíbulo», sino « d u r a n te el c o n s u la d o de Julio y César», c ita n d o dos veces
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La república tardía: cesarianos y pompeyanos
al m ism o cónsul, p o r el n o m b re g en tilicio y el s o b re n o m b re» . Si C é s a r qu ería salvag uard arse de los peligros que le a m e n a z a b a n tras su c o n su la d o , d ebía hacerse co nceder un p o d e r p r o c o n s u la r que le pusiera al abrigo de los a ta q u e s de la nobili tas; m e d ia n te un plebiscito, propuesto
p o r el trib u n o de la plebe Vatinio (lex Vatinia de provinciis Caesaris), se hizo c o n c e d e r la prov in cia de la G a lia C i sa lp in a y del Ilírico p o r cinco años, j u n t o c o n tres le g io n e s; el p r o p io P o m p e y o c o n t r i b u i r í a a fo rta le c e r los poderes c on c e didos a C é sa r p o r la lex Vatinia, h a c ie n d o a p r o b a r p o r el
El César de Túsculo (año 44 a. C.)
38 S e n a d o la c on c e sión de otra p ro v in cia, la G a lia N a r b o n e n s e , y u n a c u a r ta legión.
4. La conquista de la Galia P recisam en te, la c o n q u ista de la G a lia p o r C é s a r revela c la r a m e n te la e s tre c h a re la c ió n existente en tre la evolución de la «política exterior» ro m a n a y el d e s e n c a d e n a m ie n to de la crisis final de la República. La presencia r o m a n a en esta z o n a se h a b ía solidificado en el 121 a. C., al procederse a c re a r la prov in cia N a r b o n e n s e . D e s d e este m o m e n to , los pilares fundam entales del poder ro m a no en este te rrito rio e s ta b a n c o n s tituidos p o r la an tig u a co lo nia fócen se de Massalia, a lia d a con a n te rio ri d a d de R om a, y p o r la colonia, cread a en estos m o m e n to s, de Narbo Martius. la a lia n z a c on los eduos, pu e b lo que o ste n ta b a e ntonces u n a d e te rm in a d a h e g e m o n ía en la G a lia , c o n so lid a b a a ú n m á s las posiciones ro m anas. Esta situación se modifica en la d é c a d a de los 60 a. C., c o m o c o n se c u e n cia de la presió n de los g e rm a n o s del otro la d o del R h in , que c o m a n d a d o s p o r Ariovisto logran asentarse en Alsacia; la acción de Ariovisto a rr a s tra rá, co m o fen ó m e n o s co nc o m ita nte s, la p é rd id a de p o d e r de los eduos en favor de los secuarios y la em ig ració n que los helvetios, p re s io n a d o s p o r los g erm ano s, e m p r e n d e n desde su lugar de origen h asta la costa atlántica de la G alia. Estos c a m b io s en la situ a c ió n geo política de la G a lia p u e d e n ser c o n si derados com o pretextos del desencade n a m ie n to del conflicto, en el contexto de la co n c e p ció n r o m a n a del bellum iuxtum , c o m o acción qu e se e m p r e n de en defensa p ro p ia o de los aliados; sin em bargo, c o m o a p u n ta L. Perelli, la auténtica causa d ebe b u sc a rse t a n to en la necesidad q ue C é s a r tenía de p ro c u ra rse u n p o d e r perso n a l p a r a n g o n ab le con el de P om peyo, c o m o en los beneficios que, en m a te ria s p ri
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m as, p ro d u c to s agrícolas y h o m b re s p o d ía re p o rta r la zona, y que d a rá n lugar en los a ñ o s in m ed iatos al d e s a rrollo de u n a im p o rta n te actividad de los negotiatores, prsentes ya desde los prim e ro s a ñ o s de la conquista. D e h e cho, el p ro p io C icerón a n o ta que la e xp ed ición q ue C é sa r em p re n d e en el 55 y e n el 54 a. C. a Britania era inútil, p o r q u e n o re p o rta b a ni plata ni escla vos de valor, ob viam ente, el h e ch o se p o n ía en co nstraste con el contexto opu e sto q ue p o d ía observarse en la G alia. L as o p e ra c io n e s militares se c e n tra r á n en los a ñ o s 58 y 57 a. C. en e n fre n ta m ie n to s y victorias aisladas so bre los helvetios en Bibracte, sobre Ariovisto en Belfort y sobre los belgas en M auberge, con las inevitables c o n secuencias de qu e los helvetios h u b ie ron de a b a n d o n a r sus proyectos e m i gratorios y los g e rm a n o s tuvieron que p a s a r de nuevo el Rhin. La fuerte ex p lo ta c ió n a la qu e se som ete el territo rio d a rá lugar en el 56 a. C. a u n a su b le v a c ió n g e n e r a li z a d a , q u e C é s a r logra controlar. Las actividades m ili tares de los años 55 y 54 a. C. se c e n tran en las dos expediciones a Brita nia y en la c a m p a ñ a co n tra Ariovisto, q ue resultó estéril. F in a lm e n te, en el 52-53 a.C.. se p ro d u c e la g ran su b le v ació n gene ralizad a , c o m a n d a d a por Vercingétorix, cuya derrota en Alesia m a rc a la co m p le ta sum isión. La c o n q u ista de la G a lia a p o rta rá a C é s a r riquezas, en c on cep to de botín, a n á lo g a s a las que P om peyo h a b ía conseguido en sus c am pañas en O rien te; parte de los beneficios sirvieron p a ra solidificar la v in cu la c ión a su p e rso n a de los so ld a d o s que c o m p o n ía n sus legiones, pu esto que c ada u n o de ellos, al final de las o p e ra c io nes militares, recibió co m o c o m p e n sació n 2 0 . 0 0 0 sestercios; ta m b ié n a u m en tó el peso político de C é sa r en R o m a c o m o conse c ue n cia de que d e te rm in a d o s m a g istra d os fueron c o m p ra d o s con los beneficios de la c o n quista; de este m od o , s ab e m o s q ue el
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La república tardía: cesaríanos y pompeyanos
Templo de Hércules Víctor (hacia el 50 a. C.). Reconstrucción. Tíbur, Tívoli
trib u n o de la plebe, C u rió n , recibió u n a c a n tid a d que según las fuentes oscilaría entre 1 0 y 60 m illones, y el cónsul L. E m ilio Paulo, 36 m illones de sestercios. Pero ta m b ié n la c o n q u ista b en efi ciaría a otros sectores; el botín que C é sa r apo rtó fue e v a lu a d o en 800 m i llones de sestercios, al m arg e n de las c o ro n a s de oro; y la afluencia de m e tales preciosos de la G a lia hacia Ita lia provocó, según Suetonio, u n a ele vación de los precios del 30 p o r 100 c om o con se c u e n c ia del d esequilibrio que p ro d u je r o n e n la relación oroplata; los p ro pios tributos que se im p u sie ro n , 40 m illones de sestercios, e ra n significativos, pese a que las d e s
tru c c io n e s (800 p u e b lo s fu e ro n s a q u e a d o s y u n m illó n de p e rso n a s es clavizadas, según Plu tarco) im p o n ía n u n límite a los mismos. G alia tam bién arrastraba im po rtan tes c onsecuencias; ante todo, d a b a lu gar a que el E stado ro m a n o , que con a n t e r i o r i d a d te n ía u n a p r o y e c c ió n prioritaria h a c ia Oriente, se p o te n cia ra en la otra parte del M editerrán eo hasta alcanzarse un determ inado equi librio entre O riente y Occidente; pero, al m is m o tiem po, se producía, com o a p u n ta J. Vogt. u n a conse c ue nc ia de u n a relevancia histórica, si cabe, aún m ayor; u n a p arte de E u ro p a central, in m e rsa e n la civilización de La Teñe, b a s c u la b a h a c ia el M e d ite r r á n e o y
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Bajorrelieve funerario (siglo I a.C.) S. Guglielmo al Goleto
h acia el m u n d o g re c o rro m a n o , que h ab ía p en e tra d o con an te rio rid a d sólo en las z o n a s m á s c e rc a n a s al Mare Nostrum.
