Bentham, J. (1748-1832) Una introd roducción a los los prin rincipios de la mora rall la le!islación (178") An Introduction to the Principles of Morals and Legislation
#ap$tulo % &cerca del principio de utilidad ( utility )
I.1 I. La naturaleza ha colocado a la humanidad bajo el gobierno de dos amos soberanos, el dolor y y el placer . Sólo ellos pueden indicar qué debemos hacer, así como determinar lo que haremos. or una parte, el est!ndar de lo correcto "right # e incorrecto " wrong#, por el otro lado la cadena de causas y e$ectos, se encuentran sujetados a su trono. %llos nos gibiernan en todo lo que hacemos, en todo lo que decimos, en todo lo que pensamos& cualquier es$uerzo que podamos hace hacerr para para libe libera rarn rnos os de su suje sujeci ción ón só sólo lo 'a a se ser' r'ir ir para para demo demost stra rarr y con(rmarla. %n las palabras un hombre puede pretender rechazar su imperio& pero pero en realida realidad d 'a a estar sujeto sujeto a él todo el tiempo. tiempo. %l principio de utilidad " principle principle of utility # reconoce esta sujeción y la reconoce como la $undación de un sistema, cuyo objeto es conducir el material de la $elicidad " the fabric of felicity) por las manos de la razón y la ley. Los sistemas que intentan poner esto en cuestión, se ocupan de sonidos en lugar del sentido, en caprichos en lugar de la razón, en la oscuridad en lugar de la luz. I.) ero ya es su(ciente de met!$ora y declamación& no es por esos medios que la ciencia moral 'a a ser mejorada. I.* II. %l principio de utilidad es la $undación del presente trabajo& ser! apropiado en la introducción dar una e+plicación e+plícita y determinada de lo que se signi(ca con él. or el principio de utilidad se signi(ca aquél principio que aprueba o reprueba "approves approves or disapprov disapproves es# toda acción cualquiera, de acuerdo a la tendencia en la que parece aumentar o disminuir la $elicidad del in'olucrado " party party # cuyo interés est! en cuestión& o, lo que es lo mismo en otras palabras, lo que promue'e o se opone a esa $elicidad. o digo toda acción cualquiera, por lo que "me re(ero# no sólo a toda acción de un indi'iduo pri'ado, sino también a toda acción de gobierno. I.-
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III. or utilidad se signi(ca la propiedad de cualquier objeto, por la cual éste tiende a producir bene(cio, 'entaja, placer, bien o $elicidad "todo esto en el presente caso se reduce a lo mismo# o "y otra 'ez se re(ere todo a lo mismo# por la cual éste tiende a pre'enir que ocurra el accidente, el dolor, el mal o la in$elicidad de la parte in'olucrada cuyo interés se considera& si la parte in'olucrada es la comunidad en general, entonces se trata de la $elicidad de la comunidad& si la parte in'olucrada es un indi'iduo particular, entonces se trata de la $elicidad de ese indi'iduo. I. I/. %l interés de la comunidad es una de las e+presiones m!s generales que pueden ocurrir en la $raseología de la moral& no sorprende que su signi(cado muchas 'eces se pierda. 0uando tiene signi(cado, es el siguiente. La comunidad es un cuerpo (cticio, compuesto de personas indi'iduales que son consideradas como sus miembros. 2ué es entonces el interés de la comunidad3 La suma de los intereses de los di'ersos miembros que la componen. I.4 /. %s en 'ano hablar del interés de la comunidad, sin entender lo que es el interés del indi'iduo. Se dice que una cosa promue'e el interés, o que es para el interés de un indi'iduo, cuando tiende a agregar a la suma total de sus placeres& o, lo que es lo mismo, cuando disminuye la suma total de sus dolores. I.5 /I. 6na acción entonces puede ser dicha con$orme al principio de utilidad, o por mor de la bre'edad, a la utilidad "en lo que hace a una comunidad en general# cuando la tendencia que tiene a aumentar la $elicidad de la comunidad es mayor que cualquier tendencia que tenga a disminuirla. I.7 /II. 6na medida de gobierno "que es cualquier tipo particular de acción realizada por una persona particular o por 'arias personas# puede ser dicha con$orme a o dictada por el principio de utilidad, cuando de la misma manera la tendencia que tiene a aumentar la $elicidad de la comunidad es mayor a la tendencia que tiene a disminuirla. I.8 /III. 0uando una acción, o una medida particular de gobierno, se supone por un hombre con$orme al principio de utilidad, puede ser con'eniente, para los propósitos del discurso, imaginar un tipo de ley o dictado, llamado ley o dictado de la utilidad& y hablar de la acción en cuestión como siendo con$orme a tal ley o dictado. I.19 I:. Se dice que un hombre es partidario del principio de utilidad, cuando la aprobación o reprobación que él ane+a a cualquier acción, o a cualquier medida, 2
