Bajo el signo del vínculo Introducción Debemos renunciar a la causalidad lineal. La invitación a descubrir los hallazgos de los otros impide caer en el dogmatismo. En una galaxia de determinantes, cada historia de vida es una aventura mica! El alma " el cuerpo son inseparables. #Los ojos de mi alma " de mi cuerpo no tienen lenguajes di$erentes... %&n día, hace "a muchos a'os, conocí a un grupo de sabios extra'os " condescendientes. (uando me presente en el servicio de neurocirugía parisiense, donde acababa de ser nombrado, vi venir hacia mí al je$e " a su asistente. )mbos cojeaban. &n poco despu*s llegaron el interno, el externo " las en$ermeras. +ambi*n ellos cojeaban. o me atreví a expresar mi sorpresa en voz alta pero puedo asegurar -ue resulta bastante insólito ver a todo un servicio de m*dicos, de investigadores " de psicólogos desplazarse de un lado a otro ren-ueando todos al mismo tiempo ase un a'o en ese servicio en contacto con gente apasionante. (onocían todo sobre el cerebro/ su anatomía, su $uncionamiento, las perturbaciones precisas provocadas por las heridas ", a veces, el medio de remediarlas. 0abían utilizar ma-uinas maravillosas -ue captaban la electricidad de las neuronas " otras -ue trans$ormaban en colores las zonas cerebrales en el momento en -ue esos sectores trabajaban intensamente. odían predecir, con solo mirar la imagen del cerebro, -ue movimiento se disponga a hacer la persona observada o -ue emoción experimentaba 1uan antes de -ue ella tomara conciencia )l cabo de un a'o, una amable secretaria me comunicó -ue no se me renovaría el contrato. En sus medias palabras creí entender -ue se me reprochaba no cojear. 2elizmente, conseguí de inmediato otro puesto en un 0ervicio de psi-uiatría de )lpes3de 4aute3rovence. (uando me presente en el lugar, vi avanzar desde el $ondo del corredor al je$e del servicio " a su asistente, -ue venían a recibirme. +ambi*n ellos ren-ueaban pero no del mismo pie. 5e resultó bastante insólito comprobar -ue tantos m*dicos, investigadores " psicólogos andaban uno junto al otro cojeando. 6 me pregunte por -ue no cojeaban del mismo pie. )-uellos practicantes eran apasionantes. (onocían todo del alma, del espíritu/ su nacimiento, su desarrollo, sus con$lictos intrapsi-uicos, sus aspectos subterr7neos " los medios de explorarlos. ase un a'o en contacto con a-uellos sabios. ero cuando una amable secretaria me dijo -ue no me renovarían el
contrato, en sus medias palabras creí comprender -ue, una vez m7s, se me estaba reprochando no cojear. 5e sentí mu" irritado. or lo tanto, decidí protestar ante el (onsejo nacional de racticantes, presidido por el pro$esor 1oel 5ascotica, el gran psicoanalista, " Donald 8rosslocher, el neurocirujano. 5ientras los esperaba en la pomposa sala del (onsejo, me sentía mu" intimidado " cuando me puse de pie para recibirlos, -uede estupe$acto al ver -ue ambos ren-ueaban, pero uno del pie derecho " otro del iz-uierdo. (uando $ue pronunciada la sentencia, oí -ue en e$ecto "o no podía continuar ni en el servicio de neurología ni en el de si-uiatría por-ue no cojeaba. Entonces dije/ #se'ores acad*micos, deseng7'ense. &stedes creen -ue ando derecho pero, en realidad, cojeo de los dos pies%.9 5i con$esión los desconcertó e intrigo al pro$esor 5utter, de 5arsella, -uien $ormaba parte del jurado " se sintió mu" interesado, pues nunca había visto a nadie cojear de ambos pies. 0e preguntó si esta manera extra'a de andar no podría existir, llegado el caso, producir alguna idea nueva " me invita trabajar con *l. (ada uno cojeaba de un pie di$erente, eso era todo. 6 se apo"aba pre$erentemente sobre una pierna hipertro$iada al tiempo -ue ignoraba la otra -ue se atro$iaba. Este libro es el resultado del recorrido particular -ue siguieron algunos caminantes -ue cojearon de los dos pies por senderos de cabras. #:uienes creen en la materialidad del alma piensan como vacas. :uienes creen -ue el alma no tiene sustancia piensan todavía peor.% Desde la 8recia cl7sica, ;ccidente distinguió entre la energía animal -ue impulsa el cuerpo " la opuso a la razón -ue gobierna el espíritu. Esa posición $acilitó el estudio del cuerpo, entendido este como una $avoreció las bellas " elevadas concepciones de lascosa, almas"et*reas. Descartes, acusado de dualismo, extendió una pasarela al asegurar el alma sin sustancia a la bita de la epí$isis, situada en medio del cerebro. Esta improbable ligadura convergió con la representación del hombre cortado en dos/ la materia de su cuerpo estaba vinculada por un delgado hilo a su alma inmaterial. Los sorprendentes logros clínicos de las im7genes del cerebro asociados a la clínica neurológica " a la psicología ho" permiten abordar el problema de otro modo. Interrogando a investigadores de di$erentes disciplinas, es posible aclarar los siguientes problemas. )lgunas personas parecen invulnerables. 0oportan con una sonrisa las perdidas " heridas inevitables de la existencia. )caba de descubrirse -ue esas personas poseen un gen -ue $acilita el transporte de serotonina, un neuromediador, una sustancia -ue lucha contra las emociones depresivas. Existir7 un gen de la resiliencia<
los pe-ue'os portadores de serotonina, serían capaces de organizar un estilo de existencia apacible -ue no solo evitaría la depresión sino -ue adem7s permitiría -ue la persona se regocijara a pesar de todo. &n pensamiento $7cil nos hace suponer -ue cuando uno es desdichado, basta con re$ugiarse en los brazos de la $elicidad. La organización cerebral arroja una sombra sobre esta idea demasiado simple. Los circuitos neurológicos del dolor desembocan en zonas del cerebro lindantes con las zonas de las emociones $elices. La orientación de las in$ormaciones se desvía por el motivo m7s mínimo. &n encuentro a$ectivo, una palabra o un circuito neuronal trazado en la in$ancia pueden hacernos pasar de la $elicidad a la pesadumbre. (uando en el siglo =I= se descubrió el archipi*lago del inconsciente, 2reud, al abordar la isla de la >epresión, presintió -ue, en la bruna lejana, se per$ilaban los acantilados de la #>oca de lo Biológico?. En a-uella *poca, las neurociencias no permitían navegar a-uellas aguas distantes. ero ho" las neuroimagenes " los datos etológicos envían sondas a esas pro$undidades. El explorador descubre entonces otro inconsciente, biológico, di$erente del inconsciente $reudiano " sin embargo asociado a este de manera con$lictiva, como dos caballos -ue tiran del mismo carruaje en direcciones opuestas. (uriosa imposición de la condición humana/ sin la presencia de otro no podemos llegar a ser nosotros mismos, como lo revelan en el esc7ner las atro$ias cerebrales de los ni'os privados de a$ecto. ara poder desarrollar nuestras aptitudes biológicas estamos obligados a apartar la atención de nuestro centro a $in de experimentar el placer " la angustia de visitar el mundo mental de los dem7s. ara llegar ser lainteligentes, debemos ser amados. El cerebro, -ue aera causa del impulso hacia el mundo exterior, se trans$orma en la consecuencia de nuestras relaciones. 0in apego no ha" empatía. El #"o% no puede vivir solo. 0in empatía nos volvemos s7dicos, pero demasiada empatía nos conduce al maso-uismo. La vejez -ue acaba de nacer "a no es lo -ue era. La representación del tiempo se dilata cuando las personas de edad avanzada se preocupan por lo in$initos " recuerdan su largo pasado. 0u memoria di$erente re$uerza su identidad, optimiza lo -ue "a sabían " renuncia al conocimiento d*bilmente ad-uirido. Los ancianos redescubren a Dios, -uien constitu"e para ellos una base de seguridad, mientras -ue la neurosicología nos explica el misterio de un hombre -ue debe ser a la vez neurológico, emocional " pro$undamente cultural, con lo cual nos propone una nueva teoría del 4ombre.
L;0 5;>BID;0 )2E(+I@;0 4asta el momento, hemos $abricado una representación del hombre cortada en dos partes separadas. 0in embargo, es tan inconcebible un hombre sin alma como un alma sin hombre. )I $inal del libro, Aodr7 ese hombre andar sin cojear< El pensamiento perezoso es un pensamiento peligroso ues, al pretender haber encontrado la causa nica de un su$rimiento, llega a la conclusión lógica de -ue lo nico -ue le hace $alta es suprimir esa causa, lo cual rara vez es verdad. Este g*nero de razonamiento es el -ue hacen -uienes se sienten aliviados desde el momento mismo en -ue encuentran un chivo expiatorio/ basta sacri$icarlo para -ue todo marche mejor. El pensamiento del chivo expiatorio con $recuencia es sociobiológico/ lo -ue ha" -ue hacer es encerrar a los de$icientes o impedir -ue se reproduzcan, lo -ue ha" -ue hacer es responsabilizar a las $amilias de lo -ue hacen mal, lo -ue ha" -ue hacer es separar a los ni'os de la madre mortí$era. Los caminos de la biología del apego, -ue rene datos procedentes de di$erentes disciplinas, pueden evitar semejantes razonamientos tajantes. )simismo, la noción de vulnerabilidad me permitir7 ilustrar de -u* manera esa palabra pierde su poder de chivo expiatorio cuando es en$ocada tanto desde un punto de vista biológico como sentimental. Desde hace unos veinticinco a'os, encontramos en las publicaciones especializadas en psicología un nmero creciente de trabajos sobre la vulnerabilidad. >esulto pues conveniente re$lexionar sobre su antónimo, la invulnerabilidad. 6a en el pre$acio a su obra, el psicoanalista 1ames )nthon" escribe -ue #no existe un ni'o invulnerable% pre$iriócon utilizar #El termino invulnerabilidad en lugar"de-ue resiliencia el propósito de sacudir el espíritu de los lectores%. 6 lo consiguió. +odos los autores criticaron esta noción precisando -ue lo contrario de #vulnerabilidad% no es #invulnerabilidad% sino #protección%. (ada edad posee su $uerza " su debilidad " los momentos no #vulnerados%, sin heridas, de la existencia se alcanzan cuando la persona logra dominar $actores de desarrollo, gen*ticos, biológicos, a$ectivos " culturales en permanente reorganización. )$irmar -ue alguien es #invulnerable% e-uivaldría a decir -ue es imposible herirlo Aes eso acaso posible< 4asta los ni'os demasiado protegidos #pueden mostrarse vulnerables, mientras -ue otros, sometidos a acontecimientos traum7ticos, tienen la posibilidad de no desorganizarse " de continuar constru"endo su personalidad aparentemente sin perjuicio. La mejor protección consiste tanto en tratar de eludir los golpes -ue destru"en como en evitar protegerse demasiado. Los caminos de la vida se sitan
en una cresta estrecha, entre todas las $ormas de vulnerabilidad, gen*ticas, de desarrollo, históricas " culturales. Este dominio de las vulnerabilidades no se re$iere a la resiliencia puesto -ue, por de$inición, para resiliar una desgracia pasada hace $alta precisamente haber sido vulnerado, herido, traumatizado, $racturado, desgarrado, haber su$rido esas lesiones cu"os nombres traducen el verbo griego tritsCo agujerear, atravesar!. )dem7s, uno puede descubrir en sí mismo " en el ambiente -ue lo rodea algunos medias para volver a la vida " retomar el camino del desarrollo, conservando al mismo tiempo en la memoria el recuerdo de la herida. Entonces si hablaremos de resiliencia. La resonancia/ nexo entre la historia de uno " la biología del otro &n rasgo mor$ológico o una conducta determinada gen*ticamente determinan a su vez las respuestas de los padres. ero las r*plicas adaptativas dependen de la signi$icación -ue el padre o la madre atribu"an a ese rasgo. La apariencia mor$ológica o de comportamiento del ni'o despierta un recuerdo de la historia parental " esta evocación organiza la respuesta a$ectiva con la -ue el padre o la madre rodean al ni'o. &n segmento de lo real vibra de manera di$erente segn la estructura del medio. &n rasgo anatómico o de temperamento, un gesto o una $rase, resuenan de distinto modo segn el signi$icado -ue ad-uieran en un espíritu " no en otro, en una cultura " no en otra. Los gemelos *ticas realizan naturales per$ectamente pues noexperimentaciones es el observador -uien las constru"o. (uando la se'ora D. dio a luz a sus gemelas no sabía -ue las ni'as se dan tan di$erentes entre sí. Desde los primeros meses, la joven madre comprobó -ue una era de car7cter apacible " hacía con las manos delicados movimientos de bailarina javanesa, mientras -ue la otra era vivaz, $runza el ce'o " saltaba al menor ruido. Decidió llamar a la bailarina #1ulie la Dulce% " a la din7mica, #8iuletta la @ivaz%. Luego le explico a su marido -ue #1ulie la Dulce% tendría m7s necesidad de a$ecto -ue #8iuletta la @ivaz%, -uien le parecía m7s robusta. El marido acepto esta predicción, -ue se hizo realidad como consecuencia de las interacciones di$erentes -ue la madre mantenía con cada beb*. ) 1ulie la Dulce se le brindo una gran atención, pues la madre entendía -ue su delicadeza re-uería ma"or a$ecto " a 8iulietta la @ivaz se la mantuvo a cierta distancia.
&n día, el marido le con$eso a su mujer -ue tenía la impresión de -ue ella no se ocupaba del mismo modo de las dos gemelas. La se'ora D. le explico -ue esa di$erencia era necesaria por-ue 1ulie la Dulce era m7s vulnerable. 6 agregó/ #5e veo a mi misma cuando era ni'a. 6 autom7ticarnente la alzo en brazos... 8iuletta es m7s $uerte, no me necesita tanto... 5e deja m7s espacio... (uando llora, sencillamente le digo/ Duerme%. (ada una de las ni'as, nacidas de la misma madre, en el mismo momento, en el mismo contexto parental, se desarrollaba, sin embargo, en un mundo sensorial di$erente. 1ulie la Dulce vivía en un ambiente donde siempre recibía auxilio r7pidamente " estaba envuelta en un halo de calidez, en tanto -ue 8iuletta se desarrollaba en un 7mbito en el -ue el sost*n a$ectivo llegaba tardíamente " en el -ue el cuerpo mantenía lo -ue la envolvía se mantenía a distancia. AEl transporte desigual de serotonina, podría explicar la diversidad de las reacciones a$ectivas " de conducta -ue mani$iestan los ni'os abandonados< El pensamiento dictatorial de (eaucescu provoco el abandono de numerosos ni'os. Los -ue $ueron derivados al seno de $amilias -ue les brindaron contención #alcanzaron un nivel intelectual normal " lograron integrarse socialmente%. ero los -ue $ueron aislados " enviados a una cuarentena de instituciones, casi en la totalidad de los casos, su$rieron graves alteraciones biológicas, emocionales " de conducta. Lo sorprendente es -ue, en una misma situación de enorme privación a$ectiva, entre un F " un GF por ciento continuaron expresando un apego sereno cuando en la población general se registra un HH por ciento!. En conjunto, los ni'os alterados colocados en adopción en una $amilia retomaron un desarrollo recipiente, enElalgunos casos excelentes " en algunos otros catastró$ico. transporte de la serotonina, antidepresivo natural, Abasta para explicar estas reacciones " estas evoluciones a veces opuestas< 0emejante explicación nos haría recaer en la causalidad exclusiva -ue tanto criticamos. )l buscar otras explicaciones en el 7mbito de otras disciplinas " con a"uda de otros practicantes, nos $ue $7cil descubrir -ue ciertos ni'os conseguían sentirse seguros recurriendo a actividades rutinarias. ;tros, por el contrario, procuraban vivir situaciones intensas " se cargaban de ese tipo de actividades. Estas reacciones opuestas de adaptación respondían a estrategias de existencia di$erentes. En caso de p*rdida a$ectiva, los ni'os con bajos niveles de serotonina reaccionan dolorosamente. 0u sensibilidad extrema a la perdida los impulsa a buscar una manera de vivir apacible -ue les permita e-uilibrarse tendiendo lazos a$ectivos
estables " tran-uilizadores. El menor acontecimiento es para ellos un gran estimulante. En ese contexto sin sobresaltos organizan una vida tran-uila. Los adultos consideran -ue es $7cil amarlos " escolarizarlos. En las mismas circunstancias, los grandes secretores del antidepresivo natural se mueren de aburrimiento. Buscan situaciones extremas con el propósito de -ue la intensidad emocional -ue estas experiencias pueden proporcionarles los haga sentirse vivos. La capacidad para su$rir una perdida lleva al pe-ue'o transportador de serotonina a e-uilibrar su vulnerabilidad mediante una vida estable " algunos vínculos con$iables. 5ientras -ue el gran transportador mal denominado invulnerable tendr7 necesidad de correr riesgos para poder sentir -ue existe. )sí es como, a veces, dese-uilibra su vida " rompe voluntariamente sus vínculos por-ue no siente -ue los necesite demasiado. 5uchos vulnerables logran organizar vidas a$ectivas pací$icas " pro"ectos de existencia interesantes. uestra cultura, -ue valora en exceso la escuela, aprecia ese estilo de existencia. 6o mismo conozco a muchos invulnerables -ue, a $uerza de ponerse a prueba, terminaron agot7ndose o arruin7ndose psí-uicamente. Despu*s de una juventud intensa, tienen ho" vidas solitarias, sin pro"ectos, sin sentido, sin placer ni su$rimiento La palabra #vulnerable% -ue se ha elegido para designar el descubrimiento del #34++ corto% gen*tico, el bajo nivel de transporte de serotonina es una palabra tramposa. 0u elección implica una ideología implícita de la reemplazar -ue pretende -ue los seres vivos d*biles en serotonina estarían condenados a la in$erioridad, mientras -ue los grandes transportadores estarían destinados a convertirse en los je$es. robablemente la palabra adecuada para designar este descubrimiento de la gen*tica sea sencillamente #sensibilidad%. Los pe-ue'os transportadores de serotonina, sensibles a los acontecimientos " a las perdidas a$ectivas, para ser $elices, tienen necesidad de organizar una vida estable, en una $amilia, en una sociedad en paz. 5ientras -ue los grandes transportadores, menos emocionales, m7s di$ícilmente estimularles " menos heridos por las p*rdidas, se desarrollan $elices en $amilias " sociedades inestables en las -ue cada día sobrevienen situaciones " con$lictos -ue es necesario superar. El desarrollo de los monos est7 estructurado por el medio -ue los $orma. &n mono gen*ticamente emocional estar7 orientado a una posición de sometimiento en la reemplazar jer7r-uica. En cambio, los hombres modelan el medio -ue los
modela. &n ni'o gen*ticamente sensible podr7 desarrollarse convenientemente en un medio estable " hasta podr7 llegar a ocupar una posición dominante gracias al poder social -ue dan los diplomas " el trabajo rutinario. Entre los seres humanos, las estructuras sociales pueden reorganizar estas aptitudes biológicas. &n ni'o sensible, e-uilibrado por un medio estable, hasta puede convertir su #vulnerabilidad Jen $uerza. (iertos ni'os amables " agradables, $7cilmente -ueribles, experimentan el primer día de clases como una separación angustiosa, casi traum7tica. 0us marcadores biológicos de estr*s est7n alerta por-ue el alejamiento del medio $amiliar los sumerge en un ambiente desconocido -ue los in-uieta hasta el punto de desorganizar la secreción de sustancias como el cortisol " las catecolaminas. ara poder hallar la calma, aumentan la conducta auto concentrada, evitan mirar directamente a los ojos, se chupan el pulgar, se balancean, se apartan del grupo, se $rotan la nariz con un mu'eco de trapo, pierden el apetito " su$ren molestias estomacales. ero, por la noche, en casa, en el momento del reencuentro tran-uilizador con las $iguras de apego " los objetos $amiliares, aumentan sus mani$estaciones de a$ecto. Los padres, encantados, grati$icados en su papel de protectores, dicen -ue el ni'o o la ni'a son adorables. 8racias a ese recurso a$ectivo, el ni'o aprende poco a poco a sentirse seguro en la escuela, a seducir al docente -ue antes le inspiraba temor. +odos -uedan contentos " el ni'o se desarrolla bien justamente por-ue es sensible " hasta, probablemente, angustiado. El hecho de tener -ue apaciguarse aumenta sus comportamientos de apego " su regularidad en la escuela. 5ejora las relaciones sociales " $amiliares " así los buenos resultados escolares terminan siendo un bene$icio secundario angustia. Este ni'o problemas saco un bene$icio dede susu #vulnerabilidad%. 4a" sin -ue destacar -ue ser emotivo no signi$ica ser inseguro a$ectivamente. 4asta podríamos decir lo contrario/ alertados por su temperamento sensible, estos ni'os obtienen sus recursos de la base a$ectiva parental. ara tejer los primeros lazos del vínculo, Aser7 necesario acaso -ue el ni'o ha"a estado angustiado " ha"a encontrado a la persona -ue pudo darle paz< &na alerta apaciguada, un pesar consolado, al darle a la $igura de apego un poder tran-uilizador, permiten recobrar la con$ianza en uno mismo " experimentar el placer de salir en busca de lo desconocido. &n doble movimiento -ue explica la ambivalencia de las relaciones humanas/ tengo -ue estar angustiado a $in de vincularme con la persona -ue me hace sentir seguro " me da la $uerza para dejarla9 (uando los padres abandonan a un hijo, lo privan de la base de seguridad -ue Ie habría dado el placer de amar " de aprender. (uando los padres, por el contrario, cercan al ni'o hasta el punto de
encerrarlo en una prisión a$ectiva, determinan una situación de empobrecimiento sensorial -ue lo debilita considerablemente. Esa persona vivir7 luego #toda separación como una amenaza de perdida%. ero cuando un ni'o sensible encuentra una base de seguridad a$ectiva, el inevitable estr*s de la existencia se trans$orma en $uerza a$ectiva " socializante. La conjunción de los datos gen*ticos, emocionales " sociales nos impide hablar de un gen de la vulnerabilidad, de un gen del je$e o de un gen de la resiliencia. )un cuando el determinante gen*tico sea mu" marcado como en el caso de la es-uizo$renia, la organización social puede llegar a tener el e$ecto de un $actor de protección... o de agravamiento (uando asistimos al derrumbe es-uizo$r*nico de un joven, vemos -ue sus allegados se sorprenden/ Jera tan amable, una persona tan educada9%. La $amilia, desesperada, trata de salvar la imagen del joven mostrando una libreta de cali$icaciones escolares excepcional, sobre todo en las materias -ue re-uieren una inteligencia abstracta como la matem7tica o la $iloso$ía. ero los hermanos atestiguan -ue tenía di$icultades para establecer un vínculo de complicidad a$ectiva " los compa'eros de clase describen su extra'o car7cter de buen alumno -ue no sabía jugar ni hacer tonterías. odemos interpretar esta comprobación clínica diciendo -ue el hecho de re$ugiarse en los libros, -ue le permitía mejorar los resultados escolares, tambi*n lo resocializo " provoco su derrumbe psicótico. ero tambi*n podemos decir -ue el ni'o, $uturo es-uizo$r*nico, evitó la socialización dolorosa gracias a una investidura excesiva de la escuela. El mero hecho de re$ugiarse en su habitación para estudiar le permitía evitar las relaciones -ue habrían puesto su al descubierto.sociales En el momento de in$lexión de vulnerabilidad la adolescencia, cuando el joven debe apartarse de su $amilia para alcanzar la autonomía e ir en busca de su desarrollo, la protección de los libros se revela insu$iciente. 0in la escuela, les habría hundido antes< le permitieron los libros sustraerse m7s $7cilmente al trato social< La rutina necesaria para obtener buenos resultados en la escuela, le enmascaro el empobrecimiento de las interacciones a$ectivas< La escuela, -ue en este caso constitu"e un $actor de protección contra la es-uizo$renia, no puede considerarse un $actor de resiliencia, puesto -ue no ha habido ni desgarro traum7tico ni recuperación evolutiva. 6 hasta podría a$irmarse lo contrario/ esta protección aislante -ue admiraba a los adultos le impidió aprender la sociabilidad " los juegos preparatorios del encuentro sexual, -ue ad-uirirían, $ormas de desarrollo ,di$erentes segn el #envoltorio% sensorial, -ue est7 compuesto por las $iguras de apego -uienes prodigan
cuidados, los personajes signi$icativos, las instituciones " relatos culturales!. Los macacos pueden servirnos para ilustrar este razonamiento. (uando se los aísla desde su nacimiento, es posible predecir en esos pe-ue'os monos la aparición cronológica de conductas auto centrada protesta, desesperación, indi$erencia!. uede $otogra$iarse con el esc7ner la atro$ia cerebral localizada $rontolimbica. 0e puede medir la caída de las hormonas del crecimiento " de las hormonas sexuales -ue cumplen una $unción esencial en el aumento del tama'o " del peso " en la di$erenciación de las mor$ologías, lo cual prueba, una vez m7s, -ue la mera presencia de un compa'ero constitu"e un estimulante biológico. Estos monos pe-ue'os con el desarrollo alterado $ueron colocados luego en un grupo de compa'eros de la misma edad " mejoraron. 57s tarde $ueron llevados a las condiciones naturales de un grupo grande de su especie donde pudieron relacionarse con otros macacos de su edad criados normalmente en contacto con sus madres. Desde el momento mismo en -ue se los reagrupa, los monitos alterados por la privación se precipitan hacia sus compa'eros " se abrazan con el propósito de darse mutuamente seguridad. 0e puede entonces predecir " medir la disminución nítida de las alteraciones biológicas, neurológicas " de conducta/ las secreciones biológicas alcanzan la tasa normal para la edad, el cerebro vuelve a henchirse " las actividades auto centradas desaparecen. 0in embargo, cuando se comparan las dos poblaciones, se advierte -ue los -ue estuvieron aislados precozmente permanecen mu" apegados, agarrados permanentemente uno de otro. En cambio, los pe-ue'os $ueron criados porLossusmonos madres m7s juguetones -ue " m7s exploradores. conson carencia precoz juegan con menos $recuencia " menos tiempo " a menudo esos juegos terminan en ruinas. El observador ingenuo, -ue no sabe por-ue esos pe-ue'os son tan excesivamente apegados, los juzga m7s a$ables -ue los monos criados normalmente. 0olo el primatologo sabe -ue el apego exagerado del pe-ue'o mono es la prueba, mediante la conducta, de -ue la base de seguridad $unciono mal. Es consciente de -ue el punto de partida a$ectivo $alto " -ue la base de seguridad proporcionada por los compa'eros, si bien permitió -ue el macaco retomara el desarrollo, es menos e$icaz -ue la -ue puede o$recer, los seres humanos experimentamos esta reacción cuando tenemos sed. La $alta de agua interior nos pone en movimiento " saciar esa necesidad nos produce gran placer. La satis$acción de una carencia es lo -ue desencadena la $elicidad del deleite, pues la misma agua, bebida m7s tarde cuando "a hemos saciado la
sed, nos provocara una sensación de desagrado. El mismo proceso se da en el caso de la sal, del sue'o, de la presencia humana o del a$ecto. La $elicidad intensa, el arrebato de alegría -ue experimenta un ni'o -ue ha estado separado de la persona por la -ue siente particular apego cuando se reencuentra con ella, son un ejemplo. ero cuando el mismo ni'o se siente asediado por la devoción amorosa de la madre, corre el riesgo de experimentar una sensación de desagrado " hasta de repulsión. Los estudios neurobiológicos revelan -ue, en un ni'o -ue estuvo aislado, el mero reencuentro produce una descarga de opioides cu"os receptores privilegiados son los circuitos límbicos " la cara in$erior del lóbulo $rontal. &na presencia a$ectiva constante no solo suprime el placer de los reencuentros sino -ue, como ocurre con el agua cuando uno "a ha saciado la sed, termina por provocar rechazo. Entonces, lo -ue provoca la sensación de alegría o de $elicidad extrema, es el ritmo, la pulsación, la alternancia< ara, trans$ormarse en un hecho de la conciencia, La $elicidad debe acoplarse con la desdicha< Este curioso razonamiento, en apariencia ilógico, $ue presentado por primera vez por dos investigadores de la &niversidad 5ac 8ill cuando comprobaron -ue ratas -ue habían recibido descargas el*ctricas en el cerebro se precipitaban. &na madre -ue brinda alegría. La timidez podría constituir un indicador de transacción di$ícil. &n ser vivo puede hacerse temeroso por-ue es gen*ticamente emotivo o por-ue ha su$rido una carencia a$ectiva precoz. El apego excesivo -ue da seguridad " alivia al pe-ue'o carente, al mismo tiempo lo aprisiona. 0e siente mejor, pero esta manera hallar la pazdele seguridad impide aprender socializarse jugando. El desentimiento -ue lea brindan los compa'eros provoca una resiliencia biológica, pues las hormonas " las neuronas vuelven a ponerse en $uncionamiento. La resiliencia tambi*n se mani$iesta en la conducta puesto -ue desaparecen las actividades auto centradas. ero no podemos hablar de resiliencia emocional "a -ue el pe-ue'o carente de a$ecto conserva en su memoria extremada sensibilidad ante el otro. Lo $amiliar le brinda seguridad hasta el punto de aprisionarlo, en tanto -ue lo desconocido lo angustioso, lo hace sentir en peligro. El pe-ue'o se ha trans$ormado en un jugador incompleto -ue no tiende a con-uistar el mundo, -ue depende de -uienes le tran-uilizan " -ue agrede por temor a -uienes se le acercan en actitud agresiva... -ueriendo jugar.
4a" una con$luencia de causas -ue determinan este proceso. (ada especie vive en un mundo -ue le es propio, cada individuo tiene una sensibilidad gen*tica " ad-uirida -ue hace -ue el mundo tenga para *l un gusto dulce o amargo, divertido o enlo-uecedor, paci$ico o a$iebrado. Las circunstancias determinan -ue un animal herido tenga una evolución reparadora o -ue agrave su situación. En el hombre, la reorganización del acontecimiento a trav*s de las im7genes " de las palabras agrega una posibilidad de hacer un trabajo de liberación ... o de alienación9 +odo esto e-uivale a decir -ue un determinante gen*tico, por poderoso -ue sea, no predice $orzosamente una patología biológica o psicológica pues la articulación de los genes entre sí, sumada al medio ecológico " a las circunstancias de la existencia, toma $ormas variables de resiliencia o de agravamiento, segn las conjunciones. Esto explica -ue un proceso -ue en un momento es de adaptación, en otro ser7 de inadaptación. El devenir de los ni'os aplicados no siempre predice una $elicidad -ue tenían pues, con seguridad, intervendr7n en su existencia conmociones -ue lo pondr7n a prueba, .4abitualmente, los investigadores se sienten atraídos por las patologías " es por ello -ue recientemente un grupo de especialistas portugueses tuvieron una rara idea/ siguieron a conjuntos de ni'os -ue iban bien9 Durante doce a'os se preguntaron -u* problemas tenían los ni'os sin problemas. La respuesta $ue, como era de esperar, -ue los ni'os aplicados " tran-uilos se trans$ormaron en adultos bien socializados, sin perturbaciones graves de la personalidad. ero grande $ue la sorpresa cuando comprobaron -ue los ni'os modelo m7s las ni'as -ue los varones! se habían convertido en adultos ansiosos " m7s $recuentemente deprimidos -ue los ni'os normalmente di$íciles, a-uellos -ue provocaban pe-ue'os con$lictos perturbaciones en la personalidad. )ntes desin mani$estar la adolescencia, los varones suelen ser hospitalizados con m7s $recuencia -ue las ni'as por-ue corren m7s riesgos. 0e les lleva m7s a la consulta psicológica por-ue son m7s di$íciles. ero despu*s de la adolescencia, la tendencia se invierte/ las mujeres consumen m7s cuidados m*dicos " demandan m7s a"uda psicológica. or -u* las mujeres suelen ser m7s $recuentemente ni'as modelo< Los cromosomas $emeninos ==, Inducir7n un desarrollo m7s $7cil como sugieren algunos genetistas< Las ni'as, se someten m7s dócilmente a las normas sociales mientras -ue los varones vacilan menos antes de rebelarse< 0e debe a -ue a ellas se les oponen m7s obst7culos, como sostienen las $eministas< 0e adaptan m7s apaciblemente a la escuela por-ue son m7s temerosas, m7s sumisas e inteligentes o por-ue est7n m7s determinadas a ad-uirir la autonomía -ue les o$recen ho" los diplomas<
0ea cual sea la interpretación de estos datos estadísticos, el precio de ser un ni'o dócil " diligente es elevado/ los pe-ue'os transgresores el KF por ciento de las ni'as " el HF por ciento de los varones! muestran una seguridad en sí mismas -ue, si bien los hace m7s di$íciles de criar, los trans$orma en adultos autónomos. &n razonamiento transaccional permite comprender por-ue una misma causa provoca una de$lagración en uno " la indi$erencia en otro. El $enómeno de resonancia una vibración se ampli$ica cuando concuerda con la $recuencia del medio -ue la recibe! permite comprender por-u* un acontecimiento provoca una cat7stro$e en un contexto " no provoca ninguna reacción en otro momento. 2elicidad con nubes #La muerte de 2abrice $ue para mí una maravillosa historia de amor. l tenía catorce a'os " sabía -ue iba a morirM "o iba a verlo todos los días " el esperaba mi visita. El hecho mismo de verme llegar le provocaba un admirable arrebato de amor. 4abl7bamos tiernamenteM "o sentía $ísicamente el a$ecto -ue despertaba en *l " me sentía conmovida ... @iví un dolor tan intenso " una $elicidad tan extrema -ue, despu*s de su muerte, deje de hablar con la gente normal. adie hubiera podido comprenderme. Entonces entre en #;siris%, una asociación donde pude conocer a otros padres -ue, como "o, habían perdido a un hijo.% Los padres -ue hablan así son sólidos " e-uilibrados, pero la intensidad de su desdicha, entremezclada con accesos de $elicidad, plantea un problema misterioso -ue la claridad excesiva de nuestros conceptos no nos permite resolver. La noción de $elicidad es reciente, un invento del diablo 2laubert! -ue extingue la angustia >enard!, -ue provoca la desdicha cuando no puede ser alcanzada 2ontenelle! " cu"as recetas deben buscarse en la sociedad 0aint31ust! o en la -uímica de los $iltros de amor de la Edad media o de los laboratorios $armac*uticos de los tiempos modernos. La $elicidad nunca es completa. or -u*, con tanta $recuencia, una oleada de $elicidad provoca la angustia de perderla< Expresiones como #;jala -ue dure9%, #)provechemos ahora% o #crucemos los dedos9% dan una $orma verbal a la sensación di$usa de -ue no ha" $elicidad sin nubes. El su$rimiento insoportable siempre estuvo de moda " cada cultura le dio una $orma di$erente. 0i el lector no me cree, puede ir al Louvre " allí vera como los tormentos est7n integrados en la aventura social desde -ue se los est*tico. (risto en la cruz sangra bajo las espinas " La balsa de la medusa representa como unos hombres agonizantes continan teniendo esperanzas. En el 8ran al7is podría ver
como la belleza cura la melancolía -ue tortura a los seres humanos " como el hombre culpable trata de redimirse gracias a una bondad mórbida. La idea de la $elicidad apareció mu" tarde pues, " durante milenios hubo -ue admitir -ue los lugares de la $elicidad no se hallaban sobre la +ierra. Bastaba con vivir en el mundo para comprobar -ue cada día aportaba su ración de su$rimiento " de malas noticias. El pensamiento de la $elicidad solo pasó a ser terrenal cuando la >evolución $rancesa hizo de ella un programa político. 4asta el siglo ,.solo los aristócratas " algunos representantes de la burguesía, es decir, un G por ciento de la población, tenían la posibilidad de esperar la $elicidad/ me parece mu" necesario -ue -uien -uiera entrar en el gran comercio del mundo ha"a nacido gentil hombre. N... O 6 no es -ue "o -uiera excluir a a-uellos a los -ue la naturaleza les negó la $elicidad. N... O Durante siglos, una casa con un jardín cercado simbolizó la $elicidad privada, oculta, protegida de la violencia social -ue surgía desde el momento en -ue uno abría la puerta. (uando en PQR 0aint31ust politizó ese sue'o invocando #el derecho a la $elicidad%, cuando la burguesía se desarrolló gracias al comercio " a la industria, el apartamento $amiliar llegó a ser el lugar de la $elicidad posible. En el mundo exterior uno sentía $rio " hambre " las relaciones humanas eran violentas. La clausura $amiliar, en ese contexto social, tenían el e$ecto de un puerto de a$ecto " de reposo. La protección paterna " la devoción mantenían dibujaba la nica imagen de $elicidad -ue aun ho" est7 adherida a nuestro pensamiento. ero en las sociedades en las -ue la calle se trans$ormó en un lugar m7s seguro " alegre, la morada $amiliar se presenta " de ahogo a$ectivo. como un lugar de opresión, de morosidad Las mismas paredes, las mismas estructuras $amiliares, evolucionaron en unas pocas generaciones " pasaron de la $elicidad a la in$elicidad por-ue el contexto social mejoró. Este cambio de orientación destacó la proximidad entre dos sentimientos considerados hasta entonces opuestos. El sue'o de la $elicidad en el -ue uno se re$ugia en los momentos desgraciados regularmente se presenta seguido de un sentimiento de p*rdida. )penas nació la idea de la $elicidad en el siglo =@III, el terremoto de Lisboa de P " el inmenso tsunami -ue produjo entre ortugal, el S$rica occidental " las costas de Brasil -ue mató a cien mil personas en algunos minutos " destru"o una ciudad construida como una obra de arte, pusieron de relieve la $ragilidad de la $elicidad. 4o" nuestros #terremotos de Lisboa% son )uschTitz, 4iroshima o el
#desempleo%. Esas palabras signi$ican -ue la desdicha est7 al acecho " -ue cual-uier cosa puede empujarnos a ella. La percepción del riesgo no es de ningn modo una apreciación objetiva del peligro, sino, sobre todo, la consecuencia de pro"ectar una serie de sentidos " de valores en ciertos acontecimientos. 4iroshima 3-ue el H de agosto de RU supuso una explosión de alegría en ;ccidente pues signi$icaba el J$in de la guerra% con un costo de cien mil víc timas en lug ar de los cua tro millones de muertos -ue se esperaban da ho" la impresión de haber sido un crimen tecnológico " político inverosímil. uestras categorías demasiado claras " el abuso -ue hacemos de algunas palabras nos hacen creer -ue la $elicidad se opone a la desdicha " lucha contra ella. arece evidente -ue esta $ormulación no designa un segmento coherente de mundo. Debemos buscar en otra parte la explicación de esta gran proximidad entre dos sentimientos di$erentes -ue nos gobiernan ... como un par de opuestos. >esulta -ue los descubrimientos de la neurología permiten decir -ue nuestra organización cerebral pone en $uncionamiento nuestras emociones " participa de nuestro saber sobre el mundo. &n neurólogo no le teme a semejante a$irmación pues comprueba $7cilmente -ue una lesión de la parte posterior del cerebro derecho no impide percibir las in$ormaciones procedentes del espacio iz-uierdo, pero si tener una representación consciente de ellas. El en$ermo evita los obst7culos " sostiene -ue no ha" ningunoM se a$eita la mitad derecha del rostro " a$irma -ue se ha carne del lado derecho de rasurado su plato "completamenteM protesta por-uecome no le lahan servido las patatas $ritas -ue todos pueden ver a la iz-uierda. Las emociones tambi*n participan de ese saber ti'endo de alegría o de tristeza el $enómeno -ue percibe, el en$ermo integra en su memoria un hecho -ue, segn el lugar del cerebro en el -ue este la lesión, tendr7 la connotación de un sentimiento de $elicidad o de desdicha. La primera vez -ue un neurólogo propuso este g*nero de razonamiento provocó tanta incredulidad como ironía. En un contexto cultural en el -ue se decía -ue la $elicidad o la desdicha solo debían atribuirse a causas reales exteriores al sujeto, los grandes $undadores de la neurología provocaron un verdadero estupor cuando a$irmaron -ue una lesión localizada en una zona precisa del hemis$erio derecho provocaba una tendencia a la $elicidad.
