BORGES Y EL MISTERIO DE SWEDENBORG
Entrevista de Christian Wildner (*) con Jorge Luis Borges sobre
el
científico
y
visionario
sueco
A continuación continuación una entre entrevist vistaa reali realizada zada por Chris Christian tian Wildner Wildner en 1984 a Jor Jorge ge Luis Borges sobre el místico sueco que pretendió difundir un conocimiento exhaustivo de las jerarquías angélicas de los cielos y las presencias demoníacas del Infierno. Emanuel Swedenborg (Estocolmo, 1688-Londres, 1772) brilló, en la primera etapa de su vida, en el terreno de las ciencias. La última etapa de su obra explora el mundo de lo invisible con rigurosa precisión científica. Para profundizar en la vida y obra de Swedenborg recomendamos una conferencia borgeana de la que damos precisiones al final
de
estas
breves
palabras
preliminares.
La entrevista con Borges que aquí se presenta en torno al extraordinario sueco integra el prólogo de la edición castellana de una obra esencial de Emanuel Swedenborg: El Cielo y sus Maravillas y el Infierno , editado por editorial Kier en Buenos Aires, en
1991. Christian Wildner Wildner es también autor de la traducción de la mencionada obra, que posee el mérito adicional de ser la primera traducción completa en castellano. El título original de la obra es De Caelo et Ejus Mirabilibus et de Inferno que fue publicada por primera vez en Londres, en 1758, en latín. Luego, hubo una versión
inglesa: Heaven and its Wonders and Hell, traducido por John C. Ager, que fue publicada por la Swedenborg Foundation en 1963. Esta entrevista con Jorges Luis Borges a propósito de la metafísica exploración de Swedenborg del cielo y el infierno puede ser ampliada mediante otros momentos de la obra borgiana. Estos son: 1) Dentro de la obra Prólogos con un Prólogo de Prólogos podrán hallar un prólogo borgeano
a
los
Mystical
works
de
Swedenborg.
Fuente: Prólogo a Emanuel Swedenborg en Prólogo con un Prólogo de Prólogo s (1975) en Jorge Luis Borges, Obras completas, IV, Buenos Aires, Emecé, 1996. pp. 142-150. 2) El 16 de junio de 1978 Borges le dedica una notable conferencia en torno a la vida y obra de Emanuel Swedenborg donde manifiesta que acaso el visionario sueco fue la personalidad
más
extraordinaria
de
la
historia.
Fuente: Conferencia sobre Emanuel Swedenborg, en Borges oral (1979) en Jorge Luis Borges, Obras completas, IV, Buenos Aires, Emecé, 1996, pp.180-197. También es de destacar el ensayo que a Swedenborg le dedica Ralph Waldo Emerson, el gran ensayista norteamericano, en su trascendente obra Hombres representativos.
Fuente:
Ralph Walso Emerson, "Swedenborg o el místico", en Hombres
representativos,
Buenos Aires, Losada, 1991, pp.66-101.
Y tampoco olvidemos la novela de Honorato de Balzac inspirada en el místico sueco: Serafita . En lengua castellana, de esta obra existe una versión de Editorial
Iberia S.A, con traducción del francés de Eduardo Pons Prades. E.I
(*) Pedimos disculpas al Sr. Christian Wildner por la involuntaria no consignación anterior de su autoría de la entrevista y prólogo de la traducción completa por él mismo realizada de Emanuel Swedenborg, El Cielo y sus Maravillas y el Infierno , Buenos Aires, 1991, Editorial Kier. Esta traducción de la obra del místico sueco es la primera traducción completa en lengua castellana. Como ya se consignó, la entrevista es
del
año
1984
y
la
publicación
de
la
traducción
de
1991.
E.I
BORGES Y EL MISTERIO DE SWEDENBORG
Voltaire
"
dijo que el hombre más extraordinario que registra la historia
fue Carlos XII. Yo diría: quizá el hombre más extraordinario -si es que admitimos esos superlativos- fue el más misterioso de los súbditos de Carlos
XII,
Emanuel
Swedenborg".
Éstas son las palabras inaugurales de Borges en la conferencia que pronunciara en la Universidad de
Belgrano sobre el místico sueco.
Por la misma época en que leía la versión escrita de esa conferencia, llegaba casualmente a mis manos una novela de Balzac, una novela mística,
inspirada justamente
en Swedenborg: Serafita.
Algún
tiempo
después, volví a encontrar su nombre, en una vieja colección de ensayos de
Paul
Valery.
