Santi d’León TRABAJA MENOS Y GANA MÁS GENERANDO
INGRESOS PASIVOS Guía completa paso a paso para imitar el éxito financiero y la vida de los nuevos ricos
Título original de la edición en lengua castellana: Trabaja menos y gana más generando ingresos pasivos Edición original en lengua castellana publicada por Ediciones D’León, ediciones digitales Copyright © Santi d’León y Ediciones D’León Copyright © de la edición en lengua castellana, Ediciones D’Leon. Madrid, España. Primera edición: noviembre 2014 Maquetación y portada: Sodyum Design – sodyumdesign.com Copyright © Ediciones D’León – edicionesdleon.com
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un profesional debidamente titulado y autorizado. Los autores, el editor y la editorial niegan cualquier responsabilidad en la que el lector pueda incurrir al usar o aplicar por su cuenta y riesgo los contenidos de este libro.
ÍNDICE DE CONTENIDOS Prólogo: ¿Para qué necesitas este libro? Introducción PRIMERA PARTE - Capítulos 1 – Empleo vs. Ingresos pasivos 2 – El sentido común es el 90% de un negocio 3 – La mentalidad que genera ingresos pasivos 4 – ¿Qué van a decir de ti cuándo lo hagas? 5 – Disolver las dudas SEGUNDA PARTE – Capítulos 6 – ¿Qué son los ingresos pasivos?
7 – Tipos de ingresos pasivos y sus beneficios 8 – 5 pasos decisivos para conseguir ingresos pasivos 9 – Crear ingresos pasivos que fluyan durante años 10 – Consideraciones finales 11 – Guía paso a paso para crear ingresos pasivos TERCERA PARTE – Contenido extra Capítulo extra - Más recursos para tu formación Cuéntale a los demás acerca de este libro Este no es el fin, es el comienzo Información de contacto
PRÓLOGO ¿Para qué necesitas este libro? Si en este momento tu vida se encuentra en una encrucijada financiera o laboral este libro ha sido escrito para ti. Desde muy joven me ha encantado el mundo de los negocios, es un ámbito en el que puedo estar en contacto con gente muy diversa y donde día a día surgen nuevas propuestas e ideas que deseo poner en práctica. Leo decenas de libros al año
sobre comercio internacional, el mercados de valores, metales preciosos, negociación, bonos, arbitraje, especulación bursátil, bienes raíces, contabilidad financiera, management, marketing, creación de empresas, negociación, startups, productividad y motivación personal. También soy consumidor de podcasts, programas de televisión, documentales y series sobre las grandes empresas del mundo y su gestión. Hace algunos años, uno de mis socios que es un buen amigo —además de millonario— me regalo un libro difícil de conseguir “Como obtener el éxito personal y financiero” de David J. Schwartz, junto con un consejo que,
desde entonces, no he olvidado “Los negocios son en un 90% sentido común”. En la mayoría de las personas, sin embargo, el sentido común, es el menos común de los sentidos, quizás por eso tantos negocios acaben desapareciendo o conduciendo a la ruina a sus propietarios y a sus familias obligándoles a permanecer como empleados durante años —tal vez durante el resto de su vida—. La generación de ingresos pasivos es una forma de negocio que me resulta del todo fascinante por su potencial económico. Sin embargo es abrumador el hecho de que, la inmensa mayoría no piensan siquiera en conseguir ingresos
pasivos. Nos han condicionado desde pequeños para no hacerlo. Como podrás suponer, he leído a todos —o casi todos— los gurús financieros actuales así como blogs, entrevistas y artículos sobre este tema. A algunos de ellos les conocerás o habrás oído hablar de ellos, personas como Robert Kiyosaki, Tim Ferris, Donald Trump o Steve Pavlina —entre otros—. Sin embrago, en lengua castellana, sigue faltando una gran cantidad de material disponible para el estudio sobre este tema y para quienes quieran mejorar sus habilidades financieras y ganar dinero mientras duermen, cenan con su pareja o están de vacaciones en alguna isla alejada del mundo leyendo
un libro como este. Yo mismo he experimentado esa tranquilidad y puedo asegurar que no se compara con ninguna otra. Esa sensación de libertad que brindan los ingresos pasivos no tiene comparación. He escrito este libro porque después de estudiar el material existente sobre como crear flujos de ingresos pasivos, he notado algunas zonas incompletas o inconexas que dejan a medias a quienes quieren explotar esta vía de ingresos. En la mayoría de los casos lleva varios meses establecer las conexiones necesarias sobre ese material para echarlo a rodar definitivamente. Eso sin hablar de la cantidad de
refritos de autores angloparlantes a los que muchas veces se les quita toda atribución de sus ideas o —peor aún— son desvergonzadamente copiados. Creedme, tengo 43 años y he leído y leo mucho —mucho— y he visto cosas que no creeríais —por decirlo con algo de humor—. De todas formas, creo firmemente que la gente es lo suficientemente lista para separar el trigo de la paja por si misma, así que no voy a ser yo quien emita un juicio de valor sobre el tema. ¿Quién mejor que ustedes, como lectores, para tener la última palabra sobre lo que vale o no vale la pena leer?. También hay algunas
publicaciones muy decentes, todo hay que decirlo, pero, de algún modo dejan algún aspecto sin tratar. Escribo este libro porque así puedo aportar valor a todos aquellos que comparten mis inquietudes financieras y que quieren aprender como crear sus propios flujos de ingresos pasivos y al mismo tiempo compartiendo mi experiencia en este tema creo un flujo de ingresos pasivos propio a través de dicho valor. Este es un gran momento para ti, lo sé, yo he estado en ese lugar y sé lo que se siente. La puerta hacia una nueva forma de libertad financiera se está abriendo delante de ti y te invito a pasar a través de ella para que, cuando salgas
por el otro lado seas alguien diferente. Alguien con una visión más aguda de las posibilidades para crear y mantener flujos de ingresos pasivos de gran valor que perduren durante años metiendo dinero en tus bolsillos —o mejor dicho en tu cuenta bancaria—. No me andaré con rodeos, iré directo al grano aclarando conceptos dudosos y explicando en detalle que son —y que no son ingresos pasivos—. Como se crean y se mantienen activos a largo plazo. Detallaré las opciones más habituales para conseguir ingresos pasivos con sus pros y sus contras — desde un punto de vista empresarial, cosa que no se hace en otros libros—. Te hablaré de cómo puede que se
lo tome tu familia y amigos y de como lidiar con sus opiniones —muchas veces contrarias a nuestros intereses— tocaremos todo lo necesario para que al finalizar des el primer paso y puedas crear tu plan para conseguir tu primer flujo de ingresos pasivos. Acabas de abrirte una gran puerta hacia la libertad financiera ¡Enhorabuena!
Santi d’León Madrid, noviembre de 2014
INTRODUCCIÓN Aprender a crear flujos de ingresos pasivos de forma sistemática es una de esas cosas que cambian tu vida. Cuando esta idea eche sus raíces en tu mente serás como un misil y ya no podrán detenerte. Retomarás el control financiero de tu vida y te preguntarás ¿Cómo no me di cuenta antes? ¿Por qué nadie me lo dijo? no te preocupes, a todos nos pasa lo mismo en este punto. Recuerda que nadie —ni el más inteligente en su campo— nació sabiendo hacer lo que hace tan bien, lo
cierto es que hubo un momento en su vida en que no sabía nada al respecto, así que deja de lado tus prejuicios iniciales y centrémonos porque esto se va a poner realmente interesante. Supongo que alguna vez habrás oído hablar de Warren Buffett —el inversionista más rico del planeta—, este señor con cara de bonachón comienza sus charlas a jóvenes estudiantes, llenos de sueños de convertirse en futuros millonarios, con una afirmación contundente que deberías recordar durante el resto de tu vida: “No hay nada que yo haga en mi vida o en mi trabajo que vosotros no podáis aprender a hacer igual o mejor
que yo. ¡Nada!” ¡Qué gran verdad! que vale la pena no olvidar, no solo en lo referente a inversiones de capital, sino a cualquier habilidad que quieras desarrollar a lo largo de tu vida, como aprender a crear flujos de ingresos pasivos. Si te interesa ver sus charlas puedes encontrarlas en YouTube — subtituladas en castellano—. Aunque este libro no trata sobre el tipo de ingresos pasivos de alguien como Warren Buffett, lo que dice sobre la posibilidad de aprender es fundamental en la creación de flujos de ingresos pasivos.
Te recomiendo que imprimas y pegues su afirmación en una hoja de papel con grandes letras a modo de tarjeta que puedas leer cada vez que te asalten las dudas para recobrar rápidamente la confianza y la concentración. También puedes utilizar la afirmación que yo tengo pegada en mi campo de visión cerca de la pantalla de mi ordenador y que me sirve para recordarle a mi mente de forma subconsciente que debe despejar las dudas rápidamente cuando me topo con alguna piedra en el camino: “Todo se puede aprender y mejorar y por tanto todo es posible”
No necesito ponerla justo frente a mis ojos —bastará con que esté en mi campo de visión— así, mi cerebro por si mismo, se encargará de leer esa afirmación todo el tiempo y cuando me asalte alguna duda mi vista se irá de forma automática hacia la tarjeta recuperando la concentración. Cuando descubres la importancia que puede tener en tu vida aprender a generar flujos de ingresos pasivos, tu interior se ve repentinamente invadido de una gran cantidad de emociones difíciles de describir en palabras. Pasas de la ansiedad a la incredulidad, del desasosiego al temor y luego a una profunda sensación de libertad una y
otra vez en un intento por volver a organizar todo lo que sabías —o creías saber hasta ese momento—. No te preocupes, es solo el revulsivo inicial. Tu mente ha puesto en marcha el motor de tu imaginación y tus ideas se están comenzando a bullir. Son todos síntomas normales de que estás a punto de dar un salto importante en tu vida y que puede llevarte a un nivel superior del que te encuentras ahora mismo. Recuerdo claramente cuando tomé conciencia sobre el impacto de introducir en mi vida los flujos de ingresos pasivos. Fue a través del libro Padre Rico y Padre Pobre de Robert Kiyosaki y Sharon Lechter —a finales
de 2007—. Eso cambió definitivamente mi forma de pensar y de trabajar. Se puede decir que desde pequeño he tenido espíritu emprendedor y empresarial por lo que ya conocía el concepto de ingresos pasivos —renta residual, regalía o interés— y, como la mayoría, me había quedado en la cascara sin percibir el valor a largo plazo de ponerlo en práctica. Hay una gran distancia entre comprender algo y apreciar su verdadero potencial de futuro —de lo contrario todos seríamos especuladores bursátiles—. Por entonces yo vivía en una especie de “día personal de la marmota”
—algo que se repite igual día tras día— aunque el germen empezaba a crecer en mi mente. Me despertaba a las seis de la mañana, me duchaba y salía a toda prisa —sin desayunar— para hacer un viaje de casi dos horas —primero en metro o autobús y luego en tren y luego otra vez autobús— hasta mi trabajo en la otra punta de la ciudad, aprovechaba ese tiempo para estudiar, planificar y pensar. Allí permanecía durante diez horas cada día esforzándome por ser el mejor haciendo mi trabajo para que me tuvieran en cuenta, si tenía un rato libre estudiaba más, al final de la jornada emprendía la vuelta a casa, otra vez casi dos horas que usaba para estudiar un
poco más o simplemente cavilar. Llegaba cansado, cenaba algo, me ponía al día con los temas de la casa y me quedaba dormido en el sofá; de madrugada me pasaba a la cama y a las seis de la mañana de vuelta a empezar. Daba lo mismo que hiciera frío, lloviera, nevara o asfixiara el calor así eran todos mis días en aquel entonces. Aún no lo sabía, pero todo estaba a punto de cambiar debido a uno de mis proyectos de negocio. Uno de mis jefes vio el potencial de mi idea y se convirtió en mi socio aportando el capital para crear una nueva compañía, fue una sensación maravillosa conseguirlo y —sin preverlo— me puso en contacto directo con los beneficios de
los ingresos pasivos —en este caso publicitarios—. Desde entonces muchas cosas han sucedido, y sobre todo, he aprendido mucho sobre como generar y como funcionan los ingresos pasivos. Cuando aprendas a crear tus primeros flujos de ingresos pasivos y compruebes sus resultados en primera persona estarás de acuerdo conmigo en que muy pocas te hacen sentir tan genial. Entremos de lleno en el tema. En el primer capítulo dejaremos claras las diferencias entre ganar dinero en un empleo convencional donde se te paga por tu tiempo y crear un flujo de ingresos pasivos donde se te paga por el valor que eres capaz de aportar a los
demás. ¡No te lo creerás!
PRIMERA PARTE
CAPÍTULO 1 Empleo vs. Ingresos pasivos Antes de comenzar quiero aclarar que no tengo nada en contra de los empleos, afortunadamente, todos somos diferentes y muchos se sienten a gusto en sus empleos actuales. Algunos han pasado tanto tiempo trabajando para sus empresas que estas se han convertido en su segundo hogar —o el primero—. Es importante que cada uno tome sus propias decisiones, por eso voy a exponer algunos aspectos del empleo
basados en mi experiencia y en la de mucha gente a la que conozco, para que puedas decidir por tu cuenta. Se trata de aspectos poco analizados a la hora de decidir a largo plazo como vas a ganar tu sustento y que creo que pueden ayudar a cualquiera que los lea a tomar decisiones más inteligentes sobre su presente y su futuro. Así que ¡vamos allá! ¡Olvida todo lo que sabías hasta ahora del empleo porque casi todo eso es falso! Así de rotundo te lo digo, a continuación voy a enumerarte paso a paso cada una de las situaciones a las que te enfrentas para conseguir y mantener un empleo y comprobarás lo
contundente de esta afirmación. Al finalizar el capítulo sentirás ganas de tomar un vaso de agua para pasar el trago así que ve preparando algo de agua fresca —puedes reemplazar el agua por el whisky—. Que algo se haga de una determinada manera por la mayoría de las personas no significa que sea lo correcto ni lo más conveniente. Probablemente te hayan lavado el cerebro durante tantos años que no des cabida si quiera a reflexionar sobre la posibilidad de encontrar una manera diferente de conseguir ingresos. La gente no deja de pensar que las cosas están muy mal—y ahora peor— así que es mejor conseguir un buen
empleo y amarrarse a la silla de la oficina de por vida. El condicionamiento social al que estamos sometidos es tal, que salirse del molde y reflexionar se hace muy difícil. Todo comienza en casa cuando somos muy pequeños y luego en la escuela y la universidad cuando crecemos. Estos ambientes nos hacen aceptar sin planteos algunas ideas por el simple hecho de que si todo el mundo lo hace eso será lo correcto y lo que hay que hacer. Posiblemente tus padres lo hayan hecho así, tus compañeros y amigos también lo hayan hecho igual y tu pareja también, así que se hace lo mismo y se espera que todo vaya bien ¿verdad?. Pues no.
Me estoy refiriendo al hecho de que te hayan educado sin que lo sepas para conseguir un empleo y considerarlo el mejor —y a veces único— medio de ganarte la vida. Te han programado desde siempre para buscar un empleo y ganar dinero y cuando quieras más dinero —siguiendo tu programa— te verás en la obligación de trabajar más o de buscar un segundo empleo. Esto es, hasta cierto punto, ridículo. Tanto si has estudiado como si no, lo más probable es que te hayan inculcado que hay un solo camino para ganarnos la vida, el empleo. Nuestro sistema educativo forma mejores empleados y no mejores individuos o individuos más felices.
¿No me crees? Si estás en tu lugar de trabajo, levanta la vista un momento y observa cuantas caras de felicidad hay a tu alrededor. Las hay con un gesto tenso y las hoy de completa ausencia. Están, pero no están. ¿qué te parece? ¿se percibe verdadera felicidad allí donde estás? ¿sientes que la gente es feliz allí cada día? ¿Y tu, qué te gustaría estar haciendo ahora mismo en lugar de estar allí?. Si toda la gente con la que te rodeas vive únicamente de su empleo es fácil que lleguen a la conclusión de que es la mejor forma de ganarse la vida. ¡Eso no son más que bobadas! Que los demás hagan algo en masa, no quiere
decir que tú estés en la obligación de hacer lo mismo. De hecho, cuando notes que todos hacen algo en masa y tú también deberías preguntarte ¿por qué estamos actuando como corderos?. No hay nada de malo en que busques un empleo como los demás —ni que compres el nuevo teléfono móvil como los demás— si es eso lo que quieres, lo malo es que lo hagas sin pensar. Si consideras que conseguir un empleo es la única —o la mejor— manera de obtener ingresos para sustentar tu estilo de vida estás errando de pleno. ¡Eso es completamente falso!. Conseguir un empleo no es ni la mejor ni la única manera para obtener ingresos aunque sea la manera más
utilizada. En cambio es mejor sustentar tu estilo de vida generando flujos de ingresos pasivos, tantos como te sea posible. La gran diferencia que existe entre ganar dinero con un empleo y ganar dinero de forma pasiva es el meollo de este libro. Grábate esto en la cabeza, cuando recibes un salario a través de un empleo te están pagando por el tiempo que dedicas a ese empleo —más que por tus habilidades, te pagan por tu tiempo—. ¿No me crees? Entonces pregúntate ¿por qué te infravaloran en tu trabajo? ¿por qué te hacen trabajar más horas de las que habías acordado inicialmente? ¿por qué no te dan más responsabilidades?
Yo te lo diré. Porque quieren sobre todo tu tiempo. En cambio, cuando creas un ingreso pasivo basado en el valor que puedes aportar a los demás todos se benefician —y ese todos te incluye a ti también—. Entiendo que ahora mismo sientas algo de confusión, pero cuando acabe este capítulo verás las cosas mucho más claras y cuando termines este libro —o antes— podrás responder con seguridad a la siguiente pregunta ¿quiero que me paguen por mi tiempo o por el valor que soy capaz de crear para los demás? — bebe un poco de agua o whisky—. Si hablas con gente que siempre ha vivido de sus empleos posiblemente
todos estén de acuerdo en que tener un empleo es la forma más segura y fácil de ganarse la vida y prosperar. Si hablas con alguien que lleva mucho tiempo desempleado y atraviesa una circunstancia de necesidad, te dirá que lo que más desea en el mundo — sobre todas las cosas— es conseguir un empleo, de hecho se conformará con cualquier empleo que consiga, incluso si no tienen nada que ver con lo que ha hecho durante toda su vida o si es para ocupar un puesto inferior en la escala corporativa del que tenía anteriormente. Algunas personas encuentran que solo les es posible conseguir dinero para sustentar sus vidas a través de uno o más empleos. Así que te dirán, sin
duda alguna, que buscar un empleo es la mejor decisión que puedas tomar para labrarte un futuro más seguro. ¡Vaya idea más tonta! Si aceptas esa idea sin más, te deseo la mejor de las suertes, porque la vas a necesitar. Entrar en el mundo corporativo no es, ni de lejos una tarea sencilla y muchas veces tampoco es agradable a largo plazo. Las encuestas del organismos internacionales relacionados con el bienestar laboral han demostrado que más del 80% de las personas que tienen un empleo, trabajan en algo que no les gusta o para lo que no han estudiado, y además, se consideran mal pagados y mal valorados.
Esto tiene que ser significativo para ti de alguna manera. Hablamos del 80% de los empleados (8 de cada 10). Es una cifra aplastante y eso en los países que mantienen un estándar laboral digno o mínimamente digno. En países del tercer mundo o países con altos niveles de corrupción gubernamental, la cifra podría ser incluso mayor. Nadie quiere ser explotado laboralmente de por vida. Aunque el porcentaje varíe de empresa a empresa, en general, puedes esperar con seguridad que, al menos la mitad de tus compañeros —y posiblemente tú también— no están a gusto con su empleo aunque necesiten percibir un salario.
