Argumento Argumento de la obra obra
María
de Jorge Isaac.
En esta obra se relata el amor más maravilloso de todos, el primer amor, en la cual en esta ocasión se da entre dos primos: María, que desde muy pequea !ue adoptada por sus tíos a la muerte de su madre y los cuales son padres de E!raín, Emma, "elipe, Juan y Eloisa. #esde la in!ancia ambos estaban enamorados, pero E!raín se !ue a estudiar en el colegio de $ogota a la edad de %& aos, y regresa ' aos despu(s, a su regresó se )a de dar cuenta que su amor sigue igual sino es que mas !uerte entre ambos. En su estancia pasan muc)os momentos *untos los cuales se describen detalladamente de una !orma que el lector puede sentir las mismas sensaciones que los protagonistas, Maria empe+ó a presentar síntomas de la misma en!ermedad que )i+o !allecer a su madre muy *oven, epilepsia así que los padres de E!raín al darse cuenta del su!rimiento de su )i*o por María )ablan con (l y le comentan todo los riesgos de la en!ermedad de María y del su!rimiento que les esperaría a ambos *óvenes, pero su padre le dice que si despu(s de irse a estudiar - aos a Europa regresa y sigue enamorado de ella, dará su consentimiento a que se casen. Ambos se separan, en la ausencia de E!raín, Maria empeora de salud )asta !allecer, en su agonía pide ver a E!raín, así que este via*a desde ondres )asta /auca para verla. María guarda sus tren+as y las cartas de E!raín y las da a Emma a entregárselas, al volver E!raín y ver que María )abía !allecido y al darse cuenta que en balde !ue su via*e, permanece unos meses en la casa, recorriendo todos los lugares que !ueron testigos de su amor y reviviendo esos momentos inolvidables, al no resistir tanta triste+a pre!irió ale*arse del bello )uerta y la casa en que )abía pasado su nie+.
El velo de la reina Mab
0ub(n #arío
a reina Mab, en su carro )ec)o de una sola perla, tirado por cuatro coleópteros de petos dorados y alas de pedrería, caminando sobre un rayo de sol, se coló por la ventana de una bu)ardilla donde estaban cuatro )ombres !lacos, barbudos e impertinentes, lamentándose como unos desdic)ados. 1or aquel tiempo, las )adas )abían repartido sus dones a los mortales. A unos )abían dado las varitas misteriosas que llenan de oro las pesadas ca*as del comercio a otros unas espigas maravillosas que al desgranarlas colmaban las tro*es de rique+a a otros unos cristales que )acían ver en el rión de la madre tierra, oro y piedras preciosas a qui(nes cabelleras espesas y m2sculos de 3oliat, y ma+as enormes para mac)acar el )ierro encendido y a qui(nes talones !uertes y piernas ágiles para montar en las rápidas caballerías que se beben el viento y que tienen las crines en la carrera. os cuatro )ombres se que*aban. Al uno le )abía tocado en suerte una cantera, al otro el iris, al otro el ritmo, al otro el cielo a+ul. a reina Mab oyó sus palabras. #ecía el primero: 456 bien7 58eme aquí en la gran luc)a de mis sueos de mármol7 6o )e arrancado el bloque y tengo el cincel. 9odos ten(is, unos el oro, otros la armonía, otros la lu+ yo pienso en la blanca y divina enus que muestra su desnude+ ba*o el pla!ond color de cielo. 6o quiero dar a la masa la línea y la )ermosura plástica y que circule por las venas de la estatua una sangre incolora como la de los dioses. 6o tengo el espíritu de 3recia en el cerebro, y amo los desnudos en que la nin!a )uye y el !auno tiende los bra+os. 5;) "idias7 92 eres para mí soberbio y augusto como un semi4dios, en el recinto de la eterna belle+a, rey ante un e*(rcito de )ermosuras que a tus o*os arro*an el magní!ico c)itón, mostrando la esplendide+ de la !orma, en sus cuerpos de rosa y de nieve. 92 golpeas, )ieres y domas el mármol, y suena el golpe armónico como un verso, y te adula la cigarra, amante del sol, oculta entre los pámpanos de la via virgen. 