EVA BACH Y PERE DARDER
SEDUCETE
PARA SEDUCIR V I V I R Y E DU DU C AR AR L A S E M O C I O N E S
PAIDÓS CONTEXTOS
SEDÚCETE PARA SEDUCIR
PAIDÓS CONTEXTOS
Últimos títulos publicados: 30. A. P. Morrison, La cultura de la vergüenza 31. J. S. Gordon, M anifiesto anifiesto para una nueva medicina medicina 32. S. Hays, Las contradicciones culturales de la maternidad 33. S. Wilkinson y C. Kitzinger, M ujer y salud 34. J. Dominian, E l m atri atrimonio monio 35. F. M. Mondimore, Una historia natu ral de la hom osexualidad osexualidad 36. W. Maltz y S. Boss, Boss , E l mundo íntimo íntimo de las fan fan tasías sexuales femeninas 37. S. N. Austad, Por qué enveje envejecemos cemos 38. S. Wiesenthal, Wiesenthal, Lo s límites lím ites del perdón perdón 39. A. Piscitelli, Post/televisión 40. J.-M. Terricabras, Atrévete a pensar 41. V. A. Frankl, Frank l, E l hombre en en busca d el sentido sentido último último 42. M.-F. M.-F. Hirigoyen, E l acoso acoso m oral 43. D. Tannen, Tannen, La cultura cultura de la polémica 44. M. Castañeda, La experiencia homosexual 45. S. Wise y L. Stanley, Stanley, E l acoso acoso sex ual en la vida cotidiana cotidiana 46. J. Muñoz Redón, E l libro de las pregun tas desconcert desconcertante antess Terr, E l juego : po r qué los adu ltos d i. L. Terr, ltos necesi necesita tan n juga r 48. R. J. Sternberg, E l triá triángulo ngulo de l amor 49. 49 . W. Ury, Alcanzar la paz 50. R. J. Sternberg, La experiencia del amor 51. J. Kagan, Tres idea ideass seductoras 52. I. D. Yalom, Psicología y literatura 53. E. Roudinesco, ¿Por qué el psicoanálisis psicoanálisis?? 54. R. S. Lazarus y B. N. Lazarus, Pasión y razón 55. J. Muñoz Redón, Tóm atelo atelo con con filoso filoso fía 56. S. Serrano, Com prender la comunicación comunicación 57. L. Méró, Los azares de la razón 58. V. E. Frankl, En el principio principio era e l sentido sentido 59. R. Sheldrake, De perros que saben que sus am os están camino camino de casa 60. C. R. Rogers, E l proceso proceso de convertirse convertirse en persona 61. N. Klein, Klein, No/ogo No/og o incitación a la filoso fía 62. S. Blackbu Blackburn rn - Pensar. Una incitación 63. M. David-Ménard David-M énard - Todo Todo e l placer plac er es m ío 64. A. Comte-Sponvi Comte- Sponville lle - La feliáda d, desesp desespera eradament damentee 65. J. Muñoz Redón, E l espírit espíritu u del d el éxtasis 66. U. Beck, y E. Beck-Gernsheim, Beck-Gernshe im, E l normal caos del amor amor 67. M. F. F. Hirigoyen, E l acoso acoso m oral en e l trabajo trabajo 68. A. Comte-Sponville, E l amor amor la soledad 69. E. Galende, Sexo y amor. amor. A nhelos e incertidumbres incertidumbres de la intim idad actual 70. A. Piscitelli, Ciberculturas 2.0. En la era de las m áquinas inteligentes inteligentes 71. A. Miller, La madurez de Eva 72. B. Bricout (comp.), (comp.), La mirada de Orfeo 73. S. Blackburn, Blackbu rn, Sobre la bondad 74. A. Comte-Sponville, Invitación Invitación a la filosofía filoso fía 75. D. T. Courtwright, L as drogas d rogas y la formación d el mundo moderno moderno 76. J. Entwistle, E l cuerpo cuerpo y la m oda 77. E. Bach y P. Darder, Sedúcete para seducir 78. P. Foot, Bondad natural 79. N. Klein, Vallas y ventanas v entanas 80. C. Gilligan, E l nacimiento nacimiento d el placer 81. E. Fromm, La atracción de la vida 82. R. C. Solomon, Esp iritualidad para escépticos escépticos 83. C. Lomas (comp.), ¿Todos los hombres son iguales? 84. E. Beck-Gernsheim, Beck-Gernshe im, L a reinvenci reinvención ón de la fam fam ilia 85. A. Comte-Sponville, Diccionario Diccionario filosófico
EVA BACH PERE PER E DARDER DARDER
SEDÚCETE PARA PARA SEDUCIR SEDUCIR V ivir y educar las la s emociones emociones
PAIDÓS Barcelona • Buenos Aires • México
Título original: original: Sedueix-te Sedueix-te per sed uir Traducido del catalán por Marta Darder Cubierta de Mario Eskenazi
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Sumario
P r ó l o g o ......... ............. ......... ......... ......... ......... ......... ......... ......... .......... ......... ......... ......... ......... ......... ......... ......... ......... ......... ....... ...
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Seducción por las emociones Pl a n t e a m i e n t o e i n t e n c i o n e s
................................................... ¿Por ¿P or qué las emoci em ocione ones? s? ........................................ .......................................................... .................... ¿Qué ¿Q ué nos pasa pa sa con las e m o c io n e s? ...... ......... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ..... ¿Por qué no hemos hemos empezado a preocuparnos por las emociones emocione s hasta hast a a h o r a ? .......... .............. ......... ......... ......... .......... ......... ......... ......... ......... ..... Y ahora ahora que que sabemos sabemos que tenemo tenemoss emoci emocione ones, s, ¿ q u é ? .......... D e la biología biolo gía a la é t i c a ......... .............. ......... ......... ......... ......... ......... ......... ......... ......... .......... ......... ........ .... Las La s emociones como eje v e rt e b ra d o r........ r........... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ..... Y las emociones, emociones , ¿p ¿para ara qué? qué ? ......... .............. ......... ......... ......... ......... .......... ......... ......... ......... ....... ... Para reencontr reencontrarno arnoss y aceptarnos aceptarnos a nosotros mismos . . . . Para Par a reencontrar y aceptar acep tar al o t r o ......... ............. ......... ......... ......... .......... ......... ....... ... Para Pa ra mejorar la relación e d u c a tiv ti v a .......... .............. ......... ......... ......... ......... ......... ....... .. Educación emocional, educar las emociones, desarrollo emocional... ¿Cómo debemos llamarlo? .......................... Todos Tod os somos los d e stin st in a ta rio ri o s............. s................. ......... ......... ......... ......... ......... ......... ......... ....... .. Algunas consideraciones sobre los programas de desarrollo e m o c io n a l............. l................. ......... ......... ......... ......... ......... ......... ......... ......... ......... .......... ......... ......... ......... ....... ... Proceso Pro ceso de desarrollo desarro llo emocional emociona l ......... ............. ......... ......... ......... ......... ......... ......... ......... .....
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SEDÚCETE PARA SEDUCIR
1. Vive la emoc em oció ión n ............................................................. ......................................................................... ............ Ante todo to do,, la v i d a .......... ............... .......... .......... .......... .......... .......... .......... .......... .......... .......... ........... ........... ..... Emoci Em ociona onarse rse para pa ra emocionar emoc ionar .......... ............... .......... .......... .......... .......... .......... ........... ........... ..... ¿Qué ¿Q ué significado tiene tiene vivir vivir las em ocio oc ion n es?..... es ?........ ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ... Sin emociones emo ciones no hay cambio cam bio y sin cambio camb io no hay evolución A pasa pa sarr por po r la piedra pie dra .......... ............... ........... ........... .......... ........... ........... .......... ........... ........... ........... ........ Aplicación del constructivi constructivismo smo al desarrollo desarrollo emocional emocional . . . . Los padres, los primeros (pero la escuela tiene mucho que decir y h a c e r )............... ).................... ........... ........... .......... ........... ........... .......... ........... ........... ......... .... ¿Un tiempo para cada emoción y cada emoción emoción a su tiempo? Prevenir no siempre es mejor que c u r a r ...... ......... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ....... Apren Ap render der a desap des apren render der ........... ................. ........... .......... ........... ........... ........... ........... .......... .......... .....
43 43 43 47 49 51 52
2. C onoc on ocee tus emoci em ocion ones es .......... ............... .......... .......... .......... .......... .......... .......... .......... ........... ........... ..... L a neurob neu robiolo iología gía como fundamen fund amento to .......... ............... .......... .......... .......... .......... ......... .... ¿Qué ¿Q ué son las e m o c io n e s?... s? ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ....... Una Un a emoción: emoc ión: más que una cognición y que un sentimiento . ¿Qué ¿Q ué signifi significa ca conocer las propias emociones? .................... A l mal tiem tiempo po,, mala ca c a ra ............................................................. Conduct Con ductistas, istas, cognitivos y h u m an ista is tas..... s........ ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ....... Todas Tod as las emociones emoc iones son necesarias nec esarias ........... ................ .......... ........... ........... ........... ......... ... Yo soy a s í ...................................................................................... ¡Qué m iedo! .......................................................................
63 63 65 68 70 73 76 77 80 81
3. Regu Re gula la tus emoc em ocion iones es ............ .................. ........... .......... ........... ........... ........... ........... .......... ........... .......... L a finalida final idadd última no es r e g u lar.......... la r............... ........... ........... ........... ........... .......... .......... ..... ¿Cuá ¿C uánd ndoo conviene conviene regular las em ocio oc ione nes? s?... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ..... Regular no significa reprimi reprimir, r, ni pensar la emoción em oción en lugar de sen tirla ............................................................................... ¿Qué ¿Q ué significa signific a regular regula r las emocion emo ciones? es? ........... ................ .......... ........... ........... .......... ..... ¿Cómo ¿Cóm o debemos regular regular las e m o c io n e s? .... .............................................................. ¿Pensar ¿Pe nsar siempre en positivo es p o s it iv o ? ...... ......... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ... Emoci Em ocione oness y salud salu d .............. .................... ........... ........... ........... .......... ........... ........... .......... ........... ........... ....... ¿Hay ¿H ay emociones que nos enferman y emociones con pode po derr preventivo o curativo? curativ o? .......... ............... .......... .......... .......... .......... .......... ....... En definitiva, una cuestión de v a l o r e s ........... ................ ........... ........... .......... ....... Una Una pastilla y todo todo solu cion ado .............................................
85 85 86
99 103 104
4. Cultiva un estilo est ilo afectivo afect ivo prop pr opio io .......... ............... .......... .......... .......... .......... .......... .......... ..... Emoci Em ocióna ónate te a tu m a n e ra...... ra ........... .......... ........... ........... ........... ........... .......... ........... ........... .......... .........
105 105 105 105
54 57 57 61
89 92 95 96 99
SUMARIO
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La autoestima: autoestima: aquello que nos lastiman otros y pretenden que arreglemos s o l o s ......... .............. ......... ......... .......... .......... ......... ......... .......... ......... ......... .......... ..... Sentir y manifestar man ifestar a f e c t o ......... ............. ......... .......... .......... ......... ......... .......... ......... ......... .......... ........ ... L a emoción está en el c u e r p o ......... ............. ......... .......... ......... ......... .......... .......... ......... ......... ....... .. Mírame, pero tócame ................................................................... Emociones inducidas e impropias............................................. impropias ............................................. Emoci Em ocion ones es y fútbo fú tboll ................... .................................... ................................. ........................... ........... Enraiza En raizados dos sí, pero per o ¿cóm ¿c ómo? o? .......... .............. ......... .......... .......... ......... ......... .......... ......... ...... .. Te acompa acompaño ño en en el sen tim ti m ien ie n to ............................................. Conduc Con ductas tas v io le n t a s ......... .............. .......... .......... ......... ......... .......... ......... ......... .......... .......... ......... ......... ....... El componente emocional emocional de la agresiv agre sivida ida d ...................... Estrategias de interve intervención nción para prevenir prevenir la violencia violencia . . . . Inteli Inteligenc gencia ia emocio emocional: nal: una forma de vida vida y no un p e rfil rf il.. . . .
106 106 109 109 110 110 113 113 116 117 117 119 121 123 124 125
5. Convive en a r m o n í a ......... .............. ......... ......... .......... .......... ......... ......... .......... ......... ......... .......... .......... ....... H acia ac ia un horizonte horizo nte ético ............................... ............................................... ............................ ............ N os toca toc a convivir ................... ................................... ................................. ................................. ................... ... Ni dependientes dependientes ni independie independientes: ntes: interd int erdep epen endie dient ntes es ........ ¿Se han perdid pe rdido o los v a l o r e s ? .......... .............. ......... .......... ......... ......... .......... .......... ......... ......... ....... El proces pro ceso o de construcción constru cción é t ic a ......... .............. .......... ......... ......... .......... ......... ......... .......... ..... Sin Sin ti no soy n a d ie ....................................................................... ¿Qué ¿Q ué descubrimo descu brimoss en el o t r o ? .......... ............... ......... ......... .......... .......... ......... ......... .......... ........ ... Proc Pr oces eso o para pa ra llegar a la relación ................................. ............................................... .............. Dificulta Difi cultades des y t r o p i e z o s ......... .............. .......... .......... ......... ......... .......... ......... ......... .......... .......... ......... .... A veces veces nos convie convienen nen las las «m ala s» compañías ...................... Proyectos de relaciones relaciones para ser, ser, sentir sentir y a m a r ...................... Quién es quién en las relaciones educativas ............................ El amor amo r y la autor au torida idad d en educac edu cación ión ................................ ....................................... ....... E l individu ind ividuo o y el colectivo colectiv o ............................... ................................................ .......................... ......... ¿De qué form formaa podemos relaci relacionar onarnos nos m e jo r? ......................
127 127 127 127 129 130 131 133 136 140 140 141 141 143 145 145 146 146 147 147 148 148 150 151 151
6. E l proyecto proy ecto comp co mparti artido do ......... .............. .......... .......... ......... ......... .......... ......... ......... .......... .......... ....... .. Convivir Convivir para transformarnos y construir construir juntos .................. ¿De ¿D e qué modo somos seres sociales? sociales? ...................................... ¡A veces veces parece que qu e no seamos sociales! ................................ Es mi decis decisió ión n y tú debes debes resp re speta etarla rla ...................................... Ya he visto visto qué clase clase de persona e r e s .................................... No te diré nada más y as í seguro que no tendremos tendremos problemas................. problemas................................. ................................. ................................. ......................... ......... ¿El ¿E l tiempo tiem po lo arregla todo to do?? ............................... ............................................... .................. ..
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SEDÚCETE PARA SEDUCIR
En la educació educación, n, tres tres cuarto cuartoss de lo lo m ism is m o ............ .................. P asos aso s para par a la socialización: socialización: los g r u p o s ...... ......... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ..... El grupo gru po como iniciac iniciación ión y viven vivencia cia de la vida so s o c i a l ............ ¿Qué ¿Q ué pasa pa sa en los g r u p o s ? ...... ......... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ....... L os elementos que constituyen constituyen los g r u p o s ...... ......... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ..... Las La s condiciones que ofrece el g r u p o ...... ......... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ....... L a iniciación al funcionamien funcion amiento to .......... ............... .......... .......... .......... .......... .......... .......... ......... L a toma de decisiones y la m o tiv ti v a c ión ió n ...... ......... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ..... L a dinámic diná micaa del func fu ncio iona nam m ient ie nto......... o.............. .......... .......... ........... ........... .......... ........... ........ E l conflict con flicto, o, inevitable inevi table y formativ form ativoo ..................................... ..................................... Del De l grupo grup o a la vida social más a m p lia li a ...... ......... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ... ¿Por qué qué las las em ocion es? .............................................................
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7. Sedú Se dúcet cetee para pa ra sedu se ducir cir .......... ............... .......... .......... .......... .......... .......... ........... ........... ........... ........... ..... Educa Ed ucarno rnoss a lo largo de toda tod a la v i d a ...... ......... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ....... M adurar adu rar em ocio oc iona nalm lm ente en te... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ... D esbl es bloq oque uear ar el m ie d o .......... ............... .......... .......... .......... .......... .......... .......... .......... ........... ........... ......... .... L a comple com plejida jidadd de la vida como com o reto .......... ............... .......... .......... ........... ........... ........ ... L a apuesta apue sta por po r la crea cr eati tivi vidd ad... ad ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ....... Segund Seg undas as partes parte s pueden pued en ser b u e n a s ...... ......... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ....... Admitir Adm itir la necesid nec esidad ad de afecto .......... ............... .......... .......... ........... ........... .......... ........... .......... Mi mayor riqueza rique za es el o t r o .......... ................ ........... .......... ........... ........... ........... ........... .......... ......... E l calor del c o n t a c t o .......... ............... .......... .......... .......... .......... .......... .......... ........... ........... .......... ........... ...... Constr Co nstruir uir un proyecto proy ecto v i t a l .......... ............... ........... ........... .......... ........... ........... .......... ........... .......... Singul Sin gularid aridad ad y so soci cial aliz izac ació ión n .......... ............... .......... .......... .......... .......... .......... .......... .......... .......... ..... Actitud responsab resp onsable le ante el c o n flic fl ic t o ...... ......... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ... Ciencia Cien cia y h u m a n ism is m o .......... ............... ........... ........... .......... ........... ........... .......... ........... ........... ........... ........ Recuperar el diálogo con la naturaleza y el arte ...................... Comprom Com prometido etidoss con la d ign ig n id a d ...... ......... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ....... Una nueva renovación renovación p e d a g ó g ic a ...... ......... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... .....
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Palabras finales ................................................................................. Bibliografía .......................................................................................
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Prólogo
Nos No s sedujo sed ujo y nos dejamos dejamo s seducir. seducir. Éste É ste fue, en síntesis, síntesis, el resultado de la lectura tranquila y serena del libro que tenéis en las manos, un libro que pretende transformar transforma r lo lo que hasta ahora ha sido la concepción racionalista —sin duda muy extendida— del complejo mundo interior de la persona. Y es que hoy hoy, gracias a los los estudios e studios neurobiológicos, entre entre otros, todos reconocemos reconocem os que el ser humano es de una gran complejid com plejidad ad y, y, como nos recordarán los autores del libro, los sentimientos, las emociones, «motor de todas las manifestaciones racionales», son indispensables para llegar a ser persona humana. Por Po r este motivo motivo consideramos consideram os que, desde de sde el principio hasta h asta el final, final, el libro os seducirá o, dicho de otro modo, la propuesta de Pere Darder y Eva Bach B ach os atraerá y cautivará vuestro interés. Actualmente, nos encontramos encontram os inmersos en un un proceso proc eso evolutivo de redescubrimiento de las emociones, em ociones, vividas vividas no sólo como una cuestión cuestión personal, individual e íntima íntima,, sino como experiencia experien cia en la que participa p articipa el otro, que se comparte en grupo y se desarrolla y enriquece en el entorno social. Así, podemos decir que el libro, de una manera clara, procura colocar el mundo de las emociones en el lugar que le corresponde, y lo
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SEDÚCETE PARA SEDUCIR
defiende no como una moda pasajera, sino como una opción que se compromete a aceptar y reivindicar científicamente el mundo afectivo de las propias prop ias emociones integradas en la la personalidad person alidad de la mujer y del hombre. D esde esd e el primer momento los autores van más allá de una definición definición y de un estudio descriptivo del mundo emocional; la preocupación por educar educ ar las emociones está presente a lo largo de todas las páginas del libro. L a familia y la escuela son lugares privilegiados para p ara vivir vivir las emoem ociones de una manera positiva e integrada. El desarrollo afectivo y emocioemoc ional es un proceso proce so permanente que q ue nunca termina termina.. La estabilidad emocional da sentido a la propia vida y la educación de las emociones ayuda a construir y vivir vivir una afectividad emocional fecunda. «Para sentirse amado, es necesario aprender a amar», nos dirán. Es necesario emocionarse em ocionarse para par a emocionar. emocionar. Por Po r este motivo, en Sedúcete para seducir aparece aparece también el otro, los otros y, por consiguiente, la necesidad de interrelacionarse, de comunicar sin sin miedo, sin esconder escond er las las propias prop ias emociones, em ociones, resulta una obob viedad. Una de las características que vamos descubriendo a medida que nos adentramos adent ramos en la la propuest prop uestaa que nos presentan los autores es que en ningún momento se excluye la conducta c onducta humana, el mundo cognitivo cognitivo y el mundo mu ndo del pensamiento, sino que se reivindica reivindica un nuevo modelo mod elo que, además, tenga en cuenta las emociones, ya que éstas son las que caracterizan la manera especial y única que cada uno tiene de ver y vivir lo que nos pasa, pa sa, además de tener tener un poder aglutina aglutinante nte capaz de integrar integrar tanto los aspectos aspe ctos racionales como los indemostrables indemo strables e irracionales, irracionales, los personales y los profesionales, los privados, los públicos, los afectivos, los cognitivos... Otra característica del libro es la de crear interrogantes, formular preguntas, sugerir cuestiones sobre una serie de ideas clave clave o ideas fuerza que el lector deberá responderse, entretejiendo la reflexión, como son la necesidad de conocimiento de uno mismo, del otro y del propio m undo un do... ... y, por po r lo tanto, tanto, el tratamiento de ciertos temas, temas, como la autoaut onomía personal, la autoestima, la necesidad de comunicar y contagiar afecto constituye una llamada a la creatividad, a la individualización, a la capacid cap acidad ad de sentir y manifestar afecto. Aceptar las experiencias negativas y las emociones desagradables forma parte de la propia vida; no obstante, éstas son necesarias porque mueven mueven a las personas persona s a buscar busc ar nuevas estrategias estrategias para pa ra afrontarlas.
PRÓLOGO
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Así pues, debemos aprender ap render a desaprend desaprender. er. «Debe «D ebem m os desprender despren der nos de lo que nos molesta y hacer limpieza de lo que no sirve», nos re comendarán. Necesitamos tanto la inteligencia intrapersonal como la interperso nal; nal; ambas am bas posibilitan p osibilitan nuestra respuesta respu esta personal y singular singular,, un estilo estilo propio ante los acontecimientos significativos de nuestra existencia. Por Po r este motivo, nos dicen, la emoción es muchas cosas: es biología y aprendizaje, estímulo y respuesta, impulso y acción, instinto y refle xión, medio y fin, inconsciencia y consciencia, sensación y cognición, información y recursos orientativos y adaptativos. Y en este aprendizaje de las emociones es tan importante saber ex presarlas como saber regularlas, si cabe, cuando la reacción primaria, espontánea espontánea o instin instintiv tivaa puede pue de provocar provoca r conductas desmesuradas o da d a ñinas ñinas para la propia pro pia vida o para pa ra las relaciones interpersonales. interpersonales. Vivir en armonía con uno mismo y con el entorno es el objetivo del desarrollo emocional, emocional, compartiendo com partiendo proyectos p royectos comunes con los demás, viviendo en coherencia con unos valores transformadores que nos per mitan construir un modelo mejor de persona y de sociedad, más digna y más má s feliz. feliz. es una aportación aportac ión reflexiva, rigurosa, conven Sedúcete para seducir es cida y vivida vivida de dos do s profesionales de la educación, con la voluntad de abrir nuevas nuevas vías de aproximación aproxim ación al mundo de las emociones. Las L as nue n ue vas ideas y opiniones expresadas, sus sentimientos y experiencias, no só lo docentes, sino también también personales, compaginan comp aginan lo que los autores sa ben y lo que han vivid vivido. o. Nos No s regalan la capac ca pacidad idad de convertir convertir la propia prop ia vivencia en conocimiento, con el propósito de vivir compartiendo con los demás, disfrutando al máximo posible de la vida y empezando pro yectos yectos transformadores. t ransformadores. Si leéis leéis el libro, os daréis cuenta de que empieza y acaba con una mis ma pregunta: «¿Por qué las emociones?». Esta pregunta va dirigida al lector lector.. Al final, final, en las últimas páginas, páginas , a través de un «castillo «casti llo de fuegos fue gos», », como dicen los mismos autores, se intenta intenta responder respon der a ella. ella. Todo el libro tiene una función de provocación, de estímulo, de reencuentro con uno mismo y con el otro a través de una vinculación emocional y afectiva. D esde la perspectiva de vivencia-co vivencia-comunicació municación n emocional, hemos hecho todo un recorrido de expresión expre sión individual y de evolución social, hemos pasado de una represión-control en la exteriorización de las emociones a un control-regulación, control-regulación, y nos dirigimos a crear un proceso, proce so, todavía incipiente, en el que la emoción ha encontrado un campo so cialmente cialmente fértil para cultivar el crecimiento, crecimiento, la realización personal perso nal y del
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SEDÚCETE PARA SEDUCIR
otro, centrado en la persona, en contraposición a la homogeneidad y a la uniformidad del grupo. Las La s emociones son un elemento imprescindible para el crecimiento crecimiento personal y para la organización de la conducta; su regulación necesita dos elementos básicos: las competencias cognitivas y el desarrollo de competencias sociales. Nos dirigimos hacia una educación cada vez más integral, contextualizada tualizad a y global. El actual marco normativo de la educación, que pre pr e vé como uno de los objetivos el desarrollo de capacidades y potencia les de la persona que faciliten el crecimiento personal y la integración social y laboral de los alumnos, se concreta en el conocimiento y la aceptación de uno mismo, en el conocimiento y la aceptación del otro y en las interrelaciones con el entorno social y natural, en constante evolución. El currículum de los alumnos nos permite plantear propuestas edu cativas cativas de crecimiento crecimiento emocional-personal, como un primer paso pa so hacia una educación emocional que va más allá de la instrucción, más allá de la formación, más allá del currículum. Estam os viviendo un momento educativo de eclosión de vivenci vivencias as emocionales, emocionadas y emocionantes, un proceso de crisis, de cambios. Este E ste hecho es una oportunida oportu nidad d de crecimiento, en el que deben implicarse la comunidad educativa (alumnos, padres padre s y madres, personal p ersonal no docente, profesorado, profeso rado, etc.) etc.) y el centro, que a través través de su organiza ción y gestión facilitará la comunicación, la transmisión de emociones, pero también la administración (generadora de normativas y recursos recursos que posibiliten la dinamización de la intervención educativa) y la sociegeneral,, desde donde dond e llegan llegan las pautas y, y, sobre todo, tod o, donde dond e se dad da d en general desarrollan los proc p rocesos esos educativos y se convier convierten ten en el el escenario de la evolución y el cambio. L a evolución evolución del sistema sistema educativo ha produc pro ducido ido modificaciones m odificaciones en el perfil y en los procesos proc esos de adaptación adapta ción del profesora prof esorado, do, tanto desde desd e la perspectiva de agente receptor y transmisor de modelos, como desde la vertiente vertiente de creador cread or y dinamizador dinamizad or del proceso. Esta situación de cambios justifica la necesidad de diseñar y aplicar una intervención formativa dirigida a proporcionar a los docentes refaciliten una respues respue s cursos cursos y habilidades personales y profesionales profesionales que faciliten ta adecuada a las demandas educativas. Esta oportunidad de crecimiento crecimiento , mediante una formación perma nente del profesorado en el control-regulación-desarrollo emocional, implica dos ámbitos diferentes e íntimament íntimamentee ligados, que son la forma-
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PRÓLOGO
ción personal (vivencias y estrategias de enfrentamiento) y la formación profesional (facilitar recursos y estrategias de formación).
Este proceso p roceso de formación formación e implicaci implicación ón de la comunidad comu nidad educati va facilitará facilitará la consecución de las propuesta prop uestass que nos hacen Eva Bach y Pere Darder con respecto a la educación. no sólo las emociones, sino que tenemos que edu edu «Debemos educar no car desde las emociones, emociones, debemos educar emocionalmente.» Este es el compromiso real de los autores: educar las emociones su pone aprender ap render una serie de técnicas para afrontar los acontecimientos, acontecimientos, pero, sobre todo, supone adquirir madurez emocional para poder im plicarse en la transformación social a partir de grupos en los que se es aceptado, valorado y, al mismo tiempo, animado a realizar un servicio a la comunidad. El libro, pues, se dirige a todos, a cualquier persona, educadores, maestros, padres, padre s, profesionales, y presenta una propu pro puesta esta seductora: es necesario vivir la vida con emoción y alegría, con actitud positiva, sin pesimismo, sin dejarse llevar por la insatisfacción o el tedio; y por esto, es necesario contar con proyectos creativos y vitales vividos con entu siasmo siasmo que potenciarán potenciarán su capacidad transformadora. transformadora. Debem D ebemos os apren der a decir «te quie q uiero» ro» con palabras, palab ras, con miradas, con las manos, con el el gesto, con el tacto, con nuestro comportamiento y con nuestra actitud. Sólo de este modo, si somos capaces de emocionarnos, podremos emocionar, y tomaremos impulso para movernos hacia ideas y formas de vida más satisfactorias, hacia el propio conocimiento y la autorrealización. S a r a B l a s i
Presidenta Presidenta del Consell Escolar Escola r de Catalunya A n d r é s G o n z á l e z
Presidente de la Comisión de Psicología de la Educación del Colegio Oficial de Psicólogos Psicólogos de Catalunya
S e d u c c i ó n por l a s e m o c io io n e s Planteamiento e intenciones
¿P o r q u é
l a s emociones?
El interés por las emociones ha aparecido de forma reiterada a lo largo de la historia del pensamiento, aunque nunca las emociones han estado formalmente integradas en la educación. El gran cambio que se empieza a producir en estos momentos m omentos lo podem os situar entr entree dos ejes: ejes: — Hemos entrado en una nueva era en la que la neurobiología ha convertido las emociones en un objeto de estudio científico (Greenberg (Green berg y Paivio, 2000, 2000 , pág. 9). — La L a complejidad y conflictividad conflictividad de la vida social pid e una atención prioritaria y cada vez mayor en la formación forma ción de la persona, perso na, y ésta está especialmente vinculada a las emociones. Nuestra intención no es, en absoluto, apuntarnos a la última, sino contribuir contribuir de algún algún modo a destacar el poder pod er de las emociones para que nos acerquen a los fines últimos de la educación y no se conviertan en una moda pasajera pas ajera más entre entre tantas tantas que qu e se van sucediendo sucedie ndo en el mundo educativo. educativo. Seguro Seg uro que esta preocupación preocupac ión la comparten las personas que han asumido una opció n personal persona l y profesional parec p arecida ida a la nuestra. nuestra.
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Decimos Decim os personal pers onal y profesional porqu po rquee en el terreno terreno emocional no exis te opción profesional realmente fecunda que no pase necesariamente por una opción previa y comprometida de revisión y de reencuentro personal que debería llevarse a cabo con la máxima honestidad y, ade más, con una profunda profu nda vinculación afectiva afectiva.. Hemos empezado diciendo que la neurobiología actual se centra en el estudio científico científico de las emociones. emociones. Esta Est a ha surgido surgi do y a su vez vez ha com com portado un cuestionamiento de las teorías racionales tradicionales. El neurobiólogo norteamericano A. Damasio señala en E l error error de de Descartes —un título bastante ilustrativo— que durante muchos años se ha pensad pen sadoo que «las «la s decisiones acertadas ac ertadas provenían de una mente mente fría, fría, que las emociones y la razón no se mezclaban, como el aceite y el agua» (Damasio, (Dam asio, 1996/2001, 1996/2 001, pág. pág . 9). 9). Pero Pe ro investigaciones investigaciones recientes recientes llevadas a cabo en el campo de la neurociencia han demostrado que una persona muy «inteligente», que sepa conservar la mente fría y mantenerse al margen de sus emociones, em ociones, no sólo comete una sucesión sucesión continua de de d e saciertos en el el momento de tomar decisiones, sino que además no se tie ne demasiado en cuenta a sí misma ni a las otras y vulnera a menudo aquello que podría p odría ser personalmente personalmente beneficioso beneficioso y/o socialmente socialmente con veniente. Esta y otras observaciones similares han propiciado una serie de hi pótesis y de estudios, que han conducido a los investigadores del cere bro humano hum ano a concluir que probablemente «la s emociones y los senti mientos no sean en absoluto absolut o intrusos en el bastión de la razón, razón, sino que ciertos aspectos determinantes en el proceso de la emoción y del senti miento miento son indispensables para p ara la racionalidad». Esto Est o no significa significa que éstos no puedan pued an interceptar o distorsionar los procesos proceso s de razonamien razonamien to, como se consideraba tradicionalmente tradicionalmente y sabemos sabem os que sucede en oca oca siones, sino que lo realmente nuevo e interesante a tener en cuenta es que la ausencia de emoción y de sentimiento no es menos perjudicial (Damasio, 1996/2001, págs. 9-10). A partir de aquí podemos afirmar que vivir y educar las emociones es una necesidad de primer orden. El pensamiento, aun siendo igual mente importante, no lo es es todo. Sentir es es indispensable indispens able para p ara mantener conductas conduc tas personalmente integradoras inte gradoras y socialmente transformadoras transformador as y solidarias. ¿Por qué, pues, las emociones? Por esta y por muchas razones que iremos iremos exponiendo e xponiendo a lo largo de los siguient siguientes es capítulos, pero sobre to to do por p or una muy especial espe cial y muy sencilla sencilla de plantear, plantear, pero pe ro bastante ba stante más m ás compleja de llevar a cabo. Lo contamos a continuación.
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Ante Ante todo debemos d ebemos anotar que estamos aq a q uí gracias gracias a las emoc emocion iones es.. La especie humana, en general y cada uno de nosotros, en particular. La especie humana ha evolucionado y ha superado las condiciones primitivas de vida gracias a la función de adaptación y de supervivencia que han ejercido las emociones. Son las emociones las responsables de que el ser humano se proteja contra los peligros pelig ros que q ue lo amenazan y se sienta atraído por po r nuevas formas más satisfactorias de vida y de relación. relación. La literatura, la música y el resto de las artes quizás hayan sido algunos de los pocos poc os campos campo s en los que las emociones se han han podid po didoo vivir vivir y manifestar con una cierta libertad o permisividad, por lo menos en determinados contextos y períodos históricos. La filosofía las ha tenido presentes prácticamente desde sus orígenes, si bien ha considerado durante muchos siglos que se tenían que someter al dominio de la razón (por lo menos ésta ha ha sido la interpretación que nos ha llegado). La L a ciencia empezó a considerarlas bastante más tarde y lo ha hecho también desde la misma óptica. Pero ni una ni otra existirían sin las emociones. Si Sócrates o Edison Ed ison no se hubiesen hubiesen dejado d ejado llevar llevar hasta cierto cierto punto por po r sus emociones, ahora no tendríamos ni mayéutica ni bombilla. L a historia de la humanidad es la historia historia de una lucha que el ser humano, originariamente movido para obtener placer, empieza con el fin de asegurarse la supervivencia supervivencia en en un medio adverso, ad verso, pero, curiosamente, te, cuando ha conseguido unas condiciones aceptables de superviven supervivencia cia y seguridad segurid ad en este medio adverso, a dverso, se ve obligado obligad o a modificar la noción noción de placer que estas condiciones por sí solas no le han otorgado. Es decir, ir, cuando el ser humano satisface las necesidades consideradas conside radas prima p rima-rias, se da cuenta de que la satisfacción que buscaba está poco relacionada con el alimento y el abrigo físicos, y mucho con el alimento y el abrigo emocionales. emocionales. El E l aumento de las depresiones —la — la enfermedad de nuestro siglo— está muy ligado a estos hechos. hechos. A menudo, cuando hablamos de emociones, olvidamos que la necesidad sida d esencial de de la persona es la de sentirse amada. Una persona se siente querida cuando se siente siente acogida, respetad res petadaa y valorada valorad a por lo que es, no por lo que podría ser o desearíamos desearíamos que q ue fuese, fuese, ni tampoco por p or lo que hace. Sólo esto hará que tenga ganas de vivir y que considere su vivencia emocional como un elemento elemento que puede pued e hacer de su vida una expe ex pe-riencia de afecto y de crecimiento más m ás rica y más feliz. feliz. La afectividad —que debe concretarse en una acogida visible y palpable— es básica básic a para p ara la vivencia vivencia emocional fecunda y constructiva y, y, por lo tanto, tanto, para pa ra la estabilidad estabilida d emocional de d e la persona. Y al revés, revés, la vivenvivencia emocional fecunda y constructiva constructiva es básica para p ara una afectividad salusalu -
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dable y bien fundamentada. Pero difícilmente sucederá la primera sin la segunda, segunda , es decir, será difícil experimentar una vivencia vivencia emocional inte inte-gradora sin una afectividad consolidada que le dé soporte y la impulse. Esta Est a necesidad de sentirse sentirse querido exige como contrapartida la ne cesidad de aprender apren der a amar amar.. Nadie N adie podr p odráá sentirse sentirse querido ni aprender a querer si no existe otro que lo ame. Si deseamos sentirnos queridos, conviene a su vez que aprendamos a amar. Apenas iniciadas las prime ras líneas líneas acabamos acabam os de encontrar la palabra que consideramos clave clave de la vida, de las emociones y, y, por lo tanto, también de la educación: la p a labra amar. También en estas primeras líneas aparece lo que será el referente permanente de esta obra, ya que consideramos que q ue debe deb e ser también también un referente permanente en nuestra vida y en la educación: el otro. No N o pre pre tendemos que q ue de esta afirmación afirmación se deduzca que el principio básico bási co que debe regir nuestra vida deba ser la abnegación. Conviene que primero contemple y descubra mi ser interno y mis necesidades primarias e im pulsos básicos. Pero si ejecuto a fondo este ejercicio de introspección y de autodescubrimiento, la necesidad del otro otro no tardará dem asiado en aparecer. Y no sólo me daré cuenta de que necesito al otro para cons truir mi identidad y mi equilibrio emocional, sino que además descu briré que qu e el otro me necesita. necesita. Neces N ecesito ito al otro y a la vez vez también necesi nec esi to convertirme en otro, y esto lo haré haré descubriend descu briendoo que yo soy soy o podría pod ría ser él. Esta es la verdadera base de la empatia o sintonía con las otras personas, así como de las relaciones interpersonales fecundas y de la convivencia armónica. ha necesidad del otro aparece como una necesidad igual o mayor que la de comer o la de dormir, pero bastante más compleja de asumir y de satisfacer que estas última últimas. s. L a necesidad n ecesidad del otro debe ser reconocida y educad edu cadaa como nunca se ha hecho hasta ahora.
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La felicidad, aquello que todos anhelamos y buscamos, va más allá del deseo de sobrevivir o de mantenernos vivos. Está muy relacionada con el el amor a la vida y el amor que recibimos de los otros. N o basta ba sta con estar vivos. Debemos sentirnos vivos y debemos tener ganas de vivir, y difícilmente será así si no nos sentimos queridos. «La tierra prometida se describe en la Biblia llena llena de leche leche y miel» mie l» (E. Fromm F romm,, 1996, pág. 55). L a leche simboliza sim boliza el alimento necesario para p ara estar e star vivo, vivo, y la miel el concon dimento indispensable indispensab le para querer estarlo y disfrutarlo, aunque au nque la vida vida a veces veces pueda parecemo parec emoss una cucharada de jarabe amargo. amargo. Sin amor am or no podemos vivir , por lo menos no de una manera digna y satisfactoria. satisfactoria. Y el amor es lo que me vincula vincula al otro — de quien soy tan tan responsable como de mí mismo—, y me exige, por lo tanto, un compromiso conmigo mismo y con el otro, un compromiso que empiece por mi propio desarrollo personal perso nal y que apunte a su vez hacia el el desarrollo colectivo. La finalidad última es la de entretejer o construir unas relaciones interpersonales cada vez más humanizantes y satisfactorias, en las que el reconocimiento y la deferencia mutuas sean las notas dominantes. Aunque no haya haya ninguna fuente fuente de felicidad personal person al comparab co mparable le a la que proviene de unas relaciones interpersonales satisfactorias, todos tenemos tenemos algún algún tipo de problema problem a en nuestras nuestras relacione relaciones. s. Estam os convencidos de que únicamente dentro de la extensa constelación que con figuran nuestras nuestras emociones podre p odremo moss empezar empez ar a trazar la órbita de una mayor comprensión y acercamiento entre las personas. ¿Q u é
no s pasa c o n l a s e m o c i o n e s?
La sociedad nos ha empujado a esconder esconder las las emociones, emociones, aunque están presentes en las grandes decisiones de nuestra vida y en en todas las acac tuaciones del día a día. La emoción emoción preside todo lo que hacemos. hacemos. Detrás D etrás de cualquier conducta hay siempre una emoción que la tiñe, la impulsa y la mantiene. «No hay no sentimiento» (Castilla del Pino, 2000, pág. 99). A veces veces nos puede p uede parecer que no hay emoción, emoción, porque p orque entendemos entendemos por emociones únicamente las que la mayoría de autores denominan emociones primarias o innatas, las que desempeñan un papel clave para la supervivencia, se pueden catalogar como básicas o universales, y son percibidas por nosotros como estados corporales y mentales intensos, como pueden ser el miedo, la ira, la tristeza, la alegría, etc.
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Pero a pesar de la importancia de la emoción emoción primaria, primaria, el comporta comp orta miento emocional del individuo no se agota en los mecanismos ni en en las las conductas asociadas asociad as a ellas. ellas. A medida que la persona crece, crece, acumula ex ex periencia vital y desarrolla sus facultades cognitivas, aumenta también su repertorio de respuestas emocionales. A partir del lenguaje y del ra zonamiento incorpora incorp ora un abanico de emociones emociones secundarias que se aso as o cian a cada una de las primarias, matizándolas y ampliándolas. Se trata de emociones que definen estados emocionales más persistentes que las emociones primarias. La variedad emocional tampoco acaba en las emociones secunda rias rias.. Existe E xiste otro tipo de emociones menos «esp ectacu ect aculare lares» s» y a veces veces también menos perceptibles o más difíciles de identificar, pero mucho más enraizadas enr aizadas y bastante más determinantes determinantes en nuestra trayectoria vi tal. tal. Son las que Damasio denomina «sentimientos de fondo fon do»» (Damasio, 1996/2001, págs. 145-146). Cuando decimos que las emociones no se reducen a las emociones primarias y secundarias, queremos referirnos a estos sentimientos de fondo que otorgan un tono agradable o desagradable a la experiencia vital vital y que determinan en gran medid a la valoración global positiva o negativa que extraemos de ella. En un momento determinado, nos damos cuenta de que existen dos mundos: uno interno y otro externo. Y lo que pasa en el mundo exter no lo vivimos internamente de manera diferente a como lo viven otras Clases de emociones
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personas. En la descripción de la realidad externa es más fácil que se produzcan produz can coincidencias. coincidencias. En E n cambio, cam bio, el modo en el que la realidad realidad exex terna nos afecta o nos condiciona es completamente subjetivo, y ante una misma situación situación se producen prod ucen percepciones e interpretaciones interpretaciones muy muy diversas. diversas. Las La s emociones son las responsables de esta manera especial y única que tenemos cada uno de ver las cosas y de vivir aquello que nos pasa. Por lo tanto, es lo más singular que tenemos. Todos pensamos pe nsamos que nuestra vida emocional emocional es muy muy importante papa ra nosotros y que está muy muy ligada a las relaciones que establecemos estable cemos con los demás. A pesar de ello, ello, lo vivimos vivimos de una forma forma casi sumergida, coc omo nuestra y no nuestra a la vez. Nuestra porque, sepamos o no identificarlas, las emociones las sentimos, y no nuestra porque tenerlas no implica que las admitamos y mucho menos menos que nos las hayamos hayamos apro a pro-piado. Identificamos nuestras emociones con aquello que existe de íntimo en nosotros y que justifica algunas de nuestras actuaciones, pero, simultáneamente táneamente,, nos parece que q ue es la parte indomable de nosotros mismos, una parte que es como es, que no terminamos terminamos de explicarnos exp licarnos por p or qué es como es, que, además, nos juega malas pasadas pasa das y que, por po r lo tanto, tanto, nos conviene ocultar y soportar resignada y silenciosamente. Puesto que a menudo nos dicen que qu e tenemos que ser más racionales racionales y que dejarnos llevar por las emociones puede ser muy peligroso, procuramos mantenerlas bajo control, y ahora empezamos a darnos cuenta de que las hemos tenido muy poco en cuenta. El modelo de actuación que se nos presenta como correcto se concreta en la conexión entre pensamiento y acción. acción. Tenemos que pensar p ensar (si (si puede pued e ser dos veces me jor que una) qué es prec p reciso iso hacer hac er y desp d espué uéss hacerlo. hacerl o. Y cuando cua ndo esto no funciona funciona —¿no — ¿no nos sucede a menudo? me nudo?— — , culpamos a la fatalidad fatalidad o a las emociones. Lo que propone la educación de las emociones no es sustituir la razón o el el pensamiento por po r la emoción, sino cambiar este modelo pensa miento-acción que qu e hemos seguido seg uido tradicionalmente y que se ha revelado incompleto e ineficaz para lograr la integración personal y la felicidad
Pensamiento
Acción
por un nuevo nuevo modelo constituido por p or emoción-pensamiento-acción , que está más acorde con nuestra manera de vivir la realidad:
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La identificación con nuestras emociones viene acompañada de la convicción de que tenemos las que tenemos y de que debemos espabi larnos como com o sea porque porq ue no hay arreglo. arreglo. Enfocam os nuestras emociones con cierto fatalismo y sentido negativo, y en gran medid m edidaa por po r esta razón las vivimos poco y las manifestamos menos. Socialmente Socialmente — ésta es la otra parte de la cuestión— cuestión— las emociones están encasilladas y formalizadas. Por un lado, las que no deben sen tirse, que perjudican a quien las tiene y/o conviene saber disfrazarlas si se tienen. Por otro lado, las que sí pueden tenerse (que son pocas), las correctas, distribuidas distribuida s según la intensidad, la actividad y el con texto donde se han de aplicar e, incluso, según quien las puede sentir y quien no. En ciertos momentos es inadmisible que determinadas personas manifiesten una alegría o una pena excesivas. Las mujeres tienen que ser afectuosas y tiernas, los hombres invulnerables, los ne gocios gocio s no tienen tienen nada que ver con las emociones, las artes son exclus ex clusi i vamente emoción, la ciencia, en cambio, pasa a ser reducto de la ra zón... Podemos decir que existen unos territorios sociales racionales y otros emocionales, em ocionales, aunque esto contrasta con la mezcla mezcla indisociable de razón y emociones que es toda nuestra vida personal y relacional. Sin duda, esto tiene una lectura social y valoraciones diferentes (de acepta ción, de poder, de importancia...), habitualmente de segundo orden, con respecto resp ecto a la vertiente vertiente emocional. Y es que la cultura occidental no acaba de reconocer recono cer y de situar las emociones en el el conjunto de la vida individual y social. A pesar de que periódicamente se ha llamado la atención atención sobre el papel pap el de las emociones y se han han efectuado aportad apo rtadoo-
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nes significativas para integrarlas en el conjunto de nuestra vida, las emociones siguen encerradas en el cuarto oscuro. Actualmente nos encontramos en uno de esos perío p eríodos dos en los que se anuncia anuncia la releva relevancia ncia de las emociones, y somos muchos m uchos los que q ue pensa p ensa-mos que no se puede ignorar este hecho y que debemos implicarnos a fondo, fondo , ya que es muy — y muy— importante import ante lo que qu e está en juego. ¿P o r q u é n o h e m o s e mp m p e z a d o a p r e o c u p a r n o s p o r l a s e m o c i o n e s
HASTA AHORA? Sencillamente, Sencillamente, porque porq ue es ahora cuando cuand o la ciencia ciencia ha empezado empeza do a hablar de ellas. Y la ciencia habla de ellas porque vivimos un momento en el que se ha conocido lo que nos hace falta para mantenernos con vida, cuando hemos empezado empezad o a darnos cuenta de que necesitamos necesitamos algo más además de la supervivencia supervivencia física física para pa ra apreciar a preciar la vida y las personas pers onas con quienes convivimos. En realidad, que nos hacía falta algo más lo hemos sabido siempre. Lo han han sabido poetas, artista artistas, s, maestros, maestros, pedagogos, pedag ogos, psicólogos, m édicos, psiquiatras, pensadores y figuras destacadas de diferentes ámbitos del saber. Lo han sabido también infinidad de personas anónimas. Lo que sucede es que no se les les hacía demasiado demasiad o caso. Estas Est as personas p ersonas vivía vivían n y proclamaban sus emociones y sus saberes desde los balcones de un edificio —el del humanismo— que no gozaba de demasiado prestigio, porque porq ue ha sido eclipsado eclip sado por p or otro edificio en apariencia más alto y más fuerte que los hombres hemos construido construid o y del que nos sentimos mucho más orgullosos: el de la ciencia. Pero aunque haya sido sin saberlo, también el edificio de la ciencia se ha levantado dejándose llevar por las emociones, y no sólo por las que, sin duda dud a alguna, alguna, aparecen ap arecen detrás de la curiosidad, curiosidad , la tenacidad, la capacidad de admiración y la voluntad de superación de lo científico. Un amor por la vida no reconocido suficientemente o poco correspondido ha derivado en ocasiones en un amor casi exclusivo por la ciencia que ha ocultado o ha obviado obviad o todavía más este amor por la vida. vida. Y la emoción primordial, el miedo, que q ue por po r un lado ha hecho posible la evolución lución de la humanidad, ha sido por p or otra parte el causante de la deshudeshu manización del ser humano. La L a falta de confianza co nfianza del hombre homb re en sí sí m ismo y en la vida —el miedo del hombre al hombre— es la responsable última de que esta construcción tan necesaria y valiosa que es la ciencia
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haya acabado haciendo sombra a una dimensión tan profundamente humana como la emocional que, a pesar de no ser igual de visible ni comprobable que los objetos de conocimiento propios de la ciencia, es también indispensable. Con el final de la polis griega se terminó también la confianza en la espontaneidad creadora del hombre en la que había creído la Grecia clásica (Pániker, 1992, pág. 252). L a nueva era fue fue presidida por p or la visión pesimista y negativa del ser humano propu p ropugnad gnadaa por p or el estoicismo, que se mantuvo durante muchos muc hos siglos y conformó la base sobre la cual se alzaron el cristianismo y el Imperio Romano, dos de los pilares de nuestra cultura occidental. Las La s emociones se asociaron pronto a esta esta parte malvada y perversa del hombre homb re que era preciso dominar y vencer con con el edificio de la razón razón y del conocimiento que la ciencia ha ido levantando. Pero curiosamente, la ciencia, que está construida por humanos y sobre conocimientos humanos, y que no habría podido levantarse al margen de las emociones —reconocidas o no— de los científicos, ha terminado chocando de cara con las emociones. Y gracias a que qu e la ciencia ciencia ha topado topa do por po r fin con con las emociones, ahora hemos empezad em pezadoo a tenerlas tenerlas en cuenta cuenta.. Sólo cuando neurobiólogos como LeDoux, Rolls o Damasio han empezado a hablar de cosas bastante parecidas a las que han dicho algunos humanistas o a las que defendió Freud, hace ya casi un siglo, sólo entonces se ha podid po didoo empezar em pezar a hablar de emociones sin incurrir incurrir en en una especie de herejía. herejía. La L a ciencia, ciencia, que ya lleva algunos algunos años investigando los agujeros negros del universo, ha descubierto por fin lo más cercano y lo más preocupante de los agujeros negros: aquello en lo que el ser humano ha acabad acab adoo convirtiéndose para par a él mismo. Por Po r primera vez vez en mucho tiempo, ciencia y humanismo están están en disposición disposició n de reconciliarse gracias al agujero negro que representan para una y otro las emociones que comparten. Nunca Nu nca como hasta ahora la ciencia ciencia había estado tan cerca de la afectividad. tividad. Desde D esde el ámbito ámbito de la educación tenemos que aprovechar para recuperar recupera r el interés interés por las relaciones entre entre las personas, persona s, que se había olvidado olvida do en favor de los currículos y de los contenidos del aprendizaje. Y
A H O RA RA Q U E S A B EM EM O S Q U E T E N E M O S E M O C I O N E S, S, ¿ Q U É ?
Ahora Aho ra que la ciencia nos otorga, otorga , por p or fin, luz verde para hablar h ablar de las emociones, y la neurociencia ha demostrado que en nuestro cerebro
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existen existen mecanismos específicos y diferenciados diferenciados responsables re sponsables de las las mis mas (aunque no se sepa con evidencia cuáles son ni cómo actúan estos mecanismos, bastante más complejos que aquellos que intervienen en cualquier otro proceso proce so mental), ¿ahora qué? Preguntas, preguntas pr eguntas y más preguntas. Surgen mil y un interrogan tes a los que q ue los educadore educa doress nos vemos obligad o bligados os a enfrentarnos, enfrentarnos, y ésta es una cuestión sumamente delicada, más que por la responsabilidad o el acierto en la respuesta, por la interpelación, la implicación y la revi sión personal que exige una reflexión de este tipo. Ante el reto que está planteando esta revolución el mundo educativo, la capaci cap aci revolución emocional emociona l en el dad de convicción convicción o de persuasión que podam pod amos os tener los profesionales de la educación no depende depe nde tanto de la respuesta que acertemos a esta blecer como de la actitud personal que esta respuesta respu esta deje trasluc traslucir. ir. Por Po r un lado, convien convienee que seamos muy cautos, pues p ues en el el tema que nos ocupa no caben las respuestas infalibles, milagrosas ni umversal mente válidas. Cuand Cu andoo nos referimos a las emociones, no pensamos pensam os en un cuerpo de conocimientos cerrado y objetivo, sino en un conjunto di námico de vivencias vivencias singulares singulares y subjetivas subjetivas que nunca nos hemos para pa ra do a contemplar con la atención atención que merecen, pero que están presentes de manera permanente en la vida del sujeto y que van evolucionando y transformándose transformánd ose con él a lo largo largo de toda la vida. vida. Por otro lado —y este punto es capital—, una vez más se incide en aquello que debería ser inhere inherente nte a nuestro rol de educadore educ adoress y que de d e masiado masia do a menudo no lo es o no lo ha ha sido: que nuestra actitud y nues tro comportamiento sean modelo de aquello que pretendemos pretend emos enseñ enseñar, ar, de lo que postulamos y predicamos, todo esto con el valor y, a su vez también, también, con la dificultad añadidos añadido s de que en este este caso la incidencia no no se ejerce desde el rol, es decir, desde lo que representamos, sino desde el ser ser,, desde desd e lo que somos, somo s, desde desd e la persona que se contempla y se se escu escu cha a sí misma y que, que, a pesar de saberse sabe rse permanentemente imperfecta y esbozada, debe asumir responsabilidades de todo tipo: íntimas, familia res, profesionales, ciudadanas, políticas. Por Po r este motivo, el primer interrogante es obvio: ¿sabemos realmendescu brir quiénes somos somo s en el interior interior para te lo que somos? somo s? Se trata de descubrir funcionar en el el exterior con coherencia cohe rencia y plenitud plenit ud con respec res pecto to a lo que somos en el el inter interior ior.. Las L as consignas socrática y rogeriana del conócete a ti mismo y sé tú mismo nos aparecen como telón de fondo del desarro llo emocional. Debemo Deb emoss ahondar ahon dar en en nosotros mismos para pa ra encontrar la propia prop ia voz voz y dejarnos guiar por po r esta parte que ocultamos ocultam os y que no es oscura, sino lulu-
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miñosa. Y debemos debem os hacerlo con el deseo de degustar las delicias de la vida, pero sabiendo que, a pesar de todo, seguiremos teniendo problemas y cometiendo equivocaciones. equivocaciones. Sabiduría Sabidu ría no significa significa ausencia de problepro blemas ni de equivocaciones. equivocaciones. Lo L o que cambiará, si aprendem os a identificar identificar nuestras emociones y a tener en cuenta su potencial transformador, será nuestra actitud, nuestra manera de considerarlas y de afrontarlas. afrontarlas. Lleg L legaaremos a interiorizar no sólo que un cierto grado gra do de conflictividad es normal, sino también que en nuestras manos está la posibilidad posib ilidad de convertir convertir los problemas en oportunidades, de reconvertirlos en descubrimientos personales que nos ayuden ayuden a ser más nosotros mismos y a relacionarnos relacionarnos mejo mejor. r. Como Com o decía Khalil Gibran: Gibran : «To « Toda da persona pe rsona es dos personas: una está despierta despie rta en la la oscuridad oscu ridad y la otra está dormida en la luz». Nuestras emociones, tanto si nos conducen a tomar decisiones acertadas como equivocadas, equivocad as, pueden pu eden ser la llave llave para acceder al agujero negro en el el que nos hemos convertido para nosotros noso tros mismos.
De
l a biología a l a ética
Cada Ca da vez está está más claro que el punto de partida partid a de las emociones es la biología, pero si el punto de llegada no es la construcción ética, entonces no habrá evolución personal ni social, y descubrir que tenemos eso que se denominan emociones no nos habrá servido para par a casi nada. Debemos Deb emos poner la biología al lado de las emociones emociones para pa ra vincula vincularlas rlas a las sensaciones, a la genética, a la parte más primaria y visceral de la vida que todos todo s llevamos llevamos incorporada incorpora da al nac nacer er.. Pero P ero también debemos debem os incorporar la ética, el aprendizaje, la cultura, las construcciones que puede elaborar elabo rar la inteligenc inteligencia ia humana para no perdernos perdern os en un hedonismo hedonism o individualista individualista y exacerbado exacer bado,, y no perder perd er de vista que q ue el bienestar individual tiene que apuntalarse en el colectivo y viceversa. Esto es lo mis-
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mo que decir que cada cad a uno de nosotros es tan tan responsable responsa ble del bienestar bienestar personal como del social y que algo tenemos que hacer para conseguir lo uno y lo otro. Pero para encontrar cuál puede ser nuestra contribu ción, ción, tenemos que pasar pas ar necesariamente por po r las emociones, por po r lo que somos y sentimos en cada etapa o momento de nuestra vida, que es a la vez el punto punto de partida de lo que pensamos pensam os que qu e podríamos pod ríamos ser y que nos convendría sentir para encontrarnos todos mejor. Para llegar a cualquier destino debemos debemo s partir siempre del punto en el que nos encontramos. Ir de la biología a la la ética significa partir de d e lo que somos som os para p ara llegar a lo que deseam de seamos os ser, ser, dar el salto del determinisdeterminismo biológico o de la predisposición genética a la inteligencia creadora. creadora. Sobre la base de d e lo que somos, debem d ebemos os construir el modelo de ser hu mano hacia el el cual deseamos tender para que sea posible p osible una existencia más digna y feliz. Pero esta existencia más digna y feliz tendrá sus pétalos y sus espinas, y vencer las espinas nos exigirá un compromiso comp romiso a veces veces difícil, incómodo e incluso ingrato. Tendremos que aprender lenguajes que hasta ahora desconocíamos y aprender a mirar mirar las las cosas desde ópticas nuevas, nuevas, im pensables seguramente hasta este momento. Tendremos que realizar el giro de ciento ochenta grados que representa otorgar una mayor impor tancia tancia a la resolución resolución de problem p roblemas as de d e relación relación entre las las personas person as para p ara estar en disposición de resolver resolver problemas problem as de matemáticas, por p or ejemplo. ejemplo. La s
e m o c i o n e s c o m o e je v e r t e b r a d o r
La educación tradicional ha primado el conocimiento por encima de las emociones, sin tener en cuenta que uno y otro aspectos no se pueden desvin desvincul cular. ar. La L a educación educa ción actual debe reparar este olvido, olvido, pero no como si la educación educación de d e las emociones fuese sólo la cara que nos fal ta de la moneda. Desde una óptica puramente compensatoria, la educación de las emociones podría quedar reducida a una serie de habilidades para afrontar emociones primarias puntualmente intensas, cuando resulta que emoción es todo lo que hacemos, o cuando todos todo s nuestros actos es tán presididos, impulsados y dirigidos por las emociones. Esto comporta que, independientemente de que sea un complemen to del desarrollo cognitivo, la dimensión afectivo-emocional debe ser planteada como eje vertebrador del desarrollo integral e integrado del resto de dimensiones dimensiones de la persona, es decir decir,, como bisagra bi sagra que apunta ha ha
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cia la síntesis entre fisiología-sensación, fisiología-sensación, cognición-pensamiento y com portamiento-acción, portamiento-acc ión, como co mo punto p unto de unión entre entre lo interno o biológico biol ógico y lo externo o social. social. Más adelante adelante observaremos cómo toda emoción em oción o es tado emocional se traduce siempre en un estado corporal determinado, que además debería ir acompañada acom pañada de un proceso proce so de reflexión personal y que finalmente debería desembocar en una conducta biológicamente adaptativa y éticamente éticamente comprometida, comprom etida, o lo que sería lo mismo, en una conducta individualment individualmentee responsable re sponsable y socialmente socialmente transformadora. L o que nos interesa interesa destacar es el poder aglutinador que tienen tienen las emociones para hacer que la persona avance de forma global hacia una madurez cada vez más completa y consistente. «Los sentimientos son los senso s ensores res del d el encaje o de la falta del mismo entre la naturaleza y la cir cunstancia» (Damasio, 1996/2001, pág. 12). Si como objetivos de la educación emocional formulamos básica mente una serie de técnicas y de habilidades emocionales puntuales, que se adquieren a partir del adiestramiento conductual y que nos re miten a una manera correcta de emocionarse o de regular las emociones intensas, la educación emocional no representará ningún cambio res pecto pec to a lo lo que se había hecho hasta hast a ahora y no se convertirá en una he rramienta integradora para el desarrollo del individuo.
Dimensión fisiológico-corporal
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Uno de los peligros que q ue corre la educación de las emociones es el el de convertirs convertirsee en una finalidad en sí misma. misma. De este modo perdería perde ría de vista tanto su origen origen biológico o filogenético (los impulsos, impulso s, los instintos, las las pasiones...) como su finalidad ética (los valores, los ideales, la voluntad de sentido). Una interpretación reduccionista y estricta del cognitivismo cognitivismo que tendiese exclusivamente hacia el funcionalismo podría desvincularse fácilmente fácilmente de esta base ba se biológica bio lógica y de este fondo ético y terminar tomando en consideración únicamente los procesos proc esos conscientes, normalmente normalmente asépticos y fríos, que reducen las emociones a pensamientos sobre ellas mismas: sentimos lo que pensamos, lloro porque estoy triste, etc. El potencial de las emociones como elemento aglutinador debería producir una necesaria integración entre los aspectos empíricos y racionales, y los no demostrables e irracionales, así como también entre los personales y profesionales, los privados privado s y los públicos pú blicos,, los afectivos y los cognitivos, etc. etc. Una de las finalidades últimas de la educación debería de bería consistir consis tir en en la la capacidad de ser aquel que se es en todos tod os los ámbitos ám bitos y circunstancias de nuestra vida, independientemente independientemente de las responsa re sponsabilidades bilidades y atribuciones que en determinados momentos nos pueda exigir nuestro rol. Esta finalidad finalida d no se puede alcanzar sin la consideración considera ción y el pleno desarrollo d esarrollo de la dimensión emocional, pero tampoco sin tener en cuenta la constitución biológica o genética individual y el horizonte ético colectivo. Y LAS EMOCIONES, ¿PARA QUÉ? Por Po r tres razones razones diferenciadas pero pe ro indisociables: a) Para reencontrarnos reencontrarnos y aceptarnos a nosotros n osotros mismos. b) Para reencontrar y aceptar al a l otro. otro. c) Para Par a mejorar, mejorar, a parti par tirr de aquí, la educación, educación, que q ue es interrelación y es es la base del desarrollo indiv i ndividua iduall y colectiv colectivo. o.
Esto comporta que en el momento de plantear actividades de desarrollo personal person al y emocional tendremos que asegurarnos asegurarno s de que q ue estén dirigidas tanto al conocimiento de uno mismo como al conocimiento del otro y a establecer vínculos afectivos con él. Debemos partir de la realidad individual, pero siempre como primer paso para poder ir más allá.
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Para reencontrarnos y aceptarnos a nosotros mismos
Contrariamente a lo que se acostumbra a considerar, las bases de la autoestima no se deberían sustentar en el reconocimiento de las cualidades que podamos tener, ni en lo que pensamos de nosotros mismos o en la imagen que tengamos de nosotros mismos, sino en el propio reconocimiento de lo que realmente somos y sentimos, y a la vez en el reconocimiento que obtenemos de los demás por lo que somos y sentimos. Com C omoo dice Alice Mille Miller, r, uno está libre de depresione d epresioness cuando la autoestima «enraíza en la autenticidad de los sentimiento sentimientoss propios y no en la posesión de determinadas cualidades» (Miller, 1998, pág. 64). Una de nuestras motivaciones principales al escribir este libro es precisamente contribuir, en cierta medida, a legitimar lo que a veces sentimos y que pensamos pensa mos que q ue no siente nadie más. Qued Q uedarem aremos os satisfesat isfechos si, cuando los lectores cierren el libro, se sienten un poco menos solos, gracias a que les hayamos sabido decir algo que ellos no se atreven a decir pero que han pensado o sentido muchas veces en soledad. Somos Som os mucho más que lo que pensamos. A veces somos todo lo contrario trario de lo que q ue pensamos, pensam os, de lo que queremos pensar y de lo que han han querido que rido hacernos pensar. A menudo menud o resulta imposible llegar a creernos lo que pensamos pen samos o lo que quieren hacernos hacernos pensar, pensar, y por po r mucho que dede seemos mirar las cosas como pensamos que sería mejor mirarlas, no conseguimos verlas así. «El yo ocurrente es muy díscolo y no atiende a razones. Como toda persona desanimada sabe, no se resuelve ningún problema problem a pretendiendo que el el sujeto sujeto cambie de modo mod o de pensar» pens ar» (Marina, 1995, pág. 195). Por lo tanto, la clave de una vivencia emocional inteligente va más allá del reconocimiento y de la aceptación de lo que sentimos. Implica, I mplica, en último término, el reconocimiento y la aceptación de lo que somos, y esto, como veremos más a delante, es un poco más complicado.
