EDUCANDO A NUESTROS HIJOS ... Boletín de Orientación Familiar Nº 9
“EDUCACIÓN SECUNDARIA OBLIGATORIA”
Real Realii zado por por l os ori or i entador nt adore es de l a zona zona CEP CE P de Belmont Belm onte e:
EDITORIAL
El Sistema Educativo actual presenta a nuestros hijos e hijas diferentes opciones educativas en la Educación Secundaria Obligatoria. Estas opciones se presentan a través de materias optativas en los primeros años y diferentes caminos formativos en los últimos, pensando ya en las diferentes opciones del Bachillerato y/o de los módulos de Formación Profesional. De la misma forma el mercado de trabajo presenta en la actualidad el cambio tecnológico que viene a propiciar la desaparición, desaparición, conversión y aparición de nuevas nuevas profesiones. Estos aspectos suelen suelen crear incertidumbre en nuestros hijos, en el momento de realizar su decisión vocacional. Toma de Decisiones. Concepto.
Por toma de decisiones entendemos uno de los más importantes procesos del pensamiento, a través del cual, una persona opta por una acción entre varias posibles con el fin de alcanzar un determinado objetivo o meta. Una tarea de decisión es adoptada cuando la persona advierte la discrepancia entre la situación real y una situación deseada, y tiene el nivel suficiente de motivación para lograr el estado deseado o meta. Pero no debemos olvidar que las decisiones se toman siempre en un contexto determinado en el que se desenvuelve la persona, sobre todo la familia y los amigos, y que por supuesto, el ambiente condiciona las decisiones.
Aspectos a destacar en el proceso de toma de decisiones.
Como decíamos anteriormente la toma de decisiones es un proceso que se desarrolla con el tiempo. He aquí algunos de los aspectos más significativos de este proceso: • Se ha de decidir en un tiempo y/o un momento determinado.
Una decisión puede ser fácil o difícil en función del tiempo de que se dispone para llevarla a cabo, y el momento en que se produce, que puede ser el más adecuado, o no. • Constituye una situación de cambio y/o ruptura con lo anterior.
Toda decisión supone un cambio que puede ser incluso traumatizante para nuestro hijo/a, si no se prepara previamente (por ejemplo, un muchacho que siempre ha vivido y estudiado en un pueblo y tiene que irse a vivir y a estudiar a la gran ciudad). • Se plantean diferentes alternativas o trayectorias y propuestas.
Se han de poner sobre la mesa todas las alternativas, propuestas y trayectorias en el caso de que se quiera realizar una correcta toma de decisiones. • Se requiere de una plena implicación por parte del interesado.
La persona que tiene que tomar una decisión o resolver un problema, es el sujeto activo del proceso, es él quien tiene que hacerlo. Él y sólo él es el que tiene que afrontar dicho proceso. Los padres y las personas próximas a él (la familia) hemos de acompañarle y estar a su lado cuando necesite ayuda. • Supone un proceso de aprendizaje permanente a lo largo de la vida.
La toma de decisiones constituye un proceso de aprendizaje. Como estos procesos son continuos y a lo largo de la vida de la persona requieren un aprendizaje permanente. •
Implica una adaptación personal y social a la nueva situación.
Estos procesos de cambio, (y a veces, de ruptura) suponen no sólo todo un proceso de adaptación personal, sino también contextual a la nueva realidad. • Contiene momentos críticos antes, durante y después del acto decisorio.
La complejidad de los procesos de toma de decisiones, de resoluciones, requiere de una preparación (antes), de una puesta en ejecución (durante) y de un seguimiento (después). Se ha de preparar el proceso, hemos de acompañar a nuestro hijo/a en la ejecución, y haremos un seguimiento para comprobar si la decisión tomada ha sido la adecuada. • Se ha de evitar tanto la impulsividad como la inhibición.
En estos procesos nuestros hijos no pueden ser impulsivos, pero tampoco inhibirse. Deben ser reflexivos, si quieren abordar de forma adecuada la toma de decisiones o la resolución de un problema. Han de tener un adecuado autocontrol durante todo el proceso. Algunos estilos de toma de decisiones.
Diversos autores han destacado que, en el proceso de toma de decisiones o de resolución de problemas, se pueden adoptar diferentes estilos de decisión, como por ejemplo: · Estilo activo: La persona se implica desde el primer momento en el proceso y es consciente de su
papel. Siente la necesidad de tener que asumir las decisiones y tomar la iniciativa desde el principio. Se ve protagonista y manifiesta una fuerte voluntad por implicarse en dicho proceso. · Estilo pasivo: Le cuesta más afrontar la elección. Se ve influenciada por los que le rodean a la hora de tomar sus propias decisiones, quiere satisfacer a los demás y se siente segura cuando otras personas respaldan su decisión. En definitiva quiere que los demás le saquen “las castañas del fuego” y sean los que lleven la “voz cantante”.
· Estilo lógico: Aquí la persona manifiesta a lo largo de todo el proceso un propósito definido por abordar sus propias decisiones y por querer resolver sus problemas con la ayuda de sí misma y de los demás. Valora los pros y contras de forma objetiva, razonada y sin precipitación. Ve este proceso como algo que forma parte de su proyecto personal y profesional. · Estilo impulsivo y emocional: La persona se guía más por lo emocional que por lo cognitivo y suele mostrarse un tanto impulsiva en sus acciones. No madura suficientemente los diferentes pasos a seguir antes de tomar la decisión definitiva. Se mueve por impulsos emocionales y no tanto por razonamientos lógicos y racionales. La toma de decisiones depende en gran medida de su estado de ánimo. ¿Cómo ayudarles?