Esta situación es ridícula y anormal, no puede sostenerse a largo plazo. Pero si lo piensas es hasta cierto punto esperable porque tanto los procesos de selección de personal como muchas de las políticas internas de las empresas parecen estar pensadas para empleados carentes de sentimientos, familiares y cualquier ambición personal. Ese 80% de frustración demuestra la miopía de mundo corporativo. En algún momento de nuestra vida llegamos a pensar —o nos convencen— que obtener un único ingreso proveniente de un empleo es lo más seguro para hacer frente a nuestros gastos. Es increíble que tanta gente siga
creyendo que es más seguro depender de otra persona en vez de uno mismo para mantener sus ingresos; más cuando la otra persona —tu jefe— es un completo desconocido que solo necesita algo de ti, tu tiempo. Tu jefe mañana podría empezar a “tenerte entre ojo” porque no le ha gustado tu rendimiento, tu forma de mirar, que sueles llegar un poco tarde por la mañana —aunque vivas muy lejos — o porque simplemente no le gusta alguna cosa trivial. Resulta más irónico aún, si piensas que muchos jefes ni siquiera saben exactamente que hacen sus empleados o la problemática de sus labores cotidianas —tu jefe no sabe, ni
le preocupa, que la impresora nunca funciona—, pero aún así valora la actitud y el tiempo que dedicas a tu empleo. Puede que hagas bien tu trabajo, pero si no le caes en gracia a alguien importante, antes o después, por un motivo u otro te verás en la calle — probablemente antes—. ¿Cómo empezó todo? Pues bien, comienzas este tortuoso camino, con una entrevista de trabajo, o mejor dicho, con muchas entrevistas de trabajo. Posiblemente tengas que aceptar el empleo en el que te acepten a ti y no el que te hubiera gustado conseguir — aún si cuentas con la cualificación necesaria—, porque lo jefes tienen criterios muy diferentes a la hora de
contratar personal. Tal vez prefieran contratar a alguien conocido de otro trabajador de la empresa, aunque esté menos cualificado, solo porque alguien responde por esa persona. O prefieran descartarte porque, en la entrevista, con los nervios sudabas mucho y les recuerdas a su cuñado. Es una verdadera demencia. Ese tipo —tu jefe— puede venir mañana y decirte “¡Estás despedido/a!” y seguir con su vida como en el programa de El Aprendiz con Donald Trump. En ese punto, te guste o no, tendrás que recoger tu cheque y tus cosas — aunque podrían impedírtelo si quieren— e irte con la cabeza gacha. Otra vez a la
casilla de salida. Otra vez a hacer decenas de entrevistas pidiendo una oportunidad. Si sigues en tu empleo no estás mejor. Puede suceder que tu jefe sea el perfecto —o la perfecta— imbécil que se atribuye los méritos de tu trabajo y te culpa a ti o a tus compañeros cuando no se alcanzan los objetivos que él mismo no sabe gestionar —curiosamente este perfil de jefes parece muy demandado en las empresas—. Deberás aceptar que en el mundo corporativo, cuando te cruzas con un jefe imbécil, no tienes más alternativa que soportar y saludar con una sonrisa si quieres conservar tu empleo y a veces ni siquiera eso funciona, te vas a la calle
igual. Muchas veces sin miramientos y sin gratitud. Es muy doloroso. En un empleo tampoco puedes decidir sobre aspectos cruciales a la hora de hacer tu trabajo; por ejemplo, elegir tu espacio de trabajo. Tendrás que trabajar en el espacio que te hayan asignado, aunque no sea cómodo para ti. Si la persona que ocupaba antes ese puesto podía hacerlo en 4 metros cuadrados, tú deberías poder hacerlo también —¡y te lo dirán!— aunque tu volumen corporal sea mayor. Si hacen cambios en la oficina y quieren cambiar de sitio los muebles, pues, los moverán y tendrás que moverte tu también —te guste o no— ellos decidirán donde estás mejor para hacer
tu trabajo, tu opinión casi nunca cuenta. Es posible que te dejen acondicionar un poco el espacio para que te sientas “como en casa”, pero es un placebo psicológico, si intentas hacer grandes cambios como cambiar tus cosas de sitio se te echarán encima. Tampoco podrás estar cambiando tus cosas de sitio todos los días hasta encontrar la posición más cómoda porque molestarás a tus jefes y a tus compañeros y posiblemente te dirán que “mejor que dejes las cosas como están de una vez” porque podrías tener problemas —da miedo de solo pensarlo —. No puedes decidir cuanto quieres que te paguen por hacer tu trabajo, tu
salario lo decidirá el mercado, la política de empresa, el sindicato, tu jefe —o su mujer si va por allí— o el departamento de recursos humanos, es decir, cualquiera menos tu. Serás tú quien tenga que adaptarse a sus expectativas y ellos te pagarán en base a una estimación que —realmente — no está basada en tu talento o tu capacidad porque te han valorado antes de trabajar. Si lo haces mejor de lo que esperaban seguirás cobrando lo mismo al menos durante ese año. Si lo haces peor, se desharán de ti a la primera oportunidad. Si necesitas más dinero para vivir porque tu situación ha cambiado o quieres mudarte tendrás dos alternativas.
Una de ellas es negociar —en algunas empresas eso significa suplicar— y si son buenos contigo consigues un aumento. Sales del despacho con un poco más de dinero —generalmente poco— a cambio de una gran deuda emocional que procurarán cobrar a largo plazo. Siempre es una situación incómoda y estresante (perderás algo de pelo cuando te ocurra, ya lo sabes). La otra alternativa es peor, porque implica trabajar más, haciendo horas extras; ten presente que en la actual cultura corporativa, las horas extras muchas veces no se pagan, porque se ha extendido la costumbre de trabajar hasta cualquier hora después del horario laboral. Esa actitud se considera como
“compromiso con la empresa” y es una obligación moral implícita que jefes y empleados perpetúan. Te verás en la situación de tener que trabajar más horas fuera del horario laboral porque se lo debes a la empresa que te da trabajo. Según parece, no estar dispuesto a hacer más horas de las que habías pactado sin cobrar un duro más está mal visto —mal asunto—. En un empleo tampoco puedes decidir cuando y cuanto tiempo deseas irte de vacaciones. En la mayoría de las empresas existe un período socialmente aceptado en el que la gente quiere irse de vacaciones que es durante el verano. Si prefieres el invierno para esquiar,
tendrás que conformarte con algunos días extra, un fin de semana de puente o ir anticipando días a cuenta de tus vacaciones, pero es muy posible que no te permitan tomarte tus vacaciones completas, sobre todo si la fecha que has elegido coincide con la época de más trabajo en tu empresa. Por otra parte solo dispones de un número limitado de días para tomarte de vacaciones —habitualmente entre 15 y 30 días—, si quieres más días de vacaciones tendrás que cambiarlos por más horas de trabajo durante algún tiempo. No importa que tengas el dinero suficiente para tomarte dos meses de vacaciones, porque tu empresa solo te dejará hacerlo durante el tiempo que
tiene establecido contigo en el contrato que has firmado —¡deberías tener un contrato!—. Aunque —según he oído— en la cultura popular corporativa “no es bueno ausentarse mucho tiempo del trabajo” porque podrían pensar que no se nota tanto tu ausencia y pasar tus obligaciones a otro compañero. Las empresas se adaptan y pueden adaptarse a sobrevivir sin ti. Así que ándate con ojo si vas a ausentarte. ¿Quieres un poco más de agua? …¿o whisky? Parece extraño, pero si van a darte un empleo, esta gente quiere verte por allí, así que tendrás que desplazarte todos los días hasta el trabajo —a ser posible con el almuerzo para ahorrar
algo de dinero y comer mejor— no son muchas las empresas que dan de comer a sus empleados —aunque las hay—. Llueva, haga calor, frío o nieve, tendrás que hacer todo lo posible por llegar allí cada día a tiempo porque eso de trabajar desde casa todavía está mal visto —la desconfianza en tu formalidad está implícita—. Está claro que, más allá de lo bien que hagas tu trabajo —y de lo formal que seas— tu jefe se siente mucho mejor cuando recorre la oficina y todos están en su sitio mirando sus pantallas, aunque al mismo tiempo todos estén hablando pestes sobre él o ella por el chat de la oficina o comprobando sus redes sociales.
Es irónico, pero quieren verte sentado en tu sitio más que saber que estás haciendo bien tu trabajo. La mayoría de los empleados acaban encontrando formas muy creativas de simular que trabajan durante la mayor parte de la jornada laboral, lo cual es una pérdida de tiempo para ambas partes. No participarás de los beneficios que contribuyes a generar para la empresa, algunas ofrecen un bono extra por cumplir objetivos —pero solo en puestos directivos— ese bono generalmente será inferior al valor que tu trabajo genere. Por otra parte ¿cómo se mide el verdadero impacto de tu trabajo en tu
empresa? ¿cuánto exactamente contribuyes para que esta tenga éxito? No hay forma de saberlo exactamente, a la mayoría de las empresas no les interesa saberlo, porque no van a pagarte más por ello. En caso de que hagan este tipo de análisis será para valorar la empresa en su conjunto. Tiene sentido —para ellos—. Los empresarios tienen la mala costumbre de crear empresas para ganar dinero en lugar de repartirlo —cosas de empresarios—. Si nunca te ha pasado debes saber que enamorarte en el trabajo puede ser un gran problema, incluso puede ser la causa de que pierdas tu empleo, las empresas se oponen radicalmente a las
relaciones íntimas dentro del ámbito corporativo. Esto puede ser muy complicado si acabas teniendo sentimientos más profundos y personales por alguien que trabaja contigo. Encontrar una pareja en el contexto laboral es habitual —ya sea permanente u ocasional— pero no debes involucrarte personalmente por el bien de tu empleo. No puedes permitirte enamorarte y menos tener algún tipo de contacto físico con alguien que trabaja contigo o podrían despedirte de inmediato —sin mediar otra justificación—. Para conservar tu empleo es más seguro reprimirse.
Deberás hacer tu trabajo exactamente durante la jornada laboral, ni antes, ni después. Aunque si es después no importa tanto, como dije, hay tolerancia en que acabes después de tu hora de salida, pero no al contrario. Si acabas tus tareas dos horas antes que los demás, deberás quedarte igual en tu puesto de trabajo buscando algo en que ocuparte. Está mal visto irse antes de que concluya la jornada laboral y más si eres el primero en abandonar “el barco”. Hay excepciones a la regla, incluso puede que tengas que ir al médico o recoger a tus hijos del colegio y tengas que irte antes porque no tienes más alternativa, no vas a dejar a tus
hijos en la calle ni poner en peligro tu salud —aunque si pudieras hacerlo te lo agradecerían —. Debes adaptar todo tu estilo de vida al horario de la empresa —se hace muy difícil tener una vida fuera del trabajo—. El horario de trabajo se vuelve un muro muy alto para saltar entre tus relaciones, tus aficiones, tu descanso y tu salud. El día tiene las horas que tiene, no más. Pude suceder que tu jefe o algunos de tus compañeros de trabajo sean personas inseguras y celosas en relación a tu desempeño o a tu situación en la empresa, ya sea porque ganas más dinero que ellos o porque tu jefe se siente amenazado con tus novedosas
ideas o porque pareces disfrutar más de lo habitual en tu trabajo —lo cual, extrañamente, nunca parece ser una buena señal para los demás— así que, muchas veces, tendrás que trabajar por debajo de tus posibilidades para no levantar una oleada de críticas hacia tu persona. También puede suceder que seas una mujer muy capaz de cumplir con tus obligaciones y que tu jefe sea un salido que te coloque en situaciones incómodas y que te veas obligada a hacer la vista gorda tanto como sea posible —también puede ocurrir al revés—. También tendrás que abstenerte de opinar abiertamente sobre tus jefes y sobre la política de la empresa y más
frente a los demás. No está bien visto hablar mal de los jefes o de la empresa en presencia tus compañeros, incluso alguno de ellos podría ir a los jefes con el cuento para ganar puntos. ¿Lo entiendes? Para conseguir y mantener un empleo deberás renunciar una gran parte de tu libertad, autoestima e ilusiones. En algunos casos también a tu creatividad y por último a tu tiempo y a tus aficiones durante muchos años o de por vida. La vida es muy corta para malgastarla de esa manera. El ritmo será impuesto por tu empleo y tu estilo de vida tendrá que adaptarse plenamente al horario de tu jornada laboral, siempre estarás pensando que mañana madrugas.
Son muchas las razones por las que el sentido común te dirá que no es una idea tan genial eso de atarte a un empleo de por vida, pero hay una razón entre todas que es especialmente importante y me refiero a los impuestos. Ser empleado y percibir un salario significa estar en la peor situación en relación a lo que debes pagar de impuestos. Para que tengas una idea, si tomas como referencia un salario medio de cualquier país industrializado, lo que pagas al año en impuestos sobre tu salario alcanza para comprar un coche nuevo cada año. Si has leído bien. Con lo que pagas de impuestos como empleado podrías comprar un coche nuevo todos
los años. Eso se mucho dinero. Hay otras formas más eficaces de manejar tu carga impositiva cumpliendo todas tus obligaciones legales y morales como ciudadano —debes pagar tus impuestos porque es importante para todos— pero siendo empleado te llevas la peor parte, el gobierno cobra tu salario antes que tu cada mes, así lo dicta la ley. En cambio, si ganas dinero con tu propia empresa, tu carga impositiva es menor y te permite ganar más a largo plazo. Aunque para esto tendrás que buscar el modo de ingresar dinero cada mes —y eso no es para todo el mundo —. A través de los ingresos pasivos
podrías elegir en que te gustaría trabajar —y de hecho debes hacerlo— porque ganarás más dinero haciendo lo que te gusta hacer que de otra forma. Las horas van muy de prisa cuando disfrutas de lo que haces. Algunos días podrías trabajar por la mañana, otros por la tarde, podrías hacerlo durante tres horas al día o seis u ocho, lo que fuera necesario para tus objetivos. Si un día no quieres —o no puedes— trabajar, los ingresos de dinero seguirán fluyendo de manera constante. Aunque si disfrutas lo que haces es raro que no quieras hacerlo algún día o durante todo el día. Cuando recibes ingresos pasivos puedes tomar las decisiones más
importantes de tu vida en primera persona. Tú serás quien decida cuanto dinero necesitas o cuanto esperas ganar y cuanto más hábil te vuelvas creando flujos de ingresos pasivos más dinero ganarás, nadie va a decirte que tienes un límite. Nadie excepto tu. El valor que puedas producir para otros no tiene techo, en cambio el tiempo que puedes dedicar al día a un empleo es muy limitado. Podrás definir tus propios objetivos a largo plazo. En la mayor parte de los aspectos tendrás la última palabra y las cosas se harán a tu manera, por lo que es muy importante cultivar en tu persona los buenos hábitos de trabajo
y disciplina para sacar el máximo partido a tus oportunidades. Crear ingresos pasivos no es para vagos ni pusilánimes. Podrás trabajar desde casa o desde tu propia oficina, decidiendo cuanto espacio vas a dedicar a tu trabajo y como prefieres que esté decorado. Si quieres ir al baño a darte una ducha relajante o hacer una pausa para hablar por teléfono puedes hacerlo sin sufrir el estrés que provoca la mirada de los demás o que te encuentres con tu jefe en el pasillo del baño mientras hablas a escondidas. Tú impones tu propio ritmo, así que saca lo mejor de ti. Si eres de esas personas que disfrutan quedándose un rato más en la
cama podrás hacerlo porque no tendrás que salir una hora antes para llegar hasta la oficina, con lo que probablemente descanses mejor. Pero no te quedes en la cama holgazaneando, descansa un poco más y saca más provecho al día. Nadie puede llamarte a su despacho para despedirte o para cesarte si no le caes bien o si quiere contratar a otra persona para que ocupe tu lugar. No tendrás la obligación de bajar el nivel de tus resultados para no despertar envidias entre tus compañeros de trabajo o tus jefes. Podrás atender tus redes sociales cuando lo creas conveniente e incluso puede que estas redes te ayuden a vender mejor tus productos y te
mantengan en contacto con tus clientes y amigos. No limitarás tus contactos y conocidos al único ámbito de tu trabajo, podrás contactar y conocer gente diferente cada día y eso enriquece tu persona. Tus relaciones personales y sentimentales dispondrán de más atención y tiempo por tu parte. Podrás dedicar más tiempo a las relaciones íntimas y al ocio con amigos y con tu pareja. Es más fácil dedicar tu tiempo a quienes te importan cuando no lo has vendido casi todo a una empresa. Si hasta hoy has podido lidiar con los problemas de tener un empleo,
entonces, crear un flujo de ingresos pasivos no resultará más difícil para ti. Puede que te resulte algo extraño ahora, pero las habilidades necesarias para conseguir y mantener un empleo suelen ser muy parecidas a las que se necesitan para generar un flujo de ingresos pasivos. Piensa que para que tomen en cuenta tu perfil en muchos empleos te exigen que hayas cursado un master después de haberte graduado en la universidad, esto suele costar mucho dinero extra y ser bastante difícil y estresante de obtener. Crear un flujo de ingresos pasivos no es técnicamente más difícil que realizar la mayoría de los trabajos, es
más difícil cambiar la mentalidad al respecto por la educación con la que nos han programado para ser buenos empleados que crear un flujo de ingresos pasivos. Esto no significa que debas presentarte mañana mismo en tu oficina y renunciar a tu empleo sin más, ni que todos los empleos y empresas del mundo sean despreciables —hay excepciones como en todo— aunque la mayoría de los empleos se ajustan a lo que he descrito y, puede que, lo hayas vivido en primera persona. Tampoco significa que crear flujos de ingresos pasivos sea incompatible con mantener un empleo de forma paralela. Podrías compaginar ambas
cosas hasta que consigas generar le flujo de dinero suficiente para dejar tu empleo actual o para buscar otro empleo más agradable si eso es lo que deseas. Estés en la situación que estés no tiene ningún sentido saltar sin red cuando estás aprendiendo. En cualquier caso es una decisión enteramente personal, mi recomendación es ir haciendo el cambio progresivamente mientras necesites el dinero que te proporciona tu salario para mantener tu estilo de vida y a tu familia. Cuando alcances la experiencia necesaria y tus flujos de ingresos pasivos comiencen a dar resultados podrás optar por mantener ambas cosas
o quedarte con una opción o la otra. Lo que sea mejor para ti de eso se trata. Para tener verdadero éxito creando flujos de ingresos pasivos a largo plazo, es mejor ser una persona diligente y organizada y no desatender tus responsabilidades. Sin excusas. Si eres de esas personas que les gusta quedarse en la cama holgazaneando hasta medio día y no manejas bien las situaciones en las que debas asumir compromisos en primera persona, tal vez no sea una buena idea que te dediques a crear ingresos pasivos para vivir de ello. Si ese es tu caso te recomiendo que hagas al transición poco a poco. Recuerda, no hay porque saltar sin red.
Mantén tus obligaciones laborales mientras desarrollas las aptitudes y el carácter necesario para afrontar esta tarea que tiene muchas recompensas cuando el éxito llega. Recuerda que las mejores decisiones se toman utilizando el sentido común. Y tú ¿cuánto sentido común tienes?
CAPÍTULO 2 El sentido común es el 90% de un negocio François Marie Arouet, más conocido como Voltaire, fue un escritor, historiador, filósofo y abogado francés y sobre todo fue un tipo muy inteligente, tal vez te interese saber también se hizo inmensamente rico en su época y no por casualidad, sino porque había desarrollado un gran sentido común. Este capítulo no va sobre la ajetreada vida y el magnífico legado de
la obra de Voltaire, pero sus anécdotas son fascinantes. Como ejemplo, una vez, junto al matemático La Condamine y los hermanos Paris-Duverney estableció una sociedad con el único fin de comprar todos los billetes de lotería de su época —por entonces se podía hacer esas cosas— embolsándose unas inmensas ganancias más tarde con los premios. Así de listo era Voltaire. Así trabajaba para el su sentido común. Dicho esto, lo que nos importa aquí es su famosa frase “El sentido común es el menos común de los sentidos” que sigue tan vigente hoy como lo estaba entonces.
