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onal, a diferencia, por ejmplo, de las reueltas conls de México (Taylor 199). A psar de que crtos stdiosos d la historia y d la idlogía andinas están convencidos de que las semillas de una identidad andina protonaconal s hallaban ginando en la rgión durante sa éoca (lors G 1981 550 Durand F. 173), ninguno d llos afia qu stos sntiientos ran ya lo suficintnte rts como ara sostnr una rlión, si in Rowe (154) sugiere que tal vez ste haya sido el caso. Klr (1946 350) dmustra qu, dsd diados d siglo, hab orcido n l Cusco un culto actvo a la anigüdad incaica, tanto pr parte de los criollos, que adopton las vstimentas y los adoos incas, como or parte de los caciqus, q xhiían con orgullo l antiguo símlo del dios sol y de los incas n las crmonias públicas. El oiso dl Cusco incluso sñaló qu durant las clbracions de Corps Christi y antiago Apóstl, las didads cistianas ran ataviadas al stlo inca (P 180: 2 63234, 637). No obstant, ¿podmos por ello pnsar qu esta reaiacón nostálga de las glorias incaicas bastba para dsncnar una rlión imortant? modo más escíico, to de cosmologa ue niera a dios, al ry español y al Inca rita concción anina de la histora y dl ftuo? En una sie de pulicacions, Jan Smiski (76, 80, 84 y el cítlo 6 de est volumen) ha mpado a sugrir divrss nras n q los indígnas odan habr desarollado na idolog lo sucintmnte cohsiva coo para odr contrarrestar l divisioniso de la histora regional pana, qe sentía rcelo haia los xtaños y staba inteament accionda. S dscriión de la sidad andina nos mstra un undo soial compsto por un serie de staentos, en l que ha pocas difrencias nt spañols e indios en trminos sociales, pro no así n t érinos d accso a los rcursos conómicos y al sistma de administración d sticia. Szmiski admás afa que, al haberse incrmentado l nivl d dscontnto indgna cn l colonialismo español durante l siglo XV, los lídrs rls tvirn xit e fmentar un marco conceual que distinguira ntr sañoles e indios n l ro al, a fin de ustificar la rbelión. Por emlo, St (caílo 2 de st volmn) dmostr n ama, en la dcada d 140, un rastro, incluso osiblnt msto, llaado Juan Santostahala, udo hacr suyo l mito de Inrrí y ganar paridaios ntre las tis camas dl intror, a pesar d que día lidiar cn l oosición de los podrosos caciqus gaonals d la rgión. Utiliando ss cnociintos de aga y siolismo, Juan Santos fjó n tno a su rsona una lynda d invencibilidad qu prsistió hasta mucho to dspus de su muerte y anuvo vva la esperanza de un exitoso omiento de ración posterior. Está claro q la psnca d los mits andinos d sueccón, destos r nuerosos stdiosos dl ára anda (Ossio 193 444; Wachtl 196 291; Go 182: 9223), demuestran que l concpto d na recuracin nca, a avs d la aarcón d un msís, haía alcanzado s apogeo a ediados del siglo XVIII. De acurdo a la leyenda, cuando el Inca e dcapitado or los españoles en 1572 s er empezó a regenerar bao tiea, deando aierta a sibiidad d na rencaación etea. Ialent iant era el hcho d e los indios ceían ue las risis andinas habían atraío la atención del
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cilo donde el dios creador Wiracha haía ordenado a ss sidores u s alzaran contra aquellas prsonas a qienes él consideaba nmls y b des conta dios (CDIP 197175 II::321 Prú 198: 1:32830) D los dtos de la éoc se desrende la ida de u haía_gado l omto d acuar. El análiss dl cuso d ls rblions de oás Kata y pac Ama indica qu apareciron n clidad de msías y se cñn a un parón de coortaminto prdteiad con reseto a ss sguores. Esto incl la asiación d sus apllidos con l ito d In, l abandon de s mndo (Tinta, Chayanta) en vor dl undo ajno d la Améca hispna (Lia, Bunosirs), y su grso inl con de cratvos e aentban s capcidad d camiar l mundo (Sziski, capul 6 de est volen) Ambos apllios, atari y Aa, hacen rerncia, en aaa y en echua respctvamnt, a la srpien, sibólico sntant d un mundo st rrán" antropomorf, al q los españols hbían relgdo a ls indis a rz de la cnqist n l silo XV (Hltrnz 18 311319). al com l dmostra ra John Roe (1980), Tpac Aar hzo uso dl podr de su nmbre, n n esrzo conscnte por ligarse cn las tadicines d los últios ics ejcta dos n l Csco por l vi oldo n 1572. El apantment eiso e mpño del Inca por obtnr legitimidad a través de la lyda dl Inkarí se trslc en la sentencia qu dictara cnta él l Oidor Gral Areche en el Cco, en yo de 181 (CIP 11 II2 76578). En sta f condenado coo l vi srgnt Jé Condorcnqu alias úac Aa