5. La agudización de la crisis Los a ñ o s c o m p r e n d id o s entre la m a r cha de C ésa r a la G alia, en el 58 a. C., y el nuevo a c u e rd o entre los triu n v i ros, en el 56 a. C., están d o m in a d o s p o r u n a ra d ic a liz a c ió n de la lucha política en R om a, es decir, del e n fre n tam ien to entre optim ates y populares. El 58 a. C. sería, p o r excelencia, el a ñ o del tr ib u n a d o de C lodio, que, or g a n iz a n d o a la plebe a través de la re v ita liz a tio n de los collegia y a tra y é n d o s e a la p le b e u r b a n a m e d i a n t e distribuciones de trigo, a c e n tu ó la lu c ha co n tra la nobilitas. Diversos proyectos fueron a p r o b a dos p o r in iciativa suya; e n tre ellos h ay qu e a lu d ir a la ley q u e im p e d ía
q u e el S e n a d o p u d ie r a in te r r u m p ir las libertades c iu d a d a n a s m e dia nte la p r o c la m a c ió n del senatus consultum ultim um , y u n a nueva ley de a p e la ció n q u e e s tip u la b a la c o n d e n a de todo aqu el q ue fuera cu lp able directa o in d ire c ta m e n te de la m uerte de un c iu d a d a n o sin ju icio previo. Esta últi m a ley co nstitu ía u n a clara respuesta a la actividad q ue C iceró n h a b ía des p le g a d o en el 63 a. C. co n tra la seg u n da c o n ju ra c ió n de Catilina. Las c o n secu encias prácticas de la ley fueron el exilio de Cicerón, la destrucción de su casa y la in c a u ta c ió n de sus bie nes; el otro p orta v o z de la nobilitas, M. Po rcio C a tó n , ta m b ié n se vería a f e c ta d o p o r la r a d i c a l i z a c i ó n del conflicto, teniendo que a b a n d o n a r Ro ma, con el pretexto de que debía p r o ceder a la organización de una nueva provincia, Chipre, creada para este fin. La actividad de C lod io llegó a a m e n a z a r en su ra dic a lism o las posicio nes de P o m p eyo y de César; deb id o a ello, el p rim ero, q ue tem ía p o r su vida hasta el p u n to de tener que retirarse a su casa, p ro ce d ió a u n ace rcam ie n to a la nobilitas, a lia n z a a la que siem pre estuvo dispuesto. Las co nsecuencias in m e d ia ta s de la nueva correlació n de fuerzas fue el regreso triunfal de C ic e ró n de su exilio y la co ncesión a Pom p e y o de nuevos poderes ex trao r dinarios; esta vez bajo la form a de u n p o d e r p r o c o n s u l a r p o r c in c o a ñ o s p a ra el a b a ste c im ie n to de trigo de la c iu d a d de R om a. La a p r o x im a c ió n de P o m peyo a la nobilitas p r o d u jo u n d e b ilita m ie n to de las relaciones con César, que h a b r ía p o d i d o c o n d u c i r al e n f r e n t a m ie n to militar; la situación se soslayó m e d ia n te nuevos acuerdos, firm ados en Lucca, a d o n d e c o nc urrie ron , en la p rim a v e ra del 56 a. C., César, P o m p e yo y C raso, ju n to c o n sus partidarios, entre los cuales m á s de 2 0 0 se n a d o res; los a cuerdo s a los que llegaron perfilaron la evolución política y la d istrib u c ió n de p o deres en los años siguientes.
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Pom p e y o y C ra so a s u m iría n en el 55 a. C. el c o n su la d o , y u g u la n d o de esta form a las prete nsion es de D o m i tio , a c é rrim o enem igo de César; d u ra n te el e jercicio de su c o n s u la d o . C ra s o y Pom p e y o d e b ía n o bte n e r u n p o d e r p r o c o n s u l a r s o b r e las p r o vincias de H is p a n ia y de Siria; César, p o r su parte, co nsegu ía la c o n tin u i d a d de sus p o deres p roc o n su la re s p o r cinco a ñ o s m ás y la «legalización» de las c u a tro legiones, qu e rec ie nte m en te h a b ía reclu tad o en la G alia, Elegidos c ónsules P om pey o y C r a so, no sin « pro c e d im ie n to s especia les», d ie ro n c a rá cter de ley a todos los acuerd os suscritos en Lucca; a c o n ti n uación , C ra so m a r c h ó a Siria, d o n de le e sp e ra b a el e n fre n ta m ien to con el r é g i m e n p á r t i c o . m i e n t r a s q u e
P om p ey o p e rm a n e c e en R o m a, diri g iend o las prov in cias h isp a n a s m e d ia n te sus legados. Sin e m b argo , el acu e rd o a lc a n z a d o n o e s ta b a d e s t i n a d o a d u r a r p a r a siem pre, ya que, c o m o a p u n ta F. de M a rtin o , constituía u n episodio de la lu c h a p o r el p o d e r p e rso n a l y no u n a so lu c ió n definitiva a los p ro b le m a s de la R epúb lica; la lucha c o n tin u a rá co n el em p leo de a rm a s legales p ara d e sa c re d itar al contrario. E n este m a rc o varios hechos en los a ñ o s in m e d ia ta m e n te posteriores al acu e rd o de Lucca irían d e sb ro z a n d o el c a m in o h a c ia la guerra civil. Ante todo, la m uerte de M. Licinio C raso en el 53 a. C., d e rro ta d o en C a r r h a e p o r los partos, h e c h o que pon ía fin al « p rim e r triunvirato» y qu e p o te n c ia
Cayo Julio César. Denario (entre 58-44 a.C.)
42 ba el d istanciam iento entre C é sa r y Pompeyo, cuyas relaciones familiares se h a b ía n visto rotas a con secuen cia de la muerte de Julia y de la no a c e p tación po r parte de Pom peyo de u n nuevo m a tr in o n io c on O ctavia, s o brina-nieta de César. A ello se s u m a ba la a g u d iz a c ió n de la crisis que sufre la vida política r o m a n a a partir de las elecciones del 54 a. C. y que se prolon gará d u ra n te el 53 a. C. La co rrupción electoral a lc a n z ó sus cotas más altas en las elecciones al c o n s u lado del 54 a. C., c u a n d o los cuatro candidatos fueron a cusados de a m b i tu (corrupción), no p u d ié n d o se elegir magistrados hasta ju lio del 53 a. C., c u a n d o ya se ace rc ab a n las eleccio nes p ara el a ñ o siguiente. La acentuación de la utilización de la violencia en la lucha política venía a pro fund izar aún m ás la crisis; opti mates y populares se ro d e a b a n de a u ténticas b a n d a s a rm a d a s, cuyas acti vidades van a d e se m b o c a r en asesi natos, como el de C lodio po r el opti mate Milón en la vía Apia. Ante la inexistencia de m agistratu ras, el Senado procedió a d e cla rar el estado de excepción y n o m b ró , con la aprobación incluso de C atón , a P o m peyo como consul sine collega. D e esta forma, la nobilitas, p a ra salvar en la m edida de lo posible su o r d e n a m ie n to político, tenía que re c u rrir a un tipo de m agistraturas que no e staban contem pladas en la c o nstitución de la República R om a na ; el propio Cice rón, reflexionando en estos críticos años sobre el o rd e n a m ie n to político romano, se veía obligado a ac e p ta r el papel de guía, de u n p rim e r c iu d a d a no, que por su especial dignitas per mitiera un equilibrio a rm ó n ic o en la vida de la República. El acercam iento de Pom peyo a los optimates a rrastró el d e b ilita m ie n to de las relaciones con César; es cierto que este últim o aceptó el n o m b r a miento de Pom peyo co m o m ag istra do e x tr a o r d i n a r io , p e r o a c a m b i o de que éste presentara u n a ley que
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le es en en
p e rm itie ra p resentarse in absentia, decir, sin te n e r que estar presente la c iu d a d de R om a, al c o n su la d o el 49 a. C. Sin em bargo , la actividad legislati va q u e P o m p e y o desarrolla d u ra n te su c o n s u l a d o sin colega a b r irá tal a b is m o entre a m b o s que d e s e m b o c a rá en la guerra civil; m e d ia n te deter m in a d a s leyes, P om pey o procedió a c o m b a tir la c o rru p c ió n y la violencia; pero sus m e d id a s m ás tra sc e n d e n ta les a fe c ta b a n a la regulación del acce so a la a d m in is tra c ió n provincial, que sólo p o d ía ejercerse p a s a d o un p erío do de cinco a ñ o s del d e se m p e ñ o de u n a m a g istra tu ra en R om a, y al p ro c e d im ie n to electoral, c o n la o blig ato riedad p a r a todo c a n d id a to de estar p re se n te físicam en te en R om a. O b v i a m e n t e , e s ta s d o s d i s p o s i c i o n e s a fe c tab an d ire c ta m e n te a la legitimi d a d legal de los p o deres de C é sa r y a su c o n t in u id a d m e d ia n te u n nuevo c on sulado . Los a c o n te c im ie n to s se p re c ip ita ron d u r a n te los a ñ o s 51 y 50 a. C. en un c lím ax de au téntica guerra civil, en el q ue los optimates in te n ta ro n b á sicam en te c onse g uir la deposició n de los p oderes de César; de esta forma, en el 51 a .C . el c ónsul M. M arcelo p ro p u so la derog ació n de los poderes de C é s a r y la explícita p ro h ib ic ió n de qu e se pu d ie ra p re s e n ta r in absentia; la p ro p u e sta no fue a p r o b a d a porq ue el otro có nsu l in te rp u so su veto. En el 50 a. C., C é sa r logra atraerse, m e d ia n te im p o rta n te s c o m p e n sa c io n e s eco nó m ic a s, a u n o de los cónsules, L. E m ilio Paulo, y a u n o de los trib un os de la plebe, C. E scibo nio C u rió n ; sin e m b arg o, la actividad de los aliados de C ésar, e sp e c ia lm e n te de C u rión , que p r o p u s o q ue C é sa r y Pom peyo d e p u sie ra n sim u ltá n e a m e n te sus p o deres, o de los nuevos trib u n o s de la plebe, que e n tra ro n en funciones el 10 de diciem bre del 50 a. C., y que p re s io n a ro n m e d ia n te la agitación de la plebe en co n tra del Senado, resultó ineficaz.