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Supone Supo ne llegar a ser capaz, en un momento determinado, de admitir el desánimo, la impotencia, la debilidad, debilid ad, la desesperación, desesp eración, el dolor, dolor, etc., etc., que todos sentimos con mayor o menor grado, y con más o menos frecuenci cuencia. a. Sólo S ólo admitiendo estos estados anímicos anímicos que son producto produc to de emociones determinadas y sintiéndolos como propios podremos llegar a superarlo superarlos. s. N o los superaremos de verdad obviándolos o pasando de puntillas puntillas sobre sob re ellos; los los superaremos sup eraremos ahondando ahondand o y deteniéndonos en ellos el tiempo que haga falta para aprender a vivirlos y a tolerarlos sin ser esclavos esclavos de ellos y sin quedarnos atrapados. atrapad os. No nos quedaremos atrapados si nuestra inteligencia nos permite saltar de nuevo: nuevo: admitir que cada c ada situación situación de la vida es fruto de lo que somos en cada momento y, por lo tanto, no podemos culparnos por no haber reaccionado reaccionado con unos patrones de los que no disponíamos, prepr ecisamente cisamente porque porq ue nos faltaba falta ba la experiencia que debía activarlo activarlos. s. L a simple voluntad de mirar hacia adelante con la intención intención de integrar en la medida de lo posible el bagaje emocional acumulado, independientemente de los aciertos o desaciertos que se hayan derivado de ello, ya es por sí misma una actitud emocionalmente inteligente. Conocer Con ocer las propias propia s emociones es necesario, en último último término término,, pap ara aceptarse a uno mismo. mismo. Para reencontrar reencontrar y aceptar al a l otro
Para acceder a una vive vivenci nciaa emocional plena debem os dedicarnos d edicarnos una mirada reposada reposa da y profunda, profun da, y esta mirada la debemos debem os efectuar necesariamente a través del otro. Nuestra Nue stra identidad identid ad se construye a partir del otro. Sin el otro otro no puepu ede haber tampoco vivencia emocional plena. Nos guste o no, tenemos que reconocer que dependemos dependem os del otro y que el otro depende depend e de nono sotros. La estrecha conexión entre la educación de las emociones y la educación ética queda fuera de toda tod a duda du da si atendemos a la premisa iniinicial que las dos comparten: sin el otro no somos nadie. Otra Ot ra de nuestras motivaciones es poner de manifiesto que, a pesar pesa r de la insatisf insatisfacción acción que todos acostumbramos acostumbram os a experimentar tarde o temprano en las relaciones relaciones personales, es posible posibl e llegar a disfrutar de ellas. ellas. Podemo Pod emoss entendernos, vivir vivir y relacionarnos relacionarnos de un modo mo do cualitativamencualitativamente mejo mejor. r. Pero Pe ro para pa ra que esto sea posible po sible conviene conviene vencer previamente las resistencias que nos genera tener que profundizar en nosotros mismos y el miedo que nos da admitir la necesidad del otro.
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De todos modos, m odos, deberíamos hac hacerl erlo. o. Y deberíamos hacerl hacerloo porque la gran fuente de emociones para p ara mí es el otro. otro. Es E s el tú quien me des pierta las emociones. emociones. N o puedo pu edo hablar de emociones sin hablar del otro. otro. ¿Con ¿Co n esto queremos querem os decir que sólo tenemos tenemos emociones con el otro?, ¿o que todas mis emociones se origin originan an en el otro? En absoluto. Lo L o que de cimos es que el otro es el motivo más importante y más profun pr ofundo do de mis emociones. E l más atractivo y el más cautivador. cautivador. El principio de actividad, una de las grandes aportaciones piagetianas a la pedagogía, pedagogía , tiene que ser matizado al hablar de las emociones pa ra que no nos remita a una disociación improcedente. No existe apren dizaje significativo por el simple hecho de que haya actividad y de que ésta se integre estructuradamente en el plan cognitivo, sino que existe aprendizaje significativo cuando la actividad es fruto de la emoción y genera emoción, es decir, decir, cuando cua ndo se establece estable ce algún tipo de vinculación afectiva con lo que estamos haciendo y conociendo. O dicho de otro modo, existe aprendizaje significativo cuando hacer, conocer y sentir encuentran un punto de convergencia en el el cerebro humano. Como la emoción está relacionada casi siempre con el otro, directa o indirectamente, la palabra pala bra clave clave no sería acción, acción, sino interacción. Es la interacción la que realmente nos modela, porque es la relación con el otro la que nos sitúa, la que nos hace descubrir lo que sentimos y nos ayuda a conocer quiénes somos. Vara Vara mejorar m ejorar la relación relación educativa
L a interacción interacción es la base de la relación relación educativa. educativa. Representa el mo mo delo inicial inicial de formación de d e la persona humana. El E l niño crece, se conoce, conoce a los demás dem ás y la realidad que lo envuelve envuelve con el soporte soport e espontáneo-intencionado, neo-intencionado, afectivo y racional de las personas cercanas. Una rela ción frágil, discontinua y especialmente falta de afecto, es decir, sin una interacción personal persona l sólida y cálida, produce prod uce efectos negativos palpables. Todos recordamos a los maestros maestros que nos han han impresionado — mar cado, decimos—, incluso recordamos la relación que establecimos con ellos, a veces muy individualizada y visible, visible, otras difusa en el marco marc o de la relación más global establecida con el grupo. En cualquier caso, pen samos que hemos tenido una interacción mutua que de una manera u otra nos ha determinado. L a educación edu cación formal debe deb e incidir en las dimensiones afectivas a tra vés de las vivencia vivenciass de los maestros m aestros y de los alumnos, incorpora inco rporadas das de
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forma natural a la labor docente que q ue se realiza realiza en la institución institución educatieducat iva. va. Se deben adquirir conocimientos, pero pe ro desde d esde el entusiasmo entusiasmo y hacia la satisfacción; se deben establecer relaciones relaciones personales, pero desde d esde la comprensión y la honestidad y hacia el placer del trabajo conjunto... En las primeras etapas eta pas y nive niveles les de la educación formal se acostumacostum bra a contemplar la dimensión dimensión emocional, pero per o a medida que q ue se avanza avanza en el sistema sistema educativo, ésta va perdiendo terreno terreno hasta que práctic p rácticaamente desaparece. En la universidad, universidad, ya no acostumbra acostum bra a quedar que dar ni rastro. Paralelamente, el llamado fracaso escolar avanza avanza en progresión inversa. Y, Y, ciertamente, este fracaso fraca so es escolar. No N o es del alumno, alum no, es de un sistema y de una institución educativa que prescinde pres cinden n de las emociones, cuando en nuestra vida resulta imposible prescindir de d e ellas. ellas. Loss chicos y las chicas no son receptáculos que Lo q ue debamos deb amos llenar llenar de ciencia, ciencia, ni los profesional profe sionales es de la educación educac ión instrumentos para p ara llenarlos. llenarlos. Unos y otros son sujetos con emociones que desean vivir y compartir, y que deberían poder po der contagiar contagiar,, y por po r encima encima de todo to do lo que q ue más desean es ser felice felices. s. Lo L o que es realmente importante importante es la relación que estableest ablecen cen entre entre ellos, ellos, pero ésta sólo será educativa —para — para unos y para otros— si colaboran en proyectos conjuntos y se ayudan entre ellos porque son conscientes conscientes de estas metas comunes. L a educación es una de las herramie herramientas ntas más poderosa pod erosass que tenemos tenemos para pa ra alcanzar un mayor grado grad o de satisfacción satisfacc ión vital y aprender apren der a convivir convivir en armonía armonía con con los demás. Por este motivo debemos debemo s plantear la educaeduc ación ción como una educación para p ara la vida, como un instrumento instrumento a nuestro alcance alcance que busca busc a mejorar en todos los ámbitos para p ara construir construir una existencia individual individual y colectiva más satisfactoria. Para P ara que q ue esto sea posible, po sible, conviene conviene educar emocionalmente, es decir, decir, conviene conviene incorporar incorp orar a la edu e du-cación las emociones que son parte de la vida y fuente de aprendizaje. El informe que la Comisión Internacio Internacional nal sobre Educación Ed ucación para el siglo XXI elab elabor oróó para la UN ESCO ES CO —La educación, un tesoro escondianaliza za los retos que tiene tiene planteados la educación do—> que recoge y anali en el nuevo nuevo siglo, siglo, destaca la importancia imp ortancia de educarnos educarn os toda t oda la vida y de de aprender apren der a convivir convivir en armonía. ¿Alguien ¿Alg uien imagina una felicidad felicid ad muy diferente a la de convivir en paz con uno mismo y con los demás, en sintonía con nuestro entorno natural? Por otro lado, si tenemos que educarnos toda la vida, significa que los profesionales de la educación y los adultos adu ltos en general general también deben hacerlo. hacerlo. La L a dimensión como com o persona perso na nos afecta a todos, todo s, y también también en las dimensiones personales —y no sólo en las profesionales— nos conviene una formación continua.
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El documento docum ento de la U N E S C O citado anter anterior iormente mente,, también también conocido como Informe Delors especialmente la necesidad de añaD elors,, destaca especialmente dir la formación personal a la formación profesional, que era la única que hasta ahora se contempl cont emplaba aba en la formación permanente, porque porq ue el resto de dimensiones se acostumbraban a considerar acabadas cuando la persona person a accedía acc edía a la vida adulta y laboral. La educación, un tesoro escondido (Informe Delors para la UNESCO) Actividades de perfeccionamiento profesional Educación permanente
Ed u c a c i ó n
e m o c i o n a l , e d u c a r l a s e m o c i o n e s, d e s a r r o l l o
emocional
. .. ¿C ó m o
debemos l l a m a r l o ?
L a precisión p recisión semántica es es importante. importante. Los L os diferente diferentess términos que podemos usar no significan exactamente lo mismo. Utilizar el término educación emocional (Bisquerra, 2000, pág. 20), nos parece oportuno como punto de partida por diversos motivos, entre ellos ellos porque porq ue el peso de la expresión otorga al desarrollo desarrollo emocional la entidad que tradicionalmente no ha tenido y restituye con un cierto automatismo un olvido secular. Pero una vez conseguido este efecto o desagravio desagrav io inicia inicial,l, debemo deb emoss utilizar utilizar de forma progresiva una terminología más precisa y cuidada. Sería más adecuado adecu ado efectuar una gradación de expresion exp resiones es que qu e siguiera el el siguiente siguiente orden: Educación emocional emocional Educar las emociones Desarrollo emocional Educar emocionalmente A cti tud tu d vital vi tal sana sa na e i nteg nt eg r ador ado r a
1) Primero las nuestras 2) 2 ) D espu és las d e los chi cos y las chi cas
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Con la educación emocional se pretende educar las emociones (pri mero las nuestras —las — las de los adultos en general— general— y después despu és las de los chicos y las chicas), para desarrollar la dimensión emocional de la per sona y a partir de aquí ser capaces de vivir y educar emocionalmente (con una actitud vital sana e integradora). Quedarnos con el término de educación emocional podría sugerir que nos estamos estam os refiriendo a una materia curricular nueva nueva que puede pue de adoptar adop tar diversas formas formas (crédito variable, enseñanza enseñanza ocasional, progra pro gra ma en paralelo, etc.), según la etapa y las variables específicas del con texto educativo edu cativo al que va dirigida. Si bien la la tradición y la configuración del sistema educativo actual nos obligan casi siempre a introducirla en alguno de estos canales que acabamos de citar, la educación emocional debe ir más allá de los planteamientos curriculares concretos que po d a mos formular para p ara introducirla en las aulas. aulas. Es una educación que debería estar presente en todas estas «edu caciones», porque sólo a partir de las motivaciones y de los valores que las emociones le despierten, la persona será capaz de efectuar una integración real de todo lo que tendrá que aprender a lo largo de su vida. La educación emocional tiene como objetivo educar las emociones. Y en primer lugar tenemos que educar las nuestras, porque como edu cadores, como padres y/o como adultos, representamos ante los chicos y las chicas un valor modelo que tiene que ser el reflejo de una actitud afectivo-emocional integradora. Educar con una actitud emocional mente sana implica adopta ado ptarr una actitud vital: vital: — relajada y receptiva receptiva — cálida y cercana — honesta y dignificante dignificante — responsable y comprometida — voluntariosa y flexible. flexible. Tenemos que educar no sólo las emociones, sino también desde las emociones; debemos educar emocionalmente. De hecho, lo que quere mos decir en último término es que la educación —o que toda educación— debe llevarse a cabo emocionalmente , que tenemos que educar con la actitud que acabamos de definir si deseamos estimular integradoramente en el el interior interior de las personas perso nas las semillas de la autoestima y del afecto para que nos conduzcan hacia una existencia cada vez más digna y hacia una convivencia cada cad a vez más armónica.
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En el contexto concreto del aula esto no significa que se deban sustituir tituir las matemáticas —ni — ni las otras materias— materias— por p or actividades actividades de eduedu cación emocional. Aunque sea cierto cierto que los problemas problem as de relación nos afectan afectan más y nos deben preocup p reocupar ar más que los problemas de matemáticas, éste no es el argumento más poderoso para justificar la necesidad de educar emocionalmente. Educar emocionalmente significa que el profesional de la educación, ción, movido mov ido por po r el deseo de contribuir a la construcción de un entorno mejor, adopta una actitud permanente de revisión personal, a menudo nud o poco po co cómoda cóm oda y no exenta de dificultades, y, y, a partir de los nuevos horizontes individuales y colectivos colectivos que ésta le va abriendo, es capaz capa z de idear y de aplicar en el aula aula estrategias para crear un un clima más humahuma no y más favorable para p ara todos to dos los aprendizajes. aprendizajes. M ás importante aún. aún. Su actitud personal p ersonal hace que la resolución resolución incorrecta incorrecta de problem as de matemáticas, las dificultades para resolverlos resolverlos o las incidencias incidencias de cualquier otro otro tipo que puedan presentarse presentarse durante durante el proceso de aprendiaprend izaje no mengüen afecto, valor ni consideración hacia la persona del alumno y no lastimen su autoestima, su ilusión ni su entusiasmo por la vida. En el contexto escolar, escolar, cualquier c ualquier profesor pro fesor de cualquier nivel, nivel, área o especialidad debería educar emocional emocionalment mente, e, sin sin efectuar de modo sistemático actividades de educación de las emociones. Para conseguirlo es preciso partir de una opción personal. Pero esta opción deberían adoptarla todos to dos los miembros de la comunidad educativa. educativa. La L a finalidad es colocar coloc ar la dimensión humana al lado y por po r encima de la dimensión profesional, profesion al, de tal manera que las situaciones académ icas se conviertan conviertan en oportunidades para crecer, y no en una fuente constante de descalificación, de desánimo desánim o y de frustración para p ara el alumno. alumno. To d o s s o m o s l o s d e s t i n a t a r i o s
N o nos dirigimos exclusivamente al maestro o al educador, sino a la persona del maestro y del educador, y a todas las personas, porque todas ellas interactúan con otras personas, y toda interacción es educativa. va. Pero P ero sobre so bre todo, tod o, porqu po rquee las emociones las tien tienen en las personas, y uno uno de los objetivos de la educación educa ción debería ser precisamente precisamente el de formar personas plenamente identificadas e implicadas con sus emociones y con las de los demás, dem ás, y que en todo momento sean ellas mismas, sea cual sea el papel que representen.
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Del mismo modo, desde el punto de vista estrictamente educativo, los programas de desarrollo emocional no están dirigidos sólo al alumnado, sino que deben hacerse extensibles a toda la población. Es más, si el alumnado es el destinatario último y primordial, padre p adres, s, profesora pro fesorado do y adultos adulto s en general (a través través de d e las instituciones sociales y culturales) culturales) son los destinatarios prioritarios, como agentes vehiculares que son. Destinatarios Destinatarios de los programas program as de desarrollo de sarrollo emocional Destinatarios Destinatarios prioritarios y vehiculares • Padres • Profesorado • Adultos en general: organizaciones sociales y culturales
Desde su dimensión personal A través través de ciclos de conferencias y talleres talleres participati participativos vos Destinatario último y primordial • Alumnado — ►lo ideal sería sería que la orga nización y la gesti gestión ón del del centro se encaminasen hacía la integración curricular de la educación de las emociones. Como pasos intermedios para conseguirlo podemos utilizar su introducción a partir de la acción tutorial, de créditos variables, programas ocasionales, etc.
Al g u n a s
consideraciones sobre l o s programas de desarrollo
EMOCIONAL En estos momentos, dada la falta de competencia y el desconocimiento de las las emociones em ociones que existe en nuestro entorno social, la necesidad de propuestas y programas de desarrollo emocional es imperiosa, como también lo es que éstos se sigan de forma participativa participat iva y vivenci vivencial al en grupos grupo s de desarrollo personal, que qu e deberían tener cierta cierta continuidad o permanencia en el tiempo. El valor formativo que tiene el el grupo grup o en estos casos supera ampliamente el de cualquier otra modalidad modali dad formativ formativa. a. Las energías individuales se combinan configurando una corriente superior a la suma de las partes, parte s, que estimula la interacción interacción y potencia pote ncia la creación creación de vínculos afectivos afectivos entre sus miembros. Como Com o veremos más adelante, es en el grupo concebido de este modo donde uno se va descubriendo a sí mismo y al otro, y donde encuentra el reflejo, el contraste y el soporte que necesita para madurar personalmente y, al mismo
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tiempo, para emprender y compartir proyectos de transformación co lectiva. Independientemente del ámbito y del nivel educativo al que vayan dirigidos, una de las cosas que es preciso evitar en un programa de edu cación de las emociones es su excesiva ex cesiva formalización y sistematización. sistematización. Queremos Quer emos incidir muy especialmente especialmente en esta cuestión para que que q ue den claras las prioridad prio ridades es y evitar evitar en en la medida de lo posible pos ible interpreta inte rpreta ciones erróneas que podrían representar un obstáculo para su ejecu ción. La idea de la maleta didáctica o del cuaderno de actividades, que puede pue de aplicarse al pie de la letra y que habitualmente habitualmente soñamos y agra decemos tanto los profesionales de la educación, no nos resulta válida válida en el caso que nos ocupa. No nos referimos a programas donde el receptor exclusivo es el alumnado y el profesorado — o los padres— se limit limitaa a hacer de inter inter mediario. Para Par a que las propuesta propu estass puedan pued an llegar al aula con garantías de éxito, los adultos que debemos aplicarlas —en la escuela, en casa, o en el contexto social general— general— debemos deb emos darnos tiempo para par a interiorizar interiorizar las y convertirlas en nuestras. Esto, por un lado, nos exige conocer a fondo los fundamentos fundam entos y las finalidades últimas últimas de d e la educación de las las emociones y, por otro, cuestionarse a fondo la propia actitud vital y el sentido de la propia existencia. Lo primero que debemos hacer los profesionales profesionales de la educación y también los padres (lo hemos indicado en el apartado anterior, pero es necesario insistir en ello) ello) es formarnos nosotros nosot ros mismos en estos asp a spec ec tos y empezar empe zar a reparar el déficit que arrastramos. Para P ara educar ed ucar las emo emo ciones de los alumnos nos puede resultar útil recurrir a programas con propuestas concretas de actividades, pero para ser capaces de educar emocionalmente debemos profundizar de manera responsable en un proceso permanente de estructuración personal. Esto implica que debe haber programas específicos dirigidos al de sarrollo de la dimensión afectivo-emocional afectivo-emocional de la persona person a del educador educ ador (padre, madre, prof p rofeso esorad rado...), o...), y que el el objetivo objetivo de estos programas no debe ser la la aplicación psicopedagóg psicoped agógica ica inmediata, inmediata, sino la educación de las actitudes vitales personales que más tarde han de posibilitar una in tervención educativa en el clima humano y las condiciones afectivoemocionales emocionales que hemos apuntado. En cualquier caso, todos los programas de desarrollo desarrollo emocional emocional de ben ser lo bastante flexibles como com o para par a facilitar facilitar la máxima adaptación a cada grupo y a las circunstancia de cada contexto. Nuestra experiencia nos dice que es indispensable que el último nivel de concreción de las
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orientaciones metodológicas quede en manos del educador, y con res pecto al material del alumno conviene que tanto la estructura como el diseño formal se diferencien claramente del resto de actividades acadé micas habituales. Cuanto menos consignas escritas se aporten y más lúdicas y participativ partic ipativas as sean las actividades, actividad es, mejor. mejor. Cuanta Cu anta más m ás sencillez y menos sofisticación, también mejor. Casi siempre es suficiente con al gún símbolo sugerente que induzca a la reflexión o que oriente los mo mentos clave del proceso de adquisición, o con algún espacio específi co y destacado donde pueda anotarse una vivencia o una conclusión breve sobre lo que se va descubriendo descubrie ndo y experimentando. Pr o c e s o d e d e s a r r o l l o e m o c i o n a l
Para que el conocimiento conocimiento de uno mismo conduzca cond uzca hacia la vincula ción afectiva con el otro y hacia el compromis compr omisoo con el entorno social, el desarrollo emocional de la persona debería centrarse en una serie de as pectos que iremos iremos abordando aborda ndo a lo largo largo de los los próximos próxim os capítulos. Cada Cad a uno de estos aspectos no tiene tiene que ser considerado considera do independientemen independientemen te, ni tampoco tienen que ser entendidos como fases consecutivas, sino que deben ser tratados simultáneamente como elementos interdepen dientes o en continua interacción. Para facilitar facilitar su lectura y destacar la importancia imp ortancia de la prop p ropia ia viven viven cia como como punto de partida, así como del proyecto proyecto compartido com partido como ho ho rizonte rizonte ético ético hacia el cual debe deb e tender el desarrollo personal, persona l, hemos ela e la borado bora do el siguiente siguiente cuadro, que q ue recoge a modo de síntesis síntesis los seis temas que desarrollaremos d esarrollaremos a continuación continuación.. Vive lus emociones Conoce tus emociones EL PROYECTO COMPARTIDO
Regúlalas e intégralas Cultiva un estilo afectivo propio Convive en armonía
---i
CAPÍTULO
1 V i v e l a e m o c ió ió n
An t e t o d o , l a v i d a
Otorgar Otorg ar protagonismo protagonism o a la vida en la educación significa significa partir de las propias emociones, con toda la energía primaria y originaria que las alimenta menta y el potencial potencial transformado transfor madorr y creador que qu e tienen tienen para par a conducir nuestra existencia hacia horizontes horizontes de sentido y de plenitud compartida. compa rtida. Cualquier proyecto educativo debería propiciar que los verdaderos problemas e inquietudes de las personas puedan ocupar un sitio en la educación para poder pod er ser abordad abo rdad os desd e la la proximidad pe rsonal, nal, la heterogeneidad heterogene idad y la riqueza del g rupo. L a educación, al desconectar desconecta r de las emociones, se ha desligado tam bién de la realidad de cada ser humano, cuando cuan do el impulso vital que hay hay dentro de cada persona pe rsona debería d ebería ser el punto de partida de la orienta orientación ción para su desarrollo. desarrollo. Se deben dejar en un un segundo plano los programas académica o conceptualmente ambiciosos ambicioso s y volver a la sencillez sencillez de lo que cada uno de nosotros somos en esencia. Necesitamos un proyecto vital, vital, acorde con nuestra singularidad, singularidad , que nos sirva sirva de guía y confiera confiera sentido, y, en consecuencia, deberíamos restituir a la realidad de cada uno un derecho preferente ante cualquier situación puramente artificiosa o de «laboratorio».
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Empieza Em pieza a hacer falta una nueva renovaci renovación ón pedagógica pedag ógica que haga entrar la vida en la educación de mano de las emociones, integrando —y no suplantando— suplantand o— el bagaje de d e conocimientos conocimientos que la educación ha generado hasta el momento, y que nos resulta una herramienta herramienta imprescindible para par a conducir con ducir a buen puerto p uerto nuestro proyecto vital vital.. La era de la tecnología, de los medios de comunicación, de las previsiones y las inversiones a largo plazo, de los seguros de todo tipo y a todo riesgo, y de tantas otras cosas no esenciales que, no obstante, hemos llegado a considerar imprescindibles, han activado las raíces de la agnitud de de la incomunicación, de la depresión, de la violencia... La m agnitud tragedia es tal que las intervenciones no pueden consistir en hacer remiendos, sino que deben promover un giro radical en el modo de concebir no sólo la educación, sino también aquello que la justifica: justifica: la digdig nidad y la felicidad de la vida humana. El tedio, la insatisfacción y la tendencia al pesimismo o a la agresión deberían ser contrarrestados con el impulso que representa una apuesta comprometida con el desarrollo emocional y el cultivo de la alteridad que se tendría que derivar de éste. L a inteligencia humana es creadora cread ora (Marina, (Marina, 1993) 1993) y los proyectos que crean las personas se construye construyen n a base de voluntad. La L a persona pe rsona inteligente activa proyectos. Busca, imagina, tantea, encarrila y culmina — y a veces también también abandona— abando na— proyectos. La L a persona person a emocionalmente inteligente fundamenta de manera consciente estos proyectos en sus emociones emoc iones y los encauza enc auza hacia una convivencia convivencia lo más atrayente posible posib le con los demás y, al mismo tiempo, hacia la propia plenitud personal, una plenitud que no se alcanzará nunca si se mantien mantienee al margen de los demás. N o obstante, o bstante, en determinadas ocasiones será el flujo natural natural e imparable para ble de los acontecimientos el que dirija dirija o reestructure sus proyectos vitales. Con esto queremos decir que ha desarrollado una cosmovisión optimista, una actitud positiva ante las cosas y una intuición profunda que le permiten asumir lo que en un momento determinado sale de sus planes. Es capaz de discriminar qué forma parte de su círculo de in(Cov ovey ey,, 1997, 1997, pág. 96) y cuál no; no; sabe distinguir cuándo cuán do una coco fluencia (C sa está a su alcance y por lo tanto tiene tiene capacida capa cidadd de decisión y control control sobre ella, y cuándo cuánd o no. Pero esta visión visión realista de las cosas c osas no implica desprenderse despren derse de sus ideales, ni mucho menos desentenderse de su comcom promiso con la mejoría de la realidad individual y colectiva. Descubrir que una cosa no está a nuestro alcance no implica necesariamente que nos lavemos las manos. Desistir por sistema ante lo que puede parecer una quimera tendría un efecto empobrecedor, nos desposeería de aspi-
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raciones que nos hacen sentir vivos y humanos y que son el motor del crecimiento crecimiento de las personas y de los pueblos. p ueblos. La persona que apunta hacia una integración emoción-razón, más que conocer para después vivir, vive para conocer. No va del conoci miento a la vivencia, sino que convierte su vivencia en conocimiento. En este proceso se deja guiar por po r sus emociones y asume los retos y las difi cultades que se le plantean plantean porqu po rquee no las ve como amenazas, sino como oportunidades para desarrollar habilidades nuevas, para consolidar otras viejas y para extinguir las que ya no le sirven. En definitiva, pode mos decir que confía en la capacidad transformadora de todo lo que le pasa. La voluntad de integrar aquellas experiencias emocionales que no acabamos de entender y que en determinados momentos pueden supe rar nuestra capacid cap acidad ad de afrontar las cosas surgirá más fácilmente fácilmente de la vivencia confiada y entusiasta de las emociones que del conocimiento «al margen de» las mismas. En resumidas cuentas, las emociones no se explican. Se viven. Y vi virlas significa sentirlas en el interior interior,, sentirlas nuestras nuest ras y sentirnos con el derecho y el deber de escucharlas y de explorarlas, para par a integrarlas integrarlas y compartirlas. Las La s mejores oportunidades para nuestro desarrollo desarrollo son las que nos proporcion prop orcionaa la vida cuando asumimos el riesgo de vivirla vivirla abiertamente abiertamente y de forma auténtica. auténtica. Educ Ed ucar ar emocionalment em ocionalmentee es plantear situaciones de vida y crear a su vez un clima humano hum ano que facilite facilit e la conversión de d e las vivencias vivencias en aprendizajes. aprendizajes . Que Qu e ante todo tenga que estar la vida no significa, significa, por po r lo tanto, tanto, que la educación no sea importante. importante. N ada ad a más lejos de ello. ello. Significa que la educación debe ser educación por la vida. Y lo será si contempla, esti mula y aprovecha las las oportunid op ortunidades ades que nacen de la propia prop ia vida, que en el caso concreto de la escuela pueden ser muchas y muy ricas, ricas, al produ pro du cirse en en una situación especialmente especialm ente propicia pro picia para p ara la interrelación, interrelación, el in tercambio, el descubrimiento descubrimien to y la plena asunción de la alteridad. Em o c i o n a r s e p a r a e m o c i o n a r
A veces veces nos puede pu ede parecer que con la pasión por p or vivir vivir debería haber suficiente para avanzar individual y colectivamente, y quizá sea cierto. Pero nuestra nue stra tradición cultural, fundamen fund amentada tada en el lenguaje y en el el dis dis curso metódico, pide p ide fundamentar nuestra propuesta pro puesta en la biología y en en
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la ética. ética. Para P ara pode po derr contagiar co ntagiar la la ilusión de vivi vivirr y las emociones es p reciso articular discursos coherentes coherentes y rigurosos, discursos di scursos científicos científicos (di(d igámoslo gámos lo así) que demuestren que, a pesar de que lo que proponemo propone moss ha sido durante muchos años ciencia oculta, no es herejía. Pero antes debemos debem os incidir en en una cuestión cuestión paralela tan fundamenfundam ental como ésta. Por Po r muy muy científicos científicos que sean nuestros discursos discurso s sobre so bre las emociones, no llegaremos demasiado dema siado al fondo de las personas si no conseguimos emocionarnos y emocionar con las las emociones, dejarnos sedu se du-cir primero para ser capaces de seducir después. Para despertar de spertar las las sensibilidades que desearíamos despertar y conseguir las adhesiones que necesitemos necesitemos para p ara multiplicar el el pode p oderr transformador y creador de este impulso impu lso vital vital que son las emociones, debemos debem os hacer dos cosas más ad emás de preocuparn p reocuparnos os por p or el rigor rigor del discurso: discurso: 1. Asegurarnos de que las iniciativas que emprendamos relacionadas con las emociones dejen traslucir un trasfondo emocionalmente rico y consistente. consistente. Conviene que no sólo nuestras palabra p alabras, s, sino también también nuestros gestos, nuestras miradas, nuestro tono de voz, nuestra postura existencial... transmitan entusiasmo, esperanza, ranza, perseverancia ante ante las dificu dif icultad ltades... es... Pero también incertidumbre, incomodidad, vulnerabilidad... cuando una situación nos preocupa preocu pa o nos supera, y sobre todo, proxim idad, naturalidad, buen humor, humor, convencimiento. convencimiento. Y esto no se puede pue de transmitir por otra vía que por una actitud externa sintonizada con una emotividad interna consciente, consciente, responsable responsa ble y cuidadosa. cuidad osa. Pocas Poca s cosas pueden ser tan tan poco persuasivas como una persope rsona incapaz de emocionarse hablando hablando de emociones, o una persopers ona que desea contagiar entusiasmo por la vida sin sentirlo realmente, o una persona que habla de amor y es incapaz de dirigir una mirada, una palabra pala bra o un gesto amoroso amoro so a sus interlocutores. interlocutores. 2. Ir más allá de la realidad tangible. Conviene trascender el mundo fenomenológico fenomeno lógico y recuperar el cultivo cultivo de la interioridad, pero de una interioridad que se convierta en la cueva de cristal donde se construyan construyan proyectos vitales vitales que q ue propicien el contacto humano y nos abran a la magia de compartir. Se trata de crear espacios que favorezcan la explosión de complicidades silenciosas, de miradas y de sensaciones sensacion es que q ue reparen el desánimo y la soledad, soled ad, y fortalezcan el vínculo con el otro al tiempo que lo hacen en relación con las manifestaciones más genuinas y también más sublimes de la vida, como pueden p ueden ser la naturaleza naturaleza o el arte. arte.
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¿ Q u é
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s i g n i f i c a d o t ie n e v i v i r l a s e m o c i o n e s ?
Vivir nuestras emociones es ponerse en disposición de aprender. La emoción es fuente de aprendizaje porque nos pone en contacto con la reacción singular que cada uno de nosotros tiene ante la realidad y nos proporciona una información muy válida para nuestro autoconocimiento y madurez. Sentir y expresar expr esar las emociones emocio nes que experimen e xperimentamos tamos no implica una explosión emocional sin ningú ningún n tipo de sentido ni de objeti objetivo. vo. N o sig s ig nifica actuar a ciegas bajo su dominio ni consentir cualquier conducta que se derive derive de ella. ella. Significa sumergirse sum ergirse en ella para par a aprovechar apro vechar el p o der revelador, revelador, protect pro tector or y orientador orient ador que q ue tiene la emoción. Si lo primero que hacemos es identificarla y etiquetarla, le cerramos la puerta al potencial informativo y adaptativo adap tativo que tiene la emoción pri pr i maria. Si nuestro objetivo prioritario es otorgarle significado, entonces no tendremos emociones, sino pensamientos sobre nuestras emociones. Tradicionalmente nos hemos decan de cantado tado por p or la cognición científica de la realidad que nos rodea, y en nuestra trayectoria vital no hemos sabido establecer una relación entre entre los conocimientos sobre sobr e esta realidad y las emociones que están presentes constantemente en todo lo que hacemos. Necesitamos conjugar emoción y cognición cognición para hacer posible la in tegración progresiva de todas las dimensiones del ser humano. Wittgenstein genstein escribió: escribió: «Cua «C uand ndoo todas tod as las posibles preguntas científic científicas as han han obtenido respuesta, nuestros problem as vitales vitales ni siquiera han han sido ro zados» (citado por José A. García-Monge en 14 aprendizajes vitales [Alemany, 1998]). Nuestros problemas se sitúan en la esfera afectiva más que en la cognitiva, y el conocimiento per se no nos vincula a lo que conocemos y vivimos. Lo que nos vincula a la realidad es la emoción, porque la emoción representa el impulso natural que nos mueve hacia ideales y formas de vida más satisfactorias. satisfactorias. L a mayoría de modelos de desarrollo humano del ámbito de la psicología humanista parten de una confianza implíci implíci ta en la vida y en el el ser humano. En E n el caso de Rogers Rog ers y de la la psicologí psic ologíaa Gestalt, Gesta lt, esta confianza se formula de forma explícita. Uno y otra sostie nen que que «tod «t odas as las personas se orientan orientan por tendencia natural natural y de ma nera positiva hacia hacia su propio prop io crecimiento crecimiento o autorrealización». Pero p a ra que esta posibilidad sea efectiva, hay que crear las condiciones educativas que la favorecen. Confiar en la vida significa dejar que la vida haga por mí. Pero tam bién significa actuar, arriesgarme a hacer hacer,, pues pu es no existe evolución sin
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acción, ni acción fecunda si no implica interacción con los demás. No obstante, actuar no significa significa forzar y hacer que las cosas acontezcan antes de su momento propicio, ni significa que tenga que haber movimiento físico o mental constante ni interacción interacción continua con el otro. PeP ero tampoco significa que nos crucemos de brazos. Si tiramos de los brotes para que crezcan, los perjudicamos, pero si los abandonamos a su suerte, también. Conviene, por lo tanto, que plantemos semillas y que las cuidemos. Necesitamos silencio y quietud interior para identificarnos con nuestras emociones, em ociones, pero esto no puede pu ede hacernos olvidar que vivir vivir es interrelación, y por este motivo el cultivo de la interioridad debería dirigirse en último término al cultivo óptimo de la interacción con los demás y con el mundo. En la medida en que seamos seamos capaces capa ces de crear unas condiciones eduedu cativas formales que no intercepten la vivencia vivencia emocional, emocional, podre po dremo moss incidir en qué clase de ser humano deseamos convertirnos y podremos perfilar y configurar nuestro propio pro pio proyecto vita vital.l. Si perdem perd emos os de vista la la idea del desarrollo emocional, emocional, en particul particular, ar, y la del desarrollo humano, en general, general, como proceso proc eso abierto y en buebu ena medida subjetivo, subjetivo, habremos perdido perd ido la clave clave de una vivenc vivencia ia emocional fecunda; y al al decir fecunda fecund a nos referimos a humanizante. humanizante. Si de algo nos sirve vivir las emociones es para reconciliarnos plenamente con nuestra nuestra humanidad, una humanidad humanidad perdida perdid a o adulterada como consecon secuencia de ser profundamente profundam ente temida. El conocimiento nos resulta imprescindible y en determinados m omentos nos será muy útil útil,, pero en otros tiene tiene que dejar paso a la improimp rovisación, a la creación creación poética poét ica (como apunta Marina). En E n primer prim er lugar lugar,, porque la primera relación del niño con el mundo no es de naturaleza cognitiva, sino emocional o afectiva. El primer contacto del bebé con la realidad siempre siem pre se produc pro ducee a través través de otro sentido y durante un tiempo progresa básicamente a partir del contacto. contacto. En segundo lugar lugar,, por p or-que el deseo de d e conocer conoc er antes de sentir puede pu ede llegar a interrumpir el flu jo natur n atural al de la vida. L o que realmente realmente puede pued e hacer que maduremos madurem os en el el momento en el que estamos viviendo una emoción es encontrarnos en un contexto emocional lo bastante rico y solidario como para que la podamos vivir en toda su profundida profun didad. d. Analizar los pensamientos que concurren alrededor ded or de nuestras emociones em ociones debería deb ería ser un paso pa so posterio po steriorr a la vivencia vivencia,, y no debería d ebería suplir nunca a la la misma. misma. Lo Loss porqués y las explicaciones inmediatas bloquean blo quean la conexión con la emoción emoción primaria y pueden concon -
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ducirnos a un malestar malestar indefinido que, por m uchas explicaciones que tengamos a mano, seguirá latente. La única manera de que la emoción nos conecte con los esquemas emocionales que las originan, y con las necesidades vitales y los ideales de vida que hay hay detrás de nuestras respuestas resp uestas emocionales em ocionales es que nos la dejen vivi vivirr mientras mientras la estamos viviendo. viviendo. De D e este modo, m odo, cuando la tenten sión de la emoción decrezca, el pensamiento podr po dráá volver volver de nuevo por su propio pro pio pie y nos ayudará a integrar integrar la emoción de una manera natural, y no de un modo artificial. Si n
e m o c i o n e s n o h a y c a m bi bi o y s i n c a m b i o n o h a y e v o l u c i ó n
Las emociones derivan de sucesos internos o externos significativos y normalmente comportan algún tipo de alteración en el curso habitual de nuestra vida. Podemos decir que en el punto de origen y de llegada de una emoción hallamos siempre algún tipo de cambio, y esto es potencialmente bueno; y lo es porque porqu e si no hay hay cambio cambio — camcam bio hacia una mejoría— , no hay madurez o evolución. Pero todo cambio genera perturbaciones y esto provoca que lo sintamos como una amenaza que puede llegar a paralizar nuestro proceso de desarrollo personal y dejarnos aletargados en un determinado estadio evolutivo. Una vez vez más, se pone de manifiesto man ifiesto el papel pap el determinante d eterminante de las emoem ociones en nuestra vida. Cuando nuestro proceso de crecimiento retrocede o se para, a menudo sucede que el miedo está ejerciendo sus poderes. L o que nos ocurre con el cambio nos brinda una nueva y curiosa pap aradoja. El miedo a cambiar sustancialmente nuestra vida y la imagen que tenemos de nosotros mismos provoca que deseemos cambiar muchas cosas para no tener que movernos de donde estamos. Cuando experimento alguna emoción que hace que no me sienta bien, cambio el modo de enfocar la situación o incluso el concepto y la valoración que tengo de la otra persona en lugar de cambiar mi manera de vivir. Por miedo a un cambio más profundo, profund o, deseamos d eseamos cambiar camb iar lo que sentimos y lo que pensamos, pensa mos, y, cómo no, también a las personas persona s con las que nos relacionamos. lacionamos. El E l hecho de cambiar todo lo que haga falta para que no tengamos que cambiar nosotros y no tengamos que modificar nuestra forma de vivir nos conduce muchas veces a actitudes individualistas o corporativistas en las que los intereses de una sola persona person a o de un grupo de personas pasan por encima de los demás.
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El cambio acostumbra a ser un elemento desestabilizador. Extingue viejos viejos hábitos para pa ra consolidar conso lidar otros nuevos nuevos.. Puede Pu ede comp c omportar ortar un salto al vacío, un tiempo de incertidumbre, un riesgo, una alteración de nuestras condiciones de vida habituales, habituales, una modificación de la imagen que tenemos de nosotros mismos, de los demás dem ás o del mundo, e incluso un zarandeo profundo de nuestros fundamentos personales. Puede llevar a provocarnos dolor, angustia, malestar. Por este motivo normalmente se le teme. Pero no sería tan temido si lo entendiésemos de otro modo, m odo, como un estímulo que altera temporalmente temporalmente el equilibrio pero que representa a su vez una oportunidad de producir un equilibrio equilib rio mayor mayor.. Pero como no es así como acostumbramos a enfrentarnos a él, los esfuerzos tan grandes que invertimos en no cambiar pueden llegar a constituir una fuente infinitamente más grande de sufrimiento. De ahí que una de las cosas que más urge cambiar sea la resistencia al cambio. N o se tiene tiene por po r qué ser el mismo toda la vida. vida. No tenemos tenemos que cambiar por cambiar, ni cambiar porque cambien determinadas circunstancias externas, pero tenemos derecho a dar tantos golpes de d e timón timón como hah aga falta para encontrar la armonía armonía.. Un comportamiento comportamiento puede pu ede parecer incoherente visto desde fuera, pero casi siempre es coherente entendido desde dentro. dentro. También es verdad que la resistencia al cambio a menudo es la fase inicial inicial del mismo. Es E s también una parte del proceso pro ceso de cambio, como la tristeza lo es de un proceso de duelo. Son fases en las que no podemos quedarnos, pero p ero por po r las las que sí debemos pasar pasa r y debemos aceptar como tales, y a su vez hacer lo posible pos ible para que el miedo no nos bloqu b loquee ee y nos impida seguir avanzando. E l paralelismo parale lismo entre las emociones y el cambio es fácil de establecer establece r después de lo que hemos escrito. También las emociones son perturbadoras bad oras a veces. veces. Nos N os sacan de la neutralidad o de la la comodidad com odidad en la que tenemos tendencia a instalarnos para ahorrarnos sufrimientos y preocupaciones. preocupac iones. Pero del mismo mismo modo mod o que sin sin cambio no hay hay evolución, ción, sin emociones no hay hay cambio. Dicho de otra manera, manera, para pa ra madu m adu-rar y avanzar necesitamos el estímulo y el balance que representan las emociones. emocion es. E s como co mo si éstas fuesen olas que nos agitan y revuelven revuelven y al mismo tiempo tiem po faros que nos alertan alertan y orienta orientan. n. Cumplen C umplen por po r lo tanto tanto una función biológica, reguladora regulad ora y adaptativa adaptativ a para la evolución del individuo en particular y de la especie humana en general.
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A PASAR POR LA PIEDRA Las piedras forman parte del camino y algunas parecen puestas adrede para que tropecemos. Pero no todos tropezamos con las mismas. Cada Ca da uno tiene sus piedras pied ras de toque, aquellas aq uellas con las que q ue habitualmente habitualmente tropieza y con las que quizá debe tropezar para aprender a sortearlas. Pero por el camino también hay piedras preciosas, y para encontrarlas es necesario a veces veces pasar pa sar por la piedra. Pasar Pasa r por la piedra pied ra no significa significa buscar busc ar el sufr sufrimien imiento. to. Significa Significa acepac eptarlo como com o inherente inherente a la vida y al ser humano, y afrontarlo con una acac titud lo más constructiva constructiva posible. Como Com o apuntábamos apuntá bamos anteriorme anteriormente, nte, deseamos cambiar cam biar como sea de manera de ser y de pensar para no sentirnos mal, y no nos damos cuenta de que a veces es es necesario que primero nos sintamos mal para poder pod er cambiar cosas que conviene cambiar. El sufrimiento natural, el que viene sin sin ir a buscarlo, busc arlo, el que es fruto de la vida y no de nuestras prevenciones contra la vida, a menudo es el auténtico motor de un cambio positivo. Ralph Adolphs, neurobiólogo especialista en el estudio de las emociones que trabaja en el equipo de Damasio, afirma que «el cerebro está construido de modo que no pueda ser feliz de forma permanente» porque, si siempre fuésemos felices, no aprenderíamos. No habría motivación y, por lo tanto, no habría transformación. «Para aprender es necesario tener experiencias negativas» {La Vanguardia, domingo, 10 de octubre de 1999, pág. 48). Las experiencias negativas son necesarias, por un lado, para informarnos sobre s obre la existencia existen cia de aspecto asp ectoss que no funcionan en nosotros, nosotro s, y, y, por lo tanto, nos impulsan a revisarlos y a superarlos; y por otro lado, para demostrar que hay cosas que no pueden ser como desearíamos y, en consecuencia, consecuencia, nos empujan a aceptarlas y a adaptarnos adaptarn os a ellas del me jor mod m odoo posib p osible. le. En una cultura como la nuestra, que tiende a evitar o a esconder el dolor, tenemos que reivindicar el derecho a sentirlo, a expresarlo, a mostrarlo, aunque sin magnificarlo y sin caer en una actitud victimista. L a sobreprotección sobreprotecc ión con la que muchos padres pa dres y educadores educadore s envue envuelve lven n a los niños para que q ue no sufran o no vean vean la cara desagradable desagra dable de las coco sas no es una actitud educativamente sana. Las experiencias dolorosas forman parte de la vida y son necesarias, necesarias, porque por que mueven mueven a las personas persona s y a los colectivos sociales que las sufren a buscar estrategias para afrontarlas.
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El ser humano posee una serie de estrategias relaciónales innatas, pero lo que provoca pro voca que tanto durante la filogénesis filogénesis como en la trayec toria vital de cada persona estas estrategias se lleven a cabo y deriven hacia formas más evolucionadas e volucionadas es precisamente la toma de conciencia de lo que amenaza am enaza la supervivencia del individuo y del grupo, grupo , así as í como de aquello que puede pued e procurarnos procurarn os una calidad superior superio r de vida. vida. Tanto por una cosa como com o por po r la otra cumplen una función fundamental los meca me ca nismos bioló b iológico gicoss innatos del d el placer place r y del dolor, dolor, que qu e se encuentran en la base de las emociones. Son dos mecanismos complementarios e im prescindibles para garantizar no sólo la supervivencia, sino también la evolución. «El dolor y el placer son las palancas que el organismo re quiere para que las estrategias instinti instintivas vas y adquiridas adquirid as funcionen de m a nera efici eficiente. ente. Con toda tod a probabil prob abilidad idad,, fueron también las palancas que controlaron el desarrollo de las estrategias de la toma de decisiones so ciales» (Damasio, 1996/2001, págs. 240-241 240-241). ). Ap l i c a c i ó n d e l c o n s t r u c t i v i s m o a l d e s a r r o l l o e m o c i o n a l
Lo s mismos mecanismos Los mecanismos que Piaget describió para explicar el desa rrollo cognitivo cognitivo hay que aplicarlos en el el desarrollo emocional para par a con c on seguir una integración real entre entre estas dos dimensiones. dimensiones. Piaget afirmó que cuando el niño nace dispone de unos esquemas innatos muy elementales (básicamente el de succión y el de aprehen e l conocimiento conocimiento del mun sión), a partir de los cuales empieza a construir el do que le rodea. Este conocimiento, a medida que se va ampliando, comport com portaa la la modificación de estos esquemas esquem as y la creación de otros nue vos progresivamente más complejos c omplejos y sofisticados. En estos momentos, la aportación piagetiana debe ser ampliada, ha ciendo hincapié en que al mismo tiempo que desarrollamos las funcio nes cognitivas de nuestra mente, desarrollamos también las emociona les. les. «E « E l contacto con la realidad, en tanto que problema problem a que resolv resolver, er, es es cognitivo cognitivo y, y, en tanto que objeto ob jeto de placer p lacer o displacer disp lacer (que agrada o de d e sagrada), emocional» (Castilla del Pino, 2000, pág. 41). Nuestros es quemas cognitivos quedan matizados y afectados por otros esquemas esquem as de naturaleza naturaleza emocional: emocional: al mismo tiempo que conozco, desarrollo d esarrollo y expe ex pe rimento sentimientos de placer o dolor, de atracción o rechazo hacia lo conocido, y gracias a estos sentimientos puedo establecer vínculos con el mundo y con las personas que me rodean, acercándome a lo que me gusta y alejándome de lo que me desagrada. desagrad a. Por P or lo tanto, tanto, el niño dispo dis po
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ne también de unos esquemas emocionales innatos —que en un primer momento se rigen rigen exclusivamente p or los principios princip ios genéricos de placer place r y dolor y posteriormente se van van sofisticando— , que son los que le per per miten vincularse a la realidad y que contienen significados más subjeti vos, vos, personales, profund pr ofundos os —y — y anteriores anteriores en en el el tiempo— que los esque esque mas puramente cognitivos. Una emoción, igual igua l que un nuevo contenido de aprendizaje, apren dizaje, es a ve ces un estímulo potencialmente desequilibrador, es decir, un estímulo que puede romper la neutralidad o el estado de equilibrio real o apa rente rente en el el que nos encontramos. encontram os. Ante este estímulo, p uede ser que la persona disponga disp onga de la respuesta apropia ap ropiada da o no. no. Si dispone dispon e de ella ella só só lo tendrá que asimilar o incorporar la vivencia a los esquemas de fun cionamiento que ya posee. En el caso contrario, deberá ampliar el re pertorio de esquemas que posee para acomodarse a la nueva situación. En la primera situación situación (asimilación), (asimilación), aplica pautas paut as de respuesta ya co nocidas. En la segunda (acomodación), las pautas ya conocidas no le servirán y tendrá que modificarlas y crear otras nuevas. La asimilación es cómoda; la acomodación acom odación es incómoda, pero p ero es creati creativa. va. Uno y otro mecanismo tienen una finalidad adaptativa {de equilibrio); se aplican para restablecer res tablecer el equilibrio inicialmente inicialmente alterado. Los Lo s dos son madurativos. La asimilación porque consolida vías ya abiertas y la acomodación acomod ación porque porq ue abre vías alternati alternativas. vas. Una y otra son necesarias. Si siempre dispusiésemos de la respuesta apropiada, no habría creci miento y, sobre todo y más importante, no habría satisfacción. Una de las certezas certezas sobre el cerebro humano que parece conocerse co nocerse en la actua actua lidad es que las nuevas experiencias crean sinapsis nuevas, y que éstas generan generan placer, placer, pero este placer plac er va disminuyendo disminuyendo a medida que estas co c o nexiones entre neuronas se repiten y se consolidan. Por P or lo tanto, podemos pode mos afirmar afirmar que necesitamos el desequilibrio porque porq ue éste puede pu ede converti convertirse rse en un un valioso mecanismo de equilibrio, equilibri o, a la vez vez que en una fuente im portante de satisfacción. Conviene puntualizar, no obstante, que, a pesar de esta función equilibradora y gratificante que puede llegar a cumplir el desequilibrio, no nos podemos aficionar a él. Si nunca dispusiésemos de la respuesta apropiada y siempre tuviésemos que estar creando respuestas nuevas, no tendríamos sosiego. Viviríamos en un estado de perturbación conti nua que no sería bueno. Asimilación y acomodación son mecanismos complementarios. En los tramos fáciles y llanos del camino podemos actuar mediante la asi milación. En los impracticables necesitamos la acomodación. La acó-
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modación amplía el repertorio de esquemas y aumenta nuestras posibilidades de respuesta. Si lo sabemos enfocar enfocar de este modo, no entenderemos las piedras como tropiezos, fatalidades o maldiciones, sino como oportunida oport unidades des para p ara alcanzar un equilibrio equilibrio mayor mayor y más sólido, como eses tímulos tímulos que sobrepasan nuestra capacidad capacid ad o competencia actual y nos incitan incitan a superarnos sup erarnos o, en último último caso, ca so, a aceptar nuestras limitaciones. limitaciones. Nos hemos referido a estos dos mecanismos aludiendo a si disponemos o no de la respuesta respuesta apropiada. Cuando decimos respuesta respuesta aproap ropiada debemos matizar que no nos referimos a un concepto absoluto, sino que las respuestas apropiadas pueden ser muchas en función del momento, de las circunstancias y del proyecto vita vitall de cada ca da uno. Puede Pue de ser tanto aquella que pone fin al problema y resuelve mejor una situación o un conflicto, como la que plantea nuevos retos y, por lo tanto, apunta a una nueva ampliación del repertorio de respuestas, la que resulta más compatible con los objetivos personales y/o colectivos. Lo que es importante es que en todos los casos proporcione los mayores beneficios posibles a todos los implicados o que al menos abra camino hacia la consecución de estos e stos beneficios.
Los PADRES, LOS PRIMEROS (PERO LA ESCUELA TIENE MUCHO QUE DECIR Y HACER)
El autoconcepto (lo que sé de mí) y la autoestima (el valor que me otorgo), otorgo ), que están muy relacionados con la vivenc vivencia ia o no vivencia vivencia de las propias prop ias emociones y con las las consecuencias que se derivan derivan de ellas, nos nos predispon pred isponen en al éxito o al fracaso en la vida y en las relaciones. El regazo del autoconcepto autoco ncepto y la autoestima es la vida famil familiar iar.. Son las primeras p rimeras exe xperiencias emocionales emociona les que tenemos tenem os en el el seno de la familia familia las que marm arcarán nuestra afectividad. Goleman Golem an lo deja muy claro claro en su su conocido libro. « L a vida familiar familiar es la primera escuela de aprendizaje emocional» (Goleman, 1996, pág. 282). En él se afirma que el impacto de este aprendizaje aprend izaje inicia iniciall que se da en el el seno de la familia es muy profund pro fundo, o, ya que el cerebro del niño niño tiene su máxima plasticidad en estos primeros años de vida. Es en el entorno familiar donde descubre por primera vez sus sentimientos, las reacciones de los demás ante esos sentimientos y sus posibilidades de respuesta respuest a frente frente a las dos do s cosas. D e aquí aqu í que la manera en que los padres conduzcan sus propia pro piass emociones y reaccionen reaccionen ante las de sus hijos dede termine en buena medida m edida la competencia c ompetencia emocional de éstos.
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Stern, por otro lado, señala la necesidad de que los padres sintoni cen con las emociones de sus hijos, pues los niños dejarán de expresar, e incluso de sentir, aquellas emociones que no sean captadas, aceptadas o correspondidas correspon didas por po r los padres, con lo lo cual su registro registro emocional emocional cada vez será más pobre y restringido. Alice Miller, por su parte, en E l drama drama del niño niño dotado, advierte so bre los peligros de que al niño le falte un espacio donde pueda vivir y expresar sus sentimiento sentimientoss auténticos. auténticos. Cuando Cuand o esto suceda, suce da, construirá un falso yo yo y sólo manifestará aquellas emociones em ociones que obtengan obt engan la apro ap ro bación de los padres. Ocurre, no obstante, que las emociones que los padres no consentimos, menospreciamos o ignoramos en nuestros hijos hijos son las mismas que no consentimos, menospreciamos o ignoramos en nosotros mismos porqu p orquee también se nos prohibieron y negaron a noso noso tros en su momento. Tener que aparentar otra cosa distinta a lo que so mos o sentimos, para obtener así el reconocimiento que necesitamos para pa ra sobrevivir sobrevivir,, es la causa del sufrimiento emocional. Se S e trata de un su frimient frimientoo que puede pued e permanecer inconsciente inconsciente para el mismo sujeto, sujeto, pe p e ro que no deja de ser fuente de nuevas represiones repre siones y humillaciones, que vamos perpetuando de generación en generación. Por lo tanto, la manera en que vivimos y nos lanzamos a vivir nues tras emociones nos viene de fam ilia. Las L as primeras vivencias vivencias en en el seno seno fa miliar se incorporan a los esquema esqu emass emocionales innatos con los que q ue ve nimos al mundo. Estas vivencias conformarán los primeros contenidos emocionales aprend ap rendidos idos y condicionarán en buena medida me dida las vivencias vivencias posteriores. En este proceso resulta muy significativa no sólo la manera en que los padre pa dress viven viven sus propias prop ias emociones y conectan con las de sus hijos, sino también la sensibilidad que demuestren para favorecer las tendencias naturales del niño y la capacidad para orientarlas hacia for mas de vida y de relación relación lo más adapta ad aptadas das posible posib le a su singularidad. Aprender Aprend er a vivir vivir nuestras emociones día a día desde d esde muy pequeños nos da cierta garantía para incorporarlas de una manera más natural. Si las habilidades socio-emocionales socio-emocionales no se han ido fomentando de manera progresiva desde estas etapas tempranas, puede que después nos con duzcan a experiencias emocionales traumáticas y tengan que incorpo rarse pasando previamente por un proceso terapéutico. Los padres de beríamos beríam os ser muy muy conscientes de este hecho y, y, más que plantearlo pla ntearlo como una prevención contra lo que no tendría que pasar, adoptar un plantea miento miento educativo explícito dirigido a adquirir estas habilidades. Sin embargo, que los padres p adres sean sean los primeros no significa significa que la es cuela pueda desentenderse. Una ventaja de la educación emocional es
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que no tenemos tenemos que perder perde r tiempo tiempo preguntándonos a quién quién corresponcorresp onde la la responsab respo nsabilidad ilidad de educar ed ucar emocionalmente. emocionalmente. Esta implica por igual a la familia familia y a la comunid com unidad ad educativa e ducativa y social; social; a la familia familia porque porq ue es la que deja las primeras marcas emocionales sobre los esquemas innatos del niño, niño, y a la la comunidad com unidad educativa porque la educación puede pu ede reafirmar, reconducir e incluso modificar estas señales familiares tempranas. Decíamos al iniciar este apartado que la manera en que nos comportamos portam os y relacionamos relacionamos con los demás y con el entorno depende depend e mumu cho de la imagen que tenemos de nosotros mismos mism os (autoconcepto) (autoconcep to) y del del valor que nos otorgamos otorgam os (autoestima), (autoestima), y que una y otra dependen estrechamente del impacto emocional de los mensajes que hemos ido recibiendo del entorno, entorno, sobre todo de la fami familia lia,, pero también de la la escueescue la, así como de las experiencias vitales que hemos ido acumulando, que están muy relacionadas con estos mensajes que hemos recibido de unos y otros. E s más, tenemos una tendencia casi casi automática a seleccionar del entorno aquellas situaciones que corroboran la imagen que tenemos de nosotros mismos. Por otro lado, aparecería una disonancia cognitiva que no sabríamos asimilar. No nos han enseñado a conocernos, y aún menos a desconocernos, a que nos pasen cosas que no encajan con lo que sabemos sabem os o que era previsibl previsiblee de nosotros. Desde De sde muy pequeños, pequeñ os, la educación ed ucación familiar familiar y escolar nos marca una ruta en en la la cual las opciones personales son cada vez vez más escasas. N o sós ólo se nos dice d ice lo que se debe deb e hacer y lo que no, sino también tam bién lo que se debe o no sentir, aquellas cosas para las cuales somos aptos y aquellas para las que no, etc. etc. L os márgenes de desviación desviación son estrechos o inexistentes. Los mensajes que recibimos no contemplan los sentimientos íntimos de cada uno. Somos So mos como corredores corred ores de atletismo que tienen tienen que correr toda la carrera por el carril carril que se les les ha asignado. Esto E sto produce prod uce un alejamiento cada vez mayor de cada uno respecto a sí mismo y a su mundo emocional propio. Quizá ya va siendo hora de que la educación abandone también el carril fijo que ha tomado y provoque la disonancia cognitiva y la disidencia sentimental. sentimental. Tal vez vez una de las finalidades finalidade s de la educación educ ación de las las emociones sea la de favorecer el mundo íntimo íntimo que hasta ahora la edu cación cación no ha contemplado, propiciar la búsqueda búsq ueda,, la creación creación y la exex perimentación de carriles alternativos que nos permitan salir del que nos ha sido asignado y descubrir que podemos correr por más pistas y con dorsales diferentes a los que se nos han adjudicado inicialmente, a pesar de que en determinados momentos esto nos represente un cierto cierto desequilibrio o desconcierto.
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Para que todo esto sea posible, familia y escuela deberían acercarse, persona a persona, y asumir un un compromiso com promiso conjunto, en lugar de mirarse con con recelo recelo y preguntarse de quién es la culpa de d e los desprop des propósitos ósitos o a quién le toca tirar del carro ca rro de las emociones. em ociones. ¿U n
t i e m po p o p a r a c a d a e m o c i ó n y c a d a e m o c i ó n a s u t i e m po po ?
Sí y no. no. Sí, si con esto queremos decir que todas las emociones tienen que poder vivirse y expresarse, y que deben hacerlo en su momento, que es mientras las estamos viviendo o sintiendo. No, No , si con esto queremos ded ecir que existen existen un tiempo y un un espacio apropiad apro piados os para p ara las emociones em ociones y otros inapropiados. El tiempo y el espacio de cada cosa son el tiempo y el espacio en el que cada cosa sucede. Pensar que existen espacios y momentos apropiados para vivir o sentir las emociones sería ahogarlas, como lo hemos hecho hasta ahora. ahora. Dejarnos inundar por emociones imprevistas, que a veces irrumpen irrumpen como una flor silvestre alrededor del camino, hace la vida más apasionante. nante. Las L as relaciones humanas ganarían en intensidad y en calidad si no no tuviésemos este sistema de creencias tan estrecho que circunscribe las emociones a unas pautas, a unos espacios y a unos momentos determinados. Todo ello no excluye excluye que uno de los objetivos de la educación de las emociones sea aprender a discernir en qué ocasiones conviene introducir pausas pau sas entre entre la emoción y la respuesta resp uesta que se deriva de ella para par a evitar ciertos riesgos que podrían comportar acostumbrarnos a reaccionar de manera impulsiva y sistemática en el mismo momento en el que la emoción aparece. Conviene vivir las emociones cuando las estamos sintiendo. tiendo. Pero tenemos t enemos que recurrir a la dimensión cognitiva cuando esta emoción nos impulsa a actuar, actuar, y decidir si estamos en condiciones de hah acerlo o es mejor que esperemos. Pr e v e n i r n o
s ie i e m pr pr e e s m e j o r q u e c u r a r
La palabra «prevención» tiene buena prensa. Siempre se ha dicho m ejor prevenir preven ir que curar (máxima que es mejor (máxima que que debemos a Erasmo Erasm o de Rotterdam). Los programas preventivos acostumbran a tener muy buena
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acogida. Plantear la educación emocional emocional como una manera de prevenir determinadas disfunciones de carácter individual que nos pueden complicar comp licar bastante bastant e la vida, así como determinados problemas probl emas que están están planteados en nuestra sociedad actual, es acertado, y constituye una buena manera de conseguir que cale más hondo. Sin embargo, si hacemos extensible esta prevención a cualquier disfunción o problema que se pueda originar, corremos el riesgo de que la educación de las emociones se termine convirtiendo en una especie de vacuna contra las emociones o contra determinadas emociones. Por eso, si hablamos de prevención, es necesario acotar bien ante qué prevenir. Hemos Hem os escrito que la palabra «prevención «preve nción»» tiene tiene buena prensa, pepe ro, en el caso de las emociones, un exceso exce so de prevención para evitar evitar los los problemas, el malestar o el fracaso puede no sólo convertir la misma prevención en una obsesión obse sión y, por lo tanto, en una fuente de males m alestar, tar, sino que además puede contribuir a evitar los éxitos, unos éxitos que necesitan necesitan pasar por el fracaso para producirse. producirse. Sabemos que hay personas reticentes a utilizar la palabra «fracaso». Nosotr No sotros os la empleam empleamos os porque porq ue de algún algún modo tenemos que denominar denominar a aquello que parec p arecee ir en contra de nuestros objetivos, o que qu e al menos menos en un primer momento no responde a las motivaciones o a las expectativas con las que habíamos empezado una determinada iniciativa o proyecto vital. Pero básicamente la utilizamos porque para nosotros la palabra «fracaso» es un concepto reversible que no tiene las connotaciones negativas que normalmente se le asocian. La mayoría de veces el fracaso contiene la semilla del éxito, por lo que aquello que en un momento determinado vivimos vivimos como com o fracaso pued p uedee dejar de serlo con el el tiempo. No obstante, debería quedar claro que esta transformación depende pen de de la actitud vital vital y del estilo emocional emocional que adoptamos. adopta mos. El fracaso puede ser format formativo. ivo. La persona puede pued e descubrir d escubrir en el fracaso sus limitaciones, pero también su capacidad de resistencia y de superación. No se trata de provocar fracasos deliberadamente, pero tampoco de concentrarnos exclusivamente en prevenirlos. Es del todo indispensable que cada persona se sienta competente en determinadas cosas; pero también es preciso que se dé cuenta de que no siempre tiene a mano mano la respuesta adecuada. D ebe percibir que hay hay aspectos para los cuales no está preparada y cosas que le cuestan más que otras. Es más, conviene conviene que a veces produzca produzc a respuestas desacertadas desa certadas,, de las cuales no tendrá que arrepentirse necesariamente, pues quizá tarde o temprano se dé cuenta de que la respuesta equivocada ha sido una etapa necesaria necesaria para llegar llegar a la respuesta apropiada.
