POSGRADO TECNOLOGÍA ASISTIVA – ESPECIALIZACIÓN HOLA
CLASE 1 – DESARROLLO NORMAL DE LA COMUNICACIÓN
ACTIVACIÓN – ALERTA – ATENCIÓN Y MOTIVACIÓN Continuemos analizando los contenidos de la clase…
ATENCIÓN Y ALERTA Siempre que hablamos de aprendizaje o de actividad, se encuentra implícito el concepto de atención.
¿QUÉ ES LA ATENCIÓN? Para expresarlo en términos funcionales, podemos decir que: ” Es la capacidad del sistema nervioso de focalizar selectivamente en el estímulo más importante o relevante para un objeto o evento determinado”.
Significaría por ejemplo, en la temprana infancia, que el niño focalice en el juguete que su mamá le ofrece y la palabra que ella dice (“pelota”) en vez de focalizar en las rayas del parquet sobre el que está jugando en ese momento; significa, en la infancia más avanzada, que el niño focalice en la lámina del sistema solar que su maestra le muestra en vez de en el pájaro que pasó por la ventana. Por supuesto, la atención más primaria tiene que ver con la supervivencia de la especie: está relacionada con mantener la vigilancia y detectar constantemente en el ambiente señales que impliquen que tenemos que reaccionar para mantener el confort y la seguridad: un desnivel, un ruido inesperado, un objeto que se mueve repentinamente, despiertan nuestra atención porque nos avisan que nuestra seguridad podría ponerse en peligro. Otras capas de atención, tales como las que tienen que ver con los ejemplos que mencionábamos en el párrafo anterior, requieren de la habilidad de reducir el foco de interés e inhibir los estímulos que podrían competir con él. Para lograr una atención sostenida, que es aún más difícil, el individuo necesita imperiosamente encontrar novedad dentro de ese foco de interés; si no hay novedad, si el estímulo es siempre el mismo, la atención inevitablemente cae.
¿Cómo brindamos novedad? Variando el estímulo: Puede ser variando abruptamente el tono de voz, exagerando la mímica y estableciendo contrastes en ella, variando la complejidad de la actividad. Ahora bien, hay un concepto sumamente importante, que es el de alerta. El estado de alerta subyace a la atención. En inglés, se traduce en dos términos distintos: a) Arousal: Se refiere a los mecanismos neuronales que preparan al cuerpo para orientarse hacia los estímulos, aumentando o disminuyendo el estado de excitabilidad de las neuronas. b) Alertness: Refleja el alerta en términos funcionales.
Como dijimos que la atención tiene que ver con detectar estímulos y focalizar en ellos, es fácil ver que el estado de preparación para lograr esta orientación (alerta) está íntimamente relacionado con ella. Cada actividad que realizamos presenta un determinado requerimiento desde el alerta para orientarse hacia los estímulos relevantes y permanecer focalizado en ellos. aedin.aulainstitucional.com.ar La propiedad intelectual de estos contenidos pertenece a AEDIN. Se prohíbe la reproducción y/o modificación, en todo o en parte, como la incorporación de los contenidos a otra obra, sin el permiso escrito de AEDIN.
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CLASE 1 – DESARROLLO NORMAL DE LA COMUNICACIÓN Relacionando esto con los ejemplos que dábamos en el primer párrafo, podemos decir que si un niño se encuentra en un estado de alerta demasiado bajo, no va a ser posible llamarle la atención hacia la pelota (o hacia la lámina del sistema solar); si su estado de alerta es demasiado alto, cualquier estímulo del ambiente apelará a su atención de la misma manera.
Los niveles de alerta son principalmente regulados desde la formación reticulada y sus interacciones con las estructuras límbicas, el hipotálamo y su influencia sobre el sistema nervioso autónomo. Los sistemas propioceptivo y vestibular a través de sus conexiones subcorticales y corticales son grandes reguladores del estado de alerta.
MOTIVACIÓN Generar motivación no siempre es una tarea sencilla para los docentes y terapeutas. Sin embargo, la manipulación de las características físicas de los estímulos puede ayudarnos en la construcción de este complejo proceso “desde afuera hacia adentro”. Entre las características físicas susceptibles de ser reguladas, las que se relacionan con la elección de la modalidad sensorial de preferencia para un niño o un adulto, es altamente prioritaria. No debe detenernos el hecho de que el paciente no parezca dar respuesta alguna a la “batería” de juguetes llamativos “para ver” que tengamos, de vivos colores, formas y tamaños. Si para él la modalidad sensorial no es la preferida, nada avanzaremos en captar su motivación. No debemos entonces olvidar de saber primero qué a modalidad sensorial es más “permeable” nuestro paciente, cuál es la que le parece fuertemente atractiva. Si un estímulo visual no resulta suficiente, variaremos hacia los auditivos, propioceptivos, táctiles, -vibración incluída-, vestibulares, olfatorios y gustativos.