es determinada por y proporcionada por la tendencia seg;n la que él concibe que dicha acción aumenta o disminuye la $elicidad de la comunidad& o, en otras palabras, a su con$ormidad o discon$ormidad con las leyes o dictados de la utilidad. . I.11 :. a sido puesta en cuestión alguna 'ez, aunque sea $ormalmente, la rectitud de este principio3 arecería que lo ha sido, por aquéllos que no conocían su signi(cado. %s susceptible "el principio# de alguna prueba directa3 arecería que no& porque aquello que se utiliza para probar cualquier otra cosa, no puede ser él mismo probado& una cadena de prueba debe comenzar en alguna parte. ?$recer tal prueba es tan imposible como innecesario. I.1* :II. @ampoco es el caso que e+ista o haya e+istido una criatura humana que, respirando, aunque sea est;pida o per'ersa, no haya en al menos muchas sino la mayoría de las ocasiones de su 'ida recurrido a él "al principio#. or la constitución natural de la humanidad, en la mayoría de las ocasiones de sus 'idas los hombres en general adhieren al principio sin pensar en él& si no para el ordenamiento de sus propias acciones, al menos para juzgar " trying# sus propias acciones y las de los otros hombres. >a habido, al mismo tiempo, aunque no muchos, aquéllos, incluso de los m!s inteligentes, que se han 'isto dispuestos a aceptarlo "al principio# sin reser'a. @ambién hay algunos que no han tenido ocasión de in'olucrarse con el principio, ya sea porque no entendían cómo aplicarlo, ya sea por alg;n prejuicio u otra razón por la que tenían miedo de de in'estigar "el principio#. orque así es el material del que est! hecho el hombre& en principio y en la pr!ctica, en el camino correcto y en el incorrecto, la cualidad m!s rara de la persona humana es la consistencia. I.1:III. 0uando un hombre intenta combatir el principio de utilidad, lo hace a partir de razones e+traídas del mismísimo principio, a;n sin darse cuenta. Sus argumentos, si prueban algo, no prueban que el principio sea incorrecto " wrong# sino que de acuerdo a las aplicaciones que la persona supone deben hacerse, est! mal aplicado "is misapplied#. %s posible para un hombre mo'er la tierra3 Sí, pero primero debe encontrar otra tierra en la cual pararse. I.1
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:I/. @ratar de re$utar lo apropiado "del principio# por argumentos es imposible= pero, a partir de las causas que han sido mencionadas, o a partir de alguna perspecti'a parcial o con$undida del mismo, un hombre puede estar dispuesto a no utilizarlo.
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5. Si este hombre se dijera a si mismo, CnoD, porque el sentimiento que él propone como est!ndar debe estar $undado en la reEe+ión, permítanle preguntarse sobre qué debería ser dicha reEe+ión. Si se trata de cuestiones relati'as a la utilidad del acto, entonces permítanle preguntarse si no est! abandonando su propio principio y buscando ayuda en el mismísimo principio al cual se oponía. ero no se trata de cuestiones relati'as "a la utilidad del acto#, de qué cuestiones se trata3 I.)* 7. Si este hombre estu'iera tomando di'ersos componentes en la material, y estu'iera adoptando, en parte, su propio principio, y en parte el principio de utilidad. >asta qué punto lo adoptaría3 I.)8. 0uando este hombre haya determinado dónde detenerse, permítanle preguntarse cómo justi(ca adoptar el principio hasta donde lo adopta y por qué no lo adoptar! en una medida mayor. I.) 19. Fdmitiendo cualquier que cualquier otro principio distinto al principio de la utilidad es el principio correcto, o sea, el principio que es correcto que un hombre siga= admitiendo "lo que no es 'erdadero# que la palabra correcto puede tener signi(cado sin re$erencia a la utilidad, permítanle decir si hay alguna cosa como un motivo a partir del cual un hombre puede seguir los dictados de dicho principio. Si la hay, permítanle decir cu!l es el moti'o y cómo debería ser distinguido de aquéllos que nos lle'an a seguir los dictados de la utilidad= si no la hay, permítanle por ;ltimo decir para qué puede ser'ir este otro principio. #ap$tulo %' #ómo medir el alor del placer el dolor
I/.1 I. ?btener placer y e'itar dolor son los nes que el legislador tiene en 'ista= le corresponde a éste, entonces, entender su valor . Los placeres y los dolores son los instrumentos con los que él tiene que trabajar= le corresponde entender su $uerza que, en otras palabras, es su 'alor. I/.) II. ara una persona, considerada en sí misma, el 'alor del placer o del dolor, considerados por sí mismo, ser! mayor o menor de acuerdo a las cuatro siguientes circunstancias: 1. ). *. -.
Su intensidad. Su duración. Su certeza o incerteza. Su cercanía o lejanía. 5
I/.* III. Gstas son las circunstancias que deben ser consideradas al estimar un placer o un dolor. ero cuando el 'alor de cualquier placer o dolor es considerado para el propósito de estimar la tendencia de cualquier acto por el cual es producido, otras dos circunstancias deben ser tenidas en cuenta, estas son& I/.. Su fecundidad, o la chance que tiene de ser seguido por sensaciones del mismo, tipo. Si se trata de placeres, de placeres. Si se trata de dolores, de dolores. I/. 6. Su pureza, o la chance que tiene de no ser seguido por sensaciones del
tipo opuesto& de dolor, si se trata de placer y de placeres, si se trata de dolor.