y supust caciqu", bajo su nobr cristiano Condorcanqui, culabl de lsa ad", por s ncarnación dl ry inca y por os actos que petndían aratar al ry (español) s reino". La cote estaba tan convncida de que Túpac Ama habí adquirdo status ral y se había convrido n epsntant silco d todos los indígnas suestament e cautivos, qe tlizó la sntncia co rtxto para rradicar l ncioalismo inca En conscnci, Ach al el cargo hrditao de cacq, l uso de estients incas y de pituras o retatos de ls antguos incas, la escenicación d draas o esectcs cn potgonistas incas, incluso tod escrto qu icra erencia a las paadas glorias (coo los Coentaos eales" deGacso d la Vega), y antvra viva la idea de la reeracón. Sin ago Szeisk señala n un caítulo de ste volen que los liros no podían anzar est obetivo por sí solos, sino ás bin con a ada d n imagn gnl dla histo tnsitda en oma oral y siólia ain se pohiro los bleas d l surmac inca, tals como las bandras y los cuos de conhas ans, incluo se hi ilegal l uso de la lenga queha (Campll 1985a) Sin mbago, a psar de los rasgos poderosant cosivs dl it de Inkaí, la coproada disensión al interor de abas reons (a de Kati y la de úpac Ama), indica qe uchos sgmntos de la sociad indígna eran inmuns al mensae trnsitido or estos caqes, qe la acptción dl mito no era sfente por sí sol ara transforar a los indis n reldes ás ien, se ede llegar a l conclsión de ue a existenci del ito de Inkaí consye ua evidencia de la frgmentacin soial e xsa n las zons donde los estatos superes de la esctur ndígena d no se difereniaan maormente de l onirsen sra dl od colonal. Si ien es ncesai investigar s a fndo est asct, éste odr habe sid r
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el caso n l Cusco, donde la noblza indígna s oponía drásticamnte a Túpac Ama, a quien consideraban u rsante y un comptidor (Campbll 1981 6869). El hcho de qu Túpac Amaru nombrara nvos caciques y goba dors en las zoas conqistadas tambin indica qu su rblió no s integraba pr complto dntro d los alcancs d la autoridad d stas lites indígnas, o cual hizo l sfrzo blico dbira admás ivrtir mcho timpo y rcursos n obtnr lgitimidad. Entoncs, la inteogant dvndría ¿cómo hicieron los lderes reblds para contrarrstar sta fragmentación social, y d ué modo inuyó n sus dcisions la dvoción pr la ideología de la reupración?
Si bien no ro menos de las revultas conocidas que tuviron lgar durante la década de 1770 a 1780, incluyendo el ataqe en 1780 a la aduana de Arquipa (Galdós 1967) y la conspiración d los plateros en el Cusco ese mismo año (O'Phlan 1985), stas parcn haber sido del ti p tinario y rormista dscito pr Taylor n rlacón a Mxico (1979, cap. 4) Conflctos noal entr gobeantes y gobado, que l Coroa considraba cosas de la sirra". Sin embargo, lo que las diferncia, parce ser el hcho de e acontcimintos ta distantes como la protsta nega conra los tributos en Lmbayque en 1777 (Campbll 1972) y los disturbios en Otuzco n 1781 (Ste, capítulo 2 en este volmn) se hallaban en aparncia ligdos a rmors en too a Tpac Ama, lo cual ind ica qe la rivindicación de su li aje inca estaba trascndindo En este pnto dbmos considrar la relión de Tomás Katari d 1777 en Chayant. mos, pr mplo, ue Túpac Ama, n u calidad de aciue arriero", posía más de 300 mulas y mantní comunicación dircta con el Alto Peú a través de las tas de comrcio e cba et Csco y Potosí va La Paz No hay pbas cocrtas d qu hubra contacto ntr Tomás Katari y Túpac Ama, y d hecho los szos kataristas por establcr comuniccón con los tupamaristas n Oro, poco dspués de que stallara l rvuelta en novembre de 780, evidciaban una ignorancia ríproca. Pro, segn Manul de Bodga, corrgidor de Paria, s probabl que Túpac Amaru s hallara siquie ra entrado e ue omás Katar era aceptado como un oráculo y un sobrano" pr l publo del Alto Prú (G 780; Hidalgo 983: 122-25). psar de ue omás Katari aprhdido pr indios traidors y entrgado a los spañols pra su jcución n nro d 78, dos mss dspus d que Túpac Amar niciara su propia rblión, su pblo s rehusaba a acpt la mrte de su msías (Lwin 197: 739). Esto causaa lgo sros problmas ntre ambos gpos rblds. Durante l podo que sigió a su rtorno a Lima, dond había abogdo asiduamt or aliviar la carg tibutria de su publo y coneguir la valia ción lgal de su liae ral inca, Túpac Ama aparntmente uvo algo ue ver con las rvultas de 1777 n Maras, n Ubamba (OPhlan 1977) y posible mente n Harochirí, al habr entrado n contacto con cacis de la rgión (Albó sf 25). o stá claro si Túpac Ama tambin partici n la conspiración de los platros de 780 (O'Phelan 1985), pro s d sponer que el jfe blde haba deiido ya su plan de acción y no se haba lanzado a generar, en 170, un estallido repentino, violento y no planiicado" (JR Fisher 1970: 23). Sin
