Renovación Carismática Católica Zona Sur - La Paz - Bolivia Mayo - Junio 2013 Nº 183
Editorial Una vez más hemos concluido el Curso de Discipulado, personas que desean re inflamar la llama que recibieron a través del Bautismo en el Espíritu Santo. El Espíritu Santo introduce a quienes lo han recibido, en una experiencia de comunidad cristiana que trasciende todo lo que anteriormente hayan conocido. La vida plena en el Espíritu Santo, la unción carismática, enriquecen la Iglesia con amplia clase de dones. Los dones de adoración, alabanza y de oración, hacen profundizar la dimensión contemplativa de la fe cristiana. Los dones de servicio animan la vida cristiana de Santidad, comprometiéndola con la justicia. Todos los carismas nos llevan a una nueva docilidad, a una fe expectante en la intervención salvífica de Dios en los problemas humanos, a un creciente celo por el evangelio y a un respeto por la autoridad en la Iglesia. A través de esta experiencia del Bautismo en el Espíritu Santo, millones de católicos se han convertido a Cristo y se han comprometido a servir en la Iglesia. Estas son las manifestaciones de una apropiación personal de las gracias de la iniciación sacramental. El bautismo en el Espíritu inunda la Celebración Eucarística en alabanza y adoración. Da nuevo significado a los ritos de la iniciación cristiana: Bautismo, Confirmación y Eucaristía, renueva en la Iglesia tanto el ministerio sacramental de sanación como el carismático. Transforma las familias en comunidades de gracia, alimentando y guiando a los niños a una plena madurez en Cristo. En conclusión, todos estamos llamados a re inflamar la llama del Don del Espíritu Santo, pero se requiere una respuesta personal de conversión constante al Señorío de Jesús y una apertura a la presencia transformante y al Poder del Espíritu Santo. Sólo en el Espíritu Santo la Iglesia podrá responder a sus necesidades pastorales y a los del mundo. El desafío es claro y está en nuestros ojos. Que éste Pentecostés que celebramos el 19 de Mayo, nos llama con María nuestra Madre, a una misión que es de Evangelizar. Hermanos queridos: “Si el Espíritu es nuestra vida, dejémonos guiar por el Espíritu Santo. (Gálatas 5, 25). FELICIDADES Renovación Carismática Católica de La Paz. Por Juanita Garafulic
¿QUÉ ES LA EFUSIÓN DEL ESPÍRITU SANTO? Constantemente, en nuestros grupos de oración hablamos del día en que recibimos la Efusión del Espíritu Santo, o el bautismo en el Espíritu Santo. Y es bueno que nos aclaremos sobre qué es esto y qué significa para nuestra vida personal y la vida de la iglesia. ¿Por qué? Porque es donde brota la Renovación Carismática y todos sus grupos; de la Misericordia de Dios que quiere vivir en medio de nosotros renovándonos constantemente. Es, en primer lugar, una oración en fe, un momento en que los hermanos oran por ti, por mí, pidiendo con fe que se repitan en nosotros las maravillas de Pentecostés y, que como los discípulos primeros de Jesús, vivamos llenos, traspasados, del poder y la unción del Espíritu Santo. En muchos momentos está acompañada de la imposición de manos, que bajo ningún concepto es un gesto mágico, sino un gesto de Amor. De amor fraterno, del Amor de Dios que se derrama sobre nosotros en ese momento de modo novedoso. No es un gesto sacramental en esta oración, no es un nuevo sacramento que nos hayamos inventado los carismáticos en una Asamblea de oración. No. Esto es importante que lo dejemos claro a quienes nos preguntan, es un gesto de amor que viene en un montón de momentos en la Biblia, como signo del Amor infinito de nuestro Dios. Es también una gracia que renueva las gracias ya recibidas . A lo largo de mi ministerio sacerdotal, me encuentro a mucha gente que acude a Misa, se confiesa, hacen cosas, pero están apagados. ¡Necesitan una nueva efusión del Espíritu Santo! Necesitan renovar las gracias que ya han recibido por medio de los Sacramentos. Y, cuando unos hermanos nos ponemos a orar por esa persona pidiendo la Efusión, se da un nuevo nacimiento en esa gente. Por Rodrigo Hernández
COMO BUSCAR EL DON DE LENGUAS “Si alguno tiene sed, venga a mi y beba, el que crea en mi de su seno correrán ríos de agua viva”. (Juan 7, 37-38). -
Tener sed de este don es meditar sobre las escrituras, convencerse a sí mismo de corazón y mente que éste es un don de Dios que está disponible para mi.