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IV. Las guerras civiles
El 7 de enero del 49 a. C. el S enado d e c la r a b a el senatus consultum ulti m u m y otorgaba a Po m pey o poderes ex tra o rd in ario s p a ra d e fe n d e r el E s tado; el 10 de enero del 49 a. C., C é sar, con u n ejército p e rfe rc ta m e n te ad ie stra d o y a p e la n d o a que los trib u nos de la plebe, M. A n to n io y Q. C a sio L ongino, h a b ía n tenido que a b a n d o n a r R o m a an te la violencia de los optimates, c ru z a b a el R ub icó n, un ria ch u e lo q ue p o n ía límite a la G a lia C isalpina. C o n ello se in iciaba la últim a etapa de la R ep úb lica R o m a n a , d o m in a d a p o r sucesivas guerras civiles, que tan sólo te r m in a rá n en septiem bre del 31 a. C. con la victoria de O ctavio sobre M arco A ntonio. Este p e río d o de d ie cinueve a ñ o s constituye u no de los m á s s a n g r i e n t o s de la h is to ria de R o m a , c o m o se p o n e de m anifiesto en el he c h o de q ue en el m ism o se d e s e n c a d e n a ra n no m e n o s de seis gu e rras civiles; c o m o h echos dignos de reseñar, h a y qu e d e sta c a r la im p o tencia del Senad o, bajo la dirección de Cicerón, p a ra s a lv a g u a rd a r el o r d e n a m ie n to de la R ep ública; en reali dad, la institución f u n d a m e n ta l de la República, el S enado, p r e p a r a su p r o pia ruina, entre g án d o se a aquel diri gente, a aquel « d in a s ta militar», que c o n sid e ra ra c o y u n tu ra lm e n te m enos peligrosos; el desenlace, por otra parte, de las guerras civiles a c a rrea rá i m
p o r t a n t e s p r o s c r i p c i o n e s e n tre los vencidos, que p ro p ic ia rá n u n a signi ficativa reno vación de la nobilitas.
1. La guerra civil César-Pompeyo La p rim e ra de estas guerras civiles, la que enfre ntará a c esarian os y p o m p e yanos, será ta m b ié n la de m ás larga du rac ió n , pues se extiende desde el 1 0 de enero del 49 hasta el 17 de m a rz o del 45 a. C., c u a n d o C é s a r logre de r r o t a r a los ú l t i m o s c o n t i n g e n t e s pom pey an os en la batalla de M unda. El d e s e n c a d e n a m ie n to del conflic to venía d e te r m in a d o p o r la o p o si ción de los optimates a las aspiraciones de C é s a r de o b t n e r u n a c o n t i n u i d a d en el ejercicio del p od e r, m e d ian te el d e s e m p e ñ o del c o n su la d o d u r a n te el 49 a. C. , y p o r la finaliza ción de los p od eres ex traord in ario s que h a b ía o ste n ta d o en la G a lia en virtud de la ley Vatinia, prorrogada p o r las d isposiciones to m a d a s a tal efecto p o r Pom peyo y Licinio C raso d u ra n te su c o n su la d o en el 55 a. C.; deb id o a estas dos cuestiones se ha suscitado en la historiografía m o d e r na toda u n a serie de hipótesis que in tentan explicar el desarrollo del c o n flicto b a s á n d o s e en p ro b le m a s de o r den jurídico, relacionados con la fecha de finalización de los poderes de C é
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Bajorrelieve con representación de procesión funeraria, hallado en Amiternum, Museo Nacional de Abruzzo
sa r en la G alia; tres hipótesis, que se b a sa n en fuentes co ntrad icto rias, in ten ta n fijar el fin de las prerrogativas de C é s a r en el 1 de m a rz o del 50, el 31 de diciem b re del 49 ó el 1 de m arzo del 49, c o m o sugieren E. M eyer y G. G iannelli. Sin em b arg o, p o r d e b a jo del p ro blem a ju ríd ic o existen c o n d ic i o n a n tes de c arácter histórico, que, com o a p u n ta F. de M artino, deben buscarse en la situ ación de la clase dirigente r o m a n a en estos m o m e n to s; en efec to, la nobilitas se e n c o n tr a b a p ro f u n d a m e n te d iv id id a y era in c a p a z de asegurar el go bierno del Estado, al no c o n tro la r los resortes fu n d a m e n ta le s del poder, esp e c ia lm e n te los c o n tin gentes legionarios; de ah í que, com o a f ir m a C i c e r ó n , i n t e n t e a d a p t a r s e a las circu nstan cias, e n tre g á n d o se a P o m p e y o , qu e , p ese a q u e a s p i r a ra a u n p o d e r p e r s o n a l , r e s u lta b a m e n o s p e lig ro so p a r a el m a n t e n i m iento de sus privilegios que César, que estaba ligado a los populares. Las estrategias m ilitares que se p u sieron en práctica tras el p aso del R u bicon diferían o stensiblem ente. La de C é sa r se b a s a b a en la invasión de Ita lia, ben eficiánd ose del faótor sorpesa; en c a m b io , P o m p e y o se re tir a rá a O riente, d o n d e p o d ía d ispon er, d a d a i
su influencia en la zona, de recursos ec o n ó m ic o s y h u m a n o s ingentes, al m is m o tie m p o q u e sus leg a d o s en H is p a n ia p o d ía n a ta c a r a C é sa r por la retaguardia. A nte la a m e n a z a que s u p o n ía para ellos el golpe de m a n o de César, los cónsules y u n a g ran parte del S en ad o a b a n d o n a r o n la c iu d a d y m a r c h a r o n hacia A pulia, d o n d e Pom peyo reclutó un ejercito que desde Brindisi p asó a G recia, sin que César, pese a in te n ta r lo, lograra evitarlo. En abril del 49 a. C., C é sa r se a d u e ñ ó de R om a, a p o d e rá n d o se del erario público. A c o n ti n u a c ió n se dirigió a H isp a n ia , d o n d e los legados de Pom peyo, Afranio, Petreyo y Varrón d is p o n ía n de c o n tin gentes militares im po rtan tes, siete le giones; en el c a m in o hacia H is p a n ia p u so sitio a la c iu d a d de M assalia, filo p o m p e y a n a . Las op e ra c ion es m ili tares en H is p a n ia se d e s a r ro lla r o n con celeridad; A fra n io y Petreyo fue r o n d e r r o ta d o s en Ilerda, m ie n tra s que Varrón se ren día en C o rd u b a . Al m is m o tiempo. D é c im o Bruto logra ba la c a p itu la c ió n de M assalia. A fines del 49 a. C., C é sa r regresaba a R o m a , d o n d e to m a ría d e te r m in a das m e d id a s relativas a la fo rm a liz a t i o n de sus poderes, h a c ié n d o se ele gir cónsul, m ie n tra s que de otra parte
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Togado Chiaramonti (siglo I a.C.). Museo Vaticano
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46 solid ificab a su po sic ió n política en Italia m e d ia n te d e te rm in a d a s d isp o siciones q ue h a c ía n frente a la a g u d i z ació n del e n d e u d a m ie n to , d ic ta m i n a n d o u n a reducción de deudas, o a través de la co n c e sió n de la c iu d a d a nía r o m a n a a la T ra n sp a d a n a . A p rinc ip io s del 48 a. C. C é sa r se dirige al e n c u e n tro co n los c o n tin g e n tes m ilitares que Pom p ey o d isp o n ía en G recia, u n o s 50.000.hom bres, a d e m ás de 300 naves. Tras alg u n a s esca r a m u z a s , los c o n tin g e n te s militares de César, u n o s 30.000 h om bres, d e rro taro n en Farsalia el 9 de agosto a las legiones p o m p e y a n a s; d a d a la s u p e r io r id a d q u e P o m p e y o o s te n ta b a en el m ar, p u d o retirarse a Egipto, d o n d e p e n s a b a e n c o n tr a r apoyos, ya que el reino lágida h a b ía c onseguido salvar su in d e p e n d e n c ia gracias a él; sin em bargo, la m uerte tres a ñ os a n tes de P to lo m e o Auletes h a b ía p r o v o c a d o el e n f r e n t a m i e n t o p o r la su c e sió n e n tre P to lo m e o X IV y su h e r m a n a , C le o p a tra VII Filopator; de a h í que c u a n d o P o m p eyo d e s e m b a r có en Egipto fuera asesinado. La m uerte de P o m peyo no im p lic a ba la total derro ta de los adversarios de César; im p o rta n te s b alu artes del p o d e r de P o m pe y o a ú n presistían. E s tos se h a b í a n h e c h o e s p e c ia lm e n te fuertes en Africa y en H is p a n ia , d o n de se h a b ía p r o d u c id o u n a im p o r ta n te rebelión con tra el g o b e r n a d o r cesariano Q. C asio L o ngino, que facilitó la re c up e rac ió n de la m ism a p o r p a r te de los hijos de Pom peyo, Sesto y C neo. Precisam ente, las ú ltim as vicisitu des de la guerra civil te n d r á n c o m o e scenario estas dos zonas; antes, C é sa r h u b o de h a c e r frente en A le ja n dría a la situación cre a d a c o m o c o n s e c u e n c i a d e la c o m b i n a c i ó n del p ro b le m a dinástico con la exigencia de re c u p e rar las d e u d a s q ue P to lo m eo Auletes h a b ía c o n tra íd o con los triunviros c u a n d o fue re sta u ra d o en el poder; la sublevació n p r o ta g o n iz a da p o r P tolom e o XIV tan sólo logrará