La 0egunda 8uerra 5undial, al suministrar su lote de heridos en el cerebro, permitió distinguir las lesiones -ue desencadenan sensaciones de $elicidad o de in$elicidad, así como di$erenciar una sensación provocada por una percepción del sentimiento -ue despierta una representación de palabras como, por ejemplo, una declaración de amor. &n poco m7s tarde, los pioneros de la psi-uiatría, sensibilizados por esos datos neurológicos, observaron -ue una lesión del hemis$erio iz-uierdo, a di$erencia de las lesiones del hemis$erio derecho, provocaba regularmente accesos de melancolía. o obstante, el verdadero punto de partida de la aventura neuropsicológica $ue publicado en aris cuando dos m*dicos, 4ecaen " )juriaguerra, explicaron -ue una ausencia de su$rimiento podía constituir la prueba de una patología9 El dolor moral " la depresión est7n mu" justi$icados cuando uno su$re una desgracia, pero -ue pensar cuando una lesión del hemis$erio provoca una indi$erencia al duelo " hasta eu$oria ante la tragedia< Lo cual no e-uivale a decir -ue pueda explicarse la $elicidad por una lesión del cerebro en el hemis$erio derecho, pero sí -ue ha" bienestares mórbidos9 +ambi*n ha" risas " llantos sin razón cuando pe-ue'as lesiones vasculares del tronco cerebral provocan un arran-ue de risa, lo -ue atestigua -ue el organismo "a no consigue regular sus emociones " responde riendo sin alegría a toda estimulación. or lo tanto, puede haber sensaciones de $elicidad o de desdicha sin motivo, desencadenadas por la respuesta de un sistema nervioso desorganizado. La neurología de la $elicidad e in$elicidad no exclu"e evidentemente el sentimiento de $elicidad ni el de desdicha provocado por la representación mental de acontecimientos -ue, en sí mismos, est7n cargados de signi$icaciones. El esc7ner precisa ese vascular razonamiento revelando un pe-ue'ísimo accidente -ue necrosa la zona-ue dorsal del ncleo tal7mico derecho provoca una sensación de $elicidad sin motivo, lo cual no impide -ue los -ue ganan la lotería experimenten un sentimiento de eu$oria debido a ese golpe de suerte o, a veces, de angustia provocado por esa $elicidad inmerecida. En la *poca en la -ue, para explorar un tumor o una epilepsia, se in"ectaban barbitricos en una carótida con el propósito de anestesiar el hemis$erio correspondiente, los practicantes habían notado modi$icaciones emocionales características. (uando se anestesiaba el hemis$erio derecho, los pacientes solo percibían el mundo con el hemis$erio iz-uierdo. 0e volvían entonces no a$ectivos " rigurosos. (uando se les dormía el hemis$erio iz-uierdo, su percepción del mundo, por el contrario, se llena de emociones pro$undamente tristes.
El gusto del mundo no es el mismo segn el hemis$erio -ue trate la manera de ser/ lucido " poco a$ectivo, en el caso del hemis$erio iz-uierdo, el -ue hablaM $7cilmente conmovible " hasta depresivo, en el caso del hemis$erio derecho, el -ue siente. &n razonamiento autom7tico sugiere -ue es lógico huir de lo -ue nos hace in$elices para re$ugiarnos en los brazos de la $elicidad. Los datos neurológicos nos hacen en$ocar la cuestión de un modo di$erente/ la sensación de ser $eliz o desdichado depende probablemente de la connotación a$ectiva -ue le atribu"a nuestro aparato de percibir el mundo. La aptitud para sentirse $eliz o desgraciado, seria pues el resultado de una ad-uisición precoz, de una memoria viva -ue explicaría nuestra tendencia a connotar los acontecimientos de un sentimiento $eliz o in$eliz. Las palabras #$elicidad% e #in$elicidad% no son e-uivalentes de realidades $ísicas, son su representación. Esta tajante disección verbal es abusiva. (reemos -ue cuando uno vive una situación en la -ue todo lo hace $eliz no puede sentirse desdichado. ero la neurología nos sugiere -ue a menudo nuestra manera de percibir el mundo es lo -ue da el sabor de la $elicidad o de la in$elicidad uestras palabras re$lejan bien esta incertidumbre. 0e supone -ue la palabra #dolor% designa una impresión penosa tratada por el cerebro, mientras -ue el su$rimiento pertenece al dominio de las representaciones. Esta claridad desmedida no impide -ue a veces hablemos de la tristeza de los -ue #su$ren% un #dolor% o -ue utilicemos sin vacilar las expresiones #su$rimiento $ísico% " #dolor moral%. El $lorecimiento de las neurociencias permite comprender mejor esta imprecisión verbal. In$ormaciones procedentes de $uentes opuestas, de naturalezas di$erentes, convergen para crear un sentimiento -ue llamamos #$elicidad% o in$elicidad. odemos observar clínicamente " manipular experimentalmente el derrotero -ue siguen esas in$ormaciones " la $ormación de esos sentimientos/ #objetivar la subjetividad es pues un procedimiento cientí$ico%. La biogra$ía de una lombriz relataría probablemente como, durante toda su vida, la atracción hacia un tipo de in$ormación -uímica o h*rnica le bastó para alcanzar la #$elicidad% " para hacerla huir de la #in$elicidad%. En un ser humano, ese nivel de reacción existe, pero asociado a muchas otras in$ormaciones procedentes de representaciones de im7genes " de palabras. or consiguiente, para poder comprender la $ormula -uímica de la $elicidad " la de la desdicha, debemos cosechar los conocimientos en terrenos di$erentes e integrarlos. 6a no es
posible a$irmar -ue una simple estimulación provoca una respuesta simple. i si-uiera las lombrices estarían de acuerdo. (uando se priva de azcar a un organismo durante mucho tiempo, la carencia interior hace -ue sus receptores se vuelvan hipersensibles a toda mol*cula de glcido -ue perciba en su medio exterior con una agudeza asombrosa. 0u sistema nervioso, agudizado por la $alta, percibe la menor se'al de azcar " pone el cuerpo en movimiento Los seres humanos experimentamos esta reacción cuando tenemos sed. La $alta de agua interior nos pone en movimiento " saciar esa necesidad nos produce gran placer. El medio ecológico con$orma un envoltorio sensorial -ue envía a la base del hipot7lamo estímulos de luz o de calor -ue modulan las secreciones de oxitocina " de vasopresina amino7cidos -ue viajan en el cuerpo, lejos del cerebro!. La oxitocina desencadena la contracción del tero " la liberación de la leche. ero cuando se le introduce en el organismo una sustancia -ue impide la acción de la oxitocina, una hembra "a no se apega a su compa'ero. El producto no impide el acto sexual, pero adormece las respuestas del sistema límbico. El acto sexual mismo tambi*n estimula la secreción de oxitocina, lo cual explica el car7cter espasmódico del placer $ísico puesto -ue esta sustancia contrae el tero " algunos otros msculos. 0i ha" un d*$icit de los circuitos límbicos de la memoria o si la especie segrega sustancias antioxitocina, despu*s del acto sexual, el compa'ero pasa a ser un desconocido. 0ucede entonces -ue la hembra lo rechaza como a un intruso o lo considera una presa " -uiere com*rselo. Los machos segregan oxitocina,(uando pero se son, cambio, m7s sensibles amenos la vasopresina. les en ha blo-ueado esta hormona, "a no se apegan a la hembra, aun-ue continan mostr7ndose agresivos con los machos intrusos. Esta disección biológica permite comprender por -u* el amor humano puede prescindir de un encuentro real con el compa'ero o la compa'era/ puesto -ue respondemos sobre todo a nuestras propias representaciones, podemos enamorarnos de un ídolo -ue no podemos tocar o venerar a un Dios -ue nunca veremos. El acto sexual responde a un encuentro entre un estímulo extremo " una receptividad interna. ero solo se prolongar7 en un vínculo de apego si participa un mecanismo de memoria. (iertas personas no poseen esta memoria a causa de $allas biológicas. ;tros tienen miedo al vínculo por razones psicológicas, la cultura, por su parte, organiza circuitos sociales -ue alientan ese vínculo, como en ;ccidente, o -ue lo descali$ican, como en la antigua >oma. (omo se ve, estamos lejos de la causalidad
nica -ue $acilita el pensamiento simple. ara complicar an m7s las cosas, se ha podido medir -ue una caricia $ísica aumenta en la mujer la secreción de oxitocina, tanto como una caricia verbal, pero menos -ue el diluvio hormonal -ue provocan el amamantamiento o el placer sexual. o ha" -ue suponer -ue se trata de una receta -ue permitiría tejer un vínculo determinado por una dosis de caricias, una cantidad de palabras o una serie de actos sexuales. uesto -ue nuestro cerebro tambi*n esta in$lamado por nuestras representaciones, no es raro -ue algunas mujeres se sientan dependientes del hombre -ue les provoca gran placer " le reprochen lo -ue consideran un intento de sometimiento. 0us historias personales o el contexto cultural las lleva a atribuir gran valor a la autonomía social, cuando hace una o dos generaciones lo -ue se glori$icaba era la dependencia/ la mujer debía ser $iel " estar al servicio de la $amilia. 4o", cuando una mujer se siente dependiente de un hombre o de un ni'o, experimenta esa $elicidad como una sumisión " se vuelve hostil contra -uienes obstaculizan su libertad/ #:ue te -uiera no signi$ica -ue va"a a hacer lo -ue deseas%. >ecuperar su independencia, aun-ue sea pagando el precio de la in$elicidad, la hace sentir orgullosa " le devuelve su autoestima. En *pocas todavía recientes, en las -ue se exigía a los hombres -ue sirvieran a la $7brica a la $amilia " a la patria, se los glori$icaba de tal modo -ue mu" pocos advertían -ue tambi*n ellos estaban sojuzgados. Iban a descubrir una triste libertad< 0exo " memoria &na relación, segn lasdeemociones puedesimple modi$icar las secreciones opi7ceos. -ue Esto provo-ue, explica por-ue uno se siente eu$órico cuando habla con edro " crispado cuando cena en casa de (arolina. &n placer compartido aumenta la oxitocina, cu"o receptor m7s sensible se encuentra en el hipocampo de los circuitos de la memoria. Esto implica -ue el hecho de desear a alguien provo-ue una emoción sexual al mismo tiempo -ue un mejoramiento de la memoria/ #(uando ceno con ella, todo lo -ue me dice lo aprendo de memoria%. La asociación del bienestar " la memoria explica el poder eu$orizante de la $amiliaridad. El encanto de ver a esa persona aumenta el modo en -ue me impregno de ella por-ue esto" m7s atento. La espera del placer de la msica acrecienta el placer de escucharla. La esperanza de apaciguarme me apacigua. 6 si, por ventura, me siento desdichado, el hecho de haber aprendido a esperar -ue mi compa'era o mi compa'ero! me calme ampli$ica el poder tran-uilizador de su apego.
El simple hecho de creer -ue el o ella! puede darme sosiego le da ese poder " estimula mi a$ecto. Este razonamiento implica dos condiciones previas/ es necesario -ue, mediante las experiencias pasadas, "o ha"a podido impregnarme de ella " es necesario tambi*n -ue "o este ansioso por esperarla. (uando ella desea estar a mi lado, las condiciones del vínculo han asociado el su$rimiento de la $alta con el placer del reencuentro. )si como la sensación de $elicidad sin razón se aproxima a la desdicha, es concebible -ue el temor se acople a la seguridad, el apego a la angustia " el apaciguamiento a la alerta " -ue constitu"an parejas de opuestos en las -ue uno no puede existir sino en virtud del otro a -uien combate. )sí como un animal asustado por el ata-ue de un depredador contina corriendo sin su$rir por las heridas, la analgesia de un hombre sumido en el temor o la pasión se trans$orma pronto en eu$oria despu*s del pavor. Este paso del temor a la eu$oria es $recuente entre los animales -ue acaban de escapar a un peligro. 6 tambi*n se ve en el hombre -ue ha sobrevivido al combate. La explicación est7 en una reacción biológica/ el estado de alerta estimula la secreción de serotonina " de opi7ceos naturales -ue permanecen en el cuerpo despu*s de la agresión " provocan la eu$oria posterior al combate. Este acoplamiento del temor " la eu$oria, el ;xímoron de la $elicidad " la in$elicidad, explica por-u* tantos desesperados provocan su propia desdicha esperando encontrar luego la $elicidad, por -u* tanta gente muerta de aburrimiento corre serios riesgos para sentirse viva " por -u* algunos pendencieros buscan la ri'a a $in de crear algn acontecimiento -ue lleve un poco de eu$oria a sus tristes existencias. El hemis$erio derecho es sensible a las emociones de los dem7s, mientras dos aregiones anteriores cerebro se coordinan para-ue darlas $orma la expresión de lasdel emociones del sujeto. &n beb* -ue ha sido maltratado por la persona -ue lo cuida, cada vez -ue percibe al agresor tendr7 su hemis$erio derecho en estado de alerta. Inmediatamente mani$estar7 una conducta de repliegue " evitar7 la mirada del otro... como si su$riera de una lesión del hemis$erio derecho, -ue induce $7cilmente un humor depresivo. or poco -ue se repita, si la situación se ha dado en un momento sensible del desarrollo del ni'o, se inscribir7 en su memoria implícit a " provocara un h7bito de reacción -ue desde entonces caracterizara su estilo interactivo. &n acontecimiento signi$icativo ha puesto a ese ni'o en la cinta transportadora -ue lleva a la depresión. Esta vulnerabilidad precoz es totalmente ad-uirida. La aptitud para retraerse " evitar al otro, impregnada desde los primeros meses, ha creado con ese padre agresivo un vínculo particular en el -ue el ni'o se adhiere a una base de inseguridad. Desde
ese momento, bastar7 -ue perciba esta $igura de apego -ue le transmite inseguridad para -ue su hemis$erio derecho alertado provo-ue la secreción de las hormonas del estr*s, cu"os e$ectos biológicos modi$ican el desarrollo som7tico. La reducción del volumen del hipocampo puede verse $7cilmente gracias al esc7ner. El giro temporal aumentado explica las di$icultades del ni'o para dominar su a$ectividad, puesto -ue la alteración del cerebro de las emociones conlleva modi$icaciones endocrinas tales como la caída de las hormonas del crecimiento " de las hormonas sexuales. Esta carencia hormonal explica la mor$ología del enanismo a$ectivo/ los nietos son bajos miden menos de lo -ue geneticamente les correspondería! " alternan una $rialdad a$ectiva con explosiones sorprendentes de amor o de odio. En ese caso, el cerebro de las emociones ha sido alterado no por un tumor ni por una lesión, sino por la historia parental -ue, al perturbar al padre o a la madre, perturba el desarrollo org7nico de su hijo. La memoria no es el retorno del pasado. 57s tarde, cuando el ni'o haga el relato mental de su historia en busca de su identidad, tendr7 tendencia a dejarse $ascinar por el trauma impregnado en su memoria. Lo rememora sin cesar, lo sue'a sin mencionarlo. (ual-uier acontecimiento trivial encuentra una re$erencia en su pasado herido " se organiza así el síndrome psicotraum7tico -ue termina por poseer a la persona. #La desdicha de mi madre ha sido el lugar de mis sue'os%, decía 5argarite Duras. (uando la existencia $amiliar o cultural no aparta al ni'o de esa concentración en sí mismo, la pendiente natural lo lleva a la morosidad pues su memoria le ense'a reaccionar de ese modo. (uando momentos el relato elabore eldeni'osuha vivido identidad estar7di$íciles, cincelado por-uelos acontecimientos dolorosos. ero cuando el ambiente $amiliar, cultural o de amistades lo invita a salir de su centro " a descubrir otras historias de vida u otras culturas, puede desencadenarse $7cilmente un proceso de resiliencia verbal " la memoria identitaria se compondr7 poco a poco de ritos $elices " de acontecimientos agradables. Esta reorganización de la memoria autobiogr7$ica tiene e$ectos de entrenamiento cerebral. (uando un accidente lastima la cara pro$unda del lóbulo temporal iz-uierdo -ue trata la palabra, el sujeto "a no siente las emociones provocadas por las palabras aun-ue las im7genes continan conmovi*ndolo. Es por ello -ue, algunos a'os despu*s, conserva un excelente recuerdo de las im7genes de a-uella *poca, pero su indi$erencia a las palabras no le ha permitido ad-uirir una memoria verbal, un relato de sí mismo. La alteración de la memoria provocada por una herida cerebral no es
irremediable/ si se entrena al herido para -ue haga el relato escrito o hablado de lo -ue le ocurrió, progresivamente, palabra por palabra, emoción tras emoción, la persona reconstru"e una memoria verbal despu*s del accidente. ) ello se debe -ue el herido cerebral o la persona desollada sentimentalmente, abandonada a su soledad, evolucionen emocionalmente hacia la agonía psí-uica. 0in emociones íntimas sin jalones exteriores, $amiliares o sociales, la memoria permanece vacía. ara llenarla, es necesario -ue una relación estimule la amígdala rinoence$alica, asiento de la clasi$icación neurológica de las emociones -ue $acilita la memoria de las im7genes " de las palabras. La vida psí-uica se recupera lentamente " constru"e la identidad narrativa del herido. ero como lo -ue orienta la manera de llenar a-uel vacío es el estilo con el -ue el sujeto se relaciona, podemos decir -ue los recuerdos -ue uno busca en su pasado " las palabras -ue elige para darles $orma constru"en autobiogra$ías di$erentes segn el compa'ero de la narración. o es -ue uno mienta, solo obtiene representaciones di$erentes inducidas por las relaciones. )si es como vemos vuelcos notables del es-uema de sí mismo -ue se ha $ormado un individuo cuando le sucede un acontecimiento -ue lo conmociona. La desesperación acta como un selector de recuerdos. El acontecimiento libera una emoción -ue estimula el sistema amigdalohipocampico. )si despertada, la memoria encuentra en el pasado las im7genes " las palabras -ue dan $orma a lo -ue la persona siente en ese instante. or eso decimos -ue todo es verdad, aun cuando se diga lo contrario. Biología de la separación La separación de la madre, inevitable " necesaria, suele llegar a ser toxica cuando provoca una inundación de corticoides. La duración de la separación -ue se da a un ni'o, puede estimular a otro, segn el estilo de la relación -ue cada uno mantenía con su $igura de apego. (uando el pe-ue'o teme la separación por-ue "a la ha su$rido en otra ocasión, su organismo ha ad-uirido una aptitud para reaccionar a esa pe-ue'a prueba como a una se'al de alerta " no como a una aventura excitante. (uando las separaciones se repiten " duran m7s de tres horas, las secreciones de las hormonas del estr*s cortisol " )(+4! aumentan mucho. or el contrario, las separaciones cortas seguidas del placer del reencuentro tienen un e$ecto de acostumbramiento -ue limita esa reacción biológica. uesto -ue uno se entrena para razonar atendiendo a la convergencia de $actores determinantes, ha" -ue se'alar -ue
ha" otros $actores -ue pueden atenuar o exacerbe e$ecto de esas separaciones. Lo -ue ha"a ocurrido antes del nacimiento aumenta la sensibilidad de un organismo para interpretar ciertos estímulos biológicos. Las hembras pre'adas estresadas dan a luz crías -ue reaccionan vivamente a todo estimulo. Los machos son menos sensibles al estr*s materno. La secreción abundante de oxitocina en el caso de las mujeres " de vasopresina en el de los hombres explica probablemente esta di$erencia de reacción ante una misma situación. Estos experimentos biológicos " etológicos invitan m7s -ue nunca a renunciar a la idea de las causas nicas " a integrar los datos de di$erente naturaleza pero coordinados entre sí. &na madre en situación de estr*s comunica a sus hijas la aptitud de reaccionar con emociones intensas a los acontecimientos de la vida. Los varones, protegidos por la vasopresina, reaccionan de manera agresiva ante los mismos hechos. &na hija -ue es emocional a causa de la emoción de su madre responde a cada separación con una inundación de cortisol " de )(+4 -ue la extena " le altera las c*lulas nerviosas del hipocampo, soporte de la memoria/ la ni'a aprende menos por-ue su madre ... su$rió estr*s durante el embarazo9 Los hijos nacidos de una madre segura segregan gran cantidad de hormona del crecimiento, lo cual les otorga el desarrollo m7ximo mor$ológico -ue le permiten sus posibilidades gen*ticas. (uando la burbuja sensorial de los reci*n nacidos es estable " tiene el ritmo -ue le imprime el bienestar de la madre, la cría segrega m7s acetilcolina, lo cual $acilita el desarrollo de las c*lulas del hipocampo. or otra parte las lamidas regulares de la sensorial madre " "susdepataleos alternando con $ases de reposo breves separaciones estimulan la sinaptog*nesis. (uando el pe-ue'o segrega demasiado cortisol " una cantidad insu$iciente de hormona de crecimiento por-ue su madre no est7 bien, la consecuencia ser7 -ue aparezcan alteraciones cerebrales, mor$ológicas " de la conducta. Estas alteraciones son reversibles cuando el organismo est7 en desarrollo " cuando las in$ormaciones sensoriales del medio vuelven a tener una intensidad soportable " un ritmo de proximidad de separación -ue estimule el cerebro. 0e podr7 hablar de reversibilidad si el cerebro " el organismo retoman su curso normal. 0e hablara de resiliencia solo si, despu*s de una atro$ia provocada por una larga separación o una alteración producida por un estr*s intenso o crónico, el organismo logra retomar otro tipo de desarrollo, un desarrollo en expansión a pesar de todo, pero -ue conserva la impronta
del p*r$ido herido. Este razonamiento psicobiológico nos hace pensar -ue probablemente no sea sana huir de la desdicha para lanzarse en los brazos de la $elicidad. uestras imposiciones neurológicas nos impulsan, antes bien, a organizar un ritmo, una333// pulsación, una respiración en la cual buscamos alternar la $elicidad " la in$elicidad Las autopistas del a$ecto La simple anatomía sustenta esta idea/ las vías neuronales por las cuales se desplazan los avisos del dolor corren junto a las -ue llevan las in$ormaciones del placer. Las palabras -ue usamos nos hacen creer -ue estos son dominios opuestos, cuando en realidad son vecinos en el cuerpo " en la corteza cerebral. La reacción de evitar la $uente -ue provoca un dolor $ísico " el extravio emocional desencadenado por una perdida a$ectiva se separan en el momento de llegar al cerebro. rimero, ha" un conjunto de $ibras neuronales mu" $inas, carentes de la envoltura de mielina, -ue transportan el dolor por la medula espinal. Esas $ibras corren junto a las $ibras del tacto " del calor, veracillos de las in$ormaciones de la caricia. En la base del cerebro,V esas in$ormaciones son tratadas en las zonas pre ópticas ventrales " septales, el ncleo dorso medial del t7lamo " las c*lulas grises periacueductalesM luego este centro de clasi$icación las envía a la cara interna de la corteza. La zona cingular anterior recibe las vías por donde circula el su$rimiento ", exactamente recogen las in$ormaciones -ue provocan eu$oria. Estos sentimientos son opuestos en la representación verbal pero, en la )natomía, las vías de la $elicidad " de la in$elicidad son vecinas. Estas sensaciones se asocian $7cilmente pues la percepción de provoca la necesidad de la -ue otra.acaba #o me de una lo $eliz -ue era%, dice alguien dedaba su$rircuenta una desgracia. #(reía -ue lo normal era -ue a uno lo criaran así%, dice el ni'o maltratado cuando logra escapar al su$rimiento. &n cuerpo en el -ue toda in$ormación recorriera siempre el circuito hacia la desdicha no permitir7 -ue la persona cobre conciencia de ello. &n medio en el -ue solo hubiera $elicidad llevada a experimentar un sentimiento de vacío, de no $elicidad. (uando se separa a un pe-ue'o conejillo de indias de su madre, el animal lanza chillidos de angustia " la c7mara de positrones revela -ue acaba de encender los circuitos del su$rimiento/ la zona cingular anterior se conecta al ncleo ventroseptal, a la zona pre óptica dorsal, al ncleo dorso medial del t7Iamo " a la zona gris preacueductal. V 0i se le pellizca con $uerza, las $ibras peri$*ricas del pe-ue'o roedor recogen el mensaje del dolor mec7nico " lo transportan
nítidamente hacia lo alto de la medula espinal " asi llega a los mismos ncleos de la base del cerebro -ue lo orientan luego hacia la zona cingular anterior. Lo cual e-uivale a decir -ue, entre los conejillos de indias, un pellizco doloroso $ísico " una p*rdida a$ectiva convergen hacia la misma autopista neuronal. Independientemente de -ue la in$ormación sea mec7nica o a$ectiva, la misma región cerebral, alertada, provoca sensaciones de su$rimiento. El su$rimiento -ue nos hace in$elices, restaría asociado al deseo -ue nos hace $elices< El sistema nervioso constitu"e, sobre el $ilo de la navaja, la guía -ue permite, por una nadería, por una palabra, por un encuentro, pasar de una sensación dolorosa al sentimiento de $elicidad, de la angustia al *xtasis como les ocurre a los místicos, de la desesperación a un arran-ue de risa nerviosa, como sucede a veces, para disgusto de muchos, durante los entierros. o es raro -ue un absceso o una hemorragia localizada destru"a las c*lulas de la amígdala rinoence$alicaV " deje en su lugar un ori$icio o un blo-ue macerado -ue impide la circulación de las in$ormaciones del dolor " de la perdida a$ectiva. La misma alteración puede observarse en un ni'o abandonado, despu*s de -ue ha su$rido un aislamiento sensorial " "a no est7 estimulado por el mundo exterior. Ese ni'o se autoestímela balance7ndose, girando sobre sí mismo o agredi*ndose $ísicamente, actividades -ue le aportan una $orma sustituta de existencia/ su$rir para, al menos, sentirse vivo. Luego, la rutina adormece el e$ecto estimulante de los su$rimientos " el ni'o se vuelve indi$erente, inerte, ni $eliz ni in$eliz. (uando la agonía psí-uica apaga la amígdala rinoence$alica, toda emoción desaparece/ "a no ha" di$erencia entre la -ue muerte " la no vida. uesto el anuncio de una buena o una mala noticia puede provocamos un sentimiento de alegría o de desespera a $in de inducir un sentimiento de rechazo en el momento en -ue se observa el cerebro del sujeto en una resonancia magn*tica, Eseberg pidió a varios colegas -ue participaran en un juego en el -ue debían pasarse una pelota por turnos dici*ndose palabras amables. De pronto, a una se'al convenida, los experimentadores continuaban pas7ndose la bola entre ellos, evitando hablar " jugar con uno -ue era precisamente a-uel al -ue se le media el $uncionamiento cerebral. El simple hecho de prepararse para recibir la pelota " -uedarse sbitamente excluido de la comunicación atizaba la zona cingular anterior del mismo modo -ue cuando se experimenta un dolor $ísico. (uanto m7s intenso es el sentimiento de rechazo, mas sustancias energizantes consume ese sector del cerebro -ue registra el dolor. ero, de
inmediato, se produce un e-uilibrio cerebral/ basta -ue el sujeto $rustrado renuncie a jugar " se oriente hacia otra actividad mental para -ue la zona pre $rontal se encienda e inhiba. )si las in$ormaciones desagradables. Esta coordinación de opuestos explica la posibilidad org7nica de combatir el su$rimiento gracias a una psicoterapia o por e$ecto de un nuevo pro"ecto de vida. Los neuromediadores -ue participan en la sensación de la in$elicidad explican las mani$estaciones som7ticas de anorexia, abatimiento, dolores di$usos " hasta de parpados hinchados. (uando la persona siente angustia, las endor$inas se desploman, pero en cuanto encuentra un sustituto a$ectivo mantiene una conversación agradable con alguien, la cantidad de endor$inas se eleva de inmediato. El desdichado experimenta asi un alivio $ísico adem7s de la $elicidad de apegarse a la persona -ue le devuelve el placer de vivir al a"udarlo a dominar su dolor. El oxímoron cerebral hace $uncionar juntos a dos opuestos/ las in$ormaciones del su$rimiento desembocan en la zona cingular anteriorV -ue casi de inmediato se conecta con una delgada $ranja situada en la cara in$erior del lóbulo pre $rontal derecho -ue, a su vez, alerta a la zona cingular posterior vecina acción de llegan las in$ormaciones del placer. Explora su mundo alej7ndose de esta $igura privilegiada hasta el momento en -ue, asustado, vuelve precipitadamente " se acurruca contra ella. El placer " la angustia de explorar lo desconocido aumentan la $elicidad de reencontrarse con lo conocido " de apegarse a ese ser -ue le da seguridad. El agradable sentimiento de amar nicamente puede desarrollarse si existe un peligro exterior -ue ese amor permita aplacar. 0in base de seguridad, sin una $igura a -uien amar, la perturbación haría vivirenunun su$rimiento constante. ero en del el pe-ue'o extremo leopuesto, mundo adormecido, no tendría necesidad de amar. )si como para hacer un nudo es necesario unir dos hilos opuestos, para tejer un apego ha" -ue solidarizar dos exigencias antagónicas/ la exploración " la seguridad. El placer angustioso del descubrimiento debe asociarse al placer adormecedor de la $amiliaridad. 0olo es posible aprender lo desconocido partiendo de una base de seguridad conocida. 6 para -ue un objeto llegue a constituir una base de seguridad, es indispensable -ue una alerta le d* su $unción tran-uilizadora. Es posible -ue tambi*n entre los adultos se de ese mismo oxímoron a$ectivo< 4asta la 0egunda 8uerra 5undial, en una sociedad en la -ue no existían ni la 0eguridad 0ocial ni las cajas de jubilación, lo -ue aseguraba esa $unción de base de seguridad era la pareja. artiendo de ese vínculo, las personas experimentaban el placer angustiado de intentar
la con-uista del mundo ", en caso de desgracia, buscaban re$ugio junto a su cón"uge, a $in de encontrar allí la $elicidad de estar acompa'ado. Ello implica -ue, en un contexto de paz, la exploración del mundo ser7 menos angustiosa, pero -ue, en caso de in$elicidad, uno no habr7 aprendido a dado al otro su poder de puerto seguro. (uando el contexto "a no nos asusta, "a no estamos rodeados por la $amilia... estamos encerrados en ella9 El mismo proceso se da en el psicoan7lisis cuando el paciente se sorprende ante los cambios en su manera de pensar, de sus h7bitos intelectuales " meditaciones. El alivio -ue le produce este distanciamiento lo apega al practicante. La trans$erencia a$ectiva, ese vínculo nuevo analizado durante las sesiones, permitir7 controlar mejor las antiguas repeticiones. La proximidad neuronal de la $elicidad " la in$elicidad corresponde probablemente a la necesidad arcaica de supervivencia. (asi todos los seres vivos saben resolver el problema del su$rimiento " del placer hu"endo del primero " buscando el segundo. ara -ue estas dos pulsiones opuestas se acoplen hace $alta inhibir r7pidamente la reacción de huida o de atracción. &no no puede pasarse la vida hu"endo de la desdicha, como tampoco puede atiborrarse de $elicidad. Desde el momento en -ue ocurre una desgracia, soltamos con la $elicidad. Desde el momento en -ue alcanzamos la $elicidad, vencedores aletargados, perdemos la sensación de estar vivos " buscamos el acontecimiento -ue nos la devuelva. El par de opuestos es lo -ue permite la supervivencia -ue ha provocado la intervención del analista " -ue lo apartan de sus h7bitos intelectuales " meditaciones. El alivio -ue le produce este distanciamiento lo apega al practicante. La trans$erencia vínculo nuevo analizado durante las sesiones,a$ectiva, permitir7 ese controlar mejor las antiguas repeticiones. La proximidad neuronal de la $elicidad " la in$elicidad corresponde probablemente a la necesidad arcaica de supervivencia. El delgado hilo -ue une el alma al cerebro cuando se altera la zona cingular anterior, el animal "a no emite el grito de angustia -ue estimula el auxilio materno. )hora bien, un animal -ue "a no puede su$rir, muere abandonado por allegados a -uienes "a no alarma. En cambio, un ser vivo -ue expresa su su$rimiento inspira el deseo de darle apo"o " se apega a -uienes se acercan a salvarlo. 0in su$rimiento, les podría amar< 0in angustia " sin p*rdida a$ectiva, tendríamos necesidad de seguridad< El mundo sería insulso " probablemente no sentiríamos el gusto de vivir.