Si estas leyendo este libro es generar ingresos pasivos y el sentido común puede ser un gran aliado para ese propósito. No solo influirá en los resultados de tu cuenta bancaria, también lo hará en muchos otros aspectos de tu vida. ¿Por qué el sentido común? Porque es la clave para liberarte de cometer grandes errores —muchas veces irreparables— y caer en engaños haciendo lo mismo que hacen los demás cuando se movilizan en masa. Te será más fácil y rápido separar el trigo de la paja sin ponerte en peligro ni a los demás, al menos hasta el punto que sea previsible. Si echas un ojo a YouTube
encontrarás cientos de horas en video de personas que desprecian utilizar el sentido común, ya sea lanzándose desde una azotea con un globo en la mano o cruzando una calle transitada en bicicleta con una venda en los ojos o saltándose una señal de STOP frente a las vías del ferrocarril para intentar ganar unos pocos segundos más. Ese tipo de personas, no solo se ponen en riesgo a si mismas, sino que, por si fuera poco, ponen en riesgo a los demás. Así como una familia dirigida por unos padres sin sentido común es una familia condenada a sufrir penurias durante muchos años, del mismo modo, una empresa dirigida por empresarios
sin sentido común es una invitación al desastre para si mismos, para sus empleados, para sus socios y para sus inversores. Nadie quiere seguir a una persona insegura y sin sentido común, en cambio la mayoría estaría dispuesta a apoyar con entusiasmo una idea con fundamento en el sentido común. El sentido común beneficia a todos o a la mayoría. En cambio la estupidez perjudica a todos o a la mayoría. Una cosa es plantearte desafíos que te obliguen a salir de tu zona de confort y te permitan ampliar tus límites metales y emocionales ayudándote a crecer. Otra cosa muy distinta es pararte
frente a un tren con una mano en alto porque estás convencido de que puedes detenerlo cuando se ponga delante. Me temo que la partida acabará 10 a favor del tren —y, créeme, no habrá revancha—. En este caso ganarás si apuestas en tu contra, pero no habrá nadie para cobrar dicha apuesta. El riesgo asumido es mucho mayor que el beneficio potencial propuesto, y ese tipo de situaciones van en contra del sentido común. El sentido común te ayuda a eludir algunas decisiones absurdas que no conducen a ninguna parte. Bueno si, al desastre. Deberás acostumbrarte a escuchar más y hablar menos, a prestar más
atención antes de comenzar a actuar. Preguntar —o estudiar— a quienes han hecho antes lo que tu quieres hacer ahora y así evitar cometer los mismos errores. Créeme, no es tan complicado. Se tarta de desarrollar la habilidad de reflexionar y no solo de dejarse llevar por el entusiasmo. De eso se trata el sentido común. Desarrollando tu sentido común tomarás mejores decisiones que afectarán tu vida rápida y positivamente, y no solo eso, porque, al mismo tiempo, esas mismas decisiones mejorarán la vida de quienes te rodean ya sea que los conozcas o no. Por lo tanto trabajar conscientemente con el objetivo de
mejorar y potenciar nuestro sentido común no solo te beneficia a ti, también beneficia a los demás. Se trata de ser más razonable para conseguir los objetivos que te propones de la manera más rápida y eficiente. El sentido común mejora tu pensamiento reflexivo y acorta los tiempos para llegar a las conclusiones de manera más acertada aumentando tu nivel de astucia. La astucia no es solo quiere decir aprovecharse de los demás. Tu cerebro también se vuelve más eficiente e invierte más energía en ideas productivas y planes bien elaborados y menos en vagas concepciones que no tienen sentido a la larga. Como todos los sentidos —según
la ciencia— el sentido común es una fuerza pasiva se pone en marcha al ser estimulada con ideas. Trabaja para poner en marcha el sentido común a voluntad y tus planes no tendrán límites. La buena noticia es que desarrollar el sentido común es posible, encontrarás muchos artículos y ejercicios sobre este tema en internet. Son tantos que se hace imposible describirlos todos en este libro, pero el mejor ejercicio que puedes practicar es aplicarlo a diario en tu propia vida. Te daré un método que puedes utilizar cuando quieras para saber si estás aplicando el sentido común en una circunstancia concreta o no. El sentido común simplifica las cosas, no las
complica. Despeja no atasca. En un momento dado, en una circunstancia concreta, puedes hacerte esta pregunta ¿esto que quiero hacer simplificará la situación o no? Si no tienes la total seguridad de que tu decisión simplificará esa situación, entonces es probable que no sea la mejor opción. Las soluciones simples —basadas en el sentido común— son evidentes cuando las detectas, es como el juego de “¿Dónde esta Wally?” en donde tienes que encontrar a un personaje concreto en un dibujo donde hay cientos de otros personajes amontonados. Al principio no lo encuentras entre tanta confusión, pero cuando consigues verlo todo lo
demás parece despejarse y consigues ver con claridad. Lo mismo sucede con las soluciones sencillas basadas en el sentido común porque simplifican la visión global volviéndose evidentes. La solución a la mayoría de los problemas no debería sumar una nueva variable al mismo, sino despejar las variables que ya han sido planteadas. EL sentido común es algo propio de nuestra naturaleza, si crees que no tienes ese sentido bien desarrollado comienza ya mismo a trabajar en ello, los beneficios que conseguirás —igual que el dinero que fluye hacia ti generando ingresos pasivos— no tiene techo.
CAPÍTULO 3 La mentalidad que genera ingresos pasivos Para llevar a cabo cualquier tarea se hace evidente que debes conocer la teoría que hay detrás, pero, en la mayoría de los casos, con conocer la teoría no es suficiente para conseguir resultados a largo plazo. Para conseguir dichos resultados debe hacerse algo más que estudiar y comprender la suma de las partes, será necesario meter mano personalmente en
el asunto y manipular cada una de las partes hasta crear algo con ellas. Esa es la mejor —sino la única— manera de aprender a hacer cualquier cosa por uno mismo adquiriendo una nueva habilidad en ese proceso. Eso significa que la mejor manera de aprender a hacer algo haciéndolo. Cualquiera de nosotros —en teoría— sabe como se patea un balón de fútbol, pero hacerlo en la práctica es algo completamente distinto, no es lo mismo saber que hacer, que hacer lo que se sabe. Estarás de acuerdo en que hay una gran diferencia entre conocer la teoría y ejecutar la práctica. Por otra parte, una de las
preguntas que deberíamos hacernos cada vez que nos disponemos a aprender una nueva habilidad con el objeto de conseguir un nuevo objetivo es ¿en qué clase de persona deberíamos convertirnos para lograr tener éxito en nuestro propósito? Si reflexionas un momento notarás que existen una serie de rasgos comunes en la personalidad de aquellos que han alcanzado el éxito en determinados campos de la vida. Teniendo esto en cuenta —antes de comenzar nuestro propio proceso educativo— conseguiremos que nuestra mentalidad se adapte mejor a la tarea que nos propongamos realizar y al mismo tiempo nos facilitará llegar a mejores conclusiones durante el proceso
de aprendizaje. Reflexiona un momento en este concepto que es realmente importante y te darás cuenta de que todo lo que existe en tu vida en este momento ha sido creado por los valores que están definidos en tu mentalidad, en lo profundo de tu mente. Todo lo bueno y todo lo malo que hay en tu vida en este momento fue creado primero en la incubadora que es tu mentalidad, aunque no hayas tenido consciencia de su creación y es por eso que es tan importante aprender a manipular de forma consciente y positiva nuestra mentalidad —nuestros procesos mentales— y así conseguir los resultados deseados en lugar de obtener
lo contrario. En cierto sentido es como cuando te sugerí que pusieras una tarjeta con una frase positiva dentro de tu campo de visión para liberar de dudas rápidamente tus pensamientos si estas aparecieran en el proceso de ejecución. No necesitas mirar la tarjeta todo el tiempo, ni concentrarte en ella, porque, manteniéndola dentro de tu campo de visión mientras trabajas, tu mente es consciente de que está ahí e introduce esa información en el momento oportuno, sin preguntarte nada y sin que tu lo notes realmente. Es posible que a primera vista esta idea te resulte perturbadora y contraria a lo que crees en el fondo de tu
ser sobre como te ocurren las cosas, pero es la pura verdad. El sistema que existe a tu alrededor formado por personas, valores y circunstancias que conforman tu vida ha sido creado íntegramente por las ideas que viven y se desarrollan en tu mentalidad tanto si has tenido conciencia del proceso como si no. Realmente es una gran noticia porque, si no te gusta lo que hay a tu alrededor en este momento, puedes ponerte a trabajar —de manera activa y consciente— para crear algo distinto que se ajuste mejor a tus deseos. Recuerda que, seas consciente o no, el proceso sigue siendo el mismo y actúa de igual. Manipúlalo a tu favor.
Como si se tratara del papel que envuelve un caramelo, tu mentalidad envuelve tus ideas y es en tu mentalidad donde existe un gran potencial preparado para atraer todas aquellas cosas que deseas que formen parte de tu vida. En realidad no se trata de algo mágico —en el sentido místico— es un proceso natural y sutil de nuestro organismo que comenzamos a comprender mejor hace algunos años. Si preguntas a cualquier neurocientífico te dirá que las emociones que se producen en tu cerebro —si, las emociones se producen en el cerebro— son el origen de todas las acciones que has tomado en tu vida y dichas acciones son las causantes
directas de los resultados que ves en tu vida. La mayor parte de lo que sucede en tu vida —sobre el 99%— es el resultado directo de tus acciones y está provocado por la mentalidad que tienes al respecto en cada uno de los aspectos que la conforman. Esto quiere decir que ser consciente de las ideas que forman parte de tu mentalidad es muy importante para conseguir tus objetivos tanto si se trata de crear flujos de ingresos pasivos duraderos como si se trata de escalar el Everest o de ganar tu primera estrella Michelin. Todo comienza en tu mente y en la mentalidad que tengas al respecto de
algo. Esta es la idea básica para conseguir cualquier objetivo que te propongas y me encantaría desarrollarla en profundidad, pero ese no es el objeto de este libro —nos llevaría otro libro completo hacerlo— aunque es un tema francamente apasionante del que puedes encontrar muchísima información científica y contrastada en internet al respecto. Comprender cuales son los procesos con los que funciona tu mente e influir sobre ellos modifica los resultados que obtienes consiguiendo al mismo tiempo una gran ventaja en cualquier ámbito que quieras desarrollarte.
En este caso me conformo con que comprendas claramente que tu mentalidad juega un papel crucial en tu objetivo de creación de flujos de ingresos pasivos por lo que debes tener conciencia de este aspecto desde el inicio. La primera vez que tomas contacto con un nuevo conocimiento es normal que junto con el entusiasmo inicial aparezcan algunas dudas en escena, no hay nada de malo con dudar, de hecho, dudar es un síntoma de inteligente reflexión por lo que, las dudas —en si mismas— no son un problema. Sin embargo se convierten en un problema cuando las dudas se mantienen a lo largo del tiempo ya que esto
conduce a un estado de parálisis que va en contra de los objetivos que te propongas. Debes aprender a detectar en tu propia personalidad cuando estás entrando en este estado de parálisis prolongada provocada por las dudas y actuar inmediatamente, si no lo haces corres el peligro de que dicho estado te atrape y todo se vaya al trasto —como puede que te haya ocurrido otras veces —. Existen varias maneras de tratar con este estado mental, y yo voy a proponerte dos alternativas para lidiar con ello. Son estrategias tan prácticas como para que las utilices en cualquier momento y al mismo tiempo muy
efectivas. La primera de ellas es hacer una pausa breve, funciona de este modo, cuando llegas a un punto en que las dudas han arraigado tanto en tus pensamientos que no sabes que hacer, es mejor que dejes de darle vueltas al asunto y te pongas con otra cosa que no tenga nada que ver para, así, liberar a tu mente del tema o mejor aún que te vayas a dormir directamente. En ese proceso de pausa existe un mecanismo por el cual tu mente seguirá trabajando en el problema aunque estés haciendo otra cosa completamente distinta o incluso durmiendo —muchas veces habrás soñado con cosas que te preocupaban e incluso alguna vez puede
que soñaras con la solución a un problema al que dabas vuelta— es algo así como dejar la mente trabajando en segundo plano. Si las dudas comienzan dominar el panorama de tu mente y no consigues dar con una solución entonces ¡detente y déjalo durante un buen rato! Puedes hacer una pausa durante una noche o durante un par de días o una semana antes de retomar el tema, durante este tiempo es mejor que no vuelvas al tema; tu mente seguirá trabajando ese tiempo y al retomarlo es muy probable que la mayor parte de las dudas hayan encontrado una respuesta de forma automática. Ahora bien, esto es importante, no
debes dejar pasar más de dos semanas antes de tomar alguna determinación definitiva sobre si lo harás o no porque, pasado ese tiempo, existe un riesgo mayor de abandonar definitivamente. Esto se debe al temor de no elegir la mejor opción o por anticipar unos malos resultados finales. La segunda situación es más común —y más peligrosa— que la anterior por eso hay que evitar llegar hasta ese punto. Lo único que puede extinguir ese temor es pasar a la acción lisa y llanamente. Todos sentimos temor en un momento dado (a todos nos ocurre), pero es mejor actuar a pesar del temor que quedarnos estancados. Si te encuentras en este punto
debes hacerte el siguiente planteo “Si no resultará en ningún daño físico para ti o para otros, debes hacerlo y punto” cuando no sabes si es mejor hacer algo o no, probablemente la mejor decisión sea hacerlo y ya está. Está demostrado científicamente que los seres humanos tenemos tendencia a hacer un mundo de un pequeño problema pensando que las consecuencias negativas de una mala decisión serán mucho peores de lo que finalmente resultan ser y cuanto más tiempo pases dudando y barruntando sobre aquello que te preocupa más difícil te será vencer la parálisis provocada por ese temor. La mejor forma de saber si algo
funcionará —y como lo hará— es pasar directamente a la acción y hacerlo, los resultados de ese intento te darán mucha información que podrás aprovechar. Recuerda que, con un poco de entrenamiento, tu mente es capaz de ponerse a la altura de cualquier objetivo y puede aprender cualquier habilidad nueva que te propongas, pero debes ser tú quien la obligue a hacer lo que tiene que hacer. Si dejas que tu mente tome el control de la situación comenzará a vagar en círculos creando excusas y problemas aún donde no los hay. Tu mente es parte de ti y es tu obligación hacerte con el control de ella para sacarle el máximo partido y
conseguir lo que quieres para tu vida. No demores en poner tu mente a trabajar para crear nuevos flujos de ingresos pasivos y, recuerda, ante la duda es mejor pasar a la acción.
CAPÍTULO 4 ¿Qué van a decir de ti cuándo lo hagas? Oye, espera un momento. ¿De verdad vas a hacer esto? ¿por qué no dejas de perder el tiempo y te buscas un empleo? Cuando te plantees seriamente crear flujos de ingresos pasivos estas serán algunas de las preguntas que oirás a menudo. Incluso te lo preguntarán un par de veces, como si tuvieras alguna tara, y tu interlocutor estuviera intentando salvarte
de tu falta de juicio. Muchas veces las personas que nos rodean y nos quieren, son las que menos nos apoyan en momentos como este y esto nos afecta profundamente; al fin y al cabo somos una especie social y la aceptación por parte de nuestro grupo es importante. Hemos crecido buscando la aprobación de quienes nos rodean. Primero de nuestros padres, luego de nuestros amigos, más tarde de nuestros maestros y finalmente de nuestras parejas, jefes y compañeros de trabajo. Debes empezar a comprender que esperar que los demás aprueben todo lo que hacemos o queremos hacer no tiene ningún sentido. Si por algún motivo
hemos hecho creer —equivocadamente — a las personas que nos rodean que esperamos su aprobación para todo lo que vamos a hacer es hora de cambiar y dejar bien en claro que ya somos capaces de tomar nuestras propias decisiones y aguantar las consecuencias. Si estas leyendo este libro es porque te estas tomando seriamente la tarea de crear tus propios flujos de ingresos pasivos, así que, de alguna manera, estás manifestando tu deseo de ser más independiente, al menos financieramente. Por eso debes comportarte del mismo modo en el resto de tu vida. Transmite un mensaje subyacente de seguridad con tus acciones porque eso influye
positivamente en quienes te rodean generando aceptación y diluyendo la controversia antes de que se produzca. Si crees que ganarás algo sometiendo a un debate cada una de tus ideas, déjame decirte que te equivocas; se desperdicia mucha energía en ese proceso. La gente sabe que dar una opinión es gratis. En la mayoría de los casos quienes opinan no tienen la misma experiencia de vida que tu, ni las mismas necesidades, ni la misma educación, ni el mismo punto de vista, por lo que su opinión puede ser completamente opuesta a la tuya. Si quieres debatir tu idea con alguien de tu confianza está bien, no hay nada malo en ello, pero al fin y al cabo
debes ser tu, en primera persona, quien decida. Del mismo modo, pedir una opinión quien haya hecho lo que tu pretendes hacer para que comparta su experiencia te ahorra tiempo y mucho trabajo inútil. Alguien con experiencia puede ayudarte a evitar los errores que pudo haber cometido en el proceso y así mejorar la inversión de tu tiempo y de tu dinero. No olvides que es mejor buscar personas afines a tus ideas con quienes puedas debatir tus dudas, así como para intercambiar ideas y experiencias, esto enriquece enormemente el proceso creativo y lo hace más eficiente y
divertido. No subestimes la importancia de hacer algo divertido. En el caso de los ingresos pasivos debes tener en mente que la mayoría de las personas con las que tratas a diario —en casa, en el trabajo, la universidad o el gimnasio— ni siquiera están familiarizadas con la idea de ingresos pasivos. No saben nada sobre su potencial, muchos no saben siquiera que existen. En el fondo no es su culpa, a la mayoría de las personas no se les enseña nada sobre ingresos pasivos. Funcionamos con lo que aprendimos de pequeños, primero en nuestra casa y después en la escuela y allí, generalmente, no se habla
de estas cosas. Si haces memoria habrás oído a tus padres diciendo enfadados “¡pues, si no quieres estudiar sal a conseguir un trabajo!”, nunca le oíste decir “¡pues, si no estudias sal y consigue ingresos pasivos!”. Sin embargo, las familias adineradas si que han enseñado a sus hijos el potencial de los ingresos pasivos desde pequeños. Eso explica porque los hijos de la gente rica parecen “heredar” la suerte financiera de sus padres —y su dinero—. Si te sometes reiteradamente a las opiniones de quienes no saben siquiera de lo que están hablando, tarde o temprano, acabarás dudando de tus
propias ideas debido a que la gente que nos rodea y que queremos tiene una gran influencia sobre nuestras opiniones y nuestras decisiones. Algunas personas cercanas a ti incluso montarán en cólera si te muestras con poca disposición para aceptar sus opiniones. Es extraño, pero quienes más desean protegerte muchas veces son quienes más te presionan para alejarte de tus verdaderos deseos y no digo que lo hagan con maldad, pero es un hecho que muchas veces insisten tanto que uno acaba desistiendo de sus propios sueños por no causarles un disgusto. No tienes porque mantener tus planes en secreto, tampoco tus planes
para crear flujos de ingresos pasivos, no estás haciendo nada malo así que no tienes nada que ocultar, pero cuando notes que la situación comienza a ponerse tensa simplemente di “Te agradezco tu opinión, pero ya está decidido y no voy a dar marcha atrás ¡deséame suerte! Es lo único que quiero”; si la persona insiste puedes decir “Oye, mejor cambiemos de tema”; si aún insiste te levantas y te vas de forma amistosa. No malgastes energía discutiendo con los demás, porque en cuestiones de dinero es calmar los ánimos y evitar confrontaciones con amigos y familiares. Emplea tu energía creando flujos de ingresos pasivos y no en discutiendo
con aquellas personas que aprecias y menos por dinero, evitarlo es mucho mejor. La gente que se muestra contraria a tus objetivos puede llegar a ser muy cruel —a veces es difícil saber si lo hacen por envidia o por ignorancia— pero, sea cual sea el caso, es mejor estar preparado. Si alguien sugiere sutilmente —o directamente— que tu problema es la vagancia porque prefieres obtener ingresos pasivos en lugar de buscar un nuevo empleo para trabar más horas es que no sabe de lo que habla. También es posible que estas personas se sientan amenazadas por la posibilidad de tu éxito y por eso intenten
convencerte de que no es una buena idea intentarlo —ellos pueden pensar que si lo consigues entonces ellos se serán unos tontos— así que se oponen firmemente argumentando que vas a cometer un gran error. Recuerda que —te equivoques o no— tienes todo el derecho a tomar tus propias decisiones siempre que estén basadas en el sentido común. Si los demás las aprueban estupendo y si no, es su historia.