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Nos encontramos en un punto capital para posibilitar el equilibrio, la evolución evolución,, la madurez emocional, lo que supone supo ne educar edu car la capacidad capac idad de no sentirn sentirnos os culpables por po r no haber respondido respon dido con estrategias estrategias de enfrentamiento de las que no disponíamos, porque precisamente aquella experiencia momentánea de «frac «fr acas aso» o» era la la que tenía que activa activarlas rlas al hacernos conscientes de nuestra carencia. Este es un punto importante, porque incluye uno de los pilares en los que debe sustentarse la educación de las emociones: la creencia en que la educación, en general, y el desarrollo afectivo y emocional, en particular, son procesos permanentes, procesos que nunca se acaban y que necesitan necesitan desequilibrios más o menos periódico pe riódicoss y temporales para pa ra favorecer equilibrios sucesivamente más sólidos y consistentes. consistentes.
Entender Entend er la educación emocional como prevención tendría sentido en los casos siguientes: 1. Para Par a garantizar el respeto y la dignidad dignida d del otro, evitándole evitándole humillaciones que podrían causar daños profundos y difíciles de reparar. 2. Para P ara garantizar la dignidad dignid ad de uno mismo y evitar evitar las adicciones ad icciones a determinadas actividades o sustancias que ponen en peligro la integridad física o psíquica de la persona y que producen produc en unos efectos que se pueden obtener por otras vías, como puede ser la de unas relaciones interpersonales ricas y plenas. 3. Para prevenirnos de que no todo tod o se puede preven prevenir. ir. Quizá Qu izá sea ésta una de las primeras prime ras prevenciones que necesitamos. Prevenir Prevenir el el desconcierto o el descalabro descalabr o que nos puede pu ede provoca p rovocarr la ineficacia de la prevención prevención ante la imprevisibilidad de la realidad. Por P or mum uchas chas habilidades habilid ades de vida que vayamos desarrollando y estrategias estrategias de enfrentamiento que adquiramos, prevenirlo todo es imposible. Y esto, lejos de ser una fatalidad, es el impulso que puede favorecer el avance en nuestro proceso pro ceso de crecimiento. crecimiento.
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Por Po r mucho que lo intente intentemos, mos, no podremos podrem os conver convertir tir nunca la edu cación en un un manual de instrucciones donde se contemplen todas las in cidencias emocionales emocionales posibles posib les y su remedio remedio correspondiente. Afortu A fortu nadamente, en este caso no podemos podemo s elaborar una especie especie de protocolo protoco lo de evacuación en caso de incendio con todas las salidas debidamente se ñalizadas. El bagaje b agaje emocional, como el conocimie conocimiento nto del mundo que nos ro dea, no nos lo pueden puede n dar hecho, sino que nos lo tenemos que construi construir. r. Tenemos que qu e vivir vivir y experimentar experim entar la realidad para pa ra descubrirla, descub rirla, tanto la exterior como nuestra propia realidad interior. El edificio de nuestro desarrollo emocional em ocional no será nunca un edificio terminado, sino uno que vamos construyendo con las experiencias que vivimos. En el caso del desarrollo cognitivo todavía hay cosas que nos pueden pasar en un disquete, pero en el ámbito del desarrollo emocional emocional esto es del todo im pensable. Las La s experiencias de los demás pueden actuar como referen referente te en determinados momentos de nuestro proceso proce so de crecimiento, crecimiento, pero no pueden pue den ahorrarnos las vivencias vivencias reales reales que cada ca da uno debem de bemos os tener tener.. No No nos sirven, sirven, como no nos sirven sirven para par a estar en buena forma física los ejer cicios gimnásticos gimnást icos que q ue realice otra persona, ni leer un un manual de entre e ntre namiento sin ponerlo en práctica. Desde De sde la educación no podemos podem os darle darle a la persona todas las pautas de respuesta resp uesta o de d e no respuesta emocionales que puede pu ede llegar a necesitar necesitar a lo lo largo de d e su vida. Siempre Siem pre habrá algún algún momento en el que una situa ción le supere. L a tarea que se ha de realizar no consiste en prevenir la la respuesta respu esta inadecuada, inadecu ada, sino en en prever que ésta puede darse, lo cual tran quilizará quilizará a la la persona cuando ocurra. ocurra. Lo que deberíamos deberíam os evitar evitar es que ante una equivocación caigamos caigam os por p or sistema en la culpabilización y el menosprecio hacia nosotros mismos. Una y otro lesionan la autoestima e imponen imponen barreras barr eras que qu e llegamos a considerar insalvables insalvables.. La L a tendencia a vivir vivirlo lo así es comp c omprensible rensible y natural en en un primer momento, pero pe ro te nemos que saber que se puede optar por la construcción y el ensayo de una nueva respuesta cada vez más madura e integrada a partir del ejer cicio de d e la paciencia pacien cia y de la confianza con fianza en uno mismo y en los demás. La educación de las emociones no tendrí tendríaa que ser —ni puede ser— ser— una prevenció prevención n indeterminada contra contra todo lo que no ha sucedido toda tod a vía, pero que algún día podría llegar a suceder. No tenemos que enten derlo como una huida de, sino como una orientación orientación hacia. A lo máximo a lo que la educación puede aspirar es a sugerir unas pautas pauta s o unas orientaciones orientaciones,, no a elaborar modelos o patrones que ha gan vivir vivir las emociones de una manera determinada y homogénea, homogén ea, igual
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para todos. tod os. L a vida es un mosaico infini infinito to de emociones que, como el agua, adopta ad opta la forma form a y el color del recipiente recipiente que la contiene. contiene. AfortuAfo rtunadamente, tiene suficientes texturas y colores como para que nos resulte sulte imposible imposible abarcarla en su su totalidad. Como Com o nunca podremos podremo s pop onerla en un programa educativo, por amplio y exhaustivo que sea, una de las cosas más inteligentes inteligentes que podemo pode moss hacer es contagiar las ganas de vivir la vida y de aprender a quererla y compartirla. Ap r e n d e r a
desaprender
Vivir las emociones no es tarea fácil. A menudo chocamos con una impotencia o incapacidad aprendida de la propia experiencia. experiencia. LamentaLam entablemente, blemente, la sociedad y la educación han lastimado nuestra capacidad cap acidad emocional. emocional. Este Est e hecho hace que resulte convenien conveniente te desaprende desapr enderr todo lo que nos impide imp ide una vivencia vivencia emocional plena. plena. Antes de tomar el camino que puede conducirnos hacia un reencuentro más auténtico y profundo con nosotros mismos y con los demás, conviene que vaciemos nuestras nuestras mochilas mochilas de todo lo que no nos deja poner po ner cosas nuevas más liligeras y de más buen llevar. Los padres y también los profesores tenemos que desaprender. Por una cuestión de ética profesional, las personas que nos dedicamos a la educación debemos tener la humildad suficiente para reconocer la parálisis rálisis emocional que sufrimos y el el coraje necesario para p ara afrontar una completa recuperación. Aprender a desaprender es desprendernos de lo que nos molesta, limpiar lo que no sirve, sirve, eliminar eliminar las incapacidad incap acidades es aprendidas aprend idas que están ocupando ocupand o el espacio de aquellas aquellas posibilidades todavía intactas intactas,, restaurar lo que hemos lastimado, reencontrar lo que habríamos sido y todavía podemos ser, mirar de recuperar, como decía Elliot, «la sabiduría que hemos perdido con el conocimiento». La mayoría de adultos arrastramos una serie de déficit y de malos hábitos emocionales, que pueden ser el principal obstáculo para introducir las emociones en la vida y en la educación. L a mayoría de nosotros no sotros nos hemos visto visto obligados, obligados , por po r imperativos sociales y morales, pero so sobre todo tod o por p or imperativos afectivos — ya que nadie puede pued e vivir vivir sin el el reconocimiento conocimiento de los demás— , a enterrar enterrar muy muy profundamente nuestra vivencia emocional auténtica. Cuando nuestras emociones genuinas están excesivamente enterradas o lastimadas, deberíamos recuperarlas. Para conseguirlo puede ha-
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cernos falta una ayuda terapéutica orientada por po r un especialista, que en ningún caso ha de ser entendida como com o un síntoma síntoma de enfermedad, enfermed ad, sino como una apuesta ap uesta por po r la salud o por po r una mayor mayor calidad de vida. vida. Al contrario contrario de lo que sucede con la palabra «prevención «p revención», », la palapala bra «te « tera rapi pia» a» tiene mala prensa. Pero Pe ro a veces veces conviene conviene ante todo tod o curar. curar. Y no sólo debe curarse quien quien ya ya sufre sufre una depresión depresión profunda. Casi toto das las personas, por condicionamiento cultural y por la trayectoria vital que se deriva de éste, hemos aprendido a ser incompetentes o analfabetos emocionales, es decir, a vivir tan desconectados de nuestras emociones que éstas nos dominan sin que seamos conscientes de ello y se apoderan de nosotros sin sin que podamos poda mos hacer gran gran cosa. De D e ahí se deduce que para p ara ser capaces de profundizar y disfrutar de las emociones emociones en lugar de sufrirlas y soportarlas, sopo rtarlas, convenga rescatarlas del subterráneo donde están confinadas y curar algunos malos hábitos emocionales que hemos consolidado. Como consecuencia de la represión emocional, nuestras relaciones nos llevan llevan a dependencias depend encias malsanas, a luchas de poder, al sometimiento sometimiento del que, en apariencia, apariencia, es más débil a aquel que, en teoría, teoría, lo es men m enos os... ... En el origen de todo, hallamos un cúmulo de tristezas, de rabias y de miedos, pero también de alegrías, de amores y, sobre todo, de desamores nunca reconocidos ni expresados, que envenenan insospechadamente la la propia pro pia existencia existencia y/o la de los demás. demás. Por sentido de la responsabilidad y también por ética profesional, tenemos que ir dejando dejand o atrás las resistencias, las actitudes actitu des inmovilistas, inmovilistas, defensivas o combativas que acostumbramos a mantener ante todo lo que provoc pro vocaa que qu e nos cuestionemos nuestra manera de vivir y de pensa pensar. r. Esto es lo que nos impide un compromiso real con nosotros mismos y con los demás.
CAPÍTULO
2 C o n o c e t u s e m o c io io n e s
La
neurobiologìa como fundamento
Al empezar escribíamos que la educación de las emociones no pue de limitarse a una serie de estrategias de intervención puntual, sino que debe inscribirse en un marco de referencia referencia biológico, psico-social y éti éti co que la fundamente y le le confiera el sentido transformador transform ador amplio de la vida humana que debería tener. Tal como veremos a continuación, las emociones son funciones ce rebrales rebrales.. Así pues, debemos partir de la la neurobiologia porque nos ex plica los mecanismos neurofisiológicos que las posibilitan y nos aporta ap orta unas bases base s científicas científicas sobre las que conviene conviene apuntalar la educación de las emociones. Desearíamos que se pusiese especialmente especialmente de manifiesto manifiesto en las pá p á ginas de este capítulo la necesidad de que ciencia y humanismo em prendan una tarea conjunta conjunta y de precisar prec isar el sentido que qu e se debería dar a la ciencia. Refiriéndonos a la ciencia, ciencia, no pretendemos pretend emos tanto la validación validación em pírica de cualquier intervención psicopedagógica como la considera ción de que puede servirnos para acercarnos más al ser humano y a la naturaleza de las emociones.
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Conviene hacer un un inciso para destacar que diversos ámbitos de la ciencia —y el de la neurociencia en particular— no sólo están recono ciendo abiertamente las limitaciones con las que chocan y se muestran especialmente cautos en sus afirmaciones, sino que además en ellas po demos detectar un trasfondo humanista, que pensamos que debe ser contemplado por la educación. Tener en cuenta lo que la neurociencia neurociencia —con — con bastante prudencia prudenc ia y muchas veces de manera provisional— nos dice sobre las emociones es importante a la hora de fundamen fundamentar tar la la acción pedagógica. N o se trata trata de supeditar los aspectos biológicos a los éticos o sociales, sino de es tablecer una interconexión necesaria entre ellos. «La naturaleza pare ce haber construido el aparato de la racionalidad no sólo encima del aparato de la regulación biológica, sino también a partir de éste y con éste» (Damasio, 1996/2001, pág. 126). Las emociones no quedan al margen. Un aspecto que no debemos perder de vista es que una gran parte de las investigaciones efectuadas en el campo de la neurociencia se han llevado a cabo con pacientes que sufren lesiones cerebrales (y también con animales). El caso de Phineas P. Gage —un obrero que en el siglo XIX trabajaba en la construcción del ferrocarril en Nueva Inglaterra— es el más conocido, pero no el único. No nos detendre mos a contarlo con detalle, pero antes de seguir, sí que conviene ano tar que Phineas P. Gage era una persona socialmente adaptada hasta que un accidente le provocó una lesión lesión importante en una zona del ce rebro relacionada con las emociones. Aunque el traumatismo no afec tó a las partes parte s relacionadas relacionada s con el raciocinio raciocinio y las habilidad hab ilidades es cogniti cogniti-vas tradicionales, a partir de entonces su manera de ser cambió de forma radical y empezó a tener tener conflictos conflictos de todo tod o tipo tip o en su vida emo em o cional y social. Además Adem ás de d e deducir de ducir que las emociones se inscriben en en el cerebro y que existen zonas y mecanismos mecanism os cerebrales responsab resp onsables les de ellas, ellas, lo que nos interesa especialmente de este caso es comprobar la importancia que tiene para nuestra vida una serie de inteligencias que no se habían tenido en cuenta y que H. H . G ardne ard nerr incluyó incluyó en su teoría de las inteligen l a interpersonal, cias múltiples. Entre éstas aparecen la intrapersonal intraperson al y la que son la base bas e de lo que ahora conocemos como com o inteligencia inteligencia em ocional (término divulgado por D. Goleman, pero que debemos a Salovey y Mayer, 1990) y se convierten en un complemento indispensable para la inteligencia clásica, centrada exclusivamente en aspectos verbales, nu méricos, lógicos y espaciales.
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Donde nos interesa llegar es a las raíces del problema, a lo que la neurobiología nos dice de nosotros y a la educación; a los educadores, nos toca asumir y superar. Damasio Dama sio explica que el problema real real con el que nos encontramos es que existen muchos Phineas Gage a nuestro alrededor, y muchos de ellos ellos son personas persona s que no padecen ninguna lesión cerebral como consecons ecuencia cuencia de tumores, accidentes o enfermedades enferm edades neurológicas (Damasio, 1996/2001, pág. 32). La existencia de personas que, a pesar de no presentar deficiencias cerebrales estructurales, tienen una vida personal y social desastrosa puede pued e llevarnos llevarnos a pensar que qu e es el desconocimiento de las emociones y los malos hábitos emocionales que se han derivado de ello una de las causas principales de los problemas vitales/psicoló gicos que sufren algunas personas. La repercusión que esto conlleva para la educación es capital, capital, y el compromiso compro miso que representa y nos exige debemo de bemoss aceptarlo sin vacilaciones. vacilaciones. Edu E ducar car las emociones, emocio nes, conocer con ocer qué son y qué función cumplen en nuestra vida vida es imprescindible impr escindible para p ara incrementar la integración y la satisfacción vital de cada c ada individuo, individu o, así como el bienestar, bienestar, la coc ohesión y la evolución del colectivo colectiv o social en general. general.
¿ Q u é s o n l a s e m o c i o n e s ?
«Nue «N uestra strass emociones no son estados es tados fríos e inertes inertes de la mente mente,, sino que están rellenos de sangre, sudor y lágrimas» (LeDoux, 1999, pág. 47). Esto no lo afirma un representante del romanticismo, sino un investigador del cerebro humano. N os gusta más más la definici definición ón de LeD oux ou x que la la que dice que las las emociones son estados complejos c omplejos del organismo que tienen tienen un componente fisiológico, uno evaluativo o verbal y uno conductual. A pesar de ser cierta, ésta es una visión un poco reduccionista de la emoción. En la emoción emoción hay más fuerza que la que se puede pue de observar observ ar desde d esde fuera. La expresión que utiliza utiliza LeD Le D oux ou x deja entrever entrever que existe pasión, voluntad y también alguna dosis de frustración. Cuando afirma que están llenas de sangre, sudor y lágrimas, está lágrimas, está definiendo una serie de componentes internos internos y subjetivos subjetivos muy relevante relevantess de la emoción: por p or un lado, lado , la par p ar-te energética, involuntaria y primaria que hay en toda emoción; por otro, el esfuerzo racional y voluntario que supone su pone conocerlas, integrarlas y ponerlas al servici servicio o del proyecto vital; vital; y po porr otro, otro , el estímulo o ses eñal reguladora que representan y la función adaptativa que cumplen.
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Definir las las emociones no es fácil, fácil, porque porqu e son estados estad os muy comple jos. L a mayoría may oría de definic defi nicione ioness que q ue exist e xisten en so sobre bre el término términ o emoción se refieren a su complejidad, a su doble dimensión interna y externa, y a los tres componentes que Lang propuso (1968): el cognitivo-subjetivo, el fisiológico y el conductual conduc tual (Bisquerra, 2000, pág. 38). Pero P ero ni esta esta do do ble dimensión interna/externa ni los tres componentes que acabamos de citar muestran la complejida com plejidadd real del término término emoción. Lo que una emoción representa o significa no se agota en estos tres componentes, que no son más que la manifestación externa de una se rie de fenómenos internos de naturaleza y de orígenes muy diversos, más difíciles difíciles de identifi identificar car.. Puede Pue de ser que reconozcamos la emoción que estamos sintiendo y que seamos capaces de expresarla con palabras, y también que seamos conscientes de las reacciones fisiológicas y de la conducta que esta emoción emoción nos ha provocado, pero es bastante menos probabl pro bablee que tengamos acceso consciente consciente a los esquemas emocionales emocionales internos que la han activado. Llegar a identificar y a expresar la emo ción que experimento y el suceso que la ha desencadenado es relativa mente fácil, fácil, pero per o llegar a conocer y explicar exp licar qué me está anunciando de mí mismo y de mi relación con los demás esta emoción que q ue siento y có có mo la puedo pued o aprovechar para adaptarme adaptarm e mejor a mi mi entorno ya ya no no re sulta tan fácil. Las emociones son nuestra respuesta personal y singular a los suce sos significativos de nuestra vida. Esta respuesta es fruto de la combi nación de un conjunto de factores fac tores internos y externos, innatos y apren apren didos, que no pueden ser considerados aislados. Las emociones de las personas las generan, de un modo casi automático, lo que Greenberg y otros denominan esquemas emocionales (Greenberg, 2000, pág. 43). N os interesa interesa destacar esta noción de esquema esquem a emocional emocional porque po rque refle refleja ja muy bien la complejidad que desde el inicio de este capítulo expresa mos sobre sobr e el término emoción. Los esquemas emocionales son una síntesis interna organizada y compleja de nuestra experiencia emocional. Esta síntesis contiene tan to el repertorio de respuestas innatas o la dotación biológica propia de la especie espec ie humana en general general y de de cada c ada individuo en particular, particular, como el de respuestas adquiridas a partir de las experiencias vividas en el pasa do y los conocimientos aprendidos. Contiene una mezcla prácticamen te indisociable de recuerdos, necesidades, ideales, expectativas, sensa ciones, afectos y significados, que no siempre se pueden traducir en palabras. Tiene, por lo tanto, la dificultad añadida de ser una síntesis parcialmente inconsciente y asintáctica. Esto explica que a veces los
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significados de nuestras emociones se traduzcan en una serie de sensaciones ciones corporales co rporales o de reacciones impulsivas que qu e nos cuesta entender y explicar.
De todo lo que acabamos acabam os de anotar anotar se desprende que una emoción emoción es muchas cosas. Es biología y es aprendizaje. Pero también es estímulo y respuesta, impulso y acción, instinto y reflexión, medio y fin, inconsciencia y consciencia, sensación y cognición. Parece que la paradoja es la esencia de la emoción. En una emoción encontramos siempre un componente natural o innato y otro aprendido o adquirido que a menudo se han convertido en antagónicos y que la educación de las emociones debería reconcilia reconciliar. r. La emoción es una función cerebral, se genera en unos puntos determinados del cerebro c erebro y pone en marcha unos mecanismos neuronales neuronales determinados. Lo s mecanismos m ecanismos que se ponen en marcha varían varían en función no sólo de la dotación genética, sino también de la experiencia experien cia y de los significados aprendidos de cada individuo. Al fin y al cabo, la emoción ción es una respuesta respu esta de nuestro nu estro cerebro a un un estímulo interno interno o exterext erno. Esta respuesta depende de la configuración de nuestro cerebro, y ésta depende a su vez de la manera en que se hayan combinado estos elementos innatos y adquiridos a los que nos hemos referido. Cada individuo responde con su combinación particular de pasión y de razón, de arrebato y de reflexión, y según predomine una u otra vertiente, tendremos conductas más fogosas y primarias o conductas más flemáticas y reflexivas reflexivas.. La educación tradicion al se encargaba de
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reprimir las primeras y potenciar las segundas. La educación de las emociones debe contemplar las dos y propiciar una síntesis armónica que integre la dicotomía en lugar de negarla. Conviene partir de ella porque, si suprimimos suprimimos uno de los dos polos, se empobrece emp obrece y desapare desa pare ce también el otro y el ser ser humano se siente siente incompleto incomple to y desmotivado. «Lim «L imita itand ndoo la expresión de sentimientos sentimientos tales como el dolor, dolor, el enfado, el miedo y la pena también se restringe la habilidad de sentir placer» (Cornelius y Faire, Tú ganas, yo gano, 1989, pág. 107). Una emoción es el resultado de la relación relación o de d e la vinculaci vinculación ón per p er sonal y completamente subjetiva que cada individuo establece con los demás y con la realidad que le rodea. Esta relación estará determinada por la combinación particular que el individuo habrá hecho de los ele mentos anteriormente citados, en función de cuáles hayan sido sus pri meras experiencias exp eriencias emocionales, de las que habrá extraído ex traído una matriz matriz o esquema que aplicará a las nuevas situaciones. Por lo tanto, nuestras emociones se derivan de los significados que otorgamos a nuestras pri meras vivencias, y afectan afectan tanto a las futuras futu ras vivencias como a las nuevas emociones que experimentaremos a partir de ellas. Podemos decir, pues, que una emoción es la la respuesta personal y singular singular de cada p er sona a los sucesos suces os significativos significativos de su vida, y a su vez vez lo que determina que unos sucesos sean significativos y generadores de emociones, y otros no. E s innegable innega ble que la manera en que hayamos integrado las vivencias vivencias pasad pa sadas as afecta a nuestra forma de vivi vivirr las emociones en el el presente. presente. Pe P e ro para que la influencia del pasado no sea determinante, la educación debe ofrecer las herramientas necesarias para alterarla y transformarla en función función de d e un proyecto vital que parta de las emociones emocion es y las integre integre en la vida. U n a EMOCIÓN: MÁS QUE UNA COGNICIÓN Y QUE UN SENTIMIENTO
Lo s término Los términoss emoción y sentimiento se utilizan a menudo indistinta mente como expresiones sinónimas. El motivo es que la diferenciación entre ambos am bos es muy sutil. sutil. Pero Per o existe exi ste y merece la pena pen a tenerla en cuenta. cuenta. El término emoción alcanza alcanza el proceso completo com pleto y engloba el el com com ponente pone nte fisiológico-co fisiológi co-corpora rporal,l, el evaluativo-cognitivo y el conductual-social, mientras que el término sentimiento tiene un un radio más restringido y se se refiere sólo a una de las partes p artes del proceso, proc eso, la valorativo-cogni valorativo-cognitiva. tiva. Podríamos decir que un sentimiento es una emoción hecha consciente,
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que identificamos, identificamos, clasificamos y valoramos gracias al dominio dominio que p o seemos del lenguaje. Una emoción siempre es más que lo que pod emos em os llegar a conocer o a expresar sobre aquella emoción después de haberla experimentado. Parece existir ex istir un un acuerdo acu erdo a la hora de admitir que la evaluación evaluación o valoración cognitiva que efectuamos de un suceso determina, en buena medida, la emoción que se deriva de éste, pero no es menos cierto que esta valoración cognitiva está determinada a su vez por las vivencias y los esquemas emocionales previos a los que acabamos de referirnos en el apartado anterior. Por otro lado, esta evaluación que hacemos de la emoción no siempre es consciente, consciente, ni podemo pod emoss pretender pretend er que siempre lo sea. Una parte de nuestra actividad emocional es inconsciente, inconsciente, y esto sucede suce de porque porqu e la memoria emocional se pone en marcha en el cerebro hum ano antes de que las capacida cap acidades des reflexivas reflexivas conscientes empiecen a actuar actuar.. L a neurociencia neurociencia empieza a admitir lo que el psicoanálisis ya había apuntado hace más de un sigl siglo. o. En los textos de los neurobiólogos e specializados en el el estudio de las emociones pod emos em os encontrar frases como éstas: éstas: «E « E l proceso proce so emocional puede suceder su ceder fuera de la esfera esfera del conocimiento consciente» (LeDoux, 1999, pág. 65). «Algunos de los mecanismos reguladores básicos funcionan a nivel encubierto y nunca son directamente cognoscibles cogn oscibles para el individuo individuo en el interior interior del cual operan» (Damasio, 1996/2001, pág. 115). Esto Est o significa que realizamos realizamos muchas cosas atendiendo a tendiendo a motivaciones y a razones de las que no somos conscientes. Por eso afirma LeDoux que la emoción es mucho más que la cognición, que los pensamientos retrospectivos que pod amos am os tener sobre ella y que la respuesta respu esta afectiva afectiva que de ella se derive. También la teoría psicoevolucionista de Plutchik afirma que «un a emoción es más que un sentimiento» (Bisquerra, 2000, pág. 42). Es posible que la causa de una emoción no esté relacionada con las explicaciones o las razones razones que nos damos. D e ahí que podamos podam os afirmar afirmar que una emoción es más que la cognición que tenemos de d e ella y más que el sentimi sentimiento ento que podem p odem os construir posteriormente con la ayuda del lenguaje, de la creatividad y de la razón. razón. «L « L a s teorías de la emoción emoció n se han centrado más en las explicaciones que en las causas» (LeDoux, 1999, pág. 74). Esta Est a aseveración aseveración no niega el valor de la cognición. Sólo Só lo alerta alerta del peligro de confundir emoción em oción con cognición o con sentimiento y, y, toto davía más, con cogniciones que están poco relacionadas relac ionadas con la verdade verd ade-ra naturaleza de la emoción que las genera.
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Hemo He moss anotado anota do anteriormente anteriormente que igual igual que construimos esquemas cognitivos construimos también esquemas emocionales. Pues bien, estos esquemas cognitivos se construyen sobre la base de los esquemas emocionales, que en el momento de nacer no contienen ningún otro registro que la sensación de placer o dolor. La cognición —la construcción que hago del conocimiento— no es fría. Lo que conozco, lo conozco aplicando unos esquemas cognitivos determinados, y a su vez lo integro en unos esquemas emocionales más amplios y primarios, que por po r un lado son los que me anuncian anuncian si lo que conozco conozc o me gusta o no, si conviene conviene o no a mis objetivos, y por po r otro me marcan las pauta pa utass que guia g uia-rán mis cogniciones y acciones futuras. Por P or eso decimos decim os que la emoción emoción engloba englo ba la cognición y es es mucho más m ás que una u na cognición. cognición. N o existe ningún conocimiento que no tenga un origen origen o una finalidad da d de d e naturaleza emocional. emocional. Toda cognición cognición tiene una base afectiva y se realiza de manera afectiva. Los pensamientos que repercuten sobre nuestras emociones están afectados previamente por el bagaje emocional nal que hemos acumulado. Estos Esto s han propiciado los esquemas emocioem ocionales que aplicamos, y no al revés. El cognitivismo acierta cuando afirma que nuestras creencias, creencias, la explicación que nos damos sobre las cosas que nos ocurren y la representación semántica que nos dibujamos del mundo, influ influyen yen sobre nuestras emociones, pero no podemo pode moss ignorar que nuestro pensamiento no es el resultado de procesos exclusivamente cognitivos, sino de procesos complejos de naturaleza emocional y cognitiva a la vez. vez. El E l conocimiento conoc imiento de d e la realidad no se realiza en frío, sisi no en caliente, es decir, al mismo tiempo que conozco, experimento y asocio sentimientos de placer o de dolor, dolor, de satisfacción o de insatisfacción, ción, de atracción o de repulsión hacia aquello que conozco. El binomio emoción/razón no lo podemos podem os separar separar,, pero está fuera fuera de duda d uda que nos dirigen dirigen las emociones. emociones. Por este motivo motivo es tan imporimp ortante que el sujeto las conozca y amplíe al máximo su registro emocional. Cuanto más consciente y más amplio sea, más buen uso podrá obtener de lo que conoce para empezar una serie de proyectos vitales y dirigirlos hacia metas que hagan compatibles sus propias necesidades con las de aquellos aque llos de su entorno. entorno. ¿ Q u é
s i g n i f i c a c o n o c e r l a s p r o p i a s e m o c i o n e s ?
En general las personas conocemos poco nuestras emociones, y prueba pru eba de ello es la dificultad que la mayoría mayoría de nosotros experimentaexperime nta-
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mos cuando cu ando hablamos hablam os del tema. tema. Si le le preguntamos preguntamo s a alguien alguien qué hace o a qué se se dedica, podem pod emos os tener conversación conversación para p ara un buen rato, pero si en cambio le preguntamos cómo se siente, es muy probable que en un par de segundos podamos dar por terminada la charla. Y es igual de probable prob able que la respuesta previsible previsible,, «bie « bien» n»,, ni tan tan sólo sea verdad. verdad. Lo Lo más terrible es que no nos sucede con desconocidos, sino con personas que forman parte de nuestro círculo íntimo y con las que los niveles de comunicación en los que nos movemos no distan mucho de las fórmu las rituales estereotipadas que utilizamos con desconocidos: «Hola, ¿qué tal, cómo estás? Yo bien, bien, ¿y tú? Yo también bien, gracias». Un ini ¿y tú? cio como éste marca muy a menudo una prohibición proh ibición implícita de acce acce so a las respectivas zonas emocionales, que consideramos privadas. La propia pro pia pregunta pregu nta condiciona condicion a la respuesta. Una vez cumplido el ritual, ritual, se cierra cierra la puerta y uno puede p uede quedarse tranquilamente tranquilamente en casa el casa el resto de la conversación, o de la vida. Sin vivir las emociones, no llegamos nunca a conocerlas, y sin com partirlas, tampoco. Conocer las propias emociones significa: — conocer las causas de nuestras emociones. No hay sentimientos inmotivados (Castilla inmotivados (Castilla del Pino, 2000, pág. 112). La negación de motivos motivos como «N o sé qué me pasa o por qué estoy así» obedece a menudo al miedo que tiene el sujeto a que su descubrimiento altere altere el equilibrio interno — muchas veces precario— precario — en el el que se encuentra y le obligue a un replanteamiento vital/personal, parcial o total; — descubrir las necesidades vitales básicas y las metas o expectati vas que hay detrás de una emoción. El E l conocimiento de las emo emo ciones debe deb e ser la puerta puert a de acceso a lo que uno quiere y necesita para sentirse bien y a la vez el camino que nos conducirá a esta blecer vínculos afectivos con el otro y a colaborar colabo rar en proyectos comunes; — conocer las las propia pr opiass emociones significa significa,, también, analizar analizar la la fun fun cionalidad de los esquemas emocionales con los que afrontamos los acontecimientos de nuestra vida. vida. Se trata de utilizar la infor mación que nos proporcio prop orciona na la emoción como recurso reorien reorientatativo y adaptativo. Implica Im plica abo a bordar rdar y entender entender la la emoción que e x perimentamos en términos de congruencia o incongruencia, de adecuación adecuac ión o inadecuación inadec uación entre nuestras acciones ac ciones y los intereses o las expectativas que las mueven para poder reformular unas, otras o las dos. Un U n aspecto aspec to clave para favorecer el equilibrio emo
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cional cional de la persona pe rsona es evaluar evaluar la eficacia eficacia de nuestras líneas de aca ctuación en favor de la satisfacción de nuestras necesidades y del cumplimiento de nuestros objetivos vitales; vitales; — finalmente, finalmente, conocer conoce r las propias prop ias emociones em ociones significa también identificar identificar,, reconocer rec onocer y poner pone r un nombre nom bre a las emociones que tenemos. Es importante no reducir el conocimiento de las propias emociones a este último último punto. N o basta b asta con identi identific ficar, ar, reconocer y poner nom n om-bre a las las emociones que experimentamos. Esta E sta sería sería una actividad meramente cognitiva que no se diferenciaría demasiado del hecho de nombrar nom brar las partes part es del cuerpo cuerp o humano o las partes de una flor flor.. Además Adem ás de ponerles nombre, nom bre, tendríamos que procurar proc urar tener una visi visión ón lo más completa posible del conjunto de factores que originan nuestras emociones.
Conocer Conoc er las emociones emociones y sus causas es necesario necesario porque porq ue nos puede pued e otorgar capacid ca pacidad ad de influen influencia cia sobre nuestras respuestas emocionale emocionaless y conductuales. conductuales. N os puede pued e alejar alejar del determini determinismo smo biológico y del condicionante cultural, y acercarnos a la autonomía personal pe rsonal y a la la inteli (Marina, 1993), así así como mejorar los los esquemas esquem as emocioemoc iogencia creadora (Marina, nales que aplicamos ap licamos a las situaciones que vivim vivimos. os. Uno de los objetivos del desarrollo emocional debe ser conducir al umbral de la consciencia las motivaciones ocultas y las asociaciones estímulo/respuesta que hemos fijado por condicionamiento y que originan nuestras emociones. Hay unas cuantas emociones innatas, pero la mayor mayor parte de ellas ellas son respuestas condicionadas. Hemo H emoss asociado asoc iado un estímulo a una emoción, y cada vez que se presenta aquel estímulo u otro similar, experimentamos automáticamente la misma emoción. A veces la emoción es aprop apr opiada iada al estímulo, estímulo, pero pe ro otras no tiene ning ningún ún
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tipo de relación. La desencadena algún trauma, frustración, carencia o experiencia emocional mal resuelta que tenemos inconscientemente asociada a aquel estímulo y que nos provoca distorsiones cognitivas o reacciones reacciones inapropiadas. inap ropiadas. No obstante, debemos ser conscientes de que nunca llegaremos a juntar junta r todas tod as las piezas que conforman con forman el rompeca rom pecabeza bezass de nuestras emo e mo-ciones. Por mucha introspección que practiquemos y mucha destreza emocional que vayamos adquiriendo, siempre nos quedará algún cabo suelto. suelto. Pero esto no debe ser un factor disuasivo para emprender un pr oceso de autodescubrimiento emocional. Cuanto más conozcamos de nosotros mismos, de lo que nos es propio propi o y de de lo que hemos ido incorpoinco rporando posteriormente a partir del aprendizaje y de las experiencias vividas, más fácil nos será aceptar y regular lo que es innato, y modificar y ampliar lo que es adquirido a partir del entrenamiento y de la progresiva incorporación de hábitos nuevos nu evos que lo superen o lo contrarresten. contrarresten. El valor de la emoción como fuente de autoconocimiento queda qued a fuera de toda duda. Los pensamientos y sentimientos que construimos a partir de nuestras emociones serán más consistentes e integradores integradores cuancu anto más se sustenten en las necesidades y metas que las desencadenen. Por otro lado, conocer las propias emociones es un un paso previo previo imprescindible p ara llegar a regularlas. Es muy diferente diferente estar triste triste y sasa berlo que estar triste y no saberlo. Al tomar conciencia de la emoción que estoy experimentando, me será más fácil, para afrontarla, adoptar estrategias que favorezcan mi proyecto vital, en lugar de entorpecerlo.
Al
m a l t ie m p o , m a l a c a r a
Debemos considerar las emociones como estados internos y externos al mismo mismo tiempo. Esta Es ta distinción distinción es importante, importante, porqu p orquee uno de los problemas mayores de las emociones es la disonancia entre el estado emocional interno y el externo, entre lo que siento y lo que aparento sentir o dejo traslucir realmente realmente.. Una de las máximas que mejor m ejor define define lo que ha sido hasta la la actuaactu atiempo, buena cara. En lidad la vivencia de las emociones es la de a l mal tiempo, cuestión de emociones las vivencias son internas, y la cara pocas veces d el alma. acostumbra a ser el espejo del Desde la salud emocional, nos atrevemos a reivindicar que al mal tiempo tenemos derecho a poner mala cara, y conviene que en determinadas ocasiones así lo lo hagamos. L a mayor m ayoría ía de las veces poner buena
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cara no es otra cosa que una estrategia para no tener que afrontar las causas últimas de nuestro malestar o para no tener que mostrarnos co mo realmente somos, y con estas actitudes no conseguimos otra cosa que perpetuar el mal tiempo en nuestro interior y causar una disgrega ción ción cada c ada vez más acusad ac usadaa entre lo que somos y lo que qu e aparentamos aparent amos ser. Las La s emociones em ociones básicas o primarias (y de éstas hay hay pocas: miedo, ra ra bia, tristeza, alegría...) son biológicamente adaptativas si se atienden en el el momento en el que se producen produc en y se se expresan expre san de la manera que les es propia. Por ejemplo, es más propio que la tristeza se exprese llorando y la rabia refunfuñando que al revés. Para que esta función adaptativa pueda tener lugar tenemos que pasar por una serie de pro cesos — como permitirnos aceptar, aceptar, comprender com prender y reorganizar reorganizar la la expe ex pe riencia riencia emocional— emocional— , que no podem os completar sin la participación del otro. Necesitamos la comprensión del otro, y necesitamos básica mente su apoyo, así como también la interpelación, la confirmación y el punto pun to de referencia externo a nosotros que el otro representa, no só s ó lo para superar nuestras evidencias subjetivas y ampliar límites, sino básicamente porque el acercamiento al otro es origen y final del reco rrido que empiezo hacia mí mismo. Sin el otro no podría construir mi identidad.
Debemos recordar que «las emociones son funciones biológicas del sistema nervioso, nervioso, funciones funciones cerebrales» cereb rales» (LeDoux (LeD oux,, 1999, 1999, pág. 14) 14) y, y, por lo tanto, internas; pero debemos admitir también su función social y socializadora, cializadora, y así así pues, externa. externa. A pesar p esar de tratarse de estados bioló b iológi gi cos internos, la mayoría de emociones se origina en una situación de in yo. Esto significa que tienen un origen y teracción entre un tú y un yo. también una repercusión social. Este es un aspecto capital de las emo ciones para el horizonte de sentido colectivo colectivo hacia el que nosotros pen pe n samos que deberíamos encauzar las vivencias emocionales. La con gruencia entre esta doble dimensión biológico-interna biológico-interna y social-externa social-externa será determinante para establecer unas relaciones interpersonales fun dadas dad as en la autenticidad y la integridad personales.
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En este punto se produ ce una nueva paradoja. Por Po r un lado, tenemos que llegar a descubrir quiénes somos internamente para poder relacionarnos con los demás desde la más profunda honestidad, pero por el otro, no hay integridad ni integración posibles sin interacción social humana. Esto Est o es tanto como decir que debo de bo tener suficiente suficiente confianza en en mí mismo y en el otro como para, mucho antes de saber quién soy, lanzarme a interactuar con la doble esperanza de descubrirme y de descubrir al otro en el proceso. Esta paradoja nos ayuda a distinguir entre las emociones dirigidas a uno mismo y las emociones emocion es dirigidas d irigidas a los los demás, d emás, y a afirmar la interdependencia entre unas y otras. Entre las primeras existe la vivencia y el conocimient conocimiento o de las propias p ropias emociones, que conduce condu ce a la valoraci valoración ón positiva de uno mismo, a la autoestima, a la regulación emocional y a la capacidad capac idad de automotivarse automotivarse.. L as segundas se pueden concretar en la comprensión de las emociones de los demás, la empatia, las habilidades sociales y las vivencias vivencias éticas que, juntas, nos permiten sintonizar y establecer vínculos emocionales enriquecedores con los que nos rodean. Desde esta segunda vertiente colectiva, que tiene que estar profundamente enraizada en la individual, uno puede interactuar y colaborar de forma entusiasta y confiada con los demás, en los grupos y en las instituciones, instituciones, tomar decisiones asumiendo los riesgos que éstas con llevan y encarrilar los conflictos sin llegar a desfallecer nunca completamente. Del mismo modo que en los primeros años de vida las vivencias emocionales y su variedad, lo que se denomina el repertorio emocional del niño, reciben la influencia de las personas directamente relacionadas con él, durante toda la vida la comprensión de las emociones propias y ajenas es el resultado del constante intercambio entre yo y los demás, un intercambio apasionante y entusiasmado, no exento de dificultades y desilusiones. No tenemos que olvidar que el otro, igual que actúa de estímulo, de reflejo, de apoyo, ejerce a veces veces de obstácu o bstáculo lo e incomoda. Es E s posible po sible que q ue me acoja, me reconozca y me valore, pero también puede que me limite, me cuestione, me ponga el dedo en la llaga, me diga lo que no quiero oír o me haga ver lo que no desearía haber visto, y me deje indefenso ante mí m ism o... Decidirse Dec idirse a viv vivir ir,, a conocer con ocer y a regular las emociones emocion es exige ex ige necesanec esariamente arriesgarse en la relación con los dem ás. A partir pa rtir de ésta, que qu e debe regirse por unos pactos consensuados y unos valores compartidos, emergerá el desarrollo personal mutuo y la satisfacción vital compartida.
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CONDUCTISTAS, COGNITIVOS Y HUMANISTAS
Para que se produzca prod uzca una síntesis síntesis integradora entre entre emoción, emoción, pen pe n samiento y acción, nos hace falta, en primer lugar, que la persona se ponga en contacto con lo que es y lo que siente, y descubra lo que que rría ser; en segundo lugar, que emprenda un proceso continuo y per manente de construcció constr ucción n individual indiv idual y colectiva; y en tercer y último tér tér mino, que entrene y adopte unos hábitos de comportamiento que lo conduzcan hacia una acción coherente, eficaz y comprometida. Todo esto implica recoger e integrar aspectos de cada una de las tres orienta ciones que dan título a este apartado y que muchas veces han sido con sideradas siderad as aisladamente y sólo han estado parcialmente p arcialmente presentes en el el mundo educativo. L a insistencia insistencia casi exclusiva del cognitivismo cognitivismo en las dimensiones ra cionales cionales impide que se acabe de producir prod ucir la integraci integración ón emoción-pensa miento, miento, al dejar de lado el trasfondo emocional emocional configurado por p or todo t odo lo que no llega claramente claramente a la consciencia (muchas veces veces porque porq ue lo bloquea blo quea la emoción esencial: esencial: el miedo), pero que muy a menudo es la causa de que tengamos las emociones em ociones que tenemos y que, que, a pesar de no ser conscientes conscientes de ello, no deja de afectarnos ni de influir influir en nuestras nuestras decisiones. El cognitivi cognitivismo smo estudia los procesos de producción y procesamien procesamien to de la información consciente, pero se desentiende de los contenidos inconscientes subyacentes que los pueden conformar, conformar, distorsionar distorsio nar o in terceptar. No contempla algunos de los componentes esenciales de la emoción, que q ue integran los esquemas emocionales a los que hemos aludi do anteriormente y que aplicamos para valorar la importancia de los acontecimientos de nuestra vida. LeD Le D oux ou x (1999, (1999, pág. 20) afirma afirma que la consideración consideración de la emoción emoción como sentimiento sentimiento consciente consciente nos puede pued e inducir a pistas falsas, porque porqu e lo que es verdaderamente importante es lo que pasa antes de que esta emoción llegue a hacerse consciente, consciente, es decir decir,, el mecanismo inconscien te que se dispara antes. Este Es te mecanismo m ecanismo es el que configura las vías vías emocionales de nuestro cerebro, mucho m ucho más tenues y difusas que las vías vías cognitivas por falta de uso. Las vías racionales son más gruesas y diáfanas porque las hemos utilizado y potencia pote nciado do más. Si hacemos lo mismo con las emociones, si educamos educa mos y entrenamos el hábito de vivirla vivirlas, s, regularlas y compartirlas, potenciaremos también estas otras vías infrautilizadas de nuestro cere bro. De este modo, nuestros esquemas o mecanismos emocionales lle garán a ser tan tan claros como los cognitivos y la especie humana pod p odrá rá ac
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ceder a través de ellos a un nuevo peldaño evolutivo que nos acerque unos cuantos pasos paso s más a lo que entendemos por po r felicidad. felicidad. Es cierto, como decía Pascal, que el corazón tiene razones que la razón desconoce. Como Com o consecuencia de este desconocimiento nos hemos hemos convertido convertido en expertos expe rtos en la impostura impostur a y el simulacro. simulacro. Hem H emos os adquirido adquirid o la capacidad de inventarnos las razones que desconocemos y, todavía más, la de llegar llegar a creérnoslas creérnoslas.. Esto E sto nos podría pod ría conducir conduc ir a la la suplantación total de la realidad por la fantasía o de lo que somos por lo que creemos ser. Un pensamiento erigido al margen de lo que somos realmente no puede aguantar sacudidas emocionales emocionales demasiado dem asiado fuertes y puede fallar fallar en el momento menos pensado sin que acertemos a entrever el porqué. La esgrima cognitiva que aprendemos puede ser muy sofisticada. Todo Tod o encaja a la perfección perfec ción hasta h asta el día que deja de ja de encajar. encajar. Si fuésemos fuésemo s capaces de ir un un paso más allá de la apariencia, apariencia, identificaríamos en personas aparentemente tranquilas y felices una serie de pistas que delatan una existencia sólo aparentemente tranquila y feliz: sonrisas que encubren miradas tristes, pastillas que anestesian el sentir profundo, adicciones ciones al trabajo o a cualquier otra actividad aparentemente normal que enmascaran la soledad y la frustración internas inter nas... ... A pesar de que, como decía E. O ’Neill, ’Neill, nadie soportaría toda su verdad (la mitología afirmaba que el hombre no soportaría la visión de Zeus, que se quedaría qued aría ciego si miraba directamente a los ojos de la divinidad sin ningún tipo de protección), pensamos que es bueno que indaguemos en el interior del agujero negro que somos para nosotros mismos y extraigamos hacia la consciencia todo lo que seamos capaces de extraer, aunque hacerlo suponga descubrir que somos tan vulnerables como pensábamos y que solos no podremos lograrlo nunca. Precisamente de esto es de lo que se trata. En este punto, entraríamos de lleno en en la tradición humanista, humanista, que contempla las emociones como factor fac tor de reencuentro reencuentro personal y, por lo tanto, de crecimiento humano. Pero a esta dimensión de reencuentro personal conviene sumarle la de reencuentro con el otro que, como veníamos diciendo desde d esde el principio, es la base del conocimiento de uno mismo y de la madurez emocional.
T o d a s l a s e m o c i o n e s s o n n e c e s a r ia s
La distinción que a veces se hace entre emociones positivas (amor, humor, alegría...) y emociones negativas (miedo, rabia, tristeza...) no
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significa que unas sean malas y otras buenas. Significa que unas coincic oinciden con nuestros objetivos y las otras no, que unas las vivimos como placenteras y las otras no. Explicado así se entiende lo que significa, pero la diferenciación no nos satisface. «Por «P or último, vuelvo vuelvo a insistir insistir en en la conveniencia de eliminar la calificación de los sentimientos en positivos y negativos. Los sentimientos son de aceptación o rechazo, y su positividad o negatividad no se determina en abstracto, sino que depende de los efectos que causen en el sujeto» (Castilla del Pino, 2000, pág. 153). La melancolía se puede vivir con un cierto placer, por ejemplo. La tristeza puede ser de una gran belleza y el humor puede resultar ofensivo. La rabia puede ser constructiva y el amor mal entendido puede llegar a ser destructivo. Pero éstas no son las únicas objeciones. Tenemos algunas más. ¿Por ¿P or qué tiene que ser negativo lo que puntualmente va o parece parec e ir contra nuestros objetivos? objetiv os? Y si resulta que nuestros objetivos están mal fijados, ¿por ¿p or qué no se corresponden con nuestras necesidades o capacidades reales? ¿Y si aquella emoción que no es congruente con nuestros objetivos, y que por este motivo la llamamos negativa, nos conduc c onducee finalmente a una una revisión revisión de nuestro proyecto proy ecto vital y a una reformulación más realista de nuestros objetivos? ob jetivos? Realmente, ¿podemos denominar negativa a una emoción que puede acabar reconduciendo y positivizando determinados aspectos de nuestra vida? Por Po r otro lado, lad o, la distinción distinción apriorística entre positivas y negativas negativas puede pue de inducirnos a establecer una serie serie de de prejuicios contra determinadas emociones y conducirnos a excluirlas de nuestro repertorio habitual. Con todo, la razón principal es que, en lo que se refiere a su potencial constructivo y adaptativo, no hay distinción distinción entre positivas y negativas. Las dos pueden ser positivas en este sentido, y esto es lo verdaderamente importante. Por este motivo preferimos hablar de vivencia o integración positiva o negativa, adaptativa o desadaptativa de nuestras emociones. Que la distinción no es inofensiva lo demuestra el hecho de que es fácil llegar a formular a partir de ella objetivos objetivos que pretendan fomentar fom entar las primeras y eliminar las segundas, y cuando se eliminan las segundas, nos privamos de señales o informaciones reguladoras de gran valor para nuestra vida. N o siempre podremo podre moss evitar evitar ni ni preveni prevenirr las las denominadas denom inadas emocioem ociones negativa negativas. s. L o que sí podem pod emos os conseguir con entren entrenamiento amiento es es minimizar los efectos perjudiciales que en determinados momentos pueden
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tener sobre nuestra n uestra vida y nuestras relaciones. relaciones. Pero para que esto sea posible, hay que sentirl sentirlas, as, observarlas y expresarlas expresarla s igual que las denoden ominadas positivas, po r medio de canales y estrategias que favorezcan su integración. Puede que la tristeza ocasional se cure con la evasión, pero las tristezas ocasionales que se repiten con cierta frecuencia acostumbran a tener sus raíces raíces en una tristeza tristeza profunda. El mejor m ejor remedio para la tristeza profunda es admitirla y escuchar qué nos está diciendo de nosotros para pod p oder er aprovechar su potencial y salir salir de ella con una competencia emocional más amplia y consistente. Todos sabemos que la alegría racionalmente prescrita o racionalmente forzada no cura la tristeza, lo único que hace es enterrarla más adentro. Lo mismo pasa con la rabia, el miedo y el resto de emociones consideradas negativas que se derivan de éstas. Anotamos en las líneas líneas precedentes que la dicotomía entre emociones positivas y negativas no era inofensiva. inofensiva. N o se queda que da sólo só lo en el el terreno conceptual, concep tual, sino que qu e baja al de la la realidad, y nos escinde esc inde y confunde. Lass emociones La emocion es serán positivas o negativas en en función de lo que hagamos con ellas. Todas las emociones pueden ser positivas si sabemos aprovechar las vivencias vivencias que de ellas se derivan. derivan. Todas las emociones son además necesarias. L a tristeza tristeza es necesar necesaria, ia, porque por que sin ella ella no podría pod ría haber habe r alegría. alegría. Más aún. A veces, a pesar de coc onocer la alegría, es necesario acercarse a la tristeza para acceder a una alegría alegría más completa y sólida. sólida. En este este punto podemos pode mos recordar a MaM achado: «Tenía una espina en el corazón, logré arrancármela y ahora no me siento el corazón»; a Montaigne, que decía que quien arrancase al hombre el conocimiento del dolor, le extirparía al mismo tiempo el conocimiento del placer y reduciría el hombre a la nada; o a Cornelius y Faire: «N « N o se puede ser feli felizz si no se puede pued e experimentar experim entar tristez tristeza, a, y no se puede sentir realmente amor si no se es capaz de expresar ira» (Tú ganas, yo gano, gano, 1989, pág. 107). Pero todavía podemo pod emoss ir un un paso más allá. allá. La L a tristeza es es necesaria necesaria para conformar mi mi humanidad. Desd D esdee esta óptica, óptica, cualquier emoción emoción es positiva siempre y cuando me sirva para hacerme más accesible a mí mismo y más permeable perm eable al otro, a la vida, al mundo. Si admito mis em ociones, sean cuales sean, podré admitir y acompañar más efectivamente las del otro y desarrollar la empatia y la conciencia social.
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Yo S O Y A S Í
¿Cuántas ¿Cuán tas veces lo debemos haber h aber dicho? Yo soy así. Esta frase frase puepue de ser afortunada o desafortunada dependiendo del tono en el que se diga y del mensaje implícito que conlleve. Muchas veces se pronuncia desde desd e el paradigma paradigm a de la independencia, independencia, que es el paradigma parad igma en el que se encuentra encuentra actualmente actualmente una parte consiconsi derable de nuestra sociedad. Después de pasarnos unos años acatando sumisamente la moral y las normas que nos vienen vienen impuestas impuestas desde desd e fuefue ra y que en muchos casos han supuesto sup uesto la negación del yo inter yo interno, no, estaest amos en una fase ineludible de rebelión de los yoes. El yoes. El problema es que nos quedamos en esta fase. Esto puede ser negativo por dos razones: 1. Porque puede significar que nos resignemos a ser como somos, sin ningún tipo de espíritu de superación, o quizá sin ningún deseo de aprender aprend er a tolerarnos ni a conviv convivir ir lo mejor posible posibl e con lo que somos. 2. O porque po rque puede pu ede querer decir decir que el el otro otro nos tien tienee que «agua «ag uanntar» ta r» como somos som os tanto si le gusta como si no: no: Esta Est a es mi decisió decisión ny tú debes aceptarla, mi vida es mía y tú no debes debes entrometerte, entrometerte, a mí mí no tienes que decirme lo que tengo que hacer. .., o peor aún: Si no te gusto, gusto, te agua ag uanta ntas... s... Cuántas veces veces habremos oído estas frases en un un tono agresivo, de negación y desconsideraci desconsid eración ón total hacia el otro. Yo soy así puede así puede llegar a sonar bien cuando uno lo dice en un tono de humor o de humildad hum ildad que denota la aceptación de lo que se es y la reconciliación consigo mismo, y también cuando admitimos que, a pesar de ser actualmente de una determinada manera, manera, con el tiempo podem po demos os llegar a ser de otra. En este punto punt o conviene conviene hacer una distinción distinción entre el el modo mo do de ser y el m odo de comportarnos. com portarnos. Actuar puntualmente puntualmente de una determinada determinada manera que pueda ser valorada por uno mismo y por los demás como inapropiada no significa que uno sea siempre así. Por otro lado, ser capaz de adoptar adopta r determinadas formas formas de conducta de las consideradas apropiadas aprop iadas tampoco tampoc o es garantía garantía de que estas formas formas estén estén bastante asumidas interiorment interiormente. e. N o podem p odemos os olvidar que nuestro nuestro proceso de desarrollo desarrollo no termina termina nunca. A veces, cuando decimos Yo soy así, así , lo decimos como si realmente hubiese terminado term inado y ya no fuese posible po sible ningún cambio cam bio ni evolu-
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ción. Esto no sólo no es cierto, sino que además representa una falta de consideración importante hacia uno mismo y hacia los demás. E l anhelo de superación y el deseo de mejorar la calidad de nuestra vida y de nuestras relaciones deberían mostrarse todavía más visibles en la vida adulta, y ya no sólo por p or la legítima legítima aspiración aspira ción al bienestar bien estar personal, person al, sino fundamentalmente por un sentimiento sentimiento y un sentido de responsa res ponsabilidad bilidad hacia el el bienestar de aquellos que nos rodean. rodean.
¡ Q u é m i e d o !
¿Cuál es el principal obstáculo con el que podemos topar en el momento de conocer nuestras emociones? Sin duda dud a alguna, el miedo. Tengo miedo de saber de mí porque esto puede significar que me obligue a cuestionarme y a moverme, y tengo miedo del otro porque puede pue de ser que el otro me cuestione y me obligue a moverme. moverme. El E l miedo a lo lo que puedo pu edo llegar a descubrir descub rir de mí mismo provoca prov oca que qu e me resista resista a adentrarme en mis sentimientos y a relacionarme estrechamente con el otro. otro. Cuando Cua ndo me doy cuenta de que el conocimiento conocimiento de mis emociones me puede comportar ciertos riesgos y exigirme ciertas responsabilidades a veces veces incómodas, es posible que desista de hacerlo y me quede allí allí donde estaba. La primera resistencia resistencia con la que choca inevitablement inevitablementee la educaedu cación ción de las emociones es la resistencia resistencia al al cambio propi p ropiaa de cualquier organismo viv vivo o. Para educarnos ed ucarnos — o reeducarnos— emocionalm emocionalmente ente tenemos que estar dispuestos a cuestionarnos cosas cada día, a imprimir en nuestra vida cambios de rumbo, que a veces pueden ser radicales o espectaculares. El miedo m iedo al dolor puede pu ede bloquea blo quearr mis emociones, y en consecuencia consecuencia mis acciones, y este bloqueo puede llegar a ser todavía más perjudicial que el dolor del que intento huir huir.. Me pued p uedee dejar estancado estan cado en una situación o en un momento evolutivo determinado, que me impedirá avanzar hacia hacia lo que me podría hacer madurar y podría proporcionarme una mayor felicidad, aunque fuese a costa de una cierta dosis de sufrimiento. Puede ser que no soporte un matrimonio insulso. Pero también temo una relación que me exija el compromiso de sentir y me enfrente al riesgo de definirme, de d e aceptarm acep tarmee y de mostrarme mostra rme como co mo realmente soy soy. El miedo es la emoción básica que nos rige y domina, la única que a veces nos permitimos y la que cierra el el paso al resto de emociones. No No nos falta humanidad porqu p orquee seamos insensibles, sino precisamente por
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miedo a ser demasiado sensible sensibles. s. N os da miedo afrontar afrontar nuestra nuestra debili dad, descubrir descu brir la necesidad necesid ad del otro, vernos las caras con el dolor y con toda la gama de emociones que forman parte de la pluralidad de lo hu mano, que son unas cuantas más que aquellas que se consideran políti camente correctas y que tienen tienen la catalogación de positivas. Por miedo a nuestra parte biológica, instintiva o primaria, hemos cultivado sólo nuestra parte racional y hemos dejado mucha vida ence rrada dentro de nosotros. La metáfora de La Bella y la Bestia resulta útil para explicar lo que ha pasado. Hemos querido cultivar sólo la Bella y le hemos dado la es palda pald a a la bestia. Pero la Bella que lucimos no es realmente realmente bella, es ma ma quillaje, es apariencia, y no será realmente bella hasta que descubra e in corpore sus sombras. La Bella es más bella cuando descubre e integra a la bestia. Madonna Kolbenschlag lo explica muy bien en un libro en el que, a partir de algunas de las aportaciones de B. Bettelheim en Psicoloanaliza los los mitos femeninos que nos han im gía de los cuentos de hadas, analiza pedido ped ido — tanto a las mujeres mujeres como a los los hombres— sentirn sentirnos os personas plenamente plenamente humanas y auténtica auténticamente mente autónomas. autónomas. «Cua «C uand ndoo Bella B ella acep acep ta a la la bestia en toda su fealdad, y habiendo habiendo reconocido las partes osc u ras de su propia alma, alma, la “otr “ otred edad ad”” de la Bestia se disipa y se rompe el hechizo» (M. Kolbenschlag, 1993, pág. 225). Una cita de B. Bettelheim ilustra a la perfección el potencial aglutinador que tiene tiene la emoción: emoción: «L «La unión unión de la Bella con la Bestia, que ha recobrado recobrad o ya su apariencia hu mana, simboliza la reconciliación reconciliación de los aspecto as pectoss espirituales y animales animales que coexisten en el hombre y que antes habían sido disoc dis ociad iados» os» (B (B.. Bet Be t telheim, Psicología de los cuentos de hadas. Kolbenschlag, hadas. Citado por M. Kolbenschlag, 1993, pág. 220). Volvamos a lo apuntado al principio. Más que complemento de la dimensión cognitiva, cognitiva, la dimensión emocional debe d ebe entenderse como el eje eje vertebrador que puede pue de hacer posible la integració integración n fecunda y satis factoria de aspectos del ser humano que deberían funcionar de forma integrada integrad a y que han sido escindidos: e scindidos: los innatos y primarios por po r un lado y los racionales y aprendid apr endidos os por p or el otro. otro. L a vivenci vivenciaa emocional emocional plena no nos nos debería dar miedo. L o que de d e beríamos temer no son las emociones, sino las tendencias homogeneizadoras de bata blanca, que pretenden unifo uniformizarl rmizarlas. as. No N o nos referi referi mos con esto a los neurobiólogos que investigan el cerebro humano, sino a los que, empuja em pujados dos por p or un miedo del cual probablem proba blemente ente no son conscientes, cogen las emociones con pinzas, las diseccionan d iseccionan y las aíslan aíslan de la vida.
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Las La s emociones no las las tendríamos que qu e vivi vivirr como un peligro, porque no lo son. son. Son un potencial por desplegar, desplegar, son indicadores, informaciones, nes, recursos, op ortun ort un idade ida des... s... y además son inevitables inevitables.. Lo L o que sí nos tendría que poner en cierto estado de alerta son las estadísticas, los test y los cuestionarios de orientación exclusivamente cognitiva que no tienen ninguna otra pretensión que catalogar las emociones, y también algunas investigaciones que se proponen validar ciertos métodos para enseñar una manera correcta correc ta de emocionarse, como si la riqueza de matices, la diversidad y el devenir de la vida tuviesen cabida cab ida en un método, en una fórmula o en una gráfica. De este modo mod o corremos el peligro de dejarnos otra vez vez por el camino camino algunos componentes de la emoción con más potencial que la palabra para movilizarl movilizarlaa y para ampliar y consolidar las poten cialidades expr ex preesivas y creativas que de ella se derivan: la sensación, el gesto, el silencio. .., que pueden ser desvelados a partir de la música, el masaje, masaje, la relajación, la visualización creativa, la fantasía, la imagen, la expresión corporal, etc. etc. La vida debería apropiarse ap ropiarse de las emociones, y no la ciencia ciencia para esterilizarlas y extirpar algunas de forma preventiva. Huxley escribió: «Cuando el individuo siente, la comunidad se resiente». Es evidente que la heterodoxia y el pensamiento divergente amenazan la sociedad. Quien se dedica a cultiva cultivarr su sensibilidad y su capac ca pacidad idad de emocionarse representa una amenaza para quien no lo hace, pues quizá ya sería hora de que nos dedicásemos a sentir intensamente, a ver si se resiente y tambalea por fin una sociedad poco excitante que busca en la droga, en el alcohol, en el consumismo, en la violencia, en los reality shows, shows , en los deportes de riesgo y en cualquier otro tipo de simulación o de adicción, ción, entre los que no hemos de descartar la propia pro pia adicción al conocimiento o al trabajo, sucedáneos de la carencia de emociones auténticas.