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mbargo, an no se sabe si ls tupamaristas adelantaron l echa de su revuelt para acomodarse o ncluso para contrarrestar el movimiento katarista de Ch yanta. El tstimoio de orcio Lpa, caciue d Mach, en Chyanta, que hacía alarde d la habilidad d Katar para movlizar a 30,000 idios y de sus planes para invadir Cuzco o Lima", nos muestra la vagdad de los cono mintos qe stos aymaras tenía sobre los territorios quchas y sobre los concptos igalmnt consos de rú" o España". Sin mbag, estos mo res bin poran har srdo para q Tpac Ama s sintira ameado (Lewi 957: 376). Hacia 1780, la noción d Garlaso de la Vg de un Incaio unificao apas si se ajstba a la realidad, sobr todo dspus de 177, con la creación dl Virriato dl o de la Plata Esto dividió aú más a qchuas y aymaras, pues s modiicaron las tas e comrio y cada ona dbió volvr la mirada hacia s propio gobirno central, situado n un caso n la costa del Atlántico y, en el otro, la cost del Pacífico. Los habitants de lnga aymara del altiplano en too al lago Titicaca coservaban na orgllosa tradición d haber ddio aguerridamente su indpndncia con rspcto a los incas de Cuzco (ase 978: 81-92 Klei 982: 1). A la invrsa, cualier mor sobre un posibl psionismo aymar no ra bin rcibido n l Cuzco (Lewin 1957: 376). En consecuncia, pare probable ue hcia noviembre de 1780, Túpc ma tuvira sucent raoes para reunciar a una dada de actur dentro del sistma", durant la al prtendió rticar por medios legales u tíulo de Marqués de Oropesa y obtener un meor rato para su pueblo a populadad dl movmento atasta y el descontnto que reba en las comunidades indígenas puen har convncido al cacique de ue habí llgado el momento de pnr el mundo al res" y areglar las cos tal coo a sdo anunao ampe , es 6- rdens , ega 1969 64-650) Como claro indicio de ue el movmiento katasta hab influido en su decsión, Tpc Ama escogó el 4 de noviembre, dí de la fiesta del rey Carlos III, para comenar su reblión, acontciminto simlico que debí convencer a los inígnas de la presenca de actos objetvos y subjetivos ue presaaba un pachacuti" El hho de que el líer eblde era sinceramente leal a la Corona español y a la Iglesia, le rmieron celebrar el cumplaños del re mediante una reblión conra sus subordinados inmorales, e especial contra el Coregdor don Antonio de Arg, quien s habí ecedido rgularmente de las limitaciones gl de su parto, tanto al vender más mercanía de la debida como al umentar el monto total de lo recaudado a vez plateados los principios de l ón ésta anza median te el uicio y la eeución de Arrga, el 10 de novembr, en un ceemona pbca y esctaulr que marar el in de una r y el comnzo de or rante el primer mes de l relión tupmarsta, el líder runió en to a sí a un gpo de lugarenints y asesores, casi tdos miliars o allgados cercanos, y muchos de ellos mestizos de fidelidad incuestionabl (Campbll 1981 49) Estos comandantes eran cosierados como hios" del efe y de su muer Micaela Bastidas, uie hacía el pp de uí y di gente de ls reblde (Campell 1985a). A su vz, los subalteos los honraban como ma re" y padre", y se autodnominaban eles cados" de su amo (Semis
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1981: 73-575). Una esucra de mando de este ipo subraya la naleza sonal y miliar de la rbelión, y enaña desconanza hacia t°º frast �ro. Esta actid también se reeja en la esucra de mando de la beon katasta, en la al los hermanos de Tomás atai, Nicolás y Dámaso, asmieron el , liderazgo a r aí de la muerte del caudilo. . Despés de la ejecución de Ariaga, los tupama�stas se molzaon a1da-
mente, ba jo el mando del Inca, hac a el valle .del canota, y toaon con l
de os obra jes de Pomacanchis y Parapuq o. S e bargo, menas ª lo
hacían, Tú ac Ama sega nsistiendo en que el v so ey de Espana !e abí a or dedo dshacers de sus malvados presntantes, puesto qe hab a compr endido al f la gravedad de la siación en el �e He a q el Inca sosene, e n edicto plicado pós _mamnte, en JU�o, haber rec d? na or den real en la qe s le mandaba e¡eutar a todos los puka nkas , literalmente pscezos color ados", na expresión quechua pe or va con la qe