CAPÍTULO 5 Disolver las dudas Como he contado, ya conocía el concepto de ingresos pasivos — teóricamente—, pero no había sido capaz de valorar el potencial de este tipo de renta. Retomando mi historia mi vida estaba bastante bien financieramente. Era director creativo en una importante compañía de publicidad en Europa con filiales en Miami, México, Portugal, Brasil y Latinoamérica.
Llevaba trabajando unos cuatro años y me había labrado una buena reputación dentro de la corporación. Había puesto en evidencia mi compromiso y mi potencial como trabajador y eso finalmente me valió un rápido ascenso en la compañía y una mejora salarial —esas cosas nunca sientan bien a los demás—. Además, como incentivo y debido a mi perfil empresarial, había recibido la oportunidad de quedarme con un porcentaje de stock options —acciones concedidas a ciertos directivos a un precio fijo— lo cual, a largo plazo, representaba una suma importante de dinero. Me sentía realmente satisfecho de
haber alcanzado mis objetivos, sobre todo teniendo en cuenta que había llegado a Europa unos años antes, sin apenas un céntimo. Por mis propios medios me las había arreglado para acomodarme en lo más alto en la escala corporativa. Sin embargo en esta agradable situación había un problema sutil que yo había pasado por alto. Toda mi familia se encuentra en Argentina —en este punto es razonable pensar que soy argentino— lo soy. Ese desfase continental y horario trae consigo muchas situaciones que son fáciles de imaginar. Por ejemplo, cuando llega la temporada de verano a Europa —cuando
las compañías dan las vacaciones— en Latinoamérica, es pleno invierno. Si vas a tomarte vacaciones en esa fecha encontrarás a la mitad de tu familia con gripe. Tu equipaje pesará el doble — llevarás menos cosas, pero más pesadas —, los sobrinos pequeños deberán ir al colegio todos los días y —en general— la gente a la que visitas no tienen demasiado tiempo —ellos no están de vacaciones—. No disfrutas el verano en Europa y tampoco a tu familia en Latinoamérica porque no puedes hacer que todos cambien su rutina para pasar mas tiempo contigo. Las navidades, por lo general son,
para muchas compañías, una época de intenso trabajo donde necesitan toda su fuerza laboral —y a sus directivos—. La compañía para la que trabajaba era publicitaria por lo que las navidades representaban entre el 40% y el 50% de su facturación anual. Un momento crítico para abandonar el barco. Mis días de trabajo eran interminables. Trabajar doce o catorce horas era lo habitual incluso en fin de semana, me despertaba muy temprano y volvía agotado por la noche, con muy poca energía para dedicar a familia y mis amigos —lo que, a la larga, no es un buen negocio—. Había conseguido lo que había venido a buscar a Europa pagando el
precio de ser un esclavo —como muchos otros— de mis estimadas obligaciones y cargos. Como seguía trabajando mucho, mi situación financiera y laboral siguió mejorando. Mis jefes se convirtieron en mis socios y financiaron la creación de una nueva compañía donde yo dirigiría el cotarro —el negocio— junto con mi equipo. Así deje de viajar en metro y autobús y comencé a ir al trabajo en un nuevo BMW con total comodidad —a pesar de los atascos por la mañana y por la tarde—. Ganaba más dinero, era dueño de mi propia compañía, tenía un BMW nuevo, dos teléfonos móviles, más de
veinte personas trabajando en mis productos y muchas —muchas— más tensiones y responsabilidades que atender. Algunos pensarán que no hay ningún problema con esta situación, pero —es evidente— que cada uno establece sus prioridades. Después de casi un año en ese plan las cosas en la nueva compañía comenzaron a ir mal. En plena crisis europea recibíamos muchísima presión de los accionistas para alcanzar objetivos muy ambiciosos al tiempo que no éramos capaces de solucionar los problemas técnicos con la misma rapidez que aparecían. Trabajábamos mucho, algunas
veces hasta las diez u once de la noche durante la semana y luego yo seguía trabajando los fines de semana. Era lógico, era mi compañía, era lo que se esperaba de mi —y yo también lo esperaba de mi—. A pesar de ser una etapa muy productiva, también fue ardua, caótica y desgastante física y emocionalmente. Al año siguiente, como muchas otras compañías, sucumbimos a la crisis y los accionistas retiraron su financiación. Una tarde de Agosto, en una larga y tensa reunión del consejo directivo, donde todos pensábamos distinto, llegamos a un acuerdo para disolver la compañía. Al mismo tiempo ese fue el punto
donde se disolvieron mis dudas. No lo sabía en ese momento, pero tenía que poner en marcha una forma más eficiente para generar mis ingresos. Y trabajar más y más ya no era la solución. Cuando todo ello acabó decidí tomarme unos meses de reflexión —algo sabático— mi cuerpo y mi mente estaban exhaustos. Inicialmente sería poco más un mes, luego se prolongó a tres meses y finalmente fueron seis meses de profunda reflexión los que me tomé para rediseñar completamente mi vida. Gracias a lo que había aprendido durante la última década en la gestión empresarial mis ingresos fluctuaban y
seguían fluyendo, lo cual me dio la oportunidad de ocupar casi todo mi tiempo reorganizando mi vida en función de disfrutar más de mi familia, de mis amigos, de mis relaciones, de mis experiencias y de mi mismo. Para mi se había vuelto más importante el como que el cuanto y así empecé a ganar dinero más fácilmente que antes. Usando el sentido común. La felicidad es mejor cuando es compartida y más cuando es compartida con las personas más importantes de tu vida. Actualmente, además de varias páginas web con mucho tráfico, tengo una compañía con la que comercializo productos digitales e impresos, entre
ellos, este libro que tienes en tus manos donde pongo a tu disposición mi experiencia con el deseo de que te sirva para mejorar tu vida también y tu forma de ganar dinero. Para mi la combinación ideal es la de crear y mantener un porcentaje de ingresos pasivos provenientes de productos digitales —libros, revista, aplicaciones móviles, etc.— en combinación con otros ingresos activos derivados de la venta directa de productos y una inversión poco diversificada en valores bursátiles. Tengo experiencia en el mercado bursátil y por eso es un buen plan para mi. Sin embargo no recomiendo hacer
inversiones por tu propia cuenta si no conoces el mercado de valores —eso va en contra del sentido común—. Invierte tu dinero y tu tiempo en proyectos y mercados que domines y conozcas. Evita participar en negocios que no comprendas del todo. No vayas detrás del dinero, ve detrás de lo que te gusta hacer y los ingresos se harán eco de tu mensaje. No cuento mi experiencia para vanagloriarme de nada. La cuento porque yo no puedo disolver tus dudas. Solo puedo mostrarte mi camino, mi elección para que veas como funciona y puedas aplicarlo a tu propia vida. Yo le debo a otros —como yo hago ahora contigo— la oportunidad de
que compartieran conmigo sus experiencias, su apoyo y sus ideas, pero he sido yo quien tuvo que pasar a la acción y ponerlas en practica. Durante los últimos años he pasado de estar tremendamente estresado, cansado, amargado y sobreocupado por mantener mi situación financiera a dormir ocho horas y tener tiempo para descansar, viajar, retomar la práctica del ejercicio, comer mejor, leer y estudiar sobre los temas que me apasionan y, sobre todo para escribir y compartir mi experiencia con los demás. No fue una decisión sencilla y no lo hice en un solo día, pero he recuperado el control. Me encanta lo que hago y puedo decidir cuando y como
hacerlo. Lo haría incluso aunque no me pagaran por ello. La gente apoya mi trabajo y me agradece de diversas maneras que comparta mis experiencias, mis ideas y mis resultados con ellos. He trasladado mi negocio y mi equipo de trabajo a la nube y puedo atenderlo desde cualquier parte del mundo. Así que viajar ya no es un problema para mi. No tengo que esperar que me autorice los días un mando superior dependiendo de la fecha del año. Ya no soy esclavo de un lugar, de un horario o de una política de empresa que no he escrito y por sobre todas esas cosas soy mucho más feliz.
Y he descubierto que la felicidad disuelve la dudas.
SEGUNDA PARTE
CAPÍTULO 6 ¿Qué son exactamente los ingresos pasivos? Antes de dar el primer paso en la creación de flujos de ingresos pasivos debes tener claro que es lo que vas a crear —si no sabes exactamente a donde tienes que ir no sabrás como llegar allí —. En líneas generales se puede definir como ingresos pasivos cualquier tipo de renta o ingreso que percibes sin que sea necesaria una participación
activa por tu parte en el proceso posterior a la puesta en funcionamiento. Esto significa que cuando recibes algún tipo de ingreso monetario sin que sea necesaria tu presencia —tu tiempo— o tu trabajo para conseguirlo estás percibiendo algún tipo de ingreso pasivo. Existe una manera muy sencilla de saber si percibes actualmente algún ingreso pasivo y es haciéndote estas dos preguntas ¿recibes algún ingreso monetario mientras duermes? —tu salario no cuenta aunque se ingrese por la noche— y si lo recibes ¿debes llevar a cabo alguna tarea para que ese ingreso se realice o se mantenga? —dicho ingreso debería recibirse sin que tenga
que mediar tu participación en el proceso—. Tanto si tu primera respuesta ha sido NO —en ese caso la segunda pregunta no procede— como si ha sido SI en ambas preguntas, entonces, puedes concluir que actualmente tu NO estás recibiendo ningún tipo de ingreso pasivo. Es posible que te hayas percatado de que hay un aspecto clave asociado a los flujos de ingresos pasivos y es —en mayor o menor medida— el grado de automatización de su funcionamiento. Un flujo de ingresos pasivos será más eficiente cuanto mayor sea su grado de automatización, es decir, cuanto menos tengas que hacer por tu parte de
manera activa para percibirlo y mantenerlo en el tiempo, es por esa razón muchos productos intangibles como aplicaciones para móviles, video juegos, libros digitales o cursos online funcionan tan bien como vehículos que generan flujos de ingresos pasivos — hablaremos de los tipos en el próximo capítulo—. Cuando hablo de eficiencia, no me refiero necesariamente a la rentabilidad que puede producir un flujo de ingresos pasivos frente a otro, ya que esto puede variar drásticamente en función del valor que aporta cada uno de ellos y el sistema utilizado en la entrega de dicho valor, me refiero a la eficiencia para percibirlo sin que medie ninguna acción
directa por tu parte que lo desencadene y lo mantenga. Pongamos un ejemplo que he oído en varias ocasiones; digamos que has creado una tienda online para vender unos cinturones de piel que consigues con cierta ventaja competitiva de un fabricante que te los deja tirados de precio. Colocas tu catálogo online y esperas que comience la fiesta —las ventas— durante el primer día ciertamente no ocurre mucho así que te vas a la cama con algo de desánimo ya que esperabas hacer alguna venta el día de tu lanzamiento. Al día siguiente te levantas, preparas tu café y vuelves a sentarte en tu ordenador para comprobar
el estado de los pedidos y algo mágico ha sucedido —mientras dormías y sin que hicieras nada— dos nuevos clientes han hecho un pedido en tu tienda. Empaquetas ambos pedidos —que ya han sido pagados con tarjetas de crédito— y los envías, ¡enhorabuena! Ya estás en el negocio. Para que quede bien claro, este caso no se puede considerar un flujo de ingresos pasivos y tu te preguntarás ¿por qué? Si he ganado dinero mientras dormía y sin hacer nada. Y yo te pregunto a ti ¿cómo que sin hacer nada? Has tenido que hacer muchas cosas antes, durante y después para concretar esas ventas “mientras dormías”. Primero —y sin entrar en
detalles— has tenido que montar la tienda online, para lo cual has tenido que buscar y contratar un servicio de alojamiento web, instalar el software adecuado, configurarlo y básicamente hacer que todo funcione o contratar a alguien que lo haga por ti, negociar con tu proveedor para conseguir los cinturones a buen precio, comprarlos y trasladarlos a tu casa o almacén para tener un stock que vender a tus clientes, comprobar los pedidos para poder enviar las compras a sus destinatarios y aún no sabes si estos recibirán correctamente su pedido, porque, algunas veces, los paquetes se pierden o estropean por el camino o sencillamente los clientes deciden hacer una
devolución de lo que han comprado — transformando una pequeña ganancia inicial en una pérdida— así que abre tus ojos y lee con atención, eso no es un flujo de ingresos pasivos. Eso es, en todo caso, un puesto de trabajo que has creado para ti. Retomemos esta simpática historia para convertirla en una situación donde intervengan elementos relacionados con los flujos de ingresos pasivos para que te familiarices con los conceptos. Sería algo así. Conoces a un fabricante de cinturones de piel y crees que estos se venderían si estuvieran a la venta en internet —has visto el nicho así que esperas sacar un beneficio de ello— así que, en lugar de comprar el stock al
fabricante le propones que el mismo pueda subir el stock disponible a la tienda online que tu has creado. Cuando se realiza una venta el pedido va directo al fabricante quien se ocupará de hacer el cobro y enviar los productos adquiridos al destinatario, una vez acabado este proceso será el fabricante quien te pagará una pequeña comisión en tu cuenta bancaria por haber intermediado en la venta —hecha a través de tu tienda online— así que, básicamente, tu trabajo ha consistido en montar una plataforma para que el fabricante ponga a la venta esos bonitos cinturones que fabrica. Lo cierto es que no ganas mucho dinero con las comisiones del fabricante
de cinturones así que piensas —con acierto— que podrías buscar a otro fabricante de cinturones para disponer de una mayor oferta en tu tienda online lo cual resulta ser una estupenda idea porque el siguiente fabricante con el que cierras un trato, además de cinturones, fabrica carteras de piel. Ahora yo te pregunto ¿qué te impide buscar a un nuevo fabricante, de bolsos por ejemplo, para que incluya su catálogo en tu tienda? Nada! Así que, te lanzas a buscar más proveedores. Te has convertido en intermediario, no está mal te has acercado un poco al concepto de ingresos pasivos, pero sigue sin ser un ingreso pasivo puro y duro.
Este caso que acabo de relatar no encaja en la definición exacta que damos de un flujo de ingresos pasivos porque, entre otras cosas, aún tienes la tarea de cerrar acuerdos con los fabricantes para que suban sus catálogos. Me parece importante hablar de este ejemplo porque mucha gente me ha preguntado —y se confunde— creyendo que montar una tienda online es crear una fuente de ingresos pasivos —porque ingresas dinero mientras duermes—, y lo cierto es que no es del todo así, aunque el sistema pueda adaptarse para ser lo más automático posible, siempre tendrás que hacer alguna —o mucha— actividad por tu parte, sobre todo cuando se trate de productos físicos que
deben enviarse a un cliente. Si lo que vendes son productos intangibles como aplicaciones para móviles entonces la cosa cambia y se acerca más a lo que entendemos como ingresos pasivos. Una tienda online puede automatizarse en gran medida, sobre todo si vendes productos que puedan descargarse a través de internet, pero siempre requerirán algún tipo de gestión por tu parte por lo que, aunque reditúen ingresos mientras duermes o estás de vacaciones —y para la finalidad de este libro—, no consideraremos las tiendas online como verdaderos flujos de ingresos pasivos. Debes empezar a tener en claro que un flujo de ingresos pasivos se crea
a partir de algún tipo de activo —el vehículo— y genera un flujo de ingreso más o menos constante que puede mantenerse con poca o ninguna acción por tu parte a lo largo del tiempo. Aunque existen algunos flujos de ingresos pasivos que pueden mantenerse activos durante toda tu vida generando algún beneficio —acciones del mercado de valores— lo cierto es que, muchos otros flujos de ingresos pasivos fluctúan y finalmente se extinguen por diversas razones, este hecho está relacionado directamente con la atemporalidad del valor que los sustenta y eso quiere decir que si el activo —por ejemplo un libro digital— va perdiendo valor con el correr del tiempo (porque su contenido
queda desactualizado) su capacidad de generar un flujo de ingresos pasivos también irá disminuyendo. A la hora de crear un activo recuerda que cuanto más atemporal sea el valor de su contenido, mas tiempo se mantendrán generando ingresos pasivos de calidad. Piensa, por ejemplo, en El doctor Wayne W. Dyer que en 1976 publicó su best seller titulado “Tus zonas erróneas” y desde entonces no ha dejado de percibir un flujo de ingresos pasivos —enorme— gracias al inmenso valor atemporal que guarda su contenido —te lo recomiendo si no lo has leído—. A esto me refiero cuando hablo
del concepto de valor. Cuanto más valor aporte tu activo a quienes estén dispuestos a pagar por obtenerlo, mayor será el flujo de ingresos pasivos que generará y durante más tiempo. Es como echar a rodar una pequeña bola de nieve por una pendiente; a medida que se desplaza va ganando tamaño y poder, algo así ocurre con los ingresos pasivos al principio, inviertes energía para echarlos a andar, pero, si el valor que contienen es suficientemente bueno y de calidad para quien pagar por recibirlo, poco a poco va tomando velocidad. Algunos logran transformase en una inmensa bola de nieve que trae consigo un gran flujo de ingresos pasivos —como ocurrió al
doctor Wayne W. Dyer con “Tus zonas erróneas”—. Es importante destinar una buena cantidad de energía inicial en el proceso, para así obtener como resultado, un activo de gran valor y con un gran potencial de crear un flujo de ingresos pasivos que se mantenga a lo largo del tiempo. Cuando este proceso se pone en marcha, es como un tren que avanza poco a poco al principio, hasta que alcanza una velocidad constante que se mantiene durante algún tiempo para luego comenzar a menguar al llegar al final del recorrido. En este punto pueden ocurrir dos cosas, o el activo se extingue y con ello el flujo de ingresos pasivos que generaba o bien, el activo puede
recargarse de valor —actualizando el contenido— para reavivar su flujo de ingresos pasivos. Quiero hacer hincapié en este punto que es ciertamente importante. Es más fácil dotar de más valor un activo actualizándolo —si ya ha generado flujos de ingresos pasivos en el pasado — que comenzar con uno nuevo. Es lo mismo que ocurre como con el fuego, es más fácil reavivar las llamas de un fuego que aún no se ha extinguido y mantiene caliente sus brasas que encender uno nuevo fuego desde cero. Ten eso en mente si vas a crear algún tipo de activo como vehículo para conseguir tus flujos de ingresos pasivos que pueda reavivarse
con el tiempo, no siempre es posible, pero harías bien teniéndolo presente. Llegados a este punto espero que tengas claro que un flujo de ingresos pasivos es un sistema que genera algún tipo de beneficio con la mínima intervención activa por parte de su creador durante su vida útil. El trabajo más intenso estará focalizado en poner en marcha dicho proceso —echar a rodar la bola de nieve— para que este se mantenga funcionando el mayor tiempo posible sin tener que hacer nada o casi nada al respecto. También deberías tener claro que un flujo de ingresos pasivos necesita de algún tipo de activo para traspasarlo —
tangible o intangible—. Algo tendrás que ofrecer a cambio del dinero que otros estén dispuestos a pagar, y cuanto mayor sea el valor que contenga mayor será el flujo de ingresos pasivos y dicho flujo se mantendrá por más tiempo reportando más y más ingresos en tu cuenta bancaria. Otra de las grandes ventajas que tienen los ingresos pasivos frente a otras formas de conseguir ingresos es que, al no tener que implicarte activamente en su funcionamiento cotidiano, puedes — ¡y debes!— crear tantos flujos de ingresos pasivos como te sea posible — esta es una obsesión para la gente rica —. No olvides que “la seguridad es
más bien una ilusión” y eso incluye también a los flujos de ingresos pasivos. No existe nada —o casi nada— que sea 100% seguro, tampoco los flujos de ingresos pasivos así que, es una magnífica idea, crear tantos como te sea posible para minimizar el riesgo. Es más seguro cruzar un río atado con dos cuerdas que con una, así es más factible que percibas ingresos pasivos contando con dos activos en funcionamiento que con uno. Sentido común. Debido a nuestra educación tendemos a pensar que un solo gran ingreso mensual —un salario— es más seguro que muchos ingresos pequeños de distintas fuentes, y realmente es justo lo contrario, y si no te lo crees observa
que los puentes colgantes más grandes del mundo están construidos en base a la misma idea, es decir, que no se sustentan con un único gran cable si no que cada uno de los grandes cables está formado por un entramado de muchos cables más pequeños que por si solos no podrían sostener el puente, pero que trabajando conjuntamente forman una unión mucho más resistente y poderosa. No en vano se dice que “la unión hace la fuerza” aplica este concepto a la creación de flujos de ingresos pasivos y verás lo bien que funciona. Me lo han preguntado muchas veces así que no quiero acabar este capítulo sin dejar algo en claro. Los sistemas multinivel y/o piramidales NO
son ingresos pasivos naturales y voy a explicarte porque. Si bien es cierto que algunos sistemas multinivel pueden redituar una cantidad de dinero de forma más o menos constante sin mucho esfuerzo, existen dos factores fundamentales que hacen que estos sistemas no puedan considerarse como ingresos pasivos naturales. El primero —espero que ya puedas intuirlo— es que, aún tienes un trabajo activo que realizar, que es buscar todo el tiempo nuevos socios ya que, a medida que van desertando algunos integrantes de la pirámide, estás obligado a buscar a otros para mantener e incrementar el flujo de ingresos y al
mismo tiempo presionar de forma activa a tus colaboradores para que hagan lo mismo con sus socios y así piramidalmente, esto es un gran trabajo activo por tu parte, por lo que no puede considerarse un flujo de ingresos pasivos. El segundo es que, en su mayoría, los activos que son utilizados como vehículos en los sistemas piramidales pierden valor —capacidad de generar ingresos— con cada nivel que se va alcanzando, es decir que el último en llegar a la fila es quien menos gana y cuantos más son en dicha fila menos gana cada uno siendo el primero quien siempre recibe la mayor parte del ingreso. Esto —sin ejercer juicios de
valor— se opone directamente con la idea de generar valor, donde un activo debería —cuanto menos— mantener el su valor todo el tiempo posible durante su vida útil y no al contrario. Por tanto, sin ir más lejos en este tema, los sistemas piramidales o multinivel no pueden considerarse sistemas de creación de flujos de ingresos pasivos porque su naturaleza es básicamente contraria al concepto. Si tienes interés en saber como funcionan y como crear ese tipo de sistemas multinivel, consulta el capítulo extra al final de este libro donde encontrarás más información.
