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INVENTARIO
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Unos hallrzgos sorprendentes
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LA SENSIBILIDAD
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LOS SUINOS y su signilicrdo
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MEMORIA
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LA OTRA MIDICINA: Proceso a los cur¡nderos
PARAPSIC0I0GIA
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MUNDO MAYA
BRUJIRIA Y SATANISMO
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CUANDO tOS OYNIS ATIRRIZAN
y sus misterios
Cl¡ves de la Adivineción
tA TUIRZA
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FIN DEL MUNDO
IGIPTO MIIINARIO
PRODIGIOS
n OVNIS: Une rerlided indiscutible
¿OTRAS YIDAS?
ISLA
OYNIS
en anim¡les y plantas
Conseio editorial: CANDIDO CONDE,
MANUEL GASCH Director de la obra: FERNANDO JIMENEZ DEL OSO
Director ejecutivo: JOAOUIN GOMEZ BURON
Director artístico: LUIS DE MIGUEL
Fotografíasl PABLO RODRIGUEZ,
GIGI CORBETTA
UNIYERSO INCA
legado de otra Historia
0VNIS: P[UGR0: ABDUCCI0N '¿0YNIS: ¿POR
QUI tOS RAPT0S?
OVNIS: SECTAS Y CUTTOS
y otros dibujos aéreos
OVNIS SUBMARINOS
tOS HECHOS MALDITOS
tOS VISITANTIS D[ UMMO
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IMPERIO AZTICA Y SUS SECRETOS
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DISTRUCCION DEt COSMOS:
Un hecho ineviteble
HISTORIA SICRITA
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LOS OYNIS
Los 0YNIS, ¿PROTAGONISTAS
0 TISTIG0S?
lmpresión:
llustrac¡ones: JEAN SEMMEL, ZEN, MA. OYARBIDE, TOMAS MENDEZ, LUIS DE MIGUEL
GRAFICAS REUNIDAS, S. A. Avda. de Aragón, 56 ISBN de la obra: 84-7701-143-5 ISBN del fascículo:
Colaboradores: LEONOR ALARAZKI, JULIO ARCAS, VICENTE J. BALLESTER, J. J, BENITEZ, MERCEDES CASTELLANO, SINESIO DARNELL, ANDREAS FABER KAISER, M.A LAURA FELIX, SA-LVADOR FREIXEDO, JOSE L. JORDAN PENA, J. MIGUEL LOPEZ f BOR, JUANA IVIA-
84-7701-142-7 ISBN del tomo l: B4-7701-141-9 Depósito legal: M. 28466-1989 Printed in Spain Distribución:
RIN, FRANCISCO PADRON, JESUS A. PEREZ
CASTAÑO, ANTONIO RIBERA, JOSE RUES. GA, ENRIOUE DE VICENTE, CARLO LIBERIO DELZOTTI.
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63
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I
VNI§r
¿pon §u§ l,o§
RAPfo§? A la altura en que ya nos encontramos en el conocimiento del fenómeno ovni, y admitida Ia evidencia de que los contactos se producen, llevándose a cabo muchas veces también la abducción del testigo, se plantea un dramático interrogante acerca de cuál es la intención que mueve a los tripulantes
a
llevar a cabo sus acciones. Muchos seres humanos han sido introducidos en
los ovnis, a veces en contra de su vo-
luntad, y han sido sometidos a toda clase de análisis y comprobaciones manipulaciones también, en ciertos casos - de todo tipo: físicas, fisiológicas y psíquicas. Por otra parte, existen suficientes pruebas para afirmar que se están llevando a cabo experimentos
de ingeniería genética. Es decir, que los raptos tienen una finalidad concreta y práctica.
261
n el ya grueso archivo de supuestas comunicaciones dirigidas a la raza humana por parte de los tripulantes de los ovnis, abundan las que se refieren a una preocupación por el posible desastre que nuestro planeta sufrirá en un breve lapso de tiempo, un desastre que muy bien puede equipararse al que daría lugar al fin del mundo, predicho por los profetas y vídentes. Pero no todos los investigadores del tema están de acuerdo en interpretar con tanta simpleza el asunto. Hay suficientes datos como para sospechar que nosotros no somos el motivo de la preocupación; o por lo menos no somos solamente nosotros el motivo. Por encima de lo que dicen, se vislumbra la realidad de que lo que "ellos" desean es preservar "su" mundo de las repercusiones que la destrucción del nuestro podría acarrearle. Un desastre atómico, por ejemplo - y a ello se han referido los extraterrestres muchas veces - podría provocar, por supuesto, antes que nada la destrucción del planeta Tierra, no se sabe hasta qué punto, pero sí se sabe que hasta el extremo de hacer imposible la vida en ella. Pero esta destrucción popdría producir también una reacción en cadena, que podría afectar igualmente a otros mundos, a otros soles. Veamos cómo. Es más que posible que la destrucción, como consecuencia de un desastre nuclear, de nuestro planeta produzca una perturbación en la masa del mismo, lo que a su vez se podría traducir en una perturbación de su órbita, la cual afectaría a las órbitas del resto de planetas que giran en torno al Sol, con lo que este astro también se vería afectado. No se sabe qué podría suceder en otros soles vecinos; pero se supone que el efecto sería semejante al que hemos descrito para los planetas de la órbita del Sol. Las perturbaciones en nuestro sol repercutirían en otro sol, y las de éste en otro, y así sucesivamente...Tal vez la galaxia entera, a bordo de la cual viajamos por el espacio, se viera afectada, y conmovida, es imposible adivinar hasta qué punto, Las dimensiones del desastre serían en este punto de la expansión de categoría cósmica. En otras palabras, parece que lo que de verdad preocupa a nuestro "hermanos" cósmicos no es la destrucción de nuestro hábitat, sino la del suyo. Sin embargo, tampoco es eso sólo lo que hace que los extraterrestres viajen por las distancias espaciales hasta la Tierra. Hay otros intereses
más concretos, como ya hemos apuntado. Recordemos atentamente un suceso muy signif icativo.