San Pablo dice: “Aspirad a dones espirituales. Deseo que hableis en lenguas... Doy gracias a Dios que hablo más que todos vosotros... el que habla en lenguas se edifica a si mismo. Orará con el espíritu, pero también orará con la mente. Oren en toda ocasión en el espíritu (1Cor 14, 1-5; 18, 2-4 y 15 Ef 6, 18) - Aceptar a Jesús y pedirle el don de todo corazón, con amor y fe. -
Aceptar de Jesús el don y comenzar a usarlo. Creer que Dios está respondiendo a mi oración. (Lc 11, 13). Lanzarse a hablar con sonidos ininteligibles confiándole al Espíritu su tarea, modelar nuestros sonidos humanos en oración.
Usando este don para la oración descubriremos que nuestra vida está desbordando de ríos de agua viva. La gente que tiene fe no tiene ninguna dificultad de cederse a las lenguas. Al principio este don, puede parecer muy rudimentario (que se repitan las mismas dos o tres sílabas una y otra vez) pero con persistencia pronto tendremos una lengua más desarrollada y satisfactoria. Es más fácil para algunos cantar en lenguas. Por sus frutos en nuestra vida, podremos ver su valor. (Muchas personas esperan y esperan y no se dan cuenta que es el Espíritu quien está esperando a que se decidan. Según precedentes históricos, Santa Teresa de Ávila alentaba a sus hermanas a
alabar, exuberantemente en lo que parece haber sido don de lenguas. Decía: “un júbilo dado por Dios, una sorprendente manera de orar” (Tomado del libro: El Castillo Interior). “Veo a mis hermanas tan llenas de alegría interna, que cada una compite con el resto a alabar a nuestro Señor”. Esta alegría hace que el alma se olvide de si misma y de todo y que tome conciencia de que nada es importante y no vale la pena, excepto la alabanza a Dios. San Agustín enseña sobre una nueva canción que “sólo los renovados en el Espíritu pueden cantar”. El también llama júbilo y explica que es algo vocal y sin embargo que no puede expresarse en palabras coherentes. “Dejemos que nuestro canto viejo, no para el hombre viejo. Sólo la nueva humanidad puede aprenderlo... cuya nueva alianza es el reino de los cielos. Todos nuestros corazones suspiran por ella, mientras cantan el canto nuevo, no con nuestras voces, sino con nuestras vidas. Por Autor Anónimo
AVIVAR LA LLAMA ESPIRITUAL ¿Cuál es el secreto para centrar nuestra atención en Dios y tener más vida interior? Cuentan que un rey muy rico de la India, tenía fama de ser indiferente a las riquezas materiales y hombre de profunda religiosidad, cosa un tanto inusual para un personaje de su categoría. Ante esta situación y movido por la curiosidad, un súbdito quiso averiguar el secreto del soberano para no dejarse deslumbrar por el oro, las joyas y los lujos excesivos que caracterizaban a la nobleza de su tiempo. Inmediatamente después de los saludos que la etiqueta y cortesía exigen, el hombre preguntó: “Majestad, ¿cuál es su secreto para cultivar la vida espiritual en medio de tanta riqueza?. El rey le dijo: "Te lo revelaré, si recorres mi palacio para comprender la magnitud de mi riqueza. Pero lleva una vela encendida. Si se apaga, te decapitaré". Al término del paseo, el rey le preguntó: "¿Qué piensas de mis riquezas?" La persona respondió: "No vi nada. Sólo me preocupé de que la llama no se apagara" .El rey le dijo: "Ese es mi secreto. Estoy tan ocupado tratando de avivar mi llama interior, que no me interesan las riquezas de fuera". Muchas veces deseamos vivir como mejores cristianos y tener vida espiritual, pero sin decidirnos a apartar la mirada de las cosas que nos rodean y deslumbran con su aparente belleza. Procuremos "ver hacia adentro" y avivar nuestra llama espiritual, pues: - Al tener nuestra mente y nuestro corazón puestos en el Señor, podemos aprender a conocerle y amarle. - Las trivialidades y preocupaciones de la vida no podrán apartarnos del buen camino. - Crecerá nuestro amor por la familia y nuestros semejantes, que son imagen de Dios. Viviremos alegres en está vida, preparándonos para alcanzar la felicidad eterna al lado de nuestro Padre. Extractado de Encuentra.com
“DEJEN QUE LOS NIÑOS VENGAN A MÍ Y NO SE LO IMPIDAN, PORQUE EL REINO DE DIOS PERTENECE A LOS QUE SON COMO ELLOS”. (MC. 10.13-16)