s sol designar a los españoles (Peú 19 80: 3, 9 49- 950). El edcto reslta notable, porqe en él el Inca afrma estar actando en nom d y Probablemnte
había caído en la enta de que el pueblo no lo sea s sta doble ato a ción (Szemiñski 1 884: 19). Estos símlos dualstas de autodad, Rey e Inka, se hala en el mllo de la consión que rodea el sgnifcado e la Gran
Rebelión de 1780. gidamente, el 7 de diciembre, Tpac Ama toma la decisió de car la aya de Vilcanota e ingrsar al Vireinato del í? de la Plta, mas concreta mente a la región del Collao qe bordea el lgo Ttcaca, habtada por l r s aymaras Esto resta intesante, pus nos da inrmación acerca e la relaon ent ambos lídes reldes. Coo ya s sa (Rowe 95), upac Ama hab cltivado estrechos vnclos con los ciollos progresistas de Lima du rante su estadía en la capital n a décad de 1770, y tambin s hallaba uy relacionado con f milias cuzqueñas tales como·el odoso clan gae el obispo ciollo Mauel de Moscoso y Peralta, quen es tamco se hallaban n benos trminos con iaga (ampell 1980). Haba tamben otos ona¡es inflyentes a qienes el líder blde intntó poner d s lado los caq s o miembros de la noble indígn, n gpo de aprox adament 200 J ef , cyo contol sobre los recrsos y las comunidades indgenas poda contrb r al tn de la rvelta y otorgare una legitimidad adicional La excomon de Aiaga por pate de Moscoso poía habr sido interpretada como n acto de apoyo a la rbelión por estos ciollos progesisas. No obstant , en os meses scesivos demosaron temor a involucars con las masas y icenca a com prometese con los pamastas (Cambell 1980: 51-70; Drand 1973: 489- 50). l mismo tiempo, el hecho de qe el Inca hiciera so de el ra
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psr de ste xto incil, los pimros dctos de Túpc Ama llaman la atnción por sus objtvos gnras, no specicos, como el "teinar con el mal gobrno y deponr a Ariga, de odo qu los paisanos pudiran sr ibrmente a s vez a la glsia (urnd 198 99. Sn mbargo, al eliinar a Arrig, el nc no sñaó mtoos precsos par dierenciar a los inmoraes "corgdores y pscuezos coorados, ya umanidd en sí queda ba en duda, de os crollos y mstizos más progrsstas, a quienes esperaba aaer. vagedad de est nque ptió que dvrsos grpos se vengaran de ss enegos bajo los uspicios de la rbón, e zo qe ucs collos y mstizos modrdos s sustaran. En rma similar, l hcho de qu úpac Ama no puder obtnr apoyo d os podrosos "cciqus gnes d Cusco, quens o consdrabn un provncno dvndzo hizo que el recutanto s cr cl n s cudd y sus rdors D este odo, la dcsón de rbe rcr c l sur en drccón a Quisicancs, Lampa y Azángaro t qu conuc a toos ondos istóricante or los col, los lupac y los pcjs, toos os sbdtos e la reblión katarista o oblgaría a rvuar sus rlacions nvsgcón d ierry Sagnes (1983 cra la copca estctra tnca e s zonas, ro s prcisaía d un anásis ás prono para dtrnr l pcto que tuvo a onsva tuprista sobr stos publos l co qu Dáso Ktai aceptar la autodd "rey inc Tpc A, y creyra qu actub bjo las órdenes de "rey de España (CDP 97175 2 59, probabemente reeja el desorden que expeientaron los ktarstas a raíz de la muete del crsmáico Tomás, el 5 de enero de 781 Adeás, Dámaso ronoí que, sn a presencia tamarista, a reelta de Cayanta nunca trascendeía e nve ca De aí qe Dámaso eniara a n emsaro a Oro para establecer contacto con las uestes del Cusco (Odriozoa 1863 3056) nemos sóo evdnca prcal sobre s otivciones d Tpac Aa ants de su rpntno rgrso Cusco, el 2 de cmbre, o que constityó un estratgico oiiento d pnza, dstinado a asrar l contro sobre sta zona cave el altplno uano La rzón ás iportnt par sta incrsión a Azángaro resd obvant n vija vlad los tpaists con los Coqganc, una l qu tabn cía scndr d un linje ral inca y apoyaba ctvnt a Coron Tl vz coo una dostraón de erza n cont stos ccqus gonas que se rsstan a su monto y d mban su scendenia las rzas de Tpac Ama quaron once aciends y otrs propidads y mataron a ss abtants (Campbll 981 682- 63) Por cierto, según na invstigación de os Taayo rra (1982), la onsva tuaarst n e Coao stvo arca r una consierble violen cia y por actos de vandalismo, q contrastan notorante con su conducta en las rgones qucuas en too a Cusco, donde vrtualent no ubo ni pillaj ni dstcción (Capbl 983) Esta direnciación sugere qe al inteior del movmento xistía el cconalismo, o la rma de n casgo ms severo a la desealtad en el trritoio aymara. Tambn pee iplicar que las tácicas y las aspraciones de los movimentos reldes del Alto y Bao e era n dsn tas.
