L0S FUNDAMENTOS DEL ENFOQUE CLASICO 1 Cristian Bidard Edith Klimovsky
1. Fundamentos Conceptuales El capitalismo constituye la forma más desarrollada de una sociedad de mercado. La teoría económica clásica propone una visión del conjunto de la sociedad y del comportamiento de los individuos, cuya expresión formal es un sistema de ecuaciones de precios y de donde se deduce deduc e su propia visión sobre el mercado, del problema prob lema económico y del equilibrio.
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La Visión de la Sociedad Capitalista En el enfoque clásico, el capitalismo se concibe como una sociedad asimétrica,
constituida de clases sociales que no poseen el mismo poder, y en la cual la marcha de la actividad económica depende principalmente de la acción de la clase que controla el proceso de producción. Este control es tradicionalmente basado sobre la propiedad de los medios de producción, considerada como el factor que determina la posición de los individuos en el proceso productivo. En esta perspectiva, la propiedad constituye el único criterio sobre el cual se definen las tres clases que componen la sociedad capitalista: una clase de desposeída de medios de producción diferentes a la fuerza de trabajo, los trabajadores, y dos clases propietarias, los capitalistas y los propietarios de tierras, que detentan, respectivamente, los medios de producción reproducibles y los medios nonreproducibles. Esta visión es hoy criticada por el hecho de la fragmentación relativa de la propiedad de las empresas. empresas. Por lo tanto, la asimetría de la sociedad capitalista ya no 1
Capitulo I del libro Capital, salaire et crises , Paris , Dunod 2006
puede reducirse a la mera propiedad de los medios de producción ya que la simple detención de títulos no confiere forzosamente a los individuos un poder sobre le proceso productivo. Sin embargo, no es menos verdad que en numerosos casos la propiedad permite directa o indirectamente controlar la producción: ella es una condición necesaria pero no suficiente para el control del proceso. De acuerdo a esta óptica clásica actualizada, la producción permanece bajo el control de una clase particular cuyas decisiones determinan la marcha de la actividad económica aún si no poseen la totalidad del capital de las empresas.
1.2 El Comportamiento de los Capitalistas En tanto organizador del proceso de producción el capitalista es el personaje central de la vida económica. El decide la naturaleza, el volumen de la producción y los métodos aplicados, determinando de esta manera la composición física de su capital. Una parte de este último lo consagra a la contratación de trabajadores, la otra a la compra de los medios de producción a otros productores capitalistas, y eventualmente, otra tercera parte, la dedica a la compra de tierras a los terratenientes como activos económicos (de otra manera, las alquila a los propietarios mediando el pago de una renta). Una vez que la producción está terminada, los productos son conducidos al mercado para ser vendidos. Es aquí donde las decisiones del productor son evaluadas sociablemente y donde su beneficio es la medida del éxito de las decisiones tomadas. Al ser la motivación del comportamiento capitalista el deseo de colocar de la manera más rentable su capital, el éxito de una inversión se estima por la tasa de beneficio que rinde. Les decisiones de cada capitalista suponen un arbitraje entre su consumo productivo y su consumo improductivo. La reconstitución y el crecimiento de sus capitales individuales aseguran tanto el desarrollo de la producción como el fortalecimiento del poder del capitalista. Más allá de las elecciones individuales, la inversión se impone a los capitalistas como una necesidad social de su reproducción en tanto clase. De esta manera, el consumo se presenta como una extracción sobre la acumulación, y las decisiones que le corresponden están sometidas a las restricciones de esta última. Las elecciones individuales están estrictamente confinadas por la exigencia
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colectiva de reinversión. Es por eso que la teoría clásica deja poco espacio a consideraciones psicológicas sobre el comportamiento de los agentes y propone una visión materialista del funcionamiento de la vida económica.
1.3 El Papel del Mercado El papel atribuido al mercado es una consecuencia directa de la visión de la sociedad y del comportamiento de los agentes de la vida económica. La representación clásica del capitalismo y de su personaje central implica que el mercado es concebido como mecanismo de validación social de las decisiones de los capitalistas en el tema de la producción. La evaluación de las actividades económicas por el mercado se presenta como un hecho social que se impone a los individuos. La consecuencia analítica es que las cantidades y los métodos de producción están dados para la determinación de los precios tanto en equilibrio como en desequilibrio.