CAPÍTULO 7 Tipos de ingresos pasivos y sus beneficios Existen muchas formas de obtener ingresos pasivos, en este capítulo te contaré cuales son las más habituales junto con algunos comentarios sobre mi propia experiencia trabajando con ellos así como sus pros y sus contras más importantes. Debes repasar esta lista detenidamente un par de veces hasta encontrar cual es el tipo de ingreso pasivo que mejor se adapta a lo que te
gusta y sabes hacer. No todos los negocios y profesiones se pueden convertir directamente en flujos de ingresos pasivos. Por ejemplo, si trabajas como escultor, es muy probable que no puedas convertir tu trabajo directamente en un ingreso pasivo ya que depende de tu talento, de tu técnica y de tus opciones para comercializar tus obras. Lo que podrías hacer para generar un flujo de ingresos pasivos a partir de tu talento es crear un curso o una serie de videos — podcasts — en los que enseñas a otros como hacer lo que tu sabes. Enseñar a los demás puede generar un flujo de ingresos pasivos. Es muy parecido a cuando buscas
en YouTube un video para aprender como pintar una habitación o como decorar tu salón o como preparar una receta de cocina. La única diferencia es que cobrarás algo de dinero de manera directa o indirecta cada vez que alguien descargue o vea tus clases. Básicamente es así de simple. Recuerda, un flujo de ingresos pasivos es más eficiente cuanto menor es tu intervención en el proceso de ejecución. En la situación ideal tu trabajo consiste en diseñar y planificar el nuevo flujo de ingresos pasivos y poner en marcha las acciones necesarias para llevarlo al mercado. En otras palabras,
creas algún tipo de valor, eliges el mejor canal para su distribución y automatizas el sistema de pagos. Si el sistema que has creado funciona correctamente desde ese momento empiezas a ser más libre. Cuando este proceso puede repetirse sin intervención directa de tu parte en cualquiera de los pasos, obtienes un flujo de ingresos pasivos. Esta es la situación ideal por lo que debes establecer tus metas tan cerca de esta situación como sea posible, aunque no siempre lo será o no siempre querrás hacerlo. Otro aspecto a tener en cuenta, cuanto te decidas a crear tu propio flujo de ingresos pasivos, es la escalabilidad.
La escalabilidad es un factor — literalmente— crucial en todos los negocios y también en los flujos de ingresos pasivos. Cuando hablo de escalabilidad me refiero a que debes valorar cuanto te cuesta vender más bienes, es decir, si puedes aumentar las unidades vendidas manteniendo el mismo costo de inversión y tiempo. Si ponemos como ejemplo un álbum musical que se descarga desde tu página web la escalabilidad es casi infinita, porque puedes vender tantas unidades del álbum como tus consumidores demanden debido a que el producto se copia de forma automática cuando se produce el pago.
Por tanto el nivel de escalabilidad en este tipo de ingresos pasivos es inmensamente favorable. A partir de esto es fácil llegar a la conclusión que, en relación a la escalabilidad, los productos digitales — intangibles— tienen una inmensa ventaja frente a los productos físicos como copias en DVD —tangibles—, pero, por otra, eso hace que estén más expuestos a los riesgos de la piratería informática o que sean más susceptibles de problemas técnicos —fallas en los servidores web, por ejemplo—.
Consideraciones empresariales de los ingresos pasivos
Los flujos de ingresos pasivos son —obviamente— una forma de ingresos. No puedo imaginar el ¿por qué? pero si no esperas ganar mucho dinero a través de tus ingresos pasivos, es posible que esta sección no te interese demasiado. Si no esperas que tus ingresos pasivos rindan una cantidad de dinero significativa o solo vas a hacer unas pruebas con ellos para quitarte la curiosidad puedes saltar directamente al primer tipo de ingreso pasivo descrito en este capítulo. De lo contrario sería más provechoso que siguieras leyendo. Si tienes una mentalidad empresarial —como yo— un ingreso pasivo es una oportunidad de negocio
que bien ejecutada representa un ingreso de dinero, por tanto debes pensar en ella como pensarías en otros tipos de negocios. Cuando te decides a montar un negocio hay una serie de aspectos que analizas lo más detalladamente posible para tener éxito. Posiblemente hagas un estudio de mercado, un plan de negocios basado en ese estudio, un plan de marketing y unas proyecciones relativas al coste y rendimiento de tu inversión. A la ligera esto es lo mínimo que deberías hacer antes de establecerte en cualquier negocio. Cuando creas flujos de ingresos pasivos puedes hacer esto —o no— de
una forma muy sencilla. Un estudio de mercado se puede hacer a través de una encuesta gratuita en un blog o simplemente analizando datos de visitas de determinadas webs utilizando servicios gratuitos como Alexa. Verificando listados de ventas en sitios webs o consultando documentación especializada del sector. No importa que herramienta utilices siempre que puedas asegurarte un buen grado de fiabilidad en los datos que recabas. No es necesario que contrates una consultora externa para hacer un estudio de mercado para comenzar tus flujos de ingresos pasivos, pero estudiar el mercado en el que intentas entrar es
importante. Si estás planeado crear una serie de podcasts para enseñar técnicas de supervivencia en condiciones extremas, sería una buena idea que previamente te dieras una vuelta por internet para ver lo que se cuece por ahí. Buscar si alguien hace algo similar y si es así, ver como le funciona o el modo que lo está haciendo. En el mejor de los casos encontrarás algunas ideas que puedas aplicar a tu propio plan. Busca historias de éxito —¡y de fracasos!— para lo que estás planeando crear, es posible que tengas que rebuscar entre decenas de web y comentarios de blogs si el tema que has
elegido no es muy habitual, pero, créeme, con que solo encuentres un error o dos que puedas evitar ese tiempo estará bien invertido. Preguntar tampoco está de más, mucha gente es muy receptiva —y generosa— a la hora de responder sobre sus experiencias. No juzgues apresuradamente a la gente, la mayoría de las personas tienen buenas intenciones y están dispuestas a ayudar a los demás ¿o tu no lo harías?. Comparte lo que sabes, intercambia ideas y experiencias con la gente, tu vida será muchísimo más rica y no perderás ni dinero ni oportunidades por hacerlo. Si te acercas a alguien respetuosamente y le pides su consejo en
la mayoría de los casos recibirás una respuesta positiva. Planifica tus ingresos pasivos. Escribe un plan detallando lo que intentas conseguir en un mes, en un trimestre, en un semestre o más. Escríbelo antes de empezar. Ese será tu plan de negocio, si no dejas constancia escrita —previamente — de lo que esperas conseguir con tu nuevo flujo de ingresos pasivos tampoco sabrás si las cosas están saliendo mejor o peor de lo que habías previsto. Estos análisis aunque sean muy sencillos son importantes así que no los menosprecies. Si no quieres hacer una hoja de cálculos, te bastará con una hoja de
papel y un bolígrafo —no uses lápiz, el lápiz se puede borrar— escribe con toda la precisión posible el dinero y el tiempo que estás en disposición de invertir así como los resultados que esperas obtener. No importa que luego no coincida con los resultados, pero necesitas crear una guía antes de comenzar. De lo contrario no sabrás como lo estás haciendo. En el mundo empresarial dicen que los planes de negocios está para incumplirlos y así suele ocurrir, pero para incumplirlos primero hay que redactarlos. Si vas a tomarte esto de los ingresos pasivos como un verdadero
negocio tendrás que dejar constancia de tu plan. Un empresario lo haría. Por último, ya hablamos de este tema antes. Planifica tus impuestos, no dejes ese tema desatendido. Si vas a montar un negocio —ya sea a través de ingresos pasivos o cualquier otro— debes tener en cuenta los impuestos que tendrás que pagar. Ganar dinero implica pagar impuestos, en algunos casos cuando ganas dinero a través de internet las imposiciones fiscales se solapan y tendrás que pagar impuestos en más de un país. Aquí va mi consejo y va en serio, entérate de cual es la tributación que te corresponde pagar antes de poner las cosas en marcha.
Planifica y paga tus impuestos como haría cualquier buen ciudadano. Pocas cosas son tan dolorosas como ver retenidos tus ingresos porque no cumples con las leyes de tributación adecuadamente o tener que pagar sanciones por incumplir las leyes tributarias de tu zona. No necesitas conocer todas las leyes al respecto, con que tengas un asesor financiero competente y de confianza es suficiente. Posiblemente tengas que pagarle si tiene que hacer su trabajo, pero recuerda que es mejor pagar los servicios de un buen asesor que suplicar a los organismos tributarios que te devuelvan el dinero retenido. Busca este tipo de historias en
internet y luego planifica antes de actuar. A continuación tienes una lista en orden alfabético de los tipos más habituales de ingresos pasivos, existen otros, pero esto son los más extendidos y probados —y hasta cierto punto sencillos—. Eso hará que sea más sencillo encontrar información en internet si la necesitas.
Aplicaciones para teléfonos móviles y tablets Desde la aparición masiva de smartphones y tablets el desarrollo de aplicaciones se ha disparado convirtiéndose en un mercado potencial
sin comparación. Se calcula que en los próximos diez años apenas se cubrirá el 20% de la demanda de empleo de profesionales para el desarrollo de aplicaciones. Así que es un mercado laboral con mucho futuro también. Pros: Puedes desarrollar y vender tus propias aplicaciones a cientos, miles o millones de usuarios a través internet y crearlas apenas cuesta dinero, puedes comenzar con prácticamente cero. Contras: Debes tener conocimientos de desarrollo —y tal vez creativos— y eso puede llevarte algún tiempo, según el nivel que desees alcanzar o que necesites que alguien lo haga para ti.
Auto-publicación (ebooks, emagazines, etc) Si eres escritor —o si no lo eres— puedes vender libros a través de alguno de los canales de distribución actuales como iTunes, Amazon, Payhip, Casa del libro y una larga lista de alternativas. El proceso es relativamente sencillo y depende de tu capacidad como autor y promotor de tus obras. Puedes empezar de inmediato si tienes algo que ya tengas escrito. Pros: Conservas una gran parte del control en todo el proceso. Ganas más dinero con cada venta. No tienes los
problemas de gestionar, reponer y almacenar un stock físico. Es un mercado en auge con perspectivas de crecimiento. Es un negocio con mucho valor residual, lo que significa que mientras tu obra siga disponible a la venta puede venderse. Los derechos se pueden heredar a tus familiares. Contras: Ganaras dinero solo si promocionas bien tus obras o si realmente eres un autor prolífico o tienes muchísimo éxito. Los primeros ingresos tardan un tiempo en llegar. Si eres capaz de escribir un best seller eso no será un problema —otra gente como tu ya lo ha hecho—.
Bienes raíces y alquileres
Es uno de los tipos más antiguos —y explotados— de ingresos pasivos en el que utilizas una propiedad para obtener un alquiler —o renta— periódica por el uso o explotación de la misma — también puede ser de bienes como coches—. Si tienes una propiedad o un bien —que no utilizas— es posible que comprendas bien de lo que estoy hablando. Si no tienes ninguna propiedad y consigues una hipoteca o un crédito bancario para comparar una, las letras de ese crédito o hipoteca serán cubiertas con el alquiler del bien. Así te capitalizas. Pros: Es un sistema que ha sido probado en todas las épocas y
circunstancias y funciona muy bien. Hay muchísimo material y asesoramiento profesional que puedes aprovechar al respecto. Contras: Necesitas una propiedad o un bien para alquilar o endeudarte para conseguir una. Si no contratas un gestor, hasta cierto punto, tendrás el trabajo de gestionar tu mismo la propiedad, los inquilinos y el papeleo correspondiente, así como el mantenimiento de la propiedad para que sea habitable. No a todo el mundo le gusta tener que lidiar con estos problemas.
Cesión y explotación de derechos
Si eres autor o posees los derechos de autor de algún tipo de obra que pueda explotarse comercializándose, puedes ceder la explotación, mediante un contrato temporal o permanente a un tercero —persona o empresa— para que lleve a cabo su explotación pagándote a ti un porcentaje de los beneficios obtenidos. En sentido inverso, puedes conseguir un contrato de explotación de alguien para vender o distribuir su obra o sus bienes y ganar dinero con ello. Pros: Cobras una comisión sin tener que hacer mucho trabajo, incluso si no eres el autor. Es suficiente con que poseas los derechos de explotarlo. Se puede heredar a tus familiares.
Contras: Si no entiendes mucho de este tipo de acuerdos puedes caer en engaños o vacíos legales que te perjudiquen. Es posible que necesites el asesoramiento de un profesional.
Crear y escribir un blog Posiblemente sea el modo más sencillo y directo para generar un flujo de ingresos pasivos. Un blog personal depende casi al 100% de ti. Puedes ganar dinero a través de la publicidad que aparece en tu blog o por patrocinar productos, servicios o eventos. Algunas marcas pueden pagarte para que hables de sus productos —con dinero o en especias—.
Pros: Es muy divertido. Te pone en contacto con mucha gente nueva y diferente. Tienes todo el control. Si eres el único autor, entonces el 99,9% del dinero que percibas será para ti. Puede ponerse en marcha en apenas un par de unos minutos y su coste es ridículo comparado con otras alternativas, en algunos casos puedes poner en marcha tu blog gratis. Contras: Necesitas mucho tráfico para rentabilizar tu blog y eso puede llevar algún tiempo. Necesitas promocionarlo inicialmente para ganar tráfico y ganar dinero.
Donativos Tiene relación con los blogs. Si vas
crear un blog y vas a compartir tu material con mucha gente de manera altruista y gratuita y tu material tiene valor dale una oportunidad a la gente de que colabore contigo donando un dinero —habitualmente el valor de un par de tazas de café aunque puede ser más—. Tal vez no recibas mucho dinero, pero sea lo que sea es mejor que nada. La gente se siente a gusto colaborando con personas que generan valor. Esté método lo utilizan páginas tan importantes como Wikipedia. Pros: Puedes poner un botón de donar a través de PayPal en apenas unos minutos. Contras. Posiblemente sea la
única opción que no tiene ninguna contra.
Fama También tiene relación indirecta con los blogs. Es un tipo poco habitual —la mayoría de la gente no es famosa— así que si consigues fama podrás utilizarla para ganar algo de dinero. Si tienes fama es posible que te inviten a programas de televisión, radio, copas o, si tienes muchos seguidores, que recibas productos para probar de distintas marcas para luego comentarlos en tu blog. Pros: Tener fama hace que la gente te trate de forma distinta, la mayoría es
muy agradable. Conseguirás bienes y favores sin tener que pedirlos o, como mucho, te pedirán una foto contigo o una firma a cambio. Contras: Cuanta más fama tengas a más intimidad deberás renunciar. Es una elección muy personal.
Fotografía Es una de las mejores opciones para conseguir ingresos pasivos haciendo lo que te gusta. Tanto si eres profesional como si eres aficionado y te gusta hacer fotografías puedes subir tus fotos a uno o varios sistemas de venta de fotografía de stock en internet como Gettyimages, Photostock, Depositphotos, Fotolia, Thinkstockphoto y una larga lista de
alternativas y recibir dinero por cada venta que se haga de tu foto. Solo tienes que subir una buena foto que tengas y empezar a cobrar cuando alguien más la compre. Pros: Haces una foto una vez y pude venderse durante años sin que hagas nada más. La foto sigue siendo de tu propiedad, solo cedes un derecho de explotación a cambio de una comisión para la plataforma de venta. Contras: Necesitarás un equipo más o menos decente para hacer fotos o tener mucha creatividad para hacer las fotos porque es un mercado muy competido.
Franquicias No es un ingreso pasivo 100%, pero creo que merece la pena comentarlo. Es la mejor opción para alguien que tenga algo de dinero y quiera poner un negocio para multiplicarlo. Si no eres —y no deseas— aprender a ser un empresario desde cero, comprar una franquicia es, posiblemente, el mejor método para poner a trabajar tu capital reduciendo el riesgo. Pros: El 80% del trabajo necesario para crear un negocio rentable te lo da hecho la franquicia. Trabajas con un sistema probado que sabes que funciona. Los bancos prestan dinero a empresas o personas con sistemas de
negocio que está demostrado que funcionan, eso son las franquicias. Contras: Necesitas tener un capital inicial que puede variar entre 5.000 euros/dólares a un millón o más, depende de la franquicia que quieras. Nota: Si recibes una herencia o un premio de la lotería y no tienes experiencia empresarial no crees tu propio negocio. Empieza con una buena franquicia durante un par de años y no solo multiplicarás el dinero recibido, también aprenderás como crear otros negocios de éxito. Si tienes sentido común valorarás este consejo —¡y querrás invitarme a una cerveza!—.