CAPÍTULO
_______ 3 R e g u l a t u s e m o c io io n e s
La
f i n a l i d a d última n o es r e g u l a r
Este momento de la vivenc vivencia ia emocional, emocional, que habitualmente se considera el más relevant relevantee y el más complicado com plicado de todos, todo s, en determinadas ocasiones puede pue de ser incluso innecesario innecesario o prescindible, y también puepue de llegar a convertirs convertirsee en un un proceso proc eso automático (en (en un hábito). A veve ces el énfasis que se pone en ello lleva a pensar que la finalidad de la educación emocional debe d ebe ser la la regulación, con el mensaje de alerta implícita implícita o de prevención prevención contra las emociones que este enfoque sup s upoone. Esto, en buena medida, se debe a que, cuando hablamos de emociones, sólo pensamos en las emociones primarias o extremas, cuando resulta resulta que —como — como hemos dicho anteriormen anteriormente— te— todo tod o lo que hacemos cada día está marcado por la emoción. Sólo desde esta óptica la regulación ción pasará pasa rá a ser un medio válido en muchos casos, pero no el objetivo objetivo primordial del desarrollo desarro llo emocional. A veces veces puede pued e ser incluso incluso contraproducente c ontraproducente regul regular. ar. Como veremos en este este mismo capítulo, uno de d e los objetivos de la regulación emocional es aprender a introducir una pausa para pensar la respuesta oportuna y evitar evitar las reacciones impulsivas impulsivas que pueden pued en resultar resultar dañidañ inas para nosotros mismos o para los demás. Pero esto no es necesario
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hacerlo siempre. Hay casos en los que no conviene regular porque la respuesta impulsiva impu lsiva puede pued e que ya sea adaptativa. adaptativa. Por P or ejemplo, cuando me encuentro fortuitamente a una persona querida que hace tiempo que no veo y la alegría me lleva a correr a su encuentro y a darle un abrazo. Si cuando siento el impulso hago una pausa para decidir si es pertinente pertinente o no que lo haga, cuando cuand o lo haya haya decidido, probablem p robablemente ente ya no tendrá sentido hacerlo. O por ejemplo cuando un niño tira del pelo a otro. Si la víctima de la agresión tiene tiene que pararse para rse a pensar pen sar la es trategia o la manera más adecuada adecu ada de responder, responder, quizá se quede sin sin pe pe lo. Por muy asertiva que fuese la la respuesta, en según qué casos caso s quizá no sería sería dem d emasiado asiado intelig inteligente ente que la víctima víctima tuviese tuviese que responder respon der im perturbablemente: «Cuando me tiras del pelo me haces daño y me siento mal. Por lo tanto, prefiero que no lo hagas». En este caso no es desacertado pegar un grito y decirle al otro que nos deje en paz, que nos hace daño. Sí sería conveniente, en cambio, enseñar a regular sus emociones al autor de la agresión, al niño o niña que tira del pelo al otro. Pero esto lo tenemos que hacer con reali realismo. smo. Por Po r más que consi c onsi gamos introducir la educación afectivo-emocional desde párvulos, en todo tod o ser se r humano hay una agresividad agresi vidad natural, y en un un momento mom ento u otro puede surgir surgir un impulso impulso que acabe depositando la propia mano sobre el pelo ajeno, ya sea en sentido literal o figurado, dependiendo de la manera de ser de cada uno. No obstante, utilizar estrategias de regulación emocional tiene un sentido que explicaremos y concretaremos más adelante. Hemos dicho que no podemos desvincular la cognición de la emo ción, ción, pero tampoco t ampoco podemos podem os dejar que el el pensamiento pensamiento ahogue la la emo ción. «Tanto el control excesivo como la supresión de la emoción son disfuncionales disfunc ionales»» (Greenbe (G reenberg rg y Paivio, 2000, pág. 55). La vivenci vivenciaa y la ex e x presión emocional pueden causar malestar tanto por exceso como por defecto. Si no regulamos ninguna emoción, tendremos problemas, y si las reprimimos por sistema, también. ¿C u á n d o
c o n v i e n e r e g u l a r l l a s e m o c i o n e s ?
La expresión de las emociones, sobre todo de las de tipo primario, es una fase ineludible del proceso proc eso emocional. Una Un a emoción contenida o inhibida es un elemento potencialmente perturbador. perturbador. Reconocerla y ex presarla es necesario para restablecer el equilibrio que la emoción alte ra. Pero esta expresión no se puede efectuar de cualquier manera.
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«A menudo expresamos más o menos de lo que querríamos expresar» (Castilla del Pino, 2000, pág. 68). Tanto por exceso como por defecto la expresión emocional es disfuncional y nos puede acarrear problemas. Para evitarlo tenemos que aprender a regularla. El término regular nos nos parece especialmente apropiado, porque no remite ni a detener la emoción ni a desbordarla, sino a dejarla actuar en la medida apropiada apropiad a a nuestra nuestra propia pro pia capacidad capacid ad y a la de los canales canales por p or donde do nde la haremos discurrir. Conviene regular las emociones cuando nuestra reacción primaria, espontánea o instintiva puede provocarnos conductas desadaptadas, desmesuradas o dañinas, de las que pueden derivarse derivarse problemas graves en nuestra nuestra vida y en nuestras relaciones, por ejemplo causando ca usando daños a otra persona que serán difíciles difíciles de reparar, poniendo ponien do en peligro nuestra integridad física o psíquica o truncando proyectos vitales y profesionales importantes importantes o prometedores promet edores en los que hayamos depositad depo sitado o muchas ilusiones o energías. Para que esto no suceda, suceda , entre la emoción y la acción hemos de conc ontemplar un espacio, espacio , una pausa pa usa que tendrá una duración diferente diferente en cada persona p ersona y que tiene tiene por objetivo liberar la tensión tensión emocional para fafa cilita cilitarr posteriormente posteriormente la construcción de una respuesta resp uesta adaptada, adap tada, con la la intervención conjunta de la emoción y de la reflexión. Regulación emocional
------>■ Niveles de conducta
Regulación emocional
Conviene aplicar la regulación emocional para dar respuestas adaptadas a emociones intensas, que irrumpen inesperadamente y rompen el estado de calma o de equilibrio en el que un individuo se encuentra.
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Entende Ent endemos mos la emoción como com o un estímulo estímulo (e) (e) interno interno o externo que predis pre dispon ponee o incita incita a la acción, y la conducta conduc ta como la respues resp uesta ta (r) (r) a es es te estímulo o la forma en la que se concreta esta acción. Sobre la regulación emocional nos interesa señalar tres niveles dife rentes de conducta: — Conducta a: puede ser la conducta que da origen a la emoción (en este caso actuaría como com o estímulo) o simplemente la que el in dividuo está teniendo antes de la emoción, es decir, antes de que aparezca el estímulo. — Cond C onducta ucta b: es la respuesta inmediata, inmediata, irreflexiva irreflexiva,, no meditada, que a veces es meramente impulsiva y potencialmente perjudi cial, cial, y en cambio en otras o tras ocasiones ocas iones está altamente integrada a ni vel neuronal porqu po rquee con entrenamiento se ha llegado a convertir convertir en un hábito inconsciente. Conviene recordar que impulsiva no es sinónimo de inadecuada. Ya hemos dicho antes que, en deter minadas ocasiones, es necesaria una respuesta impulsiva. — Conducta c: es una respuesta retardada, elaborada, razonada. Entre el estímulo y la respuesta emocional se interpone una pau sa temporal durante la cual se aplica alguna estrategia de regula ción con la finalidad de recupera re cuperarr el estado esta do de ánimo habitual y a partir de aquí realizar realizar una valoraci valoración ón más serena y pondera pon derada da de lo que ha pasado pasa do (senti (sentimient miento), o), así como para pensar las posibles respuestas y sus consecuencias. En la conducta c el sentimiento se construye con anterioridad a la respuesta emocional. emocional. En la conducta b, en cambio, cambio, ocurre de forma si multánea a la acción. acción. Cuand Cu andoo se trata de un hábito emocional emo cional ya ya conso conso lidado, lidado , emoción-pensamiento-acci emoción-pensamiento-acción ón siempre van coordinados. coordina dos. Cuando Cua ndo se trata de una respuesta respu esta impulsiva, impulsiva, puede pu ede ser que la valoraci valoración ón reflexi va o razonada se produzca produ zca con posterioridad posteriorid ad a la acción, y esto aumenta el riesgo de precipitarnos o de equivocarnos, de responder de manera inadecuada a la situación. El sentido que tiene la regulación emocional es precisamente prevenir los daños y las complicaciones que a veces pueden derivarse de determinadas respuestas impulsivas en las que no existe coordinación entre emoción y pensamiento.
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Re g u l a r n o s i g n i f i c a EN LUGAR DE SENTIRLA
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r ep prr i m ir i r , n i p e n s a r l a e m o c i ó n
Regular no es intelectualizar intelectualizar lo que nos pa pasa sa y someterlo al control de la razón, principalmente principalmente porqu po rquee el corazón no acostumbra acostu mbra a ceder a las razones. Tampoco es reprimir. Se trata de que cada uno busque su propio pro pio nivel nivel adaptativo, que será aquel que qu e teniendo en cuenta cuenta sus circunstancias y sus características singulares le proporcione mayor bienestar en su vida personal y social. La idea de fondo es que las emociones que pueden ser vividas y expresadas no sólo disminuyen su potencial negativo, sino que además pueden convertirse convertirse en informaciones informaciones muy valiosas sobre so bre nuestra nu estra manera de ser y de sentir. En cambio, las emociones que no vivimos ni expresamos pueden ocasionarnos sensaciones intensas e imprecisas de malestar mucho más difíciles difíciles de diagnosticar y superar. superar. «L « L o s sentimient sentimientos os que no nos permitimos vivir conscientemente se revelan como leones enjaulados en nuestro incon inconsciente» sciente» (Zaraí, (Zaraí, 1996, 1996, pág. 30). Para llegar a ser capaces de regular regular oportunamente una emoción, emoción, ded ebemos bemo s dejar que qu e ésta se manifieste con la mayor mayor variedad posible po sible de elementos y matices, y no sólo con los estrictamente verbales o racionales. «Siente con el corazón, pero verifica los hechos», dice el Upanisad (tratado de sabidu ría hindú). Una frase muy acertada par a orientar el el sentido que debemos otorgarle a la regulación emocional. Para sentir realmente con el corazón, conviene que seamos capaces de detener o suspender, aunque sea por po r unos instantes, el el discurso discur so verbal interno interno que está regido casi exclusivamente por la razón. razón. Si no, lo que sentimos no es la emoción propia, sino las voces —los mensajes— que nos ha ido grabando grab ando la cultura desde el primer año de vida y que se interponen en la vivencia vivencia de la emoción. Las L as emociones primarias pr imarias no son coherentes ni ni ordenadas. ordenad as. En E n el momento en en el que las estamos sintiendo cuesta ordeord enarlas en en un discurso coherente coherente.. Esto E sto sólo se puede pued e hacer a posteriori y, a pesar de ello, ello, a menudo habrá hab rá aspectos asp ectos que se resistirán resistirán a dejarse atrapar con palabras. La respuesta emocional debería producirse en los dominios de la regulación, y consistiría consistiría en ser capaces de abrir una pau sa necesaria entre el el estímulo estímulo y la respuesta conductual. E sta pausa pau sa permite que afloaflo re la parte asintáctica de lo que estoy sintiendo al lado de la analítica y reflexi reflexiva, va, y hace posible que adquiera adqu iera conciencia de estar experimenexperime ntando una emoción con la que tendré que hacer alguna cosa, que ya dede cidiré en otro momento. Si no lo hacemos así, el pensamiento se im-
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pondrá pon drá sobre la emoción em oción y no se podrá pod rá obtener nunca la integración integración entre los dos. Para que esta integración emoción-pensamiento sea posible, con viene viene que en el momento en el que irrumpe la la emoción disponga disp ongamos mos de estrategias de regulación emocional que nos permitan identificarla, ex presarla y liberar liberar la tensi tensión ón que la emoción nos pue de producir p roducir para adecuarla al máximo a nuestro proyecto proyecto vit vital al.. Lo L o que no podem os ha h a cer de ningún ningún modo es adoptar ad optar de buenas a primeras primeras estrategias estrategias de re re gulación con la finalidad de evitar un estado más o menos acusado de tensión tensión que q ue tiene unos fundamentos fundam entos cerebrales y una función adaptativa y de supervivencia. Otra Otr a cosa, como veremos más adelante, adelante, es que el el aprendizaje pueda introducir modificaciones en el cerebro y propiciar prop iciar una vivenci vivenciaa emo em o cional cada vez más distendida, más plácida plá cida y más integrada. Pero, en un primer momento, vivir vivir plenamente la emoción es un requisito indis in dis pensable pensa ble para p ara una inter intervenc vención ión o regulación posterior que se sustente realmente en la naturaleza de cada uno, y no en paradigmas o modelos teóricos de tipo abstracto que no la contemplen ampliamente. La pausa
Tensión emocional
Anteriormente afirmábamos que expresar las emociones es necesa rio, rio, pero que esta expresión no puede pued e hacerse de cualquier manera. manera. Pa P a ra evitar evitar que la respuesta emocional emociona l se traduzca en conductas dañinas o para favorecer su conversión en conductas adaptativas o integradoras,
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es preciso introducir a veces veces una pausa p ausa entre entre la la respuesta respu esta o la expresión emocional y la conducta que se deriva de ella. Cuando una emoción de una cierta intensidad y con unas determi nadas características características irrumpe inesperadamente, se produce produc e una tensión tensión emocional que desencadena desen cadena una tensión fisiológica. fisiológica. A raíz de esta tensión puede ser que el cerebro abandone su nivel óptimo de excitación y el «ruido» emocional nos dificulte la coordina ción ción emoción-razón. emoción-razón. Cuando Cu ando esto sucede, es el momento de introducir la pausa pau sa a la la que nos referíamos referíamos unas líneas más arriba y que hemos re cogido en el esquema anterior. El objetivo objetivo de la pau sa es la aplicación de una o varias varias estrategias estrategias de regulación emocional, con el fin de provocar la respuesta o expresión emocional y liberar así la tensión tensión que qu e la emoción ha originado. L a apli cación de la la estrategia apropiad apro piadaa conduce condu ce de nuevo a la distensión distensión o re lajación, restaura el equilibrio inicial alterado, y a partir de aquí se está en disposición de reflexionar serenamente sobre lo que ha pasado, de hacer una valoración más ecuánime, encontrar las palabras pertinentes y tomar decisiones decisiones oportunas. Necesitamos recuperar la calma para cons truir el sentimiento y para encontrarnos en condiciones de dar una res puesta o conducta empática que favorezca la reconciliación con uno mismo y la convivencia armónica con los demás. Es importante destacar la diferencia entre la respuesta o expresión emocional, que se efectúa de puertas adentro y en la que casi todo vale porque porqu e no tiene tiene repercusiones externas, y la respuesta respuest a o conducta condu cta emo em o cional, en la que ya no todo es lícito porque tiene repercusiones sobre nosotros mismos y también también sobre so bre los demás dem ás o sobre so bre el entorno entorno.. Algunas de las estrategias de regulación emocional que podemos utilizar en la pausa para provocar la respuesta emocional son las si guientes: — Expresión verbal. — Catarsis. — Reestructuración cognitiva. — Técnicas de relajación. Estrategias < — Técnicas de expresión corporal. corporal. de regulación — Ejercicio físico. — Distracción. — Expresión artística. ^ — Otr Otros.
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¿ Q u é
s i g n i f i c a r e g u l a r l l a s e m o c i o n e s ?
La regulación emocional alcanza muchos aspectos y funciones, y quizás una de las más destacables sea la de reconducir nuestras vidas vidas ha cia el mayor bienestar posible, induciéndonos a cambiar los esquemas emocionales disfuncionales que nos llevan hacia terrenos impractica bles o hacia metas no deseadas por otros esquemas progresivamente más completos com pletos y eficaces. eficaces. Esto E sto provoca p rovoca que podamo poda moss llegar a sentirnos sentirnos agentes creadores, y no víctimas de nuestras emociones. Se trata de aprender nuevos hábitos de relación con uno mismo y con los demás; de inventa inventar, r, experimentar experim entar y entrenar nuevas nuevas respuestas r espuestas que contrarresten las respuestas desadaptadas; de crear significados al ternativos ternativos y reparadores repara dores que nos conduzcan a nuevas líneas líneas de acción y nos proporcion pro porcionen en una mayor sensación de control, a la vez vez que una vi sión más reconfortante de uno mismo. Regular las emociones em ociones implica: a) Concebir la emoción como un estado cerebral que no siempre se puede vencer con la razón ni se puede superar de manera inmediata. La emoción sigue unos procesos bioquímicos complejos que
no son idénticos en todas las personas, y requiere además un tiempo que tampoco es el mismo para todas ellas. Conviene, por lo tanto, que nos vayamos familiarizando con la naturaleza y el ritmo ritmo propios prop ios de nuestras nuestras emociones para acostumbrarnos acostumb rarnos a vi virlas y llegar a experimen expe rimentarlas tarlas en los niveles niveles en los que q ue nos pue p ue dan resultar más cómodas, cóm odas, adaptativas y gratifican gratificantes. tes. b) Tener Tener en en cuenta que qu e el aprendizaje modifica la estructura y el fu n E l cerebro humano no es un órgano órgano rígi cionamiento del de l cerebr cerebro. o. El do y terminado, terminado, sino un órgano plástico plásti co que evoluciona a lo largo de toda la vida. vida. Las La s acciones que ejecutamos y los hábitos que de de sarrollamos generan generan conexiones neuronales nuevas nuevas y provocan modificaciones modi ficaciones no sólo funcionales, sino también estructurales en su configuración. La máxima plasticidad del cerebro humano se produce en los primeros años, pero el aprendizaje sigue siendo posible posib le en la edad adulta. adulta. Acostumb Ac ostumbramos ramos a asociar el inic inicio io de la vida profesion pro fesional al con el hecho de alcanzar una madurez definitiva definitiva,, cuando cuand o resulta que qu e el adulto no está nunca finalizado, finalizado, y menos to to davía con respecto a su competencia socio-emociona socio-emocional.l. La biología condiciona, pero no determina. En el caso que nos ocupa, ocup a, la predisp p redisposición osición hacia una mayor activación activación y reac reactiti-
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vidad emocional es hereditaria hereditaria,, pero pe ro la educación puede acentuar acentuar o atenuar esta predisposición predispo sición innata innata.. c) Educar Educ ar el cerebro cerebro para par a que, que, en las ocasiones que convenga convenga,, interponga una pausa pau sa voluntaria entre una emoció emoción n (estímulo) y la conducta que se deriva de ella (respuesta). ella (respuesta). Se trata trata de modificar nuestros há bitos cerebrales incorporando nuevas estrategias y habilidades de enfrentamiento enfrentamiento más completas y evolucionadas evolucion adas que qu e nos permitan responder responder en lugar lu gar de reaccio reaccionar nar.. Tenemos que diferenciar la emoción de la conducta que se deriva de ésta. Todas las emociones son lícitas, pero no todas las conductas que se derivan de ellas ell as lo son. Ante son. Ante una emoción pode mos decidir voluntariamente no actuar. actuar. Es E s más, a veces veces conviene conviene que no lo hagamos. Como veremos más adelante, éste es otro aprendizaje emocional clave: identificar aquellas conductas que no servirían para otra cosa que para proporcionarnos más con flictos e incrementar nuestro malesta malestar. r. A base de un entrenamiento entrenamiento continuo tendríamos que llegar a ser capaces de «mantener «man tener una parte de la consciencia inafectada» inafec tada» (Ramiro Calle, 1998, pág. 15 Guía práctica de la salud emocional) para que la reactividad emocional no nos conduzca inexorable mente mente al trastorno. Mantener M antener una parte de la consciencia inafec tada implica conocer el curso que siguen nuestras emociones y responder de manera autónoma y realista ante ellas. Para que esto sea posible, conviene aprender mecanismos y estrategias para alejar alejar la tensión tensión emocional y recuperar el estado de ánimo habitual. Es importante, sin embargo, que esta regulación no nos apar te excesivamente excesivamente de nuestras tendencias naturales. naturales. Algunas A lgunas ve ces es bueno actuar de forma «espo ntán ea», si bien la la espon ta neidad que nos es emocionalmente conveniente es la que uno construye, que es la resultante de reconocer rec onocer y educar las inclina ciones naturales hasta llegar llegar a integrarlas armónicamente. Como Com o explica J. A. Marina, no se trata trata de no tener tener hábitos, sino de po seer muchos, flexibles, polivalentes y creadores creado res (Marina, (Marina, 1992, 1992, Elogio..., Elogio..., págs. 230-231). Una U na espontaneidad espontan eidad que no ha sido ex ex teriorizada, edu cada cad a e interiorizada de nuevo no sería libertad, libertad, sino determinismo biológico. d) Prever las posibles consecuencias de nuestras respuestas emocionales para par a calibrar si somos capace capacess de asumirlas asum irlas sin salir maltre maltrech chos. os. Según afirma Marina, la inteligencia es «la facultad de dirigir el
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comportamiento para salir bien parados de una situación» (Marina, 1995, pág. 136). Se trata de discernir lo que me conviene conviene de lo que no me conc onviene para resolver de la mejor manera posible las situaciones que la vida me plantea y crear un proyecto vital vital a caballo entre la rearea lidad y la utopía. Se trata de aceptarme como soy y a la vez también de desear dese ar superarme. Esta E sta conjunción conjunción entre realismo e ideaide alismo la refleja muy bien una frase atribuida a san Francisco de Asís: «Que «Q ue Dios me conceda serenidad para aceptar las cosas que no puedo pue do cambiar, cambiar, el valor para cambiar las que sí puedo pue do cambiar y la sabiduría para apreciar la diferencia» (Morgan, 1997, pág. 238). Es preciso que nos hagamos una serie serie de preguntas: ¿cuáles son los obstáculos internos y externos con los que puedo chocar? ¿Cuáles son los riesgos que corro? ¿Cuáles de estos riesgos estoy dispuesto a asum ir y cuáles no? ¿Cuá ¿C uáles les mere merece cen n la pena y cuáles no? ¿ Qu é es lo peor que me podría podría pasar? pasar ?
De este modo anticipo las nuevas emociones que se pueden derivar de mis respuestas emocionales para adquirir una mayor segurida segu ridadd y autonomía ante ellas. ellas. No obstante, toda decisión y, por lo tanto, toda conducta, comportará comp ortará inevitablemente inevitablemente una dosis imprevisible de riesgo que no tenemos que interpretar como un freno, sino como un impulso hacia experiencias nuevas y desconocidas que pueden revertir en un mayor autoconocimiento autocon ocimiento y satisfacción, e) Elaborar nuevos significados, buscar una explicación racional lo más honesta y fided fid edign ignaa posible pos ible que proporcione bienestar bienestar..
Una manera de integrar integrar una emoción emoción es expresándola expres ándola verbalverb almente. mente. Esta E sta explicación verbal puede cumplir una función función realmente reguladora regulad ora y beneficiosa, pero p ero en algunas ocasiones ocasio nes se nos resiste o no se acaba acab a de dominar totalmente. totalmente. A veces una parte de la emoción no cede a la la razón ni ni puede pued e ser expresad expr esadaa con palapa labras. En este caso, es preciso recurrir a otros tipos de estrategias de enfrentamiento que vayan más allá de las meramente descriptivas, como pueden ser por ejemplo las que están basadas en la expresión corporal o en las catarsis. Pero llegados a este punto, también puede ser una buena estrategia no preocuparnos y admitir que la naturaleza de la emoción em oción es ésta. A pesar de todo, debemos tender tender hacia hacia esta búsque bús queda da de significados reparadores, rep aradores, y lo tenemos que hacer porque encontrar encontrar
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explicaciones que nos satisfagan nos otorga un sentido y una coherencia, herencia, además adem ás de d e una sensación de paz pa z interior interior f) facilitar la integración lo más adaptativa, satisfactoria y armónica posible de lo problemático, indomable o vulnerable que hay en cada uno de nosotros. Consiste Con siste en identificar identificar nuestros puntos débidé biles y modificar los esquemas inservibles. Por este motivo tendremos que estar dispuestos a ensayar y entrenar progresivamente nuevas respuestas, hasta que las tengamos bastante consolidadas como para que lo que habitualmente representaba para nosotros un problema deje de serlo. serlo.
¿C ó m o
d e b e m o s r e g u l a r l l a s e m o c i o n e s ?
No entra en los objetivos de esta obra efectuar una recopilación ni un análisis exhaustivo de las distintas estrategias de regulación emocional, nal, pero sí puntualizar dos aspectos aspe ctos que nos parecen importantes: importantes: 1. Las estrategias de regulación cambian mucho no sólo en función de cada emoción, sino también en función de cada momento y, sobre todo, de cada persona. Por lo tanto, lo que en un determinado momento nos puede servir en otro no surte efecto, y lo que a uno le puede funcionar a otro puede resultarle inservible. 2. Más importante todavía: la reestructuración cognitiva, el cambio de manera de pensar, el mirarse las cosas de otro modo o desde otro punto de vista, vista, puede pue de ser una estrat estrategia, egia, pero no es «la «l a estraes trategia». Esto sucede también con el resto de estrategias de regulación emocional. Cada una de ellas nos puede resultar eficaz si la sabemos aplicar en su momento, pero no lo será si la convertimos en exclusiva y la aplicamos a cualquier situación. Las emociones no son producto únicamente de lo que pensamos, y si lo fuesen, este pensamiento no se derivaría de experiencias cognitivas cognitivas puras, sino de experiencias emocionales em ocionales tácitas que acompañan o matizan nuestras experiencias cognitivas. Algunos autores sostienen que son las emocionales las que marcan las creencias creencias significativas significativas sobre uno mismo y sobre el mundo, por eso serían los cambios ca mbios en las las estructuras emocionales los que conducicond ucirían a cambios en las estructuras de pensamiento, y no al revés. Para cambiar las estructuras estructuras emocionales emocionales profundas, profund as, convieconviene utilizar utilizar técnicas técnicas que las movilicen, movilicen, desde d esde la musicoterapia musicote rapia hasha s-
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ta la expresión bioenergética y la sensibilización corporal, pues, tal como ya hemos expuesto anteriormente, algunos de estos significados se traducen en intuici intuiciones, ones, percepciones pe rcepciones y sensaciones corporales, irreductibles al lenguaje o al raciocinio. Esto Es to significa significa que las estrategias estrategias de regulación regulación emocional dede berán incluir estrategias que potencien la identificació identificación, n, la liberaliber ación y la distensión de sensaciones sensa ciones fisiológicas fisiológicas o corporales, co rporales, así como la producción de significados intuitivos —además de cambiar de manera de pensar—, para llegar precisamente al cambio de manera de pensar. pensar. ¿P e n s a r s ie i e m pr pr e
e n p o s it it i v o e s p o s i t i v o
?
Las La s risas risas del preso
Había sido encarcelado por una fechoría. Se asomaba a menudo al ventanuco enrejado de la celda y, cada vez que en esas circunstancias veía pasar a alguien, estallaba en sonoras e irreprimibles carcajadas. El guardián estaba cada día más asombrado por el raro comportamiento del preso. Un día ya no pudo aguantar más y quiso saber qué le hacía reír tanto, así que se lo preguntó. El prisionero repuso: — ¿De qué me río? Pero ¿es que estás ciego? Me río de todos esos que están ahí cautivos tras las rejas. R. Ca l l e (1998), E l camino camino de la felicidad felicidad L a historia del del preso no difiere difiere demasiado de una producción produc ción galardonada don ada por la academia de d e Hollywood con el Óscar Ósca r a la mejor pelí película. cula. La vida es bella también era una invitación a pensar en positivo cuando todo estaba en contra de pensar en positivo. La conducta de aquel padre ante una situación en la que no había alternativa es emocionalmente acertada, puesto pu esto que contribuye contribuye a disminuir el posible posib le trauma del hi jo. L a situ si tuac ació ión n en la qu quee se encue enc uentr ntran an no tenía ten ía salid sa lidaa y ad a d o p tar ta r una postura realista realista no habría servido servido para nada más que para amargarse todavía más la vida. vida. Pero no podemo pod emoss perder perd er de vista que no es cierto cierto que todo fuese perfecto y que allí allí no pasase pasa se nada. Tarde o temprano, tanto tanto el preso pre so de la historia citada como el niño de la película italiana italiana deberán afrontar la la realidad de lo que sucede, su cede, y entonces entonces deberán d eberán abandonar, aunque sea a ratos, el pensamiento positivo que les ha permitido permitido sob s obrere-
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vivir y entrar de lleno en la realidad y en todo lo emocionalmente traumático, doloroso y frustrante que forma parte de ella. Tendríamos Tendríamos que saber dar d ar a todo lo que nos sucede una u na orientación orientación de fondo positiva, pero esto debe incluir también el saber vivenciar y asumir los aspectos negativos negativos de nuestra realidad. Un pensamiento p o sitivo que acepte e integre el trauma, la frustración y todo lo que en un primer momento no vivimos como positivo es necesario para alcanzar una madurez realmente consistente y bien fundamentada. Por otro lado, tener que pensar siempre en positivo podría resultar muy forzado y a veces muy difícil. Cuando estamos afectados por según qué tipo de emoción, sobre sob re todo tod o por p or el miedo, la angustia, la tristeza, tristeza, etc., pensar pensa r en positivo sería como tener que hacer el esfuerzo de nadar contra corriente rriente.. Si dejamos, dejam os, en cambio, cam bio, que la emoción se manifieste y se calme, calme, será más fácil fácil recuperar el brillo del pensamiento positivo que qu e ésta pu ede haber enterrado temporalmente. Así pues, debemos considerar como algo lógico que a veces resulte imposible pensar en positivo. Para construir un pensamiento positivo conviene utilizar estrategias de enfrentamiento —no de evitación— del dolor, la angustia, el miedo o la rabia, rabia, pues la mayoría mayoría de estas emociones una vez vez expresada expr esadass pierp ierden su poder destructivo. Pero para que el pensamiento positivo, del que estas emociones nos pueden alejar alejar momentáneamente, momentáneamente, vuelva, vuelva, primero se deben deben poner pon er las las bases. Por eso es indispensable indispen sable que desde d esde muy pequeño peque ño el niño niño se sienta sienta querido qu erido y acogido. Necesita Nece sita que le hayan hayan didi cho y le hayan hecho sentir que la vida es bella, que vale la pena, que creen en él, que puede encontrar salidas y que tiene donde apoyarse tanto dentro como fuera de él mismo. También necesita saber que cada uno es mucho más que lo que hace y que es digno de estimación por lo que es, y no por po r lo que hace o deja de d e hacer; hacer; así pues, no será juzgad juz gado o ni rechazado por sus desaciertos. Pensar siempre en positivo no es positivo por diversas razones: — porque supone negar la realidad y suplantarla por fantasías que no podem os mantener indefinidamente indefinidamente sin poner pone r en juego nuesnu estro equilibrio psíquico; psíqu ico; — porque porq ue implica realizar realizar un desgaste considerable de energías energías procurando procu rando cambiar la naturaleza naturaleza de los hechos; hechos; — porque los estados estad os emocionales que están están relacionados con el el dodo lor, la frustración, la indignación, la tristeza, etc., habitualmente no remiten con la simple modificación del pensamiento que los acompaña;
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— porque porq ue la mayoría mayoría de veces estos estados pierden su carga dañina cuando nos permitimos reconocerlos y experimentarlos; experimentarlos; — porque p orque pensar siempre en positivo positivo nos puede conducir a pensar que somos som os invulnerables invulnerables y que lo podemo pod emoss todo, tod o, cuando esto no es así. Existe una moda de pensamiento pensamiento positivo positivo muy extendida que imposibilita cualquier brote de humanidad. humanidad. «N « N ada ad a ni nadie merece merece una lálá grima nuestra. Lo que puede disgustarnos, mejor dejarlo. Ante la adversidad, resignación. La vida es así... Ante un desengaño amoroso, no hay ningún hombre que merezca la pena o ninguna mujer que sea de fiar. Ante una enfermedad grave, sufrirla sin muestra de debilidad se considera una gesta heroica.» Todo, menos mostrarnos vulnerables. En Un mundo feliz, Huxley pone en boca de uno de sus personajes la idea de que es muy propio pro pio del ser humano librarse de todo lo que es desagradable en lugar de aprender a soportarlo. A menudo tapamos estados emocionales desagradables o delicados con proyectos que, a pesar de que nos entusiasmen y nos ilusionen, no dejan de ser pastillas de soma con las que anestesiamos nuestro sentir real. En determinados determinado s momentos deberíamos deb eríamos reclamar reclamar,, como otro de los personajes de Huxley, el derecho a sentirnos desgraciados. Lo que pretendemos con esto no es defender defend er una visión visión pesimista de la existencia humana ni apostar aposta r por p or una postura po stura negativa negativa ante ante los acontecimientos de nuestra vida. vida. Todo T odo lo contrario. Lo L o que reivindicamos reivindicamos es el derecho a ser profundamente humanos, el derecho a experimentar en toda su amplitu amp litudd la maravilla de vivi vivir, r, que incluye tanto la sonrisa como com o el llanto y que en algunos momentos es increíblemente deliciosa, pero en otros puede pu ede llegar a ser inmensament inmensamentee amarga. amarga. Pero es precisamente en esta amargura donde podemos descubrir la fuerza transformadora y la capacidad pacid ad de superación superación que todos todo s tenemo tenemos. s. Existen pensamientos positivos negativos. El pensamiento positivo negativo es es aquel que sostiene que siempre lo podemos podem os enfocar todo to do en positivo, aquel que pretende adiestrarnos en una infinidad de técnicas y estrategias para mantenernos en una constancia de ánimo, para ser fuertes y entusiastas, para mostrarnos siempre alegres, alegres, encantadores y asertivos, porque no admite que no siempre podemos mantener una constancia de ánimo, que no siempre podemos ser fuertes y entusiastas, y que no siempre podemos mostrarnos alegres, encantadores y asertivos. El pensamiento positivo a ultranza no es recomendable, porque no es consistente. Ver a veces la botella medio med io vacía en lugar de verla verla siemsiem -
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pre medio llena puede ser bueno tanto para reconciliarnos reconciliarnos con nuestra nuestra debilidad y nuestras carencias como para motivarnos hacia la supera ción personal. El pensamiento positivo será realmente positivo cuando admita nuestra debilidad debil idad y empiece a partir de ell ella. a. Si no, no será posi po si tivo po porque rque será irreal. irreal.
Em o c i o n e s
y salud
La definición de salud firmada por la OMS dice así: «La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no la ausencia de malestar o enfermedad». Queda fuera de duda que existe una relación entre las emociones y la salud. La definición de salud que acabamos de leer así lo confirma. No obstante, la medicina no no siempre actúa como si así fuese. fuese. Cada Ca da vez vez más profesionales y centros sanitarios sanitarios empiezan a considerar con siderar a la perso na como un todo y a practicar una medicina integradora, pero pe ro los casos en los que se interviene de forma disgregada, dejando al margen la di mensión emocional del paciente y de la propia relación en sí, todavía son bastante habituales, y casi todos conocemos alguno. alguno. Si atendemos a lo que afirma Damasio, esta omisión se debe a Des cartes. «El error de Descartes es la separación abismal entre el cuerpo {res extensa) extensa) y la mente (re (ress cogitans)» cogitan s)» (Damasio, (Damasio, 1996/2001, pág. 230). Esta separación se origina en Platón, pero Damasio la atribuye a Des cartes, puesto que las opiniones de este último no han sido cuestionadas ni reexaminadas. reexaminadas. Este hecho ha provocado provocad o que sigan teniendo teniendo una gran gran influencia influencia y que «la «l a escisión cartesiana siga impregnando im pregnando tanto tanto la inves tigación tigación como como la la práctica médica» médic a» (Damasio, (Da masio, 1996/2001, pág. 231). 231). C o mo consecuencia de esta separación, no se tienen en cuenta los efectos psicológicos de las enfermedades del cuerpo, y mucho menos los efec tos sobre el cuerpo de los problemas de naturaleza emocional, a pesar de que unos y otros resulten a menudo más que palpables y evidentes.
¿H ay emociones ¿Hay emociones que nos enferman y emociones emociones con poder pode r preventivo o curativo? L a prudencia p rudencia se impone al iniciar iniciar este apartado. Sería muy muy fácil fácil res ponder que las denominadas emociones negativas nos enferman y que las positivas tienen tienen un un poder pod er preventivo o curativo. Si es cierto que pue-
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¿Cómo afectan la vivencia y la expresión emocional a la salud?
de haber alguna cosa en este sentido, y ahora lo veremos, nada puede ser afirmado con rotundidad. Tanto las emociones como los síntomas físicos pueden ser vistos co mo factores desequilibradores para la persona, pero aun así su función es equilibradora. Crecemos y aprendemos a través de un proceso en el que se alternan alternan desequilibrios desequ ilibrios y equilibrios. equilibrios. Si la persona person a se mantuviese mantuviese en un estado de neutralidad, no evolucionaría. Cuando algún estímulo interno o externo rompe el equilibrio, el desequilibrio que se produce en nosotros debería entenderse, tal como hemos anotado anteriormen te, no como una amenaza, sino como una oportunidad de construir un equilibrio mayor mayor.. Esta Es ta sería la postura postu ra realmente saludable ante ante las inci dencias de la vida. En este sentido resulta convenien conveniente te prestar atención atención a las emociones y a los síntomas corporales, como fuentes de información sobre noso tros mismos y sobre nuestras vidas que pueden pued en resultar muy válidas y adaptativas. Por P or ejemplo, si me levant levantoo durante muchos días seguidos triste y preocupado, mis emociones me advierten que algo no funciona en mí. Darme cuenta de ello puede conducirme a analizar el problema a fondo fond o y puede pued e permitirme reorganizar mi experiencia y mi vida. vida. Goleman menciona las «emociones tóxicas» (1996, pág. 253) y ex plica que «algunas «algu nas investigacio investigaciones nes demuestran demuestran que el estrés estrés y las emo emo ciones negativas debilitan la eficacia eficac ia de los diferentes tipos t ipos de células ininmunológicas». En este volumen se afirma que entre las dos variables existe una correlación, y esto significa que los estados emocionales ne gativos y la resistencia inmunológica baja mantienen una estrecha rela r ela ción. ción. No N o obstante, obstan te, no se han han podid po didoo establecer e stablecer vínculos vínculos causa-efecto, causa-efecto,
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por eso las emociones denominadas negativas pueden ser consideradas sólo como factores factore s de riesgo. Igualmente, Golem G oleman an se refiere a unas investigaciones, investigaciones, llevadas a cabo en la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford, sobre los efectos de la irritabilidad en pacientes afectados por una enfermedad cardíaca. En ellas se descubrió que con el enfado disminuía la eficacia del bombeo cardíaco y aumentaba el riesgo de infarto. De estos datos, Goleman deduce que «el enfado puede ser una de las enfermedades más dañinas para el corazón» (Goleman, 1996, pág. 255). Pero conviene hacer notar que se trata de pacientes pac ientes que ya sufrían sufrían del corazón c orazón y que lo que no se ha po podid dido o demostrar es que el enfado sea la la causa del mal. mal. Evidentemente, todos sabemos que la ira aumenta la tensión arterial y la frecuencia cardíac car díacaa y que, por p or lo tanto, a alguien que sufre sufr e del coracor azón no le le conviene conviene enfadarse enfadar se demasiado. dem asiado. En el cine cine hemos visto muchas veces cómo una persona afectada del corazón caía fulminada de un infarto cuando se enfadaba enfadab a o recibía una mala noticia noticia.. Igualmente, todos sabemos que las personas depresivas, pesimistas o que están pasando momentos personales emocionalmente bajos o delicados tienen, en caso de enfermedad, una predisposición más baja a colaborar colabo rar con el tratamiento tratamiento y, y, por lo tanto, disminuyen disminuyen sus pro p roba babilibilidades de curación. curación. Siguiendo el hilo de estas argumentaciones, podríamos llegar a responder afirmativamente a las dos preguntas que hemos formulado al principio del apartado. ¿Hay emociones que nos enferman? Sí. ¿Hay emociones con poder pod er preventivo o curativo? curativo? Sí. Sí. Pocas cosas pueden ser tan tan peligrosas como realizar realizar este este tipo de afirmaciones sin precisar y matizar lo que queremos decir. Al margen de otros efectos psicológicamente nada saludables saludab les (como por po r ejemplo ejemplo desde spertar sentimientos de culpa en las personas que están enfermas), podríamos incurrir fácilment fácilmentee en un lamentable lamentable despro des propósit pósito. o. Por si no no fuese fuese poco estar estar preocupado preocu pado por algo algo que muy muy a pesar mío me me preocupa, sólo me faltaría que encima tuviera que preocuparme por las consecuencias negativas para mi salud que pueden derivarse de mi mi preocu preo cupapación. Algunos pronunciarían en este momento la palabra mágica: prevención. Pero ya hemos anotado que una de las primeras prevenciones que todos necesitamos es que nos prevengan de que no todo se puede preve prevenir nir.. Po r muchas estrategias de regulación emocional que aprenda y domine, habrá momentos en los que qu e no sabré qué hacer con mi preo cupación o mi enfado, y la última cosa que necesito que me digan en estos momentos es que puedo pue do enfermar con más más facilidad.
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Para mi bienestar emocional lo más saludable saludab le es que me adviertan adviertan que en determinadas ocasiones el estímulo que reciba superará mi ca pacidad paci dad de respuesta, que la vida en un un momento u otro me planteará retos para los cuales no habré desarrollado todavía las habilidades de enfrentamiento pertinentes, pero que muy probablemente podré desa rrollar a partir de entonces. Muchas veces valoramos nuestras capaci dades en términos de «las tengo» o «no las tengo», y pasamos por alto las oportunidades que determinados retos nos ofrecen para movilizar y adquirir las que q ue no tenemos. El propio p ropio Goleman, Golem an, al finali finalizar zar su recorrido recorrido por las emociones tóxicas (¡qué nombre!), termina afirmando que la irritabilidad no es el úni co factor que aumenta el riesgo de muerte por enfermedad cardíaca y que el descubrimiento de que el enfado es perjudicial para el corazón no implica que intentemos eliminarlo cuando éste resulte apropiado, pues también existen pruebas de que su represión es igualmente noci va, ya que aumenta la agitación corporal y la tensión arterial. Vuelve a ser de sentido común que el enfado permanente no beneficia la salud. Una persona permanentemente enfadada no disfrutará del esta do de bienestar mental, mental, corporal y social que la la OM S define como salud. En este sentido hay diversas cosas que no podemos olvidar: — las aportaciones todavía provisionales de la psiconeuroinmunología, que apuntan a la interconexión entre los sistemas inmunitario, endocrino y nervioso y ratifican la relación de sentido común que parece pa rece haber h aber entre las emociones y la respuesta resp uesta ininmunitaria; — las investigaciones hechas con enfermos de cáncer, cáncer, que demuestran el beneficio que suponen las técnicas de relajación, la visualización creativa creativa,, la autosugestión, la autogeneración autogeneración de estados est ados de bienes tar, tar, etc., etc., para par a reducir los efectos e fectos nocivos de la quimioterapia, para p ara evitar la extensión del cáncer —aunque no lo cure— y para au mentar la calidad de vida de los enfermos durante el tratamiento; — la actitud ética que hay detrás de la postura que adoptamos. La manera en que abordamos nuestras emociones y nuestros sínto mas es, al fin y al cabo, una cuestión de valores. valores. Y los valores es es tán muy muy relacionados con nuestra postura postu ra vital vital y ésta con las ex e x periencias que hayamos tenido. tenido. Igual que nos sucede su cede con el el dolor emocional, nos puede pasa p asarr con el el síntoma síntoma.. Podem Po demos os aceptarlo ac eptarlo y analizar qué nos está diciendo de nosotros y también podemos interceptarlo y evitar evitarlo. lo. ¿Q ¿ Q ué es mejor y qué es peor? peor ? Depende Dep ende
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de cada persona, de su historia historia personal, de sus necesidades vitales y de sus expectativas. En definitiva, de sus valores. A pesar de ello, podemos concretar nuestra posición respecto a la relación entre las emociones y la salud en las siguientes afirmaciones: 1. Todas las l as emociones emoc iones se sienten sienten en el cuerpo. 2. Hay significados emocionales profundos que se convierten en síntomas. 3. Emociones Emo ciones y síntomas son fuentes de información información sobre uno mismo. Cumplen una función reguladora y adaptativa si se atienden de forma integrada. integrada. 4. La enfermedad es producto de un conjunto de factores —físicos, mentales, mentales, emocionales, ambientales, ambientales, biológicos, bio lógicos, espirituales, etc.— . Ninguno de éstos puede ignorarse ni ni considerarse de forma aislada. Ni todas sus cau sas son endógenas ni todas son exógenas. Las L as emociones pueden considerarse factores de riesgo o factores con un determinado poder terapéutico, pero no causas. 5. No debemos culparnos de nuestras emociones y enfermedades. 6. Las emociones se somatizan. Pero tan disfuncional puede ser su expresión descontrolada descontro lada como su inhibición inhibición sistemática. sistemática. 7. La postura saludable está relacionada con el enfrentamiento y la autorregulación.
En definitiva, una cuestión de valores
La manera de abordar abor dar nuestras emociones em ociones y nuestros síntomas es, al fin y al cabo, una cuestión de valores o de principios personales. Y los valores y principios están muy relacionados, como veremos, con las experiencias afectivas y emocionales que tenemos. Estos dependen, en gran medida, de nuestra confianza en nosotros mismos, en los demás y en la vida, vida, de nuestra capacida cap acidad d de tolerancia tolerancia a la frustración, frustración, de nuesn uestros proyectos vitales, etc. Así como ocurre con el dolor emocional, emocional, también sucede con el dodo lor como síntoma. Podemos aceptarlo y analizar qué nos indica de nosotros, y también podemos pode mos interceptarlo, eliminarlo, eliminarlo, evitarl evitarlo. o. ¿Q ¿Qué ué es mejor y qué es es peor? Depend Dep endee de cada persona. Depend Dep endee de su histor historia ia personal y de cómo ésta haya condicionado su manera de ser, sus necesidades fundamentales, sus metas y sus valores.
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La enfermedad de nuestros tiempos es la enfermedad psíquica; parece ser que ésta ést a está relacionada rela cionada con la manera en que vive la persona. Pero la enfermedad física también lo está. No se puede considerar al margen de las cuestiones emocionales. Una pastilla past illa y todo solucionado solucionado
Algunas personas pueden necesitar una ayuda farmacológica puntual. tual. Los L os antidepresivos son muy muy eficaces en pocos po cos casos, relativame relativamente nte eficaces en algunos y totalmente ineficaces en la mayoría (Muy especial, marzo/a ma rzo/abril bril de 2001, pág. 25). 25). Por P or otro lado, sus efectos secundarios no están determinados, mientras que cada vez hay más indicios firmes de que el hecho de superar una depresión uno mismo establece y refuerza en el el cerebro conexiones que antes no existían y que estimulan la sensación de bienestar. Debem De bemos os dirigirnos a la raíz raíz,, a la causa y no sólo al síntoma síntoma si desea des ea-mos soluciones reales y mínimamente estables. Los psicofármacos provocan efectos satisfactorios que podemos conseguir de otras maneras si educamos nuestras emociones; en cualquier caso, no pueden suplantar el crecimiento personal que debemos realizar cada uno de nosotros por nuestra cuenta. Pero, como hemos señalado seña lado en el el punto anterior anterior,, optar op tar por una u otra posibilidad es, al fin y al cabo, una cuestión de valores. No obstante, no podemos podem os acabar este este apartado sin sin recalcar recalcar o precisar que todo lo que acabamos de decir no debería quedarse en el plano individual. Nuestra apuesta por una relación lo más auténtica posible con el otro ha sido la que nos ha conducido a incluir estas reflexiones. Si sólo merece la pena, o considero c onsidero saludable, aquello que es fuente permanente de satisfacción, el egocentrismo me impedirá el acercamiento al otro y la oportunidad que representa todo conflicto se fundirá de golpe. Si una relación relación me exige un esfuerzo esfuerzo importante de madu ma du-rez y me causa algún quebradero de cabeza, si los deseos o necesidades del otro entran en en confrontación con los míos, si no todo va como la ses eda, entonces en tonces me diré que qu e la relación no no me conviene conviene y probabl pro bablem emente ente la dejaré, perdiendo también de este modo la oportunidad de aprender que puede pue de representar representar.. Hemos iniciado uno de los apartados con un par de preguntas, y queremos acabar con otra pregunta más: ¿Algún día, la ciencia investigará si sirve para algo sentirse bien pero solo y si es realmente posible sentirse bien estando solo?
CAPÍTULO
___________ 4 C u l ti t i v a u n e s ti t i lo l o a f e c ti tiv o p r o p i o
E m o c ió n a t e a t u ma n e r a
Desarrollar un estilo afectivo propio debería ser uno de los objetivos de la educación de las emociones. Se trata de articular de forma adecuada pensamiento y emoción emoción para pa ra potenciar poten ciar la sensibilidad y la creatividad personales. La educación muestra tendencias homogeneizadoras que afectan también a las emociones. Deberíam Debe ríamos os marcar los límites límites de la pista, pep ero no la pista, pautas generales, generales, pero no patrones, puntos pun tos de interés, interés, pero no caminos. El camino de las emociones se recorre caminando y cada uno tiene que hacer el suyo. El aprendizaje realmente significativo es aquel que se fundamenta en las emociones, que tiene una repercusión emocional en el sujeto en función de su singularidad y que se dirige a la plena expresión o comunicación de esta singularidad. El impacto emocional que un mismo suceso causa en dos sujetos diferentes ferentes no será nunca igual y, y, por tanto, tam poco lo serán las re spuesspu estas emocionales de uno y otro ni los estímulos concretos que los harán crecer y evolucionar, si bien las motivaciones de fondo seguramente no diferirán demasiado unas de otras porque al fin y al cabo lo que desea cada sujeto a partir del desarrollo y de la expresión de su singularidad
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es la aceptación incondicional por parte de los demás y su propia acomodación y satisfacción personales ante esta singularidad. Elaborar Elab orar modelos más o menos cerrados de inteligenc inteligencia ia emocional emocional que no dejen un espacio suficientemente amplio a las peculiaridades de cada individuo sería un error. Personas, como rosas, no hay dos iguales. Se trata de sembrar sem brar y abonar abo nar rosas, que tendrán sus pétalos pétalo s y sus espinas, pero rosas diferentes. Cada uno debe crear y cultivar su estilo afectivo propio. Esto se logra compartiendo, y se hace a su vez para compartir. La creatividad es aquella facultad de la intel inteligenc igencia ia que, conjugando emoción y pensamiento, se convierte en una herramienta de construcción ción personal encauzada a planificar planificar estilos estilos de vida fuera de los habituahabitu ales, y que pensamos que nos podrían aportar un mayor bienestar personal y colectivo. colectivo. Est E staa nos conduc c onducirá irá a escoger las formas de actuación y de relación relación que nos pueden ayudar a salir salir mejor mejor parados para dos de las situaciones que plantea la vida, tanto de aquellas sobre las que tenemos un cierto control y capacidad de influencia como de otras en las que no lo hay. Tanto desde la familia como desde la escuela, tenemos que proporcionar oportunida oportu nidades des para p ara que q ue los chicos y las chicas se pongan pong an en contacto con sus emociones y se las las puedan pued an apropia ap ropiarr y compartir. compartir. Nuestra N uestrass emociones deberían ser genuinas, genuinas, y no inducidas por p or los modelos mod elos ni por los patrones emocionales estereotipados y artificiosos que predominan en los grupos sociales de los que forman parte, algunos de los cuales describiremos en este capítulo. La educación debe facilitar todos estos aspectos; debe incorporarlos formalmente y también aprovecharlos cuando se presente la ocasión inesperadamente. LA AUTOESTIMA: AQUELLO QUE NOS LASTIMAN OTROS Y PRETENDEN QUE ARREGLEMOS SOLOS
Es imposible cultivar un estilo afectivo propio que se desmarque de las tendencias tendencias homogeneizador hom ogeneizadoras as y no quede absorbido absorb ido por el grupo y difuso en él sin cultivar paralelamente una sana autoestima. La autoestima no significa adularse ante el espejo ni rodearnos de personas que nos admiren y nos recuerden constantemente nuestras cualidades. Es sentirse digno y capaz. Digno de ser amado y feliz, y capaz de afrontar los retos que la vida nos presente. «La autoestima es la disposición a considerarse competente para hacer h acer frent frentee a los desafíos básicos bás icos de la vida y sentirse merecedor merec edor de la felicida felic idad» d» (Branden, 1995, 1995, pág. 46).
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Las raíces de la autoestima las encontramos en las emociones. La única manera de fomentarla es legitimando lo que q ue una persona person a siente y estimulando estimulan do a la vez vez su autonomía auton omía personal. persona l. Si le le decimos que hay cosas que no las puede sentir, se verá obligado a esconderlas, pero las conti nuará sintiendo y esto hará que no se sienta digno. Construirá un yo so cialmente aceptable, pero por dentro pensará: «Si supieseis lo que sien to...». Si censuramos lo que hace y le decimos continuamente lo que debe hacer, no podrá desarrollar su creatividad ni su autonomía y no se sentirá capaz. Las emociones reconocidas y aceptadas son la base de la autoesti ma. ma. Esta E sta exige como requisito previo previo un espacio donde podam p odam os vivi vivirr y sentir las propias emociones, e integrarlas, independientemente de cuáles sean. Está reñida con la negación o el rechazo de lo que senti mos. Uno no debe defenderse por tener las emociones que tiene ni de be sentirse culpable de tenerlas. En realidad, deberíamos sentirnos contentos de tenerlas por todo el potencial que hemos ido viendo que poseen. Contrariamente a lo que se acostumbra a creer, la autoestima no se fundamenta en la posesión y el reconocimiento de ciertas cualidades personales, sino que arraiga en la autenticidad de los sentimientos propios. Esta pios. Esta afirmación, realizada por Alice Miller en E l drama drama del niño niño dotado, dotado, ratifica lo que acabamos de decir en el párrafo anterior. La autoestima es el resultado de una buena bu ena competencia socio-emocional y afectiva, ya que la forma en que vivamos y manejemos nuestras emocio nes determina el concepto y la valoración de uno mismo, así como la cualidad de nuestras relaciones relaciones interpersonales interpersonales y nuestro grado de sa tisfacción tisfacción vital, vital, aspectos aspect os todos t odos ellos ellos interdependientes.
Arraigada en la autenticidad de los
AUTOESTIMA
senti sen ti m i entos ent os p r op i os , y no en la posesión
de determinadas cualidades
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Cultivar y afianzar la autoestima exige cultivar y afianzar previa mente nuestras capacidades emocionales y afectivas. La autoestima no crece al margen de nuestras emociones, sino que es un dividendo que resulta de descubrir y de aceptar quiénes somos, qué sentimos, qué ne cesitamos para sentirnos sentirnos bien y cuál puede pued e ser la manera más apropia ap ropiada da o efectiva efectiva de actuar para ir acercándonos a lo que nos puede hacer sen tir bien. No consiste tanto en en reconocer las propias prop ias cualidades como en alcanzar alcanzar la madurez emocional necesaria para saberlas poner p oner al servic servicio io del proyecto vital, personal y colectivo. Entendida Enten dida de esta manera, manera, la autoestima autoestima conduce al respeto por uno mismo, que es la la base del respeto por po r el otro. otro. El E l respeto respet o que me tengo a mí mismo y que tengo hacia los demás depende de mi autoestima. La dignidad dignid ad que me concedo co ncedo y que concedo a los demás es en el fondo una cuestión de autoestima, y ésta nace de una sólida, lenta y nada fácil vin culación entre emoción, sensación y pensamiento. Como Com o vemos, la autoestima afecta de lleno lleno nuestra relación relación con no no sotros mismos y con los demás. Pero hay una confusión bastante gene ralizada, y es la de creer que depende sólo de nosotros. Las emociones son aquello tan íntimo que hace ruido por dentro pero que normal mente silenciamos silenciamos por po r fuera, y la autoestima aquello arraigado arra igado en nues tro interior que nos ha venido de fuera. Pero tal y como nos la presen tan a veces, parece que sólo sea responsabilidad de uno mismo, y que cada uno nos lo tengamos que procurar y arreglar por nuestra cuenta. Además, a menudo nos remite a una idea de autosuficiencia que difi culta el intercambio intercamb io con el otro. Parece que se nos culpe de no tener suficiente autoestima. La han lastimado lastimad o otras personas con sus mensajes mensajes descalificadores d escalificadores o recrim recrimina ina-dores, y en cambio cam bio muchas veces pretenden que qu e nos las las apañemo ap añemoss solos. Por mucha fortaleza fortaleza que una persona tenga, tenga, la autoestima autoestima no puede pued e cul tivarse o repararse ella sola. El otro debe ayudarnos a consolidarla o a repararla, porque es el otro quien debe otorgar el reconocimiento que necesitamos para vivir y la oportunidad para descubrir nuestro valor personal. Esto no debe conducirnos a culpar al otro ni a responsabilizarlo de lo que debo responsabilizarme yo mismo. La llave está en acercarme humildemente a él siendo consciente co nsciente de dos do s cosas: cos as: que yo lo necesito y que él me necesita. Sólo a partir del reconocimiento de esta doble ne cesidad, podremos establecer las bases de una relación en la que los dos deberíamos comprometernos a darnos lo que necesitamos para sentirnos sentirnos bien. Esto exige un compromiso paralelo de cada uno consi con si
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go mismo para descubrir lo que necesita y lo que siente y qué querría sentir. Es la vivencia emocional auténtica vehiculada a través de la relación con el otro la que conduce a la autoestima y no al revés. No me puedo esperar a tener suficiente autoestima para relacionarme porque nunca la tendré si no me relaciono. La autoestima hay que abordarla paralela mente al desarrollo emocional, porque es simultáneamente un requisito y una resultante de una vida y unas relaciones dignas.
Se n t i r y
m a n i f e s t a r a f e c t o
Si tuviésemos que resumir en uno solo el objetivo de adquirir un es tilo tilo afectivo afectivo propio, prop io, podría p odríamos mos definirlo definirlo así: así: desarrollar la capacidad de sentir y manifestar afecto. Si afecto. Si tuviésemos que definir cuál es el proyecto vital vital más entusiasmador y más importante que pode p odemo moss emprender, di ríamos sin duda alguna que éste: comunicar y contagiar afecto. Esto afecto. Esto sólo podré pod ré hacerlo si valoro valoro y quiero quiero todo tod o lo que me rodea. La finalidad primordial del desarrollo emocional no es conocer lo que soy soy, lo que siento siento o lo lo que me pasa, ni cambiarlo, cambiarlo , ni control cont rolarl arlo... o... es compartirlo. Y compartimos para comunicar y contagiar afecto, para establecer y reforzar lazos de afecto a fecto con los demás dem ás y poder pod er colaborar c olaborar en proyectos comunes. Tenemos que ser capaces de amar la naturaleza, el entorno y todas las manifestaciones de vida que hay en el medio en el que estamos in mersos, pero es en el terreno de las relaciones interpersonales donde podremos compartir y comunicar plenamente estos sentimientos y en cauzarlos hacia la construcción de los vínculos afectivos en los que de berían sustentarse nuestros proyectos. Compartir es básicamente comunicar en el sentido más amplio del término. No sólo ideas, opiniones, experiencias. Básicamente emocio nes, nes, sentimientos, sentimientos, afecto. afecto. Y no sólo palabras. También silencios silencios.. Los L os si lencios comunican, pero para que comuniquen afecto los tenemos que llenar de emotividad, de complicidades que podemos ir creando, de sensaciones que podemo pod emoss ir ampliando y de de intuiciones intuiciones o presagios que a veces se pueden traducir en palabras y a veces no, o no resulta conve niente hacerlo. Afortunadamente, la manera de entender las relaciones interperso nales está empezando a cambiar cambiar.. Cada Ca da vez hay hay más demanda demand a de prog p rogra ra mas dirigidos al desarrollo de las habilidades socio-emocionales, y tér
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minos como escucha activa, asertividad, empatia están empezando a ser expresiones expresi ones sinónimas de comunicación efectiva. efectiva. Pero todavía nos que qu e da un largo camino para par a ir más allá del entrenamiento entrenamiento puramente puramen te conconductual en el que algunos de estos programas acostumbran a quedarse, y llegar a la comunicación verdaderamente afectiva, que es la más pro funda, la que más nos enriquece y nos satisface, y la que tiene tiene más prob pr oba a bilidades de ser realmente efectiva (Alegría, 2000, pág. 161). Comunicar es compartir lo que uno es y siente con el objetivo de sentirse bien y hacer sentir bien a nuestros interlocutores. La comuni cación es fuente de emociones y el acto de compartir es en sí mismo una emoción y a la vez una fuente de nuevas emociones. La comunicación que más nos interesa porque es la que favorece el desarrollo integral y el entendimiento entre las personas es la comuni cación de emociones, em ociones, de sentimientos sentimientos y de de afecto, así como la expresión ex presión verbal y no verbal de amor o de estima. Pero la educación, en lugar de dedicarse a formar personas que sean capaces de amar y de comprom com prome e terse con los demás, se ha dedicado a formar profesionales que sean apap tos para ocupar un lugar relevante, para obtener beneficios materiales, para conseguir un reconocimiento externo y para otros objetivos simi lares que potencian únicamente las dimensiones técnicas y prescinden de las humanas. Debem De bemos os aprender a sentir sentir y a decir te quiero con todas las las combi comb i naciones de palabras que se nos ocurran y que seamos capaces de in ventarnos, pero también debemos aprender a decirlo con la mirada, con las manos, con el gesto, con el tacto, con nuestro comportamiento y con nuestra actitud. Llegar a comunicar afecto con una combinación singular y creativa de palabras, de silencios y de acciones pide tiempo y espacio donde po der aprenderlo, y éste es un espacio que debe contemplar formalmente la educación. La
emoción está en el cuerpo
Si las emociones han sido confinadas al cuarto oscuro, qué decir de las sensaciones. La educación del cuerpo como vehículo de comunica ción y relación con los demás también ha sido tradicionalmente olvida olvid a da. Si tenemos en cuenta que todas «las emociones son sucesos físicos» (Segal, 1997, pág. 29) y que más del 90% de los mensajes emocionales que emitimos o recibimos son de naturaleza no verbal (Goleman (G oleman,, 1996, 1996,
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pág. 155), 155), desatend des atender er el potencial de acercamiento ac ercamiento a la naturaleza naturaleza y a los demás que posee la sensualidad (capacidad de gozar de los placeres de los sentidos) nos limita el desarrollo emocional. Algunos estudios estud ios de neurociencia están ratificando en la actualidad lo que Jam es y Lange Lan ge ya apuntaron apuntaron a finales del siglo XIX: que el cuerpo es fundamental para la experiencia emocional. William James escribía que «si experimentamos una emoción fuerte y después despu és intentamos intentamos abs a bs-traer de nuestra consciencia todos los sentimientos de sus síntomas corporales, encontraremos que detrás no no hemos dejado nada, ningún ningún “ma“m aterial mental” del que pueda constituirse la emoción, y que todo lo que queda es un estado frío y neutro de percepción intelectual» (citado por Damasio, 1996/2001, pág. 126). LeDoux manifiesta estar de acuerdo con William James en que es imposible imaginar las emociones independientemente del cuerpo (Le(L eDoux, Do ux, 1999, 1999, pág. 332) y afirma afirma que la la respuesta física o corporal «tiene muchas oportunidades oportun idades para influir influir en en el procesamiento de información información que realiza el cerebro y en la forma en que sentimos conscientemente» (1999, pág. 328). Damasio incide en la misma idea con su hipótesis del marcador somático (Damasio, 1996/2001, pág. 159). Esta hipótesis se refiere a la función fundamental de la información corporal en nuestras experiencias emocionales emocionales y en los procesos proc esos de toma de decisiones. Las La s sensaciosensacio nes corporales dan origen a la intuición intuición,, «un mecanismo misterioso m isterioso por el cual llegamos a la solución solución de un problema sin razonar razonar sobre él» é l» (Da(D amasio, 1996/2001, pág. 178) 178).. Los Lo s marcadores marcad ores somáticos no siempre siempre son son suficientes, necesitan a veces de un proceso subsiguiente de razonamiento, miento, pero son imprescindibles para que puedan pued an darse determinados comportamientos racionales en los ámbitos personal y social, y «aumenten probablemente la precisión y la eficiencia del proceso de decisión» (pág. 166). Igual que Pascal Pasca l dijo que «el «e l corazón tiene tiene razones que la razón razón desde sconoce», Damasio afirma que «el organismo tiene algunas razones que la razón debe utilizar» (Damasio, 1996/2001, pág. 189). «El cuerpo es el mensaje» (Davis, 2000, pág. 52). Lo que comunicamos mediante el cuerpo y percibimos a través de él tiene mucha fuerza y causa impactos emocionales profundos, a veces más que cualquier palabra. Según Lair Ribero, las palabras representan tan sólo un 7% de nuestra nuestra capacida capa cidad d de persuasión (Ribero, (Ribero, 1998, 1998, pág. 30). El resto de nuestro poder de persuasión se encuentra en los aspectos no verbales de la comunicación, en el lenguaje corporal y el tono de voz.