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ser d o m in a d a gracias a la ayuda p r o p o r c io n a d a p o r M itrídates de Pérgamo. La derro ta de Farnaces, hijo de M itrídates VI. del Ponto, que in te n ta ba a p r o v e c h a r la c o y u n tu ra p a ra re c u p e r a r la in d e p e n d e n c ia del reino de su padre, p o n e fin a las actividades militares de C é s a r en el M e d ite rrá n e o oriental. Tras la sum isió n del Oriente, C ésar h a b ía de h ac e r frente a la situación c r e a d a en el M e d ite rrá n e o central y occidental. Ante todo, la que existía en Italia, d o n d e la situ a c ió n h a b ía e m p e o ra d o c o m o co nsecu encia de la a g u d iz a c ió n del p ro b le m a de las d e u das y de la actitud a d o p ta d a p o r las legiones, que, a se n ta d a s en C a m p a nia, veían retrasado el m o m e n to de su licénciam iento ante la perspectiva de la c a m p a ñ a en Africa, sin h a b e r r e c i b i d o to d a v ía c o m p e n s a c i o n e s . A m b o s p ro b le m a s fueron afro ntad os p o r C é s a r tras su regreso de O riente, m e d ia n te u n a c o n d o n a c ió n de a lq u i leres y el a p a c ig u a m ie n to de los legio narios a m o tin a d o s. Las últim as ope ra c io ne s militares te n d r á n c o m o escenario el norte de A frica, d o n d e los p o m p e y a n o s h a b ía n logrado reu n ir 14 legiones e im p o rta n te s tropas aliadas, e H isp a n ia , d o n d e según el Bellum Hisociniense los h ijo s de P o m p e y o lo g r a ro n c o n ta r c on u no s conting en tes militares entre 11 y 13 legiones, a u n q u e con u n a h e te r o g é n e a c o m p o s ic ió n . E n A frica, C é s a r o b te n d ría frente a los p o m p e y ano s la victoria de T h a p so s, tras la q ue M. Porcio C a tó n se suicidaría. En H isp a n ia , la victoria de M u n d a , en los alrededores de O s u n a (Sevilla), el 17 de m a rz o del 45 a. C., p o n ía fin a la guerra civil, p e rd ie n d o la vida un o de los hijos de Pom peyo, Cneo.
2. La dictadura de César El sistem a político resultante de la g u e rra civil y, en co nse c u e n c ia, los po deres de C é s a r h a n sido caracteri zado s p o r la historiografía m o d e rn a
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La república tardía: cesarianos y pompeyanos
de form a c o n tra d ic to ria ; la diversi d a d de hipótesis em itidas se ve c o n d i c io n a d a tan to p o r el carácter de n ues tras fuentes, qu e difieren con respecto a al visión de C é s a r en función de la época en la que se insertan, como, en algu no s casos, p o r el m ito de la perso n alid ad , q u e se gesta en la historia m o d e r n a con el ascen so de la b u rg u e sía y la constitu ción de poderes per sonales, qu e están en la base de la teoría política del «cesarismo». D e las diferentes hipótesis fo rm u ladas, a p a rtir del siglo XIX, la p rim e ra fue re a liz a d a p o r T. M o m m s e n , q u ie n c o n s i d e r a b a q u e C é s a r c o n c e n t r ó e n su s m a n o s los m is m o s p od eres q ue los primitivos reyes de R o m a ; en este sentido, h a b ría que te ner en cu e n ta que, incluso, se llegó a c olocar u n a estatua suya ju n to a la de los siete reyes de la m o n a r q u ía r o m a na. E n teoría del «reino arcaico» difí c ilm ente p ued e sustentarse debido a que en todos sus p la n o s la realidad r o m a n a del siglo I a. C. difería c u a li t a tiv a m e n te de la de los p r im e r o s a ñ o s de la historia de la Urbs. C o m o r e a c c i ó n a la t e o r í a d e M o m m s e n , E. M eyer con sideró que C é s a r llegó a po se e r al final de su vida poderes absolutos, que se veían a d em ás potenciados p o r la aureola re ligiosa que envolvía a su persona. En este sentido, los p oderes de C é sa r se a p ro x im a b a n a la m o n a rq u ía helenís tica, es decir, al tipo de realeza con ca rácter divino que se h a b ía im puesto en el M e d ite r r á n e o o rie n tal tras la m uerte de A le ja n d ro M agno. La p r in cipal ob jeción que p u e d e hacerse a la teoría de M eyer es la de sus f u n d a mentos históricos, pues los principales indicios de la m ism a se e n c u e n tra n e n h i s t o r i a d o r e s b a s t a n t e ta r d ío s , que, co m o D ión Casio, p o d ía n tras vasar en su visión la re a lid a d de su tiempo, el siglo III d. C., a la época de César; m áxim e, c u a n d o n in g ú n testi m o n io coetáneo incide en ello. E n realidad, u n a característica del sistem a político y de los poderes de
a b c d e f g
ve stibu lu m fauces cellae c u b ic u la atrium alae ta b lin u m
h a po the ca i a n d ro n j tric lin iu m k p e ris tilio I e xedra m oeci n c u b ic u la
Planta general de una casa de Pompeya
48 C ésar tras la guerra civil debe tener en c uenta la p ro p ia realidad en la que se d irim e la crisis de la República, es decir, el conflicto entre populares y opti mates; sólo el análisis de la realid ad histórica y de las fuerzas que lo a p o yan p u e d e n evitar la im ag en de u n C ésar p o r e n c im a de la realidad, que está presente en la teoría del «m ito de la p e rson alid ad» . E n esta perspectiva, d eb e m o s tener en cu enta qu e la política de César, desde sus inicios, se e n m a r c a d e n tro de las reivindicaciones populares, com o o c urrió c o n c re ta m en te d u ra n te su co n su la d o ; en c on secuen cia, sus apoyos fu n d a m e n ta le s e s ta b a n c o n s tituidos p o r la plebe, el «p ro le ta ria do militar» y p arte del o rd e n ecuestre, especialm ente d e te r m in a d a s societates publicanorum, a los que h a b ía b e n e fi ciado en el 59 a. C. con la reducción de los m o n ta n te s de las concesiones de Asia. Este m ism o c a rá c ter posee la política que p o n e en práctica d u ra n te la guerra civil, esp ecialm ente en rela ción con el p r o b le m a de las deudas; en el 49 a. C„ u n a ley c o n d o n a b a p a r cialm ente las d e u d a s en el sentido de que concedía la remisión de los intere ses p o r dos a ño s y el descu ento del capital de los intereses pagado s; en el m ism o p ro b le m a volverá a in cidir en el 47 a. C., c u a n d o ante la situación existente d icta m in e u n a c o n d o n a c ió n de alquileres, que en R o m a a lc a n z a rá los 500 denarios y en Italia 125. Sin em bargo, d en tro del contexto de la política de los populares, estas m edidas se c a ra c teriz a n p o r su m o d e ración, en c o n tra p o sic ió n a las p osi ciones más ra d ic a liz ad a s que exigían, p o r ejemplo, la a n u la c ió n co m p leta de las deu d a s con traíd as. Esta m o d e ración, c om o afirm a F. de M artin o, se acentúa en el últim o períod o de su vida, c u a n d o C é sa r tien da a llegar a p u n to s de a c u e rd o c o n las fuerzas m á s m o d e r a d a s de la, a r is to c r a c ia hasta el p u n to de q ue las reform as so ciales pasaron a un segundo término. En este contexto, el régim en de C é
