LA BARDO SILENCIOSA Autor B.L. Miller Traducido por Silvina
Descargo de responsabilidad 1: Los personajes de Xena, Gabrielle, Argo, Hércules y Iolaus son propiedad de MCA / Universal y que poseen todos los derechos sobre ellos. Yo sólo los he tomado prestados para esta historia. El resto de la historia es la mía. Los comentarios pueden enviarse a mí
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[email protected].. Descargo de responsabilidad 2: Esta historia contiene escenas explícitas, gráficas de dos mujeres haciendo el amor la una a la otra. Si esto te ofende, corre, no camines, lejos de esta historia. También hay escenas de violencia física y emocional. Sólo estás advertido.
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-Maldita sea esa mocosa impertinente!- Ares irrumpió en torno a su reino. -Ella siempre arruina mis planes.- Miró a la fuente del escudriñamiento. Contenía una imagen de Xena y Gabrielle sentadas junto al fuego. A medida que se acercaba, oyó a Gabrielle contar a Xena Xena uno de sus cuentos. -Y esa voz ! Oh, cómo me crispa los nervios!- Pisó su alrededor, consiguiendo consiguiendo estar aún más más furioso. -Ella siempre está hablando a Xena de hacer las cosas a su manera. Con su influencia, nunca voy a conseguir conseguir a mi princesa guerrera de nuevo. Si hubiera una manera de hacerla callar!- se rascó la barba, como si pudiera darle algunas ideas nuevas. -No puedo matar a la l a perra, Artemisa nunca me dejaría matar a su preciosa reina de las amazonas!- Él se acercó a la fuente. La voz de Gabrielle llenó el aire de nuevo. -Arggh! ¿Es que jamás de calla?- Una sonrisa malévola se formo en sus labios divinos. -¡Eso es! Voy a callarla! Sin su voz, ella no le puede decir a Xena qué hacer. Ella será incapaz de detenerme!- La sala vibraba con su risa mal. Como de costumbre, Xena se despertó con los primeros rayos del carro de Apolo. Se tomó tomó un momento momento para comprobar si su compañera compañera dormía, luego se dirigió al agua para coger el desayuno. El conejo de ayer por la noche era pequeño, pero Gabrielle no se quejaba. Xena decidió hacer las paces con ella esta mañana. Ella capturaría suficiente de peces para llenar el vientre de su bardo. Por supuesto, supuesto, ella sabía que el vientre de Gabrielle no llevaba llevaba satisfecho por mucho tiempo. Esa chica se podía comer. En todos los veranos como una señora de la guerra, Xena nunca había visto a nadie que pudiera comer más de Gabrielle. La parte irritante de todo es que la bardo no tiene un gramo de grasa en ella. Xena sabía que si comía ni la mitad de lo que su compañera lo hizo, ella sería más grande que una choza. Riéndose en la imagen, i magen, Xena entró en el agua. Gabrielle entrecerró los ojos contra el sol brillante. No tenía sentido tratar de volver a dormir ahora. Ella no tiene que mirar para saber que Xena estaba fuera del lugar preparando preparando el desayuno. Ella hizo hizo lo normal por la mañana y bostezó. Una mirada burlona se apoderó de su rostro. Ella normalmente gruñía cuando se estiraba. Esta vez no oyó un sonido. -¿Xena?- Ella gritó, pero ningún sonido salió de sus labios. Lo intentó de nuevo. nuevo. Sintió que su boca boca se movía, sus labios labios y la lengua la formación de los movimientos necesarios para hacer ruido, pero lo único que escuchaba era el silencio, un silencio ensordecedor. Tal vez sea un sueño, pensó. Un doloroso doloroso pellizco en la pierna le dijo que estaba bastante bastante despierta. Asustada, intentó una y otra vez a llamar a Xena, siempre con los mismos resultados. Su visión se hizo borrosa, mientras las lágrimas comenzaron a caer. En cuanto a la fogata humeante, humeante, vio su sartén. Ella se arrastró arrastró y lo recogió, golpeando una y otra vez en las rocas que bordeaban el fuego. Xena acababa de terminar de limpiar una trucha pequeña cuando sus oídos recogieron el sonido del metal contra la roca. Había una urgencia de los golpes. 3
Temiendo por la seguridad de Gabrielle, Xena dejó caer el pescado y corrió de regreso al campamento. Gabrielle estaba violentamente golpeando la cacerola contra las rocas, las lágrimas corrían por su rostro. La mirada en el rostro de la bardo era algo que Xena nunca había visto antes allí, terror. Se arrodilló a su lado y tomó la sartén de las manos de la mujer llorando. -Gabrielle, ¿qué tienes tienes de malo?- La bardo bardo negó con la cabeza cabeza ida y vuelta. Sin comprender, Xena la agarró por los hombros. -Gabrielle, dime lo que está pasando.Esas palabras sólo sirvieron para aumentar la cantidad de lágrimas. Más perturbador para Gabrielle era que incluso los sollozos no tienen sonido. Se refirió a la garganta y sacudió la cabeza, tratando desesperadamente de hacer entender la guerrera. -No entiendo, Gabrielle. Cálmate y dime lo que te tiene tanto miedo.-Frustrada con la falta de expresión y enojada consigo misma por no ser capaz de comunicarse, Gabrielle empujó las manos de Xena y corrió hacia el agua. Totalmente confundida, Xena siguieron rápidamente. Gabrielle se detuvo al borde del agua y frenéticamente comenzó a mover sus dedos a través de la tierra fangosa. Xena casi se agachó y sacó las manos de la bardo lejos hasta que se dio cuenta de que Gabrielle estaba tratando de escribir algo en la tierra húmeda. Xena esperó hasta que los dedos de Gabrielle dejaron de moverse. Dos palabras palabras fueron escritas. No puedo hablar. Xena miró a Gabrielle y a la tierra y de nuevo a Gabrielle. -¿No puedes hablar? hablar? ¿Es eso lo que está está mal? - Gabrielle lentamente asintió con la cabeza ida y vuelta. Sin previo aviso, la bardo se arrojó sobre Xena, envolviendo sus brazos alrededor de la guerrera y la mantuvo apretada. -Te tengo, está bien.- Xena rodeó con sus brazos a la mujer llorando y le acarició el pelo. No se movieron durante casi una marca de vela completa, Gabrielle necesitan consuelo, como nunca antes antes y Xena tenía cierta manera de proporcionar ese consuelo. Cuando sintió que Gabrielle se había calmado por fin, Xena se movio hacia atrás para mirar el rostro manchado de lágrimas. -Gabrielle ... hey, mírame-. Le puso la mano en la barbilla de la bardo y la obligó a mirar. -No sé cómo sucedió esto, pero te juro que encontraremos una manera de conseguir tu voz de nuevo.- Gabrielle asintió asintió con la cabeza y se secó los ojos. ojos. 4
-Eso está mejor. ¿Tienes hambre?- Xena se sorprendió cuando la bardo negó con la cabeza de lado a lado. -¿Está segura?- Otro temblar. -Está bien, te diré que. Voy al campamento recojo y nos dirigimos hacia Atenas. Vamos a ir a ver a Hipócrates. Si alguien puede averiguar lo que está mal, es él. - Xena movió el pulgar hacia atrás atrás y adelante a través través de la mejilla de Gabrielle en un movimiento reconfortante, reconfortante, mientras esperaba esperaba el acuerdo a la joven. joven. Después de varios latidos del corazón, la narradora, finalmente asintió con la cabeza. El silencio era inquietante, Xena llena el resto de su equipo. Continuamente miraba a Gabrielle, que pasó la mayor parte de su tiempo mirando al suelo. La bardo no hizo ningún esfuerzo para ayudar. Una vez que todo estaba lleno, Xena salto en Argo. Gabrielle se echó a andar, con la cabeza hacia abajo como si el peso del mundo fuera sobre sus hombros jóvenes en lugar de Atlas. Normalmente, Gabrielle sigue detrás de Argo, constantemente charlando acerca de su aventura anterior o de una historia en la que ella estaba trabajando. Sin embargo, Xena se encontró de nuevo sosteniendo de Argo, manteniendo la bardo dentro de su línea de visión. Xena nunca se dio cuenta de lo mucho que dependía de charlas de Gabrielle para hacerle saber que la bardo seguía con ella. Mirando hacia abajo ahora, Xena como Gabrielle vio caminando lentamente, mirando al suelo. El corazón dla guerrera ardía en deseos de eliminar el dolor. La voz de Gabrielle era una de sus mayores activos. Abrió hoteles para ellos, facilitó el camino para que Xena para entrar en nuevas ciudades, regateó a los mejores precios en las mercancías. Ahora bien, sería hasta Xena para manejar todo eso, y la guerrera sabía que estaba lejos de ser tan hábil con las palabras como su amada bardo. Después de un silencio ensordecedor de una marca de vela y el progreso dolorosamente lento, Xena no pudo aguantar más. Saltos fuera de Argo, ella se acercó y puso su brazo sobre el hombro de Gabrielle. -¿Te gustaría viajar por un tiempo? Vamos a llegar más rápido-. La bardo se volvió hacia ella y Xena se dio cuenta de que ella había estado llorando. -Oye-, dijo Xena en voz baja mientras se limpiaba una lágrima errante. -¿Por qué no me lo dijiste?- Rápidamente se dio cuenta del error en sus palabras, se corrigió. -Lo siento. Gabrielle, ¿te vienes conmigo?- La bardo se negó con la cabeza.
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-¿Por favor?- Gabrielle miró pensativa. Xena nunca dice por favor. -Gabrielle, yo realmente quiero que vengas conmigo.- Al no ver ninguna reacción, Xena respiró hondo y contempló cuidadosamente sus palabras. -Me haría sentir mejor. No te puedo escuchar, pero por lo menos yo sería capaz de sentirte. Por favor, Gabrielle, necesito algún tipo de contacto contigo. Fue una admisión de impotencia de Xena por la situación. Igual de molesta que Gabrielle , todavía entiende la importancia de las palabras de la guerrera. La bardo se acercó y puso su pie en el estribo. Xena la hizo subir, a continuación, se subió detrás de ella. Sosteniendo las riendas en la mano, Xena rodeó con sus brazos la cintura de la mujer más joven. Gabrielle siguió llorando l lorando en silencio, pero encontró consuelo en los brazos de la mujer fuerte. La mente de Xena corrió mientras trataba de averiguar lo que sucedió a la voz de la bardo. Argo se detuvo rápidamente cuando Gabrielle tiró de las riendas. -¿Qué pasa?- -Preguntó Xena, entonces mentalmente se reprendió por ser tan estúpida. -Lo siento. Tenemos que encontrar encontrar una manera manera de comunicarnos la unas con la otras.Gabrielle asintió con la cabeza ligeramente y pasó la mano contra la pierna de Xena. -¿Qué? ¿Quieres bajar?- Un guiño. Xena se bajó y abrió los brazos para ayudar a la bardo. A medida que baja Gabrielle, Xena rodeó con sus brazos y la abrazó. -Gabrielle, sabes que no hay nada en el mundo que yo no haría por ti. Vamos a encontrar una manera de hacer esto mejor. Te lo juro por Artemisa que lo haremos. - Ella soltó el abrazo. Gabrielle comenzó a caminar hacia la espesa maleza. -¿Adónde vas?- Xena dijo que ella extendió la mano y agarró el brazo de la bardo. Gabrielle señaló a los bosques. -¿Por qué quieres ir allá? - Gabrielle miró a ella, tratando de averiguar cómo decirle sin avergonzar a cualquiera de ellos. Por último ha señalado entre sus piernas, y luego agitó su brazo, lo que indica indica el bosque. Xena Xena arqueó la ceja la comprensión se establecio -Oh.- Ella sonrió. Gabrielle puso los ojos en el gesto agradable durante todo el día primero. La bardo se dirigió a la masa de árboles y la maleza cuando oyó los pasos de Xena detrás de ella. Se dio la vuelta. -Me tengo que asegurarse de que estás bien. ¿Qué pasa si tu te caes sobre un tronco y te golpead la cabeza? ¿Cómo voy a saberlo? Sólo estoy mirando hacia fuera para tu. 6
- Gabrielle frunció el ceño y siguió caminando, muy consciente de la sombra de seis pies detrás de ella. Cuando encontró el lugar que ella quería, ella se acercó y empujó en el hombro izquierdo de Xena mientras tira de la otra. -Yo iba a dar la vuelta, vuelta, Gabrielle. No necesitas mi ayuda. - Se dio la vuelta y miró hacia las copas de los árboles, sonriendo a la modestia de la bardo. Sus oídos le dijo que cuando la bardo termino, pero esperó hasta que ella sintió una mano suave en el hombro antes de mudarse. Regresaron a la carretera en silencio. Fuero dos marcas de vela pasado el medio día cuando Gabrielle tiró de las riendas de nuevo. Se apearon. Xena asume que Gabrielle tuvo que ir al bosque de nuevo, pero la bardo se quedó allí y se frotó el estómago. -Oh, es hora de comer, ¿no?- Gabrielle asintió con la cabeza. Xena miró hacia el cielo. -Lo siento. Supongo que perdí la noción del tiempo. Por lo general, ... - Dejó que las palabras desvanecerse poco a poco, dándose cuenta de su error. Vamos, nos cogerán un conejo y te juro que va a ser más grande que la que tuvimos ayer por la noche, ¿vale? - Ella tenía la esperanza de una sonrisa de su bardo, pero lo único que recibí fue un encogimiento de hombros indiferente. Xena rápidamente desensilló Argo y dejo que el caballo de batalla masticara la hierba dulce. Gabrielle no hizo ningún intento para descomprimir sus alimentos o utensilios de cocina. Incierto, si la bardo siquiera quería comer, Xena se acercó y se sentó con las piernas cruzadas junto a ella. Gabrielle rápidamente escribió algo en la tierra blanda. Xena miró a leer las palabras. -¿Tienes miedo? Yo sé que eres.- Xena se acercó y puso su mano sobre la rodilla de la bardo. -Esto no es permanente, Gabrielle-. Ella dijo que las palabras, aunque temía lo contrario. contrario. -Mira el lado bueno, al menos tu mano no está rota. Tu todavía puede escribir, incluso si tu no puede hablar. - Gabrielle frunció el ceño y escribió en la tierra. -Gran cosa? Gabrielle, es un gran problema.- Gabrielle volvió la cabeza. -No. ¡Mírame, Gabrielle-. Xena utiliza su mano para mover la cabeza de la niña. -Es una gran cosa-. Ella suspiró, deseando que ella supiera lo que estaba pasando en la cabeza su bardo. - Gabrielle, tal vez debería tomar algún tiempo y escribir lo que estás sintiendo.La cabeza se sacudía. -Gabrielle, lo digo en serio. Realmente creo que sería de ayuda. 7
- Hubo una larga pausa. -Me ayudaría. No tengo ni idea de lo que está pasando en su linda cabecita y yo daría cualquier cosa por saberlo. Usa tus pergaminos y hablar conmigo, Gabrielle. No me dejes afuera así. No merezco eso. -Xena se quedó, incapaz de lidiar con los sentimientos . Necesitaba algo que hacer. -Voy a buscar algo para el almuerzo.- Metió la mano en la alforja y sacó la sartén. -Tu ve a buscar algo de leña y enciende el fuego. Si me necesitas, usa este.- Ella sostuvo la sartén y esperó unos pocos latidos del corazón para la bardo la tomarla. No está seguro de qué más decir, Xena se volvió y se dirigió hacia el bosque, asegurándose de que ella estaba al alcance del oído de su preciosa amiga. Xena volvió con dos conejos pequeños, sin piel cuidadosamente, al ver que Gabrielle había comenzado de hecho el fuego e hizo un asador. Para su decepción, sin embargo, vio que la bardo no había hecho ningún intento de escribir nada. La guerrera no no estaba acostumbrada acostumbrada a Gabrielle mantuviera los sentimientos en su interior. Por lo general, Gabrielle era muy explícita sobre sus sentimientos. Xena se dio cuenta de la ironía ironía de la situación. La guerrera estoica tratando de conseguir el apasionado cantor de expresar sus sentimientos. Sintió una punzada de culpa. culpa. Gabrielle habia intentado intentado tan duro conseguir que Xena Xena expresara incluso la más diminuta de las emociones, la mayoría de las veces fallaba. Tengo que ser más abierta con ella sobre mis sentimientos, la guerrera pensó para sí misma. -Bueno, no pude conseguir un conejo grande, pero tengo dos pequeños.- Se arrodilló y los puso en el asador. -No tienes ganas de escribir ahora mismo, ¿verdad?- Agite bien. -Bueno, yo no te empujo, Gabrielle, a pesar de lo que debería. Zeus sabe que presione lo suficiente para expresar mis emociones. - La bardo la miró, el reconocimiento de la observación. -Lo que estoy tratando de decir es que yo estoy aquí para ti.- Ella se arriesgó y se sentó a su lado. -Yo siempre estaré aquí para ti, pase lo que que pase.- Gabrielle mantuvo el contacto contacto con los ojos, su rostro revela un contraste de emociones. Xena vio el dolor, el miedo y la tristeza se mezcla con un desaliento que no pertenece a una cara tan joven. Xena se acercó al fuego y se volvió el asador. Nunca me di cuenta de lo difícil que era mantener una conversación de un solo lado, pensó para sus adentros. ¿Cómo lo hace? Sonriendo para sí, Xena pensó en lo afortunado que era tener a la mujer mujer de pelo color cobre en su vida. vida. -Sí, Xena. ¡Qué suerte tienes?- Ares se rió entre dientes mientras miraba hacia abajo en ellas. -¡Qué suerte que te crees que eres, cuando se termina usando su última dinares para conseguir comida para ella, Mmm? Va a ser totalmente dependiente de ti, Xena. Ella te arrastra hacia abajo hasta que seas su sirviente 8