Los organismos humanos no escapan al determinismo biológico. ero la posibilidad de crear un universo de representaciones les permite reorganizar el mundo -ue perciben, mejorarlo o empeorarlo, bendecirlo o maldecirlo. 0ea cual sea ese nuevo sistema de orientación, el cerebro es siempre el nexo entre las percepciones biológicas " las representaciones mentales. El caso de Benedetti ilustra esta idea. ) los treinta " dos a'os, $ue hospitalizado por una -uemadura grave en un muslo. ) lo largo de su vida, "a había su$rido varias $racturas indoloras " solo al sentir olor a carne asada tomo conciencia de -ue se estaba -uemando. En el hospital, se le diagnostico agenesia cong*nita. Esta rara en$ermedad gen*tica se debe a -ue el organismo no ha desarrollado los genes de las $ibras ( desprovistas de mielina -ue, habitualmente, transportan a gran velocidad las in$ormaciones del dolor $ísico. 0in embargo, Benedetti había experimentado una vez un dolor $ísico/ el día en -ue se enteró de -ue su hermano había muerto en un accidente de automóvil. (uando le anunciaron la terrible noticia, Benedetti, en el colmo de la desdicha, se -uedó aturdido. ero, media hora despu*s, sintió una intensa ce$alea " un dolor di$uso. ) causa de su anomalía gen*tica, tanto dolor $ísico podía abrirse camino hasta el cerebro. &na simple enunciación, una $rase/ #+u hermano ha muerto%, había desencadenado un dolor $ísico completamente nuevo para ella. Lo -ue le había provocado el dolor no era la percepción de un golpe, ni la percepción de una $alta, pues su hermano "a no vivía con ella desde hacía mucho tiempo. La representación verbal de una perdida a$ectiva, al trastornar por completo su mundo íntimo, produjo el su$rimiento $ísico. Esta paciente no sabía -ue su anomalía neurológica " su su$rimiento $ísico ilustraban una idea de 2reud/ #&na ausencia, un objeto perdido, crea exactamente las mismas condiciones de dolor -ue una parte herida del cuerpo%. Decir -ue alguien se siente $ísicamente mal despu*s de la muerte de un ser -uerido no es algo original. adie se sorprendería si "o dijera -ue una buena noticia nos provoca eu$oria " -ue una mala nos pone tristes. Lo nuevo consiste en -ue ho" podemos analizar como una modi$icación del medio real, tanto como el enunciado de algunas palabras, puede modi$icar el $uncionamiento de un organismo humano. )hora podemos comprender como una psicoterapia in$lu"e de manera duradera en el $uncionamiento del cerebro. (uando un ni'o se cría $amiliarizado con la representación aseguradora de un papa protector " una mama recon$ortante, experimenta el sentimiento -ue provoca esa representación.
&na simple evocación, durante una charla o al mirar una $otógra$a $amiliar, basta para despertar la emoción. 4asta podemos imaginar -ue, cuando miramos una película -ue nos hace reír " llorar, nuestras zonas cingulares posteriores " anteriores $uncionan intensamente. 0iempre nos sometemos a las representaciones -ue nosotros mismos inventamos, "a sea para el ma"or de los placeres o para una pro$unda in$elicidad. La nueva vida del di$unto +ratare de ilustrar esta idea con el ejemplo del duelo. (uando estaba vivo " se relacionaba conmigo, el otro marcaba su huella en mi memoria biológica. 6o estaba acostumbrado al sonido de su voz, a sus h7bitos de conducta, a su presencia real. El día en -ue murió, mi mundo sensorial -uedo totalmente trastornado por-ue el otro "a no estaba ahí .ero el ser -uerido desaparecido existía hasta en mis recuerdos " en mis $otogra$ías, así como en mis palabras, en los relatos -ue su $amilia " su cultura hacían de la vida pasada de esa persona. Independientemente de -ue el punto de partida sea sensorial o verbal, el dolor enciende la misma zona cerebral, lo cual libera una emoción " modi$ica la biología de -uien su$re el duelo. Este modo de razonar permite decir -ue, cuando uno pierde a un ser -uerido, la muerte le arranca una parte de si " se la lleva con ella. En nuestro mundo sensorial, esa desaparición ha dejado un vacío. ero cuando uno est7 contenido a$ectivamente, el trato con los otros cierra un poco la brecha. 6 si la cultura da un sentido a la muerte, uno trata de darle una nueva dirección a su vida, trata de hacer un pro"ecto en el -ue en el di$unto un lugar signi$icativo. "a no exista lo real,tenga uno continua re$iri*ndose a)un el/ cuando #5i padre estaría orgulloso de lo -ue acabo de hacer... 0i mi madre pudiera verme ahora ... %. El muerto est7 muerto, por supuesto, pero continua existiendo de otra $orma cuando pensamos en *l " cuando an gavieta una parte de nuestra vida. (uando en el momento de la p*rdida el duelo no cuenta con apo"o a$ectivo ni le encuentra sentido a esa muerte, solo puede encerrarse en sí mismo para su$rir menos. El dolor le impide hablar, aprieta los dientes " se aísla. 4acemos lo mismo cuando la cultura nos hace callar. La signi$icación de la muerte organiza nuestras de$ensas/ cuando un hermano $ue abatido por la policía por-ue había disparado un arma al azar contra la multitud, cuando el padre nazi $ue ahorcado, los parientes solo pueden callar. El acurrucamiento antológico -ue impide compartir la pena " socializar la angustia exclu"e al sobreviviente del mundo humano. En este caso, la p*rdida
no es un duelo, es un agujero en el alma, un vacío sin representaciones, un -uiste, una cripta en un mundo íntimo -ue se prepara para el clivaje o escisión del "o. (uando se le impide realizar los ritos del duelo, el duelo se trans$orma para sus allegados en una base de inseguridad. La mera percepción del otro, silencioso " abatido, evoca la desesperanza, la vergWenza la culpabilidad. Este reca do explica por -u* el PF por ciento de las parejas -ue pierden a un hijo se divorcian durante los dieciocho meses siguientes a esa muerte, con lo cual agregan m7s su$rimiento al su$rimiento. ero, en esas $amilias mudas, en las -ue el ser ha desaparecido sin el rito del adiós, toda $elicidad se vive con vergWenza por cuanto con $recuencia ad-uiere la signi$icación de una traición/ #como te atreves a gozar de la vida cuando tu hijo murió su$riendo<%. X//MtalY3X La p*rdida es individual, pero el duelo es colectivo. Exige no solo el sost*n a$ectivo -ue estimule sensorialmente al doliente, sino adem7s el trabajo de duelo -ue permite -ue la cultura de sentido a la desaparición " produzca así la reorganización de las representaciones/ #Desde -ue hice un cuadro con sus $otos " escribí su biogra$ía, siento menos el vacío de la perdida por-ue aprendo a vivir con *l, "a no con su presencia real, sino con su representación%. Este trabajo de duelo explica por -u* una p*rdida precoz en un ni'o mu" pe-ue'o, cuando no existe un sustituto a$ectivo, conduce a la catastro$e. En el estado pre verbal, las representaciones son todavía inciertas. (uando una $igura de apego desaparece, una parte enorme del mundo sensorial del ni'o se extingue. El envoltorio biológico -ue rodea al beb* pierde sus estímulos permanentes auditivos, t7ctiles, ol$ativos " visuales pues el otro "a no est7 allí. La $igura de apego desaparecida "a no puede proporcionar las in$ormaciones perceptivas " endónales deber7n estimular el cerebro límbico. ada llega hasta-ue la zona cingular, ni $elicidad, ni desdicha, ni representaciones pues el pe-ue'o no sabe organizar todavía un decorado de im7genes para representar al di$unto ni contar algunas an*cdotas para hacerlo vivir todavía un poco m7s. 0u mundo real este vacío, el circuito límbico se apaga, lo cual explica la atro$ia cerebral provocada por la ausencia de estímulos biológicos. Esta manera de encarar el duelo, analizando separadamente la p*rdida a$ectiva " la representación del ser amado perdido, permite comprender -ue todos los duelos no est7n asociados a la muerte. &n aislamiento a$ectivo a causa de la $alta de estimulaciones biológicas atro$ia la zona $rontolimbica tan intensamente como un d*$icit cultural priva de un trabajo de representaciones -ue desemboca en las mismas regiones cerebrales. &na perdida innombrable, por asesinato o por guerra, corresponde a una perdida indecible cuando la $amilia condena al silencio al ni'o, cu"o mundo íntimo -ueda
$ascinado por la muerte. Los $actores de resiliencia -ue a"udan a no -uedarse estancado en la agonía psí-uica est7n compuestos por el teatro de los $unerales " la reorganización a$ectiva del medio o todos los muertos son iguales Esto permite comprender por -u* la muerte de la madre provoca menos perturbaciones -ue la desaparición del padre, lo cual es contra intuitivo. (uando muere la madre, el padre a$ligido su$re, pero el mundo -ue rodea al ni'o cambia poco pues ha" otras $iguras de apego -ue compensan la alteración paternal/ tías, tíos, amigas " sustitutos atienden al ni'o despu*s de la muerte de la madre. El ni'o siente -ue su mundo "a no es el mismo, pero encuentra alrededor de algunas estructuras a$ectivas -ue le permiten seguir un desarrollo recipiente modi$icado por la ausencia mantenían. aradojicamente, la muerte del padre cambia m7s el mundo del ni'o por-ue, a partir de entonces, est7 obligado a desarrollarse en contacto con una madre depresiva, aislada " a veces desorganizada. Este dato clínico subra"a la importancia del contexto $amiliar " cultural en el trabajo de duelo " sus consecuencias psicológicas " evolutivas. (uando la madre su$re el duelo aislada, como ocurre en nuestra cultura individualista, llega a ser una base de inseguridad para sus hijos. 5ientras -ue, en las culturas en las -ue se da sentido a la muerte " se comparta a la viuda, la constelación a$ectiva en la -ue est7 sumergido el no, si bien se reorganiza, no impide su buen desarrollo. La cultura no siempre es protectora. ) veces, el mito del duelo a$irma -ue una mujer sin marido no es capaz de criar a un ni'o. Las autoridades intervienen " deciden colocar al pe-ue'o en una institución sin a$ecto. Esta cultura agrava el duelo " modi$ica el envoltorio -ue rodea a -uien su$re el luto pues lo instala sensorial en un medio de indi$erencia protectora pero no recipiente .. Las circunstancias reales de una muerte contribu"en a construir el sentido de -ue se impregna el hecho. &na muerte brutal en un accidente de automóvil a menudo provoca un atontamiento traum7tico, mientras -ue una muerte esperada, $allecida como consecuencia de una en$ermedad grave, induce un trabajo de tr7nsito a la otra vida -ue precede a la muerte real. (uando llega la ltima hora, el grupo "a ha preparado la reorganización de una $amilia -ue tendr7 -ue continuar viviendo sin el di$unto. En estos casos, no es raro -ue el anuncio de la muerte provo-ue un alivio culpable " vagamente vergonzante. En ese momento, vemos surgir una serie de con$lictos contenidos hasta entonces por la presencia del moribundo. El duelo revela problemas ocultos " reorganizadores a$ectivos de una $amilia -ue se prepara para $uncionar sin ese ser -uerido.
(uando los sobrevivientes de la 0hoah $ueron reagrupados, casi todos sentían vergWenza de haber sobrevivido/ se reprochaban haber abandonado a sus allegados " dejarlos morir sin darles sepultura. &no no puede tirar el cad7ver de alguien a -uien todavía ama. Las circunstancias sociales los habían obligado a cometer ese crimen al -ue sus $antasmas secretos daban una $orma incon$esable/ #uesto -ue *l iba a morir, tome su bollo de pan ... )l desviar la mirada, evite la selección -ue me habría condenado a muerte. 6 se llevaron a mi hermano en mi lugar9%. Este sentimiento de culpa atroz esta con $recuencia en el srcen de $antasías inconscientes de expiación, de amabilidad en$ermiza o de temor a la $elicidad. La se'ora 5. de Sngel, -uiere tomar el autobs para regresar a su casa. 0u hijita de cinco a'os, caprichosa, se arrastra por el suelo " exige caramelos. Despu*s de algunas $rases exasperadas, la madre le pide a la ni'a -ue conserve el lugar en la cola mientras ella va hasta un comercio a comprar algunas golosinas. (uando est7 en la tienda, una gran explosión la lanza al suelo. )l salir ve -ue, en lugar de la cola del autobs, ha" tan gran agujero. )tontada, contempla los retazos de ropa " los trozos de cama dispersos. +iene en la mano el pa-uete de caramelos, -ue acaba de cargarse de una terrible signi$icación/ #5i hijita murió en mi lugar. 5e salvo la vida. o supe protegerla%. (uando sale del embotamiento, aparece por $in el su$rimiento para castigarla por su #crimen% " la se'ora 5. siente -ue toda $elicidad se ha vuelto vergonzosa, insoportable. oco a poco, se dejó arrastrar hacia una in$elicidad calmante. El atentado terrorista había trastrocado la signi$icación -ue antes atribuía a las cosas ", con la ma"or tran-uilidad del mundo, acepto su$rir de una cantidad sorprendente de en$ermedades. Las teoríascon delelapego, despu*spusieron de mantener algunas disputas de $amilia psicoan7lisis, de todos modos el pie en la biología. 6, como lo deseaba 2reud, ho" permiten comprender por-u* un duelo psí-uico no asociado a la muerte, pero vinculado a la perdida #de una abstracción N... O La patria, la libertad, un ideal N... O%,puede modi$icar los circuitos cerebrales ", con ellos, provocar en$ermedades org7nicas. #La conducta del duelo se concibe como una serie de mani$estaciones de apego/ llantos, agitación, biz-uea del objeto perdido N... O (onservación de los recuerdos para mantener dentro de sí a la persona viva N... O " luego rede$inir la relación con el di$unto. JEn sorna, el trabajo de duelo consiste en conservar un vínculo con el ser perdido, reestructurando nuestra manera de amarlo. Bien todos los seres vivos en los -ue el su$rimiento encanalizado no se limita "a al dolor re$lejo -ue pasa por la
medula espinal, la p*rdida real de una persona -uerida recibe el ritmo tratamiento -ue la degradación de una representación. (uando un mono o un ele$ante pierden a un ser allegado, su$ren por la modi$icación de su medio, -ue desde entonces -ueda la Biología de la p*rdida a$ectiva ero cuando algunos meses despu*s regresa al lugar de la muerte, recubre el es-ueleto con hojas " mani$iesta en su comportamiento los signos de la in$elicidad, podemos pensar -ue responde a la representación de un hecho real pasado " no "a a una percepción del presente. +odo esto nos revelan -ue esa desesperación esta correlacionada con un $uerte aumento del cortisol sanguíneo, lo cual atestigua -ue la alerta biológica no es el resultado de la percepción del cad7ver -ue, por lo dem7s, "a no est7 allí!, sino de la memoria del #ser -uerido desaparecido%, evocado sencillamente por el lugar donde murió. (uando pudieron realizarse electroence$alogramas, estos demostraron el anticipo del sue'o paradójico -ue se observa en todos los seres desdichados, sea cual sea su especie humano, perro o mono!. La angustia impide experimentar el placer de dejarse ir aletargo de los primeros estados del sue'o. :uien vive un duelo solo puede caer dormido cuando est7 agotado, reduciendo así las $ases lentas iniciales. Este adelanto del sue'o r7pido -ue se produce -uince o veinte minutos despu*s del adormecimiento, en lugar de ocurrir a los noventa minutos habituales en los seres humanos, acorta el estado de las ondas lentas -ue constitu"en los estornudos bioeIectricos de los ncleos grises de la base del cerebro. Estos segregan pues menos hormonas de crecimiento " menos hormonas sexuales. Las tasas de oxitocina " de prolactina tambi*n se reducen, lo cual da prueba de una aptitud d*bil del organismo para gozar de la vida pues los níscalos receptores de esas hormonas "a no su$icientemente embebidos como para provocar unaesplín tensiónlo $ísica agradable. En un mono o en un ele$ante, el mero hecho de percibir el lugar donde desapareció un ser de apego hace -ue la angustia regrese ... 6 esto nos lleva a pensar -ue, en un ser humano, cu"o mundo interior est7 cargado de representaciones, ese g*nero de su$rimiento reaparece a la menor se'al -ue recuerde al di$unto " al menor rito inventado para recordarlo. En cada aniversario, el simple hecho de pensar en el di$unto provoca una emoción. La percepción de un objeto o de un acontecimiento cultural -ue evo-ue a la persona desaparecida es su$iciente para provocar reacciones emocionales cu"o impacto biológico puede evaluarse/ #N ... O La memoria del acontecimiento puede engendrar un estr*s postraum7tico, la respuesta inmunitaria puede traducirse en una alergia " la respuesta normal al dolor, convertirse en dolor crónico?. En los estados de angustia provocados por una
p*rdida a$ectiva real o por la representación de esa perdida, se observa una caída de los lin$ocitos " una producción de anticuerpos -ue explican la alergia tan $recuente en estos casos. El aumento del cortisol " de las catecolaminas alerta la amígdala rinoence$alica -ue es su receptor privilegiado " recibe la menor in$ormación como se'al de peligro. La viudez es una situación en la -ue es posible evaluar el e$ecto biológico de una p*rdida a$ectiva. En 2rancia, ha" casi cinco millones de personas -ue han perdido a su cón"uge la ma"oría son viudas. Los hombres sobrevivientes tienen serias di$icultades para continuar viviendo sin su mujer. 5uchas en$ermedades cardiacas aparecen durante los meses posteriores a la perdida. +ambi*n se ha registrado un aumento de c7ncer, de diabetes " de en$ermedades pulmonares. (on esto no estamos diciendo -ue el matrimonio proteja de la gripe, pero si, en cambio, -ue la estabilidad a$ectiva provoca una regularidad de los metabolismos -ue la viudez dese-uilibra. La inmunodepresión, atribuible al estr*s " a la pena, hace -ue Jel organismo se de$ienda menos contra las in$ecciones. El estilo de apego -ue caracterizaba a la pareja permite predecir el su$rimiento de la viudez. Las parejas $uncionales, en las -ue cada uno servía al otro de base de seguridad nica, vivir7n una soledad dolorosa. uesto -ue el apego excesivo es casi siempre prueba de un vínculo inseguro en el cual la presencia del otro es indispensable, la desaparición del ser -uerido provoca un desgarramiento traum7tico tan grave como el del beb* de pecho -ue pierde a su madre. Los metabolismos desordenados " la desorganización del mundo percibido hacen di$ícil la reestructuración a$ectiva del trabajo de duelo. El organismo "a no est7 protegido contra las en$ermedades. La con$usión mental " el desinter*s explican el vacío nmero de accidentes -ue su$ren los viudos -ue tuvieron una pareja $uncional. Inversamente, los apegos ambivalentes, en los -ue los desacuerdos envenenan la vida cotidiana, componen la cohorte de -uienes viven una viudez menos dolorosa. 0uele darse el caso de personas de edad avanzada -ue, angustiadas ante la idea de perder a su cón"uge, se sorprenden al no su$rir la p*rdida real. ;tros, -ue imaginan la desaparición del cón"uge con$lictivo como un alivio, se sienten desconcertados por el inesperado su$rimiento -ue experimentan. )si golpea la ambivalencia, aun despu*s de la muerte, cuando el vínculo a$ectivo con el di$unto persiste pero se modi$ica. El esc7ndalo es an ma"or cuando se descubre -ue los hombres -ue no su$ren por la p*rdida de su esposa se
convierten en hombres maduros resplandecientemente se trata de grandes transportadores de serotonina, lo cuales hace poco sensibles a la perdida a$ectiva. ; tal vez vivieron dominados por una esposa a la -ue no amaban mucho " por ello no su$ren la perdida. En general, los viudos se suicidan m7s -ue las viudas, pero menos -ue los solteros, hombres " mujeres. Estos datos reunidos permiten decir -ue la pareja tiene un e$ecto protector contra la depresión " la en$ermedad... )hora bien, las $amilias donde circula el a$ecto est7n estructuradas por las le"es sociales, las creencias " la tecnología. 4ace algunas d*cadas, en 2rancia, el duelo era $amiliar " a la vez colectivo. 0e exponía el cuerpo del di$unto, los transentes se persignaban al paso del cortejo " las campanas sonaban cuando la $amilia lo enterraba. En este comienzo del siglo ==I, el rito se ha modi$icado/ los amigos se renen para decir #adiós% " rodear a los parientes en la casa de alguien donde se dan cita para #beber una copa%. La p*rdida es una percepción de la $alta -ue depende del temperamento de la persona " de su relación con el di$unto. 5ientras -ue el duelo es una representación de la $alta -ue depende del ambiente $amiliar " cultural. La p*rdida es irremediable mientras -ue el duelo evoluciona como un trauma, segn lo -ue hagan de ella $amilia " la cultura. Las consecuencias sentimentales " las modi$icaciones biológicas -ue su$ren los dolientes dependen de la con$luencia de todos estos $actores " no de una sola causa -ue pueda explicarlo todo. Esta manera de plantear la cuestión permite comprender -ue una perdida precoz induce un trastorno del desarrollo al trans$ormar radicalmente el ambiente sensorial del ni'o, en un momento en el -ue ese ni'o aun no es capaz de hacer un trabajo de sensorial duelo. ero, en esealestado, restablecimiento un medio an7logo -ue le el o$recía la madre lede permite emprender un desarrollo recipiente. El trastorno biológico " la ad-uisición de un estilo de desarrollo adaptado a la perdida sensorial de la madre no producen una perturbación de$initiva salvo en el caso en -ue la cultura deja al ni'o solo. 0e puede, por el contrario, poner en marcha un proceso de resiliencia si la cultura establece -ue un sustituto est7 capacitado para reparar el duelo de un ni'o. El discurso cultural organiza pues en envoltorio sensorial -ue $avorece la recuperación de un desarrollo recipiente. (uando interpretan las protestas de un ni'o hu*r$ano como una prueba de su mal actuar, los adultos, cre"endo $ormar al pe-ue'o, lo aíslan " lo castigan. El ni'o, en e$ecto, se calma por-ue ha incorporado en su memoria una desesperanza aprendida. ) la larga, se adapta gracias a la indi$erencia a$ectiva, -ue le permite su$rir menos. El su$rimiento es pues m7s sano -ue la indi$erencia, a la cual, sin embargo, la gente
-ue rodea al doliente ve con mejores ojos. Despu*s de un pedido de trastornos del sue'o, de di$icultades alimenticias, de explosiones en sus relaciones " de dolorosa angustia, el ni'o "a no se siente tan mal cuando se deja ganar por la indi$erencia. Esta adaptación es una antirresiliencia pues impide desarrollar buenas relaciones a$ectivas " sociales. (uando el organismo ha aprendido a su$rir, incorpora todo acontecimiento " todo encuentro en una connotación dolorida -ue explica por-u* la persona vuelve a tener tan $7cilmente recaídas depresivas, cuatro veces m7s $recuentes entre los hu*r$anos precoces -ue en la población general. 4a" -ue descon$iar de la expresión del su$rimiento/ los -ue lo expresan m7s abiertamente no son los m7s alterados puesto -ue todavía tienen la $uerza de mani$estarlo. 5ientras -ue a-uellos -ue se muestran anonadados perturban menos a -uienes los rodean, pero est7n revelando una agonía psí-uica. La solución -ue les permitir7 retomar el desarrollo se encuentra en la cultura m7s -ue en el sujeto. Los neuromediadores abatidos, las hormonas desecadas, ti'en el resto de la vida con el color de la tristeza por-ue un estereotipo cultural dictó -ue había -ue enderezar a esos nietos o aislarlos a causa de su ingratitud/ #despu*s de todo lo -ue se ha hecho por unos9%. uestra cultura con$undió la carencia a$ectiva " el trabajo de duelo. El desconsuelo es recuperable cuando el medio reorganiza estímulos sensoriales. El trabajo de duelo est7 mu" próximo al mito/ es el -ue prescribe los ritos -ue rodean al hu*r$ano o al doliente, estructurando así el ambiente sensorial -ue arma sobre su cerebro. Los dos inconscientes Los caballos del inconsciente El mundo acaba de tomar conciencia del inconsciente. arece -ue en el siglo =@II, Leibniz hablaba de #pe-ue'as percepciones de las -ue no tenemos ninguna conciencia%. En el siglo =I=, el >omanticismo nos sumergió en #los reinos crepusculares de la conciencia% (oloridle!, en #el m7s all7 del psi-uismo% 8oethe!, en #los secretos rincones del corazón " de las sombras espirituales donde el sol nunca penetra% ZoodTorth!. En realidad, el concepto de inconsciente Ie debe mucho a (arl 8ustav (ams, un pro$esor de zoología de la &niversidad de @iena -ue, en QF, escribió un libro titulado Das &nbeTusste NEl inconscienteO. En *l, sostenía -ue los animales saben, pero no saben -ue saben. )dem7s, hablaba de la vida del alma " explicaba -ue entre la conciencia clara " el inconsciente
absoluto -ue conocemos con el nombre de aturaleza, un inconsciente relativo permitía enviar algunas sondas exploradoras. En la misma *poca, @on 4artmann escribía La $iloso$ía del inconsciente QHR!, obra en la -ue distinguía el inconsciente de la vida corporal " el inconsciente del espíritu humano. Esta corriente de ideas, inspirada en gran medida por ietzsche " 0chopenhauer, impulso numerosas tesis -ue apuntaban a de$ender los conceptos de inconsciente. El inconsciente cognitivo no sabe -ue sabe. El inconsciente $reudiano se las arregla para no saber, la clínica neurológica ilustra sin di$icultades la existencia del inconsciente cognitivo, asi como la cura psicoanalítica con$irma el inconsciente de la represión. 8ustave era jardinero cuando un accidente de automóvil le hizo perder la memoria. 0u neurólogo se pasea con *l por el campo de gol$ donde 8ustave trabajaba. Este, sin dejar de charlar, toma una dirección, sigue determinados senderos, dobla en cierta bi$urcación " llega... a la caba'a de las herramientas9 Entra en ella ", siempre conversando, encuentra las partes desperdigadas de un descocador " lo arma sin vacilar. (onscientemente, sostenía -ue nunca había estado en ese campo de gol$ " -ue "a no se acordaba de su o$icio, pero su cuerpo había conservado la memoria de los lugares " de los gestos " de subconsciente. Durante la segunda mitad del siglo se ve esta posición hasta es posible dar una interpretación cognitiva al acto $allido. &n abogado entra en su automóvil para dirigirse a su estudio, como lo hace todas las ma'anas. En el momento de poner el motor en marcha advierte -ue no puede conducir por-ue, sin darse cuenta, se dejó puestas las pesadas botas de goma -ue utiliza para hacer jardinería. En ese momento, comprende -ue la reunión prevista para a-uella ma'ana angustia habitualmente, cuando -uiere distraerse,lohace tareaspor-ue, de jardinería. )l cobrar conciencia de su acto $allido, se ve obligado a reconocer -ue va a su trabajo con desgano. +odos hemos oído alguna vez decir a un colega al llegar a la o$icina #hasta la vista% " luego tratar de enmendar el error $ar$ullando nítidamente otra cosa. El lapsus linguae, acto $allido de la palabra, expresó lo -ue sentía su cuerpo a pesar de su voluntad consciente de no saberlo. La #memoria inducida% suministra otra prueba del inconsciente cognitivo. (uando uno no recuerda el nombre de alguien a -uien -uiere citar, orienta primero su bs-ueda a la msica de ese nombre/ #Lolala... no, algo asi como Lalada.... seguro -ue es con tres sílabas " con a%. &no busca en sus impresiones un indicador $onológico, una armonía -ue podría despertar las huellas cerebrales. De pronto/ #(avada, 0eera el nombre9%. 6 la palabra asi hallada provoca un sorprendente alivio corporal por-ue nuestra memoria acaba de llenar un
vacío. uestra representación cognitiva del mundo vuelve a hacerse coherente/ el nombre encontrado nos brinda seguridad9 EI inconsciente cognitivo se asienta sobre marcas de la memoria biológica. ero esta memoria no consciente no corresponde al inconsciente $reudiano, para el cual la evocación es insoportable. En el inconsciente cognitivo, uno no sabe -ue sabe, uno se entera de algo sin saber -ue se ha enterado " responde a ello sin darse cuenta. 5ientras -ue, en el inconsciente $reudiano, la memoria biológica est7 intacta, el recuerdo podría estar alIí, pero uno se las arregla para no dejarlo emerger a $in de conservar una relación apacible con uno mismo, con -uienes lo rodean " con su cultura. 0abemos, pero, para permanecer en paz, no hacemos nada con ese saber. En el síndrome de [orsaCo$$ los enlaces neurológicos de la memoria est7n -uemados por el alcohol o lacerados por un traumatismo. EI en$ermo, incapaz neurologicamente de buscar recuerdos en su pasado, llena el agujero de sus representaciones inventando historias a veces cómicas. (laparede, un pionero de la investigación relativa a las perturbaciones de la memoria, invento un experimento clínico un poco s7dico/ cada ma'ana, estrechaba la mano de los en$ermos atacados por este mal con una aguja disimulada en la palma de la su"a. )l día siguiente, los en$ermos -ue habían su$rido el pinchazo se negaban a darle la mano e inventaban justi$icaciones aberrantes/ #En mi ambiente no se estila... esto" cansado... no lo conozco a usted lo su$iciente%. Los en$ermos -ue habían eludido el pinchazo no vacilaban. Lo cual demuestra -ue los amn*sicos pueden aprender aun cuando sostengan -ue no han aprendido nada La memoria inducida revela -ue uno puede aprender sin darse cuenta " esto de los juegos deprobablemente palabras. &n expli-ue analizadoel poder cuentaterap*utico -ue, en su sue'o, subía en bicicleta una empinada cuesta mientras su esposa lo acompa'aba cómodamente instalada en un automóvil descapotable. EI psicoanalista podría haber interpretado ese sue'o diciendo -ue el paciente hacia es$uerzos laboriosos mientras su mujer vivía a cuerpo de re". ero pre$irió de construir la palabra #bicicleta% " decir/ #En bicicle3ta Nen $ranc*s, bic"cletteO ha" anteojos Nen $ranc*s, besiclesO, -uien Ie compro a usted su primer par de lentes<%. La idea cuajo o, al menos, desconcertó al sorprendido analizado de sus rutinas de pensamiento. 0u memoria inducida por la palabra bes"cles lo oriento en e$ecto hacia una relación particular -ue su madre establecia con el rostro del ni'o, al cual deseaba dar una apariencia intelectual. o todo el mundo es sensible a este tipo de disparador -ue trae a la conciencia un $ragmento del pasado. El juego de palabras, verdadero mec7nico verbal, trajo al plano consciente de este
paciente una relación particular -ue estaba en su memoria pero de la cual no tenía conciencia. La memoria de los recuerdos de los insectos " de los sabios, la irrupción del inconsciente cognitivo tambi*n podría explicar la comprensión sbita de los matern7ticos " los hombres de ciencia. El estudioso $lota, gira alrededor de un problema del -ue no tiene una representación clara, lo incuba " de pronto un disparador inesperado da $orma a la bruma/ #EureCa, ahora lo entiendo9%. 2atigado despu*s de un largo trabajo ine$icaz, oincare estaba subiendo a un autobs -ue se dirigía a (outances cuando, sbitamente, estableció una relación entre dos problemas separados. [eCule estaba so'ando con una serpiente -ue se mordía la cola cuando se despertó " -ue debía dar $orma cíclica a sus an7lisis -uímicos del benceno. )dormecido, en el cine, 2rancois 1acob pensaba en la batidora de verduras -ue acababa de comprar su mujer cuando, como un rel7mpago, Ie surgió la idea de -ue esa era la manera de separar los miedos pesados del resto de la c*lula. Este inconsciente biológico, trazado en el cerebro por una presión exterior, proporciona al organismo una memoria sin recuerdos. En este sentido, la impronta etológica puede considerarse como un prototipo del inconsciente cognitivo. Las manipulaciones experimentales de impregnación de patitos permitieron describir un $enómeno $7cil de observar/ entre las trece " las diecis*is horas posteriores a la rotura del cascaron, el pe-ue'o a'ade se apega a todo objeto -ue pase en ese momento por su campo visual. En un instante, ad-uiere una percepción privilegiada de su madre o de cual-uier objeto -ue se mueva " desde entonces se orientara pre$eriblemente hacia *l. Ese objeto, percibido mejor -ue cual-uier otro, se trans$orma para el reci*n nacido en una $igura apego cu"a tran-uilizadora Ie permite seguir deadelante con presencia sus desarrollos biológicos " de comportamiento, en tanto -ue su ausencia blo-uea sus ad-uisiciones " provoca trastornos biológicos. El organismo ad-uiere una propensión hacia la seguridad " la expansión de manera $ulgurante " duradera, en un periodo preciso durante el cual el cuerpo segrega un pico de acetilcolina, un neuromediador de la memoria. Este $enómeno de impronta es universal en el mundo animal. Entre los insectos, los peces " las aves, el organismo ad-uiere una atracción pre$erente por una in$ormación simple, un olor, un color o una $orma geom*trica. Entre los mamí$eros " los primates no humanos " humanos!, el objeto exterior -ue se impregna en la memoria intima es poli sensorial. Desde -ue esa huella se marca en el cerebro, el reci*n nacido percibe ese objeto de impronta mejor -ue cual-uier otro " eso Ie da una re$erencia. En su presencia tran-uilizadora, el
mundo se vuelve excitante, es una $uente de exploraciones " de aprendizajes. En su ausencia, el mismo mundo, las mismas in$ormaciones sensoriales exteriores, ad-uieren un valor de alerta puesto -ue la re$erencia -ue da seguridad "a no est7 allí. 6 el pe-ue'o, desesperado, "a no puede aprender nada. 4a" -ue destacar -ue el mero hecho de depender de un objeto de re$erencia, de un signi$icante biológico, permite -ue el pe-ue'o sobreviva. (uando la madre se ha impregnado en la memoria del hijo, su visión, su olor, sus gritos " las maneras de tocarlo tienen la $unción de reducir la distancia " de o$recer una base de seguridad partiendo de la cual se hace divertido explorar el mundo. &na macaca beb*, durante los dos primeros meses de vida, observa intensamente a su madre, responde instant7neamente a sus gritos ", ante el menor estr*s, se acerca para -ue ella lo acicale. Los puentes sensoriales -ue tienden el vínculo de un pe-ue'o mono capuchino con su madre son di$erentes. o mira a la madre por-ue va colgado en su lomo " solo se desliza contra el vientre para mamar. El vínculo sensorial de un gatito es sobre todo sonoro/ en cuanto se aleja de su base de seguridad, la madre emite una especie de dulce arrullo -ue el pe-ue'o responde de inmediato acerc7ndose a la gata " jugando a atraparle la cola o las orejas. (on el desarrollo, la dependencia madre3hijo se di$umina/ el pe-ue'o capuchino abandona el lomo de la madre alrededor del cuarto mes ", en caso de alerta, se lanza a los brazos de un compa'ero para encontrar allí la seguridad -ue busca. Los macacos tienen una estrategia de independencia levemente di$erente/ durante cuatro meses solo se sienten seguros en brazos de la madre " se acurrucan contra ella tres veces m7s -ue los capuchinos. Los compa'eros para ellos un e$ecto lo tran-uilizador hasta el momentono entienen -ue alcanzan autonomía nico -ue les" brinda seguridad es la dependencia de la madre. Entre los gatos, se observa otra estrategia de distanciamiento. )lrededor del tercer mes, la dependencia establecida por el arrullo " los jugueteos se trans$orma en con$licto/ la madre amenaza a los pe-ue'os " estos, rechazados, se ven obligados a hacerse independientes. Estas observaciones entre las distintas especies plantean varios problemas, 1ohn BoTlb" pudo concebir su teoria del apego partiendo de la observación de macacas, de gatitos " de ratoncillos. ero si >obert 4inde Ie hubiese expuesto la etología del capuchino o de otras especies -ue no tienen necesidad del apego para desarrollarse, la re$lexión del psicoanalista se habría encontrado con algunos escollos. El envoltorio sensorial biológico
El m*todo etológico prohíbe hacer una extrapolación entre un capuchino, un macaco, un gatito o cual-uier otra especie. Aor-ue se supone -ue es posible extrapolar un comportamiento al hombre< o obstante, este m*todo comparativo plantea la cuestión $undamental/ Apodría un ser humano vivir sin apego< El m*todo experimental permite analizar cómo se teje, se trastorna o se desgarra un vínculo " como, a veces, puede ser reparado. 5e servir* de los ratoncillos " los seres humanos para desarrollar esta idea. El envoltorio sensorial de un ratoncillo est7 compuesto por estimulaciones biológicas -ue el animal no percibe al azar. Desde su nacimiento, capta pre$erentemente el olor " las presiones mec7nicas sobre el lomo " el abdomen. Estos determinantes biológicos no Ie impiden agudizar sus percepciones sensoriales. Durante los primeros nueve días, el ratoncillo, -ue vive en un mundo de e$luvios, aprende a distinguir el olor preciso de su madre como un $irma ol$ativa -ue la caracteriza. Ese canal sensorial se impregna en su memoria " constitu"e asi un elemento $uerte de la base de seguridad -ue, exterior a *l, modi$icar7 sus comportamientos " lo har7 audaz, explorador. 0i, experimentalmente, aislamos a ese ratoncillo, la ausencia del envoltorio sensorial detendr7 todos los aspectos de su desarrollo biológico. El ratoncillo sano en$ermara por-ue su medio ha -uedado desestructurado. i si-uiera podr7 digerir la leche de su propia madre -ue Ie ha sido extraída " se Ie o$rece en una pipeta. La #psicoterapia% consiste pues en darle unos golpecitos en el lomo " unos leves pellizcos en la cola. 5u" pronto, el pe-ue'o retoma sus exploraciones " digiere la leche9 Las estimulaciones provocadas por las palmadas en el lomo " los pellizcos son para el signi$icantes biológicos -ue habría recibido el medioo natural si sumordis-ueado madre, al regresar al nido, hubiese en pisoteado Ie hubiese la cola para lo apartarlo. Lami*ndole vigorosamente el vientre, la madre Ie habría provocado una activación el*ctrica del cerebro -ue, comunicada al hipot7lamo, habría aumentado la secreción de norepire$rina de la cría, exactamente como lo hicieron los experimentadores #psicoterapeutas%. Dado -ue retoma al nido veinte veces por día " cada vez pisotea, mordis-uea " amamanta a sus hijos, la madre estimula regularmente el cerebro de sus m7s " lo hace sensible a ese tipo de in$ormación -ue constitu"e asi un #e-uivalente $uncional de impronta?. Las madres humanas no pisotean a su beb*, sino -ue lo rodean de un envoltorio sensorial compuesto por el brillo de los ojos, su olor, su voz " sus maneras de manipularlo -ue constitu"e un an7logo de impronta. l beb*, asi envuelto en un ambiente sensorial estable, impregna su memoria de todos esos datos, lo cual $ran-uea en su cerebro las sinapsis -ue desde entonces Ie permitir7n percibir pre$erentemente
ese tipo de in$ormación. (uando se coloca a un reci*n nacido entre dos bolas de algodón, una de las cuales ha sido impregnada con el olor de una persona desconocida, *l beb* no reacciona. ero si, en ese momento, se Ie $rota vigorosamente la espalda como lo haría al arroparlo una madre, su cerebro estimulado se impregna r7pidamente del nuevo olor -ue, de ese modo, se vuelve $amiliar. 6, a la ma'ana siguiente, cuando se coloca nuevamente al beb* entre los dos algodones, el volver7 la cabeza hacia el nuevo olor " se pondr7 a mamar. El envoltorio sensorial histórico El problema en el caso de los seres humanos consiste en -ue este envoltorio sensorial esta intensamente cargado de historia. 0emejante razonamiento, -ue integra la historia de las representaciones mentales abstractas en un envoltorio sensorial concreto, es un argumento contra intuitivo. uestra cultura de un dualismo preponderante nos ha ense'ado a razonar separando las categorías, partiendo de la idea de -ue el caballo del cuerpo " el caballo del alma galopan en mundos di$erentes. 6 sin embargo... (uando la se'ora 4. recibió por primera vez en sus brazos al beb* -ue acababa de traer al mundo, su primer sentimiento $ue de cólera/ la ni'a era preciosa " para ella era insoportable9 La se'ora 4. rompió a llorar ante la mirada estupe$acta de las parteras. De entrada, rechazó a la ni'a. +uvo -ue hacer un es$uerzo para alimentarla " la aseaba bruscamenteM nunca sentía el placer de jugar con su beb*. :ue una madre se sienta desesperada por-ue su beb* es preciosa no parece lógico. situacióndesolo conoceLa la historia estapuede madrecomprenderse " sabe -ue sucuando primer uno hijo nació con una mal$ormación, sin el brazo derecho " con el iz-uierdo atro$iado. La madre se apegó a ese beb* maltrecho como uno se apega a un ser pe-ue'o " vulnerable. 6, cuando dos a'os despu*s, tuvo ante sí a un segundo beb* con los dos brazos, se vía inundada por un sentimiento de injusticia. 0u historia, dolorosa " tierna con el primer hijo, la volvió hostil con la segunda por-ue la ni'a era preciosa, por-ue tenía los dos brazos, -ue injusticia. (ada pe-ue'a lamentación de la ni'a provocaba reacciones agresivas/ #ADe -u* te -uejas< + no puedes -uejarte, tienes los dos brazos%. (uando los ni'os llegaron a la adolescencia, el varón había ad-uirido un apego seguro, era buen alumno " estaba rodeado de un grupo de amigos amables -ue lo a"udaron a socializarse a pesar de su desventaja. La ni'a, rechazada a causa de su belleza, se impregnaba de un apego inseguro de hijo mal -uerido, se