1. 4 La Producción como Proceso Circular En la concepción clásica, la producción es vista como un proceso circular en donde las mercancías son a la vez el punto de partida y el resultado de la producción. En este sentido, el titulo de la obra de Sraffa, Producción de mercancías por medio de mercancías, es muy significativo.
Estando dados los métodos de producción y las cantidades producidas, se puede comparar para cada una de las mercancías la cantidad producida y la cantidad utilizada como medio de producción en todas les ramas, y así determinar si el sistema produce o no un excedente físico a nivel global sin necesidad de conocer les precios. Por el contrario (salvo si se trata de una actividad en la cual el capital y el producto sean proporcionados) no podemos establecer si existe un excedente en un sector particular antes de la determinación de los precios, los cuales son los medios para comparar el valor producido y el invertido en el seno de cada industria.
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1.5 Especificidad de los Trabajos y de las Tierras En el enfoque clásico, les trabajos y las tierras se distinguen de las mercancías en razón de que ambos no son producidos de acuerdo a las reglas capitalistas. La reproducción del trabajo escapa al control directo de los capitalistas y la tierra no es producida en el sentido del término: la cantidad total está dada y no puede ser incrementada. Sin embargo, a diferencia del trabajo, las tierras son apropiables por los propietarios de tierras o por los capitalistas. En la escritura formal del sistema de precios, ni el trabajo ni la tierra poseen una ecuación de precios análoga a la de las mercancías: de la misma manera que el beneficio, el salario y la renta son variables de la distribución. Estas tres categorías de remuneración obedecen a leyes diferentes de las que regulan los precios de las mercancías. Ellas son recibidas por las tres clases sociales –capitalistas, trabajadores y terratenientes- cuyos intereses pueden entrar en conflicto.
1. 6 Homogenización de los Trabajos Es la especificidad de los trabajos en relación a las mercancías lo que permite colocar el valor de estás últimas con relación al trabajo, pero esa relación plantea el problema de la agregación de los trabajos empleados en la producción. Una vez tenemos los trabajos homogenizados, es posible establecer una relación entre la tasa de beneficio y el trabajo, comandado o incorporado. Si el trabajo aparece como homogéneo no obedece a una hipótesis sobre la homogeneidad física de los trabajos empleados en la producción de las mercancías, sino sobre la reducción de sus diferencias de calidad a diferencias de cantidad. La agregación de los trabajos se realiza cuando previamente se han homogeneizado. Una vez la operación efectuada, las ecuaciones de precios solo hacen referencia a una un solo nivel de salario.
1.7 La Distribución
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Una variable de la distribución debe ser fijada de manera exógena dado que el trabajo y las tierras no poseen ecuación de precios. En una sociedad capitalista la variable pertinente puede ser la tasa de salario o la tasa de beneficio. La elección entre una u otra depende de una representación diferente de las relaciones trabajadores y capitalistas: en el primer caso, la distribución aparece como un resultado de relaciones de fuerza entre esas clases; en la segunda, los trabajadores están desprovistos de poder de negociación. Los antiguos economistas clásicos tomaron el salario como variable exógena mientras que Sraffa y, siguiendo su ejemplo, los economistas post-sraffianos, tienden a privilegiar la hipótesis de una tasa de beneficio dada (cuya pertinencia está sin embargo limitada a las situaciones de equilibrio, es decir, con uniformidad de tasas de beneficio).
1.8 El Problema Económico Cualquiera que sea el enfoque económico, los precios resultan de la confrontación de las decisiones descentralizadas que determinan la marcha de la actividad económica. La interpretación de ese problema está estrechamente ligada a la visión de sociedad, del comportamiento de sus protagonistas y del papel jugado por el mercado en la articulación de las decisiones. Para los clásicos la actividad económica resulta principalmente de la decisión de los productores capitalistas que busca las colocaciones más lucrativas. En esta perspectiva, entonces, el problema económico es la expresión de una doble necesidad. La acumulación que garantiza su reproducción en tanto clase y que aumenta su poder, y en segundo lugar, la rentabilidad de sus capitales, que es la sanción social de sus decisiones. El problema económica consiste entonces en comprender cómo el resultado de la producción se transforme en condición para su continuación, y cómo el excedente se reparte tanto entre les clases como en el interior de la clase capitalista. De esta manera, el problema económico posee dos caras: la reproducción y la distribución.