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No puede haber una afectividad bien consolidada sin comunica ción. En la comunicación hay dos elementos que ejercen una función determinante para reforzar los los vínculos afectivos entre entre las personas: persona s: las emociones y el contacto directo. Sin comunicar y compartir nuestras emociones no se puede produ p roducir cir una verdadera verdad era conexión con el el otro. otro. Y sin contacto corporal corp oral directo se pierden algunos de los elementos clave clave de la comunicación. La empatia (la sintonía con las emociones del otro) sólo es real cuan do somos capaces de traducir lo que nos están diciendo en sensaciones que percibimos con nuestro cuerpo y que sentimos en él. Por el simple hecho de ser capac c apaces es de d e realizar una escucha activa de lo que nos dicen no se establece automáticamente una corriente de afecto con el otro. Y por el mero hecho de ser capaces de comprenderlo, de respetarlo y de responde respo nderr asertivamente, asertivamente, tampoco. tam poco. Entender Enten der y validar por po r la vía vía cognicognitiva tiva los pensamientos y los sentimientos del otro no desencadena desencade na por po r sí solo la empatia. Escucha activa y asertividad no dejan de ser dos capa cidades que se pueden aprender por entrenamiento conductual y que pueden pued en queda qu edarse rse fácilmente fácilmente en en actitudes o formulismos verbales. verbales. La L a es e s cucha activa está llena llena de d e habilidad habil idad cognitiva cognitiva y la asertividad no deja de ser una una especie de pacto de no agresió agresión. n. Hasta H asta que no aparece la la empa em pa tia, no empiezan a circular el afecto y la complicidad. La empatia es una capacidad socio-emocional con una dimensión biológico-c bioló gico-corpo orporal ral y una dimensión ética (en el el capítulo siguiente siguiente lo ve remos más detenidamente). Podríamos decir que la empatia es la capa cidad de escuchar con el cuerpo y con el corazón además de con los oídos. Soy capaz de crear lazos de afecto auténticos con el otro cuando soy capaz también de sentir en en mi mi cuerpo cuerp o lo que el otro me está dicien dicien do porque antes he podido sentir a fondo mis emociones en mí mismo. H aber ab er experimentado experim entado en el el propio cuerpo la riqueza de matices matices que hay en una una emoción me acerca al otro. Mi base biológic b iológicaa me permite re produ pro ducir cir las emociones del otro en mi mi cuerpo. Esto E sto me hace sentir sentir igual a él y me conduce a su legitimación. En realidad disponemos de tres sistemas de información que se co rresponden con tres formas de funcionamiento del cerebro humano: dos sistemas de tipo vivencial, basados en las emociones y las sensacio nes corporales, y un tercer sistema de tipo conceptual, basado en las cogniciones cogniciones.. La L a integración integración de estos tres tres sistemas acabará prop p roporc orcio io nando una conducta cond ucta adaptativa adaptativ a y, y, por lo tanto, saludable salud able a niv nivel el físico y psíquico.
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Mí r a m e,
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pe r o t ó c a m e
El contacto físico es una fuente de emociones y de placer a la vez que una necesidad nec esidad humana básica b ásica y universal universal.. A partir de la sensación sensación táctil empezamos a tomar conciencia de nuestra existencia y podemos llegar a sentirnos realmente aceptados e importantes para los demás. El yo psíquico se forma y se equilibra a partir del yo físico, y mediante la interacción de los dos se alcanza la autoconciencia. caricias, s, el médico francés En un libro titulado L as caricia francés Gérar Gé rard d Leleu rea liza un exhaustivo recorrido por la geografía sensual del cuerpo con la finalidad de dejar bien claro que el amor se aprende a través de la piel porque, como dice Paul Valéry, «la piel es lo más profundo que hay en el hombre». Leleu afirma que «el tacto no constituye una mera sensa ción ción física, física, sino que supone sup one a un tiempo emoción y comunicación» comun icación» (Le (Le leu, 1997, pág. 27). También explica que acciones aparentemente tan normales y coti dianas dianas como com o puede pu ede ser un baño prolon pr olongado gado de agua caliente, caliente, recibir un masaje, tomar el sol, cuidar animales domésticos, asistir a consultas mé dicas con regularidad, etc., pueden pued en ser a veces veces paliativos con los que tra tamos de suplir la privación de caricias táctiles. La interconexión entre éstas y el bienestar emocional es estrecha. Tanto es así, que la falta de contacto corporal produce un malestar y una ansiedad inconsciente que a menudo se somatiza a partir de alteraciones cutáneas o de contracturas musculares frecuentes. La importancia impo rtancia del contacto corporal corpor al tiene tiene un fundamento biológi bioló gi co. El tacto es el más extenso y el más rico en receptores (1.300.000 en total) de nuestros órganos sensoriales. Necesitamos caricias táctiles a lo largo de toda la vida, y aunque la forma concreta que adopten éstas puede ir variando en función de los cambios que se va vaya yan n produciendo produ ciendo a lo largo largo de nuestro proceso proc eso de cre cimiento personal, el contacto físico con otras personas siempre es in dispensable para una existencia físicamente físicamente y psíquicamente sana. sana. Investigaciones realizadas con animales y con personas perso nas han validado y ratificado esta necesidad de caricias táctiles. Entre las primeras, con viene recordar las que llevó a cabo Harlow con monos, que demostra ron que los monos que crecen sin contacto físico agradable manifesta ban conductas perturbadas y antisociales. Entre las segundas, merecen especial atención los estudios que realizó Spitz en orfelinatos y casas de acogida, y que lo conducían a concluir que, cuando un niño no recibe una dosis mínima de caricias o de afecto, presenta una serie de retrasos
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psíquicos y físicos que le podrían provocar una depresión crónica e in cluso la muerte. Spitz se dio cuenta de un fenómeno muy curioso; ob servó que los niños niños que dormían más lejos lejos de la puerta eran los que nor nor malmente morían, y relacionó este hecho con el menor contacto físico y sensorial, sensorial, y la menor atención que recibían de los cuidadores cu idadores,, ya que és é s tos tenían por costumbre costumbr e mirar desde el otro extremo de la sala. sala. El contacto corpo c orporal ral es necesario para la salud física y mental. mental. Reci bir caricias de todo tipo —no sólo físicas— es fundamental para sentir nos bien y para ser capaces capac es de hacer sentir sentir bien a los demás. Pero P ero nadie puede dar lo que no ha recibido nunca. Sólo si somos acariciados en el sentido amplio am plio del término seremos capaces ca paces de acariciar y de mantener mantener una relación satisfactoria con nosotros nosot ros mismos y con los demás. El tacto tiene la ventaja de que difícilmente da lugar a dobles men sajes. sajes. Esto E sto sucede más a menudo cuando se mezcla la expresión verbal. verbal. Cuando surge una contradicción entre lo que se dice verbalmente y lo que se expresa exp resa de manera no no verbal a través través del tacto, tacto, la postura corp co rpo o ral, el gesto, la mirada, la expresión facial, el tono de voz, etc., normal mente prevalece el mensaje que nos llega por p or los canales no verbales. verbales. En todas las relaciones que gozan de un nivel profundo de afectivi dad da d o que aspiran a tenerlo tenerlo es muy gratificante gratificante acariciarse por po r el simple placer de hacerlo. En las relaciones de pareja es necesario hacerlo sin que en un un principio haya en este este acto una finalidad de tipo sexual. El objetivo de este tipo de caricias que podríamos denominar no sexuales sería el de concentrarnos en las sensaciones que vamos experimentan do, y que no sólo contribuyen contribuyen a aumentar la sensibilidad en las diferen difere n tes partes del cuerpo, sino que también van creando entre los dos miem bros de la pareja un flujo invisible y silencioso de energía que ayuda a mejorar la comunicación, la com plicidad y la compenetración compen etración mutua. El cuerpo es una fuente inmensa de emociones, pero es un tabú igual o mayor que éstas. Nuestra cultura occidental nos ha privado no sólo de las emociones, sino también de la sensualidad. El deseo de go zar de los sentidos permanece quizá tanto o más oculto que la concien cia emocional. En nuestra sociedad impera un culto al cuerpo que no ha tenido nunca una dimensión emocional em ocional y afectiva afectiva integradora integrad ora para pa ra la persona. Más bien ha sido un culto degradante para p ara el ser humano, una tiranía homogeneizadora, una fuente constante de desasosiego, de autorrechazo y de odio hacia uno mismo por no tener un cuerpo que se ajuste a los cánones del mercado merc ado estético estétic o (Rivière (Rivière,, 1998, 1998, págs. 52-53). El El cuerpo no ha sido un canal para expresar nuestras emociones, sino un instrumento al servicio de la moda, de la alta costura y de la cosmética,
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así como un objeto de la cirugía y últimamente de las manipulaciones genéticas. La consigna respecto al cuerpo es no tocar. Mírame pero no me to sería la la frase que mejor quedaría en este este caso. caso. L a proximid pro ximidad ad físi ques sería ca y/o emocional demasiado grande del otro nos incomoda, y casi todos nosotros nos protegemos pro tegemos de un modo mod o u otro contra ella. ella. Que Qu e el cuerpo deje de ser tabú y se convierta en en vehículo de relación es importante p a ra el equilibrio emocional. Fernando Savater dice que «no sólo es que “tenemos” un cuerpo, como suele decirse (casi con resignación), sino que somos somo s un cuerpo, cuerp o, sin cuya cuya satisfacción y bienestar bien estar no hay buena buen a vi da que valga» (Ética para Amador, A mador, 1991-1999, pág. 149). La educación se ha preocupado por llenar las cabezas de conoci mientos y se ha olvidado de formar personas capaces de compartir sus emociones y de utilizar el lenguaje corporal para expresar afecto y cari ño. Nuestro cuerpo está lleno de posibilidades intactas y de sensaciones inexploradas. No N o somos somo s sólo mentes mentes pensantes. Somos Som os seres emociona emocion a les y somos cuerpos, pero no sabemos demasiado bien qué hacer con nuestras emociones ni con nuestros cuerpos, porque ni una cosa ni la otra han sido educadas. La educación debe plantearse formalmente el desarrollo integrado de los dos aspectos con una finalidad relacional y afectiva, y reparar este déficit histórico. El contacto corporal es un indicador de afectividad. Existe un re frán que dice: «el roce hace el cariño». A través del contacto corporal podemos sentirnos amados y aprender a querer. El contacto humano cálido y agradable produce satisfacción y nos embellece por dentro y por fuera.
E m o c i o n e s in d u c id a s e
im p r o p ia s
Como no nos han dejado vivir las emociones propias, las únicas emociones que muchos de nosotros experimentamos no son propias o genuinas nuestras, sino que nos han sido inducidas o incluso impuestas por los grupos de referencia a los que pertenecemos. Son emociones que nos vienen vienen pautadas pauta das del exterior y que muchas veces son simulacros o sucedáneos que, no obstante, podemos llegar a confundir con las nuestras. Algunas de estas emociones son de naturaleza casi tribal y de rivan en pautas de comportamiento muy primitivas. Cuanto menos sólidas y menos consolidadas estén nuestra identidad y nuestra autoestima, más fácil es que adoptemos artificialmente emo-
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done do ness marcadas m arcadas por p or el grupo o por po r el el territ territorio orio geográfico, social o cultural al que pertenecemos. Emociones Emociones y fútbol fútbo l
El fútbol es una especie de paraíso emocional. Un gol de tu equipo te permite tirarte a los brazos del que tienes a tu lado con total impunidad, cosa que se puede pued e hacer en en muy muy pocos poc os contextos. Hay quien no da un salto de alegría por nada n ada del mundo y brinca sin parar en el fútbol. fútbol. Hay quien no abraza a un ser querido ni aun después de pasar mucho tiempo sin verle y, en cambio, sí que abraza al que se sienta a su lado cuando su equipo equip o marca un gol, gol, lo conozca o no (quizá le conoce mejor mejor incluso que a la familia). familia). Hay Ha y quien normalmente normalmente no no es capaz capa z de d e matar a una mosca y puede pued e llegar a matar por el resultado de su equipo. ¿Por ¿P or qué q ué en otros lugares no, y en el el fútbol sí? Porq P orque ue en el el fútbol son muchos a la vez vez.. Ahí la rabia es lícita lícita porque es compartida comp artida por po r muchos, como lo es la tristeza en el cine por el mismo motivo. El problema es que no son las emociones que realmente tenemos, sino el reflejo de otras emoem ociones que experimentamos pero que no nos permitimos expresar fuera de estos contextos. Mis iras iras o mis lágrimas lágrimas de verdad tengo que tragármelas o pasarlas solo, o sacarlas en el campo de fútbol o en el cine (o en un parque parq ue temático, temático, o haciendo puenting) disfrazadas de algo diferente. En los gritos, los insultos y los silbidos que recibe un árbitro al que no conocemos de nada puede pu ede estar la rabia rabia que hemos hemos ido acumulando contra la la pareja, los hijos, hijos, el superior en el el traba tra bajo jo..., ..., o contra nosotros mismos. Desde el punto de vista de la higiene emocional, la cuestión no es tanto que se viertan sobre el árbitro —los árbitros saben a qué se exponen y no hay hay demasiado demas iado riesgo mientras el barullo no desem des emboq boque ue en una agresión dañina contra ellos— como el hecho de no saber realmente qué gritamos gritamos ni contra contra quién. quién. La L a cuestión cuestión es que acabamos acabam os pensando pen sando que nuestro problema proble ma es el árbitro y que sentimos esas emociones conco ncretas por su culpa. L a enfermedad emocional no es es el fútbol, fútbol, sino que el fútbol sea la la única emoción o el único pretexto para emocionarnos, el factor que ded etermina termina nuestros estados esta dos de ánimo y, y, lo peor de todo, t odo, la excusa ex cusa perfecperf ecta para eludir la propia pro pia responsabilida respon sabilidadd en nuestras emociones. emociones. L a degradació de gradación n a la que puede conducirnos el fútbol queda qu eda clara en en los casos en los que se llega a matar por unos colores. L a prensa pren sa recoge muy a menudo noticias sobre la muerte de aficionados como resultado
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de peleas entre bandos rivales. La mayoría puede pensar que las perso nas que cometen estos actos se han dejado llevar por una emoción in tensa. En una primera lectura, esta interpretación es adecuada, pero quedarnos en ella significaría quedarnos en el síntoma, cuando lo que de verdad nos interesa interesa es la causa. causa. El fanatismo deportivo no deja de ser un indicio más de la enfermedad emocional generalizada que sufre nuestra sociedad. Igual que qu e la droga, es una más entre tantas tantas adicciones sustitutivas o paliativas de la falta de emociones propias, que alcanzan su grado máximo m áximo de desviación cuando cuan do degeneran en violenci violencia. a. Lo que puede haber detrás de este dejarse llevar llev ar por po r una emoción emoción intensa es tensa es una falta alarmante de emociones personalmente vividas, como consecuencia de un modelo socio-cultural que ha optado por aneste siarlas. En un artículo artículo titulado «Recerca «Rec erca de identitat identitat i violencia violencia ais estadis» (Revista del CoMegi, Tribus urbanes, invierno urbanes, invierno de 2000, pág. 24), Nuria Puig se refie refiere re a la tesis tesis que sostienen sostienen Norb N orbert ert Elias y Eric Er ic Dunning Dun ning en su libro Quest fo r excitemen excitementt [A la búsqueda búsq ueda de la excitación]. Esta te te sis defiende que «el deporte dep orte es una actividad excitante en en una sociedad no excitante». Según la autora, las las transformaciones socio-políticas so cio-políticas que ha experimentado nuestra sociedad han exigido un autocontrol emo cional cional cada vez vez más estricto. estricto. Esto Es to ha conduc co nducido ido a una falta falta de esponta espon ta neidad y de de expresividad expresiv idad emocional, y ha conformado conform ado una sociedad so ciedad no excitante excitante donde don de proliferan lo que Marina denomina denom ina simulacros de emociones, ciones, es decir, actividades adictivas productoras de emociones artifi ciales, que tienen un alto potencial destructivo.
Enraizados sí, sí, pero pero ¿cómo ¿c ómo?? Con los nacionalismos hemos topado fortuitamente. No lo había mos previsto. Y las reflexiones que este tema nos ha suscitado han he cho que nos cuestionemos si tal vez vez nosotros no estaremos haciendo de las emociones nuestra bandera particular, y que si es así, tenemos que ir con cuidado de no enarbolarla contra nadie que no la reconozca como suya. Cuando hablamos de emociones estamos reivindicando el dere cho a dar nuestra opinión, la que a nosotros, desde la óptica de la edu cación, nos parece la mejor manera para el crecimiento saludable y a su vez dignificante de los individuos y de las sociedades. Pero ante todo, hemos tenido que tomar conciencia de que la ma nera de hacer, de pensar y de vivir de cada uno es fruto de su historia
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personal, y aunque tal vez estaría bien que todo individuo asumiese el grado de responsabilidad responsab ilidad que le toca, deberíamos hacer lo posible para que nadie se sienta sienta culpable culpab le de lo que es. es. No N o desearíamo d esearíamoss descalificar desca lificar a los que q ue no quieren hablar de sus emociones, em ociones, al igual que no querríamos que nos descalificasen descalificasen a nosotros por p or hablar de ella ellas. s. Pero por p or otro lala do, queremos defender aquello en lo que creemos, asumiendo a la vez vez el riesgo de tener que rectificar más tarde o más temprano, y siendo muy conscientes de que otras personas pueden defender lo contrario contrario que nosotros. Al fin fin y al cabo, unos y otros buscam bu scamos os emociones, e mociones, y quizá nuesnue stra manera particular de generarlas sea suscitando un debate profundo en torno a ellas. Enraizarse en la tierra y sentirla como propia es necesario. El territorio y la cultura afectan a mi manera de sentir, y es bueno dejarme impregnar pregn ar por las emociones emocio nes que pueden pue den derivarse de la vinculación vinculación al lulu gar de nacimiento y al grupo grup o de origen. Estas Est as contribuirán a desarrollar mi sentido de pertenencia, pertenencia, que q ue es una una de las necesidades necesidad es humanas bás b ásiicas. Pero P ero que sean el territorio y el grupo gru po de origen el motor moto r y el motivo último de mis mis emociones y de mis actos ya ya plantea más problem prob lemas, as, po p o rque entonces la identidad personal se diluye en la colectiva y se puede acabar perdiendo. El grupo debería fomentar la autoestima y la seguridad del individuo para que a partir de ahí fuese posible apoyarnos los unos en los otros y potenciarnos individual y colectivamente. Pero a veces, en lugar de extraer del grupo la seguridad que otorga el reconocimiento y el afecto, se extrae la pérdida de la identidad personal y la seguridad para menospreciar e incluso para destruir al que no es del grupo. El problema no es que el grupo ayude a desarrollar el sentimiento de pertenencia y de identidad, sino que éste sea la única identidad que tenemos, y que el sentimiento de pertenencia desemboque en un sentimiento de identificación contra (Marina, 1995, pág. 63), que supedita la felicidad felicid ad personal persona l a los éxitos colectivos y despierta despie rta la hostilidad hostilida d contra los demás grupos. Esto imposibilita la paz entre los individuos y entre los pueblos, y la convivencia armónica entre las naciones. Siguiendo Siguien do la idea de M. Castells, tenemos que pensar globalmente globalm ente y actuar localmente. localmente. Esto Est o significa que debemos implicarnos en los coleccolec tivos propios, pero teniendo en cuenta la existencia de otros colectivos diversos. La globalización, el pensamiento único, las «dictaduras» de diversa índole..., sólo se pueden contrarrestar con el arraigo al grupo cercano, que es el que continúa elaborando proyectos a partir de tradiciones y de inquietudes no mitificadas o fanáticas, y permite a su vez la la
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supervivencia de la singularidad dentro de una universalización hasta cierto punto necesaria, pero amenazante en la medida en que el individuo puede quedar diluido en ella. La comunidad me configura, pero si esta comunidad se acaba diferenciando en una soberanía política y deriva hacia un enfrentamiento humano contra otra comunidad también soberana, puede suceder que lo que haya haya detrás sea un un grupo gru po de individuos con una autoestima mermada y unas emociones desvirtuadas. En este caso, la identidad iden tidad que yo yo no tengo me la da el grupo, el valor del que carezco lo obtengo a través del grupo del cual formo parte, y las emociones que yo no poseo me las proporciona proporc iona el grupo, pero p ero al precio de perder o anular mi singularidad y de enfrentarme con otros grupos. g rupos. Estos son los nacionalismos que a nosotros nos parecen indicativos de una mala vivenc vivencia ia emocional: emocional: los que fomentan actitudes actitud es bélicas hah acia otros colectivos y ahogan la singularidad del individuo. Por este motivo tivo pensamos que qu e estar desarraigado desarraig ado puede pu ede ser terribl terrible. e. Pero un arraigo del tipo que acabamos ac abamos de describir es terriblemente terriblemente peligroso. peligroso.
Te acompaño en el sentimiento ¿En ¿E n qué sentimiento sentimiento?? , sería sería necesario preguntarse pregun tarse a vece veces. s. El comportamiento que acostumbramos acostum bramos a tener tener en los entierros entierros merece un análisis análisis aparte en este este apartado aparta do dedicado dedi cado a las emociones induindu cidas o impropias. Tenemos Tenemos que distinguir entre el comportamiento que normalmente manifiestan los directamente afectados y el de los que van a hacer acto de presencia. presencia. A menudo, la actitud de estos segundos segundo s carece de profun prof un-didad emocional y guarda poca sintonía con el estado anímico de los primeros. Pero también bastante bastant e a menudo la actitud de los más afectados deja traslucir una falta falta de capacida cap acidad d considerable con siderable para conectar con con la realidad emocional que están viviendo. Por alguna extraña regla de tres, tres, se considera que la virtud o la m adurez de los familiares del difunto/a es directamente proporcional a la serenidad que manifiestan, y que ésta tiene más mérito cuanto mayor es la tragedia. tragedia. Que Qu e estén serenos, y más cuando cua ndo se trata de una muerte trágica, acostumbra a ser motivo de admiración. Quizás estaremos sanos emocionalmente el día que seamos capaces de decir: «Ha sido entrañable ver cómo lloraban». Y sanos o no, en vida es necesario que nos quieran y nos demuestren que nos quieren, y en
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la muerte lo debe ser que lloren un poco por nosotros. Evidentemente, lo más indispensab indisp ensable le es lo lo primero, pero p ero que alguno se tome tome la molestia de dedicarte unas lágrimas sentidas el día que abandonas abandona s este mundo es una muestra de afecto y de madurez emocional por parte de quien llora. No es necesario que hagan un drama ni que lloren cuarenta días y cuarenta noches seguidas, pero unas lágrimas lágrimas sentidas valen valen más que las las mejores flores o la mejor elegía. Ojalá no se cumpliese lo que escribía Quevedo, que «sólo «só lo para ti, ti, si mueres, mueres, mueres». Morir para ti solo debe ser muy triste, y una manera de evitarlo pueden ser las lágrimas de los que te han querido. Durante Dur ante los entierros, entierros, a los familiares familiares se les les acostum a costumbra bra a decir que «se «s e les acompañ ac ompañaa en el el sentimiento», pero éste es un un sentimiento sentimiento que todo el mundo da por supuesto, pero que muy pocos expresan o manifiestan realmente. E incluso cuando se ve claramente que está pugnando por p or manifestarse, man ifestarse, casi nadie se atreve a darle vía libre. Si alguien hace la prueb pru ebaa de d e ir a un un entierro e invitar invitar a los familiares del difunto difu nto a llorar, llorar, verá verá qué pa p a sa ... Puede P uede ser que los los afectados agradezcan que finalmenfinalmente haya alguien que los acompañe realmente en el sentimiento ayudándoles a liberar las lágrimas, pero tiene bastantes probabilidades de que lo miren mal y le acaben considerando una persona non grata por despertar emociones improcedentes. N o queremos decir con con esto que estas lágrimas lágrimas que a veces nos cuescu esta tanto que salgan tengan que ser necesariamente públicas y notorias en todos los casos. Lo que queremos decir es que no tendría que pasar nada si lo fuesen, que tenemos todo el derecho a emitirlas: los que se quedan, a derramarlas, y el que se va, a que se las dediquen. Y si no en público, sí al menos en privado. De otro modo, o bien reprimimos la tristeza o bien debe ser que no existe tal sentimiento. Ante cuestiones cuestiones como éstas nos debemos preguntar dónde dó nde está nuestra humanidad. ¿En qué situaciones podremos podremo s permitirnos la trist tristeza, eza, si no nos la permitimos cuando perdemos a un ser querido? Ni las creencias en otra vida pueden servir para excusar esta falta de humanidad. Aunque pensemos que nos reencontraremos, hemos perdido un con junto ju nto de sens se nsac acion iones es reales rea les y tan t angi gibl bles es que ya no podr po drem emos os volver volv er a compartir, al menos ya no de la misma manera. Quizá no nos percatamos de que lo perdemos porque tal vez tampoco hemos sido capaces de darnos cuenta de que lo teníamos, de valorarlo, de quererlo, y en en estos casos todavía es peor. peor. Se pondría po ndría de manifiesto que hemos perd p erdido ido la capacid cap acidad ad de sentir sentir y de expresar expre sar la belleza del contacto humano y el duelo que su pérdida nos produce.
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C o n d u c t a s v io l e n t a s
Detrás de las conductas violentas siempre hay un componente de naturaleza emocional.
Origen de la
violencia
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N e c e s i d a d d es es v ir ir t u ad ad a y d es e s es es pe pe ra ra da da de amor
Componente
emocional
La mayoría de las veces una actitud violenta es un grito que desea decir «¡amadme!» y una agresión física es una necesidad de contacto corporal con el otro. La conducta violenta es una manera de expresar determinadas emociones y necesidades necesidad es que no sabemos transmitir transmitir de de otro modo. Si sabemos estimular la creación de un estilo afectivo propio, que tenga en cuenta las necesidades esenciales y las características singulares de cada ca da persona, perso na, no nos hará falta pedir ped ir a gritos ni a golpes golpe s lo que podem os pedir pe dir de una manera explícita, sana y respetuosa. La conducta violenta violenta no siempre se dirige contra el mundo exterior o contra otra persona, sino que puede pue de inhibirse y volverse contra el el propro pio sujeto. Esto acostumbra a pasar cuando una persona sufre intensos sentimientos de culpa o cuando teme provocar la agresión del otro. También es importante precisar que los daños de una agresión pueden ser tanto físicos como psicológicos. Cuando hablamos de agresividad o violencia, tenemos tendencia a pensar exclusivamente en la violencia física, y la violencia psicológica puede ser tanto o más nociva que la primera. Lo que sucede es que pasa más desapercibida que esta última. «Un «U n asesinato psíquico psíqu ico es un crimen crimen perfecto: no hay rastro, no hay hay sansan gre y no hay cadáver. cadáver. El E l muerto está vivo y todo tod o es norm n ormal» al» (Hirigoyen, 1999, págs. 44,103). Detrás del origen de la conducta violenta podemos encontrar siempre un componente emocional. La violencia es una necesidad desesperada y desvirtuada de amor. Los índices cada vez más elevados de violencia tanto en los centros educativos como en la sociedad soc iedad en general son son uno de los motivos principales de preocupación entre los padres, el profesorado y también entre el resto de la población. La impotencia y la indefensión que la ma-
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yoría de nosotros sentimos ante determinados sucesos que parecen escapar capa r a nuestro control genera alarma social, social, y ésta no es buena, porque po rque puede atraparnos en una espiral creciente de pánico que lastima nuestra capacid cap acidad ad de enfrentamiento enfrentamiento sereno y responsable responsa ble ante ante el problema. Cuando el miedo y la impotencia nos empañan los ojos, incurrimos con bastante facilidad en una caza de brujas que difícilmente nos conducirá a buen puerto. puerto . En lugar lug ar de mirar hacia hacia el interior interior de uno mismo y preguntarnos preguntarno s qué podem pod emos os hacer y/o dejar de hacer para aportar aunau nque sea un diminuto grano de arena, la tónica habitual acostumbra a ser la de busca b uscarr culpables externos, y en en este sentido la televi televisión sión,, los videovid eo juego ju egos, s, Internet, Inte rnet, el sistema, siste ma, los polít po lítico icos, s, los padr pa dres es e inclu in cluso so la prop pr opia ia escuela acostumbran a llevarse la palma, cuando resulta que sólo son reflejos que vuelven, o consecuencias de una carencia emocional profunda. A menudo hablamos hablam os de una insufrible insufrible e incluso irremediable juventud o socieda soc iedadd violenta violenta como si fuesen fuesen una cosa completamente aislada de nosotros. Es más que evidente que «la violencia como fenómeno colectivo que se arraiga en nuestra juventud es una acusación manifiesta contra un modelo de sociedad» (Roca, 2000). Pero ¿quién conforma este modelo de sociedad? Queramos admitirlo o no, la conformamos todos, aunque sólo sea con una mirada denigradora o menospreciadora hacia otra persona. Y ¿cómo es este modelo de sociedad? Pues deshumanizada y deshumanizante, que no nos permite ser como realmente somos, ni sentir lo que realmente sentimos, que no nos permite admitir que somos seres profundamente necesitados de reconocimiento y de afecto. La necesidad de reconocimiento amoroso —lo hemos dicho unas cuantas veces a lo largo de esta obra y todavía lo diremos unas cuantas más— es la más importante para el individuo. individuo. Tanto es así que el sujeto sujeto que no lo reciba vivirá esta carencia como una agresión a su dignidad, pudiendo recurrir a conductas violentas para conseguirlo. Que lo reprendan prenda n o lo castiguen por p or este motivo motivo no tendrá ninguna importancia, al lado del reconocimiento que obtendrá. Aunque sea negativo o dañino, habrá conseguido que los demás reparen en su existencia, y esto siempre será se rá mejor que la indiferencia. indiferencia. Si obtiene este refuerzo, la conducta agresiva tenderá a fijarse, y aún más si el sujeto ha acumulado un índice elevado de frustración al no tener la oportunidad de sentirse válido en algo ni ni digno de ser amado. am ado. Seguidamente veremos cómo la agresividad tiene unas causas de origen marcadamente marcad amente emocional. emocional.
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E l componente componente emocional de la agresividad
Una nueva nueva teoría explicativa de la agresividad, que se debe de be sumar sum ar a las teorías clásicas que la han intentado explicar (innatista, frustraciónagresión, aprendizaje apren dizaje social soc ial y naturalista), naturalista) , sería la teoría teoría emocional, que situaría el el origen origen de la agresividad en la falta de emociones emocione s que hagan h agan de nuestra vida una aventura atractiva y dignificante. La falta de emocio nes, nes, o lo que es lo mismo, la incapacid inca pacidad ad de otorgar una orientación orientación vi tal constructiva o positiva a las mismas, parece ser determinante para el origen de la agresividad. Como decíamos al principio, al hablar de emociones a menudo olvi olvi damos que la necesidad emocional esencial del individuo es la de sen tirse querido, sean cuales sean sus emociones. Si no podemos vivir sin emociones, tampoco podemo pod emoss hacerlo sin amo amor. r. Sin perder de vista esta necesidad psicológica básica, el componen te emocional de la agresividad entroncaría con la teoría innatista rela cionada con la ira, ira, la emoción que se encuentra por debajo de bajo de la agresi vidad. Es una de las emociones básicas que tiene por objetivo proteger nuestra integridad ante posibles agresiones externas, y una de las peo res agresiones externas que podemos recibir es precisamente la indife rencia, el menosprecio o la falta de reconocimiento y afecto. Entroncaría también con la teoría de la frustración-agresión. Si le planteamos al sujeto retos que se encuentran muy por encima de sus capacidades y que impiden que se sienta competente, estaremos sem brando en él las las semillas de una frustración frustración que puede pued e desem d esembocar bocar en agresió agresión. n. La L a frustración que debemos tratar tratar de erradicar desde el pun pu n to de vista de la higiene emocional no es la que se deriva de las renun cias o «sinsabores» que inevitablemente nos presentará la vida. Es la que se origina como consecuencia de anular la singularidad del indivi duo, de ignorar o coartar su vivencia emocional, de confundir a la per sona con su comportamiento o sus resultados, y de impedirle expe riencias óptimas o de flujo (Csikszentmihalyi, 1997, págs. 152-133). Son este tipo de frustraciones frustrac iones las que imposibilitan, en último último término, término, que el sujeto se considere a sí mismo digno de ser querido y de una existencia feliz. El componente emocional de la agresividad entroncaría igualment igualmentee con la teoría del aprendizaje social. Si cuando el sujeto manifiesta con ductas agresivas obtiene una atención y un reconocimiento —aunque sea de tipo negativo negativo o perjudicial perjudicial para él— él— que no consigue cuando m a nifiesta conductas socialmente adaptadas, tenderá a fijar dichas con
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ductas agresivas, ya que son las que le proporcionan la atención y la consideración que no obtiene de otra manera. manera. Llegado Lleg adoss a este este punto, es importante importante mencionar mencionar que diversos estu dios en psicología social apuntan que la relación entre televisión y vio lencia no es tan tan directa como com o pensamos. pensam os. En algunas investigaciones investigaciones (B (Ber er-kowitz, kowitz, Leyens en Bélgica y otros en Canadá, Canad á, etc.) se ha demostra dem ostrado do que la visión de modelos violentos incrementa la agresividad sólo en sujetos que ya tienen tienen una predisposi predis posición ción a la la violencia violencia,, ya sea por po r genética o por po r un índice alto de frustración. Este es un dato perfectamente compatible con la relevancia del componente emocional al que hacemos referencia. Finalmente, el componente compone nte emocional entroncaría con la teoría na turalista que indica que la herencia herencia o la genética genética predisponen, predispon en, pero lo que determina en último término la conducta agresiva es el grado de frustración emocional que vamos acumulando a lo largo de nuestra ex periencia vital, vital, en función de la manera en que el aprendizaje potencia p otencia o impide la vivencia emocional y la orientación positiva y constructiva que de ella se puede derivar. De lo que acabamos acabam os de exponer se desprende desprend e que la agresividad agresividad es la la resultante de una suma de factores con un marcado trasfondo emocional y que, incluso en el caso de que la consideremos desde uno solo de los paradigmas teóricos clásicos, el componente emocional no deja en nin gún momento de estar implícito en la génesis de las respuestas respuest as agresivas. Estrateg Est rategias ias de intervenció intervención n para prevenir la violenci violenciaa
Educ Ed ucar ar emocionalmente es la la mejor manera de prevenir prevenir que la la agre sividad natural que hay en todo ser humano degenere en violencia. Si nos planteamos como objetivo primordial dar a cada individuo el reco nocimiento y el afecto que necesita para par a crecer y madurar, la educación emocional puede pu ede favorecer la vivenc vivencia ia de emociones que hagan de la vi da una aventura apasionante.
CULTIVA UN ESTILO AFECTIVO PROPIO
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La regulación de la agresividad exige la adquisición de habilidades socio-emocionales. socio-emocionales. Estas Esta s habilidades habilida des son una una serie serie de conductas verba verb a les y no verbales que requieren de un entrenamiento formal y se enca minan hacia el desarrollo de la competencia social o capacidad de rela cionarnos cionarnos adecuadamente. En la práctica es lo mismo: conducta socialmente hábil que asertividad (Caballo, 1993). La asertividad es la capacidad de expresar lo que uno piensa, siente, necesita, desea o cree sin dejar de respetar aquello que piensan, sienten, necesitan, desean o creen los demás. Supone, por lo tanto, saber actuar en momentos significativos sin caer en la pasivi dad ni en la agresividad. Pero para mantener la agresividad bajo control hace falta fuerza, más que una serie de técnicas de regulación emocional y de habilidades sociales. Necesitamos también, como veremos, un horizonte de sentido personal y colectivo de naturaleza ética. Entendemos la ética como un proceso proce so de construcción personal que conduce de una moral heter heteróno óno-ma sumisamente sumisamente acatada a una una moral autónoma responsablemente asu a su mida, que trasciende las evidencias subjetivas y apunta hacia valores universales o intersubjetivos, y que, por encima de todo, se fundamenta en el reconocimiento del otro como yo digno de afecto y de respeto.
In t e l i g e n c i a
e m o c i o n a l : una f o r m a d e vida y no un perfil
La inteligencia inteligencia emocional no es un perfil que tengamos teng amos que cumplir, cumplir, sino una forma de vida que debemos adoptar. El punto de mira no lo debemos poner en la llegada, sino en el proceso. En este sentido, los modelos mod elos no nos sirven porque por que ponen el acento acento en unas características fi nales homogéneas que no contemplan la creación del estilo propio al que hemos estado aludiendo a lo largo de este capítulo. capítulo. Por otro lado, los perfiles acostumbran acostum bran a incluir incluir una cantidad de di di mensiones tan óptima y tan amplia que resultan irreales e irrealizables. Si atendemos a algunos de los que definen las características de la per sona emocionalmente inteligente, deberíamos concluir que nosotros no damos la talla. Somos partidarios de un estilo afectivo propio precisa mente para huir de las tendencias homogeneizadoras de los perfiles, y porque éstos, además de no contemplar la singularidad de cada indivi duo, a menudo desmoralizan y resultan agobiantes. Al definir las características de una persona emocionalmente inteli gente podemos caer sin darnos cuenta en la trampa de pensar que hay
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sólo una, es decir, que hay un momento en el que se consigue y el proceso finaliza, cuando resulta que no sólo no finaliza, sino que vuelve a empezar de forma continua, y más cuanto más ilusionada y creativamente seamos capaces de vivir. Por eso pensamos que puede pued e ser más úti útill apuntar algunas algunas de las actitudes que favorecen un desarrollo emocional sano y que son propias pro pias de una persona en crecimiento, que un modelo. Lo que querríamos ofrecer son unas pautas o sugerencias a partir de las cuales cada uno pueda pued a sentirse sentirse lo suficient suficientemente emente entusiasmado entusiasmado como para p ara desarrollar un estilo estilo propio, pro pio, singular y creativo creativo.. Un desarrollo emocional em ocional estimulante y vivifican vivificante te pasa pa sa por que cada uno llegue a inventar inventar y a hacer suyas yas las consignas con las las que se encuentre encuentre más a gusto y pueda pued a salirse salirse de la mejor manera posible de todo aquello que le sucede.
CAPÍTULO
5 C onvive en arm onía
H a c i a u n h o r iz o n t e é t ic o
Con todo tod o lo que hemos dicho hasta ahora, queda qu eda claro que tenemos tenemos emociones y que debemos debem os aprender a expresarlas, a regularlas regularlas y a integrarlas. grarlas. Pero en último último término, término, ¿por ¿po r qué debemos debem os hacerlo? Para vivir vivir mejor podría ser una buena respuesta. Pero P ero la cuestión no es tan sencilla como parece. ¿Qué significa vivir mejor? ¿Significa vivir de acuerdo conmigo mismo y en armonía con el otro? Y ¿qué significa armonía con el otro? ¿Es sinónimo de vivir sin conflictos? ¿Significa adquirir las habilidades necesarias para pasar de largo? ¿O bien saberlos aprovechar y aprender de ellos? Y si fuese esto último, ¿cuáles son las contrapartidas? Vivir en armonía con uno mismo y con el entorno no significa ausencia de conflicto conflictos. s. Es más, para pod er alcanzar un determinado equiequ ilibrio es necesario reconocer que la diversidad de puntos de vista en un momento u otro puede generar conflictos que deberán ser abordados. Pero es relativamente fácil que, a pesar de admitir la necesidad de sacar los problemas problem as a la la luz y de poner los medios m edios para pa ra resolverlos resolverlos de manera que todos los implicados podam p odam os obtener algún provecho, provecho, no estemos dispuestos dispue stos a pagar el precio emocional que esto puede pu ede repres representa entar. r.
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El deseo tan comprensible como lícito de alcanzar el bienestar nos puede conducir fácilmente al egocentrismo y al hedonismo, a centrar nos exclusivamente en lo que garantiza nuestra nuestra estabilidad estabilid ad y a despre des preo o cuparnos de lo que podem os hacer para contribuir a la del otro, otro, sobre todo si esto último implica correr algún riesgo, realizar algún esfuerzo, pasar algún mal momento o hacer alguna renuncia. «El deseo de que rerlo rerlo tener tener tod to d o ... nos roba el tiempo tiempo que necesitamos necesitamos para las relacio nes nes emocionales significativa significativass que constituye constituyen n la verdadera felicid f elicidad» ad» (Greenspan, 1997, pág. 356). D ado que queda claro claro que el aprendizaj aprendizajee produce prod uce modifi m odificaciones caciones en el el cerebro, la educación de las emociones debe partir p artir de unas pautas innatas y desarrollar desarro llar nuevas actitudes de enfrentamiento que favorezcan unas relaciones interpersonales cualitativame cualitativamente nte mejores. Esto Es to significa significa partir de unos fundamentos biológicos para llegar a unas aspiraciones éticas. Dicho Dich o con otras palab p alabras, ras, ir de de la biología biologí a a la ética ética significa significa ejer citar y consolidar las vías emocionales emocionales del cerebro que pueden pued en contri buir a procurarnos procura rnos una convivencia convivencia más personal y humana. humana. La importancia de vincular con lazos muy estrechos el desarrollo emocional al desarrollo ético o moral es uno de los aspectos relevantes de esta segunda mitad del libro. La ética nos permitirá salvaguardar la propia dignidad y la del otro cuando las vivencias emocionales nos so brepasen, hecho que sucede más a menudo de lo que querríamos sin que a veces sepamos sepam os hacer gran cosa c osa para par a evitarlo. evitarlo. Es la ética la que me lleva lleva en último término término a regular las emociones em ociones y la que hace que pueda pue da seguir aceptándo acept ándome me a mí mí mismo y al al otro incluso incluso cuando cuan do las emociones nos dificulten alcanzar la sintonía y la armonía. Con unos principios o valores éticos como marco de referencia referencia que apunta más allá allá de las emo em o ciones, nos será posible pos ible integrarlas teniendo teniendo en cuenta lo que tanto no n o sotros mismos como los demás necesitamos para sentirnos bien. «Los principios son como faros. Son leyes naturales que no se pueden que brantar, verdades profundas, fundamentales y permanentes de aplica ción universal, que actúan como directrices para la conducta humana» (Covey, 1997, págs. 44-45). La empatia o capacidad de sintonizar con las emociones de los de más es, en último término, una cuestión de principios, un concepto de naturaleza no estrictamente estrictamente emocional, sino también ética. ética. Sólo enten dida desde esta doble vertiente, la empatia nos permite la comprensión e identificación con la situación del otro. Lo que el otro siente, no lo censuro, no lo juzgo juzgo ni lo condeno conden o porque por que quizá yo yo mismo puedo pued o haber sentido una cosa co sa parecid par ecidaa alguna vez vez.. Lo L o que el otro me hace, hace, y que en
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determinadas ocasiones no contribuye precisamente precisamente a proporcionarme proporcion arme una existencia existencia más feliz, feliz, no debo de bo presup p resuponer oner que qu e me lo hace porque es esencialmen esencialmente te perverso, sino que puede pu ede ser que lo haga porque porq ue no es una persona perfecta ni terminada, como tampoco lo soy yo ni lo son los demás y no siempre es capaz de regular convenientemen convenientemente te sus emocioem ociones, al igual que me pasa a mí y a los demás. NOS TOCA CONVIVIR
H e aquí una una frase frase que todos hemos pronunciado muchas veces veces.. ¡Y de muchas formas! D esde esd e el convencimi convencimiento ento,, pensando pen sando que lo tenemos tenemos que hacer. Como una demanda, cuando creemos que los demás no hacen el esfuerzo que haría falta. Para superar la resistencia que sentimos ante ciertas situaciones o personas. Todos podemos añadir los diversos estados emocionales que han acompañado a esta frase, desde la alegría de quien se encuentra a gusto y desea más, hasta el que lo hace desde el rechazo, rechazo, acercándose acercán dose a la frase del filósofo, «el infierno infierno son los demás d emás». ». Incluso es probable que el repertorio de cada uno de nosotros sea muy extenso, como lo son las situaciones que vivimos a lo largo de la vida. La presencia de los demás dem ás en nuestra vida es constante. Aparte de la antigua afirmación afirmación que dice que la persona pers ona es un ser social, lo podemos podem os constatar en gran medida a cada segundo. N os tratamos con personas queridas, conocidas (o no tanto), quizá desconocidas, vivimos vinculados a grupos más o menos estables, más amplios o más restringidos, como la familia, la escuela, el lugar lug ar de trabajo, los amigos, amigo s, agrupa ag rupaciones ciones de todo tipo basadas en la coincidencia o en la proximidad de intereses o de expectativas, etc. «.. .El otro se nos ha hecho a todos realidad ineludible y todos hemos adquirido adq uirido viva conciencia conciencia de ello» ello » (Laín Entralgo, 1961, pág. 339). La educación es una actividad que se realiza a través del conocimiento y el intercambio. El educador actúa en el marco de la convivencia, a través de la relación con el alumno y con el grupo de alumnos, en contacto con los otros profesores en los equipos de centro, de ciclo, de curso y con educadores educad ores diversos, en contacto con los padres padre s y con con toda la comunidad comunida d educativa. La inmediatez con la que en la era de la tecnología tenemos acceso a la información información nos aporta datos de situaciones vividas vividas lejos lejos de nosotros que nos dan una sensación de vida global, en la que a menudo se diluye nuestra propia pro pia vida. Esto E sto nos lleva a vivir vivir más hacia afuera que q ue dirigirnos
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hacia nuestro interior y centrarnos en la la forma de afrontar nuestra realidad y la de los demás. Tanto es así que necesitamos necesitamos no quedarnos qued arnos nunca solos con nosotros mismos. Nuestra sociedad (¿quién?) lo ha entendido tan bien, y a los poderes establecidos establecid os les va va tan tan bien, bien, que, aparte de los medios de comunicacomu nicación ya más habituales, nos facilita que podamos conectarnos y hablar continuamente continuamente con quien sea desde d esde donde sea, sea, en cualquier momento y con la intención, intención, seria o banal, que queramos. Y es que convivir, como sabemos, no es nada fácil, aunque es una realidad cotidiana omnipresente, de tal forma que no podemos, ni queremos, dejar de hacerlo. Acostumbramos a decir que estamos condenados a convivir, cuando en realidad deberíamos decir que tenemos la inmensa alegría de convivir. Si no fuese porque a pesar de todo nos esforzamos por hacerlo, y en muchos casos con bastante éxito, quizá nos atreveríamos atreveríamos a decir dec ir que mayoritariamente mayoritariamente coexistimos, como en el el autoauto bús, o que habitualmente nos peleamos, como parece parec e hacernos creer el el alud de noticias que nos llegan y que tienden a condicionar este tipo de comportamientos compo rtamientos y formas de convivenci convivenciaa indeseables, al limitarse a reflejarlos sin mostrarnos ningún otro modelo alternativo. En los años sesenta, en la obra La multitud Da vid Riesman multitud solitaria solitaria, David apuntaba apun taba la aparición y el desarrollo de un nuevo tipo de persona: la dirigida por los otros. otros. Y finalizaba finalizaba sus reflexi reflexiones ones anotando: anotando: « L a idea de que los hombres nacen libres e iguales es a la vez cierta y equívoca: los hombres nacen diferentes; pierden su libertad social y su autonomía individual en el intento de hacerse iguales unos a otros» (Riesman, 1964, pág. 298). Nacemos libres e iguales con relación al respeto que nos merecemos y a los derechos que tenemos. tenemos. La L a renuncia renuncia a nuestra nuestra singularidad nos lleva a la pérdida de lo mejor de nosotros mismos y a las disfunciones emocionales, en lugar de a la satisfacción y a la eficacia. La convivencia, la relación, debe establecerse desde nuestra singularidad y la de los demás, singularidad s ingularidad que debe d ebe verse verse incrementada por po r el con conviv vivir, ir, que, por po r otro lado, nos permite compartir c ompartir lo que somos y a partir de aquí caminar juntos hacia el entendimi entendimiento. ento. N i d e p e n d i e n t e s NI INDEPENDIENTES: i n t e r d e p e n d i e n t e s El desarrollo emocional es un proceso que tiene su sentido último en el acto de compartir. El encuentro entre un tú y un yo íntegros que parten de unos principios (que deberían ser previamente pactados o
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consensuados) deciden interactuar en busca de un nosotros cada vez más fecundo y gratifi gratificante, cante, y que persisten en esta búsqued búsq uedaa a pesar pe sar de las dificultades con las que inevitablement inevitablementee toparán, es el punto de parpa rtida y de llegada de la educación de las emociones. Sin la llave que representa el otro sería imposible construir nuestra identidad. identidad. Las emociones llegan a ser realmente emocionantes cuando las podemos compartir con los demás. Es más, si bien hay emociones que tendremos que experimentar solos y que sólo encontrarán espacio en nuestros silencios, hay hay otras que no alcanzarán su máxima máx ima expresión expresió n si no las las compartimos. Encontrarnos a nosotros mismos a partir de nuestras emociones puede conducirnos a momentos, quizá difíciles pero en el fondo agradecidos, agradec idos, de identificación identificación y de reconciliación reconciliación con lo que sos omos. Pero debemos ser conscientes de lo que somos no sólo para poderlo integrar, sino también para poderlo compartir. El camino que deberemos construir y recorrer es el que va de la dependencia a la independencia, y de ésta a la interdependencia. No podemos hacernos un mundo emocional dependiente de los demás, en el que nuestras emociones estén dirigidas por las acciones y las actitudes de ellos, ni tampoco un mundo emocional al margen de los otros, en el cual nuestras emociones no se dejen afectar por las acciones y las actitudes de los que nos rodean. Tenemos que ser autónomos, pero no independientes. Debemos buscar la libertad, pero no la que me conduce a romper con el otro, sino la que me libera de las coacciones internas que me impiden mostrarme como realmente realmente soy y compartir. compartir. Interde In terde-pendencia implica corresponsabilidad y compromiso. Significa que somos responsables respo nsables de nuestras emociones y también de las de los demás. Interdependencia significa asumir la necesidad «de» y la vinculación ción «con «c on»» el otro desde desd e mi autonomía personal. Significa encontrar el el punto de intersección personal entre la independencia que necesito y la necesidad que tengo tengo de los los demás. No N o podemos po demos poner toda la responsabilidad de nuestras nuestras emociones en los otros ni podem po demos os eludir tampo tam po-co nuestra nuestra responsabilida respon sabilidadd en las las emociones de las personas pe rsonas con las que convivimos. ¿Se h a n p e r d i d o l o s v a l o r e s ?
Entre las frases que podrían entrar en un ránking de los 40 principales sobre los males de nuestra sociedad, el número número 1 se lo podría pod ría llevar sin demasiada competencia la siguiente: Se han perdido los valores.
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Muchas Much as veces es una manera de tirar tirar pelotas fuera y de querer quere r explicar expli car-lo todo tod o y no resolver nada. Loss valores son el norte de las emociones, Lo emociones, y por lo tanto del comp co mporortamiento humano. Son un marco de referencia indispensable individual y colectivamente. La motivación, lo que nos impulsa a actuar, es el efecto del descubrimiento de un valor. Si los chicos y las chicas no están demasiado motivados, es preciso que nos preguntemos qué valores enseñamos ñam os o transmitimos, transm itimos, y si estos valores valo res generan entusiasmo entusiasm o y estimulan la búsqued búsq uedaa personal pe rsonal y la construcción de relaciones relaciones gratificantes gratificantes o no. Nuestra Nu estra actuación, nuestro estilo emocional y nuestra manera de relacionarnos con los demás funcionan como valores modelo que q ue muchas veces transmitimos inadvertidamente a nuestros alumnos o a nuestros hijos. Por este motivo conviene que nos planteemos qué valores deseamos transmitir y verifiquemos al mismo tiempo qué valores estamos transmitiendo transmitiendo con nuestra conducta para comprobar com probar si realmente realmente estamos comunicando lo que pretendemos, y no al contrario, o si transmitimos algo que no tiene nada que q ue ver ver.. Si se han perdid per didoo los valores es porque porqu e nosotros también también los hemos perdido o porque po rque hemos perdido la capaci cap acidad dad de ser ejemplo o modelo de aquellos valores que lamentamos haber perdido. D e hecho, hecho, los valores valores no no se han han perdido. L o que ha pasad pa sadoo es que algunos se han transformado, han cambiado. Y no sólo porque porqu e las instituinstituciones que tradicionalmente los han difundido (iglesia, familia, escuela) están transformándose. Actualmente, nuestros valores se encuentran desdibuja desd ibujados dos por po r una etapa necesaria de constructivismo constructivismo ético en en la la que la indefinici indefinición ón sobre so bre los valores que consideramos fundamentales ha hecho que la sociedad de consumo haya aprovechado la oportunidad para imponer los suyos. Pero esta etapa de ruptura, de desconcierto y de individualismo en la la que estamos inmersos en estos momentos debería ser una etapa transitoria para llegar a una nueva moral consensuada, en la que tengamos teng amos en cuenta la voz propia prop ia y la del otro Los valores son el horizonte que da sentido a lo que hacemos con nuestras emociones y que puede encaminarlas hacia el compartir. Una persona expresará abiertamente lo que siente si tiene como valor la integridad, pero procurará no hacer daño al otro y se hará cargo de las emociones de los demás si tiene tiene como valor valor la la respon resp onsab sabilida ilidad... d... Educa Ed ucarr en valores valores éticos es necesario, necesario, porque por que la educación implica siempre una educación en valores. valores. Victoria Victoria Camps Cam ps afirma que la educ ed ucaación no puede pue de ser nunca neutra con respecto a los valor valores. es. Efectivamen E fectivamen-te, no hace falta un análisis demasiado riguroso para darnos cuenta de
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que los valores están implícitos ya no sólo en el comportamiento y las actitudes del educador o la educadora, sino también en la selección de objetivos y contenidos, en la metodología de enseñanza-aprendizaje y en la dinámica misma de interrelación educativa. Por este motivo, de bemos bemo s cuestionarnos qué valores transmitimos, y revisar revisar nuestra nuestra cohe co he rencia personal y sintonía interna respecto a estos valores que inevita blemente, y a menudo inadvertidamente, transmitimos. Los valores constituyen el norte ya no sólo de la educación, sino de la propia existencia humana. humana. Lo L o que debemos deb emos pretender, en en último último tér mino, es abrir vías de comunicación, reflexión y diálogo, que permitan llegar a un determinado consenso sobre aquellos valores que podrían proporcionarnos proporc ionarnos al conjunto conjunto de la humanidad una forma de vida más digna y feliz feliz.. Desd D esdee esta perspectiva, la educación ética podría pod ría conside con side rarse la educación de d e las educaciones. El
proceso de construcción ética
La mayoría de de autores coinciden co inciden en definir definir la moral como un con con junto jun to de cost co stum umbr bres es y de norm no rmas as qu quee nos no s han sido si do impu im pues esta tass p o r las l as instituciones socializadoras sin contar con nosotros y que nosotros hemos asumido sin cuestionarlas. Y en cuanto a la ética, la definen co mo la reflexión personal sobre la moral, el proceso individual por el cual el el sujeto cuestiona y pone a prueba pru eba la moral que le ha sido trans tra ns mitida. Por Po r eso, dice Marina, es necesario un proceso de reconstrucción ética E sto significa que el proceso proc eso de construcción ética debe ser de la moral. Esto un proceso de d e apropiación aprop iación de la moral que nos ha sido impuesta. Este proceso debe encauzarse hacia la adquisición de una serie de valores que integren emoción y razón y faciliten una existencia más dig di g na y feliz y una convivencia más armónica y constructiva. Utilizaremos de d e Marina y Covey Covey únicamente la nomenclatura y esta est a bleceremos un paralelismo entre ellos para explicar cómo pensamos que debería desarrollarse este proceso proces o que qu e va de una moral heterónoma heterónoma a una una moral moral solidaria. solidaria. Lo L o que nos interesa destacar por encima de todo es que la plena asunción de los valores éticos es gozar de una vivencia integradora de las emociones. En Etica para náufragos, Marina alude al constructivismo ético y de fine la ética como un punto de tránsito entre una moral heterónoma ini cial y lo que él denomina d enomina morales de segunda generación. generación.
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Proceso de construcción ética
(^EstikP^) Dependencia
Moral
Paradig ma del del tú
i
>< Ética
independencia
.......... ...........
Paradig ma del yo i
M orales orales de segunda generación
Interdependencia Paradig ma del del
nosotros
L a moral está conformada po r todos aquellos principios que nos han venido venido de fuera y que hemos acatado acatad o y asimilado asimilado sin cuestionarcuestio narlos, a la trágala , como dice Marina. Es un momento que se corresponde con el que Covey (Covey, 1997, pág. 61) denomina paradigma del tú. tú. Este es el paradigma de la dependencia. Adoptamos al pie de la letra los valores que nos han transmitido la familia, la iglesia y la eses cuela, que han sido las instituciones instituciones tradicionalmente tradicionalmente encargadas enc argadas de esta misión y que en el momento actual están siendo sustituidas por los medios m edios de comunicación, comu nicación, la tecnología y la economía. El E l estilo ético que adoptamos en esta fase es un estilo centrípeto: lo que aprendemos va de fuera hacia hacia adentro. Hay personas person as que se quedan en eses ta etapa. Pero puede p uede llegar un momento momento —y es más probable proba ble que suceda suced a en las sociedades sociedad es abiertas que en las cerradas— en el el que este modelo imim puesto pue sto por p or la moral entre entre en en crisis. crisis. La L a persona p ersona se da cuenta de que qu e estos principios no le sirven o no convergen con su sentir íntimo, y entonces se cuestiona cuestion a el porq po rqué ué de este acatamiento. En E n este momento se entra ya ya en el el terreno terreno de la ética, y la respuesta respue sta —dice — dice Marina— puede p uede ser tremendamente mendam ente inmoral. inmoral. La educación debería favorecer y potenciar este momento, que se corresponde corresp onde con el el que Covey denomina paradigma del yo yo.. Es el paradigma de la independencia, cuando se rompe con la moral heterónoma y se empieza a construir la moral autónoma. Cada C ada uno se hace su propia pro pia moral y a veces es fácil caer en el otro extremo, extrem o, en la subjetividad pura o el egocentrismo.
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Para que el individuo no se quede estancado en este estadio, la clave está en las emociones. Debem De bemos os dejar que dirija dirija la mirada hacia su inte inte rior rior y se ponga en contacto con su sentir porque porq ue así descubrirá descubri rá la nece sidad que tiene de comunicar y compartir sus sentimientos con el otro. Sólo de esta manera podrá descubrirse después a sí mismo en el otro y conectar con él. Por lo tanto, es un momento no sólo para la reflexión personal, sino sobre so bre todo to do para la vivencia vivencia y experimentación emocional de estos valores valores o principios. Para adoptar adop tar desde d esde la razón el el principio principio de honestidad, conviene conviene sentir sentir la necesidad de ser honestos o de ser ín tegros; para adoptar el principio de solidaridad o de responsabilidad, debemos sentir sentir la necesidad de ser solidarios o de ser ser respon resp onsab sables les... ... El estilo ético que adoptamos es un estilo centrífugo: lo que aprendemos va de dentro hacia afuera, si bien es precisa p recisa la vivenci vivenciaa externa que p re re para para p ara la interdependencia. interdependencia. Como educadores, ya sea sea desde nuestra nuestra condición condición de padres, pad res, pro pr o fesores o adultos en general, debemos haber pasado por este mo mento de confluencia entre emociones y valores para poder guiar después a nuestros jóvenes hacia él. Si nosotros somos capaces de identificar identificar y regular oportunamente nuestras emociones, em ociones, seremos ca paces también de respetar lo que cada persona siente en este mo mento de «ruptura» y reorientarlo adecuadamente hacia un nuevo paso o momento madurativo: lo que Marina denomina morales de segunda generación. L as morales de segunda segunda generación generación se corresponden con lo que Covey define como el paradigma interdepe ndencia, ia, y el el paradigm a del de l nosotros o de la interdependenc estilo ético es un feedback bidireccional: lo que aprendemos es el resul
tado de la integración integración entre entre lo que extraemos ex traemos de dentro y lo que nos lle ga de fuera. Los principios que las conforman nos los hemos apropiado a partir de las las emociones. Los Lo s hemos hecho nuestros porque porq ue los sentimos como convenientes y sentimos fuertemente la necesidad de cumplirlos. Han sido libre y responsablemente asumidos, y son fruto tanto de la refle xión personal como del diálogo que establecemos con los demás a par tir de la vivencia emocional. Se abando ab andona na el individualismo individualismo y el subjetivismo subjetivismo propio pro pioss de la etapa anterior anterior y se buscan evidencias evidencias superiores su periores a las propias, prop ias, intersubjetiv intersubjetivas as o universales. Los valores sentidos pasan a ser además valores pensados, compartidos y consensuados. Lo que sentimos como óptimo y necesa rio, y racionalmente coherente, se contrasta a partir de la interacción con los demás.
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Éstos son los valores que nos humanizan y nos conducen hacia una convivencia más armónica porque en ellos se produce una simbiosis real entre emoción y razón, y un consenso social creciente. Una parte considerable de nuestra sociedad se mueve actualmente en el paradig par adigma ma de d e la independencia, independ encia, es decir decir,, en el segundo segun do de los m o mentos que hemos descrito. d escrito. Es evidente evidente que las instituciones instituciones que tradi trad i cionalmente han sido difusoras de los valores valores morales han entrado en crisis por el cuestionamiento cada vez más generalizado no sólo de la moral que transmitían, sino sobre todo del dogmatismo con el que lo hacían. hacían. Pero P ero la ruptura ruptur a con los valores tradicionales no garantiza por po r sí misma el inicio de un proceso de constructivismo ético. Nuestro mode lo socio-político y cultural propicia que antes de acceder a la moral au tónoma caigamos en una nueva nueva dependencia, adopta ad optando ndo los valores que de manera sutil pero insistente nos imponen la moda, la publicidad, la tecnología y los medios me dios de comunicación. A menudo oímos que se han perdido los valores, pero esto no es exactamente así. Lo que deberíamos decir es que los valores tradiciona les han sido sustituidos por po r otros que tampoco tam poco nos resultan resultan válidos pa pa ra construir un modelo mejor de persona y de sociedad, o sencillamen te que nos encontramos en un proceso proces o de d e revisión revisión y verificación verificación de d e los valores tradicionales. La educación debería tener en cuenta esta nueva perspectiva para favorecer el proceso de constructivismo ético en la lí nea de lo que acabamos de exponer. Si n TI TI NO SOY NADIE
La anterior es una frase proscrita en la mayoría de manuales de autoayuda que han ido proliferando proliferand o durante los últimos últimos años. Se en tiende como una frase del paradigma del tú (dependencia) y, por lo tanto, como una expresión que se ha de superar. Nosotros deseamos darle un nuevo enfoque para que quepa en un paradigma del nosotros (interdependencia). La canción de Maná dice así: Có m o qu isiera pod er vivir vivir sin sin air aire. e. Có m o quisiera pode r vivi vivirr sin sin agua. M e encantaría encantaría quererte quererte un poco menos. Có m o qu isiera pod er vivir vivir sin sin ti ti.
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Pero no p uedo, siento siento que muero. Me estoy estoy ahogando sin sin tu am or ... ...
Cuando en los cursos de desarrollo emocional se propone esta canción conjuntamente con fragmentos de otras canciones con el objetivo de establecer un debate deba te para pa ra valorar cuáles responde resp onden n y cuáles no a una una emocionalidad inteligente, acostumbra a ser la canción que cuenta con menos adeptos, sea cual sea el mensaje de las contrincantes. Pocos ejemplos ilustran tan bien como éste la desconexión que llegamos a mostrar en relación con nuestras necesidades y nuestras emociones más básicas. Es evidente que no sería inteligente quedarse toda la vida vida repitiendo rep itiendo en tono de lamento el mensaje de esta canción, pero vamos mal si nunca nos ha sonado o suena una música de fondo parecida a ésta. Y no sólo porq p orque ue la tristeza, tristeza, e incluso incluso la desesperación, desesperac ión, sea una fase lícita del del duelo, de la pérdida pérd ida o de la ruptura sentimental, sentimental, sino sino porque porq ue la necesidad del otro nos es tan tan vital vital e imperiosa como la del aire y la del agua. ¿No es triste que nos resulte tan fácil admitir que necesitamos agua, aire, comida, descanso, y que seamos tan obstinadamente reticentes a admitir la necesidad infinitamente más necesaria que tenemos del otro? La palabra «dependencia», como la palabra «terapia», también tiene mala prensa. Podemos llegar a pensar que no debemos ser dependientes y que podemos conseguirlo. Pero no depender de nadie es imposible, y más si se desea tener una existencia fecunda en convivencia con los demás. La independencia es un paso necesario que conviene que demos para no confundirnos con el otro o con lo que nos viene del exterior, pero no deja de ser una etapa que conviene superar. Quien se la llega a creer totalmente incurre sin darse cuenta en un aislamiento o una incomunicación progresivos, y a pesar de vivir con personas, no convive con ellas ni las tiene en cuenta. Para Par a convivir convivir no basta bast a con estar juntos, ni con hacer cosas juntos. Es Es necesario un proyecto de relación en el que el objetivo sea sentir con el otro y ser por el otro. Sentir juntos y aprender a querernos. Convivir con la familia es bastante más que q ue ir a casa a cenar y a dormir, dormir, o acudir acu dir a un concierto el domingo. Convivir con los compañeros de trabajo es bastante diferente a un mero intercambio de fórmulas rituales cuando nos encontramos por el pasillo o a un intercambio de ideas y de opinioopin iones cuando tenemos que colaborar conjuntamente en un proyecto. Igualmente, educar a los chicos y a las chicas es mucho más que impartir una clase o unos conocimientos.