personal. Mucha suerte para mí, Xena. -El cielo retumbaba con la risa el Dios de la Guerra. -¿Quieres más?- -Está bien, voy voy a con Argo silla y se puede plegar.plegar.- Xena tiró los restos de su comida en el fuego y se fue a ir a tomar el cuidado del caballo. Ella fue rápidamente estaba frustrada consigo misma por no ser capaz de conseguir ayudar Gabrielle. Dioses, cómo echaba de menos menos esa voz. Cómo echaba de menos cerrar los ojos y escuchar a Gabrielle tejer una historia. La bardo sabía las palabras correctas que decir que sacarana Xena fuera de su concha, y las palabras adecuadas para consolar. Como ella se echó hacia atrás de Argo, Xena deseaba deseaba que que ella supiera supiera las palabras que decir decir para consolar a Gabrielle. Nada de lo que trató había funcionado. Ella estaba privada que su preciosa bardo, temía estuviera cayendo en una depresión. Después de la cena, se sentaron junto al fuego. -Gabrielle, quiero que trates de escribir.- Xena coloca la tinta en el suelo junto a la bardo y le entregó la pluma y el pergamino. Gabrielle dejó caer los objetos en el suelo junto a la tinta. -Gabrielle, tienes que escribir lo que está pasando.- se sacudió. -¿Por qué?- -Dime tus sentimientos, sentimientos, Gabrielle, por favor.favor.- Agite bien. Xena sintió su ira en aumento aumento y la disminución de su paciencia. -Gabrielle, no puedo soportar no saber cuál es tu pensamiento-. Que tiene una reacción. Azules y verdes los ojos de la bardo bardo brillaron con ira mientras agarraba la pluma y el pergamino. El ceño fruncido enojada estaba todavía en su rostro cuando escribió. Ella sacudió la pluma en el suelo, algo que nunca haría normalmente, y empujó a la nota a Xena. -¿Cómo me siento? Ahora tienes una idea de de lo que paso todos todos los días, y la parte divertida es, Tu puede hablar, simplemente no lo haces!Xena levantó la vista de la nota, con el rostro mostrando claras señales de su asombro. Gabrielle la miraba miraba hasta que hizo contacto con los ojos, luego volvió volvió el rostro de nuevo al fuego. Las llamas anaranjadas se reflejaban en las lágrimas que rodaban por la cara de de la Amazona. Xena movió la tinta y la pluma a un lado lado y se sentó al lado de Gabrielle. Ambas mujeres miraron al fuego. -Sabes, hubo un tiempo en que me gustaba el el silencio. Me calmaba después de una batalla. Después de que todos los gritos, el estruendo de los cascos, el sonido del metal contra el metal, el silencio era una bendición. En este momento el silencio es cualquier cosa menos calma. Quiero decir que para mí más que nadie en el mundo, Gabrielle -. La cabeza de la bardo se giró, Xena siguió mirando al fuego. Ya era bastante duro tratando de hablar. -Creo que nunca te dijo eso, ¿eh? Que haces-. Xena la tranquilizo. Gabrielle se acercó y tocó el hombro dla guerrera. Xena se volvió y la miró. -Más que nadie.9
El labio inferior de Gabrielle se estremeció mientras sus ojos se llenaron de lágrimas no derramadas. -Ven aquí-. Xena sacó la bardo y la abrazó, enterrando la cabeza en el pelo cobrizo. Cuando Gabrielle hacia atrás, tenía una sonrisa triste en su cara. -¿Qué?- Gabrielle señaló a la guerrera, y luego levantó dos dedos. -¿Qué? Uno, dos?- Repite los movimientos. -¿Yo?- Asiente con la cabeza. -Bueno, -Bueno, yo- dos dedos hacia arriba. -Dos? ¡Oh, yo también.- Asiente con con la cabeza. Xena miró hacia el suelo. -Yo no soy buena en esto, Gabrielle-. Xena dijo en voz baja, Estoy tratando, estoy mejor de lo que era hace dos veranos, ¿no? - Gabrielle asintió con la cabeza, sonrió y levantó el dedo pulgar con el dedo índice, un delgado rayo de luz entre ellos. Los ojos de Xena se agrandaron. -Oh.Ella se inclinó y revolvió el pelo cobrizo, cobrizo, recibiendo un buen empujón a cambio. cambio. Xena se sentó por un momento, sin saber qué hacer a continuación. La decisión de que sea necesario para mantener las manos ocupadas, echó más leña al fuego. -¿Por qué no vamos a dormir temprano para que podamos tener un buen comienzo en la mañana?- Ella miró para ver un encogimiento de hombros de Gabrielle, quien no hizo ningún esfuerzo para moverse. -Gabrielle ...- Ella arqueó una ceja para hacer valer su punto. Su cuerpo, los movimientos de los suspiros, pero sin los sonidos, Gabrielle se levantó y se acercó a su saco de dormir. Xena se movió hacia el lado opuesto del fuego y se presentarán la suya. Esa fue la forma en que siempre dormía, a menos que fuera una noche fría. Sólo entonces se acuestan juntas. Xena no se sentía el frío tanto como la joven bardo, pero ella nunca se negaba cuando Gabrielle pidia a dormir con ella. Xena a veces deseaba que la joven y bella mujer fuera a dormir con ella más a menudo. A la guerrera le encantaba la forma en que el pelo de Gabrielle se sentia contra su cara, la suavidad de la piel de la bardo estaba en contra suya. Xena se acababa de establecer en su saco de dormir cuando vio a Gabrielle ponerse de pie. Xena se apoyó sobre un codo y miró a Gabrielle recoger su saco de dormir y caminar hacia el lado del fuego de la guerrera. -Ven aquí-. Xena dijo cariñosamente cuando cuando apartó de su manta y dio cabida a su bardo. Gabrielle rápidamente se refugió en los brazos fuertes de la guerrera. Xena cubrió a ambas con saco de dormir de la bardo y puso su mano sobre la cadera de Gabrielle. Se sentía tan bien de tener lugar en los fuertes brazos de la guerrera. Gabrielle se acurrucó más cerca, sintiendo el calor irradiado desde el cuerpo de la guerrera siempre que tocaba su piel desnuda . Se inclinó, tomó la mano de Xena y la trasladó fuera de la cadera y hacia abajo a través de su estómago. Necesitaba quela tocara, se consoló. Si algo sucedió durante la noche, Gabrielle no tenía 10
forma de saberlo. Ella decidió que necesitaba sentir el cuerpo de su guerrera durante la noche. Incluso en su sueño, Xena sería capaz de protegerla. Xena se apretó alrededor de cintura de la joven. Tirando de la más bardo, ella envolvió su cuerpo alto y alrededor de la uno suave, más pequeño, y cayó en un sueño intranquilo. Gabrielle se retorcía, instantáneamente despertó a Xena. Ella miró los labios bardos se mueven en silencio. Aun sin los sonidos, Xena sabía que la niña estaba sufriendo una una pesadilla. Xena por por lo general podría decir decir qué tipo de sueños la bardo tenía apenas apenas escuchando desde desde el otro lado del del fuego. Algunas noches se oian risas. En un primer momento, Xena se sentaba y ver si la bardo estaba despierta. Después de un rato, se dio cuenta de que Gabrielle estaba soñando con algo gracioso. Una noche, risa de Gabrielle había sido tan fuerte que después de un tiempo Xena no pudo controlarse y empezó a reír con la chica r mientras dormía. Otras noches no eran tan agradable. Después de convertirse en reina, Gabrielle tenía terribles pesadillas reviviendo las muertes recientes y otra vez en su sueño. Ella gritaba el nombre de la persona que murió en su sueño. En un primer momento, fue Pérdicas o Xena. En las últimas lunas, la pesadilla de vez en cuando siempre fue acerca de la muerte de Xena. Aunque nunca se habló de de ello en las mañanas, mañanas, lo que fue testigo testigo Xena en la noche noche habló con ella acerca de los volúmenes de la profundidad de los sentimientos de la bardo. En raras ocasiones, Xena se despertó al oír los sonidos de placer de parte de los labios de la joven bardo al dormir. Cuando esas noches que pasó, Xena en voz baja se sentaba y veía a Gabrielle, cautivada por los sonidos y movimientos que hizo. Gabrielle Gabrielle se quejaba empezaba suave y delicado,. Entonces ellos se vuelven más apasionados cuando su sueño avanza. El cuerpo de la bardo se movía bajo el saco de dormir y Xena a veces ponerse en suaves miradas desinhibidas de Gabrielle, pechos suaves. Nunca habló de esos sueños tampoco, aunque Xena dio cuenta de que Gabrielle era más agradable y le resultaba más fácil levantarse a la mañana siguiente. La forma en que se debatía, Xena estaba preocupada de que la bardo que se hicira daño. Xena odiaba despertar a nadie en medio de una pesadilla. Ella sabía lo que era como cuando fue despertado de una. Casi golpeó a Gabrielle un momento en que la bardo trató de despertar de una pesadilla. Ella había oído hablar de la gente simplemente mueren a causa de ser despertado. Ella miró a su mejor amiga. Sea cual sea el terror tuvo su control sobre ella, era demasiado para Xena. Ella se aferró a los hombros de Gabrielle y la sacudió. Gabrielle se quedó allí, mirando a los tres matones armados con espadas. Su equipo estaba fuera de su alcance. Ella sabía que Xena estaba cerca. Trató de gritar, pero no llegaban las palabras. Los hombres se acercaron. Ella trató de correr pero sus piernas se enredaron en el saco de dormir. Ella cayó al suelo al 11
igual que la alcanzó. Los hombres se rieron lascivamente cuando se dieron cuenta de que ella no podía hablar. Sintió las manos agarra por los hombros, moviendo la ... -Gabrielle! Gabrielle! ¡Despierta!- Abrió los ojos para ver una muy preocupados Xena, mirándola. Fue una pesadilla. Sólo una pesadilla. - Xena, no te creas ... - Su boca se movía, pero ningún sonido salió. Pero no todo fue una pesadilla. Ella no tenía control sobre la ola de lágrimas que corrían por su rostro. Xena soltó sus hombros y tiró de Gabrielle cerca. Le acarició el pelo cobrizo, suavemente meciéndose hacia adelante y hacia atrás. -Está bien ... está bien ... ahora te tengo a ti ... lo sé ...- Xena repitió las palabras una y otra vez como un mantra. Su voz baja y ronca, habló en un tono hipnótico, con la esperanza de calmar a la mujer en silencio hacia abajo. Gabrielle escuchó la voz profunda profunda de su guerrera. Ella amaba a esta mujer tanto. Cuando sea necesario, Xena era su puerto de calma en la tormenta. Gabrielle nunca dejó de ser sorprendido por la feroz y áspera Xena podría ser de un minuto, pero suave suave y suave al siguiente. siguiente. Había muchas muchas dicotomías, alrededor de Xena. Xena. Ella era era un guerrera y una sanadora. sanadora. Cazaba animales animales para la alimentación y las pieles, sin embargo, pasaba marcas de vela cepillado a Argo. Inteligente acerca de tantas cosas, sin embargo, completamente indefensos en muchos temas sociales. Escuchar la voz de Xena habla con dulzura, Gabrielle finalmente se calmó lo suficiente como para volver a dormir. Xena esperó hasta que oyó el ritmo habitual de respiración que se indica el sueño antes de que ella se deslizó por entre las mantas. Sabía que ella no dormiría mas esta noche. Entre preocuparse acerca de las pesadillas de Gabrielle y el nuevo horror de la jornada, que tuvo la suerte que había podido dormir en absoluto. Mirando fijamente el fuego, Xena contempló los nuevos problemas planteados por la mudez repentina de Gabrielle. El problema más obvio fue el financiero. Mantener una plena madurez caballo de batalla alimentados se encarece rápidamente. Pon eso en la parte superior del apetito voraz de la bardo y la situación se tornó aún más sombría. Otra nueva realidad para golpear a Xena era que Gabrielle era responsable de la mayor parte del dinero que ganaban. Cada vez que se bajan de los fondos, que era la mayoría del tiempo, Gabrielle gustosamente contaba sus historias a quien quisiera escuchar. Fueron Fueron los dinares que ganó que los mantiene mantiene vestidos y alimentados. Con la preocupación por el dinero aumentó, las habilidades de regateo de Gabrielle se necesitaban más que nunca. Pero sin la voz dla bardo para influir en el comerciante, Xena estaba a merced de cualquiera que sea el estado de ánimo del comerciante, Xena nunca regateó. regateó. A decir verdad, no estaba estaba siempre segura 12
de pagar un precio justo. Gabrielle sabía esas cosas, ella sabía lo que el costo de todo, la cantidad de beneficios se está haciendo, y cómo la empresa del comerciante estaba en su precio. Xena tendría suerte si podía hacer que los pocos dinares que la última vez hasta que llegaron a Atenas. Una vez allí, no había manera de que Xena pudiera permitirse el lujo de pagar por un lugar para que se queden, mucho mucho menos lo que costaría curar a Gabrielle, si una una cura se pudiera encontrar. El problema que presiona en su mente y su corazón no era el más estado físico de Gabrielle, pero si el emocional. Xena podía entender lo molesto que era para la bardo de perder su voz. Podía entender los cambios de humor entre la ira y la tristeza. Sin embargo, la bardo parecía estar en una espiral descendente en una profunda depresión. La comunicación es un elemento vital de Gabrielle. Xena a visto muchas veces como Gabrielle se acercó y habló con la gente, no sólo con su boca, sino con su corazón. Una vez se encontró con un joven que que hablaba un idioma diferente y Gabrielle trabajó y trabajó hasta que encontró una manera de hacer que él la comprendiera y ser comprendida. Xena tristemente pienso que Gabrielle no hacía ningún movimiento para tratar de comunicarse con ella. La acción más inquietante fue la negativa de la Amazonas a poner nada por escrito. Incluso en sus momentos más difíciles, Gabrielle descubrió la comodidad comodidad de sentarse junto al fuego y poner sus pensamientos y sentimientos en palabras en un pergamino. Xena temía que la bardo se perdiera en el mar de emociones que fueron reprimidos en su interior. Ella sabía por experiencia propia lo difícil que era vivir con los sentimientos ocultos. A menudo ha tenido que luchar dentro de sí misma para mantener el control sobre sus propias emociones. ¿Cómo podría Gabrielle, una mujer cuyo corazón es tan pura, tan libre, manejar la intensidad de los sentimientos enjaulados? La seguridad de Gabrielle. La joven había llegado ll egado a ser tan hábil con su personal que Xena se había convertido en más y más confianza para dejar que la bardo de paseara por su cuenta. Eso ya no sería posible. No había manera de que Xena pudiera dejar que su preciosa Gabrielle fuera de su vista ahora. Ella sabía que los peligros podrían enfrentar un mudo en un pueblo hostil. La bardo era demasiado vulnerable ahora a Xena a pensar en otra cosa que la protección de ella. La guerrera sólo esperaba que no surgiera algún problema entre aquí y Atenas. Frotar las sienes para ahuyentar el dolor de cabeza inminente, Xena esperaba impaciente el amanecer, sabiendo que el nuevo día traería nuevos problemas para las dos , especialmente si Gabrielle aún se negaba a revelar sus sentimientos. La incapacidad de Xena a Gabrielle para conseguir comunicarse con ella llevaba en su paciencia. Ella no estaba acostumbrada a tener que trabajar duro para conseguir sus preguntas contestadas, especialmente por Gabrielle. Xena sólo esperaba que ella pudiera mantener su frustración y enojo 13
bajo control hasta que la bardo puede trabajar sus sentimientos. -Gabrielle, va a ser un viaje bastante largo. largo. Sería mucho más fácil si pudiéramos pudiéramos trabajar en algunos señales de mano, así no tengo que hacer una docena de preguntas para averiguar lo que quieres.- Xena dijo mientras hacia una doble comprobación de las correas en silla de Argo. Satisfecha con la tensión, le dio una palmadita Argo y volvió a sentarse al lado de Gabrielle. -Muy bien, vamos a pensar en lo que necesitamos.- Xena sonrió. -Vamos a empezar con los viaje al bosque.- Gabrielle frunció el ceño ante el intento de su amiga . -Vamos, tenemos que pensar en algo. No N o puedo muy bien haber que apunta a ... - Ella levantó la ceja. Gabrielle se sonrojó ligeramente. Su sexualidad no era algo que estaba cómoda. cómoda. Una noche y sólo con Pérdicas era su única única experiencia y ella se sintió muy decepcionada. decepcionada. Su madre había hecho un un trabajo excelente de inculcar un sentido de la modestia en ella. -Gabrielle, ¿estás escuchando?- Fue sacada de su distracción por la voz de la guerrera. . -Bueno. Ahora, ¿qué vamos a utilizar para que me diga que usted tiene que ir a los bosques?- Vio que el rostro de Gabrielle fue un momento pensativo, y luego observó a decidir sobre algo. Gabrielle le tendió la mano y señaló dos dedos en el bosque. -Está bien, dos dedos apuntando al bosque. Que voy a hacer. Ahora, ¿qué más?Las manos de Gabrielle empezaron a moverse rápidamente. -¡Vaya, no puedo mantenerme al día contigo. ¿Qué estás tratando de decir? - Gabrielle alargó la mano en forma de copa, luego se la llevó a sus labios. Ella lo hizo un par de veces antes de Xena hablara. -Bebe?- Asiente con la cabeza. Bueno. Esa es una buena para beber, Gabrielle-. Xena trató de recordarse que Gabrielle necesita más más elogios que nunca. nunca. -Sí, una muy buena.- Ella fue recompensada con la primera sonrisa verdadera que había visto en el rostro de su bardo desde que el incidente comenzó. Incapaz de resistirse a la alegría por el momento, la guerrera reveló una emoción rara. -Eso está bien, Gabrielle. Me preguntaba si alguna vez iba a ver tu hermosa sonrisa de nuevo.- Gabrielle miró pensativa y luego bajó los ojos. Incómoda con el estado de ánimo actual, Xena rápidamente aprovechó la oportunidad para volver a su tema original. -Bien, tenemos el bosque y tenemos la bebida. ¿Qué más necesitamos?- Pasaron unos minutos más que van a diferentes señales con las manos antes de empacar el campamento y volver a estar en el camino. 14