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sar p u e d e ser cara c teriz ad o co m o de tran sic ió n entre la república y la m o n a rq u ía , en ta n to en c u a n to que c o n serva fo rm a lid a d e s del sistema políti co en crisis ju n to con u n a im p o rta n te a c u m u la c ió n de p o d e r personal; en este s e n tid o , los p o d e r e s de C é s a r c o n stitu iría n el precedente m ás in m e diato del p rincipado, in a u g u ra d o p o r Augusto. Estos p od eres no le h a n sido c o n c e dido s de form a repentina, sino que resultan de u n a serie de actos a través de los cuales se m o difican las a n ti guas instituciones republicanas. Las m agistra tu ra s concretas que co n stitu yen las bases fu n d a m e n ta le s de los poderes de C é sa r están constituidas p o r el c o n s u la d o y la dictadu ra; fue n o m b r a d o d ic ta d o r en el 49 a. C., d u rante el sitio de M arsella; con poste rioridad, y hasta antes de la batalla de T h a p so s, seguiría siendo d ic ta d o r y c ó n s u l, r e n o v á n d o s e le los p o d e r e s c a d a año. D espu és de la victoria de T h a p s o s y, al m ism o tiem po que se le c o n c e d e n nuevos honores, se le n o m bra d ic ta d o r p o r diez años, a u n q u e ta m b ié n en este caso sus poderes se rían reno vado s a n u a lm e n te p a ra ate nerse a la f o r m a lid a d r e p u b lic a n a , c ónsul y e n c a rg a d o de la curam orum p o r tres años, con lo q u e a su m ía parte de las funciones de los antiguos c e n sores; en el 45 a. C. pasa a ser consul sine collega; d u r a n te este últim o a ñ o y c o m ie n zo s del 44 a. C. sus poderes no h a r á n m ás que a u m e n ta r h asta cul m in a r el 15 de febrero del 44 a. C. con el n o m b r a m i e n t o de d i c t a d o r p e r petuo. Sin embargo, sus poderes no se cons tituyen e xclusivam ente b a s á n d o s e en las funciones y prerrogativas de estas dos m agistraturas rep ublican as; p o r el contrario, leyes específicas le c o n cedieron otra serie de privilegios; des ta q u e m o s u n a lex Cassia, p r o b a b l e m ente del 45 a. C., que regulaba las relaciones de C é sa r con el patriciado, con c ed ié n d o les el p o d e r de la adlectio, que perm itía in tro d u c ir plebeyos
La república tardía: cesarianos y pompeyanos
Mariscal de Tívoli (primera mitad del siglo I a.C.) Roma, Museo Nacional
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50 co m o nuevos patricios; o u na lex A n tonia del 44 a. C. qu e le perm itía a C é sar el derecho de la comendatio de la m itad de las m agistraturas, excluida el con su lad o, es decir, en la práctica virtualm ente el n o m b r a m ie n to de los mismos. D e te rm in a d o s h on o re s y distincio nes p o te n c ia ro n a ú n m ás sus poderes personales; entre ellos m e n c io n a r e mos el uso del m a n to p ú rp u ra , que los m agistrados tan sólo p o d ía n utili zar el día del triunfo, el derecho a sentarse en la silla d o ra d a , la de m ás alta distinción en la curia, el im p ri m ir su efigie en las m o n e d a s, el h o n rar su natalicio con pú blicas c e re m o nias, el título de pater patriae, etc. La victoria en la guerra civil y los am plios poderes a c u m u la d o s le van a perm itir realizar u n a serie de refor mas que en el p la n o social se incardin a b a n d entro de la política tra d icio n a l d e los p o p u la re s; se p u s o en práctica un a m p io p lan de c o lo n iz a ción que, a falta de ager publicus en Italia, afectará b á s ic a m e n te a las p r o vincias; en la c o lo n iz a c ió n p a rtic ip a rá ante todo el «proletariado militar», que veía c o m p e n sa d o s sus servicios m e d i a n t e la deductio d e c o lo n i a s ; pero, ju n to a las colo n ia s militares, ta m b ié n se fu n d a r o n civiles; de he cho, Suetonio cifra en 80.000 la p o blación civil a se n ta d a en las p r o v in cias; los efectos se h icieron sentir en la plebe u rb a n a , e specialm ente en el nú m ero de aquellos que ten ía n d ere cho a repartos de trigo, qu e d is m in u yeron desde 320.000 a 150.000. La im porta nte fu n d a c ió n de colo nias a r ra s tra ría im p o r ta n te s c o n s e c u e n c ia s , en t a n t o en c u a n t o q u e contribu iría d e c id id a m e n te a la ro manización de las provincias de H ispa nia, G a lia y Africa; en el p la n o sociojurídico, el a se n ta m ie n to de los colo nos en las provincias im p lica b a u n a cualitativa tr a n s f o rm a c ió n en tanto que la c iu d a d a n ía r o m a n a , con todas sus im plicaciones, se p ro y e c ta b a en las mismas. Precisam ente, la c o n c e
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sión de todos o de algunos de los d e r ech os in h e re n te s al c iu d a d a n o ro m a n o co nstitu yó u n o de los p ro c e d i m i e n t o s m e d i a n t e el c u a l C é s a r c o m p e n s ó a provincias o a c o m u n i d a d e s con cretas los servicios p re sta dos d u r a n te la guerra civil. N u m e r o sas c iu d a d e s provinciales recibieron de esta form a el derecho latino, c o n c e d id o , p o r o tr a p a rte , a la G a l ia T ra n sp a d a n a . Sus reform as políticas afectaron a g ra n parte de la org a n iza c ió n del Es ta d o r e p u b lic a n o ; el S e n a d o se vio afectado m e d ia n te el a u m e n to de sus m iem bros, que p a s a r o n de 600 a 900, r e c l u tá n d o s e los nu e v o s s e n a d o r e s entre los p a rtid a rio s de César, a lguno de los cuales, co m o Balbo de G ades, p ro c e d ía n del á m b ito provincial; el n ú m e r o de individuos que c o n fig u ra b a n a lg u n a s de las m agistraturas a u m entó; tal ocurre con los cuestores, que a lc a n z a ro n la cifra de 40, o con los pretores, cuyo n ú m e ro llegaría a 16; pero ju n to al au m e n to , se aprecia u n a tra n sfo rm a c ió n en el carácter de estas m agistraturas, que re sp o n d ía n en alg u n o s aspectos m ás a la c o n c e p ción del fu n c io n ario que a la del c lá sico m ag istrado rom ano. La com p o sició n de los trib un ales de ju stic ia fue m o d if ic a d a , p a r tic i p a n d o en lo sucesivo de los m ism os e xclusivm ante los sen a do re s y el o r d en ecuestre, con la con sec u e nte ex c lusión de los tribuni aerarii; los colle gia, q u e h a b í a n d e s e m p e ñ a d o un papel im p o rta n te a p a rtir de su revita liz a tio n p o r C lod io com o form a de o rg a n iz a c ió n de la plebe, fueron p r o hibidos. O tras m e d id a s afectarían a las reform as del calendario , con la in tro du c ción del ju l ia n o de 365 días y seis horas, a las costu m bres, etc. F in a lm e n te , la a d m in istra c ió n p ro vincial se vio afectada p o r u n a ley que regulaba la d u ra c ió n de la activi d a d de los g o bern ado res, lim itada a un a ñ o en el caso de los pretores y de dos en el de los cónsules; al m ism o tiem po u n a ¡ex Julia M unicipalis in-
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La república tardía: cesarianos y pompeyanos
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Hispanias y Mauritanias
te n ta b a o r d e n a r la a d m i n i s t r a c i ó n municipal. La política de ap ro x im a c ió n a la nobilitas, u n a de cuyas ex presion es era la co nco rdia, no p u d o evitar que la o posición de la m ism a , cuyos id e a les eran y seguirían sie n d o re p u b lic a nos, a u m e n ta ra ; expresión de este fe n ó m e n o sería la biografía de M. P o r
cio C atón , escrita p o r Cicerón, en la que se re p rese n ta b a al a n tiguo repre se n ta n te de los optimates c o m o el ciu d a d a n o ideal. Los elem entos p r o p a gandísticos de la m is m a in te n ta ro n ser c o m b a tid o s p o r C é sa r m edian te u n «Anticato». L a op osición llegó a tales límites que C é s a r intentó b u sc a r u n a solu-
52 ción a la m ism a m e d ia n te u n a expe dición contra los partos p a ra la que p re p a ró contin gen tes enorm es, parte de los c u a le s fu e ro n tr a s la d a d o s a A p o lo n ia . Sus p r o y e c to s se v e ría n frustrados en las idus de M a rz o del 44 a. C., c u a n d o C é sa r fue a se sina d o en la curia, c a y e n d o m u erto bajo la esta tua de Pom peyo; S ueto nio afirm a que en la c o n ju ra c ió n pa rtic ip a ro n alre d e d o r de 60 c aballeros y senadores; de ellos, c o n o c e m o s al m eno s el n o m bre de 17, entre los cuales se e n c o n tra b a n a lgunos de sus co lab orad ores, c o m o Ju n io Bruto. C. C a sio Long in o o C. Trebonio.