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N os podem po demos os excusar ex cusar diciendo que en en el el trabajo nos tocan tocan los com pañeros que nos tocan y, y, como casi siempre siempre se trata de de personas «co «c o n flictivas» o alumnos con los los que «no «n o hay hay nada que hacer» hace r» o no se puede hablar, hablar, el afecto no es posible. N o nos percatamos percata mos de que esta actitud es desconsiderada hacia el otro; lo que hacemos en realidad es desmere cerlo cerlo antes de que el otro ponga de manifiesto manifiesto mi mi incapacidad incapacid ad de que que rer y esto me haga hag a sentir mal a mí. mí. Pero lo peor pe or de todo tod o es que q ue en la re lación familiar, a pesar de establecerse unas condiciones diferentes, no acostumbram acostum bramos os a resolver resolver mejor el el problema. problema. En una ponencia pronunciada en un seminario de la UIMP (Del amor y otros desórdenes de la identidad , Anagrama, 1988, pág. 123), Cristina Peña-Marín decía que «la relación amorosa es la relación fun dadora dado ra de la identidad. Se trata de elaborar la vo vozz propia pr opia a partir de las las voces ajenas. ajenas. Las La s miradas m iradas que me escogen escogen son las que me proporcionan una oportunidad de ser». Dependem Dep endemos os del otro otro por po r el reconocimient reconocimientoo amoroso que necesita mos para vivir, para construir nuestra identidad y para tener y compar tir emociones. Sin el otro no puede haber un sujeto que se reconozca amorosamente aceptado, un yo integrado y armónico, ni tampoco un abanico suficientemente amplio de emociones. Es curioso que deseemos deseem os eliminar eliminar la dependencia de los demás dem ás y que no deseemo de seemoss elimina eliminar, r, por ejemplo, ejemp lo, la de la comida comid a o del dormir, dormir, o la del dinero y de la televisión, televisión, e incluso la del trabajo, trabajo , que q ue también las tenemos, tenem os, y a veces muy acusadas. Seguramente pensamos que sin algunas de estas cosas no podríamos vivir. Pues sin el otro tampoco. Pero aun siendo una necesidad más imperiosa, nos cuesta mucho más de admitir. Ultimamente existen diversos enfoques terapéuticos o de desarrollo personal que se orientan hacia la autosuficiencia. Las técnicas orienta les descontextualizadas y algunas corrientes psicológicas de autoayuda mal entendidas conducen hacia una anulación de las necesidades y de seos como garantía del bienestar, y ya que el otro puede ser mi mayor deseo, si consigo no necesitarlo, habré conseguido un triunfo personal, me habré dem d emostra ostrado do una gran fortaleza, si bien la mayoría mayoría de veces es ficticia y a costa de perder pe rder mi humanidad. Interdependencia significa: — admitir admitir la necesidad del otro; otro; — desear dese ar sentir con el el otro; — comprometerme con el otro, además de conmigo mismo, mismo, para sa s a tisfacer de forma mutua nuestras necesidades vitales;
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— hacerme responsable de lo que a partir de la convivencia com parto y construyo con el otro, y esto significa no lavarme las ma nos cuando cuand o las cosas se ponen difíciles difíciles;; — optar opta r por el afecto, afecto, entendido entendid o como el reconocimiento de lo que el otro es y siente en cada momento. Quien aprende a querer, acaba haciendo de manera natural lo que más le dignifica a sí mismo y a los demás. En L a veu (Mélich, Palou, Palou, Poch P och y Fons, 2000, pág. 58) los au a u veu de l’altre (Mélich, tores exponen lo que deberíamos entender entender por responsabilidad aludiendo aludiendo a la dicotomía que plantea Philippe Meirieu en Frankestein Frankest ein Educad Educador. or. L a pregunta es muy sencilla e ilustrativa: ¿quién es el verdadero verdadero monstr monstruo, uo, el ¿E l doctor doc tor Frankestein Frankestein o la criatura criatura que él él crea? La creador o lo creado? ¿El respuesta no puede ser más clarificadora: el origen del drama es crear vida Po r lo lo tanto, no no basta con emprender emp render un ca sin responsabilizarse de ella. ella. Por mino conjunto conjunto para busc b uscar ar la satisfacción propia p ropia y la del otro. Conviene que a la vez seamos responsables de lo que creamos conjuntamente a lo largo de este camino. Esto no significa encadenarme al otro, tener que se guir a su lado aunque sienta que no me gusta lo suficiente como para par a estar a su lado. Significa que deberemos alcanzar la madurez emocional y afec tiva necesarias para pa ra evitar que lo que en un momento determinado determinad o hemos creado juntos se convierta en en una monstruosidad. monstruosida d. Este Est e es el sentido último último de la interdependencia y otro de los objetivos del desarrollo emocional. La educación comporta com porta hacerse cargo del otro. otro. Por lo tanto, tanto, cuando dejo de atenderlo, dejo de responsabilizarme y dejo de cumplir un p ac ac to inherente a mi propia condición de educador. Si renuncio a hacerme cargo del otro porque porqu e tengo problemas problem as de cualquier naturaleza naturaleza,, estoy estoy renunciando a la condición esencial de la tarea que ejerzo. Si tengo que hacer algo positivo conmigo mismo, con mi entorno y con mi tiempo histórico, necesito n ecesito que me permitan tener y sentir cual quier emoción humana. Pero también necesito que alguien, aparte de mí mismo, confíe en en que sabré sab ré hacer algo de provecho provec ho con mis emocio em ocio nes y me ayude a hacerlo. Y ya puesto pue stoss a pedir, pedir, necesito que este alguien alguien sea profundamente humano y reconozca en mi imperfección y en mi humanidad las suyas propias. N o puede p uede haber h aber socialización ni ni empatia si una y otra no parten de reconocerme a mí mismo en el otro, de ver mis emociones en las suyas, de darme darm e cuenta de que el otro soy yo mismo. Es E s impo i mposible sible llegar a la la alalteridad sin partir de la subjetividad y es imposible llegar a la subjetivi dad sin vivir a fondo todas las emociones.
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?
Hemos anotado que necesitamos a los demás para definir nuestra identidad y que ellos son una de las fuentes de satisfacción que nos ofrece la vida. Sabemos, sin embargo, que a menudo descalificamos a los demás o nos sorprende lo que hacen, y la relación nos produce muchos quebraderos de cabeza. Y sucede suced e tantas veces, en en los planos plan os personal person al y social, que lo vemos como natural y nos acostumbramos, como si la vida fuese así y aún suerte — nos consolamos— de que tiene tiene algunos algunos momentos felices. felices. El contacto con los demás nos pone p one ante ante el ser más próximo próxim o a nosonos otros de toda la realidad que nos rodea. A medida que avanzamos en su conocimiento, vamos clarificando pensamientos, emociones, comportamientos y expectativas, y vamos construyendo nuestra imagen y la del otro en un campo de semejanzas y diferencias que nos permite otorgar a los dos d os la categoría común de person p ersonaa y los rasgos rasgo s distintivos, singulares, de cada cad a uno. uno. El contacto con el otro nos permite descubrir la riqueza de la vida humana, hecha de miedos, de d e dudas, dud as, de éxitos y de fracasos, de energía energía para conseguir lo lo que queremos, querem os, de deseos deseo s de amar y de ser amados, de proyectos de vida en en función función de unos valores, valores, de desorientaciones pasa pa sa- jera je rass o de otra ot rass más má s impo im port rtan antes tes — dem de m asia as iado do— — p ara ar a nuest nu estro ro futuro fut uro.. Descubrimos también, con ilusión, la posibilidad de acercarnos y caminar juntos, de dar y de recibir soporte. Sentimos que necesitamos al otro, y que él nos necesita a nosotros. nosot ros. De hecho, h echo, en el inicio de la vida, el contacto con los demás es indispensable in dispensable para pa ra que qu e los niños llegu lleguen en a ser humanos y se desarrollen como humanos, tal como demuestran los casos de niños abandonados y algunos de los estudios que hemos citado. El contacto con el otro —siempre racional y emocional a la vez— nos descubre la singularidad de cada uno de los otros. Amplía, por lo tanto, tanto, nuestra comprensión de la vida humana y nos la presenta como un conjunto de diversidades — tan reales reales como la mía— que qu e nos dan razón de la riqueza y la complejid com plejidad ad de la vida. vida. Esta singularidad nos descubre que cada relación es irrepetible, que mi amigo y yo yo no tenemos la misma m isma relación con una tercera person p ersonaa a causa de la singularidad de cada uno, que el vínculo emocional estable-
cido es diferente en cada caso, lo cual provoca que me sienta atraído hacia uno y que al otro lo sienta distante. En la medida m edida en que llegamos a este punto, el otro aparece ap arece como com o un ser que hace un recorrido vital, como lo hago yo, y a quien tengo que otorgar el mismo respeto, consideración y afecto que yo me merezco.
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El incremento del contacto físico y emocional y del conocimiento nos lleva hacia lo que se ha denominado la comprensión empática, o simplemente empatia, concepto que se define como la posibilidad de percibir corporalmente c orporalmente e interiormente interiormente sus emociones, de entender las las razones del otro, de establecer una sintonía emocional y actuar con él como si estuviésemos en su piel. La empatia se define como una competencia socio-emocional que nos permite captar con todos tod os nuestros canales de información el el estado de ánimo del otro, otro, de alguna manera manera interpretarlo interpretarlo a partir de sus exp e xpre re siones verbales verbales y no verbales, y situarnos en su lugar asumiendo asum iendo las ra r a zones que tiene para manifestarse o actuar en un sentido determinado. A pesar de que en situaciones concretas podemos tener una com prensión empática en la la relación relación con otras personas, persona s, a causa de una co c o munidad o comunión de intereses, para mejorar en el conjunto de nues tras relaciones relaciones necesitamos de la empatia emp atia como forma form a habitual de mirar y considerar a los demás. Ultimamente la palabra ha ido ganando terreno, quizá más que el concepto. concepto. Pero P ero demasiado dem asiado a menudo se aplica para indicar una una forma de actuación —simpática, afable, persuasiva...— que hay de adoptar para pa ra conseguir conse guir del otro lo que a mí me interesa. interesa. Muchas Muc has veces, como com o he mos dicho anteriormente anteriormente,, no pasa p asa de ser un simple formulismo verbal, verbal, una «pos «p ose» e»,, una actitud superficial que no está suficiente suficientemente mente arraiga da en los sentimientos auténticos ni en los valores profundos. Este es el problema problem a de tratar la empatia como un concepto o una conducta que es necesario aprender en lugar de vivenciar. Lo que el concepto debe su brayar es el interés real por po r el otro y la vinculación emocional con él. él. Sin duda dud a alguna, la forma de entender la la empatia tiene tiene una repercusión in mediata med iata en la la convivencia, en la valoración que hacemo hac emoss del otro ot ro y en el el trato que le dispensamos. Demasiado a menudo hay actitudes educativas que se quedan en la periferia de los chicos y las chicas. En lugar de llegar a la persona, se quedan en situaciones puntuales o características parciales de éstas, y se toman como definiciones globales de su personalidad. Pr o c e s o
p a r a l l e g a r a a l a r e l a c i ó n
El otro puede ser una fuente de alegría y un impulso positivo para mí. Pero de entrada puede p uede representar también el miedo a lo que me es desconocido, un miedo que se explicita en una expresión muy común:
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«¿Por dónde me saldrá?». El otro ya es, antes de empezar la relación, una fuente de todo tipo de emociones para mí: miedo, recelo, expectativas, ilusión, interés, ante la «caja cerrada» que el otro representa y la incertidumbre de la respuesta que podemos obtener. El sentimiento inicial inicial que experimentamos está — lo sabemos sabemo s de so sobras— bra s— en función de mi disposición disp osición y de la del otro ante el el contacto que q ue hemos de establecer, de las informaciones informaciones de las que disponem disp onemos os sobre sob re el otro y del rol de cada uno. En la práctica se reduce a una actitud emocional hacia el otro, que es fruto de d e la vivenc vivencia ia de todas toda s estas dimensiones a lo largo de nuestra vida, un sentimiento que puede ser de aceptación o rechazo iniciales de acuerdo con lo que decíamos al principio del apartado. Nuestro estado emocional es clave porque es el que determinará la forma de dirigirnos al otro. Y la manera en que nos disponemos a entrar en contacto con él y a mantener una relación ya iniciada puede favorecer o impedir que exista una comunicación mutua entre nosotros. En función de las informaciones previas que tenemos, reaccionamos de una forma más o menos positiva, o bastante negativa. Basarlo todo en las las informaciones previas es poner toda t oda la respons re sponsabilidad abilidad en el el otro y desentendemos de nuestra actitud. Si no disponemos de informaciones previas, tal como hemos dicho, nos mantenemos más a la expectatiexpect ativa, pero a veces veces también más cerrados. En cualquier caso, casi siempre tendemos a establecer una determinada reserva reserva que nos nos conduce cond uce a mama nifestarnos parcialmente. parcialmente. Se puede pu ede decir que utilizamos utilizamos un mecanismo mecanismo de defensa, por p or si acaso. La acumulación de malas experiencias nos puede llevar a decantarnos hacia actitudes restrictivas respecto a las relaciones. Ya que deseo garantizar al máximo mi seguridad, tiendo a esconderme, a presentar al otro una imagen distorsionada de mí mismo. El miedo, la falta de confianza conmigo mismo, la idea de que no me puede aportar nada o que se debe acomodar acom odar a mi mi comportamiento se encuentran encuentran en la base de las las ideas previas o prejuicios prejuic ios que se pueden pued en ir generando en mi actitud hacia el otro y hacer imposible el acercamiento. En la medida en que esta situación se va consolidando —siempre me relaciono de esta manera— , me va alejando de los demás dem ás e incapaciincapac itando para conocerlos y establecer relaciones enriquecedoras. Al no presentarme tal como soy, falseo los términos del contacto y propicio la distancia. distancia. Afortunadamente, sin embargo, gracias a veces veces a la disposidisp osición del otro, yo llego a superar sup erar mis resistencias y pode po demo moss llegar a consolidar un intercambio beneficioso para ambos.
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La realidad es muy compleja y los tropiezos son múltiples. Empezando por po r mi singularidad y la del otro, por p or las diferentes expectativas y aspiraciones, aspiraciones, y pasand pas andoo por p or la dificultad de la comprensión mutua y del del reconocimient reconocimientoo de la persona del otro como legítimo legítimo interlocuto interlo cutor..., r..., la lista es interminable. Mi actitud ante la relación, no obstante, es un elemento determinante para avanzar y superar todas las dificultades. La idea de que es mejor conocer al otro y otorgarle confianza sustituyendo la actitud defensiva por una actitud abierta y expectante, así como com o esforzarme por p or establecer con él él vínculos de colaboración y afecto, es individualmente individualmente gratificante y aporta las bases base s para p ara una vida social constructiva. Antes de referirnos a las resistencias resistencias para p ara establecer est ablecer la relación, relación, dede seamos destacar la importancia de un elemento comúnmente señalado como indispens ind ispensable able para p ara avanzar en en el el contacto con el otro y que hemos señalado en los capítulos anteriores. Se trata del conocimiento de uno mismo. Mis actuaciones están en función de lo que pienso y siento, de mi historia y expectativas, de mis creencias, que están siempre presentes en los contactos que tengo con los demás. El desconocimiento de todos estos elementos lleva a interpretar en clave clave propia pro pia las manifestaciones del otro de tal tal forma que las condicio c ondicio-nan y no me permiten la lectura lectura adecua ad ecuada da que debe d ebe acercarme a él. él. El conocimiento conocimiento propio prop io es el que abre la puerta a la la comprensión. En la relación con él, por otro lado, se incrementará el conocimiento que yo tengo de mí mismo. «El hombre se conoce a sí mismo en los demás y conoce a los demás en sí mismo» (Laín Entralgo, 1961, vol. I, página 131). Di f i c u l t a d e s
y tropiezos
Lo s rumores Los rumores sobre cómo es una persona son una mala tarjet tarjetaa de prepr esentación. Obedecen a menudo a la experiencia subjetiva que alguien ha tenido con ella y que no ha sido suficientemente satisfactoria. En cualquier caso, rumores e informaciones —que tendemos a identificar— no representan nada más que el resultado de una relación en la cual nosotros no hemos partici p articipad padoo y que no no tiene tiene por qué repetirse. repetirse. Es Es preciso que pongamos en cuarentena las noticias recibidas. El cambio de interlocutores y de escenarios puede dar lugar a unos resultados diferentes. Esto provoca, por ejemplo, que los amigos de mis amigos no siempre sean amigos míos. E incluso ésta es la razón de la existencia de
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la pareja. (Afortunadamente, no todos deseamos emparejarnos con la misma persona.) Cuando entramos en contacto con otra persona, interpretamos el conjunto de signos-mensajes que ofrece su presencia (el aspecto físico, la voz, la mirada, las actitudes, la atención atención que nos de d e d ica. ic a...) ..) y tenemos, se dice, una primera prim era impresión. Entre no tenerla en cuenta y apuntarse apuntars e a considerarla definiti definitiva va — ¡la primera primera impresión es la que vale!— existe el respeto hacia el otro y hacia su proceso de crecimiento, siempre ina cabado, que nos debe mover a comprender su realidad (que siempre será más m ás compleja co mpleja que mis impresiones) y a ensayar una relación que es nueva entre él y yo — es singular como com o lo somos somo s los dos— d os— y, por po r lo tan to, está abierta a múltiples posibilidades, también las positivas. La tendencia que tenemos a emitir juicios superficiales y precipita dos sobre los demás puede p uede impedir el inic inicio io de la relaci relación ón o complicar c omplicar lo mucho. Pasamos rápidamente de la primera impresión a decir: «El otro es...». Evidentemente, si podemos decir cómo es el otro, nos sen timos mucho más seguros, pero esto nos cierra el paso para pa ra profundizar en su conocimiento cono cimiento y a la vez en el nuestro. Simplemente Simple mente lo hemos clasi clas i ficado; forma parte de una categoría de personas con las cuales yo es tablezco un determinado tipo de relación estandarizada, que no me cuestiona ni me compromete. Ambos hemos perdido una nueva opor tunidad de vivir más personalmente la vida. Esta situación inicial se puede ir repitiendo a lo largo de la relación con esta persona. Tenderemos a interpretar los nuevos mensajes en función de la categoría asignada, nos dejaremos llevar llevar por la primera primera emoción no regulada y buscaremos buscarem os razones razones para justificar su conducta basándonos en ella. Incluso le atribuiremos actitudes y conductas que el análisis sereno de su comportamiento de ningún modo nos permiti ría atribuirle. El rol desde el cual se asume la relación presenta también dificulta des para establecerla y conducirla a buen puerto. Las formas de poder o de subordinación entendidas de manera rígida y radical provocan que una de las dos d os person pe rsonas as fije las reglas de la relación relación y al otro le toque aco a co modarse, obedecer, desaparecer como persona, incluso aceptar compor tamientos injustos y vejatorios. vejatorios. L a vida y los medios med ios nos informan informan de ello bastante bastan te a menudo. L a vida, más que los medios, también nos aporta re acciones de resistencia y de ruptura al recibir un trato infrahumano. La relación va desde el respeto y el amor hasta el rechazo y la nega ción ción o destrucción del otro. N os pone cara a cara cara no sólo con con las emo ciones, sino también con la ética, con el individualismo y el beneficio
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propio al precio que sea, o con la convivencia, la colaboración y la ayuda mutua para crecer conjuntamente como personas y hacernos sentir lo mejor posible unos a otros. otros. En el marco de la vida social y política somos so mos sensibles a las necesidades de las personas vinculadas con nosotros o de colectivos colectivos más bien bien cercanos, pero no reaccionamos igual ante las informaciones que nos llegan sobre las necesidades de colectivos a veces mucho más desfavorecidos, pero más lejanos. Sentir al otro y sentir con él, vivir emocionalmente los valores de la solidaridad y la justicia justicia en nuestras relaciones con las personas p róxiróx imas, nos hace sensibles y activos con relación a las personas alejadas y necesitadas, que en nuestro mundo son tantas —escandalosamente— como las que se puede pu ede decir que están bastante bien. A VECES NOS CONVIENEN LAS «MALAS» COMPAÑÍAS N o es verdad que siempre sea mejor estar solo que mal m al acompañado. acompañado. A veces nos conviene estar solos, a veces estar bien acompañados, y a veces nos puede convenir incluso estar mal acompañados. Con esto queremos decir que en ocasiones nos conviene estar con personas que no nos gustan, que nos incomodan, que nos cuestionan o nos ponen el dedo en la llaga llaga porque porq ue ello puede pued e ser una fuente fuente de autoconocimiento impagable para nosotros. Algunas veces preferimos estar solos antes que mal acompañados porque porq ue el otro hace que nos demos d emos cuenta realmente realmente de quiénes somos, y estando solos no nos hemos de arriesgar de la misma manera a descu de scu-brirlo. Ya que el otro puede ser fuente de conflicto al cuestionarme, al obligarme a revisarme revisarme y al plantearme retos que me sobrepa so brepasan, san, entonces aplicamos en un mal sentido el dicho: es mejor estar solo que mal acompañado.
Se puede pu ede ejercer la soledad sole dad y practicar practica r la meditación y la relajación relajación para estar mejor con uno mismo y a la vez también con los demás, y se puede pue de practicar prac ticar —de — de hecho hay hay quien quien así lo hace— hace— para evitar a los ded emás o para p ara prescindir prescin dir de ellos, para aprender a sobrevivir sobrevivir sin los demás, a no necesitarlos, necesitarlos, o a creer que no nos hacen hacen falta. falta. Detrás D etrás de estas pos p os-turas lo que acostu ac ostumb mbra ra a haber es una desconfianza descon fianza en uno mismo y en los demás y un resentimiento a menudo encubiertos. A veces veces pensamos pensam os que qu e para no n o tener tener problemas problem as lo mejor es aislarse, aislarse, interrumpir interrumpir cualquier contacto. Y uno se puede aisla aislar, r, por ejemplo, de
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una manera tan tan sutil y políticamente correcta como haciendo de su pro p ro fesión el objetivo de su vida. Existen personas que justifican su incomunicación o su aislamiento diciendo que primero es necesario estar bien con uno uno mismo para p o der estar bien con el otro; esto es una coartada perfecta para continuar quedándose solo y perpetuar su aislamiento. Nadie puede estar a gusto consigo mismo sin el otro. Sin el reflejo, la interpelación, el soporte, el estímulo estímulo y a veces veces el obstáculo que me re presenta presen ta el otro, no me pued p uedoo llegar a conocer. conocer. Me conozco y me posiposiciono en la vida por p or contraste y por po r similitud con el otro. otro. Por P or lo tanto, debo confiar y contar tanto con el otro como conmigo mismo, aunque el otro me haga pasa p asarr a veces un mal rato. rato. Pr o y e c t o s
d e r e l a c i o n e s p a r a s e r , s e n t i r y a m a r
Muchas personas elaboran infinidad de proyectos a lo largo de su vida, pero muy pocas hacen proyectos en lo que respecta a sus relacio nes. nes. Exis E xiste te la creencia de que, si hay hay afecto, afecto, las cosas funcionan solas, o es imposible planificarlas, o que, si no funcion funcionan, an, es «porq «po rque ue aquello no convenía o no tenía que funcionar». Por Po r otro lado, por p or miedo a correr riesgos que nos suponen un reto reto y a contraer compromisos que nos piden un alto nivel de implicación, muy a menudo renunciamos a una felicidad mayor. Como las relaciones humanas son complejas y en el proceso pode mos descubrir descubri r dimensiones dimensiones que no nos gustan o que son difíciles difíciles de asu as u mir, preferimos dejarlas en manos del azar o de la rutina y acabamos permitiendo que otras actividades, como puede ser el trabajo o cual quier afición que tengamos, pasen p asen por p or encima encima de las relaciones. relaciones. Detengámonos a pensar por ejemplo en las relaciones de pareja. Hay muy pocas que se paren a hacer un proyecto de pareja que con temple no sólo el estar juntos o el hacer cosas juntos, junto s, sino también la co co municación franca y delicada de deseos, de emociones, de sentimientos, la voluntad de ser uno para el otro lo que cada uno necesita y desea y, sobre todo, t odo, la expresión verbal y no verbal continuada del amor y del del afecto que sienten el uno por el otro. Como consecuencia, es muy difí cil crear complicidades que construyan y consoliden el vínculo y que propicien el afecto mutuo y la creación de momentos de plenitud. Hay personas que están están enfrascadas en grandes proyectos proyectos profesio pr ofesio nales y en cambio camb io con su pareja par eja no se plantean ningún otro objetivo que
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el de ir durando, ir criando a los hijos o ir pasando el rato y, de esta manera, nera, van van pasando pasa ndo también los años. En las parejas es necesario hacer hacer proyectos, pero no sólo de tipo doméstico, sino también de tipo personal que den sentido a la vida en común, común, no sólo para p ara planear p lanear dónde dónd e viviremos, viremos, cómo decoraremos la casa, dónde iremos de vacaciones, etc. etc. Loss proyectos estrictamente domésticos, funcionales o externos son Lo menos complejos porque, a pesar de surgir discrepancias, es relativamente fácil llegar a establecer unas rutinas o una inercia. De esta manera, la resistencia del vínculo afectivo no se pone a prueba, mientras que cuando hay que hablar de qué se puede hacer para hacer h acer feliz feliz al al otro, otro, de cómo uno se siente con el otro, de qué siente por él, es probable que se acabe descubrie de scubriendo ndo que no cree demasiado dem asiado en él y no espera gran cosa, o que no le apetece demasiado hacerlo, o que no se siente tan a gusto como desearía cerca de él, o quizá todo a la vez, y esto exigiría una responsabilid pon sabilidad ad o un comprom com promiso iso que la desconfianza descon fianza en sí mismo y en la vida y el miedo al cambio no le permiten afrontar. Centrarse en los proyectos yectos externos es a menudo una manera de pospon posp oner er o eludir indefinidamente la realización de este otro proyecto más personal y conjunto. Un proyecto de estas características exige que los dos miembros de la pareja sean capaces capace s de comunicarse, com unicarse, desde de sde el afecto y de una manera manera efectiva, lo que necesitan y desean de la vida en común para que ésta se convierta en una fuente de crecimiento y de maduración para ambos. Pero al mismo tiempo tiempo también exige que adquieran la habilidad de contemplar las diferencias, realizar cambios y superar las discrepancias. «Deben ser capaces de renegociar el contrato que define su relación cuando sea necesario hacerlo» (Greenspan, 1997, pág. 279). A veces, cuando falta un proyecto entusiasta ent usiasta de vida en común que contemple las características que hemos ido enumerando, en lugar de hacer el esfuerzo de elaborarlo o de afrontar una salida consensuada, se buscan maneras encubiertas de dar salida a las emociones que no se viven dentro de la pareja, como puede ser el caso de las relaciones secretas. Q u i é n
es q u i é n en l a s r e l a c i o n e s e d u c a t i v a s
Para volver sobre las personas próximas —y también necesitadas— pensemos en la educación. El E l hecho educativo se basa ba sa en la relación relación entre tre personas, aunque la actuación de algunos educadores educad ores pued p uedaa hacer pensar pensa r que no es así. Recitar la lección de un libro durante du rante una hora, enen -
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tre un un «empe «em pezam zam os» inicial y el «ad «a d iós» ió s» final, no facilita facilita nada el diálogo ni favorece la relación relación profesor/alum profes or/alumno. no. Parapetarse en la intransigencia y el «silencio de los corderos» para esconder experiencias negativas no superadas, miedos o insatisfaccio nes personales, y dar una imagen de persona p ersona exigente, distante y no ase as e quible es un buen mecanismo de defensa, acreditado históricamente. Pero, ¿éstas son las necesidades de los alumnos? ¿ S e favorece así el de de sarrollo y la madurez emocional y personal de los mismos? mism os? Si el libro fuese interactivo nos contestaríais con un no terminante. Y añadiríais añadiríais que ir a los extremos es hacer trampa. Nosotro N osotross querríamos escuchar, a pesar de todo, que un profesor así debería replantearse su actuación y pedir ped ir ayuda personal. El diálogo con vosotros, en la ficción ficción de un libro interactivo, interactivo, nos conduciría a hablar de rasgos concretos ale jado ja doss de los lo s extrem ext remism ismos os para pa ra prof p rofun undiz dizar ar en la relación relació n educati edu cativa. va. El
a m o r y l a a u t o r i d a d e n e d u c a c i ó n
El psicólogo Emili Mira y López, fundador del Laboratorio Psicotécnico de la Diputa D iputación ción de Barcelona Barcelo na en el primer tercio del siglo XX XX, elaboró unas fichas profesiográficas para realizar orientación profesio nal. nal. La L a primera prime ra característica que destacaba destac aba del maestro era el el amor a la infancia. Siempre hemos pensado que era una condición exigible a to dos los que trataban con niños y jóvenes. Querer al otro significa en educación —igual que en cualquier otra relación— relación— partir del reconocimiento y del respeto, establecer complic c omplici i dades, dad es, encontrarse a gusto gus to con el otro y buscar busc ar el bien y la satisfacción de los dos. Fijémonos en que la tendencia habitual a pensar por oposi ción —y otras cuestiones, claro está— ha hecho que se insistiese en «bus «b usca carr el bien y la satisfacción del otro», otro» , como si el amor no no tuviese tuviese que representar ningún placer para el que ama. ama. Esta E sta vez, siguiendo con la ficción interactiva, no deseamos caer en nuevos extremismos. Al tratarse de educación hay una característica específica. El educa edu ca dor es el adulto, quien tiene tiene más capaci ca pacidad dad para par a conducir la relación y, y, por lo tanto, de cumplir con su responsabilidad. Por eso, se dice, se le ha otorgado la autoridad. Pero que tenga la autoridad no significa que esté completo ni ni acabado con respecto a su su capacidad capa cidad de amar al alum no y, lo que es peor, muchas veces ni tan siquiera la ha empezado a de sarroll sarrollar. ar. Amor y autoridad autori dad no siempre se ejercen ejercen con sana armonía. armonía. L a autoridad autorid ad está en función del amor amor.. Amar al otro es asumir la respon res ponsa sa
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bilidad que yo adquiero al establecer la relación con el alumno. La autoridad, fruto de d e mi madurez, es un recurso recur so para demostrar demo strar mi amor amor.. Y mi amor amor,, mi capacid cap acidad ad de amar, amar, lo debo de bo ir cultivando, cultivando, ensanchando, revirevisando y reconduciendo a lo largo de toda t oda mi vida. vida. Invertir Invertir los términos y esconderse detrás de la autoridad, aut oridad, porque porq ue no me siento siento capaz de amar ni me apetece hacer el esfuerzo que represenrepre sentaría aprender, aprender, enturbia ent urbia el ejercicio del amor y desfigura desfig ura la relación edued ucativa en aquello más fundamental que tiene, que es la posibilidad de establecer un contacto humano. Aparte Ap arte del alejamiento personal, el recurso continuado a la autoridad impide pensar en el amor que el que manda mand a nos tiene tiene y provoc pro vocaa el desconcierto y la sensación de que uno dede be actuar en solitario. La necesidad de supervivencia lleva a vivir la relación en términos de competitividad y de lucha. Si esta experiencia negativa se vive desde muy temprana edad en el ámbito familiar condiciona, tal como hemos dicho, las reacciones posteriores. Y si son muchos los alumnos que hay en clase que han vivido una experiencia parecida, el enfrentamiento será seguro. Y si el profesorado y el centro no cambian las actitudes y ofrecen acogida, comprensión y no transmiten ilusión y medidas compensatorias, la batalla puede ser campal. campal. Podríamos Podríam os hablar también de la cienc ciencia, ia, de la superioridad del adulto, de la libertad individual o del del exceso de trabajo como otros recursos para esconderse. En la práctica habitual estas razones no dejan de tener fundamento, en unos casos más que en otros. Pero, en la medida en que el otro las percibe como falta de afecto o como excusas para limitar la relación de tú a tú y la convivencia, acaban conduciendo hacia la confirmación de que el amor no está presente. La ausencia de amor se vive como una agresión a la dignidad personal y la falta de alternativas, a causa de la negación negación rotunda rotund a con la que es acogida ac ogida cualquier inicia iniciativ tivaa por parte de quien ha sido objeto del rechazo, que queda automáticamente relegado a un rango inferior, provoca una frustración creciente y se convierte en en semilla de la agresividad agres ividad,, el conflicto y la discordia. disc ordia. En las relaciones relaciones libremente libremente escogidas estas situaciones provocan la ruptura y la separación. En el mundo mun do de la educación, a causa de la ded ependencia de los niños y los jóvenes, se produce una ruptura que en muchos casos se traduce en en un un tiempo perdido perdid o para el desarrollo perper sonal. sonal. Hem H emos os visto muchas veces veces cómo có mo un alumno reacciona de manera sorprendente cuando cambia de profesor o tiene un rendimiento muy distint distintoo con profesores profes ores diferentes. Es lo que expre e xpresa sa aquella frase: frase: este profesor lo ha entendido.
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individuo y el c o l e c t i v o
Al hablar de la relación con el el otro hemos destac des tacado ado la fuente de en riquecimiento que supone cada nuevo contacto humano. Según esto, cada educador representa para el alumno una nueva oportunidad para crecer o para desencallar situaciones paralizantes o de bloqueo. Siem pre, claro, que el profesor profes or no se esconda e impida impid a el contacto. Las emociones y estados de ánimo, la cobertura de la inseguridad, las creencias no revisadas sobre la vida y la educación, y el papel del profesor profe sor nos juegan estas malas pasada pas adass y otras peores (etiquet (etiquetar, ar, selec cionar y condenar desde el principio a los alumnos, antes de ensayar la relación relación con ellos). ellos). A pesar pes ar del cambio en el tipo tipo de personas, pe rsonas, estas dis di s funciones también se producen en las relaciones con los demás miem bros con los que colaboramos colaboram os en la instituc institución ión educativa. educativa. Limito mi relación relación a los que me son próximos próximo s y no intento intento saber có c ó mo son realmente los demás. Favorezco la formación de subgrupos ce rrados, sin comunicación con los demás. No me interesa saber qué pien san ni cuáles son sus motivos. Me resulta fácil descalificar a través del rumor, de la crítica interesada, de la agresividad pasiva, defensiva o di recta. Favorezco lo que tan acertadamente se ha denominado la balcanización, nización, hecha de incomprensiones y de frustraciones propias. Al pasar pas ar de la relación persona perso na a persona per sona a la relación en en el marco del grupo, el desánimo y la pérdida de energías se incrementan debi do a que la incomunicación y el enfrentamiento se multiplican. Esto favorece la creación de un clima que presiona negativamente a todos los implicados y que genera descontento, inseguridad, frustración, agresividad. Si no se producen cambios en el el ámbito personal, las me didas organizativas dirigidas a incrementar la colaboración no pro ducen el efecto esperado. Prospera Pros pera la desmotivación, desmotivación, así como el el es tablecimiento de una organización rígida concebida exclusivamente para la eficacia y no para facilitar el intercambio y la satisfacción en el trabajo. La mutua dependencia d ependencia emocional de la situación situación personal y la co co lectiva hace que una y otra vayan vayan de lado y que evolucionen conjunta co njunta mente. mente. Observam O bservamos, os, sin embargo, que qu e la mejora de la situación situación está en función de la toma de posición y la reacción que tengan las personas que forman el colectivo. La revisión de las emociones y estados de áni mo, del equilibrio, de la seguridad-inseguridad y de las creencias será efectiva efectiva —y podrá pod rá llegar a ser afectiva— afectiva— en la medida en que cada c ada uno asuma individualmente la la necesidad necesid ad del cambio. cambio.
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No deseamos deseamo s minimizar minimizar la presión que ejerce el el clima de una insti tución. tución. Los L os estudios sobre el profesor profeso r novel novel,, el que se inicia inicia profesio pro fesio nalmente, indican que durante los primeros años de ejercicio se confi gura la futura práctica del profes p rofesor or a partir de la presión recibida en el centro o en los centros donde empieza a trabajar. En cambio, deseamos destacar que en la creación del clima desem peñan un papel pap el fundamental las las relaciones relaciones establecidas establec idas entre entre las las perso pe rso nas y la madurez emocional de cada una de ellas, y que la mejoría pro cede de los avances alcanzados en las relaciones constructivas entre ellas, del conocimiento del otro, del respeto y del afecto que conduce a establecer lazos afectivos y a hacer natural la ayuda y la colaboración. Sin duda, del sentido ético al que nos hemos referido antes. Debemo Deb emoss decir que un enfoque positivo no suprime las tensiones tensiones,, las incomprensiones y las descargas emocionales, ni la indignación o la ira. Una vez admitido que cada uno es un yo, singular y diverso, y que tiene sus razones, es necesaria una regulación emocional y una elabora ción de los conflictos surgidos para avanzar conjuntamente enrique ciendo el colectivo. colectivo. ¿D e
q u é f o r m a p o d e m o s r e l a c i o n a r n o s m e jo j o r ?
Los comportamientos y las formas de actuación permiten que los demás interpreten nuestra intención. Pero también, y de forma deter minante, favorecen o dificultan la elaboración de relaciones constructi vas. Se habla de habilidades sociales o socio-afectivas en el sentido de que nos acercan emocionalmente al otro, nos presentan como cercanos y abiertos a él. Antes de hablar en concreto de ello es necesario darse cuenta de que las formas de actuación, las habilidades sociales, pueden ser el reflejo de una realidad interior, de una necesidad profunda, de una intención cons ciente, o pueden simplemente ser el estereotipo que hará que se me valo re de una determinada manera en función de los beneficios que deseo conseguir. Muchas formas estereotipadas de este tipo son profusamente utilizadas utilizadas por la publicidad, pu blicidad, que busca busc a incrementar incrementar la venta venta de un pro pr o ducto. Pero las habilidades sociales son bastante más que fórmulas de cor co r tesía, tesía, normas normas cívicas cívicas o «buenas «buen as maneras». man eras». Son formas de relación relación que de de ben estar arraigadas ar raigadas en la autenticidad autentic idad de lo que q ue se es y de lo que se siente. siente. El diálogo es lo que nos permite intercambiar y avanzar en el cono cimiento del otro, expresar nuestros puntos de vista y entender los de
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los demás. N os lleva a pensar en hablar y escuchar, escuchar, pero el diálogo no se agota en estas dos palabras. La interpretación de los mensajes ocupa un lugar troncal. troncal. Los mensajes vienen vehiculados por las palabras, el tono, los ritmos, los gestos, las actitudes de los interlocutores. interlocutores. Y sufren distorsiones por po r las creencias, sentimientos sentimientos y experiencias pasad pa sadas as y presentes — coco mo datos dato s implícitos, implícitos, a menudo poco po co consciente conscientes— s— , que afectan afectan al diálogo con la persona o personas con las las que hablamos. hablamos. Los procesos de información, interpretación, valoración y decisión se producen prod ucen de forma casi simultánea y muy rápida a través del intercambio de mensajes. Las respuestas inmediatas sugieren socialmente una buena capacidad para dialogar, pero en la práctica convierten el diálogo en un intercambio mecánico que se mantiene en las formas y compromete poco a los que participan. Por este motivo se insiste en la necesidad de la calma, de no dar una respuesta inmediata, en saber escuchar y en en la importancia de los elementos no verbales, así como com o en el el valor de «la palabra», del compromiso. Las La s circunstancias habituales habituales de los intercambios intercambios que mantenemos con los hijos o con los alumnos se pueden caracterizar de dos maneras: «sobre la marcha» o «de apagafuegos». Muy a menudo son reiterativos, y se trata de demandas sobre el comportamiento o de aportaciones morales. Denominarlos diálogo, después de lo que hemos dicho, es osado/presun osado /presuntuoso tuoso y equívoco equívoco.. La urgencia es una condición que hace peligrar la calma y contamina los procesos que hemos enumerado antes. La urgencia hace que uno asuma el protagonismo protagon ismo y el el otro esté presente o esconda escond a su ausencia. La La única urgencia aceptable es la que garantiza un espacio posterior próximo de diálogo sereno. Debe De be haber tiempo para intercambiar puntos de vist vista, a, para que cada uno pueda hacer su aportación, para poder valorar y prever la acción. ción. L a atención del adulto a los niños y los jóvenes debe deb e crear en ellos ellos el convenci convencimiento miento de que aquél considera que tienen tienen algo que qu e decir que le intere interesa, sa, que pueden pued en realizar aportaciones, aportaciones, que son personas objeto de afecto. Escuchar a los niños y a los jóvenes con atención y pedir aclaraciones para ayudarles a clarificar lo que expresan expres an y lo que sienten, sienten, y cómo viven el conjunto, pone en marcha el afecto, la activación personal y la implicación. implicación. Escuc E scuchar har es una forma de acogida que implica una cierta cierta entrega. entrega. Escuch Esc uchar ar es una afirmación del valor que el otro tiene tiene para mí. Supone la superación del egocentrismo, el convencimiento de que el
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otro me puede aportar algo, la legitimación de su punto de vista, y supone también la existencia de una comprensión empática. Por eso podemos decir que no se escucha sólo con las orejas, sino que se escucha básicamente con el corazón y con el cuerpo. El otro polo del diálogo es la palabra, modulad m oduladaa como decíamos por el gesto, el ritmo, ritmo, la cadenc cade ncia... ia... D esde esd e siempre se ha ha reconocido un valor extraordinario a la palabra, como información, como afirmación personal, como apertura y demanda al otro, como fuente de convencimiento o de imposición, e incluso de seducción. En la medida en que en el diálogo uno puede interpretar la palabra del otro como un deseo honesto de acercamiento, se genera confianza por parte de los participantes. Las palabras iniciales producen también una primera impresión que es necesario confirmar a medida que el diálogo avanza. A través de la palabra se va construyendo el diálogo, que es la base para construir el vínculo que se hace positivo a medida que el intercambio de palabras demuestra que las personas implicadas pueden expresarse exp resarse abiertamente abiertamente y recibe reciben n la consideración consideración del otro al hacerlo. Las palabras solemnes y las afirmaciones demasiado rotundas en el diálogo con los alumnos tienen a menudo la función de desconectarlos, de impedir la conexión con las preocupaciones vitales y concretas que ellos ellos experimentan. El E l intercambio intercam bio sobre sob re las vivencias vivencias sitúa el diálogo en un un nivel nivel más asequibl ase quiblee y motivado moti vadorr y permite llegar a cuestiones cue stiones más globales y profundas profun das como resultado de la la dinámica establecida. establecida. IncluIn cluso permite, a través del sentido del humor, desdramatizar situaciones vividas con tensión. La capacidad de dialogar, hablar y escuchar supone la superación progresiva del pensamiento egocéntrico, el convencimiento de que el otro tiene un punto pun to de vista tan legítimo como el nuestro que es necesanece sario entender, así como la consolidación de la comprensión empática. Como la mayoría de las cosas de la vida, también debemos aprender a dialogar. La satisfacción en la relación con el otro pasa por darnos oportunidades de diálogo sereno y constructivo con él. En los casos en los los que existe una búsqueda búsque da común de diálogo d iálogo sereno y responsable, los procesos de información, interpretación, valoración y decisión que se producen me aportan la riqueza y la singularidad del otro, y ayudan a que a partir de aquí se establezca una vinculación afectiva y una predisposición a la colaboración mutua. Cuando el diálogo sereno y calmado, la escucha activa, la comunicación asertiva y la empatia empa tia empiezan a funcionar, funcionar, aparecen aparec en los requ r equisiisi-
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tos básicos para profundizar en determinadas determinadas habilidades socio-emo cionales que incrementen la comprensión y el acercamiento. Su finali dad es la de facilitar unas relaciones interpersonales más ricas y satis factorias, y la mayoría de ellas están relacionadas con no esconderse y con mostrarse «hum ano». Saber disculparse, saber formular una queja queja o recibirla, recibirla, saber pedir p edir un favor o expresar expre sar una necesidad, saber sab er decir «n o » y saber aceptar un «n o » represent representan an el reconoc reconocimiento imiento de la la in terdependencia terdependen cia y de la la necesidad de responsabilizarse de las propias de de cisiones y acciones. Por otro lado, expresar expresa r los los propios pro pios sentimi sentimient entos, os, dar las gracias, gracias, ex e x presar afecto, elogiar a otro por una actuación, son acciones que nos alerta alertan n sobre la importancia de los estados e stados de ánimo para el buen fun fu n cionamiento de la relación y sobre sob re la conveniencia conveniencia de dar da r y recibir gra tificaciones alentadoras. Una reflexión sobre su contenido así como su aplicación en la actuación educativa sobre los alumnos puede contri buir a clarificar y a mejorar mucho las relaciones con ellos. La relación Condicionantes — — — — — —
El miedo miedo a lo desconocido. desconocido. Actitud Actitud inicial frent frente e la relación: en función función de la m adurez em ocional. Influen Influencia cia de experienc exp eriencias ias anteriores. anteriores. Creencias personales personales.. Informaciones Informaciones previas sobre el otro otro.. Posición Posición en el entramado so cial: estatus estatus-ro -rol. l.
_______ Realización_______ — — — — — — — —
Situaci Situación ón de calm a y atención. atención. Acercamiento, contac contacto. to. Acti Actitu tud d de aco gida. Recepción Recepción de señales y mensajes no verbales. verbales. Escucha Escuc ha activa como reconocimiento reconocimiento del del otro otro.. La pala bra como apertura apertura personal. personal. Diálogo-intercambio: puntos puntos de vista, emociones. emociones. Ot ras hab ilidades socio-a socio-afecti fectivas. vas.
Viabilidad/Procesos — — — —
Información: Información: a través de mensajes y de intercambios. intercambios. Interpr Interpretaci etación: ón: sentido sentido de todo lo comunicado. Valo ración : en función función de los intere intereses ses personales. Decisión: continuidad, interrupci interrupción. ón.
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«Yo «Y o gano ga no// tú ganas», gan as», la opción que q ue se plantea como la óptima en en las relaciones con el otro, puede ejemplificar buena parte de las reflexiones que hemos expuesto. Las dos partes implicadas en la relación deberían salir siempre con la convicción de que cada una ha obtenido algo posi tivo tivo y favorable. favorable. Para P ara que q ue esto sea posible, las decisiones y acuerdos d e ben ser adopta ado ptados dos conjuntament conjuntamente, e, teniendo en cuenta cuenta las necesidades e intereses de las dos partes, y no sólo de una de ellas. Quien ama se pre ocupará ocup ará de que así sea. sea. Cuand C uandoo una de las las partes se queda descontenta, vive la relación como una humillación y un fracaso, y el conflicto está servido servido.. Abor A bordad dadaa desde de sde la empatia y la madurez emocional, la la opción ganar-ganar (Cov (Covey ey,, 1997, 1997, pág. 233) — ganar ambos— am bos— es posible, y con con viene que se plantee como objetivo que si no se alcanza en una primera tentativa tentativa se puede acabar acaba r consiguiendo en una próxima pró xima ocasión que uno u otro se otorgue una vez superados algunos de los tropiezos que de berían comprometerse a superar. Aunque sea como utopía necesaria, conviene que tengamos claro que ésta debe ser la opción, y en tanto la planteemos como meta, es más posible que nos acerquemos a ell ella. a. Difí Difí cilmente se hará realidad si no nos la proponemos ni la practicamos. Para termi termina nar, r, podem pod emos os volver a la la ficción ficción del libro interact interactivo. ivo. «L «Lo volvemos a imaginar imaginar muy atractivo», atractiv o», nos diréis. diréis. Hay H ay gente insoportable, insoportable , que sólo piensa en aprovecharse de los demás, que me produce senti mientos de desconfianza y de rechazo; parece que me queráis culpabilizar, zar, pero si me creo lo que me decís sin más, saldré perju pe rjudi dica cado do... ... Mostrar Most rar las posibilidad posibili dades es que nos ofrecen la vida y las relaciones con el otro es abrir nuevos horizontes, ampliar la ruta o saber que la pode mos enriquecer enriquec er con nuevos caminos, con nuevas opciones opcion es y alternati alternativas vas que quizá no habíamos pensado nunca. Para que se convierta en reali dad, es necesario analizar lo que se desea y aplicar las estrategias que mejor van a cada uno. Y ya sabemos que una cosa es querer y otra po der, pero si se quiere, uno encuentra más fácilmente la solución y consi gue resultados. Covey dice que quien tiene claro el qué acaba encon trando el cómo. Vivir es un riesgo. Pero quizá merece la pena arriesgarse por aquello que puede pu ede permitir p ermitir que viva viva de una forma mucho m ucho más gratificante gratificante..
CAPÍTULO
_______ 6 E l p r o y e c to t o c o m p a r ti tid o
Co n v i v i r p a r a
t r a n s f o r m a r n o s y c o n s t r u i r ju j u n t o s
Si la convivencia establecida no conduce a mejorarnos o a actuar, a construir algo con el otro, quizás qu izás es que no existe convive convivencia ncia.. Estam E stamos os entre los demás, a veces sin agredirnos demasiado, pero también sin enriquecernos mutuamente ni compartir vivencias estimulantes. Y como las necesitamos pero no las tenemos, las buscamos en otras cosas que nos ofrece la sociedad a modo de sucedáneos perfectos. Muchos de ellos en lugar de construir nos destruyen, hacen que nos olvidemos de nosotros mismos y de las personas que tenemos alrededor para enfrascarnos en el deseo de tener más y más, sin sentirnos ni sentir a los demás. La vida es movimiento, es cambio y es, en cualquier caso, la contemplación de lo que emocionalmente nos despierta o de lo que estamos construyendo con los demás. L a ilusión de encontrarse a gusto con lo que se hace, de encarrilar los tropiezos, tropi ezos, de vivir vivir en un clima clima de resp eto por po r la propia singularidad y la del otro y de mantener un intercambio intercambio positivo con los que nos rodean dispara la necesidad de encontrar nuevos caminos, de dar el primer paso con el que hemos de empezar empe zar todos los proyectos p royectos..
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Para Par a destaca des tacarr el alcance social, político y educativo de «convivir para transformarnos y construir juntos», nos detendremos en el denominado Com isión internacional internacional sobre la educación para el Informe Delors de la Comisión siglo XXI, presidida por J. Delors. La comisión considera que la educación ción «es «e s un factor factor indispensable para que la humanidad pueda pued a conseguir los ideales de paz, libertad y justicia justicia social», y que «desemp «dese mpeña eña un papel fundamental en el desarrollo de las personas y las sociedades» (pág. 11). Ante las tensiones t ensiones y retos del siglo XX XXI, muchos much os de ellos ya iniciados, iniciado s, el informe afirma que la educación debe sustentarse en cuatro pilares: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a convivir y realizar proyectos en común, y aprender a ser. No entraremos en el contenido de cada pilar, pilar, a pesar de que no podem os dejar de recomendar la lectura del informe informe que, por p or otro lado, lad o, refuerza refuerza nuestro breve comentario. comentario. Lo que deseamos poner de manifiesto es que dos pilares —el 50% de la propuesta— se refieren a las dimensiones personales del que se educa — y, por lo tanto, del educador educ ador— — . Aprender Apren der a convivi convivirr y a ser exige el propio conocimiento y el del otro y conduce a tener una visión constructiva constructiva y a establecer relaciones relaciones positivas. positivas. Las La s dimensiones emoemo cionales de las personas person as están en la base bas e de los dos pilares, aunque tamtam bién intervienen en los otros. El informe considera que los cuatro pilares forman un todo donde cada elemento es igualmente importante, y que aprender a convivir es fundamental en el momento actual a ctual de agresividad social. En el esquema esquem a que hemos elaborado para representarlos, el de aprender a convivir aparece por esta razón como el pilar en el cual deben desembocar los tres restantes. Los cuatro pilares de la educación
¿D e
q u é m o d o s o m o s s er e s s o c i a l e s?
Nos vemos inmersos en la vida con los demás. Se dice que el ser humano es eminentemente eminentemente social. social. Aparte Apa rte de las grandes grand es afirmaciones, afirmaciones,
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está la vivencia de encontrarnos siempre entre otras personas, de necesitarnos cesitarnos unos a otros para p oder ode r resolver resolver los los asuntos asun tos que nos interesan. Todo esto nos ha llevado a hablar de la convivencia en unos términos que superan las formas externas de educación — ¡o que las las llenan llenan de sentido y las am plían!— plían !— , y nos conduce a hablar de la necesidad de sintonizar con los demás, de establecer vinculaciones afectivas con ellos. El establecimiento de vínculos y la continuidad de los ya establecidos es lo que nos debe permitir construir y realizar un proyecto común. Pero establecer vínculos, y sobre todo mantenerlos, no siempre —en realidad pocas veces— es cómodo. Nos exige una firme voluntad de acercamiento y de atención al otro a la vez que de revisión y de mejoría personal. Pero Per o a pesar de las dificultades, mantener una continuidad es gratificante y necesario. La discontinuidad nos hace perder la perspectiva a más largo plazo, nos sitúa al inicio de cada día como si el tiempo se hubiese detenido, mientras que la continuidad nos ofrece la posib ilidad de transformarnos y de transformar la realidad a través de la colaboración. La continuidad, acabamos de decir, nos ofrece la posibilidad de construir juntos, y son los vínculos emocionales establecidos los que pueden convertir convertir la posibilidad posibilid ad en realidad. realidad. Sentirse mutuamente comprendidos, valorados y queridos impulsa la construcción de entornos positivos y de realidades gratificantes gratificantes para par a nosotros y para todos. todo s. La L a sas atisfacción es expansiva expan siva y constructiva, constructiva, mueve el el impulso de resolver necesidades cesidad es propia pr opiass y ajenas, ajenas, de contagiar y de seducir. seducir. Los vínculos afectivos y la continuidad en la relación provocan la apertura a nuevas nuevas vivencia vivenciass — las nuestras y las de d e los demás— y nos llevan a flexibilizar flexibilizar los diferentes puntos pu ntos de vista para caminar hacia el el entendimiento y hacia la creación de la comunidad, hecha del conjunto de singularidades de cada uno. La discontinuidad imposibilita la consolidación del vínculo y la apertura y propicia el alejamiento y la inmovilidad. El cierre cierre y la rigidez separan, crean situaciones de dominio dom inio y sumisión, no nos construyen a nosotros ni al otro. No es que «la caridad bien entendida empiece por uno mismo» ni que tengamos que prescindir prescind ir de nosotros en beneficio de los demás; se trata de que la contribución a la satisfacción de los otros sólo se puede hacer desde la satisfacción que yo experimento conmigo mismo y de sde la vivencia de vínculos gratificantes que experimento con el otro. N o se trata de una oposición, oposició n, sino de una identificación entre sentirme sentirme a gusto y procurar que los otros también se sientan así.
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¡A VECES PARECE QUE NO SEAMOS SOCIALES! Más a menudo de lo que pensamos, en las relaciones humanas se manifiestan —manifestamos— actitudes y comportamientos social y emocionalmente emocionalmente inmaduros, desconsiderados desconsiderado s o agresivos, agresivos, que no sola mente deterioran la relación, sino que además interrumpen o impiden que se puedan pu edan iniciar y llevar a cabo proyectos proyec tos en común. A veces estos comportamientos se expresan a través de gestos y de frases claramente ofensivas, y otras a través través de formas form as más sutiles pero igualmente negati vas y antisociales. Este tipo de expresiones afectan a todos los ámbitos de relación y casi todos todo s las hemos dicho o las decimos d ecimos en determinados momentos de nuestra vida. vida. ¿Cuántas veces hemos hemos oído frases como éstas éstas o parecidas? Y peor aún, ¿cuántas veces las hemos dicho o las hemos dado a entender sin pronunciarlas? Con los hijos: \Hijo mío, ío, me has decepcionado! decepcionado! ¿Cómo ¿Có mo has podido podid o hacerme una cosa así? ¡Esto no me lo esperaba! ¡Con lo que llego a sacrificarme carme por ti !... Con la pareja, los amigos o los compañeros: Cuando te conocí ya me pareció que eras era s así. ¡No ¡N o sé cómo cómo pude quererte y no darme cuenta de qué clase de persona eres! Me pensaba que eras diferente... Ahora ya no hay quien lo arregle. Estaba dispuesto a lo que fuese, pero después de esto... Con los alumnos: alumnos: \No tienes nada en la cabeza! ¡No haremos nunca nada bueno contigo! ¡Con estos chicos no hay nada que hacer! ¡Cada vez son peores! peo res! ¡En ¡E n vuestra vuestra casa se deben deben quedar muy descansados!
Es mi decisión y tú debes respetarla
D espués esp ués de un largo período pe ríodo de acatamiento sumiso a una moral heterónoma impuesta desde fuera, que proclamaba la abnegación, el sa crificio crificio y la negación de uno mismo como valores exclusivos y absolutos, hemos pasado pas ado a una etapa de cuestionamiento cuestionamiento y de ruptura de esta mo mo ral tradicional, una etapa caracterizada por p or una moral autónoma indivi dualista que debe d ebe derivar necesariamente en la moral interdependiente o consensua cons ensuada da que decíamos de cíamos antes, antes, en la que la responsabi respo nsabilidad lidad hacia el otro se convierta en uno de los valores dominantes. Ahora estamos en esta etapa de moral moral autónoma, pero no podemos podemo s quedarnos quedarn os en ella ella.. E s ta se inscribe en un paradigm parad igmaa de independencia independen cia que, si bien es necesa nec esa rio como etapa transitoria, puede conducirnos muy fácilmente a pres
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cindir del del otro, a denigrarlo o a humillarlo humillarlo para par a preservar por p or encima de todo la propia independencia. Y no hay nada que justifique la humilla ción ción del otro, ni siquiera la propia prop ia independencia. Conviene que aprendamos a conjugar la independencia con la res ponsabilidad ponsa bilidad,, y esto —sobre —so bre todo dentro del contexto de las relacio relaciones nes afectivas o cercanas— no se hace con actitudes del estilo es mi decisión y tú debes respetarla, respetarla , que desafortunadamente acostumbran a ser bas tante comunes. Frases y actitudes como ésta significan que el otro nos importa muy poco y que, por po r lo tanto, nos falta sensibilidad emocional y compromiso ético. Conviene matiza matizar, r, sin embargo, embargo , que, cuando ponem po nemos os esta frase co co mo ejemplo de una forma de relación que conviene superar, no preten demos decir que no tengamos derecho a tomar decisiones personales de manera independiente independiente ni ni a escoger a las las personas persona s que qu e deseamos que for for men parte de nuestro círculo íntimo. Por otro lado, para afirmarse uno mismo no es necesario ofender o negar al otro. Es E s más, una un a persona person a con un cierto cierto equilibrio y seguridad emocional no necesita reafirmarse constantemente y puede tener en cuenta lo que es, lo que siente y lo que necesita el otro, sin que esto sig nifique renunciar ren unciar a lo que qu e ella es, siente y necesita. Muchas veces las interrupciones bruscas y repentinas de proyectos o de relaciones relaciones obedecen obed ecen a una falta de madurez afectiva, de valores cla ros y de recursos para afrontar las situaciones. Es importante recordar que la agresión al otro o a su dignidad no siempre toma forma de agresión física. Las agresiones pueden ser tan fí sicas como psíquicas, psíqu icas, verbales como no verbales, verbales, activas como pasivas, explícitas como implícitas, manifiestas manifiestas como sutiles. sutiles. Como Com o hemos di cho anteriormente, la agresión moral es una forma de agresión que pa sa más desapercibida desap ercibida que la física, física, pero que está mucho más presente p resente en en nuestra vida vida cotidiana de lo que nos n os pensamos. En este caso, sucede un fenómeno curioso, y es que de la agresión fí sica no se suele culpar a la víctima, y en cambio de la moral sí. «Es ton ta por permitirlo.» Si pegan a alguien, a nadie se le ocurre decirle que esto le pasa por no haber hecho un curso de artes marciales. Pero si la agresión es moral, es más fácil que te digan que la responsabilidad es ex clusivamente tuya; así pues, se excusa o se justifica al agresor, contribu yendo así a extender y perpetua perp etuarr este tipo de agresión. agresión. De ningún modo podemos considerar que el bienestar de cada uno es responsabilidad exclusiva suya. Tenemos que preocuparnos por el otro y procurar su bienestar tanto físico como psíquico. Debemos im-
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pilcarnos a fondo y comprometernos en lo que haga falta para ser c apaapa ces de darle lo que necesita para sentirse amado y reconocido, y evitar de esta manera que tenga que buscar desesperadamente o a cualquier precio este e ste reconocimiento que qu e no tiene tiene y que no sabemos sabem os darle. darle. Ya he visto qué qu é clase clase de persona eres eres
La actitud comprometida y responsable con el otro es del todo incompatible con las frases que reproducíamos en las páginas anteriores anteriores y con la que da título a este apartado. Nunca Nunc a en la vida deberíamos incuincu rrir en frases de este estilo: ya he visto qué pro qu é clase de persona person a eres eres.. Y el problema no es tanto la frase en sí como la actitud humillante hacia un ser humano que qu e esta frase deja entre entreve ver. r. Es bastante b astante más que una simple frafra se ofensiva, es una sentencia condenatoria conden atoria para pa ra quien la recibe y nada nad a la justifica. justific a. Y no sólo sól o por po r las consecuenci consec uencias as futuras fut uras que q ue la frase fras e pued pu edaa tener en la relación, ya que lo que le estamos diciendo al otro es: A partir part ir de ahora punto y aparte , sino sobre todo porque estamos condenando al otro a sentirse esta clase de persona indigna, y seguramente a serlo. serlo. E s tamos negando su dignidad, estamos confundiendo un comportamiento determinado o una realidad temporal o circunstancial con su persona, y lo más grave de todo, le estamos diciendo que no confiamos en ella, que la consideramos consideram os incapaz de actuar mejor y de superarse. No estamos diciendo de ningún modo que se deba tolerar todo a todos, ni tampoco que debamos establecer relaciones profundas con quien no nos gusta. gusta. Lo L o que q ue deseamos deseam os decir al al hablar de responsabilida responsa bilidadd es lo siguiente: — No tenemos ningún derecho a condenar o a desahuciar a ninguna persona, por muy poco que nos guste ésta. — Todos merec m erecemos emos una segunda, segunda, tercer tercera, a, cuarta, cuarta, quinta... qu inta... oporop ortunidad. — Cuando Cua ndo hay un un conflicto, conflicto, no debe d ebe haber una huida ni una agresión. sión. Lo L o que debe haber hab er es una búsqueda búsqu eda conjunta de soluciones. soluciones. — Si debe deb e haber una retirada retirada porque la persona está bloqu eada y convie conviene ne temperar las emociones, emociones, deberemos ser capaces de pep edirla dirla con la máxima ternur ternura. a. Retirarse negando a la persona la coco municación, el diálogo, el reconocimiento, la confianza o el soporte es retirarse agrediendo su dignidad. Puede parecer una huida, pero p ero no lo es. Es una de las agresiones más graves y es sin-
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toma de inestabilidad emocional y de inconsistencia del vínculo. La persona madura debería poder distanciarse o separarse del otro, si llega el momento, sin hacerle daño, sin negarlo como persona y como interlocutor, sin atentar contra su dignidad. — Una vez recuperada la calma, deberíamos retomar el contacto con el ánimo de mejorar la situación, o si no, tratar de dejarla en el mejor punto posible para p ara todos to dos los implicados (ganar/ganar) (ganar/ganar).. — Si una vez recuperada la serenidad que en un un determinado mom omento mento podem os haber perdido perd ido nos damos damo s cuenta de que hemos hemos podido pod ido lastimar al al otro, otro, deberíamos ser capaces de pedir un perdón sentido, un perdón de corazón y no sólo formal, aunque este perdón nos deje al descubierto. Una vez más, el lenguaje no verbal es determinante. El tono y la actitud con los que se pronuncien estas palabras harán que resulten realmente creíbles para nuestro interlocutor y le lleguen de verdad, o que no le influyan lo más mínimo y, por lo tanto, no contribuyan a reparar ninguna situación.
No te diré nada más y as í seguro seguro que no tendremos tendremos problemas Si tienes tienes que to m ártelo así, otra vez mejor me callo. callo. N o hablaré y así seguro que no te mo lestarás. lestarás. H abíam os venido pa ra pasarlo bien. Si el el resultado es éste, éste, no volverevolveremos n unca más. L a próxim a vez, vez, conmigo no cu entes...
Son expresiones que se utilizan a menudo cuando nos damos cuenta de que hemos dicho o hemos hecho algo que al otro no le ha gustado. Son desafortunadas, porque atentan contra uno de los principios fundamentales de la ética dialógica (el de no negarle la comunicación a nadie) y no tienen en cuenta la dignidad del otro y muchas veces tampoco la propia. Refleja Reflejan n por po r un lado una actitud pasiva (la (la voluntad de no querer intentar tentar nada para p ara arreglar las cosas) y po porr el otro una actitud agresiva hacia uno mismo (Siempre (Siempre me pongo en evidencia) evidencia ) y/o contra el otro (No o No eres capaz...). se te puede pued e decir nada, todo te lo tomas mal m al o capaz. ..). En este último caso, el tono de recriminación coloca al otro en una posición de inferioridad y es indicativo de una actitud de castigo, de hacerle pagar su «culpa». «culpa» .
