APORTES A LA ÉTICA DE: DE: -
Sócrates
Sócrates siente principalmente la preocupación por el hombre, él considera al hombre desde el punto de vista de la interioridad. Sócrates dice: “Conócete a ti mismo, pon tu interioridad a la luz ”. Y esto trae un sentido nuevo a Grecia, un sentido de reflexión, de crítica, de madurez, con el que el hombre griego se enriquece aunque ello le cueste perder algo del impulso ingenuo y animoso con que se habían vivido los primeros siglos de la historia griega. El centro de la ética socrática es el concepto del areté , refiriéndose al concepto de virtud en un sentido distinto del usual. La virtud es la disposición última y radical del hombre, aquello que para lo cual ha nacido. Esta virtud es ciencia. El hombre malo lo es por ignorancia; el que no sigue el bien es porque no lo conoce, por esto la virtud puede enseñar (ética intelectualista), y lo necesario es que cada cual conozca su areté . A esto va dirigida la frase “Conócete a ti mismo”. Es por esto que es un imperativo moral, para que el hombre tome posesión de sí mismo, para que sea dueño de sí, por el saber. -
PLATÓN
Según Platón, el verdadero bien del hombre, la felicidad, podrá alcanzarse mediante la práctica de la virtud. Éste asocia los conceptos de virtud y de conocimiento, explicando que la falta de virtud no supone una perversión de la naturaleza humana; por su propia naturaleza el hombre busca el bien para sí, pero si desconoce el bien puede tomar como bueno, erróneamente, cualquier cosa y, en consecuencia, actuar incorrectamente; la falta de virtud es equivalente, pues, a la ignorancia. Sólo quien conoce la Idea de Bien puede actuar correctamente, tanto en lo público como en lo privado. Cuando alguien elige una actuación que se manifiesta como mala lo hace, según Platón, creyendo que el tipo de conducta elegida es buena, ya que nadie opta por el mal a sabiendas y adrede. En este sentido la virtud fundamental sería la prudencia, la capacidad de reconocer lo que es verdaderamente bueno para el hombre y los medios de que dispone para alcanzarlo. Platón habla de cuatro virtudes principales: la sabiduría, el coraje o fortaleza de ánimo, la templanza y la justicia. Y establece una correspondencia entre cada una de las virtudes y las distintas partes del alma y las clases sociales de la ciudad ideal. La parte más elevada del alma, la parte racional, posee como virtud propia la sabiduría; pero la justicia, la virtud general que consiste en que cada parte del alma cumpla su propia función, estableciendo la correspondiente armonía en el hombre, impone los límites o la proporción en que cada una de las virtudes ha de desarrollarse en el hombre. El hecho de que Platón tenga una concepción absoluta