Verbos de ‘decisión interna’
Mabel Giammatteo, Hilda R. Albano y Augusto M. Trombetta - UBA -
1. Introducción
En el presente trabajo nos ocupamos de un grupo particular de verbos, no considerados aún en la bibliografía, a los que hemos denominado de ‘decisión interna’ y que se pueden caracterizar como verbos transitivos no pronominales de reacción mental (Jackendoff 1990, 139 y ss.) y de acción acción (admiten la paráfrasis con hacer ). ). Desde el punto de vista semántico, estos verbos, entre los que podemos mencionar a aprobar, aceptar, renunciar, rechazar, admitir, reconocer, identificar, entre identificar, entre otros, implican que un sujeto «afectado» por un estímulo o causa externa toma la decisión interna de aceptarlo o rechazarlo y, en consecuencia, lleva a cabo una determinada acción (por ejemplo, El presidente aceptó la renuncia del ministro
‘firmó la aceptación’) o
→
conducta verbal (por ejemplo, Pedro aprobó la boda de su hija
‘le dio el sí’), que
→
concluye en un estado resultante en el que solo interviene el tema (‘la renuncia quedó aceptada’; ‘la boda quedó aprobada’). Dar cuenta de la compleja estructura eventiva y argumental de estos verbos implica considerar que: a) su sujeto es, a la vez, experimentante y agente, según el subevento que estemos considerando; b) el tema se encuentra «semánticamente incorporado al item léxico» (Pustejovsky 1995, 63), de modo que, por ejemplo, «aprobar» es ‘dar aprobación’ y «renunciar» es ‘manifestar una renuncia’; y c) el objeto sintáctico es de naturaleza proposicional, de manera que la renuncia o el cargo, en, por ejemplo, aceptó la renuncia o renuncia o renunció al cargo, se cargo, se interpretan, respectivamente, como ‘X aceptó que Y renunciara’ o ‘X renunció a ejercer el cargo’.
2. Estructura eventiva de los verbos de ‘decisión interna’
Siguiendo a Pustejovsky (1995, 61), la estructura eventiva de un lexema constituye la «definición del tipo de evento de un ítem léxico y de una frase, y los eventos pueden tener una estructura subeventiva». Para las clases de eventos[1], este autor toma la
[1]
tipología que proviene de la clasificación por el aspecto léxico, o modo de acción, de Vendler. Las clases reconocidas incluyen estados, procesos y transiciones[2]. Dado que los eventos pueden desarrollar una estructura subeventiva, Pustejovsky plantea la idea de que algunos pueden presentar dos subeventos, que se ordenan temporalmente entre sí, según una relación que puede ser de precedencia, simultaneidad o simultaneidad parcial [3] y a partir de la idea de que uno de ellos puede resultar más prominente que el otro. Por tanto, introduce el concepto de nuclearidad eventiva para destacar el hecho de que, además de su ordenamiento temporal, los subeventos guardan un orden que deriva de su «prominencia relativa». Esto significa que en la estructura eventiva del predicado hay un subevento que contribuye a establecer el «foco» de interpretación de todo el evento y que recibe la marca de núcleo[4]. A fin de caracterizar a los verbos de decisión interna, nos interesa considerar, de las tres clases planteadas por Pustejovsky, las transiciones, que son eventos que, de alguna manera, progresan dirigiéndose de un acto inicial o proceso a un estado final, que resulta de él. En una transión típica, como se ejemplifca en (1), la estructura subeventiva puede considerarse formada por dos subeventos: a) un proceso (habitualmente, un ‘logro’) y b) un estado resultante:
1)
El chico rompió el vidrio (con la pelota)
Los dos subeventos reconocidos en (1) son: a) el proceso por el que el chico rompe el vidrio; y b) el estado resultante que puede parafrasearse como ‘el vidrio quedó/está roto’ Respecto de los verbos de ‘decisión interna’, el contraste entre las formas (a) y (b) de los ejemplos (2) y (3) parece mostrar que pueden construirse tanto con los modificadores puntuales, característicos de los logros (2a) y (3a), como también llegar a aceptar, en ciertos sentidos, los modificadores de duración, normalmente no admitidos por estos verbos (2b) y (3b):
2)
a) Aceptó la propuesta esta tarde / a las cinco / en un segundo / ? durante una
hora. b) Aceptó la boda de su hija hasta que se enteró de que el novio era un ladrón
‘la boda quedó aceptada hasta →. ( que...’./ ‘mantuvo su aceptación de la boda hasta que...’) 3)
a) Renunció a su empleo esta tarde / a las cinco / en un segundo / durante una
hora. b) Renunció a su renta mientras no tuvo necesidad de ella ‘la renta quedó suspendida mientras....’ ‘mantuvo su →. ( renuncia a la renta mientras...’)