Habiendo agotado mis esfuerzos por hallar textos de Swedenborg en español, finalmente, y también de manera casual, di con una biografía suya en inglés en la librería Strand de New York. Después de leerla, volví a la Strand, buscando ahora libros escritos por Swedenborg. No hallé
ninguno.
Por
suerte
un
librero
me
informó
que
existía
una
Fundación Cultural que llevaba su nombre. Y que esa Fundación se dedicaba
casi
exclusivamente
a
la
publicación
de
sus
obras.
Ahora podía elegir. Y obedeciendo a mi natural disposición, comencé a leer sus escritos teológicos y místicos. Quedé maravillado. Durante casi tres años, alternaba toda otra lectura, con su prosa sosegada, coloquial y minuciosa. Pude leer su Arcana Coelestia , donde expone lo que él llama el sentido interno o espiritual de los dos primeros Libros de la Biblia; su cosmogónica doctrina de las correspondencias; sus travesías por el mundo
espiritual;
y
sus
demonios
habituales
diálogos
y
con
los
los
espíritus,
los
ángeles.
Y toda esta íntima aventura del espíritu, es protagonizada por un hombre que al llegar a los cincuenta años era considerado como uno de los científicos más eminentes de su tiempo. Desde entonces, desde que descubrí el fabuloso mundo de Swedenborg, me propuse acercarme a Borges, para agradecerle el hallazgo, y para conversar con él (para oírlo hablar a él) sobre el tema. Cuando llegamos a la casa de Borges -nos había citado a las cinco de la tarde-
interrumpimos una
ciertas
familias;
impecable
camisa
la
suerte
ceremonia blanca;
de del
erguido,
ceremonia té.
En
Borges
todavía
mangas no
se
de
habitual camisa, inclinaba
entre una para
aproximarse a la taza: la elevaba hacia él, por así decirlo, como si se tratara de algún instrumento ritual. Apenas notó nuestra presencia; sin apresurarse, volvió a dejarla sobre la mesa con el mismo ademán mesurado y casi solemne. Entonces se puso de pie; y ahora sí, inclinó levemente
la
cabeza
dándonos
la
bienvenida.
Al mismo tiempo que nos hacía pasar a la sala con expresiones de auténtica
y
espontánea
cortesía,
volvió
a
tomar
asiento
luego
de
excusarse. En seguida, acompañado por la doméstica, salió de la sala. La desenvoltura,
la
natural
simpatía,
neutralizaron
de
entrada
esa
y
fastidiosa
la
afabilidad sensación
de
su
opresiva
trato, de
los
prolegómenos. Cuando regresó, lucía un regio traje de color pardo claro, se había puesto una corbata de un tono algo más oscuro, y empuñaba su emblemático bastón. Ahora nos recibía como anfitrión, con todas las de la ley; había cambiado su atuendo para cumplir con otra ceremonia, la ceremonia
de
la
hospitalidad.
Se sentó en el amplio sillón de la sala, enfrente al mío, e inmediatamente recordó el tema que habíamos hablado un año atrás en el salón de lectura de la New York Library. Era el mismo que evocaríamos ahora, aquí en Buenos Aires, en su departamento de la calle Maipú; un tema recóndito y fascinante: Emanuel Swedenborg. Y Borges no aguardó la primera pregunta, era evidente que se trataba de una de sus ocupaciones predilectas:
El
Miste
-"Yo escribí un prólogo a un libro sobre Swedenborg a instancias del Sr. Spiers, de la Fundación Swedenborg. Y tengo en proyecto (claro que a mi edad los proyectos son un tanto aleatorios) un libro sobre las tres salvaciones; la primera es la de Cristo, que es de carácter ético; la segunda es la de Swedenborg, que es ética e intelectual; y la tercera es la de Blake, discípulo rebelde de Swedenborg, que es ética, intelectual y estética, que se basa en las parábolas de Cristo, que él dice que son obras
de
arte".
-Usted ya me había comentado cuando lo vi en Nueva York que pensaba escribir
un
libro
sobre
Swedenborg...
-"Sí, pero ahora he pensado, que es mejor hacerlo de ese modo. Comenzando con Jesús, luego Swedenborg y luego Blake. Sería más fácil hacerlo así, ya que no se necesitarían tantos textos. Tengo la edición de Everyman's Library (cuatro volúmenes), un par de biografías, un libro por un especialista escrito en sueco y vertido al inglés ... ¿Usted quería
hacerme
una
pregunta?"
-Si. En primer lugar, me gustaría saber de qué manera conoció usted a Swedenborg. -"Lo
conocí
por
Emerson.