Tuvieron la suerte de que no vieron a otros viajeros en el mismo camino. Xena estaba preocupada por los peligros de una posible emboscada. Su temor por la seguridad de Gabrielle ya había causado una pelea anterior en el día en que Xena insistió en que la bardo viaje a lomo de Argo en lugar de caminar. Por lo menos con Gabrielle sobre sobre Argo hizo más fácil fácil hacer un recorrido recorrido por ella, si es es necesario. Ella trató de ser amable, a continuación, de ser más firme, a continuación, gruñendo. gruñendo. Cuando ninguno ninguno de esos métodos métodos funciono, utilizó el tono de reserva para cuando no se abordaría ningún argumento. Era muy raro que ella usara ese tono con Gabrielle, porque sabía que le dolía a la bardo oír a Xena hablar así con ella. Aunque Gabrielle no podía podía hablar, Xena pensó pensó que el almuerzo habría sido en silencio de todos modos. La bardo se negó a escribir cualquier cosa esa noche, incitando a otra discusión entre ellas, si se puede llamar a Xena pisando fuerte en torno al fuego, despotricando, un argumento. Varias veces Gabrielle se puso de pie a pie y Xena Xena la siguió, dejando en claro al bardo que no iba a dejar que se fuera de su vista. A pesar de los sentimientos hostiles durante el día, cuando llegó el momento de establecerse por la noche, Gabrielle sacó su saco de dormir y se acurrucó contra Xena. Justo antes de que la respiración de Gabrielle se aliviara y se profundizara en el sueño completo, Xena juró que sintió el roce de los los labios de la bardo contra su brazo. La decisiónfue tomarlo como una señal de tregua, Xena la atrajo más cerca y se acurrucó para dormir semi-descanso. Por mucho que Xena quería meterse en un baño caliente cali ente y sentarse a una buena comida, no se atrevió a correr el riesgo de llevar a Gabrielle en una ciudad extraña. Eso fue una parte de su preocupación por sus fondos. fondos. Sus alimentos fueron disminuyendo, a pesar de su mayor esfuerzo para utilizar los alimentos encontrados en los alrededores del camping. Por lo general puedo pescar lo suficiente y conseguir conejos, conejos, pero ella todavía todavía tenía que ofrecer ofrecer hierba seca seca para Argo. Ella se mantuvo a raya a la hora de tomar el té porque tenía tan pocas hojas. Se dio cuenta de que Gabrielle estaba al tanto de la oferta de alimentos. Xena observó la manera en que se llena de bayas y nueces antes de tomar cualquiera de los productos secos. Xena sintió una punzada de culpa por su incapacidad para cuidar de la bardo de la manera en que quería. Era casi noche cuando vio por primera vez el afloramiento de pequeñas chozas y casas que significaban los bordes de Atenas. Se dirigieron hacia el bosque y encontraron un lugar privado, pequeño para acampar durante la noche. Por la noche cuarta vez consecutiva, se siguió el mismo patrón: Gabrielle se negó a tocar su pluma, y aún así se acurrucó en los brazos de Xena antes de acostarse. Xena gruñó con frustración a Gabrielle, pero de buen grado la tomó en sus brazos a la hora de dormir. Cada vez, Gabrielle puso un suave beso en el brazo de la guerrera. Xena había tenido la tentación de devolver el beso, pero ella no quiere hacer nada para asustar a Gabrielle. La joven no era necesario encima de su problema actual. Ellas encontraron el edificio médico, cerca de la entrada de la ciudad. -Nos 15
gustaría ver a Hipócrates-. Xena Xena dice a un hombre joven sosteniendo sosteniendo un trozo de de pergamino unido a un trozo de madera madera empleada para ayudar. Hizo girar su pluma entre los dedos. Era una costumbre que Xena encuentra entrañable en Gabrielle y absolutamente molesta en él. -¿Y quién voy a decir está llamándolo?- Su quejosa, voz nasal rallando sobre los nervios de Xena después de días de calma. -Xena y Gabrielle.- Dijo que de manera uniforme. El joven se detuvo jugueteando con su pluma y miró nerviosamente. -Um ... Xena ...-Y Gabrielle. Él nos conoce.- Ella fue rápidamente enojarse con él. -Sí ... Ya veo, bueno ... estamos realmente muy ocupados ahora y urggff-. Él fue recogido rápidamente y presionado contra una pared cercana con los dedos alrededor de su cuello que lo mantenían unos dos pies fuera de la tierra. -Tenemos que ver Hipócrates-. Su tono era como su rostro carente de emociones. -Mira, lo que está pasando? Michael, ¿qué eres, ¡oh, hola Xena-. Hipócrates llegó a través de la puerta. Xena soltó a Michael y lo dejó hundirse en el suelo. Se quedó allí por un momento antes de decidir que la amenaza había terminado y se puso de pie. -Gabrielle necesita ayuda.- Xena, dijo, ya que le siguió hasta la habitación de al lado. Él se volvió hacia la bardo. -Y cual ser el problema, querida?- Se dio cuenta, con el ceño fruncido, que tenía algunas cicatrices más que la última vez que estuvimos aquí. -Ella perdió su voz.- Xena respondió por ella. -Hmm-. El curandero se frotó la barbilla mientras contemplaba cual de las posibles causas podría ser. Se acercó a la mesa y cogió un trozo de madera. Era delgada y plana, no mucho más ancho ancho que un dedo. -Sube aquí sobre la mesa. - Gabrielle miró a Xena, como para reunir el coraje, y luego se subió y se sentó en la mesa. Hipócrates se acercó y se paró frente a ella. -Abre tu boca ... en general ... eso es bueno, ahora quieta-.
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Él le empujo la lengua hacia abajo con la barra y miró hacia abajo su garganta. Se ve bien para mí.- Puso el palo hacia abajo y se llevó los dedos a ambos lados de la garganta, moviéndolos como se sentía. -Acuéstate-. Gabrielle dedicó otra mirada a Xena. Esta vez, la guerrera vio miedo en los ojos de la bardo. Al igual que una madre protectora, Xena se quedó junto a Gabrielle y le tomó la mano. -Ahora voy a realizar algunas pruebas más en ti. No debe doler, pero puede ser incómodo.- Gabrielle asintió con la cabeza comprendiendo. -Sé amable-. Xena dijo en voz baja. Ella sabía que iba a hacer eso sin ser pedido. -Lo has hecho bien.- Hipócrates dijo a Gabrielle mientras la ayudaba a incorporarse. Él hizo una anotación en un trozo de pergamino antes de dirigirse a ellos de nuevo. -Gabrielle, ¿podrías esperar a que en el otro cuarto por un momento? Tengo que hablar con Xena.- Gabrielle bajó de un salto de la mesa y comenzó a agitar sus brazos animadamente en sintonía con los labios en silencio. Se señaló a sí misma, y golpeó el suelo con un pie demostrando ira y la frustración. -Hipócrates, creo que ella quiere quedarse. Es su cuerpo, después de todo.Xena finalmente entendió y acudió al rescate de Gabrielle. Satisfecha con su pequeña victoria, el Amazonas se acercó y se paró al lado de Xena. El curandero se aclaró la garganta y pensé en que decir. No estaba seguro de a quien le temía más por el momento, la guerrera o la bardo luchadora. -Creo que no hay signos de una infección o cualquier otra razón física para la mudez.- Vio solemnemente como las mujeres permitió que su decepción al ver en su rostro. -Me gustaría que hubiera algo más que podía hacer. - Se acercó y le puso la mano en la barbilla de Gabrielle. -Tienes una voz tan hermosa y cuentas estas maravillosas historias. No sé por qué los dioses tuvieron a bien quitarte ese regalo . - Gabrielle se dio la vuelta mientras las lágrimas llenaron sus ojos frescos. Hipócrates habla a Xena. -Lo siento, no hay nada más que se puede hacer.- Se preocupaba por el estado mental de Gabrielle. En sus años de curación, había conocido a personas que perdieron un don precioso, la vista, el oído, o una extremidad. La mayoría sobrevivió y se adaptó, otros no. Le preocupaba lo que pasaría si ella no se adaptaba pronto. -Has hecho todo lo que podías, te lo agradezco.- El tono de Xena regaló nada de sus emociones. -¿Qué le debo?17
-¡Oh, no.- Él levantó las manos. -No puedo tomar el dinero de ustedes.- Xena asintió con la cabeza gracias. Él miró a la bardo por un momento. Ella todavía estaba de espaldas a ellos, obviamente, no quería participar en la conversación. Volviendo a Xena, le preguntó -¿Dónde están parando?- Xena se puso ligeramente rígida. Incluso sin tener que pagarle, todavía no tenía suficiente dinero para una posada. -Hay una cueva media marca de vela más o menos fuera de de la ciudad.- Era una una mentira y él lo sabía. Evaluó rápidamente la situación, sonrió al pensar en una solución. -Xena, ¿por qué las dos no se quedas en mi casa mientras ustedes están aquí? Tengo más que suficiente.- Él negó con la cabeza cuando vio a Xena abrir la boca para protestar. -Insisto. Ustedes dos han hecho tanto para ayudarme y a la gente de Atenas a lo largo del verano pasado . No voy a aceptar un no por respuesta.- Satisfecho con la ligera inclinación de cabeza que recibió de las guerreras, continuó. -Ahora, mi siervo Philos está ahí. Voy a escribir una nota para que puedan llevar con ustedes. Él va a organizar una habitación limpia, los baños calientes, y una comida caliente para ambas . Les invito a quedarse el tiempo que quieran. Además, sería una buena oportunidad para mí para vigilar Gabrielle para detectar cualquier signo de cambio-. A pesar de que dudaba de que hubiera un cambio. -Todo depende de Gabrielle.- Xena dijo por fin-. Estaba tan seguro de lo que la bardo estaba pensando que no quería tomar la decisión por su cuenta. Habiendo escuchado la conversación, Gabrielle asintió con la cabeza, de espaldas a ellos. Su mente estaba lejos, tratando de averiguar por qué esta tragedia que le sucedió. ¿Qué había hecho para merecer esto? Dejó que su mente a la deriva en los oscuros pensamientos, hasta que sintió que la mano tranquilizadora de Xena sobre su hombro. Siguió la guerrera de la cabaña, la mirada triste, deprimida sin dejar nunca la cara de la bardo. A pesar de las prendas de de abrigo el alimentos, baño baño caliente a Gabrielle aún no se le había pasado el estado de ánimo oscuro. Philos se ofreció a hacer una segunda habitación para ellas, pero Xena se negó . Tenía que estar lo más cerca posible de Gabrielle. Incluso un solo ambiente, lejos estaba demasiado lejos para la guerrera. Ella deseo saber la manera de conseguir llegar mas allá de las paredes que Gabrielle se estaba acumulando en su interior. Xena sabía que no debía tratar de forzar a la bardo a escribir. No había funcionado cada vez que lo intentaba, Gabrielle se enojaba y cerraba aún más. Al no poder llegar a Gabrielle, Xena se volvió temprano en su s u frustración. La comida caliente y un baño caliente, hizo su trabajo, Xena se quedó dormida rápidamente.
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Gabrielle quedo despierta, escuchando la respiración profunda de su compañera al dormir. Sabía que estaba lastimando a Xena por no escribir acerca de sus sentimientos. No importa lo mucho que lo intentara, ella no se atrevía a poner la pluma en un pergamino. Pensó en lo que decía Hipócrates. Tal vez los dioses le tomaron la voz de distancia, como castigo por algún hecho desconocido. Ella no sabía qué era lo que ella podría haber hecho para que los dioses estuvieran tan enojados. ¿Qué dios? Artemisa? No, ella miró a su equipo. Aún llevaban las marcas de la reina de las amazonas. Si Artemisa estaba enojado con ella, le habría quitado a Gabrielle el derecho de casta. Athena? Hermes? Calíope? Sus cejas el ceño. Calíope. La musa. La diosa de los bardos. ¡Por supuesto! Ella debe haber dicho algo que molestara a la musa y su castigo el eterno silencio. Su mente repasaba cada historia que le había contado, todas las canciones que había cantado, tratando de encontrar la única cosa que le costó el don del habla. Los primeros dedos de la aurora se asomaron por la ventana antes de que finalmente cayera en un sueño intranquilo, su mente atormentada por la culpa por un hecho desconocido. -Gabrielle-. Xena suavemente sacudió el hombro de la bardo. Los ojos azules y verdes se abrieron. La bardo abrió la boca para hablar, luego la cerró al darse cuenta de que no hay sonidos que venían. Xena observó con gravedad, como la cara de la bardo puso triste y dura otra vez. Iba a ser otro día, la guerrera pensaba. -Gabrielle, el desayuno está en la mesa si lo deseas.- Gabrielle asintió, reconociendo las palabras, pero ella no le importaba si alguna vez comia de nuevo. Xena suspiró, su frustración estaba cerca de alcanzar un punto de ruptura. No sabía cuánto tiempo más podría manejar la depresión de la bardo y la ira. -Mira, tengo que ir a cuidar de Argo. Vuelvo en un par de marcas de vela. ¿Puedes quedarse aquí mientras estoy fuera?- Un pensamiento se formó en la mente de Gabrielle. Ella asintió con la cabeza a Xena, mientras su mente trabajaba en un plan. Pensando que ella había convencido a la reina a quedarse, Xena fue a ocuparse del cuidado de Argo. Una vez que Xena salió de la habitación, Gabrielle rápidamente buscó en las alforjas, sacando todos sus pergaminos, terminado, terminado, y en blanco. Ella encontró su tinta y pluma. Tomando una hoja de pergamino, rápidamente escribió una breve nota y la dejó sobre la mesa. Reunio el resto de los artículos en su bolso, cogió su bastón y se fue. Se sentía culpable por no quedarse donde Xena la quería, pero esto era algo que tenía que hacer. Gabrielle caminó a través de las concurridas calles hasta que encontró la tienda 19
rollo de Polder. Una vez dentro de la choza pequeña, esperó a que terminara con otro cliente. -¿Gabrielle? Eres tú-. La cara de Polder se iluminó con felicidad. Había pasado tanto tiempo desde que la había visto. Una mirada de asombro se apoderó de su rostro cuando ella no respondió. -Gabrielle, ¿todo bien? ¿Dónde está Xena?- Gabrielle sacó un trozo de pergamino y rápidamente garabateó algo. La entrega de la nota a Polder, esperó a que terminara de leerlo. -Has perdido tu voz ¿Por qué y cómo? - Ella sacudió la cabeza, negándose a hablar de su vergüenza. Tomando de nuevo el papel de él, ella escribió palabras más abajo, y luego se lo devolvió. Quieres vender sus pergaminos en blanco? No entiendo, Gabrielle. ¿No vas a seguir escribiendo sus historias? - Ella sacudió la cabeza con solemnidad. Obviamente Calíope no quería que contar más cuentos, verbalmente o de otra manera. -Bueno, ya casi es hora para la final de la academia bardo. Estoy seguro de que van a necesitar todos los pergaminos en blanco que puedan conseguir. Te voy a dar un precio justo por ellos si eso es lo l o que realmente quieres. - A Polder no le gustaba la mirada en los ojos de su amiga. Era una mirada de desesperación, como si ella se hubiera resignado a su suerte sin luchar. Metió la mano en la bolsa y sacó los pergaminos en blanco. Se los entrego a él, esperó a que Polder le diera un precio justo. No le importaba importaba si él le daba sólo un dinar por toda la pila. -Te puedo dar veinte dinares por todos ellos. No voy a tener ningún beneficio cuando cuando los venda, pero me imagino que eso es es probablemente lo que pagaste por por ellos en el primer lugar. lugar. Gabrielle asintió con aceptación. Metió la mano mano en su bolsa y sacó los dinares y se los entrega a ella. Gabrielle puso en su bolso y se volvió para irse. -Espera-. Se volvió y vio a Polder que miraba con ansiedad. -Estas aun aun con Xena? Si no puedes hablar, entonces la necesitaras más que nunca. Ella asintió con la cabeza para indicar que todavía estaba con la guerrera. Polder aún no estaba del todo cómodo con el estado de ánimo de su amiga. -Gabrielle, puedo caminar a cualquier lugar al que vas? Estoy seguro de que Xena le agradaría si sabía que alguien estaba mirando por ti. - Ella sacudió la cabeza. Tenía que hacer esto por sí sola. -Si me necesitas, ya sabes dónde encontrarme.- Polder, dijo, agitando el brazo para indicar la pequeña cabaña. Sin reconocer la observación, Gabrielle salió de la choza y se dirigió hacia el borde de la ciudad. 20