$ugaba con $recuencia " $racasaba en la escuela " socialmente. En el ser humano la impronta no es un determinante absoluto, como creía Lorenz, pues cada estado de su desarrollo est7 gobernado por determinantes de di$erente naturaleza. 4ace $alta -ue en cada nivel del crecimiento el cerebro establezca transacciones con los envoltorios sensoriales, verbales " culturales. La construcción del g*nero sexual puede ilustrar este razonamiento integrador. )l comienzo, todos los embriones son $emeninos pero, desde las primeras semanas, la secreción de hormonas sexuales comienza a di$erenciar los cuerpos " los cerebros. Los $uturos órganos genitales ad-uieren $ormas especí$icas " el cerebro se hace sensible a in$ormaciones -ue percibe mejor un sexo -ue otro. Esta preparación biológica sexualizada se encuentra con una situación exterior -ue tambi*n est7 sexualizada por las representaciones parentales " los mitos culturales. o tratamos a un beb* hembra del mismo modo -ue a un beb* varón, con lo cual "a componemos envoltorios sensoriales di$erentes -ue marcan ambos beb*s improntas disirniles. )lgunos a'os m7s tarde, el desarrollo corporal " el modelado cerebral tendr7n -ue armonizar con los relatos culturales -ue dicen cómo debe comportarse una ni'a " como un varón para adecuarse a la condición social de su sexo. Desde entonces, el mito organiza los circuitos -ue orientan la bs-ueda de las ad-uisiciones de comportamiento sexuado/ #&n ni'o no debe jugar a las mu'ecas... o es $emenino trepar a los arboles... &n hombre debería avergonzarse de hacer tareas $emeninas... %. En este razonamiento, la construcción del g*nero, primero biológico por e$ecto de determinantes gen*ticos " hormonales, transmite gradualmente con el ambiente sensorial. )I principio, las representaciones parentales organizan el envoltorio de signi$ic antes en -ue est7 inmerso el ni'o " este recibe la impronta de ellos. La mímica, los gestos de los padres, sus prohibiciones pre verbales, sus exhortaciones, proceden de sus propias historias " de la idea -ue tienen de la condición sexual de su hijo. Desde los primeros a'os, la historia de las costumbres dispone alrededor de los beb*s los modelos de ser completamente aceptados. ) comienzos del siglo xx, un varón de buena $amilia debía llevar trajes con puntillas " peinarse con bucles a la inglesa hasta los siete a'os. Luego, de un plumazo, se Ie rasuraba la cabeza, se Ie vestía de hombre " se Ie ense'aba a luchar a $in de prepararlo para las guerras inevitables -ue habría de soportar. En estos
comienzos del siglo ==I, nuestros relatos moralizadores valorizan en cambio la paridad. ) las ni'as reci*n nacidas se les atan sus tres pelos con grandes cintas de color " a los varones se les vis te con ropa de $ajina " lueg o, de pron to, cuando llegan a la adolescencia, se les dice a todos -ue no ha" di$erencias entre los sexos " -ue es inmoral creer en la disparidad. 0i a uno Ie preguntan #Acuantos sexos ha"<%, "a no puede responder #dos%. 0i mi razonamiento es su$icientemente convincente, tendremos -ue decir -ue ha" gradientes sexuales -ue se han construido sobre $undamentos biológicos, pero -ue $ueron orientados hacia $ormas di$erentes, imaginarias " culturales. odemos citar el ejemplo de Louisette, -uien, a los tres a'os, dijo/ #(uando sea grande, ser* un papa%. La carcajada de los adultos hizo penetr ar la in$elicidad en su vida. 0u sexo anatómico "a estaba disociado de su sexo imaginario ", cuando Louisette se llenaba las bragas de papel para convencerse de -ue podía llegar a ser un papa, preparaba la pena inmensa -ue sentía luego por la noche cuando, al desvestirse, volvía a encontrarse con su anatomía real. 0eguramente Louisette se hubiera sentido menos desdichada entre los inuits del extremo norte de )m*rica, -uienes piensan -ue el sexo imaginario es m7s importante -ue el sexo anatómico. Basta -ue una dama sue'e -ue durante la noche Ie creció un pene para -ue todo el mundo considere completamente normal -ue a la ma'ana siguiente se vista de hombre " parta de cacería. La enorme cantidad de culturas -ue podemos inventar con nuestros relatos se conjuga con la cantidad inimaginable de mundos mentales -ue podemos descubrir en cada persona. 4asta biologicamente, la vida ha ad-uirido una cantidad $ant7stica de genoma. $ormas o di$erentes a todo la parte no codi$icable del podemosgracias abordarlo sin caer en la con$usión. 6 adem7s, la vida es tan breve... Entonces, para dar $orma al mundo " para sentimos seguros, descubrimos rel7mpagos de verdad de los cuales hacemos generalizaciones absurdas. 8racias a las t*cnicas de captación, la neurobiología suministra un nmero elevado de im7genes -ue, al destacar la plasticidad del cerebro, cambian nuestra mirada sobre los determinismos -ue, casi en su totalidad, son de corto plazo. #5il billones de conexiones neuronales nos permiten percibir, construir nuestros recuerdos, pero tambi*n saber, decidir " actuar. Juestros pensamientos perezosos nos invitaban a creer -ue el cerebro, constituido de una vez " para siempre, se desgastaba a trav*s de los a'os con los accidentes de la vida. Los neurólogos tuvieron -ue trabajar arduamente para -ue se aceptara la idea de -ue un aprendizaje espontaneo o intencional podía nutrir " desarrollar las neuronas. 4o", los
cientí$icos aceptan naturalmente la idea de -ue las c*lulas del hipocampo, las m7s sensibles a las experiencias emocionales, modi$ican la e$icacia de las sinapsis, las mejoran o las alteran, segn la manera en -ue las entrene el medio. Los monos titíes criados en medios enri-uecidos por ramas, cavidades " cascadas -ue pueden explorar " con comportamiento a los -ue deber7n someterse a riesgo de no estar en el punto correcto El sue'o de los ciegos ara explicar cómo $unciona el inconsciente cognitivo, uno puede preguntarse como sue'an los ciegos. uesto -ue la ma"or parte de nuestros sue'os est7n con$ormados por im7genes " $uertes emociones, Acómo hacen los ciegos de nacimiento para producir las im7genes de sus sue'os< Este problema es importante "a -ue todos, hasta los hombres de acción, pasamos un tercio de nuestra vida en una cama, so'ando. or otra parte, el sue'o es un acto inmóvil -ue corresponde a un momento en el -ue nuestro cerebro consume una enorme cantidad de energía, poniendo en cortocircuito los msculos del cuerpo -ue, en el momento en -ue so'amos, est7n completamente $l7cidos. Es $7cil hacerle un I>5 imagen de resonancia magn*tica! o un EE8GQa una persona -ue duerme. En el I>5 de una persona -ue sue'a, se ve sin di$icultad -ue las zonas occipitales -ue tratan las in$ormaciones con las cuales hacemos las im7genes se ti'en de rojo. En el EE8, despu*s de un breve estado crepuscular de adormecimiento, se ven aparecer claramente amplias ondas el*ctricas lentas -ue preceden la alerta cerebral en el momento en -ue el cuerpo esta $l7cido " pro$undamente dormido. Las $iguras visuales surgen en este momento dibujan nuestras emociones no-ue del todo conscientes, " revelan asi, mediante im7genes simbólicas, los problemas de los -ue hemos huido en estado de vigilia. &n acontecimiento real ha abierto un circuito cerebral no consciente -ue, por e$ecto de la alerta el*ctrica desencadenada mientras la persona dormía, por la estimulación de un ncleo del tronco cerebral, despierta esos surcos cognitivos " provoca una imagen. Los ciegos de nacimiento con$irman esta hipótesis cuando explican -ue sue'an sin im7genes. 0olo ven colores, arcos el*ctricos " bordados luminosos, lo -ue nos ocurre cuando hacemos presión sobre el globo ocular. uesto -ue la corteza cerebral del ciego no $ue surcada por las in$ormaciones visuales del día anterior, los sue'os no pueden despertar ninguna imagen. Las personas -ue perdieron la vista antes de los cinco a'os " ven al so'ar cuadros abstractos un poco m7s elaborados -ue los arcos " las puntillas luminosas de los ciegos de
nacimiento. 0olo cuando perdieron la vista despu*s de los siete a'os, los ciegos pueden so'ar con las im7genes impregnadas en su corteza occipital. :uienes -uedan ciegos a la edad adulta o en la Yvejez no solo tienen sue'os colmados de im7genes, sino -ue con $recuencia tienen alucinaciones visuales El I>5 plantea otra cuestión/ cuantas menos im7genes crea el lóbulo occipital, como sucede en las personas -ue ven mal, m7s energía consume, energía -ue enciende la parte posterior del cerebro. &na persona sana -ue percibe con precisión las longitudes de las ondas visuales -ue su cerebro reorganiza en im7genes consume exactamente la energía -ue necesita para poner en $uncionamiento la punta extrema del lóbulo occipital, -ue se observa como una pe-ue'a mancha roja.V Entre los ciegos, la imprecisión del tratamiento de la in$ormación " el gran consumo de energía les permiten ir a buscar algunas in$ormaciones compensatorias en otras zonas cerebrales. )si es como una imagen mal procesada, di$undi*ndose hasta la parte anterior del lóbulo occipital, alcanza las zonas del lóbulo parietal -ue habitualmente tratan las in$ormaciones del tacto. Estos circuitos compensatorios se establecen " explican por-u*, cuando un ciego lee en Braille, palpando un libro, lo -ue se ilumina es su zona occipital, como si la persona estuviera viendo im7genes/ el tacto hipertro$iado ha ocupado el lugar de la visión $altante. La resiliencia es, antes -ue nada, neuronal. +uve ocasión de hacer un experimento en la m7s completa oscuridad " -ued* sorprendido por la nueva manera de percibir lo -ue me rodeaba " por-ue descubrí en mi un mundo sensorial instant7neamente di$erente. or supuesto, no me anime a andar " tuve -ue ser a"udado. Desde el primer momento en -ue alguien me" dirigió la palabra, no pude m7s -ue escuchar atentamente esta postura de inmovilización suprimió todas las sincronías mímicas " gestuales de mis conversaciones. 5e había convertido en una oreja. +ambi*n me trans$orm* en una nariz, pues bastó -ue un colega descorchara una botella para -ue "o sintiera de inmediato, con gran intensidad, un olor a 7cido ac*tico9 &n vino bueno, en la oscuridad absoluta, olía a vinagre, lo cual me hizo comprender -ue bebemos en parte con los ojos. 6 tambi*n me había convertido en un captador de calor pues, cuando el -ue había destapado la botella pasó detr7s de mí, sentí como una identidad palpable, el calor de su cuerpo, su volumen " la distancia a -ue se hallaba de mí. En la oscuridad tambi*n el gusto de los alimentos había cambiado/ "o palpaba con la nariz, olis-ueaba la $iebre de los dem7s " percibía con agudeza la mínima vacilación de sus voces. Basto -ue encendi*ramos la luz para -ue mi envoltorio sensorial, mu" lentamente perdiera, ese poder de compensación. ens* en
los autistas " en los superdotados -ue asocian $7cilmente los colores " los sonidos, la msica " los olores " creen -ue la palabra es un objeto sensorial. uede existir acaso un modo de reprogramar, de abrir de maneras di$erentes, de trazar, otros circuitos cerebrales< La plasticidad cerebral es mucho ma"or de lo -ue se creía, pero no es in$inita. 4a" podemos proponer razonamientos -ue integren los datos cientí$icos en lugar de oponerlos/ Lo -ue desencadena el sue'o paradójico sue'o de alerta, mientras el cuerpo se desconecta del mundo exterior! es un ncleo del tronco cerebral. El determinante es claramente gen*tico puesto -ue cada especie duerme a su manera, segn su código. (iertas en$ermedades del sue'o, comunes a los perros " a los seres humanos, -ue al dormirse experimentan sobresaltos a cada emoción $uerte, se transmiten geneticamente. )dem7s, la impronta cerebral venida del mundo exterior ha abierto en el cerebro circuitos neuronales -ue explican los rastros de memoria sin recuerdos. En el momento de las alertas cerebrales del sue'o, las ondas diel*ctricas pasan m7s $7cilmente por esos circuitos -ue "a trazó la impronta de los acontecimientos de los días precedentes. Esta estimulación electro-uímica produce pues las im7genes, los calores, los sonidos " las emociones $uertes del sue'o. (uando despertamos, podemos tratar de recordar esas extra'as tramas nocturnas, testigos de -ue algunas huellas $ueron despertadas " revelaron lo -ue no estaba en el plano de la conciencia. ara poder integrar esos argumentos a nuestra vida cotidiana " descubrir una parte del inconsciente, bastara con elaborar las tramas, hacer con ellas un trabajo verbal, como nos ense'ó 2reud si suprimimos un solo punto de ese sistema, el conjunto se derrumba/ sin tronco cerebral " sin neuromediadores, con -ue podríamos so'ar< 0in la apertura improntasue'os< del mundo exterior, de mil circuitos seria elsimipticos contenido" sin de lanuestros 0in imagen " sin emoción por -u* so'aríamos< 6 sin -ue otro preste atención a nuestro relato, A-u* haríamos con nuestros sue'os< La oxitocina, la vasopresina " los opioides cumplen una $unción esencial en la impronta " el estilo de socialización. En un polluelo, la separación de la madre provoca un trastorno de la conducta, un enlo-uecimiento tal -ue el pe-ue'o no puede socializarse en el sentido gallin7ceo del t*rmino, -ue consiste en aprender los ritos de interacción de su especie!. ero in"ect7ndole un poco de esas sustancias es posible trans$ormarlo en un pollito -ue no su$ra la perdida, -ue no tenga necesidad de una $igura de apego " se socialice mal, de la manera m7s eu$órica -ue pueda imaginarse. La asociación de la angustia " del alivio -ue provocan los reencuentros Ie dan a la gallina madre una jerar-uía sensorial, la destacan como $igura de apego " el polluelo la adopta como base de
seguridad a partir de la cual ad-uiere el placer de socializarse/ lo -ue Ie ense'a esta agradable habilidad es un par de opuestos. Los caballos alados, otra vez, ahora entre los pollitos9 8racias a las neuroimagenes podemos ver como la oxitocina se extiende en las #zonas de la $elicidad%/ el 7rea cingular anterior de la cara interna de la corteza, el 7rea pre óptica de la cpula dience$alica, el ncleo dorso medio del t7lamo " el 7rea gris periacueductales -ue conduce al tronco cerebral. En el hombre, tanto como en la mujer, la oxitocina se srcina como una secreción de los ncleos del hipot7lamo posterior " de alIí se disemina en la sangre a trav*s de la hipó$isis. Lo -ue estimula la emisión de esta hormona cu"os receptores son di$erentes en el hombre " en la mujer es una relación humana. En el momento de la relación sexual, los dos segregan mucha oxitocina -ue los pone eu$óricos " sensibles al compa'ero, con lo cual crean un periodo propicio para la impronta mutua/ cada uno aprende de memoria -ue -uiere al otro. En las mujeres, el parto, -ue no es $orzosamente una excusión de placer, provoca al mismo tiempo un intenso aumento de oxitocina eu$orizante. 0era por eso -ue tantas mujeres dicen -ue ese momento de dolor $ue uno de los m7s $elices de sus vidas< >ecuerdo a una mujer -ue aulló durante todo el parto suplicando -ue alguien detuviera a-uella tortura " -ue, una hora despu*s, calmada " "a acicalada, les contara a sus padres -ue todo había sido per$ecto. El sentido -ue atribuía, retrospectivamente, al hecho de haber traído un beb* al mundo se agregaba a los opioides para modi$icar casi de inmediato la representación del dolor pasado " trans$ormarlo en un relato de $elicidad. (uando la madre amamanta, la succión del beb* provoca a su vez un aumento oxitocina " contracciones en todo acto de de amor. +ampoco la historia dedel la utero, dama como es ajena a la secreción de esta neurohormona/ mientras ella comparte un placer con el hombre -ue ama, segrega colecisto-uinina, una sustancia -ue aumenta su bienestar. La mera percepción de a-uel con -uien conjuga su goce aumenta el placer de las estimulaciones -ue elle prodigue. Esto probablemente expli-ue por -u* la masturbación provoca una secreción menor de oxitocina -ue un verdadero encuentro sexual. ara coronar el conjunto est7 el e$ecto a$ectivo de la palabra -ue libera emociones de pesar, de alegría, de sorpresa o de tran-uilidad inducidas a su vez por modi$icaciones biológicas. +reinta pacientes $ueron sometidos durante su depresión a un estudio de resonancia magn*tica " a un control posterior a un a'o de evolución. En el momento de la depresión, no ha" di$erencias entre los hipocampos de las personas -ue su$ren " los de los miembros de un grupo testigo de treinta personas
$elices. 0in embargo, #pasado un a'o, los -ue todavía su$rían mani$estaban una reducción signi$icativa de las c*lulas del hipocampo%, mientras -ue los -ue habían hablado " a veces tomado medicamentos, "a no revelaban ninguna atro$ia. 4o" es posible interpretar estas im7genes desde los puntos de vista biológico " psicológico/ -uienes su$rieron sin poder dominar sus emociones segregaron demasiado cortisol de manera crónica. Las paredes de las c*lulas del hipocampo, mu" sensibles a esta sustancia, se han edematizado. Los canales dilatados de la pared dejaron entrar demasiado calcio -ue, al invertir el gradiente iónico, in$lamaron las c*lulas hasta la explosión. En el otro extremo, los -ue lograron dominar la emoción con a"uda de un psicoterapeuta o de un medicamento, elaborando relatos " teorías para tratar de analizar las razones de su su$rimiento, sin -uedarse rumiando, es decir, tomando cierta distancia " estableciendo una relación a$ectiva con otro, aprendieron a controlar su desazón, poco a poco, palabra por palabra, a$ecto tras a$ecto, mol*cula por mol*cula, lo cual no solo disminu"o sus niveles de cortisol, sino -ue adem7s evito la explosión de las c*lulas del hipocampo. +odo lo -ue pueda vencer la biología del su$rimiento provocado por una percepción o una representación calma al paciente " arma sobre su d*$icit de BD2. La atro$ia es por lo tanto reversible pues, actuando en cual-uier punto del sistema de relaciones sobre la c*lula nerviosa, sobre la manera de #ver las cos as% sobre el medio -u e rodea al paciente, se reanuda la secreción de ese $actor nutriente del cerebro. (uando la narración vuelve a dar coherencia al mundo alterado, cuando la relación instaura un vínculo -ue inspira seguridad, se restablece el buen $uncionamiento de las sinapsis. La biología encuentra una explicación del e$ecto m7gico de las palabras9 5emoria prehistórica " recursos prohibidos El gran problema -ue -ueda por resolver es el de la di$erencia entre el inconsciente de los psicoanalistas " lo no consciente de los cognitivistas. En el modelo hidr7ulico $reudiano, para el sujeto las $uerzas en ebullición procedentes de las pulsiones del Ello son insoportables, pues, para el medio, son inaceptables. )hora bien, el sujeto las blo-uea gracias al 0per "o " de esta represión nacen los síntomas -ue deja salir la v7lvula del 6; lo no consciente del apego no obedece a un con$licto intrapsí-uico. +iene sus raíces en un par de opuestos/ el temor del mundo exterior desconocido subra"a el e$ecto tran-uilizador -ue produce una $igura conocida " provoca el apego. 0in el pavor de lo desconocido, asociado a la $amiliaridad consoladora, no se entreteje el apego. &n ni'o privado de una
base de seguridad no tiene a -uien apegarse. Igualmente, -uien esta privado de pavor no tiene razón para apegarse. EI con$licto no es intrapsí-uicoM la batalla se libra entre un mundo exterior -ue se impregna en el mundo íntimo del sujeto dejando surcos cerebrales. Esta memoria sin recuerdos crea en la persona sensibilidades pre$eridas " habilidades para relacionarse no conscientes, una especie de memoria del cuerpo. odemos considerar -ue esas huellas, la primera apertura de sendas de -ue hablaba 2reud, son #de tipo traum7tico, del tipo -ue irrumpe con violencia. 0e producen por la acción de excitaciones intensas procedentes del exterior%. Esta memoria prehistórica no necesita recurrir a la represión para $renar los recuerdos. La prohibición de llegar a la conciencia no pesa sobre las evocadores por-ue, en ese estado de desarrollo, la impronta es sin7ptica, se produce en plena materia cerebral. 0emejante a lo -ue ho" los neurólogos llaman #memoria implícita% o preconsciente, esta es una memoria biológica a la -ue no sería hostil 2reud, -uien hablo claramente del #entierro de las percepciones N... O En el -ue la primera super$icie de inscripción se convierte en el ncleo de la psi-ue%. EI contexto cientí$ico de comienzos del siglo xx no Ie o$rece el concepto de sinapsis -ue seguramente. 2reud, 0. QR!, #Es-uisse dYune ps"chologie scienti$i-ue%, en La naissance de la ps"chanal"se, op. cit., pags. KFP3KRHM " 2reud, 0. RGF!, #)u3dela du principe de plaisir% ero sus conocimientos de neurología " sus lecturas de DarTin Ie permitían pulsar la noción de impronta " a$irmar -ue #para la psi-ue, la biología hace las veces de piedra de sustentación%. De modo -ue ha" dos tipos de memorias inconscientes/ una sin recuerdos posibles " la otra sin recuerdos evocados. La memoria -ue caracteriza el inconsciente cognitivo es una memoria en laprocedentes #roca de lodebiológico% Est7 constituidaimpregnada por huellas in$ormaciones exteriores, da una connotación a$ectiva al mundo percibido, es pre psicoanalítica. La otra memoria inconsciente est7 constituida por recuerdos -ue la persona no utiliza para no alterar la imagen -ue tiene de sí misma " no correr el riesgo de su$rir un rechazo en sus relaciones interpersonales. Es una memoria psicoanalítica " podría de$inir la represión. El inconsciente cognitivo Ie da un sabor al mundo " el inconsciente $reudiano, al impedir -ue ciertos recuerdos se eleven al plano de la conciencia, explica por -u* tantas personas est7n sujetas a la repetición. 0e trata de #dos lógicas de inscripción di$erentes% -ue, sin embargo, participan en la construcción del mundo psí-uico de una misma persona. Los caballos -ue tiran en direcciones opuestas
EI problema -ue se nos presenta ahora es averiguar como esos dos inconscientes consiguen coordinarse para tirar de un mismo carro. El simple acto de la madre de lamer el vientre de su cachorro reci*n nacido desencadena la expulsión de una gelatina azulada -ue libera el intestino " pone en movimiento las contracciones digestivas del pe-ue'o. (uando una perra -ue acaba de parir no lame el abdomen de uno de sus cachorros, este muere por colusión intestinal. &na hembra puede no lamer a su hijo por estar agotada, por-ue su propio desarrollo se ha alterado o por-ue el cachorro reci*n nacido no estimula sus comportamientos materiales. En todos estos casos, -ue responden a causas di$erentes, la madre tiene miedo del hijo, siente -ue es un agresor. Esta sensación de alerta aumenta la secreción de las hormonas del estr*s " esto trastorna el encadenamiento de los comportamientos. uede ocurrir entonces -ue mordis-uee con $uria el cordón umbilical " contine comi*ndose el vientre del pe-ue'o. En la especie humana, evidentemente la dimensión biológica existe, si no la madre no habría -uedado encinta, pero lo -ue gobierna las actitudes de respuesta de la mujer es la signi$icación -ue ad-uiere el ni'o para ella. Las m7s de las veces, su historia Ie permite atribuirle un sentido al beb* -ue acaba de dar a luz/ #or el vo" a interrumpir mi carrera de cantante... %, #(uando veo la cara de este beb*, pienso en el hombre -ue me violó%. Estas representaciones conscientes e inconscientes organizan el estilo del comportamiento con -ue esa madre rodea al ni'o. Los separadores entre madre e hijo son necesarios a lo largo de toda educación, pero la manera en -ue se separen " el estilo de los reencuentros depender7n de la historia de cada uno. Durante las dos primeras semanas de existencia, toda separación eleva la secreción de cortico esteroides " eleste menor reencuentro calma alerta, siemprea -ue la madre su$icientemente serena.esta Lo cual e-uivale decir -ue, si las separaciones duran demasiado, hasta el punto de llegar a ser abandonos o de provocar aislamientos sensoriales, la alerta biológica, nunca calmada, termina por hacer estallar las c*lulas, lo cual explica la atro$ia del hipocampo " la inestabilidad emocional -ue se registra en los ni'os aislados. +ambi*n puede decirse -ue, cuando nunca ha" separación, la rutina -ue rodea al beb* suprime toda sensación de acontecimiento. La ausencia de apertura de circuitos sin7pticos de un cerebro no estimulado hace a esos ni'os pasivos, incapaces de decidir. 0olo el acople de la tristeza de la separación " la $elicidad de los reencuentros Ie ense'a al ni'o como superar sus pe-ue'os pesares " Ie permite ad-uirir un sentimiento de con$ianza. (uando una madre demasiado devota entumece la constelación a$ectiva -ue rodea al hijo, con $recuencia el ni'o
consigue tender un lazo -ue Ie aporte dinamismo con el padre, con una tía, una hermano ma"or o un amigo del barrio. &n ni'o maltratado puede establecer un vínculo ambivalente con el padre o la madre -ue lo maltrata, pero al mismo tiempo puede trazar en su memoria la posibilidad de un lazo c7lido ad-uirido con algn otro pariente. Esta es la razón por la cual es conveniente -ue los ni'os en riesgo est*n protegidos por constelaciones $amiliares ampliadas en las cuales puedan entretejer a la vez un vínculo di$ícil con un pariente " otro vinculo tran-uilizador con un $amiliar -ue Ie brinde seguridad. )mbivalente con un adulto, se vuelve seguro con otro. Los beb*s de pecho desorganizados han desarrollado un apego imprevisible por-ue la transacción entre su malestar íntimo " el envoltorio a$ectivo de los adultos no permitió la impregnación de un apego estable. (uando son observados a partir de los dieciocho meses " se les compara con una población de beb*s seguros, uno advierte muchos comportamientos agresivos en la cuna. +res o cuatro a'os despu*s, el P por ciento de esos ni'os desorganizados son agresivos en la escuela, cuando en el grupo de beb*s seguros ese índice es de solo el por ciento. La impronta de un ambiente en guerra o de una $amilia dis$un cional le ense'o a ese beb* un apego desorganizado -ue preanuncia hostilidad. 0i detenemos nuestras re$lexiones en este trabajo, corremos el riesgo de adoptar un determinismo inexorable. ero si agregamos otras observaciones, por el contrario, deduciremos -ue la plasticidad de las improntas es tan grande -ue con solo cambiar el ambiente de crianza del pe-ue'o basta para orientarlo a un desarrollo m7s agradable. En caso de desgracia, un apego seguro o$rece grandes probabilidades de resiliencia puesto -ue, antes de la herida, el pe-ue'o "a ad-uirió la capacidad de trans$ormar a todo adulto en una buena madre. Despu*s del desastre, su$rir7 menos ser7 menos hostil pues sabr7 buscar el sustituto -ueangustia Ie hace " $alta para regular sus a$ectos. )dem7s es necesario -ue del medio surja alguien -ue -uiera servir de base de seguridad. Lo -ue verdaderamente $acilita la recuperación evolutiva recipiente es un encuentro, una transacción a$ectiva entre lo -ue el ni'o es despu*s de la herida " lo -ue su $amilia " su cultura disponen a su alrededor. Los ni'os -ue $orjan apegos inseguros, con m7s di$icultades para amar " dejarse amar, tienen una $uerte probabilidad de su$rir depresión en la edad adulta. 0us angustias, su agresividad inducida por el temor " sus di$icultades psicosom7ticas son m7s $recuentes -ue en la población general. ero cuando un acontecimiento a$ectivo los conmueve pro$undamente, "a sea el primer amor, son un encuentro con un sacerdote, un artista, un psicoterapeuta o cual-uier otra $igura signi$icativa, esa persona crea una nueva relación, un
nuevo periodo sensible/ m7s tarde podr7 impregnar en su interior un estilo de apego di$erente. Es posible de$ender la idea de -ue todos estos apegos son improntas cognitivas, aprendizajes ignorados. El sujeto aprendió a amar sin darse cuenta " hasta diciendo -ue nunca aprendió. Lo -ue vemos del mundo es minsculo en comparación con la inmensidad de lo real -ue somos incapaces de percibir. 6 sin embargo, ese pe-ue'ísimo rincón del mundo debe ser coherente para -ue podamos responder al de manera igualmente coherente. 4asta la reducción de las in$ormaciones, la amputación del mundo, nos permite dada una $orma clara " menos angustiosa. En QRR, )nton, un neurólogo, in$ormaba una observación de un ciego -ue no era de ningn modo consciente de su condición de tal. En la autopsia, los m*dicos descubrieron dos pe-ue'as lesiones occipitales -ue explicaban por -u* el en$ermo "a no podía ver. Los ojos estaban intactos, pero el cerebro "a no era capaz de dar $orma de imagen a las percepciones visuales. El ciego decía/ #o so" ciego, "o podría ver si -uisiera%. En RU, BabinsCi describe el mismo $enómeno pero relacionado con una hemiplejia iz-uierda debida a una lesión temporoparietal derecha en una persona diestra. El en$ermo sostenía -ue no estaba paralizado " exigía -ue -uitaran esa mano extra'a -ue alguien había apo"ado en su cama. En RGK, Barre describe una hemiplejia iz-uierda de la -ue el en$ermo no $ue consciente durante el tiempo -ue estuvo paralizado. ero cuando se curó, su cerebro reparado Ie permitió cobrar conciencia de la en$ermedad pasada " decir/ #Es espantoso, ahora me do" cuenta de -ue estaba paralizado%. 4asta la memoria autobiogr7$ica puede hacerse no consciente por razones neurológicas/ durante un accidente de caza, el se'or +. perdiósu$re un ojouna " seembolia a$ligió enormemente. )lgunos a'os despu*s, parietooccipital derecha ", para asombro de la $amilia, asegura obstinadamente -ue no est7 paralizado " -ue ve con los dos ojos. La alteración de las zonas de neuronas asociativas alrededor de las zonas de percepción visual Ie impedía tener la menor conciencia de su en$ermedad. De modo -ue, por razones neurológicas, uno puede negar heridas reales como tambi*n puede ocurrir lo contrario/ -ue una persona tome conciencia de heridas -ue no existen. Los miembros $antasma ilustran ese $enómeno/ una persona a la -ue se Ie ha amputado un pierna siente -ue Ie duele. ercibe con exactitud el dolor de un pie -ue en realidad no existe, pero -ue persiste en su memoria. Los circuitos cerebrales del su$rimiento $uncionan aun " recuerdan el dolor experimentado en el pasado. Este $enómeno $recuente explica la permanencia de las Im7genes de horror " del sentimiento de p7nico -ue acosa a las personas -ue han su$rido un trauma/
#(omo si hubiese ocurrido hace un instante%. (ada día se experimenta en la memoria el espanto, cuando su causa ha desaparecido mucho tiempo antes. ruebas de la impronta, el miembro $antasma " el aprendizaje implícito trazan en la memoria un inconsciente cognitivo. El test de la casa -ue se incendia nos har7 comprender como una $alsa alegación puede dar $orma al inconsciente cognitivo. En ciertos en$ermos una pe-ue'a alteración parietooccipital derecha les hace ignorar el espacio iz-uierdo. 0abemos -ue lo perciben por-ue evitan los obst7culos, pero al mismo tiempo niegan -ue ha"a obst7culos. ) estas personas se les muestra una l7mina donde se ha dibujado, a la derecha, dentro del campo percibido " consciente, una casa verde ", a la iz-uierda, en el campo percibido pero no consciente, una casa roja -ue se incendia. (uando uno les pregunta/ #En este dibujo, ha" una casa -ue se incendia<%, la respuesta es siempre #o%. Luego se les muestra otra lamina con casas verdes " casas rojas -ue no se incendian " se les pregunta/ #En -ue casas Ie gustaría vivir<%. +odos eligen vivir en las casas verdes " dan explicaciones curiosas. La contra experiencia consiste en invertir los colores " hacer -ue se -uemen las casas verdes. Entonces todos eligen las casas rojas " sostienen -ue nunca les mostraron casas verdes -ue se incendiaran. Es posible desenmascarar el inconsciente cognitivo en ciertas situaciones signi$icativas. (uando se les pide a esos en$ermos -ue ignoran el espacio visual de la iz-uierda -ue copie la palabra )LDE) escrita en un letrero, ellos escriben DE). ero si uno les pide -ue deletreen la misma palabra, no olvidan ninguna letra, lo cual prueba -ue pueden responder a una representación entera de la palabra #aldea%, aun-ue solo puedan tomar conciencia de la mitad percibida. Esta de huellas -ue nos gobiernan -ue lonoción sepamos es $7cilno de conscientes veri$icar cuando se les pide a lossin pacientes amn*sicos -ue armen un rompecabezas. ) cada repetición, mejoran su rendimiento, lo -ue prueba -ue van ad-uiriendo experiencia, aun cuando sostengan -ue es la primera vez -ue ven ese rompecabezas. 4asta los amn*sicos pueden aprender " decir -ue nunca tuvieron ocasión de aprender9 Estos test pueden explicar adem7s la sinceridad de las $alsas alegaciones de agresión sexual. En el momento en -ue se presentan en la comisaria, esas mujeres responden a una representación de agresión sexual en la -ue creen $rancamente pues la experimentan con tanta precisión como si realmente la hubieran su$rido. o siempre estamos ante una mentira o una mitomanía. En la ma"or parte de los casos, ha existido un dispositivo de relación en lo real -ue impregno en el inconsciente cognitivo de esa mujer una sensación de riesgo de agresión sexual. uede deberse a -ue un hombre,
por su manera de comportarse, la ha"a obligado a considerar ese riesgo. ; tal vez esa idea se presentaba $7cilmente en su mente por-ue la mujer se sentía violada cada vez -ue un hombre Ie sonreía. 0ea cual sea el srcen de ese recuerdo de agresión sexual, lo m7s probable es -ue ha"a habido un acontecimiento real -ue se impregno en su inconsciente cognitivo. La $alsa alegación lo testimonia el sentido a$ectivo " maltrato Las causalidades lineales son las m7s convincentesM l7stima -ue tan a menudo sean adem7s arbitrarias. Lo evidente " lógico sería pensar -ue, cuando un ni'o su$re maltrato, se lo reproche a los padres " trate de huir, con lo cual ad-uiriría un estilo a$ectivo es-uivo. ero resulta -ue las observaciones longitudinales, el seguimiento de ni'os maltratados, llevan a concusiones -ue est7n en contra de tal intuición. (on $recuencia, despu*s de haber su$rido " haberse desarrollado con di$icultad, esos ni'os perdonan a sus padres e intentan reanudar los lazos desgarrados. +ambi*n es cierto -ue puede ocurrir lo contrario, pues no es raro comprobar -ue ni'os rodeados de cari'o mani$iestan trastornos de apego. Los largos cuestionarios -ue se utilizan para evaluar el apego a la madre " al padre se consideran bastante con$iables. 0ucede a veces -ue los dos padres expresan un apego seguro " -ue la observación, sin embargo, atestigua -ue el vínculo no es bueno. Desde los primeros meses, cuando la madre se acercaba, *l beb* rompía a reír de una manera excesiva -ue pronto se trans$ormaba en llanto. En cuanto la veía, tendía los brazos hacia ella " luego se volvía " mani$estaba sbitamente intensas actitudes de repliegue. Era di$ícil suponer -ue semejante apego desorganizado $uera la consecuencia de una di$icultad de los padres. La expresión de las emociones del beb* no hallaba el modo de ad-uirir una $orma comunicante. odía acaso estar asustado sus propias emociones< Los ritos de interacción -ue de permiten comprender " esperar lo -ue el otro se apresta a hacer en este caso no surtían e$ecto. Los padres, aun-ue se sentían desorientados, perseveraron acerc7ndose siempre con 7nimo tran-uilizador ", alrededor del d*cimo mes, *l beb* se calma, dejo de sobresaltarse ante el menor ruido " $inalmente acepto dejarse mimar. (omo explicar la evolución $avorable de este panorama -ue se presentó tan di$ícil durante los primeros diez meses< La madre, Ahabía su$rido estr*s durante el embarazo< l beb*, era un d*bil transportador de serotonina " esto lo hacía sensible a todo acontecimiento imprevisto< 0ea cual sea la causa biológica o ambiental, sería comprensible -ue los padres hubiesen reaccionado mal. ermanecieron calmados durante diez meses, por-ue eran $elices estando juntos " se sentían socialmente seguros. or ello con$ormaban con sus cuerpos un envoltorio sensorial estable " calmo -ue $inalmente apaciguo al beb*. Imaginemos -ue el padre
hubiese tenido di$icultades en su lugar de trabajoM en ese caso probablemente se habría sentido exasperado por el llanto inconsolable -ue desvelaba cada noche a su hijo. Imaginemos -ue la madre no tuviera una buena relación con su marido -ue ese beb* agotador " poco grati$icante hubiera evocado en ella una signi$icación de agresión/ los ritos de interacción habrían terminado por dar $orma a una exasperación recíproca. #)-uel... no para de llora\,habría dicho la madre " *l beb* habría aprendido nítidamente a esperar las mímicas exasperadas " los gestos brutales -ue habrían agravación su desorganización emocional. Estos contrasentidos a$ectivos se mani$iestan a veces con uno solo de los padres. El ni'o, desorganizado con la madre, puede estructurar un lazo calmo con el abuelo o con el padre. 4abiendo tendido un vínculo de apego seguro, lejos de los brazos de la madre, termina entretejiendo m7s tarde un lazo sosegado con ella, con la condición de -ue la madre ha"a sido contenida " -ue ha"a tenido -uien la a"ude a atravesar ese cabo de tormentas sin ad-uirir h7bitos demasiado nocivos. )ctualmente se admite -ue entre un " un KF por ciento de los ni'os maltratados terminan siendo a su vez padres -ue maltratan a sus hijos. La variabilidad de las ci$ras obtenidas por las encuestas prueba -ue no ha" una causa nica. (uando los dos padres maltratan al ni'o en un hogar cerrado, sin $amilia ampliada, sin amigos, sin actividades exteriores, las perturbaciones ser7n importantes " la repetición de la historia superara el KF por ciento. ero cuando un solo padre maltrata al ni'o mientras -ue el otro Ie o$rece un apego seguro, la probabilidad de repetir la propia historia cae a lo por ciento. 6 cuando, alrededor de ese hogar en di$icultades, la cultura propone sustitutos a$ectivos " otros vínculos educativos, el riesgo de repetición se debilita m7s K cuando por ciento!. Bill (linton cu"o padre murióan ahogado su esposa estaba embarazada de Bill, $ue criado por un padrastro extremadamente violento -ue maltrataba a todo el mundo " disparaba su pistola delante de la esposa " los ni'os. La evolución recipiente del pe-ue'o Bill $ue posible gracias a la valentía de la madre " la cordialidad de los abuelos, -ue con $recuencia llevaban al ni'o a pasar temporadas en su casa. La cultura norteamericana $acilitaba los encuentros extra $amiliares " las numerosas asociaciones deportivas, musicales " culturales Ie permitieron al $uturo presidente desarrollo. 4a" una excelente sociabilidad a pesar de esas agresiones. &na cultura -ue propone lugares de acción de encuentro " de creatividad limita enormemente la repetición del maltrato. ero si el pe-ue'o (linton hubiese tenido -ue desarrollarse en un hogar aislado o en un barrio residencial donde nadie habla con su vecino, seguramente su evolución habría sido m7s di$ícil.