1.9 Los Precios
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El sistema de precios refleja la asimetría de la sociedad capitalista en el sentido que representa solo las decisiones de producción de la clase dominante. El carácter circular de producción aquí es aparente. Los precios son la expresión a la vez de la producción y de la circulación y satisfacen dos tipos de condiciones: -
Cubren los costos que permiten a los capitalizas percibir un beneficio sobre el capital invertido. Esta condición es expresada por las “ecuaciones de producción”
-
Aseguran la igualdad entre los ingresos y los gastos de cada rama. Esta condición se expresa por las “ecuaciones de circulación”
Dado que los precios se forman una vez las cantidades son llevadas al mercado, los precios no se conocen en el momento en que los capitalistas toman las decisiones de inversión. Sin embargo, salvo excepción, ellos no varían de manera errática de periodo a periodo, lo que tendría como efecto afectar permanentemente la estabilidad del sistema capitalista y amenazar su reproducción. Encontramos aquí la distinción entre los precios corrientes, o de mercado, y los precios “naturales”,
a los cuales se refiere muy
particularmente la teoría del valor.
1.10 El equilibrio económico El equilibrio económico es una posición de reposo en la cual la repetición de las decisiones no modifica el estado del sistema: las variables económicas no cambian cuando la economía está en equilibrio. Al contrario, la economía está en desequilibrio cuando las mismas decisiones o no dan los mismos resultados o no pueden ser repetidas de manera indefinida. El equilibrio se define por la solución de un sistema de ecuaciones en donde la norma de la uniformidad de tasas de beneficio se satisface, lo que significa el estado de reposo del sistema. Él no supone el pleno empleo del trabajo. Las tasas sectoriales no son uniformes salvo si la producción está adaptada a la necesidad social. En efecto, en las ramas donde la producción es sobreabundante en relación a la demanda, los productores 6
no son capaces de obtener la tasa general de beneficio sino un tasa inferior. Inversamente, la presencia de una demanda insatisfecha debe traducirse ya sea en la obtención de una tasa de beneficio más elevada, ya sea en la existencia de señales cuantitativas que empujan los productores a aumentar su producción. En resumen, la uniformidad de tasas de beneficio representa la compatibilidad de las decisiones de todos los agentes económicos y no solamente las de los productores capitalistas. El desequilibrio es el objeto de una formalización diferente estudiada en los modelos llamados de “gravitación” de precios y de tasa de beneficio de mercado alrededor de sus niveles naturales. Un enfoque alternativo, que presentaremos en la cuarta parte de este libro, reposa sobre una formulación común de las situaciones de equilibrio y de desequilibrio. Tres nociones de equilibrio se distinguen: el equilibrio de la reproducción física, definido por la igualdad de tasas de acumulación; el equilibrio de rentabilidad, definido por la uniformidad de tasa de beneficio, y el equilibrio completo, definido por la realización simultánea de ambos equilibrios precedentes. Ninguno de esos equilibrios supone el pleno empleo del trabajo. En ese marco, si la adecuación de la producción permanece una condición necesaria de la uniformidad de tasa de beneficio, ella no es suficiente.