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Si bien n la mayoía d los casos la corción y la persuasión bastaban para reducir las tensiones a veces estas esrategas no lograban disminuir el fccionalismo y la rvalidad inhernte a la socidad indígena. El scrba de Túpac Ama, Esteban Escarcena, declaró en su juicio que el Inca no conocía dectamnte al hombre llamado Francisco Catari". Sin ebargo Ecarcena señaló que su racción instintva era la de plear contra s rival a mnos q éste úlmo aceptara ua división del rino" (Len 1957: 829). Est dlaración plantea muchas teogantes no vecables, partclante por habr sido hca en un contexto en que el liderazgo Katari había ya actado la hegmon nominal de este señor del Cusco sin r ello rder las espranzas d xpndir su rebelión hacia el exterior tal vez al Cusco e incuso a Lima a n de dstrir a los españoles. No obstante stá claro que, si bien Tpac Ama pd habrse prpa do por l subsistenca del culto katarista a su allecdo mesías su princpal problema era el de ganar apoyo enre los derosos caciques dl su del Csco. Este ayo sólo le e brndado en rma parcial. En la provincia d Chinchro por ejemplo el poderoso clan acahua constia uo de los prncipales aados de la Corona: su cacque, Diego Mato Pumacahua, contrbuyó a la vctora española mediante su heroica defnsa de la capital dl Cusco. urante y después de la rebelión se revlaro las prondas brechas sociales que actan e mundo indígena. Por ejmplo, los tupamarstas iniciaban su conquista de pronas realstas como Cochabamba mediante el lvantamiento de una horca en la plaza prcipal, decorada con un retrato de Tpac Ama, a de recordar a los rsidentes que la pena por deslealtd al nca era la muete (emis, capío 6 de este volumen). A ra de la captura de Tpac Ama Pumacahua encargó una pinura que conmemorara la ocasión. a obra muestra un puma que vnce a una sepiente, bajo la mirada nevolnte de la Virgen de Monseat patrona de Chinchero. En el fndo aparecen Pumacaha y su mr ambos estdos a la usanza española, armando su oranía trtorial. Dbajo de la pinura gra el dicho de Jlio Csar, Vini vdi vnci" recordando la derota de la acción rval que trajo consigo un rnovado respto y poder para la milia umacahua en el gobierno de reconstcción del e. La exansión de la rebelión y el sqrgimiento del faccionalismo
La relación entre la ideología rebele y el accionalismo político al interor de a rebelión se manifesta cuando ésta dja atrás Tinta y Qispicanchis, provncas en las que la milia de Túpac Ama tenía n erte aaigo social, plítico y económico y se dig a áras más alejadas de su tirra, donde el liderazgo rebelde deba icorrar a gus con los que tenía menos en comn, tanto ctral como económicamente. Las mltiples ntes de tensión al inteor de la relión han sido exloradas en oros estudios (Campell 1985a, 1985b; O'Phelan 1982 461486; ewin 157: 342377 50053) y no necesitan ser reiteradas a: los divesos gupos sociales que interaban la rebelión no eran aliados narales y eban haer grandes eserzos par lograr una coo ración mínima. Estas tesiones srán trtadas en el contexto de ciertas decisiones
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olíticomiltares, tals como los· sitos dl Cusco y La Paz que iten entn dr más a ndo las causas y los efectos espccos de est ccionalismo Las inicals vctoras militares impidiron las divisions e inalente habían de hacer racasar la ofensiva reblde Poco dspus de la jección ceremonial dl corregidor Araga por parte de Túpac Ama, la reblión avanzó hacia ispicnchis. Allí, l 18 d novibre, en las aeras del pblo de Sangarar, las rzas d Tpac Aar dizmaron a na ilicia española renida a toda prisa desbaratando así para sipr el ito d qe los spañols eran invncibles por las armas y gnrando una dináica para la tura expansión del cofcto Campbll 1978: 111). Sin mbargo intras s tpa arstas saqaban los obrajs de omacanchis y Parapquio y distribun gneros y coca a ss lals se gidores, ya habí criollos qe sintiron rechazo ante la nocia d los 57 ertos en l sanario de la iglesia de Sangarará y ante los mores de canibalismo qe llegaron hasta e Cusco. En spesta y sin duda dbido a las sospchas ocias en too a s pal en el concto, l obispo Moscoso sancionó con la exomunión a los líeres rebeldes (CDI 197175: II:2:25514; Capbell 180: 25120 urand Florez 181: 48950). Tales actos pueden habr dado lugar a una reorientación del movimiento. Hacia ns d novimbre, parce antar la perción popular de la revlta de Tpac Ama como n moviinto de ets connotaciones rligosas, bajo el ando de un nca rconoido. Un síntoa de este fenóeno s halla en las crónicas españolas, que hablan de erzas rebldes de á de 0000 hombres, cigamnte ls a su onarca Inca, cando en ralidad este nmero era mcho mnor (Capbll 1970: 1). Enconramos oto indicador en la conducta del cacique al distribuir la tela y la coca robadas: deja una parte para él mismo, coprtamiento qu coincide con las normas andinas de intr cambo y reciprocidad ua 1975), y tabién demestra s hablidad, evol vendo algnos de los excdntes de ano de obra y prodccón qe los españoles habían oblgado