Teniendo en cuenta estos estilos, primero tenemos que saber cómo es nuestro hijo/a. ¿Es impulsivo, pasivo, lógico o activo? · Si es activo , sabemos que se va a implicar en el proceso y que es consciente de las alternativas. En este caso nos limitaremos a asegurarnos que está bien informado de todas las alternativas. Comentaremos con él los pros y los contras de cada una de ellas, según sus expectativas. · Si es pasivo , sabemos que le cuesta tomar decisiones y que se va a dejar llevar por los demás. Debemos preguntarle qué le gustaría hacer en un futuro, y no qué va a hacer su amigo éste o el otro. Debemos recordarle que siempre le ha gustado esto o lo otro, que puede hacerlo aquí o allí, y que lo que le guste hacer, es sin duda, lo mejor para él. Si se tiene que dejar llevar por alguien, mejor intentar que sea por sus padres. · Si es lógico , seguro que ya está lo suficientemente informado de todo lo que le interesa. Por si acaso estaremos atentos a facilitarle la información que estimemos que le falta, y apoyarle en lo que decida. · Si es impulsivo , le ayudaremos a relejarse y a pararse a pensar. Las prisas no suelen ser buenas consejeras en estos casos. El proceso de toma de decisiones conlleva unas fases que no se puede saltar. En caso contrario podría decidir a la ligera, sin pararse a pensar en las posibles consecuencias de su decisión. Un Modelo de Toma de Decisiones.
Dentro de los diferentes modelos, uno de los más utilizados es el modelo DECIDES de J. D. Krumboltz, que ha fundamentado a la mayoría de los programas de toma de decisiones publicados en España. Este modelo entiende la toma de decisiones como un proceso de aprendizaje. Consta de las siguientes fases: 1. Definir bien la situación problemática . Se explica lo que se desea y el tiempo de que se dispone para tomar la decisión. 2. Establecer un plan de acción . En esta fase se han de describir las acciones necesarias para tomar la decisión; se ha de planificar cada actividad y se ha de estimar el tiempo que se dedicará a cada etapa o fase. 3. Clarificar valores. Clarificar los valores y considerar los beneficios. 4. Identificar alternativas. Barajar las diferentes opciones y alternativas. 5. Descubrir resultados posibles. Comparar las diferentes opciones. 6. Eliminar alternativas . Descartar aquellas alternativas que no responden a las necesidades planteadas. 7. Llevar a cabo la opción elegida .
Algunas preguntas relativas a las fases del modelo DECIDES.
¿En qué consiste esta decisión? ¿Quién está implicado en ella? ¿Cuál es la dificultad más grande? ¿Por qué es necesario tomar la decisión?
¿Cuál/es me interesan más y cuál/es me interesan menos? ¿Cuáles son todas las alternativas posibles? ¿Qué es lo que más me interesa, me conviene y soy capaz de afrontar?
2. Establecer el plan de acción:
5. Descubrir los riesgos:
¿Qué estoy decidido a hacer? ¿Qué es lo que soy capaz de conseguir? ¿Qué limitaciones tengo de tiempo, libertad, recursos, dinero, etc.? ¿Qué riesgos soy capaz de asumir?
¿Qué podría ocurrirme si tomara esa decisión? ¿Qué resultados puedo prever? ¿Quién deberá pagar mis errores? ¿Quién tiene la responsabilidad de mis decisiones?
3. Conocer quién soy y clarificar mis valores:
6. Eliminar alternativas y decidir:
¿Cuáles son mis puntos fuertes y débiles? ¿Qué habilidades específicas tengo que poseer? ¿Qué cosas son las que yo valoro? ¿Cuáles son mis preferencias e intereses? ¿Qué preparación necesito?
¿Esta opción satisface mis valores y preferencias? ¿Es la opción que más me conviene? ¿Es la opción que coincide más con lo que yo quiero? ¿Cómo empezaré hacerlo? ¿Qué ayuda voy a necesitar?
1. Definir el problema:
4. Investigar diferentes alternativas:
¿Qué opciones tengo? Papel de la familia en el proceso de toma de decisiones de sus hijos. • Los padres tenemos que ser conscientes de que son nuestros propios hijos los que han de tomar sus
propias decisiones. • Debemos colaborar y participar en el proceso de toma de decisiones de nuestros hijos, pero sin interferir en su libre decisión. • Nuestra intervención, así como la de los educadores y orientadores, será siempre la de orientar, asesorar, proponer y sugerir, y no la de imponer . • Se ha de evitar cualquier conflicto entre los intereses del hijo y las expectativas de la familia. • Padres y madres debemos fomentar un ambiente familiar que favorezca el proceso d e toma de decisiones de nuestros hijos, mostrando una actitud dialogante, interés por todas sus cosas,
fomentando la confianza en sí mismos y en sus propias posibilidades, poniendo a su disposición los recursos y condiciones necesarios, etc. • Nuestros hij os deben conocerse a sí mismos y deben conocer, a su vez, la realidad socio-familiar y ambiental en la que se encuentran. • Han de conocer y tener presente nuestra opinión y la de la familia en su proceso de toma de decisiones. Han de hacernos partícipes de sus proyectos e intenciones. En resumen, este documento plantea una reflexión sobre
los principales aspectos a tener en cuenta en el proceso de toma de decisiones de nuestros hijos e hijas. A fin de cuentas, éste ha de ser un proceso continuo y sistemático, cargado de connotaciones personales de carácter cognitivo, emocional, afectivo y social.