Et
Se trata de un caso de abducEXTRAÑO ción que ha sido estudiado desRAPTO DE de todas las perspectivas posiJUIIO F. bles, incluidas la psicología y la hipnosis, y acerca del cual torc davía se sigue especulando en lo que se refiere a su desarrollo y a sus consecuencias. EI mismo Julio F. relató con detalles
el suceso a un redactor de la
revista "Contactos Extraterrestres": "Ocurrió el 5 de febrero de 1978, día en que se cerraba la veda de caza.Me levanté a las dos de la madrugada. Y pese a que en los tres últimos años había cazado en la provincia de Ávila, decidí dirigirme hacia una zona llana de liebres, que ya conocía, cerca de Medinaceli, en la provincia de Soria, como siempre, con la única compañía de mi perro "Mus", un pointer inglés ligero, de pura raza.. Era todavía de noche. Cuando me
encontraba a unos 50 kilómetros
de
Medinaceli, un impulso extraño me obligó a desviarme por un camino situado a la izquierda de la carretera, 10 o 12 kilómetros antes de llegar al lugar adonde me dirigía". Conviene que hagamos un alto en el relato de Julio F. para poner de manifiesto que ese impulso extraño al que se refiere es típico de los abducidos instantes antes de producirse la abducción. Prácticamente, todos los sujetos que han sido contactados, abducidos o raptados, El rapto
comienza con la llegada de un ovi, que puede ser visible o no para el sujeto del rapto. Pero
frecuentemente es en el interior del mismo donde se llevan a cabo las
intenciones de los raptores,
W
OVNIS: Zpor qué los raptos?
I
Desde los primeros momentos en que comenzó a hablarse de la posibilidad de que nuestro planeta fuera visitado por los extraterrestres, se tuvo el convencimiento de que podíamos ser invadidos y atacados por seres de aspecto
monstruoso.
W
263
han dado comienzo a su aventura siguiendo ese extraño impulso, fuera de toda Iógica, que Ios arrastra hacia un lugar determinado. En tal circunstancia parece que se produce una anulación de la voluntad: el sujeto no pretende di, rigirse hacia allí, pero no se opone, se siente atraído irremisiblemente, y v"a. No falla. "Y, cuando había recorrido 100 0 200 metrossigue su narración el raptado - el coche se de-
tuvo, falto de corriente; se apagaron las luces, y la radio enmudeció. Mi reacción inmediata fue bajarme; y así lo hice. Abrí el capó y me disponía a mirar qué le pasaba a la bobina. "Mus" salió del coche conmigo; y mientras yo andaba mirando el motor, advertí que el perro gruñía, se puso a mi lado, muy nervioso, con el pelo erizado. Aquello me austó, y mi reac-
ción primera f ue coger la escopeta,
u na
Winchester de cinco tiros, y cargarla, mante-
lo4
niéndome a la espectativa". "De pronto, vi bajar por una loma próxima a dos figuras humanas cuyo traje destacaba en medio de la oscuridad. Nada más verlos me tranquilicé. Sentía dentro de mí algo que me decía "tranquilo, que no pasa nada". Supe inmediatamente que no eran de aquí. Se comunicaban conmigo mediante imágenes semejantes a diapositivas, que yo sentía más que veía. Ellos también podían leer mis pensamientos. Me miraban fijamente a los ojos con una mirada penetrante y tranquilizadora. lban vestidos igual los dos, con un traje de color verde manzana todo de una pieza y sin costuras, como los pijamas de los niños. lncluso las suelas de los zapatos eran una continuación del pantalón, aunque se veía que eran más duras. Lo único que destacaba era un frunce en la cintura. Llevaban cubierta la cabeza por una
Los relatos que han aportado los contactados más importantes que hasta ahora ha habido en la historia del fenómeno ovni, pretenden convencernos de que estamos siendo visitados por seres de buena intención y de un aspecto
muy similar al que nosotros ofrecemos, aunque más armónico.
OVNIS:
ipor qué los raPtos?