(uando una persona ha sido maltratada " permanece prisionera de ese medio, aprende cognitivamente la violencia $ísica " emocional. Esta es una tendencia, pero ciertamente no es una $atalidad pues uno puede desbaratarla organizando alrededor del pe-ue'o desdichado lugares de desarrollo -ue lo orienten en otras direcciones " Ie ensenen a obtener momentos de $elicidad, a pesar de todo. En general, el agresor es intra$amiliar, el padre la madre, en una proporción casi id*ntica. (uando el o$ensor no pertenece a la $amilia, la resiliencia es m7s $7cil por-ue el ni'o puede re$ugiarse en la protección de su hogar. ero este no siempre es el caso, pues puede ocurrir -ue el ni'o se sienta traicionado por los su"os, como si dijera/ #0i mis padres son todopoderosos " "o $ui agredido, esto prueba -ue no hicieron todo lo posible para protegerme. +al vez hasta sean cómplices%. Los adultos suelen tener esta reacción paradójica cuando se producen situaciones de cat7stro$es naturales o humanos/ #uesto -ue Dios ha permitido tales horrores, est7 claro -ue no es bueno ni todopoderosoM Despu*s de )uschTitz, como se puede creer todavía en El<%. :uienes en esas situaciones de pesadilla consiguen $iarse todavía de l se sienten protegidos pues hacen de Dios su base de seguridad intima. :uienes, por el contrario, se sienten traicionados por El, de -uien esperaban protección, se privan de ese sentimiento de seguridad. 5uchos ni'os maltratados Ie reprochan al padre amable no haber evitado -ue el otro lo agrediera. 5uchos pueblos masacrados durante una guerra o un genocidio reprochan a sus aliados no haber detenido la masacre. (uriosamente, -uienes culpan al padre carnoso, al pueblo aliado o a Dios son -uienes, antes del descalabro, esperaban la protección m7s $uerte. Demasiado apegados, experimentaban un exceso de(uando a$ectividad -ueeltestimoniaba su angustiosa vulnerabilidad. llegó golpe, solo pudieron sentirse traicionados o abandonados. El odio -ue sienten por -uienes antes amaron les permite conservar un poco la autoestima, pero impide la resiliencia por-ue ese aborrecimiento disminu"e la autonomía al atribuirles a otros la causa del propio desamparo. Los -ue en la desgracia habían aprendido a pedirle a"uda a un adulto, un grupo o un Dios tuvieron una ma"or probabilidad de resiliencia. En el momento de la calamidad, "a habían ad-uirido una personalidad a$irmada, un apego seguro " una empatía -ue les permitía representarse el mundo mental del agresor " di$erenciarlo del de los no agresores. :uienes generalizaron la agresión e inclu"eron a -uienes amaban " por -uienes se sentían traicionados se privaron de su base de seguridad. 4eridos por el agresor, se hicieron hostiles tambi*n en su relación con -uienes deseaban a"udarlos.
>esonar no es razonar )cabamos de desarrollar un razonamiento en resonancia " no "a de causalidad. En lugar de pensar/ #0i mi padre me maltrata, ir* a re$ugiarme en brazos de mi madre%, el ni'o se dice/ #0i mi padre me maltrata, -uiere decir -ue mi madre es cómplice por-ue, a pesar de su omnipotencia, no se lo impide %. Esta reacción emocional tiene su explicación en un apego excesivo " ansioso -ue existía antes del maltrato " había impregnado en la memoria implícita, en el inconsciente cognitivo del ni'o, un sentimiento de soledad a$ectiva, el miedo a amar por temor a ser traicionado nuevamente. )ntes del acto de maltrato, el ni'o in-uieto había hipercatectizado a su madre, -uien solo Ie transmitía seguridad cuando estaba presente. o había impregnado en su inconsciente cognitivo la con$ianza primitiva -ue Ie habría permitido sentirse seguro tambi*n cuando la madre estaba ausente. 57s tarde, el acto de maltrato lo hizo vacilar en un mundo constituido por una $igura aterradora " otra -ue lo abandonaba. 0emejante envoltorio sensorial componía una biología peri$*rica -ue estimulaba poco la secreción de serotonina, cu"a caída se pudo medir en el lí-uido ence$alora-uideo. Este marcador biológico no es pues la causa de la desesperación del sujeto maltratado, sino -ue constitu"e la re$erencia metabólica de una alteración a$ectiva de su medio. En cambio, desde el momento en -ue un ser vivo es capaz de hacer narraciones, apela a su memoria explicita, se representa a si mismo con im7genes " palabras " constru"e a una película -ue articula su identidad narrativa. Desde el instante en -ue edi$ica un mundo de palabras, Ie da una coherencia, lo siente, lo experimenta, lo ve ", por lo tanto, puede responder a *l. 0olo entonces de lado% ciertosderecuerdos amenazan conpuede darle #dejar una mala imagen sí mismo-ueo provocarle algunas di$icultades en sus relaciones. Los recuerdos est7n alIi, pero la persona evita evocarlos a $in de mantener la paz con la idea -ue se ha hecho de sí misma. Es esto lo -ue podría llamarse #represión%< Ese trastorno de la memoria íntima depende de las condiciones históricas en las -ue cada persona debe $abricar su realidad intima. o ha" dudas, #para la psi-ue, lo biológico hace las veces de la piedra de sustentación?. 0olo partiendo de lo biológico se puede $undamentar la condición humano " a$irmar -ue esos dos inconscientes de naturaleza di$erente tiran juntos del mismo carruaje/ #N... OLlegar7 el día en -ue la psicología de las $unciones cognitivas " el psicoan7lisis se vean obligados a $uncionarse en una teoria general -ue los mejorara a ambos%, predecía el gran iaget. &no est7 mal cuando el otro su$re
o es la primera vez -ue la neurología apuntala un concepto $ilosó$ico. )l principio la conciencia $ue una idea abstracta hasta -ue luego se convirtió en algo cu"os niveles pueden medirse mediante un registro bioel*ctrico. El 5itsein de la $enomenología ho" puede precisarse en virtud de estudios biológicos -ue demuestran -ue un individuo solo puede sobrevivir intercambiando in$ormaciones con el medio -ue lo rodea, un &mTel$. )l principio, la empatía designo un proceso de pro"ección de los sentimientos humanos al mundo material hasta -ue un $ilóso$o extendió su signi$icación al conocimiento del prójimo. En un ni'o, el sencillo acto de imitar a los dem7s Ie provoca un sentimiento. Luego, al madurar, di$erencia su propia experiencia de la del otro " comprende -ue ha" dos subjetividades di$erentes " asociadas. Esta evolución Ie permitió a 2reud utilizar la empatía como una condición de base de la cura analítica, un trabajo puramente intelectual del conocimiento del prójimo. 4o", para la ma"oría de psicoanalistas, la empatía es un proceso a$ectivo -ue permite compartir una experiencia psí-uica íntima, mientras las dos subjetividades permanecen separadas. En la d*cada de RPF, 1ohn BoTlb", entonces presidente de la 0ociedad Brit7nica de sicoan7lisis, trabajando con los m*todos de la etología animal, sugirió -ue #la empatía constitu"e el contrapunto de la agresión%. )si como dos notas musicales se acompa'an " permanecen separadas, #la agresión revela una alteración de la empatía N... O :ue, por su parte, ampli$ica la coordinación a$ectiva, la identi$icación emocional con los dem7s%. De modo -ue no es el lenguaje lo -ue $unda la empatía interpretando el altruismo como un c7lculo racional de costes " bene$iciosM es una aptitud emocional para dejarse modi$icar por el mundo de otro, a -uien el sujeto sienteparte apegado. #Los del$ines, los ele$antes, los canidos " lasema"or de los primates responden al su$rimiento " la desdicha ajenos?. En estas especies, los individuos -ue no tienen razones corporales para su$rir mani$iestan sin embargo comportamientos alterados, con lo cual atestiguan -ue se sienten trastornados por la in$elicidad de un prójimo. El apego es un vínculo biológico establecido en la memoria de un individuo -ue trans$orma al ser patentizado en $igura sobresaliente. ) partir de entonces, el su$rimiento de la 2igura de apego provoca en el primero un su$rimiento de otra índole. El malestar del animal observador es consecuencia de la visión del su$rimiento del otro. 0e trata de una empatía cognitiva, un contrapunto emocional por el cual, por ejemplo, la madre primate expresa una mímica ansiosa al ver -ue su hijo tiene una pata aprisionada. (uando el pe-ue'o su$re por tener una pata atascada, la madre se siente alterada por la imagen del su$rimiento de su hijo. )-uí podemos hablar de
representación puesto -ue en la madre se da #una actividad mental -ue hace presente representa! N... O La imagen de un objeto?. Lo -ue emociona a la madre es una construcción sensorial de im7genes visuales " sonoras del pe-ue'o agitado " gritando " no el dolor de la pata atrapada. Esta aptitud para desorganizar el propio mundo íntimo cuando el de un prójimo esta desorganizado constitu"e el punto de partida, la base cognitiva de la moral. 0i bien consideramos -ue la moral es un conjunto de conductas organizadas por el propósito de hacer el bien " evitar el mal, no es di$ícil observar este $enómeno en otras especies. +ambi*n entre los animales, a"udar a los -ue est7n en desventaja, respetar los ritos de interacción, o$recer alimentos a otro, amenazar al intruso para proteger al d*bil " mani$estar conductas paci$icadoras son tambi*n una manera de estar juntos organizados por la bs-ueda de un bienestar. Este comportamiento promotora no se $unda en representaciones verbales, en relatos de persecución o injusticia, como sucede entre los seres humanos, sino -ue se constru"e teniendo en cuenta lo -ue experimenta el otro. Es por ello -ue, en ciertas especies, los individuos mani$iestan síntomas de angustia o de embotamiento cuando perciben en un ser cercano ese no comportamiento -ue los seres humanos llamamos #muerte%. os resulta $7cil comprender las reacciones de los chimpanc*s ante la p*rdida de uno de los su"os. Los investigadores describen, al igual -ue entre los seres humanos, una $ase de protesta, un intento de estimulación del cad7ver " luego una etapa de desesperación en la -ue el comportamiento se hace m7s lento " se pierde el apetito " el placer de jugar. 6a antes de la muerte, los adultos -ue rodean al en$ermo o al herido no se comportan normalmente. 5iran $ijamente al agonizante " dejan de jugar. En los zoológicos, los cuidadores testimonio del asombroso " el recibimiento dan sin alegría -ue observan al llevarlessilencio los alimentos el día despu*s de un deceso. or supuesto, ha" -ue descon$iar del antropomor$ismo " no debemos pensar -ue el duelo de una ballena es an7logo al duelo de un ser humano. ero podemos decir -ue esos seres vivos se sienten emocionalmente perturbados al percibir en el cuerpo del otro una se'al extra'a -ue los lleva a elaborar una representación in-uietante. Este su$rimiento virtuoso no se registra en todas las especies. 6 cuando una especie tiene aptitud para la empatía, no siempre esta se observa en todos los individuos ni en todos los casos. 4a" muchos animales para los cuales la herida de uno de sus cong*neres no signi$ica nada. El canibalismo no es raro/ el #papa% pez traga a miles de alevines o la madre gata puede devorar a su cría si la considera una presa. ara comerse al propio hijo, es necesario percibir su cuerpo de una
manera -ue Ie atribu"a una signi$icación nicamente biológica ", nunca, un estado mental. La empatía animal La etología animal aporta su grano de arena a la construcción de la idea de -ue es posible atribuir un estado mental al otro. 4asta los cuatro meses de edad, un beb* chimpanc* se coloca en la postura de aseo, sin tener en cuenta la disposición del cuerpo de su madre. Le basta con sentirse motivación por un estimulante interno para orientarse hacia el cuerpo de esta, parte. ero alrededor del duod*cimo mes, la estrategia de interacción del pe-ue'o cambia por completo. (uando una estimulación intima lo impulsa a la sesión de aseo, mira a la madre " espera la postura -ue Ie comuni-ue -ue ella puede verlo. 0olo entonces, adoptara la posición correspondiente para hacerse espulgar. En este nivel de la psi-ue, atribuir al otro una motivación no es un acto verbal sino de postura. La interacción del aseo necesita -ue el pe-ue'o ha"a ad-uirido la capacidad de esperar, es decir, de no responder "a de inmediato a un estímulo " de comprender -ue la postura de su madre indica, en el mundo de esa hembra, un estado mental -ue Ie permitir7 responder al su"o. La aptitud emp7tica necesita de un cerebro capaz de descontextualizar una in$ormación, de percibir un indicador -ue oriente hacia alguna cosa -ue uno no percibe. o es extra'o ver a un gato situado delante del re$rigerador observando atentamente la manilla de la puerta. &na c7mara autom7tica nos ense'a -ue el gato solo adopta esta postura si ha" algn ser humano en la cocina. (uando esa persona se acerca al re$rigerador, el gato malla " #apunta con el hocico% mirando alternativamente la manilla " el rostro de la persona. odemos interpretar esa conducta diciendo el gatoha" ha ad-uirido el conocimiento de -ue, detr7s de -ue la puerta, cosas interesantes a las -ue los humanos tienen acceso. Lo -ue percibe en el presente lo extrae de su pasado para representar el $uturo. (uando el ser humano parpadea, el gato responde parpadeando a su vez. ero cuando se Ie vendan los ojos a la persona, el comportamiento del gato no se modi$ica en nada. o sucede lo mismo con los chimpanc*s observan aun cuando ella Ie de la espalda o este mirando hacia otros vacíos en situaciones an7logas. (uando el ser humano tiene los ojos vendados, muchos se ponen a gemir " algunos lo empujan hacia el tesoro alimenticio o Ie dan de una mano. 6 algunos tratan de -uitarle la venda9 El gato emp7tica con la postura del ser humano, mientras -ue el mono, al percibir la venda, se pone en el lugar de la persona " comprende -ue no puede ver a causa de a-uella. Estas observaciones nos dejan suponer -ue ha" di$erentes grados de empatía. (ada especie percibe ciertos índices
seleccionados por su sistema nervioso " se sirve de ellos para componer representaciones de diversos niveles. (uando un ar-uitecto se representa las masas de cemento correspondientes al dise'o de un puente, realiza una #empatía del puente%. Esta empatía de objeto desempe'o sin duda un importante papel en la $abricación de los primeros instrumentos -ue nos permitieron sosla"ar deltas imposiciones de la naturaleza utilizando algunos de sus $enómenos con los cuales empalizamos. El depredador animal e$ecta una empatía de cuerpo cuando percibe " prev* un movimiento de su presa. El torturador experimenta el mismo proceso mental cuando imagina lo -ue siente el hombre al -ue -uiere -uebrar. )$ecto " empatía uestros propios hijos mani$iestan mu" tempranamente una empatía de emoción cuando, al percibir en el cuerpo del otro un gesto o una mímica minscula, los utilizan para representarse el estado mental de esa persona. La empatía m7s alejada del cuerpo, la m7s abstracta, es a-uella -ue, partiendo de una pizca de lo real, consigue representarse las representaciones de otro. &n rel7mpago de imagen percibido en otro cuerpo basta para elaborar su psi-uismo/ #0us pensamientos, sus creencias, sus intenciones o sus deseos% . El hecho de -ue el otro -uede pues separado de uno mismo permite -ue la empatía establezca una pasarela intersubjetiva sin la cual estaríamos escindidos de los dem7s. )lrededor de los cuatro meses de edad, la ma"or parte de los ni'os ad-uieren una nueva manera de manejar lo -ue perciben a $in de hacerse una idea del mundo. El comprender -ue cada uno de los otros responde a un mundo de creencias, de intenciones " de deseos -ue Ieloes propio. ara entender mundo, "a no basta con percibir -ue es, tambi*n ha" -ueel adivinar lo -ue pasa en el invisible mundo mental de los dem7s. Esta #teoria del espíritu% no surge de una vez a los cuatro a'os, sino -ue se desarrolla progresivamente en virtud de transacciones incesantes entre el ni'o " su medio. Desde el comienzo, un poco antes del nacimiento, su cuerpo sabia percibir ciertas in$ormaciones, tratarlas " resolver los problemas planteados por su medio. 0abia mamar, disponerse a dormir, luchar contra la atracción terrestre cuando se sentaba " jugar con las estimulaciones coloridas, dulces o sonoras -ue Ie proponía su ambiente. )lrededor de los cuatro a'os, el pe-ue'o descubre -ue los otros responden, a su vez, a la idea -ue se hacen de una situación. Luego, entre los cinco " los siete meses, el ni'o comprende la reciprocidad del pensamiento/ #0* -ue sabes " s* -ue si sabes -ue "o s*%. (uando un ni'o de cinco a'os Ie habla a su hermanito
#haci*ndose *l beb*% mani$iesta mediante esa conducta -ue ha entendido -ue el menor comprende pero no de la misma manera. Esta proeza intelectual depende tanto de su desarrollo neurológico como de las presiones del medio -ue lo rodea. Basta -ue una sola articulación del sistema $alle para -ue todo el resultado se altere. Los ni'os traumatizados por un accidente o por un maltrato, por un abandono -ue empobrece su medio o por una cateada excesiva -ue los aísla, se encierran en sí mismos a veces hasta el punto de entumecer el pensamiento. Di$ícilmente podían tener acceso a la #teoría del espíritu%, a entender -ue el mundo íntimo de los otros puede ser di$erente, por-ue una desgracia de la existencia ha alterado su entorno o por-ue una anomalía neurológica impide -ue sus organismos salgan a buscar en el medio las in$ormaciones necesarias para su desarrollo. 5ediante pe-ue'os test cotidianos es posible saber si un ni'o tiene acceso a la teoria del espíritu. &no de ellos consiste en poner sobre una mesa una esponja con la misma apariencia de una piedra. )I ver el objeto, todos los ni'os de cuatro a'os dicen -ue se trata de un guijarro. (uando se les pide -ue lo to-uen, los ni'os se sorprenden " uno debe explicarles la di$erencia entre un mineral " un producto marino casi animal. Luego se invita a otro ni'o al ver el objeto " se Ie pregunta al "a iniciado/ #Dir7 .-ue es una piedra o una esponja<%. +odos los -ue "a han tenido acceso a la teoria del espíritu responden/ #Dir7 -ue es una piedra%. Estos ni'os piensan/ #El otro piensa -ue es una piedra " "o s* -ue es una esponja%. Los ni'os -ue an no comprenden -ue el mundo del otro es di$erente del propio responden/ #Dir7 -ue es una esponja por-ue "o s* -ue es una esponja%. Estos ni'os, todavía incapaces de salirse sí mismos, a los otros sua misma creencia. (on de $recuencia, estaatribu"en inmadurez responde una carencia en las relaciones/ cuando un padre o una madre est7n angustiados, el ni'o tiene miedo de toda $orma de exploración. ) veces, se debe a una alteración del lóbulo pre $rontal -ue, al impedir todo trabajo de anticipación, no deja -ue la persona cese de centrarse en sí misma. Los ni'os cu"os padres temerosos son atemorizantes pues ellos mismos est7n alterados por su propio trauma viven en ambientes sensorialmente empobrecidos o en estado de alerta. 0i se los deja solos, probablemente nunca podr7n tener acceso a la teoria del espíritu. :uiz7s puedan tenerlo m7s tarde si se disponen a su alrededor algunos tutores de resiliencia -ue los a"uden a retomar su desarrollo. La empatía no es solo una operación intelectual. La capacidad ad-uirida de atribuir una creencia, un pensamiento o una intención a los dem7s organiza tambi*n el estilo de
relacionarse del ni'o. En la vida cotidiana, a veces sucede -ue, como una broma, los padres simulan llorar, lo cual emociona al pe-ue'o " despierta en *l un amable gesto de consuelo. ero no siempre. ) veces el ni'o agrede a -uien est7 $ingiendo el llanto. &na experimentación etológica inspirada en la teoria del apego pone en pr7ctica el siguiente dispositivo. &n adulto levanta un mu'eco mec7nico ante un beb* de doce meses -ue est7 acompa'ado por su madre. El experimentador ha dispuesto las cosas para -ue el juguete no $uncione " entonces $inge llorar. Esta situación se repite una serie de veces. Luego la madre responde a un cuestionario -ue evala su humor " su estilo de apego. )nte el llanto simulado del adulto, la ma"or parte de los ni'os reaccionaron mim7ndolo o llev7ndole el mu'eco a la madre para -ue lo reparara. )lgunos ni'os parecían indi$erentes " no se acercaron a consolar al adulto " algunos incluso Ie pegaron9 En este ltimo grupo de reacciones perturbadas, todos los ni'os se habían desarrollado en medios sensorialmente empobrecidos. La ausencia de adultos, la muerte de un $amiliar cercano, la en$ermedad, la depresión o una personalidad distante, al empobrecer el medio sensorial, habían retrasado en esos ni'os el desarrollo de la empatía llegar a ser emp7tico 5ejor -ue decir/ #Este trastorno psí-uico tiene srcen gen*tico lo cual rara vez resulta verdadero, es tratar de comprender como se desarrolla una ontog*nesis, el desarrollo de un individuo desde el embrión hasta su muerte. Esta actitud nos permite entender -ue el potencial gen*tico se va modi$icando constantemente, modelado por las presiones del medio sensorial, a$ectivo " hasta cultural. odemos considerar -ue elenpunto del proceso emp7tico se desencadena virtuddedelpartida $enómeno de las neuronas espejo. &n dato trivial de la neurología nos ense'a -ue, en la base de la zona $rontal ascendente de la corteza de los monos zona 20!, V se activa un grupo de neuronas motoras cuando el mono realiza una acción con su brazo opuesto o con la boca. La sorpresa sobrevino cuando se descubrió -ue el mono -ue, sencillamente, mira a otro mono -ue est7 realizando una de esas acciones activa exactamente la misma zona de neuronas. La resonancia comienza desde la primera interacción biológica, como si el mono dijera/ #(uando veo a un cong*nere coger la banana, lo -ue *l hace me interesa tanto -ue mi cerebro se prepara para realizar la misma acción%. )ntes de mani$estarse en un gesto o un comportamiento, la imitación es neurobiológica. 57s tarde, en el ser humano, la resonancia ser7 histórica, como si la madre dijera/ #(uando veo a mi hijo comportarse
asi, me acuerdo de cómo era "o a su edadM cuando hacia ese mismo gesto, mi mama se irritaba ... %. El comportamiento con -ue la madre responde al hijo " lo envuelve sensorialmente tiene su origen en su propia historia con su madre. En realidad, se trata m7s de relatos espejo -ue de neuronas espejo. (uando )ime (esaire habla de #negritud %,evoca un $enómeno de resonancia, como si dijera/ #4ablo con este hombre, trabajo con *l " de pronto percibo en su cara una minscula expresión -ue, en un rel7mpago, me hace comprender -ue, a sus ojos, 0o" un negro9 %. La $ulgurante pero inusual expresión $acial Ie permite al poeta atribuirle al otro pensamientos " creencias. o se ha pronunciado una sola palabra ", sin embargo, algo ha sido claramente transmitido entre los dos mundos íntimos. 4abría pues una $ilog*nesis de la empatía identi$icable desde los niveles elementales de la resonancia, cuando el mero hecho de ver la acción de otro prepara al individuo -ue mira a e$ectuar la misma )cton. Esta sugestión de comportamiento -ue producen las neuronas espejo da la posibilidad de -ue los monos compartan un miedo de monos. Las palomas probablemente experimenten el mismo $enómeno de resonancia neurológica. (uando una paloma se agacha antes de levantar vuelo, su #postura de intención% provoca un encogimiento an7logo en sus cong*neres. Esta imitación de comportamientos por contagio permite -ue el grupo $uncione conjuntamente, -ue levante vuelo cuando uno de ellos percibe una se'al de peligro -ue los dem7s no percibieron " a la -ue, igualmente, responden. )si es como los animales gregarios se desplazan limitando los peligros, sincronizan las actividades de comer " dormir del grupo, adaptan sus comportamientos sexuales a la ecología, se aparean cuando los días se alargan " herían a sus pichones antes de la migración. 4abría tambi*n una ontog*nesis empatía -ue comienza desde los niveles elementales dede la la resonancia biológica de las neuronas espejo. Los reci*n nacidos sincronizan inmediatamente sus mímicas $aciales con las del adulto. (uando una persona adulta hace con los labios el gesto de dar un beso, *l beb* hace lo mismo casi instant7neamente. robablemente esta habilidad expli-ue su per$ecta adaptación al pezón, -ue, al apuntar hacia adelante, provoca el avance de los labios del beb*. El hecho de estar juntos es indispensable para la supervivencia, pero mu" temprano el mundo de las emociones se vuelve contagioso gracias a las neuronas espejo. 0i uno se sita ante un beb* de dos meses " se pasa la mano delante de la cara, lentamente de arriba hacia abajo, de modo tal -ue, allegar al mentón, se revele una expresión de llanto " luego vuelve a subirla hacia la $rente de modo -ue, al dejar la boca al descubierto, muestre una expresión sonriente, advertir7 -ue *l beb* reproduce a la per$ección las mímicas de tristeza " de alegría sincroniz7ndolas con las del
adulto. El 5itsein de los $enomenólogos, el #estar con% -ue nos permite $uncionar juntos " compartir un mismo mundo, persiste en el adulto cuando, al o$recerle una cucharada de un alimento a su beb*, abre la boca antes de -ue el ni'o lo haga. El punto de partida del proceso empírico se sita en la resonancia neurológica -ue ha", gracias a las progresos de las neuroimagenes, puede hacerse visible. uestras neuronas espejo entran en resonancia con el gesto del otro -ue nos toca. 0i su acción nos concierne, la resonancia magn*tica muestra la activación de circuitos neuronales especí$icos/ la zona occipital del observador, la -ue trata la imagen, envía instant7neamente la in$ormación a la corteza $rontotemporal, -ue prepara la misma acción. La sencilla acción observada desencadena la alerta de las neuronas espejo como una especie de re$lejo interindividual. (uando uno Ie pega un golpecito en el tendón de la rótula a una persona, Ie provoca la extensión re$leja de la piernaM en el caso de la empatía neuronal, la vista del movimiento de alguien estimula en espejo las neuronas motoras de otro. ero ese otro debe ser signi$icativo. (uando se toman registros de las activaciones temporales en personas -ue est7n mirando películas de hombres o de animales en un televisor, se comprueba -ue la visión de seres humanos produce una alerta m7s intensa en las neuronas espejo del observador. La convergencia de estos datos plante a un problema estimulante. (uando un hombre observa a un ser signi$icativo -ue est7 e$ectuando una acción interesante, sus zonas $rontales in$eriores se ponen en alerta como si el mismo se aprestara hacer id*ntica acción, pero la inhibición pre $rontal impide el paso al acto3alerta " al mismo tiempo la de contención como cuando aceleramos automóvil activación el $rena de mano, lo -ue se un pone en juego-ue entiene la corteza se marca principalmente en la base de la $rontal ascendente iz-uierda -ue, en el ser humano, corresponde al lenguaje. Disponerse a la acción e impedirlo simult7neamente $acilitaría una preparación neuronal para la palabra. Las neuroimagenes coinciden por completo con el psicoan7lisis/ el estado neuronal de la empatía hace -ue la persona -ue observa el comportamiento del otro " al mismo tiempo se impide hacer esa acción sensibilice su propia zona del lenguaje. 0i uno acta, tiene menos necesidad de la palabra. El e$ecto intersubjetivo de la empatía da la posibilidad de salirse de uno mismo " de prepararse para la palabra/ solo hace $alta pasar a la conversión de los signos para aprender la lengua materna. (uando la expresión del su$rimiento de uno provoca la reacción emp7tica del otro, se teje un vínculo -ue puede tomar direcciones variadas. ara ilustrar esta idea, podemos preguntamos por -u* tantos seres vivos reaccionan mediante
vocalizaciones a un su$rimiento. 6a se trate de gritos de dolor, "a de gemidos o sollozos provocados por la pena, siempre es la zona periacueductal, el ncleo medio dorsal del t7lamo, el sector -ue envía mensajes a la zona cingular anterior. V (uando un pe-ue'o a'ade est7 herido $isicamente, lanza los mismos chillidos de angustia, la misma $orma sonora, -ue cuando se lo separa de su madre. (uando un gatito lanza un grito semejante, la madre responde con un ronroneo en virtud del cual el hijo la localiza en el espacio " se orienta hacia ella. 6, una vez -ue se restablece el contacto cativo, visual o t7ctil, los dos miembros de la interacción dejan de vocalizar. &n beb* reci*n nacido tambi*n deja de vocalizar cuando vuelve a sentirse envuelto por el continente sensorial compuesto por los brazos maternos, su pecho, sus vestidos, su olor " su voz. #La ence$alizacion del dolor% es lo -ue nos hace escapar de la inmediatez de los re$lejos " lo -ue pone en relación el su$rimiento de uno con la empatía del otro. (uando el reci*n nacido llora, provoca una emoción en el mundo del adulto, -uien puede reaccionar o bien con un sentimiento de dulce placer ante la idea de socorrer al pe-ue'o o bien con irritación, lo cual depende de su propia historia " de su estado de espíritu. La expresión vocal de uno impresiona al otro " teje un vínculo cu"a $orma est7 condicionada por la manera de gritar del pe-ue'o " por el sentimiento -ue despierte en el adulto .. En todos los mamí$eros, un electrodo colocado en la zona cingular anterior provoca una vocalización. En situaciones naturales, un dolor $ísico, una privación sensorial, una p*rdida o una separación estimulan la misma zona " provocan la misma vocalización. El adulto -ue percibe esta sonoridad rica en $recuencias agudas desagradables pone tambi*n en alerta su zona cingular, -ue transmite el mensaje a la base $rontal ascendente. estimulación produce respuesta de #ronroneo% siEsta uno es un gato o de palabrauna si uno es un ser humano. En todos los casos, es previsible -ue, cada vez -ue se estimule esta zona motriz " lingWística del cerebro, se d* una respuesta activa de rescate ara amar primero ha" -ue ser salvado 0emejante observación plantea un problema psicoa$ectivo enorme/ "a no podemos decir -ue, para aumentar el apego a$ectivo del pe-ue'o, basta con satis$acer sus necesidades. 4asta podría decirse lo contrario/ lo -ue aumenta el apego es el alivio de un su$rimiento " no la satis$acción de un placer. Lo cual e-uivale a decir -ue, para experimentar la $elicidad de amar, primero ha" -ue haber su$rido una perdida a$ectiva. La $igura -ue aporta el consuelo ad-uiere un lugar sobresaliente en la psi-ue del doliente. &n ser vivo -ue no su$riera ni dolor