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L a persona p ersona que ha adquirido ad quirido una determinada determinada madurez socio-emo cional no pronuncia pronun cia este tipo de d e frases, y si dejándose dejándos e llevar llevar por una cóle ra momentánea las pronuncia, cuando c uando reflexiona y se da cuenta no tarda demasiado en pedir disculpas y en hacer lo posible para reparar el mal. Cuando Cua ndo nos damos dam os cuenta de que lo que hemos dicho o hecho no es bien recibido por p or el otro, la solución solución para pa ra restablecer o facilitar facilitar la la armo arm o nía no puede pue de ser nunca la amenaza, amenaza, el silenci silencioo o la negación de d e la comu co mu nicación. nicación. Lo L o que deberíamos deberíam os hacer sería sería preguntar a la otra persona qué le ha molestado y qué le habría gustado gustad o que hubiésemos dicho o hecho para sentirse sentirse bien. bien. Esto E sto no significa significa que tengamos que ceder a su volun tad, pero interesarnos interesarnos por po r sus emociones y sus necesidades nos permiti p ermiti rá conocernos y comunicarnos mejor. Y lo más importante es que esta manera de afrontar el problema problem a denota una actitud comprensiva comp rensiva y afec tuosa, y una voluntad conciliadora, que son por sí solas reparadoras. Si nos acostumbrasen acostum brasen a tratar tratar así a las personas con las que nos rela cionamos con determinada frecuencia y profundidad, los problemas que tendríamos serían serían menos y conseguiríamos resolverlos más plácida plác ida mente. mente. Pero para esto hace falta que tengamos muy clara la necesidad de vivir vivir y educar educa r nuestras emociones em ociones para p oder od er sintonizar sintonizar con las de los demás y avanzar conjuntamente hacia el entendimiento y los pro yectos compartidos. ¿ E l tiempo tiempo lo arregla arregla todo?
A menudo ante un problema se acostumbra a decir que el tiempo pone pon e a las personas person as y las cosas co sas en su lugar lugar,, pero muchas m uchas veces esto no es nada más que un modo de consolarnos o una postura cómoda que adoptamos para no tener que afrontar el problema. N o es verdad que el tiempo lo arregle arregle todo. Sí S í que es cierto cierto que a ve ces conviene conviene dejar dejar pasar pasa r un tiempo tiempo para p ara estar en disposición de poder p oder arreglar las cosas. El tiempo puede contribuir a serenar los ánimos y ofrecer nuevas perspectivas persp ectivas y nuevas maneras menos subjetivas y más conciliadoras de enfocar los problemas. Pero las cosas no las arregla el tiempo. Las L as arregla la la voluntad de arreglarlas, y la voluntad de arreglar las requiere: — el análisis análisis de la situación y la revisió revisión n de nuestra actuación; — la asunción asunción de la propia prop ia responsabilidad resp onsabilidad en lugar de la culpabil culpabiliización propia o ajena;
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— la capacidad de ponernos en el lugar del otro, con el corazón, y procurar entender desde dentro su actitud; — la reparación del mal que se haya haya podido pod ido hace hacer. r. La frase «dejemos pasar pasa r el tiempo» tiem po» es muy muy a menudo una huida y una manera implícita de decirle al otro que no nos n os interesa arreglar las cosas ni nos importa cómo pueda sentirse. Es, en definitiva, una manera de eludir la responsa respo nsabilida bilidad d hacia las personas person as y situaciones de nuesnue stra vida.
En
l a e d u c a c i ó n , t r e s c u a r t o s d e l o mismo
Con respecto a la educación, educación, dada la condición de persona en período de formación que tienen los niños y jóvenes, la falta de flexibilidad y de continuidad con tinuidad en los vínculos afectivos afectivos repercute rep ercute negativamente negativamente en su desarrollo y en las actuaciones que se les solicitan. La insatisfacción, la humillación, la desconsideración, generan inhibición, falta de esfuerzo y dedicación en la tarea tarea encomendada, encomen dada, frustración y un un incremento de las respuestas agresivas. agresivas. Digamos, Digam os, enseguida, enseguid a, que qu e esto no es irreversi irreversible; ble; la aparición aparición o la reconstrucción de relaciones afectuosas es siempre una oportunidad de superar supera r la la acumulación anterior de experiencias negativas. negativas. De D e aquí aqu í que hayamos afirmado que los cambios de profesor son una nueva oportunidad para el alumno. alumno. ¡Siempre ¡Siemp re que no sean sean dos tazas del mismo caldo que no nos gusta! El llamado efecto Pigmalión refuerza lo que decimos. Si el alumno cree cree que su maestro m aestro piensa de él que lo logrará, logrará, tiene tiene muchas posibilid po sibilidaades de tener éxito en su labor. La formulación negativa, en cambio, aumenta las probabilidad proba bilidades es de que el alumno alumno fracase. La L a distancia y el desinterés del adulto influyen en el resultado del trabajo de los niños y de los jóvenes. Una actuación continuada de rechazo nos sitúa cerca de la aniquilación, destruye los recursos rec ursos persona p ersonales les y priva de las condiciones básicas para vivir y construir una vida con dignidad y responsabilidad.
Pa s o s
para l a socialización: l o s gr upos
Cuando alguien entra solo en un lugar donde hay mucha gente, da una mirada rápida para ver si encuentra a alguien conocido a quien di-
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rigirse rigirse para no sentirse perdido. Cuando Cuan do uno se encuentra encuentra en un entorno diferente del familiar, va estableciendo progresivamente relaciones con aquellos que siente más próximos. Y dado que todos hacemos lo mismo, a veces veces no escogemos, sino que nos escogen, o simplemente nos encontramos con ello. Cambiam Cam biamos os de personas hasta que nos nos encontramos más a gusto pap ara establecer una mayor coincidencia o sintonía afectiva. afectiva. E incluso, en función de la dinámica establecida, este acoplamiento puede ser bastante largo. O puede pue de no realizarse por los vínculo vínculoss previamente establecidos con otros entornos. En cualquier caso, casi todos tenemos amigos, algunos más, otros menos. Y nos movemos en el marco de grupos gru pos diversos: diversos: por p or las relaciones que vamos manteniendo de momentos anteriores, por el trabajo, por po r las aficiones, aficiones, por p or el ocio y la diversió diversión, n, por po r las opciones sociales, po políticas, etc. Pertenecientes a uno u otro marco, estas relaciones forman parte de nuestra nue stra vida e influyen influyen en en ella. ella. No tiene amigos , no se sabe bien bien qué hace ni en qué círculo se mueve , son expresiones que indican sorpresa o desconocimiento del otro, incluso incluso una determinada alarma. alarma. Si nos referimos cronológicamente al crecimi crecimiento, ento, es preciso destades tacar que a medida m edida que los niños y los jóvenes jóvenes van ensanchando su entorno más lejano del ámbito familiar, se van produciendo pequeñas agrupaciones con niños o chicos con los que se coincide por parentesco, proximidad o actividades realizadas conjuntamente. El gran impacto del grupo se produce, prod uce, sin embargo, embargo , en la escuela. escuela. Uno se encuentra encuentra por primera vez con un grupo numeroso de congéneres de su edad en una clase, y poco a poco se empiezan a generar grupos más pequeños, los subgrupos. En el contexto del aula se pone muy claramente de manifiesto la tendencia innata innata del ser humano humano a acercarse a las personas persona s que le causan bienestar y a alejarse alejarse de las que le producen produ cen malestar malestar.. Este asas pecto demuestra con claridad que son parámetros de naturaleza emocional los que rigen nuestras relaciones desde el primer momento y a lo largo de d e toda la vida. vida. También en el ámbito educativo llaman la atención, e incluso disparan las alarmas, los que no tienen amigos o no forman parte de ningún grupo. Volveremos sobre este hecho que, con la generalización de la educación obligatoria, afecta a los miembros de todos los colectivos.
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El
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grupo como iniciación y vivencia d e l a vida social
Lo s grupos gru pos representan una forma habitual de vivir vivir en una una comuni dad muy amplia. La diversidad de intereses, sentimientos y expectativas conduce a un colectivo amplio a fragmentarse en grupos que estructu ran su forma de relacionarse y convivir convivir y de realizar sus aspiraciones. asp iraciones. En función función del número de personas person as que lo forman y de los objetivos objetivos pro p ro puestos, puesto s, la estructura es más flexible o está muy muy determinada y formali forma li zada. Entre Entr e un grupo grup o de amigos y el grupo-clase, por p or ejemplo, hay mu mu cha diferencia en este sentido. En cualquier caso, todo grupo representa una forma de integración en un colectivo y siempre siempr e parte part e de la motivación motivac ión y del interés interés individual de cada miembro del grupo, un interés por realizar algo de forma co lectiva. Aglutina de algún modo lo que desea cada uno con lo que se puede pued e conseguir con seguir en común. común. Mayoritariamente Mayoritariamente los grup g rupos os encarnan encarnan la idea de realizar y construir algo con el esfuerzo y la colaboración de un conjunto de personas. En el funcionamiento del grupo se producen la mayoría mayoría de situacio situacio nes de toda vida social, y se requiere el ejercicio de las capacidades afec tivas tivas y relaciónales de cada individuo. L a eficacia del grup o es el resul tado de la contribución organizada de todas aquellas personas que lo constituyen. Con respecto a las especies animales, los científicos nos informan de su tendencia a agruparse por motivos de defensa, para alimentarse, para orientarse mejor en en sus desplazamiento desplaz amientos, s, en definitiva, definitiva, para obtener obt ener una mayor seguridad segur idad individual y, y, como especie, garantizar garan tizar la supervivencia. supervivencia. Con todo, merece la pena reparar en las manifestaciones manifestaciones de afecto que se prodigan algunas especies animales y pararse a pensar un poco. Damasio hace referencia a diferentes especies animales (las hormi gas y las abejas en particular) que de manera innata cooperan social mente de una forma compleja que podría avergonzar fácilmente a los colectivos humanos; y enumera otras especies más cercanas al hombre (como, por ejemplo, los delfines) con un comportamiento que puede sugerir incluso una estructura ética (Damasio, 1996/2001, pág. 239).
¿ Q u é
pa s a e n l o s g r u p o s ?
Ya lo hemos dicho, es una forma for ma de vivir vivir la la vida y de sentirse vincu lado a los demás dem ás y a la la vida social. social. En E n la vida del grupo, grupo , tanto en la diná
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mica de la agrupación como en su funcionamiento para conseguir unas finalidades, juegan un papel pape l fundamental las emociones y los sentimiensentimientos que tiñen las diferentes acciones y actividades que se llevan a cabo. Todo grupo se caracteriza por unos elementos que interactúan con mayor o menor cohesión, que son singulares en su origen y en la forma en que se van desarrollando. De aquí que cada grupo sea irrepetible y que su desarrollo de sarrollo produzca prod uzca efectos diferentes diferentes en los individuos que lo conforman. En la práctica, cuando cambia alguna de las personas que forman el grupo, éste experimenta también un cam bio y requiere una nueva reestructuración. LOS ELEMENTOS QUE CONSTITUYEN LOS GRUPOS
Es necesario necesario referirse referirse a las las personas que forman el grupo, a los los ob ob jetivos jetiv os comune com uness y sus valores, valo res, al pap p apel el que asume asum e cada ca da uno y a las relare laciones de influencia, al tipo de actividad que debe realizar y al cierre o apertura apertu ra del grupo grup o al entorno y a otros grupos. Para empezar, uno escoge a aquellas personas con las que cree que se encontrará encontrará a gusto, gusto, que será considerado positivament positivamente, e, que ocu o cupa pa-rá un lugar importante en su vida y que recibirá satisfacciones. Son aspectos que de algún modo garantizan un soporte, aportan una seguridad, influye influyen n en la autoestima. autoestima. L a pertenencia al grupo gratifica y hace que, en principio, haya una mayor relajación en las relaciones y, por lo tanto, un incremento más espontáneo espont áneo de dar d ar y recib recibir. ir. El grupo ofrece seguridad. Se está en un pequeño colectivo —que como subgrup sub grupoo puede pue de formar parte de un un conjunto conjunto más amplio— de personas conocidas, donde las reacciones entre ellas son bastante previsibles. visibles. Hay H ay una determinada comunidad comu nidad afectiva afectiva entre entre sus miembros. Al agruparse para pa ra conseguir unos objetivos objetivos comunes se da prioridad a aquellos aspectos que se consideran valiosos, que emocionalmente se desean. El grupo —con todos los matices individuales que se quiera y que producen conflictos, conflictos, como veremos— asume unos determinados valores que lo caracterizan. Es uno de los elementos aglutinantes, que está relacionado relaciona do tanto con las emociones como com o con la ética. ética. Además de generar un sentimiento de pertenencia al grupo, representa el el descubrimiento descubrim iento de la interdependencia interdepende ncia como valor básico de la la vida personal, más evidente cuanto más cohesión tiene el grupo. La vivencia y la profundización en este valor compartido da un sentido plenamente social a la ética individual individual de cada uno. uno.
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De hecho, gran parte de la presión que el grupo ejerce sobre sus miembros miem bros se fundamenta fundam enta en los valores. Se trata de una llamada llamad a a la ética personal. Comporta asumir unas valoraciones, unas responsabilidades, un juego juego limpio, unas actuaciones determinadas, d eterminadas, incluso un estado de ánimo concreto. La aceptación y el cumplimiento garantizan la permanencia de la misma manera que el alejamiento de las normas básicas sitúa al individuo fuera del grupo. Progresivamente, las personas del grupo van asumiendo un papel diferenciado dentro del conjunto, tanto en función de sus habilidades como del reconocimiento que cada uno recibe por parte de los demás. Son los clásicos rol y estatus de la dinámica de grupo. En función de esto se produce produ ce una determinada especialización especialización de tareas, que, si el el grupo se hace hace más grande, dará lugar lug ar a una una estructura estructu ra organizativa y a responrespo nsabilidades concretas y definidas. Entre los diferentes papeles asumidos es necesario referirse al de la persona o personas que ejercen más influencia sobre el grupo y sus miembros, y a los que se les reconoce una cierta autoridad en las decisiones que se toman y en la forma en la que el grupo grup o va evolucionando evolucio nando y apareciendo ante los otros. Si el el número número de personas person as o el proceso se decanta hacia una mayor organización, se trata de las personas reconocidas como jefes o líderes con una intervención intervención directa direct a en las decisiones dec isiones y una responsabilidad respon sabilidad sobre el conjunto. conjunto. El tipo de actividad conveniente para alcanzar los objetivos y valores res propue pro puestos stos modula m odula la forma de estar en el el grupo. Divertirse, Divertirse, estudiar, realizar proyectos, hacerse cargo de una tarea concreta dentro del conjunto donde se inscribe el grupo pide aportaciones cualitativamente diferent diferentes es de los miembros, desde desd e las propias de la espontaneidad de cada momento hasta las que piden reflexión, formación, experiencia y rigo rigor, r, aspectos que —como — como hemos apun tado en las dimensiones dimensiones anteriores— pueden regularse para cada persona. N os hemos referido también a la vinculación o no del grupo grup o a un colectivo lectivo más amplio. A pesa p esarr de que q ue el contexto social soc ial siempre siem pre influye influye en en cualquier agrupación, la vinculación expresa a un colectivo, institución o empresa define un marco de actuación que determina los objetivos, las personas, la influencia influencia de unos sobre otros, los sentimientos sentimientos básicos sobre la realidad y las relaciones. relaciones. La L a implicación implicación proced pr ocedee habitualmente del acuerdo con el marco establecido, pero también puede proceder del desacuerdo, de la necesidad de trastornar o de modificar profund profu ndaamente el el marco para conectarlo con el entorno entorno social más amplio, am plio, o incluso de anularlo.
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El grupo Entorno cercan cer can o/leja o/l ejano no
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Proyec Proyecto to insti instituc tucion ional al
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Otros grupos
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Adaptado de Darder-Franch (1991, pág. 49).
El gráfico esquematiza la mayor parte de cuestiones que se deben considerar. El rectángulo central recoge las dimensiones que afectan a las relaciones y las actividades entre entre los miembros del grupo. grupo . En E n la parpa rte superior supe rior aparecen apa recen los elementos que influyen influyen sobre éste y en en la parte inferior se hace referencia referencia a la la diversidad de personas persona s que lo componen. Deseamos destacar que, de los elementos internos de interacción —en el interior del rectángulo— , dos —los — los valores y las emociones— actúan de impulsores impu lsores y de reguladores de los otros y de todo el sistema sistema.. A medida me dida que hemos ido presentando los diversos diversos elementos elementos ya hemos podido constatar la complejidad de cada uno de ellos. La vida del grupo — ¡difícil ¡difícil como como la la vida personal! ¿Se pueden separar sep arar realmente?— consiste en la actuación dinámica, incesante, de todos los elementos a la vez, vez, a partir de la manera de ser inicia iniciall de cada c ada person pe rsonaa y de de la evolución que ésta experimenta a través de los intercambios con el grupo. La s
condiciones q ue o f r e c e el grupo
Las La s características características genéricas genéricas de la situación situación de grupo g rupo presentan p resentan un marco idóneo idó neo para p ara el desarrollo de los individuos. Uno U no se encuentra en en un conjunto concreto de personas, de las cuales se ha buscado la compañía y entre entre las que existe un conocimiento mutuo y una coincidencia
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inicia iniciall en en los los objetivos objetivos propuestos. propu estos. Cada Ca da persona perso na responde respon de por ella misma, y se cuenta con la aportación aporta ción y el juego limpio limpi o de todos. tod os. Uno puede pu ede ver cuáles cuáles son las las aportacio ap ortaciones nes de unos un os y otros y la repercusión de su acac tuación sobre el conjunto del grupo. En este marco reducido, y a partir de los valores del grupo y de la ética ética personal, los diversos diversos miembros asumen la la responsabilidad respon sabilidad sobre el grupo gru po y, y, en en consecuencia, obtienen la medida exacta exact a de su libertad libe rtad de actuación. La libertad se mueve en unos parámetros conocidos y aceptados, incluso plenamente deseados, lo que refuerza la responsabilidad responsa bilidad y el juego limpio. L a persona p ersona se siente siente bastante segura seg ura y querida, y — con matices o gradacion es— valora y quiere a los demás.
L a in i c ia c i ó n a l f u n c i o n a m ie n t o
La dialéctica dialéctica entre los elementos elementos citados pone pon e a prueba pru eba las ventajas ventajas teóricas de la agrupación en función de unos objetivos. La interacción cotidiana cotidiana puede produ p roducir cir el desarrollo desarrollo personal de todos t odos los miembros, o preferentemente de algunos; puede favorecer las relaciones abiertas y confiadas, o enrarecerlas y limitarlas; las personas con más influencia pueden generar dependencias o menospreciar a algunos miembros; la actividad puede dejar de entusiasmar y no llevar a ninguna parte; los conflictos conflictos de toda vida de grupo pueden p ueden empujar em pujar a mejorarlo, mejorarlo, o a para pa ra-lizarlo, lizarlo, a él, a las person per sonas as y al proceso. proc eso. El hecho de decantarse hacia el sí o el no de las posibilidades que acabamos de presentar está relacionado con la situación inici inicial al del grupo y con con la forma en que se va va encauzando su proceso. Esto Est o nos n os remite remite a la consideración de la madurez emocional —y al al proceso de desarrodes arrollo— de las personas implicadas. Estas Est as tienen tienen una historia personal, una forma de sentir y actuar, actuar, unas expectativas previas a su presencia en el grupo del que se trate. Incluso se incorporan a él de manera diferente, intensamente y con convicción, por casualidad, por contraposición a otras agrupaciones, por comodidad, para pa ra probarlo, proba rlo, para p ara coincidir con las las otras personas person as y hace hacer, r, conscon struir algo juntos. Debido a estas diferencias, la constitución de un grupo pasa por un período inicial de acoplamiento, de cristalización de las dimensiones que poco a poco se convierten en comunes y constituyen la definición del grupo. Esto Est o no significa que las las personas person as se hayan hayan transformado, sino simplemente que empiezan a establecer puntos de contacto y una
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vinculación vinculación con relación a los aspectos aspe ctos que justifican justifican la constitución de un grupo. grup o. Significa que empiezan a configurar unas reglas del juego ene ncaminadas a conseguir conjuntamente lo que se busca. D e alguna forma, implica un esfuerzo de descentralización de uno mismo — de cada uno— en favor favor de lo que une y agluti aglutina. na. Representa un avance inicial para orientar la historia personal, para tomarse en serio a los demás y al conjunto, manteniendo manteniendo su trasfondo trasfo ndo persona p ersonall con lo que tiene de constructivo y disgregador. Buscab Bu scabaa tan sólo sólo seguridad, pero pe ro se me me ofrece ofrece la la posibilidad de hacer algo importante, de más alcance. Me siento más libre para expresar los puntos de vista y opiniones, cuando antes las guardaba para mí. Constato Con stato que lo que me pasa pa sa a mí no es tan extraño, que qu e los demás dem ás tamtam bién tienen líos como yo. El grupo me tranquiliza, alimenta o repara mi autoestima. Multiplica mis energías y me hace sentir apoyado. No sólo yo pienso que juntos podemos conseguir cosas importantes, expresiones positivas iniciales que no dejan de coexistir con: ¿Irá bien? ¿M e entenderé con con ellos? ello s? ¿Dónd ¿D óndee me he metido? ¿Harem ¿H arem os lo que queremos?,
fruto todas tod as ellas de la actitud de quien empieza una aventura nueva nueva con ilusión, entusiasmo, esperanza, pero también con miedo, con cierto recelo, celo, incluso con con desconfianza. desconfianza. Esta Es ta ambigüedad am bigüedad emocional forma forma parp arte de las situaciones donde se asume un riesgo, donde yo me pongo a prueba a mí mismo, pero debe reducirse y decantarse hacia una actitud de actuar «com «co m o si» la determinaci determinación ón fuese firme firme y consolidada porque porqu e en principio he dicho que sí, y conmigo lo han dicho los demás, asumiendo una responsabilidad colectiva, y también porque, si no juego fuerte, siempre queda qu edará rá la duda de si he renunciado a lo que quería por po r un miedo natural, pero no justificado. Se trata de una situación —que se irá repitiendo en el proceso de evolución del grupo— fruto del cruce constante de las dimensiones cognitivas y emocionales en la toma de decisiones y en su cumplimiento. El miedo mied o o el entusiasmo deben integrarse en la realidad del conocico nocimiento prop pr opio io y de lo que quiero q uiero conseguir. conseguir. Se trata en definitiva definitiva de una capacidad capa cidad de la inteli inteligenc gencia ia emocional emocional que debo deb o ir desarrollando para avanzar en en mi desarrollo y en mis mis relaciones y responsabilidade responsab ilidades. s. La
toma d e decisiones y l a motivación
El período perío do de acoplamiento acoplam iento no es solamente el inicio inicio de la vida en grupo, sino que prefigura los primeros pasos paso s en función función del tipo tipo de ded e-
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cisión que los miembros han tomado. La dinámica del funcionamiento irá añadiendo nuevos ingredientes matizados por las respuestas emocionales a las relaciones y actividades que se vayan produciendo y que derivarán derivarán en en buena medida m edida de la forma en que hayan hayan sido estos primep rimeros pasos o primeras interacciones. interacciones. La convicción y la ilusión con las que se haya tomado la decisión de constituir el grupo o de formar form ar parte de él están están muy relacionadas con la dinámica de su funcionamiento. Cualquier toma de decisión representa una apuesta por una posibilidad, por encima de otras que se presentan sentan también como posibles. El deseo que tenemos de afrontar el nuevo reto porque lo vemos gratifi gratificante, cante, porque sentimos sentimos que nos conviene conviene,, porqu p orquee lo deseamos hacer, se entrecruza con el análisis de las condiciones que hacen viable el proyecto y la consecución de los resultados esp erados. erados . La valoración que se efectúa, antes de tomar la decisión, sobre los pros y los contras del proyecto y los efectos positivos y negativos que se pueden produc p roducir ir en su su ejecución está marcada por p or el estado estad o de ánimo y las emociones que nos conducen a plantearnos la conveniencia de llevarlo a cabo. Estas emociones impregnan el conjunto de la valoración. Si el proyecto nos entusiasma y deseamos realizarlo, se produce como una «iluminació «ilum inación» n» de la realidad que valoro. La L a vemos muy rica rica en en oportunidades, oportunidade s, especialmente sugerente, fuente fuente de creatividad creatividad personal y vinculada a mis capacidades. Entonces el esfuerzo que me exigirá lo vivo como una contribución a mi desarrollo como persona, y al desarrollo de los demás. Esta identificación entre el yo y el proyecto es la base de la motivación indispensable para tomar la decisión y para no desfallecer en su realizaci realización. ón. En E n la medida me dida en que se vaya vaya manteniendo — o incrementando, si se valoran los avances o la superación de inconvenientes— , enriquecerá la satisfacción personal p ersonal y aumentará la eficacia de la dinámica del grupo y sus resultados. Como en la mayoría de aspectos de la vida personal, la motivación no se tiene para siempre, debe renovarse y alimentarse a lo largo de la existencia del grupo. En la medida en que pierda fuerza ante otras motivaciones personales —o no esté bien articulada con ellas—, mis emociones me harán decantar hacia otras direcciones o proyectos. Aunque sea de pasada, pasad a, nos pode p odemo moss referir referir brevemente brevemente a lo que hemos dicho sobre la discontinuidad. Los cambios de unos proyectos a otros pueden venir dados o exigidos por el descubrimiento de nuevas dimensiones más valiosas, y representan una auténtica apuesta de pro-
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greso siempre que q ue uno no se convierta convierta en un caprichoso capric hoso que ve sin sin mi rar y siempre que la apertura al nuevo proyecto no suponga el menos precio del anterio anterior, r, sino el reconocimiento reconocimiento e integración integración del bagaje baga je per p er sonal que nos ha dejado y que se debería poder aportar e incorporar al nuevo proyecto. L a d i n á mic a d e l f u n c io n a m ie n t o
La vivencia permanente y compartida de los objetivos propuestos y de los valores valores asumidos asu midos por po r el grupo, la forma en que aparecen ap arecen cada vez más atractivos y deseables, tal como hemos visto, se convierte en un re fuerzo para la cotidianidad de la vida grupal. Paralelamente aporta orientación y contenido a las relaciones establecidas entre los diversos miembros. L a cotidianidad, por otra parte, nos hace hace bajar de las nubes. nubes. Todos reconocemos que la repetición repetición de tareas, a veces veces poco po co gratificantes, la fal ta de coordinación en las actividades, los desequilibrios desequilibr ios en cuanto a rit mo y responsab respo nsabilidad ilidad en el trabajo, la toma de decisiones de d e hoy para mañana, los roces en las relaciones relaciones por desacuerdos desacuerdo s puntuales o por p or ale jamient jam ientos os entre pers p erson onas as,, la compet com petitiv itividad idad con respe res pect ctoo al nivel de in in fluencia sobre el el grupo, grupo , la dificultad de conjugar las aspiraciones pers p erso o nales y las colectivas son algunas de las situaciones que comportan el aterrizaje en la realidad. L o primero primer o que deberíamos deberíamo s decir decir,, aunque todos todo s lo sepamos, es que la realidad cotidiana es el fruto de la convivencia y del intercambio, y que lo importante importan te es cómo se prevé, se vive vive y se elabora para par a conducirla. Rep R epe e timos una vez más que los logros no se consiguen gratuita gratuitamente. mente. «Som «S omos os lo que practicam p racticamos», os», dice un un programa de formación formación emocion emocional. al. Las acciones que conducen a trabajar sin rigor, a seguir relacionán donos mal, a actuar de cualquier manera, a no tener en cuenta las fina lidades lidad es escogidas escogi das y muchas otras parecid p arecidas as terminan terminan convirtiéndose en costumbre costum bre y nos conducen cond ucen a vivir vivir el grupo grup o de una forma negativa. Es necesario impulsar impulsa r la animación animación del grupo, la revis revisión ión periódica. H abi ab i tuarse a la línea anteriormente expuesta es malgastar la oportunidad abierta por po r la decisión que hemos tomado. Es necesario mantener vivo vivo el fuego de la ilusión, ilusión, decía el doctor doct or Estalella, director del Institut-EsInstitut-Escola. cola. Es E s preciso p reciso «anim «an imar» ar» al grupo, considerar considerar que el hecho de tropezar con pequeñas dificultades, reales reales pero superables, super ables, nos separa de la fina lidad que buscábam os con la decisión decisión que hemos hemos tomado.
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Es necesario cambiar de actitud. La realidad es la que es, pero yo tengo la posibilidad de vivirla como quiera. En lugar de amargarme la existencia, existencia, y la vida vida de grupo, grup o, puedo pu edo afrontar la la situación y pensar en superarla. Y puedo pu edo hacerlo con la conciencia de que vivirl vivirlo o mal me me dede ja insat in satisfe isfech cho, o, enfa en fada dad d o conm co nmigo igo mismo mis mo,, me priva pr iva de energ en ergía ía p ara ar a avanzar en lo que quiero conseguir y para establecer un contacto no siempre fácil, fácil, pero muy enriquecedor enriqu ecedor con los demás. Animar al grupo significa contagiar el cambio de actitud a los demás. Significa ver en ellos ellos unas personas pers onas que necesitan, como yo, conscon struir el camino adecua ade cuado do para encontrar la satisfacción y la eficacia que todos buscam b uscam os. Significa contagiar la ilusión ilusión y evitar evitar que las pequeñas dificultades —todas —t odas lo son cuando cuand o empiezan— se conviertan conviertan en imporimp ortantes y en la única preocup p reocupación. ación. Animar al al grupo significa, significa, también, tomar medidas para mante m antener ner las actitudes positivas. La dinámica del grupo pide atención a su proceso. Estructurar mínimamente el funcionamiento de los elementos citados más arriba y prever que de forma periódica se revise el proceso es una garantía para el buen funcionamiento. Avanz Avanzar ar conjuntamente conjuntamente en una actividad produce prod uce naturalmente dede sajustes entre unos y otros, reorientarlos y encontrar el nuevo acoplamiento miento es indispensable. ind ispensable.
E l confl conflicto icto,, inevitable y formativ form ativo o En cualquier caso, el conflicto conflicto hará acto acto de presencia. L a animación del grupo, como se dice, no evita evita la existencia de conflictos, pero los reduce, permite preverlos y facilita el camino para elaborarlos y convertirlos en progreso del grupo. El mantenimiento de unas relaciones más fluidas y de mayor espontaneidad emocional entre los miembros, fruto de la animación, sitúa el conflicto como resultado de los cambios experimentados o de los que es necesario realizar para seguir avanzando. El conflicto siempre es es una oportunidad, oportunid ad, pero p ero se presenta como una amenaza, amenaza, sobre sob re todo tod o si el el grupo está dormido, dormid o, si el el conocimiento y la vivencia de lo que pasa en el grupo son débiles o distorsionados. Por falta de conducción, condu cción, de interés interés y de una vinculación vinculación afectiva sólida y comprometida, se percibe que hay aspectos que no funcionan, pero se piensa que no hay para tanto, que hay un cierto statu quo que quo que da suficientes cientes garantías y nos deja tranquilos, aunque p oco satisfechos y con con poco empuje para el trabajo.
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El conflicto aparece rompiendo nuestra seguridad y tranquilidad. Desvela el miedo que nos da hacer — ¡o dejar de hacer!— hac er!— esfuerzos que no queremos. De aquí que sea tan importante describi describir, r, conocer conoc er y eva luar el conflicto, conflicto, para situarlo en en su lugar y pode po derr prever las consecuen co nsecuen cias. A pesar de esto, es necesario no olvidar que cada uno lo vivirá de forma emocionalmente diferente. La forma en que lo vive cada uno de los implicados y el cúmulo de emociones que se mezclan en la ruptura que significa el conflicto hacen indispensable indispe nsable tomar tom ar la solución solución con calma y serenidad personal perso nal y valo rar los nuevos deseos y aspiraciones —diversos y enfrentados— que aparecen entre los los componentes del grupo. Las soluciones racionales y frías pueden aportar una salida externa y aparente al conflicto conflicto porque por que no inciden inciden sobre las dimensiones emo cionales. cionales. Pueden producir produ cir una falsa superación, sin sin convicció convicción n por po r par pa r te de nadie. Impiden encontrar una solución integradora, una nueva síntesis síntesis más enriquecedora enriquecedo ra para los objetivos y la tarea propuesta. propu esta. Co Con n vendrá prestar atención a los aspectos emocionales y afectivos, y orien tar nuevamente los esfuerzos para la construcción en común de la reali dad deseada. La presencia de los objetivos objetivos propuesto pro puestoss y de una visión visión ilusionada ilusionada y abierta, innovadora, que los desarrolle y los amplíe, desempeña un papel fundamental para mantener el deseo de construir algo con los demás. Por otro lado, sitúa en su lugar, relativizándolos, los roces per sonales, los inconven inconvenientes ientes de la cotidianidad, las comparaciones compara ciones cons c ons tantes que impiden vivir vivir e integrar integrar la diversidad necesaria n ecesaria para pa ra llegar a buen puerto. De l
g r u p o a l a v i d a s o c i a l má s a m p l i a
L a vivencia y comprensión compre nsión de los fenómenos fenómeno s de la vida vida de grup gr upoo son un paso importante para p ara adentrarse ad entrarse en la vida social, que muy a menu do vivimos vivimos a través través de grupos grup os concretos. concretos. En E n el grupo uno descubre descu bre los mecanismos básicos básico s y las actuaciones personales necesarias necesarias para una ac ción en el el marco de un colectivo. Pero, como hemos dicho, los parámetros no son exactamente los mismos. Pasamos de unas personas próximas, conocidas y hasta cierto punto previsibles a un conjunto amplio de personas desconocidas; de unos intereses acotados, a una multiplicidad impensable. Las relacio nes se vuelven cada vez más numerosas y la incidencia de mis aporta-
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dones se diluye de tal forma que no se acaba de comprobar si repercuten sobre el conjunto. Existe Exi ste la tentación tentación de pensar pen sar que mi responsa resp onsabilidad bilidad no lleva lleva a ninguna parte. ¡Hay ¡Hay tantas personas persona s que no hacen hacen lo que debe deben n hacer! ¡Q ¡Qué más da lo que yo haga! O , Si no lo hacen los demás, ¿por qué yo? Estas son frases de uso frecuente. Y es que en el grupo se veía más claro el impacto de lo que yo hacía. Pero en el grupo también se veía claro que el juego limpio, la competencia emocional y mi comportamiento ético eran condiciones indispensab dispe nsables, les, para p ara la mejora y la consecución consecu ción de los objetivos, y que yo yo estaba presente si viv vivía ía emocionalmente el el conjunto, si actuaba conjuntamente con los otros y me cuidaba de los vínculos existentes, que desaparecer, saparecer, inhibirme, inhibirme, me situaba situ aba fuera fu era del conjun to y terminaba recibiendo las consecuencias consecuenc ias y perdiendo perdie ndo la ilusión ilusión.. Cuando se pide que la democracia sea más participativa —y no únicamente representativa— , se está planteando la actividad respon resp on-sable de la la ciudadanía, la búsqu eda de formas para participar con eficacia en en la vida pública, pública , en la construcción de la polis. La respon resp onsabisabilidad, el ejercicio de nuestra libertad nos obliga a participar en la mejora del entorno, en la construcción de una vida más saludable y creativa. La forma en que los diferentes colectivos asumen la participación en objetivos concretos del conjunto de la sociedad da lugar a la creación de diferentes tipos de asociaciones. Estas asociaciones se parecen más a la estructura del grupo constituido con stituido por po r afinidades a las que nos hemos ido refiriendo, que a las características del entorno social más amplio. Se constituy constituyen en con unos objetivos precisos, preciso s, sus miembros m iembros mantienen mantienen concon tactos de tipo personal entre ellos, cada uno ha escogido la asociación de la la cual cual forma par te... te ... La existencia de diversas asociaciones hace que la participación social sea más activa y más específica. Suponen un nexo de unión organizado y concreto entre la población en general y las instituciones gubernamentales que las representan. Al formularse en su núcleo unos intereses específicos, la asociación garantiza además una implicación emocional mucho más clara y contundente. En la medida en que existen todos estos intereses que emocionalmente se viven como un hito deseable, se incrementa el progreso global de todo el colectivo social. La existencia de asociaciones efectivas hace que la sociedad adquiera más conciencia de los problemas que tiene y adopte una actitud mucho más responsable para su resolución.
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Pero para p ara garantizar un un compromiso compro miso individual con aquellas asociaasocia ciones ciones que muevan proyectos proyectos basado bas adoss en necesidades y metas comparcom partidas, hace falta una vida afectiva afectiva y emocionalmente rica. rica. Todos Tod os los elementos que caracterizan una experiencia emocional integradora, y que hemos ido explicando en los capítulos anteriores, son una de las bases para par a particip par ticipar ar en este tipo de iniciativ iniciativas. as. Sentirse bien con uno mismo conduce a querer colaborar de alguna manera en el bienestar común y el progreso progre so social, aportando aportand o lo que se va va descubriendo que puede ser la contribución personal al entorno y al tiempo que nos toca vivir. Con respecto a la autoestima y al reconocimiento externo, el individuo debe llegar al grupo con unos mínimos que no puede buscar o no puede pue de esperar esp erar que le den en éste, éste, aunque a la larga sí puede reforzarlos reforzarlos.. Si la participación en asociaciones no no parte de estas premisas, las carencias y las inseguridades personales se trasladarán al grupo y se convertirán en una una fuente de conflictos que q ue mermarán eficacia a la acción grupal. Para una sociedad, la creación y el buen funcionamiento de asociaciones que se preocupan por el bienestar y el derecho de las personas a una vida digna impulsa im pulsa el crecimiento y el progreso progre so del colectivo social en general. general. Así como com o maduran emocionalmente las personas, persona s, también a partir de ellas y de sus actividades activ idades conjuntas maduran madu ran emocionalmente las sociedades (Greenspan, 1997, 1997, pág. 328). Hemo He moss destac d estacado ado el valor del grupo grup o en la formación y educación de los niños y los jóvenes. Por todo lo que hemos ido anotando, podemos darnos cuenta del valor educativo de una adecuada conducción de los grupos en el sistema educativo para la formación y el ejercicio de la libertad, bertad , para p ara conjugar racionalidad racion alidad y emotividad, para vivir vivir y sentir sentir la responsabilidad de las acciones realizadas, para dilucidar la dinámica social y descubrir la necesaria intervención e implicación individual, para construir entre todos una sociedad más humana, donde las personas se sientan amadas y deseen aprender a querer. ¿ P o r q u é l a s e m o c i o n e s ?
Con esta pregunta hemos empezado nuestro discurso, que deseamos que q ue tenga su sentido último en el el proyecto compartido. comp artido. El proyecto compartido aglutina aglutina persona y sociedad, biología y étiética, emoción y razón. En él se integran la necesidad emocional esencial de sentirnos amados y el compromiso ético ineludible que también todos tenemos con nosotros mismos y con los demás para construir un
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modelo de persona y de sociedad que nos depare una existencia más humana y más justa. Vivir y educar las emociones
z Para ser capaces de sentir y manifesta mani festarr afecto afec to Para construir un modelo me¡or de persona y de socie so cieda dad d
Para uno mismo i
;
Para el otro t Para el mundo
Realizando proyectos comunes 1 Más digna y más feliz
Debemos vivir y educar las emociones para ser capaces de sentir la necesidad de afecto y de manifestarlo con un horizonte de sentido ético, en el que las relaciones afectivas afectivas con los demás sean la la base para coco laborar en proyectos compartidos.
CAPÍTULO
7 S e d ú c e te t e p a r a s ed ed u c i r
Profundizar en lo que hemos ido apuntando y recorrer el camino que hemos sugerido sugerid o es importante para p ara la satisfacción personal pe rsonal y la relación solidaria con los demás, pero lo que hace falta para que todo esto cristalice en una existencia existen cia individual y colectivamente más feliz es algo más que la constatación reflexiva y la convicción de que todo esto es tal como lo hemos dicho. A la comprensión es imprescindible sumarle la capacidad de dejarse seducir emocionalmente por la propuesta. Al explicarla, a menudo hemos destacado las dimensiones de entusiasmo, de ilusión, de confianza, etc., en las que se debe sustentar un planteamiento como el que hemos efectuado. En este capítulo deseamos destacar d estacar muy muy especialment especialmentee todos estos aspectos — e incluso incluso hacerlos patentes— como la condición indispensable para avanzar. Pero nuestras intenciones no acaban aquí. Dejarse seducir emocionalmente sólo es el punto de partida indispensable para ser capaz posteriormente de seducir y entusiasmar a los demás. Se trata de empezar por tener un proyecto vital y a partir de éste desembocar en el proyecto compartido, compa rtido, que va más allá de las necesidades nec esidades individuales y que integra a la persona en el colectivo social y la compromete con él. Si observamos con atención, veremos que lo que nos mueve a emprender prend er la aventur aventuraa de la construcción personal perso nal es muchas veces un dede -
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seo más o menos consciente de gustar, gustar, de persua per suadir dir o de seducir sedu cir al otro. Esta es una conquista que se realiza siempre por la vía emocional. Pero no hay seducción que sea efectiva si no empieza por uno mis mo. A quien debemos gustar g ustar ante todo es a nosotros mismos. Y nos de d e bemos bemo s gustar gusta r para sentirnos sentirnos con fuerzas para emprender em prender inicia iniciativ tivas as co c o munes de transformación social con las personas que nos rodean. Todos tenemos algo interesante que aportar, pero para saber qué podemos aportar primero tenemos que descubrirlo y valorarlo. Seducirse uno mismo es gustarse a pesar de las equivocaciones, las carencias y las limitaciones que se puedan tener. Es darnos cuenta del poder pod er que tenemos para dirigir dirigir nuestras nuestras vidas hacia hacia cotas cada ca da vez más más altas de bienesta bie nestarr y ejercitar el potencial creativo creativo que q ue hay en en nosotros noso tros para conseguirlo. conseguirlo. Seducirse también es desarrollar la capacidad capacida d de disfrutar del cami no. Debemos fijarnos unas metas, un horizonte hacia el cual caminar, pero a la vez debemos saber vivir intensamente el momento presente. «Caminante «Cam inante no hay camino, camino, sino estelas estelas en la mar», mar» , escribía Macha M acha do al final del más conocido de sus Proverbios y Cantares (el XXIX). El camino camino cada cad a uno se lo va va haciendo suyo suyo con sus propios propio s pasos. pas os. Y lo que debemos procurar es que los pasos, que a veces podremos planificar y otras tendremos que improvisar, nos resulten atractivos y enriquecedores. res. El E l simple hecho de caminar ya debería ser seductor sed uctor por po r sí solo, por po r que a lo largo del camino iremos descubriendo y consolidando consolidand o todo tod o lo singular que hay en nosotros y aquello con lo que podem po demos os contribuir al bien común. Quien consigue seducirse a sí mismo es capaz de seducir a los de más. Quien vive con profundidad emocional y desarrolla un estilo afec tivo tivo propio prop io atrae a los demás y es capaz de despe d espertar rtar en ellos ellos emociones transformadoras. Quien reconoce con sencillez y afabilidad sus pecu liaridades y aprende a potenciarlas y a gozar de ellas es capaz de com partirlas y contagiarlas. Puede actuar de estímulo y de espejo en el que los demás vean reflejadas las suyas propias. Podemos Pode mos decir que empezamos a seducirnos y a seducir cuando em pezamos a darnos cuenta de que a partir de un proceso de estructura ción permanente de nuestra dimensión emocional, biológica, cognitiva y social podem os convertir convertirnos nos en personas que cada c ada vez se gusten gusten más a sí sí mismas y gusten más a los los otros. Em pezamos pezam os a seducirnos y a sedu sedu cir cuando descubrimos la capacidad que tenemos de vivir y educar nuestras emociones y a partir de d e ellas crear en nuestra vida y en nuestro entorno lo que hasta entonces no existía.
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Estamos llegando al final de nuestro viaje en común por estas páginas y querríamos acabar con un final de fiesta especial que invite a hacer aquello que hemos ido sugiriendo a lo largo de toda to da la obra. Desearíamos un final de fiesta que fuese como la traca final de un castillo de fuegos mediterráneo donde confluyen combinaciones nuevas y espectaculares de formas y colores que ya han ido surgiendo. L a comcom binación que ofrecemos ofrecem os es la nuestra en particular particular,, fruto de un momento y de unas circunstancias concretas, si bien en ella palpitan algunos anhelos de siempre. Por este motivo la configuración de este último capítulo es diferente a los anteriores. Lo que pretendemos aquí es aportar consideraciones y vivencias sobre diversos aspectos que puedan contribuir a reforzar la propuesta, presentándola desde una nueva óptica bastante diversa como para conectar con el mayor número de sensibilidades posible. Todo lo que acabamos de decir es igualmente válido y todavía más evidente en el mundo educativo. La motivación y el entusiasmo de los chicos y las chicas son prácticamente inmediatos cuando el profesor es capaz de desarrollar sentimientos de afecto hacia ellos, cuando se les quiere y les ofrece un trato cercano y acogedor. La autoseducción del profesional de la educación por la dimensión humana de la tarea que lleva lleva a cabo y por po r los conocimientos en los que se ha especializado com c om-porta la seducción del alumnado y genera un clima en el aula que produce efectos inmediatos en el esfuerzo y en el rendimiento. Ed u c a r n o s
a l o l a r g o d e t o d a l a vida
• El proceso de desarrollo personal no finaliza nunca. Somos personas constantemente constantemente inacabadas inaca badas y necesitamos estructurar de manera conc ontinuada todas nuestras dimensiones. • Educar Ed ucarnos nos toda la vida no no significa sólo recibir formación intelectu intelectual. al. Significa convertir nuestras vivencias en conocimiento y aprender nuevas maneras más eficaces y gratificantes de relacionarnos, que nos permitan establecer lazos de afecto con los demás y realizar proyectos comunes. • Es necesario que seamos realistas. Las dimensiones emocionales y afectivas, como el resto de dimensiones, son educables, pero no se cambia nada de un día para otro. A veces los resultados de un proceso largo y complejo de entrenamiento pueden tardar años en obser-
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varse. varse. Por P or eso no tenemos que dejar que prospere pro spere el desánimo desánimo si las las cosas no nos salen como queríamos, ni a la primera ni a la segunda. • Debemos Debem os adop a doptar tar una actitud actitud responsable responsable y voluntar voluntaria ia de aprendiza je y convertir nuest n uestra ra vida vid a en formación. form ación. • También tenemos que cambiar la manera de concebir y de enfocar la formación. Debem De bemos os educar ed ucar emocionalmente, emocionalmente, y esto comporta com porta que la formación no esté centrada en la información, sino en una acción que coordine lo que pensamos y lo que sentimos. Una formación intelec tual impecable impeca ble no garantiza garantiza una vivenci vivenciaa emocional pondera pon derada da ni una actitud ética solidaria. Es la creación de un clima emocional y huma hum a no propicio lo que puede dar un nuevo impulso a la educación. • L a educación educ ación no es sólo para los alumnos (para los niños niños y para los jó venes). Todas las personas necesitamos formarnos permanentemente y desarrollar habilidades cognitivas cognitivas y socio-emocionales socio-emocionales a lo largo de toda la vida. Padres, profesorado y adultos en general no podemos convertirnos en transmisores de saberes que no tienen ningún tipo de valor para el destinatario si no van acompañados de su propia viven cia y significación personal. Y no podemos colocarnos tampoco en la posición jerárquica que adoptamos a veces. También nosotros somos personas en crecimiento, y más especialmente aún en las dimensiones socio-emocional y afectiva, que a pesar de que se acostumbran a dar por po r terminadas a partir de la incorporación a la vida adulta ad ulta y al mun do laboral, son aquellas en las que arrastramos un déficit mayor. • Muy a menudo menud o para aprender no hay suficiente suficiente con con tomar conciencia de lo que no sabemos o de lo que nos convendría saber. • En el caso concreto de las habilidades socio-emocionales socio-emocionales conviene conviene en trenarlas formalmente y transferir a la vida real los aprendizajes que vamos realizando, asumiendo al mismo tiempo el riesgo de equivo carnos y el compromiso de no desistir a pesar de las equivocaciones. Son un tipo de habilidades que aprendemos por aproximaciones su cesivas a los objetivos que previamente nos habíamos marcado. Estas aproximaciones aproxim aciones no siempre serán lineales lineales,, sino que, aunque nos en contramos en una línea general de avance, ocasionalmente podemos experimentar experimen tar retrocesos que en ningún ningún caso deberían ser disuasorios. • Normalmente necesitan la observación directa o indirecta de un mo delo, pero éste no debería promover la reproducción/imitación exac ta, sino que tendría t endría que potenciar p otenciar la creatividad personal y la creación creación de un estilo estilo propio. propio . • La igualdad de oportunidades de la que tanto se habla en educación acostumbra a centrarse en los aspectos organizativos y académicos, y
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debería hacerse extensible también a los aspectos emocionales. emocionales. Desde Des de esta óptica, óptica, igualdad igua ldad de oportun op ortunidade idadess significa ayudar a cada ser humano a confiar en sí mismo y en los otros, y a vencer las resistencias que le pueden impedir una experiencia vital vital amplia y fecunda. fecunda. • Vivir y educar las emociones en la línea que hemos propuesto promueve mueve la igualdad sin anular anular la singularidad, en la medida en que enseña a cada individuo a obtener un beneficio de sus circunstancias únicas y particulares. Las L as personas person as con las que cada uno nos iremos encontrando y las situaciones que iremos viviendo no serán nunca idénticas a las de otro, ni tenemos que pretenderlo. Pero es evidente que no todos sabemos sabem os aprovechar aprovechar por igual igual las las oportunidades que cada person pe rsonaa y situación representan. rep resentan. A veces veces ni tan sólo las vemos, y no llegamos a ser conscientes conscientes de ellas ni ni capaces de valorar lo lo que reprerep resentan sentan o lo que podrían p odrían representar en su totalidad. • Por Po r este motivo motivo,, tanto en los contextos educativos como en la vida vida real, real, necesitamos necesitam os crear un clima afectivo y emocionalmente emocionalmen te rico en estímuestím ulos para que cada cad a individuo sea capaz de aprovechar y también de crear las oportunida opo rtunidades des que necesita para alcanzar el máximo máxim o desarrollo y bienestar, respetando su propio ritmo y estilo personales. M a d u r a r e m o c io n a l m e n t e
• Vivir y educar las emociones nos puede conducir/acercar a un modelo mejor de persona y de sociedad. • Nos dirigen las emociones. Ellas condicionan nuestras decisiones e influyen sobre nuestros pensamientos. Pero no podemos concebir la emoción desvinculada de la cognición. Necesitamos la ayuda del conocimiento para que las emociones desemboquen en proyectos vitales individual y colectivamente estimulantes y dignificantes. • Nuestras Nue stras emociones son una fuente de autoconocimiento y a la vez vez un un estímulo transformador. Nos informan de cómo somos y nos proporcionan pistas de lo que necesitamos y deseamos para sentirnos mejor con nosotros mismos y con los los demás. Dicho D icho de otro modo, m odo, partiendo de lo que somos nos pueden p ueden llevar a lo que deseamos deseam os ser. ser. Por eso ded eberían ser bienvenidas sean cuales sean, y, en lugar de esconderlas o evitarlas, ser capaces de sentirlas como propias y aprender a reconocerlas cerlas y a expresarlas apropiadamente. apropiadame nte. • Todas las emociones pueden ser positivas, positivas, construct c onstructivas ivas y adaptativas. Ninguna Ning una emoción es negativa por sí misma ni ni es incompatible incompatib le con una
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valoración general o global de bienestar vital. Más aún. La sensación de bienestar no será nunca bastante bastan te completa ni consistente consistente si no se contemplan todas las emociones. • Conectar con la emoción primaria que un estímulo externo o interno nos genera, expresarla oportunamente y respetar las etapas y los procesos que ésta requiere, favorece la comprensión y la integración de lo que nos pasa p asa y facilita facilita la la adaptac ad aptación ión a la realidad. • La vivencia emocional resulta disfuncional tanto si es por exceso (explosión desmesurada) como por defecto (inhibición sistemática). Pero el punto de equilibrio entre uno y otro extremo no es idéntico para todos. • Cada Ca da uno debe llegar a identificar identificar y aceptar el tiempo cerebral que necesita cesita para recuperar su estado óptimo, así como las estrategias estrategias reguladoras que le resultan más efectivas en cada situación, para restablecer e incrementar incrementar su propio pro pio bienestar y el el de los que q ue le rodean. • Sin embargo, todos experimentaremos en diversos momentos de nuestra vida emociones que superarán superarán nuestra capacidad capacid ad de respuesrespu esta y que tendrán algún algún efecto perturbador sobre nosotros. Cuando Cu ando esto esto nos pase, pa se, no tenemos tenem os que dejarnos llevar llevar por el rechazo rechazo hacia nuestra persona o hacia el momento madurativo en el que nos encontramos (tampoco por p or la rabia hacia el el otro), otro), ni pensar que no lo podremos podre mos asumir o superar supe rar nunca. nunca. Debem D ebemos os afrontar afrontar la situación situación como una opo rtunidad para potenciar determinadas determinadas capacidades capacidad es personales p ersonales y para desarrollar habilidades de enfrentamiento nuevas, y persistir en esta tarea aunque no no obtengamos los resultados que queríamos con la la prepr emura que desearíamos. • Finalmente, debemos recordar que las emociones son funciones cerebrales que cumplen una función madurativa indispensable para la integración personal. e l D e s b l o q u e a r e
miedo
• El miedo nos acompaña de una una forma forma especial durante toda nuestra nuestra vida e interviene constantemente en nuestras actividades y relaciones. Por miedo dejamos de hacer muchas cosas o hacemos otras que no deseamos y que habíamos considerado impensables. Para P ara sentirnos seguros nos dejamos llevar por el miedo y poco a poco renunciamos a lo lo que nos gustaría y acabamos por p or desconocernos d esconocernos a nosonos otros mismos.
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• El miedo es una de las emociones básicas señalada por todos los autores que que han han investigado investigado sobre el tema (LeD (L eDoux oux,, 1999, 1999, pág. 123). 123). Se trata de una realidad que se relaciona íntimamente con la pervivencia de las especies en las diferentes etapas evolutivas. El miedo alerta sobre los posibles peligros y reacciona instintivamente con acciones de defensa para evitar las consecuencias negativas. Su importancia import ancia como mecanismec anismo biológico de protección de la propia vida es incuestionable. • El hombre, en comparación con los animales, ha conseguido reducir las condiciones que le provocan miedo; esto se interpreta lógicamente como una muestra de superioridad. superiorid ad. El E l hombre dispone dispon e de recursos para prever situaciones y para estructurar su vida y su su entorno en función de sus necesidades de defensa. El recuerdo de situaciones anteriores riores ayuda a estar prepar pre parado ado y a poner en funcionamiento funcionamiento mecanismec anismos para encaminar y resolver situaciones conflictivas que puedan presentarse. • A la ve vez, z, se constata que en realidad es como si hubiese cambiado cam biado las condiciones, ya ya que el progreso científic científicoo y tecnológico provoca p rovoca nuen uevas situaciones que lo mantienen vivo. A pesar de todo, es necesario no olvidar que muchas de estas nuevas condiciones van acompañada acom pañadass de medidas de seguridad para reducir parcialmente el posible riesgo. • Otra cosa sucede con las relaciones personales y, por lo tanto, en el amplio espectro que configura las interacciones educativas. Aquí, se dice, no hay manuales de instrucciones. Se tendría que decir, mejor, que el nivel de imprevisión es más alto y las resistencias personales más altas. La humanidad elabora incansablemente manuales de convivencia. Además de la imprevisión, el miedo a nosotros mismos y a los demás, incluso en situaciones de proximidad personal, hace que no los llevemos a cabo. • Puede parecer que algunas reacciones instintivas ante el miedo nos ayudan ayudan a desbloque desb loquearlo, arlo, pero p ero lo que hacen realmente realmente es dificultarnos dificultarnos la relación relación con los otros. Se trata de la inmovilidad para pasa p asarr desade sapercibidos, de la huida que nos aleja del peligro y de la agresión o la lucha lucha como defensa (que puede adoptar adop tar formas muy muy diversa diversas). s). Que Q ue-darse quieto, no intervenir, dejar que pase el chaparrón me ahorra problemas; no afrontar las dificultades por po r el miedo al compromiso, al enfrentamiento enfrentamiento o al error, error, y mirar hacia otro lado la do es huir por po r miedo. Igualmente, Igualmente, atacar al otro otro es muy a menudo una manera de defenderdefe nderse uno mismo. • El hecho de hacer hacer,, de actuar, actuar, muestra la medida de d e uno mismo, nos singulariza y nos presenta —a nosotros mismos y a los demás— como un
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ser que tiene un proyecto y unas expectativas que se esfuerza con ilusión por po r realiza realizar, r, que planifica y cuenta con los riesgos que supone supo ne aca ctuar tuar.. Y esto se sustenta en la la idea de que a través de la acción, admitidos los aciertos y los errores, la persona va evolucionando, consolidando consolid ando su progreso prog reso y su contribución a la mejora de su entorno humano. humano. • El miedo paraliza el progreso y mina mi satisfacción personal. Provoca sucesivas sucesi vas renuncias a lo que q ue yo soy y querría ser. ser. Va generando generand o una sensación de impotencia, de incapacidad y acaba reduciendo la participación y, centrándonos en nosotros mismos, eludimos la responsabilidad de contribuir a la mejora del colectivo. El cansancio, la desmotivación e incluso la ansiedad son indicadores de una situación no resuelta que me hace sentir mal conmigo mismo y con los demás. • Tengo miedo a aparecer tal como soy ante los alumnos, a hacerme próximo y asequible, a modificar orientaciones y procedimientos para adaptarme a las necesidades, a hacerme cargo de los problemas y dificultades, estudiándo e studiándolas las y pidiendo pidien do ayuda si es necesario, necesario, a acercar y hacer vivir vivir los conocimientos, a compartir com partir vivenc vivencias ias para pa ra establecer los vínculos que nos ayuden a crecer. • Tengo miedo de favorecer el intercambio en el centro, de aportar soluciones a los desajustes personales o institucionales, de fomentar la innovación innovación,, de crear ilusión y contagiarla, contagiarla, de llegar al fondo fond o de las cuestiones tiones que me preocupan, preocup an, también de formar parte de grupos grupo s de edued ucadores para impulsar mejoras más generales y de conjunto, o de colaborar bor ar en proyectos de d e amplio alcance. alcance. • Tengo miedo a intercambiar intercambiar con los padres de mis alumnos, alumnos, a participar en las angustias que tienen con relación a sus hijos, tengo miedo a sus opiniones y demandas, a ayudarlos a entender cómo se está actuando con sus hijos en en nuestro centro, centro, a averiguar averiguar sus aspiraciones p a ra ellos, a compart com partir ir vivencias vivencias más generales en relación a la educación. educa ción. • Todos tenemos presentes las causas de estos miedos: experiencias negativas gativas anteriores, anteriores, la situación no permite adoptar adopt ar estas actitudes, no quiero cambiar, ya he encontrado un equilibrio suficiente, ya hago lo que debo, necesito una una determinada determinada comodidad, no puedo o no debo asumir los problemas problem as personales p ersonales de los demás, nadie n adie me lo agradece haga lo que haga, hay situaciones situaciones que no tienen tienen remed rem edio... io... • El miedo m iedo paraliza el progreso progre so personal y social, social, hemos dicho, y hace que las relaciones representen un lastre para todos los implicados, donde predomina el descontento por encima de la satisfacción, el individualismo sobre s obre la colaboración colabor ación y el inmovilismo inmovilismo y la huida sobre la creatividad y el afecto.
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La
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complejidad d e l a vida como r e t o
• Tendemos a movemos en un pensamiento por oposición en cuanto a nuestras opiniones y juicios sobre la realidad y las personas. Ante di ferentes alternativas nos pronunciam pronun ciamos os por p or una u otra, sin entrar en en el el análisis de las las peculiarida pecul iaridades des y matices de cada cad a una. una. Es E s blanco blanc o o negro, negro, bueno o malo. malo. Las La s personas perso nas — alumnos, alumnos, profesores, padres— pad res— tiene tienen n buenas o malas intenciones, son de una determinada manera. • Existe Exi ste una decantación hacia la consideración absoluta de la realidad, de manera parecida a cómo desde el conocimiento conocimiento científico científico se habla habla de verdadero y falso. Las situaciones concretas y las personas son co mo son, es decir, como yo las veo en función de mi situación personal y del impacto afectivo afectivo primario que me han han producido prod ucido.. • Las La s personas y la realidad social —la general general y la que se produce prod uce en mi entorno inmediato— tienen una gran complejidad. En cada persona aparecen todas las situaciones posibles p osibles y cada hecho social es fruto fruto de un número número ilimitado de elementos. elementos. Nuestras Nuestr as opiniones y juicios con con ducen a pensar, a menudo, que para nosotros todo es transparente, simple y evidente. • En realidad, de este modo, más que adquirir seguridad porque ya nos hemos pronunciad pronu nciado, o, nos cerramos el camino para una vivencia vivencia y com com prensión de los demás y del entorno. Las situaciones se cierran en fal so, nos perdemos la riqueza y las posibilidades que las personas y las situaciones nos ofrecen para vivir más satisfactoriamente. • Sin duda, en todo este estado de cosas cosa s tienen tienen una influencia influencia directa las tensiones que plantea nuestra sociedad. En el Informe Informe Delors (1996) se presentan como oposición entre contrarios: global y local, univer sal e individual, tradición y modernidad, situaciones a largo y a corto plazo, competitividad e igualdad de oportunidades, extensión del co nocimiento y capacidad de asimilarlo, espiritual y material. • Aparte de las tendencias sociales sociales predominantes con respecto a uno u otro polo, es evidente que la práctica del pensamiento por oposición lleva lleva a la decantación hacia uno de los dos extremos. extrem os. Pero P ero también es posible posib le hacer un planteamiento fruto de la vivenci vivenciaa de la realidad y del análisis de la aportación que significa cada concepto que nos con duzca por el camino de la posible complementariedad, fruto de la in tegración de los elementos elementos positivos de las dos realidades. • Las reflexiones que realiza la Comisión del Informe Delors sobre una de las tension tensiones es (competitividad-igualdad (com petitividad-igualdad de oportunidades) oportu nidades) nos pue pue de orientar en este sentido. «Hoy, la Comisión se arriesga a declarar
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que las presiones de la competición han hecho que muchos de los res r es ponsables (de decisiones políticas) hayan perdido de vista que su mi sión consiste en en dar a cada cad a ser humano los medios para aprovechar to das las oportunidades. Esto nos ha llevado a repensar y actualizar, dentro de los términos de referencia del del informe, informe, el el concepto concep to de edu e du cación a lo largo de toda la vida para reconciliar tres fuerzas: la com petición, que estimula; la cooperación, cooperac ión, que q ue da fuerza; y la solidaridad, solidarid ad, que une» (Delors, 1996, pág. 14). • No cabe duda du da de que el comenta comentario rio ha ha renunciado renunciado a otorgar el carác ter de absoluto y único a uno de los dos polos, que ha intentado no huir de la la complejidad com plejidad aceptando aceptan do la oposición con la la que se presentan a menudo los dos extremos, y ha situado el problema en un contexto más amplio —la formación a lo largo de la vida, situación de largo plazo por otro lado— que permite una posible integración y complementariedad mentaried ad de las dimensiones positivas. • Ni en el ejemplo que hemos citado, ni en las otras cuestiones, el con senso social mayoritario responde a la solución de la complementariedad. Esto E sto significa significa que, como consecuencia, la persona se encuen tra sometida a las tensiones que le provoca la oposición entre los extremos. Sin duda, es una de las razones que hace que la Comisión insista insista en la la necesidad de la formación de la persona — aprender a ser y a convivir—, mayoritariamente descuidada en los sistemas educati vos. • Volviendo al hilo inicial, es la educación de las emociones, conjunta mente con la formación racional, más presente en la escuela, la que ha de contribuir a superar supe rar la superficialidad superficialid ad y a impulsar impu lsar un espíritu espíritu crí tico constructivo. No se trata de defender un punto de vista «contra» otro, ni de hacer juicios terminantes y estándar de las personas. • El conocimiento de uno mismo y de las las propias prop ias emociones em ociones y las de los otros me ayuda a traspasar trasp asar la superficie y la apariencia para par a encontrar las razones que expliquen los puntos de vista o las actuaciones de los demás. • Cada uno parte de él mismo, de sus experiencias anteriores, de sus creencias para tomar posición y emitir opiniones o juicios que serán más o menos objetivos en función función de su madurez personal. Sus aporta apor ta ciones son el reflejo reflejo de unos aspect as pectos os de la realidad que qu e son significati vos para él y que motivan la presentación de su alternativa. Las viven cias de la realidad son específicas de cada uno y, aparte de servir para entender su punto de vista, vista, sirven sirven sin sin duda dud a para ampliar la visión de to dos los demás.