Que experiencia enriquecedora tuvimos el pasado 14 de abril en la Parroquia “Sagrados Corazones de Jesús y María” de Alto Seguencoma, ocasión en la que no sólo dejamos que los niños vayan a Jesús sino que tuvimos la oportunidad de reavivar el niño que existe en nuestro interior. Fue una fiesta evangelizadora e integradora, en la que los diferentes grupos de niños de nuestra Renovación Carismática Católica de la Zona Sur, presentaron el Kerigma en la homilía a los niños (as) y comunidad de esta zona. Luego tuvieron su agasajo en el que la Parroquia y la Renovación trabajamos conjuntamente viviendo lo que Jesús pidió al Padre: “Que Todos sean una sola cosa; como Tú padre, estás en mí y yo en ti, que también ellos sean una sola cosa en nosotros …” (Juan 18.21) Queremos compartir con alegría los momentos hermosos que pasamos y motivarlos con todo amor a reencontrar el niño (a) que hay en su interior: ”Ved que hermosura y felicidad el que los hermanos vivan siempre unidos” (Salmo 133.1)
PRACTICAR LA FE ¿EN QUÉ CONSISTE? ¿Qué se entiende por practicar la fe? Practicar la fe no sólo es rezar y participar en los sacramentos. Abarca también el amor a Dios y el amor al prójimo, dar culto a Dios y servir a los demás con la caridad y la justicia. En uno de sus sermones exhorta San Agustín: “Dichosos nosotros si llevamos a la práctica lo que escuchamos (en la iglesia)…Porque cuando escuchamos es como si sembráramos una semilla, y cuando ponemos en práctica lo que hemos oído es como si esta semilla fructificara” (Sermón 23A). Y añade que la vida cristiana, como la de Jesús, se fundamenta en dos actitudes: la humildad y la acción de gracias. La humildad lleva, en efecto, a morir a uno mismo para dar la vida a otros. Y la acción de gracias (eso significa Eucaristía) se ofrece a Dios Padre como culto, a la vez que se traduce en servicio por el bien de todos: damos gracias a Dios que nos ha salvado y manifestamos nuestro agradecimiento preocupándonos, con hechos, por los demás. “Vivamos, por tanto, dignamente –concluye San Agustín–, ayudados por la gracia que hemos recibido y no hagamos injuria a la grandeza del don que nos ha sido dado”. En definitiva, practicar la fe es ese “vivir dignamente, ayudados por la gracia”. Por tanto, no practica quien no vive los sacramentos, y tampoco practica quien no se preocupa por las necesidades materiales y espirituales de los demás. “Practicar la fe” es amar a Dios sobre todas las cosas, muriendo al egoísmo y al pecado (la búsqueda del bienestar o del poder a toda costa; ponerse a uno mismo en el centro, ocupando el lugar de Dios). Y al mismo tiempo –con y como Cristo– traducir ese amor en el amor al prójimo. Y esto, en concreto, comenzando por los que nos rodean, en el ambiente de trabajo, en la familia, en las relaciones sociales y culturales.
De esta manera “la práctica de la fe” es, sencillamente, la vida cristiana bien “vivida”, tal y como la pueden y deben ejercitar la mayor parte de las personas, en medio de la calle. La fe lleva a la oración y a los sacramentos, y “fructifica” en el trabajo por el bien material y espiritual de todos, especialmente de los más necesitados. Sólo así se comprueba que la fe es luz –que asume también la razón– y fuerza que sostiene al cristiano, tanto en las situaciones más comunes como en las más difíciles y extraordinarias de su vida. La fe no es un conjunto de teorías, ni tampoco un manojo de sentimientos ni un código de reglas, sino una Vida y un amor, que Dios nos ha entregado en Cristo por la gracia del Espíritu Santo, para que nosotros nos entreguemos por el bien de los demás. Según el apóstol Santiago, la fe sin obras es una “fe muerta”. Practicar la fe es “vivir la fe” y “vivir de fe”. Según Benedicto XVI, la fe lleva a ponerse al servicio del mundo, con el amor y la verdad (cf. encíclica Caritas in veritate, n. 11). Es bueno recordar lo que dice San Juan en su primera carta: “Esta es la victoria que vence al mundo, nuestra fe” (1 Jn 5, 4). Así pues, la fe es para practicarla; es decir, para vivirla. Por tanto, el testimonio de la fe es al mismo tiempo un testimonio del amor. Y es la garantía de un mundo más humano, precisamente porque es un mundo según Dios.