2. FUNDAMENTOS HISTÓRICOS 2.1 Orígenes de la tradición clásica La tradición clásica contemporánea es el resultado de los desarrollos y de la formalización de un enfoque en economía cuyos primeros elementos aparecen en la primera mitad del siglo XVIII. En el plano histórico las principales intuiciones analíticas se encuentran en las obras de Cantillon, Smith, Ricardo, Torrens y Marx. En Cantillon (1755) el análisis del sistema económico se funda sobre la preeminencia de las decisiones de la clase dominante: los terratenientes controlan la producción ya sea directamente, ya sea indirectamente por medio de la imposición de una renta, y las variaciones de su consumo son el origen de variaciones en los precios. Mientras que la teoría de Quesnay (1758) es también construida sobre la supremacía de la
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clase de los propietarios, Smith (1776) atribuye el papel de clase dominante a los capitalistas en virtud de que al tener perfecta conciencia de sus propios intereses, controlan la producción industrial, el comercio y una gran parte de la producción agrícola. Esta evolución es la consecuencia del declive de los terratenientes cuyo poder resulta debilitado por su indolencia que los empuja a aumentar su consumo de bienes de lujo. La afirmación de la preeminencia de los capitalistas se consolida en Ricardo y más adelante en Marx En la tradición clásica el salario es concebido tras Cantillon como una canasta de bienes avanzados por los capitalistas, que está ligado a la subsistencia de los trabajadores y depende de factores históricos y sociales. Esta idea es retomada por Smith, después por Torrens (1815) y Ricardo (1817). Smith define el beneficio como le ingreso específico de la clase capitalista, diferente al salario de inspección y dirección, a partir de la idea de uniformidad de su tasa. La concepción del mercado como mecanismo de validación social remonta a Cantillon que enuncia la regla de determinación de precios de mercado poniendo en relación la cantidad de una mercancía propuesta en la venta y el dinero ofrecido para comprarla. Esta regla es retomada por Smith que, sin embargo sustituye la demanda efectiva evaluada a precio natural al dinero. Ricardo, al considerar que Smith explica correctamente las causas accidentales y temporales que alejan los precios de mercado de sus niveles naturales, limita su estudio a las leyes que regulan la determinación de los precios “naturales”. Esta concepción del mercado está también presente en la teoría de la valor de Marx si admitimos que los valores no pueden ser determinados independientemente de la circulación, es decir, si se admite que los productos del trabajo solo son mercancías si se realizan en le mercado. Smith rechaza toda relación entre el valor de cambio y la utilidad apoyándose sobre la ”paradoja del valor”….que había ya sido resuelta por Galiani (1751) un cuarto de siglo antes ¡. El valor es ligado al trabajo necesario en la producción de mercancías cuando el beneficio es nulo (“estado rudo y primitivo” de la sociedad), y al trabajo comandado por las mercancías cuando el beneficio es positivo. Esta teoría presupone la
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representación de la producción como un proceso circular, lo cual es explícito en el Tableau économique de
Quesnay. Al tiempo que retoma la idea del circuito, Ricardo se
atiene a criticar la teoría de Smith. El sitúa el origen del valor en la dificultad de la producción y en los Principios la mide en términos de trabajo incorporado en la producción. Cualquiera que sea la relación entre valor y trabajo, los clásicos son confrontados a la cuestión de la agregación de los trabajos heterogéneos empleados en la producción, lo que resuelven utilizando la escala de salarios. La definición del equilibrio por medio de la uniformidad de las tasas de beneficio se justifica por el hecho de que cuando los capitalistas perciben la misma tasa, o tasa diferentes que expresan las ventajas relativas de las diversas ramas (Smith estima que las diferencias sectoriales de las tasa de beneficio se explican fundamentalmente por primas de riesgo), ninguno tiene interés en modificar el sector de inversión de su capital y entonces la economía se encuentra en reposo. La existencia de dos leyes distintas, una que regula las variables naturales o de equilibrio, la otra que explica la convergencia de las variables del mercado hacia su nivel natural, es afirmada por Ricardo. Torrens (1821) propone un enfoque diferente al formular, primero, un sistema único de reproducción que determina las variables económicas tanto en equilibrio como en desequilibrio. Este modelo, relativamente poco conocido, constituye la principal referencia histórica de las construcciones presentadas en la cuarta parte de este libro. La primera formulación matemática del sistema ricardiano se debe a Dmitriev (1898). El demuestra la existencia de una solución de las ecuaciones clásicas de precios, lo que le permite rechazar la crítica de Walras según la cual la teoría de la “escuela inglesa” se resume lógicamente en un “ecuación y dos incógnitas” ( Elementos, lección 40). El estudio matemático del sistema ricardiano es continuado por Bortkiewicz (190607) quien, sobre esta base, formula la primera crítica sólida del modelo de transformación de valores a precios propuesta por Marx. Solo es en 1960 que Sraffa publica la formulación hoy aceptada de la teoría clásica del valor, la cual exponemos en las tres primeras partes de este libro.