I
especie de "verdugo" - una capucha - que les caía hasta por debajo de los hombros, de un color crema amarillento y una textura similar al punto cle seda, dejándoles el rostro al descubierto. Sus manos aparecían enfundadas en unos guantes hechos al parecer del mismo material que el verdugo". En lo que se refiere a los rasgos LA según el testigo, en pofísicos, ENIRADA de nosodiferenciaban se co EN EL luego su desde aunque tros, OVNI difenotablemente era mirada W Piel blanca, complexión
rá
f_é4
rente. atlética, una estatura de 1,90 metros aproximadamente, sienes abultadas y ni rastro de cejas ni pestañas, a simple vista por lo menos' Los ojos eran azules y muy grandes, mucho más grandes que los de los seres humanos, eran redondeados y claros, con los iris y las pupilas ostensiblemente grandes. La nariz era larga y afilada, los pómulos angulosos. Y nada más era destacable en su aspecto físico. A pesar del aspecto humano, netamente humano, aunque singular, Julio F. estaba seguro de que no eran de este mundo, según él mismo confesó haber sentido desde el Primer instante. Durante todo el rato que los extraños visitantes tardaron en acercarse, el perro se mantuvo al lado de su dueño, inquieto, te{-neroso y gruñendo, como si se hallara en presencia de algo que él sintiera extraño y peligroso. Julio F lo tranquilizó. "Mus" en ningún momenbto hizo intención de atacar a los dos seres."Me pidieron mentalmente - sigue su relato el testigo y protagonista - que les acompañase, mostrando a la vez gran interés por "Mus", que se mantuvo en todo momento muy excitado. Acepté y caminé entre los dos, pese a no estar completamente tranquilizado, recorriendo unos 150 o 200 metros. Y al llegar a lo alto de la loma, lo vi, asombrado: un enorme platillo plateado, similar a una seta. Tendría un diámetro de unos 50 metros y parecía flotar inmóvil a unos cuatro metros del suelo. "Del centro de la nave bajó un cilindro sin junturas, que permaneció a un palmo del suelo, abriéndose en el mismo una puerta de guillotina cuya existencia fui incapaz de apreciar' Entramos por ella. "Mus" se quedÓ fuera, pese a que lo llamé con insistencia, teniendo que introducirlo yo mismo. Allí, como en el interior del platillo, olía lntendsamente a pino' Lugo el cilindro comenzó a ascender, volviÓ a abrirse la puerta y salimos todos a un pasillo que nos condujo a un corredor circular que parecía rodear al platillo por su periferia. Al entrar en la
nave tuve una sensación de mareo que luego se me pasó. Dejamos dos puertas a nuestra derecha, llegando a una ¡escalera similar a la de las piscinas! No me expliqué lo que hacía algo tan rudimentario en un artefacto tan sofisticado. Subimos por ella. Yo. lo hice con cierta dificultad, ayudándome con una mano, pues con la otra sujetaba a "Mus"contra mi cuerpo, mientras la escopeta colgaba de mi hombro. "Llegamos así a una sala circular de unos 20 metros de diámetro. En ella había otro individuo vestido igual que mis acompañantes. El
techo era abovedado. El suelo parecía de cristal Iiso, totalmente pulido y luminiscente. En todo el interior del platillo reinaba una intensa luz blanca que no procedía de foco alguno, sino que parecía emanar de todas partes. AIIí dentro no se proyectaba sombra alguna. En el centro había una especie de consola con una pantalla parecida a las del cinerama, alargada, más alta en sus extremos y que se estrechaba en el centro. Ante ella, dos sillones muy extraños: descansaban en un sólo soporte cónico que se estrechaba al llegar al suelo, encajándose en una especie de guía sobre la que de desplazaban cuando pulsaban unos botones ocultos bajo el brazo de los mismos. Me invitaron a sentarme en uno de ellos y yo pensé que podía caerse al soportar el menor peso, dada su aparente inestabilidad. Pero pude comprobar que era tan cómodo como resistente.
RECUERDO§ Asombra desde luego comprobar tan gran lujo de detaDEt
INTERIOR DE! OVNI W
lles en Ia descripción que hizo
Julio F.de todo cuanto vio y
sintió en el interior de la nave. No se concibe fácilmente en un sujeto que forzosamente se debía hallar sometido a una tremenda angustia. A no ser que admitamos - y así debió ser - que los tripulan-
tes lo tranquilizaran de alguna manera.
En
cualquier caso, el raptado era consciente de la importancia y trascendencia de la experiencia que estaba viviendo, y se esforzó en todo momento por retener cuanto veía y sentía. No es fácil hallar en el dossier de los abducidos relatos tan prolijos y exactos, tan técnicos también, y tan claros y coherentes. "Distribuídas por la sala - sigue el relato -había otras dos consolas similares, llenas de lucecitas parpadeantes y con un solo sillón cada una. Detrás de mívi una suerte de armario, y a mi derecha una pantalla de cristal negro, que debía ser similar a las de rayos "X", pese a que cuando situaron a "Mus" tras ella no logré ver nada. Luego me pidieron que me colocara yo para
266
Los datos e informes aportados por los abducidos son la mejor fuente de investigación en el tema de los raptos. La ilustración reproduce un dibujo explicativo de Julio F. referido a su experiencia.
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-) kT examinarme, y entonces pude advertir que me llegaba a la altura del tórax. Me pidieron luego permiso para extraerle sangre al perro de una de sus patas, y lo hicieron con una jeringuilla metálica parecida a la que usan los dentistas para anestesiar, detalle que me llamó mucho la atención, pues me pareció tan anacrónica como la escalera de mano. Sentí en un momento determinado la necesidad de fumar, aunque cuando estoy en un sitio cerrado y sin ceniceros nunca lo hago. Me supo mal tener que arrojar la ceniza al suelo tan limpio, pero no hubo más remedio. "Tenía miedo de que me llevaran fuera de la Tierra, sobre todo cuando me pidieron que me sentara. Así que procuraba no perder de vista el terreno sobre el que flotaba la nave, que podía ver, porque ya era de día, a través de las ventanas circulares que rodeaban la habitación. Aunque, por otra parte, sentía que si yo no les daba mi autorización, no me llevarían con ellos. Al principio no me separaba de la escopeta, pero luego acabé confiándome. En dos momentos, a lo largo de mi estancia, escuché como un pitido estridente y muy agudo, similar a Ia señal que emite un teléfono cuando está comunicando. Aquello pareció alarmarles mucho, y se dirigió cada uno a su puesto, frente a una consola, como si fuesen militares bien disciplinados. Entonces, la pantalla, que hasta aquel momento me había parecido opaca, se difuminó y sobre ella apareció el busto de un hombre vestido como ellos, que les habló co-
W=
0VNIS: Ipor qué Ios reptos?
t"
i:}.i ':.-
1 -i.'.'.
mo si fuera un superior. Sólo en esas dos oportunidades les vi mover los labios para hablar en un lenguaje extraño, duro, monosilábico y desagradable, similar al coreano o algo así.