Xena sabía que algo andaba mal cuando ella entró en la casa. Philos la vio y rápidamente decidió que un viaje a la bodega estaba en orden. Al entrar en la habitación, ella frunció el ceño al darse cuenta de que Gabrielle no estaba allí. Un rápido vistazo a su alrededor dijo que los rollos habían desaparecido de las alforjas y el equipo de Gabrielle estaba perdido también. Cogió la nota sobre la mesa y lo leyó. Breve y al grano, para nada algo así como que Gabrielle normalmente habría escrito. -Yo voy a un templo.- No dijo cuándo estaría de vuelta, o incluso si ella estaría de vuelta. Ahora nerviosa, Xena hizo una búsqueda minuciosa de las alforjas. Todos los rollos se habían ido, así como el paquete de tinta y la pluma de Gabrielle. Tal vez fue a un lugar para escribir? Xena esperaba esa posibilidad, pero en serio lo dudaba. Leyó la nota de nuevo. Templo. Ella fue a un templo. En una ciudad tan grande como la de Atenas, casi todos dioses tenían un templo. Ellos estaban dispersados por toda la ciudad. Xena no tenía ni idea a que templo Gabrielle hubiera ido. Enojada con Gabrielle y enojada consigo misma por no quedarse con la bardo, Xena irrumpió por la puerta en busca de la Amazona. La sacerdotisa vio como Amazona joven entró en el templo. A diferencia diferencia de los bardos muchos otros que visitaron, se fue muy lejos de la tarima. En cambio, la joven se sentó en un rincón y comenzó a escribir. La sacerdotisa vio como caían las lágrimas de la cara de la mujer tranquila, las derramaba en el pergamino. Al igual que en silencio, la mujer se levantó y caminó hacia el estrado. Quito varios rollos de su bolsa, la mujer los envolvió en el pergamino alrededor de los rollos y los ató con una tira fina de cuero. Puso la pila en el estrado, a continuación, la pluma y la tinta al lado de ellos. Sin mirar a la sacerdotisa, la mujer bajó la cabeza por un momento, luego los dejo. La sacerdotisa se quedó atónita. Nadie entra al templo de Calíope sin decir una oración a la musa, y, ciertamente, nadie deja su pluma y tinta, y mucho menos sus rollos. Muchas personas visitaron el templo todos los días. La mayoría eran bardos, pidiendo ayuda con una historia o dando las gracias a la musa de la inspiración. Nunca nadie había entrado y dejado sus pergaminos. Ella no estaba segura de cómo la diosa dulce de la prosa se ocuparía de ello. Xena reviso seis diferentes templos antes de regresar a casa de Hipócrates. Gabrielle no había sido vista en ninguno de ellos. Habían pasado seis marcas de vela desde que encontró la nota. Ahora frenética por la preocupación, la guerrera iba y venía por la habitación,con miedo de salir en caso de que Gabrielle volviera y miedo de quedarse en el caso de Gabrielle necesitaba ayuda. ¿Por qué salió Gabrielle? Si ella quería ir a un templo, ella sabía que Xena podría acompañarla. La guerrera se pasó los dedos por el pelo frustrada. Ahora que la bardo estaba allí, sola, por elección. Mediante la elección. Las palabras jugaron una y otra vez dentro de la mente dla guerrera. Gabrielle salió por decisión propia. Lo que 21
estaba pasando dentro, ella decidió no compartirlo con Xena. Ocultó su dolor detrás de la ira, Xena siguió el ritmo, esta vez con más fuerza en sus pasos. Gabrielle observaba desde detrás del borde de un edificio como Xena salió del templo de Artemisa. Sabía que sería una pelea enorme, cuando regresara a su habitación, pero esto se tenía que hacer. Su corazón lleno de culpa y vergüenza, con la cabeza gacha, los hombros caídos, entró en el templo de la diosa de la luna. Artemis sonrió cuando vio a su reina de entrar en el templo. Era tan raro que la elegida fuera de visita. La diosa sacó su plato escudriñar cerca para que pudiera escuchar la voz suave y melódica de la reina de sus amadas amazonas. Para su sorpresa, su reina no dijo nada. Gabrielle se quedó allí, mirando a la estatua de la diosa de la luna, lágrimas en su rostro. Artemis frunció el ceño. ¿Qué podría estar preocupando a su amada reina que iba a venir al templo y lloraraba? Ella miró a Gabrielle mira hacia abajo en su equipo, luego de vuelta hacia la estatua. ¿Qué estaba haciendo? Gabrielle se dio un paso vacilante hacia el estrado. La ira se le llenó el interior de la diosa al darse cuenta de lo que la reina estaba contemplando. Ella estaba casi lista para ir al templo y hacer frente a la reina cuando vio a Gabrielle caída de rodillas, como sollozos sacudió su cuerpo mortal. Artemisa sintió la tentación de leer los pensamientos de la Amazona, pero vaciló, esperando para ver lo que la líder de las amazonas podría hacer. Después de varios momentos, Gabrielle se levantó y salió del templo, el equipo en la mano. Se siente como la diosa era intervenir y averiguar lo que estaba pasando, decidió esperar y ver lo que el destino le presentó a su elegida. La diosa de la luna no tenía idea de que otro dios ya había intervenido. Gabrielle se quedó mirando la estatua de Artemisa. -Yo realmente debería renunciar a mi título.- Ella pensó para sí misma. Ella bajó la mirada hacia el equipo, y luego a la estatua. Si ella había enfurecido a Calíope, a continuación, sin duda, la diosa de de la luna estaba molesta con ella también. también. Ella miró el equipo de nuevo. Si Artemisa no quería que ella fuera la reina, sin duda se habría tomado el equipo ella misma. Tal vez eso fue otro otro castigo que aún no no se había dado. Se dejó caer de rodillas, como las lágrimas derramadas. No sabía si debía dejar el equipo o no. Ella no se atrevió a llamar en su mente para que la diosa aparezca, ella estaba aterrorizada de que Artemisa estuviera enojada con ella. Toda la tensión de los últimos días salió en lágrimas. Estaba tan confundido. Se levantó y dio un paso hacia el estrado. ¿Qué pasa si Artemisa no estaba enojada con ella? Si ella abandonaba abandonaba el equipo, sin duda haría haría que la diosa se enojara. ¿Qué pasa si no lo hizo? ¿Qué pasa si se suponía que debía renunciar renunciar a su título y no lo hizo? Gabrielle decidió que si la gran diosa quería que el equipo , lo tomaría de ella. Había visto ya un dios molesto, molestar a otro no era una buena idea. Decidió esperar y ver lo que Artemisa iba a hacer. Gabrielle se dio la vuelta y salió del templo, el equipo en la mano. Ella esperaba un rayo de luz que la viniera a matar en el acto de tomar la decisión equivocada. No fue así. Tal vez 22
incluso Artemisa no se preocupaba por ella nunca más. A nadie le importaba, excepto Xena y Gabrielle estaba segura de que Xena se cansaría de ella pronto. ¿De qué sirve un bardo que no se puede hablar? No pasaría mucho tiempo antes de que Gabrielle se encontrara sola, ella estaba segura de ello. Ella había terminado siendo la responsabilidad que siempre temió que sería. El miedo controlado la bardo. Vagó sin rumbo por las calles de Atenas, temerosa de regresar a la habitación, temerosa de que Xena se hubiera ido. El mayor temor de Gabrielle era que Xena dejaría, ahora estaba segura de que la guerrera no tenía ninguna razón para quedarse. Mirando hacia el cielo, Gabrielle se dio cuenta de lo tarde que debía ser. Miró a su alrededor para orientarse y se dirigió de nuevo a la casa de Hipócrates, esperando a Xena que se hubiera ido. Calíope entró en su templo y se reunió con su sacerdotisa, Milaas. Varios minutos después, una musa muy enojada la dejó para buscar el dios de la guerra. Gabrielle abrió la puerta de la habitación. El interior estaba oscuro, sólo los rescoldos del fuego antes antes morir dio ninguna luz a la habitación. De pie en en la puerta, miró para ver si sus pertenencias seguían allí. La luz tenue hacia que sea difícil de ver. Dio un paso adelante. Las alforjas estaban todavía allí. Sus ojos se posaron sobre el chakran que estaba la mesa. Si el chakran estaba allí, también estaba ... Xena se movió rápidamente detrás de la puerta, golpeando con el pie para cerrarla. Antes de que Gabrielle pudiera reaccionar, la guerrera agarró las muñecas y la empujó contra la puerta. La bardo luchaba, pero Xena era demasiado fuerte. -¡No!- Xena gruñó mientras mantenía los brazos de la bardo pegado a la puerta. Apretó el cuerpo de seis pies contra el el más pequeño de la bardo, clavo a Gabrielle. -Cálmate, no voy a hacerte daño.- Xena, dijo, pero ella siguió manteniéndola atrapada contra la puerta. La guerrera guerrera movió la cabeza para que que su boca estuviera cerca de la oreja de Gabrielle. Sentía los músculos de Gabrielle relajarse un poco y disminuyo el agarre, manteniéndola lo suficientemente fuerte fuerte como para sostener a la bardo en su lugar. Xena tomó unas cuantas respiraciones profundas para calmarse. -¿Tienes alguna idea de lo preocupada que estaba? Yo no sabía dónde estabas o si te encontrabas herida.- Las manos de Xena comenzaron a moverse arriba y abajo de los brazos dla bardo, como si quisiera asegurarse de que realmente estaba allí. -Tengo miedo por ti, Gabrielle. Está te estás hundiendo en un pozo de desesperación del que no puedo sacarte . Me está matando vete con tal dolor. 23
Me siento tan impotente.- Lanzó los brazos de Gabrielle, pero siguió insistiendo en su contra. -Gabrielle, la promete promete que no me dejarás-. dejarás-. Xena apretó la mejilla contra la de Gabrielle, con los labios casi tocando la oreja de la bardo. -Prométeme. No puedo vivir sin ti, Gabrielle. Me duele mucho.Gabrielle estaba más confundida que nunca. Ella había esperado que Xena se hubiera ido, que la dejara. Sin embargo, embargo, aquí estaba estaba Xena, pidiendo que se quedara. Gabrielle puso sus brazos alrededor de la cintura de Xena y le dio un suave apretón. No estaba segura de por qué, pero estaba segura de que Xena la deseaba alrededor. Xena sintió que los los tiernos brazos de la bardos rodean su cintura y le dio un apretón. Ella se apartó y la miró a los ojos azul-verdes que ella amaba. -Me lo prometes?- Asiente con la cabeza. Xena sonrió, era la primera reacción positiva que había recibido de la bardo en días. Xena se inclinó y la besó en la mejilla. Tomó la mano de la bardo y la llevó a la mesa, indicando que se sentara. -Gabrielle, no podemos seguir así-. Asiente con la cabeza. -Sé que es duro, pero tenemos que aceptar aceptar que esto ha sucedido. sucedido. No estoy dejandote y tu no me dejas, ¿está claro?- Asiente con la cabeza. -Bueno, ahora vamos a ...- Xena tomó su palabra con cuidado. -discutir-. Gabrielle permitió a los bordes de los labios se levantaran un poco, el reconocimiento de la captura. -¿A dónde fuiste?Gabrielle se refirió a la nota de pergamino que había dejado a Xena. -Sé que el templo, pero ¿cuál? Caminé por toda la ciudad buscándote-. Xena miró el fuego, ahora muerto. -Yo estaba preocupada, Gabrielle. Pensé que te habías ido.- Sus últimas palabras fueron dichas en voz tan baja que la bardo casi no lo oyó. Ella se acercó y puso su mano sobre el brazo musculoso de Xena. La guerrera volvió la mirada del fuego en los ojos azul-verde. -Sé que no quería decir que me preocupe.- Gabrielle pronuncio la palabra -lo siento-. -Todo está bien ahora.Xena respiró hondo y asumió su Digamos vamos a resolverlo, esta esta manera. -Vamos a echar un vistazo a nuestras opciones.- Xena miró a su alrededor rápidamente. -Gabrielle, ¿dónde están tus rollos?- La cabeza de la de Amazona se dejó caer. Ella estaba tan feliz que Xena no la dejaba que se olvidó de su viaje a los templos. -Gabrielle, ¿qué pasó con ellos?- Xena miró a Gabrielle para pensar en cómo explicar los manuscritos que faltan. -Está bien, ¿qué tal esto, voy a hacer preguntas y usted me puede decir si estoy bien o mal.- Asiente con la cabeza. -Bien-. Xena pensó por un momento. -Fueron tomados por ti?- Agite bien. -¿Se los diste a alguien?- Asiente con la cabeza. -¿Mandaste los pergaminos lejos?- Visto bueno a regañadientes. Xena se concentró en su respiración como se obligó a mantener la calma. -Gabrielle, los rollos son tus elementos más preciados. ¿Qué puede pasar para tirarlos a la basura?- Gabrielle levantó la cabeza para mirar a Xena. Señaló a la boca. -No entiendo, Gabrielle. Estas son tus historias, tus sueños, tus canciones. Yo ni siquiera tuve la oportunidad de escuchar a todos.- Xena no podía disimular el tono herido en su 24
voz. -¿Qué tiene que ver perder tu voz con deshacerse de tus historias?Movimiento violento. -No te deshiciste de ellas?- Asiente con la cabeza. -Me he perdido algo.- Xena se reclinó en su silla y se frotó los ojos. Mirando alrededor del cuarto, se dio cuenta de cuán oscuro estaba. Ella se levantó y encendió varias velas. Esto iba a tomar un tiempo. -Bueno, vamos a intentar algo más. ¿Dónde está tu pluma?- -Preguntó Xena, cuando volvió a sentarse en la mesa. Gabrielle cogió el pergamino y la señaló. llevaste la pluma lejos también?- La paciencia de Xena se le escapaba de nuevo. -¿Algo más?- Ella preguntó con ironía. Gabrielle hizo movimientos de inmersión de la pluma en la tinta. -¿La tinta también?- Los ojos dla guerrera rodaron. Gabrielle, ¿cómo se supone que voy a comunicarme contigo?- Gabrielle miró hacia abajo otra vez. -Está bien. Vamos a hablar de las cosas que faltan más tarde.- La bardo volvió a mirar, agradecida por el cambio de tema. -¿De quién ha visitado el templo?- Xena recibió una mirada a su pregunta. -¿Qué?- Ella fingió inocencia. -No te estoy preguntando acerca de los manuscritos.- Gabrielle se encogió de hombros con resignación. Señaló el pergamino nuevo. Esperó un minuto para ver si Xena averiguarlo, pero no lo hizo. Con una mirada de exasperación en la cara, Gabrielle señaló el pergamino nuevo, y luego señaló hacia el monte Olimpo. -El dios de ...- Gabrielle señaló frenéticamente en el pergamino, luego imitado por escrito sobre el mismo. -¿Calíope?- Xena fue recompensado con una sonrisa de alivio en el rostro dla bardo. -Te fuiste al templo de Calíope ?- Guiño y una sonrisa. Xena perdida en sus pensamientos por un momento. Sus ojos se abrieron y ella se acercó más a Gabrielle. -Dejaste tus pergaminos en el templo de Calíope, no ¿verdad?- Gabrielle se quedó mirando la chimenea fría y asintió con la cabeza ligeramente. Xena trató de pensar en razones de Gabrielle para hacer algo por el estilo. . -Gabrielle ... mírame ... ¿Dejaste tus manuscritos allí porque pensaba que la musa estaba enojada?- Guiño, los ojos empiezan a brillar. bril lar. -¿Crees que tomó tu voz?- Gabrielle miró a la mesa mientras las lágrimas comenzaron a derramarse. -Gabrielle, admito que no sé mucho acerca de las musas, pero nunca he oído decir que de ellas son dañinas para su pueblo. Incluso si ella lo fuera, ¿por qué iba a ir tras de ti?-Los hombros de Gabrielle se sacudieron como el sentimiento de culpa . Ella no sabía por qué Calíope estaba tan enojada con ella. Ella no podía recordar nada de lo que podo hacer para disgustar a la diosa. Eso es lo que lo hice tan difícil de soportar. Sintió la fuerte envoltura de los brazos de Xena alrrededor. Está bien, Gabrielle. No tenemos que hablar más de ello.- La cabeza de Gabrielle se disparó y se volvió volvi ó para mirar a la guerrera. La bardo se puso la mano delante de su cara y se las manos para imitar a hablar, mientras que su cabeza se movía de lado a lado. Me tomó un momento para que Xena lo entendiera. Ella puso los ojos azules. -Lo siento, Gabrielle. Sabes que yo no soy tan buena con las palabras.- Gabrielle se obligó a sonreír por el amor de Xena. Todo esto debe ser duro para ella, la bardo pensaba. La culpa que sentía por herir a Xena encima de la culpa de no saber lo que había disgustado a la diosa, era una pesada carga 25
sobre el corazón de la bardo. Xena estaba cansada de jugar veinte preguntas. Gabrielle, vamos a descansar un poco. Vamos a hablar de esto mañana.La joven reina asintió con la cabeza, deseosa de dejar las preguntas. Calíope irrumpió en el reino de Ares. -¡Ah, mi querida tía Calíope, ¿cómo estás, querida?- Se inclinó para besarla en la mejilla, dando un paso a la derecha por su bofetada. Retrocedió y alzó el brazo, dispuestos a llevar toda la ira del dios de la guerra pero entonces recordó con quien estaba. Hera le convertiría en un mortal o, peor aún si se atrevía a dañar a su hermana. Rápidamente puso la mano hacia abajo. -¿Qué te trae a mi reino, querida?-Tú sabes muy bien por qué razón estoy aquí!- Se apartó de la mujer furiosa. Sus características de abuela se habían convertido en un aspecto más endurecido. Su cabello plateado, era ahora un gris de acero. -¿Qué le hiciste a mi Gabrielle?-¿Qué tiene esa chica?- Él gruñó furioso. -¿Hay alguien en el monte Olimpo, que no se deje engañar por el encanto de esa mocosa?- Se paseó alrededor, recogiendo sus pensamientos. Había estado tan preocupado por no alertar a Artemisa que se olvidó de Calíope. -Eliminar lo que sea que le hicieron. Dar la espalda a su voz.- Calíope sonaba severa, pero por dentro estaba nerviosa. Su sobrino no era uno con el que iniciar una pelea . -Yo no lo creo.- Él se burló. -No se puede interferir con lo que otro que Dios ha hecho. No tienes poder para hacerme dar a ese mocosa de nuevo su voz.- Una sonrisa malévola se dibujó en sus labios. -Le puedo dar la voz de un pollo, sin embargo.-Ni siquiera pienses en ello.- Calíope advirtió. Ella conocía las reglas, así como él. -Protesto su compromiso con ella. No se puede hacer nada más con ella hasta que yo retire mi protesta, y no voy a hacerlo hasta que te dan la espalda a su voz.-Oh, voy a darle vuelta a su tiempo-. Él bromeó. -Yo no la quiero. Quiero que vuelva Xena-. -¿Qué te hace pensar que tomando la voz de esa pobre niña traerá a Xena de vuelta contigo?-Mi querida Calíope, que ha pasado mucho tiempo leyendo manuscritos. La única cosa que Xena que hace bien esa infernal bardo. Si Xena tuviera que dejarla, sería sólo cuestión de tiempo antes de que yo la tuviera en mi redil -.