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La modalidad sensorial preferida se vincula además con la intensidad del estímulo: Mover al estímulo visual lentamente pueden no dar la misma respuesta que hacerlo con mayor velocidad, la misma variación en la respuesta puedo encontrarla entre colores tenues y vibrantes, objetos pequeños respecto de los objetos grandes, sonidos fuertes o muy suaves, sabores contundentes como los provistos por algunos condimentos pueden ser diferentes en lo que hace a la elaboración de una respuesta respecto de los dulces o los sabores ácidos.
Hasta acá todo debe parecerles muy obvio y dentro de lo que resolverán en su práctica clínica diaria, pero no resulta tan obvio cómo se considera a la propia voz como parte de este espectro de alternativas posibles. No debemos dejar de considerar a la voz como un poderoso estímulo auditivo -al que también podemos manipular en sus cualidades físicas-; después de todo, es uno de los primeros estímulos a los que se encuentra expuesto el niño muchos meses antes de nacer, y es uno de los que orienta a un recién nacido hacia las fuentes de cuidado y protección. Haremos mucho hincapié en ella cuando aprendamos estrategias en la conducción de un abordaje de CAA.
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El contraste es otra propiedad física que podemos regular: Un juguete puede ser percibido como atractivo o pasar totalmente desapercibido cuando lo mostramos sobre el fondo visual complejo del ambiente, y otra puede ser la percepción si se lo presenta sobre una superficie uniforme. La música, la voz, pueden no ser estímulos a los que el paciente responde en ambientes en los que esos estímulos compiten con otros sonidos ambientales, pero pueden dar una buena evidencia de activación, alerta y de atención en un ambiente que por su silencio, favorezca su jerarquización de figura-fondo.
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La variación en el ritmo y frecuencia del estímulo es otra condición controlable: Movimientos breves y repetitivos sobre una gran pelota pueden resultar diferentes a un suave balanceo hacia delante y atrás sobre la misma, o ser trasladado lenta y uniformemente acostado sobre una patineta (o skate) puede dar respuesta variable a ser traslado con gran velocidad estando. Los sonidos de preferencia pueden ser los graves - incluso aquellos con el agregado de vibración- (un tambor, una voz masculina), o los agudos (un silbato, la voz femenina, un maullido).
De modo que, brevemente, antes de bajar los brazos frente a un paciente “difícil de motivar”, podemos preguntarnos: "
¿Qué respuesta obtengo con un estímulo visual, frente a uno auditivo, vibratorio, táctil –de tacto firme o ligero- movimientos, olores y gustos diversos?
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¿Qué respuesta encuentro si los objetos se hacen más “visibles” y “alertadores” cuando los presento sobre un fondo uniforme de color contrastante (una pared blanca o de color claro, un franelógrafo oscuro)?
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¿Qué respuesta verifico ante colores diferentes de los objetos, primarios y secundarios o sus matices?
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¿Qué ocurre frente a objetos grandes y pequeños? (de juguetes a objetos cotidianos muy frecuentes -Ej. su vaso de todos los días- hasta migas en la mesa o en el piso.
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¿Qué ocurre si el objeto se mueve dentro de su campo visual: atrapa así su mirada? ¿Y si le tapo un ojo?
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¿Qué pasa si el ambiente está oscurecido: aumenta la búsqueda visual? ¿El alerta?
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¿Si en ese ambiente oscurecido un estímulo luminoso aparece en forma repentina? ¿Si se mantiene encendido? ¿Si la luz que presentamos se mueve? ¿Si la variamos de color?
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¿Su respuesta visual varía si está sentado sobre el regazo, firmemente sostenido? ¿Si está de pié? ¿Si está en movimiento? ¿Si está en decúbito? ¿Si se lo ubica al niño dentro de una caja o un barril estrecho que lo contenga y le de seguridad?
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¿Los rostros mientras le hablan cerca de su mirada son mejores estímulos visuales que los objetos sonoros?
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¿Responde si en vez de hablarle le canto? ¿Si hago sonidos orales no verbales (chistidos, onomatopeyas, chasquidos linguales, sonidos guturales)?
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¿Responde mejor a la voz suave en ritmo e intensidad?
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¿Cambia su respuesta a estímulos auditivos en ambientes silenciosos?
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¿Su alerta se mantiene más tiempo y progresa hacia la atención si se le habla con intensidad alta, alta frecuencia?
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¿Responde mejor a la voz si la hago exageradamente cadenciosa? Recuerden el Motheresse y su papel en el desarrollo de la comunicación y el lenguaje.
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¿Se aquieta si lo sujeta fuerte? ¿Si presionamos sus extremidades como mimándolo firmemente?