Como muestran los casos (b) de los ejemplos anteriores, a diferencia de otros verbos puntuales como, por ejemplo, llegar (cf. *Llegó hasta las cinco / durante una hora), que rechazan los modificadores que indican duración, los que aquí estudiamos, aceptan modificadores adverbiales no puntuales que producen una lectura ‘de mantenimiento’, en el sentido de Jackendoff (1983)[5], y se relacionan con el estado resultante que afecta al «objeto»[6]. Según vemos, entonces, las posibilidades combinatorias de los verbos de ‘decisión interna’ con modificadores puntuales y de duración, muestran que su estructura eventiva es compleja y, por lo tanto, pueden, en principio, considerarse como transiciones. No obstante, para el análisis particular de su estructura eventiva, en la línea de De Miguel y Lagunilla (2000), quienes modifican y amplían la propuesta de Pustejovsky, consideraremos no solo dos subeventos, sino también que estos, a su vez, pueden presentar fases. Admitiendo estos desarrollos teóricos, es posible proponer que los verbos de ‘decisión interna’ presentan una estructura formada por dos subeventos causalmente conectados: a) un logro, en el que un sujeto ‘toma una decisión’ interna favorable (aceptación) o desfavorable (rechazo) respecto de un «objeto» externo a él, que lleva a b) un proceso, por el que el sujeto realiza una determinada acción o conducta verbal (fase 1), que concluye en un estado resultante que afecta al objeto (fase 2). Así, según podemos ejemplificar con los casos (4) y (5):
4)
El ministro renunció a su cargo.
5)
El general admitió su derrota.
A diferencia de otras transiciones típicas, como la presentada en (1), en el caso de los verbos que nos ocupan, los subeventos reconocidos son de diferente naturaleza:
a) es un un subvento mental (constituido por un evento puntual o de logro), en el cual el ministro ‘toma la decisión’ interna de renunciar (4) y el general, la de admitir su derrota (5); b) es un subvento de acción que concluye en un estado resultante, en el cual el ministro y el general manifiestan mediante una acción o conducta verbal su decisión, por la cual el ‘cargo queda vacante (a causa de la renuncia del ministro)’ y ‘la derrota, admitida’.
En cuanto a su relación temporal, puede señalarse que los dos subeventos que constituyen la estructura eventiva de los verbos de ‘decisión interna’ aparecen ordenados según la relación de simultaneidad parcial (los subeventos son básicamente simultáneos, pero uno empieza inmediatamente después que el otro). Por otra parte, la noción de nuclearidad eventiva permite reconocer los dos focos interpretativos habilitados para cada una de las lecturas que permiten estos verbos. Así cuando ocurren con frases adverbiales de valor puntual, como en las oraciones de (2a) y (3a), el subevento nuclear es el logro inicial; en los casos en que admiten frases de tipo durativo, como en (2b) y (3b)), el subevento nuclear es el proceso que deriva en el resultado. En (6) se proponen las estructuras eventivas correspondientes a las oraciones (a) y (b) de (2) y (3):
6)
a) [ *e1 < e2] α e
σ
b) [ e1 < *e2] α e
σ
3. Estructura temática o argumental
El verbo conforma junto con los elementos que lo acompañan una predicación. Los verbos transitivos no pronominales que constituyen el objeto de nuestro estudio forman predicaciones incompletas, pues el verbo no expresa por sí solo lo que se desea decir del sujeto como en las predicaciones completas (7), sino que junto a él aparecen otros elementos sintácticos seleccionados: los argumentos, que completan lo que se quiere decir del sujeto (Campos 1999, 1.523) y constituyen su estructura argumental (8):
7)
Juan habla / corre / trabaja.
8)
Juan aprobó la boda de su hija.
Asimismo, cada uno de los argumentos seleccionados por el verbo, incluido el sujeto o argumento externo, manifiesta un determinado papel temático. En el caso de los verbos que analizamos, su estructura argumental resulta particular porque, por un lado, el sujeto concentra los papeles temáticos de agente y experimentante[7] y, por otro, el objeto, es un argumento escondido (shadow argument), que está incorporado en el item verbal, de modo que el verbo puede tomar otro complemento para completar su significación. Vayamos viendo cada uno de estos aspectos separadamente. Veamos primero qué sucede con el sujeto. En una oración como (9), con un verbo de cambio psíquico causativo agentivo como alegrar, los papeles de agente y experimentante, ambos con rasgo ‘animado’, se diferencian claramente porque se enlazan con funciones sintácticas distintas:
9)
La maestra alegró a los niños (con su relato). Ag
Exp
En los verbos que estudiamos, en cambio, estos dos papeles temáticos se realizan en el sujeto[8], para lo cual reformulamos los ejemplos (4) y (5) ya presentados, como (10) y (11):
10)
a) El ministro renunció a su cargo.