al pueblo a entregar, sin mdiar compenación agna. Si por un lado, los repntos cabios en la ofensiva de Túpac Aa durante el pmer mes de su rebelión pretendían ganar apoyo, ss pronunciamientos muesan una evolución que va desde actos auspiciados por el rey hacia otros basados en su propa responsabldad como Inca. or ejeplo Durand ha señalado que se obseva una marcada dismución en el nero de refeencias al rey los edictos publicads por Tpac Ama en las provn cas del sur del Cusco durnte los mes de noviembre y dicembre Drand lorez 1981: 2949). En vz de ell, e jefe rebelde esgme argmntos que subrayan su propia autordad, y epresa el deseo de arpar a toos los paisanos' bajo su bandera. Esto es señal de u sutil cambio ideológico e idic que Tpac Ama empezaba a acuar como Inca. Pesto que es comuicados, mados or Tpac Aar Inca estaban dirgdos a l gps socales de provnca que tradionalmente habían sido lales a a Corona pro que ahora se halaban dscontenos pr la copcón y la mala administración del e resulta probable qe los mensaes orales digidos a las comundades ndígnas estveran a ás ibuidos de su autordad moral como Inka Hidalgo 183: 120121)
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462; E Fisher 19: 95-96, 104, 25-128), en gran part porq l cacique ya hab sido amonestado nrgicamnt or su sposa y consjra miltar, Micaela Bastias r morar e ataq al Cusco (Campbll 985b: 179-81; P 1980: 4: 79, 80 8), lo cal arc ser a estrtegia militar "lógica, dao qe la ciudad era claramente vlnrabl Sin embargo, e hecho de qe Túac ma pnsra que era "deño de as provincias el Cusco y que stas dbían car a sus pies en rma naral se manesta n el largo aseio e la ciudad esus del 28 de diciembre y en su dese de ser rcibido en ela como libertador y no como conistador militar (Campbell 1983: 147 Esta interpretación n recono ce además as ventajas igamente imprtantes que se derivan de neutalizar a los caciues realistas de Azángar y de etender la onsiva haia e Collao, a pesr de hho de que este retras permitió que os realistas movilizaran troas desde Lima hacia el Cusco y ortcaran la ciudad, dand gar a la contraonsiva española en abrl e año sigiente Túpac Amaru decidió repentinamente contramarchar al Csco e 20 e icembre, plan que n parece improvisao Con una erza e 6,00 hombres, Diego Cstóbal Túpac Ama retoó a través e la Raya y atacó al Cusco esde el norte, mientras ue el inca comandaba otra rza ds el este de a ciad, resardando os territoris atos sobre e río pumc. Una tercera columna, bajo e mando de Anrés Castelo un collo de Tungsuca y fel comandante e a más numerosa de las erzas rebldes compltaba este movimiento e pinza. Los reveses militars sudos por Diego Cstóba y por Castelo ustraron el pan rebelde de contolar las proincias colinantes e Andahaylas, gares que aproisionaban a Cusco de vrs y e rctas. La erte resistenci de los Pumacahua ustró e esrzo de Diego Cristóbal por sitar e Cusco, mientras qe las troas Castelo también suieron seras bajas. El publicitao asedio al Csco, iniciao or e nca e 28 de icimbre, trao con�ig a deserción de numersos indios y un a resuelta ofnsiva r parte de los dgenas leaes a a Corona e las proincias aleañas, ba e mano d sus coegidores y caciues, al timpo que Pmacaha entró a tallar al nt de sus 9,000 hombres, tods eos de los "alls sagraos Cusco (ló s. 29-30) Con el levantamiento l sitio e 10 e ener e 781, y e regso de os rbelds a Tinta, la Gran Rblión ntró n otra se, lcalizada en las provncias el sur, cercnas al lago Titcaca. Despus e enero, e había comenzdo como una eta en l Cusco se convirtó en una rlión a tiche rada en el Alto Perú El movimiento tambin había jado e ser una simle revelta, para convertirse en una Gran Rebeión, con componntes que ran tan distintos nre ssciológca e idogicament como o eran de a utr españoa a a que cmbatían Estas diferencias s e acentaron con e ascenso a der de Julián pas Túac Katari Las nuevas de a marcha de Túpac ma a Cusco areciern incrementar a actiidad en e to Pe, donde estalarn numerosas eetas y circuaron mors de _ un . evantaminto genera durante as cremonias úbicas que marcan el termo de la Cuaresm Sin mbargo, cando a región ente L Pa y Cochabamba se aaba en efervescencia, Tomás Ktai e catrado en Aulagas y Túpac Ama ue frzo a rerarse de Cusco haci Tinta. Bajo
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DOGI Y FANAUSMO