SI LA IGLESIA NO CAMINA SE DESMORONA COMO UN CASTILLO DE ARENA Luego de rezar por la mañana ante la imagen de la Vírgen en la basílica romana de Santa María Mayor, el papa Francisco comenzó su pontificado celebrando una misa en la capilla Sixtina frente a los 114 cardenales que lo eligieron el día anterior, miércoles 13. Ya frente a ellos, el Sumo Pontífice afirmó que la Iglesia ira adelante “solo si camina con la cruz de Cristo”. Vestido con los paramentos dorados y la mitra, el Papa ingresó a las 17:00 hs. en la capilla del Vaticano acompañado por los cardenales electores y comenzó a celebrar su misa en latín, aunque pronunció la homilía en perfecto italiano, la lengua de su padre. "Nosotros podemos caminar todo lo que queramos, podemos edificar muchas cosas, pero si no proclamamos a Jesucristo, la cosa no va. Nos convertiremos en una ONG piadosa, pero no en la Iglesia, la esposa del Señor. Las tres líneas de la Iglesia son caminar, edificar y proclamar. Hay que edificar sobre la piedra. Cuando la Iglesia no camina se desmorona como un castillo de arena. Cuando caminamos, edificamos y confesamos sin la cruz no somos discípulos del Señor”, dijo Francisco quien ya había evocado el tema del camino en su primer discurso ante la muchedumbre en la plaza de San Pedro, que fue interpretado como un mensaje cuyo objetivo será el de afrontar los problemas de la Iglesia. “Tenemos que caminar siempre en presencia del la luz del Señor, con una conducta irreprochable, la misma que Dios pedía a Abraham. Quien no reza al Señor, reza al diablo, ya que cuando no se proclama a Cristo, se proclama la mundanidad del diablo”, prosiguió el Papa, cuyo humor sorprendió desde el primer minuto a los cardenales. “¡Que Dios los perdone por todo lo que hiceron!, les había dicho la noche anterior tras el anuncio de su elección, mientras compatía una cena con ellos, generando la hilaridad en todos los comensales. Por AFP
DEFECTOS DE JESUS Primer defecto: Jesús no tiene buena memoria En la cruz, durante su agonía, Jesús oyó la voz del ladrón a su derecha: «Jesús, acuérdate de mí cuando vengas con tu Reino». Si hubiera sido yo, le habría contestado: «No te olvidaré, pero tus crímenes tienen que ser expiados, al menos, con 20 años de purgatorio». Sin embargo Jesús le responde: «Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso». Él olvida todos los pecados de aquel hombre. La parábola del hijo pródigo nos cuenta que éste, de vuelta a la casa paterna, prepara en su corazón lo que dirá: «Padre, pequé contra el cielo y ante ti. Ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros». Pero cuando el padre lo ve llegar de lejos, ya lo ha olvidado todo; corre a su encuentro, lo abraza, no le deja tiempo para pronunciar su discurso, y dice a los siervos, que están desconcertados: «Traed el mejor vestido y vestidle, ponedle un anillo en la mano y unas sandalias en los pies. Traed el novillo cebado, matadlo, y comamos y celebremos una fiesta, porque este hijo mío había muerto y ha vuelto a la vida; se había perdido y ha sido hallado». Jesús no tiene una memoria como la mía; no sólo perdona, y perdona a todos, sino que incluso olvida que ha perdonado. Segundo defecto: Jesús no sabe matemáticas Si Jesús hubiera hecho un examen de matemáticas, quizá lo hubieran suspendido. Lo demuestra la parábola de la oveja perdida. Un pastor tenía cien ovejas. Una de ellas se descarría, y él, inmediatamente, va a buscarla dejando las otras noventa y nueve en el redil. Cuando la encuentra, carga a la pobre criatura sobre sus hombros. Para Jesús, uno equivale a noventa y nueve, ¡y quizá incluso más! ¿Quién aceptaría esto?. Cuando se trata de salvar una oveja descarriada, Jesús no se deja desanimar por ningún riesgo, por ningún esfuerzo. Tercer defecto: Jesús no sabe de lógica Una mujer que tiene diez dracmas pierde una. Entonces enciende la lámpara para buscarla. Cuando la encuentra, llama a sus vecinas y les dice: «Alegraos conmigo, porque he hallado la dracma que había perdido». ¡Es realmente ilógico molestar a sus amigas sólo por una dracma! ¡Y luego hacer una fiesta para celebrar el hallazgo! Y además, al invitar a sus amigas ¡gasta más de una dracma! Ni diez dracmas serían suficientes para cubrir los gastos...