3. Roma tras la muerte de César El asesinato de C é sa r no resolvía la crisis de la R epública, sino que, po r el contrario, venía a ag ud izarla; con su m uerte se ab re u n o de los períodos m ás trágicos y confu sos de la historia de R o m a, en el que las guerras civiles, cinco al m enos, constitu yen la so lu ción final a la ru ptura de acuerd os y a lian z a s coyunturales, n o r m a lm e n te sellados m e d ia n te u n a a d e c u a d a p o lítica m a trim o n ia l; de form a i n m e diata, su m uerte p ro vo cará la p o la r i z a c i ó n de la s o c ie d a d r o m a n a en «cesarianos» y «cesaricidas». El m arco histórico en el que se d e senvuelven los aco n te c im ie n to s está constituido, an te todo, p o r la in c a p a cidad de la n obleza p a ra h a c e r frente a la crisis; dividida y sin el control de resortes de poder tales com o la «plebe» y el «p ro le ta ria d o militar», la nobilitas se m o stra b a in c a p a z de a d o p ta r una línea política que perm itiera la res tau rac ión de la República. El ordo ecuestre constituía el otro sector de la clase privilegiada sobre e.L que C icerón fo rm u la b a la necesaria concordia ordinum, c o m o prem isa para salir de la crisis. N o era in te rn a m e n te un sector socialm ente h o m o g é n e o y sus ideales políticos o sc ila b a n entre la R e p ú b lic a y el p o d e r p e r s o n a l;
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afectados p o r la crisis e con óm ica que a rra stra las guerras civiles, los c a b a lleros p refe rirán en el p e ríodo p oste rior a las idus de m a rz o del 44 a. C. m a n ete n e rse alejados de los c o m p r o m isos políticos, pese a que entre los m ism o s existían im p ortantes grupos de «cesarianos». C e s a r ia n a era, asim ism o, la plebe u r b a n a de R om a , pese a que d e te rm i n a d a s m e d id a s del dictador, c o m o la p ro h ib ic ió n de los collegia, la h u b ie sen p e rju d ic a d o ; en las ciud ad es itá licas, la división política, entre p a r t i d a r i o s y e n e m i g o s de C é s a r , se v e rte b ra b a con base en prin cipios p a recidos a los de R om a; m ien tras que las olig arqu ías dirigentes de las dis tintas c iu d a d e s se h a b ía n alegrado, c o m o afirm a C icerón, p o r los a c o n te c im ie n to s de las idus de m arzo, la plebe era ta m b ié n fiel p a rtid a ria de César, que la h a b ía beneficiado con alg u n a s de sus m edidas. F in a lm e n te , el ejército, p ro fesio n a lizado y con fuertes vínculos p e r s o n a les, era c e sa ria n o y exigía la u n id a d de los pa rtida rios de César; en la cri sis final se convertirá en el fiel de la ba la n z a . Es d e n tr o de esta c o rre la ció n de fuerzas d o n d e d e b em o s e n m a r c a r los acontecim ientos in m e d ia ta m e n te po s teriores a la m uerte del dictador. U n p rim e r co n a to de solución a la p ro fu nd a división existente en el interior de la clase privilegiada se in te n ta rá c o n s e g u ir e n la se sió n del S e n a d o del 17 de m arzo , c u a n d o el cesaria no m a rco A n to n io y Cicerón, c o m o po rtavoz de sus adversarios, alc a n c en un acu e rd o en b ase al c o ncepto p o lí tico griego de la «am n istia » , que en la coyuntura histórica concreta de R om a im p lic a b a el reco n o c im ie n to de la va lidez de todos los actos y disp osicio nes de César, la p ro h ib ic ió n de toda ac u sa c ión y, en c o n secu encia, la a m nistia p a ra los asesinos de César. Se tra ta b a de un in tento de a c u e r do. cuya fragilidad q u e d a r á c o n s ta ta da in m e d ia ta m e n te , al verse d e sb o r
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d a d o p o r los a c o n te c im i e n t o s . En efecto, el 18 de m a rz o se leía el testa m e n to de C ésar, en el que se n o m b r a ba c o m o he re de ro de las tres cuartas partes de sus bienes a su so brin o C. Octavio; el otro c u a rto era d ejado a otros dos so b rin o s m e n o s próxim os, Q. Pedio y L. P in a rio; co m o segundos herederos, en caso de m uerte p r e m a tura o de re n u n c ia de Octavio, se d e sig n a b a a M. A n to n io y a u no de los asesinos, D. Bruto. Al pue b lo ro m a n o se legaban los ja r d in e s del Janiculo
de los ce sa ria n o s y de los dos c ó n s u les del 44 a. C., M. A n to n io y Dolabela. Sin em bargo, las disposiciones tes t a m e n t a r i a s de C é s a r a r r a s t r a r í a n u n a c o n se c u e n c ia a ú n mayor; se tra taba del n o m b r a m ie n to de su sobrino co m o heredero; octavio, que no h ab ía c u m p lid o los diecinueve años, se e n c o n tra b a en estos m o m e n to s en Apolonia, p r e p a r a n d o la c a m p a ñ a contra los partos; r á p id a m e n te regresará a R o m a, d o n d e llegó a finales de abril;
Marco Antonio (entre 44-30 a. C.). Denario
m ás u n a su m a de 300 sestercios p o r cabeza. La lectura del te sta m e nto de C é sa r c o ntrib uyó a crear un clím ax p o p u la r de ex altació n del dictador, q ue iría en a u m e n to h a sta los fu n e ra le s de C é sa r, c e le b r a d o s el 20 de m a rz o , c u a n d o la m u l t i t u d d e s b o r d a el acu e rd o del c o n c o rd ia a lc a n z a d o p o r M. A n to n io y Cicerón, b u s c a n d o a los c o n ju ra d o s, que prefirieron a b a n d o n a r la ciudad. D e esta form a, R o m a q u e d a b a c o m p le t a m e n te en m a n o s
a d o p ta n d o el n o m b r e de C. Julio C é sar O ctaviano, será b ie n acogido po r los ve te ra n os de C ésar. I n d u d a b l e mente, el n o m b r a m ie n to de Octaviano c o m o h ered ero y el regreso de éste a R o m a creaba u n a situación política a ú n m ás com pleja, en tan to que p ro piciaba la a p a ric ió n de u n a doble ca beza al frente de las filas cesarianas, dific u lta ndo la política de M. A n to nio; m áx im e c u a n d o O ctav iano ini ciará u n a política de a c e rc am ie n to a C icerón y al Senado.
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En este contexto se pla n te a el p r o classis et orae maritimae, y se perm ite blem a de la d istribuc ión de las p r o que O ctavio co m ien ce a reclutar sol vincias; con a n te rio rid a d a las idus de dad os, lo grando, incluso, que dos le M a r z o , la G a l i a C i s a l p i n a h a b í a giones que M. A n to n io tenía a s e n ta sido c onfia da a D. Bruto; en co n se das en M a c e d o n ia se p usieran de su cuencia, tras el ase sin a to de César, parte; con ello, el S enado rom pía su esta provincia, rica en h o m b re s y m e a isla m ie n to y la correlación de fuer dios, po día convertirse en un b aluarte zas se reequilibraba. que c o n tr a p o n e r p o r p arte de la nobi A finales de noviem bre, M. A n to litas a los cesariano s; de hecho. A p ia nio a b a n d o n a b a R o m a y se dirigía a no la c o n s id e ra b a c o m o u n a a c ró p o la G a lia C isa lp in a ; a co n tin u a c ió n , lis del senado , c on la posib ilid ad de los a c o ntecim ien to s se precipitarían. que q u ie n c o n tro la ra esta provincia D. B ruto es sitiado p o r los c o n tin g e n fuera d u e ñ o a su vez de Roma. tes m ilitares de M. A n to n io en M ódeD a d a la im p o rta n c ia de la G a lia na; in m e d ia ta m e n te , el S en a d o envía C isalp in a, M. A n to n io va a pre se n ta r en a y u d a de los sitiados a los c ó n s u ante los com icios trib u n o s un proyec les del 43 a. C., los c esarian os Aulo to de ley p o r el q ue se m od ificaba la H ircio y C. Vibio Pansa, cuyos c o n distribución de pro vincias existentes; tingentes militares se veían p o te n c ia el proyecto fue a p r o b a d o y la co n se dos p o r las fuerzas de O ctaviano, a cuente ley (lex de perm utatione provin qu ie n el S e n a d o le h a b ía co ncedido ciarum) c on c e día a M. A n to n io p o d e el cargo de propretor. C o n esta c o n res p o r c in co a ñ o s (43-39 a. C., se ju n c ió n de fuerzas, el S en a do logrará m ejantes, en c o nsecuencia, a los que d e rro ta r sucesivam ente a M. A n to nio se le h a b ía c o n c e d id o a C é sa r m e en el Forum Gallorum y en M utin a , dian te la leX Vatinia del 59 a. C.), so pero en el desarrollo de las o p e ra c io bre la G a lia C isa lp in a y G o n a ta , en nes militares u n o de los cónsules, A. lugar de M a c e d o n ia q ue le h ab ía c o Ircio, moría, m ientras que el otro, C. rrespondido; en agosto del 44 a. C., V ibio Pansa, resultaba herido. los cam b io s en la d istribu c ió n de las C o n la guerra de M ó d e n a del 43 provincias se c o m p le ta b a n m e d