man dl hrmano e Tomás, Dmaso, 6,000 indios qecha y aymara e runiron n too a La lata, capita e a dincia e Charcas para eman dar la dvoción e los papls Tomás Katari y la iberación e ss aiaos Mientras tanto, n Or, blancos indios se aiaron tmporamnte para expusar a a cción aola ba e contro de a mii oríg Cías 1986). Con a drrota d Dámaso y Nicolás Katari, en as auras de L Pta a ns marzo pr tropas sañolas niadas esde Buens irs, las erzas a ymaras, comandaas s Cha yanta, sfrin una csis temra de idra go (bó s.. 3035). Esta siación s rsolió cuano e carisátco Julián pasa tomó l gar d Toms Kata y aoptó nombr de pac Katari, e na crmonia rncaacón sgún los ictaos mit e Inkar Basán dos n a dscnncia los Katari os lgrs e ariba y de España, Tpac Katari prsró a niad d a rón y a ncaminó hacia L az (Hialg 1982: 23; all Sis 1977, 1980) gún Xavir lbó (s.f: 36), a aparción de ac Katar, ligaa a la noticia de la coronación e n Inca en el Cusco, di una nva mensión al movimien to Cando as ers qechas avanzron dse Azángao hacia e norte en os mses q sigiron a la mrte e Tac Ama en 178, as sucesivas victoras e Vlill, Sicani, Yaur, Livitaca y Car baya ls torgaron e contr de as prvncias e ampa y Carabaya Tambin siturn a os r les n una psición que les rmitía obtener más victoras en las prvincias del Coldo Lrecaa Sicasica, masyos y acas, camino a La az, pero a prsencia de dos erzas istintas cas considerabl consión entr os pobadores. Por jempo, lbó (ibi: 36) rlata q un minro Chichas cambió su aelid por l d Katari y afrmó sr "gobar y mbajador tanto e os úpc Ama como de los Katari. Este ti comprtaminto rstba comn en ao e s spraa el slac la rialia tre ambos cciues. El astto Kt tambin hiz nte a sao a sprmacía qechua nmen dando a rsión antrior sobre su rncaación para incluir en ela a Tac Ama. Señaló qe su atorida, ta como se hallaba ecita en su nombre ama=sepiente en qucha, katasrpinte en aymara deraba de ambs deres (Campl 1986; ialgo 1983; Valle de Siles 19) Sin embargo cn esta actitud Katari pud estabecer na virtual monarqu en Pamajasi sbre a cidad e La Paz, ne viva con s rina y su corte consltaba orácus y, en genr, se comportaba ostentosamnt como sobrano. urante el mes e marzo de 17, las erzas qchuas de Aángar cpraron on os aymaras e Chucuito, situdo a sr de ago Titiaca, rgión sagada par los aymaras por sr a matiz d l santa mare Paca ama para exlsar a os españoes e a importante cida Pno Sin embargo, aún en esas circnstancias, los rs tupamaristas, qe raban un g estrechamente vinulado y litista y se halban bajo e man de nrs ngaricna (plural de Inka o ry inca), comenzron a enrentarse con ls ataristas, más opuares y radicales (Val de Sis 197 633-67; Aó s 9 sto cmpicó aún más na sitación n a ue s inios de Cucuito habían luchao a l lad e los nsores españoles de no, irigdos por el cogdor Joaq de Orllana, mientras qu e ls indígenas de norte atacaban a cdad Durante el sito e Puno, ls coandantes tpamarists ndrés b
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CAMl'U.L
Qispe y Juan d Dios Mllpuraa pusiron n claro qu sólo acptaban órdnes de Digo Cristóbal pac Amaru, y no apoyaron inicialmnte las anas kataistas para la alición las obligacions l tibuto y la ita (O'Phlan 1982: 47) La iportancia d tomar Pno, q controlaba la ta d corcio nte el Bajo P y las minas plata de Potos, anaba, sin mbargo, una coopración En los ss q sigiron a la captra jción Tpac a, con xcpción una rclosa colaboración drant l asdio d objtivos tácticos spcficos coo la ciuad d Pno n abrl, s obsrv una scasa coopración ntr las erzas qchas y aymara, q ivalizaban por doinar l Alto Pú Por jmplo, durant l sgno sitio la ciuda, los inios Carabaya lcharon al lao los quchuas, mintras q los Pacajs s qedaron con los ayaras, y hbo tambin ingnas Ca banas q ayaron a Orllana los ralistas (Albó sf 41) Por s part, lo paaristas s prcataban la rociad d la rlta poplar q haban aao a dsncadnar n zonas tals como Chucuito, pro no hacan ningún srzo or paicipar n lla Por cirto, ra tan liitada la atoria Tpac atari, que cuano se inició l t rcr asio a Puno n ayo, l caciq bió solicitar un salvocondcto n Chcito para podr viajar a Pno y prstar s ada (ibid: 4) S prsncia ra mcho mnos iportant q la habliad d los tpaaristas para rcltar a los acaualados indios aymaras Omasyos, Larcaja y Chlmani, lo cual condjo finalmnt a la toa la ciuad Ants de partir, Orllana comunicó a las atoiads d a cida Arqipa qu las rzas rbels se hallaban profunante didias y rconocan como s ry ya sa a Tpac Aaru o Tpac atari, pro nnca a ambos (Paz 76: I 76) En l Cusco, l juez spaol Bnito e la Mata inars scribió al Ministro d Indias, José d Gálvz, dspus e la muerte Tpac Aaru n mayo, para inormarl las iferncias organizativs e idológicas q sparaban a los tpamaistas, quines intntaban unir a toos los no spañols y a los más radicales ataistas, qienes haban mpzao a rchazar e plano al qier alianza (AH 178) La ascención al poder de Digo Cristóbal Túpac Aa, n su calidad de "heano de Jos Gabl, así coo su ngativa de ronor a Tpac Katari como Inca, prcipitan e l crcint distanciaminto entr ambas faccions rgionales (Oriozola 163: 209211; Szmisi 191: 575). Si bin Digo Cristóbal tvo la pudencia de econoce la atono de las provncias aaras ocupadas or sus tropas a raz de su conversión en jfe, se mpñó sin mbarg en que iaran su bandra y sólo prmitió qe Tpac Katari opara un caro de tercer nivel en la cadena de mando pamasta En un dicto pblicado n ao, el escriba de Diego Cstóbal, dro Obaa, qin había toado l nombre de don José Guaina Cápac, ó coo Notao Pblico d la Nuva Conquista, ponino en claro el enfque tpamarista la ocpación de las provincias del Collado (iozola 1863: 209211; CDI 197175: II96). Para subrayar las direncias ente aos rus, Diego Cstóbal sólo se refera a Túpac Katari por su nobre esañol Apasa, y espontneaent le otora el rango de vrrey o marqués, ientas que reserva el téino ms íntimo d "hijos para sus parientes Arés y iuel Túpac Ama y otros lugartenientes tpamastas Aluas de las interrogantes sobre el alcance e impacto de este