Et RApTO Et
TRAS
"Me hicieron muchas preguntas acerca de la organización
social de la Tierra, sobre la ecoR.ETOpNO nomía, sobre mi escopeta, si cazaba por necesidad o no, qué me impulsaba a hacerlo. Por mi parte, yo una y otra vez les pregunté de dónde venían; y por toda respuesta en mi cabeza aparecieron un 3, un 7 y una especie de cuadrado, que luego me dijeron era similar al símbolo de Géminis. Pero no he sido capaz de entender lo que me querÍan decir con eso. Luego me pidieron la escopeta para examinarla, y yo me apresuré a descargarla antres de entregársela, no se fuera a disparar. No me gustó ver que la trataban como a algo rudimentario, como haríamos nosotros con un hacha de piedra. Abrí un cartucho con la navaja para que pudieran ver su contenido y dejé otro entero y dos cigarri-
llos sobre la mesa. Supe entonces que ya podía marcharme.
Contó seguidamente Julio F. que, tras comunicarle que pronto se volverían a ver, uno de los tripulantes lo acompañó hasta el exterior, bajando por el mismo cilindro por el que accedieron a la nave. Una vez en tierra, se sintió deslumbrado por el Sol, pues ya era plenamente de día. "Mus", al sentirse ya libre, se lanzó corriendo hacia el coche, como una exhalación. Julio también se dirigió al vehículo, pero sin correr y sin volver la vista atrás. Luego, sometido a hipnosis, confesaría que no volvió la vista hacia atrás porque no podía hacerlo, no sabe por qué motivo, pero que, por supuesto, lo pretendió. Tenía el hombre una rara y contradictoria sensación: no le gustaría volver a penetrar en el ovni, pero sentía inquietud ante la posibilidad, casi la certeza, de que jamás lo haría. Entró en su coche y se sentó; miró su reloj, que estaba parado marcando las 6,40. Esa debía ser la hora en que penetró en la nave. Estaba Julio un tanto aturdido, sin saber qué hacer. Como deseaba conocer qué hora era,
conectó la radio, y encendió un cigarrillo.
Ahora ya sí fijó su atención en la loma tras la
El rapto de que fue objeto un
hombre veraz y equilibrado, que oculta su identidad verdadera bajo el nombre de "Julio
[",
es sin duda alguna el que más detalles ha proporcionado
a los investigadores de abduc-
ciones hasta el momento. En este caso, además, se da la ci'-
cunstancia de que el sujeto, por su formación cultural, es capaz de realizar descripciones, apreciaciones y comparaciones que lamentablemente se echan en falta en la mayoría
de los incidentes de abducción, Todo hace suponer a los estudiosos de este caso que lo que cuenta Julio
I
es cierto, De él
se hace referencia detallada en el texto general de esta monografÍa, Nuestro hombre vrvió una experiencia increíble, rap-
tado por unos extraños seres que llegaron del espacio leja no, unos seres a los que pudo
contemplar con detenimiento y que le dejaron un recuerdo imborrable.
El rostro era muy extraño,
El mentón era
pero de aspecto humano: un cerebro superdesarrollado y grandes olos desprovistos de cejas y pestañas; y labios muy finos.
y terminado en punta. El gesto era sereno, no significando en ningún momento ni un ápice de agresividad.
desmesuradamente alargado
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OVNIS:
tA INVE§IIGACION
Uno de los aspectos más destacados de la anatomía de los
pSICO1OGICA
raptores de Julio F. era su
W
ancht¡ra de
hombros: una complexión desmesurada, si la comparamos
con que es habitual entre noso-
tros.
re
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l r- ) *)a- r\Jt! 't
I
cual él creía que todavía se encontraría el platillo. Unos diez minutos después de haber puesto en marcha la radio, dieron las diez de Ia mañana. Julio permaneció sentado ante el volante de su automóvil, quieto, pensativo, reme-
morando todo lo sucedido, hasta las doce, esperando ver elevarse el ovni, sin resultado. "Pensé - sigue relatando su caso el protagonista - que todo pudo haber sido una alucinación; pero me resistía a creerlo así. Además, estaba la marca del pinchazo en la pata de "Mus" y de mi cartuchera faltaban los dos cartuchos que había dejado sobre la mesa. Siempre salgo a cazar con la canana llena y otros tres cartuchos en el bolsillo. Y puesto que me había trasladado hasta allí con la intención de cazar, decidí hacerlo. ¿Oué otra cosa podía hacer? Sería lo mejor no contar nada del caso a nadie, porque difícilmente nadie me creería. Yo mismo era
hasta entonces un incrédulo total hacia el asunto de los ovnis. Me puse a cazar, pues, y no se me dio mal el día. lncluso cobre algunas codornices, lo que en la provincia de Soria y en invierno es casi un milagro; pero así fue.
ipor qué los raptos?