ian te a. C. se po n ía fin a los tenues esfuer la a p ro b a c ió n de u n a nueva ley que zos de c o n s e g u ir q ue los a c o n te c i c oncedía a los cesaricidas, D. Bruto y m ientos de las idus de m a rz o n o d e C. Casio, la a d m in istra c ió n de Creta s e m b o c a ra n de nuevo en u n a guerra y C irenaica. civil; los ideales ciceronianos, sobre O b viam ente, sem e ja n te re d istribu los que se p re te n d ía teó ricam en te res ción del p o d e r p rovincial d ebilitaba ta u r a r la R epública de la concordia or a ú n m ás a los cesaricidas y creaba dinum y la a m n istía del 17 de marzo, una correlación de fuerzas aún más fa q u e d a b a n co y u n tu ralm en te sep u l vorable a M. Antonio. El Senado, ante I tados. la situación creada, reacc io n ará con todos los m edios a su alcance. De un 4. El segundo triunvirato lado, C iceró n c o m e n z a r á sus d isc u r sos contra M. A n to n io («filípicas»), In d u d a b le m e n te , la guerra de M ó d e en los que se exigía que éste fuese d e na h a b ía significado u n claro triunfo de las fuerzas sen atoriales, pero se cla ra d o al m a rg e n de la ley, e incluso lograba o b te n e r del S e n ad o la a n u l a había conseguido m ediante una a lian ción de las d isposiciones a d o p ta d a s za frágil, con la conflu en cia de fuer en las a s a m b le a s popu lares; al m is z as c o n t r a d i c t o r i a s q u e p r o n t o se mo tiempo, se c on seg uía la a lia n z a rom pería. De hecho, en los m o m e n tos posteriores a la guerra de M ó d e con el hijo superviviente de Pom peyo. na. se o bserv an dos fe n óm e n os p araSexto, al que se le n o m b r a praefectus
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56 lelos, que te r m in a r á n po r invertir la correlación de fuerzas y la situación política; de un lado, M. A ntonio, tras la derrota, logra h u ir pero consigue co nfluir con Em ilio Lépido, cesariano, qu e en estos m o m e n to s c o n tro la ba las prov in cias de H isp a n ia U lte rior y de la G a lia N a rb o n e n s e ; y. de otro, O c ta v ia n o ro m p e rá progresiva m ente sus lazos con el S e n a d o co m o conse c ue nc ia de la política a d o p ta d a p o r este últim o, que lo excluía de la nueva repartición de p rovincias y le vetaba en sus a spiracion es al c o n s u lado, al m ism o tie m p o que n eg aba c o m p e n s a c io n e s a sus veteranos. La con se c u en c ia in m e d ia ta será la rup tu ra entre O c ta v ia n o y el Senado, con la m archa de Octavio sobre Roma, d o n d e entra con sus tropas h a c ié n d o se n o m b r a r cónsul j u n to al c esarian o Q. Pedio; tras ello, u n a lex Pedia c o n d e n a b a a los cesaricidas y. a c o n ti nu ación, se a n u l a b a n todas las m e d i das to m a d a s c o n t r a M. A n to n io y E m ilio L ép id o , que re g re sa ro n a Italia. En Bolonia, en el 43 a. C., se sella ba la inversión de a lia n z a s m ediante un acu e rd o entre M. A ntonio. Emilio Lépido y O ctaviano , al que días d es p u é s se le f o r m a liz a r í a le g a lm e n te m ed ia n te u n a p ro pu e sta pre se nta da por el trib u n o de la plebe P. Ticio (lex Titia), con la que se iniciaba el «se g u n d o triunvirato». La ley conced ía a M. A ntonio. L épido y O c ta v ia n o p o deres ilim itados p o r cinco años, c o n cluyendo. en c o nsecuencia, el 31 de diciem b re del 38 a. C.. para la rees tructuració n del E stado (tríunviri republicae constituendae). En la repartición de prerrogativas y esferas de in f lu e n c ia se e s tip u la b a q u e M. E m ilio L é p id o ejerciera el c o n su la d o en el 42, m ien tras que O c taviano y M. A n to n io se dirigían a O riente co ntra los cesaricidas; al m is m o tiem po tiem po el control de las provincias se c o n fo rm a b a de la for ma sigueinte; M. A n to n io o bten ía la G a lia G o m a ta y la G a lia C isa lpina ;
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M. Em ilio Lépido. las dos provincias h isp a n a s y la G a lia N a rb o n e n se ; y. fi n a lm e n te . O c ta v ia n o ejercería el c o n trol sobre Africa, N u m id ia y las islas. Italia debía de estar bajo la ju risd ic ción de los triunviros. E ntre los acu erd os ta m bién se in cluían las proscripciones, que a lc a n z a ro n cuotas superiores a las de Sila, p u e s en t o r n o a 3.300 s e n a d o re s y 2 . 0 0 0 caballeros fueron víctimas de la represión, a c u sad o s de crim en sacri lego y c o n d e n a d o s a interdictio aqua et igni; la c o n d e n a fue a c o m p a ñ a d a de e x p ro p ia c ió n de bienes, que sirvieron p a ra fin a n c ia r la posterior c a m p a ñ a c o n tra los cesaricidas. Entre las vícti mas se e n c o n tr a b a el pro p io Cicerón, d ec a p ita d o en C a p u a el 7 de d icie m bre del 43, que de esta form a p o n ía fin a u n a c o n t r a d i c c i ó n , ya q u e , c o m o afirm a S. M az z a rin o , h a b ía in te n ta d o d e fe n d e r la agónica R e p ú b li ca en el foro, m e d ia n te el uso de la pa la b ra , c u a n d o el p o d e r se decidía en los castra, m ed ia n te la utilización de la fuerza. Al m arg e n del p o d e r de los triu n v i ros q u e d a b a n im p o r ta n t e s p r o v i n cias; e n tre ellas. Sicilia y C e r d e ñ a q u e d a b a n bajo el control de S. P o m peyo. m ie n tra s que los cesaricidas. Bruto y Casio, c o n tr o la b a n los terri torios orientales y e n tr a b a n en c o n tacto con el reino pártico. El e n fre n ta m ie n to c o n los c e s a r i c id a s te n d r á lugar en M a c e d o n ia , frente a la c iu d a d de Filipos en o ctubre del 42 a. C.. que te rm in ó con la victoria de M. A n tonio y O c ta v ia n o y con la derrota de Bruto y Casio, últim os bastiones de la república oligárquica. D e s a p a re c id o el enem ig o c o m ú n , p ro n to su rg irán las p rim e ra s fisuras entre los triunviros; tas la victoria de Filipos. O c ta v ia n o regresará a Italia, m ientras que M. A n to n io p e rm a n e c ía en Oriente. En Italia, O c ta v ia n o d e berá h a c e r frente a u n a grave crisis, que venía c o n d ic io n a d a b á sic a m e n te p o r las dificultades de ab astecim ien to que im p lic a b a p a ra Italia el control
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Casa de Herculano
p o r Sexto P o m peyo de Sicilia y Cerdeña, j u n to a la n ecesidad de c o m p e n sa r con d istribu c io ne s de tierras a 170.000 veteranos. Las parcelas nece sa ria s sólo p o d ía n ser o b te n id a s a partir de las e x p ro piacio nes a los sec tores privilegiados; n u m e ro sa s fam i lias. co m o los Virgilios, Propercios, Tíbulos, etc., serían afectadas en sus
p rop ied ad es, ju n t o con 16 ciudades itálicas. La a g u d a crisis e c o n ó m ic a h a b ía d a d o lugar, asim ism o , a u na ra d ic a liz ac ió n de las deudas; O c ta viano ta m b ié n h aría frente a este p r o blem a m e d ia n te u a n c o n d o n a c ió n de alquileres qu e en Italia a lc a n z a b a n hasta los 500 sestercios y en R o m a hasta los dos mil.
58 La crítica situació n existente será in s tr u m e n ta liz a d a p o r M a rc o A n to nio en u n in te n to de p o n e r fin al triunvirato, a rtic u la d o a través de las pro pue sta s de su h e r m a n o L. A n to nio, c ó nsu l en el 41 a. C., que d a rá lugar a u n a nueva guerra civil que te n d rá c o m o escenario Perugia, d o n de O c ta v ia n o o b te n d r ía u n a nueva victoria. M ientras en Italia se desarro llab a la guerra de Perugia, M. A n to n io p r o cedía a la re o rg a n iz ac ió n de Oriente desde la c iu d a d de Tarso, a la que muy p ro b a b le m e n te co nc e d ía los d e rechos de c iu d a d a n ía , y d o n d e se p r o du ciría el e n c u e n tr o con C le o p a tra con la co nse c ue n te hiero ga m ia entre los dos héroes divinizados. Los intentos de M. A n to n io po r ais lar a O c ta v ian o se m ov ían en la c o n tradición de que esto sólo era posible m e d ia n te la a l i a n z a c o n la a r is to cracia se n a to ria l; p e ro esta a lia n z a pro duciría la deserción de sus c o n tin gentes m ilitares. D e ahí, el que se llegue a un nuevo acu e rd o en B rin d i si en octub re del 40 a. C„ en el que se procede a redistribuir las provincias; M. A n to n io con serv aría O riente; O c tav iano O ccidente, y L épido Africa. La pacificación se c o m p le ta ría m e dia n te u n a c u e rd o con Sexto P o m p e yo en Miseno, en el 39 a. C , por el que se le reconocía a éste últim o el c o n trol de las islas, y a través de u n a a d e c u a d a política m a trim o n ia l.