Porque
Emerson
tiene
un
libro:
"Representative Men". Ese libro está escrito un poco a la manera de 'On Heroes Heroworship and the Heroic In History', de Carlyle, que fue de algún modo su maestro; entonces, él toma distintos tipos humanos. Recuerdo que son: Montaigne o el escéptico, Swedenborg o el místico, Shakespeare o el poeta, Napoleón o el hombre del mundo y Goethe o el escritor. Yo comencé leyendo ese libro. Ese libro lo leí en Ginebra en el año 14 o 15; y luego, mi padre tenía un ejemplar de 'Heaven and HeIl', Caelo et Inferno'; él lo tenía en una edición de la Everyman's Library. Bien, yo leí ese libro y encargué a Inglaterra los otros tres publicados por la misma editorial. Publicaron cuatro libros de Swedenborg de acuerdo con la Sociedad Swedenborg de Londres. Y luego en francés conozco solamente una versión de Caelo et lnferno'. Swedenborg fue a Inglaterra porque quería conocer a Newton,
y
finalmente
no
pudo
lograrlo,
qué
raro,
eh?
Yo he hablado mucho sobre Swedenborg con el pintor y místico argentino Xul Solar, yo era muy amigo de Xul, iba a casa de él en la calle Laprida 1214, y leíamos a Swedenborg, leíamos a Blake, leíamos a los poetas alemanes, leíamos al poeta inglés Swinburne y muchos otros textos". -¿Qué
impresión
le
dio
la
manera
en
que
escribe
Swedenborg?
-"Bueno. Generalmente, los místicos, tienden a escribir de un modo vago; él no. La obra de él es..., yo no diré prosaica, pero sí precisa. Es un poco..., como si él hubiera ido a la China, o hubiera ido a la India y describiera
lo
que
-Como
ha
un
visto." científico...
-"Sí, claro. El llevó esa... casi aridez, esa sequedad, esa precisión, a sus descripciones. Generalmente cuando se habla de éxtasis, se usan metáforas del amor, o metáforas del vino, metáforas arrebatadas. Pero en el caso de él no. El no busca efectos patéticos. El describe lo que ha visto. En relación a esto recuerdo algo que me dijo Xul: 'Lo que se ve en el otro mundo depende un poco de uno'. Hay un poema muy lindo de Victor Hugo que expresa muy bien esta imagen: 'Ce que dit la Bouche d'ombre', "Lo que dice la Boca de sombra"; el mismo espectro que le dice a
Nerón
'Soy
Mesalina',
le
dice
a
Caín
'soy
Abel'.
Del mismo modo, las visiones de los místicos musulmanes, de los sufíes, no concuerdan
con las de los cristianos. Quiere decir que hay como
fuerzas o espíritus que cada uno ve de acuerdo con sus prejuicios o conocimientos.
Posiblemente
esos
mismos
ángeles,
ese
mismo Cristo, que él vio de ese modo, fue visto por místicos de otra tradición
de
otro
modo."
-Usted decía hace un momento que Swedenborg viajó a Londres para conocer a Newton y que le parecía raro que no hubiera logrado hacerlo. Sin embargo en esa misma
ciudad,
tuvo
lugar
su
encuentro
con
Cristo.
-"Sí. Sé que el primer encuentro con Cristo fue en Londres, y los otros también. El estuvo además en Alemania, Holanda, los Países Bajos, pero finalmente se estableció en Londres. Tal vez el hecho de que fijara su residencia en Londres está relacionado con esa experiencia. A partir de ese momento su vida cambió totalmente. Abandonó el estudio de la ciencia; por ejemplo: la anatomía, la astronomía, las matemáticas, y se dedicó a registrar minuciosamente ese mundo espiritual. El diálogo con los
ángeles
empezó
a
ser
un
hecho
cotidiano
para
él".
-En el prólogo al libro de Synnestvedt sobre Swedenborg, usted afirma que hay algo incómodo en su obra; que usted piensa que él es un pensador por derecho propio, y que tal vez trató de enmarcar, o acomodar su pensamiento
al
texto
de
la
Biblia.
-"Yo no sé si en el caso de él, pienso que es así en el caso de la cábala. En el caso de él creo que no. Además, el padre de él era obispo, obispo evangélico, luterano. El tiene que haberse criado en un ambiente muy piadoso. Yo no creo que eso le haya costado ningún esfuerzo a él. Digo, que él pensaba naturalmente en el espíritu de la Biblia. Bueno..., mi abuela, sabía de memoria la Biblia, en su familia eran metodistas. Usted hacía una cita bíblica, y ella decía, 'sí', por ejemplo: 'Libro de los Reyes, capítulo tal, versículo tal: y seguía adelante, o 'Libro de Job, capítulo tal versículo tal...' Me parece que no es tan raro eso. En Alemania hay una expresión que traducida, sería: firme en la Biblia", son las personas que saben la Biblia
de
memoria."