Cuando Julio F. regresó
-l a
casa, por la noche, no contó nada a su mujer, por no alarmarla en el caso de que lo creyera. Una vez so-
lo, revisó todo su cuerpo buscando alguna huella o señal, pero fue en vano, no había nada sospechoso. En los días inmediatamente posteriores, Julio intentó revisar el caso hasta en sus detalles más insignificantres. Tal vez por eso su relato posterior resultó tan sorprendentemente completo. Y de una cosa sí estuvo plenamente seguro tras esas revisiones: sus recuerdos abarcaban, como mucho, unos cuarenta y cinco minutos, y él había estado en el interior de aquella extraña nave poco más o menos tres horas. Eso le desconcertaba. De manera que a los tres días del suceso se decidió a contárselo a su hermano, quien precisamente era muy aficionado al tema de los ovnis. Hasta este punto de nuestra narración, podemos considerar que hemos reproducido el relato de lo que conscientemente recordaba Julio F. de su abducción, relato transcrito por el investigador español Enrique de Vicente, que se ocupó ampliamente del caso en la revista "Contactos Extraterrestres". Se puso en contacto Julio F. con Jordán Peña, sin ninguna duda uno de los parapsicólogos mejor dotados de experiencia y metodología de Europa, quien estudió el caso muy a fondo, hasta sus últimas consecuencias, empleando en su investigación la hipnosis, de la que se realizaron varias sesiones, algunas bajo la supervisión del Dr, Jiménez del Oso y en presencia de otros hipnólogos y estudiosos del tema ovni. En las regresiones hipnóticas a que Julio fue sometido, aportó detalles de gran interés, que conscientemente no había recordado, entre ellos algunos referidos a sus reacciones antes de entrar en el ovni. "Estamos bajo el platillo refirió, hipnotizado -...La escopeta..¡Siento que me tira del brazo hacia arriba...sube la navaja en el bolsillo...el pelo se me eriza..." Todas estas reacciones coinciden absolutamente con las descritas - experimentadas - por muchas personas que se han hallado en las proximidades de ovnis, y que muchos estudiosos atribuyen a efectos del campo electromagnético generado, al parecer, por las naves. Pero lo más sorprendente corriienza cuando Julio recuerda que escuchó un intenso silbido en el interior de su cabeza. Su relato en este punto es impresiona nte:
"No me puedo mover - dijo -. Me levantan. "Mus" ladra. Ha caído al suelo. ¡Lo han mata-
269
dol Me llevan. No toco el suelo. Ellos vienen conmigo. Me bajan por la escalera. Bajo solo. No toco nada. Me llevan por el pasillo y no me puedo mover. Entramos por una puerta. Me desnudan. Me quitan todo. Estoy muy austado. El techo es como una media esfera, de cristal transparente. El suelo es una reja plana. Debajo hay mucha luz. Tengo las manos hacia arriba, en aspa, no puedo moverme. Me miran fijamente. Hay dos individuos. No son los mismos de arriba..." "Hay una esfera metálica - siEt FIN gue recordando Julio F. su esREAI DEl tancia en el interior del ovni, soRApTO metido a regresión hiPnótica rc por el investigador Jordán Peña -, flota frente a mí...Se mueve...Salen hilos de ella, lo hacen solos..." En este instante de su recuerdo, Julio F. comenzó a reflejar hallarse preso de una gran angustia, semejante sin duda a la que debió sentir cuando los hechos e¡ verdad se produjeron; cosa que además es un argumento más a fa-
210
vor dé la veracidad. Luego, ya en estado consciente, recordó que la esfera de la que salían los hilos era.una bola dorada que se desplazaba de un lado a otro y tenía el tamaño de una pelota de balonmano. Y prosigue el relato bajo regresión hipnótica: "Los hilos son de colores, y tienen en su extremo un dedal pequeño. Vienen hacia mí. Abro la boca. No puedo cerrarla. Me miran. No puedo cerrar los ojos. Dos hilos entran en mi boca. Uno va al exófago; lo siento, me molesta. Otro queda en la boca, bajo la lengua. iHay hilos por todas partes! Otro va al ojo.Uno entra en el ano; dos por el pene. ¡Me duele la uretra! ¿Oué pasa? ¿Oué quieren?, les pregunto. Van a tomar muestras de los líquidos de mi cuerpo, me lo comunican mentalmente: jugos gástrícos, intestinales, saIiva, lágrimas, semen, orina...Me pinchan en la espalda, en la rodilla, en la oreja, para e*iraerme líquido cefaloraquídeo, sinobia, sangre. No sé cómo lo hacen. Ellos me miran." Tras los referidos análisis, Julio F. fue conducido a otra estancia, donde lo sujetan a un asiento. "Mus" está allí, vivo. "Se mueve todo. ¡Vamos a salir! No pasa nada, volveremos. No veo nada, todo está negro. ¡Peso mucho! ¡No puedo respirarl Ahora ya veo. Me han soltado. Voy flotando. Las ventanas. ¡El suelo no estál Está todo negro. ¡La Tierral Es muy grande, es azul...Veo espirales. El perro flota conmigo. Damos sólo una vuelta. Veo toda la Tierra...( sigue recordando Julio F. su viaje a bordo de la nave )Me atan otra vez. Otra vez peso mucho. Ahora ya veo el campo por la ventana. "
CONSIDE-
Es a todas luces sorprendente el RACIONES relato de Julio F. acerca de la MARGINA- aventura que le tocó vivir, junto a su perro "Mus" dentro del tES ovni. Uniendo las Partes de la re narración que corresponden a su recuerdo consciente con las obtenidas mediante hipnosis, el primer hecho digno de mención es que no se pueden hallar signos de contradicción: un relato completa al otro, de manera perfecta, dentro de lo absurdo e insólito que el conjunto parece. Existe, además, una evidencia de que el sujeto del rapto no fabulaba durante las sesiones hipnóticas, pues el simple hecho el recordar su peripecia le hacía volver a sentir - a padecer la misma angustia que sufrió cuando se estaban produciendo realmente los hechos. Igualmente, es una prueba valiosa de que no padeció alucinación alguna la constatación de que el pinchazo recibido por el perro en una de
Junto a seres de aspecto ne-
tamente humano, o definitivamente monstruoso, también abundan en los casos de raptos los típicos humanoides, seres
indudablemente tíumanos, pero inclasificables 'por su morfología.