Akal Historia del M undo Antiguo
m o n io dos hijos, Tiberio y Druso. Los lazos fam iliares que O ctaviano h a b ía establecido co n S. Pom peyo q u e d a b a n rotos y el conflicto se precipitó, hasta q ue en el 36 a. C., Agripa, g en e ral de O ctav iano , logra d e rro ta r con el a poyo de M. A ntonio a los últim os p o m p e y a n o s en N auloco. Poco des pu és M. Em ilio L épido era a b a n d o n a d o p o r sus tropas, con lo que el Es tado rom ano quedaba polarizado entre un O rie n te en m a n o s de M. A n to n io y u n O c c id e nte en p o d e r de O ctaviano. El conflicto se a gudiza d eb id o al p ro b le m a pártico; en efecto, en los días de Filipos, algunos c esaricidas se h a b ía n refugiado en el reino pártico, desde d o n d e instigaban a las p ro v in cias orientales; de ahí, que la po si bilid a d de d a r c u m p lid o fin a la o p e ración proyectada p o r C é sa r se viera a h o r a in cen tivado p o r la actividad de los cesaricidas. En el 36 a. C„ M. A n to nio realiza u n a p rim e ra expedición c o n tra el reino pártico que fracasa, no h a b ie n d o recibido los apoyos m ilita res que O c ta v ia n o h a b ía c o m p r o m e tido co m o conse c ue nc ia del tratado de Tarento, que h a b ía p e rm itid o la c o n flu encia de fuerzas p a ra destruir a Pompeyo. En el 34 a.C. se repite la ex pedición por parte de M. Antonio, que esta vez a lc a n z a ría la victoria, c o n q u is ta n d o A rm e n ia y convirtien do la A tro p a te n e en u n estado vasallo. D e sd e el 34 a. C. la situ a c ió n se precipita en u n clím ax de auténtica guerra civil, en la que O ctav iano inst r u m e n ta liz a r á con c a r á c te r p r o p a 5. La victoria de Octaviano g a n d ís tic o todos los e le m en to s poParecía que las guerras civiles hubie- :\ s i b l e s c o n tal d e d e s a c r e d i t a r a r a n t e r m i n a d o ; s in e m b a r g o , los M. A ntonio. Las guerras civiles, solu acuerdos eran frágiles y pronto se rea ción últim a a la crisis rep ublican a, n u d a r á n los conflictos entre el hijo de c u l m in a r á n el 2 de sep tiem bre del 31 Pom peyo. Sexto, y el a d o p ta d o p o r a. C , c u a n d o O riente y O ccidente se César. Octaviano, que consigue atraer enfrenten en Accio, frente a las costas se a la a r is to c r a c ia s e n a to r ia l m e de A m b rac ia , de d o n d e surgirá con la dia n te el m a trim o n io c o n Livia Druvictoria de O c ta v ia n o u n nuevo siste sila. d iv o rc iad a de T ib e rio C la u d io ma político, que pod ía articu lar la si Nerón, que aportaba a su nuevo matri- i tuación del m u n d o ro m ano.
La república tardía: cesarianos y pompeyanos
Cronología
78 a. C.
M u e rte de Sila. R ebelión de M. E m ilio Lépido.
77
D e rro ta y m uerte de Lépido. P e rp e n n a se u n e en H isp a n ia a Sertorio.
75
L ex Aurelia que perm ite a los trib u n o s de la plebe p o d e r a su m ir otras m agistraturas.
74
M itrídates declara la guerra a R o m a e in vad e Bitinia.
73
R e be lió n de Espartaco.
72
Sertorio es asesinado; P e rp e n n a d e rro ta d o en H ispania. L. L ucu lo o btiene im p o rta n te s victorias en la guerra contra Mitrídates.
71
D errota de E spartaco p o r Craso.
70
P rim e r c o n su la d o de P om peyo y de Craso. R establecim iento del tr ib u n a d o de la plebe. L ex Aurelia sobre la com posición de los trib un a le s de justicia.
69
L. Luculo invade A rm enia.
68
M o tín de las legiones de Luculo.
67
L ex Gabinia: c a m p a ñ a victoriosa de P o m p e y o c o n tra los piratas.
66
L ex M anilia: P o m p eyo sustituye a Luculo en la guerra c ontra M itrídates. A lian za con F raates III de Partía. D erro ta de M i trídates.
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60
A kal Historia del M undo Antiguo
65
C ra so censor; intrigas p a r a co nsegu ir poderes e x tr a o rd in a rios p a r a la ane x ió n de Egipto.
64
P om peyo en Siria. F in de la m o n a r q u ía seleúcida.
63
C o n s u la d o de Cicerón. S e g u n d a c o n ju ra c ió n de Catilina. C a íd a de J e r u s a lé n en m a n o s de P o m p e y o y fin de los asm oneos. D e rro ta y m uerte de C a tilin a ; P o m p e y o regresa a Italia y li cencia a su ejército.
62
61
C é s a r g o b e rn a d o r de la H is p a n i a Ulterior.
60
Regreso de César; pacto secreto entre C raso, C é sa r y P o m p e yo. « P r im e r triunvirato».
59
C o n s u la d o del César. Ley Vatinia, que le confiere a C é sa r la G a lia C is a lp in a y el Ilirico; a ello se le a ñ a d e p o r acu e rd o del se n a d o la G a lia T ra n sa lp in a .
58
C lo d io trib u n o de la plebe. Exilio de C icerón. Victoria de C é sar sobre los g e rm a n o s y los helvetios.
57
Regreso de Cicerón. P o m p e y o es e n c a rg a d o del ab aste c i m ie n to de la ciudad. C é s a r derrota a los belgas.
56
S u rg e n d e s a c u e r d o s e n tre los « triu n v iro s» . A c u e rd o s de Lucca.
55
C ra so y P o m p ey o cónsules p o r se g u n d a vez. P rim e ra ex ped i ción de C é sa r a Britania.
54
S e g un da exp edición de C é s a r a Britania; C ra s o en Siria p r e p ara la guerra co ntra los partos; P om pey o go bierna las p r o vincias h isp a n a s m e d ia n te legados.
53
Los c ón su les no p u d ie ro n ser elegidos hasta julio. C ra so es d e rro ta d o p o r los partos.
52
C lo d io es a se sin ad o p o r las b a n d a s de M ilón; revuelta gene ral en la G alia; sitio de Alesia. Po m peyo es n o m b r a d o consul sine collega.
51
M a n io b r a s de los optim ates co n tra César.
50
Se p la n te a la sucesión de C é sa r en la G alia. El trib u n o Curión p la n te a que C é sa r y Po m p e y o d e p o n g a al m ism o tiem po sus poderes. El c ónsul M a rc e lo o r d e n a qu e Pom p e y o a su m a la defensa del Estado. Los trib u n o s a b a n d o n a n R om a.
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49
C é s a r pasa el Rubicon. P o m pe y o a b a n d o n a Italia. César, n o m b r a d o dictador, m a r c h a a H isp a n ia , d o n d e derrota a los p o m p e y a n o s en Ilerda.
48
Victoria de C ésar en Farsalia: m u erte de P o m p eyo en Egip to. Bellum Alexandrinum .
47
C é s a r regresa a R o m a ; a m o t in a m ie n to de legionarios en C a m p a n i a . Los p o m p e y a n o s se p r e p a r a n p a ra d e fe n d e r Africa.
46
Victoria de C é sa r en T h ap sos; suicidio de C atón ; reformas internas.
45
C é sa r derrota a los p o m p e y a n o s en M u n d a .
44
C o n ju r a y asesinato de César. O ctavio n o m b r a d o heredero de César. M. A n to n io recibe co m o prov in cias la G a lia C isa l p in a y T ransalpina.
43
G u e r ra de M ó d e n a . Octavio cónsul; «segu nd o triunvirato». C o m ie n z a n las proscripciones.
42
Batalla de Filipos. Suicidio de C asio y de M. Bruto.
40
G u e r ra de Perugia.
39
A cuerdos de M isen o entre M. A nto nio, O c ta v ia no y Sexto Pompeyo.
37
Pacto de Tarento; A n to n io desposa a C leopatra.
36
L épido a b a n d o n a el triunvirato; Sexto P o m peyo es derrotado en N aulo co; c a m p a ñ a con tra los partos de M. Antonio.
34
Victoria de M. A n to n io frente a los partos.
31
Victoria de O c ta via no en Accio.
62
A kal Historia del M undo Antigut
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