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-¿Qué pasa si Xena no la deja?-Ella lo hará. Tarde o temprano, lo hará. Ya ves, mi princesa guerrera siente amor con la chica de campo. Cada día se hace más difícil para ella mantener sus sentimientos bajo control. Finalmente, la tensión será demasiado y que va a a pie de la muda. -Sonrió a su juego de palabras. -¿Y si admite su amor a Gabrielle?- Calíope no podía ver por qué alguien no admitiría libremente su afecto por la joven mortal. Su corazón era tan puro, tan libre. No era de extrañar por qué Artemisa la eligiera para dirigir las amazonas. -No lo hará.- La sonrisa volvió a su rostro. -Sabes, Xena tiene muchas habilidades. Hablar sobre sus sentimientos, no es uno de ellas.- Caminó alrededor de Calíope, rodeándola como un buitre. -Ella no va a iniciar esa conversación. Ella va a esperar a que la bardo se lo diga en primer lugar.-Y ella no puede hacerlo sin su voz.- Calíope dijo en voz baja. -Tienes razón, querida tía. Tienes toda la razón. El tiempo será demasiado para tener a Xena y ella venía corriendo hacia mí.-Pero si le dicen a los demás de su amor, pierdes.- La musa, dijo, pensativo-. Ares miró, tratando de averiguar lo que la vieja bruja estaba pensando. -Si reconocen el amor de una a la otra, entonces le voy a dar a la perra de su voz de nuevo.- Estaba seguro de que no había manera de que la l a bardo expresara su amor. Era un bardo, después de todo. Ellos hablan acerca de sus sentimientos, sin su voz, ella no podía hacer nada. -Le vas a dar a Gabrielle su voz de nuevo y vas a dar tu palabra de que las dejaras en paz.- Ella se encogió un poco cuando Ares gruñó y creció en tamaño, por encima de ella. -No trate de negociar conmigo, vieja!-Ares ... si estás tan convencido de que no pueden expresar su amor la una por la otra, entonces no deberías tener ningún problema en estar de acuerdo.Calíope se obligó a mantener su nivel de voz. Ella vio como Ares se entregó de nuevo en una forma menos amenazante. -Me disfruto una buena apuesta, mi querida tía-. Se rió un poco. -Tienes un acuerdo-. -Sin trucos, Ares-. Advirtió, a sabiendas de que ahora tenía que cumplir su apuesta. -No hay interferencia de ningún dios en cualquier forma, ¿está claro?27
-Mientras quede claro para ti también, mi querida. No hay contacto en absoluto. Ni siquiera le puedes decir que tu no eres la que está enojada con ella.- Ares se echó a reír con maldad en el predicamento de la musa. -No tienes más remedio que dejar que siga pensando que hizo algo mal. Tal vez su culpa la llevará al límite para mí, ¿eh?- La risa malvada de Ares llenó los oídos de la musa cuando salía de su reino. Gabrielle se despertó con el olor del desayuno fresco. -Buen desayuno por la mañana. Todavía está caliente.- No comio la noche anterior hizo el gruñir el estomago de la bardo por el olor a carne fresca cocinada a la perfección. Xena no pudo contener una risita característica de ella. Al ver el ceño fruncido de Gabrielle, Xena trató de explicar. -Lo siento, Gabrielle. Es sólo que ...- Ella se perdió en su risas por un momento. -Es sólo que me había olvidado cómo ... de alta la voz de tu estómago podría ser. -Estás segura, puede transmitir un mensaje con eso-. Gabrielle intentó ahogar su sonrisa, pero Xena la vio y le dio una sonrisa de medio lado a cambio. -Vamos, vamos a darle de comer antes de que gruña de nuevo.- Gabrielle sonrió tímidamente mientras se dirigía a la mesa. Era una sonrisa por la que Xena hubiera dado hasta el último dinar. Después del desayuno, que salió un poco más de las señales de mano y decidieron dar un paseo por la ciudad. Mientras caminaban, Gabrielle tomó en las vistas y los sonidos con sus sentidos bardos, memorizo tantos detalles como los que pudo para su uso en una historia en el futuro. Se detuvo cuando se dio cuenta de lo que estaba haciendo. Ella no sería capaz de escribir más historias. Meditó sobre ello durante unos momentos antes percibir la sensación del día de otoño cálido y Xena a su lado que la trajo de vuelta con un estado de ánimo bastante bueno. Al doblar una esquina en el lado oeste de la ciudad, se encontraron con una hilera de hoteles. Gabrielle se dio cuenta que dos amazonas entraban en uno de los hoteles. Una pequeña talla de madera que representa un labrys oscilaba una señal arriba. Recordando los dinares en su bolsa, Gabrielle le tiró del brazo de Xena y señaló hacia la posada. -¿Qué? ¡Oh, la posada? Gabrielle no podemos... - Xena se detuvo cuando vio los dinares que Gabrielle tenía en la mano. ¿Dónde, oh ... no importa. Estoy segura de que no quiero saber.- Xena miró a la posada que su bardo estaba señalando frenéticamente. Miró de nuevo a Gabrielle y arqueó la ceja. -¿Quieres ir allí, mi pequeña bardo?- Guiño animado. Xena se rió entre dientes. -Cualquier cosa que quieras, Gabrielle, todo lo que quieras.- Esto iba a ser muy interesante, Xena reflexionó para sí misma, ya que se acercó a la posada. Sería más interesante que pensó Xena. Gabrielle cogió la manija de la puerta y se sintió fuerte brazo de Xena agarrar su cuenta. -Déjame ir primero y asegúrese de que sea seguro-. Los ojos azul-verdes 28
brillaban de indignación y rabia. Sus manos comenzaron a moverse en el aire mientras sus labios en silencio lanzaban l anzaban una andanada andanada de palabras silenciosas a la guerrera. -Está bien, está bien.- Xena levantó las manos en signo de derrota. Tu primero-. Xena agitó su brazo delante de ella, haciendo un gesto hacia la puerta. -Sólo estoy tratando de protegerte, Gabrielle-. Dejo que la bardo pasara por delante de ella. Gabrielle se detuvo y volvió la cabeza para mirar al guerrera orgullosa. -Siempre tratando de protegerme.- La bardo pensó cuando levantó una pequeña sonrisa en los labios por el amor de Xena. Tan pronto como las vieron cuatro bien armadas amazonas se pusieron de pie y rápidamente sacaron sus armas. Gabrielle rápidamente asumió una postura de batalla y se coloca a su equipo en consecuencia, haciendo que varias de las amazonas miraran con sorpresa. Una amazona de pelo color arena blandiendo una cuchilla cruel mirando habló. -No queremos ningún problema aquí, Xena.Xena.- Su tono de voz indica una familiaridad con la guerrera. -Nosotros tampoco, Halla. Gabrielle y yo sólo queremos sentarnos y tomar una copa. Después de eso, vamos a estar en nuestro camino.- Xena mantuvo su tono uniforme. Ella no quería pelear con las Amazonas. -¿Gabrielle?- Halla miró a la joven reina, a continuación, suequipo. No había manera de equivocarse. Eso es sin duda el equipo de la reina. Halla rápidamente se arrodilló e inclinó la cabeza. -Mi reina, te pido disculpas.- Gabrielle miró hacia el Amazona y vio como las otras se arrodillaron. El soplo se extendió por la multitud de mujeres, muchas de los cuales llevaban atuendo de Amazonas. La reina se acercó y puso su mano sobre el hombro de Halla, instando a levantarse. Gabrielle miró a Xena en busca de ayuda. No podía explicar a ellos lo que estaba pasando. -Halla, Gabrielle ha sido herida-. Bueno, es cierto. Antes de la Amazonía podía hablar, Xena siguió adelante. -Ella perdió su voz.- Una mirada de alivio recorrió el rostro de Halla. Ella hizo un gesto para que las demás amazonas de bajaran las armas. Varias de ellas miraron al guerrera bien armado y estaban decididamente reacias a desprenderse de su único medio de defensa contra La destructora de Naciones. Gabrielle sintió que tenía que demostrarles que Xena no era una amenaza. -¿Cómo podía hacer eso sin palabras?- Vino una idea a ella. Ella se movió rápidamente contra Xena y puso su brazo alrededor de la cintura de la guerrera. Xena enarcó una ceja y miró a la bardo. Halla interpretó el mensaje de la manera Gabrielle había pretendido. Xena no era una amenaza. El Amazona se aclaró la garganta y pasó los dedos por el pelo corto, marrón arenoso. -Mis más humildes disculpas, mi reina. Por favor, ocupar cualquier asiento que desee. Me encargaré de que alguien te traiga algunas bebidas.- Gabrielle miró a Xena le dio un codazo y se frotó su propio estómago. 29
-La reina también está hambre. ¿Sería posible— -No digas nada más, nos aseguraremos de que los alimentos lleguen l leguen a usted a la brevedad.- Halla les mostró a una mesa cómoda en el rincón más alejado. Se proporciona una excelente vista de la habitación y todas las salidas . Xena estaba muy satisfecha con la mesa y lo dejo conocer por la mirada de aprobación en su rostro. Una mujer no mucho más joven que Gabrielle se llevó más de dos tazas grandes de oporto. Xena se rió y le tendió la mano para detener a la chica. -Uh,¿ tal vez algo un poco más suave para Gabrielle?- La bardo se adelantó y agarró la taza. -Bueno, no creo.- Xena sonrió mientras miraba a Gabrielle tomar un largo trago y la mueca. La camarera asintió con la cabeza y se alejó rápidamente. Xena miró a su alrededor a todas las amazonas que las miraban a ellas. -Gabrielle...- Xena susurró: -Es mejor que sonreír o asentir con la cabeza o hacer algo para que dejen de mirarnos-. Gabrielle sonrió y asintió con la cabeza a las mujeres, que parecían satisfechas por el momento. Poco a poco se dieron la vuelta y regresaron a sus conversaciones, sin olvidar que la reina estaba sentada con un antiguo señora de la querra en una esquina. Se sentaron en silencio, observando la actividad en torno a ellos. Xena pasó unos minutos de dimensionando a la multitud, y luego volvió su atención a la bardo. Los ojos de Gabrielle estaban pegados a algo en una mesa lejos. Xena siguió la mirada de la bardo y sonrió cuando vio lo que había captado la atención de su amiga. Halla y otra mujer estaban sentadas con sus sillas tan cerca que sus muslos se tocaron. Incapaz de resistirse, Xena se acercó a Gabrielle y le susurró. -Estás mirando-. La bardo se irguió y miró a Xena, un ligero rubor trepando en el cuello. No estaba segura de qué hacer, la bardo tomó otro sorbo del oporto. Ella arrugó la nariz ante el fuerte sabor. A veces ella pagaba por su terquedad. Gabrielle decidió que tenía que escoger sus peleas con más cuidado. Mientras comían su cena, Xena no podía dejar de notar el interés constante de Gabrielle en la pareja de Amazonas. Cuando Halla puso su mano sobre el muslo de la otra mujer y comenzó a acariciarlo, los ojos de la bardo se agrandaron y su boca se abrió ligeramente con sorpresa. Xena no pudo evitarlo. Ella se divertía genuinamente por el interés de la bardo en la pareja. -Gabrielle, ¿qué es lo fascinante de esa pareja? Has visto mujeres se toquen entre sí antes.- Gabrielle volvió su atención hacia su compañera. Ella asintió con la cabeza a continuación, agitó sus manos alrededor, como para abarcar la habitación. -Oh, no las has visto en público.- Asintió con la cabeza. Xena miró rápidamente a la pareja antes mencionada. -Bueno, echa un vistazo ahora, Gabrielle, porque las cosas empezaron a ponerse interesantes por ahí.Gabrielle se volvió su atención a la pareja y vio exactamente a lo que se refería 30
Xena. Halla estaba besando a la mujer con pasión mientras su mano se amasa el muslo. -No durará mucho tiempo.- Xena se rió entre dientes. Gabrielle le dio un ligero codazo. Xena estaba segura de que si Gabrielle pudiera hablar ella recibiría de una reprimenda del Hades en estos momentos. Ella arqueó una ceja mientras miraba las dos amazonas levantarse con la cabeza en alto. Apuesto Halla se va a tener esta noche la lengua bien amarrada, Xena pensó para sí misma. Miró a Gabrielle, que había visto la pareja. Xena preocupada de que en el fondo de sus sentimientos por Gabrielle sería demasiado para la joven los pudiera soportar. La guerrera trabajado duro para alejar sus pensamientos eróticos sobre Gabrielle. Xena sabía que iba a ser muy difícil distinguir entre la realidad y la fantasía si se entregaba a sí misma de esa manera. Ella fue interrumpida de sus pensamientos por la sirvienta. -La señorita Halla desea extender a las dos el uso de una habitación y baño para esta noche. Si lo desean, puedo mostrarles su habitación ahora mismo.- Xena miró a Gabrielle, preguntando sin palabras lo que la bardo quería hacer. Gabrielle echó un vistazo más en torno a la habitación y asintió con la cabeza. -Creo que aceptamos. Por favor da las gracias a Halla-. Xena se levantó y siguió a Gabrielle y la camarera a su habitación. Era raro que Xena se quedara siempre en un ambiente tan agradable, y nunca con Gabrielle. La cama era enorme! Se podría fácilmente acomodar a cuatro personas. Una bañera grande. Había una mesa cómoda de tamaño en la otra esquina. La habitación estaba bien iluminada, con diversos aspectos de candelabros que descansan en apliques. Gabrielle notó con alegría que la chimenea se calienta dos ollas grandes de agua. -Por favor, asegúrese de dar las gracias a Halla por mí.- Xena respiró mientras sus ojos se adaptaron a la vista. Dos chicas más trajeron ollas de agua y las abandonó en el baño. La sirvienta las despidió, luego se volvió para hacer frente a las mujeres. -Hay ropa limpias en la l a cama. Si ustedes necesitan cualquier otra cosa, no duden en preguntar. Están invitadas de Halla y les invita a quedarse todo el tiempo que deseen.- Ella se inclinó ligeramente, luego salio. Gabrielle de inmediato corrió hacia el baño y comenzó a desnudarse. Xena se acercó y se sentó en la cama. La bardo se dio cuenta y dejó de desnudarse. Ella se acercó y se paró frente a la guerrera, en topless. Los montículos suaves de Gabrielle estaban a nivel de los ojos dla guerrera. Después de una breve mirada a ellos tan de cerca, Xena volvió su atención hacia arriba para encontrarse con la mirada de la bardo. Al contacto con los ojos, Gabrielle le tendió la mano. -Gabrielle, puedo esperar. Tú primero.Tirando la bardo de la mujer mayor. -Está bien, está bien. Lo único que quiere que me frote la espalda, eso es todo.- Xena dijo mientras se levantaba y caminaba quitándose su ropa. Gabrielle la miró a los ojos y sonrió juguetonamente como su cabeza se balanceaba balanceaba arriba y abajo. 31