W
0VF'llS:
ipor qué los raptos?
I
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3ados del espan,a para destruir : Eenero huma-
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Pero tanto
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.es y creacio.es produjeron -nas risa que
p3vor,
ffi
:--dá§sN
sus patas fue verdad, porque quedaron las huellas del mismo. Y finalmente, sorprende y no poco la extrañeza manifestada por Julio F. ante algunos útiles que, a su juic¡o y a tenor de la avanzada tecnología que se desprendía del suceso y de su ambientac¡ón, no debían encontrarse allí: la escalera de piscina y la jeringuilla de metal. Los investigadores no han dado nunca el caso
por cerrado, pero pocos son los que guardan en su ánimo dudas acerca de su autenticidad. Posteriormente, Julio F. manifestó que creía haber vuelto a tener contacto con sus raptores, aunque no estaba del todo seguro. Este último extremo parece ser también un episodio repetido en los casos de raptos. Básicamente, se trata de que el sujeto abducido padezca determinadas confusiones acerca de su propia ex-
211
En la historia de
las abducciones no son raros los
humanoides que presentan extrañas y inexplicables características anatómicas, como los que atormentaron a Zanfretta
sometiéndolo todo tipo de
a
anális¡s y comprobaciones fi sicas y psicológicas. Es posi-
ble-yasíopinan algunos investigadores que sea el terror de los raptados el que induzca a representar así a estos seres, No serían, por lo tanto, deformes, sino deformados por la visión del pánico. lffi
OVNIS:
periencia y haga que esas dudas trasciendan a los demás, con lo que el suceso se pone en tela de juicio, y muchas veces se devalÚa. En cualquier caso, lo que está claro es que la motivación que más se repite en los sucesos de raptos es el estudio minucioso, la exploración y el análisis de los sujetos raptados. ¿Por qué?
¿BUSCANDO Se están añadiendo cada que
UNA NUEVA RAZA? W
vez más casos de raPto están haciendo a los investigadores Pensar en la Posibilidad de que los triPulantes de los ovnis que cometen semejantes fechorías, lo que de verdad
ipor qué los raptos?
I
andan buscando es la ejecución de una serie de experimentos de ingeniería genética, que les permitan llevar a efecto, felizmente, cruces entre los seres humanos y ellos mismos. Ya relatamos en alguna monografía anterior las abducciones de que fueron objeto algunos campesinos - Villas Boas y da Silva, entre otros - a los que se hizo mantener relaciones sexuales con hembras extraterrestres. El relato de Antonio da Silva, un aldeano prácticamente analfabeto, describió poster¡ormente la extraña cama en que tales contactos íntimos se realizaron, un lecho con ciertas protuberancias sobre el que Ias humanoides se tumbaban de una manera determinada. Pues bien, algunos ginecólogos opinaron que cier-
,/ lit
Desde los primeros momentos
tal interpretación medianbte
de la época moderna de los ovnis - es decir, desde que
ta a una fantasía desmedida,
Kenneth Arnold drfundió la no-
aunque de verdadera calidad
trcia de su avistamrento de los
artística y literaria. Tras aquellos prrmeros momentos en
discos voladores sobre el Monte Rainier, en el estado de Washington, en 1947 se planteó el interés por un posible contacto con los seres presu-
miblemente llegados del espa cio, Esos contactos se interpre-
taron de muchas maneras, pero la mayoría de las veces de
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que proliferó este tipo de publicaciones, que tanto agradaba a la gente de la calle, se llegó a una postura de espectación y muchos pensaron, y to-
davÍa lo piensan, que los ovnis vienen para ayudarnos.
modo desfavorable para los
Desgraciadamente, en los últimos años se está poniendo de
humanos, que se temían serían atacados y maltratados
manifiesto que las intenciones de nuestros "hermanos cósmi-
por los visitantes del Cosmos. Los escritores y dibujantes de
cos" no son todo lo respetuo-
ciencia - ficción colaboraron
§§t:§Jit §§.:,3§ *:¡r{* 9J{?§i"§§*
publrcaciones que dieron suel-
sas que debieran.
a
Un tópico de Ias ilustraciones de las revistas y publicaciones de ciencia - ficción fue la iconografía de la mujer. en sofisticado traje. atacada por el horrible monstruo llegado en un ovni. Así Io manifiesta esta portada, del
año 1952.
En 't959 Raymond Palmer editaba "Fantastic Adventures". Leo Morey confeccionó esta ilustrración para un relato titulado "lnvasores de Sirius". En ella se representa un efecto común en los episodios de rapto: la
paralización.
Los seres llegados del espacio eran siempre representados con formas monstruosas, y haciendo gala de una violencia tremenda, siempre atacando a los seres humanos, para destruirlos o llevárselos con ellos.