$ísico ni pena por la $alta de algo no tendría ninguna razón para apegarse a otro. 2elizmente, un beb* humano su$re desde su nacimiento. (uando deja las aguas del lí-uido amniótico -ue estaba a KP](, tiene $rio, est7 seco, " se siente maltratado por el nuevo medio sensorial -ue lo rodea. La luz lo encandila, los sonidos "a no Ie llegan $iltrados, cuando lo alzan en brazos, siente topetazos por todas partes puesto -ue "a no lo ba'a la suspensión hidrost7tica uterina " dolor en el pecho mientras los pulmones se Ie despliegan para permitirle respirar. En ese instante surge un enorme envoltorio sensorial -ue llamamos #madre%. Ella Ie vuelve a dar calor, lo rodea de olores, de caricias " de sonidos -ue *l beb* reconoce puesto -ue "a los había percibido antes de nacer. 0alvación9 Desde entonces, cada vez -ue deba soportar un pe-ue'o contratiempo, *l beb* sabe -ue el mismo objeto sensorial aparecer7 en escena " esto Ie ense'a a esperar. )l apegarse a ese objeto -ue Ie ha devuelto el bienestar, ad-uiere una aptitud para sentirse seguro, no solo en contacto con un objeto sensorial real, sino tambi*n ante la representación pre verbal de ese contacto del cual espera el alivio. odríamos esperar momentos mejores si no los hubi*semos perdido antes< uestra cultura lógica tiene tendencia a hacernos creer -ue basta con -ue los padres sean cari'osos " -ue el ni'o sea sano para -ue se extienda un lazo de apego de buena calidad. Este razonamiento lineal parece demasiado simple. (uando no ha" nadie -ue prodigue cuidados por-ue -uien debía hacerlo ha muerto o padece una en$ermedad grave o por-ue un mito cuenta -ue ha" -ue aislar a los ni'os para -ue no se vuelvan caprichosos, el pe-ue'o privado de alteridad solo encuentra, como sustituto, su propio cuerpo. balancea, hace girar la cabeza, se chupa el pulgar o se0e golpea para sentirse un poco vivo. 0obreviviendo como puede, no encuentra la ocasión de salirse de sí mismo para descubrir el mundo de otra persona. 0u capacidad para la empatía no puede desarrollarse pues, en semejante contexto, solo se tiene a sí mismo. De todas maneras, la empatía debe detenerse por-ue siempre ha" un momento en el -ue uno "a no logra ponerse en el lugar de los otros. Esos aborígenes, est7n demasiado lejosM esos chinos, son tan numerososM esos marcianos, son demasiado estra$alarios. (uando las representaciones del otro son impensables " la empatía no puede ir m7s lejos, el sujeto se vuelve auto centrado pues el mundo del otro Ie resulta inaccesible. ) menudo es el sujeto mismo -uien teme descentrarse ", en el vacío de la representación del otro, el hombre sin empatía
pone sus propias representaciones. #La pro"ección es un proceso psí-uico intimo -ue se da entre dos organismos.% Es #una operación por la cual un sujeto expulsa de sí mismo " localiza en el otro la persona o cosa3cualidades, sentimientos, deseos ... %.(uando "a no ha" di$erenciación entre uno mismo " el otro por-ue no ha" un otro o por-ue el sujeto es $uncional, tampoco ha" lugar para la empatía. El proceso de pro"ección se hace pues inevitable " hasta puede ser adaptativo en un desierto a$ectivo. La pro"ección revela un trastorno del desarrollo cuando el sujeto, al no poder representarse el mundo del otro, Ie atribu"e sus propios deseos de amor o de odio, de protección o de persecución. (uando se da el caso de -ue el otro no o$rece seguridad por-ue tambi*n *l est7 en di$icultades a causa de una depresión, de una personalidad in-uieta o de un trauma -ue Ie atemoriza, el pe-ue'o se apega a un objeto perturbado -ue se trans$orma asi en una base de inseguridad/ #) su lado me siento mal. Lejos de *l me siento ansioso. Le temo " sin el tengo miedo%, dicen con $recuencia los ni'os maltratados. Esta proximidad en el $ilo de la navaja de la $elicidad " la in$elicidad, de la seguridad " la inseguridad, explica por -u* tantos ni'os maltratados se apegan a -uienes los vapulean. La lógica indica -ue deberían huir de la in$elicidad " precipitarse hacia la $elicidad. ero mu" pocos lo hacen. Lo m7s $recuente es -ue no abandonen al padre golpeador " -ue terminen protegi*ndolo cuando se vuelve viejo " $r7gil. ) veces se convencen de -ue han tenido padres comunes " corrientes " sostienen, aun-ue ha"a pruebas -ue indi-uen lo contrario, -ue nunca su$rieron maltrato. 2recuentemente se preguntan por -u* no pueden dejar de ser hijos devotos de una madre -ue los torturo/ #@o" a visitarla todos los días. Est7 mu" en$erma " es algo -ue me angustia, me aplasta por completo es la hipótesis nos llevadaa$ectivo a suponerdesarrolla -ue todo ni'o privado de un lógica apuntalamiento de$icientemente su empatía. En e$ecto, una población de ni'os aislados o maltratados se trans$orma en un grupo -ue corre ma"or riesgo de caer en las drogas, la delincuencia, el abandono escolar " los mecanismos de pro"ección mediante los cuales atribu"en a los dem7s sus propias $antasías persecutorias. Los $actores determinantes de este trastorno son heterog*neos. Existen dos m*todos para evaluar un posible retardo en la ontog*nesis de la empatía/ el estudio de la decodi$icación -ue hace el ni'o de las emociones de los dem7s " el an7lisis de las representaciones de un ni'o -ue trata de comprender lo -ue ve, lo -ue desea " lo -ue cree otro. La respuesta es clara/ los ni'os -ue se desarrollan en un medio empobrecido, tanto por la $alta de amor como por exceso de atención, interpretan mal las mímicas $aciales de
las personas -ue los rodean. 2recuentemente les atribu"en pensamientos, creencias e intenciones -ue esas personas no tienen. 0"bellius, un ni'o de siete a'os, $ue descubierto en >uanda en una habitación minscula sin ventanas, donde se había escondido para protegerse de la masacre. Los vecinos, sin decir una palabra, Ie habían arrojado un poco de comida. (uando llegaron al lugar, los agentes de rescate estaban tan en paz con uno mismo, contentos de haberle encontrado -ue Ie tendieron los brazos. 0"bellius reacciono mordi*ndose " golpe7ndose violentamente contra el suelo. 0u largo aislamiento sin palabras, sin radio, sin lectura " sin intercambio posible lo había retrogradado a un estado en el -ue toda in$ormación se Ie había vuelto desconocida. &na sonrisa o un brazo tendido provocaban una alerta -ue el solo podía apaciguar recurriendo a una actividad auto centrada. El mundo exterior lo aterrorizaba hasta tal punto -ue solo el dolor Ie daba algo de seguridad al orientarlo $orzosamente hacia lo -ue procedía de sí mismo. ) menudo los psicóticos reaccionan de modo semejanteM se tran-uilizan gracias a un su$rimiento -ue los obliga a reconcentrarse en su propio cuerpo. Los ni'os maltratados, -ue se han hecho vigilantes ante la menor amenaza, ante la menor se'al proveniente del agresor, se vuelven $ríos para su$rir menos " se caIman preocup7ndose nicamente por sus $ascinaciones mentales. La empatía se detiene cuando el otro in$unde temor ", en un mundo sin otro, el abismo es enlo-uecedor. ara un ni'o privado de su base de seguridad, el mundo exterior es aterrador. ara -ue podamos desarrollar la empatía, necesitamos -ue otro nos atraigaM de lo contrario, lo nico -ue nos protege de una alteridad imposible de a$rontar es el narcisismo. uede suceder -ue un ni'o maltratado perciba el mundo como una alerta. 0e trata de un transportador de escasa serotonina -ue, alarmado por todo encuentro, no puede aprender a decodi$icar las mímicas $aciales de los dem7s. o se trata de un ni'o -ue, al vivir con un padre o una madre temerosos, aprende a percibir el mundo como algo amedrentador. Es lo -ue ocurre con la transmisión del miedo a las tormentas mientras -ue en brazos del padre son de indi$erencia " contina jugando. uede tratarse tambi*n de un gran transportador de serotonina, criado por padres serenos -ue, sin embargo, heridos por un accidente de la vida, debieron aislarse " asi ad-uirieron el temor a los dem7s. 4asta puede tratarse de una cateada exagerada cuando el padre o la madre, a causa de sus propias historias, desean con la ma"or dulzura del mundo, convertirse en unos progenitores per$ectos. 0in -uererlo,
establecen con su hijo adorado una relación de dominio tal -ue lo aíslan de los dem7s " lo someten a su amor exclusivo. En el momento en -ue el surgimiento del apetito sexual apela a toda la empatía del joven, -uien trata de percibir en el cuerpo de la persona deseada la menor se'al -ue Ie comuni-ue su disposición de espíritu a la sexualidad, el adolescente demasiado contenido -ue nunca aprendió a desconcentrarse de sí mismo no sabe cómo armonizar sus deseos con los de la persona esperadantas/ el ni'o alla en brazos de su madre enlo-uecida. Empatía " cine El simple hecho de apegarnos a alguien nos embarca en un trabajo de desconcentración de nosotros mismos. Las neuroimagenes de la empatía de las parejas nos permitir7n ver " comprender como se inicia esta aventura. ostulemos -ue en las parejas de enamorados cada miembro est7 atento al otro. En una primera etapa, se coloca a la dama en una m7-uina de resonancia magn*tica, se Ie da un suave shocC el*ctrico en el dorso de la mano, lo cual nos permite ver la zona cerebral alertada por el a$luir de las vías del dolor/ la zona cingular anterior.V Luego, en presencia de la mujer se Ie in$lige al varón la misma leve descarga/ observamos -ue en el cerebro de la mujer -ue no ha recibido ninguna descarga se ilumina la misma zona cingular. 2inalmente, escribimos en una pizarra la intensidad de la descarga -ue se supone ha recibido el amante " vemos -ue el mero enunciado, la ci$ra escrita, tambi*n estimula la zona cerebral del dolor de la mujer. La parte anterior de la zona cingular anterior, la ínsula, el t7lamo " la parte parietal sensibleV -ue recibe las in$ormaciones cut7neas de la mano pasan al rojo, como si la dama hubiera recibido Independientemente devías -ue el dolor searealmente percibidolaodescarga. representado, -ue pase por las neuro-uímicas o por la percepción de una palabra, la misma zona cerebral, alertada, provoca una emoción -ue se siente en todo el cuerpo. El hecho mismo de representarnos en nuestro mundo psí-uico el su$rimiento de alguien a -uien amamos nos provoca una dolencia biológica. (uando la persona -ue amo su$re, "o no su$ro como ella, pero no puedo ser $eliz. 5i bienestar depende de su $elicidad. &no puede actuar sobre cual-uier punto del sistema del su$rimiento, cu"as puertas de entrada son di$erentes. &n medicamento puede modi$icar las sustancias -ue permiten -ue las vías neuro-uímicas transporten el dolor. ero tambi*n es posible reorganizar las representaciones de im7genes " de palabras -ue, de todas maneras, estimularan la misma zona cerebral.
&n cuadro, una novela, una película o una psicoterapia modi$ican nuestros sentimien tos puesto -ue solemos llorar aun cuando #sabemos -ue no es verdad% " puesto -ue podemos #ver las cosas de otro modo% despu*s de un trabajo verbal. El poder -ue tiene una representación sobre nuestro cuerpo es tan grande -ue la espera de un dolor es "a en sí misma un su$rimiento, asi como la esperanza del alivio nos calma de inmediato. De modo -ue la palabra -ue permite reorganizar las emociones puede ser tanto una bendición como una maldición. &na $rase nos hace sentir encantados " otra nos tortura. Los relatos culturales en los -ue estamos inmersos pueden hacemos sentir eu$óricos cuando lo real no o$rece esperanzas, como tambi*n pueden derrumbamos en una situación de calma. El placebo -ue place! posee un e$ecto biológico, igual -ue el nocivo -ue perjudica!. :uien espera el dolor los su$re mas, como se veía en la *poca en -ue los relatos $amiliares " culturales preparaban a las mujeres para #parir con dolor%. La aparición del parto llamado #sin dolor% " de las t*cnicas de dominio del su$rimiento gracias a las in"ecciones perdurables ha logrado -ue ho" muchas jóvenes dominen los dolores del parto... sin ninguna in"ección. El saber -ue es posible, lo hace posible. Las neuroimagenes nos permiten observar como una creencia llega a modi$icar los circuitos neurológicos del dolor. &na neuralgia de srcen $ísico pasa por los captadores mec7nicos especializados, las $ibras nerviosas sin mielina, los cordones posteriores la medula,sobre los centros de de retransmisión del t7lamo -ue de la pro"ectan la corteza la zona cingularV -ue $inalmente se enciende despu*s de ese largo recorrido. ero basta con inducir una creencia mediante un relato, una película o suministr7ndole a la persona un placebo condimentado con palabras para ver -ue esta estimulación alerta con pre$erencia la zona pre $rontal -ue inhibe las vías del dolor " se conecta directamente con la parte posterior de la zona cingular, la región cu"a estimulación desencadena una sensación de bienestar " a veces de eu$oria. Esta creencia en el e$ecto de un medicamento o en una protección sobrenatural no es su$iciente cuando el dolor es extremo o cuando el sujeto no se deja sugestionar pero, con $recuencia, consigue modi$icar la intensidad del su$rimiento ", a veces, hasta lo hace de manera espectacular. La carcajada desesperada.
En la vida cotidiana no es raro observar una reacción paradójica durante un entierro o despu*s de una mala noticia. La persona, aut*nticamente desdichada, lucha con todas sus $uerzas contra la expresión de su su$rimiento. 6 asi estimula, sin -uerer, el oxímoron neuronal, la zona pre $rontal, soporte neurológico de la anticipación, conectada a la parte posterior de la zona cingular, el soporte de las sensaciones eu$óricas. Entonces nos encontramos con un miembro de una $amilia en duelo, pro$undamente desgraciado, desternillarse de risa en el cementerio o expresar una alegría de la -ue se avergWenza pero -ue no puede impedir. &n estudiante de medicina -ue hacia una guardia en un hospital a"udo al cirujano a operar de urgencia a un muchacho de -uince a'os -ue se había disparado una bala de cobre en el abdomen. )l abrirlo, comprobaron -ue el hígado " el brazo, completamente despedazados, $lotaban en un mar de carne " sangre. El joven murió en la camilla de operaciones. )l salir del -uiró$ano, el estudiante se encontró con la $amilia del muchacho -ue esperaba en un bancoM todos se pusieron bruscamente de pie " se lanzaron hacia los m*dicos. El estudiante, trastornado, estallo en una carcajada " tuvo -ue huir para esconderse, avergonzado de a-uella reacción -ue no había podido controlar. ) la ma'ana siguiente, tratando de comprender lo -ue Ie había sucedido, explico -ue durante toda su in$ancia había tenido -ue luchar contra la desdicha cotidiana -ue reinaba en su $amilia. ara limitar el su$rimiento, se había re$ugiado en una busca constante de humorismo, de poesía " de belleza -ue Ie había permitido circunscribir la desgracia. &no una puede imaginarse triste -ue, siendo ni'o, cadapara vez -ue percibía in$ormación se entrenaba combatirla mediante el humorismo " la poesía, lo cual había estimulado las neuronas. Este circuito neurológico, abierto por un mecanismo psicológico de de$ensa contra la angustia, había trazado en su cerebro una memoria -ue $acilitaba las respuestas eu$óricas a cada situación desgraciada. Los miembros de la $amilia del joven suicida, al lanzarse en tropel hacia el estudiante trastornado, estimularon ese surco -ue Ie causaba una eu$oria paradójica. La existencia del oxímoron neuronal con$irma -ue las determinaciones gen*ticas pueden modi$icarse en virtud de las interacciones tempranas. or e$ecto de las presiones del medio, un beb* geneticamente sano ad-uiere una tendencia a encausar las in$ormaciones con pre$erencia hacia una zona cerebral -ue provoca una sensación de su$rimiento o hacia la zona vecina -ue responde d7ndole una sensación de eu$oria.
La orientación se $acilita por-ue esos dos sentimientos, aparentemente opuestos, se transmiten por vías neuronales mu" cercanas. ^ona cingular, encargada de desencadenar las sensaciones. La historia da sentido a la empatía. El hecho de -ue en un organismo se ha"an trazado mu" tempranamente ciertas respuestas pre$eridas de tristeza o de alegría no exclu"e las signi$icaciones psicológicas. Los acontecimientos se cargan de un sentido -ue procede de nuestra historia. (uando la mujer de mis sue'os son de manera a$ectada s* -ue est7 en$adada " -ue no -uiere -ue se Ie note. Los dem7s, -ue est7n con nosotros, no tienen la $amiliaridad -ue me permite saber -ue ella solo son de ese modo cuando no est7 bien. Los dem7s creen -ue est7 $eliz, en tanto -ue "o s* -ue esta triste " su malestar me crispan por-ue no puedo sentirme $eliz si ella se siente desdichada. 0i en ese momento "o pudiera observar su cerebro, observar cuando ella se prepara para sonreír de ese modo, probablemente vería como se iluminan sus dos polos temporales para desencadenar la contracción de los msculos de la comisura de los labios, pero al mismo tiempo descubriría la conexión instant7nea con la banda in$erior de los lóbulos $rontales -ue encausan la estimulación hacia la zona cingular anterior -ue libera una sensación de malestar. 6o, -ue la conozco de memoria, no tengo necesidad de ver la imagen tomada por el esc7ner para saber -ue esta irritada. &na minscula se'al del comportamiento percibida en sus labios me basta para ponerme mal por-ue s* -ue ella no se siente a gusto. 0upongamos ahora -ue, a causa de mi propia historia, en mi in$ancia ad-uirí un temor hacia las mujeres/ solo me siento $uerte si ella es d*bil. 0u $ragilidad me da seguridad " me provoca una reacción de cortesía -ue todos admiran. (uando ella se siente mal, "o me siento tierno " deseoso de con$ortarla por-ue "a no siento miedo de ella. 2uncionamos juntos pre verbalmente ", sin embargo, es nuestra historia la -ue, al atribuir a un hecho signi$icaciones di$erentes, armoniza nuestros cerebros " nuestros sentimientos en un contrapunto emp7tico. En la ma"or parte de las parejas, la $elicidad de uno pone eu$órico al otro. ero no es raro -ue a causa de su historia, un hombre se sienta m7s seguro con una mujer d*bil -ue no lo intimida o -ue una mujer aterrada por los hombres demasiado seguros de sí mismos experimente ternura por un príncipe encantado vulnerable.
robablemente la empatía pre verbal constitu"a el punto de partida de una manera de relacionarse. ara de$ender esta idea, basta con organizar experimentalmente una especie de juego de 5onopolio/ un jugador tiene la consigna de hacer trampas ostensiblemente a $in de crispar a sus contrincantes ", cuando gana, provocar en ellos un sentimiento de injusticia. Despu*s de la partida, se Ie solicita a otro jugador -ue se someta a una resonancia magn*tica. Luego se hace sentar al tramposo " a un jugador honesto a cada lado de la persona cu"o $uncionamiento cerebral est7 siendo examinado. (uando el experimentador envía una suave descarga el*ctrica en el dorso de la mano del participante honesto, la zona cingular anterior de la persona observada ad-uiere el color rojo de las combustiones intensas, lo cual prueba -ue toma parte emp7ticamente del dolor del otro. ero cuando se Ie in$lige la misma descarga a la mano del embustero, el cerebro de la persona observada conserva el color azul, es decir, el color -ue indica reposo cerebral, lo cual revela -ue permanece indi$erente ante el su$rimiento del -ue juega sucio. En los hombres, esta detención de la empatía por un compa'ero -ue no juega como es debido es m7s $recuente -ue en las mujeres. La proximidad a$ectiva -ue aumenta la empatía se impregna en la memoria al ritmo de los encuentros cotidianos en los -ue se va tejiendo el apego. 4asta podemos pensar -ue cada cultura produce relatos placebos o nocebos en los cuales se sumergen los individuos. )si es como las personas experimentan sentimientos de eu$oria o de abatimiento inducidos mas por lo -ue les han contado -ue por lo -ue es real. ideologías extremas utilizan el e$ecto placebo Lo o nocivoLas de los relatos para manipular nuestros sentimientos. angelical se opone a lo diabólico, los ma'anas venturosos engendran una emoción maravillosa -ue contrasta con los discursos sombríos de los apasionados del pasado. #La $orma mítica est7 por encima del contenido del relato%, la manera de decir modela la manera en -ue el prójimo experimenta el mundo -ue se Ie presenta. 6 si por ventura creemos en un mismo relato, este inoculara en cada uno de nosotros una sensación de pertenecer a una misma $amilia, nos har7 sentir a todos como #hermanos%, har7 -ue nos comprendamos " nos amemos unos a otros. #La irritación N...O -ue pone el acento en los aspectos gregarios de la humanidad% nos permite existir juntos " compartir un mismo mundo de palabras " de emociones. La verbalización no es un mundo paralelo. Entre lo real " su representación, el cerebro es el nexo -ue explica como la
empatía nos da la posibilidad de vivir juntos en las buenas " en las malas. 5atrimonio de la 4istoria " el cerebro de La 4istoria @ejez )nimal (uando vi la luz por primera vez, un poco antes de -ue se desatara la 0egunda 8uerra 5undial, el mundo estaba poblado de viejos, de #personas ma"ores% como se decía. )hora bien, estos ltimos a'os he comprobado -ue est7 poblado de jóvenes -ue me toman por su abuelo9 Es evidente, es algo -ue cual-uiera puede veri$icar. o entiendo cómo se atreven a decir -ue la población envejece. +engo dos o tres sue'os realizados " algunos otros $rustrados... conservo la esperanza " trabajo en mis pro"ectos. )lrededor de mí, la gente tiene cada vez m7s a'os, pero envejece cada vez m7s tarde. 5e pregunto cómo se las han arreglado para lidiar con el inevitable envejecimiento biológico -ue comienza desde la juventud " el ineludible relato -ue dice -ui*nes son ancianos. La decadencia, el crepsculo de los ancianos de -ue tanto se habla en ;ccidente, no tiene ningn sentido en ;riente, donde la representación de un tiempo cíclico prepara para el renacimiento " no para el nau$ragio. 0eriamos nosotros capaces de considerar el envejecimiento como un proceso precoz -ue no tiene nada de atológico. La noción de plasticidad cerebral nos ense'a -ue la persona de edad optimiza lo -ue "a ha aprendido " compensa la capacidad -ue ha disminuido seleccionando las actividades en las cualesdistinguir an tieneelun buen desempe'o tal -ue debemos envejecimiento sanoDe de modo las patologías asociadas, biológicas, psicológicas " culturales. Los modelos animales nos a"udan a re$lexionar, pero no podemos extrapolar los datos obtenidos a los seres humanos. 5ientras -ue, entre los ratones, la vacuna contra el )lzheimer es totalmente protectora, en los seres humanos provoca ence$alopatías $atales. El microcebo es un diminuto l*mur de 5adagascar -ue mide doce centímetros, pesa ochenta gramos " solo vive entre tres " cuatro a'os. En cautiverio, puede llegar hasta los doce a'os " nos o$rece asi un modelo para estudiar los trastornos cerebrales -ue aparecen con la edad. )lgunos animales mu" maduros presentan lesiones neurológicas comparables a las de una persona -ue su$re el mal de )lzheimer, como las proteínas tau -ue se aglutinan en
$ilamentos con $orma de h*lice. +ambi*n se registran, en las paredes de los vasos sanguíneos cerebrales, depósitos amiloides -ue terminan por constituir placas. El cautiverio, al multiplicar por cuatro la esperanza de vida de esos pe-ue'os monos, hace aparecer una disolución de las neuronas en la base del cerebro anterior. Las neuroimagenes revelan una atro$ia de la materia cerebral. La alteración del circuito límbico se identi$ica gracias a la disminución del ol$ato -ue desemboca en esta zona. La perseverancia de los errores es habitual, pues la memoria del animal esta hasta tal punto alterada -ue "a no Ie permite corregir sus comportamientos mal adaptados. Los perros nos o$recen otro modelo -ue, sin -ue ello impli-ue extrapolarlo a la especie humano, nos plantea algunas preguntas. o todos los perros de una misma camada se desarrollan de la misma manera " cada uno reacciona de di$erente modo a los accidentes inevitables de su vida de perro. )l envejecer, pierden gran cantidad de habilidades $ísicas " sus actividades de relación se reducen. El F por ciento de los perros domesticados llegan a superar los -uince a'os, una edad -ue nunca habrían alcanzado sin los seres humanos. El envejecimiento normal se caracteriza, como en todos los seres vivos, por una disminución de la velocidad motora " un desinter*s gradual. La reducción de sus respuestas no debe atribuirse a la sordera puesto -ue, si bien permanecen indi$erentes al sonido del timbre -ue anuncia una visita, se alzan de un salto cuando o"en el ruido del papel de una golosina. Buscan menos el contacto con los extra'os " se vuelven temerosos, lo cual a menudo provoca un apego excesivo -ue los due'os reciben con $elicidad/ #0e ha vuelto tan cari'oso.%. Los trastornos mentales son cada vez m7s $recuentes/ accesos de con$usión, desorientación en el espacio " el tiempo -ue el amo interpreta como una escapada, agresividad sorprendente, inercia, repliegue en sí mismo, di$icultades para masticar, problemas de desinter*s... como en los simios ven los seres humanos. El esc7ner revela una $undición cerebral con dilatación de los ventrículos. ero el an7lisis de las c*lulas de la corteza muestra lesiones bio-uímicas di$erentes de las dolencias de )lzheimer humanos. En conjunto, los perros de edad avanzada libres de estas a$ecciones degenerativas con $recuencia son de talla pe-ue'a, han su$rido menos traumas en su existencia "
menos rupturas a$ectivas por cambio de adopción. (omo sucede habitualmente, lo -ue es característico de una población no lo es de todos los individuos de ese grupo. (iertos perros grandes, multitraumatizados " -ue vivieron en varios hogares adoptivos di$erentes envejecen mu" bien " asi con$irman -ue ha" otros $actores biologicos o a$ectivos -ue ejercieron una in$luencia protectora contra esta a$ección degenerativa. El desgaste de los cuerpos. El mundo mental de los perros esta compuesto por representaciones sensoriales, mientras -ue el de los seres humanos esta principalmente cargado de representaciones verbales -ue explican el destino variable de las personas traumatizadas. &n trauma puede marcar la vida de un perro o sencillamente borrarse, segn la convergencia de $actores de protección biologicos " del medio. &n hombre, en cambio, al superar sus heridas " despertar con ello la admiración de -uienes lo rodean puede experimentar el placer de la victoria " modi$icar la idea -ue tenia de lo -ue Ie aconteció. @emos entonces personas gravemente heridas en el momento de la desgracia -ue, con el transcurrir de los a'os, consiguen elaborar una experiencia constructiva de ese su$rimiento pasado, es decir, hacen un trabajo de resiliencia. Los ex combatientes de la 0egunda 8uerra 5undial -ue pudieron utilizar sus padecimientos para realizar un trabajo de re$lexión " de compromiso social su$rieron menos síndromes postraum7ticos " terminaron por organizar una vejez $eliz. En la vida real, sus su$rimientos $ueron enormes pero, en la representación real, con la perspectiva -ue da el tiempo " la busca dede unlo sentido -ue pueda ser compartido, la in$elicidad -ue sentían evoluciono hacia un estado de $elicidad, a pesar de todo. uesto -ue el paso de los a'os modi$ica las representaciones, podríamos proponer una $iloso$ía del tiempo en las personas a'osas, asociando la biología de la memoria con las representaciones antropológicas. Las le"es $ísicas se debilitan puesto -ue lo real se desgasta, la vida biológica se debate contra la muerte ", curiosamente, la vida psí-uica es la -ue se mantiene m7s tiempo " se opone a la desaparición gracias a las representaciones transmitidas a trav*s de los siglos o los milenios. (uando un individuo muere $ísicamente, la idea -ue conservamos de *l persiste durante mucho tiempo en nuestro interior. (uando morir es una parte m7s de la vida, el apego -ue sentimos por los -ue "a partieron inicia otras $ormas de vida íntimas " colectivas.
El medio m7s seguro de vivir mucho tiempo es elegir padres -ue ha"an vivido mucho tiempo. 0i uno $uera olivo, podría contar con una existencia de muchos miles de conocimientos. 0i $uera tortuga o loro, debería contentarse con apenas algunos siglos. ero si somos ballena, cuervo o ser humano, solo podremos esperar estar como mucho un siglo en este mundo. Estamos mejor -ue los ratones o los monos ardilla, -ue no superan los tres a'os, o -ue las moscas, -ue solo veían tres días. La muerte est7 determinada geneticamente, lo cual no -uiere decir -ue sea un destino inexorable pues la biología no siempre cumple sus promesas. (uando la tecnología " los derechos del hombre modi$ican la ecología " la manera de vivir, la muerte no llega a la cita el día previsto. 4asta el siglo =I=, las mujeres morían mu" jóvenes " un ni'o de cada dos decenas en el primer a'o, como lo atestigua el caculo de la edad de los es-ueletos sepultados. 0olo los aristócratas " algunos grandes burgueses, vale decir el dos por ciento de la población, superaban los ochenta a'os -ue normalmente alcanzamos ho". En el siglo ==I, los pobres morir7n m7s tempranamente -ue los ricos, los buenos alumnos se trans$ormaran en buenos ancianitos " el F por ciento de las ni'as nacidas en el a'o GFFF llegaran a ser centenarias. La caída de las hojas en oto'o o la autodestrucción de las c*lulas desgastadas, a pesar de su determinante gen*tico, varían segn el medio ecológico " social. ) veces la apoptosis se desorganiza " las c*lulas ejecutan en veinte a'os la cantidad de divisiones celulares previstas para cien, como ocurre en los casos de síndrome de Zerner en los -ue los ni'os se convierten en viejitos a los preserva diez a'os. general,eslo la-ue desgasta los organismos el ero, capitalenbiológico modi$icación de la ecología " la manera de vivir cotidianamente. La muerte tiene pues un valor creativo "a -ue la periodicidad -ue elimina individuos, grupos " especies enteras o$rece una oportunidad a otras maneras de vivir. 0in la muerte, el mundo vivo seria viejo " desgastado. 8racias a la muerte celular, una parte del cuerpo de los viejos jovenM gracias al desgaste, ciertos elementos del cuerpo social dan lugar a la juventud " la desaparición de las especies permite el $lorecimiento de otros seres vivos. (uando el encuentro sexual inventa individuos geneticamente nuevos, las le"es sociales son uno de los principales $actores -ue $aciliten u obstaculicen su desarrollo.