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2.2 Diferencias con la tradición neoclásica Por “neoclásica” se designa la teoría que apareció en el último cuarto del siglo XIX, en particular la teoría walrasiana del Equilibrio General y la teoría austriaca, la cual a su manera, también se opone al enfoque en términos de equilibrio parcial. Las diferencias esenciales que diferencian la teoría clásica y neoclásica impiden considerar la una como la otra como casos particular de la otra, a pesar de que con hipótesis apropiadas es posible obtener en cada modelo ciertos resultados del otro. La visión clásica del capitalismo como un modo de producción asimétrico contrasta con la de los economistas neoclásicos que lo conciben como una sociedad simétrica en donde la actividad económica surge de las decisiones de todos los individuos. Esto se traduce en el hecho de que, mientras que en el sistema de ecuaciones de la teoría clásica de precios solo están representadas las decisiones económicas de la clase dominante, en el sistema neoclásico figuran las de todos los individuos. La tradición neoclásica no distingue clases sociales sino dos tipos de agentes económicos, los empresarios (o productores) y los consumidores. La organización de la producción recae en el empresario que no tiene necesidad de disponer de ningún capital para llevar a cabo su función puesto que la compra de los inputs la financia por medio de la venta de los productos. Además, los productores no detentan en cuanto tales la propiedad de las empresas, que pertenecen a los consumidores, y ningún ingreso específico está ligado a esta actividad (al menos con rendimientos constantes). Además, los productores en tanto tales no detentan la propiedad de las empresas que recae en los consumidores. Para los economistas neoclásicos, todos les individuos son consumidores que solo se diferencien por sus dotaciones y sus preferencias. Estas son datos a priori, dados antes del estudio de la sociedad. La satisfacción de los consumidores es el objetivo último de la activad económica. Es respecto a la utilidad de los consumidores que se da
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un juicio sobre la eficiencia de la producción. De esta manera existe una preeminencia del consumo sobre la producción y la segunda función está al servicio de la primera. La interpretación neoclásica de la sociedad en tanto sociedad simétrica constituida de agentes dotados de racionalidad instrumental, conducente a la maximización de una función objetivo bajo restricción, va a la par con la interpretación del mercado como un proceso neutro que asegura la asignación eficiente de recursos. Este contraste entre la concepción clásica y neoclásica del mercado se traduce en una primera distinción entre esos dos enfoques en lo que se refiere a la relación entre las cantidades producidas y los precios. En la teoría neoclásica los precios competitivos se suponen perfectamente conocidos por parte de los agentes antes que ellos tomen decisiones de consumo y producción: en equilibrio esas cantidades son aquellas que limpian los mercados en las cantidades decididas por los agentes; en desequilibrio, los precios no tienen esa cualidad pero permanecen conocidos a priori. Hemos visto que en los clásicos, las cantidades y los métodos de producción son por el contrario dados para la determinación de precios tanto en equilibrio como en desequilibrio (el estudio de la producción conjunta conducirá a volver sobre este problema). La visión clásica de la producción como proceso circular se opone a la de la escuela austriaca que concibe la producción como una vía en sentido único que parte de factores no producidos, trabajo y tierra, y conduce a bienes de consumo. La concepción del equilibrio general es compatible con ambas concepciones en la medida en que en las dotaciones pueden figurar tanto bienes de producción como bines de consumo y servicio de factores.. En la tradición neoclásica la teoría de la distribución es un caso particular de la teoría de los precios. Efectivamente, los ingresos provienen de la venta de los servicios de factores, pero ellos no se diferencian de la generalidad de las mercancías puesto que sus precios se determinan sobre la base del mismo principio: la igualdad de la oferta y la demanda. No hay lugar para la existencia de clases sociales y la propiedad no constituye un elemento central de distinción entre los individuos. Resulta que el trabajo no posee una especificidad esencial en relación con las mercancías: el salario está determinado por la igualdad de la oferta y demanda en el “mercado de trabajo” a un nivel que garantiza el pleno empleo.
