El dualismo patricio-plebeyo
b i é n l a s p r o p i a s i n s t i t u c i o n e s de Roma, con un resultado no siempre satisfactorio, como lo prueban las di versas opiniones emitidas y los pun tos oscuros que todas ellas dejan sin explicar. Admitiendo que Roma participaba de los elementos de una amplia k o i n é arcaica. J. Heurgon se inscribe en la línea anterior e imagina que tras la expulsión de los reyes, como una so lución impuesta por las circunstan cias. Roma fue gobernada por un co legio de pretores a cuyo frente se co locó p r a e to r m a x i m u s . conocido por una mención de Livio (VII.3.5) que hace alusión a la antiquísima ¡ex de c la la vo vo p a n g e n d o . esto es. que tal pretor se encargaba de la clavifixión anual en el muro del templo de Júpiter Ca pit pi t o l i no no;; en un s e g u n d o m o m e n t o se crearon dos pra p ra e to re s m a x im i , con la pl p l e n a co coll c gi ali al i da dadd . qu quee a m ed i ad o s del siglo V tomaron el título definiti vo de cónsules. Por el contrario, para F. De Martino los difíciles momentos que vivió Roma en el año 509 a. C. hacían necesario un poder central só lido, que se encarnó en la figura del m a g i s te te r p o p u l i o dictador, quien reu nía en sus manos la práctica totali dad de los poderes regios; la dictadu ra pasó de ser magistratura ordinaria a extraordinaria cuando la introduc ción de la pr p r o v o c a ti o a d p o p u l u m en el año 449, que exigió además la crea ción del p r a e t o r m a x i m u s como nuevo magistrado ordinario; el consulado apareció en el año 367 como culmi nación de la lucha de clases entre pa tricios y plebeyos. Recientemente P. M. Martin ha propuesto una interpre tación que toma elementos de las dos anteriores. Según este autor la mo narquía no desapareció con el último rey, sino que pervivió aunque desacralizada durante un breve tiempo en la persona del tiranicida Junio Bruto; tras éste aparece Porscnna. bajo cuyo pr p r o t e c t o ra d o se crea cr ea la p r i m e r a m a gistratura anual, la pretura máxima, que se mantiene mientras Porsenna
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domina en Roma; la marcha de este último hacia el año 500 supone tam bi b i é n un c a m b i o co n s t i t u ci o n al y el po p o d e r s u p r e m o p a s a n a o c u p a r l o el m a g i st s t er e r p o p u l i y el magister equitum, formando una colegialidad desigual; a partir del año 493 a. C. aparece ya de manera definitiva la magistratura b i n a r i a c o l e g i a d a , e sto st o es, el c o n sulado. Junto a todas estas opiniones que entre muchas más mantienen una po p o s t u r a c r í t i c a h a c i a la t r a d i c i ó n , tampoco faltan las que por el contra rio observan cierta fidelidad al relato analístico. Volviendo a las posiciones defendidas porTh. Mommsen, diver sos autores de época más reciente (A. Momigliano, A. Magdelain, J.-C. Ri chard) sostienen que el consulado es una creación original de la clase polí tica romana, que mediante tal acción supo dar prueba de su madurez y ca pa p a c i d a d de re spue sp uess ta a u n a s it u ac ió n tan crítica. Ciertamente tal opinión choca choc a con c on graves dificultades dificultades que no se escapan a estos investigadores, pero que en definitiva no son suficientes pa p a r a n e g a r el h e c h o en sí, u n á n i m e mente transmitido por la tradición. Como puede observarse tras una lectura de estas páginas, los proble mas que envuelven el origen de la Re pú p ú b l i c a en R o m a s o n m u c h o s y c o m ple pl e jos jo s , m i e n t r a s q u e las la s so l u ci o n e s pr p r o p u e s t a s son so n t od odaa s i n co m p l e ta s , gi gi rando siempre sobre los mismos ar gumentos sin proporcionar apenas nuevas perspectivas que empujen la investigación. La propia tradición no ofrece suficientes garantías para aceptar a ciegas su testimonio; pero el recurso al exterior tampoco es por el momento un medio seguro, pues la historia constitucional itálica es peor conocida que la romana. En conclu sión, todavía no se puede presentar una síntesis válida sobre este aconte cimiento de la historiade Roma y cualquier opción que tomemos sobre las propuestas anteriores forzosa mente ha de ser arbitraria.