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• La calific calificació ación n precipitada de buenas o malas malas atribuida a las actuacio nes de los demás representa una falta de respeto por el otro, además de poner distancia e hipotecar hipote car la relación relación.. Significa que tengo toda tod a la razón y él no la tiene tiene en absoluto, que está invalidado para par a hacer cual cu al quier aportación. Al referirnos a la educación hemos citado a alum nos, profesores profesor es y padres. Todos debemos debem os avanzar en en el conocimiento conocimiento de las emociones propias y de los demás, en su regulación e integra ción con la razón. Pero los primeros, los chicos y las chicas, necesitan la influenc influencia, ia, la acogida aco gida y el intercambio intercambio con los demás dem ás para pa ra orientar de forma adecuada adec uada la complejida com plejidadd de su desarrollo. El E l distanciami distanciamienento, el silenci silencio, o, la oposición, op osición, las opiniones negativas y los juicios suma su ma rios lo impiden. La
a p u e s t a p o r l a c r e a t i v i d a d
• Socialmente nos encontramos en un momento de cambio o de transi ción entre dos eras/etapas. Los modelos de antes no nos sirven, los nuevos todavía no están perfilados. Y convendría que no llegasen a es tarlo tarlo nunca del del todo. Debem D ebemos os aprovechar el el desconcierto que toda situación de incertidumbre comporta para hacer una apuesta por la creatividad y evitar evitar la construcción de prototip prot otipos os que nos conduzcan al pensamiento único e impidan la pluralida pl uralidadd de d e alternativa alternativas. s. • Crear es inventar inventar posibilid pos ibilidade adess inexistentes o busca bu scarr interpretaciones interpretaciones y aplicaciones nuevas a las que ya existen. Es conjugar emoción y ra zón, zón, y potenciar al máximo máxim o las cualidades cua lidades de cada cad a individuo y de cada grupo para que las cosas puedan ser de otra manera. • L a escuela debe de be fomentar el pensamiento divergente, divergente, la investi investigación gación,, la experimentación, el tanteo, la innovac innovación. ión. Debem De bemos os educar educa r para la discrepancia, discrep ancia, estimular la imaginación y propic pro piciar iar el espíritu crítico, el el cuestionamiento o la reserva ante lo que se nos presenta como un sa ber terminado o como com o una verdad irrefutable. irrefutable. • Debemo Deb emoss enseñar a tener tener sueños, a salir de la la realidad y a imaginar imaginar lo lo que querríamos sin las barreras personales persona les y sociales que normalmen normalm en te nos limitan. limitan. Visualizar nuestras metas cumplidas cum plidas es un primer paso necesario para convertirlas en proyectos vitales y empezar a caminar hacia ellas. ellas. • Para aumentar la versatilidad y la eficacia de las acciones que q ue llevamos llevamos a cabo, nuestra mente ha de aprender a anticipar situaciones y emo ciones, ciones, y prever un abanico bastante ba stante amplio y original original de medios m edios para p ara
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hacer frente a los posibles obstáculos que pueden aparecer, sin abandonar las motivaciones que originaron nuestros proyectos y los valores que las guían. • La utopía es necesaria. necesaria. El E l realismo realismo es indispensable. indispensable. Sin Sin ideales no avanzaríamos, sin mantener el contacto con el aquí y ahora podríamos llegar a suplantar la realidad por la fantasía y desembocar en la locura. • Entre lo que deseo vivir y lo que vivo hay una gama infinita de matices. ces. El E l todo tod o o nada no sale a cuenta. cuenta. Sin dejar de aspirar al todo, debe de be-mos procura pr ocurarr encontrar en cada cad a momento las las posibilidades posibilid ades que mejor se adaptan a nuestra realidad y a nuestras características personales. • Debem Deb emos os abandonar aban donar los patrones de vida vida y de relación relación estereotipados e idear alternativas que estén en la mayor consonancia posible con las aspiraciones individuales y colectivas. • L a creatividad es el puente entre la la realidad y la utopía. • Siempre podemos inventar soluciones nuevas. • Los contrarios pueden dejar de serlo mirados desde una nueva perspectiva. No N o todo tod o constituye constituye una dualidad irresoluble. • Uno puede ser o tener en cuenta los dos polos. No es necesario ser una cosa u otra. otra. Se puede pu ede ser las dos, se puede pued e optar por p or las dos cosas, aunque sean contrapuestas o antagónicas. • L a creatividad es encontrar encontrar maneras maneras nuevas y genuinas genuinas de reconciliar reconciliar lo que parece irreconciliable y de hacer posible lo que parece imposible. • Imaginar y vivir experiencias y situaciones nuevas, y tener que crear significados y respuestas para afrontarlas e integrarlas, aumenta las conexiones cerebrales y la madurez emocional. emocional. Esto E sto explica que el dolor sea tan necesario como la alegría. La felicidad permanente nos sumiría en un estado de apatía y no habría crecimiento o evolución. Cuando siento y me doy cuenta de que algo no va suficientemente bien o que podría ir mejor, es cuando me veo obligado a buscar y a adquirir nuevas respuestas respuesta s y nuevos hábitos que amplíen amplíen mis posibilidades posibilid ades e incrementen mi satisfacción vital. Se g u n d a s
p a r t e s p u e d e n s e r b u e n a s
• La perseverancia es una virtud importante siempre y cuando no se convierta convierta en en obstinación, y acostumbra acostum bra a dar frutos sabrosos, sabr osos, pero só só-lo si arraiga en una sensación sensación profunda prof unda de afecto y en la actitud emoem ocionalmente cionalmente calmada calmad a y pondera pon derada da que de ésta se deriva deriva..
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• Igual que no nos atrae el cambio por el cambio, tampoco pensamos que se deba perseverar p erseverar por po r perseverar, perseverar, ni ni que la persistencia en obje ob je tivos a más largo plazo o de más largo alcance sea mejor que saber disfrutar de cada momento mom ento como si fuese el único. único. Precisamente po p o r que a veces tenemos que saber retrasar las gratificaciones que de seamos, nos conviene conviene aprender aprend er a gozar del camino y a convertir convertir cada paso pas o en una experiencia totalizadora, lo más óptima óptim a y gratificante gratificante po sible. • A lo largo largo de nuestra vida será inevit inevitable able e incluso necesario necesario aban a bando do nar algunos de los proyectos que en algún algún momento habremos empe e mpe zado con toda la ilusión. • Pero hay algunos proyectos que no deberíamos deberíam os abandonar ab andonar nunca, y éstos son, desde nuestro punto de vista, los que están relacionados con el afecto y las emociones. En el arte de amar y de entretejer rela ciones estrechas con los otros conviene no darse nunca por vencido. Se puede empezar una y otra vez, tantas veces como queramos. Es ne cesario que tengamos en cuenta, como decía el poeta, que «El amor verdadero no es fruto de un instante...» (Ibn Hazm). • Si reflexionamos reflexionamos atentamente atentamente nos daremos cuenta de que muchas de las situaciones que no hemos sabido resolver oportunamente en el pasad pas adoo se nos presentan presentan reiteradamente reiteradamente bajo formas o apariencias di di ferentes ferentes,, o incluso bajo la misma forma. Lejos Le jos de verlo verlo como una mal dición, dición, debemos debemo s entenderlo entenderlo como una nueva nueva oportunidad. oportunid ad. Se acos aco s tumbra a decir que la vida ofrece siempre una segunda oportunidad. Y muy a menudo una tercera, y una cuarta... Que las sepamos recono cer y aprovechar, e incluso favorecer y crear, ya es otro asunto. • Puede ser una nueva oportunidad con otra persona o situación, pero también con la misma persona pers ona y situación, situación, y en en cualquier caso, ca so, lo que será determinante para su resolución es la actitud más o menos cons ciente y responsable con la que nos enfrentemos. • Propiciar una nueva oportunidad, afrontarla con un bagaje personal más rico y obtener unos resultados más satisfactorios depende d epende en bue bu e na medida de nuestra competencia com petencia emocional y de nuestra capacidad capa cidad creativ creativa. a. Depen De pende de también de la voluntad y de la capacidad capac idad de perse per se verar en nuestros objetivos a pesar de las dificultades y las frustracio nes con las que inevitable inevitablemente mente toparemos. toparemos. Pero sobre sob re todo depende del apoyo y del estímulo que recibamos de los demás. • Casi todos hemos oído decir alguna vez que un jarrón roto y vuelto a pegar no queda que da bien porque se ven ven los añadidos, pero casi nadie nadie dice que no es indispensable volver a reproducir el mismo jarrón. Pode-
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mos aprovechar aprovech ar las piezas rotas para elaborar nuevas nuevas formas. Todo Tod o es cuestión de paciencia y de imaginaci imaginación. ón. El E l Modernismo M odernismo es un ejemplo de que se pueden elaborar composiciones de gran belleza, armonía y originalidad originalidad aprovechando pequeños fragmentos fragmentos de baldosas baldos as de formas y colores muy diversos. • No es verdad que segundas partes no puedan ser buenas. Esta es una una máxima limitadora que contribuye contribuye a mitificar mitificar el pasado pasad o y presupone que sólo hay una una manera de hacer las cosas c osas y que, por po r lo tanto, no son posibles posib les el pensamiento alternativo alternativo ni ni las las nuevas nuevas oportunidad opo rtunidades. es. • La educación educación debe promover la la igualdad de oportunidades, oportunidades, pero no homogeneizando lo que es singular y diverso, sino ofreciendo una oportunidad tras otra, organizando sistemáticamente nuevas oportunidades, nidad es, enseñando a buscarlas buscarla s y a crearlas, crearlas, facilitando, en definitiva definitiva,, que «segun «seg unda das» s» partes puedan pu edan ser buenas (e incluso incluso mejores) mejores).. Ad m i t i r l a n e c e s i d a d d e a f e c t o
• Necesitamos conocer el el mundo que nos rodea y necesitamos necesitamos estímulos que nos impulsen hacia este conocimiento. Pero para tener ganas de una y otra cosa necesitamos sentirnos reconocidos y aceptados. • L a necesidad humana esencia esenciall es la necesidad necesidad de afecto. afecto. Todo procepro ceso de conocimiento de uno mismo y del del entorno debe partir parti r del recoreco nocimiento nocimiento de esta necesidad primordial primordial.. Somos seres seres profundamenprofundam ente necesitados de afecto y de estima. estima. • Pero esta necesidad, aun siendo la la más imperiosa y también la más entrañable que tenemos, muy a menudo menud o es la que más nos cuesta c uesta admitir admitir,, seguramente porque implica reconocer/admitir reconocer/adm itir a la vez la necesidad del otro, y darnos cuenta de ello nos hace sentir sentir débiles, dependien de pendientes, tes, vulnerables, y deja un margen muy estrecho a la vanidad, al orgullo, a la autosuficiencia, y a tantas otras cosas que nos producen sensación de grandeza, pero a costa de renunciar a la autenticidad y de aumentar la la soledad. soledad . • Para crecer física y psíquicamente sanos tenemos que sentirnos amados por po r el otro y a la vez vez debemo debe moss aprender apre nder a amarlo. • La educación de las emociones sólo será enriquecedora y efectiva si parte de esta necesidad y se dirige hacia ella. Yo necesito al otro y el otro me necesita a mí. Vivir y educar nuestras emociones nos debe conducir hacia la sintonía mutua, y de aquí hacia el horizonte ético que supo s upone ne tomar tom ar conciencia de que yo soy el otro para el otro, y que
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juntos jun tos tenem ten emos os que empe em peza zarr proy pr oyec ecto toss comu co mune ness que prom pr omuev uevan an la dignidad y la felicidad conjunta. • Conviene Conviene que seamos autónomos autónom os y aprendamos aprendam os a darnos cuenta de la dosis de afecto que necesitamos para seguir adelante y que podemos proporcionarnos nosotros mismos. Pero para encontrar el equilibrio tenemos que caminar hacia la interdependencia, y no hacia la independencia, y esto significa compartir lo que somos y sentimos para avanzar conjuntamente, ser capaces de dar y recibir afecto, y también de pedirlo cuando cua ndo nos hace falta. falta. Sólo S ólo desde d esde el afecto y desde la estima podremos asumir y pedir responsabilidad. • La necesidad del otro no la debemos vivir como una debilidad, sino como la más rica rica en posibilidades posibilid ades de todas las necesidades nec esidades humanas. humanas. Mi m a y o r r r i q u e z a
es el o t r o
• El valor más grande grande no es lo que sé, lo que hago o lo que tengo. tengo. Ni N i tan sólo lo que soy. Es lo que soy capaz de compartir. • Mi mayor riqueza es el el otro. otro. La L a interacción y el intercambio que se establecen en la interrelación interrelación me permiten permiten descubrir descub rir lo que puedo pue do ser y compartir, ampliar y aceptar lo que soy. El otro actúa como estímulo, reflejo reflejo y soporte. Acerca A cerca y ensancha mi mundo emocional y me me abre un universo extraordinariamente rico de posibilidades que no podría descubrir ni recorrer recorrer nunca solo. solo. Pero P ero a veces ejerce ejerce también de ob stáculo, me pone en contacto con mis limitaciones y me obliga a revisarme, a superarme y en última instancia a aceptarme. • La identidad personal personal la la vamos vamos conformando a travé travéss de todos los ded emás que dejamos dejamo s penetrar en nosotros. Por P or eso hemos afirmado antes que sin «ti» no soy nadie. • Necesitamos otros con quienes poder trenzar y compartir proyectos vitales, porque cada persona con la que nos relacionamos moviliza una parte desconocida o latente de nuestro yo y nos amplía de esta manera los horizontes personales y colectivos. • Cada relación nos hace ser algo que nunca hubiésemos sido sin ella. • Pero la relación relación con el otro no está exenta de problemas. El otro rere presenta a menudo una fuente importante de conflictos. Esto es inevitable y no tiene tiene por qué echarnos atrás. atrás. El E l conflicto no debe condu co ndu-cirnos necesariamente al trastorno emocional em ocional o a la ruptura. Pued P uedee ser enriquecedor —e incluso agradecido— si aprendemos a afrontarlo con una actitud responsable.
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• A veces no es nada fácil. Otras nos cuesta entendernos. Pero aunque así sea, podemos decidir que deseamos entendernos y hacer todo lo que esté en nuestras manos para p ara conseguirlo conseguirlo.. • En realidad, si deseamos una existencia mínimamente tranquila y feliz, no tenemos otra alternativa que entendernos. La construcción de la identidad personal no termina nunca y no es posible sin la intervención del otro. • Cuidarse de él y trabajar por la dignidad conjunta conjunta es es aumentar la propro pia felicidad felic idad y la de las personas p ersonas que tenemos alrededor. alrededor. d e l c o n t a c t o E l c a l o r d
• La emoción no se puede vivir desvinculada del cuerpo. • L a relación relación entre entre el bienestar emocional y el bienestar corporal corp oral es ese strecha. • El bienestar corporal se increme incrementa nta con con la calidez calidez que nos proporcio prop orcio-na el el contacto afectuoso con los demás, y más aún cuando cua ndo esta calidez se traduce en una sensación táctil especialmente agradable. Cuando somos acariciados con frecuencia, frecuencia, brillamos brillamos por p or dentro y por po r fuera. fuera. Cuando acariciamos, también. • Pero en la era de la comunicación, cuando tenemos a nuestro alcance una gran cantidad de lenguajes y casi todos procuramos aprender cuantos más mejor mejor,, la mayoría mayoría de nosotros desconoce descono ce las posibilid pos ibilidaades de nuestro cuerpo cu erpo como vehículo vehículo de comunicación afectiv afectiva. a. • Conocer Conoc er nuestras emociones y sintonizar sintonizar con las las de los demás dem ás sólo tiene sentido como paso previo para llegar a ser capaces de sentir y manifestar afecto. Y en la comunicación afectiva, afectiva, el cuerpo tiene un papa pel muy destacado. • A pesar del culto culto que se le le rinde rinde desde diversos ámbitos como la la moda o la pornografía, el cuerpo continúa siendo siendo tabú, y la incomodidad incomod idad que nos produce tocar a los otros o ser tocados por ellos nos impide educarnos expresamente por el contacto y gozar de las sensaciones que éste nos podría producir. • Aprender el lenguaje lenguaje del cuerpo para par a aumentar la capacidad capac idad de sentir sentir y expresa exp resarr afecto es necesario y tonifi tonificante. cante. La L a comunicación entre dos personas alcanza alcanza un momento momento mágico cuando dos miradas m iradas entrecruzaentrecruzadas o dos do s manos man os que qu e se entrelazan entrelazan consiguen decirse desde de sde el silencio silencio y la sintonía emocional profunda lo que ninguna palabra conseguiría transmitir.
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• Una Una caricia, tanto si es física, verbal, gestual como simbólica, puede ser esquiva y ruborizante en sus primeros intentos, pero no por eso deja de ser atractiva, y llega a ser extraordinariamente deliciosa y agradecida cuando conseguimos integrarla con naturalidad en nuestra manera de ser y acabam acab amos os convirtiéndola en hábito hábi to en nuestra forma de relación con los demás. • Los programas de desarrollo emocional deberían plantearse como uno de sus objetivos prioritarios la educación del cuerpo como fuente y receptáculo de emociones, y como vehículo de comunicación afectiva. La integración de la educación del cuerpo desde esta óptica es una tarea compleja y que puede pu ede topar topa r con resistencias resistencias y tabúes que están socialmente bastante arraigados. Somos conscientes de esta cuestión, cuestión, pero pensamos pe nsamos que estaría bien propiciar propicia r formalmente formalmente la vivencia de momentos y de sensaciones de calidez a partir del contacto, para que éstos se lleguen a vivir de manera saludable y positiva. Co n s t r u i r u n
proyecto vital
• Construir significa idear y realizar proyectos, pero en un sentido dinámico y no estático. Cuando hablamos de construir un proyecto vital, es necesario hacerlo concienciados de que se trata de una tarea con un sentido de continuidad, que iremos realizando a lo largo de toda nuestra vida y que deberemos revisar periódicamente. Dicho con otras palabras, palabra s, esto significa significa que tenemos que estar alerta para que lo que construimos no se convierta en un muro dentro del cual nos quedemos encerrados. • Proyectar significa hacer planes de futuro en función de un presente. Manifiesta el el deseo de orientar el el presente —que — que deja de serlo a cada instante— instante— hacia un un futuro inmediato o a largo largo plazo. Exp E xpresa resa la determinación terminación voluntaria voluntaria de reducir la indeterminación indeterminación de lo que debe pasar pasa r en función de lo que quiero que pase. • El proyecto vital responde a preguntas como: ¿qué quiero hacer con mi vida? ¿Cómo puedo realizar mis aspiraciones? Pero también, ¿cómo contribuyo a la mejora de los demás y del entorno y qué puedo aportar a las aspiraciones colectivas? Es la razón de ser y el aglutinante de las decisiones y proyectos parciales y temporales que voy efectuando en los diferentes ámbitos de mi actividad personal. • La dialéctica del del desarrollo personal, a través través de nuevas experiencias, conocimientos y sentimientos, hace avanzar el sentido que yo otorgo
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a la vida y me permite dar una respuesta más reflexionada y globali globalizazadora a las preguntas que hemos formulado antes. antes. • En todo momento, por tanto, el proyecto queda abierto a nuevas in corporaciones, corporacio nes, porque po rque se va incrementando incrementando el conocimiento y la viven viven cia de mí mismo y del entorno, y afinando el sentido que qu e doy a mi vida. vida. • En la medida en que me planteo un proyecto vital, significa que asu mo la responsabilid resp onsabilidad ad de mi vida, vida, que la afronto viviend viviendoo intensa mente lo que me toca vivir, haciendo las contribuciones que deben permitir mejorarla, y transformando las dificultades en retos y opor tunidades de superación. Significa que asumo mi responsabilidad en relación a los demás demá s para par a ayudar en el cumplimiento de d e sus proyectos, para contribuir a hacer la vida más humana y creativa. • El realismo, orientado e interpretado, está en la base del proyecto vi tal. Aporta el punto de partida de lo que siento que soy y de lo que creo que puedo ser o deseo ser y conseguir. Y, por tanto, también me instala en la utopía («necesaria», recordemos) que refuerza el realismo y lo proyecta proyec ta hacia el futuro. De alguna forma me proyecta más allá de lo concreto, pero sin desconectarme de él. • Mi singularidad, singularidad , la forma como vivo, vivo, siento y entiendo la realidad y la colaboración con los demás es lo que q ue especifica el proyecto y la forma de actuación, una singularidad, por po r otro lado, ligada ligad a a los demás e in terdependiente de ellos. ellos. En la medida en que responde respond e a esta singula ridad, el grado grad o de satisfacción satisfacci ón personal per sonal y el nivel nivel de contribución contribució n e in fluencia positiva posit iva sobre sob re los otros o tros harán viable y estimulante el proyecto que se incardina en lo individual y lo colectivo. colectivo. Aporta Ap orta lo que es pro p ro pio a un conjunto conjunto de singularida singularidades des «prop «p ropias» ias».. • La integración progresiva en el proyecto de todas las dimensiones de la persona perso na da d a consistencia a las actuaciones en los diferentes campos. Informa de los distintos proyectos, actividades, relaciones, mensajes, role ro les... s... y dota de la necesaria flexibilidad el planteamiento planteamiento de nuevas nuevas situaciones y la interpretación interpretación de los cambios que se van produciendo produciend o en el entorno. Reduce la indeterminación y las contradicciones entre las decisiones que uno se ve obligado oblig ado a tomar a causa de las responsa respo nsa bilidades bilidad es concretas que debe de be asumi asumir. r. • La coherencia que genera el proyecto vital procede de una toma de posición que lo sitúa en una una autenticidad básica. L a persona p ersona intenta intenta articular de una forma constante lo que siente y piensa y lo que mani fiesta y hace, los intereses personales con los colectivos, el presente con el futuro, los errores y los aciertos, lo real y lo posible pos ible,, querer quer er y el deseo de ser querido.
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• Los Lo s retos de nuestra socied ad en el momento actual y en el el futuro tie nen mucho que ver con este planteamiento. planteamiento. Los L os cambios sociales y las tensiones activas activas que afectan a los individuos por lo que qu e respecta respec ta a los valores, las formas de vida, la pérdida de certidumbres y la uniformización zación acentúan acentúan la tendencia a la actuación oportunista oport unista y al doble jue jue go. Reencontrar Reencontra r a la person per sonaa y recuperar recup erar el sentido de d e lo colectivo y de la cohesión entre los hombres es un imperativo que reclama la recu peración de lo que es básicamente básicamen te humano y solidario. • Con respecto a la educación, la aplicación mayoritaria del sistema educativo, que recibe siempre el impacto de las nuevas situaciones sociales, refuerza la vertiente cognitiva de la enseñanza-aprendizaje, ampliando los contenidos, el rigor evaluativo, el esfuerzo para pre parar conceptualmente para el posterior ejercicio profesional, sin haber averiguado averig uado cuáles son las condiciones que permiten afrontar la la nueva situación. Cada vez más, desde el mundo del trabajo, por ejemplo, se insiste en la necesidad de competencias de tipo personal, relativas a la toma de decisiones, a la animación de equipos, al en frentamiento del conflicto, a la visión positiva y creador crea doraa del trabajo. La persona aparece como la base para lograrlo en el ejercicio profe sional posterior. • La formación de la persona no debe ser un elemento añadido a lo que se enseña, sino la que orienta y da coherencia al conjunto de los apre a pren n dizajes. La L a integración integ ración de razón y emociones, emociones , de d e ciencia y de vivencias vivencias personales, el establecimiento de relaciones positivas y estimulantes, la creación creación de espacios es pacios de intercambio y de de trabajo conjunto, conjunto, la reali zación zación de proyectos relacionados re lacionados con situaciones reales reales y la colabora colab ora ción entre los agentes educativos deben dirigir a las futuras genera ciones ciones a la elaboración «vivida «viv ida»» de los valores, valores, y a responsabilizarse de la mejora personal p ersonal y social. social. • De hecho, el proyecto vita vitall es la la expresión de un compromiso comprom iso con uno mismo y con la colectividad, desde una perspectiva global, en todos los escenarios y cuestiones. Es la definición del compromiso ético y emocional con los demás. Si n g u l a r i d a d y s o c i a l i z a c i ó n
• Las La s emociones nos dan la valoración valoración de lo que pasa en nuestro entor no. no. En función función de las emociones la realidad rea lidad se hace significativa significativa para mí, la vivo de una forma personal, diferente de como la viven los de
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más. Por eso hablamos de la la singularidad singularidad de cada cad a uno. uno. Somos So mos distin tos unos de otros, vivimos la realidad de manera personal. • Pero las emociones también tienen un contenido social. La conviven cia en un colectivo nos da a conocer unos significados mayoritariamente aceptado acep tadoss que transmiten emociones y facilit facilitan an las relaciones básicas. E s lo que q ue denominamos socializ socialización ación,, primaria o secundaria, según sea de d e la familia familia o de la escuela. • El aprendizaje debe suponer un proceso de diferenciación, de creci miento miento de la singularidad de cada cad a uno, y de socialización, socialización, de ada a dapta pta ción básica a la vida social. Detener el proceso personal a través de la homogeneización entre todos los individuos es tan negativo como prescindir de la vida social que permite el intercambio y el entendi miento. • El progreso de la sociedad depende de las aportaciones singulares de sus miembros. La presión social tiende, por otro lado, a uniformizar, a regul regular, ar, a generar generar seguridad cuando todos tod os nos parecemos. • Ya que las emociones singularizan, hacen que seamos diferentes, la sociedad socied ad las reduce a lo lo privado, o las desea idénticas idénticas para todos. N o está bien visto ni aceptado tener un estilo propio. • Tratar igual a los hijos o a los alumnos simplifica, es aparentemente más fácil. Con unas simples fórmulas podemos lograrlo. Los proble mas los tienen los demás, hijos o alumnos, que son quienes fracasan. Muchos hemos oído decir a padres padr es de famili familiaa expresiones como: «L o s hemos tratado a los dos igual y uno ha salido estudioso y obediente y el otro... al revés». La equivocación está precisamente en tratarlos igual. • L a atenció atención n a la la diversidad incorporada a nuestro nuestro sistema escolar escolar aña de una nueva vertien vertiente te a la tarea educativa habitual, habitual, que q ue expres ex presaa la ne cesidad de favorecer con el trato personal y el estilo variado de traba jo — más má s prep pr epar arac ació ión n y recu re curs rsos os— — el des d esar arro rollo llo pers pe rson onal al de tod to d o s y cada uno de los alumnos. La fuerza de la homogeneización es tan grande que los diferentes no son los creativos, sino únicamente los que no pueden pued en seguir el ritmo ritmo rígido y uniformizador del grup o más amplio de los que siguen. • Las consecuencias evidentes y bastante destacadas de los procedi mientos aplicados inciden sobre algunas de las últimas conquistas te óricas de la educación, como son la educación para todos contra la marginación y la construcción de la cohesión social. • Esconden, sin embargo, una consecuencia más persistente para la orientación de los individuos. Es la falta de referencias y aprendizaje
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sobre sob re la necesidad necesid ad de d e ser singular y particip part icipar ar a la vez vez en el el entramado social. • No hay una experiencia vivida vivida entre entre los dos polos p olos que permita encon trar el el equilibrio entre entre ellos. ellos. En E n lugar lug ar de respetar resp etar a todos, tod os, siento siento que se me me pide que me parezca a los demás dem ás si quiero ser admitido en el co lectivo mayoritario. Sentirse diferente equivale a ir contra corriente, exponers exp onersee a la exclusión o sufrirla. A quien no vive vive como los demás d emás se le considera socialmente amenazante, y para mantenerlo bajo control normalmente se le aparta de manera sutil. Basta con pequeñas desca lificaciones. • Aunque hay un entorno que favorece el intercambio desde lo que siento-sienten-sentimos, siento-sienten-sentimos, no se favorece que qu e se lleve lleve a cabo de una ma ma nera habitual, institucionalizada. Se acaba reforzando la idea de que se debe dar la respuesta que es necesaria y no entrar en contacto con los demás para p ara evitar desórdenes y problemas. • Aparte de las actitudes —y las posibles represiones— que qu e se gener generan, an, no se realiza paso a paso el aprendizaje de las relaciones sociales des de la propia afirmación afirmación personal. En E n el ámbito familiar o escolar ins tituidos, no se aprende a relacionarse, a avanzar en el conocimiento y la vivencia del otro, a generar actitudes de acogida empática, a enten der y justificar los puntos de vista de los demás, ni a vivir la dialéctica de la construcción de un nosotros hecho a partir del yo y del tú. • Esto genera inseguridad al proponer cosas diferentes a las correctas pero aceptada ace ptadass formalmente, formalmente, no capacita para el trabajo de intercam bio y para par a realizar un trabajo de equi e quipo po dond d ondee uno se pueda pue da sentir tan tan protagonista como los demás, o participar en la vida social desde las propias vivencias, aportando y recibiendo y sintiéndose persona sin gular como los demás. • Nos No s podríamos podríam os preguntar si esta forma de proceder genera individuos individuos fuertes, creativos y solidarios, si contribuye a asumir las diferencias y a avanzar en el entendimiento con los demás, si se prepara vivencialmente para asumir la democracia, para p ara sentirl sentirlaa como prop p ropia ia y contri buir a realizarla realizarla en en todos todo s los ámbitos ám bitos de la vida. Más M ás bien nos conduce conduc e a acomodarnos a los vientos vientos que q ue corren y a preocuparno preocu parnoss de nosotros mismos. Acabamos pensando que ésa es la respuesta. • También nos podríamos preguntar si nuestras quejas sobre el indivi dualismo actual y la falta de participación en la vida colectiva pueden dejar indiferente a la educación, como si se tratase de una cuestión que no nos afecta a los educadores educ adores porque porq ue supuestamente supuestam ente todo viene viene de la sociedad que, desafortunadamente, también somos nosotros.
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• Nos No s hemos preguntado: ¿por ¿po r qué nos nos cuesta tanto defender defender nuest nuestras ras posiciones posicione s y entendernos con los compañeros compa ñeros de nuestro centro, centro, de forma que podam p odam os trabajar en equipo con ello elloss y colaborar con toto dos los agentes educativos? • Adentrarnos en el propio mundo y los propios sentimientos es absolutamente indispensable para contribuir a impulsar el progreso colectivo, pero también debemos aprender a situarnos fuera de estos sentimientos y conducirlos hacia un punto donde sea posible el entendimiento con los sentimientos sentimientos del otro, la común satisfacción satisfacc ión y la participación activa en nuestra sociedad democrática. Ac t i t u d r e s p o n s a b l e a n t e e l c o n f l i c t o
• El conflicto es inherente al dinamismo de d e la vida e inevitable en en las rere laciones humanas. • Lógicamente, también lo es en la institución educativa. Esta ha adoptado una inercia de funcionamiento al margen de las personas y las emociones que es por sí misma generadora de conflictos. conflictos. Por Po r eso conviene que se desprenda de patrones antiguos y se abra a una nueva manera de vivir vivir y plantear plante ar la interrelación (educativa). (educa tiva). • El conflicto no debemos entenderlo como un fracaso o un contratiempo, sino como una ocasión de aprender a relacionarnos de otra manera y una oportun opo rtunidad idad de construir equilibrios más consistentes y de mayor alcance. • No será nunca un obstáculo que no podamos salvar si afrontamos el conflicto con una actitud responsable. La confianza en uno mismo y en el otro se encuentra en la base de esta responsabilidad respon sabilidad.. • Adoptar Ad optar una actitud actitud responsable signifi significa ca hacerse hacerse cargo de los propr opios desaciertos (en lugar de culparnos por ellos o de culpar al otro por sistema) y tiene en cuenta las repercusiones que la propia actuación puede pu ede tener sobre el otro. otro. Significa, Significa, además, ade más, ponerse po nerse en su lugar y mirar de entender y validar —desde — desde nuestro interior— interior— su postura po stura y su sentir. Y significa, finalmente, tratarlo con la máxima deferencia y delicadeza posibles. • Todo conflicto debe resolverse resolverse de manera manera que todas las personas afecafe ctadas se sientan satisfechas por haber sacado algún beneficio para su evolución evolución personal. • Ante un un conflicto no sirve sirve actuar como que no ha pasado pasad o nada, ni op tar por po r el silencio, silencio, ni emprender la huida o la retirada. retirada. Igualmente no
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sirve el lamento o la actitud derrotista, ni atribuirse una de las partes toda la responsabilida respon sabilidad, d, ni entrar en una espiral de excusas excus as y de justificaciones. Y, por supuesto, no sirven las recriminaciones ni la agresión abierta o encubierta al otro. • Dejar pasar el tiempo tiempo tampoco tam poco sirv sirvee de gran gran cosa c osa porque porqu e el tiempo tiempo por sí solo solo no arregla nada. nada. Cuando Cua ndo hay discrepancias, lo primero que hace falta falta para encontrar una solución solución óptima óptim a es el deseo profundo profu ndo de encontra encontrarla. rla. Esta aspiración, aspiración, que debe ser compartida com partida por po r las las partes en conflicto, debe deb e apoyarse apo yarse en un afecto sincero, en una voluntad perpe rsistente sistente de consenso y en una una buena disposición d isposición para hacer concesioconcesio nes por parte de todos los implicados. Dejar transcurrir un tiempo puede ser necesario para que se calmen los ánimos cuando las emociones están están alteradas, pero per o si este tiempo se prolonga prolong a más de d e la cuenta, acaba denotando un desinterés que puede interpretarse como una huida o como una agresión. agresión. • Además, los problema prob lemass que no se afrontan afrontan en el momento oportuno op ortuno y de la manera apropiada van creciendo a la sombra y puede llegar un momento en el que implosionen implosionen o explosionen, complicando complica ndo todavía más la situación. • Afrontar los problemas problem as significa significa acordar conjuntament conjuntamentee una solución, solución, y no que una de las partes part es la imponga impon ga a las otras de manera autoritaria o irrevocable, sin que sea admitida o asumida por los otros, como sucede a menudo menud o en diversos contextos, con textos, y especialmente en el educativo. educativo. • Una de las peores cosas que puede suceder cuando hay un conflicto es que una una de las las partes se niegue niegue en redondo redond o a buscar busc ar soluciones. La La corriente de afecto y de confianza mutua se daña o se rompe cuando hay alguien que renuncia o abandona. Esta actitud es indicio de que no se quiere buscar ninguna solución que no sea la propia, o que la persona o el problema no importan lo suficien suficiente te como para pa ra que mem erezca la pena buscar ninguna otra. Quedarse sin alternativas puede ser vivido por la otra parte (u otras partes) como una agresión a su dignidad que según las circunstancias puede llegar a ser emocionalmente traumática. • En cambio, el hecho de que las diversas partes no escatimen escatimen esfuerzos para pensar y ensayar soluciones denota una voluntad conciliadora que es por sí misma reparadora y contribuye a crear vínculos o a reforzarlos.
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SEDÚCETE PARA SEDUCIR y humanismo
• L a educación educa ción de las emociones reúne reúne los los requisitos para convertir convertirse se en un puente puen te o nexo nex o de d e unión entre ciencia y humanismo. • Nunca Nun ca la ciencia ciencia había estado tan cerca como ahora de la afectividad, afectividad, la felicidad y toda una serie de cuestiones similares que han sido las preocupac preoc upaciones iones y las aspiraciones vitales vitales del ser humano a lo lo largo de todos todo s los tiempos, tiem pos, y que habían contemplado contem plado la filosofía, la literatura literatura y más recientemente recientemente también la psicología, la pedag p edagogía ogía y otras ciensuficiente ente fuerza ni ni fortuna como para pa ra cias humanas, pero no con la sufici que se contemplasen formalmente dentro de la educación con la entientidad y los los requisitos req uisitos que serían serían necesarios. necesarios. • Ciencia y humanismo deben encontrar su punto de fusión, y la primera no debe de be convertirse convertirse exclusivamente en un instrumento instrumento al servicio servicio del segundo. Podríamos decir que durante los últimos años la «ciencia» cia » planificaba, el humanismo hacía en en función función de lo planificado por p or la ciencia, y finalmente ésta evaluaba, y en en función de los resultados result ados de las evaluaciones se replanteaba, a veces muy muy «fríamente» «fríame nte»,, la acción. acción. • L a neurociencia neurociencia está está poniendo de manifies manifiesto to que esta esta actuación actuación «fría» «frí a» y desafectada no acostumbra a ser eficiente para el bienestar de las personas persona s y de los grupos grupo s sociales de los que éstas forman parte. • Por Po r desconocimiento de las emociones emociones y desconsideración de su importancia para la vida humana, hemos adoptado comportamientos emocionalmente emocionalmente inadecuados que han han aumentado nuestra incompeincompe tencia emocional al potenciar los mecanismos racionales y corticales de nuestro cerebro en detrimento de los emocionales y organísmicos. Dicho con otras palabras, unos hábitos de funcionamiento deficiente pueden acabar desarrollando y fijando unas estructuras deficientes o deficitarias. • Una educación de las emociones emociones con unos unos fundamentos fundamentos biológicos biológico s de base y un planteamiento ético de fondo puede reparar estas desviaciones, ciones, estimulando — a partir de la profunda profund a conexión entre entre lo que el ser humano es y desea— la creación de enlaces cerebrales nuevos cada vez más consistentes y menos lábiles, que q ue lleguen a fijarse como heh emos fijado a partir del uso los mecanismos racionales. racionales. • El objetivo último último es que a base de generacio generaciones nes queden incorporados incorporad os al código genético de la especie y deparen al conjunto de la humanidad este salto cualitativo cualitativo en su evolución evolución que qu e seguramente es —y ha ha sido— un sueño intemporal compartido por todas las personas, tanto las que nos dedicam os a la educación como las que no. no.
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• El humanismo debe erigirse sobre una base biológica que aporta la ciencia, ciencia, y la ciencia, consciente de d e sus límites, límites, ha de dejar d ejar hacer y avan zar en en el humanismo. humanismo. Dama Da masio sio deja d eja muy claros los límites de la ciencia en dos aseveraciones que podemos encontrar respectivamente en el introducción de su libro: «M e gustaría poder pod er de d e post scriptum y en la introducción cir que que sabemos sabem os con seguridad la manera por po r la que el cerebro se mete mete en el el asunto de produc pro ducir ir la mente, mente, pero no pued p uedo; o; y siento siento decirlo, na die puede [ ...] .. .] Quizá la complejidad de la la mente mente humana humana sea tal tal que la solución solución del problema no podrá po drá saberse nunca debido debid o a nuestras nuestras limi taciones intrínsecas» (Damasio, 1996/2001, págs. 237,15). • En el caso concreto de la neurobiología, estos límites están relaciona dos con la singularidad y con la socialización. Por un lado, la estruc tura y las conexiones cerebrales cambian de una persona a otra. Los circuitos y los hábitos neuronales son únicos y diferentes en cada per sona no sólo sólo por la dotación genética específica de cada ca da individuo, si no también como consecuencia de la historia y de las circunstancias personales también únicas de cada organismo. Por si todo esto fuese poco, poc o, las únicas investigaci investigaciones ones con las las que se cuenta proceden de p a cientes con lesiones o enfermedades, y de animales. Por otro lado, la configuración del cerebro cere bro humano y el el comportamient comp ortamientoo que de ésta se deriva deriva dependen depend en a la vez vez de las características del contexto context o socio-cul tural en el que está inmerso el individuo. • Esta cuestión, cuestión, que por po r una parte pone de manifiesto manifiesto la dificultad — in cluso la imposibilidad— que tiene la ciencia para llegar a explicacio nes universalme universalmente nte válidas y para realizar realizar aproximacione aprox imacioness suficiente mente precisas a los casos individuales, por po r otra obliga oblig a a la educación educación a prestar una atención cada vez más detallada a la singularidad como única fórmula fórmula posible po sible para p ara mejorar m ejorar la colectividad. • Podemos terminar diciendo que la diversidad —o la singularidad, que es la expresión individual individual del fenómeno colectiv colectivo— o— se sustenta en la ciencia y que debe ser acogida desde la más pura tradición humanista. Re c u p e r a r e l
d i á l o g o c o n l a naturaleza y el a r t e
• La naturaleza y el arte son dos fuentes poderosas, complementarias e inagotables de emociones, em ociones, pero no sólo de emociones emocio nes estéticas. estéticas. • L a luz, los colores y las formas que percibimo pe rcibimoss y que configuran nues tros paisajes y ambientes ambientes habituales nos condicionan c ondicionan y repercuten en en
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nuestro estado de ánimo. ánimo. Pero cuando cua ndo hablamos de recuperar el diálo go con la naturaleza y el el arte, arte, deseam de seamos os ir más allá de esta repercusión invisible invisible y evidente que estos componentes componen tes de la realidad r ealidad tienen tienen sobre nosotros. L o que pretendemos recuperar es que una y otro nos sirvan sirvan de estímulo, de reflejo y de reflexión para reencontrar emociones y potenciales humanos que han han sido descuidados descuidad os u olvidados. Debemo Deb emoss recuperar el diálogo con la la naturalez naturalezaa porque entre noso tros y ella hay una conexión muy estrecha. Formamos parte de ella y por este motivo nos puede pu ede transporta tra nsportarr muy muy fácilmen fácilmente te a nuestro mun do interior y favorecer la sintonía con nuestras propias emociones y las de los demás. A través de la contemplación y el el conocimiento conocimiento del entorno natural, natural, de los calendarios calend arios de la vida, de sus cuatro estaciones, de los ciclos del agua, etc., podem pod emos os entrar en contacto con lo que sentimos, encontrar respuestas a interrogant interrogantes es personales y descubrir paralelismos asom a som brosos con nuestra vida. A medida que nos adentramos en ella, nos damos cuenta de que no somos tan diferentes al resto de seres vivos. En la vida de los animales y de las plantas, y en la observación de di versos fenómenos naturales, naturales, podem os encontrar encontrar explicaciones a mu chas de las cosas co sas que qu e hacemos, que qu e sentimos o que nos pasan, e inclu inclu so llenamos de sentido nuestra vida. Pero sobre todo, dirigir dirigir la mirada a la naturaleza naturaleza puede pue de devolver devolver la va nidad humana al lugar que le corresponde. El E l ser humano ha luchado y sigue sigue luchando para someter y dominar la naturaleza, naturaleza, y muy a me nudo se ha creído superior a ella ella.. Si profundizamos en las formas de vida del reino animal y vegetal veremos que no es cierto que estemos por encima de ellos. El contacto, el conocimiento y los últimos estu dios del genoma genom a nos deben hacer reflexi reflexionar, onar, y debemos debem os darnos cuen ta de que formamos parte de un delicado equilibrio natural que entre todos hemos de contribuir a sostener. Precisamente por haber olvida do que nosotros nosotro s también provenimos provenimo s de la naturaleza y que formamos parte de ella ella hemos hemos acaba a cabado do deshumanizándonos. L a plenitud del ser humano exige e xige un diálogo a tres bandas: band as: yo-e yo-ell otrootroel universo. Con respecto re specto al arte arte,, tiene una destacada desta cada finalidad o verti vertiente ente estética, estética, a veces veces compleja com pleja también, una importante función terapéutica, pero por po r encima de todo nos interesa destacar su potencial potencial para ponernos en contacto con nuestras emociones y hacerlas hacerlas aflorar al exterior para compartirlas, dimensión esencial que ha sido dañada por la vertiente consumista que en nuestra sociedad habitualmente se le otorga a este
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tipo de manifestaciones. La música, la poesía, la fotografía, la danza, la pintura, la escultura, la arquitectura, etc., pueden provocar en no sotros impactos emocionales em ocionales profundos profundo s que qu e propician el autoconociautoconocimiento y nos deparan momentos inolvidables de magia y de plenitud. • A través del lenguaje prácticamente universal del arte, algunas per sonas con cualidades excepcionales pueden desplegarlas en benefi cio de todos los que de una forma u otra sintonizan con ellas. Las manifestaciones artísticas nos generan todo tipo de emociones por que en el fondo no dejan de ser una manera extraordinariamente peculiar que tienen estas personas de expresar y regular sus emo ciones. Por Po r eso el arte arte (en (en lugar lug ar de convertirse en territorio de la e x travagancia) travagancia) debería deb ería potenciarse potenc iarse como catalizador cataliza dor de la creatividad creatividad personal, como medio que permite expresar y compartir la singula ridad, y como como recurso extraordinario extraord inario para la vivencia vivencia y la educación de las emociones. • El arte armoniza elementos innatos con elementos adquiridos. Nece sita de la aportación de la naturaleza y de la técnica. De aquí que ten ga un protagonismo y una una repercusión emocional tan destacada. • Emociones, naturaleza y arte son tres elementos afines que, combi nándose de maneras muy diversas, pueden conseguir una perfecta simbiosis y desembocar en proyectos y creaciones de gran belleza, de profundos profun dos significados y de extraordinaria fuerza vital vital.. Co m p r o m e t i d o s
co n l a dignidad
• L a dignidad dign idad es un un principio fundamental fundamental que implica respeto respeto y admi adm i ración por la vida, y consideración y afecto para todos los seres vivos, sea cual sea el nivel madurativo o de evolución en el que éstos se en cuentren. • Es incompatible con el menosprecio de uno mismo y del otro. La hu millació millación n o la ofensa del otro no puede pued e tener nunca nada que la justi fique. fique. La propia, tampoco. • Viene a ser como un barómetro de nuestra capacidad de amar y a la vez como un radar que nos alerta ante expresiones, insinuaciones, ac titudes y conductas que pueden suponer un desaire o una agresión psíquica o física para otro organismo vivo, incluidos nosotros mismos. También termina termina siendo el motor moto r que nos empuja em puja a reparar el mal que hayamos hayamos pod p odido ido hacer si alguna vez vez hemos incurrido en este tipo de despropósitos.
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• El compromiso de cada persona con la dignidad de la la vida vida humana humana —en cualquiera de sus estadios y manifestaciones— es uno de los valores éticos hacia el que deberíamos debería mos encaminar la vivenc vivencia ia y la educación educ ación de las emociones. • Este compromiso comprom iso debe nacer de una estrech estrechaa simbiosis entre entre emoción emoción y reflexión reflexión.. L a dignidad no se aprende en una clase clase de ética estudiando la Declaración de los Derechos Humanos. El mero hecho hecho de pensar que es buena bue na y necesaria necesar ia no la la garantiza. Su importanc im portancia ia hay hay que sentirla tirla muy dentro de nosotros. Requiere, por p or lo tanto, tanto, una capacida capa cidadd de experimentar sentimientos auténticos y diferenciados de tristeza, dolor, lor, entusiasmo entusiasm o y afecto que qu e nos despierten su s u anhelo. anhelo. • L os valores humanos se adquieren —igual que el conocimiento conocimiento de las las propias prop ias emociones y del mundo que nos rodea:— rodea:— a través través de un pro p ro-ceso de identificación y de construcción personal. • Todo valor humano es más consistente y tiene tiene más fuerza si es sentido además de pensado. pensad o. Sólo la persona que reconoce y a veces sufre sus propias prop ias carencias, pero a pesar de todo tod o está dispuesta a aceptarlas y a convivir con ellas, es permeable al sufrimiento del otro y acepta sus equivocaciones sin desacreditarlo. Si reconocemos de una manera no traumática que a menudo cometemos errores, que nunca estamos terminados ni sabemos lo suficiente, perdonaremos más fácilmente los errores del otro y será menos probable proba ble que le le hagamos pagar pag ar de algua lguna manera manifiesta m anifiesta o sutil lo lo que qu e nos ha hecho y no nos gusta. • Comprometernos con la dignidad supone desarrollar un sentimiento de solidaridad hacia cualquier cualquier forma forma de vida —humana o no— , a parpar tir tir de un sentimien sentimiento to de igualdad iguald ad que arraiga en la profundida profun didadd emoem ocional cional y que no permite que nadie se sienta sienta por po r encima ni por po r debajo de otro. La equivocación, la limitación o la diferencia de otra persona no nos da nunca derecho a situarnos por encima de ella. • La actitud emocionalmente responsable y madura es incompatible con la creencia en grupos que se definen por su oposición o enfrentamiento miento a otros grupos grupo s diferente diferentes. s. «A « A l madurar, la la gente deja de creer en band ba nd os os»» (Wool (Woolf, f, 1997, pág. 175) 175).. Todos deberíamos d eberíamos estar del mismo lado: el de las personas que, a pesar de su condición humana imperfecta e inacabada, reconocen en sí mismas y en el otro la voluntad de aprender apre nder y la capacida cap acidadd de hacerlo cada vez un un poco po co mejor, mejor, y se se ofrecen las las oportunida op ortunidades des necesarias para conseguir conseguirlo. lo.
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nueva r e n o v a c i ó n p e d a g ó g i c a
• La educación educación «es un factor indispensable indispensable para que la la humanidad humanidad pueda conseguir los ideales de paz, libertad y justicia social», y «dese «d esem mpeña un papel fundamental fundam ental en el desarrollo de las personas y las so ciedades» (Delors, 1996, pág. 11). Lo hemos recogido antes, y nos servir serviráá de punto de partida para destacar la necesidad de una nueva nueva renovación de la educación. • La evaluación de la realidad del sistema educativo desde un punto de vista emocional emocional nos permite constatar con statar lo que la práctica práctic a nos dice y todos sabemos: que éste genera angustia, estrés, frustración y muchas otras insatisfacciones en las las personas pers onas que lo sufren, especialmente en determinados momentos o etapas que podemos denominar críticas (final (final de curso, épocas época s de evaluación, etc.) etc.).. A todo to do esto debem d ebemos os añaañ adir la falta de atención a las crisis emocionales propias del desarrollo de cada cad a individuo. individuo. Ante datos como éste no sería lógico idear estrateestra tegias emocionales para hacer frente frente a una realidad desvirtuada. d esvirtuada. Lo L o que es necesario necesario en este caso es modificar esta realidad académica, cambiar la manera de plantearla y de organizaría en lugar luga r de la percepción percepc ión que tenemos de ella y la manera maner a de d e vivirla vivirla.. • N o podemos podem os seguir hablando de personas que fracasa fracasan. n. Quien fracasa es el sistema educativo que tenemos y los que contribuimos a perpetuarlo con actitudes vitales inmovilistas. • La formación ha de convertirse en modelo de lo que desea fomentar. Si se propone incrementar la satisfacción vital, debe convertirse ella misma en elemento de satisfacción, y no únicamente de presión y tensión, sión, como com o lo está siendo a menudo. • Quizás el estado de ánimo produci prod ucido do por p or la manera en que se han han llevado a cabo cab o ciertas transformaciones y también algunos olvidos o dede formaciones que éstas han comportado han sembrado el desánimo y el escepticismo escepticism o entre entre el el profesorad prof esorado. o. Como Com o consecuencia, muchas veces sólo se intervie interviene ne de urgencia con estrategias puntuales que, aunaun que puedan ser innovadoras, pierden de vista el sentido global, los fundamentos que deben sustentar cualquier iniciativa y el horizonte de sentido hacia el cual debe dirigirse la educación. • Se puede pued e decir que la evolució evolución n de la educación es la expresión del esfuerzo de la generación adulta para ayudar a las nuevas generaciones generaciones a acceder a la propia prop ia madurez personal persona l y para consolidar consolid ar y mejorar la sociedad de la que forman parte. En función de los adultos y de su modelo de persona perso na y de sociedad, socie dad, la madurez y la contribución a esta
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última revisten revisten formas y expectativas expectativa s diferentes para los jóvenes. Y, Y, en consecuencia, los valores y la enseñanza-aprendizaje tendrán concre ciones diferentes. • N o cabe duda d uda de que los cambios educativos recib reciben en un un impacto impacto fun damental de las transformaciones y las tensiones que experimentan experim entan las sociedades socieda des tanto con relaci relación ón a las nuevas nuevas expectativas personales co c o mo a las exigencias de inserción y de innovación sociales. Esto se tra duce para pa ra la educación en una determinada situació situación n permanente de crisis, ya que las transformaciones sociales se producen de una forma gradual gradu al que va minando el orden pedagógico pedag ógico establecido, indispensa ind ispensa ble, por po r otro lado, para generar confianza confianza y seguridad segurid ad en los adultos y en los niños y los jóvenes. • Esta influencia gradual de las transformaciones sociales sobre la edu cación nos lleva a considerar la necesidad de una renovación constan te realizada por los educadores, fruto de su preparación, la ilusión constante y creativa por el trabajo, y el amor por los niños y los jóve nes, y por el progreso social. • Básicamente la formación de los educadores educad ores no contribuye contribuye a desvelar desvelar el entusiasmo, ni a cultivar las emociones, imprescindibles para una tarea que se realiza a través de la relación personal y el trabajo con junto jun to prof p rofeso esor-a r-alum lumnono-gru grupo po.. • Lo Loss cambios educativos educativos realizados a medida que van van apareciendo apareciendo las necesidades parecen más adecuados que las grandes reformas educativas, que generan tantos —o más— inconvenientes que ven tajas. Un planteamiento como éste representa un revisión en pro fundida fun didadd de las relaciones relaciones que qu e se establecen entre la la administ adm inistración ración y los centros educativos, y de éstos con el entorno y las familias. Un clima de estímulo mutuo, de colaboración, de interés real por la educación y de vinculación a un territorio asequible dibujarían el nuevo escenario. • Volvamos al doble objetivo señalado antes: la madurez personal y la contribución contribución a la sociedad. A pesar pe sar de la complementariedad complemen tariedad que tie nen los dos aspectos —parece necesaria una determinada madurez personal perso nal para pa ra contribuir co ntribuir a la mejora de un colectivo colectivo— — , su articulación articulación práctica no ha sido demasiado fácil ni está lo suficientemente recono cida. Recordemos Recor demos la insistenci insistenciaa de Dewey en advertir que la la existen existen cia de la educación sistemática no ha de representar que la formación personal de los chicos y las chicas quede excluida y sea responsabili dad exclusiva de la familia. Las discusiones actuales sobre la abdica ción ción de las familias familias en en la escuela o las frases «nos «no s hemos prepar pre parado ado p a
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ra enseñar una materia y no para ser educadores» mantienen viva la polémica con matices diversos. • L a aparición del del concepto de educación integra integrall —de la mano del del movimiento de la escuela activa— representa una toma de posición clarificadora sobre la la cuestión cuestión.. La L a educación ed ucación debe atender todas las capacicapaci dades del individuo individuo,, las debe deb e desarrollar al máximo máxim o para que la persona llegue a su madurez y de esta forma contribuya al al progreso progr eso y al bienesbien estar social. social. Recordemos Record emos que el nacimiento nacimiento de la propue pro puesta sta reviste reviste más la forma de una simple renovación que de una gran reforma venida venida desde desd e arriba. En este sentido, es importante consignar el debate existente en dicha época époc a sobre sob re la generalizació generalización n de la renovación propuesta. • N o cabe duda du da de que la intuici intuición ón anticipadora de los educadores renovadores también se enmarca en las transformaciones sociales y políticas políticas del momento y en el el avance científico científico.. La L a emergencia del nuevo nuevo mode m ode-lo de sociedad y de persona forzaba a un un cambio pedagógico ped agógico que los los impulsara y que permitiese a las nuevas generaciones vivir con plenitud y satisfacción — con felicidad— su vida. vida. Aparte Apar te de la consideración de utópico, el movimiento movimiento recibió todo tod o tipo de críticas y descalificaciones. descalificaciones. • Simplificando, en función del hilo de nuestro discurso, digamos que el progreso prog reso de la cienci ciencia, a, imponiendo imponien do el modelo científico científico como parapa radigma preponderante, reforzó reforzó la idea de nuestra cultura occidental de que la afectividad afectividad —el campo camp o emocional, decimos ahora— era un capítulo de la personalidad de cada uno y que la formación de las nuevas generaciones tenía que ser eminentemente cognitiva y de adquisición de conocimientos. Razón y emociones en la educación I M O M £j§j N Î iíÉÉt
Escuela tradicional
Preponderancia del conocimiento Negación de la emoción
Escuela nueva
Recuperación de la emoción Coexistencia desigual en favor del conocimiento
Ciencia pedagógica (finales s. xx)
Planteamiento científico-racional de la educación Olvido de la emoción
Nueva renovación (s. XXl)
Propuesta de integración Formación que conjugue conocimiento conocimiento y emoción em oción
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• L a evolució evolución n de nuestra sociedad y la recuperación recuperación del estudio de las emociones piden una nueva renovación, que más que en los currículos se debe deb e centrar en la manera de transmitirlos y en las actitudes a ctitudes per p er sonales de todos los que están están implicados en la formación formación de las perso pe rso nas en cualquier ámbito y nivel educativo. • Los cambios sociales y tecnológicos afectan a las formas de vida, las expectativas y los valores, e influ influyen yen profundamente profundam ente sobre sob re las perso p erso nas, su equilibrio y su identidad. Ante la globalización y el refuerzo del pensamiento único, se afirma la necesidad de potenciar la forma ción personal. En nuestra sociedad es tan indispensable aprender a conocer conoc er y aprender apre nder a hacer como aprender apren der a convivir convivir y aprender a ser. ser. • L a recuperación del estudio de las emociones emociones ha desvelado su función función global globa l en la la vida de la persona perso na y su implicación implicación constante en todas sus actividades. Las emociones tiñen toda la vida personal, intervienen en la adquisición y el ejercicio de los valores, en la concreción de las ex pectativas y las decisiones, en la adquisición del conocimiento y en la significación que éste tiene tiene para pa ra nosotros. Son la base de las relaciones constructivas entre entre las personas p ersonas y las sociedades. • L a renovac renovación ión actual comporta una educaci educación ón integrada integrada de la perso pers o na. Razón y emociones deben recibir la misma atención formativa, y ésta debe estar presente en todas las adquisiciones que realiza la per sona, desde de sde la reflexión ética ética hasta la preparación para p ara la profesión y la vida social so cial y política.
P a l a b r a s f in i n a le le s
L a obra o bra que qu e habéis tenido y tenéis en en las las manos nace de la seducción por las emociones, y la aventura que ha supuesto escribirla nos ha resultado seductora desde el primer momento. momento. Para P ara terminar terminar de redondearlo desearíamos haber conseguido con seguido que en los los lectores, a partir de su propio diálogo con la obra, se hayan despertado las ganas de seducirse para par a seducir, seducir, en el el sentido que qu e al principio princip io de este último capítulo capítu lo le hemos dado a esta expresión. Somos conscientes de la dificultad de conseguirlo, seguirlo, y po porr este motivo motivo nos gustará gu stará conocer cono cer las impresiones, sensasen saciones ciones y puntos de vista vista que haya haya podido pod ido despertar despe rtar lo que decimos, decim os, así como todo lo que podría p odría ayudarnos a mejorarlo mejorarlo y a alcanzar alcanzar plenamenplenamen te nuestros propósitos. Hemos ido construyendo estas páginas cerca del horizonte azul y abierto que el mar nos dibuja allí donde termina la ciudad, acompañados de un trasfondo de gaviotas y de sirenas de barcos, y rodeados por el afecto de unas cuantas presencias amables con las que intercambiábamos sonrisas, silencios y breves palabras. Los grises y los azules, las estampas apagadas y las estampas encendidas del puerto se han ido alternando de igual manera manera que los distintos estados estado s de ánimo en nuestro nuestro día a día. día. Pero incluso inclu so cuando cua ndo la lluvia lluvia o el cansancio cansan cio han sido copiosos, cop iosos, hemos hemos procurado seguir disfrutando disfrutando de cada paso. Si puede haber algo
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que lamentar, lamentar, sería no conseguir consegui r la sintonía que desearíamos desearía mos con el con junto de pers p erson onas as a las que nos hemos hemo s estado est ado dirigien diri giendo do y que en todo to do momento hemos tenido presentes, y más teniendo en cuenta el crecimiento miento emocional y humano que desde el punto de vista personal ha susu puesto nuestro propio prop io recorrido rec orrido a través través de estas páginas. páginas.
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EVA BACHOOBACHO(MANR HO(MANRESA. 1963) ESLI ESLICEN CENCIADA ENCI ENCIENCIAS NCIAS DELAED LAEDUCACIÓNPORLA UNIVERSIDAD ERSIDADDE BARCELONAY ES PROFESORAD RADf PRI PRIMARIA MARIA ENEXCEDENCIA VOLUNTARIA, SU PEC¡A ACTIVE PERMANENTETANTOD TODEPADRE? COMODEPROFESION FESIONALESDELA EDUCACIÓNDETODASLAS ETAPAS Y ÁREASfl)UOA¡ UOA¡' IVAS, IVAS, APARTIR PARTIR DFCICLOSDECONFERENCIAS, CURSOS, SEMI SEMINARIOS ARIOS Y TALLERES
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PEREDARDERVI ERVIDAL DAL (BA (BARCELONA, 1933) ESPROFESOR DELAUNI LAUNIVERSITÄT ERSITÄT AUTÓNOMA DE BARCELONA, LICE LICENCIADO ENFILOS FILOSOFÍA Y IDOCTORENCIENCIASDELA DELAEDUCACION. Sil REFLEXIÓN.SUSAgí AgíIVlDA VlDADE DES SYSUSPUBLICACIONESSEMUEVENEN VENENTO TORNOALAFO LAFORMACIÓN DELPROFESORADO, DE' LAORGAN ANIIZACION ACIONY YEVAL EVALUA UACIÓN CIÓND DE_LOSCENTROSEDUCATIVOS CATIVOSYDELGRUPO-CLASE, DELARENOVACIÓNPED NPEDAGÓGICAYDELA DELAFUNCIÓNDELASEMOCIONESEN NESENEL ELDESARROLLOPER LLOPERSONALYSOCIAL, ÚLTIMA ÚLTIMAMENTE HA IMPULSADOLA DOLACR CREACIÓN DELGRUPOD PODEESTUDIO EINVESTIGAC NVESTIGACION SOBRE LAS EMOCIONES DESARROLLOPER LLOPERSONAL YED YEDUCACIÓN •DPI ) FORMADOPORPROFESION FESIONALES DEDIFERENTES DIFERENTES ÁMBITO ÁMBITOS EDUCATIVOS. pere.darderfcÈuab.ès
NOSSEDUJOY UJOY NOSDEJAMOS SEDUCIR. Y ESTAMOSCONVENCIDOS DEQUE, DESDE EL PRINCI PRINCIPÍ PÍO O HASTA EL FINAL. FINAL. LAPRO LA PROPUESTA DE PERL DARDERV ERV EVA BACHOS SEDUCIRA. APORTACIÓNREFLEXI REFLEXIVA. RIGUROSA. CONVENCIDA Y VIVI VIVIDA DA DEDOSPROFESION FESIONALES DELA EDUCA CIÓN, CONLAVOLUNTADD TADDEABRIR ABRIR FIOEVASVÍASDEAPROXIMAC XIMACIÓNAL MUNDODELAS EMOCIONES. 1ASNUEVAS IDEAS‘ IDEAS‘Y Y OPINI PINIOO- : NFSEXPRESADAS. SUS.SENI SUS.SENIIIM1ENTOS Y EXPERIENCI EXPERIENCIAS, AS, N03¿E0.. N03¿E0..P0.Ct P0.Ct.'NTES SINO. TAMBIÉN PERSONALES, COMPAGINAN LOQUILCOS AUTORES SABENY BENY LOQUE HANVIVI VIVIDO. DO. NOSREGALAN LACA LACAPACIDAD DECONVERTIR RTIR LAPROPIA PIA VIVEN VIVENCI CIA A ENCQNOCIMI OCIMIEN ENTO. COM~ Ík£gQE k£gQEÓ$I Ó$I..tQ DEVIVIR COMPARTIENDOCONLOS.DEMÁS, DISFR DISFRUTANDOA DOAL MÁXIMO ÁXIMOPOSIBLE SIBLE DELAVI LAVIDA DA Y PARTICI TICIPANDOC DOCONJUN TAMENTE TAMENTE ENPRO ENPROYECTOSTRANSFORMADORES
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ESTEESELCOMPROMISO MISOREAL REALDELOSAUTORES: EDUCARLASEMOCIONES_SUPONEAPRENDERUNASERI SERIEDETÉCNI DETÉCNICAS CASPARAAFRONTAR LOSACONTECIMI NTECIMIENTOS DELAPROPI LA PROPIA A VIDA, VIDA, PERO, SOBRETO BRETODO, SUPONEADQUIRI UIRIR R MADUREZ EMOCIONAL PARAPODERI ERIMPLICARSE MPLICARSE £NLA £NLA TRANSFORMACIÓN ACIÓNSOCIAL SOCIAL A PARTIR PARTIR DE GRUPOS'EN S'ENQ QUELA PERSONASE SIENTE SIENTE ACEPTADA, VALORADA Y UTIL. UTIL. £L UBR' UBR'OSEDI OSEDIRt RtGE GE ATODOS, Af AfiUALQUI UALQUIER ER PERSONA, EDUCADORES, PADRES, MAESTROS, PROFESION PROFESIONALES DF DIVERSO DIVERSOS ÁMBITOS BITOS ETC., Y TIENE TIENE UNA FUNCIÓN DEPROVOCACIÓN, DE-ESTÍM DE-ESTÍMULO. DE REENCUENTROC TROCONUNOMISMO YC YCONFL OTROATRAVÉS DE UNA VINCU VINCULACIÓN LACIÓNEMOCIONAL YAFECTI AFECTIVA SA S A R A B L A S I Y A N D R É S G O N ZÁ LE Z
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9 788449 3125