OVNIS:
ipor qué los raptos?
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tamente era así como en esos lechos las
hembras adoptaban durante el coito la postura en que más fácilmente podían quedar emba razadas.
Durante los últimos dos o tres años, los estudiosos del fenómeno ovni están recabando informaciones de unos sucesos inexplicables acaecidos, que se sepa hasta ahora sólo en los Estados Unidos, que son difíciles de entender, y que pueden resumirse diciendo que algunas mujeres jóvenes han quedado embarazadas según su testimonio sin la intervención de varón alguno durante un raro episodio que deberemos considerar como un rapto o abducción más o menos encubierta. Se trataría, seguramente, de una inseminación artificial, de la que las interesadas serían
más o menos conscientes. Al cabo de unos meses - tres, o cuatro a lo sumo - las embarazadas han contado que unos extraños seres les han arrebatado el feto y se lo han llevado. lncluso, existen informes procedentes de los supuestos extraterrestres en el sentido de que están llevando a cabo cruces sucesivos, volviendo a hibridar el nuevo ser otra vez con un o una terrestre, y así múltiples veces y desde hace ya muchos años. De tal manera que ya hay en la Tierra extraterrestres con aspecto inequívocamente humano, que se confunden con nosotros mismos, a los que no es fácil reconocer. Así llevan a cabo en mejores condiciones las misiones que se les hayan encargado, seas éstas cuales sean. El asunto parece pertenecer a los más imaginativos
OVNIS:
cuentos de ciencia - ficción; pero quizá no sea así. De momento, debemos considerar esta posibilidad de hibridación como sólo eso, una posibilidad. Volvamos a los casos típicos de abducción. Ya hemos dicho que, al parecer, lo primero
que pretenden Ios raptores es conocer en profundidad a los raptados, física, fisiológica y psicológicamente. En ocasiones - y quizá siempre, aunque eso todavía no podemos saberlo - se produce una manipulación que afecta gravemente a la conciencia, y que convierte a los seres humanos raptados en servidores de la causa ajena de los tripulantes de los ovnis, dando lugar a sectas no menos fanáticas que algunas muy conocidas de carácter religioso.
lpor qué los raptos?
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Como Ya hemos indicado, una constante en el relato de FORTUNAT9 la casi totalidad de los abduZANFR.E¡IA cidos es la referencia a expe-
tA ABDUGC¡ON DE
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;:';;':,";j;:
"',i'oil sistema nervioso central. Veamos un caso, en este sentido muy importante, del que fue testigo, protagonista y víctima un vigilante nocturno genovés llamado Fortunato Zanfretta, en la noche del seis al siete de diciembre de 1978. Es un caso clásico en los dossieres de los investigadores. Estaba el vigilante Zanfretla encargado de custodiar un grupo de viviendas de veraneo en la localidad de Torriglia, en una zona de recreo y veraneo cercana a la ciudad de Génova. Solía recorrer en su automóvil frecuentemente todo el recinto de la urbanización, y así lo estaba haciendo aquella noche. Observó, de pronto, cuatro luces blancas cerca de una de las últimas casas. Las luces se movían hacia adelante y hacia atrás repetitivamente, como trazando un recorrido siempre repetido. Pensó Zanfretta que se estaba cometiendo un robo. De manera que abandonó su coche, pero al momento de hacerlo se dio cuenta de que todo el sistema eléctrico del mismo se había interrumpido. Tampoco la radio funcionaba. Estaba sorprendido, mas, atendiendo a su obligación, se dirigió hacia donde estaban las luces. Caminaba con un extraordinario sigilo. con el propósito de sorprender a los ladrones "in fraganti".Cuando llegó a la puerta pudo comprobar que ésta se hallaba abierta, lo cual confirmó su sospecha de que alguien estaba robando allí. Apagó la linterna y echó mano de su pistola reglamentaria. Repentinamente, Ias luces cruzaron por delante de él y se perdieron tras la casa. ZanfrelLa decidió apostarse tras una esquina para ver cuántos eran los ladrones. Y cuando lo estaba haciendo recibió un fuerte empujón que lo lanzó violentamente al suelo. Se le cayó Ia linterna, pero en el suelo se encendió de nuevo. Pensando que le habían atacado Ios ladrones por la espalda, levantó la linterna y enfocó hacia arriba a la vez que esgrimía su pistola dispuesto a disparar. Pero la luz de su linterna sólo iluminó unos tubos grises, que también se encontraban a su alrededor. ¿Oué sería aquello? Hizo ascender aún más el haz de luz de su linterna, y entonces pudo ver el rostro de quien le había da
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las puertas estaban cerradas; junto a la casa, otra huella semicircular, como la anterior. Era una huella muy extraña, según comprobarían después, pues sólo era visible por la noche.