En dos generaciones, gracias a la tecnología, la esperanza de vida de los hombres ha aumentado sensiblemente " la de las mujeres ha experimentado una verdadera explosión. ero la manera de vivir antes de los sesenta " cinco a'os contribu"e a determinar esa nueva esperanza pues los obreros gozan poco de su retiro mientras -ue los docentes se bene$ician m7s. La mundialización del envejecimiento de la población explica, en ;ccidente, el desplazamiento del poder político " económico hacia los ancianos. +al vez hasta las modi$icaciones culturales recientes -ue se caracterizan por la explosión de la memoria histórica, los relatos de las guerras del siglo xx " las condiciones de existencia de las generaciones pasadas sean una manera de dar sentido a la vida psí-uica de las personas de edad avanzada. La larga memoria de las personas de edad. La neurología permite imaginar lo -ue sería la condición humana de un hombre desprovisto de sentido. Las tres mil lobotomías realizadas anualmente en 2rancia como consecuencia de accidentes de automóvil o de motocicleta o las cien mil atro$ias $rontotemporales -ue con $recuencia se con$unden con el mal de )lzheimer demuestran $7cilmente como la incapacidad neurológica de anticipar modi$ica los comportamientos emp7ticos. &n lobotomizado orina delante de todos por-ue responde a la estimulación inmediata de su vejiga sin -ue Ie moleste la morti$icación -ue su acto va a provocar m7s tarde en el mundo mental de los dem7s. Los comportamientos de conversación de -uienes su$ren demencia $rontotemporal provocan malestar en sus interlocutores pues estos pacientes sostienen la mirada de manera respondiendo solamente a su inter*s inmediato,indecente sin preocuparse por el e$ecto -ue producen, como lo hacen los beb*s -ue an no tienen acceso a la empatía. Los a$7sicos, por su parte, pueden plani$icar una conducta, ir a buscar una herramienta para trabajar en el jardín, preocuparse por la reacción del otro, pero "a no pueden decirlo. Lo -ue detiene la empatía es sin duda la incapacidad de representarse el tiempo " no la $alta de la palabra. &no constru"e la idea -ue se hace de sí mismo, uno da $orma a su pasado con recuerdos precisos o recompuestos, a veces con $alsos recuerdos -ue nos permiten gobernar nuestro $uturo pues conocemos nuestros h7bitos pasados. 0olo podemos hacer semejante trabajo si nuestro lóbulo pre $rontal de la anticipación permanece conectado con el circuito límbico de la memoria " si el medio nos rodea de algunas $iguras
destacadas " de acontecimientos sociales -ue jalonen nuestra memoria intima. La memoria de trabajo, la -ue trans$orma los acontecimientos recientes en recuerdos, disminu"e a partir de los sesenta a'os. 0e hace di$ícil repetir una serie de diez ci$ras o de nombres elegidos al azar. La memoria de los relatos, en cambio, mejora con la edad. 6 la gente en general hasta tiene tendencia a creer -ue esas historias son edi$icantes " constitu"en pruebas de sabiduría, cuando sencillamente se trata del resultado de una estrategia de existencia mil veces revisada, mil veces repetida -ue proporciona a la persona de edad una certeza reiterada. or otro lado, los ancianos -ue aun -uieren hacer realidad un sue'o terminar un pro"ecto viven en la anticipación. Desean pintar, descubrir, comprender " comprometerse en acciones humanas. 0us relatos permanecen abiertos hacia el porvenir, despiertan todavía una esperanza " crean un sentimiento de $amiliaridad tran-uilizadora. Las narraciones de las personas de edad avanzada alternan los consejos del -ue da lecciones con las ideas del creativo en busca de nuevos acontecimientos. En los dos casos, los relatos opuestos preservan su identidad. 4asta en los casos de restricción temporal de las demencias en las -ue el en$ermo "a no puede anticipar lo -ue podría suceder ni buscar Entre sus recuerdos, algunos $ragmentos resurgentes mantienen la estructura de un "o es-uel*tico/ #(orta las $rases bruscamente en medio de una charla como detiene sus movimientos cuando va a buscar algo " se olvida de lo -ue iba a buscar%, me decía la se'ora D. #0e siente mejor cuando resurge recuerdo. 6 a menudo me repite/ a Bizerte con todaalgn mi $amilia " mi comandante dijo/Llegue Y6o no lo mande llamarY. 6 sonde, " entonces me do" cuenta de -ue "a est7 calmado.% +ambi*n suele ocurrir -ue uno cuente algo " olvide la $uente, o -ue no sepa por -u* relata con tanta $recuencia una película rom7ntica -ue todavía lo conmueve. 0encillamente por-ue olvidó -ue $ue a verla con su primer amor cuando tenía -uince a'os. &na percepción trivial desencadena una evocación personal. &na antigua canción, un par de pantu$las gastadas, un cuadro descolorido, provocan una reminiscencia visual. (omo el sabor de la magdalena de roust, una imagen puede evocar una situación pasada. 5omentos privilegiados de nuestras reminiscencias pero en las personas de edad siempre ha" un #ico de
reminiscencias% &n momento de su biogra$ía evocado m7s $7cilmente/ los acontecimientos vividos entre los diez " los treinta a'os constitu"en la columna vertebral de nuestra identidad. (uarenta o cincuenta a'os despu*s, vinculamos pre$erentemente los objetos " los acontecimientos -ue percibimos con este periodo sensible de nuestra juventud en el -ue lo a$ectivo " lo social se disponían a dar sentido a toda la aventura de nuestra existencia. Los ejercicios $ísicos, los placeres intelectuales " las relaciones a$ectivas tienen un e$ecto protector para nuestras neuronas, lo cual explica por -u* durante mucho tiempo se dijo -ue los ni'os genios se trans$ormaban en buenos ancianos. En realidad, lo -ue protege sus neuronas no es la eminencia de su coe$iciente intelectual, sino la consecuente manera de vivir. La socialización -ue o$rece ho" la escuela les ha dado responsabilidades, los ha entrenado para leer, re$lexionar, viajar " descubrir numerosas actividades -ue estimulan sin cesar el cerebro. Este estilo de existencia los ha protegido del envejecimiento mórbido. Los pe-ue'os buenos alumnos -ue nuestra sociedad mima ho", cuando sean viejos, tendr7n menos atro$ia cerebral -ue la población general. ) la inversa, las rupturas a$ectivas precoces, al orientar al ni'o hacia una existencia di$ícil, inducen #un trabajo de duelo no elaborado -ue provocara la producción de amiloides " la perdida celular en zonas como el hipocampo, prepar7ndolas, el terreno para la demencia%. En este tipo de razonamiento -ue asocia la clínica m*dica con la psicología de lo cotidiano " la biología $undamental, se postula -ue lo -ue nos orienta hacia la demencia o lo -ue nos aleja de ella es una cascada de causas a la vez destructoras " protectoras. Lo -ue mejor protege nuestras $unciones la higiene delavida/ los ejercicios $ísicos, los cognitivas es$uerzos esintelectuales, red a$ectiva $amiliar " de amigos, las pe-ue'as presiones -ue nos mantienen despiertos " las vacaciones -ue nos aletargan crean una alternancia -ue -uiebra la rutina " proporciona una sensación de vivir. Los deportes moderados, el matrimonio, la amistad " los desacuerdos intelectuales son nuestros mejores medicamentos. La herencia " los traumas tienen un e$ecto d*bil en los envejecimientos mórbidos. 5ientras -ue el taba-uismo, el sedentarismo, el sobrepeso o el peso insu$iciente ", sobre todo, el aislamiento a$ectivo e intelectual, constitu"en los principales riesgos de una vejez di$ícil. El apego -ue organiza nuestra manera de amar " de socializar esta en el centro de la vejez, asi como $ue el eje de los primeros a'os de vida. La impronta a$ectiva inscribió en nuestra memoria el sabor -ue cada uno le da al mundo.
(uando nuestro envoltorio a$ectivo nos ha dado seguridad a lo largo de las interacciones tempranas, el sabor del mundo es suave, agradable " per$umado. ero cuando hemos experimentado un su$rimiento intimo o de alguien cercano, la vida con $recuencia ad-uiere un sabor amargo. Esta tendencia no es una $atalidad pues las improntas son aprendizajes cognitivos -ue evolucionan como todas las memorias borr7ndose o re$orz7ndose. )hora bien, ha" momentos de la existencia en los -ue el apego es particularmente maleable. Durante los primeros a'os, las impregnaciones son $ulgurantes, todas las neuronas envían prolongaciones sin7pticas en todos los sentidos a toda velocidad. (ada encuentro posee un poder modelador. Luego el organismo se calma ", cuando el medio es estable, el ni'o establece sus relaciones aplicando el estilo a$ectivo -ue aprendió de manera no consciente. La adolescencia constitu"e un nuevo periodo sensible, "a -ue el $lujo hormonal " los primeros amores avivan las neuronas " motivan nuevos aprendizajes. La testosterona hace explosión en el varón " se multiplica por dieciocho en unas pocas semanas, mientras -ue en la ni'a el estrógeno aumenta lentamente en uno o dos a'os. Los traumas, las pruebas " los trastornos inevitables de la vida in$lu"en en las improntas ejerciendo e$ectos -ue varían segn el sexo, la edad, la receptividad biológica " la signi$icación de los acontecimientos. En cada transacción, el gusto del mundo cambia " modi$ica nuestra manera de relacionarnos con *l. La tercera edad constitu"e un ltimo periodo sensible. El envejecimiento de transacción las neuronas obliga al suanciano a experimentar una contradictoria/ identidad narrativa, mil veces revisada, Ie da certidumbres históricas en el momento en -ue, alrededor, el mundo cambia. 0e siente m7s estable -ue nunca ", sin embargo, percibe lo -ue lo rodea como una extrema novedad. Las interacciones tardías deben negociar con estos datos de su realidad. El ni'o experimenta el mundo como una evidencia encantada, en tanto -ue para el anciano es algo -ue no reconoce plenamente, a una edad en la -ue las aventuras exploratorias "a no lo tientan. uevas maneras de amar. La constelación a$ectiva tambi*n cambia con el tiempo. Los padres de las personas de edad han muerto, el compa'ero de toda la vida "a no es compa'ero sexual, los viejos amigos se extinguen, las nuevas relaciones se hacen di$íciles " los hijos,
llevados por su propia existencia, permanecen apegados a sus ancianos padres, pero desde lejos. El mundo a$ectivo -ue rodea a las personas de edad se empobrece pero, como el relato de sí mismas est7 grabado en su memoria, las antiguas $iguras de apego interiorizadas, recordadas a trav*s de objetos " símbolos, evocan sin cesar en su $uero íntimo al amado ausente. ueden mantener un vínculo a$ectivo intenso con una $igura ausente record7ndola sencillamente por medio de una $otogra$ía, una carta algn pe-ue'o objeto. El poder simbólico es tan poderoso -ue puede trans$igurar una nadería. (uando uno est7 solo en la vida, abandonado por todos en un mundo irreconocible, puede acercarse a Dios, dirigirse a un lugar de oración con la esperanza de encontrarlo alIí, percibir los objetos o los símbolos -ue evocan su presencia " participar de los ritos de interacción con El. La plegaria, las posturas, los ritos, los sagrarios, los cantos o el incienso materializan la interacción divina. Estos objetos simbólicos $ueron colocados con el propósito de evocar a )-uel -ue no podemos percibir " -ue, sin embargo, hace nacer en nosotros un sentimiento de protección " de seguridad, como lo hacía nuestra madre sesenta a'os antes. El ser humano de edad avanzada responde a una representación con$ortadora intenianlizada, impregnada en su memoria. Esto explica por -u* los ancianos -ue vuelven a acercarse a Dios son en general a-uellos -ue de ni'os lo habían $recuentado. 4asta -uienes nunca conocieron a Dios " lo encuentran siendo "a personas de edad, experimentan la eu$oria de los reencuentros. La psi-ue tiene horror del vacío, por lo tanto, cuando una persona anciana trata de representarse el m7s all7, siente una especie de v*rtigo en el borde del abismo ", desde el momento en -ue sima a Dios en ese lugar, se tran-uiliza. El retorno a Dios simboliza los reencuentros -ue permitían superar la angustia de la separación. Lo -ue se consigue dominar no es el miedo a la muerte, sino la pena por la perdida de un hombre aun vivo. El contacto recon$ortante con Dios "a no es $ísico como lo era el contacto con la madreM es simbólico puesto -ue necesita la presencia de objetos de culto, lugares de oración " de ritos interactivos -ue evo-uen al +odopoderoso represent7ndolo. )ntes de la palabra, el beb* se sentía recon$ortado por una percepción, un ruido $amiliar, un olor, una caricia, pero, desde -ue comenzó a hablar, el ni'o habitó un mundo de representaciones " ad-uirió la capacidad de sentirse seguro sencillamente evocando la $igura de apego ausente/ #5ama matara a los malos ... %. Desde entonces, el menor indicio evocaba al ausente " calmaba las penas del pe-ue'o. )hora bien, el mundo sensorial -ue rodea a la persona de edad se empobrece mientras -ue su mundo íntimo de representaciones se
enri-uece. 6a no es necesario -ue la $igura de apego este presente puesto -ue ha sido intenianlizada/ cual-uier pe-ue'ez la evoca " provoca un alivio. La gente anciana nunca retorna a la in$ancia. Dios, en cuanto base de seguridad intenianlizada, se trans$orma en un compa'ero de la existencia cotidiana. o en el mas all7, no despu*s de la muerte, sino -ue comparte la vida de todos los días, da seguridad, dinamiza, da sentido " organiza el estilo de relacionarse con los dem7s. &no se apega a l, como se apega uno a la vida, de manera con$iada " jovial, a veces rígida, ambivalente " hasta temerosa. 4a" -uienes sostienen -ue nuestras maneras de amar cambian en el curso del ciclo vital, pues se ha comprobado una importante disminución del apego seguro -ue pasa del HH por ciento en la población general a un KK por ciento en personas de sesenta " ocho a'os. El estilo preocupado, in-uieto " la chochez solo se registran en el K por ciento de esta población, mientras -ue el apego temeroso -ue se caracteriza por-ue los ancianos se sienten sometidos e intimidados por -uienes les dan seguridad se eleva al G por ciento. La modi$icación m7s notable se relaciona con el apego distante, -ue asciende a un G por ciento cuando en la población general es de solo el . ;tros investigadores han obtenido promedios de los estudios comparativos entre $ranjas de edad de veinte a ochenta a'os " comprobaron una evolución bastante moderada. Los seguros continan dominando el por ciento a los ochenta a'os cuando a los veinte son el HH por ciento!, mientras -ue los -ue evitan el apego aumentan netamente son un UF por ciento entre los de ochenta a'os " solo un H por ciento entre los de veinte!. +odos coinciden en -ue los apegos ansiosos, ambivalentes, desorganizados o con$usos pr7cticamente han desaparecido. El apego de la persona de cierta edad se caracteriza por la disminución de los seguros 3-ue siguen siendo ma"oría pero mu" ajustada " por el aumento de los distantes. robablemente los ancianos sean menos ansiosos por-ue tienden menos a explorar " a proponerse pro"ectos extremos, tendiendo incluso a limitarse a las actividades en las -ue destacan " a los lugares -ue conocen, con lo cual re$uerzan su base de seguridad intima. A0era eso lo -ue llamamos #sabiduría!!< Las personas de edad "a no tienen la posibilidad biológica de recibir nuevas improntas puesto -ue las sinapsis son m7s lentas, pero pueden organizar la existencia de la manera -ue m7s se ajuste a su nueva condición, reencontrarse con amigos de la in$ancia impregnados en su memoria, retomar con ellos la conversación interrumpida
sesenta a'os antes " dejarse distraer por amigos ocasionales a los cuales se apegan poco. Dios " el apego La evolucion del apego depende en gran medida de las culturas. )lgunas brindan seguridad a las personas de edad madura, mientras -ue otras los llevan a aumentar sus apegos distantes a $uerza de herirlas. La indi$erencia llega a ser un $actor de protección cuando uno ha su$rido una cascada de traumas, cuando ha sido excluido por la cultura, cuando la $amilia se desintegra o cuando disminu"e la a"uda social. En Estados &nidos, la población a$ronorteamericana evoluciona con m7s $recuencia QK por ciento en comparación con el UF por ciento de los blancos! hacia el apego distante, una especie de indi$erencia a$ectiva. )hora bien, -uienes se apartan de los hombres por-ue est7n desgastados por la miseria, heridos por el repudio " humillados por los prejuicios, se alejan tambi*n de Dios. (uando los ancianos viven rodeados por una constelación a$ectiva, conservan la $uerza interior " el placer de creer alegremente en *l. En su conjunto, los representantes de la tercera edad son m7s religiosos -ue los jóvenes, el F por ciento de ellos enri-uecen su $e, mientras -ue el Q por ciento la pierde. Los extraviados de Dios se reclutan principalmente entre los melancólicos, los abandonados " los grandes heridos de la vida. ara creer en Dios, hace $alta $uerza " para sentirse $uerte, es necesario estar rodeado " contenido. Independientemente de -ue el punto de partida sea una carencia en los neuromediadores 3como en el caso de la melancolía o de -u e el d*$ icit neurobiológico se deba a un aislamiento a$ectivo o a un abandono social, la persona en el alma a veces no tiene la $uerza necesaria para herida apegarse a Dios. La edad, el sexo, la cultura " el estilo de apego se conjugan para imprimir en el cre"ente su manera de amar a Dios. Las mujeres lo aman m7s -ue los hombres " el color de la piel es un $actor menos determinante -ue la cultura -ue alienta o desalienta la $e. La persecución es un buen medio de re$orzar la creencia "a -ue obliga a los oprimidos a solidarizarse " a replegarse en sus representaciones compartidas de un Dios tran-uilizador " protector. &no se apega mejor a a-uel -ue a$ronta al mismo enemigo. La muchacha tenía diecis*is a'os " $lotaba en una vida taciturna " sin sentido. &na tarde, mientras se moría de aburrimiento " se convencia de -ue estaba estudiando para un examen, se dejó caer en la cama con el mero propósito de permanecer alIí, $l7cida " vacía. 0intió vagamente una impresión curiosa, una mezcla de angustia " de eu$oria, como
cuando, transportado por la velocidad, uno experimenta al mismo tiempo miedo " gozo. De pronto, como en un v*rtigo, Dios entró en el la'o es raro -ue las personas adultas encuentren a Dios despu*s de un periodo doloroso. EI car7cter sbito del paso de la angustia al *xtasis les da una sensación de iluminación interior -ue llama #revelación%. El consuelo divino sobreviene a menudo despu*s de un intenso dolor $ísico. 6, si en las personas de edad avanzada el *xtasis es m7s moderado, ello se debe a -ue, biológicamente, sus emociones no pueden ser violentas " los apegos -ue construven son m7s bien livianos o es-uivos. El apego a Dios permite re$lexionar sobre el sentimiento religioso en cuanto experiencia emocional. o se trata de aportar pruebas de su existencia ni de con$irmar un dogma. 0e trata sencillamente de comprender el e$ecto a$ectivo de Dios como un #$ervor personal, una iluminación intima?, mucho m7s -ue como una re$lexión sobre la religión. 6 si globalmente los cre"entes se sienten mejor -ue los no cre"entes, ello se debe a -ue a-uellos mantienen en su $uero m7s íntimo una base de seguridad. El hecho de encontrarse regularmente con otras personas -ue comparten las misma creencias, con #hermanos% -ue vienen a adorar al mismo #padre%, en los mismos lugares, con los mismos ritos, estructura el envoltorio a$ectivo -ue sostiene a las personas de edad avanzada. +odas las religiones hablan de nuestras orígenes " de la muerte, de la historia anterior a nuestro nacimiento " de lo -ue vendr7 despu*s de nuestra desaparición, con lo cual crean una representación dilatada del tiempo -ue corresponde a la de los ancianos " -ue es la -ue da sentido a sus vidas. ero ese apego a$ectivo a Dios nonecesario solo tienecomo e$ectossost*n ben*$icos. EI envoltorio puede trans$ormarse en dictadura del pueblo cre"ente. :uien no crea como conviene -ue crea ser7 tratado de in$ielM -uien no se someta al dogma, ser7 considerado blas$emo. 6 esa persona provoca un esc7ndalo -ue merece la muerte por un comportamiento injurioso -ue ma'ana ser7 olvidado. 0i la angustia " el *xtasis con $recuencia se asocian, probablemente se deba a -ue las zonas del cerebro alertadas son vecinas en la zona cingular " a -ue una estimulación a$ectiva intensa se di$unde en la $ranja cercana " la enciende a su vez. )hora bien, los grandes místicos son grandes torturados -ue por oleadas $luctan hacia el *xtasis divino .0e aíslan como lo hace cual-uiera cuando su$re " se adhieren al menor rito como a un $etiche talism7n. 0on rígidos pues tienen un gran temor a despertar el su$rimiento " consideran la menor indolencia como una transgresión escandalosa. 0e sienten tan
aterrorizados por a-uellos -ue saben amar calmamente -ue tratan de ani-uilarlos hablando del amor de Dios al cual se apegan desesperadamente. Dios " el amor sublime Los visionarios, los comatosos " los sumamente ansiosos cuentan a menudo haber vivido un *xtasis sublime, una sensación de abandonar el cuerpo, de levitar, de dilatarse en el cosmos. (uando descienden nuevamente a la tierra, una vez calmado el doble sentimiento de su$rimiento " *xtasis, toman esta experiencia como una prueba de su elección, una revelación -ue les permitió unirse a Dios. &n no cre"ente tambi*n puede encontrar a Dios cuando, al oponerse con todas sus $uerzas al su$rimiento, experimenta sbitamente la sensación de una expansión de su alma en el universo, el #sentimiento oce7nico% de -ue hablaban 2reud " >omain >olland. En este en$o-ue a$ectivo de la creencia, no se intenta oponer la ciencia -ue diría la verdad a un Dios -ue solo sería una ilusión recon$ortante. La ciencia aporta verdades tan breves -ue en realidad solo sirven para plantear nuevas preguntas " el apego a Dios analiza simplemente la manera en -ue somos capaces de amar. uede tratarse de una estatua, de una imagen, de un objeto, de un texto o de un signo -ue representen lo no representable. La $orma percibida -ue evoca a Dios produce, como toda base de seguridad, un e$ecto apaciguador, dinamizante " organizador del 6o. El seguimiento cientí$ico de la existencia de Dios en el cerebro revela -ue el electroence$alograma segrega m7s ondas all7 a ocho codos por segundo en los cre"entes. Este testimonio bioel*ctrico de la atención calmada aumenta durante las oraciones mientras indicadores biológicos del estr*s desaparecen. 4asta-uelaslosneuroimagenes muestran -ue la amígdala rinoence$alica disminu"e su $uncionamiento " provoca la morosidad de la corteza parietal. V La t*cnica permite observar lo -ue los místicos llaman #la inmersión interior%M se revela, en e$ecto, una desconexión del mundo exterior, mundo -ue -uien est7 sumergido no percibe durante el tiempo -ue dura el acople de su$rimiento " *xtasis. or supuesto, no estamos hablando de la localización cerebral de Dios, sino de la prueba neurológica de -ue su mera representación apacigua los marcadores biologicos del estr*s. El enlo-uecimiento se calma, el sujeto desdichado recupera un poco del dominio emocional evocando su bs-ueda de protección " su sumisión a una poderosa " tran-uilizadora base de seguridad intima. +odo esto explica por -u* ha" mil " una maneras de amar a Dios. &no se apega a l como se adhiere a una $igura de apego " lo ama de la manera -ue aprendió a hacerlo mucho
antes. 2recuentemente, con un estilo amable " jovial, Ie agradecemos el milagro de la vida o el habernos devuelto el gusto por el mundo -ue habíamos perdido. ) veces se lo ama de manera ambivalente/ ha" -ue crisparse en el amor de Dios para no dejarse llevar por el diablo -ue nos tienta. +ambi*n puede suceder -ue supli-uemos con $ervor -ue no nos abandone, como el n7u$rago -ue se a$erra a su tabla de salvación. Este hiperapego ansioso nos vuelve $7cilmente agresivos contra a-uellos -ue tratan de -uitamos la tabla o -uieren hacemos dudar de la calidad de nuestra $e. +enemos tanta necesidad de creer -ue -uien nos haga vacilar se nos presentara como un agresor. Los $ervores sbitos de la adolescencia se registran con ma"or $recuencia en una población de jovencitas -ue anteriormente habían creado con sus madres un apego distante GQ por ciento!.Durante varios a'os se hizo el seguimiento de un grupo de ni'os con vínculos calmos, criados en $amilias religiosas/ solo el por ciento de ellos descubrió a Dios en un arropamiento sbito. En cambio, en un grupo de ni'os ambivalente experimento ese enamoramiento el U por ciento. ) veces, los distantes encuentran a Dios a trav*s de una revelación, mientras -ue los seguros continan am7ndolo tran-uilamente. Este $ervor constitu"e un acontecimiento psí-uico considerable, un punto de in$lexión de la existencia a partir del cual habr7 un antes " un despu*s. 6a se trate de un apego ansioso, "a se trate de un rebote a$ectivo despu*s de algunos a'os de $rialdad, el retorno del ardor pone al sujeto en riesgo de caer en un misticismo mórbido, una especie de escisión/ una parte de la personalidad su$re " permanece helada, mientras -ue la otra hace eclosión " vibra ante el encuentro con representación divina Ie devuelve la vida. Elelcuerpo " lo la real son dos lugares de -ue su$rimiento, mientras -ue alma " sus representaciones llegan a constituir un espacio paradisiaco. Los soldados -ue permanecían en las trincheras durante la rimer a 8uerra 5undial con $recuencia ilustraron esta idea. 5ientras lo real les imponía la constante tortura del $rio, el hambre, las ratas, el horror de los cad7veres " los trozos de miembros helados, gran nmero de jóvenes aterrorizados vivían al mismo tiempo una maravillosa historia de amor con Dios. (uando los ni'os en$ermos se dan cuenta de -ue van a morir, a menudo sienten un verdadero arropamiento por sus padres " su dulzura a$ectuosa ante la muerte hace -ue todos admiremos su valentía. (uando un cuerpo est7 siendo torturado por lo real " el alma esta maravillada por el amor a Dios, la morti$icación " el *xtasis $orman un par de opuestos. Despu*s de la guerra, cuando la vida vuelve a ser soportable, a-uella escision se desdibuja en las memorias. Esos hombres recobran el placer de lo real "
conservan la gratitud a )-uel -ue los salvo. Entonces, para hac*rselo saber a los dem7s, pintan exvotos " constru"en catedrales. La solidaridad del grupo constitu"e un $actor de a$ecto, de seguridad " de $ortalecimiento de la creencia. (uando lo sublime se vuelve mórbido Lo sublime llega a ser mórbido cuando ciertos sobrev ivientes de las trincheras conservan el odio por lo real -ue tanto los hizo su$rir. ara ellos, la salvación solo existe en el mas all7. +odo lo -ue permite saborear la vida provoca un sentimiento de disgusto o de vergWenza por ser $eliz. 8ozar en un cuerpo corrompido se vuelve un acto obsceno " aceptar la $elicidad en la tierra e-uivale a traicionar a -uienes murieron para protegernos. La $elicidad es un esc7ndalo " el odio del propio cuerpo orienta a estos hombres hacia el integrismo, a someterse a la le" del 0alvador a $in de combatir lo real inmundo. Durante las interacciones tempranas, la $igura de apego debe estar sensorialmente presente para marcar en el psi-uismo en pleno desarrollo del ni'o una impronta -ue Ie de seguridad. Durante las interacciones tardías la persona de la tercera edad se retira progresivamente de lo real " habita cada vez m7s en sus representaciones de Dios " de sus recuerdos. En el transcurso de esas interacciones tardías, cuando lo real se desdibuja " el mundo de los recuerdos -ue llena el espacio íntimo ha sido pobre, el anciano tiene di$icultades para apegarse. (uando en )uschTitz lo real era indecible " el mundo íntimo estaba vacío, los reclusos "a no tenían una base de seguridad ni en sí mismos ni $uera de sí. i hombres ni Dioses, el nico alivio procedía de la esperanza de morir. En un contexto de paz,uncuando real es "agradable, -uienes pudieron desarrollar apegoloseguro ad-uirieron en la in$ancia la representación del Dios de su cultura experimentan el placer " el asombro de conocer al Dios de otro grupo. o renuncian al propio, pero, como a todo ni'o sereno, les gusta explorar " aprender el mundo de las cosas " el de las personas, aun cuando sean di$erentes. 5ientras -ue los -ue ad-uirieron un apego ansioso solo se sienten bien cuando est7n en contacto con su propio Dios. +ienen tendencia a atribuirle plenos poderes hasta el punto de convertirlo en un Dios totalitario. Los Dioses extremos no comparten. ara poder o$recer seguridad a -uienes creen en ellos, exigen una sumisión integra. (uando el envoltorio a$ectivo de una persona de edad avanzada se desgarra por-ue alguien mu" cercano se aleja o muere, su mundo responde a un mejor a las representaciones -ue esa persona conservo en su memoria. La viuda sabe
per$ectamente -ue su marido "a no existe en lo real, pero siente -ue an existe en las representaciones -ue guarda de *l. Entonces, contina habi*ndole, poniendo su plato " sus cubiertos en la mesa e imaginando los pasos del hombre cuando este regresaba del trabajo o su respiración cuando dormía a su lado en la cama. Los ancianos responden a sus representaciones mucho m7s -ue a lo real -ue los rodea. iensan en los -ue "a no est7n, les hablan a las $otogra$ías, de$ienden sus intereses o su memoria, embarc7ndose asi en un proceso -ue los hace sentir m7s seguros " les permite vivir en un mundo -ue les resulta $amiliar. El mundo "a no los rodea, est7 dentro de ellos, en su memoria. Esta evolucion psicobiologica explica el retorno a Dios propio de los ancianos -ue lo veneraron siendo ni'os. Inversión de los apegos Esta reorganización de la memoria -ue se opera con la edad, una con$iguración en la -ue lo -ue nos rodea se desdibuja mientras la normatividad intima se $ortalece, explica el retorno de las improntas " el cambio radical de los apegos. (uando las personas de mucha edad hablan a los -ue "a no est7n " debaten con ellos un problema actual, como lo hacen con $recuencia las viudas, uno -ueda maravillado ante el poder tran-uilizador de esa situación imaginaria tan e$icaz como la sesión de psicoterapia m7s lograda. >evivir el pasado disminu"e el poder tran-uilizador de las bases de seguridad extiende " aumenta el de las representaciones inscritas en la memoria. o es raro entonces oír a una madre anciana llamar #mama% a su propia hija de -uien ho" se siente m7s hija -ue madre. est7enrespondiendo -ue tenia deEsasí mujer misma su in$ancia a"laalrepresentación sentimiento de $amiliaridad tran-uilizador -ue Ie aporta la hija, como lo hacía antes su propia madre. Este retorno de las improntas trazadas biológicamente en el inconsciente cognitivo invierte pues los roles parentales " otorga a los hijos el poder de -uien brinda seguridad/ J5e siento m7s cómoda si esta mi hija presente... #Le preguntar e a mi hijo ... %, suelen decir los ancianos cuando se les pide -ue tomen una decisión. (iertos hijos aceptan sin inconvenientes esta inversión de los roles, otros se alejan angustiados " algunos no comprenden por-u* se sienten obligados a ocuparse de la madre -ue los maltrataba o del padre -ue los atemorizaba. Los hijos a los -ue se les asigna el papel de padres se conectan en esta nueva relación evocando el apego del pasado/ #Esto"
orgulloso de ocuparme de ella%, #or $in *l es el padre de mis sue'os ... %, #or-ue no habr7 sido siempre tan cari'oso<%, #6a no -uiero oír hablar del asunto ... Es demasiado tarde ... %. Estas son algunas de las $rases $recuentes de -uienes viven esa nueva relación en la -ue la inversión de roles despierta el pasado. Independientemente de la cultura a la -ue pertenezca el sujeto, regularmente se da una distinción entre los apegos impregnados padres, cón"uges, hermanos, amigos de la in$ancia! " los apegos ocasionales vecinos, miembros de un club, grupos de encuentro!.Los grupos ocasionales pueden constituir un sost*n o una distracción, pero "a no tienen el poder de aprendizaje. )ntes había una correlación entre el apego parental " el modo de socializar del ni'o, pero "a no ha" relación entre el apego de los primeros a'os de vida " la manera de amar del anciano, lo cual prueba el car7cter evolutivo de las improntas. ) lo largo de una existencia, vivimos apegos di$erentes cu"a mezcla nos da un estilo a$ectivo característico/ en una misma constelación a$ectiva, podemos tener un vínculo inseguro con una madre preocupada, otro seguro con un padre ausente, aprender el aborrecimiento por un hermano ma"or " la ambivalencia por una hermanita a -uien admiramos pero cu"o *xito nos abruma. La convergencia de estas maneras de amar se impregna en nuestra memoria " evoluciona con arreglo a nuestros encuentros a$ectivos. (uando una impronta no se ha modi$icado por-ue el sujeto era psicorrigido o por-ue su medio no dispuso alrededor de una constelación a$ectiva variada, la huella del pasado resurge " hace reaparecer un su$rimiento -ue uno creía olvidado. 2iguras -ue $ueron capitales en un momento de nuestra vida han desaparecido de lo real o de nuestra memoria. (iertas estrellas a$ectivas -ue uno creía secundarias, en otras circunstancias, pasan a ocupar un lugar $undamental. El universo a$ectivo cambia de $orma ", despu*s de los setenta a'os, la restricción del espacio " de las con-uistas sociales reduce la constelación del anciano a cinco o diez estrellas, algunas impregnadas " otras ocasionales. El retorno de las improntas explica -ue, en la persona de edad, la proximidad a$ectiva de las interacciones tardías no se disponga de la misma manera -ue la de las interacciones tempranas. &n ni'o tiene necesidad de la proximidad $ísica " sensorial para sentirse seguro. Debe tocar a su $igura de apego, mirarla, apretujarse contra ella, sentirla " oírla a $in de incorporarla en los circuitos cerebrales de su memoria " de sus emociones. 0olo entonces tendr7 la posibilidad de alejarse m7s tarde "
llevarla consigo, en su mundo íntimo. Las personas de edad, en cambio, recobran esta impronta cuando se representan su pasado " tienen intenianlizada esa $igura tran-uilizadora. Durante d*cadas ad-uirieron el h7bito de responder a su representación mucho m7s -ue a su percepción/ #0i mi padre me viera%. Es por ello -ue estas personas no +ener ninguna di$icultad para responder a Dios. inguno de nuestros hijos cree en Dios el día de su nacimiento. i si-uiera cuando comienza a hablar " su lenguaje solo puede designar, piensa todavía en Dios. 0olo cuando su lenguaje llega a expresar representaciones, el ni'o alcanza la capacidad de responder a algo totalmente ausente/ la muerte. )ntes de los seis a'os, la palabra #muerte% evoca una región lejana, un m7s all7 celeste. )lgunos a'os despu*s, el ni'o se dice -ue la muerte es un m7s all7 no representable puesto -ue, en vida, no es posible tener esa experiencia. 0olo se la puede imaginar como un vacío, un lugar exterior, el in$inito despu*s de la vida. ara no sentir un v*rtigo angustioso, es necesario pues llenar esa nada. El ni'o nicamente adopta las creencias de sus $iguras de apego cuando ha desarrollado bien su empatía " siente el deseo de compartir la $e de -uienes ama. )si es como reencontramos el es-uema de los primeros vínculos/ #(uando el mundo -ue percibo me aterra, me re$ugio en el cuerpo de la persona -ue me da seguridad%, podría decir *l beb*. 57s tarde, al envejecer, dir7/ #(uando el mundo exterior me aterra, me re$ugio en las representaciones de -uienes todavía me hacen sentir segura%. Los ancianos pueblan lo in$inito no representable con lugares de oración, ritos, catedrales, templos, mez-uitas, canticos, palabras, gestos, vestidos, objetos" de culto, olores, notas musicales, relatos,actitudes, conversaciones recitados. +odos esos signi$icantes percibidos llenan el vacío in$inito con representantes -ue evocan lo no representable/ la instancia todopoderosa -ue da muerte despu*s de haber dado vida. Esos teatros místicos cu"as puestas en escena di$ieren segn las culturas explican la geogra$ía de las creencias, los continentes musulmanes " los continentes cristianos, los barrios, las $amilias donde cada uno internaliza una manera de creer en Dios -ue lo apega a a-uellos con -uienes comparte una creencia. Ellos nos o$recen una base de seguridad -ue lucha contra la angustia de la muerte disponiendo algunos monumentos, algunos objetos o melopeas -ue evocan lo no representable. Esta actitud espiritual reproduce el procedimiento del lenguaje, -ue pone en lo real un signi$icante con el propósito de evocar un signi$icado imposible de percibir.
5orir no es perder la vida +odo lo dicho permite comprender por -u* la representación de #morir% se asocia con la de #perder la vida%, pero al mismo tiempo se di$erencia de ella. La idea de morir implica anticipar la nada, implica el concepto de no su$rir despu*s de la vida. 0olo los -ue aman a Dios con ambivalencia piensan -ue puede llevarlos o bien al in$ierno o bien al paraíso. Estos imaginan el m7s all7 como un terrible terreno desconocido. ero -uienes aman a Dios de un modo seguro experimentan el sentimiento de -ue despu*s de la muerte no se su$re m7s de lo -ue se su$ría antes de la vida. 4a" un m7s all7M eso es todo, un sitio di$ícil de imaginar, pero -ue uno puede llenar con im7genes " signos. erder la vida es algo di$erente. Es separarse de a-uellos a los -ue uno ama, es perder la casa -ue con tanto es$uerzo logramos tener, es perder los paisajes en los -ue hemos vivido, es perder la propia historia, como si esta nunca hubiera ocurrido, es descali$icar los momentos de $elicidad, los sue'os " los su$rimientos -ue habíamos aceptado por el mero hecho de estar vivos. A+odo eso para nada< Es demasiado doloroso9 &no ama a Dios como ama a los hombres cuando los percibe como una base de seguridad. 6 lo ama m7s -ue a los hombres cuando estos lo hacen su$rir o cuando ha establecido con ellos vínculos distantes o ambivalentes. En general, es un Dios de amor -ue proporciona el placer de un vínculo mantenían tran-uilizado " alegre -ue justi$icaría la plegaria/ #5adre de Dios -ue est7s en los cielos%. ero puede ocurrir -ue ese amor se vuelva mórbido. &no puede +odopoderoso o detestarlo nos hace su$rir oamar nos alabandona. La existencia decuando )uschTitz es la prueba de -ue Dios no existe. (uando alguien piensa asi, se aparta de l pues, al no tener "a $uerzas para vivir, no experimenta el placer de amado. 6a veces hasta puede Llegar a adorarlo de manera odiosa cuando el impulso hacia *l ,separado de lo real, legitima el odio del cuerpo, de la belleza " de los placeres, como lo hicieron los católicos de la In-uisición en el pasado " lo hacen ho" los talibanes. Este sentimiento sublime en$ermizo, -ue considera podredumbre todo lo -ue es de este mundo, inventa una condición humana en la -ue la vida es odiable. 4a" -ue morir por El ", si es necesario, ha" -ue matar para poder ganarse el derecho de compartir con *l ese m7s all7 invisible. Ese Dios mórbido es un arma para los tiranos, -uienes, en su nombre, exigen -ue su pueblo se someta, este dispuesto a matar " a matarse por un ideal de pureza -ue ningn rastro de $elicidad habr7 de manchar. Ese Dios tirano organiza la complaciente solidaridad
de -uienes Ie obedecen #a muerte% " conduce como a un solo hombre a su grupo de adoradores, los cuales deben ignorar, despreciar " hasta eliminar a los integrantes de otros grupos -ue no creen en el mismo Dios. 0i admitimos -ue Dios tiene un e$ecto psicológico comparable a una base de seguridad interaliada " -ue necesitamos tener miedo para poder experimentar la $elicidad de amar a a-uel -ue nos da seguridad, volvemos a encontramos con la asociación del par de opuestos/ lo desconocido -ue aterra " aumenta el e$ecto de seguridad de lo conocido -ue recon$orta. En los ancianos, el par de opuestos est7 constituido por el miedo a morir " a encontrar lo desconocido, asociado al temor de perder la vida " -uedar separado para siempre de su mundo $amiliar. Las ideas de morir " de perder la vida asocian un par de sentimientos/ una idea aterra " la otra desespera. ero cuando la persona de edad avanzada puede sentirse segura apelando a una representación divina " cuando su grupo humano Ie proporciona los elementos rituales -ue lo capacitan para soportar la perdida, el anciano puede abrirse un camino a la espiritualidad -ue trans$igura lo real. 0i las personas de edad su$ren la angustia de la p*rdida m7s -ue la idea de su propia muerte, ello probablemente se daba a -ue el envejecimiento del cerebro " la representación del tiempo del anciano permiten -ue las improntas del pasado resurjan al plano de la conciencia. La neuropsicología de la msica permite demostrar este palimpsesto de la memoria en el -ue las primeras huellas se expresan m7s intensamente -ue las recientes. Interdicción de la neurosicología Las herramientas nos proporcionan archivos solidos -ue a"udan a comprender en -u* medida esos objetos propulsaron la aventura humana. 4ace tres millones de a'os, los trozos de sílex sabiamente tallados deben habernos in$undido un sentimiento de seguridad al trans$ormarse en armas -ue podían lanzarse contra los animales o en herramientas -ue nos permitían obrar sobre la naturaleza " comenzar a dominarla. (on el tiempo se abrieron talleres de aprendizaje pro$esional para ense'ar a los jóvenes a tallar las piedras. Esa artesanía trans$ormo la vida cotidiana gracias a la caza de presas pe-ue'as, al raspado de las pieles de los animales muertos " al sentimiento de protección -ue suscitaba. 5ucho despu*s, hace -uinientos mil a'os, el descubrimiento del $uego constitu"o otra revolución del arte de vivir cu"os vestigios encontramos todavía ho" en los hogares.