Inversiones bursátiles
Es otro de los tipos de ingresos pasivos más explotado a lo largo del tiempo, existe una oferta de productos inmensa en el mercado que puedes manejar y obtener una rentabilidad anual por ello. Las oportunidades y posibilidades son tan amplias como abrumadoras. Pros: Está ampliamente probado y existe mucho material y profesionales para ayudarte si quieres invertir en el mercado de valores. Contras: No tienes control del mercado. Necesitas capital. Los mercados no son 100% seguros. Necesitas conocer el funcionamiento de los mercados y las obligaciones tributarias, de lo contrario necesitarás
también un asesor financiero y bursátil. Puedes perder todo el capital invertido en una mala operación.
Máquinas expendedoras Es una alternativa que funciona con poca logística y trabajo por tu parte. Si no contratas personal tu trabajo será negociar, comprar y reponer los artículos que vendes en tus máquinas expendedoras, así como transportarlas a los sitios donde las colocarás o mantenerlas en funcionamiento. Pros: Si ubicas bien tus máquinas quedarán vacías de productos y llenas de dinero cada día. Requieren un poco de trabajo, pero es un negocio relativamente sencillo.
Contras: Necesitas un capital para adquirir o alquilar las máquinas y los permisos de explotación para poner el negocio en marcha. Necesitarás un vehículo para abastecerlas o trasladarlas. Requiere que dediques una parte de tu tiempo a su funcionamiento y mantenimiento.
Marketing de afiliación Si tienes un blog o una página web y no quieres o no puedes ocuparte de monetizar los espacios publicitarios puedes asociarte con una plataforma de afiliación —habitualmente una empresa — que se ocupa de conseguir y mostrar publicidad en tu página web.
Pros: Solo tienes que registrarte en la plataforma e insertar un código en tu blog o página web para que se muestre la publicidad. Es inmediato en muchos casos. Si no entiendes de publicidad y no quieres complicarte la vida puedes dejar ese tema a otros. Puedes combinar varias plataformas. Contras: Con la mayoría de plataformas ganas poco dinero si no tienes mucho tráfico porque se suma alguien más con quien repartir el ingreso entre el cliente final y tu. Si la plataforma de afiliación no es muy eficiente técnicamente puede afectar la experiencia de tus usuarios —hacer tu sitio web más lento—. No todas las redes de afiliación ofrecen mucha
transparencia en sus resultados.
Música Si eres músico o trabajas en el campo de la música o los efectos especiales o de sonido puedes distribuir tus obras a través de internet mediante servicios como iTunes, Spotify o Deezer. Llegas a mucho más publico con una inversión mínima. Pros: Mantienes en gran medida el control de tu obra. Ganas un porcentaje mayor por cada venta. Obtienes la gran cobertura de público que ofrecen estas plataformas. Tus seguidores y fans puede comprar y escuchar tu obra de inmediato. Se puede heredar a tus
familiares. Puedes proteger tu obra legalmente y hacer valer tus derechos. Contras: Posiblemente la piratería sea un problema —aunque tus seguidores y fans reales apoyarán tu trabajo—.
Plantillas para sitios web Como en el caso de las aplicaciones para teléfonos móviles, para cada nueva aplicación —casi con seguridad— se necesita una nueva página web, por lo tanto sigue siendo un mercado en expansión, sobre todo si te mantienes en la cresta de la ola dominando las nuevas tecnologías. Ganarás entre el 35% y el 75% de lo que vendas a través de plataformas de distribución
Pros: El mercado se mantiene en constante crecimiento y tienes mucho control sobre lo que produces. Contras: Debes tener conocimientos de desarrollo y algo de creatividad y eso puede llevarte algún tiempo, según el nivel que desees alcanzar.
Plantillas para Wordpress Los blogs son otro mercado en auge y, aunque Wordpress no es la única alternativa para crear tu blog, es la opción que domina el mercado. Wordpress es una plataforma automática que te permite instalar todo lo necesario para poner en marcha tu propio blog.
Para personalizarlo a tu gusto existe algo llamado plantillas, las de gran calidad son de pago. Si tienes capacidades creativas y técnicas puedes crear tus propias plantillas y ponerlas a la venta en internet, ganarás entre el 35% y el 75% de lo que vendas a través de plataformas de distribución. Pros: Ganas dinero con tu creatividad y el mismo trabajo puede venderse a muchos clientes distintos con lo que aumentan tus beneficios. Contras: Debes tener conocimientos creativos y de desarrollo y eso puede llevarte algún tiempo, según el nivel que desees alcanzar.
Podcasts y cursos en video Si tienes alguna habilidad que puedas enseñar a los demás o tienes la capacidad de hacer interesante tus historias, podrías crear una serie de cursos que puedas vender o distribuir a través de internet. Puedes crear un curso descargable desde tu blog o tu página web y cobrar por cada descarga o puedes crear un canal en Youtube y subir tus videos de forma gratuita y cobrar por la publicidad que se muestra en tu espacio cuando alguien ve tus videos. Hay gente que gana mucho dinero con este método y hablan de las temáticas más variadas que te puedas imaginar. Si este tipo de ingresos pasivos te interesa piensa que talentos o conocimientos
posees y puedes compartir con los demás. Pros: Es muy rápido ponerlo en marcha y tienes casi todo el control. Contras: Necesitas conseguir seguidores para que sea rentable. Necesitas un ordenador y una cámara para grabar los videos y luego tendrás que editarlos un poco para hacer más interesante el resultado final o buscar a alguien que lo haga por ti. Es una opción que demanda tiempo. Necesitas dotes para la comunicación o tener una habilidad o un mensaje realmente interesante a los demás.
Propiedad intelectual y
patentes Si eres de esas personas que pueden aportar algo al resto de los mortales ya sea bajo la forma de una obra literaria, musical, audiovisual o a través de inventos o procedimientos que mejoren nuestra vida o nuestra salud, es posible que vivas toda tu vida de los ingreso pasivos —o regalías— que puedes obtener con esa condición. Cuanto mayor sea el valor que aporta tu obra o tu invento a la sociedad, ya sea en forma de entretenimiento, educación o mejora en la vida, mayor será el rendimiento dinerario que obtendrás a largo plazo. Piensa en cuanto dinero habrá ganado la persona que tuvo la idea de poner ruedas a las maletas.
Pros: Ganarás mucho dinero con algo que disfrutas mucho y en lo que eres realmente bueno. El valor residual es inmenso, posiblemente se mantenga durante toda tu vida e incluso después. Se puede heredar a tus familiares. Contras: Puedes tener problemas derivados de la legislación si alguien registra tu obra a su nombre o si no son reconocidos tus derechos sobre lo que hayas creado. Si es algo realmente importante para el mundo necesitas proteger tu creación a nivel mundial.
Publicidad Mostrar publicidad en tu sitio web o en tu blog reportará un ingreso pasivo cada
vez que alguien vea uno de tus artículos o de tus páginas. Es otra manera muy eficiente de genera un flujo de ingresos con poco o ningún esfuerzo por tu parte. Existen sistemas como Google AdSense que dirigen de forma automática la publicidad que se muestra en tu sitio web o en tu blog. Solo tienes que insertar un código y el sistema se encarga del resto del proceso mostrándote un informe diario de tus ingresos. Pros: Es el método más sencillo y directo para conseguir ingresos por publicidad. En algunos casos puede ser muy transparente. Contras: La configuración inicial
puede ser un poco complicada para alguien sin experiencia, posiblemente necesites ayuda, pero solo para eso. Tus ingresos dependen del tráfico y de que tu sitio cumpla las condiciones de Google AdSense en cuanto a contenidos y calidad —o de otro servicio que utilices —.
Redes sociales En compañía de los blog y sitios web es una de las estrategias más recientes y habituales para generar e incrementar tus ingresos pasivos. Si consigues un buen número de seguidores en tus cuentas de Facebook, Twitter, Instagram, etc. Este potencial de difusión —conocido como apalancamiento— te permitirá llegar a
mucha gente con muy poco esfuerzo para hacerles saber que es lo que vendes o que es lo que estás haciendo o promocionando. Pros: Un gran potencial de apalancamiento. Contacto directo con tus seguidores. Conoces a mucha gente nueva e interesante. El costo de inicio es cero. Contras: Los contras propios de las redes sociales. Difamación, piratería de tu contenido.
Videojuegos Los seres humanos siempre estamos buscando maneras de entretenernos, divertirnos y desestresarnos de nuestras
tensiones y nuestro ajetreado ritmo de vida y los teléfonos móviles y tablets han conseguido que podamos acceder a los videojuegos en cualquier momento y desde cualquier lugar. Es un mercado increíblemente potencial y expansivo que no parece tener límites. Si eres capaz de hacer un videojuego que enganche a la gente y lo pones a la venta puedes ganar millones de dólares/euros —literalmente— en muy poco tiempo. Pros: El mercado es inmenso y da cabida a cualquier idea. Actualmente el coste de producir un videojuego puede ser de cero. Contras: Debes tener conocimientos de creatividad y
desarrollo y eso puede llevarte algún tiempo, según el nivel que desees alcanzar. La piratería también puede representar un problema aunque puedes proteger tu obra legalmente y hacer valer tus derechos. Como ves hay muchas formas de generar flujos de ingresos pasivos, tanto si haces un trabajo técnico, artístico, científico, social, financiero o varios de ellos juntos. Existen algunas opciones derivadas de estos que he mencionado y otros ingresos pasivos que no están en esta lista porque creo que, de momento, con esto tienes con que comenzar a hacer tus planes. Así que, como paso previo, a la
creación de tu plan de ingresos pasivos, vamos a hablar de algunos puntos críticos que es necesario dominar antes de poner en práctica tus ideas.
CAPÍTULO 8 5 pasos decisivos para conseguir ingresos pasivos Todo proceso tiene sus puntos críticos. Un punto crítico es un momento donde las cosas tienen una mayor probabilidad de salirse de control. Cuando calientas leche en una cazuela hay un momento crítico (cuando la leche alcanza el punto de ebullición) donde, si no estas prestando atención a lo que haces, de pronto —muy rápidamente— todo se vuelve un caos.
La leche desborda la cazuela, se quema al entrar en contacto con el calor y huele a quemado dejando todo sucio, a partir de ese momento cuesta mucho trabajo limpiar todo y dispersar el olor para volver a comenzar el proceso, eso si aún te quedan ganas —y más leche—. Ese es un ejemplo de un punto crítico. Durante el proceso de creación de flujos de ingresos pasivos también los hay. Algunos son aspectos puramente técnicos y otros emocionales. Los aspectos técnicos tienen que ver directamente con el tipo de flujo de ingresos pasivos que te propongas crear y las habilidades que ello requiere. En cambio los que son emocionales son comunes a todos los casos así que
hablaremos de ellos. He seleccionado 5 que, según mi experiencia, son fundamentales y pueden convertirse rápidamente en momentos críticos en tu proceso de creación de ingresos pasivos si no los atientes debidamente y son estos.
1. No te subestimes Tendemos a pensar que los demás son mejores que nosotros y eso no es verdad. Posiblemente los demás hagan algo mejor que nosotros, pero eso no quiere decir que sean mejores. Cada vez que planeamos realizar un nuevo objetivo –sobre todo cuando se trata de
algo importante para nosotros– empezamos a pensar que no seremos capaces de conseguirlo. Nos llenamos de dudas rápidamente y tendemos a pensar que seguramente abandonaremos por el camino, que no somos lo bastante inteligentes o que no podremos hacerlo tan bien como lo hacen otros. Déjame darte una buena noticia, esa idea solo es un fraude orquestado dentro de tu mente, pero que no tiene bases reales en las que sostenerse, aún cuando hayas fracasado anteriormente tratando de llevar a cabo un objetivo –o el mismo que te propones ahora– el pasado no determina el futuro. Que te hayas equivocado con anterioridad no significa que siempre vayas a fracasar
—salvo que insistas en cometer los mismos errores y entonces pues si—. Si nunca te has puesto manos a la obra por conseguir flujos de ingresos pasivos puedes seguir este sencillo plan que comparto contigo. Lee este libro completamente un par de veces si es necesario, toma notas de las ideas que son más importantes o en las que quieras profundizar más tarde —no solo debes leerlo, ¡estudia este libro!— y una vez que tengas claro cual es el tipo de ingreso pasivo que vas a crear pasa a la acción directamente, sin más. Es como zambullirse en un piscina de agua helada, debes hacerlo sin pensar, porque cada segundo que
pienses —antes de hacerlo— tu mente hará que sientas más y más temor hasta que cambies de opinión y lo dejes. Entrarás en parálisis. Tú sabes que en el fondo no ocurrirá nada —otras personas lo han hecho, ya has visto que puede hacerse, si alguien puede hacerlo tu también— solo es un poco de agua fría, pero cuanto más lo pienses antes de hacerlo más lejos estarás de conseguirlo. Si ya lo has intentado antes, pero no has tenido éxito, no pasa nada, no te desanimes, al fin y al cabo, todo intento es mejor que nada. Tendrás que revisar tu plan anterior para determinar que es lo que salió mal y mejorarlo, nada más. Por ejemplo, si crees que tu plan
fracaso porque te rendiste antes de tiempo o porque fuiste muy optimista con tus previsiones de venta habrás conseguido una valiosa información para mejorar tu plan original. En cualquier caso, no dudes de ti. Hacer algo mal un par de veces es un resultado esperable cuando aprendes a hacer algo nuevo, no es tan extraño ni tan grave.
2. No sobrevalores el fracaso Durante los últimos años se ha establecido cierta simpatía hacia la cultura del fracaso. Muchos empresarios recomiendan a viva voz ¡Fracasa pronto
y fracasa mucho! Actualmente esa, parece ser la mejor senda en dirección al éxito. Algo así como un camino plagado de piedras donde tropezar —y tropezar mucho— es inevitable y muy provechoso. ¡Vaya ridiculez!. Hasta cierto punto, los fracasos en la práctica son algo previsible y aceptable. Hubo un tiempo —aunque no lo recuerdes ahora— en que sumar 5+3 era un verdadero problema en tu vida, te generaba tensión y angustia enfrentarte a ese tipo de situaciones, pero luego de unos cuantos errores de cálculo — aceptables en cualquier niño— finalmente aprendiste a hacerlo y te
olvidaste del tema. El punto es que, con el paso del tiempo, fracasar empieza a tener mayores consecuencias y ya no se ve tan natural y aceptable como antes. Cuando creas un flujo de ingresos pasivos o decides crear una nueva empresa o un nuevo producto, el hecho de fracasar puede echar por tierra muchos meses de duro trabajo, una buena cantidad de dinero, una gran carga emocional, la reputación entre tus amigos y familiares, tu crédito bancario, tu autoestima y un sinfín de posibilidades, ninguna de ellas agradable. Cuando el fracaso sobreviene finalmente es cierto que aprendes de
ello y ganas experiencia, pero básicamente aprendes lo que NO funciona de tu idea y sigues sin saber qué es lo que deberías hacer mejor en tu próximo intento, así que fracasar es una parte del asunto, pero no todo. Debes empezar a tomarte en serio el hecho de conocer —y estudiar— los fracasos de los demás. Es mucho más rápido y barato que fracasar por tu cuenta. Saber en qué y cómo han fracasado otros puede restar muchas horas de análisis y lamentos. No busques solo historias de éxito para inspirarte, busca también las historias de fracasos y analízalos. Piensa en ellos. Indaga como evitarlos. Vivimos en la era de la
información, una época fascinante –he de destacar, que en toda la historia, todos los hombres han pensado lo mismo de su tiempo–. Gracias a internet tenemos más información a nuestro alcance que cualquiera rey todopoderoso y rico del pasado. Se puede aprender mucho de los fracasos ajenos, es más ¡se debe!. Encontrar historias de éxito brillante en internet es muy fácil y perderse soñando con alcanzar metas parecidas o mayores también; no menosprecies el valor que tienen las historias que hablan de fracasos y errores cometidos por otros –porque ya han hecho ese trabajo por ti–. En el 90% de los casos —sino
más— hagas lo que hagas, otros ya lo habrán intentado antes que tú con más o menos éxito. No es para sentirse decepcionados, mucha gente piensa como nosotros sin que lo sepamos. Estas personas de manera generosa comparten su experiencia dando pistas y datos sobre lo que puede salir mal durante el camino. Indagar en los fracasos ajenos no te librará de cometer algunos errores, pero los reducirá a su mínima expresión. Así que no sobrevalores tu fracaso, es mejor aprender de los fracasos ajenos.
3. Vence la parálisis. ¡Actúa!
El fin último del estudio no es la formación; el fin último del estudio es pasar a la acción. Todo movimiento en alguna dirección comienza con una fuerza inicial que lo desencadena. Crear flujos de ingresos pasivos es igual; de alguna manera tendrás que comenzar. Un partido de fútbol comienza con el primer puntapié, es un toque corto, algo lento y muy simple, pero sirve para iniciar partido. Sin ese toque sencillo los mejores partidos de fútbol no comenzarían. Para generar ingresos pasivos es igual, con algo tendrás que comenzar, aunque no te convenza tu primer intento. Lo importante es dar el primer paso y comenzar; ya irás mejorando las cosas
cuando vayas adquiriendo experiencia. De lo que se trata es de comenzar con algo. Déjame hablarte un momento de cómo funciona tu mente y cual es su fin ¿oyes esa voz en tu cabeza? —con la que mantienes ese diálogo constante contigo— bueno, es hora de que descubras algo muy importante, esa voz no eres tú ¡Vaya sorpresa! Esa voz no eres tu. Tú eres mucho más que esa voz —tu riqueza, potencial y complejidad interior va mucho más allá de esa voz—. Esa voz es solo parte de ti, como tu mano, tus ojos, tu nariz, tus hombros y tus recuerdos son parte de ti, pero no son tu.
¿Dirías que eres tu brazo? ¿te presentarías a alguien diciendo ¡Hola, soy mi brazo!? no verdad. Pues tampoco eres esa voz; aunque en tu diálogo interno te llegas a identificar con ella y llegas a pensar que si. Esa voz es el medio que utiliza tu mente para comunicarse contigo, para despertar tus emociones que a su vez provocaran las acciones que llevas a cabo y de donde provienen los resultados en tu vida. Esa voz es la función más básica de tu cerebro hablando contigo, pero no es todo lo que eres. Recuerda, eres mucho más que esa voz. Tu mente tiene, ha tenido y siempre tendrá —biológicamente— una
función primordial y es la de mantenerte con vida y a salvo. No es la de hacerte ganar dinero o tener éxito personal, su función principal es alejarte de cualquier cosa que pueda albergar algún grado de peligro físico y emocional. Para tu mente, mantenerte a salvo es lo principal y todo lo demás puede esperar, se puede aplazar o abandonar. Repito, para tu mente, todo lo demás puede esperar. Para tu mente, cualquier cosa que implique algún grado de peligro o inseguridad —real o ficticio— se puede aplazar indefinidamente. Es muy importante que comprendas esta forma de actuar de tu mente o nunca comenzarás con nada en
tu vida o lo comenzarás y no lo acabarás. Tu mente dispone de toda la información necesaria para crear justificaciones y excusas que te convenzan de lo que sea. Dispone de todos tus recuerdos y experiencias y es capaz de modificar estos recuerdos para convencerte de lo que sea que se proponga. Si tiene que inventar, adulterar o borrar información de tus recuerdos lo hará sin problema, ese es su trabajo, procurar que no te metas en líos y te mantengas con vida. Es una programación a niveles muy básicos del cerebro y funciona estupendamente. Sin esa programación no seguiríamos en la tierra.