Dejando al margen muchos detalles, todos interesantes, que se dan el el caso Zanfrella, vamos a centrar nuestra atención principalmente
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en vez de orejas. Aquel ser monstruoso tenía en medio de la frente un ojo más, rugoso y muy extraño, pero muy luminoso también. Fue visto y no visto, contó después Fortunato Zanfrella. Aquel ser desapareciÓ súbitamente. de una manera inexplicable.El vigilante salió corriendo hacia su coche, y oyó entonces un fuerte zumbido. Se volviÓ, y sintió un repentino calor. a la vez que contempló lleno de estupor un gran objeto en forma de triángulo por encima de la casa. Llegó al coche y puso el hecho en conocimiento de sus superiores a través del sistema de radio. La radiotelefonista recordó haber escuchado aquella noche hablar a Zantrelfa, que presa de pánico, gritaba: " ¡Madre mía, son horribles! ¡No son hombresl ¡No son hombresl" Luego, Zanfrelfa se desmayó. Abrió los ojos el guarda aProximadamente una hora desDESPUES, UNA HORA pués de haber comunicado por la radio, y de haberse PERDIDA desmayado. Pero ya no se encontraba entre las casas de la urbanización, no estaba junto a la casa donde perdió el conocimiento, sino en un pequeño prado a ochenta metros de distancia de donde lógicamente debería hallarse. Sentía sus ropas muy calientes. ¿Oué le había sucedido? De pronto vio acercarse un coche con dos compañeros suyos que acudieron a su llamada de auxilio. Ya un poco más tranquilo, Zanfretta y sus compañeros inspeccionan el lugar. Sobre la hierba fresca era perfectamente visible una huella semicircular de unos ocho metros de diámetro. En la casa no faltaba nada, y todas
UNA HORA
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en los resultados de la regresión hipnótica a la que fue sometido, durante la cual contó que aquellos seres lo condujeron a cierto lugar donde le colocaron algo en la cabeza, que le resultó doloroso. Tres semanas más tarde de este suceso que hemos recordado, Zanfrelfa, ya aparentemente restablecido de la fuerte impresión recibida, conducía su automóvil por la misma urbanización. Era la noche del 27 de diciembre. De repente, la cabeza comenzó a dolerle y llegó a perder la visibilidad a causa de una extraña niebla. Como no veía casi nada, quiso frenar; pero al intentarlo comprobó que el pedal parecía haberse atascado. El coche, incomprensiblemente, se movía por sí solo hacia una calle en cuesta y aumentaba su velocidad. Fortunato no era capaz de controlar su coche. El automóvil subía y subía la cuesta a buena velocidad. Y entonces cayó en cuenta nuestro personaje de que la cuesta parecía no acabarse nunca, y no era tan larga. A su alrededor ya no veía casas ni árboles, sólo oscuridad. Súbitamehte, el coche quedó frenado junto a un artefacto brillante y de forma ovoide. A Zanfrelfa en ese
No siempre los abducidos se enfrentan a los
tripulantes de un ovni en forma de platillo u ovalada, como parece lo más normal; en ocasiones, se ven de pronto ante
estructuras de naves espaciales que osten-
tan las formas más insólitas, algunas que incluso parecen oponerse a los principios aerodinámicos más elementales.
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OVNIS: tpor qué los raPtos?
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H. G. Wells, uno de los primeros y más grandes maestros de la ciencia - ficción, ideó para su obra "La Guerra de los
mundos" máquinas que emi-
tían haces de luz intermitente, algo que después se ha
constatado en muchos casos de avistamien-
tos. ffi
momento le dolía la cabeza hasta casi extremos de no poder soportarlo. Sintió entonces una voz que le ordenaba descender del vehículo. ( El radiotelefonista de servicio oyó, a través de la radio del coche de Zanfretta, decir a éste: "Me dicen que baje".) Alertados todos sus compañeros vigilantes por el aviso dramático que hizo el encargado de la emisora, salen de inmediato en su búsqueda, pero no logran encontrarlo hasta casi una hora y media después, presa de una fuerte tensión, con las ropas muy calientes, en un lugar en donde los árboles aparecían dañados, y en el que también se distinguían unas insólitas huellas de pies de medio metro de Iargo. Sometido nuevamente a hipnosis, Zanfretta sólo puede recordar una extraña pantalla amarilla que parece hablarle diciéndole que "la próxima vez se lo llevarán para siempre". Algunas de sus declaraciones en estado de hipnosis son sorprendentes. Veamos: "- No logro tener los ojos abiertos - dice zanf retta en estado de hipnosis, refiriéndose al momento en que está en su coche recorriendo la urbanización que vigilaba -. Me siento cansado. Pero el coche anda...¡y yo no lo estoy conduciendol...El auto se ha detenido...Debo
bajar...Ellos me llaman...De nuevo la luz...¡Otra vez vosotros! ¿Oué queréis de mí? Dejadme en paz. Yo no os he buscado. Sé que tenéis nece-
sidad de mí, pero...yo no quiero. ¡No quierol" Luego, refiriéndose a un artefacto que le han
colocado en la cabeza,
exclama
Zanfrefla:" ¡Nol ¡El casco sobre la cabeza nol
¡Hace daño! ¡La sacudidal Hace calor. ¡Dejadme en paz! ¿Por qué me quitáis la ro-
pa?"
Seguidamenle, Zanfretta parece recordar todos los pasos de una exhaustiva inspección médica. Y, al parecer también, ante la negativa de los raptores a la pretensión por parte del raptado de verlos, éste grita: "¡Ouitadme esto de los ojosl ¿Por qué ahora no queréis que vea? Ya os he visto. Sois altos. Tenéis una piel verde...asquerosa...y esas puntas sobre los Iados de la cara. ¡Esos ojos monstruososl ¿Por qué no tenéis boca? Tenéis sólo ese hierro. esa reja que echa luces, y esas manos que terminan redondas..." Basten estos casos, que además han sido resumidos por imperativos de espacio, para que podamos comenzar a dar una respuesta con-
tundente al enigma que plantean los raptos. Desde luago, no vienen a salvarnos.
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.'Estas tapas coresponden al volumen
licación de la obra,
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