IDEOLOIA Y FACJONALISMO
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ccionalismo en l Gan Rebelión pen sr elcidadas a tavés del sudio del sitio de La Paz acontciminto br de l evolución. Ya n marzo de 178, los kataristas haban iniciado el sitio de la ciad española de La az, y en agosto se les uniron ls paaristas bjo l mando de Andrs Tpac Ama Inca y igul Bastdas Túpac Ama Inca. Las difeen cias entre ambos gpos se hacn visibles en la sparación d sus acantnamin tos militars: los pamaistas s siaron n l Alto, a 400 mtros sobre la cidad en la catra entr e Cusco y otosí, ients que los tastas acampa ron n Pampajasi, n la caetra nte la az y las Yungas, una zona tropical dsd dond los Katari habían ants corciado con la ciudd n coa y otos pouctos. stos campantos no sólo reaban la sparación sica de abas fccions, sino tambin simboliban el hcho de qe la organación kataista era gobada por rprsntants de los 24 cabilos indios de La Paz algunos de los cuals ran d orign humile mintras qe, por su parte, los tpamaris tas estaban bajo l mano d lites indígnas y de ladinos (indgnas spañoliza dos) d lara trayectoia tpaasta en l Cusco Los confictos se manistaban sobre todo a nivl de los lídrs de abas organiacions. La natural antipatí ente katasts y tupamaistas se vo acenuada por la juventud e los comandantes upaaistas en a Paz, ndrés y igel Tpac a Inca, i bien el primero inició u a relación con la hrana de Katari, Grgoa A pasa, quin se convrt en un nexo ipotantanque inmal nte abos bandos (Campll 186). El hho d que Anrs pac a ncarcelara brevmnte a Katari por insubordinación, y que Kata se dsqitara jtando al lgartninte upamarista baya por "ladino espía e intruso qujános de qe los pamastas s ngaan a trtarlo con honor y respto (Lew 1957: 50 L.. Fsher 19: 292, 294, 304), feja la desconfianza que reinaba ent aas organciones, si bien es diil deni hasta qué puno esta pta afectaba el conicto élico. l 2 e agosto los kataistas riion noticis de qe José Gabl Túpac ma Inca había uerto jnto con todos sus hijos, con lo al se demosó qe eran lsas las aaciones de Andés sobre s descendenca directa y los ktaristas lo tildaron de impostor (Valle de Sils 1977 0231). rante los ss que predieron a la llegada en ubre dl coronel Jos de Rsguín y ss topas españolas de Bunos is los dos camos anas si soseon ones, pes paa ese entonc Kat aba vuto más irracional y capcho, andand ejutar a ualqiera qe no pudira demostr qe ea amara y consultando oráulos sob el uro. La iologa de Katar preten pncipalmente castigar a toos los que no hablaban aymara y usar ss eas proraa qe rsultaba plivo paa los odeados tupaaistas, qienes habín proetido rotegr a los 40 españoles de rata de todos los "reblds taidors qe quisiran hacrles daño (Valle de Siles 1977 613�2. n consncia los étodos de ambos lídes para contrastar e cconalis es dcir, r n lado l esco lado a la solidadad racl aara y r otro la nión d todas las _sonas contarias a la doinan españla eran en sí divisionstas. Así las coidades dgs aecadas r ren ieon obligadas a escoger en ellos coo en el caso de Scasca donde ls ebos del "ayl ande ts es ppales eon se a ls
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ar siemr. Coo se drnd d udadoso nás Sziñk de a nome canta de tesmono sob la Gan Rón, os bls acban a rgión sla y l a autoad d a Coona a tvés una compja vión d mo u nía os, e y Ikaí n tnviao (Szñski caítlo 6 ense vouen). Ean s vasos d a Cona y de la glesia qe ól se habn reblao ara xpusr d atia a os tranjes nmor e taes co los cogdors (P 190: 4: 347 rutizcón d el mit de nkarrí r art e Túpc Am arec hb i aetada e s conn dl sur dl Cuo. Sin margo, este cnepo que se basaba n l uasmo d l cosmoga na y aodab un luga tanto a la relgón c atóca oo las cncias aas y utodad scla ba lga a tsion y ambivanca pt d los sacdots, de los ccqu y d las comundas indgna , qe ntaban adpase a un mvi mento qe a s suaba ot u no. n bgo mintas u l liazgo bd uchab con la acpacón la gón paola chazo o a hpana, h cada vz m pndt d m de kaí en u cpcón cquea D odo, cuano ov mt tupat p m Ao P pu u ca, s nnt u ovimo ymaa on l ue ntó n cnco n l mbito cl conómco, poto e idógco. L aaa no s baaban e nón d aanos, sno en la exusón d cuuiea ue via la i blanca y an hosti al imasmo quchua. Es ncsara ua instgación ás pofnda a cac la ataza y alcnc de cconimo y s racón con os sstms anos de cncias as tadcies ols u han fmnad la blón n Améc aa los tmp d nacona m inca
UE ACION CITADA Archivos referidos
AG Arhivo Gene d as Inds, va 1780 Auinca e Lima 1084 José Ao de Ache José de Gáve ima de Novemb 170. 171 Aiencia e usc 32 "Autos sgudos contra Ylito uc Aa uc 7 de Mayo, 1781. N hi enera de la Nacin, ima) vn ooni o x 4 r te e ae Bodga, ai 2 de Otbe 70 A Aci Hitric, did) 8 Coccn Bento de Maa Lnaes, 5 84-87. Baoft bray Ueity f Cai Berky 78 Doumnt de a Rió de pac Aa. Bo Z-D.