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¿Tolera mejor estar sentado si se agrega una sujeción pélvica firme a su silla (o a la hamaca o columpio) aún cuando no sea el problema el control postural de su tronco (pudiendo ser incluso un paciente que camina, corra y trepa)?
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¿Hay algún estímulo con que él solo busque llegar a la calma (lleva la mano a la boca, o cierra los ojos, o se ubica solo en un rincón del ambiente, o se canturrea, o gime rítmicamente)?
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¿Tolera mejor estar al aire libre y así logramos ganar su motivación y su atención?
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¿El agua (la canilla, una fuente, la bañera en la hora del baño diario) es uno de sus estímulos favoritos, la busca activamente?
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¿Disfruta de los alimentos? ¿Hay algunos alimentos que generan rechazo en él? ¿Qué tienen en común los alimentos que rechaza? ¿Su textura? ¿Su temperatura?
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¿Hay algún olor que lo alerte? ¿Qué le produzca rechazo?
El rechazo también es susceptible de ser una función comunicativa sobre la que podremos trabajar, y en algunos casos es la primera fuente en la generación de motivos para la interacción.
LA BÚSQUEDA DE LA INTERACCIÓN. LA BASE PARA LA CONSTRUCCIÓN DE COMUNICACIÓN Pocas cosas hay más frustrantes en nuestras profesiones que encontrarnos con niños o jóvenes que no quieren o no pueden colaborar. Sabemos lo que podría beneficiarlo –o lo vamos descubriendo con tiempo- pero él se opone, o llora desconsoladamente, o deambula sin parar y todo reclama su atención por igual!!!, o nada parece confortarlo, o no podemos encontrar un juguete o una actividad que genere motivación en él. En definitiva no logramos interactuar a un nivel adecuado con él. Esto no nos es ajeno en nuestros intentos de abordaje de CAA sobre algunos casos y aunque lo que haremos en esas situaciones excede el campo de la CAA, no debemos dejar de saber qué proponen otros abordajes que apuntan a la base de los procesos esenciales del desarrollo de la comunicación temprana, ya que se vinculan con la interacción y las condiciones sensoriales de la activación y el alerta para llegar a la motivación y la atención sobre los estímulos, para habilitar así el aedin.aulainstitucional.com.ar La propiedad intelectual de estos contenidos pertenece a AEDIN. Se prohíbe la reproducción y/o modificación, en todo o en parte, como la incorporación de los contenidos a otra obra, sin el permiso escrito de AEDIN.
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CLASE 1 – DESARROLLO NORMAL DE LA COMUNICACIÓN aprendizaje en sentido amplio, y el aprendizaje de modos de interacción y comunicación en el sentido estricto que nos ocupa en este posgrado. Si bien podemos imaginar la lectura de estos aspectos desde múltiples y reconocidos encuadres, estoy hablando en particular de los conceptos vinculados con la Integración
Sensorial y los abordajes relacionales o del desarrollo. LECTURA Vamos a sugerirles ahora una lectura que no debería dejar de leer ningún terapeuta o docente - aún los de la escuela común - . Se trata de algunos fragmentos de capítulos que tradujimos para Uds. del libro “The Child with Special Needs” (1998) (“El niño con Necesidades Especiales”) escrito por Stanley Greenspan y Serena Wieder. Pueden obtener este libro en Amazon: www.amazon.com
Así como en el marco de los abordajes relacionales -con el de floor time del que acaban de leer algunos conceptos- pueden incluirse recursos y estrategias de CAA, no queremos dejar de mencionar, por último, a que lo mismo puede ocurrir como parte de los programas diseñados sobre la base de otro tipo de encuadres como son los cognitivo-conductuales con una visión neoconductista. Así queda trazada la potencial relación entre CAA, Integración Sensorial, los abordajes Relacionales y los Cognitivos Conductuales, y así de amplia debe percibirse nuestra visión y nuestra formación cuando nos adentramos en el campo que constituye el foco del presente posgrado. Por supuesto que en lo sucesivo este campo será el foco de las clases que nos quedan por compartir, pero no dejen de percibir ampliamente las estrategias que aprenderemos; sólo son puntuales y específicas a los fines de abstraerlas para su estudio en particular, pero en la clínica, ellas no se disocian de los grandes encuadres terapéuticos que conocemos. Nos encontramos en la próxima clase, en la que también abriremos un panorama de sustento teórico para lo que emprenderemos posteriormente en la práctica, pero en el próximo caso, será referido al desarrollo del período locutorio: qué hace falta para aprender a comprender y a expresar palabras, lo que nos permitirá saber qué debemos hacer para que una persona con necesidades complejas de comunicación aprenda a hacer uso de recursos simbólicos de comunicación.
Hasta la Próxima!
Alejandra Gil
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