Gabrielle se metió en la bañera y esperó a que Xena a unirse a ella. En cierto modo, era más fácil conseguir lo que quería de Xena en estos momentos. La guerrera adivino que quería ayuda para lavarse , que estaba bien con ella. Gabrielle no tenía que pensar en una excusa para contar con la guerrera en su bañera. Gabrielle le gustaba lo juguetona , los suaves masajes en la espalda, pero sobre todo le gustaba la sensación del cuerpo mojado y desnudo de Xena contra ella. Había algo tan fuerte, tan sensual sobre la sensación del cuerpo de su guerrera. Tantas veces había querido decirle a Xena de sus verdaderos sentimientos, ya que ella nunca tendría la oportunidad. Nunca llegaría a decirle a la mujer que la protegió hasta qué punto la bardo realmente la amaba. Ella casi se perdió en la tristeza cuando sintió a Xena deslizarse detrás de ella. -Estas cómoda?- La voz baja Xena retumbó en sus oídos. Asiente con la cabeza. -Bueno, te relajas y dejas que te mime para variar.- Xena trabajado el jabón j abón hasta formar espuma, puso sus manos sobre los hombros de Gabrielle justo debajo del cuello. A partir de los pulgares, Xena masajear los músculos en el cuello de Gabrielle, trabajando su camino hasta los hombros. Ella se maravilló de la suavidad de la piel bajo sus dedos. -¿Esto está bien?- Se preguntó en voz baja, sus ojos azules sin dejar nunca la vista de sus manos acariciando la espalda lisa de la bardo. Asiente con la cabeza. -Bien-. Sus manos siguieron su descenso. Gabrielle se dejó caer la cabeza hacia adelante mientras se relaja en elen las manos de Xena . Con cada toque, Xena fue eliminando la tensión del último cuarto de luna. Gabrielle se dejó caer en la sensación, no lucho con el impulso de su cuerpo de gemir. Cerró los ojos cuando sintió que las manos de Xena se movían por la espalda, los dedos largos y extendidos a para dar masajes a todas las costillas, todos los músculos. Las manos llegaron a su cintura, luego se detuvo. Gabrielle frunció el ceño ante la decepción. No pudo ver la misma mirada en el rostro dla guerrera. Xena a regañadientes apartó las manos. -Estás como nueva, estás limpia.- Ella dijo. En voz baja se maldijo. Cada fibra de su ser le rogó llegara hacia adelante a la copa de los pechos suaves de la bardo, a sentir el peso celestial de ellos. Ella se contuvo en el último momento y sacó las manos hacia atrás, pero ya era demasiado cerca para la comodidad de la guerrera. Nunca cometió errores similares anteriormente. Fue finalmente sucediendo. Sus deseos habían cruzando a su realidad. Le entregó el jabón a Gabrielle. -Toma, sigue adelante y termina.Gabrielle tomó el jabón y al azar se lavo la parte delantera de su cuerpo. Cuando llegó a que tenía que limpiar entre las piernas, se encontró recostada contra el poderoso cuerpo de Xena. Cerrando los ojos, Gabrielle se concentró en los sentimientos contra de su cuerpo. La suavidad de los pechos de Xena contra de los omóplatos, la firmeza del estómago de Xena en la espalda, el remolino 32
aproximada de rizos que le hizo cosquillas en la espalda baja. Todos esos detalles se mezclaba con la idea de que ella estaba acostada desnuda en contra de Xena con su mano entre sus piernas. Rápidamente llega a sus sentidos, Gabrielle se incorporó y se terminó de lavar. Xena lo tomó todo con diversión. Ella quería saber lo que la bardo estaba pensando con la mano entre sus piernas. No había manera de que Xena podría haber confundido la expresión de deseo que se hizo evidente en el rostro dla bardo. -¿En quién piensas, Gabrielle?- Xena pensó para sí misma. -¿Quién es el que te hace sentir de esa manera? ¿A quién piensas cuando te tocas?¿ Pérdicas? Tal vez el Pérdicas que querías, no el que usted tuviste. ¿Qué puede un chico de campo como el saber acerca de amar un cuerpo de mujer? ¿Quién te mueve así? -Ella se sacó de sus pensamientos por el movimiento del cuerpo frente a ella. Gabrielle lanzó el jabón por encima del hombro y salió de la bañera. Después de disfrutar de la vista de cerca, cuando la bardo salió de la tina, Xena se movió hacia adelante para darse un cierto sitio y comenzó a lavarse. Levantó la mano para lavar su hombro cuando sintió a Gabrielle entrar de nuevo en la bañera, esta vez detrás de ella. Xena se movió hacia adelante para dar a la bardo de un montón de espacio. Se deslizó por detrás de Xena. Alcanzar hacia adelante, ella le pasó el brazo alrededor del estómago de Xena y tiró de ella al otro lado de la bañera sin problemas. Ella extendió su mano y esperó a que el jabón que se deposite en ella. Frota y masajea la espalda dla guerrera con los mismos círculos lentos y perezosos que se había sentido hacia solo unos momentos atrás. Ella escuchó con atención a la respiración de Xena, la captura de la entrada de aire cuando su mano se torno a un lado para detenerse justo antes del pecho de la guerrera. Ella repitió todo el masaje relajante, y se dio cuenta que no ha recibido ninguna protesta por parte de la guerrera. Entre escuchando la respiración de Xena y concentrarse en los sentimientos debajo de sus dedos, Gabrielle atrapó varias veces a Xena gimiendo en silencio. A pesar de la falta de sonido, Gabrielle estaba segura de que estaba gimiendo. Se sentía el retumbar bajo sus dedos. Xena se puso rigida y tiro un poco hacia adelante. -Gracias-. Rápidamente salió y se secó. Xena le dio a la bardo una muda limpia y se puso una a sí misma. Después de un viaje rápido por la habitación para apagar las velas, Xena se metió en la cama. Gabrielle se acurruco en a su lado y estiró el brazo para que ella lo tome. Como lo hizo todas las noches, Gabrielle se agachó y le dio un beso ligero en el brazo de la guerrera. Ella sintió el brazo de Xena tirar de ella más de cerca. Era un lugar seguro y cómodo para estar, envuelta en los brazos de Xena. Este era el lugar donde quería estar. Se quedó mirando a la noche, pensando en la escena que había presenciado antes. Mientras que su mente estaba repitiendo el beso del amante, sus dedos estaban acaricia suavemente el brazo de la guerrera. 33
Xena era muy consciente del tacto ligero como una pluma en su brazo. Gabrielle, ¿sabes lo que estás haciendo? - Mente de Xena le gritó que se alejara , para poner fin a esta tortura deliciosa. Sus oídos se captaron otro sonido. A través de la pared al lado de ellas, Xena oyó el inconfundibles y suaves gemidos de placer. Los dedos de Gabrielle dejaron de moverse cuando escuchó los sonidos que venían de la habitación de al lado. Se dio la vuelta para mirar a Xena con curiosidad, cuando se convirtieron en gemidos roncos. Xena se encogió de hombros. -No me mires, yo no sé lo que están haciendo.- A pesar de que sabía exactamente lo que estaban haciendo. Se dio cuenta del cambio en el ritmo y los sonidos apagados. Halla estaba haciendo su reprimenda. Las dos se sentaron, cautivadas por las actividades que tenía lugar al otro lado de la pared. Por lo menos Gabrielle estaba prestando atención. Xena estaba prestando más atención a la reacción dla bardo a los sonidos. Ella vio cómo los ojos de Gabrielle se agrandaron con el pensamiento y la visión. Vio a la bardo lamen los labios involuntariamente cuando Halla gritó una solicitud de urgencia. Luego, con una ceja arqueada, Xena observó el cambio de expresión de Gabrielle a diversión por el gran aumento en el volumen. Gabrielle estaba apoyada en un codo, mirando hacia la pared. Ella miró a Xena para asegurarse de que estaba escuchando la misma cosa. Cuando escucharon que la plataforma golpeaba rítmicamente contra la pared, Xena no pudo reprimir una sonrisa. Gabrielle le dio una palmada juguetona en el vientre y le sujetó los dedos a los labios. -Lo siento-. Xena le susurró mientras recuperaba el control. Un aullido largo dio la pista próxima al clímax. Eso fue todo Gabrielle no podría mas. Ella se desplomó contra Xena en un ataque de risa. En un primer momento, Xena estaba preocupado de que Gabrielle podría haber estado llorando. Sacó la cabeza de la bardo el tiempo suficiente para darse cuenta de cual era la verdadera emoción y se perdió a un ataque de risa. Gabrielle se pone de espaldas, cuando la risa desapareció. -Bueno, Gabrielle, creo que era nuestro entretenimiento para la noche.- Ella dijo, le dio a Gabrielle en otro ataque de risa, por la que recibió otra bofetada juguetona. Gabrielle se apoyó sobre un codo de nuevo. Señaló a la pared y pronunció la palabra -fuerte-. Xena asintió con la cabeza. Gabrielle señaló a la guerrera y la miró interrogante. -¿Qué?- La bardo se señaló en la pared, y luego a Xena. Miró a su vez con una pregunta en sus ojos verde-azul. -Ella? ¿Alguna vez ...-se agito así. -¿Qué, pues?- Gabrielle articuló la palabra otra vez. -Yo grito fuerte?- Xena se apoyó en los codos. En voz baja, gutural, preguntó: -Gabrielle, me estás preguntando si soy fuerte?- Hubo un indicio de la peligrosidad a la pregunta. Gabrielle asintió con la cabeza tímidamente y se ruborizó cuando vio subir la ceja de Xena. Xena se echó hacia atrás con una expresión divertida en su cara mientras ella 34
meditaba cómo responder a la pregunta. -¿De verdad lo quieres saber?- Ella le preguntó sin mirar. Después de un momento, se dio cuenta de su error y levantó la vista. Ella sonrió tímidamente a la bardo. -Lo siento-. Gabrielle le devolvió la sonrisa a su aceptación de la disculpa. Ella asintió con la cabeza. -¿Estás segura?- Agravado movimiento de cabeza. Xena rompió la mirada con la bardo. Yo puedo ser, en determinados momentos.- Sin mirar, sentía los ojos azul-verde dio a luz dentro de ella, pidiendo a la pregunta no formulada. -A veces ... si es con la persona adecuada ... Puedo llegar a ser algo ... vocal.- Se volvió para mirar a la bardo, y añadió rápidamente. -Pero sólo si es con la persona adecuada. Normalmente no soy tan ...- Buscó la palabra correcta. Gabrielle articuló 'voz'. -Vocal, sí, eso es todo. Normalmente no soy tan vocal.- Se dio la vuelta y tiró de la manta hasta la barbilla. -Basta de preguntas por una noche. Vamos a dormir antes de que decidan llevar a cabo el segundo acto.- Cerró los ojos y sintió Gabrielle acurrucarse contra ella. Los sonidos de la pasión de la habitación de al lado comenzaron de nuevo, esta vez fue Halla que hizo a la otra mujer gemir. Xena sintió el cuerpo de la bardo agitarse contra el de ella con risas. Suspirando para sí misma, Xena se dio cuenta de que iba a ser una noche larga. Xena fue a ver a Hipócrates y recoger el resto de sus pertenencias. Gabrielle seguía profundamente dormida, pero ella no quería estar fuera por mucho tiempo en caso de que la bardo se despertara. Una conversación rápida con el curandero le hizo saber que no había habido ningún cambio físico. -¿Qué pasa con su salud mental, Xena?- La guerrera levantó la vista de la alforja que ella estaba haciendo las maletas y miró a Hipócrates. -Su estado de ánimo era mejor ayer. Espero que sea una señal de que está saliendo de su depresión.-Tal vez-. El curandero dijo mientras se acariciaba la barbilla. -Xena, ella te necesita más que nunca ahora-. -Lo sé.- Xena respondió en voz baja mientras se ataba la correa de la última en sus alforjas. -Sólo recuerda que si necesitas algo mi puerta está siempre abierta.-Gracias, voy a recordar.- Ella bajó la mirada hacia el suelo, luego de vuelta al curandero. -Hiciste todo lo posible para ayudar a Gabrielle. Te lo agradezco y te debo. Si alguna vez necesitas algo, no dude enpedirlo.- Fue una rara admisión de gratitud y su importancia no se perdió en el sanador. -Ella significa todo para ti.- Hipócrates dijo en voz baja, casi con la esperanza de que la guerrera no le oyera. Sólo un tonto podría ahondar en los sentimientos de 35
una ex señora de la guerra. Xena arrojó las bolsas a través de su hombro y lo miró pensativa. -Ella significa todo para mí, porque ella es todo para mí. Yo no podría sobrevivir sin ella. Gracias de nuevo por tu ayuda.- Ella se fue rápidamente antes de que pudiera decir una opinión personal. En el camino de regreso a la posada, Xena se maldijo mentalmente por revelar demasiado de sus emociones para el sanador. Cuando se trataba de Gabrielle, no había límite en las emociones de Xena. Haría lo que fuera necesario para mantener la bardo en su vida, con o sin su voz. En el camino de regreso a la posada, Xena se detuvo en un carro de pequeñas mercancías y compró una pluma, tinta y pequeño rollo de pergamino. El estado de ánimo oscuro de Gabrielle se instaló en . Tomó todas las fuerzas de Xena no para estrangular a la joven a medida que avanzaba el día. Ella se enojó por que Xena había comprado los materiales de escritura. No tenía ganas de escribir más. Xena puso el pergamino, tinta y pluma en la delante dla bardo y prácticamente le rogó que escribiera algo, cualquier cosa. Gabrielle, simplemente se quedó mirando el papel, se niego a recoger la pluma. -Gabrielle-. La voz de Xena a llevaba un tono de ira suficiente para que la bardo supiera que la guerrera estaba cerca de su punto de ruptura. Grito. -Gabrielle, tienes que escribir algo. Es la única manera de saber lo que estás sintiendo.- Los ojos azul-verde se encendió en ella. Xena alzó las manos con frustración. -Está bien, de esa manera.- Xena pisoteó la cama y lo establecido, frotándose las sienes. Se sentaron en silencio durante varios latidos del corazón. Mirando el techo, Xena por fin rompió el silencio mortal. -Gabrielle, por favor, dime lo que sientes. No sé cómo ayudarte más. Gabrielle miró a su guerrera. Los ojos de Xena eran brumosos y vio como la guerrera parpadeó varias veces para evitar que las lágrimas se derramen. Había muchas palabras que quería decir, tantas cosas que necesitaba decirle a Xena. ¿Cómo podía decirle a la persona que amaba más que a nada cómo se sentía? Yo no te puedo decir, Xena, pero te puedo mostrar.», Pensó para sus adentros. Gabrielle no podía luchar contra los sentimientos que se agitan dentro de ella nunca más. Ella se levantó y se acercó a la cama. -Es ahora o nunca.- Se puso al lado de Xena y apoyó la cabeza sobre el hombro dla guerrera. Se sentía envuelta por el fuerte brazo de Xena por su espalda, y estrechada entre sus brazos. Sí, aquí era donde quería estar. Ella se acercó y puso su mano sobre la mejilla de Xena, acariciando suavemente con el pulgar. Vio los ojos azules tan cerca cuando Xena reacciono al tacto suave. Gabrielle se levantó sobre un codo para ver mejor la cara dla guerrera. 'Te quiero, Xena. Cómo deseaba poder decir las palabras en voz alta, para decirle al guerrera orgullosa lo mucho que significaba para ella. Dejó de mover su pulgar y siguió mirando a la cara de Xena.