I/.4 %stas ;ltimas dos, sin embargo, no deben ser consideradas estrictamente propiedades del placer o del dolor en sí mismos= no deben ser, entonces, tomadas estrictamente en cuenta del 'alor del placer o del dolor. %strictamente, deben ser consideradas propiedades solamente del acto o de otro e'ento, por el cual el placer o el dolor se ha producido.
Su intensidad. Su duración. Su certeza o incerteza. Su cercana o le!ana. Su fecundidad . Su pureza.
una m!s, a saber& 5. Su e"tensión, es decir, el n;mero de personas a las cuales se e"tiende, es decir, que son a$ectadas por él. I/.7 /. ara tener un c!lculo e+acto de la tendencia general de cualquier acto que a$ecta a los intereses de la comunidad, se debe proceder de la siguiente manera. 0omienza por cualquier persona cuyos intereses se 'ean m!s inmediatamente a$ectados por el acto y tenga presente& I/.8 6
1. %l 'alor de cada placer distinguible que parece ser producido por dicho acto en la primera instancia. I/.19 ). %l 'alor de cada dolor que parece ser producido por dicho acto en la primera instancia. I/.11 *. %l 'alor de cada placer que parece ser producido despu#s de la primera instancia. %sto constituye la fecundidad del primer placer y l a impureza del primer dolor. I/.1) -. %l 'alor de cada dolor que parece ser producido despu#s de la primera instancia. %sto constituye la fecundidad del primer dolor y la impureza del primer placer. I/.1* . Sume todos los 'alores de los placeres de un lado, y los de todos los dolores del otro. %ste balance, si est! del lado de los placeres, dar! una tendencia positiva "good# al acto como un todo, con respecto a los intereses de esa persona individual= si est! del lado del dolor, dar! una tendencia negativa "bad) al acto como un todo. I/.14. @ome en cuenta el número de personas cuyos intereses est!n in'olucrados y repita el proceso de arriba con respecto a cada uno de ellos. $ume los n;meros que e+presan los grados de la tendencia positiva% que el acto tiene con respecto a cada indi'iduo, en relación con el que la tendencia del acto es positiva como un todo. >aga esto nue'amente con respecto a cada indi'iduo en relación al cual la tendencia es positiva como un todo. >aga esto de 'uelta con respecto a cada indi'iduo en relación al cual la tendencia es negativa como un todo. Healice un balance que, si est! del lado del placer , dar! una tendencia general positiva al acto, con respecto al n;mero total o comunidad de indi'iduos in'olucrados. Si est! del lado del dolor % dara una tendencia negativa con respecto a la misma comunidad. I/.1 /I. o se debe esperar que este proceso haya sido estrictamente seguido en cada juicio moral, operación legislati'a o decisión judicial. Sin embargo, debería ser siempre tenido en cuenta& y cuanto m!s cerca se siga este proceso en cada ocasión, tanto m!s el proceso tendr! el car!cter de e+actitud. I/.14 /II. %l mismo proceso es igualmente aplicable al placer al dolor en cualquier $orma en la que aparezcan y por cualquier denominación por la que se los 7
distinga& al placer, ya sea que se le llame bien "good# "que es apropiadamente la causa o instrumento del placer# o benecio " prot # "que es distante al placer, o causa o instrumento de un placer distante# o conveniencia% o venta!a o felicidad y así. Fl dolor, ya sea que se lo llame mal " evil) "que es lo que le corresponde al bien% o crueldad% o inconveniencia% o desventa!a% o p#rdida% o infelicidad y así. I/.15 /III. %sto tampoco es nue'o o inesperado como tampoco es una teoría in;til. %n todo esto no hay nada m!s que aquello con lo que la pr!ctica de la humanidad, donde sea que ésta tenga una 'isión clara de su propio interés, es per$ectamente adecuada. 6n bien, una propiedad inmueble, por ejemplo, a partir de qué es 'aliosa3 F partir de los placeres de toda clase que permite producir a un hombre, y lo que es lo mismo, a partir de toda clase de dolores que le permite e'itar. ero se entiende uni'ersalmente que el 'alor de dicho artículo sube o baja de acuerdo al lapso de tiempo en el que el hombre lo posee& la certeza o incerteza de poder obtenerlo, la cercanía o la lejanía del tiempo en el que llegar! a la posesión. %n lo que hace a la intensidad de los placeres que un hombre pueda deri'ar de él, esto nunca es considerado porque depende del uso que cada persona particular pueda hacer de él. %sto no puede ser estimado hasta que el placer particular que produzca o los dolores particulares que este puede e'itar se hagan mani(estos. or la misma razón, tampoco se puede pensar la fecundidad o la pureza de esos placeres. I/.17 @odo esto es su(ciente respecto al placer y al dolor, a la $elicidad y la in$elicidad en general. Fhora debemos considerar distintos tipos particulares de dolor y placer.
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