11)
b) El general admitió su derrota.
Lo anterior puede relacionarse con la estructura eventiva descripta más arriba, según la cual en (10) y (11) hemos reconocido dos subeventos: a) un subvento mental , en el cual el ministro y el general experimentan un determinado estado psíquico: la ‘toma de decisión’ interna de renuncia (10) o admisión de la derrota (11); b) un subvento de acción (que culmina en un resultado), en el cual el ministro y el general llevan adelante una determinadad acción o conducta verbal. En este último sentido, estas
oraciones
admiten
una
paráfrasis
mediante
una
estructura
pseudohendida (Di Tullio 1997, 366), donde el foco es un SV (un infinitivo):
biclausular
10)
b) Lo que hizo el ministro fue renunciar a su cargo.
11)
b) Lo que hizo el general fue admitir su derrota.
La unificación sintáctica de ambos papeles (experimentante y agente) en el sujeto podría explicarse a partir de la propuesta de Dowty (1991)[9], quien propone una revisión del estatuto teórico de los papeles temáticos y sostiene que para realizar su adecuada descripción hay que abandonar el sistema tradicional de roles discretos y reducirlos a dos conceptos bases: el protoagente y el protopaciente, que se caracterizan por un conjunto de implicaciones que tienen que ver con el verbo. El argumento de un verbo puede asociarse a uno u otro de los protorroles (o incluso a ambos) según el número de implicaciones de cada tipo que el verbo le otorga. Según esta perspectiva, el agente reúne todas las implicaciones previstas para el protorrol correspondiente y ninguna de las del protopaciente. El experimentante combina algunas de las de protoagente y otras de las de protopaciente. Por una parte, posee las implicaciones de conciencia y existencia; por la otra, sufre cambio de estado y es afectado causalmente. De este modo, ambos papeles compartirían las características del protoagente, básicamente el carácter ‘animado’, el cual permitiría que cuando la semántica del verbo exija una actor que actúe voluntariamente, el protopapel devenga agente y cuando el carácter del verbo pida un sujeto involucrado mentalmente, se realice como experimentante. De esta manera, la doble naturaleza mental y de acción de los verbos de decisión interna, sería la causa de la doble asignación temática para el sujeto de la oración. En lo que respecta al tema, hemos considerado que estos verbos poseen uno lexicalizado en el verbo o, en términos de Pustejovsky (1995, 63) un argumento escondido
(shadow argument), al que define como «parámetros que están
semánticamente incorporados en el item léxico»:
12)
Pedró aprobó la decisión de su mujer dio→. ( su aprobación a ...)
13)
María rechazó el ofrecimiento de su jefe manifestó su rechazo a...) →. (
Los argumentos escondidos pueden explicitarse para señalar significados específicos,
como por ejemplo en María enmantecó su tostada con una manteca cara. Para desvelar o desenvolver el objeto escondido de un verbos de ‘decisión interna’ se puede contrastar un ejemplo como:
14)
a) *Pedro renunció a su cargo con una renuncia . b) Pedro renunció a su cargo con una renuncia por escrito / contundente /
indeclinable.
3.1. El objeto proposicional
Además del agente/experimentante en la función de sujeto y del tema lexicalizado, los verbos de ‘decisión interna’ tienen un segundo argumento manifiesto, que presenta las siguientes características:
a) Sintácticamente funciona como complemento OD (15) o como régimen (16):
15)
a) María aceptó el regalo / el puesto / el ofrecimiento de su prima. a) Pedro dimitió a su puesto en la cancillería.
b) Semánticamente es un «objeto» atípico, ya que no es ni creado ni modificado, sino que, por el contrario, tiene existencia independiente del evento, al que preexiste siempre; en realidad, su contenido es proposicional y su sujeto puede ser correferencial o no con el del verbo de ‘decisión interna’:
15)
b) María aceptó el regalo / el puesto / el ofrecimiento de su prima ‘... recibir el
regalo, que le hicieran un regalo → / ejercer el puesto/ lo que su prima le ofrecía...’. 16)
b) Pedro dimitió a su puesto en la cancillería ‘... al ejercicio del puesto o a
ejercer el → puesto...’.
c) Representa un objeto relacional, en el sentido del que en los estudios clásicos se conoce como «acusativo de relación» y puede parafrasearse mediante en cuanto a o en lo que respecta a:
15)
c) María aceptó el ofrecimiento de su prima ‘dio su aceptación→ en cuanto al
ofrecimiento...’ (cf. María miró / pintó el cuadro *María→ miró / pintó en cuanto al cuadro). 16)
c) Pedro dimitió a su puesto en la cancillería ‘manifestó su dimisión→ en lo
que respecta a su puesto...’.