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Xena abrió los ojos cuando sintió los dedos que paraban el movimiento sobre su cara. Sintió que su corazón saltaba de golpe cuando miró hacia las profundidades azules y verdes del alma de Gabrielle. Hubo una expresión en el rostro de Gabrielle que Xena nunca antes había visto en el joven bardo. Sin saber cómo reaccionar, se quedó quieta. Lo que Gabrielle estaba pensando, ella tenía que ser la que diera el primer paso. No había manera de que Xena fuera a poner en peligro su amistad, a menos que ella estuviera segura de los sentimientos de la bardo. Gabrielle cerró los ojos y se inclinó hacia delante, colocando un beso ligero como una pluma en el borde de la barbilla de Xena. Tirando de su cabeza ligeramente hacia atrás, miró a su guerrera. La mirada en el rostro de Xena alentó a la bardo para continuar. Besó a Xena en la barbilla de nuevo y sintió el cuerpo dla guerrera rígido. Ante el temor de que ella ell a pudo haber ido demasiado lejos, Gabrielle se apartó y se puso de espalda. El cuerpo de Xena protestó por la suspensión repentina de los labios de la bardo. Se dio la vuelta y miró a Gabrielle, su rostro era una mezcla de emociones. Gabrielle ...- Su voz era baja y ronca. Xena llevó la mano a la cara de la bardo y la acarició suavemente la mejilla con un dedo fuerte. -¿Por qué no me lo dijiste?Su dedo trazó el contorno de la boca de Gabrielle, deleitándose con la suavidad de los labios de color rosa. No había vuelta atrás cuando Xena bajó su boca a la de Gabrielle. El beso era provisional, de cuestionamiento. c uestionamiento. Xena necesitaba necesitaba saber que esto era lo que realmente quería Gabrielle. Ella se apartó para evaluar la reacción de la bardo. Ella obtuvo su respuesta cuando sintió las manos de Gabrielle detrás de su cuello que tiraban de ella hacia abajo por un beso más apasionado. Beso de Gabrielle llegó a ser más exigentes en cuanto a su confianza creció. Sacó la lengua para degustar los labios suaves y se encontró rápidamente con la lengua de la guerrera. Ella exigió la entrada y Gabrielle se la otorgó, lo que permitió a la guerrera la explorar el interior de su boca, para tomar lo que quisiera. Las manos de Xena se movieron hacia abajo para rozar a la bardo, la cintura, los brazos, en cualquier lugar que podía alcanzar. Ambas mujeres estaban sin aliento cuando sus labios se separaron de mala gana. Gabrielle miró a los ojos azules que ella amaba. 'Te amo'. Formada Sus labios en silencio las palabras que resonaban una y otra vez en su mente. Los ojos de Xena se empañaron. Oyó las palabras como si Gabrielle las hubiera gritado desde la cima del monte Olimpo. -Te amo tambien, Gabrielle-. Dioses, cuanto ella quería esto. Ella quería tener a Gabrielle . Su boca se arrastraba por el cuello para sentir el gusto de la bardo. La suavidad y la calidez de Gabrielle Xena lo hizo con pasión embriagadora. Ella sintió el cuerpo de la bardo responder las sus caricias de su lengua. Los dedos de Xena se deslizaron entre ellos y desató los cordones de la camisa de la Amazona. Gabrielle sonrió al ver la reacción de Xena ante sus pechos suaves al 37
ser liberado. -Por los dioses, que son hermosos.- La guerrera murmuró mientras dejaba vagar sus manos sobre los pechos de la bardo. Xena miró a la cara de Gabrielle, observando sus reacciones. Cuando los dedos de Xena se cerraron alrededor de los pezones rosados, Gabrielle arqueó la espalda y cerró los ojos. Xena quería hacer el amor lento y suave. Gabrielle no quería nada de eso. Su cuerpo estaba ardiendo de pasión. Lo último que quería era que Xena fuera suave. Una vez más no podía decírle a Xena lo que quería, pero ella podía mostrarselo. Tomando la mano de Xena con la propia, la bardo la llevo a descansar entre sus piernas. Xena gimió involuntariamente cuando sintió el flujo de humedad en los pantalones de Gabrielle. Gabrielle arqueó sus caderas, presionando su sexo contra la mano de Xena, rogando por su cumplimiento. Dioses, Gabrielle-. Xena exclamó mientras apretaba sus dedos contra el paño húmedo. Ella movió rápidamente sus manos para desatar la falda del Amazonas, y luego se bajó los pantalones que bloqueaban su camino hacia el centro suave y húmedo del sexo de Gabrielle. Al separar sus cuerpos por un momento, Xena rápidamente descartó su propia ropa. Ella se acomodó sobre la bardo, usando sus brazos para apoyar la mayor parte de su peso. Gabrielle respiró hondo cuando sintió la prensa de la pierna Xena entre las suyas, separándolas. Ella levantó su propio muslo, presionándolo contra rizos oscuros de Xena. Ella fue recompensada con un suave gemido de la guerrera. Xena se inclinó y besó y mordisqueó su camino a los pechos de Gabrielle. Su boca capturó uno y empezó a lamer suavemente. Gabrielle entrelaza sus dedos en el pelo de Xena y la presiona y estimula su pasión. Xena se detuvo, sin saber lo mucho que Gabrielle sea necesario. No le puede negar la urgencia cuando el cuerpo de Gabrielle se retorció debajo de ella. Ella chupó y mordió el tierno capullo mientras sus dedos giro a través de los suaves rizos rubios entre las piernas de la bardo. Gabrielle arqueó sus caderas, impaciente, con ganas de más. Xena reposicionó su cuerpo para que ella quedara de su lado, apoyada en un codo. Centro los ojos en el rostro de Gabrielle, Xena deslizó un dedo entre los pliegues, empapando con los líquidos abundantes que el cuerpo de Gabrielle en libertad. -Que mojado.- Xena murmuró ella puso otro dedo en el juego. Gabrielle intentó mantener los ojos abiertos, para ver a Xena hacer el amor con ella, pero los sentimientos que la guerrera se producen dentro de ella eran demasiado. Xena pasó el dedo suavemente sobre el clítoris de Gabrielle y observó con satisfacción que el cuerpo de la bardo arqueado hacia arriba. -Supongo que de esa manera?- Ella bromeó. Gabrielle asintió con la cabeza rápidamente a medida que se llevó la mano hacia abajo para agarrar la muñeca de Xena. 'Por favor'. La palabra en silencio se formaron en sus labios. La boca de Xena exploraba parte superior del cuerpo de Gabrielle, mientras sus dedos exploraron el más bajo. Se deleitaron con los montículos generosos de la 38
bardo antes de tomar la boca de Gabrielle de nuevo. La bardo no tenía mas control sobre su cuerpo como ella sintió que su cresta se aproxima. Ella respondió a la lengua de Xena con fervor, tratando de transmitir su clímax inminente. Ella no tenía por qué preocuparse, Xena era muy consciente de la pasión creciente de Gabrielle. El goteo de los jugos se había convertido ahora en una inundación. Agarre de Gabrielle en la muñeca era como mordaza. De pronto, Gabrielle arrancó la boca libre y echó atrás la cabeza, la boca abierta. Los dedos de Xena se convirtieron en una mancha como ella los mueve adelante y atrás contra el clítoris hinchado. El cuerpo de Gabrielle se arqueó, los ojos bien cerrados, con los dedos clavados en la muñeca de Xena. Un estallido de color y luces bailaban delante de los ojos cerrados, la bardo cuando su orgasmo se rasgó a través de ella. Después de varios latidos del corazón, su cuerpo finalmente se dejó caer sobre la cama. Xena coloco la mano de vuelta de entre los pliegues y la apoyó en los rizos húmedos. Gabrielle soltó la muñeca y el brazo que cae blandamente a un lado. Xena esperó hasta que vio los hermosos ojos verde-azul abiertos antes de hablar. -Te quiero, Gabrielle-. La bardo articuló a su propia respuesta cuando ella llevó los dedos a la mejilla caricias de Xena. -No cuenta!- La voz airada de Ares resonó por todo el cuarto. Xena saltó fuera de la cama y se colocó entre el dios y Gabrielle. La bardo rápidamente se inclinó y tomó dos mudasy le entrega una a la desnuda guerrera. -Ares-. Escupió. El entendimiento la golpeó. -Tú eres el responsable dela perdida de la voz de Gabrielle .- Ella gruñó con rabia. Gabrielle se puso de pie al lado de Xena, sus ojos verde-azul estaban que ardían con su propia ira. Oh, si pudiera hablar, muchacho iba a dar a ese dios crecido un regaño. Los ojos de la bardo se redujeron cuando el dios se echó a reír. -Oh, estúpida pequeña mortal. ¿No te dije alguna vez Xena que un dios puede leer los pensamientos?- Él se burló. '¿Ah, sí? Pues bien leer esto, eres una excusa lamentable de un dios. No eres más que un matón cubierto de poder. Eres tan estúpido que ni siquiera sabes cuando has perdido! -Sus manos apretaban los puños mientras su mente inventaba insultos contra el dios. Xena observó las miradas intercambiadas entre el dios y la bardo. Temía que en su ira, Gabrielle no pensar con quién estaba hablando. Los temores de Xena se hicieron realidad cuando Ares le disparó a su brazo y golpeó a Gabrielle con la mano abierta. Ella cayó de espaldas contra la cama y se dejó caer al suelo. Xena se agachó frente a ella, controlando la lesión y tratando de protegerla de otro ataque de la ira del dios. -Incluso sin una voz, todavía tiene una lengua afilada, bardo! Si no se encontraras bajo la protección, me gustaría enviarte directamente a los brazos de Hades para tal falta de respeto!-Pero ella está bajo la protección, Ares.- La sala brillaba cuando Artemisa 39
apareció. -¿Qué te hizo pensar que podrías golpear a mi escogida, y no me enteraria?- Ella le dio una fría mirada antes de volverse a mirar a Gabrielle. Xena se movió hacia atrás para permitir a la diosa ver los signos iniciales de un enorme moretón. Ella lo tocó ligeramente, haciendo que el hematoma a brillara y desapareciera. Sonriendo suavemente a la bardo, dijo: -Mi querida Gabrielle, que realmente deberias aprender a controlar su temperamento.- Echando una mirada a la guerrera, ella continuó. -Usted realmente no necesita aprender- todo -de Xena.- Los ojos de Xena se redujero en el insulto, pero sabía lo suficiente para mantener su lengua y sus pensamientos, tranquilo. Artemisa volvió la mirada hacia su reina. -Gabrielle, en realidad no eres tan tranquila.- Sus dedos se deslizaron inmortales a tocar la garganta de Gabrielle. Artemisa se levantó y se dio la vuelta, con la cara llena de ira y furia. -Ares! Cómo te atreves a tocar a mi reina de tal manera! Tendrás que explican esto en este mismo instante!- Xena no estaba segura, pero podría haber jurado que Ares tuvo un retroceso leve bajo el látigo de las palabras del Diosa de la Luna. -No puedo hacer eso.- Una sonrisa se dibujó en sus labios. -Ya ves, tengo una apuesta con Calíope, y no puedo quitar el hechizo hasta que uno de nosotros halla ganado-. -Has hecho una apuesta con mi escogida?-Una apuesta es una apuesta, Artemisa. No puedo hacer nada al respecto ahora.- Se encogió de hombros como diciendo -si yo pudiera, lo haría.Artemisa dio un paso adelante, miró hacia arriba, y gritó. -Caliope! Tía Calíope, baja aquí ahora mismo!- Calíope se materializó en el extremo de la habitación. -¿Cuál es el significado de todo esto? Gabrielle es uno de tus bardos. ¿Cómo pudiste involucrarte en una apuesta con él?- Ella señaló a Ares. -Artemis, no tuve más remedio. Era la única manera que podía pensar para obtener su voz de nuevo. Su plan hubiera funcionado de otra manera.-Se hizo el trabajo.-El corrigió. -Lo que no se tiene en cuenta. Ella no le dijo.-Sí lo hizo, Ares. Usted la vio mover los labios.-Espera un minuto-. Artemisa puso las manos en alto para silenciar a los dioses en disputa. -¿De qué están hablando ustedes dos?- Gabrielle asintió con la cabeza de acuerdo con Artemisa. -Para que Gabrielle pudiera obtener su voz de nuevo, ella tenía que decirle a Xena de sus verdaderos sentimientos.- Ambas caras de las mortales registraron el choque. Artemisa rodó sus ojos. 40
-¿Están seguros de Afrodita no estaba involucrada en esto? Parece su estilo para hacer de casamentera, querida tía.-Yo no estaba tratando de hacer de casamentera, Artemisa. Ares hizo que Gabrielle perdiera la voz para que él pudiera ganar a Xena.- Entiendes, entonces la ira, brilló en los ojos de Xena. -Pensó que si Gabrielle no podía hablar, entonces Xena se cansaría de ella y la dejaría.- Gabrielle miró a Xena, exigiendo tranquilidad. -No importa lo que hagas, Ares, nunca voy a dejar a Gabrielle-. Xena dijo con firmeza. Ella miró por el rabillo del ojo mientras Gabrielle se relajó visiblemente. -Además, Ares, perdió. Gabrielle se lo dije.- Calíope dijo con confianza. -No, no lo hizo. No importa que sus labios se hayan movido, porque no salieron palabras. No se tiene en cuenta-. -Tiene que ser en sus propias palabras, ¿eh?- Un pensamiento se estaba formando en la mente de la musa. -Ese era el trato.- Recordó. -Sin voz, sin palabras. Qué irónico.- Dijo secamente. -Pero sí lo dijo en sus propias palabras, Ares.- Calíope metió la mano en su capa y sacó los pergaminos que Gabrielle había dejado en el altar. -Todo está bien aquí.- Sacó un trozo de pergamino. -Esta es una pieza de escritura de un diario de Gabrielle. ¿Quieres que lo lea en voz alta?-Dame eso!- Alargó el brazo y tiró el pergamino de la mano de la musa. Él le echó un vistazo, leyendo de forma rápida las palabras. Sus ojos se abrieron de par en par en un pasaje en particular. Allí mismo, de la propia mano de la bardo, fueron las palabras que escribieron su victoria. -Con todo mi corazón, Te quiero, Xena de Anfípolis.- Era una línea de diario personal de Gabrielle. Gabrielle se había dado a la musa toda su obra escrita, olvidando por completo que sus pensamientos más íntimos se encontraban en algunos de los pergaminos. Ella había escrito esas palabras una noche mientras miraba a Xena realizar su ritual nocturno de afilar su espada. Él arrugó el pergamino convirtiéndolo en polvo con su mano impiadosa mientras miraba fijamente a Gabrielle. -Tienes mucha suerte, bardo.- Él sabía cuando era derrotado. Volviendo la cabeza con disgusto, él señaló con el dedo a Gabrielle. Una sensación de ardor atravesó su garganta. El dolor la puso de rodillas y se encontró al instante en los brazos de Xena. Todo el aire parecía salir de sus pulmones y por un momento, ella no podía respirar. Las manchas comenzaron a bailar ante sus ojos. De repente, la presión fue liberada y pudo tomar un respiro. -No tiene que ser tan duro!- Artemisa siseó. 41
-Nunca estuve de acuerdo en ser amable.- Él respondió. -Pero lo hiciste hacer otro acuerdo, Ares.- Calíope recuerda. -¡Me acuerdo!- Él gruñó. -Eres una mujer astuta, Calíope-. Él asintió con la cabeza con respeto. Realmente no creyo que la musa pudiera ser más astuta que él. -Artemisa, no pasa nada-. Él asintió con la cabeza a la diosa de la luna, y luego desapareció. -Xena?- La voz de Gabrielle era inestable. -Xena!- Su rostro explotó de alegría al oír su propia voz una vez más. -Dioses, ¿cómo he echado de menos esa voz hermosa.- Xena respondió cuando ella puso sus brazos alrededor de Gabrielle. -Oh, Xena, puedo hablar, realmente puedo hablar!- Las lágrimas de felicidad rodaron por su rostro. -No vas a creer todas las cosas que quiero decirte, todas las cosas que quiero decir. Pensé que me volvería loca! No sabes lo difícil que es pensar en algo y no ser capaz de decirlo -. -Gabrielle-, Xena puso un dedo en los labios de la bardo. -Hay un montón de tiempo para hablar. En este momento,- Ella ayudó a Gabrielle a ponerse de pie e hizo un gesto hacia las diosas. -Todavía tenemos compañía-. Artemisa se echó a reír. -Está bien, Xena. Estoy segura de que ha sido muy duro con ella.-Puedes decir eso otra vez.- Gabrielle dijo. La diosa se volvió para mirarla. -Gabrielle, ¿por qué viniste a mi templo?- La bardo volvió la mirada hacia abajo, la culpa claramente escrita en su cara. -¿Estabas pensando en abdicar tu trono?El tono de Artemisa tenía un toque de ira, la misma. Gabrielle la miró con temor. -Mi diosa, pensé que no servía de nada, que no podía cumplir con mis deberes-. -Si yo sintiera que ya no podías, entonces yo habría hecho algo al respecto!- Su voz retumbó por toda la habitación, asustando a Gabrielle. Xena se movió en frente de Gabrielle. -Tú estás asustándola. ¿No crees que ha pasado suficiente?- Xena estaba cansado de los juegos de los dioses juegan con ellos. -Lo siento. Sólo estaba pensando en lo que era bueno para las amazonas.Gabrielle se ofrece en su defensa. Parecía haber tocado la cuerda correcta. Los rasgos Artemisa se suavizaron.
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-Te creo, Gabrielle. Tu corazón no sabe nada que no sea la bondad. Yo sugiero que la próxima vez que pienses en renunciar a su título lo consultes conmigo.-Sí diosa.- La bardo dijo con reverencia. Artemisa sonrió ante el gesto. -Bueno, supongo que este asunto esta resuelto. Xena, cuidar de ella. Gabrielle, ser bueno contigo misma.- Con esto la diosa desapareció. Gabrielle miró a Calíope y empezó a llorar, escondiendo el rostro en el hombro de Xena. La musa se acercó, depositando los rollos, una pluma y tinta sobre la mesa. -Hija Mía, has pensado que fui yo quien tomó tu voz ahora sabes que no era cierto. Te di el don de la prosa, utiliza ese don con sabiduría. Tú siempre me has traído alegría con tus cuentos, por favor continuar. -Su forma brilló, y luego se había ido. -¿Quieres hablar de ello?- -Preguntó Xena, cuando estaban finalmente solas. -Háblame, Gabrielle. Quiero escuchar esa voz hermosa de nuevo. La he echado mucho de menos.-Te amo-. Gabrielle siguió las palabras con un beso breve. -Tuve que decirlo. Yo no podía soportar la idea de no haberlo dicho nunca.- Se llevó un dedo a los labios de Xena. -Por favor. No he sido capaz de hablar durante casi un cuarto de luna.- Una sonrisa maliciosa cruzó sus labios. -Y ahora tengo un público cautivo. Podría hablar con usted marcas de vela, pero ahora quiero hacer otra cosa con mi boca.- Le pasó a Xena los dedos por la mejilla. -Te amo. Quiero hacerte el amor-. Su voz fluía a través de los oídos de Xena, la curación de todo el dolor que el último cuarto de luna se había llegado. Qué ganas tenía de escuchar esa voz suave otra vez. Los dedos de Gabrielle le rozaron la mejilla. Xena llevó a su boca hacia abajo, llegando a Gabrielle. Sin romper el beso, ella bajo suavemente a la cama. -Háblame, Gabrielle. Déjame oírte.-Oh, Xena. He echado de menos hablarte.- Sus miradas se encontraron, cada uno expresando su amor. -Te quiero, Xena.-Te quiero, Gabrielle. Lo hago.- La boca de Xena dijo Gabrielle de nuevo. La bardo gimió de placer cuando sintió la lengua de la guerrera entrar en su boca. Xena echó la cabeza hacia atrás para mirar a los ojos de la l a mujer que amaba. – Eso está bien.- Ella murmuró.