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Esta visión de la actividad económica como resultado del conjunto de individuos, guiados por la racionalidad instrumental y la concepción del mercado como lugar de la expresión de las decisiones óptimas de todos los agentes conducen a plantear el problema económico en términos de asignación eficiente de recursos raros y a concebir el precio de equilibrio como indicadores de escasez de los bienes y servicios. El equilibrio económico en una sociedad de propiedad privada es definido como una asignación para cada consumidor, un plan de producción para cada productor y un vector de precios, tal que cada consumidor maximice de su utilidad sometido a la restricción de presupuesto, cada productor maximice su beneficio bajo la restricción de la tecnología y donde todos los mercados están en equilibrio (Debreu 1959). En resumen, el equilibrio neoclásico está concebido como la igualdad entre las cantidades ofrecidas y demandadas de todas las mercancía y servicios, donde esas cantidades son el fruto de un cálculo de maximización bajo restricción que realizan tanto los productores como los consumidores. Como lo encontraremos a lo largo de esta obra, la teoría clásica atribuye también una racionalidad económica a los agentes, sin la cual el capitalismo sería solo un casino. Pero los medios de esta racionalidad son más limitados y las elecciones son dictadas por hábitos o por las restricciones sociales antes que por preferencias individuales. En el marco del equilibre general intertemporal, la definición neoclásica del equilibrio económico es compatible con tasas de interés propias tanto uniformes como diferentes. Se trata de un equilibrio estacionario en el primer caso y no estacionario en el segundo. Con hipótesis apropiadas, las tasas de interés propios pueden ser comparadas con la noción clásica de tasa de beneficio. De esta manera, en los dos enfoques, la igualdad entre la oferta y la demanda es compatible tanto con la uniformidad como con la diferenciación de las tasas de beneficio. Cualquiera que sea el enfoque, la situación de equilibrio se concibe como una situación de reposo en el sentido de que el estado del sistema no se modifica con la repetición de las mismas decisiones. La diferencia entre clásicos y neoclásicos no reside entonces en la condición de igualdad, en el equilibrio, ente oferta y demanda (que a pesar de todo, los dos enfoques no conciben de la misma manera) en todos los mercados de
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bienes. Dos diferencias importantes recaen sobre el concepto de equilibrio, el cual en la concepción clásica no supone el pleno empleo y por la atención que merece las situaciones de desequilibrio. Sin duda, la teoría neoclásica se ha interrogado sobre las condiciones de estabilidad del equilibrio y sería falso pensar que en esta teoría solo cuentas las situaciones de equilibrio. En verdad, el concepto de equilibrio de una economía descentralizada solo es pertinente si se indica por medio de cuál proceso dinámico ese equilibrio es alcanzado. De otra manera, el concepto de equilibrio se reduciría a la solución de un sistema de ecuaciones. Walras (1874) lo había comprendido perfectamente: “he aquí como, estando dadas las ecuaciones de demanda, los precios resultan matemáticamente. Queda entonces por demostrar, y este punto es esencial, que el problema del intercambio del cual hemos dado la solución matemática es también aquel que se resuelve de manera práctica en los mercados por medio del mecanismo de la libre competencia, (Elementos, lección 11). Los neoclásicos tiene razón en decir que es un problema complejo. Sin embargo, tanto en razón de los repetidos fracasos como de la confianza en la libertad de los mercados dada por las tendencias más liberales (que de manera paradójica se denomina como “nueva teoría clásica”) este programa es borrado de la agenda de investigación neoclásica contemporánea.. Por contraste, al lado de los modelos de gravitación que no examinamos, un comienzo de respuesta de inspiración clásica será presentado en la cuarta parte de este libro donde serán estudiadas las dinámicas de desequilibrios en el marco de una formulación que generaliza al desequilibrio aquella utilizada en otras partes del libro.
REFERENCIAS Cantillon, Richard (1755) Essai sur la nature du comerse en general. Reedición (152) Paris, Ined. (En español, Ensayo sobre la naturaleza del comercio, F.C.E:, México Galiani (1751), Della Monetta. Reedition (1963), Milan Feltrenelli. Bortkiewicz (1906-07) “Value and prices in the marxian system” Traduccion inglesa (1952) Internacional economic papers, 2,5-60
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Dmitriev, V.K. (1898) “Theorie de la valeur de Ricardo” en Essais Economiques, 1904, trad francesa (1968) Paris, CNRS Walras, Leon (1874) Elementos de economía pura Ricardo, D. Principios de economía política y del impuesto Marx, Kart. El Capital Quesnay (1758)
La physiocracie. Reedition (1991), J Cartelier (ed), Paris,
Garnier Smith , Adam (1776) La riqueza de las naciones. Torrens, R (1815) An essay on the external Corn Trade, reedition (1965, Dorfman, J. (ed), New York, AM Kelley Torrens, R (1821) An essay on the production of wealth, reedition (1965), Clifton, AM; Kelley
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