4ace cuarenta mil a'os aparecieron las pinturas rupestres, una prueba de -ue nuestros antepasados sabían actuar no solo sobre lo real, sino tambi*n sobre el alma de los hombres. En el caso de la msica, los archivos no son tan precisos. arece -ue el se'or eandertal tocaba en pe-ue'as or-uestas de $lautas de huesos " tamboriles. Estos archeomusicos debían interpretar sus composiciones en el momento en -ue sus compa'eros depositaban al di$unto cubierto de p*talos de $lores en su sepultura de guijarros coloreados, mientras todo el grupo lloraba " entonaba sus plegarias. Este teatro de la muerte permite plantear el problema de la neuropsicología de la msica. Los hombres de eandertal, -ue no tenían exactamente el mismo cerebro -ue nosotros un pe-ue'o lóbulo pre $rontal " un gran #rodete% occipital, sabían construir utensilios, hacer msica " pronunciar palabras. Lo cual e-uivale a decir -ue estructuras cerebrales di$erentes de la nuestra pueden oír msica " no solo ruidos. 8racias a este arti$icio, los artistas ponen en escena una tragedia cu"a $unción es sincronizar las emociones del grupo " poner a la luz de la conciencia un acontecimiento, con el propósito de -ue, a partir de entonces, ad-uiera sentido. @eamos de -u* manera la msica neandertal podría plantear el problema. El lector se sorprender7 al enterarse de -ue esta cuestión estuvo prohibida durante mucho tiempo. La preocupación por los orígenes es un peso pesado de la ideología. 0i aceptamos la idea de -ue el se'or eandertal, a pesar de su cerebro, su aparato $ónico " su biología di$erentes, era capaz de producir palabras " msica " expresar su espiritualidad, su desaparición plantea un problema moral. En QHH, la 0ociedad LingWística aris "prohibió toda investigación sobre el origen del de lenguaje recomendó estudiar nicamente las lenguas civilizadas. Imaginemos -ue alguien lograra demostrar -ue el lenguaje tiene sus raíces en la materia del cerebroM tal conocimiento mancillaría su srcen inmaterial, divino, " nos sugeriría -ue los no hombres tienen un alma cu"a prueba es el verbo. Entre los no hombres se clasi$icaba a los negros, los gorilas " algunos extranjeros insoportables. 8racias a esta prohibición solo el hombre, nuestro prójimo, conservaba su naturaleza sobrenatural. Las investigaciones sobre los orígenes de la msica tambi*n $ueron consideradas tab por razones an7logas. El dogma de la *poca a$irmaba -ue la _nica msica natural era la occidental " -ue la msica de las dem7s culturas era primitiva o degenerada. &n hombre sin lengua ni msica es inconcebible. ero puesto -ue cerebros con estructuras di$erentes pueden producir
representaciones abstractas " artísticas, habr7 -ue admitir -ue es posible una msica sin hombres or una zoo musicología 0i consideramos -ue la msica es el arte de combinar los sonidos en altura, intensidad, $recuencia, duración " silencios -ue organizan series, podemos admitir -ue los gritos de los animales componen una msica. &n zoo musicólogo se'ala -ue los animales no $abrican instrumentos, no escriben partituras ni cobran entrada para escuchar los conciertos -ue organizan al aire libre. o obstante, muchas especies combinan los sonidos -ue emiten. Los arrullos de lucimiento sexual de una paloma macho -ue se pavonea " de una hembra -ue se acuclilla " separa las alas $ueron preparados por secuencias de cantos previos. La organización sonora hasta puede designar un objeto o una situación. El macho +"ranus +"ranus ave de )m*rica del orte! a veces emite un grito cu"a ar-uitectura sonora solo se presenta ante un objeto nuevoM de lo contrario, emite los gritos de rutina. Entre los pinzones, el canto adulto dura dos segundos " medio, est7 compuesto por sonidos comprendidos entre los dos " los seis Cilohercios " dividido en tres motivos de varias notas -ue terminan con una $loritura. &n pinzón pe-ue'o criado en aislamiento conserva esta organización sonora pero, privado del modelo auditivo, divide mal su trino " nunca termina con la $loritura -ue algunos llaman la #$irma cantada%. Este aspecto $uncional del canto de las aves " de los monos gibones nos permite explicar las poli$onías entre vecinos. o es raro -ue aves, monos o animales de especies di$erentes armonicen sus cantos, independientemente de toda necesidad de reproducción, de marcación de territorio o de agresividad. odria el placer explicar por" si solo los repertorios variados, inventados, sorprendentes totalmente inutiles salvo por su valor estetico< La aptitud para cantar depende de una transacción entre un sistema nervioso -ue posee una habilidad " el ambiente -ue lo rodea, -ue lo trans$orma en actuacion. &n gallo -ue -uedara sordo al nacer canta del mismo modo -ue cual-uier gallo adulto. 0u sistema nervioso no tiene necesidad de un modelo para aprender, mientras -ue un pardillo criado por otra especie aprende a cantar como sus padres adoptivos. &na gaviota marsellesa lanza un staccato triun$al cuando consigue algn *xito en sus relaciones, o bien echando a un cong*nere para ocupar su lugar, o bien expresando su satis$acción despu*s de un encuentro sexual. ero cuando uno compara su canto de triun$o con el de una gaviota inglesa, puede comprobar $7cilmente -ue la imagen sonora de sus #tirolesas% muestran dos ar-uitecturas estridentes di$erentes, como si no tuvieran el mismo acento.
La misma aptitud neurológica ad-uiere $ormas variables segn los diversos ambientes. Esta comprobación prueba la plasticidad del sistema nervioso de las aves, modelado por los canticos -ue lo rodean, como un cerebro humano se va modelando en virtud de las palabras " los gestos en los -ue est7 inmerso. (omo la msica modela el cerebro humano Esta incursion en la etología animal ense'a -ue, en la evolución del mundo vivo, la msica precede al lenguaje. Lo mismo puede decirse del desarrollo de un ni'o -ue, desde el decimo mes, baila al escuchar una msica, mientras aun no consigue dominar su lengua. (uando un beb* llega al mundo, la verbalización -ue lo rodea constitu"e un 7mbito sensorial del -ue tiende a escoger las bajas $recuencias, -ue percibe como una caricia. En ese estado de su desarrollo, las palabras son todavía objetos sensoriales, pero a partir del primer a'o comienza a percibir " a dar prioridad a los $onemas de la lengua -ue escucha a su alrededor. or lo tanto, durante toda la vida, oira las palabras de su lengua materna con m7s precisión -ue todas las dem7s palabras, como si a-uellas $ueran m7s sonoras, se recortaran m7s claramente, $ueran m7s prominentes " se comprendieran m7s $7cilmente. Del mismo modo, esteticamente, durante toda la vida percibir7 mejor la msica de su in$ancia, la cual desencadenara emociones mas vivas -ue cual-uier otra msica. La articulación entre el sistema nervioso " su medio permite comprender por -ue las negociaciones son variables. La msica de los seres humanos corresponde al es-uema de las gaviotas -ue toman el acento de su ambiente pero -ue cantan siempre en el lenguaje #gaviota%. ara crear una sensación de acontecimiento, es necesario -ue los modos musicales cambien, si bien estas novedades incesantes no impiden -ue exista un programa comun a todos los seres humanos. Los canticos a tres voces en los -ue una permanece inmóvil mientras las otras dos encadenan los intervalos de cinco notas aparecieron independientemente en gran cantidad de culturas/ los peuil bororo del iger, los paiTan de +aiTan, descubrieron la misma estructura musical aun cuando nunca tuvieron la posibilidad de encontrarse e in$luirse recíprocamente. La msica siempre ha sido estudiada como mani$estación cultural, lo cual indudablemente es, pero ello no exclu"e -ue tambi*n se la estudie desde el punto de vista de la organización de las estructuras cerebrales. )lgunos pe-ue'os accidentes cerebrales a veces producen minsculas disecciones neurológicas -ue van a permitir analizar la neurosicología. Lo -ue llamamos el lenguaje musical es di$erente del lenguaje hablado, aun cuando con $recuencia uno desea asociarlos. En general, escuchamos msica con el
hemis$erio derecho " tocamos un instrumento con el hemis$erio iz-uierdo. Esto explica por -u* los no msicos tienden a escuchar con el oído iz-uierdo, -ue conduce las in$ormaciones musicales hacia el hemis$erio derecho, mientras -ue los instrumentistas escuchan con los dos oídos. La prosodia, la melodía de las palabras, revela $ielmente si el locutor se aburre o si est7 interesado, si lee poesía o el reglamento del tren subterr7neo parisino. La percepción de las palabras es di$erente por-ue el oído " el cerebro analizan claramente la intensidad, el tiempo, el ritmo " todos los componentes bonicos de la voz. 6, sin embargo, ciertos imitadores consiguen reproducir la prosodia de una lengua de la -ue no hablan una palabra/ uno di$erencia sin problemas la melodía vocal de un chino de la de un 7rabe o la de un ingl*s. 4asta los beb*s de pecho, desde el d*cimo mes, comienzan a balbucear con la melodía -ue caracteriza su lengua. 6 los a$7sicos en proceso de cura tienen di$icultades para pronunciar las palabras con la melodía con -ue hablaban antes del accidente. Es $recuente la asociación entre las palabras " su msica puesto -ue brujos " sacerdotes se sirven de ella para inventar prosodias extra'as como los cantos gregorianos, el tono de los or7culos o las plegarias religiosas. El cerebro es lo -ue establece la di$erencia entre la msica " el canturreo de las palabras. La red de neuronas -ue crea la sensación musical transmite las in$ormaciones sonoras hacia di$erentes zonas $ormando circuitos/ cuando uno escucha msica, el giro temporal derecho se enciende " se conecta con el lóbulo pre $rontal derecho. Las neuronas de estos circuitos perciben pre$erentemente el contorno agudo de los sonidos de las notas de msica " de la interacción de las palabras. El ritmo se percibe claramente gracias a la alternancia de los silencios " los ata-ues de sonidos, pero #las localizaciones en el cerebro de los msicos " de los no msicos% no son iguales. Las im7genes neurológicas obtenidas de un pianista -ue est7 tocando muestran un $uerte consumo de energía del hemis$erio iz-uierdo del cerebro. En el momento en -ue ve las notas, la lectura de la partitura ilumina su cerebro occipital -ue trata las in$ormaciones de la imagen. (uando se apresta a tocar, su anticipación motriz enciende la zona $rontal ascendente, -ue enviara las órdenes a los msculos de las manos. 6 cuando pasa al acto, el simple hecho de tocar las teclas ilumina la zona motriz suplementaria -ue se conecta con los circuitos pro$undos de la memoria. El pianista ha armonizado varias capacidades cerebrales presentes, pasadas " $uturas, solo para producir algunas notas de msica.
(uando cada día repite este ejercicio, termina por construirse un lóbulo temporal iz-uierdo alrededor de la zona del lenguaje tres o cuatro veces m7s amplio -ue el de la de población 8eneral. &na msica et*rea, abstracta, producida por una cultura, termino por implantarse en el cerebro " por hipertro$iar una parte 5sicas o palabras o todos los seres humanos son sensibles a las in$ormaciones musicales -ue permean en su cultura. (iertas personas no entienden la msica/ ha" amsicos, asi como ha" disl*xicos -ue no leen la escritura. ara estas personas, la msica es un sonido particular -ue las deja indi$erentes o hasta les molesta. 0iempre se cita el ejemplo de ese general -ue, despu*s de un pe-ue'o accidente vascular de su región auditiva derecha, no podía reconocer La 5arsellesa " debía con$iar en la ba'era " en las se'ales -ue Ie hallan los dem7s militares para ponerse en posición de guardia. El (he 8uevara, en un entorno donde la msica es un valor supremo, se sorprendía de -ue sus amigos Ie atribu"eran tanta importancia9 (on$esaba -ue no conseguía di$erenciar un )na de La ZalCma ," un tango de los bajos $ondos. La se'ora Brauner, me contó -ue sus padres, ricos vieneses cultivados de la d*cada de RKF, invitaban a 0igmund 2reud a los conciertos -ue o$recían en gran apartamento. El pro$esor se sentaba en el sillón -ue había sido asignado, en primera $ila, " hablaba en voz alta reía a carcajadas mientras la or-uesta trataba de tocar delicadamente. (uando la se'ora Bruner sugirió -ue no se hiciera ruido, el buen doctor,-ue con*ltoda delicadeza, -ue la or-uesta no Ie molestaba, podía continuara$irmo hablando per$ectamente. 0igmund con$eso -ue lo -ue Ie interesaba de óperas como Don 8iovanni o (armen era el problema del vicio " de la virtud o el del amor no correspondido " no la $orma musical " su e$ecto est*tico. :uienes adolecen de una negación cong*nita para la msica en realidad no su$ren por ello. Los daltónicos no se sienten a$ligidos por no percibir el color rojo ni por con$undirlo con el verde " ninguno de nosotros se tortura a causa de su incapacidad para percibir los ultravioletas. Los #amsicos% o"en la msica como si $uera una lengua extranjera, eso es todo. 2reud " el (he 8uevara probablemente no pose"eran el circuito neuromsical puesto -ue ambos habían estado inmersos en la msica de sus culturas ", sin embargo, esta no
les había hecho ninguna impresión ni les había dejado ningn surco en la memoria. Los amsicos no solo tienen vendado el acceso a ese gran placer, sino -ue adem7s se privan de un maravilloso tran-uilizante. La ma"or parte de los ansiosos #se llenan de msica%, como dicen. 0e la implantan en el medio de la cabeza para dejarse capturar por ella ", de ese modo, no pensar. 5uchos dentistas la utilizan a manera de relajante ", durante siglos, los militares se apropiaron del espíritu de sus propios soldados hipnotiz7ndolos con el repicar de los tambores, el sonido de los pianos " los cobres -ue, magnetizando la marcha de paso rítmico, con-uistaba sus espíritus " los protegía del miedo. 4a" un circuito previo de las zonas musicales del cerebro, situadas un poco por detr7s de las zonas auditivas, -ue explica por -u* a los sordos les gusta bailar siguiendo un aire musical -ue perciben como un contacto, una vibración m7s o menos intensa. #&n isle'o del aci$ico, un cantante de ópera chino " un $an7tico del rap% perciben la msica en esas zonas auditivas. ueden discernir #el contorno agudo del sonido -ue hace intervenir el lado derecho del cerebro, la región del giro temporal superior " la región $rontal%, como lo muestran las neuroimagenes. La comprobación clínica de auras musicales con$irma la existencia de las redes neuronales de la msica. 0uele ocurrir -ue una crisis de epilepsia se anuncie mediante una alucinación musical. El en$ermo, sbitamente, o"e una msica por-ue las neuronas de su zona temporal posterior derecha emiten intensas descargas el*ctricas -ue estimulan la memoria de msicas oídas anteriormente. Esta alucinación musical Ie advierte -ue en cuanto la descarga el*ctrica se di$umine habr7 de perder el conocimiento. La existencia de di$icultades selectivas precisas, como la imposibilidad de repetir las palabras de una canción, la alteración del ritmo mientras uno percibe la melodía, la incapacidad para escribir la msica cuando uno aun puede leerla, son muestras de #disecciones% clínicas -ue llevan a pensar -ue los soportes neurológicos de la msica est7n cercanos a los del lenguaje pero no son los del lenguaje. Extra'as memorias musicales 4a" ciertas $ormas de autismo -ue ilustran esta distinción, son a-uellas en las -ue el paciente tiene una memoria musical prodigiosa aun-ue no pueda comprender ni expresar ni una palabra.
El síndrome de Zilliams es una en$ermedad determinada geneticamente por una micro supresión en el cromosoma P. El ni'o tiene el aspecto de un duende, mu" pe-ue'o, con una $rente ancha, la boca grande, una nariz en $orma de trompeta " un iris estrellado. Estos ni'os son alegres, anormalmente sociables, se apegan a cual-uiera " canturrean sin cesar. El $lujo de palabras es abundante " curiosamente elaborado, lo cual contrasta con un coe$iciente intelectual reducido. Los sonidos son un componente esencial de su mundo sensorial/ se sobresaltan ante cual-uier ruido, miran largamente a la gente cuando habla " son capaces de repetir a la per$ección un disco de msica -ue o"eron una sola vez. El síndrome de )sperger se mani$iesta de manera completamente opuesta a la anterior. En esta $orma clínica de autismo, las personas revelan una increíble aptitud para el lenguaje/ pueden aprender varias lenguas extranjeras en unos pocos meses " hablarlas sin acento, pero no se interesan absolutamente por la msica " la perciben como un ruido de $ondo. )lgunos circuitos del desarrollo neurológico crean aptitudes extra'as, incluso en personas -ue no son autistas " -ue, sin embargo, mani$iestan una especial tendencia a experimentar curiosas sinestesias. )rthur >umbad, -ue hablaba de la #msica sorda?, ilustra el $enómeno de asociación de un sonido " un color en su poema #@ocales%. #) negra, E blanca, I roja%, en el cual la estimulación de una modalidad sensorial provoca la respuesta inesperada de otra modalidad. 4u"smans creía -ue los armonios tenían un sabor, mientras -ue Boris @iangozarían pre$ería eldelpiano a los cocCtails. grandes maternaticos bene$icio de estasLos sinestesias. (uando uno Ie plantea un problema, el maternatico genial -ueda $lotando alrededor de la $ormulación escrita. Luego, solo tiene -ue traducir esa imagen, semejante a una cadena monta'osa, al lenguaje maternatico a $in de comunicar su comprensión sbita. Las neuroimagenes tomadas durante este es$uerzo intelectual muestran cómo se ilumina una conexión inesperada entre las zonas vecinas -ue habitualmente tratan las in$ormaciones del espacio " las de las cantidades. El esc7ner ve como viran al rojo las zonas temporales superiores del giro $usi$orme " del giro angular. V Esta #activación cruzada%, esta sinestesia espacio3cantidad, explicaría el don especial de algunos maternaticos excepcionales.
o es extra'o -ue un msico declare sentir cierto sabor a chocolate en la boca cuando o"e las primeras notas de un concierto, pero la ma"or parte de ellos asocian los sonidos musicales con una sin$onía de colores. El consumo de L0D crea extra'as sinestesias en las -ue la percepción del rostro se conecta sbitamente con la de los pies, como si el cuerpo no existiera, mientras se ilumina la amígdala rinoence$alica, testimonio de una llamarada emocional. Las modi$icaciones de las sinapsis por e$ecto de esta droga explican por -u* uno puede sentir terror viendo una $lor o una msica divina al escuchar el chirrido de los neum7ticos de un automóvil. El hecho de -ue cada uno oiga la msica a su manera no impide -ue se $ormen $amilias de auditores/ los -ue aman las canciones militares " los -ue las detestan, los -ue se dejan invadir por los ritmos del jazz " -uienes se sienten irritados por esos mismos sonidos, los -ue se deleitan con la msica cl7sica " otros -ue se adormecen escuch7ndola. +odos probablemente ad-uirimos estas pre$erencias sensoriales junto con las improntas precoces -ue $ormaron sus circuitos en las zonas correspondientes del cerebro. odríamos vivir sin msica< El ba'o musical temprano, al $ormar circuitos en ciertas zonas cerebrales precisas, nos hace sensibles a determinada msica " este amor compartido une a las personas -ue ad-uirieron esas pre$erencias. Los -ue aman el jazz se renen con placer alrededor de este g*nero musical -ue desde entonces cumple la $unción de organizar el grupo. individuos se identi$ican con sus ídolos, se adhieren a unLos estilo de vestirse, a una manera de hablar, de estar juntos " a menudo hasta de dirigir su existencia. Los raperos no se socializan del mismo modo -ue los seguidores del minu*. (ada grupo, identi$icado por el amor de su msica, inventa sus ritos de encuentros sociales " sexuales. La $unción de sincronización de las emociones -ue cumple la msica, ocupa un lugar central en la elaboración del vínculo. El hecho de haber cantado juntos crea un sentimiento de intensa intimidad. +ener implantada en el cerebro cierta msica hace -ue sea m7s $7cil $ormar una pareja a trav*s del baile " la sincronización de los deseos sexuales. Esa implantación a"uda tambi*n a organizar los grupos en reuniones artísticas o políticas. or todo ello, sorprende oír a ciertos investigadores -ue a$irman -ue la msica es intil " -ue, si desapareciera, el hombre se adaptaría de todos modos a su ausencia. Es verdad -ue, hace tres millones de a'os, el hombre hablaba mu" poco. +ambi*n es verdad -ue la especie
humano vivió un largo periodo sin herramientas. +ambi*n es verdad -ue los seres humanos acaban de descubrir la ciencia. Debemos deducir de todo esto -ue el lenguaje, las herramientas " la ciencia son intiles por-ue el hombre pudo vivir antes sin ellos< 2reud " el (he pudieron vivir sin la msica como los daltónicos pueden vivir sin el rojo. ero cuando uno habla, cuando hace uso de las herramientas " aprovecha los adelantos de la ciencia, cuando percibe el color rojo, cuando siente un impulso erótico " cuando se socializa gracias a la msica, sencillamente, vive mejor. La canción participa del retorno del pasado cuando el menor sonsonete #traslada a cada uno a su propia historia?. La msica de nuestra in$ancia, impregnada en el cerebro antes -ue la palabra, resurge en los a'os dorados " trae consigo el placer de la ni'ez. La canción in$antil -ue nos cantaba nuestra madre nos vuelve a la memoria " mientras se la cantamos a nuestros nietos recobramos la $elicidad provocada por la misma canción... setenta a'os antes. Los aires populares son los jalones temporales de nuestra existencia. El estribillo, me recuerda a Edith ia$ " la guerra de )rgelia ... ;nl" "ou, de aul )nCa, me hace evocar las primeras in-uietudes sexuales. (omo la magdalena de roust, #la canción permite retomar el hilo de un sue'o% " -uitar el polvo de una identidad -ue se desdibuja. Los en$ermos de )lzheimer -ue pierden el acceso a las palabras con $recuencia recuperan sorprendentemente vocablos -ue tarareaban a los veinte a'os. &na en$erma -ue no podía comunicarse de otro modo -ue no $uera emitiendo una sucesión autom7tica de silabas/ #CaCapu ... taCapeu ... taCapeu... ;"e tararear #`l$e deux amours, encadena mon,pa"s todas et aris ... ",%,delante de su marido estupe$acto, las palabras hasta el $inal de la canción9?. El cuento del lobo $eroz despierta la emoción de la dulce protección maternaM me hace resurgir la imagen de un periodo en el -ue todo era intenso, tanto la $elicidad como la tristeza. #Estos retornos al plano de la conciencia de recuerdos idos nos invitan a re$lexionar sobre la vejez atendiendo a otros aspectos -ue no tienen -ue ver con la extinción. JEn e$ecto, la aptitud musical puede servir de disparador para una memoria declinante como vimos en el caso de 1Yai deux amours, en el -ue cada palabra llama a la siguiente ", al hacer reaparecer la canción completa, cambia la mirada del marido " la autoestima de la paciente. En los en$ermos de )lzheimer, la msica, implantada en el cerebro mucho antes de -ue el ni'o aprenda a hablar, permanece durante largo tiempo despu*s de -ue las palabras
han desaparecido. (ontinua estando allí, calmante " hasta socializante, pues basta hacerle escuchar al en$ermo una sesión de treinta minutos para -ue desaparezca la agresión " el paciente deje de deambular. 57s tarde, cuando ha"an desaparecido todas las palabras, tambi*n la msica se apagara " el paciente, al no poder habitar "a el mundo de las representaciones lejanas, volver7 a someterse a la inmediatez de las $unciones de supervivencia/ beber, comer, dormir " gritar para llenar su mundo vacío de humanidad. @ejez 6 (ultura El mal de )lzheimer es un en$ermedad de mujeres puesto -ue el QF por ciento de las personas -ue lo padecen son mujeres " tambi*n el QF por ciento de -uienes a"udan a estos en$ermos pertenecen al sexo $emenino. La existencia de lesiones -uímicas, la objetivación de regiones cerebrales -ue ho" pueden verse en im7genes, el an7lisis clínico de los trastornos del comportamiento, la desorientación en el espacio " el tiempo la desemantizacion progresiva del mundo no bastan para explicar toda la en$ermedad. La respuesta $amiliar a la tragedia m*dica " la manera en -ue se re$iera a ella la cultura participan de la producción misma de los síntomas. Las $amilias -uedan desgarradas " la manera en -ue reaccionen a la en$ermedad depende de la historia -ue ha"an tenido con el pariente en$ermo. La actitud no consciente del a"udante modi$ica los síntomas del en$ermo. (uando, en una situación de conversación, una lingWista observa las interacciones entre una mujer " su marido -ue su$re del mal de )lzheimer, advierte claramente -ue la empatía de la a"udante disminu"e los síntomas del marido en$ermo/ Ie da la palabra, se calla cuando el intenta decir algo " lo acompa'a con los gestos. +ambi*n el mito-ue organiza las interacciones con el en$ermo, segn el relato la cultura hace de esta situación di$ícil. El peso de la palabra #demencia% provoca met7$oras negativas, de locura, de degeneración " de repudio inducidas por la cultura occidental. El paisaje verbal organiza los comportamientos " estructura los signi$icantes -ue rodean al en$ermo, con lo cual terminan participando de la expresión de sus trastornos. El mito del medicamento mejora los síntomas, a veces actuando sobre la biología del en$ermo ", con $recuencia, descuIpabilizando a los -ue lo atienden " tran-uilizando a los parientes. ;tras culturas, al concebir la en$ermedad de una manera di$erente, organizan otras reacciones de las personas -ue rodean al paciente " esto modi$ica sus síntomas. &n
neurólogo indio no comprende lo -ue dice un neurólogo occidental/ #)$irma usted -ue un anciano cuesta mucho dinero " -ue La $amilia est7 indignada por el precio -ue debe pagar< En la India, decimos -ue es una vergWenza para la $amilia no pagar... &stedes dicen -ue la persona de edad pierde sus capacidades. En la India, no podemos comprender eso por-ue no nos interesa el rendimiento de un anciano%. En una cultura -ue tiene una concepción lineal del tiempo, como vemos en los relatos cristianos segn los cuales, despu*s de la muerte, vamos a vivir a otra parte o en las sociedades en las -ue la ideología cienti$icista lineal sostiene -ue una sola causa provoca un solo e$ecto, la vejez es una decadencia antes de la podredumbre terrestre. ero en una cultura en la -ue se considera -ue el tiempo regresa, la vejez solo representa un momento de ese ciclo. La senectud no puede ser un nau$ragio pues solo hace $alta esperar el retorno de la juventud. (uando, en 2rancia, el palimpsesto de la memoria hace revivir los temores de la 0egunda 8uerra 5undial " la madre de ochenta " cinco a'os exclama/ #Los oigo, son los soldados alemanes -ue suben la escalera%, -uienes est7n con ella se indignan " tratan de corregirla, por-ue lo -ue la anciana dice no es verdad/ #ero -ue dices, mama< La guerra terminó hace sesenta a'os9%. 6 la madre se siente incomprendida, abandonada a su temor. En eCín, cuando una se'ora de ochenta " cinco a'os exclama/ #Los japoneses9 Llegan los japoneses9%, la $amilia, interesada, Ie pide -ue d* m7s detalles/ #(u*ntanos, Acómo paso. En un mito de tiempo los "a viejos pueden degenerar/ nadie se siente en$ermocíclico, por-ue no no puede correr los cien metros tan r7pidamente como cuando tenía veinte a'os. 0er viejo no signi$ica ser anormal. En ;riente, uno no regresa a la in$ancia, se remonta hasta ella para volver a la vida en el estado de un beb*. uesto -ue todo, nuestro medio, nuestra biología " nuestra historia, cambia sin cesar, estamos obligados a realizar incesantes transacciones con las estrellas de la constelación -ue rodean al sujeto para convertirlo en lo -ue es, en ese momento preciso, en esa cultura particular. 5;>)LE1) DE L) 4I0+;>I) La moraleja de esta historia es -ue no ha" nada -ue elegir. Durante milenios nos dijeron/ #Elige tu campo de acción/ el cuerpo o el alma%. 6 luego debíamos combatir contra los -ue
se habían alistado en el campo contrario. Los combatientes agrupados bajo el noble estandarte del alma despreciaban a los adoradores de la materia, -ue mancillaban la condición humana. ) $uerza de abstracciones, se trans$ormaron en integristas del alma -ue tratan de suprimir a los exploradores del cuerpo. 5ientras tanto, los de$ensores de la causa del cuerpo recitaban a voz en cuello algunas teorías biológicas ho" olvidadas. ) $uerza de obtener medidas -ue les daban la ilusión de ser sabios, terminaron por denigrar a los agentes del espíritu con el rotulo de #preciosas ridículas%. 0i bien los descubrimientos eran reales, tanto los biologicos como los psicológicos, el solo hecho de alistarse en un bando exigía limitar voluntariamente los conocimientos de cada uno. Era un buen negocio -ue permitía trabajar poco " hacer creer -ue uno sabía mucho de su especialidad. 0e acumulaban las ideas, las experimentaciones " los argumentos eran cada vez m7s sólidos, verdaderos " de$endibles, " asi se constru"ó una $ortaleza biológica de la cual $ue expulsada el alma. Entre tanto, los oponentes describían un paraíso de pureza del cual se había desterrado la carne. ara tener certezas, lo mejor es ser ignorante. &no se siente $uerte, se alista en un campo -ue de$iende una parte de la condición humana coherente, argumentada por libros, diplomas, movimientos de ideas " encuentros amistosos. Esta alienación no hace $elices pues re$uerza nuestros vínculos con a-uellos -ue comparten la misma creencia. 6 lo -ue debió ser un debate cientí$ico se trans$orma en t*cnica de in$luencia cultural " de poderío político. El poder es el $in tantas ltimo del nico. (uanto m7s se especializa uno, m7spensamiento oportunidades tendr7 de pertenecer al grupo de los mejores. ero esta estrategia de dominación provoca un empobrecimiento del mundo. La ilusión de explicación -ue da la descripción de un metabolismo #0e deprime por-ue su cerebro segrega menos serotonina%3 puede ser combatida con armas igualmente e$icaces por el diagnostico -ue asesta una interpretación moralizante/ #Esta en$ermo por-ue su madre es mortí$era%. En esta estrategia del conocimiento, cuanto m7s claras parecen las ideas, menos verdaderas son. ero tenemos los medios de hacerlas cambiar/ #El principio dialógico signi$ica -ue dos o m7s lógicas son di$erentes " est7n ligadas?. El pensamiento complejo no es mu" complicado. odríamos decir lo contrario, en el pensamiento _nico, cuando uno pertenece al grupo de los mejores especialistas del mundo en
una enzima rara, experimenta la sensación de ser un iniciado en un saber -ue ningn otro comprende. La actitud opuesta -ue integra disciplinas di$erentes obstaculiza la evolucion sectaria de todo poder -ue se $ortalece exclu"endo a sus rivales. (uando uno procura abrazar las in$ormaciones de naturaleza di$erente en un mismo sistema, cada uno de los -ue participan se es$uerza para hacerse comprender. Esto no solo es agradable, adem7s hace surgir ideas imprevistas. (uando un neurólogo se encuentra con un msico, los dos descubren -ue el arte modela una parte del cerebroM cuando un veterinario se une a una lingWista, entre los dos engendran un m*todo -ue demuestra, en -u* medida la expresión de las emociones de un individuo impresiona las emociones de otroM cuando un psicoanalista intercambia ideas con un -uímico, ambos descubren como la psicoterapia robustece el cerebro del analizado $ran-ueando circuitos tran-uilizadores. Invitar a descubrir los hallazgos de los otros $rena el dogmatismo espontaneo de toda disciplina -ue se erige en institución. En un grupo doctrinario, una _nica idea es buena/ la del je$e -ue distribu"e los puestos " los honores. (uando el orden reina hasta tal punto, la vida intelectual se trans$orma en un recitado, en una a$iagaza de pensamiento. Las neurociencias plantean a los psicólogos problemas de $icción cientí$ica/ como un mórbido a$ectivo inventa una manera de vivir -ue lo lleva a la $elicidadM como la organización per$ecta de una sociedad se trans$orma en una $7brica de per$ectos s7dicosM como el urbanismo tecnológico atrae a los condenados de la +ierra -ue se instalan en las grandes ciudades con sus procesos arcaicos de socialización a trav*s de la violencia " como este nuevo universo modela el cerebro de los ni'os -ue se desarrollan en *l. La conciencia "a no es lo -ue era. Las neuronas crean un vínculo biológico en el vacío entre dos personasM las nuevas galaxias a$ectivas esculpen $ormas extra'as con la arcilla maleable de nuestros cerebrosM los determinantes humanos son tan numerosos " de naturaleza tan variada -ue la duración de una existencia apenas les da tiempo de emerger. (ada historia de vida es una aventura humano _nica. robablemente algn día las mejores condiciones de existencia -ue brindan la tecnología " los derechos del hombre hagan -ue la pareja " la $amilia sean innecesarias. En las *pocas en -ue vivíamos en medios naturales poblados por animales -ue nos atacaban, cuando el $rio nos torturaba " los desastres clim7ticos nos mataban de hambre, el grupo constituía el nico re$ugio a$ectivo, el _nico lugar de seguridad
-ue permitía sobrevivir. Desde -ue los progresos t*cnicos controlan estas cat7stro$es naturales " agregan otras, nuestras sociedades $acilitan la expansión de los individuos hasta un punto en -ue el precio de la protección llega a ser exorbitante. (uando se tiene menos necesidad de la $amilia, los ni'os bien desarrollados sienten el propio hogar como un lugar de represión " no "a de protección. ierden asi el e$ecto tran-uilizador del apego ", a pesar de -ue se desempe'an mejor en muchos aspectos, se vuelven vulnerables ante el menor acontecimiento. Desde -ue dejo de ser sobrenatural el hombre "a no es sagrado. La tecnología modi$ico en tal medida la condición humana -ue termino por naturalizar su alma. :uiz7s ha"a sido el hombre -uien Ie dio a Dios el poder de brindarle seguridad modi$icando los circuitos biológicos de su cerebro. Desde -ue el hombre dejo de construir lo social con su sexo " sus msculos, su cuerpo "a no es un destino. 6a no hacemos el amor para traer un alma al mundo, sino para unirnos con otro " entretejer un vínculo íntimo. La valentía del padre o la violencia de los hombres "a no provocan la admiración de -uienes se bene$iciaban con ellas. (uando el mundo es cruel, la $uerza de un cuerpo permite a$rontarlo, pero cuando la cultura lo dulci$ica, lo -ue a"uda a socializarse es la bondad de un alma. JLos ojos de mi alma " de mi cuerpo no tienen lenguajes di$erentes...mi cuerpo est7 hecho de tu arcilla.% Es por ello -ue solo se puede vivir revestido de un manto de palabras.