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-¿Qué es?- Ella trató de tirar hacia abajo a Xena para otro beso, pero la guerrera la detuvo. -Tu gemido. Eso está bien.- Ella le dio un beso suave en los labios de la bardo. Ella movió su boca hasta que estaba cerca de la oreja de la bardo. -Gabrielle, quiero que a gimas para mí. Quiero hacerte el amor y escucharte.- La voz ronca de Xena reavivó el fuego en la bardo. Sus dientes colocados alrededor de lóbulo de la oreja de Gabrielle y mordió suavemente. -He sentido tu reacción a mis toques, ahora quiero oírte reaccionar ante ellos.- Su rodilla obligó a las piernas de la bardo a separarse. Gabrielle torció el cuerpo y puso en la parte superior de la guerrera, a caballo entre las caderas. -Lo haré-. La bardo, dijo con una promesa en su voz. -Pero primero lo primero-. Ella se agachó y levantó su camisa, tirándola al suelo sin miramientos. Ella se levanta para permitir Xena eliminar a la suya, a continuación, se acomodó de nuevo en el estómago de la guerrera. Gabrielle cerró los ojos y suspiró audiblemente cuando sintió el abdomen duro de Xena empuja hacia arriba en su contra. -Eso está bien.- Gabrielle dijo mientras miraba a Xena. Las manos dla guerrera se movieron en torno a las nalgas de Gabrielle. La bardo se sentó hasta que ella estaba sólo a un pelo de distancia de los labios de Xena. -Te quiero, Xena.-Te amo-. La guerrera respondió. El beso fue largo y sensual, lleno de gemidos de placer de las mujeres. Gabrielle levantó la cabeza. -Ahora voy a averiguar si yo soy la más adecuada-. Ella dijo con picardía. Xena la miró con perplejidad. -Dijiste que si era con la persona adecuada que podía ser vocal.- Ella dijo en broma mientras sus dedos se cerraron alrededor de un pezón oscuro. Gabrielle fue recompensada con una ingesta aguda de aire de la guerrera. -Mmm?- La concentración de Xena en esta actividad do como resultado el rápido endurecimiento del pezón. -Dioses, Gabrielle-. Sus manos apretaban las nalgas firmes debajo de ellas. -Se siente bien-. Ella con voz ronca. Las palabras fueron haciendo cada vez más difícil para Xena. -Supongo que tendré que averiguarlo por mi cuenta.- Gabrielle murmuró ella trajo su boca hacia abajo para darse un festín en el pezón duro. Xena se redujo a gemidos con las manos audaces de Gabrielle y la boca más audaz aun exploró su cuerpo. Sus manos a la cabeza, tocando cada centímetro de piel que pudo encontrar mientras trabajaba su camino hacia abajo. Ella besó el ombligo de Xena mientras sus dedos rozaron los rizos oscuros y húmedos. Su dedo se deslizó entre los pliegues y Xena soltó un profundo gemido. Gabrielle 44
sonrió contra el abdomen duro. -Sí. Quiero escuchar, Xena. Quiero escuchar lo que mi contacto te hace .- Ella apretó los dedos hacia adelante, en busca de la apertura de la feminidad de Xena. -Por favor ...- Xena con la voz ronca. Ese fue todo el estímulo que la bardo necesitaba. Ella entró con un dedo, con fácil deslizamiento en todo el camino. Ella cerró los ojos a la sensación de cálida humedad que rodea el dedo. Ella se echó hacia atrás y añadió otro. Las caderas de Xena se arquearon con sus gemidos, cuando Gabrielle empezó a acariciarla lentamente. Los dedos se deslizaron fácilmente dentro y fuera del túnel bien lubricado. -Más ...- Xena le rogó. Gabrielle cerró los ojos a la espera mientras deslizaba otro dedo en lo más profundo. No pasó mucho tiempo antes de que la bardo que estaba bombeando sus dedos dentro y lo hiciera con furia. Los gritos de placer de Xena aumentaron mientras se balanceaba en contra de los dedos suaves. Gabrielle sintió que la pared interior se cerraba sobre sus dedos, sintió latidos pulsantes en su propio centro. -Oh ... Oh, Gabrielle ... sí ... oh ...- las palabras de Xena alimentado el fuego entre ellos, causando la Amazonía para aumentar su bombeo para que coincida con el empuje de la guerrera. Las uñas de las manos de Xena se clavaron en las mejillas suaves de culo de Gabrielle mientras se aproximaba a su clímax, pero la bardo no lo sentía. Su mente se centró por completo en el río de los jugos que fluían a través de sus dedos. Xena arqueaba la espalda , levantando a ambas fuera de la cama. Gritó el nombre de su amante como una estocada final la envió otra vez. Gabrielle acabó con los dedos en el interior, hasta que sintió que Xena se relajaba. De mala gana, sacó sus dedos. Xena observó a través de los párpados entrecerrados como Gabrielle se chupó los dedos limpios. Su entusiasmo le dijo a Xena que la próxima vez podía esperar a sentir suave boca de la bardo en ella. Ella esperó hasta que Gabrielle terminó el banquete antes de hablar. -Puedo entender que desea?- Gabrielle tomó otra mano de los dedos antes de contestar. -Mmm, esta debe ser la ambrosía-. Ella se trasladó a darle un beso a Xena. La guerrera se probaba a sí misma en la lengua de Gabrielle con la boca expresaban su amor. Gabrielle apoyó la cabeza sobre el hombro de Xena. -Sos gritona.- Ella bromeó, recompensado con una risa ahogada. -¿Lo soy? Yo estaba que estaba tratando de controlarme.- Su mano se movió en perezosos círculos en la parte posterior de la bardo. -Sí que lo eres.- Gabrielle besó la suave piel debajo de ella. -Me gusta-. Añadió en voz baja. Antes de que pudiera reaccionar, ella se rodó sobre su espalda, el cuerpo de Xena en la parte superior de ella. -Ahora es mi turno para que escuche.Gabrielle miró a la forma que dormia a su lado. Era tan raro que Xena durmienra 45
después que ella. Ella miró hacia abajo con la mirada sin inhibiciones en el cuerpo desnudo dla guerrera, claramente visible en la luz l uz de la mañana. Sus ojos se centraron en los rizos oscuros entre las piernas de Xena. Gabrielle dejó que sus dedos perezosamente jugaran a través de los rizos suaves, deleitándose en la sensación. -No me hagan hablar.- Xena dijo en voz baja. -Me usaste ayer por la noche.-Yo no lo podía evitar. Me estaba divirtiendo. Además, yo no escuché que te quejabas-. Gabrielle objetó las burlas, sus dedos seguian jugando con el pelo oscuro. -Gabrielle-. Xena castigado mientras se ponía la mano de la bardo lejos de su centro. La bardo frunció el ceño. -Más tarde, lo prometo.- Besó la mano de Gabrielle antes de soltarla. -Está bien, pero yo te voy a recordar eso-. Gabrielle dijo cuando ella saltó de la cama. -Voy a ir a buscar algo para desayunar para nosotros. Me muero de hambre-. -Estoy seguro de que así es-. Xena se rió entre dientes. Su rostro se puso serio mientras miraba a Gabrielle. -¿Qué?- Gabrielle dijo en voz baja. -Estoy tan feliz de escucharte de nuevo. He echado de menos tu voz. He echado de menos escucharte.-Bueno espérame.- Gabrielle dijo deslizando en un rápido beso. -Espero que no tengas ningún plan para hoy, porque después del desayuno, tu y yo vamos a hablar.- Se puso la camisa y se fue a desayunar. Xena se levantó y se acercó al cuenco para lavarse. Xena llevó la mano hacia abajo en la espalda de Gabrielle varias veces antes de que finalmente la oyó toser. Ella se movió alrededor para ver las lágrimas rodando por las mejillas de Gabrielle cuando la bardo luchó para recuperar su respiración. -Gracias-. Gabrielle dijo humildemente. -No hay de qué.- Una sonrisa torcida formada en la cara de Xena. -Trata de tragar antes de poner más, ¿vale?- Se levantó y se fue a su lado de la mesa. Gabrielle se puso rápidamente otro trozo de comida en la boca. -Lo siento, ¿sí?. Estoy tan feliz de poder hablar de que me olvido de todo lo demás.- Ella finalmente se ingiere la comida que estaba en su boca.
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-Bueno, yo no quiero que te ahogues. Toma un minuto para terminar de comer, y entonces hablaremos.-Está bien-. Gabrielle murmuró mientras tomaba otro pedazo de fruta. -Muchacho, Xena. Esto va a ser un Hades de historia,¿ no lo crees?-Gabrielle-. Xena arqueó la ceja. Gabrielle sonrió tímidamente y en silencio terminó su fruto. -Así que dime, Gabrielle. ¿Cómo fue no ser capaz de hablarme durante todos estos días?- Xena objeto burlándose, abriendo el camino a Gabrielle para expresar sus sentimientos. A pesar de la noche anterior, todavía hay sentimientos no resueltos de las dos sobre los últimos acontecimientos. Gabrielle pensó en la pregunta durante unos instantes antes de hablar. -Definitivamente fue una experiencia de aprendizaje. Descubrí cosas sobre mí que yo no conocía.- Hizo una pausa por un momento y luego añadió. -También aprendí algunas cosas sobre ti, mi guerrera gran muda-. Haciendo caso omiso de la ceja arqueada de la guerrera, ella continuó. -Cuando sucedió por primera vez, ya sabes, en el campo, me asusté. Yo no sabía lo que había sucedido. Miré a mi alrededor, pero no estaban a la vista. Traté de llamarte , pero no hubo sonidos. -Vio cómo la emoción del flash dolor breve en el rostro de Xena. -Está bien, Xena. No tenías manera de saber. - Gabrielle le aseguró rápidamente al guerrera. -Todo lo que podía pensar era en ti, sabias lo que estaba mal y no podía cuidarte - Ella bajó los ojos un poco. cuidar de mí.- Xena se acercó y puso su mano sobre el hombro de Gabrielle, dando un apretón tranquilizador. -Esa fue una buena idea, golpeando la sartén en la roca.- Gabrielle sonrió ante el cumplido, su sonrisa lo suficiente para ganar una a cambio. -Sí, eso fue un buen pensamiento, ¿no?- Gabrielle pareció reflexionar en ello por un momento. -Bastante bueno, ¿eh?-Bastante bueno.- Xena, dijo, su ronca voz baja. Gabrielle se sonrojó ligeramente. -No es que seas, tonta. Yo estaba hablando de la sartén.-Oh, estamos de vuelta en eso ¿verdad?- Xena sonaba aburrida. -Sí, Gabrielle, que era un buen pensamiento de su parte.47
-Correcto.- Ella le sonrió la victoriosa. -De todos modos, en un primer momento, lo único que podía pensar era en lo asustada que estaba. Yo estaba aterrorizada de que algo iba a pasar y yo no sería capaz de avisarte.-Era eso lo de las pesadillas ?- Xena preguntó en voz baja. Gabrielle asintió con la cabeza. -Sí. Esos daba bastante miedo-. Volvió la mirada hacia la ventana, absorta en sus pensamientos por un momento. -Es por eso que he dormido a tu lado cada noche.- Volvió la mirada hacia la guerrera. -Yo necesitaba sentirte. Era la única manera que me sintiera seguras.-Me hizo sentir bien, Gabrielle-. Xena admitió. -Cuando te tuve en mis brazos, me hizo sentir como si yo te estaba protegiendo, manteniendo manteniendo a salvo. Eso es todo lo que quiero hacer, Gabrielle. Todo lo que quiero es llevarte y mantenerte a salvo-. Ella se calló, sorprendida por la repentina liberación de las emociones. Su silencio dijo mucho a Gabrielle. Se dijo al la bardo que qu e había más sentimientos de los que decía, que Xena no estaba dispuesta a hablar de ellos. Recogiendo la señal tácita, Gabrielle continuó. -Así que de todos modos, ¿dónde estaba?-Estabas hablando acerca de por qué te mantuviste durmiendo conmigo.- Xena recordó. -Sí, eso era un poco divertido-. Gabrielle sonrió ante el recuerdo de cuerpo duro de Xena pegada a ella. -Sin embargo, seguía siendo difícil, ya sabes, no ser capaz de decirle lo que sentía.-Fue difícil para mí también. Traté de que me digas, pero no lo haría. Gabrielle, ¿por qué te niegas a escribir sus sentimientos?- Xena se negó a recordar la nota que hace daño, lo único que Gabrielle había escrito desde la mudez. -Sí, eso era divertido-. Gabrielle sonrió ante el recuerdo de cuerpo duro de Xena pegada a ella. -Sin embargo, seguía siendo difícil, ya sabes, no ser capaz de decirle lo que sentía.-Fue difícil para mí también. Traté de que me lo digas, pero no lo haría. Gabrielle, ¿por qué te negabas a escribir tus sentimientos?- Xena se negó a recordar la nota que hace daño, lo único que Gabrielle había escrito desde la mudez. -Lo siento-. El Amazona, dijo en voz baja, consciente de lo que ambas estaban pensando. -Era muy difícil para mí. Sentí que había hecho algo malo. Había tantas cosas que yo quería decir, pero no pudo. Fue alucinante. Te ataque, la única persona que estaba tratando de ayudar ayudar . No te merecias mi ira, Xena. – 48
-Está bien, Gabrielle. Te aguantas mis rudeza cando no te las mereces a veces. Es lo menos que podía hacer.-¿Sabes lo que he aprendido de todo esto?-¿Qué?-Me enteré de que hay algunas cosas que decir sobre el silencio.-Estás bromeando-. Xena dijo con incredulidad. -No, en serio. Me di cuenta de que prestaba más atención a lo que estaba pasando a mi alrededor. Entendí por qué estás tan tranquila cuando entramos por primera vez un nuevo lugar. Estás mirando los alrededores, no sólo con los ojos, sino con los oídos también. Yo no sabía que lo hicieras. Realmente tiene que molestarte mucho que yo parlotee cada vez que entramos por primera vez un lugar. -Los ojos de Xena traicionaron sus pensamientos a medida que oscilaba ligeramente. Gabrielle se dio cuenta, pero optó por no mencionarlo. Ella había llegado a su respuesta. -De todas maneras, fue interesante.-He aprendido algunas cosas acerca de mí misma.- Xena admitió. Gabrielle se quedó callada, dando a Xena la oportunidad de compartir sus sentimientos, algo que rara vez hizo la guerrera. -Debe ser difícil para ti... tener que adivinar lo que estoy sintiendo todo el tiempo. Nunca me di cuenta de lo difícil que es no saber que siente la otra.-Me he acostumbrado a ti, Xena. Puedo más o menos dice lo que siente la mayoría del tiempo.- Gabrielle ofrecido. Xena sonrió con su agradecimiento por el gesto. Hablaron en voz baja por varias marcas de velas, Gabrielle hablaba la mayor parte del tiempo. La guerrera estaba muy contenta de sentarse y escuchar el relajante sonido de la voz de su mejor amiga y amante. Se detuvieron en la puesta de sol para hacer el amor, los sonidos de su pasión llenando la habitación. Después de una tranquila cena, se pasaron el resto de la noche, envueltas en los brazos de la otra. Hablaban en voz baja, cada una expresaba sus sentimientos por la otra. Gabrielle le fue mucho mejor que la guerrera normalmente estoica, pero estaba contenta aún con la cantidad de sentimientos que la guerrera expreso. Todos los días de ser la voz de las dos habían desaparecido para Xena. Descubrió que estaba más próxima a sus pensamientos y sentimientos. Gabrielle se tomó el tiempo para escuchar, interrumpió constantemente con sus propios pensamientos. El sueño finalmente las alcanzó, y la mañana las encontró todavía acunadas en los brazos de la otra. -Entonces, ¿dónde nos dirigimos ahora?- -Preguntó Gabrielle mientras Xena saltó en Argo.
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-Pensé en dirigirnos hacia Potedaia para unas cortas vacaciones. Necesitas un poco de tiempo para escribir tu historia y tenemos que abandonar algunas de nuestras cosas para el almacenamiento, tus pergaminos, entre otras cosas.Xena, dijo, acariciando la alforja mullida. -Además, yo no puedo esperar a ver la cara de tu hermana Lila cuando le digas que no pudiste emitir sonido alguno durante casi un cuarto de luna.- Ambas mujeres se echó a reír. Gabrielle se quedó pensativa. -Xena, ¿crees que debemos contarles acerca de nosotras?- Ella le preguntó mientras miraba hacia arriba a la magnífica figura en el caballo. -Gabrielle, eso es una decisión personal que las dos tenemos que hacer-. Xena se inclinó para tocar la barbilla de la bardo. -Estoy segura de que mi madre será feliz. Le gustas-. Gabrielle sonrió ante la imagen de Cirene. Ella había sido tan amable con ella la última vez que había visitado Anfípolis. -Sin embargo, no creia que su familia fuera a ser tan feliz.- Xena pensó en la última vez que estuvieron en el pueblo natal de Gabrielle. Sus padres eran fríos hacia la guerrera. Xena podría vivir con eso. Ella comprendió que ella no sería la primera elección de los padres de Gabrielle para un compañera de viaje de su hija. La hermana de Gabrielle, Lila, era otra cosa. Le gustaba Xena un poco, y dejaba que la guerrera lo sabe sin lugar a dudas. -Estoy segura de que sus sentimientos han cambiado. Hola, yo me juego por ahora, incluso le gustas.- Gabrielle sonrió ante la idea, tan ridícula como que era. No había manera de que su familia jamás j amás sería feliz con su hija hij a peregrinando por Grecia acompañada de una ex señora de la guerra . -Estoy segura-. Xena, dijo con ironía. Ambas estallaron en una risa breve. -Si tengo suerte, Lila no tratara de hacer arreglos para mi ahorcamiento-. -Ella no mejor.- Gabrielle se armó de su tono de voz más dominante. -O voy a usar mi poder como reina de las amazonas de hacerle ver la luz.- Movió sus brazos en un gesto de burla de poder. -¿Lío con mi mujer, ella lo hará?-Ooh, me encanta cuando estás posesiva.- Xena ronroneó, produciendo en la bardo ataque de risa. -Sólo recuerda que eres el mía.- Una sonrisa se dibujó en los labios lujuriosos de Gabrielle. -Si necesitas recordar ...- Sus ojos se volvieron hacia el bosque sugestivamente.
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-Creo que he creado un monstruo.- Xena, dijo, rodando los ojos. -Gabrielle, hay otras cosas además de sexo-. -Lo sé.- Gabrielle esbozó una sonrisa juguetona. -Pero yo disfruto escuchando.Ella sonrió tímidamente. -Mi gran guerrera gritona-. -Dijo el grano de arena del desierto.- Xena contestó, haciendo que la bardo se ruborizarse con furia. Las aventuras de la noche anterior causó que golpeara Halla furiosamente en la pared, gritando comentarios sobre otras personas que tratan de conciliar el sueño. -No es mi culpa. tu agitas mis pasiones.- Ella tocó en broma los cordones de su blusa. -Gabrielle ...- Xena gruñó. -Vas a pagar por burlarte de mí.-¿Es eso una promesa?- Gabrielle bromeó, pasando sus dedos sugestivamente por los pezones, lo que obligó para empujar en contra de su camisa. Xena inconscientemente, se lamió los labios, recordando el placer del banquete de los senos de la bardo sólo unas marcas de vela antes. Un rápido vistazo a su alrededor dijo que el camino estaba desierto. Ella saltó de Argo y barrió a Gabrielle en sus brazos. -Búrlate de mí, ¿quieres?- Ella juguetonamente amenaza a Gabrielle cuando la apretó contra un árbol, con las manos rápidamente deslizándose debajo de la camisa de la bardo. -¿Qué pasa con Potedaia?- -Preguntó Gabrielle sin aliento al sentir la boca de Xena contra su cuello. -Todavía estará allí, Gabrielle-. -Supongo que sí.- La bardo de acuerdo.
FIN
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