-Una pregunta en relación al tema, pero vinculada más directamente con usted. ¿Alguna vez desde su infancia hasta hoy, usted percibió, sintió o intuyó
la
presencia
del
mundo
angélico
o
trascendente?
-"No sé si llamarlo angélico o trascendente. Pero sé que... bueno... Yo dos veces en mi vida he sentido el hecho de vivir fuera del tiempo. Eso me ha ocurrido.., una vez fue en Palermo, y otra vez fue en uno de los puentes detrás de la estación de Constitución. Y esas dos veces, me habían sucedido cosas, bueno, que me habían conmocionado durante el día. No sé... Una mujer me había dejado... Y de golpe estaba pensando en eso, y de pronto
me
vi
así,
en
tercera
persona,
y
sentí:
'qué
puede
importarme lo que le pasa a Borges, si yo soy Otra cosa; lo que me ha pasado es meramente circunstancial.' Ahora, yo no sé cuánto 'tiempo' duró ese estado; pero yo me sentí, no sé si feliz, pero como... bueno, como sereno, como arrebatado así de todo. Y he tratado de decirlo, una vez en un poema y otra vez en prosa, pero no sé si he logrado comunicar esa sensación. Cuando estuve en Japón tuve ocasión de conversar con un monje budista, y él me dijo que había alcanzado el nirvana. Yo le dije "¿Y aseguro que usted no podrá contármelo?". -'No'- respondió, claro; porque cada palabra presupone una experiencia compartida, por ejemplo; si usted está en Estados Unidos, y habla con alguien y le dice 'tal cosa tenía gusto a mate', el interlocutor no tiene porqué entenderlo si no conoce el gusto del mate... Entonces, el monje, me dijo que su experiencia del nirvana era incomunicable; que él podía hablar sobre el nirvana con otro monje que también lo había alcanzado. Que él no sabia cuánto tiempo había durado, pero que después todo era distinto para él. Le pregunté -'Distinto ¿en qué sentido?,
¿usted
siente
todo
igual
que
antes?'-'Sí'-
me
contestó,
'entiendo
perfectamente lo que usted quiere saber'. 'Yo siento soledad, siento ansiedad,
siento
alegría,
siento
dolores
físicos,
siento
placeres
físicos siento los sabores de las cosas; pero todo eso de un modo distinto
después
de
alcanzar
el
nirvana'.
-¿Y de ese modo es mejor?' -'Si'- me dijo, -pero yo no lo puedo explicar'.
Y
me
di
cuenta
que tenía razón, que era algo inexpresable. Esto fue en Nara. En un monasterio
budista..."
Un famoso irlandés -que imaginó con riguroso fervor la tercera forma de salvación postulada por Borges, la salvación por la belleza-, en otra conferencia, esta vez en la Universita Popolare Triestina, exaltó, al igual
que
Borges,
la
filiación
espiritual
del
iracundo
poeta
inglés
William Blake con el visionario sueco. Dice James Joyce: "...Swedenborg, que frecuentó todos los mundos invisibles durante largos años, ve en la imagen del hombre el mismísimo cielo, y a Miguel, Rafael, y Gabriel, que según él, no son tres ángeles, sino tres coros angélicos. La eternidad, que al discípulo amado y a San Agustín se les apareció bajo la forma de ciudad celestial, y al Alighieri como rosa celestial, revestía para el místico sueco las formas de hombre celestial, con todos sus miembros animados por un fluido de vida angélica que sale y vuelve a entrar, en sístole y diástole de amor y sabiduría. A partir de esta visión desarrolló el inmenso sistema de lo que él denominaba correspondencias, y que domina su obra maestra Arcana Coelestia, nuevo evangelio que, según él, anuncia la aparición del Hijo del Hombre en los cielos, prevista por San Mateo". (*)
(*) Fuente: Entrevista realizada por Christian Wildner con Jorge Luis Borges en prólogo a la traducción por él mismo realizada de Emanuel Swedenborg , El Cielo y sus Maravillas y el Infierno,
Buenos Aires, 1991, Editorial Kier, pp. 15-19. Esta
traducción de la mencionada obra de Swedenborg es la primera en lengua castellana.