Tu mente es una herramienta muy poderosa y a almacenado esa programación de genética de supervivencia durante miles de años — no la subestimes, sabe muy bien como hacer su trabajo—. No me creas a mi si no quieres, esto no lo digo yo, lo dicen los neurocientíficos más prominentes de este siglo que saben del funcionamiento de la mente mucho más que yo. Puedes buscar el episodio 331 de REDES de Eduard Punset donde se explica a fondo este tema. Tu mente te engaña así que debes controlarla. Para tu mente crear excusas es su modo de salirse con la suya así que tienes que pasar a la acción sin dar
demasiadas vueltas a las cosas porque, de lo contrario, te impulsará a ver problemas donde no los hay y al final no tendrás fuerza suficiente para vencer ese estado de parálisis inducido por la mente. Además, la parálisis mantenida durante algún tiempo se transforma en temor y ese temor potencia el estado de parálisis, una vez que este en ese estado te llevará mucho tiempo salir de esa situación. Valora las oportunidades, las ventajas y desventajas de tu plan y cuando ya lo hayas hecho no des más vueltas, desoye el temor que crea tu mente y pasa a la acción, lo que nos lleva al siguiente punto.
4. Vence el temor El temor es, sin duda algo bueno cuando se mantiene en las dosis adecuadas. Cuando el temor supera los límites manejables comienzan a aparecer rasgos inesperados y dañinos en la personalidad. Cuando el temor es exageradamente potente en un individuo sobrevienen las enfermedades psicológicas y emocionales, los miedos, las fobias y finalmente los terrores de todo tipo. Así que, ya sea para crear flujos de ingresos pasivos, como para
cualquier otra cosa debes aprender superar el temor y puedes hacerlo de dos maneras muy sencillas. Una de ellas es muy sutil y requiere algo de práctica y la utilización del sentido común. El sentido común hace que dejes de temer lo que no es esperable que suceda en términos lógicos. Si tienes temor a la oscuridad cuando te vas a dormir y nunca te ha atacado el asesino imaginario que se esconde debajo de la cama es muy posible que nunca lo haga —sobre todo si no queda sitio debajo de tu cama—. El temor es sano en dosis pequeñas, te mantiene alerta y te obliga a hacerte preguntas. El sentido común
mantiene los niveles de temor en un grado aceptable. Así que utiliza el sentido común para controlar situaciones de temor. La otra forma de vencer el temor es pasar a la acción. Ya hablamos de ello en el punto anterior. Debes acostumbrarte a actuar a pesar del temor. Es posible que mires a los demás y pienses —sobre todo en aquellos que han hecho algo que te gustaría hacer— ¡qué suerte tiene, a mi me encantaría hacer eso! y asumas que dicha persona lo ha conseguido todo sin sentir temor, pero no es así. Todos tenemos temores. Todos tenemos preocupaciones. Todos tenemos dudas. La gente que hace cosas muy
interesantes también tiene dudas y temores, pero han aprendido a actuar a pesar del temor. Es ridículo pensar que los demás no tienen temor. ¡claro que sienten temor! a todos nos pasa, pero cuando te has dispuesto conseguir algo sabes que debes actuar a pesar de sentir temor. Los seres humanos sobredimensionamos el temor, exageramos mentalmente las consecuencias de cometer un error y eso potencia la sensación de temor, pero generalmente las consecuencias no son tan tremendas como anticipamos. Debes acostumbrarte a actuar a pesar de sentir temor. Si has hecho tus deberes
analizando al situación y proyectando un plan que crees que es posible según tu experiencia, pasa a la acción. ¡claro que sentirás algo de temor! pero pasa a la acción igualmente. Mi consejo es este “Si no hay daño físico para ti o para alguien más, actúa y ya está” —doy por hecho que tu intención será moralmente beneficiosa para todos—. NOTA: Si por algún motivo sientes que tienes problemas serios relacionados con el temor —fobias o terrores—, deberías consultar a un profesional que pueda ayudarte a superarlo. No estas en la obligación de aceptar una vida llena de sufrimiento
por ello, busca la ayuda de un profesional porque los hay.
5. Crea valor o muere Si, parece una frase extraída de la película Gladiator, pero es la pura verdad. Me gustaría decir que todos los flujos de ingresos pasivos son creados a través del valor que se aporta a los demás, pero eso no es así. Hay productos que generan flujos de ingresos pasivos que son realmente malos, engañosos y decepcionantes –desde el punto de vista de quien paga por ellos– y aún así se venden y generan un flujo de ingreso pasivo, espero que esa no sea tu
meta, ganas más creando valor. Yo voy a mostrarte y explicarte los puntos más importantes para crear un flujo de ingresos pasivos, pero serás tú quien deba tomar la decisión de aportar valor a los demás. Si no lo haces, el flujo se extinguirá rápidamente de todas formas. En mi caso, escribo este libro porque representa una nueva fuente de ingresos pasivos que seguirá fluyendo durante años y porque al hacerlo puedo ayudar a muchos otros en su deseo de hacer lo mismo y eso crea para ellos –y para mi– un gran valor residual que se traduce en ingresos pasivos. Cuanto más des más recibes. El universo trabaja de esa manera. Sé que
crear valor para los demás es la mejor manera de conseguir flujos de ingresos pasivos porque estableces una relación win-to-win –donde todos ganan–. Los mejores negocios son aquellos donde todos consiguen lo que quieren, esa es mi forma de pensar y te la traslado a ti para que —si se ajusta a tus ideas y creencias— desarrolles tus flujos de ingresos pasivos creando valor para todos. Cuanto más valor aportes a los demás mejor se te pagará, así que ten presente el concepto de valor cuando te dispongas a crear tus flujos de ingresos pasivos porque eso hará que, literalmente, explote tu cuenta bancaria. Crear valor es dar a los demás lo que necesitan, lo quieren o lo que
facilita tus vidas o algunas de sus tareas. Compartir un conocimiento o experiencia —como en este caso—, enseñar una nueva habilidad, conseguir que ganen tiempo y todo aquello que aporta algo positivo o necesario en sus vidas. Eso es crear valor. Durante la ceración del valor olvídate de cuanto dinero esperas ganar porque nunca se sabe exactamente el resultado que obtendrá un ingreso pasivo, se puede estimar y aproximar, pero siempre hay sorpresas. Céntrate en dotar de valor tu creación y el resto fluirá por sí solo. Luego hablaremos sobre la forma mas natural e importante de crear valor para los demás, sin embargo, hay mucho
material disponible en internet –videos, entrevistas y artículos en blogs– donde puedes aprender más técnicas para crear valor para los demás. Búscalas y estúdialas si crees que pueden mejorar tu capacidad de crear valor en tus flujos de ingresos pasivos.
CAPÍTULO 9 Crear ingresos pasivos que fluyan durante años Cuando creas un nuevo flujo de ingresos pasivos no hay manera de saber exactamente lo bien que van a funcionar durante su vida útil. Es verdad que con la práctica las cosas se van dominando y el horizonte se vuelve más nítido, pero al fin y al cabo es la gente a la que te diriges quien tiene la última palabra del éxito o no. Puede ocurrir —y ocurre— que
infravalores algunos flujos de ingresos pasivos y que sobrevalores algunos otros. Sea como sea, el hecho es que no se puede determinar con exactitud como funcionará un nuevo ingreso pasivo. Con la práctica podrás aproximarte bastante como para saber que esperar, pero, a veces, sobrevienen las sorpresas agradables y las decepciones. De ahí que sea más inteligente crear tantos flujos de ingresos pasivos como te sea posible. Algunos flujos de ingresos pasivos duplican o triplican las previsiones, tanto en el monto total previsto como en el tiempo que se espera que se mantenga activo. Otros, sin embargo, parecen tener todas las
papeletas para ser grandes éxitos, pero no acaba pasando gran cosa. Cuando adquieres práctica en la creación de ingresos pasivos, te das cuenta de que puedes mantener bajos los costes de creación, en algunos casos, el único coste será tu tiempo —que es muy valioso, no te confundas—, pero en aportaciones dinerarias podrás mantenerlo bajo. Eso está bien porque si, finalmente, el resultado del nuevo ingreso pasivo no es el que esperabas tampoco habrás perdido una enorme cantidad de dinero. Esta no es una regla irrefutable y ya que hay algunos flujos de ingresos pasivos que necesitan de un desembolso
significativo de dinero para ponerlos en funcionamiento. No te doy una cantidad exacta porque eso depende de tu situación y de lo que te planteas hacer, pregúntate ¿cuánto es mucho dinero para mi? Y tendrás la respuesta. Para cada uno será diferente. A estas alturas seguro que tienes más claro el tema de los ingresos pasivos y te darás cuenta que comparten algunos aspectos fundamentales con otros negocios. Aspectos como la motivación, una idea clara, un análisis de mercado, una proyección de negocio y un plan de acción son compartidos entre los negocios convencionales y los ingresos pasivos. Crear un ingreso pasivo es utilizar
un sistema de venta en el que no participas directamente. Así que como ocurre con algunos negocios, a veces las cosas no salen como estaba previsto. Esto no tiene que ser necesariamente malo. Puede ser que hayas previsto ganar unos 5.000 dólares/euros a lo largo de un año con tu nuevo flujo de ingresos pasivos y que al cuarto mes hayas superado esa cifra. Posiblemente no lo consideres una mala noticia y no te importará que se aleje de tu previsión de negocio. Pero lo hace. Ahí está el punto. Para mejor o para peor puede suceder y debes tenerlo presente, no hay seguros que puedas contratar para
cubrirte si no alcanzas tu objetivo. Aunque no hay forma de determinar exactamente el resultado final de un nuevo flujo de ingresos pasivos si hay una variable que puede mejorar sustancialmente el resultado y la vida útil de tu ingreso pasivo.
El valor El valor de un ingreso pasivo determinará en gran medida que su resultado sea positivo y que se mantenga durante muchos años. Por valor debes entender aquello que la gente percibe útil o necesario y por lo que estaría dispuesta a pagar. No es lo que tú creas que es valioso sino lo
que los demás consideran que es valioso, que no es necesariamente lo mismo. Si quieres ofrecer a los demás algo de valor tienes que comprender que es lo que ellos perciben como valioso. Hay muchas formas de valor y pueden combinarse para obtener aún más valor final. Tener la habilidad de transmitir conceptos con claridad aporta valor, reunir información dispersa en torno a un tema original aporta valor, enseñar a los demás a partir de tus habilidades aporta valor, ser original en tus propuestas aporta valor, mantener la honestidad con los demás sobre un tema aporta valor, compartir tus dotes artísticas aporta valor.
Aportar valor es la clave para crear flujos de ingresos pasivos que fluyan durante muchos años. Cuando tengas claro cual es el tipo de ingreso pasivo en el que vas a trabajar, concéntrate en potenciar el valor que vas a compartir con los demás. Si eres capaz de ser original y al mismo tiempo de aportar valor a los demás tus ingresos pasivos no tendrán techo y fluirán durante años en base a ese valor. La clave para perdurar en el tiempo está en aportar un verdadero valor a los demás.
CAPÍTULO 10 Consideraciones finales A pesar de que, de un modo u otro, los ingresos pasivos están al alcance de todo el mundo lo cierto es que no son para todo el mundo. Por diferentes motivos la mayoría de las personas no están preparadas mental y emocionalmente para crear y disfrutar de flujos de ingresos pasivos. En gran medida se debe a nuestra programación mental —sobre todo aquellos que provenimos de familias de
clase media— no hemos sido educados para tener en cuenta esta forma de ganar dinero. En cambio las familias de clase rica si que transmiten a sus hijos los beneficios de conseguir más y más ingresos pasivos —rentas— a largo plazo como un modo natural de conseguir ingresos. Es habitual para una familia de clase rica que parte del dinero que perciben provenga de ingresos pasivos como alquileres, regalías, dividendos, etc. En cambio las familias de clase media o pobre no tienen ese cocimiento —porque probablemente no lo han experimentado— y por tanto no lo transmiten a sus hijos, así que en la gran
mayoría de los casos, ya sean ricos, pobres o de clase media las costumbres se perpetúan de generación en generación. Otro motivo es que la creación de ingresos pasivos, como he dicho anteriormente, no es para vagos ni pusilánimes. Algunas personas asocian, equivocadamente, que los ingresos pasivos son para personas a las que no les gusta trabajar y ¡eso es una ridiculez! Los ingresos pasivos son para personas que quieren tomar —o retomar — el control de sus vidas y trabajar en aquello que realmente les gusta hacer, en lugar de tener que vender todo su tiempo útil semanal a una empresa para conseguir un salario que en muchos
casos no es justo ni se establece en base a su capacidad. Ya lo he dicho, pero lo repetiré por si queda alguna duda. No tengo nada en contra de los empleos ni de las empresas. Yo mismo tengo y he tenido empresas que generan empleo durante muchos años e intento que quienes trabajan en mis empresas disfruten de su trabajo y puedan realizarse de alguna manera con el. También soy de los que promueven el trabajo deslocalizado. Mi equipo de trabajo no se encuentra reunido bajo un mismo techo en una oficina, sino que trabajo con personas de todas partes del mundo utilizando para ello la tecnología. Eso
nos da más libertad a todos. Intento contratar a personas en las que pueda confiar y delegar, no quiero tener que estar detrás de nadie para ver si hace lo que debe hacer. Creo que hoy en día no es necesario privarse del talento, esté donde esté, ya que podemos hacer el mismo trabajo como si estuviéramos todos juntos en un mismo lugar —y muchas veces mejor—. Por tanto no tengo nada en contra de los empleos ni de las empresas, porque ambos son necesarios para el desarrollo de la sociedad. Cuando hablo de empleados me refiero a aquellos que no están a gusto con sus puestos de trabajo y lo hago porque los estudios
demuestran que son más del 80% en todo el mundo, lo que me parece una cifra apabullante. Yo mismo he sido en alguna ocasión un empleado sobrecargado de trabajo, infravalorado y desmotivado, pero no me detuve, seguí escarbando buscando una respuesta para mi, una alternativa que se ajustara a mis metas. Los ingresos pasivos no van en contra de tu trabajo, no tienes porque ser radical y renunciar mañana sin saber si serás capaz o no de crear tus propios flujos de ingresos pasivos ¡qué clase de locura es esa! Pensar antes de actuar, es de sentido común. Si eres capaz de hacer tu trabajo es muy probable que puedas
crear flujos de ingresos pasivos sin mayor problema, no es más difícil que la mayoría de los trabajos, pero depende íntegramente de ti, así que si no tienes la suficiente disciplina lo dejarás a medias. Los flujos de ingresos pasivos pueden aportar más libertad en relación al valor que contengan y su duración en el tiempo. Pueden representar unos dólares/euros más cada mes o sobrepasar tus ingresos actuales —en muchos casos multiplicándose por dos, por tres o más— depende de tus decisiones y de que pases a la acción. Si estableces una cierta rutina de trabajo propio no podrás generar flujos de ingresos pasivos, si no dejas de
divagar entre tus ideas y pasas a la acción de alguna forma no podrás generar flujos de ingresos pasivos, si no planificas y cambias de opinión todo el tiempo improvisando soluciones no podrás generar flujos de ingresos pasivos, si no eres paciente y mantienes un nivel de motivación y confianza en tus habilidades no podrás generar flujos de ingresos pasivos. Los ingresos pasivos no son un regalo que te hace la gente. La gente no es imbécil y no va a regalarte su dinero —porque le cuesta mucho conseguirlo —, si no creas algo de valor por lo que otros estén dispuestos a pagar, puede que consigas engañar o ilusionar a algunos, pero poco a poco el ingreso se
extinguirá sin pena ni gloria. Así son las cosas. Tener ingresos pasivos no significa adoptar una actitud pasiva respecto a la vida y al trabajo, más bien todo lo contrario, significa tomar el control y decidir poner tu embarcación a favor de la corriente del río para ganar velocidad, eso siempre tiene más sentido que remar en contra de la corriente.
CAPÍTULO 11 Guía paso a paso para crear ingresos pasivos En este capítulo se describe de forma breve los pasos necesarios para crear un flujo de ingresos pasivos y también es una pequeña trama que te he puesto. Si haz llegado hasta aquí sin leer el resto del libro es que tienes muchas ganas de ir al grano y comenzar cuanto antes a crear flujos de ingresos pasivos. Que tengas ganas de comenzar es
bueno aunque la ansiedad excesiva induce a errores. Si has saltado directamente aquí y no tienes ninguna experiencia en la creación de flujos de ingresos pasivos es posible que entiendas el resumen que hay a continuación, pero desde luego, te quedarás muy lejos de llegar al fondo del asunto. De esta forma te pierdes conceptos importantes. Conocer el mercado en el que deseas operar así como las técnicas a tu alcance, es indispensable para abordar cualquier negocio y también para mejorar en la creación de flujos de ingresos pasivos. Ese esfuerzo extra de ir un paso más allá y buscar donde otros no han
buscado u observar en detalle lo que otros han pasado por alto te dará una gran ventaja competitiva. Una ventaja competitiva es decisiva para obtener el éxito en todos los planes de negocio. Una persona con mentalidad empresarial siempre buscará una ventaja competitiva para “entrar” en un negocio. Dicho esto, estás en tu derecho de, pasar por alto lo que digo y seguir leyendo, pero si desprecias el resto del conocimiento que hay en este libro te estarás perdiendo mucha información a cerca de cómo puedes mejorar en la creación de flujos de ingresos pasivos. Luego no digas que no te lo habían avisado.
Resumen de pasos para crear ingresos pasivos
Primer paso: Motivación Lo obvio no suele ser tan obvio a primera vista. En el libro El Principito de Saint Exupery se habla a fondo de este tema. Muchas veces se pasa por alto este paso como un detalle infravalorado y cuando las cosas no van lo bien que se esperaba la motivación es tu mejor aliada. ¿Cómo consigues motivación? el mejor modo de conseguir y mantener la motivación es haciendo algo que disfrutas hacer. Si te metes en un
negocio que no te apasiona solo porque se puede ganar algo de dinero estarás perdiéndote gran parte de la diversión que produce hacer lo que te gusta. Cuando haces algo que te gusta no te importa ganar dinero haciéndolo, lo haces porque tienes ganas de hacerlo y cuando el dinero fluye desde esa perspectiva comienzas a ser una persona muy feliz. Una persona muy feliz hace muy felices a quienes lo rodean. Una persona feliz también es más productiva. Nunca subestimes la importancia de ser feliz. Busca un negocio que te guste — algo que harías hasta gratis— y adáptalo al formato de alguno de los tipos de ingresos pasivos descritos con
anterioridad la motivación actúa por si misma cuando haces lo que más te gusta. Trabaja con este tipo de motivación y te verás en un estado de eufórica actividad productiva sin apenas hacer ningún otro esfuerzo consciente.
Segundo paso: Elige la idea Tendemos a sobrevalorar las ideas, incluso más que la ejecución en si misma. Eso generalmente es un error. Por muy buena que consideres tu idea, mientras no pases a la acción, solo será una idea, algo que vive en tu mente. Nadie puede beneficiarse de una idea que solo se encuentra en la imaginación de otra persona. Tu tampoco puedes hacerlo.
Apunta todas tus ideas en un cuaderno o en un documento online, todas encierran algún tipo de potencial y es bueno que las apuntes para refrescar tu memoria llegado el momento. Las ideas están en todas partes y surgen de la asociación con otras ideas que parecen no tener relación durante la observación o la conversación. Lee, escucha música, habla con la gente, comparte opiniones, debate sobre diversos temas, todas estas actividades llenan tu mente de ideas. Cualquiera de ellas pude ser un gran negocio y alguna de ellas hasta podría convertirte en una persona rica. Tal vez creas que tu no eres una de esas personas que tienen ideas, pero eso
no se verdad. Solo se debe a que no has aprendido a “escuchar” a tu mente cuando tiene una idea y lo pasas por alto. Créeme todas las mentes tienen ideas, empieza a estimular y a escuchar mejor a tu mente y verás que tu también tienes ideas. Y muchas.