De todo lo anterior se deriva: a) el valor delimitador del complemento proposicional, que representa un evento con respecto al cual el sujeto ‘toma posición’ favorable o desfavorable (por eso, el sujeto, que experimienta un estado psicológico determinado, en virtud del cual acepta o rechaza el evento, es el verdadero ‘afectado’ en el evento, y no el objeto); la omisibilidad del complemento[10]:
15)
d) María aceptó.
16)
d) Pedro dimitió.
De este modo, el objeto proposicional de los verbos de ‘decisión interna’ se diferenciaría de los objetos proposicionales más típicos, como los de los verbos de ‘comunicación’, que son no son omisibles (*Pedro dijo / *María comentó). Al respecto, podemos considerar la perspectiva de Austin (1962), quien al hablar de verbos compromisorios los caracterizó como los que comprometen a aquellos que los usan en cierta línea de acción futura, manifestada por el complemento proposicional. Aquí también el objeto proposicional plantea un estado de cosas asumido a futuro por el sujeto (17 y 18), el cual, asimismo, implica un estado resultante que involucra al objeto proposicional:
17)
Julio renunció a su beca manifestó (o→ expresó de algún modo no verbal) que
a partir del momento «x» no iniciaría o no la beca quedó suspendida. →continuaría su beca 18)
El padre de Silvia finalmente aceptó la boda de su hija dio su consentimiento
para que la boda se efectuara o manifestó→ (o expresó de algún modo no verbal) que a partir del momento «x» aceptaría el la→hecho de que su hija se casara o se hubiera casado (sin su consentimiento) boda quedó aceptada.
4. A modo de cierre y conclusión
Los que aquí hemos denominado verbos de ‘decisión interna’ no habían recibido hasta ahora un tratamiento de conjunto en las clasificaciones de verbos más tradicionales; sin embargo, su consideración como clase resulta de interés por las particularidades sintáctico-semánticas que estos verbos ofrecen. Así, son verbos de acción, que tienen un sujeto que simultáneamente es agente y experimentante, lo cual solo puede explicarse si se tiene en cuenta, por una parte, la estructura eventiva que estos verbos presentan: una transición con dos subeventos parcialmente simultáneos en cada uno de los cuales al sujeto le corresponde un papel temático diferente. Por otra parte, dicho análisis también se apoya en que ambos papeles temáticos involucrados pueden ser subsumidos en un único protorrol cuya característica central sería la ‘animación’, y a partir de la cual si su accionar es ‘volicional’, deviene agente, pero si predomina su aspecto ‘sintiente’, se interpretará como experimientante, de un evento mental, en este caso. Asimismo, también son particulares en cuanto al objeto, ya que el verdadero está escondido en el lexema verbal, lo cual permite al verbo tomar un segundo complemento de tipo proposicional, con valor delimitador que manifiesta el ‘evento’ respecto del cual el sujeto toma posición.
Referencias
Austin,. J. (1982) [1962]. Cómo hacer cosas con palabras, Barcelona, Buenos Aires: Paidós. Campos, H. 1999. Transitividad e intransitividad. Cap. 24 de Bosque y Demonte (Dirs.), Gramática descriptiva de la lengua española, Madrid: Espasa Calpe. De Miguel, E. y M. Fernández Lagunilla. 2000. El operador aspectual se. Revista Española de Lingüística 30, 1: 13-43. Demonte, V. (2002). Preliminares de una clasificación léxico-sintáctica de los predicados verbales del español. En Festschrift für Eberhard Gärtmer zu seinem 60. Geburtstag, Frankfurt am Main: Valentia. Di Tullio, A. 1997. Manual de gramática del español , Buenos Aires: Edicial. Dowty, D. 1991. Thematic Proto-Roles and Argument Selection. Language 67, 3: 547619.
Giammatteo, M., H. Albano y A. Ghio. (2003). Clases de predicados y nominalización. En Actas del VI Congreso Internacional de Lingüística Hispánica, Leipzig, Alemania (en prensa). Jackendoff, R. 1983. Semantics and cognition, Cambridge, Mass.: MIT Press. Jackendoff, R. 1990, Semantic structures, Cambridge, Mass.: MIT Press. Pustejovsky, J. 1995. The generative lexicon, Cambridge, Mass.: MIT Press.