Jesús, como conclusión de aquella parábola, devela la extraña lógica de su corazón: «Os digo que, del mismo modo, hay alegría entre los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta». Cuarto defecto: Jesús es un aventurero El responsable de publicidad de una compañía o el que se presenta como candidato a las elecciones prepara un programa detallado, con muchas promesas. Nada semejante en Jesús. Su propaganda, si se juzga con ojos humanos, está destinada al fracaso. Él promete a quien lo sigue procesos y persecuciones. A sus discípulos, que lo han dejado todo por él, no les asegura ni la comida ni el alojamiento, sino sólo compartir su mismo modo de vida. A un escriba deseoso de unirse a los suyos, le responde: «Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza». El pasaje evangélico de las bienaventuranzas, verdadero «autorretrato» de Jesús, aventurero del amor del Padre y de los hermanos, es de principio a fin una paradoja, aunque estemos acostumbrados a escucharlo: «Bienaventurados los pobres de espíritu..., bienaventurados los que lloran..., bienaventurados los perseguidos por... la justicia..., bienaventurados seréis cuando os injurien y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos». Pero los discípulos confiaban en aquel aventurero. Desde hace más de dos mil años y hasta el fin del mundo no se agota el grupo de los que han seguido a Jesús. Basta mirar a los santos de todos los tiempos. Muchos de ellos forman parte de aquella bendita asociación de aventureros. ¡Sin dirección, sin teléfono, sin fax...! Quinto defecto: Jesús no entiende ni de finanzas ni de economía Recordemos la parábola de los obreros de la viña: «El Reino de los Cielos es semejante a un propietario que salió a primera hora de la mañana a contratar obreros para su viña. Salió luego hacia las nueve y hacia mediodía y hacia las tres y hacia las cinco.., y los envió a sus viña». Al atardecer, empezando por los últimos y acabando por los primeros, pagó un denario a cada uno.
Si Jesús fuera nombrado administrador de una comunidad o director de empresa, esas instituciones quebrarían e irían a la bancarrota: ¿cómo es posible pagar a quien empieza a trabajar a las cinco de la tarde un salario igual al de quien trabaja desde el alba? ¿Se trata de un despiste, o Jesús ha hecho mal las cuentas? ¡No! Lo hace a propósito, porque -explica-: «¿Es que no puedo hacer con lo mío lo que quiero?, ¿O va a ser tu ojo malo porque yo soy bueno?». Y nosotros hemos creído en el amor Pero preguntémonos: ¿por qué Jesús tiene estos defectos? - ¡Porque es Amor¡. El amor auténtico no razona, no mide, no levanta barreras, no calcula, no recuerda las ofensas y no pone condiciones. Por Cardenal Van Thuan “ACTIVIDADES CASA DE ORACIÓN” “MAYO - JUNIO 2013” MAYO Viernes 03
Hrs. 09:30
Sábado 04 Sábado 11
Hrs. 09:00 Hrs. 09:00
Sábado 18
Hrs. 20:00
Sábado 25
Hrs. 15:30
JUNIO Viernes 07
Hrs.09:30
Sábado 22
Hrs. 09:00
Sábado 29
Hrs. 15:30
Primer viernes de mes Ayuno y Oración con exposición del Santísimo. Retiro del Ministerio de Danza. Retiro de los Ministerios de la Evangelización de todos los Grupos de Oración. Gran Vigilia de Pentecostés (Programa Especial) Grupo anfitrión CORBAN. Retiro de fin de mes. Grupo anfitrion: “Israel”
Primer viernes de mes Ayuno y Oración con exposición del Santísimo. Retiro de los Ministerios de la Evangelización de todos los Grupos de Oración. Retiro de fin de mes. Grupos anfitriones: “El Nazareno - Efeta y Amor de Dios”.
Corpus Christi