1ara ti son los Apolos rubios y luminosos, las Minervas severas y soberanas. 92, como un mago, conviertes la roca en simulacro y el colmillo del ele!ante en copa del !estín. 6 al ver tu grande+a siento el martirio de mi pequee+. 1orque pasaron los tiempos gloriosos. 1orque tiemblo ante las miradas de )oy. 1orque contemplo el ideal inmenso y las !uer+as e<)austas. 1orque a medida que cincelo el bloque me atara+a el desaliento. 6 decía el otro: 4o que es )oy romper( mis pinceles. =1ara qu( quiero el iris, y esta gran paleta del campo !lorido, si a la postre mi cuadro no será admitido en el salón> =?u( abordar(> 8e recorrido todas las escuelas, todas las inspiraciones artísticas. 8e pintado el torso de #iana y el rostro de la Madona. 8e pedido a las campias sus colores, sus matices )e adulado a la lu+ como a una amada, y la )e abra+ado como a una querida. 8e sido adorador del desnudo, con sus magni!icencias, con los tonos de sus carnaciones y con sus !ugaces medias tintas. 8e tra+ado en mis lien+os los nimbos de los santos y las alas de los querubines. 5A), pero siempre el
terrible desencanto7 5El porvenir7 5ender una /leopatra en dos pesetas para poder almor+ar7 56 yo, que podría en el estremecimiento de mi inspiración, tra+ar el gran cuadro que tengo aquí adentro...7 6 decía el otro: 41erdida mi alma en la gran ilusión de mis sin!onías, temo todas las decepciones. 6o escuc)o todas las armonías, desde la lira de 9erpandro )asta las !antasías orquestales de @agner. Mis ideales, brillan en medio de mis audacias de inspirado. 6o tengo la percepción del !ilóso!o que oyó la m2sica de los astros. 9odos los ruidos pueden aprisionarse, todos los ecos son susceptibles de combinaciones. 9odo cabe en la línea de mis escalas cromáticas. a lu+ vibrante es )imno, y la melodía de la selva )alla un eco en mi cora+ón. #esde el ruido de la tempestad )asta el canto del pá*aro, todo se con!unde y enla+a en la in!inita cadencia. Entre tanto, no diviso sino la muc)edumbre que be!a y la celda del manicomio. 6 el 2ltimo: 49odos bebemos del agua clara de la !uente de Jonia. 1ero el ideal !lota en el a+ul y para que los espíritus gocen de su lu+ suprema, es preciso que asciendan. 6o tengo el verso que es de miel y el que es de oro, y el que es de )ierro candente. 6o soy el án!ora del celeste per!ume: tengo el amor. 1aloma, estrella, nido, lirio, vosotros conoc(is mi morada. 1ara los vuelos inconmensurables tengo alas de águila que parten a golpes mágicos el )uracán. 6 para )allar consonantes, los busco en dos bocas que se *untan y estalla el beso, y escribo la estro!a, y entonces si veis mi alma, conocer(is a mi Musa. Amo las epopeyas, porque de ellas brota el soplo )eroico que agita las banderas que ondean sobre las lan+as y los penac)os que tiemblan sobre los cascos los cantos líricos, porque )ablan de las diosas y de los amores y las (glogas, porque son olorosas a verbena y a tomillo, y al sano aliento del buey coronado de rosas. 6o escribiría algo inmortal mas me abruma un porvenir de miseria y de )ambre... Entonces la reina Mab, del !ondo de su carro )ec)o de una sola perla, tomó un velo a+ul, casi impalpable, como !ormado de suspiros, o de miradas de ángeles rubios y pensativos. 6 aquel velo era el velo de los sueos, de los dulces sueos que )acen ver la vida de color de rosa. 6 con (l envolvió a los cuatro )ombres !lacos, barbudos e impertinentes. os cuales cesaron de estar tristes, porque penetró en su pec)o la esperan+a, y en su cabe+a el sol alegre, con el diablillo de la vanidad, que consuela en sus pro!undas decepciones a los pobres artistas. 6 desde entonces, en las bu)ardillas de los brillantes in!elices, donde !lota el sueo a+ul, se piensa en el porvenir como en la aurora, y se oyen risas que quitan la triste+a, y se bailan e