Tercer paso: Describe el problema Si ya tienes una idea para crear un nuevo flujo de ingresos pasivos debes ponerla sobre la mesa y describirla en palabras. Analizar una idea con el fin de ejecutarla es describir un problema, un proceso. Te diré algo que será mejor que
recuerdes toda tu vida. Si no eres capaz de tomar una hoja y un lápiz y escribir en uno o dos párrafos cual es la forma en la que vas a llevar a cabo tu idea entonces no serás capaz de hacerlo. Si no eres capaz de describir en una hoja de papel un problema entonces realmente no comprendes bien el problema. Es posible que pienses que está muy claro en tu “cabeza” y que no es necesario que lo escribas en un papel. ¡Eso es falso! Es un engaño de la mente. Si no puedes describir tu problema en pocas palabras es que no comprendes bien el problema al que te enfrentas. No lo olvides. Si comprendieras bien tu
problema podrías describirlo en apenas un párrafo. En un negocio eso significa —casi con seguridad— que vas camino del fracaso. Analiza tu idea, analiza el mercado en el que vas a introducirte, analiza tu publico objetivo. Tómate este paso con seriedad. Cuanto mejor y más detallado sea tu análisis mejor entenderás el problema que quieres resolver. Eso es tener sentido común.
Cuarto paso: Planifica Escribir los detalles de tu problema es un paso fundamental, y escribir tus planes para conseguirlo también. No es
lo mismo una cosa y la otra. En uno describes un problema que quieres resolver y en el otro como vas a resolverlo. Tienes que dejar escrito — previamente— que es lo que te propones conseguir, en que tiempo te propones conseguirlo y hasta donde llegarás para ello. Tal vez eres de esas personas que creen que “los planes de negocio están para incumplirlos” hasta cierto punto es así. Pero para incumplirlos primero tienes que escribirlos. Así, en cualquier momento, podrás valorar lo bien o mal que están saliendo las cosas, si lo estás haciendo mejor de lo esperado o si es necesario un replanteo de la estrategia de ejecución.
Para poder llegar a algún sitio tienes que saber primero a donde vas o no serás capaz de hacerlo. Los planes son para eso, para dejar constancia de tus intenciones iniciales. Si luego no se cumple se pueden hacer conclusiones y aprende con ello. Pero debes trazar un plan aunque sea muy sencillo antes de comenzar. Si no tienes ni idea de cuales serán los resultados, tal vez no sea buena idea que te entres de lleno aún en ese negocio.
Quinto paso: Busca los puntos críticos Todo plan y toda situación tiene puntos críticos. Un punto crítico es un momento
en el que las posibilidades de que algo salga mal o se pierda el control aumentan. Como en el ejemplo de calentar la leche, hay un momento crítico en el que esta rompe a hervir y si no prestas toda tu atención esa situación rápidamente se ve inmersa en el caos. Con los ingresos pasivos pasa igual. Analiza todo el proceso en detalle buscando puntos críticos que puedan poner en peligro tus planes. Te daré un ejemplo de un punto crítico en un flujo de ingresos pasivos. No tener bien en claro que tipo de obligaciones fiscales tendrás que pagar cuando pongas tu producto o servicio a disposición de la gente.
Desatender este aspecto previamente puede ocasionar una gran pérdida de tiempo, dinero y asuntos bastante complicados de resolver a veces. Repasa tu plan un par de veces buscando puntos críticos que puedas eliminar o minimizar y llegado el momento pon especial atención para mantenerlos bajo control.
Sexto paso: Pasa a la acción Si no pasas a la acción una idea no vale demasiado, un análisis se convierte en una perdida de tiempo y un plan de negocio es un papel que no sirve para nada. Todo depende de que pases a la acción. Sin demorarte demasiado.
No se trata de pasar a la acción con prisas. Una vez que tienes la motivación, has elegido tu idea, analizado sus pro y sus contras, planificado su ejecución lo único que queda —y más importante— es pasar a la acción. Las ideas en tu mente no benefician a nadie, tampoco a ti. Los planes sin ejecutar son un valioso tiempo perdido en algo que no va a ninguna parte. Pasar a la acción es la clave. No importa que sientas temor de hacerlo mal, debes pasar a la acción. Si has hecho los deberes a conciencia analizando el alcance y planificando la ejecución ya no hay que dar mas vueltas al asunto.
Hay que ponerlo en práctica, sin excusas, con lo que tengas a mano. Si tienes que mejorarlo lo harás después cuando pongas en acción tu idea y compruebes si funciona o no. No sabrás si funciona hasta que no pases a la acción y lo pruebes. Si has hecho una buena planificación podrás solucionar los problemas que surjan por el camino basándote en lo que habías establecido, así que pasa a la acción.
Séptimo paso: Ten paciencia y confía tu idea Posiblemente este sea el paso más importante porque depende íntegramente
de tu fuerza de voluntad y de tu convicción. Si has hecho a conciencia todo lo anterior ahora tienes que difundir tu idea, servicio o producto y confiar en el. No dudes de tus ideas y tus planes desde el primer día porque las ventas no son lo que esperabas; algunas cosas necesitan tiempo para funcionar o para ser comprendidas. Que la gente no abrace tu idea desde el primer momento o no haga cola para comprar lo que ofreces es algo normal, lo más probable es que se deba a que muchos aún no se han enterado de lo que ofreces o necesitan algo de tiempo para asimilar algo nuevo. El día que Steve Jobs, el
presidente de Apple, presentó al mundo el primer iPad —ese invento revolucionario sin el que la gente ya no puede vivir— el mundo en general y la prensa en particular lo calificaron como el peor fracaso en la era de la informática, no es necesario que te cuente lo mucho que se equivocaban ¿verdad?. Era algo tan novedoso que solo era cuestión de tiempo para que la gente lo entendiera y lo valorara. Lo mismo puede suceder con tu idea. Algunas cosas solo necesitan eso, algo de tiempo. Confía en tu idea y poco a poco irá tomando fuerza y expandiéndose entre la gente, si lo que has hecho está cargado de valor, solo es cuestión de tiempo que funcione.
Ten paciencia y confía en tu idea.
Aplicando los pasos Ahora que conoces los pasos fundamentales y necesarios para crear un flujo de ingresos pasivos vamos a transcribirlos a un ejemplo práctico. Supongamos que eres un músico aficionado y que te gustaría producir y vender tu propio álbum de música a través de internet. Esto podría generar un ingreso pasivo durante muchos años, si el material es bueno y llega a mucha gente. Si estas pensando en hace esto — publicar tu álbum— no debes seguir este
plan al pie de la letra, solo es una descripción breve que sirve de ejemplo para ubicar las acciones correctas en cada uno de los pasos.
1. Motivación Te apasiona la música y siempre has soñado con ser una estrella del pop, bueno no siempre, en realidad sueñas con eso desde el día que tu tío favorito te regalo una guitarra de plástico que no sonaba del todo bien, pero que, sin embargo, para ti era la mejor guitarra del mundo; con ella diste muchos conciertos en tu habitación. Amas la música y sabes que tu destino está sobre los escenarios
interpretando tus canciones para todo aquel que quiera escucharlas. La motivación nace de hacer aquello que más te gusta hacer.
2. La idea Durante el último año has dedicado bastante tiempo a tu música componiendo algunas canciones. Suenan bastante bien, según dicen quienes las han escuchado, así que te parece que es un buen momento para reunirlas en un álbum y ponerlo a disposición de tus fans. ¿Qué fans? Los que van a oírte tocar a esos locales que frecuentas para tocar tu música. Tus amigos y los amigos de tus amigos. Tu familia que te pide que
cantes en cada reunión, esos tus primeros fans. La mayoría están dispuestos a ayudarte a que consigas tu sueño, editar tu propio álbum, ya tienes la idea.
3. El problema No sabes mucho del mercado musical. Por muy amateur que seas, deberías conocer, al menos, si tu tipo de música se vende y cuanto se vende. Si no eres capaz de hacerlo o no te gusta hacerlo deberás buscar a alguien que se ocupe de esas cosas —ahora no, pero te hará falta así que ve pensándolo—. También es una buena idea que analices que plataformas de venta que puedes utilizar para poner a disposición
de tus fans tu obra, cuanto te pagarán por vender tu álbum y cuanto tiempo lleva todo el proceso en general. Editar tu álbum te llevará un mes, dos, tres, seis, doce. Debes mantener la noción de los tiempos y establecer plazos para los distintos pasos. Puede ser que para el proceso creativo eso sea más difícil, porque una canción sale cuando sale, pero para el resto de pasos, debes establecer tiempos. Infórmate que derechos vas a ceder a quien comercializa con tu álbum y durante cuanto tiempo. Este tipo de acuerdo te impone algunas obligaciones, asegúrate de comprender cuales son. Analiza el
mercado, cuantifica el posible alcance, infórmate de tus obligaciones tributarias y ten claro que derechos cederás a la hora de asociarte con alguna plataforma. Se que son todos temas aburridos para un artista, pero hasta los artistas están obligados a pagar sus impuestos. Describe los posibles problemas detalladamente para tener la seguridad de que entiendes la mayor parte de la situación. Nota: pide ayuda alguien que ya haya publicado un álbum antes que tu. Eso te librará de muchas dudas y te dará ideas.
4. El plan Planifica el álbum. ¿quién hará la
portada? ¿puedes conseguirla gratis? ¿cuántas canciones incluirá el álbum? ¿cuánto tiempo te llevará grabar las pistas definitivas? ¿puedes conseguir un estudio o grabarás en tu habitación? ¿necesitarás que alguien haga arreglos a las pistas? ¿una vez que el álbum esté acabado lo presentarás en algún sitio? ¿qué sitio sería mejor para ti? ¿dónde te gustaría presentarlo? ¿puedes conseguir entrevistas de radio o tv para promocionarlo? ¿vas a registrar el álbum antes de editarlo? ¿deberás pagar algún impuesto cuando comiences a vender? ¿cuántos álbumes esperas vender en seis meses? Toda estas preguntas son importante y necesitan tener respuesta
antes de comenzar, debes hacerte todas las preguntas que puedas para que tu plan quede escrito lo más detalladamente posible. Detalla tu plan.
5. Puntos críticos Ya sabes donde grabarás las pistas, quien las retocará cuando estén listas y quien hará la portada. También sabes donde presentarás el álbum y en que mes lo harás. Has hablado con otro músico que ya ha publicado independientemente y te ha dicho que con los impuestos no hay problema. Además te ha puesto en contacto con otro músico famoso para que grabará contigo una canción, eso es maravilloso porque ayudará mucho en la promoción del disco.
Todos estos pueden ser puntos críticos ¿cómo? Te lo enseñaré. Si no confirmas la fecha del local donde vas a tocar los dueños podrían cambiar de opinión y alquilarlo a alguien más —también podrían cometer un error— y te quedarías sin sitio. Eso te obligaría a buscar otro sitio y avisar a la gente a tiempo. Podrías haber incluido el sitio y la hora en la publicidad que ahora estaría mal y tal vez habría que tirarla a la basura. Después de publicar tu álbum el cantante con el que habías grabado un trozo de una canción te reclama una cantidad de dinero como derechos de autor por haber participado en el disco. Esto no es lo que se había acordado,
pero no hay nada escrito, todo fue de palabra en el momento de la grabación o por teléfono. En realidad no es el músico quien reclama sino su manager que es quien se ocupa de velar por los intereses del músico —ese es su trabajo—, el no estuvo en la reunión informal que tuviste previamente así que no hay manera de convencerle. Además del dinero que reclama ahora es más de lo que has vendido. Un desastre. Es fundamental detectar y dejar atados los puntos críticos antes de que se conviertan en un problema. Recuerda que es más barato evitar un problema que pagar para librarte de el.
6. La acción Una vez planteada la idea hay que pasar a la acción según el plan. Comenzar a grabar las pistas mientras los artistas hacen la portada y el material promocional, —aunque solo se una octavilla en blanco y negro—. Hay que acabar de grabar el material con el tiempo necesario para retocar las pistas de audio y montar la página web —puede ser una página gratuita en una red social—. Contactar con medios de comunicación de tu zona, como radios, periódicos o blogs que estén dispuestos a hablar de tu álbum —la mayoría estará dispuesto a hacerlo gratis— sobre todo
cuando comienzas. Hay que coordinar el equipo de música para tocar en el local si lo necesitas, la ropa que vas a usar esa noche. Tal vez quieras cortarte el pelo o hacerte un tatuaje. Buscar un fotógrafo para que haga algunas fotos bonitas del evento que puedas distribuir entre la prensa y para una página web. Hay mucho que hacer así que planifica los pasos en el mejor orden posible y pasa a la acción, en este punto casi todo debería estar pensado. Así cuando aparezcan los primeros imprevistos —que siempre los hay— se hecha mano del plan y se decide lo que sea mejor en función de los objetivos
establecidos.
7. Confía Disfruta el momento. Has trabajado mucho para llegar hasta este punto y si lo has hecho tan bien como has podido poco a poco se verán los frutos. Cuando el álbum comience a ser conocido mejorarán las ventas y empezarán a llegar los primeros ingresos pasivos. Así que este es el momento ideal de disfrutar y de seguir promocionando el álbum. Como disfrutas haciendo lo que haces, promocionar tus canciones no es un trabajo es un placer para ti. Cada nuevo fan es un potencial cliente y todas estas nuevas experiencias inspiran nuevas canciones para el
siguiente álbum en uno, dos o tres años. Si tu álbum tiene valor y se ha ejecutado bien puedes espera que el flujo de ingresos pasivos se incremente con el tiempo y posiblemente que se mantenga durante muchos años. A pesar de publicar nuevos álbumes siempre habrá gente nueva dispuesta a comprar los primeros y eso hace que ese flujo de ingresos pasivos se mantenga. Así funcionan los ingresos pasivos trabajas intensamente para poner en marcha un nuevo flujo de ingresos pasivos y el valor de tu trabajo y el tiempo hacen el resto haciendo que tu cuenta corriente siga y siga recibiendo dinero sin que tengas que hacer nada
más.
TERCERA PARTE Contenido Extra
CAPÍTULO EXTRA Más recursos para tu formación Como ya he comentado soy un ávido lector —leo una media de 40 libros al año— lo cual no está nada mal. Aunque me gustaría poder leer más rápido. Esta costumbre me permite mejorar mi formación financiera, empresarial y personal y estar en condiciones de recomendar a mis amigos el material más idóneo para su formación en un momento dado.
Para que no tengas que leer 40 libros —si no quieres— he preparado esta lista con algunos de los títulos que pueden ayudarte en tu camino para la creación de ingresos pasivos, hay muchos más, pero estos seguro te dejan huella. No necesitas leer ninguno de ellos para comenzar a crear tus propios flujos de ingresos pasivos, pero si quieres seguir mejorando tus habilidades puedes comenzar por estos cuando acabes este libro. Algunos te ayudarán a mejorar tu productividad, estructurar tus negocios, planificar tus impuestos, proteger tus inversiones, mejorar el sentido común, organizar una empresa desde cero,
mejorar tus habilidades de marketing y venta. Todas estas habilidades te permitirán crear nuevos flujos de ingresos pasivos a partir de alguna ventaja competitiva, ya sea basada en tus talentos personales como en la ejecución técnica de una nueva idea. Esta lista te ahorrará muchas horas de otras lecturas menos productivas.
Como crear y hacer funcionar una empresa de María de los Ángeles Gil Estallo Un libro completísimo si vas a tomarte la creación de una empresa en serio. Se detalla todo el proceso y la relación
entre sus departamentos así como los aspectos más importantes al detalle. Recomendado para futuros empresarios que se toman muy en serio lo de crear empresas sólidas para ganar dinero. Creatividad Práctica de Todd Henry Para crear flujos de ingresos pasivos necesitas mantener tu creatividad al máximo nivel. Este libro es una fuente de técnicas para potenciar tu creatividad. Ideal para creativos y diseñadores o para quienes quieren potenciar su creatividad en general sin importar la tarea que realicen actualmente. El arte de cautivar de Guy Kawasaki
Si vas a escribir un blog, crear un nuevo producto o una nueva empresa necesitas que la gente te apoye y te siga tanto si son clientes, empleados, socios o proveedores. Este es un clásico del arte de la empatía con los demás. Fácil de leer y es muy recomendable su capítulo sobre como utilizar las redes sociales a tu favor. El negocio del siglo XXI de Robert Kiyosaki Si lo que te interesa es comprender a fondo como funcionan los negocios multinivel, este libro del gurú más popular de los negocios es lo que necesitas. Un detalle completo sobre la estructura y técnicas de este tipo de
negocios. El poder de lo simple de Leo Babauta Mejora tu productividad aplicando a tus rutinas de trabajo y tu vida la filosofía zen. No es un libro místico, ni de meditación, sino un manual para sacar el máximo partido a cada día de tu vida y a cada tarea que tengas que afrontar. El principio 80/20 de Richard Koch Este libro debería ser de lectura obligada en todas las escuelas de negocio. Describe en detalle una formula sencilla y poderosa descubierta por un brillante economista y filosofo italiano del siglo XIX —Vilfredo Pareto —. De gran valor a la hora de proyectar
cualquier negocio y en especial para aplicar a los flujos de ingresos pasivos. El Tao de Warren Buffett de Mary Buffett y David Clark Sentido común, sentido común y sentido común. Un compendio corto y brillante de sentido común en los negocios y la vida. Muy recomendable. Guía para invertir en Oro y Plata de Michael Maloney Si quieres empezar a meter las narices en los mercados de metales preciosos aquí tienes un manual estupendo para saber de que va ese mundo y por donde comenzar a invertir tu dinero. Interesante de principio a fin.
Incrementa tu IQ financiero de Robert Kiyosaki Fue el segundo libro que leí de este gurú y sigo pensando que es uno de mis libros de finanzas favoritos. Fácil de leer y repleto de buenas ideas, algunas las hemos abordado varias veces en este libro, protege tu dinero planificando tus impuestos. La Bolsa de Oriol Amat Un manual conciso y práctico para entender los fundamentos y algunos trucos básicos para poder operar en bolsa. Se lee en un par de tardes y sus lecciones pueden aplicarse durante toda una vida en los mercados.
La ventaja del ganador de Robert Kiyosaki Otro gran libro si buscas motivación y aumentar tus conocimientos financieros. Ser un ganador no es una condición, es una actitud, un estado de la mente que se puede cultivar y dominar con la práctica. Marketing directo e interactivo de Josep Alet Si tu objetivo es vender algo tendrás que aprender como hacerlo mejor. Si vas a vender en internet tendrás mucha competencia, en este libro se desvelan y detallan las claves para diferenciarte del resto en un mercado tan competitivo.
MBA personal de Josh Kaufman Un MBA no está al alcance de cualquiera y no solo por el dinero, también por el tiempo que requiere ¿o no?. Un compendio fuera de serie para aquellos que quieren obtener los conocimientos fundamentales de un MBA sin tener que pagar y cursar uno. Sé más eficaz de David Allen Otro manual fenomenal para mejorar tu productividad y tu eficacia a la hora de trabajar. Utilizar mejor el tiempo y ser más eficaz es un factor clave para mejorar tus ingresos.
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Este no es el FIN, es el comienzo Este libro no ha hecho más que empezar. Iré ampliando y actualizando su
contenido con el feedback y las mejores ideas de los lectores, amigos y bloggers que lo hayan leído y me las hayan hecho llegar. Este no es el fin, es solo el comienzo. ¡Gracias por acompañarme en este viaje! Estas invitado a seguir en el. ¡Hasta muy pronto! Santi d’León
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